PRINCEPS IWENTVTIS LA IMAGEN MONETARIA DEL HEREDERO EN LA ÉPOCA JULIO-CLAUDIA
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José Antonio Mellado Rivera
PRINCEPS IWENTVTIS LA IMAGEN MONETARIA DEL HEREDERO EN LA ÉPOCA JULIO-CLAUDIA
UNIVERSIDAD DE ALICANTE
© José Antonio Mellado Rivera, 2003 © de la presente edición Publicaciones de la Universidad de Alicante Campus de San Vicente, s/n 03690 San Vicente del Raspeig
[email protected] http://publicaciones.ua.es Portada: candela+alenda Fotocomposición e impresión: Compobell, S.L. Murcia, 2002 I.S.B.N.: 84-7908-709-9 Depósito Legal: MU-310-2003
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A Helena Justina
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Este libro es el fruto de un trabajo de investigación realizado gracias a la obtención de una Beca Predoctoral concedida por el Ministerio de Educación y Cultura dentro del Programa Sectorial de Formación de Profesorado Universitario y Personal Investigador. El apartado de agradecimientos debe comenzar ineludiblemente por mi director de la Memoria de Licenciatura, D. Lorenzo Abad Casal, quien tan minuciosamente ha seguido la evolución de este trabajo. Hago extensión de mi más sincero agradecimiento a Juan Manuel Abascal Palazón, quien me aportó una ayuda indispensable para poder encaminar la realización de este estudio; así como al Prof. Pere Pau Ripollés, al permitirme la consulta de los fondos bibliográficos del Departamento de Arqueología de la Universidad de Valencia, y a la Profesora Anna María Capoferro Cencetti y al Prof. M. H. Crawford, quienes facilitaron enormemente mi labor investigadora durante mi estancia en las Universidades de Bolonia y Londres, respectivamente.
No puedo olvidarme de todas aquellas personas que de alguna manera u otra han contribuido, con su apoyo o con sus sugerencias, a la finalización de este trabajo. Al equipo de arqueólogos que trabaja en el Proyecto "Tolmo de Minateda" (Hellín, Albacete), proyecto al que está adscrita la beca; a mis amigos J. Bernabeu, V. Cañavate, M. Cárceles, E. Hernández, S. Navarro, R. Ortega, A. Pastor, J. Pozo, M. J. Rodríguez, C. Soria; a A. Bellón; a I. Garrigós; a todos los compañeros y amigos becarios de las Áreas de Arqueología, Prehistoria e Historia Antigua, y en especial a J. C. Olivares, por su constante apoyo a lo largo de la realización de este trabajo, J. Sarabia, S. Fairén, M. Martínez, V. Barciela, y Á. Jacobo, quien literalmente ha vivido el día a día de esta memoria de licenciatura, y a quien debo mucho de lo que aquí se presenta. Finalmente, mi último agradecimiento, que no por ello menos sincero, es para mi familia, de la que siempre he recibido el cariño y el apoyo suficiente para poder culminar este trabajo.
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ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN 1.1. La idea de la sucesión dinástica 1.2. Numismática y propaganda política
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II. EL PROYECTO DINÁSTICO DE AUGUSTO: MARCELLO Y AGRIPPA 2.1. Su carrera política y militar hasta el año 23 a.C 2.1.1. La crisis del año 23 a.C — La figura de Marco Claudio Marcello 2.1.2. La salida hacia Oriente 2.2. La etapa del 23 al 12 a.C.: el «corregente» o collega imperii 2.2.1. Los poderes de Agrippa y su estancia en Oriente 2.2.2. El retorno a Roma y su matrimonio con Julia 2.2.3. Agrippa en Occidente: la misión en las Galias y la Península Ibérica 2.2.4. Agrippa «corregente» (collega Augusti), 18-13 a.C — Agrippa en Roma (18-17 a.C.): los Juegos Seculares — El segundo viaje de Agrippa a Oriente (17-13 a.C.) — La renovación de los poderes (13 a.C.): la potestad tribunicia y el imperium ... — La última campaña (13-12 a.C.) y su muerte 2.3. Propaganda monetaria dinástica: Agrippa y la domus Augusta
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III. DE LA MUERTE DE AGRIPPA AL ADVENIMIENTO DE TIBERIO 3.1. Tiberio y Druso: 3.1.1. La carrera de Tiberio y Druso hasta el 12 a.C 3.1.2. La promoción de los hijos de Livia (12-6 a.C.) — Las campañas de Druso en Germania y las dos salutaciones imperiales (12-9 a.C.) — Las campañas de Tiberio en Iliria (12-9 a.C.) — Las campañas de Tiberio en Germania (8-7 a.C.) — La asociación de Tiberio a los poderes imperiales (6 a.C.) — El retiro de Tiberio a Rodas (6 a.C.-2 d.C.) — El retorno a Roma: el estatus de priuatus hasta la muerte de Gayo (4 d.C.) 3.2. Gayo y Lucio César (6 a.C.-4 d.C.) 3.2.1. Los primeros años (17-6 a.C.) 3.2.2. Los primeros honores (6-2 a.C.) — Toma de la toga viril y la deductio in forum — El título honorífico de Princeps luuventutis — Los nuevos «Dióscuros» o Castores — Las funciones religiosas — Las actividades de los jóvenes príncipes hasta la salida de Gayo a Oriente (5-2 a.C.)
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3.2.3. La misión de Gayo César en Oriente — La campaña en Arabia (1 d.C.) y la cuestión armenia (2-4 d.C.) — La salutación imperial 3.2.4. La desaparición de los Príncipes de la Juventud 3.2.5. Conclusión 3.3. La carrera de Tiberio desde la adopción hasta la sucesión (4-14 d.C.) 3.3.1. La figura de Agrippa Postumo 3.3.2. El collega Augusti: la naturaleza de los poderes de Tiberio (4-13 d.C.) 3.3.3. Las campañas militares en Germania (4-6 d.C.) 3.3.4. Las campañas en Iliria (6-9 d.C.) 3.3.5. El restablecimiento de la situación en Germania y el triunfo sobre Iliria (10-12 d.C.) 3.3.6. La renovación de los poderes (13 d.C.) y el ascenso al trono 3.3.7. Conclusión: la política dinástica de Augusto
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IV. LAS CARRERAS DE GERMÁNICO Y DRUSO MINOR 4.1. Germánico César 4.1.1. Las primeras campañas militares durante el Principado de Augusto — Las campañas en Pannonia y Dalmacia (7-9 d.C.) — Las campañas en Germania desde el 11 d.C. hasta la muerte de Augusto — El consulado del 12 d.C. y el retorno a Roma — Las campañas de Germania del 13-14 d.C.: la salutación imperial 4.1.2. Las campañas en Germania desde la muerte de Augusto hasta el triunfo del 17 ... — La redefinición de los poderes de Germánico en septiembre del 14 d.C — Las campañas en Germania: la segunda salutación imperial y el triunfo — El estatus de Germánico en los años 15-16 d.C — La ceremonia triunfal del 17 d.C 4.1.3. La misión en Oriente — La actividad de Germánico en Oriente — La coronación de Artaxias — El viaje a Egipto 4.1.4. La muerte de Germánico en Antioquía y los honores funerarios 4.1.5. Conclusión 4.2. Druso Minor 4.2.1. El cursus honorum y los primeros títulos honoríficos (4-15 d.C.) — El pontificado (entre 4 y 8 d.C.) y participación en las deliberaciones del Senado (9 d.C.) — La cuestura (11 d.C.) — La legación de Pannonia (septiembre-octubre 14 d.C.) — El primer consulado (15 d.C) 4.2.2. La misión en el Ilírico (17-20 d.C.) — El arco triunfal del Foro de Augusto y la ovación 4.2.3. El «colega» del Príncipe (21-23 d.C.) — El segundo consulado (21 d.C.) — La potestad tribunicia (22-23 d.C.) 4.2.4. La muerte de Druso y los honores funerarios 4.3. Germánico y Druso: Principes luuentutis y «Dióscuros» 4.4. Conclusión: la política dinástica de Tiberio (14-23 d.C.)
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V. LA SUCESIÓN DINÁSTICA HASTA EL ACCESO DE NERÓN (23-54 D.C.)
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5.1. Los problemas sucesorios hasta el advenimiento de Calígula (23-37 d.C.) 5.1.1. Los hijos de Germánico: Nerón y Druso — Nerón y Druso en la propaganda monetaria dinástica: la asimilación con los Dióscuros 5.1.2. Los hijos de Druso Minor. Germánico y Tiberio Gemello. Calígula, el último hijo de Germánico — Principes luuentutis y nuevos Dióscuros — Conclusión
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ÍNDICE
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— El acceso de Calígula al poder 5.2. La cuestión sucesoria en el reinado de Claudio: Británico y Nerón (41-54 d.C.) 5.2.1. La promoción de Británico 5.2.2. El ascenso de Nerón 5.2.3. Conclusión
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VI. CONCLUSIONES
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VII.STEMMA: LOS HEREDEROS DE LA DINASTÍA JULIO-CLAUDIA
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VIII.BIBLIOGRAFÍA CITADA
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Capítulo I INTRODUCCIÓN
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1.1. LA IDEA DE LA SUCESIÓN DINÁSTICA Mientras el régimen augústeo evolucionaba hacia la monarquía hereditaria y autocrática, la supervivencia del lenguaje republicano en el derecho público extendía la falsa idea de una república restaurada. El régimen del Principado bajo la dinastía Julio-Claudia revela una esencia monárquica, revestido ideológicamente con las teorías helenísticas sobre la monarquía y la influencia de la obra ciceroniana y su modelo de príncipe ideal1. Un régimen no puede considerarse consolidado si no se asegura su continuidad. La historia del Principado, y del Imperio en suma, es la historia de la transmisión del poder, y las formas de sucesión utilizadas —herencia, adopción, aclamación militar, elección por el Senado, usurpación— muestran que la ilimitada acu1 P. Grenade, Essai sur les origines du Principal. Investiture et renouvellement despouvoirs impeñaux. París, 1961, p. 445. R. Syme, La Revolución Romana. Madrid, 1989 (Oxford 1939), pp. 425-426; J. Beranger, L'hérédité du Principal. Note sur la transmission du pouvoir imperial aux deux premiers siécles, REL 17 (1939), p. 174 y del mismo autor, Pour une définition du principal: Auguste dans Aulu-Gelle 15, 7, 3, en J. Beranger (ed.), Príncipatus. Eludes de notions et d'bistoire politiques dans l'Antiquité gréco-romaine. Ginebra, 1973, p. 161; P. Zanker, Augusto y el poder de las imágenes. Madrid, 1992 (Munich 1987), p. 63, pone en evidencia que Oclaviano propagaba sin ambages, ya años anles de la batalla decisiva de Actium, que, en su calidad de Diuifilius, le correspondía asumir el poder en forma unipersonal, como hiciera su padre. En cambio, oíros autores, como W. Alien, Jr, The Polilical Almosphere of ihe Reign of Tiberius, TAPbA 72 (1941), p. 21, creen que Augusto restauró el gobierno aristocrálico senatorial republicano, con un balance delicado enlre autoridad y libertas, aunque no rechaza por completo la existencia de un elemento monárquico predominante.
mulación de autoridad y poderes en la persona de Augusto supone la mayor dificultad para la transmisión del poder. Augusto asentó las bases del gobierno monárquico, pero no logró asegurar unos principios válidos de transmisión2. Para Salmón3, Augusto realizó en el 27 a.C. su primer esfuerzo serio por regularizar su posición en el estado: rem publicam ex mea potestate in senatus populique Romani arbitrium transtulf; restaurando así el gobierno constitucional, que no la república, que el Senado y el pueblo habían conocido con anterioridad, creando las bases de una forma monárquica de gobierno. Ese poder unipersonal fue construido gradualmente a través de una larga evolución, hasta dotarlo de base jurídica. Y su posición final en el estado fue más el resultado de una política oportunista, de una construcción pieza a pieza, que de una doctrina planificada o un programa claro y preciso. Para el autor, la auctoritas de Augusto no era la que le confería la supremacía en el poder, no constituía una pieza de la maquinaria constitucional, pero sí que ésta, adquirida por reunir una serie de cualidades, así como el hecho de haber ostentado el imperium, le permitía ocupar una posición privilegiada en el estado, colocarse por encima de cualquier magistrado que ostentase J. M. Roldan et alii, Historia de Roma. II. El Imperio Romano (siglos I-III). Madrid, 1995, pp. 44-45. 3 E. T. Salmón, The evolution of Augustus' Principale, Historia 5 (1956), pp. 456-478. 4 Res Gestae 34, 1: «pasé el gobierno del Eslado a la jurisdicción del Senado y del pueblo romanos, cediendo mi poder». Cf. A. Alvar Ezquerra, Las Res Gestae Divi Angustí. Inlroducción, texto latino y iraducción, CuadPrehistA 7-8 (1980-1981), p. 138.
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el mismo imperium. La auctoritas, desprovista de contenido jurídico, es un concepto sagrado arcaico que, desempolvado por la propaganda de Augusto, debía servir para expresar la particular posición del nuevo princeps dentro del estado. El término se fundamenta en las magistraturas investidas, en los servicios al estado y en los títulos religiosos y honoríficos. La verdadera posición de Augusto, preocupado en mantener un modelo republicano basado en el doble principio de igualdad de potestas a través de la colegialidad y renovación anual de las magistraturas, es disimulada de manera clara para no dejar entrever que el príncipe conserva en sus manos los plenos poderes, a través del imperium, el poder militar, además de la autoridad civil. Como afirma Chevalier, es la monarquía sin el título5. Esta monarquía ha sido traducida en el lenguaje de una ideología moralizante bajo la forma de una misión de protección y tutela sobre el conjunto de los asuntos públicos. Este lenguaje de la filosofía estoica revistió ideológicamente el cuerpo de una progresiva monarquía hereditaria y autocrática en época Julio-Claudia. De todos los títulos no oficiales que poco a poco van siendo integrados en el vocabulario imperial, tal vez sea el de rector el que mejor refleja el aporte de la filosofía estoica. Las divergencias, tanto antiguas como modernas, sobre la herencia imperial se explican porque unos consideran el principado como una magistratura, mientras que otros como un poder personal. Como ha destacado Beranger, si se admite que el Principado es una magistratura, las precauciones de Augusto para mantenerla en el seno de su familia aparecen naturalmente como un atentado a las libertades públicas. Todas las dificultades de regular la sucesión derivan del hecho de que Augusto personaliza el poder. Y como poder eminentemente personal, es difícil de transmitir. La mayor preocupación de Augusto es asegurar la estabilidad del régimen después de su muerte. De hecho, según Beranger6, el genio de Augusto consiste en haber fundado sobre la tradición misma lo que parece una contradicción: la herencia del poder. La verdadera naturaleza del Principado consiste en que es un poder material y moral que se vale de los medios existentes, las instituciones republicanas; y Augusto debía prever, transmitir a sus herederos los recursos necesarios 5
R. Chevalier, A propos des origines du principal, Latomus 21 (1962), p. 549. 6 Beranger, 1939 (qp. cit. n. 1), p. 187.
que permitieran mantener el poder. En definitiva, es un régimen híbrido, que Beranger llama «república monárquica del principado»7. Este carácter híbrido ya había sido analizado por el mismo autor un año antes8. Beranger asume que el principado es hereditario, pero es una herencia de hecho, premeditada por la transmisión dinástica directa o indirecta, o por la adopción. Esta herencia de hecho no significa que el principado se transmita automáticamente de padre a hijo, puesto que la sucesión no está reglada, se apoya en la insistencia sobre la genealogía: el heredero es hijo, nieto, biznieto, etc., del fundador de la dinastía, por ejemplo de Augusto. El Principado es una preeminencia soberana a la cual son conferidos poderes especiales, al fin y al cabo una forma de monarquía, con la cual el concepto de transmisión hereditaria del poder no está reñido, puesto que si bien la potestas no es transmisible por herencia, el poder personal (fortuna, clientela, etc.) que da el poder político es hereditario. El princeps se muestra capaz y digno de tomar la dirección del estado, fortalecido por la opinión unánime (consensus), a quien se le concede el imperium, un poder no ilegal, porque es sancionado por una ley, sino extra-legal puesto que es desarrollado al margen de las instituciones republicanas que supuestamente pretende perpetuar. Puesto que Roma jamás adoptó el principio del poder hereditario, que desde los tiempos de la monarquía, había sido fuertemente rechazado por el pueblo romano, el problema fundamental de Augusto y el principado era la continuidad del régimen. El concepto de la transmisión hereditaria del poder debe su implantación principalmente a la política diseñada por Augusto para lograr la continuidad de su régimen, continuada luego por sus sucesores, y basada en una serie de pilares que serán analizados a continuación. Podríamos considerar un primer pilar en la adopción del presunto sucesor, la cual confiere una base espiritual o moral para la aceptación de su posición preeminente por parte de la sociedad romana. A la adopción debe unirse un segundo pilar, básico en cuanto dota de base legal o constitucional la posición del heredero al trono. Mientras que un tercer pilar a considerar, y que facilitaría la implantación de la idea dinástica 7 J. Beranger, La «pré voy anee» (providentid) impériale, et Tacite, Anuales, I, 8, Hermes 88 (1960), pp. 491492. 8 J. Beranger, Diagnostic du Principat. L'empereur romain, chef de partí, REL 37 (1959), pp. 151-170.
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como un concepto ligado a la continuidad del régimen en el seno de la dinastía Julio-Claudia, sin ninguna oposición aparente, sería el factor ideológico, o más explícitamente la teología del poder dinástico, difundida a través de los medios propagandísticos disponibles por el régimen. En este último factor entra en juego el valor de la numismática como difusora de la idea dinástica. Este estudio analizaría este tercer pilar desde la perspectiva de la propaganda numismática dedicada a los herederos en época Julio-Claudia. — La base moral de la posición del heredero: la adopción El método por el cual el poder se transmite es quizás la mejor piedra de toque para evaluar la verdadera naturaleza de cualquier organización política. Y Augusto, desde que diseñó la política dinástica, y estableció una función política para su hija Julia, estaba reconociendo su Principado como una monarquía hereditaria9. Los diferentes herederos al trono debían ganarse a través de una promoción política y militar acelerada apoyos entre el ejército y el pueblo de Roma principalmente. La transmisión del poder, en el marco de la gens Julio-Claudia, es uno de los propósitos que Augusto se propondrá llevar a cabo bajo su gobierno. El autócrata, elevado a la supremacía por una combinación de habilidad y oportunismo, y seguro de que él es el hombre elegido para rescatar al estado del caos y guiarlo hacia un nuevo orden, también tratará de garantizar la continuidad del nuevo régimen después de su muerte; sobre todo teniendo en cuenta los sucesos, aún recientes, de inestabilidad política a finales de la República10. La sucesión en sí misma fue firme y generalmente asumida como la mejor solución para asegurar la continuidad del régimen y la estabilidad del estado. De hecho, con el final de la dinastía Julio-Claudia, la herencia es considerada como un derecho; la innovación es debida a la política activa de Augusto, y su consolidación se produce con Tiberio.
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Cf. W. K. Lacey, 2 BC and Julia's Adultery, Antichton 14 (1980), p. 127; G. Herbert-Brown, Decoding Tacitus (Ann. I, 53): the Role of Julia in Tiberius' Retirement to Rhodes, Studies in Latín Literature and Román History, IX, ed. C. Deroux, Bruselas, 1998, pp. 359-360. 111 C. H. V. Sutherland, Coinage in Román Imperial Policy, 31 B.C.-A.D. 68. Londres, 1951, p. 54.
Pero Fraschetti11 cree que el término «sucesión» debe ser usado con cautela en el ámbito de un régimen en el que Augusto aspiraba a presentarse como el «primer ciudadano», puesto que no existían mecanismos institucionales para poder garantizar un heredero. Precisamente esta carencia jurídica para definir el sistema sucesorio ha sido planteada por la mayoría de los investigadores12. Para Syme13, el Principado de Augusto no podía implicar una sucesión hereditaria, por dos razones, una jurídica y la otra personal. Los poderes de Augusto eran legales en definición y tenían el carácter de una magistratura, y la figura de Augusto como heredero de César, salvador de Roma y el Imperio era única. La continuidad podía ser asegurada a través de la adopción, que supondría una aceptación implícita, que no una confirmación legal, del adoptado como sucesor, y con la concesión de poderes a una segunda persona que actuase de collega. Las disposiciones del propio Augusto eran, sin embargo, medidas calculadas para garantizar también un heredero de su propia familia; él deseaba ofrecer una dinastía y fundar una monarquía en el sentido pleno y absoluto de estos términos. Corbett14 difiere de esta opinión. Syme da a entender que el principio monárquico de herencia por lazos sanguíneos está tan fuertemente condicionado en cada pensamiento de Augusto que cualquier otro heredero que no sea de su propia sangre es impensable. Esta concepción es anacrónica en opinión de Corbett; los romanos, en ningún período de su historia previa al Principado, dan un especial énfasis a la herencia por lazos de sangre. La adopción siempre jugó un papel importante en 11
A. Fraschetti, Livia, la política, en A. Fraschetti (ed.), Roma al femminile. Roma, 1994, p. 136. 12 Como para E. Ciaceri, Tiberio sucessore di Augusto. Roma, 1944, p. 60, el problema que se plantea con la sucesión en el caso de Tiberio tras la muerte de Augusto, es que tanto la adopción como la «corregencia» no constituyen fórmulas que impliquen jurídicamente el derecho a la sucesión. La adopción no tiene otro valor que el de la recomendación, y en cuanto a la «corregencia», ésta se presentaba como una posición imperial de segundo orden; o para B. Parsi-Magdelain, L'avénement de Tibére, Revue Historique de Droit Franjáis et Etranger 56 (1978), p. 395, quien apunta que a la muerte de Augusto no se ha definido una sucesión de manera jurídica, puesto que el principio dinástico es extraño al derecho estricto, y ningún automatismo jurídico aseguraba la sucesión. 13 Syme (op. cu. n. 1), p. 436. 14 J. H. Corbett, The Succession Policy of Augustus, Latomus 33 (1974), fase. 1, p. 90.
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la historia republicana15; estas consideraciones anacrónicas habrían sido importadas por historiadores en cuyos períodos los lazos de sangre eran de vital importancia para la sucesión. Antes del reinado de Tiberio, la sucesión era una formulación teórica, no un problema de experiencia práctica. Además, la herencia del poder por descendencia directa no va a ser la norma reguladora en la sucesión imperial bajo el Imperio Romano. El énfasis sobre la descendencia directa parece una moderna importación que pertenece más propiamente al estudio de las monarquías europeas que a la historia romana. Si la sangre de la gens lulia que Gayo y Lucio recibieron de su madre era tan importante para Augusto, ¿por qué se sintió obligado a adoptar a sus nietos? Probablemente la respuesta esté en que la descendencia directa, aunque fuese lograda a través de la adopción, era más importante para los romanos que las oscuras conexiones a través de las mujeres de la familia imperial. Prevost deja claro que todo esquema dinástico debe estar ligado a la existencia de un lazo jurídico de parentesco, que es lo que ocurre con la sucesión dinástica en la gens Julio-Claudia. La adopción se convierte en una necesidad jurídica para realizar una integración permanente y definitiva del adoptado en la casa imperial16. Las adopciones imperiales fueron verdaderos actos de derecho privado, y centrándose en las realizadas en la dinastía Julio-Claudia, de las que nos interesa destacar las realizadas durante el Principado de Augusto —la adopción de Gayo y Lucio, y la de Tiberio y Agrippa Postumo, y a su vez la de Germánico por Tiberio, a pesar de que éste tenía un hijo natural, Druso—, la adopción se convierte en un medio legítimo para la transmisión hereditaria del poder. En general, las adopciones practicadas por los emperadores Julio-Claudios comprendían los efectos esenciales de toda adopción: el paso del adoptado a la familia del adoptante, en calidad de descendiente, y la transmisión 15 Cf. M.-H. Prevost, Les Adoptionspolitiques á Rome sous la République et le Principal. París, 1949, pp. 18-29: la adopción asegura por vía hereditaria la supervivencia de la vocación política de una familia noble que carece de un descendiente natural masculino. Las adopciones en la nobilitas son adopciones esencialmente dinásticas, igual que la adopción testamentaria de Octavio por César implica una sucesión política (cf. pp. 29-34; M.-H. Prevost, L'adoption d'Octave, RIDA 5 (1950), pp. 361-381). Para Beranger, 1939 (op. cit. n. 1), p. 172, la adopción no es otra cosa que un medio artificial de procurarse una posteridad. 16 Prevost, 1949 (op, cit. n. 15), p. 32.
del nombre del adoptante. Prevost considera totalmente habitual la adopción por parte de Augusto de sus nietos Gayo y Lucio, puesto que la adopción por un paterfamilias de sus descendientes, a través de las mujeres de la gens, es un acto normal y muy corriente dentro de las adopciones en Roma debido a la estructura agnaticia de la familia romana. En esta línea se pronuncia Fayer, al afirmar que las adopciones realizadas en la familia Julio-Claudia entraban dentro de la normalidad, puesto que fueron realizadas conforme al derecho privado, aunque su finalidad tuviera carácter político17. En todos los casos de adopción imperial, los individuos estaban destinados por regla general a ocupar los puestos más elevados del estado, luego la adopción es un instrumento de política dinástica al servicio del emperador, igual que lo había sido para la nobilitas durante la República, y el mejor medio que encontraron los emperadores para asegurar el poder supremo al sucesor elegido. Pero como apunta tan acertadamente Prevost, la adopción no deja de ser un acto de derecho privado que no asegura la promoción política, hace falta la obtención de los poderes civil y militar. Sin embargo, es un hecho claro que el descendiente masculino del emperador, bajo el Principado, se encuentra literalmente destinado, por el mismo hecho de su posición social, y sobre el fundamento de un consentimiento implícito, pero unánime, a ocupar en el estado la misma situación política que su padre. Por tanto, la adopción ocupa en el sistema imperial un lugar fundamental, puesto que, en ausencia de un heredero natural, asegura el mantenimiento del control político de una familia (en época imperial la gens Julio-Claudia primero), si está fundada sobre la posesión de una clientela hereditaria18. La política de sucesión de Augusto sufrirá diferentes modificaciones, obligada por las circunstancias. Una de sus preocupaciones constantes después de la enfermedad del 23 a.C. parece haber sido la de asociar al poder a una segunda persona con el fin de evitar el riesgo de una desaparición súbita y garantizar al esta17 Cf. C. Fayer, La familia romana. Aspetti giuridici ed antiquari. Roma, 1994, p. 21. La autora define los adgnati como los descendientes en línea masculina del paterfamilias, ya sean naturales o adoptivos, sujetos a su patria potestas. En las pp. 337-340, dice que durante los dos primeros siglos del Principado la adopción constituyó el mejor medio para la designación del sucesor, a quien transmitir el poder imperial, en ausencia de herederos directos. 18 Prevost, 1949 (op. cit. n. 15), pp. 61-62.
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INTRODUCCIÓN
do la permanencia de una dirección monárquica19. La búsqueda de un heredero se prolongó sobre un período de treinta años, no exento de dificultades, contratiempos, etc. Las muertes sucesivas de Marcelo, Agrippa, Gayo y Lucio César obligaron al Príncipe a revisar sus proyectos de sucesión sin trastornar los principios fundamentales de su política. La adopción se convierte en el camino más seguro y natural para lograr la transmisión del poder de una forma no traumática. Una vez el sucesor era adoptado, debían serle concedidos de forma progresiva los poderes inherentes a su nueva función, como en el caso de Tiberio, o Nerón. En cambio el praenomen imperatory el nomen Augustus no podían ser otorgados hasta el momento del nombramiento del sucesor (en el momento de su investidura imperial). Pero la adopción permitía que el personaje adoptado entrase en la familia de los Césares y fuera al mismo tiempo heredero de la fortuna, del nombre y de los títulos de su padre adoptivo. El signo distintivo y natural del sucesor imperial debía ser el título de Caesar y el único medio de adquirirlo era convertirse en el hijo legítimo del emperador o en su hijo adoptivo. El paso de un valor gentilicio del cognomen Caesar a un valor jurídico y político se produce de forma gradual a lo largo de la historia de la sucesión imperial, convirtiéndose en el signo de continuidad de los príncipes20. La adopción de Pisón por parte de Galba en lo que constituye la defensa de la teoría de la adopción del optimus princeps, la elección del mejor para dirigir el imperio es una fuerte reacción que condena el sistema donde la sucesión está estrechamente limitada al cuadro de la familia natural, como en la época JulioClaudia. El nuevo sistema del principado inaugurado por Augusto contenía en sí mismo el principio hereditario, puesto que el problema fundamental de este sistema de gobierno es su continuidad, la sucesión. Al analizar la sucesión hereditaria en el período Julio-Claudio, Lesuisse llega a la conclusión de que en ningún momento de la historia de la transición del poder en el primer siglo del principado existe un principio de herencia estable y preciso21.
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Chevalier (op. cit. n. 5), pp. 546 y 551. L. Lesuisse, Le titre de Caesarpet son évolution au cours de l'histoire de l'empire, LEC 29 (1961), pp. 272273. 21 L. Lesuisse, L'aspect héréditaire de la succession impériale sous les Julio-Claudiens, LEC 30 (1962), pp. 3436, 50. 20
Si las sucesiones se producen en el interior de una o más familias romanas importantes, el hecho se debe ante todo a las circunstancias prácticas en torno a la transición de un poder de carácter netamente privado. La res domestica ha reemplazado a la res publica y esta confusión del patrimonio público y del patrimonio privado tiende a provocar la transmisión del poder imperial al mismo tiempo que la herencia paternal; de ahí la necesidad de adoptar al sucesor. En los primeros tiempos del Principado el emperador adoptará de manera espontanea a los miembros de su familia; y este hábito da al Imperio personas incapaces o futuros tiranos, por lo que tras la etapa JulioClaudia y Flavia, el principio de la adopción del mejor termina por imponerse, tras el intento fallido de Galba, resolviendo por un largo período, a juicio de Lesuisse, el importante y delicado problema de la sucesión imperial. Uno de los trabajos más completos sobre la designación del emperador romano es el de Parsi22. El autor francés trata el problema de la sucesión desde una perspectiva jurídica, analizando el papel de la adopción imperial y la «corregencia» como mecanismos válidos para reglar la sucesión. Para Parsi se conjugan durante el Imperio dos soberanías, la del princeps y la del Senado, que contribuyen a reglar pacíficamente la sucesión. La voluntad del princeps, reflejada en su decisión de adoptar un sucesor, se convierte en una ratificación por parte del Senado, y del Pueblo, aunque ésta última de carácter formal. La designación del sucesor queda definida a través de la adopción, y en un régimen que conjuga las apariencias republicanas con la consolidación de una monarquía, se convierte en el mejor mecanismo para que sea aceptado el principio de herencia del poder sin que tenga que ser postulado de forma clara. La adopción como un instrumento de transmisión solo crea una vinculación espiritual entre el princeps y el sucesor23. El instrumento de la transmisión del poder, de la herencia dinástica, fue raramente la filiación por sangre, convirtiéndose la adopción imperial en el modo de asegurar una línea sucesoria estable. Pero el principio dinástico no presenta un carácter institucional, por cuanto la adopción por parte del emperador no lleva inherente la idea de la sucesión de forma 22
B. Parsi, Désignation et investiture de l'empereur romain (ler et He siécles aprésJ.-Cj. París, 1963. 23 Parsi (op. cit. n. 22), pp. 2-12, trata la cuestión de la adopción imperial como una filiación espiritual.
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legal, es más bien una asociación de carácter espiritual, convirtiéndose de manera ficticia en una recomendación del princeps al Senado y al Pueblo. La adopción es una institución del derecho de la familia, que al servicio del principado, y en beneficio de la política sucesoria, está a medio camino entre el derecho público y privado. La adopción no asegura automáticamente la sucesión del adoptado, pero determina la decisión final, puesto que el adoptado no es más que el heredero del prestigio y el carisma del princeps. El testamento se muestra como un mecanismo totalmente inútil puesto que no proporciona más que una sucesión de bienes patrimoniales. En el derecho privado, la filiación dinástica asegura una transmisión patrimonial; desde el punto de vista político, la adopción exige una investidura oficial por el Senado y el pueblo, pero transmite en cambio una investidura moral. El adoptado, como el hijo natural, es el heredero espiritual, y no ocupa ninguna posición secundaria ante un heredero de sangre a la hora de considerar la sucesión24. Poco importa que la filiación sea por sangre o adoptiva, sus efectos son en los dos casos los mismos. En Roma, la adopción no interrumpe el prestigio familiar. La adopción bajo los JulioClaudios, a diferencia de la etapa Antonina, donde se desarrolla la ideología del Optimus, está ligada a la familia de Augusto, y mantiene, por tanto, su carácter exclusivo25. Para Miquel26 se produce una contraposición entre principio carismático, la personalización del poder en una persona que posee unas cualidades excepcionales para gobernar, y la idea dinástica, que según él los romanos no aceptarían por su aversión a la monarquía, en la que gobierna un hombre, pura y simplemente, por estar dentro de una familia. Las dos soluciones posibles para Augusto eran una política matrimonial hábil y la adopción. Ésta última, tan común en Roma en el ámbito privado, aparecerá en el ámbito público para resolver el problema sucesorio. Augusto trata de implantar, a través de la adopción, la idea vinculante de que el hijo adoptado se convierte directamente en el sucesor, aunque la filiación no crea más que una expectativa.
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Ibíd., p. 5. Ibícl., p. 8. 26 J. Miquel, El problema de la sucesión de Augusto. Madrid, 1969, pp. 66 y 70. 25
— La base constitucional de la posición del heredero: la «corregencia» Augusto desarrolló la idea simple pero genial de la concesión del imperium como garante de la continuidad del Principado y como factor de automatismo para la transmisión del poder supremo en un régimen «personal» no institucional. La característica más original del régimen augústeo es la creación de «corregentes», y la imitación por parte de Tiberio confirma el éxito de uno de los secretos de la política de Augusto. La función de los adiutores imperii no se reduciría a una colaboración con el príncipe, sino que se completaría por una misión de dirección moral para los príncipes destinados al Imperio donde el aprendizaje del poder exigiría la presencia de un rector. Al vocabulario político (imperium, tribunicia potestas) responde la deontología de los filósofos estoicos: cura, tutela21. Para Hurlet, la investidura del imperium se caracteriza a la vez por la persistencia de elementos republicanos —con el voto del senado-consulto y la ley comicial— y la intervención del príncipe, puesto que esta combinación de elementos republicanos y monárquicos constituye a decir verdad una de las características del nuevo régimen, que puede ser definido como una simple adaptación de las antiguas instituciones republicanas a la presencia en el estado de una autoridad preeminente28. El término «corregencia» es aceptado por los especialistas en el Principado augústeo para designar el sistema de gobierno del nuevo régimen, con la existencia de un «segundo» que comparta las tareas del Princeps, pero es un término que no existe en la Antigüedad, de ahí que deba ser utilizado entre comillas. Las fórmulas utilizadas en las fuentes para referirse a la asociación al poder imperial son numerosas: collega, adiutor, consors, particeps, capax, socius, minister principalis. La expresión latina más utilizada para designar los colaboradores del princeps es adiutor, pero es más una fórmula literaria que un término específico para el cargo de «corregente» o segundo del Imperio. La única expresión que ha sido utilizada por los documentos oficiales para designar los adjuntos al Príncipe es collega, siendo el colabo27 Sobre el vocabulario del estoicismo político (cura, tutela, custodia, praesidium), cf. Grenade (op. cit. n. 1), pp. 446-474. 28 F. Hurlet, Les Collégues du Prince sous Auguste et Tibére. De la légalité républicaine á la légitimité dynastique. Collection de l'École Francaise de Rome, n.s 227, Roma, 1997, p. 255.
INTRODUCCIÓN
rador del Príncipe y repartiéndose los más altos poderes. La noción de «corregencia» no es una ficción jurídica, se corresponde con una realidad jurídica propia de la Antigüedad romana. La asociación al poder es la garantía de la continuidad del poder unipersonal. Augusto suprime la posibilidad de toda ausencia de la legalidad a su muerte permitiendo ejercer a sus presuntos herederos el imperium y la potestas tribunicia, que ocuparán su lugar después de haber sido utilizados como auxiliares. En opinión de Pañi29, la precariedad del sistema del Principado está en la inexistencia ideológica del régimen sobre los aspectos continuadores y sobre la estabilidad de la obra del príncipe. Augusto podía contar con la defensa de la tradición y de la estructura gentilicia del poder para conseguir que madurara la idea de la sucesión dinástica. Pero tan importante para el reconocimiento de la legitimidad y el predominio de una familia en el gobierno de la res publica era la divinización de su papel a través de la concepción helenístico-aristocrática de una ascendencia divina heroica. Para el autor, expresiones como «doble principado» o «corregencia», muy en uso, deben probablemente ser eliminadas de la terminología como impropias para la época Julio-Claudia, En el sistema político y en la mentalidad romana, la regencia representaba a su juicio un problema. Los primeros años del gobierno de Augusto constituyeron un proceso de progresiva reafirmación y consolidación del Principado, un Principado que se consolidó bajo un aparente marco constitucional republicano, y con la «corregencia» como sistema de gobierno experimentado por el Príncipe a partir del año 23 a.C., apoyándose en primer lugar en la figura de Agrippa. Augusto reunió varios poderes en su persona, constitucionales en cuanto a su título, pero excepcionales en cuanto a su fin y envergadura: potestad tribunicia, imperium proconsular, pontificado máximo. Todos estos poderes le fueron conferidos a título personal. Poderes constitucionales como fachada tradicional para el fin que buscaba Augusto, la monarquía hereditaria. La «corregencia» supuso el modelo de gobierno bajo el reinado de Augusto, pero la función de los «corregentes» del Imperio no se redujo sólo a una colaboración con el Príncipe para descargar a éste de parte de sus tareas. Tal proceso, lento debido a la fuerte oposición senatorial, tiende hacia un régimen mo29
M. Pañi, Lotte per il potere e vicende dinastiche. 11 principato fra Tiberio e Nerone, en Storia di Roma. II. L'Impero mediterráneo. 2. I príncipi e il mondo. Turín, 1991, pp. 221-222.
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nárquico en el que entrará a formar parte como concepto básico la herencia del poder unipersonal. El concepto, rechazado desde el principio por los partidarios de la legalidad republicana, será finalmente impuesto por Augusto, a través de una de las políticas propagandísticas e ideológicas más complejas y directas empleadas por el Princeps, en la que la iconografía numismática juega un papel fundamental para tal éxito. Partiendo de la hipótesis de que Augusto ya tenía en mente una futura sucesión al Principado en el marco de la ficción republicana, tal como quedará demostrado, la complejidad en la política de sucesión de Augusto consistió en poder cristalizar alrededor de sus candidatos las formas de poder y estatus suficientemente claras para hacer de la sucesión un hecho inevitable; proceso difícil, máxime cuando el estatus del Princeps estaba siendo definido y consolidado a la vez. La solución legal para el problema sucesorio, el cual no es concebible en un régimen en el que Augusto ostenta unos poderes que no tienen un carácter hereditario, y teóricamente son delegados por el Senado y el Pueblo de Roma, es la asociación al poder imperial que evite un vacío de poder a la muerte del Príncipe, convirtiéndose en el mecanismo que hace posible que el heredero, designado implícitamente por la adopción, consiga convertirse en el sucesor de forma explícita. El problema parte de la aceptación del concepto de transmisión del poder, que es ajeno al sistema de gobierno republicano. Este aspecto ha sido planteado por los diferentes investigadores que han tratado sobre la cuestión sucesoria en el período Julio-Claudio y más concretamente en la figura de Augusto, que es quien debía solventar el problema en primer lugar, centrándose en un enfoque jurídico puesto que era en este aspecto donde se producía una anormalidad más clara. Sin duda alguna, el estudio más completo sobre el papel de la «corregencia» como solución legal para la asimilación del concepto de transmisión del poder es el de Hurlet. El autor, partiendo del análisis de las carreras de los «corregentes» bajo los principados de Augusto y Tiberio —Agrippa, Tiberio y Druso, Gayo y Lucio César, Germánico y Druso Minor— llega a evaluar la importancia que esta nueva realidad jurídica tiene para el nuevo régimen desde el punto de vista dinástico. Los fundamentos sobre los cuales reposan las prerrogativas del asociado al príncipe son en todo momento poderes de esencia republicana, por lo que la
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«corregencia» aparece como un elemento que contribuye a reforzar la fachada republicana del principado. Un régimen que disimula su verdadera identidad detrás de una terminología republicana para no desvelar públicamente los fundamentos dinásticos del principado30. Para Hurlet, la insistencia con la cual el nuevo régimen presenta al «corregente» como un collega no deja duda sobre el valor ideológico de la asociación al poder imperial en la elaboración del mito de la res publica restituía. Pero existe un lazo directo entre «corregencia» y sucesión siempre que entendamos el principado de Augusto como una monarquía. El problema parte de la definición que demos al nuevo régimen, porque si se interpreta desde una perspectiva estrictamente republicana, la «corregencia» no es más que la aplicación del viejo principio republicano de la colegialidad en el ejercicio de los poderes. Pero la restauración de la colegialidad es más una ficción que una realidad, un subterfugio político para no mostrar la verdadera naturaleza del régimen. El análisis de la «corregencia» debe tener en cuenta no sólo el aspecto jurídico, es decir, que Augusto haya creado una nueva forma de colegialidad, sino también de manera fundamental las relaciones entre la «corregencia» y la sucesión, así como la aparición de esta nueva forma de poder y su exclusividad en el seno de la dinastía Julia, lo que convierte el régimen en una monarquía dinástica. La consecuencia práctica de la instauración de una «corregencia» era la designación informal del «corregente» como sucesor. Este lazo entre la asociación al poder imperial y la necesidad de asegurar la continuidad del régimen lo vemos en las figuras de Agrippa en el 23 a.C, o Tiberio a partir del 4 d.C. El caso del acceso al poder de Tiberio demuestra que el ejercicio de la «corregencia» podía preparar a la sucesión dando al «corregente» todas las facilidades institucionales para recibir la herencia política de su predecesor31. Las dos síntesis más completas que responden afirmativamente sobre la cuestión de si Augusto crea la «corregencia» como mecanismo legal para asegurar la sucesión hereditaria son los trabajos de T. Mommsen y E. Kornemann32. 30
Hurlet (op. cu. n. 28), p. 365. Ibíd., p. 372. 32 Cf. las tesis de Mommsen, en Hurlet (op. cit. n. 28), desarrolladas en su obra: Le droit public romain (trad. por P. F. Girard, 7 vol., París, 1892-1896 [1984]), 3 vol., Leipzig, 1887-1888; E. Kornemann, Doppelpñnzipat und Reichsteüung im Imperium Romanum. Leipzig-Berlín, 1930. 31
El talón de Aquiles del principado lo constituye el problema sucesorio. Para Mommsen, quien daba un enfoque jurídico del problema, la sucesión hereditaria y la designación anticipada son incompatibles con la naturaleza jurídica del Principado, una magistratura extraordinaria y vitalicia que en teoría respeta la voluntad del Pueblo y del Senado. Al princeps, que no puede designar formalmente un sucesor, le queda la posibilidad de proponer un sucesor. Para Mommsen la falta de una designación formal del sucesor da a la figura del «corregente» una importancia mayor, puesto que es la persona que salva la continuidad del régimen, llenando el vacío que queda entre dos principes, siendo además de hecho el presunto sucesor, poseedor de un poder extraordinario. Mommsen creía que, jurídicamente, el Principado muere con el princeps, puesto que no se ha efectuado una regulación formal de la sucesión que elimine esos períodos de vacancia entre dos principados, por lo que la solución está en convertir el Principado en una magistratura ordinaria. El autor cree que la causa de que no se designe formalmente un sucesor estaba en que existía una fuerte desconfianza del princeps hacia el sucesor, y el modo de protegerse fue eliminar el ordenamiento sucesorio, o más bien, no introducirlo. Pero reconoce la eficacia de la propuesta de un sucesor por el princeps, a pesar de no ser jurídicamente vinculante. Para Mommsen la restauración por Augusto de la colegialidad a la cabeza del estado habría tenido por objeto garantizar automáticamente la continuidad del poder imperial a la muerte del princeps. Mommsen da un juicio totalmente negativo de la ordenación sucesoria, fruto de ser el Principado una forma híbrida entre monarquía y república33. Van Sickle34 ya había realizado un análisis de la «corregencia» y la sucesión durante los tres primeros siglos del Imperio en 1928. La tesis de Van Sickle también recoge la idea de 33
Cf. Miquel (op. cit. n. 26), pp. 62, 68-69, sobre la tesis de Mommsen. Miquel también trata la idea de la «corregencia», la cual tuvo un significado vital en los últimos años de Augusto. La muerte del princeps transforma automáticamente al «corregente» en regente, destacando, a juicio de Miquel, por tanto, su carácter interino. Para este autor la nueva toma del poder se produce con un acto de fidelidad por parte del ejército, tras lo cual viene por parte del Senado, la investidura del poder, jugando el pueblo un papel de comparsa. El autor insiste en la falta de arraigo de la monarquía como obstáculo más fuerte para que el principio dinástico se impusiera definitivamente. 34 C. E. Van Sickle, The Coregency and the Succession in tbe Early Román Empire. Chicago, 1928.
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Mommsen, como el título de su trabajo revela, al relacionar «corregencia» con sucesión, pero el autor considera al «corregente» sobre todo como un adiutor imperii, dando importancia sobre todo a su papel como colega en las responsabilidades del gobierno del Imperio. Tras reconocer la importancia del problema sucesorio en época imperial, pasa a analizar la «corregencia» como el sistema de gobierno desarrollado a partir de Augusto, y definida como la asociación al poder imperial de un colega que adquiere los dos poderes esenciales de gobierno, potestad tribunicia e imperium proconsular. Según Van Sickle, la causa que posibilitó la aparición de la «corregencia» fue el deseo del príncipe reinante de asegurar un sucesor aceptable en ausencia de una sucesión hereditaria legalizada, ya que ésta era inconcebible debido a los prejuicios contra la monarquía. Pero, además, añadía otras causas como la posibilidad de descargar sobre el colega las tareas de gobierno, o incluso el deseo de la aristocracia senatorial de retornar a las formas de la República, volviendo a la colegialidad, lo cual es discutible. Augusto tenía intención de transmitir sus poderes a sus descendientes, pero ante la ausencia de hijos propios, debía esperar a que crecieran sus nietos Gayo y Lucio, y mientras esto sucedía, la figura del «corregente» debía estar presente en caso de muerte prematura del Princeps. Junto a la de Van Sickle, la otra monografía consagrada específicamente a esta cuestión, la que desarrolla la teoría del «Doppelprinzipat» y el «Doppelnachfolge», es la del autor alemán Kornemann35. Éste liga la historia de la «corregencia» al carácter dinástico del régimen y analiza esta nueva forma de colegialidad como un instrumento constitucional destinado a asegurar en toda legalidad la continuidad de la dinastía Julia36. Pero su definición del principado como diarquía o doble principado convierte al «corregente» en un diarca o príncipe gobernante, de manera que dos príncipes compartirían la soberanía, puesto que el «corregente» también ejerce la potestad tribunicia, elemento característico del poder imperial, adelantándose a la opinión general que acepta este sistema de gobierno por primera vez con Marco Aurelio y Lucio Vero, en el s. II d.C. En cuanto al problema de la sucesión, atribuye a Augusto la creación de un sistema complejo de promoción de varios miembros de su domus para asegurar la 3S 36
Kornemann (op. cit. n. 32). Hurlet (op. cit. n. 28), p. 375.
sucesión: consiste en colocar a la cabeza del estado dos pares bien distintos, el primero compuesto del príncipe y su «corregente» («Doppelprinzipat»), el segundo formado por dos jóvenes príncipes de la familia imperial que estarían destinados a ocupar luego la sucesión («Doppelnachfolge»). El sistema se regeneraría automáticamente en caso de que algunos de sus miembros desapareciera. Para el autor alemán, bajo el principado de Augusto, una primera etapa, del 27 a.C. al 4 d.C. solo estaría definida por la existencia de dos pares distintos de herederos, primero Marcello y Tiberio del 25-23 a.C. y luego Gayo y Lucio del 17 a.C. al 2 d.C.; una segunda etapa del 4-14 d.C. según la cual el «corregente» es al mismo tiempo el sucesor designado, Tiberio. Bajo el principado de Tiberio, habría varias parejas de herederos: Germánico y Druso Minor del 14 al 19 d.C. y Nerón y Druso, los hijos de Germánico hasta el 29. Así el «corregente» habría evolucionado de colaborador del princeps y tutor de los príncipes herederos con Agrippa y Tiberio del 6 al 1 a.C., collega y sucesor designado con Tiberio a partir del 4 d.C37. Las teorías de Kornemann sobre parejas de príncipes herederos han sido seguidas por Sutherland, Levick, aunque la califica de rígida y esquemática, y Sidari, entre otros. Para Sutherland38, es posible creer que Augusto planificara una sucesión dual basándose en la posición paralela que Gayo y Lucio mantienen a partir del año 2 a.C. El sistema dual de gobierno, que sería aplicado en los casos de Marco Aurelio y Lucio Vero, los Gordianos, Balbino y Pupieno, etc., habría sido planteado ya durante el principado augústeo, donde la presencia de un poder paralelo pero subordinado al Princeps, a través de figuras como Agrippa o Tiberio, había mostrado los verdaderos comienzos de un sistema de «corregencia». Un sistema que fue enfatizado por Augusto a través de un desarrollo paralelo de parejas sucesorias: Marcello y Tiberio, Gayo y Lucio, Tiberio y Agrippa Postumo, y Tiberio y Germánico. Ésta habría sido la solución política adoptada por Augusto para hacer frente a una extensa administración y a una cada vez más centralización política y administrativa. En todo caso Sutherland huiría del esquema rígido y permanente de Kornemann.
37 3«
Ibíd., pp. 377-378. Sutherland (op. cit. n. 10), p. 74.
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Levick39, que destacaba la importancia de la adopción en Roma como un medio de indicar y asegurar un sucesor en el poder político en general y en el Principado en particular, defiende una versión de la visión desarrollada por Kornemann, en la cual Augusto solventaría el problema de la sucesión creando un doble principado que haría la sucesión innecesaria. Se trata de que se solaparían principes, par sobre par. Si uno de la pareja gobernante moría, no había problema: el segundo par podía ser elevado a una posición más cercana al superviviente. Si uno del segundo par moría, el superviviente sería emparejado con el miembro permanente de la pareja gobernante, asegurando que el problema de encontrar un inmediato sucesor no sería difícil. Antes de la muerte de Agrippa en el año 12 a.C., había dos, quizás tres parejas a tener en cuenta: Augusto y Agrippa; potencialmente, Tiberio y Druso; y Gayo y Lucio César. Al morir Agrippa, los dos Claudios ocuparon un primer lugar, de manera que sus carreras continuaron como uiri militares, desarrollando paralelamente también su cursus honorum político. Finalmente la muerte de Druso provocó que Tiberio se convirtiera en el colega de Augusto en el poder, recibiendo el poder tribunicio y el imperium proconsular. Sidari40 habla del esquema de la pareja en el principado augústeo estudiando concretamente el caso de Gayo y Lucio César. Para el autor, una característica que se repite durante el principado de Augusto es la formación de parejas que apoyan a Augusto en los varios campos de su actividad. La pareja es aparentemente formada por el princeps y por una segunda persona, que recibe una serie de poderes. Pero no se puede hablar de pareja a un mismo nivel; conviene hacer una distinción entre la «pareja» gobernante, donde el segundo miembro es elevado casi al mismo nivel que Augusto a través de la concesión de la tribunicia potestas, y la pareja fijada por la adopción, con el único valor de designación privada y no política. Elevar a una persona casi al mismo nivel del Príncipe era un modo de evitar que en caso de muerte de éste se crease una ausencia de poder, y de este modo la continuidad institucional estaba garantizada. La pareja más típica es la de Gayo y Lucio César y supone un ejemplo útil para esclarecer la política dinástica augústea. 39
B. Levick, Drusus Caesar and the adoptions of A.D. 4, Latomus 25 (1966), p. 228; B. Levick, Tiberius' retirement to Rhodes in 6 B.C., Latomus 31 (1972), p. 783. 40 D. Sidari, Studi su Gaio e Lucio Cesare, A/V138 (1979-1980), pp. 275-302.
Según este autor, Augusto no encontró nunca una solución jurídicamente válida para el problema de la sucesión; se limitó a servirse de los únicos instrumentos disponibles (adopción y asociación al poder) para conseguir los resultados deseados sin que oficialmente se instituyera una monarquía hereditaria. El recurso al sistema del reparto del poder se debía a la exigencia de la situación política: dos personas eran absolutamente indispensables para el gobierno de un imperio tan extenso. La idea de la pareja no era una invención de Augusto, sino que encontraba su origen en la tradición republicana de la pareja consular. Augusto estableció un sistema de gobierno «corregencial» asociando a personas de confianza. Para Hurlet el estudio de Kornemann se revela muy frágil y reposa sobre numerosas hipótesis fantasiosas. Dejando de lado la teoría del régimen imperial concebido desde su creación como un doble principado, que ya ha sido suficientemente cuestionada por numerosos investigadores41, como una reconstrucción jurídica moderna que no reposa sobre ningún fundamento, y que no tiene ningún equivalente en el pensamiento y la ideología de la época, la teoría de la doble sucesión es para Hurlet debido a su carácter esquemático incompatible con la tendencia experimentada en el principado de Augusto. Los avatares de la dinastía Julia precisamente demuestran que no existe una forma estereotipada que regle el problema de la sucesión, puesto que no hay ensayos metódicos del príncipe para garantizar al nuevo régimen una continuidad. La creación de la «corregencia» ligada a la resolución del problema sucesorio, planteada por Mommsen o Kornemann entre otros, también es una idea seguida por Parsi. El autor francés comienza su estudio sobre la designa41
Hurlet (op. cit. n. 28), p. 379, n. 56. Entre las opiniones contrarias, cf. Syme (op. cit. n. 1), p. 436, Para Syme, Agrippa no podía ser considerado nunca igual a Augusto, carecía de la auctoritas única «del líder predestinado». Por tanto, aun cuando Agrippa recibiese posteriormente un poder proconsular, y más que eso, la potestad tribunicia, no era en todas las cosas el igual y colega de Augusto. Califica la teoría de Kornemann sobre la formación de un sistema de dos socios en la cúpula del poder, dos jefes supremos del mundo entero, como una teoría esquemática y conveniente. Agrippa ha de ser considerado, según Syme, como el subjefe del partido cesariano; R. Villers, La dévolution du Principat dans la famille dAuguste, REL 28 (1950), p. 243, n. 4, para quien la tesis de Kornemann sobre el «doble principado» no es aceptable puesto que el autor francés considera a Gayo como futuro princeps único, mientras que Lucio sería sólo su lugarteniente. Las funciones secundarias atribuidas a Lucio en los últimos años de su vida lo probarían.
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ción e investidura del emperador romano con una idea reveladora: el punto clave del principado es el problema sucesorio. La idea dinástica está lejos de convertirse en un principio jurídico a lo largo del principado. El nuevo emperador recibe la investidura constitucional del Senado y del Pueblo, no recibe sus poderes de su predecesor42. Si la adopción no crea más que una asociación espiritual entre el princeps y el adoptado, recibiendo éste su carácter carismático, que lo convierte en sucesor potencial, la «corregencia» representa al contrario una asociación con carácter jurídico. Durante la época Julio-Claudia la designación de un sucesor por el princeps reinante no tiene más que un valor moral. A partir de Vespasiano, gracias a la extensión del praenomen impemtor(y más tarde del nomen Caesar) por el príncipe al «corregente», la designación del emperador adquiere un valor constitucional. La «corregencia» nace al mismo tiempo que el principado mismo, la génesis de las dos instituciones fue paralela, comenzando con la asociación de Agrippa, y más tarde con la de Tiberio. Para Parsi43, esta colaboración entre el princeps y su adjunto debía facilitar la solución del problema sucesorio puesto que el heredero designado a título moral por la adopción ve sus posibilidades de acceso al poder consolidadas por la «corregencia». El «corregente» es el adjunto del príncipe, y posee, como él, el imperium proconsulare y la potestas tribunicia. El «corregente» no dispone de la soberanía moral, de la auctoritas, que es patrimonio exclusivo del princeps. Moral o constitucionalmente, la soberanía imperial no entra en el conjunto de los poderes «corregenciales», pero los poderes que ostenta el «corregente» son iguales a los del príncipe. Tal igualdad se remonta a la época augústea, mientras que la novedad en época flavia y sobre todo en época antonina es la extensión al «corregente» del praenomen imperator^4. Bajo los Julio-Claudios, la sucesión es establecida por el juego combinado de la adopción y de la «corregencia». Según Parsi, los dos mecanismos dejan libertad al Senado para confirmar, a la muerte del príncipe, esta elección con una investidura oficial. A esta sucesión moral no le corresponde ningún tipo de título concreto que la designe. El nomen Caesar SQ trans42 43
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Parsi (op. cit. n. 22), p. 2. Ibíd., p. 31. Ibíd., p. 46.
mite indistintamente a todos los descendientes agnaticios del dictador. Pero la adopción bajo los Julio-Claudios, por ser realizada siempre teniendo en cuenta sólo a los miembros de la gens, se opone a la ideología del Optimus, de manera que la adopción conserva un carácter familiar, destinada a asegurar el mantenimiento del poder dentro de un mismo grupo o clan. Según Parsi, la institución de la «corregencia» permite verificar la división del principado en dos partes, una republicana, la otra monárquica. Y gracias a la prudencia de Augusto, el principado no recibió ninguna calificación abiertamente monárquica. Pero el fin de las dinastías imperiales es establecer una continuidad que no está inscrita en ninguna ley, una forma de legitimidad extra-legal. La transmisión por adopción o lazos de sangre de un carisma familiar que predestina al poder debe ser acompañada de la asociación al poder de manera constitucional («corregencia»). Así, durante la época Julio-Claudia, y más concretamente para el caso de Tiberio, se unen carisma hereditario, «corregencia», e investidura senatorial, los tres elementos indispensables que caracterizaron la sucesión4''. La función de la «corregencia» como el mejor medio de asegurar la administración de un vasto imperio deja en segundo plano la primacía del factor sucesorio en toda interpretación de la «corregencia». Que los «corregentes» hayan sido auxiliares del príncipe en el ejercicio del poder, tanto civil como militar y en la administración del Imperio está fuera de toda duda. La definición de la «corregencia» como una colaboración con el príncipe y la división de las tareas de gobierno del Imperio está desarrollada en el estudio de P. Grenade dedicado a los orígenes del Principado46. Su contribución más novedosa se encuentra en el último capítulo, consagrado a la teoría de los adiutores impertí, no sólo desde el punto de vista jurídico sino también ideológico. Para este autor la creación de la «corregencia» no estaría ligada directamente al problema de la continuidad dinástica, y la dimensión profunda de la asociación al poder imperial sólo sería dinástica de forma secundaria. El «corregente» sería un fiel colaborador que el príncipe asocia a los poderes imperiales con el propósito de descargarse de una parte de sus deberes como gobernante. Por otro lado su otra misión sería la de
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Parsi (op. cit. n. 22), p. 210. Grenade (op. cit. n. 1).
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educar y preparar a los príncipes herederos a la sucesión47. La asociación efectiva al poder, base esencial del sistema de la «corregencia», es el mecanismo que permite la concesión al heredero designado de prerrogativas reales, puesto que la designación es moral, a través de una herencia natural o por adopción; prerrogativas que convertían al «corregente» en el segundo personaje del Imperio. Se conjugan así dos procedimientos: una designación moral y una asociación anticipada al poder imperial bajo la forma de la «corregencia»48. Dupraz especifica que el poder imperial del principado estaba compuesto de tres elementos fundamentales: el imperium proconsular, la potestad tribunicia y el pontificado supremo. Su reunión en las manos de un solo hombre crea la magistratura extraordinaria del principado. En conclusión, para Hurlet el régimen fundado por Augusto estaba ligado por el carisma personal del príncipe, pero su futuro también dependía de que se asimilara la transmisión hereditaria del poder para que la continuidad dinástica asegurase la permanencia del Principado. Augusto encontró en el sistema de la «corregencia» el medio más adecuado para asociar de forma constitucional a un miembro de la familia imperial al poder, de manera que a la muerte de Augusto, la sucesión fuera ratificada. El lugar del «corregente» se inscribe perfectamente en el cuadro de esta continuidad dinástica: el collega era un miembro eminente de la domus Augusta, y por su posición institucional era la figura a quien debía automáticamente pasar la totalidad del poder imperial en caso de muerte del Princeps. No sólo se trata del sucesor designado, calificativo que cumplen Gayo César, Tiberio del 4 al 14 d.C, Germánico a partir del 14 y Druso en el 22-23 d.C., sino también de Agrippa y Tiberio antes de su adopción, quienes se muestran como «corregentes» pero también como tutores de los hijos adoptivos de Augusto, Gayo y Lucio. Pero el garante de la continuidad del poder imperial se confunde sistemáticamente con el sucesor designado. La «corregencia» aparece como un instrumento institucional al servicio de la política dinástica del nuevo régimen49.
— La base ideológica: la teología del poder dinástico Hurlet ha planteado que, además del análisis de los aspectos jurídicos de la «corregencia», también deben analizarse los aspectos extraconstitucionales tales como el desarrollo progresivo de una ideología dinástica. Para Miquel, el problema de la sucesión de Augusto no es más que un mero corolario de la propia naturaleza del régimen, cuya propaganda oficial trata de resolver el problema de la legitimidad del nuevo orden50. El principio dinástico, sobre el cual al comienzo del Imperio los Julio-Claudios habrán fundamentado su autoridad, se convirtió en la ley fundamental del Principado y en condición del poder sobrenatural del príncipe: este último, en tanto engendrado por el emperador precedente, que es consagrado dios a su muerte, procede de su naturaleza divina y la transmite a sus descendientes51. Fears52 ha desarrollado el concepto de la teología del poder imperial basada en la figura de Júpiter, y la elección divina del emperador como una idea asimilada desde comienzos del Principado. El poder y la continuidad del gobierno se basan en un mito de carácter sobrenatural. Para el autor el único conocimiento seguro de la teoría oficial del principado emana de los documentos oficiales del estado, de las monedas acuñadas por la ceca imperial y las obras de arte emprendidas por el emperador o el Senado. La idea básica de la teología del poder imperial se basa en la consideración de Júpiter en su papel de protector del emperador legítimo de Roma, elegido por los hombres y protegido por los dioses. El concepto de la elección del emperador en última instancia por los dioses, en concreto por Júpiter, ya se encuentra al comienzo del Principado de Augusto. El emperador, convertido en «corregente» en la tierra de Júpiter, ve así legitimada su posición gracias a la sanción divina. De todas formas la idea de la elección divina del emperador es implícita más que explícita. Según Fears, los emperadores Julio-Clau50
Miquel (op. cit. n. 26), p. 16. J. Beaujeu, La religión romaine á l'apogée de l'empire. París, 1953, pp. 382-383. 52 J. R. Fears, Princeps a Diis Electus: The divine election of the Emperor as a political concept at Rome, Papers and Monographs of the American Academy in Rome 26 (1977), pp. 189-252; y del mismo autor: The Cult of Júpiter and Román Imperial Ideology, ANRW II, 17.1 (1981), Berlín-Nueva York, pp. 3-141. 51
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Grenade (op. cu. n. 1), p. 446; Hurlet (op. cu. n. 28), p. 384. 48 L. Dupraz, Autour de l'association de Tibére au principar, MH 20 (1963), p. 172. 49 Hurlet (op. cit. n. 28), p. 538.
INTRODUCCIÓN
dios no usaron uno de los vehículos de la propaganda oficial, como son las monedas, para proclamar su legitimación divina. Los sucesores del fundador de la dinastía, herederos de los deificados Julio César y Augusto, podían centrarse en proclamar las fuentes humanas y dinásticas de su poder. Para Gagé la idea dinástica va fortaleciéndose gracias a dos clases de privilegios: los privilegios temporales que le aseguran los méritos del fundador, y los privilegios espirituales que le aportan un «derecho divino». El dios que funda los derechos sobrenaturales de los emperadores Julio-Claudios no es para Gagé Júpiter, sino el mismo Diuus Augustus^. Puesto que el principio de la monarquía era difícil de explicar y exigía prudencia, ciertamente el establecimiento de una dinastía podía ser realizado paulatinamente por Augusto a través cíe la propaganda del pasado de la dinastía en la primera parte de su reinado, al igual que la propaganda dinástica del futuro de la dinastía centra la segunda parte de su reinado y es objeto de análisis en este estudio a través de las monedas. La propaganda sobre el pasado de la dinastía debía centrarse necesariamente sobre la figura de César, que como fundador de la dinastía, su divinización, y la insistencia a través de la numismática en el parentesco entre el hijo y el padre divino podía aportar a Augusto numerosos beneficios en su política dinástica. La idea dinástica exigía un comienzo sancionado por los dioses. El divino César podía ser el fundador directo de la dinastía pero debía desarrollarse el origen mitológico de la gens lulia, en torno a Eneas y Venus. Así nace la propaganda de una monarquía dinástica, que pronto podrá centrarse en el futuro de la dinastía54. Para la asimilación de la ideología de la monarquía y, por tanto, de la idea dinástica del poder, Fears encuentra fundamental la exaltación de la figura de Júpiter, asociado directamente con la victoria de Augusto en Actium. A pesar de que la relación entre Júpiter y Augusto no tuvo especial eco en la acuñación imperial, la idea de la predestinación de Augusto como señor del mundo fue explícitamente ligada a la sanción divina de Júpiter. Augusto fomentó desde todos los ámbitos propagandísticos tres aspectos fundamentales de su principado: el origen divino de la dinastía, la teolo-
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gía de la victoria y la asimilación de Augusto a Rómulo, elegido de los dioses (Júpiter) e inaugurador de una edad dorada. El dios supremo tenía su lugar en la política oficial de Augusto: preservar y proteger al Princeps. A pesar de que el concepto del emperador divinamente elegido como «corregente» de Júpiter llega a ser un elemento predominante en la ideología imperial a partir sobre todo de Trajano, esta participación divina en la elección del emperador, que se ha dado en llamar Prouidentia, también se aplica en la elección del sucesor, y la apelación a la providencia de los dioses justifica la proclamación del principio dinástico en la transmisión del poder. Gracias a la Prouidentia, con su patronazgo, se consigue reglar la sucesión55. El concepto de la Providencia es muy importante no sólo para el desarrollo de la teología del poder imperial, sino también para la idea de la transmisión hereditaria del poder56. La continua y pacífica existencia del estado era asegurada por la previsión de los emperadores, que como intermediarios de los dioses, elegían un sucesor que asegurase la continuidad del régimen. De ahí se infería que sólo la elección de un sucesor en vida del emperador podía asegurar una pacífica transmisión del poder imperial; con esto se estaba proclamando la idea del principio dinástico en el contexto de una monarquía sancionada por la propia intervención de los dioses. La prouidentia del emperador en la consecución de una sucesión estable asegura la aeternitas de Roma, puesto que el emperador prevé por el bien de sus conciudadanos. La dinastía Flavia, siguiendo el comportamiento de Augusto en materia de sucesión, había justificado su instalación en el poder y la transmisión hereditaria a través del uso de la Prouidentia. El padre había elegido a sus hijos para sustituirle a la cabeza del estado, así como Augusto había previsto la formación de herederos para el mismo fin. Como cualidad de Augusto, bajo el efecto del cual la sucesión imperial es operada, la Prouidentia se convierte en la cualidad del sucesor, que, a su vez, pasa el poder al siguiente emperador. Es la exaltación de una virtud humana, la virtud de
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Cf. J. Gagé, Divus Augustus. L'idée clynastique chez les empereurs Julio-Claudiens, RA 34 (1931), p. 13. ^ A. Sadurska, La politique dynastique d'Auguste et l'art de son temps, EtTrav III (1969), pp. 99-100.
Fears (op. cit. n. 52), p. 245. Sobre el concepto de Prouidentia y su conexión con la sucesión, cf. M. P. Charlesworth, Providentia and Aeternitas, HThR 29 (1936), pp. 107-132; Beranger (op. cit. n. 7); R. T. Scott, Providentia Aug., Historia 31 (1982), pp. 436-459. 56
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Augusto, que es elevada al rango de divina, como virtud de todo emperador57. Como bien ha afirmado Parsi, el adoptado no es más que un heredero de un prestigio. Él recibe del emperador una investidura moral que garantiza su valor providencial. A una providencia debe suceder otra. El hombre providencial antes de morir designa al nuevo hombre providencial que será el más apto para sucederle. La transmisión por la adopción o por los lazos de sangre de un carisma familiar conlleva también la idea de la predestinación al poder, con lo que se produce la justificación de la elección de un sucesor78. La presencia de herederos y su preparación garantiza la paz interior y refuerza la autoridad imperial. Si la cualidad humana de la previsión en la reglamentación de la sucesión imperial, que en principio se opone a la fachada republicana del estado diseñado por Augusto, se convierte en cualidad divina, puesto que la decisión es inspirada por los dioses, oponerse a la transmisión hereditaria del poder se convierte en una oposición a la sanción divina, y en particular a Júpiter, sobre la continuidad del estado y de Roma. El estudio más completo sobre la Prouidentia como pilar básico de la teología del poder imperial en general, y del poder dinástico en particular, es el de Martin59, que establece también la conexión entre la cualidad humana, transformada en una cualidad de origen y carácter divino, y posteriormente en una virtud imperial, y la reglamentación de la sucesión. Tras afirmar que la noción de providencia adquiere durante el Principado de Augusto un desarrollo discreto, Martin cree que se trata en realidad de una noción tiberiana, puesto que no era una cualidad de Augusto sino de Tiberio, con quien es utilizada oficialmente60. Prouidentia se convierte en la expresión más profunda de la fuerza del poder imperial protegido por los dioses. La Providencia es la única que permite asegurar de forma definitiva la sucesión. La protección de los dioses no sólo se manifiesta en la persona del emperador sino también en la persona del heredero. Ésta es en esencia la teología del poder dinástico, la existencia de una cualidad humana en el em57
Beranger (op. cit. n. 7), pp. 484-485. Parsi (op. cit. n. 22), p. 3, 209. 59 J. P. Martin, Providentia Deorum. Recherches sur certains aspects religieux du pouvoir imperial romain. Collection de l'École Francaise de Rome, n.Q 61, ParísRoma, 1982. 60 Martin (op. cit. n. 59), pp. 120-121. 58
perador, inspirado por los dioses, o si se quiere, la intervención divina, que, a través del emperador, garantiza la sucesión, de manera que así como la posición del emperador está sancionada por los dioses, también la posición del heredero recibe la protección divina. La sanción divina de la elección de un heredero convierte el Principado en una monarquía hereditaria, y reviste ideológicamente los mecanismos legales disponibles para reglar la sucesión de manera automática, la adopción y el sistema de la «corregencia». La Providencia, como afirma Martin, no sólo sirve al emperador para proclamar su propia legitimidad al poder, sino que también justifica la continuidad del poder imperial, puesto que la providencia se convierte en un excelente medio utilizado por los emperadores para afirmar y hacer más sólido y menos discutible la elección de su sucesor61. En época Julio-Claudia, la apelación a la Providencia o intervención divina a través de la figura del emperador era necesaria para el mantenimiento del poder en el seno de una familia protegida por los dioses, como la domus Augusta. Al proclamar su providencia, que no era más que la propia expresión de los dioses, el emperador muestra que él es el único lazo entre el pasado y el futuro, y que la sucesión sólo puede realizarse con miembros de la familia imperial. La existencia de la Providencia en definitiva sirve al fortalecimiento de la idea de la continuidad del poder imperial. 1.2. NUMISMÁTICA Y PROPAGANDA POLÍTICA Pero, ¿podemos hablar de propaganda política eficaz para la aceptación de la posición privilegiada de los herederos, y en definitiva de la sucesión dinástica, al servicio del estado a través de las monedas? Algunos investigadores especializados en la numismática antigua han puesto en duda en los últimos años el valor propagandístico que tradicionalmente se le ha concedido a la iconografía y leyenda monetarias, o al menos cuestionan que uno de los objetivos de las emisiones monetarias sea el de la propaganda política. Levick62 analizaba el concepto de propaganda en la acuñación imperial. Durante la primera mitad de siglo los investigadores admitían sin ningún género de duda el valor propagan61
Ibíd., p. 423. B. Levick, Propaganda and Imperial Coinage, Antichton 16 (1982), pp. 104-116. 62
INTRODUCCIÓN
dístico de la numismática63, influidos por el espectacular desarrollo de los medios propagandísticos utilizados por los gobiernos de la época, sobre todo los totalitarios, y las monedas, entendidas como órganos de información y como una forma de propaganda imperial, arrojarían alguna luz sobre la política romana desde el punto de vista del Princeps. Charlesworth habla de las monedas como uno de los vehículos de propaganda que los romanos usaron con extraordinaria destreza. En las monedas se colocaron palabras y símbolos que podían ser comprendidos por todos; este uso de la numismática dio a los emperadores uno de los más potentes instrumentos en el mundo antiguo para influir en la opinión de los hombres, comparable con el uso de la imprenta en el s. XVI. Las describe como una clase de periódico o gaceta oficial de las provincias, y reitera que las leyendas podían ser comprendidas por todo el mundo64. Para Sutherland, una de las fuentes más ilustrativas de la política de sucesión es la numismática, un medio propagandístico controlado enteramente por el Princeps. Su trabajo sobre la acuñación en época Julio-Claudia tal vez sea uno de los más completos desde el punto de vista de la proyección de la política romana imperial en las emisiones monetarias. En las emisiones vemos la clara expresión de la actitud oficial hacia el problema de la sucesión: sus explícitas afirmaciones, sus omisiones, sus variaciones de énfasis, etc. Sutherland había afirmado que con la emergencia en época republicana de tipos con un bien elegido simbolismo pictórico que reducía la existencia de leyendas explicativas a la mínima expresión, se daba el primer paso importante hacia una genuina propaganda monetaria bajo el Principado65. El autor habla del importante papel jugado por la propaganda monetaria para fomentar la imagen de Augusto como princeps; la masa del Imperio había aceptado el Principado fácilmente 63
Cf. M. Charlesworth, The Virtues of a Román Emperor: Propaganda and the Creation of Belief, PBA 23 (1937), pp. 105-133, quien utiliza abiertamente la palabra «propaganda», y reconoce que lleva un sentido negativo debido al abuso de su tiempo; M. Grant, Román Anniversary Issues. An Exploratory Study of the Numismatic and Medattic Commemoration of Anniversary Years 49 B.C.A.D. 475. Nueva York, 1977 (Cambridge 1950); Sutherland (op. cu. n. 10); J. M. C. Toynbee, Picture-language in Román Art and Coinage, Essays in Román Coinage presented to Harold Mattingly, Londres, 1956, p. 221. 64 Charlesworth (op. cit. n. 63), pp. 110, 114-115. 65 Sutherland (op. cit. n. 10), p. 6.
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y sin oposición, como un sistema político que prometía seguridad física y beneficios materiales, y la acuñación jugó un papel fundamental en esta aceptación. Augusto vio que la propaganda monetaria era capaz de moldear la opinión pública, enfatizando los rasgos constitucionales del Principado. El emperador consideró la elección de los tipos como un problema de genuina importancia en la conducta del imperio, y por ello Sutherland piensa que debería considerarse la acuñación imperial como un instrumento al servicio de la política imperial. La elección de los tipos para la acuñación imperial fue un reflejo deliberado de la política oficial, incluso en la acuñación provincial66. Aunque concluye que la información aportada por la numismática es selectiva, su lenguaje es alusivo más que específico, su simbolismo pictórico es diseñado para influir al menos sobre mentes educadas, y su campo prosopográfico es pequeño, la verdad es que la acuñación imperial es uno de los documentos oficiales más voluminosos y constantes de los que dispone el investigador para conocer la política romana imperial67. A mediados de siglo comenzaron a aparecer las visiones escépticas sobre el papel propagandístico de la moneda en la Antigüedad68. Algunos autores pusieron en duda que la numismática tuviera en la Antigüedad algún valor propagandístico, o al menos que fuera considerada como un medio de propaganda útil y rápido. Esta idea fue defendida por Jones69, quien se basaba en la nula notoriedad de los tipos monetarios en las obras literarias de los escritores antiguos; estos no realizan ningún comentario sobre la iconografía monetaria, y, por tanto, no provocó ningún interés o atención en la Antigüedad. Jones no dudaba de que algunas leyendas y tipos tuvieron un valor propagandístico, de que las monedas fueran consideradas vehículos de propaganda, pero su importancia ha sido exagerada. Afirmaba que había que poner en duda la total inteligibilidad de las leyendas latinas sobre las acuñaciones, por lo menos nula en 66
Sutherland (op. cit. n. 10), pp. 25, 28, 55. Ibíd., p. 184. 68 A. H. M. Jones, Numismatics and History, Essays in Román Coinage presented to Harold Mattingly, Londres, 1956, pp. 13-33; un escepticismo más reciente en T. V. Buttrey, Vespasian as Moneyer, NC 12 (1972), p. 89 s.; G. G. Belloni, Significati storico-politici delle figurazioni e delle scritte delle monete da Augusto a Traiano. (Zecche di Roma e «imperatorie»), ANRWll, 1 (1974), Berlín-Nueva York, pp. 997-1144. 69 Jones (op. cit. n. 68), p. 14. 67
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Oriente, y mínima en Occidente. Incluso en el ejército, a donde se dirigía buena parte de las monedas que eran producidas, se podría leer la leyenda latina pero seguramente no más allá de ésta. Jones concluía que los numismáticos deben dar menos importancia de la que se le da habitualmente a los tipos y leyendas monetarios, que a pesar de que pueden albergar información política, de manera tópica o conmemorativa, su propósito original fue ser un medio de cambio. Según este autor, la numismática debía encaminarse en esos momentos hacia la historia económica —estimaciones del volumen de emisiones, circulación monetaria, comercio, etc., y no tanto hacia la interpretación política de las monedas70. Respecto a las ideas de Jones, Sutherland71 puntualizaba que muchas instituciones romanas imperiales no son mencionadas en las fuentes literarias, y en cambio su importancia es evidenciada a través de otras fuentes. Sobre la ininteligibilidad de los tipos monetarios, Sutherland cree que el hecho de que exista una gran variedad de tipos monetarios que se emiten en época imperial demuestra que hay un alto grado de inteligibilidad. El carácter conmemorativo de muchas emisiones debe ser admitido, pero también la propia elección cíe unos tipos para ser conmemorados nos habla de un acto deliberado, y, por tanto, propagandístico. Un uso básico del latín junto con un conjunto de imágenes claras permitía interpretar el mensaje simbólico sin excesiva dificultad. La influencia del simbolismo de las imágenes no debe ser subestimada en los tipos monetarios, así como su amplia difusión geográfica. El autor define las monedas como órganos de información, y aunque su impacto varió de una parte del Imperio a otra y de una clase social a otra, los tipos monetarios representan sin ninguna duda la ideología del gobierno imperial72. El tema de la propaganda en la numismática no está exento de controversia. Que la moneda 70
Ibíd., pp. 32-33. C. H. V. Sutherland había replicado a la visión de Jones en: The Intelligibility of Román Imperial Coin Types, JRS 49 (1959), pp. 46-55, donde decía que los historiadores como Jones no han comprendido que los tipos imperiales fueron deliberadamente emitidos para dar un mensaje. No hay ninguna razón para dudar de que la elección de los tipos refleja la mentalidad oficial, la propaganda del sistema de gobierno imperial y del hombre que la encabeza; y posteriormente por el mismo autor en: The purpose of Román Imperial Coin Types, RNum 25 (1983), pp. 73. "2 Sutherland, 1959 (op. cit. n. 71), pp. 53-54. 71
imperial haya sido utilizada por el poder político no solamente como un medio de información, sino también para la difusión de ciertos temas conformes a sus intenciones es un hecho indiscutible. Las emisiones de las provincias del Imperio tienen también un carácter oficial como las emisiones de Roma y dependen también de la administración imperial. Sobre el responsable de la elección de los tipos monetarios, en particular de los tipos de reversos, los magistrados parecen jugar un papel administrativo y técnico; para Beaujeu parece poco verosímil que el príncipe intervenga él mismo en la elección de los tipos, aunque es cierto que los temas generales eran diseñados, si no por él en persona, al menos por miembros de su entorno inmediato, siguiendo la línea política definida desde el escalón más elevado. La elección de los tipos monetarios dependía indirectamente del emperador y podía responder a directrices precisas emanadas de él mismo. Debido al carácter definido del poder imperial, el simbolismo monetario tendía a concentrarse sobre la persona misma del emperador y de los miembros de la domus Augusta. Las modalidades de difusión de las piezas incitan al poder a utilizarlas para fines propagandísticos: los medallones propiamente dichos, acuñados en pequeño número, eran sobre todo destinados a ser distribuidos en las grandes ceremonias oficiales en Roma, pero la mayoría de las monedas imperiales fueron puestas en circulación para pagar a los funcionarios y sobre todo a los soldados; la propaganda apunta a un público que, en diferentes grados, era capaz de comprender las leyendas latinas, así como los símbolos empleados, interesado en conocer las informaciones oficiales y las directrices de la política llevada por el emperador reinante. Con el reinado de Augusto se crean las condiciones para la orientación de la opinión pública a través de las acuñaciones monetarias, gracias a la multiplicación de los tipos monetarios, su renovación constante, su utilización con mensajes de actualidad. Los reversos monetarios juegan más que nunca un papel persuasivo de la opinión pública en época imperial. El análisis de estos, comparado con los hechos políticos contemporáneos, ha conducido a los numismáticos a generalizar la aplicación de este método y a investigar en todos los casos la relación entre la emisión de un tipo concreto, considerado como instrumento de información o de propaganda, y el hecho conocido o supuesto que ha podido motivarlo:
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evento político, económico, militar, religioso, etc. De todas formas, para Beaujeu, la significación de un tipo monetario como reflejo de un hecho concreto es demasiado simple, puesto que su valor simbólico es mucho más grande, desbordando la incidencia del suceso en sí mismo. Se ha hecho hincapié, contra las interpretaciones de los numismáticos, en la ignorancia en la que se encuentran las masas en general, pero si bien sólo una parte de esas masas podía llegar a conocer plenamente la significación particular del símbolo, el resto de los receptores sería capaz de comprender al menos su sentido global73. Es probable que ciertas emisiones, en particular las que responden a exigencias financieras concretas, sean independientes del hecho que puede motivar un tipo de reverso; en ese caso, los símbolos podían ser elegidos con toda libertad. Pero en general la elección de un tipo es susceptible de tener un significado relacionado con la política del momento. Así como la moneda del Alto Imperio debe ser considerada como un instrumento de la política religiosa de los emperadores, en el sentido más amplio del término, también la política dinástica recurre de manera sistemática a la moneda como vehículo de propaganda a lo largo del Imperio. La réplica de Sutherland no impidió que el escepticismo de Jones fuera de nuevo planteado por Belloni en la década de los 7074. Para el autor italiano, la finalidad propagandística de la temática y leyenda monetarias no puede ser aceptada, o al menos le concede a esta interpretación una importancia mínima. Ésta es la conclusión a la que llegaba en su completo estudio sobre los tipos monetarios de época imperial. Hay casos donde la notoriedad del tema o la noticia precede a la divulgación sobre la moneda, tales como la profectio de Trajano o sus alimentationes. La noticia de hechos ocurridos en Roma, difundida oralmente, o con otros instrumentos mucho más rápidos de divulgación que la moneda, era seguramente mucho más eficaz para el conocimiento de la población. La moneda no puede ser considerada, según Belloni75, como un instrumento para una oportuna y vasta propaganda. La idea 73
J. Beaujeu, Politique religieuse et propagande numismatique sous le Haut-Empire, Melanges d'archeologie et d'histoire offerts á André Piganiol, III, París, 1966, pp. 1535-1538, quien sigue la teoría de Sutherland, 1959 (op. cu. 71). 74 Belloni (op. cu. n. 68). 75 Ibíd., p. 1008.
de la moneda como vehículo de propaganda, eficaz y rápido, no tiene suficiente base si tenemos en cuenta el carácter de la circulación monetaria en extensión y velocidad. Belloni pone ejemplos de leyendas y temas que sobre la moneda resultan objetivamente insuficientes para desarrollar una propaganda eficaz, y cómo la comprensión de un evento traducido a símbolo puede asumir la dimensión de complemento a una noticia que contemporáneamente se está difundiendo en términos más detallados a través de otros medios propagandísticos. La moneda es uno de los pocos documentos de carácter oficial que nos puede ayudar a comprender mejor la política romana imperial. Sin embargo, no siempre el interés del emperador por los temas y leyendas tiene continuidad. La moneda, valiéndose de la expresión figurativa, tiende al símbolo. Para Belloni, algunas veces los mensajes políticos no reflejan la verdadera realidad histórica, con lo cual la moneda resulta eficaz como fuente histórica sólo si se compara con otras fuentes. Habitualmente se llega a la conclusión de que la amplia variedad de temas representados en las monedas se debe a la existencia de exigencias programáticas y propagandísticas. Más bien, para Belloni, las monedas conservan un espíritu medallístico, vienen a celebrar algo, pero duda de su eficacia propagandística. La verdadera propaganda no podía ser desarrollada a través de la moneda, sino con la difusión oral. La moneda puede confirmar la propaganda, no hacerla76. La propaganda es una consecuencia en muchos casos, como cuando se reflejan las decisiones del princeps, no el fin de la temática de la moneda. El mensaje se convierte en propaganda por cuanto es elegido para un hecho específico que se quiere reafirmar de nuevo, pero ya conocido por otros medios. La moneda romana comunica e informa, pero la función de inducir al convencimiento no es predominante, la moneda puede, en algunos casos, contribuir a la propaganda, pero no ser parte fundamental de ésta. La moneda romana es para Belloni eminentemente conmemorativa y exaltadora, los temas monetarios confirman la propaganda en una forma incompleta y secundaria. Sin embargo, no se puede obviar la función de la moneda como vehículo de propagación de un hecho ya conocido y celebrado. 76
Belloni (op. cu. n. 68), p. 1020.
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La visión escéptica de la moneda como un instrumento con valor propagandístico eficaz fue de nuevo desarrollada por el mismo autor italiano dos años después77. La confirmación de sus ideas anteriormente desarrolladas le lleva a afirmar de nuevo que la propaganda monetaria, existente, no es más que un complemento a la propaganda realizada con otros medios, más eficaces y rápidos. La verdadera propaganda es aquella iniciativa que, valiéndose de varios instrumentos, se realiza para conseguir objetivos inmediatos, y, por tanto, debe llevar contenidos informativos que puedan convencer en breve tiempo, y esto la moneda no puede hacerlo. Sin duda alguna, para el autor, la moneda no es el principal instrumento de propaganda del estado romano en época imperial. Frente a la visión escéptica volvían a aparecer varias voces que defendían el valor propagandístico de la moneda. Entre ellos se encontraba Fears78, quien consideraba la acuñación imperial, por ser continua, voluminosa y datable, como la mejor fuente para la reconstrucción de la ideología imperial oficial. Para conciliar la opinión de Jones con la de los numismáticos en general, Fears defendía que los tipos y leyendas de la acuñación imperial debían ser evaluados dentro del contexto histórico de cada emisión, además, con otros medios propagandísticos como la literatura y el arte79. El autor defiende la idea de la existencia de un programa unificado de propaganda imperial, en el cual los tipos monetarios constituían un vehículo representativo. Estos tipos son una fuente legítima para el conocimiento de la propaganda imperial, tanto en las emisiones en valores preciosos como en bronce. Posteriormente volvía a reafirmarse en sus conclusiones en el análisis de las virtudes y la ideología imperial, donde concluía que la iconografía numismática debía ser vista tanto como un medio de propaganda de la ideología imperial en sí mismo, con sus propios límites, pero también con su propio ritmo y su propio lenguaje. Además, en contra de la afirmación categórica de Jones sobre la ausencia absoluta de evidencias literarias sobre leyendas y tipos en las monedas, encuentra varias referencias; in77
G. G. Belloni, Monete romane e propaganda. Impostazione di una problemática complessa, en M. Sordi (ed.), I canali della propaganda nel mondo antico. Contributi dell'Istituto di Storia Antica 4, Milán, 1976, pp. 131159. 78 Fears (op. cu. n. 52), pp. 199-205. 79 Tal como recalca en su artículo D. C. A. Shotter, Román Historians and the Román Coinage, G&R 5 (1978), pp. 156-168.
siste sobre la selección cíe los tipos, algunos de ellos elegidos desde las más altas instancias del poder, incluido el emperador, interesados en la propagación de un mensaje político específico. La iconografía monetaria es uno de los medios que más permanece en el tiempo, entre los medios perecederos que proyectan un programa propagandístico. La elección consciente de un tipo monetario portador de un mensaje de importante significado político-propagandístico por parte del princeps tiene su mejor ejemplo en Augusto. La acuñación fue un medio de propaganda, su propósito fue la creación y propagación de una idea, de una ideología, en este caso la ideología del sistema imperial. Por su propia naturaleza, la ideología y sus medios de propaganda seleccionan y distorsionan la realidad. Todo gobierno, para Fears, utiliza una ideología como la llave para legitimarse e institucionalizarse, y a través de la iconografía monetaria podemos conocer aspectos concretos de esa ideología oficial80. En la década de los 80 el debate se intensificó de manera evidente, y las opiniones a favor o en contra de la propaganda numismática siguieron apareciendo. Por ejemplo Wallace-Hadrill81 ahonda en el escepticismo sobre la existencia de una propaganda dirigida a las masas, donde las monedas deban en algún sentido reflejar la ideología oficial imperial. A una primera oleada de numismáticos que, influidos por el desarrollo de la propaganda en los años 30 de nuestro siglo, vieron en la numismática romana imperial el reflejo de una maquinaria propagandística al servicio del emperador, le siguieron los numismáticos escépticos que empezaron a dudar de la existencia de propaganda en la numismática, sobre todo en la década de los 70. El autor piensa que sabemos muy poco sobre los mecanismos de elección y diseño de los tipos, de las ocasiones para las cuales las monedas se acuñaron, y de la composición de la audiencia potencial del mensaje transmitido. La función primaria de la acuñación imperial era económica; el error, a su juicio, es considerar las monedas como una especie de periódico, de manera que a través de la acuñación de un reinado se puedan conocer todas las actividades y «virtudes» desarrolladas por el estado. 80
J. R. Fears, The Cult of Virtues and Román Imperial Ideology, ANRWE, 17.2 (1981), pp. 910-911, 945-946, n. 395. 81 A. Wallace-Hadrill, The Emperor and his Virtues, Historia 30 (1981), pp. 289-323; y del mismo autor, Galba's Aequitas, NC 141 (1981), pp. 20-39, donde desarrolla su escepticismo a través del análisis del tipo de Aequitas.
INTRODUCCIÓN
El escepticismo fue también recogido por Levick82, quien encuentra objeciones para considerar las monedas como vehículos de propaganda, puesto que el término en sí implica la existencia de un sistema bien estructurado que no puede ser imputado a la acuñación romana, ya que las emisiones fueron esporádicas. Otra razón para rechazar el término «propaganda» aplicado a las emisiones romanas es su connotación peyorativa debido a las implicaciones políticas que se le han asociado en este siglo. Por ello, Levick prefiere utilizar el término «publicidad», que define mejor el papel de las monedas como vehículos de temas ya conocidos por el público, principalmente los méritos del Princeps. Levick reconoce que algunas emisiones se resisten a ser interpretadas como simple publicidad. Es el caso de las series acuñadas en honor de Gayo y Lucio César desde el 2 a.C., las cuales anuncian el eminente ascenso político de los sucesores del trono ocupado por Augusto. Pero el hecho de que continuasen emitiéndose durante unos años tras la muerte de Gayo en el 4 d.C, ha llevado a pensar que este tipo fue ignorado como un vehículo de publicidad, o permitido para contradecir otros vehículos de expresión, tras la muerte del mayor de los príncipes. Los tipos monetarios actuarían no como publicidad para el gran público sino como tributo individual al gobernante que ocupase el anverso de las monedas. Levick piensa que es improbable que el Príncipe hiciera personalmente la selección de los tipos a emitir; según la autora, la acuñación de un reinado debe ser vista como el retrato doméstico de un gobernante, de manera que el Princeps no tendría como objetivo propagar o presentar una imagen favorable de sí mismo y su régimen al mundo. Más que una política propagandística, la hipótesis de Levick consiste en que los oficiales de la ceca propondrían tipos y leyendas que creían que gratificarían al Princeps, presentándole como él deseaba ser visto. Levick no cree en una política propagandística deliberada y planificada por el Princeps a través de las emisiones numismáticas. El ejemplo de la repetición de los tipos de Augusto por parte de Vespasiano para propósitos de propaganda política fue ya rechazado apelando a la falta de interés del estado en la publicidad de los tipos emitidos83, lo que no deja de ser una cuestión controvertida.
K2 «3
Levick (op. cu. n. 62), p. 106. Siguiendo a Buttrey (op. cu. n. 68).
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Las ideas de Sutherland, expuestas en 1959 replicando a Jones, fueron de nuevo planteadas en 198384. Sutherland analizaba la palabra «propaganda», la cual en los últimos años se ha rodeado de connotaciones negativas o peyorativas. Afirma, con razón, que el historiador, partiendo de un amplio conjunto de tipos monetarios, podría enfatizar sólo aquellos tipos y leyendas que selecciona porque le son especialmente relevantes para su estudio, rechazando el resto, y este método selectivo puede llevarle a pronunciar una conclusión general falsa. Para Sutherland deben quedar claras una serie de ideas: la numismática en época imperial tenía un fin inicialmente económico; la importancia de los tipos monetarios imperiales debe ser considerada en su conjunto, y no en relación con tipos analizados de forma aislada; los tipos de emisiones imperiales oficiales deberían proporcionarnos información sobre el estado; y por último la propaganda puede conllevar la extensión de ideas falsas. Sutherland se pregunta si estaba la ceca de Lugdunum de alguna manera desorientando cuando celebra las victorias de Augusto en Nauloco y Actium, o la campaña militar inicial de Gayo César en la Galia en el año 8 a.C., o la celebración de Gayo y Lucio César como Principes luuentutis en el 2 a.C., o el avance de Tiberio a finales del reinado de Augusto. La acuñación imperial, teniendo en cuenta sus propios límites, actuaría, además de jugar un papel económico como fin inicial, como un simple y continuo ejercicio de autojustificación, emitiendo una propaganda que no tiene por qué ser entendida como falsa. Sutherland afirmaba que pocos numismáticos actualmente —o incluso de algunas décadas pasadas— negarían que el propósito inicial de la acuñación imperial era económico. Si bien la visión económica ha constituido el punto de partida durante muchos años, analizando M
Sutherland, 1983 (op. cu. n. 71), pp. 73-82. Antes había incidido sobre el tema en: The Emperor and the Coinage. Londres, 1976, p. 105, donde se muestra más precavido. Para Sutherland, la incidencia sobre sucesos militares o sobre la figura del princeps no puede ser entendida como propaganda en sentido estricto; cuando esta información contenida en las monedas se hubiera extendido por todos los rincones del Imperio, los mensajes habrían adquirido un estricto sentido tópico. Pero lo tópico es en sí mismo un término relativo. Un nuevo acontecimiento difundido en un esquema simple de asociación de imágenes con palabras en una primera emisión de un tipo nuevo será muy tópico si, por ejemplo, la victoria diplomática del 20 a.C. sobre los partos es presentada en un envío de nuevas monedas a las legiones del Rin, o cuando la promoción final de Gayo y Lucio es anunciada por primera vez.
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los problemas cuantitativos de las emisiones monetarias, la distribución, la circulación y otros aspectos económicos importantes para el conocimiento de la vida económica y el funcionamiento del comercio en época romana, las monedas han de prestarse a un análisis exhaustivo que nos permita conocer cómo se presentan algunos aspectos concretos de la política imperial, como la política dinástica, y por tanto llegar a conocer con más profundidad la ideología oficial del estado romano. Crawford85 volvía a insistir sobre la cuestión del papel de la acuñación imperial y las diferentes visiones expresadas: en un extremo, la del emperador mismo demostrando una especial atención a la elección de los tipos que enaltecieran sus virtudes o tuvieran un gran impacto sobre el conjunto de la población del Imperio; en el otro, un grupo de oficiales eligiendo unos tipos que tenían poca incidencia y a menudo no eran comprendidos. El autor cree que lo único realmente valorado en las acuñaciones romanas imperiales era la identificación de la autoridad emisora, el emperador. El mensaje del reverso tendría un efecto bastante efímero y pronto quedaría olvidado, sobre todo teniendo en cuenta que cada nueva emisión no significaba más que una pequeña parte de todo el conjunto de moneda circulante. Crawford cree en una supervisión más o menos general del emperador sobre la política monetaria imperial, pero el papel principal lo juegan los oficiales de las cecas, quienes proponen los diseños y leyendas de los tipos. Wallace-Hadrill86 incide de nuevo en el tema, sobre todo en el aspecto ya apuntado por Crawford sobre la valoración de las monedas en virtud de la autoridad que las emite, pero apuntando que la función de la moneda, en general, es la persuasión, la propaganda política. Discrepa de la opinión de Levick en cuanto a la escasa presencia del emperador en la elección de los tipos monetarios, quien no ofrece mensajes, sino que le son ofrecidos, y cree que los oficiales de las cecas debían recibir una dirección programática del emperador sobre aquellos aspectos de su figura o de su reinado 85
M. H. Crawford, Román Imperial Coin Types and the Formation of Public Opinión, Studies in Numismatic Method Presented to Philip Grierson, Cambridge, 1983, pp. 47-64. 86 A. Wallace-Hadrill, Image and Authority in the Coinage of Augustus,/#£ 76 (1986), pp. 66-87. Se muestra escéptico: G. A. Crump, Coinage and Imperial Thought, en J. W. Eadie y J. Ober (eds.), The Craft of the Ancient Historian: Essays in honor of Chester G. Starr. Boston, 1985, pp. 425-441.
que debían glorificarse. Crawford plantea una concepción de la propaganda en la Antigüedad que es una modificación del clásico escepticismo de Jones. Es evidente que los tipos monetarios aparecen mencionados en las fuentes escritas en menos ocasiones que otras formas de publicidad. Si las monedas eran un vehículo de propaganda o persuasión, no tenían por qué ser el más importante vehículo, y está claro que no lo era. No parece que tengan una función primaria de información, sino más bien de exaltación de hechos ya conocidos. Según Crawford, lo que atrae de las monedas es la cabeza del emperador, que es la que concede la autoridad, y no la imagen del reverso, que suele llevar más contenido persuasivo que el anverso. Los reversos serían triviales, decorativos, sin ningún poder discursivo. Pero según Wallace-Hadrill, este contraste entre anverso y reverso es falso, y las dos caras de una moneda deben ser comprendidas como partes de un todo coherente. Para la mayoría de los autores la función informativa es secundaria, mientras que la acuñación bajo el Imperio tenía primariamente un propósito económico. Para Wallace-Hadrill, tanto el anverso como el reverso representan imágenes de autoridad, y ambas caras de la moneda son persuasivas, las dos caras están transmitiendo un mensaje que debe ser leído conjuntamente. Además, la función propagandística es integral a la función económica de la moneda, y no puede considerarse como un factor secundario. Aunque esta nueva opinión del autor supone una matización de su escepticismo inicial, lo cierto es que el autor no manifiesta abiertamente el valor propagandístico de los mensajes contenidos en las monedas, ya que afirma que la moneda persuade por ofrecer imágenes de autoridad, pero considera como suplementarias lo que considera imágenes del poder imperial, celebraciones de hechos imperiales, manifestaciones del poder y la gloria del emperador, que son características del reverso. Crump es otro de los autores que desarrollan la idea de una propaganda monetaria matizada. El autor defiende el valor conmemorativo de la acuñación imperial, más que informativo. Incluso si existe una propaganda de la política oficial del estado a través de las monedas, ésta requería antes de una comunicación más elaborada y por otros medios más directos. Además, la cantidad de monedas nuevas emitidas con una nueva propaganda oficial sería un porcentaje escaso sobre el total en circulación. El autor no cree que las monedas fueran un eficiente vehículo para propagar infor-
INTRODUCCIÓN
mación específica o ideas, pero sí reconoce la estrecha relación entre la teoría filosófica y las leyendas numismáticas. Sin embargo, la mayoría de los usuarios de las monedas evaluaría la representación del emperador sobre la base del efecto de sus políticas sobre ellos, sin tener en cuenta los valores filosóficos que un princeps podía encarnar87. Según Crump, los investigadores que examinan las ideas reflejadas en las monedas deben tener en cuenta las limitaciones formales del material numismático. El lenguaje de la acuñación no se basa a su juicio en la presentación de un sistema de ideas filosóficas, religiosas o míticas, sino que expresa valores políticos, prevaleciendo las percepciones de la naturaleza del estado, el origen de su poder, etc. Y esos valores políticos no son comprendidos por una audiencia en masa sino con aquellos familiarizados con los símbolos que el régimen utilizaba para comunicarse, es decir, un conjunto limitado de población. En definitiva, el autor piensa que las monedas tenían demasiadas limitaciones para ser consideradas como medios eficientes para diseminar noticias, propagar explicaciones oficiales de los eventos, o expresar teorías elaboradas del gobierno con toda su complejidad. No era un medio de comunicación de masas, pero los mensajes contenían valores políticos válidos para la comprensión del estado romano88. Para Evans89, el lenguaje de la propaganda debe ser fácilmente comprendido por un gran número de personas, y en época romana, donde la mayoría de la población tenía una cultura limitada, la propaganda visual tenía una mayor importancia de la que tiene hoy. Sin embargo, en esta propaganda visual incluye la ornamentación de edificios públicos, monumentos funerarios y pinturas triunfales, y las monedas; pero en este último caso reconoce que el valor propagandístico es más ambiguo que la propaganda visual de los relieves y pinturas. Reconoce también la naturaleza propagandística de las monedas teniendo en cuenta la amplia variedad de tipos emitidos en época imperial. Realmente las monedas se convirtieron en importantes vehículos propagandísticos a partir de Augusto, aunque el destinatario de esta propaganda se ampliara de la nobilitas republicana a las clases medias educadas, según la auto87
Crump (op. cit. n. 86), p. 431. Ibíd., p. 437. 89 J. De Rose Evans, The legends ofEarlyRome used as Political Propaganda in the Román Republican and Augustan periods. Pennsylvania, 1985, pp. 33-39. 88
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ra. Evans considera que las monedas comenzaron a funcionar como verdaderos vehículos de propaganda política a finales del s. I a.C., pero adquirieron su verdadero valor con Augusto, cuando se produjo una diversificación de los tipos. Pérez90 realizó un amplio estudio de la moneda como soporte de un discurso figurativo, con un título muy sugerente, analizando la moneda como una forma de comunicación desde todos los puntos de vista: el contexto, el mensaje, los códigos, el soporte metálico, etc. Presentaba el discurso monetario como instrumento de propaganda, e incluso como instrumento de «aculturación imperialista». En el apartado que nos interesa, el de la moneda como vehículo de propaganda, la autora deja claro que el análisis del discurso figurativo monetario se revela como un instrumento útil para el estudio de las prácticas e instituciones que rigen la vida de los romanos, siendo también revelador de los dinamismos que aseguran la cohesión de la sociedad romana. El discurso monetario se reafirma como un útil importante de dominación y poder, sobre todo en el período que analiza (finales de la República y comienzos del Imperio). La propaganda desarrollada por la moneda romana puede ser considerada como un modo de aculturación o integración de la sociedad. El discurso figurativo monetario aparece como un sistema de comunicación social que difunde ideas, valores, modos de pensamiento, lenguajes, etc. Según la autora este discurso es un modo de comunicación persuasivo, un producto ideológico cuyo papel no se limita sólo a la simple transmisión de mensajes, sino también a su aculturación91. Es evidente que el mensaje está presente con la intención de influir; el vehículo de comunicación, en este caso la moneda, está lejos de ser neutro. Pollini92, en su detallado estudio de los retratos de Gayo y Lucio, destacaba el papel extremadamente importante que estos dos príncipes jugaron en los planes políticos y dinásticos de Augusto, tanto que sus imágenes figuraron prominentemente en su «propaganda». Define este término como la propagación o promulgación de una ideología, sin que conlleve 90
C. Pérez, Monnaie du pouvoir. Pouvoir de la monnaie. Une practique discursive origínale: le discours figuratif monetaire (ler s. av. J.-C.-14 ap. J.-C.). París, 1986. 91 Habría que añadir que esta aculturación es moral y política. 92 J. Pollini, The Portraiture of Gaius and Lucius Caesar. Nueva York, 1987, p. 2 y n. 9-
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implicaciones negativas o siniestras que el uso contemporáneo vino a asociar a esta palabra. Los miembros de la familia imperial fueron comúnmente representados en estatuas, bustos, relieves, así como en monedas, gemas y en otros soportes; y sus imágenes se extienden por todo el Imperio y en todos los ámbitos de la sociedad. Símbolos de la unidad y de la estabilidad del estado romano, las imágenes del princeps y de los miembros de su familia sirvieron para inspirar un sentimiento de seguridad a la población de todo el Imperio. Para Panvini Rosati93, existe una política monetaria en época imperial en lo que se refiere a la elección de los tipos, una cuestión de una importancia fundamental para el gobierno imperial. El autor realiza una serie de observaciones que merecen ser apuntadas: en primer lugar hay que destacar la riqueza tipológica de la acuñación romana; además, la moneda romana imperial no es sólo un instrumento económico sino también un instrumento de exaltación, de celebración de la figura del emperador, de sus empresas, de su familia, y, por tanto, es un instrumento de propaganda en sentido conmemorativo. La elección de los tipos respondía a un preciso diseño, pero saber si el emperador controlaba directamente esta cuestión o la delegaba a un alto funcionario de su confianza limitándose a dar las directrices generales relacionadas con su política o ideología, es una cuestión que está sin resolver todavía según el autor. La función propagandística de la moneda se inicia ya en época republicana, aunque el autor prefiere utilizar el término «propaganda» siempre entre comillas porque lo considera parte del lenguaje moderno y especialmente para el período imperial como impropio. La propaganda imperial es siempre conmemorativa, y sobre la moneda, que no es el único medio propagandístico de la Antigüedad, la propaganda adquiere un carácter más popular y extendido. Indudablemente, la numismática romana imperial proporciona una amplia variedad de tipos iconográficos y leyendas que, como portadores de un mensaje, principalmente político, nos reflejan en conjunto una propaganda, la extensión de unas ideas que parten del poder; una ideología que utiliza su propio lenguaje y sus propias imágenes con el objetivo primor93
F. Panvini Rosati, La monetazione di Germánico nel quadro della política monetaria giulio-claudia, en G. Bonamente y M. P. Segoloni (eds.), Germánico. La persona, la personalitá, U personaggio nel bimillenario della nascita. Atti del convegno, Macerata-Perugia, 9-11 mayo 1986. Roma, 1987, pp. 80-81.
dial de justificar un régimen, una política, etc. ¿Se puede hablar de un programa propagandístico creado desde el estado con unos objetivos concretos en época imperial? La aceptación de tal programa lleva inherente la idea de que la iconografía monetaria juega para el estado un papel importante en la extensión de una ideología. Lo que está claro es el efecto de un gobierno autocrático que absorbe todo el potencial de una moneda para transmitir imágenes, y con éstas un mensaje, por lo que anverso y reverso llevarán imágenes del emperador. Evidentemente, la numismática es una fuente de conocimiento de la Antigüedad romana, al igual que lo son las fuentes arqueológicas, literarias o plásticas, pero es una fuente que parte directamente del estado. Esta característica permite a los investigadores comprender mejor cómo funciona el estado romano y cuál es la ideología oficial que se pretende extender; es más, supuestamente los tipos de las emisiones imperiales deben haber sido seleccionados por el propio emperador. Sobre los mecanismos de elección de los tipos imperiales, parece razonable pensar que el propio emperador jugaba un papel fundamental. En época augústea, las numerosas cecas imperiales presentan elementos comunes en los tipos elegidos, pero no obstante parecen haber hecho su propia elección de los tipos. Si obviamos la influencia del emperador, al menos los tipos imperiales deben haber sido elegidos por personas muy cercanas al Princeps. La propaganda política, como medio para la obtención de la confianza de los gobernados, dispone, en el caso romano, de varias vías complementarias para la extensión de la ideología del estado o la imagen del poder94. Zanker demostró el valor político de las imágenes al servicio de una ideología y la elocuencia de los mensajes ágrafos. El autor afirma que las artes han estado pocas veces tan directamente al 94
C. Alfaro Giner, Lectura sin palabras. La transmisión de la ideología a través del documento iconográfico: el ejemplo de la Gema Augústea de Viena, Antigüedad y Cristianismo 12 (1995), p. 492, quien analiza el caso de la gema augústea como imagen propagandística. La discusión sobre si debe emplearse el término «propaganda» y hasta qué punto es válida esta denominación ha sido fuertemente debatida por la reciente historiografía. Se argumenta que con la inclusión de la imagen del gobernante, de una leyenda alusiva, y con el acompañamiento de determinadas virtudes personalizadas no se pretende hacer propaganda. Para C. Alfaro, directa o indirectamente el rostro representado difunde su propia imagen, y no otra, a la vez que se legaliza el objeto (en el caso de las monedas). Para la autora se puede mantener el término «propaganda», o al menos el de «persuasión», siguiendo a Wallace-Hadrill (op. cu. n. 86).
INTRODUCCIÓN
servicio del poder político como en los tiempos de Augusto. Sin embargo, Zanker no cree que existiera un complejo aparato de propaganda que hiciera posible la estabilidad del nuevo régimen y la reestructuración de la sociedad con un nuevo lenguaje iconográfico. «Aquello que a posteriori aparece como un sofisticado sistema es el resultado de una combinación de la forma en que el monarca se presentaba públicamente»95. El autor alemán relativiza el papel que puede jugar la propaganda a favor de la ideología del estado, como puede ser la aceptación del principio de sucesión hereditaria del poder. Cree que la importancia de las imágenes no radica en época de Augusto en su propaganda a favor de la monarquía. A su juicio, para el pueblo esto era casi innecesario, y en lo referente a la oposición de la aristocracia resultaba absolutamente inútil. Sin las legiones y sin las enormes riquezas de Augusto, las imágenes no habrían tenido éxito alguno. Pero es evidente que el mito de los JulioClaudios, el hecho de que el devenir del Imperio esté estrechamente ligado a la figura de un emperador, y más concretamente a los miembros concretos de una familia aristocrática, revela ciertamente una conciencia general en la sociedad romana del s. I d.C. de la que se intuye el efecto de una hábil utilización por parte del estado del lenguaje de las imágenes; y la numismática se revela en este sentido como un medio privilegiado de propagación de mensajes políticos difundidos a un amplísimo público. Sería muy ingenuo por nuestra parte no pensar en las monedas como vehículos de propaganda estatal. Zanker destaca el efecto de las monedas acuñadas bajo Augusto, en las cuales cada imagen promocionaba al nuevo estado y a su conductor. De hecho, las nuevas imágenes debían constituir algo extraordinario, las acuñaciones eran extraordinariamente numerosas, y las monedas circulaban por todo el Imperio en Occidente. El debate sobre la existencia de propaganda política a través de la acuñación imperial romana ha seguido abierto en los últimos años96. Si 95
Zanker (op. cit. n. 1), pp. 19-20. Cf. J. De Rose Evans, The Art of Persuasión: Political Propaganda from Aeneas to Brutus. Ann Arbor, 1992, pp. 17-21, quien siguiendo sus tesis de 1985, rechaza las ideas de Crawford sobre el efecto limitado de la propaganda exclusivamente sobre las clases educadas, y el desinterés de éstas sobre la propaganda monetaria; G. G. Belloni, La moneta romana. Societá, política, cultura. Roma, 1993, p. 123, quien se reafirma en sus opiniones ya expresadas en 1974 (op. cit. n. 68) y 1976 (op. cit. n. 77); R. D. Weiger, Román Coins: An Iconographical
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bien la investigación actual está de acuerdo en incidir en las limitaciones de la propaganda monetaria, y en considerar que no existe un aparato propagandístico bien estructurado que utiliza las monedas de manera sistemática con el objetivo de propagar la ideología oficial del estado, con todas sus implicaciones filosóficas y religiosas para lograr el objetivo de la legitimación del régimen y de su figura gobernante; lo cierto es que esta ideología imperial puede conocerse con mayor profundidad a través de las monedas, que, como vehículos de comunicación que parten del estado, se convierten al fin y al cabo, si no de una forma consciente, en vectores de la ideología oficial del estado. De esta ideología debemos inferir la concepción dinástica del poder, pero la asimilación de esta idea que reafirma la concepción del Principado de Augusto como una evolución hacia una monarquía autocrática, se manifiesta a través de la numismática imperial bajo una forma sutil. El análisis de la concepción dinástica del poder a través de la numismática nos lleva a aceptar la existencia de una propaganda oficial del estado, que si bien, siguiendo a Belloni, el efecto de la propaganda monetaria no debe ser rápido ni igual de eficaz siempre, además de que muchos aspectos de ella se nos escapan, como su grado de comprensión por las masas, la eficacia de la moneda debería valorarse positivamente si la consideramos como medio de conmemoración, más que como medio de información, actuando de complemento para la propagación de la idea dinástica a través de otros medios propagandísticos más rápidos y eficaces. El estudio de la propaganda dinástica en época Julio-Claudia ha sido realizado a través de lo que consideramos la acuñación oficial romana, es decir, el análisis de las emisiones realizadas en las cecas oficiales, principalmente las de Lugdunum y Roma. Las emisiones provinciales no entran en mi ámbito de estudio de forma general, aunque sí son utilizadas en algunos casos como ejemplo de la incidencia de la propaganda dinástica en el ámbito provincial, ya que los dos tipos de emisiones responden a la política imperial respecto a la sucesión y son vectores de la ideología oficial. Aunque
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Approach, AUN 42 (1995), pp. 241-253, en contra de las opiniones de Crawford. Sin creer ciegamente en la capacidad propagandística de las monedas tal y como la desarrollaban los primeros numismáticos, sí defiende la existencia de propaganda en los términos en la que explica Wallace-Hadrill (op. cit. n. 81 y 86). Para el autor son necesarios los estudios iconográficos de las monedas romanas para el conocimiento de la historia antigua.
