problemas de IingUistica · general II emile benveniste
lingiilstica
traduccwn de JUAN ALMELA
PROBLEMAS DE LINGUISTICA GENERAL .. ,
II por EMILE BENVENISTE
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edtores
))((I siglo veintiuno editores, S.8. de c.v. CERRO OEl AGUA 248, DElEGACIQN COVOAcAN, 04310, MEXICO, D.F.
siglo veintiuno de espana editores, s.a. PRiNCIPE DE VERGARA 78 2'1 DCHA. MADRID, ESPANA
portada de anhelo hernandez primera edici6n en espaiiol, 1977 decimoquinta edici6n en espaiiol, 1999 C siglo xxi editores, 5.a. de c.v. ishn 968~23-O029-0 (obra completa)
isbn 968-23-0333-8 (volumen 2) primera edici6n en frances, 1974 © editions gallimard, paris, francia titulo original: prohlemes de linguist/que genera/e, 2
derechos reservados can forme a la ley impreso y hecho en mexico/printed and made in mexico
INDICE
Prefacio I.
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TRANSFORMACIONES DE LA LlNGUiSTICA
1. Estructuralismo y lingiilstica 2. Este lenguaje que hace la historia
II.
LA COMUNICACION
3. Semiologia de la lengua 4. EI lenguaje y la experiencia humana S. EI aparato formal de la enunciaci6n
III.
ESTRUCTURAS Y ANALISIS
6. 7. 8. 9. 10.
Estructura de la lengua y estructura de la sociedad Convergencias tipol6gicas Mecanismos de trasposici6n Las transformaciones de las catcgorias lingiHsticas Para una semantica de la preposici6n alemana vor
IV.
9S 107 117 130 141
147 164 178
EL HOMBRE EN LA LENGUA
14. EI ant6nimo y eI pronombre en frances moderno IS. La forma yel sentid6 en e1lenguaje
VI.
47
70 82
FUNCIONES SINTACTICAS
11. Fundamentos sintacticos de la composici6n nominal 12. Fonnas nuevas de la composici6n nominal 13. Estructura de las relaciones de auxiliaridad V.
13 32
199 217
LEXICO Y CULTURA
16. Difusi6n de un termino de cultura: latin orarium [7J
243
8
17. 18. 19. 20.
fNDICE
Genesis de! termino scientifique La blasfemia y la eufemia C6mo se form6 una diferenciaci6n lexica en frances Dos mode!os lingiHsticos de la ciudad
249 256 260 274
PREFACIO
Para sus Problemas de lingiifstica general, Emile Benveniste e1igio veiutiocho articulos entre sus publicaciones de 1939 a 1964, y los clasifico en seis partes: trans formaciones de la Iingiiistica, la comunicacion, estructuras y am\lisis, funciones sintacticas, el hombre en la lengua, !exico y cultura. Ahora bien, de 1964 ad ha publica do numerosos estudios importantes en diferentes compilaciones y publicaciones periodicas, a veces de dificil acceso. El inmenso inten~s despertado par los Problemas de lingiiistica general, traducidos bien pronto al ingles, eI italiano y e1 espanol, suscito en buen numero de amigos y discipulos eI deseo de que la empresa siguicra adelante y aparecicse un nuevo volumen. Cuando expusimos, can M. Lejeune, este anhelo a Emile Benveniste, estuvo gustosamente de acucrdo y nos autorizo para cscoger entre sus articulos recientes (de 1965 a 1972). Reunimas asi veinte estudios (los dos primcros en forma de conversaciones), repartidos bajo las mismas seis gran des rubricas del primer volumcn, bajo la estrecha vigilancia de Emile Benveniste en persona. M. OJ. MOINFAR
[9)
I. TRANSFORMACIONES DE LA LlNGOISTICA
I. ESTRUCTURALISMO Y LINGOrSTICA 1
PIERRE DAIlC En los ultimos treinta, y aun cuarenta, ailos ha vivido usted la transformaci6n de la lingiiistica y de paso su acceso a una especie de posici6n central en las ciencias humanas, de "ciencia piloto", como dicen. Quisiera preguntarle que es 10 que Ie parece que caracteriza esta evoluci6n, esta transformaci6n, desde el punto de vista de la lingiHstica. Pero, de no tener usted inconveniente, me gustaria, a fin de situar mejor las cosas, hacerle una pregunta personal correspondiente a una que fue planteada a Jakobson en mi revista. ~Que 10 condujo a usted a la lingiiistica?
Tuve la suerte de abrazar muy joven la carrera cientifica, en gran medida bajo la influencia de un hombre que fue un gran lingiiista, que contribuy6 mucho a formar los lingiiistas y modelar la lingiiistica durante -diriamos- los veinte 0 treinta primeros ailos de este siglo: mi maestro Antoine Meillet. Su encuentro result6 decisivo para mi en vista de mi extrema juventud cuando estudiaba en la Sorbona y de que sin duda me atraia mucho mas la investigaci6n que la rutina de la enseilanza. Meillet enseilaba estrictamente gramatica comparada. Aqui hay que remontarse algo atcis, pues a traves suyo es la enseilanza de Ferdinand de Saussure la que fue trasmitida en parte a los discipulos de Meillet. Esto es muy importante para quienquiera trace de alglin modo la biografia intelectual de la lingiiistica francesa, con todo y que el Saussure que enseil6 durante diez aiios en la Ecole des Hautes Etudes no fuese el Saussure de quien tanto se habla en todas partes hoy en dia. EMILE BENVENrsTE.
P. D.
Era en cierto modo el comparatista.
E.
Era estrictamente el comparatista, extremadamente joven y
B.
1 Conversacion de Pierre Daix con !milc Benveniste, Lcs Lettres lli2 (2".30 de julio de 1968). pp. 10·13.
[13]
fran~ises.
nUm.
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TRANSFORMACIONES DE LA LINCiHSTICA
precoz, quien apenas a los 21 a 22 afios fue adivinado y adoptado par alguien que sabia conocer a los hombres, Michel Breal. Nos reman tam as can clio al verdadero nacimiento de la Iingiiistica en Francia. Brcal adivino 10 que podia ser un Saussure, 10 que era ya. Se habia afirmado can un verdadero golpe de genio en gramatica com parada y habia rcnovado la restitucion de las form as del indoeuropeo. P. D.
,:En que epoca pasaba esto?
t. B. Exactamente en 1878. Saussure fue profesor a los 24 afios en la Ecole des Hautes Etudes, donde cnsefio del 81 al 91. De Paris volvio a Cinebra, a los 34 afios, un poco a disgusto, abandonando una carrera brillante que se Ie abria en Paris y que Breal hubiera de fijo seguido apoyando. Durante aque1 tiempo, forma a varios hombres eminentes, de una misma generacion, en particular a los dos principales: Antoine Meillet y Maurice Crammont. Los forma en cuanto a la disciplina comparativa, es decir, el ana lis is y la comparacion de cierto numero de lenguas de la misma cepa, y la restitucion sistematica de los estados antiguos, que la comparacion de las lenguas historicas permite alcanzar. Tal es la disciplina y, pudiera decirse, eI horizonte, en que la Iinguistica se desarroll6 como ciencia historica, como ciencia comparativa y como ciencia enderezada a la restitucion de estados prehist6ricos. Y todos los itinerarios de la gramatica com parada cran por naturaleza rigurosos y perseguian sin cesar mayor rigor. Fue 10 que me atrajo personalmente. Era e1 caracter de las leyes que la linguistica estaba ya en condiciones de formular y, al tiempo, el horizonte que abria sobre la extension posible del metodo a otras familias de lenguas. Y efectivamente, puede decirse que la gramatica comparada, tal como fue mode1ada en particular por Saussure, tal como la desenvol. via Meillef a su zaga, ha servido de mode1o a los intentos parale10s que se siguen haciendo hoy por hoy en otras familias de lenguas. Cuando ahora se razona acerca de las lenguas de Oceania y se procura constituir su genealogia, 0 cuando se emprende e1 mismo trabajo en el inmenso dominio amerindio, siempre es ~n mayor 0 menor medida cl mode1o indoeuropeo el que gllia las indagaciones, el que permite organizarlas.
15 P. D. a sea que la lingiiistica comparada sigue desarrolhindose en la actualidad ESTRUCTURALISMO Y LINGiHSTICA
t.
B. Mucho, y con hermosos triunfos. Pero, en fin, a eso volvcremos luego. No hay duda de que todas las lingiiisticas especializadas estan destinadas a pasar por esa fase. Actualmente se trabaja muy activamente en Francia y America para constituil esas familias de lenguas, pala coordinarlas y tratar de ver como es posible representarse eI desenvolvimiento lingiiistico de los diferentes continentes. Se realizan esfuerzos considerables en el dominio africano: varias escuelas estan en ello. De modo que no se trata en modo alguno de un metoda que este envejeciendo 0 que pertenezca a' una epoca pasada; absolutamente no. Creo que, al contrario, la lingi.iistiea comparada va a renacer transformada por entero, y de hecho se transforma. Es evidente que la que hoy practicamos no se parece nada a la fisonomia de la misma diseiplina hace treinta 0 cincuenta aiios. He aqui, pues, como se definia 10 esencial del trabajo lingiiistico en aquel tiempo. Habia tambien, sl, una lingiiistica general, pero trasponia a rasgos generales las caracteristicas des lindadas por los metodos comparativos. Los datos lingiiisticos eran los que se recogian en textos. Ahora, como estos textos son la mayoria -hablo del dominio indoeuropeo- textos muy antiguos, textos homericos, textos vedicos -y hoy en dia ya conoce us ted la nueva dimension que se agrega con los textos micenicos, que hacen retroceder cuando menos medio milenio la protohistoria del griego-, habia que interpretarios en su realidad de textos antiguos, en relacion con una cultura que ya no conoeemos. Por 10 eual eI aspeeto filologieo-historico disfrutaba de un puesto de consideracion en este estudio. Habia, por tanto, ciertos preliminares antes de abordar directamente los hechos; preliminares que evidentemente no detienen a quien estudia en conjunto el frances, el ingles, las lenguas vivas .. No diria que hubiese entontes un prejuicio contra las lenguas vivas, de ninglin modo. Solo que la iengua viva ela siempre concebida como resultado de una evolucion historica. Verdad es que teniamos delante a un hombre que contaba mucho y cuyo prestigio ha palidecido un poco a estas alturas: Gillieron, con la escuela de dialectologia francesa. Gillieron y sus discipulos
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TRANSFORMACIONES DE LA LINCUiSTICA
opinaban que precisamente la restituci6n hist6rica no aIcanzaba la realidad compleja de la lengua viva y que ante todo era preciso registrar la riqueza de las hablas, coleccionarlas mediante cuestionarios y representarlas en mapas. P. D.
E.
Los datos hablados.
Datos hablados, orales, y representados en mapas; es 10 que se lIamaba geografia lingiiistica. He aqui en cierta manera los dos polos de la Iingiiistica en los prim eros anos de este siglo. En cuanto a Saussure, casi no era leido. Habia vuelto a Ginebra. Casi de inmediato se habia encerrado en eI silencio. Sin duda sabe usted esta historia. Es un hombre que ha actuado sobre todo despues de muerto. Lo que ensen6 en materia de nociones generales, y que entra en el Curso de lingiiistica general publicado por sus discipulos, 10 ensefi6, sepase bien, a reganadientes. No hay que figurarse que Saussure fuera un hombre ridiculizado, impedido para expresarse, no. Aun no se ha hecho la historia de las ideas de Saussure. Habra muchos documentos que utilizar, en particular cartas que muestran con que estado de animo trabajaba. Saussure rechazaba casi todo 10 que se hacia en su tiempo. Hallaba que las nociones corrientes caredan de base, que todo descansaba en supuestos previos no verificados, y sobre todo que eI Iingiiista no sabia 10 que hacia. Todo eI esfuerzo de Saussure -y para responder a la pregunta que usted me hacia esto tiene importancia decisiva, puede decirse que aqui esta el viraje de la lingiiistica- se concentra en la exigencia que plante6 de ensenarle al lingiiista qUIz hace. De abrirle los oios al itinerario intelectual que sigue y a las operaeiones que practica cuando, de modo en cierta forma instintivo, razona acerca de lenguas 0 las com para 0 las analiza. lCwll es pues la realidad lingiiistica? Todo comenz6 aqui y fue aqui donde Saussure plante6 las definiciones que hoy se han vuelto ciasicas, sobre la naturaleza del signo lingiiistico, sobre los diferentes eies segun los cuales hay que estudiar la lengua, la manera como se nos presenta la lengua, etc. Pues bien, todo esto 10 elabor6 Saussure dolorosamente y sin que nada haya pasado directamente a su ensenanza, salvo por tres anos al final de su vida, los anos 1907 a 1911, durante los cuales, para suplir a un B.
F.STRUCTURALISMO Y LINGUiSTICA
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colega que se habia jubilado, tuvo que dar un curso de introduccion general a sus alum nos. Es el curso que Bally y Sechehaye publicaron y sobre el cual se ha alzado, directamente 0 no, toda la Iinguistica moderna. Opino que algo de aquello, algunos de los principios fundamentales, debia asomar en las lecciones que Saussure, muy joven, impartia en Paris: lecciones de gramatica comparada, sobre el griego, el latin, sobre el germanico en particular, pues se ocupo mucho de lenguas germanicas. Y es claro que desde aquella epoca padeda Saussure esta obsesi6n a la que se entrego afios enteros en silencio, este interrogarse sobre el valor de la lengua y sobre 10 que la distingue de todo otro objeto de ciencia. De ahi que las ideas de Saussure fueran mas facilmente comprendidas en Francia, aunque para imponerse hayan tardado tanto como en los demas sitios_ Asi, pese a todo, a traves de la gramatica com parada es toda esta inspiracion de lipguistica general la que entro en la ensefianza de Meillet. A partir de entonces, el paisaje se fue modificando, conforme poco a poco las nociones saussurianas se afianzaban, 0 eran redescubiertas por otros, 0, bajo diversas influencias, sobre todo en Estados U nidos, surgian ciertas convergencias. Es poco sabido que hombres como Bloomfield descubrieron a Saussure par su cuenta, par mucho que suela tenerse la linguistica estadounidense, y en especialla coniente bloomfieldiana, por frutos de una reflexion independiente. Hay pruebas de que Bloomfield conoela las ideas de Saussure y tenia conciencia de su importancia. P. D. ~Esto
de Bloomfield nos conduce hacia los ailos cuarenta?
E. B. Hay una reseila de Saussure, debida a Bloomfield, de 1924. Muy distinta fue la formacion de Sapir, linguista y antropologo cstadounidense. Can todo, Sapir redescubrio algunas nociones csencialcs, como la distincion entre fonemas y sonidos, alga que corresponde mas 0 menos a la distincion saussuriana entre !engua y habla. Yea usted, corrientcs independientcs han eonvergido a fin de cuentas y ocasionado el nacimiento de una linglilstica tcorica Il1uy exigente, cmpel"iada en fonnularse como eieneia y progrcsando siemprc en csta 'Irea eicntifica. Es clecir, tratando de
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darse un cuerpo de definiciones, de enunciarse como estructura organica. Esto ha producido orientaciones muy diferentes. Esta por una parte eI estructuralismo, que de ahi saM directamente. Para un lingiiista acostumbrado a practicar eI trabajo lingiHstico y .que desde temprano -es mi caso- tuvo preocupaciones estructuralistas, es un espectaculo sorprendente la boga de esta doctrina, mal comprendida, descubierta tardiamente y en un momento en que el estructuralismo en linguistica era ya para algunos cosa superada. En mi obra he seguido brevemente la pista a la suerte lexica de este termino. En este ano de 1968, la noci6n de estructuralismo lingiiistico cumple cuarenta ailos justos. Es mucho para una doctrina en una ciencia que va muy aprisa. Hoy en dia, un esfuerzo como el de Chomsky va dirigido contra el estructuralismo. Su manera de abordar los hechos lingliisticos' es exactamente inversa. P. D. lEs decir que usted identifica el estructuralismo en lingiiistica con el periodo en que se procur6 sacar a luz las estructuras lingiiisticas propiamente dichas?
E. B. Se trat6 ante todo de mo;;trar en los elementos materialcs de la lengua y, en cierta medida, encima, en los elementos significantes, dos cosas, los dos datos fundamentales en toda consideraci6n estructural de la lengua. Primero, las piezas del juego, despues, las relaciones entre estas piezas. Pero no es nada facij, ni aun para empezar, identificar las piezas del juego. Tomemos los elementos no significantes de la lengua, los sonidos. lCuales Son los sonidos de una lengua dada? No del lenguaje en general, cuesti6n que no puede plantearse, sino de una lengua dada; esto quiere decir cu:lles son los sonidos que tienen valor distintivo, que sirven para manifestar diferencias de sentido. l Y cu:lles son los sonidos que, aunque existan materialmente en la lengua, no cuentan como distintivos sino solamente como variantes 0 aproximaciones de los sonidos fundamentales? Se aprecia que los sonidos fundamentales tienen siempre nl!mero reducido, jam:\s hay menos de 20 y jamas hay mas de 60 o cosa asL No son variaciones enormes, lPor que? En todo caso, cuando se estudia una lengua hay que determinar cuales son los sonidos distintivos. Asi, que en frances se pronuncie pauvre
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o povre no tiene la menor importancia; es sencillamente cuestion de origen local, lno?, pero que no crea diferencia de sentido. Pero hay lenguas en las que esta diferencia, 0 algo comparable a la diferencia entre pcruvre y povre, darla dos palabras totalmente diferentes. Es la prueba de que en este caso la distincion entre 6 y 0 en frances no cuenta, mientras que en otras lenguas seria distintiva. P. D. Y, sin embargo, si en frances dice usted p6le y Paul lahi Sl cuenta?
E. B. Claro, como en saute y sotte, y por consiguiente es una distincion que hay que reconocer como fonologica, pero en condiciones por determinar. En frances tenemos fJ6, tnltese de peau 0 de pot,poco importa, pero no hay po con 0 abierta, simplemen· te porque las condiciones de articulacion del frances exigen que la 0 final de un monosilabo sea cerrada y no abierta, en tanto que marchai y marchais tienen dos fonemas distintos porque diferencian dos tiempos del verbo. Ve usted que el asunto es complejo. Paso a paso, hay que estudiar toda la lengua muy atentamente para discernir 10 que es fonema y 10 que es varianteo He aqui el nivel no significante, en eJ sentido de que se ttata sencillamente de los sonidos. Hay un nivel encima, donde se aborda el mismo problema desde puntos de vista mucho mas dificiles, cuando los elementos son los siguificantes 0 las porciones de significantes y asi sucesivamente. De modo que aqui esta la primera consideracion: reconocer los terminos constituyentes del jnego. La segunda consideracion esencial para el analisis estructural es precisamente ver cual es la relacion entre estos elementos constituyentes. Estas relaciones pueden ser extremadamente variadas, pero siempre se pueden reducir a cierto numero de condiciones basicas. Por ejemplo, no es posible que tal y cual sonido coexistan. No es posible que tal 0 cual sonido no sean sihibicos. Hay lenguas como e!' servocroata en las que r sola, como en krk, forma una silaba. En frances no es posihle esto, es preciso que haya una vocal. He aqui leyes de estructura, ycada lengua tiene una multitud. Nunca se ha acabado ·de descubrirlas. Es todo un aparejo sumamente complejo, que se va extrayendo
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TRANSFORMACIONES DE LA LINCUiSTlCA
de la lengua estudiada como un objeto, exactamente como eI fisico analiza la estructura del atomo. Tales Son a grandes rasgos, muy sumariamente, los prinCipios de la consideraci6n estructum!. .Cuando son extendidos a nociones sociales, la cosa adquiere un aire mucho mas imponente. En vez de cI Y de se habla de hombres y de mujeres, 0 de reyes y servidores. De inmediato los datos aleanzan una amplitud, y al mismo tiempo una accesibilidad que los hechos lingiiisticos no pemliten, considerados en si mismos, a su nive!. Es 10 que quiz:!s explique que estas nociones se hayan degradado a partir del momenta en que el calificativo de estructural ha sido apIicado a realidades distintas de aque\las donde naciera. No obstante, al nivel de la reflexi6n seria, e! itinerario es eI mismo, tratese de mitologia 0 de matematicas. Un epjstem610go podria mostrar que la misma consideraci6n ha sido aplicada en Iogica. en matematicas. De hecho, hay una especie de estructuraci6n de la matematica, para suceder a Ia labor mas 0 menos intuitiva que los primeros matematicos tenian por unica posible. Todo esto representa en conjunto eI mismo movimiento de pensamiento y la misma manera de objetivar la reaJidad. Esto es I" importante.
e
Acaba usted de decirnos que Chomsky rompia con esta corriente de investigacion.
P. D.
E. B. Exacto; el considera la lengua como producci6n, 10 cual es del todo diferente. EI estructuralista tiene que empezar por constituir un corpus. Asi se trate de la lengua que usted y yo habIamos. primero hay que registrarla, que ponerla por escrito. Decidamos que est:! representada por tal 0 cual libro, par 200 paginas de texto que acto seguido seran convertidas en material, clasificadas, analizadas, etc. Hay que partir de los datos. En cambio para Chomsky es exactamente al reves, parte de la palabra como producida. Mas ~como es producida la lengua? No se reproduce nada .. Al parecer se dispone de cierto numero de modelos. Ahora, todo hombre inventa su lengua y la inventa toda la vida. Y todos los hombres inventan su propia Iengua en el instante y cada quien de manera dislintiva, y cada vez dc modo nuevo. Dar a aIguien los buenos di;is cada dia de la vida.
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cs una reinvenci6n cada vez. Con mayor raz6n cuando se trata de frases, no son ya los elementos constitutivos los que cuentan, es la organizacion de conjunto completa, la disposici6n original cuyo modelo no puede haber sido dado directamente y que el individuo fabrica, pues. Cada locutor fabrica su lengua. lC6mo la fabrica? Es una cuestion esencial, pues domina el problema de la adquisici6n dellenguaje. Cuando el nino aprende una vez a decir que "Ia sopa esta demasiado caliente", sabra decir "Ia sopa no esti bastante caliente", 0 bien "Ia leche esta demasiado caliente". Construira asi frases donde utilizara en parte estructuras dadas, pero renovandolas, llenandolas de objetos nuevos, y asi sucesivamente. P. D. Pero lno cree usted -sin que pretenda yo que asi haya sido en realidad- que un proceder como el de Chomsky tenia, en cierto modo, que seguir al estructuralismo, que supone el estructuralismo?
E. B. Es \1lUY posible. Ante todo como reacci6n, acaso, contra una consideraci6n exclusivamente mecanista, empirista, de la estructura, particularmente en su versi6n estadounidense. En Estados Unidos e! estructuralismo proscribia todo recurso a 10 que llamaba "mentalismo". EI enemigo, e! diablo, era e! mentalismo, 0 sea todo 10 que se referia a 10 que llamamos pensamiento. Solo una cosa contaba, y eran los datos registrados, leidos u oidos, que pod ian ser organizados materialmente. En tanto no bien se trata de un hombre hablando, el pensamiento es rey, y el hombre esta entero en su querer hablar, es su capacidad de palabra. De manera que puede presumirse que hay una organizacion mental propia del hombre y que Ie otorga la capacidad de reproducir ciertoS modelos, aunque variandolos al infinito. lC6mo se empalman tales modelos? lCuales son las leyes que permiten pasar de una estructura sintactica a. otra, de un tipo de enunciado a otro? lC6mo se invierten a negativas las frases positivas? lC6mo es que una expresi6n formulada por medio de un verbo activo puede transformarse en fonnulaci6n pasiva? He aqui el tipo de problemas que se plantean los transfdnnacionalistas, pues se trata en verdad de una transfonnaci6n. A ese nive!, entonces, y vistas asi las cosas, la estructura fone-
zz
TIlANSFORMACION~S DE LA LINCfiisTICA
matica de una lengua tiene poca importancia. Se trata ante todo de la lengua' como organizaci6n y del hombre como capaz de organizar la lengua. Es como se explica que haya en Chomsky un retorno, bastante curioso a los antiguos fil6sofos y una especie de reinterpretaci6n de las nociones de Descartes acerca de los vinculos entre eI espiritu y la lengua. Todo esto es, a la vez, muy interesante y muy tecnico, muy seco, algebraico. Pero, hablando, hemos perdido de vista una parte del legado propiamente saussuriano, que disfruta de adelantos considerabIes; hablo de 1a ciencia de los signos que preveia, de la semiologia.
p. D,
E, B, En efecto, es un gran asunto y que acaso este aun mas a la orden del dia de 10 que se sospecha. En realidad, es cosa muy nneva. Es claro que, cuando se habla, es para decir alguna cosa, para trasmitir un mensaje. Se sabe tambien que la lengna se compone de elementos aislables, cada uno qe los cualcs tiene un sentido y que se haHan articulados de acuerdo con un c6digo. Son estos los elementos que los diccionarios catalogan, y al lado de cada uno de los cuales agregan una definicion; dan pues 10 que Haman su sentido. Pero eI simple hecho de que existan diccionarios implica en realidad un mundo de problemas. lQue es el sentido? Si se mira de cerca, se advierte que los diecionarios yuxtaponen cantidad de cosas muy dispares. Si buscamos sol, encontraremos una definicion mas 0 menos desarroHada del astro asi Hamado. Si buscamos hcu:er haHaremos doce 0 quince rubricas. Buscando en frances faire en eI diccionario de Littre, hay 80, contando las subdivisiones. lEs eI mismo sentido? lHay muchos sentidos? No se sabe. Incluso somos los primeros en plantearnos este genero de cuestion.
p, D.
E. B. Absolutamente, Suele decirse entonces que eI uso de la lengu\l regula todo esto. Pero entonces topamos con cuestiones fundamentales: lC6mo es que la lengua adm\te esta "polisemia"? lComo se organiza el sentido? Mas generalmente, lcuales son las condiciones para que alguna cosa sea dQda como signifi-
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cante? Todo eI mundo puede fabricar una lengua, pero no existe esta, en eI sentido mas literal, en tanto no haya dos individuos que la puedan manejar nativamente. Una lengua es primero que nada un eonsenso coleetivo. lC6mo es dado? EI nino nace en una comunidad Iingiiistiea, aprende su lengua, proceso que parece instintivo, tan natural como el crecimiento fisico de los seres 0 de los vegetales, pero 10 que aprende, en realidad, no es eI ejereicio de una faeultad "natural", es eI mundo del hombre. La adeeuaci6n del lenguajc al hombre es la adecuaci6n del lenguaje al con junto de los datos que Ie incumbe traducir, ]a adecuaci6n de la lengua a todas las conquistas intelectuales que pennite el manejo de la lengua. Se trata de una cosa fundamental: e1 proceso dimimico de la lengua, que pennite inventar nuevos conceptos y por consiguiente rehacer la lengua, sabre e]1a misma en eierto modo. Pues bien, todD esto es el dominio del "sentido". Por 10 demas, estan las clases e1ementaIes de sentido, las distineiones que la lengua haee constar 0 no, aS1 las distinciones de color, par tamar ull caso clasico. No hay dos lenguas que organicen los colores ele la misma manera. lDifieren acaso los ojos? No, es la lengua 10 diferente. Por consiguiente, algunos colores no tienen "sentido" en cierto modo, otros, en cambio, tienen demasiados, y asi por el estilo. Aqui, de paso, siento la tentaci6n -es 10 que trato de e1aborar en cste mom en to- de introducir distinciones. Se ha razonado con la noci6n de sentido como si fuera lma noci6n coherente, que operase llflicamente en el interior de !a lengua. Planteo, de hecho, que hay dos dominios 0 dos modalidades de sentido, que distingo respectivamente como semi6tica y semantica. EI signo saussuriano es en realidad la unidad semi6tica, 0 sea Ia unidad dotada de sentido. Se reconoce 10 que tiene' un sentido; todas las p~labras que hay en Iln texto frances tienen, para quien posee esta lengua, un sentido. Pero importa poco que se sepa emil es dicho sentido y no hay que cuidarse de e1lo. Tal es eI nivel semi6tico: ser reconocido como poseooor 0 despojado de senbdo. Esto se define diciendo que S1 0 que no. P. D.
En tanto que la semantica .. _
E.
La semantica es el "sentido" resultante del encadenamien-
B.
TRANSFORMACIONES DE LA LINCUisTICA
to, de la adecuacion a la circunstancia y del ajuste de los diferentes signos entre ellos. Es absolutamente imprevisible. Es un abrirse al m\1ndo. En tanto que la semiotica es el ~ntido cerrado sobre SI mismo y contenido, en ciecto modo, en' Sl mismo. P. D. Es decir que, en suma, el sentido semiotico es un sentido inmediato. En ciecta manera sin historia ni ambiente.
E.
SI, aSI es. Se deterrnina por unidad aislada: se trata de averiguar, por ejemplo, si la palabra role es aceptada como significativa. SI, rOle Sl; Til no. B.
P. D.
En frances, no.
E. B. En frances ril no significa nada, no es significante, en tanto que role Sl. He aqui el nivel semiotico, es un punto de vista muy distinto del de distinguir el role de la ciencia en el mundo, el role de tal actor. Este es el nivel semantico: esta vez hay que comprender y distinguir. Es en este nivel donde se manifiestan los 80 sentidos del verbo faire 0 del verbo prendre. Son acepciones semanticas. Es cosa, pues, de dos dimensiones del todo diferentes. Y si no se empieza por reconocer esta distincion, me temo que no se sale de la vaguedad. Pero esto no pasa de ser una vision personal, que falta demostrar. Tenemos que elaborar poco a poco todo un cuerpo de definiciones en estc inmenso dominio, que no comprende nada mas la lengu8. Y csto me lIeva a la cultura. La cultura es tam bien un sistema que distingue 10 que tiene un sentido y 10 que no 10 tiene. Las diferencias entre las culturas se reducen a esto. Torno un ejemplo que no es lingiilstico: para nosotros el color blanco es un color de luz, de alegria, de juventud. En China es el color del luto. He aqui un ejemplo de interpretaci6n de sentido en el seno de la cultura; una articulacion entre cierto color y cierto comportamiento y, por ultimo, un valor inherente a la vida social. Todo ello se integra en una red de diferencias, el blanco, el negro, no valen en la cultura occidental como en la cultura extremooriental. Todo 10 que es del dominio de la cultuta participa en el fondo de valores, de sistemas de valores. De .articulacion entre los valores. Pues bien, tales valores son los que se imprimen
25 en la lengua. S610 que es un trabajo muy dificil sacarlos a relucir, porque la lengua arrastra toda suerte de datos heredados; la lengua no se transform a automaticamente a medida que la cultura se transforma. Y esto es justamente 10 que provoca a menudo la panoplia semantica. Considere usted la palabra francesa homme (tomo eI primer ejemplo que me pasa por la cabeza). Tiene usted por una parte el empleo del termino como designaci6n; por otra, los nexos de que es susceptible esta palabra, homme, y que son muy numcrosos. Por ejemplo, eI honnete homme, concepci6n que data de cierta fase del vocabulario, que se remonta a un aspecto de,la cultura clasica francesa. Al mismo tiempo, una locuci6n como ie suis votTe homme se refiere a la edad feudal. Ahi tiene usted una estratificaci6n de cultura que deja rastro en los diferentes empleos posibles. Todos estos estin comprendidos hoy por hoy por la definici6n de la palabra, porque son aun susceptibles de ser empleados con su verdadero senti do en la misma feeha. Vemos aqui el correlato de una definicion acumulativa de las eulturas. A nuestra cultura de hoy csti integrado todo el espesor de otras culturas. Es por aqui par donde la lengua puede ser reveladora de la cultura. ESTRUCTURALISMO Y LINCtifSTICA
Hay una noci6n muy importante que ha subrayado usted diciendo que el hombre no nacia en la naturaleza sino en la cultura. Creo que una de las rupturas entre la lingiiistica tal como usted la practica y -digamos- sus origenes en el siglo XVIII es que los primeros lingiiistas tenian la idea de que la lengua partia de la naturaleza y trataban de dar con procesos naturales de invenei6n de la lengua por el hombre.
p. D.
E. B. Si, y en los mismos prineipios del siglo pasado, en particular durante la primera fase de descubrimientos que permitia la gramatiea eomparada, hubo la idea de que se estaba aseendiendo a los odgenes del espiritu humano, de que estaba siendo captado eI nacimiento de la facultad de lenguaje. Se preguntaban entonces si habria nacido primero el verbo 0 el nombre. Eran planteadas cuestiones de genesis absoluta. Hoy se aprecia que semejante problema no tiene la menor realidad cientifica. La gramatica com parada, aun la mas refinada, la que beneficia las circunstancias hist6ricas mas favorables, como la de las
26
TRANSFORMACIONES DE LA LINGiiiSTICA
lenguas indoeuropeas, antes que la de las semiticas, atesiiguadas con todo desde fecha mlly antigua, solo nos entrega en su reconstruccion lin trecho de unos cuantos milenarios. Es decir, una fraccion muy peqllefia de la historia Iinguistica de la humanidad. Los hombres que hacia el decimoquinto milenio antes de nuestra era decoraban las cavernas de Lascaux, eran gente que hab!aba. Es evidente. No hay existencia comlm sin lengua. Es imposible por consiglliente fechar los origenes del lenguaje, ni mas ni menos que los de la sociedad. Pero nunca sabremos como hablaban. Tenemos la certidumbre de que ni la reconstruccion mas audaz nos deja alcanzar nada que sea muy elemental. La idea de que eI estlldio Iingiiistico revelaria eJ lenguaje como producto de la naturaleza no puede ser ya sostcnida hoy. Siempre vemos eI lenguaje en eJ seno de una sociedad, en eI seno de una cllltura. Y si he dicho que el hombre no nace en la naturaleza sino en la cultura, es que todo nifio cn toda epoca, desde la prehistoria mas remota hasta ahora, aprende necesariamenle con la lengua los rudimentos de una cultura. Ninguna lengua es separable de una funcion' cultural. No hay aparato de expresion tal que se pueda imaginar que un ser hllmano fuera capaz de inventar solo. Las historias de lengllaje inven· tado, espontaneo, fuera del aprendizaje humano, son fabulas. EI lenguaje siempre ha sido inculcado a las criaturas humanas, y siempre en relacion con 10 que se lIaman realidades, que son realidades definidas, por necesidad, como elementos de cultura. Realidades definidas, en cierto modo, bajo dos aspectos, por una parte la linea hereditaria, puesto que !a .cuJtura es una cosa que se hereda y trasmite conocimientos adquiridos, pero tambien, por otra parte, eI ambiente inmediato, eI presente.
P. D.
E. B. En aosoluto; y 10 que eI nillO adquiere, aprendiendo, como se dice, a hablar, es eI mundo en el cual vive en realidad, que eI lenguaje Ie entrega y sobre el cual aprende a actuar. Aprendiendo el nombre de una cosa, adquiere el medio de obtenerla. Empleando la palabra actua, pues, sobre el mundo y muy pronto. se da cuenta oscuramente. Es eI poder de accion, de transformacion, de adaptacion, 10 que es la clave de la re!acion hu-
27 mana entre la lengua y la cultura, una relacion de integraci6n necesaria. Y de paso respondo tam bien a la pregunta que me planteaba usted acerca del pape! de la lingiiistica como ciencia plloto. En la vida de rclacion hay la diferencia de que la lengua es un mecanismo inconsciente, en tanto que un comportamiento es consciente: se cree que se comporta uno de tal 0 cual manera por razones que se e1igen 0, cuando menos, que puede uno elegir. En realidad no es esto 10 importante sino el mecanismo de la significaci6n. Es en este nivel donde eI estudio de la lengua puede tomarse ciencia piloto, ilustrandonos acerca de la organizacion mental que resu~ta de la experiencia del mundo 0 a la cual la experiencia de! mundo se adapta, no se bien emil de las dos cosas. Hay, en particular, una manera de organizar relaciones logicas que aparece muy pronto en eI niiio. Piaget ha insistido mucho en esta capacidad de formar esquemas operatorios, y esto va aparejado a la adquisici6n de la lengua. Esta red compleja reapareceria a nivel profundo en los grandes menesteres intelectuales, en la estructura de las matematicas, en las relaciones que constituyen el fundamento de la sociedad. Opino que algunos conceptos marxistas pudieran ir ingresando a su vez, ya debidamente e1aborados, en este circulo de nociones articuladas por las mismas relaciones basicas de las que la lengua ofrece la imagen mas facilmente analizable. Pero hago mal en hablar de todo esto como de teorias ya expuestas que bastaria con buscar en un libro, cuando que son cosas en las que reflexiono, pero que aun estan en e1aboracion. ESTRUCTURALISMO Y LINCUiS'l'1CA
P. D. La historia que acaba usted de contar se origina en e! tiempo de la lingiiistica comparada. Se procuraba entonces, en eI fondo, merced a la comparaci6n de las lenguas mas antiguas a nuestro alcance, reconstituir aquel mecanismo del espiritu humano, 0 al met:lOS sus mecanismos fundamentales. Y se advierte que luego de echar por tierra muchos metodos y direcciones de investigaci6n, la lingiiistica a fin de cuentas vuelve a su objeto primitivo, pero por caminos del todo diferentes, que creo mucho mas cientificos.
E. B. Mucho mas cientificos, pues no se trata ya de los origenes sino de Ios fundamentos, y en eI fundamento de todo esta la simb6lica de la lengua como poder de significaci6n.
28 P. D.
TRANSFORMACIONES DE LA LINGUiSTICA
La sim bolizacion.
E. B. La simbolizacion, el hecho de que precisamente la lengua sea el dominio del sentido. Y, en el fondo, todo el mecanismo de la cultura es un mecanismo de caracter simb6lico. Damos un sentido a ciertos gestos, no damos lIinguno a otros, en el interior de nuestra cultura. Asi es, pcro Ipar que? Sera cosa de iden· tificar, de descomponer y luego clasificar los elementos significantes de nuestra cultura, es un trabajo todavia por hacer. Se requiere una capacidad de objetivacion bastante rara. Se veria entonces que hay como una semantica que pasa par todos estos elementos de cultura y que los organiza -que los organiza en varios niveles. Esta luego la manera como estos elementos se rigen unos a otros en su valoraci6n, el predominio que hoy se concede a algunas imagenes: la jerarquia que se establece entre valores nuevos. La importancia que ganan hoy por hoy, diga· mos, ciertas cuestiones de genera cion; hace treinta anos, la nocion de juventud no tenia para nada el mismo sentido que hoy. Hay un cimimiento completo que afecta a todos los elementos, materiales 0 no, de la cultura, que va desde el vestido, la actio tud, hasta los fines ultimos de la vida. La jerarquia, la accion redproca de estos valores, y por consiguiente los modelos que uno se prop one, los objetos que uno anhela -todo se esta mo· viendo dentro de nuestra cultma, que ya no tiene nada en co· mun con 1910 0 1930. P. D. Es decir que ahora, en cierto modo, no solo la linguistica se halla situada en la situacion central de que comenzamos ha· blando, con ese caracter de ciencia piloto, sino tambien que se vuelve indisociable del conjunto de las ciencias humanas.
E.
B, Se hace indisociable, en efecto, sobre todo en virtud del hecho de que otras ciencias confluyen con ella en pos de modelos paralelos a los suyos. Puede suministrar a ciencias cuya mate· ria es mas dificil de objetivar, como la cultmologia -de admi· tirse el termino-, model os que ya no habra por fuerza que imitar \I1ecanicamente, sino que procuran cierta representacion de un sistema combinatorio, de suerte que estas ciencias de b cultura puedan a su vez organizarse, formalizarse a la zaga de
29 Ia lingiiistica. En aquello quc ya ha sido intentado en el campo social, Ia primacia de Ia lingliistica es abiertamente reconocida. No es en modo alguno a causa de una superioridad intrinseca, sino sencillamente porque can Ia Iengua estamos en el fundamcnto de toda vida de relacion. ESTRUCTURALISl\IO Y LINGOiSTICA
n. Quisiera plantearle una pregunta que se me ocurre escu· chandolo, y qlle en el fonda, creo yo, se dirige muy naturalmente aI lIniversitario que es listed. iOpina usted qlle Ia ensei'ianza de Ia lingiiistica, quiero decir Ia ensefianza universitaria ordinaria como existia, diriamos, antes de los acontecimientos, era coherente con 10 que acaba usted de decir acerca del papel de Ia Iingiiistica en las ciencias hllmanas? P.
E. B. Par desgracia, en Ia universidad se arrastra lIna carga muy pesada; se est" (0 se cstaba) sometido -ignoro que quede- a constrefiimientos arcaicos, los de los examenes, de los programas, etc. Con todo, son numerosos los lingiiistas qlle desean renovar las ensefianzas en Ia universidad. Pertenezco, como usted sabe, al College de France, donde se dispone par este Iado de completa libertad, en vista de que no hay qlle someterse a ning6n programa y de qlle, par el contrario, es precis a que un curso nunca se repita, a mas de que no haya tam poco responsabilidad de cxamenes, de cola cion de titlilos; solo se es responsable ante Ia den cia Y lIno mismo. Ahora bien, me llama mllcho Ia atencion ver que desde diferentcs rumbos se mira hacia Ia lingiiistica, hay entre los jovenes lIna curiosidad muy viva hacia las nuevas ciencias hnmanas. Se aprecia, tanto en filosofia como entre quienes tienen conciencia de Ia realidad de las ciencias sociales, de Sll espccificidad, una comprensi6n que es un fenomeno nllevo. De sllerte qlle Ia Iengua no aparece como 10 hizo tanto tiempo, como lIna espccialidad al Iado de otras, paralela, pero no mas importante. Esto alimenta Ia esperanza de que, en los pIanos un poco idcales que se dabaran, las cosas hallaran su nivel real, aunque ... P. D.
Habra que ver ...
E.
No sc bien como marchat
B.
30
TRANSFORMACIONES DE LA LINCUisTICA
es esta nocion de ciencia humana que, ahora, esta en condiciones de tornarse organizadora, de reunir reflexiones dispersas, en muchos hombres que aspiran a descubrir su hogar com un_ Es muy importante. De manera general, estamos en la epoca de las tomas de conciencia. Acaso, en el fondo, 10 que caracterice a toda la cultura moderna sea que se vuelva mas y mas consciente. Cuando se ve como la gente razonaba, imaginaba y creaba, en los siglos pasados y aun a principios del presente, se nota que ha cambiado algo, y las manifestaciones, las creaciones mas espontaneas hoy en dia (no se si este bien 0 mal, listed esti. mucho mejor situado que yo para juzgar) implican una porcion de conciencia mucho mayor que en otro tiempo. P. D.
Creo que tiene usted razon.
E. B. Hasta el artista trata de comprender 10 que hace, no es ya instrumento de la inspiracion. P. D. Creo que esta dando usted una buena caracterizacion del arte moderno ...
E. B. Es muy nuevo ... y no creo que esto altere las caJidades de la invenci6n; saber que es rechazado y por que, puede estimular a la conciencia hacia 10 que hay que inventar, y ayudar a descubrir los marcos en los que puede ser inventado. P. D.
E.
Por supuesto.
B. Pues me parece que en el fondo es ahi clonde encontramos el problema que la lengua nos ha ensefiado a ver. Al igual que no hablamos al azar, quiero decir: sin marco, que no producimos la lengua fuera de deterrninados marcos, de ciertos esquemas que poseemos, asi creo que el arte ya tampoco se produce fuera de marcos 0 esquemas diferentes, pero que existen tambien. Y que se reforman 0 que renacen en la medida misma en que se adquiere conciencia de 10 periclitado. Esta toma de conciencia es ya una via abierta hacia e1 nuevo siglo. Actualmente, 10 cual me llama mucho la atencion, se ve deshacerse el siglo xx, deshacerse muy de prisa.
ESTRUCTURALISMO Y LINGUiSTICA
P. D.
31
5i, tiene uno la impresi6n de estar ya mas alia ...
E. B. Muy claramente. 5e tiene la sensaci6n de haber atravesado una de esas fases de transfomlaci6n en algunas semanas, aun si, como pasa tam bien, hay retrocesos momentaneos. Verdad es que nunca es facil pasar de un siglo al siguiente, ni de una forma de cultma a la siguiente, pero me parece que la epoca favorece tales tomas de conciencia par el hecho mismo de que tantos valores aceptados vuelven a estar en tela de juicio, y hasta los sistemas de producci6n. P. D.
Esto me parece una buena conclusi6n.
2. ESTE LENGUAJE QUE HACE LA HISTORIA I
GUY DUMUR. Nunca se habl6 tanto de lingiHstica. Con todo, poca gente sabe de que se trata. EMILE BENVENISTE. La lingiiistica es el intento de apresar ese objeto evanescente que es el lenguaje, y de estudiarlo a la manera como son estudiados los objetos concretos. Se trata de transformar las palabras que vuelan -las "palabras aladas" que decia Homero- en una materia concreta, que es estudiada, disecada, cuyas unidades son deslindadas, aislados los niveles. Tal es siquiera una tendencia de esta disciplina, de una lingiiistica que procura constituirse como ciencia; es decir, que trata primero de constituir su objeto, de definir el modo como 10 examina e intenta luego forjar los metodos apropiados para cernir, analizar esta materia. G. D. lEn que se distingue la lingiiistica de las antiguas cieucias del lenguaje como, por ejemplo, la gramatica, la filologia 0 la fonetica?
E. B. La lingiiistica pretende englobar todo esto y trascenderlo. Todo 10 que atane al lenguaje es objeto de la lingiiistica. AIgunas de las disciplinas que menciona usted, la filologia en particular, no se ocupan sino del tenor de los textos, de su trasmisi6n a traves de las edades, etc. La lingiiistica se ocupa del feu6meno que constituye el lenguaje y, por supuesto, sin descuidar la porci6n del lenguaje que se transfomla en cscrito. Las preocupaciones del fil610go no son las del lin/llllsta, por mucho que este aporte a aquel una ayuda indispensable, en particular cuando es cosa dc interpretar textos en lenguas desaparecidas, ya que el lingliista tiene necesidad de conocer e1 mayor n'1I11ero posible de lenguas para definir el lcngua je. Es csta una l Platica rccogida por Guy Dumur en 'Le NOllvel onservatcur, especial litcrario, 210 bis (20 de noviembrc a 20 de diciembrc de 1968). pp. 28-34.
r32]
1111ln.
ESTE LENGUAJE QUE HACE LA
HISTOR~A
33
de las direcciones por las que se adentra ia linguistica. Podria decirse que es una direcci6n positiva -hay quien dice positivista-, con todas las implicaciones que este termino acarrea. G. D.
La Iinguistica es una ciencia reciente, pero tiene una histo-
ria, un comienzo.
f:. Il. De hecho la lingiiistica ha tenido varios comienzos. Mas de una vez se ha reiniciado y reengendrado a si misma -no sin darse antecedentes cada vez. Hablando en absoluto, para nosatros, occidentales, la Iinguistica naci6 en Grecia, cuando los fil6sofos mas antiguos, contemporaneos del despertar del pensa mien to filos6fico, empezaron a r~f1exionar acerca del instrumento de la reflexi6n, y por consiguiente acerca del espiritu y el lenguaje. Bubo otro comienzo en la Edad Media, cuando a traves de las categorias aristotelicas vllelve a iniciarse la definici6n de los fllndamentos del lenguaje. Hoy se descubre otro comienzo, fuera.y muy leios del mundo clasico: es la teoria hindil de pal)ini. Es cosa extra ordinaria, una descripci6n linguistica puramente formal que data, segun la cstimaci6n mas prudente, del siglo IV antes de nuestra era. Plh,lini, aquel gramatico hindu, tom6 como objeto la lengua sanscrita. No dice palabra de especulaci6n filos6fica; es s610 un am\lisis formal de los elementos constituyentes de la lengua (palabras, frases, relaciones entre las palabras, etc.). Es un tex' to sumamente ardua, de una densidad increible (cuando es traducido hacen falta diez palabras de glosa por palabra de texto), pero esta concisi6n es cosa buscada, pues era un conjunto de f6rmulas por memorizar, destinado a una ensei\anza. oral que los maestros se trasmitian y enriquedan con. comentarios. Este texto es conocido en occidente desde mediados del siglo XIX, cuando se empez6 a interpretarlo, y hoy sllscita de nuevo interes. Insisto mucho en eI punto porque ahi esta ya el antepasado de las indagaciones cientificas de hoy. Esto es valida cn particular a prop6sito de la escuela estructuralista, que descaba apartar el "mentalismo" (que introduce en eI estudio de lenguaje nociones psicoI6gicas), para atenerse al registro y al ~\I1,\lisis formal de un cllerpo de textos. Disociando las unidades del lenguaje sc trataba dc cncontrar los elementos de una es·
TRANSI'ORMApONES DE LA LINGiifSTICA
trnctnra v de describirlos en su articulacion: constitucion vodv consomintica de las formas, distribucion estadistica de (,i '>S elementos, naturaleza de las silabas, longitud de las palahr lS, analisis de estos elementos, anal isis de los tonos si se traU del chino, de la acenillacion 5i es una lcngua que tiene acen· 'JS. Esto es el estudio de la lengua como sistema formal. Y es ,ontra semejante concepcion contra 10 que reacciona nn lin:,.,iista como Chomsky, Hayen dia cst a reaccion no cs ya ineli "i,:\1,,1 sino colectiva, En esta investigacion de los origenes de 1" ""f.iiistica a 10 largo de la historia, Chomsky ya no se empalma " 1'
, .. 0 I
Entre los comienzos, y por atenernos a la cronologia tri-
i'J 1• "olvamos a Saussure. 2
" S211ssure 110 es un comienzo, cs otra cosa, es otro tipo de (.o",icnzo. Su aportaci6n consiste en esto: "EI lenguaje -diee,". f Grma , no sustancia." No hay absolutamcnte nada de sustan1 en el lenguaje. Todas las ciencias de la naturaleza hallan .!l "bJeta constituido de punta a cabo. La lingiiistica, por Sll ,>,tc -yes 10 que la diferencia de toda otra disciplina cientifi,- se aeupa de una cosa que no es objeto ni sustancia, pero "< es forma_ Si no hay nada de sustancial en el lcngllaje, lquc i() que hay? Los datos del lenguaje no existen sino par sus 'f, '-cncias, no valen mas que por sus oposiciones. Puedc con" .".f!larsc un guijarro en si, sin dejar de colocado en la serie de · ." minerales. En cambio una palabra, par sl sola, no significa ,,
. 'a
',,'os Cnrsos de lingii[stica. pllblicados dCSPUlOS de su Illuerte, datan de 1907-1911.
ESTE I.F.NGUAJE QUE HACE LA HlSTORIA
Es eI lenguaje el que, por su necesidad, su permanencia, constituye la historia. Saussure reacciono contra la consideracion historica que impera ba en la lingliistica cuando eJ escribia. Ciertamente, seguimos, por ejcmplQ, la historia del frances, durante cierto ntlmero de siglos, gracias a los textos que han sido consign ados por cscrito; podemos plies seguir el curso de 10 que llamamos una historia, lin desenvolvimiento de acontecimientos en el tiempo, mas el lenguaje, en su funcionamlento, no conoce ningllna referencia historica, en absoluto: todo 10 que decimos esta comprendido en lin contexto actual y en el interior de discursos qlle son siempre sincronicos.' No se mezcla la menor particilia de historia al uso vivo de la lenglla. He aqui 10 qlle Saussure qlliso afirmar. A estas alturas, esto ya no sorprende a nadie; cuando 10 enuncio, hace IInos sesenta alios, cuando la lingUistica llevaba la impronta de una concepcion historica, diacronica, de la lcngua -cada lenglla era considerada como una etapa en un clevenir, y descrita como tal-, era una novedad importante. Hablando, nos referimos a sitllaciones qlle son siempre situaciones presentes 0 sitlladas en funci6n del presente, de suerte que, CIIando evocamos pasado, es siempre en el seno del presente. Si podemos hablar, si nllestra lenglla nos da manera de construir frases, es porqlle unimos palabras que valen a la vez por los sintagmas 4 y por Sll oposicion. Sallssure sc dio cllenta de que hay, asi, dos ejes en la manera de ver la lengua, a los que llam6 sincronico y diacronico. Hacemos dos cosas al hablar: disponemos palabras; todos los elementos de estas ordenaciones represcntan cada IIno IIna elecci6n entre varias posibilidades; cuando digo "soy", he eli min ado Hsois", Hera", Hsen'!", etc. Es pues, cle una serie que se llama paradigma, una fonna la que eiijo, y asi para cada porcion de un enunciado que se constituye en smtaglTUl. Aqui tiene usted el principio y la clave de 10 que se llama estructura. Para alcanzarla es preciso: 1) aislar los ele" "La lingtiistiea sincrollica se oellpara de las relaeiones 16gieas y psicol6gicas que uncn tcrminos eoexistentes y que fonnan sistema, tal como apareeen a la conciencia colcetiva. La ling-ii/stiea diaeronica estudiara por el contrario las telacidnes que unen tcnninos sueesivos no apercibidos par una misma coneiencia colectiva, y que se reo cmplazan unos a otros sin formar sistel1la entre si." (Saussure, 'trad. de A, Alonso.) I Grupo de palabras que fonnan una unidad dentro de una frase.
36
TRANSFORMACIONf:S DE LA LINGUISTICA
mentos distintivos de un con junto finito; 2) establecer las leyes de combinaci6n de estos elementos. Cuanta vez se dispone de estas posibilidades, se construye una estructura. La sociedad es una estructura: hallamos en ella elementos dispuestos de cierto modo; tenemos hombres y mujeres de distintas edades, en diferentes situaciones, en diferentes clases; pol' 10 tanto, tenemos ya las identidades y las diferencias que permiten constituir un juego, y la primera caracteristica de un juego es que haya un numero limitado de piezas; luego, hacc falta que cada elemento sea otra cosa que el otro: que sacerdote sea cosa distinta de obrero y obrero cosa distinta de soldado, y asi sucesivamente. Puede intentarse constituir nna especie de combinatoria can estos elementos. Asi es como el problema se plantea te6ricamente.
lY el signo, el valor simb61ico dellenguaje? EI sistema que acaba usted de describir es positivismo ... lEn que momenta interviene la semiologia?'
G. D.
E. B. Estamos aqui ante el problema esencial de hoy, el que va mas alla de 10 que corrientemente se entiende par estructuralismo, con todo y que el estructuralismo 10 implique. lQue es el signo? Es la unidad de base de todo sistema significante. Tiene usted un sistema significante, que es la lengua. Pueden encontrarse otros. Saussure cit6 dos 0 tres: el lenguaje de los sordomudos, por ejemplo, que opera con otras unidades, las gestuales; cit6 igualmente, y es mas discutible, el ritual de los gestos de cortesia. Pero es un repertorio limitado: no puede decirse con gestos de cortesia todo 10 que el lenguaje permite decir pero, a grandes rasgos, es del mismo orden. He aqu1 sistemas significantes. La sociedad por sl misma no puede ser dicha si se la toma en bloque como sistema significante. Se ha interesado usted en el lenguaje de las abejas, tal como permiten estudiarlo los trabajos de Von Frisch. lEs del mismo orden?
G. D.
G "Ciencia que estudia la vida de los signos en el senD de Ja vida social." (SalISsure.)
ESTE L1'~NCUAJE QUE RACE LA HIs'TORIA
37
E.
II. Ese lenguaje tiene una significaci6n. Por 10 que alcanzamos a entenderlo, las danzas de las abejas representan alguna cosa y sus compafieras 10 comprenden. Este lenguaje es significante porque dicta un comportamiento que verifica la pertincncia signific3nte del gesto. En cambio, si hago un gesto para abrir un libro, es un gesto Mil pero no significa, no tiene alcancc conceptual. En sentido estricto, el estructuralismo es un sistema formal. No dice absolutamente nada acerca de 10 que lIamamos la significaci6n. La ponemos entre parentesis. Suponemos que todo el mundo comprende que 5i decimos: "Usted tiene hambre" ponemos "tiene" a causa de "usted". Hay pues una combinatoria con ciertas correlaciones codificadas, fijadas por un c6digo de convenci6n: usted va con tiene y no con tenemos. Pero lque significa "tener"? Cuando digo: "Usted tiene raz6n", el verbo "tcner" lsignifica 10 mismo que si digo: "Usted tiene frio"? Esto no interesa en 10 mas minimo al estructuralismo: interesa a la semiologia.
Pero lno son confnndidos a menudo semiologia y estructuralismo?
G. D.
E. II. Tengo la impresi6n de que en las discusiones a las que alude usted se confunden muchas cosas. Lo que mas se echa de menos es rigor en el empleo de los terminos y conocimiento de los limites dentro de los cuales quieren decir algo: son conceptos operatorios. No hay que tomarlos por verdades eternas. C. D. La lingiiistica se alimenta de cierto numero de ciencias, 0 al menos de observaciones, y pienso que una de las prim eras casas que han servido a la lingiiistica fue la gramatica comparada, la comparaci6n de lenguas entre elias, incluyendo las lenguas "prill1itivas".
i:. B. Es exacto, salvo que hoy ya no se emplea la pala~ra "primitivo", como tampoco la cxpresi6n "sociedades primitivas" ... Basta los alredee~res de 1900 puede decirse que' hubo primacia de las lenguas indoeuropeas. Seguimos su historia durante milenios; tienen liteIllturas muy bellas, muy ricas. que nutren
38
TRANSFORlI.IACIQNES DE LA LINGUiSTICA
el humanism.o; de ahi que hayan sido privilcgiadas. Hacia 1900 'hubo gente, particularmente estadounidenses, que dijeron: "Los conceptos de ustedes son irreales 0, en todo caso, muy parciales, no tienen ustedes en cuenta mas que una parte del mundo liagiiistico: el mundo indoeuropeo. Hay multitud de lenguas que escapan a sus categorias." Esta advertencia fue muy util y estas Ienguas, sobre todo las lenguas indigenas de America, que he estudiado personal mente, resultan muy instructivas por 10 que nos hacen conocer en materia de tipos de categorizacion semantica y de estructura morfologica, rotundamente diferentes de 10 que los lingiiistas formados dentro de la tradicion clasica consideraban inherentc al espiritu humano. Teniendo en cuenta esas diferencias fundamentales,
G. D.
E. B. En su ejercicio. Pues por otra parte toda lengua es sicmpre una lengua heredada y tiene un pasado detras. No hay razon para pensar que las lenguas de los aborigenes de Australia tengan detras menos pasado que las indoeuropeas. Solo que no hay testimonio escnto de ese pasado. Es la gran escision en la humanidad: hay pueblos que tienen lenguas escritas, otros que no.
A prop6sito de esas lenguas no indoeuropeas, Zque pucde aportar a la lingiiistica un antropologo como Levi-Strauss?
G. D.
E. B. Sicmpre es litil ver como un etnologo conceptualiza las categorias sociales, puesto que, en esas lenguas, estamos mucho mas cerca de la representacion social que en las lenguas nuestras, mucho mas desprendidas de su objeto. En nuestras sociedades hay una capacidad de distanciamiento, de abstraccion entre la lengua y los objetos concretos que describe. Pueden cons· truirse lenguas sobre lenguas, 10 que se llaman metaiengllajes, lenguas que sirven para describir una lengua, y tal es su sola y uniea funcion.
J':~TE
G. D.
LENGUAJE QUE HACE LA
~Podria
HIS'IORI~
ponennc un ejemplo?
t. B. La lengua de la gramatiea, que describe eluso de las fm ,,','. de la lengua, es un metalenguaje: hablar de sustantivo, de .. , verbio, de vocal, de eonsonante, es hablar un metalcnguuJc. Todo cI voeabulario del metalenguaje no halla aplicaei6n "l:i, qne en la lengua. Este metalenguaje pnede a su vez scr desuit·., en una Iengua "fonnalizada" en simbolos 16gicos, planka,,(]'; las relaciones de implicaci6n entre tal 0 eual categoria lil,/;(iis tica. Por ejemplo, en el verbo frances la persona est impEcA' da: no puede emplearse una forma verbal (salvo el infinitivll) quc no acarree referencia a la persona. Tal pasa en irand's, pcro no forzosamente por doquier. Con csto son ya dos nivelcs. Can una mente mas lleva(h a b simbolizaei6n matematica, es posible alcanzar otro ni, d ,:, abstraccion. En cambio, 10 que se conocc de las lengn"s de i:' sociedades arcaieas son textos, trasmitidos oralmente, Ievcnd,1C o Illitos, son textos tradicionales, no simples narracion~·s. 11 i tuales que sirven para que lIueva, para que erezcaIl las pL.,ntls. En este sentido, se eshi mucho mas cerca de la realidad vivid". de la experiencia. Sin ir mas lejos, los analisis de los ctn()gr;' f,,~ pueden resultar ffiUY esclarecedores.
a
Hay otra disciplina que ha presta do servicios a 1a 1":0.1" tica: cI psicoanalisis. LNo hay en Frcud reflcxiones '1"C ':,,, 1 lllen acerca del funcionamiento del Ienguaje? G. D.
E. B. No son lllUY nUlllcrosas, pero todas son importante" '.li,;'· tivas, instructivas, aunque no conciernan sino al lenguajc urch nario. Esta 10 que pudiera lIamarse la retorica onirica' de Fru'.d -no es eJ quien clllplea la expresion. Dcscubri6 que c! SHC",; habla. Pero s610 cl psicoanalista puede comprender estc 1,'" guaje. Freud in ten to dar con sus rudimentos. Es aqui dondc;; terviene, seglm yo, una especie de retorica artieulada pDl ill;' genes, sumamentc sugestivas, y que, bajo I. aparicncia ,!c., encadenamiento incoherente, halla, gracias a Freud, una lSI" cle significacion con referencia a cosas muy hondas. ':. D. ~Considera
usted que el lenguaje del ineonscicntc.
l!JC PI;
-+0
TRANSFORMACIONES DE LA LINGUiSTICA
es hablado, es tan importante como otro para su estudio lingiiistico? E. B. He tratado de indicar una analogia entre el lenguaje del inconsciente y 10 que llamamos las grandes unidades, un discurso entero, un poema entero, a los que puede hallarseles un sentido a menudo muy alejado del literal. Puede usted escribir una carta cuyo sentido profundo sera exactamente 10 contrario de 10 que las palabras tienen aire de significar. Es asi como opera la significaci6n en el interior de un suefio. Igualmente, un discurso que trata de conmoverlo puede empujar a determinada conducta sin pregonarla jamas. Ahi tiene usted ret6rica, es decir un segundo sentido, diferente del literal y que actua sobre la afectividad. Ha pronunciado usted la palabra poema. lAcaso el lenguaje poetico es interesante para la lingiiistica?
G. D.
E.
Inmensamente. Pero el trabajo apen.as empieza. No pucde decirse que esten aun claramente definidos el objeto de estudio, el metodo por emplear. Hay tentativas interesantes, pero que muestran la dificultad de salir de las categorias utilizadas para el analisis del lenguaje ordinario. B.
A partir de la lingiiistica y del estructuralismo hemos visto crearse obras cada vcz mas dificiles, cada vez menos accesibles a la mayoria. lLe parece fundada semejante oscuridad?
G. D.
E.
B. Yeo ahi dos cosas, y no se si la idea que me hago al respecto coincide con el sentir de quienes las realizan. 1) Un intento muy nuevo, curioso, de sacudir todo 10 que es inherente allenguaje, es decir, cierta racionalizaci6n que el lenguajc aporta por necesidad; de destruirla en el interior del lenguaje, aunque sin dejar de servirse de el. Tiene usted aqui una lengua que se vuelve contra si misma y que trata de refabricarse a partir de una explosi6n previa. 2) Habla usted de la no comprensi6n, precio de algunas creaciones: me parece que entramos en un periodo de experimentaci6n. No todo 10 que se imprime esta hecho para ser leido, en el sentido tradicional; hay nuevos mo-
ESTE LENGUA Jl~ QUE HACE LA IIISTORIA
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dos de Iectura, adecuados a los nuevos modos de escritura. Estos intentos, estos trabajos, no interesan por el momento mas que a los profesionales, a los demas escritores, hasta e1 momento -si es que llega- en que se desprenda algo positivo. Es volver a poner en tela de juicio todo el poder significante tradicional del lenguaje. Se trata de saber si el lenguaje esta destinado a describir siempre un mundo identico por medios identicos, variando solamente la selccci6n de los epitetos 0 de los verbos. o bien si puede uno considerar otros medios de expresi6n no descriptivos y si hay otra calidad de significaci6n que naciera de tal ruptura. Es un problema. C. D. En su ensellanza ~tiene usted la impresi6n de que prolonga un estudio que usted inici6 hace mucho, 0 es cada vez un nuevo comienzo?
':. B. Hay de las dos cosas. Evidentemente, cierto numero de interrogantes 10 acompafian a uno toda la vida, pero, despues dc todo, acaso sea inevitable en la medida en que tiene uno su manera de ver las cosas. Pero esta el enriquecimiento continuo del trabajo, de la lectura, el esbmulo que viene de los demas. Aprovecho tam bien del desarrollo de todas las ciencias que siguen la misma corriente. Durante largo tiempo la {mica compafiera de la lingiiistica era la filologia. Ahora vemos dcsarrollarse todo el con junto de las ciencias humanas, toda una gran antropologia (en el sentido de "ciencia general del hombre") que se f0l111a. Y se advierte que las ciencias del hombre son, en el fondo, mucho mas dificiles que las ciencias de la naturaleza, y no por azar son las {lltimas que han nacido. Hace falta gran capacidad de abstracci6n y de generalizaci6n para empezar a entrever los desenvolvimientos de los que es sede e1 hombre. C. D. ~No
Ie parece que la moda de la linguistica sen\ sustituida por la otra moda de la epistemologia?
t.
B. IPor supuesto, si considera usted la linguistica como una modal Para mi no 10 es.
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TRANSFORl\IACIONES DE LA l.INCiiiSTICA
G. D. Naturalmente, pero cuando dice us ted que es preeila qlle los conocimientos del hombre confluvan. la ciencia de las CiCllcias debiera ser la epistemologia. .
E. B. La epistemologia es la teoria del conocimicnta. Como sea adquirido este conocimiento, no es cosa dieha de antcnlano. Hay muehas posibilidadcs de epistemologia. La lingiiistica es una epistemologia, puede considerarscla COmo taL Si, pero decia usted que todas las cieneias Ie han sa lido al encuentro.
G. D.
B. Tcngo la conciencia cada vez mas viva de que cl nl,d S!~ nificante unc el conjunto de las ciencias clel hombre y de que. por 10 tanto, lIega un momento en qlle es posible plantedrse esta prcgunta: "lPuede lecrse una significaci6n en noeiones que hasta el presente paredan pertenccer a la naturaleza pma y simple?" Ahora se encuentran analogias entre 13 lenglla \" 1a cconOlllla. Cuando Ie decia que vcmos hoy csta cspecie clc convergenei;] entre varias cicncias, era para subrayar que se descnbren las lllismas articulaciones cn las nociolles tal como las han configurado ciertas mentes que de fijo no icnian prescnics las categorias lingUistieas. Es esta convergeneia 10 intcresante, 10 qlle sc ,'uclvc un nuevo problema para nosotIOS. La episteIllo\ogia. COlliO listed ve, es cosa que se eonstruye y se rceollstruye dc continuo a partir de la cieneia tal como se va hacienda.
E.
lDesea usted que haya muehos estucliantcs dc lingiiistica? La lingiiistica les Mil para otros estudios 0 no cs m.is 'Inc Ulla cspecializacion? G. D,
E. B. Hay-que distinguir. Hay varias lingiiistieas, hay varias maneras de practicarlas. Hay a la vez, al mismo ticmpo, cstudios de varios tipos, nnos de naturaleza lmls tradicional, otras de indole mas avanzada, y hay 10 que cae entre medias: estudios que son la conversion de principios generales en aplieacion. etc. Cada quien haee 10 que puede, pero crco, por una parte. que hay mucho por hacer y, por otra, que pasar por aqui da a la
t;STE LENGUA JE QUE HACE LA IllSTORIA
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mente cierta fomlacion. Pienso por supuesto en aquellos que no se interesan en eI asunto particulamlente. Para los que S1, es otra cosa, no hay que decir por que. Estos estudios pucden ser forma dares en el sentido de que destruyen muchas ilusiones que se hacc uno espontaneamcnte y que son muy tenaces en el pl1blico, acerea del valor absoluto de la lengua, los val ores absolutos que cada quien halla en su propia lenglla en comparacion con otras. Esto permitc al cspiritu tomar cierta distancia, 10 cual es muy litil. A partir de aqui, puede generalizarse la misma actitud y vcr que de hccho existen muchos modos de considerar, en el dominio literarjo, par ejemplo, una obra, y que no hay s610 \Ina manera dc comprender a Ull 3utOr. Pucde haber puntos de vista nuevOs aplicados 3 obras tradicionales, y quc no por clio las destruyen. G. D. (Hay obras de critica literaria que hayan satisfeeho a usted particulanncntc?
