NÚMERO 55 - AÑO 2000 © 2000-2002 ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico http://www.arp-sapc.org/
SUMARIO - REFLEXIONES CIENTÍFICAS EN EL FIN DE SIGLO Por: Javier Armentia
- EL ESTADOUNIDENSE JACK KILBY RECIBE EL NOBEL DE FÍSICA 42 AÑOS DESPUÉS DE INVENTAR EL 'CHIP' Por: Agencias
- ELECTRONES Y FOTONES EN NANOLANDIA Por: Agencias
- LA TRAMA DEL FALSO 'ESLABÓN PERDIDO' Por: Agencias
- EL PREMIO DE QUÍMICA CORONA A LOS CREADORES DE LOS PLÁSTICOS CONDUCTORES Por: Agencias
- ESPAÑA CONCLUYE SU LABOR DE UN PROYECTO ESPACIAL EUROPEO Por: Agencias
- EL SOL NO ES CULPABLE DEL CAMBIO CLIMÁTICO Por: Agencias
- ENCUENTRO “LAS FRONTERAS DEL CONOCIMIENTO ¿AÚN QUEDA MUCHO POR SABER?” Por: ARP-SAPC
REFLEXIONES CIENTÍFICAS EN EL FIN DE SIGLO Por: Javier Armentia
En estos tiempos estamos asistiendo a la publicación de numerosos libros que pretenden recoger, a modo de resumen, lo que ha dado de sí el siglo. Se acaba de publicar uno que, entrando en esa categoría, sin embargo, se adentra en la ciencia, fundamental, pero aún poco valorada. El autor es científico e historiador de la ciencia: José Manuel Sánchez Ron traza un denso y apasionante fresco finisecular en “El Siglo de la Ciencia” (Taurus). El 31 de diciembre de 1999, un año antes de cerrar el siglo, la revista TIME eligió a los personajes del siglo. Los dos finalistas Roosvelt y Gandhi, representantes de la democracia y de los derechos civiles. Pero no es casual que en primer lugar quedara Albert Einstein, representando a la ciencia, un fenómeno que ha marcado el siglo XX. Para Sánchez Ron la ciencia en nuestro siglo ha sido un factor determinante: posiblemente muchos de los logros de la democracia o los derechos civiles no habrían sido posibles sin su ayuda. No sin acudir a las personas que han ido permitiendo ese camino: precisamente, uno de los primeros capítulos se los dedica a Einstein, de quien ya había hablado Sánchez Ron (del personaje y de sus ideas que conformaron una completa ruptura con la física del siglo anterior)
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en otros textos y estudios sobre la historia de la física, en concreto, de la Relatividad. En cualquier caso, aunque se percibe la fascinación del autor por la figura del autor de las teorías de la relatividad, no es para menos, porque le sirve perfectamente para ilustrar la personalidad de los científicos de este siglo: un hombre judío en un mundo antisemita, pensador pacifista y científico famoso. Tampoco es el único nombre propio, porque el autor reconoce que aunque un teorema o una fórmula son algo que trasciende a quienes la desarrollaron, la labor de las personas que han sido científicos (muy pocas mujeres, se lamenta) ha de ser reconocida tanto, por lo menos, como al reconocer a otras personas que han marcado el siglo. Algo de lo que se duele este historiador, al constatar que muy normalmente se olvida a los científicos. Y a sus productos... a pesar de que hayan revolucionado el mundo. Sánchez Ron dedica un buen espacio al transistor, un invento de finales de los años 40 en el que medió además el interés militar. El estudio de las propiedades eléctricas de los materiales semiconductores llevó a Bardeen, Shockley y Brattain a la creación de un amplificador de electricidad en miniatura sorprendente. Los transistores integrados en los ya billones de microprocesadores (chips) que controlan todo tipo de instrumentos “han cambiado, literalmente, las formas en que nos comunicamos, relacionamos con el dinero, escuchamos música, vemos televisión, conducimos coches, lavamos nuestras ropas o cocinamos.” (p. 89) Si el siglo XX se abre con las ciencias físicas, la revolución de la materia y la energía (haciendo que de hecho nuestro siglo de la ciencia comience incluso antes de 1901), lo cierto es que se cierra marcando una nueva pauta para el próximo en el que, una vez más, la ciencia será determinante. La biotecnología, a la que dedica Sánchez Ron el último capítulo de su libro. Las relaciones entre la ciencia y sus productos, entre la teoría y la tecnología, son plato fundamental de cualquier acercamiento a la historia de la ciencia en nuestro siglo, interacción que ha llevado a la creación del término “tecnociencia” como conglomerado no fácilmente separable de ambas actividades. Sánchez Ron lo ejemplifica con la historia del descubrimiento del maser y del laser por Charles Townes en la década de los 50. Ambos sistemas de amplificación, de ondas de radio y luz visible, respectivamente, fueron desarrollados en laboratorios tecnológicos, de empresas y del ejército; y aunque su principio partía de las teorías de la emisión estimulada de Einstein de 1916, sólo la tecnología permitió –al resultar de interés económico y militar- que la investigación trabajara sobre este nuevo tipo de óptica. Un aspecto relacionado con esto es el de la “ambivalencia de la ciencia”. El daño medioambiental, las implicaciones de los descubrimientos científicos en general, pero sobre todo en el campo de las ciencias biomédicas, plantean un debate aún no resuelto sobre lo lícito y lo ilícito. Sánchez Ron toma partido: “¿Debemos repudiar una actividad, un tesoro, como es la ciencia, de la que tanto hemos recibido, debido a los riesgos que en ocasiones, cómo negarlo, acarrea? Mi respuesta a tal pregunta es: decidida, definitiva y rotundamente, no. Y no porque defienda que la “razón científica” esté por encima de la “razón humana”, no, sino porque creo que aquélla ha servido y sirve de manera espléndida a ésta, esto es, a todos nosotros, que somos, evidentemente, los patrones supremos, los que, si lo deseamos, podríamos poner todo tipo de trabas a la investigación científica”.(p. 298) Aboga por lo tanto por el control responsable y democrático que ha de nacer de una correcta información (y formación). Quizá el autor peque de optimismo, de la misma manera que otros analistas pecan de catastrofismo ante el futuro. Un futuro que no se resiste a entrever, apuntando hacia una mayor imbricación aún de los conocimientos científicos y la sociedad, lo que podrá ser considerado una completa explosión en el
