NÚMERO 12 - AÑO 2001 © 2000-2002 ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico http://www.arp-sapc.org/
SUMARIO - TELÉFONOS MÓVILES: ¿NOS FRÍEN EL CEREBRO? Por: Javier Armentia
- LA NAVE DE LOS LOCOS: EL ESTUDIO CRÍTICO DEL FENÓMENO OVNI Y DE LAS PARACIENCIAS EN CHILE Por: Pedro Luis Gomez Barrondo
- LOS OVNIS COMO "RUMOR VISIONARIO": JUNG Y LA UFOLOGÍA Por: Sergio Sánchez R.
- SETI: QUÉ HACER SI NOS LLEGA UNA SEÑAL Por: Seth Shostak
- LOS "PSÍQUICOS" APARECEN EN LAS CALLES DE NUEVA YORK PARA DAR CONSUELO A LOS DESESPERADOS Por: Elías Zaldivar
- CIEN MIL ESPAÑOLES PERTENECEN A GRUPOS CATÓLICOS RADICALES Y ULTRAORTODOXOS Por: M. Rodríguez
- LA LUZ EMPIEZA A LLEGAR A LOS 'CHIPS' Por: Philip Ball
- ARTHUR J. CARTY: "LA BUROCRACIA PUEDE AHOGAR CUALQUIER INICIATIVA EN INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO" Por: Malen Ruiz De Elvira
- MANHATTAN, MÁS CERCA DEL CIELO Por: Fernando Soler Zinny
- LOS ALUMNOS ASIÁTICOS OBTIENEN LOS MEJORES RESULTADOS EN MATEMÁTICAS Y CIENCIAS Por: Javier Arroyo
- LA SONDA MARS GLOBAL SURVEYOR PROLONGA SU MISIÓN EN EL ESPACIO Por: Agencias
- ASTRONOMIA: EL ESTUDIO DE LA ESTRELLA HYDRI MUESTRA EL ENVEJECIMIENTO DEL SOL Por: EFE
TELÉFONOS MÓVILES: ¿NOS FRÍEN EL CEREBRO? Por: Javier Armentia
Cada día cerca de veinte millones de personas utiliza en nuestro país un terminal de telefonía móvil. Estos aparatos emiten y reciben ondas de radio, en frecuencias entre 800 y 1900 MHz, la zona del espectro Página 1/28
electromagnético que solemos denominar "microondas". Estas ondas se reciben y transmiten mediante una red de antenas que ha cambiado la fisionomía del país, tanto en el campo como en las ciudades. ¿Es todo esto seguro? En los últimos años, los medios de comunicación han ido dando a conocer resultados de estudios que hablaban de la relación de la exposición a las radiofrecuencias de los móviles con diversas enfermedades, mientras que otros estudios afirmaban lo contrario. A mediados de 1992, se presentó en Florida (EEUU) la primera denuncia ante un tribunal por este tema: la muerte por un cáncer cerebral de una mujer, se decía en la acusación, había sido provocada por el uso de un teléfono móvil. Aunque tres años después el caso quedó sobreseído por falta de pruebas científicas que avalaran la afirmación, la popularidad del proceso despertó la preocupación por la inocuidad del sistema de comunicación personal que más rápido incremento ha tenido en la historia de la humanidad. Precisamente, el poco tiempo que se llevan usando estos terminales y su popularización hace difícil la realización de estudios epidemiológicos que busquen la conexión entre el uso del móvil y, por ejemplo, el tumor cerebral. En promedio, una de cada 100.000 personas desarrolla un tumor cerebral; muchos de ellos serán usuarios de telefonía celular, pero ¿existe una conexión? Por otro lado, el desarrollo de un tumor de este tipo lleva normalmente varios años, por lo que podría suceder que aún el efecto no se haya notado. Lo cierto es que las diferentes investigaciones epidemiológicas realizadas hasta la fecha no indican conexión alguna entre ambas cosas. Uno de los estudios más conocidos, llevado a cabo por el Centro Médico de Örebro, en Suecia, y dirigido por Lennart Hardell no encontró relación alguna significativa. Sin embargo, la noticia llegó al público sesgada: parecía haber una mayor incidencia de tumores en el mismo lado de la cabeza en la que se usa el teléfono, lo que podría tener que ver con la cercanía de la antena al cerebro. Un resultado, sin embargo, que no era significativo estadísticamente. Recientemente, se ha presentado en la revista JAMA (Journal of American Medical Association) un estudio de la Fundación de la Salud Norteamericana y de veinte centros de investigación oncológica que ha monitorizado a 891 personas que usan el móvil habitualmente entre 1994 y 1998, concluyéndose que no hay conexión entre el uso y el cáncer cerebral. Actualmente existen unos doscientos proyectos de este tipo en desarrollo, y quizá en el futuro se pueda dilucidar si hay algún factor de riesgo. Porque de lo que nadie duda es de que las radiofrecuencias pueden afectar al organismo. Las ondas electromagnéticas pueden tener diferentes efectos en un ser humano, como se ha venido estudiando y demostrando desde mediados del siglo XX. Las ondas de radio, incluyendo las de frecuencias similares a la de la telefonía móvil tienen la característica de ser absorbidas por el cuerpo: más las de menor frecuencia, las que corresponden a los teléfonos móviles analógicos tipo
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"moviline" y a la primera generación de telefonía digital GSM. El efecto es térmico, es decir, estas ondas producen resonancias de las moléculas que entran en vibración, lo que se traduce como calor. Son las mucho más altas frecuencias de ondas electromagnéticas como los rayos X o gamma las responsables de efectos no térmicos, al ser capaces de separar los electrones de los átomos (se llaman por lo tanto radiaciones ionizantes) y pueden alterar el material genético (por ello se suele hablar de genotoxicidad). Sin embargo, en las radiofrecuencias de emisiones de radio, televisión o telefonía, los efectos biológicos térmicos aparecen cuando hay una exposición elevada: los estudios realizados (normalmente con animales de laboratorio) muestran que esta exposición ha de ser mayor de un equivalente a 4 watios por kilogramo. Por esta razón, los diferentes organismos internacionales y nacionales que dictaminan la protección contra las radiaciones han venido empleando una cifra para fijar los máximos permitidos menor, de 1,6 W/kg. Ese límite nunca se alcanza en la práctica en el caso de las antenas, que se instalan sobre torres que aseguran una distancia mínima adecuada o sobre azoteas en las cuales se limita el acceso a menos de 6 metros. Aunque se ha dicho que los vecinos de un inmueble en el que hay antenas estarían sometidos a un riesgo adicional, los niveles de exposición de quienes viven en la última planta, justo bajo las antenas, son como mucho cien veces menores que los límites recomendados. Son los operarios de mantenimiento de las mismas, que se acercan a menos de 6 metros en la horizontal de estas antenas quienes podrían sufrir exposiciones nocivas, pero las medidas de seguridad establecidas exigen que en esos casos la antena se desconecte antes. Otro caso es el de los terminales, de los teléfonos que nos llevamos a la oreja, porque localmente, la cercanía de la antena hace que las emisiones se acerquen bastante a los límites establecidos. Una antena puede llegar a emitir 600 milivatios (las de la telefonía analógica), aunque los GSM se mantienen dentro de los 125 mW. ¿Qué podría suceder entonces? En esencia, las radiofrecuencias serían capaces de calentar el tejido cercano. Pero el riesgo es muy difícil de evaluar: la posición del teléfono va cambiando continuamente, el tiempo de conversación varía mucho, cada persona lo usa de manera diferente... todo ello hace casi imposible medir realmente la exposición recibida. Aunque se han presentado estudios que muestran algunos efectos (por ejemplo, alteraciones en ciertas capacidades cognitivas, como la capacidad de resolver ciertos tests) la evidencia no es concluyente: John E. Moulder, catedrático de Oncología de la Radiación en el Colegio Médico de Wisconsin (EEUU), una de las autoridades mundiales en el tema, comentaba recientemente que, a pesar de que los resultados epidemiológicos son inconsistentes con un incremento del cáncer cerebral por el uso de los móviles, y aunque no hay estudios que muestren claramente efectos genotóxicos, todavía no se puede concluir sobre la inocuidad de los
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mismos. Falta evidencia científica: estudios replicados y con los controles adecuados. "Cualquiera que sea el resultado que se obtenga de los estudios en curso", escribía Moulder junto con Kenneth Foster, oncólogo, el pasado mes de agosto en la revista Spectrum (publicada por la IEEE, el organismo responsable de los estándares en electricidad en los EEUU), "el debate sobre los efectos sobre la salud de los móviles continuará. Los móviles se unen a otras formas de tecnología eléctrica como los radares policiales, los monitores de ordenador o las líneas de alta tensión, que desatan el miedo del público debido a los campos electromagnéticos". Una vez más, el factor de pánico ante las tecnologías que se desconocen podría estar operando. Los riesgos ciertos de los móviles Independientemente de las radiofrecuencias, lo que queda fuera de toda duda es que el uso del teléfono móvil propicia la siniestralidad en la conducción. Un estudio inglés realizado por un grupo de expertos independiente, dirigido por Sir William Stewart concluyó en su informe de mayo de 2000, a partir del análisis de numerosos estudios que no sólo es peligroso usar el teléfono con la mano (práctica penada por la ley), sino que incluso usando un "manos libres", la capacidad de respuesta del conductor se ve claramente limitada, incrementándose el riesgo de accidente. Por otro lado, los efectos de las emisiones de los móviles en otros aparatos electrónicos quedan también fuera de toda duda: la prohibición de su uso en los aviones o en los hospitales no es simplemente una norma de lo políticamente correcto, sino que tiene que ver con alteraciones en sistemas que, en casos como los mencionados, pueden tener consecuencias potencialmente muy peligrosas.
