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SUMARIO Fèlix Retamero ……………………………………………………………… 3 Cuánta moneda. XIX ENCUENTRO DE ESTUDIOS SOBRE LA MONEDA PONENCIAS Marc Bompaire ……………………………………………………………… 5 e La production monétaire en France au XIII siècle. José María de Francisco Olmos …………………………………………… 33 La producción de moneda durante el Sexenio Revolucionario: Entre las intenciones políticas y las realidades del mercado. COMUNICACIÓN Joaquim Blay Detrell………………………………………………………. 69 “Divi Series” Una emisión conmemorativa de Antoninianos de Restitución del siglo III d.C. FE DE ERRATAS Francisco Pliego Herrera y Ruth Pliego Vázquez …………………………. 83 Mertia, nueva Ceca Visigoda. RESEÑAS……………………………………………………………………. 85 ® de los respectivos autores de los artículos. La ANE se reserva el derecho de publicar total o parcialmente los artículos de Gaceta Numismática en su página web. La reproducción total o parcial de esta publicación por cualquier medio deberá de contar con la autorización escrita del autor o autores de los textos y del editor. La ANE respeta el contenido de las aportaciones recibidas. Por lo tanto, no se hace responsable de las diferencias de criterio expuestas en dichos escritos, así como de plagios, copias o cualquier otro elemento que de alguna manera pueda hacer que terceras personas se sientan perjudicadas. La ANE no tiene ningún lazo de unión con las publicaciones más que su inclusión con GN, órgano de la sociedad a disposición de los socios que desean colaborar bajo su estricta responsabilidad. Diseño gráfico de la portada: Manuel García Garrido. Impresión: NT gràfics
Dep. Legal. B.23.929-1996.
ISSN 0210-2137
GACETA NUMISMATICA
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JUNIO 2007
CUÁNTA MONEDA FÉLIX RETAMERO Uno de los debates numismáticos más animados de hace unos años tuvo como objeto de discusión el cálculo de los volúmenes de emisión de piezas de moneda. 1 Naturalmente, los especialistas que participaron de manera mayoritaria en este debate se ocupaban de producciones monetarias de las que no hubo o no se han conservado registros escritos sobre las cantidades acuñadas. Sólo excepcionalmente, tal como ha sucedido en el caso de las emisiones inglesas de época medieval tardía, se han hecho estimaciones sistemáticas teniendo en cuenta la documentación escrita y el registro numismático, tal como señala M. Bompaire en el artículo publicado en este número de GN. Uno de los aspectos de la discusión a la que me acabo de referir tuvo que ver con los procedimientos y fórmulas adecuados para determinar las cantidades, en términos absolutos o comparativos, de la producción de piezas en un período determinado. Otra cuestión, sin duda mayor, fue la de la relación entre los volúmenes de emisión, la masa acuñada y la masa monetaria. Ciertamente, cualquier cantidad propuesta sobre la cantidad de piezas acuñadas de una serie determinada tiene que ser considerada como una fracción del total de monedas de curso legal (o mejor, aceptadas en las transacciones, pues habría que incluir las piezas falsas circulantes). No hay contradicción alguna en el hecho de que cualquier poder político que se abrogara el monopolio de la emisión otorgara curso legal a piezas acuñadas por una autoridad diferente. Existen multitud de ejemplos de depósitos monetarios formados por piezas fabricadas por poderes políticos diversos, a veces, también, con cronologías muy alejadas. Pero si es difícil, o incluso imposible, discernir a qué parte de la fracción del circulante correspondió un volumen estimado de una emisión cualquiera, aún lo es más determinar cuál fue la expresión contable total (la masa monetaria) de la cantidad de piezas de curso legal existente en el período considerado. Esta dificultad añadida deriva inevitablemente de la habitual diferencia entre el peso y la calidad del metal contenido en las piezas y el valor monetario de éstas. Todas las monedas incorporan normalmente un margen más o menos amplio y por lo habitual variable, que resulta de la determinación autoritaria del valor nominal otorgado a una pieza cualquiera por encima del valor metálico. Esta cuestión resulta decisiva, pues los pagos, las deudas, cualquier cálculo monetario en suma, debía de ser formulado normalmente mediante una expresión contable. 1
Un punto culminante de este debate pude encontrarse en los artículos de T. Buttrey F. de Callataÿ publicados en Numismatic Chronicle entre los años 1994 y 1995.
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En mi opinión, hay al menos una razón para seguir con la ingrata tarea de estimar volúmenes de emisión mediante los diferentes procedimientos numismáticos al uso, a pesar de las dificultades comentadas: en buena parte de los sistemas monetarios antiguos y medievales, no hay manera de proponer medidas razonables sobre el alcance y la variable efectividad del poder político en cuestión sin hacer estos cálculos, inevitablemente imperfectos. Sin series de estimaciones de volúmenes emitidos, sin el análisis y la cartografía de los hallazgos de piezas aisladas o de depósitos monetarios, se puede especular indefinidamente sobre la consistencia y el tamaño de los poderes políticos en cuestión. No se trata, desde luego, de una cuestión menor. De todas maneras, la pregunta “cuánta moneda” tiene implicaciones diferentes, según se trate de emisiones romanas, bajo-medievales o del XIX, por citar las cronologías de los estudios presentados en este número de GN. No se trata tan sólo de diferencias relacionadas con los procedimientos de estudio. Por ejemplo, las laboriosas “cadenas” de cuños de antoninianos, elaboradas por J. Blay, no tendrían ningún sentido en un contexto de producción industrial de moneda con series documentales completas sobre los volúmenes de emisión, como el que trata J.M. de Francisco. Estas diferencias mayores tienen que ver con el diferente peso del crédito en los usos monetarios. Así, cuanta mayor hubiera sido la importancia del reconocimiento escrito de las deudas como medio de pago en estos usos, menor habría sido la fracción representada por las piezas en la masa monetaria. Los procedimientos numismáticos para el cálculo de los volúmenes de producción y de circulación de piezas tienen sentido siempre que se reconozca que el sistema en cuestión incorporó un uso restringido del crédito en los usos monetarios. La generalización del crédito, el manejo de estimaciones sobre cosas que se acepta que existirán en el futuro, fue la que exigió el desarrollo de instrumentos monetarios progresivamente desprovistos de toda expresión corpórea que limitara la posibilidad de encabalgar transacciones indefinidamente. M. Bloch lo formuló magistralmente: “Retarder les paiments ou les remboursements et faire perpétuellement chevaucher ces retards les uns sur les autres”. 2 He aquí el secreto de la moneda hegemónica desde el siglo XVIII, pero que tuvo, ciertamente, manifestaciones más tempranas.
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M. Bloch, « Esquisse d’une histoire monétaire de l’Europe », Cahiers des Annales, 9, 1954, Paris, p. 77.
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GACETA NUMISMATICA
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XVIII ENCUENTRO DE ESTUDIOS SOBRE LA MONEDA
Ponencias LA PRODUCTION MONETAIRE EN FRANCE AU XIIIE SIECLE MARC BOMPAIRE (CNRS) Il y a l’Angleterre et il y a le reste du monde. La formule prend toute sa valeur pour la production monétaire à la fin du Moyen Age, que l’on s’attache aux sources ou à la bibliographie, en particulier pour le XIIIe siècle et le début du XIVe siècle qui sont ici évoqués. D’un côté, pour l’Angleterre, il y a des comptes de production monétaire presque complets, une classification précise des monnaies et des trésors nombreux et précisément inventoriés. Ailleurs, il y a des données éparses, isolées, plus ou moins fragmentaires, incertaines, médiocres. La question de la production monétaire européenne a surtout été abordée par les historiens et les économistes anglosaxons. Le point de référence de l’enquête est désormais à chercher dans l’exposé magistral de Peter Spufford1 qui, notons-le, après avoir étudié l’Angleterre du XIIIe siècle prend ensuite la France comme point de comparaison. C’est ce qui m’a encouragé à reprendre l’enquête du côté français en présentant les premières données d’une enquête en cours sur l’atelier de Montreuil-Bonnin en Poitou. Son travail peut s’appuyer sur une longue tradition en ce qui concerne l’Angleterre médiévale2. Les historiens anglo-saxons se sont ensuite tournés vers le reste du monde, vers le continent, mais leurs travaux commencent en général au cours du XIVe ou du XVe siècle, quand des comptes de fabrication monétaire sont conservés dans les archives. On peut citer3, entre autres, les 1
P. Spufford. Money and its use in medieval Europe, Cambridge, 1988, aux p. 202205 pour l’Angleterre du XIIIe siècle et p. 206-208 pour la France. 2 C.G. Crump C. Johnson. « Tables of bullion coined under Edward I, II an III », Numismatic Chronicle, 1913, p. 200-245 ; C. E. Challis, A new history of the royal Mint, Cambridge, 1992, p. 675-680 ; N.J. Mayhew. Sterling, the history of a currency, Londres, 2000. 3 E.J. Hamilton, Money, Prices ad Wages in Valencia Aragon and Navarre 13511500, Cambridge (Mass.), 1936 ; F. Spooner, L’économie mondiale et les frappes monétaires en France (1493-1680), Paris, 1956 ; H. Miskmin, Money Prices and foreign exchange in fourteenth century France, Yale, New Haven, 1963 ; IDEM, « Monetary movements and market structure for contraction in fourteenth and fifteenth century England », Journal of Economic history, 24, 1964 ; IDEM, « Money
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travaux de E.J. Hamilton, dès les années 1930, pour la Navarre, l’Aragon et Valence, de F. Spooner sur la France du XVIe siècle puis, pour les XIVe et XVe siècles, les articles de J. Day et les deux livres de H. Miskimin (à complèter par les observations de N. Sussmann en ce qui concerne le Dauphiné). Les travaux de J. Munro ont porté sur les Pays-Bas… et l’Angleterre. Enfin, un panorama européen a été proposé par J. Day, dans un article4 dont les données sont directement reprises par P. Spufford. On peut faire trois observations sur ces travaux. Tout d’abord, ils partent des données anglaises, et en tirent des tableaux, des graphiques précieux. Ensuite, ils s’intéressent surtout à la « contraction monétaire » voire à la « famine monétaire » des XIVe-XVe siècles. Le terme apparaît régulièrement dans les titres de leurs articles. Enfin, leur point de départ se situe plutôt vers 1340-1350 qu’il s’agisse de H. Miskimin ou de J. Munro (ce qui correspond au début des séries de chiffres pour les Pays-Bas). J. Day fait partir ses histogrammes un peu plus tôt, dès 1330, et son panorama s’ouvre en 1310. Mais, avant 1340, les données ne concernent que deux ou trois pays, l’Angleterre, bien sûr, la France et Barcelone, ce qui donne une vision particulièrement intéressante, certes, mais partielle de la monnaie en Europe. Je m’intéresserai à la période précédente, avant 1350 et même avant 1330 et 1310, c’est-à-dire à la période de la croissance monétaire pour laquelle l’Angleterre est bien la seule à présenter de véritables séries. I . L’Angleterre La production monétaire Des comptes sont conservés depuis 1220 et les séries sont quasicomplètes pour les ateliers de Londres et Cantorbéry depuis 1234. Les histogrammes dressés par P. Spufford décrivent l’évolution des frappes annuelles en livres sterling (£) et en kg d’argent, sachant que : —Le denier esterlin en 1279 pèse 1,44 g d’argent à 92,5% de fin, soit un poids de 1,33 g de fin. —Une livre de 20 s. ou 240 d. pèse donc 320 g d’argent ; 3 £ contiennent presque 1 kg d’argent (960 g). and Money Movements in France and England at the End of the Middle Ages », in Precious Metals in Later medieval and early modern world, J.F. Richards ed., Durham (North Caroline), 1983 ; J. Munro, « Bullion Flows and Monetary contraction in Late medieval England and the Low Countries », in Precious Metals…; J. Day, « Les frappes de monnaie en France et en Europe aux XIVe-XVe siècles », in Rythmes de la production monétaire de l’Antiquité à nos jours, Louvain, 1987, p. 537-577. 4 J Day. « The Question of Monetary contraction in late Medieval Europe », Nordisk Numismatisk Arsskrift , 1981, p. 12-29, repris par P. Spufford, p. 415-422 (appendice III).
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Date
Londres + Cantorbéry Moyenne - Par atelier Par an Valeur Argent Nb pièces Valeur Argent Nb pièces (millions) (£) (tonnes) (millions) (£) (t)
1220-40 1240-1245 1248-50 1251-1260 1260-1270 1270-1278 1279-1281 1282-1290 1290-1299 1300-1301 1302-9 1310-9 1320-9 1330-9 1340-9 1350-9
5M 11,2 M 33 M 15 M 9M 4M 38 M 15 M 1,5 M 25 M 15 M 9M 1,2 M 0,3 M 3M 10,5 M
20 000 45 000 133 000 60 000 38 000 16 000 160 000 60 000 6 000 100 000 60 000 28 000 5 000 1200 12 000 42 000
6t 15 t 44 t 20 t 12 t 5t 52 t 20 t 2t 33 t 20 t 9t 1,6 t 0,4 t 3,4 t 11 t
2,5 M 6M 17 M 7M 4,5 M 2M 19 M 7M 0,8 M 13 M 7,5 M 4,5 M 0,6 M 0,2 M 1,5 M 5M
10 000 22 000 67 000 30 000 19 000 8 000 80 000 30 000 3 000 110 000 30 000 14 000 2 500 600 6 000 21 000
3t 7,5 t 22 t 10 t 6t 3t 26 t 10 t 1t 17 t 10 t 4,5t 0,8t 0,2t 1,7t 5,5t
Fig. 1 Production monétaire annuelle moyenne en Angleterre
Dans les années 1220-1230 la production annuelle moyennne s’élève à 20 000 £, soit 6 t d’argent, 5 millions de pièces (3 t d’argent et 2,5 millions de pièces en moyenne par atelier). Elle monte progressivement de 4 à 7 millions de pièces pour en arriver, vers 1240-1245, à 45 000 £ par an soit 15 t d’argent ou 11,2 millions de pièces (4 t et 5,6 millions de pièces par atelier). La refonte de 1248-1250 entraîne l’ouverture de 19 ateliers temporaires dont l’activité n’est pas connue. Pour l’atelier de Londres, on atteint en moyenne une production annuelle de 66 000 £, soit 22 t d’argent et 17 millions de pièces. Le rythme de frappe reste soutenu dans les années 1250 et 1260 à 60 000 £, 20 t d’argent et 15 millions de pièces par an (soit 10 t ou 7,5 millions de pièces par atelier). Il y a un creux sensible dans les années 1270 avant la refonte de 1279-1281 où on observe un chiffre record de 180 000 £, 61 t d’argent et 45 millions de pièces frappées à Londres en 1280. Avec 8 ateliers ouverts pour la refonte on a pu estimer la frappe totale de la période 12791282 à 890 000 £, 214 millions de pièces. La frappe est très réduite dans les années 1290 et, en 1300-1301, une refrappe partielle portant sur les imitations d’esterlins fait passer 200 000 £, 50 millions de pièces et 66 t d’argent à Londres et Cantorbéry, plus 53 000 £ et 18 t d’argent dans les 8 ateliers ouverts pour la refonte, ce qui donne une idée de l’activité relative de ces
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ateliers temporaires lors des refontes précédentes. Cette échelle de production monétaire ne sera atteinte de nouveau qu’en 1351 mais avec les deux tiers de la valeur émise frappés sous forme de monnaies d’or, la masse d’argent frappée restant bien inférieure (11 t à Londres) comme le nombre des pièces frappées. Entre temps, on observe une production très faible dans les années 1322-1342. C’est cette chute du niveau de production qui a focalisé l’attention des historiens avec ses conséquences économiques : le terme de « Monetary contraction » apparaît dans les écrits de J. Day (qui parle même de « great bullion famine »), de J. Munro ou H. Miskimin. Je ne commenterai pas ce fait : la chute des frappes d’argent est manifeste au vu des chiffres et des graphiques publiés par J. Munro ou J. Day et je ne rappellerai pas les débats auxquels son interprétation a donné lieu : —La nécessité d’une comparaison avec l’évolution démographique: il faut réfléchir en termes de production de monnaie par habitant. —La nécessité d’une distinction entre baisse de la production monétaire et baisse de la masse monétaire… —La représentativité même des chiffres de production à l’échelle européenne, quand on manque presque totalement de chiffres pour l’Italie, pour Venise en particulier… Evaluer la masse monétaire Ces objections ont été formulées en particulier par M. Postan pour qui la masse monétaire a pu rester abondante (avec même une progression de la quantité de monnaie disponible par habitant) alors même que la production monétaire s’était ralentie, ou même arrêtée. Pour prévenir cette objection, H. Miskimin part de 1350 pour étudier la contraction monétaire. Au bout de 30 ans, la masse monétaire doit ressentir les effets de la chute la production monétaire qu’on observe dès 1320 en Angleterre. J. Day a tenté de proposer des évaluations de la masse monétaire en se fondant non seulement sur les productions monétaires décennales mais surtout sur les périodes de refontes des monnaies en circulation. Ainsi, il évalue le stock monétaire français à 184 t en 1310 face à 360 t pour l’Angleterre (chiffres repris par Spufford p. 420), à l’occasion des refontes partielles qui se déroulent des deux côtés de la Manche. Mais dans le même article, à quelques pages de distance, il propose un tableau d’ensemble suggérant que la masse monétaire a été divisée par deux en un siècle de 1330-1350 à 1450-1500 : elle serait passée de 200 t à 100 t d’argent pour l’Angleterre ou les Pays-Bas, de 400 t à 200 t pour la France ou l’Italie du Nord. La contradiction entrre les évaluations données pour la France et l’Angleterre est sans doute plus apparente que réelle en ce qui concerne la France (écarts de date, caractère partiel de la refonte de 1310, part des monnaies baronniales dans la masse monétaire…), elle n’en témoigne pas
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moins des difficultés et des limites auxquelles se heurte une tentative d’évaluation de la masse monétaire en France. Nous y reviendrons. En revanche, pour l’Angleterre qui pratiquait au XIIIe siècle des refrappes complètes, la démarche est plus convainquante. Chaque refrappe donne une idée précise. Après des estimations de 10 millions de pièces pour la refonte de 1158 et de 20 millions pour celle de 1180, on peut évaluer les refrappes à 100 millions de pièces en 1247-1250 et 166 millions en 1279-1281 pour les seuls ateliers de Londres et Cantorbéry (138 t à Londres, 84 t à Cantorbéry). L’ordre de grandeur est impressionnant et la tendance est historiquement significative, mais il faut noter que les comptes signalent l’arrivée d’argent étranger à l’occasion de la refrappe de 1280 (285 000 £). Il conviendrait de décompter cette somme de la masse monétaire proprement anglaise. C’est la dernière refonte générale de notre période : en 1300 sont seulement refondus les esterlins d’imitation frappés sur le continent. Comment dès lors évaluer la masse monétaire à partir de la production monétaire ? C’est ce que s’est efforcé de faire N. J. Mayhew, dans un étude de 1974 complétée par M. Allen en 2000-2001, en suivant deux pistes5 : Tout d’abord, la masse monétaire correspond aux productions cumulées, déduction faite de ce que les Anglais appellent « wastage »6, déperdition monétaire (monnaies exportées, perdues ou détruites entre temps). Cette déperdition peut être évaluée à l’occasion des refrappes : ainsi la refrappe de 1279-1281 est bien loin de concerner l’ensemble des monnaies frappées entre 1250 et 1278. Les frappes cumulées de 1248 à 1278 s’élevaient à 1 378 000 £, or la refrappe ne porte que sur 891 000 £, 214 millions de pièces, dont 285 000 £, 69 millions de pièces frappées avec de l’argent « étranger ». Il y eut donc seulement 606 000 £ ou 145 millions de pièces anciennes refrappées, soit 44 % des pièces frappées pendant ces 30 ans. La déperdition totale s’élève à 750 000 £, soit 250 000 £ tous les 10 ans de circulation, ou 62,5 millions de pièces, 82 t d’argent. 5
N J. Mayhew, « Numismatic evidence and falling prices in the fourteenth century », Economic history review, 27, 1974, p. 1-15. M. Allen, « The volume and composition of the english silver Currency 1279-1351 », BNJ, 2000, p. 38-44 repris et élargi : « The volume and composition of the english silver Currency, 1158-1470 », Economic history review, 54, 4, 2001, p. 595-611. 6 Mayhew complète ainsi un article de Patterson, 1972 (C.C. Patterson, « Silver stocks and Losses in ancient and medieval times », EHR, 25, 1972, p. 21 ) qui évoque le frai, l’usure due à la circulation, la perte de métal à la refonte, les pièces perdues (dans des naufrages) ou surtout les pièces thésaurisées (celles qui figurent dans les trésors monétaires que les numismates étudient), et plus encore les pièces exportées pour des raisons commerciales, paiement des importations ou politiques, versements à Rome, rançons ou frais de guerre…
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Ensuite, cette évaluation du « wastage », apparemment très élevée, peut être confirmée par l’examen des trésors du XIVe siècle qui constituent aussi une seconde voie pour évaluer la masse monétaire pour la première moitié du XIVe siècle. Pendant cette période, il n’y a pas eu de refontes et les pièces frappées par exemple entre 1300 et 1310 (classes 9 et 10 de la classification des frères Fox) continuent de circuler en 1340 ou en 1350. On peut supposer que la proportion de ces pièces dans les trésors (de circulation) est représentative de leur proportion dans la masse monétaire. Connaissant la quantité de monnaies frappée durant cette période 1300-1310, (885 000 £), on peut évaluer la masse monétaire en circulation : il y a 7261 pièces de Londres et Cantorbéry de ces classes 9 et 10 sur 13 511 pièces dans les trésors postérieurs à 1310. La masse monétaire devait donc être de 885 000 / 7 261 x 13 511 = 1 643 000 £. Le calcul devrait être d’autant plus précis qu’on se situe peu après la fin de la période d’émission de la variété considérée et que le « wastage » n’a pas eu le temps d’opérer. La situation anglaise est particulièrement favorable puisque les monnaies sont réparties selon une classification précise établie par les frères Fox dès 1911, datée de façon précise et appliquée depuis cette date à l’inventaire d’un grand nombre de trésors qui, de plus, reflètent une circulation monétaire homogène dans tout le royaume. M. Allen s’appuie sur un nombre impressionnant de trésors (près d’une centaine sur 328 sont utilisables) qu’il soumet d’abord à un test : la proportion des monnaies de Londres et Cantorbéry traduit-elle les productions respectives des deux ateliers ? Le test est positif, mais il observe que la circulation monétaire n’est vraiment homogène dans le royaume et ne reflète précisément les proportions des pièces frappées que 10 ans après la fin de l’émission. Date
Frappe
Estimation
(en millions de pièces) 1158 (10 Millions) 1180 (20 Millions) 1248 100 Millions 1280 214 Millions 1290 1300 1311 1319 1331 1351
Mayhew
Allen
+ gros, étranger + or
(milliers £) (milliers £) (40 M) (80 M) 400 M 890M 900 M 1100 M 1 100 M 500 M
840 M 800-900 M 1100 M 1000-1300 M 880 M 1100-1400 M 1600 M 1500-1900 M 2100 M 1900-2300 M 1800 M 1500-2000 M 750 M 700-900 M +154M
Fig. 2 Masse monétaire en Angleterre
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(milliers £)
Il utilise ensuite ces trésors pour évaluer à l’aide des émissions récentes la masse monétaire en circulation. Une fois que la masse monétaire est ainsi évaluée à chaque moment, on peut suivre la proportion des monnaies de 1279-1281 dans les trésors et mesurer la quantité de ces pièces dans la masse monétaire. En suivant la disparition progressive des 890 000 £ frappées dont ne restent plus en circulation que 120 000 £ en 1351, on a ainsi une mesure du « wastage » (qui varie de 5 % à 20 % en 10 ans, soit de moins de 1% à 4 % par an). Un chiffre qui vient confirmer la proposition d’évaluation élevée avancée par N. J. Mayhew pour cette déperdition, tout en montrant des accélérations ou des ralentissements du mouvement (financement de guerres, restrictions des échanges…). La suite de l’article de M. Allen affine les évaluations en tenant compte des petits ateliers dont les chiffres de production ne sont pas connus, des monnaies divisionnaires et des rares gros ou encore des monnaies étrangères en circulation. Il obtient pour finir les fourchettes d’évaluation suivantes (fig. 2). Un cas particulier ? Les résultats et les tendances que permettent de dégager ces enquêtes sont importants et permettent de faire trois observations principales : On peut d’abord relever, comme le rappelle P. Spufford, qu’il y avait plus de monnaies d’argent en circulation en Angleterre dans les années 1320 que sous Henri VIII : 2,3 millions de £ représentent 552 millions de pièces en circulation et plus de 730 t d’argent. On peut ensuite s’intéresser à la croissance de la masse monétaire jusqu’à ce point haut des années 1310 et 1320. L’augmentation de la masse monétaire de 1280 (800-900 000 £) à 1320 (1,9 à 2,3 millions de £) représente 430 t d’argent supplémentaires en 40 ans soit un accroissement moyen de plus de 10 t par an après des frappes sur un rythme comparable depuis 1250. Sachant qu’on évalue la production annuelle d’argent en Europe à moins de 40 t avant la découverte de la mine de Kutna Hora qui a pu produire au début du XIVe siècle plus de 30 t d’argent par an à elle seule, il faut supposer qu’entre le quart et la moitié de cet argent s’accumulait en Angleterre. Sauf à reconsidérer les estimations de la production minère, la proportion paraît incroyable. Il fallait que la balance commerciale anglaise fût largement excédentaire. On pense immédiatement au commerce des laines. Faut-il voir au bout du circuit commercial l’Angleterre recevant de l’argent pour sa laine et accumulant des monnaies comme l’Inde accumulait l’or en contrepartie du poivre et des épices ? Sans doute faut-il admettre, après les études de C. Dyer et de N.J. Mayhew7, que l’économie anglaise était profondément monétarisée.