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próximo siglo en campos tan dispares como la biomedicina, el universo, la física y la química de materiales, las comunicaciones o la capacidad de cálculo. Estamos pues, según Sánchez Ron, abocados a convivir de verdad con la ciencia en este nuevo siglo. Ficha técnica “El Siglo de la Ciencia”. José Manuel Sánchez Ron. Edita Taurus. Colección “Pensamiento”. Santillana de Ediciones, S.A., Madrid, 2000. 324 páginas. Incluye bibliografía e índice onomástico. Otras reflexiones sobre la ciencia y su siglo. No es de extrañar que otros autores se hayan adentrado también en las cuestiones que plantea este siglo de la ciencia. Desde una óptica muy lejana a la historia de la ciencia, como es el periodismo científico, Malén Ruiz de Elvira ha publicado “¡EUREKA! Conquistas de la ciencia en el siglo XX” (Temas de Hoy). Se trata de un ameno e interesante complemento al libro de Sánchez Ron. Ruiz de Elvira recorre las diferentes temáticas dentro del mundo de la ciencia que se han ido haciendo relevantes, partiendo de una pregunta: ¿qué sabemos hoy que hace cien años desconocíamos?. En el recorrido a través de las ciencias físicas, de la medicina, de la biología, de la psicología o de la paleontología, entre otras ramas del saber que han cambiado por completo, o incluso nacido, en el siglo XX, la autora permite que todos nos maravillemos con esa luz que, según cuenta la leyenda, al iluminar a Arquímedes cuando alcanzó la solución a un problema que le traía de cabeza, le hizo exclamar: “¡Lo encontré!”. En griego, claro, es decir: “Eureka”.
EL ESTADOUNIDENSE JACK KILBY RECIBE EL NOBEL DE FÍSICA 42 AÑOS DESPUÉS DE INVENTAR EL 'CHIP' Por: Agencias
El científico comparte el galardón con los dos creadores de los semiconductores de alta velocidad. La Academia de Ciencias sueca dio ayer un rotundo espaldarazo, con el Premio Nobel de Física 2000, a los cimientos, puestos en los años cincuenta y sesenta, de las más modernas tecnologías de la información. El estadounidense Jack Kilby, de 77 años, fue galardonado por inventar en 1958 el circuito integrado, precursor del omnipresente chip. El premio lo compartirá con el ruso Zhores Alferov y el estadounidense Herbert Kroemer, que desarrollaron los dispositivos semiconductores de alta velocidad que son el corazón de aparatos tan familiares como los cedés o los lectores de códigos de barras. Medio Premio Nobel de Física, especifica la academia sueca, corresponde este año a Zhores I. Alferov, director del Instituto Físico-Técnico Ioffe de San Petersburgo, y a Herbert Kroemer, profesor de la Universidad de California en Santa Bárbara, "por el desarrollo de heteroestructuras semiconductoras utilizadas en optoelectrónica". La otra mitad del galardón es para el estadounidense Jack Kilby (77 años), de la empresa Texas Instruments, que demostró, junto al ya fallecido Robert Noyce, aunque trabajando independientemente, la posibilidad de colocar muchos transistores en una única placa, es decir, inventó el circuito integrado, del que deriva el chip. Kilby fue el primero que logró la patente, y Noyce se enteró del trabajo de su colega cuando fue a presentar la suya.
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En 1958, Kilby presentó el primer chip. Pese al enorme impacto de su invento, ayer se quedó sorprendido al saber que le habían dado el premio Nobel: "No me lo esperaba, de hecho pensaba que era muy improbable". Además del circuito integrado, este investigador ya jubilado, tiene 60 patentes, incluida la de la calculadora de bolsillo. El Nobel de Física esta dotado este año con 180 millones de pesetas. Independientes Kroemer (alemán nacionalizado estadounidense), de 72 años, y Alferov, de origen bielorruso, de 70 años, no conocían el trabajo uno del otro allá por los años cincuenta, pero ambos investigaban en semiconductores, abriendo el camino de la optoelectrónica y la microelectrónica, y había quien creía que ese trabajo no tendría aplicaciones prácticas, recordaba ayer Kroemer. Garrafal equivocación si se tiene en cuenta que aquellos avances son los cimientos de las poderosas tecnologías de la comunicación actuales. Kroemer trabajaba en los laboratorios de la empresa RCA en Princeton (EE UU) cuando hizo las investigaciones fundamentales ayer premiadas. "¿Usa usted el teléfono?. Los láseres que nosotros inventamos envían la señal por las fibras ópticas. Los paneles solares de la estación Mir usan los conductores que nosotros inventamos. ¿Habla por un celular? pues utiliza las estructuras de transistores que nosotros inventamos", explicaba ayer Alferov, informa Reuters. Alferov festejó ayer con bebidas su premio Nobel en el centro de investigación que dirige, informa Rodrigo Fernández. "Mi despacho ya está lleno de amigos que han venido a felicitarme. Ya nos bebimos el champaña y ahora seguimos con coñac", dijo. "Indudablemente se trata de una prueba del reconocimiento internacional de nuestra física soviética y rusa", declaró. La mayor parte del trabajo por el que ha sido galardonado fue realizado a fines de los sesenta y durante los setenta, "pero continuamos las investigaciones y todavía somos líderes en este importantísimo campo de la ciencia moderna", señaló. Rusia no recibía un premio Nobel desde hace 10 años, cuando Mijaíl Gorbachov obtuvo el de la Paz. Este es el octavo Nobel de Física para Rusia; el último lo obtuvo Piotr Kapitsa en 1978. Dos colegas rusos de Alferov, Viacheslav Osipov y Igor Saveliev, están en Madrid desde hace un tiempo, en el Laboratorio de Nanotecnología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Saveliev recordaba ayer su trabajo con Alferov, cuando éste dirigía un equipo de investigación de unas 70 personas. Ahora se ocupa mucho de la educación universitaria y escolar. "Está creando nuevos métodos de educación científica", comentó Saveliev. Y Osipov recordó a su antiguo colega como un científico muy inteligente con el que trabajó 30 años: "Además está muy interesado en literatura, teatro, historia, no sólo física...". -----------------'CHIPS', INTERNET Y COMUNICACIONES POR CABLE El desarrollo fulminante de los ordenadores realmente arrancó con el de los circuitos integrados en los años sesenta y del microprocesador en 1970, cuando el número de componentes en un chip fue suficientemente grande como para crear todo una microcomputadora, recordó ayer la Academia de Ciencias sueca al premiar a Kilby.