LA NAVE DE LOS LOCOS: EL ESTUDIO CRÍTICO DEL FENÓMENO OVNI Y DE LAS PARACIENCIAS EN CHILE Por: Pedro Luis Gomez Barrondo
A veces surge en nuestro camino una de esas gratas sorpresas que nos obligan a hacer un alto en nuestro diario errar y que requieren de toda nuestra atención. Estas sorpresas pueden revestir mil formas y colores, que las hacen de por sí atractivas, mientras que otras veces, a pesar de presentarse bajo un formato sencillo y sobrio, su contenido es lo que resulta realmente excitante y sabroso. Estas últimas, son sorpresas que germinan y crecen gracias al empeño y tesón de un grupo de personas que, a base de constancia y esfuerzo, consiguen irse abriendo camino y asentar aquel proyecto por el que decidieron apostar en su momento. Precisamente este es el caso que nos ocupa: el de una de esas pequeñas y
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a la par magníficas publicaciones, dedicadas al noble empeño del desenmascaramiento de quienes hacen de la Pseudociencia su modo de vida. La publicación a la que me estoy refiriendo, inició su singladura en tierras chilenas, allá por el mes de abril de 2.000, con un primer número en el que sus editores firmaron su primera carta de presentación con las siguientes palabras: "Comenzamos este proyecto con algo de temor, porque desconocemos el impacto que pueda causar en el lector chileno la aparición de un medio notoriamente alternativo. Alternativo porque no abarca los tópicos usuales de la ufología y las pseudociencias en general; alternativo, en suma, porque busca alejarse del sensacionalismo e intenta abordar los temas de manera seria, desprejuiciada y profunda. […] Desde ya dejamos en claro nuestra tendencia escéptica, aunque con variantes: unos más duros, otros dispuestos a hacer concesiones. Lo importante es que rompemos el esquema tradicional, al dejar de lado las luces de neón con que habitualmente se tratan estos sucesos, y sentarnos a criticar, a pensar, a dialogar y a exponer criterios." Bien, el caso es que esta publicación, que responde al nombre de "La Nave de los Locos" y cuya principal misión es, en palabras de sus argonautas, "abordar de forma racional el estudio de la ufología y de los llamados "fenómenos paranormales" en Chile", ha conseguido llegar, mes tras mes, a buen puerto, completando el que hace ya su sexto viaje de tan particular singladura. Constituye pues un verdadero placer para todos nosotros el poder presentar, desde las páginas de "El Escéptico Digital", nuestro último descubrimiento, dentro de este mundo de las publicaciones escépticas. Con todos ustedes, amigos lectores, para que la disfruten "La Nave de los Locos", de cuyo postrer número tenemos el gusto de exponerles su sumario y el magnífico artículo firmado por Sergio Sánchez bajo el título de "Los OVNIs como rumor visionario". Y si alguno de ustedes decide embarcarse en la versión bimestral de papel no tiene más que mandar un mensaje a
[email protected] y obtendrá toda la información pertinente sobre como formalizar su pasaje y contribuir a que sople siempre favorablemente el viento en las henchidas velas de "La Nave de los Locos". LA NAVE DE LOS LOCOS SUMARIO Nº 6 - Enero de 2001 http://www.geocities.com/lanavedeloslocos/nave6.html - Editorial - ESPECIAL HIPÓTESIS PSICOSOCIAL, PARTE 2 - Entendiendo la HPS (John Harney)
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- Volver a cero - Por una sociología no reduccionista de los OVNIs (Pierre Lagrange) - Los OVNIs como "rumor visionario" (Sergio Sánchez) ------------------------ La ufología como paradigma de la tecnoglobalización (Diego Zúñiga) - ¿A que no lo sabía? (Juan Guillermo Prado) - Gastronomía de los Roswell a la española (Manuel Borraz) - Crónica de un misil anunciado (Rodrigo Fuenzalida) - ¿Está loco Diego Zúñiga? (Sergio Sánchez) - Reacciones destempladas (O la lógica de la ilógica) (Diego Zúñiga) - El "ovniólego" ( Cristián Reyes) - Cielos Antiguos: ¿Quién disparaba en la antigüedad? (Sergio Sánchez) - Tele - Vicio : Programa 'OVNI', de Televisión Nacional de Chile (Grupo CIFOV) - Recibimos: Suplemento Internacional CdU (D. Zúñiga) - Libros: "El expediente Manises", de J. A. Fernández Peris (Ricardo Campo)
LOS OVNIS COMO "RUMOR VISIONARIO": JUNG Y LA UFOLOGÍA Por: Sergio Sánchez R.
El psiquiatra suizo Carl Gustav Jung ha traspasado con su obra el ámbito meramente académico de "su" versión heterodoxa -para algunos "traidoramente" revisionista- del psicoanálisis freudiano, esto es, de su propia "psicología analítica". Jung se sintió fascinado desde muy joven con el mundo de los mitos y símbolos universales, con la espiritualidad, los sueños y la alquimia; si bien nunca dejó de considerarse a sí mismo como un científico, un médico en sentido estricto, lo cierto es que su quehacer clínico fue adquiriendo con el tiempo connotaciones extrañas y, en un sentido más o menos exacto, esotéricas. En algún momento, quien fuera uno de los discípulos dilectos de Freud, comenzó a considerar más importantes los textos de Paracelso, Meister Eckhardt o de anónimos autores medievales sobre alquimia, que los del neurólogo austriaco; más importante el Rosarium Philosophorum que La interpretación de los sueños. Jung es un personaje desconcertante. Hoy tiene una legión de discípulos, no pocos biógrafos, críticos y comentaristas y, además, algunas escuelas psicoterapéuticas más o menos ortodoxas que se reclaman continuadoras legítimas de su legado; incluso en círculos vinculados a la New Age goza Jung de una popularidad inusual. Acusado de pro-nazi, reaccionario e irracionalista, tales juicios -exactos o no- están lejos de opacar un prestigio universalmente consolidado. Es frecuente que libros sobre misticismo, el encuentro de Occidente y Oriente y espiritualidad en general, se permitan citas rituales de sus opiniones. Lo que es
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comprensible en un hombre que escribió no sólo respecto de las neurosis, la energética del sueño y los tipos de personalidad, sino también sobre el I-Ching, la sincronicidad, el Tarot y el significado psicológico de las profecías del Anticristo. Una de sus "aprendices" más prestigiosas, la psiquiatra Marie-Louise von Franz, llegó a sostener nada menos que "Jung representa el fin del racionalismo del siglo XIX". Dejemos que los junguianos hagan acopio de tan audaz afirmación. Sin embargo, y a pesar de estas prevenciones, muchos ignoran que Jung escribió un libro sobre el fenómeno ovni, en 1958. Traducido al castellano con el título de Sobre cosas que ven en el cielo (1), los editores se cuidaron bien de quitarle la primera frase que titulaba la edición original alemana y la posterior inglesa: Un mito moderno. Este curioso libro ha seguido la suerte de otra obra junguiana, Respuesta a Job (2), una lúgubre interpretación del cristianismo y del imaginario religioso semítico, lo que le valió la súbita enemistad del filósofo Martin Buber. Ambos libros son mirados de soslayo por los epígonos más academicistas de Jung, ya que se permiten demasiadas libertades en la especulación simbólica -lo que, en sede junguiana, es decir bastante. Por lo mismo, cuando leí Sobre cosas que se ven el cielo pensaba encontrarme con una obra más oscura y extremista. Empero, el maestro de Bölingen sólo intenta comprender un naciente rumor que habla de visiones de extraños artefactos y luces y prodigios en los cielos del mundo de post-guerra. Y da una explicación psicológica a un fenómeno principal -aunque no exclusivamente- psicológico. El texto es menos abracadabrante de lo que usualmente se afirma, claro que sin liberarse de la especiosa ambigüedad típica de su autor. Es, por tanto, una de las primeras elucubraciones expresamente no literales y no fisicalistas que ofrece la historia de la ufología. Con razón se ha dicho que la llamada "hipótesis psico-social" (HPS) sobre la naturaleza de los ovnis, tiene en la especulación junguiana un antecedente remoto. Lo que es sólo una verdad a medias, como intentaré mostrar a continuación. No pretendo abordar en este breve artículo la totalidad de las reflexiones que a Jung le sugieren los ovnis. Pasaré por alto su llamativo análisis de sueños en relación con el naciente mito de los seres foráneos; su acertada selección de visiones celestes medievales, en las que cabe un lugar destacado a la mística católica Hildegard von Bingen, que ve -igual a Ezequiel- innumerables ojos; me saltaré hasta el enjundioso análisis del contenido psíquico de las "experiencias" de uno de los primeros "contactados", Orfeo Angelucci, una de las mejores partes del libro y la más pródiga en interesantes sugestiones. Me detendré en el prefacio más que en las conclusiones y el desarrollo, porque es en aquel donde se encuentran la mayor parte de las claves del ensayo que nos ocupa. Jung se muestra hermético pero no reservado en tal prefacio. Lo que dice ha impresionado vivamente a los lectores más tímidos, así que me permito una larga cita: "Trátase de esas noticias que nos llegan desde todos los rincones de la tierra, de esos rumores