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el principio dinástico es más fácilmente aceptado en las provincias, y sobre todo en Oriente, acostumbrada en su historia al culto del gobernante a través de las monarquías helenísticas, me centro en el análisis de las emisiones oficiales o de las cecas imperiales, por su directa incidencia en los ejércitos, y en la clase dirigente y el pueblo de Roma, directamente relacionada con la promoción y ascenso de un heredero al trono imperial.
El catálogo de numismática utilizado como referencia en el estudio es la edición revisada en 1984 del Román Imperial Coinage, realizado por C. H. V. Sutherland. No obstante, las referencias del RIC van seguidas por su correspondencia en el catálogo de H. Mattingly, Coins of the Román Empire in the British Museum, realizado entre 1923 y 1930.
Capítulo II EL PROYECTO DINÁSTICO DE AUGUSTO: MARCELLO Y AGRIPPA
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Marco Vipsanio Agrippa es uno de los personajes claves de finales del s. I a.C., y como segundo hombre del régimen, va a ser el protagonista de la «corregencia», el reparto de responsabilidades en el gobierno del nuevo régimen, que restaura oficialmente la colegialidad. «Por lo demás, Augusto, buscando apoyos para su dominio, enalteció a Claudio Marcello [...] y a Marco Agrippa, de origen humilde pero buen soldado y compañero de su victoria, con el consulado dos años seguidos, haciéndolo su yerno tras la muerte de Marcello» 1 . De esta forma se refiere Tácito a Marco Vipsanio Agrippa, íntimo colaborador militar de Augusto y segundo marido de su única hija, Julia, de la que tuvo a Gayo, Lucio, Agrippina, Julia y Agrippa Postumo. Nació en el año 64 o 63 a.C., ligándose en amistad a Augusto desde la infancia. 2.1. SU CARRERA POLÍTICA Y MILITAR HASTA EL AÑO 23 A.C.
Perteneciente a una familia municipal italiana desconocida en Roma, pronto se convirtió en uno de los amigos íntimos de Octavio, participando ya en la campaña de César contra los partidarios de Pompeyo en los años 46-45 a.C. Tras la muerte de César, Agrippa realizará diversas actuaciones a favor de Octavio, como la participación en la Guerra de Módena y en la batalla de Filipos; campañas en la Galia y en el Rin al término de las cuales rechazó el triunfo votado por el Senado (40-38 a.C.), guerra marítima contra Sexto Pompeyo con las victorias de Mylae y de Ñau loco (36), campañas en Iliria y 1
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Dalmacia y, finalmente, la victoria decisiva de Actium (31 a.C.). Paralelamente a estas actividades militares, Agrippa comienza su carrera política y sube todos los escalones del cursus honorum: posiblemente el tribunado de la plebe en el año 43 a.C., pretura en el 40 a.C., primer consulado en el 37 a.C. (con 26 años), y edilidad curul en el 33. Agrippa se encontraba en Roma como principal consejero militar de Octaviano en el período 31-29 a.C., sin poseer ninguna de las magistraturas urbanas que otorgaban el imperium (pretura y consulado), ni ninguna posición jurídica definida; pero como representante del triunviro Octavio, actuó para mantener el orden en Roma, de manera extra-constitucional, mientras el futuro princeps se encontraba en Egipto. A partir del año 28 a.C. Agrippa fue asociado total o parcialmente a los diferentes poderes sobre los cuales Augusto se apoyará durante estos años para asegurar su dominio. Esta evolución progresiva en la creación de la «corregencia» corre paralela a la consolidación del nuevo régimen creado por Augusto, y tiene su primera etapa en los años 28-27 a.C., cuando Agrippa recibió el consulado los dos años consecutivos. En el año 28 fueron abolidos los actos ilegales de la época triunviral mediante un decreto, restaurándose la magistratura consular. Agrippa ejerció su segundo consulado el año 28 participando del imperium consular de Augusto, como un collega parí potestate. Era para el Príncipe una forma de mantener en apariencia la ficción de la colegialidad republicana2. El 13 2
F. Hurlet, Les collégues du Prínce sous Auguste et Tibére. De la légalité républicaine á la légitimité dynastique. Collection de l'École Francaise de Rome, n.Q 227, Roma, 1997, p. 30.
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de enero del año 27 a.C. se transfirió la Res Publica al Senado y al Pueblo, fecha que da inicio al régimen del Principado, a la vez que se le otorgó a Octaviano un imperium de diez años para administrar las provincias más militarizadas, y por último se le concedió el sobrenombre de Augusto. Sobre la naturaleza de ese imperium la bibliografía es abundante, y parece tratarse de un imperium proconsular. En el 27 a.C. eligió de nuevo a Agrippa como colega en el consulado, pero sin ningún poder militar sobre alguna provincia. El monopolio del poder militar lo tendrá a partir de ahora Augusto. Esta colegialidad con supuesta igualdad en las responsabilidades políticas no es más que una idealización de la colaboración entre los dos personajes, puesto que la restauración de la colegialidad en el contexto de los años 28-27 a.C. debe entenderse como un acto de propaganda que contribuye a la ficción de la Res Publica restituía. La etapa inicial que inaugura la colaboración en el ejercicio del poder imperial termina por ser definida a partir del año 23. Agrippa se encontraba en Roma en los años 26-24 a.C., mientras Augusto dirigía las operaciones militares en Hispania, período que dedicó a remodelar la ciudad de Roma. Jurídicamente puede ser considerado un priuatus que ejerció como representante del Príncipe, pero sin poder constitucional bien definido. 2.1.1. LA CRISIS DEL AÑO 23 A.C. En el año 23 a.C. comenzó una nueva etapa para el Principado y en particular para la carrera de Agrippa. El Príncipe recibió la potestad tribunicia, el instrumento institucional de esencia republicana que se va a convertir para todos los emperadores en el poder civil de referencia; mientras que Agrippa, tras la enfermedad de Augusto, se convirtió en el garante de la continuidad del poder y el sucesor potencial, en detrimento del joven Marcello. Las fuentes antiguas no ayudan a aclarar los sucesos acaecidos en el año 23 a.C. en relación con la enfermedad de Augusto y la búsqueda de un sucesor que mantuviera la estabilidad del estado, sin desembocar en una nueva guerra civil3. De hecho, para algunos autores4 la fecha del 23 a.C. marca verdaderamente la fundación del Principado puesto que en el año 24 3
307.
a.C. el régimen no está todavía definitivamente impuesto y la oposición senatorial sigue siendo muy fuerte. La enfermedad de Augusto contribuyó si no a desestabilizar el estado, sí a plantear por primera vez cuál iba a ser el futuro del Principado. El nuevo orden sólo podía tener continuidad a través de una sucesión hereditaria, de manera que una nueva persona gozara de los poderes extraordinarios de Augusto. La cuestión sucesoria va a ocupar un lugar primordial en las preocupaciones de Augusto a partir de la crisis del 23 a.C. No parecía existir unanimidad sobre el sucesor en apariencia designado, el joven Marcello. Muchos no admitían una promoción tan rápida, sobre todo entre los Claudii Nerones, de quien Agrippa recibía apoyo. Pero Augusto se iba encargando de que los lazos familiares ahogaran la creación de partidos verdaderamente antagonistas. Agrippa era el esposo de Marcella y cuñado de Marcello. La crisis del 23 a.C. se convirtió así en un enfrentamiento de personas, de ambiciones, donde el Príncipe se mostró muy hábil y consciente de los problemas que supondría manifestar abiertamente sus preferencias. Si Augusto, en el momento de su enfermedad, pareció primero elegir la experiencia de Agrippa a la juventud de Marcello, se pronunció de manera ambigua para dar la impresión de que él no elegía al sucesor, sino que dejaba tal papel al Senado y al Pueblo. Estos datos son sólo elementos de una historia en gran parte secreta, con una gran complejidad, que se desarrollan en un entorno político muy problemático, agravados por conspiraciones políticas relacionadas con esta crisis, puesto que forman parte de un contexto de oposición a una evolución autocrática del régimen. Los textos antiguos no nos permiten reconstruir con exactitud cronológica este proceso, el cual va a tener una clara influencia sobre la carrera de Agrippa. — La figura de Marco Claudio Marcello Considerado el primero por Augusto en la línea de sucesión, era hijo de Octavia, hermana de Augusto, y C. Claudio Marcello. Nació en el 43 a.C. y murió el 23 a.C. Se casó con su prima Julia, hija del Príncipe y Escribonia en el año 25 a.C. Fue el primero de los frustrados sucesores de Augusto. Se le otorgó el pontificado y la edilidad curul5.
J.-M. Roddaz, Marcus Agrippa. Roma, 1984, p.
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Como para R. Syme, La Revolución Romana. Madrid, 1989 (Oxford 1939), p. 427.
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Tac., Ann., I, 3, 1.
El PROYECTO DINÁSTICO DE AUGUSTO: MARCELLO Y AGRIPPA
Adquirió pronto experiencia militar, como tribuno militar6, participando en la campaña contra los Cántabros (27-25 a.C), en el Estado Mayor de su tío, con el paréntesis de su estancia en Roma para su matrimonio con Julia (finales del 25 a.C.). Antes, en el 29 a.C., pudo participar en las diferentes ceremonias o celebraciones triunfales de su tío. En la celebración del triunfo de Actium, Marcello cabalgaba en la parte derecha junto al carro triunfal de Augusto, mientras que Tiberio lo hacía en el lado izquierdo7. Agrippa ejerció el poder, junto a Mecenas, como representantes de la autoridad del Príncipe, mientras éste se encontraba en Hispania en el año 25 a.C. en plena lucha contra los Cántabros8. La enfermedad que empezaba a padecer Augusto le impedía regresar a Roma, y decidió dar el primer paso hacia el establecimiento de una sucesión dinástica, aunque en ningún momento lo manifestara públicamente9. No tenía ningún hijo varón y la sucesión sólo podía ser asegurada a través del matrimonio de su hija Julia. Ella tenía catorce años, casándose con su primo Marcello, quien había regresado de Hispania y había asumido la toga uirilis. Agrippa presidió el matrimonio a finales del año 25 a.C. o a comienzos del 24. Pero Marcello era todavía joven y Agrippa aparecía como el segundo personaje del estado, además de gozar de la amistad de Augusto con diferentes favores que así lo demuestran, como el hecho de entrar a formar parte de la familia imperial con su matrimonio con Marcella Maior10, sobrina de Augusto en el año 28 a.C. En el 25 a.C. el matrimonio entre la única hija de Augusto, Julia, y Marcello, mostró en 6
Roddaz (qp. cu. n. 3), p. 310. Suet., Tib., 6. Según Dión, Hist. Rom., 53, 28, 1, para la celebración del triunfo, el emperador había hecho aumentar la admiración del pueblo hacia Marcello, al distribuir en nombre del adolescente cien denarios por cabeza a los hijos de la plebe. Según M. L. G. Shaw, Drusus Caesar, the son ofTiberius. Vancouver, 1990, p. 10, por primera vez, Octaviano reveló en público una política de establecimiento de pares a la cabeza de la jerarquía imperial en la cual un miembro era inferior al otro, normalmente sobre las bases de lazos de sangre y edad. 8 Sobre este momento y sobre el contenido político del discurso de Agrippa, cf. U. Espinosa Ruiz, Debate Agrippa-Mecenas en Dion Cassio. Respuesta senatorial a la crisis del Imperio Romano en época severiana. Madrid, 1982. 9 CAH, t. X, cap. V, p. 135. 10 Que tras ser obligada a divorciarse de Agrippa en el 21 a.C., se casó con lullus Antonius, el hijo de Antonio. Con Marcella Maior tuvo al menos un hijo, cf. J. Pollini, Ahenobarbi, Appuleii and Some Others on the Ara Pacis, AJA 90 (1986), p. 454, n. 8. 7
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qué dirección Augusto quería fundamentar la dinastía. La posición de Augusto había sido consolidada sólo dos años antes, y la implantación del Principado como sistema de gobierno estaba lejos de ser finalizada. Este matrimonio tenía la ventaja de unir a los dos jóvenes miembros de la familia imperial que eran más cercanos a Augusto y respondía a un doble objetivo: reforzar la posición dinástica de Marcello, quien ocupaba un lugar muy cercano a Augusto en una perspectiva familiar, como sobrino de sangre del Príncipe, y era el mejor situado para recibir la herencia del poder; pero también asegurar una descendencia propiamente Julia. Se depositaron muchas esperanzas en él, con el claro propósito de Augusto de legar su poder a una futura dinastía11. Esperanzas que no van a ser reflejadas en la numismática, salvo en un caso, no del todo seguro, el de una emisión de bronce de carácter provincial que puede conmemorar su matrimonio con Julia. M. Acilius Glabrio, supuesto procónsul de la provincia «senatorial» de África, emitió una serie local de monedas de bronce que llaman la atención sobre el evento. Burnett12, que la considera «moneda incierta» por los múltiples problemas sobre su valor y adscripción a una ceca, se inclina por reconocer en la cabeza de la izquierda a Marcello y en la de la derecha a Julia, pero reconoce que la identificación de los retratos del reverso es problemática. Babelon propuso a César y Octavia; una atribución a Agrippa es posible en el 25 a.C., pero sería difícil encontrar una pareja para él, de manera 11
J. Carcopino, La veritable Julie, en Passion et Politique chez les Césars. París, 1958, p. 93, manifiesta que Augusto tenía desde el principio la intención de fundar una dinastía con su descendencia directa, y en Julia descansaba la única legitimidad posible. 12 A. Burnett, M. Amandry y P. P. Ripollés, Román Provincial Coinage. I. From the Death of Caesar to the Death of Vitettius (44 B.C.-A.D. 69). Londres, 1992, n.Q 5415, p. 716: Dupondio(?) de Augusto, 25 a.C., ceca de Utica(?) en África: A) IMP CAESAR DIVI F AVGVST COS IX Cabeza desnuda de Augusto a derecha, coronada por Victoria R) M ACILIVS GLABRIO PRO COS Cabezas de joven hombre y mujer enfrentadas. Cf. C. H. V. Sutherland, Román History and Coinage. 44 B.C.-A.D. 69. Fiftypoints of relation from Julius Caesar to Vespasian. Oxford, 1987, p. 24; M. Grant, From Imperíum to Auctorítas. A Historícal Study of Coinage in the Román Empire, 49 B.C.-14 D.C. Cambridge, 1946, pp. 8182, asignándola a la ceca de Byzacene; y del mismo autor, Román Imperial Money. Edimburgo, 1954, pp. 2729, donde duda entre las cecas de Cirta, Utica o Cartago; H. Brandt, Marcellus «successioni praeparatus»? Augustus, Marcellus und die Jahre 29-23 v.Chr., Chiron 25 (1995), p. 9, atribuye con muchas reservas la emisión a la ceca de Utica, en África, tratándose de un dupondio, y no un sestercio.
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que se acepta la solución propuesta por Burnett y con anterioridad por Grant. Según Grant, la cabeza masculina sobre el reverso es demasiado joven para ser identificada con Julio César o Agrippa. Fue en el año 25 a.C. cuando Marcello se casó con Julia, luego Tiberio queda también descartado. Glabrio hace representar la pareja con una clara intención dinástica. El reverso representa probablemente las cabezas de Marcello y de Julia, una frente a la otra. La importancia de Marcello no debía ser significativa en el presente, aunque debía serlo en el futuro. Como única representación numismática de Marcello, podría considerarse como una evidencia, en una fecha temprana, de que el principio hereditario fue tácitamente aceptado, en este caso, por un procónsul, aunque es una hipótesis que debe ser barajada con reservas. El interés público y la expectación creados con este matrimonio es aparentemente reflejada en esta emisión del gobierno proconsular en África, donde se produce la supuesta presentación del sucesor. Muy pronto llegó a ser normal mostrar a través de las emisiones monetarias retratos de jóvenes príncipes destinados eventualmente para la sucesión, aunque los propósitos dinásticos eran de esta forma solamente insinuados o mencionados de forma indirecta, para continuar con la ficción de que el Principado no era hereditario. Esta emisión es un temprano ejemplo de este fenómeno. Marcello estaba destinado a jugar un papel fundamental en los proyectos dinásticos de Augusto, pero el episodio de la enfermedad de Augusto en el 23 a.C. demostró que aún era demasiado joven para sucederle13. Una duda podría subsistir sobre las intenciones profundas de Augusto respecto de la descendencia de Marcello: ¿los hijos del matrimonio serían adoptados por Augusto, como lo fueron más tarde los dos hijos de Agrippa? Evidentemente la diferencia entre una adopción y otra estriba en el hecho de que la adopción de Marcello no hubiera pasado de ser una adopción privada, mientras que la adopción de los hijos de Agrippa adquiría un claro carácter dinástico. El matrimonio con Julia coincidió para Marcello con una promoción política clara, acumulándose sobre su persona magistraturas, privilegios relativos a la edad, y funciones religiosas a partir del 25 a.C. Augusto regresó de Hispania en el año 24 a.C., y nuevos honores fueron conferidos a 13
Hurlet (op. cu. n. 2), p. 422.
Marcello: se le concedió el pontificado, acceder a la cuestura, y la edilidad curul para el siguiente año. Podía asistir al Senado entre los antiguos pretores y, reconocido como un quaestorius, podía optar al consulado, diez años antes de la edad fijada para ello. En cuanto a la adopción de Marcello por el Príncipe, aunque Plutarco y otros autores antiguos lo atestiguan14, no se encuentra confirmada por ningún documento epigráfico o numismático15. Para Hurlet, tal laguna en la documentación epigráfica y numismática tiene una causa política, puesto que testimonia la prudencia de un régimen que en sus comienzos trata de no dejar clara su vocación dinástica. Murió en el 23 a.C., sin que podamos asegurar que la ceca de Roma hubiera advertido el proyecto sucesorio de Augusto y ya hubiera diseñado un programa propagandístico sobre su figura. Las cecas orientales y occidentales no hacen referencia a su persona. Los honores postumos que le fueron conferidos ponen al descubierto qué posición ocupaba Marcello en la familia imperial. Fue el primero cuyas cenizas fueron depositadas en un monumento con vocación dinástica, como es el Mausoleo, comenzado en el Campo de Marte tras la victoria de Augusto sobre Marco Antonio y Cleopatra y acabado en el 28 a.C., el joven príncipe debía su sepultura en ese monumento a su matrimonio con la hija del Príncipe. Las manifestaciones dinásticas en su honor se multiplicaron a título postumo a partir del 23 a.C., entre ellas se decretó que la imagen dorada de Marcello, además de una corona dorada y su sella curulis, el asiento de los magistrados, fuese trasladada desde el teatro durante los Ludí Romani y situada entre los asientos de los dos ediles que organizaban los juegos, ya que el propio Marcello debía desempeñar este cargo en el 23. Augusto le consagró en el 13 a.C. el teatro comenzado por César («el Teatro de Marcello»); los poetas augústeos contribuyeron igualmente a la creación del mito de Marcello, presentando la muerte del joven príncipe como una desgracia que privaba a Roma de un descendiente de la línea Julia16. A comienzos del año 23 a.C., después de que Augusto hubiera entrado en su undécimo consulado y Marcello en la edilidad, el prin14
Plut., Ant., LXXXVII; Serv., Aen., VI, 861. R. Villers, La dévolution du Principar dans la farrulle d'Auguste, REL 28 (1950), p. 242. Marcello no será nepos Angustí sino únicamente gener Angustí, yerno de Augusto. Para Villers, los privilegios obtenidos por Marcello no le daban ningún derecho al Principado. 16 Virg., Aen., 6, 860-886. 15
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ceps cayó seriamente enfermo. La enfermedad puso sobre la mesa el problema de las relaciones entre los miembros de su entorno debido a la cuestión de la sucesión, y cuando todas las miradas parecían dirigirse al joven Marcello, Augusto cedió su anillo a Agrippa, en presencia de los más importantes hombres de estado. Esta indicación de las preferencias de Augusto, teniendo en cuenta que podía parecerle poco constitucional el asumir él mismo la responsabilidad de designar formalmente un sucesor, esconde bajo su informalidad un deseo claro de que fuera él y no otro el que asumiera el poder, no como fiel colaborador y amigo, que podía serlo, sino como un hombre político con una amplia popularidad entre el pueblo, por lo que su recomendación al Senado y al Pueblo resultaría exitosa. Roddaz cree que Agrippa se había convertido en el perfecto servidor de la monarquía —más que defensor de la democracia o el retorno a la libertad—, cercano a las aspiraciones populares, y por tanto el candidato ideal del pueblo para recibir la herencia del poder17. El gesto de ceder el anillo a Agrippa ha sido objeto de numerosas hipótesis, pues recuerda al gesto de Alejandro con Perdicas (de hecho el anillo de Augusto llevaba la efigie de Alejandro). Sería lógico pensar que con ese gesto Agrippa estaba recibiendo el nombre y la fortuna de Augusto, que no su imperium. Pero el precedente helenístico daba otro significado al gesto de Augusto: implícitamente convertía a su amigo en el heredero político sin que este reconocimiento comportara un carácter oficial; el anillo se convertía en el símbolo de la continuidad del poder, el símbolo externo del poder ejecutivo18. Una vez recuperado, este gesto fue vestido por parte de Augusto como una recomendación al Senado y al Pueblo romano, siendo coherente con su preocupación de mantener el nuevo orden instaurado bajo una legalidad «republicana». Augusto aseguró al Senado que él no había nombrado a ningún sucesor, y tampoco se enfatizó la figura de ningún heredero a través de la epigrafía o la numismática. Era suficiente con que en la recientemente introducida acuñación en bronce de Nemausus, que circularía libremente por Occidente, se continuase mostrando las cabezas asociadas en el anverso de Augusto y Agrippa, como veremos. El nuevo régimen no era una monar17
Roddaz (op. cit. n. 3), p. 314; Dión, 53, 30, 1-2. Roddaz (op. cit. n. 3), p. 313; C. H. V. Sutherland, Coinage in Román Imperial Policy. 31 B.C.-A.D. 68. Londres, 1951, p. 56. 18
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quía simplemente moderada con algunas supervivencias republicanas, era una realidad más compleja, el Príncipe trataba de conciliar y legitimar su poder incontestablemente monárquico con una legalidad republicana que pretendía respetar; de ahí la restitutio formal de la Res Publica al Senado y al Pueblo, que fue efectiva el 13 de enero del 27 a.C.19 Pero la preferencia sobre su yerno dejando de lado a su sobrino Marcello, en quien Augusto parecía haber depositado fundadas esperanzas, no resultaba extraña si nos atenemos a la inexperiencia y juventud de Marcello (con veinte años en el momento de su muerte). Reinhold20 considera que Agrippa era la persona mejor preparada y capaz para llevar las riendas del Imperio. Su oportunidad pasó puesto que Augusto se recuperó y rápidamente quiso dejar claro ante el Senado que él no había asumido el derecho a asignar un sucesor. Esta preocupación de Augusto por mantener una constitucionalidad para el régimen del Principado es tan evidente que nunca bajo su gobierno quedó expresamente designado un sucesor bajo formas legales, pero la propaganda iconográfica nos mostrará que sí hay un sucesor implícito y que Augusto trató de implantar una monarquía hereditaria con miembros de su familia, la gens Julia. Las designaciones de Agrippa y de Marcello no pueden ser entendidas desde el mismo plano político; no se trata únicamente de haber preferido al amigo del Príncipe por encima del yerno y sobrino Marcello. Augusto, en su decisión, estaba eligiendo entre dos formas de sucesión, dos formas de gobierno, no entre dos personas. O bien se continuaba con el sistema del Principado con fachada republicana instaurado en el 27 a.C., guardando las apariencias, con el Senado y el Pueblo como poseedores en última instancia del poder (y por tanto con la capacidad de designar un sucesor) o, con la elección de Marcello, se imponía una sucesión de carácter dinástico y por tanto nos encontraríamos con una monarquía hereditaria, donde el Senado y el Pueblo no gozarían de ningún poder real para decidir sobre el futuro del gobierno. Agrippa representaba el recurso político para evitar el caos y garantizar la continuidad del régimen; de hecho, había demostrado capacidad militar y política suficiente al lado de Augusto como para poder ser capaz de 19
Hurlet (op. cit. n. 2), pp. 1-2; Sutherland (op. cit. n. 18), p. 56. Cf. Dión, 53, 31, 1. 20 M. Reinhold, Marcus Agrippa. A Biography. Roma, 1965 (Nueva York 1933), p. 79.
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hacerse cargo del gobierno, era el sucesor deseable. También Syme21 cree que Agrippa era la solución más adecuada para Augusto, puesto que la adopción de Marcello podía interpretarse claramente como un acto que destapara los proyectos dinásticos, y monárquicos, de Augusto, mientras que Agrippa, aunque no con formas republicanas, podía presentarse ficticiamente como opuesto a la monarquía. Según Villers, el automatismo de la sucesión no estaba todavía desarrollado, y Augusto sólo podía asegurar la continuidad del poder bajo la forma de una asociación anticipada. De hecho, Marcello sólo presentaba una parentela estrecha con Augusto, demasiado poco en un período en el que la transmisión del principado por línea directa o en el ámbito de la gens no había podido concretarse22. Para Hurlet23, una sucesión basada en Marcello, un joven hombre de veinte años sin ningún mérito salvo el de pertenecer a la familia imperial, equivalía a imponer una sucesión de carácter dinástico y a alejarse de la tradición republicana, resurgiendo una fuerte oposición al régimen. Es indudable la progresiva evolución del régimen hacia un carácter dinástico, pero la designación de Marcello podía resultar demasiado peligrosa aún. Según Hurlet, Agrippa jamás habría reivindicado otra cosa que el segundo lugar en el régimen; su origen era demasiado oscuro como para pretender fundar una nueva dinastía e imponer sus propios herederos. Y el restablecimiento de Augusto viene a confirmar que Agrippa era la persona ideal para ejercer el poder en caso de muerte prematura del Príncipe y preparar la sucesión a favor de Marcello24. Augusto había planificado claramente un proyecto dinástico (con tal fin debemos entender el matrimonio de Marcello y su hija Julia), pero Marcello no podía aparecer como el heredero formalmente designado, no en ese momento, no estaba preparado para sucederle, ni era el mejor momento políticamente hablando. Preparar la sucesión a favor de Marcello era un proyecto a largo plazo donde el papel de 21
Syme (qp. cit. n. 4), p. 433. Cf. J. H. Corbett, The Succession Policy of Augustus, Latomus33 (1974), fase. 1, pp. 87-97, quien apunta en la p. 89 que está fuera de duda que Agrippa se habría convertido en princeps si hubiera muerto Augusto de forma prematura. 22 Villers (qp. cit. n. 15), p. 242; P. Fedeli, Agrippa e i letterati augustei, en // Bimillenario di Agrippa. Genova, 1990, p. 120. 23 Hurlet (qp. cit. n. 2), p. 34. 24 Ibíd., p. 35.
Agrippa era indispensable, y su designación, únicamente temporal. Según Roddaz25 se pudo generar un amplio descontento en el entorno de Augusto sobre la rápida promoción de Marcello, representado por Agrippa y miembros de la familia imperial (Livia y sus hijos). Un enfrentamiento entre los dos hombres no beneficiaría al régimen y debía tomarse una solución. 2.1.2. LA SALIDA HACIA ORIENTE
Según las fuentes, la preferencia de Augusto hacia su sobrino Marcello en la cuestión de la sucesión no pasó inadvertida para Agrippa, quien hubo de retirarse a Mitilene (en la isla de Lesbos) en el año 23 a.C, «por la leve sospecha de que le trataba con frialdad y de que Marcello era preferido a él»26; hecho que ha sido considerado como un precedente del retiro de Tiberio a Rodas. Tras la crisis del 23 a.C., muy poco después, y «bajo oscuras circunstancias», Agrippa, investido con poderes extraordinarios, salió para el Este. La historiografía antigua analiza esta salida de diferentes maneras: de acuerdo con las versiones de Veleyo, Suetonio y Tácito27 el retiro fue voluntario, debido a una secreta disensión con Marcello; para Dión Casio y Punió28 fue obligado29. Para Reinhold es difícil creer que el retiro fuera forzado por Augusto, máxime cuando fue conferido de la máxima autoridad militar sobre las provincias imperiales, el proconsulare imperium. Obviamente Marcello no debía estar muy contento ante la preferencia mostrada por Augusto hacia Agrippa, y es más que probable que hubiera ciertas diferencias entre ellos. Tampoco Roddaz30 cree que la salida de Agrippa tenga que ser entendida como un exilio, basándose también en los amplios poderes que recibió para su salida a Oriente. Pero tan pronto Augusto se recuperó, creció de nuevo el interés de éste en su sobrino Marcello para la cuestión sucesoria; la preferencia por Agrippa fue considerada una recomendación al Senado 25
Roddaz (qp. cit. n. 3), p. 317. Suet., Aug., 66- Tib., 10. 27 Vell., II, 93, 2; Suet., Aug., 66, 3, Tib., 10, 1; Tac., Ann., XIV, 53, 3 y 55, 2-3. 28 Dión, 53, 32, 1; Plin., N.H., VII, 149. 29 Toda la historiografía antigua está de acuerdo en suponer un enfrentamiento entre Agrippa y Marcello, o al menos un ambiente muy tenso. 30 Roddaz (qp. cit. n. 3), p. 323. 26
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y al Pueblo, una designación informal en un momento de crisis, pero su aspiración última era que un descendiente masculino de su familia (a través de su hija Julia) fuera el sucesor. La enfermedad de Augusto revelaría las lagunas de su posición en el estado, por lo que el Príncipe, después de su restablecimiento, juzgó oportuno obtener una modificación en la naturaleza de sus poderes, obteniendo del Senado una renovación de sus prerrogativas, el imperium proconsular y la tribunicia potestad. Es en el año 23 a.C. cuando se refuerza la posición de Augusto y podemos hablar de un Principado tendente a la consolidación. Después de la crisis siguió quedando salvaguardada la amistad y fidelidad de Augusto y Agrippa, a pesar de las múltiples conjeturas que se han hecho sobre su repentina salida hacia Oriente. La concesión del imperium proconsular en el año 23 a.C. puede considerarse como el primer paso hacia una «corregencia» ya evidente, aunque no oficial. La posición de Agrippa se vio así consolidada, apareció como el alter ego del Príncipe, que le descargó una parte cíe sus responsabilidades políticas. Como conclusión, el período del año 30 al 23 a.C. significó para la carrera de Agrippa una consolidación como segundo hombre de estado, parejo a la formación y consolidación del Principado, en la que jugó un papel primordial con su permanente estancia en Roma. Y aunque no ocupó ningún cargo importante después de sus consulados de los años 28 y 27 a.C., se convirtió en el representante del Príncipe. Es la etapa en la que forjó su imagen popular basada en su evergetismo (debido a su gran fortuna), cercano a las aspiraciones del pueblo, y, por tanto, se ganó a éste a la causa del Principado. Desarrolló todo un programa propagandístico como medio del gobierno para extender la ideología del Principado. Toda su obra edilicia exalta la figura del Emperador y su familia, pero también su persona como mano derecha de Augusto, y es consciente de este papel que explotó inteligentemente. De ahí que la elección realizada por Augusto en el 23 a.C. esté fundamentada en una persona con una gran influencia política entre el pueblo, un gran prestigio militar y un apoyo económico no sólo personal sino también de sus partidarios («burguesía» italiana). El restablecimiento de Augusto no modificó en nada esta posición privilegiada; la renovación de sus poderes va unida a la concesión de poderes extraordinarios para Agrippa, para una misión .-11
Ibíd., p. 327.
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en Oriente que no requiere más dilación. La salida de Agrippa para Oriente en el año 23 a.C., según Roddaz32, no era solamente la reacción ante un conflicto de ambiciones entre éste y Marcello, como la historiografía antigua ha querido destacar; se trata de la confirmación de que se estaba configurando un nuevo régimen basado en la «corregencia». De ser ciertas las disensiones entre Agrippa y Marcello, éstas han sido exageradas hasta el punto de cometer el error de proyectar sobre la actitud de Agrippa el ejemplo de Tiberio dejando Roma para no perjudicar la carrera de Gayo y Lucio César. La tesis del retiro, voluntario o no, de Agrippa, no puede ser defendida puesto que las mismas circunstancias políticas explicadas (elección por parte de Augusto como sucesor potencial y único garante de la continuidad del régimen) rechazan tal teoría. Agrippa viajó a Oriente como segundo hombre del régimen con plenos poderes militares, en una misión oficial33. 2.2. LA ETAPA DEL 23 AL 12 A.C.: EL «CORREGENTE» O COLLEGA IMPERII
La prematura muerte de Marcello (supuestamente fortuita)34 a finales del año 23 a.C. hizo cambiar a Augusto por primera vez sus planes dinásticos, que en última instancia consistían en que un hijo de Julia y Marcello fuera el heredero. Julia se convirtió en el único recurso del régimen para asegurar su continuidad. En el contexto dinástico del año 23 a.C. no había ningún miembro de la familia ligado a Augusto por lazos de sangre a quien pudiera serle otorgada la mano de Julia. Para encontrar un nuevo marido para su hija (utilizada como instrumento de la política dinástica de Augusto), podía haber recurrido a sus dos hijastros, los hijos de Livia (de su anterior matrimonio), Tiberio y Druso. Pero Druso era más joven que Julia, y Tiberio estaba casado o a punto de 32
Roddaz (op. cit. n. 3), p. 331; Carcopino (op. cit. n. 11), p. 97, piensa que Agrippa se retira voluntariamente para no perjudicar la carrera de Marcello; para Sutherland (op. cit. n. 18), p. 57, su larga estancia (10 años) en Oriente y Occidente confirma la intención de Augusto de que un hombre solo no podía administrar todo el Imperio. 33 Hurlet (op. cu. n. 2), p. 37. 34 Prop., III, 18; Plin., N.H., XIX, 24. La muerte se sitúa antes de la celebración de los Ludí Romani, que no pudo presidir como edil en el mes de septiembre. A pesar de las sospechas sobre la culpabilidad de Livia, no son más que especulaciones, cf. A. Fraschetti, Livia, la politica, en A. Fraschetti (ed.), Roma alfemminile. Roma, 1994, p. 136.
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casarse con la hija de Agrippa, Vipsania. Augusto solventó el problema ofreciendo la mano de Julia a Agrippa a finales del año 21 a.C.35 La elección debía recaer de forma natural en Agrippa, puesto que había contribuido al nacimiento del régimen, había demostrado siempre su lealtad al Princeps. Agrippa se convirtió, como Julia, en un instrumento político al servicio de una legitimidad dinástica fundada sobre los lazos de sangre. La disparidad de edad (Julia tenía 18 años y Agrippa era mayor que Augusto, el padre de Julia) y el hecho de que Agrippa tuviera que divorciarse de Marcella, sobrina del Príncipe, no fue impedimento para Augusto, propiciando un matrimonio político que Agrippa aceptó sin problemas. «La mano de Julia traería consigo la "corregencia" del Imperio Romano, y la esperanza de una dinastía para Agrippa»36. De hecho, al año siguiente, en el 20 a.C., Julia dio a luz a su primer hijo, el primer nieto de Augusto, Gayo César, y en el 17 a.C., a Lucio. En el proyecto de Augusto, Agrippa aparecía solamente como un instrumento para su objetivo primordial: que este matrimonio le proporcionase el nacimiento de nietos que pudieran ser los futuros herederos37. Cumplidas sus expectativas, los adoptaría para reforzar su legitimidad. Agrippa era el elemento indispensable de que disponía Augusto para asegurar la continuidad del régimen en caso de una trágica desaparición de éste (Augusto había sido objeto de varios complots). Para Corbett, Agrippa aparece destinado a heredar el Imperio, mientras que los jóvenes nietos de Augusto, Gayo y Lucio, podrían algún día llegar a esa posición, pero que ellos estuvieran destinados a sucederle tras la muerte de Augusto parece dudoso38. De hecho Syme reconoce esta dificultad39.
35
Reinhold (op. cit. n. 20), p. 86. Según Dión, 54, 65, Mecenas le había dicho a Augusto que tenía dos opciones, asesinar a Agrippa o convertirlo en su yerno. 36 Reinhold (op. cit. n. 20), p. 87. 37 La teoría de que Augusto sólo consideró a Agrippa como regente y tutor cuando el Princeps adoptó a Gayo y Lucio César en el 17 a.C. es aceptada por C. E. Van Sickle, The Coregency and the Succession in the Early Román Empire. Chicago, 1928, p. 13; Villers (op. cit. n. 15), p. 242, y P. Grenade, Essaisurles origines du Príncipat. Investiture et renouvellement des pouvoirs imperiaux. París, 1961, pp. 475-6. 38 Corbett (op. cit. n. 21), p. 88. 39 Syme (op. cit. n. 4), pp. 526-527. También defiende la misma postura J. F. Bogue, Tiberius in the reign of Augustus. Illinois, 1970, p. 11.
Durante esta etapa Agrippa estuvo raramente presente en Roma, y su posición como «el otro príncipe del mundo» se vio fortalecida en las provincias, sobre todo tras su matrimonio con Julia. Era una posición más compleja de lo que se piensa, no se trataba de un doble Principado por cuanto la originalidad de la posición de Agrippa radicaba en que no poseía poderes específicos. El estado pasaba a tener un nuevo funcionamiento, un nuevo orden basado en la asociación de Augusto y Agrippa, que no tiene precedentes. Tal sistema no aparece bien definido a través de las fuentes antiguas, que se muestran confusas a la hora de explicar los poderes que Agrippa posee. Lo que sí parece denotarse en toda esta etapa es una reafirmación de las tendencias monárquicas y dinásticas del nuevo régimen. 2.2.1. LOS PODERES DE AGRIPPA Y SU ESTANCIA EN ORIENTE
El imperium proconsular otorgado a Agrippa en el 23 a.C. le convertía, si no en un igual, sí en un adiutoro collega imperii de Augusto. No deja de ser una posición ambigua en un régimen que disimula sus caracteres monárquicos y con un soberano que se esfuerza por no dejar traslucir sus proyectos dinásticos40. La crisis política del 23 a.C. provocó en Augusto la necesidad de crear una línea de gobierno de colaboración, en la cual se inscribe la nueva posición de Agrippa, con el objetivo primordial de implantar la idea de una sucesión a través de la asociación al poder. No se puede definir con exactitud cuáles son los poderes que recibió Agrippa antes de salir para Oriente en el año 23 a.C., al menos cuál es su base jurídica, qué debe entenderse y dónde se aplica su imperium. No deja de tener un carácter experimental tal asociación, por lo que no hay unanimidad en las fuentes sobre la naturaleza y ámbito del poder de Agrippa. Sí es evidente una tendencia del régimen hacia lo monárquico y dinástico. Su posición en el año 23 a.C. ya es motivo de discusión; en principio, la autoridad de Agrippa no sólo se adscribía a la provincia de Siria sino también al resto de provincias orientales. Se ha definido el carácter de su imperium como el de un imperium maius, con poder sobre los gobernadores de las provincias imperiales y senatoriales, pero secundario respecto al de Augusto, y ligado siempre a tareas preci40
Roddaz (op. cit. n. 3), p. 339-
El, PROYECTO DINÁSTICO DE AUGUSTO: MARCELLO Y AGRIPPA
sas encargadas por el emperador41. Tareas que llevará a cabo tanto en Oriente como en Occidente entre los años 23 y 18 a.C., por lo que resulta difícil definir la naturaleza de su imperium, máxime cuando otorgar a Agrippa poderes iguales a los de Augusto podría provocar de nuevo tensiones con los partidarios de Marcello. Para Dión Casio no hay ningún imperium maius para Agrippa hasta el año 13 a.C.42 Para Roddaz43 los poderes de Agrippa provienen de su posición respecto a Augusto: se apoya en el imperium maius del Príncipe (que le fue conferido en el 23 a.C. también), con autoridad sobre las provincias senatoriales de Oriente, así como de Occidente. Por tanto parece tratarse de una delegación del imperium del Príncipe, sin limitación territorial. Para Hurlet esta última idea, la de un «imperium secundario», en virtud de una delegación del imperium de Augusto, es rechazada unánimemente por los especialistas en cuestiones institucionales. Agrippa no fue enviado como simple legatuspropraetore, pero tampoco como representante o delegado del Príncipe, puesto que el derecho de delegar sus poderes (como Agrippa hizo sobre sus propios legados) es característico del poseedor de un imperium independiente44. La aparición del papiro con la Laudatio Funebris de Augusto pronunciada en el año 12 a.C. a su yerno y amigo Agrippa, ha aportado nueva información al problema, logrando precisar de manera más clara la naturaleza de su imperium. Su campo de actividad se extendía a todas las provincias transmarinas, por lo que es necesario un imperium extraordinario para evitar cualquier conflicto de competencias con los gobernadores de provincias públicas de rango consular. En el año 23 a.C. una ley le confirió un imperium que se extendía a las provincias situadas más allá del Mar Adriático, no siendo ningún imperium superior al suyo (tanto el del Príncipe como el de los procónsules)45.
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Reinhold (op. cit. n. 20); igual que para Th. Mommsen, Le droit public romain, vol. V, Leipzig (18921896), trad. por P. F. Girard, París, 1984, p. 466 (en Hurlet op. cit. n. 2); M. Pañi, Tendenze politiche della successione al principato di Augusto. Barí, 1979, p. 29, lo define como imperium proconsulare maius. Para Syme (op. cit. n. 4), p. 424, en cambio, se trataría de un imperium proconsular sobre todas las provincias imperiales, tanto de Oriente como de Occidente. 42 Dión, 53, 32, 1; 54, 28, 1. 41 Roddaz (op. cit. n. 3), p. 349. 41 Hurlet (op. cit. n. 2), p. 41. 15 Ibíd., p. 52.
51
Existe un silencio absoluto de las fuentes sobre la naturaleza de su misión en Oriente. Las provincias orientales no podían ser desatendidas por más tiempo y necesitaban una urgente reestructuración administrativa y militar. Con Augusto recién recuperado de su enfermedad, y con problemas políticos internos que requerían su presencia en Roma, Agrippa se convirtió en la persona ideal para realizar esa labor en Oriente, con el respaldo de poderes extraordinarios. Su primera etapa en el Este, durante los años 23-21 a.C., transcurrió en Mitilene, mientras sus legados eran enviados a las provincias. En el 21 a.C. fue reclamado por Augusto a Roma puesto que éste debía ausentarse para viajar por Oriente, para encargarse del gobierno de Roma y la parte occidental del Imperio. En el año 21 a.C., una ceca del norte del Peloponeso sin identificar emitió denarios que representan en el anverso la cabeza desnuda de Augusto, con la leyenda AVGVSTVS, mientras que en el reverso, sin leyenda, se representa lo que para Grant supone una clara alusión a la figura de Agrippa: una corona rostrata, descrita como corona de laurel con proas de barcos entrelazadas, y lazos colocados en el centro. Sin embargo, la cronología apuntada por Grant, c.19 a.C., no encaja con la presencia de Agrippa en Oriente, pues sabemos que se encontraba en Hispania. El autor apunta a la ceca de Éfeso, y este tipo no se refiere a Augusto o a Tiberio, cuando estaba reciente la presencia de Tiberio en Oriente en el 20 a.C. para la recuperación de las insignias a los partos, sino que indirectamente se honra a Agrippa, a través de la presencia de uno de sus honores distintivos, que es la corona naval. Tal referencia recuerda la presencia de Agrippa en Oriente, y se hace eco de las victorias de éste al otro lado del Imperio, en Hispania. Según Grant, Agrippa operó desde los Pirineos, y la flota jugó un papel importante en estos sucesos. Sin embargo, Sutherland afirma que estas series de denarios que llevan en el reverso la corona rostral seguramente hacen referencia, como la Victoria con proa de los quinarios, a la victoria de Actium de una década antes, de manera que estas series pudieron ser emitidas por Augusto mientras se encontraba en ruta de Italia al Este. El autor no establece ningún tipo de relación con Agrippa46. 46
RIC I, Aug., 473, p. 79=BMCRE I 669. Grant, 1954 (op. cit. n. 12), pp. 39-40; C. H. V. Sutherland, The Román Imperial Coinage. I. From 31 B.C. to A.D. 69. Londres, 1984 (edic. revisada), pp. 34-35.
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Su segundo viaje a Oriente en los años 1713 a.C. tendrá un impacto considerable sobre las ciudades orientales, mucho más importante que su primer viaje. 2.2.2. EL RETORNO A ROMA Y su MATRIMONIO CON JULIA A finales del año 21 a.C. y durante el 20 a.C., Agrippa se encontraba en Roma manteniendo el orden mientras Augusto se trasladó a Oriente. El retorno de Agrippa a Roma genera el problema de la fuente de su autoridad en esta circunstancia. Puesto que su imperium no comprendía el territorio de Italia y por supuesto Roma, Agrippa intervino como simple representante del Príncipe, que delegaba su imperium sobre su segundo, imperium que excepcionalmente podía aplicarse a Italia y Roma, mientras que su matrimonio con Julia reforzó su posición y su autoridad, según Roddaz47. Para Hurlet, la intervención de Agrippa en Roma no reposa sobre ningún imperium militar; la ciudad de Roma es un territorio sagrado y desmilitarizado donde el imperium militar deja de ser efectivo. Este autor opina que pudo no tener poderes específicos, y que como Roddaz, el matrimonio con Julia le revistiera de autoridad48 y prestigio moral, presentándose como el representante del Príncipe. De esta forma, el matrimonio con la hija del Príncipe representa una promoción que por primera vez se reviste de un carácter dinástico. La segunda solución matrimonial adoptada por Augusto se reveló más fructífera que la primera, puesto que Julia aseguró bien pronto una descendencia masculina. Gayo César nació en Agosto o Septiembre del año 20 a.C. El Senado decidió por decreto conmemorar el aniversario de su nacimiento con un sacrificio; tal privilegio sólo había sido acordado para Julio César y Augusto, y hacía aparecer a Gayo como el descendiente y el heredero de toda la línea de los lulii. En el 19 a.C. llegó un segundo hijo, que esta vez fue una niña, Julia, cuyo nacimiento fue celebrado de forma más discreta. Agrippa, además de colega y hombre de guerra, estaba actuando como instrumento dinástico al servicio del régimen. Después de Roma, Agrippa centró sus esfuerzos en las provincias, tanto en Oriente como en Occidente, donde realizará una obra con47 48
Roddaz (qp. cu. n. 3), pp. 354-355. Hurlet (qp. cit. n. 2), p. 57.
siderable, o al menos será el impulsor de la organización de las provincias y del desarrollo del urbanismo de ciertas ciudades. 2.2.3. AGRIPPA EN OCCIDENTE: LA MISIÓN EN LAS GALIAS Y LA PENÍNSULA IBÉRICA En los años 20-19 a.C. la política exterior de Roma cobró una gran actividad. La situación de las provincias occidentales era preocupante, con nuevos focos de rebeldía que necesitaban de una intervención militar urgente. Estando Augusto en Oriente, la misión fue delegada en su más fiel colaborador. Puesto que se trataba de una intervención militar, Agrippa debía poseer un imperium que evidentemente era diferente al que le fue concedido el año 23 a.C., que limitaba su campo de acción a las provincias orientales. Hurlet habla de una redefinición de su imperium quinquenal en función de una misión en Occidente; se le habría añadido una nueva prouincia. La intervención de Agrippa en las Galias también en este tiempo constituyó su primera campaña militar desde el año 31 a.C. Agrippa había dejado de tener un papel activo en las campañas militares, mientras que nuevos generales estaban siendo formados, como Marcello en un primer momento, Tiberio o Druso. La presencia de Agrippa en las Galias en los años 20-19 a.C., por motivos militares, repercutió de manera importante en el ámbito edilicio y de infraestructuras de la provincia. Uno de los grandes servicios de Agrippa a las provincias galas fue la construcción de las primeras tres grandes vías romanas. Además, en la Galia Narbonense, la colonia romana de Nemausus, que había honrado tiempo atrás a Agrippa situando su retrato en sus monedas, fue ahora muy beneficiada por éste, que impulsará una política de monumentalización pública. Se comenzará la construcción de un templo corintio, así como posiblemente otro templo dedicado a Diana, unas termas, y un acueducto. La colonia de Nemausus también gozó de la liberalidad de Augusto y de Gayo César, quienes también erigieron monumentos públicos. Si Agrippa fue patrono de la colonia (pasó allí probablemente el invierno del 20-19 a.C.), como su hijo Gayo lo fue más tarde, es algo que se desconoce49.
49 Reinhold (qp. cit. n. 20), p. 91. Para Grant, 1954 (qp. cit. n. 12), p. ól, el interés especial de Nemausus por Agrippa es parcialmente explicado por las evidencias epigráficas que nos muestran que Agrippa fue patrono y benefactor de la nueva colonia de Nemausus.
El PROYECTO DINÁSTICO DE AUGUSTO: MARCELLO Y AGRIPPA
La colonia de Nemausus representa perfectamente la activa tradición de emisiones dedicadas a Agrippa en las provincias occidentales del Imperio. Esta colonia produjo al menos tres emisiones diferentes de un tipo portando su retrato. Las series han sido divididas en tres grupos: grupo I (Augusto sin corona), c.20-10 a.C.; grupo II (Augusto con corona), c.10 a.C.10 d.C.; grupo III (con corona y la leyenda P(ater) P(atriae), 10 d.C.-l4 d.C.50 Las emisiones que la colonia de Nemausus acuñó entre los años 20-10 a.C.51 en las que aparece la figura de Agrippa son realizadas en monedas de bronce (ases y dupondios), nunca en valores monetarios superiores52, como corresponde a una acuñación local. Parece haberse emitido una vasta emisión durante la residencia de Augusto en la Galia en los años 16-13 a.C. El anverso muestra como leyenda IMP DIVI F, representando la cabeza de Agrippa con la corona rostral y de laurel a izquierda, y la cabeza desnuda de Augusto a derecha. Mientras que en el reverso se lee COL NEM o NIM, representándose un brote de palmera hacia la derecha, detrás un cocodrilo encadenado, y sobre la punta de palmera, una corona con largos lazos (o incluso dos coronas). Los ases donde Augusto porta una corona de roble son fechados en cambio entre los años 10 a.C. y 10 d.C.53 En el anverso, la corona rostral aparece adornada con las proas de los barcos capturados en Actium, combinada con una de laurel. La corona naualis o rostrata, es para Grant una corona de laurel decorada con proas de barcos, tradicionalmente otorgada al primer hombre en abordar la nave del enemigo, y que fue recibida por Agrippa como un atributo especial tras sus victorias navales de Nauloco y Actium. El 50
J. Nicols, The chronology and significance of the M. Agrippa Asses, ANSMN 19 (1974), pp. 65-86, Pl. XVXVII; cronología de los grupos en RIC I, pp. 51-52. 51 Cf. RIC I, p. 5, donde Sutherland especifica que Nemausus técnicamente es una ceca colonial pero que acuñó abundantes ases para la amplia circulación occidental entre c.20 a.C.-14 d.C.; también Sutherland (op. cit. n. 12); para Grant, 1954 (op. cit. n. 12), pp. 59-62, 258, el as con cabezas de Augusto y Agrippa, con cocodrilo en reverso es fechado en c.14 a.C. M. Grant vuelve a analizar el tipo en: Agrippa's coins, en // Bimillenario di Agrippa. Genova, 1990, p. 10. 52 Cf. RIC I, Aug., 154-157, p. 51. Para Sutherland (op. cit. n. 18), pp. 33-34, estas abundantes emisiones en bronce se produjeron para la circulación monetaria de la Galia y Occidente en general en un momento en el que la cantidad de monedas en bronce era muy deficiente. 53 RIC I, Aug., 158, p. 51.
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tipo de reverso expresa una aplicabilidad universal, proclamando una vez más la conquista y absorción de Egipto mediante un simbolismo familiar. Se muestra la insignia cívica de un cocodrilo cautivo y un brote de palmera coronado, aparentemente porque después de Actium y de la conquista de Egipto Nemausus recibió un asentamiento de colonos, posiblemente ex marineros relacionados con la captura de Egipto (c.29-28 a.C.). Posteriormente, en el 15 o más probablemente en el 14 a.C., que es la fecha que aporta Grant para este tipo, recibiría un nuevo contingente de colonos y con ellos el estatus de colonia romana, ya que, según el autor, el 14 a.C. fue una fecha de promoción cívica. Es importante destacar que la cabeza del Princeps sea acompañada por la de Agrippa en el anverso, quien lleva la corona rostral como la más alta distinción naval, una alusión directa a la victoria de Actium, de la cual una de sus consecuencias indirectas ha sido este asentamiento de colonos-marineros. La asociación de los dos rostros en el anverso resulta apropiada en el año 28 a.C., puesto que los dos fueron colegas ese año en el consulado, un cargo genuinamente republicano «restaurado» para la propaganda filorepublicana. El énfasis sobre Agrippa (y su corona rostral) no fue menos apropiado en el 14 a.C., según Grant, el año en el cual se impulsó la emisión a gran escala de este tipo ya anteriormente emitido, puesto que en ese año su fama naval fue enaltecida gracias a la demostración marina en el norte de Anatolia (movimientos navales de un carácter amenazador que llamaron al orden al reino cliente del Bosforo). Se acuñaron enormes cantidades de estos tipos, que circularon por todo el Occidente europeo, y la emisión fechada según Grant a partir del 14 a.C. indica el nuevo estatus jurídico y la localización de una gran ceca patrocinada por el gobierno imperial. Estas enormes emisiones tuvieron una larga continuidad y fueron frecuentemente repetidas, incluso en los reinados de Claudio y Nerón, según el autor. Tras conseguir reducir definitivamente a los Cántabros y Astures en el norte de Hispania en el 19 a.C., rechazó el honor del triunfo, al que tenía derecho como poseedor del imperium proconsular^4. La política de Agrippa, según 54
Sobre la presencia de Agrippa en Hispania, cf. el esclarecedor artículo de J. M. Roddaz, Agrippa et la péninsule Ibérique, en // Bimillenario di Agrippa. Genova, 1990, pp. 57-81. Roddaz afirma que la presencia de inscripciones encontradas en la Península Ibérica que lo mencionan viene a reforzar su omnipresencia en la península, en el cuadro de una política dinástica que se desarrolla a partir del 19-18 a.C.
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Reinhold, consistente en declinar el honor de un triunfo fue un esfuerzo consciente por su parte para establecer el principio de exclusividad de tal celebración para el Princeps, y evitar que surgieran poderosos líderes militares que pusieran en peligro a través de la fuerza la estabilidad del estado, tal como había ocurrido a finales de la República55. En cambio, una nueva insignia militar parece haber sido introducida en las representaciones de Agrippa tras su victoria en Hispania, la corona muralis, que va a ser combinada con la corona naualis. La corona mural, corona que representa una muralla, era recibida tradicionalmente en Roma por el primer soldado en escalar las murallas de la ciudad enemiga (es un atributo de Cibeles como protectora de las ciudades amuralladas). 2.2.4. AGRIPPA «CORREGENTE» (COLLEGA AUGUSTT), 1813 A.C. El año 18 a.C. supone una fecha clave en la progresiva consolidación del Principado y en particular en la evolución de la «corregencia». La posición de Agrippa respecto al año 23 a.C. varió sensiblemente con la expiración de los poderes extraordinarios de Augusto en el 18 a.C., que marca el comienzo de un nuevo principio en la organización del Principado, que es el establecimiento de la «corregencia». Los últimos acontecimientos (concesión del imperium próconsular, matrimonio con la hija de Augusto, el nacimiento de Gayo) habían convertido a Agrippa no sólo en el yerno de Augusto sino en el padre de su único descendiente masculino, la esperanza de sus renovadas ambiciones dinásticas. Para Hurlet56 la promoción de Agrippa se debe a su matrimonio con Julia y su papel en la elaboración de una nueva estructura familiar en tanto que padre biológico del futuro Gayo César y de Julia la Joven. Reinhold aduce razones de excesivo trabajo administrativo y militar para explicar por qué Augusto decidió compartir su poder con Agrippa. A ello hay que añadir un ambiente político tenso en el que se suceden diversas 55 Reinhold (op. cit. n. 20), p. 93; después del 19 a.C., sólo los miembros de la familia imperial fueron recompensados con la ouatio o el triunfo. Misma idea en Roddaz (op. cit. n. 3), p. 357. D. Wardle, Agrippa's Refusal of a Triumph in 19 B.C., Antichton 18 (1994), pp. 58-64, también aduce problemas políticos relacionados con la consolidación del poder de Augusto, y la hostilidad senatorial hacia Agrippa. 56 Hurlet (op. cit. n. 2), p. 427.
conspiraciones senatoriales contra la persona de Augusto e incluso contra Agrippa57. A la vez que se renovaban los poderes de Augusto por parte del Senado, éste prolongó el imperium próconsular de Agrippa para otros cinco años y le concedió la potestad tribunicia para el mismo período de tiempo. Esta última concesión convirtió su posición en una «corregencia» oficial; el poder tribunicio es la base esencial de la «corregencia», según Reinhold58. Para Roddaz59, la «corregencia» parece componerse de dos elementos principales: la potestad tribunicia y el imperium próconsular, considerando también el elemento determinante el primero de estos poderes, que le es otorgado por primera vez a Agrippa en este momento y que le convierte oficialmente en el collega Angustí. A partir de ahora disponía de prerrogativas de carácter civil que le permitían actuar en Roma en todo momento y con total legalidad. Previamente su retrato había aparecido sólo en acuñaciones provinciales; ahora, como «corregente», tenía el privilegio de emitir sus propias monedas en Roma y en las provincias. Pero no hizo uso de esta prerrogativa. Las monedas acuñadas por el Senado durante la regencia de Augusto y Agrippa nunca muestran el retrato de este último solo; siempre aparece asociado con el de Augusto. El imperium próconsular de Agrippa60 fue renovado y redefinido a través de un acto distinto, en función de una segunda misión sobre las provincias transmarinas orientales, manteniendo su carácter extraordinario. La intervención de Agrippa en Oriente entre los años 17 y 13 a.C. se basaría en el concepto de no-inferioridad de su imperium (respecto al de los gobernadores de provincia). El imperium concedido a Agrippa en el 18 a.C. es en definitiva idéntico al del año 23. Se estableció así un sistema en el que existía un princeps, que mantenía su preeminencia en el estado en virtud de su auctoritas, con dos personas ejerciendo el poder a través del imperium proconsulare y la tribunicia potestas. Constitucionalmente estos dos poderes, ejercidos por el «corregente», no debían ser inferiores a los del princeps, estableciendo éste su primacía a través de la auctoritas. Existía legalmente una igualdad de poderes entre los «corregentes». 57 58 59
p. 425. 60
Ibíd., p. 6l. Reinhold (op. cit. n. 20), p. 99. Roddaz (op. cit. n. 3), p. 358; Syme (op. cit. n. 4), Según Hurlet (op. cit. n. 2), p. 65.
El PROYECTO DINÁSTICO DE AUGUSTO: MARCELLO Y AGRIPPA
Como bien señala Roddaz61, Augusto se ha servido de la ficción de la colegialidad para reforzar la ilusión de sus intenciones legalistas, puesto que si la «corregencia» instaura la dualidad del poder, su funcionamiento se distingue notablemente de la tradición republicana. Para Dión Casio, que no define en ningún momento los fundamentos jurídicos de la posición del collega, tal práctica señala las implicaciones monárquicas de la restauración de la colegialidad en el sentido de «corregentes» como sucesores. Si bien la colegialidad es una práctica de reparto del poder que constituye uno de los fundamentos institucionales del régimen republicano, el autor griego le da una interpretación monárquica62. Los poderes de Agrippa están estrechamente ligados a los de Augusto, poderes que le fueron conferidos para el mismo período, en el 18 a.C. y su renovación en el año 13 a.C., a la par de la renovación de los poderes extraordinarios de Augusto, suponiendo por tanto que Agrippa estaba presente en Roma para la concesión de estos poderes. Los poderes del «corregente» han de ser validados por el Senado y el Pueblo, Augusto no obvia esta regla fundamental de la tradición republicana, aunque en estos momentos no constituya más que una formalidad. También la extensión de sus prerrogativas se define por una ley y la investidura se realiza delante de los comicios, aunque sea de manera simbólica. La colaboración entre el princeps y un «segundo» fue una práctica que se va a crear con Augusto: Agrippa constituyó la figura emblemática del adiutor devoto y fiel, y a partir de este momento la asociación al poder imperial va a ser una constante en Augusto y en los posteriores emperadores, convirtiéndose en un fenómeno característico del Alto Imperio. La teoría, efectiva o ficticia, del Doppelprinzipat de Kornemann, al menos para el caso específico de Augusto y Agrippa, ha sido rechazada por Syme63. Los poderes del «corregente» eran lo suficientemente importantes como para constituir un peligro para el Príncipe, pero asociando a Agrippa, Augusto designó un hombre del que 61
Roddaz (op. cit. n. 3), p. 364. Según Hurlet (op. cit. n. 2), p. 13; Dión, 54, 18, 1 (Gayo y Lucio César) y 55, 13, 3 (Tiberio, Germánico y Draso Minor). 63 Syme (op. cit. n. 4), pp. 434-435, en relación a E. Kornemann, Doppelprinzipat und Reichsteilung im Imperium Romanum. Leipzig-Berlín, 1930; cf. A. Fraschetti, Morte dei «principi» ed «eroi» della famiglia di Augusto, AOV(ArcheoL) 6 (1984), pp. 151-189. 62
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no tenía ninguna duda sobre su lealtad, que declinará el honor del triunfo en tres ocasiones64, concentrando la gloria de las victorias militares sobre la persona del Príncipe, sirviendo a los intereses del estado. Para Roddaz, aparecer como el segundo hombre del estado colma las aspiraciones políticas de Agrippa, pero la «corregencia» le introdujo directamente en el proceso de la sucesión, al convertirse en el inevitable recurso en caso de muerte del Príncipe, máxime cuando corría peligro su vida a causa de los constantes complots aristocráticos contra su persona. La instauración de la «corregencia» refuerza su posición. Para Sutherland, la concesión de la tribunicia potestas mostró por primera vez, y sin ninguna duda, cómo Augusto podía designar a su sucesor65. La cuestión de la sucesión al Principado parecía establecida y decidida por el momento por el nuevo estatus político de Agrippa. Sin embargo es incuestionable que Augusto nunca hizo una designación formal de Agrippa como sucesor, y después de la adopción solemne (per aes et per libram66^) de los dos hijos de Agrippa, Gayo y Lucio (que había nacido en el año 17 a.C.67), Augusto planeó una sucesión basada en sus dos nietos; el proceso para convertir el régimen en una «monarquía hereditaria» ya era irreversible, aunque no existe ninguna evidencia de que tal plan estuviera en la mente de Augusto. Reinhold68 opina que ante una eventual muerte de Augusto, y mientras Gayo y Lucio estuvieran en minoría de edad, Agrippa, como poseedor del poder tribunicio, tomaría el control del gobierno. Con tales poderes Agrippa se convirtió en el colega de Augusto, siendo honrado por numerosas ciudades del mundo romano. Pero no tuvo el mismo reconocimiento por parte de las familias patricias, quienes también vieron con malos ojos la adopción de los dos nietos de Augusto por parte de éste. — Agrippa en Roma (18-17 a.C.): los Juegos Seculares Tras ser investido con sus nuevos poderes, Agrippa no partió rápidamente para Oriente, 64
En los años 38, 19 y 14 a.C. En el 19 a.C. Augusto realiza una nueva depuración del Senado utilizando su poder censorial; Sutherland (op. cit. n. 18), p. 57. 66 Suet., Aug., 64, 1. 67 Antes, en el 19 a.C. o a comienzos del 18 a.C. había nacido una hija, Julia. 68 Reinhold (op. cit. n. 20), p. 102. 65
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sino que permaneció un año en Roma, donde presidió los Juegos Seculares junto a Augusto en calidad de XVuir sacris faciundi^9 en el año 17 a.C, si aceptamos que en ese año fue elegido por Augusto para ser uno de los magistri quindecimuirorum de los Ludí Saeculares70. Las ceremonias de los Juegos Seculares fueron celebradas entre el 1 y el 3 de junio del año 17 a.C. Julia iba a dar a luz a su tercer hijo, Lucio, en una fecha situada entre el 14 de junio y el 15 de julio, probablemente el 26 de junio. Esta celebración tenía también una significación dinástica: uno de los temas desarrollados a lo largo de esos tres días era asociar la vuelta de la Edad de Oro a los sucesos políticos y militares de una familia que se presentaba como la descendencia directa de los fundadores míticos de Roma (Eneas y Rómulo). El anuncio inminente de un nuevo descendiente para Augusto no hace sino confirmar a los romanos la idea de que hay una conexión directa entre la Edad de Oro y la descendencia de la dinastía. Esta época dorada coincide con el destino de una familia en la cual la continuidad era asegurada por Julia y Agrippa. Los Juegos Seculares se inscriben en un contexto de estabilización del régimen, puesto que tal celebración tendría el efecto de relacionar de forma simbólica el regreso de la Edad de Oro y el papel de Augusto en el restablecimiento de una paz interior y exterior. Por tanto, Augusto vio una ocasión propicia, en un ambiente de revitalización religiosa y social, y bajo una nueva época dorada de paz y bienestar, para celebrar los Ludí Saeculares, por quinta vez en la historia del pueblo romano, en el año 17 a.C., en los que Agrippa tuvo un papel primordial en su organización. Augusto promovió a sus dos nietos al rango de herederos directos adoptándolos después del nacimiento del segundo varón, Lucio. Pero el papel de Agrippa no se vio reducido, por cuanto seguía desempeñando una doble función de estar al servicio de Augusto para la administración del Imperio y de asegurar el
interim en caso de desaparición prematura del Príncipe. — El segundo viaje de Agrippa a Oriente (1713 a.C.) A diferencia de su primer viaje en los años 23-22 a.C., el segundo va a tener una gran repercusión sobre las poblaciones de las provincias orientales, como testimonian los múltiples honores que recibió Agrippa tanto de particulares como de ciudades. La entrada en la familia de Augusto y su participación en la política dinástica del régimen dieron a la persona de Agrippa una dimensión nueva. Además su esposa Julia le acompañó por todo el Oriente, al igual que dos de sus hijos, Julia y Agrippina (que nacería en octubre del año 15 a.C.); lo cual evidencia el carácter dinástico de los numerosos grupos estatuarios e inscripciones provenientes de regiones orientales del Imperio, en las cuales Agrippa fue asociado al Príncipe y a otros miembros de la familia imperial. La hija de Augusto había dejado Roma y cruzado la Grecia continental en compañía de su esposo durante el año 16 a.C.; tras dar a luz a Agrippina en Atenas en el año 15 a.C.71, se reuniría de nuevo con su esposo en el Bosforo a comienzos del año 14 a.C. Las comunidades orientales reservaron a Julia la misma acogida que a Agrippa y rivalizaron para honrar a la esposa que era también la hija del Príncipe. Para estas comunidades, el papel de Julia viene determinado por la posición que ocupa en la familia imperial: es la hija de Augusto y la esposa de Agrippa, la que da al mundo herederos varones72, y por tanto es quien garantiza la sucesión dinástica. Esta posición prueba la interpretación dinástica que las comunidades orientales dieron al viaje conjunto de Agrippa y su esposa. Su viaje a Oriente al lado de Agrippa estaba destinado a reforzar la posición de su esposo en esta región, confiriendo a la misión un carácter dinástico que las poblaciones orientales podían percibir y comprender perfectamente.
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Res Gestae, 22, 2. Cf. A. Alvar Ezquerra, Las Res Gestae Divi Angustí. Introducción, texto latino y traducción, CuadPrehistA 7-8 (1980-81), pp. 109-140. 70 Reinhold (op. cit. n. 20), p. 104, expone una visión contraria. El autor desconoce el año en que Agrippa entró a formar parte en este colegio sacerdotal. Afirma que Agrippa no fue un miembro de este colegio, como sí lo era Augusto, y que el citado colegio les encargó a los dos, como poseedores del poder tribunicio, la dirección de los Juegos.
"j El nacimiento debió tener lugar entre el 13 y el 15 de octubre del año 15 a.C., pero no existe ningún argumento decisivo sobre la fecha y el lugar. 72 De ahí su posible identificación con Venus Genetrix: GIL III, 7156-7, en Hurlet (op. cit. n. 2), p. 434.
El PROYECTO DINÁSTICO DE AlJGUSTO: MARCELLO Y ACRIPPA
— La renovación de los poderes (13 a.C.): la potestad tribunicia y el imperium Augusto y Agrippa regresaron a Roma en el curso del año 13 a.C. en previsión de la renovación de sus poderes. Tras su misión de pacificación y de reorganización administrativa de las provincias occidentales, el Príncipe rechazó celebrar el triunfo, pero decidió construir, como medio de propaganda imperial, un altar monumental, bajo el nombre de Ara Pacis Augustae, que conmemora su retorno de las Galias y de Hispania y la pacificación de las provincias occidentales; a la arquitectura y la escultura se une la iconografía a través de las emisiones monetarias oficiales. Una emisión de denarios, acuñados por el Illuir monetalis C. Marius en el año. 13 a.C., muestra en el anverso73 la cabeza desnuda de Augusto a derecha, con lituus detrás, y leyenda AVGVSTVS; en el reverso, cuadriga a derecha, llevando rama de palma, C MARIVS C F TRO III VIR como leyenda. Para Foss esta emisión hace mención a las victorias de Agrippa en el Este, para las cuales rechazó el triunfo, de ahí su ausencia de la cuadriga triunfal. Mattingly afirma que la cuadriga, conducida en un triunfo, pero sin un general en el carro, sugiere una victoria para la cual se ha celebrado un triunfo informal"4. Es el tipo más común de los emitidos por C. Marius. Con la palma como símbolo de victoria, el tipo se refiere a un reditus o regreso de una campaña victoriosa. En el 13 a.C. Augusto y Agrippa retornaron de sus campañas exteriores (Augusto de Hispania y Galia, Agrippa del Este del Imperio); entraron en la ciudad con menos pompa de lo que era por costumbre en la celebración de un reditus de un general victorioso. Agrippa rechazó el triunfo por tercera vez, que en este caso fue votado en su honor por la pacificación del Bosforo75. Respecto a la renovación de los poderes, fue en ese año (13 a.C.), cuando, a la par que Augusto, recibió una extensión de su tribunicia potestas por un período de cinco años (a través de un senado-consulto que fue ratifica-
do por una ley comicial), y el imperium maius, como el que había gozado el propio Augusto, con poder sobre todos los gobernadores de provincia. Para Hurlet76, se trataría sin embargo de la renovación de su imperium proconsular quinquenal, definido ahora en función de una nueva misión en el Iliricum (en concreto en Pannonia), y no sobre el conjunto de las provincias del Imperio77. El año 13 habría constituido para Agrippa una simple renovación de los poderes otorgados en el 18; sólo la prouincia fue redefinida en previsión de una nueva misión en el sector danubiano. El tema central del grupo de emisiones del 13 a.C. es sin duda la asociación continua de Agrippa y Augusto en la tribunicia potestas. Sin embargo, tal como apunta Hurlet, a pesar de tratarse del poder que termina por consagrar la supremacía en el estado tanto del Princeps como de los «corregentes», este poder no fue utilizado como fórmula de datación antes del año 18 a.C. y no fue considerado como la indicación oficial de la posición imperial hasta la época de Claudio. El análisis de las emisiones monetarias que representan a Agrippa demuestra que la indicación de la potestad tribunicia no figura en las leyendas sobre ningún tipo acuñado durante los años 13-12 a.C. El yerno de Augusto es celebrado con los trazos de un magistrado civil, y el único poder de referencia mencionado es el consulado. Agrippa aparece en el reverso de las emisiones acuñadas por el Illuir monetalis C. Sulpicius Platorinus, a quien todos los investigadores sitúan en el 13 a.C. En el tipo I78, un denario, aparece en el reverso la cabeza desnuda de Augusto a derecha con la leyenda CAESAR AVGVSTVS; en el reverso Augusto y Agrippa con cabeza desnuda y togados, sentados juntos en un bisellium o banco sobre una plataforma o tribuna decorada con tres rostra o proas de barcos, y una lanza o hasta19 a la derecha de ambos, con la leyenda C SVLPIC(ius) PLATORIN(us). En el tipo II80, también un 76
Hurlet (op. cit. n. 2), p. 72. Según Reinhold (op. cit. n. 20), p. 124-125; Roddaz (op. cit. n. 3), p. 477; para R. Chevalier, A propos des origines du principat, Latomus 21 (1962), p. 548, se trataría de un imperium proconsulare maius extra Italiam. 78 Cf. Hurlet (op. cit. n. 2), p. 341; RIC I, Aug., 406; RIC I, Aug., 407=BMCRE I 115-117, pp. 23-24. 79 Sutherland (RIC I, p. 73) y Mattingly (BMCRE I, p. 23) no identifican ninguna lanza sino un «apparitor's staff»: una vara de servidor u ordenanza; sí lo hace A. Alfóldi, Hasta-Summa Impertí. The Spear as Embodiment of Sovereignty in Rome, AJA 63 (1959), p. 6. 80 RIC I, Aug., 408=BMCRE I 114. 77
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RIC I, Aug., 399, p. 72. C. Foss, Román Historical Coins. Londres, 1990, p. 52; H. Mattingly, Coins of the Román Empire in the British Museum. I, Augustus to Vüettius. Londres, 1923, p. cxxii; J. D. Newby, A numismatic commentary on the Res Gestae of Augustus, lowa Studies in Classical Philology 6 (1938), p. 18 y p. 46, donde se comenta que la palma ha sido interpretada erróneamente como un símbolo relativo a los Augustalia, juegos en honor de Augusto por su regreso de Oriente el 12 de octubre del 19 a.C. "s Dión, 54, 24, 7; 54, 28, 1. 74
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denario, se refleja en el reverso una cabeza desnuda de Agrippa, con la leyenda M AGRIPPA, PLATORINVS IIIVIR. Las emisiones del 13 a.C. con Augusto y Agrippa en el reverso venían motivadas por la renovación del poder tribunicio a Agrippa, compartido con Augusto. Se representaba por tanto una posible ceremonia de asociación por segunda vez al poder tribunicio. De hecho, el bisellium es el banco tribunicio, luego la emisión proclamaba de manera clara a través de la colegialidad en el gobierno, el éxito de la «corregencia». Para Foss81 se trataría implícitamente de la designación del sucesor, con el consecuente establecimiento de una dinastía. La presencia del hasta, símbolo del poder soberano y del imperium, denota quiénes poseen ese poder. La interrelación entre imperium y la lanza como insignia es muy antigua. Este solemne símbolo del poder no pertenecía a los oficiales subalternos sino que siempre formaba parte de la más alta autoridad del estado (reservada a los reyes desde muy antiguo), a los magistrados cum imperio en época republicana. Es un símbolo republicano que supuestamente Augusto se encargó de revitalizar, como en otros tantos aspectos; de hecho durante la República, la lanza como expresión del poder soberano restringió su uso a unas funciones especiales dentro de la capital, pero está presente en las acuñaciones del s. I a.C. César aparentemente refrenó el uso de la lanza soberana en la ciudad y prefirió mostrar los símbolos religiosos de su autoridad como pontifex maximus y dictador. En la emisión de Platorinus, la lanza se encuentra al lado del personaje situado a la derecha (desde la posición del propio personaje), que podría ser identificado con Agrippa. Sabemos que Agrippa es representado con un hasta como uno de sus atributos en uno de los tipos emitidos por L. Lentulus en el 12 a.C. (que posteriormente analizaremos más detalladamente); y la lanza como insignia del poder soberano no era llevada expresamente por el poseedor de este poder, sino por su subordinado más cercano, luego concuerda con la hipótesis de que Agrippa llevase el hasta que simboliza el poder de Augusto, en las apariciones públicas, como en este caso. De hecho la ocasión, la renovación del poder tribunicio a am81 Foss (qp. cit. n. 74), p. 52; J. E. Blamberg, The Public Imageprojected by the Román Emperors (A.D. 69117) as reflected in Contemporary Imperial Coinage. Indiana, 1976, p. 7. Sobre el valor del hasta-. Alfóldi (op. cit. n. 79), pp. 1-27.
bos, así como la concesión del imperium proconsular quinquenal a Agrippa, estaba de por sí revestida de la importancia política suficiente como para que uno de los atributos en el ceremonial republicano de concesión de poderes se hiciera notar. El hasta colocada al lado de Agrippa se convirtió también en el símbolo de la posesión del nuevo imperium que se le otorgó. Además la lanza como summa impertí refiriéndose a la tribunicia potestas tiene un significado jurídico concreto: el hecho básico que la atribución de esta función de los tribunos concede al emperador es poder, poder dentro de los límites del pomerium. La lanza representa la materialización de la idea abstracta del poder. La propaganda numismática referente a la renovación de los poderes civil y militar se hizo también eco en otro tipo de C. Marius82, donde en el anverso se representa la cabeza desnuda de Augusto, con el lituus detrás; mientras que, en el reverso83, a Augusto laureado y Agrippa de pie, vestidos con togas, sosteniendo cada uno un uolumen o rollo en la mano izquierda (con los atributos de tribunos); hay una capsa o un pequeño altar en el pie de cada uno. Agrippa lleva las coronas rostral y mural combinadas. El rollo y la capsa, símbolos de la potestad tribunicia y censorial, hacen referencia a la lectio senatus que Augusto y Agrippa dirigieron conjuntamente en el 28 a.C., según Hurlet84. Para Fullerton85, en cambio, aceptando que se trata de una representación censorial, la lectio senatus a la que hace referencia es la realizada tras la vuelta de Augusto de la Galia, en el 13 a.C. Dión Casio86 afirma que en el año 19 a.C. Augusto recibió la praefectura morum y la potestas censoria para un período de cinco años. Tal afirmación fue puesta en duda por
82 El triunvirato monetario de C. Marius se fecha en el 13 a.C., como luego veremos. Para una datación de esta emisión en el 12 a.C. cf. M. H. Crawford, Román Republican Coins Hoards. Londres, 1969, p. 37 y p. 42: en este caso, es obligado pensar evidentemente en los primeros meses del año. 83 RIC I, Aug., 397, 400=BMCRE I 103, p. 21. 84 Hurlet (op. cit. n. 2), p. 77; y también para Newby (op. cit. n. 74), p. 41, aunque conmemora la realización del censo, no una lectio senatus. 85 M. D. Fullerton, The Domus Angustí in Imperial Iconography of 13-12 B.C., AJA 89 (1985), p. 477. 86 Dión, 54, 10, 5.
El PROYECTO DINÁSTICO DE AUGUSTO: MARCELLO Y AGRIPPA
Jones8", puesto que el propio Augusto88 manifiesta que en los años 19-18 a.C. el Senado y el Pueblo de Roma decidieron elegirle para la cura legum morumque con suprema autoridad, pero que rechazó este cargo. En el 18 a.C. Augusto realizó una lectio senatus por segunda vez. La primera revisión fue realizada en los años 29-28 a.C., en conexión con un census realizado en la misma fecha. Es significativo destacar que tanto la periodicidad del census y las lectiones realizadas, así como también la confirmación o renovación de los poderes de los «corregentes» del Princeps, coinciden con las sucesivas renovaciones del propio imperium de Augusto. La potestas censoria fue el instrumento puesto a su disposición para las lectiones. Augusto, según Chevalier, habría dirigido personalmente tres lectiones del Senado (29/28; 18 y 13/11 a.C.), de manera que habría ostentado una parte de las funciones del censor sin el título, a través de la potestas censoria, rechazando obstinadamente la creación de una magistratura comportando una función de curator legum. Habría aceptado la cura morum como un deber, no como un mandato jurídicamente definido. Dos tipos claramente dinásticos pertenecen al mismo triunviro, C. Marius, cuyo análisis dentro de un contexto del 13 a.C., el más probable, no presenta una total unanimidad. Nos referimos a un denario89 que muestra en el anverso la cabeza desnuda de Augusto a derecha, dentro de corona de roble, con leyenda AVGVSTVS; mientras que en el reverso una cabeza femenina, flanqueada por dos cabezas de niños, con corona sobre cabeza central, y leyenda C MARIVS TRO III VIR. Un tipo que volverá a ser analizado en el capítulo dedicado a Gayo y Lucio César, y que H ~ CAH, L X, cap. V, p. 147. En cambio, B. ParsiMagdelain, L'avénement de Tibére, Revue Historique de Droit Franjáis et Etranger 56 (1978), pp. 396-397, sostiene que, a pesar de la ambigüedad con la cual Augusto habla en las Res Gestae (6, 1), éste obtuvo la cura legum et morum en 19, 18 y 11 a.C., y que hace un uso repetido pero discreto de esta prerrogativa. Para Syme (op. cit. n. 4), p. 555, Augusto rechazó la cura en los años 19-18 a.C., aunque puntualiza que no la necesitaba, puesto que promulgó sus disposiciones del 18 a.C., las leyes contra el libertinaje, en virtud de su auctoritas y por la vía de la tribunicia potestas. En los mismos términos se expresa Chevalier (op. cu. n. 77), pp. 547-548, para quien Augusto ha ejercido los poderes de un censor sin haber tenido el título, la potestas censoria, que le sería renovada en el 13 a.C., mientras que para las operaciones del censo después del 8 a.C. habría abandonado esta potestad. 88 Res Gestae, 6, 1. 89 RIC I, Aug., 404-405=BMCRE I 106, 108-109, pp. 21-22.
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vuelve a incidir en los proyectos sucesorios de Augusto y en concreto en el establecimiento de una dinastía. Se representa a Julia con sus dos hijos G. y L. César, hijos naturales de Agrippa pero adoptados por Augusto como herederos al trono. Este último aspecto, el de la relación directa con Augusto, es apuntado por la corona ciuica que aparece sobre sus cabezas, corona que estaba situada en la puerta de la casa de Augusto. El segundo tipo es una emisión de denarios90 que representa en el anverso, la cabeza desnuda de Augusto a derecha, lituus detrás, y leyenda AVGVSTVS; en el reverso busto de Diana (que representa a Julia), diademado y drapeado, con leyenda C MARIVS TRO III VIR. Según Fullerton91, este tipo hace referencia a M. Agrippa de manera indirecta, y forma parte del programa propagandístico de glorificación de la familia de Augusto. Julia, la hija de Augusto y esposa desde el 21 a.C. de Agrippa, aparece retratada como Diana, deidad protectora de Augusto en la batalla naval contra Sexto Pompeyo en Nauloco. Esta batalla (36 a.C.) constituyó la primera gran victoria militar de Agrippa. Para Zanker, la intención específica no era describir cualidades particulares atribuidas a la retratada, sino que se intentaba subrayar la estrecha relación de la divinidad con la casa imperial. La fecha del 17 a.C. para las emisiones de C. Marius era defendida por Sutherland92. En ese año había nacido L. César, siendo adoptado junto con su hermano por Augusto. En el 18 a.C., Agrippa recibió el poder tribunicio, convirtiéndose en un virtual colega del emperador. El conjunto de emisiones de C. Marius en el contexto del 17 a.C. sería interpretado como el reflejo inmediato de la política dinástica de Augusto: G. y L. César eran los herederos, mientras que Agrippa gobernaría en caso de que Augusto muriera prematuramente. En el 17 a.C. la referencia a la tribunicia potestas aludiría a un evento del año anterior, mientras que en el 13 a.C. este poder fue renovado en la persona de Agrippa, renovación que tiene eco en la numismática con un tipo de Platorinus (el que muestra a Augusto y Agrippa sentados en un biselliurrí). 90
RIC I, Aug., 403=BMCRE I 104-105, p. 21. Fullerton (op. cit. n. 85), p. 476. P. Zanker, Augusto y el poder de las imágenes. Madrid, 1992 (Munich 1987), p. 276; D. Fishwick, The Imperial Cult in the Latín West. Studies in the Ruler Cult ofthe Western Provinces of the Román Empire. Leyden, 1987 (I, 1 y 2), p. 117. 92 Sutherland (op. cit. n. 18), p. 58, n. 1. 91
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Según Fullerton, y siguiendo a Mattingly, consideradas las emisiones de C. Marius en su conjunto, parecen más apropiadas a un contexto del 13 a.C., en vista de la preeminencia que sus monedas y las de sus colegas dan a la figura de Agrippa, que del 17 a.C., sugerido por Pink y por Sutherland93 en un principio. Existe una tercera hipótesis mantenida por Rose94, referente a la ubicación de los oficiales monetarios. Para el autor, las emisiones del 1312 a.C. son convincentemente fechadas por Mattingly y Fullerton, pero hay alguna confusión sobre los años a los cuales cada grupo de oficiales debería ser asignado. Cada uno de los anversos de las emisiones del colegio asignado al 13 a.C. (C. Antistius Reginus, C. Sulpicius Platorinus y C. Marius) representa un lituus por primera vez, y los tipos de reversos consisten en: a) sacerdotes sacrificando; b) simpulum, lituus, trípode y patera; c) un sacerdote conduciendo una yunta de bueyes; d) sacerdote velado sosteniendo simpulum. En resumen, los tipos tratados deben ser asociados con la elevación de Augusto al rango de pontifex maximus en el 12 a.C. Por tanto, el grupo asignado al 12 a.C. (L. Caninius Gallus, Cossus Cornelius Lentulus y L. Lentulus) pasaría al 13 a.C. Teniendo en cuenta esta hipótesis, la interpretación más novedosa del autor, y por otro lado única ya que, hoy por hoy, no ha encontrado ninguna corroboración en ninguno de los demás investigadores, es que el famoso tipo de C. Marius dedicado a Julia y sus hijos Gayo y Lucio deba ser interpretado de manera diferente. Situando la emisión en el 12 a.C., Julia aparece en el reverso con una corona ciuica flanqueada por dos retratos masculinos, que para el autor son Augusto y Agrippa. En el 12 a.C. Gayo y Lucio tenían 8 y 5 años respectivamente, y los retratos masculinos que flanquean a Julia son del mismo tamaño que el de la hija de Augusto y claramente reflejan caracteres adultos. Si las emisiones de los años 13-12 a.C. se concentran 93
K. Pink, The Triumviri Monetales and the Structure of the Coinage of the Román Republic. Nueva York, 1952, p. 47, nQ 90; Sutherland, en cambio, en la edición revisada del RIC I, de 1984 (op. cit. n. 46), p. 32, 34 y 72, coloca a C. Marius y C. Sulpicius Platorinus en el año 13 a.C., manifestando que estos dos oficiales del collegium del 13 a.C. enfatizaron la importancia de Agrippa. También A. Burnett-S. Walker, Augustus. Handlist of the Exhibition and Supplementary Studies, British Museum Occasional Papers 16 (1981), p. 57 y A. Wallace-Hadrill, Image and authority in the Coinage of Augustus, JRS76 (1986), p. 72, n. 29 y n. 74, sitúan a C. Marius en el 13 a.C. 94 Cf. C. B. Rose, Dynastic Commemoration and Imperial Portraiture in the Julio-Claudian period. Cambridge, 1997, pp. 14-15, n. 63.
especialmente en el emperador y su colega, con este tipo se podría estar incidiendo en la conexión estrecha entre Augusto y Agrippa gracias a un nexo común, Julia. Las monedas de oro95 con el retrato de Agrippa son muy raras, acuñadas en Roma sólo por Platorinus en el 13 a.C., muestran en el anverso la cabeza con corona de roble de Augusto a derecha, y en el reverso, a Agrippa con las coronas rostral y mural combinadas (distinciones como almirante y comandante), con la leyenda M AGRIPPA, PLATORINVS IIIVIR. Wallace-Hadrill ha analizado la presencia de la cabeza del emperador en el anverso como símbolo de autoridad, pero también como portadora de un mensaje propagandístico, pero esa autoridad es compartida con la imagen que suele aparecer en el reverso, por lo que anverso y reverso deben comprenderse de manera conjunta, y las dos caras reflejan un mismo mensaje. De este modo, la presencia en una moneda de dos cabezas, una en cada cara, ofrece un idioma válido para transmitir un mensaje dinástico, como en este caso con Agrippa, que en el año 13 a.C. fue situado en virtual paridad con Augusto. Esto crea en el usuario, quien espera un anverso diferente del reverso, un estado de confusión, y esta confusión es el mensaje que transmite la moneda. A Agrippa le fue otorgada la corona rostral dorada después de la batalla de Nauloco en el 36 a.C. (un honor nunca recibido por otro hombre), concesión ratificada por el Senado, que permitía a Agrippa llevar la corona en todas las ocasiones públicas donde los triumphatores portaran su laurel. No hay mención en las fuentes literarias de una corona mural o almenada —otorgada al primer hombre en escalar las murallas enemigas— recibida por Agrippa; la corona rostral debe haber sido una corona mural con rostra añadidos, según Fullerton96. La asociación directa de los dos retratos, el de Augusto y Agrippa, en las emisiones de Platorinus nos indica la posición privilegiada de Agrippa, el único que tiene un lugar al lado de Augusto. Los retratos de Agrippa revelan una extraordinaria eficacia en el objetivo de lograr un rostro austero y vigoroso en los rasgos y en la expresión. Este estilo puramente descriptivo, basado en el realismo, testimonia el arte retratístico del período y denota la im-
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RIC I, Aug., 409=BMCRE I 110, p. 23. Fullerton (op. cit. n. 85), p. 477.
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portañola que se daba en la moneda al aspecto exterior . Los historiadores están de acuerdo en general en reconocer que no hay un sistema augústeo preestablecido; el nuevo orden no ha creado todavía las funciones que permitan definir sus atribuciones; debe garantizarse el carácter constitucional del nuevo poder a través de los cuadros políticos existentes, y esto se produce en una constante evolución que comienza en el año 27 a.C. La posición de Agrippa experimenta una evolución parecida: comienza siendo el amigo del Príncipe y su representante, disponiendo de su autoridad por delegación, posición que tiene hasta su matrimonio con Julia. Gobierna a través de la delegación del imperium proconsular del Príncipe hasta el año 18 a.C., respetando el cuadro constitucional, según Roddaz. Esta situación se prolonga hasta su matrimonio con Julia en el 21 a.C., puesto que se convierte en el sucesor en caso de muerte del Príncipe. La concesión de la potestas tribunicia en el 18 a.C. instituye la «corregencia». Igual al Príncipe por la potestas pero subordinado a él por la auctoritas, comparte con Augusto la tarea de gobernar el Imperio. Agrippa es al mismo tiempo el beneficiario directo de la sucesión, así como su instrumento, puesto que Augusto ha adoptado a los hijos de Agrippa y Julia. La fuerte oposición senatorial al Régimen provocó el desarrollo de la «corregencia», que constituía una etapa decisiva en la instauración del sistema de sucesión dinástica98. La política dinástica de Augusto en la persona de Agrippa consistía en una asociación al poder como «corregente» del principado, otorgándole el poder consular en el año 28 a.C., así como el poder tribunicio en el año 18 y su renovación en el 13 a.C, coincidiendo significativamente con las renovaciones del imperium de Augusto. El imperium proconsular (que ya le fue concedido en el 23 a.C.) y la tribunicia potestas del año 18 a.C. se convierten en los poderes que dan inicio a la carrera de Agrippa como posible sucesor de Augusto, pero la concesión del imperium maius que lo equiparaba al mismo es dudoso que le haya sido conferido antes del 13 a.C."
— La última campaña (13-12 a.C.) y su muerte Se anunciaban ahora desórdenes en la zona nororiental y Agrippa fue enviado a Pannonia. Para Hurlet, en cambio, el objetivo del viaje era asegurar el dispositivo de protección de la península italiana y de extender el Imperio hasta el Danubio100. Después de haber restablecido la situación en esta región, al inicio de la primavera regresó a Italia y se retiró a Campania, forzado por motivos de salud. Sus condiciones empeoraron y Augusto fue informado mientras celebraba los juegos en honor de sus hijos adoptivos, que su colaborador estaba enfermo. Murió entre el 19 y el 24 de marzo del año 12 a.C. y su cuerpo se trasladó a Roma, donde Augusto recitó la Laudatio fúnebre en el Foro. Los funerales realizados serían similares en todo —por voluntad explícita del Príncipe— a los que en el 14 d.C. se le dedicaron al propio Augusto. Y sus restos, tras la cremación, fueron sepultados —como señal de altísimo honor y sobre todo de su total integración en el ámbito de la familia del Príncipe— en el mismo Mausoleo de Augusto. El Mausoleo había acogido a Marceño, y en él descansarían los restos de toda la familia de Augusto a excepción de las dos Julias, la hija y la nieta. La sepultura en el Mausoleo de Augusto constituía a partir de Marcello uno de los signos de inclusión en la domus. La fecha de las últimas emisiones en oro y plata de los oficiales monetarios augústeos es motivo de controversia, no presentando unanimidad entre los investigadores. Pink y Panvini Rosati sitúan el último colegio, el de Caninius Gallus y los Lentuli, en el 13 a.C., llevando las emisiones de C. Marius al 17 a.C. Foss sí acepta la fecha del 13 a.C. para C. Marius y Platorinus, pero incluye a Cossus Lentulus. Si el colegio de Caninius Gallus y los Lentuli se fecha en el 12 a.C., como defendían Mattingly y Fullerton entre otros, deberían existir en las monedas referencias a los dos más importantes eventos de ese año: la muerte de Agrippa y la elección de Augusto como pontifex maximus101. Tales acontecimientos sí tienen su reflejo en 100
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G. G. Belloni, La maneta romana. Societá, política, cultura. Roma, 1993, P- 119. 98 Roddaz (qp. cit. n. 3), p. 379. 99 En caso de que realmente le fuera conferido. Cf. Hurlet, supra n. 76.
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Hurlet (qp. cit. n. 2), p. 78. Cf. RIC I, Aug., 419=BMCRE I 126: A) AVGVSTVS DIVI F Cabeza desnuda de Augusto a derecha R) L CANINIVS GALLVS OB C S Corona de laurel sobre puerta doble cerrada flanqueada por ramas de laurel. Para Sutherland (qp. cit. n. 18), p. 63, es una visión de la entrada de la casa del nuevo Pontifex Maximus. 101
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este grupo de emisiones. La propaganda numismática del año 12 a.C., una vez más, iba a recalcar la muerte del segundo del régimen de una forma muy explícita. Una serie de denarios, acuñada probablemente en el 12 a.C.102 por el Illuir monetalis Cossus Cornelius Lentulus muestra en el anverso, la cabeza de Augusto laureada, y en el reverso, Agrippa103 es mostrado portando las coronas rostral y mural combinadas; las monedas llevan la leyenda M AGRIPPA COS TER, COSSVS LENTVLVS. Estas monedas de Cossus Lentulus fueron reemitidas por Trajano. El tipo repite en anverso y reverso los motivos del áureo de Platorinus. Para Mattingly, Reinhold y Fullerton104, estas emisiones de Cossus Lentulus reflejan una conmemoración especial de la muerte de Agrippa. Bajo el mismo triunviro, Cossus Lentulus, fueron emitidos denarios105 que muestran en el anverso la cabeza desnuda de Augusto y en el reverso, una estatua ecuestre (posiblemente Agrippa), con casco y trofeo, sobre un pedestal decorado con dos proas (que hacen alusión a sus victorias navales de Nauloco y Actium). Parece tratarse de un tipo conmemorativo acuñado después de la muerte de Agrippa en marzo. En cambio, para Foss106 es posible datarlo en el año 13 a.C., refiriéndose a uno de los honores recibidos por el almirante tras su renovación del poder tribunicio. Esta representación alude probablemente también a sus tres triunfos rechazados en 38, 19, y 13 a.C. La estatua ecuestre fue el más alto honor que pudo recibir en Roma. Todos los denarios de Cossus Lentulus estarían dedicados a la figura de Agrippa, y posiblemente conmemorando su muerte. En cambio, si los denarios conmemoran la muerte de Agrippa, menos aparente resulta esta interpretación para sus áureos, de los que en realidad sólo podemos contabilizar un ejemplar de la ceca de Roma. La representación de Augusto ayudando a una personificada Res Publica podría ser entendido como forma de tranquilizar
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Según Foss (op. cit. n. 74), p. 52 en el 13 a.C.; también es de la misma opinión Pink (op. cit. n. 93), p. 47, ns 94. 103 RIC I, Aug., 414=BMCRE I 121, p. 25. 104 Mattingly (op. cit. n. 74), p. cvii; Reinhold (op. cit. n. 20), p. 100; Fullerton (op. cit. n. 85), p. 478; y para Grant (op. cit. n. 51), p. 14. 105 RIC I, Aug., 412=BMCRE I 122-123, p. 25. 106 Foss (op. cit. n. 74), p. 53-
a la población tras la muerte de Agrippa, puesto que éste había jugado un papel primordial en la supuesta restauración de la República, según Fullerton107. Dión Casio108 afirma que Augusto realizó una distribución al pueblo de 400 sestercios por persona, según la voluntad testamentaria de Agrippa. Se ha dicho que las monedas de L. Lentulus fueron acuñadas para este propósito, pero si hubo una emisión especial, Cossus Lentulus parece el más probable candidato. Los tipos destacan la figura de Agrippa, y el tamaño de la emisión es relativamente pequeño, aunque el valor monetario no es coincidente. Otro de los oficiales monetarios fue L. Cornelius Lentulus, cónsul en el 3 a.C., mientras que su triunvirato monetario, según Mattingly, tuvo lugar en el 12 a.C., que es la solución más aceptada. Uno de los denarios109 de L. Lentulus (12 a.C.) nos muestra en el reverso a Augusto, claramente identificado gracias al clipeus uirtutis, colocando una estrella sobre la cabeza de un personaje, o posiblemente de una estatua, identificado como Agrippa110 (?). Esta figura sostiene una Victoria en su mano derecha y vara o báculo transversal en la izquierda. La leyenda de anverso es L LENTVLVS FLAMEN MARTIALIS.
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RIC I, Aug., 413, p. 73, con A) AVGVSTVS DIVI F Cabeza desnuda de Augusto a derecha R) COSSVS LENTVLVS RES PVB AVGVST Augusto, togado y de pie frente a Res Publica arrodillada ante él. Fullerton (op. cit. n. 85), p. 478. Para Zanker (op. cit. n. 91), pp. 116-117, presenta claramente la relación entre el salvador y el estado, Augusto ayuda a levantarse a la res publica, que aparece arrodillada frente a él siguiendo el esquema de representación de una provincia sometida; no relaciona la emisión con Agrippa. 108 Dión, 54, 29,4. 109 RIC I, Aug., 415, p. 74=BMCRE I 124, p. cvii y p. 26. 110 A. Fraschetti, La mort d'Agrippa et l'autel du Belvedere: un certain type d'hommage, MEFRA 92 (1980), 2, p. 973. Cf. E. La Rocca, «Memore di Castore»; Principi come Dioscuri, en L. Nista (ed.), Castores. L'immagine dei Dioscuri a Roma. Roma, 1994, p. 87, para quien el atributo característico de los Dióscuros, la estrella, fue luego utilizado como símbolo religioso de la inmortalidad astral; en cambio Sutherland apunta la posibilidad de que la figura que recibe la estrella sea Julio César. De la misma opinión es Zanker (op. cit. n. 91), pp. 55-56. Para Zanker evoca la aparición del sidus lulium acaecida el año 44 a.C., siendo Octaviano quien introdujo en el pueblo la creencia en la estrella, y ordenó que fuese incorporada a «todas» las estatuas de César. De todas formas, en la p. 260 constata que es significativo que el monetalis represente al Princeps de un tamaño mayor que el Diuus lulius.
EL PROYECTO DINÁSTICO DE AUGUSTO: MARCELLO Y AGRIPPA
Es un tipo que genera mucha confusión entre los investigadores, en lo que se refiere a la interpretación del reverso. Babelon vio una representación de L. Lentulus situando una estrella sobre la cabeza de una estatua de Diuus lulius en el templo de Mars Vítor. Grueber prefirió identificar el reverso como Augusto realizando la acción en el templo de Diuus lulius. Otros prefieren ver en la estatua a Agrippa, localizada en el templo de Mars Vítor (Mattingly) y coronada por Augusto o en el Panteón (Newby)111. Para Fullerton ninguna de estas interpretaciones parece la más adecuada; una estatua de Agrippa con la estrella implica, según él, la divinización del personaje, cosa que no ocurrió, decantándose por el Diuus lulius112. La figura de Augusto sí parece clara y sin discusión, el escudo que porta con las iniciales C.V. es el clipeus uirtutis, que le fue otorgado el 27 a.C. Newby relaciona esta moneda con el donativo de cuatrocientos sestercios que dio Augusto a la plebe el año 12 a.C. según la voluntad de Agrippa. La moneda, para Fullerton, no representa la consagración de una estatua particular; ésta representa a Augusto como hijo de César, y el escudo, dedicado en la Curia lulia, hace alusión a la píelas de Augusto, que en el contexto de su elección como pontifex maximus cobra todo su valor. La estrella connota divinidad, pero es improbable en este caso, puesto que Agrippa no fue divinizado. Para Fraschetti la estrella en sí misma no significa siempre y en todas las circunstancias consecratio oficial. Entre los prodigios enumerados que acompañaron la muerte de Agrippa113, está el de la aparición de un cometa el año 12 a.C., que evoca a otro bien famoso: el sidus lulium. Un prodigio que presenta ambigüedad, puesto que puede interpretarse como signo de desventura, pero también como promesa o confirmación de inmortalidad astral, como ocurrió por primera vez para el caso de César, cuando se atribuyó al cometa el valor de un signo de bienaventuranza. Fras111 Para las hipótesis de E. Babelon, Monnaies de la république romaine 1. París, 1885, p. 431 y H. A. Grueber, Coins of the Román Republic in the Brítish Museum, vol. 2. Londres, 1910, p. 102, cf. Fullerton (qp. cit. n. 85), p. 479; Mattingly (qp. cit. n. 74), p. cvii; Reinhold (qp. cit. n. 20), p. 131; Newby (qp. cit. n. 74), pp. 52-53. 112 El joven Octaviano había colocado en la famosa estatua de bronce del padre adoptivo, emplazada en el templo de Venus Genetñx, una estrella sobre su cabeza, según Dión, 45, 7, 1. 113 Dión, 54, 29, 7-8.
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chetti114 cree que el cometa del año 12 a.C. fue visible en Roma no antes sino después de la muerte de Agrippa. En cuanto a la identificación con César del personaje que recibe la estrella, en el 12 a.C. en Roma, el Diuus lulius poseía un templo propio y un flamen, y su culto había entrado a formar parte de los cultos públicos de la ciudad, por lo que Augusto no tenía la necesidad de reafirmar y recordar aquel acto en el que le colocaba una estrella a la estatua de César nada más producirse su muerte115. Para Fraschetti116, el Diuus lulius no es jamás representado junto a Augusto sobre las monedas, a diferencia de Agrippa que aparece en cuatro emisiones: dos de C. Marius C. f. Tro(mentina) y dos de C. Sulpicius Platorinus, todas datadas en 13-12 a.C. El colega del Príncipe puede ser fácilmente identificado gracias a sus atributos: lleva en la mano derecha una Victoria sobre globo, alusión muy explícita a sus victorias militares. En la mano izquierda Agrippa lleva un hasta o lanza, símbolo de su estatus, al ostentar el imperium proconsular hasta su muerte; lanza que ya había aparecido junto a Augusto y Agrippa sobre el reverso de una de las emisiones de C. Sulpicius Platorinus117. Fraschetti destaca la diferencia cualitativa, en época augústea, entre un aparato simbólico dedicado a exaltar la «inmortalidad astral», y una consecratio. Los denarios de Lentulus Martialis, así como los relieves del altar de Belvedere, presentan un programa iconográfico que exalta la «inmortalidad astral» de Agrippa, de una ascensión desde el mundo de los vivos, de un abandono de la tierra, convirtiéndose en una figura heroizada, aunque no un diuus. Tal heroización o «inmortalidad astral» era reservada en el principado de Augusto a los miembros de la domus Augusta una vez fallecidos. La estrella no siempre significa consecratio del personaje que la lleva, también puede significar la asunción simbólica del personaje entre los astros. En última instancia, Augusto quería destacar el consenso sobre la imagen de Agrippa después de su muerte, tal como expresaba en la Laudatio Funebris; la muerte no es una pérdida privada en el ámbito de la familia de Augusto, sino que supone una gran pérdida para todos los romanos, a pesar de que es 114 115
Fraschetti, 1984 (qp. cit. n. 63), p. 174. Cf. supra n. 110 y Fraschetti, 1984 (qp. cit. n. 63),
p. 176. 116
Fraschetti, 1980 (qp. cit. n. 110), p. 974. Cf. RIC I, Aug., 406-407=BMCRE I 115-116, pp. 23-24. Cf. Alfóldi (qp. cit. n. 79), pp. 1-27. 117
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claro el rechazo de la aristocracia romana hacia la figura de Agrippa118. Y una forma de exaltar su figura es aprovechando la eficacia simbólica del astro, ya que existía una convicción ampliamente difundida sobre la validez de los signos celestiales; Augusto realizó una utilización consecuente de esta idea. L. Caninius Gallus realizó también sus emisiones en el 12 a.C., destacando los denarios119 que muestran en el anverso la cabeza desnuda de Augusto; en el reverso, bisellium con lanza o hasta en el lateral, y leyenda TR POT sobre bisellium, L CANINIVS GALLVS III VIR, AVGVSTVS abajo. La aparición de un bisellium/subsellium o doble asiento con la leyenda TR POT es una clara referencia a la tribunicia potestas de Agrippa y Augusto. Junto con la emisión de Platorinus es uno de los ejemplos de la continuidad del uso de la lanza como insignia durante época augústea, y como en el caso anterior, también el basta es un símbolo del poder tribunicio. Según Fullerton120, el asiento vacío hace alusión a la muerte de Agrippa en ese mismo año y consecuentemente al hecho de que el poder ya no es ejercido. La silla o asiento121 como símbolo tiene una larga tradición; ésta representa generalmente a un dios y excepcionalmente a una persona que ha tenido el privilegio de sentarse en ella pero que está ausente o ha muerto. El simbolismo comenzó en Oriente con los tronos en honor de los dioses y de los reyes; los griegos heredaron esta costumbre de sus antepasados, usando los tronos en procesiones; y finalmente los romanos tomaron prestadas estas representaciones de los griegos. La versión romana del trono real fue la sella curulis, considerado como un símbolo de poder y cargo; quien tuviera el privilegio de sentarse en una de ellas era porque poseía en Roma un cargo oficial, una magistratura pública. También el subsellium de los tribunos adquiere aquí el papel simbólico de recordar a quien ha ejercido la potestad tribunicia recientemente.
118
A. Fraschetti, Augusto e la «Laudatio» di Agrippa, en // bimillenario di Agrippa. Genova, 1990, pp. 83-98. 119 RIC I, Aug., 417=BMCRE I 131. Sutherland (RIC I, p. 74), como en la emisión de Platorinus, no identifica ninguna lanza sino un «apparitor's staff». 120 Fullerton (op. cu. n. 85), p. 478. Mattingly (BMCRE I, p. cviii) recalca el bisellium como reflejo de la muerte de Agrippa; también Newby (op. cit. n. 74), p. 30. 121 S. Weinstock, The Image and the Chair of Germanicus, JRS 41 (1957), pp. 147-154.
2.3. PROPAGANDA MONETARIA DINÁSTICA: AGRIPPA Y LA DOMUS AUGUSTA
Las fuentes numismáticas se van a convertir en el medio donde se va a ver representados frecuentemente a los «corregentes» bajo diversas formas. Es bien conocido que la moneda en la Antigüedad no solamente era considerada como un instrumento de cambio económico, sino también como un soporte ideológico que permitía al estado o a la autoridad responsable difundir el mensaje de acuerdo a sus intereses. La noción de propaganda en la Antigüedad es un concepto que algunos numismáticos rechazan por tratarse de un anacronismo122; si entendemos el término en el sentido de propagación o promulgación de un mensaje, con o sin connotación peyorativa, la moneda es sobre todo un vector de la ideología oficial. El Principado augústeo coincide con una multiplicación de los tipos monetarios; de hecho es la primera vez que el poder utiliza el lenguaje de las imágenes para difundir a través de la moneda los principales temas sobre los cuales reposa la ideología del nuevo régimen: la Victoria, la Libertas, las virtudes imperiales, la Pax, y progresivamente, la continuidad dinástica. Los «corregentes» son frecuentemente asociados a la efigie del princeps. La extrema prudencia de Augusto pudo ser la causa en la concesión tardía de poderes específicos a Agrippa, preocupado por hacer aceptar sus proyectos dinásticos, teniendo en cuenta las reticencias de la nobilitas. Es significativo que en las monedas emitidas en Roma Agrippa no figure sobre el anverso. Es interesante oponer el tratamiento de la imagen de Agrippa por las capas populares con el que se puede percibir por la literatura o la iconografía y la representación oficial de Agrippa, por ejemplo sobre las monedas. La oposición senatorial al yerno del Príncipe explica también que ciertos honores no le hayan sido conferidos123. La propaganda imperial ha podido utilizar, al beneficio del régimen, la acción del segundo personaje del Principado augústeo, la imagen popular de Agrippa, con su evergetismo como 122 Así hablamos de G. G. Belloni, Significati storicopolitici delle figurazioni e delle scritte monete da Augusto a Traiano. (Zecche di Roma e «imperatorie»), ANRWll, 1 (1974), pp. 997-1144. 123 Roddaz (op. cu. n. 3), pp. 378-379. Sobre la escasa presencia de Agrippa en la literatura augústea, a pesar de ser una literatura fuertemente ideologizada y de gozar del favor de Augusto, cf. Fedeli (op. cit. n. 22), pp. 114-125.
El PROYECTO DINÁSTICO DE AlJGUSTO: MARCELLO Y AGRIPPA
forma de ganarse a la plebe romana a la causa de Octaviano. Dión Casio lo considera «claramente el mejor de los hombres de su tiempo» y «había superado en virtud a los otros»124. El Princeps utilizará la imagen de Agrippa como forma de acentuar el carácter popular del régimen. Las fuentes literarias han mostrado esa imagen estereotipada de Agrippa, sobre todo Dión Casio, para quien las iniciativas de Agrippa en el urbanismo de Roma, que ocupan los primeros años del Principado, no son más que el deseo cíe responder a las aspiraciones de las masas, en las que el régimen debía apoyarse125. Ese sentimiento popular que tanto destaca Dión Casio en su obra contiene un trasfondo político más complejo, se está reflejando una acentuación cíe la imagen popular como antagonista de la nobilitas romana. Dión Casio evoca la crisis del 23 a.C., provocada por la enfermedad de Augusto, quien a punto de morir había cedido su sello a Agrippa. Tras su restablecimiento, el Príncipe propuso leer su testamento al Senado, a fin de «mostrar al pueblo que él no había legado a una persona la sucesión de su autoridad»126. Pero parece evidente que Augusto había optado por Agrippa porque «no había demasiada confianza en el juicio de este joven hombre [Marcello]; pero él quería que el pueblo recobrara su libertad o bien que Agrippa recibiera del pueblo el poder...»127. Descartando a Marcello, Augusto habría pensado en la posibilidad de una restauración republicana pura y simple; es decir, en la instauración del Principado «republicano» conferido a Agrippa por el Senado y el Pueblo. Pero Agrippa no era por sus convicciones políticas un partidario del sistema republicano, tal como afirma Dión Casio128, a pesar del tan difundido mito de su republicanismo. Agrippa simbolizaba a la vez el carácter autoritario y militar pero tam124
Dión, 54, 29, 2. J. M. Rockiaz, Un theme de la «propagande» augustéenne: l'image populaire d'Agrippa, MEFRA 92 (1980), 2, pp. 947-956. 125
12(1 12
~
128
Dión, 53, 31, 1. /fcírf., 53, 31, 4.
Dión, 54, 29, 3. De hecho, Espinosa (op. cu. n. 8), pp. 91-94, al analizar el discurso de Agrippa llegaba a la conclusión de que en ningún momento reclama la forma constitucional republicana, y fundamentalmente no se rechaza la monarquía, sino la tiranía, puesto que la finalidad del debate no es oponer democracia a monarquía, sino tiranía a monarquía de poder compartido. Cf. también sobre la misma idea P. Mckechnie, Cassius Dio's Speech of Agrippa: A realistic alternative to Imperial Government?, G&R 28 (1981), pp. 150-155.