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C. Dyer, Standard of living in the later Middle Ages in England c. 1200-1520 , Cambridge, 1989.
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Faut-il dire qu’elle était en fait « exceptionnellement » monétarisée à cette époque grâce à cet afflux d’argent ? Il semble improbable que les autres pays aient pu accumuler de l’argent et voir circuler des monnaies dans des proportions comparables. La fragilité d’une construction de l’histoire monétaire sur les seules données anglaises apparaît crûment. Enfin, les enquêtes de Mayhew et Allen montrent que la tendance s’inverse avant 1330 et qu’en 1351 la masse monétaire se trouve divisée par deux ou par trois par rapport aux années 1320 ; ils répondent ainsi à une objection de H. Miskimin pour lequel la réduction de la masse monétaire anglaise ou en tout cas à celle du stock métallique et monétaire européen n’intervient pas dès les années 1330 mais seulement après 1350. H. Miskimin accusait même N. Mayhew de myopie à ne considérer qu’un pays, l’Angleterre. Selon lui, en effet, la baisse de la production monétaire anglaise dès 1330 n’est pas significative d’un mouvement de fond, mais constitue seulement un épisode du jeu des frappes alternées entre les différents pays européens. Il considère qu’avant 1350 les fluctuations de la production monétaire correspondent à des déplacements spéculatifs de métal8. C’est en effet ce qu’il a pu observer dans les années 1334-1384 entre l’Angleterre, les Pays-Bas et la France du Nord qu’il a étudiés : quand la frappe est très active dans un pays elle est faible ou inexistante dans les autres. Ce schéma de frappes alternées se vérifie alors dans plus de 80 % des cas. L’absence de comptes de production monétaire pour la Flandre et la France avant 1334 pour l’or et 1344 pour l’argent ne permet malheureusement pas de vérifier cette hypothèse pour la période antérieure. Elle ne permet pas de l’exclure ; et peut-être le jeu des frappes alternées débute-t-il plus tôt, à partir de 1260 déjà où on observe le premier fléchissement de la production monétaire anglaise. Avant ces années 1260, c’est-à-dire avant la diffusion de la frappe des gros et des pièces d’argent de bon titre, le phénomène serait plus difficilement concevable du fait des frais élevés qu’imposeraient la refonte et l’affinage des monnaies de billon et il ne pourrait porter que sur l’argent nouveau ou en lingots. Les fluctuations de la production anglaise deviennent plus sensibles à partir de 1290-1300 ou de 1320 ; elles peuvent correspondre à ces mouvements de « frappes alternées ». Toutefois cela laisse bien peu de moments aux autres pays (années 1270, 1290 et 1320-1340) pour avoir pu bénéficier de fabrications vraiment actives.
N. J. Mayhew, « Money in the late medieval Countryside Britain », La moneta in ambiente rurale nell'Italia tardomedievale, Atti Rome 21-22-09 2000, Rome, 2002, p. 5-26. 8 Ce serait en particulier le cas avec « l’argent étranger » comptabilisé dans les archives anglaises.
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Quelle que soit l’hypothèse retenue, celle de Mayhew et Allen ou celle de Miskimin, il faut supposer que la masse monétaire n’a pu s’accroître dans le reste de l’Occident sur le même tempo qu’en Angleterre et admettre qu’il n’est pas possible ni raisonnable de prendre l’Angleterre comme un modèle, un cas représentatif, mais qu’il s’agit d’une exception. Il y a l’Angleterre et le reste du monde. Cette position n’est jamais explicitée par les différents auteurs mais, sans leur faire de procès d’intention, on peut estimer que c’est un sentiment largement répandu. P. Spufford mentionne l’hypothèse de Miskimin, et en bonne logique il cherche aussitôt (p. 206) des points de comparaison pour déterminer si l’économie monétaire de l’Europe a pu alors connaître une progression générale au XIIIe siècle et jusqu’à 1330. Il les cherche d’abord en France et c’est que je vais tenter de faire à mon tour. II. La France La production monétaire paraît moins intensive en France et la masse monétaire paraît effectivement inférieure quand on peut la saisir, comme on le voit pour ces émissions de 1308-1311 ou encore avec les émissions de deniers « bourgeois » de 1311-1312 qui sont prises pour exemple par P. Spufford ou J. Day. Les émissions de « Bourgeois » (1311-1312) Il s’agit de l’émission d’une nouvelle monnaie sous la forme de deniers (« bourgeois simples ») de même contenu métallique que les deniers tournois antérieurs (1,12 g d’argent à 30 %, soit 0,33 g de fin), de doubles (« bourgeois forts ») et d’oboles (fig. 3), mais son lancement n’est pas assorti d’une refonte obligatoire des anciennes monnaies. Cette refonte partielle pourrait être comparée à la refonte de 1300 en Angleterre. Des comptes sont conservés pour huit ateliers de façon plus ou moins complète sur 15 mois (pour 4 mois à Troyes et 10 mois à Rouen). Ils s’interrompent entre mai et juillet 1312 alors que les bourgeois ont cours jusqu’à septembre 1313. Correspondent-ils à la totalité des frappes de bourgeois ? Cette période 1312-1313 n’est pas listée par la suite avec les « monnayages dont il faut les comptes », sinon pour les ateliers de Rouen (de juin à septembre 1313), de Troyes depuis juillet 1311, et de Mâcon et SaintQuentin pour une période plus large. Un arrêt des émissions en 1312 reste plausible mais le document correspondant à cette période de fabrication a peut-être été perdu puisque des boîtes sont remises en septembre 1312 et que le compte suivant porte sur les boîtes correspondant aux fabrications du 1er septembre 1314 à 1319 ! Ces boîtes contenaient un échantillon de la fabrication destiné au contrôle a posteriori et on évalue le taux d’échantillonage (attesté en 1307) à une pièce en boîte pour 2400 pièces frappées. Diverses incertitudes demeurent donc sur l’évaluation de l’ensemble des frappes de bourgeois à partir de ces comptes.
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Marcs Tonnes Nombre de pièces d’argent en bourgeois Bourgeois forts 103 000 26 37 millions 74 millions Bourgeois 112 000 28 80 millions 80 millions Obole burgeoise 36 000 9 51,3 millions 26 millions Total 251 000 62,5 168,3 millions 180 millions Fig. 3. Production de « bourgeois » en France en 1311-1312
Avec 37 millions de doubles, 80 millions de simples et 52 millions d’oboles frappés, on atteint un nombre de 169 millions de pièces soit, en valeur 180 millions de deniers bourgeois ou 750 000 livres avec un masse d’argent de 62,5 t d’argent correspondant à environ 187 000 £. Par comparaison, en Angleterre, la refonte partielle de 1300-1301 a permis la frappe de 61 millions de pièces valant 253 000 £ et contenant 84 t d’argent. La fabrication dans les huit ateliers français a donc porté sur trois fois plus de pièces mais elle représente un tiers d’argent en moins que celle des dix ateliers anglais. Si on considère la production par atelier on peut observer que la productivité des ateliers français est comparable à celle de Londres ou Cantorbéry en nombre de pièces. A Londres le record absolu est établi en 1280 avec 61 t et 180 000 £ soit 45 millions de pièces mais les années qui se classent en second ou en troisième ne dépassent pas 26 millions d’exemplaires, en 1300, et 24 millions, en 1279 (111 000 £ et 96 000 £). Paris travaille en 1312 sur un rythme de 160 000 l. par an, soit 38 millions de pièces, qui est comparable aux records londoniens. Même un atelier plus modeste comme Montreuil-Bonnin en Poitou travaille sur un rythme de 84 000 l. par an, soit 20 millions de pièces contenant 7 t d’argent. En volume d’argent, en effet, les ateliers français se situent à un niveau de production sensiblement inférieur à celui des ateliers anglais : Paris a traité dans l’année 1312 13 t d’argent, face aux chiffres record de 61 t pour Londres en 1280, de 37 t en 1300 ou de 32 t en 1279… La quantité d’argent frappée et circulant en France serait-elle inférieure à celle de l’Angleterre, pourtant plus petite et moins peuplée ? La population de l’Angleterre est évaluée à environ 6 millions d’habitants en 1300 (de moins de 4 millions à plus de 7 millions selon les auteurs) alors que celle de la France est évaluée à 20 ou 22 millions d’habitants en 1328 dans ses limites actuelles (et à 12 à 20 millions dans ses limites de l’époque selon les auteurs), soit 3 à 5 fois la population de l’Angleterre. La comparaison est-elle pertinente alors que l’organisation monétaire des deux pays est également différente ? Au début du XIVe siècle, en France on utilise déjà les pièces d’or et les gros d’argent à côté des deniers (oboles et doubles). D’autre part les monnaies féodales sont encore frappées et circulent en grand nombre, comme le rappelle prudemment P. Spufford.
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Dans ces conditions, peut-on recourir à la méthode d’approche de la masse monétaire par les trésors ? Ceux-ci sont peu nombreux : les trésors datés par les émissions de bourgeois donnent des résultats sans cohérence (c’était attendu si on se réfère au délai de 10 ans évoqué pour le brassage de la circulation monétaire en Angleterre). Deux trésors datés de 1314-1317 viennent de Bretagne (hors du domaine royal) et contiennent trop peu de pièces et en particulier trop peu de monnaies royales pour être significatifs (183 sur 597). Restent quatre trésors enfouis dans les années 1315-1322, dans des régions contrôlées par le roi et qui totalisent 8 029 pièces dont 6 015 monnaies royales, parmi lesquelles on compte 1 970 bourgeois soit 32,7% (24,5 % sur l’ensemble des pièces). Toutefois la circulation n’est pas vraiment homogène : la proportion varie de 22 % à 36 % (et encore tous ces trésors sont-ils situés dans le domaine). De plus, un test sur la représentativité de la production dans les trésors est un échec si on regarde la proportion des doubles bourgeois, des bourgeois simples et des oboles bourgeois ! Mais peutêtre ces pièces qui se situent sur une échelle de valeur de 1 à 4 (comme les monnaies anglaises, penny, half-penny et farthing) ne sont-elles pas thésaurisées dans les mêmes types de trésors ? Trésors 1314-1317 St-Jean de Brévelay (56) Vannes (56) 1315-1322 Léré (18) Saint-Maixent (86) Puylaurens (81) Villeneuve (63) Total 1328 Manderen-Sierck (57)
Nombre Nb Bourgeois (Sur royales) Bourgeois Pièces (royales) (%) (%) 18 1
409 188
(173) (10)
4 0,6
(10) (10)
6 970 786 208 1970
31 4200 2688 1110 8029
(28) (2663) (2583) (741) (6015)
20 23 29,2 19 24,5
(22) (36) (30,5) (28) (32,5)
1433 17606 (15880)
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(9)
Fig. 4 Proportion de bourgeois dans les trésors
Avec toutes ces réserves sur la validité de la démarche, je vais tenter de la mener jusqu’au bout. Si on part de 750 000 l. frappées en bourgeois et d’une moyenne de 33 % de bourgeois (en nombre de pièces), on a une masse monétaire de 2 250 000 l. de monnaies royales, soit 187,5 t d’argent, (l’équivalent de 570 000 £) en monnaies royales alors que la circulation en Angleterre est alors évaluée à plus de 2 millions de £ ou près de 700 t d’argent ! Certes, il faut ajouter la part des monnaies féodales dans le royaume, dans les fiefs comme dans le domaine royal, et tenir compte de la part des monnaies d’or et surtout des gros tournois d’argent dans la masse monétaire. D’après ces 4 trésors (situés dans le domaine), on passerait à une
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masse monétaire de 250 t d’argent avec les monnaies féodales. Il devait y avoir davantage de monnaies féodales en circulation dans les fiefs euxmêmes. Pour l’or, la quantité frappée entre 1311 et 1322 à Paris et Montpellier s’élève à 2 225 kg. Même avec un ratio or/argent élevé, de l’ordre de 14, cela donnerait au plus 30 t d’équivalent argent, si on suppose que les autres ateliers ne frappaient pas d’or. Certes, les agnels d’or ne représentaient eux-mêmes qu’une part de l’or en circulation, 1/5 d’après les deux seuls (petits) trésors de Chalons-sur-Marne et Longvilliers. Cela donnerait une quantité d’or en circulation équivalant à environ 150 t d’argent. Pour les gros tournois, en revanche, il n’y a pas de séries de chiffres de fabrication ni de trésors utilisables. L’essai d’évaluation tourne définitivement court. En tout cas, il faudrait une masse de gros tournois supérieure à celle des deniers pour seulement égaler la masse monétaire anglaise. L’enquête a ainsi atteint ses limites. Gros tournois Pour les gros, quelques comptes, déjà cités par P. Spufford, laissent entrevoir une fabrication particulièrement active et abondante. En 1278-1279 sur 10 mois on frappe des gros à Saint-Quentin sur un rythme de 3,2 millions de pièces par an, soit 150 000 l. t. contenant 14 t d’argent (l’équivalent de 37 500 £). En 1285 l’atelier de Tournai atteint sur sept mois un rythme annuel de 4,5 millions de pièces, soit 225 000 l. t. contenant 18,7 t d’argent, l’équivalent de 55 000 £ et en 1289 (sur quatre mois seulement, certes) un rythme de 5,3 millions de pièces contenant 23 t d’argent, ce qui correspond à 265 000 l. t. ou 66 000 £. Si on multiplie le rythme de fabrication de Tournai en 1289 par le nombre des ateliers royaux actifs (sept ou huit) on atteint les 150 ou 160 t d’argent annuelles qui rendraient la production française comparable à celle de l’Angleterre, même en calculant par habitant ou par superficie. Malheureusement, les chiffres de Paris pour huit mois de la même année 1285 sont sur un rythme annuel de 5,7 t d’argent (ce qui donnerait moins de 50 t par an pour 8 ateliers) ou de 1,3 million de gros auxquels s’ajoutaient 800 000 deniers tournois, soit au total 68 000 l. t. Gros tournois (Durée) Par an Nb Valeur Pièces 1278-9 Saint-Quentin (10 mois) 3,2 Millions 150 000 l.t. 1285 Tournai (7 mois) 4.5 M 225 000 l.t. 1285 Paris (8 mois) 1,3 M 65 000 l.t. (+deniers tournois) +0,8 M d.t. +3 300 l.t. 1289 Tournai (4 mois) 5,3 M 265 000 l.t. Date
Atelier
Fig. 5 Fabrications de gros tournois au XIIIe siècle
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Arg. 14 t 19 t 5,7 t +0,3 t 23 t
Les chiffres sont donc trop irréguliers pour qu’on puisse les considérer comme représentatifs d’un niveau de frappe constant et aussi soutenu dans tous les ateliers royaux. Tournai, et Saint-Quentin, proches de la « frontière » flamande pouvaient constituer des cas exceptionnels9, dans le contexte régional de l’époque, celui d’une fabrication concurrente (et alternée ?) de gros, de « baudekins », et d’imitations d’esterlins. Pour conclure, on peut observer dans les ateliers royaux français la capacité de frapper des quantités de pièces comparables voire supérieures à celles de Londres et Cantorbéry et de traiter des masses d’argent approchantes, si on s’intéresse à la fois aux frappes de gros et de deniers. Mais, même s’il ne s’agit pas dans ces quelques comptes de chiffres record, liés à des circonstances particulières, on ne peut en déduire pour la masse monétaire française un niveau ni une évolution comparables à ce qu’on observe en Angleterre : la situation exceptionnelle de l’Angleterre au XIIIe et au début du XIVe siècle semble entendue. Autres comptes : Du côté des monnaies baronniales Il y a encore un compte royal de fabrication pour l’atelier monétaire royal de Mâcon en 1248 que P. Spufford ne signale pas. Il porte sur la fabrication de 24 500 l. t., 5,9 millions de pièces, contenant 2 t d’argent (l’équivalent de 6 000 £). Malheureusement la période sur laquelle porte ce compte n’est pas précisée et on ne sait s’il s’agit d’une production annuelle ou de celle d’un terme comptable (il y en a trois par an). Dans ce cas la quantité d’argent monnayé et, dans tous les cas, le nombre de pièces frappées dans cet atelier modeste10 atteindraient des niveaux comparables à ceux de Londres ou de Cantorbéry dans les années 1240 et, qui plus est, il se place au moment même où la refonte de 1248-1250 battait son plein en Angleterre et pouvait y attirer le métal. P. Spufford cite encore, d’après N. de Wailly11 un compte 9
Sans compter le fait que la forte production de Tournai en 1290 est liée à changement sensible du prélèvement royal sur la frappe (M. Bompaire, « L’activité monétaire sous le règne de Philippe IV le Bel », dans The gros tournois, N.J. Mayhew ed., Londres, 1997, p. 51-104, document E, p. 96). 10 A. Guerreau, « L’atelier monétaire royal de Mâcon, 1239-1421 », Annales ESC, XXIX, 1974, p. 369-392. L’atelier n’apparaît pas dans les comptes de 1307-1312, mais en 1298-1300, c’est l’atelier dont la production est, de loin, la plus réduite. Ses profits de fabrication sont seize fois moins élevés que ceux de Paris, cinq fois moins élevés que ceux de Montreuil-Bonnin… (J. Quehinnec, « Les ressources monétaires du Trésor, 1298-1300 », dans Monnaie, finance et fiscalité sous Philippe le Bel, Actes du colloque du Comité pour l’histoire financière de la France, Paris-Bercy, 14 mai 2004, sous presse. 11 N. de Wailly, « Recherches sur le système monétaire de saint Louis », Mémoires de l’académie des Inscriptions et Belles-Lettres, 21, 2, 1857, p. 114-176, p. 145.
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monétaire du règne de saint Louis. Il s’agit en fait d’un compte de son frère Alphonse de Poitiers dans son atelier poitevin de Montreuil-Bonnin (Vienne) sur lequel nous reviendrons. Au XIIIe siècle, en effet, les ateliers des prélats et barons contribuent de façon notable à l’approvisionnement de la circulation monétaire dans le royaume de France. F. Dumas12 en recense plus de 80 sous le règne de Philippe Auguste (1180-1224) et il y en avait encore une trentaine en 1315, mais tous n’étaient pas aussi actifs. Certains ne sont connus que par quelques exemplaires et les données chiffrées manquent sur la plupart d’entre eux. Pour le XIIIe siècle, on dispose de quelques comptes et chiffres de productions qui sont rassemblés dans le tableau suivant (fig n° 6). Date 1211-3 1222 1248 1252-3 1266-8 1267 1272 ? 1276-7 1278-9 1282-3 1305 1315-7
XIIIe s. Comptes de fabrication monétaire Atelier (Durée) Par an Nb Valeur pièces Melgueil 3 ans 3,3 Millions 14 000 l. Barcelone 4 mois Mâcon 1 an ? 5,9 M 24 500 l.t. Toulouse ± 1 an 6,2 M 25 875 l.t. Castelnau 18 mois 6,5 Millions de Millarès Montreuil-Bonnin 1 à 3 ans 16/50 M 70/210 000 l Montreuil-Bonnin 8 mois 23 M 96 000 l.t. Dijon 2 ans ? 10 M Dijon 1 an ? 8,5 M Dijon 5 mois 11 M Rodez 18 mois 0,6 M 1 500 l.t. Blois 3 ans 16 M 50 000 l.
Arg 1,3 t 1,5 t 2,0 t 2,1 t 7t? 6/17 t 8t
0,1 t 3,8 t
Fig. 6 Comptes de fabrication monétaires : ateliers baronniau
Ainsi, durant les années 1211-1213, l’atelier de Melgueil (près de Montpellier) frappe en moyenne 3,3 millions de pièces par an, soit environ 14 000 l. contenant 1300 kg d’argent. Il est plus actif en nombre de pièces que Londres ou Cantorbéry dans années 1220 ou 1230, avec 3,3 millions face à 2,5 millions en moyenne par atelier, mais une fois encore la quantité d’argent traitée est moitié moindre avec 1,4 t face à 3 t d’argent en moyenne. Mais cette fabrication qui suit la prise de possession par l’évêque de Maguelonne de l’atelier et du comté de Melgueil (confisqué au comte de Toulouse à l’occasion de la Croisade des Albigeois) se situe dans un contexte particulier. Surtout, on observe que le bénéfice de la frappe passe de 5 d. à 4 d. puis à 3 d. par livre au cours de ces trois années. Il s’agit sans doute là d’une façon de 12
F. Dumas, « La monnaie dans le royaume au temps de Philippe Auguste », dans La France de Philippe Auguste, le temps des mutations., Actes du colloque… Paris 1980 ed. R.-H. Bautier, Paris, 1982, p. 541-574.
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stimuler la fabrication en offrant un peu plus pour le métal. Un tel système ne peut durer qu’un temps et la production s’est peut-être ralentie ensuite. On ne peut donc tabler sur ces valeurs pour définir la vitesse de croisière des fabrications à Melgueil au XIIIe siècle. Il en va de même pour les premières données montrant l’activité de Barcelone sur un rythme comparable avec plus de 1,5 t d’argent par an (à comparer aux 3 t alors frappées à Londres). Elles se situent en 1222 au moment des émissions de « doblencs » (de titre réduit) et ne sont pas forcément représentatives d’une frappe régulière et durable. Dans cette région méditeranéenne, les quantités d’argent en jeu semblent plus importantes en 1266-1268 (36 000 marcs par an contenant environ 7 t d’argent et 6,5 millions de pièces) pour des émissions de monnaies d’argent de haut titre (autour de trois quarts de fin) comme les « millarès » imitant les monnaies almohades frappées près de Montpellier. Mais, encore une fois, il s’agit d’émissions particulières : le titre baisse progressivement pour favoriser la frappe (et le roi d’Aragon autorise même à frapper au titre que les marchands voudront) et, d’autre part, ces pièces ne sont frappées que pour l’exportation vers le Maghreb et ne sont jamais entrées dans la circulation monétaire régionale. Le premier bail des gros de Montpellier créés en 1272 prévoit une frappe de 6 t d’argent par an pendant deux ans, soit là encore un ordre de grandeur supérieur à celui des émissions de deniers de billon et comparable à celui des émissions d’argent, gros tournois, esterlins ou millares en ce qui concerne la quantité de métal, même si le nombre de pièces reste plus moyen. A Toulouse, en 1253, un litige entre les monnayeurs et le nouveau comte Alfonse de Poitiers, frère de saint Louis, évoque une fabrication de 6,2 millions de pièces, contenant 2,1 t d’argent, en un peu moins d’un an. Cette fois il s’agit de l’introduction d’une nouvelle monnaie imitant le denier tournois du roi : il ne s’agit donc toujours pas d’une production normale, routinière, régulière. Un contrôle des échantillons contenus dans les boîtes de MontreuilBonnin en Poitou en 1267 témoigne de la fabrication de 209 milliers de livres, soit environ 50 millions de pièces contenant 17,5 t d’argent. On ne peut déterminer si le contrôle porte sur la dernière année ou sur l’ensemble du bail de trois ans. Cependant cette fabrication de « poitevins neufs » suit de peu le décri par le roi, en 1263, des émissions poitevines antérieures et on peut soupçonner l’effet d’une refonte. On peut dire la même chose d’un compte de Montreuil-Bonnin13 qui n’est pas daté mais qui a été situé en 1272, juste après la mort d’Alfonse, au 13
A. Dieudonné, « Compte de fabrication de de tournois pour Philippe III à Montreuil-Bonnin (1272) », Revue Belge de numismatique, 76, 1924, p. 9-28.