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En realidad, el desarrollo de la tecnología de los dispositivos electrónicos moderno arranca en 1947, con la invención del transistor, un componente mucho más pequeño y eficaz que las antiguas válvulas. La carrera por aumentar la complejidad de los sistemas se había atascado en unas mil lámparas, mientras que asociando transistores en un circuito integrado se llegaba a los 10.000 transistores. Pero enseguida se vio claro que esta estrategia de poner más y más transistores también tenía un límite. El siguiente paso revolucionario se basó en una idea de los años cincuenta que consistía en hacer bloques de materiales semiconductores contaminados con diferentes elementos, para que funcionaran como minúsculos transistores, resistencias y condensadores en un único soporte, o circuito integrado. Ésta fue la aportación de Jack Kilby y el fallecido Robert Noyle. Kilby fue el primero que construyó un circuito integrado; mientras que Noyle desarrolló el circuito tal y como se empezó a fabricar con silicio y dióxido de silicio como aislante y con aluminio como elemento conductor eléctrico. La integración y la miniaturización que se lograron en estos dispositivos después -los chips- no sólo significó reducir el tamaño, sino acelerar la velocidad del procesamiento de información, ya que las señales recorren caminos más cortos. Láseres Igual que el circuito integrado fue un paso clave de la tecnología de los ordenadores, los transistores ultrarápidos y los láseres semiconductores basados en heteroestructuras juegan un papel decisivo en las modernas tecnologías de las telecomunicaciones. Esas heteroestructuras son dispositivos formados por muchas capas de semiconductores y diseñados de manera que producen los efectos electrónicos deseados, y se utilizan, por ejemplo, en amplificadores de alta frecuencia y bajo ruido de los satélites de comunicaciones y en los sistemas de telefonía móvil que reducen las perturbaciones. Los láseres semiconductores de heteroestructuras se usan en las comunicaciones por fibra óptica y en los sistemas de almacenamiento óptico de datos. Alferov y Kroemer propusieron en 1963 el principio del láser de heteroestructura, que el ruso patentó en 1963. Para más información: Página Fundación Nobel http://www.nobel.se/ Comunicado de prensa http://www.nobel.se/announcement/2000/physics.html
ELECTRONES Y FOTONES EN NANOLANDIA Por: Agencias
El premio Nobel de Física del año 2000 se ha concedido a tres investigadores (Alferov, Kroemer y Kilby) por sus contribuciones a uno de los campos más activos de esta rama de la ciencia: la Física de Semiconductores. Han sido galardonados por sus trabajos que cubren desde aplicaciones tecnológicas hasta aspectos fundamentales, tanto experimentales como teóricos. Este premio Nobel es un ejemplo más de como la investigación básica es crucial para el desarrollo tecnológico de la sociedad. Hasta principio de los años 50, las radios funcionaban con válvulas. La electrónica moderna nace con el invento del transistor, caracterizado por su bajo consumo, fiabilidad, larga duración y menor producción de calor. En esa década, la industria desarrolló circuitos cada vez más complejos que contenían transistores, diodos, rectificadores, etcétera. Sin embargo, todavía quedaba el problema de la interconexión entre estos elementos. Aquí es donde Jack Kilby interviene diseñando un circuito
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integrado, con las interconexiones incluidas en el propio sistema. El 12 de septiembre de 1958 presentó el primer circuito, que integraba todos los componentes, y que era más pequeño que un clip. Las posteriores reducciones de tamaño de los circuitos integrados han permitido el desarrollo de la microelectrónica que facilita nuestra vida cotidiana llena de ordenadores, radio, televisión, teléfonos y demás. Toda este desarrollo se basó fundamentalmente en la utilización de un único material semiconductor: el silicio. El silicio, sin embargo, tiene sus limitaciones, en particular su escasa capacidad de emitir o absorber luz. Este problema se solventó con el empleo de uniones de diferentes semiconductores (por ejemplo, arseniuro de galio/arseniuro de galio y aluminio). La contribución primordial del bielorruso Alferov y del americano Kroemer consistió en la propuesta de las doble uniones, creando nuevos caminos para el desarrollo de los láseres de semiconductores. Esa fue la idea básica que abrió la puerta al mundo de la optoelectrónica, omnipresente en nuestra sociedad a través de los lectores ópticos de los supermercados, los discos compactos, los medios masivos de almacenamiento de información, etcétera, etcétera. Todos estos pasos han conducido a la fabricación de uniones semiconductoras con un alto grado de complejidad y a la realización de nano-estructuras (con tamaños del orden de una mil millonésima de metro): pozos, hilos y puntos cuánticos. Estos últimos son auténticos átomos artificiales de diseño que permiten la obtención de nuevos láseres y diodos de alta potencia y bajo consumo, con los que es posible elegir el color de la luz emitida, y que de nuevo supondrán una revolución ecológica por su ahorro energético. La próxima frontera a nuestro alcance es el manejo de la última característica cuántica del electrón: su espín. Las uniones de semiconductores magnéticos son la base del nuevo mundo de la espintrónica y la información cuántica. Las aportaciones de los recién galardonados han sido esenciales en este largo camino. [Nota] *Carlos Tejedor, Luis Viña y Félix Yndurain son profesores de la Universidad Autónoma de Madrid.