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bien popular del régimen. Es cierto que la ascendencia modesta de Agrippa pudo reforzar todavía más su popularidad en la plebe, pero Dión Casio no la evocó. La concordancia de la historiografía antigua sobre la figura de Marco Agrippa, que presenta casi unanimidad acerca del carácter popular de su acción evergética, nos hace pensar que estamos en presencia de un tema de propaganda imperial. La figura de Agrippa presenta una coherencia que encuentra su reflejo en la imagen popular; la ideología del Principado augústeo ha promovido la figura de origen oscuro y su acción política, para crear la imagen de un hombre cercano a las aspiraciones del pueblo y presentarlo como la fachada popular del nuevo régimen. Las conmemoraciones celebradas en Roma con motivo de la muerte de Agrippa en el año 12 a.C., fueron cualitativamente diferentes cuando se las compara a los honores fúnebres públicos que la Tabula Hebana reserva a Germánico en el 19 d.C., o los que esta misma Tabula menciona para Gayo y Lucio César en el 5 d.C. Agrippa no podía suscitar sobre su persona esta unanimidad profunda que parece al contrario caracterizar los honores fúnebres rendidos a los Príncipes de la Juventud. Jamás en Roma hay una representación de Agrippa muerto comparable al estatus heroico de Germánico, o de Gayo y Lucio César; con Agrippa hay una ruptura entre Augusto y el pueblo, por un lado, y la aristocracia romana, por el otro129. La propaganda arquitectónica y numismática de los años 13-12 a.C. define de manera más clara la posición de Agrippa en el régimen. Además de la procesión de la familia imperial representada en el Ara Pacis, ceremonia cuya identificación es hoy por hoy una cuestión sin resolver, en la que aparece con la cabeza velada, como un sacerdote, muy cerca de Augusto, el personaje de Agrippa constituye igualmente el tema principal de las numerosas emisiones monetarias oficiales difundidas en los años 13-12 a.C. El «corregente» aparece sobre el reverso de varios tipos monetarios y está asociado sistemáticamente a la persona de Augusto. Las diferentes representaciones celebran a la vez al collega, compartiendo con el Príncipe las competencias civiles de la potestad tribunicia y censorial, y al uir müitaris, que había jugado un papel preponderante en el nacimiento del nuevo régimen por sus victorias de Nauloco y de Actiumm. 129 130
Fraschetti, 1980 (op. cit. n. 110), pp. 957-976. Hurlet (op. cit. n. 2), p. 77.
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Sin embargo, no hay que considerar al «corregente» únicamente como un uir militaris. Agrippa es representado como un hombre de guerra sobre las emisiones monetarias de la «corregencia» de los años 13-12 a.C, y por ello aparece con toda una serie de atributos propiamente militares: corona rostral y mural, el estrado donde se coloca el bisettium decorado con proas de barcos. Pero, como destaca Hurlet, todos estos atributos señalan los méritos militares de Agrippa adquiridos antes de la creación de la «corregencia» (victorias navales de Mylae y Naulocó). Su prestigio militar adquirido en las operaciones de los años 30 como almirante de Octaviano quedó subordinado, al igual que el prestigio obtenido con campañas posteriores, en provecho de una concepción más dinástica de la posición que ocupa en el régimen después de su matrimonio con Julia131. Representante de Augusto, además de su yerno, cofundador de la dinastía y garante de la perennidad del régimen, «corregente» por la concesión del imperium proconsular y de la potestad tribunicia, tales fundamentos podían permitirle aparecer como el otro príncipe del mundo. Agrippa se había convertido en el apoyo y baluarte del Princeps. En caso de que falleciera éste, el poder descansaría en las manos seguras de Agrippa, hasta el momento en el cual sus nietos, Gayo y Lucio, pudieran asumir la responsabilidad del poder. Los testimonios numismáticos, epigráficos e iconográficos no dejan de recalcar esta posición privilegiada: las monedas emitidas entre el 13-12 a.C. en Roma asocian a Agrippa y Augusto y perpetúan (después de su muerte) el recuerdo del colega del Príncipe. De este grupo de emisiones oficiales, que tienen su origen en la ceca de Roma se han de excluir los ases con leyenda de anverso M AGRIPPA L F COS III, cabeza de Agrippa a izquierda con corona rostral, y en el reverso Neptuno sosteniendo un delfín en su mano derecha y un tridente en su izquierda, con la leyenda S C, fechados en época tiberiana132, que son para Nicols de época de Calígula. Estas emisiones siguen reflejando, sin embargo, la importancia de la figura de Agrippa en la sociedad romana y sobre todo en el aspecto de la propaganda imperial. Calígula emitió los pri-
meros ases de M. Agrippa, celebrando a su abuelo, en conjunción con otros tipos dedicados a la familia (hermanos y hermanas, padre, madre y bisabuelo). Su mayor producción se produce bajo el reinado de Calígula, concentrándose en las fronteras del Rin, donde se repartieron muchos donativos a las legiones por parte del emperador, aunque también continuaron emitiéndose en época de Claudio. Calígula, no siendo capaz de apelar a su relación con Tiberio de forma directa, fomentó su conexión con Agrippa de la misma forma que Tiberio forzó la relación de parentesco con Augusto. Las tropas del Rin aún recordaban a Agrippa, y si Calígula estaba preparándose para una invasión de Britannia, el motivo naval de la corona rostral y Neptuno no serían una propaganda inapropiada133. Teniendo en cuenta que las cecas de Hispania estaban reduciendo su número, y las del Este del Imperio ya habían cesado su producción de monedas de oro y plata, la primera expresión oficial del programa dinástico tiene su origen en la ceca de Roma. Sería lógico distinguir las emisiones oficiales de las acuñaciones provinciales: las primeras eran realizadas en Roma y en cecas oficiales del Imperio (sobre todo Lugdunum), y siguen las directrices venidas de Roma; en cuanto a las segundas, presentan más libertad a la hora de concebir la «corregencia» y constituyen una fuente importante para conocer la posición del collega en el seno del régimen. Aunque Sutherland134 ya destacó que el Princeps tenía un absoluto control sobre la elección de los tipos, no sólo de las emisiones oficiales, sino también de las provinciales. Para cualquier emisión de importancia, el tema de su mensaje e incluso su detallada presentación fue prescrita sin posibilidad de error. Así, las emisiones provinciales adquieren también un carácter «oficial» desde el punto de vista propagandístico. Las emisiones monetarias oficiales de los años 13-12 a.C. traducen también la versión defendida por el régimen de una colaboración política y militar entre el Príncipe y el «corregente». Las emisiones provinciales de la «corregencia» no están, por su parte, fechadas con tanta precisión, pero su estudio permite poner 133
131
Ibíd, pp. 406-407. Mattingly, BMCRE I, Tib., 161 y p. cxxxiii, planteando diferentes propuestas sobre su cronología, no descartando la cronología de época de Calígula. Mientras que para Sutherland es una emisión de Calígula: RIC I, Cal., 58, p. 112. 132
Nicols (op. cit. n. 50), p. 85; también fechan las emisiones en época de Calígula, Grant (op. cu. n. 51), pp. 15-16, quien señala que su masiva emisión testificó la continuidad de la inmensa popularidad de Agrippa; W. Trillmich, Familienpropaganda der Kaiser Caligula und Claudius. Agrippina Maior und Antonia Augusta auf Münzen. Berlín, 1978, p. 47. 134 Sutherland (op. cit. n. 18), p. 32.
El PROYECTO DINÁSTICO DE AUGUSTO: MARCELLO Y AGRIPPA
en evidencia la imagen que las ciudades del Imperio tenían del segundo del régimen y mostrar también, como las emisiones oficiales, toda la complejidad y la ambigüedad de la posición de Agrippa. De hecho en las emisiones provinciales, aunque las representaciones de Agrippa son restringidas en número, lo cierto es que cuando aparece siempre lo hace al mismo nivel que Augusto135. Las monedas de oro y plata firmadas por los oficiales monetarios augusteos en los años 1312 a.C. (después del 12 a.C. ninguna emisión en oro y plata parece haber sido producida en Roma, sí en cambio en Lugdunum) aportan numerosos tipos (19 reversos diferentes) que aluden a una variedad de temas interrelacionados —el avance y la muerte de Agrippa, la sucesión, la Pax augústea y la elección de Augusto como pontifex maximus. Para Fullerton136, la glorificación de la familia de Augusto es el tema principal del programa propagandístico aplicado en las monedas. Una presentación integral de la domus Augusta convenía a los planes de Augusto para la sucesión y era esencial para la aceptación por parte de la opinión pública de sus aspiraciones dinásticas. La evidencia numismática, junto con las demás fuentes iconográficas y literarias, nos muestra cómo la glorificación de la domus Augusta no fue simplemente una parte del programa propagandístico sino su tema principal, por no decir único. Mattingly137 asignó a los quince oficiales monetarios cuyos nombres aparecen en los denarios augusteos138 a sus colegios respectivos, de los que nos interesa destacar: — 13 a.C.: C. Marius, C. Sulpicius Platorinus, C. Antistius Reginus. — 12 a.C.: Cossus Cornelius Lentulus, L. Lentulus, L. Caninius Gallus. Esta última parte del esquema cronológico de Mattingly es la más problemática y la que más ha sido cuestionada por la investigación139. Las monedas emitidas en Roma a partir del 13 a.C. conmemoraron la asociación de Augusto y de Agrippa, los cuales figuran juntos en el reverso; éste es el caso de los denarios acuñados por el Illuir monetalis C. Marius o de los 135
Burnett (op. cit. n. 12), p. 49. Fullerton (op. cit. n. 85), pp. 473-483. 137 Mattingly (op. cit. n. 74); Fullerton (op. cit. n. 85) y Wallace-Hadrill (op. cit. n. 93) siguen la misma cronología. 138 L. Lentulus también emite áureos en el 12 a.C. 139 Foss (op. cit. n. 74), p. 52; Pink (op. cit. n. 93). 136
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denarios del Illuir monetalis C. Sulpicius Platorinus; en otros casos se tiende a exaltar el papel del «corregente», por lo que aparece sólo en el reverso, portando la corona rostral y mural, sus símbolos distintivos. Es importante notar que en ninguna de esas monedas el retrato de Agrippa aparece en el anverso. Hasta después de su muerte su retrato no aparece en el anverso de las monedas acuñadas en Roma. Ninguna de las monedas descritas son anteriores al 18 a.C., cuando Agrippa llegó a ser «corregente»; si seguimos la cronología de Mattingly de los Illuiri monetales, ninguna de ellas fue emitida antes del 13 a.C. Sutherland140 ha discutido algunas de esas monedas como anuncio de las intenciones dinásticas de Augusto. Él creía que el plan dinástico ya fue dibujado y reflejado primero en el 17 a.C. y de nuevo apuntado en el 13 a.C. Este programa es la primera articulación clara de la política de sucesión de Augusto, que en este momento, sólo engloba a su familia exclusivamente. En el 23 a.C., las esperanzas dinásticas de Augusto se podían centrar en Marcello, y su hijastro Tiberio (quien había cabalgado con Marcello en la celebración del triunfo de Actium y acompañado a éste en el viaje de Augusto a la Galia en el 27 a.C.), pero para Sutherland, hasta el 13 a.C. los planes dinásticos no quedaron oficializados. En ese período de diez años una serie de acontecimientos fue conformando el plan dinástico: en el 21 a.C. Agrippa se casó con Julia, la hija de Augusto; se le confirió el imperium, así como en el 18 a.C. la tribunicia potestas por primera vez, hecho que mostraba las intenciones de Augusto para la designación de un sucesor. El esquema dinástico fue completado cuando, después del nacimiento de su segundo hijo, Lucio, en el 17 a.C., Augusto adoptó a los dos como sus propios hijos. Estos eventos debieron tener reflejo en los denarios acuñados en la ceca de Roma bajo el triunviro monetario C. Marius. Para Sutherland, como ya indicamos, los tipos emitidos por Marius eran en un principio asignados al 17 a.C., principalmente los que hacen referencia al poder tribunicio de Augusto y Agrippa; y defendía que el tipo de los jóvenes hijos de Agrippa y Julia debía fecharse en el 17 y no en el 13 a.C., y que las monedas de los dos Lentuli (Cossus y Lucius) y de C. Sulpicius Platorinus (llenas de referencias a los colegas en la tribu140
Sutherland (op. cit. n. 18), p. 57.
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niela potestas, pero sin ninguna mención a los dos hijos de Agrippa) reflejarían el contexto del 13-12 a.C. Posteriormente, llegó a la conclusión de que las emisiones de C. Marius formaban parte del colegio del 13 a.C.141 Los eventos del año 17 a.C. tuvieron rápidas repercusiones en las provincias. Cuando la ceca de Nemausus comenzó a producir otra gran emisión de monedas de bronce para la circulación occidental, la cabeza de Agrippa continuó apareciendo (en asociación con la de Augusto) en el anverso. Gayo y Lucio, desde sus primeros años, fueron asignados como fundadores titulares de las nuevas colonias augústeas. Pero la verdadera política dinástica, a juicio de Sutherland, se centra en su efecto metropolitano, y no provincial, a pesar de que Augusto debía tener en mente el extender la propagación de su plan dinástico a todo el Imperio. Podría sugerirse que la elección de la ceca de Roma para presentar los propósitos dinásticos de Augusto en el 17 a.C. y después de esa fecha, indica una restricción en la extensión de la opinión pública que puede ser influida, si aceptamos una circulación restringida del conjunto monetario en oro y plata; pero es más probable concluir que Augusto eligió deliberadamente la ceca de Roma para proclamar un programa que era más apropiado en ese momento para el núcleo metropolitano. Para un posible candidato a la sucesión como Tiberio, cónsul en el 13 a.C. con Quinctilius Varus, el esquema dinástico de Augusto era ahora totalmente claro y específico. La adopción de Gayo y Lucio César en 17 a.C. les había señalado como los presuntos herederos al trono; pero como tenían tan sólo siete y cuatro años respectivamente, Agrippa sería el hombre que, como poseedor del imperium y
141
Sutherland (qp. cit. n. 46), pp. 32, 34, 72.
sobre todo de la tribunicia potestas, sucedería a Augusto hasta que sus hijos alcanzaran la mayoría de edad. Tal fue el mensaje político de estas emisiones en oro y plata de los años 1312 a.C., que fueron las últimas acuñadas desde la ceca de Roma, puesto que a partir de ese momento la recién creada ceca de Lugdunum fue la encargada de emitir en metales preciosos, mientras que Roma emitiría en bronce142. Las interpretaciones sugeridas indican un programa coherente de propaganda dinástica detrás de la selección de los tipos acuñados en los años 13-12 a.C., esencialmente de exaltación de la domus Augusta. Las referencias a Agrippa dominan el programa. Los tipos con dos cabezas, una en cada cara, celebran la importancia del colega en el imperium, Agrippa, así como es mostrado como colega de Augusto en la guerra a través de su retrato portando la corona rostral, al igual que la aparición de Julia como Diana, y ésta con sus hijos Gayo y Lucio forma parte del programa dinástico. Como colega en la administración del Imperio, aparece con Augusto como tribuno y censor. Pero sobre todo nos encontramos con emisiones que subrayan la idea de la propagación del concepto dinástico del poder. De esta forma la estructura dinástica quedaba planteada: Augusto en la cabeza, Agrippa detrás de él, y los hijos de Julia adoptados por el Princeps aseguraban la continuidad del régimen. En conjunto, sumando la exaltación de la Pax Augusta y la elección de Augusto como pontífice, todos los tipos hacen alusión a una idea principal: la gens lulia trajo la paz y la prosperidad al mundo a través de Augusto, y este estado favorable de cosas sólo persistirá con el continuado liderazgo de la gens lulia, a través de la domus Augusta.
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Sutherland (op. cu. n. 18), pp. 63-64.
Capítulo ni DE LA MUERTE DE AGRIPPA AL ADVENIMIENTO DE TIBERIO
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La desaparición prematura de Agrippa constituyó para el régimen una pérdida considerable, puesto que privó a Augusto de su más fiel colaborador, en un momento crítico en el aspecto político, y sobre todo le obligó a replantear su política dinástica, para buscar a una persona que reemplazase a Agrippa. Gayo y Lucio César, los propios hijos de Agrippa y Julia, adoptados por Augusto, no eran más que unos niños en el año 12 a.C, con siete y cuatro años respectivamente. Augusto debió recurrir, por tanto, a sus hijastros, Tiberio y Druso, que tenían veintinueve y veinticinco años respectivamente, y que ya habían adquirido una cierta experiencia militar y política a través del mando de numerosas campañas militares y el ejercicio de magistraturas1. En consecuencia, los dos fueron investidos progresivamente de poderes cada vez más importantes. Tras la muerte de Agrippa, Druso formó parte de las nuevas disposiciones políticas y dinásticas al mismo nivel que su hermano Tiberio. La promoción de Tiberio y Druso es, para Hurlet, una consecuencia de la muerte prematura de Agrippa, puesto que en el año 23 a.C., cuando pareció dibujarse por primera vez el organigrama dinástico, los dos hijastros estaban lejos de formar parte de los planes de Augusto. Éstos, como en su momento Agrippa, habían sido elegidos para asegurar un período de interinidad. También Bogue cree que Tiberio, hasta la inesperada muerte de Agrippa, y 1
F. Hurlet, Les Collégues du Prínce sous Auguste et Tibére. De la légalité républicaine á la légitimité dynastique. Collection de PÉcole Francaise de Rome, n.Q 227, Roma, 1997, p. 79.
antes la de Marcello, había jugado un papel secundario en la política sucesoria. Sutherland opina que el hijastro mayor de Augusto no podía sustituir la fidelidad y eficiencia de Agrippa, pero en ese momento Tiberio fue colocado en primer lugar debido a su experiencia militar y a su integridad, aunque su posición privilegiada fuera para Augusto un aspecto estrictamente temporal. Contrario a estas interpretaciones se muestra Corbett, quien considera que, tras la muerte de Agrippa, era Tiberio el primer candidato a la sucesión, considerado por Augusto, no de forma interina, sino como solución definitiva. Finalmente, Fraschetti cree que, a partir del año 23 a.C., Livia había comenzado su proyecto dinástico consistente en que uno de sus hijos sucediera algún día a Augusto, pero que para el Princeps, a pesar de concederle la potestad tribunicia, no sería el heredero definitivo sino el tutor de sus hijos adoptivos Gayo y Lucio2. En esta nueva reorganización política y dinástica, de nuevo Julia jugó un papel fundamental, como garante de la legitimidad dinástica, puesto que celebró su tercer matrimonio, esta vez con Tiberio3. Tal decisión fue anuncia2
J. F. Bogue, Tiberius in the reign of Augustus. Illinois, 1970, p. 12; C. H. V. Sutherland, Coinage in Román Imperial Policy. 31 B.C.-A.D. 68. Londres, 1951, p. 65; J. H. Corbett, The Succession Policy of Augustus, Latomus 33 (1974), fase. 1, p. 96.; A. Fraschetti, Livia, la politica, en A. Fraschetti (ed.), Roma alfemminile. Roma, 1994, pp. 135-137. 3 Suet., Tib., 7, 2. El matrimonio no se celebró en el año 12 a.C., sino al año siguiente, el 11 a.C. Julia estaba embarazada de Agrippa Postumo, el último hijo de Agrippa, y debía observar un período de luto por la muerte de su marido de, al menos, diez meses. Además Tiberio estaba casado con Vipsania Agrippina, hija de Agrippa (de su primer matrimonio, con Cecilia Ática).
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da antes de la partida de Tiberio en campaña a través de dos medidas significativas: la repudiación de su primera esposa Vipsania y el anuncio de los esponsales de Tiberio y Julia. Augusto era consciente del peligro potencial representado por las viudas que tenían hijos y que podían casarse de nuevo. Inmediatamente después de la muerte de Agrippa, Julia fue prometida a Tiberio. Este matrimonio tuvo un efecto político y sobre todo dinástico claro, puesto que la naturaleza del régimen era tal que la unión con la hija de Augusto se convertía en el signo más visible del favor del Príncipe, y como medida precursora de un reparto de responsabilidades y condición indispensable para la investidura de los poderes «corregenciales» (tal como se demuestra con Marcello y posteriormente con Agrippa). En esta nueva fase de la política dinástica de Augusto, Tiberio empezó a jugar un papel primordial, y de hecho Dión Casio4 destaca su figura por encima de la de Druso, a quien parece relegar a un segundo plano. En cambio, otros autores latinos5 dedican mayor espacio a esta figura, acorde con su prestigio y popularidad, tanto entre el pueblo, como en el ámbito de la corte. Para Hurlet6, Druso también estaba destinado a ocupar una posición principal en el estado. El estudio de la actividad política y militar de los dos príncipes muestra que siguieron una carrera paralela, tanto antes como después de la muerte de Agrippa. Un accidente mortal en Germania interrumpió una carrera prometedora para Druso. Hurlet opina que, sin creer enteramente en la teoría de Kornemann sobre el Doppelprinzipat, Druso había sido promovido a la cabeza del estado al mismo tiempo y sobre el mismo plan que Tiberio.
3.1. TIBERIO Y DRUSO 3.1.1. LA CARRERA DE TlBERIO Y DRUSO HASTA EL 12
A.C.
Tiberio había nacido el 16 de noviembre del 42 a.C., Druso en el 38 a.C., entre el 18 de marzo y el 13 de abril7. Eran los hijos del primer matrimonio de Livia y de Tiberio Claudio Nerón, llevando los tria nomina siguientes: Tiberio Claudio Nerón para Tiberio; Décimo Claudio Druso, y más tarde Druso Claudio Nerón para Druso. El cambio de praenomen de Druso se debió a la ceremonia de imposición de la toga viril del año 24 o 23 a.C., según Simpson8. Octaviano se casó en segundas nupcias con Livia el 17 de enero del 38 a.C., tres meses antes del nacimiento de Druso: los dos jóvenes Claudii serían los hijastros del futuro Princeps (los priuigni Angustí)9. A la muerte de su padre natural en el 33 a.C., pasarán a la tutela del padre adoptivo. La primera aparición pública de Tiberio se remonta al año 33 a.C., con el elogio que pronunció a la edad de nueve años por la muerte de su padre. Cuatro años más tarde, el 29 a.C., volvió a aparecer con ocasión de tres importantes ceremonias: participó en el triple triunfo de Octaviano desfilando al lado del vencedor, montado a caballo en el lado izquierdo10, presidió los juegos áticos y participó en los juegos troyanos a la cabeza de un escuadrón de jóvenes. Druso parece no haber participado de manera significativa en todos estos eventos, pero Hurlet lo justifica por su temprana edad: tenía sólo cinco años a la muerte de su padre, y nueve años durante las celebraciones del triple triunfo de su padrastro. Los dos jóvenes príncipes vistieron por primera vez la toga viril a la edad de quince años: Tiberio el 24 de abril del 27 a.C.11, Druso en el 7
Vipsania tuvo un hijo con Tiberio, conocido como Druso Minor, muerto en el año 23 d.C. Cf. M. Gelzer, s. v. «Ti. lulius Caesar Augustus», RE X (1919), pp. 478-536 (154). Sobre la legitimidad dinástica a través de las mujeres de la domus Augusta, cf. M. Corbier, Male power and legitimacy through women: the domus Augusta under the Julio-Claudians, en R. Hawley y B. Levick (eds.), Women in Antiquity Assessments. Londres-Nueva York, 1995, pp. 178-193. ' 4 Dión, 54, 31, 1. 5 Suet., 67., 1, 5; Tac., Ann., I, 33, 2; 41, 2; 52, 3; II, 41, 3; 53, 3; 72, 2; 82, 2; 84, 2; VI, 51, 1. 6 Hurlet (op. cit. n. 1), p. 81.
Cf. A. Vassileiou, Sur les dates de naissance de Drusus, de Caius et Lucius Caesar, RPh 58 (1984), pp. 4552, que sitúa su nacimiento entre el 4 y el 13 de abril. 8 C. J. Simpson, The Change in praenomen of Drusus Germanicus, Phoenix 42 (1988), pp. 173-175; en Hurlet (op. cit. n. 1), p. 82. 9 La posición de priuignus forma parte de la titulatura de los dos príncipes. Sobre la educación de Tiberio, cf. E. R. Parker, The Education of Heirs in the JulioClaudian Family, AJPh 67 (1946), pp. 33-35. 10 Suet., Tib., 6, 4. 11 Suet., Tib., 7, 1. Cf. A. Garzetti, From Tiberius to tbe Antonines. A History of the Román Empire. A.D. 14192. Londres, 1974, p. 7. '
DE LA MUERTE DE AGRIPPA AL ADVENIMIENTO DE TlBERIO
año 23 o 22 a.C. en una fecha indeterminada, suponiendo que la recibiera a la edad de quince o dieciséis años. Irán ascendiendo uno a uno todos los escalones del cursus bonorum, obteniendo los dos los mismos honores, y ejerciendo las mismas magistraturas con cuatro o cinco años de distancia entre uno y otro: autorización para optar a cualquier magistratura cinco años antes de la edad legal, acordada en el 24 a.C. para Tiberio y en el 19 para Druso; cuestura ejercida por Tiberio en el 23 a.C. y por Druso en el 18 a.C.; pretura en el 16 por Tiberio y en el 11 por Druso; finalmente en el 13 a.C. consulado para Tiberio y en el año 9 a.C. para Druso. El intervalo de años entre uno y otro está justificado por su diferencia de edad, y no hay duda cíe que Augusto había planificado una carrera política paralela para ambos. El mismo fenómeno se observa en sus respectivas carreras militares. Tiberio había participado en la campaña de Augusto contra los Cántabros en los años 26-25 a.C., como simple tribuno militar, junto a Marcello. Dirigirá verdaderamente su primera campaña cinco años más tarde, cuando acompañe a Augusto a Oriente, y se le encomiende, en calidad de legado del Príncipe, conducir a las fronteras orientales del Imperio un cuerpo expedicionario con la misión de intimidar al rey de los partos. Recuperaría las insignias de Craso el 12 de mayo del año 20 a.C. Durante el ascenso de Gayo y Lucio, Tiberio y Druso, siempre en segundo lugar en la sucesión al trono, desempeñaron como generales un papel que los llevó a engrandecer su propia fama y la de la dinastía mucho antes de que, a la muerte de los nietos, Tiberio pasara a ser un «odioso» heredero al trono. En los casos en que el Princeps no podía emprender por sí mismo las campañas militares, los príncipes luchaban en su lugar. Tras su retorno a Roma en el 19 a.C., el joven príncipe fue condecorado con las insignias de pretor, y su intervención personal (entronizando en Armenia al nuevo rey pro-romano Tigranes, tras la muerte de Artaxias, así como la recuperación de las insignias) fue engrandecida por toda la propaganda, pese a que se trataba de un acuerdo diplomático. De hecho, la misión comportaba poca iniciativa o riesgo, pero su éxito contribuyó a crear la gran reputación militar de la que gozaría Tiberio. Sin embargo, esta victoria diplomática fue ampliamente celebrada en las monedas sin que Tiberio fuese mencionado o representado.
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Se trata de los áureos y denarios12 del triunviro monetal P. Petronius Turpilianus, acuñados en Roma entre los años 19-4 a.C., junto a los de L. Aquillius Florus y M. Durmius, que forman el colegio de triunviros del 19 a.C. Los tres destacan en sus emisiones por su énfasis marcado de las concesiones partas y de la victoria diplomática de Armenia. En cuanto a la recuperación de los estandartes de Craso a los partos, los reversos muestran la leyenda CAESAR AVGVSTVS SIGN RECE, con la representación de un parto con la cabeza desnuda arrodillándose ante un estandarte militar con una x marcada. En cuanto a la victoria diplomática de Armenia, que fue representada como una conquista en toda regla, los reversos muestran la leyenda CAESAR DIVI F ARME CAPT o ARMINIA CAPTA, con un armenio con tiara y vestido largo, arrodillándose y con ambas manos extendidas. La propaganda acerca de la recuperación de los estandartes de Craso a los partos, así como la supuesta conquista de Armenia desarrollada por las cecas imperiales puede calificarse de sistemática y de cuantitativamente importante. No sólo estos mensajes tuvieron eco en Roma o en las provincias occidentales, como acabamos de ver, sino también en las provincias orientales, donde se podía percibir de manera
12 Para las emisiones con estandarte: RIC I, Aug., 287-289=BMCRE I 10, 14 (Turpilianus) A) TVRPHIANVS IIIVIR o con FERON Busto drapeado y diademado de Feronia; RIC I, Aug., 304-305=BMCRE I 40 (Florus) A) AQVLLIVS FLORVS HIVIR Busto drapeado y con casco de Virtus a derecha; RIC I, Aug., 314-315=BMCRE I 58-59 (Durmius) A) M DVRMIVS IHVIR Busto diademado y con piel de león de joven Hércules. Cf. L. Rossi, Le insegne militari nella monetazione imperiale romana da Augusto a Commodo, RIN(1965), pp. 46-47, quien describe algunos de los signa recuperados. Para la victoria en Armenia: RIC I, Aug., 290-292=BMCRE I 18-19, 21 (Turpilianus); RIC I, Aug., 306-307=BMCRE I 43-44 (Florus); RIC I, Aug., 319-320=BMCRE I 66, 68 (Durmius), donde se representa a Victoria sin hacer alusión a Armenia. A estas emisiones hay que añadir las de una ceca de Hispania (¿Colonia Caesaraugusta?), que emite denarios del 19-18 a.C.: RIC I, Aug., 41, p. 44=BMCRE I 332, A) CAESAR AVGVSTVS Cabeza desnuda de Augusto a derecha. R) SIGNIS RECEPTIS Marte, con casco y capa, de pie con águila, y estandarte sobre el hombro. El mismo tipo aparece en las emisiones de áureos y denarios de la segunda ceca hispana (¿Colonia Patricia?), RIC I, Aug., 58=BMCRE I 413, RIC I, Aug., 60=BMCRE I 411, RIC I, Aug., 80E-87b=BMCRE I 410, 412, 414-16, 418, 420, 422423. De esta última ceca destaca la emisión de áureos y denarios con la leyenda de R) CIVIB ET SIGN MILIT A PART RECVP Cuadriga sobre parte central de un arco triunfal, con figuras a izquierda y derecha sosteniendo estandarte y águila (RIC I, Aug., 131-137, p. 50=BMCRE I 427-429).
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más clara el efecto propagandístico de estos dos eventos conmemorados13. Los dos hijos dirigirían conjuntamente sus primeras operaciones militares durante los años 15 y 14 a.C. con la pacificación del sector alpino, enfrentándose a las tribus retias (pueblo ilirio extendido por los Alpes centrales y orientales) y los Vindélicos (tribu celta extendida entre el Rin y el alto Danubio), logrando una victoria importante en el 14 a.C. Al finalizar esta campaña, Tiberio regresó a Roma para ejercer su primer consulado el 1 de enero del 13 a.C., permaneciendo todo el año en la capital, año en que Augusto y Agrippa entrarían en Roma de forma triunfal, logrando la renovación de sus poderes; en cuanto a Druso, que había llegado a Germania junto al Príncipe, realiza sólo las operaciones militares en la región situada al oeste del Rin tras el retorno de Augusto a Roma a comienzos del verano del 13 a.C. Esta campaña, ampliamente justificada por la necesidad de asegurar los pasos alpinos, tenía como objetivo adicional, aumentar el prestigio de Druso14. Para asegurar tal éxito, los Retios habían sido ya reducidos de manera importante durante una campaña conducida un año antes por P. Silius Nerva (17-16 a.C.). Pronto las imágenes darían dimensiones míticas a los sucesos militares, y la primera ocasión se presentó con estas guerras de expansión contra los pueblos alpinos. Una emisión de áureos y denarios de la ceca de Lugdunum15 —que abre las emisiones de esta ceca— 13
C. H. V. Sutherland, The Román Imperial Coinage. I. From 31 B.C. to A.D. 69. Londres, 1984, pp. 82-83La ceca de Pérgamo emitió cistóforos de plata, áureos y denarios, en c. 19-18 a.C., que conmemoran estos dos eventos: RIC I, Aug., 508-510, 513-526. Para la conquista de Armenia, cf. el áureo n.2 513: A) AVGVSTVS Cabeza desnuda de Augusto a izquierda R) ARMENIA CAPTA Esfinge sentada a derecha. Para la recuperación de los estandartes: cf. el áureo n.Q 522: A) AVGVSTVS Cabeza desnuda de Augusto a derecha R) SIGNIS PARTHIC RECEPTIS Capricornio a derecha. 14 Hor., Carm., 4, 4, es un ejemplo del valor propagandístico de la campaña dirigida por Druso. 15 Cf. RIC I, Aug., I62a-l63, p. 52, áureos y denarios (15-13 a.C.) con A) AVGVSTVS DIVI F Cabeza desnuda de Augusto a derecha o a izquierda R) IMP X Soldado con parazonium dando una rama a Augusto. Sobre este soldado, Sutherland especifica que J. B. Giard, Catalogue des monnaies de l'Empire Romain. I. Auguste. París, 1976, lo identifica como Druso y la rama como un laurel; n2 l64a-l65b=BMCRE I 443-448, con dos soldados, que Giard identifica como Druso y Tiberio; cf. Sutherland (qp. cu. n. 2), pp. 66-67; P. Zanker, Augusto y el poder de las imágenes. Madrid, 1992, pp. 265-266. Para J. D. Newby, A numismatic commentary on the «Res Gestae» of Augustus, lowa Studies in Classical Philology 6 (1938), pp. 14-15, se trata simplemente de dos soldados sin identificar, aunque en la p. 19 recoge la idea de H. Mattingly, Coins of the
puede testimoniar la victoria de Tiberio y Druso sobre los Retios, entre el 15 y el 12 a.C., quienes en campañas de operaciones combinadas incluyeron todo el espacio alpino y subalpino septentrional bajo control romano. El territorio conquistado fue anexionado en principio a la Galia Bélgica, pero poco después se creó con él la nueva provincia de Raetia (Baviera, Tirol septentrional y Suiza oriental). Según Sutherland, las ramas recibidas por Augusto son palmas de la victoria ofrecidas por Tiberio y Druso (vestidos de generales) después de la conquista de Raetia, ya que el reverso representa a Augusto togado y sentado en la sella curulis, el asiento de las autoridades supremas, sobre una plataforma, con la leyenda IMP X (Augusto recibe la décima aclamación por esta anexión), recibiendo unas ramas de olivo de un par de guerreros con parazonium o de un único soldado. Grant también describe a las dos figuras como dos soldados con parazonium que ofrecen ramas de olivo con su mano derecha, pero no asegura que se trate de Tiberio y Druso, aunque deja abierta la posibilidad. Sin embargo, la ausencia de una alusión directa a Tiberio y a Druso podría indicarnos que la política dinástica de Augusto no iba encaminada a potenciar las aptitudes militares de sus hijastros por encima de su prestigio o de las cualidades de Agrippa, pero en realidad se estaba respetando la idea de que la felicitas en la guerra se debía siempre a los auspicios del Princeps, por lo que la nueva teología del triunfo establecía que cualquier victoria conseguida por sus generales, que en este caso formaban parte de su familia, era en última instancia conseguida por Augusto. La celebración de la capacidad militar de Tiberio y Druso fue cuidadosamente subordinada a la propia preeminencia del Princeps, sin que ello supusiera que ocupasen un papel secundario en esos momentos para Augusto en su proyecto dinástico. Para Zanker, en cambio, sí es evidente la posición secundaria de Tiberio y Druso respecto a Gayo y Lucio, puesto que si se compara la forma en que eran presentados los hijastros y los nietos, particularmente Gayo, resulta evidente la diferencia en el tratamiento. Mientras que los futuros Príncipes de la Juventud serían homenajeados con profusión desde niños en Román Empire in the British Museum. I. Augustus to Vitellius. Londres, 1923, p. cxv; M. Grant, Román Imperial Money. Edimburgo, 1954, pp. 57-58. Sobre el parazonium, cf. Ch. Daremberg-E. Saglio, Dictionaire des Antiquités Grecques etRomaines. París, 1877-1919 (Graz 1969), IV/1 (1907), p. 333.
DE LA MUERTE DE AORIPPA AL ADVENIMIENTO DE TlBERIO
su calidad de sucesores y tanto en la realidad como en las imágenes aparecerán constantemente con Augusto, en relación con Druso y Tiberio, generales de méritos indiscutibles, se hace insistentemente referencia a su subordinación respecto a Augusto, luego para el autor Tiberio y Druso nunca fueron considerados herederos antes de la muerte de Gayo y Lucio. La iconografía oficial de Tiberio antes de su adopción lo representa principalmente como un uir militaris, y asociado a su hermano Druso como colega en la conducción de las operaciones militares en Raetia. Así aparecen en las emisiones de Lugdunum del año 15 a.C., donde entregan a Augusto, que está sentado en una sella curulis, las palmas de la victoria en el contexto de la décima salutación imperial. Para Hurlet, el contraste entre el paludamentum de los jóvenes príncipes y los atributos civiles de Augusto señala el papel ejercido en el seno del régimen por Tiberio y Druso en el dominio militar y constituye la expresión iconográfica más ejemplar del reparto de las responsabilidades entre unos príncipes de la guerra y un príncipe de la paz. Pero la posición elevada de Augusto en la sella curulis sobre un podium revela al mismo tiempo de forma simbólica el predominio jerárquico de Augusto en una campaña militar que había sido conducida bajo sus propios auspicios por sus legados. Para Rose, es posible que se trate de Tiberio y Druso, pero los hombres no fueron identificados con una leyenda, y no existe ningún precedente en la acuñación romana de escenas históricas que representen a varios miembros de la familia imperial. La identificación para los usuarios de la escena representada en las monedas no sería fácil, aunque éstas fuesen utilizadas como donativos para las tropas que lucharon con Tiberio y Druso. El tipo responde a un período donde la iconografía de la familia imperial sobre las monedas romanas era sugerente aunque no explícita16. En el año 13 a.C. los rivales en la domus Augusta, entendida como una gran familia con dos líneas gentilicias principales: Julia y Claudia, y dos secundarias: Antonia y Domicia, no faltan: Agrippa, y sobre todo sus dos hijos, Gayo y Lucio César, promovidos al rango de herederos del Príncipe y del régimen después 16
Zanker (op. cit. n. 15), p. 267; Hurlet (op. cit. n. 1), p. 408; C. B. Rose, Dynastic Commemoration and Imperial Portraiture in tbe Julio-Claudian Period. Cambridge, 1997, p. 15; en cambio para A. L. Kuttner, Dynasty and Empire in the Age ofAugustus. Tbe Case ofthe Boscoreale Cups. Berkeley, 1995, p. 176, se trata sin duda de Tiberio y Druso.
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de su adopción por Augusto. El lugar ocupado por Tiberio y Druso en la procesión del Ara Pacis indicaba que no ocupaban en el seno de la dinastía más que una posición secundaria respecto al yerno de Augusto y a los dos hijos de Agrippa. Pero las circunstancias trágicas del año 12 a.C. trastocaron los proyectos iniciales de Augusto relativos a la continuidad dinástica y favorecieron la ascensión política de Tiberio y Druso. Para Bogue17, Tiberio no fue nunca el favorito de Augusto, sino que lo fue Druso. La explicación más obvia, para el autor, sería la de que Augusto era consciente de que Druso era hijo natural del Princeps, y no del primer matrimonio de Livia18. Además, aduce que Druso era extrovertido y alegre, y con una personalidad democrática que le hizo ganar popularidad entre el pueblo y el ejército, y que esta popularidad fue transmitida a su hijo Germánico. Mientras que el carácter de Tiberio era el contrario al de su hermano, lo que le permitió obtener el apoyo del Senado pero no del pueblo, siendo respetado más que amado por sus tropas. Augusto podía favorecer a Druso por razones personales y dinásticas. Druso tenía una personalidad más cercana a la de Augusto, y la escasa conexión de Tiberio con las masas podía suponer un peligro para el futuro del Principado. En cuanto a las relaciones de Livia con sus hijos, no hay evidencia de que ésta prefiriera a uno o a otro. Había un mutuo respeto entre Augusto, quien reconocía la capacidad de su hijastro, y Tiberio, quien admiraba profundamente a su padrastro. Sin embargo, a la hora de elegir un sucesor, el Princeps dio más importancia a los lazos directos de sangre que a la capacidad para gobernar del candidato. Tiberio siempre jugó un papel secundario en la política dinástica de Augusto. Su matrimonio con Vipsania, la hija de Agrippa, le seguía asegurando una posición secundaria. Los nacimientos y posterior adopción de Gayo y Lucio César le alejaban cada vez más del trono. 17
Bogue (op. cit. n. 2), p. 17. Suet., C7., 1. El autor afirma que Augusto había hecho heredero a Druso, junto a Gayo y Lucio. Para Kuttner (op. cit. n. 16), p. 182, seguramente Tiberio también estaba en el testamento. De hecho, el autor piensa que la voluntad testamentaria sobre la herencia de las propiedades de Augusto también puede considerarse un indicador de quiénes son los potenciales sucesores al Imperio, o quién podía serlo a través de una adopción testamentaria. 18
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3-1.2. LA PROMOCIÓN DE LOS HIJOS DE LlVIA (12-6 A.C.)
La repentina muerte de Agrippa abrió una crisis en el esquema dinástico de Augusto. Los dos hijastros, Tiberio y Druso, fueron la elección lógica para la posición de ayudantes militares y supuestos «corregentes». Sin embargo, Augusto no estaba seguro de que pudiera contar con la lealtad de Tiberio19. A pesar de su posición secundaria, los mecanismos por los cuales Augusto delegó el poder e intentó asegurar la continuación de la pax tras su muerte por medio de la transmisión hereditaria no pueden ser comprendidos sin la presencia de los Claudii Nerones. Tiberio fue obligado a casarse con Julia, recibió el mando que había ostentado Agrippa antes de su muerte, pero sin el poder tribunicio de Agrippa. El matrimonio no contentó a Tiberio, según las fuentes20, que señalan que estaba enamorado de su esposa Vipsania, con la cual ya tenía un hijo, Druso. Además, los rumores sobre la conducta escandalosa de Julia comenzaron a llegarle. Es más probable pensar, sin embargo, que el matrimonio, con independencia de los sentimientos de Tiberio, suponía para éste un gran paso en su ascenso político, y que, por tanto, se convirtiera en uno de sus objetivos. Julia aparecía ahora como el lazo de unión entre las líneas Julia y Claudia. Respecto a la ausencia de una concesión del poder tribunicio a Tiberio en un primer momento, Bogue piensa que, considerando la edad de los hijos adoptados y el hecho de que la potestad tribunicia y el matrimonio con Julia se habían convertido en requisitos indispensables del sucesor elegido, Augusto había querido evitar conceder demasiado poder tan pronto a Tiberio. Finalmente le fue concedido el poder tribunicio después del comienzo de una campaña de propaganda (similar a la de Tiberio y Druso) a favor de Gayo y Lucio. Con el poder tribunicio, dadas las buenas relaciones con el Senado, y el hecho de que comandara la mejor parte de las fuerzas armadas, es probable, según Bogue, que Tiberio hubiera sido capaz de gobernar el Imperio, ya fuera como Princeps, o como regente de Gayo y Lucio, si Augusto hubiera fallecido entre los años 13 y 6 a.C. 19 Suet., Aug., 63, 2, donde consideró a otros candidatos antes de casar a Julia con Tiberio. Según la teoría de E. Ciaceri, Tiberio successore di Augusto. Roma, 1944 (Milán 1934), p. 41, Livia fue responsable de ese matrimonio. Cf. Bogue (op. cit. n. 2), p. 21. 20 Suet., Tib., 7, 2.
Para Corbett21, asumiendo que Agrippa habría sido princeps en caso de muerte prematura de Augusto, tras la muerte del «corregente», Tiberio pasaba a ocupar el lugar dejado por éste como «corregente» y heredero. En este sentido, el papel de Gayo y Lucio sería secundario, y Augusto no habría tenido en cuenta el deseo de una descendencia por lazos de sangre. Tiberio estaba suficientemente capacitado gracias a su larga experiencia militar y política, que culminaría con la obtención del poder tribunicio en el año 6 a.C. Las posibles tensiones en el seno de la familia imperial fueron minimizadas por el momento, por el hecho de que Tiberio y Druso se encontraban alejados de Roma, ocupados en las campañas militares durante los años 12-9 a.C., Tiberio contra los Dálmatas y Pannonios, y Druso contra los Germanos. Mientras el hijastro de Augusto, Tiberio, conducía las fuerzas romanas en Pannonia, su hermano, Druso, recibió el encargo de penetrar al otro lado del Rin, en el interior de Germania. Enviados en calidad de legados de Augusto, el título era poco apropiado para la nueva posición en el seno del estado y de la familia imperial después de la muerte de Agrippa. El Príncipe era consciente de esta realidad y sabía perfectamente que debía investirles de un imperium proconsular. No obstante, Druso era todavía demasiado joven, y no podía ser investido de tal imperium hasta después de haber ejercido al menos la primera de las magistraturas ordinarias superiores, la pretura. Druso sería nombrado pretor en el año 11 a.C., mientras seguía dirigiendo las operaciones en Germania bajo los auspicios del Príncipe como simple legado. Augusto rechazó que se le concediera el título de impemtor, accediendo únicamente a la concesión de los ornamentos triunfales a modo de compensación, así como el derecho a entrar en Roma a caballo (que puede considerarse una ovación)22 y a ejercer el poder proconsular al término de su pretura23. A partir del 1 de enero del año 10 a.C., Druso intervino en Germania en calidad de procónsul. Respecto al imperium de Tiberio, se acepta que la primera investidura se remonta al año 8 a.C., en el momento en que fue renovado el imperium de Augusto por tercera vez. Pero 21
Corbett (op. cit. n. 2), pp. 88-89. En la ovación, el general victorioso hace su entrada en Roma, no sobre un carro, sino a caballo o a pie, y coronado de mirto, considerándose un pequeño triunfo. 23 Dión, 54, 32, 1 y 33, 5. 22
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según Hurlet, y teniendo en cuenta las afirmaciones de Dión Casio, Tiberio ya gozaba de un imperium proconsular en el año 11 a.C., puesto que no debía esperar al comienzo del año 10 para ser investido de tal poder. En el caso de Druso, la obligación de esperar al año siguiente estaba ligada con el ejercicio de la pretura; en cambio Tiberio no se encontraba en esta situación, por lo que habría sido investido del imperium proconsular en el curso del año 11 a.C. La concesión del imperium proconsular a los hijastros del Príncipe coincide por primera vez con una definición de la «corregencia» como una institución ante todo militar, ya que aparecen como los garantes de la extensión del Imperio. Pero sería muy simplificador reducir la posición de Druso y Tiberio a príncipes de la guerra exclusivamente, y dejar de lado el factor dinástico. La situación familiar de los hijos de Livia en el seno de la familia imperial no es comparable a la de Gayo y Lucio César, que eran los hijos y herederos de Augusto a partir del 17 a.C., pero como miembros de la domus Augusta, su carrera militar debe inscribirse siempre en un contexto dinástico24. — Las campañas de Druso en Germania y las dos salutaciones imperiales (12-9 a.C.) Las cuatro campañas que, entre 12 y 9 a.C., dirigió Druso lograron sorprendentes éxitos y llevaron las armas romanas muy dentro del territorio germano hasta el Elba. Supuso el paso de una política de estabilización de la orilla izquierda del Rin a una ofensiva generalizada en dirección a los territorios situados entre el Rin y el Elba, en el marco de una política estratégica coherente, y de ningún modo improvisada. Los logros conseguidos por Druso a lo largo de estos cuatro años le valdrían distinciones militares en función de su estatus: recibe los ornamentos triunfales en el 11 a.C., aunque fue aclamado imperator por sus tropas (aclamación rechazada por Augusto). A pesar de ello, Newby afirma que las victorias de Druso en Germania del año 11 a.C. le valdrían a Augusto su duodécima aclamación imperial. Tal aclamación aparece sobre los áureos y denarios25 de 24
Hurlet (qp. cit. n. 1), pp. 88-89, 409-410; Dión, 54, 34, 3, y 55, 6, 5. 25 RIC I, Aug., 176a-197b, pp. 53-54=BMCRE I 468490. A) AVGVSTVS DIVIF Cabeza desnuda o laureada de Augusto a derecha R) IMP Xn Toro embistiendo a derecha o izquierda/Apolo con cítara/Diana con lanza.
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la ceca de Lugdunum acuñados entre los años 11-10 a.C. Los tipos de reversos muestran alusiones generales a las victorias de Augusto en Actium y Nauloco, a través de la representación de Apolo y Diana respectivamente. Tal vez la alusión más cercana a una victoria de Druso, aunque de forma indirecta, esté en los quinarios de oro que muestran en el reverso a una Victoria drapeada y sentada sobre globo con las manos sobre el regazo26. Nada se dice en las fuentes sobre el número exacto de aclamaciones imperiales recibidas por Druso. Aceptada la que recibe en el año 10 por su victoria sobre los Sicambros y los Catos, también debe añadirse, según Hurlet, una segunda salutación por sus tropas, para conmemorar la expedición hasta el Elba, en el año 9 a.C. Pero al regreso de la expedición murió Druso, en los últimos días del mes de octubre o en los primeros de noviembre del año 9 a.C.27, como consecuencia de una caída de caballo, y la política romana en Germania, perdió, con un excelente comandante, quizá también el hilo conductor de un proyecto coherente. Su cuerpo fue transportado a Roma bajo la escolta de Tiberio, acompañado desde Pavía por Augusto y Livia, e incinerado en el Campo de Marte, siendo sus cenizas depositadas en el interior del Mausoleo de Augusto con toda probabilidad28. Tras el anuncio de la muerte de Druso, se decretaron toda una serie de honores funerarios en homenaje a un miembro de la familia imperial que se había comportado como un general de valor a lo largo de cuatro campañas consecutivas en Germania. El Senado le concedió el sobrenombre de Germanicus a título postumo, y el derecho de transmitir dicho sobrenombre a sus descendientes, además de otros honores29. Los honores decretados por el 26 RIC I, Aug., 184-185=BMCRE I 467: A) AVGVSTVS DIVI F Cabeza desnuda cíe Augusto a derecha. R) IMP XH o TR POT XIII Victoria sentada sobre globo. 27 Dión, 55, 1, 4; D. Kienast, Rómische Kaisertabelle. Grundzüge einer rómischen kaiserchronologie. Darmstadt, 1996, pp. 69 y 82. 28 Suet, Cl., 1, 3-5; Tac, Ann., III, 5, 1. 29 Suet., Cl., 1, 3-5; Eutropio, VII, 13, 1; Ov., Tr., IV, 2. Honores entre los que se incluye un arco conmemorativo sobre la Via Appia en mármol, del que no se conserva nada. La forma y decoración de este monumento aparecen probablemente sobre un tipo monetario acuñado en Roma bajo el Principado de Claudio: A)NERO CLAVDIVS DRVSVS GERMANICVS IMP Cabeza de Nerón Druso a izquierda, con corona de roble R) Un arco triunfal con estatua ecuestre de Druso, entre dos trofeos y cautivos, con la inscripción DE GERM o DE GERMANIS
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Senado sirvieron como modelo para los siguientes príncipes imperiales. El programa funerario fue un extraordinario honor considerando que Druso nunca fue adoptado por la familia Julia. Sin embargo, no hay evidencia de que se realizaran emisiones conmemorativas de Druso, salvo la ya mencionada bajo el reinado de Claudio. La pérdida de Druso no tuvo consecuencias negativas inmediatas en la esfera militar, pero sí desafortunadas repercusiones dentro del ámbito familiar. No puede ser mera coincidencia que en el año 8 a.C., un año después de la muerte de Druso, Augusto comience sistemáticamente a aumentar el prestigio de su hijo adoptado Gayo. Como precaución, por si algo le ocurría a Tiberio, Gayo debía entrar en la vida pública tan pronto como fuera posible. — Las campañas de Tiberio en Iliria (12-9 a.C.) Paralelamente a las campañas de Druso en Germania, se desarrollaron operaciones militares en la región del Medio Danubio a fin de pacificar el conjunto del territorio comprendido entre el Drave y los Alpes, y proteger al mismo tiempo el flanco oriental de Italia. La ofensiva de las fuerzas romanas había comenzado en los años 14-13 a.C., bajo la conducción de M. Vinicius y Agrippa. Tras la muerte de Agrippa, Tiberio se hizo con el mando de las operaciones, que en el breve espacio de tres años llevaron a la ocupación de las tribus pannonias hasta el curso medio del Danubio30. Actuó como legado imperial en el año 12 a.C. y a comienzos del año 11 a.C., mientras
en el arquitrabe (RIC I, CL, 09-72, p. 125, en áureos y denarios=BMCRE I 95, 97, 100, 102; RIC I, CL, 98, p. 128 y RIC I 114=BMCRE I 122 y BMCRE I 188, en sestercios), cf. Hurlet (op. cit. n. 1), pp. 94-95; E. A. Sydenham, Historical references to coins of the Román Empire. Londres, 1968 (Londres 1917), p. 27, quien también recoge otro tipo de Claudio donde supuestamente aparece su padre sentado sosteniendo una rama, con varías armas germanas alrededor. Se refiere a RIC I, CL, 93=BMCRE I 157, donde Sutherland y Mattingly ven a Claudio sentado con armas variadas alrededor. También cf. G. E. Hill, Historical Román Coins. Chicago, 1976 (Londres 1909), pp. lóO-lól, quien piensa que uno de los áureos puede haber sido acuñado bajo Augusto; Newby (op. cit. n. 15), p. 73. Claudio también emitió bajo su reinado áureos y denarios de la ceca de Roma que representaban motivos relacionados con las victorias en Germania de su padre: RIC I, CL, 73-74=BMCRE I 104, 107, con R) DE GERMANIS Dos escudos oblongos cruzados, y dos pares de lanzas, dos trompetas cruzadas, frente a un uexillum. 30 Dión, 54, 31, 2.
que a finales de ese año regresó a Roma para recibir el imperium proconsular, que le fue renovado hasta el año 9 a.C. Sutherland31 hace hincapié en el hecho de que Augusto no confiara plenamente en Tiberio, de ahí que en un primer momento no fuera investido de poderes especiales y partiera para Pannonia con un imperium ordinario. Pero incluso esa desconfianza se refleja en la ausencia de alguna referencia honorífica en las emisiones monetarias, que sólo unos meses antes habían estado exaltando las virtudes de Agrippa. La ceca de Roma cesó de acuñar en oro y plata en el año 12 a.C. y los siguientes aes que se emiten no hacen ninguna referencia especial sobre las acciones de Tiberio en este momento32. Desde Roma ya no podía esperarse un reflejo del avance de Tiberio pero sí desde la ceca que asumía la emisión en metales preciosos, Lugdunum, que se instituyó como ceca en el año 15 a.C. como resultado directo de la presencia de Augusto en la Galia. Su finalidad desde ahora hasta la muerte de Augusto sería la de suministrar a todo el mundo romano con amonedación en oro y plata; y su volumen de emisión fue considerable. Además suplantaría a partir del 12 a.C. a Roma y a Nemausus en el suministro de aes a las provincias occidentales. El emplazamiento de Lugdunum era básico para el abastecimiento de los complejos militares del Rin y del Alto Danubio. Lugdunum era ahora el centro de emisión de la ideología imperial, aunque la interpretación de esta ideología dependió de los oficiales de la ceca. En Roma los signos de una dirección personal en la elección de los tipos para la emisión en metales preciosos eran directos, mientras que los tipos de la Galia fueron durante muchos años austeros, aunque el campo de elección era amplio dentro de la ideología augústea. En cambio, los nuevos tipos en oro y plata de Lugdunum no hacen referencia a Agrippa o a Tiberio, sino que centran la atención en Augusto, salvo las emisiones ya comentadas de los años 15-13 a.C. con Tiberio y Druso como
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Sutherland (op. cit. n. 2), p. 65. Entre el año 12 a.C. y el año 9 a.C. no encontramos emisiones de aes en Roma, y cuando comienzan éstas en el año 9 los tipos que se difunden hacen referencia a manos entrelazadas sosteniendo un caduceus; simpulum y lituus o S C a izquierda y derecha de cornucopia, tipos de carácter general sobre la prosperidad de Roma. Cf. RIC I, pp. 74-75. 32
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soldados entregando a Augusto una rama de olivo33. A la finalización de su primera campaña victoriosa en el 12 a.C., el Senado quiso recompensar a Tiberio otorgándole el derecho a celebrar un triunfo, pero Augusto se opuso a esta decisión34, y se le concedieron simplemente los ornamentos triunfales, un nuevo tipo de distinción militar reservado a los legados del Príncipe, siendo Tiberio el primero en ser honrado35. Al igual que Druso, en el año 11 a.C, al mismo tiempo que el imperium proconsular, recibió el derecho a celebrar una ovación36. El buen desarrollo de las operaciones militares le valió rápidamente otra distinción militar: al término de una de las campañas victoriosas de los años 10-9 a.C., Tiberio fue aclamado por primera vez impemtor por sus tropas —conjuntamente con Augusto— y regresó a Roma para celebrar la primera y única ovación de su carrera37, probablemente el 16 de enero del año 9 a.C. Sin embargo no hay evidencias de ninguna emisión que constate la decimotercera aclamación de Augusto, que es la que se corresponde con la primera de Tiberio obtenida en los años 10-9 a.C. Pese a la muerte de Agrippa, Lugdunum no hace ninguna referencia a un supuesto cambio de estatus de Tiberio después del año 12 a.C., a pesar de sus victorias, la aclamación imperial y la ovación. En las series en oro y plata de los 33
Los áureos y denarios de la ceca de Lugdunum presentan invariablemente la leyenda en A) AVGVSTVS DIVI F Cabeza desnuda de Augusto a izquierda o derecha, entre los años 15-8 a.C. (con la cabeza laureada a partir del año 11 a.C.). Mientras que el reverso muestra el número de aclamaciones imperiales de Augusto (IMP X, IMP XI, IMP XH, IMP Xffll), o de potestad tribunicia (TR POT XIII, TR POT XVI, TR POT XVII), junto con la representación genérica de soldado/s con pamzonium identificados con Tiberio y Druso, toro embistiendo, o con las divinidades protectoras de Augusto: Apolo y Diana. Nos referimos a RIC I, Aug., l62a-173b (15-13 a.C.), RIC I, Aug., 174-175 (12 a.C.), RIC I, Aug., 17óa-197b (1110 a.C.), pp. 52-54. 31 Puesto que no se puede celebrar una ovación o un triunfo si no se posee un imperium, y Tiberio había combatido bajo los auspicios del Príncipe. 35 Suet., Tib., 9, 2. 36 Dión, 54, 34, 3, quien afirma que obtuvo los mismos reconocimientos que había obtenido Druso. 37 La primera salutación imperial de Tiberio no está atestiguada formalmente por ninguna fuente, pero constituye una condición indispensable para poder celebrar la ovación. La ovación, como el triunfo, no puede ser celebrada sin una aclamación previa. Con la primera salutación imperial de Tiberio nace la práctica de asociar al Príncipe a una victoria que no ha logrado bajo sus propios auspicios. Cf. Hurlet (op. cit. n. 1), p. 97. Cf. Newby (op. cit. n. 15), p. 15.
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años 11-9 a.C. no encontramos un cambio significativo, la propaganda seguía centrándose en Augusto y los símbolos de la ideología imperial: el Capricornio, la Victoria sentada sobre un globo. El tipo de Raetia dejó de ser emitido, aunque nunca llegó a convertirse en una alusión directa. Una vez más, pese al importante eco que pudieron haber alcanzado las victorias de Tiberio, y contemporáneamente las de Druso en Germania, el objetivo de la propaganda imperial sobre la sucesión dinástica seguía alejado de los hijastros de Augusto. Como bien destaca Sutherland, un brillante éxito militar, así como la demostrada lealtad imperial, fue sistemáticamente obviado en Roma, ayudado por un silencio total desde el gran centro productor monetario de Lugdunum. Las brillantes campañas de Druso y Tiberio en Germania y Pannonia fueron infravaloradas en la ceca de Lugdunum y completamente ignoradas en la de Roma. Las emisiones de áureos y denarios insistieron en una idea principal: la exaltación de la figura de Augusto como imperator, pontifex maximus y poseedor de la potestad tribunicia. Las victorias conseguidas por sus legados venían propiciadas bajo los auspicios del Princeps, porque la Victoria Angustí es indiferente a la suerte del propio Augusto, es de esencia divina, el poder victorioso de Roma está ligado al poder victorioso de Augusto38. — Las campañas de Tiberio en Germania (8-7 a.C.) La muerte de Druso así como la inexperiencia de Gayo y Lucio César situaban a Tiberio como el único general con el que podía contar Augusto para completar la conquista de Germania. Con la utilización de métodos más políticos que militares logró que todas las tribus germanas entre el Rin y el Elba se sometieran al control romano, un sometimiento provisional y apoyado en las guarniciones militares establecidas a lo largo de las vías de penetración en Germania. En su primera campaña en Germania39, reemplazando a su hermano Druso, estuvo acom38
De hecho J. E. Blamberg, The Public Image projected by the Román Emperors (A.D. 69-117) as reflected in Contemporary Imperial Coinage. Indiana, 1976, p. 7, n. 21, afirma que las emisiones monetarias no honraron a Tiberio y Druso cuando se convirtieron en herederos después de la muerte de Agrippa en el 12 a.C., puesto que asegurarían la sucesión en caso de muerte de Augusto antes de que Gayo y Lucio alcanzasen la mayoría de edad; Sutherland {op. cit. n. 2), p. 68; J. Gagé, La Victoria Augusti et les auspices de Tibére, RA 32 (1930), p. 12. 39 Dión, 55, 6, 1-3; Suet., Tib., 9, 2- Eutropio, VII, 9; Orosio, VI, 21, 24.
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panado por Augusto, quien dirigió su última campaña militar. Recibieron una nueva salutación imperial, la decimocuarta de Augusto y la segunda de Tiberio. Esta decimocuarta salutación está atestiguada a través de las emisiones monetarias, al acuñarse en la ceca de Lugdunum, en el 8 a.C, los áureos con leyenda de reverso: IMP XIIII, que representan a Augusto togado y sentado en una plataforma, extendiendo su mano a un niño sostenido por una figura con capa. Según Newby, parece posible interpretar la figura como un germano y concluir que la moneda fue emitida a raíz de la victoria germana del 8 a.C.40 La buena marcha de la campaña permitió a Tiberio por primera vez recibir la distinción militar suprema: el triunfo sobre Germania, que le votó el Senado tras la proposición del Príncipe. Regresó a Roma el 8 a.C., ejerciendo el consulado ordinario al año siguiente. El triunfo de Germania fue celebrado según las prescripciones rituales en enero del año 7 a.C., una victoria que suponía la sumisión de todas las tribus germanas entre el Rin y el Elba41. Con la influencia de Livia, M. Salvius Otho obtuvo el rango senatorial y, sorprendentemente para un homo nouus, llegó a ser triumuir monetalis probablemente en el 7 a.C. Una emisión de este monetalis y sus colegas muestra una pequeña Victoria, y puede estar conmemorando la celebración del triunfo de Tiberio en el año 7 a.C.42 Esta acuñación «triunfal», sin 40
RIC I, Aug., 200, p. 55=BMCRE I 492: A) AVGVSTVS DIVI F Cabeza laureada de Augusto a derecha. R) IMP XIIII Augusto sentado en plataforma frente a figura con capa sosteniendo a niño con ambas manos. Cf. Newby (op. cu. n. 15), p. 16. 41 Aunque en la práctica, la sumisión de las tribus, que no era definitiva, tampoco suponía un control del espacio geográfico entre el Rin y el Elba. Pero la propaganda literaria convirtió estas campañas en una conquista, apareciendo Germania como una nueva región fronteriza a punto de ser pacificada. Cf. Vell., II, 97, 4. 42 RIC I, Aug., 429-430, p. 75: A) CAESAR AVGVST PONT MAX TRIBUNIC POT Cabeza laureada de Augusto a izquierda, coronada por Victoria con cornucopia R) M SALVTVS OTHO IIIVIR AAAFF alrededor de SC. Defienden la fecha del 7 a.C.: Mattingly (op. cit. n. 15), p. c, n.a 224, p. 43; Newby (op. cit. n. 15), p. 16, n.Q 26; Sutherland, RIC I, p. 33, dice que son demasiados pesados para ser ases, lo que le lleva a seguir la sugerencia de M. Grant, Román Anniversary Issues. An Exploratory Study of the Numismatic and Medallic Commemoration of Anniversary Years. 49 B.C.-A.D. 375. Nueva York, 1977, p. 21, de que esas piezas sean medallas; aunque en la p. 75 Sutherland les asigna el valor de dupondios, con reservas. Una de las objeciones de K. Pink, The Triumviri Monetales and the Structure of the Coinage of the Román Republic. Nueva York, 1952, p. 48, quien propone el año 12 a.C., es que la Victoria lleva una cornucopia, que resulta
embargo, muestra en el anverso la cabeza laureada de Augusto y detrás una pequeña Victoria con cornucopia sujetando la corona. — La asociación de Tiberio a los poderes imperiales (6 a.C.) Después del retorno de Tiberio de Germania a finales del año 7 a.C., la vida política estaba dominada por la rivalidad dentro de la domus Augusta entre el «partido» claudio y la rama Julia de la familia imperial, dirigida por Julia, según Hurlet43. Las intenciones de Augusto respecto al papel de Tiberio en la cuestión de la sucesión, a pesar de su matrimonio con Julia, no parecen claras. Se desconoce si el verdadero papel de Tiberio era actuar como protector de los intereses de Gayo y Lucio, o incluso como alternativa al otro hermano de Tiberio, Druso. La muerte de éste aconsejó a Augusto presentar a Tiberio ante la opinión pública como el segundo hombre del Imperio con la investidura por dos veces del consulado (13 y 7 a.C.), la concesión del triunfo por sus victorias en Germania y la investidura en el 6 a.C., para un período de cinco años, de la tribunicia potestas y la renovación del imperium proconsular. Al deterioro de las relaciones entre Julia y Tiberio44 se unió el trato de favor de Augusto hacia su propia descendencia (Gayo y Lucio), situación que provocó la salida de Tiberio para Rodas y su retiro de la vida pública en el año 6 a.C. Augusto esperaba que su hijastro continuase siendo el segundo hombre del estado, mientras sus dos nietos adquirían experiencia política y militar suficiente para reivindicar su posición como sucesores designados. Precisamente, su posición como segundo hombre del estado se confirmó con la concesión de importantes poderes a Tiberio en el año 6 a.C., y del encargo de una importante misión en Armenia, que no puede entenderse como una medida para alejar a Tiberio de Roma45. impropiada; él habla de un festival civil. Pero Tiberio ofreció el botín de su victoria al templo de la Concordia; y la cornucopia era un atributo de esta deidad. Cf. B. Levick, Tiberius' retirement to Rhodes in 6 B.C., Latomus 31 (1972), p. 806. 43 Hurlet (op. cit. n. 1), p. 102. 44 Cf. Suet., Tib., 7, 3, quien menciona la pérdida de un hijo de Julia y Tiberio en el año 9 a.C. 41 Tal como ha sugerido R. Syme, La Revolución Romana. Madrid, 1989 (Oxford 1939), pp. 491-493. Hurlet cree que la misión está justificada por su dificultad y que el encargo a Tiberio es una muestra cíe confianza, cf. (op. cit. n. 1), p. 103.
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El imperium proconsular concedido en el año 11 a.C., con una duración de cinco años, expiraba en el año 6 a.C., y le fue renovado en el marco de la nueva misión de pacificación en Armenia, que requería la presencia de un miembro de la familia imperial. Se admite que el imperium de Tiberio era superior al de los gobernadores de las provincias orientales46. Al mismo tiempo, aunque con un acto distinto y por primera vez fue investido de la potestad tribunicia por un período de cinco años, lo cual convierte a Tiberio en «corregente» oficial, al igual que en su momento lo había sido Agrippa a partir del 18 a.C.*" Corbett entiende que la concesión del poder tribunicio refleja un acto definitivo de Augusto en favor de Tiberio, lo cual deja en segundo plano el papel de Gayo y Lucio. La situación de Tiberio antes de su partida para Rocías se asemeja enormemente a la posición de Agrippa con respecto al Príncipe. Las semejanzas aparecen no solamente sobre la base jurídica de su posición en el estado, definida por actos de derecho público análogos, sino también en su comportamiento ante el Senado, y sobre todo en la analogía de las misiones de dirección moral y de tutela confiadas a Agrippa sobre Marcello, y a Tiberio sobre Gayo y Lucio. La teoría de la posición secundaria respecto a la sucesión cíe Tiberio y Druso antes del exilio de Tiberio, y por consiguiente la presentación de Gayo y Lucio como herederos desde que fueron adoptados en el 17 a.C., también ha sido puesta en duda por Kuttner, para quien el frecuente rechazo del papel de Tiberio y Druso en la primera parte del reinado de Augusto parece deberse a la naturaleza de las fuentes escritas y a las modas en la investigación moderna. Estos factores están condicionados por dos catástrofes históricas, la muerte de Druso en el 9 a.C. y el exilio de Tiberio a Rodas en el 6 a.C. El resultado ha sido dejar a Druso fuera del análisis cíe la política dinástica cíe Augusto, y considerar la ascensión al trono de Tiberio como un acto forzado de Augusto debido a la muerte de Gayo y Lucio. Pero el papel que Augusto tenía reservado a sus hijastros, a quienes estaba concediendo el imperium sobre provincias y legiones no puede estar condicionado por los hechos que luego truncaron sus carreras48. 1(1
Hurlet (op. cit. n. 1), p. 104, que rechaza la concesión de un imperium maius. 47 Suet., Tib., 9, 3. 48 P. Grenade, Essai sur les origines du Principal. Investiture et renouvellement despouvoirs imperiaux. París, 1961, p. 476; Corbett (op. cit. n. 2), p. 90; Kuttner (op. cit. n. 16), p. 177.
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— El retiro de Tiberio a Rodas (6 a.C.-2 d.C.) El mismo año 6 a.C. Tiberio se exilió «voluntariamente» a Rodas, renunciando a la vida política justo cuando había sido investido de un poder civil que le situaba como colega del Príncipe49. El hecho, que a primera vista resultaba paradójico y sorprendente para las propias fuentes antiguas, ha provocado numerosas interpretaciones. Tácito cree que el comportamiento de Julia y su situación matrimonial provocó que Tiberio se exiliara voluntariamente50; según Veleyo Paterculo y Suetonio51, la acción habría sido motivada por la necesidad de no perjudicar la carrera de los hijos adoptivos de Augusto con su posición de segundo hombre del estado. Ésta es la versión «oficial» del retiro, sólo que Veleyo la reviste como un acto de piedad y altruismo por parte de Tiberio, y Suetonio lo presenta como una reacción de defensa ante eventuales amenazas de Gayo y Lucio César. Dión Casio52 nos dice que Tiberio había pretextado el deseo de continuar sus estudios, aunque para el autor griego se trataría de una reacción en previsión de la actitud que adoptarían Gayo y Lucio ante la nueva posición de Tiberio como colega de Augusto. Ninguna de las proposiciones de la historiografía antigua parece convincente para Hur-
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Suet., Tib., 10, 3; Dión, 55, 9, 5-8; Tac., Ann., I, 4, 4; IV, 57, 3- Sobre las circunstancias del exilio, su relación con el nuevo heredero designado Gayo César y la estancia en Oriente: G. W. Bowersock, Augustus and the East: the Problem of the Succession, en F. Millar-E. Segal (eds.), Caesar Augustus. Seven Aspects. Oxford, 1984, pp. 169-188. so Tac., Ann., I, 53, 2. Opinan lo mismo: Ciaceri (op. cit. n. 19), pp. 14 y 47, para quien la causa principal fue la voluntad de alejarse de su mujer Julia; J. Carcopino, La veritable Julie, en Passion et Politique cbez les Césars. París, 1958, pp. 121-123, precisando que Julia defiende la promoción política de Gayo en perjuicio de Tiberio, y que éste siguió el ejemplo de Agrippa, que se exilió para no perjudicar la carrera de Marcello. Una aportación más reciente sobre el tema y el testimonio de Tácito en G. Herbert-Brown, Decoding Tacitus (Ann. I, 53): the Role of Julia in Tiberius' retirement to Rhodes, Studies in Latin Literature and Román History, IX, ed. C. Deroux, Bruselas, 1998, pp. 347-378, quien cree también que se retiró para alejarse de Julia por diferencias políticas. Según el autor, el retiro no puede ser interpretado como una reacción al método innovador de transmisión del poder centrado en Gayo y Lucio. 51 Vell., II, 99, 2; Suet., Tib., 10, 1-2. 52 Dión, 55, 9, 5.
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let53. La nueva posición política de Tiberio le dejaba en clara ventaja respecto a los nietos de Augusto, Gayo y Lucio. La hipótesis de una debilidad psicológica o de un cansancio moral no cuadran con un personaje que ha estado aceptando todas las funciones militares y civiles. Para Hurlet, divulgar las razones profundas de la salida de Tiberio remarcaría el carácter principalmente monárquico y dinástico del nuevo régimen, y las fuentes antiguas no disponen de todos los elementos para poder formular un juicio correcto, con lo que asocian la salida de Tiberio con la evolución de su relación con Julia y sus hijastros. Paladini opina que Tiberio, tras la muerte de Agrippa en el 12 a.C., estaba destinado a realizar el mismo papel que su antecesor en la «corregencia», actuar de tutor de los jóvenes Gayo y Lucio, y asegurar la continuidad del poder. En el supuesto retiro de Agrippa, al que se describía resentido y herido en su amor propio por los honores prematuros otorgados a Marcello, atribuyéndole el deseo de obtener una legatio lejana en Oriente, la historia posterior convierte una misión de confianza en un exilio en Mitilene, sobre el modelo del retiro voluntario de Tiberio a Rodas interpretado erróneamente como un exilio. En verdad, ni Agrippa ni Tiberio podían ser los rivales de los príncipes destinados a la sucesión por la filiación adoptiva o por los lazos de sangre. Ellos podían, si acaso, gobernar el Imperio en caso de muerte prematura de Augusto, y con este fin, Augusto les había utilizado como adiutores imperii, recibiendo la potestad tribunicia en cortos períodos de cinco años54. Levick cree que la posición de partida en el año 6 a.C. era muy favorable a Tiberio, el cual estaba en disposición de suceder a Augusto si 53 Hurlet (op. cu. n. 1), p. 106; Sutherland (op. di. n. 2), p. 69, también piensa que Tiberio jugaba un papel de colega, de ahí su investidura de la tribuniciapotestas, pero que, viendo las puertas de la sucesión cerradas para él, con la promoción de Gayo, se retiró voluntariamente a Rodas; para Corbett (op. cit. n. 2), p. 91, la necesidad de un descanso no es una causa descartable; cf. Zanker (op. cit. n. 15), p. 268. 54 M. L. Paladini, A proposito del ritiro di Tiberio a Rodi e della sua posizione prima dell'accessione all'impero, NRS41 (1957), p. 4; R. Villers, La dévolution du Principat dans la famille dAuguste, REL 28 (1950), p. 244, piensa lo mismo, aunque sólo considera a Gayo como futuro princeps; también para Grenade (op. cit. n. 48), pp. 475-476, que sigue la opinión de Villers, la salida de Tiberio para Rodas no abría una crisis dinástica, la promoción de Gayo al poder siguió su curso acelerado. Para Syme (op. cit. n. 45), pp. 521-522, su posición secundaria se le hizo muy incómoda, ante las preferencias dinásticas de Augusto hacia Gayo y Lucio.
éste fallecía repentinamente, convirtiéndose en un sucesor transitorio, hasta que Gayo y Lucio estuvieran preparados para asumir las responsabilidades del estado55. El hecho que pareció provocar originalmente el exilio voluntario de Tiberio son las elecciones consulares del verano del año 6 a.C., en las cuales Gayo se dejó elegir triunfalmente por los comicios, a la edad de catorce años, sin haber ni siquiera vestido la toga viril. Las elecciones consulares son presentadas por Dión Casio56 como el suceso que desencadena la crisis política y dinástica, precedido por otra manifestación popular a favor de los jóvenes príncipes por la llegada al teatro del joven Lucio57. El autor griego presenta la actitud irreflexiva de Gayo como la causa de que Augusto se decida a asociar al poder a Tiberio58, pero Levick59 cree, al contrario, que la conducta de Gayo y Lucio no fue la causa de la concesión de la potestad tribunicia, sino su consecuencia, puesto que esa concesión estaba ya planeada desde al menos la muerte de Druso, siendo ésta el factor decisivo que relanzó y fortaleció la posición de Tiberio; además, éste ya había sido investido de sus nuevos poderes cuando Gayo se presentó a las elecciones consulares. El Príncipe anularía la elección pero no se opondría a la designación de Gayo (en realidad la pospuso), que es considerada como un tropiezo, y no como una voluntad intencionada de Augusto, pero al mismo tiempo le concedió algunas importantes compensaciones. Tiberio debió presagiar que el favor de Augusto y sobre todo del pueblo hacia los jóvenes príncipes no le dejaba en buen lugar a medio plazo, puesto que era considerado como un instrumento de transición al servicio de la dinastía Julia, con el objetivo de colocar a Gayo en el segundo lugar del estado algún día. Para Bogue60, Augusto y su política dinástica están en el origen de la decisión de Tiberio, por cuanto se propuso acelerar la carrera política de Gayo, pero no encuentra ningún signo 55
Levick (op. cit. n. 42), p. 782. También tiene la misma opinión Hurlet. Levick, en cambio, piensa que Tiberio obtuvo un imperium maius, y no un imperium proconsular quinquenal. 56 Dión, 55, 9, 2. 57 Suet., Aug., 56, 2. 58 Dión, 55, 9, 4. Carcopino (op. cit. n. 50), p. 120, está de acuerdo con el autor griego. 59 Levick (op. cit. n. 42), p. 783. También Bogue (op. cit. n. 2), p. 29, manifiesta la misma idea. 60 Bogue (op. cit. n. 2), p. 27. Este autor cree en la infidelidad de Julia, así como en el deseo de descanso de Tiberio, como factores que contribuyeron al retiro.
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cíe tensión en las relaciones de Tiberio con su hijastro. La salida de Tiberio a Rodas no es un gesto de debilidad, ni la reacción al desprecio por parte de Julia, sino una decisión política muy meditada, que habría calculado las consecuencias extremas del contexto político y de su propio destino61, si no una maniobra política de Tiberio para redefinir su posición y conseguir la adopción por parte de Augusto62. Sea lo que fuere, Augusto permaneció inflexible en sus proyectos dinásticos. Levick63 analiza el papel de Julia en este acontecimiento, y la señala como la responsable de la infantil irrupción en la vida política de sus hijos. En el 9 a.C. Julia había acompañado a Tiberio en la celebración de una ovación; en cambio ya no es mencionada por las fuentes en la celebración del triunfo cíe Tiberio en el 7 a.C. La ruptura del matrimonio se produciría en el 6 a.C. Los años cruciales del deterioro de la relación fueron, por tanto, 9-7 a.C., precisamente cuando se produce el marcado ascenso de Tiberio. En medio de este conflicto estaba el futuro de Gayo y Lucio. Augusto se opuso firmemente al retiro de Tiberio, pero no pudo impedir la marcha de éste. En Rodas se comportó como un particular y se apasionó principalmente por la filosofía, renunciando a toda actividad política y militar. En cambio, Tiberio siguió conservando la potestad tribunicia y el imperium proconsular hasta la expiración por el cumplimiento del período de cinco años en el 1 a.C. No recurrió a sus poderes extraordinarios salvo en un caso concreto, aunque en la práctica sí le fueron útiles. Además, fue considerado el representante legal del estado en Oriente, y los gobernadores provinciales fueron a saludarle expresamente como un superior. Este exilio se convirtió para Tiberio en una verdadera desgracia, en palabras de Hurlet64, bajo la presión de los jóvenes príncipes, que 61
Levick (op. cit. n. 42), p. 789- El pueblo no le había otorgado un voto de confianza y había mostrado su decidida preferencia por Gayo. Paladini (op. cu. n. 54), p. 16, también cree que la aparición cíe Gayo en la vida pública y su posición como sucesor perjudica sus propias aspiraciones políticas. Cf. también R. Syme, The crisis of 2 B.C., Román Papers III (1984), p. 913. (> D. Sidari, 11 ritiro cli Tiberio a Rodi, AIV 137 (1978-1979), pp. 66-67; en Hurlet (op. cit. n. 1), p. 109. Hurlet opina que la adopción es contraria al derecho familiar romano, puesto que no se puede adoptar al marido de tu propia hija. 63 Levick (op. cit. n. 42), p. 791. ( " Hurlet (op. cit. n. 1), p. 111.
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continuaban viendo a su padrastro como una amenaza para sus carreras. Augusto podía ahora impulsar el objetivo de su política dinástica, desde que adoptase a sus dos nietos, sin ninguna dificultad. A pesar de su desafortunada aparición en la vida pública, las distinciones que recibieron entre los años 5-2 a.C. debían dotarles de experiencia, y sus carreras avanzaron rápidamente, con la idea de alcanzar un poder y una posición sólida en poco tiempo. En Roma los acontecimientos se precipitaron a partir del año 2 a.C., con las numerosas disposiciones emitidas a favor de Gayo y Lucio César y el complot de Julia; a finales de ese año Augusto condenó a su hija al exilio, después cíe haberle enviado en nombre de su marido un acto de repudiación, acusada de adulterio y de excesos sexuales. El motivo oficial, ampliamente aceptado, no explicaba, sin embargo, la dureza del proceder de Augusto y el amplio círculo de inculpados en un asunto que pareció mucho más una conspiración contra el gobierno y la vida del Princeps, en la que con Julia tuvo un papel relevante lullus Antonius, un hijo del triunviro65. Tal decisión ponía en peligro la posición de Tiberio, que perdía el lazo de unión con la familia imperial. En el año 1 a.C. expiraron sus poderes, y su posición quedó más indefensa que antes, a lo que se sumó la llegada de Gayo César a Oriente. Tiberio había solicitado su regreso a Roma en el 1 a.C., pero Augusto se opuso66. Incluso su encuentro con Gayo en Samos no tuvo un efecto positivo67. Los años 1 a.C.-l d.C. fueron un período crítico para Tiberio. Objeto de un complot para asesinarlo68, el episodio testimonia la precaria y peligrosa posición de Tiberio. Pero al comienzo del año 2 d.C. un acontecimiento importan-
'" Syme (op. cit. n. 45), pp. 535-536; Carcopino (op. cit. n. 50), p. 126, analiza a los inculpados en el adulterio de Julia, considerándolos en realidad como un círculo político opositor al régimen de Augusto, y de tradición republicana y democrática; en cambio, es más probable creer que la oposición no es en concreto hacia el régimen, sino hacia la influencia de Livia y su hijo Tiberio sobre Augusto. Julia moriría a finales del año 14 d.C. 66 Suet., Tib., 11, 5. Paladini (op. cit. n. 54), pp. 1819, encuentra una relación directa entre la pérdida de su tribunicia potestas y la petición de regreso. El exilio comienza cuando le es negado el regreso. También destaca la presión de Livia para que al menos Augusto le conceda el cargo de legatus Angustí pro praetore. Cf. también Bogue (op. cit. n. 2), p. 42; Hurlet (op. cit. n. 1), p. 111, que insiste en su carácter puramente honorífico. ( ~ Suet., Tib., 12, 2. 68 Según Suet., Tib., 13, 1.
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te vino a modificar las relaciones entre Gayo y su padrastro, con la desgracia y desaparición de M. Lollius, preceptor y ayudante de Gayo y a la postre instigador del clima de resentimiento hacia Tiberio. Tiberio obtuvo rápidamente de Augusto y de Gayo el permiso para volver a Roma, gracias a la influencia del nuevo consejero de Gayo, P. Sulpicius Quirinius. — El retorno a Roma: el estatus de priuatus hasta la muerte de Gayo (4 d.C.) En el año 2 d.C. Augusto permitía a su hijastro regresar a Roma, con la misma falta de seguridad en los motivos que la que determinó su exilio. En todo caso, la decisión de Augusto fue oportuna, porque en el intervalo de un año y medio, la muerte se llevó, uno tras otro, a Gayo y Lucio César. Según Bowersock, la medida responde al hecho de que debía evitarse el creciente apoyo político que estaba recibiendo Tiberio en el exilio; sus seguidores creían y esperaban que Tiberio sucedería a Augusto, creyendo en el supuesto presagio que Suetonio69 describe: que en Rodas, un águila se posó sobre el tejado de la casa de Tiberio. La aparición de un águila sobre un gobernante potencial era interpretada por los griegos como un portento que anuncia la sucesión. Regresó antes del anuncio de la muerte de Lucio César, fechada a finales del mes de agosto o a comienzos de septiembre. Alejado de la vida pública como condición, aceptó que los jóvenes príncipes compartieran con Augusto las principales responsabilidades del estado. 3.2. GAYO Y LUCIO CÉSAR (6 A.C.-4 D.C.) En el año 21 a.C, y tras la muerte de Marcello, Augusto ordenó el matrimonio de su hija Julia con Agrippa, con el propósito de asegurar la sucesión en forma de descendientes directos del Princeps: un varón, Gayo, nació al siguiente año, entre el 14 de agosto y el 13 de septiembre, y un segundo hijo, Lucio, en el 17 a.C., entre el 14 de junio y el 15 de julio70. 69
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Suet., Tib., 14, 4; Bowersock (op. cu. n. 49), p.
Cf. Vassileiou (op, cu. n. 7), p. 49. Cf. también sobre la vida y carrera de Gayo: V. Gardthausen, s. v. «C. (lulius) Caesar», REX (1919), pp. 424-428 (n.Q 134). Para Lucio: V. Gardthausen, s. v. «L. (lulius) Caesar», RE X (1919), pp. 472-473 (n.Q 145). Sobre la educación recibida por los dos príncipes, cf. Parker (op. cit. n. 9), pp. 35-38. Según Grenade (op. cit. n. 48), p. 481, Augusto habría intentado evitar los peligros de una transmisión hereditaria por medio de una preparación teórica y práctica de los sucesores designados a las funciones imperiales.
Los dos hijos de Julia y Agrippa fueron adoptados en el 17 a.C. por Augusto, manifestando claramente cuál era el rumbo de su política dinástica. Esta adopción establecía una relación directa entre Augusto y sus descendientes, lo que presumiblemente constituía una declaración de intenciones sobre la sucesión al Principado. La adopción de los futuros Príncipes de la Juventud fue el acto decisivo que inclina el Principado augústeo hacia la monarquía hereditaria, pero que no tiene una influencia inmediata sobre la evolución del régimen. La adopción contemporánea de Gayo y Lucio constituye para Pañi un momento de aceleración de la línea dinástica monárquica. Un paterfamilias «republicano» no habría adoptado conjuntamente a sus dos nietos masculinos. El hecho de que adoptara a Gayo y Lucio, y no a Marcello, Druso y Tiberio, antes de su exilio, no significaba que los primeros estaban destinados a la sucesión mientras que los otros no; la adopción no era necesaria para los demás posibles candidatos al trono puesto que pertenecían a gentes aristocráticas de prestigio, mientras que Gayo y Lucio debían beneficiarse de su adopción puesto que eran hijos de un hombre (Agrippa) que no tenía un stemma aristocrático, y Augusto no perdía prestigio por desvincularlos de la gens de su padre natural71. Es significativo para Sidari72 que Augusto no hubiera adoptado al primogénito, Gayo, en el año 20 a.C., sino que se decidió por la adopción cuando nació Lucio. El hecho de adoptar a los dos, y no a uno, se debe, según Sidari, a que Augusto tenía en mente crear una doble sucesión, preparando a los dos príncipes, y eligiendo al más preparado de los dos en el momento oportuno; sobre todo después de la muerte de Marcello, Augusto habría querido prevenir cualquier golpe de fortuna adoptando a los dos niños y educándolos para una futura sucesión. 71 Suet., Aug., 64, 1. Adopción que tuvo lugar el mismo día del nacimiento de Lucio, posiblemente el 26 de junio y con la que adquirieron los nombres de Caius y Lucius Caesar, Angustí filii, Diui lulii nepotes. Cf. Villers (op. cu. n. 54), p. 243, y n. 4, quien piensa que sólo Gayo era considerado el único futuro princeps. Sobre el cognomen Caesar y su transmisión como un signo de continuidad y de herencia del poder, cf. L. Lesuisse, Le titre de Caesar et son évolution au cours de l'histoire de l'empire, LEC29 (1961), pp. 273-274. Cf. también Grenade (op. cit. n. 48), p. 481. Cf. M. Pañi, Lotte per il potere e vicende dinastiche. Il principato fra Tiberio e Nerone, en Storia di Roma. II. L'Impero mediterráneo. 2.I principi e il mondo. Turín, 1991, p. 223; Kuttner (op. cit. n. 16), pp. 182-183. 72 D. Sidari, Studi su Gaio e Lucio Cesare, AIV 138 (1979-1980), p. 277.
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La ascensión política de Gayo y Lucio constituye el ejemplo más patente de las intenciones políticas de Augusto, que consistían en, progresivamente, fundar la legitimidad del poder imperial no sobre los lazos directos de sangre, como pudiera parecer, sino sobre la descendencia directa del Princeps. Para ello Augusto utiliza una propaganda sistemática para acrecentar su popularidad y poder habituar al Senado y al pueblo a la presencia de los herederos al trono. Esta doble adopción constituye un acontecimiento importante que se relaciona con la ceremonia de los Juegos Seculares: la historia de la dinastía y del Imperio estaría ligada al destino de Gayo y Lucio, que debían perpetuar la nueva edad de oro instaurada por Augusto. Los hijos de Agrippa y Julia constituían para el Princeps la principal esperanza de una sucesión dinástica basada en los lazos de sangre, en la propia gens lulia. Pero hay que tener en cuenta que la pertenencia a la gens lulia puede darse a través de la adopción, como en los casos de Tiberio y Germánico posteriormente, sin que los lazos directos de sangre constituyan un factor dinástico predominante sobre la adopción. El criterio básico e indispensable para la consideración de un sucesor, y que, a mi juicio, marca la política dinástica de Augusto, es la pertenencia a la gens lulia. Esta política de sucesión viene confirmada desde el mismo momento de la adopción de Gayo y Lucio, puesto que Augusto no tenía hijos propios, la adopción adquiere claramente un carácter político-dinástico. Así lo cree Syme73, quien cree que la muerte de Marcello fue contrarrestada mediante un nuevo proyecto en el que Agrippa y los hijos de Livia iban a ser instrumentos de Augusto para asegurarle la sucesión con herederos de su propia sangre a través de su hija Julia. Puesto que Gayo era todavía muy joven y no estaba preparado para ser el sucesor inmediato de su abuelo en caso de muerte prematura de éste, Agrippa, su padre natural, hará de eslabón intermedio. Actuará a la vez de regente y tutor de sus hijos hasta la muerte de Augusto, de ahí su obtención de la potestad tribunicia en el 18 a.C.
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a.C. La presentación adecuada de los herederos fue una de las principales preocupaciones de Augusto a medida que iba envejeciendo, y pronto dispuso de varias ocasiones, todas ellas dentro de un contexto dinástico. Es con Gayo y Lucio cuando se adquiere una verdadera conciencia dinástica, que tiene su reflejo en una serie de manifestaciones que honran a los Príncipes de la Juventud en forma de inscripciones y grupos estatuarios a lo largo de todo el Imperio. Y por extensión, la atención sobre Gayo y Lucio responde a un programa de exaltación de la domus Augusta. En el difícil equilibrio entre la ficción política de la legalidad republicana y las propias aspiraciones de legitimidad dinástica del Princeps, Augusto plantea una propaganda sutil en la que se intenta mostrar una idea fundamental: la continuidad del régimen depende de la prosperidad de la domus Augusta y de su permanente conducción del estado. Esta idea ya había quedado patente en la celebración de los Juegos Seculares del año 17 a.C., donde la llegada de una nueva edad dorada para Roma venía ligada a la Pax Augusta y, por tanto, al devenir de la familia imperial. Y en una pretendida época de abundancia y paz, el nacimiento de Lucio en el año 17 a.C. y la posterior adopción de los dos hermanos venían a confirmar los mejores augurios para la familia imperial. En este contexto, Sutherland74 creía que las emisiones monetarias del 17 a.C. se hacían eco de esta época de prosperidad y sobre todo de la adopción realizada por Augusto. Para ello atribuía las emisiones de C. Marius a este año en concreto, como ya mencionamos, basándose principalmente en la emisión de denarios, desde la ceca de Roma, que reflejan un mensaje claramente dinástico. Sin embargo, analizadas en su conjunto las emisiones de C. Marius, éstas parecen reflejar más el contexto del año 13 a.C., fecha que defienden Fullerton y Mattingly75. C. Marius, uno de los triunviros del año 13 a.C., difunde un tipo con una intención claramente dinástica: la aparición de Julia con sus dos hijos Gayo y Lucio César en el reverso se complementa con la representación de la corona cínica sobre sus cabezas, corona que estaba situada en la puerta de la casa de Augusto,
3.2.1. Los PRIMEROS AÑOS (17-6 A.C.) Gayo y Lucio debieron quedarse en Roma durante los viajes de Augusto y Agrippa por Occidente y Oriente durante los años 17-13 73
Syme (op. cit. n. 45), p. 521.
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Sutherland (op. cit. n. 2), pp. 57-58. RIC I, Aug., 404-405=BMCRE I 106, 108-109, pp. 21-22. Pero la adscripción de C. Marius al colegio del 13 a.C. es ya admitida por Sutherland en RIC I, pp. 32 y 34. Cf. M. Fullerton, The Domus Angustí in Imperial Iconography of 13-12 a.C., AJA 89, ns 3 (1985). 75
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y que hace alusión a una tutela o protección directa por parte del Princeps, convirtiéndose en presuntos herederos. La corona ciuica se convierte así en un símbolo dinástico. La corona ciuica, uno de los homenajes que Augusto había recibido el 27 a.C., una corona de encina, que además de su concesión desde tiempos inmemoriales a la persona que salvaba la vida de un conciudadano en la batalla, tiene otras connotaciones puesto que la encina es también el árbol de Júpiter. Encima de la cabeza de Julia, la modesta corona de homenaje del salvador del estado, además de indicar la descendencia directa de Augusto, se transformó en un signo de sucesión y dinastía. Entre los sucesores, la corona de encina pasó a ser una insignia del poder reservada exclusivamente a los emperadores y completamente desligada de su contexto original. En esta emisión la presencia de Julia se justifica como garante de la sucesión dinástica, como instrumento que engendra herederos masculinos; en general éste es el modo en que suelen aparecer las mujeres de la familia imperial76. Como bien señalaba Fullerton, se denota un programa coherente de propaganda dinástica detrás de la selección de tipos de los años 1312 a.C., en el que subyace la idea de la exaltación de la domus Augusta. La política de sucesión planteada por Augusto sólo englobaba en un primer momento a los miembros directos de la gens lulia. El proyecto ya había comenzado con Marcello pero su muerte prematura abortó cualquier programa propagandístico. En este caso, las emisiones de C. Marius del año 13 a.C. son las primeras que hacen referencia a la familia imperial y más concretamente a los descendientes directos de Augusto, sus hijos adoptivos. El propósito dinástico está patente, el sucesor sería necesariamente elegido entre los miembros de la familia de los Julios, y no debía haber dudas sobre esto. Curiosamente el año 13 a.C. se convirtió en el año en que comenzaron las apariciones públicas de Gayo y Lucio. A la edad de 6 años, Gayo participó por primera vez en los Ludi Troiae, celebrados con motivo del regreso de Augusto a Roma, recibiendo entusiásticas aclamaciones. El ludus o lusus troiae ofrece un 76 Fullerton (op. cit. n. 75), pp. 473-483; Mattingly (op. cit. n. 15), pp. cvi-cvii y 20; Zanker (op. cit. n. 15), p. 120; Corbier (op. cit. n. 3), pp. 182-186, analiza la legitimidad a través de las mujeres, por medio de los matrimonios y las adopciones; para Rose (op. cit. n. 16), pp. 1415, sin embargo, C. Marius emite en el 12 a.C. y quienes aparecen representados junto a Julia son Augusto y Agrippa, no Gayo y Lucio.
ejemplo de costumbre moribunda resucitada por un poder fuerte. Este antiguo y misterioso carrusel de la juventud, en el que participaban los hijos de las familias nobles, así como los miembros de la familia imperial posteriormente, fue impulsado por Sila, luego por César, y finalmente por Augusto para la propaganda de su régimen y la exaltación de la raza y sobre todo de la juventud. Aunque realmente este antiguo juego no había desaparecido, Augusto lo revitalizó haciendo multiplicar las ocasiones para celebrarlo, puesto que podían servir para ensalzar el prestigio de la aristocracia degenerada y preparar para el ejército una juventud vigorosa. Estos juegos para los niños que aún no han vestido la toga viril, en época republicana hasta los 17 años y durante el Imperio hasta los 14 aproximadamente, consistían en ejercicios gimnásticos y ecuestres, y se convirtieron en ejercicios preparatorios de los juegos de la juventud romana, los luuenalia. A comienzos del Imperio, los tres escuadrones o turmae eran dirigidos por los niños de la casa imperial, como en el caso de Tiberio durante la celebración del triple triunfo del 29 a.C., que dirigió con 14 años la turma maiorum puerorum. Estos juegos solían celebrarse en circunstancias excepcionales, como la celebración de un triunfo, la dedicación de un templo o un teatro, o dentro cíe un programa de grandes juegos. Para Augusto y sus contemporáneos podía pasar como un recuerdo y una alusión a la ciudad de Troya, como un antiguo juego troyano que se ha conservado en época romana. Pero parece tratarse de un juego de origen itálico o etrusco, y la palabra «troia» tendría su origen en el verbo «antroare», con el sentido de movimientos repetidos y alternativos. Neraudau, siguiendo a Cohén, encuentra un ejemplo claro de que el lusus está ligado a la reorganización de la juventud en época augústea en una moneda que fecha en el 12 a.C., sobre la cual Gayo César, «Princeps luuentutis, a caballo, la cabeza descubierta, tiene en una mano su escudo y de la otra las riendas [...] Conduce sin duda una turma del lusus para la inauguración del teatro de Marcello». Sin embargo, como posteriormente veremos, esta emisión se fecha concretamente en los años 87 a.C. y está ligada a la presentación de Gayo ante las legiones del Rin77. 77 Dión, 54, 26, 1; Suet., Aug., 43, 5. Juegos que organizaba Tiberio con ocasión del retorno de Augusto de Occidente y la dedicación del teatro de Marcello. Según Kienast (op. cit. n. 27), p. 70, la consagración se produjo el 4 de mayo del 11 a.C. La descripción más
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Pero como apunta Ginestet, la restauración de estos juegos se sitúa en el cuadro de una política más importante que la propia renovación de las organizaciones de jóvenes, es decir, su política dinástica. Para designar su eventual sucesor, el lusus Troiae podía jugar un papel propagandístico importante al presentar al joven que dirige una turma como el sucesor de Ascanio, el hijo de Eneas. De hecho, que el lusus Troiae no era para Augusto un elemento esencial para la formación física y moral de los niños romanos, de los pueri, lo demuestra el hecho de que cuando el más pequeño de los dos herederos, Lucio, se convirtió en Princeps luuentutis en el 2 a.C., la concesión del título coincidió con la petición de supresión de estos juegos por parte de Asinio Polión porque uno de sus nietos se había roto una pierna; el juego fue suprimido aunque el demandante no recibió ninguna recompensa, con lo que se confirma que el juego de Troya había perdido su interés de propaganda dinástica a favor de los herederos78. Su primera aparición conjunta también se produjo ese mismo año, en el marco de una manifestación pública muy celebrada: la procesión religiosa ligada al regreso de Augusto y Agrippa e inmortalizada en los frisos figurativos del Ara Pacis79, donde los miembros de la familia imperial se situaron según un preciso completa y precisa sobre este juego: Virg., Aen., V, 545 s. Sobre el lusus troiae, cf. CAHX, cap. XIV, pp. 462-463; K. Schneider, s. v. «Lusus Troiae», REXlll/2 (1899), pp. 20592067; J. Toutain, s. v. «Troia, Troiae Ludus», DarembergSaglio V (1919), pp. 493-496; J.-P. Morel, Sur quelques aspects de la jeunesse a Rome, Melanges offerts á J. Heurgon, II, París (1976), pp. 671-672; J.-P. Neraudau, La jeunesse dans la littérature et les institutions de la Rome républicaine. París, 1979, pp. 227-237. Sobre esta emisión: RIC I, Aug., 198-199, cf. infra n. 85; H. Cohén, Description historique des monnaies frappées sous VEmpire communment appelées medailles imperiales. París, 188092, n.s 39-51, p. 68. 78 P. Ginestet, Les organisations de la jeunesse dans l'Occident Romain. Bruselas, 1991, pp. 88-89. Cf. Suet., Aug., 43, 6-7. 79 La identificación de los dos jóvenes es una cuestión largamente debatida: Hurlet (op. cit. n. 1), p. 114, identifica a Gayo con el pequeño niño situado detrás de Agrippa en el friso sur y vestido a la manera troyana por su reciente participación en los Ludí Troiae, Lucio se sitúa en el friso norte, a la altura de Gayo. Los dos se sitúan a la cabeza de la procesión, al lado respectivamente de su padre biológico y de su madre. Cf. también Zanker (op. cit. n. 15), pp. 256-258 y Rose (op. cit. n. 16), p. 16, aunque los sitúa a los dos en el friso norte; en cuanto a la identificación como dos príncipes galos, cf. J. Pollini, Ahenobarbi, Appuleii and some others on the Ara Pacis, AJA 90 (1986), p. 453, n. 3; J. Pollini, The Portraiture of Gaius and Lucius Caesar. Nueva York, 1987, p. 27.
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orden político y dinástico. Los relieves del Ara Pacis presentan de forma directa la ideología en vigor a comienzos del Imperio; de manera evidente estos relieves reflejan el elogio de la pax, la Pax Augusta, pero también es evidente su otro contenido político: una neta glorificación y propaganda de la familia Julia, dinastía reinante y destinada a reinar. A las alusiones sobre el pasado mítico de la familia, con la representación de Eneas, se une la representación del futuro de la dinastía, en el relieve de la procesión. Gayo y Lucio aparecieron representados de forma destacada como pequeños troyanos o caballeros de Troya, a ambos lados de los paramentos del altar, en el lugar en el cual el grupo de la familia imperial sucede al de los sacerdotes. Estos niños visten una túnica corta y llevan el pelo largo, así como un collar. Augusto había impulsado la participación de sus hijos adoptivos en la trola, consciente de que era un antiguo juego de caballería de carácter religioso que practicaban los muchachos de la nobleza romana y que sólo a partir de la época augústea fue asociado al mito de Troya, que había fomentado especialmente para animar a los jóvenes a practicar ejercicios militares. Para Zanker80, el destacado lugar que ocupaban estos niños, en una procesión que parece respetar un orden dinástico, y la forma llamativa en el que el mayor de los niños se aferra a la toga de Agrippa son buenos argumentos para identificarlos como Gayo y Lucio, y no como dos pequeños príncipes bárbaros. En el año 12 a.C., L. Caninius Gallus, uno de los triunviros monetales, emite en Roma una serie de denarios81 que representan en el reverso un altar circular o cippus, donde se inscribe la leyenda C C AVGVSTI; L CANINIVS GALLVS IIIVIR alrededor. La inscripción ha sido restituida e interpretada de diferentes formas: para Foss, Mattingly y Newby82 se leería C(omitia) C(aesaris), aludiendo a la elección de Augusto como pontifex maximus, y el altar se referiría a la asamblea que realizó la elección. Para Babelon y Fuller-
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Zanker (op. cit. n. 15), p. 258. RIC I, Aug., 418, p. 74=BMCRE I 132. A) AVGVSTVS Cabeza desnuda a derecha R) L CANINTVS GALLVS mVIR Cippus con inscripción C C AVGVSTI en cuatro líneas. 82 C. Foss, Román Historical Coins. Londres, 1990, p. 53; Mattingly, BMCRE I, p. 27 y pp. cvii-cviii; Newby (op. cit. n. 15), p. 45. 81
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ton83 debe leerse C(aio) C(aesari) AVGVSTI (E), donde el genitivo «Augusti» cobraría más sentido. La alusión a G. César en el 12 a.C. tiene un significado especial: siguiendo su proyecto dinástico, Augusto, con la muerte del padre natural de G. César, habría previsto ya que las responsabilidades del poder recaerían directamente en el primero de los herederos legales. El monumento inscrito en la moneda expresa una plegaria a los dioses por la salud de G. César. Pocos años después, durante la campaña militar de Germania del año 8 a.C., Augusto visitó de nuevo la Galia, todavía la base natural de operaciones contra Germania, acompañado por Tiberio, quien se hacía cargo de la campaña tras la muerte de su hermano, y de Gayo César; en este contexto Gayo fue presentado a las legiones del Rin84. Este hecho no pasó desapercibido para los oficiales de la ceca de Lugdunum, que emitieron sobre áureos y denarios85, ese mismo año o poco después, un tipo donde Gayo César (con leyenda de reverso: C CAES, AVGVST F), que viste una túnica militar corta, aparece montado a caballo al galope, con la bulla o torques en el cuello, con espada y escudo en su mano y brazo izquierdo respectivamente, mientras sostiene las riendas con su mano derecha, y detrás aparecen tres estandartes: el aquila de la legión entera, flanqueada por los signa de los manípulos, que señala el campamento militar. La emisión conmemora particularmente un torneo ecuestre, bastante parecido a los Juegos Troyanos, donde el joven príncipe, con doce años, tuvo ocasión de demostrar sus aptitudes. La vinculación de los herederos con el ejército fue reforzada, además, por Augusto con un donativo en dinero para recordar aquel día. Según Sutherland, Augusto dio órdenes personales para la acuñación de este tipo que destacaba la figura de Gayo. Como en el 13 83 E. Babelon, Monnaies de la Repúblique Romaine I, París, 1885, p. 312, quien propuso C(aii) C(aesaris); en Fullerton (qp. cit. n. 75), p. 478. 84 85
Dión, 55, 6, 4.
RIC I, Aug., 198-199=BMCRE I 498-502 (el ng 503 es probablemente una antigua falsificación), pp. 85-86, y p. cxiii, cxvi. Newby (qp. cit. n. 15), p. 55, quien comenta que el tipo puede haber sido diseñado para la distribución de un donativo; Sutherland (qp. cit. n. 2), p. 68; M. L. Vollenweider, Principes luventutis, SchivMübl 13-14 (1964), pp. 76-77; Bogue (qp. cit. n. 2), p. 28, aunque con reservas; J. Pollini, The meaning and date of the reverse type of Gaius Caesar on horseback, ANSMN3Q (1985), pp. 113117, lám. 39; Zanker (qp. cit. n. 15), p. 258; Hurlet (qp. cit. n. 1), p. 115.
a.C.86, el mundo romano conocía de nuevo la línea marcada por Augusto para su sucesión, pero en este caso su vinculación al ejército ostentando una posición de liderazgo resulta esclarecedora sobre los propósitos dinásticos de Augusto, donde resulta clave la elección de los receptores del mensaje dinástico difundido. Esta emisión se convierte, por tanto, en la primera que representa una iconografía dinástica centrada en un heredero concreto (Gayo) en la acuñación augústea oficial. Sin embargo, el evento conmemorado por el reverso de Gayo, así como la fecha de emisión se han convertido en problemas de debate. La visión más aceptada sigue siendo la ya mencionada, la que alude a la primera participación de Gayo a la edad de 12 años en el 8 a.C. en los ejercicios militares con las legiones del Rin. Romer87 realizó un estudio detallado de esta emisión, destacando que la fecha de acuñación sigue oscilando entre los años 8-6 a.C. para la mayoría de los investigadores, y los años 5-3 a.C. para otros. En cambio, para el autor americano, se debe fechar firmemente en el año 2 a.C., tras analizar el reverso e identificar la ocasión que celebra con la consagración del templo de Mars Vítor en el año 2 a.C. La cronología del 5-3 a.C.88, en relación con la obtención del título de Princeps luuentutis por parte de Gayo (puesto que también recibió el honor de comandar una división de caballería), no prevalece entre los investigadores, ya que en caso de aludir a ese evento debería aparecer el uexillum de la caballería, y no el águila legionaria y los signa de los manípulos; la mayoría de los investigadores se decantan a favor de la fecha del 8-6 a.C.89, que es la 86
Sutherland admite finalmente la fecha del 13 a.C. para las emisiones de C. Marius, que nosotros seguimos. 87 R E . Romer, A numismatic date for the departure of C. Caesar?, TAPhA 108 (1978), pp. 187-202. 88 Sydenham (op. cit. n. 29), p. 28; W. K. Lacey, 2 B.C. and Julia's Adultery, Antichton 14 (1980), p. 128, quien reconoce que es posible que la emisión se feche en el 8 a.C., para conmemorar la primera participación de Gayo en los ejercicios de los equites (presumiblemente en el lusus troiaé), en la frontera del Rin. 89 Sutherland, RIC I, p. 54; Mattingly, BMCRE I, que fecha la serie en el 8 a.C., al igual que en p. cxiii; también Sutherland (qp. cit. n. 2), pp. 68-69 y posteriormente en The Emperor and the Coinage. Londres, 1976, p. 105; Grant (qp. cit. n. 15), p. 28; Levick (qp. cit. n. 42), p. 785; Foss (qp. cit. n. 82), p. 53; N. Hannestad, Román Art and Imperial Policy. Aarhus, 1986, p. 91; Giard (qp. cit. n. 15), p. 17, establece una contemporaneidad de este tipo a través del estudio del cuño con otro tipo que es fechado con seguridad en el 8 a.C. Sobre la identificación de insignias militares, cf. Rossi (qp. cit. n. 12), pp. 43-44.
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generalmente aceptada. En este caso, la moneda aludiría a la primera presencia de Gayo ante las legiones, que no puede ser considerada como la primera campaña militar de Gayo. La presencia junto al ejército tuvo un significado honorífico y testimonial, y para Sutherland90 no hay duda de que esta emisión forma parte de las monedas distribuidas en el donativo. Para Vollenweider91, la interpretación de Gayo armado y montado a caballo en el contexto del 8 a.C. supone una presentación no oficial del sucesor de Augusto, y también relaciona la emisión con el donativo dado por Augusto. Para Romer, la presencia de Gayo ante las legiones del Rin no supone una disminución del prestigio de Tiberio, quien en el año 8 a.C. recibió honores que favorecían su rápido ascenso en el favor imperial. También insiste en que el retiro político de Tiberio en el año 6 a.C. no es el resultado de una rivalidad entre Gayo y Tiberio. El donativo que concedió Augusto parece haber sido el último del período augústeo y su desvinculación de la victoria militar, cuyo mérito se debe a Tiberio, fue deliberada. Sin embargo, este acontecimiento supone un importante paso hacia la predisposición del ejército sobre la idea de la sucesión por lazos de sangre y para asegurar su favor hacia la persona de Gayo César92. Sobre los estandartes que aparecen en este tipo, se ha aceptado que hacen referencia a las legiones del Rin, siguiendo a Dión Casio. Pero para Romer nada en las monedas especifica a esas legiones. La iconografía del reverso puede permitir una información más precisa, según Romer. Para este autor, los estandartes son concretamente las insignias de Craso recuperadas en el año 20 a.C. a los partos, y trasladadas en el 2 a.C. al templo de Mars Vítor. La importancia de Gayo en las ceremonias de consagración del templo explicaría su asociación con los estandartes en esas monedas, a las que Romer asigna una fecha conmemorativa del 12 de mayo del 2 a.C. Augusto condujo una purificación ritual mientras Gayo y Lucio como duouiri aedis dedicandae realizaron la consagración formal del templo. Se estableció un festival anual a cargo de los seuiri equitum, y como seuiri de la primera turma de los caballeros, Gayo y Lucio habrían participado en los primeros juegos. 90 Sutherland (op. cu. n. 2), p. 68; también Pollini (op. cu. n. 85), p. 117. 91 Vollenweider (op. cit. n. 85), p. 78. 92 Romer, 1978 (op. cit. n. 87), p. 191.