E. B. Yeo tcntativas interesantes de estudiar, can rigor, obras a las que hasta la fecha solo se pod ian aplicar calificativos subjetivas ("Es bello", "Es conmovedor", etc.) a epitetos convencionales. Ahara sc intenta construir sistemas que permitan encontrar las verdadcras dimensiones de la expresi6n litera ria y de la obra Iiteraria. (Piensa usted en los trabajos rcalizados gracias a las com· putadoras?
G. D.
E. B. No en especial. No creo que la maquina intervenga a este nivel. Pensaba sobrc todo en 10 que se llama explicacion literaria, el analisis litera rio, cuyos metodos se renuevan por media de paramctros " y qne pueden dcsconcertar a quienes sustental1 disciplinas tradicionales. Pcro precisamel1te aqui 13 iniciaci6n a la Iingiiistica puedc dar mayor soltura, permite acoger l11a~ abiertamente nocioncs 0 indagaciol1es que apul1tan a coordinar la tcoria de la Iiteratura y la de la lcngua. Como listed ve -y 8 Ele!lH:nto cOllStante en un dlculo.
H
TRANSFORMACIONES DE LA LINCiHsTICA
que sea nuestra conclusion-, hoy muchas cosas se colocan 0 se desplazan en la perspectiva de la lengua. Estos cam bios nos illlponen una readaptacion continua; pues son cambios en profundidad de dande nacer.in acaso nuevas ciencias
U. LA COMUNICACI6N
3. SEMIOLOGIA DE LA LENGUA 1
La semiologi3 tendra mucha que hacer 5610 para ver d6nde acaba su dominio. FERDINAND DE SAUSSURE 2
Desdc que aqllellos dos genios antiteticos que fueron Peirce y Sallssure concibieron, desconociendose por completo y mas 0 mcnos al mismo tiempo,' la posibilidad de una ciencia de los signos, v laboraron para instaurarJa, surgio un gran problema, que alm no ha rccibido forma precisa y ni siquiera ha side plantcado con cIaridad, en la confusion que impera en este campo: icual es c1 pucsto de la lengua entre los sistemas de signos? Peirce, volviendo con la forma semeiotic a la denominacion "'H'flWTlzij que John Locke ap!icaba a una ciencia de los signos y de las siglllfieaciones a partir de la logica concebida, por su parte. como cicncia del lenguaje, se dedic6 toda la vida a la elaboracion de estc concepto. Una masa enorme de notas atestigua su csfuerzo obstinado de analizar en el marco semiotico las nociones 16gicas. matematicas, Hsicas, y hasta psicologicas y religiosas. Llcvada addante durante una vida entera, esta reflexion se construvQ lin "parato cada vez mas complejo de definiciones destinadas a distribuir la totalidad de 10 real, de 10 concebido y de In vivido cn los diferentes ordenes de signos. Para construir csta "algebra universal de las re1aciones", Peirce estableci6 una divisicin triple de los sign os en rcoNos, INDICIOS Y siMBoLos, que I Stllliotila, La Jim-.l, :\Iollton & Co., I (1969). I, pp. 1-12, Y 2. pp. ~
lZ7·IH.
;'\:ota manuscrita ptlbht'ada en los Cahiers Ferdinand de Saussure, 15 (1957), p. 19. " Charles S. Peirce (l8~9·19H); Ferdinand de SausslIle (18'1-1913) 4 "'\ly univcrsal algenr:l of relations. with the subjacent indices and l: and n is s\.1sceptihle of heing enlarged so as to LOlllprise everything and so, still better. though not to icka! perfection, j~ the s;.stC1l1 of existential graphs·' (Peirce. Selected \'('rjtillg.~. Philip P. WienCf, rcd., Dover l'uuli<:ations, 1958, p. 3S9).
[~7]
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LA COt\IUNICACION
es punto mas 0 men os 10 que se conserva hoy en dia .de la inmensa arquitectura logica que subtiende. Por 10 que concierne a la lengua, Peirce no formula nada prcciso ni especifico. Para eJ la lengua est.\ en todas partes y en ninguna. Jamas se intereso en eI funcionamiento de la lengua, si es que lIego a prestarle atcncion. Para CI la lengua se reduce a las palabras, que son por cierto signos, pero no participan dc una categoria distinta 0 siquiera de una especie constante. Las palabras pertenecen, en su mayoria, a los "simbolos"; algunas son "indicios", por ejemplo los pronombres demostrativos, y a este titulo son clasificadas con los gestos correspondientes, asi el gesto de seiialar. Asi que Peirce no tiene para nada en cuenta eI hecho de que semejante gesto sea universal mente comprendido, en tanto que el demostrativo forma parte de un sistema particular de signos orales, la lengna, y de un sistema particular de lengua, eI idioma. Ademas, la misma palabra puede aparecer en distintas variedades de "signo": como QUALISIGN, como SINSIGN, como LEGISIGN' No se ve, pues, cu;\] seda la utilidad operativa d~ semejantes distinciones ni en que ayudarian al linguista a construir la semiologia de la lengua como sistema. La dificultad que impide toda apIicacion particular de los conceptos peircianos, fuera de la triparticion bien conocida, pero que no deja de ser un marco demasiado general, es que en definitiva el signo es puesto en la base del universo entero, y que funciona a la vez como principio de definicion para cada e1emento y como principio de explicacion para todo conjunto, abstracto 0 concreto. EI hombre entero es un signo, su pensamiento es un signo," su emocion es un signo.' Pero a fin de cuentas estos signos, qne "As it is in itself, a sign is either of the nature of an appearance, when I call QUALISIGN; or secondly, it is an individual object or event, when I call it a SINSIGN (the syllable sin being the first syllable of semel. simul, singular, etc.); or thirdly, it is of the nature of a general type, when I call it a LEGISlGN. As we use the term 'word' jn most cases; saying that 'the' is onc 'word' and 'an' is a second 'word', a 'word' is a legisign. But when we say of a page in a book, that it has 250 'words' IIpon it, of which twenty are 'the's', the 'word' is a sinsign. A sinsign so embodying a legisign, I term a 'replica' of the lcgisign" (Peirce, op. cit., p. 391). " ..... the word or sign which man uses is the man himself. For. as the fact that evcry thought is a sign, takcn in conjunction with the fact that life is a train of thought, proves that lIlan is a sign; so that every thol1ght is an F.XTF.RNAL sign proves that man is .!'l external sign" (Peirce, op. cit., p. 71). ! "Everything in which we take the least interest creates in us its particular CillO' Ii
it a
SE"(I.IIOLOGiA DE LA I.ENGUA
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son todos signos de otros, lde que podrlan ser signos QUE NO FUERA signo? lDaremos con el punto fijo donde amarrar la PRIMERA relacion de signo? EI edificio semiotico que construye Peirce no puede incluirse a Sl, mismo en su definicion. Para que la nocion de signo no quede abolida en esta multiplicacion al in fin ito, es preciso que en algtm sitio admita el universo una DIFERENCIA entre el signo y 10 significado. Hace falta, pues, que todo signa sea tornado y comprendh.lO en un SISTEMA de signos. Ahl esta la condicion de la SIGNIFICANCIA. Se seguira, contra Peirce, que todos los signos no pueden funcionar identicamente ni participar de un sistema tmico. Habra que constituir varios sistemas de signos, y entre esos sistemas explicitar una relacion de diferencia y de analogla. Es aqui don de Saussure se presenta, de plano, tanto en la metodologla como en la practica, en el polo opuesto de Peirce. En Saussure la refJexion procede a partir de la lengua y la tom a como objeto exclusivo. La lengua es considerada en Sl misma, a la Iingiilstica se Ie asigna una triple tarea: 1] Describir en sincronla y diacronla todas las lenguas conocidas; 2] desIindar las leyes generales que act6an en las lenguas; 3] delimitarse y ddinirse a Sl misma.' Programa en el cual no se ha observado que, bajo sus aires racionales, trasunta alga raro, que constituye precisamente su fuerza y su audacia. La Iingiilstica tendd. pues par objeto, en tercer lugar, definirse a Sl misma. Esta tarea, si se acepta comprenderla plena mente, absorbe a las otras dos y, en un senti do, las destruye. lComo puede la Iingiilstica delimitarse y definirse a Sl misma, si no es delimitando y definiendo su objeto propio, la lengua? Pero lPuede entonces desempellar sus otras dos tareas, designadas como las dos primeras que. Ie incunibe ejecutar, la descripcion y la historia de las lenguas? lComo podria la lingiilstica buscar las fuerzas que intervienen de manera perrnanente y universal en tad as las lenguas y deslindar las leyes generales a las que pueden reducirse todos los fenomenos particulares de la historia, si no se ha empezado por definir los poderes y los recurs os de la lingiiistica, es decir, como capta el lenguation t however slight this emotion may be. This emotion is a sign and a predicate of the thing" (Peirce, oj>. cit., p. 67). ~ F. de Sallssure, Coms de lillgllistiquo generaJe (abreviado C. L. G.), 4'" cd., p. 21.
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LA COMUNICACI(l'I'I<
je, y asi la naturaleza y los caracteres propios de esta entidad que es la lengua? Todo se interreiaciOna en esta exigencia y cl lingiiista no puede mantener una de sus tareas aparte de las demas ni .asumir ninguna hasta el fin si no tiene por principia de cuentas conciencia de la singularidad de la lengua cntre todos los objetos de la ciencia. En esta tom a de conciencia reside la condici6n previa a todo otro itinerario activo y cognitivo de la lingiiistica, y lejos de estar en cl mi5mo plano que las otras dos y de suponerlas cumplidas, esta tercera tarea -"delill1itarse y definirse a si misma"-, da a la lingiiistica la misi6n de trascenderlas hasta el punto de suspender su consumaci6n por mor de su consumaci6n propia. Ahi est.i la gran novedad del programa saussuriano. La lectura del Coors confirma hicilmente que para Saussure una lingiiistica s610 es posible con esta condici6n: conocerse al fin descubriendo su objeto. Todo procede entonces de esta pregunta: "lCual es eI objeto a la vez integro y concreto de la lingiiistica?"," y la primera misi6n aspira a echar por tieira todas las respuestas anteriores: "de cualquier lado que se mire la cuesti6n, en ninguna parte se nos ofrece entero el objeto de la lingiiistica".'o Desbrozado aSI eI terreno, Saussure plantea la primera exigencia met6dica: hay que separar la LENGUA del lenguaje. LPor que? Meditemos las pocas !ineas en donde se deslizan, furtivos, los conceptos esenciales: Tomado en su canjnnto, el lenguajc cs multiforme y hcteroclito; ,1 caballo en diferentcs dominios, a Ia vez fisico, fisio16gico y psiquicu, pertenece ademas al dominio individual y al dominio social, no sc deja clasificar en ninguna de las categorfas de los hechos humanos, porque no se sabe como desembrollar su unidad. La lengua, por el contra ria, es una totalidad en SI y un principia de clasificaci6n. En cnanto Ie damos cl primer lugar entre los hechos de lenguaje, introducimos un orden natural en un con junto que no sc presta a ninguna otra clasificaci6n. l l
La preocup3ci6n de Saussure es descubrir el principio de unidad que domina la multiplicidad de 10$ aspectos con que nos • C. L. G., p. 23 (trad. de A. Alonso). 10 C. L. G., p. 24. 11 C. L. G., 2).
p:
SE;"IIOLOGL\ DE LA LENGUA
aparece el lenguaje. S610 este princlplO permitira clasific", hechos de lenguaje entre los hechos humanos. La reduccii",·J.. . lengllaje a la lengua satisface esta doble condici6n: PCl", plantear la lcngua como principio.de unidad y, a la VCZ, c:,e,,;. trar el lugar de la Iengua entre los hechos humanos. Prin("'i)" de la unidad, prineipio de clasificaei6n -aqui cshin introri •. e: dos los dos conceptos que por su parte introduciran la St''';') logla. U1<0 Y otro son neeesarios para fun dar la linguistica c,.,,; , eiencia: no se eoncebiria una ciencia incierta acerca de Sll [) ;'1; to, indecisa sabre su pertenencia. Pero mucho mas alIa de l \.. cuidado de rigor esta en juego el estatuto propio del conjl'''!' de los hechos humanos. Tampoco aqui se ha notado bastante la novedad del can,:;;. saussuriano. No es cosa de decidir si la linguistica esta mas cc:c, de la psicologia 0 de la sociologia, ni de hallarle un lugar cn seno de las disciplinas existentes. EI problema es planteadu (. otro nivel, y en tt~rminos que creail sus propios conceptos. I, lingilistica forma parte de una dencia que no existe tod,',·;· que se ocupara de los demas sistemas del mismo orden en c i conjunto de los hechos humanos, la SEMIOLOGIA. Hay quc (i tar 1a pagina que enuncia y sirna esta relaci6n: La lengua es un sistema de signos que exprcsan ideas, y pm cso (u;\' parable a ]a escritura, aJ alfabeto de los sordomudos, a los ritos simh(', licos, a las formas de cortesia, a las sena1es militares, etc., etc. Solo (Jtl\ es el mas importante de todos esos sistemas. Se pucde, pues, concebir una ciencia que estudie la vida de los sigm;· en el seno de: fa vida social. Tal ciencia seria parte de la psicologi:1 :,0 cial, y por consiguiente de la psicologia general. Nosotros la .1lamarc";f)', semiologict (del griego semeion 'signo'), Ella nos tnseftara en que v - ~ sisten los signos y cmiles son las leycs que los gobiernan. Puesto U'!~ todayia no existe, no se puoo.e decir que es 10 que ella sera; peTO tilderecho a la existencia, y su lugar esta determinado de antemano. La jil; guistica no es mas que una parte de esta cicllcia general. Las lcycs <' ~" 1a semiologia dcscubra senin aplicables a la .1ingtiistica, y asi es COIllIJ Lt linguistica se encontrara ligada a un dominio bien definido en el (,:"'1' junto de los hechos hurnanos. AI psic61ogo toea determinar cl puesto exacto de la semiologia; l:.! j rca del lingUist;} es dcfinir que cs 10 que hace de la lcngua un sistr, <
1~
.\qUt Saussmc rC:l\itc a Ad. N-J"il\c-, CI"ssifit,,,tjoll des St'icllt't's, 2(1 cd., p. Il)i.
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LA COMUNICACI6N
especial en 61 conjunto de los hechos semiol6gicos. rvIas adelante valveremos sobre la cuesti6n; aqui ~610 nos fjjamos en esto: si pOI vez primera hemos padido asignar a la lingtiistica un puesto entre las cien-
cias es par haberJa incJuido en la semiologia. 13
Del largo comentario que pediria esta pagina, 10 principal quedara implicado en la discusion que emprendemos mas ade-lante. Nos quedaremos nada mas, a fin de realzarlos, can los caracteres primordiales de la semiologia, tal como Saussure la concibe, tal, par 10 demas, como la habia reconocido mucho antes de traerla a cuento en su ensefianza u La lengua se presenta en todos sus aspectos como una dualidad: institucion social, es puesta a funcionar par eI individuo; discurso continuo, se compone de unidades fijas. Es que la lengua su unidad y eI principio de su funcionamiento? En su caracconsiste en "un sistema de sign os en eI que solo es esencial la union del sentido y de la imagen acl.stica, y donde las dos partes del signa son igualmente psiquicas".15 lDonde hall~ la lengua su unidad y eI principio de su funcionamiento? En su caracter semiotico. Por el se define su naturaleza, par eJ tam bien se integra a un conjunto de sistemas del mismo caracter. Para Saussure, a diferencia de Peirce, eI signo es ante todo una nocion lingiiistica, que mas ampliamente se extiende a ciertos ordenes de hechos humanos y sociales. A eso se circunscribe su dominio. Pero este dominio comprende, a mas de la lengua, sistemas homologos al de ella. Saussure cita algunos. Todos tienen la caracteristica de ser sistemas de SIGNOS. La lengua es solo el mas importante de esos sistemas. lEI mas importante vistas las cosas desde donde? lSencillamente par ocupar mas lugar en 1a vida social que no importa cual otro sistema? Nada permite decidir. EI pensamiento de Saussure, muy afirmativo a proposito de la relacion entre la lengua y los sistemas de sign as, es menos claro acerca de la relacion entre la Iingiiistica y la semiologia, ciencia de los sistemas de signos. EI destino de la Iingiiistica sera viucularse a la semiologia, que a su vez formaci una parte de la " C. L. G., pp. 33-14. « La nacidn y e1 termino estaban ya en una nota manuscrita de Saussure publicada poT R. Godd, Sources manuscrites, p. 46, y que data de'1891 (d. p. 37). " C. L. G., p. 32.
SEM1QLOciA DE LA I,ENGUA
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psicologia social y, par consiguiente, de la psicologia general. Pero hay que esperar que la semiologia, ciencia que estudia "Ia vida de los signos en el seno de la vida social", este constituida para que averiguemos "en que consisten los signos y cuales son las leyes que los gobiernan". Saussure encomienda pues a la ciencia futura la tarea de definir el signa mismo. Con todo, elabora para la linguistica el instrumento de su semiologia propia, el signa Iinguistico: "Para nosotros. .. el problema linguistico es primordialmente semiol6gico, y en este hecho importante cobran significaci6n nuestros razonamientos." 16 Lo quc vincula la Iinguistica a la semiologia es el principio, puesto en el centro de la linguistica, de que el signo Iinguistico es "arbitrario". De manera general, el objeto principal de la semiologia sera "el conjunto de sistemas fundados en 10 arbitrario del signo"." En consecuencia, en el con junto de los sistemas de expresi6n, la superioridad toca a la Iinguistica: Se puedc, pues, decir, que los signos enteramcnte arbitrarios son los que mejor reahzan el ideal del procedimiento semiologico; por eso la lengua, el mas complejo y el mas extendido de los sistemas de expresi6n. cs tambien el mas caracteristico de todos; en este scntido la lingiiistica, puedc crigirsc en el modelo general de toda scmiologia, aunque la lengua no sea mas que un sistema particular .18
Asi, sin dejar de formular netamente la idea de que la Iinguistica tiene una relaci6n necesaria can la semiologia, Saussure se abstiene de definir la naturaleza de esta relaci6n, de no ser a traves del principio de la "arbitrariedad del signo" que gobemada el conjunto de los sistemas de expresi6n y ante todo de la lengua. La semiologia como ciencia de los signos no pasa de ser en Saussure una visi6n prospectiva, que en sus rasgos mas precis as es modelada segun la Iinguistica. En cuanto a los sistemas que, con la lengua, participan de la semiologia, Saussure se Iimita a citar de pasada algunos, sin siquiera agotar la Iista, ya que no adelanta ningun criterio delimitativo: la escritura, el al£abeto de los sordomudos, los ritos simb6licos, las formas de cortesia, las sefiales militares, etc." 16 17 HI
ID
c. L.
G., pp. 34-35. C. L. G., p. 100. C. L. G., p. 101. Antes, p. ,I.
LA COMUNICACI6N
nr atro lado, habh de considera. >s ritos, las costumbres, etc., signoS.20 volviendo a este gran problema en eI pun to en quc Saus'Ire 10 dejo, deseariamos insistir ante todo en la necesidad de ,'" esfuerzo previo de c1asificacion, si se quiere promover el ,·dlisis y afianzar los fundamentos de la semiologia. Nada diremos aqui de la escritura; reservamos para un exa"t'Il particular ese problema dificil. Los ritos simb6licos, las urmas de cortesia, lson sistemas autonomos? lDe veras es posi.,Ie ponerlos en el mismo plano que la lengua? Solo mantienen !1la relacion semiol6gica por mediacion de un discurso: eI 'mito" que acompana al "rito"; el "protocolo" que rige las forllas de cortesia_ Estos signos, para naeer y establecerse como
;, ::I papel del signo es representar, ocupar el puesto de otra cosa,
acandola a titulo de sustituto. Toda definicion mas precisa, "e distinguiria en particular diversas variedades de sign os, su..'n" una reflexion sobre el principio de una ciencia de los sig" de una semiologia, y un esfuerzo de elaborarIa. La mas mi'i,"~ atencion a nuestro comportamiento, a las condiciones de vida intelectual y social, de la vida de relacion, de los nexos plOduccion y de intercambio, nos muestra que utilizamos a C. L. G., p.. 35.
SEl\lIOLOcfA DE LA LENGUA
55 la vez y a cada instante varios sistemas de signos: primero los signos del lenguaje, que son aquellos cuya adquisici6n empieza antes, al iniciarse la vida consciente; los signos de la escritura; los "signos de cortesia", de reconocimiento, de adhesi6n, en todas sus variedades y jerarquias; los signos reguladores de los movimientos de vehiculos; los "signos exteriores" que indican condiciones sociales; los "signos monetarios", valores e indices de la vida econ6mica; los sign os de los cultos, ritos, creencias; los signos del arte en sus variedades (musica, imagenes; reproducciones plasticas) -en una pala bra, y sin ir mas alla de la verificaci6n empirica, esta claro que nuestra vida entera esta presa en redes de signos que nos condicionan al punto de que no podria suprimirse una sola sin poner en peligro el equilibrio de la sociedad y del individuo. Estos signos parecen engendrarse y multiplicarse en virtud de una necesidad intema, que en apariencia responde tam bien a una necesidad de nuestra organizaci6n mental. Entre tantas y tan diversas maneras que tienen de configurarse los signos, lque principio introducir que ordene las relaciones y delimite los conjuntos? EI camcter comun a todos los sistemas y el criterio de su perten en cia a la semiologia es su propiedad de significar 0 SIGNIFICANCIA, Y su composici6n en unidades de significancia 0 SIGNOS_ Es cosa ahora de describir sus caracteres distintivos. Un sistema semiol6gico se caracteriza: 1] por su modo de operaci6n, 2] por su dominio de validez, 3] por la naturaleza y el numero de sus signos, 4] por su tipo de funcionamiento. Cada uno de estos rasgos comprende cierto numero de variedades. El MODO DE OPERACI6N es la manera como el sistema actua, especialmente el sentido (vista, aida, etc.) al que se dirige. El DOMINIO DE V ALIDEZ es aquel donde se impone el sistema y debe ser reconocldo u obedecido_ La NATURALEZA y el NUMERO DE LOS SIGNOS son fljnci6n de las condiciones mencionadas_ El TIPO DE FUNCIONAMIENTO es la relacion que' une los signos y les otorga funcion distintiva_
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LA COl\IUNICACI6N
Ensayemos esta definici6n en un sistema de nivel elemental: el sistema de luces del trafico: Su modo de operaci6n es visual, generalmente diurno y a cielo abierto. Su dominio de validez es el desplazamiento de vehiculos por caminos. Sus signos estan constituidos por la oposici6n cromatica verde-rojo (a veces con una fase intermedia, amarilla, de simple transici6n), por tanto un sistema binario. Su tipo de funcionamiento es una relaci6n de alternaci6n (jamas de simultaneidad) verde/rojo, que significa camino abierto/camino cerrado, 0 en forma prescriptiva go/stop. Este sistema es susceptible de extensi6n 0 de trasferencia, pero s610 j!n una, nada mas, de estas cuatro condiciones: el dominio de validez. Puede ser aplicado a la navegaci6n fluvial, al abalizamiento de los canales, de las pistas de aviaci6n, etc., a condici6n de conservar la misma oposici6n cromatica, con la misina significaci6n. La naturaleza de los sign os no puede ser modificada sino temporalmente y por razones de oportunidad 21 Los caracteres reunidos en esta definici6n constituyen dos grupos: los dos primeros, relativos al modo de operaci6n y al dominio de validez, suministran las condiciones externas, empiricas, del sistema; los ultimos, relativos a los signos y a su tipo de funcionamiento, indican las condiciones internas, semi6ticas. Las dos primeras admiten ciertas variaciones 0 acomodaciones, los otros dos no. Esta forma estructural dibuja un modelo can6nico de sistema· binario que reaparece, por ejemplo, en los modos de votaci6n, con bolas blancas 0 negras, levantandose 0 sentandose, etc., y en todas las circunstancias en que la altemativa pudiera ser (pero no es) enunciada en tc:~rmi nos lingiiisticos como sl/no. Aqui ya podemos deslindar dos principios que afectan a las relaciones entre sistemas semi6ticos. El primer principio. puedeser enunciado como el PRINCIPIO DE NO REDUNDANCIA entre sistemas. No hay "sinonimia" entre sistemas semi6ticos; no puede "decirse la misma cosa" mediante n Constreftimientos materiales (niebla) pueden imponel procedimientos suplementarios, por ejemplo sefiales sonoras en lugar de senales visuales, pero tales expedien-
ttl pasajeros no lfIodifican las condiciones norrnales.
S~MlOLocfA DE LA LENGUA
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la palabra y la mllsica, que son sistemas de fundamento diferente. Esto equivale a decir que dos sistemas semi6ticos de diferente tipo no pueden ser mutuamente convertibles. En el caso citado, la palabra y la musica tienen por cierto un rasgo en comun, la praducci6n de sonidos y el hecho de dirigirse al oIdo; pera este nexo no prevalece ante la diferencia de naturaleza entre sus unidades respectivas y entre sus tipos de funcionamiento, como mostraremos mas adelante. ASI, la no convertibilidad entre sistemas de bases diferentes es la raz6n de la no redundancia en eI universo de los sistemas de signos. EI hombre no dispone de varios sistemas distintos para eI MISMO nexo de significaci6n. En cambio el alfabeto grMico y el alfabeto Braille 0 Morse 0 eI de los sordomudos son mutuamente convertibles, por ser todos sistemas de iguales fundamentos basados en eI principio alfabetico: una letra, un sonido. De este principio se desprende otra que 10 completa. Dos sistemas pueden tener un mismo signo en comun sin que resulte sinonimia ni redundancia, 0 sea que la identidad sustancial de un signo no cuenta, s610 su diferencia funcional. EI rajo del sistema binario de sellales de trans ito no tiene nada en COml1l1 con eI rajo de la bandera tricolor, ni el blanco de esta con el blanco del luto en China. EI valor de un signo se define solamente en el sistema que 10 integra. No hay signo transistematico. Los sistemas de signos lson entonces otros tantos mundos cerrados, sin que haya entre ellos mas que un nexo de coexistencia acaso fortuito? Formularemos una exigencia met6dica mas. Es preciso que la relacion planteada entre sistemas semioticos sea por su parte de naturaleza semiotica. Sera detenninada ante todo por la accion de un mismo medio cultural, que de una manera 0 de otra produce y nutre todos los sistemas que Ie son propios. He aqui otra nexo externo, que no implica necesariamente una relacion de coherencia entre los sistemas particulares. Hay otra condicion: se trata de deternlinar si un sistema semiotico dado puede ser interpretado por si mismo 0 si necesita recibir su interpretacion de otro sistema. La relacion semiotica entre sistemas se enunciani entonces como un nexo entre SIS'fE-
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Y SISTEMA INTERPRETADO. Es la quc poseemos en gran cscala entre los signos de la lengua y los de la sociedad: los sign os de 1~ '0ciedad pueden ser Integramente interpretados por los de ta lengu3, no 3 13 inversa. De suerte que la lengua sera el interpretante de la sociedad. 22 En pequcfia escala podni considerarse el a)fabeto grafico como eJ interpretante del Morse a d Braille, en virtud de la mayor extensi6n de su dominio de validez, y pese al hecho de qu~ todos scan mutuamente convertibles. Podemos ya inferir de esto que los subsistemas sellli6ticos interiores a 13 sociedad seran 16giealllente los interprctados de la lengua, puesto que la sociedad los contiene y que la sociedad es el interpretado de la lengua. Se advierte ya en esta relaci6n una disillletria fundamental, y puede uno remontarse a la causa primera de esta no reversibilidad: es que la lengna oeupa una situaci6n particular en el universo de los sistemas de signos. Si convenimos en designar par S cl conjunto de estos sistemas y por L la lengua, la conversi6n siempre sigue el sentido S --> L, nunca el inverso. Aq ui tenemos un principio general de jerarquia, propio para ser introducido en la clasifieaci6n de los sistemas semi6ticos y que servin! para construir una teoria semiologica. Para realzar mejor las diferencias entre los ordenes de relaciones semioticas, ponemos ahora en la Illisma posicion un sistema muy distinto, el de la mtlsica. En 10 csencial, las difcrencias van a manifesblrsenos en la naturaleza de los "sign os" y cn su modo de funeionar. La mtrsica esta hecha de SONlOOS, que tienen estatuto musical cuando han sido designados y clasificados como NOT AS. No hay en mtlsica unidades directamente comparables a los "sign os" ,de la lengua. Dichas notas tienen un marco organizador, la GAMA, en la que ingresan a titulo de unidades discrctas. discontinuas una de otra, en ntllnCro fijo, caracterizada cada HIla por un ntlmero constante de vibraciones par tiempo dado. Las gamas comprenden las mismas notas a alturas diferentes, definidas por un ntlmero de vibraciones en progresion geometrica, mientras los interval os sigllen siendo los mismos. MA INTERPRETANTE
::-J
Estc punto sera desaHoHad<)
CI1
oha parte.
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Los sonidos musicales pueden ser producidos en monofonia o cn polifonia; funcionan en estado aislado 0 en simultaneidad (acordes), cualesquicra que sean los intervalos que los separan en sus gamas respectivas. No hay limitacion a la multiplicidad de. los sonidos producidos simultaneamente por un conjunto de instrumentos, ni al orden, a la frecuencia 0 la extension de las combinaciones. EI compositor organiza libremente los sonidos en un discurso que no esta sometido a ninguna convencion "gramatical" y que obedece a su propia "sintaxis". Se ve, pues, por donde el sistema musical admite, y por donde no, ser eonsiderado como semiotieo. Esta organizado a partir de un eonjunto eonstituido par la gama, que a su vez consta de notas. Las notas no tiellen valor diferencial mas que dentro de la gama, y esta es, por su lado, un conjunto que recurre a varias alturas, especificado por el tono que indica la clave. De modo que la unidad fundamental sera la nota, unidad distintiva y opositiva del sonido, pero solo adquiere este valor en la gama, que fija el paradigma de las notas. lEs semiotica esta unidad? Puede decidirse que 10 es en su orden propio, en vista de que determina oposiciones. Pero entonces no tiene ninguna relacion con la semiotica del signo lingiilstico, y de hecho es inconvertible a unidades de lengua, en ningtm nive!. Otra analogia, que pone de manifiesto a la vez una diferencia profunda, es la siguiente. La mtlsica es un sistema que funciona sobre dos ejes: eI eje de las simultaneidades y eI eje de las sucesiones. Pensaria uno en una homologia con eI funcionamiento de la lengua sobre dos ejes, paradigmatico y sintagmatico. Ahara bien, el eje de las simultaneidades en mtlsica contradice eI principio mismo del paradigm
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dad, de recunencia, etc., dc 10 que depende la frccuencia y la previsibilidad estadisticas, por una parte, y, par otra, la posibilidad de construir enunciados inteligibles. Esta diferencia no dependc de un sistema musical particular ni de la escala sonora clegida; la dodecafonia serial la exhibe tanto como la diatonia. Puede decirse, en suma, si la musica es considerada como una "Iengua", que es una lengua con una sin taxis, pero sin semiotica. Este contraste perfila por adelantado un rasgo positivo y necesario de la semiologia lingi.iistica que vale la pena anotar. Pasemos ahora a otro dominio, el de las artes llamadas plasticas, dominio inmenso, don de nos con forma rem os con indagar si alguna similitud u oposicion puede esclarecer la semiologia de la lengua. Por principio de cuent.s, se tropicza con una dificultad de principio: lhay algo en comun en el fundamento de todas estas artes, de no ser la vaga nocion de "plastica"? lSe halla en cada una, 0 siquiera en una de elias, una entidad fonnal que pueda denominarse UNIDAD del sistema considerado? Pero lcUa! pudiera ser la unidad de la pintura 0 del dibujo? lLa figura, el trazo, el color? Forrnulada asi, ltiene aun algllll sentido la cuestion? Es tiempo de enunciar las condiciones minimas de una comparacion entre sistemas de ordenes diferentes. Todo sistema semiotico que descanse en signos tiene por fuerza que incluir: 1] un repertorio fin ito de SIGNOS, 2] reglas de disposicion que gobiernan sus FIGURAS, 3] independientemente de la naturaleza y del numero de los DISCURSOS que el sistema permita producir. Ninguna de las artes plasticas consideradas en su conjunto parece reproducir semejante modelo. Cuando mucho pudiera encontrarse alguna aproximacion en la obra de tal 0 cual artista; entonces no se trataria de condiciones generales y constantes, sino de una caracteristica individual, 10 cual una vez mas nos alejaria de la lengua. Se diria que la nocion de UNIDAD reside en el centro de la probleIm\tica que nos ocupa 23 y que ninguna teoria seria pudiera cons2:1 No pareci6 util, ni aun posiblc, sobrccargar cstas paginas, que anuncian nueshos puntos de vista personates, con una discusi6n de las teorias anteriorcs. EI lector informado advertini. en particular 10 que nos separa de Louis Hjehnslev en puntos esen-
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tituirse olvidando 0 esquivando la cuesti6n de la unidad, pues todo sistema significante debe definirse por su modo de significacion. De modo que un sistema as! debe designar las unidades que hace intervenir para producir el "senti do" y especificar la naturaleza del "senti do" producido. Se plantean entonces dos cuestiones: 1 J l Pllcden redllcirse a unidades todos los sistemas semi6ticos? 2 J Estas llnidades, en los sistemas donde existen, lson SIGNOS? La unidad y el signo dcben ser tenidos por caracteristicas distintas. El signo es necesari;lmente una unidad, pero la unidad plledc no ser un signo. Cuando menos de esto estamos seguros: la lengua esta hecha de unidades y esas unidades son signos. lQue pasa con los demas sistemas semiol6gicos? Consideramos primcro el funcionamiento de los sistemas !lamados artisticos, los de la imagen y del sonido, prescindiendo deliberadamente de su funcion estetica. La "lengua" musical consiste en combinaciones y sllcesiones de sonidos, diversamente articulados; la unidad elemental, el sonido, no es un signo; cada sonido es identificable en la estructura escalar de la que depende, ninguno esta provisto de significancia. He aqu! el ejemplo tipico de unidades que no son signos, que no designan, por ser solamente los grados de una cscala cuya extension es fijada arbitrariamcnte. Estamos ante un principio discriminador: los sistemas fundados en unidades se reparten entre sistemas de unidades sigciales. Lo que el llama semiotics es definido como "a hierarchy, any of whose components admits of a further analysis into classes defined by mutual relation, so that any of these classes admits of an anaJysis into derivates defined by mutual mutation" (Prolegomena to a Theory of Language, trad. de \Vhitfield, 1961, p. 106). Semejante definidon no sera aceptable mas que dentro de una adhesion global a los principios de la gloscmatica. Las consideraciones del mismQ autor (op. cit., p. 109) accrca del puesto del lenguaje en las estructuras semi6ticas, sobre los Hmites entre 10 semiotico y 10 no semi6tico, reflejan una posici6n harto provisional y todavia imptecisa. No podra sino aprobarse la invitaci6n a estudiar desde un mismo punta de vista las diversas disciplinas semi6ticas: "it seems fruitful and necessary to establish a common point of view for a large number of disciplines, from the study of literature, art, and music, and general history, all the way to logistics and mathematics, so that from this common point of view these sciences are concentrated around a linguistically defined' setting of problems" (op. cit., p. lOB} Pero este vasto programa no pasa de ser un piadoso anhelo mientras no se hayan elaborado los fundamentos te6ricos, de una comparacion entre los sistemas. Es 10 que tratamos de hacer aqui. M.as recientemeT'!te, Charles' Morris, Signification and Significance (1964), p. 62, se limita a hacer constat que para numerosos lingiiistas, de quienes cita a algunos. la linglHstica forma parte de la semi6tica, pero no define 1a'situaci6n de 1.11 1engua desde este punta de vist ...
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nificantes y sistemas de unidades no significantes. En la· primcra categoria pondremos la lengua; en la scgunda, la m{,sica." En las artes de la figuraeion (pintura, dibujo, escultura) de imagenes fijas 0 moviles, es la existeneia misma de unidades 10 que se torna tema de discusion. lOc que naturaleza serbn? Si se trata de colores, se rcconoce que componen tam bien una esca' la cuyos peldai'ioS principales estan identificados por sus nom' bres. Son design ados, no dcsignan; no remiten a nada. no sugic· ren nada de manera univoca. EI artista los escoge, los amalgama, los dispone a su gusto en el lienzo, y cs s610 en la composicion don de se organizan y adquieren, teenicamente hablando, una "significaci6n", por la selecci6n y la disposici6n. EI artista crea asi su propia semi6tica: instituye sus oposiciones en rasgos que eJ mismo haec significantes en su orden. De suerte que no recibe un repertorio de signos, reconocidos tales, y tampoco establece ninguno. EI color, un material, trae consigo una variedad ilimitada de matices que pasan uno a otro y ninguno de los cuales hallara equivalencia con eI "signo" Iingiiistico. En cvanto a las artes de Ia figura, ya participan de otro nive!, eI de la representaci6n, donde rasgo, color, movimiento, se cornbinan y entran en conjuntos gobernados par necesidades propias. Son sistemas distintos, de gran cornplejidad, donde la definici6n del signa no se precisara sino can el desenvolvimiento de una semiologia todavia indecisa. Las relaciones significantes del "Ienguaje" artistico hay que descubrirlas DENTRO de una composici6n. El arte no es nunca aqul mas que una obra de arte particular, donde el artista instama libremente oposiciones y val ores con los que juega con plena soberania, sin tener "respuesta" que esperar, ni contradicci6n que e1iminar, sino solamente una visi6n que expresar, seg(m criterios, conscientes 0 no, de los que la composici6n entera da testimonio y se convierte en manifestacion. ~ Roland Harweg, "Language and Music, an Immanent and Sign Theoretic Approach" (Foundations of Language, 4, 1968, pp. noss.), verifi<':3 atinadamente que "the sign theoretic approach is inadequate for the study of music, for the only thing it can provide with regard to it are negative statements - 'negative' taken in a logical, not in an evaluative sensc_ All it can state may be comprised in the statement that 'mus'ie' is .NOT a significational-represl.ntational institution as is language" (p, 273). A esta ,verificacion Ie falta, no obstantc, el slIstcnto de una c1abomci6n te6tica, Et problema que discutimos aqui cs prccisamcntc cI de la vaJidcz intcrscmi6tic3 de la IlOci6n de "signo",
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o sea que se pueden distinguir los sistemas en que la significancia esti impresa par el autor en la obra y los sistemas donde la significancia cs exprcsada par los elementos primeros en estado aislado, independicntemente de los enlaces que puedan eontraer. En los priIlleros, la significancia se desprende de las relaeiones quc organizan un mundo eerrado, en los segundos, es inherente a los signos mislllos. La significaneia del arte no remite nunca, pues, a una convenci6n identicamente heredada entre eoparticipes.'" Cada vez hay que descubrir sus terminos, que son ililllitados en ntllllero, imprevisibles en naturaleza, y asi par reinventar en cada obra -en una palabra, ineptos para fijarse en una instituci6n. La significancia de la lengua, par el contra rio, es la significancia misllla, que funda la posibilidad de todo intercambio y de toda cOlllunicaci6n, v desde ahi de toda cultura. No deja de sel valida, pues, can algunas llletaforas de par medio, asimilar la ejccuci6n de una composicion musical a la produccion de un enunciado de lengua; podra hablarse de un "discurso" musical, que sc analiza en "frases" separadas por "pausas" a "silencios", senaladas par "motivos" reconocibles. Tambien se pOdIa, en las artes de la figuraci6n, busear los principios de una morfologia y dc una sintaxis.26 Cuando menos, una cosa es segura: ninguna semiologia del son ida, del color, de la imagen, se fonnulari en sonidos, en col ores, en imagenes. Toda semiologia 'J6 Mieczyslaw \Vallis, "l\1ediac\"al Art as a Language", Actes du Sf: CO!1gres internalioll"! d'esthdique (Amsterdam, 1964), p. 427, 11.; "La notion dc champ semantiquc ct son application a la theorie de l'Art", Sciences de J'aft, nUm. especial (1966), pp. 3 55., hace Utiles observaciones accrca de los signos ic6nicos, especial mente en el arte medieval: disciernc cn el un "vocabulario" y reglas de "sintaxis". Es verdad que pucde reconocersc en la escultura medieval cierto repertorio ic6nico que corresponde 3 ciertos temas rdigiosos, a ciertas ensei'iallzas teol6gicas 0 morales. Pero son mensajes convencionales, producidos en una topologia igualmente .convencional donde las figuras ocupan puestos simb6licos, confonncs a representaciones familiares. Por 10 demas, las escenas figuradas son la trasposici6n iconica de relatos 0 parabolas; reproducen una verbalizaci6n inicial. EI vcrdadero problema scmio16gico, que no ha sido plantea· do, que scpamos, seda el bll~car c6~!O se efectua esta trasposici6n de una enunciaci6n verbal a una rcpresentacion iconica, cuales son las correspondencias posibles entre un sistema y otto y en que medida esta confrontaci6n podria ser pers.egnida basta la determinaci6n de correspondcncias entre SIGNOS distintos . .... La posibilidad de extender las categorias semiol6gicas a las tecnicas de la image,"!. y particulannente al cine, es dcbatida de mallera instructiva por Cbr. Metz, Essrus sur la signification au cinema (Paris, 1968), pp. 66s., 84 ss., 95 s. J. L. Scheffer, Scenographic d'llll tableau (Paris, 1969), inaugura una "ledura" semiol6gica .de 13 obra pintada y propane un amHisis suyo an<'llogo al de un "texto". Estas inda!;;lciones' mnestran ya el despcrtar de una reflexion original sobre los campos y las catcgorias de la semiologia no linguistica.
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de un sistema lingiiistico tiene que recurrir a la mediation de la lengua, y asi no puede existir mas que por la semiologia de 1a lengua y en ella. El que la lengua sea aqui instrumento y no objeto de am\lisis, no altera nada de la situacion, que gobierna todas las relaciones semi6ticas; la lengua es el interpretante de todos los demas sistemas, lingiiisticos y nc lingiiisticos. Debemos precisar aqui la naturaleza y las posibilidades de las relaciones entre sistemas semioticos. Establecemos tres tipos de relaciones. 1] Un sistema puede engendrar otro. La lengna usual engendra la formalizacion logico-matematica; la escritura ordinaria engendra la escritura estenografica; el alfabeto nomlal engendra el alfabeto Braille. Esta RELACION DE ENGENDRAMIENTO vale entre dos sistemas distintos y contemporaneos, pero de igual naturaleza, el segundo de los cuales esta construido a partir del primero y desempefia una funcion especifica. Hay que distinguir cuidadosamente esta relacion de engendramiento de la relacion de derivacion, que supone evoluci6n y transkion historica. Entre la escritura jeroglifica y la escritura dem6tica hay derivacion, no engendramiento. La historia de los sistemas de escritura proporciona mas de un ejemplo de derivacion. 2] El segundo tipo de relacion es la RELACION DE HOMOLOCIA, que establece una correlacion entre las partes de dos sistemas semioticos. A diferencia de la precedente, esta relacion no es verificada, sino instaurada en virtud de conexiones que se descubren o establecen entre dos sistemas distintos. La naturaleza de la homologia puedc variar, intuitiva 0 razonada, sustancial a estructural, conceptual 0 poetica. "Los perfumes, los colores y los sonidos se responden." Estas "correspondencias" solo son de Baudelaire, organizan su universo poetico y la imagineria que 10 refleja. De naturaleza mas inteIectual es la homologia que ve Panofsky entre la arquitectura gotica y el pensamiento escolastico." Tambien se ha seiialado la homologia entre la escritura y el gesto ritual en China. Dos estructuras lingiiisticas de indole diferente pueden revelar homologias parciales 0 dilatadas. Todo depende del modo como se planteen los dos sistemas, de los
pen.
""Erwin Panofsky, Architecture gothiquC' d scoJastique. trad. de P. Bourdieu (Paris, 1967), pp. 10" s.; d. P. Bourdieu. ibid., pp. 1525., citaodo las homologias entre II escritura )' Ja arquitectura g6tica indicadas por R. Marichal.
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65 para metros que se empleen, de los campos donde se opere. Segun el caso, la homologia instaurada serviri de principio unificador entre dos dominios y se limitara a ese papel funcional, 0 crean! una nucva especie de valores semi6ticos. Nada garantiza por adelantado la validez de esta relaci6n, nada limita su extensi6n. 3] La tercera relaci6n entre sistemas semi6ticos sera denominada RELACI6N DE INTERPRETANCIA. Designamos asi la que instituimos entre un sistema interpretante y un sistema interpretado. Desde el punto de vista de la lengua, es la relaci6n fundamental, la que reparte los sistemas en sistemas que se articulan, porque manifiestan su propia semi6tica, y sistemas que son articulados y cuya semi6tica no aparece sino a traves de la reja de otro modo de expresi6n. Se puede as! introducir y justificar el principio de que la lengua es el interpretante de todos los sistemas semi6ticos. Ningun sistema dispone de una "Iengua" en la que pueda categorizarse e interpretarse segll11 sus distinciones semi6ticas, mientras que la lengua puede, en principio, categorizar e ;"lterpretar todo, incluso ella misma. Se ve aqu! c6mo la relaci6n semiol6gica se distingue de toda otra, y cn particular de la relaci6n sociol6gica. Si se interroga por ejcmplo a prop6sito de la situaci6n respectiva de la lengua y de la sociedad -tema de debates incesantes- y acerca de su modo de dependencia mutua, el soci610go, y probablemente quienquiera enfoque la cuesti6n en terminos dimensionales, observara que la lengua funciona dentro de la sociedad, que la engloba; decidira pues que la sociedad es el todo, y la lengua la parte. Pero la consideraci6n semiol6gica invierte esta relaci6n, ya que s610 la lcngua permite la sociedad. La lengua constituye 10 1jue mantiene juntos a los hombres, el fundamento de todas las relaciones quc a su vez fundan la sociedad. Podra decirse entonces que es la iengua la que conticne la sociedad 28 As! la relaci6n de intcrpretancia, que es' semi6tica, va al reyeS que la relaci6n de encajonamiento, que es sociol6gica. Esta, objetivando las dependencias externas, reifica parejamente lengua y sociedad, en tanto que aqueJla las pone en dependencia mutua segun su capacidad de semiotizaci6n. Por aqu! sc veri fica un criterio que indicamos antes, cuando, '" Tratamos mas en dctalle de esta rc1aci6n en una exposici6n hecha en octl1bre de 1968 al Congrcso Olivetti (d. mas adc1alltc, pp. 95·106).
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LA CO~IUNICACI6N
para determinar las relaciones entre sistemas semioticos, planteamos que estas re!aciones deben ser, elias mismas, de naturaleza semiotica. La re!acion irreversible de interpretaneia, que incluye en la lengua los otros sistemas, satisfaee est a condieion. La lengua nos ofrece el {mico modelo de un sistema que sea semiotico a la vez en su estructura formal y en su funeionamiento: 1 J Se manifiesta por la enunciacion, que alude a una situacion dada; hablar es siempre hablar de. 2J Consiste formalmcnte en unidades distintas, cada una de las cuales es un signo. 3 J Es produeida y recibida en los mismos valores de referencia entre todos los miembros de una comunidad. 4J Es la {mica actualizaeion de la comunicaeion intersubjetiva. Por estas razones, la lengua es la organizacion semiotica por execlencia. Da la idea de 10 que es una funcion de signo, y es la {mica que ofrecc la formula ejemplar de ello. De ahi procede que ella sola pueda conferir -y 10 hace en cfecto- a otros conjuntos la calidac\ de sistemas significantes inform,\ndolos de la re!acion de signo. Hay pues un MODELADO snnoTico que la lellgua ejerce y del que no se concibe que su principio resida cn otra parte que no sea la lengua. La naturaleza de la lcngua, su funcion representativa, su poder dimlmico, su .pape! en la vida de rclacion, hacen de ella la gran matriz semiotica, la estructura modeladora de la que las otras estructuras rcproduccn los rasgos y el modo de accion. lA que se debe esta propiedad? lPuede diseernirse por que la lengua es e! interpretante de todo sistema signifieante? lEs sencilia mente por ser e! sistema mas com{m, el que tiene el campo mas vasto, la mayor frecuencia de empleo y -en la pnictica- la mayor eficacia? Muy a la inversa: csta situacion privilcgiada de la lengua en el orden pragm
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67 signifieaneia, que lIamamos el modo SEMIOTICO por una parte el modo SEMANTICO por otra.'· ' Lo semiotieo designa el modo de signifieancia que es propio del SIGNO lingii1stico y que 10. constituye como unidad. Por mor del analisis pueden ser consideradas por separado las dos caras del signo, pero por 10 que hace a la significaneia, unidad es y unidad queda. La {mica cuestion que suscita un signo para ser reconocido es la de su existencia, y esta se decide con un SI o un no: arbol - canci6n -lavar - nervio - amarillo - sobre, y no *armol- *panci6n - *bavar - *nertio - *amafillo - *sibre. Mas alia, cs comparado para delimitarlo, sea con significantes pareialmente parecidos: casa: masa, 0 casa: cosa, a casa: cara, sea con significadas vccinas: casa: cho;:a, a casa: vivienda. Todo el estudio scmiotico, en sentido estricto, consistira en identificar las un ida des, en describir las marcas distintivas y en descubrir criterios cada vez mas sutiles de la distintividad. De esta suerte cada signo afirmara con creciente claridad su significancia propia en el seno de una constelacion 0- entre el conjunto de los signas. Tomado en Sl misma, cl signa es pura identidad para Sl, pura alteridad para todo 10 demas, base signifieante de la lengua, material necesario de la enunciacion. Existe cuando es recanacido como significante por cl conjunto de los miembros de la comunidad lingiilstica. y evoca para cada quien, a grandes rasgas, las mismas asaciacianes y las mismas aposiciones. Tal es cl dominio \. cl criterio de la semiotica. Can 10 scm,\ntico entramos en el modo especifico de sign ificancia que es cngendrado par el DISCURSO. Los problemas que se plantcan aqui son funcion de la lengua como productora dc mensajcs. Ahara. cl mcnsaje no sc reduce a una. sucesion de unidadcs par idcntificar separadamentc; no es una suma de sig~ Esta distillciOll fue propuesta por primera \"cz en la sesi6n inaugural del XIII" Congri:s des Socictcs de Philosophic de Langue Fran~aise, celebrada en Cinehra el 3 de ~cptielllhre de 1966, La exposlcion fne pllhhcada ell las Acte_~ de dieho congreso, II, 29··H1 (con discl1sion, pp. -11·-17) (d. adelante. cap. 15"). Sc vera aqui el remate del amilisis prescntado anteriormclltc con cl titulo de ":\,i\"caux de rallal~-se linguistique" (en IIl1CstroS l'rohli'/lles de linguistiqllc gent.'rak. I, 1966. pp. 119.~s. [trad. esp., Pl" lI8ss.]). I1abrialllos prckrido elegir, a fin de h,lcer lids Ilotoria esta distinei6n. h':'Tlllino~ mcnos parecidos \Ino
trrnlino\('lgica no dehoi,1 jlertllTh:lr a '1l1iCIlC~ tcngan a hiclI comidcrar b cOlllpkta de Illlc,tro ,mali,(,
pcrspcctil:l
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LA CO~nr~ICACI()N
nos la que produce el sentido, es, por eI contrario, el sentido, concebido. globalmente, cI que se realiza y se divide en "signos" particulares, que son las PALABRAS. En segundo lugar, 10 semantico carga por necesidad con el conjunto de los rdercntcs, en tanto que 10 semiotico esta, por principio, separado y es independiente de toda referencia. EI orden semantico se identifica con el mundo de la enunciacion y cI universo del diseurso. EI hecho de que se trata, por cierto, de dos ardenes distintos de nociones y de dos universos eonceptualcs, es algo que sc pucde mostrar tam bien mediante la diferencia en eI criterio de validez que requieren el uno y el otro. Lo semiotico (el signo) debe ser RECONOCIDO; 10 semantico (el discurso) debe ser COMPRENDIDO. La diferencia entre reconocer y comprender remite ados facultades mentales distintas: la de percibir la identidad entre 10 anterior y 10 actual, por una parte, y la de percibir la significacian de un en uncia do nuevo, por otra. En las form as patologicas del lenguaje, es frecuente la disociacion de las dos facu!tades. La lengua es cI ,mico sistema cuya significancia se articula, asi, en dos dimensiones. Los demas sistemas tienen una significancia unidimensional: 0 semiotica (gestos de cortesia; 11lUdrCis) ~ sin senlantica; 0 scm;;lntica (expresiones artisticas), sin semiotica. EI privilegio dc la !engua es portar al mismo tiempo la significancia de los sign as y la significancia dc la enunciacion. Dc ahi proviene su poder mayor, el de crear un nuevo nivel de enunciaeion, donde se vuclve posible deeir cosas significantes aeerca de la significancia. Es en esta facu!tad metalingiiistica donde encontramos cl origen de la relaeibn de interpretancia merced a la cual la Icngua engloba los otros sistemas. Cuando Saussure ddini6 la lengua como sistema de signos, echo cI fundamento de ]a semiologia ling(iistiea. Pero vemos ahora que si cI signo eorresponde en dccto a las unidades signifieantes de la lengua, no puede erigirselo en prineipio !tnieo de 1<1 lcngua en su fllllcionamicnto discursivo. Sallssurc 110 ignod) la frase, pero es patente que Ie creaba una grave difieultad y la remiti6 al "habla","" 10 eual no rcsuch'e nada; es eosa prceisamente de sabcr si cs posiblc pasar del signo al "habla", v ebmo. " Cf. C. L. c .. pp. 14K, 1:-2, y J
Li1Jguj~tJ(\.
SI·.1\1I0LOdA DE LA LENGUA
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En Icalidad el mundo del signo es ccrrado. Del signo a la frase no hay transicion ni por sintagmacion ni de otra manera. Los separa un hiato. Hay pues que admitir quc la Icngua compIcnde dos dominios distintos, cada uno de los cuales rcquicre su propio apamto conceptual. Para el que llamamos scmiotico, la tcoria saussuriana del signa lingiHstico servira de base para la investigacion. EI dominio semantico, en cambio, debe ser reeonocido como separado. Tendra necesidad de un aparato nucvo de conceptos y definiciones. La semiologia de la lengua ha sido atascada, paradojicamente, por eI instrumcnto mismo que la creo: cl signo. No podia apartarse la idea del signo lingiiistico sin suprimir eI caracter mas importante de la Icngua; tampoco se podia extenderla al discurso entero sin eontradecir su definicion como unidad minima.
En conclusion, hay que superar la nocion saussuriana del signo como principio tlllico, del que dependerian a la vcz la estructura y el funcionamiento de la Icngua. Dicha superaci6n sc lograra por dos caminos: En el analisis intralingiiistico, abriendo una nueva dimensi6n de significancia, la del discurso, que llamamos semantica, ell adelante distillta de .la que esta ligada al signo, y que scr" semi6tica. En cl analisis translingiiistico de los textos, de las obras, merced a la elaboraci6n de una metasemantica que sera construida sobre la semantica de la enunciacion. Sera una semiologia de "segunda generaci6n", cuyos instrumentos y metoda podr;\n concurrir asimismo al desenvolvimiento de las otras ramas de la semiologia general.
4. EL LENGUAJE Y LA EXPERIENCIA HUMANA 1
Todas las lenguas tienen en comun ciertas categorias de expresion que parecen responder a un modelo constante. Las formas que adoptan estas categorias quedan registradas e inventariadas en las descripciones, mas sus funciones solo aparecen con claridad si son estudiadas en el ejercicio del lenguaje y en la produccion del discurso. Son categorias elementales, que son independientes de toda determinacion cultural y donde vemos la experiencia subjetiva de los sujetos que se plantean y se situan en el lenguaje y pOr' el. Tratamos aqu! de poner en claro dos categorias fundamentales del discurso, conjuntas por 10 demas necesaria· mente, la de la persona y la del tiempo.
Todo hombre se plantea en su individualidad en tanto que yo en relaci6n con ttl y il. Este comportamiento sera juzgado "instintivo"; nos parece reflejar en realidad una estructura de oposiciones lingii!sticas inherente al discurso. EI que habla se refiere siempre por el mismo indicador yo a s! mismo que habla. Ahora bien, este acto de discurso que enuncia yo aparecera, cuanta vez se reproduzca, como el mismo acto para el que 10 oiga, pero para aquel que 10 enuncie es cada vez un acto nuevo, asl fuera repetido mil veces, pues opera en cada ocasion la inserci6n del locutor en un momento nuevo del tiempo y en una textura diferente de circunstancias y de discurso. As!, en toda lengua y en todo momento, el que habla se apropia el yo, ese yo que, en el inventario de las formas de la lengua, no es sino un dato lexico como cualquier otro, pero que, puesto en accion por el discurso, inserta en eI la presencia de la persona sin la cual no hay lenguaje posible. No bien el pronombre yo aparece en un enunciado donde evoca -expHcitamente 0 no- el pronombre ttl para oponerse en conjunto a el, se instaura una vez 1 Diogene. PaIlS, UNESCO, CaUimard, nurn. 51
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(julio-septiembre de 1965), pp. 3-13.
1':L LENGUAJE Y LA EXPERIENCIA nUMANA
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mas una experiencia humana y reve1a eI instrumento lingiiistico que la funda. Baste para medir la distancia a la vez infima e· inmensa que hay entre el dato y la funcion. Ahi estan los pronombres, consignados y ensefiados en las gramaticas, ofrecidos con los demas signos e igualmente disponibles. Con que uno de los hombres los pronuncie, los asume, y eI pronombre yo, de elemento de un paradigma, se trasmuta en una designacion unica y produce, cada vez, una persona nueva. Es la actualizacion de una experiencia esencial, cuyo instrumento es inconcebible que faltara jamas en una lengua. Tal es la experiencia central a partir de la cual se determina la posibilidad misma del discurso. Necesariamente identica en la forma (e\ lenguaje seria imposible si la experiencia cada vez nueva debiera inventarse, en boca de cada quien, una expresion cada vez distinta), esta experiencia no es descrita, esta ahi, inherente a la forma que la trasmite, constituyendo la persona en eI discurso y por consigniente toda persona en cuanto habla. Por afiadidura, este yo en la comunicacion cambia alternativamente de estado: e\ que 10 oye 10 vincula al otro, de quien es signo innegable; pero, cuando habla a su vez, asume el yo por cuenta propia. Una dialectica singular es el resorte de esta subjetividad. La lengua suministra a los hablantes un mismo sistema de rcferencias personales que cada uno se apropia por eI acto del lenguaje y que, en cada ocasion de su empleo, no bien es asumido por su enunciador, se torna unico y sin igual, y no puede realizarsc dos veces de la misma manera. Pero fuera del discurso efectivo, eI pronombre no es mas que una forma vacia, que no puede adherirse ni a un objeto ni a un concepto. Recibe su realidad y su sustancia del discurso nada mas. EI pronombre personal no es la unica forma de esta naturaleza. Algunos otros indicadores com parten la misma situacion. en particular la serie de los deicticos. AI mostrar los objetos, los demostrativos ordenan el espacio a partir de un punto central, que es Ego, seg6n categorias 'variables: eI objeto esta cerca 0 lejos de m! 0 de ti, esta orientado as! (delante 0 detras de mi, arriba 0 abajo), visible 0 invisible, conocido 0 desconocido, etc. EI sistema de las coordenadas espaciales se presta asi a localizar todo objeto de no importa que campo, una vez que quien 10 OT-
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LA COMUNICACc6N
dena se ha designado a si mismo como centro y punto de referencia. Entre las formas lingiiisticas reveladoras de 1':1 experiencia subjetiva, ninguna es tan rica como las que expresan el tiempo, ninguna es tan dificil de explorar: asi son de tenaces las ideas recibidas, las ilusiones del "buen sentido"; los cepos del psicologismo. Quisieramos mostrar que este termino de tiempo cubre representaciones muy diferentes, que son otros tantos modos de plantear el encadenamiento de las cosas, y quisieramos mostrar sobre todo que la lengua conceptualiza el tiempo de muy otro modo que la reflexi6n. Una c0l1fusi6n bastante divulgada es creer que algunas lenguas ignoran el tiempo, por el hecho de que, no perteneciendo a la familia de las lenguas f1exivas, parecen carecer de verbo. Se sobreentiende que s610 el verbo permite expresar el tiempo. Hay aqui varias confusiones que deben ser denunciadas: la categoria del verbo se consigue reconocer aun en las lenguas no f1exivas, y la expresi6n del tiempo es compatible con todos los tipos de estructuras lingiiisticas. La organizaci6n paradigmitica propia de las formas temporales de ciertas lenguas, notablemente de las indoeuropeas, no tiene eI privilegio exclusivo, ni de hecho ni de derecho, de expresar e1 tiempo. Mas general y, por decido asi, natural es otra confusi6n que consiste en pensar que el sistema temporal de una lengua reproduce la naturaleza del tiempo "objetivo": asi de intensa es la propensi6n a ver en la lengua el cako de la realidad. Las lenguas no nos ofrecen de hecho mas que construcciones diversas de 10 real, y quiz:!. sea precisamente en la manera de elaborar un sistema temporal complejo donde mas diverjan. Tenemos que preguntarnos en que nivel de la expresi6n lingiiistica podemos lIegar a la noci6n del tiempo que informa necesariamente todas las lenguas, y luego c6mo se caracteriza esta noci6n. Hayen efecto un tiempo especifico de la lengua, pero antes de lIegar a el hay que pasar dos eta pas y reconocer sucesivamente -para quitarnoslas de encima- dos nociones distintas del tiempo.
IlL LENGUAJE Y LA EXPERIENCIA HUMANA
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EI tiempo fisico del mundo es un continuo uniforme, infinito, lineal, segmentable a voluntad. Tiene por correlato en e\ hombre una duracion infinitamente variable que cada individuo mide de acuerdo can sus cmociones y con el ritmo de su vida interior. Es una oposicion bien conocida y sin duda no hay par que detenernos en ella aqul. Del tiempo fisico y de su correlato ps!quico, la duracion interior, distinguircmos can gran cuidado el tiempo cr6nico, que es el tiempo de los acontecimientos, que engloba asimismo nuestra propia vida en tanto que sucesion de aconteceres. En nuestra vision del mundo, as! como en nucstra existencia personal, no hay mas que un tiempo, este. Debemos esforzarnos para camcterizarlo en su estructura propia y en nuestra manera de concebirlo. Nuestro tiempo vivid a carre sin fin y sin retorno, es la experiencia comun. Nunca recobramos nnestra infancia, ni el ayer tan proximo, ni el instante huido al instante. No obstante, nuestra vida tiene puntas de referencia que situ amos can exactitud en una escala reconocida par todos y a los que ligamos nuestro pasado inmediato a lejano. En esta contradiccion aparente reside una propiedad esencial del tiempo cronico que hay qne aclarar. EI observador q'ue cada uno de nosotros es, puede pasear la mirada par los acontecimientos consumados, recorrerlos en dos direcciones, del pasado hacia eI presente a del presente hacia el pasado_ N uestra propia vida forma parte de esos acontecimientos par los que nuestra vision baja a sube. En este sentido, el tiempo cronico, fraguado en la historia, admite una consideracion bidireccional, en tanto que nuestra vida vivida fluye (es la imagen tradicional) en un solo sentido. Aqul es esencial la nocion de acontecimiento. En el tiempo cronico, 10 que llamamos "tiempo" es la continuidad donde se disponen en serie esos bloques distintos que son los acontecimientos. Fues los acontecimientos no son cJ tiempo, estan en el tiempo. Todo esta en cl tiempo, apartc del tiempo mismo. Ahara bien, el tiempo cr6nico, como el tiempo fisico, trae consigo una version doble, objctiva y subjetiva. En todas las formas de cultura humana y en toda cpoca, aprcciamos de una u otra manera un esfucrzo dc objetivar cl ticm-
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LA COMONICACI6N
po cronico. Es una condicion necesaria de la vida de las sociedades, y de la vida de los individuos en sociedad. Este tiempo socializado cs cl del calendario. Todas las socicdades humanas han instituido un computo 0 una division del tiempo cronico fundado en la recurrencia de fenomcnos naturales: altemacion del dia y de la noche, trayecto visible del sol, fases de la luna, movimientos de las maTeas, estaciones del c1ima y de la vegetacion, etc. Los calendarios tienen rasgos en comun que indican a que condiciones necesarias benen que responder. Proceden a partir de un momenta axial que sirve de punto cero del computo: un acontecimiento tan importante que pasa por dar a las cosas un cnrso nuevo (nacimiento del Cristo 0 del Buda; advenimiento de tal 0 cual soberano, etc.). Es la condicion primera, que llamaremos estativa. De ella se desprende la otra condicion, que es directiva. Se enuncia mediante los tenllinos opuestos "antes ... ! despues ... " con respecto al eje de referencia. A la tercera condicion la Ilamaremos mensurativa. Se fija un repertorio de unidades de medida que sirva para nombrar los intervalos constantes entre las recurrencias de fenomenos cosmicas. Asi el intervalo entre la aparicion y la desaparicion del sol en das puntos diferentes del horizonte sera el "dia"; el intervalo entre dos conjunciones de la luna y del sol sera el "mes"; el intervalo definido por una revolucion completa del sol y de las estaciones sera el "ano". Pueden agregarse a voluntad otras unidades, sean de agrupamiento (semana, quincena, trimestre, siglo) 0 de division (hora, minuto ... ), pero Son men05 usuales. Tales son las caracterisbcas del tiempo cronico, fundamento de la vida de las sociedades. A partir del eje estativo, los acontecimientos son dispuestos segun la una 0 la otra ojeada directiva, 0 anteriormente (hacia atras) 0 posteriormente (hacia adelante) con respecto a este eje, y estan alojados en una division que permite medir su distancia al eje: tantos anos antes 0 despues del eje, luego tal mes y tal dia del ano en cuestion. Cada una de las divisiones (ano, mes, dia) se alinea en una serie infinita, cuyos terminos todos son identicos y constantes, que no admite ni desigualdad ni vacio, de suerte que el aconte-
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EL LENGUA]E Y LA EXPERIEi.... CIA HUMAN A
cimiento por situar esta cxactamcnte localizado en la cadena cronica por su coincidencia con tal 0 cual division particular. EI ano 12 despues de es el lmico que se sitlla despues del ano II y antes del ano 13; el ano 12 antes de cae tambien despues del ano II y antes del ano 13 pero en una visi6n de direccion opuesta que, como sc dice, remonta el curso de la historia. Son estos puntos de referencia los que dan la posicion objetiva de los acontecimientos, y que asi definen tambi61 nuestra situacion con respecto a dichos acontecimientos. Nos dicen en sentido propio dande estamos en la vastedad de la historia, cuil es nuestro lugar entre la sucesion infinita de los hombres que han vivido y de las cosas que han pasado. EI sistema obedece a necesidades internas que son apremiantes. EI eje de referencia no puede ser corrido, ya que 10 marca alguna cosa que ocurrio de veras en el mundo, y no una convencion revocable. Los intervalos son constantes de uno y otro lado del eje. Por llltimo, el computo de los intervalos es fijo e inmutable. De no ser fijo, estariamos perdidos en un tiempo erratico y todo nuestro universo mental partiria a la deriva. Si no fuera imnutab!e, si los anos permutasen con los dias 0 si cada cual los contase a su manera, ya no podria emitirse ningun discurso sensato acerca de nada y la historia entera hablaria el lcnguaje de la locu·ra. De modo que puede parecer natural que la estructura del tiempo cronicoeste caracterizada por su permanencia y su fijeza. Pero no hay que dejar de advertir a la vez que estos caracteres resultan de que la organizacion social del tiempo' cronico es en realidad intemporal. No estamos enunciando ninguna paradoja. Intemporal 10 es este tiempo medido por el calendario, en virtud de su fijeza misma. Los dias, los meses, los alios son cantidades fijas, que observaciones inmemoriales han deducido del juego de las fuerzas cosmicas, pero estas magnitudes son denominaciones del tiempo que no participan para nada de la naturaleza del tiempo y estan por si mismas vadas de toda temporalidad. Habida cuenta de su especificidad lexica, se asimi!aran a los numeros, que no poseen ninguna propiedad de las materias que enumeran. EI calendario es exterior al tiempo.