LA TRAMA DEL FALSO 'ESLABÓN PERDIDO' Por: Agencias
EFE - Washington El hallazgo del eslabón perdido entre los dinosaurios y las aves resultó ser un fraude, pero la investigación posterior sobre el desaguisado ha descubierto una trama de secretos, mentiras y autobombo propia de las novelas de espionaje. La sociedad National Geographic, que difundió en octubre de 1999 el descubrimiento y tuvo que reconocer después su falsedad, ha decidido tirar de la manta y repartir culpas entre científicos y expertos. "Ésta es una historia en la que ninguno de los personajes sale bien parado", afirma Lewis Simons, el investigador al que la revista de la National Geographic, de igual nombre, encargó que tirara del hilo de la madeja.
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La culpa de todo la tuvo un fósil de 120 millones de años, Archaeoraptor liaoningenis, al que su descubridor, el experto Stephen Czerkas, definió como "el eslabón perdido entre los dinosaurios terrestres y los pájaros que pueden volar". El fósil era, en realidad, una hábil superposición de los fósiles de distintos animales, pero expertos y paleontólogos creían que tenían entre manos la prueba irrefutable de la mismísima evolución. De ahí a afirmar que el Tiranosaurus rex, el más feroz de los dinosaurios, tenía plumas, faltaba un paso. Composición "¿Cómo ha podido ocurrir algo así?", se preguntaron de inmediato en la sociedad National Geographic. La respuesta la han dado a conocer en el número de octubre de la revista. Primero, han averiguado que el falso fósil lo preparó un campesino de Jinzhou (China), con retazos auténticos de varios fósiles distintos. Las penas impuestas en ese país a la exportación de fósiles, que van desde dos años de cárcel a la ejecución, explican el secreto sobre su origen. Czerkas, propietario de un museo de dinosaurios en Blanding (Utah, EE UU), pagó 80.000 dólares (15 millones de pesetas) por la pieza, pero enseguida intuyó que podía valer un millón o millón y medio de dólares. El paleontólogo Philip Currie, del Royal Tyrrel Museum de Alberta (Canadá), puso el asunto en conocimiento de la National Geographic, y a partir de este momento todo empezó a rodar: la investigación ha descubierto "un relato de secretos, confidencias erróneas, egos rampantes, autobombo, asunciones de novato, errores humanos, terquedad, manipulación, mentiras y corrupción y, por encima de todo, una falta abismal de comunicación", resume Simons. Más tarde entra en juego un experto en rayos X de la Universidad de Texas, Timothy Rowe, quien se compromete a hacer un descuento de 10.000 dólares por sus trabajos si se accede a incluirle como coautor en el hallazgo. Aunque los análisis de rayos X demuestran que hay piezas superpuestas o unidas, nada trasciende, dice Simons, por las presiones de los Czerkas, Stephen y su esposa Sylvia, que tienen en los dinosaurios su afición principal, pero no títulos que acrediten sus conocimientos. Los integrantes del proyecto incorporan también a un científico chino, Xu Xing, pero éste apenas tiene dos días para ver el fósil. Además, deciden devolver a China la pieza, ya que procede de un robo, y los expertos y científicos obtendrán suficiente renombre por su descubrimiento. Currie estaba tan ocupado en otros compromisos en diferentes partes del mundo que tampoco alerta a la National Geographic sobre las deficiencias observadas por Rowe con rayos X. Todo continúa, pagado con los fondos de la prestigiosa institución, hasta que en octubre de 1999 se presenta el hallazgo. Para colmo de males, el trabajo no fue revisado como debería haberlo sido, por expertos de la revista científica Nature, porque el original no llegó a tiempo. Solamente el paleontólogo chino, Xu Xing, envió un mensaje por correo electrónico a los implicados diciendo que, una vez revisado el fósil, podía afirmar sin lugar a dudas que era falso. Para más información: Revista Nature http://www.nature.com/nature/
EL PREMIO DE QUÍMICA CORONA A LOS CREADORES DE LOS PLÁSTICOS
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CONDUCTORES Por: Agencias
El País http://www.elpais.es/
La tecnología permite simplificar muchos productos electrónicos Los estadounidenses Alan Heeger y Alan McDiarmid, y el japonés Hideki Shirakawa fueron galardonados ayer con el Premio Nobel de Química por el descubrimiento y desarrollo de los plásticos conductores de electricidad, un avance técnico con enormes aplicaciones en la simplificación y el abaratamiento de innumerables productos electrónicos, y uno de los fundamentos de los futuros ordenadores moleculares. Heeger, de 64 años, dirige el Instituto de Polímeros de la Universidad de California en Santa Bárbara. McDiarmid, de 73 años y nacido en Nueva Zelanda, enseña química en la Universidad de Pennsilvania. Y Shirakawa es profesor en el Instituto de Ciencia de Materiales de la Universidad de Tsukuba (Japón). Los plásticos son polímeros, es decir, largas cadenas formadas por muchas repeticiones de una molécula simple, y generalmente no conducen la electricidad: de ahí que se usen como aislantes en los cables eléctricos. Pero Heeger, McDiarmid y Shirakawa descubrieron a finales de los años setenta que los plásticos sometidos a ciertas modificaciones podían conducir la electricidad. Los plásticos conductores constituyen actualmente un área de investigación muy activa, y la industria los utiliza ya para muchas aplicaciones: pantallas de ordenador que amortiguan las radiaciones, películas fotográficas sin electricidad estática, ventanas inteligentes que filtran a voluntad la luz solar, células solares, diodos emisores de luz (LED) y las pantallitas de los teléfonos móviles y de las minitelevisiones. El campo de los plásticos conductores se inició en el laboratorio de Shirakawa gracias a un afortunado error, cuando uno de sus estudiantes confundió las concentraciones de sus reactivos y añadió en un recipiente una cantidad de catalizador mil veces mayor de lo correcto. El resultado fue un plástico con un insólito color plateado. Y el siguiente paso fue debido a una casualidad. En 1976, McDiarmid acudió a Tokyo para dar una charla sobre otro misterioso polímero plateado en el que estaba trabajando con Heeger y tuvo la suerte de encontrarse accidentalmente con Shirakawa durante una pausa para tomar café. Tras esa conversación, y de vuelta a Pennsilvania, Heeger midió la conductividad eléctrica del plástico plateado de Shirakawa y comprobó con estupefacción que conducía la electricidad diez millones de veces más que un plástico normal. En el futuro, y gracias en parte a los plásticos conductores, según reconoce la Academia sueca, podrán construirse "componentes electrónicos formados por moléculas individuales que aumentarán de forma extraordinaria la velocidad de los ordenadores". -----------------El País http://www.elpais.es/