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Sin embargo, se siguen fechando estos documentos numismáticos del año 8 a.C. en relación con la presentación a las legiones del Rin, lo que explicaría que estos tipos hayan sido acuñados no en Roma sino en Lugdunum, y podría hacerse eco más fácilmente de la presencia de Gayo ante las legiones del Rin que de una ceremonia celebrada en Roma. Aunque, puesto que Lugdunum se convirtió en la única ceca que emitía en metales preciosos, el argumento de la cercanía de la ceca al lugar del acontecimiento en cuestión no presenta una gran solidez. Sí en cambio el análisis de la leyenda del anverso, que puede apoyar la datación en el 8 a.C. Gayo César aparece como Augusti fCilius), lo cual concuerda con un momento en el que no había sido introducido aún a la vida pública y sólo podía aparecer como hijo de Augusto. Si la emisión perteneciera al año 2 a.C., aparecería como cónsul designado y Princeps luuentutis, puesto que fueron títulos que ostentó a partir del año 5 a.C. También la iconografía puede apoyar la fecha del 8 a.C., puesto que si identificamos el objeto que Gayo lleva en el cuello como una bulla aured^, colgada de éste por una gruesa correa, y usada como amuleto, y que llevaban los niños nobles hasta los 17 años aproximadamente (al tomar la toga viril, la bulla era dedicada a los Lares, y se despojaba definitivamente de la toga pretexta), no es posible situar la emisión en el año 2 a.C. (ni en el 5 a.C.) puesto que Gayo, al tomar la toga viril en el año 5 a.C., ya se había desprendido de las pueritiae insigniae. Una cuarta objeción a la teoría de Romer puede ser hecha en el sentido de que sólo Gayo aparece en el reverso, y la ausencia de su hermano Lucio no se entiende si el reverso representa la participación en los juegos que se celebraron en el año 2 a.C. con motivo de la consagración del templo, juegos en los que participaron los dos hermanos como Príncipes de la Juventud. Sobre esta última cuestión, Romer94 argumenta que no es posible entender el esquema
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Que también identifica Pollini, para la misma argumentación (op. cit. n. 85), pp. 113 y 116. Sobre la bulla, cf. REIII/1, col. 1047-1051; E. Saglio, s. v. «Bulla», Daremberg-Saglio 1/1 (1877), pp. 754-755; P. G. Warden, Bullae, Román Custom and Italic Tradition, ORom 14 (1983), pp. 69-75, figs. 1-5, quien habla de su origen etrusco. El uso de la bulla también está ligado a la vestimenta militar; a parte de que la bulla era llevada por los triunfadores, en tiempos de Tarquinio Prisco la bulla era un símbolo de valentía y de proeza militar, pasando en tiempos posteriores a convertirse en el símbolo de la futura virilidad. 94 Romer, 1978 (op. cit. n. 87), pp. 196-197.
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dinástico de Augusto como teoría de pares95, donde dos personajes de igual posición y rango reciben los mismos honores y son promocionados en al ámbito militar y político de manera paralela, donde sólo las diferencias en el prestigio y la concesión de tales honores se debe a la diferencia de edad96; en este sentido Augusto mantuvo distinciones entre Gayo y Lucio, con la intención de que Gayo pudiera suceder a Augusto y gozar de una auctoritas superior a la de su hermano, apareciendo éste como un subordinado, siguiendo el modelo de Augusto y Agrippa. En cambio, tal como veremos, los honores y experiencias de los dos jóvenes fueron concedidos de manera paralela con diferencias de tiempo debidas a la edad. Para Romer hay unas diferencias que son perceptibles entre los jóvenes, sobre todo en lo que se refiere al prestigio popular y al trato que reciben por parte de Augusto. Gayo recibió el pontificado y Lucio el augurado, y el primero participaría en las reuniones del consilium principis. Esta emisión de áureos y denarios la concibe como una compensación de Augusto hacia Gayo puesto que su hermano Lucio habría tenido la oportunidad de aparecer sólo en una ceremonia relacionada con la toma de la toga viril de los jóvenes nobles. Las monedas reflejarían en definitiva para este autor el gran honor que supuso para Gayo partir hacia Oriente directamente desde la ceremonia inaugural y convertirse en el primero que retornara victoriosamente al templo. Los estandartes serían mostrados en el foro en este festival para indicar que la salida de Gayo era la ceremonia rnás importante del programa inaugural. Durante los años entre la muerte de Agrippa y la definitiva aparición en la vida pública de Gayo y Lucio, Augusto se vio obligado a esperar, antes de presentar la que constituía para él la solución del problema dinástico. 3.2.2. LOS PRIMEROS HONORES (6-2
nales con los que Gayo y Lucio fueron gratificados por el orden senatorial y ecuestre, son de por sí una adulación desmesurada y exage: rada. La finalidad de tales honores, que eran desproporcionados a la edad de estos jóvenes, no podía, por consiguiente, escapar a los contemporáneos. Dión Casio nos dice que en el año 6 a.C. se propuso que Gayo fuera elegido cónsul, pero que Augusto expresó su desaprobación y al mismo tiempo su esperanza de que las circunstancias excepcionales que le habían permitido ostentar cargos a una edad temprana no se repitieran para la elección de ningún candidato menor de veinte años97. Tácito interpreta el rechazo de Augusto como ficción poco sincera. Permitir la elección de un cónsul a la edad de catorce años habría constituido una ilegalidad sin precedentes, hubiera significado mostrar la verdadera imagen del régimen, y el deseo de Augusto era el de mantener el ficticio respeto a las instituciones republicanas. La candidatura de Gayo a las elecciones consulares del verano del año 6 a.C. constituyó la primera intervención propiamente política del joven príncipe. A pesar de su juventud, esta aparición prematura en la vida política, con el propósito de compartir las principales responsabilidades del estado, en detrimento de Tiberio, es para Hurlet98 una maniobra llevada a cabo por Julia y sus partidarios. El Príncipe postergó la elección al consulado de Gayo pero, en compensación, una serie de privilegios excepcionales le fue otorgada. En primer lugar, entró a formar parte del colegio de pontífices, se le concedió también el privilegio de ser cónsul a la edad de veinte años, y por último se le permitió entrar al Senado y asistir a las reuniones de la asamblea, tomar parte entre los senadores en los espectáculos y banquetes, pero con la condición de que este privilegio no tendría efecto hasta que Gayo revistiera la toga viril99.
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Era evidente que los nietos del Emperador habían sido elegidos por éste para la sucesión en el poder. De hecho, los primeros pasos de Augusto en este sentido van encaminados a dotarles de una posición excepcional, militar y políticamente hablando. Los honores excepcio95 Que B. Levick, Drusus Caesar and the Adoptions of A.D. 4, Latomus 25 (1966), fase. 2, pp. 227-244, desarrolla. 96 Cf. Hurlet (op. cit. n. 1), p. 84, para el caso de Tiberio y Druso.
Dión, 55, 9, 2. Antes, en el 7 a.C. Gayo presidió los juegos que celebraban el retorno de Augusto a Roma tras la campaña en Germania del año 8 a.C., a petición de Tiberio, quien debía organizados pero tuvo que volver rápidamente al frente septentrional en Germania, según Dión, 55, 8, 3. 98 Hurlet (op. cit. n. 1), p. 116. 99 Dión, 55, 9, 4. Decisiones que tuvieron lugar en el año 6 a.C.: cf. Levick (op. cit. n. 42), p. 787; Kienast (op. cit. n. 27), p. 74. En Res Gestae, 14, 1, se precisa que la disposición referente a la asistencia a las reuniones del Senado concierne igualmente a Lucio César, para quien se establece la misma condición, pero no disfrutaría de tal privilegio hasta después de la ceremonia de la toma de la toga viril y de la deductio.
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La salida de Tiberio para Rodas precipitó los acontecimientos y pronto Augusto dispuso que Gayo tomase la toga viril, además de la concesión de otros honores, ceremonia que se realiza en el año 5 a.C., que es la condición indispensable para el ejercicio de cualquier responsabilidad política. Por su parte, Lucio fue investido de los mismos honores tres años después, el 2 a.C. Sidari100 cree que en la no casual adopción conjunta del año 17 a.C. comienza la política cíe Augusto de desarrollar un análogo paralelismo en la actividad política para sus dos hijos adoptivos. Los honores concedidos a Gayo, los recibiría más tarde Lucio de forma análoga, debido a la diferencia de edad. — Toma de la toga viril y la deductio in forum En el 5 a.C. Augusto asumió el consulado por duodécima vez, e introdujo a Gayo a la vida pública por el procedimiento solemne de la deductio in forum, asumiendo la toga uirilis-, Gayo abandona las pueritiae insigniaé01 (la toga pretexta y la bulla). Este acontecimiento es de vital importancia por cuanto marca el paso de la infancia a la edad viril. La deductio consistió en que Gayo fue conducido por Augusto al Foro102, y seguidamente al Tabularium sobre el Capitolio, a fin de ser inscrito entre los otros jóvenes como ciudadano en edad de llevar armas. Augusto había sido revestido excepcionalmente con el consulado en el año 5 a.C. precisamente para presentar públicamente a su hijo en calidad de magistrado supremo y dar así un impacto psicológico suplementario a una ceremonia que marca la entrada de Gayo en la carrera política, según Hurlet103. Según Sydenham, existe una emisión en áureos y denarios atribuible a Gayo César fechada en el año 5 a.C. El tipo presenta como leyenda de anverso, CAESAR, y la «cabeza de Gayo César a derecha, circundada por una corona de roble». En el reverso, leyenda AVGVST, con «un altar... una corona conteniendo flores, pateras y bucráneos». Hill, quien comenta que este tipo fue asignado originalmente al año 17 a.C., cuando Gayo César es adoptado por Augusto, adscribe el tipo con otro evento relacionado con la vida de Gayo. Para 100
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Siclari (op. cu. n. 72), p. 278. Tac., Ann., I, 3, 2. Suet., Aug., 26, 2. Hurlet (op. cit. n. 1), p. 118.
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el autor, el retrato del anverso debe representar a una persona joven en íntima relación con Augusto, decantándose por Gayo. El tipo aludiría a un corto lapso de tiempo entre la deductio in forum y la designación al consulado, donde el thymiateríum o altar de incienso y la corona aludirían a un cargo sacerdotal. Sin embargo, esta propuesta quedó pronto descartada. La iconografía del anverso es un argumento en contra de ésta. Gayo César no puede aparecer asociado con una corona de encina; el personaje representado es Augusto, y la corona es la famosa corona ciuica, concedida por el Senado el 27 a.C. al Princeps, entre otros honores, y colocada en la puerta de su casa en reconocimiento por salvar a los ciudadanos. La corona era otorgada originalmente al soldado que salvaba la vida de un conciudadano en batalla. Pero este modesto homenaje tenía otro significado a partir del 27 a.C., pronto pasó a ser un símbolo del gobierno monárquico. Efectivamente la cabeza del anverso es descrita como «joven cabeza desnuda a derecha, dentro de corona de roble», pero con una cronología aceptada del 17 a.C., Gayo César tenía en ese momento 3 años, demasiado pequeño para asemejarse a la cabeza joven del anverso. El reverso muestra un candelabro decorado dentro de una corona con bucráneos y pateras. Sutherland comenta que los áureos y denarios con el tipo de reverso del «candelabro» aparecen para conmemorar los Ludí Saeculares del 17 a.C.104 Estos precedentes fueron precisamente seguidos tres años después, cuando Augusto se encontraba en su decimotercer y último consulado, para Lucio, que recibió los mismos privilegios que su hermano mayor. Lucio fue revestido con la toga viril y conducido al Foro y al Tabulario en el año 2 a.C., igualmente a la edad de catorce años. Con la dedicación del templo de Mars Vítor, éste se convertiría a partir de aquel año en el lugar donde se realizaría la investidura de la toga viril cada año 104
Sydenham (op. cit. n. 29), p. 28, apuntando que la moneda no es de fábrica romana y sí posiblemente del Este; que sigue la propuesta de Hill (op. cit. n. 29), pp. 165-168, n. 107, quien planteaba su hipótesis con reservas, y no descartaba que la moneda se fechase en el 8 a.C., en relación con la presencia de Gayo ante las legiones del Rin. Para Sutherland, RIC I, p. 85, el tipo, fechado en el 17 a.C., en ceca incierta, se identifica como RIC I, Aug., 539 (áureos), 540 (denarios)=BMCRE I 683-684, pero Sutherland y Mattingly no identifican a Gayo César. Cf. Sutherland, RIC I, p. 38, que desconoce la ceca de origen aunque apunta al Este; Zanker (op. cit. n. 15), p. 113, fig. 71, también justifica la emisión con motivo de las fiestas seculares.
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por los jóvenes que aspirasen a ello, concretamente el 17 de marzo. Pero Lucio recibió su toga en una ceremonia especial realizada el 1 de enero. El Príncipe ejerce también en esta ocasión un nuevo consulado a fin de presentar públicamente a su segundo hijo en las mismas condiciones que Gayo. Conforme al decreto del año 6 a.C., Gayo fue autorizado a asistir y tomar parte en las deliberaciones del Senado, privilegio que también obtuvo Lucio en el 2 a.C., el mismo día de su deductio. El Senado y el Pueblo romano designaron a Gayo y Lucio César al consulado respectivamente en el curso de los años 5 y 2 a.C., con la condición de dejar un intervalo de cinco años entre la elección propiamente dicha y el ejercicio del cargo. No deja de ser una designación excepcional, puesto que tenían catorce años en el momento de esta designación, y en virtud de esta decisión, los jóvenes príncipes podían portar el prestigioso título de cónsul designatus, que conservarán hasta el fin del quinquenio, fijado en el 1 de enero del año 1 d.C. para Gayo y en el 1 de enero del año 4 d.C. para Lucio105. — El título honorífico de Princeps luuentutis: El título honorífico de Príncipe de la Juventud fue concedido a Gayo y Lucio, respectivamente, en los años 5 y 2 a.C.106 Las únicas fuentes que detallan la ceremonia de concesión son las epigráficas, de las que se deduce que el título fue conferido por el conjunto de los caballeros romanos (equites romani uniuersi), con el permiso del Senado y después de una appellatio10'1'. En el curso de esta ceremonia se le concedió a cada uno un escudo y una lanza, atributos honoríficos que debían ser considerados como las insignias de este nuevo 105
Su muerte prematura en el año 2 d.C. le priva del ejercicio de la magistratura suprema. 106 Dión, 55, 9, 9-10. Cf. R. Cagnat, s. v. «Princeps Juventutis», Daremberg-Saglio IV/1 (1907), pp. 647-648; W. Beringer, s. v. «Princeps luventutis», REXXI1/2 (1954), col. 2296-2311, donde se aporta una lista de los príncipes que obtuvieron este título. También encontramos la relación de cesares en uno de los primeros trabajos sobre el título: L. G. Koch, De principe iuventutis. Leipzig, 1883. 107 Res Gestae, 14, 2. Su traducción en: A. Alvar Ezquerra, Las Res Gestae Divi Angustí. Introducción, texto latino y traducción, CuadPrehistA 7-8 (1980-81), pp. 109140. A. Vassileiou, Caius ou Lucius Caesar proclamé princeps Juventutis par l'ordre équestre, Hommages á L. Lerat, 2 (París, 1984), p. 828, sugiere que la aclamación también se debió acompañar por una inscripción conmemorativa, como en los ejemplos de otras apellationes.
título. Este título no tenía ningún significado político concreto ni tampoco jurídico, pero pronto pasó a ser algo similar a un título de heredero del trono. Para esta ocasión hubo donativos de dinero (60 denarios por persona) y las embajadas acudieron de muy lejos a Roma para las festividades. El título de Princeps luuentutis fue cuidadosamente elegido. Tenía connotaciones republicanas108. El propósito de Augusto consistía en que este título convirtiese a su portador en el heredero designado para sucederle. Se trata de una institución ampliamente atestiguada por la literatura y la epigrafía de época imperial, pero es un título cuya significación exacta, las condiciones de atribución, la fecha de creación, están lejos de haber sido completamente desveladas, cuyo origen republicano está ligado no a un individuo o a varios, sino a todo un grupo preeminente en el seno de la iuuentus109. Este título, así como otras instituciones como los collegia iuuenum y el lusus Troiae, adquieren con Augusto, quien se convierte en el impulsor, una doble impresión de fosilización y de recuperación: fosilización en el sentido de que se restringe la concesión del título a un solo individuo, cuando había pertenecido a toda una clase de edad, o una parte notable de ésta durante la República; recuperación en la medida de que estas instituciones mantenidas artificialmente con vida son movilizadas al servicio de una propaganda110. En uno de los primeros trabajos en torno al título y su aparición en las monedas romanas, Blanchet111 ya apuntaba que este título honorífico parecía conceder un papel activo en las paradas y en los juegos de los caballeros romanos; aunque situaba la aparición del título sobre las monedas en tiempos de Nerón, y sobre todo con Vespasiano. 108
Cicerón ya lo había utilizado en una carta escrita a Appius Claudius Pulcher en el 50 a.C.: Adfam., III, 2, 3, aunque la traducción castellana que utilizo se decanta en cambio por la palabra «emperador». Y también en varias ocasiones Tito Livio, por ejemplo en II, 12, 15; XXVI, 30, 2; XXXIV, 27, 8; XLII, 61, 4-5. 109 Morel (op. cit. n. 77), p. 671. Un testimonio epigráfico en R. Merkelbach, Gaius Caesar, princeps iuventutis, in Assos, ZPE 13 (1974), p. 186. 110 Morel (op. cit. n. 77), p. 672. 111 A. Blanchet, Le titre de Princeps Juventutis sur les monnaies romaines, RBelgNum (1891), p. 357, 366. El autor rechaza la incompatibilidad del título con la ascensión al trono, ofreciendo numerosos ejemplos a partir del s. III d.C., momento en el cual el título pierde su significación primitiva; sobre la misma idea, cf. E. A. Stückelberg, Princeps Juventutis, RSN21 (1917), pp. 247-248.
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Naville dejaba clara la distinción entre el portador del título y el primer seuir equitum romanorum, que correspondía a una persona absolutamente distinta del primero. Siguiendo a Koch, afirmaba que el título de Príncipe de la Juventud designaba simplemente a partir de Augusto al presunto heredero al trono, sin admitir que este título haya sido conferido por decreto de las turmae formadas por caballeros romanos. Es probable, en cambio, que a comienzos del Imperio el Princeps luuentutis ejerciera siempre como seuir de la primera turma de los caballeros. Para la ceremonia de la transuectio equitum, los caballeros se dividían en seis turmas, comandadas por dos seuiri equitum romanorum, que solían ser personajes del orden senatorial. Pero no fue raro que los príncipes de la familia imperial fuesen honrados con esta función, una costumbre que iniciarían Gayo y Lucio. El cargo de seuir equitum implicaba no sólo la conducción de la transuectio sino también la organización de juegos y la participación en otras procesiones y funerales públicos. De hecho, el sevirado era considerado, en general, como la primera función que realizaban los jóvenes senadores. Los seuiri pertenecían en su gran mayoría al orden senatorial, excepción hecha de los príncipes de la casa imperial, como Gayo César o Marco Aurelio, que ejercieron la función antes de su primer consulado. En un primer momento los hijos de los senadores eran miembros del orden ecuestre antes de su elección a la cuestura. La función estaría reservada a partir de los Flavios a miembros del orden senatorial. Fue una opinión muy controvertida en los primeros años del siglo, pero hoy la asimilación de los Principes luuentutis como seuiri equitum la defienden la mayoría de los autores112. Para Taylor es significativo que el nuevo honor fuera conferido por el orden ecuestre. Augusto incrementó el prestigio del orden restaurando la vieja ceremonia de la transuectio equitum, la revista anual de los caballeros, e implantando la concesión del título de Princeps luuentutis sobre los miembros jóvenes de 112 L. Naville, Les empereurs romains et le titre de «Princeps Juventutis», RSN21 (1917), pp. 231-246, donde aporta los primeros estudios sobre el título, y que también se muestra en contra de la teoría de que el título de Príncipe de la Juventud es incompatible con la dignidad de Augusto. Sobre los autores a favor de la asimilación, cf. L. R. Taylor, Seviri Equitum Romanorum and municipal Sevirí: a Study in Pre-military Training Among the Romans, JRS 14 (1924), pp. 161-171; Romer (op. cit. n. 87), p. 188, 194, n. 18; S. Demougin, L'ordreéquestresous les Julio-Claudiens. Collection de l'Ecole Francaise de Rome, n.ü 108, Roma, 1988, pp. 226 y 241.
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la familia imperial destinados a la sucesión con un carácter de exclusividad. La concesión del escudo y la lanza resultaba lógica puesto que eran las armas típicas concedidas para la iniciación de un joven guerrero. Para Hurlet, este título extraordinario era singular, siendo la primera vez que se encuentra en Roma, aunque no confiere ninguna competencia política113. El título, referido en época republicana al conjunto de la caballería noble o, más concretamente, a jóvenes relevantes de la aristocracia, fue recreado ahora oficiosamente al servicio de una institucionalización del Principado y otorgado así a los presumibles sucesores del Princeps, convirtiéndose en el equivalente a una designación del sucesor. Esta acentuación de los miembros de la familia imperial no sólo enfatizó la diferencia entre la gens Julia y otras familias nobles de Roma sino que también es un ejemplo de cómo las antiguas instituciones romanas fueron adaptadas para la promoción de la familia imperial. En una expresión significativa de lo que representa el título, el poeta Ovidio presenta el título de Príncipe de la Juventud como la prefiguración del poder imperial y el anuncio simbólico de una sucesión que Gayo debía ante todo a su nomen (Caesar), es decir, a su calidad de hijo de Augusto: Tale rudimentum tanto sub nomine debes, nunc iuuenum princeps, deindefuture senum114. Las dos aclamaciones del orden ecuestre fueron conmemoradas por el reverso de diversos tipos monetarios acuñados en Lugdunum115, 113 Hurlet (op. cit. n. 1), p. 121. El título fue otorgado una vez tomada la toga viril por los jóvenes príncipes, el mismo día. 114 Ov., Ars, I, 193-194: «Tal inicio con tan gran nombre es obligado, príncipe ahora de la juventud, más tarde de la senectud». 115 Como áureos: RIC I, Aug., 205-206, 209=BMCRE I 513-518, 539; como denarios: RIC I, Aug., 207-208, 210212=BMCRE I 519-538, 540-543, pp. 88-91; y un semis, fechado entre el 2 a.C. y el 12 d.C. en Lugdunum: BMCRE I 589. Los denarios RIC I 211 y 212 presentan una x bajo el simpulum (cazoleta ritual para extraer líquidos) y el lituus (báculo), que para Mattingly (op. cit. n. 15), p. cxvii, es presumiblemente una vieja marca de tradición republicana de los denarios, aunque no encuentra una razón suficiente para la aparición de esta marca; apunta la posibilidad de que las monedas circularan en un área especial, Germania. Sorprendentemente, G. G. Belloni, La moneta romana. Societá, política, cultura. Roma, 1993, pp. 123-124, da como fechas: 9-8 a.C. y 7-6 a.C. Según P. V. Hill, The Monuments of Ancient Rome as Coin Types. Londres, 1989, p. 75, las figuras de Gayo y Lucio con escudos y lanzas pueden haber sido copiadas de sus estatuas situadas en la Basílica Julia, si éstas existieron.
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fechados entre el 2 a.C. y el 4 d.C.116, en áureos y denarios, que alcanzaron gran difusión. El reverso representa a los dos principes iuuentutis togados, con los signos honoríficos que les concedieron los caballeros: un escudo de plata117 parecido a un clipeus uirtutis y una lanza del mismo material, además de los emblemas de sus sacerdocios. La leyenda del reverso hace referencia a sus títulos: C L CAESARES, AUGUSTI F COS DESIG PRINC IWENT. El tipo más común representa a Gayo a la izquierda del observador, con el simpulum de pontifex, mientras que Lucio aparece a la derecha del observador, con el lituus de augur. No podemos admitir la cronología dada por Belloni118 para este tipo, es decir, 9-8 a.C. y 7-6 a.C., puesto que los honores reflejados en las monedas de Gayo y Lucio fueron concedidos en el año 5 a.C. para el primero, y en el 2 a.C. para el segundo. En los años que menciona 116 Hurlet (op. cu. n. 1), p. 121, especifica que la leyenda prueba que estas emisiones datan del año 2 a.C. o eventualmente del 1 a.C., únicos años en el curso de los cuales Gayo y Lucio eran cónsules designados al mismo tiempo; cf. también A. Burnett, Catalogues, coins and mints, JRS 68 (1978), p. 176; Hill (op. cit. n. 29), p. 169; T. Fischer, Zur Münzprágung des Augustus für seine beiden Adoptivsóhne Gajus und Lucius Casar, Lagom: Festschrift für Peter Berghaus. Münster, 1981, pp. 31-39. En cambio para D. Macdonald, Observations on an Augustan Coin Type, JNG 28-29 (1978-1979), pp. 27-29, hay emisiones hasta el 13 d.C., basándose en la hipótesis de que la x aparece en las emisiones entre el 4 d.C.-13 d.C., siendo una marca de control para distinguir las acuñaciones más tardías. Sutherland (op. cit. n. 89), p. 105, n. 54, y p. 110, dice que entra en el terreno de la especulación saber si este tipo continuó emitiéndose después del 4 d.C., aunque admite que su volumen fue inmenso y mucho más amplio de lo que podía haberse acuñado entre los años 2 a.C.-4 d.C. Grant (op. cit. n. 15), p. 79, propone una cronología de c.2 a.C.-14 d.C. (?), pero no descarta que las emisiones continuaran después de la muerte de Augusto; B. Levick, Propaganda and Imperial Coinage, Antichton 16 (1982), p. 107, apunta una cronología de 2 a.C.-9 o 10 d.C. Para Lacey (op. cit. n. 88), p. 141, la emisión, que se convirtió en la más abundante de todas las emisiones augústeas, continuó glorificando a la próxima generación de principes de la gens lulia, a pesar de haber muerto Gayo y Lucio. Estas emisiones marcan el final del período inventivo de la acuñación augústea, y después del 2 a.C., los tipos se estandarizan y estereotipan. 117 En M. Albert, s. v. «Dioscuri», Daremberg-Saglio II/l (1892), pp. 249-265, los Dióscuros son las divinidades protectoras de la caballería romana. En este sentido, se sabe que T. Quinctius Flamininus, después de la caída de Filipo de Macedonia (197 a.C.), testimonia su reconocimiento a la pareja divina dedicándoles en el templo de Apolo en Delfos dos escudos de plata, y consagra, sobre las monedas de su familia, el recuerdo de la ayuda que ellos habían aportado en la batalla. Cf. Plut., Flam., 12, 6. 118 Belloni (op. cit. n. 115), pp. 123-124.
Belloni, los hijos adoptivos de Augusto ni siquiera habían vestido la toga viril, condición indispensable para participar en la política y ostentar cargos públicos, ya sean civiles o religiosos. Además, el anverso muestra el título de paterpatriae, que fue asumido por Augusto en el 2 a.C. El autor piensa que si analizamos las posibilidades de recepción de los mensajes a través de las monedas por los usuarios, no parece probable que estas monedas pudiesen revelar solamente a posteriori el pensamiento de Augusto. Es evidente que, con toda la cautela que Augusto mostró sobre esta cuestión, ya había evidenciado cuáles eran sus intenciones mucho antes de que estas emisiones aparecieran. Las emisiones se convertirían en una confirmación de su política dinástica, no en un anuncio novedoso. La propaganda no consistiría, por tanto, en la propagación de una idea nueva, sino en la conmemoración y reiteración sobre una idea ya difundida por otros medios. La emisión constituye un anuncio completo y enfatizado de la posición de ambos jóvenes, e implícita pero inequívocamente, aparece la designación al trono decidida por el Príncipe. Era suficiente con hacer constar el título de Caesares, que los convierte en hijos de Augusto; sin embargo, Augusto no anunció de forma directa que Gayo y Lucio habían sido designados a la sucesión, puesto que, además de que hubiera sido un gesto prematuro dada la edad de los dos jóvenes, políticamente estaba en contradicción con su concepción de la res publica restaurada y entregada al Senado y al Pueblo de Roma, que a su vez delegaba su gobierno al Princeps, la fachada republicana para un Principado tendente a la monarquía que no debe hacer público una de sus características fundamentales, la idea de la sucesión dinástica. Naturalmente, mucho más tarde, ya con Vespasiano y sus hijos Tito y Domiciano, la consolidación de la idea de la sucesión dinástica es un hecho, y como tal se refleja en las monedas. El tema de los Príncipes de la Juventud rápidamente tuvo eco en las inscripciones honoríficas y dedicatorias, en la poesía contemporánea, en las emisiones provinciales119. La 119
Cf. A. Burnett-S. Walker, Augustus. Handlist of the Exhibition and Supplementary Studies, Brítish Museum Occasional Papers 16 (1981), pp. 57-64. Los dos herederos aparecen sobre numerosos retratos en las monedas de bronce emitidas en las ciudades del Imperio, que eligen diferentes formas de representarlos. La más común es la que muestra dos cabezas enfrentadas sobre el reverso. En Hispania se advierte una significativa repercusión de la política dinástica de Augusto, con emisiones en cuatro ciudades: en Gades (RPC I 96-97) y lulia Tra-
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gran importancia del esquema de Augusto para el establecimiento de una dinastía imperial por la adopción de sus nietos explicaba su aparición en la acuñación y el hecho de que fuera una emisión tan abundante; las monedas alcanzaron una gran difusión por todo el Imperio, con el propósito aparente de proclamar la elección de Augusto al mundo romano. Macdonald ha sugerido que, con gran regularidad, el escudo de Gayo aparece siempre representado sobre las monedas parcialmente superpuesto al de Lucio. Gayo era tres años mayor que su hermano y ostentaba una posición más privilegiada, habiendo recibido más honores, de manera que estos áureos y denarios observarían el protocolo representando a Gayo en una posición superior a su hermano a través de la colocación de los escudos120. Existe un ejemplo post-augústeo de la vasta emisión de este tipo que muestra a Gayo y Lucio con sus escudos y lanzas. Es el caso de un denario121 fechado en el período de las guerras civiles (68-69 d.C.), y al parecer acuñado en Hispania y Galia. Sobre la razón de esta emisión tardía se ha sugerido que a causa del enorme número de monedas de este tipo de reverso emitidas oficialmente en el período augústeo, este tipo empezó a ser identificado por el mundo provincial simplemente como «dinero fiable», de manera que fue copiado en este momento sin tener en cuenta el significado iconográfico original del tipo. Esta emisión es la primera en la que el título de Princeps luuentutis aparece sobre una moneda romana, un título que se hará familiar en series posteriores, denotando la designación no oficial del presunto heredero. Sin embargo, aunque, como veremos, nuevas parejas de herederos portaron dicho título honorífico, hasta las emisiones dedicadas como heredero a Nerón, el título no vuelve a ser mencionado explícitamente en las monedas como un signo evidente de la designación como sucesor al ducta (RPC I 98, 101-107) aparecen como herederos conjuntos con las cabezas dándose la espalda, o de forma individual; mientras que en Tarraco (RPC I 210-213) aparecen copiando el tipo de Lugdunum y en Caesaraugusta (RPC I 323-324) de forma individual. 120 Macdonald (op. cit. n. lió), p. 28. 121 RIC I 87, p. 211=BMCRE I p. 301, p. cxcvii, donde se atribuye a Hispania (Galba) o a Galia (Vindex), aunque Sutherland, RIC I, pp. 199-200, piensa que posiblemente fuera acuñado en la Galia, copiando tipos del reinado de Augusto. Al respecto dice: «parece razonable suponer que si Vindex y sus asociados gálicos querían revivir los prototipos augústeos, fueran aquellos que más a menudo se vieron en el sur de la Galia»; cf. Pollini, 1987 (op. cit. n. 79), p. 5, n. 18.
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trono. Las monedas pueden haber sido utilizadas en el caso de Gayo y Lucio César para enfatizar y dar a conocer la elección de Augusto de sus herederos de una forma pública. En este período el título de Princeps luuentutis era, en uso estricto, solamente llevado hasta que se ejerciera el consulado; el título era incompatible con el rango senatorial, luego los príncipes que tomaban la toga viril pasaban a formar parte del orden ecuestre directamente. Como dignidad ecuestre, los interesados no podían conservarlo cuando llegasen al Senado. Pero el rigor de esta regla se debilita a finales del s. I d.C., siendo libremente violada. De hecho, Domiciano usó el título después de que hubiera ocupado la pretura y el consulado122, y a partir del s. III d.C. el epíteto se encuentra añadido al nombre de los emperadores, aunque estos no hayan sido jamás cesares. La concesión de una lanza y un escudo de plata123, hasta y parma respectivamente, como atributos honoríficos de los Principes luuentutis por el orden ecuestre responde al deseo de que, como líderes de los equites, lleven aquellas armas que les distinguían y diferenciaba en el campo de batalla y que ahora sirven como emblemas de su posición social. La parma, escudo de forma circular, era particularmente reservada en el ejército romano a la caballería y a las tropas ligeras, por su fácil manejabilidad. Será repetidamente usada como insignia de la caballería. El hasta, que en un primer momento para los romanos designaba toda clase de lanza utilizada en el ejército, es una de las armas ofensivas más comunes de la Antigüedad. Mario suprimiría el empleo del hasta en las legiones y armaría a todos los soldados con el pilum. Bajo el Imperio, fue el arma característica de los auxiliares. Pero también la lanza forma parte de las armas características de los caballeros romanos, una larga lanza, que, en el caso de las otorgadas honoríficamente a Gayo y Lucio, no podemos saber si tienen talón o segunda punta en la parte baja, como se generalizó durante el Imperio, puesto que sólo aparecen reflejadas en parte. Los romanos tenían la costumbre de recompensar a los soldados y 122
Mattingly (op. cit. n. 15), pp. cxvi-cxvii. Sobre el escudo o parma, cf. H. Philipp, s. v. «Parma», flEXVIII/4 (1974), pp. 1539-1546 y M. Albert, s. v. «Clipeus», Daremberg-Saglio 1/2 (1887), pp. 1248-1260; sobre la lanza o hasta: Schulten, s. v. «Hasta», RE VII/2 (1912), pp. 2501-2508 y E. de Cuq, s. v. «Hasta», Daremberg-Saglio III/l (1900), pp. 33-43; y sobre todo: A. Alfóldi, Hasta-Summa Impertí. The Spear as Embodiment of Sovereignty in Rome, AJA 63 (1959), pp. 1-27, lám. 1-10. 123
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oficiales que eran distinguidos por su valor. La más antigua de estas recompensas era un hasta, lograda en cualquier acción guerrera, y conocida como hasta pura o hasta donatica. Esta arma honorífica no fue nunca de madera sino de metal. La lanza, como arma de guerra romana, es el símbolo de la fuerza, y además de ser el arma más importante de Roma en época republicana, llegó a convertirse en la expresión del poder gobernante. La utilización del metal como elemento de distinción social de los atributos y recompensas durante la República también se aplica para la diferenciación jerárquica en época de Augusto. Las lanzas recibidas por los Principes luuentutis eran de plata, lo que implica que el oro sería apropiado solamente para el Princeps mismo. El título de Princeps luuentutis está estrechamente relacionado con la caballería, y ésta, a su vez, con el culto de luuentas. Ésta es la diosa de la juventud masculina, la protectora de los adolescentes en el momento en que, al vestir la toga viril, dejan de ser niños para convertirse en hombres124. Cuando el joven recibía la nueva toga, ofrecía una moneda de plata a la diosa. La toma de la toga viril tenía en Roma en los primeros tiempos una importancia considerable, incluso era normal que un joven no la obtuviera hasta que fuera realmente capaz de jugar el papel de ciudadano. Los jóvenes dejan las insignias de la infancia para vestir la toga llamada uirilis, porque ésta es la vestimenta por excelencia del hombre, o libera, porque simboliza su libertad cívica. Tras la ceremonia familiar y privada se realiza una ceremonia pública, se forma un cortejo solemne que acude al Capitolio para ponerse bajo la protección de luuentas, a quien se le ofrece una moneda como homenaje. Directamente relacionado con la toma de la toga viril, el dios Líber Pater también es homenajeado, la ceremonia se realiza anualmente el 17 de marzo, día de los Liberalia, y, por tanto, también se le ofrece un sacrificio. Como protector de la fecundidad tanto animal como vegetal, protege 124
P. Grimal, Diccionario de Mitología Griega y Romana. Madrid, 1982, p. 300. Sobre luuentas cf.: W. Kroll, s. v. «luventas», REX/2 (1919), pp. 1360-1; E. Simón, s. v. «luventus», Lexikon IV (1988), pp. 464-467; J. A. Hild, s. v. «Juventas, Juventus», Daremberg-Saglio III/l (1900), pp. 785-786; W. Koler, s. v. «luventas», Enciplopedia dell'Arte Antica Classica e Oriéntale IV (1961), pp. 279-280; M. Jaczynowska, Le cuite de la déesse luventas et les associations de la jeunesse romaine, ActaTorunHist 13 (1979), pp. 21-28; sobre el ritual del paso de la infancia a la juventud, cf. Neraudau (op. cit. n. 77), pp. 147-149.
el paso de la pubertad a la juventud, el crecimiento de los niños. Según Fears, existía entre Júpiter y luuentas una íntima y estrecha relación en el culto. El Júpiter Capitolino sería quien recibiría un sacrificio de cada joven romano que asumía la toga viril, al mismo tiempo que ofrecía una moneda a luuentas. Para este autor, en un primer momento, esta divinidad no podía ser considerada como independiente, sino como un aspecto más de Júpiter, quien marcaba el control sobre la entrada de los nuevos ciudadanos a la comunidad. luuentas poseía una edícula en la celia de Minerva, en el templo de Júpiter Capitolino. Identificada con la griega Hebe a partir del s. II a.C., esposa de Hércules, formó parte en un lectisternium según las medidas religiosas autorizadas por los Libros Sibilinos durante el duro invierno del 218-217 a.C., entre ellas una supplicatio en el templo de Hércules. luuentas no era una figura frivola de la mitología, sino que era considerada una poderosa fuerza divina capaz de transmitir vigor y fuerza en los momentos críticos. M. Livius Salinator recurrió a esta divinidad invocándola durante la crucial batalla con Asdrúbal en el Metaurus. La función de Hebe/luuentas en época republicana es la protección del vigor juvenil, de ahí que en Roma luuentas sea la dea nouorum togatorum125. Su templo fue restaurado por Augusto al comienzo de su reinado, e incendiado en el 16 a.C., fue reconstruido de nuevo. Como culto romano antiquísimo, anterior a la introducción de la tríada capitolina, experimentó un notable desarrollo a partir de época augústea, cuando se forman innumerables asociaciones de jóvenes (que ya existían en época republicana), ahora conocidos como collegia iuuenum126, que supuestamente tienen a esta 125 Tert., Ad nat., 2, 11. J. R. Fears, The Cult of Júpiter and Román Imperial Ideology, ANRW II, 17.1 (1981), p. 32; y del mismo autor, The Cult of Virtues and Román Imperial Ideology, ANRW II, 17.2 (1981), p. 858; H. Gabelmann, Ein luventusrelief in Fossombrone, Beitrage zur Ikonograpbie und Hermeneutik. Festschrift für N. Himmelmann. (Mainz, 1989), p. 373. Sobre la batalla, cf. Liv., XXXVI, 36, 5. 126 Sobre estos colegios, su origen, composición y finalidad: C. Jullian, s. v. «luvenes, luventus», DarembergSaglio III/l (1900), pp. 782-785; M. Della Corte, Juventus. Arpiño, 1924, donde incide en su carácter como formación militar y política a favor del Principado; sobre todo los trabajos de M. Jaczynowska, destacando: Les organisations des iuvenes et l'aristocratie municipale au temps de l'Empire Romain, Rechercbes sur les structures sociales dans l'Antiquité classique, París (1970), pp. 265-274 y Jaczynowska (op. cit. n. 124), pp. 21-28; J.-P. Morel, Pantomimus allectus Ínter iuvenes, Hommages a Marcel Re-
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divinidad entre sus patrones protectores aunque ninguno venera explícitamente a la diosa, y que son formaciones premilitares en las que se apoyaba la política imperial. Para Syme127 estos collegia iuuentutis jugaban un papel político concreto, puesto que la introducción en ellos de jóvenes de familias respetables y de sentimientos conservadores suponía un primer paso para la promoción política, ya que formaban parte de la milicia ecuestre. Como protectora de los jóvenes, y personificación de la juventud eterna del estado romano, sus lazos con las asociaciones de iuuenes fueron renovados e intensificados bajo el Alto Imperio. Los collegia iuuenum conocieron su máximo desarrollo en los tres primeros siglos de nuestra era, promocionados por los primeros emperadores y que, partiendo de suelo itálico, se difundirán por las provincias del Imperio. Las bases de la organización de la juventud imperial ya están siendo implantadas antes cíe Augusto, pero es el Princeps quien refrena el carácter violento de la juventud y les inculca el ardor patriótico, ensalzando la virtud guerrera a través de la práctica de ejercicios militares como parte fundamental de la educación de la juventud. Este programa augústeo demuestra la injerencia del estado en el sistema educativo de la juventud de los dos órdenes principales, el orden senatorial y el orden ecuestre. Augusto quiso fomentar en los jóvenes el ideal de virtud militar y de patriotismo. Para ello continuó la política de apoyo a la iuuentus, ya iniciada por Sila y César, como pilar fundamental del ejército y del estado: en Roma su formación simboliza las virtudes del nuevo régimen, la virilidad reconquistada sobre los orígenes troyanos, la fidelidad al Príncipe y a su familia. En las provincias, es el símbolo del renacimiento, aseguran la continuidad del nuevo orden, fomentando el culto al soberano y de las divinidades locales. Para fomentar la fuerza física y el espíritu de equipo en la juventud romana, Augusto restableció ejercicios militares antiguos, como el lusus Troiae. En las ciudades de Italia su equivalente, los collegia iuuenum, clubes de jóvenes aspirantes a oficiales del ejército, facilitaban la preparación para el servicio militar y nard, 2, Bruselas (1969), pp. 525-535; Morel (op. cu. n. 77), pp. 663-684; E. Conde Guerri, Consideraciones sobre los «iuuenes» en la obra de L. A. Séneca, Híspanla Antiqua VI (1976), pp. 221-231; Ginestet (op. cit. n. 78), pp. 169-171, niega la relación entre luuentas y los iuuenes. I2 ~ Syme (op. cit. n. 45), p. 482.
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oportunidades de promoción social y política, y eran centros de propagación de los sentimientos correctos acerca del gobierno. La iuuentus aparece estrechamente relacionada con el orden ecuestre. La juventud de la aristocracia fue sin duda incorporada por Augusto en un cuadro oficial y su papel exaltado por la propaganda oficial a todos los niveles, siendo también asociada con la figura de los herederos imperiales convertidos en Príncipes de la Juventud, como Gayo y Lucio, los presuntos herederos de Augusto. Hay un lazo muy antiguo entre la idea de juventud y la caballería, y la adecuación entre orden ecuestre y iuuentus aristocrática es evidente al analizar la composición del primero128. Durante el Imperio, sólo los hijos de senadores pertenecían de oficio al orden ecuestre, y pasaban a formar parte del grupo de los iuniores, en servicio activo para las obligaciones militares, que poseían un caballo público, y que ejercían los deberes y privilegios que les proporcionaba su posición. Esta juventud ecuestre, los iuniores, estaba organizada en una formación oficial que tiene su papel en el consenso general que apoya la acción del Príncipe. Y ésta recibió sus jefes naturales (o más tarde su jefe) en la persona de los presuntos herederos del Príncipe, dotados del título de Principes Iuuentutis. En el caso de Gayo y Lucio la concesión del título se produjo por parte de todo el conjunto de los caballeros romanos, incluidos los séniores. Los iuniores son quienes elegían a su Príncipe de la Juventud, como lo hacían en la República, en la ciudad de Roma, y formaban parte de esta clase de edad los hijos de senadores antes de su elección a la cuestura y su paso al orden senatorial, así como los restantes caballeros hasta la edad de 35 años. Esta juventud realizaba una verdadera preparación militar, en la que el ejercicio a caballo era uno de los más importantes129. Augusto fomentará el culto a luuentas como diosa que asegura la fuerza vital de un hombre, de una generación o de un pueblo, y hará coincidir el aniversario del día donde se toma la toga viril con una supplicatio a Spes y a luuentas. La relación entre los jóvenes prínci128
De hecho, la iuuentus propiamente dicha, a partir del 450 a.C., se encuentra en la caballería, no en la infantería: cf. E. Eyben, luvenes et equites dans la Rome ancienne, AC51 (1982), p. 272. Para este autor los equites jóvenes son iuuenes, pero se pregunta si se puede ser iuuenis sin la condición de ser un eques, un caballero. Eyben se plantea esta cuestión a propósito del trabajo de Neraudau (op. cit. n. 77). 129 Cf. Demougin (op. cit. n. 112), pp. 258-259.
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pes y la diosa luuentas queda patente en el grupo estatuario grabado sobre el altar de los Lares del Vicus Sandalarius, en el que aparecen representados Gayo, Lucio y la diosa130. El culto de luuentas y las asociaciones de jovenes tienen raices comunes muy lejanas, y junto a otras instituciones relativas a la juventud romana, como el titulo de Princeps luuentutis y el lusus Troiae, alcanzaran un gran desarrollo en epoca imperial. Sin embargo, mientras que la presencia de Spes como alegoria dinastica se encuentra ya en epoca Julio-Claudia, luuentas solo aparece relacionada por primera vez como vehiculo dinastico al ser representada en las monedas del joven cesar Marco Aurelio (140145 d.C). — Los nuevos «Dioscuros» o Castores La consolidation del culto de Castor y Polux en Roma esta en relacion con la batalla acaecida durante los primeros anos del s. V a.C, cerca del lago Regillo, donde los romanos vencieron a los latinos, segun la tradition, gracias a la intervention de los Dioscuros. Durante la batalla, el comandante A. Postumio habria invocado la ayuda de Castor y Polux, prometiendo a cambio la construction de un templo. Dos jovenes, montando caballos blancos, aparecieron sobre el campo de batalla ayudando a los romanos. Poco despues anunciaron la victoria en el lacus luturnae, en Roma, donde dieron de beber a sus caballos131. Una de las marcas mas evidentes de la autonomia de la caballeria es la existencia del culto de los Dioscuros, Castor y Polux. Estos heroes divinizados ya eran conocidos en Roma antes del 484 a.C., ano en el que se les dedico un templo por primera vez, quedando muy pronto vinculados como divinidades protectoras del ejercito y mas particularmente del conjunto de la caballeria. Al mismo tiempo que sus atribuciones ecuestres, la juventud es un aspecto importante de su personalidad divina. Los Castores eran los protectores de los jovenes caballeros que conmemoraban el 15 de Julio de cada ano la victoria del lago Regillo con la transuectio equitum,
procesion solemne encabezada a partir de Augusto por los Principes luuentutis. Estos, siempre emulando a los Dioscuros, iban montados sobre caballos blancos y llevaban sendos escudos y lanzas de plata, los atributos que les habian concedido los caballeros. La procesion recorria Roma desde la Puerta Capena hasta el Capitolio, pasando por el templo de Castor y Polux. Bajo el Imperio, los Castores adquieren, como divinidades ecuestres, una importancia considerable. Una alusion consciente a los divinos caballeros se evidencia en las asociaciones de los dos principes de la casa imperial, en este caso Gayo y Lucio Cesar, pero tambien, como veremos despues, Tiberio y Druso con ocasion de la consagracion del templo de Castor y Polux en el 6 d.C., aunque para Poulsen Augusto habia programado la reconstruction del templo como un acto mas de propaganda dinastica a favor de sus nietos Gayo y Lucio132. Sin embargo, la imagen de los Castores a traves de emisiones oficiales solo comienza a aparecer en epoca imperial con Trajano, y sobre todo con Marco Aurelio y Lucio Vero, a pesar de haber tenido una amplia presencia en las emisiones republicanas. La utilizacion de los Castores con fines de propaganda dinastica debe ser puesta en relacion con su funcion de dioses juveniles y estabilizadores; la imagen de estas divinidades utilizada en provecho de la ideologia oficial llega a sugerir practicamente una total identificacion de estas figuras con los Principes luuentutis, siendo evidente que la imagen de la pareja de herederos al trono se potencio con una habil utilizacion de los Castores. Gayo y Lucio, como herederos designados, se beneficiaron de esa identificacion potenciada desde la misma ideologia oficial. Castor y Polux encarnan la totalidad del Cosmos, conservando su estabilidad e integridad, asi como los Penates aseguran a Roma su perennidad y su prosperidad. Personifican bajo el Imperio la paz armada que debe mantener la eternidad de Roma. Augusto debio potenciar de forma clara esta asociacion, y existen algunas muestras de ello. Dos estatuas descubiertas en la Basilica Julia 132
130 Hurlet (op. cit. n. 1), p. 121. Sobre la ideologia de la luuentus en la iconografia de la familia de Augusto: M. Trojani, L'ideologia della «Iuventus» nella ritrattistica augustea e Giulio-Claudia, AIV 140 (1981-82), pp. 163173. 131 Dion. Hal., 6, 13. Cf. M. Albert, s. v. «Dioscuri», Daremberg-Saglio II/l (1892), pp. 249-265. En Roma son conocidos como los Castores propiamente: F. Gury, s. v. «Dioskouroi/Castores», Lexikon III/l (1986), pp. 608-635.
Sobre la transuectio equitum y su origen relacionado con la aparicion de los Dioscuros en la batalla del lago Regillo (499 a.C. segun Liv., 2, 19-20; 496 a.C. segun Dion. Hal, 6, 13): Albert (op. cit. n. 131), pp. 249-265; Gury (op. cit. n. 131), pp. 608-609; P. Veyne, Iconographie de la «transvectio equitum» et des Lupercales, REA 62 (I960), pp. 100-111; B. Poulsen, The Dioscuri and Ruler Ideology, SO 66 (1991), p. 122; y de la misma autora, Ideologia, Mito e Culto dei Castori a Roma: dall'Eta Repubblicana al Tardo-Antico, en L. Nista (ed.), Castores. L'immagine dei Castori a Roma. Roma, 1994, p. 95.
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en Corinto son consideradas como la mejor evidencia del retrato de Gayo y Lucio en su adolescencia. Las estatuas son muy similares en el tipo de soporte, proporciones, y estilo a las figuras clasicas de los Dioscuros. La representacion de los dos jovenes como Dioscuros o Gemini no resulta arbitraria por cuanto existe una relacion estrecha entre los principes y las deidades gemelas que incluso se refleja en la numismatica. La asociacion aparece en una emision de la ceca provincial de Tarraco, del ano 2 a.C, en la que se honra a Gayo y Lucio a traves de ases y semis como GEMINI. Para Grant es posible ver aqui una referenda a los Dioscuros. Tarraco solo emitio en epoca augustea y tiberiana, su importancia como una ciudad que inicio el culto imperial se refleja en sus tipos monetarios. La acunacion augustea comprende dos emisiones, posteriores al 2 a.C., dedicadas especialmente a los jovenes Gayo y Lucio. En los ases, las cabezas enfrentadas de los dos principes en el reverse aparecen asociadas con Augusto, laureado, en el anverso. En los semis aparecen de pie, sosteniendo los escudos, con la leyenda inusual CAESARES GEMINI, y con un diseno de reverso copiado de los aureos y denarios de Lugdunum. Gayo y Lucio fueron Caesares Gemini en virtud de su adopcion por Augusto el mismo dia; ademas, su amplia aparicion en el tipo de Lugdunum con escudo y lanza como Principes de la Juventud, es decir, como lideres del orden ecuestre, de los cuales unos de sus dioses protectores eran los Dioscuros, justifica una asociacion de esta clase. El culto imperial, y mas concretamente sobre miembros de la familia imperial, se manifiesta mas abiertamente en emisiones provinciales, o en programas escultoricos de las ciudades de Oriente, donde su identificacion con Castor y Polux es potenciada; sin embargo, existe una ausencia explicita en las acunaciones oficiales de Roma a esta identificacion, aunque no quiere decir que nadie fuera consciente de que Gayo y Lucio eran consiclerados unos nuevos Dioscuros, y a juzgar por las emisiones de Tarraco, asi como de otras ciudades orientales, no se tenia intencion de impedir tal asociacion133. Ademas, las emi133 Cf. Pollini, 1987 (op. cit. n. 79), pp. 19-20, n. 8; M. Grant, From Imperium to Auctoritas. A Historical Study of Coinage in the Roman Empire, 49 B.C.-14 D.C. Cambridge, 1946, p. 219, pi. VII, 19; A. Burnett-M. Amandry-P. P. Ripolles, Roman Provincial Coinage. I. From the Death of Caesar to the Death of Vitettius (44 B.C.-A.D. 69). Londres, 1992, pp. 102-103, n.Q 210 (ases), n.s 211213 (semis) en Tarraco: A) CAESARES GEMINI Gayo y Lucio de pie sosteniendo escudos entre ellos R) C V T
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siones monetarias de cecas hispanas respondieron muy bien a la propaganda oficial, en las que se fomento la asociacion entre el emperador y sus dos herederos eventuales; los emblemas religiosos y los simbolos militares se mezclan estrechamente. El culto romano se intereso sobre todo en Castor y rompio el lazo esencial que une en las diversas mitologias a los dos jovenes de nacimiento divino. La mitologia griega reserva a Castor la especialidad de la equitacion; que los dos hermanos sean asociados con el nombre de Castores testimonia la antigua supremacia de Castor, considerado en Roma como el modelo y el patron de los equites. Sobre esta asimilacion, Scott134 analiza la relacion existente entre las divinidades protectoras de los caballeros (se realizaba un sacrificio al altar de Castor, preludio de la tmnsuectio equitum del 15 de Julio) y las parejas de herederos, concluyendo que se potenciaba la tendencia a identificar o a asociar a Gayo y Lucio, lideres de los equites, con los Dioscuros. A esta asociacion no son ajenos en un primer momento Tiberio y Druso, como tampoco lo seran Germanico y Druso Minor, Neron y Druso Cesar (hijos de Germanico), o Germanico y Tiberio Gemello (hijos de Druso Minor). Pese a no encontrar ninguna referenda directa en las emisiones monetarias oficiales a la asociacion de Gayo y Lucio con los Dioscuros, TARR Toro a derecha (n.s 211); J. M. Blazquez, Propaganda dinastica y culto imperial en las acunaciones de Hispania, Numisma 120-131 (1974), p. 313, para quien las emisiones hispanas en que los Cesares aparecen en compania de Augusto responden a la propaganda oficial; R. Etienne, Le culte imperial dans la Peninsule Iberique d'Auguste a Diocletien. Paris, 1958, p. 398, quien considera a Gayo y Lucio como una segunda pareja de Dioscuros. La asociacion de los Dioscuros con los jovenes principes tambien es puesta en evidencia por B. Mora Serrano, Una posible representacion de Cayo y Lucio en la amonedacion hispano-punica de Malaca, Numisma 229 (1991), pp. 19-42, quien destaca que es en Hispania donde se constata una particular repercusion de la politica dinastica de Augusto a traves de emisiones locales, con dos cecas de la Tarraconense y dos de la Betica emitiendo sus efigies (Tarraco, Caesaragusta, lulia Traducta y Gades). Cf. tambien Poulsen, 1991 (op. cit. n. 132), p. 125. Para Burnett (op. cit. n. 119), p. 57, la leyenda refleja sin duda su adopcion conjunta como herederos. Sobre las emisiones de Gades, cf. M. Guadan, Gades como heredera de Tartessos en sus amonedaciones conmemorativas del praefectus classis, AEA 34 (1961), pp. 53-89134 K. Scott, Drusus, nicknamed «Castor», CPh 25 (1930), p. 158. Castor destacaba en el manejo de las armas y en la doma de los caballos, y Polux en el pugilato. Lejos de rivalizar entre si, los Dioscuros se amaban entranablemente, y aparecen siempre juntos en las distintas hazanas que se les atribuyen.
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sí en cambio podríamos encontrar una similitud iconográfica entre la emisión de Gayo César ante las legiones del Rin y el tipo de los Dióscuros a caballo profusamente acuñado en época republicana. No olvidemos que en la emisión del 8 a.C. se conmemoraba un ejercicio ecuestre propio de la trola, y su comparación con Castor, el más diestro en la equitación de los dos hermanos divinos, resulta tentadora. El tipo de los Castores galopando a derecha, fue uno de los tipos favoritos de la amonedación de época republicana, como dioses protectores del ejército romano y mensajeros rápidos de la victoria; el motivo legendario de su intervención es reutilizado en numerosas emisiones por la tradición latina, casi siempre en ocasión de una victoria reciente del ejército romano. Hizo su aparición en el 211 a.C. y fue constantemente emitido hasta el 121 a.C. por la ceca de Roma, de Sicilia (211-208 a.C.), además de otras cecas135. Este tipo figura principalmente sobre denarios, aunque también sobre quinarios y sestercios, y representa a los Castores con gorro con estrella y clámide de púrpura cargando a derecha, con las lanzas bajadas. Tal vez podamos ver en la emisión de Gayo un eco del tipo de las emisiones republicanas, que durante el Principado augústeo deja de aparecer. Recordemos que Gayo César aparece galopando hacia la derecha, pero lleva una espada y un escudo en su mano y brazo izquierdo respectivamente. También es muy recurrente el motivo de uno de los dos Castores únicamente figurado, que haría más evidente la asociación con Gayo César. Sin embargo, el motivo, que aparece sobre relieves decorativos y estelas funerarias, está ausente en soporte monetario. La asociación es establecida por Zanker con una emisión de Octaviano, que representa el aspecto definitivo del monumento que se acordara erigir en el año 43 a.C. Octaviano con el torso desnudo en un caballo al galope, que para el autor «el hijo del divinizado aparece aquí como los Dióscuros en las primitivas monedas republicanas», presentándose no como general de la República, sino como salvador sobrehumano que se enfrenta a la crisis136. 135
La emisión del 8 a.C.: RIC I, Aug., 198-199; M. H. Crawford, Román Republican Coinage. Cambridge, 1974, p. 155, n.s 44 (211 a.C.), todas las emisiones en Índex: s. v. «Dioscuri», pp. 861-862. 136 Cf. Gury (op. cu. n. 131), pp. 622-623; Zanker (op. cit. n. 15), p. 60. Cf. RIC I, Aug., 262, p. 59=BMCRE I 594. A) Cabeza desnuda de Octaviano a derecha R) CAESAR DIVI F Octaviano a caballo a la derecha. Áureo acuñado en Italia, ceca incierta, c.32-29 a.C.
— Las funciones religiosas La única distinción hecha entre los dos príncipes fue que, mientras Gayo llegó a ser pontifex desde el año 5 a.C., Lucio recibió el augurado137 en el curso del año 2 a.C. Aparecerán representados en las monedas con el simpulum y el Htuus, emblemas tradicionales respectivos del pontificado y del augurado. La importancia del elemento religioso en la vida pública explica que Augusto haya querido conmemorar esta nueva dignidad recurriendo a uno de los vectores más utilizados de la propaganda oficial: en la emisión monetaria del 2-1 a.C. de Lugdunum, que celebra a Gayo y Lucio como Príncipes de la Juventud, también aparecen sobre sus cabezas los signos de los colegios sacerdotales a los que pertenecían: Gayo era pontifex, con el simpulum o cazoleta ritual en el lado izquierdo, que lo identifica, mientras que el Htuus o báculo a la derecha identifica a Lucio como augur158. Con signos muy parcos, la imagen muestra aquello que tanto en Oriente como en Occidente se exaltaría después de la trágica y prematura muerte de ambos: los príncipes poseían las mismas virtudes que su padre139. Analizando el conjunto de honores recibidos por Gayo y Lucio por el Senado, los comicios, el orden ecuestre, los colegios religiosos y la plebe urbana, todos parecen haber sido concedidos una vez celebrada la ceremonia solemne de la toma de la toga viril, que les introdujo oficialmente en la vida política140. Una cronología relativa propuesta por Hurlet para la toma sitúa el momento entre el 1 de enero y el 13 de enero del 5 a.C., y las mismas fechas del 2 a.C. para Lucio. La concesión del título de Príncipes de la Juventud también presenta problemas en cuanto a su cronología, sin conocer con exactitud si fue otorgado antes o después de la designación al consulado141, aunque sí con pos137
Según Hurlet (op. cit. n. 1), p. 121, no hay ninguna mención explícita en las fuentes antiguas, pero el augurado es la única función religiosa que ha sido mencionada sobre las inscripciones dedicadas a Lucio posteriores al 2 a.C. 138 De hecho, Vollenweider (op. cit. n. 85), p. 79, fig. 6, presenta una gema grabada de Florencia que tiene las iniciales CL situadas debajo del simpulum y el Htuus respectivamente. 139 Zanker (op. cu. n. 15), p. 259. 140 Pero las fuentes literarias no aportan una indicación cronológica precisa sobre este acontecimiento. 141 La hipótesis del 15 de julio, día de la pompa anual del orden ecuestre, es puramente arbitraria, según Vassileiou (op. cit. n. 107), p. 836, y Hurlet (op. cit. n. 1), p. 125. '
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terioridad a la toma de la toga viril. Todas estas distinciones proclamaban la realización final del plan dinástico, el futuro parecía por fin alentador para Augusto, a pesar de la desgracia pública de Julia y el retiro de Tiberio a Rodas, los jóvenes príncipes estaban destinados a dirigir el estado, y sólo la experiencia militar y política era un aspecto que el Princeps debía fomentar. — Las actividades de los jóvenes príncipes hasta la salida de Gayo a Oriente (5-2 a.C.) Con la ausencia de Tiberio, los nietos de Augusto siguieron acumulando privilegios, fortaleciéndose de esta manera el sistema dinástico, pero sus actividades no han sido descritas de forma detallada por ninguna fuente. En el 4 a.C., Gayo tomó su asiento junto a su madre en el Consejo del Príncipe, en el cual el futuro gobierno de Judea estaba siendo debatido142; los jóvenes príncipes permanecieron todo este tiempo en Roma, aunque no se excluye que Gayo hubiera sido enviado a inspeccionar las provincias. En el 2 a.C. (cuando Lucio fue introducido a la vida pública) el cargo de duouiri aedis dedicandae les fue otorgado a los dos hermanos para que pudieran tomar parte en la consagración del templo de Mars Vítor, en el Foro de Augusto, el 12 de mayo probablemente143. El Príncipe había calculado el beneficio político e ideológico que suponía asociar a sus hijos a esta ceremonia. La participación activa de Gayo y Lucio en una manifestación importante como ésta, es uno de los elementos más significativos de su nueva posición. Lucio encabezó una procesión inaugural formada por los jóvenes que iban a ser investidos con la toga viril, ceremonia que se realizaría a partir de este año en el nuevo templo. Los jóvenes comenzaron la procesión en el Capitolio, para finalizar en el Foro de Augusto, llevando con ellos posiblemente los estandartes militares recuperados en el año 20 a.C. La ceremonia de investidura de la toga viril había sido en el 5 a.C. y en el 2 a.C., una ocasión en la que Gayo primero, y luego Lucio, fueron honrados como Príncipes de la Juventud por el orden ecuestre. Esta ceremonia 142
Fl. Jos., AI, XVII, 229 y BI, II, 25. Sobre la datación de la consagración, cf. Hurlet (op. cu. n. 1), p. 12ó, n. 236. Sobre la organización de juegos de circo con ocasión de los Ludí Maníales, cf. Dión, 55, 10, 6-8; Ov., Ars, I, 171-174; en la que debieron participar Gayo y Lucio. 143
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de investidura tiene un carácter militar, puesto que representa el momento en el cual un joven romano se convierte en apto para el servicio militar. La aclamación ecuestre suponía también la asignación del comando de una unidad de caballería y convertirse en el líder de la iuuentus. Para Romer, una emisión conmemorativa de áureos y denarios144 celebraría el traslado de los estandartes de Craso a su nueva ubicación y la participación de Gayo César, como seuir de la primera turma de los caballeros en los Ludí Maníales, ya que aparece a caballo y armado. Lucio había participado en la procesión de los nuevos jóvenes que vistieron la toga viril en el 2 a.C., en la consagración formal del templo de Mars Vítor y en los juegos ecuestres; Gayo participó junto a su hermano en estos dos últimos actos, así como Agrippa Postumo lo hizo en los ludí Troiae celebrados en el Foro. Estas emisiones mencionadas no pueden estar honrando a Gayo en conexión con su papel en la organización de los juegos ecuestres (a pesar de que la iconografía lo muestra en una pose ecuestre), puesto que Lucio no es honrado de forma similar. Es improbable que Augusto haga una falsa distinción entre los dos jóvenes, pero, según Romer145, también es improbable que Lucio tuviera una participación mayor que su hermano en ese año sin que éste gozara de una manifestación paralela o superior, que constituirían las emisiones en cuestión. También en el año 2 a.C., Julia, la hija de Augusto, relacionada con escandalosas relaciones adúlteras, fue desterrada a la isla de Pandateria y sus amantes fueron exiliados, todos excepto lullus Antonius, el hijo del triunviro, que fue obligado a suicidarse146. 144
Romer, 1978 (op. cit. n. 87), p. 194; RIC I, Aug., 198-199=BMCRE I 498-502, emisión que adscribíamos al 8 a.C., y que este autor fecha en el 12 de mayo del 2 a.C. 145 Romer, 1978 (op. cit. n. 87), p. 198. 146 Tac., Ann., III, 24. Cf. Syme (op. cit. n. 6l), pp. 912-936, y (op. cit. n. 45), pp. 533-536, donde exculpa a Livia, y esgrime un motivo político para el destierro, aunque la teoría de que sea el propio Augusto quien elimine a su propia hija producto de una conspiración es demasiado aventurada; Levick (op. cit. n. 42), pp. 795809; también cf. Lacey (op. cit. n. 88), pp. 128-142, analizando las repercusiones de las actividades de Julia, y la posibilidad de que Gayo y Lucio no fueran hijos de Agrippa, y sus consecuencias para los planes dinásticos de Augusto; A. Ferrill, Augustus and his Daughter: a Modern Myth, Studies in Latín Lüerature and Román History, II, Col. Latomus, 168, Bruselas, 1980, ed. por C. Deroux, pp. 332-346, rechaza la tesis de una conjura política contra Augusto en la cual Julia estuvo implicada,
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3.2.3. LA MISIÓN DE GAYO CÉSAR EN ORIENTE Los primeros años de Tiberio en Rodas fueron para la diplomacia romana en Oriente un período delicado, pero las circunstancias mejoraron, y la presión política y militar romana sobre las fronteras orientales del Imperio, así como un contexto político favorable hicieron propicia una intervención romana en Oriente. El Príncipe tomó la decisión de enviar a su propio hijo, a pesar de su juventud y su inexperiencia. La misión de Gayo en Armenia era la primera de un general romano en esta región desde las campañas de Augusto y de Tiberio de los años 20-19 a.C.147 Su misión en Oriente, la de restablecer la influencia romana en Armenia, no sólo se inscribe en un cuadro militar sino también dinástico, a juzgar por los numerosos honores recibidos durante su estancia en Oriente, en forma de inscripciones, asociado a su hermano Lucio, a Augusto o a otros miembros de la familia imperial, y grupos estatuarios. Todas estas manifestaciones dinásticas que realizan las ciudades de Oriente, así como en todo el Imperio, se inscriben en un ambiente más general de culto a la dinastía Julia. El Princeps había alentado cuidadosamente una imagen militar para su hijo Gayo. La influencia imperial puede ser intuida cuando los equites aclamaron a Gayo y Lucio como Princeps luuentutis, en el 5 y 2 a.C. respectivamente. También Gayo había sido presentado a las legiones del Rin en el año 8 a.C. Esta misión diplomático-militar en Oriente no era meramente accidental sino que muestra el paso siguiente en una evolución dirigida desde su infancia por Augusto, y una misión en Oriente constituía el mejor banco de pruebas para la conquista de la gloria, según la tradición romana. En el 1 a.C., contando Gayo César con veinte años, fue investido por Augusto, que aparece como la única autoridad responsable, con y atribLiye el destierro a los escándalos sexuales. Sobre el exilio de Julia, cf. J. Linderski, Julia in Regium, ZPE 72 (1988), pp. 181-200. Cf. también A. del Castillo, La emancipación de la mujer romana en el s. I d.C. Granada, 1976, pp. 184-188, quien defiende la teoría de la conspiración. 147
Sobre la misión de Gayo en Oriente, cf. Ov., Ars, I, 171-228, quien exalta la empresa de Gayo antes de que haya sido realizada, en el marco de una propaganda belicista en la que fomenta la imitatio Alexandri por parte de Gayo, y se manifiesta a favor de la descendencia Julia, cf. Sidari (op. cit. n. 72), pp. 284-302; Bowersock (op. cit. n. 49), pp. 169-188.
un imperium proconsular (si no superior, al menos igual al de los procónsules) quinquenal sobre las provincias transmarinas148. Las fuentes literarias reconocen que el imperium de Gayo se circunscribe al conjunto de las provincias orientales149. La concesión al hijo de Augusto del imperium proconsular también adquiere una significación dinástica, puesto que todas las manifestaciones en su honor muestran que la promoción cíe Gayo a la «corregencia» es una consecuencia inmediata de su adopción por el Princeps. Salió para Oriente el 29 de enero del año 1 a.C.150, ocupando ese año en inspeccionar la Grecia continental y Asia Menor, estableciendo los cuarteles de invierno en Samos, como Augusto veinte años antes. En esta isla se entrevistaría con Tiberio. Romer defiende la partida de Gayo en el año 2 a.C., desarrollando su argumentación a partir del estudio de los áureos y denarios151 que representan al joven príncipe sobre un caballo al galope, con un águila legionaria entre dos estandartes detrás. Su interpretación se basa en asignar una nueva cronología a las emisiones tradicionalmente fechadas en el 8 a.C. La escena haría alusión a la salida en campaña del joven príncipe y fecharía la dedicación del templo de Mars Vítor, el 12 de mayo, con el traslado solemne de las insignias de Craso a la celia del edificio. Puesto que el 1 8 " Dión, 55, 10, 18. Cf. Kienast (op. cit. n. 27), p. 74; J. E. G. Zetzel, New light on Gaius Caesar's Eastern Campaign, GRES 11 (1970), p. 26l; Sidari (op. cit. n. 72), p. 281. 149 Tac., Ann., II, 42, 2, que habla de una misión de reorganización de Oriente; Suet., Tib., 12, 2; Vell., II, 101, 3; Oros., VII, 3, 4. Sobre el carácter de imperium proconsular sobre las provincias transmarinas no superior al de los procónsules, como anteriormente para el caso de Agrippa y Tiberio, y con posterioridad para Germánico, cf. Hurlet (op. cit. n. 1), pp. 130-132. 150
Hurlet (op. cit. n. 1), p. 133; en cambio Romer, 1978 (op. cit. n. 87), pp. 187-202 y del mismo autor, Gaius Caesar's Diplomacy in the East, TAPhA 109 (1979), pp. 199-214, fecha la salida de Gayo en el año 2 a.C. y más concretamente el día mismo de la dedicación del templo de Mars Vítor, también lo hace, siguiendo a Romer, Bowersock (op. cit. n. 49), p. 173, n. 23. Sobre las circunstancias de su misión en Oriente cf. este último artículo. 151
RIC I, Aug., 198-199=BMCRE I 498-502, que ya comentamos que se fechaban en el año 8 a.C., en relación con la presentación de Gayo a las legiones del Rin. Bowersock (op. cit. n. 49), p. 173, sigue la opinión de Romer, y fecha la emisión en el 2 a.C., identificando los estandartes como los recuperados a los partos y trasladados al templo de Mars Vítor, que recordarían las negociaciones de Augusto con los partos en el pasado y anunciarían la próxima misión de Gayo.
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templo tenía un significado militar, al convertirse en el punto de partida para todos los nuevos gobernadores provinciales que fueran asignados y el punto de retorno para los generales victoriosos, que realizarían los ritos de agradecimiento a la divinidad, Gayo César habría recibido ya un comando militar y un gobierno oriental honorífico como Orienti praepositus (Suet., Tib., 12, 2) en el marco de la consagración del templo. Gayo habría obtenido el honor de partir directamente para Oriente el mismo día de la ceremonia inaugural, convirtiéndose así su partida, con los estandartes de Craso detrás, en el punto culminante de todo el programa inaugural, y esto es lo que reflejarían las monedas. Para Romer, si la emisión en cuestión se fecha en el año 2 a.C., las monedas ayudarían a especificar las circunstancias de la salida de Gayo para Oriente. Un donativo de 60 denarios por persona que concedió Augusto en el 2 a.C. habría que ponerlo en relación según Romer con la consagración del templo de Mars Vítor. La ausencia de una situación diplomática crítica en el 2 a.C. explicaría la complacencia de Augusto en enviar a su hijo, y la larga duración del viaje entre Roma y Siria. Gayo César fue considerado como un nuevo vengador que rehabilitaría la fuerza y el prestigio de Roma ante los partos, pero en realidad suponía realizar una misión con pocos riesgos, pero que traería un gran reconocimiento, además de introducirlo en los problemas políticos de Oriente. La propaganda a favor del heredero de Augusto también se diseñó con el propósito de enviar a Gayo con una autoridad incontestable al Este. Para ello se fomentó la conexión del príncipe con Marte, no sólo con el testimonio de Ovidio (Ars, I, 181 y 203), a través de la conexión entre la dedicación del templo de Mars Vítor y la inminente salida de Gayo César a Oriente. El lazo entre Marte en su capacidad de ultor y Gayo como comandante militar se hizo explícito gracias a la presentación por parte del poeta de Gayo como un nuevo ultor que vengaría a los ejércitos romanos derrotados de Craso. La dedicación del templo marcó la culminación de un voto realizado por Augusto cuarenta años antes cuando decidió vengar la muerte de su padre adoptivo, y se esperaba que la victoria del padre se repitiera con la del hijo. También Gayo César era considerado en Atenas el «nuevo Ares». Atenas fomentaba así la concesión de honores a un futuro benefactor al declararlo una nueva encarnación de una famosa figura, en este caso divina. Pero la beligerancia de los partos ilustra las dificultades de la diplomacia militar. Además,
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era aconsejable presentar al presunto heredero a provincias y ejércitos que no habían visto a ningún miembro del equipo del gobierno desde que Agrippa, como «corregente», había abandonado la zona doce años antes. El esfuerzo por establecer a Gayo César como un amigo y un defensor de los griegos y como un vencedor sobre los Partos fue, en gran medida, diseñado para contrarrestar el creciente apoyo hacia Tiberio en Oriente152. Este apoyo obligó a Augusto a encomendar la misión a Gayo, quien debía aparecer en Oriente como el nuevo heredero y consolidar su posición ante Tiberio, por lo que se fomentó la propaganda bélica a favor de Gayo. — La campaña en Arabia (1 d.C.) y la cuestión armenia (2-4 d.C.) Mientras se encontraba en Samos, comenzó a ejercer su consulado ordinario a partir del 1 de enero del año 1 d.C. Durante este año, se cree en la actualidad que Gayo dirige, no unas operaciones militares en Armenia, sino una campaña en Arabia153, de carácter diplomático-militar y también económico. Solucionado el problema de la sucesión al trono armenio en el año 1 d.C., ya no era necesaria una ofensiva romana en el Este, facilitándose un acuerdo global entre partos y romanos. Gayo César dirigió personalmente las negociaciones diplomáticas en su calidad de representante extraordinario de Roma en Oriente, y se encontró a finales del año 1 d.C. o a comienzos del año siguiente, con el rey parto Fraates V. El rey parto fue oficialmente reconocido por los romanos como rey legítimo; en contrapartida el rey parto renunciaba a Armenia Minor, que entraría en la órbita romana154. La situación, que parecía por fin estable, se tornó de nuevo complicada con nuevas vacantes en el trono armenio, en el 2 d.C., así como una revuelta, en la que estuvo ocupado durante parte de ese año y el siguiente. Sufrió una grave herida el 9 de Septiembre del año 3 d.C., durante el sitio de Artagira, que le costaría la vida unos meses más tarde155. La inesperada muerte de Gayo después de Artagira eclipsó la expedición a Arabia, y no se 152
Bowersock (op. cu. n. 49), p. 180. Plin., HN, VI, 141; II, 168; VI, 100; XII, 55-56 y XXXII, 10. Cf. Zetzel (op. cit. n. 148), p. 265. 154 Dión, 55, 10a, 4. Sobre la revuelta de Armenia y la misión de Gayo César, cf. CAH X, cap. IX, pp. 273-277. 155 Tac., Ann., I, 3, 3. Tácito no descarta a Livia y sus maquinaciones como causante de la muerte de Gayo. 153
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permitió que el relato oficial de Juba sobre la campaña pudiera circular ampliamente. — La salutación imperial La campaña en Armenia le valió a Gayo y a Augusto la aclamación conjunta como imperatores, que constituye la primera aclamación para el joven príncipe y la decimosexta para Augusto, a finales del año 3 d.C., según Hurlet156. En este caso la decimosexta aclamación no está atestiguada en las fuentes numismáticas. Aunque para Newby, la primera aclamación de Gayo se produce en el año 2 d.C. y se corresponde con la decimoquinta de Augusto, que sí tiene reflejo en las emisiones monetarias de la ceca de Lugdunum157, recurriendo al repetido tema de la representación de Diana que evoca la victoria naval de Nauloco. Newby equiparaba estas dos aclamaciones al aceptar que Gayo consiguió el control de Armenia en el 2 d.C., y que Augusto habría autorizado (a pesar de ser un hombre «introvertido») la emisión de ese gran medallón de oro. El propio autor reconocía que el lugar mencionado en la emisión era Sicilia y no Armenia. En cambio, situaba la decimosexta aclamación de Augusto ligada a la subyugación de los Gaetúlicos por Cornelius Cossus en el año 6 d.C. Sin embargo, si aceptamos que el Príncipe fue impemtorXV entre julio del 2 y junio del 3 d.C., y la toma de Artagira no se produce hasta finales del 3 d.C., es más lógico equiparar la primera aclamación de Gayo con la decimosexta de Augusto, de manera que no existen emisiones monetarias que atestigüen estas aclamaciones. En cuanto a la decimoquinta, Hurlet la atribuye a la victoria del legado M. Vinicius en Germania en el 2 d.C. Durante todo este tiempo, y para reducir los riesgos inevitablemente ligados a este tipo de expediciones, Gayo estuvo rodeado de un eficiente estado mayor, a la cabeza del cual se encontraba M. Lollius, considerado experto en cuestiones orientales, quien se ha dicho que se limitó a sembrar la discordia entre Tiberio y el joven príncipe. Gayo pronto descubrió el carácter real de su consejero, y Lollius cayó en 156
Hurlet (op. cit. n. 1), p. 138; Kienast (op. cu. n. 27), p. 74. 157 Newby (op. cit. n. 15), pp. 16-17; RIC I, Aug., 204, p. 55: áureo múltiple, ejemplar único encontrado en Pompeya A) CAESAR AVGVSTVS DIVT F PATER PATRIAE Cabeza laureada de Augusto a izquierda R) IMP XV, SICIL Diana, con largo vestido, avanzando a derecha y tomando una flecha de su aljaba. Fechada por Sutherland en 2 d.C., p. 28.
desgracia. Le sucedió P. Sulpicius Quirinus, un buen soldado y un hombre de integridad probada. Quirinus era un amigo leal de Tiberio, y el resultado inmediato de su influencia respec•to a Gayo se vio cuando Augusto dio permiso a Tiberio para regresar de su exilio de Rodas. 3.2.4. LA DESAPARICIÓN DE LOS PRÍNCIPES DE LA JUVENTUD
Pero una vez más las fundadas esperanzas de Augusto en establecer una línea sucesoria a través de su dinastía fueron truncadas. Lucio César, a quien se le había encomendado una misión en Occidente, murió en Massalia el 20 de agosto del año 2 d.C., cuando se dirigía a Hispania; y dos años después, el 21 de febrero del 4 d.C., su hermano158, como resultado de la herida recibida en Armenia durante el sitio de Artagira, que le hizo perder progresivamente sus facultades tanto físicas como mentales, fallecía finalmente en Limyra en Licia, donde debía embarcar para regresar a Roma. Después de su incineración, los restos de los dos hijos adoptivos de Augusto fueron depositados en el Mausoleo. El Mausoleo de Augusto es el ejemplo arquitectónico de la concepción dinástica del poder difundida por el Princeps. Muy pronto se convirtió en el panteón familiar de la gens, en el reposo final de los herederos al trono pertenecientes a la domus. La atrox fortuna a la que alude Augusto159 desbarató un proyecto de sucesión dinástica que había ocupado al Príncipe desde que Agrippa contrajera matrimonio con Julia, en el año 21 a.C. Entre los diversos honores postumos recibidos estuvo la inclusión de sus nombres en el canto de los Salios, la creación de diez centurias para la elección de los magistrados supremos, que llevarían sus nombres (cinco para Gayo y cinco para Lucio). Las comunidades del Imperio también testimoniaron de diversas formas su afecto, en su honor se erigieron arcos monumentales, edificios públicos, altares e incluso templos. En el marco general del culto al emperador en Occidente, también los altares erigidos en honor de los príncipes muertos se dirigían en última instancia al monarca. El mejor conservado de los templos romanos, la Maison Carree de Nimes (Nemausus), fue dedicado a los difuntos nietos G. y L. César, después de que quizá sirviera para el culto al emperador. En Roma Augusto dio sus nombres 158 1W
Tac., Ann., I, 3, 3; Vell., II, 102, 3. Suet., r/fe, 23, 1-3.
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a la Basílica Julia en el Foro y al gran parque junto a la Naumaquia en el Trastevere. Frente a la Basílica Emilia fue construido, además, un nuevo pórtico preciosamente decorado que lleva el nombre de los hermanos. También el Senado erigió en el Foro un gran monumento en su honor. La arquitectura como instrumento de propaganda dinástica adquiere aquí uno de sus ejemplos más claros; en este caso el fin es el de popularizar en la sociedad la persona del sucesor del emperador. Con Gayo y Lucio, el investigador dispone de un gran cuerpo de evidencias literarias, numismáticas, epigráficas y escultóricas que pone de relieve la importancia del programa propagandístico de Augusto, y a su vez la amplia popularidad alcanzada por estos dos jóvenes a pesar cíe su inexperiencia política y militar. El medio más simple cíe habituar la sociedad de la capital y de las provincias a la persona del sucesor de Augusto era repetir su retrato en numerosos ejemplares. En el mundo de los retratos100, es sintomático cómo se trata de reafirmar la continuidad de la persona y de la personalidad cíe Augusto a través de la continuidad fisonómlca. Tal es el caso de Gayo César, su posición jerárquica se justifica por su lazo de unión con Augusto, de manera que su abundante iconografía presenta muchas similitudes en los rasgos físicos con la del Princeps. Son rostros artísticos de tipo clasicista, llenos de gravedad y solemnidad y tan estilizados como el retrato de Augusto. La popularización de una imagen del joven príncipe se convierte en uno de los instrumentos de propaganda dinástica y sus numerosos retratos se extienden por todo el Imperio. No podían ser celebrados los hechos de Gayo César, pero su persona, a partir del 12 a.C, debía ser conocida. Gayo César morirá en el 4 d.C. y prácticamente su memoria desaparece con su persona, según Kiss. Su muerte marcaría el fin de la propaganda fisonómica, una de las técnicas utilizadas para la propaganda de los candidatos a la sucesión. También Lucio César había sido objeto 1611 Cf. fundamentalmente los trabajos de Z. Kiss, L'iconograpbie des princes lulio-Claudiens au temps d'Auguste et de Tibére. Varsovia, 1975; Pollini, 1987 (op. cit. n. 79), quien estudia los retratos de los dos príncipes en relación con la compleja situación socio-política, buscando el significado ideológico de las imágenes en Roma; cf. también A. L. Cesarano, Un ritratto di un princeps hwentutis del Museo Nazionale Romano, XeniaAnt 2 (1993), pp. 71-86, que representa a Gayo César. Otro ejemplo cíe exaltación de los herederos lo encontramos en A. Vassileiou, La dedicace d'un monument de Reims eleve en l'honneur de Caius et Lucius Caesar, ZPE 47 (1982), pp. 119-130.
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de una misma propaganda iconográfica, con una fuerte asimilación de su fisonomía con la de Augusto, pero en una versión menos extrema. Los príncipes no habían alcanzado la legitimación definitiva para el cargo de gobernante, a saber, no podían presumir de haber obtenido triunfos sobre pueblos sometidos. Gayo, al menos, pudo figurar en forma postuma como vencedor de los Partos y los Armenios. Pronto la moneda se convirtió, en época de Augusto, en un vehículo de propaganda de la imagen del Príncipe, excluyendo la propaganda familiar típica de los magistrados monetarios republicanos; la moneda se identificó así como un signum principis. Sin embargo, no sólo el Príncipe monopoliza la iconografía monetaria en este momento: primero Agrippa, luego Gayo y Lucio, posteriormente Tiberio, demuestran que se extiende el ius imaginis a los miembros de la casa imperial con perspectivas fundadas de sucesión. Este derecho a aparecer en las monedas será establecido también por Tiberio para Germánico y Druso, y posteriormente será normal para las emperatrices, y personas estrechamente relacionadas con el emperador. 3.2.5. CONCLUSIÓN Es bien conocido, que en toda dinastía, el hijo mayor del soberano es reconocido de ordinario como el garante de la continuidad del poder. Tal realidad se verifica en el caso del régimen fundado por Augusto. Una designación como sucesor no podía tener en Roma ningún fundamento legal, se entendía que el principio de la sucesión dinástica era incompatible con la restauración oficial de la libertas; en la práctica, el carácter hereditario del régimen no ofrecía ninguna duda y no dejaba de estar potenciado en diversas circunstancias por el régimen, pero con prudencia y dentro de un contexto oficial. A diferencia de lo que pasa en Roma, las comunidades locales del Imperio estaban lejos de ser también sensibles a la fachada republicana del régimen y percibían más abiertamente a Gayo como el heredero del Príncipe, tanto en el plano familiar como político. Es en las comunidades locales donde Gayo aparece bajo una definición clara que no es posible en Roma, es decir, como el sucesor y la imagen de una monarquía hereditaria. Para estas comunidades el hecho de que Gayo y Lucio sean descendientes del Príncipe les convierte en los sucesores designados.
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La naturaleza de los honores recibidos por Gayo y Lucio César, y de manera menos importante por Agrippa Postumo, presenta un carácter fundamentalmente dinástico del lugar ocupado por el hermano mayor en el seno del régimen: Gayo se presenta como el hijo y heredero político de Augusto. Hurlet161 constata que Gayo, así como Lucio en menor medida, es el primer romano que es objeto de un verdadero culto antes de haber probado sus capacidades militares y políticas. Los honores recibidos por Gayo César a lo largo del último decenio antes de nuestra era se justifican por la posición privilegiada que se reserva en toda dinastía al hijo del soberano. En estas condiciones, su promoción hacia la «corregencia» en el año 1 a.C. venía simplemente a reforzar su posición asociando a la legitimidad dinástica un poder constitucional de esencia republicana como es el imperium proconsular. El siguiente paso para poder hablar de una «corregencia» plena hubiera sido la concesión de la potestad tribunicia, como anteriormente con Agrippa (18 a.C.) y Tiberio (6 a.C.). La práctica de la asociación al poder imperial permite enmascarar la ambigüedad del Principado, puesto que el régimen trata de implantar el principio de la sucesión hereditaria en un cuadro institucional republicano, y se presenta a la vez como la solución legal más factible de la que hace uso Augusto para lograr su propósito. De hecho, tal como señala Sidari162, la adopción por sí sola no era suficiente para una aceptación de la sucesión dinástica, puesto que los poderes de Augusto, por su naturaleza magistral no pueden definirse como hereditarios. Oficialmente la adopción establecía una forma de designación privada, casi personal. La solución estaba en que los potenciales sucesores pudieran gradualmente participar del poder del Princeps, convirtiéndose en verdaderos «corregentes». Para Augusto era fundamental crear sucesores semioficiales, política y militarmente formados y preparados para una posible eventualidad. La primacía del factor dinástico en la imagen de la «corregencia» se acentúa con Gayo César. Algunas emisiones monetarias lo presentan como un guerrero, como el tipo de Lugdunum del año 8 a.C., así como otros documentos iconográficos, pero las emisiones 161 162
Hurlet (op. cit. n. 1), p. 484. Sidari (op. cit. n. 72), p. 283.
monetarias del 2 a.C. presentan, al contrario, a Gayo en un contexto más dinástico, en compañía de su hermano Lucio, y con atributos supuestamente despojados de toda significación militar, con lo cual se propaga la imagen de un príncipe no como hombre de guerra, sino la imagen idealizada del hijo del príncipe y descendiente de la línea Julia. 3.3. LA CARRERA DE TIBERIO DESDE LA ADOPCIÓN HASTA LA SUCESIÓN (4-14 D.C.) Con la desaparición de los Príncipes de la Juventud el régimen había perdido a los dos principales colaboradores del Príncipe así como a sus sucesores potenciales. De nuevo el problema de la sucesión se convertía en una cuestión vital para la continuidad del régimen que Augusto debía resolver inmediatamente. El período que comienza con las adopciones del 4 d.C. hasta la muerte de Augusto es generalmente considerado como un período político independiente, marcado por el dominio de Tiberio y de su facción política163. Los próximos candidatos debían ser elegidos en el seno de la domus Augusta, y debían ser rápidamente asociados a los poderes de Augusto. No todos los miembros de la domus Augusta formaban parte de la gens lulia, pero en caso de necesidad, podían ser incorporados a la gens como hijos o nietos de Augusto, como sucedería. En el 4 d.C., se podía contar con Germánico, hijo de Druso Maior (el hermano de Tiberio), Druso Minor, el único hijo de Tiberio, y Agrippa Postumo, el último hijo de Agrippa, pero los tres eran demasiado jóvenes y no tenían ninguna experiencia política y militar. Augusto debió volver a recurrir a Tiberio, quien en ese momento era el único miembro de la dinastía que podía garantizar la continuidad a través de la sucesión, tras la desaparición de Gayo y Lucio, por lo que de nuevo obtuvo 163
A. Ferrill, Prosopography and the last years of Augustus, Historia 20 (1971), pp. 720 y 731, quien concluye que hubo de enfrentarse a la facción Julia y a la de Germánico. Sobre el problema de la sucesión de Tiberio, las alternativas en el ámbito de la casa reinante y sobre todo las alternativas políticas fuera del seno de la domus Augusta, cf. M. Pañi, Tendenzepolitiche della successione al príncipato di Augusto. Bari, 1979. Contraria a la división aceptada por muchos historiadores entre julios y Claudios como dos facciones políticas enfrentadas dentro de la corte imperial se muestra B. Levick, Julians and Claudians, G&R 22 (1975), pp. 29-38, quien cree que es ficticia.
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el imperium proconsular y la potestad tribunicia para un período de diez años, poderes que volvían a colocarle como «corregente». Esta medida se vio acompañada por otra que definitivamente colocaba a Tiberio en el primer lugar de los proyectos dinásticos de Augusto: Tiberio fue adoptado por Augusto el 26 de junio del 4 d.C.164, adoptando el nombre de Tiberius lulius Caesar, Angustí filius. El mismo día tomaba otras dos decisiones importantes para la política sucesoria: a instancias de Augusto, Tiberio adoptó a su vez a Germánico165, y el propio Augusto adoptó al joven hermano de Gayo y Lucio, Agrippa Postumo. Además, Druso Minor, el hijo de Tiberio, se casó con la hermana de Germánico, Claudia Livilla, que había estado casada anteriormente con Gayo (matrimonio que no produjo descendientes), mientras que Germánico se casó con Agrippina, la nieta de Augusto. Estas últimas medidas venían a unir más si cabe las ramas Julia y claudia de la familia imperial166. La política matrimonial comenzada por Augusto en el 25 a.C. con su hija Julia y su sobrino Marcello, siguió la línea de unir miembros emparentados dentro de las ramas que Augusto y Livia representaban, de manera que se fomentó una política cerrada para los potenciales sucesores, mientras que se permitió una política abierta, fuera de la domus Augusta, para los más jóvenes príncipes y las princesas. El propósito último era contar siempre con suficientes herederos potenciales, pero no demasiados. Estas adopciones situaban a Tiberio como el principal beneficiario de la nueva reorganización cíe la familia imperial, pero aún debía K
" Suet., Aug., 65, 3; Tib., 15, 2; Tac., Ann., I, 3, 3. La adopción de Gayo y Lucio pudo tener lugar veinte años antes en la misma fecha, cf. Hurlet (op. cit. n. 1), pp. 428-429, n. 55. Si la concordancia es confirmada, las disposiciones del 4 d.C. se inscriben en el cuadro de una continuidad dinástica. La fecha también se relaciona con la ceremonia religiosa consagrada al acto fundador de un culto a la Prouidentia Augusta, culto que puede remontarse al Principado de Augusto, aunque sigue siendo una cuestión controvertida. La Providencia Augusta era considerada el símbolo de la transmisión hereditaria del poder imperial. Cf. Hurlet (op. cit. n. 1), pp. 485-486, n. 296, y R. T. Scott, Providentia Aug., Historia 31 (1982), p. 439. Sobre prouidentia, cf. M. P. Charlesworth, Providentia and Aetemitas, HThR 29 (1936), pp. 107-122. Vell, II, 103, afirmaba, no sin excesiva adulación, que la adopción de Tiberio hacía nacer entre los hombres la «spes perpetuae securitatis aeternitatisque Romani imperii». "" Suet., Tib., 15, 2; Cal, 1, 1; Cl, 2, 1; Tac., Ann., IV, 57, 3 y XII, 25, 1. 16(1 Cf. R. A. Birch, The Settlement of 26 June A.D. 4 and its Aftermath, CQ 31 (1981), pp. 443-456.
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compartir su estatus privilegiado de hijo de Augusto con un joven príncipe que estaba ligado directamente a la gens lulia, Agrippa Postumo. Por tanto, a pesar de que Tiberio tomó el papel que había sido asignado a Gayo César, al contrario que su predecesor, no fue honrado con numerosas manifestaciones dinásticas. Según Corbier, el acceso de Tiberio al poder se debió, en parte, a las maquinaciones de Livia, así como a las muertes prematuras de Gayo y Lucio; Livia también pudo influir para que Augusto no eligiese a Germánico como su sucesor. Para otros autores, el trasfondo de estas adopciones, no completamente aclarado, parece una solución de compromiso, destinada a convertir a Germánico en sucesor, sin añadir una nueva ofensa sobre Tiberio y sin contradecir las normas de un derecho sucesorio inmaduro167. Para Birch, Augusto se vio obligado a elegir a Tiberio ante las muertes de Gayo y Lucio, y por la necesidad de dirigir las campañas bélicas en Germania. Es importante tener en cuenta el testimonio de Suetonio168 acerca de que Germánico fue seriamente considerado por Augusto como su sucesor antes de decidirse por Tiberio; pero la campaña en Germania requería una atención inmediata y éste fue el factor decisivo a favor de la preferencia por Tiberio. Las medidas tomadas en el 4 d.C. por Augusto denotaban lo indispensable que resultaba Tiberio en ese momento, y en un segundo sentido, es claro el movimiento de Germánico hacia un gran futuro a través de su adopción por Tiberio y consideración de heredero de Augusto. Augusto había creado dentro de la domus una clase de jerarquía interna para la sucesión. Como ésta estaba basada en la filiación, los miembros de la gens lulia —los masculinos en primer lugar— constituían la espina dorsal de la domus. En este sentido, Germánico, quien era al mismo tiempo nieto de Octavia y de Livia, era en el 4 d.C. también nieto de Augusto en línea agnaticia, después de su adopción por Tiberio. La construcción de la domus Au167 Corbier (op. cit. n. 3), p. 186; J. M. Roldan et alii, Historia de Roma. II. El Imperio Romano. Madrid, 1995, p. 47; Bogue (op. cit. n. 2), pp. 52 y 56, opina que es concebible que Augusto pensara en Germánico para la sucesión pero que no quería ofender a Tiberio; Birch (op. cit. n. 166), p. 445. Para Syme (op. cit. n. 45), p. 540, Tiberio es ahora designado para suceder a Augusto, pero impedido de transmitir el poder sólo a los Claudios, fue obligado a adoptar a Germánico, que perpetuaba el linaje de los Octavies, como nieto de Octavia. 168 Suet., Cal, 4, 1.
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gusta fue puramente casual, pero desde un primer momento Augusto fue consciente de formar un grupo gobernante amplio para asegurar su reproducción y supervivencia a través de alianzas matrimoniales, y suficientemente exclusivo como para evitar la distribución de los derechos de sucesión a demasiados candidatos rivales. Pero la falta relativa de varones en la gens lulia, con la correspondiente abundancia de mujeres, convirtió a éstas en garantes de la transmisión de la legitimidad dinástica. Para los que defienden el principio del doble Principado formulado por Kornemann169, la adopción de Agrippa Postumo tiene su significado político, por cuanto se establece un paralelismo entre anteriores situaciones: Agrippa como garante de la continuidad ante la joven edad de Gayo y Lucio, luego Agrippa sería reemplazado por Tiberio, y ahora nos encontramos con Tiberio garante de la continuidad ante la inexperiencia de Germánico y Agrippa Postumo. Levick cree que Augusto favoreció la idea de la sucesión dual: adopciones simultáneas, promoción política y militar paralela (Gayo y Lucio), y tras las adopciones del 4 d.C, Tiberio y Agrippa Postumo como iguales y potenciales principes, y Germánico y Druso Minor (el hijo de Tiberio) como candidatos futuros a la sucesión. Sutherland también plantea el esquema de sucesión dual, aunque trata de huir del esquema rígido de Kornemann, donde Augusto se apoyaría en la «corregencia» para hacer frente a una centralización administrativa creciente (con Agrippa y luego con Tiberio), mientras a su vez propulsaría un desarrollo paralelo de los sucesores agrupados en parejas: Marcello y Tiberio, Gayo y Lucio, Tiberio y Agrippa Postumo, y finalmente Tiberio y Germánico170. Pese a la importancia política de las adopciones y su repercusión social, esta maniobra política de Augusto no fue conmemorada en ninguna emisión oficial. Sólo unas pocas emisiones provinciales conmemoraron la adopción de Tiberio, mientras que las series con las cabezas de Gayo y Lucio continuaron emitiéndose171. 169
E. Kornemann, Doppelprínzipat und Reichsteilung im Impeñum Romanum. Leipzig, 1930, pp. 24-26; Levick (op. cit. n. 95), p. 225 s.; S. Jameson, Augustus and Agrippa Postumus, Historia 24 (1975), p. 287. 170 Sutherland (op. cit. n. 2), p. 74. 171 Según Grant (op. cit. n. 15), pp. 77-79, incluso durante el reinado de Tiberio, una hipótesis que rechazan Sutherland (op. cit. n. 2), p. 73, y Macdonald (op. cit. n. 116), p. 27; cf. Bogue (op. cit. n. 2), pp. 94-95. Sobre la cuestión, cf. n. lió.
La interpretación de Corbett respecto a la adopción de Tiberio parece, sin embargo, la más convincente. Corbett cree que la adopción de Tiberio confirma el deseo de Augusto de que fuera éste quien le sucediera172. El hecho de que Tiberio fuera obligado a adoptar a Germánico ha hecho suponer a muchos historiadores que Germánico tenía preferencia en la sucesión, y tras éste sus propios hijos. La adopción de Germánico fue entendida por Augusto como medio de colocarlo bajo la inmediata protección de Tiberio junto al otro heredero más joven, Druso. La adopción de Germánico sería, por tanto, una medida de consolidación, no una indicación de un especial favor hacia éste. Para Corbett, no hay duda de que durante los años siguientes Tiberio fue considerado como el heredero al trono, demostrando en varias ocasiones su genio militar. La adopción y la concesión del poder tribunicio son dos hechos claves de su posición privilegiada. Pero se constata un hecho claro, y es que Tiberio fue ignorado en la acuñación monetaria oficial hasta el año 9-10 d.C., cuando su influencia resultó ya muy importante, y esta circunstancia es bastante significativa, llevando a los investigadores a especular sobre la relación de Augusto y Tiberio en esta época. Gayo ya había recibido una emisión en el 8 a.C. cuando fue presentado ante las legiones del Rin; la decisión tomada por Tiberio de retirarse a Rodas muestra en qué medida estaba destinado a jugar un papel de transición hasta que Gayo y Lucio alcanzaran la edad suficiente para asegurar la continuidad del poder imperial; el retiro voluntario se tradujo para Tiberio en un descrédito que se manifestó no sólo en Roma sino también en todo el Imperio. El estudio de los grupos estatuarios y de las inscripciones dedicatorias confirma la ausencia total del hijo de Livia en provecho de los hijos adoptivos de Augusto y de Agrippa Postumo a partir de su exilio voluntario173. En cambio la muerte de Gayo permitirá a Tiberio reaparecer en los grupos estatuarios y en las inscripciones, y esta vez en un contexto dinástico más favorable y en una posición de fuerza frente al último hijo de Julia. Sin embar172
Corbett (op. cit. n. 2), p. 93; B. Levick, The fall of Julia the Younger, Latomus 35 (1976), p. 313; también Ferrill (op. cit. n. 163), p. 727, y n. 46, opina lo mismo, argumentando que Tiberio era un candidato aceptable, que no había una oposición política contra Tiberio, ni de nobles ni de homines noui, y que la hostilidad entre Augusto y Tiberio ha sido exagerada, aunque la adopción de Tiberio fue una tragedia personal para el emperador. 173 Hurlet (op. cit. n. 1), p. 487; Rose (op. cit. n. 16), p. 20.
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go, el silencio de la acuñación monetaria continuó, tras las adopciones del 4 d.C, y la aversión del emperador hacia el heredero impuesto por el destino es la causa que se presenta para justificar esta clara omisión174, o al menos Augusto trató de evitar cualquier signo de favor hacia Tiberio. Sutherland especifica que Tiberio, después de la adopción, recibió honores epigráficos que, comparados con los recibidos por Gayo y Lucio, o por Agrippa Postumo, resultaban exiguos. Este autor cree que el hecho de no recibir ningún tipo de publicidad a través de la acuñación imperial hasta los años 9-10 d.C., y, además, sólo en valores de bronce en un primer momento, seis años después de haber sido adoptado por Augusto, es argumento suficiente para acusar a Augusto de rechazar intencionadamente la propaganda de las hazañas de Tiberio, cuando no existe ninguna razón por parte de éste para evitar el reconocimiento militar a través de la numismática, o de otros medios propagandísticos. De hecho, para Hurlet175 esta circunstancia se puede deber en parte a que la reorganización dinástica del año 4 d.C. deja una sensación en muchas de las comunidades del Imperio de encontrarse ante un heredero cuya legitimidad no se basaba en los lazos de sangre; aunque no deben descartarse las reticencias personales de Tiberio ante el culto a la personalidad, lo que frena las manifestaciones abiertamente dinásticas. Augusto habría omitido conmemorar la adopción de Tiberio y evitar cualquier alusión a su promoción a través de las monedas. Esta omisión de las cecas oficiales, y de casi todas las cecas provinciales176, debe 174
Sutherland (op. cu. n. 2), p. 73 y 75; C. H. V. Sutherland, Román History and Coinage. 44B.C.-A.D. 69. Fifty points of relation from Julius Caesar to Vespasian. Oxford, 1987, p. 27; Bogue (op. cu. n. 2), p. 95. ns Hurlet (op. cit. n. 1), p. 499. 176 Burnett (op. cit. n. 133), p. 50, indica que las apariciones de Tiberio en las emisiones provinciales están limitadas al período después de su adopción formal del 4 d.C., y hay una fuerte concentración al final del reinado, entre el 10-14 d.C.; Burnett (op. cit. n. 119), p. 58, especifica que en cinco o seis casos, Corinto (RPC 1140, 1144), Tarraco (RPC 215), Cnossus, Thessalonica (RPC 1565), Amisus y quizás Caesaraugusta (RPC 330-331), el retrato de Tiberio reemplazó a los de Gayo y Lucio; para Rose (op. cit. n. 1.6), p. 20, las cecas provinciales fueron más rápidas que la ceca imperial de Lugdunum en responder a las adopciones, y algunas de las que habían acuñado monedas en honor de Gayo y/o Lucio produjeron nuevas series en honor de Tiberio como el heredero designado: Sicca (RPC 706-707), Cartago (RPC 747-748), Lepti Minus (RPC 789, 791), Thaena (RPC 809), Smyrna (RPC 2467); sin embargo, para Hurlet (op. cit. n. 1), p. 349, las emisiones de Tarraco, Caesaraugusta, Sicca y Thaena deben fecharse sin duda en los años 10-14 d.C. Para Etienne (op.
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haber sido deliberada si se acepta que la emisión dedicada a Gayo y Lucio como Príncipes de la Juventud continuó después del 4 d.C. Aunque Sutherland también es consciente de que la serie de Gayo y Lucio como Príncipes de la Juventud, que fue emitida en gran cantidad, continuaría después del 4 d.C. de forma únicamente conmemorativa, y con el paso de los años se emitiría de forma regular, sin que por ello haya que ver detrás de estas acuñaciones postumas un deseo deliberado, por parte de Augusto, de excluir cualquier mención de Tiberio a través de las emisiones monetarias177. Sin embargo, Levick no cree en una omisión deliberada, afirmando que, como estadista experimentado, Augusto no iba a luchar contra una decisión que él mismo había tomado en el 4 d.C., y que pública e irrevocablemente manifestaba claramente que Tiberio sería el sucesor. Para Levick, la ausencia se debe al propio Tiberio, quien, por sus austeros principios, no veía con buenos ojos la conmemoración de sus hechos relevantes en las monedas, sobre todo con el precedente de Julio César, quien había sido asesinado como un tirano. El valor propagandístico del tipo de Princeps luuentutis, a pesar de ser un tipo que anuncia el ascenso político de los dos jóvenes de una manera tan clara, ha sido matizado por algunos autores. Levick destaca que las emisiones continuaron hasta los años 9-10 d.C., cinco o seis años después de la muerte de Gayo, en el 4 d.C.; que el tipo sobreviviera tras la muerte de Lucio César en el año 2 d.C. resulta comprensible puesto que la posición de Gayo no fue dañada por la muerte de su hermano. Pero después de la muerte de Gayo el tipo resultaría irrelevante como publicidad para los nuevos sucesores a los que Augusto había empezado a favorecer, Tiberio y Agrippa Postumo (en este último caso, podría encontrarse una relación indirecta con sus hermanos). Levick cree que el tipo siguió siendo acuñado por inercia y falta de interés, aunque no descarta que la continuidad de las emisiones se debiera a un golpe deliberado contra Tiberio por parte de Augusto. La emisión de este tipo a partir del año 4 d.C., una vez muertos los Príncipes de la cit. n. 133), p. 399, entre el 16 a.C. y el 10 d.C., en el ámbito provincial hispano la delicada situación dinástica provoca que no se adopte ninguna posición concreta respecto a la sucesión. 177 Sutherland (op. cit. n. 2), p. 75; Rose (op. cit. n. 16), pp. 19-20, piensa lo mismo; cf. Macdonald (op. cit. n. 116), pp. 27-28, quien defiende la continuidad de las emisiones hasta el año 13 d.C., y la idea de emisiones post-augústeas le parece muy improbable.
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Juventud, constituye para Levick la prueba más evidente para dudar de la emisión como vehículo de propaganda, y en caso de que fuera permitida conscientemente, sería con el fin de contradecir otros vehículos de expresión que favorecían a Tiberio. En todo caso, la emisión tenía el propósito de enaltecer la figura de Augusto, puesto que el tipo reflejaría el hecho de que Augusto siguiera manteniendo la memoria de los dos jóvenes príncipes178. Sin embargo, es posible que las emisiones del tipo de Princeps luuentutis hubieran continuado después del 4 d.C. con una finalidad propagandística, descartando esa presunta falta de interés, no en el sentido que plantea Levick, es decir, que la propaganda de los nietos de Augusto se deba a un golpe deliberado para dañar la imagen de Tiberio por parte de Augusto, porque la propia autora había planteado que a partir del 4 d.C. Augusto no iba a luchar contra una decisión en la política dinástica que él mismo había tomado. En cambio, otro valor cobraría la continuidad de las emisiones, si consideramos que la nueva pareja sucesoria por detrás de Tiberio, Germánico y Druso Minor podía beneficiarse de este tipo de propaganda. Lo que en el ámbito oficial es más difícil de constatar, no lo es tanto en las emisiones provinciales, que juegan a partir del 4 d.C. con la continuidad en la promoción de una pareja sucesoria a través de la continuidad fisonómica. Gayo y Lucio son reemplazados por Germánico y Druso Minor y la propaganda dinástica continua, por tanto, siendo eficaz para la promoción de una pareja de herederos, siempre teniendo en cuenta que Tiberio es considerado el indiscutible sucesor. 3.3-1. LA FIGURA DE AGRIPPA POSTUMO Último hijo de Agrippa y de Julia, su nacimiento se produjo tras la muerte de Agrippa, en el año 12 a.C., de ahí la presencia del sobrenombre «Postumo»179. Pronto vivió, como 178 Levick (op. cu. n. 42), p. 785; (op. cu. n. lió), p. 107. Cf. Suet., Tib., 15, 2: «Y desde aquel momento no se omitió nada para acrecentar su majestad, y mucho más cuando, una vez desheredado y relegado Agrippa, existía la certeza de que recaía sobre él solo la esperanza de la sucesión». 179 Sobre la vida de Agrippa Postumo y las circunstancias de su muerte: A. E. Pappano, Agrippa Postumus, CPh 36 (1941), pp. 30-45; W. Alien, The Death of Agrippa Postumus, TAPhA 78 (1947), pp. 131-139; M. L. Paladini, La morte di Agrippa Postumo e la congiura di Clemente, Acmé VII (1954), pp. 313-329; R. Detweiler, Historical perspectives on the Death of Agrippa Postumus, CJ 65 (1969-1970), pp. 289-295; Corbett (op. cit. n. 2), pp. 9495; Jameson (op. cit. n. 169), pp. 287-314; Levick (op. cit. n. 172), pp. 301-339; Birch (op. cit. n. 166), pp. 448-456.
sus hermanos, en la casa de Augusto, aunque estaba destinado a jugar un papel secundario por su corta edad. Participó en el año 2 a.C. en los juegos troyanos organizados con motivo de la dedicación del templo de Mars Vítor, el cual fue consagrado por sus hermanos mayores180. Su situación cambió rápidamente con la muerte de Gayo y Lucio, puesto que se convirtió en el único descendiente masculino directo de Augusto, y, por tanto, en el garante de la legitimidad dinástica fundada sobre los lazos de sangre, que tanto había buscado Augusto181. Para Pappano, Augusto nunca pensó en Agrippa Postumo como candidato a la sucesión, simplemente lo adoptó porque era el único nieto que le quedaba y para compensar la pérdida de Gayo y Lucio182. Cogitore183 cree en cambio que, en sus primeros años, Agrippa Postumo fue un elemento a tener en cuenta por Augusto en su política dinástica. De hecho forma parte de numerosos grupos estatuarios dedicados a los miembros de la dinastía y erigidos en todo el Imperio, aunque para Rose la mayoría de las inscripciones de Agrippa Postumo se fechan antes de su adopción por Augusto. Con posterioridad a ésta, no hay signos evidentes de su inclusión en ninguno de los grupos dinásticos que conmemoraron las adopciones. Tras la muerte de Gayo, quedó como único miembro masculino de la domus Augusta unido al Príncipe por los lazos de sangre, y con su adopción adquirió una posición importante, y formó parte del organigrama dinástico de Augusto, aunque para Augusto quedase relegado claramente a una posición secundaria. El caso de Agrippa Postumo es el mejor ejemplo para 180
Dión, 55, 10, 6. Zanker (op. cit. n. 15), p. 180. Hurlet (op. cit. n. 1), p. 142. Para I. Cogitore, Mancipa unius audacia (Tacite, Annales, II, 39, 1): le faux Agrippa Postumus face au pouvoir de Tibére, REL 68 (1990), p. 125, quien ha revalorizado el papel y la imagen de este príncipe a su justo valor, Agrippa Postumo ocupa un lugar secundario en la política dinástica augústea, pero juega un papel real, un apoyo suplementario. Agrippa Postumo estaría rodeado de un círculo político encabezado por su madre Julia, y luego por su hermana, opuesto a Augusto y dispuesto a defender la sucesión por lazos de sangre en contra de Livia y su hijo Tiberio, adoptado por Augusto. 182 Pappano (op. cit. n. 179), p. 32. También Bogue (op. cit. n. 2), p. 54, opina lo mismo; Ferrill (op. cit. n. 163), p. 730; Birch (op. cit. n. 166), p. 446, opina que Agrippa después de todo era de la misma sangre que Augusto, aunque no descarta en la p. 455 que su adopción separada pueda dotarle de alguna relevancia política como último descendiente masculino de la línea Julia, como último recurso ante un fracaso de su principal estrategia para la sucesión. 183 Cogitore (op. cit. n. 181), p. 125. 181
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definir la política dinástica de Augusto, ya que los lazos de sangre representados por su nieto no son un factor determinante para la designación del sucesor, y quedan subordinados a la elección de un sucesor experimentado que pasa a formar parte de la gens lulia por adopción. La legitimidad dinástica de Tiberio no debe ser discutida, ni la descendencia por lazos de sangre se convierte en un argumento decisivo en estos años para reclamar la sucesión a favor de Agrippa Postumo, un heredero que aún debía tomar la toga viril. Para varios autores, la posición de Agrippa Postumo como único miembro masculino de la domus Augusta le concede una posición preeminente en la política dinástica, sobre todo tras su adopción por Augusto, pero no está claro cómo ha de definirse esa posición184. Adoptado por el Príncipe al mismo tiempo que Tiberio, en el año 4 d.C., recibió el nombre de Agrippa lulius Caesar, Angustí filius. Pero su corta edad y su inexperiencia política y militar le impidió compartir con Augusto el imperium proconsular y la potestad tribunicia. Su promoción hubiera reabierto un conflicto de intereses en el seno de la familia imperial, entre el hijo de Livia y el último hijo de Julia. Además, para Tiberio la situación tenía paralelismos con la de Gayo y Lucio, que fueron adoptados por Augusto y rápidamente promocionados por ser descendientes directos del Princeps. Aunque en el contexto del año 4 d.C., Tiberio ostentaba una posición sólida y estable por cuanto además de ser hijo adoptivo de Augusto, recibió rápidamente los poderes «corregenciales». El año 4 d.C. parece marcar el punto culminante de la «ascensión» de Agrippa. Después, su situación se hizo cada vez más difícil y perdió pronto el favor de Augusto y fue alejado de Roma en circunstancias no bien conocidas. Las fuentes literarias presentan la caída en desgracia de Agrippa Postumo por culpa de su degeneración mental, que obligó a Augusto a repudiarlo185. Síntomas de esa caída ya se ven en el año 5 d.C. (la ceremonia de la toma de la toga viril se desarrolla sin la pompa que Augusto había utilizado para Gayo y Lucio), y era evidente para él que su promoción política no lfr)
Hurlet (op. cit. n. 1), pp. 465-466; Detweiler (op. cu. n. 179), p. 289; Rose (op. cit. n. 16), p. 20. w5 Suet., Aug., 65, 1; Tac., Ann., I, 3, 4; 4, 3; 6, 2; Dión, 55, 32, 1-2; VelL, II, 112. Estos historiadores describen su carácter como violento, estúpidamente feroz, salvaje, aunque su hostilidad hacia el joven está justificada por diversas razones. Tácito atribuye la caída de Agrippa a la hostil influencia de Livia y a Tiberio.