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LA COT\IUNICACION
No transcurre con el. Registra series de unidades constantes, lIamadas dias, que se agrupan en unidades superiores (meses, aiios) , Ahora bien, como un dia es identico a otro dia, nada dice de tal dia de! calendario, tornado en si mismo, si es pasado, presente 0 futuro_ No puede ser colocado en una de cstas tres categorias mas que por aque! que vive el tiempo. "13 de ,febrero de 1641" es una fecha explicita y completa en virturl del sistema, pero que no nos perrnite saber en que tiernenunciada; puede 10 mismo tomarse como prospectiv ejemplo en una elausula que garantice la validez de un tra."do concluido un siglo antes, que como retrospectiva, evocada dos siglos mas tarde. EI tiempo cr6nico fijado en un calendario es ajeno al tiempo vivido y no puede coincidir con el; por el hecho mismo de ser objetivo, propone medidas y divisiones uniformes donde se alojan los acontecimientos, pero estas no coinciden con las categorias propias de la experiencia humana del tiempo. Con respecto al tiempo cr6nico, lque hay de! tiempo lingiiistico? Al abordar este tercer nive! del tiempo hay que instaurar de nuevo distinciones y separar cosas diferentes, ineluso, 0 sobre todo, si no puede evitarse elllamarlas por el mismo nombre. Una cosa es situar un acontecimiento en el tiempo cr6nico, otra cosa insertarlo en el tiempo de la lengua. Es por la lenglla como se manifiesta la experiencia humana del tiempo, y el tiempo lingtiistico se nos manifiesta como igualmente irreducible al tiempo cr6nico y al tiempo fisico. Lo que tiene de singular e! tiempo lingtiistico es que esta organicamente ligado al ejercicio de la palabra, que se define y se ordena como funci6n del discurso. Este tiempo tiene su centro -un centro generador y axial a la vez- en el presente de la instancia de palabra. Cuanta vez un locutor emplea la forma gramatical de "presente" (0 su equivalente), situa el acontecimiento como contemponineo de la instancia de discurso que 10 menciona. Es evidente que este presente, en tanto que funci6n del discurso, no puede ser localizado en una divisi6n particular del tiempo cr6nico, porque admite todas y no exige ninguna. EI locutor sima como "presen-
77 te" todo 10 que implica como tal en virtud de la forma IingUistica quc emplea. Este presente es reinventado cuanta vez un hombre habla porque es, al pie de la letra, un momento nuevo, no vivido a till. He aqui, una vez mas, una propiedad original del lenguaje, tan particular que sin duda sera cosa de busear un tcnnino distinto para designar eI tiempo IingUistico y separarlo asi de las otras nociones eonfundidas bajo eI mismo nombre. EI presente IingUistico es eI fundamento de las apasieiones tcmparales de Ia lengua. Este presente que se desplaza con eI progreso del diseurso, sin dejar de ser presente, constituye la linea divisoria entre otros dos momentos que engendra y quc son igualmente inherentesal ejercicio de la palabra: eI momento en que eI acontecimiento no es ya eontemponineo del discurso, ha salido del presente y debe ser evocado por Ia memoria, y el momento en que eI acontecimiento no esta todavia presente, va a estarlo y surge en prospecci6n. Se advertira que en reaIidad eI lenguaje no dispone sino de una sola expresi6n temporal, eI presente, y que este, sefialado por la eoincidcncia del acontecimiento y del diseurso, es por naturaleza implieito. Cuando es explieitado formalmente, es por medio de una de esas redundancias frecuentcs eu el usa cotidiano. Por eI contra ria, los tiempos no presentes, cllos si sicmprc explieitados en la lengua, a saber, el pasado y eJ porvenir, no cstan cn eI mismo nivel del tiempo que el presentc. La lengua no los SitlIa en el tiempo segun su posicion propia, ni en virtud de una relacion que deberia entonces ser otra que Ia de la coincideneia entre el acontecimiento y eI discurso, sino solamcnte como puntos vistos detras 0 adelante a partir del presente. (Dctras y adelante, porque cl hombre va al encuentro del tiempo 0 cl tiempo vienc a eI, segtlll la imagen que anime nucstra represcntaci6n.) La lengua debe por necesidad ordenar el tiempo a partir de un cje, y este es sicmpre y solamente la instancia de discurso. Seria imposible desplazar este eje de refercncia y plantarlo en cl pasado 0 en e\ porvenir; no puede ni imaginarse que serb de una Iengua en que el punto de partida de la ordcnaci6n del ticmpo no coincidiesc con cI presente ling(iistieo y dondc el cje temporal fucra, eJ mis1110, una variable de la temporalidad. Sc Bega asi a una vcrificaci6n -sorprcndcntc a primcra vista ".1. T.ENGUAJE Y LA EXPERIENCIA HUMANA
LA CO~IUXICACI6N
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pero profunda mente aeorde con la naturaleza real del lenguaJe-: que el {mieo tiempo inherente a la lengua es el presentc axial del discurso, y que cstc presente es implicito. Dctermina otras dos refereneias temporales; estas son necesariamente explicitadas en un significante y, en compensaci6n, hacen aparccer el presente como una linea de separaci6n entre 10 que ya no esta presente y 10 que va a estarlo. Estas dos refereneias no lIevan al tiempo sino a visiones del tiempo, proyeetadas haeia atras y hacia adelante a partir del punto presente. Tal parece ser la experieneia fundamental del tiempo que todas las lenguas atestiguan a su manera. Informa los sistemas temporales eoncrctos y en particular la organizaei6n formal de los diferentes sistemas verbalcs. Sin entrar en el detalle de estos sistemas, quc a menudo son de gran eomplejidad, seiialaremos un heeho signifieativo. Se advierte que cn lenguas de los mas variados tip os la forma del pasado no falta jamas, y muy a menudo es doble 0 aun triplc. Las lenguas indoeuropeas antiguas disponen para esta exprcsi6n del preterito y del aoristo, y aun del perfecto. En frances sigue habiendo dos formas distintas (tradicionalmente: pasado definido e indcfinido) y el escritor sacara partido instintivamente de esta difereneia para separar el plano de la histaria del de la narraci6n. Seg{m Sapir, hay en ciertos dialcctos dc la lengua chinook (hablada en la regi6n del rio Cnlumbia) trcs farmas de pasado, distinguidas por sus prefijos: /..- indica el pasado indcfinido; ga-, el pasado muy remoto de los mitos; na-, cl pasado bien recientc, ayer: "el fue" sc did., seglul Ia cirClll1stancia, niyuya (ni prefijo y, "el" uya, "ir") 0 gayuya (prefijo ga y uya) 0 nayuya (na y uya). Por el contra rio, muchas lenguas no tienen fonna espccifiea dc futuro. Se usa a mcnudo cl presente con alg{m adverbio 0, partieula indieador dc un momcnto par venir. En eI mismo dialceto chinook que posee l1'es formas'de pasado, no hay mas que una para el futuro, y se earaeteriza por un morfem:' redundante a que es a la vcz prcfijado v sufijado, a difcreneia de los prcfijos del preterito. As! sc dice acimluda, "6\ tc 10 dad", dcseomponiblc cn a- futuro C, "C!" i, "10" 111, "tIl" l, "a" \ld, "dar" +a futllTo. El an,\\isis diaer(JIlieo, cn las Icnguas en quc es 1'0sible, lIlucstra quc cI futllTo sc eonstituye a mcnudo cn feeha
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}:J, I.ENGUAJE Y LA EXPF.RIENCIA tJUI\lANA
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reciente por especializacion de ciertos auxiliares, notablemen· te Hquerer".
Este contraste entre las fOl1nas del pasado y las del futuro es instructivo por su generalidad aun en c\ mundo de las \cnguas. Hay evidentemente una diferencia de naturaleza entre esta temporalidad rctrospectiva, que puede adoptar varias dis' tancias en eI pasado de nuestra experiencia, y la temporalidad prospectiva que no entra en el campo de nucstra experiencia y que a decir verdad no se temporaliza sino en tanto que pre' vision de experiencia. Aqui la lengua recalca una disimetria que reside en la naturaleza desigual de la experiencia. Merece atencion un aspecto final de esta temporalidad: eI modo como se inserta en eI proceso de la comunicacion. Del tiempo lingiiistico, indieamos la emergencia en eI seno de la instancia del discurso que 10 contiene en potencia y 10 actualiza en hecho. Pero eI acto de palabra es necesariamente individual; la instancia especifica de donde resulta eI presente es nueva cada vez. En consecuencia, la temporalidad lingiiistica deberia realizarse en eI universo intra personal del locutor como una experiencia irrcmediablemente subjetiva e imposible de trasmitir. Si cuento 10 que "me paso", eI pasado al que me reo fiero no cs definido sino con respecto al presente dc mi acto dc palabra, pcro como eI acto de palabra surge de mi y nadie sino yo puedc hablar por mi boca, ni mas ni menos que vcr por mis ojos 0 sentir 10 que sicnto, cs a mi solo a quien cste "tiem· po" sc rcferira, y a mi sola cxperiencia a la quc sc atcndni. Pero eI razonamiento anda mal. Acontcce una cosa singular, muy sen cilia c infinitamente importante que logra 10 quc parc· cia logicamente imposible: la temporalidad que cs mia cuando ordcna mi discurso cs accptada del todo como suya por mi in· tcrlocutor. Mi "hoy" se convicrtc en su "hoy", aunque no 10 haya instaurado en su propio discurso, y mi "ayer" cn su "aycr". Reciprocamente, cuando 61 hablc contestando, yo convertirc, vuelto rcccptor, su tcmporalidad cn la mia. Tal aparccc la condi· cion de inteligibi1idad del Icnguajc, rcvelada por c1 lenguaje: consiste cn quc la tcmporalidad del locutor, por mucho que sea litcralmente ajena e inacccsiblc para eI rcccptor, es idcntificada por 6stc con la tClllporalidad que inform a su propia palabra CUan· do sc hacc a su \'cz locutor. Asi cI uno \. cI otro est'\11 afillados
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LA COl\HJNICACI6N
a la misma longitud de onda. EI tiempo del discurso no es ni reducido a las divisioncs del tiempo cronico ni encemido en una subjetividad solipsista. Funciona como un factor de intersubjetividad, 10 cual, de unipersonal que debia ser, 10 vuelve omnipersonal. La condicion de intersubjctividad cs la {mica quc pcrmite la comunicacion lingiilstica. Espedfico, 10 es el tiempo lingiiistico de una manera mas. Trac sus propias divisiones cn su propio orden, independientes cl uno V las otras de los del tiempo cronico. Quienquiera cliga Hahora, . hov, en estc I110fllcnto", localiza un acontecillliento COll10 Sillluitaneo a su discnfso; su "hoy" pronunciado es necc-
sa rio y suficiente para que su interlocutor se Ie reuna en la misma representacion. Pero separemos "hoy" del discurso que 10 contiene, pongamoslo en un texto escrito; "hoy" no es ya cl signo del presente lingiilstico, puesto que ya no es hablado y percibiclo, y tampoco puede remitir al lector a ning{m clia del tiempo cronico, puesto quc no se idcntifica con ninguna fecha; pudo haber sido proferido no importa que clia del calendario y se aplican! indiferentcmente a toclo clia. EI {111ieo moclo dc cmplearlo y cle haeerlo inteligiblc fucra clel presente lingiilstieo es anexarle una corrcspondcneia explicita con una division clel tiempo cronico: "hoy 12 de junio cle 1924". La misma situacion se prescnta en un yo sustraido al discurso que 10 introcluce y que, conveniente entonces a todD locutor posible, no clesigna a su locutor real: hay que actualizarlo agreganclo cl nombre propio de cste locutor: "yo, Fulano ... " De 10 cnal se clcsprencle que las eosas clesignaclas y orclenaclas por el cliscurso (el locutor, su posicion, su tiempo) no pueclen ser iclcntificaclas 111
EL LENGUA]E Y LA EXPERIENCIA HUMANA
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Esto es todo. Un grado mas ("anteanteayer" ... ) es cosa excep' cional. Inclnso el segundo no suele tener expresion lexica independiente; "anteayer" y "pasadomanana" no son masque "ayer" y "manana" llevados un grado mas lejos en su orden. De manera que no queda sino "ayer" y "manana", separados y determinados por "hoy", como h~rminos originales que senalan las distancias temporales a partir del presente lingiiistico. En la misma perspectiva deben ponerse algunas calificaciones: "ultimo" (Hel inviemo ultimo, 1a noche ultima") y "proximo" ("Ia semana proxima, el verano proximo") no acarrean localizacion fija y unica, ni mas ni menos que "ayer" y "manana". Lo que caracteriza las series de designaciones del orden intersubjetivo, como se ve, es que una traslocacion espacial y temporal resulta necesaria para objetivar signos tales como "este", "yo", "ahora", que tienen cada vez un referente unico en la instancia de discurso y que solo ahi 10 tienen. Esta trasfereneia saca a relncir la difereneia de los pianos entre los que se deslizan las mismas form as lingiilsticas, segun sean consideradas en el ejcr· cicio del discurso 0 en el estado de datos lexicos. Cuando, por razones pragmaticas, el locutor tiene que llevar su alcance temporal mas alIa de los Hmites enunciados por "ayer" y "manana", e1.discurso sale de su plano propio y utiliza la graduacion del tiempo cronico, ante todo la nnmeracion de las unidades: "hace ocho dlas", "dentro de tres meses". No obstante, "hace" y "dentro de" siguen siendo indicios del dis· tanciamiento subjetivo; no podrlan pasar sin conversion a una relacion historica: "haee (ocho dias)" se convierte en "( ocho dias) antes", y "dentro de (tres meses)" se vuelve "( tres meses) despues, mas tarde", al igual que "hoy" debe tornarse "aquel dia". Estos operadores efectlian la trasferencia del tiem· po lingiilstieo al tiempo cronico. La intersubjetividad tiene, de esta manera, su temporalidad, sus dimensiones. AM se refleja en la lengua la experiencia de una relaei6n primordial, eonstante, indefinidamente reversible, entre el hablante y su interlocutor. En ultimo amilisis, es siempre el acto de palabra en el proceso de intercambio a '10 que remite la experiencia humana inscrita en eI lenguaje.
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Esto es todo. Un grado mas ("anteanteayer" ... ) es cosa excep' cional. Inclnso el segundo no suele tener expresion lexica independiente; "anteayer" y "pasadomanana" no son masque "ayer" y "manana" llevados un grado mas lejos en su orden. De manera que no queda sino "ayer" y "manana", separados y determinados por "hoy", como h~rminos originales que senalan las distancias temporales a partir del presente lingiiistico. En la misma perspectiva deben ponerse algunas calificaciones: "ultimo" (Hel inviemo ultimo, 1a noche ultima") y "proximo" ("Ia semana proxima, el verano proximo") no acarrean localizacion fija y unica, ni mas ni menos que "ayer" y "manana". Lo que caracteriza las series de designaciones del orden intersubjetivo, como se ve, es que una traslocacion espacial y temporal resulta necesaria para objetivar signos tales como "este", "yo", "ahora", que tienen cada vez un referente unico en la instancia de discurso y que solo ahi 10 tienen. Esta trasfereneia saca a relncir la difereneia de los pianos entre los que se deslizan las mismas form as lingiilsticas, segun sean consideradas en el ejcr· cicio del discurso 0 en el estado de datos lexicos. Cuando, por razones pragmaticas, el locutor tiene que llevar su alcance temporal mas alIa de los Hmites enunciados por "ayer" y "manana", e1.discurso sale de su plano propio y utiliza la graduacion del tiempo cronico, ante todo la nnmeracion de las unidades: "hace ocho dlas", "dentro de tres meses". No obstante, "hace" y "dentro de" siguen siendo indicios del dis· tanciamiento subjetivo; no podrlan pasar sin conversion a una relacion historica: "haee (ocho dias)" se convierte en "( ocho dias) antes", y "dentro de (tres meses)" se vuelve "( tres meses) despues, mas tarde", al igual que "hoy" debe tornarse "aquel dia". Estos operadores efectlian la trasferencia del tiem· po lingiilstieo al tiempo cronico. La intersubjetividad tiene, de esta manera, su temporalidad, sus dimensiones. AM se refleja en la lengua la experiencia de una relaei6n primordial, eonstante, indefinidamente reversible, entre el hablante y su interlocutor. En ultimo amilisis, es siempre el acto de palabra en el proceso de intercambio a '10 que remite la experiencia humana inscrita en eI lenguaje.
EL APARATO FORMAL DE LA ENUNCIACI6N
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Muy otra cosa es el empleo de la lengua. Aqui es cosa de un mecanismo total y constante que, de una manera 0 de otra, afecta a la lengua entera. La dificultad es captar este gran fen6meno, tan trivial que parece confundirse con la lengua misrna, tan necesario que se escapa. La enunciaci6n es este poner a funcionar la lengua por un acto individual de utilizaci6n. EI discurso -se dinJ.-, que es producido cada vez que se habla, esa manifestaci6n de la enunciaci6n, lno es sencillamente el "habla"? Hay que atender a la condici6n especifica de la enunciaci6n: es el acto mismo de producir un enunciado y no el texto del enunciado 10 que es nuestro objeto., Este acto se debe al locutor que moviliza la lengua por su cuenta. La relaci6n entre el locutor y la lengua determina los caracteres lingiiisticos de la enunciaci6n. Debe considenhsela como hecho del locutor, que toma la lengua por instrumento, y en los caracte:res lingiiisticos que marcan esta relaci6n. Este gran proceso puede ser estudiado de diversos modos. Vemos tres principales. EI mas inmediatamente perceptible y el mas directo -con todo y que en general no se Ie relacione con el fen6meno general de la enunciaci6n- es la realizaci6n vocal de la lengua. Los sonidos emitidos y percibidos, ya sean estudiados en el marco de un idioma particular 0 en sus manifestaciones generales, como proceso de adquisici6n, de difusi6n, de alteraci6n -son otras tantas ramas de la fonetica- proceden siempre de actos individuales, que ellingiiista sorprende en 10 posible en una producci6n nativa, en el seno del habla. En la practica cientifica, se procura eliminar 0 atenuar los rasgos individuales de la ellqnciaci6u fonetica recurriendo a sujetos dif~rentes y ·multiplicando los registros, de m.anera que se obtenga una imagen media de los sonidos, distintos 0 ligados. Pero todo el mundo sabe que, en el mismo sujeto, los mismos sonidos no son nunca reproducidos exactamente, y que la noci6n de identidad s610 es aproximada, precisamente cuando hi experiencia es repetida en detalle. Estas diferencias se deben a la diversidad de las situaciol1es en que es producida la enunciaci6n. El mecanismo de esta producci6n es otro aspecto esencial del mismo problema.\La enunciaci6n supone la conversi6n in-
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dividual de la lengua en discurso.y\qui la cuestion -muy difi· cil y todavia poco estudiada- es ver como eI "sentido" se forma en "palabras", en que medida puede distinguirse entre las dos nociones y en que terminos describir su interaccion. Es la se· m~ntizacion de la lengua 10 que ocupa eI centro de este aspec· to de la enunciacion, y conduce a la teoria del signo y al anali· sis de la significancia.' En esta misma consideracion pondrc· mos los procedimientos mediante los cuales las formas lingiiis· ticas de la enunciacion se diversifican y se engendran. La "gra· matica transformaciona)" aspira a codificarlos y formalizarlos para deslindar un marco permanente y, a partir de una tcoria de la sintaxis universal, propone e1evarse a una teoria del funcionamiento de la mente. Puede, eli fin, considerarse otro enfoque, que consistiria en definir la enunciacion en el marco formal de su realizacion. Tal es eI objeto propio de estas paginas. Tratamos de esbozar,' dentro de la lengua, los caracteres formales de la enunciacion :-a partir de la manifestacion individual que actualiza. Tales caracteres son necesarios y permanentes los unos, los otros incidentales y ligados a la particularidad del idiom a e1egido. Por comodidad, los datos aqui utilizados proceden del frances usual y de la lengua de la conversacion. En la enunciacion consideramos sucesivamente eI acto mismo, las situaciones donde se realiza, los instrumentos que la consuman,
"- EI acto individual por eI cual se utiliza la lengua introduce primero eI locutor como parametro en las condiciones necesarias para la enunciacion. Antes de la enunciacion, la lengua no es mas que la posibilidad de la lengua. Despues de la en unciacion, la Iengua se efectlta en una instanda de discurso, que em ana de un locutor, forma sonora que espera un auditor y que suscita otra enunciacion a cam bio. . En tanto que realizaci6n individual, la enunciacion puede definirse, en relacion con la lengua, como un proceso dc apropiacion, EI locutor se apropia cI aparato formal de la lengua y cnuncia su posicion de locutor mediante indicios cspecificos, ~ Nos ocupamos p~rticularmente de csto en un cstudio publicado en Semiotic3, It 1969 (antes, pp. 47-69).
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por una parte, y por medio de procedimientos accesorios, por otra. . Pero inmediatamente, en cuanto se declara locutor y asume la lengua, implanta al otro delante de el, cua)quiera que sea el grado de presencia que atribuya a este otro.Q'oda enunciaciol) cs, explicita 0 implicita, una alocucion, postula un alocutario. Finalmente, en la enunciacion,: la lengua se halla empleada en la expresion de cierta relacion con el m undo. La condicion misma de esta movilizacion y de esta apropiacion de la lengua es, en el locutor, la necesidad de referir por el discl)rso y, en cl otro, la posibilidad de correferir idcinticamente, en el consenso pragmatico que hace de cada locutor un colocutor. La referencia es parte integrante de la enunciacion. Estas condiciones iniciales van a gobernar todo el mecanismo de la referencia en el proceso de enunciacion, creando una situacion muy singular y de la cual no se adquiere la menor con· ciencia. EI acto individual de apropiacion de la lengua introduce al que habla en su habla. He aqui un dato constitutivo de la enunciacion. La presencia del locutor en su enunciacion hace que cada instancia de discurso constituya un centro de referencia interna. Esta situacion se manifestara por un juego de formas especificas cuya funcion es poner al locutor en relacion constante y necesaria con su en uncia cion. Esta descripcion un poco abstracta se aplica a un fenomeno lingliistico familiar en el uso, pero cuyo analisis teorico' apenas se esta iniciando. Esta primero la emergencia de los indicios de persona (Ia relacion yo-til), que no se produce mas que en la enunciacion y por ella: el h~rrnino yo denota al individuo que profiere la enunciacion, el termino ttl, al individuo que esta presente como alocutario. De igual naturaleza y atinentes a la misma estructura de enunciacion son los indicios numerosos de la ostensi6n (tipo este, aqll:i, etc.), terminos que implican un gesto que designa el objeto al mismo tiempo que es pronunciada la instancia del termino. Las formas llamadas tradicionalmente "pronombres personales", "demostrativos", nos aparecen ahora como una clase de "individuos lingliisticos", de forrnas que remiten siempre y
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solamente a "individuos", tcitese de personas, de momentos, de lugares, por oposici6n a los h':rminos nominales que remiten siempre y solamente a conceptos. Ahora, eI estatuto de estos "individuos Iingiiisticos" procede del hecho de que nacen de una enunciaci6n, de que son producidos por este acontecimiento individual y, si pnede decirse, "semelnativo". Son engendrados ile nuevo cada vez que es proferida una enunciaci6n, y cada vez ... ,signan de nuevo. Otr3 serie, tercera, de terminos aferentes a la enunciaci6n esta constituida por eI paradigma entero -a menudo vasto y complejo- de las formas temporales, que se determinan por relaci6n con eI EGO, centro de la enunciaci6n. Los "tiempos" verbales cuya forma axial, eI "presente", coincide con eI momento de la enun~iaci6n, forman parte de este aparato necesario. 8 Vale la pena detenerse en esta relaci6n con eI tiempo, y meditar acerca de la necesidad, interrogarse sobre 10 que la sustenta. Podria creerse que la temporalidad es un marco innato del pensamiento. Es producida en realidad en la enunciaci6n y por ella. De la enunciaci6n procede la instauraci6n de la categoria del presente, y de la categoria del presente nace la categoria del tiempo. EI presente es propiamente la fuente del tiempo. Es esta presencia en el mundo que s610 el acto de enunciaci6n hace posible, pues -piensese bien- eI hombre no dispone de ningun otro medio de vivir eI "ahora" y de hacerlo actual mas que realizarlo por inserci6n del discurso en eI mundo. Podria mostrarse mediante analisis de sistemas temporales en diversas lenguas la posici6n central del' presente. EI presente formal no hace sino explicitar el presente inherente a la enunciaci6n, que se renueva con cada producci6n de discurso, y a partir de este presente continuo, coextensivo con nuestra presencia propia, se imprime en la conciencia eI sentimiento de una continuidad que lIamamos "tiempo"; continuidad y temporalidad se engendran en eI presente incesante de la enunciaci6n que cs el presente del ser mismo, y se delimitan, por referencia interna, entre 10 que va a volverse presente y 10 que acaba de no serlo ya. As! la enunciaci6n es directamente responsable de ciertas • EI detalJe de los hecbos de Jengua que abarcamos aquj en una ojeada sintetica es expuesto en varies capitulos de nuestros Problemes de linguistique gemErale, 1 (Paris, 1966; hay trad. esp. Mexico, 1971). 10 cual nos disculpa de insistit.
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clases de signos que promueve, literalmente, a 13 existencia. Pues no podrian nacer ni hallar empleo en el uso cognitivo de la lengua. Hay pues que distinguir las entidades que tienen en la lengua su estatuto plena y pemlanente y aquellas que, emanadas de la enunciacion, solo existen en la red de "indil'iduos" que la enunciacion crea y en relacion con el "aqui-ahora" del locutor. Por ejemplo, el "yo", el "eso", cl "maliana" de la descripcion gramatical no son sino los "nombres" metalingiiisticos de yo, eso, ItUlfiatul producidos en la enunciacion. Aparte de las fuerzas que gobierna, la enunciacio>1 da las condiciones necesarias para las grandes funciones sintacticas.· No bien el enunciador se sirve de la lengua para influir de algtm modo sobre el comportamiento del alocutario, dispone para ello de un aparata de funciones. Esta, primero, la interrogacion, que es una enunciacion construida para suscitar una "respuesta", por un proceso ling(iistico que es al mismo tiempo un proceso de camportamiento de doblc entrada. Todas las farm as l€!xicas y sintacticas de la interrogacion, particulas, pronombres, sucesion, entonacion, etc., participan de cste aspecto de la enunciacion. Parecidamentc sen\n atribuidas los tcnninos 0 ·forl1las quc lIamamos de intimacion: ordencs, l1amados, concebidos en categorias como el imperati,'o, cI vocatil'o, qne il1lplican una relacion viva e inmediata del cnnnciador ,. cI otro. en una referencia necesaria al tiCl1lPO de la cnunciacion. Menos evidente quiz;i, pero no mcnos cierta, es I" pertenencia de la asercioll a este misl110 repertorio. Tanto en su sesgo sintcktico C01110 en su cntonacion. la asercion apullta a comu-
nicar una certidumbre, cs la manifestacion m,\s com(\I1 dc la presencia del locutor cn la cnunciacion, hasta tiene instrun1cntos especificos que la exprcsan 0 il1lplican, las palabras sf \. 110 que asertan positiva 0 ncgativamcntc una proposiciilll. La negacion como operaci6n 16gica cs indcpcndiente de la enunciacion, tiene su forma propia en fwnecs. quc es lIe ... pas. Pero la partieula asertiva 110, sustituto de lIna proposicion, se clasifica como la particula ri, cuya cstatuto com parte, entre las fonllas que participan de la enunciacion. Mas ampliamente a(m, si bien de manera menos categorizable, se disponen aqui toda Sllcrte de l110dalidades formale •.
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lInas pertenecientes a los verbos como los "modos" (optativo, sllbjunti'Co) que enuncian actitudes del enllnciador hacia 10 que enuncia (espera, deseo, aprension), las otras a la fraseologia ("quiza", "sin duda", "probablemente") y que indican incertigumbre, posibilidad, indecision, etc., 0, deliberadamente, den ega cion de asercion. 'Lo que en general caracteriza a la enunciacion es la acentuaci6n de la relaci6n discursiva al interlocutor, ya sea este real 0 imaginado, individual 0 colectivo. . Esta caracteristica plantea por necesidad 10 que puede llamarse el cuadra figurativo de la enunciacion. Como forma de discurso, la enunciacion plantea dos "figuras" igualmente necesarias, fuente la una, la otra meta de la enunciacion. Es la estructura del ditiIogo. Dos figuras en posicion de interlocutores son altemativamente protagonistas de la enunciacion. Este marco es dado necesariamente Con la definicion de la enunciacion. Podria objetarse que puede haber di,Hogo fuera de la enunciacion 0 enunciacion sin dialogo. Deben ser examinados los dos casos. En la justa verbal practicada por diferentes pueblos, y de la cual es una variedad tipica el hain-teny de los Merina, no se trata en realidad ni de diilogo ni de enunciacion. Ninguna de las partes se enuncia: todo consiste en proverbios citados y en contraproverbios contracitados. No hay una sola referencia explicita al objeto del debate. Aquel de los dos competidores que dispone de mayor provision de proverbios, 0 que los emplea mas diestramente, con mayor malicia, del modo mas imprevisible, sale ganando y es proclamado vencedor. Este juego no tiene mas que las apariencias de un dialogo. A la inversa, el "monologo" procede por cierto de la enunciacion_ Debe ser planteado, pese a la apariencia, como una variedad del dialogo, estructura fundamental. EI "monologo" es un dialogo interiorizado, formulado en "Ienguaje interior", entre un yo locutor y un yo que escucha. A veces el yo locutor es el unico que habla; el yo que escucha sigue presente, no obstante; su presencia es necesaria y suficiente para tomar significante la enunciacion del yo locutor. En ocasiones tam bien e1
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yo que escucha interviene con una objecion, una pregunta, una duda, un lfisulto. La forma lingiiistica que adopta esta intervencion difiere segun los idiomas, pero es siempre una forma "personal". Ora el yo que escucha se pone en el lugar del yo locutor y se en uncia pues como "primera persona"; asi en espanol, donde el "monologo" sera cortado par observaciones a injunciones como: "No, soy tonto, olvide decide que ... " Ora el yo que escucha interpela en "segunda persona" al yo locutor: "No, no hubieras debido decirle que ... " Habria que establecer una interesante tipologia de estas relaciones; en algunas lenguas se veria predominar el yo oyente como sustituto del 'locutor, poniendose a su vez cqmo yo (frances, ingJes), 0 en otras dandose par interlocutor del &\Iogo y empleando til (aleman, ruso). Esta trasposicion del dialogo a "monologo" doude EGO ora se escinde en dos, ora asume dos papeles, se presta a figuraciones 0 trasposiciones psicodramatieas: conflictos del "yo profunda" y de la "concicncia", dcsdoblamientos provoeados par la "inspiracion", etc. Suministra la oportunidad el aparato lingiiistico de la enunciacion suirrcflcxiva que comprcudc un juego de oposiciones del pranmn hre v del antonimo (en frances ie/me/moi).' Estas situaeiones pedirian una descripeibn doble, de forma lingiiistica y de condicion figurativa. Se coutenta uno demasiado facilmente can invocar 13 freeuencia y la utilidad practicas de la comunicaeion entre los individuos para admitir la situacion de dialogo como resultantc de una necesidad y prescindir de analizar sus multiples variedades. Una de elias se presenta en una condicion social de 10 mas trivial en apariencia, de las menos conocidas en verdad. B. Malinowski la ha senalado con eI nom bre de comuni6n fatica, calificandola asi como fenbmeno psicosocial de funcionamiento lingiiistico. Trazo su configuracion partiendo del papel que tiene el lenguaje. Es un proceso don de el discurso, con la forma de un dialogo, funda una aportaeion entre los individuos. Vale la pena citar algunos pasajes de este anaJisis: ' , Vet un articulo del BSL, 60 (1965). fase. I, pp. 7 Iss. Tradueimos algunos pasajes del articulo de B. Malinowski publicado eil Ogd.:n y Richards. The Meaning of Meaning. 1923. pp. 313s. IS
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EI caso del lenguaje empleado en relaciones sociales libres, sin meta, merece una consideraci6n especial. Cuando se sienta gente alrededor
de la hoguer. del pueblo despues de concJuir su faena cotidiana
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cuan-
do charlan para descansar del trabajo, 0 cuando acompaiian un trabajo simplemente manual con un chachareo que no tiene que ver con 10 que hacen, es claro que estamos ante otta manera de emplear 13 lengua,
COn 'otro tipo de funci6n del discurso, Aqui la lengua no depende de 10 que pasa en el momento, hasta parece privada de todo contexto ,situacional. EI sentido de cada enunciado no puede ser vinculado 31 coroportamieoto del locutor 0 del oyente, 3 la intenci6n de 10 que hacen. I Una simple frase de cortesia, empleada tanto en las tribus s.lvaies como en un sal6n europeo, cumple con una funci6n para la cual el sen·
tido de sus palabras es casi del todo indifereote, Preguntas sobre el estado de salud, observaciones sobre el tiempo, afirmaci6n de un estado de cosas absolutamente evidente, todas estas cosas son interc3mbiadas no para informar, nO en este caso para ligar a personas et) acci6n, tam. poco, de fijD, para expresar un pensamiento . ..
Es indudable que estamos ante un nuevo tipo de empleo de la lengua -que, empujado por el demonio de la invencion terminol6gica, siento 13 tentaci6n de l1amar comuni6n fatica, un tipo de discurso en el cual los nexos de union son creados por un simple intereambio de
palabras, " Las pal.bras en la corouni6n tatica lson empleadas prineipalmente para trasmitir una significaei6n que es simbo1ieamente la suya? No, de segura. Desempenan una fnnci6n social y es su principal meta, pera no son rcsultado de una reflexion intelectual y no suscitan par necesidad una reflexion en el oyente. Una vez mas podremos decir que )a lengua no funciona aqui como un media de trasmision del pen. samiento. Pero lPodemos considerarla como un modo de accion? ~ Y en que relacion esta con nuestro eonccpto decisivo de contcxto de situacion? Es evidcntc que la situacion exterior no intervienc directamcnte en la tecnica de la palabra. Pero lque se puedc considcrar como situaci6n cuando un grupo de gente charla sin meta? Consistc seneillamentc en esta atm6sfera de sociabilidad y en cl hecho de 13 cOllll1nion personal de esa gente. Mas esta es de hecho consnlllada por la palabra, y la situa. cion en todos los o::asos cs crcada por cI intcrcmnbio de palabras, por los sentimientos cspecificos que forman 1a gregaridad con\'i\'ial, por cl vaiven de los decires que constituyen cI ehacoteo ordinaria. La situa. cion entera consiste en aeontecimicntos lingiiisticos. Cada enunciacion
es un acto que apunta direct.mente a Jigar el oyente al locutor por eI ncxo de algun sentimiento, social a de otro genera. Una vez mas el len. guaje cn esta funci6n no se nos manifiesta como un instrumento de reflexion sino como un modo de acci6n.
Estamos aqui en las lindes del "dialogo". Una relaci6n per-
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sonal creada, sostenida, por una forma convencional de enunciacion que vuelve sobre Sl misma, se satisface con su logro, sin cargar con objeto, ni con meta, ni con mensaje, pura enunciacion de pala bras convenidas, repetida por cada enunciador. EI amilisis formal de esta forma de intercam bio lingillstico esta por hacer 6 En eI contexto de la enunciacion habria que estudiar otras muchas cosas_ Habrla que considerar los cambios lexicos que la enunciacion determina, la fraseologla que es la marca frecuente, acaso necesaria, de la "oralidad"_ Tambien habria que distinguir la enunciacion hablada de la enunciacion escrita_ Esta se mueve en dos pianos: el escritor se enuncia escribiendo y, dentro de su escritura, hace que se enuncien individuos_ Se abren vastas perspectivas al amilisis de las formas com piejas del discurso, a partir del marco formal aqui esbozado_
8 S610 ha sido objcto de unas cuantas refcrencias, por ejemplo en Grace de Laguna, Speech, Its FUlI(:tioll and Development, 1927, p. 244n.; R. Jakobson, Essais de lin· gl!l.~tiq!le gt:rH.;ralc, trad. de N. Ruwet, 196\ p. 217.
III. FSTRUCTURAS Y ANALISIS
6. ESTRUCTURA DE LA LENGUA Y ESTRUCTURA DE LA SOCIEDAD 1
Senoras y senores, voy a tratar un tema que conduce ora a enun· ciar la evidencia, ora a plantearse una contradicci6n. Se trata en efecto de examinar las relaciones entre dos grandes entida· des, que son respectivamente la lengua y la sociedad. Ellenguaje es para ,I hombre un medio, de hecho el solo me· dio, de Uegar al otro hombre de trasmitirle y recibir de el un mensaje. Por consiguiente eI lenguaje pone y supone al otro. Inmediatamente, la sociedad es dada .con eI lenguaje. La sociedad, a su vez, s610 se mantiene por eI uso comun de signos de comunicaci6n. Inmediatamente, eI lenguaje es dado con la sociedad. Asi cada una de estas dos entidades, lenguaje y sociedad, implica la otra. Pareceria que se pudiera y aun que se debiera estudiarlas juntas, descubrirlas juntas, ya que juntas nacieron. Pareceria tam bien que se pudiera y aun se debiera hallar entre la uua y la otra,entre la lengua y la sociedad, correlaciones precisas y constantes, puesto que la una y la otra han nacido de la misma necesidad. Ahora bien, todos los que mas de una vez, y aun recientemente, han estudiado esas relaciones son lIevados a fin de cuentas a conduir que no se descubre en realidad ninguna relaci6n, entre la lengua y la sociedad, que revelara una analogia entre sus estructuras respectivas. Esto es bien sabido e inmediatamen· te aparente. Verificamos, en efecto, recorriendo eI mundo con una ojeada inicial, que lenguas de estructuras comparables siryen a sociedades muy diferentes entre sl. Este hecho resulta en particular de 10 que se llama la extensi6n de las lenguas comu· nes, del hecho de que una lengua sea adoptada por sociedades de estructuras diferentes que no son en principio destruidas modificadas como tales. Se ve asimismo en la historia que lenguas, por eI contrario, muy alejadas unas de otras por su tipo
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1 Linguaggi nella socjeU. e nella tecnica (Convegno intemazionaIe OJivetti. Milan, }-4·17 de octubrc de 1968), Milan, Edizioni di Comunita, 1970, pp. 459.-469.
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ESTRUCTURAS Y ANALISIS
viven y se desarrollan en sociedades que comparten el mismo regimen social. Basta con abrir los oj os hoy y ver, por ejemplo, la situacion mutua en que se hallan en la mitad oriental de Europa, donde vemos lenguas eslavas, finougrias, germanicas 0 romances servir de organos a sociedades que tienen esencialmente' la misma estructura, Si abordamos la evolucion historica, se ve tambien que lengua y sociedad evolucionan por separado. Una misma lengua se mantiene estable a traves de los vueJcos sociales mas profundos. Desde I gI7 la sociedad rusa ha sufnl:lo una profunda modificacion estructural -es 10 menos que puede decirse-, pero no ha sucedido nada comparable a la estructura de la lengua rusa. De estas observaciones tantas veces repetidas nace ese sentimiento que a menudo ha sido expresado, entre lingiiistas y antropologos, de quela sociedad y la cultura inherente a la sociedad son independientes de la lengua. Un hombre que conoda los dos aspectos de estas realidades, Sapir, afirmo que en no importa que nivel de la cultura se encuentran tipos de lenguas simples y complejos con numero infinito de variedades, y que vistas las cosas desde aqui no hay diferencia, por tratarse de la misma lengua, entre un porquero macedonio y Plat6n. Debiera pues concluirse que lengua y sociedad no son isomorfas, que su estructura no coincide, que sus variaciones son independientes, y limitarse a hacer constar esta discordancia. Pero otros autores afirman, y es no menos evidente, que la lengua es -como dicen- e1 espejo de la sociedad, que refleja la estructura social en sus particularidades y sus variaciones y que es incluso por excelencia el indice de los cambios que se operan en la sociedad y en esa expresi6n privilegiada de la sociedad que se llama la cultura. Imposible conciliar estos puntos de vista. Muestran en todo caso que el problema anda lejos de ser sencillo, y es en efecto el problema esencial de la situacion de la lengua en la sociedad; muestian tambien que la manera como ha sido debatido este problema hasta la fecha no nos acerca en 10 mas mimmo a la ~olucion. En realidad, tenemos aqui nociones inmensas, cuyas complejidades no han acabado de seT exploradas -Ia lengua y la so-
97 ciedad respectivamentc. La idea de buscar entre cstas dos cntidades rclaciones univocas que harian correspon
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FS t RUe I \.IRA:-i Y .\'\;.\LlSIS
Y
esbl la Jcngua
cOlldicic'>n primcra de la
C0l110
sistema de fonnas signifieantes,
COlll1111icdci6Il.
Operando esta distineirm inieiaL se separan en eada una de las dos entid'ldes clos ni"eles, uno histi,rico, d otro fundamental. Sc ad"ierte entonces que cl problema de las relaciones posiblcs entre la lcngua , la soeiedad se plantea en eada uno de estos clm ni'Tlcs, de suerte que pueden admitirse, pucs, dos resp"estas eliferentes. IIcmos "isto qlle, entrc Ilna Icngua hist6rica v una soeiedad historiea no se pllede plantear correia cion con signa de necesidad; pero en cl ni'TI fundamental podemos advertir en cl acto homologias. Algunos c"ractercs son comunes a una, a otra, a la Icngua v a la sociedad -rcpito- en esc nivcl. Len· gua , soeiedael son para los hombres realidades inconseicntes. una" otra rcpresentan la naturaleza, por asi deeirlo, cl medio natural , la expresion natural, que no pueden coneebirse de otm modo que como son" que no pueden imaginarse ausentes. Lo uno y 10 otro son siempre heredados , no es imaginable, ni en cl ejercicio de la lengua ni en la praetiea de la sociedad, en cste ni\'cl fundamcntal, que ni 10 uno ni 10 otro hayan ten ida comienzo. Ni 10 uno ni 10 otro pueden cambiarse por voluntad de los hombres. Lo que los hombres vcn cambiar, 10 quc pucden eambiar, 10 que cfectis-amente cambian a 10 largo de 1.1 'listoria, son las instituciones, a veces la forma entera de una sociedad particular, pero no, nunca, cl principio de la sociedad que es cl soporte \' la condicion de la vida colectiva e imli,';' dual. Igualmente, 10 que cambia cn la lengua, 10 que los hom· bres pucdcn cambiar, son las dcsignaciones, que se multipliean, 'Inc se remplazan y que siempre son conscientes, pew jam,]S cl sistema fundamental de 1a lengua. Es que si la divcrsificaei611 eonstantc \' ereciente de las actividades socialcs, de las neeesi· dades, de bs noeiones, exige dcsignaciones siempre nucv,lS, es p,eeiso que, de rcchaw, hm'a una fucrza universal que equili· bre. Por C1lCima de las clases, por encima de los grnpos \' de las acti"idades particularizadas, rcina un poder eohesi,o lJnc hacr: nna comunidad dc nn agregado de indi"idnos \' 'Inc crea I" I'",ibilidad misma dc la prodnceirl1l ,. de la subsistencia eolceti~ '.a. J<:ste poder es 1a lcnglu, ,. s<',lo la lcngua. I'or eso la lcngu" rcprcscnta una pcr1l1ancnci,[ C:1 cl SCI1(\ de 1a socicclad qne cam· hi,[, IlIlt! COllstaHcia lltlC lig
I':STRtJC'1 (IRAS PI·: 1.A LEN(:lIA Y LA SOCIEnAJ)
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das. Es una identidad a traves de las difercncias indil·idualcs. Y dc ahi procede Ja doble naturaleza profundamente paradojica de la Icngua, a la I'ez inmancntc al indil'iduo y trascendentc a la sociedad. Esta dualidad reaparccc cn todas las propicda1 dcs del Ienguajc. Y entonces lcomo podcmos plantear la rclacion entre lengua I' sociedad a fin de aelarar por cI an,\lisis de la una (Ia lengua) cI analisis de la otra (la sociedad)? Esta relacion no sen\ una correlacion estructural, puesto que hemos I-isto que la organizacion de los hombres no es comparable a la de la Icngua. No SCf<\ tipologiea; cl tipo de la Icngua, monosiJabica, polisil<\bica, tonal 0 morfologica, no influ)'e en absoluto sobre la naturaleza especifica de la sociedad. Tampoco sed historica 0 genetica, porquc no hacemos depender el nacimiento de la una del nacimiento de la otra. La \cngua nace y sc desarrolla en eI senD de 1a comunidad humana, se elabora par cI mismo proceso que ]a sociedad, par cI esfuerzo de producir los medias de subsisteneia, de trasformar la naturaleza y de multiplicar los instru· mentos. Es en este trabajo eolcetivo )' por este trabajo co\cctil'o como la Icngua sc diferencia, acrecicnta su eficiencia, 10 mismo que 1a sociedad se diferencia en sus aetividades materia\cs e inteIcctuales. Consideramos aquila Iengua solamcnte como medio de an,i1isis de la sociedad. Con este fin las plantearemos en sincronia y en una rclacion semiologica, la rclacion entre interpretante e interpretado. Y farmularemos estas dos proposiciones conjuntas: primero, la Iengua es eI interpretante de la sociedad; segundo, la lengua contiene la sociedad. La justificacion de la primera proposici6n -Ia Iengua como interprctante dc la soeiedad- es dada po~ 1<1 segullda -Ia lengua contiene la soeiedad. Esto se verifiea de dos mancras: primero, cmplricamente, 'por eI hecho de quc pucda aislarsc la lengoa, estudiarla y dcscribirla par Sl misma sin rcferirsc a su cmpleo en la socicdad, ni a sus I'lncnlos con las normas y reprcscntaciones sociales que forman la cnltura. En tanto que es i111pOsible deseribir la socicdad, describir la cultura fucra dc sus cx· presiones lingiiisticas. En cstc scntido la lengua inc\llI-c la so· ciedad, mas no cs inclnida por clla. r:n segundo lugar. I- YClll'crc dentro dc nn 1l10mcnto a csk
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ESTKPCI HRAS Y ANS,LISlS
punto, la lcngua suministra la base constante \' necesaria de la diferenciacion entre el individuo y la sociedad, Digo la lengua misma, sicmprc y necesarianlcntc. Consldercmos pues que la lcngua intcrprete la sociedad, La sociedad se hace significantc en la lcngua v por clla, la soeicdad es 10 interpretado por excelencia de Ia lcngua, Para que Ia lcngua pucda dcsempcfl<" este papcl de interpretante que cs, primcro v des de el punta de vista del todo literal, hacer existir 10 interpretado v trasformarlo en lloeion inteligible, Ia lengua debe sa tis facer dos condiciones con respccto a Ia socicdad, Como esta sociedad cs naturaleza humana fijada en institucioncs \' modclada par la tecniea, por las condiciones de Ia produccion, Ia sociedad est,i en condiciones de difercnciafse 0 cvolucionar constalltcll1Cntc, ya dcspacio, ya muy de prisa, Pero cl intcrprctante no debe cambiar como tal, sin dejar de ser eapaz de registrar, de designar v aun de orientar los cambios que ocurren en cl interpretado, He aqui una condicion de semiologia gcneraL Un principio scmiologico que quisiera plantear es que dos sistemas semioticos no pueden coexistir cn condicion de homologia si tienen difcrcnte naturalcza; no pueden ser mutuamcnte interprctantes cl uno del otro, ni ser convertibles el uno en cl otro, Tal cs en decto la situaci6n de Ia lcngua con respecto a Ia socicdad; Ia lcngtui puede acoger v denominar todas las novedades quc Ia vida social y las condiciones tecnicas produzcan, pcro ninguno dc csos cambios rcacciona dircctamcntc sobre su propia cstructura, Fucra dc los cam bios violcntos, producidos par las gucrras, las conquistas, el sistcma dc Ia lcngua s6Io cambia nml' Icntamcnte, y bajo Ia prcsi,," dc llcccsidades intcrnas, dc sucrte quc ~es una condiciclIl quc hal' que subrayar~ Cll las condicioncs dc vida normal los hombres que hablan no son nunca tcstigos del cambio lingiiistico, S6Io se advicrtc retrospeetivamentc, al cabo de varias gcncraciones, y por consiguicnte solo cn las soeicdadcs quc conSCrvan los testimonios de los cstados lingiiistic05 m'\5 antiguos, las soeiedades dotadas de escritura, Ahara, lque es 10 quc asigna a Ia lcngua csta posici6n de interpretante? Es quc Ia lcngua es ~como se sa be- el instrnmenta de cOll1unicaei{lJl que cs y debe ser comt'lll a todos los miembros de la sociedad, Si Ia lcngua es un instrnmento de co-
ESTRllCT\!RAS DE 1.A 1.EN{;{1A Y LA SOUEDAD
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I11l1nicaci6n 0 c1 instnll11cnto Inisl1lo de 1a comunicaci6n, es
que esta invcstida de propiedadcs scmanticas y que funciona como una maquina dc producir sentido, en virtud de su estrnctura misma. Yaqui cstamos en cl corazon del problema. La lengua pennitc ]a produccion indcfinida de mensajes en variedades ilimitadas. Esta propiedad lmica pro cede de la estrnctnra de la lcngua que csta compucsta de signos, de unidades de sentido, numerosas, pero en nlllnero sicmpre fin ito, que ingresan en combinaciones regidas por un codigo y que permiten_ un numero de enunciaciones que va mas alla de todo calculo, y que por fuerza Ip deja mas y mas atras, ya que el efectivo de los signos siempre va acrecentandose y que las posibilidades de utilizacion de los signos y dc combinaciones de dichos signos aumentan en consecllcncia.
Hay pues dos propiedades inherentes a la lengua, en su nivel mas profundo. Esta la propiedad que es constitutiva de su naturaleza, estar form ada de unidades significantes, y esta la propiedad cOllstitutiva de su cmpleo -poder disponer tales signos de una manera significante. Son dos propiedades que hay que tener aparte, que gobiernan dos analisis diferentes y que se organizan en dos estructuras particulares. Entre estas dos propiedades es esta blecido el nexo por una propiedad mas, tercera. Hemos dicho que hay por una parte unidades significantes, en segundo lugar la capacidad de disponer estos signos de manera significantc, y en tercero, diremos, esta la propiedad sintagmatica, la de corn binarlos Con ciertas reglas de consecucion y solamente de esta manera. Nada puede ser comprendido, hay que convencerse de ello, que no haya sido reducido a la lengua. De -ahi que la lengua sea por necesidad el instrnmento propio para describir, conceptualizar, interpretar tanto la naturaleza como la experiencia, y asi ese compuesto de naturaleza y experiencia que se llama sociedad. Es gracias a este poder de trasmutacion de la experiencia en signos y de reduccion categorial como la lengua puede tomar por obieto no importa que orden de datos y hasta su prepia natnraleza. Hay una metalengua, no hay metasociedad. La lengua rodea por todas partes a la sociedad y la 'contiene en su aparato conceptual, pero al mismo tiempo, en virtud de un poder distinto, configura la sociedad instanrando 10 que
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I~STRlJCn!HA.'" )
,\N;\LJSlS
podria dcnominarsc scmantismo social. Es csta parte dc la lcngua la que ha sido estudiada m,is a menudo. Consistc cn decto. sobre todo mas no cxclusivamcnte. en designaciones, en hechos dc \'ocabulario. El vocabulario proporciona aqui una matcria mu\' abundante don de abrevan a diestra v' siniestra los hisforiadorcs de la soeiedad v la cu!tnra. El vocabuiario consen'a testimonios insustituiblcs acerca de las formas y las fascs dc la organizaciilll social, sobrc los regimencs politicos, sobre los modos de produccion quc han sido cmp!eados sucesiva 0 simultaneamcntc, cte. Como es cl aspeeto mejor estudiado de la relaei6n entre la lcngua y la soeiedad, dc la lcngua como conjunto y como sistema de dcsignaeioncs, par consiguiente constante, eonstantcmcntc rcnovada, ampliada, no insistircmos mas. Nos limitamos.a rtcalcar algunos rasgos de esta facultad semantiea. Los testimonios que la lengtta entrega desde este punta de vista no adquicren su cabal prccio mas que si estan ligados entre si y coordinados can su rcfereneia. Hay ahi un mecanismo complejo cuyas ensciianzas d<;bcn ser interpretadas can prudeneia. El estado de la sociedad en una cpoea dada nunca apareee reflejado en las designaciones que e\la usa, pues las designaciones pueden subsistir muchas veccs luego que los referentes, las realidades designadas han cambiado. Es un hecho de experiencia frecuente y que sc vcrifiea sin cesar, y los mejores ejemplos son preeisamente el t<~nnino "lcngua" y el termino "sociedad" que utilizamos en cstc momento, a cada instantc. La diversidad de las referencias que pueden darse a uno y otro de estos dos terminos es testimonio precisamcntc dc c\lo, y la eondici6n del em pica que debcmos haccr de las fonnas. Lo quc se \lama polisemia resulta de esta capacidad que posee la lengua de subsumir en un terminG constante una gran variedad de tipos y con ello de admitir la variaei6n de la refercncia en la estabilidad de la signifieaci6n. En tercer lugar, para. pasar a una eonsideraci6n uu poco diferente, pero en la que conviene insistir mas partieularmente hoy, cada guien habla a partir de Sl. En cl easo de eada hablante, cl hablar emana de si y a SI retorna, cada quien se determina como sujeto con respecto al otro a a los otros. No obstante, y guizas a causa de ella, la lengua que cs asi la emanaci"n inc-
l.SIR{iClllRAS DE LA
L1',:,\'(;{T.-\
Y 1,.\ SOCn,DAI)
duetiblc del si Ill,i, profunda en cada indi,-iduo cs al mlSIlIO liempo una realidad suprailldiyidual v coextensiva con Ia coleclividad entera_ Es csta coincidencia entre la Iengua como realidad objctivable, supraindividual, y Ia produccion indi"idual del hablar, 10 <Jue sustenta la situacion paradojica dc la !engua COil respecto a ]a sociedad_ En decto, la kngua suministra al 11,,blante la estructma formal basica. que pennite cI cjercicio de Ia palabra_ Proporciona eI instrumento Iingiiislico quc ascgllra el doble funcionamiento, subjelivo " referencial, del discurso: es la distinci6n indispensable, sicmpre presente en no importa que Icngua, en no importa que sociedad 0 epoca. entre el yo y el no yo, operada por indices especiales q lie son constante, en la lengua y que solo sirven para esto, las formas que cn gramatica se Haman pronombres, que reaJizan una doblc oposicion, la oposieion entre eI "yo" y el "hi" y la oposicion dcl sis, tenla "YO/ttl" a "el", La primera, la oposici6n "VO/til", es lIna estructura de alocucion personal que es exclusiyamentc inlerhumana, I1a de scr un eodigo cspecial, religioso 0 poetieo. cI qne autoriee para emplear esta oposicion fnera del medio humano, La segunda oposicion, Ia de '\'o--t{,/ d". que opone ]a person<1 a la no persona, efectlra la operacion de la refereneia y fnn(b la posibiJidad del discurso cn alguna cosa. en cI mundo. en 10 que no es la alocucion. Aqui tencmos cl fundamellto sobre cl cllal deseansa cI doble sistema relacional de Ia lcngoa. Apareee ahora una nue"a configuracion de ]a Iengua 'loc se agrega a las otras dos qoe he analizado sumariamente: es Ia inclusion del hablante en su discurso, la consideraci6n praglll:itica que plantea a la persona en la sociedad en tanto goe parlier pante y que despliega una red compleja de relaeiones espaeiotemporales que determinan los modos dc enunciacion. Esta vcz eI hombre sc sit"a y se inelme con respeeto a In sociedad a la naturaleza, y se sitlla neccsariamcnte cn ona clase de autoridad a una c1ase de producci'lll, En decto. ]a Iengua es considerada aqui en tanto que practica humana, re,'cIa cI nsn particular quc los grnpos 0 c1ascs de hombrcs hacen de hI lengua v las diferenciaciones resoltanlcs en cI interior de Ia Jen-
y
gua COmtln.
Pod ria describir cstc fenolllCllo
COIllO
lIna apropiacic-m pm
]0-1
1':.STRtlCTl1kAS Y AN,\J.lSIS
grupos 0 clases del aparato de dcnotaeion que es com 1m a todos, Cada c1ase social se apropia dc los tenninos generales, les atribure rcfereneias especificas \' los adapt a asi a su propia esfera de intares \' a mcnudo los convicrte cn base de derivacion nueva, A su \'ez cstos terminos, cargados dc val ores nuevos, ingresan cn la 1cngua com 1m en la qnc introdueen las diferenciaeioncs le,ieas, Pod ria estudiarse cstc proceso examinando cierto nllmero dc voeabularios cspccializados, pero que lIevan en si mismos su referencia, que constituvcn un universo particular rclati\'amentc coordinado, Tal pod ria ser por e}cmplo -pero no tcngo tiempo de desarrollarlo- eI analisis de ciertos voeabularios dc c1ases cspecificas, comO el voeabulario de 10 sagrado en la Icngua dc los pontifiees romanos. Torno a prop6sito una Icngua f<\eil de analizar y un voeabulario bastante abundante, dondc pudiera hallarsc a la vez todo un repertorio de terminos cspecifieos y tam bien de las maneras especifieas de disponerlo, un cstilo particular -en una palab~a, los earaeteres de una toma de poses ion de la lengua eomun, realizada cargandola de noeioncs, de valores nuevos. Pod ria verifiearse asi en un modelo redueido e1 papel de la lcngua en e1 interior de la sociedad en la medida en que esta Icngua cs expresi6n de ciertos grupos profesionales especializados, para quienes su universo es e1 universo por excelencia. Distinguiendo, como hemos tratado de hacerlo, los diferentes tipos dc relaciones que unen la lengua a la sociedad, que son propios para ac1ararlas a la una por la otra, hemos tenido que ver sobre todo con e\ mecanismo que permite a la lengua vol verse eI denominador, eI interpretante de las funciones y de las estructmas sociales. Pero mas alla se entreven algunas analogias me· nos visibles entre las estructuras profundas, eJ funcionamiento mismo de la Jengua y los principios fundamentaJes de la actividad social. Son comparaciones aun sumarias, homoJogias vastas cuya teOrla debiera ser lIevada mucho mas adeJante a fin de tornarlas fructlferas, pero las creo necesarias y fundadas. No puedo ofreceraqui mas que una primera aproximaci6n designando tres nociones esenciaJes. La Jengua puede ser considerada dentro de la sociedad como un sistema productivo:: produce sentido, gracias a su composicion que es enteramerlte una composicion de significaci6n y
I':STRUCTURAS DE LA T.J-:NGlTA Y LA SOClEnAn
10;
gracias al cbdigo que condiciona csta disposicibn. Produce tambien, indefinidamentc, enunciacioncs, gracias a ciertas reglas de transfonnacibn y de cxpansion formales; crea, pues, tormas, esquemas de formacion; crea objctos lingiiisticos que son introducidos en cf circuito dc la comunicacion. La "comunieacibn" debiera ser entendida cn csta expresion literal de establccimiento de comunidad y de trayecto circulatorio. Estamos en eI dominio de la economi •. Ya Saussurc advirtio una analogia 'entre ciertas nociones propias de la economia y las que eJ fundaba, que el enunciaba, que eI organizaba par vcz primera en eI proceso de la comunicacion IingiHstica_ Sei'ialo que ]a economia como la lengua es un sistema de valores: he aqui otro termino que es fundamental. Es una analogia que provocaria largas reflexiones, pero pod em os prolongarJa en una nocion mas, tercera, vinculada al valor, es la nocion de intercambia, que pudiera asimilarse al intercambio paradigmatico. Es sabido que eI eje paradigmatico de la lengua es eI que precisamente esta caracterizado, con respecto al eje sintagmatico, por la posibilidad de remplazar un termino por otro, una funcion por otra en la medida en que precisamente tiene un valor de utilizacion sintagmatica. Con 10 cual andamos bien cerca de los caraderes del valor en economia. Saussure comparo la relacion salario-trabajo con la relacion significante-significado, porque en ambos casos se trata de un valor que esta en juego y porque los dos rhiembros de este binomio tienen naturaleza del todo diferente y se relinen en una relacion arbitraria. No estoy del todo seguro de que sea el mejor ejemplo ni de que la relacion salario-precio, salario-trabajo sea rigurosamente homologa a la del significante-significado, pero aqui se trata menos de este ejemplo particular que del principio de la confrontacion y de la vision resultante acerca de la manera de aplicar determinados criterios, determinadas nociones comunes a la lengua y a la sociedad. Bastari pues con plantear, con vistas a una elaboracion futura, estas tres nociones hlsicas que proporcionan, sin mas, a la reflexion eI medio de superar eI marco tradicional que. pone, una al lado de la otra, la lengua y la sociedad. He procurado, harto sumariamente, revelar la necesidad y la posibilidad de introducir en la discusi6n de este vasto tema dis-
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ESTRtlCHJRAS Y .\N'\I.ISIS
tineioncs esenciales, talllbien de plantear cntre la lcngna y ]a socicdad relaciones que sean a la vez Ingicas y fnncionales: 10gicas considerando sus facnltades v su relacion significantes, fUl1cionales porque ambas pueden ser consideradas sistcmas productivos, cada una segl11l su naturaleza. As) pueden salir a reltlcir analogias profundas bajo las discordancias snperficiales, Es en la pr:ictica social, como en cl ejercicio de la lcngua, en esta relacion de cOIllunicaci6n intcrhumana, donde habnj que descubrir los rasgos comunes de sn fnncionamiento, pUCS el hombre sigue siendo -y cada vez mas- nn objeto par descubrir, en la doblc naturalcza que el lcnguajc funda c instaura en cL
7. CONVERGENCIAS TIPOLOGICAS
Gcncralmentc sc cnticllde par tipologia cl estudio de los tipos lingiiistieos definidos por Sl1 estructura general. De esta nocion, bastantc sumaria, surgio la clasificaci6n tradicional de las lenguas en flexivas, aislantes, etc., favorecida cn otro tiempo. Parccc 1m!S instructivo caraeterizar como "tipos" conjuntos 1m!S Iimitados, pero mejor definidos, cuya naturalcza pucdc, por 10 demas, ser harto variada, can tal de que en una Icngua dada exhiban una particnlaridad notable. Si la observaeibn inieial es correeta y si dcslinda las condiciones del fcnbmcno, conduce en ocasiones a reconoeer cl mismo tipo cn una lengua dc estructura muy diversa, donde las mismas condiciones 10 han prodncido. He aqul un ejcmplo de estas cOllvergeneias mtre leuguas diferentes. El frances, en va mengnada aptitnd para la composici(J1l nunca deja de ser snbrayada, posec, con todo, dos tipos de compuestos verbales, enteramente distintos entre SI v merccedores de pareja atencion. Uno, el m,!s eOllocido, es cI tipo porte-monnaie, taille-craregiyon, garde-chasse, earacterizado por la sucesibn regcnte determinante. Subsume una eonstruccion do 0 determinado verbal transitiva con objeto dirccto. EI primer miembro, quc es cI t<~mlino verbal, pennancce invariable; cI segundo s610, tcrlnino nominal, est:i sOlllctido a variacicm de llllIllCrO, que sc apliea de heeho al eompuesto entero, en vista de quc este es no-
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minaL~
Esta clase de compuestos plantea un problema formal quc ha sido diselltido a menlldo: iellaJ es la naturaleza de la fonna verbal del primer miemhro? Se diria que las opiniones se reparten entre dos posibilidadcs nada m:,,: porte-, taille-, .. I L'Homme, La Haya, Mouton & Co .. VI (1966), nwclcrilo milll. 2. pp. 5-12. 2 No tOllUIII10S en la mellor t:lIcnta l'apri(;h()~ oftogr,ificos guc prcscribell que porteU10llllaie sea invariable, que cl plural de gank-/Jarril're ~ea gardedlarricre 0 Darricres, y que cl plural die garde-cOte, ~i dcsigna a Illi \oldado, ~ea g
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ESTRll(;'llJRAS Y AN ..\I.ISIS
seria 0 un imperativo 0 un presente. La primera iuterpretaci6n deseansa sobre todo en un argulllento historico y comparativo extraido de Ia fonnacion, cn Ia etapa romance, de nombrcs propios como Boileau (fr.), Bevilacqua (ita!.). Esto no es nada probatorio para los compuestos no onom,\sticos. En todo caso. las consideraciones historicas no ayudan nada aqui; cs en Ia estructura actual del frances, don de se opone a otros tip os dc compuestos, don de este tipo debe ser definido. Viendo sincronieamente cste tipo de compuestos, el primer miem bro no apareee como una forma del paradigma flexionaI, sino como tm tema verbal, que expresa la noeion aparte de cualquier actualizaci6n tcmporal 0 modal. As! tal noci6n queda planteada cn cstado virtual, 10 cual responde a Ia natnraleza de los compuestos: de maucra gcnenll, uu compucsto tiene por fun cion dejar pcndicntc la actualizacion inhcrcnte a cada uno de los dos tcnninos tom ados en Sn cjereieio propio, v trasferirla al compuesto unitario. As! el tipo garde-chasse trasponc a sustantivo 0 a adjctivo un sintagma vcrbo nombrc." Es a partir de Ia funcion prcdicativa del sintagma *il garde la chasse como cs posible fonnar un compucsto garde-chasse, donde il garde y fa chasse cst,in reducidos a su forma virtual garde y chasse. Tal es Ia condicion que hace que cl sintagma verbal de funcion predicativa pueda volverse un compucsto nominal de funcion denotativa. EI pape! de Ia funci6n prcdicativa en Ia gcnesis de esta c1ase de compuestos debe ser subravado. La misma funcion cst,\ subyacente en una parte considerable de 1a dcrivacion. Volvcremos m;\s adclante al punto.
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EI segundo tipo de compuestos verbales cs cl de maintenir. Contrasta desde todos los puntas de vista can eI preeedente: poco abundante, improductivo, constituido en parte par supervivencias, pese a que algunos de sus representantes sean muy usados. Es muy interesante estudiarlo, sin embargo, porque perpetua en la lengua -asi sea en estado de residuo- no salam ente un compuesto verbal como el precedente, sino un verdadero 3 La recci6n transitiva del primer miemblo sobre el segundo es comun a la casi totalidad de estos compuestos. Son muy rarO$ 0 literarios aquel10s en que el tema de un verbo intransitivo esta unido a un adverbio: gagne-petit, lcve-t6t, trotte-menu.
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CONVERGENCIAS TIPOJ.6GICAS
verba campuesta can flexion completa: mail1tel1ir poscc la flexion eompleta de te'lir a de soutenir. Ahora, un verba compuesto es una rarcza, en general. En e1 tipo lingiiistieo indoeuropeo no se canace ejcmplo. Donde se presenta, es a titulo de formacion secunda ria v como dcrivado de un eompuesto nominal: asi en griego oikodomein, ·nomeln, -ph ore in SOn en realidad desnominativos de oikodomos, -l1omos, -phoros; igualmente gonupetein, -klil1eill vienen de gOllupetes, -kli,,,!s. Una vez constituido, e1 presente griego gOl1uklil1ein, "arrodillarse", sirvi" de modelo al tardio gem,flectere del latin eclesiastico, si es que no procede directamente de gellllflexio (imitado del gr. gOl1l1klisial, al igual qne en frances, partiendo de genllflexiol1, Alfred Jarry' hizo gel111flechir, De mancra qne no hay antepasado ni paraldo de una formaei"n de compuesto en que un verbo estuviera detelminado por un sustantivo que 10 pleeediela. S610 un preverbo es admitido ante cl velbo. Esto es como decil que d frances no con Dec velbo compuesto, es deciI, eompuesto que tenga la forma: sustantivo Iegido ''Clbo regente v fIexiollado. COllOCC sfl}o. como sc ha \"isto, lin COlllpucsto nomi· nal de orden inversll: tema ,'Crbal regente sustantivo regido. iC()I]lQ sc caraeteriza entonees cl tipo maintenir, que es de fijo un ycrho tenir compl1csto COil d snstantivo l1w.in? Aqui es la rclaeibn sinbietiea entle los dos miembros 10 que es especifico v distintivo. Apreeiamos que lin sustantivll main detennina y precede al verbo tenir, Illas no 10 haec en eaJidad de objeto direeto. l\1aintenir no es "tenir b main", 10 Cllal no tendlia sentido v contradeciria la Ieecibn transitiva del velbo mainte· nir, sino '''tenil avec la main" (de donde "eonsoJidaI un objeto en SlI posicic'm" )" El sllstantin) ticlle una rclaci('m de instru711en· to con el ''CTbo. Aqui esbi c1 Iasgo clistintivo de cst a c1ase de vClhos compuestos, '" se 'Tlifiea ell todos los "elbos del tipo l11aintenir que.: csb'm toc1avia ell uso. Creclllos Cl1ll1lH.:rarlos aqn! todos: ;, boule)'eT~er. clwl'irer, clumtourner, colporter. elllbuteT, maintenir, lnanrnU)'Ter, morfondre. sUl.lpoudrer; apartc. ell cstado de derivados nominalcs: wrmolllll, sallgre'lll, saupiquet.