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moment où le Poitou revient au roi. Celui-ci refrappe sans doute en monnaies royales les anciennes monnaies poitevines. La production, particulièrement intense sur les huit mois couverts par ce compte se fait au rythme annuel de 23 millions de pièces (deniers et oboles) contenant 8 t d’argent. Ce n’est pas non plus un monnayage régulier et la production est également marquée par un enchérissement progressif de l’argent et une réduction du profit. Les émissions du duc de Bourgogne vers 1276-128314 sur un rythme tournant autour de 10 millions de pièces par an sont des émissions d’affaiblissement caractérisées, à l’opposé d’une production régulière. C’est encore le cas pour les émissions de Blois de 1315-131715 où les oboles forment une part significatives des 16 millions de pièces, contenant tout de même 3,8 t d’argent, frappées par an. Dans ces cycles de mutations monétaires, les refontes et refrappes peuvent se suivre de très près et faussent la perception des véritables apports à la masse monétaire. Les fabrications de Rodez en 130516 quand le roi autorise la réouverture des ateliers baronniaux sont très réduites et témoignent peut-être du véritable niveau de production de la plupart des ateliers féodaux dans la plupart des moments. Toutefois, une génération plus tôt, l’atelier de Rodez avait travaillé sur un rythme nettement plus soutenu si on se fonde sur les engagements de production pris lors du bail de 1271. Ces diverses émissions réparties en divers points du royaume et en divers moments atteignent un rythme de production comparable à celui des ateliers royaux pour les bourgeois ou à celui des ateliers anglais, pour le nombre de pièces sinon pour les quantités d’argent, avec souvent 15 millions de pièces par an depuis les années 1260. Les quantités d’argent se situent sur un rythme qui varie entre 1 et 8 t par an, les chiffres les plus élevés étant le plus souvent atteints pour des émissions de pièces de titre élevé. Aucun des ateliers français pris isolément n’atteint cependant la masse d’argent traitée aux mêmes dates à Londres ou Cantorbéry. Mais le nombre de ces ateliers est tel qu’une simple interpolation permettrait de supposer pour la France un niveau de production monétaire tout à fait comparable à celui de l’Angleterre à proportion de la taille et de la population des deux royaumes. Une telle interpolation reste cependant téméraire car les fabrications envisagées apparaissent trop ponctuelles et trop souvent liées à des circonstances 14
F. Dumas-Dubourg, Le monnayage des ducs de Bourgogne, Louvain-la-Neuve, 1988, XVIII-419 p., 30 pl. (Numismatica Lovanensia, 8). 15 M. Bompaire, « La Monnaie comtale de Blois au début du XIVe siècle », Bulletin de la Société Française de Numismatque, 39, mars 1984, p. 460-464. 16 J. Belmon, « La monnaie de Rodez. I. La mort d’un monnayage seigneurial. II. L’organisation et le personnel de l’atelier », Revue Numismatique, 2003, p. 355-418 et 2004, p. 241-304.
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particulières pour qu’on puisse leur attribuer la belle régularité des émissions anglaises. Les baux monétaires, avec leurs promesses de fabrication sur plusieurs années permettent peut-être mieux d’établir la régularité des fabrications. Les quelques comptes que nous venons d’examiner permettent en tout cas de vérifier que les fabrications qu’envisagent les baux étaient assez réalistes. Il faut rappeler qu’ils sont réglés à cette époque par le système du « gros millier » : les monnayeurs doivent verser au prince une certaine redevance ou « monetagium » pour un « gros millier » de livres, mais ce gros millier compte 1125 livres ou 270 000 pièces et non 240 000. De plus, quand il s’agit de deniers tournois ou de monnaies équivalentes on peut retenir qu’un gros millier représente presque 100 kg d’argent pur et que 12 l. t. représentent à peu près 1 kg d’argent. Baux 1224 1253 1261 1266 1262 1265 ? 1265 ? 1267 1267 1269 1271 1272 1272 1272 ? 1289 1303
Durée Champagne Toulouse Melgueil Castelnau Provence Beaucaire Parisis Provence Poitou Poitou Rodez Castelnau Provence Philippe III Périgueux Bourgogne
3 ans 1 an 3-4 ans 1,5 an 5 ans 2 ans 2 ans 2 ans 2 ans <3 ans 3 ans 2 ans 2 ans 2 ans 2 ans 1 an
Engagement en gros Milliers ≥ 52 g M (3 at.) 30 g M 100 M l. 50 M Marcs 100 g M 200 g M 55 g M 30 g M 80 g M 60+12 g M 63 g M 50 M Marcs 50 g M 50 gM 20 000 Marcs
Par atelier par an ≥6gM? 30 g M [25 g M ?] [66 g M] 20 g M 50 g M [35 g M] 15 g M 40 g M [41 g M] 21 g M [66 g M] 25 g M 25 g M
Nb pièces
Argent
1,6 M 8M 6,7 M [6 M] 5,4 M 13,5 M 7,4 M 4M 10,8 M 11 M 5,5 M 3M 6,7 M 6,7 M
0,6 t 2,6 t 2,2 t 6t 1,8 t 4,4 t 3,1 t 1,3 t 3,6 t 3,7 t 1,9 t 12 t 2,2 t 2,2 t
18 M
Fig. 7 Production prévue dans les baux monétaires du XIIIe siècle
En examinant la liste dressée dans le tableau (fig n°717), nous trouvons pour chaque atelier des émissons annuelles portant sur des quantités allant de 0,6 t (en 1224) à 5 ou 6,5 t d’argent (pour les gros de Montpellier) soit de 7 000 à 75 000 l. t. ou de 1,7 à 17,5 millions de pièces. Il est aisé de vérifier que les données sont cohérentes avec celles que donnaient les comptes. Nous disposons ainsi pour les années 1260, en particulier, d’un ensemble d’indications qui laisse supposer que la production monétaire fut 17
Repris et développé de M. Bompaire, « Les ateliers de Melgueil, Cahors et Rodez d'après les sources écrites », dans Trésors et émissions monétaires du Languedoc et de Gascogne, ed. Georges Depeyrot, Toulouse,1987, p. 11-51, p. 14-16.
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active en France au cours de cette décennie. Les engagements souscrits pour sept ateliers par les maîtres des monnaies qui nous ont été ainsi conservés pour les années 1261-1270 portent sur 58 t d’argent que l’on peut mettre en regard des 120 t effectivement frappées en Angleterre durant la même décennie. Certes, c’est une période où l’activité baisse en Angleterre (surtout après 1266) et d’autre part les différents ateliers monétaires français, royaux et féodaux, peuvent s’être fait concurrence pour attirer le même métal et l’avoir tour à tour frappé en « frappes alternées ». Il n’en demeure pas moins qu’une production à l’échelle du royaume sur le même pied que celle de l’Angleterre devient admissible. Le second intérêt de ces baux est de préciser le taux de bénéfice attendu de ces émissions, le niveau du monetagium qui fait précisément l’objet de la négociation lors du bail. On pressent qu’il sera d’autant plus élevé que la concurrence sera vive entre les candidats à l’adjudication et que les perspectives de gain seront élevées grâce au bas prix du métal ou par le jeu de l’affaiblissement ou de l’imitation. En schématisant, on peut y chercher un indicateur sur l’évolution de la conjoncture du « marché de l’argent-métal » en France et dans chaque région, c’est-à-dire sur la facilité relative à se procurer du métal, selon le prix de l’argent. Il faut aussi observer que le prélèvement varie selon les espèces et par exemple qu’il semble plus élevé sur les gros et sur les oboles que sur les deniers. La connaissance du monetagium, du taux de bénéfice par gros millier permet aussi d’estimer la production monétaire à partir des comptes des revenus monétaires du prince. C’est ce que F. Dumas a essayé de faire pour la Bourgogne, autour de 1280. On peut le faire aussi à partir des comptes d’Alfonse de Poitiers. 1224 1248 1251-2 1253 1253-4 1257 1259 1262 1266 1266 ? 1267 1267
25 l. par g M (gros Millier18) [45 l. par g M] 25 puis 28 l. par g M 16 l. par g M 30 l. par g M 20 l. par g M 25 l. par g M 50 l. par g M 55 l. par g M 10 l. parisis par g M [12,5 l. t.] 50 l. par g M 15 l. par g M (30 l. par g M pour les gros t.)
Champagne Mâcon Toulouse Toulouse Montreuil Bonnin Montreuil Bonnin Montreuil Bonnin Provence Saint Louis Saint Louis Montreuil Bonnin Provence
18
Le gros millier est en général de 1125 l. soit 270 000 d. Il est de 1250 l. ou 300 000 d. en Bourgogne pour les émissions des abnnées 1276-1279.
22
1269 1269
Montreuil Bonnin Le Puy (gros 12 d.) 1271 Rodez 1272 Provence 127 ? Philippe III 1276-1279 Bourgogne (doubles) 1286 Souvigny
30 l. par g M (41 l. avec les mailles) 12 l., 40 l. par 1250 Ma soit 31 l. par 1250 Ma 40 l. par g M 15 l. par g M 1,5 l. t. par g M 100 l., 350 l., 150 l., 325 l. par g M 60 l. par g M
Fig. 8 Prélèvement / Monetagium par gros millier dans les baux monétaires
III. Les fabrications d’Alfonse de Poitiers : Montreuil-Bonnin C’est ici que cette étude peut apporter des éléments « nouveaux » au dossier de la fabrication monétaire grâce à des recherches en cours qui portent sur le monnayage et les archives monétaires d’Alfonse de Poitiers mais aussi, plus spécifiquement sur l’atelier monétaire de Montreuil-Bonnin en Poitou. Un projet de recherche collectif vient d’être engagé sur celui-ci : des prospections et sondages archéologiques réalisés en 2005 et 2006 ont permis de constater qu’une bonne partie de la cour et des abords du château n’a apparemment pas été trop bouleversée, ce qui laisse de l’espoir de retrouver des vestiges de l’atelier monétaire qui fut actif pendant un siècle de 1250 environ à 1346 pour Alfonse de Poitiers puis pour les rois de France. Des fragments de creusets destinés à la fonte de l’argent ont déjà été retrouvés. Des fouilles devraient suivre. Leurs résultats pourront être confrontés avec les découvertes anciennement faites sur le site et et avec ceux des fouilles de l’atelier, un peu plus tardif, de La Rochelle afin de mettre en évidence l’organisation de l’atelier et les techniques utilisées19. Une enquête parallèle est engagée sur les sources d’archives relatives à cet atelier monétaire. Autant les archives monétaires de saint Louis sont minces, autant celles de son frère Alfonse de Poitiers sont riches. Ce n’est pas une découverte. Quand Edgar Boutaric écrit, en 1870, Saint Louis et Alfonse de Poitiers, où il consacre aux questions monétaires un chapitre entier20, il explique : « Les documents que nous possédons sur ce sujet sont d’autant plus précieux qu’ils s’appliquent en partie à la monnaie de saint Louis sur laquelle nous manquons de documents précis ». Ces documents sont aussi intéressants 19
C’est l’objet du doctorat en cours d’Adrien Arles sous la direction de Bernard Gratuze et Florian Téreygeol qui dirige ces fouilles. 20 E. Boutaric, Saint Louis et Alfonse de Poitiers, Paris, 1870, livre 3, chapitre 1 : « Histoire monétaire d’Alfonse », prépublié dans la Revue Numismatique, 1868, p. 285-302 et 365-387, « Histoire monétaire d’Alfonse frère de saint Louis, comte de Poitiers et de Toulouse (1241-1271) ».
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en eux-mêmes pour faire connaître le monnayage d’Alfonse. E. Boutaric a vu, signale et utilise beaucoup de documents mais, curieusement, les historiens de la monnaie ne s’y sont pas reportés. Il faut dire que les belles publications de la correspondance administrative et des enquêtes ont fait connaître une large partie des archives d’Alfonse de Poitiers, archives monétaires y compris21. Les comptes n’avaient pas fait l’objet de la même attention. C’est maintenant chose faite22 grâce à Jérôme Belmon qui a retrouvé cinq comptes de fabrication de l’atelier de Montreuil-Bonnin, couvrant chacun un terme comptable, soit environ un tiers d’année23. Quatre d’entre eux avaient déjà été publiés24, mais étaient restés ignorés des numismates. A leur suite, P. Spufford les ignorait ou attribuait à saint Louis un fragment cité par Du Cange et . Il conviendrait donc de les ajouter à la série des comptes évoqués ci-dessus. Tous sont liés à l’activité de Jean Aubert. En 1253 de la Chandeleur à l’Ascension 12 gros milliers ont été frappés, soit 3,24 millions de pièces contenant 1,14 t d’argent (cité Recueil des Historiens de la France, XXI, p. 280) En 1253-1254, et plus précisément de la Toussaint 1253 à la Chandeleur 1254, ont été frappés 8 gros milliers, soit 2,16 millions de pièces contenant 0,76 t d’argent. En 1257, de l’Ascension à la Toussaint, il s’agit de 22 gros milliers correspondant à 5,94 millions de pièces contenant 2,1 t d’argent. En 1259 de l’Ascension à la Toussaint, la production s’élève à 69,6 gros milliers soit 18,79 millions de pièces contenant 6,6 t d’argent. Enfin, en 1260, de l’Ascension à la Toussaint 12 gros milliers à nouveau ont été frappés. Ils s’inscrivent dans les valeurs attendues pour les quantités frappées mais témoignent de variations importantes puisque le rythme annuel varie de 21
Correspondance administrative d'Alphonse de Poitiers, Auguste Molinier éd., 2 vol., Paris, 1894-1900, à compléter par A. Molinier, « Mandements inédits d’Alfonse de Poitiers, comte de Toulouse (1262-1270) », Annales du Midi, 1900, XII, p. 289328. Enquêtes administratives d’Alphonse de Poitiers, ed. Pascal Guebin et PierreFrançois Fournier, Paris, 1959. 22 Leur édition ezst engagée dans le cadre de la thèse d’Ecole des chartes de Gaël Chenart sous la direction de Jérôme Belmon. 23 On compte par exemple 166 jours de l’Ascension à la Toussaint, 116 de la Chandeleur à l’Ascension et seulement 93 de la Toussaint à la Chandeleur. 24 A. Bardonnet, « Comptes d’Alfonse de Poitiers (1243-1247) », Archives historiques du Poitou, IV, 1875, p. 1-234, et « Comptes et enquêtes d’Alfonse, comte de Poitou, 1253-1269 », Archives historiques du Poitou, t. VIII, 1879, comptes publiés aux p. 13-14, 34-35, 158-159. ; Alexandre Teulet, J. de Laborde, Elie Berger, Henri François Delaborde, Layettes du Trésor des Chartes ..., 5 vol., Paris, 1863-1902, pour le compte de 1257.
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2 à 20 t d’argent ou de 6,5 millions à 56 millions de pièces par an, ce qui constitue un rythme record pour des émissions de deniers en France au XIIIeXIVe siècle. Il y a surtout tous les comptes de versement des profits du monnayage qui avec quelques lacunes forment une série presque complète. Il manque deux comptes en 1248-1249, quatre en 1260-1262 et tous les comptes postérieurs à la Toussaint 1268. Ainsi, entre l’Ascension 1249 et la Toussaint 1268 seulement 6 quadrimestres sur 57 font défaut. En 1263-1264, et en 1267, l’atelier semble connaître quelques moments de chômage qui se traduisent par l’absence de recettes « de moneta » à des moments où les maîtres changent. Peut-être en est-il de même en 1250-1251 et s’agit-il alors de l’installation de Jean Aubert ? Les comptes conservés montrent que les recettes « de moneta » reportées dans les comptes généraux correspondent précisément aux bénéfices liés à la frappe versés dans la période concernée. Il serait donc assez simple d’en déduire les quantités frappées, si on connaissait le taux du monetagium, sachant qu’est reportée la recette nette, déduction faite des dépenses du monnayage. Ces dépenses sont bien connues grâce aux cinq comptes où elles figurent avec les mêmes rubriques en 1253 comme en 1260 : il s’agit de gages journaliers et d’une robe pour le garde et le portier montant à 25 l. environ (de 20 à 33 l. puisque les termes sont de longueur variable) à quoi peuvent s’ajouter quelques menus frais et enfin du versement de 2 livres par gros millier au responsable des coins monétaires. Le chiffre de la recette augmenté de 25 à 35 livres correspond donc au produit du nombre de gros millier par le taux du monetagium moins deux livres. Le taux de monetagium est connu dans les cinq comptes et les deux baux conservés pour Montreuil-Bonnin, mais pour les périodes intermédiaires il faut faire une hypothèse en s’appuyant sur les taux pratiqués dans d’autres ateliers. Par principe, c’est le chiffre le plus élevé pour le monetagium et donc le plus bas pour la production qui a été retenu dans les calculs qui suivent. Ainsi, le taux de 50 livres attesté à La Rochelle en 1246 est appliqué aux émissions de 1249 à 1252 plutôt que le taux de 30 l. en usage en 1253 et 1254 bien que les taux pratiqués à Toulouse en 1251 et 1253 soient plus faibles encore (25 et 28 l. puis 16 l. par gros millier). En 1255, enfin, le passage à un compte en tournois des recettes du monnayage correspond peut-être à une nouvelle émission25 et à un nouveau bail qui serait au taux de 20 livres attesté ensuite en 1257, mais nous avons fondé le calcul sur le taux antérieur (30 livres par gros millier). Pour les 25
L’argument est fragile. Ainsi, en 1265-1267, les recettes du monnayage sont libellées de nouveau en tournois, mais cela tient sans doute moins à un changement d’émission monétaire qu’aux instructions comtales sur la tenue de sa comptabilité et la gestion de ses finances en tournois.
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années 1265-1267, nous avons supposé que le contrôle des boîtes à partir des échantillons pris sur 209 000 livres de fabrication concernait l’ensemble des fabrications, soit environ 186 gros milliers. Nous avons donc supposé que le taux de monetagium s’élevait à 90 livres par gros millier de façon à faire coïncider au mieux les quantités contrôlées et les profits comptabilisés. Comme les boîtes examinées en 1267, les engagements pris lors des baux de 1267 et 1269 pourraient permettre de croiser les données et de vérifier la validité de la démarche, mais ils portent sur la période où les comptes manquent et ces données viennent plutôt les compléter. On pourrait peut-être pousser plus loin encore l’exploitation de ces comptes de recettes. Pour la période 1253-1260 sur laquelle s’étalent les cinq comptes monétaires de Jean Aubert, il semble que le compte de Jean Aubert n’est alimenté que par les recettes du monetagium et débité par ses versements au Temple sur le compte d’Alfonse. Cela se vérifie également à la Chandeleur 1252, 1253 ou 1257 où apparemment il n’y eut aucun versement au Temple : les arrérages sont augmentés précisément du montant de la nouvelle recette. Les arrérages qui sont mentionnés ont ainsi toute apparence de représenter d’anciennes recettes du monnayage non encore reversées au comte. Ils pourraient permettre peut-être d’évaluer la production correspondant aux quelques comptes manquants, mais nous n’avons pas franchi le pas. En d’autres moments, en effet, Jean Aubert a eu diverses autres activités et une telle démarche serait téméraire.
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Date 1247 1248 1249 1250 1251 1252 1253 1254 1255 1256 1257 1258 1259
Nb pièces
Argent
millions
tonnes
3,2 9,2 8,1 15,0 11,2 13,0 10,9 7,5 9,5 17,3 11,5 14,4 41,8
Date
1,1 3,2 2,8 5,2 3,9 4,5 3,8 2,6 3,3 6 4 5 14,5
1260 1261 1262 1263 1264 1265 1266 1267 1268 1269 1270 1271 1272
Nb pièces
Argent
millions
tonnes
12,7
4,4
3,2 0,0 35,4 22,2 12,1 12,4 8,9 6,9 6,9 15,3
1,1 0 12,3 7,7 4,2 4,3 3,1 2,4 2,4 5,3
Fig. 9 Production monétaire à Montreuil-Bonnin
La reconstitution, terme comptable par terme comptable, permet d’évaluer le rythme annuel de la fabrication (fig. 9) qui connaît des fluctuations importantes autour d’une valeur moyenne de 12 millions de deniers et de 5 tonnes d’argent, avec des pics (42 et 35 millions de pièces, 14,5 et 12 t d’argent) en 1259 où rien ne laisse supposer une refonte ou en 1265-1266 où il s’agit bien d’une refonte. A l’inverse, l’intense activité déployée par Alfonse afin de réunir des fonds pour la Croisade en 1249 ne se traduit pas par une hyperactivité de la frappe à Montreuil-Bonnin. Le plus significatif tient à la continuité de la frappe. Sur les 26 années envisagées, dont cinq (en italiques) ne sont que partiellement documentées, deux seulement sont marquées par le chômage de l’atelier. Néanmoins sur l’ensemble de la période plus de 107 tonnes d’argent sont passées à l’atelier, ce qui confirme la permanence d’une activité soutenue et proche de 5 t d’argent par an. Pour le nombre de pièces frappées l’activité moyenne est une fois encore supérieure à celle des ateliers anglais et même le record absolu de 45 millions de pièces atteint à Londres en 1280 est presque atteint à Montreuil-Bonnin en 1259 avec 41,8 millions de deniers. Même sur le plan de la quantité d’argent, il suffirait qu’il y ait eu en France trois ou quatre ateliers comparables à Montreuil-Bonnin pour que la production monétaire en France soit égale à celle de l’Angleterre et une douzaine pour qu’elle soit sur le même pied, compte-tenu de l’étendue et de la population respectives. Les autres ateliers monétaires d’Alfonse de Poitiers pourraient faire l’objet d’une enquête similaire, mais les données sont moins riches, en tenant
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toujours compte de l’absence des comptes de 1261-1262. Pour l’atelier de Riom, deux mentions de recettes seulement apparaissent dans les comptes en 1251 et 1254. L’atelier du Marquisat de Provence semble actif de 1251 à 1260 d’après les comptes puis un bail est conclu en 1267 à Avignon. Pour celui de Toulouse, actif depuis 1251, à côté des trois baux de 1251, 1253 et 1255, la fabrication est attestée par les comptes en 1252-1253, 1255-1258 et de nouveau en 1265-1268. La fabrication serait donc moins continue même si elle atteint des niveaux comparables. Ceux-ci sont plus difficiles à déterminer précisément dans la mesure où on ne connaît pas toujours le taux du monetagium ni la proportion des frais à ajouter aux recettes nettes pour évaluer la production réelle. A Toulouse, en transposant le mode de calcul des frais utilisé pour Montreuil-Bonnin, on obtiendrait 46 gros milliers en deux ans (1252-1254), 84 en trois ans (1255-1258), puis 165 en trois ans et 4 mois (1265-1268), si le monetagium reste de 16 livres par gros millier durant cette dernière période. Ces chiffres correspondent à 2,3, 2,8 puis 5 tonnes d’argent par an pour un total de 30 tonnes. En Provence, le taux de 15 livres est attesté en 1267 et peut-être dès 1257, où il pouvait être de 20 livres si on tient compte des frais comme en Poitou : 190 l. représentent la recette nette sur le monnayage de 15 gros milliers frappés en un an. A ce taux les fabrications sont de 28, 29 ou 30 gros milliers par an en 1252-1256 puis de 24, de 15 et de 8 et encore 8 gros milliers de 1256 à 1260, soit un total relativement modeste de 17 tonnes d’argent en 8 ans. Si on regarde une année 1251 ou 1252 on peut évaluer la production à 40 gros milliers à Montreuil-Bonnin, 30 en Provence, 25 à Toulouse et (au taux de 30 livres par gros millier) à 13 gros milliers en Auvergne, soit à plus de 10 tonnes d’argent pour l’ensemble des ateliers d’Alfonse. Pour 1254 on aurait 15 gros milliers à Riom, 26 en Poitou, 30 à Toulouse (selon le bail) et autant en Provence soit également 10 t d’argent. En 1267, on aurait 50 gros milliers à Toulouse, 42 en Poitou et 15 en Provence soit toujours une valeur proche de 10 t. Malgré les multiples hypothèses et approximations sur lesquelles reposent ces évaluations, on peut avancer ce chiffre comme ordre de grandeur. Les ateliers d’Alfonse de Poitiers atteignent ainsi à eux seuls la moitié de la production des ateliers anglais qui tournait autour de 20 tonnes par an en 1251-1254, mais ils la dépassent en 1267 où elle était tombée à moins de 7 tonnes. Rappelons que l’activité moyenne de Londres ou Cantorbéry passe de 10 t d’argent par an dans les années 1250 à 6 t dans les années 1260 et 3 t dans les années 1270. Est-il possible de se fonder sur cette quantification des émissions d’Alfonse pour évaluer la masse monétaire circulant en France à partir des trésors monétaires selon la méthode mise en œuvre pour l’Angleterre ? Plusieurs difficultés se présentent. Il y a d’abord l’incertitude sur le classement numismatique des émissions d’Alfonse. De façon plus
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inquiétante encore, les trésors ne contiennent, à quelques exceptions près (trésor de Bretagne), que des pièces d’Alfonse au type tournois et quelques « mansois » de Toulouse alors que les frappes au type tournois sont interdites dès 1263 par le roi auquel Alfonse obéit. Or 50 t d’argent, soit le tiers de la production, sont frappées après cette date et n’apparaissent pour ansi dire pas dans les trésors. Le décri de ces pièces au type tournois par le roi n’a apparemment pas été un succès, mais il soulève des interrogations sur le caractère « normal » de la diffusion et de la déperdition de ces pièces. Les divers tests sur l’homogénéité de la circulation monétaire ne sont guère concluants puisque la part des émissions de Montreuil-Bonnin, de Toulouse, de Riom ou de Provence varie selon les régions et, dans une même région, selon les trésors. La part des pièces du Poitou représente environ les deux tiers des fabrications d’après les comptes : près de 100 t sur un total estimé à 153 t d’argent, ou encore 70 t sur 105 t frappées avant 1263 et l’interdiction des émissions au type tournois. Cet ordre de grandeur se retrouve bien dans les trésors du Centre, mais ceux-ci sont peu nombreux et les effectifs concernés sont très réduits : 1 pièce sur 2 à La Charité-surLoire ; 5 sur 7 à Chappes (71 %) ; 13 sur 23 à Courcelles-Frémoy (56 %) en Bourgogne. La proportion de tournois de Poitou est apparemment plus faible dans les trésors languedociens, plus proches des autres ateliers d’Alfonse, mais pour des effectifs tout aussi réduits : 1 pièce sur 3 à Viols-le-Fort (33 %), 3 sur 13 à Saissac (23 %). Elle est plus élevée dans les trésors de l’Ouest où les effectifs sont importants, qu’ils se situent dans la zone alimentée normalement par l’atelier de Montreuil-Bonnin comme Jonzac (335 sur 379, soit 88 %) ou en Normandie (234 sur 392 à St-Clair-sur-Elle, soit 60 %) et en Bretagne : 344 sur 369 à St-Nicolas-de-Pélem (93 %) ; 241 sur 292 dans le trésor de Bretagne (83 %) ; 45 sur 46 (98 %) à Yffiniac ; 93 sur 98 à Pluherlin (95 %). Dans les trésors postérieurs à 1271 on observe les mêmes écarts entre régions mais aussi une réduction de la part des monnaies poitevines en Normandie, dès les années 1270 (56 sur 151, soit 37 % à La Feuillie) et plus encore vers 1290 (1 sur 10 à St-Georges d’Annebecq). La circulation des pièces d’Alfonse n’est pas devenue plus homogène avec le temps. Sur l’ensemble de ces trésors la proportion des pièces poitevines s’élève à 1373 sur 1786 (77%) et se trouve accentuée du fait de la localisation dans l’Ouest des principaux trésors.