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se producía al ritmo que podía esperar (de hecho, en el año 5 d.C. se celebraron los matrimonios acordados para Germánico y Druso, mientras que nada se había dispuesto en este sentido para él); pero las verdaderas medidas de alejamiento se producen a partir del año 6 d.C., en cuatro fases: abdicatio en el 6 d.C. en virtud de la cual Agrippa Postumo es excluido de la familia imperial, enviado a Sorrento en el 7, luego a la isla de Planasia en el 8186, y finalmente ejecutado tras el ascenso al trono de Tiberio en el 14 d.C.187 En relación con su 186 Sobre la abdicatio, cf. B. Levick, Abdication and Agrippa Postumus, Historia 21 (1972), pp. 674-697. Su exilio a una isla del Tirreno no hizo sino desatar otra vez la conspiración, dirigida por Julia, la hermana de Agrippa Postumo, y su marido L. Aemilius Paullus, exiliado o muerto en el 7 d.C. La nieta de Augusto tuvo el mismo destino que su madre: acusada de adulterio e inmoralidad junto a D. lunius Silanus, fue enviada al exilio en el 8 d.C., y arrastró entre otros al poeta Ovidio. Sobre esta cuestión, cf. Levick (op. cit. n. 172), pp. 301-339; Castillo (op. cit. n. 146), p. 189. Sobre la causa del exilio de Ovidio relacionada con un elogio de Germánico, cf. P. M. Martin, Á propos de l'exil d'Ovide...et de la sucession d'Auguste, Latomus45 (1986), pp. 609-611. Para J. Schwartz, Recherches sur les derniéres années du régne d'Auguste, RPh 19 (1945), p. 32, Ovidio emprende el exilio en diciembre del año 9 d.C. 187 Un acertado análisis de la cuestión en M. P. Charlesworth, Tiberius and the Death of Augustus, AJPh 44 (1923), pp. 145-157. Para Pappano (op. cit. n. 179), p. 40, durante el tiempo que estuvo alejado de Roma, fue apoyado por un considerable partido hostil a Tiberio y Livia y favorable a Julia y sus descendientes. E incluso se organizó un complot contra Tiberio en el 14 d.C., en el que Agrippa y Julia escaparían de sus lugares de confinamiento y se pondrían bajo la protección de los ejércitos de Germania, pero la conspiración fracasó. Agrippa sería ejecutado sin el conocimiento de Tiberio, por instigación de Salustio Crispo y Livia. Cf. Corbett (op. cit. n. 2), pp. 94-95, y Birch (qp. cit. n. 166), p. 456; sobre la culpabilidad de Tiberio en el asesinato de Agrippa Postumo, cf. P. Fabia, L'avénement officiel de Tibére, RPh 33 (1909), p. 54, Paladini (op. cit. n. 179), pp. 322-323, Ferrill (op. cit. n. 163), p. 730, Detweiler (op. cit. n. 179), pp. 294-295, Cogitore (op. cit. n. 181), p. 133, puesto que para Tiberio supone una amenaza efectiva al cuestionar la legitimidad de su poder, y Castillo (op. cit. n. 146), p. 190, con la ayuda de Livia; en contra de esta opinión, cf. Jameson (op. cit. n. 169), p. 314, quien ve innecesario eliminar a un exiliado indefenso, y considera culpable a Salustio Crispo, por propia iniciativa (o con la ayuda de Livia); sobre la posibilidad de que el asesinato partiera de una orden de Augusto: E. Hóhl, Primum Facinus Novi Principatus, Hermes 70 (1935), pp. 350-355; Syme (op. cit. n. 45), p. 542, 550, quien afirma que la arbitraria supresión de un rival no era menos esencial para el Principado que la investidura pública del poder legal y constitucional y (op. cit. n. 6l), p. 929; J. D. Lewis, Primum facinus novi principatus?, Auckland Classical Essays presented to E.M. Blaiklock, ed. B. F. Harris, Auckland, 1970, pp. 165-184; Roldan (op. cit. n. 167), p. 47. Sobre la posibilidad de que la muerte de Agrippa Postumo fuese natural, cf. Alien (op. cit. n. 179), p. 134.
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ejecución se encuentra la conjura de su esclavo Clemente, que para Cogitore188 la base de su acción es la defensa de la legitimidad del poder, que se funda sobre los lazos de sangre, y no sobre decisiones oficiales como la adopción o la acumulación de poderes en Tiberio, y esa legitimidad es utilizada en provecho de un impostor. Corbett cree que la posición privilegiada de Tiberio no ha sido lo suficientemente destacada porque algunos investigadores presentan a Agrippa Postumo como un serio contendiente para la sucesión, basándose en las circunstancias misteriosas de su muerte. Agrippa Postumo no podía resultar un peligro político en sí mismo frente a las posibilidades dinásticas de Tiberio puesto que carecía de experiencia política y militar. Sin embargo, sus lazos sanguíneos con Augusto y posiblemente el apoyo de la facción Julia le convertían en un serio candidato a la sucesión que cuestionaba la legitimidad dinástica establecida. Sin embargo, puesto que el derecho hereditario de sucesión no había sido establecido aún, debemos dudar sobre hasta qué punto la posición de Agrippa Postumo resultaba un serio obstáculo para Tiberio. Éste había sido claramente designado sucesor, y las emisiones monetarias así lo demuestran, como se tratará seguidamente. Agrippa Postumo gozó de una presencia exigua en las emisiones monetarias. De hecho no es representado en ninguna de las emisiones oficiales acuñadas en Roma o en Lugdunum. De manera excepcional fue honrado sólo en algunas ciudades orientales; se trata de emisiones de las cecas provinciales de Corinto y Apamea. Las colonias y municipia del Imperio habrían recibido un anuncio oficial de los nuevos herederos de Augusto poco después de la llegada de otro decreto especificando los honores postumos que debían ser rendidos a Gayo y Lucio, por lo que es probable que Corinto estuviera situando sus estatuas postumas de los dos nietos de Augusto al mismo tiempo que se acuñaban las primeras monedas para celebrar las adopciones del 4 d.C. Corinto se había caracterizado por las numerosas representaciones de miembros de la familia imperial. La colonia había sido fundada por Julio César, y existía en la ciudad un templo dedicado a la Gens lulia. Corinto estaba de algún modo bajo el patronazgo de la familia imperial. En la emisión de Corinto aparece en el anverso una representación de su cabeza desnuda, con leyenda AGRIPPA CAESAR CORINTHI. La emi188
Cogitore (op. cu. n. 181), p. 133.
sión podría ser fechada entre los años 4-5 d.C., puesto que el cognomen Caesar indica que estamos ante una acuñación posterior a su adopción, y probablemente anterior a su caída en desgracia. Más elocuente en cuanto a la posición de Agrippa en la domus y su relación sanguínea con el Princeps, obviando su adopción como hijo, resulta la leyenda del reverso en las emisiones de Apamea: AGRIPPA AVG NEPOS (Agrippa, nieto de Augusto), con la cabeza de Agrippa Postumo a derecha. Es evidente que antes de que Agrippa Postumo cayera en desgracia se propagó su posición privilegiada en la política dinástica189. 3-3.2. El COLLEGA AlJGUSTl:
LA NATURALEZA DE LOS
PODERES DE TlBERIO (4-13
D.C.)
La obtención de poderes civiles y militares le convirtió tras su adopción en el virtual colega del Príncipe en el gobierno del Imperio, al menos en el ejercicio de la potestad tribunicia. La investidura se produjo a través de dos actos jurídicos distintos. Tiberio fue investido de la potestad tribunicia por segunda vez para un período de diez años190. Respecto a sus poderes militares, Hurlet, teniendo en cuenta las numerosas salutaciones imperiales que recibe estos años, no acepta que fuera enviado a Germania sin ser investido de ningún imperium, luego debió gozar de una investidura cíe un imperium independiente, aunque las fuentes no precisen este dato191. En cuanto al dominio de competencias del imperium, éste fue redefinido constantemente en función de nuevas misiones en política exterior. Para Paladini192, la concesión de la tribunicia potestas a Tiberio tenía el significado y el valor de una designación implícita a la suce189 Cf. Pappano (op. cu. n. 179), p. 38, n. 51; Burnett (op. cu. n. 133), p. 50: RPC 1141, con Tiberio (Corinto); RPC 1142-3 con Tiberio, Germánico y Druso (Corinto); así como en D. R. Sear, Greek Imperial Coins and their valúes. The local Coinage ofthe Román Empire. Londres, 1982, p. 22, n.Q 233 y F. Salviat-D. Terrer, Les portraits d'Agrippa Postumus et les monnaies de Corinthe, RAN15 (1982), pp. 237-241, que fecha la emisión en los años 45 d.C.; C. Howgego, After the cok has bolted: a review of Amandry of Román Corinth, NC 149 (1989), p. 202. La única emisión de Apamea (RPC 2011). Cf. sobre la emisión de Apamea, M. Grant, Agrippa's coins, en // Bimillenario di Agrippa. Genova, 1990, p. 15. 190 Según Dión, 55, 13, 2. Están de acuerdo Ciaceri (op. cu. n. 19), p. 53-54; Grenade (op. cit. n. 48), p. 190; M. L. Paladini, I poteri di Tiberio Cesare dal 4 al 14 d.C., Hommages á M. Renard, II, Bruselas, 1969, p. 573. 191 Paladini (op. cit. n. 190), p. 580; Hurlet (op. cit. n. 1), p. 145. 192 Paladini (op. cit. n. 190), p. 574.
DK LA MUERTE DE ACRIPPA AL ADVENIMIENTO DE TlBERIO
sión imperial, por cuanto se había producido con posterioridad a su adopción. La concesión de este poder en el 6 a.C., cuando debía convertirse en tutor de Gayo y Lucio César, tiene un significado distinto a la concesión del 4 d.C., donde, al convertirse en hijo adoptivo del Príncipe, la potestad tribunicia le sitúa en una posición de «corregencia» en la esfera civil. Pero la concesión de un imperium proconsular no sitúa a Tiberio como «corregente» en el plano militar, según Paladini. 3.3.3. LAS CAMPAÑAS MILITARES EN GERMANIA (4-6 D.C.)
Tras su adopción e investidura fue enviado a Germania, donde de nuevo debía dirigir una campaña de pacificación193. Además, reemprendió la obra de su hermano Druso, intentando el sometimiento de la región entre el Weser y el Elba. La campaña continuó en el año 5 d.C., sometiendo a las tribus de la orilla izquierda del Elba, y para el siguiente año se preparaba una nueva ofensiva sobre el territorio de la actual Bohemia, pero una nueva sublevación de los Dálmatas y Pannonios obligó a paralizar las operaciones194. El balance de las campañas entre los años 4-6 d.C. fue positivo: Germania era de nuevo pacificada. Por esto, Tiberio recibió una salutación imperial, la tercera, junto con Augusto, en el año 6 d.C.195 Tiberio no celebrará, a su regreso a Roma, ni triunfo ni ovación. Para Sydenham, las exitosas operaciones militares de Tiberio son celebradas a través de una alusión indirecta con tres nuevos tipos acuñados en Lugdunum como quinarios de oro entre los años 6 y 9 d.C. Mientras que el anverso refleja la cabeza laureada de Augusto, con la leyenda AVGVSTVS DIVI F; el reverso muestra una Victoria sentada sobre globo, con la mano en el regazo, con la indicación de la potestad tribunicia como leyenda196. En el 6 d.C. Tiberio consagró el templo de Castor y Pólux, al mismo tiempo que organiza193
Vell., II, 105. Ibíd., II, 109. I9S Según Levick (qp. cu. n. 95), p. 242; Newby (op. cu. n. 15), p. 17. l% Sydenham (qp. cit. n. 29), p. 29, quien señala que Cohén enumera ejemplos de este tipo como referencias a las victorias de Tiberio y Druso en Germania y Pannonia entre los años 15-9 a.C., mientras que estos nuevos tipos harían referencia a la campaña de los años 4-6 d.C; cf. RIC I, Aug., 2l6-218=BMCRE I 504, 505, y Cohén 318 respectivamente. La esfera universal es un símbolo de las aspiraciones monárquicas de Augusto, es el símbolo de un imperio universal. 191
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ba unos juegos en memoria de su hermano Druso. El renovado énfasis en Druso pudo responder a que su vieja popularidad no se había olvidado y podía ser todavía utilizada para asegurar el apoyo al régimen en unos momentos críticos197. En el año 6 d.C., junto a los problemas de la revuelta en Pannonia e Ilirico, había que añadir en Roma una plaga, incendios, además de una revolucionaria agitación en la capital y el hambre por toda Italia. Tiberio pudo contener la revuelta y el suministro de cereal fue restablecido. En este contexto, se tomaron medidas políticas para apaciguar la atmósfera en Roma, como los ya mencionados juegos funerarios en honor de Druso, en el que tomaron parte en la organización sus hijos Germánico y Claudio; y la dedicación del templo de los Dióscuros en nombre de Tiberio en su calidad de sucesor designado y en el de su hermano. La hostilidad contra el estado en el cual los Claudios eran ahora dominantes era encauzada por un sentimiento popular a favor de los hijos de Agrippa y Julia, según Birch. Así, tanto los juegos como la dedicación del templo en un mismo momento, tuvieron el propósito de fomentar el recuerdo del gran héroe popular Druso, convirtiéndose en una política deliberada para ganar favor popular para la facción Claudia. Según Pañi, diversos aspectos de fenómenos de agitación social y política se manifiestan en íntima conexión con los desórdenes y conjuras de los años 6-8 d.C., los cuales, en parte, están relacionados con la sistematización de la sucesión a favor de Tiberio, preparada por Augusto en el 4 d.C., con la adopción y la concesión de la potestad tribunicia. Para Levick, la agitación de los años 4-8 d.C. fue una continuación de la agitación de los años 6-2 a.C., conducida por un grupo concreto con un propósito similar: el avance de sus candidatos al poder contra Tiberio y sus hijos Druso y, a partir del 4 d.C., Germánico198. 19 ~ Suet., Tib., 20; para Ciaceri (op. cit. n. 19), p. 115, la consagración del templo y los juegos son una muestra del amor fraterno de Tiberio hacia Druso; Bogue (op. cit. n. 2), pp. 126-127; Birch (op. cit. n. 166), pp. 451452. En este sentido, cf. Val. Max., V, 5, 3, quien compara la devoción de los dos príncipes con la de los gemelos divinos. B. Gallotta, Germánico. Roma, 1987, pp. 44-45, piensa que la asociación con Druso contribuía a estabilizar la situación y sobre todo a legitimar la posición de Tiberio; cf. Poulsen, 1991 (op. cit. n. 132), pp. 120-121. 198 Suet., Aug., 25, 2; Tib., 16, 1; Vell., II, 110, 6; Pl., HN, 7, 149. Según Schwartz (op. cit. n. 186), p. 52, los incidentes suceden a finales del año 5 d.C., prolongándose en el 6 d.C., y Tiberio consagra el Dioskoureion el 27 de enero del 6 d.C.; según Levick (op. cit. n. 172), p. 331, los juegos gladiatorios se celebrarían en marzo del año 7 d.C. en honor de Druso, en el aniversario de su nacimiento, así como la consagración del templo de Castor y
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A pesar de la oposición oficial de Tiberio a cualquier manifestación de culto imperial, o deificación del emperador en vida, Tiberio no dudó en fomentar la asociación de las divinidades protectoras de los caballeros con él y su hermano. De hecho, durante todo el período republicano, el templo era conocido como aedes Castoris, sólo dedicado a Castor. Este nombre es sustituido por la expresión aedes Castorum a partir de Augusto, después de que el viejo santuario del Foro haya sido restaurado en nombre de Tiberio y de su hermano. Sobre la muerte de Druso, Dión nos dice que «dos jóvenes fueron vistos montando a caballo a través del campamento; se escuchó el sonido de una mujer lamentándose, y estrellas atravesaron el cielo», que no es más que una repetición del topos de los Dióscuros, que con anterioridad habían aparecido en las batallas del río Sagra y del lago Regulo. Para Scott es una referencia a Castor y Pólux, en la que Druso como Castor moriría mientras que su hermano Tiberio sería considerado como Pólux199. Y con esta asimilación en mente, Tiberio dedicó los templos de los Dióscuros y posteriormente el de la Concordia. La dedicación del templo de la Concordia en el año 10 d.C. puede interpretarse como un reconocimiento público del amor fraterno, que como en los Dióscuros, había existido entre Tiberio y su hermano Druso. Castor y Pólux simbolizan el amor fraternal que constituye un modelo de concordia y fides. La consagración de los dos templos puede haber influido en la creencia de una relación estrecha entre los Pólux a comienzos de ese año; Pañi (op. cu. n. 163), pp. 35 y 43, para quien la facción de las dos Julias defiende un Principado no filo-republicano, como el de Augusto, y goza del favor popular, manifestado ya con Gayo y Lucio; cf. B. Levick, Mercy and Moderation on the Coinage of Tiberius, en B. Levick (ed.), The Ancient Historian and bis Materials: Essays in Honour of C.E. Stevens on bis Seventieth Birthday. Gregg International, 1975, p. 128. 199 Dión, 55, 1, donde menciona una serie de presagios de la muerte de Druso. Scott (op. cit. n. 134), p. 158. Castor falleció en la lucha contra Idas y Linceo, y Pólux, incapaz de soportar la falta de su hermano, había rogado a Zeus que le quitara la vida; se decía asimismo que había rechazado la inmortalidad a que tenía derecho como hijo de Zeus, porque quería estar siempre al lado de Castor. Zeus decidió que los dos serían inmortales la mitad del año; cf. J. Sihvola, 11 culto dei Dioscuri nei suoi aspetti politici, Lacus luturnae I, LSA 12 (1989), p. 89, ed. por E. M. Steinby; E. La Rocca, «Memore di Castore»: Principi come Dioscuri, en L. Nista (ed.), Castores. L'immagine dei Dioscuri a Roma. Roma, 1994, p. 84. Cf. también, K. Scott, The Dioscuri and the imperial cult, CPh 25 (1930), pp. 379-380, donde vuelve a incidir en la asociación entre Tiberio y Druso y los Dióscuros. Cf. Poulsen, 1991 (op. cit. n. 132), pp. 126-127.
hermanos divinos y los príncipes. Tiberio era demasiado mayor para poder ser honrado con el título cíe Princeps luuentutis, por lo que la relación con los Dióscuros, que a través de la concesión del título quedaba implícita, debía realizarse por otra vía propagandística, de ahí la dedicación del templo de Castor y Pólux en el 6 d.C. En definitiva, las ceremonias religiosas de consagración de los dos templos conllevan un valor político y dinástico: el culto de los Dióscuros estaba ligado desde Gayo y Lucio al principio de la sucesión hereditaria, así que la consagración del templo por parte de Tiberio, y también en nombre de su hermano, viene a convertirse en un acto de justificación dinástica. Gayo y Lucio representan la imagen de la legitimidad dinástica, y su vinculación indirecta con Tiberio reforzaría su posición en el año 6 d.C.; en cuanto a la Concordia, ésta simboliza también la concordia entre los ordines y la armonía en el seno de la domus Augusta. Según Poulsen, la decisión de Tiberio de restaurar los dos templos está relacionada con su nueva posición de princeps designatus, siguiendo el precedente creado por Augusto al fomentar la utilización de Castor y Pólux como divinidades dinásticas, usadas en provecho de la propaganda de herederos en conexión con Gayo y Lucio. Sin embargo el templo de Castor y Pólux debe haber comenzado a ser reconstruido antes de la adopción de Tiberio en el 4 d.C., en conexión con la propaganda dinástica de Gayo y Lucio. La utilización posterior de Tiberio de este elemento propagandístico sugiere la idea de que Tiberio y Druso constituían una solución secundaria en la política de sucesión, puesto que también lo eran en la nueva consagración del templo. La autora cree que en el 7 a.C. era improbable que Tiberio prometiera dedicar parte del botín de guerra para reconstruir el templo de Castor y Pólux en su nombre y en el de su hermano Druso, en un contexto de dominio de los príncipes herederos Gayo y Lucio200. 3-3.4. LAS CAMPAÑAS EN IlIRIA (6~9 D.C.)
La rebelión de las tribus dálmatas y pannonias se extendió rápidamente por todo el Ilírico y fue necesario reemprender el sometimiento, pero en esta ocasión con mayores dificultades y dureza. Se necesitaron cuatro años para terminar con el levantamiento. 200 Hurlet (op. cit. n. 1), p. 496; Poulsen, 1991 (op. cit. n. 132), pp. 122 y 126; Poulsen, 1994 (op. cit. n. 132), p. 96.
DE LA MUERTE DE AGRIPPA AL ADVENIMIENTO DE TlBERlO
Tiberio fue aclamado impemtor por sus tropas, por cuarta vez, en el año 8 d.C., distinción militar que compartió con Augusto, tras finalizar el bellum Pannonicum. Al año siguiente, recibiría su quinta salutación imperial, tras el bellum Dalmaticum201, honor que comparte con Augusto, cuyo número de salutaciones pasa a diecinueve. Con ocasión cíe esta nueva victoria de Tiberio, los oficiales de Lugdunum y de Roma habían acuñado dos nuevos tipos202 monetarios principales sobre valores en bronce. Los dos representan sobre el anverso la cabeza de Tiberio, desnuda o coronada de laureles, recalcando a través de la leyenda la obtención de la quinta salutación imperial: TI CAESAR AVGVST F IMPERAT V. En cambio los reversos son bien diferentes: mientras que el tipo acuñado en la capital cíe las Galias representa la fachada del altar erigido en la propia ciudad con la leyenda ROM ET AVG, y decorado con la corona cívica entre laureles, y Victorias sobre las columnas a izquierda y derecha, fechándose probablemente entre los años 9 y U d.C.; el segundo lleva la leyenda SC, rodeada de la indicación del pontificado de Tiberio y de su duodécima potestad tribunicia (que sostuvo entre julio del año 10 y junio del 11 d.C.): PONTIFEX TRIBUN POTESTATE XII. Se realizaron numerosas emisiones de estos tipos, y varias cecas provinciales copiaron estas emisiones; la posición privilegiada de Tiberio en el estado fue anunciada de esta forma a todo el Imperio. Según Grant, es el primer retrato de un «heredero» con el nombre y los títulos203. 2(11
202
Vell., II, 114, 1; 115, 1; 116, 1 y 117, 1.
Sobre ases, semis, duponclios y sestercios: cf. RIC I 235, 236a y b, 237, 238a y b, 239, 240, 24la y b=BMCRE I 570-577 para el primer tipo, acuñado en Lugdunum, con cronología 9-11 d.C. (BMCRE I, p. 94), más exacta que la que presenta el RIC I, c.8-10 d.C.; RIC I 469-470=BMCRE I 271-274 para el segundo tipo, siempre con la cabeza desnuda, acuñado en Roma, con cronología del RIC I: 10-11 d.C. Sutherlanci, RIC I, p. 34, destaca que después del cese en la acuñación de áureos/ clenarios en Roma en c.12 a.C. y cíe aes en c.4 a.C., la ceca no produjo monedas hasta c. 10-12 d.C., con ases de Tiberio y Augusto; mientras que la acuñación en metales preciosos fue asignada a Lugdunum para advertir la inminente sucesión de Tiberio con prominentes tipos de reverso. Para Newby (op. cu. n. 15), p. 17, el tipo acuñado en Roma es de c.10 cl.C. Estas acuñaciones de gran volumen no pasaron desapercibidas para las cecas provinciales. 203 Grant (op. cu. n. 15), p. 28; respecto al altar de Lugdunum como una de las primeras manifestaciones en Occidente del culto imperial, fue dedicado en el 12 a.C. (o 10 a.C.?) por Druso, construido por las sesenta tribus de las tres Galias. Cf. CAH, X, cap. XV, p. 210, 486; D. Fishwick, The Imperial Cult in tbe Latín West. Studies in the Ruler Cult of tbe Western Provinces of tbe Román Empire. Leyden, 'l987, vol. I, 1, pp. 97-130.'
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Las monedas, como importante instrumento de la propaganda imperial, popularizan a partir del año 9 d.C. la imagen de Tiberio y sus títulos. Es muy significativo el hecho de que por primera vez la cabeza del presunto heredero aparece en el anverso de una moneda acuñada en una ceca oficial, lugar reservado exclusivamente con anterioridad al Princeps, una posición de honor que ahora ocupa Tiberio. Sutherland204 destaca este privilegio, del que no pudieron gozar ni Agrippa ni sus hijos Gayo y Lucio, como una innovación que proclamaba que Tiberio era virtualmente el «corregente» con Augusto. Wallace-Hadrill ha destacado que la última emisión de Roma en bronce se fecha en c.4 a.C., cesando su emisión entre los años 4 a.C. y 10 d.C. Las nuevas series de bronce que salen de la ceca de Roma a partir de los años 9-10 d.C. difieren de las antiguas principalmente en que la cabeza de Tiberio llega a convertirse en una alternativa de la de Augusto, lo cual le lleva a pensar que las nuevas series nacen como un impulso oficial para honrar a TibenoLa aparición sistemática de emisiones a partir del año 9 d.C. que hacen referencia a Tiberio es una prueba evidente del aumento de la importancia de Tiberio en la política dinástica de Augusto. La ausencia de emisiones dedicadas a Tiberio antes de esa fecha, a pesar de ser protagonista de otros triunfos militares importantes, muestra necesariamente que Augusto mantenía una relación tensa con su hijo adoptivo, y que éste no contaba con el favor del Príncipe, habiendo sido adoptado como último recurso tras la muerte de Gayo y Lucio, según Bogue206, aunque esta opinión es bastante discutible. Según este autor, no es una coincidencia que no goce de emisiones conmemorativas durante esos años. Tiberio comenzaría a aparecer en las acuñaciones en el momento en el que sus victorias hubieran conseguido la gratitud de Augusto y la de todo el mundo romano. Además, Augusto, y posteriormente Tiberio, debía tener la creencia de que el heredero debía hacerse visible continuamente a los provinciales y al ejército, atendiendo de forma personal los problemas en las provincias y en las fronteras, mientras el Princeps permanecía en Roma. Esta política fue seguida para las
201
Sutherland (op. cu. n. 2), p. 76. A. Wallace-Hadrill, Image and authority in the Coinage of Augustus, JRS 76 (1986), p. 83. 20(1 Bogue (op. cit. n. 2), p. 127. 205
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carreras de Agrippa, Gayo y Tiberio bajo Augusto, y para la de Germánico bajo Tiberio. Se le decretó la celebración de un triunfo, pero el desastre de Varo retrasó tal celebración, e hizo una entrada discreta en Roma a finales del año 9 d.C, vestido con la toga pretexta y llevando una simple corona de laureles207. Las fuentes nos dicen que consagró un templo a la Concordia208 y otro a Castor y Pólux en nombre suyo y de su hermano Druso, con el dinero sacado de la venta del botín. En el año 7 a.C, Tiberio, antes de celebrar su primer triunfo, ordenó en el Senado que, con el botín obtenido en la guerra germánica, se reconstruyese el templo de la Concordia, al igual que el templo de Castor y Pólux. Los trabajos fueron interrumpidos durante el período de retiro de Tiberio, pero finalmente el templo de la Concordia Augusta (^aedes Concordiae Augustaé) fue restaurado y consagrado por Tiberio en el año 10 d.C. El énfasis sobre la Concordia resulta bastante apropiado, después de las tensiones internas que Roma acababa de padecer, con disturbios, hambre, etc., pero también es una apelación a la concordia en el seno de la domus Augusta. Para Fears, gracias a esta virtud Tiberio pudo alcanzar la posición de presunto heredero. La atención prestada por Tiberio a su culto sugiere un profundo sentido de 207
Suet., Tib., 17, 2. Hurlet (op. cit. n. 1), p. 152, fecha el desastre de Varo en la segunda mitad del mes de septiembre del 9 d.C. En relación con esta entrada, cf. el caso de la gema augústea: Zanker (op. cit. n. 15), pp. 271273; C. Alfaro Giner, Lectura sin palabras. La transmisión de la ideología a través del documento iconográfico: el ejemplo de la gema augústea de Viena, Antigüedad y Cristianismo 12 (1995), pp. 491-500. En ella se representa a Augusto, Tiberio y Germánico, la única línea de descendencia posible, y el mensaje es claro: después del Princeps vendrá otro con las mismas cualidades y junto a éste se hallarán nuevamente jóvenes príncipes. Para Schwarz (op. cit. n. 186), p. 55, la entrada se produce el 16 de enero del año 9 d.C., que también aclara que la entrada es una ceremonia más solemne que la ovación (donde se lleva la toga pretexta y la corona de mirto) pero menos que el triunfo (donde se lleva la toga picta, con corona de laurel, cetro rematado por águila y ramo de olivo), p. 57; sobre el problema del carneo, cf. pp. 5769; sobre la fecha del desastre de Varo, que sitúa en mayo o junio del 10 d.C., pp. 71-76. 208 Suet., Tib., 20, 1. Cf. Ciaceri (op. cit. n. 19), p. 115; cf. E. Pottier, s. v. «Concordia», Daremberg-Saglio 1/2 (1887), p. 1434; Zanker (op. cit. n. 15), p. 132. Un profundo análisis del valor de Concordia en: P. Jal, Pax CivilisConcordia, BEL 39 (1961), pp. 210-231; M. Amit, Concordia. Ideal politique et instrument de propagande, lura 13 (1962), pp. 133-169; y sobre todo B. Levick, Concordia at Rome, Scrípta Nummaria Romana. Essays presented to Humphrey Sutherland, ed. por R. Carson y C. Kraay, Londres, 1978, pp. 217-233.
gratitud, quizás la realización de un voto a la diosa ofrecido durante su retiro. Grenade209 destaca que la Concordia había llegado a ser uno de los eslóganes favoritos del Principado, puesto que gracias a ella se consigue la paz interior asegurada por el emperador. La concordia comprende la paz interior, la concordia ordinum, es el signo de unión de los conservadores210. La nueva consagración del templo tenía también varias connotaciones políticas, algunas relacionadas con las actitudes más conservadoras, y más concretamente con el Senado211; Tiberio, con su restauración ya iniciada cuando ejerce el consulado en el 8 d.C., estaba anunciando que deseaba ser conocido como el impulsor de un fuerte gobierno senatorial. Para Tiberio la consagración en Roma del templo suponía un signo seguro de que la oposición efectiva estaba ya extinta. También se ha interpretado su intervención como una apelación a la unidad del Imperio bajo Augusto, manifestándose la concordia entre el Princeps y su heredero designado, que ostentaba los dos poderes más importantes, la potestad tribunicia y el imperium proconsulare. Pero, además, Tiberio sigue fomentando la idea de la unión fraternal, no sólo la de éste con su hermano fallecido Druso, sino también entre Germánico y su hermano adoptivo Druso Minor. En la apelación a Concordia, subyace la idea de la armonía en el interior de la familia imperial como símbolo religioso y místico de la paz interior y de la prosperidad del Imperio. Para Flory, además del templo, Livia consagró un altar a Concordia, no para sugerir la idea de la unidad dinástica entre las familias Julia y 209
Fears (op. cit. n. 125), pp. 892-893; Grenade (op. cit. n. 48), p. 358. 210 J. Beranger, Remarques sur la Concordia dans la propaganda monetaire imperiale et la nature du principat, Beitrage zur Alten Geschichte und deren Nachleben. Festschrift für F. Altheim zum 6-10-1968, Berlín, 1969, pp. 477491; Zanker (op. cit. n. 15), p. 42. 211 Levick (op. cit. n. 42), pp. 803-804; Levick (op. cit. n. 208), pp. 217-219, 224, apunta que la palabra se usó como eslogan político conservador (luego asociado con el vocabulario de los optimates) cuando el gobierno senatorial era fuerte en la República, con lo que se asoció estrechamente con la doctrina de la supremacía senatorial. Una de las personificaciones o virtudes cuyo culto se inicia en una fecha muy temprana es Concordia, con un templo consagrado por Camilo, para celebrar el fin de las antiguas disputas entre patricios y plebeyos (367 a.C.), aunque para Levick la evidencia de la construcción de este templo es frágil, prefiere creer en la fecha del 121 a.C. en relación con el cónsul Opimius, quien había acabado con los Graco y sus seguidores; otro modesto santuario en su honor se adscribe al 304 a.C., cf. Grant (op. cit. n. 15), p. 151; Amit (op. cit. n. 208), pp. 135-136.
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Claudia, o entre la pareja imperial, implicando que el bienestar político del estado emanaba de la unidad doméstica de la familia imperial; sino que para la autora hay que conceder una importancia secundaria a los motivos políticos o dinásticos inherentes a la consagración del altar. El templo fue dedicado en definitiva en nombre de Tiberio y Druso, considerados concordia sidera, el primero vivo, y el otro muerto, como en la leyenda de Castor y Pólux; en conjunción con la dedicación del templo existía una alusión a los Dióscuros, dando a entender que había una creencia tácita en que aunque un miembro de la pareja se encontraba en el cielo, su espíritu vivía en el otro212. 3.3.5. El RESTABLECIMIENTO DE LA SITUACIÓN EN GfiRMANIA Y EL TRIUNFO SOBRE ¡LIRIA (10-12
D.C.)
Las consecuencias militares del desastre de Varo, a las que hay que añadir un impacto psicológico considerable, fueron desastrosas, con un repliegue sobre el Rin. Tiberio fue enviado para restablecer la situación, pero la consecuencia a largo plazo fue la renuncia a la ocupación del territorio situado entre el Rin y el Elba, tras las campañas de Germánico en los años 16-17 d.C. Tras consolidar el sistema defensivo sobre la línea izquierda del Rin, Tiberio realizó una ofensiva tras la orilla derecha del río, que no resultó decisiva, sino más bien de intimidación. Recibió de sus tropas una nueva aclamación imperial, la sexta, en el año 12 d.C., y compartió de nuevo esta distinción militar con el Príncipe, que obtuvo en esta ocasión su vigésima aclamación. La nueva salutación imperial de Tiberio no es señalada por ninguna fuente literaria. Sólo aparece mencionada sobre una emisión monetaria de Lugdunum213 que representa sobre el anverso la cabeza desnuda de Tiberio, mientras que la leyenda hace referencia a la sexta aclamación imperial: TI CAESAR AVGVST F IMPERAT VI. El reverso muestra el tipo de la 212 Fishwick (qp. cu. n. 203), p. 86. Cf. Ov., Cons., 283; sobre la alternancia de la vida y la muerte en Castor y Pólux, cf. Ov., Fast., V, 693-721. Cf. M. B. Flory, Sic exempla parantur: Livia's shrine to Concordia and the Porticus Liviae, Historia 33 (1984), p. 324; B. A. Kellum, The City Adorned: Programmatic Display at the Aedes Concordiae Augustae, en K. A. Raaflaub y M. Toher (eds.), Between Republic and Empire. Interpretations of Augustus and His Principate. Berkeley, 1990, p. 291. 213 Sobre un as: RIC I, Aug., 242; sobre semis: RIC I, Aug., 243=BMCRE I 578, p. 95, que el RIC I fecha en el año 11 d.C.; también Newby (qp. cit. n. 15), p. 17-18; Kienast (qp. cit. n. 27), p. 78.
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fachada del altar de Lugdunum. La emisión se fecha entre julio del 11 y junio del año 12 d.C., y generalmente se ha datado en relación con la campaña de Tiberio del año 11. Esta conclusión está en contradicción con el testimonio de Dión Casio, quien no habla de ningún suceso significativo para ese año, y nada en el contenido del documento numismático nos indica que la sexta aclamación de Tiberio y la vigésima de Augusto tenga que ser anterior al comienzo del año 12, año en el que los romanos consiguieron victorias terrestres y marítimas más importantes que el año precedente214. Finalmente, regresó a Roma con la intención de celebrar el triunfo sobre Iliria, que había retrasado por el anuncio del desastre de Varo. Hizo su entrada sobre el carro triunfal el 23 de octubre del 12 d.C.215, acompañado entre otros por sus dos hijos, Druso y Germánico. Las fuentes destacan el fasto que fue desplegado para tal celebración, y aportan ciertas precisiones sobre el desarrollo de la ceremonia: Tiberio desfiló con todas sus tropas en dirección al Capitolio, mientras detrás de su carro desfilaban los jefes enemigos más ilustres; manifestó su piedad filial arrodillándose ante su padre en el curso de la procesión y exhibió su munificencia ofreciendo al pueblo de Roma a la finalización de la ceremonia un festín y un donativo de trescientos sestercios por cabeza216. El triunfo sobre Iliria fue conmemorado un año más tarde sobre el reverso de dos tipos monetarios emitidos sobre áureos y denarios217 en la ceca de Lugdunum, sobre el cual Tiberio aparece sobre una cuadriga triunfal, laureado, llevando en la mano derecha un ramo de laurel y en la mano izquierda un cetro con un águila en el extremo. La leyenda del reverso hace referencia a su decimoquinta potestad tribunicia: TI CAESAR AVG F TR POT XV. Sobre el anverso aparece la cabeza laureada de Augusto con la leyenda: CAESAR AVGVSTVS DIVI F PATER PATRIAE. La indicación sobre el reverso de la decimoquinta potestad tribunicia 214
121, 1. 215
Hurlet (qp. cit. n. 1), pp. 154-155; cf. Vell., II,
Vell., II, 121, 3; Suet., Tib., 20; Ov., Pont., II, 2, 79-82; Kienast (qp. cit. n. 27), p. 77. En cambio, Schwartz (op. cit. n. 186), p. 27, sitúa el desastre de Varo en el año 10 d.C., y la celebración del triunfo en el 13 d.C. 216 Sobre el desarrollo de la ceremonia triunfal, cf. principalmente Suet., Tib., 20. 217 RIC I, Aug., 221-222=BMCRE I 511-512; RIC I, Aug., 223-224=BMCRE I 508-510, pp. 87-88, donde dos de los caballos miran a la izquierda. El RIC I da una cronología de 13-junio 14 d.C.
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permite datar este documento entre julio del 13 y junio del 14 d.C. El conjunto de triunfos y ovaciones otorgados a los miembros de la familia imperial revela una estrecha relación entre los honores triunfales y la figura del sucesor. Además de los triunfos rechazados por Agrippa, el triunfo del 12 d.C. en honor de Tiberio fue el último cíe los celebrados durante el gobierno de Augusto y constituye un ejemplo de triunfo celebrado por el sucesor designado. Augusto era consciente de que esas celebraciones presentaban extraordinarias oportunidades para el reconocimiento público y el favor, y en opinión cíe Hickson218, servían para preparar al pueblo a una ordenada y efectiva transición del poder. El templo de la Concordia, que ahora recibe explícitamente el epíteto de Augusta, es el único templo honrado con un lugar en la acuñación de Tiberio. Pero la evidencia numismática de la devoción de Tiberio por Concordia se podría encontrar también en los reversos de áureos y denarios de la ceca de Lugdunum de finales del reinado de Augusto, al mismo tiempo que se están acuñando los tipos del carro triunfal o de la cabeza desnuda cíe Tiberio sobre el reverso. El reverso muestra una figura femenina drapeada y sentada, sosteniendo en su mano derecha un largo cetro, mientras que con la izquierda sostiene un ramillete de espigas. Esta descripción lleva a Mattingly a identificar la figura femenina como Livia, aunque con reservas, representada como Ceres219. Sutherland220 remarca que este tipo de reverso ha sido interpretado de forma variada: por Mattingly en la creencia de que la figura puede sostener un ramillete de espigas, y por Giard como lustitia; el autor describe el reverso como una figura femenina drapeada y sentada en una silla, apoyando su mano izquierda
sobre un largo cetro, mientras que con la izquierda sostiene una rama, sin especificar qué deidad está siendo representada. Belloni plantea las mismas dudas, por lo que no acepta sin reservas que la figura represente a Livia. Kraft relaciona todos estos tipos con la designación de Tiberio como sucesor y con las relaciones entre Germánico y Druso Minor, aunque para Levick Tiberio fue «designado» mucho antes, y los tipos donde claramente aparece reflejado los interpreta como un debilitamiento de la resistencia de Tiberio al «culto de la personalidad», mientras que el tipo de la Concordia sería una enunciación de su programa de gobierno senatorial. 3.3.6. LA RENOVACIÓN DE LOS PODERES (13
F. V. Hickson, Augustus Triumphator: Manipulation of the Triumphal Theme in the Political Program of Augustus, Latomus 50 (1991), p. 129. 219 RIC I, Tib., 55, 61, 67=BMCRE I 116, p. 137, 3536 d.C. para la representación del templo. Sobre la identificación de las estatuas del templo, cf. P. Zanzarri, La Concordia romana. Política e ideología nella monetazione dalla tarda Repubblica ai Severi. Roma, 1997, pp. 3137. Para la posible representación de Concordia: RIC I, Aug., 219-220, p. 56, 13-14 d.C.=BMCRE I 544-546, p. 91, que fecha en cambio en c. 11-13 d.C.; K. Kraft, Zur Münzpragung des Augustus. Wiesbaden, 1969, p. 248 s., reconoce a Concordia en la figura sentada; cf. Levick (op. cit. n. 42), p. 803; para Belloni (op. cit. n. 115), p. 125, es cíe interpretación dudosa, y no ofrece puntos claros para sostener la hipótesis de que pueda tratarse de Livia. 220 Sutherland (op. cit. n. 13), p. 56.
Y EL
Durante el año 13 d.C. permaneció en la capital y junto con Augusto comenzó la realización del censo (acabado en la primavera del año siguiente), una vez que le fue renovado el imperium proconsular para un período de diez años, así como la potestad tribunicia para el mismo período de tiempo221. Probablemente haya que relacionar una emisión de áureos y denarios222 en Lugdunum con esta renovación, que viene a reforzar la posición de Tiberio como «corregente» y sucesor al trono223. Aparece sobre el reverso la cabeza desnuda de Tiberio (en el anverso la cabeza laureada de Augusto, quien hace destacar los títulos que no provienen de ninguno de sus poderes constitucionales, sino que son los que le han revestido de auctoritas), con la leyenda TI CAESAR AVG F TR POT XV, que fecha la emisión entre julio del año 13 y junio del 14 d.C. La decisión de renovar el poder militar fue tomada formal221
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D.C.)
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Dión, 56, 28, 1; Suet., Tib., 21, 1; Vell., II, 121, 1. Para la fecha, Kienast (op. cit. n. 27), p. 65; sobre la duración decenal, cf. R. Chevalier, A propos des origines du principat, Latomus 21 (1962), p. 545; Paladini (op. cit. n. 190), p. 576. Según Schwartz (op. cit. n. 186), p. 44, los poderes de Tiberio fueron renovados el 1 de agosto del 13 d.C., al igual que a Augusto, porque piensa que debía coincidir con la fecha cíe su adopción y concesión de los poderes, que sitúa en el 1 de agosto del 4 d.C., y no el 26 de junio como es generalmente admitido. Syme (op. cit. n. 45), p. 543, analiza la valoración de Augusto sobre las pretensiones y actitudes de otros posibles candidatos al trono. 222 RIC I, Aug., 225-226=BMCRE I 506-507, p. 87. El RIC I da una cronología de 13-14 d.C. 223 Sobre la misma idea cf. Sutherland (op. cit. n. 2), p. 77; Grant (op. cit. n. 15), pp. 82-83, quien apunta acertadamente que las emisiones anteriormente dedicadas a Tiberio habían sido emitidas en valores en bronce; Bogue (op. cit. n. 2), p. 131.
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mente por el Senado y ratificada por una ley consular, definiéndose sus competencias sobre las provincias imperiales. La emisión ilustra así un gobierno «bicéfalo» según una colegialidad desigual que anuncia y prepara la inminente sucesión. Para Grant, es esta emisión, reforzada por utilizar metales preciosos como soporte por primera vez, la que proclama definitivamente la posición de sucesor del Princeps para Tiberio, quien no gozó de esta posición mientras Gayo y Lucio estaban vivos. Hurlet224 ha observado una evolución sobre las emisiones monetarias en honor de Tiberio sobra la base de la presencia de la potestad tribunicia entre su adopción y su acceso al trono. Mientras que los diferentes tipos de Lugdunum consideran a Tiberio exclusivamente como un general en la medida de que sólo se menciona sobre los reversos el número de salutaciones imperiales, los tipos acuñados en Roma entre 10-11 y 13-14 d.C., hacen también referencia a su poder civil presentando en el reverso la indicación de la potestad tribunicia con la cifra. Para el autor, el lugar de emisión justifica la diferencia en el tratamiento: la potestad tribunicia es presentada como el poder de referencia en el entorno donde sus competencias eran más efectivas. La elección de las imágenes va en relación con el contexto histórico y la audiencia a la que va dirigida la emisión: el recurso de los temas militares se conecta con la importancia del pago a las tropas, que requería la acuñación de nuevas emisiones. Del mismo modo, el programa dinástico será conscientemente presentado al aparecer en las emisiones de oro y plata de Lugdunum, que en su mayor parte iban destinadas a las legiones del Rin, como en el caso de Tiberio en los últimos años del reinado de Augusto. Todos los precedentes muestran que el régimen trató siempre, en la medida de lo posible, de hacer coincidir las ceremonias en las cuales se conferían o renovaban los poderes del Príncipe y del «corregente». Según Corbett225, a pesar del precedente de Julio César y Octaviano, la adopción en sí misma difícilmente es en este período el equivalente a una designación oficial como presunto heredero. Cuando Augusto, en el año 13 d.C., deseaba presentar claramente a Tiberio como su sucesor en el trono, le concedió una autoridad igual a la suya como colega en la administración de las provincias y en la realización del censo. Este autor concluye que, des221 225
Hurlet (op. cit. n. 1), pp. 341-342. Corbett (op. cit. n. 2), pp. 91 y 96.
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pués de la muerte de Agrippa, Tiberio se convirtió en el hombre elegido para ser el inmediato sucesor. La «corregencia» de Tiberio supone una ruptura con las experiencias anteriores de división de los poderes imperiales: el imperium del collega va a ser definido por primera vez exactamente igual que el del Príncipe (imperium proconsulare aequum)226, a través de una colegialidad a la manera republicana. Aunque no debe olvidarse el precedente de Marco Agrippa, que ya había gozado de los poderes civil y militar del Príncipe, convirtiéndole en «corregente»227. Iguales en poder, los collegae eran diferenciados solo por la auctoritas, que colocaba a Augusto por encima de sus «corregentes». Si seguimos la cronología de Hurlet, la obtención por parte de Tiberio de la séptima aclamación imperial habría que situarla en el año 14 d.C. o durante el año precedente. Sin embargo, Tiberio pasó el año 13 d.C. en Roma, siendo la primera vez desde su adopción que no partía para una campaña, luego no destaca ningún suceso militar significativo que explique esta aclamación imperial por sus tropas. La campaña del año 13 d.C. es confiada a Germánico, quien continúa las operaciones militares en Germania, y Tiberio no vuelve a entrar en la escena militar hasta el verano del 14 d.C., cuando de nuevo parte para Iliria, aunque retorna a Italia tras el anuncio del debilitamiento del Príncipe. No se debe descartar, por tanto, que esta aclamación imperial esté relacionada con las victorias del año 12 d.C., de ahí que una serie de emisiones en valores de bronce de la ceca de Lugdunum hagan mención a esta séptima aclamación y se fechen ente el 12-14 d.C.228 En el anverso se muestra la cabeza lau226 L. Dupraz, Autour de l'association de Tibére au principat, MH 20 (1963), pp. 172-173, quien en cambio asigna erróneamente la asociación al 1 de octubre del año 11 d.C.; Paladini (op. cit. n. 190), pp. 580-581; Bogue (op. cit. n. 2), p. 130; B. Parsi-Magdelain, L'avénement de Tibére, Revue Historique de Droit Francais et Etranger 56 (1978), p. 417. 227 Paladini (op. cit. n. 190), pp. 580-581, n. 7, no habla de corregencia, sino de cuasi-corregencia, para los casos de Agrippa y Tiberio porque los poderes de éstos eran limitados en el tiempo, mientras que los de Augusto, a pesar de su formal renovación anual, podían ser considerados vitalicios. La diferencia para esta autora entre las dos «corregencias» estriba en que Agrippa no fue considerado sucesor, sino colaborador del Príncipe y tutor de Gayo y Lucio, mientras que Tiberio, en el 13 d.C., es considerado el presunto heredero. 228 Sobre ases, semis, dupondios y sestercios: RIC I, Aug., 244-248b=BMCRE I 579-588. Tanto RIC I como BMCRE I fechan las emisiones entre el 12-14 d.C., aunque con reservas.
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reada o desnuda de Tiberio, con la leyenda TI CAESAR AVGVST F IMPERAT VIL En el reverso, el repetido tipo del altar de Lugdunum. Para Schwartz, es posible que la séptima aclamación se intercale entre la concesión de los nuevos poderes a Tiberio y la celebración del triunfo, que sitúa a finales del 13 d.C, luego querría decir que Tiberio estaba todavía en Germania hasta el otoño del 13 d.C., año en que recibiría la séptima aclamación. Newby sólo llega a aventurar que la séptima aclamación fue obtenida mientras Augusto estaba vivo229. En conclusión, manteniendo la fecha del 23 de octubre del 12 d.C. para la celebración del triunfo de Iliria, Tiberio pudo recibir su sexta aclamación a finales del año 11 d.C., tras finalizar la segunda campaña en Germania, mientras que la séptima aclamación sería recibida en el año 13 d.C. como premio al final exitoso de la campaña en Germania del año 12 d.C. La diferencia de tiempo entre el final de la campaña y la obtención de la última aclamación es lo que lleva a pensar a Schwartz que Tiberio pasó gran parte del año 13 en Germania. Hurlet, sin embargo, presenta la explicación más aceptable a mi juicio, al afirmar que Tiberio pasó el invierno del 12-13 d.C. en Roma, siguiendo el testimonio de Ovidio230 y ya no regresó a Germania. Para Hurlet, la séptima aclamación cíe Tiberio recibida entre los años 13-14 d.C. está relacionada con la obtención de la primera aclamación por parte de Germánico en esos años durante su campaña en Germania, puesto que la aclamación de Germánico por sus tropas fue conjunta con la del Príncipe y con Tiberio231. En este sentido, las emisiones de Lugdunum con la alusión de la séptima aclamación para Tiberio se fecharían más concretamente a finales del año 13 d.C. y más probablemente en el año 14 d.C., y no vendría como consecuencia de ninguna acción militar cíe Tiberio sino por las acciones de Germánico. En todo caso, la obtención paralela de las siete aclamaciones 229
Schwartz (op. cit. n. 186), pp. 37-38, siendo la sexta aclamación del año 11 d.C.; Newby (op. cit. n. 15), p. 18. 230 Ov., Pont., II, 1, 33; III, 6, 23; donde se alude a la dedicación de la estatua de la lustitia Augusta, fechada el 8 de enero del 13 d.C., en la que participaría Tiberio. Cf. Hurlet (op. cit. n. 1), pp. 156 y 171-172; Kienast (op. cit. n. 27), p. 78, aboga también por IMP VI: 11 d.C. (?) e IMP VIL 13 d.C. (?). 231 J. González Fernández, Tabula Siarensis, Fortúnales Siarensis et municipia civium romanorum, ZPE 55 (1984), p. 66, afirma que la primera aclamación de Germánico del 13 permite aclarar la XXI de Augusto y la VII de Tiberio.
imperiales de Tiberio con las últimas cíe Augusto tenían como finalidad promover sus planes dinásticos, principalmente las tres últimas. Tras enterarse de la enfermedad de Augusto, Tiberio, que se encontraba en Iliria de nuevo, regresó a Italia sin poder precisar si se entrevistó con Augusto antes de morir éste. La transmisión del poder imperial es evocada en las fuentes pero el episodio sigue siendo oscuro232. El rechazo del poder por parte de Tiberio es descrito vestido de comedia e hipocresía de éste por parte de las fuentes (Tácito, Suetonio y Dión Casio). Pero poco se sabe de las decisiones que fueron tomadas tras la muerte de Augusto, y sobre el aspecto formal de la investidura. Augusto falleció en Ñola el 14 de agosto del 14 d.C., el cortejo fúnebre conducido por Tiberio llegó a Roma a finales del mes de agosto o a comienzos de septiembre. En la sesión del Senado del 17 de septiembre233, Tiberio aceptó el poder. La investigación actual está dividida en considerar si la asunción del poder en el 14 d.C. significó una modificación de sus poderes otorgados en el 13 d.C. o, por el contrario, el Senado sólo confirmó tales poderes. Tras la muerte de Augusto, y hasta su ascensión como Princeps, Tiberio siguió ostentando sus poderes «corregenciales». Para Hurlet, la investidura de Tiberio en septiembre del 14 d.C. no consistió en una renovación o en una redefinición de sus poderes, simplemente recibió títulos honoríficos y poderes complementarios destinados a reforzar la potestad tribunicia y el imperium254. Tiberio no recibió ninguna prerrogativa nueva, 232
Suet., Tib., 23-24; Tac., Ann., I, 11-15. Sobre la fecha del dies impertí de Tiberio, cf. Hurlet (op. cit. n. 1), p. 159 y M. M. Sage, Tacitus and the accession of Tiberius, AncSoc 13-14 (1982-1983), pp. 293321. Sobre la posible existencia de un testamento político, cf. J. Ober, Tiberius and the Political Testament of Augustus, Historia 31 (1982), pp. 306-328. Según Villers (op. cit. n. 54), p. 245, el rechazo del poder se debe a que se cuestiona la legitimidad de la gens Claudia y la suya propia, que ha sido adoptado por Augusto. 234 Hurlet (op. cit. n. 1), p. 161, quien entiende que los numerosos rechazos iniciales de Tiberio tenían por objeto imitar la actitud de Augusto en enero del 27 a.C., y sobre este aspecto cf. J. Beranger, Le refus du pouvoir, en J. Beranger (ed.), Principatus. Eludes de notions et d'bistoire politiques dans l'Antiquité greco-romaine. Ginebra, 1973, p. 172, para quien Tiberio, a pesar de la adopción y la «corregencia», que le sitúan indiscutiblemente como heredero, se ve obligado a rechazar el poder y a ceder sólo tardíamente a las peticiones, con lo que involuntariamente crea un modelo que seguirán los demás emperadores; Parsi-Magdelain (op. cit. n. 226), pp. 417 y 422, opina como Hurlet, aunque puntualiza que de alguna manera el Senado le confió el imperio, una misión entendida como la cura reipublicae. Paladini (op. cit. n. 190), p. 591, sí 233
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sus atribuciones anteriores continuaron normalmente su curso y no necesitaron de ninguna ratificación senatorial. Lo que sí parece claro es que en el marco de una fachada jurídica basada en la legitimidad, intentando evitar la tiranía, la investidura de Tiberio por parte del Senado era indispensable a pesar de su adopción y cíe sus poderes «corregenciales». Concibiendo el Principado como una combinación de una potestas constitucional y de una auctoritas moral, en el caso de la ascensión al trono de Tiberio, nada nuevo se le habría otorgado en la sesión del 17 de septiembre del 14 d.C, puesto que ya poseía los elementos esenciales de la potestas y rechazó los títulos honoríficos que habrían supuesto la prueba oficial de su auctoñtas. Mientras que en el Senado se discutían los aspectos legales de la sucesión y Tiberio proyectaba un tipo de Principado «moderado» y aristocrático, se sucedían movimientos que ofrecían una alternativa a la sucesión de Tiberio: la conspiración de Clemente suplantando a Agrippa Postumo, la de Libón Druso, la revuelta de las legiones de Germania y Pannonia y su estrecha vinculación con Germánico. Ninguno de ellos se oponía a la continuación del Principado, sino que perseguían un tipo de Principado menos relacionado al viejo estilo de gobierno republicano, es decir, un Principado «monárquico». Esta oposición política estaría dirigida por la facción de las dos Julias en época augústea, cohesionada por su carácter antitiberiano, y su apoyo popular, que se manifiesta, según Pañi, en las protestas y disturbios de la plebe en Roma en los años 6-8 d.C.235 3.3-7. CONCLUSIÓN: LA POLÍTICA DINÁSTICA DE AUGUSTO Es cierto que la legitimidad dinástica de Tiberio reposa exclusivamente sobre su adopción por Augusto. Como acto jurídico privado tenía en Roma la particularidad de poseer un carácter político y su importancia es reconocida y aceptada236. César había utilizado el recurencuentra una novedad constitucional, que considera los poderes de Tiberio a partir del 14 d.C. como vitalicios. Una bibliografía sobre la cuestión: Pañi (op. cu. n. 163), p. 7, n. 1, quien cree en la p. 17 que la candidatura única preparada por Augusto no debe esconder que las perspectivas de sucesión al Principado habían sido diversas, y promovidas desde diferentes ambientes durante gran parte del Principado, sin que ninguno pensase en una restauración del viejo régimen republicano. 2 ^ Pañi (op. cu. n. 163), p. 68. 236 Hurlet (op. cu. n. 1), p. 501; cf. M. H. Prévost, Les adoptions politiques á Rome sous la République et le Principal París, 1949.
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so para designar al joven Octavio como su heredero político237; Augusto había adoptado en el 17 a.C. a sus nietos precisamente porque les destinaba a la sucesión. Tiberio alcanzaría con la adopción una legitimidad que le convierte en el nuevo garante de la continuidad dinástica. Pero a diferencia de los casos anteriores, Tiberio no tenía ningún lazo «biológico» con su padre adoptivo, y la posición de Agrippa Postumo como descendiente consanguíneo del Príncipe debilitaba la posición dinástica de Tiberio. Finalmente la caída en desgracia de Agrippa Postumo consagra la legitimidad de Tiberio, aunque la popularidad del último hijo de Julia permanecerá intacta y constituirá para el partido «claudio» una amenaza permanente en los últimos años del Principado de Augusto, como testimonian la rapidez con la cual el joven príncipe fue ejecutado, y el secreto en torno a su desaparición. El ejercicio de la «corregencia» venía a reforzar la posición de Tiberio, apareciendo como el defensor del Imperio, gracias a sus victorias militares, y el garante de la sucesión, gracias a su experiencia política; mientras que Agrippa Postumo no presentaba ningún mérito militar o político, sólo el de ser el nieto e hijo adoptivo de Augusto. Para Lesuisse238, la primera sucesión sin drama aparente lleva a la conclusión de que Augusto ha intentado por todos los medios asegurar la sucesión de su gobierno imperial a un miembro de su familia. El autor cree que sus proyectos dinásticos no se han caracterizado por una rigurosa distinción de prioridad, y aunque parece favorecer ante todo a los miembros más directos por lazos de sangre, primero con su sobrino Marcello y luego con sus nietos Gayo y Lucio, Agrippa Postumo, en cambio, no parece contar para la sucesión por delante de Tiberio. Sin embargo, es sintomático que, gracias a la adopción testamentaria de Livia por parte de Augusto a la gens lulia, cambiase su nombre a Julia Augusta, tal vez con el propósito de fortalecer la legitimidad de Tiberio al trono. La exaltación de la fortuna del Príncipe, que bajo Vespasiano alcanza su plena expresión, 237
Sobre esta adopción, cf. M. H. Prévost, L'adoption d'Octave, RIDA 5 (1950), p. 370, donde concluye que con la adopción de Octavio, César ha practicado una adopción dinástica, es decir, Octavio es a partir de ese acto jurídico, hijo de César, además de llevar el nombre de César. Pero, además, se convierte en su sucesor político, a pesar de que la adopción es un acto privado. 238 L. Lesuisse, L'aspect héréditaire de la succession impériale sous les Julio-Claudiens, LEC 30 (1962), p. 39.
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adquiere en Tiberio una especial relevancia. Tácito239 la menciona y aplica esencialmente a Tiberio, Nerón, Galba, Vitelio y los Flavios, con emperadores donde la legitimidad ha podido, por una razón o por otra, ser cuestionada. Los emperadores nombrados no han llegado al poder en virtud de una sucesión dinástica o de una elección verdaderamente regular; han adquirido el Principado «por azar» o por suerte, según Hellegouarc'h. Para estos emperadores, ponerse bajo el patronazgo de Fortuna significa institucionalizar su «usurpación», darle una sanción religiosa. Los dioses han dado su consentimiento, y como elegido de estos, el nuevo emperador goza de su favor, como un apoyo divino que legitima su acceso al poder. La Fortuna se convertirá en una divinidad importante en la transmisión del poder imperial. Según este autor, Tiberio, así como los demás soberanos nombrados, exaltan su fortuna para hacer olvidar su insuficiente auctoritas. Hellegouarc'h cuestiona claramente la legitimidad de Tiberio para acceder al trono. El análisis de las emisiones monetarias oficiales con significado dinástico en época augústea aporta una idea fundamental, siguiendo la teoría de varios investigadores240: en un plan dinástico que ya fue confirmado por Augusto con la adopción de sus nietos en el 17 a.C., Gayo y Lucio César fueron considerados los principales candidatos de Augusto para la sucesión, y fueron promocionados de forma paralela —aunque algunos autores establecen una distinción en la posición política de los dos príncipes, puesto que Gayo adquirió muy pronto un estatus como heredero superior al de su hermano, favorecido no sólo por su mayor edad241—; en segundo lugar, Tiberio, entre los años 12 a.C.-4 d.C, sólo sería «corregente» de forma interina (al igual que su hermano Druso) y tutor de Gayo y Lucio, como Agrippa lo había sido anteriormente. Estas conclusiones pueden extraerse de las evidencias que aporta el análisis de la numismática en época augústea. Sólo así se explica que Tiberio aparezca en las emisiones monetarias oficiales a partir del 4 d.C., aunque de manera testimonial, ya que carece en un primer momento de claras manifestaciones dinásticas, y ya con claridad a partir 239
Tac., Ann., IV, 18, 3; VI, 6, 2, para el caso de Tiberio. Cf. J. Hellegouarc'h, La fortune du prince, Hommages á M. Renard, Collection Latomus 101 (Bruselas 1969), pp. 421-430. 240 Sutherland (op. cit. n. 2); Levick (op. cu. n. 42), p. 782; Zanker (op. cit. n. 15), pp. 265-266; Hurlet (op. cit. n. 1). 241 Según Romer (op. cit. n. 87), pp. 196-197.
del 9 d.C., solo cuando fue adoptado por Augusto y los dos nietos de éste habían muerto prematuramente; fue en el 9 d.C. cuando la posición privilegiada de Tiberio fue confirmada por la aparición de su imagen en el anverso de las monedas acuñadas en Lugdunum, un espacio reservado al Príncipe que por primera vez es ocupado por un heredero. La muerte de Agrippa en el año 12 a.C. no hizo sino acelerar las carreras de los hijos adoptivos de Augusto, pero no se observa ninguna referencia a Tiberio a pesar de sus victorias. La preferencia sobre Gayo y Lucio explica que éstos aparezcan en emisiones muy tempranas (13 a.C.-12 a.C., 8 a.C.), sin haber adquirido siquiera experiencia militar y política, y cuando comenzaron la preparación en estos dos campos se les asignó misiones con poco riesgo, estando acompañados por expertos políticos y militares; una experiencia que sí aportan Tiberio y Druso. Esta preferencia ha sido utilizada por la mayoría de los investigadores para explicar el retiro de Tiberio a Rodas en el año 6 a.C. El fortalecimiento de la posición de Tiberio, entre los años 12-6 a.C., que culminó con la concesión de la potestad tribunicia y el imperium proconsular, los dos poderes «corregenciales», supusieron una reafirmación de su papel como segundo hombre del estado pero, a la vista de la promoción de Gayo y Lucio, no como heredero designado al trono. La elección de Gayo y Lucio, considerados objetivos prioritarios para la sucesión desde un primer momento por Augusto, quedó confirmada cuando entraron formalmente en la vida pública, a través de la concesión de una serie de honores, de los que el más significativo desde el punto de vista dinástico es la obtención del título de Princeps luuentutis, otorgado por el orden de los caballeros, y exaltado profusamente en las monedas. La concesión de este título fue impulsada por Augusto con el propósito de potenciar la imagen militar de Gayo, y posteriormente de Lucio, para lo cual las connotaciones militares que el título conlleva fueron inteligentemente captadas por Augusto y transmitidas por la propaganda imperial. El título supone, además, de forma implícita, una designación no oficial del heredero al trono, lo que evidentemente no pasó desapercibido para los receptores del mensaje. Teniendo en cuenta que se trata de un tipo ampliamente difundido, emitido durante varios años, y sistemáticamente copiado por las cecas provinciales, e incluso repetido en el año de los cuatro emperadores, es fácil ser consciente de la enorme incidencia política que esta emisión
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tuvo en el ejército y en la clase política de Roma, así como en las élites locales. La carrera de Gayo y Lucio, que había comenzado prematuramente con la obtención de cargos religiosos y civiles, se vio truncada de forma violenta cuando adquirían experiencia militar. El último paso para ellos hubiera sido la asociación al poder imperial, que Augusto consideraba necesario ante las escasas implicaciones dinásticas que en el ámbito jurídico podía plantear la adopción, aunque ésta fuera considerada como un requisito básico para optar a la sucesión; el hecho de ser heredero directo de Augusto tenía su valor político más allá del ámbito privado. Estas evidencias llevan a la conclusión de que Augusto fomentó la sucesión dinástica basada en su descendencia directa, la gens lulia (rechazando también la idea del «optimus princeps» fuera de la gens Julio-Claudia), sin que por ello haya que confundirse con el deseo del Princeps de una herencia directa por lazos de sangre, el cual a mi juicio no es un factor determinante a la hora de elegir al candidato para la sucesión242. Augusto no dudó en recurrir a la adopción, ante la ausencia de herencia directa por lazos de sangre, a pesar de que Gayo y Lucio eran sus nietos; el hecho de que aparezcan como hijos adoptados del Príncipe reforzó su posición como herederos. Lo mismo ocurre con Tiberio, que a pesar de ser hijastro de Augusto, fue adoptado para reforzar su posición ante una eventual sucesión al trono. El requisito fundamental que Augusto contempla para elegir los candidatos a la sucesión, toda vez que carece de descendientes directos, es la pertenencia a la gens lulia; pero esta pertenencia puede darse no solo por lazos de sangre, como en el caso de Marceño, Gayo y Lucio, y Agrippa Postumo, sino también por adopción de miembros externos a la gens, pero pertenencientes a las otras gentes que conforman la domus Augusta, como la Claudia, con Tiberio, Germánico y Druso Minor. La adopción constituye el acto decisivo que inclina el Principado hacia la monarquía de carácter hereditario. Sólo así se entiende que Julia actúe como garante de la legitimidad dinástica y sea utilizada sistemáticamente por Augusto para sus planes dinásticos. Además, Augusto era consciente de que la adopción no presuponía la aceptación de la sucesión dinástica, por lo que recurrió a mecanismos «legales» que posibilitasen ésta, entrando en juego la asociación al poder imperial, la llamada «corregencia», que sirve de me212
Como tampoco para Lesuisse (op. cit. n. 238).
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canismo para servirse de un colega en las tareas de gobierno así como de medio para adquirir experiencia política para la sucesión. Esta hipótesis va en contra de la teoría seguida por algunos investigadores según la cual Tiberio, tras la muerte de Agrippa (12 a.C.), se convirtió en el primer candidato a la sucesión, no de forma interina, como cabría suponer, sino de forma definitiva243. La casi nula incidencia sobre la numismática de las hazañas de Tiberio antes del 4 d.C. —recordemos como alusión indirecta las emisiones de áureos y denarios del 15-13 a.C. que celebraban la victoria sobre los Retios— puede tener su explicación política: el hijastro de Augusto no contaba para la sucesión como una opción sólida, y ocupaba un papel claramente secundario desde el punto de vista dinástico pero fundamental desde el punto de vista militar y político. La situación contraria se manifiesta para Gayo y Lucio. Sólo la muerte prematura de éstos cambió radicalmente el proyecto dinástico de Augusto y obligó a éste a considerar a Tiberio como el principal candidato para la sucesión. La adopción de Germánico y Agrippa Postumo no disminuyó la nueva posición política de Tiberio. Pero aunque la nueva reorganización de la política dinástica de Augusto en el 4 d.C. hacía suponer la aparición sistemática de la imagen de Tiberio en la numismática, comenzando a jugar las monedas su papel de propaganda oficial que tan marcadamente habíamos visto para los nietos de Augusto, lo cierto es que la ausencia de manifestaciones dinásticas a favor de Tiberio en las emisiones oficiales ha hecho especular a los investigadores sobre oscuras razones políticas, principalmente la tensa relación entre Augusto y Tiberio, aunque también se alude al rechazo del hijo de Livia de cualquier tipo de exaltación de su figura y sus hazañas o culto a la personalidad; ciertamente estos últimos aspectos se nos escapan. A primera vista es ilógico ver que la privilegiada posición de Tiberio, «corregente» e hijo adoptado del Príncipe, no sea exaltada a través de las monedas de forma inmediata, y sólo ocurra cinco años después cuando la fama de sus victorias militares hacía ya inevitable esta propaganda. Lo que sí parece claro es que, al menos en soporte numismático, la omisión por parte de Augusto de cualquier imagen relacionada con Tiberio tras su adopción no tuvo por qué ser intencionada. La imagen de Tiberio comenzó a aparecer en algunas cecas provin243
Cf. Corbett (op. cit. n. 2).
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cíales sustituyendo a la de Gayo y Lucio a partir del 4 d.C. Tal vez no haya que buscar una razón concreta para la ausencia de propaganda dinástica monetaria de carácter oficial. La propaganda dinástica monetaria en el ámbito oficial experimenta un período de formación y consolidación que está lejos de haber finalizado en el 4 d.C., a pesar de la profusión de las emisiones con el tipo de Princeps luuentutis dedicadas a Gayo y Lucio, y copiadas de forma intensa a lo largo del Imperio. La ausencia de una sistematización de la propaganda dinástica monetaria oficial repercute negativamente en la figura de Tiberio, pero su posición como candidato indiscutible al trono a partir del 4 d.C. no puede ser discutida desde ningún ámbito, a pesar de la existencia de un segundo candidato, Germánico. Éste tampoco fue promocionado en las monedas antes de la muerte de Augusto. Finalmente los tipos monetarios emitidos en el año 13 d.C. se convirtieron en una proclamación definitiva de la cuestión sucesoria a favor de Tiberio, que no significa que con anterioridad a las emisiones dedicadas a Tiberio a partir del 9 d.C. hubiera algún rastro de incertidumbre en cuanto a las directrices de la política dinástica de Augusto. Si Augusto construía la propia sucesión por un lado designando al sucesor de entre su familia (ésta entendida ya como domus y no como gens) a través de los matrimonios de su única hija Julia y las adopciones, por otro lado se preocupaba de garantizar el aspecto «republicano» de sus designados al trono con
el ejercicio de las magistraturas del cursus bonorum, aunque excepcionalmente abreviadas. Sólo con la concesión de poderes extraordinarios, como el imperíum proconsular y la tribunicia potestas, temporal pero renovable, la situación de Tiberio en el año 4 d.C. es claramente la del sucesor designado por encima de cualquier otro candidato rival, independientemente de que su posición privilegiada no haya sido reflejada a través de la propaganda numismática. Como miembro más eminente de la dinastía después de Augusto a partir del 4 d.C., Tiberio reunió sobre su persona los dos componentes de la «corregencia», y la conducción de las numerosas campañas militares en Germania e Iliria del 4 al 12 d.C. y sus victorias, le hizo aparecer en las emisiones monetarias de Lugdunum del 13-14 d.C. con los atributos de general o de triumphator. Por tanto, las dimensiones dinásticas y militares de la «corregencia» aparecen estrechamente ligadas en la presentación del sucesor designado, es decir, Tiberio a partir del 4 d.C. La posición de Agrippa Postumo, rápidamente apartado de la familia imperial, y de Germánico, quedó a partir del 4 d.C. en un plano secundario en los planes dinásticos de Augusto. Puede suponerse, a la vista de la promoción política y militar de Germánico y Druso Minor, que luego analizaremos, que su posición como candidatos al trono, principalmente la de Germánico se encontraba durante los últimos años de Augusto, condicionada por la posible desaparición prematura del primer candidato, Tiberio.
Capítulo IV LAS CARRERAS DE GERMÁNICO Y DRUSO MINOR
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Las carreras de Germánico y Druso Minor siguieron vidas paralelas, pero alcanzaron diferentes estados de desarrollo: mientras que el primero había desaparecido antes de haber sido investido con la potestad tribunicia, el segundo consiguió este poder, siendo el único de los dos hijos de Tiberio que fue calificado como collega en las fuentes. 4.1. GERMÁNICO CÉSAR
Según Hurlet, los Aúnales de Tácito constituyen la fuente más detallada sobre la carrera política de un «corregente» al comienzo del Imperio, puesto que el historiador romano hace de Germánico una de sus figuras centrales en los dos primeros libros. El joven príncipe es presentado como el estereotipo perfecto del príncipe liberal, capaz de conciliar el carácter monárquico del Principado y la antigua libertas republicana, por oposición a Tiberio1. Germánico nació el 16 de Mayo del año 16 o 15 a.C. 2 , siendo el primer hijo de Druso, el 1
F. Hurlet, Les Collégues du Prince sous Auguste et Tibére. De la légalité républicaine á la légitimité dynastique. Collection de PÉcole Francaise de Rome, n.s 227, Roma, 1997, p. 163- Un análisis del tratamiento de Tácito hacia Germánico en: M. Stuart, Tacitus and the portraits of Germanicus and Drusus, CPh 35 (1940), pp. 64-67; y sobre todo C. Rambaux, Germanicus ou la conception tacitéenne de l'histoire, AC 41 (1972), pp. 174-199. 2 Sobre el año de nacimiento, cf. B. Levick, Drusus Caesar and the Adoptions of A.D. 4, Latomus 25 (1966), fase. 2, pp. 227-244, quien lo sitúa en el 16 a.C.; Ch. Chr. Mierow, Germanicus Caesar Imperator, CJ39 (1943-1944), p. 139 y G. V. Sumner, Germanicus and Drusus Caesar, Latomus 26 (1967), pp. 413-435, proponen el año 15. Sobre Germánico, cf. W. Kroll, «Germanicus lulius Caesar», REX/l (1919), n.e 139, cois. 435-464.
hermano de Tiberio, y de Antonia Minor, con el nombre de Ñero Claudius Drusus. Ligado por su padre al círculo de influencia de los Claudios y a la persona de Livia, era, por su madre, el descendiente directo de Marco Antonio, y, según Hurlet, se convirtió en el heredero de éste en materia política e ideológica hasta el punto de reunir en torno a su persona un círculo de jóvenes que defendían una concepción del régimen imperial diferente a la de Tiberio3. Pañi cree que la esperanza del pueblo de Roma respecto a Germánico en la cuestión sucesoria no se podía entender como el apoyo a un posible restaurador de la res publica nobiliaria republicana, sino como la encarnación de una concepción mesiánica y personal del poder, según la doctrina neopitagórica de la forma personal monárquica del gobierno.
3
Cf. Hurlet (op. cit. n. 1), p. 165; W. Alien, Jr., The Political Atmosphere of the Reign of Tiberius, TAPhA 72 (1941), pp. 1-25, quien rechaza la existencia de partidos políticos enfrentados durante el reinado de Tiberio, en todo caso existirían facciones cortesanas sin ninguna influencia en el Senado y mucho menos en el pueblo; A. Ferrill, Prosopography and the last years of Augustus, Historia 20 (1971), pp. 718-731; M. Pañi, Tendenzepolitiche della successione alprincipato di Augusto. Barí, 1979, pp. 55-103. Para el autor, una relación directa ente los amigos de Julia, la nieta de Augusto, y el círculo de Germánico está representada por Ovidio. Éste era seguramente amigo de diversas personas ligadas a Germánico, a las que se dirige a través de sus obras en el exilio, manifestando claramente en varias ocasiones antes de la muerte de Augusto sus esperanzas sobre que Germánico sucediera al Príncipe, y que, por tanto, le permitiera regresar a Roma. Cf. P. M. Martin, Á propos de l'exil d'Ovide... et de la succession d'Auguste, Latomus 45 (1986), pp. 609-611.
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Mientras, la filosofía cíe la ideología oficial, el Estoicismo4, era la que mejor se adaptaba a una forma de principado ideada por Augusto y continuada por Tiberio, donde el princeps gobernaba siguiendo las pautas de las cuatro virtudes fundamentales: uirtus, clementia, iustitia, pietas; en esta concepción aristocrática de la monarquía la divinización del emperador podía ser tolerada en el sentido helenístico aristocrático de la heroización del difunto, pero resultaba peligroso en el plano político reconocer la providencialidad en la llegada de un princeps. La primera aparición conocida de Germánico en una manifestación pública se remonta al año 13 a.C, cuando tenía dos o tres años, al participar en la procesión solemne inmortalizada en el Ara Pacis, donde aparecía entre sus padres; en este momento es un joven miembro de la domus Augusta en su calidad de hijo de Druso y de Antonia, nieto de Octavia y sobrino-nieto del Príncipe. La muerte de Gayo César tendrá importantes consecuencias sobre el papel de Germánico en el régimen, puesto que ya mencionamos que Augusto se vio obligado a adoptar a Tiberio, mientras que éste tuvo que adoptar a Germánico el 26 de junio del año 4 d.C, que era su propio sobrino5. Elevado al rango de hijo de Tiberio y nieto del Príncipe, el joven pasó a llamarse Germanicus lulius Caesar, Tiberiifilius, Angustí nepos. Su posición en la familia imperial fue consolidada por su matrimonio con la segunda hija de Julia y Agrippa, Agrippina en el año 4 o 5 d.C. Este enlace hacía de Germánico el nexo de unión entre las ramas Julia y Claudia, y según Levick el matrimonio fue acordado para aplacar a la facción de Julia después de la consolidación de la posición de los descendientes de Livia en el 4. Augusto reestructuró la dinastía para situar a Germánico y Agrippina en el corazón de la familia, lo que podía significar para muchos que Germánico estaba destinado a la sucesión. La ascendencia de Germánico justifica para Hurlet su adopción, puesto que el joven príncipe tenía sangre de las ramas más importantes de la domus Augusta. Claudius por su padre Druso, descendiente de Marco Antonio por su 4 Alien (op. cu. n. 3), p. 19, afirma que el Estoicismo, bajo los primeros Césares, no era la filosofía de la oposición al sistema imperial, y que no sería hasta el reinado de Nerón que los estoicos llegaron a ser los líderes de la oposición al emperador. Los estoicos se opusieron a una forma de gobierno basada en la monarquía helenística. 5
Tac., Ann., IV, 57, 3; XII, 25, 1; Suet., Tib., 15, 2; Cal., 1, 1; Cl., 2, 1.
madre Antonia Minor, hija menor del triunviro, y nieto de la hermana de Augusto, Octavia. Pero la unión del nieto adoptivo cíe Augusto con la nieta del Princeps, Agrippina, no sólo consolidaba las ramificaciones familiares entre la rama claudia y la Julia, sino que garantizaba la mejor forma de continuidad dinástica posible6. Tras las muertes de los Príncipes de la Juventud, Germánico, que tenía sangre de Augusto, reunía perfectamente las condiciones para convertirse en un posible heredero. La explicación más plausible, para Martin, de esta doble adopción simultánea es que Augusto, aceptando la idea de que fuera Tiberio quien le sucediera, estaba imponiendo una sucesión en segunda generación, en la persona de Germánico, reservando los derechos de éste a la sucesión pero dando una satisfacción inmediata a Tiberio. De hecho, Germánico recibió al morir en el 19 d.C. los mismos honores fúnebres que Gayo y Lucio César, confirmando su posición de presunto heredero. En esta complicada estrategia matrimonial, en la que hay que incluir el matrimonio entre Druso Minor y Claudia Livilla (que eran primos), hermana de Germánico, en las parejas unidas en el 4-5 d.C. con fines dinásticos, el nacimiento de la esposa era superior al del marido, si tenemos en cuenta el parentesco más cercano a Augusto (Agrippina era nieta, y Livilla era sobrina-nieta de Augusto). Según Corbier, en los años que Germánico pasó fuera de Roma siempre estuvo acompañado de su mujer Agrippina para aumentar el prestigio y 6 Cf. B. Levick, The Fall of Julia the Younger, Latomus 35 (1976), p. 313. La primera fecha para el matrimonio es defendida entre otros por: H. Lindsay, A fertile marriage: Agrippina and the Chronology of her children by Germanicus, Latomus 54 (1995), fase. 1, pp. 301-339. La segunda por: R. A. Birch, The Settlement of 26 June A.D. 4 and its Aftermath, CQ 31 (1981), p. 443. Sobre este matrimonio dinástico cf. este autor último y L. Lesuisse, L'aspect héréditaire de la succession impériale sous les Julio-Claudiens, LEC 30 (1962), p. 40; Levick (op. cit. n. 2), p. 227; M. Corbier, Male power and legitimacy through women: the domus Augusta under the JulioClaudians, en R. Hawley y B. Levick (eds.), Women in Antiquity Assessments. Londres-Nueva York, 1995, pp. 184185. B. Gallotta, Germánico. Roma, 1987, p. 17, defiende la teoría de pares para explicar el hecho de que Tiberio y Agrippa Postumo fueran adoptados por Augusto, y Germánico por Tiberio, y por tanto equiparado a su hijo Druso. Las parejas de príncipes en la estructura de poder abrirían las posibilidades de sucesión, como en los casos de Augusto y Agrippa, Druso y Tiberio, Gayo y Lucio César. Según el autor, Germánico es el auténtico exponente de la nueva gens imperial, el primer verdadero julio-claudio.
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fomentar la imagen cíe una pareja principesca destinada algún clía a la sucesión. Para Shotter, Tácito demuestra la importancia que para Tiberio tiene el hecho de que Augusto haya excluido a Druso de los planes dinásticos, a pesar de que podía haber esperado razonablemente suceder a su padre. Es poco sorprendente ver que luego la posición de Germánico haya sido una fuente de resentimiento para Tiberio, o al menos de temor ante la posibilidad de que Germánico obtuviera el poder supremo apoyado por las legiones del Rin; una posibilidad que evidentemente el joven príncipe no tenía intención de realizar. No olvidemos que, según Suetonio, Augusto había barajado la posibilidad de que Germánico fuera designado sucesor por delante de Tiberio7. La estrecha relación de parentesco entre Germánico y Augusto era evidente para Calígula, quien durante su reinado dejó patente a través de emisiones monetarias, que la continuidad dinástica y la legitimidad habían pasado de Augusto a Germánico, y de éste a Calígula, aunque el segundo no hubiera podido gobernar. Germánico fue percibido después de su muerte como una especie de bisagra dinástica, ya que los tres últimos emperadores JulioClaudios estaban ligados de una manera u otra al nieto adoptivo de Augusto, y no dejarán de explotar este parentesco y la popularidad de su ascendente para legitimar su poder. Esta constante preocupación por la legitimación del poder domina las emisiones dedicadas a la casa imperial por parte del joven emperador. Los dracmas8 emitidos en Cesárea en Cappadocia en c.37-38 d.C. documentan esa relación de parentesco entre Germánico y Augusto: la cabeza de Germánico en el anverso, con su titulatura, se contrapone en el reverso con el tipo D. C. A. Shotter, Tiberius and the spirit of Augustas, G&R 13 (1966), pp. 207-212; y del mismo autor, Tacitus, Tiberius and Germánicas, Historia 17 (1968), p. 195, donde reexamina el tratamiento de Tácito hacia Germánico y la relación entre éste y Tiberio. Cf. Suet., Cal., 4. Lo mismo piensa L. Lesuisse, Le titre de Caesaret son évolution au cours de l'histoire cíe l'empire, LEC 29 (1961), p. 274, quien considera que Augusto, a través de esta adopción, había apelado implícitamente a la sucesión de Germánico, puesto que cree que la posesión del cognomen Caesar habilita a la sucesión. 8 S. Piatelli, Le legende monetarie di Germánico, en G. Bonamente y M. P. Segoloni (ecls.), Germánico. La persona, la personalitá, U personaggio nel bimillenario della nascita. Atti del convegno, Macerata-Perugia, 9-11 mayo 1986, Roma, 1987, p. 87; RIC I, Cal, 60-62, p. 113=BMCRE I 105-108, pp. 162-163. N.Q 60: A) GERMANICVS CAES TI AVGV COS II IMP Cabeza desnuda de Germánico a derecha R) DIWS AVGVSTVS Cabeza radiada de Augusto a izquierda.
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del Diuus Augustus introducido por Tiberio, una cabeza radiada de Augusto a izquierda. Sin embargo, para Piatelli9, cabe la posibilidad de que esta última emisión deba fecharse en vida de Germánico, en el 18 d.C., de manera que no solo el propio Germánico hiciera propaganda de la coronación de Artaxias en Armenia, sino que con las emisiones del Diuus Augustus, estuviera fomentando una relación directa con el divino Princeps, dando a entender que fue designado como su sucesor. La misma opinión sobre la cronología del 18-19 d.C. es compartida por Panvini Rosati10, para quien todas las emisiones oficiales dedicadas a Germánico son postumas, salvo una única emisión contemporánea acuñada por el propio Germánico en Cesárea en Cappadocia, con didracmas y dracmas, los valores monetarios usados en época imperial por esta ceca. La continuidad del linaje también puede ser proclamada a través de las leyendas, como ocurre con los ases11 acuñados en Roma por Calígula entre los años 37-41 d.C., donde Germánico es GERMANICVS CAESAR TI AVGVST F DIVI AVG N, es decir, hijo de Tiberio, nieto del divino Augusto, por lo cual Calígula podía aparecer como biznieto de Augusto, tal como proclamó en varias ocasiones. La determinación de la política imperial era complicada por el hecho de que había dos familias envueltas en una misma dinastía. Tanto Tiberio como Calígula fortalecieron su conexión con la rama julia mas que con la claudia, y la posición dinástica de sus parientes fue continuamente redefinida para establecer el lazo de parentesco más estrecho con Augusto. Un ejemplo de esto lo constituye la figura de Germánico. Nacido como un Claudio y adoptado a la gens lulia en el 4 d.C., fue honrado como un julio y potencial sucesor para Tiberio durante comienzos del principado de éste, como veremos. Pero después de su muerte en el 19 d.C., la posición de Germánico y sus hijos dentro de la familia claudia fue de nuevo recordada, mientras que Druso, el hijo natural de Tiberio, fue 9
Piatelli (op. cu. n. 8), p. 93. F. Panvini Rosati, La monetazione di Germánico nel quadro della política monetaria giulio-claudia, en G. Bonamente y M. P. Segoloni (eds.), Germánico. La persona, la personalitá, U personaggio nel bimillenario della nascita. Atti del convegno, Macerata-Perugia, 9-11 mayo 1986, Roma, 1987, p. 79. 11 RIC I, Cal, 35, 43, 50=BMCRE I 49, 60 (37-41 d.C.). N.Q 35: A) GERMANICVS CAESAR TI AVGVST F DIVI AVG N Cabeza desnuda de Germánico a izquierda R) C CAESAR AVG GERMANICVS PON M TR POT aire dedor cíe SC. 10
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ligado de forma más estrecha a la gens Julia. Cuando Calígula asumió el trono, Germánico fue de nuevo presentado como un julio y celebrado como nieto de Augusto, para fortalecer las credenciales Julias de Calígula y su conexión con el fundador de la dinastía12. La tremenda popularidad de Germánico, de la que también gozaba su esposa Agrippina, entre el pueblo de Roma se debía a los recuerdos de su padre Druso, el hermano de Tiberio, y que el joven evocaba. Esta popularidad de la que Germánico gozó durante su vida, se vio reflejada en las numerosas emisiones que fueron acuñadas con su nombre, ya fuera en las colonias, como emisiones provinciales, que tienen la particularidad de haber sido emitidas en vida del joven príncipe, ya en las cecas oficiales, de manera postuma, por parte de su hijo Calígula, su hermano Claudio o de las restituciones de Tito y Domiciano. En el caso de las emisiones oficiales (emitidas en Lugdunum y Roma) acuñadas por su hijo Calígula conmemorando la figura de su padre, entre las que se encontraban emisiones en oro y plata, así como en bronce, Piatelli ha observado de manera acertada que sobre las emisiones en áureos y denarios13, Germánico era presentado como P C CAES AVG GERM, es decir, padre de Gayo César Germánico, Calígula; mientras que en las emisiones en bronce14 aparecía como TI AVG F DIVI AVG N, hijo de Tiberio y nieto del divino Augusto. Esta forma diferente de presentar al personaje sobre las emisiones en oro y plata, bajo el control del emperador, respecto a las emitidas en bronce, bajo el presunto control del Senado, es sintomático de una precisa política monetaria del emperador en cuanto a la propaganda dinástica. Presentando en las leyendas de los valores preciosos, oro y plata, preferentemente usados para fines militares y grandes transacciones comerciales, a Germánico como su padre, automáticamente Calígula venía a centrar la atención sobre su persona. Así también la celebración de los miembros de su familia (su madre Agrippina, sus hermanos Nerón y Druso y sus hermanas Agrippina, Drusilla y Julia Livilla) sirven para exaltar su propia figura. 12
C. B. Rose, Dynastic Commemoration and Imperial Portraiture in the Julio-Claudian period. Cambridge, 1997, p. 52. 13 Piatelli (op. cit. n. 8), p. 88. Cf. RIC I, Cal, 11-12, 17, 25, p. 108=BMCRE I 11-13, 18, 26 (c.37-41 d.C.). N.s 11: A) C CAESAR AVG GERM PM TR POT R) GERMANICVS CAES P C CAES AVG GERM Cabeza desnuda de Germánico a derecha. 14 Cf. supra n. 11.
Respecto a los tipos representados en los áureos y denarios de las emisiones oficiales de Lugdunum y Roma15 acuñadas bajo Calígula, siempre se repite sobre el reverso la cabeza desnuda de Germánico a derecha. Contemporáneamente a estos tipos, los ases acuñados con la titulatura de Germánico presentan en el anverso la efigie del joven príncipe, mientras que en el reverso solo aparece la titulatura de Calígula. Resulta evidente que las cecas oficiales emiten monedas dedicadas a Germánico que carecen de la riqueza tipológica dedicada a otros herederos. Evidentemente en este caso se trata de emisiones postumas, y el valor propagandístico que se presupone no beneficia a Germánico sino que exalta la figura de su hijo Calígula. En cuanto a las emisiones provinciales de Hispania, existió una variedad de tipos que respondía a la diversidad de mensajes que podían transmitirse, y el culto imperial y la propaganda dinástica fueron temas ampliamente difundidos en los reversos de las monedas. En el segundo caso por medio principalmente de retratos de los miembros de la familia imperial16. Además, estos suelen aparecer sobre las emisiones provinciales de Hispania desempeñando una magistratura ordinaria de forma honorífica, normalmente el duunvirato. El Senado local podía ofrecer el duunvirato al emperador o a los miembros de la familia imperial, que en la práctica delegaban en un prefecto, llamado praefectus Caesaris. La aparición de miembros de la familia imperial como magistrados honorarios en las emisiones provinciales hispanas se refleja por primera vez durante el reinado de Augusto. En Carthago Nova, Agrippa y Augusto fueron Iluiri quinquenales, los cuales obviamente fueron sustituidos a su vez por dos prefectos. Tiberio fue también Huir quinquenal en Carthago Nova17, mientras que en Caesaraugusta, donde 15
Según Panvini Rosati (qp. cit. n. 10), p. 82, no está del todo claro si las dos cecas funcionaron a la vez, hasta el fin del reinado de Calígula, dedicándose la de Lugdunum a las emisiones en oro y plata de forma exclusiva, o por el contrario, como se admite generalmente, tras dos emisiones primeras con la cabeza desnuda de Calígula, la ceca fue cerrada y la producción en metales preciosos volvió a Roma (Sutherland, RIC I, p. 106). De todas formas la cuestión no es importante desde el punto de vista tipológico por cuanto las cecas oficiales del Imperio seguían una misma directriz en la elección de los tipos. 16 A. Burnett, M. Amandry, P. P. Ripollés, Román Provincial Coinage. I. From the Death of Caesar to the Death ofVitellius (44 B.C.-A.D. 69). Londres, 1992, p. 65. 17 M. M. Llorens, La ciudad de Carthago Nova.- las emisiones romanas. Murcia, 1994, pp. 32-34. Cf. RPC 162165 (Augusto y Agrippa), RPC 166 (Tiberio), p. 94.
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existió un enorme interés en honrar a los miembros de la familia imperial, como ejemplo de emisiones provinciales, algunas de sus series monetarias fueron acuñadas en vida de Germánico, y, por tanto, con un valor político y propagandístico importante, además de los beneficios que para la ciudad que emite suponía la promoción cíe un príncipe heredero, documentando el papel político que Germánico ostentaba bajo Augusto y Tiberio. Los duouiri de esta ciudad emitieron una serie cíe valores en bronce18 en el 4 d.C., donde el personaje que se menciona en el reverso, Tib. Clod. Flavo, fue nombrado prefecto de Germánico, al ser éste elegido duunviro de la ciudad de forma honorífica. Los duunviros cíe la colonia emitieron en el 37 d.C. una serie de monedas19 en recuerdo del cargo ostentado por Germánico en el 4 d.C. El hecho de que tenga como colega en el cluunvirato a L. luventus Lupercus constata que los miembros de la domus Augusta podían aparecer como colegas de simples ciudadanos. 4.1.1. LAS PRIMERAS CAMPAÑAS MILITARES DURANTE EL PRINCIPADO DE AUGUSTO A excepción de su matrimonio con Agrippina, no se posee ninguna información sobre la actividad de Germánico entre el momento de su adopción por Tiberio y la nominación a la cuestura en el año 7 d.C., cinco años antes de la edad legal. Durante estos años parece que el protagonismo en el seno de la familia de Augusto se lo llevó Agrippa Postumo, ahora hijo de Augusto tras su adopción; sin ser en ningún momento colega de Augusto, gozaba de una incontestable primacía sobre Germánico y parecía destinado a jugar un papel importante en la sucesión. En principio, las disposiciones del 4 d.C. parecían otorgar un papel secundario a Germánico, por detrás de Agrippa Postumo, pero la abdicatio de este último en el 6 d.C. y las medidas cíe alejamiento cíe los dos años siguientes, cambiarían el curso de los acontecimientos. Para Levick, existe entre los años 4-14 d.C. una diferencia en la promoción política y mili18
RPC 325-329, pp. 121-122: A) AVGVSTO DIVI F Vexillum entre clos estandartes, con la leyenda LEG IV LEG VI LEG X R) TIB CLOD FLAVO PRAEF GERMÁN L IWENT LVPERCO IIVIR C C A Sacerdote que señala con arado los límites de la ciudad. 19 RPC 377, p. 126: A) GERMANICVS CAESAR C CAESARIS PATER Cabeza desnuda de Germánico a izquierda. R) SCIPIONE ET MONTANO IIVIR, y en el campo C C A. Estas emisiones continuaron bajo el reinado de Claudio; RPC 384, p. 126.
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tar de los jóvenes príncipes Germánico y Druso, tendente a favorecer al primero de los príncipes, mientras que la influencia de Tiberio solo fue patente al final del reinado de Augusto, cuando Druso recibió el quinquennium en el 13 d.C., es decir, la posibilidad de acceder al consulado cinco años antes de la edad legal20. De hecho Germánico fue nombrado cuestor cinco años antes de la edad legal, en el 7 d.C., cuando tenía 20 años o 21, dependiendo si había nacido en el año 15 o 16 a.C. respectivamente, mientras que obtuvo el privilegio de acceder al consulado antes de la edad legal en el año 9 d.C. — Las campañas en Pannonia y Dalmacia (79 d.C.) Convertido en el único miembro de la domus Augusta en edad de seguir a Tiberio en el frente danubiano, Germánico fue enviado por el Príncipe a Pannonia con un contingente de tropas en el año 7 d.C., cuando ejercía su cuestura. Con notable éxito en las varias campañas terminaría por apagar en el año 9 d.C. los últimos focos de resistencia en Dalmacia21. Las fuentes no aportan ninguna indicación explícita sobre la naturaleza de los poderes que le fueron conferidos para la realización de estas campañas, pero parece probable que actuara como legado de Augusto o de Tiberio, puesto que recibió los ornamentos triunfales, distinción reservada a los generales que no combatían bajo sus propios auspicios. Esta victoria en Dalmacia permitió la aceleración de la carrera de Germánico, puesto que al regreso de las campañas, el joven príncipe recibió también en el año 9 d.C. por parte del Senado una serie de dispensas con el fin de acelerar su carrera política: admisión en el Senado con el rango de pretor, derecho a votar inmediatamente después de los antiguos cónsules y antes que los antiguos pretores, y finalmente el privilegio de alcanzar el consulado antes de la edad legal, es decir, cinco años después de la cuestura, sin pasar por la pretura, cargo que antecede al consulado, tal y como le ocurrirá a Druso (13 d.C.). Pese a la diferencia cronológica en la obtención de esta dispensa, el efecto venía a ser el mismo: Germánico y Druso accedieron al consulado a la misma edad, ambos omitiendo la pretura22. 20
Levick (op. cit. n. 6), p. 315. -1 Sobre sus acciones, cf. Dión, 55, 32, 4; 56, 11, 13 y 12, 1; 56, 15, 1; Vell., II, 116, 1. 22 Levick (op. cit. n. 6), p. 319.
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— Las campañas en Germania desde el 11 d. C. hasta la muerte de Augusto Después del desastre de Varo, Tiberio había sido enviado a Germania a fin de restablecer una situación comprometida y alejar todo peligro de infiltración de tribus germánicas en la Galia. Pero con él también iba Germánico23. La definición de los poderes con los que fue investido Germánico para dirigir sus campañas en Germania en los años 11-14 d.C. es una cuestión controvertida. La primera investidura del imperium proconsulare quinquenal sobre las Galias y el distrito militar de Germania la recibió en previsión de estas campañas, en el año 11 d.C.24, mientras que su segunda investidura la recibió en septiembre del 14 d.C., después de la muerte de Augusto. — El consulado del 12 d.C. y el retorno a Roma Germánico interrumpió sus campañas en Germania para ser investido con el consulado en Roma, a la edad de 24 o 25 años. En calidad de cónsul permaneció en la ciudad ejerciendo sus funciones de carácter civil: presidencia del Senado, participación en los Ludí Maníales, etc. Contrariamente al uso de la época, no abandonó el consulado después de unos meses (para confiarlo a un cónsul suffectus), sino que ejerció sus funciones durante todo el año25. Estaba en Roma el día del triunfo de Tiberio sobre Iliria el 23 de octubre del 12 y participó en esta ceremonia en calidad de cónsul al lado de su padre adoptivo. — Las campañas de Germania del 13-14 d.C.: la salutación imperial Al término de su consulado, Germánico fue de nuevo enviado a Germania por el Príncipe, y situado a la cabeza de ocho legiones. Dirigió nuevas operaciones militares en la frontera septentrional del Imperio, y se supone que consiguió una victoria entre los Alpes y los Pirineos, pero su actividad militar hasta la muerte de Augusto y el acceso de Tiberio al poder es poco conocida. Las fuentes también omiten testimoniar el prestigio y la popularidad que estaba alcanzando en Roma y entre sus tropas, 23
Dión, 56, 25, 2. Hurlet (op. cit. n. 1), p. 168; M. L. Paladini, I poteri di Tiberio Cesare dal 4 al 14 d.C., Hommages á M. Renard, II, Bruselas, 1969, p. 589, n. 1. Rechaza esta primera investidura: Levick (op. cit. n. 2), p. 240, n. 2. 25 Dión, 56, 26, 1; Suet., Cal, 8, 3. 24
al punto que las revueltas de las legiones del Rin tras la muerte de Augusto tenían como propósito proclamar a Germánico como nuevo princeps. En el curso de esta campaña fue proclamado imperatorpor primera vez, aunque la aclamación no es fechada de forma precisa por ninguna fuente antigua. Esta aclamación fue recibida conjuntamente con Augusto y Tiberio, que recibieron respectivamente su vigesimoprimera y séptima aclamación26. Para Gallotta, esta aclamación colocaba a Germánico a la par que Augusto y Tiberio, obteniendo una sustancial ventaja respecto a Druso en el plano militar, puesto que éste último solo había ostentado hasta el momento cargos civiles. 4.1.2. LAS CAMPAÑAS EN GERMANIA DESDE LA MUERTE DE AUGUSTO HASTA EL TRIUNFO DEL 17 Germánico estaba en la región renana al mando del ejército cuando conoció la noticia de la muerte de Augusto. Es en este momento cuando se rebelaron las legiones de Germania pidiendo una mejora de las condiciones del servicio militar y reivindicando un aumento de su sueldo, pero también la revuelta pudo tener un carácter político, estando motivada como protesta contra la llegada de un princeps que no habían elegido y, por tanto, para imponer a Germánico en lugar de Tiberio, revelándose como otro síntoma importante de la crisis por la sucesión. Germánico demostró en este asunto su total falta de experiencia con este tipo de situaciones, aflorando su carácter impulsivo y dramático que casi le llevó al suicidio, de ahí que las medidas de Germánico no fueran nada efectivas. Germánico rechazó el ofrecimiento de convertirse en el nuevo emperador y se vio obligado a reprimir con firmeza el levantamiento de las legiones, demostrando su lealtad al nuevo Príncipe. Tal comportamiento entraba en la lógica de la nueva situación política creada tras la muerte de Augusto: Germánico se convertía ahora en el sucesor potencial del poder imperial. Según Pañi, Dión Casio deja claro que Germánico habría podido asumir el Principado con el apoyo no sólo de las legiones, sino también del pueblo y del Senado; Germánico representaba desde el punto de vista político una línea menos tradicionalista que Tiberio, o dicho de otra manera, más monárquica. En cambio para Levick no existe ninguna eviden26
49.
Tac., Ann., I, 3, 5. Gallotta (qp. c¿í. n. 6), pp. 46-
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cia de que Germánico contemplase acceder al poder de forma prematura cuando su futura posición estaba garantizada por sus ancestros, su adopción, experiencia y poderes. Germánico mantuvo una actitud apropiada hacia su padre adoptivo desde su primera aparición en las campañas militares hasta el final de su vida, y no parece que existiera ningún signo de parcialidad respecto a las carreras de Germánico y Druso por parte de Tiberio27. Lo que era evidente es que después de la muerte de Augusto, había dos fuentes de legitimidad compitiendo: la legitimidad a través de la relación por lazos de sangre con el fundador, Augusto, que podía estar representada por Germánico, a través de la descendencia materna (su abuela materna era Octavia, hermana de Augusto) y la legitimidad a través de la relación por lazos de sangre con el actual emperador, por ejemplo, Tiberio, o posteriormente Claudio28. — La redefinición de los poderes de Germánico en septiembre del 14 d.C. En la famosa sesión del Senado en la que Tiberio asumió el poder imperial y se regló la sucesión de Augusto, al mismo tiempo se aseguró la promoción de Germánico, al pedir Tiberio el imperium proconsular para su hijo adoptivo29. La muerte de Augusto no había provocado la finalización de los poderes de Germánico, por lo que la alusión de Tácito debe referirse a una redefinición de la prouincia, es decir, de su misión. Desde el otoño del 14 hasta finales del año 16, el joven príncipe prolongó sus campañas en Germania, posiblemente con el nuevo proyecto ambicioso de reconquistar Germania y 27 Cf. Tac., Ann., I, 31-49; Suet., Tib., 25, 2. Germánico gozaba de una amplia popularidad entre las tropas y el pueblo de Roma: cf. Tac., Ann., VI-VII. Shotter (op. cit. n. 7), p. 195; Pañi (op. cit. n. 3), pp. 59-61, y Dión, 57, 18, 6. Cf. B. Levick, Tiberius the politician. Londres, 1976, p. 148; M. M. Sage, Tacitus and the accession of Tiberius, AncSoc 13-14 (1983-1984), pp. 315-317, piensa que no se vinculó la rebelión de Germania con la posibilidad de que Germánico accediera al trono, a pesar de que la tradición escrita desfavorable a Tiberio (Suetonio y Dión) relacionó la revuelta con la cuestión sucesoria, centrando el problema en la figura de Germánico. Según el autor, la distorsión de los hechos pudo producirse durante el reinado de Calígula, cuando éste magnificó la figura de su padre para enaltecer su posición como emperador. 28 Corbier (op. cit. n. 6), p. 179. 29 Tac., Ann., I, 14, 3. B. Parsi-Magdelain, L'avénement de Tibére, Revue Historique de Droit Francais et Etranger 56 (1978), p. 409.
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conducir sus tropas hasta el Elba, según un nuevo mandato de Tiberio. — Las campañas en Germania: la segunda salutación imperial y el triunfo Las campañas en Germania continuaron dominando la política exterior romana hasta la batalla de Idistaviso en el 16 d.C. Tras acabar con el levantamiento de las legiones a finales del 14 d.C., durante los años 15-16 d.C. Germánico lanzó una vasta operación de reconquista sobre el conjunto de toda la Germania. Una política ofensiva que iba en contra de la política exterior oficial defendida por Augusto y transmitida a Tiberio30. Sin embargo, el Senado le concedió la celebración del triunfo en el año 15 aunque la guerra continuase; según Hurlet, es una decisión incomprensible puesto que el triunfo no era acordado hasta el final de las operaciones militares y con la condición de que el general victorioso fuera previamente aclamado por sus tropas. Puesto que Germánico recibió su segunda aclamación imperial en el verano del año 15 d.C., puede ser posible que obtuviera el triunfo a finales del mismo año; o bien haber recibido el triunfo a principios de año como consecuencia de las campañas de los años 13-14 d.C., durante las cuales recibió su primera salutación imperial. Esta segunda hipótesis es, para Hurlet, la más lógica31. En el año 15, entre otros sucesos militares, realizó una expedición hasta Teutoburgo, donde Germánico rindió los últimos honores a los legionarios muertos en el desastre de Varo, y recuperó el águila de la decimonovena legión. En el año 16 d.C. se logró una victoria importante en Idistaviso sobre Arminio y los Queruscos32. Aunque parecía que Germania había sido 30 Tac., Ann., I, 55-71. B. Gallotta, Germánico oltre il Reno, Acmé 34 (1981), p. 309, cree que Germánico y Tiberio estaban de acuerdo en política exterior respecto a Germania. Sobre el testamento político de Augusto, fundamental para conocer la política exterior de Augusto y sus sucesores, cf. J. Ober, Tiberius and the political testament of Augustus, Historia 31 (1982), pp. 306-328. 31 Hurlet (op. cit. n. 1), pp. 174-175; también A. Garzetti, From Tiberius to the Antonines. A History of the Román Empire. A.D. 14-192. Londres, 1974, p. 33. J. González Fernández, Tabula Siarensis, fortúnales Siarensis et municipia civium romanorum, ZPE 55 (1984), pp. 65-66, aunque cree que el triunfo celebrado el 26 de mayo del 17 es un segundo triunfo otorgado por el Senado, cuando se trata del que fue concedido a principios del 15 y postergada su celebración hasta el 17, siguiendo a Hurlet. 32 Tac., Ann., II, 9-18. Cf. Mierow (op. cit. n. 2), pp. 143-144.
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ocupada de nuevo entre el Rin y el Elba, los sucesos siguientes demostrarían que la ocupación no fue más que provisional, puesto que no se ganó ningún territorio sustancial en esas batallas y las pérdidas romanas fueron graves, y es precisamente a partir del regreso de Germánico a Roma en el 17 d.C. que los romanos vieron cómo progresivamente se fueron retirando del territorio de Germania. Calígula acuñó monedas conmemorativas de estos hechos en la ceca de Roma, en una forma de honrar a su padre Germánico, pero principalmente para proclamar su legitimidad dinástica, como descendiente tanto de la línea Julia como de la Claudia33. — El estatus de Germánico en los años 15-16 d.C. Durante el año 15 Germánico disponía de su imperium proconsular y combatía bajo sus propios auspicios. Pero en el año 16 d.C., cumplido el período quinquenal de su poder, perdió su autonomía auspicial. En este último año no se le renovó el imperium y Germánico debió actuar como simple legado de Tiberio, un legatus Angustí. Los beneficios de una victoria conseguida por un «corregente» en ausencia del Príncipe eran repartidos entre el Príncipe y el «corregente» desde el momento en el que este último estaba en posesión de su propio imperium. Puesto que no era así, la victoria sobre Arminio significó para Tiberio su octava salutación imperial pero ninguna para Germánico porque combatía bajo los auspicios 33
C. H. V. Sutherlancl, The Román Imperial Coinage. I. From 31 B.C. to A.D. 69. Londres, 1984, p. 104: RIC I, Cal., 11-12, 17-18, 25-26, p. 108-109=BMCRE I 11, 13, 18-19, 26, 28 (áureos y denarios del 37-41 d.C.): A) C CAESAR AVG GERM P M TR POT Cabeza desnuda de Calígula a derecha. R) GERMANICVS CAES P C CAES AVG GERM Cabeza desnuda de Germánico a derecha; en ases del 37-41 d.C., RIC I, Cal., 35, 43, 50=BMCRE I 49, 60: A) GERMANICVS CAESAR TI AVGVST E DIVI AVG N Cabeza desnuda de Germánico a izquierda R) C CAESAR AVG GERMANICVS PON M TR POT alrededor de SC (37-38 d.C.). Además de estas emisiones que conmemoran a la figura de su padre sin alusión a algún evento histórico concreto, están las que mencionan la recuperación de las insignias cíe Varo: RIC I, Cal, 57=BMCRE I 94 (dupondios del 37-41 d.C.), A) GERMANICVS CAESAR Germánico, con la cabeza desnuda, de pie sobre una cuadriga ornamentada, sosteniendo cetro rematado por águila R) SIGNIS RECEPTIS DEVICTIS GERM SC, en tres líneas a izquierda y derecha de Germánico, con cabeza desnuda y coraza, de pie sosteniendo águila con la mano derecha alzada. Según L. Rossi, Le insegne militari nella monetazione imperiale romana da Augusto a Commodo, RIN(1965), pp. 49-51, la pose de Germánico recuerda a la de la estatua del Augusto cíe Prima Porta.
del Príncipe. Hurlet afirma que admitir la existencia de un ritmo quinquenal en el ejercicio del imperium para los «corregentes», supone la única forma de justificar la pérdida de la autonomía auspicial de Germánico en el año lo3'. — La ceremonia triunfal del 17 d.C. Los sucesos en Germania permitieron a Germánico ser conocido como el «vencedor de Germania», así como aparecer como el defensor de la tradición imperialista en política exterior, en contra de las disposiciones de Augusto, continuadas por Tiberio. Ferrill cree que lo que comenzó como una oposición a la política exterior de Augusto terminaría por convertirse en un enfrentamiento con intereses dinásticos, Germánico y su coalición contra Tiberio y su hijo Druso. Para Sutherland, a pesar de la política continuista de Tiberio respecto a su antecesor, se realizó muy pronto una desafortunada e innecesaria distinción entre las líneas Julia y Claudia, hasta el punto de considerar la casa de Germánico como la verdadera casa de la tradición ortodoxa augústea35. En Roma se decidió construir un arco conmemorativo, en el Foro republicano, seguramente conmemorando la recuperación de las insignias perdidas por Varo, explotando el paralelo de la restitución de las insignias de Craso. El arco fue erigido en honor de Tiberio, a pesar de que Germánico era quien había jugado un papel importante en esta victoria militar y diplomática; pero el hecho de haber actuado probablemente como simple legado imperial hizo que el monumento triunfal atribuyera todo el mérito de este suceso a la persona de Tiberio, y, por tanto, debe ser formalmente conocido como arco de Tiberio; en cuanto a Germánico, aparecía como un simple delegado de Tiberio. El régimen acentuó el prestigio del Princeps, que no había jugado ningún papel activo en Germania, y estableció un paralelo entre la posición de Germánico en el 16 d.C. y la de Tiberio en el 20 a.C, puesto que los dos habían conducido las operaciones diplomáticas y militares en calidad de legatus Angustí. El ejército y el pueblo aceptaron desde muy pronto que había que atribuir el mérito principal de la victoria al poseedor del imperium y de los auspicios, en este caso Tiberio, quien a su vez 3í
Hurlet (op. cit. n. 1), p. 177. Ferrill (op. cit. n. 3), p. 729; cf. C. H. V. Sutherland, Coinage in Román Imperial Policy. 31 B.C.-A.D. 68. Londres, 1951, p. 90. 35
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es beneficiado por la Victoria Augusti, la forma divina de Augusto, aunque Germánico hubiera conducido los ejércitos como un dux56. A los dos héroes que portaban el mérito humano del éxito conseguido, Germánico como dux, y con los auspicios de Tiberio, respondían los dos poderes celestes que habían asegurado la victoria, Mars Vítor y el Diuus Augustus, quienes son nombrados en el arco como propiciadores de la victoria materializada por Germánico. La ausencia de Germánico en el arco de triunfo no respondía expresamente al recelo o a la envidia de Tiberio sobre la fama alcanzada por su hijo adoptivo, sino realmente al respeto de los principios imperiales sobre la consecución de una victoria militar, al respeto de una jerarquía «religiosa» pero también política, en la que Germánico sólo tenía el privilegio de ser el comandante de los ejércitos, mientras que Tiberio, como imperator reinante, que poseía los auspicios, actuaba como agente esencial de la transmisión de la influencia divina emanada de Augusto, materializada en la Victoria Augusti. Para La Rocca, puesto que el arco se encontraba junto al templo de Saturno, y muy cerca de la Basílica Julia, dedicada a Gayo y Lucio César, y del templo de los Castores, se reafirmaba la posición de Germánico como heredero designado y sucesor de los príncipes julios37. El protagonismo de Germánico no quedó reflejado claramente hasta la celebración del triunfo el 26 de mayo del 17 d.C., el día de su regreso a Roma. La ceremonia fue grandiosa, y el prestigio de Germánico se vio reforzado por la presencia de cautivos ilustres que llevaba detrás del carro triunfal. Todos sus hijos le acompañaron en su carro, y así se presentó como triumphator y paterfamilias. Germánico no hacía sino respetar la vieja tradición republicana en la cual los hijos del comandante acompañaban a su padre en el carro triunfal. En el triunfo de Actium del 29 a.C., Augusto fue acompañado por Tiberio y Marcello, de 13 y 14 años respectivamente. Sin embargo, la procesión de Germánico se diferenciaba de la tradición en que ésta fue la primera vez en la cual las hijas del triunfador iban en el carro con los hijos varones. La escena de Germánico en el carro triunfal con sus cinco hijos (Nerón, Druso, Calígula, Agrippina y Drusilla) revestía un aspecto visual al cual el espectador romano 36
J. Gagé, La Victoria Augusti et les auspices de Tibére, RA 32 (1930), p. 8. 37 Gagé (op. cit. n. 36), p. 14; E. La Rocca, «Memore di Castore»: Principi come Dioscuri, en L. Nista (ed.), Castores. L'immagine dei Dioscuri a Roma. Roma, 1994, p. 85.