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POLÍMEROS ORGÁNICOS FUNCIONALES Por: Tomás Torres Cebada El último medio siglo se ha definido como la época de los plásticos (polímeros), pero también como la de los semiconductores y la microelectrónica. Pues bien, la superposición de ambas áreas será, con toda probabilidad, uno de los soportes básicos sobre los que se asiente la tecnología más avanzada del siglo XXI. El premio Nobel de Química de 2000 ha sido concedido a los estadounidenses Alan J. Heeger y Alan G. MacDiarmid y al japonés Hideki Shirakawa por el descubrimiento y desarrollo de los polímeros conductores. Las espectaculares propiedades eléctricas y ópticas de estos polímeros, de origen orgánico, han generado una dedicación intensa de químicos, físicos y tecnólogos en los últimos años con el fin de sintetizar este tipo de materiales, estudiar sus propiedades y aplicarlos industrialmente. Son muchas las aplicaciones: células solares, transistores orgánicos, fotodiodos, pantallas de teléfonos móviles y televisores de pequeño formato y blindajes electromagnéticos, por citar sólo algunas. La electrónica molecular esta en la base de todas ellas. La posibilidad de producir componentes electrónicos formados por moléculas orgánicas individuales permitirá no sólo la reducción del tamaño de los ordenadores y otros sistemas electrónicos sino también aumentar la velocidad de transmisión de la información. Muchos de estos materiales moleculares orgánicos y poliméricos son de fácil acceso por síntesis orgánica convencional. Como muestra de la viabilidad industrial de sus investigaciones, Alan J. Heeger ha fundado una empresa, Uniax Corporation, que produce este tipo de polímeros y desarrolla sus aplicaciones. Este modelo de investigador, muy extendido ya en Estados Unidos, se impondrá pronto en Europa. Además de los tres laureados, otros científicos han contribuido a este desarrollo, como Fred Wudl, ahora en la Universidad de California en Los Ángeles, quien participó de manera destacada en la preparación de estos plásticos conductores. [Nota]* Tomás Torres Cebada es catedrático de Química Orgánica de la Universidad Autónoma de Madrid. Para más información: Página Fundación Nobel http://www.nobel.se/ Comunicado de prensa http://www.nobel.se/announcement/2000/chemistry.html
ESPAÑA CONCLUYE SU LABOR DE UN PROYECTO ESPACIAL EUROPEO Por: Agencias
El Mundo http://www.el-mundo.es/ ESPAÑA CONCLUYE SU LABOR DE UN PROYECTO ESPACIAL EUROPEO Por: Carlos Elías – Madrid El observatorio espacial INTEGRAL es el proyecto de la Agencia Espacial Europea (ESA) destinado a escudriñar todo aquello que emita radiación de alta energía. Es decir, la que llega de los procesos más
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violentos del universo como el choque de dos galaxias, la absorción de materia por un agujero negro o las explosiones de supernovas. Está previsto que se lance en abril del 2002 y entre sus retos tecnológicos destaca que orbitará a mucha altura -unos 150.000 kilómetros- y que está formado por cuatro instrumentos muy complejos, dos cámaras que captan la radiación gamma, una de rayos X y otra que recogerá el espectro de la radiación visible. Una cámara puede observar hasta 200 objetos a la vez, lo que la hace más adecuada que un telescopio, que sólo se puede fijar en un punto, para elaborar la primera cartografía global de nuestra galaxia, otro de los objetivos del observatorio espacial INTEGRAL. A los científicos españoles les tocaba, por primera vez en la historia espacial, liderar el proyecto de construcción de una de las cámaras de observación, en este caso la del rango del visible, y no sólo lo han conseguido con nota sino que, además, han sido los primeros en terminar sus deberes. Franceses, ingleses e italianos aún están trabajando. Ayer se firmó el acto por el cual el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), la entregaron a los responsables de la ESA. En este proyecto han trabajado 500 personas durante 10 años, con una inversión estimada en cien millones de pesetas. «Es un día importante porque se están cumpliendo los plazos y esperemos que esta misión no se retrase más», dijo, tras la entrega, el jefe del proyecto INTEGRAL, Kai Clausen. El secretario de estado de Defensa y presidente del INTA, Fernando Díez, destacó que en la actualidad sólo se puede hacer una buena defensa de un país si se invierte en I+D y, sobre todo, en tecnología espacial. «Estos temas van a tener un carácter muy prioritario en los planes del Ministerio de Defensa», aclaró. La cámara diseñada por los científicos españoles ha constituido un reto tecnológico puesto que consigue enfriarse de forma pasiva, de manera que no necesita incorporar un refrigerador. También porque no precisa obturador, ya que se ha diseñado un sistema de transferencia inmediata de datos y, sobre todo, porque ha sido capaz de estabilizar un plano focal en una lente que está a 20 grados en el interior y a 70 grados bajo cero en el exterior. «Me ha dado pena entregarla. Ya era como un hijo. Pero estamos muy orgullosos del resultado y hemos aprendido mucho en su construcción», señaló el jefe científico de este proyecto Alvaro Giménez.