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Trésor26
Date
Bouvron 44 Gisors 27 Yffiniac 22 St-Nicolas 22 Jonzac 17 Pluherlin 56 St-Clair 50 Chappes 03 La Charité 58 Saissac 11 Viols-le-F. 34 Bretagne Courcelles-F La Feuillie 50 Lusignan 86 St-Georges 61 Angers 49 Bordeaux 33 Rocamadour 46 St-Barthélémy Aurimont 32 Burlats 81 Puylaurens 81 Villeneuve 63 Gémonville 50 St-Maixent 79 Manderen-Sierck
1241-5 1241-5 1251-66 1249-55 1250-5 1253-5 1253-70 1252-6 1252-7 1249-70 1250-70 1266-70 1270-1 1272-85 1270-90 1290 1290-9 1287-90 1302-12 1302-12 1298-01 1303-5 1316 1316 1311-4 1315-22 1328
St-Martin Ph II 262 12 3 65 52 13 307 25 66 25 88 12 950 74 114 9 4 0 0 265 16 98 56 0 158 3181
LVIII-L IX
118 2 0 0 10 0 86 0 17 6 0 33 3 182 6 46 0 0 2 0 79 11 40 9 16 2 597
352 8 0 105 71 0 442 3 136 144 0 106 16 4215 779 136 41 12 0 0 357 35 191 49 54 3813
0 0 3 162 138 9 979 3 34 1762 16 294 78
279 1 25 9 2 555 43 305 46 56 238 3041
Alfonse 1 1 46 493 437 98 392 2 5 13 3 292 23 151 24 10 2 0 0 0 19 0 13 2 2 313
Total
dtroi
1306 732 11377 32 202 6 1189 332 1815 271 606 22 2640 2114 640 11 453 253 1957 1927 21 16 2407 521 13107 109 7252 5347 1450 859 972 575 285 51 308 41 90 11 ? 2 3624 1256 1707 105 2688 634 1110 160 244 126 7 4200 17606 10632
Fig. 10. Deniers d’Alfonse de Poitiers dans les trésors français27
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Les différentes colonnes dénombrent les émissions de deniers au type tournois de Saint-Martin de Tours, de Philippe Auguste, de Louis VIII et Louis IX au type CIVI, de Louis IX et les émissions d’Alfonse de Poitiers en indiquant le nombre total de pièces et au nombre total des deniers tournois royaux contenus dans ces trésors. Sont indiqués en caractères gras les quelques trésors où les pièces d’Alfonse (et de Charles) sont plus nombreuses que celles du roi (et de Saint-Martin de Tours). 27 D’après J. Duplessy, Les trésors monétaires médiévaux et modernes découverts en France, tome II, 1223-1385, Paris, 1995).
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Les mêmes critères géographique et chronologique opèrent pour ce qui est de la proportion des monnaies d’Alfonse de Poitiers dans les trésors et donc dans la masse monétaire. Sur le plan géographique, la proportion est significative et dominante dans les trésors dr Poitou et de Bretagne, mais elle est inférieure à celle des monnaies royales en Normandie et elle devient minoritaire dans les autres régions (Centre, Languedoc, Bourgogne). Du point de vue chronologique, à partir du règne de Philippe III elle décline brusquement en Normandie (La Feuillie) puis au cœur même du Poitou (Lusignan) comme dans toutes les régions à l’époque de Philippe IV. Cette disparition peut marquer l’application de la mesure de retrait de la circulation de ces pièces ordonnée par saint Louis en 1263, dans la mesure où les trésors (sauf ceux de Bretagne, de Pontchâteau et d’Annebecq) ne contiennent que les pièces au type tournois visées par ce décri. Comme M. Allen l’a observé en Angleterre, comme nous l’avons constaté à propos des bourgeois de Philippe IV, il faut compter une petite dizaine d’années pour qu’une mesure monétaire (émission ou décri) se traduise de façon lisible dans les trésors et la masse des monnaies en circulation. Il n’est donc possible d’appréhender les monnaies d’Alphonse qu’à un moment où leur diffusion et leur intégration dans la masse monétaire ne se sont pas pleinement accomplies. A partir de la proportion des monnaies d’Alfonse dans les trésors on ne peut tenter d’évaluer la masse monétaire que pour les régions PoitouBretagne-Normandie où elles restaient confinées. C’est un indice du caractère régional de la circulation monétaire en France et un appel à la réunion d’un corpus de trésors autrement dense et fourni avant d’envisager toute quantification de la masse monétaire dans l’ensemble du royaume de France. Conclusion Au XIVe siècle la production monétaire est un peu mieux connue et il n’est pas nécessaire de reprendre ici la comparaison des productions monétaires de la France avec celles de l’Angleterre ou d’autres pays, même s’il reste aussi difficile d’en déduire une évaluation de la masse monétaire. Notre enquête sur le XIIIe siècle permet du moins de suggérer qu’en France comme en Angleterre les fabrications ont atteint un niveau d’activité élevé dans un grand nombre d’ateliers. Les premières données que nous avons pu présenter sur l’exemple de Montreuil-Bonnin en Poitou permet de lever l’objection d’un caractère ponctuel ou même épisodique des fabrications. La possibilité d’une évaluation de la masse monétaire à partir des trésors reste en revanche une spécificité britannique qui ne peut en l’état être transposée dans le cadre de la France médiévale où la circulation monétaire comportait un caractère régional prononcé. La diversification des espèces monétaires
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avec la circulation des gros d’argent et des pièces d’or complique encore la tâche et y rend assez illusoire cette enquête dès la fin du XIIIe siècle. On a pu observer que divers niveaux de circulation monétaire se superposent et que les trouvailles isolées ou les monnaies de fouilles, les bourses perdues ou les trésors (de thésaurisation) reflètent dès lors une circulation différente28. Une fois admise l’importance de la fabrication quelques questions se posent comme la nécessité d’une réévaluation de la masse d’argent en circulation et/ou de la production minière au XIIIe siècle. Le postulat d’un manque de monnaie structurel dans l’économie médiévale s’en trouve affaibli. Cette position de principe qui permet à certains historiens de refuser toute portée économique aux variations d’une masse métallique —toujours insuffisante— était déjà fragilisé par l’hypothèse des « frappes alternées ». Celle-ci suppose, en effet, l’existence de « capitaux flottants » attirés par des offres de frappe avantageuses et ainsi détournés du circuit de l’économie productive. La « bulle financière » serait alors à chercher du côté des princes et du financement de leurs insatiables besoins.
28
Voir par exemple sur cette question la mise au point récente de J. C. Moesgaard, « Single finds as evidence for coin circulation in the Middle Ages – Status and perspectives », Nordisk Numismatisk Arsskrift, 2000-2002, p. 228-275, à la p. 251.
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GACETA NUMISMATICA
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JUNIO 2007
LA PRODUCCIÓN DE MONEDA DURANTE EL SEXENIO REVOLUCIONARIO: ENTRE LAS INTENCIONES POLÍTICAS Y LAS REALIDADES DEL MERCADO JOSÉ MARÍA DE FRANCISCO OLMOS Lo primero que debemos preguntarnos al estudiar la producción de moneda en un período concreto son los límites del mismo. Sabemos que la moneda es una realidad económica y que la emiten las legítimas autoridades políticas de un Estado, poniendo en ellas los tipos y leyendas acordes con la situación institucional del momento. Pues bien, en este caso debería ser fácil limitar cronológicamente el Sexenio, que se iniciaría en septiembre de 18681 y terminaría con la proclamación de Alfonso XII por las tropas del general Martínez Campos en Sagunto el 29 de diciembre de 1874, seguido de la formación del MinisterioRegencia presidido por Cánovas del Castillo el 31 de diciembre siguiente. En teoría la moneda del Sexenio es la emitida por las autoridades del Gobierno Provisional (1868-1870), el rey Amadeo I de Saboya (1870-1873), la Primera República (1873-1874) y el Poder Ejecutivo (1874), pero hay problemas: - ¿Pertenece al Sexenio la moneda, fundamentalmente de oro, realizada durante todo el período a nombre de la reina Isabel II con el sistema anterior al de la Peseta? - ¿Pertenece al Sexenio la moneda que con los símbolos políticos de los distintos regímenes, Gobierno Provisional y Monarquía de Amadeo, se acuña hasta el año 1876, ya en la Restauración? - ¿Dónde colocamos las monedas de los “otros” poderes políticos que reclamaron su cuota de soberanía en esos años, tales como los carlistas o los
cantonalistas de Cartagena, que en uso de su “derecho” acuñaron moneda? - ¿Cómo hay que catalogar los billetes bancarios del período, realizados todos en el sistema monetario isabelino del escudo, hasta que se otorga el monopolio de los mismos al Banco de España en 1874, siendo la primera emisión en pesetas de julio de ese año? Para responder a estas preguntas hay que decidir que prima a la hora de identificar una moneda, el poder político que la emite o el sistema 1
La proclama de los sublevados tiene fecha de 19 de septiembre en Cádiz, la batalla del Puente de Alcolea tiene lugar el 28 de septiembre, la reina Isabel II huye a Francia el 30 de septiembre, el general Serrano entra en Madrid el 3 de octubre y el Gobierno Provisional se forma el 9 de octubre de 1868.
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económico al que pertenece, según se responda se definirá qué monedas pertenecen al sexenio y cuáles no, aunque nosotros intentaremos ser lo menos restrictivos posibles para intentar mostrar la totalidad del numerario circulante en esos momentos2. 1. La fabricación En primer lugar hay que decir que la Revolución de septiembre de 1868, la Gloriosa, coincidió con un importante hito tecnológico en la fabricación de moneda española, ya que en esos momentos se inauguraba la Nueva Fábrica de la Moneda de Madrid3, que conllevó el cierre de las anteriores (casa vieja de Madrid, Segovia, Sevilla y Jubia4, caso especial es el de Barcelona por la fabricación del bronce). Sin entrar en muchos detalles diremos que la Ley de 15 de enero de 1856, autorizaba al Gobierno a construir un nuevo edificio para Fábrica de Moneda y Timbre en los terrenos de la huerta de la Escuela Veterinaria de Madrid junto a la Puerta de Recoletos (hoy Plaza de Colón), cuyo coste se pagaría con los edificios y propiedades de las casas de moneda de Madrid, Sevilla y Segovia, así como de la fábrica de papel sellado, si no alcanzasen se abriría un crédito extraordinario (crédito de 8 millones de reales y plazo de traslada de no más de dos años). Las obras comenzaron el 24 de febrero de 1856, a finales de 1858 estaba terminada la mayor parte de la edificación, aunque en este momento se paralizó por una denuncia sobre discrepancias entre el volumen de obra y la realmente ejecutada, pero no se prueba nada y las obras siguen en septiembre de 1859, siendo la inauguración oficial el 13 de febrero de 1861 (con un coste de 15 millones de reales), aunque las obras de remate siguieron hasta el año 1865, alcanzando un coste total de unos 25 millones de reales. 2
Las únicas piezas a la que no se hará referencia son las conmemorativas de 25 milésimas de escudo realizadas en la Ceca de Segovia exaltando el triunfo de la Revolución (29 de septiembre de 1868), siendo ésta la última acuñación de esta histórica ceca antes de su definitivo cierre a principios de 1869. Y tampoco se estudiarán las realizadas en las provincias de Ultramar, como las piezas de Cuatro, Dos y Un Peso de oro a nombre de Isabel II que se realizaron en la ceca de Manila durante toda la etapa del Sexenio. 3 Los datos que se expresan a continuación están resumidos principalmente de las obras de Adolfo Plañiol, Casa de la Moneda de Madrid, 1917; Rafael Durán González, “Historia de la Casa de la Moneda y Timbre”, Numisma, nº 132-137, año XXV (1975), pp.97-142; y la gran obra, CIEN AÑOS DE HISTORIA: FABRICA NACIONAL DE MONEDA Y TIMBRE, Madrid, 1994. 4 Datos sobre las subastas de los inmuebles de dichas casas en Esperanza Casado Aguado, “La venta en subasta de las Casas de Moneda de Madrid , Sevilla, Segovia y Jubia (1866-1883)“, marzo de 2001, en www.segoviamint.org y Glenn MURRAY: Guía de las Cecas Españolas, Segovia, 2003.
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Estas nuevas instalaciones se equiparon con la maquinaria más moderna, así en 1862 se adquirieron seis balanzas automáticas que el ingeniero inglés James Murdoch Napier, de Londres, había construido para el pesaje automático de las monedas. En 1863/64 se compraron dos máquinas de vapor de 25 CV, carros de rieleras, bancos de laminar, cajas para blanquear, rieles, máquinas cortadoras (1000 cospeles al minuto), y por último una prensa grande y tres pequeñas para acuñar del sistema de Thonnelier, reformado por los señores V.T.Cail y Compañía (constructores de París) siendo las prensas proporcionadas por una compañía española “La Maquinista Terrestre y Marítima”, que ya funcionaban perfectamente a finales de 1865, completándose todas las novedades tecnológicas durante el año 1867. Sabemos como eran las instalaciones de la Fábrica gracias a las descripciones de la época, en especial por El Museo Universal (X, 1866), que nos dice que el salón de máquinas estaba integrado por laminadores, hileras, cortes, tórculos, prensas monetarias, balanzas automáticas, cuatro hornos y una oficina de blanqueamiento. Aquí entraban los metales en barras o rieles y salían en moneda acuñada; además en el nuevo edificio la segunda planta la ocupaba el Departamento de Grabado, donde se grababan los troqueles y se custodiaba el Monetario (creado en 1833), cuyas colecciones se exhibieron al público por primera vez en 1866, en la planta baja estaban las dos fundiciones de oro y dos de plata, con cuatro hornillos cada una, en las que se podían fundir de cuatro a seis mil kilos diarios de metal, bajo la dirección del ensayador (oro y plata), o La Ilustración Española y Americana (nº XIII, abril 1872). El Trabajo en la fábrica tenía los siguientes pasos: 1.- Admisión de metales de oro y plata en Tesorería (por cuenta del Tesoro o de los particulares según la legislación vigente). 2.- El ensayador comprobaba la ley del metal, y con ayuda del contador numeraba las barras y talegas que pesaba después el juez de balanza. 3.- El metal se fundía y reducía a la ley monetaria vigente, y de nuevo se contaba y pesaba por los anteriormente citados oficiales, entregándose los rieles en la sala de acuñación para ser laminados (en los laminadores e hileras), cortados en discos y pesados, y ya por fin torculados, blanquecidos y acuñados. En todo el proceso estaban presentes los ensayadores para comprobar la ley, que podía variar conforme el metal era sometido a los distintos procesos antes citados. 4.- Tras acuñar las piezas se realiza un muestreo que se entrega de nuevo al ensayador para confirmar la ley, de nuevo se cuentan, se pesan y se entregan a la Tesorería.
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Esta gran instalación industrial5 será la que acuñará la totalidad de las piezas de oro y plata de los gobiernos del Sexenio, no así las piezas de bronce, ya que, a pesar de que la nueva instalación tenía talleres destinados a ello, en 1865 el Gobierno había contratado a la empresa Casa Oeschger, Mesdach y Cia (siglas identificativas O.M.) para dicha tarea6 y las nuevas autoridades mantuvieron este compromiso. Es muy interesante consultar los datos sobre el contrato y sus vicisitudes que se aportan en 18777, donde se dice explícitamente que los cospeles se realizaban en la fábrica de Biache SaintVaast (Paso de Calais, Francia) y luego se trasladaban en tren a Marsella, y de allí en barco a Barcelona, donde se acuñaban en la casa de moneda de la ciudad y desde allí se distribuian al resto de España, por lo cual esta ceca no se cerró hasta 1879. Por tanto en el momento de producirse la Revolución el oro y la plata del sistema monetario del escudo se acuñaban en Madrid, y el bronce en Barcelona, aunque con la concesión a la empresa privada antes mencionada, y se hacían con las mejores características técnicas y los medios industriales más modernos. 2. El Sistema Monetario Durante el reinado de Isabel II hubo varias reformas monetarias, siendo la última de ellas la del llamado Escudo de plata (dividido en 100 céntimos). Fue su promotor el entonces ministro de Hacienda del gabinete O`Donnell, Pedro de Salaverría, que la aprobó mediante la ley de 26 de junio de 1864. La nueva unidad será el escudo de plata, equivalente a 10 reales de los antiguos o al viejo medio duro. Tendría múltiplos en oro y divisores en bronce, los céntimos. El motivo oficial para la reforma fue “facilitar el comercio
5
La Fábrica estaba a cargo de un Superintendente (dependiente entre 1865 y 1875 de la Dirección General del Tesoro Público, y de 1875 a 1882 de la Secretaría del Ministerio de Hacienda), siendo en éste período sus responsables: Federico Arias Pardiñas (9-X-1866 - 28-X-1868); Ricardo Muñiz (29-X-1868 - 24-V-1872); Enrique Vigliessi (25-V-1872 - 22-VI-1872); Juan Rózpide (24-VI-1872 - 27-V-1873); José Jiménez Mena (28-V-1873 - 22-VI-1873); Juan Rózpide (23-VI-1873 - 2-IX-1873) Gabriel de Usera (3-IX-1873 - 31-III-1874); y Ramón Serrano Serrano (1-IV-1874 21-XII-1880). 6 Reales Ordenes publicadas en la Gaceta de Madrid de 9 de octubre de 1865, nº 282, p.1-3. 7 Colección Legislativa de España, Segundo Semestre de 1877, documento nº 465, Hacienda (20 de julio, publicada en 30), Real orden aceptando las modificaciones que se determinan en el contrato celebrado con los Sres. Oeschger, Mesdach y compañía, y dictando otras disposiciones sobre la acuñación de moneda de bronce, pp. 347-377.
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con las naciones americanas, adoptando una unidad, que tenía la ventaja de equivaler exactamente al medio peso y era un múltiplo decimal del antiguo real” 8.
Metal Oro Plata
Bronce
Valor facial 10 escudos 4 escudos 2 escudos 2 Escudos Escudo 40 céntimos 20 céntimos 10 céntimos 5 céntimos 2,5 céntimos 1 céntimo 0,5 céntimos
Peso en Ley en gramos. milésimas. 8,387 900 3,355 900 1,677 900 25,960 900 12,980 900 5,192 810 2,596 810 1,294 810 12,500 95 % Cu 4 % Sn 6,250 1 % Zn 2,500 1,250
Nombre de la moneda Doblón de Isabel Doblón de 4 escudos Doblón de 2 escudos Duro Escudo / Medio Duro Peseta Media Peseta Real Medio Real Cuartillo Décima Media Décima
Estas monedas eran las que se acuñaban en el momento de la Revolución, pero algo más de un año después de esta reforma, el 23 de diciembre de 1865 se creó, liderada por Francia, la llamada Unión Monetaria Latina (en principio formada por Bélgica, Italia y Suiza, uniéndose a la misma Grecia en 1868)9, con el objetivo de crear una moneda con las mismas características físicas para todos los países miembros y ayudar así a los intercambios comerciales. El Gobierno español estuvo estudiando las posibles ventajas de unirse a la Unión Monetaria Latina, y tras un informe favorable de la Junta Consultiva de Moneda, que fue aprobado también por el Consejo de Estado, se envió al Gobierno una propuesta favorable al ingreso en la UML (febrero de 1868). Dado estos preliminares no es de extrañar que el Ministro de Hacienda del Gobierno Provisional, Laureano Figuerola, decidiera aprobar con extrema rapidez, el 19 de octubre de 1868, apenas quince días después de tomar posesión, el nuevo sistema monetario español, denominada de la Peseta, que tendría las mismas
8
Más datos en Felipe Mateu y Llopis, “Estudio de los Orígenes del Sistema Monetario Español”, en Numisma, nº 67 (año XIV) (1964), pp. 52-53. 9 Al final en la UML se llegaron a integrar 33 países, ya fuera como afiliados, asociados, alineados o porque realizaban acuñaciones similares. Rafael Feria y Pérez, Laureano Figuerola: La Peseta y el Senado, Madrid, 2001, p.21.