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sobre cuerpos redondos que recorren tanto nuestra atmósfera como nuestra estratosfera (...) El caso es que estos rumores y la existencia física de tales cuerpos me parecen tan significativos que me siento obligado -lo mismo que ya otra vez, cuando se preparaban los hechos que habían de dejar su marca en Europa- a lanzar una voz de advertencia."(3) El propio Jung se ve estremecido por la extensión de un rumor, al que denomina "visionario", generador de testimonios y visiones, por cierto. Es que el rumor se vuelve autónomo, auto-suficiente: su fuerza ya es imparable. El lugar de la nueva epifanía es el cielo, la morada de los dioses. Por las señales en el cielo se anuncian los cataclismos y catástrofes cósmicas. ¿Está ocurriendo algo parecido a los prodigios atestiguados por Moctezuma antes de la llegada de los españoles? Ahora bien, la "advertencia" que Jung ya hizo anteriormente, surgió de su experiencia clínica; antes de la Segunda Gran Guerra, muchos pacientes soñaban con el dios germano Wotán o con elementos arquetípicos derivados del wotanismo. La Alemania nazi, con su fermento ocultista de visos neopaganos, era una confirmación de la ensoñación wotánica previa. Para Jung, los arquetipos eran fuerzas psicológicas autónomas que los seres humanos reproducían inconscientemente en sus vidas. No es el hombre quien posee al mito: es el mito quien lo posee a él. No sólo un individuo sino una colectividad entera puede estar reproduciendo el drama de un dios olvidado. Entonces Jung, el psiquiatra, tiene algo de mistagogo y de astrólogo, sobre todo cuando el cielo enlaza con los contenidos del Inconsciente Colectivo, ese fantástico depósito de experiencias milenarias, ancestrales y supra-individuales: "Verdad es que sé, como en aquella ocasión, que mi voz es demasiado débil para que llegue a oídos de los más. No es ni presunción ni arrogancia lo que me mueve; es mi conciencia de médico la que me aconseja advertir a los menos a quienes puedo hacerme oír, que a la humanidad le esperan hechos tales que corresponden al fin de una era."(4) ¿No nos parece familiarmente contemporánea esa laya de discurso? Los hechos, desprovistos de su carácter puramente natural, pasan a ser expresiones, significados de grandes sucesos psicológicos que subyacen a lo visible. No en vano Jung fue llamado por uno de sus ocasionales biógrafos, Colin Wilson en este caso, como "Señor del mundo subterráneo" . "Como ya sabemos por la historia del antiguo Egipto existen fenómenos de transformación psíquica que siempre se manifiestan al término de un mes platónico y al comienzo del mes siguiente. Según parece, trátase de cambios producidos en la constelación de los elementos dominantes psíquicos, de los arquetipos, de los 'dioses', que provocan o acompañan transformaciones seculares de la psique colectiva. Esta transformación comenzó a darse dentro de la tradición histórica y dejó sus huellas, primero en el paso de la edad de Tauro a la edad de Piscis, cuyo comienzo coincide con el nacimiento del cristianismo. Ahora nos
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aproximamos al gran cambio que es lícito esperar se produzca con la aparición del punto equinoccial de primavera en el Acuario."(5) Después Jung intenta desdecirse, justificarse, morigerar las aprensiones del lector y las suyas propias. ¿Lo consigue en realidad? Para Jung, los ovnis son fundamentalmente "proyecciones psíquicas", compensaciones que fragua de manera inconsciente el ser humano a su angustiosa condición moderna, a su desesperante deprivación existencial (en la cosmovisión junguiana; sin embargo, no tengo claro que "el ser humano" -concepto abstracto porque no toma en cuenta la pluralidad de posiciones socio-económicas posibles, desde la pobreza marginal a la menos numerosa opulencia ociosa y despreocupada- sea más infeliz hoy que en la China de los manchúes o en la Europa de Carlomagno). Se buscan las "señales", y se las obtiene en forma de misteriosos aparatos aéreos, redondos y luminosos; plateados, al menos. La forma circular le sugiere a Jung la idea de "mandala", el símbolo arquetípico tibetano de la totalidad. Pero, ¿qué pasa con la supuesta realidad física de tales objetos si se admite que son proyecciones de la psique colectiva? ¿Es que acaso tales proyecciones pueden, en opinión de Jung, producir efectos físicos? ¿Son los arquetipos junguianos susceptibles de ser captados por los radares? Estas preguntas, que para los oídos prudentes pueden sonar algo estrafalarias, se justifican en la actitud confusa y ambigua de Jung sobre la naturaleza física -real o ilusoria- de los ovnis. En algún instante parece inclinarse por una solución puramente psicológica del enigma, para luego sostener que hay un correlato material registrable de tales apariciones. ¿Tan autónomos son los arquetipos que pueden pasar de la alucinación a una materialidad más o menos precaria? ¿De la inexistencia a la semi-existencia? Creo que el ufólogo crítico estadounidense Dennis Stillings ha logrado -con elocuencia y brillo- desfacer este entuerto, en una investigación publicada hace una década (6). En efecto, Stillings demuestra que gran parte de la correspondencia en que Jung se manifiesta contrario al "gran secreto de la Fuerza Aérea de Estados Unidos" ha sido publicitada por la literatura ufológica... fuera de contexto, de manera tendenciosa, en medio de pronunciamientos que obedecían en no despreciable medida a la presión de los propios ufólogos. La ya citada Dra. Von Franz, ante una consulta directa del acucioso Stillings, respondió lo que sigue: "Jung no creyó en la realidad de los OVNIs ni al comienzo ni al ocaso de su carrera. Consideró que se trataba de algo 'fuera de la materia' , algo desconocido detrás de la realidad. Pero se interesó en ellos porque existían fantasías muy poderosas a su alrededor. Son psicológicamente reales. En su trabajo analizó el sentido de dichas realidades. Eso es todo."(7) ¿Es todo realmente? Admito que la cuestión es polémica, pero los resultados de Stillings son indicativos de que Jung era bastante más
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hostil a la explicación "parapsicológica" de los ovnis de lo que comúnmente se cree. Eso, claro, con las vacilaciones y contradicciones que salpican determinados tramos de su libro. Pero aun así, podemos sostener que Jung es un precursor remoto de la HPS, pues ve en el psiquismo colectivo el origen de las enigmáticas visiones luminosas. Un sueño proyectado de la post-guerra, del tiempo de la bomba atómica y los viajes espaciales Un mito moderno, qué duda cabe. La "ufología" de Jung anuncia la HPS pero no la realiza. Ese prefacio de 1958 nos demuestra hasta qué punto el Pleroma junguiano parece desvincularse de las ciencias sociales. Al proponer la hipóstasis del Inconsciente Colectivo nos deja en las movedizas arenas del psicologismo. El "fenómeno" adquiere así una consistencia inmaterial pero efectiva, en los bordes de la realidad, más allá de cualquier refutación. Es una alucinación colectiva, mas no se trata de una alucinación cualquiera. El enfoque histórico-cultural, tan característico de la HPS, no puede manifestarse si se le cierran las puertas a la continua interacción entre la cultura popular y la ciencia ficción, por ejemplo. El gran mérito de los trabajos de Méheust, Lagrange, Maugé, Pindivic y hasta del Vallée de Pasaporte a Magonia, es que viviseccionan la inmensa deuda del fenómeno ovni con avatares concretos de la historia reciente, aunque vinculados a contenidos ancestrales. El psicologismo junguiano es estéticamente inmejorable pero racionalmente destinado al reduccionismo. Lo que me lleva a suscribir -y con esto termino- la crítica del antropólogo español Ignacio Cabria: "Se despuebla el universo de dioses extraterrestres, pero se crea con esta hipótesis organicista un nuevo ente: inconsciente colectivo, que resulta en una nueva reificación, es decir, en la conversión de una idea en un ente con su propia naturaleza." (8) Notas y referencias bibliográficas. Ecologic Editora, Buenos Aires, 1987. Fondo de Cultura Económica, México, 1985. Sobre cosas que ven el cielo, cit., p. 11. Idem. Op. cit., p. 12. Ver a Dennis Stillings (comp.): Lo imaginario en el contacto ovni, Heptada, Madrid, 1990, pp. 52 a 69. Op. cit., p. 69. Entre, ufólogos, creyentes y contactados, Cuadernos de Ufología, Santander, 1993, p. 110.