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debía ser sensible y ponía a la luz la naturaleza misma del cambio en la significación del triunfo: con esta nueva imagen se testimonia la voluntad del régimen de definir tal ceremonia como una gran fiesta dinástica más que como una conmemoración militar; el objetivo simbólico del triunfo era hacer extender sobre el conjunto de la domus Augusta el prestigio y los beneficios de la victoria del «corregente»38. La celebración del triunfo constituía el reconocimiento a sus hazañas realizadas como «corregente» de forma independiente, y conmemoraba los sucesos militares que Germánico había vivido bajo sus propios auspicios, desde la campaña del año 13 hasta el 15. La celebración del triunfo situaba la popularidad de Germánico en su punto culminante. La ceremonia del triunfo tuvo una gran resonancia, pero en cambio no fue conmemorada a través de la propaganda monetaria hasta veinte años más tarde, en un tipo monetario fechado en el reinado de Calígula, su hijo, y acuñado sobre dupondios39 de la ceca de Roma. Destaca la representación del anverso, donde Germánico aparece sobre la cuadriga triunfal decorada en uno de sus laterales con una Victoria avanzando, como triumphator^ mientras que en el reverso encontramos al mismo príncipe sosteniendo con su mano izquierda un aquila, la insignia de la legión, que solía representarse con las alas extendidas sobre un capitel, y extendiendo su mano derecha en gesto de mando40, con la leyenda que hace alusión a la recuperación de las insignias militares de Varo. El hecho tuvo una gran repercusión propagandística, y las emisiones monetarias de Calígula explotaron conscientemente esta hazaña de Germánico, no sólo como parte de la 38
Hurlet (op. cit. n. 1), p. 398. Hurlet (op. cit. n. 1), p. 180, n. 85; Piatelli (op. cit. n. 8), p. 89; RIC I, Cal, 57, p. 112=BMCRE I 93-101, pp. 160-161 (37-41 d.C.). A) GERMANICVS CAESAR Germánico, con cabeza desnuda sobre cuadriga decorada, y sosteniendo cetro rematado en águila. R) SIGNIS RECEPTIS DEVICTIS GERM S C Germánico, con cabeza desnuda y coraza y túnica, de pie sosteniendo un aquila (insignia militar de la legión). 4(1 Según H. Mattingly, Coins of the Román Empire in the British Museum. Vol. I. Augustus to Vitellius, Londres, 1923, p. cxlvii, como imperator. Pero según Panvini Rosati (op. cit. n. 10), p. 83, la figura recuerda a la de Octaviano sobre algunos denarios del 31-29 a.C. (RIC I, Aug., 251, 253, p. 59=BMCRE I 609, 612), que aparece con la mano derecha alzada; el mismo gesto lo encontraría en los sestercios de Calígula con ADLOCVTIO COH (RIC I, Cal., 32, 40, 48, pp. 110-111-BMCRE I 33, 68). Se trataría para el autor de un gesto de saludo o de un modo de imponer el silencio antes de hablar. 39
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política de exaltación y énfasis de la unidad cíe la casa imperial, sino como consolidación de la legitimidad dinástica. Este tipo es el primero que es exclusivamente dedicado a Germánico, se trata, por tanto, de la única emisión de Calígula, a excepción de la dedicada a Diuus Augustus, en la cual no se recuerda al emperador ni con el retrato ni con la leyenda. Según Hurlet, existe una controversia en torno a la datación de este tipo monetario, puesto que cabría la posibilidad de que no fuera una emisión conmemorativa, sino contemporánea del suceso, y, por tanto, su valor propagandístico resultaría más efectivo y con un beneficio directo sobre la figura de Germánico. Cohén databa esta emisión en el año 17 d.C., mientras que Mattingly y Sutherland la fechaban sin ninguna duda en el reinado de Calígula. En el estado actual de la investigación, se reconoce que debe fecharse en el reinado de Calígula41. Tiberio no pareció emitir ninguna serie monetaria a nombre de Germánico en vida de éste (Germánico sólo recibió emisiones en vida en las series coloniales). 4.1.3. LA MISIÓN EN ORIENTE La situación en Oriente estaba gravemente deteriorada tras la última misión de un príncipe de la familia imperial en esta región, la de Gayo César. Las dificultades principales continuaban ligadas a la cuestión armenia, que envenenaba las relaciones entre Partos y Romanos, y que constituía una fuente potencial de conflictos entre los dos imperios. El Senado pidió la presencia de Tiberio o de uno de sus hijos en Oriente para resolver la cuestión del trono armenio, y habiendo rechazado Tiberio la misión alegando razones de edad, propuso enviar en su lugar a quien tenía más experiencia diplomática y militar: Germánico. Para Shotter, el traslado de Germánico a Oriente evitaría esa estrecha relación de las legiones del Rin con Germánico, que era motivo de sospecha para el Príncipe, pero fue precisamente en el Este donde la opinión popular favorable se hizo más fuerte a favor del joven 41
H. Cohén, Description historíque des monnaies frappées sous l'Empire communment appelées medailles imperiales. París, 1880-92, p. 225, n. 7, y le sigue E. A. Sydenham, Historical references to coins of the Román Empire. Londres, 1968 (Londres 1917), p. 35. Mattingly (op. cit. n. 40), pp. cxxxiii y cxlvii; Sutherland (op. cit. n. 33), p. 105; Piatelli (op. cit. n. 8), p. 92, que presenta la hipótesis de que el tipo fuera acuñado con ocasión del vigésimo aniversario del triunfo (37 d.C.).
heredero. El Príncipe nombró como legado imperial a la cabeza de la provincia de Siria a Cn. Calpurnio Pisón, actuando también como ayudante cíe Germánico42. Con una misión de reorganización y de pacificación de los confines orientales del Imperio, Germánico sólo podía basar su poder de nuevo en un imperium extraordinario. Según Hurlet, Germánico recibió en el 17 d.C. 'Una renovación del imperium proconsular quinquenal, definido ahora sobre las provincias transmarinas, es decir, el conjunto de las provincias orientales del Imperio, tanto imperiales como senatoriales, en virtud de un decreto emanado del Senado y una ley comicial, y que le permitía estar por encima de la autoridad de todos los gobernadores de provincia, un imperium maius, pero por debajo del Príncipe43. Por tanto, como para el 14 o para el 17 d.C., se puede hablar de una «corregencia» en la esfera militar entre Tiberio y Germánico. Éste fue su estatus hasta el año de su muerte, el 19 d.C.: Germánico actuó como procónsul; además de haber sido designado cónsul en el verano del 17 d.C., debiendo ejercer la magistratura ordinaria al año siguiente. En la actualidad se reconoce que el Príncipe jugó un papel importante en la definición de los poderes de Germánico, convocando y presidiendo las sesiones del Senado donde se trató el problema de Oriente, y proponiendo a Germánico. El Senado se hacía cargo oficialmente de las decisiones de Tiberio sobre la misión de su hijo adoptivo. — La actividad de Germánico en Oriente El viaje a Oriente de Germánico constituye, entre todas las misiones de «corregentes» entre el 23 a.C. y el 20 d.C., el mejor conocido en cuanto al itinerario y donde la documentación es más abundante. El testimonio de Tácito es la principal fuente, describiendo las etapas más importantes del itinerario y las principales medidas tomadas en esta misión. El verdadero lugar de Germánico en el seno de la domus Augusta después del acceso de Tiberio al principado aparece mucho más claro a lo largo de su viaje por las provincias orientales. Las etapas de su viaje estaban estrechamente ligadas, de una manera o de otra, a las misiones precedentes en Oriente del fundador y de los principales miembros de la dinastía Julia: Actium, 42
Tac., Ann., II, 43, 1. Shotter (op. cit. n. 7), p. 204. Hurlet (op. cu. n. 1), pp. 181-197; Lesuisse (op. cit. n. 6), p. 41; Paladini (op. cit. n. 24), p. 594. 13
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Lesbos, Rodas, Ilion. Para Hurlet, Germánico se comporta en Oriente como el heredero de los lulii. La misión fue para Germánico la mejor ocasión para reafirmar su posición de sucesor designado de Tiberio, y el contexto oriental se prestaba perfectamente a ese reconocimiento, mientras que la presencia de Agrippina acentuaba la dimensión dinástica del viaje44. El joven príncipe dejó Roma después de haber sido elegido para el consulado e investido con el imperium proconsular, en el otoño del 17 d.C. Visitó la Grecia continental antes de llegar a Asia, junto a su mujer Agrippina y su hijo Calígula, quien tuvo a su hija Julia Livilla en Lesbos. Tomó posesión del cargo de cónsul en Nicópolis, y fue objeto de los más grandes honores en las ciudades griegas que visitó4''. Los honores también le llegaron desde las ciudades hispanas, cuyas emisiones provinciales testimonian los cargos que ostentaron los jóvenes príncipes: en Carteia los cuadrantes46 emitidos en el 18-19 d.C. documentan el quattuoruiratus que Germánico ostentó en esta colonia, junto a su colega Druso. Sobre el anverso se puede leer el nombre de los dos príncipes, GERMÁNICO ET DRVSO, mientras que en el reverso se lee CAESARIBVS IIIIVIR CART(eia). También las monedas de Acci testimonian el duunvirato ejercido de forma honorífica por Germánico y Druso en las mismas fechas47, en una extraña emisión en valores en bronce puesto que tiene leyendas que se refieren a ellos pero los retratos son realmente los de Augusto y sus hijos adoptivos Gayo y Lucio. Tras la popularidad alcanzada por la celebración del triunfo de Germania, algunas ciudades vieron una ocasión ideal para aprovechar la situación y promocionarse honrando a los jóvenes príncipes. — La coronación de Artaxias Respecto a la cuestión armenia, en el año 18 Germánico resolvió el problema de la sucesión al trono, que estaba vacante, al coronar a Tac., Ann., II, 53-61; Hurlet (op. cu. n. 1), p. 508. " Tac., Ann., II, 53, 3. Cf. Mierow (op. cu. n. 2), pp. 145-146. 46 RPC 123, p. 86: A) GERMÁNICO ET DRUSO Cabeza de Fortuna a derecha R) CAESARIBVS IHI VIR CART Timón. RPC 137, p. 89: A) TI CAESAR AVGVSTIF Cabeza desnuda de Tiberio a derecha R) C I G A GERMÁNICO ET DRUSO CAES II VIR Cabezas enfrentadas de Germánico y Druso. La emisión puede ser fechada en los primeros años del reinado de Tiberio, antes de la muerte de Germánico en el 19 d.C., según RPC, p. 88. 45
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Zenón en la capital armenia, Artaxata; una decisión que fue respetada por los Partos. Los sucesos posteriores demuestran que la reglamentación general de la cuestión armenia en el 18, y más particularmente la elección del nuevo rey, fue para la política exterior romana un suceso perdurable: Zenón-Artaxias reinó hasta su muerte en el 34 d.C. y no fue molestado por los Partos. Este éxito diplomático cíe Germánico, que, sin embargo, no necesitó de mucho esfuerzo, le valdría una ovación y la erección de un arco de triunfo en su honor en el Foro de Augusto, sobre el flanco meridional del templo de Mars Vítor*18. Estos honores también fueron decretados para Druso, quien había logrado pacificar a la tribu germana de Maroboduus. Además, la coronación tuvo eco en la propaganda monetaria, aunque fue durante el reinado de Calígula, dentro del programa de exaltación de la figura de su padre, Germánico, consciente de que con la exaltación de sus hazañas y de su figura estaba proclamando su linaje, puesto que Germánico era nieto de Augusto, a través de la adopción de Tiberio, y sobrino-nieto de Augusto a través de su madre Antonia, sobrina del príncipe. En definitiva, las conexiones dinásticas tenían el propósito de proclamar que Calígula descendía de Augusto y pertenecía a la gens lulia, aprovechando el prestigio que esto conllevaba. Germánico, además de recuperar las insignias de Varo, fue recordado por este suceso en Armenia, conmemorado en los didracmas de plata49 fechados en c. 37-38 d.C., según Sutherland y Mattingly, y acuñados en la ceca de Cesárea en Cappadocia. El reverso muestra a Germánico a la derecha, con lanza o basta, entronizando al candidato Artaxias, a la izquierda del observador, al colocar sobre su cabeza la insignia de la realeza, la tiara. La leyenda del anverso, con la especificación de su segundo consulado, está situando la coronación en el año 18 d.C., año en el cual ostentó dicho cargo junto a Tiberio, éste por tercera vez. Tiberio había establecido una ceca en Caesarea en Cappadocia, presumiblemente para propósitos militares, y aunque las emisiones no son abundantes, fueron suficientes para satisfacer las necesidades económicas del establecimiento militar de la provincia. 48 49
Tac., Ann., II, 64, 1.
Hurlet (op. cit. n. 1), p. 201; RIC I, Cal, 59, p. 113=BMCRE I 104. A) GERMANICVS CAESAR TI AVG F COS II Cabeza desnuda de Germánico a derecha R) ARTAXIAS, GERMANICVS Germánico colocando tiara sobre la cabeza de Artaxias.
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Esta emisión también presenta problemas de datación. Según Cohén, fue emitida en el mismo año de la coronación, el 18 d.C, mientras que para Mattingly y Sutherland debe fecharse en el 38 d.C., bajo Calígula, conmemorando el vigésimo aniversario de la coronación50. Piatelli destaca que la fórmula onomástica de la serie de Cesárea, GERMANICVS CAESAR TI AVG F, es igual a algunas de las emisiones coloniales (Romula, Itálica) emitidas en vida de Germánico, una fórmula que ya no vuelve a ser usada en las series emitidas bajo Calígula51. Además, la leyenda del anverso menciona el segundo consulado de Germánico, mención que está ausente de las series conmemorativas emitidas por Calígula en Roma y en las colonias. Por tanto, para Piatelli52, excluida la hipótesis de que se trate de un tipo emitido por Tiberio, tampoco debe entenderse como una emisión de Calígula con el propósito de reafirmar los derechos romanos sobre Armenia. Una tercera hipótesis, que este tipo fuera emitido por el propio Germánico, de forma paralela a las emisiones tiberianas, no resulta tan descabellada para la autora. Es sintomático que Tiberio no emita nunca durante su reinado ninguna emisión oficial honrando a su hijo adoptivo Germánico, una prueba para Piatelli de las relaciones tensas entre los dos príncipes. Finalmente, la autora se decanta por una cronología contemporánea de la coronación, en la que Germánico, en contraste con las series tiberianas con leyenda griega, emitió su propia serie, que Piatelli considera un abuso de poder, incluyendo las monedas con Diuus Augustus en el reverso, de didracmas y dracmas donde se menciona el segundo consulado y su aclamación imperial recibida en el 14 d.C.53 por su campaña en Germania. De esta manera la leyenda de la serie emitida en Cesárea documentaría la rebeldía de Germánico frente a Tiberio en el último período de la vida del joven príncipe, según la autora. 50
Cohén (op. cit. n. 41), p. 225, n. 6. Mattingly, BMCRE I, p. cxlviii; Sutherland (op. cit. n. 33), p. 107; también C. Foss, Román Historical Coins. Londres, 1990, p. 59. 51 Piatelli (op. cu. n. 8), p. 92; Itálica: RPC 69-70, p. 79; Romula: RPC 75, p. 80. 52 Piatelli (op. cit. n. 8), p. 93. 53 Para Hurlet (op. cit. n. 1), pp. 170-171; para Piatelli, en el 10 d.C., relacionada con la campaña en Dalmacia y Pannonia. Cf. RIC I, Cal., 62, p. 113: A) GERMANICVS CAES TI AVG F COS H IMP Cabeza desnuda de Germánico a derecha. R) DIWS AVGVSTVS Cabeza radiada de Augusto a izquierda.
También Panvini Rosati54 sitúa estas emisiones de Cesárea en Cappadocia en los años 1819 d.C., cuando Germánico se encontraba en Oriente, e impulsó la emisión de estos tipos, aunque la cronología contemporánea fuera puesta en duda por eminentes numismáticos, como Mattingly55, que fechaba los tipos en el 37-38 d.C. — El viaje a Egipto Después de haber pasado los últimos meses del año 18 en Siria, Germánico llegó a Egipto en enero del 19 d.C. La última misión del joven príncipe antes de su desaparición en octubre del mismo año tuvo una gran repercusión. Hurlet cree que el riesgo de una hambruna en Roma y sus consecuencias sobre el aprovisionamiento motivaron la presencia del joven príncipe en Egipto, aunque detrás de esta razón oficial pudo haber una razón propagandística: en una provincia ligada al recuerdo de Alejandro Magno, recuerdo que Germánico reavivó conscientemente, éste relacionó su acción política en Oriente al tema bien conocido de la imitatio Alexandri, con la voluntad de establecer un paralelo con la carrera del gran conquistador macedonio. De esta forma aparecía como el heredero del gran conquistador, en la línea de César, Marco Antonio y Augusto, siendo considerado por la población de Oriente como el futuro sucesor de un Imperio universal y cosmocrático56. En Alejandría tuvo que emitir 54 Panvini Rosati (op. cit. n. 10), p. 79; también cf. J. Charbonneaux, Le Grand Carnee de France, Melanges Charles Picará, 1949, p. 176, y n. 4. 55 Mattingly (op. cit. n. 40), p. 162, n.Q 104, n.s 105108 (dracmas con el Diuus Augustus), en el primer año del reinado de Calígula: 37-38 d.C.; la misma datación en Sutherland (op. cit. n. 33), pp. 112-113. % Hurlet (op. cit. n. 1), pp. 202-203, n. 171, con bibliografía sobre el tema. Pero el problema de la imitación de Alejandro no está resuelto y hay opiniones contradictorias: M. L. Paladini, A proposito del parallelo Alessandro Magno-Germanico Cesare in Tácito, en M. Sordi (ed.), Alessandro Magno tra storia e mito. Milán, 1984, pp. 184-186, habla de una comparación en el plano militar pero no en el político-moral, el paralelo es una invención de Tácito. Cf. Tac., Ann., II, 73, 1-3- G. Cresci Marrone, Germánico e 1'imitatio Alexandñ in Oriente, en G. Bonamente y M. P. Segoloni (eds.), Germánico. La persona, la personalitá, U personaggio nel bimillenarío detta nascitá. Atti del convegno Macerata-Perugia, 9-11 mayo 1986, Roma, 1987, p. 67, aclara que la relación entre Germánico y Alejandro ha solicitado la atención de quienes confiaban en encontrar un instrumento idóneo para reconstruir la orientación política e ideológica del heredero de Tiberio. Para el autor la imitatio es un tema ideológico potenciado en vida de Germánico tanto en Oriente como en Occidente para recalcar el eslogan propagandístico del ecumenismo augústeo. Para Occidente,
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un decreto rechazando los honores divinos hacia su persona. Según Pañi, el problema de la sucesión al Principado no es sólo un problema formal o personal, sino un problema de enfrentamiento de líneas políticas que conviven, y que se diferencian por la concepción del Principado y de los métodos de gobierno. La línea política que en época de Augusto sigue el círculo de las dos Julias, que política y culturaímente seguiría una herencia «antoniana», sería continuada en el ambiente cercano a Germánico, nieto de Antonio, en época de Tiberio, defendiendo una visión no tradicionalista del Principado, una ideología carismática y providencialista de la figura del princeps, y una concepción personal, familiar y hereditaria del poder, donde la imitatio cíe Alejandro Magno es fomentada conscientemente. Esta visión se opondría claramente a la de Tiberio, contrario a la divinización de su persona y de otros miembros de la casa imperial, y menos tendente a la personalización del poder5". La concepción de facciones políticas enfrentadas dentro de la corte imperial, que desarrollaba por ejemplo Shotter, fue rechazada unos años antes por Bárbara Levick, quien creía que Germánico nunca constituyó un serio peligro para Tiberio en la sucesión, respetando el orden sucesorio establecido por Augusto, y, por tanto, tampoco lideró una corriente política contraria a la del emperador58. La estancia de Germánico en Egipto provocó reacciones negativas en Roma, con Tiberio a la cabeza, puesto que como senador debía cf. L. Braccesi, Germánico e Yimitatio Alexandñ in Occidente, en G. Bonamente y M. P. Segoloni (eds.), Germánico. La persona, la personalitá, U personaggio nel bimillenaño della nascita. Atti del convegno, Macerata-Perugia, 9-11 mayo 1986, Roma, 1987, pp. 53-65. s " Pañi (op. cu. n. 3), pp. 71-86. También A. Malissarcl, Germanicus, Alexandre et le debut cíes Anuales de Tacite. A propos cíe Tacite, Anuales, 2, 73, en J. M. Croisille (ecl.), Neronia IV. Alejandro Magno, modelo de los emperadores romanos. Actes du IVS Colloque International de la SIEN, Col. Latomus 209, Bruselas, 1990, p. 336, cree que la legitimidad cíe Germánico descansa sobre dos tendencias, la antoniana, por su abuelo, y la augústea, por su tío abuelo Augusto. Esta legitimidad también es válida para Calígula. Contraria a la idea cíe una imüatio consciente se muestra Paladini (op. cit. n. 56), p. 186. SH B. Levick, Julians ancl Claudians, G&R 22 (1975), p. 32, quien aboga por eliminar las etiquetas de facciones Julia y claudia enfrentadas, cree en un enfrentamiento entre un grupo opuesto al ascenso de Tiberio, como Julia y sus hijos (Gayo, Lucio, Agrippa Postumo) y por otro laclo el propio Tiberio y sus hijos; cf. D. C. A. Shotter, íulians, Clauclians ancl the Accession of Tiberius, Latomus 30 (1971), pp. 1117-1123.
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pedir autorización para entrar en esta provincia según las disposiciones de Augusto59. Para Hurlet, Germánico estuvo en Egipto, enviado «por su padre», y actuó como representante de la res publica y enviado del Príncipe perfectamente consciente de la naturaleza de su estatus y de la legalidad de su intervención60. Germánico, con un imperium maius, no tenía por qué seguir el procedimiento legal normal. Para Hurlet, el reproche de Tiberio no venía motivado porque Germánico entrase en Egipto, sino concretamente en Alejandría, puesto que suponía una transgresión a los mandata principis —las órdenes del Príncipe— que Germánico debía cumplir. 4.1.4. LA MUERTE DE GERMÁNICO EN ANTIOQUÍA Y LOS HONORES FUNERARIOS
Germánico dejó Egipto a comienzos de la primavera del 19 d.C. y llegó a Siria. Tras comprobar los resultados nefastos de la actuación de Pisón en esta provincia durante su ausencia, se produjo un conflicto de competencias, donde se comprueba que el «corregente» no dispone de ningún mecanismo legal para controlar al legado imperial. Enseguida, cayó enfermo, convencido de que Pisón lo estaba envenenando, y murió finalmente el 10 de octubre del 19 en Antioquía61. En ese año Germánico se encontraba en primer lugar para acceder al poder imperial, habiéndose convertido en un virtual heredero designado al trono. Sobre la posible complicidad de Pisón en la muerte de Germánico, ya por propia iniciativa o por mandato de Tiberio, realmente la incompatibilidad de caracteres entre el joven príncipe y Pisón pudo convencer al pueblo de que Germánico había sido asesinado; sin defender la idea de que Pisón era culpable o inocente en todo este asunto, la muerte de Germánico convirtió el proceso de Pisón en una especie de venganza por parte de los partidarios de Germánico y del pueblo, según Shotter, siguiendo a Tácito. En palabras de Garzetti, la desaparición de Germánico tuvo fatales consecuencias, no tanto por la pérdida de un mediocre general y un imprudente estadista, sino porque la división en el seno de la familia imperial ya no pudo ser evitada, y a la imagen favorable fomentada por las fuentes de la figu59
Suet., Tib., 52, 2; Tac., Ann., II, 59, 2. Cf. Shotter (op. cit. n. 7), p. 207. 60 Hurlet (op. cit. n. 1), p. 205, quien resalta que Egipto entraba en su ámbito de competencias. 61 Tac., Ann., II, 69, 2-3; 72, 2; Suet., Cal, 1, 2; Dión, 57, 18, 9.
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ra de Germánico se contrapuso el descrédito del programa de gobierno de Tiberio62. El anuncio de la muerte de Germánico no llegó a Roma hasta dos meses después, y el duelo por la muerte de Germánico naturalmente se correspondió con el grado de popularidad que había gozado durante su vida. Un iustitium, un duelo público durante el cual se suspendieron todos los asuntos públicos, se cerraron los templos, los baños y las tabernas, fue decretado el 8 de diciembre, y se prolongó hasta final de año, aunque el duelo espontáneo del pueblo de Roma no finalizó hasta el mes de abril del año siguiente; la reacción del pueblo a las noticias de la enfermedad y muerte de Germánico es bien descrita por Tácito, que provocó violentos sentimientos anti-tiberianos. Fue finalmente enterrado en Roma, aunque sin que se celebrara ningún funeral, ni público ni privado, concretamente en el Mausoleo de Augusto después de su incineración. Durante el duelo oficial, toda una serie de honores postumos, de tipo heroico, e idénticos a los que luego recibiría Druso, se otorgaron a Germánico, unos honores que fueron numerosos y duraderos, más duraderos que los otorgados a cualquier otro príncipe imperial, y que se describen parcialmente en la famosa Tabula Hebana. Otro documento epigráfico, conocido más comúnmente bajo el nombre de Tabula Siarensis^, 62
Shotter (op. cu. n. 7), pp. 205-211. Pisón fue acusado de varios cargos: insubordinación, asesinato, corrupción de las tropas; y finalmente se suicidó, a pesar de que el cargo por envenenamiento no fue demostrado, pero el Senado no creería que Germánico había muerto de forma natural y a pesar de la evidencia insistió en la culpabilidad de Pisón. También su mujer Plancina tuvo un proceso similar. Para Lesuisse (op. cit. n. 7), p. 274, Germánico fue envenenado sin ninguna duda, para permitir la sucesión en la persona de Druso. En cambio, para otros autores, como M. Grant, The Román Emperors. A biographical Guide to the rulers of imperial Rome. 31 B.C.-A.D. 476. Londres, 1985, p. 21, Germánico tuvo probablemente una muerte natural. Para A. Fraschetti, Livia, la politica, en A. Fraschetti (ed.), Roma alfemminile. Roma, 1994, p. 145, las acusaciones sobre Livia, así como en los demás casos de muerte de herederos, son infundadas. Ésta sería la última muerte en la que se implicó a Livia. Cf. Garzetti (op. cit. n. 31), pp. 42-4363 Sobre la Tabula Siarensis, cf. Hurlet (op. cit. n. 1), pp. 184-188; González (op. cit. n. 31), pp. 55-100; M. H. Crawford, The End of the Rogatio Valeria Aurelia, Athenaeum 82 (1994), pp. 429-435; C. Nicolet, La Tabula Siarensis, la Lex de Imperio Vespasiani, et le Jus Relationis de l'empereur au Sénat, MEFRA 100 (1988), pp. 827-866; A. Fraschetti, La Tabula Hebana, la Tabula Siarensis e il iustitium per la morte di Germánico, MEFRA 100 (1988), pp. 867-889; con una amplia bibliografía sobre la lex Valeria Aurelia, la Tabula Hebana y la Tabula Siarensis en M. H. Crawford (ed.), Román Statutes. Institute of Classical Studies, University of London, 1996, pp. 507-509, 512-543.
que fue encontrado en La Cañada (Sevilla) en 1982, también da a conocer una parte de las disposiciones tomadas en Roma durante el mes de diciembre del 19, tras el anuncio de la muerte de Germánico acaecida en Antioquía el 10 de octubre del mismo año. El fragmento I y las dos primeras columnas del fragmento II reproducen el texto del senado-consulto de finales del mes de diciembre relativo a los «honores funerarios a rendir a la memoria de Germánico». En cuanto a la tercera columna, recoge el comienzo de la ley ya conocida por la Tabula Hebana, la lex Valeria Aurelia, del nombre de los dos cónsules del año 20 encargados de su elaboración, que recoge las disposiciones contenidas en el senado-consulto. Entre los honores destaca la decisión del orden ecuestre de poner el nombre de Germánico al graderío del teatro ocupado por el grupo «de la Juventud» y que la imagen del príncipe fuera llevada anualmente en el festival ecuestre de la transuectio equitum; además se colocó una estatua ecuestre en el templo de la Concordia, así como colocar una sella curulis en los teatros en su memoria, como privilegio de los sacerdotes del Divino Augusto (Germánico fue sodalis Augustalis y flamen Augustalis a partir del 14 d.C.)64, tal como se había hecho, aunque con otro valor, con César, Marcello, y se hará con Druso y Pertinax. Además, con carácter anual, el día de la muerte de Germánico se cerrarían los templos de Roma, además de la prohibición de celebrar determinados actos públicos en el aniversario de su muerte. La Tabula también recoge un determinado honor fúnebre que debe tributarse en memoria de Germánico todos los años el día de su muerte, concretamente las inferiae o sacrificios ofrecidos a sus Manes por los magistri de los Sodales Augustales. Esta celebración de las inferiae por los Sodales encargados del culto de la gens lulia en la persona de Augusto, ratifica la consideración de Germánico como heredero de éste, aceptada sin duda por el propio Tiberio, según Gatti65. Para Gayo César las prohibiciones incluyeron los sacrificios, supplicationes, matrimonios, banquetes y juegos. En los tiempos republicanos la muerte de una persona importante no cambiaba el carácter de un día o de los aniversarios. Esta costumbre comenzó con los miembros de la familia impe64
D. Kienast, Rómische Kaisertabelle. Grundzüge einer rómischen Kaiserchronologie. Darmstadt, 1996, p. 80. 65 C. Gatti, Gli honores postumi a Germánico nella Tabula Hebana, PP 5 (1950), p. 157.
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rial: el primer calendario sobre estos días comienza con la muerte de Lucio César, el 20 de agosto del 2 d.C., luego con Gayo César, el 21 de febrero del 4 d.C., y por supuesto con Augusto, el 19 de agosto del 14 d.C. Todos estos honores, que también fueron concedidos a Gayo y Lucio con anterioridad, hacen pensar que incluso en vida de Augusto ya se fomentaba la tendencia a exaltar las cualidades divinas de la familia Julio-Claudia, de manera que todos sus miembros estaban también destinados a la apoteosis, o al menos a ser considerados figuras heroizadas después de muertos, que no dioses. En este caso, como posteriormente con Druso, los honores fúnebres denotan que la heroización es exclusivamente un proceso post mortem, mientras que en vida, la elección de Germánico como sucesor venía determinada por su experiencia en el campo administrativo y diplomático-militar66. Los honores fúnebres concedidos a los herederos imperiales, repetidos de forma normativa tanto para los príncipes de sangre Julia como para los adoptados, nos indican que la sucesión no estaba restringida exclusivamente para los miembros de la gens lulia, sino que los derechos dinásticos entran bajo la órbita de un conjunto de miembros más amplio, la domus Augusta, que incluye también la gens Claudia. Germánico también sostuvo el cargo religioso de augur, honor que pasó a Druso al morir el primero. A través del augurado se podía manifestar una estrecha relación entre el fundador de Roma, Rómulo, y Augusto, el nuevo conditor Vrbis tras la batalla de Actium, al ser el salvador del mundo y el nuevo fundador del estado romano. El propio sobrenombre de Augusto se relaciona con el apelativo de los ritos augúrales de la fundación de Roma y, por tanto, con Rómulo. Augusto, en el 36 a.C., en virtud de antiguos presagios de la ciencia augural, había establecido su casa en el mismo lugar donde la tradición situaba la casa de Rómulo. Los guardianes del bastón augural de Rómulo, de su lituus —la reliquia que simboliza el acto religioso que había dado nacimiento a Roma y que Augusto tomó como insignia de su potestad augural—, los sacerdotes Salios, habían inscrito el nombre de Augusto entre los 66 Cf. Hurlet (op. cit. n. 1), p. 208, n. 201; Tac., Ann., II, 83. Una descripción detallada de los honores en: S. Weinstock, The Image and the Chair of Germanicus, JRS 47 (1957), pp. 144-154; y del mismo autor, The Posthumous Honours of Germanicus, Melanges d'archeologie et d'histoire offerts á A. Piganiol, 2 (1960), París, pp. 891898; Gatti (op. cit. n. 65), pp. 151-157; para Gallotta (op. cit. n. 6), pp. 75-76, Tiberio impone el principio de la elección del «óptimo» dentro de la familia imperial.
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de los dioses y diui que estaban ligados al origen de la Villa y su conservación. Augusto había obtenido tal honor estando vivo; Gayo, Lucio César y Germánico después de muertos, dejando claro que eran los siguientes en coger las riendas del estado, que serían los futuros emperadores. Gayo y Lucio César, este último fue augur, adquirieron el beneficio de esta asimilación, no como nuevos Rómulos, sino porque de alguna manera habían sido designados para continuar la obra de su padre, y recibieron también este privilegio. Rómulo-Augusto estaba representado sobre el Foro inaugurado el 2 a.C. a la cabeza de la línea gloriosa de los triunfadores, que debía finalizar en Augusto y en los príncipes de su familia. Germánico, como nieto de Augusto, también al morir recibió el honor de colocar su nombre en el Carmen Saliorum, porque la renovación de la Villa iniciada por Augusto, debía ser continuada por sus sucesores designados, primero por Gayo y Lucio César, y luego por Germánico67. 4.1.5. CONCLUSIÓN Nada indica que Germánico pudiera percibir que no gozase del favor de Tiberio como presunto sucesor designado al trono. En el año 17 d.C. había celebrado el triunfo, alcanzando las cotas más altas de popularidad entre el pueblo y el ejército; pero este triunfo político se vio acompañado de otros honores no menos importantes, como el ejercicio del consulado, pero sobre todo de la concesión del imperium proconsular para su misión en Oriente, uno de los dos poderes que podía ostentar el «corregente». Por otra parte, las relaciones entre Germánico y Druso parecían buenas68, y Tiberio no debía tener razones de peso para no contar con Germánico para la sucesión, y quebrantar las disposiciones de Augusto en política sucesoria. De hecho, la tradicional división de la casa imperial entre Germánico, Agrippina y su círculo, por un lado, y Tiberio y Druso por el otro, no está del todo clara69. A pesar de la 67 J. Gagé, Romulus-Augustus, MEFRA 47 (1930), pp. 138-181; W. Seston, Germanicus héros fondateur, PP 5 (1950), pp. 175-176; Gallotta (op. cit. n. 6), p. 69. 68 Tac., Ann., II, 43, 5-6. 69 Alien (op. cit. n. 3), pp. 1-25; toda la discusión sobre la existencia de partidos políticos antagonistas en torno a Germánico, por un lado, y Tiberio y Druso, por el otro, radica en el famoso pasaje de Tac., Ann., II, 43, 5-6: «En efecto, la corte estaba dividida y desacordada por las secretas preferencias hacia Druso o hacia Germánico. Tiberio favorecía a Druso como hijo que era de su san-
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afirmación de Tácito referente a la existencia de una rivalidad dinástica en el seno de la domus Augusta, en la que estarían enfrentadas las líneas Julia y Claudia, lo cierto es que no hay ninguna evidencia concreta de una acción o política de Tiberio y Druso con el objetivo de suprimir los derechos sucesorios de Germánico. De hecho, sobre el plano estrictamente jurídico los dos jóvenes príncipes aparecen equiparados al comienzo del principado de Tiberio; sólo la posición de Germánico resulta ventajosa por razones objetivas (edad, experiencia, popularidad). Además, la legitimidad de los sucesores del Imperio debía ser, para Tiberio, la pertenencia, por sangre o por adopción, a la gens lulia, condición que Germánico, como hijo adoptivo de Tiberio cumplía. Sin embargo, resulta sorprendente a primera vista que la promoción política y militar de la que estaba gozando Germánico no tuviera reflejo a través de uno de los medios propagandísticos de la ideología imperial, como son las monedas. Aunque de hecho habría que hacer una distinción entre las emisiones oficiales contemporáneas, escasas o nulas según los diferentes investigadores, dedicadas a la figura de Germánico, y las provinciales, relevantes desde el punto de vista cualitativo, aunque no cuantitativo, de las que hemos visto algunos ejemplos. Pensar en una política deliberada por parte de Tiberio para evitar el engrandecimiento desmesurado de la figura de Germánico es hoy por hoy difícil de demostrar, sobre todo si tenemos en cuenta que ni siquiera Druso, su hijo, se vio beneficiado por una política propagandística sistemática a través de las emisiones oficiales desde fecha temprana, sino con posterioridad a la muerte de Germánico, como veremos. Si consideramos las emisiones de didracmas de Cesárea en Cappadocia que celebran la coronación de Artaxias por Germánico, que son tradicionalmente fechadas en época de Calígula, atribuibles a los años 18-19 d.C., estaríamos ante la única emisión oficial contemporánea (junto a la del Diuus Augustus), aunque alejada de Roma, que conmemora un suceso relevante de la vida del joven príncipe, lo cual no deja de ser sorprendente, puesto que estamos hablando del sucesor «oficial» al trono. Ni gre; a Germánico la antipatía de su tío le había ganado el afecto de los otros...». Cf. también Levick (op. cit. n. 58), pp. 29-38; en contra de las diferencias entre Tiberio y Germánico está también Gallotta (op. cit. n. 6), p. 25. Una nueva revisión de las relaciones entre Tiberio y Germánico a través del discurso de Tácito en Z. Yavetz, Tiberio. Dalla finzione alia pazzia. Bari, 1996, pp. 17-32, quien habla de una relación que no podía ser cordial.
siquiera un hecho tan notorio como la celebración del triunfo en el año 17 cl.C. tuvo eco en las emisiones monetarias del reinado cíe Tiberio, aunque sí bajo Calígula. Esto nos lleva a concluir que no existió una política propagandística expresamente diseñada desde ámbitos oficiales para exaltar la figura de Germánico, al menos en lo que se refiere al medio concreto de las emisiones monetarias. Sin embargo, hay que matizar esta hipótesis, puesto que los numerosos ejemplos de emisiones provinciales, de las cuales Hispania ocupa un papel destacado, que hacen un uso sistemático de la figura de Germánico, asociada normalmente a la de Druso, no debe ser entendido como ajeno a los mecanismos oficiales de propaganda, como resultado sólo de la búsqueda de una promoción jurídica y política de la ciudad que emite; realmente las emisiones provinciales siguen patrones más o menos oficiales, y debido a la flexibilidad en los tipos y leyendas que llevan, el mensaje dinástico cobra aquí el papel fundamental del que carecen las emisiones oficiales, entendidas como las emisiones que parten de las cecas de Lugdunum y Roma. En los casos de Germánico y Druso, las emisiones provinciales, realizadas en valores en bronce, y principalmente acuñadas para un uso local o regional, se convierten en los verdaderos difusores de la propaganda dinástica. En Hispania, Itálica, que acuñó varios tipos honrando a la familia imperial, realizó una emisión dedicada únicamente a Germánico, que debe ser fechada entre los años 14-19 d.C.70, al igual que Romula, con un tipo muy parecido emitido en semis71. En los dos casos la cabeza desnuda de Germánico, acompañada de una leyenda especificando su filiación, es el único tipo utilizado como propaganda dinástica para el heredero de manera independiente en Hispania, ya que en las emisiones de bronce de Caesaraugusta, acuñadas en el 4 d.C., donde Germánico fue honrado como duunviro honorífico de la ciudad, y sustituido por un praefectus Caesaris, su presencia se reduce a la aparición de su praenomen abreviado en la leyenda del reverso72. 70 RPC 70, p. 79: A) GERMANICVS CAESAR TI AVG F Cabeza desnuda de Germánico a izquierda R) MVNIC ITALIC Aquila y vexillum entre dos signa, abajo PER AVG 71 RPC 75, p. 80: A) GERMANICVS CAESAR TI AVG F Cabeza desnuda a izquierda R) PERM AVG COL ROM Escudo dentro de corona. 2 Cf. supra n. 18. Para las emisiones de Calígula en Caesaraugusta honrando a su padre Germánico, cf. supra n. 19.
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Pero, sin duda alguna, el tipo dinástico más repetido en las cecas provinciales hispanas es el de la aparición de Germánico y Druso de manera conjunta en el reverso, lo cual fecha tales emisiones antes del 19 d.C. Esta preferencia por la aparición conjunta de los dos príncipes en las acuñaciones provinciales hay que ponerla en relación con una continuidad en la presentación de los herederos como pareja, siguiendo el ejemplo de Gayo y Lucio, continuidad que incluso es fisonómica. En la mayoría de las emisiones hispanas las cabezas que se representan en los reversos no son las de Germánico y Druso sino las de Gayo y Lucio. Incluso la continuidad en la emisión del tipo de Princeps luuentutis puede estar beneficiando indirectamente a la nueva pareja sucesoria, con lo cual el tipo sigue conservando un valor propagandístico, esta vez con un fin distinto al original. Pero también es evidente una continuidad ideológica, puesto que ya incidimos en la asociación de Gayo y Lucio con los Dióscuros; pues bien, esta asociación se vuelve a fomentar, e incluso con más importancia, con Germánico y Druso, como ya veremos, y la presentación conjunta sirve al propósito de concebir a los nuevos herederos como los Dióscuros, teniendo en cuenta que en época republicana el tipo más repetido es el que representa a los jóvenes dioses en pareja, ya sea a caballo, a pie, o representando sus cabezas mirando a derecha73. La aparición conjunta se repite en Itálica, Romula, Carteia, Acci, y Tarraco, ya sea presentando la cabeza desnuda de los dos cesares, una en cada cara de la moneda74, o en el reverso frente a frente, o representando a Germánico y Druso en el reverso de pie, sosteniendo lanzas75. De todas formas el modelo iconográfico más común emitido en varias cecas hispanas es el de las cabezas enfrentadas de los dos príncipes en el reverso, que se da en Romula76,
RRC, pp. 861-862. RPC 69, p. 79 (Itálica): A) GERMANICVS CAESAR [TI AVG F] Cabeza desnuda a izquierda R) PERM AVG DRVSVS CAESAR Cabeza desnuda a derecha. 75 RPC 68, p. 79 (Itálica): A) [ ]SAR AVGVSTVS [ ] Cabeza desnuda de Tiberio a izquierda R) [GERMANICVS CAESAR] DRVSVS CAESAR Germánico y Druso de pie a izquierda con lanzas. 76 RPC 74, p. 80: A) PERM DIVI AVG COL ROM Cabeza laureada de Tiberio a izquierda R) GERMANICVS CAESAR DRVSVS CAESAR Cabezas enfrentadas de Germánico y Druso. ^
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Acci77 y Tarraco78. Un caso especial lo constituye la emisión de Carteia celebrando el quattoruiratus honorífico de Germánico y Druso, puesto que en este caso la leyenda, que recoge los nombres de los dos príncipes, se asocia a un tipo iconográfico distinto: la cabeza de Fortuna en el anverso, y la representación de uno de sus símbolos, el timón, en el reverso. En este caso se podría tratar de una apelación a la diosa Fortuna en beneficio de los cesares79, donde la diosa es la portadora de bendiciones materiales y a la vez el arbitro del destino del hombre, pero este tipo iconográfico se repite en las demás emisiones de cuadrantes de Carteia, que ya no mencionan a los príncipes, y, por tanto, puede estar reflejando el tema marino de forma general. Tal como apunta Llorens80, cerca de 400 ciudades emitieron moneda entre la muerte de César y el reinado de Vitelio; también hay que destacar que la mayoría de las ciudades acuñaron un volumen muy reducido de monedas, y las emisiones, en la mayoría de los casos, son de carácter esporádico. En el caso concreto de Carthago Nova, que podría ser un ejemplo de lo que sucede en otras ciudades hispanas, donde a diferencia de otras provincias del Imperio, las cecas locales romanas sólo acuñaron moneda fraccionaria (bronce, cobre y orichalcum), la mayoría de sus emisiones se realizan en años quinquenales, por lo que el taller estaría inactivo en el intervalo de tiempo que transcurría entre una emisión y otra, es decir, cinco años. Además, el volumen de algunas emisiones es tan pequeño, que induce a pensar, según la autora, que la acuñación de cada una de ellas se habría realizado en un breve espacio de tiempo. 77 Cf. supra n. 47. Durante el reinado de Tiberio se suele nombrar conjuntamente como Iluirí a dos miembros de la familia imperial. Tal es el caso de Germánico y Druso en Acci, Nerón y Druso en Caesaraugusta y Carthago Nova. 78 RPC 232, p. 105: A) TI CAESAR DIVI AVG F PONT MAX IMP Cabeza desnuda a derecha R) C V T DRVSVS GERMANICVS CAESARES Cabezas enfrentadas de Druso y Germánico. Fechada entre 15-19 d.C. 79 Cf. supra n. 46. Sobre Fortuna, O. Gil Parres, La moneda hispánica en la Edad Antigua. Madrid, 1966, pp. 449-450, la describe como «cabeza femenil cubierta con corona mural en anverso». Para L. Villaronga, Numismática antigua de Hispania. Barcelona, 1979, p. 289, se trata de «cabeza femenina torreada». I. Kajanto, Fortuna, ANRW 17.1 (1981), p. 519, especifica que el timón, atributo esencial de la griega Tyche, también se convierte en un atributo característico de Fortuna. El timón indica que Fortuna dirige la vida de los hombres. 80 Llorens (op. cit. n. 17), pp. 79-80.
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Si es la moneda fraccionaria la que lleva la supuesta propaganda dinástica para Germánico y Druso, su repercusión en el ámbito provincial no resulta demasiado relevante, si tenemos en cuenta la poca importancia de este tipo de moneda y su ámbito de circulación. En general, la riqueza acuñada por las ciudades hispanas debió ser muy pequeña, y Carthago Nova no constituye una excepción, a pesar de que pueda englobarse en el grupo de las cecas más productivas de Hispania81. Dentro de las acuñaciones provinciales romanas se han barajado las siguientes causas para realizar tales emisiones: afrontar los gastos que genera el funcionamiento de la ciudad, determinados acontecimientos políticos o militares, la intervención de un benefactor, el provecho económico para la ciudad y la necesidad de moneda fraccionaria para los intercambios comerciales o el prestigio, bien de la propia ciudad o de sus magistrados. Sea como fuere, la moneda fraccionaria era utilizada para las transacciones más cotidianas, mientras que las monedas en metales preciosos se utilizarían para sufragar las grandes construcciones. La acuñación provincial es un fenómeno local restringido a un número de municipios y colonias y su propósito no puede ser relacionado al suministro del ejército o a cualquier otra función que no afecte directamente a la administración local82. Estas emisiones locales escapan a uno de los principales destinatarios del dinero circulante, el ejército, el cual se asocia principalmente a emisiones en valores en oro y plata, y, por tanto, la propaganda dinástica tendría una mayor incidencia en esta «clientela» básica para el sostenimiento del Principado. Dentro de las emisiones oficiales que se acuñan en la ceca de Roma, cabría destacar aquellas que recuerdan la figura de Germánico durante el reinado de Claudio, su hermano. Se trata de sestercios bastante raros, y ases83 con la cabeza desnuda de Germánico sobre el anverso, y la titulatura de Claudio sobre el reverso. Son emisiones fechadas en el 42 d.C., aunque la cronología no es precisa, porque como en otras emisiones en bronce de Claudio, no se precisa en la leyenda el número de tribuni-
cia potestas o cualquier otra indicación que proporcione una cronología precisa. La popularidad de Germánico, y su pertenencia a la gem-Julio-Claudia justifican la restitución de los ases84 emitidos por Calígula realizada por Tito y luego por Domiciano, además de otras monedas de los emperadores JulioClaudios a excepción de Nerón. Según Panvini Rosati85, estas restituciones formaban parte del programa de exaltación de la dinastía Flavia, que a través de la restitución quería reconocerse idealmente en Augusto y en la dinastía Julio-Claudia. Según el autor, las emisiones dedicadas a Germánico durante los reinados de Calígula y Claudio son pocas pero importantes en el cuadro de la política monetaria de estos dos emperadores, sobre todo en relación con las emisiones en bronce. Se trata de emisiones con un fin conmemorativo pero primordialmente estaban destinadas a entrar de forma consistente en la circulación monetaria romana, sobre todo en las ciudades situadas en Germania. Existen algunos motivos dominantes en la tipología monetaria de Tiberio, Calígula y Claudio: la exaltación de las virtudes imperiales en Tiberio y Claudio; la personificación de conceptos abstractos, destacando Spes, Pax, Libertas; la representación de divinidades como Vesta, Ceres y Minerva. Pero el motivo predominante en la política monetaria de los tres emperadores es el motivo dinástico: no sólo con la celebración del Diuus Augustus, presente en las monedas de los tres emperadores, sino también con la exaltación de todos los miembros de la familia Julio-Claudia, tanto vivos como difuntos, ya sea sobre monedas de oro o plata, ya en monedas de bronce. Tales emisiones dinásticas testimonian la voluntad de los sucesores de Augusto, en particular de Calígula y Claudio, de apelar al fundador de la dinastía para legitimar su acceso al trono. En esta exaltación dinástica para legitimar la posición del emperador, el recuerdo de personajes tan populares como Antonia, Agrippina Maior, y Germánico, juega un papel importante86. En el cuadro de esta política propagandística de legitimación del poder, donde las monedas se convierten en el instrumento de propa-
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Llorens (op. cit. n. 17), p. 100. RPC, p. 66. 83 RIC I, C/., 105-106, p. 129=BMCRE I 214-218, p. 193. Sutherland data las emisiones con dudas en los años 50-54 d.C. N.e 105: A) GERMANICVS CAESAR TI AVG F DIVI AVG N Cabeza desnuda de Germánico a derecha. R) TI CLAVDIVS CAESAR AVG GERM P M TR P IMP PP alrededor de SC. 82
84 RIC II 226-230, pp. 145-146=BMCRE II 293s., p. 288 (Tito). N.Q 226: A) GERMANICVS CAESAR TI AVG F DFVI AVG N Cabeza desnuda de Germánico a derecha R) IMP T CAES DIVI VESP F AVG REST, SC en el centro RIC II 460, p. 212=BMCRE II 511, p. 416 (Domiciano). 85 Panvini Rosati (op. cit. n. 10), p. 83. 86 Ibíd., p. 85.
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ganda más extendido del que podía disponer el estado romano, debemos incluir las emisiones dedicadas a Germánico por parte de Calígula (y posteriormente por Claudio). Sin embargo, Tiberio no dedicó emisiones al joven Germánico, ni en vida de éste ni después de muerto. Tal como ha apuntado Panvini Rosati, las monedas dedicadas a Germánico no constituyeron un elemento secundario en la política de exaltación dinástica de los Julio-Claudios, como lo demuestra la abundancia de ejemplares encontrados, que representan buena parte del circulante en bronce. Posteriormente, si exceptuamos a Tito y Domiciano, la exaltación de la familia imperial dejará de ser un tipo importante, pasando a ser el centro de la tipología monetaria las alusiones a la figura del emperador, o a divinidades relacionadas con éste. Con alguna excepción se dedicarán emisiones a emperadores divinizados o a miembros de la familia imperial, en particular al cesar o heredero y a la emperatriz. 4.2. DRUSO MINOR Druso Minor nació el 7 de octubre del año 15 o 14 a.C.87 Era el hijo de Tiberio y de Vipsania Agrippina88, la hija de Agrippa (fruto de su primer matrimonio con Cecilia), y había recibido probablemente el nombre de Ñero Claudius Drusus. A diferencia de Germánico, pertenecía por entero a la gens Claudia, pero era también por su madre el nieto de Agrippa. Sin embargo, esta última filiación no deja de ser puramente honorífica y no le da en el seno de la familia imperial mas que una posición secundaria respecto a los propios hijos de Agrippa y de Julia. El régimen había fundado sus esperanzas de sucesión dinástica en Gayo y Lucio César, y la prioridad de estos sobre cualquier otro miembro de la domus Augusta es ejemplificada en el joven Druso, quien no aparece en los relieves del Ara Pacis.
*~ Sobre el año exacto, cf. Levick (op. cit. n. 2), pp. 237-238, que fecha el nacimiento de Druso en el 13 a.C., aunque la misma autora, en op. cit. n. 6, p. 315, reconoce la hipótesis de Sumner (op. cit. n. 2), p. 430, quien lo sitúa en el 14, y plantea una diferencia entre los dos príncipes cíe dieciocho meses. R.S. Rogers, Studies in the Reign of Tiberius. Some Imperial Virtues of Tiberius and Drusus lulius Caesar. Baltimore, 1943, p. 92, se inclina por el año 13 a.C.; M. L. G. Shaw, Drusus Caesar, the son of Tiberius. Vancouver, 1990, pp. 2-5 y 32-33 se inclina por una solución menos precisa, entre 15-13 a.C. Sobre Druso en general, cf. V. Gardthausen, s. v. «Drusus lulius Caesar», RE X/l (1919), n.s 136, cois. 431-435. 88 Suet., Tib., 7, 3; Tac., Ann., II, 43, 6.
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La infancia de Druso estuvo marcada, como la de Germánico, por los numerosos dramas de la familia imperial: la desaparición de su abuelo materno en el 12 a.C. (Agrippa), el divorcio de Tiberio y Vipsania, la muerte de su tío Druso en el 9, y sobre todo el retiro de su padre de la vida política con la salida a Rodas en el 6 a.C. El joven Druso se quedaría en Roma en compañía de su madre y de su nuevo padrastro, Asinio Gallo. Las fuentes guardan un silencio absoluto sobre la actividad y las condiciones de vida de Druso durante los años que Tiberio pasó en Rodas. Pero teniendo en cuenta que fue un período dominado por la ascensión política de los Príncipes de la Juventud, ahora hermanastros de Druso, su protagonismo fue casi nulo, situado en un segundo rango dentro de la línea hereditaria. Tras el retorno de Tiberio a Roma, y sobre todo con las importantes disposiciones del año 4 d.C, las fuentes precisan únicamente que abandonó la toga pretexta para revestir la toga viril, siendo presentado al mismo tiempo públicamente en el Foro por su padre a través de la ceremonia de la deductio89, probablemente en el año 2 d.C. La obtención de la toga viril marcó el comienzo de la carrera pública de Druso como un noble romano. Ya dijimos que la muerte de Gayo y Lucio había obligado a Augusto a un nuevo planteamiento del esquema sucesorio, y con la adopción90 de Tiberio por Augusto, la situación de Druso comenzó a ser favorable, puesto que éste pasó a formar parte de la gens lulia, llevando el nuevo nombre oficial de Drusus lulius Caesar, Tiberii füius, Angustí nepos et Diui lulü pronepos. Su posición en el seno de la domus Augusta fue consolidada poco tiempo después por su matrimonio con su prima Claudia Livia Julia (Livilla), la hija de Druso Maior, quien era viuda de Gayo César. En las disposiciones de Augusto relativas a los nuevos herederos tomadas en el 4 d.C., también se habían diseñado los acuerdos matrimoniales para Ger89
Suet, Tib., 15, 1. Para Shaw (op. cit. n. 87), p. 53, tomó la toga viril en la primera mitad del año 2 d.C. En la n. 17 comenta que al menos en la edad de iniciación a la edad viril, Druso no fue excluido de los privilegios obtenidos por otros miembros de la familia imperial mejor situados que él. 90 Sobre las importantes disposiciones tomadas por Augusto en la política sucesoria en el 4 d.C., cf. Levick (op. cit. n. 2), pp. 227-244, que ve la concepción de Augusto de un esquema de dos pares para la sucesión, el primero con Tiberio y Agrippa Postumo, y el segundo con Germánico y Druso.
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mánico y Druso con el propósito de fortalecer la domus imperial con nuevos miembros. Augusto, con las medidas dinásticas tomadas en el 4 no sólo intentaba proveerse de miembros de la primera y segunda generación para la sucesión, sino también de la tercera. Druso gozaba ahora de una posición privilegiada, nieto agnaticio del Princeps, a la cabeza de la familia imperial, pero no principal, puesto que estaba Germánico, el nuevo hermano de Druso tras la adopción por parte de Tiberio, quien era un poco mayor que él. Druso no podía gozar de la misma legitimidad dinástica puesto que no estaba ligado por su madre Vipsania Agrippina a ninguna rama importante de la domus Augusta. De hecho, Shaw cree que Augusto pretendía que Druso jugase el mismo papel que Lucio respecto a su hermano Gayo, ahora representado en Germánico. Pero a pesar de que su posición era secundaria en la política sucesoria (por detrás de Tiberio, Agrippa Postumo y Germánico), lo cierto es que para Augusto ya formaba parte de ésta, circunstancia que antes del 4 d.C. ni se había planteado91. Con su nuevo nombre, Druso se había convertido en un sucesor y un continuador potencial de la dinastía, y así queda patente en su titulatura oficial, que va a manifestarse en las emisiones monetarias oficiales. 4.2.1. EL CURSUS HONORUM Y LOS PRIMEROS TÍTULOS HONORÍFICOS (4-15 D.C.) Con la prestigiosa posición que alcanzó en el 4 d.C., es decir, nieto de Augusto, su carrera fue acelerada por una serie de dispensas que le permitieron a la vez ejercer diversas magistraturas antes de la edad legal y llegar a ser cónsul sin haber ocupado previamente la pretura. Así, el avance durante el Principado de Augusto en cuanto a su carrera política fue muy acusado. Se respetó un intervalo de algunos años entre Germánico y Druso para el ejercicio de las mismas magistraturas, tal como
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Para Levick (op. cit. n. 2), p. 233, Druso formaba parte de la segunda pareja de sucesores, y era por tanto coheredero junto con Germánico, desarrollando una carrera política paralela a la de Germánico en condiciones de igualdad durante el reinado de Augusto y de Tiberio; en cambio Sumner (op. cit. n. 2), p. 432, piensa que no fueron promocionados en igualdad en una primera etapa, sino con una clara superioridad de Germánico sobre Druso. Y sólo a partir del año 13 d.C., cuando Tiberio asumió los mismos poderes que Augusto, Druso experimentó una aceleración de su carrera.
se había hecho con Gayo y Lucio César92, convirtiéndose en una nueva pareja de sucesores, aunque jerarquizada. Las fuentes nos permiten enumerar en su orden cronológico las diferentes magistraturas, funciones políticas, cargos religiosos y dispensas que jalonan la carrera de Druso hasta el consulado. El avance acelerado de la carrera de Druso, al igual que en el caso de Germánico, a partir sobre todo del año 9 d.C., responde, según Levick, a la desaparición de la escena política del círculo de Julia la Joven, pero sobre todo a las necesidades de la política exterior. Además de la revuelta de Pannonia y Dalmacia, la situación en Germania requería la presencia de los jóvenes príncipes, sobre todo si Tiberio se veía obligado a quedarse en Roma. Y para poder contar con Germánico y Druso como generales, debían haber ejercido el consulado, que permitiera posteriormente poseer el imperium proconsular93. — El pontificado (entre 4 y 8 d.C.) y participación en las deliberaciones del Senado (9 d.C.) El ejercicio del pontificado está atestiguado por numerosas dedicatorias y emisiones monetarias en honor de Druso94. La entrada en el colegio religioso debió producirse entre el 4, cuando es adoptado, y junio del 8, que es cuando está atestiguado su cargo a través de las inscripciones95. Lo que sí parece claro es que el pontificado aparece como el primer honor oficial conferido a Druso antes de cualquier magistratura96. La admisión de Druso en el pontificado muestra que éste, aunque podía parecer que estaba en una posición inferior frente a Germánico, gozaba de un estatus privilegiado, puesto que Germánico obtuvo el cargo de augur, y el augurado podía ser considerado como un cargo religioso inferior al pontificado. La concesión de estos cargos religio92
Intervalo que Levick (op. cit. n. 2), pp. 235-236, observa en las anteriores parejas, y este paralelismo se vuelve a repetir en este caso, con una diferencia de tres años; aunque en las pp. 240-241 habla de una diferencia de prestigio militar a favor de Germánico que en Levick (op. cit. n. 6), p. 315, vuelve a mencionar. 93 Levick (op. cit. n. 6), p. 320; sin embargo, tal como hemos visto, y siguiendo a Hurlet (op. cit. n. 1), p. 168, Germánico obtuvo el imperium proconsular en el año 11 d.C., mientras que regresó a Roma para ejercer el consulado en el 12 d.C. 94 Cf. RIC I, Tib., 42 y 45, p. 97. 95 Hurlet (op. cit. n. 1), p. 211, n. 10; Levick (op. cit. n. 2), p. 234, n. 2. 96 Rogers (op. cit. n. 87), p. 102; Shaw (op. cit. n. 87), p. 69.
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sos a miembros de la familia de Augusto normalmente respetaba la importancia de estos en el seno de la familia. De hecho, los miembros mayores, Marcello, Tiberio y Gayo César, fueron todos pontífices, mientras que los miembros más jóvenes, Druso Maior, Lucio César, y Claudio posteriormente, quienes supuestamente estaban en una posición secundaria respecto a la sucesión, fueron todos augures. Sin embargo, según señala Shaw97, la distinción entre los cargos sacerdotales de Druso y Germánico es a primera vista una inexplicable aberración de la política general de Augusto hacia la pareja. En cambio, teniendo en cuenta el desarrollo de las carreras de ambos, Germánico gozó de una clara preferencia, según este autor. En el curso del año 9, el Senado concedió a Druso el derecho a asistir a las reuniones de la asamblea, a pesar de que no era todavía miembro del orden senatorial. También podría manifestar su opinión antes que los antiguos pretores cuando accediese a la cuestura. El primero de estos privilegios ya había sido concedido a Gayo y Lucio César en el 6 y 2 a.C. respectivamente. — La cuestura (11 d.C.) Con este cargo, a la edad de 24 o 25 años, sin duda después de haber obtenido el derecho a ejercer esta magistratura cinco años antes de la edad legal, se convertía en senador de derecho y adquiría la autorización para expresar su sententia antes que los antiguos pretores, conforme al decreto del Senado del 9 d.C. Poco después, en el año 12 d.C., Druso participaría en la celebración del triunfo de Tiberio sobre Iliria. — La legación de Pannonia (septiembre-octubre 14 d.C.) Druso fue enviado por Tiberio a Pannonia en septiembre del 14, con la misión de acabar con el motín de las legiones, el cual había estallado tras la muerte de Augusto en esta región del Imperio98, en lo que supuestamente Shaw (op. cu. n. 87), p. 70. Tac., Ann., I, 16-23; Suet., Tib., 25, 2-3- Según Shaw (op. cu. n. 87), pp. 83-84, la transmisión del poder fue considerada defacto hereditaria, con lo cual un heredero de sangre, como Agrippa Postumo, tenía ventajas en la sucesión respecto a un heredero adoptivo, así que el asesinato de éste aseguró las posiciones de Druso y Germánico como sucesores. En cambio, ya hemos manifestado, siguiendo a diversos autores, que la herencia por lazos cíe sangre o por adopción tiene para un romano el mismo valor legal y moral. ^
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suponía su primera misión militar. A diferencia de Germánico, que se enfrentaba al mismo problema en la región renana, no había sido investido de un imperium proconsular, sino que había partido como un simple legado imperial99. No recibió del Príncipe instrucciones precisas y fue autorizado a tomar personalmente las decisiones según las circunstancias. Druso dejó Roma después de la sesión del Senado del 17 de septiembre del 14, en la que tomó parte, donde Tiberio asumió el poder y se decidieron los honores fúnebres a rendir a Augusto. En la misión le acompañó entre otros Sejano como rector iuueni, indicando que Tiberio continuaba la política de Augusto, originalmente basada sobre preceptos estoicos, de proveer de rectores para los príncipes de la casa imperial. Después de haber reprimido con bastante rapidez el motín con la ejecución de sus principales cabecillas, volvió a Roma en el mes de octubre, siendo alabado públicamente por su padre por haber puesto fin a los problemas100. — El primer consulado (15 d.C.) Druso había obtenido en el año 13 el derecho a ejercer el consulado en el año 15 sin haber ejercido antes la pretura. Sería elegido para esta magistratura en el verano del 14, poco antes de la muerte de Augusto, pasando a ser cónsul designatus. Participó en la vida política en tanto que cónsul designado y fue autorizado a realizar su sententia en el Senado antes que los demás senadores. Entró en función como cónsul ordinario el 1 de enero del 15 d.C., y contrariamente a la práctica extendida, ejerció el cargo durante todo el año, tal como había hecho Germánico en el 12 d.C. Entre sus actividades conocidas, presidió un espectáculo de gladiadores en su nombre y en el de Germánico; intervino en todos los asuntos que se debatieron ese año en el Senado101.
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Tac., Ann., I, 14, 3; Rogers (op. cit. n. 87), p. 107; sobre la expedición, cf. Shaw (op. cit. n. 87), pp. 88-104, que cree que comparando el motín de Pannonia con el del Rin, Druso era potencialmente mejor comandante militar que Germánico. 100 Tac., Ann., I, 30, 5; 52, 3- Sobre el concepto de rector, cf. P. Grenade, Essai sur les origines du Principal. Investiture et renouvellement des pouvoirs imperíaux. París, 1961, p. 474; Shaw (op. cit. n. 87), p. 94. 101 Dión, 57, 14, 3.
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4.2.2. LA MISIÓN EN EL ILÍRICO (17-20 D.C.) Druso había descansado en Roma como priuatus durante el año 16 y comienzos del 17; asistió a la celebración del triunfo sobre Germania de su hermano Germánico el 26 de mayo del 17. Sea cual sea la importancia simbólica y política de esta ceremonia triunfal a los ojos del régimen, los territorios situados entre el Rin, Elba y Danubio estaban lejos de ser totalmente pacificados y controlados a pesar de lo que hacía creer la propaganda romana. La situación estalló con un nuevo conflicto interno en el 17 d.C, y se organizó una nueva campaña militar, confiada esta vez a Druso. Esta nueva misión era fundamentalmente diferente de las precedentes campañas militares de Germánico, puesto que englobaba la región del medio Danubio, en los confines de las provincias romanas de Retia, Nórico y Pannonia, con el objetivo de desarrollar una política de consolidación de una línea de defensa. Era, por tanto, una reacción de defensa ante un conflicto interno de tribus germánicas, en el que era importante restablecer la paz y modificar en realidad las relaciones de fuerza en provecho de Roma. Las fuentes no aportan ninguna indicación precisa sobre la naturaleza de los poderes sobre los cuales reposó la misión de Druso a lo largo de la frontera danubiana entre los años 17 y 20 d.C., pero su estatus le valió una ovación por sus éxitos diplomáticos. Esto significa que combatió bajo sus propios auspicios, por lo que se ha de admitir que como Germánico, Druso fue investido en el 17 con un imperium proconsular102, de carácter quinquenal sobre el Ilírico, una región que designa geográficamente un dominio de competencias que agrupa a varias regiones: Dalmacia, Pannonia, Mesia, y sin duda Nórico y Retia. A través de una actividad más diplomática que militar consiguió consolidar la posición de Roma en esas provincias durante el año 18, imponiendo el exilio forzado para los líderes 102 Hurlet (op. cit. n. 1), p. 215; Rogers (op. cu. n. 87), p. 120; Levick (op. cit. n. 2), p. 240, n. 3; Kienast (op. cit. n. 64), p. 82; Shaw (op. cit. n. 87), p. 166; Paladini (op. cit. n. 24), p. 594, n. 4, donde se reconoce que la concesión simultánea del poder proconsular a varias personas no es habitual, siendo el caso de Germánico y Druso bastante excepcional. Es más discutible la opinión de Paladini de que la misión de Druso era de menor importancia que la de Germánico y que si Druso hubiera recibido un imperium igual al de su hermano, Tácito lo habría mencionado.
de los Marcomanos y un nuevo rey para estos103. Druso había supervisado personalmente todas estas operaciones diplomáticas a lo largo del año 18 y había conseguido estabilizar la situación política en provecho de Roma en un solo año y sin ninguna intervención militar. — El arco triunfal del Foro de Augusto y la ovación Los éxitos diplomáticos de Druso fueron conocidos y anunciados en Roma a finales del año 18, al mismo tiempo que la coronación de Zenón-Artaxias por Germánico. Tiberio se mostró particularmente orgulloso de haber podido evitar en los dos casos el recurso a la fuerza; en cuanto a los senadores, votaron en honor de los dos príncipes un decreto con las siguientes medidas honoríficas: erección a cada uno de los príncipes de un arco de triunfo sobre cada lado del templo de Mars Vítor en el Foro de Augusto, con su estatua sobre la parte superior104. Y también destaca la celebración de una ovación para los dos príncipes a su retorno a Roma. Germánico no pudo gozar de este honor, pero en el caso de Druso, la celebración de esta ceremonia fue retrasada en dos ocasiones: la primera vez tras su primer regreso a Roma a finales del 19 a causa de la muerte de Germánico, momento en el que nacieron sus gemelos; la segunda vez tras su segundo regreso en mayo del año 20 a causa del proceso contra Pisón. Finalmente, cuando el proceso hubo terminado, entró en Roma como triunfador el 28 de mayo del 20 d.C.105 4.2.3- EL «COLEGA» DEL PRÍNCIPE (21-23 D.C.)
A decir verdad, las dificultades sobre la cuestión sucesoria no aparecieron desde un principio durante el reinado de Tiberio. Se daba por supuesto tras la adopción en el 4 d.C. de Germánico por parte de Tiberio que el joven príncipe sería algún día su sucesor. De hecho, Tiberio respetó el orden sucesorio establecido por Augusto, y Druso no fue beneficiado por delante de Germánico. Desde el punto de vista de la sucesión dinástica, el reinado de Tiberio no podía haber comenzado con mejor pie, puesto que sus hijos, Druso y Germánico ya 103
Tac., Ann., II, 63; Suet., Tib., 20, 2 y 37, 4. Tac., Ann., II, 64, 1. 105 Tac., Ann., III, 19, 3- Estando en la ciudad, tuvo que salir nuevamente para realizar la ceremonia de los auspicia, que venía a equivaler a la investidura del mando, y así poder entrar de nuevo con la ovación. 104
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habían gozado de un gran número de grupos estatuarios dinásticos erigidos a través del Imperio. Pero la muerte de Germánico convirtió a Druso en el nuevo heredero, en el único miembro de la familia imperial con el cual podía contar Tiberio, en el indiscutible sucesor al trono por delante de los hijos de Germánico y Agrippina. En el desarrollo de la teoría del «Doppelprinzipat», Kornemann había reconocido en su esquema una neta evolución de la posición del «corregente»: de colaborador del princeps y tutor de los príncipes herederos con Agrippa, y luego con Tiberio del 6 al 1 a.C., el collega sería el sucesor designado con Tiberio a partir del 4 d.C. Pero Hurlet106 ha destacado que la posición de Druso Minor en los años 22-23 d.C. no es bien definida por el autor alemán. La posición del hijo de Tiberio era la misma que había ostentado Tiberio a partir del 4 d.C., la de colaborador y sucesor designado, ya que si analizamos las relaciones jerárquicas entre Druso Minor y los dos hijos de Germánico para el problema de la sucesión, es evidente que Druso se convertía ahora en el nuevo heredero, poseía todos los requisitos necesarios para ocupar esa posición, a falta de la potestad tribunicia que Tiberio no tardó en pedir ante el Senado. La promoción de los hijos de Germánico, Nerón y Druso, había comenzado un año antes (20 d.C. para Nerón; 23 para Druso), pero, debido a su edad y falta de experiencia en la vida política y militar, no podían ser considerados como una opción seria para la sucesión a corto plazo. Con la muerte de Germánico, Druso Minor se había convertido en tutor de los hijos mayores de Germánico, pero esta posición —que para los casos de Agrippa y Tiberio antes de su adopción no significaba que fueran los sucesores designados, sino tutores de Gayo y Lucio—, reforzada con su nuevo estatus de collega de Tiberio, lo convertía en el único e indiscutible sucesor. La desaparición de Germánico obligó a Tiberio a revisar toda la organización jerárquica de la domus Augusta: desde ese momento Druso va a ser progresivamente asociado a los poderes del Príncipe: en el 19 había obtenido los cargos religiosos de augur y flamen Augustalis101 debido a que habían quedado vacantes 106
Hurlet (op. cit. n. 1), p. 377, n. 51, sobre la teoría de Kornemann. 107 Hurlet (op. cit. n. 1), p. 219, en contra de la opinión de Kienast (op. cit. n. 64), que lo sitúa antes del 11. A este cargo hay que añadir el de frater Arualis (14 d.C.), y quindecemuir (19 d.C.), siguiendo a Rogers (op. cit. n. 87), p. 103, y Shaw (op. cit. n. 87), pp. 76-77, 220.
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por la muerte de su hermano adoptivo Germánico. A este cargo religioso hay que unir el de sodalis Augustalis1^, recibido en el 14 d.C., convirtiéndose en sacerdote del culto de los divinos Julio César y Augusto; en el verano del año 20 fue elegido cónsul, cargo que ejerce al año siguiente, con Tiberio como colega, y más tarde obtendrá la potestad tribunicia (22 d.C.), y puesto que Tiberio se retiró a la Campania al comienzo del año 21, Druso se quedó solo para dirigir la vida política de Roma durante más de un año109. — El segundo consulado (21 d.C.) Poco tiempo después de su retorno definitivo a Roma y la celebración de su ovación, Druso fue elegido al consulado por segunda vez durante el verano del año 20, como ya dijimos, y participó en la vida política como cónsul designado hasta su entrada oficial como cónsul ordinario, pero Tiberio le privó del derecho a manifestar su opinión en primer lugar. El ejercicio colegial del consulado por el Príncipe y su hijo era, en términos de Tácito, un hecho remarcable110, pero esta realidad institucional fue muy breve puesto que Tiberio partió para Campania. El Príncipe continuaría participando en la vida política a través de cartas, pero las consecuencias de su retiro implicaban un reforzamiento de la posición de Druso, el retiro enfatizaba su posición como sucesor del emperador, y ahora, además de encargarse de los asuntos más importantes como cónsul, tenía la autoridad sobre el Senado, al presidir la asamblea y controlar el debate de todos los asuntos públicos. La obtención del consulado puede considerarse como una prueba de las intenciones de Tiberio respecto a la 108
Según Weinstock, 1957 (op. cit. n. 66), p. 151, Germánico fue flamen Augustalis y sodalis Augustalis, como lo fue Druso, quien recibió los mismos honores más tarde. Según Rogers (op. cit. n. 87), p. 103, fue flamen Augustalis al morir Germánico, pero no sodalis; Levick (op. cit. n. 2), p. 234, especifica que fue sodalis augustalis junto con Tiberio, Germánico y Claudio en el 15 d.C., y flamen augustalis tras morir Germánico. 109 Tac., Ann., III, 31, 2, quien argumenta que una de las explicaciones del retiro pudo ser la voluntad de dejar a Druso desempeñar, solo y sin el apoyo de su padre, las funciones del consulado. Aunque R. S. Rogers, Sejanus and Drusus Caesar, A.D. 14-23, TAPhA 72 (1941), pp. 42-43, consideraba que Tiberio había concedido a Sejano un estatus semioficial como colega en la administración del Imperio, y tal situación la fecha en el año 20 d.C., año en el que comenzaría el complot contra la vida de Druso, y Sejano concebiría la ambición de gobernar el Imperio; la misma idea en Rogers (op. cit. n. 87), p. 139. 110 Tac., Ann., III, 31,1.
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sucesión, igual que con anterioridad había marcado la primacía de Germánico en la sucesión con el consulado que sostuvo en el 18 d.C. Tiberio estaba siguiendo continuamente la política que se había marcado antes de morir Germánico: tratar a los hermanos adoptivos de manera imparcial y seguir el sistema de Augusto de promocionarlos de forma paralela, con una diferencia de tres años. Druso había alcanzado el más alto cargo político que sostuvo Germánico en el cursus bonorum. — La potestad tribunicia (22-23 d.C.) Tras acabar con sus funciones como cónsul, dejó Roma para reunirse con su padre en la Campania, pero antes de emprender su viaje, fue investido por el Senado con la potestad tribunicia, que había tomado esta decisión en respuesta a una petición escrita por Tiberio. Si su segundo consulado convertía a Druso en el heredero designado, con el poder tribunicio su posición fue reforzada. Según el testimonio de Tácito, Tiberio era consciente del procedimiento ya iniciado por Augusto de conceder la potestad tribunicia a un colega, para que no hubiera incertidumbre sobre el sucesor. Por ello, Tiberio promovió a Druso «al mando supremo, aunque mientras vivió Germánico se había reservado la elección entre los dos». Liberado Tiberio de la elección entre su hijo y Germánico, Druso presentaba suficientes credenciales para optar a la sucesión: tenía tres hijos, ocho años de experiencia en la guerra, un triunfo y dos consulados. Precisamente para Hurlet, la promoción que pedía Tiberio al Senado se basaba no sólo en la experiencia militar y política de su hijo Druso, sino también en su situación familiar. La referencia a sus hijos constituye para el autor un argumento de orden dinástico a favor de quienes piensan que Druso no sólo garantizaba la sucesión de Tiberio, sino también a largo plazo su propia sucesión111. En cuanto a las características de este poder civil en manos del joven príncipe, las fuentes no aportan ninguna indicación precisa. La investidura de la potestad tribunicia convertía a Druso en el colega del Príncipe112, tal como lo habían sido ya Agrippa o Tiberio antes de su 111
Tac., Ann., III, 56, 1-4. Kienast (op. cit. n. 64), p. 82; Hurlet (op. cit. n. 1), pp. 534-535. 112 Aunque para Grenade (op. cit. n. 100), p. 479, es más apropiado hablar del «adjutor» de su padre, porque la existencia de un «corregente» no significa que exista un doble principado.
acceso al trono, como señala Tácito, y también le reportaba una serie de medidas honoríficas. Como un reflejo del nuevo prestigio de Druso, tanto su retrato como sus títulos fueron representados en las emisiones imperiales por primera vez. Se acuñaron nuevos tipos monetarios donde la nueva posición de Druso como heredero designado aparecía corno el tema principal. Según Hurlet, la creación de estos tipos monetarios era ya de por sí bastante significativa en el contexto de los primeros años del principado de Tiberio, si se tiene en cuenta que no se conocen más que dos nuevos tipos monetarios entre el 14 y el 21 d.C. De hecho, Mattingly113 estableció tres principales momentos de acuñación en el reinado de Tiberio en la ceca de Roma para valores en bronce: el primero en el 15-16 d.C. para ases, el segundo en el 22-23 d.C. con las emisiones dedicadas a Druso, que fue un período de intensa acuñación, seguido por una completa ausencia de emisiones durante doce años, hasta los sestercios y ases del 34-37 d.C. Similares interrupciones en la acuñación de valores en bronce en Roma aparecen entre los años 4 a.C. y 10-11 d.C., y entre el 44 d.C. y 64 d.C. Para Grant114, el conjunto de las emisiones de sestercios y dupondios (sobre todo estos últimos) de Druso en los años 22-23 d.C., así como las de Tiberio en los mismos años, no responde a circunstancias puramente casuales, sino que se enmarcan en el contexto de la celebración de aniversarios: el primer decenio de Tiberio como emperador comenzaba en agosto del 23 y finalizaba en agosto del 24, mientras que el medio centenario de la res publica restituía se celebraba entre enero del 23 y enero del 24. Por tanto no es fortuito que se produjera una revitalización monetaria de gran importancia entre junio del 22 y junio del 23 d.C. Tal esfuerzo en la acuñación fue propiciado por Tiberio, quien por medio de su potestad tribunicia pidió el decreto del Senado que permitía las acuñaciones; menos probable es la suposición de Grant de que pudo ser el propio Druso, en vez de su padre, que también poseía este poder civil, quien ejerciera la auctoritas respecto al Senado. Incluso cree que no se puede rechazar la posibilidad de que el desarrollo monetario del tema de los aniversarios en el 23 d.C. fuera debido a Sejano. Su113
Hurlet (op. cit. n. 1), p. 221, n. 78; Mattingly (op. cit. n. 40), p. cxxxii. 114 M. Grant, Román Anniversary Issues. An exploratory Study of the Niimismatic and Medallic Commemoration of Anniversary Years 49 B.C.-A.D. 375. Nueva York, 1977 (Cambridge 1950), p. 38.
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therland comenta al respecto que es posible que la emisión del nuevo repertorio de tipos en bronce fuera impulsada por el propio Sejano, como Prefecto del Pretorio, aprovechando la ausencia del Príncipe, en una conspiración por maximizar las virtudes del reinado como un paso preliminar para su propia sucesión. La emisión en valores en bronce de la ceca de Roma podía ser controlada directamente por Sejano, pero hay que poner en duda los supuestos beneficios políticos que los tipos emitidos podían reportar al Prefecto115. Lo cierto es que la elección de los nuevos tipos, frente a los antiguos marcados por su monotonía y poco interés, destacaba por su diversidad y novedad en la combinación de elementos tópicos con una simbología de gran interés político para el momento, como era la propaganda de la casa imperial. La promoción de Druso se realizó en una serie de emisiones en valores en bronce acuñados en Roma entre los años 22-23 d.C. Los tipos tienden a enfatizar la posición establecida de Druso en la sucesión y su importancia dentro del estado, su alto estatus derivado de la posesión del poder tribunicio. El testimonio más representativo es un tipo monetario que asocia al «corregente» con sus dos hijos gemelos. Los sestercios muestran en el anverso una de las imágenes más sugerentes desde el punto de vista dinástico, como es la representación de cabezas enfrentadas de dos pequeños niños sobre cornucopias, con un caduceo en medio. Las cabezas representan a los dos hijos de Druso, que habían nacido a finales del 19 d.C., Tiberio Gemello y Germánico. Las posibilidades de sucesión para
115 Sutherland (op. cit. n. 35), pp. 93-95, 99, aunque es difícil imaginar a Sejano diseñando los tipos a emitir y decidiendo promocionar la casa imperial de la cual quería supuestamente deshacerse; y del mismo autor (op. cit. n. 33), P- 91; H. Zehnacker, Tensions et contradictions dans l'empire au ler siécle. Les témoignages numismatiques, Entretiens sur l'Antiquité Classique 33 (1987), p. 331, no ve tampoco qué provecho podía sacar Sejano de la iconografía que aparece en estas emisiones. La única presencia de Sejano en la propaganda numismática se produce en las tres emisiones de una ceca provincial hispana, concretamente en Bilbilis, donde se conmemoró el consulado conjunto del año 31 d.C. de Tiberio y Sejano: RPC 398-399, p. 129: A) TI CAESAR DIVI AVGVSTI F AVGVSTVS Cabeza laureada a derecha R) MVN AVGVSTA BILBILIS TI CAESARE V L AELIO SEIANO Corona de laurel y dentro COS. En RPC, p. 127, se dice que Bilbilis es la única ciudad romana imperial que recuerda este evento en las monedas con absoluta claridad. Después de la muerte de Sejano, en el 31 d.C., su nombre sufrió una damnatio memoriae visible en algunas monedas; sobre Sejano, cf. H. W. Bird, L. Aelius Seianus and his Political Significance, Latomus 38 (1969), pp. 61-98.
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estos dos niños serán analizadas con más profundidad más adelante, así como el uso tan eficaz de los símbolos asociados a las cabezas. En general, en estas series no existe ninguna referencia a los hijos de Germánico, la atención fue enfocada en Druso y sus hijos y ellos fueron considerados como los principales representantes de la gens lulia. Centrándonos en la promoción de Druso, que en este momento es el candidato único a la sucesión, el reverso de los sestercios recoge la nomenclatura de Druso, así como algunos de sus títulos: DRVSVS CAESAR TI AVG F DIVI AVG N PONT TR POT II, alrededor de SC. La leyenda recoge casi por completo el nuevo nombre de Druso tras la adopción de su padre en el 4 d.C., remarcando la relación de parentesco entre Druso y Augusto, la de nieto de éste. Además de ser enfatizado su parentesco con Augusto, debido sólo a la adopción, volvemos a encontrar a un heredero (tras Tiberio en el 10 d.C.) ocupando el anverso de la moneda como un honor bastante significativo. Además del nombre, se hace mención de su cargo de pontífice, asumido entre el 4-8 d.C. y a la posesión de la potestad tribunicia por segunda vez, lo que sitúa cronológicamente la emisión en el 23 d.C. más concretamente. La presencia de la indicación de la potestad tribunicia en el reverso marca el punto culminante de la evolución de la presencia de este poder civil sobre las emisiones monetarias dedicadas a los «corregentes». Mientras que con Agrippa no se hacía mención a este poder, aunque aparecía representado como magistrado civil, con Tiberio sólo se incidía en la presencia de este poder supremo en las emisiones realizadas en Roma. Con Druso, la potestad tribunicia aparece como el poder de referencia sobre el reverso de las emisiones monetarias acuñadas tanto en Roma como en las provincias116. En los dupondios117 emitidos también se desarrolla el mismo tema de la sucesión estable y de la confianza mutua en la casa imperial. En ellos la nomenclatura de Druso se reduce, donde sólo se destaca que es hijo de Tiberio. También se menciona el ejercicio de la potestad tribunicia por segunda vez (TR POT ITER), estando toda la leyenda alrededor de 116 Cf. Sutherland (op. cit. n. 33): sestercios (RIC I, Tib., 42=BMCRE I 95-97), fechados en 22-23 d.C., así como para Mattingly (op. cit. n. 40), p. 133; por Hurlet (op. cit. n. 1), pp. 342, 572, en 23 d.C. 117 RIC I, Tib., 43=BMCRE I 98 (Tiberio), p. 133: A) PIETAS Busto de Pietas velado y diademado a derecha R) DRVSVS CAESAR TI AVGVSTI F TR POT ITER alrededor de SC.
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SC. El anverso muestra el busto de Pietas, drapeado, velado y diademado, con la leyenda PIETAS. Mattingly describe el anverso como «busto de Livia», aunque no descarta que pueda tratarse de Antonia, la madre de Druso, o de Livilla, su esposa118. Para Grant, la aparición de Píelas conmemora el medio centenario de la «nueva república», ya que Pietas es una de las cuatro virtudes que aparecen inscritas en el clipeus uirtutis que el Senado le concedió a Augusto en el 27 a.C. Grant cree que como en el caso de lustitia, era inevitable que muchos vieran a Livia en los rasgos femeninos idealizados de la diosa en el anverso; y aquellos más versados en la cultura griega sabrían del fondo helenístico y estoico de este componente de las cuatro virtudes cardinales. La interpretación de Sutherland va encaminada a la exaltación por parte de Tiberio de las virtudes imperiales de lustitia, Salus, Clementia y Moderatio, incluida Pietas. Livia cayó enferma en el año 22 d.C., cuando tenía 79 años, y el Senado decretó supplicationes a los dioses ese mismo año por el restablecimiento de la madre de Tiberio119; esta enfermedad motivó las emisiones con la alusión a Livia en la representación de Pietas, así como los dupondios que representan a Salus Augusta, donde la representación de la divinidad sanadora simboliza el feliz restablecimiento de Livia120. Salus representa a partir de Augusto el papel de protectora del emperador y de la familia imperial, de ahí que sea invocada en esta ocasión. Este tipo sirvió de estímulo para algunas emisiones contemporáneas en Hispania. La asociación de Livia con algunas de las virtudes augusteas, así como con divinidades menores queda patente sobre todo en las emisiones provinciales. En Ilici, los ases y semis del reinado de Tiberio, fechados en el 22-23 d.C., que representan un ara donde se inscriben las le118
Mattingly (op. cit. n. 40), p. cxxxv. Tac., Ann., III, 64, 1-4. 120 Sutherland (op. cit. n. 33), p. 91; Mattingly (op. cit. n. 40), p. cxxxv; para J. Beaujeu, La religión romaine á l'apogeé de l'Empire. París, 1953, p. 283, hay una relación directa entre esta emisión y la erección del Ara Pietatis Aug. realizada el mismo año. El motivo de la Pietas aparece como el símbolo, no del culto público, ni del culto imperial, sino del lazo familiar y del culto rendido por los miembros de la domus Augusta a su ancestro y fundador del régimen, Augusto. Cf. RIC I, Tib., 47=BMCRE I 82: A) SALVS AVGVSTA Busto drapeado de Salus R) TI CAESAR DIVI AVG F AVG TR POT XXXIHI alrededor de SC. Sobre Pietas, cf. M. Manson, La Pietas et le sentiment de l'enfance á Rome d'aprés les monnaies, RBelgNum 121 (1975), pp. 21-80; sobre Salus, cf. M. A. Marwood, The Román Cult of Salus, BAR 465 (1988), p. 22. 119
tras SAL-AVG, posiblemente aludan, según Llorens, a la erección de un ara a la salud de Livia por el restablecimiento de su enfermedad121. Con Tiberio, los prototipos emitidos en Ilici se toman de los aes oficiales acuñados en Roma. Dentro de los tipos empleados en Ilici, hay un claro predominio de los temas militares y dinásticos. La alusión a la familia imperial está bien presente al conmemorar la salud de Livia, pero también mostrando las relaciones amistosas que mantienen Tiberio y Sejano a través de las monedas122. Pero la propaganda dinástica se repite también con los mismos temas —haciendo hincapié en las figuras de Germánico y Druso— en toda Hispania. Las monedas de Emérita representan un busto de Livia con la leyenda SALVS AVGVSTA, y Livia como una figura sentada sosteniendo un cetro y cereal; las monedas de Itálica muestran una figura sentada sosteniendo patera y cetro; las de Caesaraugusta a Livia drapeada y velada, sentada en un trono, con leyenda IVLIA AVGVSTA, así como otro tipo con un templo hexástilo en el reverso y la leyenda PIEÍATI AVGVSTAE. Mientras que en la ceca hispana de Romula, aparece la cabeza de Livia sobre un globo y media luna, y la leyenda IVLIA AVGVSTA GENETRIX ORBIS123. Finalmente, en ases124, con la misma cronología y ceca (22-23 d.C., Roma), aparece por primera vez la cabeza desnuda de Druso en el anverso, con la leyenda DRVSVS CAESAR TI AVG F DIVI AVG N, donde simplemente se destaca su filiación, lo bastante prestigiosa como para considerarse suficiente: es hijo de Tiberio Augusto y nieto del divino Augusto. Los cargos de Druso se mencionan en el reverso: PONTIF TRIBUN POTEST ITER alrededor de SC. De nuevo la mención al cargo religioso más importante, el pontificado, así como el ejercicio del poder civil por segunda vez consecutiva. Grant125 se plantea si las emisiones se deben fechar todas entre el 22-23 d.C., ya que es seguro que el senatusconsultum que permitía la emisión de estos tipos se decretó en esa fecha, pero puede que algunas emisiones sean posteriores a la fecha del decreto. Por ejemplo, 121
M. M. Llorens, La ceca de Ilici. Valencia, 1987, pp. 24-25, lám. XIII-XXIII. 122 Según Llorens (op. cit. n. 121), p. 153. 123 Mattingly (op. cit. n. 40), p. cxxxvi. Cf. RPC 3839, p. 72 (Emérita), RPC 66-67, p. 78 (Itálica), RPC 341, 344, p. 123 (Caesaraugusta), RPC 73, p. 79 (Romula). 124 RIC I, Tib., 45=BMCRE I 99-101 (Tiberio), p. 134, y p. cxxxvii. 125 Grant (op. cit. n. 114), p. 39.
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Grant cree que hay razones para preguntarse si los ases de Druso pueden ser postumos, y aunque se haga mención a la potestad tribunicia por segunda vez, como en el caso de los dracmas acuñados en Asia después de su muerte, entre los años 32-34 d.C. en Cesárea en Cappadocia, piensa que es posible que los ases conmemoren el décimo aniversario de la muerte de Druso126. La virtual designación de Druso como sucesor de Tiberio que quedó reflejada en la propaganda numismática resultó inútil tras su muerte, pero como en el caso de Gayo y Lucio, los tipos continuaron emitiéndose, sin perjuicio para la posición de Sejano. A pesar de tal promoción, Druso no tendrá ocasión de ejercer su poder, como poseedor de la potestad tribunicia, a lo largo de los años 22-23 d.C. Este oscurecimiento de la vida política de Druso en el preciso momento en el que ha sido investido del componente civil de los poderes imperiales es bastante singular; no se puede explicar por el retorno a Roma de Tiberio en mayo-junio del 22, ya que Livia se encontraba enferma, y la voluntad de este último de tomar la dirección de la vida política después de una ausencia de más de un año. Puesto que Druso había obtenido el imperium proconsular quinquenal en el 17, debía serle renovado en el año 22, hecho que no se menciona en las fuentes, cuando se le otorga la potestad tribunicia; luego para Hurlet podría tratarse del primer «corregente» o collega que no posee los dos poderes imperiales que proporcionan esta posición política, la de segundo hombre del estado, sino solamente el poder civil. De hecho la potestad tribunicia es el resorte jurídico fundamental de los poderes de Druso, como antes lo había sido de Agrippa y Tiberio. Es la asociación a este poder la que instaura oficialmente la colegialidad a la cabeza del estado y que consagra en el plano constitucional el nacimiento de la «corregencia». La calificación de collega no era sólo una fórmula puramente jurídica, puesto que numerosos testimonios, entre ellos la numismática, muestran al contrario que en circunstancias oficiales, el régimen podía hacer aparecer al «corregente» como el único asociado del Príncipe a los ojos 126 Cf. RIC I, Tib., 84-88, p. 100=BMCRE I 171, 173. Dracmas de Cesárea en Cappadocia (32-34 d.C.): N.s 84: A) TI CAES AVG P M TR P XXXIV Cabeza laureada de Tiberio a derecha. R) DRVSVS CAES TI AVG F COS II P IT Cabeza desnuda de Druso a izquierda. Grant (op. cit. n. 114), p. 68, quien no descarta que puedan celebrar el quinquenio de la muerte de Druso, fechándose en 27-28 d.C., defiende finalmente la fecha del 34-37 d.C. para los ases de Roma, como para los dracmas de Cesárea en Cappadocia.
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de la opinión pública. La emisión monetaria como instrumento de propaganda da al régimen una gran ocasión de presentar a los colegas del príncipe. Ya observamos ejemplos de tipos monetarios sobre los cuales las figuras del príncipe y del «corregente» aparecían respectivamente sobre el anverso y el reverso de las monedas: Augusto y Agrippa en los tipos acuñados entre 13-12 a.C; Augusto y Tiberio sobre los tipos acuñados en Lugdunum en los años 13-14 d.C., además de emisiones provinciales; y finalmente Tiberio y su hijo Druso. En el plano ideológico, se señala al mismo tiempo la superioridad del Príncipe al reservarse el privilegio de figurar sobre el lado de la moneda jerárquicamente más importante, aunque curiosamente la única excepción a la regla se produce con los tipos acuñados en los años 22-23 d.C. para Druso, puesto que la figura de Tiberio queda relegada al reverso. El «corregente» aparece, al terminar su ascensión política como heredero designado ante todo como el colega del príncipe127. Paladini ha observado que en el período en el que Druso se encontraba compartiendo el poder con su padre en la esfera civil gracias a la tribunicia potestas, se produce un reparto del poder militar, no de forma oficial, no de derecho sino de hecho, entre Tiberio y Sejano128. Precisamente sobre estos dos últimos personajes, se ha discutido si estos se identifican con las dos figuras togadas dándose las manos que encontramos sobre los reversos de los ases129 emitidos en la ceca de Ilici durante el reinado de Tiberio. Debajo de los brazos de ambos se encuentra un ara que se apoya sobre la línea de exergo, bajo la cual aparece la palabra IVNCTIO. Las dos figuras han sido identificadas como distintos personajes según los investigadores. Ante la propuesta de que fueran Germánico y Druso130, Llorens fecha las emisiones en los 127
Hurlet (op. cu. n. 1), pp. 348-349. Hurlet (op. cit. n. 1), p. 222; Paladini (qp. cit. n. 24), p. 595, n. 3. 129 Llorens (op. cit. n. 121), pp. 25-26, 86, 142, lám. XXIV-XXIX; RPC 198, p. 99: A) TI CAESAR DIVI AVG F AVG PM Cabeza desnuda a izquierda R) C I I A L TER LON L PAP AVIT H VIR Q Dos figuras togadas de pie con las manos entrelazadas sobre altar, debajo IVNCTIO. 130 M. Grant, Aspects of the Principare of Tiberius. Histoñcal Comments on the Colonial Coinage Issued Outside Spain, ANSMN116 (1950), p. 90; R. Etienne, Le cuite imperial dans la Peninsule Ibeñque d'Auguste á Diocletien. París, 1958, p. 426; Gil Parres (op. cit. n. 79), p. 444, para quien dicha representación puede referirse a la concordia efectuada entre Druso y Germánico, acaso como alusión a su adopción por Tiberio; luego fecha la moneda antes del 19 d.C. 128
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años 28-31 d.C., cuando los dos jóvenes príncipes ya habían muerto, lo cual lleva a identificarlos con Tiberio y Sejano, quienes fueron cónsules conjuntamente en el año 31 d.C.131 Una identificación de las dos figuras como Germánico y Druso llevaría a fechar la emisión antes del 19 d.C., pero como parece que se trata de la última emisión de la ceca, no puede aceptarse esta identificación. Según Ripollés132, solo podría tratarse de estas identificaciones: Nerón y Druso, Tiberio y Sejano o Tiberio y Calígula, en el caso de que esas figuras togadas representen a personajes imperiales y no a ciudades. 4.2.4. LA MUERTE DE DRUSO Y LOS HONORES FUNERARIOS
Druso murió en Roma el 14 de septiembre del 23 d.C.133 a la edad de 35 años, un año y medio después de su investidura a la potestad tribunicia, justo en el climax de su carrera. El joven príncipe había muerto de una enfermedad, y a excepción de Flavio Josefo, todas las fuentes literarias atribuyen la muerte de Druso a un envenenamiento ordenado por el Prefecto del Pretorio Sejano, que habría querido vengarse de las afrentas que le había infligido Druso y deshacerse al mismo tiempo del sucesor designado134. Según algunos investigadores, no es más que una interpretación tendenciosa que no reposa sobre ninguna prueba tangible y que parece haber sido creada a posteriori, sin duda tras la conspiración de Sejano y su ejecución en el año 31 d.C., y sobre todo por la propaganda anti-claudia tras el advenimiento de Calígula, que preconizaba la supremacía de la casa de Germánico, y en definitiva de los descendientes por lazos de sangre de Augusto135. 131 Llorens (op. cu. n. 121), p. 26, menciona el testimonio de Tac., Ann., IV, 74, 2-3, donde se dice que los senadores decretaron un altar a la Clemencia y otro a la Amistad, y a uno y otro lado estatuas de Tiberio y de Sejano. 132 Cf. RPC, p. 98. 133 Sobre la muerte de Druso, cf. Tac., Ann., IV, 812; Suet., Tib., 39, 1 y 62, 1. 134 Fl. Jos., AJ, XVIII, 206; Tac., Ann., IV, 3, 3; 8, 1 y 10; Suet., Tib., 62, 1; Dión, 57, 22, 1-2 y 58, 11, 6. Para Shaw (op. cu. n. 87), p. 289, n. 10, Flavio Josefo debe ser incluido en la misma tradición de los autores antiguos que piensan que Druso fue asesinado. 135 Hurlet (op. cit. n. 1), p. 223; cf. J. P. V. D. Balsdon, The «murder» of Drusus, son of Tiberius, Classical Review 1 (1951), p. 75; R. Villers, La dévolution du Principat dans la famille dAuguste, REL 28 (1950), p. 246, duda también del envenenamiento; también Shaw (op.
No hay ninguna razón seria para discutir la versión oficial de una muerte debida a una enfermedad, sobre todo si tenemos en cuenta que la salud de Druso era conocida por su fragilidad. La muerte de Druso privó al régimen del último príncipe que estaba, por edad, experiencia y situación familiar, capacitado para garantizar la continuidad dinástica. Desde el anuncio oficial de su muerte se decretaron toda una serie de honores a título postumo136. Con el precedente de Germánico, esta decisión fue tomada oficialmente por el Senado bajo la forma de un senado-consulto, y ratificada por la asamblea popular como una ley comicial137. Los honores fúnebres tributados a Druso Minor con motivo de su muerte muestran un paralelismo absoluto con la lex Valeria Aurelia. Siguiendo el ejemplo de Germánico, se le erigieron diversos arcos conmemorativos entre los cuales se puede localizar el primero en Roma, del que no se posee ningún vestigio arqueológico y otro en Iliria, además de otros honores que también habían sido conferidos a su hermano adoptivo, como la colocación de sus cenizas en el Mausoleo de Augusto. En los años 32-33 d.C. y 33-34 d.C. se emitieron en la ceca asiática de Cesárea en Cappadocia, unos tipos monetarios en dracmas138, que volvían a representar la cabeza desnuda de Druso en el reverso, con la leyenda DRVSVS CAES TI AVG E COS II TR P, que incluye como novedad respecto a anteriores leyendas, la referencia a sus dos consulados; mientras cit. n. 87), pp. 28, 271-287, quien dice que la muerte poco gloriosa de Druso, en un sórdido complot urdido por su propia esposa adúltera y el comandante de la guardia pretoriana, Aelio Sejano, puede estar basado más en la propaganda Julia que en un hecho real. Al final reconoce que su muerte sigue siendo un misterio; Levick (op. cit. n. 27), p. 161, para quien es difícil creer en la complicidad de Sejano y Livilla, sobre todo cuando la eliminación de Druso aún dejaba a Tiberio un buen número de herederos con quien contar. En cambio, siguen la versión de las fuentes: Rogers (op. cit. n. 87), pp. 137-145; Lesuisse (op. cit. n. 7), p. 275, admitiendo la complicidad de Livilla, la hermana de Germánico; y el mismo autor en (op. cit. n. 6), p. 42; Bird (op. cit. n. 115), pp. 66-67. 136 Tac., Ann., IV, 9, 2. 137 Hurlet (op. cit. n. 1), p. 223, n. 90, donde menciona la Tabula Ilicitana, uno de los fragmentos que contiene la lex que recoge los honores funerarios de Druso César. Cf. Crawford, 1996 (op. cit. n. 63), pp. 510511, 544-547; cf. Rose (op. cit. n. 12), p. 29. 138 RIC I, Tib., 84-85, para los años 32-33 d.C.; RIC I, Tib., 86-87=BMCRE I 171-173, p. 144, para 33-34 d.C., con la indicación de TR POT IT para Druso; RIC I, Tib., 88, sin leyenda en reverso, fechada entre 32-34 d.C.
LAS CARRERAS DE GERMÁNICO Y DRUSO MlNOR
que en el anverso se representa la cabeza laureada de Tiberio con su titulatura. La referencia, para Grant139, al decennium de la muerte de Druso es bastante obvia. No resulta sorprendente esta emisión si tenemos en cuenta que existió una publicidad postuma de Druso bien atestiguada140. Es innecesario detectar alguna referencia especial al descubrimiento de Tiberio, desde el 32 d.C., de que Druso había sido supuestamente asesinado por Sejano141. La razón inmediata para estas emisiones pudo haber sido de carácter militar, ya que se estaban desarrollando operaciones militares en el Este en ese momento, o en preparación para la campaña de L. Vitellius contra los Partos. Pero para Sutherland142, una ceca esencialmente militar como es Cesárea, que durante el período Julio-Claudio estuvo emitiendo dracmas y didracmas para el pago a los ejércitos en Oriente, conmemora a un hombre esencialmente militar diez años después de su asesinato «brutal» por Sejano, en una forma de reconocimiento público del buen nombre de Druso. Shaw aporta una interpretación novedosa al proponer que Tiberio hubiera permitido estas emisiones para promover la rama claudia de la familia imperial, particularmente al hijo de Druso, Tiberio Gemello143. La desaparición prematura de Germánico y Druso no permite aclarar cual habría sido la política de Tiberio en materia de sucesión, y en qué medida se habría cumplido el respeto de la ficción republicana en la necesidad de asegurar la continuidad de la monarquía144. Según Shaw, la muerte de Druso fue una gran pérdida para el principado Julio-Claudio. Con su experiencia política y militar, Druso habría sido capaz de completar el establecimiento de su propia dinastía y la de su padre, la rama claudia de la domus Augusta —denigrada por la propaganda escrita pro-julia, que influyó notablemente en los historiadores antiguos, transmitiéndonos una imagen negativa de la familia claudia, y, por consiguiente, una positiva de la casa de Germánico—, aseguran139
Grant (op. cit. n. 114), p. 45; también para Sydenham (op. cit. n. 41), p. 36. 140 Rogers (op. cit. n. 87), p. 153. 111 Cf. Mattingly (op. cit. n. 40), p. cxli, para quien el descubrimiento del crimen en el 32 d.C. propició esta emisión. 112 C. H. V. Sutherland, Román History and Coinage. 44 B.C.-A.D. 69. Fifty points of relation from Julius Caesar to Vespasian. Oxford, 1987, pp. 54-55. 113 Shaw (op. cu. n. 87), pp. 298-299, n. 15. 144 Grenade (op. cit. n. 100), p. 482.
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do la futura estabilidad de la sucesión y del gobierno romano. Además, según el autor, uno de los más grandes beneficios que él habría sido capaz de dar al Imperio Romano hubiera sido la exclusión de Calígula del trono, propiciando un nuevo período de paz y prosperidad. Ésta es una aseveración que lógicamente entra en el terreno de la especulación. Para Garzetti, sin embargo, las cualidades de Druso para la sucesión no le hacían diferente o mejor en comparación a otros príncipes de la familia imperial. Pero políticamente su desaparición de la escena significaba el resurgimiento de quienes apoyaban a la familia de Germánico, que veían la sucesión más cerca, incluso oficialmente, después de que Tiberio, en un solemne discurso recomendase al Senado a los dos hijos mayores de Germánico, Nerón y Druso145. 4.3. GERMÁNICO Y DRUSO: PRINCIPES IWENTVTIS Y «DIÓSCUROS» En el análisis del cursus honorum de los dos príncipes, nada se ha dicho sobre la ostentación del título honorífico de Princeps luuentutis, que como en el caso de Gayo y Lucio, también va a ser concedido en esta ocasión a Germánico y Druso, aunque las noticias no son tan numerosas y tan evidentes como en el caso de los nietos de Augusto. La ausencia del título sobre las inscripciones ha llevado a algunos autores a dudar sobre su concesión, pero ya Koch los incluía en su trabajo sobre el título, y apuntaba la fecha del 4 d.C. para la concesión146. También Gagé147 había advertido que Calígula había tomado el lugar de Germánico y Druso como Príncipe de la Juventud en un momento determinado. Pero puesto que no existía ningún testimonio que indicase que Germánico y Druso obtuvieron este título honorífico, los argumentos de Koch para defender la obtención del título no le parecieron suficientes. Según Gagé, es evidente que Ger145
Shaw (op. cit. n. 87), pp. 303-304, que en su trabajo en general sobre la figura de Druso realiza una revisión de su obra, presentando una imagen positiva del joven príncipe como figura política; Garzetti (op. cit. n. 31), pp. 54-55. 146 L. G. Koch, De príncipe iuventutis. Leipzig, 1883, pp. 22-23; siguiendo a Koch, V. Gardthausen, «Drusus lulius Caesar», RE X/l (1919), p. 432; también W. Beringer, «Princeps Iuventutis», RE XXII/2 (1954), pp. 23012302, que además de seguir la fecha del 4 d.C., resalta el paralelo de los Dióscuros con Germánico y Druso. 147 J. Gagé, Un manifesté dynastique de Caligula d'aprés une nouvelle interprétation du Grand Carnee de París, REA 37 (1935), p. 171.
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mánico y Druso, hasta el día que ejercieron la cuestura, debieron ser los miembros más eminentes de la juventud ecuestre, y dirigirían los escuadrones de caballería correspondientes en las paradas anuales, pero no significa que llevaran oficialmente el título de Princeps luuentutis, puesto que después de la muerte de Gayo y Lucio, no era necesario designar sucesores con un título eminentemente dinástico; Gagé concluye que ni Germánico ni Druso fueron formalmente designados Principes luuentutis, aunque la juventud ecuestre les considerara como sus jefes naturales148. Según Rogers149, en cambio, ya en el año 9 d.C, si no antes, habían sido designados «príncipes de la juventud». De hecho, Ovidio les aplica a ellos la expresión sidus iuuenale1^, clara identificación con Castor y Pólux, esta vez simbolizados como estrellas, una identificación regularmente asociada con los Principes luuentutis. Tal como señalamos para los casos de Gayo y Lucio y de Tiberio y Druso, también Germánico y Druso Minor fueron asociados o identificados con Castor y Pólux, y tal asociación venía confirmada por el apelativo de «Castor» que se le había dado a Druso. Tiberio había continuado la política de propaganda dinástica comenzada por Augusto que se basaba en la identificación de los Dióscuros con las parejas de herederos. Los Dióscuros, como los cesares, fueron jóvenes y patronos de los iuuenes. El amor fraternal de los príncipes es sugerido por su asociación con las jóvenes divinidades, y es una asociación tradicional para los herederos al Imperio151. Existen evidencias del culto de Germánico y Druso como Dióscuros, no sólo sobre inscripciones sino también en emisiones provinciales de Oriente152. Levick consideraba la obtención —probablemente no oficial, según ella— del título por Germánico y Druso como un reconocimiento público de que los dos estaban destinados a la sucesión153. Es más, los dos jóvenes príncipes 148
Gagé (op. cit. n. 147), p. 172. Rogers (op. cit. n. 87), p. 103. 150 Ov., Tr., 2, 167: «Y que tus nietos, astros de la juventud, vayan, como lo hacen ya, tras tus huellas y las de su padre». Introducción, traducción y notas de José González Vázquez. Según A. Wankenne, Germanicus, ideal du prince selon Tacite, LEC 43 (1975), p. 272, la expresión sólo hace referencia a Druso. 151 K. Scott, The Dioscuri and the Imperial Cult, CPh 25 (1930), p. 379. Cf. Ov., Pont., 2, 2, 81-84. 152 Rogers (op. cit. n. 87), p. 104, n. 11: BMCRE I, Lydia, p. 251 s., Sardes, n.s 104 s.; Caña, p. 167, Tabae, n.s 61 s.; Phrygia, p. 246, Hierapolis, n.Q 111. 153 Levick (op. cit. n. 2), p. 234, n. 1. 149
fueron asociados a Castor y Pólux154. Su tratamiento en igualdad de condiciones en cuanto al cursus honorum por Augusto y Tiberio como pareja sucesoria por detrás del propio Tiberio y Agrippa Postumo, según Levick, se refleja en múltiples aspectos iconográficos e ideológicos. Como pareja, Germánico y Druso fueron identificados con Castor y Pólux antes de la muerte de Augusto, y en relación con sus títulos de Principes luuentutis, siendo representados en las monedas preferentemente de manera conjunta como Dióscuros. Scott destacaba que Druso adquirió el sobrenombre de «Castor» no sólo por el incidente que narra Dión Casio, donde se enfrentó a un «distinguido caballero», sino que hay una significación más profunda e importante relacionada con un fenómeno bien conocido en época romana, a saber, la asociación o identificación oficial o en la imaginación popular, de un rey, emperador, o miembro de la casa imperial con una divinidad a quien el mortal de alguna forma imitó. Tiberio precisamente había tendido a identificarse o asociarse él mismo junto a su hermano Druso, que fueron líderes de los equites, como Gayo y Lucio, con los Dióscuros, los dioses patrones de los caballeros. De hecho es fácil ver cómo se deseaba que en la familia imperial los hermanos y herederos al Imperio Gayo y Lucio, Tiberio y Druso, Germánico y Druso Minor, Nerón y Druso (hijos de Germánico), o Tiberio Gemello y Germánico (hijos de Druso Minor) tuvieran las mismas relaciones que los gemelos divinos, que eran inseparables. El autor veía la existencia de una tendencia en la familia imperial a asociar a los herederos al Imperio y líderes de los caballeros con los gemelos divinos Castor y Pólux, y tal tendencia parece haberse manifestado ya en el caso de Tiberio y su hermano Druso, en los hijos gemelos de Druso Minor, quizás en Nerón y Druso César, hijos de Germánico, y seguramente en el caso de Germánico y Druso Minor155. Para Shaw156, Druso y Germánico también fueron Principes luuentutis, convirtiéndose en los líderes de los iuniores, los equites por debajo de los 35 años, y este título honorífico probablemente, quizás incluso oficialmente, les otorgaba la condición de sucesores al trono. A pesar de que ninguna fuente material confirma . 154 A. Stein, Drusus Castor, Hermes 53 (1918), pp. 217-220; K. Scott, Drusus, nicknamed «Castor», CPh 25 (1930), pp. 155-161. 155 Scott (op. cit. n. 154), p. 160. 156 Shaw (op. cit. n. 87), pp. 64-65.