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Metal Oro
Plata
Bronce
Valor facial 100 Francos 50 Francos 20 Francos 10 Francos 5 Francos 5 Francos 2 Francos 1 Franco 0,50 Francos 0,20 Francos 10 céntimos 5 céntimos 2 céntimos 1 céntimo
Peso en Ley en gramos. milésimas. 32,258 900 16,129 900 6,451 900 3,225 900 1,613 900 25 900 10 835 5 835 2,5 835 1 835 10 95 % Cu 5 4 % Sn 2 1 % Zn 1
características que las monedas emitidas por la UML, aunque sin entrar a formar parte jurídicamente de este pacto monetario. Las características de las nuevas piezas monetarias españolas serían las siguientes10: Metal
Oro
Plata
Bronce
Valor facial
100 Pesetas 50 Pesetas 20 Pesetas 10 Pesetas 5 Pesetas 5 Pesetas 2 Pesetas 1 Peseta 0,50 Pesetas 0,20 Pesetas 10 céntimos 5 céntimos 2 céntimos 1 céntimo
Peso en gramos 32,258 16,129 6,451 3,225 1,613 25 10 5 2,5 1 10 5 2 1
Permiso (peso) FebleFuerte (milésimas) 1 1 2 2 3 3 5 5 7 10 10 10 15 15
10
Ley en Permiso (ley) Diámetro milésimas. Feble-Fuerte en (milésimas) milímetros 900 900 900 900 900 900 835 835 835 835 95 % Cu 4 % Sn 1 % Zn
2 2 2 2 2 2 3 3 3 3 10 10 5 5
35 28 21 19 17 37 27 23 18 16 30 25 20 15
Datos extraidos del Decreto de 19 de octubre de 1868. Este sistema debía regir en España y todos sus dominios de forma obligatoria desde el 31 de diciembre de 1870 en todas las cuentas públicas, aunque para los particulares se fijó la fecha de 1 de enero de 1872 para la obligatoriedad de expresar en pesetas y céntimos los valores objeto de sus transacciones.
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Todas las piezas de oro y las de 5 pesetas de plata debían ser admitidas sin limitación alguna en todos los intercambios, y los particulares podían presentar pastas metálicas en las Casas de Moneda para su fabricación. El resto de las monedas de plata y las de bronce siempre serían fabricadas por cuenta del Estado, y tenían ciertas limitaciones en los intercambios, las de plata “no se entregarán en las Cajas públicas ni serán admisibles entre particulares en cantidad que exceda de 50 pesetas”, mientras para las de bronce la cantidad se reducía a cinco pesetas. Por tanto antes de terminar 1868 se había aprobado un cambio de sistema monetario, avalado por la nueva situación política, pero la realidad económica llevó a la necesidad de seguir emitiendo moneda del sistema antiguo, al menos mientras se preparaban los nuevos cuños y se aprobaban los tipos del nuevo, que incluso pronto llegará a sufrir alguna reforma para adaptarse a las necesidades específicas de España11. Pero antes de nada (23 de marzo de 1869)12, el Gobierno ordenó el cambio oficial entre las viejas y nuevas monedas, tanto con referencia al sistema del escudo, como al del real. Metal Oro
Plata
Bronce
Valor facial (1864) 10 escudos 4 escudos 2 escudos 2 Escudos Escudo 40 céntimos 20 céntimos 10 céntimos 5 céntimos 2,5 céntimos 1 céntimo 0,5 céntimos
Cambio en Pesetas (1869) 25,99 10,39 5,19 5,19 2,59 1,04 0,52 0,26 0,13 0,065 0,026 0,013
11
Metal Oro
Plata
Bronce
Valor facial (1869) 100 Pesetas 50 Pesetas 20 Pesetas 10 Pesetas 5 Pesetas 5 Pesetas 2 Pesetas 1 Peseta 0,50 Pesetas 0,20 Pesetas 10 céntimos 5 céntimos 2 céntimos 1 céntimo
Cambio en reales 400 200 80 40 20 20 8 4 2 0,80 0,40 0,20 0,08 0,04
Como fue la creación de una pieza no contemplada en el sistema original, la de 25 pesetas de oro (21 de marzo de 1871), con peso de 8,06451 gramos y ley de 900 milésimas (con permiso de 2 milésimas y diámetro de 24 milímetros), que luego comentaremos. 12 En este decreto se reconoce que había una disminución de peso en las monedas del nuevo sistema respecto de las de 1864, “esta disminución de peso equivale a un 3,99 % en la moneda de oro, y un 3,84% en la de plata”, y pronto empezó a causar problemas en especial en el oro. Asimismo advierte del caos monetario existente en España ya que se encuentran en circulación nada menos que 97 clases de monedas diferentes con características específicas distintas.
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Con todo lo anterior vemos unos cuadros con la relación de las principales monedas de oro y plata de España en este período con las del resto de las potencias del momento, en ley y contenido metálico, añadiendo la Diferencia (con las 25 pesetas de oro y con las 5 pesetas de plata). Inglaterra Portugal Alemania USA UML España España
Inglaterra Portugal Alemania USA UML España
ORO Soberano Media Corona 20 marcos 5 Dolares 20 francos 25 pesetas 10 escudos PLATA Corona 5 Testons 2 piezas de 5 5 marcos Dolar 5 francos 5 pesetas
LEY Peso (grs) 916,66 7,98805 916,66 8,868 900 7,965 900 8,539 900 6,45190 900 8,06451 900 8,387
Fino (grs) Redondeo Diferencia 7,3223259 7,3223 + 0,0642 8,1289408 8,1289 + 0,8708 7,1685 7,1685 - 0,0896 7,6851 7,6851 + 0,427 5,80671 5,8067 - 1,4514 7,258059 7,2581 = 7,5483 7,5483 + 0,2902
LEY Peso (grs) 925 28,2759 916,66 12,5 916,66 25 900 27,778 900 26,729 900 25 900 25
Fino (grs) Redondeo Diferencia 26,155207 26,1552 + 3,6552 11,45825 11,4583 22,9165 + 0,4165 25,0002 25,0002 + 2,5002 24,0561 24,0561 + 1,5561 22,500 22,500 = 22,500 22,500 =
3. La Producción de Moneda Con todos loa antecedentes antes comentados pasemos ahora a la producción física de moneda, en primer lugar hablemos de las Fuentes para conocer estos datos. Las primeras son las propias de la Casa de la Moneda de Madrid, cuyo Archivo se encuentra en la Sección de Fondos Contemporáneos del Archivo Histórico Nacional de Madrid, allí diversos libros nos informan de la compra de material y del trabajo diario, así como de los datos ofrecidos al Ministerio y a organismos internacionales, tales como la Administración de las monedas y medallas de París. De época es también la documentación oficial publicada en la Gaceta de Madrid y en el Boletín del Ministerio de Hacienda, que debe servirnos de guía por ser la emanada de la autoridad emisora. En Bibliografía hay que destacar estudios específicos de principios del siglo XX que nos proporcionan numerosos datos, como son, por orden de aparición, los de Federico García Patón, Memoria sobre Fabricación y Casas de Moneda, Madrid, 1895; y La Fabricación de las Monedas, Madrid, 1903; Andrés Barthe y Barthe, Estudio crítico de la crisis monetaria, Madrid, 1905; y Adolfo Plañiol, La Casa de la Moneda, Madrid, 1917; algo posterior pero también con muchos datos es la obra de Federico de Aristizabal y Samper, Labores efectuadas de acuñación y recopilación de la legislación que a ellas se refiere, Madrid, 1943. Estas obras han aportado los datos recogidos en la
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mayoria de las realizadas posteriormente, como la de Juan Sardá Dexeus, La política monetaria y las fluctuaciones de la economía española en el siglo XIX, Barcelona, 1948. Últimamente se han publicado obras de mérito y puesta al día, como la de José María Aledón, Catálogo básico de la Peseta, Valencia, 1997, y la Javier de Santiago Fernández: La peseta, 130 años de historia, Madrid, 2000, aunque hay que manifestar que el mayor especialista en el período es Rafael Feria y Pérez, muchos años Director del Museo Casa de la Moneda, y que me ha permitido manejar los datos por él recogidos, muchos de ellos inéditos, que forman parte de una investigación aún no publicada. 3.1. La acuñación de monedas a nombre de Isabel II La sustitución de su sistema monetario por otro no puede hacerse de forma inmediata, con lo cual el Gobierno Provisional decidió mantener algunas de las acuñaciones previstas en la Casa de la Moneda de Madrid para este año económico 1868-186913. De esta manera las acuñaciones de Plata en este año económico, podemos dividirlas de la siguiente manera14: Primer semestre: 1 de julio a 31 de diciembre de 1868 a) Antes de la Revolución Año 1868-1869 Rendición Aprobación 31-VII
3-VIII
Año 1868-1869 Rendición Aprobación 5-VIII 31-VIII 11-IX
6-VIII 2-IX 14-IX Totales
DUROS (piezas de dos Escudos) Peso Importe en Permiso en Reducido Escudos Escudos (en Kg) 7945,905 7150,335965 612.376 212,748
Peso Bruto (en Kg)
Peso Bruto (en Kg) 1920,865 1437,575 3819,268 7177,708
ESCUDOS Peso Importe en Reducido Escudos (en Kg) 1728,778500 148.076 1293,817500 110.899 3437,341200 294.452 6459,937200 553.427
13
Permiso en Escudos 90,484 146,922 210,475 447,881
Los años económicos van de 1 de julio a 30 de junio, y así se muestra en la documentación de la Casa de la Moneda, como luego veremos. La primera disposición oficial al cese de acuñaciones se produce el 5 de febrero de 1869, cuando el Ministro de Hacienda ordena que a partir de esta fecha no se acuñen piezas de 40, 20 y 10 céntimos de escudo, siendo sustituidas por piezas nuevas de una peseta, cuyo valor respecto de las anteriores sería de una peseta = 4 reales de vellón. 14 AHN Fondos Contemporáneos, Ministerio de Hacienda, Libro 326.
41
b) Después de la Revolución Año 1868-1869
PIEZAS DE PESETA (Sistema antiguo) 40 céntimos de Escudo de la Ley de 1864 Rendición Aprobación Peso Bruto Peso Reducido Importe en Permiso en (en Kg) (en Kg) Escudos Escudos REVOLUCION 31-X-68 10-XI 1.366,550 1.106,905500 105.332 51,601 30-XI 1-XII 4.333,038 3.507,426150 334.075,200 251,812 30-XI 1-XII 4.189,512 3.389,884675 322.984,800 218,884 26-XII 29-XII 2.573,555 2.082,005995 198.421,200 151,201 Totales 12.462,655 10.086,222320 960.813,200 673,498
Por tanto, con estos datos vemos que después de la toma de posesión del Gobierno Provisional y la aprobación del nuevo sistema monetario, la Casa de la Moneda de Madrid aún realizó cuatro labores de acuñación de moneda de plata del sistema antiguo en los tres últimos meses de 1868, ahora bien sólo de la pieza de 40 céntimos de escudo (tradicionalmente conocida también como peseta), con un valor cercano al millón de escudos. Lo mismo que ocurrió con la plata, podemos decir del oro15, a continuación vemos las acuñaciones de piezas de 10 y 4 escudos de oro durante este año económico. Año 1868-1869 Rendición
8-VII 25-VIII
Aprobación
16-VII 27-VIII Totales REVOLUCION 31-XII 7-I-1869 10-II 17-II 3-III 9-III 3-IV 8-IV 29-IV 3-V 22-V 26-V 11-VI 14-VI Totales
15
CENTENES (10 Escudos) Peso Importe en Reducido Escudos (en Kg) 1.946,546 1.751,742803 2.322.250 4.929,663 4.435,673543 5.880.030 6.876,209 6.187,416346 8.202.280
Peso Bruto (en Kg)
761,211 685,089900 908.080 904,709 814,134945 1.079.240 248,489 223,648200 296.320 931,169 838,148519 1.110.980 4066,314 3652,397368 4.850.690 1394,323 1254,722033 1.663.210 1702,815 1532,380738 2.031.860 10.009,03 9.000,521703 11.940.380
AHN Fondos Contemporáneos, Ministerio de Hacienda, Libro 327.
42
Permiso en Escudos 1.351,455 2.297,067 3.648,522 481,800 546,056 40,507 737,230 2.346,599 846,092 1.567,154 6.565,438
Año 1868-1869 Rendición Aprobación REVOLUCION (Sept.) 19-II 20-II-1869 9-III 11-III 28-V 31-V Totales
Peso Bruto (en Kg)
CUARENTINES (4 Escudos) Peso Reducido Importe en (en Kg) Escudos
1.109,754 327,099 844,581 2.281,434
998,704189 294,389100 759,927983 2.053,021272
Permiso en Escudos
1.323.780 390.304 1.007.928 2.722.012
604,504 304,849 923,961 1.833,314
A estos datos hay que añadir otros del Departamento de Fielato, que desgraciadamente sólo responden al primer semestre del año económico 1868-1869 y a las piezas de 10 escudos (o 100 reales como se expresa en el Libro)16, donde aparece la producción de cospeles de estas piezas y sobre todos aquellos que son desechados como inútiles, en la labor de julio un 0,8166 %, en la de agosto un 0,8353 %, y en la primera posterior a la Revolución, la de diciembre un 1,1398 %. 1868 Fechas 8-VII 25-VIII REV 31-XII
Cospeles de 100 reales (número) Totales Inútiles Útiles 234.138 1.912 232.226 592.957 4.953 588.004 91.856
1.047
Cospeles de 100 reales Valor en (peso en Kg) Reales de la Acuñación Totales Inútiles Útiles 1.962,556 16,010 1.946,546 23.226.600 4.971,088 41,425 4.929,663 58.800.400
90.809
769,942
8,731
761,211
9.080.900
Como resumen podemos entonces decir que en tras la Revolución de septiembre se acuñó en Madrid durante el año económico de 1868-1869 (en concreto entre el 31 de diciembre de 1868 y el 11 de junio de 1869) la cantidad de 14.662.392 escudos en monedas de oro a nombre de Isabel II, divididas en Piezas de 10 escudos (11.940.380 de escudos) y de 4 Escudos (2.722.012). Ahora bien, si con la Plata hemos visto que la acuñación fue relativamente escasa, sólo en una pieza concreta (los 40 céntimos de escudo o peseta antigua) y que cesó con gran rapidez, en el oro no podemos decir lo mismo, ya que las circunstancias económicas fueron muy distintas. La diferencia metálica entre las antiguas piezas isabelinas, en concreto el centén (los 10 escudos) que se labraba a una talla de 13.248 reales kilogramo de oro fino, y las monedas de oro nuevo, y en especial las 25 pesetas que debían sustituir a las previstas 20 pesetas oro (Decreto de 21 de marzo de 1871), que se labraban con la talla de 13.777, 77 reales, conllevaba una rebaja de metal fino del 3,99 %, y tanto el público en general, como el Banco de España en particular17, siguiendo 16
AHN Fondos Contemporáneos, Ministerio de Hacienda, Libro 1561. Recordemos aquí que el Banco de España era una entidad particular que emitía billetes respaldados por sus reservas de oro, que estaban compuestas en su gran mayoría por
17
43
un criterio rígidamente metalista, se negaron a aceptar las nuevas monedas de oro a los cambios oficiales, y el Gobierno decidió seguir acuñando el oro isabelino18. Con estos antecedentes podemos ver las acuñaciones de oro de centenes isabelinos (piezas de 10 escudos de oro, conocidos también como 100 reales), durante los siguientes años económicos:19 Año 1869-1870 Rendición Aprobación 5-VII 26-VII 16-VII 9-XI 20-XII 29-I-1870 14-III 30-IV 24-V
7-VII 29-VII 20-VIII 13-XI 22-XII 1-II 18-III 6-V 1-VI Totales
Año 1870-1871 Rendición Aprobación 28-VII 31-VIII 14-IX 10-XII
30-VII 6-IX 19-IX 14-XII Totales
Peso Bruto (en Kg) 1139,799 6435,785 1792,357 68,943 2073,744 1028,847 3102,022 2260,977 7433,666 25.336,160
CENTENES (10 Escudos) Peso Reducido Importe en (en Kg) Escudos 1025,249200 1.359.620 5791,452699 7.676.840 1611,571158 2.137.950 61,992092 82.800 1866,535496 2.473.420 925,939373 1.227.190 2791,819800 3.700.070 2034,897300 2.697.360 6691,686471 8.866.740 22.081,144089 30.221.390
Permiso en Escudos 623,207 3325,500 894,307 7,784 860,549 483,656 1472,634 1534,782 3430,580 12.632,999
Peso Bruto (en Kg) 8752,644 3575,043 1628,697 947,627 14.904,011
CENTENES (10 Escudos) Peso Reducido Importe en (en Kg) Pesetas 7878,284849 26.100.750 3218,314943 10.660.625 1465,797300 4.857.000 853,249320 2.825.950 13.415,646412 44.444.325
Permiso en Pesetas 10.862,06 4.148,88 2.199,09 1.285,01 18.495,04
piezas de 10 escudos de Isabel II, y que sus billetes tenían valor facial en escudos de oro, negándose a aceptar cambiarlos en las nuevas monedas de peseta, en especial no aceptaban la equivalencia del antiguo centén isabelino con la nueva pieza de 25 pesetas oro, ya que había una diferencia media entre ambas piezas de 0,3 gramos, que el Banco no estaba dispuesto a aceptar, por lo cual continuó emitiendo sus billetes en escudos hasta la emisión de 1 de julio de 1874, la primera tras conseguir del Estado el monopolio de emisión de billetes para toda España (ley de 19 de marzo de 1874). Ver J. Sardá, La política monetaria…, op.cit., pp.158-159. 18 Para todo el problema de la acuñación de oro isabelino durante el Sexenio puede verse un documento oficial muy interesante, el informe de la Junta consultiva de Moneda publicado en la Gaceta de Madrid de 23 de agosto de 1876. 19 AHN Fondos Contemporáneos, Ministerio de Hacienda, Libro 327.
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Año 1871-1872 Rendición Aprobación 30-IX-71 10-IX 30-XI 22-XII 29-II-72 14-III 30-III 9-IV
7-X 28-X 4-XII 28-XII 6-III 18-III 6-IV 12-IV Totales
Año 1872-1873 Rendición Aprobación 31-I-73 28-II 31-III 30-IV 31-V 5-VI
7-II 5-III 4-IV 5-V 4-VI 14-VI Totales
Peso Bruto (en Kg) 2322,509 1941,173 5583,324 3656,218 3212,348 2641,883 1329,628 694,815 21.381,898
CENTENES (10 Escudos) Peso Reducido Importe en (en Kg) Pesetas 2091,042502 6.925.550 1746,904909 5.788.450 5026,595927 16.648.275 3290,624432 10.901.575 2890,998254 9.578.225 2377,401885 7.877.050 1196,665200 3.964.500 625,066193 2.071.575 19.245,299302 63.755.200
Permiso en Pesetas 2631,70 2219,49 5507,60 3132,14 2871,45 2140,59 1165,05 492,94 20.160,96
Peso Bruto (en Kg) 7672,301 4744,707 6234,450 4208,182 6226,942 274,655 29.361,237
CENTENES (10 Escudos) Peso Reducido Importe en (en Kg) Pesetas 6901,704599 22.877.025 4269,134386 14.147.100 5609,725453 18.589.050 3786,959142 12.547.650 5603,720567 18.566.600 327,092492 818.975 26.418,336839 87.546.400
Permiso en Pesetas 7427,38 4085,19 5403,86 3910,85 5333,73 307,39 26.468,40
En resumen, la fabricación de oro isabelino durante el sexenio fue la siguiente: - Piezas de 4 escudos 680.503 piezas con un valor de 2.722.012 escudos (1869). - Piezas de 10 escudos (cambio 10 escudos = 25 pesetas) 1.194.038 piezas con un valor de 11.940.380 escudos (1868-1869) (29.850.950 pesetas). 3.022.139 piezas con un valor de 30.221.390 escudos (1869-1870) (75.553.475 pesetas). 1.777.773 piezas con un valor de 44.444.325 pesetas (1870-1871). 2.550.208 piezas con un valor de 63.755.200 pesetas (1871-1872). 3.501.856 piezas con un valor de 87.546.400 pesetas (1872-1873). - Totales 4 escudos = 680.503 piezas, con un valor de 6.805.030 pesetas. 10 escudos = 12.046.014 piezas, con un valor de 301.150.350 pesetas.
45
ACUÑACIÓN DE ORO (EN ESCUDOS)
100000000
90000000
80000000
70000000
60000000 4 escudos
50000000
10 escudos
40000000
30000000
20000000
10000000
0 1868-69
1869-70
1870-71
1871-72
1872-73
Todos estas monedas llevaron como fecha de emisión la de 1868, como no podía ser de otra manera, ya que políticamente un retrato de la reina Isabel II no podía llevar bajo él una fecha posterior a esta. Ahora bien la fecha de Fabricación que aparece en las pequeñas estrellas de control sí sufrió modificaciones, aunque sólo tras el acceso al poder de la Primera República en febrero de 1873. Todas las estrellas llevaron la fecha de 1868 hasta este momento, pero las acuñaciones de centenes posteriores la cambiaron por la verdadera, la de 1873, por cierto la última labor de esta moneda se realizó en junio de 1873, desde entonces los libros de la Casa de La Moneda de Madrid nos informan de que cesaron todas las acuñaciones de oro en los años económicos de 1873-1874,1874-1875 y 1875-1876, no volviendo a restablecerse hasta noviembre de 1876, ya en época de la Restauración, acuñando las piezas de 25 pesetas con el busto y el nombre de Alfonso XII. Año económico de 1876-1877 Rendición Aprobación 5-XI-76 30-XI 31-XII
6-XI 10-XII 11-I-77 Totales
PIEZA DE 25 PESETAS, creada por Decreto de 20-VIII-1876 Peso bruto Peso Reducido Importe en (en Kg) (en Kg) Pesetas 19,900 17,910 61.690 4076,207 3668,193300 12.628.275 6245,042 5620,406981 19.346.925 10.341,149 9306,513281 32.036.850
46
Permiso en Pesetas 15 7.94170 12.680,20 20.63690
3.2. La acuñación de moneda de plata propia del Sexenio En este apartado se tratará la acuñación de piezas con la tipología política propia de este período. No es este el lugar para hablar de los proyectos de tipología, los concursos, los grabadores, etc…20, sino simplemente decir cuáles fueron las piezas físicas acuñadas y su mantenimiento a lo largo de los distintos regímenes políticos del Sexenio, para luego hablar de las cantidades acuñadas. Debemos hacer antes una precisión, en este primer apartado vamos a hablar de las fechas de emisión y fabricación que aparecen en las monedas, una en el anverso y otro en las estrellas, dejando claro que algunas de ellas no son reales, ya que en algunos años se mantuvieron fechas de otros, como luego veremos al analizar las verdaderas cantidades fabricadas en la Casa de la Moneda de Madrid, siendo por tanto este esquema un intento de ordenar las piezas físicas que han llegado hasta nosotros con los datos específicos que aparecen en ellas, aunque sepamos que algunos no son reales, algo que ya hemos visto en la acuñación del oro isabelino21. Tipo de Hispania tumbada A) Con leyenda Gobierno Provisional - Pieza de 1 peseta, fecha de emisión de 1869, no lleva el nombre del Estado emisor, y por tanto pronto fue sustituida por el nuevo modelo. B) Con leyenda España - Pieza de 5 pesetas, fecha de emisión 1869 (fecha de fabricación 1869)22, fecha de emisión 1870 (fecha de fabricación 1870). 20
Que pueden verse con detalle en la obra de Javier de Santiago Fernández, La peseta, 130 años de historia, Madrid, 2000, ya citada. 21 Tampoco detallamos aquí los errores numismáticos, por ejemplo en las piezas de 2 pesetas aparece como fecha de fabricación en algunos la de 1868, 1818 o 7518, etc., que pueden verse en cualquier catálogo comercial. 22 Esta pieza 69-69 tiene un grave problema, ya que no existen datos sobre su acuñación en los Libros de la Casa de la Moneda de Madrid. Aledón, op.cit., pp.21-22, dice que es “considerada por unos como prueba de cuños realizada poco antes de proceder a la emisión normal de 1870; otros sostienen que se trata de una acuñación extemporánea (acuñada posteriormente) con fines numismáticos. Tomás Dasí deduce la posibilidad de una utilización interina de los cuños, elaborados en 1869 (según la Ley de abril de 1869), mientras se fabricaban los de fecha 1870. Finalmente, hay quienes apuntan incluso la utilización más reciente de cuños. Un examen minucioso de los troqueles y otros materiales originales, nos ha llevado a encontrar suficientes signos diferenciadores para establecer que, en efecto, se hicieron varias emisiones distintas, a partir de los mismos cuños, en distinta fecha y con diferente finalidad”, este autor termina diciendo que deja para una próxima publicación un estudio específico sobre estas acuñaciones. Sobre este tema creo hay que añadir los datos que aporta una orden del Ministerio de Hacienda de 8 de junio de 1869 en respuesta a la solicitud de Ignacio
47
- Pieza de 2 pesetas, fecha de emisión 1869 (fecha de fabricación 1869), fecha de emisión 1870 (fecha de fabricación 1870, 1873, 1874, 1875). - Pieza de 1 peseta, fecha de emisión 1869 (fecha de fabricación 1869) y de 1870 (fecha de fabricación 1870 y 1873). - Pieza de 50 céntimos, fechas de emisión y acuñación de 1869 y 1870. - Pieza de 20 céntimos, se acuña por orden de 27 de enero de 1871, únicamente parta satisfacer las solicitudes de los coleccionistas, con fechas de emisión y fabricación ficticias de 1869 y 1870. Tipo con el Retrato de Amadeo I - Pieza de 5 pesetas, fecha de emisión 1871 (fecha de fabricación 1871, 1873, 1874, 1875). En el siguiente cuadro se coloca un resumen de lo anteriormente comentado, donde se indica en primer lugar la fecha de emisión (que aparece en anverso) y luego la fecha de fabricación (que aparece en las estrellas del reverso): - 20 céntimos (acuñada por orden de 27-I-1871) - 50 céntimos - 1 peseta, con leyenda de Gobierno Provisional - 1 peseta (España) - 2 pesetas (España) - 5 pesetas (España) - 5 pesetas (Amadeo I)
1869
1870
69-69 69-69
70-70
69-69 69-69 69-69
70-70 70-70 70-70
1871 69-69 70-70
1872
70-70 70-70 71-71
71-71
1873
1874
1875
70-73 70-73
70-74
70-75
71-73
71-74
71-75
Pasemos ahora a la acuñación concreta de las piezas antes mencionadas, en primer lugar ofrecemos los datos de la Casa de la Moneda siguiendo sus libros23:
Figueroa para que la casa de la Moneda le admita la entrega de pastas de plata para fabricar monedas de cinco pesetas (como se preveía en el artículo 7 del decreto de 19 de octubre de 1869), y se le deniega, considerando que en estos momentos “la acuñación de las pesetas no tiene otro objeto que el de poner en circulación una moneda destinada a conmemorar el período del Gobierno Provisional”, y además se afirma explícitamente que los cuños originales de las nuevas monedas de cinco pesetas aún no están terminados, y por tanto no pueden acuñarse monedas de este valor. 23 AHN Fondos Contemporáneos, Ministerio de Hacienda, Libro 326.