SETI: QUÉ HACER SI NOS LLEGA UNA SEÑAL Por: Seth Shostak
Noticia enviada por: Luis R. González Manso
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Traducción al español por: Gorka Moral López (ARP-SAPC Traductores) Buscar alienígenas puede ser un trabajo frío y solitario, si no preguntadle al agente Mulder. Mejor aún, preguntadle a Frank Drake. Hace 4 décadas, cuando Drake era el único científico del SETI en todo el mundo, era capaz de sintonizar la radio del receptor de su radiotelescopio con una sola mano. Estaba bien preparado para las incomodidades, pero algo menos para el éxito. En 1960, Drake esperaba escuchar alguna señal de radio proveniente de alguna de las estrellas, similares al sol, Tau Ceti y Epsilon Eridani. Estos vecinos espaciales se encuentran a unos 12 años luz de la Tierra, y Drake los estaba investigando con una antena de 85 pies (26 metros) de diámetro. Entonces ocurrió. Tau Ceti acababa de ponerse en el horizonte, así que Drake dirigió su telescopio hacia Epsilon Eridani. Para su sorpresa, el altavoz soltó un sonoro ¡Wham! Drake estaba alucinado. ¿Es posible que sea así de fácil? pensó. Y seguido se preguntó ¿y qué hago ahora? La verdad es que no era así de fácil y no tuvo que hacer nada. El sorprendente "Wham" era una interferencia humana y no una señal del sistema Epsilon Eridani. En las siguientes décadas, el SETI pasó de ser el proyecto de un lobo solitario, a contar con el esfuerzo de científicos de todo el mundo. Habiéndose dado cuenta de que la recepción de una señal sería, desde luego, un hecho repentino, los investigadores decidieron que sería una buena idea trazar un plan sobre "qué hacer después". Y lo trazaron. La mayor parte de los sudores fueron para John Billingham y Jill Tarter (actualmente en el instituto SETI) junto con Michael Michaud (ya retirado), y sus colegas del Comité SETI de la Academia Internacional de Astronáutica (IAA). En 1989 enviaron a la academia un pequeño documento con un gran título: "Declaración de Principios Sobre las Actividades Subsiguientes a la Detección de Inteligencia Extraterrestre". Un plan de acción por si se recibía una señal. Aunque aprobado por la IAA, y un buen número de grupos relacionados con el espacio y la astronomía, la declaración no deja de ser un pacto entre caballeros. No tiene carácter de ley - Después de todo, ¿Quién podría obligar a cumplirla? Por otro lado, los principales equipos del SETI ya han dicho que la cumplirán en caso de captar con sus telescopios algún débil zumbido proveniente del espacio. Los contenidos de la declaración son dulces y maternales: Comprueba la señal para asegurarte de que su origen es verdaderamente extraterrestre, entonces comunícalo a la comunidad astronómica, al gobierno, y al público (el orden no se especifica). Dicho de otro modo - nada de secretos. Puede parecer algo tonto, pero en el pasado ya se han mantenido en secreto algunos descubrimientos, al
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menos durante un tiempo. Cuando se encontró un pulsar por primera vez en 1967, hubo una cierta confusión sobre lo que eran. Al principio registraron su descubrimiento como LGM, Little Green Men (Pequeños Hombrecillos Verdes), los astrónomos consideraron, medio en serio, que podían haber interceptado emisiones alienígenas. Pasaron los meses, y sólo cuando quedó claro que había una explicación natural para los pulsos, los astrónomos hicieron públicos sus descubrimientos. La declaración deja claro que en caso de una verdadera señal LGM, el mundo debería ser informado. Y por motivos que discutiremos en una próxima oportunidad, esto no solo tiene sentido, sino que de hecho, no puede ser de otra manera. Puede que el agente Mulder sea capaz de mantener ocultas sus investigaciones, pero las del SETI son tan claras como el agua de manantial. Si los astrónomos oyen alguna señal, oiréis a los astrónomos.
LOS "PSÍQUICOS" APARECEN EN LAS CALLES DE NUEVA YORK PARA DAR CONSUELO A LOS DESESPERADOS Por: Elías Zaldivar
Noticia enviada por: Jorge Javier Frías Perles No son psicólogos, ni psiquiatras, les llaman los «psíquicos» y se aprovechan de las tensiones y las dificultades que ofrece la vida en Nueva York para dar consuelo a los desesperados y aconsejar a los angustiados. El auge de estos "profesionales" ha motivado un debate en los medios de comunicación y algunos ponen en duda la honradez de quienes brindan esas ayudas con el argumento de que «no son profesionales». «No se puede probar qué es profesional y qué no», dijo confirmando su condición de 'psíquica' una mujer que ofrece sus servicios como «consejera, espiritista y curandera» que además «resuelve problemas, reúne amores y familias», y también da «garantías» (no es la única) sobre sus «trabajos». Se trata de una mujer de larga experiencia a pesar de su edad pues «soy 'psíquica' desde los siete años y tengo 32, vea usted». Hay quienes prometen «reunir de inmediato» a parejas separadas por enojos, infidelidad o por la distancia. Otros prometen hacerlo en «veinticuatro horas», algunos lo aseguran «en siete horas», y no falta una astróloga que cobra sus honorarios a aquellos a los que ofrece «separarlo en un día de la persona que lo fastidia». Aunque proponen servicios similares o con pocas variantes, las que puede presentar la angustia y la soledad en una metrópoli como la neoyorquina,
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son «espiritistas», «astrólogos», «curanderos». Uno de ellos, 'El indio amazónico', el «único» en Nueva York, «arregla problemas de hogar, de matrimonio, separación, dinero, salud, amor, traición, hábitos de borrachera, brujería, hijos desobedientes», o traer «pronto a la pareja amada y mucho más».
CIEN MIL ESPAÑOLES PERTENECEN A GRUPOS CATÓLICOS RADICALES Y ULTRAORTODOXOS Por: M. Rodríguez
Por: M. Rodríguez / A. Ochoa - Madrid Noticia enviada por: Vicente Prieto Con el apoyo del Papa, su objetivo es lograr una nueva evangelización del mundo Saben que no pueden cuestionar la democracia, pero han iniciado la recristianización colocándose en los círculos de poder y evangelizando a las bases sociales. Unos cien mil españoles pertenecen a estos grupos católicos ultraortodoxos, como el Opus Dei, Comunión y Liberación, los Legionarios de Cristo y neocatecumenales. El Papa, que ha hablado muchas veces de reevangelizar el mundo, apoya a varias de estas organizaciones, que buscan activamente atraer más almas al redil católico. A mediados de los 70, un nuevo discurso religioso toma forma. Son los años posteriores al Concilio Vaticano II, el mayor intento de la Iglesia católica de adaptarse a la nueva sociedad laica, en la que lo religioso se queda limitado a la esfera de lo privado. Esa nueva corriente promueve, «la segunda evangelización de Europa». Y en la llegada de Karol Wojtyla al pontificado de la Iglesia encuentra su máximo aliento. Se trata de organizaciones con el apoyo explícito de Juan Pablo II y sus sedes centrales se encuentran en Roma. Las comunidades neocatecumenales (conocidos como los kikos), el Opus Dei, los Legionarios de Cristo o Comunión y Liberación son algunos de estos grupos. Todos ellos tienen características comunes. Veneran a un líder, defienden radicalmente sus creencias, practican el proselitismo, rechazan la secularización y están convencidos de tener una misión: reconquistar la sociedad laica y devolverla a la senda de Dios. Estrategia Para ello trabajan en dos frentes, la recristianización desde arriba y la reevangelización de las bases, haciendo labor pastoral en los sectores más desfavorecidos. Aunque su presencia en España es patente, con unos 100.000 miembros
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según los datos de las organizaciones, todavía no tienen influencia real sobre toda la masa católica. Sin embargo tienen el apoyo tácito de la Conferencia Episcopal. Un sacerdote, que ha preferido mantener el anonimato, afirma que «la curia española de hoy es la más sumisa del mundo. Jamás levantaría la voz contra grupos apoyados directamente por el Vaticano».