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este aspecto, hay suficientes indicios157 para pensar que gozaron de este privilegio. El título no podía desaparecer después de Gayo y Lucio, puesto que posteriormente otros herederos lo recibieron, como Nerón. Uno de estos indicios está en relación con los honores funerarios concedidos a Druso, donde encontramos algunos relacionados con la obtención del título honorífico de Princeps luuentutis concedido por el orden ecuestre, puesto que éste acordó llevar su estatua en la procesión anual, la transuectio equitum, así como llevar también en la parada anual un escudo de plata que los caballeros habían dedicado a Druso, que claramente es una alusión al escudo de plata que se le era concedido a un Princeps luuentutis, como en los casos de Gayo y Lucio, o posteriormente con Nerón158. Según Shaw, hay evidencia de una práctica, quizás oficialmente fomentada, de asimilar a Druso y Germánico con los hermanos divinos, los Dióscuros, o los Castores. Incluso esta asociación potenció el culto de los dos príncipes con un flamen en Nemausus. La conexión habría mejorado su imagen pública como pareja sucesoria, al mismo tiempo que habría servido para aumentar el prestigio y la auctoritas de los príncipes, cualidades esenciales para la credibilidad y seguridad de una dinastía «extraconstitucional» como el principado Julio-Claudio159. Esta visión conjunta de los dos príncipes demostraría que eran percibidos como una pareja sucesoria por Augusto. La asociación con los Dióscuros fortalecía la posibilidad de que los hermanos fueran inducidos a la obtención del título honorífico de Princeps luuentutis. Los caballeros romanos consideraban a los Dióscuros como sus dioses guardianes y protectores y veían a los Principes luuentutis no 157
Shaw considera la expresión de Ov., Pont., 2, 5, 41, princeps iuuenum como un sinónimo de princeps iuuentutis. También Wankenne (qp. cit. n. 150), p. 270 y J. Sihvola, II culto dei Dioscuri nei suoi aspetti politici, Lacus luturnae I, LSA 12 (1989), p. 89, ed. por E. M. Steinby. 158 Rogers (op. cit. n. 87), p. 133; Shaw (qp. cit. n. 87), p. 296. También, en los funerales de Germánico, los caballeros (iuniores) se encargaron de llevar las cenizas del príncipe hasta el Campo de Marte: cf. W. Seston, Les chevaliers romains et le «iustitium» de Germanicus, RDHF 30 (1952), pp. 159-177, que afirma que no es casual que a los Principes luuentutis, los jefes del orden ecuestre, que es la «juventud del Imperio», se les consagre una lanza y un escudo, las armas que les definían; en la p. 170, n. 2, menciona una inscripción donde se habla de una lanza y un escudo consagrados a Germánico. 159 Shaw (op. cit. n. 87), p. 65, n. 6.
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sólo como los líderes ecuestres de carácter honorífico sino también como los representantes humanos de los gemelos divinos. La transuectio equitum, la parada anual de los caballeros que se celebraba el 15 de julio, considerada como la fiesta de los Dióscuros, era encabezada por los Principes luuentutis, probablemente representando a los Dióscuros entrando en Roma a la cabeza del orden ecuestre160. Además, Shaw cree que Germánico y Druso mantuvieron una amistosa relación, siguiendo a Tácito, de manera que vivieron como los Dióscuros, que simbolizan la relación devota entre hermanos. De hecho, como reflejo de su relación estrecha en la sucesión imperial como hijos de Tiberio, fueron representados a menudo en pareja en retratos oficiales o en las monedas. Así, la concordia entre los dos hermanos podía asimilarse sin problemas a la concordiafratrum de la pareja divina, y esta concordia había ya sido advertida para otras parejas como Gayo y Lucio, o Tiberio y Druso Maior, en definitiva, la exaltación de la concordia entre hermanos sirve a los propósitos de la propaganda dinástica161. En cuanto al significado del sobrenombre de Druso, «Castor», que según Dión adquirió de forma espontánea por agredir a un distinguido caballero, el apelativo tenía un punto humorístico, puesto que uno de los Dióscuros era honrado tradicionalmente como un hábil púgil, que originalmente se refería a Pólux pero que la religión romana había asimilado en cambio a Castor. En realidad, Castor era conocido en la Antigüedad por su habilidad en el manejo de las armas y la doma de los caballos, por lo que se convirtió en el patrón y protector de los caballeros162. 4.4. CONCLUSIÓN: LA POLÍTICA DINÁSTICA DE TIBERIO (14-23 D.C.) La preferencia en la presentación conjunta de Germánico y Druso en las acuñaciones monetarias provinciales, con anterioridad al 19 d.C, no debería ser entendida sólo como una 160 Shaw (qp. cit. n. 87), p. 66, siguiendo a W. Beringer, s. v. «Princeps luventutis», ££XXH/2 (1954), p. 2301. 161 Shaw (qp. cit. n. 87), p. 142; Tac., Ann., II, 43, 6: «Ahora bien, los dos hermanos mantenían una egregia concordia, inmunes a las polémicas de sus allegados». Cf. C. Parisi Presicce, I Dioscuri Capitolini e l'iconografia dei gemelli divini in etá romana, en L. Nista (ed.), Castores. L'immagine dei Dioscuri a Roma. Roma, 1994, pp. 171172. 162 Dión, 57, 14, 9; Shaw (qp. cit. n. 87), pp. 144145.
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promoción política en el sentido estricto de los términos, teniendo en cuenta que Germánico era el sucesor designado de Tiberio, mientras que Druso no gozaba de este privilegio, sino también como una promoción propagandística de carácter ideológico, aunque al fin y al cabo su finalidad última sigue siendo política. Esta preferencia vendría motivada por la propaganda que asociaría a Germánico y Druso con los Dióscuros, quienes en época republicana, como ya dijimos, aparecían con más frecuencia en las emisiones monetarias en pareja. Es una hipótesis a tener en cuenta, sobre todo si vemos el ejemplo de Gayo y Lucio, quienes también suelen aparecer en pareja, aunque era clara la preeminencia política del primero. Las apariciones en pareja responden a la posición dual que Augusto asignó a las parejas de herederos en su sistema de sucesión, ya fuera con Gayo y Lucio, cómo posteriormente con Germánico y Druso, aunque en la práctica, uno de los dos ocupaba una posición inferior. Se ha constatado que en Italia y las provincias se tendió a considerar de manera conjunta a los dos herederos Germánico y Druso en todo el conjunto de dedicatorias y honores que recibieron, incluyendo las emisiones monetarias. Precisamente ya vimos cómo las emisiones monetarias hispanas repetían un tipo que representaba a Germánico y Druso en pareja, con las cabezas enfrentadas en el reverso103, que a su vez venía a copiar el tipo dedicado a Gayo y Lucio como una forma de manifestar la continuidad dinástica del régimen a pesar de que los herederos sean diferentes. Sin embargo, no podemos asegurar que al menos en la parte occidental del Imperio los príncipes Germánico y Druso aparecieran en las emisiones monetarias bajo un modelo iconográfico basado en los Dióscuros y su temática de época republicana. A pesar de la sugerente afirmación de Gury164 respecto a que «los principes iuventutis, que son los presuntos herederos al trono, son figurados en una iconografía inspirada por la de los Castores», lo cierto es que este planteamiento no es aplicable a los hijos de Tiberio. Sólo un tipo que tuvo poco eco en la acuñación provincial hispana emitido en Itálica podría prestarse a una posible analogía con un tipo republicano que curiosamente resulta también excepcional dentro de la temáti163
Los Dióscuros aparecen frecuentemente en época republicana como dos cabezas mirando a derecha: cf. RPC, p. 862. 164 F. Gury, s. v. «Dioskouroi/Castores», Lexikon III/l (1986), pp. 632-633.
ca de los Dióscuros. El tipo monetario de Itálica165, un as fechado entre 14-19 d.C., representa la cabeza desnuda de Tiberio en el anverso, mientras que en el reverso aparecen Germánico y Druso de pie, ambos con lanzas. Respecto al tipo monetario republicano al que me refiero, se trataría de un denario de la ceca de Roma emitido en el año 41 a.C.166 que representa en el reverso a los Dióscuros de pie con lanza. Posiblemente se fomentó como política sucesoria la asociación oficial de ambos entre los años 14-19 d.C., que venía a ser una continuación de la política de Augusto entre el 4-14 d.C., al considerar a los jóvenes príncipes como potenciales sucesores al Principado. Y en esta política sucesoria de asociación oficial debe incluirse la asociación de Druso y Germánico con el culto de los Dióscuros167. Sin embargo, a pesar de esta supuesta política dinástica de pareja, no se conocen emisiones oficiales que representen a los dos jóvenes príncipes entre los años 14-19 d.C. De Germánico sólo conocemos una emisión oficial promocionando su éxito en Oriente en el 18-19 d.C., mientras que Druso no aparece de forma oficial en las monedas hasta que su posición en el estado estuvo consolidada como sucesor político de Tiberio, a partir de la concesión de su potestad tribunicia en el 22 d.C. Realmente el supuesto aparato propagandístico centrado en las figuras de Germánico y Druso no se puso en funcionamiento en el ámbito oficial en ningún momento. Tiberio podía haber respetado los deseos de Augusto de potenciar las carreras de los dos jóvenes príncipes a la sucesión de forma pareja para evitar los problemas derivados de la desaparición prematura de un heredero al trono, de manera que Germánico podía estar ocupando un segundo lugar en la política sucesoria, pero la promoción política y militar no debía mostrar claramente esa posición privilegiada. Sólo de esta forma puede cobrar sentido la ausencia de propaganda numismática centrada en los dos jóvenes príncipes como pareja en el ámbito oficial. La propaganda dinástica había sido fundamental para el conocimiento de los príncipes Gayo y Lucio, sobre todo teniendo en cuenta que cuando comienzan a emitirse las famosas series que los representan como príncipes de 165
RPC 68, p. 78. RRC 515, p. 523: A) L SERVIVS RVFVS Cabeza desnuda a derecha R) Dióscuros de pie sosteniendo lanza y con espada colgando de la cintura. 167 Shaw (op. cu. n. 87), pp. 184-185. 166
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la juventud, ni Gayo ni Lucio tenían ninguna experiencia política o militar acumulada. En cambio, Germánico y Druso ya habían ejercido importantes cargos civiles en la ciudad de Roma antes de que Tiberio accediera al poder: Germánico había sido cónsul en el 12 d.C, y Druso cónsul designatus en el 14 d.C.; mientras que en el plano militar, Germánico ya tenía alguna experiencia, más que la de Druso. Esta promoción política y militar acelerada de los jóvenes príncipes no fue potenciada a través de las emisiones monetarias oficiales, y sobre todo, parece claro que existió una política deliberada de no anteponer la imagen de un heredero ante el otro, aunque en la práctica la adopción de Germánico por Tiberio concedía al primero un supuesto segundo lugar en la sucesión. Esta premisa se respetó sin duda en las acuñaciones provinciales, al menos en las emitidas en Hispania, que siempre se destacó por el desarrollo del culto imperial y dinástico. Así se puede comprobar del análisis de las emisiones dedicadas a Germánico y Druso. Éstos, como ya dijimos anteriormente, aparecen conjuntamente en Itálica, Romula, Carteia, Acci y Tarraco168; sin embargo Druso aparece en solitario en Itálica169 y Tarraco170 (con Livia), y en el segundo caso estaríamos hablando de una emisión posterior al 19 d.C., año de la muerte de Germánico, concretamente sería del 22-23 d.C., contemporánea a la promoción dinástica que se le efectúa en Roma. Resulta curioso observar el fenómeno de propaganda dinástica en las provincias, por cuanto parece a primera vista más espontáneo y libre; precisamente los tipos dinásticos que les representan en pareja entre los años 14-19 d.C., ausentes en Roma y Lugdunum, están
168
Cf. supra n. 74-78. Cf. Etienne (op. cu. n. 130), p. 426, quien habla de un equilibrio entre los dos príncipes. 169 RPC 71, p. 79: A) DRVSVS CAESAR TI AVG F Cabeza desnuda a derecha R) MVNIC ITAUC Aquila y uexillum entre dos signa, debajo PER AVG. 170 RPC 233, p. 105: A) TI CAES AVG PONT MAX TRIE POT Cabeza laureada a derecha R) C V T DRVSVS CAES TRIE POT IVL AVGVSTA Cabezas enfrentadas de Druso y Livia.
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muy presentes en las acuñaciones hispanas, siendo el tipo más repetido. Aunque habría que matizar que el fenómeno no sería tan espontáneo y tan ajeno a los mecanismos oficiales de propaganda como cabría pensar. Es más lógico pensar que la propaganda dinástica provincial, aunque restringida a unos circuitos comerciales muy pequeños por emitirse en valores en bronce, responde a las directrices emitidas desde Roma en cuanto a la concepción —su asociación con los Dióscuros— y a la presentación —en pareja— de los herederos al trono. Siempre teniendo en cuenta el efecto propagandístico restringido de las acuñaciones provinciales, lo cierto es que para los casos de Germánico y Druso, éstas sustituyeron a la propaganda que podría haberse esperado de las emisiones oficiales de Lugdunum y Roma. Es evidente que a pesar de la promoción dinástica que de manera sistemática experimentaron Gayo y Lucio a través de las monedas, en el período del 14-19 d.C., el programa propagandístico no había alcanzado la madurez que será tan evidente para otros príncipes herederos que posteriormente serán analizados. Aunque más que de un problema de escaso desarrollo y aprovechamiento del potencial propagandístico de las monedas con fines dinásticos para Germánico y Druso, tal vez haya que considerar la posibilidad de que al menos en valores monetarios superiores se decidiera no hacer uso de la propaganda dinástica con fines políticos. La imagen de Germánico y Druso como herederos al trono no fue potenciada a través de las emisiones oficiales entre los años 14-19 d.C. Sólo durante dos años, entre el 2223 d.C. Druso gozó de una promoción dinástica oficial a través de la numismática, y resulta pobre desde el punto de vista iconográfico.
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Capítulo V LA SUCESIÓN DINÁSTICA HASTA EL ACCESO DE NERÓN (23-54 D.C.)
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5.1. LOS PROBLEMAS SUCESORIOS HASTA EL ADVENIMIENTO DE CALÍGULA (2337 D.C.) 5.1.1. Los HIJOS DE GERMÁNICO: NERÓN Y DRUSO
Segenni1 ha resaltado que es en estos años cuando se va a producir la afirmación del principio dinástico en la sucesión. De hecho, según la autora, el problema de la sucesión en este momento resulta fundamental, sin que haya dejado de constituir el hilo conductor de los primeros decenios del Principado. La situación en el 23 d.C. para Tiberio en la cuestión sucesoria resultaba bien diferente a la que había sufrido Augusto en varias ocasiones. Tiberio contaba con un número de candidatos masculinos pertenecientes a la domus, principalmente sobrinos y nietos, lo suficientemente importante como para no peligrar la transmisión del poder en el seno de la familia Julio-Claudia; esta «abundancia» de candidatos se debía gracias a dos personas relacionadas directamente con Tiberio: su hermano Druso y su propio hijo Druso Minor. La casa imperial contaba con varios presuntos sucesores en el 23 d.C., los hijos de Agrippina y Germánico, Nerón, que tenía 17 años, Druso, 16, y Calígula, 11, y los hijos de Livilla y Druso, Germánico (que moriría ese mismo año) y Tiberio Gemello, de 4 años de edad. Pero ninguno de estos jóvenes príncipes estaba preparado en aquel momento para asumir el gobierno de un imperio, por lo que la figura del «corregente», desaparecido Druso, volvió a co1
S. Segenni, Antonia Minore e la Domus Augusta, SCO 44 (1994), p. 308.
brar vigor. Sejano podía convertirse en la elección lógica de Tiberio, dada su experiencia militar y política, pero esto resultaba imposible por cuanto iba en contra del principio dinástico que hasta ahora había prevalecido en la elección de un «corregente» (Agrippa, Tiberio, Gayo); tras las muertes de Germánico y Druso Minor, Sejano creía que ya se encontraba cerca de lograr su propósito de alcanzar el Principado, pero antes debía acabar con los descendientes de Germánico. Sejano era capaz de alegar públicamente la existencia de un «partido de Agrippina» hostil a Tiberio, y decidir en privado sobre la necesidad de eliminar a los dos hijos mayores de Germánico tan pronto como fuera posible2. Para Hurlet, la cuestión después de la muerte de Druso era saber cuál de las dos líneas familiares iba a favorecer Tiberio por una adopción, condición previa a toda promoción a una «corregencia». Las dos soluciones podían apoyarse sobre sólidos argumentos: los hijos de Germánico y Agrippina encarnaban la legitimidad dinástica más «augústea», puesto que eran por su madre biznietos consanguíneos del fundador del régimen; los hijos de Druso y Livilla representaban la rama Julia más cercana por lazos de sangre al nuevo Princeps. Pero debido a que la domus Augusta estaba dividida entre el círculo de Agrippina y el clan de Livilla, Tiberio decidió no favorecer abiertamente ninguna línea familiar y no adoptó ni promovió de forma significativa a ninguno de sus cinco nietos. Su única decisión fue la de confiar a los senadores la educación de los dos hijos mayo2
C. H. V. Sutherland, Coinage in Román Imperial Policy. 31 B.C.-A.D. 68. Londres, 1951, p. 99.
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res de Germánico. Para el autor, el hecho de no recurrir a la «corregencia» para un miembro de la familia imperial, acelerando su carrera política como en el caso de Gayo y Lucio, se sitúa en la lógica del contexto político creado en el 23 por la decisión de Tiberio de no proceder a ninguna adopción. Podría tratarse de un signo de desinterés por parte del Princeps sobre la cuestión sucesoria, pero se contradice con el desarrollo del culto de la Prouidentia, que luego veremos para el caso de Calígula, y que está estrechamente ligado con el problema de la continuidad dinástica. Hay que tener en cuenta que el contexto político y dinástico ha evolucionado en comparación con el del principado de Augusto, porque si antes la descendencia de Julia era la única rama de la dinastía que podía aspirar a la sucesión, Tiberio se encuentra en el 23 d.C. con dos ramas diferentes. Su política de no hacer notar ninguna preferencia sobre la sucesión no evitará que Nerón y Druso César sean eliminados, o que Calígula haga ejecutar poco después de su llegada al poder a su primo Tiberio Gemello. Para Tiberio, la «corregencia» en el seno de la domus Augusta ha muerto como tal3. Detrás de la figura de Druso Minor, vuelve a encontrarse una pareja de príncipes designada a la sucesión, aunque a largo plazo, los hijos de Germánico y Agrippina, Nerón y Druso César, a su vez nietos adoptivos de Tiberio, quien debió encargarse de su tutela tras la muerte de su padre. El matrimonio entre Germánico y Agrippina Maior resultó bastante prolífico en cuanto a hijos se refiere4. Su excepcional fertilidad no pasó desapercibida en su tiempo, teniendo nueve hijos, seis varones (Nerón, Druso, Calígula y los fallecidos prematuramente Tiberio, otro hijo de nombre desconocido y Gayo) y tres mujeres (Agrippina Minor, Julia Drusilla y Julia Livilla), de los cuales sólo 6 llegaron a edad adulta. Ñero lulius Caesar, el primero de los hijos del matrimonio, nació probablemente en el año 6 d.C., por lo que debió asumir la toga viril el 7 de junio del 20 d.C., si se asume que la tomó a los catorce años. Antes de la muerte de 3
F. Hurlet, Les Collegues du Prince sous Auguste et Tibére. De la légalité républicaine á la légitimité dynastique. Collection de l'École Francaise de Rome, n.s 227, Roma, 1997, p. 536. Para Z. Yavetz, Tiberio. Dalla finzione alia pazzia. Barí, 1996, p. 29, también destaca que el Príncipe complicó el problema dinástico sin necesidad con la inseguridad con la que actuó. 4 H. Lindsay, A Fertile Marriage: Agrippina and the Chronology of Her Children by Germanicus, Latomus 54 (1995), pp. 3-17.
Druso Minor ya se había iniciado el cursus honorum de los dos jóvenes5. Tácito6 nos refiere la promoción a la cuestura de Nerón con cinco años de anticipo en el año 20, la exención del vigintivirato, la concesión de un cargo religioso (posiblemente el pontificado), el reparto de donativos al pueblo el día de su deductio, además de hablar de la boda del mismo Nerón y Julia, la hija de Druso, en el 21. Nerón y Julia eran primos, con lo cual se seguía desarrollando la política de uniones dentro de la domus Augusta para que un mayor grado de parentesco al Princeps incrementara la legitimidad del heredero designado7. Obtuvo los cargos sacerdotales de flamen y sodalis Augustalis, sodalis Titius, frater Arualis y fetialis. Realizó la oración fúnebre en honor de Druso cuando éste falleció en el año 23 d.C. En el 29 d.C. fue declarado enemigo público por el Senado y desterrado a la isla de Poncia. Murió el 18 de octubre del 31 d.C., y posteriormente sus cenizas descansaron en el Mausoleo de Augusto8. Drusus lulius Caesar, nació en el 8 d.C., asumiendo la toga viril en el 23 d.C., repitiéndose las mismas disposiciones que el Senado había determinado para su hermano Nerón. La petición al Senado de la remisión de un quinquennium en el cursus honorum se había convertido en el privilegio para los principes destinados a la sucesión. Ostentó el cargo religioso de pontífice, fue cuestor en el 29 d.C. y en el año 30 fue declarado enemigo público por el Senado y encerrado en la cárcel del Palatino. Finalmente murió en el año 33 y sus cenizas descansaron en el Mausoleo de Augusto. Poco después murió su madre Agrippina, desterrada a la isla de Pandateria9. Si la muerte de Germánico supuso un duro golpe para el organigrama dinástico de Tiberio, el fallecimiento de Druso Minor volvía a poner 5
Tac., Ann., II, 43; B. Gallotta, Germánico. Roma, 1987, p. 200. Cf. V. Gardthausen, «Ñero lulius Caesar», RE X/l (1919), pp. 473-475, n.s 146. 6 Tac., Ann., III, 29. 7 M. Corbier, Male power and legitimacy through women: the domus Augusta under the Julio-Claudians, en R. Hawley y B. Levick (eds.), Women in Antiquity Assessments. Londres-Nueva York, 1995, p. 185. 8 Cf. D. Kienast, Rómische kaisertabelle. Grundzüge einer rómischen Kaisercbronologie. Darmstadt, 1996, p. 81, para la cronología de Nerón y de los demás hijos de Germánico y Agrippina. 9 Ta'c., Ann., IV, 4, 1. Cf. B. Levick, Mercy and Moderation on the Coinage of Tiberius, en B. Levick (ed.), The Ancient Historian and bis Materials: Essays in Honour of C. E. Stevens on bis Seventieth Birthday. Gregg International, 1975, p. 130.
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el problema sucesorio en primer plano de la política imperial. Los nuevos planes de Tiberio tras la muerte de Germánico consistían, por tanto, en volver a formar una pareja imperial asociando directamente a Druso al poder, y preparando al mismo tiempo las bases para la sucesión de los hijos de Germánico, puesto que se tenía claro que estos no contaban para la sucesión directa al Principado por su juventud. De ahí que el inmediato sucesor de Tiberio debiera ser ineludiblemente su hijo Druso, representando éste el paradójico papel de regente de la familia de Germánico10. La muerte de Germánico, y posteriormente la de Druso, alteró radicalmente la planificación de Tiberio, y provocó la proyección improvisada al primer plano político y con bastante antelación a lo previsto de Nerón y Druso, que se convirtió en una de las últimas parejas imperiales; una pareja que fue víctima de las maquinaciones de Sejano, según las fuentes, y que tuvo un final prematuro11. Según Gallotta, Tiberio se había propuesto continuar la política augústea de asociar al poder a la descendencia directa del propio Augusto, puesto que la línea Julia resultaba predominante sobre la Claudia a la hora de elegir el sucesor, y Nerón y Druso eran biznietos de Augusto. Parece que la rápida promoción política de los dos jóvenes príncipes se asemeja mucho a la experimentada por Gayo y Lucio César, interrumpida en cambio por la influencia en estos años de Sejano12. De hecho Shaw13 cree también que la descendencia de Germánico y Agrippina tendría preferencia sobre la de Druso sólo por el hecho de tener sangre Julia. Por tanto, la pareja de sucesores se beneficiaría de la preferencia del emperador, como ya ha10
Gallotta (op. cu. n. 5), p. 200; B. Levick, Tiberius thepolitician. Londres, 1976, p. 157. Tac., Ann., IV, 8, 5; A. Garzetti, From Tiberius to the Antonines. A History of the Román Empire. A.D. 14-192. Londres, 1974, p. 5311 Druso murió de hambre en prisión, a pesar de que supuestamente Tiberio planeara liberarlo y convertirlo en sucesor en caso de que se produjera un complot de Sejano: Suet., Tib., 65; Tac., Ann., VI, 23, 2; Dión, 58, 13, 1. Este testimonio de las fuentes ha llevado a pensar a R. Villers, La dévolution du Principal dans la famille d'Auguste, REL 28 (1950), p. 249, que Tiberio había dado el paso definitivo de convertir el Principado como acumulación de magistraturas en una función suprema sobre la cual la familia de Augusto tenía todos los derechos, ya que Druso hubiera accedido al poder sin haber ejercido ninguna magistratura. 12 Aunque Tiberio recomendara al Senado no fomentar la soberbia de los jóvenes con honores prematuros: Tac., Ann., IV, 17; Suet., Tib., 54. 13 M. L. G. Shaw, Drusus Caesar, tbe son of Tiberius. Vancouver, 1990, p. 68.
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bía ocurrido en los casos de Marcello, Gayo y Lucio, o Germánico. La supuesta rivalidad de Agrippina respecto a Druso y su esposa Livilla pudo verse incrementada cuando ésta tuvo gemelos en el año 19 d.C., y el evento, singular para Tiberio, fue conmemorado en las monedas. Si el nacimiento de los gemelos Germánico y Tiberio Gemello pudo hacer pensar a Agrippina que sus propios hijos serían desplazados del organigrama dinástico por Tiberio, esta idea no se basa en ninguna justificación sólida, sobre todo si tenemos en cuenta la rápida promoción pública de su hijo mayor, Nerón César, en el año 20 d.C. Esta promoción recordaba a otras precedentes que podían considerarse como constitucionalmente irregulares (Marcello, Gayo César, Germánico y el propio Druso Minor). La promoción de su hermano Druso en el 23 d.C., con las mismas disposiciones, coincidía con la promoción del hijo de Tiberio, Druso Minor, como «corregente» del Princeps, al poseer la potestad tribunicia, y, por tanto, como heredero designado al trono. Después de la muerte de Gayo César en el 4 d.C., Augusto había actuado inmediatamente para rectificar la política de sucesión a través de las dobles adopciones. En cambio, después del 23, Tiberio no realizó ningún movimiento para destacar a uno de los hijos de Germánico o Druso como el nuevo heredero designado, y, por tanto, ningún sucesor fue oficialmente designado hasta su muerte en el 37 d.C. La promoción acelerada comenzada con Nerón y Druso en el período 20-23 d.C. quedó paralizada a partir de la muerte de Druso Minor, sin que podamos advertir la influencia negativa de Sejano en esta paralización de la promoción de los herederos al trono. Esta actitud repercutió negativamente en la propaganda dinástica a través de la numismática oficial, nula a partir del 23- No sólo en este campo se advierte una ausencia de propaganda dinástica, sino que por primera vez desde el 17 a.C. no había miembros de la familia imperial designados como sucesores, a pesar de la abundancia de príncipes imperiales de la domus Augusta, y esta falta de publicidad de la nueva política dinástica produjo un profundo declive en la producción de grupos estatuarios dedicados a la familia imperial14. Pese al testimonio de Tácito es poco probable que Tiberio deseara la exterminación de los miembros masculinos de la casa de Germánico, y que encargara a Sejano eliminar a los 14 C. B. Rose, Dynastic Commemoration and Imperial Portmiture in the Julio-Claudian period. Cambridge, 1997, pp. 30-31.
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hijos de Agrippina a favor del hijo de Druso, Tiberio Gemello15. Según Tácito16, Sejano (quien nunca contó para Tiberio como candidato al trono imperial) se encargó de enfrentar a Druso con su hermano mayor Nerón, quien se había convertido en el sucesor designado al trono por Tiberio, y el favorito de su madre Agrippina. De todas formas, no se tomó ninguna medida contra Agrippina o contra sus hijos hasta inmediatamente después de la muerte de Livia. Agrippina, tras la muerte de Germánico, pensaba que la posición de sus hijos se debilitaba para la sucesión, y creció la rivalidad entre ésta y sus hijos frente a Livilla y sus gemelos, o así lo cree Tácito17. Para Agrippina la promoción de sus hijos era excesivamente lenta, Nerón no llegó a ser cuestor hasta el año 25 d.C. y debía esperar hasta el año 34 d.C. para ser cónsul. Cuando los pontífices realizaron votos por la salud de Tiberio el 3 de enero del año 24 d.C., los nombres de Nerón y Druso fueron incluidos en las peticiones, y otros colegios religiosos siguieron el ejemplo de los pontífices. Según Tácito18, Tiberio reaccionó negativamente sobre este hecho y quiso saber si Agrippina había tenido algo que ver en la inclusión de los nombres de sus hijos. El suceso no debe ser interpretado como un signo de la rivalidad entre Tiberio y Agrippina sino más bien como un síntoma del propósito de Tiberio de prohibir cualquier honor prematuro a sus jóvenes herederos. Sobre Druso, después de su aparición en los uota y hasta su caída en desgracia solo se sabe que fue praefectus urbi durante las Feriae Latinae en el año 25 d.C. De hecho Agrippina, en el contexto del año 26 d.C., había acusado a Tiberio de perseguir a los «descendientes de Augusto», temerosa de que el hecho de que sus hijos fueran descendientes
15 De hecho, Calígula sobrevivió y Tiberio no tenía ninguna duda de que él prevalecía en la línea sucesoria sobre su propio nieto Tiberio Gemello. 16 Tac., Ann., IV, 59: «Neronem proximum successioni», y Ann., IV, 60, 2. A Sejano le había sido asignada la mano de Livilla, viuda de Druso, con la esperanza probablemente de favorecer el acceso al Principado de Tiberio Gemello, según Segenni (op. cit. n. 1), p. 311. Sobre Sejano, cf. H. W. Bird, L. Aelius Seianus and his political influence, Latomus 38 (1969), pp. 61-98; Levick (op. cit. n. 10), pp. 158-164; Yavetz (op. cit. n. 3), pp. 59-72. 17 Tac., Ann., IV, 40, 3- Sigue a Tácito, Villers (op. cit. n. 11), p. 247, quien piensa que la antipatía recíproca de Tiberio y Agrippina venía motivada porque el Príncipe tenía una secreta preferencia por Tiberio Gemello. 18 Tac., Ann., IV, 17.
consanguíneos del fundador de la dinastía no actuase como un factor de legitimidad dinástica19. Para las probables aspiraciones políticas de Sejano, la presencia de Agrippina y sus hijos Nerón y Druso constituía un obstáculo. Con el retiro de Tiberio a Capri en el año 26 d.C., Sejano, como Prefecto del Pretorio, se convirtió en el hombre más influyente de Roma y, por consiguiente, la posición de Agrippina y su hijo Nerón declinó todavía más. .Agrippina quería volver a casarse para hacer más segura la sucesión de sus hijos en el caso de que Tiberio muriera prematuramente, o en caso de que Tiberio quisiera modificar el orden de sucesión, pero no se tomó ninguna decisión en este sentido puesto que Tiberio no dio ninguna respuesta a pesar de su insistencia. Sejano inició el fortalecimiento de su posición eliminando primero a los amigos y parientes de Agrippina20, además de pretender la mano de Livilla en el 25 d.C., petición que Tiberio rechazó. Para las aspiraciones de Sejano, ser introducido en la domus Augusta podía convertirse en el paso decisivo para alcanzar sus propósitos políticos, pero su condición de eques era una de las razones fundamentales para quedar descartado incluso como paso intermedio entre Tiberio y Nerón, el supuesto heredero designado. La supuesta conspiración de Agrippina para que su hijo Nerón alcanzase el poder no dio resultado y finalmente, en el año 29 d.C., Agrippina y Nerón César debieron dejar la corte acusados de conspiración contra Tiberio, aunque realmente no se pudo presentar ningún cargo concreto, y en el 30 d.C. Druso César cayó también en desgracia. Sejano había conseguido desacreditar y eliminar a cada miembro de la familia imperial, ya fuera de la línea Julia o Claudia, de los cuales se podía esperar una rivalidad para alcanzar el poder cuando Tiberio muriera. En cambio la teoría de la conspiración de Agrippina es más difícil de sostener si tenemos en cuenta que tras la muerte de Druso Minor en el 23 d.C., los hijos de Agrippina, Nerón y Druso fueron encomendados por Tiberio al Senado y formalmente pasaron a convertirse en sus herederos. La preferencia para la sucesión de los descendientes de Germánico por parte de Tiberio 19 R. S. Rogers, The Conspiracy of Agrippina, TAPhA 62 (1931), p. 163: cf. Tac., Ann., IV, 52, 2. 20 Cf. Rogers (op. cit. n. 19), pp. 141-168, donde habla de los casos de maiestas que según el autor actuaban para Agrippina, quien se había propuesto que su hijo Nerón alcanzase el poder.
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no sólo vino motivada por el hecho de obedecer la supuesta voluntad de Augusto, sino también por el enorme prestigio de Agrippina y sus hijos en virtud de su condición de descendencia directa de Augusto, al ser biznietos de éste, un hecho que no podía ser obviado. De todas formas, como bien apunta Shaw21, la ley romana no hace ninguna distinción entre el parentesco de sangre y la adopción como bases para una descendencia agnaticia. En este sentido, Nerón, Druso y Calígula tenían preferencia en la jerarquía imperial respecto a Germánico y Tiberio Gemello por razones de edad22. Así lo cree Martin también, puesto que tras la muerte de Druso, los sucesores de Tiberio no podían ser más que los hijos de Germánico y Agrippina, Nerón y Druso. Éstos son los que el emperador recomienda al Senado tras la muerte de Druso23. — Nerón y Druso en la propaganda monetaria dinástica: la asimilación con los Dióscuros La propaganda iconográfica monetaria oficial de los dos hermanos, Nerón y Druso César, en cambio, sólo aparece lo estrictamente necesario, a pesar de tratarse de los sucesores designados al trono imperial. Sin embargo, la rápida promoción política de Nerón a partir del año 20, que luego fue repetida en las mismas condiciones para su hermano Druso, no pasó desapercibida en la propaganda numismática en el ámbito provincial24. Ante la ausencia de emisiones oficiales, sólo en las ciudades de Hispania y el norte de África fueron honrados Nerón y Druso César en las monedas como 21
Shaw (op. cit. n. 13), p. 211. Así lo cree B. Levick, Drusus Caesar and the Adoptions of A.D. 4, Latomus 25 (1966), p. 241. En cambio, para L. Lesuisse, L'aspect héréditaire de la succession impériale sous les Julio-Claudiens, LEC^Q (1962), p. 43, existe una preferencia en todo ser humano para los individuos de su propia sangre. 23 J. P. Martin, Providentia Deorum. Recherches sur certains aspects religieux du pouvoir imperial romain. Collection de l'École Francaise de Rome, n.s 61, París, 1982, p. 125; Tac., Ann., IV, 8, 4-5. 24 Las monedas de Tingis en Mauritania muestran a Nerón en el anverso y Druso en el reverso, cf. A. A. Boyce, Coins of Tingi with Latín Legends, ANSMN 109 (1947), p. 21, n.Q 8-9; cf. B. Lichocka, L'iconographie de Fortuna dans l'Empire Romain (ler siécle avant N.E.-IV2 siécle de N.E.). Varsovia, 1997, p. 104, fig. 45, presenta las monedas de bronce de Apamea, fechadas en el reinado de Calígula, con los bustos de Nerón y Druso César en el anverso y la inscripción DRVSVS ÑERO CAESARES, DD en exergo R) AGRIPPINA DIVA DRVSILIA IVLIA C I C Agrippina como Securitas, Drusilla como Concordia y Julia Livilla como Fortuna. 22
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potenciales sucesores al trono. A las monedas de Tingi en Mauritania hay que unir las emisiones de Utica, también en África, y Carthago Nova, donde aparecen como duouiri quinquennales, y Caesaraugusta en Hispania, donde fueron duouiri de forma honorífica25. Para Boyce26 no es sorprendente que las ciudades de África e Hispania honrasen a Nerón y Druso con honores especiales a través de la acuñación, puesto que existía una estrecha relación entre la acuñación de la Hispania oriental con Mauritania occidental. La emisión de ases y semis dedicada a los príncipes herederos en Carthago Nova es unas de las más voluminosas del taller y de las que presentan mayor calidad técnica y artística, y Llorens27 la fecha entre el año 23, cuando Nerón y Druso se convirtieron en herederos al trono, y el año 29 cuando se arrestó a Nerón, y más concretamente en el año 27-28 d.C. por una emisión de Utica en la que se menciona a Nerón y Druso como magistrados de la ciudad. Sin embargo, las únicas emisiones oficiales acuñadas en Roma que representan a los dos hermanos se realizaron en época de Calígula, a modo de rehabilitación de la imagen de sus hermanos, así como de su madre. Se trata de los dupondios28 emitidos entre los años 37-41 d.C. A pesar de ser emisiones no contemporáneas a la promoción de los dos hermanos a la sucesión imperial, la iconografía del anverso resulta fundamental para comprender la propaganda dinástica imperial basada en la asociación deliberada de los Principes luuentutis2^, los herederos designados al trono, con las divinidades protectoras de los caballeros, los Dióscuros. La presentación de los hermanos montados a caballo al galope se asemeja en gran medida a las clásicas representaciones de los 25
Cf. RPC 179-181 (Carthago Nova): A) TI CAESAR DIVI AVGVSTI F AVGVSTVS P M Cabeza desnuda a izquierda R) C V I N C ÑERO ET DRVSVS CAESARES QUINQ Cabezas enfrentadas de Nerón y Druso. RPC 342343 (Caesaraugusta): A) TI CAESAR DIVI AVGVSTI F AVGVSTVS Cabeza laureada a izquierda R) C C A ÑERO CAESAR DRVSVS CAESAR Nerón y Druso sentados uno frente al otro. 26 Boyce (op. cit. n. 24), p. 23, n. 33. 27 M. M. Llorens, La ciudad de Cartbago Nova: las emisiones romanas. Murcia, 1994, pp. 74-75, 147. 28 Cf. RIC I, Cal, 34, 42, 49=BMCRE I 44, 70, 71, pp. 154, 157-158. N.2 34: A) ÑERO ET DRVSVS CAESARES Nerón y Druso César cabalgando a derecha R) C CAESAR AVG GERMANICVS PON M TR POT alrededor de SC. 29 Cf. W. Beringer, «Princeps luventutis», #EXXII/2 (1954), p. 2302; E. A. Stückelberg, Príncipes Juventutis, RSN 21 (1917), pp. 247-248.
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Dióscuros en las emisiones republicanas, las de los Castores al galope en la misma dirección. Éste es uno de los temas favoritos de la acuñación republicana30. La asociación o identificación oficial de las divinidades con los miembros de la casa imperial es un fenómeno relacionado con el culto imperial que se repite sistemáticamente. En este caso la asociación de herederos con los Dióscuros, que se vio por primera vez para Gayo y Lucio, y posteriormente con Tiberio y Druso, y Germánico y Druso Minor, vuelve a aparecer con Nerón y Druso César, pero por primera vez en la propaganda de las parejas de herederos la identificación fue claramente evidente. Nerón y Druso César fueron de hecho los únicos miembros de la familia imperial que fueron representados genuinamente como Castor y Pólux en la acuñación imperial, aunque Germánico y Tiberio Gemello, como veremos más adelante también fueron representados como genuinos Dióscuros, aunque no en la acuñación. Las emisiones de dupondios presentan a los hermanos como jinetes y líderes de los caballeros, como Principes luuentutis, y a la vez sugieren la representación de los patrones divinos del orden ecuestre31. La personificación de los Castores a través de los miembros de la familia imperial cobra aquí uno de sus ejemplos más claros, en lo que constituye el desarrollo de un proceso de asimilación de los herederos y Príncipes de la Juventud como nuevos Dióscuros, que tiene su origen en Gayo y Lucio, proceso que culminará en una identi30
F. Gury, «Castores», Lexicón III/l (1986), p. 622; cf. S. L. Cesano, I Dioscuri sulle monete antiche. Saggio di tipologia monetale antica, BCom 55 (1927), pp. 101-137; M. H. Crawford, Román Republican Coinage. Cambridge, 1974, n.s 44, p. 155, lám. 9, como ejemplo, y pp. 861-862. A partir del 211 a.C., la versión de la leyenda que asocia a los dos hermanos es manifiestamente la más popular y la que inspira el tipo favorito de las emisiones: los Castores cargando al galope, con sus lanzas apuntando al enemigo; C. Peyre, Castor et Pollux et les Penates pendant la période républicaine, MEFRA 74 (1962), pp. 433462; J. Válimaa, I Dioscuri nei tipi monetali della Roma reppublicana, Lacus luturnae I, LSA 12, ed. por E. M. Steinby, Roma, 1989, pp. 110-126; G. A. Bufalini Petrocchi, L'iconografia dei Dioscuri sui denari della Repubblica Romana, en L. Nista (ed.), Castores. L'immagine dei Dioscuri a Roma. Roma, 1994, pp. 101-105. Cf. S. Wood, Diva Drusilla Panthea and the Sisters of Caligula, AJA 99, n.Q 3 (1995), p. 461. 31 K. Scott, Drusus, nicknamed «Castor», CPh 25 (1930), p. 158; K. Scott, The Dioscuri and the imperial cult, CPh 25 (1930), pp. 379-380. También cf. H. Mattingly, Coins ofthe Román Empire in the British Museum. I. Augustus to Vitellius. Londres, 1923, p. cxlvi; C. H. V. Sutherland, The Emperor and the Coinage. Londres, 1976, p. 113.
ficación más directa durante los s. II-III d.C. Gury destaca la utilización de los Castores con fines de propaganda dinástica en relación con su función de dioses juveniles y estabilizadores32, pero también como dioses salvadores del estado romano, gracias a su milagrosa participación en la batalla del lago Regulo. Sin embargo, Gagé33 no cree que fueran nombrados Príncipes de la Juventud, a pesar de la emisión monetaria en cuestión, puesto que en ésta los jóvenes hermanos no llevan la parma ni el hasta, que son las insignias de los Principes luuentutis, como ya vimos en Gayo y Lucio. Para el autor, los dos hermanos asumieron las funciones pero no el título, puesto que no se menciona en ninguna de las titulaturas de los jóvenes. La utilización política de estas emisiones por parte de Caligula es evidente, como ya habíamos comentado para las emisiones dedicadas a Germánico. La necesidad de legitimación de la posición privilegiada por parte del nuevo emperador queda patente con la exaltación a través de la propaganda numismática de Germánico y sus descendientes, como portadores de la herencia de Augusto en la sucesión imperial, en definitiva del linaje de Caligula. La rehabilitación de los parientes muertos de la casa de Germánico, ofreciéndoles la debida conmemoración pública con el traslado de las cenizas de su madre y sus hermanos a Roma, podía considerarse como un ataque al principado de Tiberio, en el cual sus parientes habían sido desacreditados y destruidos. Su pietas fue desarrollada como justificación de su posición legítima de heredero de Germánico y en última instancia de Augusto. En esta propaganda familiar debemos incluir las emisiones dedicadas a sus hermanas, las cuales también jugaban un papel importante en los planes dinásticos de Caligula, como portadoras de la sangre de Augusto. La propaganda dedicada a sus hermanos mayores, con la presentación de estos como los legítimos sucesores al Imperio, beneficia en último término al hijo más pequeño de Germánico, el propio Caligula, quien continuó con su política de propaganda familiar durante todo su reinado34. La imagen de sus hermanos como Dióscuros salvadores de Roma permitía el fomento de la asociación de Caligula con los jóvenes dioses y su papel 32
Gury (op. cu. n. 30), p. 633. J. Gagé, Un manifesté dynastique de Caligula d'aprés une nouvelle interprétation du Grand Carnee de París, REA 37 (1935), p. 174. 34 Wood (op. cit. n. 30), p. 460. 33
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patriótico y salvador de Roma. La propaganda familiar habría reforzado el mensaje de que el futuro de Roma dependía exclusivamente de la familia de Germánico y Agrippina. Esta propaganda exhaustiva de legitimación sólo se entiende según Shaw35 si creemos que Tiberio había decidido transferir los derechos sucesorios de los descendientes de Germánico a los hijos de Druso, Germánico y Tiberio Gemello, en perjuicio de la posición política de Calígula. La asociación de los herederos al trono con las divinidades protectoras del orden ecuestre adquiere su razón de ser en el marco de la ideología del poder imperial. Habíamos advertido la sistemática asociación entre las parejas de herederos (Gayo y Lucio, Tiberio y Druso, y posteriormente Germánico y Druso Minor, y ahora Nerón y Druso César) y los gemelos divinos Castor y Pólux, fomentada por el hecho de adquirir el título honorífico de Princeps luuentutis, convirtiéndose en líderes de los caballeros, cuyas divinidades protectoras venían a manifestarse en estos jóvenes príncipes. En el caso de Tiberio y Druso, el primero había sabido aprovechar la popularidad de su hermano, y el hecho de que fuera considerado un nuevo Castor, a través de la dedicación del templo de Castor y Pólux en un momento político crítico en el que hacía falta consolidar la posición y la imagen de la rama Claudia de la domus Augusta ante el pueblo de Roma. Estos actos de legitimación dinástica formaban parte del programa ideológico del estado, el cual a través de una elaborada teología del poder imperial podía legitimar el poder monárquico, y en relación con éste, su carácter hereditario. No olvidemos que según la mitología, Castor y Pólux eran hijos de Zeus-Júpiter, tal como indica el nombre de Dióscuros, y de Leda, aunque en realidad sólo el segundo fuera engendrado por el dios36. La continuidad de cualquier gobierno está basada en un mito de carácter sobrenatural, que proporciona una legitimación más allá de las bases militares, económicas y socio-políticas del poder. El mito político o ideología es
Shaw (op. cu. n. 13), p. 270. 36 M. Albert, s. v. «Dioscuri», Daremberg-Saglio II/l (1892), pp. 249-265; F. Gury, s. v. «Dioskouroi/Castores», Lexikon III/l (1986), pp. 608-635. Según la tradición, Pólux había sido engendrado por Zeus, mientras que Castor era hijo de Tíndaro, el marido de Leda y rey de Esparta, que había yacido con su esposa la misma noche que Zeus.
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esencial en cualquier sociedad37. La ideología como sistema de creencias sostenidas en común por los miembros de una colectividad, puede contribuir a racionalizar, legitimar y perpetuar una forma de gobierno concreta. La ideología es un instrumento esencial para la manipulación y el control de las masas por parte del estado. Esta concepción moderna de la ideología también es aplicable a la Antigüedad, puesto que también un conjunto de creencias puede jugar una función integradora en la sociedad romana. En Roma, la ideología política estaba ligada al culto colectivo de la comunidad. Para los antiguos la religión estaba presente en cada aspecto de la vida del estado, creaba la base del orden socio-político. Dicho de otra manera, la ideología política se formuló en términos teológicos y expresada a través del culto y el ritual. En época imperial se fue creando una ideología que empezó a propagar la concepción monárquica del poder, por medio de una legitimación sobrenatural expresada a través de la figura del monarca. En este caso, el culto imperial servía a los propósitos de perpetuación de la forma monárquica de gobierno, a través de su identificación con divinidades grecorromanas. Los emperadores recurrirán a la teología del poder basada en la figura de Júpiter, como elemento ideológico central en el cual establecer la imagen de un imperio regido por un emperador convertido en «corregente» elegido divinamente por Júpiter38. La utilización de Júpiter en la ideología política romana, que se convierte en el elemento central de la concepción flavia y antonina del poder, en el que se produce la adaptación del Júpiter romano hasta convertirse en el prototipo de un monarca omnipotente de un extenso imperio, comienza ya en época republicana. En la famosa batalla del lago Regulo, la victoria romana se consiguió gracias a la intervención divina de los Dióscuros, y éstos, como hijos de Júpiter, aparecían como la epifanía del poder de Júpiter, que en última instancia es quien concede la victoria para preservar la República. Éste sería el significado que adquieren los Dióscuros en las numerosas emisiones republica37
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J. R. Fears, Princeps a Diis Electus: The divine election of the Emperor as a political concept at Rome, Papers and Monographs of the American Academy in Rome 26 (1977), pp. 189-252 y J. R. Fears, The Cult of Júpiter and Román Imperial Ideology, ANRWll 17.1 (1981), p. 7. 38 Cf. J. Beaujeu, La religión romaine a l'apogée de l'empire. París, 1953, pp- 69-80, desarrolla la teología del poder imperial basada en la figura de Júpiter con Trajano.
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ñas, dioses que lucharon siempre al lado de Roma y que ayudaron a lograr las diferentes victorias como enviados del dios que tiene el poder de conceder la victoria, Júpiter39. Júpiter no juega un papel real en la acuñación de Augusto. Él es silenciosamente ignorado, pero, sin embargo, este silencio nos aporta las más elocuentes afirmaciones de los elementos monárquicos de la ideología del Principado augústeo. Augusto trató deliberadamente de crear un programa ideológico en el que se apoyase el nuevo orden. El dios supremo de la República parece haber jugado un papel insignificante en la propaganda del joven triunviro, mientras que después de Actium fomentó su asimilación a Júpiter, en el que éste es la fuente de las victorias de Augusto. Augusto se convirtió así en el representante en la tierra de Júpiter, quien gobierna triunfador gracias al favor del dios supremo. Sin embargo, Fears cree que teniendo en cuenta los actos oficiales de Augusto y el testimonio de documentos oficiales como las monedas, después del 27 a.C. Júpiter fue relegado a una posición insignificante, al menos en la política religiosa oficial. Después del 27 a.C. no hay ninguna referencia significativa a Júpiter sobre la acuñación imperial durante el reinado de Augusto, que se concentra en honrar al Princeps y sus victorias. Es evidente que otras divinidades empezaron a quitar protagonismo a Júpiter, desempeñando funciones anteriormente atribuidas a éste, como por ejemplo Mars Vítor, cuyo nuevo templo comenzó a jugar un papel importante en la ceremonia de la toma de la toga viril por los miembros de la familia imperial. También podemos hablar de la transferencia de los Libros Sibilinos de la custodia de Júpiter a Apolo Actiacus. La teología política del nuevo principado fue personal, dinástica y exclusiva. Marte y Apolo propiciaron las victorias por las cuales Augusto había establecido el nuevo orden. Se fomentó la idea de la felicitas del líder carismático, con ancestros divinos y elegido por los dioses para gobernar el mundo. El origen divino de la dinastía y su fundación gracias a las victorias auspiciadas por los dioses eran elementos centrales en la ideología de las monarquías helenísticas. El dios supremo de la res publica tenía su lugar en la política religiosa oficial de Augusto: preservar la salud del Princeps, quien se con39 Fears, 1981 (op. cit. n. 37), pp. 39-40. Cf. C. Terlinden, Les Dioscures dans la littérature et la numismatique romaines, BIBR 33 (1961), pp. 89-99.
vierte en el verdadero salvador del mundo romano. Pero este papel menor de Júpiter fue producto de un intento consciente del nuevo Princeps, puesto que históricamente, y profundamente ligado con el destino del mundo romano, Júpiter estaba muy identificado con la libre res publica y sus instituciones, sobre todo con el gobierno constitucional y las prerrogativas del Senado. Esta idea estaba en oposición con la concepción de los grandes generales carismáticos quienes asociaban su propia causa con la sanción divina de sus divinidades protectoras personales, Venus, Marte, y Apolo para Augusto. Éste consideraba que la república podía funcionar sólo con la presencia de un rector permanente, que ostentase todas las prerrogativas del poder. Como las instituciones políticas de la república fueron honradas pero de hecho totalmente subordinadas a la omnipotencia de Augusto, el dios supremo de la república fue honrado pero relegado a una posición secundaria detrás de los dioses protectores de Augusto. Fue una política seguida por sus sucesores Julio-Claudios, y Júpiter no aparece sobre la acuñación de Tiberio y Calígula. A pesar de la relegación del papel de Júpiter, las implicaciones dinásticas y monárquicas que el uso de esta divinidad proporcionaba no fueron olvidadas por sus contemporáneos40. La literatura augústea hace uso de la idea de Júpiter como padre y guardián de la raza humana, que gobierna sobre todas las cosas y que ha elegido a Augusto para servir como su «corregente» en la tierra, el dios preserva el estado al preservar al emperador. El significado de la asociación del Princeps y Júpiter en la literatura augústea fue más que literario, contenía la idea de una monarquía teocrática incluso más absolutista de lo que era el Principado de Augusto, una imagen de autocracia basada no en el carisma de una dinastía particular sino en la eterna imagen del emperador como «corregente» divinamente elegido por el supremo rey de los dioses y los hombres, que se convierte en el protector del legítimo emperador de Roma; una monarquía que ya aparece con Nerón, cuya asociación con Júpiter es fomentada conscientemente. Este tema dual, el emperador como «corregente» de Júpiter y éste como protector de su «corregente», forman los dos pilares de una teología del poder imperial en Roma basada en Júpiter. Sin embargo, no es hasta el reinado de Nerón cuando fue central el restablecimiento 40
Fears, 1981 (op. cit. n. 37), pp. 65-66.
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de Júpiter como la figura divina dominante en la ideología imperial oficial. La tendencia a encarnar a los dioses en ciertos seres humanos, inherente a todo paganismo y constatada para Júpiter Capitolino en la Roma republicana, se desarrolla normalmente con el establecimiento del régimen monárquico, centrándose en la figura del soberano, como en las monarquías helenísticas, pero también en los herederos, como hemos podido comprobar. Según Zanker41, Augusto en la figura de Júpiter ha irritado constantemente a los investigadores, porque esta imagen parece contravenir flagrantemente el estilo político del Princeps. Júpiter representaba casi una fórmula, lo que no era simplemente una reiteración utilizada sólo ocasionalmente en los panegíricos de los poetas cortesanos. Para el autor no significa que sus partidarios identificasen al emperador realmente con Júpiter o que viesen en él a un nuevo Júpiter. Es evidente que el arquetipo de Júpiter no era utilizado por el propio Augusto, sino por sus subditos. Pero para ellos constituía una imagen alegórica de su poder, que reconocían como amplio, justo y definitivo, análogo al del Dios Padre. Augusto representaba a los dioses sobre la tierra. La fórmula o motivo de Júpiter ha de verse en el contexto general del nuevo lenguaje iconográfico, en el que el monarca es descrito como una especie de funcionario tanto del estado como de los dioses, que para Fears era hablar del «corregente» de Júpiter en la tierra. Para Zanker, los tímidos intentos de asimilación completa con un dios que hicieron Calígula, Nerón y Domiciano condujeron consecuentemente a la caída del monarca. La asociación con los dioses era utilizada para exaltar las virtudes del monarca y no para fomentar la representación inmediata de un monarca pictórico de fuerzas divinas. Los emperadores JulioClaudios no usaron la numismática como vehículo oficial de propaganda para proclamar su legitimación divina, aunque todos apelaron a la figura divina del fundador de la dinastía, el Diuus Augustus, puesto que este origen divino aseguraba la continuidad de la dinastía. Los sucesores de Augusto siguieron su ejemplo en su énfasis sobre las fuentes dinásticas y humanas de su poder. Sin duda alguna Trajano es quien desarrolla la teología del poder imperial basada en Júpiter sobre una base sólida y perdurable, y la convierte en el elemento dominante de la ideología imperial, precisamente
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con un emperador «constitucional», asociando al primero de los Romanos, señor de la tierra y de los hombres, al primero de los dioses, señor del mundo y protector del estado romano. Trajano era el delegado de Júpiter sobre la tierra, elegido divinamente, investido de su poder y encargado de gobernar en su nombre a todos los hombres, era el «corregente» para la tierra del soberano del universo; una teoría que daba al régimen imperial una base teológica inquebrantable. Del mismo modo que Augusto fue considerado el «corregente» de Júpiter en la tierra, que contaba con la protección divina y con las virtudes dignas de un monarca inspirado por los dioses, además de fomentar su posición de heredero del divino Julio César y Nouus Romulus42, también las parejas de herederos, en su progresiva identificación con los Dióscuros, que podría entenderse como una asimilación completa y directa, se benefician de las virtudes de los gemelos divinos, no sólo como protectores del orden ecuestre, sino como dioses juveniles y estabilizadores enviados por el dios supremo y portadores de la victoria que en última instancia ha concedido Júpiter. La utilización de los Dióscuros en el lenguaje iconográfico se convierte en una emanación de la propia teología del poder imperial con fines dinásticos, sirve para potenciar la idea de la sucesión hereditaria del poder en el marco de una monarquía autocrática. Como dice La Rocca43, con Augusto la asimilación a las divinidades o la heroización asume una precisa caracterización que la hace formar parte de la estructura ideológica del Principado. Pero esta asimilación no se reduce sólo a la figura del Princeps, tal como había sucedido en época helenística, sino que los miembros de la familia imperial son beneficiados de una manera que no hace sino evidenciar el carácter dinástico del nuevo régimen. Gayo —que también había sido considerado un «nuevo Ares» en Atenas— y Lucio César fueron los primeros en beneficiarse de la analogía con los Dióscuros, sobre la base de la relación evidente que antes mencionábamos, entre filiación humana y divina: los dos hermanos eran los potenciales sucesores de Augusto. La equiparación entre la familia divina, Júpiter y los Dióscuros, y la familia Julio-Claudia, no sólo se produjo cuando los príncipes eran heroizados tras su muer42
Fears, 1977 (op. cu. n. 37), p. 217. E. La Rocca, «Memore di Castore»: Principi come Dioscuri, en L. Nista (ed.), Castores. L'immagine dei Dioscuri a Roma. Roma, 1994, p. 79. 43
41 P. Zanker, Augusto y el poder de las imágenes. Madrid, 1992 (Munich 1987), p. 273.
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te, puesto que el proyecto simbólico de asimilar a los príncipes herederos con Castor y Pólux se produce ya cuando estos son considerados como Principes luuentutis los herederos del Imperio. El uso de Castor y Pólux en la política augústea para la sucesión se manifiesta en la decoración del Foro de Augusto, finalizado en el 2 a.C., que contenía dos pinturas de Apelles44, en las que se representaba en una la imagen de la guerra con Alejandro Magno triunfador sobre el carro, y en la otra a los Castores con la Victoria y Alejandro Magno. Como la representación del macedonio hacía recordar a la del emperador Augusto, nuevo dominador del mundo, también los Dióscuros habrían sido identificados en las figuras de los herederos designados al trono, Gayo y Lucio. De hecho, posteriormente el emperador Claudio transformó la cabeza de Alejandro por la de Augusto. La asimilación entre los Castores y los nietos de Augusto, Gayo y Lucio, se convertía en un inevitable paso, reforzado por el hecho de que Augusto se había convertido en un diuus, y su relación con sus hijos adoptivos pasaba a ser la misma que la de Júpiter con los Dióscuros. Según La Rocca45, quien viera la pintura de Apelles se vería inevitablemente inducido a establecer la relación. Poulsen46 analiza el uso ideológico de Castor y Pólux en la política de sucesión durante el período imperial. Puesto que los Dióscuros se convirtieron en portadores de la victoria, los herederos designados tenían que asegurar la existencia del Imperio Romano a través del mantenimiento de su posición militar, luego el paralelo con los gemelos divinos era obvio. Igual que Augusto fomentó su asociación con Júpiter o Apolo, existieron modelos similares de identificación entre los herederos del Princeps y ciertas divinidades, especialmente los Dióscuros. En una inscripción de Chipre, Gayo y Lucio son caracterizados como una pareja divina, y Augusto aparece como Zeus. Según esto, Zeus o Júpiter y los Dióscuros están siendo identificados en Augusto y sus hijos Gayo y
Lucio47. Pero durante todo el Principado de Augusto, y posteriormente en el de Tiberio, el esquema reiterativo que se basaba en la identificación simbólica entre princeps-herederos, ya fueran estos Príncipes luuentutis o no, dependiendo de la edad (ya que Tiberio y su hermano Druso no fueron Príncipes de la Juventud pero sí se fomentó su asociación con los Dióscuros), con el modelo divino Júpiter-Castores se mantuvo vivo. Para Poulsen, una de las razones por la cual Augusto introdujo a los Dióscuros en la propaganda dinástica fue la estrecha relación entre la familia imperial y la ciudad griega de Esparta, tradicionalmente vinculada a la gens Claudia y con el más arraigado culto a los Dióscuros de toda Grecia, estrechamente ligado a la aristocracia48. El uso ideológico de Castor y Pólux en la política dinástica está estrechamente relacionado al papel de los príncipes herederos del período Julio-Claudio. Los príncipes debían asegurar la futura existencia del Imperio Romano a través de la supremacía del poder militar, y los Dióscuros fueron considerados tradicionalmente como los portadores de la victoria. Pero esta identificación de los herederos del poder imperial con los gemelos divinos es un aspecto nuevo del culto a los Dióscuros. Debido a la importancia de Castor y Pólux como símbolos de una Roma victoriosa, Augusto los utilizó de manera sistemática para promocionar a los miembros de la familia imperial destinados a la sucesión, y puesto que eran divinidades tutelares de los equites, el título honorífico de Princeps luuentutis, que situaba a los herederos imperiales al frente del orden ecuestre en el desfile anual de los caballeros, potenciaba la asimilación de los líderes de los equites con los Dióscuros. El culto de los Dióscuros en época JulioClaudia fue utilizado por Augusto, y después por Tiberio, desde el punto de vista políticoideológico. Teniendo en cuenta el papel dominante atribuido a los gemelos divinos durante 47
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Según Plin., N.H., XXXV, 27. La Rocca (op. cit. n. 43), p. 83. El autor aporta otras pruebas iconográficas sobre la relación entre los príncipes Julio-Claudios y los gemelos divinos. 46 B. Poulsen, The Dioscuri and Ruler Ideology, SO 66 (1991), pp. 119-146; y de la misma autora, Ideología, mito e culto dei Castori a Roma: dall'Etá Repubblicana al Tardo-Antico, en L. Nista (ed.), Castores. L'immagine dei Dioscuri a Roma. Roma, 1994, p. 94. 45
Poulsen, 1991 (op. cit. n. 46), p. 125, n. 26, que tras la muerte de Gayo y Lucio, la inscripción fue cambiada por los nombres de los nuevos sucesores, Tiberio y Germánico. Según la autora también en representaciones sobre monedas y gemas se representan grupos formados por Zeus flanqueado por los Dióscuros de una manera usual. La identificación se encuentra también en un ejemplo tardío: en torno al 400 d.C. Claudiano en sus panegíricos todavía comparaba a Teodosio y sus hijos Honorio y Arcadio con Júpiter y los Dióscuros respectivamente, cf. Claud, Cons. Hon., 203-211. 48 Poulsen, 1991 (op. cit. 46), pp. 141-142.
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la época republicana en cuanto símbolos de una Roma victoriosa, además de ser dioses tutelares de los equites, no sorprende el gran desarrollo que su culto tuvo en época JulioClaudia, en particular gracias a su identificación con los príncipes herederos. Una de las últimas parejas beneficiadas en esta asimilación fueron Nerón y Druso César, aunque la iconografía que certifica su estrecha vinculación a los dioses protectores de los equites apareciera en época de Calígula. Si Calígula, además de conmemorar la memoria de sus hermanos, quería desarrollar su legitimación en el poder con la apelación a la descendencia de Germánico, la asimilación a los Dióscuros de sus hermanos podía en última instancia beneficiarle para sus propósitos políticos. 5.1.2. Los HIJOS DE DRUSO MINOR: GERMÁNICO Y TIBERIO GEMELLO. CALÍGULA, EL ÚLTIMO HIJO DE GERMÁNICO En un momento triste para Roma por la muerte de Germánico, Livilla, la esposa de Druso, dio a luz gemelos a finales del año 19 d.C., Tiberius Germanicus lulius Caesar y Tiberius lulius Caesar Ñero, este último más conocido por Tiberio Gemello. El acontecimiento se consideró un hecho extraordinario, un feliz evento que reflejaba la buena suerte y la futura prosperidad de la dinastía imperial, puesto que paliaba la deficiencia en la familia de Druso de herederos masculinos49. A pesar de que Tiberio tenía la oportunidad de transmitir la dinastía imperial a su propia descendencia, el emperador optó por potenciar la carrera hacia la sucesión de los hijos de su hijo adoptivo Germánico, lo que ha llevado a suponer que la esperanza de que la dinastía continuase a través de Germánico y sus descendientes estaba implícita en la voluntad de Augusto50. Lo cierto es que uno de los gemelos, Germánico, murió prematuramente (23 d.C.), y sólo se desarrolló la carrera política del segundo de los hijos de Druso, Tiberio Gemello. En cambio, en opinión de Shaw51, la evidencia numismática sugiere la posibilidad de que en el 22 d.C. o en el 23 como muy tarde, el emperador transfiriera la sucesión imperial a Druso, así como a sus hijos gemelos, nacidos a 49
Tac., Ann., II, 84, donde Tiberio se felicita por este golpe de suerte ante el Senado. Sobre la fecha de nacimiento, cf. Shaw (op. cu. n. 13), pp. 214-216. Cf. V. Gardthausen, «Germanicus lulius Caesar», RE X/l (1919), p. 464, n.Q 139. 50 Shaw (op. cit. n. 13), p. 207. 51 Ibíd., p. 255.
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finales del 19, por delante de los hijos de Germánico. El autor cree en un cambio en la política dinástica a partir del año en el que Druso obtuvo la potestad tribunicia, el 22, basado en la sustitución como sucesores potenciales de los hijos de Germánico por los de Druso, una vez que éste había pasado a ser considerado el sucesor oficial al Imperio. De hecho en el año 23 la ceca de Roma acuñó un gran número de series en bronce, principalmente sestercios y dupondios, representando principalmente temas relacionados con la familia imperial. Uno de los temas fue las referencias a los aspectos tópicos de las vidas de la familia imperial, tales como la recuperación de la enfermedad de Livia, y el nacimiento de los gemelos de Druso, Germánico y Tiberio Gemello. Precisamente este último tema fue ampliamente difundido en las emisiones de los años 22-23 d.C. en sestercios52. El reverso muestra toda la titulatura completa de Druso en el momento de obtener por segunda vez la potestad tribunicia, mientras que el anverso representa unos símbolos muy sugerentes desde el punto de vista de la propaganda dinástica, las cabezas de dos niños sobre cornucopias con caduceo alado. La importancia del mensaje transmitido en este tipo para la dinastía imperial radica en la utilización conjunta de varios símbolos que ayudan a captar sin muchos problemas la intención propagandística del tipo. La combinación de símbolos propagandísticos en un solo tipo de estas características convierte la emisión en una de las más importantes desde el punto de vista de la utilización de la numismática como vehículo de propaganda dinástica. Dejando por sentado que las dos cabezas de niños representan a los hijos gemelos de Druso, quienes en ese momento contaban con tres años de edad posiblemente, las connotaciones que se aprecian en este tipo son bastante numerosas. El motivo de gemelos era asociado tradicionalmente con la fertilidad y la buena fortuna. La felicidad de la nueva época se manifiesta en forma de una representación de la fertilidad, al igual que con Pax en los 52 Cf. RIC I, Tib., 42=BMCRE I 95-97, p. 133: A) Cabezas enfrentadas de dos pequeños niños sobre cornucopias, con caduceo alado en medio R) DRVSVS CAESAR TI AVG F DIVI AVG N PONT TR POT H alrededor de SC. La representación monetaria de Druso y sus hijos se repitió en emisiones provinciales, probablemente fechadas antes de la muerte de Druso, en Cyrene: cf. M. Grant, Román Anniversary Issues. An Exploratory Study of the Numismatic and Medattic Commemoration of Anniversary Years. 49 B.C.-A.D. 375. Cambridge, 1950, p. 45.
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relieves del Ara Pacis55. En este sentido, la proyección de imágenes de fecundidad forma parte de un programa propagandístico más amplio que Zanker analizó con acierto. En este caso no es necesario representar a Pax, Tellus o Venus para evocar la idea de la fertilidad y la felicidad, basta simplemente con sugerir dicha idea a través de los atributos de estas alegorías. La asociación del cuerno de la abundancia con niños es un motivo ya utilizado en los relieves de la coraza de la estatua de Augusto de Prima Porta54. La cornucopia representaba la fertilidad y la abundancia55 (en este caso de su boca salen racimos de uvas, la fruta que con más frecuencia se encuentra asociada al cuerno, como símbolo de las riquezas de la tierra), pero también llegó a ser un símbolo de buena fortuna o felicitas. Representado en innumerables ocasiones en época romana, este atributo aparece normalmente asociado como imagen simbólica de una idea abstracta o divinidad, generalmente con Fortuna, pero también otras abstracciones exprimen el valor simbólico del cuerno, como Abundantia, Pax, Felicitas, Concordia, Spes, etc. Como motivo ampliamente representado en las monedas desde época helenística, es en época imperial donde las representaciones de la cornucopia se multiplican especialmente. Concretamente, la asociación de cornucopias cruzadas con un caduceo en medio es un motivo recurrente desde época augústea, aunque su primera aparición sobre la acuñación republicana había sido sobre los áureos de Sila emitidos en c.81 a.C.56. Pero la aparición de dos 53
Zanker (op. cit. n. 41), pp. 208-209. Siguiendo a Shaw (op. cit. 13), p. 267, n. 26, el poderoso simbolismo de los gemelos es utilizado en el Ara Pacis, donde se representa a Pax sosteniendo a un niño en cada brazo. Los gemelos por tanto se asocian a cualidades positivas como la paz, la buena fortuna, la fertilidad, el crecimiento y la esperanza. 54 Zanker (op. cit. n. 41), p. 211, fíg. 137. 55 E. Pottier, «Cornucopia», Daremberg-Saglio 1/2 (1887), p. 1514. 56 Bajo Tiberio, los símbolos combinados fueron usados en dupondios emitidos en Commagene en los años 20-21 d.C: RIC I, Tib., 89-90=BMCRE I 174-176, pp. 144145: A) TI CAESAR DIVI AVGVSTI F AVGVSTVS Cabeza laureada de Tiberio a derecha R) PONT MAXIM COS m [IMP VH] TR POT XXI[I] Caduceo entre dos cornucopias cruzadas y dos coronas cruzadas; para Grant (op. cit. n. 52), pp. 52-53, la emisión celebra el medio centenario de Actium y la captura de Egipto por Octaviano; además, Shaw (op. cit. n. 13), p. 267, n. 27, apunta que Felicitas apareció en el reinado de Galba portando un caduceo y una cornucopia como sus atributos especiales; el cuerno de la abundancia es un atributo de la Fortuna pero también puede aparecer en las representaciones de Mercurio, aunque muy raramente, cf. A. Legrand, «Mercurius», Daremberg-Saglio 111/2 (1904), pp. 1819-1820.
cabezas de miembros cíe la familia imperial situadas sobre sendos cuernos, de los que parecen emerger, nos presenta un motivo nuevo (aunque esta idea deriva de representaciones más antiguas57) en el desarrollo de la propaganda dinástica, así como una economía del lenguaje simbólico. También el caduceo puede interpretarse como un motivo de buena fortuna y prosperidad. El atributo más característico de Mermes o Mercurio simboliza la función originaria del dios, el principio fecundador, pero también asegura la salud de sus devotos58. La interpretación más convincente sobre el significado de la simbología utilizada en el tipo es el hecho de que la felicidad manifestada por un nacimiento de estas características repercute positivamente en la perpetuación de la dinastía imperial al contar con nuevos herederos masculinos. La continuidad dinástica del régimen estaba, por tanto, asegurada. Gallotta59 ha destacado que la acuñación de época tiberiana se caracteriza por la presencia frecuente de emisiones con los símbolos de la Edad de Oro, estrechamente relacionados a una ideología y a una política pacifista. El caduceo fue en sí mismo un recordatorio del aureum saeculum. La emisión con Germánico y Tiberio Gemello constituye un ejemplo particularmente significativo, con unos motivos, el caduceo alado y la cornucopia, que se convierten en básicos para la ideología del Principado, con ocasión de la asociación de Druso al poder supremo mediante la atribución de la tribunicia potestas. Estos motivos de paz y abundancia se asocian con el motivo del puer nascens, asegurando al mundo paz y abundancia también en el sentido de la perpetuación de la dinastía. Según Shaw60, esta concentración de símbolos en este tipo no representa simplemente la felicitas por un nacimiento de estas características, puesto que los sestercios con esta imagen fueron acuñados varios años después del evento. El hecho se asocia con la obtención por segunda vez de la tribunicia potestas por parte de Druso y su consideración oficial como sucesor al trono, tal como queda reflejado en su titulatura. Los gemelos en este caso ocuparían el siguiente escalón en la política sucesoria, por detrás de su padre, por lo que la emisión 57
Pottier (op. cit. n. 55), p. 1520. Legrand (op. cit. n. 56), p. 1803. 59 B. Gallotta, Germánico oltre il Reno, Acmé 34 (1981), p. 296, n. 9. 60 Shaw (op. cit. n. 13), p. 257. 58
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estaría anunciando de forma oficial que la dinastía augústea se preservaría a través de Druso y sus hijos. Esas monedas habrían anunciado que la sucesión imperial habría pasado de Germánico y sus descendientes, más cercanos al propio Augusto en lazos de sangre, a Druso y sus descendientes. Shaw apoya esta interpretación al observar una ausencia de referencias a Germánico y sus hijos en la acuñación oficial de los años 22-23 d.C. — Principes luuentutis y nuevos Dióscuros Los hijos de Druso fueron asociados a las divinidades gemelas como anteriormente lo habían sido otras parejas de herederos. Para Shaw61, la asociación con los Dióscuros es otro signo evidente de la transferencia de la dinastía imperial de la familia de Germánico a la de Druso. La nueva consagración del templo de Castor y Pólux en el año 6 d.C. revelaría la existencia de una íntima conexión entre Tiberio y su familia y los jóvenes dioses. El nacimiento de gemelos, un evento singular, puede haber sido interpretado por Tiberio como un signo propicio o de aprobación divina62. No hay ninguna evidencia explícita de la asociación oficial en Roma entre los gemelos de Druso y los Dióscuros, pero está claro que la hubo desde un primer momento en algunas representaciones iconográficas63. Para Poulsen, la emisión del 22-23 d.C. con los gemelos sobre cornucopias supone una clara identificación de los herederos con los Dióscuros; la emisión formaría parte de la política dinástica de Tiberio, aunque no hubiesen obtenido todavía el título honorífico de Princeps luuentutis debido a su juventud. Se habría producido una temprana asimilación de los hijos de Druso con los gemelos divinos como resultado de una propaganda dinástica que respondiera a la nueva política sucesoria de Tiberio. Y sólo la 61
Shaw (op. cu. n. 13), p. 262; también lo es para Poulsen, 1991 (op. cit. n. 46), pp. 128-129, y de la misma autora: B. Poulsen, Cult, Myth and Politics, en I. NielsenB. Poulsen, The Temple of Castor y Polux. The pre-Augustan templephases with related decorative elements. Roma, 1992, p. 51. 62 R. S. Rogers, Studies in the Reign of Tiberius. Drususjulius Caesar. Baltimore, 1943, p. 97. 63 Cf. Poulsen, 1994 (op. cit. n. 46), p. 97, fig. 6, que destaca la representación de los gemelos sobre una serie de medallones de vidrio, con uno de los gemelos caracterizado como uno de los Dióscuros, con una estrella colocada sobre sus cabezas. La propia autora ya había comentado que fue la única pareja de herederos que fueron representados como Dióscuros expresamente, cf. (op. cit. n. 61), p. 51, n. 93.
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prematura muerte de Germánico Gemello (23 d.C.) obligó a Tiberio a variar de nuevo su esquema sucesorio para promocionar a los hijos de Germánico, Nerón y Druso César64. Existe, además, como ya hemos podido comprobar, una estrecha relación entre los Dióscuros y el título de Princeps luuentutis, que ya desde Augusto se convirtió en el título que otorgaba la supremacía honorífica en la sucesión imperial. Primero Gayo y Lucio, como líderes honoríficos de los caballeros, fueron asociados con las deidades patronas, Castor y Pólux; Druso y Germánico recibieron el mismo título y la asociación con las divinidades una vez que se confirmó su posición privilegiada en la sucesión imperial, a partir probablemente del año 4 d.C. La asociación oficial de Germánico y Tiberio Gemello con los Dióscuros habría supuesto también que en algún momento de su temprana carrera hubieran recibido el título de Princeps luuentuti^. Pero según Suetonio, Tiberio Gemello fue adoptado por Calígula cuando éste llegó a emperador el día que tomó la toga viril, y le dio el título de «príncipe de la juventud»66. Una vez más se confirma la tendencia a asociar a los jóvenes herederos de la familia imperial y líderes de los caballeros con los hermanos divinos67. Shaw asume que al igual que la obtención del título supuso para Gayo y Lucio una emisión especial conmemorando su nueva condición de líderes honoríficos de los caballeros, otro tanto ocurriría para los hijos de Druso, relacionando la emisión de sestercios del 22-23 d.C. que antes hemos comentado con la obtención del título honorífico. Esta suposición llevaría a admitir que la obtención del título se produjo cuando cumplían 3 años de edad y por supuesto aún no habían vestido la toga viril. En cambio los sestercios de Germánico y 64
Poulsen, 1991 (op. cit. n. 46), pp. 128-129. La autora cree que la pareja (Germánico y Tiberio Gemello) fue rápidamente aceptada como los nuevos herederos al poder imperial como lo demuestra una inscripción de Éfeso en la que son caracterizados como los nuevos Dióscuros (cf. p. 129, n. 45, SEGIV 515). Cf. Rose (op. cit. n. 14), p. 28. 65 Aunque L. G. Koch, De principe iuventutis. Leipzig, 1883; Stückelberg (op. cit. n. 29), p. 248 y Beringer (op. cit. n. 29), p. 2302, sólo recogen a Tiberio Gemello como Princeps luuentutis. 66 Suet., Cal, 15, 2-3. En realidad eran hermanos adoptivos por disposición testamentaria de Tiberio. Sigue a Suetonio, Koch (op. cit. n. 65); Sutherland (op. cit. n. 2), p. 110. 67 Scott (op. cit. n. 3D, p. 161. El culto de los gemelos como Dióscuros aparece en Éfeso y Salamis en Chipre, según Rogers (op. cit. n. 62), p. 97, n. 33.
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Tiberio Gemello no aluden en ningún momento al título en cuestión, por lo que en ese momento eran demasiado jóvenes para recibirlo. Las similitudes con Gayo y Lucio llevan al autor a plantear que el título de Princeps luuentutis y la primacía en la sucesión otorgada por éste, había sido reservada ya en el año 23 d.C. a los hijos de Druso68. Según esta hipótesis, los hijos de Germánico, que no recibieron ninguna emisión en este momento, estarían subordinados a los de Druso en el año 23. La muerte de Druso cambió supuestamente los planes sucesorios de Tiberio respecto a sus nietos Germánico y Tiberio Gemello. Con sólo tres años de edad, en términos prácticos para la supervivencia de la dinastía Julio-Claudia, la precedencia en la sucesión sobre los hijos de Germánico se hubiera materializado si Druso hubiera sucedido a su padre Tiberio, con lo cual se hubiera garantizado una sucesión a largo plazo para sus nietos. Pero la situación era bien diferente, y la muerte de Druso, unida a la inexperiencia de los hijos de éste, convirtieron a los hijos de Germánico, concretamente al mayor de ellos, Nerón, de 17 años de edad, en el heredero designado al trono. La muerte de Druso no sólo privó a Tiberio del sucesor designado sino también de la posibilidad de implantar su propia dinastía basada en los lazos de sangre. — Conclusión Realmente las opiniones vertidas por los diferentes investigadores nos llevan a concluir que la política dinástica de Tiberio entre la muerte de Germánico (19 d.C.) y la de Druso (23 d.C.) está aún lejos de ser clarificada. En cambio en principio todos están de acuerdo en que la muerte de Druso supone definitivamente la consolidación de la posición de Nerón como heredero designado al trono, ya sea porque Tiberio respetara la voluntad de Augusto de que la esperanza de la dinastía continuase con Germánico y sus descendientes, ya fuera por razones de edad, de manera que el príncipe con más edad dentro de la domus Augusta era Nerón, con 17 años. El segundo período cronológico (23-29 d.C.) parece, por tanto, estar definido por la presencia de un heredero designado de manera clara, Nerón, con su hermano Druso en una posición secundaria, siguiendo el paralelismo de Gayo y Lucio. En cambio, lo que parece tan evidente a simple vista, la designación clara de un heredero, no 68
Shaw (op. cu. n. 13), p. 264.
implica un reflejo en la propaganda numismática en el ámbito oficial. La ausencia de propaganda dinástica monetaria oficial en estos años ha llevado a suponer a algunos autores, como Hurlet, que Tiberio decide no promocionar a ninguno de sus herederos a partir del año 23 d.C., creando a primera vista una cierta sensación de incertidumbre sobre la política dinástica de los últimos años del reinado de Tiberio. Para el autor francés, puesto que en anteriores ocasiones la designación de un heredero se había visto precedida de los mecanismos legales que fortalecen la posición del sucesor, como la adopción y la asociación a los poderes imperiales («corregencia»), la falta de resolución por parte del Princeps en este sentido ha llevado a pensar en una especie de «falta de interés» en la determinación de la política dinástica. Es verdad que Nerón y Druso no se ven beneficiados con ninguna acuñación oficial, ni antes de la muerte de Druso, que podríamos considerar lógico si no tenían preferencia en la sucesión, ni después, lo que no resulta tan lógico si debían ser promocionados sistemáticamente como herederos. Reciben en cambio cargos honoríficos de ciudades de Hispania y África, con sus correspondientes emisiones conmemorativas, y se sabe que Tiberio, tras la muerte de Druso, recomendó la tutela de los príncipes herederos al Senado. La promoción política de Nerón (iniciada en el 20 d.C.) y de Druso (23 d.C.), que puede ser comparada con la experimentada por Gayo y Lucio, se vio en cambio paralizada a partir de la muerte de Druso. Entre el 23 y el 29 no obtuvieron ningún poder militar ni el cargo civil más importante por el que todos los herederos anteriores habían pasado: el consulado. La incertidumbre sobre la cuestión sucesoria puede responder al deseo de Tiberio de no conceder honores prematuros a los príncipes herederos, a pesar de la insistencia de Agrippina; o a la influencia en estos años de Sejano, cuyas propias aspiraciones políticas le llevan a buscar la eliminación de los hijos de Germánico, frenando primero su ascenso político y finalmente acusándolos de una conspiración que no parece basarse en pruebas sólidas. Es difícil dar con una causa concreta que pueda solventar el problema de forma definitiva. Pero sin duda la controversia fundamental estriba en el análisis de la política dinástica de Tiberio en el primer período cronológico (1923 d.C.). Las dos posturas enfrentadas se basan en la interpretación que demos a los sestercios acuñados en la ceca de Roma en el año 22 d.C., que presenta el retrato de Druso en el
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reverso, y sus dos hijos sobre cornucopias entre caduceo alado en el anverso. Shaw y Poulsen defienden la preferencia en la sucesión de los hijos de Druso por delante de los de Germánico, puesto que es lógico que si Druso se había convertido en el único e indiscutible sucesor, éste, al igual que Tiberio, deseara que la continuidad de la dinastía se perpetuara a través de su propia descendencia. Shaw basa su teoría de un cambio en la política dinástica, es decir, la transferencia de la sucesión imperial a Druso y sus hijos en la interpretación del tipo antes mencionado. El autor cae en el error al pensar que junto a la emisión también se une la concesión del título honorífico de Princeps luuentutis para Germánico y Tiberio Gemello. Puesto que ya habíamos interpretado la concesión del título como una indicación de una designación no oficial como heredero designado al trono, su concesión en el año 23 d.C. para los hijos de Druso supondría una confirmación de su teoría, en concreto, puesto que Germánico murió ese mismo año, que Tiberio Gemello era el sucesor designado. Sin embargo, las fuentes nos dicen que Tiberio Gemello asumió la toga viril en el año 37 d.C., y a su vez se le concedió el Principado de la Juventud. Éste es un dato relevante puesto que tal como señalaba Hurlet, la concesión del título de Princeps luuentutis debía ser contemporánea a la toma de la toga viril, como en el caso de Gayo y Lucio, nunca anterior. Entrar en la vida pública es un requisito ineludible para obtener el título honorífico, puesto que la obtención del título supone la entrada en el orden ecuestre para los jóvenes príncipes imperiales. La emisión a la que antes aludíamos es para Shaw una confirmación de que realmente Tiberio transfirió los derechos sucesorios de los hijos de Germánico a los de Druso. Para ello interpretaría el tipo no sólo como una demostración de felicitas por un nacimiento de estas características, puesto que aduce que la emisión del tipo continuó durante unos años más69. Pero principalmente su argumentación se basa en que puesto que la iconografía de los gemelos se asocia en la misma moneda a la representación de su padre Druso, confirmado con estas emisiones como el heredero designado, la emisión anunciaría en definitiva que las directrices de la nueva política dinástica se centraban ahora en Druso y su descendencia. Siendo objetivos, la atención de la propaganda oficial se centra en los hijos de Druso, ignorando por completo a los hijos de Germánico. 69
I, p. 88.
Una posibilidad descartada por Sutherland, RIC
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La propia emisión es, para Poulsen, un signo evidente de la transferencia de los derechos sucesorios en beneficio de los hijos de Druso. La autora se basa en un argumento que no puede ser considerado a mi juicio como erróneo. La emisión del año 22 d.C. estaría reflejando la asimilación de los jóvenes príncipes a los Dióscuros; una asimilación que por otra parte ya hemos defendido para Gayo y Lucio, Tiberio y Druso, Germánico y Druso Minor, o Nerón y Druso César. La autora demuestra con pruebas iconográficas que, a pesar de que no hay ninguna evidencia explícita de la asociación en Roma de Germánico y Tiberio Gemello con los Dióscuros, esta pareja fue la única que fue representada expresamente con los atributos de los Dióscuros. Desde su nacimiento en el 19 d.C. la pareja fue rápidamente aceptada como los nuevos herederos sobre la base de ser caracterizados muy pronto como los Dióscuros. La emisión de los gemelos sobre cornucopias supone una clara identificación de los herederos con las divinidades protectoras de los caballeros, aunque no hubiesen obtenido aún el título de Princeps luuentutis debido a su juventud. Sin embargo, del análisis de los atributos utilizados en la emisión de los gemelos, es decir, las cornucopias y el caduceo alado, no he podido encontrar conexión estrecha con los Dióscuros, en principio. En cambio, son varios los autores que plantean la hipótesis contraria a la desarrollada por Shaw y Poulsen. Para Levick, Gallotta, Garzetti y Martin, por ejemplo, entre la muerte de Germánico y la de Druso la política dinástica de Tiberio está definida por la posición indiscutible de Druso como único heredero al trono, y en un segundo plano, la preparación al mismo tiempo de las bases para la sucesión en los hijos de Germánico. Druso representaría el paradójico papel de regente de la familia de Germánico. Para unos la preferencia en la sucesión de los hijos de Germánico se debe principalmente a los lazos de parentesco con el fundador de la dinastía, puesto que al ser descendencia directa de Augusto tienen preferencia respecto a la rama claudia de la domus Augusta. Para otros, la preferencia viene establecida por razones de edad, ya que Nerón y Druso eran los príncipes imperiales con más edad de todos los que componían la domus. Un argumento a favor de esta hipótesis es que Tiberio inició la promoción de los hijos de Germánico justo después de su muerte: Nerón recibió ya sus primeros honores en el año 20 d.C., muy parecidos a los que habían adquirido Gayo y Lucio, y posteriormente Druso se benefició de las mismas disposiciones. Pero esta
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promoción política, a diferencia de la de Gayo y Lucio, no se vio acompañada de ninguna emisión oficial que conmemorara tales concesiones70. Lo cierto es que las dos soluciones que podía adoptar Tiberio en su política dinástica, eran perfectamente válidas: los hijos de Germánico representaban la sangre «Julia» más directa, la descendencia del propio fundador de la dinastía; los hijos de Druso podían apelar a su condición de descendencia del propio Princeps, que pertenecía por adopción a la gens lulia. La elección de los hijos de Germánico por razones de edad parece la más lógica, por lo que debemos considerar en un segundo plano sus relaciones de parentesco con Augusto o con Tiberio. La interpretación de la emisión del año 22 d.C. que presenta por primera vez, y única, a los gemelos de Druso por medio de la propaganda monetaria oficial podría darnos la clave sobre las directrices de la política dinástica, pero ampararnos en el análisis de un único tipo para establecer dichas directrices resulta poco convincente. Es difícil determinar si la aparición de los gemelos en conexión con su padre en la ceca oficial de Roma establece de manera clara la asociación entre la presentación oficial de Druso como heredero, evidente a todas luces, y la presentación oficial de sus hijos como proclamación de una política dinástica definida: la continuidad del régimen a través de la descendencia de Druso. — El acceso de Calígula al poder El nacimiento de Caius lulius Caesar Germanicus, Calígula, está fechado por Suetonio, quien lo sitúa el 31 de agosto del 12 d.C.71 El último hijo de Germánico, que acompañó a Tiberio a Capri a finales del año 30 d.C. para poder supervisar su educación y prepararlo supuestamente para la sucesión imperial, tomó la toga viril72 en el año 31 d.C., siendo nombrado también pontífice, lo que, para Villers, es un signo evidente de que ya había sido designado como el futuro sucesor de Tiberio, constituyendo un obstáculo para las aspiraciones
70
Para la preferencia de Tiberio en los hijos de Germánico, cf. Levick (qp. cit. n. 10), Gallotta (op. cit. n. 5), Garzetti (op. cit. n. 10), Martin (op. cit. n. 23); sobre la preferencia en los hijos de Druso: Shaw (op. cu. n. 13), Poulsen, 1991 (op. cit. n. 46). Sobre las opiniones de Hurlet, cf. (op. cit. n. 3). 71 Suet., Cal, 8, 1, donde se le menciona como designatus princeps durante su juventud. 72 Suet., Cal., 10, 1.
de Sejano73. No fue salpicado por la caída de sus hermanos mayores Nerón y Druso debido a que era demasiado joven y, por tanto, poco peligroso para Sejano, quien aspiraba al poder; además, contaba con la protección de su abuela Antonia Minor, que se encargó de supervisar su educación una vez que murió Livia en el 29 d.C. Calígula se había encargado de pronunciar la oración fúnebre. Según Suetonio74, Tiberio explicó la destrucción de Sejano el 18 de Octubre del 31 d.C. como castigo por haber atacado a los hijos de Germánico. Si Sejano después de la muerte de Druso, entre el 23 y el 31 d.C., pretendió convertirse en regente de Tiberio Gemello con la exclusión de la línea de Germánico, o incluso atacar a la propia descendencia de Druso, comenzando con Druso mismo, para conseguir que su propia descendencia entrara en los planes dinásticos de Tiberio, lo cierto es que Tiberio actuó para proteger a la última pareja de herederos, Calígula75 y Tiberio Gemello, quienes representaban la última versión del modelo de Augusto para la transmisión hereditaria del poder. En este sentido, según Scott, la emisión de un tipo dedicado a la Prouidentia Augusta76 venía a insistir sobre la realización del esquema dinástico diseñado por Augusto a través de la eliminación de Sejano. La Providencia, la cual gobierna el mundo según el Estoicismo, emanada de los dioses, y manifestada por los hombres, ayudaba a asegurar la existencia pacífica y continua del estado preservándolo contra peligros internos y externos. Augusto potenció la idea de que había sido elegido como Princeps para salvar al estado romano como enviado de la Providencia. A partir de él, la Prouidentia Augusta emanada del Princeps aseguraría el bienestar del pueblo a través de la consecución de una sucesión estable. Por lo tanto, el desarrollo de la idea de la Providencia como símbolo de la 73 Villers (op. cit. n. 11), p. 248. Sejano también obtuvo un cargo sacerdotal, además del imperíum proconsular, siguiendo a Bird (qp. cit. n. 16), p. 87. 74 Suet., Tib., 61. Cf. R. T. Scott, Providentia Aug, Historia 31 (1982), pp. 444-445. 75 Tac., Ann., VI, 3, 4, deja entrever que existía una amenaza real sobre Calígula; de hecho Tiberio tomó la precaución de hacer venir a Calígula a la isla de Capri para protegerle de cualquier complot. Cf. Suet., Cal, 10, 3.; Levick (op. cit. n. 10), p. 173. 76 Cf. RIC I, Tib., 80-81=BMCRE I 146: A) DIWS AVGVSTVS PATER Cabeza radiada de Augusto a derecha/izquierda R) S-C a izquierda y derecha de altar con puerta doble decorado con ornamentos; PROVLDENT en exergo. Ases de la ceca de Roma fechados en c.22/23(?)30 d.C. según RIC I, p. 99.
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transmisión hereditaria es un complemento a la ideología imperial oficial basada en la teología del poder unipersonal del Príncipe como «corregente» de Júpiter, que habíamos desarrollado en relación con la propaganda hacia los herederos. Como dice Charlesworth77, la Prouidentia del emperador asegura la Aeternitas de Roma. Esa eternidad debía basarse en la aceptación de una sucesión dinástica estable. Lo que para Charlesworth, la previsión de Augusto, inspirado por la Providencia, fue exaltada durante el gobierno de Tiberio como una decisión que había asegurado la continuidad del estado, situando a Tiberio como heredero, y a su vez a Germánico como segundo en discordia, asegurando así una sucesión pacífica78; para Scott79, quien encuentra evidente la conexión entre Prouidentia Aug. y la sucesión, el tipo sirve para destacar la concepción dinástica del principado augústeo. El tipo, para Martin80, exaltaría la propia Providencia de Tiberio, aunque a nadie se le escapa que la emisión también ensalza el lazo estrecho que le une al Diuus Augustus; Tiberio fue designado para ser el sucesor de Augusto puesto que se había convertido en su hijo adoptivo. Tiberio proclamaría así su legitimidad a la vez que el derecho dinástico81, dentro del contexto histórico que ya hemos mencionado, la revelación del pretendido complot de Sejano. La erección del ara Prouidentiae en el Campus Agrippae, junto al Ara Pacis Augustae, tiene para Martin una lectura política, es decir, Tiberio apela expresamente a la personalidad de Agrippa como una afirmación de la idea dinástica. Agrippa representaba el ejemplo de compañero fiel de Augusto, evocaba su asociación al poder, su matrimonio con la hija de 77 M. P. Charlesworth, Providentia and Aeternitas, HThR 29 (1936), p. 110; M. P. Charlesworth, The Virtues of a Román Emperor. Propaganda and the Creation of Belief, Proceedings of the British Academy in Rome 23 (1937), pp. 117-118. 78 Mencionando la misma emisión de la Prouidentia en conexión con Augusto, cf. RIC I, Tib., 80-81=BMCRE I 146. Para J. Beranger, La «prévoyance» (providentid) impériale, et Tacite, Anuales, I, 8, Hermes 88 (1960), p. 485, la virtud de un particular, Augusto (prouidentia Angustí), se convierte en virtud de todo emperador (prouidentia Augusta), exterior a la persona e inherente a la función. 79 Sobre el tipo, cf. Scott (op. cu. n. 74), pp. 436459, para quien el tipo del altar a la Providencia expresa mejor que ningún otro la estabilidad de la dinastía JulioClaudia. 80 Martin (op. cit. n. 23), p. 122. 81 Según Martin (op. cit. n. 23), p. 123, el ara Prouidentiae fue dedicado en el año 32 d.C.
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Augusto, Julia, y la adopción por el emperador de los dos hijos nacidos del matrimonio, Gayo y Lucio. En el espíritu de Augusto, Agrippa debía servir como tutor de los dos jóvenes príncipes y prepararlos para la sucesión, él no era más que un intermediario que protegía los intereses de los nietos del emperador convertidos en sus hijos por el uso del derecho privado de la adopción. Según el autor, Tiberio habría querido hacer de Sejano, cubierto de honores y responsabilidades, un segundo Agrippa, y que Sejano se hubiera convertido en un regente en su sucesión y no en un verdadero emperador, honor que sólo podía ser reservado a un hombre de la sangre de Augusto o perteneciente a su familia por adopción. De hecho, a finales del año 30 d.C. era virtualmente un «corregente», designado como colega de Tiberio en el consulado, seguramente también fue anunciado el compromiso matrimonial de Sejano con Livilla, y como poseedor del imperium proconsular, sólo la tribunicia potestas, y la muerte de Tiberio, separaban a Sejano del Principado. Pero finalmente fue descubierto y ejecutado el 18 de octubre del 31 d.C., el día que esperaba la concesión de la potestad tribunicia, y su cuerpo fue arrojado al Tiber82. En definitiva, las emisiones monetarias con el reverso dedicado a la Prouidentia responden al papel predominante de la Providencia de Tiberio, que ha podido evitar los peligros de un complot, y a la vez preservar el futuro de la dinastía eliminando a un posible usurpador y asegurando la sucesión en el último descendiente directo de Augusto, el joven Calígula. Su principal misión era dar expresión a la providencia imperial que habiendo garantizado la continuidad del Principado durante sesenta años, debía ahora asegurar la transferencia pacífica del poder. La sucesión se presenta bajo el signo de la previsión, cuando la carrera del príncipe se desarrolla normalmente, sin brusca interrupción. Augusto había preparado una buena provisión de herederos: su sobrino Marcello, sus nietos Gayo y Lucio, e incluso con personajes que introdujo en su familia, como Agrippa y Tiberio. La sucesión se convirtió con Augusto en la piedra de toque del régimen, pero no implicó necesariamente la creación de un sistema dual de herederos. La manera de asegurar la continuidad y la estabilidad en la sucesión era preparar a más de un posible candidato a 82 Sutherland (op. cit. n. 2), p. 100; Levick (op. cit. n. 10), p. 170; Garzetti (op. cit. n. 10), p. 60.
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la vez, que saldría de la propia estructura familiar, de la domus Augusta. Convertido por las circunstancias en un sistema de sucesión dual, el sistema de desdoblamiento augústeo continuado por Tiberio no implicaba la designación de un único sucesor, sino que consideraba a sus dos nietos, Calígula, por la rama Julia, y Tiberio Gemello, por la rama claudia de la familia imperial, como herederos de sus bienes a partes iguales en su testamento, además de potenciales sucesores. En este caso la designación testamentaria no parece implicar una designación imperial83. Aunque Tiberio parecía haber evitado tomar una decisión sobre la sucesión, lo cierto es que la elección de Calígula era lógica si tenemos en cuenta que Tiberio Gemello aún no había vestido la toga viril84. Tras la muerte de Sejano, justificada oficialmente por Tiberio por su persecución de la familia de Germánico, cuando en realidad Agrippina seguía en el exilio y Druso en prisión, pareció comenzar la promoción de Calígula, pero en realidad, excepto la cuestura, Tiberio no le concedió ninguna responsabilidad de gobierno. Calígula tuvo que apelar a su condición de hijo de Germánico y biznieto de Augusto para fortalecer la posición de un princeps que antes de su acceso al poder solo había ejercido la cuestura (33 d.C.)85, lo que suponía una débil confirmación de su posición como heredero designado. Calígula, que había nacido en el año 12, debería haber tomado la toga viril según la costumbre a los catorce años, es decir, después del 31 de agosto del 26 d.C. El hecho de que la ceremonia no tuviera lugar en ese momento es un signo para Levick86 de la inseguridad de Tiberio, precisamente el año que abandonó Roma, sobre el futuro de su nieto. Seguramente fue la muerte de Nerón en el año 31 d.C. la que provocó el traslado de Calígula a Capri y posteriormente la toma de la toga viril, un acto que se había demorado unos años. Tomó la toga en un estilo sobrio, y el mimo día se afeitó la barba, una ceremonia que normalmente seguía a la de la asunción de la toga en 83 Villers (qp. cu. n. 11), p. 249, siguiendo a J. Beranger, L'heredité du Principat. Note sur la transmission du pouvoir imperial aux deux premiers siécles, REL 17 (1939), p. 175. 84 F. De Visscher, La politique dynastique sous le régne de Tibére, Synteleia Arangio-Ruiz, Ñapóles, 1964, p. 61. 85 Dión, 58, 23, 1. Según Sutherland (qp. cu, n. 2), p. 102, en el 31 d.C. recibió un sacerdocio. 86 Levick (qp. cu. n. 10), p. 175.
un intervalo de tiempo razonable. Tiberio quería apresurarse en otorgarle honores al joven príncipe; cuando a Sejano y su hijo les ofrecieron sendos sacerdocios, Calígula fue honrado de la misma forma, con el pontificado. En el 33 d.C. se casó con Junia Claudilla, pero murió al año siguiente87. La ceremonia de entrada en la vida pública, simbolizada en la toma de la toga viril, que se realizó en el año 31 d.C., debió suponer también la obtención por parte de Calígula del título honorífico de Princeps luuentutis, que se había convertido en una designación no oficial como sucesor al trono imperial88. Si realmente Calígula ocupó el lugar de Germánico y Druso como Príncipe de la Juventud, y por tanto como heredero al trono, ya en el año 23 d.C., con Tiberio Gemello como segundo candidato, y por delante de sus hermanos Nerón y Druso César, como se ha supuesto a través del análisis iconográfico del Gran Carneo de París, un claro ejemplo de propaganda imperial, es una hipótesis bastante difícil de aceptar, ya que la obtención del título honorífico va pareja con la toma de la toga viril, no antes. En él se representaba supuestamente la promoción de Calígula como presunto heredero al trono, acompañado de la diosa luuentas y de divinidades típicas de la juventud como Honos y
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Suet., Cal, 12, 1; según J. P. V. D. Balsdon, The Emperor Gaius. Oxford, 1934, p. 15, en el 35 d.C. 88 A pesar de que Koch (qp. cit. n. 65), no lo incluye en su relación, aparece en cambio en la relación de Beringer (qp. cit. n. 29), p. 2302, al apoyar la hipótesis de L. Curtius de que el Gran Carneo de París representa la designación oficial del hijo de Germánico como Princeps luuentutis, donde también aparece su primo Tiberio Gemello. Sobre el Carneo y la hipótesis de L. Curtius, cf. Gagé (qp. cit. n. 33), pp. 165-184. Para Gagé, el Carneo representaría la transposición directa de una escena histórica ocurrida doce o catorce años después de la promoción de Nerón y Druso, que son quienes posiblemente estarían figurados en la escena. El Carneo sería otro síntoma más del proceso de legitimación fomentado por Calígula al comienzo de su reinado, puesto que éste estaría manifestando ser el heredero de la sangre de Augusto, a través de su padre Germánico. Cf. J. P. V. D. Balsdon, Gaius and the Grand Carneo of París, JRS 26 (1936), pp. 152-160, quien no cree que Calígula obtuviese el título, y, por tanto, fuera designado sucesor de Tiberio por delante de sus hermanos mayores Nerón y Druso César, a quienes también se les habría negado el título; J. Charbonneaux, Le Grand Carnee de France, Melanges Charles Picará, 1949, pp. 170-186, quien reconoce a Nerón y Druso César como los príncipes que se presentan a Tiberio en el año 23 d.C., designados por el emperador como herederos al trono tras la muerte de Druso, en un Carneo que exalta la memoria de Germánico, y, por tanto, justifica los derechos sucesorios de sus hijos. También opina lo mismo Hurlet (qp. cit. n. 3), p. 412.
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Virtud9, que debió producirse entre la muerte de Druso (23 d.C.) y la de Livia (29 d.C). Con lo cual se trataría de una de las pocas manifestaciones dinásticas a favor de Calígula que aparecen sobre la iconografía, en este caso de la glíptica, aunque su interpretación ha sido motivo de gran controversia y hoy por hoy se reconoce en el Carneo a Nerón y Druso César en el año 23 d.C. A partir del año 33 d.C., y una vez desaparecidos Nerón y Druso César, los dos candidatos al trono imperial, Calígula y Tiberio Gemello se convirtieron en los nuevos y presuntos herederos. Tiberio evitó tomar una decisión sobre la sucesión, precisamente cuando la cuestión dinástica se había hecho primordial en los últimos años después de la caída de Sejano. Tampoco Tiberio tenía mucho donde elegir, Calígula era el único hijo superviviente de Germánico, luego estaba Claudio, el hermano de Germánico, que dada su supuesta incapacidad física no contaba para la sucesión, y finalmente Tiberio Gemello era un niño todavía. Tiberio no realizó una designación oficial pero permitió el ascenso de Calígula a través de la popularidad que había heredado de su padre, y a pesar de que en su testamento instituía como herederos a partes iguales a Calígula y Tiberio Gemello, esta cuestión es para Garzetti una mera formalidad90. La incertidumbre sobre la cuestión sucesoria en estos años finales del reinado de Tiberio repercutió negativamente en el programa propagandístico de la sucesión imperial a través de la numismática, puesto que ninguno de los dos fue presentado como presunto heredero durante los últimos años del principado de Tiberio. Es nula la presencia de Calígula como heredero en las monedas, pero ésta es una característica que también presenta Tiberio Gemello, el otro candidato, o el segundo en discordia, si exceptuamos la emisión del 23 d.C., que no está del todo claro que deba entenderse como un ejemplo claro de propaganda dinástica en el sentido de considerar a Germánico y Tiberio Gemello como herederos designados al trono, tras su padre Druso, como opina Shaw.
89 Cf. J.-P. Morel, Sur quelques aspects de la jeunesse a Rome, Melanges offerts áj. Heurgon, II, París (1976), pp. 672-673, donde ve a Calígula como Princeps luuentutis, recibiendo un casco después de un lusus troiae, mientras que Tiberio Gemello se apoya sobre las armas de la schola iuuentutis. 90 Garzetti (op. cit. n. 10), p. 72.
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Como bien señala Sutherland91, en ningún momento durante el período 31-37 d.C. se advirtió el presunto estatus de heredero tanto de Calígula como de Tiberio Gemello a través de un tipo numismático emitido en una ceca oficial92. Sólo, según Shaw93, las emisiones realizadas entre los años 32-34 d.C. en la ceca de Cesárea de Cappadocia, y dedicadas a la memoria de Druso, el hijo de Tiberio, tendrían una segunda motivación, además de la supuestamente relacionada con el descubrimiento de la culpabilidad de Sejano en la muerte de Druso; Tiberio habría impulsado estas emisiones para promover la rama claudia de la familia imperial, particularmente al hijo de Druso, Tiberio Gemello. Pero exceptuando la interpretación de Shaw, por otro lado no muy sólida, la falta de propaganda dinástica en este sentido es un signo para Sutherland de la incertidumbre de Tiberio. Y si Tiberio había decidido promocionar a sus dos herederos por medio de las emisiones monetarias, y presentar su nuevo esquema dinástico, lo cierto es que el resultado resulta demasiado pobre. La nueva acuñación en valores en bronce de los años 34-37 d.C. de la ceca de Roma vuelve a incidir en la monotonía de los símbolos augústeos que habían caracterizado la primera etapa de emisiones durante el gobierno de Tiberio: el principal tema fue de nuevo el Diuus Augustus, con el clipeus uirtutis, la corona ciuica y el Capricornio. Las emisiones finales en valores en bronce de Tiberio enfatizaron, a través de un simbolismo pictórico sencillo, la gran auctoritas por la cual el Imperio continuaba en paz y prosperidad, gracias a la Prouidentia y la Pax Augusta. Para Martin, todo el mundo podía comprender que Calígula había sido designado sucesor por delante de Tiberio Gemello, aunque Tibe91
Sutherland (op. cit. n. 2), pp. 102-103. Pero en el ámbito provincial, Calígula aparece como Huir honorífico en las emisiones de dos ciudades de Hispania: RPC 182-184 (Carthago Nova, como Huir quinquennalis): A) TI CAESAR DIV(I) AVG(V) F AVG(VSTV) P M Cabeza laureada a izquierda R) C CAESAR TI N QUIN(Q)IN (o C) I N K Cabeza desnuda a izquierda. RPC 362-364 (Caesaraugusta): A) PIETATIS AVGVSTAE C C A Busto de Pietas, velado y diademado a derecha R) IVNIANO LVPO PR G CAESAR G POMPOM PARRA II V Templo tetrástilo. El nombramiento de Calígula como magistrado honorario en las acuñaciones hispanas muestra dos variantes: en Carthago Nova no se menciona ni a su colega ni a su prefecto, mientras que en Caesaraugusta aparecen tanto el prefecto que lo sustituye como el colega en el duunvirato. La emisión de Carthago Nova se fecha según Llorens (op. cit. n. 27), p. 76, en los años 33-34 d.C. 93 Shaw (op. cu. n. 13), p. 307, n. 15. 92
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rio no hubiera utilizado medios más directos para anunciarlo. Para el autor, el mejor medio para rendir público reconocimiento a la elección definitiva realizada por el Princeps era apelar al recuerdo de la personalidad de Agrippa, el abuelo de Calígula. Agrippa representaba el símbolo de la lealtad hacia el emperador, de la elección voluntaria, y el ejemplo de una persona que ostentaba las cualidades personales necesarias para el gobierno del Imperio94. Gagé mantuvo que Calígula no obtuvo el título de Princeps luuentutis entre el 23 y el 29 d.C., puesto que llevaba todavía la toga pretexta cuando realizó la oración fúnebre en honor de su bisabuela Livia en el 29 d.C. Puesto que tomó la toga viril dos años después, ya hemos apuntado en anteriores ocasiones que no se ocupa el honor de líder de la juventud ecuestre si no se ha entrado antes en la vida pública de forma simbólica. Hasta el 31 d.C., Calígula no recibió ninguno de los honores, títulos o magistraturas que acompañaban de ordinario la deductio in forum de los príncipes imperiales95. La desaparición prematura de Nerón y Druso César no implica que éstos no jugaran un papel principal en las disposiciones sucesorias de Tiberio. De hecho, entre la muerte de Druso (23 d.C.) y la muerte de Livia (29 d.C.), momento en el que cayeron en desgracia, debieron ocupar para Tiberio la posición de herederos al trono96, aunque no se realizara una promoción propagandística a través de la numismática. El esquema sucesorio basado en parejas de herederos había comenzado, con Gayo y Lucio César, bajo Augusto; tras su muerte prematura, Tiberio y Germánico habían reemplazado a los 94 Martin (qp. cit. n. 23), p. 127, sitúa, por tanto, las emisiones de ases dedicadas a Agrippa a finales del reinado de Tiberio. Sin embargo, siguiendo al RIC I, Cal., 58, p. 112, deben fecharse en época de Calígula: A) M AGRIPPA L F COS EQ Cabeza de Agrippa con corona rostral a izquierda R) S C a izquierda y derecha de Neptuno con pequeño delfín y tridente vertical. También Sutherland (qp. cit. n. 2), p. 102, n. 2, creía que las emisiones dedicadas a Agrippa podían considerarse como un comentario indirecto de la posición de Calígula corrió nieto de Agrippa a finales del principado de Tiberio. Pero luego opina que esas abundantes emisiones deben ser fechadas probablemente bajo Calígula. 95 Gagé (qp. cit. n. 33), p. 173; Balsdon (qp. cit. 88), p. 157, cree que Calígula no recibió el título de Príncipe de la Juventud, así como tampoco sus hermanos Nerón y Druso César. 96 Ya dijimos que Tiberio los presentó al Senado como Angustí pronepotes, encomendándole su tutela, además de conducirles al Foro para su entrada simbólica en la vida pública. Cf. Tac., Ann., IV, 8 y Suet., Tib., 54.
nietos de Augusto. A comienzos del reinado de Tiberio, Germánico y Druso ocuparon la posición privilegiada de herederos, pareja que va a ser sustituida finalmente por Nerón y Druso César, los hijos de Germánico, como la segunda pareja de herederos proyectada por Tiberio (la tercera sería Calígula y Tiberio Gemello). Con Calígula, la política de parejas de herederos dentro de la familia imperial finalizó, y el título de Princeps luuentutis fue conferido al heredero al Imperio de forma individual. Para Poulsen significa el fin del uso ideológico de los Dióscuros en la política dinástica durante el período Julio-Claudio, aunque Calígula, como emperador, los utilizase en beneficio propio97. Finalmente el Principado debió pasar a un nieto de Tiberio, a su vez biznieto de Augusto. El acceso de Calígula al poder cristaliza el proceso de formación de un Principado en el que un candidato al trono no ha ejercido ningún poder antes de llegar a emperador98. De hecho, la legitimidad dinástica se basaba en época Julio-Claudia en la relación de parentesco con Augusto. Los poderes que habían definido la posición política del «corregente», el imperium proconsular y la potestad tribunicia no habían sido ejercidos por Calígula antes de su acceso al poder a la edad de veinticinco años, con lo cual queda patente que el peso de la carrera político-militar no tuvo ninguna influencia una vez que se había asumido el concepto de monarquía hereditaria en el seno de la domus Augusta. Pero en lo que concierne a la posición de un heredero, el acceso de Calígula demuestra que seguía sin existir una sucesión debidamente reglamentada. Para Villers", el concepto de legitimidad es vago en su aplicación, y no parece existir ninguna regla para la elección del sucesor entre los miembros de una dinastía. Tiberio Gemello sería finalmente asesinado a finales del año 37 d.C.100
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Poulsen, 1991 (qp. cit. n. 46), pp. 129-130, ya que le gustaba aparecer con los atributos de los Dióscuros, y convirtió el templo de los Castores en el vestíbulo de su propio palacio. Suet., Cal, 22, 2. Cf. C. Gatti, Considerazioni sul culto imperiale nel quadro della política di Gaio, en M. Sordi (ed.), Religione e política nel mondo antico, Contributi dell'Istituto di Storia Antica, 7, Milán, 1981, p. 162. 98 B. Parsi-Magdelain, L'avénement de Tibére, Revue Historique de Droit Francais et Etranger 56 (1978), p. 397. 99 Villers (qp. cit. n. 11), p. 251. 100 Suet., Cal, 23, 3. Cf. Sutherland (qp. cit. n. 2), p. 115.