48
AÑO 1868-1869: Segundo Semestre, piezas de Una y Dos Pesetas Año 1868-1869, Segundo Semestre Rendición Aprobación 21-I-69 16/23-IV 31-V 30-VI
3-II 19/27-IV 3-VI 5-VII Totales
PIEZAS ACUÑADAS SEGÚN EL DECRETO DE 19 DE OCTUBRE DE 1868. Piezas de Una Peseta Peso Bruto Peso Reducido Importe en Permiso en (en Kg) (en Kg) Pesetas Pesetas 3.063,080 2.481,094800 590.392 430,52 1.341,985 1.120,707200 268.576 368 3.730,855 3.117,720655 746.830 659 7.148,470 5.977,319950 1.430.722 1.038 15.284.390 12.696,842605 3.036.530 2495,52
En este cuadro tenemos los dos modelos de piezas de Una peseta antes comentados, el que tiene como leyenda Gobierno Provisional y el que tiene como leyenda España. Parece bastante probable que la labor realizada en enero de 1869 sea la única que se realizó con la leyenda Gobierno Provisional, ya que el Decreto de 7 de abril de 1869 ordena la fabricación urgente de las nuevas monedas de plata según los modelos aprobados el 5 de febrero anterior, que mostraban los emblemas y atributos de la Soberanía Nacional. Año 1868-1869, Segundo Semestre Rendición Aprobación 26-VI
28-VI
PIEZAS ACUÑADAS SEGÚN EL DECRETO DE 19 DE OCTUBRE DE 1868. Piezas de Dos Pesetas Peso Bruto Peso Reducido Importe en Permiso en (en Kg) (en Kg) Pesetas Pesetas 971,325 812,027700 194.470 205
AÑO 1869-1870: piezas de Cinco, Dos, Una y 50 céntimos de Pesetas Año 1869-1870 Rendición Aprobación 20/31-I 24-II 31-III 28-IV 31-V 18-VI
21-I / 3-II 28-II 4-IV 30-IV 4-VI 22-VI Totales
Año 1869-1870 Rendición Aprobación 8-VII 31-VIII 30-IX 19/30-X 4/30-XI 21-XII 28-II 29-III
12-VII 3-IX 5-X 4-XI 8-XI/4-XII 22-XII 5-III 30-III Totales
Peso Bruto (en Kg) 7662,705 20901,630 2485,560 25094,810 3904,180 6300,035 66348,920
CINCO PESETAS Peso Reducido Importe en (en Kg) Pesetas 6889,236550 1.533.015 18802,429200 4.181.535 2237,00400 497.295 22585,208035 5.020.865 3507,858410 781.110 5669,209190 1.260.490 59690,935385 13.274.310
Permiso en Pesetas 484 1214 188 1908 279 488 4561
Peso Bruto (en Kg) 2113,060 2946,860 7113,920 12390,704 3165,135 3972,570 2339,760 12694,780 46736,789
DOS PESETAS Peso Reducido Importe en (en Kg) Pesetas 1764,405100 423.192 2462,033835 589.874 5936,338445 1.423.852 10350,148323 2.480.110 2645,143740 633.322 3320,075315 794.886 1956,039360 468.108 10604,339970 2.539.836 39038,524088 9.353.180
Permiso en Pesetas 580 502 1068 1969,20 295 332 158 878 5782,20
49
Año 1869-1870 Rendición Aprobación 31-VII 31-VIII 30-IX 30-X 17-XI 31-XII 14-I 30-VI
2-VII 3-IX 5-X 4-XI 18-XI 7-I-1870 18-I 4-VII Totales
Año 1869-1870 Rendición Aprobación 26-XI
30-XI
Peso Bruto (en Kg) 1825,480 5181,640 5619,640 1363,905 3019,590 4628,710 3468,475 7317,015 32424,455
UNA PESETA Peso Reducido Importe en (en Kg) Pesetas 1526,101280 365.392 4326,602595 1.036.990 4689,400410 1.124.599 1138,875985 273.070 2521,357650 604.361 3867,352200 926.204 2897,346040 693.925 6113,269020 1.463.922 27080,305180 6.488.463
Permiso en Pesetas 298 662 671 289 443 462 232 521 3578
CINCUENTA CENTIMOS DE PESETAS Peso Bruto Peso Reducido Importe en Permiso en (en Kg) (en Kg) Pesetas Pesetas 1130,970 945,490920 226.363 169
AÑO 1870-1871: piezas de Cinco, Dos y Una Peseta, y de 50 y 20 céntimos de Pesetas Año 1870-71 Rendición Aprobación 31-VII 31-VIII 10-IX 31-X 30-XI 31-XII 10-I 31-V 30-VI
3-VIII 6-IX 19-IX 4-XI 3-XII 17-I-1871 13-I 3-VI 5-VII Totales
Año 1870-71 Rendición Aprobación 31-I 28-II 31-III 30-IV 6-V
4-II 4-III 4-IV 4-V 10-V Totales
Año 1870-71 Rendición Aprobación 30-IX 8-X 27-I
5-X 11-X 1-II Totales
CINCO PESETAS Peso Reducido Importe en (en Kg) Pesetas 3647,639935 810.035 26008,699765 5.779.915 4716,212635 1.048.050 5451,608980 1.212.340 19353,223455 4.300.165 14353,064870 3.192.460 789,726550 175.760 19588,533860 4.354.435 28604,739780 6.357.070 122513,449830 27.2302.30
Permiso en Pesetas 353 2487,40 452 485 1725 1309 70 1728 2166 10775,40
Peso Bruto (en Kg) 1706,860 13582,525 10624,565 11694,050 1901,930 39609,930
DOS PESETAS Peso Reducido Importe en (en Kg) Pesetas 1423,521240 341.512 11240,871880 2.737.638 8867,188545 2.125.760 9762,557570 2.339.768 1588,111550 380.558 33062,250785 7.925.236
Permiso en Pesetas 140 1133 847 958 172 3250
Peso Bruto (en Kg) 6394,675 2138,575 5171,040 13.704,290
UNA PESETA Peso Reducido Importe en (en Kg) Pesetas 5345,276365 1.279.416 1785,710125 427.906 4320,941960 1.034.675 11451,928450 2.741.997
Permiso en Pesetas 483 185 467 1135
Peso Bruto (en Kg) 4048,435 28887,188 5238,015 6059,300 21492,225 15955,430 878,450 21763,535 31774,520 136097,098
50
Año 1870-71 Rendición Aprobación 16-VIII 17-IX
19-VIII 22-IX Totales
Año 1870-71 Rendición Aprobación 24-III
28-III
Peso Bruto (en Kg) 1258,935 88,135 1347,070
50 CÉNTIMOS DE PESETA Peso Reducido Importe en (en Kg) Pesetas 1051,785145 252.222 73,768995 17.682 1125,554140 269.904
Peso Bruto (en Kg) 5,086
20 CÉNTIMOS DE PESETA Peso Reducido Importe en (en Kg) Pesetas 4,251896 1018,20
Permiso en Pesetas 436,50 53,50 490
Permiso en Pesetas 1
AÑO 1871-1872: piezas de Cinco Pesetas Año 1871-1872 Rendición Aprobación 31-VII 31-VIII 25-IX 31-X 30-XI 30-XII 31-I 29-II 30-III 30-IV 30-V 30-VI
4-VIII 5-IX 26-IX 4-XI 4-XII 4-I-1872 5-II 6-III 6-IV 3-V 4-VI 4-VII Totales
Peso Bruto (en Kg) 20292,430 23601,980 15411,860 10223,665 12383,125 12040,850 10576,775 11119,455 11833,445 12832,235 12478,845 13224,985 166019,650
CINCO PESETAS Peso Reducido Importe en (en Kg) Pesetas 18269,603095 4.059.895 21246,136070 4.722.030 13867,899835 3.083.485 9203,950115 2.045.545 11146,236825 2.477.585 10836,219775 2.409.085 9518,622685 2.116.240 10004,711570 2.224.810 10650,400175 2.367.645 11549,486460 2.567.485 11231,710130 2.496.805 11904,280485 2.646.070 149429,257220 33.216.680
Permiso en Pesetas 1409 1634 1113 812 960 915 885 919 956 1038 1036 1073 12.750
AÑO 1872-1873: piezas de Cinco Pesetas Año 1872-1873 Rendición Aprobación 31-VII 31-VIII 30-IX 31-X 30-XI 31-XII 28-II 31-III 30-IV 31-V 30-VI
2-VIII 6-IX 4-X 7-XI 3-XII 7-I-1873 5-III 4-IV 5-V 4-VI 5-VII Totales
CINCO PESETAS Peso Reducido Importe en (en Kg) Pesetas 11653,181150 2.589.450 17423,819450 3.874.070 14502,426065 3.224.670 21684,053855 4.820.085 23988,402230 5.332.405 19171,256295 4.261.185 7452,639805 1.657.345 16130,413595 3.587.040 15629,998800 3.474.320 10099,460980 2.245.760 12468,228545 2.272.455 170.203,880770 37.838.785
Peso Bruto (en Kg) 12942,595 19363,470 16117,460 24091,200 26651,350 21297,765 8283,195 17298,235 17364,555 11223,900 13856,475 189.120,200
51
Permiso en Pesetas 931 1376 1178 1845 2135 1632 706 1393 1409 980 1160 14.745
AÑO 1873-1874: piezas de Cinco, Dos, Una Pesetas Año 1873-1874 Rendición Aprobación 24-XII 31-I 6/24-II 31-III 30-IV 30-V 30-VI
7-I-1874 6-II 12/28-II 9-IV 8-V 8-VI 8-VII Totales
Año 1873-1874 Rendición Aprobación 31-VII 30-VIII 30-IX 18-XII
5-VIII 4-IX 3-X 27-XII Totales
Año 1873-1874 Rendición Aprobación 20/31-X 29-XI
24-X / 8-XI 9-XII Totales
Peso Bruto (en Kg) 3065,205 19482,615 12807,845 16790,050 23509,070 25222,105 28506,870 129883,760
CINCO PESETAS Peso Reducido (en Importe en Kg) Pesetas 2757,993245 613.310 17981,720630 3.998.215 11525,088085 2.562.680 15113,643920 3.359.380 21258,183050 4.704.040 22699,394800 5.046.775 25654,933790 5.703.870 116890,957520 25.988.270
Permiso en Pesetas 269 1692 1111 1370 2226 2354 2496 11518
Peso Bruto (en Kg) 18458,465 26878,275 23562,440 10241,305 79140,485
DOS PESETAS Peso Reducido (en Importe en Kg) Pesetas 15417,666675 3.693.094 22440,610730 5.377.768 19670,967745 4.714.218 8550,440055 2.048.976 66079,685205 15.834.056
Permiso en Pesetas 1401 2113 1730 715 5959
Peso Bruto (en Kg) 10086,980 10556,110 20643,090
UNA PESETA Peso Reducido (en Importe en Kg) Pesetas 8421,187965 2.018.238 8814,951580 2.112.084 17236,139545 4.130.322
Permiso en Pesetas 842 862 1704
AÑO 1874-1875: piezas de Cinco y Dos Pesetas Año 1874-1875 Rendición Aprobación 31-III-75 30-IV 19/20 y 31-V 30-VI
7-IV 4-V 20/21-V y 7-VI 6-VII Totales
Peso Bruto (en Kg) 15610,960 27298,485 28593,125 31907,895 103410,465
CINCO PESETAS Peso Reducido (en Importe en Kg) Pesetas 14048,564530 3.123.245 24564,179865 5.461.700 25732,695415 5.720.545 28714,912270 6.383.770 93060,352080 20.689.260
Permiso en Pesetas 1053 1003 1920 2191 6167
De los datos aportados arriba debemos tener en cuenta que las acuñaciones de cinco pesetas de 1875 son problemáticas, ya que incluyen piezas tanto con el retrato del rey Amadeo I de Saboya como con el retrato de Alfonso XII de Borbón, de hecho conocemos la fecha de la aprobación del grabado del primer busto de Alfonso XII para estas monedas, que tiene fecha de 6 de abril de 1875, con lo cual las monedas de Alfonso siempre serán posteriores a este decreto.
52
Por tanto la única labor de 1875 anterior a esta fecha es la de 31 de marzo, que como ya hemos visto produjo un total de 3.123.245 pesetas, es decir habrá 624.649 piezas con el busto de Amadeo, que serían las propias del Sexenio, mientras el resto de piezas, al tener el busto de Alfonso XII, quedarían incluidas en la Restauración
Año 1874-1875 Rendición Aprobación 31-VII 14/31-VIII 30-IX 31-X 30-XI 23/24-XII 30-I 27-II 10-III
5-VIII 26-VIII y 5IX 8-X 17-XI 5-XII 16-I-1875 4-II 8-III 15-III Totales
Peso Bruto (en Kg) 16262,555 31225,375 27503,400 27321,210 25788,360 20759,805 17416,805 23644,405 8886,315 198.808,330
DOS PESETAS Peso Reducido Importe Permiso (en Kg) en Pesetas en Pesetas 13576,293275 3.253.952 1401 26072,472735 6.248.274 3179 22959,025260 22806,220770 21531,333260 17325,948210 14540,709665 19739,125895 7416,284390 165967,413460
5.503.530 5.466.498 5.159.736 4.153.674 3.484.708 4.730.868 1.778.092 39.779.332
2830 2236 2042 1695 1347 1987 829 17546
ACUÑACIONES DEL SISTEMA DE 1868 en Plata con su valor en pesetas
Año Económico
1868-69 1869-70 1870-71 1871-72 1872-73 1873-74 18747524
5 Pesetas
2 Pesetas
1 Peseta
----13.217.310 27.230.230 33.216.680 37.838.785 25.988.270 3.123.245 17.566.015
194.470 3.036.530 9.353.180 6.488.463 7.925.236 2.741.997 ----------------15.834.056 4.130.222 39.779.322 -----
24
0,50 Pesetas ----226.363 269.904 -----------------
0,20 Pesetas --------1018,20 -----------------
Totales 3.231.000 29.342.316 38.168.385,20 33.216.680 37.838.785 45.952.698 42.902.577 17.566.015
Con la efigie de Amadeo son sólo 3.123.245 pesetas, el resto lleva el busto de Alfonso XII, y sus datos aparecen en cursiva, claramente diferenciados unos de otros, y esto mismo hay que aplicar en los siguientes cuadros, referidos a años naturales, en los datos de 1875 hay que distinguir en las piezas de cinco pesetas, las que llevan el busto de Amadeo de las que portan el de Alfonso XII, siempre éstas últimas van en cursiva y nop se contabilizan para los totales posteriores.
53
ACUÑACIÓN DE PLATA (EN PESETAS)
50000000
45000000
40000000
35000000
30000000
25000000
20000000
15000000
10000000
5000000
0 1868-69
1869-70
1870-71
1871-72
1872-73
1873-74
1874-75
Para completar esta información ofrecemos la contestación que se envió a un Cuestionario remitido por la Administración de monedas y medallas de París, que para efectos estadísticos, pidió datos sobre las acuñaciones de monedas en España en el período 1868-1902, contestando desde la Casa de la Moneda lo siguiente refiriéndose a la moneda de plata, el primer cuadro a su valor en pesetas, y el segundo al número de piezas)25. Año natural 1869 1870 1871 1872 1873 1874 1875 Totales
25
5 Pesetas
2 Pesetas
1 Peseta
----29.617.275 29.684.890 38.520.920 14.350.230 25.374.960 3.123.245 55.083.815
6.539.706 3.007.944 7.925.236 ----15.834.056 29.785.664 9.993.668
7.367.146 226.363 3.865.169 269.904 1.034.675 ----------4.130.322 ---------------------
140.671.520
73.086.274
16.397.312
0,50 Pesetas
496.267
0,20 Pesetas --------1.018,20 -----------------
Totales en Pesetas 14.133.215 36.760.292 38.645.819,20 38.520.920 34.314.608 55.160.624 13.116.913 55.083.815
1,018,20
230.652.391,20
AHN Fondos Contemporáneos, Ministerio de Hacienda, Legajo 7584, expediente 4.
54
Año natural 1869 1870 1871 1872 1873 1874 1875 Totales
5 Pesetas
2 Pesetas
1 Peseta
----5.923.455 5.936.978 7.704.184 2.870.046 5.074.992 624.649 11.016.763 28.134.304
3.269.853 1.503.972 3.962.618 ----7.917.028 14.892.832 4.996.834
7.367.146 3.865.169 1.034.675 ----4.130.322 ---------
36.543.137
16.397.312
0,50 0,20 Totales en nº Pesetas Pesetas de piezas 452.726 ----11.089.725 539.808 ----11.832.404 ----5.091 10.939.362 --------7.704.184 --------14.917.396 --------19.967.824 --------5.621.483 11.016.763 992.534 5.091 82.072.378
3.3. La acuñación de moneda de oro propia del Sexenio Ya hemos visto como el oro del nuevo sistema de la peseta provocó el rechazo, tanto del Banco de España como de la población en general, pero aún así el Gobierno ordenó preparar su acuñación. De este primer período sólo se conoce la pieza de 100 pesetas, cuyo anverso es similar al de la plata, aunque Hispania aparece de pie, y el reverso muestra el nuevo escudo de España bajo corona monárquica, sobre manto de armiño y rodeado del Toisón de oro, lo que nos dice que esta pieza se diseñó tras la aprobación por parte de las Cortes Constituyentes de que España sería un Reino (por eso los símbolos monárquicos), pero antes de que se votara quiñen sería el nuevo rey, ya que no aparece ningún símbolo dinástico. Su fecha de emisión y fabricación es 1870 y de ella sólo se conocen nueve ejemplares, del mismo modo no hay datos en la Casa de la Moneda sobre su fabricación, por tanto podemos considerarla simplemente como una acuñación testimonial con fines propagandísticos. Durante el reinado de Amadeo I de Saboya (1871-1873) se abordó de nuevo el problema de la acuñación de oro, se conocen piezas de 1871 con el valor de 100 pesetas, con el mismo diseño de reverso de las antes comentadas, aunque añadiendo la marca dinástica de los Saboya, y presentando en el anverso el retrato del rey, en realidad no fueron sino pruebas, como lo demuestra el hecho que no existen datos sobre su fabricación en la Casa de la Moneda. Más importante fue el intento del Ministro de Hacienda, Segismundo Moret, de crear una nueva pieza, con valor de 25 pesetas (Decreto de 21 de marzo de 1871), cuyo peso se acercaba mucho al de los 10 escudos y al de otras monedas del continente que no pertenecía a la UML, desgraciadamente este intento también fracasó, y los ejemplares que han llegado hasta nosotros son simples pruebas, según consta en la orden de la Dirección General del Tesoro de 22 de agosto de 187126. 26
Aledón, op.cit., pp.35-36.
55
3.4. La acuñación de moneda de bronce durante el Sexenio La moneda de bronce había sido subcontratada por el Gobierno de Isabel II a la compañía francesa Oeschger, Mesdach & Cía. El nuevo Gobierno, por decreto de 7 de marzo de 1870, ordenó a la Dirección General del Tesoro Público que convocara un concurso, según pliego de condiciones aprobado por el Consejo de Estado, para que se fabricaran con urgencia 32 millones de pesetas en moneda de bronce27, siendo la compañía antes citada la que consiguió el contrato. El Gobierno ordenó el 17 de enero de 1871 que todas las operaciones de contabilidad referentes a la fabricación de estas monedas se centralizaran en la Casa de Moneda de Barcelona, donde llegaba por barco procedente de Marsella el material fabricado por Oeschger, Mesdach & Cía en sus instalaciones de Biache Saint-Vaast (Paso de Calais). Todas las piezas llevan como fecha de emisión y fabricación la de 1870, aunque se produjeron de forma ininterrumpida desde 1870 a 1876 El volumen de su producción, según la contestación que se envió a la Administración de monedas y medallas de París desde la Casa de la Moneda fue el siguiente 28: PIEZAS 1870-1871 1871-1872 1872-1873 1873-1874 1875-1876 Totales PESETAS 1870-1871 1871-1872 1872-1873 1873-1874 1875-1876 Totales
1 céntimo 2 céntimos 1.149.990 6.669.960 43.559.540 34.759.520 70.279.570 28.269.578 32.733.820 10.299.900 22.167.777 35.869.882 169.890.697 115.868.820
5 céntimos 39.919.840 109.249.550 85.709.600 21.119.910 31.381.861 287.380.761
10 céntimos Totales 26.949.830 74.689.620 70.899.540 258.468.150 36.359.590 220.618.338 25.789.870 89.943.500 10.089.324 99.508.844 170.088.154 743.228.432
1 céntimo 2 céntimos 5 céntimos 11.499,9 133.399,2 1.995.992 435.595,4 695.190,4 5.462.477,5 702.795,7 565.391,56 4.285.480 327.338,2 205.998 1.055.995,5 221.677,77 717.397,64 1.569.093 1.698.906,97 2.317.376,8 14.369.038
10 céntimos Totales 2.694.983 4.835.874,10 7.089.954 13.683.217,30 3.635.959 9.189.626,26 2.578.987 4.168.318,70 1.008.932,4 3.517.100,81 17.008.815,4 35.394.137,17
27
El artículo 9º del decreto de 19 de octubre de 1868 especificaba que la suma de moneda de bronce circulante no podía exceder de la cantidad de 2 pesetas por habitante, por lo que se calculaba una población a España de 16 millones de habitantes. Este mismo artículo especificaba que toda la plata de 835 milésimas, es decir las piezas de dos y una peseta y las de 50 y 20 céntimos, en su conjunto, no podían superar la cantidad de 6 pesetas por habitante. 28 AHN Fondos Contemporáneos, Ministerio de Hacienda, Legajo 7584, expediente 5.