LA LUZ EMPIEZA A LLEGAR A LOS 'CHIPS' Por: Philip Ball
La Optoelectrónica busca la difícil alianza entre los fotones y los electrones Los electrones son los protagonistas de esta era de la información. Ahora, cada vez más, los electrones se están asociando con los fotones (partículas de luz) para llevar mensajes de un sitio a otro en la denominada optoelectrónica. Por el momento es una mezcla rara. El silicio, la superestrella de la tecnología de la información, es un don nadie en lo que se refiere a la producción de luz. Y si no se puede obtener una emisión de luz de un microprocesador de silicio, la optoelectrónica miniaturizada y eficiente no deja de ser un sueño. Algunos de estos problemas han empezado a resolverse. Si la investigación sigue progresando, la optoelectrónica contribuirá a que una nueva y racionalizada tecnología de la información alcance logros sorprendentes. El mundo está cercado por la luz. Las fibras de cristal óptico transmiten ondas láser cargadas de información a través de miles de kilómetros en un abrir y cerrar de ojos. Las fibras ópticas pueden transmitir mucha más información que los cables de cobre. Y cada fibra viene a ser del grosor de un cabello humano, así que son mucho más ligeras: unos cuantos gramos de fibra óptica hacen el mismo trabajo que varias toneladas de cobre. Mientras tanto, los láser miniaturizados de estado sólido, de materiales semiconductores, se utilizan para leer los discos compactos y en los prototipos de sistemas de almacenamiento de datos basados en la luz, como los discos óptico-magnéticos, que tienen potencialmente una capacidad de almacenamiento mayor que los discos duros magnéticos convencionales. Por ahora, un mensaje electrónico, por ejemplo, se convierte primero de formato electrónico a fotónico antes de ser transmitido. Y la señal de luz que llega al otro lado se vuelve a convertir a formato electrónico antes de ser procesado por el ordenador del receptor. Los investigadores esperan hallar formas de procesar las señales codificadas en luz, en
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lugar de limitarse a transmitirlas de esa forma, para que la tecnología fotónica pueda sustituir a la electrónica. Este sueño sigue estando lejano; el híbrido actual, la optoelectrónica, parece que durará. Procesamiento y transmisión La versión actual de la optoelectrónica es un matrimonio a la fuerza, en el que ninguna de las dos partes parece ser muy feliz. El procesamiento y la transmisión de la información basada en la luz necesita los láser y otras fuentes de luz, como los diodos emisores de luz. La industria de la microelectrónica, por otra parte, usa los transistores como aparatos de conmutación y fabrica sus componentes con silicio; nadie ha conseguido todavía fabricar un láser de silicio. El silicio es un semiconductor, un material cuya conductividad eléctrica se puede ajustar con precisión. Los láser de los aparatos reproductores de discos compactos están hechos de distintos semiconductores, principalmente de arseniuro de galio. Éste fue el componente del primer láser semiconductor en estado sólido, construido en 1962. Desde entonces, la industria se ha quedado atascada. Pero el arseniuro de galio y el silicio no se llevan bien. Ambos son cristalinos, sus átomos se distribuyen en filas regulares, como los huevos en una caja. Desgraciadamente, las cajas son de distintos tamaños: la distancia entre los átomos adyacentes en el silicio (la constante del entramado) es distinta de la del arseniuro de galio. Por tanto, al intentar hacer crecer una capa de arseniuro de galio sobre una lámina de silicio se provoca el caos en la interfaz. Los átomos preferirían encajarse, y un material o el otro se estira o se encoge en su superficie, produciendo un efecto de cuarteado en la película de arseniuro de galio, lo que arruina sus propiedades de conductor eléctrico y lo declara inútil como láser en estado sólido. Lo mismo sucede con otros semiconductores que emiten luz. Así pues, los láser miniatura no se pueden construir fácilmente sobre un microprocesador de silicio en un circuito microelectrónico. Para empeorar aún más las cosas, estos otros semiconductores cuestan más que el silicio. Las cosas serían mucho más fáciles si el silicio se comportara como el arseniuro de galio, emitiendo luz cuando se le estimula electrónicamente. Pero no lo hace. Los científicos llevan más de una década intentando extraer luz del silicio para que la optoelectrónica se pueda basar en un solo material. Una idea es drogar el silicio con átomos que son buenos emisores de luz, como los del metal erbio. Esto funciona, pero no tan bien como para hacer aparatos prácticos: el silicio drogado con erbio emite una luz
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demasiado tenue. Otra posibilidad es usar compuestos cristalinos del silicio emisores de luz y que se asienten con comodidad sobre el silicio. Uno de ellos es el silicato de cerio: en 1999, Won Chel Choi y sus compañeros del Instituto Coreano de Ciencia y Tecnología de Seúl demostraron que este material puede crecer sobre el silicio y emite una luz azul y violeta cuando es estimulado por otro láser. Pero una de las ideas más prometedoras es la de tallar el silicio en estructuras tan pequeñas que su comportamiento se altere por las leyes de la mecánica cuántica y así transformarlo de un mal emisor de luz en uno bueno. Leig Canham, de la Agencia de Investigación de Defensa de Malvern (Reino Unido), descubrió en 1990 que el silicio tratado con un ácido fuerte se vuelve muy poroso, como una esponja. El silicio poroso está hecho de alambres cuánticos de sólo unos pocos nanómetros (millonésimas de milímetro) de espesor. Estos alambres brillan cuando son atravesados por una corriente. Más aún, el color de este brillo se altera con el espesor de los alambres. Canham hizo primero silicio poroso que brillaba en rojo; luego se han hecho versiones en amarillo, verde y azul. Pero los alambres finos son muy frágiles. En 1996, Philippe Fauchet y sus colegas de la Universidad de Rochester (Nueva York) demostraron que este método puede en realidad suministrar una optoelectrónica integrada. Hicieron un diodo de silicio poroso en un microprocesador que emitía luz (de un material llamado óxido de silicio rico en silicio). Estos diodos emisores de luz (LED) mejoran con rapidez, pero todavía son demasiado ineficaces a la hora de convertir la electricidad en luz para ser aparatos económicamente viables. Los diodos emisores de luz están muy bien, pero lo que la optoelectrónica necesita son láser. Canham dice: "Si se pudiera crear un láser que fuera todo de silicio revolucionaría el diseño de los superordenadores y conduciría a nuevos tipos de aparatos optoelectrónicos". El primer paso hacia una aparato de este tipo se anunció el pasado noviembre. Un equipo italiano encabezado por Lorenzo Pavesi, de la Universidad de Trento, consiguió extraer del silicio algo parecido a la luz láser aprovechando el truco de Canham. Pavesi hizo motas cuánticas (pequeños trozos de silicio de unos pocos nanómetros de ancho, cada uno con sólo unos 500 átomos) disparando un haz de iones hacia cuarzo, una forma natural del dióxido de silicio. Estas motas cuánticas demostraron ser buenas emisoras de luz roja, pero fueron capaces de algo más. La luz láser surge cuando la emisión desde ciertas partes del material emisor estimula la emisión de las otras
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partes. El grupo de Pavesi comprobó este proceso de emisión estimulada en su material. Cuando se enviaba a la muestra un rayo láser de sondeo del mismo color de la luz emitida aumentaba su brillo. Demostrar esta ganancia óptica, dice Canham, "es un paso esencial hacia la fabricación de un láser de silicio, pero no es el final de la historia". Hay todavía mucho trabajo por hacer antes de que los chips de silicio empiecen a brillar con luz láser. El pasado diciembre, unos investigadores suizos dirigidos por Ulf Gennser (Instituto Paul Scherrer de Villingen) exploraron una vía distinta haciendo un semiconductor láser a partir de múltiples capas muy finas y cuidadosamente elaboradas de silicio y germanio. Láser cuánticos de cascada como éste se hicieron por primera vez en 1994 a partir de semiconductores emisores de luz tradicionales, como el arseniuro de indio galio. Pero todavía son demasiado ineficaces y costosos para ser elementos prácticos en la tecnología de la optoelectrónica del silicio. Matrimonio de silicio y plástico Hacer brillar el silicio es sólo una forma de crear tecnología optoelectrónica para un chip de silicio. Otra opción es construir dispositivos emisores de luz con materiales compatibles con el silicio. Es decir, si el matrimonio es demasiado forzado, buscar otra pareja. La fuente de conflicto para los semiconductores emisores de luz existentes es que sus formaciones atómicas no coinciden con las del silicio. Esto no es raro: casi todo material cristalino tiene un entramado propio entre átomos, de forma que casi siempre hay alguna discrepancia cuando se colocan unos sobre otros. Para William Gillin y sus colegas del Queen Mary and Westfield College de Londres (Reino Unido), la respuesta es obvia: no usar cristales. Propugnan trabajar con materiales que tengan una disposición desordenada de átomos, como los plásticos. No es una novedad. Los polisilanos -polímeros de silicio e hidrógeno con moléculas encadenadashan sido ya investigados antes con el mismo propósito. Emiten luz, pero no conducen muy bien la electricidad y es difícil hacer con ellos dispositivos electrónicamente controlados. El grupo de Gillin intenta salvar este obstáculo usando dos materiales no cristalinos diferentes, ambos orgánicos. El primero lleva la corriente desde la base de silicio a la segunda capa emisora de luz. Esta segunda capa está hecha de moléculas con un átomo de erbio -buen emisor de luz- en su núcleo. Un diodo de dos capas como éste, con base de silicio, emite luz infrarroja en la longitud de onda más usada en telecomunicaciones. Y los dispositivos pueden hacerse con técnicas más
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sencillas y baratas que las que se necesitan para elaborar las finas películas de semiconductores cristalinos. Pero estos diodos se enfrentan aún a grandes retos. De momento no son muy eficientes: convierten en luz sólo una centésima parte de la energía eléctrica y encienden sólo en voltajes de unos 33 voltios, demasiado alto para aplicaciones prácticas sobre un chip de silicio. Algunos creen que es pronto para renunciar a los materiales cristalinos. Dicen que sencillamente hay que seguir buscando aquellos que coincidan con la constante (distancia entre átomos colindantes en el silicio) del entramado del silicio. Están usando ordenadores para diseñar materiales virtuales con las propiedades precisas. En 1999, el equipo de John Joannopoulos (Instituto de Tecnología de Massachusetts) tomó este enfoque para identificar hipotéticos semiconductores que se ajustarían al entramado del silicio y emitirían una considerable luz infrarroja. Su mejor candidato era una combinación de cinc, silicio, fósforo y arsénico. Marvin Cohen y sus colaboradores (Universidad de California, en Berkeley) usaron métodos similares con los ordenadores para buscar nuevos materiales más accesibles compatibles con el silicio. sus candidatos favoritos son aleaciones de carbono, latón y o bien silicio o bien germanio.