EL SOL NO ES CULPABLE DEL CAMBIO CLIMÁTICO Por: Agencias
El País http://www.elpais.es/ Físicos solares y climatólogos coinciden en que la variabilidad solar no explica el calentamiento del planeta Está claro que el Sol influye en el clima de la Tierra pero los científicos no pueden echar a la estrella la culpa del rápido aumento de temperaturas medias que empieza a registrarse en el planeta y que será más evidente aún en las próximas décadas. De este rápido cambio climático es responsable la actividad del
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hombre, sus emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, afirman los expertos, aunque necesitan conocer mejor la influencia de la radiación solar en el clima y su variabilidad natural. A esta conclusión llegaron unos 300 investigadores reunidos en Santa Cruz de Tenerife en una conferencia planeada para acercar los enfoques de dos áreas científicas que no están aún suficientemente compenetradas: el estudio del Sol y el estudio del clima. Hace 10 años se desencadenó una fuerte polémica social en Dinamarca a raíz de un estudio que afirmaba que había una fuerte correlación entre los ciclos solares y la variación de la temperatura superficial de la Tierra, concluyendo que dicha temperatura estaba casi exclusivamente determinada por el Sol, que la influencia de la actividad humana era despreciable y que, por tanto, no había necesidad de reducir las emisiones artificiales de gases de efecto invernadero a la atmósfera para paliar el anunciado cambio climático. La Agencia de Energía danesa, para aclarar el asunto, de vital importancia para definir políticas energéticas, encargó a otros científicos que revisaran aquel estudio. "Nuestro reanálisis de los datos muestra que se había sobrevalorado el impacto solar en el clima, que se habían manejado mal los datos físicos, y el análisis correcto de los mismos demuestra que no hay correlación en absoluto, sobre todo en el siglo XX, entre actividad solar y el disparo de las temperaturas", dijo Peter Laut (Universidad Técnica de Dinamarca) en la conferencia El ciclo solar y el clima terrestre, organizada recientemente en Tenerife por la Agencia Europea del Espacio, la UE y el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). Ese caso danés no sólo es un buen ejemplo de cómo los políticos pueden utilizar a los científicos para orientarse en su toma de decisiones, sino que aglutina dos enfoques de investigación del problema que deben confluir. Los climatólogos insisten en que los factores naturales, incluida la radiación solar, que han regido la variabilidad del clima terrestre en el pasado no son suficientes para explicar el rápido calentamiento de la Tierra presente y previsto para el futuro. "Pero, un momento, ustedes se están refiriendo a algo que desconocen, el Sol, del que nosotros tenemos mucho que decir; y el Sol es muy complejo", recordaba en las conclusiones de la reunión el veterano Eugene N. Parker (Universidad de Chicago). Un objeto que brilla "Hay un objeto que brilla y emite radiación, y esa radiación varía, ya sea visible, ultravioleta o flujo de partículas, y tiene una influencia en nuestro planeta. Pero es clarísima la huella humana en el calentamiento global, la huella de los gases de efecto invernadero", comentó Manuel Vázquez, físico solar del IAC y coorganizador de la conferencia de Santa Cruz de Tenerife. "El estudio del Sol va a permitir conocer con detalle el fondo de la variabilidad natural del clima", continúa Vázquez. "En los próximos años habrá sorpresas, pero no en el sentido de que el Sol controle el clima, sino por poder estimar bien ese fondo natural, lo que ayudará a determinar cuantitativamente cuál es la influencia humana". Con el próximo informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas, casi listo para su publicación, y sabiendo que miles de expertos de todo el mundo confirman en él la responsabilidad humana en el rápido calentamiento de la Tierra, cabe preguntar cuánta es esa responsabilidad y cuánta la influencia de la variabilidad natural del sistema climático. John Houghton, copresidente del grupo de trabajo científico del IPCC, dijo en Tenerife que no se puede precisar el tamaño del impacto humano en el clima, "pero es un impacto importante". Por ejemplo, ante una inundación concreta no se puede decir si se debe al cambio climático inducido por el hombre, explicó.
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Pero al observar un plazo de tiempo, unos años, en que se producen más inundaciones graves en una zona, sí se puede afirmar que es un efecto del calentamiento inducido por el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Ken Caldeira, del Laboratorios Nacional Lawrence Livermore (EE UU), explicó en la conferencia: "El dióxido de carbono es uno de los más importantes gases de efecto invernadero y se considera que su contenido en la atmósfera tiene alguna complicada relación con la luminosidad solar". Pues bien, según los datos que presentó, la respuesta del ciclo de dióxido de carbono (CO2) al incremento del flujo solar es un aumento de la cantidad de éste en la atmósfera por la desgasificación del océano. En concreto, un 2% de incremento del flujo solar provoca una 10% de incremento del CO2. Corto y largo plazo Pero este efecto se da a corto plazo (unos siglos), mientras que a largo plazo (más de 1.000 años), debido a los procesos químicos implicados, el incremento de flujo solar provoca un descenso de la concentración de CO2 en la atmósfera. Lo cierto es que, a la escala de unos cuantos centenares de años, el flujo solar más intenso refuerza el efecto invernadero en la Tierra y, por tanto, el cambio climático, puntualizó Caldeira. Y en lo que va de siglo, ¿cuánto ha influido el Sol en el clima terrestre? "Aproximadamente el 50% del aumento de la temperatura media global en la superficie terrestre puede ser atribuida a la irradiación solar para el periodo 1900-1998, pero esa cifra cae a menos del 30% para 1970-1998", expuso Michael Lockwood, del Laboratorio Rutheford Appleton (Reino Unido), al presentar sus investigaciones sobre los campos magnéticos de la estrella. Los físicos solares mostraron que hay que tener en cuenta diferentes aspectos de la actividad de la estrella (radiación infrarroja, ultravioleta, visible, ciclos de actividad, vientos solares...) al estudiar su influjo en la Tierra. Jasper Kirkby, del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), abordó una relación sutil entre el Sol y el clima: los rayos cósmicos, que influyen en la formación de las nubes por los procesos químicos y