56
Estas piezas tuvieron gran aceptación y por el modelo de león que aparecía en su reverso fueron conocidas como “perras gordas” (10 céntimos) y “perras chicas” (5 céntimos), pasando su nombre al vocabulario popular prácticamente hasta nuestros días. También tuvieron una larga vida, ya que se retiraron de la circulación nada menos que por orden de 29 de octubre de 1941. Por real orden de 20 de junio de 1877 se dispuso el cambio de tipo de las nuevas monedas de bronce, para que se ajustaran a la nueva situación política, llevando el busto del rey Alfonso XII y el nuevo escudo de España, siendo estas piezas realizadas también por Oeschger, Mesdach & Cía, aunque sólo durante tres años 29. ACUÑACIÓN DE BRONCE (EN PESETAS) 16000000
14000000
12000000
10000000
8000000
6000000
4000000
2000000
0 1868-69
1869-70
1870-71
1871-72
1872-73
1873-74
1874-75
1875-76
3.5. Resúmenes de producción de moneda: piezas y valores A continuación resumimos los datos anteriores, primero las piezas a nombre de Isabel II acuñadas tras la Revolución de septiembre de 1868, y luego las propias del Sexenio, sea cual sea su tipología, incluyendo las piezas de 5 pesetas y de bronce que se acuñaron cuando ya había comenzado el reinado de Alfonso XII.
29
Andrés Barthe y Barthe, Estudio crítico de la crisis monetaria, Madrid, 1905, p.25 y 36.
57
Acuñaciones a nombre de Isabel II - Piezas de plata de 40 céntimos de escudo = 2.402.033 piezas, con un valor de 2.402.033 pesetas. - Piezas de oro de 4 escudos = 680.503 piezas con un valor de 6.805.030 pesetas. - Piezas de oro de 10 escudos = 12.046.014 piezas con un valor de 301.150.350 pesetas. Acuñaciones de plata del Sexenio - Piezas de 20 céntimos de peseta = 5.091 piezas, con un valor de 1.018,20 pesetas. - Piezas de 50 céntimos de peseta = 992.534 piezas, con un valor de 496.267 pesetas. - Piezas de 1 peseta = 16.397.312 piezas, con un valor de 16.397.312 pesetas. - Piezas de 2 pesetas = 36.543.137 piezas, con un valor de 73.086.274 pesetas. - Piezas de 5 pesetas = 28.134.304 piezas, con un valor de 140.671.520 pesetas. Acuñaciones de bronce del Sexenio - Piezas pesetas. - Piezas pesetas. - Piezas pesetas. - Piezas pesetas.
de 1 céntimo = 169.890.697 piezas, con un valor de 1.698.906,97 de 2 céntimos = 115.868.820 piezas, con un valor de 2.317.376,8 de 5 céntimos = 287.380.761 piezas, con un valor de 14.369.038 de 10 céntimos = 170.088.154 piezas, con un valor de 17.008.815,4
Datos Totales: Oro = 12.726.517 piezas, con un valor de 307.955.380 pesetas. Plata = 82.072.378 piezas, con un valor de 230.652.391,20 pesetas. Bronce = 743.228.432 piezas, con un valor de 35.394.137,17 pesetas.
58
PRODUCCION TOTAL DE MONEDA EN PESETAS
Bronce 6%
Plata 40%
Oro 54%
Para dar una visión general de la Circulación de moneda en la época es necesario decir también el valor de los billetes que diferentes bancos ofrecían a sus clientes, hay que recordar que hasta la ley de 19 de marzo de 1874 había una pluralidad de emisiones privadas, y sólo en esta fecha acordó el Gobierno entregar el monopolio de la emisión de billetes al Banco de España. Siguiendo los datos de Barthe30 podemos completar el panorama monetario español: BANCOS, datos de 1867 España Barcelona Cádiz Málaga Bilbao San Sebastián Santander Balear
Circulación de billetes (en pesetas) 55.121.500 20.957.225 11.819.875 5.525.750 4.861.375 2.000.000 1.900.000 1.438.125
30
Metálico en cajas (en pesetas) 19.828.721 25.876.100 4.898.908 1.936.250 2.116.350 1.062.926 1.196.642 753.419
Por ello se cerró definitivamente la Casa de Moneda de Barcelona por Real Decreto de 24 de marzo de 1881, y se interrumpió la acuñación de moneda de bronce en España hasta 1904.
59
Coruña Oviedo Jerez de la Frontera Pamplona Burgos Vitoria Zaragoza Total BANCOS, datos de 1874 España Sucursal de Madrid Sucursal de Valencia Sucursal de Alicante Barcelona Bilbao Santander San Sebastián Zaragoza Coruña Vitoria Pamplona Oviedo Total
1.317.250 613.625 610.500 412.075 210.975 97.700 32.225 106.918.200 Circulación de billetes (en pesetas) 71.667.950 67.468.675 3.418.650 780.625 16.572.600 3.059.420 2.174.400 1.278.150 1.256.850 1.254.175 425.000 425.000 167.325 98.280.870
466.695 326.265 611.761 294.719 369.602 309.339 252.305 60.200.002 Metálico en cajas (en pesetas) 48.622.505 43.840.871 2.859.725 1.921.909 33.682.755 1.686.564 2.167.197 747.471 430.615 252.884 845.010 304.500 230.557 88.970.058
3.6. Las Acuñaciones contemporáneas de la Unión Monetaria Latina Para tener una idea del volumen de las acuñaciones similares a la española en los otros países de la Unión Monetaria Latina, ofrecemos los datos extraidos de la obra de García Patón31, donde FF significa Francos Franceses, FB = Francos Belgas, LI = Liras Italianas y DG = Dracmas Griegos, añadiendo al final (excepto en el bronce) también el dato en PE = Pesetas Españolas. Los datos no se refieren al número de piezas, sino a su valor. En el bronce se puede observar como ninguno de los países mantuvo la totalidad de las acuñaciones en todos los años, siendo España, tal vez por haber subcontratado la fabricación, la única que acuñó todos los valores en todos los años. Bronce
1868 1869 31
Pieza de 10 céntimos 14.958.706,80-LI 1.499.416,20-DG
Pieza de 5 céntimos 3.500.000-LI 1.197.257,90-DG
Pieza de 2 céntimos 1.000.000-LI 59.438,00-FB
Pieza de 1 céntimo 500.000-LI 50.643,41-FB
Federico García Patón, La Fabricación de las Monedas, Madrid, 1903.
60
149.634,48-DG 149.756,77-DG 513.075,60-FB 10.000,00-FF 39.300,00-FB
1870
88.891,50-FF
1871 1872 1873 1874
186.640,50-FF 875.751,60-FF 409,787,00-FF 253.128,40-FF
112.695,15-FF 416.361,30-FF 174.425,15-FF 152.788,35-FF
149.812,74-FB 157.518,56-FB
1875
57.338,70-FF
97.661,30-FF
158.635,36-FB
1876
105.923,20-FF
203.876,50-FF
209.430,24-FB
Plata
Pieza de 5
1868
93.620.550-FF 32.852.820-FB
1869
58.264.285-FF 19.976.230-LI 63.287.710-FB
1870
53.648.350-FF 29.845.780-LI 52.340.375-FB 29.617.275-PE 4.710.905-FF 36.000.195-LI 23.917.170-FB 29.684.890-PE
1871
1872
1873
1874
1875
Pieza de 2 9.165.682-FF 4.328.460-FB 94.838-DG 2.942.402-FF
Pieza de 1
6.539.706-PE 12.622.584-FF
25.194.278-FF 675.000-FB 328.547-DG 6.029.210-FF 1.393.608-FB 151.135-DG 7.367.146-PE 2.780.322-FF
3.007.944-PE 14.456.574-FF
3.865.169-PE 4.231.629-FF
7.925.236-PE
1.034.675-PE
389.190-FF 7.547.588-FF 35.611.920-LI 10.225.000-FB 38.520.920-PE 154.649.045-FF 1.056.152-FF 42.273.935-LI 1.678.862-DG 111.704.795-FB 14.350.230-PE 15.834.056-PE 59.996.010-FF 60.000.000-LI 12.000.000-FB 25.374.960-PE 29.785.664-PE 75.000.000-FF 50.000.000-LI 14.904.705-FB 5.988.995-DG 3.123.245- PE 9.993.668-PE
15.958.333-FF
20.000,00-FF 20.363,17-FB 10.000,00-FF 39.067,28-FB 30.000,00-FF 29.704,61-FB 29.659,39-FB
Pieza de 50 cts
Pieza de 20 cts 1.394.256-FF 70.502-FF 1.252.452-LI 537.932-FB 900.000-FF 40.000-FF 30-DG 226.363-PE
269.904-PE 479.391,50-FF 1.018, 20PE 2.943.258,50-FF
19.101-FF 545.862-FF 1.802.211-DG 2.250.286,50-DG 4.130.322-PE 2.249.465-DG
61
613.978,50-FF
444.625,40 -DG
En el oro España sólo acuña pruebas de 100 pesetas (1870, 1871) y de 25 pesetas (1871) dentro del sistema de la UML, el resto de las acuñaciones son del sistema isabelino y no se incluyen aquí. Sólo en 1876 y ya con Alfonso XII se acuña de forma regular la pieza de 25 pesetas, cuando en la UML la pieza más popular era de la 20 unidades, siendo las otras muy escasas. Oro 1868
Pieza de 100 231.500-FF
Pieza de 50 794.700-FF
1869
4.308.400FF
89.750-FF
1870
1.046.000FF
1871 1872 1873 1874
Pieza de 10 45.328.110-FF
Pieza de 5 11.519.835-FF
1.093.510-FF
1.437.590-FF
189.590-DG
46.470-DG
66.100-LI
1875 1876
Pieza de 20 282.202.540-FF 6.807.940-LI 27.634.980-FB 227.256.949-FF 3.707.100-LI 24.689.480-FB 54.348.800-FF 1.095.400-LI 63.824.060-FB 50.169.880-FF 470.160-LI 45.179.440-FB
7.600-DG
9.100-DG España acuña las 25 pesetas 32.036.860-PE
20.404.140-LI 24.319.700-FF 5.919.420-LI 60.927.000-FB 234.912.000-FF 2.244.440-LI 82.685.060-FB 176.493.160-FF 2.154.560-LI 41.393.640-FB 747.240-DG
4. Las otras monedas del Sexenio La moneda es un signo de soberanía, y durante la época del Sexenio hubo dos grandes rebeliones que pusieron en cuestión al gobierno central, una fue la cantonal y otra la carlista. La revolución cantonal tuvo lugar durante el corto gobierno de la Primera República, dentro de la lucha entre unitarios y federalistas, lo que llevó a muchas localidades españolas a declararse cantones independientes. Uno de ellos fue el de Cartagena, que desde el 12 de julio de 1873 hasta enero de 1874 resistió a las tropas del gobierno central. Los cartageneros, dirigidos por Antoñete Gálvez, formaron un gobierno independiente y entraron en tratos con diversas potencias para ser reconocidos, y como parte de su estrategia decidieron acuñar moneda propia, para ello utilizaron la maquinaria de los talleres de calderería de la Maestranza de Artillería del Arsenal de la Marina, y se amnistió a todos los
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falsarios que cumplían condena en su penal con la condición de cooperar en la elaboración de los cuños y la fabricación de las piezas32. Son monedas muy simples, con las leyendas revolución cantonal y Cartagena sitiada por los centralistas, a las que se añade el valor, los 10 reales y las Cinco pesetas, ésta última realizada con de plata con ley de 925 milésimas, de más calidad que la del Gobierno central, proveniente de las minas de Mazarrón o de plata incautada a la población. Las piezas de Diez Reales pesaron entre 13 y 14 gramos, y los Duros entre 26 y 28 gramos, con un cospel de mayor tamaño que las piezas semejantes realizadas en Madrid, siendo muy apreciados por la población. En cuanto a los volúmenes de acuñación reproduzco aquí los que calcula Aledón33, para las piezas de Diez Reales entre 3.000 y 5.000 piezas, con un solo juego de cuños, y para las de Cinco Pesetas identifica cuatro juegos de cuños (más una acuñación híbrida). Calcula para cada juego de cuños una producción de entre 5.000 y 7.000 piezas, y para la híbrida entre 2.000 y 4.000 piezas, con lo cual se abre un arco de producción para estos duros cartageneros de entre 22.000 y 32.000 piezas. El otro poder que se opuso al Gobierno central en esta época fue el carlismo, que desencadenó la Tercera Guerra Carlista (1874-1876), dirigida por Carlos VII, que casi al final de la misma consiguió abrir una Casa de Moneda propia en la localidad de Oñate (Guipúzcoa), y en ella acuñó varias piezas, siendo las más conocidas las piezas de 5 y 10 céntimos de peseta, de características similares a las del Gobierno central y que circularon de manera generalizada por todas las zonas bajo la influencia carlista e incluso en otros muy alejadas, su producción estimada es de unas 50.000 piezas para las de 5 céntimos y de 100.000 para las de 10 céntimos. La otra pieza realizada en Oñate es una de mayor tamaño (37 mm.) y peso (25 grs), que encontramos en bronce y plata, siendo esta última equivalente a los duros del gobierno central (incluso en la ley de 900 milésimas), lleva también fecha de 1875 y parece ser 32
Este dato lo recoge Benito Pérez Galdós en sus Episodios Nacionales, en concreto en las primeras páginas del titulado “De Cartagena a Sagunto”, donde informa que los cantonales habían acuñado unos duros cuya ley superaba en una peseta a la de los duros del Gobierno central, y elogiaba la perfección de su cuño diciendo que “lo habían hecho los buenos chicos que en presidio sufrían condena por monederos falsos, … que tales artífices fueron maestros antes de ser delincuentes, que en la prisión afinaron su ingenio, y que la Libertad les habilitó para servir a la República con diligente honradez”, y también añade que antes de la emisión de estas monedas se pagaban los servicios con cachos de plata que luego se canjearon por los flamantes y bien pronto acreditados duros de Cartagena. 33 Aledón, op.cit., pp-25-26. Según un informe técnico de la Casa de la Moneda de Madrid sobre producción y resistencia de cuños (1895) se pone un tope a todas estas emisiones de 7.000 piezas por cuño.
63
más una medalla que una moneda, no pudiendo hacer estimaciones sobre el número de piezas realizadas34. 5. Conclusiones Como hemos podido ver en las líneas anteriores el período conocido como Sexenio Revolucionario es uno de los más interesantes desde el punto de vista numismático, y para centrarnos en la temática, en el de la producción de moneda. Comienza el período con un importante cambio en el sistema monetario, copiado del europeo de la Unión Monetaria Latina, liderado por la Francia de Napoleón III, que pronto entró en crisis porque el oro previsto en él no pude ser acuñado durante este período por problemas económicos, internos (relacionados con las estimaciones y cambios entre las distintas piezas áureas existentes en España y con los billetes bancarios), y externos (el importante cambio de precio del oro en los mercados internacionales y la consecuente variación con respecto al de la plata), esto llevó a que durante gran parte del período se acuñara oro del sistema anterior, el del escudo isabelino, manteniendo la imagen de la reina exiliada en las piezas, algo que contradice el papel de propaganda política de la moneda. Este papel sí fue muy importante en la plata y el bronce, donde Hispania se convertirá en la figura central de las piezas del Gobierno Provisional, que se mantendrían incluso en los primeros momentos de la Restauración Borbónica, sólo la pieza de 5 pesetas de plata se transformó con la llegada de la llamada Monarquía democrática de Amadeo de Saboya, añadiendo el retrato del monarca y la marca dinástica en el escudo, y esta pieza se acuñaría también en época de la Primera República y en los primeros momentos de la Restauración. Con lo cual los tipos de propaganda política no estuvieron la mayor parte del tiempo en sintonía que el régimen político que emitía las monedas, de hecho la Primera República ni tan siquiera pudo tener un modelo propio, es verdad que se hicieron los estudios y disponemos de la propuesta, pero ni tan siquiera se llegaron a realizar pruebas. Todas las monedas anteriores se acuñaron en las magníficas nuevas instalaciones de la Casa de la Moneda de Madrid en la plaza de Colón. A todo lo anterior hay que añadir que la moneda de bronce se subcontrató a una fábrica francesa, que la emitió en todo el período sin cambiar la fecha de emisión (1870), e incluso se mantuvo durante la primera
34
Existen otras acuñaciones a nombre de Carlos VII pero no se realizaron en España (parece ser que la mayoría lo fueron en Bruselas), ni en la época cronológica del Sexenio, en especial los numerosos modelos de Cinco Pesetas, que tienen una bien ganada mala fama, y por tanto no los trataremos aquí.
64
etapa de la Restauración, con quien mantuvo durante otros tres años el contrato de producción de la moneda de bronce. A todo esto hay que añadir una producción privada de moneda, la de los billetes de banco, de los que hubo una gran pluralidad hasta 1874, fecha en que el Banco de España consiguió el monopolio de emisión, y todos estos billetes se realizaron con el valor en escudos de oro, el antiguo sistema monetario de 1864, sólo en julio de 1874 pasaron a emitirse en pesetas. Todos estos problemas y especificidades de la moneda española deben igualmente ponerse en relación con los de los países del entorno, primero los de la UML, cuyo sistema copió, para poder ver qué cantidades y qué monedas se acuñaban o no en esos países, para compararlo con el nuestro, y además ver la relación metálica de nuestras piezas con las de otros países como Inglaterra, Portugal, Alemania o Estados Unidos, las otras potencias de la época. Por último citar las monedas de los “rebeldes”, tanto carlistas como cantonalistas de Cartagena, que en uso de su supuesta “soberanía”, acuñaron piezas específicas, tanto para sufragar sus gastos de funcionamiento como entidades políticas “independientes”, como para mostrar al mundo su “independencia” y “soberanía” frente al Gobierno central de Madrid. Este estudio muestra unas líneas de actuación básicas, sobre las que se puede profundizar analizando la documentación de época, tanto política como económica, así como con las piezas físicas, añadiendo un tema no tratado aquí, como es el de las reacuñaciones, la entrega de piezas de sistema antiguo que se fundían y se acuñaban en el sistema nuevo, previsto en el Decreto de 19 de octubre de 1868 y que en algunos momentos tuvo bastante importancia, y que nos aporta datos sobre las piezas que se conservaban y circulaban entre la población en esos momentos, que el ejecutivo llegó a cifrar en 97 especie distintas.
65
FOTOGRAFIAS
1. ORO a nombre de ISABEL II 10 Escudos
3. EL DURO DE ESPAÑA (Valor de 5 Pesetas, igual todo el resto de los tipos hasta 20 Céntimos) 2. PRIMERA PESETA con leyenda GOBIERNO PROVISIONAL
4. EL DURO DE AMADEO I
66
5. LOS ENSAYOS DE ORO. Las 100 Pesetas de España
7. EL BRONCE, los 5 Céntimos 6. LAS 100 PESETAS DE AMADEO
8. EL DURO DE CARTAGENA
9. LOS 10 CÉNTIMOS CARLISTAS
67
10. EL PRIMER BILLETE EMITIDO EN PESETAS
68
GACETA NUMISMATICA
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JUNIO 2007
Comunicación “DIVI SERIES” UNA EMISIÓN CONMEMORATIVA DE ANTONINIANOS DE RESTITUCIÓN DEL SIGLO III D.C. JOAQUIM BLAY DETRELL Propósito El proyecto Divi Series, que aquí se presenta, recopila una base de datos de más de 1000 monedas pertenecientes a esta serie de restitución1. A partir de su estudio se pretende alcanzar diversos objetivos: -Confeccionar un catálogo de los cuños conocidos de la serie. -Calcular el número total de cuños originales y, con ello, el volumen de la emisión.
-Determinar las cadenas de acuñación que permitan elaborar unas secuencias de producción que vinculen temporalmente las monedas que tenemos registradas. -Vincular las monedas híbridas de la serie con otras datables, y no pertenecientes a ella, para contrastar la cronología tradicionalmente atribuida a la misma. -Proponer una metodología aplicable a otras series monetarias con análogos propósitos. La descripción en detalle de la base de datos en que se basa este proyecto excede con mucho el espacio disponible en este artículo, que sólo pretende introducir sus propósitos y presentar los resultados conocidos a este nivel de la investigación. Por esta razón de espacio y la continua revisión de los métodos y herramientas empleados es conveniente su publicación a través de una página web (www.qblay.com/DiviSeries), lo cual posibilitará una puesta al día constante que no permiten los soportes escritos tradicionales.
1
Las imágenes de las monedas que se exponen en la presentación son cortesía de las firmas: Elsen, Gorny&Mosch, Harlan J. Berk, Hirsch y Lanz. La lista completa de las distintas firmas, museos y particulares, que nos han cedido las imágenes de sus monedas para formar la base de datos, por razón de espacio, aparecerá en la exposición de la misma en la web.
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En una segunda fase de explotación de esta base de datos es de esperar que la información contenida permita analizar los procedimientos de trabajo empleados en la ceca de la época, a la vista de las secuencias de utilización de distintos cuños, con su evolución y desgaste a lo largo de las distintas sesiones de trabajo que parecen evidenciarse. Dado el volumen de la información a procesar ha sido necesario confeccionar un software específico para construir los árboles de encadenamiento de cuños. Cada vez que se registra una nueva moneda y sus cuños han sido identificados es preciso revisar sus vinculaciones con las secuencias de encadenamiento que teníamos registradas. Estamos ante un proyecto que, habiendo conseguido sus primeros resultados, tiene su base empírica en permanente incremento y actualización. La inclusión de nuevas monedas al registro es constante, no cerrándose con la publicación del presente artículo. Los resultados aquí publicados, ya con un alto grado de fiabilidad, verán ésta incrementada con el progresivo aumento del número de monedas registradas. Descripción de las Divi Series
Figura 1. Tipologías de anverso y reverso
Las monedas que componen esta serie son antoninianos, las más comunes en el circulante del siglo III d.C. El peso medio de esta emisión en concreto es de 3,78 gramos2 y su metal plata de ley reducida3, conociéndose diversos
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Tamaño de la muestra: 600 monedas; Rango: 1,9 a 5,6 gr.