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4 Cestes et opinions du DoctCUf F;lIl.~troIJ. p. 9;: ··lXtOHlrt·-!oj dt·"I11! .k Panu!; Pechcnr.. t'inc1ine dev:lllt Ics Monet, gCJlufk'Chis dCI;!1]t Il"~ Ik~a~ d \\ l1istkr. t; Cf. Dictionnairc general, I. p. k6, S 203, al qUt;
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l$IIWC'J PRAS Y .\N'\USIS
Una docena de representantes en total. que repasamos ahora par separado. can traducei6n analitiea de sus eomponentes: Bouleverser es literalmentc "rctouTller [sentido primero de verser'l en boule", Chavirer (d, provenzal capl'irar). "virer sm Ie chef; sc retatimer tete en bas", Chantoumer. "touTIler de chant" (que se eseribe equivoeadamente de champ), Colporter, "porter (suspendu) au eou"; d, Pasquier:" "les revcndeurs de livres. qui les portent a lem col par ]a ville. sont appclez, , , colportems", Culbuter. literahnente "huter sur Ie cuI", Maintenir, "tenir avec \a main" (para impcdir que calga ,conservar en Sll posicion). Mano21lvrer. "faire fonetionner (-muvrer) avec la main", JI./orfondre, literalmcnte "fondre de morve" (se dice del caballo eatarroso; termino de veterinaria), Saupoudrer. "poudrer de sd" (sau-) , *Saupiquer (provenzal salpiear), "piquer de sel", no sobrevivc mas que en cl derivado nominal saupiquet. "ragot!t piquant"; el mismo sau- en el adjetivo saugrel111. antiguo saugrenetlx. "greneux (= grenu?) de sci", VermOtllll. literalmcnte "moulu de vcrs". "reduit en poudre par l'aetion des vcrs", A estc inventario 7 agreguclllos algunos testigos de un cst ado m,\s antiguo de la fonnaci6n, de euando era todavia produetiva: Billebarrer. "harrer (un tissu) avec des billes (= raies)", marcarlo Con r(1V
o,ihk dckn"i· 11M: hOllf\Ouf/w. cli//chokr, /U!ll_'l'i/kl, B:l,1t- UlI\ r"\llitil ;( Ill'.. di\.,tiO\\~lTill~ di,\llll!'\ t;l{O\,
(;0;''';\' ER(;E~'ClAS TII'Oll)(;!c,\S
III
El e\enco de cstos verbos revel a hasta la evidencia que: 1,1 EI termino nominal no tiene nunca funci6n de regimen directo a indirccto; cs sicmpre un instrumental que precisa ]a modalidad de consmnaci6n de la noci6n verbal. 21 EI sustantivo, en eI primer miem bro, puede tener 'un'l forma un poco difercntc de la que posee como vocablo libie: 111<1n- por "main"; sau- par "sel", 10 cual apunta al estado de verdaderos prefijos, , 11 Los sustantivos son terminos generales -partes del cnerpo, sustancias, Miles- que pueden asociarse a verbos variados: al lado de saupoudrer, saupiquer, plleden imaginarsc *saugarnir, *saupiler ("garnir, piler avcc du sel"); la seric fer-, -armEl, -lier, -witir podria seguir can fer-cereler, -barder, etc_, desdc cI momento en que cstos terminos de composici6n se tornaron
prefijos instrumentales. Este tipo de composici6n parece bastante singular. Si no es desconocido en las demas lenguas romances (d. ital. mantenere, ealpestare, eapovoltare, esp_ mantener).' eonstituye, al ni\'el sincr6nico que se tomc, una anomalia cstructnral con respecto al modelo indoenropeo. f:ste no admite la composicion de nn snstantivo instrumental mas que con un participio pasiv(); los ejcmplos son notorios, va antignos, como sanser. deva-datta-, g6t. handu-waurhts, ya modern os, como en a\eman Gottgesandt v en ingles man-made" EI instrumental esh\ sintacticamente jnstificado despucs de nn participio pasivo. Pero tan regular es nn eompnesto partieipal ingles hand-woven, "tejido a mano", como poco conccbiblc seria nn verbo como *to h<111dweave. \10 hay "erbo eompnesto en indoenropco, don de s610 cl preverbo pllede ser prcfijado al verba. Parece pues que cl tipo frances mointenir realiza. en hI estructnra general del frances, un llloddo qtle IlO es indoctlfOpCO.
Dc heehn, pOI sorprendente que parezea, es fnera del indoeuropen clonde hallam os 1lI1 paralclo, en el grnpo lingiiistieo 111<1' clistante. se yea como se Yea: el cle las lcngll<1S amerindias. Pensalllos m,\s partieularmentc en nna de las lcngllas de la , \It'rtTerl
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ESTRlICTlJRAS Y ..\N'\I.ISIS
gran familia llamada utoaztcca: la lcngua paiute meridional (hablada al sudoestc de Utah v cl noroeste de Arizona), de la que Edward Sapir hizo una descripcion magistral. I " EI paiute dispone de gran facilidad de composicion. Pucden uuirse verbo can verba, Hombre con nOlllbrc. v tambicJ1 nombre'con verba. Pues bien, he aqui un procedimicnto dc composicion tipico y muy productivo: consistc en prcfijar cicrtos sustantivos de gran frecuencia y diversidad de emplco, tales como "111ano", '~pie". "fuego", etc., a vetbos de scntidos variados. de suerte que se constituyan verbos compuestos. En csta clase de compuestos, cJ rasgo notable es que el primer micmbro determina cJ verbo no como objeto gramatical sino como indice de modalidad 0 de instnunento. Sapir llama a estas formas nominalcs instrumental prefixes." A menudo, ell decto, estos 1I0mbres CII composicioll se preselltall COli forma reducida, v tiellden al estado dc prcfijos, sin dejar de ser idelltificables como lcXCI113S: 111)?:I- "l11ano" se vuelve en COlllposici6n HId (n)-; lnuv""j- "nariz" sc vuelve llzu(n)-; quncL- "fuego" sc cOl1vicrtc en quo, etc." Can cJ prdijo instrumental 111<1- "mano", scnin constituidos par ejemplo los compuestos siguientcs: '" 1I1<1-xwivu- "oprimir con la mano" (111<1 qll'il'j, d. ta-qll'il'u"oprimir con cl pic"). Ma-rilNa- "eollfonnaI can la mallo" (111<1 +ti1Jqa- "crcar"). lI1<1-vitc?a- "aplanar con la mano" (ma pitc?a). Ma-yuw<1i- "frohn COli la mallo" (ma YUH'ai-, d. t<1-),u1I'ai"frotar con cl pic"). M(a)-ain'i- "tocar can la mano" (d. t(a)-ain'i- "tocar Call el pie").H Ma-nteavai- "despcdir can la mallo". Ma-?nib- "to stick onc's hanel in (watcr)" (Sapir) no es ,transitivo m.is que en csta traducci6n: c1 tCIlla ?niyi- ?llik-isignifica "to stick, be stuck in" 10 v los cjcmplos SOli par cierto
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Edward S,lpir, Southern Paillte, a SitOS/IOIll':!1I Lmgtlagc, Bo~tnn, 19~(l. Sapir, 01'. cit., S 21, p. 101: Ihe.:~ are.: 011 the.: \\·hole.: .~pcl"ioratc.:d llOllllS with instrume.:nt'l1 flllldi(l]l·· l~ Vt:r los dctalles en Sapir, op. l'it .. ~ 21. 1:1 Todas las formas del paiute ~()ll ritadas l·1I Lt tran .. cripciim de.: S,lpir, ligl·r~lllll·l1 Ie simplifiC'dda por rll7.011eS tipogr:ifita ... 11 Sapir, o/,. cit., pp. SH·5H. l~ Sapir, 01'. cit., p. 584. 1"
It
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CONVERGENCIAS TIPOL6GICAS
los de un verbo intransitivo. Mas valdria tradueir "to be stuck with one's hand in (water)". EI sentido de algunos verbos los haee aptos para recibir un paradigma abundante de prefijos instrumentales. Asi, de pantuHsacudir" 16 se tienen: Q"i-pantu- "saeudir con los dientes". Tca(fxtntu- "sacudir can las n1anos".17 Ta'-pantu- "sacudir con los pies". Tco'-pantu- "sacudir con la cabeza"." Pi' -pantu-i', "shakes, moves about (his) buttocks". De paq-a- "sufrir, doler" 19 se componen: Ta'lwa-mpaqa- "doler los dientes" (ta'lwa-). TJ'tsi-'l'aqa- "doler la cabeza" (btsi-). Movwi-p·ctxa- "doler la nariz" (movWi-). Saxwia-
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The first term of a compound is usually a bare noun stem, contrael' Sapir, op. cit., p. 602. 11' El sentido de este prcfijo esta mal definido; Sapir, op. cit., pp. 106-107, Ie cia cl sentido de "mana" en un ejemplo como este. 18 Ver mas adelante, p. 113. 1~ Sapir, op. cit., p.. 603. ill Sapir, op. cit., pp. 81- Y 670. 2t Por eiemplo. hanj· "casa" hal· "sentarse" produce el tema verbal hanihal· "to visit" ("to house·sit"): Voegelin, Tiibatulabal Grammar, 1935, p. 89.' :l:t Cf. Bloomfield, Language. p. 241. Acerca de este problema general, cf. Sapir, Amer. Anthrop., 191 I. pp. 2 ;Oss. II B. L. Whorf, "The Milpa Alta Dialect of Aztec", ;Jp. Hoijer, red., Linguistic Structures of Native America, 1946, pp. 367ss.
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I-:S"1 RlICTURAS Y AxALISIS
ted if the noun is of the contract class. or it ma\' be a noun with absoIuti\"C suf.fix in form -ti- (this type is associated today \vith derived verbal nouns, also found in old petrified compounds), or an adjccti\,C, llsllally in ad\'erbial form with suffix -ka-. If the final is a transitive verb the antecedent may refer to its object ('incorporated object') in which case the \'crb is inflected like an intransiti\'e, without plOllOmi·nal object, e.g., mepam-po?powa 'weeds agmT-row(s)". < mepami'-A < me-A 'agave', pami'-A 'row'. But the antecedent is basically a modifi(.:r, and its equivalence to an object is conditioned by grammatical logic; c.g., I.e·_kwepo·ni (intransiti\"c verb, no object) 'bursts from the action of fire O.c'J,)', CI Aa-soCi? -i'kwilowa (transitiyc with transitiyc inflection) 'paints Dr cngTClyeS sornetlling (ACI-) with flowers, floral designs (sociA 'flower') .:H.
Sin entrar en la diseusion del problema general planteado aqui por la nocion de "objeto", debemos subrayar un punto del analisis de Whorf que atane a la presente demostraeion. \Vhorf mismo recalea (senalemos los terminos que pone en cursivas en sus traducciones) que el objeto nominal ineorporado debe ser interprctado como un modifieador ("a modifier") "cuya equivalencia con un objeto est, eondieionada por la logic;] gramatieal", de hecho, diremos, como un determinante instrumental del verba. Nos 10 muestra la flexion de los verbos compuestos. La traduccion de mepam-po7powa par "escarda (-po>powa) hileras de magueyes (mepami'-A)" haria pensar en una reccion transitiva. Pero este verbo es flexionado como un intransitivo; tiene pues igual construceion que el siguiente: i.e'k w epo'lli "e! fuego-estalla", a sea "estalla POT el efeeto del fuego (i.ci,)'~ Asimismo ),a-soci>-i>k""ilowa "alga (J.a-) el Harpinta", cs dceir "pinta alga Call flores=adorna alga can 11I1 motil'o floral". En este {lltimo ejemplo e1 verba es transitivo. Ii, par Sll flexion, pew la transitividad se aplica al pronombre objeto inddinido ).a- "alga", no a soi'jJc "flor", que tiene claramente fllneion de instrumental. Dc modo que todos estos ejemplos del azteca reproducell ell deeto clmislllo modelo que tenemos en paiute. La unidad tipo]('giea cle csta clasc de verbos compuestos es verificacla Cll clos iengll
115 Podemos ahora regresar a los verbos compuestos del frances y ccrciorarnos de que responden a los mismos criterios descriptivos en las mismas distinciones categoriales. Que cste tipo de compuesto este vivo y sea productivo cn paiute y apenas residual en frances, no es cosa que afecte en nada al principia de esta comparacion ni que altere su legitim idad. Se trata csencialmente de la misma estructura fornlal y funcional: un nombre entra en composicion con un verba, al que precede a titulo de determinante instrumental. Los ejemplos citados tanto para el frances como para el paiute exhiben una scmejanza sorprendente. Par af\adidura, la morfologia de la composicion presenta un curioso rasgo de analogia. En ambas lenguas el sustantivo, primer miembro del compuesto, puede tener una forma reducida a simplificada con respecto al iexema libre: Frances, main, compuesto man-. Sel, compuesto sau-. 1\Jorve, compucsto mor-. Como en paiute mo?o- "mana", compuesto ma(n)-. Quna- "fuego", compuesto qu-. Pero no es una necesidad: frances boule, ver, fer se mantienen iguales en fornla libre y en composicion, 10 mismo que paiute ta- "pie", pa- "agua". Par 10 demas, cicrtos compuestos tradicionales pueden conservar una forma a un sentido fosiles del sustantivo: frances boule-, bil/e-, chan-; paiute teO- "cabeza" t1l1icamente en composicion, frcnte a t:itsi- "cabeza", forma librc. Es provechoso tener en cuenta correlaciones asi. Ayudan a apreciar hasta que punta la tipologia es independiente del parentesco lingiiistico. Puedcn darse convergencias tipologicas fuera de toda filiacion genCtiea. Es preciso no obstante un minima de analogia en la estrnctura formal de las lenguas comparadas. En el presente caso puede seiialarse que el paiute distingue claramente nombre y verba," que utiliza ampliamcnte la composicion dc los tcmas nomina1es y vcrbales, que dispone dc prcfijos v sufijos. Todos estos rasgos reapareeen en frances, con la difercncia. sin embargo, de quc en Cl c1 campo de la CONVF:RGENCIAS T1POI.6GICAS
c'Q Sapir, 01" cit., S 47, p. 213.
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ESTRUCTURAS Y ANALISIS
eomposiei6n es redueido. EI frances no ha lIevado adelante en realidad la eomposiei6n mixta (tema verbal tema nominal) mas que en el tipo porte·monnaie, que es nominal. La eual no ha impedido la ereaei6n en fiances, asimismo, de un tipo de verbo compuesto con primer elemento .nominal instrumental, que·realiza, si bien en medida menor, una f6rmula de eomposi· ci6n cuyo analogo se encuentra en una lengua tan diferente como eI paiute. Lenguas como el ingles 0 el aleman, mucho mas aptas que eI frances para la composici6n, no han ido tan lejos. Esta creaci6n romance que consideramos en frances, por mucho qne se haya agotado bastante pronto, permanece como testimonio de una innovaci6n tipol6gica de amplio alcance general.
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8. MECANISMOS DE TRASPOSICION 1
EI papel de consideraci6n que tiene la trasposici6n podria ser ilustrado en todos los capitulos de una descripci6n funcional. Pero no es nada estudiado en algunas partes de la morfologia nominal, donde sin embargo es esencial, particularmente en la derivaci6n. Tratamos aqui de sacar a luz el funcionamiento y la importancia de la trasposici6n analizando los derivados en -eur, llamados nombres de agente, en frances modemo. Tenemos con ella la ventaja de estudiar una categoria intermedia entre el nombre y el verbo, donde el mecanismo de la trasposici6n hace intervenir dos clases de formas distintas. Tendremos oportunidad de mostrar que la sin taxis y el sentido de los derivados en -eur son estrechamente solidarios de la trisposici6n que los determ ina. EI adjetivo en -eur constituye una clase distinta. Su estatuto 10 separa del nombre de agente. Por mucho que ciertas formas, como trctYailleur, ioueur, sean comunes a am bas categorias, no son tomadas en el mismo sentido, y tampoco tienen igual construcci6n. Como todos los adjetivos, estos son susceptibles de gradaci6n, pueden ser calificados 0 cuantificados por un adverbio. Es 10 que los distingue de los sustantivos en -eur. En tanto que se enuncia parecidamente: il est trctYctilleur, iE est paveur, se dira: il est tres trctYailleur il est plus travailleur (que su hermano) pero no: oil est tres pctYeur oil est plus pctYeur (que su hermano). Por 10 que hace al sentido, estos adjetivos indican una incli~ CahicTS' Ferdinand de Saussure, Ginebra. Droz, 25 (1969) (= Melanges H. Frci).
pp.
+7-59.
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ESTRUCTURAS Y ANALISIS
nacion moral, un rasgo dominante y permancnte del ca«\eter: trcrvailleur "inclinado al trabajo", ioueur "inclinado al juego", rieur, moqueur, querelleur, farceur, menteur, jouisseur, rageur. Se prestan a determinaciones adverbialcs bastante variadas: "i! est t.oncierement joueur", "il est joucur dans rilme". Algunos se pueden volver sustantivos cuando el rasgo de caracter que denotan es elevado hasta el tipo. Le menteur, Le ioueur son titulos de comedias de costumbres. En cambia, ningun adjctivo en -eur indica nunca una ocupaci6n, un oficio, ni una capacidad fisiea, en fonna del todo opuesta a los sustantivos en -eur, y en particular a los nombres de agente propiamente dichos. A veces algunos nombres flotan entre el adjetivo y el nombre de agente_ Es notoriamente el caso de trcrvailleur. Como adjetiva, trctvailleur "que ama el trabajo" esta atestiguado dcsde el antiguo frances. Par otra parte el sentido de clase profesional (Les travail/eurs de la mer; les travail/eurs du biltiment) hene hoy par hoy amplia difnsion, pero resulta de un desenvolvimiento bastante reciente. Durante toda la epoca clasica, travailleuT no es sino adjetivo. Apenas en el siglo XIX adquiere tTcrvailleuT un sentido social, al despertarse la conciencia de clases, expresada en la oposicion capitalista/trabaiador, que haee juego can I~ de capital/ trabaio" Una condieion particular 10 separa, sin embargo, de los nombres de oficio, es el caracter colectivo y vago del term ina, que practicamente prohibe emplearlo en singular ("un travailleur" es cn realidad un singulativo, quiere decir "un miembro de la clasc de los trabajadores"). Esto ataiie a la naturaleza social, y no profesional, de la designacion les travail/euTs. EI trabajo no es un ofiCio. De ahi que travailleur no admita la construcci6n predicativa: "i! cst travailleur" se dice sola mente de aque! "que ama el trabajo". De esta suerte el adjctivo y el nombre de agcnte se delimitan. Hayen dia, travailleur como sustantivo cae en dos clases de uso: 1] Trcrvail/euT "que trabaja" no existc mas'que con determinacion: travail/eur de nuit, il domicile, a plein temps; solo csta determinacion Ie otorga estatuto de sustantivo. !l Sc cncontrara cn la abea de Jean Dubois Lc vocabuJairc politique ct social en Frallce de 1869 a 1872, Paris, 1962, pp. 37·46, llna descripcion mu~' docull'cntada de los emplcoli de travailJeur durante este pcdodo, cn el que se formo y f;j6 en Jill valor social. Los numcrosos ejcmpJos que son citados dan la pa:labra casi sicmprc cn plural.
MECANI~i\lOS DE TRASPOSICI<>N
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2J Travailleur, termino de clase, y que pnicticamente solo aparece en plural, deriva en realidad no de travailler sino de travail. Nacio en las doctrinas socwlistas que, a mediados del siglo XIX, oponian cl travail al capital, v los travail/eurs .a los capitalistes. Cuando la entidad social travail" se cargo de sentido social y se convirtio en distintivo de una clase, travailleur fue, de hecho, recreado como designacion de los miembras de csta clase. Hubiera pod ida hacerse 'travailliste, como capitaliste, adeIantandose a la inn ova cion que llegaria mas tarde para verter el ingICs labourite, pera travailleur tenia la ventaja, para la ideologia y la propaganda, de vincularse a la oposicion travailleur I oisif y travailleur I bourgeois. En la clase, riquisima y en constante crecimiento, de los "nombres de agente" en -eur; solo tratamos par pretericion el vasto contingente de los nombres que responden estrictamente a esta definicion y designan a aquellos que ejercen una actividad proIcsional: tourneur, balayeur, imprimeur. La mayoria se vincuIan a verhos, pera mas de una vez se aprecia que derivan de un nombre con valor de "el que hace ... "; chroniqueur de chronique ("que hace cronicas"); parfumeur de parfum: el perfuIllista hace y vende perlumes, no es que eJ perfume; por 10 deIllas parfumer no admite casi sujeto personal. La mismo mineur de mine, mas bien que de miner_ De donde creaciones como phraseur "que hace hases", gaffwT "que hace tonterias"(gaffes, 1ll;]S bien que "qui gaffe"). EI valor de actividad profesional que marca profunda mente esta clase de nombres facilita su expansion, a la zaga de la creacion de oficios a de t<~cnicas. Hasta del verOO penser, el menos susceptible de especializacion, se ha sacado penseuT, como para hacer del pensamiento un oficio. No obstante, lesta funcion de sentido es la unica? Dentro de la multitud de los nombres en -eur que se clasifican indistintamente como nombres de agente; vamOS a introducir una distin'J SoJo noS ocuparemos aqui de las trasposiciones sintacticas entre el vetba y 'il nomblc. No tratarelllos ni de la distinci6n cntre nombres de agente y nombtes de instrumento en ~ur, 1Ii de la extensi6n de esta dase lexica en frances modernQ. Este aspecto de ia cucsl.6n es tratado en detalle por Jean Dubois, Etude sur la derivation suffiICale ell iranr;ais Illoderne, Paris, 1962, pp. 40S5.
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ESTRUCTURAS Y ANALISIS
ci6n profunda que los reparte en dos categorias, de acuerdo con el mecanismo -de la trasposici6n de que provienen y en virtud de criterios sintacticos y semanticos' Los nom~res de agente en -eur trasponen eI verba a sustantive can eJ sentido de "que hace ... ", pero de dos maneras diferentes. En sentido estricto un nom bre de agente como da/tlieur designa al "que baila", pero tiene dos empleos: uno profesional, "danseur de ballet", el otro que pudiera llamarse ocasional, "el que esta bailando" en un momenta determinado: "de nombrellx danseurs tournaient dans la salle". Los dos usos se distinguen ala vez par su sentido y par su sintaxis: el primero puede constmirse como predicado -"il est danseur" (en la ()pera) -, el segundo no. Ahara bien, ambos son la trasposici6n nominal de un misma predicada verbal, "il danse". Hay pues que pensar que ah! esta el arigen de la distincion, en el seno misma del predicado. Los dos sentidos de danseur hacen aparecer dos Jineas difercntes de trasposicion, y estas presupanen en efecto dos acepciones distintas de "il danse". La una sirve de definicion, "il danse [como oficia]", la atra de descripcion, "il danse [ante mis ojos]". De ah! dos traspasiciones nominales diferenciadas no par la forma sino por la construccion: danseur 1 "que hace de la danza un oficia" y danseur 2 "que esti danzando". En frances estas dos funciones estan representadas por una forma (mica en el verbo, como en 1a trasposici6n nominal. Otras lenguas las distingllen por medios variados: es as! como el espanal de Mexico opone Maria canta -"es cantante"- a canta Maria -"est a cantando".' EI criterio indicado se veri fica en todos los casos en que el nombre en -eur es susceptible de dos acepciones: voyageur (de comercio) y voyageur "que esta de viaje", par ejemplo "Ies voyageurs destination de Bordeaux; avis aux voyageurs". EI primero es predicable: "Pierre est voyageur", el segundo no, hay que decir "Pierre est en voyage". Aparecen otras diferencias entre las dos categorias. EI -eur "ocasiona1", por asi llama rio, indica una situacion incidente,
a
• Esta ilistinci6n, que establecemos en la sincronia del' frances moderno y de acuerdo con criterias explicitos. es independicnte de Ja que establecimos entre dos tipos de Rombres de agente Y Rambres de acciim en indoeuropeo y en otras' familias lingiiisticas (Noms d'agent et poms d'3ction en indo-europeeD, Paris, 19i8). 5 Cf. Kahane, Language, 26 (1950).
MECANISMOS DE TRASPOSICI6N
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un papel que es asumido en una circunstancia dada, un comportamiento fortuito. Rara vez es cosa de un individuo aislado. Las mas veces estos nombres en -eur se presentan en·plural: "Ies spectateurs ant applaudi les joueurs;· Ies dineurs ,,'etaient pas nombrclIx; une fOllle de baigneurs, de promeneurs, de fldneurs", etc. Toda actividad de circunstancia puede originar una denaminacion asi: "mettre les rieurs de son cote; les conseilleurs ne sont pas les payeurs". La base de estos derivados es generalmente un verba que denota un comportamiento fisico, en una circunstancia donde es visible, publico; jamas una actividad mental a un cstado afectivo. EI nombre traspuesto en -eur indica la realizacion actual, momentanea, observable, colectiva, no la capacidad a la prictica individual de un ofieio, de una ocupacion permanente. En esta distincion, de sentido y de funcion sintactica, se realiza, par mediacion de la trasposicion, una distincion latente en la predicacion verbal. Un tipo de conversion que no parece haber sido estudiado, ni siquiera debidamente apuntado en esta categoria, es el del nombre en -eur acompafiado de un adjetivo: un .bon marcheur, un gros mangeur. Quisieramos mostrar que la relacion entre los dos tenninos del sintagma es menos senciJIa de 10 que parece, y que no se reduce a una rclacion de calificacion. A primera vista asimilaria uno un bon marcheur a no importa que expresion de igual construccion, como un celebre ecrivain. Seria una grave confusion, a la vez logica y sintactica, y vale la pena sacar a luz las razones. Comparemos las dos proposiciones: Pierre est un bon marcheur. Pierre est un cewbre ecrivain. Un "celebre ecrivain" conjuga dos cualidades: es c~lebre y es escritor. De modo que puede decirse de eJ: "cet ecrivain est cC]ebre". Pero no puede decirse de un "bon marcheur:' que sea bon y marcheur, y es imposible el enunciado: "·ce marcheur est bon". La identidad de la estructura formal disimula una disparidad en la estructura profunda. Aparece una nueva diferencia en el orden secuencial: "bon marcheur" obedece a un orden fijo; el adjetivo va siempre ante-
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puesto. Pero el orden inverso, "un ecrivain celebre", es tan admi· tido como "un celebre ecrivain": la diferencia entre los dos giros es solo la que resulta de la posicion del adjetivo, mas no interesa a la relacion de calificacion entre el adjetivo y el nombre. Estas disimetdas tienen una razon esencial, la naturaleza del sustlmtivo calificado: "un celebre ecrivain" es un c§Crivain, en tanto que "un bon marcheur" no es un marcheur; este termino no puede emplearse solo. 0 sea que eI adjetivo no tiene igual estatuto en los dos casos: es diferente en "un bon marcheur" y en "un celebre ecrivain". Todo procede en realidad del nombre marcheur, aqui inseparable de su epiteto que es bon. Se carac· teriza como la conversion nominal de un predicado "qui marche ... " aqui inseparable de un calificante que sera bien. Explicaremos pues "un bon marcheur" como la trasposicion de "qui marche bien". EI grupo nominal halla en esta relacion su fundamento logico y su definicion sintactica. EI adjetivo bon es aqui un adverbio traspuesto, no un adjetivo de funcion pri· maria, y marcheur es aqui un predicado verbal traspuesto, no un sustantivo de funcion primaria. La diferencia entre "un bon marcheur" y "un celebre ecrivain" aparece ahora: "un celebre ecrivain" no es la trasposicion de un predicado verbal, en virtud de que ecrivain no puede reducirse a "qui ecrit". He aqui el criterio de la distincion entre los dos enunciados, tan seme· jantes en apariencia. Se sigue que la definicion de marcheur como nombre de agente de marcher, con todo y ser materialmente exacta en cuan· to al vinculo formal, no basta para caracterizar su funcion. Hay que explicar la creacion de marcheur a partir de una expresion predicativa donde la forma verbal va acompanada de una ca!ifi· cacion Hamada adverbio: por ejemplo "il marche bien". Queda dada entonces la condicion para la trasposicion de "il mar· che'... " a "il est. . . marcheur", 10 cual acarrea la necesidad de trasponer a su vez la calificaci6n adverbial bien a forma nomi· nal, de donde bon. Pero este adjetivo, pese a las apariencias, no califica un sustantivo, califica, bajo el disfraz nominal, la con· sumaci6n de un acto: decir que Pedro es "un bon marcheur" significa que Pedro tiene la propiedad de "bien marcher". EI nueleo generador del sintagma nominal ("un bon marcheur"), y asi de la categoda de nombres en ·eur que toma su origen de
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l\l.ECANISl\·IOS DE TRASPOSICION
tal sintagma, reside en un predicado verbal acompanado de un calificante, "il marche bien". EI mecanismo de esta trasposici6n es funci6n del nexo particular que hay entre adjetivo y adverbio. No basta con poner el adverbio y el adjetivo eu simetria de funci6n, y deeir que el adverbio es al verbo como el adjetivo al nombre. Hay que ver que en realidad el adjetivo y el adverbio perteneeen ados niveles 16gicos distintos unidos por una correlaci6n espedfica. Debe mostrarse esto explicitamente. Sean las dos proposieiones: 1] Pierre est un bon garr;on. 2] Pierre est un bon marcheur. La proposici6n 1] puede reducirse a la conjunci6n de las dos Pierre est bon. Pero no proposiciones: Pierre est un gar,on podria descomponerse 2) en Pierre est un marcheur + Pierre est bon, 10 eual ni el sentido ni la sintaxis permiten. Por las razones indicadas, Pierre est un bon marcheur ha de tomarse como trasposicion de Pierre marche bien. En consecuencia, Pierre est un bon marcheur predica el "bienandar" como una propiedad de Pedro, pero traspone la cali dad del andar de Pedro a cllalidad dc Pedro-andante. Asi .bon tiene dos funeiones sint:icticas distintas. En 1] bon garr;on, de nota la propiedad de un sllstantivo; en 2) bOt! marcheur, denota la propiedad de la propiedad marcheur. Podria definirse en 1J como adjetivo de funcion primaria, en 2) como adjetivo de funci6n secundaria. La transformaci6n de Pierre marche bien en Pierre est un bon marcheur no afeeta nada mas la naturaleza de las formas, su funci6n sintagmatiea; produce una delimitaei6n del sentido. La proposiei6n Pierre marche bien puede ser entendida diversamente, segun sea Pedro un ni110 pequeno que da los primeros pasos a satisfacei6n de sus padres, 0 haya Pedro vencido las dificultades que Ie eostaba an dar, 0 participe Pedro en un des file, etc. Pero la trasposicion Pierre est un bon marcheur elimina todo empleo de circunstaneia: sc predica asi como propiedad de Pedro la capacidad de andar bien, entendida exclusivamente como la capacidad dc andar largo tiempo sin cansarse, fuera dc cualquier contexto situacional. Debe notarse que (bon) marcheur, (gros) mangeur y todos los nombres de la miS111a serie
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proceden de una forma verbal de empleo absoluto y no a~tuali zada, que indica la nocion en estado virtual. De ahi procede el valor de capacidad ligado a las traspuestas marcheur, mangeur que predican esta propiedad fuera del marco temporal, a diferercia de la categoria promeneur, baigneur, determinada temporalmente. Conc1uyamos que la trasposicion cfectuada por medio del nombre en -eur en un bon marcheur crea una clase de nombres que pone de relieve la capacidad apreciada, no la practica habitual 0 profesional de una actividad. En el mecanismo de esta trasposicion del adverbio a adjetivo, ha tenido papel decisivo una condicion morfologica que atafie a la estructura del frances. En esta lengua no es frecuente que haya que trasponer un adverbio a adjetivo; normalmente la conversion es en sentido inverso: es un adjetivo el que proporciona al adverbio su radical, sea por trasposicion directa ("parler bas, marcher droit, boire sec"), sea dandole forma femenina y ai'iadiendole -me nt, que convierte en adverbio: lentement, sf!chement, cruellement. Aqui la situation se invierte. Cuando se traspone un verbo a nombre de agente es preciso asimismo que el calificador verbal (el adverbio) pueda ser traspuesto a calificador nominal (el adjetivo), 10 cual crea un problema dificil en una lengua don de el adverbio no produce derivados. De ahi que hayan sido elegidos adjetivos ya existentes, dandoles una funcion nueva. La eleccion de estos adjetivos fue guiada por razones de sentido que es interesante deslindar. Se vera asi que el mismo adverbio puede ser traspuesto a varios adjetivos. I) Tomemos primero el cuantificador verbal beaucoup. Podrian halhhsele equivalentes adjetivos, como nombreux, maint. Ni uno ha sido ensayado siquiera en el uso. Es gros 10 que la lengua ha empleado, por ejemplo en "un gros mangeur", a fin de trasponer "il mange beaucoup". Precisamente porque la eleccion de _gros no se justifica sin mas ni mas (un "gros mangeur" no es por fuerza gros), hay que correlacionarla con uno de los valores semanticos de beaucoup, que tiene varios: con el que precisamente se realiza en "il mange beaucoup". Lo definiremos como "gran cantidad (en volumen 0 en masa) de materia consumible", de ordinario dinero 0 comida. En efecto, se encuentra gras calificando en mas de una expresion relativa al
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dinero, en equivalencia can beaucaup: "perdre une grosse somme" es "perdr_e beau coup d'argent". Igualmente, "posseder une grasse fortune, avoir de gras moyens, de gros besoins, faire de gros benefices, de grosses pertes, de grasses depenses, prendre de gras risques". En "jouer gras jeu", la equivalencia gras = "mucho (dinero)" esta implicita, permite trasponer gros a adverbio: "gagner gras, parier gras, il y a gras it parier". Entonces el adverbio gros asi fijado regresa a la condici6n de adjetivo para efectuar la trasposici6n nominal de estas locuciones: "il parie gras, il joue gras", se vuelvcn "un gras parieur, un gras joueur". Se establece una relaci6n de trasposici6n entre el adverbio beaucoup (en "beaucaup d'argent") y el adjetivo gras. Se realiza 10 mismo cuando beaucoup cuantifica un verbo de consuma como manger: "manger beaucoup", es comer "una masa de com ida" ; en cllnsecuencia, "il mange beaucaup", al trasponerse, pasa a "un gras mangeur". La relaci6n tam bien es valida en 10 figurado: de "consommer beaucoup d'electricite" se saca "un gros consommateur d'electricite". Por analogia, con travailler, y como beaucaup subraya sobre todo la masa de trabajo suministrada, "il travaille beaucaup" se traspondra a "un gras travailleur". Es como cuantificador de la adquisici6n, del gasto, del con sumo, en term in os de volumen y de masa, como beaucaup se traspone a gros. En esta funcion, gros tiene por opuesto a petit, que traspone peu: "un petit mangeur" < "il mange peu". Cuando beaucoup acompai'ia a verbos de movimiento c indica la frecuencia del ejercicio, cl adjetivo de trasposici6n cs, por 10 general, grand: "il voyage beaucoup": "un grand voyageur" "il chasse beau coup" : "un grand chasseur" 6 "il court beaucoup (lcs femmes)": "un grand eoureur y por extensi6n para cl ejercicio de otras actividades: t La expresi6n, vuelta estereotipada, grand chasseur devant J'f:ternel, proviene del Antigua Testamento, donde califica a Nenuod. Pero hay que fijarse en que grand (cazador) no es sino una de las tradllcciones del hebreo gibbor, "vigoroso, poderoso". EI griego de los Setenta vierte gigas (hIllCgOS), "gigante, poderoso". La Vulgata trae robustus (venator), la Biblia de Jerusalen vaillant (chassenr). Mas Bossuet escribi6: Nemrod, Ie premier guerrier ct Ie premier eonquc:!rant, est appe1e dans l'£criture un fort ehasseur. De fort a grand cambia el estatuto del adjetivo. Aunque se oiga a veces la expresi6n 'un torf mangeur". cl adjetivo tort cs cuando menos ambiguo en su relaci6n sintactica con chasseur.
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",I lit beaucoup": "un grand liseur" "j] ment, hable beaucoup": "un grand menteur, hableur" "il discourt beaucoup": "un grand discoureur". La relacion opuesta no genera trasposicion: "voyager {leu" no representa una caracteristica que haga falta predicar en farma nominal. Pero el adverbio beaucoup, con la misma construccion, puede tener otro valor, mas abstracto: el de un alto grado en el conocimiento, en el gusto, con verbos como aimer, (s'y) connaitre. Para trasponerlo se sude emplear grand, y el adjetivo se hace susceptible de acompafiar a los derivados amateur, conizaisseur: "il aime beaucoup la musique" > "il est grand amateur de musique" "je ne m'y connais pas beaucoup" > "je ne suis pas grand connaisseur" . Este valor implica evaluacion y apreciacion. Es susceptible, l\egado cl caso, de tcrmino contra rio, tal como pietTe: "un PietTe connaisscur" < "il s'y cannait peu, mal". II] EI otro adverbio frecucntemente utilizado es· cl calificadar bien. Tiene par traspucsto el adjetiva bon:
}.JECANIS~fOS DE TRASroSICION
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vinculos: "un mauvais condueteur" < "qui conduit mal". No obstante, su empleo no pasa de ser limitado; no se da tan a menuda la oeasion a la inteneion de eategarizar desfavorablemente una aetividad, y par 10 demas mauvais es a veees ambiguo: "l7Iauvais joueur" puede oponerse a "bon joueur", pero tambien a "beau joueur" (q ue se comenta luego). EI mecanismo de la opaSlClOn aparece asl. La calificacion adverbial bien que se traspone al adjetivo bon es eomplementaria de la cuantificacion adverbial beaucaup que se traspone al ad· jetivo grand 0 gros. Este sistema asegura el funcionamiento y la distribucion de los adjetivos bon (op. mauvais) y grand, gros (op. petit) en su union con un nombre en -eur, segtm el sentido de este sea comparable con una determinacion de eualidad a de cantidad. Algunos de estos nombres admiten uno ados otros adjetivos, con matices particulares y fuera de sistema. As! beau, en "un beau parleur", traspone un adverbio teo rico bellement, diferente del bellement historieo que signifiea "suavemente" (cf. tout beau!), mas cerca del adverbio beau en la locueion porter beau. En el usa corriente, "beau parleur" equivale a "que habla can c1egancia, de una manera seductora (a menudo Con la intencion de seducir) "; no pucde reducirse exaetamente a "que habla bien". La 111is1l1a disinletria se extiende a "beau diseur", por "'que dice (los versos) can eleganeia" (tam bien "fin diseur"), v a "beau joueur", par "que juega (y que sabc perder) can cleo gancia", 10 cual cs muy diferente dc "bon joueur" = "que jue· ga bien". Can todo, las dos ealifieaeiones"bon joueur" v "beau ioucur" tienen par termino opucsto cI mismo "mauvais 'joueur" quc, segt'1l1 los casas, signifiean\ "que juega mal" 0 "a quicn no hacc gracia perder". COl! ;ollcur es posiblc, pues, aeoplar trcs adjctivos: "'bon joueur" < "qui joue bien" "gros joueur" < "qui jouc gras" "beau joueur" < "que joue beau".' haec oh'idar S,I sClltido propio: ;lqncl qlll', {'otllp,lrtiendo lIll lcclw, pertnrha cl slIc,io de SIl COlllpalkro. SOli cOl/cilt'lIr cdfc lJ11it ~c r{'tollma CCllt lois (La Fontaine) . .. Tra~po~jt'i('111 k{)rica t·1l 1;1 qlH: bC,11l ddle <;\;[ tllm:ldo en d sl'ntido iudie,ldo antes.
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:ESTRUCTURAS Y ANALISIS
A esta corta lista de adjetivos traspuestos de adverbios anadiriamos haut en haut~parleur. Este especimen unico tiene por cierto la misma estructura que grand buveur, y teoricamente haut-parleur remite a "que habla alto". Pero hay dos razones que 10 apartan: 1] es un termino tecnico completamente fijo y JexicaJizado, como 10 indica la ortografia, un nombre de instrumento forjado ad hoc y no una caracterizacion de individuo; 2] y sobre todo, haut-parleur no fue creado en frances, ni podia serlo en modo alguno, en ausencia de todo modelo anal ago. La linea de las innovaciones I<~xicas en este dominio tecnico en frances para mas bien en terminos como amplificateur (de sonido), antes que en un nombre descriptivo, de imagen, personificador del instrumento, como haut-parleur. De hecho, es sabido que haut-parleur es una traduccion, introducida hacia 1923, del Ingles loud-speaker. El caleo resultaba tanto mas facil cUanto que loud-speaker esta forma do par el mismo procedimiento de conversion: loud-speaker < speaks loudly. EI vinculo estre' cho entre los dos miembros (*loud-and-clear-speaker seria imposible) par una parte, la difusion rapida de las tecnicas sonoras, par otra, faciJitaron asimismo el prestamo. Las mismas observaciones valen para la expresion {mica, mUcho mas antigua, par 10 demas, libre-penseur, dande libre- funciona como exponente adverbial, "qui pense librement". Pero es conocida la historia de esta nocion; libre-penseur fue creado en el siglo XVI! para calcar el Ingles free thinker (como mas tarde libre-echangiste calco free-trader, a partir de free-trade > libre-
J\lECANISMOS DE TRASPOSICI6N
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eater") , y tam bien de hecrvy: "a hecrvy drinker (smoker, sleeper)" < "he drinks (smokes, sleeps) heavily", y de hearty: "a heart)' eater" < "eats heartily". Asi, es posible en ingles diferenciar me· diante lexemas explicitos los val ores diversos de cualidad y cantidad implicados en frances por "bien manger" y que "un bon mangeur" no puede trasponer por completo. Estas observaciones han recalcado la diveFSidad de los valo' res que saca a luz el examen en la clase de los nombres de agente en -eur, que se acostumbra tratar como unitaria. Reponiendo cada uno de estos valores en el cuadro sintactico del que participa y partiendo de la construcci6n verbal que traspone, es como pueden .ser puestos en claro los mecanismos que producen y que diferencian estas categorias nominales.
9. LAS TRASFORMACIONES DE LAS CATEGORIAS LINGOISTICAS 1
La evolucion de una lengua considerada como sistema de signos consiste en las trasformaciones sufridas por sus categorias. Entenderemos por categorias las clases de formas caracterizadas distintivamente y susceptibles de funciones gramaticales. No todas las categorias se trasforman identicamente, ni al mismo tiempo. Pero en virtud de que todas estan relacionadas de algun modo, es inevitable que aun aquellas que parecen mas permam!ntes sean afectadas por las trasformaciones que toean a las menos duraderas, sea en su forma, sea en sus funciones, 0 en am bas cosas a la vez. Nos parece Mil precisar la nocion de trasformacion como proeeso diacronico estudiado en las categorias lingiiisticas, distinguiendo dos generos de trasformaciones, diferentes por su naturaleza, que tienen causas y efectos distintos en el desenvolvimiento de las lenguas: IJ Las trasformaciones innovadoras. Son trasformaciones producidas por desaparicion 0 aparicion de clases formales, 10 cual modifica la dotacion de las categorias vivas. Desaparicion de categorias seran, por ejemplo: 'la desaparicion parcial 0 completa de las distinciones de genero: eliminacion del ncutro, que reduce las oposiciones a la oposicion masculino / femenino; 0 eliminacion del femenino, que produce una oposicion: genero animado / neutro; ·la reduccion de las distinciones de numero por eliminacion del numero dual; ·la reduccion, en proporciones variables, de los sistemas de cIases nominales y -correlativamente 0 no- de los sistemas de deicticos, etc. 1
Hasta ahora s610 publicado en traducci6n inglesa en Directions
tOl
Historical Lin-
guistics {Symposium in Historical Linguistics, 29-30 de abril de 1966. The University of Texas, Linguistics Department), Austin-Londres, University of Texas Press, 1968,
pp. 85·9-1.
[130]
TRASFORMACIONI':S DE LAS CATEGORiAS LINCiHsTICAS
131
La creacion de categorias podra ser ilustrada par: *Ia creacion del articulo definido; *Ia creacion de nucvas clases de adverbios procedentes de compucstos (-ly, -ment), etc. Estas desaparicioncs y aparicioncs alteran la dotacion de las categorias formales de la lengua; provocan par afiadidura una rearganizacion y una redistribucion de las farmas en oposiciones cuya cstructura se ha modificado: redistribucion de las tres clases de nllmero gramatieal entre las dos clases subsistentes; redistribucion del plural neutro latina en cl fenJenino romance; reorganizacion de los demostrativos a partir de la espeeializacion del articulo, etc. II J Las trasformaciones conservadoras, que consisten en el rem plaza mien to de una categoria morfematica par una categoria perifrastica en la misma funcion, par ejemplo: *remplazamiento del comparativo morfologico par el sintagma adverbio adjetivo; *remplazamiento de la desinencia casual par el sintagma preposicion nom bre. Vamos a estudiar algunas de estas trasformaciones, para subrayar la impartancia fundamental de la nocion de perifrasis en el proceso mismo de trasfarmacion. Las trasformaciones que consideramos mas especial mente son las que a la vez producen una nueva clase de signos, que podrian llamarse signos de auxiIiacion, y que son realizadas correlativamente par esas formas dc auxiliacion. Consideramos en especial este proccso de auxiliacion en cl desarrollo perifrastico de dos catcgorias verbales, el perfecto v el futuro, en el dominio romance. Ahi hay ejcmplos privilcgiados, tanto par la abundancia de los datos como par el nlnnero de observaciones teoricas que permitcn haccr. La caracteristica farmal de esta trasformacion es pucs que se opera par creacion de un sintagma, condicion fundamcntal suya, cualquicra que sea la suerte ulteriar de tal sintagma (mantcnido distinto en el perfecto, soldado en unidad Cll cl futuro). EI sintagma de auxiliacion puede ser dcscrito como la asocia cion dc 1111 auxiIiante flexi01IJdo y de 1111 auxiliado no flcxionado. A cstos dos elemcntos agregamos otro, tcrcero, quc
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1")"
ESTRUCTURAS Y ANALISIS
reside en la combinacion de los dos, condicibn productora dc una forma nueva, distinta de cad a uno de los dos componcntes, y dc una funcion nueva, En o(ra parte hcmos ofrccido un analisis descriptivo dc la estructura de los sintagmas de auxiliacion en frantes.' Aqui estudiaremos de que manera se definen estas perHrasis Cll los casos respectivos del perfecto v cI futuro en su forma latina, cn su relacion formal y funcional.
Ll perifrasis tipica del perfecto esta constituida en latin par habere participio pasado. Tenemos aqui una estructura que parecc clara, inmediatamente intcligible y constante, sea en latin a en su est ado presente, pnesto quc volvemos a hallarla como tal en las Icnguas romances y en otras mas. En realidad la constitucion de este sintagma obedece a condiciones precisas, y supone algunas distinciones teoricas esenciales. Ni unas ni otras parecen allll recmiocidas como cs dcbido. Hay dos condicioncs para que las form as, la de habere y la del participio pasado, puedan combinarse en un sintagma. Cada un:', de cstas dos condicioncs consiste en lll:a e1eccion entre dos posihilidades. EI verbo habeo en construceion predicativa es susceptible de dos sentidos: "tener" y "haber". Esta condicion previa tiene importancia primordial: decide en la encrucijada de la e1eccion. La difcrencia entre "tener" y "haber" ha sido par regIa general desconocida en las numerosas obras didacticas que tratan de cstc perfecto. La mayoria de las veces ni siquiera se menciona. De ahi cI estado de confusion que impera a proposito de esta COllstrtlccion. Esta distincifm prim era es esencial; segt'm sea tomado habeo como "tener" 0 "haber", sc cierra 0 se abrc cl camino a la C0111prcnsi6n de la perifrasis. Esta distinci6n inicial, concerniente al sentido del auxiliar
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Cf. mas -addantc,
C
13.
TRASFORl\[ACIONFS DE I.AS CATECORIAS JJNCiHSTICAS
habeo, cshi ligada a otra distincion, relativa a la funci,'m dc la forma auxiliada: esta puede ser tomada a como adjctivo (cs cI caso de promptlls, leetlls, ratlls, tacitlls, clallslls, sllbitllS, etc.) () como participio verbal cn sentido estricto, Cada una dc estas dos funciones se vincula respectivamcntc a uno de los dos sentidos de Iwbeo y gobicrna un sintagma distinto, Uno de estos dos sintagmas jam'ls realiza una perifrasis de perfecto: es cl sintagma de habere "tener" can cl participio con valor dc adjctivo, El otro sintagma rcaliza siemprc una perifrasis de perfccto: es el sintagma de habere "haber" con el participio de valor verbaL Es necesaria una condieion mAs para que la relaeion de perfecto sea implieada par la fonna del sintagma; tiene que ver can la naturaleza SCIll,intiea del verba, Es preeiso, en principia, que dicho verbo denote un proceso "sensorial-intelectual" interior al sujeto v no un proecso "operativo" apJicado a un objeto fuera del sujeto, Partieipan de esta categaria los verbos "eomprender, descnbrir, notar, ver", los primeros en que se realiza la perifrasis Iwbere participio, Ta les son las condiciones a las q uc est,i sometido el perfecto pcrifrastico, Son aprcciadas juntas y pucdcn scr reconocidas como distintas en una forma como hoc compertlllll habet ("ha comprcndido eso"), don de Iwbere significa par cicrto "haber, 1'0scer", donde compertll111 es par cicrto cl participio que denota cl cst ado cn quc cl objeto ha sido puesto, y donde el verba comperire "avcriguar, deseubrir" de nota par cierto l1ll proceso mentaL La conjuncion de cstos trcs factores haec que el autor del comperire v cl sujcto gramatical dc habere coincidan nccesariamente, De ahi, en consecuencia, quc, cn este sintagma y par el, el autor del proccso sea designado como poseedor del resultado, ddqllirido para 0L 1Ie a'llii IIIl rasgo distillti\'{) de una nue,'a rclacion tIItre cI agclltc , cI l'roccso, mm diferente de aquella '1ue enuncia la fonna temporal simple, Otra consccucneia cs la situacion temporal, enteramemc nueva tam bien, quc estc sintagma atribuye al proeeso, En virtud de ser planteado como consumado, pero al mismo tiempo vinculado al presentc, cl proceso se halla referido a una etapa ante-
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ESTRUCTURAS Y ANALISIS
nor can respect a al momenta actual en que es enunciado. En hoc compertum habet ("se ha enterado de eso"), el tiempo presente de habet indica e! nexo duradero con el momenta actual, e! participio pasado campertum el estada del obieto como acabado, v 'asi logicamcnte anterior al in stante del discurso. Tal cs la dob'le caracteristica distintiva del perfecto: el proceso es planteado como presente, pcro en est ado de nocion consumada. Ningnna otra forma verbal puede hacerle la competencia con estc ,·alor. A partir de aqui, se generaliza cstc modelo sintagmatico extendicndolo a otros verbos, hasta llegar a episcopum invitatum habes (Grcgorio de Tours). En adc1antc, el sintagma se tarna nna forma lmica de das miembros, eI perfecto; los dos miembros deSempellan fnnciones intrasintagmaticas distintas y complementarias: habere se vnc1ve eI anxiliante encargado de las relaciones sintacticas can eI en uncia do; el participio, el auxiliado encargado dc la denotacion semantica del verba. Es eI acoplamiento de los dos miembros el que realiza la forma del perfecto. En el paradigma del verba latina se da una trasformacion del antiguo perfecto que, par escision, para en dos formas diferentes. EI valor inhercnte al perfecto sintetico pasa al perfecto perifnistico, que rechaza al atro hacia la funcion de aoristo. Por 10 delmls, cl hecho mismo de que el auxiliante habeo conserve eI cstatuto flexiona! de un verbo Iibre pennite constituir una conjugacion perifrastica campleta que renueva el paradigma del perfectum. Dc esta suerte la forma perifnlstica es heredera del antigua pcrfecta, no s610 en virtud de una sucesi6n hist6rica, sino porquc hacc cxplicito su valor inherente. Aqui podemos nada mas indicar csta relacion particular, que requeriria largas precisiones. La transformaci6n cstructural acaba cn una conservaci6n funcianal. Nada de esto puede salir a relucir micntras no se pase de repetir, como tantos manuaks, que "tiene escrita una carta; tiene las ropas dcsgarradas" anda muy cerca, si no cs hasta sinonimo, de "ha cscrito una carta; ha desgarrado sus ropas", 10 cua! es err6neo desde eI triple punta de vista de la descripci6n, de la
TRASFORMACIONES nE. I.AS CATEGORiAS 1.INCUiSTICAS
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historia y de la teoria general, y al instalar la confusion en el corazon del problema, impide inclusive plantearlo.
II
La trasformacion del fnturo latino en futuro romance se opero, como es sabido, par mediacion de una perifrasis habel5 infinitivo. Es 10 que todos los manuales representan en el esquema lat. cantare habe5 > fro ie chanterai. No queda sino decir que esta manera de simbolizar el transito de un estado a otro es erronea a la vez en la realidad historica si pretende resumirla, y como modelo teo rico si pre ten de hacerla comprendcr. Jamas fue cantabo remplazado por cantare habeo (si no es en la epoca ya romance cuando todos los futuros se habian vuelto perifn\sticos), y jamas cantaM hubiera podido ser re;nplazado por cantiire habel5. Este doble error, historico y teorico. resulta de una interpretacion inexacta del sin tagrna habere infinitivo que es efectivamente la etapa intermedia entre eJ futuro latino y eI futuro romance. El1lpecemos por restableccr las condiciones exactas en las cuales aparece esta perifrasis. Nacio en los escritores y teologos cristianos a partir dc Tcrtuliano (a principios del siglo \II d.c.). La gran l11ayoria de los ejel1lplos prueba que: 1 J la perifrasis cOl1lenzo con habere y el infinitivo pasivo; 2 J fue empleada pril1lero con habere en imperfecto; . 3] se restringia a las proposiciones subordinadas, sobre todo relativas. Al principio es, pues, un giro l1luy esp~cifico. EI tipo es: " ... in nationibus a quibus magis suscipi habebat". No cntra en modo alguno en cOl1lpetencia con eI futuro, que los misl110s autores el11plean regulannente y sin limitacion ni vacilaci6n. He aqu\ el primer rasgo importante. . Otro esta ligado a este, se trata del scntido de habere. Se desprende de esta construccion que haM1'e no significa "tener (que)" como en "tcngo que trabajar", sentido que jal1las habria conducido a UII futuro "trabajare", del que difiere illcluso
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ESTRUCTURAS Y AN.ALISIS
hasta el punto de que, hoy como siempre, "tengo que trabajar" Ilunea sc eonfunde con "trabajare", ni "tengo que deeir" can "dire". En cI sintagma latino tal como se eonstituyo efectivamcntc, habere con el infinitivo tiene par funcion indicar la predestinacion del objeto designado a ser hecho tal. Es un valor sem,\ntico nuevo y distintivo, del todo diverso del valor de intencion que a menudo esta asociado a la nocion de futuro. Esta perifrasis, cuando nace, tiene una cstructura sintactica particular, como se ha visto. lEs pues el sustituto del futuro? De ninguna manera. No es, al principio, uua proposici6n Iibrc, sino subordinada y par 10 general rclativa. Hay par tanto que dcfinir su funcion eomo la de un adjetivo verbal 0 de un partieipio. De hecho se enuncia merced a esta perifrasis cl cquivalente dc up participio futuro de voz pasiva, que no indica la obligacion (como hace la forma en -lldus) sino la predcstinaciem. Ninguna forma nominal del paradigma verbal latino podia expresar esta nocion que era a la vez nueva can respecto a los "tiempos" ehlsieos del verbo, y neeesaria en el marco conceptual en que se producia. Una vez implantada, csta perifrasis gana tcrrcno. Sc cxtiendc primero a la proposici6n librc: Nazaraeu.~ )'ocari Iwbebat secundum prophetiam; lucgo admitc, can habiire, cl infinitivo de un verbo deponente 0 intransitivo: quia lIasci habebat. quod ill Olllllem tcrram exire habebat praedicatio apostolorll1l1; por tIltimo, el infinitivo de todos los verbos. Mas csta cxtcnsiem no sc eonsuma hasta muy tarde (siglos VI-VII). S610 cntonccs c\ sintagma eompitc cfcetivamcntc con el futuro y lIega a suplantarlo. lIay quc reconoecr aqui dos procesos distintos: 1] EI sintagm'l habere infinitivo cocxistj{, largo ticmpo con el futuro antiguo, sin cruz,\rsc\c, porquc portaba una nocion distinta. Hubo asi dos expresiones del futuro: nno como intencion (cs la fOfJIw simple ell -bO. -ami_ atro COIIIO predestilJacion (es el sintagma: "lo.4uC tiellC 4uc ocurrir" > "10 4uC ocurrira"). Ihevitablemente las dos cxprcsioncs tcnian que encontrarse, y confundirse CII divcrsas circunstancias de cmplco. En tal conflicto, la forma simple del futuro viejo, debilitada ya por su dualidad forma! (-b1J /-am) y por las confusiones foneticas con e\ perfecto (amilbit - amiivit), debia ceder e\ puesto.
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TRASFORMACIONES DE LAS CATEGORIAS UNGUlSTICAS
2J Al mismo tiempo se realiza progresivamente una reduecion formal del sintagma por Ejaeion del orden de sueesion infinitivo habere Y por fusiim de los dos miembros: entre la final vou\lica de los infinitivos v la inicial voc;\liea de habere a eontinuacion, desapareee h- y e's abere 10 que en adelante sera la forma portadora de flexion: essere abetis "sereis" (s. VI), aearreando venire (h)abes, videre (h)abes y preparando asi sa/verai prinderai de los Jmamelltos de Estrasbmgo. Es esta trasformaei61l del silltagma ell una forma (mica la que 10 torno apto para adoptar ell cl paradigma el puesto del antiguo futuro. Se ve aqui cl ejemplo de una locueion naeida para responder a una funeion particular y limitada, eeHida en un marco sintactieo cstrecho, quc despliega sus virtualidades propias y entonees, par un deeto de sentido imprevisible, realiza eierta expresi6n del futuro. La lcllgua explota este recurso para instituir progresivamellte una nueva forma temporal que elimina 1ft. antigua.
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Otra trasformacion perifrastica del futuro antiguo se dio en griego, y cxhibc Ull clIIioso paralclismo con la precedente. La forma antigua. del futuro es remplazada en griego medio por perifrasis concurrentes que revclan el eonflicto entre dos expresiollcs distilltas: 11na consiste en
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ESTRUCTURAS Y ANALISIS
EI sogdiano, dialecto oriental del iranio, proporciona un cjemplo mas de trasformaci6n. EI futuro antiguo, con eI morfema -sya-, representado por el avestico busyati "sed.", es remplazado en sogdiano por una locuci6n formada por el presente seguido de una particula kam (antiguamente = "deseo"): but kam "sera". En estados mas evolucionados del sogdiano, la particula se une a la forma verbal y finalmente se reduce a -kii, que no es ya significante: butqii "sera" Parece que por una necesidad interna la perifrasis del futuro este destinada a e1iminar eI miembro auxiliante, sea por fusi6n con eI auxiliado (es la soluci6n romance), sea por reducci6n al estado de particula (como en griego moderno y en sogdiano)
III
Estos ejemplos permiten ver, en la trasformaci6n de las categorias fQrmales, la similitud de los verbos empleados para efectuar combinaciones sintagmaticas bastante diferentes entre Sl, y que no tienen igual suerte en las mismas lenguas. EI perfecto y el futuro nuevos han sido realizados por eI mismo verbo en calidad de auxiliante, habere. Hubiera podido mostrarse la trasformaci6n del pasivo antigu~ en sintagma caracterizado por el auxiliante esse (0 "ser", etc.). Por 10 que toca a las transformaciones de formas temporales latinas en romance occidental, apenas hay mas (cf. la variante tenere' en portugues). Hay otras trasformaciones, y otros auxiliantes que las efectuan. Una de las mas comunes es la trasformaci6n de las formas verbales modales en sintagmas cuyo auxiliante es un verbo como "poder". Hay asimismo trasformaciones de fonnas simples caracterizadas desde eI punto de vista del aspecto en sintagmas' provistos de un auxiliante con funci6n aspectual. Pero, sea cual fuere la funci6n particular que desempene, la auxiliaci6n es un procedimiento sintactico muy vastamente empleado en las lenguas mas diversas. EI sintagma de auxiliaci6n presenta por doquier caracteres comunes, que es interesante '" 'fer. iT.]
TRASFORMACIONES DE LAS CATECORfAS LINCl'ifSTICAS
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sacar a relucir, a titulo de ejemplo, en dos lenguas amerindias diferentes. Dondequiera es verificado el fenomeno de la allxiliacion, puede advertirse que el auxiliante es lin verbo de naturaleza particular, y, mas alia de todas las diferencias de estructura linguistica, que pertenece a las mismas series. Es lin verbo de sentido muy general, a menudo defectivo e irregular, supletivo en mas dc lIna lengua. En tunica (Haas) se distinguen tres clases de verbos: auxiliares, activDs, estaticos. Los auxiliares son: '?uhki "es, vive"; ?uTa "esta acostado, extendido"; ?una "esta sentado, acampado, agazapado"; ?Usa "viene"; 'uwa "va"; ~'uta "hace, causa", y aparte laka "viven"
(anom., 3a. p!'). Todos tienen lin empleo libre, aSI como lin empleo a modo de auxiliares de otros verbos. Ahora bien, difieren de las otras dos clases de verbos en virtud de las caracteristicas sigllientes: 1] Ciertos auxiliares se flexionan irregularmente: ciertas formas como las de los verbos estaticos, otras como los verbos activos, otras mas inanaIiza bles. 2] Son supletivos, {micos que emplean tal procedimlento. 3] ApIican la reduplicacion en la formation de los paradigmas repetitivos, y son igualmente los {micos que 10 hacen. 4] Son todos emplcados en la flexion perifrastica de los verbas activos, con todo y que tengan adem"s (salvo uno de ellos) un empleo Iibre. Tambien en azteca hay verbos auxiIiares. Son verbos - Whorf euenta diez- que tienen una existencia independiente. Como auxiIiares, son sufijados al verbo y confieren a la forma verbal, en la lengua chisica, cierto valor aspectua!. Los verbos auxiliares san: 1] ka "ser" (=continuativo); 2] nemi "andar, via jar" (= va haciendolo); 3] wi'c "venir" (= viene haciendolo); 4] mani "extenderse, estar extendido" (=circula haciendolo, 10 haec en un area: kiyawtimani "rains all around"); 5] ikak "estar de pie" (=se est" en este cstado, para cosas erigidas); 6] ewa "1evantar" (=no durativo "entra en el proeeso", 0 seneillamente ineeptivo: kon-anatewa "starts forward to get it (-ana-) "; 7J momana y 8] mote'ka, los dos "settle down"; el primero con una idea de "difundirse" de empleo idio-
]-to
ESTRUCTURAS Y ANALISIS
matico; 9] kisa "go forth" y 10] weci "caer", no durativos e inceptivos de aceion vigorosamentc c1l1prendida: -kWitiweci "dashes upon and takes (-k"i-) ". EI auxiliar es sufijado al prescntc -ti-, por ejc1l1plo con cl auxiliar ka "ser" mO-Aalia "sits", se forma o'mo-Aalitikatka "he was sitting", nw-).alitiyes "he will be sitting". La h~cnica de la auxiliaeion resulta particularmentc clara e instructiva en las Ienguas altaicas. EI sintagma dc auxiliacioll en turco antiguo (Gabain) consiste en un auxiliantc flcxionado y un "converbo" de forma fija en -u 0 ell -po EI paradigma. bastallte extelldido, de los auxiliantes, comprcnde verbos de selltido general que, en calidad de auxiliantes, forman perifrasis dc fun cion deseriptiva 0 modal: con tur- "starc" puedc fonnarse altayu tur- "tener eostumbre de engafiar"; can tut- "tener": kuyu tut- "proteger eontinuamentc"; eOll alq- "agotar": qilll alq- "haeer hasta el fin"; con tart- "tirar": qutu tart- "deeaer lentamente", etc. Podrian seT citados otras muehos casos, que mostrarian a la vez cmin general es este proeedimiento y cuan paraJelos son los eaminos de la realizaeion. Esto permite colocar los sintagmas de a\lxiliacion dc las lenguas indoeuropeas en un contexto descriptivo mas vasto v que permite comprenderlos mejor. Pero. a la iuYcrsa. donde hoy aprecia1l10s, en lenguas Sill historia. estmcturas de anxiliaei{l1l amllogas a las de las Icllgnas indoenropeas, podemos pcnsar en cchar mano del modelo indocuropeo para explicar sn genesis.
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10. PARA UNA SEMANTICA DE LA PREPOSICI6N ALEMANA VOR 1
En un articulo anterior 2 intentamos una interpretaci6n unitaria de los usos de la preposicion latina prae, a fin de mostrar en particular que el sentido llama do causal de prae resulta de una especializaci6n del sentido general de "delante, en eI extremo, en el punto extremo". Rechazabamos pues la explicacion dada por Brugmann de la expresion prae (gaudio): "Etwas stellt sich vor etwas und wird dadurch Anlass und Motiv flir etwas." P. Meriggi,' sin considerar en detalle la argumentacion de nuestro articulo, vuelve a la tesis de Brugmann, y a nuestra pregunta: "lIoro ante la alegria ... zEn que lengua se ha expresado uno nunea as!?", responde: "In tedesco, perche vor Freude e la espressione del tutto corrente e addirittura unica pel lat. prae gaudio." Opinamos que, lejos de modificar nuestra concepcion del sentido de lat. prae gaudio,' la expresion alemana vor Freude la refuerza. Pero Zque significa exactamente? Hay que empezar por analizar este uso de vor en eI contexto del valor general de la preposicion. A fin de abreviar nuestra demostracion, nos apoyaremos en las definiciones dadas en el articulo vor del diccionario de Grimm" Ante todo, hay que recordar que en las locuciones como vor 1 AthenaeulIl, nueva serie. vol. L, fase. l1HV (1972). Universidad de Pavia, pp. 372-37,. ~ Reimpreso en ouestra ob'a Probtemes de linguistique genbale. It Paris, 1966, pp. 13255. 3 AtJlellacllm, nueva serie, vol. L, fase. III-IV (1972), Universidad de Pavia, pp. H7ss., que tUVD 1a amabilidad. que Ie agradecemos, de trasmitirnos en manuscrito. 4 No volverclilos aqui a lat. prae, si no es para exprcsar nuestra satisfacci6n al ballar en cl articulo de P. Meriggi una inapreciable Iista de ejcmplos de prae qne confirman nuestros puntos dc vista accrca de las condiciones de dicho empleo_ Sei'lalemos dc pasada que la cita 4 (Liv. III, 46, 9) debe ser rectificada. EI texto es en reaHdad olllissis rebus aliis prae lInius cura, lit. "todos los demas asuntos eran descuidados, al extremo del cnidado por uno", a como traduce Bamet (ed. Bude): "Comme on ncgligcait toutes les autres affaiR's pour ne s'occuper que de celie-Iii," c, Grimm, Dcutsches 'Vorterbuch, XII, Abt. II (1951). pp. 777ss., cit.do en adelante "Grimm"
[141 J
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ESTRUCTURAS Y ANALISIS
FTeude (weinen) la prepOS1CIOn se aplica exclusivamente a es· tados 0 acciones involuntaTios y se oponc a la cxpresion del comportamiento voluntario 0 reflcxivo que requiere la preposicion aus." Aqu! esta, como se vera, una Iimitacion esencial del pre· tendido sentido "causal" de VaT. , De manera general, VOT indica dos posiciones posibles: 1] del lado donde esta la cara de una persona 0 una cosa: VOT dem Gericht "(comparecer) ante el tribunal", cara a cara, pues; 2] yendo delante de la persona 0 de la cosa: VOT ;md. laufen "correr delante de alguien", y as! precediendolo. Lo confirm a Grimm: "es sind immer zwei anschauungen miiglich, die auch allen ubertragenen anwendungen zu grunde Iiegen, ein zugewendtsein oder ein vorausliegen, -stehen oder -gehen".' Es de la segunda acepcion de la que partiremos para dar razon del empleo "causal" de VaT. Una locucion propia para facilitar su comprension es VaT dem winde segeln, que Grimm comenta: "zur bezeichnung einer bewegung vor bewegtem in gleicher richtung VaT dem winde segeln, so dass der wind von hinten oder schrag von hinten kommt'" La locucion VaT dem winde segeln, literal mente "singlar ante el viento", indica que se tiene el viento detras, viento en papa, seglin nuestra temlinolog!a. As!, VaT seiiala la posicion que se ocupa y la direccion a donde se va par efecto de una impulsion qne viene de detras y empuja hacia adelante. Ya andamos cerca de la situacion enunciada por VaT "causal", Pero no hay que dejar de observar las dos condiciones constantes y asociadas en el tipo VaT FTeude weinen y que son olvidadas a menudo: 1] el verba indica siempre un estado 0 un comportamiento psicofisiologico de caracter instintivo, involuntario ("gritar, lIorar, tern blar, tener miedo, estar fuera de sl", etc.); 2] el sustantivo al que se aphca VaT designa siemprc una enlocion viva ("alegria, colera, terror, dolor". etc.).