eléctricos que desencadenan. En el siglo XX, la mayor intensidad del viento solar, que dispersa los rayos cósmicos, ha debido suponer una disminución de un 15% de la capa nubosa, y esta reducción de las nubes ha debido repercutir en las temperaturas, planteó Kirkby. Para estudiar esto con detalle, un grupo de científicos propone hacer en el CERN un experimento en el que un haz de partículas que simule los rayos cósmicos pase por una cámara en la que se creen nubes artificiales. Los enfoques desde varias perspectivas son enriquecedores para avanzar. "Los físicos solares podemos proporcionar a los climatólogos información de cómo varía el Sol de modo natural y sus vías de interacción con la Tierra. Estos datos deben ser una entrada importante en sus modelos de predicción", comentó Vázquez. El siglo y la década más calientes El siglo XX ha sido el más cálido de los últimos 1.000 años, y la década de los noventa la que ha registrado la temperatura media de la Tierra más alta, según un estudio presentado en Tenerife por Philip D.Jones, de la Universidad de East Anglia (Reino Unido). "La temperatura media de la superficie terrestre en los noventa es 0,31 grados centígrados superior a la del periodo 1961-1990, que es la
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referencia", explicó Jones. "El siglo XX es el más templado del milenio, aunque la temperatura media de estos 100 años está 0,1 grados por debajo de esa media". La temperatura promedio del planeta ronda los 14 grados. Los científicos sólo tienen datos instrumentales de temperatura para muchas partes del mundo desde 1850, "aunque hay medidas hechas con termómetros en Europa desde el siglo XVII", puntualiza Jones. Para conocer el pasado, los expertos recurren a indicadores indirectos, como, por ejemplo, la información de los árboles, que en algunas regiones crecen mejor cuando hay veranos más templados, o de los corales, cuyo crecimiento depende de la temperatura del agua. También son elocuentes las muestras de hielo del pasado, ya que su composición depende de la temperatura. Pero hay más: "En Europa, China y Japón hay documentos históricos sobre clima, tanto registros oficiales como diarios de la gente", comenta Jones. "Y en Francia y en Suiza tenemos el indicador de las cosechas de los vinos, que son mucho mejores y más abundantes cuando el verano es más templado". El estudio del milenio indica que la variabilidad climática en el pasado responde a causas naturales, "pero el calentamiento muy rápido registrado en los últimos 30 o 40 años no se puede explicar por la actividad solar y las erupciones volcánicas, y hay que incluir los efectos de la actividad humana ", concluye Jones.
ENCUENTRO “LAS FRONTERAS DEL CONOCIMIENTO ¿AÚN QUEDA MUCHO POR SABER?” Por: ARP-SAPC
ENCUENTRO “LAS FRONTERAS DEL CONOCIMIENTO ¿AÚN QUEDA MUCHO POR SABER?” Castelldefels 3, 4 y 5 de noviembre del 2000 http://welcome.to/aacastelldefels Entre los días 3, 4 y 5 de noviembre -y organizado por la Agrupació Astronòmica de Castelldefels y ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico-, tendrá lugar el Encuentro "Las Fronteras del Conocimiento ¿Aún queda mucho por saber?", en el que participarán algunas de las personalidades más relevantes del mundo de la ciencia hispano, y en el que se tratará de hablar, en este último año del milenio, de cuáles son las expectativas actuales acerca del crecimiento del conocimiento humano en el futuro. Se debatirá, en una serie de diferentes mesas redondas, acerca de si nuestro actual conocimiento sobre las cosas es posible que sea un modelo básico pero definitivo sobre el Cosmos o bien si es posible esperar cambios sustanciales a medio o largo plazo en nuestra manera de entender las cosas. Las intervenciones de estas jornadas serán grabadas y publicadas posteriormente, de forma que sea como un mensaje en una botella dirigida al futuro, en la que quedaran reflejadas las inquietudes y pensamientos sobre su propia materia de un grupo de investigadores del ámbito hispano. Por otra parte, estas jornadas servirán también para conmemorar los 15 años en el mercado de la revista Tribuna de Astronomía, los 5 años pasados desde que Universo se empezó a publicar, y el año que ha transcurrido desde que ambas se fusionaron, así como para efectuar el acto de entrega del Premio Mario Bohoslavsky, de ARP-SAPC, otorgado este año a Ramón Núñez, director de la casa de las Ciencias de
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La Coruña. Agrupació Astronòmica de Castelldefels http://come.to/aacastelldefels ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico http://www.arp-sapc.org y http://www.el-esceptico.org VIERNES, 3 NOVIEMBRE 16’00 h.- Recogida de acreditaciones y documentación, en la secretaría del Encuentro. 17'00 h.- Inauguración, con la participación de AGUSTÍN MARINA PÉREZ, Alcalde de Castelldefels; PILAR ABASCAL HERREROS, Regidora de Cultura; JAVIER ARMENTIA, Presidente de ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico y FRANCISCO MINERO CASTÓN, Presidente de la Agrupació Astronòmica de Castelldefels. 17'20 h.- Charla Inaugural: "EL LEGADO DEL SIGLO XX" por JOAN ORÓ (Universidad de Houston). Moderador: CARLOS LÓPEZ BORGOÑOZ (AAC y ARP-SAPC) 18’45 h.- Lectura de comunicaciones sobre la temática general del encuentro presentadas por miembros de las dos asociaciones organizadoras (o personas invitadas). Moderador: JAVIER MARÍ (ARP-SAPC). 20’30 h.- Mesa Redonda: "CIENCIA Y PSEUDOCIENCIA EN EL SIGLO XXI", con la participación de JAVIER ARMENTIA (Director Planetario de Pamplona), LUIS ALFONSO GÁMEZ (Director de la Revista “El Escéptico”) y MANUEL TOHARIA (Director del Museo de la Ciencia de Valencia). Moderador: CARLOS TELLERÍA (ARP-SAPC). SÁBADO, 4 NOVIEMBRE 9'00 h.- Mesa Redonda: "LA DIVULGACIÓN CIENTÍFICA EN EL PRÓXIMO MILENIO", con la participación de FÉLIX ARES (Director del Kutxaespacio de la Ciencia), ANTONIO BERNAL (Director del Planetario de Medellín), RAMÓN NÚÑEZ (Director de la Casa de las Ciencias de La Coruña) y JORGE RUIZ MORALES (Director de “Tribuna de Astronomía y Universo”). Moderador: BEGOÑA DURÁN (Directora CAC-FCR). 11'30 h.- Mesa Redonda: "LOS DESAFÍOS EN LA ASTROFÍSICA DEL TERCER MILENIO", con la participación de EMILIO ALFARO (IAA), JORDI ISERN (Director del IEEC), RAFAEL REBOLO (IAC) e INÉS RODRÍGUEZ HIDALGO (IAC). Moderador: JOSEP M. BOSCH (Coordinador L’Urgell CAC-FCR) 14’45 h.- Comida, en el Hotel Colibrí. 15’45 h.- Acto de entrega del PREMIO MARIO BOHOSLAVSKY 2000, otorgado por ARP-SAPC, a RAMÓN NÚÑEZ (Director de la Casa de las Ciencias de La Coruña), en el Hotel Colibrí.