ARTHUR J. CARTY: "LA BUROCRACIA PUEDE AHOGAR CUALQUIER INICIATIVA EN INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO" Por: Malen Ruiz De Elvira
Arthur J. Carty preside desde 1994 el National Research Council (NRC) de Canadá, un organismo que podría suponerse paralelo al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España pero que en realidad es bastante distinto. Aunque Canadá y España tienen una población similar (30 millones de habitantes el primero, 40 millones el segundo) el NRC canadiense cuenta con sólo 17 institutos de investigación, todos de ciencias, frente a los más de 100 del CSIC (con una considerable sección de humanidades) y ha sufrido una profunda reorganización en la última década que el CSIC todavía espera. Carty visita España esta semana para explorar formas de colaboración con los organismos españoles de ciencia y tecnología. Tras pasar una fuerte crisis presupuestaria en 1996, el CNR, que depende orgánicamente del ministerio canadiense de Industria (aunque tiene una gran autonomía), se ha convertido en el principal brazo ejecutor de una agresiva política gubernamental para conseguir completar el ciclo que lleva desde la investigación básica al mercado, pasando por la investigación aplicada y el apoyo a la innovación. Entre sus ofertas
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incluye la posibilidad de permisos con sueldo y sin sueldo para los científicos e ingenieros que quieran arriesgarse a crear pequeñas empresas innovadoras. La apuesta gubernamental en favor de la investigación y desarrollo incluye también un esfuerzo por recuperar científicos canadienses emigrados a Estados Unidos, su poderoso vecino, mediante la creación de 200 cátedras en universidades dotadas durante los primeros cinco años por el Gobierno federal. El número de cátedras que corresponde a cada universidad lo decide el Gobierno, pero las universidades deciden a quiénes ofrecen las cátedras disponibles y pueden complementar el sueldo de los fichados. Pregunta.- ¿De qué recursos dispone? Respuesta.- Tenemos 3.300 trabajadores contratados, no funcionarios, y otros 1.000 en programas de colaboración. De los contratados, unos 2.000 son científicos e ingenieros y un tercio son temporales. El presupuesto para este año alcanzará los 650 millones de dólares [115.000 millones de pesetas]. P.- ¿Cuánto invierte Canadá en I+D? R.- Estamos en el 1,5% del Producto Interior Bruto, lo que no es mucho, pero hay que tener en cuenta que en Canadá más del 60% de la I+D la hace la empresa y el PIB ha aumentado mucho en los últimos años. Aunque el Gobierno federal invierta más, no todo depende de él. El compromiso gubernamental es alcanzar el doble del porcentaje actual para 2010. Habrá que incentivar todavía más a las empresas. P.- ¿Cómo se moderniza un organismo como el NCR, que tiene 85 años? R.- Con la disminución del presupuesto en 1996 tuvimos que reestructurarnos, eliminamos varias áreas de investigación, convencimos a algunas para que se transformaran en centros tecnológicos autónomos, con su propia financiación. Estamos creando nuevos institutos, pero son interdisciplinarios, porque así es como funcionan la ciencia y la tecnología hoy en día. También utilizamos el dinero nuevo para convencer a los grupos de investigación de que cambien de enfoque. Eso es lo que hemos hecho con el dinero que nos dio el Gobierno hace dos años para genómica y salud. Los institutos que lo querían tenían que aportar igual cantidad de su propio presupuesto, ya que son bastante autónomos. P.- ¿Qué otras cosas hacen? R.- En las provincias atlánticas estamos creando las llamadas agrupaciones tecnológicas, grupos de empresas que se dedican a una nueva tecnología, para llevar la nueva economía a áreas no desarrolladas. Creamos nuevos institutos para desarrollar algo nuevo de la nada. P.- ¿Cuál es su principal función? R.- Yo siempre digo que lo nuestro es el conocimiento y la innovación, transformarlos en beneficio para la sociedad Se puede decir que el dinero convierte la investigación en conocimiento y la innovación convierte el conocimiento en dinero. Tratamos de transferir el
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conocimiento a las empresas, tenemos un enfoque muy agresivo de la innovación, y ya tenemos buenos ejemplos de éxitos. Una de las cosas que hacemos es incubar empresas, les damos espacio junto a nuestras instalaciones y ayuda tecnológica y científica, hasta que pueden volar por sí mismas, pero no regalamos nada. P.- ¿Qué importancia tiene la investigación básica en este ciclo? R.- Invertir en investigación básica es fundamental para que nuestra oferta sea interesante para la industria. No se puede atraer a la industria si no se dispone de gente excelente, de programas excelentes. En microelectrónica, por ejemplo, empezamos hace 20 años un programa de películas delgadas, y hasta que pasaron cinco años la industria no se interesó, pero actualmente tenemos tanta demanda que no la podemos cubrir y nuestra tecnología es única en el mundo. Ahora empezamos con la nanotecnología y pasarán varios años antes de que la industria se interese. P.- ¿Cuáles son los puntos fuertes de la ciencia y tecnología canadienses? R.- El área de tecnologías de la información es muy fuerte, especialmente la fotónica. Pero también la astronomía, que es la tercera del mundo. Y en física, dispositivos cuánticos, microscopía de efecto túnel... P.- El NRC tiene un programa de asistencia a la investigación en la industria considerado modelo, que se llama IRAP. ¿Cómo funciona? R.- Trabajamos sólo con empresas pequeñas y medianas (hasta 500 empleados). Tenemos una red de asesores y todo se hace de forma bastante estricta. No damos dinero a cualquiera y tenemos un programa de evaluación de cada etapa del desarrollo de un nuevo producto en la empresa a la que asistimos, a la que cobramos servicios y en la que tenemos participación. P.- Todo eso supone bastante burocracia. R.- Es verdad que existe un punto de difícil equilibrio El programa IRAP es eficiente y fácil de aplicar, pero si se empiezan a hacer muchas preguntas, llega un momento en que tanta pregunta se convierte en contraproducente. La burocracia en la Administración puede fácilmente ahogar cualquier buena iniciativa y eso nos preocupa bastante. Tenemos que mantenernos es ese punto de equilibrio mediante evaluaciones y comprobaciones continuas para gastar bien el dinero.