As! hemos delimitado el dominio de los empleos a los que conviene la preposici6n VaT en aleman, di en italiano, de en frances: 6 Cf. \Verner Schmitz, Del Gebr3uch def deutschen Prapositionen (4. Aufl., 1966): "Das kausale VOT neont die Ursache unwillktirlicher Handlungen (und Zustande), im Gegensatz zu allS, das die Ursache willkiirlicher Handlungen angibt." 1 Grimm, p. 777. 8
Grimm, p. 782.
SEMANTICA DE UNA PREPOSICI6N ALEMANA
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al. vor Freude weinen; it. piangere di gioia; fr. pleurer de ioie; al. vor Angst sterben; it. morire di paura; fr. mourir de peur; al. vor Miidigkeit umfallen; it. cascare di stanchezza; fro tomber de fatigue. Como aqu! no se trata de frances ni de italiano, no nos que· da mas qne preguntarnos si este valor de vor pnede explicarse par el sentido general de la preposicion tal como ha sido defi· nido arriba. Creemos que tal es el caso, y los datos concnerdan can nuestra interpretacion. P. Meriggi debe cons!ruir la snya sabre dos sentidos opuestos, el de "causa" y eI de "impedimen· to", que nos parecen ilusorios ambos. Se ve, sin mas, can leer el comentario de Grimm: "vor be· zeichnet die ursache, den bewegcnden grund flir zustande, besonders innere, dann aber anch fiir ein verhalten in ganz allgemeiner anwendung: vor begierde brennen, vor scham verstummen,. .. vor wut beben, vor freude weinen... Die wirkende ursache ist gewohnlich nichts von anssen kommendes, abgesehen von kalte, hitze, n. ii., wo gleichzeitig cin innerer zustand bezeichnet wird, und so ist dann das bewirkte wiederum ein innerer zustand, dessen ausdruck, oder ein verhalten, eine handlung, ein vorgang, die als nnwillkiirliche folgen angesehen werden konnen; besonders oft wird auch durch eine negation eine verhinderung, hemmung bezeichnet. .. " • EI papel de vor sigue siendo el mismo en este uso especifico. Indica la posicion en la que se encuentra uno bajo la impulsion de una fuerza irresistible que empuja hacia adelante. AI igual que el movimiento del nav!o es producido por la fuerza del viento que 10 impulsa, as! eI estado involuntario fisico 0 psiquico ("weinen") es eI resultado de una pulsion emocional ("vor Freude") que sufre el sujeto. EI comportamiento involuntario ("weinen, beben, brennen") del sujeto es asimilado al movimiento igualmente involuntario del velero ("segeln"), y eI paroxismo de la emocion impulsante a la fuerza impulsora del viento. Una vez aqui, todo 10 que importa y basta comprender es la rdacion semantica de vor can el verbo, por una parte, y par otra • Crimm. pp. 788·789.
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:ESTRUCTURAS Y ANALISlS
con eI sustantivo. Que la violencia del afccto res~ntido haga 1I0car al uno 0 impida al otro hablar, cs cosa quc ataue al psicofisi610go, no al Iingiiista. Es igualmcntc vano atribuir a vor el sentido de "causa" y eI de "impedimento"; eso es confundir el plano de la sensaci6n y eI de la lengua. Desde e1 punto de vista lingiilstico s610 viene al caso una consideraci6n: la COllStrucci6n de VOr y la relaci6n que establcce entre eI verbo y el nombre que articula juntos. Diremos pues que, apuesto adverbialmente a un verbo dcnotador de un cstado 0 un comportamiento involuntario ("norar, temblar", etc.), vor indica la avanzada extrema, resultante de una impulsion, y forma sintagma con eI sustantivo denotador del agente de la impulsion (aqui interno, emocional, "Freude", etc.). Si vor indica la direccion impuesta al objeto por el impulsor, es en virtud de la misma construccion que analiz:ibamos antes. Dejando aqui a un lado la cuestion del articulo, que no tiene relacion directa con nuestro proposito, sllbrayaremos el paralelismo y la unidad esencial de los dos tipos de locuciones: vor clem W illd segelll
vor Freude weznen
Exterior 0 interior, cinetica 0 cmotiva, la impulsion actlia parejamente, y en los dos casos tiene vor la misma denotacion. Hay un nexo estrecho, necesario, entre cI caracter illvolulltario de los comportamientos indicados por eI verbo (sea act os, "lIorar, gritar", sea, 10 cual se reduce a 10 mismo, "no saber ya que se dice, no poderse mover") y la naturaleza irresistible de la pulsion que mueve al sujeto en la direccion vor. La lengua no podria producir construcciones tan parecidas si no hubiera entre elIas una similitud profunda debida a un mismo esquema subyacente. Toca al lingliista descubrir esas relaciones profundas bajo la divcrsidad superficial dc los usos, si quiere comprender los efectos de senti do que resultan.
IV FUNCIONES SINTACTICAS
11. FUNDAMENTOS SINTACTICOS DE LA COMPOSICI6N NOMINAL 1
Tanto en la practica descriptiva como en la teoria de las clases de formas se ha considerado siempre que la composicion nominal es cosa de la morfologia, que no es otra cosa que una variedad de la formacion de los nombres, a igual titulo que la derivacion. Nadie discutira que las particularidades formaIes de los nom bres compuestos interesan en efecto a la morfologia nominal, en particular las variaciones caracteristicas de un tema nominal entre el estado de forma libre y el de miembro de compuesto, variacion que es precisamente una de las seiiales, a veces la (mica, de la composicion. Vistas asi las cosas, los compuestos de las principales lenguas suministran a Ia: descripcion materia abundante. Han sido descritos y a menudo analizados con gran detalle. Pero la consideracion morfologica deja sin responder. y a decir verdad aun sin plantear, el problema fundamental: lcual es la funcion de los compuestos? lQue los hace posibles y por que son necesarios? En una lengua consistente en signos simples, la existencia de unidades hechas de dos sign os nnidos invita a preguntarse don de esta la fnente com(m de los compuestos y de donde procede la diversidad de sns formas. Para responder es preciso, en nuestro concepto, considerar los compuestos no ya como especies morfologicas sino como organizaciones sint.icticas. La composicion nominal es una microsintaxis. Cada tipo de compuestos tiene que ser cstudiado como la trasformacion de un tipo de enunciado sint;\ctico libre. Examinamos pues en estos terminos las principales clases de compuestos, tal como son reconocidas por doquier, para sacar a la luz los fuudamentos sintkticos propios de cada una y, finalmente, para buscar sn com(m funcion. 1 Bulletin de I.. Societe de Linguistique de Paris, C. Klincksicck. t. fasc. 1, pp. H-31.
[H7J
LXII
(1967),
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FUNCIONES
SINTACTICAS
Planteamos en prinClplO que un compuesto tiene siemprc y solamente dos tenninos. Quedan excluidos de la funcion de composicion (10 cual es por 10 demas nocion bastantc ampIia· mente admitida) los prcfijos y preverbos, cuyo comportamiento y papcl son muy otros. Pero, de los dos tcrminos de un compuesto, uno puede scr, por su parte, compuesto! al. Bleistifthalter; ingl. cocktail-mixer; gr. triakonta-etes "treintafiero". EI compucsto que pasa a Ser termino de compuesto cuenta por un solo tcrmino; nunca hay mas que dos en eI compuesto nuevo. Deben distinguirse en el analisis de los compuestos dos factores que obedecen a condiciones diferentes: la relacion logica y la estructura formal. Esta depende de aquella. La estructura es dispuesta por la relacion. La sola relacion logica proporciona los criterios propios para clasificar funcionalmente los tipos de compuestos. En consecuencia, la relacion por establecer cntre los dos terminos debe ser considerada como el primer criterio, el mas general, aquel al que senin subordinados todos los demas. Distinguiremos dos grandes clases primordiales: los compuestos cuya relacion es entre los dos terminos y les es equidimensional, y aquellos donde la relacion va mas alia de los dos terminos y, cnglobandolos en una funcion nueva, se modifica ella misma. Todas las demas clases seran incluidas en estas a titulo de subclases.
La primera gran clase comprende los compuestos en que la relacion es entera y imicamente entre los dos tt~nninos. Estos constituyen -diversamente- y delil11itan -constantel11ente- la cstructura sintachca. 1) Contar.emos aqui, primero, por la simplicidad de su estmctura binomica, eI tipo Hamado dvandva ("par"), que junta dos sustantivos cquipotcntes en una unidad que lIal11are)1lOs acoplante. EI vedico proporciona los ejemplos cl
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VarUJ;Ia"; en griego VUX6~f!EPOV "( duraci6n de) noche-dia". La particularidad del dvandva es que los dos nombres son equipotentes. Es por esta relaci6n por la que se caracterizan. No forman pues, juntos, una construcci6n sintactica en sentido estric· to, sino que estan unidos por un vinculo de coordinaci6n quc 110 podria ser analizado sino en el marco de nna teoria general de la coordinaci6n asindetica. En consecnencia, el dvandva no admitc reducci6n de los dos miembros a uno solo 0 la primacia de uno de los terminos sobre el otro, aparte de la relaci6n de precedencia, fijado por la tradici6n y, por 10 demas, reversible: pitaTii-mataT1J 0 mataTa-Pitt/Ta. La reuni6n de los dos nombres pone de manifiesto el nexo asindetico, rasgo sintactico, y sirve de paso de resoluci6n lexica a la forma sintetica del dual Hamado eJiptico: d)'&vil "cielo (+tierra) ", mitTa "Mitra (+ Va· rU!13)" .
2] Qtro tipo esta constituido por los compuestos que retinen dos sustantivos: pa;aro mosca, pez gato, papel moneda, etc. Se distingue del dvandva en virtud de una diferencia esencial: designa un solo objeto natural, no dos. Pew 10 designa mediante dos signos juntos, nominales uno y otro. Se trata de reconocer el vinculo entre los dos miembros, y lucgo la constrncci6n sintactica de la que deriva la unidad nueva. De los dos miembros, cs siempre el primero el que suministra la denominaci6n: un pajaro mosca es un pajaro, un pcz gato es un pez. EI segundo miembro aporta al primero una cspecifi· caci6n, adhiriendole el nombre de otra clase. Pero entre los dos rderentes no hay sino una relaci6n de disyunci6n: las moscas no son una rama de las aves, ni los gatos una de los peces. EI ser designado como "pajaro mosca" es pues'en apariencia miembro dc dos clases distintas que, can todo, no son ni homogeneas ni simetricas ni aun vecinas. Si esta designaci6n doble sigue siendo, no obstante, no contradictoria, es que la relaci6n que instituye no es ni 16gica ni gramatical·sino semantica. EI objeto aSI dcnominado no participa identicamente de las dos c!ases. A una pertenece par naturaieza, a la otra es atribuido figuradamente. EI pajaro mosca es par cierto un pajaro, pero un pajaro que cxhibe cierta semejanza can una mosca. EI papcl moneda es papd, no moneda, par ser 10 propio de la moneda su materia
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FUNCIONES SlNTACTICAS
(metalica ), su forma (en piezas), su marca (acufiada); es sin embargo pape!. que tiene alguna analogia con la moneda, a la que sustituye. Asi signos Ic~xicos como "pajaro mosca", "pape! moneda" reunen dos nociones, una de naturaleza, la otra de fig~1[a. EI pape! de estos compuestos es acoplar en una designacion espedfica una c1asificacion de reali~ad y una c1asificacion de parecido. Es la prueba de que la relacion es planteada entre las casas, no entre los signos. Se percibe la constitucion sintactica que fundamenta estos compuestos. "Pajaro mosca" se remite a un sintagma de definicion: "pajaro que es una mosca" y "papel moneda" a "papd que es moneda". En este tipo de construccion, dado el sentido que produce, e! empalme "que es" entre los dos \exemas implica una funciou particular de "ser". No es una marca logica de identidad entre dos c1ases, puesto que las condiciones del empleo obligarian a estipular que esta funcion proposicional de la forma "un x que es un y" se aplica aqui a un objeto real y, sin embargo, los referentes de x y y son incompatibles, 10 cual seria contradictorio. La relacion por "ser" debe entonces mas bien ser entendida aqui como una relaci6n' de asimiIaci6n semantica cntre dos nociones distintas, sobre la base de un rasgo COml1l1 que es implicado, mas no indicado. Entre "pajaro" y "mosca", SCf
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asociando dos signos ya conocidos en una unidad espedfica. ahorra un signo unico que seria suplementario. 0 permite suplir10 ("pajaro mosca" allado de "colibri"). 0 si no. cuando existe. diferenciarlo de nuevo: a partir de un nombre basico (popular) martin para paserinas, se forman martin pescador y luego martin cazador. 3] EI tercer tipo de esta clase es eI eompuesto de dependencia, cuyos terminos son dos sustantivos en relacion de determinacion: ing!. arrow-head "punta de f1echa"; gr. oiko-desp6tes "amo de casa"; sanscr. riiia-putrci- "hijo de rey". La base del compuesto es eI grupo sintactico libre con detemlinante en genitivo y determinado en nominativo (de cualquier modo que se realice fonnalmente este vinculo, enunciado aqui, para simplificar, en h!rminos de flexion casual). De todas las c1ases de composicion, esta es, desde todos los puntos de vista, la que ofrece la relacion mas clara e inmediata con la base sintactica Iibre, hasta el punto de que a veces c1 compuesto y eI sintagma parecen pennutables a vol un tad. Siendo asi, y en la medida misma en q-ue eI compuesto y eI sintagma pareeen ofrecerse Iibre e igualmente a la e1eccion. puede juzgarse pleonastieo este tipo de compuesto y poner en tela de juicio su legitimidad con respccto al sintagma. Y sin embargo se ha desarrollado, en ciertos casos ha sido productivo. lCu;\I pudiera ser pues la funcion? La cuestion no ha sido planteada todavia. Es cosa de reconocer eI criterio que ascgura la distineion entre eI compuesto y eI sintagma, es decir eI principio que rige la seleccion de los terminos de estos compuestos. Para descubrirlo conviene ante todo considerar esta c1ase en su inventario y ver dc que eategorias de nombres son tomados los constituyentes de los compuestos de determinacion. A este respecto las lenguas indoeuropcas antiguas olrecen a la obscrvacibn un campo privilcgiado. Se sabe ya que en cI origen cste tipo es raro y cstrechamcnte Iimitado. En vcdico \' cn gricgo antiguo no hay mas quc t1Il grnpo rcstringido de representantes." Por 10 quc toca al vcdico. s610 cs citada una docena de cjemplos. \" de heeho. hasta esto cs dcmasiado. IIce),o cI ex,,· • Cf. \\',l('h·rIlagd. Altim/. CWHlU .. II. 1. p. 2-H. ) ()-.
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FUNCIONES SINT ACTICAS
men ape\1as guardaremos como seguros tres 0 cuatro compuestos cepa.' Su misma rareza los hace tipicos e incita a considerarlos individualmente. Esta primero eI constituyente -pat; "jefe, amo", muy productivo y que desde el RV tiene un _paradigma tupido: dalllpdti"afuo de casa" (gr. des-pOtls), vi§-ptiti- "jefe de clan", ;~s-Pati "jefe de familia", etc. Tambien esta bien atestiguado putra"hijo", en ra;a-putra- "hijo de rey", brahma-putra- "hijo de brahman", asi como rajan. u rey", en iana·r~ian· "rey de la raza". De esta breve lista de la mayoria de los ejemplos primeros, se extrae ya una idea precisa de la relaci6n que habia que definir. Una forrnaci6n de compuestos cuyo segundo termino es "jefe" o "hijo" 0 "rey" se caracteriza en 16gica como una funci6n de dos variables: "ser hijo" no es un predicado aut6nomo, exige otro argumento para completarse; asi "hijo, jefe, rey" valen necesariamente por "hijo-de, jefe-de, rey-de". Los nombres de esta categoria 16gica son ante todo aquellos que indican el parentesco 0 la relaci6n con un grupo social. Este rasgo esta presente tambien en eI nombre propio divo-dasa"criado del cielo'" (con divo < divas gen:, sintagma fijado como nom bre propio). De ahi eI efectivo primero tan Iimitado de esta formaci6n. Coli todo, recibe, lIegada la ocasi6n, aportaciones imprevisibles. Puede uno, por ejemplo, sorprenderse al encontrar hiral)ya-ratha- "carro de oro", y se preguntara c6mo es que hirapya-rathtf- va a ingresar en la misma c1ase que ra;a-putra"hijo de rey", vista la diferencia de estatuto 16gico entre ratha"carro" y putra- "hijo". La relaci6n se aclara por eI valor contextual de hirapya-rathtf- (RV, I, 3D, 16): no "carro hecho de oro" sino "carro lIeno de oro" (golclbe/adener Wagen: Wackernagel; ein Wagen voll QoId: Geldner); ratha- es tornado aqui como nombre de continente; se traduciria mejor: "carretada de ~ Asi, de la listita que da Wackemagel (op. cit .. p. 241, S 97) siguiendo a Arnold, para las porciones mas antiguas del. RV, habria que eliminar varios ejemplos:
n.llva-;vara-, mahll-dhana-, mahll.vira; traen adjelivos como primer termino y pertenecen asl a otra categoria, la de cancira-ml!- (d. Wackemage1. S 101); devaJcf3tra- (RV, Y, M. 7) hay que tornado como, nombre propio, de acuerdo con
Geldner (trad. ad loc.) y Renou (Et. vCd. '" pan., V, 1959. p. 80; VII, 1960, p. 45); en tal calidad se interpretacl. mucho mejor como un bahuvrThi: "cuyo kptra viene de los devas"; , ' dru-pada-. es un bahuvrThi "pie de madera", como indica ya A. J;>ebrunner (Nach· tr.ge a Wack., 11, 2, pp. 3405); sobre divo-dls.a- y hiraI,lYIiI-ratha-, ct. mas adelante.
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oro". Can ella hira1Jya-rathti- se torna simetrico can ra;a-putrd-. Funciones como "carretada de (heno), pUfiado de (grana)" tienen la misma estrnctura logica que "hijo de (rey), jefe de ( familia) ", y el nexo continente-contenido es asimila ble al de miembro-totalidad, ya sea el de head hacia arrow en arrow-head, lit. "cabeza de flecha", a el de sanscr. pati- "amo (de)" hacia dam- "casa, familia" en da1Jl-pati- "amo de casa". Esta clase de compuestos cnuncia pues funciones de dos variables bajo la forma sintactica de la predicaci6n: "x es de y" realizada como "hijo cs de rey, jefe es de familia". EI compues· to se constituye can nombres que son par TUlturaleza terminos relativos que piden t~rminos complementarios, tales como nombres de parentesco a de posicion socia!. Este nucleo inicial crece can designaciones participantes de otras categorias semanticas, pero que contraen par su empleo la misma relacion logica can sus terminos complementarios. A la vez queda fijada la demarcacion de principia entre este compuesto llamado de determinacion nominal y el sintagma: este no esta some tid a a ninguna restricci6n logica y puede reunir en esta relaci6n sintactica nombres de todas clases. 4] EI tipo que podria llamarse clasico es el compuesto de primer miembro nominal, determinante, y de segundo miembro verbal, determinado: gr. hippo-damos "que doma caballos", lat. signi-fer "que porta la ensefia", sanscr. havir-ad- "que come la oblacion", a. persa ar~ti-bara- "que neva la lanza", ing!. shoemaker "que hace zapatos", ruso medv-ed' "comedor de miel" (= oso). La relacion es la misma, en orden inverso, sin eleccion ]llosible, en el tipo esp. portamonedas. Tan clara como ampliamente desarrollada, esta formacion descansa en una pro posicion libre can forma personal del verba transitivo que rige un ter· mino nominal: gr. hipp6-damos "doma caballos"; lat. signifer "lleva la ensefia", etc.' Tropezamos sin embargo con una curiosa anomalia. Par evi, Basta can aiiadir, en vista de que nuestro objeto no es la descripci6n de los com· puestos por 51 mismos, que la rclaci6n objeto nombre verbaJ transitivo sc invierte ell rccci6n pasiva clIando el t('rmino verbal del eompuesto cs cI adjetivo en ·"'to. 0 cl pal'l:icipio pasado: ingles halld·made, gr. kheiro.pojetos, lat. manu·factus, y que 1a funci6n verbal intransitiva apareee en sanser. Iathe·~tha "que csta cn cI carro", La sin· taxis de las tres diatesis se lefleja de este modo en los compuestos.
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dente que parezca la relacion planteada entre este compuesto y la proposicion libre con reccion transitiva, no puede dar. razon de la existencia de un tipo paralelo, donde los mismos elementos estan unidos por la misma relacion intema, pero en orden inverso: determinado verbal + determinante nominativo, y sin embargo con el mismo sentido global. Este tipo esta represen· tado en la mayor parte de las lenguas indoeuropeas antiguas, muy especial mente en griego y en indoiranio: gr. arkhe-kakos "que comienza el mal, que es responsable de una desgracia", phereoikos "que lleva su casa", sanscr. trasa-dasyu n. pr. "que asusta al enemigo", k~ayat-vlra- "que manda a los hombres", a. persa x§ayiir§an- n. pr. (xsaya-ar§an-) "que manda a los heroes", avo bariJ.za06ra- "que trae la ofrenda". Al parecer este tipo supone tam bien eJ una construccion libre de un verbo transitivo y de su regimen: gr. phere-oikos "lleva su casa", sanscr. trasa-dasyuUasusta al enelnigo", etc. Los dos tipos de compuestos, formalmente distinguidos por su sucesi6n, han sido siempre considerados como funcionalmente analogos y de igual sentido. Los lingtiistas que los han descrito los consideran sinonimos, tanto mas cuanto que a veces son los mismos lexemas los que estan dispuestos en orden inverso, y se dispone as! de compuestos reversibles, por ejemplo cn avestico baro.za06ra- y za06ra.bara-, que significan uno y otro "que trae (bara) la oblacion (za06ra-)". Nunca ha sido ni planteada la cuestion de una posible difereneia entre los dos ordencs. Sin embargo, es dificil pensar que los dos ordenes de composicion nominal verbal 0 verbal nominal puedan pennutarse a voluntad y exhiban variacion libre. A priori no sedan tolerables semejantes pleonasmos en una lengua donde la composieion obedece a normas fijas. Aun menos imaginable sera cI que se hayan desarrollado como 10 hicieron, si no pasaran de ser variantes cstilisticas. Tenemos que preguntamos como dos tipos de compuestos, diferentes por e1 orden de los terminos, pueden uno y otro fundarse· en la misma construccion libre de un enunciado predicativo en presente. Debe existir, en el fundamento mismo de esta construccion, una doble posibilidad sint{lctica que sc prolonga en \a doble ordenacion de tcnninos de los compucstos. En cfecto, csta presnncioll es verificada ell \a sillta,is del CIIHII-
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ciado. No en la variacion del orden entre el verbo y el regimen, puesto que este orden es libre, no condicionado, y sin efecto sobre el sentido, sino en el doble valor inherente a una forma de presente. En "lIeva ... " puede verse 0 un presente intemporal de definicion: "lIeva. . . = es portador de ... ", 0 un presente actual de descripcion: "lIeva ... = desempefia eI acto de lIevar". Tal es la diferencia qne hay que reconocer entre el compuesto griego en -<poQOC; "portador por vocacion 0 naturaleza" (definicion) y aquel en OQOC; "( camino) que lIeva a la gente" (= frecuentado); fWO
Sen! lItil, en eompensacion, saear a la luz el valor propio de los compuestos en
todos los troyanos, y para eJ mismo tambien" (E 62-4); la frase relativa pareee una traduccion analitica del compuesto. Recordemos, por su lado y por el contraste, que -upXo; como segundo termino indica la ealidad permanente de "jefe" (vauuPXo; "jefe de Bota, almirante") y -EXO; la funeion de "tenedor, portador" (OXl]mo;;x0C; "portacetro", rey 0 hcraldo; ~u6boiixo; "portavara", juez, portero) . ". !P£Q£OlXO; res de concha:
sirve de kenning entre los poetas para designar vados animales portadod. H. Troxler, Spra(.·he und Wortschatz Hesiods, Zurich, 1964, p. 22.
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Esta interpretaci6n concuerda con dos particularidades propias de estos compuestos con primer miembro verbal y que rige: una es que no designan un ser 0 un 0 bjeto como portador de una funci6n -esta funci6n podria ser suya sin ser jamas realizada cn acto-, sino como desempeihindola efectivamente 0 habiendo realizado el acto denominado, y de esta suerte como particulares y definidos. En consecuencia -es eI otro rasgo caracteristicoesta formaci6n produce epitetos que convienen a individuos, no aclases, y los descnben en sus rea1izaciones propias y no en la virtualidad de una funci6n. De ahi que proporcione un gran contingente de nombres propios individuales, sobre todo en gric· go y en iranio: gr. MEV'.'''O<;, 'Ay'.'''o<;, 'AQX'·'ao<;, MEVE·XaQfilj;, TAlJ-1It6).,f.'o<;, etc.; ved. Trasa-dasyu-; a. persa Diiraya-vahu- "que mantiene el bien" (= Dario); X~ayiiT~an- "que reina sobre los guerreros" (= Jerjes); avo Ux~yat-.r.ta- "que incrementa eI orden" (nombre del hijo mayor de Zara6u~tra), etc. La distinci6n entre las dos variedades de compuestos de recci6n interior segun eI orden del regente y del regido se reduce asi a su fundamento sintactico, que es la suma de dos valores en la forma verbal del enunciado Iibre en presente. Es justamente esta posibilidad de producir dos variedades de compuestos con los mismos tcrminos 10 que ilumina la estructura sintactica del enunciado libre. Compuestos del tipo de oikophilloks "guardian de casa", thanat~-ph6ros "portador de muerte", remiten a los enunciados "guarda la casa; porta la muerte". Pero aquiel presente "guarda; porta" representa en realidad la trasformaci6n de la locuci6n predicativq "es guardian; es portador", que da el fundamento conceptual y sintactico a la vcz; la forma verbal de presente conticne pues la predicaci6n dc un.! propiedad inherente. Pero en eI tipo phertf-oikos eI enunciado basi co libre "lIeva su casa" no cs la trasformacion de un en unciado predicativQ de esencia; formula sola mente una descripcion. Aquila forma verbal de presente no aserta una propiedad de scr, prcdica un proceso efectivo. EI campo de esta distincion no se Iimita a los compuestos. Abarca otras formaciones nominales. En tanto quc derivados con fundamento sintactico, las dos clases de nombres de agente (respectivamente en -ter y -tor) y las dos clases de nom bres de accion (respectivamente en -tu- y en -ti-) se distribuyen segun eI mismo
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principio 6 que las dos c1ases de compuestos verbales. Una gran articulacion verbal sale as! a la luz, vinculada a la naturaleza fundamental del presente- verbal y que se prolonga hasta la derivaci6n nonlina1.
II
La segunda gran c1ase es la de los compuestos cuya relacion no es entre los dos tt~rminos sino que, en cierto modo, va mas alia. )] Son los compuestos llamados bahuv~ihi, tipo de gran generalidad, del cual he aqui algunos representantes: Ingles blue-eyed (azul+ojo) "ojiazul"; gr. kuno-kephalos (perro+cabeza) "(mono) con cabeza de perro"; lat. quadru-pes (cuatro+pie) "( animal) de cuatro pies"; ved. ugra-biihu- (fuerte+ brazo) "( dios) de brazo fuerte"; a. pcrsa tigra-xauda- (puntiagudo+casco ) "(sakas) de casco puntiagudo"; paiute ct1)apwavi" tots. (coyote +cabeza) "(persona) de cabeza de coyote, crazy-headed person"; 7 fr. rouge-gorge (rojo+pechuga) "( pajaro) de pechuga roja". La definicion de estos compuestos siempre ha sido dificultosa, aunque haya acuerdo en el amHisis emp!rico. Han recibido varias denominaciones. La de bahuvrihi, la mas inocente, designa en sanscrito la c1ase mediante uno de sus representantes. Tambien se emplea "compuesto exocentrico" para decir "cuyo centro cae fuera (del compuesto)", 10 cual tiene el inconveniente de recurrir a una geometria azarosa (lcomo va a estar eI centro de un objeto fuera de eJ?), sin con ello e1ucidar la relacion, que nada mas es enviada fuera del compucsto. Mas claro, al mcnos en su scntido inmcdiato, es eI termino "compuesto posesivo", y contienc, como se vera, una pizca de verdad, pero no deja de ser aproximativo y mal definido, y en suma inadecuado. Ninguna de estas denominaciones, a decir verdad, alcanza la particularidad del objcto por definir. ~ NOIm cl'agent et lIoms d'action ell indo-europeen, 1948, la, parte. '; Ejemplo tomado de Sapir, Southern Paiute, p. 74, quien 10 clasifica l'(lIllO bahuvrihi.
ei
mismo
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La raz6n es que, a difereneia de las demas dases, que tienen eonstrueei6n sintictiea simple, esta impliea una eonstrueci6n sintaetiea compleja. Sea un bahuvrihi como hom. argur6-toxos "( dios) del area de plata". Se remonta a una proposiei6n analitica que se enuneia "su areo es de plata" (0 indiferentemente "Hene un arco de plata"). Ahora bien -he aqui el punto importante-, esta proposiei6n no es simple y, no siendolo, no podria ser eonsiderada como fundamento ultimo del compuesto. Consideramos que "su areo es de plata" es la contraeei6n de dos proposieiones l6gieamente anteriores y sintictieamente distintas, euya artieulaei6n es el pronominal "su" (0 el verbo "tiene") Una es predieativa de eualidad: "areo es de plata"; la otra, prcdicativa de atribuci6n: "arco-de-plata es de (X.)", esta es susceptible de una variante formal: "( X.) tiene arco-de-plata".· La proposici6n atributiva tiene por indice el predicado de existencia "ser-de" que implica necesariamente un atributario, expresado o no. Resulta pues que la proposici6n contraeta "su arco es de plata" induye, a titulo de factor indispensable de la construcci6n, el atributario actual 0 virtual del "ser-de". Es esta propiedad la que define la estructura sintactica del bahuvrihi." De que este compuesto se funda en una construcci6n atributiva, diversas lenguas dan una prueba notable en forma de un grupo sintictico que preludia en cierto modo el eompuesto atrib"tivo, y donde la funci6n de atribuci6n es asumida por una expresi6n posesiva. Es el caso del irlandes, que emplea con este fin el a posesivo de 3a. persona: Cailti cruaid a chri "C. duro su cuerpo, C. de euerpo duro"; ben ... sion a gruad "una mujcr dedalera su mejilla, de mejilla de dedalera (= de mejillas purpurinas) ".'0 Es el giro regular en semitico, donde eonstituye el meollo de la "proposiei6n relativa": 11 ntr?atun hasanun alJil-ha "una mujer bello su (-ha) hermano, cuyo hermann es bello". En 8 En otra parte hcmos insistido en la relad6n tcner:ser de (Problemes de Iinguistique generale, I, p. 195).
" Propiedad vagamente entrevista por quienes clasifican estos compuestos como "posesivos". Pem casi todos los adjetivos podrian ser Uarnaclos "posesivos". en virtud de estar sintokticamente ajustados a un nombre, que seria "poseedor" de la "cualidad", 10
En general esta expresi6n es descrita como un
"genitiv~
del relativo", 10 eual
vale solamente para las lenguas de descripci6n, como las Jenguas occidentales modernas. Para cjemplos, ver J. Vendryes, Gramlll. du v. irlandais, S 646, p. HI; Thurneysen, A Grammar of Old Irish, S 507, p. 321; Lewis-Pedersen, A Concise Comp
SINl'AXtS DE LA OOMPOSICI6N NOMINAL
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antiguo turco, qal-i kartliim "mi (senor) su-ceja (qal-i) [es] bella, de las bellas cejas"," turco klzi gilziil iifiindl "hombre su-hija [es J bella, de la bella hija"; 13 dam-I qlrmizi ev "casa su-techo (dam-I) [es J rojo, casa de techo rojo''.'' Podr!an ser citados otros muchos paralelos." Esta construccion coexiste en irlandes con compuestos bahuvrThi donde el adjetivo, siendo de funcion predicativa, precede al sustantivo y donde un sufijo -ech marca la atribucion, as! crcin-suil-ech "dunkel-iiug-ig, de ojo oscuro". La comparacion entre el compuesto crcin-suil-ech "ojioscuro" y el grupo sintactico (belch) bec a nert "(las abejas) pequena [es] su (a) fucrza, de pequena fuerza" muestra un paralelismo exacto entre los dos procedimientos: tienen a la vez valor predicativo, en el orden de los elementos, y valor atributivo, en el posesivo a y el sufijo -echo Se ve as! la funcion atributiva que el sufijo desempena en el bahuvrThi. Una ilustracion notable la da el ved. devci-patni, que no significa "duena de los dioses" sino" (aquella) que tiene par marido un dios (= mujer de un dios)". EI femenino patni representa en realidad pati "marido" dotado de un sufijo de atribucion; y como el atributario es un ser femenino, el sufijo tiene por necesidad la forma -i. Solo que hay que notar bien que la atribucion tiene por objeto no pati- "marido" sino la predicacion latente *deva-pati- "dios res] marido", de suerte que, can forma de atribucion a un atributario de genero femenino, devci-patni significara analiticamente "dios-marido es de ( ella) ", com binacion de las dos predicaciones. Esta estructura sintactica es el fundamento de la relacion semantica: el compuesto devci-patni (bahuvnhi) es solamente femenino; no puede tener masculino, ,. en tanto que grhci-patni (tatpuru~a) "am a de casa" es el femenino de grhcipati- "am a de casa", compuesto este tdtimo fundado en la construccion "el (ella) es amo-de ... " (d. antes). Por este lado grhci-patn~ uniplano, difiere fundamcntalmente de devci-patni, biplano (d. luego). A. von Gabain, AltWrkische Grammatikl, 1950, S 403. K. Gronbech, Ocr tiirkische Sprachbau, I, p. 86. U J. Deny, Grallllllaire de la langue turque, S 354, p. BO. 1l> Ver particulanncntc G. Dcetcrs, IF, 60, 1952, pp. 4755., que reune especimenes variados de estas construcciones (pp. 5lss, para las lenguas caucasicas). 18 Es nccesariamente y 5610 femenino no nada mas a titulo individual y por raz6~ contextual, sino tambien porque todos Ips compuestos en -patnT del RV. son bahuvTitus 12 13
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FUNCIONES SINTA..Cl'ICAS
Desarrollemos sumariamente las implicaciones de esta definici6n del bahuvrihi. 1] La estructura formal no es homologa de la estructura sint:ictica de este compuesto en cuanto al numero de los terminos_ La estructura formal es binomica (los dos miembros de la unidad morfologica); pero la estructura sint
SINTAXIS DE LA COMPOSICI6N NOMINAL
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la atribucion (es el compuesto formal entero) y un componente que indica el atributario, este inherente a la forma de composicion. Esta fun cion de atributario queda satisfecha, cuando hay ocasion, por un argumento distinto ("Apolo del arco de plata"), 0 si no por un sustituto, como un pronombre 0 un anaforico que ocupa la posicion vada: "(aquel) que tiene ... " 6] Esta relacion sintactica de atribucion tiene un correlato en la morfologia del compuesto: es el cambio de clase formal que afecta al termino sustantivo determinado. La forma libre fern. kephale "cabeza" se torna -kephalos -e -on -oi -ai -d en (kuno-)kephalos "con cabeza (de perro)", con variaciones de genero y de numero; la fornla libre neutra lat. caput "cabeza" se vuelve -ceps en (bi-)eeps "de (dos) cabezas". La marca de este cambio de clase puede ser una variacion apofonica 0 de adicion de un sufijo, 0 ambas cosas: la forma libre al. Auge "ojo" foC convierte en -iiug-ig en (blau-)iiugig "ojiazul"; la forma libre ingl. eye "ojo" pasa a -€)led en (blue-)eyed "ojiazul"; la forma libre hung. szem "ojo" se vuelve -s:tem-11 en kek-s:tem-t1 "ojiazul", etc. Es la marca formal de la funcion atrihutiva asignada a la proposicion predicativa basica_ 7] La estructura biplana y la naturaleza de compuesto van aqui a la par. Una relacion que seria uniplana, solamente esiva o solamente atributiva, no podria producir en forma nominal un compuesto, sOlo un derivado. Se nota si se traspone una y otra, .por separado, a forma nominal: "el es nino" prcduce "infantil"; "el tiene arma" produce "armado". Solo la combinacion de una predicacion de cualidad y de una de atribucion puede producir una forma nominal compuesta_ 8] Entre los dos pianos hay una jerarquia de necesidad: primero la funcion esiva, luego la funcion atributiva: un objeto no puede "ser-de" (= pertenecer) en tanto no "es tal 0 cual". La fun cion atributiva no toca sino a un sintagma predicativo de ser-tal. De este analisis se desprenden algunas conclusiones atinentes a la naturaleza y la funcion de los compuestos, ·tal como los hemos definido en sus relaciones intralingiiisticas.' 7 11
Estas oonc1usiones superan desde mochos puntos de vista las de una exposici6n
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FUNCIONES SINT ACTICAS
La Jcngua no es un repertorio inm6vil que cada locutor no tendria sino que movilizar para los fines de su expresi6n propia. Es ella misma terreno de un trabajo incesante que actua sabre el aparato formal, trasforma sus categorias y produce clases nucvas. Los compuestos son una de estas clases de trasformaci6n. Rcprescntan la trasfonnaci6n de ciertas proposiciones, tipicas, simples 0 complejas, en signos nominales. o sea que ya no puede explicarse la creaci6n de los compuestos por simple union inmediata de dos signos antcriores. Si la composicion nominal fuera, como siemprc la presental\, un pro' ceso de uatura1eza morfol6gica, no se comprenderia por que parece realizarse por doquier, ni e6mo pudieron nacer esas cla' ses form ales cn numero limitado, tan parecidas entre las lenguas mas diversas. Es que la impulsi6n que ha producido los compuestos no vino de la morfologia, donde ningnna necesidad los llamaba; surgi6 de las construcciones sintacticas con sus variedades de predicaci6n. Es el modelo sinh\ctico el que crea la posibilidad del compuesto morfol6gico y 10 produce por trasformaci6n. La proposici6n, en sus diferentes tipos, emerge asi en la zona nominal. Con ello es preciso reconocer a los compuestos una situacion particular. En general son dispuestos, con los derivados, en la "formacion de los nombres". Mas bien habria que insertarlos en un capitulo nuevo de la teoria de las form as, consagrado al fen6meno que podria ser llama do metamorfismo: entendemos por ello e1 proceso dc trasfonnacion de ciertas clases en otras. Estc proceso, considerado en el funcionamiento de la len· gua, responde a una funcion precisa, que sera discernida com· parando la sintagmatica proposicional con la del compuesto. Como sc ha visto, el modelo sintactico acarrea siempre una predicaci6n, simple a complcja; csta en uncia por naturaleza un proceso actual. En euanto ]a proposicion es trasformada en compuesto y los tenninos dc la proposici6n se vuc1ven los miembros del compuesto, la predicacion queda en suspenso y el cnllnciado actual se torna virtual. Tal es la consecuencia del praceso de tnlsfonnacion. ra vicja, limitada por 10 dcmas a los compuestos de determinaci6n, y que fue resullIida brcvemcntc en BSL, 44 (1947-8), fase. 1, "Proces-verbaux", p. XLU.
SINTAXIS DE LA CO~IPOSICI6N NOMINAL
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Asi sc ·define cntonces la funci6n del compHesto: trasferir a 10 virtHal d nexo actual de predicaci6n enunciado par la proposicion de fundamento. Es par cierto a csta funci6n a la que respondcn tam bien los caractcres fqrmales del compHcsto, Todo 10 que puede remitir a una situaei6n actual se borra: la predicacion verbal no pas" de implicita, d primer miembro, despojado de todo indiee de casa, de nlnncro, de genero, qHeda reducido a un scmantema, eI segundo miembro, sabre el que Teposa la rdacion sintagmatica, adquierc una forma y una fiual IIllc"as, indices del cstatuto de adjetivo que Tecibe eI campuesto. Otras tantas pruebas de la funei6n virtualizante que asumc el nuevo signo nominal. Al pasar asi almarco farmal del nombre, la proposicion libre suire una reduecion inevitable de sus latitudes de exprcsic"J11. Dc fijo era imposiblc que los dos terminas del campuesto eargaran con la multiplicidad de relaciones sintac!icas de que es susceptible la proposieion libre, No obstante, cI c01npuesto es capaz de mayor diversidad de 10 que pareeeria,." las 11l11l1crosas ,',niedadcs que rcgistran las gra1l1
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12. FORMAS NUEVAS DE LA COMPOSICION NOMINAL'
Las lenguas que hablamos se trasfonnan ante nuestros ojos sin que tengamos siempre conciencia de ello; multiples categorias tradicionales de nuestras descripciones no corresponden ya a la realidad viva; se fonnan otras que no son aun recono· cidas. Es el caso de la composicion nominal en el frances de hoy. Quisieramos sefialar dos desenvolvimientos que se dan, y dos clases resultantes, a las que es cosa de conceder estatuto de existencia.
I. LOS COMPUESTOS CULTOS
Hayen frances gran numero de compuestos formados a partir de elementos grecolatinos. La mayoria forman parte del vocabulario cientifico. Son dejados fuera de los marcos de la composicion, en virtud de su origen mismo. Parecen pertenecer a la morfologia de las lenguas clasicas, por estar confonnes con eI modelo heredado 0 imitado de estas lenguas, aun cuando hayan sido creados en la epoca modema. Este punto de vista tradicional ha impedido reconocer la verdadera naturaleza de varios neologismos instaurados en la nomenclatura cientifica de hoy, y su in teres para la descrip· cion de los compuestos franceses. Hasta se diria que no siempre han sido verificadas las condi· ciones primeras de su zreacion. La conviccion de estar ante variedades modemas de una clase grecolatina ha sido tan inten· sa que a veces conduce a descuidar hasta los datos lexicograficos hasicos. 1 Bulletin de Ja Societe de Linguistique de Paris, C. Klincksieck. t. LXI (1966), lase. I, pp. 82-95.
[164]
FORMAS NUEVAS DE LA COMPOSICI6N NOMINAL
165
Creemos Uti! mostrar esto estudiando la genesis de un termino decisivo para la ciencia modema, creado en frances, de donde pas6 a la mayoria de las demas lenguas: microbe. He aqui c6mo explican nuestros diccionarios la formaci6n de esta palabra: Microbe: tornado del griego ,U"p0610e;, "cuya vida es corta". Ne%g. palabra debida a Sedillo!. (Diction""ire general.) Microbe, 1878. Tornado del griego mikrobioo "cuya vida es corta" por el cirujano fro Sedillot 1804·1882. (Bloch_Wartburg, Diet. etym.a) Microbe (1878, sedillot) tornado del griego microbi,,", "de vida (bios) corta (mikrooi". (Dauzat, Diet. etym.) - - del gr. microbios, de micros, "pequef'io", y bios, "vida", (Dauzat-Dubois-Mitterand, Nouveau diet. etym., 1964.) Microbe, 1878, tornado del griego mikrobio. "cuya vida es corta". (P. Robert, Diet. alph., IV, p. 566.)
No hay inconveniente -y hasta puede ser ventajoso- en que los diccionarios se repitan, y con los mismos terminos, si enuncian una explicaci6n correcta. De hecho, la que dan aqui es incorrecta; incluso 10 es de varias maneras, y 10 es insidiosamente, por combinar datos exactos en una interpretaci6n falsa. Es urgente decirlo,. pues el error adquiere autoridad por la repetici6n. Empecemos por indicar que el compuesto mikrobios, por doquier alegado, jamas existi6 en griego en ninguna epoca. En caso de estar atestiguado ,cmil seria su sentido? Nada mas querria decir: "de pequena vida", y no "cuya vida es corta". Pues un adjetivo que queria decir "cuya vida es corta" ha existido en griego, por cierto, y en la mejor lengua clasica, peio es ~Qaxu.~lOe; y no ·,UXQ06lOe;. Este (lltimo no hubiera hallado uso ninguno; eI adjetivo !,.xpoe; no se aplica a ,~'oc;. No solamente nue~tros diccionarios presentan asi un compues· to griego inexistente, al cual atribuyen un sentido que no podia tener, no solamente dan por tomada del griego una palabra que en realidad fue formada en fran<:c!s, sino que por anadidura vuelven incomprensiblc la creaci6n de microbe en frances, pues el autor de este neologismo no queria, de fijo, decir que los microbios ten ian "corta vida". Cientificamente, no habria tenido sentido.
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FUNCIONES
SINT AeneAS
Al propollcr la palabra microbe, Sedillot se anlla de la alltoridad de Littre que -scgtlll diee- la aprobo. Cosa tanto Ill"S ~ Nota (Ie St:dillot, "S~nonyl1lcs' microzoaircs, microphytcs, aerobics, ana6obic~, micrognmc" llIicro{'oc~'i, miooznna" bact~rics, bactcridics, \'ibriom, microdermcs, ("ollktll'~ ferments, m()lI11dc~, :lnllllalcnlcs, t'orpl1sculcs, toruics, penicillium, aspergiIJus, illfl1~oiTl'~, leptofhri ... lepfotllrieulII, 'pores de l'achorinlll, de favus, de l'o"idiuIII, du IHIl~Ijl'l. orglllli~llIe~ de ]'<.Ll'Itie t<.Lrtm]llc droit ct gauchc, zyllla',e~ ,cptiqucs ct septicemi4un, etc." " Cll1l1pte~ r('udus de f.'\cademie des Scienl.:cs, tOlnO R6, 1878, p. 634.
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FORM AS NUF,VAS DE LA COMPOSICd>N NOMIN,H.
intercsante de saber cuanto que microbe no figura en cl Dietionnaire de la langue franraise cuvo tercer \'Qlulllen (lctras I-P) apareda aque! lllislllO aiio de 1878_ Por fortuna. los detaIles de aquella eonsulta los ha eonservado Rene Vallery-Raclot. verno de Pasteur, qUiCIl, en su Vie de Pastellr. fllndacla cn lIIla documentacion original, reconstruyc asi este episodio le,ieogriIfieo: En c1mcs de marzo de 1878; [Sedil1ot] Icy6 Cn 1.1 Academia tIna nota
intitubda "Dc l'influcncc des tr;waux de M. P,lstClIT SIIf Ics progrl's de la ehirurgie" [ ... J Sedillot en csta cOIllunicacion im'ent6 lin ncologisillo P;1f;l caractcrizar todo aqud con junto de organisHlOs y de infinitamcntc pcqllciios: \'ihrioncs, bacterias, hacteridas, etc. Propone dcsignarlos todos con d Homhrc dc microhe. Esta palabra tenia, a ojos de Scdillot. 1a \"Cntaia de ser corta y de posecr una significacion general. Ell toclo C'lSO. presa de cscrtlpulos antes de cmplcarla, consult6 a Lithe. Qlle Ie: [espundio d 26 de febrero de 1878, "~/(uy querido colcga Y
En cfecto. menos clc dos meses Ill,is tarde. cl 29 de a bril de 1878. Pasteur presenta a la Academic una nota intitulacla "La themic des germes et SfS applications ,\ la I)ledceine et ,) Ja , Rene Vallery-Radat, La rie de Pasteur. Paris. IQOO, pp.
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FUNCIONES SlNT A.CTICAS
chirurgie" (en colaboraci6n con Joubert y Chamberland),' donde consagra de una vez por todas el tc~rmino nuevo: Para afirmar experimentalmente que un organismo microsc6pico es realmentc agente de eilfermedad y. de contagia, no yeo otro media. en eI estado actual de la cieneia, que someter a1 microbe (nueva y feliz expresi6n propuesta par el senor Sedillot) • al metoda de los cultivos sucesivos fuera de la economia.
En la continuaci6n de su exposici6n, la palabra es empleada varias veces y del modo mas natural. Limitemonos a una sola cita (p. 124): Si tuviera el honor de ser cirujano, persuadido como estoy de los peligros a los que exponen los germenes de los microbios dispersos por la superfieie de todos los objetos ...
Esta demostraci6n era necesaria por dos razones: primero, para hacer ver -lecci6n de hechos que siempre es 6til recordarque es imposible adivinar las condiciones en que ha sido creado un neologismo; hay que descubrirlas en la fuente misma, en la intenci6n del creador. Nada puede dispensar de esta bUsqueda, que para el etimologista es una obligaci6n. Pero, sobre todo, era cosa de devolver a microbe su sentido verdadero. Se ve ahora que la palabra no ha sido tomada del griego; que no es un adjetivo sino un sustantivo, y que no significa "de vida corta", 10 cual por 10 demas hubiese sido ajeno a la concepci6n pastoriana. En realidad Sedillot invent6 el tc~r mino microbe para designar el con junto de los organismos microsc6picos. Combin6 libremente mikros y bios en un significado nuevo; los dos componentes griegos representan, con gran simplificaci6n, los dos conceptos asociados: bios "vida", eI de "organismo viviente", y mikros "pequeno", eI de "infinitamente pequeno, microsc6pico". As. microbe significa literalmente "pequena vida", para designar el "organismo microsc6pico". Semejante compuesto hubiera sido imposible en grieg?, y si Ii Comptes rendus de I' Academic des: Sciences, sfsilm. del 29 de abri} de 1878, 86, pp.' 1037-10-0 CEuvres de Pasteur, t. VI, 1933, p. IlZ (citamos segUR esta edi-
=
ciOn). , EJ editor de las (Euvres remite aqui en nota a la comunicaci6n de SckWlot arriba citada, dODd" se propane microbe para los divenos microorganismos.
169 todos nuestros lexic6grafos se han confundido acerca de la formaci6n de microbe, es por razonar sobre un modelo griego, cuando que el inventor habia querido hacer un compuesto frances, y Littre habia visto claro que ahi estaba eI quid_ Sedillot simplemente visti6 de griego una denominaci6n que habia concebido en frances. Tal es, en efecto, eI estatuto de este neologismo, como 10 es de gran numero de los que han visto la luz desde hace un siglo 0 mis: eS,.con lexemas griegos, un compuesto frances. Responde a un designado que fue primero concebido en frances, y traspuso al griego su definici6n, cpndensandola de paso intensamente .. Esta observaci6n vale t~mbien, pdr ejemplo, para photographie, cuyos elementos' por si solos no pueden explicar eI sentido: graphie "reproducci6n" y photo- "Iuz" estan lejos de enunciar 10 que eI compuesto quiere decir: "reproducci6n (de una imagen sobre una placa sensible a la) luz". Y piensese nada mas en eI hibrido television. FORMA.s NUEVAS DE LA COMPOSICI6N NOMINAL
lOtro ejemplo? A fin de variar las condiciones de la prueba, saldremos del marco de Ia composici6n y consideraremos un neologismo cientifico que es esta vez un termino simple. Es el termino otarie, creado en frances a partir del griego e ingresado en la nomenclatura zool6gica de la mayoria de las lenguas DC" cidentales modernas. Los diccionarios dan la explicaci6n siguiente: 1810. Tornado por eI naluralisla Peron del griego Ofarion (cim. de ous, Ofoo, v. otite), a causa de la pequeiiez de las esle animal. (Bloch-Warlburg3 .) (1810, Ann. du Museum), sacado por Peron del griego 6tarion "orejita" (ot1s, Otos, oreja), par tener esta foca las orejas pequefias y aparenles. (Dauzat, 10 mismo en Dauzal_Dubois_Mitterand.) Otarie, gr. atarion "orejita", a causa de la pequefiez de las orejas de esle animal. (P. Roberl, Diet. alph.) Otarion (gr.) ohrchen. Fr. otarie, espece de phoque a oreilles pendanles (seit 1810). (FEW, VII, 443.)
Otarie, "orejila" orejas de .Otari.
Littre definia otarie: "grupo del genero de las focas, mamiferos, uno de cuyos principales caracteres es poset;r' orejas bien visibles, aunque poca cosa", y eI Dictionnaire general como una
l70
FUNCI07'rFS
SINTACTICAS
"cspeeie de foeas con orejas aparcntcs", indieando que ]a palabra era debida a Peron. Todo csto solo es exaeto a mcdias. Hay que rcferirse a la publieaei6n de Fran,ois Peron para eomprender ]a formaci"n de .este neologismo. Eu una "Notice sur l'habitation des animaux marins, par MM. Peron et Lesueur", este naturalista, que habia realizado un largo viaje par las tierras australes entrc 1800 v 1804, distinguc varias espeeies de focas indehidamentc eonfundidas par sus prceursores bajo un mismo nombre. Analiza sistelll
Aqui Peron sc refiere a su Vo),age de decouverte.,
Focas. [.a familia nUC,",l 'Inc propongo sc di"jck en dos gencros. distinguidos por 1a pn.'St'IlCi;l de auricn, las 0 su :I11scncia; los Foc~cc()S COil ;lllricnias IPhocacea atlricu[atal son rt'unidos en nil gellt'TO particular con d nomhre de Otarie fOtaria Nl Los Fodceos dcspHwistos de auriculas IPllOcacea incJllriclIlatdl constitl1Yl'1l d gcnero de las }'ocas propialllentc dichas lP/IOCd N.J. pOT los 1l
Pcron ereb pucs c1 tertninn otarie para earaetcrizar la espeeie enn rclaeibn 31 eon junto de los Fnciceos, 111erced a lin rasgo distintil'O qne aislo a la perfecei(lll: presencia / a useneia de a nrleulas. Se \'C cntonees qne si digit, la for11luiaei'1ll di111in11ti\'Cl de ]a palahra griega, ,onipw\'. 110 es de ningt111 1110dn "a cansa de la peq11ellcz de las orcjas de ('ste 3I1iIl131". C01110 diecn los diceionarios citados. sillo pur 1<-1 raz(')11 cIItcnlllH.'lItc formal ell' 411C <.'1
FORi\IAS NUEVAS DF. LA COJ\IPOSICI6N NOMINAL
171
termino griego ",tU\lIO' era cl correspondiente exacto del latin auricula, y de que, en eI lenguaje de los naturalistas, auricula 0 su sustituto -en frances auricule- no es un diminutivo sino eI termino anatomico para la oreja extcrna, cl pabellon de la oreja. Esta especializacion de auricula era por 10 demas antigua; ya se eneucntra cn eI Nuevo Testamento ",n'Qtov para eI "pabe116n de la oreja", la parte de este organo que puede ser cortada, \,]a Vulgata 10 vicrtc por auricula (Mc. 14,47; J. 18, 10). Basta recordar tam bien eI emplco frecucnte de aUl'icula entre los medicos romanos y la sustitucion de auris por auricula cn romancc (fr. oreille, ital. orecchia, orecchio, esp. oreia). Sc advcrtira que esta trasposicion del latin al griego solo es "proximada. Peron instaura, en cl punto de partida. ]a nocion de Phocacea awiclllclta, "Foc
172 n. COMPOSICION
FUNCIONES SINTA.CTICAS
Y SINAPSIA
Hay composicion cuando dos tt~rminos identificables para eI locutor se conjuntan en una unidad nueva de significado unico y constante. Pueden ser de origen cuI to, es decir grecolatino: centimetre, palmipede, teIegraphe, 0 enteramente frances y de tipos variados: portefeuille, orfilvre, betterave, marchepied, averse, entresol. Es preciso, en todo caso, que el locutor pueda ais' lar e identificar los dos terminos. Si uno de ellos no puede ser reconocido, eI otro queda incierto. Bien se puede en aubepine sospechar epine, pero si no se sabe 10 que es aub( e), hasta epine acaban\ por parecer dudoso. Hace falta tambien que eI sentido de los miembros tornado aisladamente tenga una relacion mas o menos inteligible con eI del compuesto; de ahi que e1 locutor no remita espontineamente plafond a un compuesto plat-fond. Ya aqui esta abolido eI sentimiento de la composicion. De los compuestos distinguiremos los CONGLOMERADOS. Llamamos asi a unidades nuevas formadas de sintagmas complejos que wmprenden mas de dos elementos. U nos son sintagmas predicativos convertidos en sustantivos: va-nu·pieds, meurt·de·faim, monte·en-l' air, decrochez·moi·~a. Los otros, locuciones adverbiales donde viven elementos arcaicos: dorenavant (=d'ore en avant), desormais (=dcs or mais) no son ya analizables, y ;amais no 10 es en absoluto, pero en au;ourd'hui se percibe aun cuando menos "au jour d' ... ", y en auparavant los tres miem· bros "au par avant", aun si su disposicion sintactica no es patente de inmediato. EI sintagma predicativo antiguo n'a guere se cstrecha asi en nuestro naguilre. EI rasgo general de estos con· glomerados es que uria construccion compleja se suelda dando un bloque, sin que los elementos sean mutilados 0 alterados. Estos pueden ser completa 0 incompletamente reconocibles, segtm la edad del conglomerado: en ;ustaucorps ("juste au corps") se separan bien; en gendarme hace falta la conversion previa al plural-para que gens recupere su funcion contextual. De manera general, los conglomerados tienden al estado de signo compacto. Quisieramos insistir muy particularmente en un tipo de com· posicion que, no reconocido todavia en su naturaleza propia. ca'rece de estatuto definido. Consiste en un grupo entero de
FORMA.s NUEVAS DE LA COMPOSICl6N NOMINAL
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lexemas, ligados por diversos procedimientos y que forma una designaci6n constante y especifica. EI meollo inicial esta en ejemplos ya viejos como: pomme de terre, robe de chambre, clair de lune, plat barbe. El hecho nuevo e impartante es que adquiere hoy dia una extensi6n considerable y est.i Ilamado a una productividad indefinida: es y seni la formaci6n bitsica en las nomenc1aturas tecnicas. Basta mencionar h~rminos como modulation de frtiquence, avion a reaction para dar una idea del tipo, pero tambien para mostrar que esta construido segun un mode\o que no es el de la composici6n clasica. Para designar estas grandes unidades y para consagrar el fen6meno especifico que representan, se hace necesario un termino nuevo, distinto de "composici6n" (precisamente se trata de algo que no es composici6n), distinto tambien de "sintagrna", para dejar a "sintagma" su designaci6n propia, que se aplica a no importa que grupo, aun ocasional, operado par medios sintacticos, en tanto que aqui tenemos una unidad fija. Proponemos con este fin un termino que parece adecuado y claro: SINAPSlA, del gr. mlvUI/>'; "juntura, conexi6n, colecci6n de cosas unidas",' con su derivado siruiptico (gr. mlvmtnxo; "relativo a la conexi6n"), que podra, Ilegado el caso, suministrar compuestos: mono, di-, polisiruiptico. Nada impide incluso prolongar esta deriv9ci6n en nuestra terminologia y decir sinaptar, sinaptable, etc. Lo que caracteriza la sinapsia es un conjunto de rasgos, los principales de los cuales son: 1] la naturaleza sinhictica (no morfol6gica) del vinculo entre los miembros; 2] el empleo de juntores para este efecto, especialmente, en frances, de y a; 3] el orden determinado + determinante de los miembros; 4] su forma lexica plena, y la elecci6n libre de todo sustantivo 0 adjetivo; 5] la ausencia de articulo delante del determinante; 6] la posibilidad de expansi6n para el uno 0 el otro miembro; 7] el caracter unico y constante del significado. Asi, a diferencia de garde-maIade, que es un compuesto, gardten d'asile es una sinapsia; asile de nuit es otra, y la combi-
a
1 Esta, por supuesto, la sinapsis de 105 neurofisi61ogos, pero de uso tan diferente que no habra confusi6n. Hemos preferido para la adaptaci6n francesa de la palabra griega la terminaci6n -siC' para 5eguir el modelo de las palabras griegas en -at;: l1egadas a haves del latin: epiJepsie, paraJysie. -phylaxie, -syncrasie, poesie, etc.
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FUNClONES
SINT..\CTICAS
nacion gardien d'asile de nuit forma una nueva sinapsia. de dos micmbros, simple eI primero, gardie1l, sinaptico d mislllo cI se· gundo, asile de nuit, y que en eI caso presente lIamaremos "subsinaptico". En la sinapsia gardien d'asile de 1luit, cI juntor de tiene por si mismo doble funcion: ligamento sin'\ptico en "Uiardien) d' (asile) ", Iigamento subsinaptico en .. (d'asile) de (nuit) "" Este analisis se imp one en virtud del emplco idiom,i· tieo hecho de una sinapsia como gardien d'asile de IlUit: "gar' dien d'asile de nuit" es por cierto la conversion nominal del enUlaiado predicativo "il garde un asile de nuit". Pero foru1ll' lemos esta hipotesis: si la observacion del uso demostrara que se trata de una denominacion "gardien d'asile" ampliada con un determinante adverbial de nuit oponible a de iour (como gardien de nuitj gardien de iour), entonces habria que descomponer gardien d'asile de nuit en un miembro subsinaptico gardien d' asile y un miem bro simple de nuit, Sen! entonces la trasposicion nominal del enunciado predicativo: "il gardc un asile - ]3 nuit". En todo caso la eleccion no seria posible en la ~inal'sia employe de' chemin de fer, pues chemin de fer constituye una si· napsia fija, y 'employe de chemin no existe; eI {lIIico analisis posible es employe, miem bro simple como determinado, y (de) chemin de fer, miembro subsinaptico como detenninante. Es siempre y solamente la naturaleza del designado 10 que pennite decidir si la designacion sintagmatica es 0 no una sinapsia: valet de chambre 10 es, mas no coin de chambre. Mientras mas especifico cs cI designado, mas necesario se vuelve caractcrizar la designacion mediante un rasgo diferen· cial, y dicho rasgo puede par su partc ser harto complejo. Abar· danl0S aqui un canlpo ill11lCnSO, en c1 que apcnas cmpio',an a interesarse los Iingiiistas; cI de la nomenclatura tceniea. EI fen<>111eno nuevo es cste: los tcrminos b,isieos con ayucla de los cuales se COlTstituve una nomenclatura tienden a' \'Di. verse cxplieitos y a constituir a su \'cz eombinaeioncs explieitas. par medio de unidades lexieas indepcndicntes, identifieables scparadamcntc y orgallizadas SCgt'ltl Illodclos Sillbcti('()~. Fs cl dominio, por e,eelcncia, de ]a sinal'sia. 1\ la sintcsis marfol()giea de los antiguns compncstos 1a sm· tihlyC una sinapsia Il(x:csariamcntc allalitica. y los tCfminos gc·
H)RI\IAS NUl:V.\S DE LA CO~[POSI(;J6N NOr-.IINAT.
17S
1Icralmentc grccolatinos de la composicion tradicional son remplazados por una serie dc icxemas franeeses. En la c0!1Iposicion culta, la juntura csta caracterizada en abund,mtes cjcmplos par la final -0- del primer micmbro, tomada dc modc1os griegos: astro- geo- cosmo-, y la rclacion de los micmhros cs dada par su ordcn. Pero en la sinapsia, donde lodos los elcmentos son cn principio idiom,iticos y de forma librc, y cuvos miclJlbros pucdcn scr a su vez sinapsias, cshin liBidos par juntores, principalmente de y it, Y su ordcn es siempre detcrminado dcterminante. Por c1 conjullto dc estos caractcres la sinapsia, en tanto que modo dc designacion, ticnde a rcalizar 10 que Saussurc l1amaba la limitacion dc 10 arbitrario. Es llll procedimiento quc contrasta call la composici<m tradicional par I" facilidad y la amplitud de sus realizaciones. En tanto quc la composicion, cn frances, l1ega en scguida a sus limitcs y los compuestos se forman a ritmo 10nto y, par decir10 asi, por cooptacion individual (sc VCll aparccer los primcros cspecilncncs de una serie nueva en cmnno-, con COS11lonaute, CO~'11l0drome), la sinapsia prodiga sin trcgua sus crcaciones. Todos los vocabularios kcnicos cchan mana de ella, v can soltura t,mto maYor cuanto quc cs ]a lIllica quc permitc-Ia cspccificacibn dctallada del designado, v la c1asificacibn de las series mcrced a sn rasgo distilltiVO. Su extrema flcxibilidad paradigmatica hacc de la sinapsia c1 illStrumcnto por excelcncia dc las nomenclaturas. Sc 1a encnentra en todos los vocabularios cspeeializados: valet de courbllre fente, helice pas variable, motellr refroidissem(:..'llt par air, son terminus corricntcs en aviacion," y cada teeniea tiene su repertorio. EI criterio dc cstas designaciones, en tanto qne sini'pticas, siclllpre est,i en la rclacion can cl objeto: si es dcsignado comp1cta v llllicamentc por dicha apc1acion COIllI'lcja, entonees csta cs nna sinapsia. :-,io haec faIt a que 5bIn ineln"a ]exelIlas dc uso ICenieo; pucdc eOlIlpollersc de "ocahlos COlllnncs, sin,ipticalIlente displIcstos. "Aigle pcchellT ,\ tete hlan-
+
a
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Jo:~ c\ta l
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11:1(,IOllC~
tt'Cllic
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;,,'UNCIONES SINTACTICAS
che" pod ria ser un sintagma descriptivo de creacion ocasional. Pero si es dado en la nomenclatura zoologica como eI nom bre, usual en cierta comnnidad, de nn ave particular, entonces aigle pecheur tete blanche se vnelve, en frances de N neva Caledonia, una denominacion siu;iptica qne ha de registrar el lexico de dicha ciencia y de dicha comunidad. Por la misma razon, sin salir del frances caledoniano, la serie bois de fer .... bois de fer de montagne .... petit bois de fer de montagne sera acogida como nn paradigma donde la sinapsia bois de fer engendra dos sinapsias sucesivas, cada una de las cuales denota una variedad diferente de la precedente. Y es unicamente gracias al criterio de la designacion como se decidira si faux tamanou de foret iJ petites feuiiles debe 0 no ser considerado una sinapsia: nada en Sl se llilPone a que 10 sea." Habra que ver entonces como faux tamanou se torna faux tamanou de foret petites feuilles, al parecer sin pasar par un "faux tamanou de foret.
a
a
Las expansiones de las sinapsias se realizan sea por calificativos, -> faux bois de rose, sea -yes mucho mas comun- par miembros de estructura variada, que son, con mucho, los mas ligados par los juntores de y frecuentes. Puede caracterizarse sumariamente la funcion respectiva de estos juntores.
aSI en frances caledoniailo bois de rose
a,
El juntor a entre dos miembros de la sinapsia indica: a1 eI destino, sea con un infinitivo: salle manger, fer friser, machine ecrire; sea can un sustantivo: service cafe,
a
a
a a serpent a son-
b,rosse ahamt, boite a ouvrage, parc abestiaux; b1 la caracteristica distintiva: reil a facettes, nettes, biite a comes. Cuando eI determinado designa un arte-
a
facto, el determinante precedido de indica el agente motor; es una categoria muy abundante y productiva: moulin vent, machine vapeur, avion reaction, lampe iJ petrole.
a
a
a
\I Tomo estos itltimos ejemplos de una exposici6n sobre ]a terminologia de la nora y la fauna en frances calcdoniano presentada a 1; Societe de Linguistique pol K. J. Hollyman y publicada en BSL, 61 (1966), m',m. 1, pp. 96-109. El presente articulo puede ayudar a resolver el problema discutido por Hollyman.
FOR1'.IAS N1.1)';\,AS
01-:
I,A
CO~IPOSICI6N ::-;O:-'lINAL
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Ad\'irtanlOs quc los dctcnninantcs preecdidos de d, partiClIlannente aguellos quc marcan cI destino, pucdcn scr nombrcs de aniluales. pero nunca son Hombres de seres hUI1l
a
a
a
a
EI juntor de indica qne: aj cI dctcrmillantc cs cI todo \'irtnal del cual cI dctcnninado cs una partc: peau de pore. wrre de montre. pied de table; par IlIct,ifora: tete de loup. pied de biche, dent de lion; bl la circlllIstancia CII la cllal cs apropiado cl objcto: chemise de lluit. tC11lle de soiree. nwutecllI de pillie. table de tral'uil. salle de ieux. fusil de elw"e; 0 ]a clasc de illClis-idnos de los '1"C eI dctcnninado es cI atributo: robe d'a.-ocat, bCret de ",atdot.
linee de dUluffcllr. )'(Jitllre
13. ESTRUCTURA DE LAS RELACIONES DE AUXILIARIDAD 1
La nocion de "verba auxiliar" es familiar a aquelJos que eono· cen a1guna lengua occidental moderna, y es parte de la nomen· clatura gramatical en la ensenanza tradicional. Pero can esta nocion pasa como can tantas otras, que cierta familiaridad nos impide apreciar bien, en su importancia y singularidad. Se tra· ta de una forma lingiiistica unitaria que se realiza, a traves de paradigmas enteros, en dos elementos, cada uno de los euales asume parte de las funciones gramaticales, y que a la vez estan ligados y son autonomos, distintos y complementarios. Este fen omena conocido; senalado por todas las gramaticas,' apenas ha recibido atencion par parte de los lingiiistas. Solo conocemos dos estudios especialmente consagrados en estos til· timos anos a la elaboracion de su teorla. G. Guillaume' ha estudiado en los auxiliares sobre todo la propiedad que los hace, entre todos los verbos, aptos para tal funcion: es 10 que llama subducti>'idad, que los haee preexistir idealmente a los demas verbos. "£Ire, por ejemplo, preexistc a taire. y generalmente a todos los verbos quc especifican un proceso realizado 0 padecido." 5 Se dedica pues a describir la "subduccion" del verbo como proceso psicolingiiistico y en par· ticular "e] mecanismo de la subduccion esoterica, creadora del estado de auxiliaridad"· Para el, "los verbos auxiliares son verbos cuya genesis material, interrumpida par una consumacion mas rapida de la genesis formal, permanece en suspenso, no se 1 Acta: Linguistica HafniclJsia, Copcnhague. vol. IX (1965). Rum. 1, pp. 1-15.