LA SUCESIÓN DINÁSTICA HASTA EL ACCESO DE NERÓN (23-54
5.2. LA CUESTIÓN SUCESORIA EN EL REINADO DE CLAUDIO: BRITÁNICO Y NERÓN (41-54 D.C.) La situación dinástica a la muerte de Tiberio era radicalmente diferente a la que habíamos asistido tras la muerte de Augusto. Calígula había llegado a emperador, y Tiberio Gemello aparecía como heredero conjunto en la voluntad testamentaria de Tiberio, pero ninguno había recibido la propaganda o la preparación político-militar que había caracterizado a los herederos de Augusto. La posición de Tiberio Gemello como coheredero con Calígula de las posesiones de Tiberio fue pronto desacreditada. Cuando Calígula llegó a Roma diez días después de ser reconocido como princeps, el Senado se reunió para leer el testamento de Tiberio, e inmediatamente declaró la herencia conjunta de Calígula y Gemello como inválida. De esta forma Calígula aseguró la anulación de la voluntad testamentaria en el 37 d.C. y asumió el trono en solitario. Su inmediata adopción de Tiberio Gemello, y la concesión del título de Príncipe de la Juventud, le situaba como el heredero al trono en un futuro, pero en realidad estas disposiciones sobre la cuestión sucesoria eliminaban cualquier interpretación de igualdad política emanada del testamento. Tiberio Gemello no podía reclamar su derecho legítimo al trono, y cuando Calígula cayó enfermo no nombró heredero a su nuevo hijo adoptado sino a su hermana Drusilla. Cuando se recuperó forzó a Tiberio Gemello al suicidio a finales del primer año de reinado de Calígula, acusado de haber rezado por la muerte del emperador. Como con anterioridad en el asesinato de Agrippa Postumo al comienzo del principado de Tiberio o el de Británico en el de Nerón, estos paralelos muestran que la existencia de un rival al comienzo de un reinado constituía un serio peligro a los ojos del emperador para su propia continuidad en el trono. En palabras de Garzetti, esto no era más que la aplicación de la práctica normal de un déspota oriental de eliminar cualquier posible competidor101. Calígula prestó a partir de ese momento escasa atención a la política dinástica, al igual que Tiberio en sus últimos años. No hay emisiones provinciales dedicadas a Tiberio Gemello durante el reinado de Calígula, pero sus inscripciones aparecen a lo largo del Mediterráneo, y, además, fue honrado con estatuas en 101
Balsdon (op. cit. n. 87), p. 37; Garzetti (qp. cit. n. 10), p. 86.
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al menos tres grupos antes de su ejecución, aunque su adopción fue completamente ignorada en el ámbito propagandístico102. Puesto que Calígula tuvo matrimonios breves y poco fructíferos desde el punto de vista dinástico (sólo tuvo una hija de su última mujer, Cesonia, llamada Julia Drusilla103), el motivo para el énfasis propagandístico de las hermanas de Calígula era el reconocimiento futuro de un heredero engendrado por cualquiera de las mujeres de la domus Augusta, considerado descendiente de Germánico y, por tanto, de Augusto. Pero el hecho de que eligiera a Drusilla como heredera de su imperium cuando Calígula cayó enfermo indica una preeminencia de ésta en el organigrama dinástico por encima de Agrippina la Joven, que ya estaba esperando a Nerón en el 37 d.C.104 Su segundo matrimonio con M. Aemilius Lepidus, organizado por Calígula, tenía el objetivo de engendrar herederos masculinos para asegurar la sucesión. Pero la muerte de Drusilla en el 38 d.C. constituyó un desastre desde el punto de vista dinástico para Calígula105. Fracasados los planes dinásticos de Calígula, que consistían en que una de sus hermanas, Drusilla, engendrara herederos masculinos para continuar con el dominio de la descendencia Julia106, el conflicto entre candidatos al trono pertenecientes a distintas ramas de la domus Augusta dominó los primeros años del reinado de Claudio. Con Claudio volvemos a asistir al desarrollo de la propaganda dinástica a través de la numismática, ya que con Calígula, la política de sucesión tan cuidadosamente construida por Augusto quedó completamente truncada, y sólo se desarrolló una propaganda basada en la conmemoración retrospectiva de Augusto, Livia, Antonia Minor, Germánico y su familia; en definitiva, el emperador honró sólo a los miembros de su familia que podían servirle para ligarse a Augusto y a la gens lulia. 102
Rose (op. cit. n. 14), pp. 32-36, y n. 91. Cesonia fue utilizada por el emperador para que le proveyera de herederos al Imperio, cf. Lindsay (qp. cit. n. 4), p. 4. Durante el último año de su reinado, la única conmemoración dinástica que sobrevive es la presencia de Cesonia y el nombre de su hija Drusilla en una emisión de la ceca del rey judío Agrippa I, con una imagen de Venus Victrix-. RPC 4977. Cf. Rose (qp. cit. n. 14), p. 37, n. 105. 104 Suet., Cal, 24, 1. Wood (qp. cit. n. 30), p. 459. Nerón nació el 15 de diciembre del 37 d.C. 105 Suet., Cal, 24, 2. Lepidus fue nombrado por Calígula como su sucesor en el 37-38 d.C. pero fue ejecutado por traición en el 39 d.C. 106 Wood (op. cit. n. 30), p. 459. 103
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Según Wood, durante el reinado de Calígula, el sistema imperial había ya implantado el sistema de sucesión dinástica basado en un heredero legitimado en virtud de su nacimiento, y las mujeres de la familia imperial debían legitimar esa descendencia107. En cambio, no hay un verdadero consenso respecto a esta cuestión, puesto que también están los que piensan que la falta de reglas precisas para establecer la sucesión de una manera pacífica dotó al Imperio Romano de una gran debilidad política108. La política propagandística de carácter retrospectivo había omitido el énfasis en la selección y promoción de un heredero potencial. El sucesor de Calígula, Claudio, debía su proclamación como emperador por los pretorianos a su pertenencia a la domus Augusta, aunque no a la gens lulia, puesto que la única conexión que tenía con la gens lulia era que su madre Antonia era sobrina de Augusto; sin embargo, tal como señala Pañi, la estructura gentilicia concluía ahora un proceso de reconsideración en el ámbito de la idea de la domus, admitiendo de facto en la familia imperial a la gens Claudia, precedentemente admitida sólo por adopción; Claudio era simplemente el último superviviente masculino de los Julio-Claudios para poder optar a la sucesión, y el hecho de que fuera expresamente excluido de la vida pública, y por su accidentado acceso al poder, nunca gozó de una promoción como heredero al trono109. 5.2.1. LA PROMOCIÓN DE BRITÁNICO Tras la conspiración que acabó con Calígula, su mujer Cesonia y su hija Drusilla en el año 41 d.C., Claudio quiso resolver rápidamente la cuestión de la sucesión, precisamente por el hecho de que regular el sistema de sucesión fortalecería la propia posición del nuevo em-
perador110. Claudio fue también consciente, como otros emperadores antes y después de él, de la importancia de restaurar el Principado augústeo con todas sus implicaciones dinásticas. El Principado de Claudio no estuvo exento de intrigas en torno a la sucesión desde el comienzo hasta el fin de su reinado. Mientras que al final de su gobierno existió una pareja de herederos de manera clara, aunque sólo uno de ellos fuera considerado el sucesor elegido, Claudio no parece haber iniciado su gobierno manteniendo ese sistema de su sucesión dual o de preparación de más de un candidato al mismo tiempo para la sucesión. El 12 de febrero del 41 d.C., la esposa del nuevo emperador, Valeria Messalina, dio a luz un hijo llamado Tiberius Claudius Caesar Germanicus, que pronto fue conocido con el cognomen de Britannicus en honor de la conquista de Britannia por parte de Claudio en el 43 d.C.111 Un tipo concreto de las emisiones del año 41 d.C. muestra en el reverso la leyenda Spes Augusta112, lo que ha llevado a algunos autores a desarrollar la idea de la personificación invocada con carácter dinástico y con consecuencias positivas e inmediatas sobre el nuevo hijo del emperador, Británico, que si, con derecho propio, debía convertirse desde un principio en el heredero al Imperio, tal posición quedó reforzada al convertirse, según la leyenda monetaria, en la esperanza de la dinastía. En estas emisiones Spes se representa andando y sosteniendo una flor, y venía a ser una alusión clara al nacimiento de Británico en el mes en el que Claudio accedió al poder, por lo que según Levick113, el tipo refleja las propias esperanzas del Princeps en perpetuar su dinastía. También para Sutherland114, el tipo arcaico
110
107
Ibíd., p. 482. 108 B. Levick, Claudius. Londres, 1990, p. 53. Para Scott (op. cit. n. 74), p. 447, el hecho de que el asesinato de Calígula se produjera el último día de los ludí Palatini en honor de Augusto, con los cuales el ara Prouidentiae Aug. estaba asociado, puede ser un indicio de que la ocasión fue deliberadamente elegida para repudiar a Calígula y su proclamada legitimidad desde el punto de vista del esquema augústeo para la sucesión. 109 Cf. M. Pañi, Lotte per il potere e vicende dinastiche. II principato fra Tiberio e Nerone, en Storia di Roma. II. L'Impero mediterráneo. 2. Ipñncipi e il mondo. Turín, 1991, p. 242; Sutherland (op. cit. n. 2),'p. 124, especifica que obtuvo el augurado bajo Augusto, fue sacerdote del Diuus Augustus bajo Tiberio y promocionado al consulado por Calígula en el 37 d.C.
C. Ehrhardt, Messalina and the Succession to Claudius, Anticbton 12 (1978), p. 53. 111 Kienast (op. cit. n. 8), p. 93. 112 Cf. los sestercios del año 41 d.C., con reverso Spes Augusta, RIC I, Cl., 99, y p. 118-119=BMCRE I 124, y p. clvi: A) TI CLAVDIVS CAESAR AVG P M TR P IMP Cabeza laureada de Claudio a derecha R) SPES AVGVSTA Spes drapeada avanzando a izquierda, sosteniendo flor con la derecha y levantando su vestido con la izquierda. S C en exergo. 113 Cf. B. Levick, Propaganda and Imperial Coinage, Anticbton 16 (1982), p. 111; cf. también Sutherland (op. cit. n. 2), p. 132, n. 1, para quien la ausencia de cualquier referencia al nacimiento en las series en oro y plata no tiene gran importancia, puesto que las emisiones en bronce, de una ceca técnicamente «libre» se realizan bajo la supervisión imperial.
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de Spes parece denotar un sentido dinástico, Spes se convierte con esta emisión en una personificación dinástica estándar. Claudio había nacido el 1 de agosto, el día de los uota a Spes, pero el tipo parece referirse directamente al nacimiento de un heredero que incrementaría y extendería las esperanzas dinásticas, más que al nacimiento del emperador. Se observa así la primera aparición de Spes como tipo dinástico. Para Scott115 es una discreta referencia como propaganda sucesoria en beneficio de su hijo Británico. Spes es una de las personificaciones o virtudes cuyo culto en época augústea, así como su utilización por la ideología imperial resulta muy apropiada para los fines dinásticos. Como personificación de la Esperanza, el uso de Spes como un concepto imperial, y en particular su conexión con el emperador Augusto y con toda la familia imperial resulta del todo evidente pero no se ha incidido profundamente en este aspecto116. Spes se convirtió en un símbolo religioso de la nueva esperanza que el régimen augústeo había traído y en una virtud que se asoció estrechamente con Augusto y con el destino de su familia. Los romanos consideraron a Spes como una deidad benévola, que simbolizaba las aspiraciones de alcanzar la felicidad en este mundo, invocada no sólo para asuntos públicos sino también como protectora doméstica, sobre todo en matrimonios y nacimientos117. Los romanos reconocieron a Spes como una personificación religiosa a comienzos de la República. Durante este período se le dedicaron dos templos, y se le atribuyeron varias funciones, principalmente como deidad que provee de esperanza y confianza en situaciones desesperadas. Recibió un amplio culto fue114
Cf. RIC I, p. 119; Mattingly, BMCRE I, p. clvi, también insiste en que la personificación de Spes aparece por primera vez en monedas romanas en el antiguo estilo y postura; para Grant (op. cu. n. 52), p. 74, la emisión conmemora el nacimiento de Claudio, aunque también de manera tópica el nacimiento del heredero imperial Británico. Spes tendrá un futuro numismático relacionado a la propaganda dinástica, según el autor. En la p. 166, dice que Germánico había dedicado un templo a Spes (17 d.C.), y la emisión de Claudio con este nuevo tipo puede haber conmemorado los 25 años de la dedicación. 115 Scott (op. cu. n. 74), p. 448, aunque la emisión es interpretada normalmente como una conmemoración del aniversario de Claudio. El tipo dinástico del altar a la Providencia no aparece. 116 Cf. M. E. Clark, Spes in the Early Imperial Cult: «The Hope of Augustus», Numen 30 (1983), pp. 80-105. 117 P. G. Walsh, Spes romana, Spes christiana, Prudentia 6 (1974), p. 34.
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ra de Roma, y fue asociada también a otras personificaciones: Victoria y Salus, cuya asociación con esta divinidad sugiere que Spes representa el primer paso hacia la salvación y la victoria final; con Salus únicamente, especialmente durante el Principado, las dos deidades sirven como protectoras del emperador y su familia, además de ser invocadas para lograr el nacimiento de un heredero; con Fortuna, su asociación parece haber estado relacionada con el nacimiento del primer hijo de una familia, puesto que Spes es la portadora de hijos, quienes son considerados «la esperanza de la casa»118; con luuentas, su asociación cobra vigor en época imperial, cuando los aspectos religiosos y sociales de Spes cristalizaron. Con esta divinidad se apela a que la juventud se vea acompañada en un futuro con otras virtudes. Las conexiones con otras virtudes, tan comunes en Spes, sugieren que los atributos religiosos y sociales fueron definidos antes del Principado, pero es importante tener en cuenta que es en época imperial cuando adquiere el papel específico de asociarse con la juventud y sobre todo con la continuación de la familia imperial, como un vehículo dinástico119. Spes como virtud romana evocaba beneficios materiales inmediatos, de manera que fue relacionada con los problemas de la vida pública y con el devenir del Imperio. A finales de la República, Spes se había convertido en una idea política, la esperanza pública y la confianza en un líder investido con poder y autoridad que reportara futuras bendiciones al pueblo, bendiciones materiales pero también en forma de conceptos abstractos como la esperanza de libertad, paz y restauración de la república. La idea política de esperanza en una personalidad carismática llegó a ser especialmente popular a finales de la República, y fue sabiamente aprovechada por Octaviano, quien se convirtió en esa figura capaz de aportar confianza y la esperanza de bendiciones civiles al pueblo tras la muerte de César. La conexión entre esperanza y juventud refleja la visión tradicional de los romanos y su admiración por los líderes carismáticos jóvenes. Al mismo tiempo la relación especial entre esperanza y juventud presente en el culto imperial se comprendería debido a 118
Cf. Lichocka (op. cu. n. 24), p. 284, donde se habla de la asociación entre Fortuna y Spes como abstracciones dinásticas o de propaganda para la sucesión ya en el s. II d.C. (con los cesares Lucio Aelio César y Marco Aurelio). Spes, divinidad presente en la toma de la toga viril, y con una gran popularidad en el s. I d.C., asume el papel de patrona de los herederos al trono en el s. II d.C. 119 Clark (op. cit. n. 116), p. 83-
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la naturaleza carismática de Octaviano como un joven hombre. La acuñación oficial centró su atención sobre la personificación de Spes y su conexión con la juventud. Su representación numismática cumplirá con éxito la función de propaganda de los herederos imperiales, sobre todo a partir de época Flavia. Aunque esta interpretación es ampliamente aceptada, es mejor mantener, según Clark, que la virtud enfatizó la juventud, de forma general, más que incidir en la idea concreta de hacer propaganda a favor del heredero imperial. En realidad Spes debió albergar un concepto dual, aunque el peso de la evidencia inclina claramente la balanza a favor de la exaltación del joven heredero. Séneca describe a Druso y Marcello como los baluartes de la esperanza del Principado120. En el s. I d.C. la virtud imperial representó tanto las ambiciones dinásticas de la casa imperial como la esperanza del emperador, o más bien del pueblo en éste. Luego Spes Augusta, representada a través de las monedas, fue utilizada para hacer propaganda tanto del maduro emperador como de sus hijos como herederos. Esta virtud ofreció a Augusto la posibilidad de extender la idea de la llegada del nuevo orden, de la paz y el fin de los conflictos civiles; para Vespasiano, quien rescata de nuevo esta virtud tras ser utilizada por Claudio, podía evocar el regreso a un orden que ya había establecido la dinastía Julio-Claudia, aunque esta vez con una dinastía nueva, convirtiéndose en una propaganda esencial para los años inmediatamente posteriores al 68-69 d.C.121 Las representaciones numismáticas de esta divinidad, que por primera vez aparecen en época de Claudio, recuerdan a la iconografía arcaica de la diosa del templo del Forum Holitorium, y su papel dinástico queda confirmado cuando el motivo fue de nuevo introducido en el año 70 d.C. por Vespasiano sobre el reverso de un sestercio que representa a Spes ofreciendo una flor, al emperador y a sus dos hijos Tito y Domiciano122. 120
Sen., Cons. ad Marciam, 2, 2, 3. Clark (op. cit. n. 116), p. 84. 122 Cf. RIC II, Vesp., 396: A) IMP CAES VESPASIAN AVG PM TR P PP COS II Cabeza laureada de Vespasiano a derecha R) SPES AVGVSTA SC Spes de pie ofreciendo flor a Vespasiano, acompañado por Tito y Domiciano. Vespasiano también situó a Spes en relación con la leyenda PRINCEPS IWENTVT como propaganda para su hijo Domiciano, puesto que el título reconocía su condición semioficial de heredero al trono, cf. RIC II, Vesp., 233 (áureos y denarios del 74-75 d.C.): A) CAES AVG F DOMIT COS III Cabeza laureada a derecha R) PRINCEPS IWENTVT Spes avanzando, con flor y levantando vestido. 121
Clark123 asume que la propaganda numismática representó las esperanzas personales del emperador. Es evidente que debido a las características de esta virtud, y a las ideas religiosas típicas asociadas con Spes, como una deidad de problemas domésticos y juventud, se relacionara directamente con la familia imperial, y concretamente sobre la persona del emperador y sus herederos. De hecho el culto público de Spes recibió alguna atención por parte del emperador y su familia durante el reinado de Augusto. Tras el fracaso del proyecto dinástico inicial de Augusto, éste adoptó a Tiberio el año 4 d.C. Veleyo Patérculo124 exaltó la figura de Tiberio gracias al cual Spes volvía a prestar su protección al estado en el momento oportuno. Tiberio se convertía en la esperanza del pueblo así como en la de la familia imperial. Con su adopción adquiría «la esperanza de un gran nombre», es decir, el nombre de César, que aseguraría la continuidad de la dinastía augústea. La adopción de Tiberio implicaba una nueva esperanza también para todo el Imperio, era el símbolo público para las familias de su propia continuidad y perpetuidad. Posteriormente, el templo de Spes en el Forum Holitorium, que había sido destruido en el 31 a.C., fue restaurado, y finalmente dedicado por Germánico. Éste era un apropiado símbolo de la virtud para la familia imperial, y como heredero al trono su juventud y liderazgo alcanzaban las expectativas y esperanzas del pueblo. Posteriormente, con Claudio, y sobre todo con Vespasiano, la virtud imperial pasó a ser Spes Augusta, que enfatizó las ideas tradicionales de juventud como propaganda para el heredero al trono. El concepto público de Spes como una cualidad positiva de liderazgo a veces convergía con el concepto público de la esperanza del pueblo y del imperio, y fue con Augusto como la virtud centró su función en la dinastía imperial. La virtud imperial recogió el concepto tradicional de la esperanza del pueblo en un líder singular durante la república y se concentró en la figura del emperador; además, como concepto religioso que enfatizaba la juventud y el bienestar doméstico pasó a exaltar la figura del heredero imperial. Augusto representaba la nueva esperanza en términos concretos: la posibilidad de obtener beneficios políticos inmediatos, la esperanza de paz, salvación y libertad; pero también la adopción de un heredero, Tiberio, significaba la esperanza de bendiciones futuras por cuanto se asegura123 124
Clark (op. cit. n. 116), p. 96. Vell., 2, 94-131-
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ba la perpetuidad del imperio a través de la continuidad de la dinastía gobernante125. Con los precedentes de Tiberio y Germánico asociados a Spes, en el caso de Británico, la idea de la esperanza se asoció de nuevo con la juventud, y la emisión de Spes Augusta se convirtió posiblemente en un claro ejemplo de propaganda dinástica a través de la numismática. Aunque Clark prefiere pensar que la virtud enfatizó sobre todo el concepto de juventud y posibilidad de obtener nuevas virtudes, más que la idea de una promoción del heredero imperial, en época Julio-Claudia subyace la idea de la esperanza en el joven heredero. En definitiva, si la virtud imperial representó tanto las ambiciones dinásticas de la casa imperial como la esperanza en el propio emperador, la leyenda SPES AVGVSTA se debería interpretar sobre estas premisas. El papel de Spes como deidad protectora del emperador y sus herederos comenzó a desarrollarse en el reinado de Augusto, y esta nueva faceta ya había sido asumida plenamente en el momento de la emisión de Claudio, de manera que la alusión a Spes podría leerse como un énfasis de la juventud de Británico, y, por tanto, como emisión propagandística para el heredero al trono, quien aseguraría la perpetuidad del Imperio y simbolizaría la futura prosperidad de la domus Augusta. Zanker126 ha destacado que la figura de Spes, representada como figura arcaica de una doncella que tiene una flor en la mano, tuvo un primer florecimiento relacionado con el futuro de los príncipes de la casa imperial, y posteriormente con la juventud en general, y hace alusión a las emisiones de Claudio con motivo del nacimiento de Británico. También Perassi127 comenta en su estudio sobre Spes que ésta aparece sobre la acuñación imperial relacionada con la familia imperial, en concreto con los cesares destinados por nacimiento o por adopción a la sucesión, desde las emisiones de Claudio hasta inicios del s. V d.C. La personificación de Spes aparece por primera vez en la acuñación de la ceca de Roma en sestercios de Claudio, aunque su culto está documentado a finales de la República. La autora habla de la relación del atributo de Spes, la flor, con la juventud, la edad caracterizada por la esperanza. Spes relacionada con los hijos de los emperadores es una de las atribuciones más comu125
Clark (op. cu. n. lió), p. 100. Zanker (op. cu. n. 41), p. 286. 127 C. Perassi, Spes. Iconografía, simbologia, ideología nella moneta romana (I-III sec.). Milán, 1991, p. 7. 126
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nes de esta divinidad a lo largo de sus representaciones en la numismática imperial, puesto que el nacimiento de un hijo representa siempre la esperanza de la continuidad de la familia en el futuro, así como el nacimiento de un heredero en la familia imperial garantiza la supervivencia del estado. Los sestercios de Tiberio que representaban a los hijos de Druso, Germánico y Tiberio Gemello, habían abierto las posibilidades de una conmemoración numismática del nacimiento de herederos en el seno de la familia imperial, y estas posibilidades serían sistemáticamente explotadas a partir de época Flavia. En el caso de los sestercios de Claudio, la personificación aparece sola, y emitida a comienzos del reinado del emperador, para Perassi prevalece la idea de una esperanza genérica, por la necesidad de un período de paz y tranquilidad después de años difíciles128. En cambio, en un mismo plano que la idea anterior debemos defender la idea de una promoción de la imagen del heredero, a través de la conmemoración del nacimiento de Británico. Esta conexión no está exenta de fundamento si tenemos en cuenta la relación estrecha antes comentada entre esta divinidad y la idea de la juventud; sin embargo, Perassi no ve clara esta segunda interpretación, la de la promoción del heredero, al menos en la primera emisión de sestercios, la del 41 d.C.129 A pesar de Británico la posición de Messalina no estaba asegurada. Agrippina Minorj su hermana Livilla habían vuelto del exilio al que fueron castigadas por parte de Calígula, y pronto la primera se ganó el favor de su tío Claudio y la enemistad con Messalina (la segunda cayó de nuevo en desgracia en el 41 d.C.). La popularidad del hijo de Agrippina era considerada por Messalina como un obstáculo para la carrera del heredero Británico. Messalina era la primera mujer desde Livia que era a la vez esposa del emperador reinante y madre del heredero designado, y en la parte oriental del Imperio, ella fue asociada con los mismos conceptos de fertilidad que habían sido usados para Livia y Agrippina Maior, la esposa de Germánico. Messalina aparece en los tetradracmas alejandrinos 128
Ibíd, p. 107. Perassi (.op. cu. n. 127), pp. 108-110, puesto que la segunda emisión con la leyenda Spes Augusta se fecha entre los años 50-54 d.C. (cf. RIC I, Cl, 115, p. 130=BMCRE I 192), y si en esos años es evidente la privilegiada posición de Nerón para la sucesión, no es lógico que para la primera emisión se le de una interpretación dinástica; Perassi cree erróneo dar interpretaciones diferentes para una misma leyenda según la fecha de la emisión. 129
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del año 41 d.C. sosteniendo en una mano dos pequeñas figuras y en la otra mano dos espigas de cereal. Según Rose, las figuras representan indudablemente a sus hijos Octavia y Británico y la presencia de espigas establece un lazo entre ella y Demeter. Las emisiones provinciales con la presencia de Messalina se repitieron en nueve ciudades del Mediterráneo oriental, normalmente con su marido o con sus hijos130. El nacimiento de Británico fue el principal evento al comienzo del reinado de Claudio, pero a juicio de Rose no hubo ninguna conmemoración en la acuñación imperial, puesto que la asociación de Británico con la emisión de Spes Augusta que nosotros hemos analizado en clave dinástica, no es válida para el autor. En la parte oriental del Imperio, sin embargo, diecisiete cecas provinciales emitieron monedas entre el 41 y el 49 d.C. portando su retrato, ocasionalmente sólo pero a menudo en combinación con otros miembros de la familia imperial131. Por ejemplo hace su aparición en unos didracmas de la ceca imperial132 de Caesarea en Cappadocia con una cronología de c. 41-48 d.C. Esta emisión representa en el reverso a los tres hijos de Messalina, lo que supone una celebración en toda regla de la dinastía de Claudio, un verdadero énfasis de la solidaridad e integridad en la casa imperial. Precisamente Sutherland cree que la ausencia de alguna mención de Nerón en las emisiones en plata de Caesarea se puede deber al hecho de que esta ceca comenzara desde muy pronto a dar importancia a temas como la exaltación de la figura de Druso, el padre de Claudio, y sus victorias en Germania, el advenimiento de Claudio, la victoria de Claudio en Britannia, y sobre todo la propaganda dinástica con Messalina con sus hijos Británico y Octavia y su hijastra Antonia. La existencia de este último tipo obligaría a evitar cualquier referencia a la tercera esposa de Claudio y al nuevo heredero, Nerón. Tampoco se acuñaron desde Roma emisiones con Agrippina y Nerón, de ahí que sea evidente una diferencia sustancial entre las emisiones en valores preciosos y los aes de Roma, ya sea probablemente producto de una 130
Cf. Rose (qp. cu. n. 14), p. 41, n. 30-31; RPC 5113-5116 (41 d.C.). 131 Cf. Rose (qp. cu. n. 14), p. 41, n. 33. 132 Según RIC I, CL, 124=BMCRE I 242: A) MESSALIINA AVGVSTI Busto drapeado de Messalina a derecha R) OCTAVIA BRITANNICVS ANTONIA Británico de pie entre Octavia a la izquierda, cogiendo sus manos, y Antonia a la derecha sosteniendo cornucopia. Pero también aparece como emisión provincial en RPC 3627, 3656, p. 554.
política deliberada o de una simple negligencia, en palabras de Sutherland133. Los tres hijos de Claudio aparecen en emisiones griegas durante la primera parte de su reinado, y en algunos casos los tipos parecen copiar algunos tipos dinásticos de la acuñación imperial. Los reversos de las monedas de Patras y Alejandría muestran las cabezas de Antonia y Octavia emergiendo de dos cornucopias cruzadas, y flanquean un retrato en el centro de Británico134. Este tipo copiaba la unión de retratos de niños con cornucopias de los sestercios de la ceca de Roma del año 22 d.C., que honraban a los gemelos de Druso. En los Juegos Troyanos del 47 d.C. celebrados como parte de los Juegos Seculares, Nerón había conseguido más aplausos del pueblo que Británico, que entonces contaba con seis años, recordando la participación de este último a la de Gayo César, que con siete años, había aparecido por primera vez en público con ocasión de su presencia en el lusus Troiae del 13 a.C. En el 47 d.C. Messalina fue acusada de adulterio y conspiración y Agrippina tuvo el camino libre para casarse con Claudio, hecho que sucedió en el 49 d.C., mediante un decreto senatorial que legalizaba la unión de tío y sobrina, previamente considerado incestuoso135. El matrimonio convenía a ambos puesto que Agrippina era la única superviviente de la familia de Germánico así como descendiente directo de Augusto. Además, Agrippina consiguió que su hijo fuera prometido a su prima, la hija de Claudio, Octavia. Los matrimonios dentro de la domus Augusta se habían hecho comunes para fortalecer los derechos dinásticos, pero el matrimonio del heredero político del Princeps con su hija podía ser considerado un signo evidente de la posición preeminente de Nerón respecto a la sucesión136. Llegados a este punto, la opinión general consideraría a Británico y Nerón la pareja ideal que renovaría la imagen de la pareja de here133
Sutherland (qp. cu. n. 31), p. 117. Cf. RPC 1255 (Patras): A) TI CLAVDIVS CAESAR AVG GERM Cabeza a izquierda R) LIBERIS AVG COL A A P Cornucopias cruzadas con pequeños bustos de los tres hijos de Claudio; RPC 5135 (Alejandría). Cf. W. Trillmilch, Familienpropaganda der Kaiser Caligula und Claudius. Agrippina Maior und Antonia Augusta aufMünzen. Berlín, 1978, p. 159, n. 594. 135 M. T. Griffin, Ñero, the end ofa dinasty. Londres, 1984, p. 29. 136 Levick (qp. cu. n. 108), p. 71, recuerda el matrimonio de Julia, la hija de Augusto, con Marcello, su sobrino, el cual hubiera reportado a éste el Principado, si no hubiera muerto en el 23 a.C. 134
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cleros promocionados conjuntamente, o al menos en la teoría, tal como ya había sucedido con Gayo y Lucio, Tiberio y Druso entre la muerte de Agrippa en el 12 a.C. y la del propio Druso en el 9 a.C., Germánico y Druso Minor, Nerón y Druso César, Calígula y Tiberio Gemello. La opción del propio Claudio era promocionar él mismo a Británico, para convertirlo en un futuro en colega en el gobierno del Imperio o «corregente». Sólo si Claudio moría antes de que Británico alcanzase la mayoría de edad, un heredero temporal aseguraría la seguridad del estado hasta que su hijo estuviese en condiciones de gobernar137. 5.2.2. EL ASCENSO DE NERÓN El único hijo de Agrippina Minor, Lucius Domitius Ahenobarbus, el nombre de Nerón en su nacimiento, estaba relacionado por parentesco con Augusto, tanto por línea paterna como materna. Agrippina era biznieta de Augusto, y su padre, Gneo Domicio Ahenobarbo descendía de la hermana de Augusto, Octavia138. Es curioso que la leyenda familiar conectara la participación divina de Castor y Pólux en la batalla del lago Regulo con Lucius Domitius, uno de los antepasados de la familia que debió participar en la contienda, y que adquirió el cognomen de barba de color broncíneo,
137
Cf. Ehrhardt (qp. cit. n. 110), pp. 51-77, sobre candidatos al trono ante una prematura muerte de Claudio. 138 Griffin (op. cit. n. 135), p. 20. 139 Terlinden (qp. cit. n. 39), p. 93. Cf. T. Liv., II, 20. 140 Corbier (op. cit. n. 7), p. 189.
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se Tiberius Claudius Ñero Caesar141 o Ñero Claudius Drusus Germanicus. Aunque Británico y Nerón se habían convertido en hermanos, Nerón, tres años mayor que Británico, tomaría la toga viril mucho antes, y podría acceder primero a las magistraturas, adquiriendo rápidamente ventaja en auctoritas142, y si Claudio moría antes de que Británico consiguiera los mismo privilegios, estaría en una posición inferior. El paralelo lo encuentra Levick en la diferencia de siete años entre Calígula y Tiberio Gemello, que prácticamente agotó las pocas posibilidades de éste para la sucesión. Para Grenade, el razonamiento del liberto de Claudio, Pallas, para que Nerón fuera adoptado consistía en que actuaría como «corregente» de Claudio y rector de la juventud de Británico, así como Tiberio y Druso lo habían sido de los Príncipes de la Juventud, y Germánico para Druso Minor, pero siempre preservando los derechos sucesorios del hijo de Messalina. En realidad, la asociación al poder daría a Nerón la experiencia práctica necesaria para suceder a Claudio en el trono143. El tratamiento de Nerón tras su adopción fue diametralmente opuesto al de Británico. Su triunfo sobre Británico se demostró cuando con solo 13 años tomó la toga viril, un año antes de la edad legal. Se distribuyeron donativos entre los soldados y el pueblo para conmemorar la ocasión. Las razones para tal promoción van parejas al poder creciente de Agrippina, sin descartar el propio interés de Claudio de promocionar un sucesor, aunque era evidente que el rápido avance de Nerón iba en perjuicio de Británico. La ceca de Roma, tan sensitiva a las realidades del poder, en palabras
141 Tac., Ann., XII, 25-26. Cf. Kienast (qp. cit. n. 8), pp. 96-98. Para L. Lesuisse, Le titre de Caesar et son évolution au cours de l'histoire de l'Empire, LEC29 (1961), p. 277, el cognomen Caesar, transmitido por Claudio tras la adopción forma parte sólo de su titulatura imperial pero no como parte de su nuevo nombre, y su presencia en las leyendas monetarias antes de su acceso al poder se justifica como una prefiguración oficial de su titulatura imperial, o como parte de su titulatura como presunto heredero. 142 Que Levick (qp. cit. n. 108), p. 72, define como prestigio e influencia. 143 P. Grenade, Essai sur les origines du Principal. Investiture et renouvellement despouvoirs imperiaux. BEFAR, n.9 197. París, 1961, p. 478. Sin embargo, siguiendo a Tac., Ann., XII, 69, existían partidarios de Británico entre el ejército y el pueblo, pero el esfuerzo del liberto Narciso por intentar elevar a Británico por encima de Nerón no tuvo éxito, cf. B. Baldwin, Executions under Claudius: Seneca's ludus de morte Claudii, Phoenix 18 (1964), p. 44.
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de Levick144, se centró en Agrippina y Nerón145, propaganda que también tuvo reflejo en otras cecas provinciales; ignorado en Roma, Británico mantuvo un lugar al lado de Nerón en las emisiones provinciales146, pero era una imagen falsa de la verdadera situación dinástica. En el año 51 d.C. la «revolución» dinástica alcanzó su punto álgido cuando se inició una enfática aceleración de la promoción política de Nerón. La aparición de Nerón en la acuñación oficial coincidió con la asunción de la mayoría de edad en el 51 d.C., el año del decennium de Claudio. La introducción formal de Nerón en la vida pública quedó reflejada en emisiones oficiales de la ceca de Roma, en áureos y denarios, entre el 51-54 d.C., que venían a celebrar los honores y títulos recibidos por el joven príncipe. Todos estos honores, ensalzados a través de la propaganda numismática venían a confirmar la posición de heredero designado al trono de Nerón. Esta exhaustiva propaganda dinástica a favor de Nerón a través de la numismática, sobre todo en valores preciosos, es un claro reflejo del aumento de la influencia de Agrippina en la política dinástica de Claudio147. De hecho, Agrippina y Nerón monopolizaron las nuevas emisiones. Con Nerón se produce la primera aparición en la acuñación imperial romana del sucesor designado asociado al emperador y la emperatriz, aunque más significativas son las emisiones en las que el sucesor aparece sólo en el anverso, la primera vez que un heredero imperial había recibido tal honor desde Druso en el año 22 d.C. Claudio le hizo tomar la toga viril a la temprana edad de 13 años, siendo nombrado Princeps luuentutis y cónsul designado148, así como 144
Levick (op. cu. n. 108), p. 73. Cf. los denarios de la ceca de Roma (51-54 d.C.): RIC I, C/., 75=BMCRE I 82: A) AGRIPPINAE AVGVSTAE Busto drapeado de Agrippina, con corona de espigas de trigo R) ÑERO CLAVD CAES DRVSVS GERM PRINC IWENT Busto drapeado de Nerón a izquierda. Para Mattingly, BMCRE I, p. clv, tal vez se trate de un antiguo híbrido que nunca fue emitido oficialmente. Cf. Sutherland (op. cit. n. 2), p. 143. 146 Cf. por ejemplo las emisiones en bronce de Sinope en el 50-51 d.C. (RPC 2132), que vuelven a revivir el tipo de cornucopias cruzadas y caduceo. 147 Sutherland (qp. cit. n. 2), p. 146. 148 Tac., Ann., XII, 41. Cf. RIC I, Cl, 78-79=BMCRE I 92-93: A) NERONI CLAUDIO DRUSO GERM COS DESIGN Busto drapeado de Nerón a derecha R) EQVESTER ORDO PRINCIPI rWENT Leyenda sobre escudo y lanza detrás. Hay que añadir una emisión de cistóforos de Pérgamo (c.50-51 d.C.), RIC I, CL, 121=BMCRE I 236: A) NERONI CLAVD CAES DRVSO GERM Cabeza desnuda 145
miembro de varios colegios sacerdotales. Griffin ha subrayado que los honores otorgados a Nerón, la designación al consulado, con la consiguiente exención de las magistraturas previas, y la concesión del título de Princeps luuentutis, son los mismos obtenidos por los nietos de Augusto, Gayo y Lucio. Nerón formaría parte de ese grupo de príncipes cuya promoción a los poderes propiamente «corregenciales» fue prevista desde la infancia, como con Gayo. El caso de Nerón antes de su acceso al Imperio es bastante parecido al de Gayo, puesto que recibe el consulado para ejercerlo a la edad de veinte años (57 d.C.), después de haber sido dispensado de las primeras magistraturas, pero la muerte de Claudio elimina esta dispensa caduca. Puesto que no existen reglas estrictas que fijen las etapas previas para toda «corregencia», en realidad se debe hablar de aceleraciones más o menos rápidas de la carrera política hasta el consulado, única magistratura que constituye una etapa significativa, y que sigue conservando todo su prestigio bajo el Alto Imperio, de hecho este cargo fue concedido sin excepción a los miembros de la familia imperial. Esta aceleración se produce en función de la posición del joven príncipe en el seno de la domus Augusta y del proyecto del Princeps sobre su futuro. En este sentido, dada la aceleración realizada en la figura de Gayo, quien podía ser considerado sin duda como el heredero designado por Augusto, la misma aceleración de Nerón solo puede ser interpretada como un signo de su posición privilegiada respecto a la sucesión y sobre el otro posible rival, Britá1 nico»149 Pero como novedad, también obtuvo el ingreso en los cuatro colegios sacerdotales más antiguos, y el imperium proconsular fuera de la ciudad. Formalmente Claudio siguió el ejemplo de promoción de Gayo y Lucio por parte de Augusto, pero la concesión de un imperium proconsular para fuera de los límites de la ciudad sólo tiene comparación con el propio Augusto o con los poderes de Agrippa antes del 13 a.C, de Tiberio a partir del 11 a.C, Druso Maioren el 10 a.C., Gayo César en el 1
del joven Nerón, drapeado a izquierda R) COS DES PRINCI PWENT Leyenda sobre escudo dentro de corona de laurel. Para M. Grant, Román Imperial Money. Edimburgo, 1954, p. 110, los tipos forman parte de la distribución efectuada por Claudio en el 51 d.C. en nombre del joven Nerón para celebrar la concesión del título honorífico de Princeps luuentutis. 149 Griffin (op. cit. n. 135), p. 29; Hurlet (op. cit. n. 3), pp. 234-235.
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a.C, Germánico en el 11 d.C. y finalmente Druso Minor a partir del 17 d.C. El imperium proconsular es el primer poder propiamente «corregencial» conferido a los miembros de la familia imperial. Su investidura constituye la primera etapa antes de la concesión de la potestad tribunicia, aunque en palabras de Parsi150, a partir de Druso, sólo se desarrolla una «corregencia» incompleta. Su posición fue fortalecida por el donativo militar que fue distribuido en su nombre y un congiarium al pueblo de Roma. El propósito de tal concesión era asegurar una sucesión, aunque fuera de su hijo adoptivo, una solución siempre preferible a dejar el problema sin resolver. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la concesión del imperium sólo tiene un carácter honorífico, aunque desde el punto de vista sucesorio resulta clarificador. Es evidente a través del análisis de las carreras de Calígula y Nerón como herederos, que con posterioridad a la. muerte de Druso en el 23 d.C., el sucesor designado ya no ejerce como collega imperii, es decir, con la posesión de los dos poderes fundamentales del «corregente», el imperium proconsular y la tribunicia potestas. Esta circunstancia no sólo se debe al hecho de que Calígula accede al Imperio demasiado joven, habiendo ejercido sólo la cuestura, mientras que lo mismo ocurre en el caso de Nerón, a quien la concesión de un imperium proconsular como parte de los honores recibidos en el 51 d.C., a la edad de catorce años, sólo puede entenderse de una forma honorífica; también la propia evolución de la idea de la continuidad dinástica determina que la escasa promoción política y militar de los últimos sucesores no sea un obstáculo para aceptar la sucesión sin oposición. La formación del sucesor designado a finales del reinado de Tiberio o en el de Claudio no se asemeja a la de los sucesores formados en época de Augusto, pero también hay que tener en cuenta que antes de creer en un sistema hereditario definido en época Julio-Claudia, son las circunstancias políticas las que determinan en el caso de los últimos herederos el acceso prematuro al Principado, con lo cual su formación como sucesores designados se ve así truncada sin que podamos constatar si hubieran recibido o no una formación completa. Nerón había recibido con catorce años el primero de los dos poderes corregenciales, el imperium proconsular, con lo cual en su caso podemos hablar de 150
B. Parsi, Désignation et investiture de Vempereur romain (ler y lie siécles aprésJ.-C.). París, 1963, p. 32.
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la vuelta a la práctica de la «corregencia» como mecanismo legal para asegurar la sucesión, tras su desaparición con la muerte de Druso, pero esta «corregencia» hay que considerarla primero incompleta desde el punto de vista jurídico, puesto que falta la concesión del poder civil, y segundo, honorífica, porque por razones de edad, Nerón no estaba capacitado para la realización de cualquier acción militar que su imperium podía exigirle. En este caso, este poder pierde con Nerón toda su significación original pero da a su titular el prestigio necesario para reforzar su posición como heredero. El escudo y la lanza, de plata, concedidos por los caballeros como atributos honoríficos del nuevo Princeps luuentutis151 aparecen en la emisión que conmemora la concesión del título. Los escudos otorgados por los equites a Gayo y Lucio César eran parmae, y la evidencia numismática en este caso nos muestra que tales escudos eran redondos. Para Mattingly, la obtención del título es definitivamente asociada con el heredero designado, antes de que éste asuma el rango senatorial152. La confirmación de los sacerdocios de Nerón no es mencionada por las fuentes literarias, en cambio en el tipo numismático153 se ilustran los cuatro grandes colegios —pontífices, augures, quindecemuiri sacris fadunáis y septemuiri epulones— a través de sus atributos característicos de los que Nerón llegó a ser miembro supernumerario. Uno de los dominios donde el príncipe no podía ejercer la colegialidad, que sí es posible en el caso de la potestad tribunicia, es el religioso. Mientras que el Princeps ostentaba el cargo de pontifex maximus, el heredero debía contentarse por su parte con uno o más de los cuatro sacerdocios mayores. El heredero podía ser sólo pontífice, como Tiberio antes de su acceso, Gayo César, Germánico y Druso, quindecemuir sacris faciundis (Agrippa) o flamen Augustalis (Germáni151
Cf. RIC I, C1/., 78-79, n. 146. También se menciona el título en RIC I, CL, 82-83=BMCRE I 79-80: A) TI CIAVD CAESAR AVG GERM P M TRIE POT PP Cabeza laureada de Claudio a derecha R) ÑERO CIAVD CAES DRVSVS GERM PRINC IWENT Busto drapeado de Nerón a izquierda. Cf. Koch (op. cit. n. 65) y W. Beringer, «Princeps iuventutis», REXXLI/2 (1954), pp. 2302-2303. 152 Mattingly, BMCRE I, p. clv. 153 Cf. RIC I, Cl., 76-77=BMCRE I 84, 87: A) ÑERO CIAVD CAES DRVSVS GERM PRINC IWENT Busto dra peado de Nerón a izquierda R) SACERD COOPT IN OMN CONL SUFRA NUM EX SC Simpulum a izquierda, lituus a derecha sobre trípode y patera respectivamente. La emisión se repitió también en sestercios y dupondios: cf. RIC I, Cl, 107-108=BMCRE I 242bis, p. 397.
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co), sacerdocio que forma parte del colegio pontifical. Los herederos también podían ostentar sacerdocios menores, como la pertenencia al colegio de los sodales Augustales (Tiberio, Claudio, Germánico y Druso), pero sólo los sacerdocios mayores eran citados en las inscripciones honoríficas. En cambio con Nerón asistimos por primera vez a la pertenencia de un heredero a los cuatro grandes colegios, y tal honor, desmesurado si se compara con las carreras de los anteriores herederos, con muchos más méritos político-militares, muestra hasta qué punto la promoción política de Nerón resulta de una envergadura y una importancia solo justificable si consideramos que Claudio no tenía ningún tipo de duda sobre quién debía sucederle en el trono154. Si Nerón había sido presentado claramente por Claudio como el heredero oficial al trono, su posición superior respecto a Británico se hizo evidente en los juegos circenses celebrados en su honor en el año 51 d.C, donde el contraste entre la toga de Británico (la toga praetexta) y la de Nerón, que llevaba la toga triunfal asumida por el Princeps en ocasiones especiales, dejó claro quién era el heredero al trono. En el 53 d.C. se casó con su prima Octavia, un proceso que irónicamente requería la adopción de Octavia puesto que Nerón era legalmente su hermano. Nerón dio otro paso más para su ascenso al poder, y el problema de Británico lo solucionó Agrippina asegurándose de que Claudio muriera antes de que su hijo alcanzase la mayoría de edad y supuestamente adquiriera preeminencia en la sucesión imperial. El último representante de la familia JulioClaudia, Nerón, se benefició por completo y de una manera sistemática del sistema de propaganda dinástica basado en la popularización de los retratos de los candidatos a la sucesión. En las emisiones desde el 51 hasta el año de su llegada al trono, 54 d.C., en las que aparece como heredero, Nerón es mostrado como un joven niño con una capa militar, desarrollándose el conocido tipo de Princeps luuentutis. El tipo de retrato de las monedas fue creado en el 51 d.C., y utilizado también en representaciones escultóricas que se propagaron por todo el Imperio durante el período en el que fue considerado el heredero designado155.
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Hurlet (op. cu. n. 3), p. 361. V. Poulsen, Ñero, Britannicus and Others, Acta Arch 22 (1951), p. 119; U. W. Hiesinger, The Portraits of Ñero, AJA 79, n.e 2 (1975), pp. 113-124, lám. 17-25. 155
A excepción de las emisiones provinciales de las cecas de Oriente, que celebran conjuntamente a los dos hijos de Claudio, Británico y Nerón, la acuñación oficial de Roma ignoró completamente a Británico. Británico gozó durante su corta vida de varias representaciones iconográficas, tanto escultóricas como a través de la numismática. Las monedas muestran como su posición oficial quedó subordinada a la de su hermano adoptivo Nerón, puesto que Británico nunca aparece en las emisiones oficiales de Roma, sino en emisiones exclusivamente de Grecia y Asia Menor156, en lengua latina y griega, aunque con una cronología incierta. En las ciudades de estas provincias gozó de una importante propaganda, y la adopción por parte de las cecas provinciales de Grecia y Asia de un modelo de retrato oficial para las emisiones reafirma su carácter propagandístico. Británico aparece ya asociado a sus padres Claudio y Messalina, ya sólo o con su hermano adoptivo Nerón. En este último caso, y a pesar de la concentración a partir del 51 d.C. de la propaganda dinástica sobre Nerón como presunto heredero, los monumentos y la acuñación provincial tendieron a incluir tanto a Nerón como a Británico en sus representaciones, pero a Rose no le parece sorprendente puesto que la conmemoración de Británico había sido amplia durante la primera mitad del reinado de Claudio, y existía una tradición bien establecida en honrar a los hijos del emperador por igual aunque uno ejerciera más poder que el otro —como con Gayo y Lucio, Germánico y Drusoa1 57 Durante el gobierno de Tito se le dedicaron algunas emisiones conmemorativas en sestercios158. En un primer momento Mattingly159 atribuía esas emisiones a finales del reinado de 156
Cf. J. Babelon, Numismatique de Britannicus, Homm. á León Herrman (Col. Latomus 44), Bruselas, 1960, pp. 133-137. 157 Rose (op. cit. n. 14), p. 43, n. 64. Uno de los más interesantes tipos fue acuñado en Corinto (RPC 1182), donde se representa a Británico sosteniendo un globo mientras Nerón coloca su mano en éste. Para Rose, la iconografía sugiere un reparto equitativo del poder. Este tipo no es sorprendente en Corinto, caracterizada por su cuidadoso tratamiento de todos los potenciales sucesores al trono, como vimos para el caso de Agrippa Postumo. 158 Cf. Sutherland, RIC I, p. 130, quien comenta que estos sestercios «son ahora convincentemente reasignados como emisiones «restauradas» al reinado de Tito», y Mattingly, BMCRE II 306, p. Ixxviii: A) TI CLAVDIVS CAESAR AVG F BRITANNICVS Cabeza de Británico a derecha o izquierda R) Marte de pie a derecha, con las letras SC. 159 Cf. BMCRE I 226, p. 196, y p. clix. Como Mattingly, cf. J. Babelon, L'enfance de Nerón, RNum 17 (1955), p. 141, y Babelon (op. cit. n. 156), pp. 124-137.
LA SUCESIÓN DINÁSTICA HASTA EL ACCESO DE NERÓN (23~54
Claudio (53-54 d.C.) como un último intento de un partido hostil a Agrippina y Nerón de oponerse a la posición privilegiada de éste. También Babelon hablaba de sestercios oficiales con la efigie de Británico, muy raros en la numismática romana, que aunque actualmente se consideran restituciones de época de Tito (80 d.C.), él cree que se trata de piezas de propaganda emitidas en un momento donde la popularidad de Británico parecía garantizar su acceso futuro al Imperio, en octubre del 54 d.C, cuando Claudio pudo plantear que Británico tomara la toga viril. Finalmente para Perassi160, la emisión se debe fechar en época de Claudio porque la leyenda no incorpora la palabra REST, que aparece en todas las monedas restituidas por Tito, y Británico aparece como AVG F y no Diui Angustí Filius. Para Grant161, el estilo y la composición de esta rara emisión en el reverso, que muestra a Marte, pertenecen al período flavio, y la emisión debe ligarse con el hecho de que en el año 80 se cumplían 25 años de la muerte de Británico (14 de febrero del 55 d.C.). La marca SC en el reverso denotaría también la existencia de un decreto especial emitido por el Senado en honor de los 25 años de la muerte de Británico. Lo cierto es que, a pesar de la controversia sobre la cronología de esta emisión, debemos entender que su presencia en la acuñación de la ceca oficial de Roma es nula. Por tanto, no podemos saber a través de la numismática si Británico fue considerado heredero desde el mismo momento de su nacimiento hasta la adopción de Nerón, entre los años 41-51 d.C., debido a su ausencia en las emisiones oficiales de Roma, si no tenemos en cuenta la hipótesis de Babelon y Perassi. En febrero del 54 d.C. Británico tenía trece años, la edad a la que Nerón había accedido a la vida pública, y es razonable pensar que Claudio planeara también acelerar la carrera de su hijo natural con vistas a la sucesión, aunque, al morir en octubre del mismo año, no pudo tomar ninguna disposición para fortalecer la posición de Británico, y éste dejó de ser una alternativa a la sucesión con la presencia de Agrippina y Nerón. Británico podía tomar la toga a los catorce años, pero no gozó del privilegio de tomarla a los trece años, como su hermano Nerón, en marzo del 54 d.C., lo cual era un signo evidente de las escasas posibilidades de sucesión para el hijo natural de Claudio. En cambio, Perassi162 ha insistido en la posibili160 161 162
Perassi (op. cit. n. 127), p. 112, n. 19. Grant (op. cit. n. 52), pp. 92-94. Perassi (op. cit. n. 127), p. 109.
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dad de que la segunda emisión de sestercios163 con la leyenda Spes Augusta, fechada entre los años 50-54 d.C., sea una verdadera alusión al renovado favor del que gozó Británico de forma breve por parte de su padre antes de que éste falleciera en octubre del 54 d.C., sobre la base de las palabras pronunciadas por Claudio poco antes de morir, donde prometía la toga viril para Británico, «para que al fin el pueblo romano tenga un verdadero César»164. Levick no cree que Claudio en los últimos meses decidiera promocionar a Británico como heredero enfrentado a Nerón, puesto que éste ya se había convertido en el heredero designado y un enfrentamiento de estas características podría haber llevado a una guerra civil. Claudio siempre mantuvo su plan original a partir de su matrimonio con Agrippina respecto a la política sucesoria, la promoción de Nerón como heredero165. Además, parece lógico pensar que Nerón fuera el sucesor elegido por Claudio para la sucesión si nos atenemos a la propaganda numismática que conmemora la figura del heredero entre los años 51-54 d.C., sobre todo cuando se incide en la concesión del título honorífico de Princeps luuentutis, un título que seguramente ya en este momento ha adquirido connotaciones políticas para convertirse en un elemento que proclama la designación del heredero. Una emisión como la de Spes Augusta en el 54 d.C. como reacción inmediata a los supuestos nuevos deseos de Claudio para que Británico le sucediera es probable que se realizara, pero en este caso tal vez la promoción de un heredero debería haber sido más directa, sobre todo si había que competir con la propaganda hacia Nerón, y no creo probable que la numismática de finales del reinado de Claudio denote un cambio de política dinástica tan brusco como se ha planteado, ni que sea vehículo para el enfrentamiento propagandístico entre herederos. La elección de los tipos y leyendas utilizadas para la promoción propagandística de Nerón es una decisión oficial que proyecta 163 Cf. RIC I, CL, 115=BMCRE I 192: A) TI CLAVDIVS CAESAR AVG PM TR P IMP PP Cabeza laureada de
Claudio a derecha R) SPES AVGVSTA, SC en exergo. Spes drapeada, a izquierda, sosteniendo flor con mano derecha. 164 Cf. Suet., CL, 43. 165 Levick (op. cit. n. 108), p. 76. Para Babelon (op. cit. n. 156), p. 131, es en estas circunstancias, cuando se manifiestan las intenciones de Claudio de revestir con la toga viril a su hijo Británico a comienzos de octubre del 54 d.C., donde circulan los sestercios con la efigie del joven príncipe, rechazando su cronología flavia.
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una política dinástica definida, y la existencia de otro candidato en la sucesión pudo haberse planteado en el seno de la familia imperial, pero no tuvo reflejo en el ámbito propagandístico, o al menos a través de la numismática. Británico enfermó en un banquete a finales del 54 d.C., con Nerón ya como Princeps, y murió, supuestamente asesinado, siendo honrado con un rápido funeral166. Levick piensa que la voluntad testamentaria de Claudio no fue leída durante su funeral porque Británico y Nerón habían sido instituidos como herederos a partes iguales167. La apelación a la concordia en el seno de la familia imperial, que ya había sido expresada con ocasión de la nueva consagración del templo de la Concordia Augusta, en relación con Tiberio y Druso, apareció de nuevo cuando Claudio, en su último año de reinado, y ante el Senado, había exhortado a sus hijos, Británico y Nerón «encarecidamente a la concordia y encomendó su juventud a los senadores en términos suplicantes»168. Lo cierto es que, lejos de establecerse una concordia entre los hermanos, el hijo natural del nuevo Diuus Claudius podía ser considerado como un serio rival para la posición de Nerón, y no tardó en ser eliminado. 5.2.3. CONCLUSIÓN Independientemente de que Agrippina conspirara para asesinar a Claudio, y que la consiguiente muerte de Británico no fuera por causas naturales169, lo cierto es que la posición de Nerón como heredero no fue sólo conseguida como resultado de las maquinaciones de Agrippina y su imposición sobre el otro candidato, Británico. Nerón podía ser considerado más cercano a la sangre de Augusto que Británico, puesto que era biznieto de Agrippa y Julia, la hija de Augusto170. Los derechos de sucesión basados en el principio hereditario y en los lazos de parentesco respecto al fundador fueron utilizados por Agrippina para sus propósi166 Posteriormente el emperador Tito, que había sido educado con Británico, le concedió algunos honores postumos, cf. Suet., Tifus, 2. Cf. las emisiones de restitución, n. 158. 167 Levick (qp. cit. n. 108), p. 78; Sutherland (qp. cu. n. 2), p. 149. 168 Cf. Suet., CL, 46. B. Levick, Concordia at Rome, Scrípta Nummaria Romana. Essays presented to Humphrey Sutherland, ed. R. Carson y C. Kraay, Londres, 1978, p. 227. 169 Cf. Tac., Ann., XIII, 15-16. 170 M. P. Charlesworth, Tiberius and the Death of Augustus, AJPh 44 (1923), p. 154.
tos y el éxito de la empresa refleja la eficacia en términos dinásticos de ser descendiente directo de Augusto171, por línea maternal. Al fin y al cabo la legitimidad podía basarse en la pertenencia, por sangre o por adopción, a la gens lulia112, o a la domus Augusta11^, para incluir a los dos emperadores «Claudios», el propio Claudio y Nerón. La cuestión sucesoria para Claudio se planteaba en la elección entre un descendiente directo de Augusto y su propio hijo natural. Puesto que la sucesión adolece de cualquier reglamentación precisa, en principio podía suponerse que era a Británico a quien le pertenecía el Imperio por ser hijo del emperador y ajustarse al principio hereditario. Pero ya hemos visto que la adopción puede disputar perfectamente el derecho a la sucesión con el nacimiento, como ya sucedía entre las familias aristocráticas republicanas que recurrían a la adopción para fortalecer sus linajes. Como último resorte, es la voluntad testamentaria del emperador la que transmite el Imperio a uno de sus hijos o a los dos, como en este caso, lo que provocó que tal documento no fuera hecho público. Para Lesuisse, la única herencia legal parece haber sido la herencia testamentaria, por lo que concluye que el régimen imperial hasta Nerón no se ha basado en el principio hereditario según la sangre para establecer el derecho a la sucesión, aunque pueda existir un sentimiento común a favor de la herencia legítima. Para Beranger, el principado podía haber recaído en Británico con toda justicia, pero según la ley, también en Nerón por su adopción, con lo cual el derecho hereditario es aplicable a los dos hijos de Claudio sin distinción, de manera que Británico no podía reclamar su filiación natural como posición preeminente para la sucesión174. 171 Como también lo cree Villers (qp. cit. n. 11), p. 250. Así Nerón remarca que es Tiberii pronepos y Diui Angustí abnepos. J. Gagé, Divus Augustus. L'idée dynastique chez les empereurs Julio-Claudiens, RA 34 (1931), p. 13, ha puntualizado perfectamente que el dios que funda los derechos espirituales para acceder al Imperio es el Diuus Augustus, por lo que su relación con él incrementa las posibilidades de sucesión del candidato. En la p. 28 dice: «Ni Domitius ni Claudio mismo, en efecto, aportan a Nerón el equivalente de los privilegios y de la gloria que, por la sangre de Agrippina, le venían de Augusto». Sigue la idea de Gagé, J. Beranger, Recherches sur l'aspect idéologique du principal. Basel, 1953, p. 141. 172 Gallotta (qp. cit. n. 5), p. 74. 173 Términos que prefiere Gagé (qp. cit. n. 171), p. 11. 174 Lesuisse (qp. cit. n. 22), pp. 46-47; J. Beranger, Diagnostic du principal: l'empereur romain, chef de partí, REL37 (1959), p. 156, n. 1; cf. Parsi (qp. cit. n. 150), p. 8, sobre la igualdad en el derecho sucesorio entre la filiación por la sangre y la adopción.
LA SUCESIÓN DINÁSTICA HASTA EL ACCESO DE NERÓN (23-54 D.C.)
Sin embargo, para Parsi, bajo los Julio-Claudios, es muy raro que un heredero de sangre haya sido descartado en provecho de un hijo adoptivo. Claudio adopta a Nerón y descarta a su hijo Británico, y lo justifica invocando el precedente de Tiberio, el cual había antepuesto a Germánico sobre su hijo Druso. Pero el caso de Tiberio era esencialmente diferente porque la adopción de Germánico había sido impuesta por Augusto como una condición a su propia adopción175. Claudio no parece haber aplicado desde el comienzo de su reinado una promoción de una pareja de herederos, siguiendo el modelo de Augusto, por cuanto Británico aparece como el único candidato a ser promocionado como heredero designado entre los años 41-49 d.C., y Nerón también se presenta como único heredero a partir del 50 d.C., a pesar de que las emisiones provinciales mantengan la presentación en pareja. Exceptuando la emisión con la leyenda Spes Augusta, que en mi opinión Spes aparece claramente como una deidad dinástica, y conmemora el nacimiento de Británico y la esperanza de la continuidad de la dinastía con la presencia de un heredero, en los restantes años Británico no goza de una propaganda monetaria oficial, es decir, emitida en la ceca de Roma. En cambio, las cecas provinciales de Oriente, concretamente de Grecia y Asia Menor, son más sensitivas hacia la política dinástica de Claudio, y no sólo representan sistemáticamente al nuevo heredero sino también a toda la familia imperial en conjunto. Pero la desaparición de Messalina supone para Británico un punto de inflexión para su caída en «desgracia» en cuanto a su posición privilegiada como futuro heredero. La propia influencia de Agrippina, la nueva esposa de Claudio, así como la temprana edad de Británico respecto al nuevo hijo adoptado, Nerón, constituyen obstáculos insalvables para el hijo natural del emperador. Es cierto que Británico sigue apareciendo en la acuñación provincial junto a su nuevo hermano Nerón, pero su posición es claramente secundaria, como podía desprenderse de las emisiones que conmemoraban conjuntamente a Gayo y Lucio, o Germánico y Druso Minor. La continuidad en la presentación de los herederos al trono en pareja es bastante evidente, así como la subordinación de un candidato al otro. Puesto que solo Nerón había recibido el título de Princeps luuentutis, lo cual ya definía su posición privilegiada por delante de Británico entre los años 17S
Cf. Tac., Ann., XII, 25; Parsi (op. cit. n. 150), p. 9.
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51-54 d.C., que ni siquiera había vestido la toga viril, no podemos hablar de una propaganda ideológica que en anteriores parejas de herederos habíamos constatado a través de la asimilación de los Dióscuros con los jóvenes príncipes imperiales. La apelación a la concordia entre hermanos, que Claudio había deseado ante el Senado, es un dato significativo pero insuficiente para descubrir una asimilación entre las divinidades y los príncipes. Sin descartar que tal asimilación también se produjese en este caso, la evidencia monetaria no nos permite establecer una continuidad en la presentación de los herederos como Dióscuros. La propaganda monetaria que en el ámbito oficial recibió Nerón entre el 51-54 d.C. incide principalmente en la conmemoración de los títulos honoríficos recibidos. Entre ellos cabe destacar el renovado énfasis en el título de Princeps luuentutis. Recordemos que con anterioridad a Nerón sólo había sido expresamente mencionado en las emisiones monetarias de Gayo y Lucio, a pesar de que otros príncipes herederos también habían recibido el título. Éste es un signo que confirma que Claudio se preocupó de que la promoción política de Nerón copiara la que habían experimentado Gayo y Lucio. Recordemos que ellos también eran cónsules designados y ostentaron cargos religiosos, como el propio Nerón. Las diferencias estriban en la acumulación de los cargos religiosos por parte de Nerón y en la concesión del imperium proconsular, que a la edad de catorce años no puede considerarse más que como honorífico. Evidentemente, si la promoción de Gayo y Lucio había sido considerada desmesurada en su momento, la de Nerón rebasa los límites de la promoción de un candidato para la sucesión. La emulación por parte de Claudio de la carrera política de Gayo y Lucio para su nuevo heredero refleja las intenciones dinásticas del emperador. Es posible que Británico fuera considerado el futuro heredero entre los años 41-49 d.C., pero la adopción de Nerón produjo un cambio en la política dinástica del emperador, y la propaganda exhaustiva de carácter monetario se encargó de anunciar esa nueva política dinástica. Ya hemos comentado que el principio hereditario en época Julio-Claudia no establece ninguna distinción entre la descendencia directa por lazos de sangre y la adopción. Tal vez la distinción entre Británico y Nerón deba ser hecha en cuanto a su relación de parentesco con el fundador de la dinastía, Augusto, con lo cual la posición de Nerón se vio fortalecida, pero es erróneo establecer el criterio de la herencia
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legítima por lazos de sangre con el emperador reinante para justificar la preeminencia de Británico en la sucesión. Una vez adoptado Nerón, éste y su hermano Británico partían en igualdad de condiciones respecto a su parentesco con Claudio para ser promocionados como herederos. Dos emisiones de finales del reinado de Claudio han sido interpretadas como reflejo de un nuevo cambio de política dinástica por parte del emperador, esta vez en beneficio de Británico. Por un lado, la interpretación de Perassi del tipo de Spes Augusta emitido en el 54 d.C. como una alusión a una renovada esperanza en la sucesión del hijo natural del Princeps, supone creer que en la existencia de un conflicto dinástico en la domus Augusta, siempre posible, que tiene su reflejo en la propaganda oficial de Roma. Es difícil creer en la proyección de los posibles conflictos internos sobre la sucesión en un medio propagandístico de carácter oficial. La política dinástica oficial reflejada a través de las monedas se define por la promoción sistemática de la figura de Nerón desde el año 51 hasta el 54 d.C. Si el tipo de Spes Augusta ha de ser interpretado en clave dinástica, como hicimos para el mismo tipo emitido en el año 41 d.C., tal vez haya que relacionarlo con la propia esperanza en la figura del emperador, y seguramente también con la esperanza de la continuidad de la dinastía y, por tanto, del estado, ejemplificada en la figura del heredero designado, Nerón. Por otro lado, el otro tipo que ha creado controversia por su cronología, y que Perassi vuelve a utilizar como ejemplo de la nueva propaganda dinástica destinada a fortalecer la posición de Británico y contrarrestar así la popularidad de Nerón, es el que generalmente ha sido considerado como una restitución de Tito del año 80 d.C. Sin poder asegurar la cronología de la emisión, en términos propagandísticos, una emisión dedicada a Británico en el año 80 d.C., en conexión con las demás restituciones, y relacionada con la celebración de los 25 años de su muerte parece más coherente con la política dinástica de finales del reinado de Claudio, que parece centrar su atención en la figura de Nerón, y una emisión oficial en beneficio de Británico se aleja de las directrices emanadas por la propaganda oficial. En cambio no ha de descartarse la posibilidad de la emisión de un tipo contemporáneo con la posible promoción de Británico y la inminente toma de la toga viril, puesto que el hijo natural de Claudio también estaba recibiendo emisiones conmemorativas en las provincias en las mismas fechas (50-51 d.C.), aunque siempre
acompañado por Nerón y en evidente subordinación a él. Sin embargo, me inclino a pensar, que estas emisiones provinciales sólo reflejen una imagen falsa de la verdadera situación dinástica, y como ya había planteado Levick, que Claudio mantuvo su plan original en cuanto a la política sucesoria desde su matrimonio con Agrippina, la promoción de un único e indiscutible heredero, Nerón. La visión retrospectiva de la propaganda dinástica que había caracterizado el reinado de Calígula no estuvo ausente durante el reinado de Claudio, pero estuvo bien equilibrado con una propaganda igualmente fuerte de los candidatos futuros a la sucesión, especialmente después del matrimonio con Agrippina. El Principado de Claudio fue el primero, desde Augusto, que cerraba su andadura con un sucesor claramente identificado y promocionado a través de todos los medios propagandísticos posibles, sobre todo el de la numismática, que con Nerón cobra un vigor que parecía perdido desde la promoción de Druso en el 22 d.C.176 La promoción como heredero le reportaría a Nerón una posición política sólida en el momento de su acceso al trono en el 54 d.C., pero posteriormente el desinterés general del emperador por la propaganda dinástica y su rechazo a nombrar un sucesor produjo un profundo declive en la producción de grupos estatuarios dinásticos así como en la acuñación177. La propaganda dinástica a favor de Nerón, tanto en el ámbito provincial como en la acuñación imperial, había durado cuatro años, más de lo que anteriores sucesores designados habían podido gozar, y había cumplido perfectamente su función de fortalecer la posición del heredero hasta hacer de la sucesión un cambio político pacífico y sin ningún tipo de oposición aparente.
176 Finalmente, ninguna de las esposas de Nerón tuvo hijos, y puesto que tampoco quedaba ningún miembro perteneciente a la domus Augusta con derecho a la sucesión, la dinastía Julio-Claudia vino a su fin tras acabar con la vida de Nerón. El control del Imperio pasaría a la familia Flavia en el 69 d.C., pero las imágenes de la dinastía Julio-Claudia no desaparecieron ni perdieron su valor político. 177 Rose (op. cit. n. 14), p. 52.
Capítulo VI CONCLUSIONES
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La propaganda dinástica realizada a través de la numismática oficial en época Julio-Claudia se caracteriza principalmente por la utilización de una serie de elementos iconográficos concretos válidos para la promoción de herederos. Una iconografía dinástica en proceso de desarrollo y formación, como el propio régimen dinástico fundado por Augusto. El carácter intermitente en la propaganda monetaria oficial destinada a la promoción de los herederos no evita, sin embargo, que podamos hablar de la existencia de una propaganda dinástica realizada desde ámbitos oficiales, cuya finalidad última no puede ser otra que la aceptación del principio de sucesión hereditaria en el seno de la domus Augusta. Si el nuevo régimen mantiene la ambigüedad al definirse oficialmente como una res publica restituía, la elección de sucesores designados en el seno de la domus Augusta hace al mismo tiempo aparecer progresivamente el poder imperial como el monopolio de una única familia. La utilización acertada de estos elementos iconográficos nos permite acercarnos de forma introductoria a la comprensión de la ideología oficial del estado; su eficacia y rapidez en la aceptación del mensaje depende de la concepción de propaganda que podamos aplicar a la época Julio-Claudia. Evidentemente existían otros medios propagandísticos más rápidos y eficaces que las monedas, pero éstas no deben ser infravaloradas puesto que su alto grado de dispersión, la sencillez en el mensaje transmitido a través de iconografía y leyenda, así como la incidencia directa sobre elementos determinantes para la continuidad del Principado, como el ejército, nos obligan a considerar las monedas como vehículos de propaganda oficial cuya incidencia sobre la sociedad romana debía ser
lo suficientemente importante para que el estado proyectase su política dinástica, al igual que por otros medios, de una forma si no continuada en época Julio-Claudia, al menos sí de manera intencionada. La propaganda dinástica a través de la numismática en época Julio-Claudia se concentra en los siguientes argumentos: — La exaltación del heredero designado como «corregente» Augusto consideraba la posición del collega como básica para mantener la sucesión en el seno de la domus Augusta, admitiendo que la continuidad dinástica del poder imperial podía ser garantizada más fácilmente con el ejercicio de la «corregencia», puesto que ésta da a su titular una posición legal y al mismo tiempo le confiere una legitimidad; esa legalidad inherente a la figura del sucesor designado, que hemos analizado para los casos de Gayo, Tiberio, Germánico y Druso Minor, ha desaparecido en los últimos herederos, y considero aquí a Calígula y Nerón, puesto que los demás presuntos herederos analizados, Nerón y Druso César, Tiberio Gemello o Británico, vieron truncadas su promoción de forma prematura sin que podamos advertir que existiera un verdadero proyecto dinástico en torno a ellos que hubiera tenido una continuidad. Nerón y Druso, los hijos de Germánico, fueron rápidamente promocionados y presentados al Senado, pero su carrera fue paralizada posiblemente debido a la influencia de Sejano; para Tiberio Gemello, las posibilidades de sucesión eran escasas cuando ni siquiera había recibido la toga viril en el acceso de Calígula al poder, con lo cual su posición como posible rival legítimo fue pronto desacreditada y finalmente fue eli-
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minado. En el caso de Británico, los comienzos propagandísticos fueron esperanzadores, como hemos visto a través de la numismática, pero la llegada de Agrippina y de su hijo Nerón relegó a un segundo plano al hijo natural de Claudio, que repercutió negativamente en su promoción como heredero. La solución elegida por Augusto para resolver el problema de la continuidad dinástica, por medio de la «corregencia», que se inscribe en el cuadro y prolongación de las instituciones republicanas, y cuyos poderes eran definidos en el respeto formal del mos maiorum, dejó de ser absolutamente necesaria para la promoción de Calígula y Nerón, y la ausencia de poderes legales conferidos a estos dos últimos se vio sustituida por su condición de herederos de la sangre de Augusto, miembros de la domus Augusta y continuadores de la dinastía Julio-Claudia. Su posición familiar no se vio así reforzada por ningún mecanismo legal que hiciera inevitable el acceso al poder, como había ocurrido con Tiberio; fue en cambio suficiente argumento para que se produjera una sucesión sin que la intervención del Senado y de los comicios tuviera que testimoniar una cierta continuidad institucional entre las prácticas del período tardo-republicano y los principados de Augusto y Tiberio. Asistimos al fin y al cabo a una evolución hacia la monarquía hereditaria, que convierte la intervención del Senado y de los comicios en una ratificación de la transmisión hereditaria del poder, y la legitimidad del nuevo régimen, tan presente en el principado de Augusto y Tiberio, es ligada a la continuidad del poder imperial en el seno de la domus Augusta, hasta el punto de que los miembros de la familia imperial no han de justificar su legitimidad por medio de fundamentos legales adquiridos en su posición de herederos. La legitimidad del sucesor ya había sido formulada cuando la enfermedad de Augusto en el 23 a.C., hizo plantear la cuestión de la sucesión en su sobrino Marcello, cuya única posición era la de ser miembro de la familia imperial, sin ningún mérito adquirido. Su escasa experiencia militar, unida a su incipiente carrera política no le impedía convertirse en el probable sucesor designado de Augusto; las implicaciones monárquicas de la designación de un heredero para el Principado podían ser ocultadas bajo la forma de una recomendación al Senado para asegurar la continuidad del régimen y la paz restaurada por Augusto. Sólo su edad resultó ser un obstáculo para ser designado sucesor cuando Augusto cayó enfermo, y la elección de Agrippa como «corregente» y tutor de Marcello empezó a cobrar vigor.
Pero la formación del sucesor estaba lejos de convertirse en una promoción consciente y sistemática, y el eco propagandístico a través de la numismática sobre el sobrino del Princeps fue casi nulo, y su muerte prematura evitó cualquier posible programa propagandístico monetario sobre su figura. Por ello, el ejercicio de los poderes imperiales permitía en un cuadro legal dar a los miembros de la familia imperial una experiencia militar y política, gracias a la potestad tribunicia ejercida en Roma, y el imperium proconsular aplicado en las campañas militares desarrolladas en las fronteras del Imperio1. Con Calígula y Nerón, debido a su acceso prematuro al poder, volvemos a encontrarnos en presencia de un miembro de la familia imperial, sucesor designado, cuya posición se basa en la posesión de títulos honoríficos, como el Principado de la Juventud, y en su pertenencia a la domus Augusta, por lo que la solución política adoptada por el Princeps para conferir al miembro de la domus la posición legal que asegure la legitimidad ya no es necesaria. Los méritos de los últimos herederos descansan solamente en su pertenencia a la domus y su descendencia del fundador de la dinastía. El estudio de la propaganda iconográfica contribuye a definir la «corregencia» como una colegialidad dinástica, con el propósito de consolidar el lugar de la domus Augusta en el estado. La elección del collega depende ante todo de las circunstancias familiares en el seno de la domus Augusta, continuamente adaptada a la desaparición de herederos, generalmente a causa de las numerosas muertes. Tras la muerte de Marcello, Agrippa, como primer «corregente», era un instrumento al servicio del régimen que permitiría a Augusto contar con descendientes consanguíneos. Su matrimonio con Julia permitió la creación de una descendencia directa para Augusto, centrada en sus nietos Gayo y Lucio, adoptados para reforzar su legitimidad y pertenecer a la domus Augusta con pleno derecho. La posición de Agrippa en la política dinástica de Augusto seguía siendo importante, por cuanto podría recibir el Principado en caso de muerte prematura del Princeps, pero su posición estaba condicionada a su labor de tutor de Gayo y Lucio, quienes debían ser formados desde un primer momento con el objetivo de convertirse en los herederos del Imperio. De manera que en este caso, el «corregente» no puede ser considerado el 1
F. Hurlet, Les Collégues du Prínce sous Auguste et Tibére. De la légalité républicaine á la légitimité dynastique. París, 1997, p. 541.
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sucesor designado, pero sí el garante de la continuidad dinástica que permitiría la sucesión basada en los dos nietos de Augusto en un futuro. La conclusión que se deriva del análisis del programa propagandístico monetario dedicado a Agrippa coincide con el papel asignado a su «corregente» por Augusto. Las emisiones realizadas en los años 13-12 a.C. sugieren la existencia de un programa coherente de propaganda dinástica. La insistencia sobre la figura de Agrippa está destinada a reforzar su legitimidad como sucesor temporal en caso de muerte prematura del Princeps, y que la recomendación al Senado se convierta en un requisito moral; para ello debía exaltarse su capacidad y experiencia en el campo militar, de ahí sus apariciones con las condecoraciones militares, y su probada capacidad como político y gobernante, por lo que se potenció su imagen de colega de Augusto en la potestas tribunicia y como censor. Todo este programa propagandístico del colega con fines dinásticos venía a justificar su posición como eventual sucesor, pero su legitimidad sólo podía ser reforzada con emisiones donde se aludiera al futuro de la dinastía, con la presencia de su mujer Julia y sus hijos Gayo y Lucio. La idea dinástica fue así formulada de manera clara en el año 13 a.C., y si había alguna duda sobre el carácter hereditario del régimen de Augusto, la propagación de la idea dinástica a través de la numismática es un ejemplo revelador de las intenciones políticas del Princeps. El programa propagandístico de los años 13-12 a.C. coloca a Agrippa como sucesor eventual de Augusto, a la espera de que sus hijos adoptivos Gayo y Lucio adquieran la formación necesaria como herederos para asumir en un futuro los destinos del Imperio. En el fondo Augusto no debía considerar a Agrippa como un candidato serio a la sucesión, puesto que su legitimidad como yerno de Augusto quedaba en cambio debilitada por su origen humilde, algo que la nobilitas romana tenía muy en cuenta; si su proyecto dinástico se desarrollaba con normalidad, Gayo y Lucio serían formados debidamente sin que tuviera que recurrirse a una sucesión eventual. La muerte de Agrippa trastocó los planes de Augusto, pero no en lo fundamental, es decir, Gayo y Lucio continuaban siendo los herederos designados al trono, pero la figura del «corregente», en este caso también como tutor y sucesor eventual, debía fortalecer de nuevo y asegurar sin oposición la continuidad del régimen siempre en el seno de la domus Augusta.
Tiberio fue considerado, hasta su retiro voluntario a Rodas, como un simple tutor que debía formar a los dos hijos adoptivos de Augusto, según Hurlet2. Así se desprende de la casi nula presencia de Tiberio y su hermano Druso en las emisiones monetarias oficiales. La capacidad militar y política de los hijastros de Augusto estaba fuera de toda duda para el Princeps, pero su posición como sucesores eventuales y tutores de Gayo y Lucio también era una cuestión que estaba clara. La temprana promoción propagandística de Gayo y Lucio evidencia las intenciones dinásticas de Augusto, fundadas en la descendencia directa con miembros pertenecientes a la gens lulia; ni siquiera la posición de Tiberio en el 6 a.C., en posesión de la potestad tribunicia y el imperium proconsular le permite ocupar una posición por delante de Gayo y Lucio en la cuestión sucesoria. Lejos de esclarecer las razones del retiro de Tiberio a Rodas, lo cierto es que este suceso acelera definitivamente la promoción dinástica de Gayo y Lucio a través de la numismática. La «corregencia» de Gayo César marca un cambio importante en la historia de la asociación al poder imperial, puesto que era la primera vez que el adjunto del Príncipe era reconocido como hijo y como sucesor designado; además, si bien el Principado no podía considerarse enteramente como una monarquía hereditaria, en los hechos, el principio de la sucesión dinástica fue consolidado por la figura de Gayo. Una de las principales cuestiones que han preocupado a los investigadores al analizar la política dinástica de Augusto es si se busca la herencia por lazos de sangre (descendencia Julia) o la adopción legitima a los Claudios. En realidad, lo que marca el criterio para la sucesión dinástica en Augusto no es la descendencia por lazos de sangre sino la descendencia directa del Princeps, la pertenencia a la gens Julia, pero como esta pertenencia puede darse por medio de la adopción (Tiberio, Germánico), el criterio básico no es el parentesco consanguíneo en sí, sino la relación de parentesco con el fundador de la dinastía, para establecer el principio de la exclusividad de la dinastía Julia en la transmisión del poder, convertida en domus Augusta puesto que los miembros de la gens Claudia pueden ser admitidos en la gens lulia. De este modo, Tiberio no podía ser considerado un heredero antes del 4 d.C, año en que fue adoptado, al igual que Druso Maior, puesto que Augusto utiliza la adopción para 2
Hurlet (op. cit. n. 1), p. 544.
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fortalecer la legitimidad del sucesor. La adopción se convierte en un requisito indispensable para la consolidación de la posición del sucesor, e incluso, los miembros de la gens lulia por lazos de sangre, como Gayo, Lucio o Agrippa Postumo, deben ser adoptados para poder ser candidatos a la sucesión. La fijación con la «la sangre de Augusto» como la mejor o la única que garantiza la legitimidad, es posterior al propio reinado de Augusto, como podría esperarse. Tras la posición de Gayo, que por primera vez aglutinaba su condición de heredero designado con la posición de «corregente», la conjunción de esta doble condición fue retomada por Tiberio tras su adopción en el 4 d.C., y finalmente por Germánico entre el 14-19 d.C., y Druso entre el 22-23 d.C. En el caso de Tiberio su posición privilegiada sólo quedó evidenciada a través de la numismática en los años finales del reinado de Augusto, a partir del 9 d.C., pero tal ausencia de promoción propagandística a nivel monetario no indica ningún tipo de incertidumbre sobre la cuestión dinástica a partir del 4 d.C. La adopción y la asociación a los poderes imperiales, los mecanismos legales de los que se vale Augusto para la promoción del heredero, se ven reforzados por las emisiones monetarias dedicadas a Tiberio, sobre todo las del año 13 d.C., que proclaman de forma definitiva su candidatura a la sucesión. Pero Tiberio no recibe desde su adopción una promoción dinástica monetaria en el ámbito oficial de forma sistemática desde un primer momento. A pesar de la fama adquirida por sus victorias militares, y de su prestigio político, no se hace uso de la propaganda dinástica monetaria para potenciar su imagen como heredero al trono, por otro lado indiscutible. Sin duda alguna, a pesar del gran desarrollo de la promoción propagandística de los herederos a nivel monetario experimentada por Gayo y Lucio, no podemos concluir que exista después del 4 d.C. un sistema propagandístico destinado a promocionar la figura de Tiberio como heredero de forma sistemática. También hay que tener en cuenta que la posición de partida de estos herederos no es la misma: mientras que Gaio y Lucio no habían adquirido ningún mérito militar o político digno de exaltación, su promoción debía ser importante y, además, debía centrarse sobre la ostentación de títulos honoríficos (el Principado de la Juventud), títulos religiosos (el pontificado y el augurado) y su estrecha asimilación a los Dióscuros; en cambio, aunque Tiberio también se beneficia junto a su hermano Druso de la misma asimilación a las divinidades protectoras
del orden ecuestre, sus méritos militares y políticos son, en comparación con los de los hijos adoptivos de Augusto, cualitativa y cuantitativamente más importantes. Solo su legitimidad como sucesor puede comparativamente ser menor que la de Gayo y Lucio, pero ya hemos visto que en definitiva la descendencia directa del Princeps es potenciada a través de la adopción, ya sea el candidato miembro de la gens lulia por nacimiento o no. La fuerte promoción política y militar de Germánico, sobre todo en los años en que fue considerado el sucesor designado (14-19 d.C.), contrasta con el escaso reflejo en la propaganda monetaria oficial, si consideramos la emisión de Cesárea en Cappadocia como contemporánea. De nuevo asistimos, como en el caso de Tiberio, a la existencia de un sucesor claramente definido pero que no goza de una propaganda monetaria oficial de forma sistemática. Tal vez la razón haya que buscarla en la presencia de su hermano adoptivo Druso, que, aunque en un segundo plano en la política dinástica, Tiberio se cuidó muy bien de no favorecer a cualquiera de los hermanos por encima del otro. Esa promoción paralela de la carrera de ambos hermanos siguió respetándose en los tipos monetarios de carácter provincial, que presentan en la mayoría de sus emisiones a los dos hermanos de manera conjunta. Aunque no existió una política propagandística expresamente diseñada desde ámbitos oficiales para exaltar la figura de Germánico, al menos en el campo de la numismática, como tampoco para Druso mientras vivió su hermano, lo cierto es que en este caso, la propaganda dinástica monetaria de los dos jóvenes príncipes fue canalizada a través de las emisiones provinciales, que juegan aquí el papel propagandístico ausente en Roma. Tal vez, lo más significativo del análisis de las emisiones provinciales, teniendo en cuenta que su efecto propagandístico no debe ser excesivamente valorado, sea la presentación conjunta en la mayoría de ellas de los dos príncipes. Este tratamiento en pareja, que recoge fielmente la propaganda oficial y provincial dedicada a Gayo y Lucio, a pesar de la posición privilegiada de Germánico respecto a Druso, responde a una clara presentación ideológica de los herederos como Príncipes de la Juventud y nuevos «Dióscuros». Las apariciones en pareja responden a la posición dual que Augusto asignó a las parejas de herederos en su sistema de sucesión, como con Gayo y Lucio, aunque en la práctica uno de los dos ocupara un rango inferior. La promoción de Gayo y Lucio como Principes luuentutis representados y asimilados como
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Dióscuros, fue heredada por Germánico y Druso. Realmente, a pesar de la posible existencia de una política dinástica oficial de asociación de los herederos en pareja para los años 14-19 d.C., la ausencia del reflejo de esta política en las emisiones oficiales de Roma, nos lleva a concluir que el supuesto aparato propagandístico centrado en las figuras de Germánico y Druso no se puso en funcionamiento en el ámbito oficial en ningún momento, ni siquiera de forma individual. La ausencia de propaganda conjunta o individual respondió a la política de Augusto, continuada por Tiberio, de potenciar las carreras de ambos herederos de forma paralela, evitando los problemas derivados de la desaparición prematura de un heredero al trono, de manera que Germánico podía estar ocupando el puesto de sucesor designado, pero la promoción política y militar no se reflejó en un tratamiento privilegiado en la acuñación monetaria oficial, aunque tampoco provincial. La situación para Druso tras la muerte de Germánico es bien diferente: como sucesor indiscutible y probablemente tutor de los futuros herederos al trono de los hijos de Germánico, su promoción propagandística en el ámbito monetario se centró en la exaltación de su posición oficial como «corregente», que a la postre le debía asegurar la sucesión sin problemas legales, como en el caso de Tiberio. La propaganda monetaria oficial de la que gozó en un período de tiempo excesivamente corto solo incide en el aspecto civil de la carrera de Druso, obviando por completo sus éxitos militares, que nunca son conmemorados en la acuñación oficial. La posición civil del heredero, es decir, la posición de «corregente» es a la postre la que asegura la sucesión al heredero designado, por cuanto posee los instrumentos legales para acceder al poder de forma reglada y constitucional, de ahí que la propaganda dinástica dedicada a Druso se centre en este aspecto de su carrera, aunque los resultados iconográficos sean demasiado pobres. Ya habíamos comentado que la propaganda dinástica de anteriores herederos al trono, aunque de forma interina, se había centrado en los aspectos legales de la posición del sucesor, seguramente debido a la política de Augusto de revestir de una fachada constitucional su régimen dinástico y personal. La iconografía dedicada a los «corregentes» Agrippa (13 a.C.) y Tiberio (13 d.C.) centra su atención en la posición civil de su condición como heredero, y no en su condición de uir militaris. La muerte de Druso coincide momentáneamente con la desaparición conjunta del sistema de adopción del heredero y de la «corregencia»
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durante el resto del período Julio-Claudio. La «corregencia» deja de ser uno de los componentes del régimen imperial a partir del 23 d.C., y reaparece en el 51 d.C., cuando Claudio hace investir de un imperium proconsulare extra Urbem a su hijo adoptivo Nerón. La «corregencia» no tuvo continuidad pero sí la presencia de sucesores designados, sin ejercer poderes legales, al menos durante períodos de tiempo cortos: Nerón César, hijo de Germánico, entre el 23-29 d.C. posiblemente; Calígula, entre el 31-37 d.C., con Tiberio Gemello en segundo plano; Británico entre 41-50 d.C., y finalmente Nerón entre 50-54 d.C. Sin embargo, con estos presuntos sucesores asistimos durante la segunda mitad del reinado de Tiberio y el de Calígula a una ausencia casi total de propaganda dinástica oficial a través de la numismática, que convierte la política dinástica en una cuestión secundaria. La «promoción» de Nerón y Druso César se produce de forma tardía durante el reinado de su hermano Calígula, y a pesar de que gozan de una promoción a través de las emisiones provinciales, su incidencia resulta menor. Tampoco la posición privilegiada de Calígula a partir del año 31 d.C., al tomar la toga viril y serle concedido el título honorífico de Princeps luuentutis le permite gozar hasta su acceso al poder de una propaganda monetaria. Sólo una alusión indirecta sobre la previsión del emperador a la hora de salvaguardar el estado designando un sucesor puede inferirse de la interpretación de la emisión con el altar a la Prouidentia, de los años finales del reinado de Tiberio. Pero como emisión propagandística a favor de Calígula resulta muy limitada. Ni Calígula ni Tiberio Gemello reciben una propaganda acorde a su posición en el seno de la domus Augusta, pero los escasos méritos políticos de Calígula no le impiden acceder al poder como hijo de Germánico y descendiente directo del fundador de la dinastía. El impulso sobre la propaganda dinástica vuelve a darse en el reinado de Claudio, y la figura de Británico se convierte en el objetivo principal de la exaltación de la descendencia de Claudio, durante la primera parte de su reinado. Ausente de las emisiones oficiales de Roma, su presencia junto a su madre o a sus hermanas en las emisiones provinciales de Oriente le permiten gozar de la posición de sucesor designado que pronto empezará a beneficiarse de una promoción política y militar. Sin embargo, la irrupción política de Agrippina y su hijo Nerón produce un claro cambio en la política dinástica del emperador en perjuicio de su hijo Británico. Su presencia en las emi-
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siones provinciales a partir del año 50 d.C. junto a Nerón no refleja la verdadera situación dinástica. Nerón protagoniza desde su adopción una intensa propaganda monetaria, desmesurada y destinada a paliar su origen gentilicio, ajeno a la domus Augusta, aunque por su madre era descendiente de Augusto. Su inclusión en los cuatro colegios sacerdotales más importantes, la designación al consulado (que todos los príncipes de la casa imperial han ostentado, excepto Lucio), pero sobre todo la concesión del título de Princeps luuentutis por el orden ecuestre, honor que tanto se recalca en la acuñación oficial, son claros indicadores de la designación de Nerón como sucesor indiscutible al trono. Ni siquiera la posible alusión a Británico en una emisión dedicada a Spes Augusta a finales del reinado de Claudio, así como la interpretación de una emisión de restitución de época de Tito dedicada a Británico como contemporánea, según algunos autores, hacen sombra a la intensa propaganda dinástica que en el ámbito oficial recibe Nerón. Con estos últimos herederos, la promoción dinástica no recurre a la utilización de la «corregencia» para potenciar la figura del príncipe imperial como heredero; a pesar de que Nerón recibe el imperium proconsulare, su ausencia en las emisiones oficiales nos permite suponer que, a pesar de constituir el primer paso hacia la «corregencia», la posición de Nerón puede ser potenciada con títulos que no confieren ningún poder legal, sino honorífico, pero cuya concesión, vistos los precedentes en otros herederos, produce el mismo efecto de una proclamación del sucesor. Asistimos, por tanto, a una evolución que se inicia con la promoción del heredero como «corregente», incidiendo sobre todo en su faceta civil, más que militar, y que finaliza con la promoción del heredero sin mecanismos legales que fomenten la solidez de su posición, basada en cambio en su pertenencia a la domus Augusta y la obtención del título de Princeps luuentutis. — El uso ideológico de los Dióscuros para la propaganda dinástica de los herederos Julio-Claudios y la utilización del título honorífico de Princeps luuentutis El título de Princeps luuentutis adquiere con Augusto una significación más allá de su habitual interpretación política basada en la consideración de un título que se convierte en una designación no oficial como heredero al trono (cuyo mejor ejemplo lo encontramos en Nerón a partir del 51 d.C.). Debemos considerar también su significado ideológico, más importante
si cabe que el anterior, aunque su finalidad política, evidente, sea más difícil de captar. Se trata del uso del título como un refuerzo de la asimilación intencionada y explícitamente buscada por Augusto de los Dióscuros con los herederos de la dinastía Julio-Claudia, al menos desde Gayo y Lucio, hasta Nerón y Druso César, pasando por Tiberio y Druso Maior (aunque éste ya muerto), Germánico y Druso Minor, y Germánico y Tiberio Gemello. La asimilación de los Príncipes luuentutis en época Julio-Claudia, es decir, de los miembros de la familia imperial convertidos en herederos al Imperio, con los gemelos divinos más conocidos como los Dióscuros sirve en última instancia al programa ideológico y propagandístico del estado en el sentido de que refuerza la idea del Principado como un régimen dinástico y monárquico. La política dinástica iniciada por Augusto, de una forma tímida con Marcello y Agrippa, y posteriormente de una manera directa y clara con Gayo y Lucio no hace sino evidenciar el carácter del proyecto político del Princeps. Junto a una asimilación consciente de ciertas divinidades o personajes heroizados con Augusto —Júpiter, Rómulo, etc.—, le corresponde en igual medida una identificación directa de los potenciales herederos al trono con los Dióscuros, hijos de Júpiter, y portadores de la victoria romana, así como patrones de los caballeros. El título honorífico de Princeps luuentutis sirve a Augusto en el sentido de que ser los líderes del orden ecuestre equivale en última instancia a ser considerados como nuevos Dióscuros. El hecho de que en la procesión conocida como transuectio equitum, celebrada anualmente para conmemorar la victoria del lago Regulo y la participación milagrosa de los gemelos divinos en ayuda de Roma, aparezcan en primer lugar los Principes luuentutis con las características que definían a las divinidades protectoras de los caballeros, es decir, con caballos blancos y escudos y lanzas, no hace sino reforzar la teoría de que el título, asimilado exclusivamente a los miembros de la familia imperial, sirve para potenciar el esquema teológico del Principado, su carácter dinástico, aceptado sin ambages desde un principio, basado en la emanación de las virtudes de los dioses sobre la figura del emperador, y extendido a su vez sobre los herederos al trono, que como parte de la propaganda del que son objeto, se benefician de las virtudes de los Dióscuros. La propaganda numismática de época JulioClaudia destinada a la propagación de la dinastía, comenzada con Marcello, pero potenciada sobre todo con Gayo y Lucio, recoge de forma
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indirecta la asimilación de los Dióscuros con los herederos imperiales, ya sea copiando la iconografía que define a los gemelos divinos en época republicana, como en el caso de Nerón y Druso César, y Germánico y Tiberio Gemello según Poulsen, ya con la potenciación de la concesión del título honorífico de los caballeros, como con Gayo y Lucio. Este título, convertido rápidamente en un título semioficial que designa al heredero imperial, establece también la relación entre los príncipes imperiales y los Dióscuros. La propaganda dinástica a través de la numismática en época Julio-Claudia, realizada sobre emisiones oficiales, se convierte no sólo en un indicador de la política dinástica diseñada por los emperadores en cualquier momento, sino que aparece como el mejor ejemplo de la ideología del Principado. Su presencia de por sí, con el análisis de su iconografía, puede llegar a revelar las intenciones políticas del Princeps, así como llegar a conocer con más profundidad cómo se fomentó el culto imperial desde un primer momento, no sólo en la figura del Príncipe, sino también en la de sus herederos. La asociación oficial de las divinidades ecuestres con los príncipes de la casa imperial es un fenómeno del culto imperial que se repite sistemáticamente. La utilización de los Castores en la propaganda dinástica responde a su papel de dioses juveniles y estabilizadores, como dioses salvadores del estado romano desde su milagrosa participación en la batalla del lago Regulo. La utilización de los Dióscuros en el lenguaje iconográfico se convierte en una emanación de la propia teología del poder imperial con fines dinásticos, basada en la figura del emperador como «corregente» de Júpiter en la tierra, y sirve en definitiva para potenciar la idea de la sucesión hereditaria del poder en el marco de una monarquía autocrática. La equiparación entre la familia divina, Júpiter y los Dióscuros, y la familia Julio-Claudia, no sólo se produjo cuando los príncipes eran heroizados tras su muerte, puesto que el proyecto simbólico de asimilar a los príncipes herederos con Castor y Pólux se produce ya cuando éstos son considerados como Principes luuentutis los herederos del Imperio. La exaltación de la faceta civil del heredero como «corregente» recibe su contrapunto con las connotaciones militares del título de Princeps luuentutis. Puesto que los Dióscuros eran los portadores de la victoria romana, los herederos designados tenían que asegurar la existencia del Imperio Romano a través del mantenimiento de su posición militar, de ahí la identificación tan estrecha que se dio rápidamente.
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La utilización del título honorífico de Princeps luuentutis responde también a la intención de potenciar un título con claras connotaciones militares, puesto que simboliza el liderazgo militar del orden ecuestre, con lo cual la conexión con los Dióscuros se hace evidente ya que éstos se habían convertido en los protectores en el campo de batalla del ejército romano, y en especial de los equites. En el seno del orden ecuestre, los iuniores, los equites por debajo de los 35 años, eran quienes elegían a sus Príncipes de la Juventud en la ciudad de Roma, y esta juventud realizaba una verdadera preparación militar, donde el ejercicio a caballo era uno de los más importantes. La concesión del título fue impulsada por Augusto con el propósito de potenciar la imagen militar de los herederos, sobre todo con el primero de ellos, Gayo, y posteriormente con Lucio. Los caballeros romanos consideraban a los Dióscuros como sus dioses guardianes y protectores y veían a los Principes luuentutis no sólo como los líderes ecuestres con un carácter honorífico, sino también como los representantes humanos de los gemelos divinos. El título honorífico adquiere con Augusto un nuevo significado político, al ser considerado a partir de su concesión a Gayo y Lucio, como una designación no oficial como heredero al trono; pero para el Princeps no escapan las connotaciones militares del título, que le permiten con mayor facilidad potenciar la asimilación de los herederos con los dioses ecuestres y militares como son los gemelos divinos. También hay que tener en cuenta que el esquema reiterativo que se basaba en la identificación simbólica entre princeps-herederos y Júpiter-Castores se mantuvo vivo hasta el Principado de Tiberio, aunque algunas parejas no obtuvieran el título de Principes luuentutis debido a su avanzada edad, como el propio Tiberio y su hermano Druso. El caso contrario, el de una pareja de herederos asociada rápidamente a los Dióscuros sin haber conseguido el título honorífico debido a su temprana edad, se da con Germánico y Tiberio Gemello. Finalmente con Calígula asistimos al fin del uso ideológico de los Dióscuros como propaganda dinástica, ya que el título de Princeps luuentutis se concedió de forma individual; un título que volvió a ostentar Nerón también en exclusividad. Este aspecto novedoso de la función de los Dióscuros, la identificación con los herederos imperiales, se debe al propio Augusto, quien considerando la importancia de Castor y Pólux como símbolos de una Roma victoriosa, los utilizó de manera sistemática para promocionar
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a los miembros de la familia imperial destinados a la sucesión. Por otro lado, la creación de un sistema dual de herederos refuerza la utilización de los Dióscuros en la política dinástica de Augusto y de Tiberio. La utilización de los Dióscuros deja de ser eficiente para la propaganda dinástica, cuando las circunstancias políticas no permiten un desdoblamiento de herederos en la cuestión sucesoria. La presencia de Tiberio Gemello y Calígula a partir del año 33 d.C. como la pareja «oficial» de herederos no conlleva, sin embargo, el uso ideológico de Castor y Pólux con fines dinásticos. Ya hemos comentado que los últimos años del reinado de Tiberio se caracterizan por la ausencia total de una propaganda dinástica a favor de los herederos, hasta el punto de suponer que Calígula tenía preeminencia en la sucesión por ser mayor que Tiberio Gemello, pero no por haber gozado de una promoción sistemática. Realmente la verdadera intención de la formación de parejas de herederos no sólo responde a una causa ideológica, sino también a la necesidad de tener más de un heredero designado para evitar, en caso de muerte prematura de éste, problemas con la sucesión. La presentación de los herederos en pareja, que comienza con Gayo y Lucio, es continuada conscientemente para las nuevas parejas imperiales, conservando en el ámbito provincial la misma iconografía para la promoción de los herederos: Germánico y Druso Minor, Nerón y Druso César, Británico y Nerón, todos ellos aparecen conjuntamente con sus cabezas enfrentadas. No sólo se benefician del uso ideológico de los Dióscuros, que generalmente también aparecen en pareja en época republicana, al desarrollar la idea de una estrecha relación entre los herederos equiparable a la relación devota de los gemelos divinos, sino que se difunde por el contrario una concordia en el seno de la familia imperial que no refleja la verdadera situación dinástica, ya que siempre uno de los miembros está subordinado al otro y en un escalafón inferior en cuanto a la sucesión. El caso extremo lo constituye la asociación de Nerón y Británico en los años 50-51 d.C., ya que es evidente que el segundo, que aún no ha revestido la toga viril no puede ser considerado un candidato a la sucesión. — La utilización de símbolos de la fertilidad y la primera aparición ¿fe Spes como vehículo dinástico Además de la promoción política e ideológica de los herederos que hemos apuntado, otros aspectos iconográficos desarrollados a través
de la numismática de época Julio-Claudia contribuyen de forma testimonial, aunque no por ello menos importante, a la formación de la propaganda dinástica. Hablamos de la utilización de símbolos de la fertilidad asociados a los herederos imperiales, y el uso consciente de alegorías con fines dinásticos, como Spes. Si bien el concepto de esperanza en un nuevo heredero había sido ya vinculado a Tiberio o a Germánico, el desarrollo numismático de Spes como vehículo dinástico está ligado por primera vez a un heredero imperial en la figura de Británico, a través de las emisiones de Roma del año 41 d.C., año en el que nació el hijo de Claudio. Posteriormente la personificación se asociará de forma sistemática a otros príncipes imperiales y se vinculará al deseo de la continuidad del régimen a través de la perpetuación de la dinastía Julio-Claudia, posibilitada con el nacimiento de un nuevo heredero. A pesar de que no todos los investigadores están de acuerdo en asignar a Spes un significado dinástico, su utilización en este sentido en época Flavia nos lleva a concluir que su uso como personificación dinástica se pudo dar ya en época de Claudio. Su utilidad para la ideología imperial resulta clara al ser asociada de manera sistemática con los herederos imperiales; si con anterioridad se habían definido sus atributos religiosos y sociales, es en época imperial cuando adquiere una estrecha vinculación con la juventud y sobre todo con la familia imperial. Sin obviar el significado de Spes Augusta al comienzo del Principado de Claudio como la propagación de la idea de esperanza en el nuevo emperador, esa esperanza se extiende automáticamente a los herederos del nuevo Princeps, en este caso, Británico. El papel de Spes como alegoría protectora del emperador y de sus herederos comenzó a desarrollarse en el reinado de Augusto, y esta nueva faceta dinástica ya había sido asumida en el año 41 d.C., cuando la aparición de Spes en la numismática se liga por primera vez a un heredero para enfatizar su juventud y la renovada esperanza en la perpetuación del régimen en el seno de la domus Augusta. La utilización de símbolos ligados al nacimiento de un heredero engloba además de la aparición de una personificación dinástica, el uso de atributos de ideas abstractas que el receptor del mensaje contenido en la moneda debía de captar fácilmente. Se trata del uso combinado de cornucopias cruzadas con cabezas de niños en su parte superior, el llamado motivo del puer nascens, y caduceo alado en medio. El tipo, relacionado por primera vez con los príncipes imperiales, aparece en las
CONCLUSIONES
emisiones del 22 d.C. de la ceca de Roma, con las cabezas de los hijos de Druso, Germánico y Tiberio Gemello. El motivo de gemelos era asociado generalmente a la fertilidad y la buena fortuna, al igual que la cornucopia también simboliza fertilidad, abundancia, felicitas. El motivo de las cornucopias combinadas con un caduceo ya había sido utilizado en época republicana, y la acuñación de Tiberio también hace uso de este tipo para representar la idea de felicitas; el motivo viene a ser una nueva confirmación de la idea de la continuación del régimen a través de la perpetuación de la dinastía. El tipo fue repetido en las emisiones de las cecas provinciales de Pairas y Alejandría durante la primera parte del reinado de Claudio para promocionar a su descendencia, especialmente a Británico. E incluso su función dinástica queda de nuevo patente cuando es usado en la ceca provincial de Sinope representando en el año 50-51 d.C. a Nerón y Británico con cornucopias cruzadas y caduceo alado en medio. La propaganda dinástica a través de la numismática durante los reinados de Augusto, Tiberio y Calígula está lejos de reflejar un programa coherente y sistemático de exaltación de los herederos al trono. Los intentos de Augusto de no traslucir el verdadero carácter monárquico de su régimen repercuten negativamente en la propaganda dinástica monetaria en el sentido de no representar nunca de forma clara una designación oficial como heredero al trono. Todas las alusiones resultan implícitas —el título de Princeps luuentutis, la asimilación con los Dióscuros, la utilización de alegorías dinásticas como Spes o la apelación a la Prouidentia—, y aunque para el mundo romano, en especial en el ámbito de las provincias, debe estar claro el carácter dinástico del régimen, la propaganda dinástica, existente sin duda algu-
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na a través de la numismática, experimenta un período de formación y consolidación paralelo a la consolidación del propio régimen fundado por Augusto. La existencia de una propaganda dinástica monetaria realizada de forma sistemática tal vez alcance su punto culminante y su «madurez» con la promoción en época de Claudio de su hijo adoptivo Nerón. En este último heredero nos encontramos de nuevo con el uso del título honorífico de Princeps luuentutis, pero este título, que tanto recuerda a la concesión original sobre herederos al trono (Gayo y Lucio), está revestido sin duda alguna de un significado dinástico claro. Fortalecido por la concesión de otros honores, la posición de Nerón como heredero refleja la verdadera utilidad de la propaganda al servicio del régimen, y en concreto en beneficio del heredero al trono. La promoción de la transmisión hereditaria a través de la numismática adquiere por fin con Nerón un programa coherente, sin que parezca haber ningún contraste descubierto entre el mensaje que llevan los metales preciosos y las emisiones en valores en bronce destinadas a la población en general. De hecho para la promoción como heredero de Nerón, se utilizan indistintamente la misma leyenda e iconografía tanto en áureos y denarios, como en valores en bronce entre los años 50-54 d.C. Este programa coherente, si bien se hará familiar en época Flavia para la promoción de Tito y Domiciano bajo el reinado de Vespasiano, ha necesitado de un período de formación condicionado por las circunstancias políticas —presencia y desaparición de herederos en época Julio-Claudia— e ideológicas —la aceptación de un régimen monárquico que defiende la idea de la sucesión dinástica en el seno de la domus Augusta—, y que condiciona el desarrollo demasiado tímido de la propaganda dinástica en época Julio-Claudia.
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Capítulo VH LOS HEREDEROS DE LA DINASTÍA JULIO-CLAUDIA
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C. Julio César (pretor)
Ju ia
C. Julio César (dictador)
Azia
Octavia mujer de
C. Claudio Marcello
C. Julio César Octaviano Augusto marido de
M. Antonio
M. Claudio Marcello (42-23 a.C.) Antonia1 Maior mujer de L. Domicio Ahenobarbo Cn. Domicio Ahenobarbo marido de Agrippina Minor
Escribonia
Julia
Julia Maior mujer de M. Claudio Marcello Antonia Minor M. Vipsanio Agrippa Tiberio De Agrippa tuvo a Domicia Lépida Valeria Messalina mujer de Claudio
Druso Maior (38 a.C.-9 a.C.) marido de Antonia Minor
Tiberio (42 a.C.-37 d.C.) Druso Minor (13 a.C.-23 d.C.)
Julia Minor Gaj^o César (20 a.C.-4 d.C.) Lucio César (17a.C.-2d.C.) Germánico (15a.C.-19d.C.) marido de Agrippina Maior Nerón Druso Calígula Agrippina Drusilla Livilla César César (12-41 d.C.) Minor (6-31 d.C.) (8-33 d.C.) mujer de Claudio Nerón Claudio César (37-68 d.C.)
Livia Drusilla mujer de T. Claudio Nerón y madre de
Agrippa Postumo (12a.C.-14d.C.)
Agrippina Maior
Claudia Livilla mujer de Druso Minor
Messalina
Claudio marido de
Elia Petina
Octavia Británico Antonia mujer de Nerón (41-55 d.C.) Germánico Tiberio Gemello (19-23 d.C.) (19-37 d.C.)
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Capítulo VIH BIBLIOGRAFÍA CITADA
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