MANHATTAN, MÁS CERCA DEL CIELO Por: Fernando Soler Zinny
Se trata del espectacular planetario de la ciudad de Nueva York
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El conjunto es protagonizado por una esfera de 26,5 metros de diámetro La superficie total del edificio alcanza los 33.000 metros cuadrados Se rinde homenaje al viejo planetario Hayden La palabra asombroso es quizá la que mejor cabe a un proyecto como éste, ya que la institución que estuvo a cargo de su realización está más ligada a lo tradicional y es notoria por su costumbre de no producir cambios. Sin embargo, en el caso del nuevo Planetario del Centro Rose del Cielo y la Tierra, del Museo de Historia Natural de Nueva York, ninguna de estas características se volcó al proyecto, y el balance entre cliente-ciudad-arquitecto fue perfecto, y el resultado es este brillante edificio. Para el museo, tomar la iniciativa de demoler el viejo planetario fue un gran reto; con esta determinación se veía enfrentado a los grupos conservacionistas de Nueva York, que en los últimos treinta años han trabajado incansablemente. Pero hoy nadie puede negar que el espíritu del viejo planetario se ha transmitido y embellecido con este nuevo diseño. El viejo planetario Hayden, con su estilo Art Déco, fue inaugurado en 1935 y desde entonces se convirtió en un hito urbano para Nueva York. Pero como otros viejos planetarios del país, este edificio fue diseñado enteramente para mostrar lo que sucedía en su cúpula, lo que lo transformó en no mucho más que un espacio central con corredores muy pequeños que ingresaban y sacaban el público del planetario. Los avances científicos en el estudio del universo y de los planetas desde el momento de su creación hasta la actualidad obligaron por fin a una nueva reestructuración de esta ala del museo. El arquitecto James Stewart Polshek, proyecto y realización de la obra, explica: "Mirando la estructura del viejo planetario, se me ocurrió que se podía completar hasta formar una esfera; para lograrlo, debía eliminar la estructura de ladrillo del viejo edificio y construir el resto de la esfera, la que sería cubierta con una nueva fachada". Preservar una mitad y construir la otra parte para formar esta esfera fue una idea cautivante, porque además le ayudaría a Polshek a "desviar cualquier tipo de crítica por destruir el viejo edificio, que estaba protegido por las leyes de preservación histórica de la ciudad". Cuando Polshek se reunió con la nueva presidenta del museo, Ellen Futter, le mostró el sketch del futuro proyecto: puso una servilleta sobre la mesa, dibujó un círculo y puso una caja a su alrededor. Futter le comentó luego que "el concepto era tan simple que no me lo podía sacar de la cabeza". El esquema de diseño fue enfocado de distintas maneras: primero, se hizo una caja sólida alrededor de la esfera; luego, se hizo que la esfera sobresaliera un poco del volumen que la contenía, y finalmente se llegó a la esfera como protagonista.
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El museo se caracteriza por tener ciertos símbolos con los que la gente lo asocia; por ejemplo, la ballena azul. Para Polshek, "la esfera dentro de la caja" podría ser otro de ellos. Para recordar el viejo planetario, se construyó en la entrada del edificio principal un arco de granito. Detrás, se levanta la pared de vidrio de 30 metros de alto, formada por 736 paneles de vidrio, con una dimensión de 1,5 por 3 metros y un peso de 230 kilos. El vidrio utilizado para la construcción de la pared se denomina water white y es casi completamente transparente; para lograrlo, se lo somete a un proceso de purificado mediante el que se le extraen todos los residuos de hierro. Lograr esta pureza fue fundamental para el nuevo diseño; gracias a esta claridad óptica, la estructura vidriada desaparece dejando expuesta la forma de la esfera en su interior. Durante la noche, este efecto se incrementa para dar paso a una esfera que aparenta levitar dentro del cubo de cristal. La estructura que hace de soporte de esta esfera se compone de tres pares de columnas de acero, que se unen a la esfera creando una especie de trípode. En la parte inferior hay un espacio abierto para mostrar la evolución de los planetas, las estrellas y las galaxias; en él, se incluye el meteorito Willanet, que pesa 16 toneladas. Desde este nivel se puede subir siguiendo por el exterior de la esfera al primer piso utilizando el pasaje cósmico, una rampa de 100 metros de largo: en ella se detalla la historia del universo, desde el Big Bang hasta la aparición del Homo sapiens. La esfera se divide en dos mitades: en el Norte, está el teatro del espacio, para 429 personas sentadas (dentro de este teatro está el proyector Zeiss Mark IX, que proyecta en la bóveda hasta 9100 estrellas, el Sol y los planetas). En la mitad inferior, está el teatro Big Bang, en el que durante 3 minutos se presenta la formación del universo, comentada por la actriz Jodie Foster. Los ascensores de vidrio están en la parte posterior de la esfera; con ellos, se asciende hasta una altura de seis niveles, para llegar a la zona del café. El Rose Center es el desarrollo sin fines de lucro más ambicioso que Nueva York emprendió después de la construcción del reconocido Lincoln Center. De esta manera, la ciudad está despertando de su letargo arquitectónico de años. Ficha técnica Comitente: Museo de Historia Natural de Nueva York, Centro Rose de la Tierra y el Espacio Proyecto y dirección de obra: Arquitecto Polshek Partnership
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Ejecución de la construcción: Morse Diesel International Ingenieros mecánicos: Fresh Meadows Mechanical Ingeniero estructural: American Steel Enterprise Superficie: 33.000 m2 Diámetro de la esfera: 26,5 m Volumen de la esfera: 9758 m2 Peso de la esfera: 2000 t Costo del proyecto: 210 millones de dólares Polshek y la inspiración en el pasado Como punto de referencia, el arquitecto Polshek, diseñador del Rose Center, estudió el célebre proyecto (nunca realizado) del arquitecto francés neoclasicista Etienne-Louis Boullée, generado como una metáfora, en 1784. Consistía en una esfera varias veces mayor que el Rose Center, que debía tener perforaciones en su superficie que representaban la posición de las estrellas y los planetas, es decir, la interpretación antigua de un planetario contemporáneo. Los arquitectos neoyorquinos se cuidaron muy bien de mencionar a sus clientes estas similitudes con la arquitectura de un diseñador francés como Boullée, del siglo XVIII. "¿Cómo explicarle a la gente del museo que la propuesta de entrar en el nuevo siglo se basaba casi puramente en el diseño de Boullée?", recuerda Polshek. Otro edificio que sirvió como referente fue el proyecto de Pei para el Louvre de París, por la manera en que, a través de tecnología y transparencias, se le dio un aire nuevo a una vieja institución. Por eso, los arquitectos recurrieron a los mismos consultores que realizaron la pirámide de Pei.
LOS ALUMNOS ASIÁTICOS OBTIENEN LOS MEJORES RESULTADOS EN MATEMÁTICAS Y CIENCIAS Por: Javier Arroyo
38 países han participado en un certamen internacional para estudiantes de 14 años Los estudiantes asiáticos manejan las matemáticas y las ciencias como nadie. Singapur, Corea del Sur, Taipei, Hong Kong y Japón encabezan los resultados del último certamen internacional TIMSS 1999 (Tercer Estudio Internacional sobre Matemáticas y Ciencias), en el que han participado más de 180.000 estudiantes de 14 años, con una media de escolarización de 8 años. Sólo Hungría ha conseguido meter la cabeza entre los asiáticos en ciencias, donde ocupa el tercer puesto, desplazando a Hong
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Kong. En las últimas convocatorias, España ha decidido no participar. La Asociación Internacional para la Evaluación de los Resultados Educativos (IEA) ha llevado a cabo el estudio entre 1998 y 1999. En la primera convocatoria de esta macroencuesta, la clasificación estaba encabezada por prácticamente los mismos países. Ni España ni la mayoría de los países de la Unión Europea han participado en este segundo estudio, aunque casi todos participaron en esa primera edición. España se situó entonces en el puesto 31 de 41 países en matemáticas y 27 en ciencias. El TIMSS es la tercera versión de un gran estudio que la IEA lleva adelante desde los años sesenta y en el que se mide cuál es exactamente el grado de rendimiento de los alumnos en las asignaturas de matemáticas y ciencias. Los estudiantes que se sometieron al examen de matemáticas tuvieron que responder a finales de 1998 y principios de 1999 un cuestionario con 162 preguntas, mientras que los que se sometieron al de ciencias se enfrentaron a una prueba con 149 preguntas. Las respuestas han servido a los investigadores de la IEA no sólo para saber qué países consiguen un mejor rendimiento de sus alumnos. El informe final se ha hecho público recientemente y está disponible en http://www.timss.com/timss1999i/publications.html. Este texto ofrece información sobre qué conceptos se incluyen en los diversos currículos de los países participantes; cómo se les enseñan esos conceptos y cómo varía la puesta en práctica de esos conocimientos de un país a otro; qué preparación y confianza en sus conocimientos tienen los profesores o qué actitud tienen los estudiantes hacia la asignatura, entre otros. El liderazgo de estos países asiáticos en cuanto al rendimiento de sus alumnos en estas materias no sorprende a los especialistas. Muchos países asiáticos han descubierto el potencial que supone para un país volcar sus esfuerzos en conseguir una buena base científica para sus estudiantes. Así, la clasificación de 1995 es casi idéntica a la de este año en lo que a puestos se refiere, aunque no en cuanto a los resultados numéricos. En matemáticas, no aparece un país europeo hasta el sexto, concretamente la comunidad de habla flamenca de Bélgica. En ciencias, ese sexto puesto lo ocupa Holanda. Estados Unidos no consigue pasar del puesto 18 en matemáticas y 19 en ciencias. La participación en estas pruebas es voluntaria, y no todos los países que intervinieron en el primer estudio lo han hecho en esta ocasión. De los 38 que se han examinado ahora, 26 participaron en 1995. De la UE, en esta nueva edición sólo permanecen Inglaterra, Bélgica, Holanda, Italia y Austria, además de la nueva incorporación de Finlandia. Algunos de estos países, sin embargo, ya han anunciado su inclusión en la tercera