Acerca del desarrollo historico. d. Cougenheim, £tudc slIr les periphrases verbales de Ia langu€' iran(:'aise (Paris, 1929). 3 Nos limitarcmos a citar, mas por 1<1 abundancia de sus datos que pOl el tratamiento del problema, el largo capitulo sobre "Les auxiJiaires" en Pichon y Damourctte, :I
Essai de grammaire de la langue francaise, tomo Y, pp. )·160. , En un articulo intitulado "Theorie des auxiliaires et examen de faits connexes", BSL, H (1938), nlim. 1, pp. 5·23. 5 Loc. cit., p. 5. I
Lac. cit., p. 10.
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ISfRUCTURA DE LAS RF.LACIONES DE MJXILlARIDAD
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eonsuma y pide, en consecucncia, un comple1llento de materia que no puede proceder -par estar eerrada la ontagenia de la palabra- sino del exterior: de otra palabra". Asi. avoir march" se analizara en: avoir "verba complcto par cl Iado de la fonna (se conjuga en todos los modos y tad as los tiempos). pero in· eOI11plcto par cl lado de la materia (subduccion); marehe: pa· labra que aporta Ia materia fa!tante y que solo a este titulo in· tcrviene". 7 Mas 0 menos al mismo tiempo, pero de lllanera independiente y can una vision muy distinta de los fenomenos lingliisticos, L. Tesniere presento en detalle una "Theorie structurale des temps composes" , que, dejando "parte la terminologia. no eshi tan lejos en el fondo de los puntos de vista de G. Guillaumc aeerca de la reparticion de las funciones en Ia forma compuesta. Pero a L. Tesniere Ie ha preocupado sobre todo deslindar cl principio general -Ia ley, dice el, regular y universaI- que rige Ia fonnacion de los tiempos compuestos. He aqui csa ley: "Cuando un tiempo simple se desdobla en tiempo eompuesto, las caracteristicas gramaticales pasan al auxiliar, la raiz verbal al auxiliado." " En it a marchi, cl auxiliar il a porta las caracte· ristieas gramaticales 0 cl morfema. y cl auxiliado march.! la raiz verbal 0 el semantema. Todo el estudio de Tesnicrc c011Siste en ilustraciones de esta ley, par medio de ejcmplos tomados de variadas lenguas y de esquemas analitieos.'" Estos estudios e011Servan su valoLII Nuestro prop(lsito al "01· ver a la cuestion ha sido Illostrar, primcro, que este fell
180
I:UNCIONI::S SINTACTIt.:AS
La inteneion deseriptiva nos eXlgza proeeder, a la invcrsa de los dos lingiiistas eitados, por delimitaeion de los rasgos distin· ti,'os, CIlIa sineronia de una sola y misma lengua. Estudiamos pucs las relaciones de auxiliaridad en cI verba frances modcrno. £s importante lijar desde eI prineipio Ia tcnninologia, cn parte nueva, que aplicamos a los elemcntos en cuestion. Nos ocuparcmos dc un proeeso lingiilstieo, la auxiliaci6n, que can· siste cn la union sintagmatiea de una forma auxiliante v de IIna forma auxiliada 0, mas brevementc, de un Cluxiliante V dc tm el!lxiliado. Scra evitada la expresion "verba auxiliar". . Esta union produce una forma verbal de estructura binomial (lUxiliante auxiliado de orden invariable, cuyos elementos puedcn ser disoeiados por insereion. La forma ereada par auxiliacion se opone, par mareada, a IIna forma verbal simple, no auxiliada. Hay trcs tipos de mareas distintivas, que definCl1 tres c1ases de auxiliaei6n, earacterizada eada una por una oposicion dife· rente de igual forma simple:
+
I] il frappe 2] il frappe 31 il frappe
il a fraPPe il est frappe il peut frapper.
Son cstos tres aspcetos dc la auxiliaei6n los que tenemos que dcseribir suecsiva1l1cnte. Los llamaremos:
11 21 31
auxiliaei6n de tcmporalidad auxiliaei6n de diMesis auxiliaei6n de 1l1odalidad.
Idcntifiea1l1os la ell/xiliacian de temporalidad con la forma del perfecto: "il a frappe"; "il cst arrive". Por supuesto, cI perfecto WI <.:~ SOla\llClltc U11 ticlllpo, pero cs t,unhicl'l un ticmpu y ann III cs eaela \"Cz ""is Cll la kllglla Iwblada, .que slIstitm'e cl pre· tlTito por d perfecto. PlIedc pucs indllirsc kgitilllalllentc cI 1
ESTRUCTURA DF. LAS RELACIONF.S DE AUXILIARIDAD
lSI
perfecto en la nocion de temporalidad, 10 cual par 10 demas proporciona al analisis un marco comodo. Estudiando los terminos y disposicion de la forma de perfecto, detenninaremos al: gunas dc las condiciones ncccsarias a toda estructura de ami· liacion. Consideremos Y procuremos caracterizar la relacion logica cntre auxiliante v auxiliado. Cualquiera qu'c sea el modo de auxiliacion, la relacion entre auxiliante y auxiliado es una relacion de disparidad y, seglm la red en quc sc articule, admite dos interpretaciones diferentes. En cl interior dc un paradigma verbal dado, In forma cons· tituida par auxiliacion, asi el perfecto, comprendc una naia· hie, el auxiliantc avoir a etre, y un invariante, el auxiliaelo. En cl sintagl11a il a frapPe puede remplazarse il a par 110US
+
+
La auxiliaci6n de tcmporaliclacl, que eOllstitul'e d perfecto. "
I R2
FUNCIONf.S
SINT..\CTICAS
rcaliza por medio de dos auxiliantcs. avoir y eire, que estan en distribuci()I1 complementaria. 1 ' Avoir sirve en I" gran mavor!a, de hecho en ]a generalidad de los casas; etre en un ntnnero restringido de vcrbos. llllOS vein· te en total. . Tiene interes, a causa, ni mas ni menos, de su car:leter de excepeiones, definir 10 que parcce partienlar a esos verbos para que pidan cl auxiliantc etre. Se enumeran en seguida: aller. veniT, devenir, intervenir, stlTvenir, retourner, accounT, partir,
arriver, rester, entrer, sortir. naitre, (§Clore, 11I0urir, deceder, t011lber, echoir, monter, descendre. Estos ,-erbos son intransitivos y de ]a esfera personal. Denotan Il1ovimientos instant;,neos y de pura efectuaei{m, que eareeen de duracion y de porvenir, euya realidad coincide can su rcalizaci6n, y que no pueden proseguirse sin ncgarse: naitre y mourir, entrer v sortir: otros tantos umbralcs traspuestos, despuCs de los wales cl acto elesapareee y deja lugar al estado que cnuneia cI perfecto. Una vez rcalizado el "naeer", se "est ne" v ya nada ·cambia,,' las casas. "Partir", "Ilegar", apenas efeetuados. se "cst parti, arrin''', v cst! dieho tOdD. Una vez que sc "cst vcnu" no pucdc continuafse viniendo. En tanto que courir tiene por a uxiliante "avoir", accourir s610 admite "etre": es que significa "wnir cn courant". Estc movimicnto no puede smn ser dCl1ominado en d punta en que sc consllma; no hay mas allil. Se observara que ninguno de estos verbos pueele emplcarsc en cl presentc durativo, sino nada mas en cI presente ele definicion 0 en eI presentc historieo. l\10nter y descelldre no son execpei(\n en su "alor estricto, que es enuneiar como efeetuaeion instantanea cl movimiento haeia arriba 0 haeia abajo. Pero, en el uso, son emplcados tambien para describir el proeeso de aseCnso 0 de deseenso, y en tal easo pucden ir aeompafiados de llll termino de extension espaeia\. No es una easualidad que se introduzea entonees una situaeion flotante en la elceeion del auxiliante: "il est montC" y "il a monte trois Clages"; "il est descendu" ~' "il a descendu la pente". Tocios los demas verbos tienen el auxiliante "avoir", sean 0 l~
D<.:jaT{,lIIm atjui de \ado, pm indifcrcnte dcsdc cl punta de vista de 101 au"i1iaci6n. de los vcrbos que pueden admitir etre 0 :woir con Iigcras v:uiacioncs de line est paru! a pam). Todas la! gramaticas la tratan.
('uc~tLon ~entido (It:
1.1
183
ESTRUCTlJRA DE LAS RELACIONES DE AUXII.IARIDAD
no transitivos, tanto eire como fdire; tanto exister manger
0
0
vivre como
couper.
EI papel distintivo de cada uno de los dos auxiliantes podnl ser definido asi: *el perfecto con avoir indica Ia opera cion como adquirida; *el perfecto con eire indica Ia situacion como adquirida. Por "situacion como adquirida" entendemos que cierta situacion esta esta blecida, como consecuencia de Ia efectuacion de un movimiento que tiene necesariamente por rcsultado dicha sitllacion. Podra sorprender que un verba como eire este comprendido entre los verbos can auxiliante avoir. Pero aparte de que Ia desproporcion numerica entre los dos auxiliantes debe llevar al terreno de avoir una variedad mucho mas grande de especies verbales, hay una razon espedfica para que el perfecto de eire tenp el auxiliante avoir; es que excluye el auxiliante ,lire. Este principio sera indicado mas adelante, pp. 193-4. Eshin, por 10 demas, provistos de eire en perfecto los verbos cxclusivamente reflexivos se souvenir, s' ,Hancer, s'eprendre: "il' s'est souvenu, iI s'cst elance, il s'est epris", y par extension aquenos verbos transitivos que admiten por objeto el pronombre reflexivo: "il a blesse: il s'est blesse"; "je l'ai jete: je me suis jete", y con valor rcdproco en plural: "ils les ont battus: ils se sonl batt us" . Ahora tenemos que analizar el juego del auxiliante y del auxiliado en la produccion del perfecto. EI fenomeno tipico, del todo singular, de la auxiliacion de temporalidad consiste en la escision de una forma verbal en dos nnidades autonomas y en la reparticion subsiguiente de las funciones entre las dos. Si estas dos unidades son complementarias, ~de que manera 10 son? Vimos antes Ia concepcion de Tesnicre (Ia de Guillaume no difiere esencialmente de. esta), para quien el auxiliar porta el morfema, y el auxiliado el semantema. Tal es por 10 demas, a grandes rasgos, Ia explicacion que dan las gramaticas del "tiempo compllesto". Esta dicotamia rigurasa es un tanto sumaria y nos parcce inadecllada. Las relaciones reales resultan ante el exam en ser mas complejas, y deben ser sistematizadas de otra manera.
184
FUNCIONES SINTACTICAS
Claro eshi que il a-, auxiliante de il a chante, indica la persona y el numero, accesoriamente el genero de la persona gracias al pronombre. lPuede afim1arse que enuncia eI tiempo? Cargaria entonces, en efecto, con la tetalidad de las funciones verbales, salvo el sentido. Pero este postulado admitido por doquier nos parece insostenible. II a no indica por si mismo mas que un tiempo: el presente. Pero como auxiliante forma eI perfecto. Es una verdadera mutacion. lComo va a ser concebible tal mutacion si todas las funciones morfologicas estan con centradas, segun Se enseiia, en el auxiliantc solo? zPor que magia la proximidad del auxiliado, si no es mas que semantema, trasforma eI pre~ente en perfecto? Aqui esta la autentica cuestion, que no ha sido discutida ni, se diria, advertida. Con todo, es claro que esta mutacion funcional del presente il a a auxiliante de perfecto solo es posible en virtud de la auxiliacion. Solo la union sintagmatica de il a con chante hace del presente de avoir eI constituyente de un perfecto. Hay que admitir sin remedio, entonces, que eI auxiliado chante no es solamente semantema; tambien es portador de una parte de la funci6n gramatical. Pues, a fin de cuentas, eI pape! de semanteJrnl en eI sintagma no exigia la forma espedfica del participio pasado. Aparentemente esta forma del auxiliado era necesaria para que pudiera consumarse en el sintagma el valor de perfecto, puesto que en otros tipos de auxiliacion eI auxiliado tiene otras formas. Se diria pues que el auxiliado debe ser reconocido como bifuncional. A mas de su funcion paradigmatica, que consiste en garantizar el vinculo semantico con el verbo, desempeiia una funci6n sintagmatica complementaria de la del auxiliante. Auxiliado y auxiliante coadyuvan en este proceso. A la inversa, lPuede ser considerado el auxiliante como encargado de una funci6n exclusivamente gramatical? Semejante definici6n no nos parece agotar su pape!. Verdad es que porta las marcas flexionales del perfecto. Pero no es indiferente eI que sea avoir y no otro verbo el que haya sido escogido para auxiliante del perfecto activo. Su sentido propio debe intervenir asimismo. De esta observaci6n sacaremos una conclusion que s610 en apariencia es pa,~d6jica: es en realidad en virtud de su sentido
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ESTRUCTURA DE LAS RELACIONES DE AUXILIARIDAD
como eI auxiliante, y en virtud de su forma como eI auxiliado, se completan para realizar eI valor propio del perfecto. De esta suerte, eI examen del papel que hay que asignar a los dos miembros del sintagma de auxiliacion temporal nos lIeva a introducir una distincion entre 1]la funcion propia de cada uno de ellos; 2]la funci6n de su suma. EI auxiliante avoir (,Ure) tiene como cosa suya la funcion de flexion: porta en cierto modo las desinencias e indica la persona, eI numero, eI modo, la voz. EI auxiliado (participio pasado) tiene como cosa suya la funcion de denotacioll: identifica lexicamente eI verba, del cual porta en cierto modo eI radical. Mas solo la suma del auxiliante y eI auxiliado, que asocia eI selltido especifico del auxiliante a la forma especifica del auxiliado, garantiza la fUllcion de ,temporaIidad y produce el valor de perfecto. La auxiliacion de temporalidad es aSI el procedimiento de auxiliacion que confiere a la forma verbal compuesta que resulta eI rasgo distintivo de "hecho adquirido" que caracteriza eI perfecto. En suma, eI papel y la relacion de las un ida des conjuntas pueden definirse aSl: EI perfecto es la forma temporal escindida en dos un ida des autonomas y separables, la primera de las cuales, Hamada auxiIiante, porta las desinencias en la forma f1exionada del verbo avoir (litre), y la segunda eI sentido lexico del verbo con la forma fija del participio pasado; la union del auxiliante y eI auxiliado produce eI valor especifico de "hecho adquirido". EI propio auxiliante avoir puede ser sede de un proceso de auxiliacion, merced al cual se desdobla sin dejar de ser auxiliante. participio Es 10 que ocurre cuando avoir se vuelve avoir eu pasado. ASI il a chante produce la forma nueva il a eu chante, cuyo empleo esta practicamente limitado a las proposiciones circunstanciales: "quand il a eu chante, je suis parti". Es cosa, pues, de una escision del auxiliante "il a (chante)" a "il a eu (chante )", que produce una auxiliacion de segundo grado. Hablaremos en este caso de sobreauxiliacion. Hay que advertir que il a en "il a (chante),' y il a en "il a (eu-ehante)"
+
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:FUNCIUNES SINT AeTIeAS
no tienen la misma farma, par no pertenecer al mismo nivel. Dis· tinguiremos el primero como il U, auxiliante, y cl segundo eomo il a, sobreauxiliante. A este desdoblamiento de estructura corrcsponde un dcsdo· blamiento de funcion: "il a eu (chante)" dificre de "il a (chan· te )';' por la nocion de una consumacion previa que crea un ni· ve! de anterioridad logica; es un discordancial del pcrfecto. Para situar relativamente cada uno de los dos niveles de auxi· liacion, puede decirse quc el auxiliante "il a (chante),' indica el hecho adquirido, y que el sobreauxiliante "il a eu (chante)" subraya la nocion de "proceso acontecido". Representarcmos estas relaciones mediante el esquema siguicntc:
il I
a I
eu
chant.!
I
don de il a es auxiliante de eu v forma can eJ un sobreauxilian· te i l . - del auxiliado chant{ Resulta aSI quc la sobreauxilia· cion afecta al auxiliante pero no al auxiliado; no hay "sabre· auxiliado". Par 10 demas, solo avoir es susceptible de tornarse sobreauxiliante, nunca iitre, en virtud de un principio de in· compatibilidad: el auxiliante iitre no admite como auxiliado ni el participio de iitre ni el de avo;r.
II
EI haber descrito detenidamente la auxiliacion de temporalidad nos aharrara un despliegue parecido en la auxiliacion de diatesis, que es la de la forma verbal pasiva. No estudiaremos aquila naturaleza del pasivo (vasto tema que es ajeno a nuestro proposito), sino la estructnra de la auxi· liacion en 61. Nos basta can caracterizar esta diatesis como la de la "accion sufrida". Si, desde el punta de vista logico, el pasivo es la forma con· versa del activo, no deja por ella de presentar en su forma lin·
ESTRUCTURA DE LAS RELACIONES DE AUXIL!ARIDAD
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giiistica en frances una partieularidad que careee de todo analogo en activo: se trata prccisamente de la auxiliacion. No hay forma pas iva que no sea realizada por medio de la auxiJiaeio~. Ahora, entre la auxiliacion de diMesis y la de temporalidad existen por necesidad relaciones form ales y funcionales estrechas. EI problema es dcsenrnaraiiarlas. La a uxiliacion de diMesis, manifestada por la oposicion activO / pasivo, tiene por caracteristica formal el auxiliante etre asociado al participio pasado del verbo auxiliado. La auxiliaeion de diatesis esta ella misma sometida a la auxiliacion temporal: una forma pasiva puede ponerse en perfecto, y participa entonces de ambas auxiliaciones. Pero las dos auxiliaciones no se realizan en el mismo nivel del paradigma flexional. Su realizacion es disimetrica. I] La auxiliacion de didtesis· comienza un grado mds arriba que la auxiliaci6n de temporalidad. No hay simetria entre "il est frappe" y "il a frappe". La forma "simple" de auxiliaci6n de diatesis es la del presente: "il est frappe", pasivo de "il frappe". Esta forma de presente pasivo "il est frappe" coincide materialmente con la del perfecto intransitivo: "il est arrive". En realidad, "il est arrive" est! en el nivel del perfecto activo "il a frappe". Y la forma pasiva correspondiente a "il a frappe" es una forma de doble auxiliacion "il a ete frappe". Se aprecia pues que hay disimetria inicial: presente il frappe - il est frappe perfecto il a frappe - jJ a eM frappe. De modo que la forma basica del verbo pasivo es una forma binomial "i! est frappe", donde est debe ser considerado como diferente del est de "il est arrive". En Hil est arrive", est caraeteriza diferencialmente, como auxiliante de perfecto intr~nsiti vo, una clase de verbos (tales como aller, venir, etc.), pin oposicion al auxiliante a del perfecto en multitud de otros verbas, transitivos 0 intransitivos (prendre, voler, vivre, etc.). Esto 10 confinna la flexion del pasivo: construida con un presente est, comprende una aUJliliacion temporal de perfecto
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FUNCIONES SINTACTIC:\S
can el auxiliante avoir; asi "iI a ctc frappe". Se ven aquIdos auxiliacioncs simultancas; la auxiliaeion de tcmporalidad il a ete aumcntada can la anxiliaci,)n dc diiltcsis por adiei6n del partieipio anxiliado frappe. La forma de perfecto pas iva il a elf! frapp¢ permite pues distingnir dos planas de auxiliaci6n;
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tcmporalidad; il a auxiliantc temporal ete
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II] La auxiliaclon de diatesis se detiene un grado la auxiliaeion de temporalidad.
11111S
arriba que
En decto, la auxiliaeibn de temporalidad. como se ha vista, aha rca dos grados cn pasado; "il a frappe" y "il a cn frappe". El primcro, "il a frappe", se convierte cn pasivo, "il a Cle frappe". Pcro "il a eu frappe" no cs eonvcrtible cn pasivo; semejantc forma de pas iva huhicra cxigido dos participios simultaneos, nno de avoir para la auxiliacibn de temporalidad, otro de lUre para la de diatesis. Esta exigencia es contradictoria. Una vez que el pasivo sc constitnye por el sintagma etre p~io pasado. el paradigm a del anxiliante qneda fijado de caho a raho. La conjngaeibn entcra del pasivo sen! identica a la conjngacibn dc etre sin variaci6n ni excepeiell!. Pneden pnes SCT estahlceidas dos reglas de correspondencia entre cl activo ,. el pasivo que penni ten prcdecir la estrnctma dc la anxiliaci6n cn cI p'1sivo; 1J A todos los ticmpos simples (=no auxiliados) del activo corrcspondcn en pasivo tiempos compncstos can la forma simple del auxiliantc etre. Se tend,,\ pncs; il frappait - il etait frappe; il frappera - il sera frappe, etc. 2] A todos los tiempos del activo compuestos can la forma simple del auxiliante avoir corresponden en pasivo tiempos compuestos can el auxiliantc avoir ete. Se tend,,\ pucs; il a frappe - il a ete fraPPe; il aurait frappe - il aura;t ete frapPe, ctc. Las ntras variaciones posihles en la estrnetnra de! pasiI'D dependcn!n de h. eombinaei6n de ]a auxiliaci6n de di;\tesis COli la allxiJiaei6n de mndaJidad, a la ellal pasamns ahom.
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ES rRUCTURA DE LAS RELACIONES DE AUXILlARIDA[)
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III
lIav ante todo que legitimar la eategoda de la modalidad. Entendemos par modalidad una asercion complementaria que ataiie al cnunciado de una rclacion. En tanto que eategoda logica, la modalidad comprcnde 1] la posibilidad, 2] la imposibilidad, 31 la necesidad. Estos trcs "modos" no constitll,en sino dos desde el punta de vista Iingiiistico, en vista de qlle ]a imposibilidad no tiene exprcsion distinta y se cxpresa par la negaeion de la posibilidad. Dc manera que posibilidad y necesidad son dos modali<;lades primardiales, tan necesarias en Iingiiistica como en logica y que no hay razon para discutir. Onicamente se tendr.! cuidado de distingllirlas dc los "modos" admitidos tradicionalmentc cn gramatica en la morfologia del verba (subjuntivo, etc.) .J" La categoria IingUistica de la modalidad comprcndc ante todo los dos "crbos pouvoir v devoir. Par aiiadidura, la lengua ha extendido la funcion modalizante a otras verhos cn parte de sus usos y mediante la misma estmctura de allxiliaci6n; principalmcnte: aller, 1'ou/oir, f,llioir, desirer, esperer. Pero a difercncia de la telllporalidad y la diate,is, la modalidad no forma parte de las categorias necesarias v constitutivas del paradigma verbal. Es compatible can la temporalidad como can la di,\tesis en cada una de las fonnas verbales. La auxiliacion de Illodalidad se caracteriza fonnallllente par la estructura binomial. EI primcr term ina cs la forma flexionada del auxiliante; el segundo, el infinitivo del "erbo auxiIiado: "il peut arriver"; "je dais sortir". , Estos dos verbos, Illodalizantes par excelencia, pou1'oir, devoir, no tienen otra construccion. En cnanto a los dem,}s "erbos, modalizantes en ocasiones, se eonstruyen asi cuando cl SlljctO -expHeito- del anxiliante es identico al sujeto -impHcitodel anxiliado: "jJ a vouln chanter". Si el snjeto del anxiliado es diferente, el infinitivo es remplazado par una propoSlclOn subordinada: "il a vouln que ie chante". El verbo eesa entonees de ser anxiliante. I~ 1':5 1:1 nlllfmi('JIl - 0 la no distineioll- de c\tas (;atcgorias difcrcnlc\ 1<1 que ha condueido <1 \arios gralllaticos, notah1c!l1entc Pieholl y Dalllourette, I,p. cit., V, ~ 16R7, a Ilcgar 1<1 existcnda de "amiliares de modo" en fram:i'S.
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FUNCIONES SINT AeTleAS
En virtud de que la auxiliacion de modalidad se aplica a toda forma verbal, se aplica necesariamentctambien a form as ya auxiliadas por auxiliantes de temporalidad a de di:itesis. Estas dos situaciones de auxiliacion y de sobreauxiliacion seran consideradas sucesivamente. Lll auxiliacion de modalidad tiene par criterio la converSiOn de la forma personal del auxiliado en una for:na de infinitivo: "Pierre chante" se convierte en "Pierre peut (doit) chanter". De 10 cual se sigue que el infinitivo es fa forma modafizada del verbo, principio que acarrea varias consecuencias de las que no podemos ocuparnos aqu!. EI verba auxiliado no representa solamente un semantema, contribuye por su forma morfologica a la auxiliacion de modalidad que el auxiliante garantiza por su sentido lexico y su forma temporal. Esta conversion se produce tam bien cuando el verbo modalizado esta en un tiempo que requiere la auxiliacion de temporalidad: "Pierre a chante" se vuelve "Pierre peut (doit) avoir
charne". Pero la auxifiaci6n de modalidad comienza un grado nuis arriba .qM& fa auxiliaci6n de temporalidad, puesto que es posible cbn una forma verbal simple; no auxiliada, como "Pierre chante" que se convierte en "Pierre peut chanter". En la auxiliacion de modalidad la forma prima ria es "il peut chanter" correspondiente a "il chante", en tanto que, en la auxiliacion de temporalidad, la forma primaria es "iI a chante", que se volvera "il peut avoir chante". A la inversa, fa auxilwci6n de modafidad se detiene un grado mas arriba que la auxiliaci6n de temporalidad. En tanto que "iI a chantt~" se torna "il peut avoir chante", el giro sobreauxiliado "il a eu chante" no es susceptible en 10 mas minimo de recibir una forma modalizada. Para describir el funcionamiento de esta auxiliacion de modalidad, partiremos de dos observaciones preliminares: 1) EI auxiliante de modalidad es un verbo de ejercicio pleno, que tiene su paradigma completo: ;e peux, vous pouviez, nous pourrons, etc., contando formas temporales auxiliadas: i'ai pu, il aura pu, etc. 2J La forma auxiliada de modalidad, siempre en infinitivD, es susceptible de una variacion temporal, y de una sola, por allxiliacion con avoir; el auxiliado sen! pues 0 un infinitivo presen-
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tc, chanter, 0 1111 infinitiva pas ado, avoir chante. En este ultimo caso, como se ha de ver, se trata de una sobreauxiliaci6n. Dicho esta, pueden ser analizadas las relaciones entre auxiliante y auxiliada de modalidad. En principia eI auxiliante de modalidad asume eI conjunto de las funciones f1exionales (tiempo, modo, persona) del auxiliado. Se presentan dos casas, segl1ll la situacion temporal del auxiliado: a] cuando el auxiliado es una forma simple, es convertido en infinitivo, y todas sus marcas f1exionales son trasferidas al auxiIiante: il chante ...... iI peut chanter iI chantait, ...... il pouvait chanter iI chantera ...... il pourra chanter, etc. b] cnando la modalizacion se aplica a una forma temporal ya auxiliada, se produce una sobreauxiliacion: es eI anxiliante de la forma temporal el que se convierte al infinitivo, y avoir (0 etreJ se vuelve el constituyente temporal del sobreauxiliado de modalizacion: "il a chante" se convierte en "il peut avoir chante". Conviene distinguir "il peut avoir chanttf', forma sobreauxihada de "il a chante", del sintagma "il a pu chanter" y aun "if a pu avoir chante" donde es sola mente eI auxiliante de modalidad el que est, en juego y despIiega Iibremente las posibihdades de su paradigma propio. En "il a pu chanter" no tenemos la conversion de una forma no modaIizada, sino una de las variaciones temporales de "il peut chanter" resultante de que el auxiliante de modalidad admitc el mismo la auxiliaci6n temporal: "il a pl1 (avait pu, aurait pu, etc.) chanter". En todes los casos, insisti1ll0s, el anxiliado no es sencillamente un semantema. Contribuye tarn bien, por eI hecho mismo de adoptar la forma del infinitivo, a la expresion de la modalidad. Del todo amilogas son las relaciones dc la auxiliaci6n de mo' daIidad con la de diatesis, en 10 que concieme al auxiliado. EI pasivo "il est chante" sc convierte en "il peut etre chante", y "il a ete chante" en "il peut avoir ete chante". EI auxiliante
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I'UNCIONES SINT.\CTlCAS
pcrsonal est . .. , a
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hantes tiene por otro lado su sentido pleno y otras construc' ciones. Por ejemplo, croire, denota la convicci6n y admite un regimen directo ("je vous crois, je ,rois cela") 0 indirecto ("je crois je crois en ... "), gobierna una subordinada ("je crois que ... "). Es con valor debilitado ( = "me parece que ... ") como;e crois sirve de auxiliante, en "je crois vous com· prendre"; "je cTOis pOllvoir affirnler que ... " Tampoco deja de ser interesante apreciar que basta que un verbo entre en la esfera de la modalizaci6n por atracci6n 0 generalizaci6n para que adquiera la caracteristica de los modalizantes, la de tener un auxiliado en infinitivo. Sobre el modelo de ";e dois pouvoir" se hace ";e crois pouvoir", que engendra "je pense pou· voir. .. , j'estime pouvoir. .. "; y a partir de "je dois parler" se hace "je veux, je desire, je souhaite parler". Todo verbo que asume la funci6n modalizante asume al mismo tiempo un in· finitivo auxiliado. Distinguiremos pues modalizantes de funcion, esencialmente pouvoir y devoir, y modalizantes de suposicion, tales como vou· loir, desirer, sctYoir, faire, etc., segUn excluyan 0 no la construe· ci6n con el infinitivo auxiliado. Esta distinci6n entre las dos categorias de modalizantes es susceptible de variar en funci6n de las epocas y de los estados de la lengua.
a... ,
IV
Para concluir estos analisis podemos asentar tres reglas rclati· vas a la estructura formal de la auxiliaci6n. En primer lugar: el principia de no reflexividad de la fun· cion auxiliallte. Significa que ningtm auxilialltc puede auxiliarse a si mismo. Hay que verifica: cste principio en cada una de las tres categorias de auxiliacioll. . aJ En la auxiliacion de temporalidad se presenta en el acto un ejemplo en contra, y s610 uno: "il a eu", donde cI mismo verbo "avoir" es auxiliante y auxiliado. Pero este anal isis tradi· cional procede de un punto dc vista incxacto. En "il a cu" el auxihado ell procedc de ctYoir como verbo libre equivalclltc a "poseer" ("il a eu de la fortullc, une propriCtC"), 110 de avoi,
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FUNCIONES SINl'ACTICAS
auxiJiante; y en la sobreauxiliaci6n temporal "il a eu chante" eu es en realidad un segmento del sobreauxiliante il a eu, no es auxiliado; s610 chante es eI miembro auxiliado. De manera que en eI primer caso, "il a eu une propriete", eI estatuto de il a· y el de eu son diferentes y las dos formas no tienen en comun mas que eI pertenecer al mismo paradigma .verbal; en eI segun· do, "il a eu chante", eu pertenece al sobreauxiliante ante chante, unico auxiliado, y en su plano. Parece aSI que ninguna forma verbal puede, sin contradicci6n 16gica, tomarse a Sl misma como auxijiante temporal. b) En la auxiliaci6n de modalidad pasa 10 mismo: "oil doit devoir", "oil peut pouvoir" son igualmente imposibles. La unica cuesti6n sen! la de los cuasiauxiliantes como aller, ya que eI uso admite "il va aller". Pero aparte de que il va esta, con esta funci6n, restringido de hecho al presente ("il allait aller" es evitado, y todo tiempo 0 modo distinto es imposible), debe aplicarse a "il va aller" la misma observaci6n que antes a "il _u"; il va cuasiauxiliante no tiene el mismo estatuto que aller como verbo libre: "il va aller it l'ecole" contiene un cuasiauxiliante de inminencia il va que es tan distinto en realidad de aller como 10 seria de cualquie~ otro verbo pleno, por ejemplo de manger en "il va manger". c) En cuanto a la auxiliaci6n de diatesis, ni siquiera puede concebirse c6mo eI auxiliante il est-, il a eM- podria auxiliarse a Sl mismo. EI segundo principio es que ning{tn auxiliante admite la auxiliaci6n de didtesis. Significa que un auxiliante no puede ser trocado en forma pasiva. Esto es facil de verificar en los casos de etre, avoir, pouvoir, devoir, etc. No estara de mas recordar que nuestro anal isis se aplica al frances y puede no ser valido para otras lenguas. Por ejemplo, eI sanscrito sak- "poder" admite las dos series de desinencias, activa y media. Inclusive en frances no tenemos en cuenta giros antiguos, caldos hoy en desuso, tales como se pouvoir en una construccion como: "Ce champ ne se peut tellement moissonner / que les derniers venus n'y trouvent it glaner" (La Fontaine). EI tercer principio es el de la no reversibilidad de la relaci6n
ESTRUCTURA DE LAS RELACIONES DE AUXILIARIDAD
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auxiliante : auxiliado. Un auxiliante se vuelve el auxiliado de un sobreauxiliante, nunca al reves. Es este un principio que por naturaleza se verifica sobre todo en la diacronia, pero que tar')· bien tiene su importancia en sincronia, en virtud de que se ob· serva, en la vida de una lengua, tendencia a crear nuevos auxiliantes.
V. EL HOMBRE EN LA LENGUA
14. EL ANTONIMO Y EL PRONOMBRE EN FRANCf:S MODERNO'
EI frances tiene, como es sabido, dos series de pronombres personales, la serie ;e tu ii, la serie rnoi toi lui. La relacion entre las dos series exhibe aspectos sumamente complejos y s610 puede ser eIucidada si se define con c1aridad el estatuto de cada una de elIas. En eI estado actual de la investigaci6n no puede darse por cumplida esta condici6n previa. La mayoria de los autores recurren a una presentaci6n hist6rica de las dos formas y hablan de caso sujeto y de caso regimen, de forma atona 0 debil y de forma tonica, acentuada 0 fuerte rnoi. Quienes desean caracterizarlas en el uso actual subrayan d valor de "insistencia" 0 de "relieve" propio de rno; en relacion Con ie. Nadie dim 10 contrario, pero semejante valor no es sino un efecto, no una causa; resulta de una funcion sintactica que no se ha tenido eI menor cuidado de deslindar. Una definicion que ha sido utilizada con bastante amplitud en afios recientes 2 es la de Pichon y Damourette, que oponen ie, "persona tenue" a rno; "persona guarnecida".3 Estos terminos cubren la misma concepcion, estiHstica 0 impresiva, con la cual solemos conformarnos, y carecen de mayor aJcance. Tal dist~n cion solo serla aceptable si hubiera libre eIecci6n y posibilidad de intercambio entre las dos series de pronombres en las mismas posiciones. Esto nunca pasa, como es sabido; je' y rno; no
;e
1 Bulletin de la Societe de Il..inguistique de Paris, C. K1incksieck, t. LX (1965). fase. I. pp. 71·87. I Por ejemplo. Dauzat, Grammaire l:USonnce de 13 langue fran~ajsc. 19.. 7, p. 267. a Esssi de grammaire de la langue lrant;aise, VI, p. 2~4: "Definawlos empersonal. mente tenue e1 que se exprcsa por el aglutinativo, tmpersonalmente gUll1necido el que se expresa pol cl indcpendiente. "E\ empersonalmente feoue reduce la persona a 10 que hace SU csencia gramatical esencial. "Cuanda, al cantraria, cs considerada la persona, 0 en relaciol\ con e\ mundo exterior Q introspectivamente, como un panor.ma complejo, \' aun como una masa global que podrla remplazar en otras circunstancias una lIlasa· global de otra persona gramatical, se exprcsa por el indcpcndicntc; C$ cl empersonallliento guamecido. que deja toda su amplitud a 1a persona1i.dad de 1a persona."
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EL HOMBRE EN LA LF.NGUA
pueden permutarse en ningun caso' En'vista de ello, hablar de "persona tenue" 0 Uguamecida" no pasa de disfrazar de nocion psicologica una realidad lingiiistica insuficientemente descrita. Nada, pues, puede dispensamos de examinar la distribuci6n respect iva de los dos pronom bres ie y moi. De la serie ie hay poco que decir: es la forma siempre unida del pronombre, inmediatamente prepuesta a la forma verbal en la aserci6n, pospuesta en la interrogaci6n. Fuera del imperativo y las formas nominales del verbo, ninguna forma verbal es susceptible de uso sin pronombre; en la tercera persona, el pronombre personal siempre cs permutable con un sustantivo, un nombre propio 0 un pronombre de otra clase (Ull vient. - La nuit vient. - Pierre vient. - Qui vient?"). El cmpleo de la serie moi, serie del pronombre aut6nomo, comprendc variedad mucho mayor. Hay que enumerar sus caracteristicas: 1] Este pronom bre designa la persona sintactica y puede, • Aqui conhadccimos expTcsamente a Pichon y Damourette, op. cit., p. 253. S 2311, quicncs cstiman que "cn muchos dominios har competencia posible de exprcsi6n entre UIlO Y otro 6rdencs de pronombrcs personales". lQue pruebas presentan de esta sorprendente afirmaci6n? Eshin en el S 2312, daude empiezan por reconocer que "el abajamicnto se exprcsa cicrtamentc del modo mas natural mediante los aglutinativos", es decir poT la seric je, tu .. " ej.: "11 fut captif ... ; je oe vallS contrains _pas ... ", pera, af\adcn, "el abajamiento puede cxprcsarsc tambien. poT media de los 'indepcn' dicntes", ej.: "Valentin nous avait invites a diner, et D10i emmenais, naturellement, Pollet et sa femme'·; "Moi, qui suis I'affaire et la connais bien, Al taus ]es elements pour lui en parler·'; "Tu as bien fajt, man gar~on. dit M. de Coetquidan, avec un eynisme dont lui et son neveu resterent inconseients··. He aqui los tres ejemplos que deben probar la "competencia" que Pichon y Damourette creen observar entre los dos 6rdenes de pronombres. EI primero, ejemplo oral, emana de una persona de quien no se indican ni el origen (lProvinciano?) ni el grado de cultura: puede afirmarse que "moi emmenais" no se aye Hunca; es 0 un descuido sin trascendencia 0 una desviaci6n individual. En eI segundo ejemplo, igualmente oral: "moi. qui suis l'affaire et qui ]a connais, ai", hay por el contrario omisi6n de ie ante ai por empefio, fuera de lugar, de bien decir y por falsa analogia de la construcci6n en que el re1ativo esta separado del verbo, por ejemplo: "moi qui, depuis 10ngtemps, avais prevu ce qui est arrive ... " Tampoco prueba nada; la menor comprobaci6n mostra,,) que automaticamente todos los infonnadqres restablecen ie delante del verbo: "moi qui connais I'affaire, rai tous Ies elements ... " Por ultimo, e1 tercer ejemplo, esta vez tornado. de un texto escrito (Montherlant), muestra, al contrario, un empleo en el que precisamente . no babia competencia posible: "'ui et son neveu" es el unico modo de expresarse. Por 10 dermis, se hata de la tercera persona, cuyo comportamiento sintactico es distinto (d. luego, p. 212). Puede concluirse que no hay competencia entre las dos series pronominales_
ANT6NIMO Y PRONOMHRF. EN FRANCES MODF.RNQ
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como tal, emplearse solo: "Qui est lit? -Moi", 0: "Moi, j'aime marcher; lui non". 2] Admite nna aposicion identificadora: "moi, Pierre; moi, Ie factem". 3] Sirve dc anteccdente a un pronombre personal con juntado que es el unico que puede nnirse al verbo: "moi, je pense que ... "
4] Sirve de antccedente a un pronombre rclativo: "moi, qui
. ... " SUlS
5] Sirve de forma predicativa: "C'cst moi. - C'est moi qui l'ai fait". 6] Se combina con todas las preposicioncs: "a moi; chez toi; avec lui", etc. 7] Se combina, por mediacion de prcposiciones, con diversos adjetivos: "digne de moi; pareil it toi". 8] Puede ir scguido de adverbios: "moi aussi", y de ciertos adjetivos: "moi·meme; toi seul; nOllS autres; VallS tous". 9] Se coordina, antepuesto 0 pospuesto, con otros pronombres autonomos: "moi et toi"; con nombres propios: "moi et Pierre"; con snstantivos: "moi et mes amis". Ningllno de estos rasgos pllede ser extendido a ie. La serie autonoma y la serie conjllntada aparecen en distribucion complementaria. Dificren en su comportamiento sintactico y sus capacidades combinatorias. Ahora, los rasgos distintivos, funcionales y sinticticos de la serie pronominal allt6noma rcaparecen por entero en otra clase de ~ormas: la de los nombres propios. EI pronombre autonomo moi se comporta, se yea como se yea, como lin nombre propio. Pueden aplicarse al nombre propio todos los criterios que definen el pronombre autonomo y verificar la homologia funcional de estas dos clases. 1] En respuesta a qui?: "moi", como "PieTTe". 2] Seguido de una caIificacion apuesta: "moi, votre am.; Pierre, votre ami". 3] Aqui pronombre y nombre propios se coordina'n: MOl, Pierre; luego se ha de ver por que. 4] Antecedente de relativo:"moi, qui ... ; Pierre qui ... "
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EL HOMBRE EN LA LENGUA
5] Funci6n predicativa: "c'est moi; c'est Pierre". 6] Regimen de preposiciones: "avec moi; avec Pierre". 7] Combinable con adjetivos seguidos de preposiciones: "dig· ne de moi; digne de Pierre". 8] Seguido de ciertos advcrbios y adjetivos: "moi aussi; Pierre ··aussi"; "moi seu}; Pierre seu]"; "moi~meme; Pierre (lui-) meme".
9] Coordinado con otros pronombres 0 nombres: "moi et toi; Pierre et toi; moi et mes amis; Pierre et mes am is" . La interpretaci6n que damos del estatuto de los pronombres aut6nomos tiende a constituirlos en una categoria hom61oga de la de los nombres propios, y sin embargo distinta. Cabe precisar esta relaci6n determinando la especie particular de nombre propio que representa e! pronombre aut6nomo. Lo que de ordinario se entiende por nombre propio es una marca convencional de identificaci6n social tal que consiga deslgnar constantemente y de manera {mica a un individuo unico.
A semejanza y a diferencia del nom bre propio social, MOl es, en la instancia del discurso, la designaci6n autica de aque! que habla: es su nombre propio de locutor, aquel merced al cual un hablante, siempre y solamente el, se refiere a sf mismo en tanto que hablante, y entonces nombra frente a el a TOI y fuera del dialogo a LUI. Para este "nombre propio de locutor" que se realiza siempre y solamente en el acto de habla y que todo hablante asume por su cuenta -personal, proponemos el termino de ant6nimo: procede de! gr. UVtOlVlJf!la que es el original traducido al latin por pronomen. Aprovechando a la vez su situaci6n "pronominal" y su consonancia "onomastica", aplicamos este terminG de ant6nimo a la serie aut6noma de MOl como distinta del pronombre ie. Los ant6nimos, como acabamos de mostrar mediante una comparaci6n sistematica, tienen las mismas construcciones y las mismas propiedades sintagmaticas que los nombres propios, de las que son una variedad especifica, propia de la lengua actualizada en el discurso. EI hecho mismo de que el nombre propio pueda unirse al ant6nimo (antes, p. 201) es una confir-
ANT6NIMO Y PRONOMBRE EN FRANC:ES MODERNU
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macion de su simetria. Es en efecto muy significativo que el antonimo admita una aposicion identificadora tal como un nombre propio: "MOl, Pierre". Los dos se completan: MOl, nombre propio instantaneo de todo locutor, suirreferencia en eI discurso, antonimo; Pierre, nombre propio permanente de un individno, referencia objetiva en la sociedad, antroponimo. Esta conjuncion: "MOl, Pierre" define eI sujeto a la vez por su situacion contingente de hablante, y por su individualidad distintiva en la comunidad. AI estatuto "onomastico" de los antonimos remitimos asimismo una particularidad s.int:ictica de la 3a. persona. En tanto que MOl (1m) exige siempre ser relevado por ;e (tu) delante de la forma verbal personal, l.UI puede ser relevado por il 0 unirse directamente a la forma verbal: "MOl, fai parle tout Ie temps; lui n'a rien dit". No es eosa de hcencia de usa, como parece creersc, sino nna doble posibilidad, igualmente Iicita. EI antonimo l.UI, ni maS ni menos qne los demas antonimos, se hace seguir del pronombre: "TOI, tu as tout; l.UI, il n'a rien". Pero l.UI, en tanto que se refiere a la tercera persona, puede, ni mas ni menos que un nombre propio, 0 un sustantivo, ser el sustituto del pronombre: "l.UI seul est venu" como "PIERRE. seul est venu". Asi LUI pertenece ados paradigmas: como forma de antonimo, al paradigma de los antonimos MOl, TOI; como seiialador de la 3a. persona, al paradigma de las formas permutables que fungen de sujeto para una forma verbal de 3a. persona: "il est venu", remplazable por "I'homme" 0 por "Pierre", y tam bien por "LUI". Los antonimos y los pronombres son formalmente distintos en las dos primeras personas del singular. En la 3a. del singular, que conoce una distincion de genero, parece comtm una forma: LUI. Pero el examen revela qne en el plano sincronico solo hay homofonia entre el antonimo LUI de 3a. sg. masculino y el pronombre lui complemento indirecto de los dos generos: su paradigma y su distribucion hacen de elias formas distintas (cf. pp. 209-10). En el plural de las dos primeras personqs, antonimos y pronombres tienen igual forma, NOUS y vous; en la 3a., el masculinD disfingue eI antonimo EUX y eI pronombre ils, pero en eI femenino coinciden en ELLES.
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E1. HOMBRE EN LA I.ENGUA
Nos proponemos ahora describir las condiciones v las relaciones de empleo de los antonimos y de los pronombres en frances moderno.!'i Se impone una observacion preliminar, por eI lado del estatuto de cada una de las tres personas en las form as pronominales que las representan. 6 Je es una persona {mica; tu es una persona {mica; pero i/ representa no importa que sujeto compatible con su genero y numero y, repetido en el mismo enunciado, puede remitir a sujetos diferentes. Por tanto: 1] ie tiene un regimen directo, me, y solo uno, pues ie y me remiten a la misllla persona~ unica;
tu tiene un regimen directo, te, y solo uno, pues tu y te remiten a la misma persona, linica; pero ii, que puede remitir ados sujetos distintos, tiene dos regimenes directos: se, cuando sujeto y objeto coinciden; Ie, cuando sujeto y objeto no coinciden; 2] el pronombre objeto me, .que remite a la persona unica ie, puede entrar en relacion sintagmatica con los tres pronombres sujeto: ie me ... , tu me ... , i/ me ... En efecto, eI referente de me, por ser {mico, debe necesariamente ser eI mismo para mi y para los demas (cs decir para ti y para el); eI pronombre objeto te, que remite a la persona {mica tu, puede entrar en rclacion sintagmatica con los tres pronombres sujeto: tu te . .. , ie te . .. , i/ te. .. En efecto, siendo {mico eI referente de te, debe par necesidad ser eI mismo para ti y para los demas, es decir para m1 y para eJ; pero eI pronombre objeto de 3a. persona no puede remitir a un sujeto linico, puesto que el pronombre sujeto i/ rcmplaza a no importa que nombre propio 0 sustantivo, puede tener dos referentes distintos 0 incluso funciona sin referente: "il dit qu'il va partir" (=Pedro anuncia su partida); "il dit qu'il va partir" (=Pedro anuncia la partida de Pablo); .oil dit n En esta descripci6n sincr6nica del uSa actual no habra ninguna referencia a un estado mas antiguo del frances. II Advertimos de una vez por todas que las observaciones hechas a continuacion acerca de las formas del singular 0 ilust·adas por ejemplos en singular valen tam bien, salvo inrlicaci6n en contra, para el plural; asimismo 10 que se dice de un ejempJo en masculino es aplicable al femenino.
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A:!',"rONIMO Y PRONOMBRE :EN FRANCES MODERNU
qu'il va pleuvoir", etc. En consecuencia, il es susceptible de tencr dos pronombres objeto distintos, Ie y se, que no tienen las m;smas latitudcs de combinacion sintagmatica: 1] Ie, combinable can los tres pronombres sujeto: ie Ie ... , tu Ie ... , il Ie . .. , pero il Ie supone dos il diferentes, que notaremos ill y i12; 2] se, combinable solamente can il; y il se supone elmismo il; 3] cada pronombre sujeto pucde entrar en relacion sintagmatica can los pronombres objeto de las otras dos personas, a condieion de que estos sean respectivamente objeto directo y objeto indirecto: "ie te Ie (donne)"; "tu me Ie (donnes)", etc. Pero il gobierna aun Gios combinaeiones distintas: 1] il se Ie . .. , don de hay que plantear dos ii, pues il y se remiten a ih y Ie a i12; 2] il Ie lui .. :, donde hay que plantear tres il dis tintes. Representaremos pues cn este sintagma il sujeto por ill, Ie par il2 y lui por il,. Nuestra faena es describir de manera exhaustiva las combinaciones de las tres series de pronombres, la serie ie tu ii, la serie me te Ie se, la serie moi toi lui soi, su seleetividad mutua, su compatibilidad respectiva can las formas modales del verba. Mostraremos en detalle que este juego complejo esta determinado par tres variables: la persona, el modo del verbo, y la funci6n gramatical de la forma pronominal. Estudiemos la distribueion respeetiva de las series me te Ie (se) y moi toi lui (soi) para eI pronombre objeto, segun sea ob;eto directo u obieto ind{recto. Esta distribucion es dcfinida par I~ naturaleza de la relaeion sintagmatica entre el pronombrc objeto y el pronombre sujeto para cada persona. Varia segun los modos del enunciado: por lIna parte indicativo, subjuntivo, condieional (todos los ejemplos scran, por comodidad, dados en indicativo); par otra parte cl imperativo. ,\] Ellunciado en modos distintos del imperativo. RegIa de orden: el pronombre objeto precede al verbo. I] Cuando el pronombrc sujeto (ie tu il) tiene eI mismo refe· rcntc que cl pronombrc objcto, cs decir en eI pronombre refle· ,j\"{), la serie me te Ie vale a la vez para el objeto directo y para cl objcto indirccto en todas las personas:
I X I ie
1\IE
vois' - ie
ME
dis
206
EL HOMBRE EN LA LENGUA
2 X 2 tUTEvois-tUTEdis 3 X 3 il SE wit - il SE dit
EI pronombre impersonal on (simbolo N) se comporta coil:
1I\0
N X N on
voit - on
SE
SE
dit
2] Cuando el pronom bre sujeto (ie tu il) no bene eI mismo referente que eI pronombre objeto, se origina una distinci6n de aeuerdo con las personas: a] En las personas primera y segunda, los pronombres objeto me te valen igualmente para eI objeto direeto y para eI objeto indireeto:
1 X 2 ie TE vois - ie TE dis 3 X 2 il TE voit - il TE dit 2 X 1 tu ME vois - tu ME dis
3 Xlii
ME
voit - il
ME
dit
Igual indistinci6n con el pronombre sujeto on:
N X 1 on N X 2 on
voit - on ME dit voit - on TE dit
ME TE
b] Pero en la 3a. persona se distinguen eI pwonombre objeto direeto Ie (plural les) y el pronombre objeto indireeto lui (plural leur). Esta distinci6n vale neeesariamente tam bien euando 1 J il sujeto (il,) tiene un referente diferente de il objeto (il.); 2] el sujeto es el pronombre on: 1 2 3, N
X X X X
3 3 3. 3
ie LE vois tu LE vois il LE voit on LE voit -
ie LUI dis tu LUI dis il LUI dit on LUI dit
B] Enuneiado en imperativo: 1
"Imperativo" implica siempre la forma positiva de este modo.
ANT6NIMO Y PRONOMBRE EN FRANCES MODERNO
207
RegIa de orden: el pronombre objeto sigue al verbo. La forma verbal (en singular) esta limitada a una sola persona, la segunda, y nu lleva pronom brei las tres personas pueden ser objeto, la segunda es entonces de empleo reflexivo. Tambien aqui la distinci6n entre un objeto directo y un objeto indirecto depende de la persona: 1 J EI pronombre objeto de las personas pnmera y segunda adopta la forma moi toi y vale a la vez para el objeto directo y para el objeto indirecto: 2 X 1 VOis-MOI! - dis-MOl! 2 X 2 VOiS-TOI! - dis-TOIl
2J EI pronombre objeto de la 3a. persona distingue el objeto directo Ie (plural les) y el objeto indirecto lui (plural leur): 2 X 3 VOis-LE! - dis-LUI!
En suma, la distinci6n entre un pronombre objeto directo Ie y un pronombre objeto indirecto lui es con stante para la tercera persona, sin importar el modo (orden de las palabras aparte), en tanto que en las personas primera y segunda la distinci6n entre la sene me (te) y la serie moi (toi) depende exclusivamente del modo, sin importar la funci6n de objeto directo o indirecto del pronombre: me (te) en los modos distintos del imperativo, moi (toi) en el imperativo. En el primer cuadro anexo figuran estas relaciones, com pletas; la serie vertical es la de los pronombres sujeto, la horizontal la de los pronombres objeto. Ahora puede darse un paso mas y considerar la situaci6n producida por el empleo de dos pronombres consecutivos, objeto directo el uno, el otro objeto indirecto. Las dos cuestiones que se plantean son las de su forma y de su orden. En los modos distintos del imperativo, los dos pronQm bres objeto preceden al verbo, tienen la forma me te Ie, y se siguen en el orden: indirecto directo cuando el pronombre objeto indlrecto es el de la. y Za. persona: ie me Ie dis; ie te Ie dis.
+
208
EL HOMBRE EN LA LENGUA
MOOOS DISTINTOS DEL IMPERATIVO
jc
nOllS
dir.
me
je
die.
indie.
-
nou!
Ie
indie.
die.
il
indie.
lui
leur
Ie
les
lui
leur
-
Ie
I"
-
lui
leur
I,
les
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reu,
"
-
VOUS
nous
Ie
indie. die.
I"
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-
me
vallS
Ie Ie
die. IU
ils t
VOllS
-
indie.
hOllS
-
ill
IU
"'.
"OU,
"'.
nous
me
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vous
-
vou"
Ie
die. ils
Ie
VOIiS
-
indie.
"
il,
ils il
-
-
-
-
-
--
-
-
I,
I"
lui
leur
I,
les
lui
leu,
MODO IMPERATIVO
2" sg.
,-
-
I,
les
lui
leu,
-
-
I,
les
-
-
lui
leur
I,
/es
lui
leu,
die. mo;
nous
to;
mdir.
die.
-
pI.
indie.
nous
-
-
die.
moi
•• pI.
indir.
nous
va"s -
209
ANTONIMO Y PRONOMBRE EN FRANCES MODERNO
Cuando cl pronombre objeto indirecto es eI de 3a persona, tiene la forma lui y eI orden se invierte: ie Ie lui dis. En el imperativo, los dos pronombres objeto siguen al verba; cl pronom bre objeto indirecto tiene la forma moi toi lui, y eI orden de los pronombres se vuelve:' directo indirecto: dis·le
+
1nai!
Ii
Pero estos sintagmas formados de pronombres objeto directo c indirecto sucesivos est;in sometidos ados importantes reglas de compatibilidad. 1] me (te se) como pronombre objeto directo no es compati· ble con ningt1l1 pronombre objeto indirecto antes del verbo; solo es posible el pronom bre objeto indirecto de la forma moi toi lui precedido de la preposici6n a y puesto detras del verbo. As! ';e me te contie, 'tu te me confies son imposibles; tiene quc ser: ;e me contie a toi; tu te confies a moi. Es regia, por el contra rio, la sucesi6n Ie (la, les) pronombre objeto directo + lui (leur) objeto pronominal indirecto que pre· cede al verba: ;e Ie lui contie; tu les leur conties. 2J me (te se) como pronombre objeto ihdirecto no es compatible con ninglll1 pronombre objeto directo de lao 0 2a. persona antcs del verbo; s610 es posibJc cl pronombre objeto indirccto de la forma moi toi lui precedido de la preposici6n y pucsto detras del verbo. As!, *;e me vous appelle, oil te me recommdnde son imposibles; tiene que ser: ;e vous appelle a moi, il me recommdnde a toi. Es regia, por cl contra rio, la sucesi6n me (te, se) pronombrc objcto indirccto Ie (la, les) precediendo al verbo: ;e me Ie dis, il te la donne, tu te les rappelles. Estas relaeiones figuran en su totalidad en nuestro segundo cuadro, don de cada persona objeto esta reprcsentada por la conjuncion de los dos pronombres directo e ll1directo en el orden y con la variacion antes indicados, y eI objeto directo en singular y en plural (Ie implica siempre la). Hay pues dos particularidades que subrayar: 1 J Cuando cl pronombre objcto indirecto se refiere a la 3a. persona, se coloca, cl1alql1iera que sea el 11I0do, despues del pronombrc objeto directo: "il Ie lui dit" - "dis-Ie-lui!"
a
+
. ~ EJ uso es a veCC5 OlIgo notante: rcnds-Jes-nous es de regia, pero Hugo escribio rcnds-llous-les. Sc Itallanin cicluplos ell Grc\'isse, Le boll usage8, p. -120.
210
EL HOMBRE EN LA LENGUA
MODOS DISTINTOS DEL IMPERATIVO iI
ie+ ,.
j.
...
ib
m.
I ..
ii,
m.
t.
I.. I.
I.
now I ..
I..
I.
-
I.
I.
I ..
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-
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n In I.
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I..
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I ..
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I..
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-
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I.
il +j.
il.
I.
moi
.OIIS
lu
I.
a' pI.
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moi lu
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+tu
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+vous ii,
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.....
-
I ..
+i1s1
I.
Ie.
leur
I..
I,
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lui lu
I ..
I.
I.
lu
I""
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leur
lui
wtU
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il,.
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-
-
il,.
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I.
ill
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I.
-
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il
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2·.g.
.a
il +nOU8
I ..,
I ..
MODO IMPERATIVO iI
I..,
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I ..,
I ..
lui
I..
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I.
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I..
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-
+i1.
I...
ANT6NIMO Y PRONOMBRE EN FRANCES MODERNO
211
2] el pronombre objeto indirecto de la 3a. persona eS lui, cualquiera que sea el modo, en tanto que para la lao y la 2a. persona, el pronombre objeto indirecto es moi toi en imperativo, y me te en los demas modos. De ello resulta que el problema es el de la 3a. persona. Los pronombres de lao y de 2a. persona, por una parte, los de 3a., por otra, no obede~en a la misma distribucion. Las personas primera y segunda emplean me te para los dos objetos, directo e indirecto, en los modos diferentes del imperativo; y moi toi para los dos objetos, directo e indirecto, en el imperativo. Las dos series de formas estan pues, sin importar la naturaleza directa 0 indirecta del objeto, en distribucion complementaria de modo: me te en los modos distintos del imperativo, moi toi en imperativo. Pero en la 3a. persona, Ie es objeto directo y lui objeto indirecto, cualquiera que sea el modo. De suerte que estas dos formas, sin importar eI modo, estan en distribucion complementa ria de regimen: Ie directo, lui indirecto. Una vez localizada, falta explicar esta diferencia. lPor que esta distincion Ie/lui en la 3a. persona, cuando las dos primeras emplean me (te) indistintamente para el objeto directo y el indirecto? No hay que buscar la respuesta en la naturaleza gramatical de uno u otro objeto, sino en una razon formal, que es la compatibilidad de las formas pronominales necesariamente conjuntas en el sintagma de objeto doble. Se yen en el segundo cuadro, por una parte, los sintagrnas de pronombres reflexivos: "ie me Ie (dis) ", tu te Ie . .. , il se Ie . .. , que son enteramente simetricos; por otra, los sintagmas de pronom bres no reflexivos: ie Ie lui ... , tu Ie lui ... , il Ie lui ... , igualmente simetricos. Entre los dos hay una trasformacion, cuyo punto de partida podemos ver; esta en eI sintagl11a que cOl11prende ill sujeto y il. Y il. objetos directo e indirecto. Segun il me Ie . .. , il te Ie: .. se esperaria *ille Ie . .. Hasta pod ria gencralizarse cste l110delo teo rico sCglll1 eI paradigl11a del pronombre objeto indirecto a las dos otras personas: En virtlld de: lao ie me Ie ... - lu me Ie ... - ilme Ie .. . 2a. ie Ie Ie ... - lu Ie Ie ... - il Ie Ie .. .
212
EL HOl\IBRE EN L:\ LKNGUA
habria que tener: 3a. 'ie Ie Ie ... - 'tu te Ie ... - 'ille Ie ... Esto es 10 que la lengua ha ql1erido evitar: la sucesion de dos' fonnas pronominales identicas portadoras de dos funciones distintas, y en particular cn la 3a. persona, donde eI sintagma *il Ie Ie ... habria incluido, Irente a ill sujeto, dos Ie objeto por ii, y ii, indistintamente. As!, fuc remplazado *Ie objcto indirecto de 3a. persona por lui. Pero entonces surgia otra difieultad: lui nunca precede a otro pronombre objeto, 10 eual tornaba imposible 'ie LUI Ie . .. Dc manera que se intereambiaron los pronombrcs; el orden se volvio ie Ie LUI ... , tu Ie LUI ... , ille LV!. .. , Y por la misma razon en imperativo: "(dis)-Ie-LUI!" As! en toda condicion modal lui es solamentc objeto indirecto de 3a. sg., distinto dc Ie objeto directo: ie Ie dis: ie Ie LUI dis. Esta gramatiealizacion de lui ha sido rcforzada por una eircunstancia al1xiliar, la forma de los pronombres de la. y 2a. persona en imperativo. Dado que los antbnimos MOl TOJ fUl1cionan en imperativo como pronombres objeto: Idisse-'lol! ~ dis'IOI!, pudo atribuirse tambien cJ antanimo LUI a Ia funeian de pronom bre objeto, restringiendolo de paso, por la raz6n antes indicada, al objeto indirecto: dis-LUI!, distinto del objeto directo: dis-Ie! Jle aqui la explieaci6n de los prineipios de ineompatibiJidad que hemos observado (antes, p. 2(9) en la relaeilJn sintagm
a
+
2] ,Por qne entonces, si ;e Ie llli confie es regnlar, no puede dccirsc *ie me llli confie a *ie te llli confic? Es imposible porqne habria contradiccion entre la fnl1cibn y cl orden de los pronomhres. EI pronombre objcto me Ite, se), sea objeto direeto lie me vais) a indirccta (ie me dis), cae siempre inmediatamente dcspnes del snjeto; todo otro pronombrc Ie pone despw!s dc cstc pronom hre ohjcto. Tal CI cl principio de orden. Pero por otro lado me (te, se) scgnido de otro pronombre no puede ser sino pronombre objeto indirecto; es la snccsion prescrita indirccto -+- directo: ";e te Ie donne". La anteposicion dc me I te, se) Ie atribuve ]a fnncion de objeto indirccto y es preciso qnc el pronombre signiente sea objeto direeto. Por consignicntc, 1m cnnneiado como *;e me llli confie contend ria dos pronomhres sncesivos de objeto indirecto y ninguno de objeto directo; habria conflicto entre me qne seria objeto indireeto en virtud de sn posicion, y llli que es objeto indirecto par natura'eza. Tampoco podria decirse *;e llli me confie par la razbn ya indicada: que no puede inscrtarse nada cntre ie y me." Las sucesioncs *;e me lui . .. y *;e lui me . .. son pucs igualmente imposiblcs. Habra que decir: "ie me (confie) il lui". No hay' conflicto asi en el caso dc Ie, puesto que, a diferencia de me (te, se), indistintamentc objeto directo a indireeto, Ie es solo objeto directo, villi objeto indirecto; de ahi: ie Ie lui. . . . Asi sc deslinda el principia que gobierna cl doble estatuto suis, 0 rcgramatical del antbnimo. Forma disyunta: MOl, gida par una preposicion: de MOl; aMOl, desempefia la funcibn dc objcto cn imperativo, objeto indirecto: diS-MOl!, a directo: laisse-MOI!, paralclamente a: LUI, il est... (pero fem. FLue, elle est . .. ), LUI, diS-LUI! (indirecto solamente). La lmica discordancia formal del sistema esta en el paradigma del plural de la 'a. persona. En las personas primcra \' 3Cgunda, los antonim05 del plural son identicos a los pronombrcs de conjngacilm: :SOUS, JlO11S S011l11les . . '. VOUS, l'OUS etes . .. ; Y a los pTOnomhrcs objeto: "il nOllS voit", "il nous dit" Pero cn la 'a. del plural el antlminH) cs EIIX, distinto del pTOnomhre de
;e
a
• ("I
ill,!;Trioll
dl'
UlI;'
1I1.:garioll
("W
Ill'
lilt
"fu
Ilt'
]a lIl'g;Kl("JH 110 cambi,\ til n:ld:\ 1.1 ,",Imctllf.l ~Hlt'lrtlC.l LlL 1O!ll" entre \(1" pfl)llOll\hre~
nto
1.1
dl'l
')
110
l'IHllll'i,ldll
UHllr.ltlllt'
III
1.1'
H
214
EL HOMBRE EN LA LENCUA
conjugacion ils, distinto tam bien del pronombre objeto directo les y del pronoJ1lbre objeto indirecto, que es leur. Esta abun· dancia dota al plural de cuatro formas distintas en la 3a. persona del masculino: EUX, ils sont. .. (fem. ELLES, elles sont ... ), "ie les vois",' "ie leur donne", en tanto que en la 3a. persona del masculino singular no hay mas que tres: lui, ii, Ie. La anomalia consistc en que el plural tiene un pronombrc objeto indirecto leur distinto del ant6nimo EUX, frente al sin· gular, donde el pronombre objeto indirecto lui es fonnalmentc identico al ant6nimo LUI. En virtud de este hecho, se tiene un paradigma plural de cuatro terminos, eux, ils, les, leur, contra tres terminos en singular, lui, iI, Ie. Es precisamente 10 opuesto de las otras personas, que por tres form as en singular tienen una sola en plural: "MOl, ie me (repose) ", "TOI, tu te (reposes)" ~ "nous, 110US nous (reposons)", "vous, vous vous (reposez)". Por 10 demas, el ant6nimo EUX es tam bien la forma regida por una preposici6n, 10 cual limita leur a la funcion gramatical de objeto indirecto del verbo, sin dis tin cion de modo ni de ge· nero. Este desdoblamiento eux / leur del plural frente al lui unico del singular no nos parece susceptible de ninguna explicacion sincr6nica. Razones de eufonia (je Ie leur . . ' para evitar *ie Ie eux . .. ) 0 la atraccion fonetica (leur con la misma inicial que lui) no sedan suficientes. Solo la historia de las form as puede dar razon. Asimismo, no puede sino verificarse la coincidencia formal de leur, pronombre indirecto del plural, con leur posesivo. Pero aqui la coincidencia no tiene alcance; el examen muestra que las dos formas son completamente diferentes en estatuto y funciones. Junto al segundo cuadro anterior, que situa el pronombre leur en el paradigma pronominal, no estani de mas presen. tar leur en eI paradigma de los adjetivos lIamados posesivos.
je nous tu VOllS
Singular
Plural
mon notre ton votre
mes nos tes vos
ANT6NIMO Y PRONOMBRE EN FRANCES MODERNO
Singular
Plural
son 10
ses leurs
il ils
leur
215
Entre eI adjetivo leur y eI pronombre leur, las diferencias emanan de su estatuto respectivo: 1] EI adjetivo posesivo es un calificante de doble relaci6n de mimero, a la vez con eI objeto (poseido) y con eI sujeto (poseedor): leur coordina un poseido singular y un poseedor pI ural de 3a. persona. EI pronombre leur se refiere exclusivamente a un plural y s610 como objeto indirecto. 2] EI adjetivo posesivo no se emplea solo; 0 con un sustantivo o precedido de un articulo definido que 10 sustantiva a su vez: c'est leur livrelc'est Ie leur. EI pronombre leur no puede usarse mas que solo. 3] EI adjetivo posesivo de 3a. persona es parte de un para· digma con dos cntradas y dos variantes, que suministra cuatro terminos: son I ses, leur I leurs (foneticamente [lrer I ker]). En esta red, leur es eI plural lexico de son, y eI singular gramatical de ,leurs. EI pronom bre leur forma parte de un paradigma de dos tc~r' minos luil leur, donde leur no es mas que plural y se opone a un singular lui que nada tiene en comun con el singular son del adjetivo leur. Podria intentarse unificar los dos leur alegando que ciertas construcciones les sedan comunes, salvo por un elemento: ie viens de LEUR (dire) ie viens de LEUR (maison )
EI parecido es falaz. Aparte de que venir es tomado en dos acepciones difcrcntcs, basta remplazar los dos leur por eI sm· gular respectivo y se obticne: ie viens de
LUI
(dire)
lU Se advertira que SOli COHcsponde a la vez a iI y a on: "iJ a (on a) son caractere", sin equivalente de la distind6n entre lui Y soi.