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16'30 h.- Mesa Redonda: "FUTURO Y CIENCIA FICCIÓN", con la participación de MIQUEL BARCELÓ (UPC), JORDI JOSÉ (UPC) y MANUEL MORENO (UPC). Moderador: CARLOS BLOSS (AAC y ARP-SAPC). 19'00 h.- Mesa Redonda: "AVANCES EN LAS CIENCIAS PLANETARIAS: SISTEMA SOLAR, EXOPLANETAS Y LA VIDA MÁS ALLÁ DE NUESTRO MUNDO", con la participación de IGNACIO CASANOVA (UPC), LUIS RUIZ DE GOPEGUI (ex-Director de los programas de la NASA en España) y MANUEL VÁZQUEZ ABELEDO (IAC). Moderador: JORDI LLORCA (UB). 22’00 h. Cena, en el Hotel Colibrí. 23’00 h. Celebración de los 15 años pasados desde la aparición de la revista Tribuna de Astronomía, de los 5 años transcurridos desde que nació Universo y del año que ha pasado tras la fusión de ambas. DOMINGO, 5 NOVIEMBRE 9’30 h.- Debate: "¿AÚN QUEDA MUCHO POR SABER? I", con la participación de FRANCISCO J. AYALA (Universidad de California, en Irvine), MANUEL CALVO HERNANDO (Presidente de la Asociación Española de Periodismo Científico), y JOSEP Mª ESQUIROL (UB y Director del Institut de Tecnoètica). Moderador: JORDI MAS (Director FCR). 12’00 h.- Debate: "¿AÚN QUEDA MUCHO POR SABER? II", con la participación de VICTORIA CAMPS (UAB), CAYETANO LÓPEZ (UAM) y FRANCISCO SÁNCHEZ (Director del IAC). Moderador: ALFONSO LÓPEZ BORGOÑOZ (AAC y ARP-SAPC). 15’00 h.- Comida 18’00 h.- VISITA AL MUSEO DEL FERROCARRIL (Pl. Eduard Maristany, s/nº -Plaza de la estación- de Vilanova i la Geltrú –Barcelona-), a 15 minutos de Castelldefels en tren. Siglas: AAC: Agrupació Astronòmica de Castelldefels ARP-SAPC: ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico CAC-FCR: Cercle d’Amics de la Ciència – Fundació Catalana per a la Recerca IAA: Instituto de Astrofísica de Andalucía. IAC: Instituto de Astrofísica de Canarias IEEC: Institut d’Estudis Espacials de Catalunya UAB: Universitat Autònoma de Barcelona. UAM: Universidad Autónoma de Madrid. UB: Universitat de Barcelona. UCM: Universidad Complutense de Madrid UPC: Universitat Politècnica de Catalunya Sala de Conferencias:
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CAPILLA ROMÁNICA DE SANTA MARÍA CASTILLO DE CASTELLDEFELS CASTELLDEFELS Organizado por la Agrupació Astronòmica de Castelldefels y ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico Con el apoyo de: Ayuntamiento de Castelldefels, Cercle d’Amics de la Ciència (Fundació Catalana per a la Recerca) Tribuna de Astronomía y Universo Universitat Politècnica de Catalunya INSCRIPCIONES COSTE INSCRIPCIÓN Hasta el 15 de octubre: 3.000 Ptas. Después del 15 de octubre: 4.000 Ptas. Socios de la AAC y ARP-SAPC: 2.000 Ptas. Cta. Cte.: 2081.0030.11.3300022805 COSTE ALOJAMIENTO EN HABITACIÓN DOBLE: - Alojamiento y desayuno: 4.100 Ptas. (por día) - Alojamiento y media pensión: 5.000 Ptas. (por día) - Alojamiento y pensión completa: 6.000 Ptas. (por día) Coste comidas y cenas aisladas: 1.750 Ptas. (Sobretasa por hab. Individual: 2.000 Ptas.) El alojamiento será en el Hotel Colibrí, de tres estrellas (http://www.cms.es/hotel-colibri/Default.htm), situado en el Paseo Maritimo, 138; 08860 Castelldefels (Barcelona). Teléfono y Fax: 936362450 y Correo-e:
[email protected]. Central de Reservas, información e inscripciones: Sergio Rovatti, Ágora, Telef.: 609 319 297, Fax.: 936 364 291 y Correo-e.:
[email protected] Correo postal dirigir a: Agrupació Astronòmica Castelldefels Apartado de Correos, 295 08860 – Castelldefels
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