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versión de esta gran encuesta, que verá la luz en 2003. España no tiene previsto participar en ese tercer estudio. Los países que han tomado parte en la primera y en la segunda edición del TIMSS pueden sacar conclusiones respecto a su progreso o retroceso. En este sentido, en matemáticas llama la atención el significativo avance con respecto a 1995 de Letonia (17%), Hong Kong (13%), Holanda (11%) y Canadá y Lituania (10%). En ciencias, los avances son aún más espectaculares: Letonia supera sus resultados en un 27%; Lituania, un 25%; Hong Kong, un 20%; Canadá, un 19%, y Hungría, un 16%. España apenas participa en foros internacionales España aparece cada vez menos en los foros educativos internacionales. En noviembre se celebró en Tokio la 4ª asamblea general del proyecto INES (Proyecto Internacional de Indicadores de Educación), en el que participa España y que está impulsado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Algunos países mandaron a sus secretarios de Estado, pero España envió a un asesor del Instituto Nacional de Calidad y Evaluación (INCE), un rango similar al enviado de Turquía. Este proyecto es prácticamente el único estudio internacional comparativo en el que participa España. En el INES se enclava otro programa, el PISA (Programa Internacional de Evaluación de los Estudiantes). Es en inglés y similar al TIMSS, ya que su objetivo es obtener datos y producir indicadores de rendimiento de lectura, matemáticas y ciencias, en ciclos de tres años. Participan 32 países y las conclusiones estarán en 2006. Tampoco hubo ningún representante del Ministerio de Educación en la última asamblea de la IEA (organismo que desarrolla el TIMSS), que se celebró en octubre de 2000 en Tailandia; ni en 1999 en Oslo; ni en 1998 en Israel, a donde, en cambio, sí acudió como observador un representante de la Generalitat de Cataluña. España no participa en el PIRLSS 2001, que es parecido al TIMSS, mide el rendimiento en la lectura de los niños de 9 y 10 años de 38 países. Participan en él Alemania, Francia, el Reino Unido, Finlandia, Suecia, Grecia, Holanda e Italia. Y está además ausente España en otro gran informe internacional sobre los estudios de tecnología, en el que sí participa, sin embargo, la Consejería de Educación de la Generalitat de Cataluña. Estudiantes resignados a no superar la materia La dificultad de las matemáticas y ciencias parece ser una dificultad insalvable; muchos estudiantes dan esta asignatura por perdida y, curso tras curso, se resignan a incluirla en el listado de asignaturas suspensas incluso antes de que acabe el profesor el primer tema, apenas mediado octubre. El TIMSS 1999 revela que un 15% de los 180.000 estudiantes de los 38 países examinados piensan que ellos no son capaces
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de aprender matemáticas, pase lo que pase, estudien lo estudien o se les enseñe de una manera u otra. En este grupo se incluyen la mayoría de los estudiantes que piensan que ciencias y letras son mundos aparte, casi genéticamente aparte, y que para ellos los números llevan un código indescifrable. A cambio, un 18% de los alumnos tiene una alta autoestima de sus habilidades matemáticas y se enfrenta sin miedo a la asignatura. Los estudiantes asiáticos muestran una gran modestia: en los países que lideran la clasificación de resultados en matemáticas (Singapur, Hong Kong, Taipei, Corea y Japón) el porcentaje de estudiantes que se considera sobradamente capacitado para enfrentarse a las raíces cuadradas y las ecuaciones en muy bajo. El TIMSS también ha diseccionado a los profesores de matemáticas. La mayoría de los docentes que enseñan a niños de 14 años tienen entre 30 y 50 años (sólo el 16% de los estudiantes tenía profesores con menos de 30 años) y la mayor parte son mujeres (60%). Los docentes muestran además mucha confianza en sus propios conocimientos: el 63% se consideran bien preparados. Sin embargo, la estadística no es su fuerte, ya que casi la mitad no se ven preparados para hacer comprender a los alumnos la probabilidad.
LA SONDA MARS GLOBAL SURVEYOR PROLONGA SU MISIÓN EN EL ESPACIO Por: Agencias
Observara el planeta rojo durante un año La sonda Mars Global Surveyor (MGS) terminó el miércoles su misión de origen, pero la NASA ha decidido prolongar durante un año adicional sus observaciones del planeta rojo. «El impacto científico de Mars Global Surveyor fue extraordinario», ha destacado en un comunicado el principal científico de la misión, Arden Albee, del Instituto de tecnología de California en Pasadena. «En algunos dominios, tenemos ahora mejores mapas de Marte que de la Tierra», ha añadido, destacando que había suministrado más información que todas las otras sondas precedentes juntas. Sus instrumentos han permitido estudiar el clima, la topografía y los recursos del subsuelo e igualmente cartografiar todo el astro. MGS, en órbita alrededor de Marte desde septiembre de 1997, ha realizado más de 8.500 revoluciones, ha sacado más de 58.000 fotos y 490 millones de medidas con su altímetro de láser. Entre las principales revoluciones suministradas por MGS figuran las pruebas que el agua corrió en gran cantidad por la superficie de Marte, que existieron en él lagos y océanos, sobre todo en la gran planicie que cubre la mayor parte del
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hemisferio norte y que el hemisferio sur posee una corteza magnetizada, lo que significa que se enfrió muy rápidamente. Por último, ha permitido medir la cantidad de agua en forma de hielo en dos polos, equivalente a una vez y medio la del hielo de Groenlandia. La misión Mars Global Surveyor ha costado cerca de 250 millones de dólares.
ASTRONOMIA: EL ESTUDIO DE LA ESTRELLA HYDRI MUESTRA EL ENVEJECIMIENTO DEL SOL Por: EFE
El Sol también sufrirá los achaques de la vejez y, con el paso del tiempo su «pulso» se volverá menos vigoroso, en un declive similar al astro Hydri, cuyas oscilaciones midió un poderoso telescopio australiano. El australiano Tim Bedding, director de un equipo de astrónomos del Observatorio Anglo-Australiano (OAA), explicó que «la medición de las pulsaciones de beta Hydri, una estrella más antigua que el Sol, aunque similar en su masa, también reveló que nuestro astro se volverá más brillante». La estrella beta Hydri se encuentra a unos 24 años luz del sistema planetario Solar, en la constelación de Hydra, y sólo es visible desde el hemisferio sur. Las pulsaciones de las estrellas se refieren a las variaciones rítmicas del tamaño y luminosidad de estos cuerpos celestes y se parecen a los movimientos sísmicos que se dan en la Tierra, con la diferencia de que son producidas por la agitación de los gases en las capas externas de las estrellas. Los análisis del equipo de astrónomos del OAA determinaron que el intervalo de las pulsaciones de beta Hydri es de 17 minutos y a una velocidad de expansión de medio metro por segundo. El Sol sigue sus pasos Comparado con el Sol, el ritmo de beta Hydri es 12 minutos más lento y cuenta con dos metros y medio menos de expansión por segundo. Bedding explicó que el Sol tendrá un futuro similar al de su hermana, unos 2,5 millones de años más vieja. «Cuando las estrellas envejecen, su voz se hace más intensa y se alarga el período de oscilación de la estrella», precisó. El equipo de astrónomos australianos, estadounidenses, daneses y suizos utilizaron el poderoso telescopio de 3,9 metros de Coonabarabran, a unos 500 kilómetros al nordeste de Sydney.
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La medición se logró mediante la recopilación cada dos minutos durante cinco días de más de 1.200 muestras de luz generada por esta estrella, que está 1,5 millones de veces más lejos de la Tierra que el Sol. Desde el descubrimiento de las primeras oscilaciones sísmicas del Sol, captadas en 1979, los astrónomos han seguido detalladamente los estremecimientos del astro rey para analizar su composición química, su movimiento interior y la profundidad de sus capas. Además, las futuras mediciones de las pulsaciones estelares podrán ayudar a determinar la edad exacta del Sol, que se calcula en 4,5 millones de años. Cómo funcionan las estrellas «La técnica de medición de las pulsaciones, denominada astrosismología, también contribuirá a comprobar o a derribar teorías vigentes, relacionadas con los procesos de transmisión de gases en el núcleo de las estrellas, las cuales aún están en pañales», subrayó Bedding, de la Universidad de Sydney. Precisó que, «por ejemplo, se podrá verificar si los procesos de transformación de hidrógeno a helio que se dan en el núcleo de las estrellas, como beta Hydri y el Sol, son los que permiten a estos cuerpos celestes alargar sus vidas». El próximo proyecto del OAA es estudiar las pulsaciones de alfa Centauri A, situada en la constelación la Cruz del Sur, a solamente 4,3 años luz de la Tierra y que es considerada «la hermana gemela del Sol». Para el año 2004, el OAA prepara el lanzamiento al espacio del telescopio australiano MONS (siglas en inglés de Medición de las Oscilaciones de Estrellas Cercanas), en un satélite danés. El MONS observará diversas estrellas, como el Sol y beta Hydri, y «facilitará información más precisa sobre los cuerpos celestes, debido a que su visibilidad no será obstruida por la atmósfera», concluyó Bedding.
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