216
EL HOMBRE EN I.A LENGUA
pero je viens de
SA
(maison )
Igualmente, si se estableciera un paralelismo entre la posibiJigad de remplazar uno y otro leur por eux en construcciones como:
a
je
ai dit (= i'ai dit A EUX) mdison (= la maison A EUX) 11
LEUR
LEUR
se tropezaria de todos modos con la discordancia que aparece entre las formas del singular: ai dit (=
i'ai
dit A
je
WI
SA
maison (= la maison
LUI)
pero A LUI)
que acusa aim mas la desemejanza de leur pronombre y de leur posesivo. Todo concnrre pues para ill1strar la verificaci6n general de que la 3a. persona es profundamente diferente de las otras dos en su estatuto,'2 su funci6n y la distribuci6n de sus formas, y de que, espccialmentc en los ant6nimos y los pronombres, eI singular y el plural de la 3a. persona pl1eden no ser siquiera simetricos.'s
11 'Por 10 demas, a ellx es aqui un cqui\'aicntc con\'encional; d'cux seria 10 mislllo de justificado. 11 Cf. para una teoria de conjllllto BSL. 41 (1946), fast. 1. pp. 1·12 (= Problt'mes de Jinguistiquc gelleralc, I. pp. 225·216 [trad. esp., pp. 161-1711). laNota complementaria: Ell la primera parte de nuestro segundo cuadra sc obscr\'ani que los pronombrcs regiments il ih de las dos primcras personas sc rcficrclI por el stntido a iI, ~' i/"" Ban sido, con todo, Plicstos bajo il~ y ila par simetria persona, a cau~a de 13 )lIccsiC')11 directo indiretto.
+
(.'011
la 301.
15. LA FORMA Y EL SENTIDO EN EL LENGUAJE
I
Aprecio mucho cl honor qnc reeiho al ser'invitad'.l a inaugurar can una phltiea d presente congreso. Tal sentimiento se mczcla en mi a gran inquietucl, al pensar que me dirijo, ignorante como soy de la filosoha, a una asamhlea cle filosofos. Alga mc anima, sin embargo, cl hceho cle que scmejante eongrcso se hava impuesto precisamente tal programa, de que haya filosofos quc consideren oportuno clebatir entre ellos problemas clel lenguajc. En las eomunieaeiones v discusioncs quc ocupa"ln estas jornadas, ]a filosofia sc remonta", asi hasta una de las fucntcs prineipalcs de su iuspiraeion permancnte, v a ]a vez scrim propucstas a los lingiiistas, a quienes se oeupan del lenguaje en plan -como se diee- de especialistas, eiertas mancras, prohablementc diferentes, de reflcxion"r 3eerea del lenguaje. Asi comenzani -tardc: hal' '1uc clecir]o··· un intcrcambio que puecle ser muy valioso. Por mi parte, eomctida la impruclencia dc aeeptar la invitacion a hahlar aqui, no me quedaba mas que haecr sino agravarla can otra imprudeneia, mas seria atlll: clegir un tema euyo en uncia do parcee eonvenir mas a un filosofo quc a un lingilista -la forma y el scntido en el lenguaje, Es evidente quc abordo el asunto como lingiiista y no como filosofo, No habra que figurarse, can todo, que aporte alga asi como el punta de vista de los lingiiistas; no cxiste un punta de vista tal, que sea eomtm al can junto 0 cuando menos a ]a mayoda de los lingiiistas. No solo no hay entre estos doctrina reconocida en esta materia, sino que se advierte en muehos de ell as aversion haeia problemas semejantes y tendeneia a dcjarlos fuera de la lingiiistic]. No haee tanto que la eseucla del lingiiista estadounidensc Bloomfield. que representaba practieamentc toda la lingiiistiea de su pais v quc irradiaba vastamente, taehaba de mentalismo el estudio del meaning -eomoquiera que se traduzea tal tennino. Este ealifieatil'o equivalia a reehazarlo 1 Le langage II (SOClctCs de Philosophic de langue fr:m~aisc, Ginebra, 19661, ~le\lch.ud, LJ Baconniere, 1967, pp. 29-40
,1 21 71
Acte~
du XIII'" Congri:s,
218
EL HOMBRE EN LA LENGUA
par maculado de subjetivismo, par escapar a la competencia del lingiiista. Se pensaba que seria de los pSicologos a de los p~icofisiologos de quienes habria que esperar algunas luces sabre la naturaleza y eI funcionamiento del sentido en la lengua, par no ocuparse eI lingiiista mas que de 10 que puede ser aprehendido, cstudiado, analiza do merced a tecnicas cada vez mas precisas y cada vez mas concretas. Hoy par hoy 11a sido suprimida esta interdiccion, pero subsiste la desconfianza y -reconozeamoslo- no deja de estar justificada en cierta medida por eI caracter bastante vago, tenue y aun inconsistente de las nociones que se encuentran en las obras, generalmente de espiritu bastant6 tradicional, que son consagradas a 10 que se llama semantica. A decir verdad, las manifestaciones del sentido parecen tan libres, huidizas, imprevisibles, como concretos, definidos, descriptibles son los aspectos de la fOTrruI. No habra que sorprenderse si de los dos terminos del problema de que nos ocupamos aqui solo eI segundo parece concernir a la lingiiistica. Los filosofos no deben creer que un lingiiista, cuando aborda estos problemas, puede apoyarse en un consenso, y que Ie baste can resumir, presentan<;lolas un poco diferentes a simplificindolas, ideas que fueran general mente aceptadas entre los especialistas en lenguas, a ideas que se impusieran al analista del lenguaje. Quien ahara habla, 10 hace en su nombre, y propane puntas de vista que Ie son propios. La presente exposicion es un esfuerzo para sltuar y organizar las nociones gemelas de sentido y de forma, y para analizar las funciones fuera de todo supuesto filosofico prevlO. Nuestro dominio sera eI lenguaje lIamado ordinaria, eI lenguaje com un, con exclusion expresa del lenguaje poetico, que tiene sus propias leyes y sus propias funciones. Se convendra en que la tarea no deja de ser bastante amplia. Pero todo 10 que se ponga en claro en eI estudio del lenguaje ordinaria aprovechan!, directamente a no, a la comprension del lenguaje poetico tambien. En primera aproximacion, el sentido es la nocion implicada par el termino mismo de lengua como conjunto de procedimientos de comunicacion identicamente comprendidos par un conjunto de locutores; y la forma es, desde el punto de vista lingiiistico (que debe distinguirse bien del punto de vista de
FORMA Y SENTlDO EN EL LENGUA JE
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los logicos), ya la materia de los elementos lingihsticos cuando es apartado el sentido, ya la disposicion formal de dichos elementos en el nivel Iingiiistico correspondiente. Oponer la forma al sentido es una convencion trivial y cuyos terminos mismos parecen gastados; pero si procuramos reinterpretar esta oposicion en el funcional11iento de la lengua, integrandosela y esclareciendola par ahi, recupera toda su fuerza y su necesidad; vemas entonces que encierra en su antitesis el ser l11ismo del lenguaje, pues he aqui que de golpe nos pone en el corazon del problema maS importante, el de la significacion. Antes que nada, el lenguaje significa, tal es su car:icter primordial, su vocacion original que trasciende y expIica todas las funciones que garantiza en el media humano. ~Cuales son estas funciones? ~Nos pondrel11os a enumerarlas? Son tan diversas y nUl11erosas que eso seria citar todas las actividades de palabra, de pensamiento, de accion, todas las reaIizaciones individuales y colectivas que estan vinculadas al ejercicio del discurso: para resul11irlas con una palabra, diria yo que, mucho antes de servir para comunicar, el lenguaje sirve para vivir. Si sostenemos que en ausencia del lenguaje no habria ni posibilidad de sociedad ni posibilidad de hUlIlimidad es, por cierto, porque lei propio del lenguaje es ante tOdD significar. La ampIitud de esta definici6n da la medida de la importancia que corresponde a la significaci6n. Surge una cuesti6n en el acto: Nue es la significaci6n? Pero ~podr:l definirsela a estas alturas sin correr de inmediato el riesgo de circularidad? Los lingiiistas aceptan esta noci6n hecha, cmpiricamente; no se si los fil6sofos la habran escrutado par ella misma; a decir verdad, es uno de esos problemas inmensos que, par ataner a demasiadas ciencias, no pertenecen propiamente a ninguna. S610 yeo que se hayan ocupado de ella los l6gicos, muy especial mente en Estados Unidos, la escuela de Carnap y de Quine. En reaIidad, en su preocupaci6n de rigor han dado de lado todo intento de definici6n directa de la significaci6n; par no caer en el psicologismo han remplazado el analisis de la significaci6n par el criterio objetivo de aceptabilidad, ensayado mediante pruebas, seglm unos predicados sean aceptados a no por ellocutor. Asi para Carnap la significaci6n 0, como prefiere decir, la intensi6n (opuesta a la extensi6n), de un predicado Q para un sujeto parlante x es la condici6n general que debe sa-
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tisfacer un objeto y para quc c1 sujcto parlante x acepte atribuir c1 predicado Q a este objeto y. Asi la "designacion sigllificantc", 10 que eJ llama significant designation, sera obtenida par indaga· cion, de acuerdo con la reaccion positiYa 0 ncgativa del locutor, q\le aceptara 0 no asociar tal predicado a una serie de objctos variables. Quine no opera directamentc COn el concepto de sig· nificacion, Utilizando nn proccdimicnto logico quc otrora si",i6 a Russell para definir c1 nllmero, pone en lugar de la significa· cion la relaeion dc "misma signifieacion" De suerte que la sig· nifieaci6n es identiea a la sinonimia, Este proceder, del que no tengo que ocuparmc 111<\S aqui, puedc ser justificado cn una con· ccpcion estrictamente positiva a fin de eliminar toda contaminacion de psicologismo, No creo que valga para el lingiiista, que se ocupa ante todo de la lengua por ella misma; y, como vcremos, no podemos contentarnos con un concepto global como el de la significacion, por definir en si y de una vez par todas. EI curso mismo de nuestra reflexion nos conducin\ a particularizar csta nocion, que entendemos de modo muy otro que los logicos. Par atenernos de momenta a 10 quc cada cual entiende par ella, puede darse par admitido que el lenguaje cs la actividad significante par excelencia, Ia imagen misma dc 10 que puede ser la significaci6n; todo otro modelo significativo que pudieramos construir seria aceptado en la medida en que sc asemejara al de Ia Iengua cn tal 0 cual de sus aspcctos. En decto, en cuanto una actividad es concebida como representacion de alguna cosa, como "significante" dc alguna cosa, surge ]a tentacion de llamarla lenguaje; de ahi que se hable de lenguaje a prop6sito de diversos tipos de actividades humanas, como todos sabemos, dc St1erte que se instituva una catcgaria comlln a modelos variados. Que Ia Iengua signifiquc, quiere decir que Ia significacion no es cosa que reciba por aiiadidnra, 0 en mayor medida que otra aetividad; es su ser mismo; si estuviera ausente, no seria nada, Pero tiene tam bien un caracter lllll\, diferente, pero igualmcntc necesario y presente en toda Iengt;a real, aunque sllbordinadv -insisto- al primero: cl de realizarse por medios vocalcs, de eonsistir pn\cticamente en un eonjunto de sonidos cmitidos \' pcreibidos, que sc organizan en palabras dotadas de scntido, 1':, (stc doble aspeeto, inherente 31 lenguaje, cl que es distintil'(),
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Dircmos pues con Saussure, a titulo de pnmera aproximacion, que la lengua es un sistema de signos. Es la no cion de signo la que integra en adelante en eI estudio de la Iengua la noeion muy general de significaciOn. Esta definicion ~ la plantea exactamente, la plantea enteramente? Cuando Saussure introdujo la idea del signo lingliistico, pensaba haberlo dicho todo ace rca de la naturaleza de la lengua; no parece haber considerado que pudiera ser otra cosa al mismo ticmpo, sino en cl marco de la oposicion bicn conocida que establece cntre lengua y habla. Nos incumbc pues tratar de ir mas Jcjos del punto donde Saussurc se detuvo en eJ analisis de la lengua eomo sistema significante. Hay que cmpezar por comprender todo 10 que impJica, en cuanto a las nociones que nos ocupan aqui -noeion de sentido I asi tambicn de forma-, la doetrina saussuriana del signo. No se asombrara uno bastante de vcr a tantos autores manejar inoeentemente cste termino, "signo", sin diseernir 10 que tiene ele constreflimiento para quien 10 adopta, ni a que 10 com promete cn adclante. Deeir que eI lenguaje esta hecho de signos es eleeir, primero, que el signo es la tmidad semi6tica. Esta pro· posici()n que -subrayemoslo- no esta en Saussure, quiza por'1ue pens" que eaia por su propio peso, y que formulamos aqui en eI umbral del cxamen, eneierra una doble rclaeion que hay que explieitar: la nocion de signo en tanto que unidad, y la no· ei"n de signo eomo participante del orelen scmiotieo. Toda diseiplina que aspire a adquirir d cstatuto de eieneia elebe ante todo definir sus constantcs y sus variables, sus operaeioncs y sus postulados, y primero que nada deeir cuales son sus unidadcs. En las eicncias de la naturaleza, las unidades son en general porciones idcntieas conveneionalmente deslindadas en \In continuo (specifieo; hay asi unidades euantitativas, identicas y sustituibles, en eada diseiplina de la naturaleza. EI lenguajc es muy otra cosa, no participa del mundo fisieo; no es algo continuo, ni identico, sino muv al contra rio, diseontinllo v elcscmejante. De ahi que no se deje dividir sino deseomponer: sus unidacks son elementos basicos en nlnHcro Jimitado, distinta (acla una cle la otra, y estas unidacles se agrupan para formar nllevas uniclaeles, v cstas a su vez podT
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es e! signo tiene por criterio Un limite inferior: este limite es e! de significaci6n; no podemos descender por debajo del signo sin afectar a la significacion. La unidad, diremos, sera la entidad libre, minima en su orden, no descomponible en una unidad inferior que sea, a su vez, un signo libre. Es pues signo la unidad asC definida, participante de la consideracion semiotica de la lengua. Una de las tesis principales de Saussure es que la lengua forma una rama de una semiologia general. Ha sido el infortunio, y sera la gloria, de Saussure e! haber descubierto el principio de la semiologia medio siglo antes de tiempo. Tratando del signo lingiiistico, abri6 por ade!antado e! camino a una descripcion de las unidades semioticas: estas deben caracterizarse des de e! doble punto de vista de la forma y del sentido, puesto que el signo, unidad bilateral por naturaleza, se ofrece a la vez como significante y como significado. Quisiera proponer aqui algunas observaciones sobre uno y otro de estos aspectos. EI significante no es s610 una serie ordenada de sonidos que exigiria la naturaleza hablada, vocal, de la lengua; es la forma sonora que condiciona y determina el ~ignificado, e! aspecto formal de la entidad llamada signo. Se sabe que toda forma lin· giiistica esta constituida cn ultimo analisis por un numero res' tringido de unidades sonoras llamadas fonemas; pero hay que notar bien que el signa no se descompone inmediatamente en fonemas, ni mas ni menos que una serie de fonemas no com· pone de inmediato un signo. EI analisis semi6tico, diferente de! analisis fonetico, exige que planteemos, antes del nive! de los fonemas, el de la estructura fonematica del significante. Aqui e! trabajo consiste en distinguir los fonemas que forman s610 parte, necesariamente, del inventario de la lengua, unidades dcslindadas por procedimientos y una tecnica apropiados, y aquellos que, simples 0 combinados, caracterizan la estructura formal del significante y desempeiian una funcion distintiva en e! interior de esta estructura. He aqui un par de ejemplos, e!egidos entre los mas sencillos. En latin, la final de una forma nominal flexionada, cualquiera que sea la clase de flexion, admite no importa cuM de las cinco vocales a e iou, pero dos consonantes nada mas: s y m, muy rara vez r, aIm mas raramente 1, y es todo; no es admitido
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ningun fonema dental a nasal a gutural. He aqui, pues, una seleccion operada, para constituir sign as formales, en el inventario de los fonemas que la lengua posee. De la misma manera, al final de las formas verbales f1exionadas son admitidas solamente cuatro vocales de las cinco: a e i 0; jamas hay u; las conson antes son solo tres, m s t, y en una fun cion especial (mediopasivo), r; ninguna de las numerosas otras consonantes es admitida en esta posicion. Aqu! esta un ejemplo de selectividad sometida a la constitucion formal del significante latina. En frances podria asimismo darse can cierto numero de caracteristicas que son determinadas siempre por la funcion de constituir una parte de un significante. Asi la vocal [E], escrita in- (en invisible), can una variante mecanica in- (en inedit), en la inicial de una larga serie de adjetivos; esta vocal esta necesariamente ahi porque asume cierta funcion en cierta c1ase de signos; esta funcion es la funci6n de negaci6n. Hay asi una serie de caracteristicas que pueden ser averiguadas, en cada Jengua, par examen atento de la estrnctura formal de los significantes. L1egamos as! a crear en eI anal isis del significante un plano distinto del de los fonemas, es el de los componentes form ales de significantes. Este analisis puede ser lIevado mas adelante; permitira establccer grandes inventarios estadisticos, que requeririm como tales un tratamiento 16gico y matematico. Cada lengua, en su organizaci6n cntera, sera susceptible de parecidos analisis y se pondrim as! en claro esquemas que ilustraran la estrnctura propia de cada idioma. Instauramos pues, bajo Ia consideraci6n semi6tica, c1ases particulares que nombramos semi6ticas, algo pesadamente si se quicre, a fin de delimitarlas mejor y para especificarlas en su orden propio: semiolexemas, que son los sign os Iexicos libres; semiocategoremas, que son subsignos c1asificadores (prefijos, sufijos, etc.) que vinculan c1ases enteras de significantes, ascgurando con ello grandes unidades, superiores a las unidades individuales, y finalmente semiofonemas, que no son todos los fonemas de la nOmenclatura corriente, sino aquellos que, como acabainos de indicar, caracterizan la estructura formal del significante. Consideremos ahora el significado. EI signo se define, deciamos, como la unidad semi6tica; es recibido como dotado de significaci6n en la comunidad de aquellos que practican una mis-
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ma lengua, y la totalidad de estos sign os forma ]a totalidad de la lengua. En semio 10gia no tienc que dcfinirse 10 que cl signa significa. Para quc un signa cxista es prcciso, y basta, quc sea recibido y que sc vincule de una u otra manera a otros signos. LLa cntidad eGn~iderada signifiea? La rcspucsta cs si 0 no. En easo dc que si, se la registra; si no, sc la rccl"lZil, y todo quoda dicho. LExiste "cabello"? Si. L"Camello"? Si. (Calello"? No. De modo que va no es cosa de dcfinir cl scntido, en tanto que partieipa del orden scmi6tieo. En cl plano del significado, cl critcrio es: Lsignifiea csto, 0 no? Significar cs tcncr un sentido, sin mas. Y tal si 0 no s610 puede ser pronuneiado por aquellos que mancjan la lengua, por aquellos para quicnes esta lengua es la lengua a secas. Elevamos p"es la noeion de usa v de comprension de la lcngua a la altura de un principio de discriminaeion, de un eriterio. Es en el usa de una lengua donde tiene existenci" un signa: 10 que no entra en la pf
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particular u ocasional; todo 10 que es individual queda exeluido; las situaciones de circunstancia han de tenerse par no dadas. Terceramente, las oposiciones semioticas son de tipo binario. La binaridad me parece ser la caracteristica semiologica par excelencia, en la lengua primero, luego en todos los sistemas de comportamiento nacidos en el 'seno de la vida social y participantes de un anal isis semiologico. Par ultimo, hay que entender que los signos se disponcn sicmpre y sola mente en la relaci6n Hamada paradigmatica. De modo que hay que ineluir en la semiologia, a mas de las diversas categorias de signos, los modelos y los esquemas segun los cuales se engendran y organizan los signos: los paradigmas, en el sentido tradicional (flexi6n, derivacion, etc.). Aqul, evidentemente, puede plantearse todo genero de problemas, algunos can importancia filosofica. Si el inventario semiotico comprende el signo si (conjuncion de hipotesis), hay que admitir igualmente su funcion particular que es la funcion de induccion: "si .. . entonces ... " Esta conelusion tendria un interes cierto, el fundamento de la induccion seria lingiiistico antes de ser logico. La naturaleza semiotica parece ser com un a todos los comportamientos que se institucionalizan en la vida social, putS son cntidades de dos caras, parecidos al signa lingiiistico. Y esta comun facultad semiotica com pone para cada con junto un sistema, el cual por 10 demas, en la mayoria de los casos, est.i aun por deslindar. Todo 10 anterior ataiie a la estructura a a las relaciones del signo. Pero lque es de la frase? lQue es de la funcion comunicativa de la lengua? Despues de todo, es asi como nos comunicamos, por medio de £rases, asi sean truncadas, embrionarias, incompletas, pero siempre mediante frases. Es este en nuestro analisis un punto crucial. Contrariamente a la idea de que la frase pudiera constituir un signo en el sentido saussuriano, a que se pudiera por simple ·adicion 0 extension del signo pasar a la proposicion, y de ahi a los tipos diversos de construccion sintactica, opinamos que el signa y la frase son dos mundos distintos y que requieren descripciones distintas. Il)stauramos en la lengua una division fundamental, del todo diferente de la que Saussure intento entre lengua y hahla. Nos parece que hay que trazar a traves de la lengua entera una linea que separe dos es·
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pecies y dos dominios del smtido v de la forma. por mucho que scan -y he aqui una de las paradojas del lenguaje- los mismos elementos los que residen de una parte y de otra. dotados sin em bargo de diferente estatuto. La lcngua tiene dos maneras de ser lcngua en el sentido ,. la forma. Aeabamos de definir una; la letigu<1 como semi6tiea; ha\" qlle justifiear ]a segunda. que lIamamos la Icngua como sel1l
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cosas de fuera de la lengua; y en tanto que el signo hene por parte constituyente el significado que Ie es inherente, eI sentido dc la frase implica referencia a la situacion del discurso y la actitud del locutor. Dado asi el marco general de esta defini· cion. intentemos decir como aparecen esta vez las nociones de forma y sentido a la luz semantica. La primera yerificacion es que el "sentido" (en la acepcion sClmintica quc acabamos de caracterizar) se consuma en una fortna especifica. y por ella: la del sintagma, a diferencia de 10 semiotico, que se define por una relacion de paradigma. Por un lado la sustitucion, por el otro la conexion, tales son las dos operaciones tipicas y complementarias. En scgundo lugar, tenemos que determinar el tipo de unidad que cOlwienc a esta estructura formal. Se ha visto que la unidad semiotica cs el signo. lQue sera la unidad semantica? Sencilla· mente la palabra. Despues de tantos debates y definiciones acer· ea de la naturaleza de la palabra (ha Ilegado a Ilenarse un libro entero). la palabra recuperaria asi su funcion natural, al ser la unidad minima del mensaje " la unidad necesaria de la codifi· cacion del pensamiento. EI sentido dc la frase es en efecto la idea que expresa; este senti do cs realizado fortnalmente en la lengua por la eleccion, la disposicion de las palabras. por su organizaci6n sintactica, por la accion que ejercen llnas sobre otras. Todo esta dominado por la condicion del sintagma. por el nexo entre los elementos del enunciado destinado a trasmitir un sentido dado, en una circunstancia dada. Una frase participa siempre del "aqui·aho· ra"; determinadas unidades del discurso estan en ella unidas para traducir cierta idea que interesa a cierto presente y cierto locutor. Toda forma Ycrbal. sin excepcion, en el idioma que sea, esta siempre ligada a cicrto presente. v asi a un conjunto de cir· cunstancias {mico cada vez, que la lengua en uncia en una mor· fologia especifica. Que la idea no halle forma sino en una dis· posicion sintagmatica. es una condicion previa, inherente al lenguaje. EI lingUista se encuentra aqui ante un, problema que se Ie escapa; apenas puede conjeturar que esta condici6n siem· pre necesaria relleja una necesidad de nuestra organizaci6n ceo rebral. En los modelos construidos por 1a teorla de la informa·
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cion reaparece la misma relacion entre eI mensaje y las unidades probables de la codificacion. Procuremos ahora e1ucidar el proceso merced al cllal se rcaIiza e1 "sentido" en semantica. Reina al respecto tal confusion 0, peor•. tal falsa c1aridad, que hay que ponerse a escoger y delimitar bien los terminos del an;\Iisis. Planteamos como principio que e1 sentido de una frase es otra cosa que eI sentido de las palabras que la componen. EI sentido de una frase es su idea, eI sentido de una palabra es su empleo (siempre en la acepcion semantica). A partir de la idea cada vez particular, el locutor reune palabras quc en este empleo tienen lin "scntido" particular. Por afiadidura, hay que introducir aqui un termino que el analisis semiOtico no reqncria: eI de "referentc", indepcndiente del sentido, y quc es cl objeto particular al que Ia palabra corresponde en 10 concreto dc la eircunstancia 0 del lISO. Aun comprendiendo eI sentido individual de las palabras, bien puede, fuera de la circunstancia, no cntenderse el sentido que resulta de Ia reunion de las palabras; es una experiencia corriente que muestra que la nocion de referencia es esencia\. De Ia confusion, tan frccuente, entrc sentido v referencia, 0 entre referente y signo, han nacido tantas va~as discusiones sobre 10 que se llama el principio de Ia arbitrariedad del signo. Esta distincion, que se veri fica facilmente en Ia semantica lexica, zdebe ser introducida tam bien cn la scmantica de Ia frase? Asi 10 creemos. Si el "sentido" de la frase cs Ia idea quc expresa, Ia "referencia" de Ia frase es eI estado de cosas que Ia provoca, la situacion de discurso 0 de hecho a la que se refiere y que jamas podemos ni preyer ni adivinar. En la mayoria de los casos, Ia situacion es una condicion unica, cllyo conocimiento no puede ser suplido por nada. De sucrte que Ia frase es cada vez un acontecimiento diferente; no existe mas que en el in stante en que se la profierc, y se borra en e1 acto; es lin acontecimiento evanescentc. No puede, sin contradiccion en los terrninos, implicar empleo; por el contrario, las palabras que estan dispuestas en cadena en Ia frase Y CllYO sentido resulta precisamente de la manera como estan combinadas, solo tienen empleos. EI sentido de una palabra consistira en su capacidad de ser integrante de un sintagma particular y de descmpeiiar una funcion propos iciona\. Lo que se llama poliscmia tl0 cs sino Ia suma institucio-
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nalizada, si es que puede decirse esto, de tales 'valores contextuales, siempre instantaneos, aptos continuamente para enriquecerse, desaparecer -en una palabra, sin permanencia, sin valor constante. Todo recalca asi el estatuto diferente de la misma entidad lexica, segun se la tome como signo' 0 como palabra. De ello resultan dos consecuencias opuestas: por una parte, sc dispone a menudo de una variedad bastante grande de expresiones para cnunciar, como se dice, "Ia misma idea"; en 10 concreto de cada situacion y de cada locutor 0 interlocutor, hay no se cmlntas maneras posiblcs de invitar a alguien a que tome asiento. por no hablar del recurso a otro sistema de comunicaci6n, no lingiilstico, y no obstante sublingiiistico: el simple gesto designando un asiento. Por otra parte, pasando a palabras, la idea debe sufrir el constrel1imiento de las \eyes de su union; hay aqni por necesidad nna mezcla sntil de libcrtad en el enunciado de la idea, de constrefiimiento en la forma de dicho enunciado, que es la condicion de toda actualizacion del lenguaje. Es en virtud de su coadaptacion como las palabras contraen valores que no poseian en sl mismas y que hasta contradicen los qne poseen en otras partes. Se yen aliarse conceptos logicamente opuestos y que aun .se refuerzan juntandose. Es esto tan com un que ni cuenta nos damos; tal es la alianza entre "haber" y "perder" en "he perdido", de "ir" y "venir" en "va a venir", entre "deber" y "recibir" en "debe recibir". EI proceso de la auxiliacion en e\ verbo ilustra bien esta trasformacion que las condiciones de cmpleo pueden producir en el sentido mismo de las palabras lIamadas a una sintagmacion estrecha. Asi el "sentido" de la frase esta en la totalidad de la idea percibida por una COInprension global; la "forma" es obtenida por la disociacion anaUtica del enunciado empujada hasta las unidades semanticas, las palabras. Mas alia, las unidades no pueden ser ya disociadas sin cesar de desempefiar su funcion. Tal' es la articulacion semantica. EI sentido que ha de ser portado 0, si se qn;ere, el mensaje, es definido, deiimitado, organizado por mediacion de las palabras; y el sentido de las palabras, por su parte, es determinado por relaeion con el contexto de situacion. Ahora bien, las palabras, instrnmentos de la expresion semantica, son, material-
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mente, los "signos" del repertorio semiotico. Pero estos "signos", conceptuales, genericos, no circunstanciales en si mismos, deben ser utilizados como "palabras" para nociones siempre particularizaqas, especificas, circunstanciales, en las acepciones contingentes del discurso. Esto explica que los signos menos delimitados en el interior del repertorio semiotjeo de la \engua. user", "hacer", "cosa", "eso", tengan, como palabras, la lna~
xima frecuencia de emplco. Ademas, la conversion del pensamiento en diseurso esta sujeta a la estructura formal del idioma eonsiderado, es decir, a una organizacion tipologica que, segllll la lengua, haee predominar ora 10 gramatical, ora 10 ICxico. EI hecho de que, con todo, sea posible, a grand~s rasgos, "decir la misma cosa" en una como en otra categoria de idioma5, cs la prueba, a la vez, de la independencia relativa del pensamicnto y al mismo tiempo de su modelado estricto en la estructura lin· giilstica. Reflexionese de cerca en este hecho notable, que nos parccc sacar a la luz la articulaeion teorica que nos empcijamos en deslindar. Puede trasponerse el semantismo de una lengua al de otra, salva veritate; es la posibilidad de la traduccion; pero no puede trasponerse el semiotismo de una lengua al de otra, cs la imposibilidad de la traduccion. Toeamos aquila diferencia CIl' tre 10 semiotico y 10 semantico. No obstante, tam bien es una verificacion esencial cl quc la traduccion no deje de ser posible como proccso glohal. Estc hecho revela la posibilidad que tenemos dc clevarnos por cncirna de la lengl1a, de abstraernos, de contemplarla. sin dcjar de utilizarla en nuestros razonamientos v nuestras ohscrYacioncs. La facultad metalingiiistica, a la que'los logicos han atcndido mas que los lingiiistas, es la prueba de la situacion trasccndcnte de la mente con respecto a la lengua cn su capacidad scmantica. Estos dos sistemas se superponen aSl cn la lcngua tal como la utilizamos. En la base reside cl sistema scmiotico. organizacion de signos, segun cl criterio dc la significacion, cada 1Il1O dc ellos con una denotacion conceptual. c incluycndo cn una suhunidad el con junto de sus sustitutos paradigmaticos. Sobre estc fundamento semiotico, 13 lengua-discurso construye una semantica propia, una significacion de In intentado pwdllcida por sin-
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tagmacion de palabras, donde cada una no retiene sino una pequeiia parte del valor que ticnc en tanto que signo. Es pucs neeesaria una deseripei(JIl distinta para eada clemcnto, segllll cl dominio en el que cstc mctido. SCgl1l1 sea tomado como signo o sca tonwdo como palabra. Por 10 del",is, hay que trazar una distineion dcntro del dominio sem,intieo entre la multiplieidad indefinicla cle las frases posibles. a la vez par su cliycrsidacl Y por la posibilidad que tienen cle engendrarsc unas a otras. v eI ntnncro siempre limitaclo. no scilo de Icxemas utiIizaclos como palabras. sino tam bien de los tipos de marcos sint
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EI seilor Bel1\'Cniste ha heeho una distincion entre semiotica v sCIll,intica, cs dccir una cIasificacion dieot6mica.
GOeIlE"!".
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en mencion, por oposicion a la frase en empleo (mention y use). Por este lado la frase (sentence) tiene una disponibilidad que la hace asemejarse mucho a la palabra y no parece scr cosa de 10 semantico sino de 10 semiotico. Por otro lado, la frase tiene )'11 cierto canicter en comtm con 10 que ha llama do usted efectivamente "frase", cs decir con tin enunciado {mico, no repetible, ligado al locutor y al marco cn.quc es pronuneiado, 10 eual se traduce al ingles con eI termino statement. Mi euestion es pues: leOmO es posible haecr justicia al heeho de quc la frasc, en el primer sentido, tenga ya rasgos sintadicos, en vista de que no es una simple !ista de palabras? lY que por otra parte no tcnga aim todos los rasgos semantieos, ya que no es todavia un enunciado? La frase esta disponible, un tanto a la manera de una palabra sacada de un diecionario y que no est" siendo utilizada ann, pero 10 esta ya menos que una palabra, puesto que no es una simple lista. lTiene ya una unidad sintactica, pero no tiene todavia un valor semantieo bien determinado como el enuneiado, eI statement? BENVENISTE. Esto cae algo fuera de la distineion que intente instituir, pero preveia que esta distineion acarrearia mas problemas de los que he mencionado. El lenguaje tiene, en SLl utilizacion, una diversidad de cmpleos, de juego, de la que todavia no podemos hacernos una idea. Hay que distinguir, naturalmente, como 10 ha hecho elorador, dos posibilidades en la utilizacion de una frase, Y es e1 heeho que ha ilustrado con la distincion entre sentence y statement. Respondo que, en la dicotomia que propongo, ninguna forlila de frase tiene cabida en el dominio de 10 semiotico. Todo cs del orden semantico a partir del momento en que abandona11I0S el dominio del signo tal como 10 circnnscribi. El que habla tiene, como no, la posibilidad de avalar 0 no determinado en unciado que articula, es decir 0 bien de presentar un enunciado de opinion, situado "aqui-ahora", 0 bien de proceder par cita. I'era eli exactamcntc la misma situacion en que nos encontraIII", en una circunstancia que no mencione, a proposito de la palahra, cuando tratamos de la pa\a»ra lexica, considerada como
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materia lexicologica. EI diccionario nos present a entidades lexicas que tienen una realidad sui generis, que no es la realidad del empleo lingiiistico. Creo que otro tanto pasa con la frase. La frase, tal como la he comprendido, en uncia do de caracter necesariamente semantico, no exc\uye la posibilidad de producir una frase ya hecha, por ejcmplo para ilustrar una regIa de sintaxis, y eventual mente de emplearla como tal, sin que pueda ser considerada como un e1emento de mi propio discurso, sino precisamente en calidad de elemento referido. GUEROULT.
Me pregunto si esta distincion entre la mencion y
e\ enunciado que uno avala no sera un poco superficial en la especie. Cuando hago un,a cita, me borro detcis del interlocutor que es objeto de la cita. Por consiguiente, se esta ante una afirmacion que alguien avalaba; es otro e\ que hago que me sustituya. Desde eI punto de vista de la situacion filosofica, no se ve que ello plantee un problema diferente. Hago una cita, por ejemplo; evidentemente no soy yo quien habla, sino un interlocutor que introduzco en mi lugar y que, d, avala la frase que he citado. GOCHET. Pensaba yo en una frase mencionada en un ejemplo de gramatica, que representa 10 que un orador eualquiera podria deeir. No hay entonces elemento asertivo, ni en segundo grado. Era a este genero de mencion, utilizada a titulo ilustrativo, a la que yo aludia, para realzar la diferencia entre, por una parte, la frase que esta ahi, disponible, y, por otro lado, eI en uncia do asertado par un individuo determinado 0 atribuido a un individuo determinado en una eita wrdadera. Esa frase que esta ahi, disponible, es sin embargo un conjunto estructurado, un sintagrna y no nada mas un elemento de orden paradigmatico que ilustra alguna cosa. Es una frase ya, pero que no es asertada por nadie en particular ni es atribuida a nadie en particular.
Para dejar del todo las cosas en su lugar: 'voluntariamente di de lado (debi decirlo expresamente) toda nocion de frase disponible, existente ya fuera del empleo instantaneo, espont-ineo, personal, que puedo hacer en tanto que locutor. Es BENVENISTE.
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decir, practicamente, un material de enunciados fijados en forma escrita, permanente, no personal. EI filosofo siempre busca entrar en contacto can especialistas en disciplinas de las que podria aprender alga; tal pasa can la linguistica. Pero siempre hay un peligro en las conversaciones de quienes cultivan disciplinas difercntes: que sus clasificaciones y su vision, que sus problemas difieran a tal punto que acaso generen abundantes malentendidos, mientras cada quien lleva addante su propia disciplina. Par ejcmplo, cuando usted prolonga a De Saussure, el filosofo que escuche piensa, por su parte, en la historia de su propia disciplina, que daboro progresivamentc una distincion cntre sin taxis, sem:intica ,. pragmatica, 10 que en conjunto se llama semiotica; las mismas palabras tienen un sentido muy diverso para usted v para d. Si planteo la cuestion es para saber que considera us ted secundario en esta triparticion. En la pragmatica interviene no solo el locutor sino tam bien el interlocutor, a sea aquellos a quicnes se dirige uno can todos los problemas que ello puede conllevar. Dado que usted se queda en una dicotomia, es preciso que su sem:intica cargue can ciertos elementos de la semantica y con otros de la pragmatica de los logicos. Me gustaria saber en que mcdida sus preocupaciones Ie permiten dispensarse de esta division. EI senor Cochet ya ha intervenido distinguiendo statement de sentence, es decir la frase impersonal, de su uso en un contexto determinado; pero una vez que examinamos un caso concreto, no solo tenemos una situacion objetiva, tenemos todo el trasfondo cultural e historico, tenemos todos aquellos a quienes nos dirigimos, y todo un can junto de elementos que permitcn c'plicar la aceion sobrc d intcrlocutor, gracias al trasfondo par cl cual se puede actuar. Dc ahi quc quisiera saber 10 quc es pucsto. por asi decirlo, en segundo plano, 10 que considera usted secundario, al contentarsc con una dicotomia, en lugar de una triple division. PERELMAN.
BENVENISTE. Sera util, en efecto, confrontar aqui dos usos tcrminologicos, pues no son nada mas tenninologicos c implican precisatnente tal 0 cllal concepcion de conjunto. ereo necesa-
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rio, por 10 que a mi toca (y tengo la impresi6n de no ser un caso unico entre los linguistas), partir de la lengua y procurar llegar a los fenomenos que ella permite entrever. La contribucion de los linguistas a la teo ria general del conocimiento esta precisamcnte en la independencia de su itinerario, y en la mantra como, par euenta propia, tratan de elaborar este conjunto que representa la lengua con su com plica cion siempre creciente, la variedad de sus niveles, etc . . ' Es cosa, pues, de saber si la dicotomia que presento es 0 no conciliable (y si no, por que) can la triplicidad que instituyen los logicos. Si no me equivoco, la nocion de sintactica, In nocion de semantica, la nocion de pragmatica, son los tres ordenes de nociones a los que en general sc adhiercn los logicos. Estas tres nociones constituyen un conjunto muy distintamente articulado de como ]a lengua permite conccbirlo. Juntas 0 separadas, pertenecen exclusivamentc al dominio que es, en mi terminologia, el de 10 semantico. En efecto, 10 que para el logico es sintactico, a saber, el enlace entre los elementos del enunciado, atane a una consideracion que para mi es ambigua, en el sentido de que, por una parte, 10. que es sintagmatico para el linguista coincide con 10 que se llama sintactico en logica, y cae por consiguiente dentro del orden de 10 semantico; pero, por otro lado, a los ojos del lingiiista este vinculo puede ser gobernado por una necesidad puramente gramatical, que depende por entero de la estructura del idioma, que no es cosa universal, que adopta form as particulares segllll cl tipo dc lcngu3 considcrado. Hay asi no solamcnte cierta manera de codificar el pensamiento, sino cicrta mancra de encadcnar los elementos del discurso, que cs funcion de 10 que puede llamarse una gramatiea. Ve ustcd como cl lingUista \ cl logieo pucden a la vez eoineidir y diferir en la mancra de eoncebir 10 "sinhictico". Por 10 que toea a la distineion admitida en 16gica entre 10 pragm
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no es necesaria. A partir del momenta en que la Iengua es can· siderada como accion, como realizacion, supone necesariamente un locutor y sup one la situacion de este locutor en el ·mundo. Estas relaciones son dadas juntas en 10 que defino como 10 s~mantico.
La sin taxis comprende mas de 10 que ha dicho us' ted, puesto que comprende tam bien todos los siguos utilizados en la lengua y no solo su concatenacion y los nexos entre dichos signos. Es a la vez una especie de vocabulario y cI conjunto de las reglas de gramatica, segun la concepcion tradicional de la sin taxis. Por otra parte, comprendo a la perfeccion que la se· mantica en el sentido dellogico este en segundo plano en Ia me· dida en que el Iingiiista no se interesa en eI problema de la ver· dad. Se trata evidentemente de un problema filosofico y se aprecia a la perfeccion que en determinada concepcion realista del discurso eI problema de la verdad pase al primer plano, 10 cual representa una preocupacion mas bien secundaria para el Iingiiista. PERELMAN.
J .-c. PIGUET. EI seilor Benveniste ha dicho mas 0 menos esto: "EI sentido de la frase es otra cosa que eI sentido de las pala· bras que la componen; el sentido de las frases es dado por la idea, eI sentido de las palabras por su empleo en la frase." Ha agregado: HEI sentido de la £rase equivale a la totalidad de la idea, percibida semanticamente; la forma de la frase, en desqui' te, es dada por la disociacion de esta totalidad en unidades se· mioticas 0 por la composicion de unidades semioticas inde· pendientes." Parece pues que la semiotica y la semantica cons· tituyen dos pIanos que participan, si no de metodos, si al menos de ideas epistemologicas 0 metodologicas distintas. La semantica presupondria un metodo global de aprehension del sentido. Opuestamente, eI metodo 0 la direccion mental que se .requiere en la semiotica seria de composicion a de descompo· sicion, y asi de naturaleza analitica y no global. Con ello, mi cuestion es la siguiente: icomo se alian estos dos metodos en eI interior de la lingiiistica? iComo la semio· tica y la semantica pueden coexistir metodol6gicamente, si la una es de tipo analitico, la otra de tipo global no analitico?
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iCual debe ser entonces, a fin de cuentas, el metoda fundamental rector de la lingiiistica en su conjunto? BENVENISTE. Es una cuestion que se adelanta mucho; toda respuesta categorica supondria justamente 10 que aparte desde el principio: que existiera una doctrina lingiiistica al respecto. Lo que formule son puntos de vista personales, son proposiciones que falta discutir, precisar, extcnder, circunscribir en todos los dominios de la lingiiistica. Distingo entre las unidades llamadas sign os de la lengua tomados en si y en tanto que significan, y la frase, don de los mismos elementos estan construidos y dispuestos con vistas a un enuncia do particular. Concibo pues dos lingiiisticas distintas. En la etapa presente del estudio, es una fase necesaria de la gran reconstruccion que apenas iniciamos y de ese descubrimiento de la lengua que solo comienza. En la etapa presente hay que elaborar mctodos y conjuntos conceptuales distintos, estrictamente apropiados a su objeto. De suerte que me parece muy ventajoso, para aclarar las nociones que nos interesan, que se proceda por lingiiisticas diferentes, si deben, separadas, conquistar cada una mas rigor, sin que ella obste para ver luego como pueden unirse y articularse.
Mi intervencion concernira ados puntos: par una parte, considerare las implicaciones filosoficas de la distincion propuesta par el sefior Benveniste; par otra, planteare una cuestion atinente a su extension eventual. La distincion de 10 semiotico y 10 semantico es de considerable fecundidad filosofica; permite reanudar la discusion acerca del problema fundamental de 10 cerrada del universo lingiiistico. La lingiiistica se conquisto precisamente proclamando dicho cierre, instituyendolo, por consiguiente separando la constitucion interna del sistema de los sign os en la lengua de la captacion de la realidad par el lenguaje. Y al mismo tiempo la lingiiistica ha creado una paradoja, a saber, que el signa desaparece en su funcion esencial, que es la de decir algo. Ahora bien, la doble lingiiistica del scI'ior Benveniste permite volver al problema por otro lado: su concepto de semantica permite restablecer una serie de mediaciones entre el mundo cerrado de los signos, en una semiotica, y la
RICOEUR.
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captaci6n de 10 real por nuestra lengua, en tanto que semantica, Esta distinci6n de 10 semi6tico y de 10 semantico llega mucho mas lejos que la dicotomia saussuriana de la lengua y el habla. EI senor Benveniste vuelve a cncontrar el problema, )'a vislumbr.ado por Meillet cuando distinguia la inmanencia v la trascendencia de la lengua, es decir las relaciones internas a la lengua y su superacion hacia alguna cosa otea. La doble lingUistica del sefior Benveniste permite comprender que el lenguaje se constituye en la clausura del mundo de los sign os v no obstante se supera hacia 10 que dicen. Al mismo tiempo que el apuntar a la realidad al nivel de la frase, Benvcniste permite resolver otro problema, el de la instancia del sujeto a su propio lenguaje por medio del nombre propio, de los pronombres, de los demostrativos, etc. Seria intercsante, por 10 demas, sabcr como se situa el senor Benveniste ante Gustave Guillaume, quien tam bien se propuso "volver al universo" el lenguaje por medio de la morfologia del discurso. Quisiera ahora plantear la cuesti6ll siguiente a Benveniste: en la perspectiva que ha abierto, ~no habria que prolongar la dualidad de la semi6tica v de la semantica hasta en el orden sintagmatico? ~No hay por un lado los sintagmas quc son cada instancia de discurso, cada vez circunstanciales y referidos a una situacion y a un locutor singular, v par otro lado una "gramatica" que permite tratar como una produccion autononnada la creacion de un numero infinito de frases? Esta vez es por el rumba de Chomsky por donde habria que llevar la com para cion y la discusi6n. No es solamente la palabra la que puede ser abordada desde el pun to de vista semiotico y desde el punta de vista semantico, sino asimismo la frase. ~Aceptaria usted hablar de una semiotica y de una semantica de la frase? BENVENISTE. No me parece que la frase pueda hallar lugar en 10 semiotico. EI problema de la frase no se plantea sino en el interior de 10 semantico, y es por cierto la region de la lengua a la que concierne la cuestion del sefior Ricoeur. Verificamos que hay, por una parte, empiricamente, frascs y posibilidades de frases indefinidas, por otra, ciertas condiciones que rigcn la generaei6n de las frases. Cada lengua posee sin duda alguna deter-
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minado mimero de mecamsmos, de esquemas de produccion, que pueden formularse, que hasta pueden formalizarse; es a reconocerlos e inventariarlos a 10 que se dedica cierta escuela de lingiiistas hoy por hoy. Pues bien, veamos, en 10 concreto de su labor, las operaciones que practican los te6ricos de la gramatica generativa: observamos que siempre se sitll3n dentro de una sintaxis real para fundar en razon 10 que puede ser dicho y 10 que no puede ser dicho. Ah! cshi la distincion fundamental. Se prcguntan, par ejcmplo: lPor que procedimiento se pasa de determinada manera de decir a otra? lPor que procedimiento puede convertirse una frase de tipo activo, transitivo, en una frase pasiva? lPor que procedimiento se trasforma una proposicion asertiva en una proposicion negativa? lCmiles son las leyes gue gobiernan esta generaci6n? Por form ales que sean estos procedimientos, expresados con forma aximmitica, inclusive matematica, apuntan en definitiva a realizaciones. No dejamos de estar en 10 semantico. Quisiera precisar aqui un punto que quiza no rcalee bastante. Lo que participa de la necesidad idiomatica, del mecanismo gramatical, es algo distinto, que pertenece a la cstructura formal dc la lengua v permanece fuera de 10 semantico y de 10 semi6tico, por no ser significaci6n, propiamcnte hablando . .\ LA PREGUNTA DE UN CONCRESISTA ACERCA DE LAS RELACIONES
La necesidad \' la justificaci6n que los 16gicos se dan a si mismos a prop6sito de su cmprcsa es evidentemente la noci6n de verdad, que condiciona los itinerarios y las divisiones instauradas en el interior de la logica. Esta condici6n de conocimiento no es la condicion primordial para eI lingiiista, que analiza 10 dado que es la lengua v que intenta reconocer sus leyes. En cuanto allugar de 10 semi6tico, creo que es un orden distin to, que obligara a reorganizar eI aparato de las ciencias del hombre. Estamos, en efecto, enteramente al principio de una reflexi6n sobre una propiedad que no es aun definible de manera total. Es una cualidad inherente del lenguaje, pero que se descubre tam bien en dominios donde no se imaginaba que pudiera manifestarse. Son conocidos los intentos actuales de orgaENTRE LOcICA Y SEMIOTlCA, BENVENISTE RESPONDE:
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E1. HOMBRE EN LA LENGUA
nizar en nociones semi6ticas algunos datos tocantes a la Cllltllra 0 la sociedad en general. En cI lenguaje se llnifica esta dllalidad del hombre y de la cultum, del hombre y de la sociedad. gracias a la propiedad de significaci6n cuya naturaleza y alcance .procuramos deslindar.
Vi. LEXICa Y CULTURA
16. DlFUSION DE UN TERMINO DE CULTURA: LATIN ORARIUM 1
EI vocabulario de las lenguas antiguas y modernas eshl lien a de prestalllos que se cruzan en todos sentidos. Numcrosas de estas palabras han viajado hasta lejos de su fuente, pasando de una lengua a otra mediante rodeos illlprevistos. pero es nmv raro que lIegue a describirse el travccto entera. En la lllavoria de los casas, los etimologistas no sc quedan mas que can' una parte de los datos, los que interesan a su dominio respectivo. euando que hay que seguir toda la eontinuidad del proceso v abarcar la extension entera del campo lingiiistico para tencr la seguridad de describir exaetamente v de comprender el fenome· no de difusion. Quisieramos mostrar esto mediante urr ejemplo. Luego de hallar la resultante extrema de un prestamo, a fin de aclararlo tuvimos que remontarnos hasta la fuente primera, que cs latina. Pero la exposicion seguinl orden inverso al de nuestra indagacion y partin! del latin para definir las condiciones inieiaks v para alcanzar en su eonseeueion historica las form as suecsi"as del prestamo, que se escalonan dcsde Rom a hasta el corazon de Asia.
EI texto del Nuevo Testamento presenta cuatro ejcmplos de la palabra UO\l/IUPlOV "servilleta, paiiuc!o" v, hastante naturalmclIte, la Vulgata la vierte cad a vez por siidiirium "paiiuc1o para cnjuga'r c! sudor", ya que SUddTiulll es cl original del prestall'" griego UI",MQIOV. Hav que citar los cnatra pasajcs. Lucas 19, 20: ~ ~lVa am' lJv fLX()V dJtOX.fl~ti"II" h o01'~nt!i4~J "ttl mina, la cual he tcnido guardada en un paiio"; Vl1lg. "'"a tlla 1
Studia classica et orientalia ,'\ntonio Pagliaro ob/afa, Istitnto di Clott(l[o~i~ del!.,
Universita di Roma, '-01. I (1969), pp. 213-218.
lH3]
2·H
I.F:XICO Y COL·IORA
quam hablli repositam m sudario (arm. var§a11lak;' a. csl. ubrusu. 3 Hcchos 19, 11: ,1jlJ'tf XUl Elt!. ten"; (tOOEVO\ivtU; (1)lmpEQEoOm UltO Oltl1f'1lLl'lU II oquxl"l:)w "Dc tal mancra que :lUll sc Ile\'aban sobre los cllfcrmos palillclos " paiios quc habiall toeado su piel (y cran cmados)"; Vulg. ita ut etiam super languidos deferrentur cl corpore eius slIdaria et semicinctia (arm. t'a§kinak • kam \'ar§amak; a_ esl. IIbrllSiL) . Siemprc call igual sentido. ]a palabra es emplcada en ulla cireullstancia particular CII San Juan. en dos pasajcs: J. II. H (rcsurrcccibn de Lizara): "1 011'1; allto" oouhagl'V "'QlfhihEto "su rostra estaba ennlClto ell un licllzo"; Vulg. facies iUius su.dario erat ligata (arm. l'ar~allUlk; a. csl. ubrusu). J. 20. -; (c1 scpulcro "acio): 10 001'~hit'10\' Ii fl" fItl t~; XEcpuA~; "i'TI'" "cl liellzo quc habia estado sohrc su caheza (= de JcSIIS '''; Vulg. sUdaTiulIl quod fuerat super caput eius (arm. l'dr§amak; a. csl. slldari I." Estos dos pasajes hall descmpcliad\l un papcl deci5ivo en la historia ICxica de slJdarillm. FlIe a partir dc cstc rclato" como sudariwlI. quc desigllaba ell gellera\. \. tambiell aqui. UII lienzo para enjugar cl sudor. adoptb. por ser meneionad" entre los aderezos fllnerarios euando la Resurreeeibn. el senticlo especifico de "lienzo quc cllvuclvc Ia cabeza de los 11Iuertos". de dOIlde ,·iene fr. .waire' 1\1;\5 in teresa lite atll1. peru mueho menos aparellte. ha sido la
tnli XPfotCJ; m\lOU
~ Subrt.: arm. nutJlllaJ.:, prcstamo dcl iramo. d. nSL, ;1 (IQ:;XJ, p. -;--0 . ., COli rmu nImh ·'pafuu:lo··, ruSe) di .. l. obms "scn'ilkta dc mcsa", del prefijo u· \ c1 radk.11 de .1. c~l. hrl'f.\II~ti "horrar, clljl1gar"; d. \1. V;I~lI1cr, Rm\. dUll. ''''h., III. p. 170. I Sobre fanillak. d. II. Ililh~chmallll, .\rlll. Crdlllm., p . .,12, \ cI diccioltario de: .'djarian, 11. p. II H, bill poco cOlldll\ l:lIk d 111\(J como cI otro. 1':1 nrigcn nanio cs probable. ~ La forma
DIFUSl6N 1)1-: UN n::R1\IINO nF CtfLTURA
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situacion de sudarium cn la tradicion tcxtual latina. Nos proponemos preci5amcnte poncr en claro una particularidad que prescnta y las con5ccucncias quc ha tcnido. Para Jnan 11, 44, it lhl'l; m"TOU Ilol-.hnpitp rtfQIFhil'no "su rostro cstaha envuelto en IIIl lienzo". la Vulgata da. como \'imos. fa· cies illiu. sudario erat ligata. \' nada parccc m,is natural quc hallar, aqui como cn otros lados. cl gr. aOl.MQlo" \'crtido por lat. sudarium. Pcro, de modo bastantc curiosa. la m'\5 antigua tra' duccion latina. la Vet us Latilla (Itala) no traia aqui sudariulll sino una palahra difcrentc. orariulll. quc la Vulgata elilllin6 para poner cl sudariulll del tcxto actual. No sc ha prcstado atcn· cion a csta discordancia. qllc no dcja dc scr notable pm 1Il'\s de 1Il1 lado. . Ante todo hm' qllc rctcner el hccho dc quc el latin disponia. para la misma nocion. dc dos tenninos. orariulll I' sudarill7n. Si los mas antiguos tradllctorcs. al tcncr quc tradueir el allI'hc,vto" de Juan 11, 44. cligicron oTariu1Jl. cuando qllc sud
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d:XICO Y CULTURA
figmans nube fertm anti/us, hie sui dat pignus oris, ut ferunt, orarium, lJ can figma etimol6gica, orarium sui oris. Otros ejemplos de la latinidad cristiana, mas recientes, son eitados por Reinsch. '" Pnede vcrse, pues, en la eleccion de orarium par los primeros traduetores de los cvangelios para cl (Joub,iv'"v de Jnan 11, 44, un rcflcjo del usa COlll llll , v en cl sudarium que pone en Sll Ingar la Vnlgata till cmpcilo de bien decir. Es un heeho del mismo ordcn que c! remplazamiento de lauacrul1l, que era c! primer tCflnino latina para "bautismo", par baptism4 (·mus). Pero la aparicion de orarium en la !tala no intercsa s610 a la historia del \"Ocabnlario latina. Ha ten ida, afnera, eonseeuen· cias que al1l1 no han sido advertidas. La lusi"n gMiea de los evangelios nos queda par 10 qlle toea a clos 'pasajes, antes citaclos, doncle cl gr. aovh
l~
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utar;ulIl. - .\ct. luI. mart. c. 2 ap. Ruiuart: acccpit ouriUITI ct Iigavit oeulos sues. Act. ~Iarcian. ct !"\icandr. c. 3 ib.: orariis oculis martyrum circumdatis. - Treb. Poll. Cl:.!ud. Ii. Vopisc. :\urel. 4S. IJ Cf. S. Fei~t, Vergl. Wb. der got. Spr.", p. 68a.
DIFUSI6N DE UN Ti:RMINO DE CUL TURA
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el que, en el lugar misllJo donde esta presenta oTarium, el gotieo diga aUTali por gr. OOUMQIOV. EI traductor gotico ha debido utilizar, al lado del griego, un texto latino antiguo tal como el BTixianus, que trae en efecto oTaTium." Fue preciso que la forma latina oTilrium se volviese 'orarium para dar el gotico aurali. 15 EI prestamo del latin fue tomado -10 cual confirma su car;\cter popular- por varios dialectos gennanicos independientemente; de ahi que las formas difieran del gotico por la flexion: a.3.a. orul, orel; a. ingl. oTel, orl, de don de a. noruego url(an) "veIo para el rostro".'· Debia de ser una palabra difundida por las provincias romanas, y que diversos pueblos germanicos adoptaron en fechas diferentes. EI destino de orarium habria quedado en esto, sin duda, y la palabra no habria alcanzado otra notoriedad, de no ser porque una circunstancia il11prevista Ie abrio nuevas vicisitudes. A partir del siglo VI se denomino oTarium, en la liturgia cristiana, a la pieza de pallo que eI diacono Ilevaba sobre el hombro izquierdo" y que mas tarde, hacia los siglos XI-XII, se Ilamaria stoIa "estola".'8 Del lenguaje comtm, entonces, paso orarium al vocabulario eclesiastico. Con el sentido de "estola" era un termino nuevo, y a tal titulo se difundio ampliamente fuera del latin, hacia el este de Europa, y de aM a las lenguas del cristianismo oriental. No estani de mas reunir los testil110nios. La etapa decisiva {ue la adopci6n de orarium en griego, con la forma WQUQlOV "estola". Fue a partir del griego como se realizo el proceso de difusiOn. La palabra fue adoptada por a. esl. uTart "WQUQIOV" en el Eucologo sinaitico 38 b,'· de donde a. ruso UTan, OTarl, ruso oraT' "banda estrecha sobre eI hom bro izquierdo de la vestimenta del diacono""· Del griego procede asimisl110 14 Acerca de la importancia del Brixianus para la traducci6n g6tica, cE. W. Streit· berg, Die gotiscbe BibeJ, pp. XLIISS. 16 !'if. H. }ellioek, Gesch. der got. Sprache. 1926. pp. 183, 185. UI E. Schwarz, Goten, Nordgermanen, Angelsachsen. 1951, pp. -41-,\2. 17 Acerca del conjunto del problema del orarium liturgico, sigue sieodo de provecho leer el estlldio de Hefele. BC"itriige zur Kirchengeschichte, II, 186... pp. 186$$. Una fOTma mas recicnte de orarium es orale (ct. Du Cange), que dio a. ft. orel, sin6nimo de orier "estola" o(arillm (d. FEW, VII, pp. 384·;). 18 En una hom ilia de San Juan' Cris6stomo (d. Hdele, op. cit., II, pp, 186ss), los diiconos son comparados con angeles, y los leves patios de su hombro izquimlo (A.r1ftm b66va, bl TWV aplo",epci>v IfiJ.l.W'V) con las alas de los angeles. • "Se advertira 1a representaci6n de OJ inacentuada por esl. u" (Meillet, £t. sur l'etym. et Ie vocab. du v. sJave, p. 187) .
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• Cf. M. Yasmer, Run. etym. Wb., II, p. 2701.
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el armenia or.ar, urar "estola" 21 en los cscntorcs ecJcsi,\stieos, as! como el georgiana aZari, dcfinido como una "larga banda de pano sembrada de cruces que el sacerdotc ofieiantc Sf pone sabre eI hoillbro izquierdo"." Reaparece en siriaco como 'ari/rii,". y eI siriaco 'orara proporciona a Sll vcz cl original de la palabra sogdiana cristiana wrr' que hemas idcntificaelo" en lin fragmento de lin eserito acerea del simbolislllo ell' los accesorios del CllltO." He aqlli la traduceion del pasaje sogdiano: "Los dos diaconos junto al altar son a imagen de esos ,ingell'S que son visibles a los pies y la cabeza de Nuestro Sefior. La cstola (wr,) sabre su hombro izquierdo (pr wy§nty s'ptw f),q) cs para '1uc muestren que son servidores (frm'n ptYW§yt)"."; Asi oranum, "pano para el rostro, pan ucla", vuelto termino de liturgia can eI sentido de "estola", ha ido a parar hasta eI Asia Central 27 gracias a los misioneros de kngua siriaca, en tanto que desaparecia del latin mismo. Dcsde la Vulgata oranum ha sido remplazado en su scntido propio par slldari1l11l, y mas tarde, en su sentido Iit6rgico, por stoIa. S610 los prcstamos extranjeros conservan testimonio de su cxistcncia.
n H. Htibschmann, Arm. Gramm., p. 369, n. ,03:1. ~ En el diccionaTio de Chubinov, p. 391. :13 Ejcmplos en Payne Smith, Thcs
p. 176 fill, 2fi fin. 21 BSL, 53 (1958). fase. I, p. 70.
~ Ed. Hansen, He-rliner 50gdis(:he Texte, II. 19~;, pp. 9llhs., n. ;, r, 28. "'" FTagmento citado en II, 2555. Para c! silllholismo de la c~tob, coilipirc\c nn !exto de Inocencio Iff (eitado por Jldelc::, oJl cit., II, p. 19-tl "StoLt quae ~npcr amictnlTI collo saecrdotis incumhit, obocdicntiam ct \ervitntelll :r.r~mbc;,1 quam DO!llinm 011\' niulIl propter salutelll scr\'Onllll suhil"it." Hcmos presentado un panorama del \ocai>lIbrio cri~tiallo Cll ,ogdiano ~ ell tnrc'~ antiguo en la compilaciclIl intitllladJ COri("lIft t"rr,tiarllJ !ltlJ~ ,fOlld JdlJ cil"iJta. Accad. dei Lincei, Rom3, 1964, pp. ~5"-91.
17. GENESIS DEL TERMINO SCIENTIFIQUE 1
La constituci6n de una terminologia propia marca en toda ciencia eJ advenimiento 0 el desenvolvimiento de una concep' tualizaci6n nueva, y con clio senala un momenta dccisivo de su historia. Hasta podria decirse que la historia propia de una ciencia se resume en la de los terminos que Ie son propios. Una ciencia no comienza a existir ni puede imponerse mas que en la medida en que hac;e existir 0 impone sus conceptos en su denominaci6n. No tiene otro modo de establecer su legitimidad sino especificar, denomimlndolo, su objeto, quc puedc ser un orden de fen6menos, un dominio nuevo 0 un modo nuevo de relacion entre ciertos datos. EI instrumental de la mente consiste primero en un inventario de tcrminos que enumeran, eonfiguran 0 analizan la realidad. Denominar, es deeir crear un con· cepto, es la operaci6n a la vez primera y [lltima de una eiencia. Considcramos asi la aparici6n 0 la transformaci6n de los ter' minos eseneialcs de una ciencia eomo aeonteeimientos principales de su evolucion. Todos los trayectos del pensamiento estin jalonados por estos terminos que indican progresos decisivos y que, incorporados a la ciencia, suseitan a su vez nuevos conceptos. Es que, siendo por naturaleza inveneiones, eslim,",Ian la inventiva. Can todo, Ia historia de la ciencia todav!a no pone cstas creaciones cn cl lugar que merccen; pasan por no interesar sino a los lexicografos. Pero hay que distinguir. Nombres de matcrias, de cuerpos nuevos -apareccn sin cesar en quimica-, tiencn un intcres de nomenclatura, pero restringido a la especialidad y, par 10 demas, como a menudo Son inventados en eJ instante 0 por asociacion arbitraria, represcntan cl cxtremo dc la paitieularidad. Los terrninos instmctil'os son los que se vinculan a un concepto nuevo designado a partir de una noci"n tcbriea ("civilizacibn", "c\'oluci6n", "transformismo", "informacion", etc.), pero tam1 L'Age de la Science, Aix, II \1969), llum 1, pp. 3-7.
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Lf:XICO Y CUL TURA
bien aqnellos que, derivados de una noci6n anterior, Ie agregan una determinaci6n nueva. Can el fin de estudiarlo aqui, proponemos un ejemplo bpieo, eI de un adjetivo tan usual que nadie Ie busea comienzo, y tan necesario que ni se imagina uno que tuvo quc comcnzar; eI adjetivo scientifique. Parece dado con la noci6n misma de science, de la que instintivamente se Ie creeria contemporaneo e inmediatamente derivado. Pero las apariencias nos cngafian tanto acerca de la relaci6n can el termino hasico como sobrc el concepto que introducc. Entre science y scientifique la relaci6n de derivaci6n formal no cs ni clara ni usual. Los adjetivos extraidos de terminos notables en las grandes provincias de la cicncia acaban generalmente en -ique (tipo sphere: spherique; atmne : atomique) 0, por via cnlta, en -al (espace: spatial; genre: general). Nada impedia la creaci6n de un adjetivo como *scientique 0 *sciential; incluso hubiera sido la forma mas natural, la que se presentaba de buenas a primcras. A la generalidad del concepto de science hubiera respondido un derivado de c1ase muy general. Asi han procedido por su cucnta Jas lenguas modernas que, fuera de la tradici6n latina, tuvicron que crear scmcjantc adjetivo. De Wissenschaft "ciencia", el aleman sac6 wissenschaftlich, de nauka "ciencia" el ruso hizo naucny;. En los dos casos el adjetivo aplica una forma sufijal, -lich en aleman, -ny; en ruso, de funci6n muy amplia y asi de debil especifieidad. Del todo opuesta es la relaei6n entre scientifique y science. Este tipo de adjetivo derivado en -fique sobre la base de un sustantivo abstracto no tiene otro representante en frances mas que precisamente scientifique, y este ocupa una situaci6n singular con respecto a la formaci6n de que participa. Si se exceptua cierto nttmero de fermas vueltas inanalizables (prolifique), los derivados en -fique no son nunca simples adjetivos de relaci6n, como 10 es scientifique ante science. Muestran una funci6n "factitiva" muy pronunciada: calorifique, frigorifique. soporifique "que produce calor, frio, suefio", pacifique "que trae la paz", honorifique "que procura honor". Repuesto a esta serie a la que ciertamente pertenece, scientifique significar:i propiamente no "de ciencia" sino "que hace ciencia". Es 10 que obsetva con raz6n Lalande:
GENESIS DEL TERMINO HSCIENTIFIQUE"
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Scientifique. Propiamente, que sirve para construir la ciencia. De Ofdinario y mas ampliamente: que cancieme a la ciencia 0 que pertenece a la ciencia.:.!