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ejemplares forrados.4 Iconográficamente, presentan en sus anversos la efigie del emperador restituido,5 con la corona radiada típica de los antoninianos de efigie masculina. Existen dos tipos de reverso: una pira funeraria y un águila explayada. Las leyendas son: DIVO más el nombre del emperador restituido para el anverso y CONSECRATIO para el reverso. Según vemos esta serie de restitución no contiene el nombre del restituidor, sólo el del emperador restituido. Esta omisión es frecuente cuando se honra al emperador recientemente desaparecido. En algunos casos en que se rememoraba a emperadores más distantes en el tiempo se hacía constar el nombre del emperador responsable de la emisión, hecho que nos facilita su datación y que en nuestro caso no se produce. La lista de emperadores restituidos plantea dudas por sus inclusiones y omisiones6. La valoración que hacemos de un emperador en concreto, en la actualidad, responde a las conclusiones que hemos extraído de diversas fuentes históricas y arqueológicas, siempre fragmentarias y distantes en el tiempo. El criterio que en la antigüedad se tenía de los mismos personajes podía variar de un reinado a otro, y según peculiaridades de cada momento. No se cuestionan, hoy día, inclusiones como las de Augusto, Trajano, Antonino Pío o Marco Aurelio, aunque choca ver que de un emperador carismático, como este último, se produjeran la mitad de cuños que para Cómodo, un emperador del cual en la actualidad tenemos una imagen que no parece corresponderse con la que quería transmitir la propaganda de mediados del siglo III d.C. Como omisiones más claras, sin voluntad de ser exhaustivos, deberíamos citar a Julio César, a Claudio o a Lucio Vero. Rareza relativa de los tipos Ya en los estudios iniciales de la serie, se apreció que ciertas monedas restituyendo a determinados emperadores eran más frecuentes que las de 3
D.R. Walker, The Metrology of the Roman Silver Coinage.: British Archaeological Reports: Part III: From Pertinax to Uranius Antoninus, BAR, Oxford, 1978, Supplementary Series 40. 4 Un ejemplar, en colección particular, restituyendo a DIVO VESPASIANO con reverso con águila y dos híbridos en el British Museum (DIVO VESPASIANO/VICTORIA AVG y DIVO PIO/PANNONIAE). Ningún cuño, de anverso o reverso, de monedas forradas es coincidente con otro de los registrados hasta ahora. 5 Sus presencias y ausencias han sido ampliamente debatidas. H. Mattingly et al., Roman Imperial Coinage, IV, Part 3, Londres, 1923-1994, p. 117. D. Sviatoslav, “Good Emperors and Emperors of the Third Century”, Hermes, 132/2, 2004, p. 211224. 6 J. Meyer, “Consecration issues commemorated the deification of the Roman emperor”, The Celator, 6, Mayo 1992, núm. 5, p. 6-20
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otros. La primera duda que se suscita es si esta diferencia era de origen o si se había producido una selección posterior, tal vez causada por una damnatio memoriae. Esta duda queda resuelta efectuando una estimación del número original de cuños que se abrieron para cada emperador y comparándolo con las monedas que han llegado a nuestros días. Rareza relativa de los anversos por emperador 250 Monedas registradas en la base de datos Cuños originales de anverso estimados
200
Presencia en el tesoro de Dorchester x3
Items
150
100
50
Alexandro
Severo
Commodo
Marco
Antonino Pio
Hadriano
Traiano
Nervae
Tito
Vespasiano
Augusto
0
El estudio de la muestra expone con claridad que los tipos de anversos que nos han llegado en mayor número, lo han sido en todos los casos a causa del mayor número de cuños creados para ellos, con significativas diferencias entre los más frecuentes (Antonino Pío y Trajano) y los menos (Nerva, Adriano, Marco Aurelio y Septimio Severo). La presencia de nuestras monedas en el tesoro de Dorchester muestra una distribución prácticamente idéntica a la obtenida a partir de los cálculos de cuños originales. Pudiéndose considerar la distribución de tipos de los Divi en el citado tesoro como fiel reflejo de su participación en el circulante de la época. No ha habido pues, más selección a través del tiempo que la pérdida aleatoria que ha afectado a toda la serie por igual. Siendo similar la complejidad para elaborar cualquiera de los posibles tipos de anverso, resulta evidente que si uno determinado se produce en menor cantidad es por haber dedicado menos recursos a su producción. Ello puede interpretarse como un menor interés en transmitir el mensaje asociado a esa figura, y de ahí puede concluirse una menor valoración del mismo en ese momento histórico. Las causas por las que se abrieron cuños en número tan
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desigual para distintos emperadores es susceptible de diversas hipótesis que no corresponden a este momento de la investigación. La proporción entre los reversos, entorno a 2/3 de piras frente a 1/3 de águilas, es tal vez justificable por la menor dificultad para la creación del cuño de la más sencilla figura de la pira, frente a los más complejos detalles que conlleva la del águila. Aquí, los argumentos técnicos pueden llegar a justificar la disparidad detectada por sí solos, al ser similar en contenido propagandístico tanto uno como otro motivo. Atribución de ceca y emisor La ceca de origen fue también motivo de controversia. Siempre sobre unos criterios estilísticos o de base histórica, se atribuyó en determinado momento a la ceca de Milán7, siendo en la actualidad considerada como segura la de Roma8. Esta hipótesis se ve reforzada por los enlaces de cuños de algunos híbridos, que vinculan esta serie con monedas incuestionablemente atribuidas a la ceca romana. Por lo que respecta a la autoridad emisora, ya desde las primeras referencias, algunos autores9 las han venido atribuyendo a emperadores que van desde Filipo hasta Galieno. Un periodo de tiempo que se inicia con la celebración del milenario de Roma y termina con la reforma monetaria que cambia la aleación del antoniniano, marcando su fecha más tardía (post quem) de atribución posible. Los argumentos historicistas sobre la recuperación de la tradición, que rememorando el pasado intentaban recuperar una grandeza ya perdida, son perfectamente válidos para diversos emperadores de este periodo, en especial Filipo y Trajano Decio. En todos los casos, y como dificultad añadida, nos encontramos en un momento crítico de la historiografía de Roma, con unas aportaciones de las fuentes escritas insuficientes para intentar documentar estas atribuciones. Otros argumentos datadores, que podemos calificar como criterios físicos, se basaban en el peso medio y la riqueza de la aleación que detectamos en estas monedas. Ambos parámetros sufren una progresiva reducción a lo largo del siglo III d.C., siendo utilizados para dar una cronología de nuestra serie a grandes rasgos, que la situaría a mediados de siglo: una época en la que se sucedieron diversos emperadores en un corto lapso de tiempo. El criterio datador a través de estos parámetros, de peso y 7
Mattingly et al., Roman Imperial Coinage Vol. IV. pág. 113. K.J.J. Elks, “Reattribution of the Milan Coins of Trajan Decius to the Rome Mint”, Num.Chron. 1972, p. 111-115. 9 H. Cohen, Description historique des monnaies frappées sous l’empire romaine, 2nd ed., París, 1880-1892, p. 471. 8
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aleación, debe valorarse con reservas ante la probada costumbre10 de reacuñar sobre piezas anteriores con metrología y aleación distintas a las del momento. El peso medio, que hemos obtenido de una amplia muestra de más de 600 ejemplares, la situaría entre los reinados de Filipo y Trajano Decio11. Las argumentaciones basadas en elementos estilísticos son de escasa consistencia, en general. En algunos casos se ha querido ver similitudes estilísticas entre monedas de diversos reinados o cecas y las de la serie en estudio12. Aceptando la relación entre el estilo de un cuño y la persona del abridor del mismo, debemos reconocer que su actividad puede prolongarse a lo largo de diversos reinados, especialmente en esta época por la brevedad de los mismos. Como ocurre con relativa frecuencia en las acuñaciones romanas, en algunos ejemplares y tal vez por error en el proceso de acuñación, se producen intercambios entre los cuños propios de la serie y otros, no pertenecientes a ella, que se hallaban en el mismo taller en ese momento. La existencia de monedas híbridas, mostrándonos un anverso de la serie asociado a un reverso ajeno a ella, siempre se ha considerado como un dato de gran relevancia. En especial, cuando los reversos intrusos son tipológicamente exclusivos de un reinado concreto serán datos de primer orden para fechar estas emisiones, pudiendo contrastar las hipótesis establecidas sobre otros criterios más susceptibles de controversia. En un apartado específico dedicado a estas piezas híbridas veremos que en nuestro caso vinculan la serie a los reinados de Trajano Decio y Volusiano. Un argumento en que se basa la atribución de estas emisiones al reinado de Decio, y que supera las consideraciones estrictamente tipológicas, es la composición del tesoro de Plevna13. En él hallamos dos piezas de la serie de Divi y en diferente proporción piezas de Herenio Etrusco y Hostiliano, césares14, con una total ausencia de monedas de la última etapa del reinado de Trajano Decio y posteriores. La fecha de la ocultación sería a principios del 251 d.C. y los antoninianos de Divi podrían estar acuñándose en otoño del 250 d.C. correspondiendo, como propuso Mattingly, con la asociación al trono de los hijos de Trajano Decio y la gran persecución contra los cristianos que se produjo en ese año.
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H. Mattingly, “The Great Dorchester Hoard”, Num. Chron., 1939, p. 21-61. Mattingly et al., Roman Imperial Coinage Vol. IV. p. xxiii; general introd. 12 H. Mattingly, “The Mint of Milan”, Numismatika, 1936. 13 H. Mattingly, Salisbury, “A Find of Roman Coins from Plevna”, Num. Chron., 1924, p. 210-238. 14 La elevación de ambos hijos de Trajano Decio a cesares se produce en un momento indeterminado del otoño de 250 d.C. Mattingly, Salisbury, “A Find of Roman Coins from Plevna”, p 221. 11
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En lo referente a la composición de los tesoros de esta época, nos llama la atención el reducido número relativo de piezas de los Divi en el conjunto del tesoro de Plevna, especialmente en comparación con otros cerrados en los años siguientes, los cuales nos dan un panorama más completo del circulante originado en los reinados que relacionamos con nuestra serie. Reinado
Trajano Decio
Treboniano
Proporción
(b) 129
Divi Series (c) 7
Tesoro Clamerey
(a) 115
Dorchester
2236
1401
85
2,33%
Gibraltar
147
616
11
1,44%
Smederevo
2078
1440
70
1,99%
Plevna
>1657
0
2
<0,12%
(a+b)/c 2,86%
Tomemos diversos tesoros, cerrados con posterioridad aunque próximos a las fechas susceptibles de atribución: Dorchester15, Clamerey16, Smederevo17 y Gibraltar18. En ellos la proporción entre las monedas de los Divi y las de los reinados de Trajano Decio y Treboniano Galo mantienen una semejanza, que contrasta con esa misma proporción en el tesoro de Plevna, cerrado antes de finalizar el reinado de Trajano Decio. Esta circunstancia sugiere que la producción de los Divi se prolongó, con un volumen importante, más allá de la ocultación del tesoro e incluso del reinado de Trajano Decio, como corroboran los híbridos. Estimación del número de cuños originales de la serie Para el cálculo del número original de cuños que se emplearon para producir esta serie de los Divi utilizaremos los procedimientos estadísticos publicados por diversos autores19. Se basan en conocer el número de cuños distintos que aparecen en la muestra monetal motivo de estudio y el volumen de ésta. Con estos dos datos los métodos de Guilbaud y Carter tienen 15
Mattingly, “The Great Dorchester Hoard”, p. 21 y ss. J.-B Giard, « Le trésor de Clamerey », Trésors monétaires, T. 2, 1980, p. 9-29 y lám. I-XV. 17 T. Petrovic, “The Smederevo hoard”, Starinar, 1931, p. 32 y ss. 18 H.D. Gallwey, “A hoard of Third-Century Antoniniani from Southern Spain”, Num. Chron., 1962, p. 335-406. 19 Villaronga i Garriga, L., Estadística aplicada a la Numismática, Asociación Numismática Española, Barcelona, 1985, p.98-102. 16
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suficiente, el de Goods precisa de un dato adicional que es el número de cuños de los que conocemos una sola moneda. Todo el proceso se recalcula de forma automática en la base de datos cada vez que se incorpora la imagen de una nueva pieza. La precisión del cálculo es, sin entrar en detalles, tanto mayor cuanto más elevado es el cociente entre el número de monedas de la muestra y los cuños que la componen. Con un cociente entre 2 y 3 la fiabilidad se considera buena; si es superior a 4 se puede afirmar que, muy posiblemente, se conocen todos los cuños originales de la muestra. CUÑOS DE ANVERSO Monedas Registradas
Emperador
Cuños Distintos
Proporción Monedas /Cuños
Número de cuños originales estimados según diversos métodos Guilbaud
Carter
Goods
Augusto
114
51
2,24
61
67
62
Vespasiano
114
57
2,00
73
81
74
Tito
96
42
2,29
50
55
53
Nerva
51
17
3,00
19
19
20
Trajano
140
67
2,09
83
92
85
Adriano
33
18
1,83
24
27
23
Ant. Pío
184
71
2,59
82
86
83
Marco A.
40
18
2,22
22
24
21
Commodo
90
36
2,50
42
45
39
Septimio S.
43
18
2,39
21
23
21
Alejandro S. Total
109 1014
36 431
3,03 2,35
41 511*
41 551*
39 513*
(*) En esta casilla se refleja la estimación global, no la suma de estimaciones parciales.
CUÑOS DE REVERSO Cuños de reverso conocidos
Estimación según diversos métodos
Águila
Híbridos
Pira
Total
Proporción Monedas /Cuños
147
3
256
405
2,5
Guilbaud
Carter
Goods
469
497
484
Tomemos como ejemplo el caso de las piezas de la restitución de Alejandro Severo: sin ser el emperador del que conocemos más monedas, sí
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tiene un elevado cociente (monedas/cuños). Ello determina que la estimación de su número de cuños originales sea de mayor fiabilidad que en el caso de Antonino Pío, por ejemplo, documentado con un mayor número de piezas pero con un menor ratio, a causa del elevado número de cuños distintos que detectamos en su muestra. Según las estimaciones basadas en los distintos métodos, además de los 36 cuños que conocemos para Alejandro Severo, podemos esperar la aparición de otros 5 ó 6 más, por ahora no registrados. Un cociente mayor que 4 es el que asociamos a los registros de cuños completos, sería entonces de esperar que conociendo entorno a 165-200 monedas de Alejandro Severo apareciesen, con gran probabilidad, los cuños restantes. De forma global, con una muestra superior a 2000 piezas podríamos alcanzar la proporción de 4 monedas por cuño. Esta muestra sería la que nos aproximaría a conocer la práctica totalidad de los cuños originales, de los cuales hoy, con una muestra de 1000 monedas, conocemos entorno a un 80%. Según aparece en el cuadro general del cálculo de cuños originales, estimamos el número de los mismos entre 500-550 para el anverso y 450-500 para el reverso, según las distribuciones expresadas. Teniendo una estimación de los cuños que componían la serie en su origen, podemos valorar el volumen relativo de la misma dentro de la producción monetaria de la época. Según las estimaciones de Duncan-Jones,20 sobre el número de cuños producidos en diferentes reinados, un consumo entre 2000 y 3000 cuños anuales para las emisiones de plata sería aceptable para este periodo. Al margen de la precisión de esta estimación sobre el consumo anual de cuños, se percibe claramente que en nuestra serie estamos ante un número ciertamente reducido de cuños originales, frente a los consumos medios anuales de la época. De lo cual se desprende que el tiempo requerido para la producción de nuestra serie, a plena dedicación de toda la ceca, sería de unos pocos meses. Mattingly propuso para este momento la existencia de 6 oficinas en la ceca romana y una distribución de los distintos emperadores restituidos entre cada una de ellas21. Esta explotación extensiva, en todas las oficinas de la ceca, de la totalidad de los 500 cuños, llevaría a su total consumo en un periodo de 2 a 3 meses. Por otro lado, el encadenamiento de cuños entre las piezas de la muestra estaría plenamente relacionado con los emperadores del anverso. Deberíamos pues, encontrar frecuentes enlaces de cuños entre los mismos tipos de anverso, que no tendrían vinculación con las cadenas de cuños restituyendo otros emperadores. Sobre la citada muestra de 1000 monedas el 67% de ellas tienen sus cuños encadenados en un solo árbol que 20
R. Duncan-Jones, Money and Government in the Roman Empire, Cambridge, 1998, p. 167-168. 21 Mattingly, Salisbury, “A Find of Roman Coins from Plevna”, p. 232-233.
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contiene a todos los emperadores22. Por tanto, será nuestra hipótesis que esta serie se produjo en una sola oficina de la ceca, lo cual multiplica por 6 el tiempo requerido para el consumo de sus cuños (12 a 18 meses): dato que encaja con las cronologías previamente expuestas, que ubicarían la producción de la serie de Divi entre el otoño de 250 d.C. y el invierno de 251 a 252 d.C. Monedas híbridas En el caso que nos afecta tenemos conocimiento de 4 monedas híbridas, y por ello, con un reverso atípico. Estas monedas se encuentran en el British Museum de Londres y en el Cabinet des Médailles de la Bibliothèque Nationale de France. Se trata de dos ejemplares restituyendo DIVO AUGUSTO, uno DIVO VESPASIANO y otro DIVO PIO (Ilust. 2 y 3). En el primer caso, los cuños de anverso son distintos, pero comparten el mismo cuño de reverso IVNONI MARTIALI con el templo de Juno. Este tipo de reverso es propio de las emisiones de Treboniano Galo y Volusiano. Se conocen diversas decenas de cuños distintos del tipo IVNONI MARTIALI con el templo de Juno. Esta relación tipológica ya se cita en RIC IV, aunque la existencia de un tipo de reverso, por sí sola, no basta para establecer una vinculación temporal segura. Sería ideal poder verificar si ese cuño concreto se empleó simultáneamente para los antoninianos de las Divi Series y para las monedas de Treboniano Gallo o Volusiano que le son propias. Hemos podido localizar, en un catálogo de la casa Numismatik Lanz de Munich, un antoniniano de Volusiano con el mismo cuño de reverso empleado en los híbridos citados. Ello sitúa de una forma inequívoca el momento de acuñación de estos híbridos durante el reinado de Volusiano, que se produjo simultáneamente con el de su padre Treboniano Galo. Los anversos de DIVO AVGVSTO de nuestros híbridos, a su vez, enlazan con otros de diversas piezas registradas en nuestro catálogo de las Divi Series. Lo cual marca una simultaneidad en la producción de monedas de la restitución y otras datadas en el reinado de Volusiano, que se inicia en Noviembre de 251 d.C. Conocemos otros híbridos con anversos que, perteneciendo a nuestra serie, no hemos conseguido vincular a ninguna otra pieza registrada. Se trata además de monedas forradas, a diferencia de las citadas anteriormente, que eran híbridos acuñados sobre la aleación convencional. El primero, restituyendo DIVO VESPASIANO, muestra un reverso de VICTORIA AVG, 22
Con el incremento del número de monedas de la muestra es de esperar que el porcentaje de piezas encadenadas aumente, al vincularse a la cadena principal otras de menores.
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un tipo frecuentísimo durante todo el siglo III d.C. que puede atribuirse tanto a Trajano Decio como a otros emperadores anteriores o posteriores. Desafortunadamente, su conservación y la larga cronología del motivo hacen muy difícil localizar coincidencias de cuño con otras monedas datables. El segundo híbrido forrado con un anverso DIVO PIO tiene un reverso con un significado mucho mayor: muestra las dos panonias en pie y la leyenda PANNONIAE. Para este reverso no se ha hallado ningún encadenamiento con piezas datables, aunque su tipo responde exclusivamente al reinado de Trajano Decio y más concretamente hacia mediados o finales del mismo.
Figura 2 - Monedas híbridas forradas. British Museum Collection
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Figura 3. Monedas híbridas con cuño de reverso coincidente.Numismatik LanzMünchen, Auction 117 Lot 1135. Cabinet des Médailles de la Bibliothèque Nationale de France. British Museum Collection.
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Conclusión El estudio de una muestra relativamente numerosa, según se ha expuesto, ha permitido estimar la metrología y el volumen de la emisión, valorando la rareza relativa de los diferentes emperadores restituidos, evidenciando su desequilibrio en origen y la ausencia de otra selección que la tafonómica.
Una información no estadística, que se ha obtenido del estudio de las imágenes monetales, es la que ha permitido la construcción del árbol de enlaces de cuños. Este dato permite vislumbrar una continuidad en la producción que nos ha llevado a atribuirla a una sola oficina de la ceca, de forma coherente con la cronología propuesta y las estimaciones de producción y consumo de cuños. Con el estudio de los híbridos y el análisis de los tesoros tenemos situado el intervalo de producción de estas monedas, confirmando lo que anticiparon los argumentos estilísticos e historicistas, que situaban su inicio en el reinado de Trajano Decio y reforzando la evidencia de su continuidad en el mandato siguiente de Treboniano Galo y Volusiano, cuyos híbridos están encadenados con diversas piezas de la muestra. La iniciativa de la producción de la serie de los Divi corresponde por tanto al reinado de Trajano Decio, debiendo relacionarse conceptualmente con la celebración del milenario de
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Roma y la voluntad del imperio de recuperar un prestigio que garantizó una estabilidad política, social, económica y religiosa que el imperio parecía haber perdido. A pocas semanas de empezar el reinado de Trajano Decio se ordena la conocida y extensiva persecución a los cristianos, quedan claras las líneas que marcarán su política interior. Parece que tomar el nombre del emperador que llevó el imperio a su máxima extensión, y emular su culto a la tradición a través de la propaganda que difunden las monedas, formaban parte de sus objetivos.23 Pero el contexto general fue un factor, determinante de la brevedad de su reinado, que truncará todos sus esfuerzos por establecer un paralelismo entre dos momentos del imperio separados por un siglo y medio.
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J.Y. Akerman, A Numismatic Manual, Ed. Taylor & Walton, Londres, 1840, p. 190.
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GACETA NUMISMATICA
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FE DE ERRATAS
En un artículo publicado recientemente en esta revista (F. PLIEGO y R. PLIEGO (2007) “Mertia, nueva ceca visigoda” Gaceta Numismática 164, 19-21) atribuimos, por error, la cronología de la tipología visigoda con reverso ‘victoria’ a la de ‘cruz sobre gradas’. Por tanto donde dice (pág. 19) “Desde el punto de vista tipológico la moneda presenta ‘busto de frente’ tanto en anverso como en reverso, tipología que vino a sustituir en tiempos de Leovigildo a la tradicional de ‘busto de perfil’ y ‘cruz sobre gradas’ usada por los visigodos desde al menos tiempos de Alarico II” debería decir “usada por los visigodos desde tiempos del emperador Tiberio II”. Los autores
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GACETA NUMISMATICA
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Reseñas M.P. GARCÍA-BELLIDO, Las legiones hispánicas en Germania. Moneda y ejército. Madrid, CSIC-Ediciones Polifemo, 2004. 354 pág. (Anejos de Gladius 6). La presente obra no va a estar exenta de polémica, por sus novedosas propuestas, tanto por lo que hace a la numismática como al movimiento y distribución de tropas, algunas de cuyas conclusiones ya ha adelantado en algunos artículos. El estudio recoge los hallazgos monetarios de moneda de procedencia peninsular tanto de plata como de bronce (mayoritaria). De estas últimas, se tiene representación de las siguientes cecas: Augusta Emerita, Colonia Patricia, Tarraco, Celsa, Calagurris, Bilbilis, Segobriga, Emporion, Bolskan/Osca, Caesaraugusta, Turiaso, Cascantum, Gracuris y Clunia. Índice: Prólogo. I. Introducción. II. El ejército y su abastecimiento de moneda. III. Los yacimientos de Germania Inferior con moneda hispánica. IV. Los yacimientos de Germania Superior/Meno con moneda hispánica. V. Los yacimientos de Germania Superior/Raetia con moneda hispánica. VI. Contramarcas militares en moneda julio-claudia: Hispania y Germania. VII. Cuerpos militares hispánicos en Germania según la documentación monetaria. VIII. Conclusiones. Bibliografía. Índices (de yacimientos con moneda, de figuras, onomástico, de materias). En total, se han documentado un total de 62 sitios con moneda hispánica en Germania: 32 en Germania Inferior, 16 en Germania Superior/Meno y 14 en Germania Superior/Raetia. Se describe cada una de las piezas y, debido a la característica de los yacimientos, muchos de ellos importantes campamentos militares que fueron abandonados en una fecha precisa conocida, lo que permite fechar perfectamente los conjuntos monetarios allí descubiertos, se ha podido precisar la cronología de varias emisiones, especialmente en el caso de la ceca de Emporion. A partir de los descubrimientos monetarios, la autora efectúa un estudio del movimiento de tropas desde Hispania a la frontera germánica (unos 50.000 hombres). Su inicio habría tenido lugar ya inmediatamente después de la finalización de las guerras cántabras, y no mucho después, como se ha mantenido hasta la actualidad, lo que ha generado polémica con los especialistas de historia militar. No menos interés despierta sus conclusiones sobre la circulación monetaria, especialmente en cuanto a la utilización de las cecas ciudadanas
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del valle del Ebro para cubrir las necesidades de moneda fraccionaria del ejército romano del NO. Sin querer entrar en polémicas, no estamos de acuerdo con el hecho de que considere la moneda bilingüe de Celsa como efectuada por Pompeyo Magno, a partir de los datos numismáticos recogidos a través del campo de batalla de Andagoste (Alava), un tema que esperamos próximamente a tratar. En cambio, celebramos que la autora demuestre que los bronces pompeyanos de Sexto Pompeyo se efectuaran en Hispania, que no en Sicilia, al no aparecer moneda de este último origen en el limes germánico. Se trata, sin duda, de una interesante obra que dará mucho que hablar en los próximos años. L. A. V. J. CENTENO YAÑEZ, Las monedas reselladas de Felipe III y Felipe IV (1603-1639). Córdoba 2006, 119 pág. El libro consta de dos partes: Estudio y Catalogación. En la primera se hace un repaso a la política interior y exterior de dichos reinados, así como los datos político-económicos, completado con un estudio sobre las cecas castellanas en cuanto a la administración, significado de las distintas acuñaciones y el análisis de la política llevada a cabo por la Corona con la puesta en marcha de los resellos. Resulta interesante la tipología de coronas y las decoraciones del dígito (8) expuestos de forma gráfica, así como las demás marcas de las cecas. También se aborda el tema de las falsificaciones y de las acuñaciones originales de vellón después de 1603. En la segunda parte se exponen los criterios seguidos para la catalogación y valoración, pues no hay dos resellos iguales. Para ello se realiza la división de las monedas originales, el estudio formal de cada uno de los resellos y la catalogación y valoración de los mismos. A lo largo de ambos apartados se pone de manifiesto que si bien los resellos tienen el atractivo como cualquier otra moneda de sus diferentes matices (cecas, marcas, figura, peso, valor, etc.), hay que estudiarlos en el contexto histórico, encuadrándolos en la época que tuvieron vigencia y mediante las connotaciones político-económicas nos brindan, interpretar estos datos tan valiosos para el conocimiento de las múltiples repercusiones que suscitaron su puesta en circulación. G. N.
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