Pero no se ofrece ninguna interpretacion de este sentido propio, y no sc ve por que science -y solo science- habria recibido como adjetivo un derivado en -fique que significa "que hace (ciencia) ", mas bien que un simple adjetivo de relacion facil de formar con uno de los sufijos usuales. Ya Littre habia presentido este problema cuando, indicando la etimologia de scientifique por "Iat. scientia, scienCe, et facere, 'faire' ", observaba: Esta palabra que pareee haber sido creada en el siglo XIV significa: que haec eicncia, y es tambien c1 sentido que tiene en Oresme. s Pero con el scntida que Ie damos, estaria mejor con final en al 0 dire: scientiaI 0 scientiaire. 4
,De d6nde viene entonces que la lengua haya hecho esa eleccion singular, dejando el camino que se Ie ofrecia de una deriva cion normal, la que indica Littre? Estamos ante un caso particular, que parece salir de la norma y del que no hay causa general que de razon. Hay pues que examinar las condiciones de hecho que han producido este adjetivo. Contranamente a 10 que creia Littre, scientifique no se forma en frances. Como todos los adjetivos en -fique, viene del latin, donde la clase de los compuestos en -ficus "que hace", bien establecida desde la lengua clasica (bene-ficus "bienhechor", honori-ficus "que hace honor"), se mantuvo productiva hasta baja epoca' De hecho, scientificus data del periodo tardio del latin." Aparece por primera vez en el siglo VI de nuestra era. Es ya un 2
Lalande, Vocabulaire de philosophic, s.y. scientiJique.
a Citas del siglo Xly en Littre: "De ees parties une est scientifique ou speculative,
I'autre est raciocinative ou pratique, Oresme, Eth. 171. Et pour ee au~si que la proposition singuliere laquele est Ie derrenier tenoe en ceste pratique, n'est pas universelle ne scientifique c'est-a-dire que de eUe n'est pas science, Id. 199:' , Littre, Dictionmure, art. sCienti/ique, fin. B Acerca de estos compuestos, cf. F. Bader, La lormation des COQJpo~s nominaux du Jatin (Ann. Iith~raires de l'Univ. de Besa~on, vol. 46), Paris, 1962, pro 207·221. B En la obra ante. citada de F. Bader, scicntifiau figura .1 final de parqmo 2S0, entre 101 adjetivos en -/icul que indican sencOlamento "que Ie tefiere I.. .... MOltramos aqui que no es este el ICDtidO origin,1.
252
LEXICO Y CULTURA
heeho digno de observaei6n que semejante intervalo separe seientid, usual entre los mejores autores c1ilSicos, de scielltificus, naeido siete siglos despucs. Sc dida quc la noci6n denominada seientid hubicra permanecido inerte largo ticmpo, mal dcfinida. f1u~tuante, representando segllll los casas un "sabcr", un "conacimiento", un "arte". una "tccnica", hasta alcanzar 111ucho mas tarde la ctapa de "eieneia". Y la ereaei6n de scientifiL11S en eI siglo VI pareee eonfirmar la emergeneia del eoneepto dc "eieneia" en esta epoea. Pero
indican solamentc: "Jat. tardo
(Boe?:io)
~ci(.'lItifit'tl.~
sci(.·lls-cllti.~
(st'irc)
mm1dlo di henefic.,s malcficus JlItUlifieLl~ elT."' \kllm t'xpilcito ;H'1lI CoroHlill'I~. DJ("cioll,nio uitit'o ctilllolugi("(J de la leI/gila c;l~tdlaJJa, I (19QI, p, -910' '\wJJtiflnJ del lar. Mdio scientificus", ~ Para este texto aristoh~lico utilizamos la edici611 dt, W. D. Ro~s ~ L. '-hnio-Pal-
r.t:NESIS [lEL TERl\.IINO "SClEN1IFlQtlE"
253
(brohfl ~I\' hi: AEi'(t) alJ'J..oyllJ~tQV Em aTl\j.lOVI.Xov. fItI aTl\l1ovlXQV <'Ji:, AiyfO ... xuO' flV np iXEl\' U\!TOV f1tl(JTli~lfOa' ... O"lt MOYIO"j.l(); ~lfV i'cit> EOTm XUI ,IVf11 TOltTO)", dJTobfl~l; h' OJ''Y. EOTal. ()It ya{! JtOll10"El EJttO-
"llllj\'. Por dernostracicin entiendo el silogismo eientifieo, y llamo cientificn a 1111 silogismo euya pmiesi6n misma constituyc para llosotroS una cien. U 11 ~ilogismo pucdc de fijo existir sin estas condiciones, pero no cia. ~cra una delllostraei()l1. pues 110 sera productin) de cienciaY
Boccio traducc:
1"
Demonstrationem autern dico syl10gismllTll epistemonieon id est faeicn. tem scire, sed epistemonicon dieD secundum quem (in habendo ipsllm l scimus. .. l:t sine his dctllonstratio
Toda la articulacion del razonamiento y la eleccion de los h~rminos latinos se e1ucidan juntos en la version de Boecio. Vicrtc la cxpresi6n en acusativo (Tt'MOYLO"j.lOV EJtLOTlU.lOVLXOV trascrihiendola por syllogismum epistemonicon, pero aiiade la glosa: it est faciente11l scire" (silogis1110 epistemonico), es decir que hacc saber", utilizando por adelantado la definicion que Aristotelcs da Iineas ·abajo: eI silogismo sera una demostracion porque "producira la ciencia", "o"l0ft '''1Ot11[l1IV, faciet scientiam. Aqui tenemos. en esta cualidad de "producir la ciencia, scientiam facere", eI criterio y la formula misma que hacen reconocer una demostracion scienti-fique. Y un poco mas lejos,cuando Aristoteles se ocnpe de las EonOtljflOVlxul d"ohEis." (75 a 30) , Boecio dira con toda naturalidad scientificae de11l0nstrationes." La equivalencia ha sido encontrada y el termino queda fijado. Citemos ahora de los T6picos: Ine10 (Oxford, 19M). clande 101 introduccion (p. VI) informa sobre la historia de la traduccion latina de los Segundos analfticos y dOl (p. xs) las referencias .31 Aristoteles Latinns. 9 De la tra.ducci6n francesa de J. Tricot, Organon IV, Les Secondes AnaJytiques. ed. de 1966, p. 8. 10 Boecio,· Posteriorum Analyticorum Aristotelis lnterprefatio I, cap. 2, ed. de Migne, PatroIogie grecque, t. 64, p. 714. 11 Ibid., p. 720.
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LEXIca Y CUL TURA
'AdOl. IlEv OOV ~EAnov ,0 bL(i 'OW "(JOtEQ
En Boecio: Simpliciter igitur melius per priora posteriora tentare cognoscere, nam
magis scientificum tale est. 13
En el mismo tratado, ot '",at'lIlOVlXO' aUAAoYlallo[ (155 b 15) es traducido scientifici syllogismi.14 Resulta pues que Boecio forj6 scientificus para traducir el termino aristotelico '''la'~llovlXO;, y que emplea siempre este adjetivo scientificus en la plenitud del sentido etimol6gico: "que produce el saber". Los contextos de los pasajes citados no dejan duda sobre este valor, {mico que puede explicar la formaci6n del neologismo. Tanto mas interesante es descubrir que Boecio da una traducci6n diferente del mismo termino aristotelico '''la'~l!OvlxO; en un pasaje de los Segundos analiticos (77 a 38) donde EQOOt~Il" E"l"'~I!OVlXOV es traducido por interrogatio scientialis. He aqui otra creaci6n de Boecio. Juzg6 necesario introducir aqui un derivado distinto y nuevo, scientilllis; es que aqui, en efecto, entiende Arist6teles por "Qoo"lIA-a '''lat~I!OVlxOV una interrogaci6n acerca de la ciencia, como 10 muestra la continuaci6n (EQOOtlll-''' YEW!l-E'QlXOV, latQLxov "interrogaci6n sobre la geometria, sobre la medicina"), y no "que crea la ciencia". De manera que Boecio ha distinguido dos acepciones de E",at~I.LOVlXO;: 1] "propio de la ciencia", que tradu~e scientialis, y 2] "que produce ciencia", que vierte par scientificus. EI termino griego E"LOt~I-'OVlXO; era, por su parte, un neologismo creado por Arist6teles sabre el tern a de E"lat~IA-Wv "que posee el conocimiento cientifico" (d. Segundos aMliticos) (74 b 28) para que sirviera de adjetivo a 'ma· u pe 1a trad. francesa de Tricot, Organon V, Les Topiques, ed. de 1950, p. 236. 111 Boecio, loco cit., p. 973. l' Boecio, loco cit., p. 993.
GENESIS DEL TER~I1NO "SCIENTIFIQUE"
255
t~ft'l. '" Ocasiona en Boecio una doble definicion; cada una exi· ge un termino distinto y nuevo. Pero scientialis 16 no ha sobrevi· vido. Solamentc scientifictls sc ha gencralizado, sea por razones doctrinalcs, sea a causa de su mayor expresividad y, pasado a las lcnguas modernas del Occidente, se ha convertido en un util conceptual inseparable de la nocian de ciencia y de la ciencia
misma.
II;
En 10 tocante a 1a formation. comp,irese can los adjetivos
vtxo;:. "'Vl1IJ.OV~xo;.
Tjy£",O\'U(O~,
YV(J)JW"
1& Hubiera dado a1 frances el adjetivo sciential que Littre, can atinado sentido de la derivoici6n. estimaba mas apropiado que scientifique para eI usa modema.
18. LA BLASFEMIA Y LA EUFEMIA 1
Blasfemia y eufemia: adelantamos estos neologismos 2 para asociar en la unidad de su manifestaci6n dos conceptos que no se acostumbra cstudiar juntos, y para establccerlos como actividades simetricas. Vemos en la blasfemia V la eufemia las dos fuerzas opuestas cuya acci6n conjunta produce el reniego ["bias· femia contra Dios, la Virgen a los santos": Acad.; fro ;uron]. Consideramos aqui eJ reniego como la expresi6n blasfemica por excelencia, enteramente distinta de la blasfemia [blaspheme] como aserto difamante can rcspecto a la religi6n a la divinidad (asi la "blasfemia" [blaspheme] deJ esus proclanuindose hijo de Dios, Marcos 14, 64).3 EI reniego pertenece par cierto al lenguaje, pero constituye por si solo una clase de expresiones tipicas can la que el linguista no sabe que hacer y que en general remite al lexica a a la fraseologia. Can ella s610 se conservan del renicgo los aspectos pintorescos, anecd6hcos, sin fijarse en la lIlotivaci6n profunda ni en las fonnas especificas de la expresi6n. En las Ienguas occidentales, el lexica del reniego 0, si se prefiere, eI repertorio de las locuciones blasfemicas, hene su origen \. su unidad en una caracteristica singular: procede de la neccsidad de violar la interdicci6n biblica de pronunciar eI nombre de Dios. La blasfemia es, de punta a cabo, un proceso de palabra; consiste, en cierto modo, en remplazar el nombre de Dios par su ultraje. 1 Archivio di Filosoiia ("L'analyse du Iangage theologique. Le "nom de Dietl", Actes du colJoque organise par Ie Centre international d'E;tudes humanistes et par l'Institut d'£tudes philosophiqucs de Rome, Roma. 5-11 de cnero de 1966), diretto da Enrico
Castelli, Roma, 1969, pp. 71-73. 2 En espanol no son neologismos; la segunda palahra ex-iste al menm como namble propia. En frances SI: blasphemie, euphemie. La "blasfemia" de siempre en espanol es en frances blaspheme. En este capitulo "blasfemia" traduce blasphemie. neologislllo frances, salvo indicacion en contra. Con el distingo que establecc el autor a continuacion, los sentidos quedan daros. [T.] 3 Al parecer. los diccionarios no suelen atender a esta distincion: "blasfemia: palabra injuriosa contra Dios, 101 Virgen y los santos" {Acad.}; "blaspheme: parole qui outrage la Divinite. 13 re1igion" (Robert). [T.]
[256]
LA
BLASFE~fJA
Y LA ImFEMIA
257
Hay que prestar atenci6n a la naturaleza de esta interdicci6n que cae no sobre el "decir alguna cosa''', que seda una opini6n. sino sobre el "prol1unciar llIl 110mbre", que es pura articulaci6n vocal. Es propiamcnte el taM lingiiistico: cierta palabra 0 nombre no debe pasar por la boca. Simplcmente se retira del registro de la lengua, se borra del uso, no debe existir mas. Sin embargo, v es condici6n parad6jica del taM, este nombrc debe al mismo tiempo continuar existiendo como prohibido. Es asi, comO existente-prohibido, como hay que plantear iguahnente el nombre divino, pero aden"\s la prohibici6n va acompaiiada de las mas severas sanciones, y es acogida por pueblos que desconocen la practica del tab6 aplicado al nombre de los difuntos. Esto subraya a!m nu\s intensamente el caracter singular de esta intcrdicci6n del nombre divino. Para comprenderla, y asi para ver mejor los resortes de !a blasfcmia, hay que remitirse al amilisis que Freud dio del taM. "EI tab!! -dice- es una prohibici6n muy antigua, impuesta desde afueTa (por una autoridad) y dirigida contra los deseos mas intensos del hombre. La tendencia a trasgredirla persiste en su inconsciente; los hombres que ohedecen cI tab!, son ambivalentes con respecto al tab6." Parecidamente, la interdicci6n del nombre de Dios refrena uno de los deseos mas intensos del hombre: el de profanar 10 sagrado. Por si mismo, 10 sagrado inspira conductas ambivalentes, eomo se sabe. La tradici6n religiosa no ha querido quedarse mas que con 10 sagrado di"ino v ha excluido 10 sagrado maldito. La blasfemia, a su manera, quiere restablecer esta totalidad profanando cI nombre mismo de Dios. Se blasfema eI nombre de Dios, pues todo 10 quc se posee de Dios es su Hombre. S610 por ahi se puede abll1zarlo. para conmoverlo 0 para herirlo: pronunciando su nombre. Fuera del cuI to, la soeiedad exige que eI nombre de Dios sea invocado en una circunstancia solemne, que es eI juramento. Pues eI juramento cs un sacramentum, un Ham ado al dios, tes'tigo supremo de verdad, v una devoci6n al castigo divino en caso de mentira 0 de perjurio. Es cI mas grave compromiso que pueda contraer eI hombre y el mas gravc quebrantailliento que pueda cometer, pues cI perjurio no atafie a Ia justicia de los hombres sino a la sancian divina. De modo quc cI nombre del dios debe figurar cn la f6rmula del juramento.
258
LEXICO Y CULTURA
En la blasfemia tam bien debe aparecer e! nombre de Dios, pues la blasfemia, como e! jura mento, toma aDios por testigo. EI reniego es un jura mento, sl, pero un juramento de ultraje. Lo que 10 caracteriza propiamente concierne a cierto numero de condiciones que tenemos que deslindar sucesivamente. La principal consiste en la forma misma de la expresion blasfemica. Abordamos aqui el dominio de la expresion emocional. tan poco explorado todavia, que tiene sus reglas, su sintaxis, su elocucion. Li blasfemia se manifiesta como exclal1Ulci6n, tie· ne la sin taxis de las interjecciones, de las cuales constituye la variedad mas tipica; no utiliza sino fornlas significantes, a di· ferencia de las interjecciones·onomatopeyas, que son gritos ("joh! jay! jeh!"), y se manifiesta en circunstancias especificas. Hay que devolver su fuerza plena al termino "exclamacion" cuando se estudia el fenomeno lingiiistico de la blasfemia. EI Dictionnaire general define asi la exclamacion: "grito, palabras bruscas que se dejan escapar para expresar un sentimiento vivo y subito". EI reniego es en efecto una palabra que se "deja esca· par" bajo la presion de un sentimiento brusco y violento, impaciencia, furor, percance. Pero esta palabra no es comunicativa, solo es expresiva, por m ucho que tenga un sentido. La fornlUla pronunciada en blasfemia no se refiere a ninguna situacion objetiva en particular; e! mismo reniego es proferido en circunstancias bien diferentes. No expresa mas que la intensidad de una reaccion a esas circunstancias. Talllpoco se reficre a aque! con quien se habla, ni a una tercera persona. No trasmite ning(m mensaje, no abre dialogo, no suscita respuesta; ni siquie· ra es necesaria la presencia de un interlocutor. Talllpoco descri· be a quien 10 emite. Este mas se traiciona que se revela. Se Ie ha escapado el reniego, fuc una descarga emotiva. Con todo, csta descarga se realiza en f6nnulas fijas, inteligibles y descrip' tibles. La forma basica es la exclamacion "jnombre de Dios!", es dccir la expres;on miSllla de la interdiccion, y se refuerza con e! epitetoque subrayara la trasgresion: "jsanto nombre de Dios!" , Adjuracion in\"crsa dondc Dios puede ser rcmplazado par una , S;l(.'rC IIUII. dl.· Die!! cs en frances lIlucho mas "fllertc," Dim" (,:11 cspaiiol. [T.]
que "~allto nombre de
259
LA BLASFEMIA Y LA EUFEMIA
de sus paredras, "Madona, Virgen", etc. Es el "feo juramento" que mencionan los cronistas de la Edad Media. Se acenhia la in ten cion ultrajante adhiriendo al nombre divino una invectiva, sustituyendo el "n~mbre" por el '.'cuerpo" 5 0 tal 0 cual de sus organos, 0 por su "muerte", redoblando la expresion (tipo: "bon Dieu de bon Dieu!"). Cada una de estas variedades genera numerosas variantes y permite invenciones insultantes 0 burlescas, pero siempre dentro del mismo modele sintactico. Otro procedimiento consiste en invocar por su nombre al antiDios, al Diablo, con la exclamacion "iDiablo!" La necesidad de violar la interdiccion, profundamente replegada en el inconsciente, halla salida en un proferimiento brutal. arrancado por la intensidad del sentimiento, y que se consuma vejando 10 divino. Pero esta exclamacion suscita en el acto una censura. La blasfemia suscita la eufemia. Se ve ahora como se sustentan los dos movimientos. La eufemia no refrena la blasfemia, la corrige en su expresion de palabra y la desarma como juramento. Conserva el marco de locucion de la blasfemia, pero introduce en el tres modos de cam bio: 1] Remplazar el nombre "Dios" por cualquier termino inocente: jnom d'une pipe!, jnom d'un petit bonhomme!, 0 jbon sang! [0 nada: ipor vida de ... !"]. 2] Mutilar el vocablo "Dios" por aferesis de la final: par Dieu! > pardi!, 0 sustituirlo por una misma asonancia: parbleu! 3] Crear una fomla sin senti do en lugar de la expresion blasfemica: par Ie sang de Dieu! se vuelve palsambleu!, ie renie Dieu! pasa a ser iarnibleu! [en espaiiol, p. ej., "pardiez"]. La blasfemia subsiste, pues, pero es enmascarada por la eufemia que Ie quita su realidad femica, y as! su eficacia semica. volviendola literalmentc despojada de sentido. Asi anulada. la blasfemia alude a una profanacion por el habla, sin consmnarla, y desempena su funcion psiquica, pero invirtiendola y disfrazandola.
5
De;amos los ejemplos franceses, agregando apenas alguno cn espanol. Quiz;} al
lector Ie agmdc mnltiplicar los cjcmplos por su Clicilta.
[T.]
19. COI\IO SE FORMO UNA DlFERENCIACION Lf:XICA EN FRANCf:S 1
Es lin hccho de la abservacion e1 qllc das signos lexicos de forma lll11y \Tcina pllcdcn careeer de rclacion asociatiY<1 porqllc SllS significados pcrmaneeen distintos. Si hay no obstante razones para pensar qlle diehos dos signas son en elccto de igllal familia, se plantea la ellestibn de 'l\'Criguar que faetores los hen disoeiado v e(lIno se ha realizado esta delimitacion nlleva, qllc ticnc sin falta qllc desplazar otros signos. Tal cs cl prohlema tcc'>rico cn torno del cual se organizad cl an,ilisis aqui prcsentado de un dato ICxico del frances. EI punta de partida flle una ohservaeibn fortuit<1. Nos llame; la atcncie;n primero, v luego nos la retll\'O, cl pareeido que exhinen dos sign os del franees, distintos v todD: el \erho omel1lliser \ cl stlstanti,·o menuisier. 'I'an clara \' cciiida como cs la rclacion formal. 10 es de incierta I" del senti~lo. Amel1lliser es "haccr m,;s l11clludo. lll~lS dc1gado"; un melluisier cs ll1l "ohrcro qne trahaja la madera". ,llav alguna relaeion? l\tis hien, 10 qlle experimentar;} cl "scntimicnto lingiiistico" cs 11l1rico en cl scntICln tradici01lJI del tenninn, sino lin ;lll,'Jlisis dcscripti\'() de 1Il1:J rdacibn cOllsidcrada ell \'arios cstados "'l1ccsin)s de una c\'olucic'm lingiiistica. En efeeto, desde c1 1)llnto e11 'Inc se trata de \111<1 relaci(l11 entre 'iigllos. d campo dc1 cstlldio es sincrc'mico, y cuandn csta rclacic'l1l es una yariab1c. sc pasa de ulla sincrOIlia a otr,L Dc
2(,1
modo que tcnCllH)S que cklimitar cstas SitlCfOnias, Sill cllidar1IOS de las eliyisio1les hist()ricas, en la continuidad Jingiiistica de la que d frances es la fase actual. Entra primcro la tcntaciclIl de bUSCH cn antiguo frances d IlCXG <-iuc yincnlaria Cll1Wlllliser y me1lIlisier. Perot pOT d COlltrario. alli cstos tCflllillOS parcccn diH~rgir llli.lS atm, ya que a. fr. (a)lnenuiser sigllifica "rcducir a poIn)" y <1. fro l1zel1ui,~ier sc dice de artcsanos en di\TfSaS matcrias. no solamclltc en tnaclcfa,:.! La diferencia existc la, sillo que articulada dc otra manera. 11<11' por tanto quc rcmontarse m
No hal' pot quc detenerse en la forma de milllltlls con respeeto a minllo, "disminuir": es perfeetame'nte normal. de partieipio pasivo. F,I valot de participio eshi igualmCllte claro en un ejelllplo como cste: "consul alter equestri proC\io ullO ct yulnere suo milllltll" ('disminuido. debilitado')"." La que ha producido un cambio en los I'alores sem,intieos de minutus v de sus derivados es su cambia dc cstatuto: de participio. se ha vuelto adjetivo. y ha adquirido cI s('ntido aproximativo de "menudo". Todo partir) de aqui; es de este t",nsito de uua funci6n a otra. que alcja minlltlls de su pcrtencncia verbal, del que resultan los rasgos nnCH)5 que compollen su dcfiniei6n lCxica. Hay quc pOllerlo> en claro.' Una particuJaridad inieiaL que no ha sido observada. en Ja ftmCi(lll de adjetivo que minlltlls aSllllle, es COlllO ]a prolongae\{lll de su origen participial. En virtnd de que mililltus parti"
L(J~
datos ,l'r;ill
.•
1.1\.
XXI,
~'it.\du~ 1I1j~
adr:!antc. p_
~-n .
;2, 2.
c\tuciio hltlltlgico. Dr:! ril'O 111aterial ofi-ccido por cI articulo lillgUlll' /;Itiuac (VIII, pp. 10385. ) hemos clegido algunas citas l'.Lr:Jltcristica~. Otras proccden de ullestra~ proplJ~ Icctl1fa~. ,
:\'0
h:JCl'lllm
luillutus del
Ull
Th('S;lIlIIIS
262
d:XICO Y CUL TURA
eipio enuneiaba un cst ado resultante de un proceso transitivo, y de que el proecso denotado por minuo consiste en un cambio gradual ("disminuir" es "hacer menor"), minutus adjetivo en uncia la calificacion como rdativa v opositiva. No indica una, propiedad en estado absolllto v no 'sirve de sustituto popular a parvus "pequei\o"." Por mi,;utus se entiende 10 que es "nuis reducido en volumen (quc el estado normal)". Esto se desprende de la sintaxis misma de los usos antiguos, donde con freeuencia minutus cs empleado, ya sea en comparativo 0 en superlativo, ligado u opuesto a un adjetivo eomparativo, 0 bien en general en un contexto que sugiera tal valor eomparativo, por ejemplo con diminutivos_ He aqui algunos cjemplos que perteneeen a varias fases de la !englla: Si venisses Capuam. quod ct pueros minutos vides libenter et maiores animadvertere non vis _.. ' "te gusta vcr a los ninos pcguenos, los mayores no te interesan"; o piseieulos minutos aggerebant frequenter lit a maioribus absumerentur; 'i o forma esse oportet magnitudine media, Quod nee vastas nee minutas deeet esse cqllas' (eJ eontraste can media muestra quc vastas y minutas indican el exceso de las eualidades contrarias) . . o Di me omnes magni minutique et etiam patellarii, .' faxint ... " Unus tibi hie dum propitius sit Jupiter. tu istos minutos eaue deos f10eei fceeris, "can solo gue este J"piter (= yo) te sca propicio. no hagas caso de esos dioses subalternos".''' A 10 cual cl otro responde: "Sed tandem si tu Juppiter sis mortuus, ellll1 ad deos minoris redicrit rcgnum tuum, quis mihi subve-
o
o
:) Como diC<:1I Emout ~' :'I.lcillet, p. 40'3. Se dieTOIl algunas sllstitucioncs de parvus por lIIillutus, pero s610 en sentido figurado, y Cicero" las condella: "abutimur saepe \'erbo, lit ('11111 graudem oratiancm pro magna, minufum anilTIllill pm parvo dicimus" (in Orat. 27). ~ Fragmcnto de lIna EpirtuJa Latina de VarIon ap. ~ollio 141. B. EI sentido foe cluddado por H. Dahlmann, .\"USClllII Helveticum, VII (1950), pp, 21 Iss., que reIllite a Suctonio Aug. Ij 1, ImJchat cum pncris tn;nutis. y haee una ob,ervacion justa, pero sumaria c inoomplcta. accrea de la oposici6n minutus/major. ~ Vanoo, R.. R. III, 17, 6. ~ Varr6n. op. cit., II, 7, 4. ~ Plauto, Cist. ;22. Ju PlliIIuto, C:u. Hhs
11NA DIFERENCIACJ(~>N LI~~XICA EN FRANCES
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niet tergo ... "," "supongamos que tu, mi JUpiter, acabes por morir, cuando tu reino haya vuelto a los dioses inferiorcs, lquien es el que protegcra mi espalda ... ?", indicando la ecuaei6n minutus = minoT. curculiunculos minutos fabulare, "no me ofreces mas que gorgojitos diminutos" (como quicn dice: tres veces nada); 12 vinculo entre minutus y eI diminutivo; o euge, Iitteras minutas . .. ! -Verum qui satis videat, grandes satis sunt, "jah! jque menuda eseritura!.. -Para quien tiene buenos ojos cs bastante grande"; 13 nutricas pueros infantes minutulos ut domi procurent; 14 pisciculos minlltos; '" o ossa uidelicet e pauxillis atque minutis I ossibus hie, et de pauxillis atque minutis I uisceribus uiscus gigni, "( el ensel1a) que los huesos estan formados de huesos infinitamente peque1105 y menudos; la carne, de carnes infinitamente pequel1as v menudas'" 18 , 0 mUltis' partibus hie (sc. aer) est mobilior, multisque minutioT, et mage pollens (op. aer crassior); 17 aer .. ' dispergitur ad partis ita quasque minutas corporis," "e! aire se difunde easi en las partes mas menudas del euerpo" (= superlativo); o ... ne laneum latusculum manusquc mollicellas. .. tibi flagella cOllscribillent . .. uelut minuta magno deprensa nauis in mari. .. '0 (los alrededores ponen milluta en el rango de un diminutivo) ; o salem non nimium minutum aspcrgito; '" o napi quoque, sed integri; si minuti sint, maiores etiam msecti; 21 o itaque populus milllltus laborat; nam isti maiores maxillae
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Ibid. lH, de la trad. de Ernont. Pl
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semper Saturnalia agunt, "es as! como el pueblo menudo est a en la miseria; pues para todas esas grandes mandibulas, siempre son las Saturnales"; 22 minutis maioribusq'ue abscessibus; " (Attila) forma breuis, lato pectore, capite grandiore, minutis oculis, . ," Estos ejemplos, que ilustran el valor de comparativo propio de minutus, muestran 10 que 10 distingue de parvus y de tenuis, en virtud principalmente de los enlaces y oposiciones sintagmalicos en que ingresa, tanto en empleos figurados -que no citamos- como en aquellos donde minutus conserva su sentido literal.
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Una circunstancia particular afiade un nuevo rasgo a csta definicion: es la influencia del adjetivo griego lEtm);. Como esta influencia no parece haber sido advertida;' hay que exponcr brevemcnte la razon y las pruebas: 1] Al igual que minutus, kttto; cs un viejo participio vuclto adjetivo; minutus se Ie acerca en sentido, a partir de una nocion verbal del todo distinta. La relacion entre el verbo Aitt'" "desvainar, mondar" y kttto; como participio no se aprecia mas que en un ejemplo homerico (Y 497) donde I.Ettto; ealifica el grano de maiz [sic: T.] despojado de cascarilla bajo los pies de los bueyes. Pero es una supcrvivencia. En todo el resto de Homero, y aun desde el micenio (re-poto), kltto; aparece como adjetivo can el sen lido de "delgado, menudo, fino"; 2] lJ'ltto; tiene en sus primeros empleos una implicaeion comparativa que se manifiesta va par union a otro adjetivo en comparativo (hom. fiMli TE oi i3vuoowv tE voor;, A£1[1'[1 bE tE Iliin;, K 226), ya por una oposicion contextual: en Herodoto, "' kttto. twv ttQ()~(it",v "cl ganado menudo", en contraste con los animales grandes (I, 133; VIII, 137); lJ'tttu nADia "embarcaciones menudas", op. ](fvTlr~6"TEI}Ot. TVl~Qfl:; (VII, 36); l..fnTuL UY.QUl "lllenuI!:t \!:t
~.
Pttronio, Sat. 44. 3, de.: la trad. de Ernout .. Cels. v. 18. i.
Jordanes, Get. 3;, I !:IZ. No es mendonarla ni en eI articulo del Thesaurm rii tn los diccionarios etimo16gico5 de ·Ernout-\1eillct ~ de J. B. Hofmann. :IIi
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das puntas roeosas", demasiado menudas, en cfecto, para rocas, v tomadas par navios dcsdc !cjas (vn, 107). Estas dos earaeteristieas de AF1no; prcfiguraban las que se perfilan en latin en el empleo de millutus. Ante estas coincidencias, nada tiene de sorprendentc que escritares romanos imbuidos de cultura griega hayan propendido a confrontar minutus v AOItO;, v luego a hacer de minutus el equivalente de AEJtlO; en "arias acepciones nuevas, que son verdaderos calcos_ EI neutro AmlOV tom ado COmo sustantivo designa en el Nuevo Testamento una moneda menuda: fue vertido al latin como minutum: f~a4v 41ttl< Mo = Vulg. "misit duo minuta"; '" Em; xal "to Eoxu"tm AEIttOV dltobw;: = Vulg. "donee etiam novissinlum
minutum reddas" ," locucion proverbial: "( no saldris de aqui) hasta que hayas pagado hasta el llltimo maravedi".'" Otra acepcion, igualmente tecnica, del neutro AEJtlOY, tfaSpuesta al latin, habria de correr can gran suerte. Los astronomos griegos designaron par A£1tlOV, en el sistema sexagesimal de Tolomeo, la sesentava parte de un grado de circulo, y desptJ{~s de la hora. Para traducir esta nocion, el latin escogio minutus, que empezo por espccializar en una expresion descriptiva; asi en Agustin: "dies et horas minutioresque horarum articulos"; 29 luego 10 convirtio en designacion directa, primero minutum, despues minuta ("minuto"), que se implant6 en la mayoria de las lenguas modernas. Par ultimo, y siempre imitando el griego, el latin distinguio la minuta prima (1t9WWV 41tlov), que es nuestro "minuto", y una subdivision sexagesimal, minuta secunda (~EUtEQOV
AEIt"tOV), nuestro "segundo". Par 10 demas, minutus reproduce 41tl0, en una serie de ex-
presiones no tecnicas, de las cnales he aq ul algunas: o aer minutior (op. crassior) en Lncrecio evoca la AE1tlOlll; del aire segl1l1 Platon, asi como la definicion de Aristoteles: 41tTO"tEQOV a~Q {Jbu"tO~; 30
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mi-nutus para calificar los seres "menndos" recuerda til
AE1tlU lWV 1tQO~cilWV (Herodoto, antes); >!II
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Marcos, 12,42; Lucas, 21, 2. Lucas 12, 59. Son estos todo$ los ejemplos de /"£1t'tO~ en e\ NT. Aug. Cont. VII, 6, 8. Aristoteles, Phys. 21 5 b 4.
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LEXIca y CULl'URA
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minuta nauis (Catulo, antes), y AEm:a uoia (Herodoto, antes) ; sal minutum, "sal molida",'l y iD.a, Mm:OV (Hippiatr. gr.); o populus minutus, minuta plebes, "e1 pueblo menudo", y ot Mm:OI (Polibio). Toda posibilidad de coincidencia fortuita 0 de desenvolvimiento espontaneo queda excluida en los ejemplos que proporciona la I tala, donde minutus fue e1egido para traducir Mm:O,: concides de illis minutum traduciendo ouyxo'l'El, £x T01hwv 1.E1ITOV 32 (Vulg. in tenuissimum pulverem); o facta sunt mi·nuta = Mm:OTEQOV" (Vulg. contrita sunt); 10 mismo en la Itala, eI denominativo minlstare traduce 1.E1ITVVElV en Salmos I7, 43: minutabo = MlIruVW (Vulg. comminuam), "yo (los) reducire a polvo", y eI participio minutatus, en locuci6n predicativa con facere, vierte gr. Mm:OV lIOtEiv: simulacra . .. minutata facies = ElbwAa MlITa 1I01~"El," (Vulg. disperges). Fuera de los textos biblicos, pero bajo la dependencia de esta equivalencia consagrada, se encuentra en Tertuliano el compuesto minutiloquium, que debe ser una traducci6n del gr. M"-
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La expresi6n concidere minute (minutim. minutatim). "cortar en trozos menudos" (cf. arriba la cita biblica de la !tala), es paralela al gr. MlITa Til,a, en Te6crito; TItv ~i~av X0'l'at AE1tTItV (Hippiatr. gr.). Es frecuente en latin en las recetas culinarias. EI tratado de Apicio De re coquinaria, escrito en los prim eros afios del siglo I d.c., trae ya muchos ejemplos; S. minute concidere se comparara con eI gr. M"TOXOllEiv "picar menudo". Definiendo asi las :zonas de empleo donde minutus concuerda con eI gr. Mm:O, hasta haberse vuelto su equivalente de traducVarr6n, R. R. III, 9, ) 2. £xodo 30, 36. "" Dan. Z. 35. M Isaias 30, 22. El annenia hene aqui mantasc'es. "hanis pedazos". 111 Mas bien que de IJ.lx.QoAoyLa indicado par Ernout·Meillet . • Ve~ Apicio, De re coquinaria, ed. de Andre (Paris, 1965). SS 68, 103, 104·;. 126. 174, etc., y para la definici6n del minutal "fricase de pescado, menudiUo 0 came pieados" (p. 12S). at
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cion, se advierte mejor donde no coinciden. Aqui esta el punto esencial. La nocion central de minutus, y que permanece constante en los mas diversos empleos, se deja definir ahora. Este adjetivo califica 10 que tiene poco volumen par estado natural -seres vivos, organos corporales, etc.- 0 que es reducido al estado de fragmento por rotura, aplastamiento, segmentacion; es 10 que pasa con las materias inertes: minutum ferrum, "un trocito de hierro (para probar un iman)".S7 Se dira de todo 10 que se ob· tiene por division de un continuo 0 de un entero: as! minutum para una pequena division monetaria, minuta para una pequena division del grado. Con un verbo que signifique "cortar", eI adjetivo minutus 0 los adverbios minute minutim minutatim indicaran 10 que tiene poco espesor, 10 que esta reducido a rebanadas delgadas (aqu! se ve la transicion de minutus al fro mince, emincer)." Esta definicion cubre todo el conjunto de los nexos de minutus y conviene as!, pues, tam bien a los empleos equivalentes del gr. kllTOr;. Pero eI dominio del gr. kllTOr; es mas extenso que el del lat. minutus. En una parci6n importante de sus empleos, kllTOr; rebasa minutus. Desde la epoca homerica y aun ya en micenio (ri-no re-po-to = 1-ivov kmov),'· eI adjetivo griego se aplica a las materias traba;adas por el hombre, a los objetos de dimensiones reducidas y finamente trabajados: hilo, cordones, tejidos, vestidos, vel os, cueros, bronces, ).illT' fJ1-axuTu (Q 97), kmn I1l]Q'vO'l' ('/' 885), "VOlO kmov "'rowv (I 661), kmur; OOovar; (l: 595), Eil1UTU kllTa (x 511), tOTOV kmov (~95), q>iiQor; kmov (E 231), 1tElIAOl AElITO' (l] 97), kmoTUTOr; xa1.y.or; (Y 275), kllTOTaT'l QtVOr; ~oor; (Y 276); ligaduras finas como de telarana: bEOI1UTU ... fJ,h' uQaxvtu AEma (0 280), y en general a las obras de gran habilidad: olu OEciwv kma TE y.ut XUQ'EVTa Y.Ut uYAuu ~QYu nEAOVTat, como la tela tejida por Circe (y. 223). La nocion prenada aqu! se desprende de la ultima cita: AEmu EQYU, es la finura de un objeto realizado por eI traba;o humaVarr6n, L. L. lX, 94. as S610 por preterici6n mtneionamos tsta relaei6n del lat. miRutU$ con el ft. miRee, que no entra en nuestro tema. '" Cf. Lejeune, Memoires de philologie mycenienne, pp. I 33ss.; referendas textua· les en Morpurgo, Mycenaeae graecitatis lexicon, 1963, pp. 291. 296. r.
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no. No va la pequci\a dimension natural de un scr 0 de una cosa, ni el fragmento menudo arrancado a una matcria, sino la delicadeza de una obra: AE"TO;, calificando a Egyov, introduce en la definici6n los val ores de la t!~cnica \. del artc. Tan caracteristica es, tan antigua tam bien, esta relaci6n instauraaa entre AElttO; y EQYOV, que produce el compucsto Al'JtTOllQY~;, que aparece desde la epoca homerica: 1'000; AfltTOUgyE;. "un vestido de fino trabajo",'" y luego vienen los dcrivados A'''TOl'~ YEiv, AErrtOtIQYo:;, AE1t:tO\\~tY\fl. Af:1t"tOl1QY1XO:;. que sc desarrollan con los ofieios, y que se eneuentran sobre todo a partir de comicllzos de nuestra era, en los papiros. EI hecho que mereee aqui atenei6n particular es que el Ilombre de agente AEltTouQYo, se especializa bastallte pronto para e\ artesano que trabaja la madera: es un "carpintero", Ull menll;!lier. Ya DiodoTO de Sicilia, en el siglo I a.c., da AEltTouQYo; COil este sentido: ,lQXLTEXTOVa; ,\BQotoa; xal AElttOuQYwv MliOo; (para la pira de Heplaistion),41 donde AE"'OUQYO; "carpintero" sc opone a UQXLTEX'WV "encargado de la obra grande", y abulldantes menciones en papiros e inscripciones 10 confirman." Una variante, AE"tOltOlOC;, ha sido sefialada recientemente." EI griego ha realizado en AEltTOUQYO; un nombre de artesano que respondc exactamente al ff. menllisier. Ahor~, estc desarrollo de AElt'O; para calificar los objctos mcnudos producidos por la labor del artesano, carece de paralclo en latin en el empleo de minlltus. No se encuentra minlltlls ell la tenninologia latina de los ofieios. 0, mas biell, aparece ell una sola ocasion, en un contexto harto instructivo, a prop()sito de lin artista griego alabado por Varron. Para quc el ojo -dice Varron- pudiera discernir meior cl detalle de los menudos marfiles que esculpia Mirmecides, habiu quc poncrlos dclantc dc un fondo negro; H eran en cfecto minllta opera, como dice par 10 dcmas: "in Mynnecidis minlltis operibus"!' Y Ciceron carac..' lfimnos home-ricos 31, Ii.
n Diod. Sic. 17, 115 . •~ Los testimonios principaies estan rcupido! en los dictionarios de Liddell·Scutt McKenzie y de Preisigke, S.\" .a Louis Robert. Noms indigenes dans I'Asie .\llIlctrrc ~n;{·o·rull",jlll·, Paris, 196" p Z92. n. .... Hay que mencionar ademas t;UAollpy6;. que sc ha mantcnido en griego moderno. Sobre ;UAlXo.QlO; "carpiotera", ct. L. Robert, XUQ\O'tTU,llO'V El; .\ }( ·OQAo.'Y6ov. Meuas, 1964. pp. 338ss. "'-Varron, L. L. VII, I. ... Ibid. IX, 8.
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teriza can los mismos tcrminos la obra de este artista: "Mvrmeeides minutorum oPUsCUiOTlml fabricator"!" En estos dos -autores, nutridos dc cnltma helcnica, hablando dc un escultor gricgo quc era celebrc por sus obritas de marfil y de bronee," Ia exprcsiim minuta opera, ajena al usa latino, es verosimilmente la traduccion dc un tCrmino griego tal como A£ITto,,~yi!l. Si minutus no designaba jam,\s un produeto fabricado y cae fuera del vocabulario de las artesanias, can mayor razon lIego nunCa el latin a designar par minutus a par u;] compucsto 0 cleri"ado de minutus eI trabajo especifico del "carpintero", como 10 hizo eI griego can j.ElttotlVYo;. Hav una prucba notable: en cI Edieto de Diocleciano, donde abundan los nombres de oficios, encontramos precisamente Af..1t'tOllQYo; 'tExvi'ttE par "carpintero", pero cI equivalente latina es faber intestinarius." Asi cra denominado cI obrero que ejceutaba el opus illtestinW11, los trabajos de carpinteria del interior de la casa, en oposiei6n al opus tectorium; par ejemplo en Varron, "villam opere tectoria et illtestino . .. spectandam"; '" y Plinio dice del abeto: "abies, '. ad quaecumquc Iibeat intestilla opera aptissima siue Graeco siue Campana siue Siculo fabricae artis gencrc", "e! abeto ... es nlll\' bueno .. ' para toda. las obras de carpinteria ell cstilo gricgo, camp,miano 0 siciliano". "" Faber illtestillarius: cl latin no tenia otra mallera de designar el "carpinterQ" en la epoca en que cI griego dccia Af1ttot'VYo; tExvitl); a sencillamente i-f:TTOl!()yO;. La crcacion de un termino de igual sentido en las do. !enguas obcdeci6 a modclos completamentc diferelltes: el griego aprO\'Cch6 quc At'ITtD; calificaba dcsdc cl origclI cI trabajo artesanal para restrillgirlo al trabajo particular de los artesallos dc la madcra, COli la forma del comp"esto Af1ttOllQYO;; cI latill, 110 pndielldo emplcar Call cstc fill mill!!!!!s, y por 10 demas POl'O IIlclillado a forjar compnestos (los ell -fex como aurifex SOli raros " poco producti\'os), crco IIna dellominaeion de tipo descripti\'O, COli faber acompaI'iado de llll adjetivo qnc especifica cI modo de acti\'idad: illte.stillariu.,. Era eI proccdimiento uSllal pI
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Flm!lo, " II. I, 17; .\th. Xl, 7H21>; Plinio VII, 21, 21, BhlllllH'T, Ikr \J:n;ima/tarii ,k.\ Diok/eitiall, p. 106. ". \'.!nilll. H H. 111. 1, 10. 1'111110 '\\ r. ~~~. dt.: 1;1 fr
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para formar nombres de artesanos: se extraia un derivado en -arius de un nombre de materia, acompafiado 0 no de faber: as! (faber) ferrarius "herrero"; (faber) aerarius "fundidor", plumbarius "plomero", lapidarius "tallador de piedras", etc., y tambien lignarius, el cual no se sabe a que orden de la carpinteria alu"de." Tal es en definitiva, comparada con la de k1lto;, la situacion de minutus. Ni el adjetivo ni ninguno de sus derivados (minutare, minutia, minutalis, minutatim) se refieren a una actividad artesanal, y especialmente al trabajo de la madera.
Consideremos ahora los datos del antiguo frances. Se distribuyen con bastante claridad y no es preciso gran aparato de citas" para situarIos con respecto al modelo latino. El adjetivo menu (que tiene un diminutivo menuet) "de poco volumen, de poca talIa" (op. gros) ocupa la misma posicion que tenia minutus en latin, y la conservara en frances modemo. El verbo menuiser que prolonga el lat. minutare (de hecho *minutiare), significa asimismo "reducir a pedazos menudos". Ejs.: "cum poudre [les 1 menuiserai; les iours de son tens menuisas; la terre pour apporter fruict sera menuisee et amollie par Ie soc de la charrue", etc. Es aun por cierto el sentido latino. Y cuando Montaigne escribe: "(Le vif argent) se va menuisant et esparpillant", ya es el sentido actual de s'amenuiser. El valor tecnico comienza a aparecer con menuier "adelgazado, delgado", que designa, con un nombre de persona, el que "ejerce un oficio menudo" (marchans menuyers), y sobre todo con menuierie "obras menudas", producidas por artesanos en diversos oficios. Puede medirse la variedad de los empleos con estos tres ejemplos: "enrichir d'entaillures, paintures, armoieries et autres menuieries plaisans Ii l'ueil"; "joyaulx d'argent de menuietie"; "faire mettre ladite maison et ses appartenances en bon et souffisant point ct estat de m(i)enuierie, charpenterie et autres reparacions". fit
Cf. Liv. xxxv, 41, 10.
Las que damos proceden del diccionatio de Codehoy, bajo los encabezados cn cuesti61l. Cf. tambien Tobler·Lommatzsch, Altlr. Wb., I, p. HI; V. pp. 145Sss. M
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Mas duradera sera una derivaci6n paralela, que se constituye sobre eI tema menuis-, base del verbo menuiser, y que produce los nombres genericos femeninos menuise (lat. minutiae) "pedazo menudo, objeto pequeno", menuisaille "trozos menudos, restos; pececitos", y por ultimo menuiserie. Con menuiserie empieza un desenvolvimiento nuevo que va a enriquecer eI vocabulario de los oficios. Por menuiserie col11ienza por entenderse toda suerte de obras menudas ejecutadas en todas las l11aterias por artesanos calificados, en oposici6n a grosserie, que designa las piezas grandes, particularmente las de los herreros.·· Hay una r;nenuiserie de los orfebres, una menu iserie de los herreros. Todavia en 1498 una ordenanza menciona "Ies ouvrages tant d'ot que d'argent, en grosserie et menuyserie", y en la l11isma epoca se habla de menuiserie en eI oficio de cerrajero. A la vez se instituy6 menuisier como nom bre de artesano, con ia misma extensi6n y variedad de empleos. De acuerdo con la oposici6n entre menuiserie y grosserie, existi6, ante menuisier, un nombre de artesano grossier "herrero", atestiguado en eI siglo XIII, pero pronto desapareci6. Un menuisier puede trabajar materias preciosas: "ung ouvrier, d' or et de pierres menusier", o la madera: "vous menuziers, besognez de bois sec", 0 metales. En su Glossaire des emaux, Laborde define bien el termino: Cada oficio tenia sus menuisiers, el fabricante de artesas al igual que los orfebres, los hojalateros, los cerrajeros, etc. Eran obreros cuyo talen. to y aptitud empujaban a la ejecuci6n de las ohras mas delicadas, mas menudas. En las cartas patente de 1396 se hahla de huchiers-menuisiers, cuerpo de oficio que comprcndia a la \'ez los dos generos de apti. tudes: los fahricantes de artesas, que responden a nuestros menuisiers, los huchiers-ntt?nuisiers, a nuestros ehanistas. La acepci6n de la palabra menuisier, restringida a los ohrcros en madera, data de fines del siglo XVI. 54
He aqui como se \1ega al sentido moderno de menuisier. Esta palabra no tiene antepasado latino, ni en su forma ni en su sentido. Para producirla hicieron falta dos innovaciones sucesivas en antiguo frances. M
EI a. fro grosselie se mlvi6 en ingles grocery.
~.
Citado por Codcfroy.
S.V.
mcnuisicr.
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En primer lugar, la crcacion del termino mellUisier, pata responder a una division creciente de las tecnicas y dc los cuerpos dc oficios, que acarreo la lIlultiplicacion de los nombres dc cspccialidad. Esta creacion se hizo primcro directamcntc a partir de menu \' solo secundariamentc echo mana del tema menuis-. Como -nombre de artesano, mClJuisicr es ajeno al verbo menuiser "reducir a particulas mcnudas", quc nunca design" un trabajo de obrero.'" Otra innovacion, realizada a fines del siglo XVI, restringe menuisier al sentido de obrero encargado de las obras en madera. A partir de este momenta sc transfoTIna la situacion del termino: 1] menuisier no tiene mas quc un vinculo de consonancia can (a)menuiser; 2] el significado de menuisier pierde toda relacibn can el de menu;
3) en adelante un vinculo asociativo liga menuisier, signa aislado, al grupo de huchier (anticuado hoy), clwrpentier, ebeniste, parqueteur, etc., par el rasga distintivo que se les hace comun: "trabajo de la madera"; 4 J la ruptura del nexo entre melwisier y menu v la especificacion h~cnica de menuiserie para el trabajo de la madera, hacen que menuiserie deje de opanerse a grosserie. Esk llltima termino, quedado sin empleo preciso, desaparcce. En adelantc menuisier se delimita can respecto a charpentier: " ... tant pour rart de 1" hasche, que ron appelle la charpeate en Levant que pour la menuiserie" (Brantome); "Si on regarde bien Ie plus beau buffct au chalit d'alors, ne dira-t-on pas que c'est charpenterie et non pas menuiserie?" (Estienne) .'" En suma, el frances rchizo cspontaneamente el mismo camino que cl griego antiguo, cnando especializa menuisier para c1 obrero de la madera, como el griego 10 hizo can AF.1ttOl'Qyo;. No hubo mcdiador latina cntre cstas creacioncs sucesivas.'; ,,;, EI \'crho mcnuiser con cI sentido de "ciecutar L1I1 trahajo de carpinteria", es mo· demo \' T{'construido sobre IIIclH!isicr. :
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Pero en gricgo el vinculo entre A£"t6~ y ""'touQy6~ snbsisti6, porque Asm6~ estaba desde el principio asociado a la terminologia de los oficios, en tanto que en frances menu no portaba valor tt~cnico. Asi menuisier se alej6 de menu y de su derivado a.menuiser. Esta ruptura de vinculos formales entre signos muy pr6ximos, en beneficio de nuevas agrupaciones asociativas, es un fen6meno mucho mas frecuente de 10 que parece. Seria provechoso realizar un estudio sistematico de estos fen6menos, que manifiestan la vida cambiante de los signos en el seno de los sistemas lingi.iisticos, asi como los desplazamientos de sus relaciones en la diacronia.
20. DOS MODELOS L1NGDISTICOS DE LA CIUDAD 1
En el debate incesante acerca de la relacion entre lengua y sociedad, no se suele salir del punto de vista tradicional de la lengua "espejo" de la sociedad. Nunca se desconfiara bastante de estc genero de imagenes. lComo podria la lengua "reflejar" 1a sociedad? Estas grandes abstracciones y las relaciones, falsamente concretas, en que son rcunidas, no producen mas que ilusiones 0 confusiones. La vcrdad es que cada vez solo son comparadas asi una parte de la Icngua y una parte de 1a sociedad. Por cI lado de la lengua, es eI vocabulario eI que hace de represcntante, y del vocabulario sc pasa -indebidamcnte, por falta de justificacion previa- a la Icngua entcra. Por cl lado de la sociedad es cI hecho atomico cl que cs aislado, eI dato social en tanto precisamente que es objeto de denominacion. EI uno remite al otro indefinidamente, y eI t<~nnino designante y eI hccho dcsignado no contribuyen, en este apareamiento de uno a otro, sino a una espccic de invcntario lexicol6gico de la cultura. Consideramos aqui otro tipo dc comparacion, a partir de la lengua. EI analisis concern ira a un hecho de derivaci6n, profundamente Iigado a la cstructura propia de la lengua. Con ello se introduce un cambio de perspectiva cn la indagacion. La comparacion sociolingiiistica no se ejerce ya sobre una sustancia, un dato lexico, sino sobre una re/aci6n entre un termino basico y un derivado. Esta relacion intralingiiistica responde a cierta necesidad de configura cion a la vez formal y conceptual. Ademas, siendo intralingiiistica, no Ie toca suministrar una denominacion de objeto, sino que significa un nexo (por interpretar segun eI caso como subordinacion 0 dependencia) entre dos nociones formalmente vinculadas. Hay que ver en que direcci6n se produce la derivacion. Entonces eI modo como se configura 1 Echanges et communications, Melanges oHerts a Claude Levi-Strauss a l'occasion de sou 60e anniversaire, reunidos por Jean Pouillon y Pierre Maranda, La Haya, Mou-
'on & Co., 1970, pp. 489-496.
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DOS MODELOS LTNC-UiSTICOS DE LA CItlDAD
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en la lcngua esta relacion nocional evocara en cl campo ele las rcalielaelcs sociales Ia posibilidad (cs t(lelo 10 que puedc dccirsc a priori) de una situacion pamlela. Si se verifica cl paralelismo. queda iniciaela una fructuosa investigacion que conducira quizas a dcscl1brir nuevas correlaciones. En todo easo, Ia rclacion de derivacion de quc se partio debe, a su vez, ser sometida a una indagacion comparativa en Sl1 orden propio, a fin de vcr si da a no el solo modelo posible de Ia jerarquia entre los dos termlnos. La nocion a la que nos dedicaremos aqui es, en su cxpresi6n lexica, la de "ciudad". La consideraremos can Ia forma en que se en uncia en latin, civitas. Primew en su estructura formaL Nada mas sencillo, mas inmediatamente claro, sea para cl locutor romano, sea para cl analista moderno, que la formacion de civitas: es el abstracto en -tas derivado de civis. Aqu! empieza a formarse un problema ,imprevisto. Sabemos 10 que significa civitas, ya que es el termino que da cuerpo en latin a la nocion de "ciudad", pew NUe significa eivis? La cuestion sorprendeni. ~Hay par que poner en tela de juicio el sentdo de "eiudadano" concedido siempre y por eloquier a civis? 5i, es preciso. Ni que decir tiene, en Illultitud de sus clllplcos esta palabra no puede traducirse mas que por "ciudadano", pew creemos poder establecer, contra toda la tradicion, que no es este el sentido propio y primero de civis. La tradllccion de civis par "ciudadano" es un crror de heeho, uno de esos anacronismos conceptuales que cl usa fija, de los que sc acab" por no tener concieneia, y que illlpiden la interpretacion dp todo un conjl1nto de relaciones. , Puede Illostrarse esto, primero, par razon logica. Traducir eivis por "ciudadano" implica referencia a una "eiudad". Es poner las casas al reves, en vista de que cl latin eivis cs eI tcrmino primario y civitas el derivado. La palabra basica por fuerza debe tener 11I1 sentido que pennita q'tle el derivado signifique "ciudad". La traduecion dc civis par "eiudadallo" resulta ser un hysteron proteron. 5i csta traduceion 110 hubiese sido reeibida C0ll10 una evidencia', y por poco que se hubiera atendido a vcr C"1Il0 la palahra sc definia para quicncs la clllplcaball, sill falta sc habria ad,'er tido eI hecho, registrado en los diceiollarios por 10 dcm:,s, aun-
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LEXIOO Y CULTURA
que relegandolo a segunda 0 tercera posicion, de que civis en la lcngua antigua y alm en la epoca clasica se eonstruye a menudo con un pronombre posesivo: civis meus, eives nostri. Esto bastaria para revocar la traduceion por "eiudadano":
En Planto: 5 faeilem hane rem meis eivibus faciam "me las arreglare para facilitar la eosa a mis conciudadanos" I Pseudo 586a); aduleseens quidam civis huius Attieus "uno de sus eompatriotas, un joven ateniense" (Rud. 42);
o o
~ i1ela1l10S de lado aqui el problema etimo16gico. que sent tratado en atro lugar (Ll' n)(:;lbulairc des intitutions indo-europeennes, It 1969). Mostraremos que 10 que (OTfc'po1Hk ;l I.'ins,_ sam<:r. §eva-, got. heiwa-, etc., implica precisamente esta relacion
Illutua.
1<1\ frallcc~, h:llmi que pcnsar en la exprcsi6n campesilla man pays, Illa payse, que Fmctjere ddillia a~i: "un salut de gueux, un nom dont ils s'appellent 1'un l'auhe q\1and ih ~Ol1t du lllcsme pays". lef. "paisano··, "paisa", en espano!. T.] • 1-:11 cl TlIL·~;IIJfIl\. ,s. eivis, sc enenentra una subdivision donde el termino es defi" IIldo lOlllO · ... acpc dc participe clll~(kllJ eh·it
OOS MODELOS LINCUiSTICOS DE LA CIUDAD
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D OpSeCTO, defende civis tuas, senex "te 10 ruego, anciano, defiende a tus conciudadanas" (Rud. 742) ;
D tUTpilucricupidum te vacant Gives tui .. 'hombre bajamente codicioso' te Haman tus conciudadanos" (TTi. 100). En Tito Livio: D invitus quod sequitts sit de meis civibtts 10qttOT "siento tener que hablar mal de mis compatriotas" (II, 37, 3);
D adeste, eives; adeste, commilitones "jsocorro, eives! jsocorro, camaradas de guerra! (II, 55, 7). La simetria entre cives y eommilitones acusa bien en eives el aspeeto comunitario. D ittvenem egregittm ... suum qttam alienttm mailent civem
esse "que debian preferir que este joyen sm par fuese su proplO conciudadano y no el de extranjeros" (III, 12, 6). En Varron: D non sine eattsa maiores nostri ex ttrbe in agris redigebant
SttOS cives "no sin razon nuestros antepasados devolvian dc la ciudad a los campos a sus conciudadanos" (R. R. III, 1, 4). En Cicer6n, cives nostri, "nuestros conciudadanos". no cs raro. No habria que creer que este sentido de eivis se limitara a determinada latinidad y desapareciera despucs. Quien se ponga a seguirle la pista a traves de las fases ulteriores dc la lengua 10 descubrici hasta en la Vulgata, don de aIm no ha sido ad"crtido: eives eitts en Lucas, 19, 14, para volear cl gr. hoi politai atttoll, con el mismo valor reciproco de politesO
Las tres traducciones antiguas de los Evangelios han reproducido la expresi6n: en gatico, battrgians is; cn armenio. k'atak'8 Sentido poco frecnente en griego. ;""0 se adjlldicad lIingun valor idiOlllatico al usa, unico, de polites por "(su) pr6jimo" en un pasaje de ]a EpistoJa a los IIcbrt·u." 8, II, lJue es una cita de Jeremias ,1, 14: heb,tos t("1n lxJ1it"en ;IutOI!, \\Jig. urllJSlj II 1\. quam proXilllUfll SIIum "('adOl qllicn (no cnscliar;i \'01) a su p~6iilllo"; aqui gr. pollt;::, es un hebraisillo.
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ac'ik'n nora, y cn a. cslavo grazdane ego. Incluso cuando eI original gricgo del NT dice ,ympolites par "coneiudadano", la Vulgata cvitad. concivis y mantendd. eivis. As! eives sanctoTul11 "concilldadanos de los santos" (Ef. 2. 19); pero las otras versiones imitan el derivado griego: got. gabaurg;a, arm. k'atak'akic', a. esl. sotiteli. Asi dcfinido en sus cmplcos contcxtuales, eivi" 10 esta tambicn par la rclacion paradigmatica en que se opone a hostis. La pareja civis/ hostis cs por cierto complementaria cn csta reo presentaeion donde eI valor mutua se afirma siempre. Como para hacerlo cvidente, Plauto lIega a formularlo explicitamen· teo Ampelisca, sirvienta del tempI a de Venus, pide un dmtaro de agua a su vecino Esceparnion, que Ie pide a cambia otro favor (Rud. 438-440): Cur t}.l aquam grcNare, amah a, quam hostis hosti commodat? CUT
tu operam gravare mihi quam civis civi commodat?
-,lor que hacerte tanto de rogar, dime, por agua que no se Ie nicga a un extrafio?
-,Por <:}ue hacerte tanto de rogar, por una com placencia que no sc Ie nicga a un compatriota?
Un hostis tiene delante a un hostis; un eivis 10 es para otro eivis. La cucstion es siempre hostine an eivis (Trill. 102). Son dos terminos polares, mutuos ambos: cgo es hostis can respeeto a un hostis; parccidamente es eivis can respeeto a un civis. No hay pues civis fuera de esta dependeneia redproca. Se es civis de otro eivis antes de ser eivis de determinada ciudad. En eivis Romanus eI adjetivo no afiade mas que una indicacion localizadora, no una definicion de estatuto. Ahara resulta posible y f;\eil fundar can rigor la relacion lin· gUistica que hay entre eivis y civitas. Como fonnaeion dc abs· tracto, civitas designara propiamcnte cl "conjllnto de los eives". Tal es, en efecto, la idea que sc hadan de civitas los mcjores escritores. Plauto da un ejemplo al principio del pr610go al RudeTlS (vv. [-2), donde habla eI astro Arturo: Qui gentes omnis mariaque et teTras mavet eius sum civis civitate cc:elitum
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279 "Del dios [JUpiter] que mueve todas las naciones, las tierras y los mares, soy el civis en la civitas dc los habitantes del cielo." Aqui qucda ilustrada una doble rclacion: civis eius sum "soy su civis (y eI es el mio)"; eivis civitate "soy su civis en y par la civitas de los celestes", es dccir, a la vez entre el conjunto de los cives del cielo y en virtud de la calidad de civis. Tambien es a la civitas como colectividad y mutualidad de los cives a donde remite Cesar, B. Gall. 7,4,1: ruius pater ... ab civitate erat interfectus "su padre habia sido muerto por sus conciudadanos". EI mismo Cesar hace comprender eI vinculo entre civis y civilis cuando escribe: ne cives cum civibus armis decertarent "que los (can) ciudadanos no se combatan entre ellos (= no se entregucn a una guerra civil)" (E. Civ. IU, 19, 2, 31,4); civilis significa en un principio, sin duda, "que ocurre entre cives".
cf.
Un modelo muy distinto de esta misma relacion (decimos que es la misma no s610 porq ue opera entre terminos del mismo sentido, sino porque no puede variar mas que por inversion: A --> BoB --> A) es dado por el griego. Los t<~rminos griegos por considerar son los del binomio pOlis "ciudad": polites "ciudadano". Esta vez el derivado en -ites 7 se determina en relaci6n con un termino basico pOlis en tanto que designa "e1 que participa de la polis", el que asume los debates y los derechos de su condicion.· Esta relacion aparece tam bien en griego en una serie:
thiasos : thiasites (0 -Otes)
phul~ : phuletes
phratra : phratritas Se parte pues en griego del nom bre de la institucion a del grupo para formar el del miembro a del participante. EI itinerario es inverso del que hemos observado en latin • y esta parti: Ver acerca de esta formaci6n G. Redard, Les noms glees en -fes, -tis (Paris, 1949), pp. 20ss. ~ A veces, pcro mu!' raramente, pOlites se llama al "conciudadano". NormalLilente polites no se presta a la construeei6n COil un pronombre de persona. Y Hay que distinguir bien en latin la relad6n civis : civitas de \0'1 de pagus: pag:mus., urbs : uTh,mus, que sc reduce a la clast' de los etni<'os Roma' RUlJianus.
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cularidad saca a la luz la diferencia entre los dos modelos. Hay que precisarla en Sl] estructura formal y en eI movimiento conceptual del que procede. En latin el termino basico es un adjctivo que remite siemprc a U:l estatuto social de naturaleza mutua: tal es civis, que no puede definirse mas que en una relaci6n con otro civis. Sobre este termino basico se construye un derivado abstracto que denota a la vez la condici6n estatutaria y la totalidad de aquellos que Ia poseen: civis -+ civitas. Este modelo se reproduce en latin en cierto numero de relaciones tipicas que caracterizan agrupaciones antiguas de la sociedad romana. Primero: socius: societas. Un socius 10 es en relaci6n con otro socius, y el circulo entero de los socii se integra como societas. Lo mismo en las cofradias:
sodalis : sodalitas o en las clases:
nobilis : nobilitas. Asi la civitas romana es ante todo la calidad distintiva de 10' cives y la totalidad aditiva constituida por los cives. Esta "ciudad" realiza una vasta mutualidad; no existe sino como suma. Reaparece este modelo en las agrupaciones, antiguas 0 modernas, fundadas en una relaci6n de mutualidad entre gente de igual pertenencia, ya concierna a parentesco, clase, profesi6n: sodalidades, fraternidades, corporaciones, sindicatos; italiano socio : societa, aleman Geselle: Gesellschaft, antiguo frances compain : compagne ("compagnie"), etc. De modo enteramente opuesto, en eI modelo griego eI dato primero es una entidad, la polis. Esta, cuerpo abstracto, Estado, fuente y centro de la autoridad, existe por sl misma. No encarna ni en un edificio, ni .en una institucion, ni en una 3samblea. Es independiente de los hombres y su sola sede material es la extension del territorio que la funda. A partir de esta nocion de la polis se determina eI estatuto del polites: es polites eI que es miembro de la polis, quien participa de ella de derecho, recibe de ella cargos y privilegios. Este estatuto de participante de una entidad primordial es algo es-
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pecifico, a la vez referencia de origen, lugar de pertenencia, titulo de nacimiento, constreiiimiento de estado; todo emana de este vinculo de dependencia con respecto a la polis, necesario y suficiente para definir eI polites. No hay mas h~nnino que polites para denotar el estatuto publico del hombre en la ciudad que es suya, y es por necesidad un estatuto de relaeion y de pertenencia, puesto que por necesidad la polis va por delante del polites. Tenemos aqui una situacion inicial cuyas implicaciones seria imposible sacar a relucir sin extender eI anaIisis a otros derivados, como eI adjetivo palitikos, el abstracto paliteia, eI presente politeuein, que se sustentan estrechamente y cada uno de los cuales aporta a los demas sus determinaciones propias. Un estudio completo de estos derivados pondria aun mejor de manifiesto la especificidad de esta nocion de polis. Recordemos que Aristoteles considera ba la polis anterior a toda otra agrupacion humana, que la ponia entre las cosas que existen por naturaleza y que estan ligadas a la esencia de la humanidad y a ese privilegio del hombre que es ellenguaje (Polftica lZ53a) Puede resumirse esta confrontacion de dos tipos de relaciones mediante el esquema siguiente: MODELO LATINO
MODELO GRIEGO
civitas
polis
t
,j,
civis
polites
En el modelo latino, eI termino primario es el que califica al hombre en cierta relacion mutua, civis. Ha engendrado el deri vado abstracto civitas, nombre de colectividad. En eI modelo griego, el termino primario es eI de la entidad abstracta polis. Ha engendrado eI derivado polites, que designa al participante humano. Estas dos nociones, civitas y polis, tan proximas, parecidas y por asi decirlo intercambiables en la representacion que se hace el humanismo tradicional, se construyen en realidad de modos inversos. Esta conclusion, fruto de un amilisis interno, debiera ser punto de partida para un nuevo estudio comparativo de las instituciones mismas. Hoy, en el vocabulario politico de las lenguas. occidentales y
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de las que pertenecen a la misma area, es el modelo griego el que ha prevalecido. Ha producido: esp. fro ing!. a!. ruso
irlandes
ciudad : ciudadano cite: citoyen city: citizen Burg: Burger gorod : grazdanin cathir : cathrar
Ha eliminado el modelo latino, puesto que es el antiguo derivado secundario civitas el que se ha vuelto en las lenguas romances el termino primario: fro cite, it. citti!, esp. ciudad ... sobre el que se construy6 el termino nuevo -citoyen, cittadino, ciudadano. Un binomio nuevo, ciudad : ciudadano ha sucedido al binomio inverso latina civis : civitas. Valdria la pena indagar en detalle si esta recreaci6n procedi6 de causas mecanicas: reducci6n fonetica de civitas en las lenguas romances y eliminaci6n de civis, 0 si tuvo un modelo (como en el caso de a. es!. grazdaninii, imitado del gr. polites). Toda la historia lexica y conceptual del pensamiento politico esta todavia por descubrir.
impreso Cfl publimcx, s.a. calz. san lorcnzo 279·32 cpo 09850 - mexico, d.f. un mil ejemplares y sobrantes 25 de abril de 1999
Este segundo volumen de Problemas de lingOistlca general reune, slgulendo el modelo del primero, veinte imporlantes esludios publicados p~r ~mile Benveniste entre 1965 y 1972, con los cuales se completa una vasta introduccion a la problematica dellenguaje. Los dos primeros arliculos, en forma de dialogo, tratan de la evclucion de la IingOistica y de los cambios recientes en las doctrlnas acerca dellenguaje. Se pasa entonces al problema fundamental de la comunicacion y del signo, al desenvolvimiento de la semlologia de la lengua . Las nociones de estructura y de funclon son objeto de los estudlos siguientes. La sintaxis esta representada p~r la composiclon nominal y las relaclones de auxiliaridad. Luego de dos esludlos dedicados a mostrarcomo esta impliclto el hombre en la lengua, los ullimos capitulos lIevan adelante la indagacion de la genesis de terminos y conceptos cullurales imporlantes.