.- Introducción al ayuno. Dr. Karmelo Bizkarra. .- Conocer el ayuno. Dr. Karmelo Bizkarra. .- DURANTE EL AYUNO… Cómo tener la lengua negra, marrón mostaza. Un prodigioso descubrimiento. Albert Mosseri. .- EL AYUNO: LA FORMA MÁS RÁPIDA DE RECUPERAR SU ESTADO DE SALUD Y EL REJUVENECIMIENTO. SU PRIMER AYUNO. QUÉ PODEMOS ESPERAR. Hannah Allen. .- Lecciones dedicadas al ayuno, CURSO DE HIGIENISMO (LA CIENCIA DE LA NUTRICIÓN) Life Sciencie Institute, 1986.- 6600 Burleson Road, P.O. Box 17128; Austin, Texas (EEUU) Lec. 44ª: Sobrealimentación, fanatismo por el ayuno y por las dietas. Las diversas dietas modernas. Adicción a la comida, bulimia. Hannah Allen Lec. 45ª: La auténtica Lecc.45: Introducción al ayuno. El ayuno ayuda a recuperar la salud. Dr. Alan M. Immerman/Dr. Alec Burton. . Lección 11ª/2ª Introducción al ayuno, de T.C. Fry (Faltan 4 casos históricos). Lec. 46ª: Cuándo emplear el ayuno: quién debería ayunar, cuánto tiempo y con qué frecuencia. Susan Hazard. Lec. 47ª: Cómo supervisar un ayuno. Dr. Henry E. Stephenson Lec. 48ª: Cómo cortar un ayuno. Después del ayuno. Hannah Allen. ------------------------Lec. 58ª: El ayuno en l@s niñ@s cuando enferman. Mike Benton. Lec. 93ª: Enseñando sobre el ayuno.1938-1964 ================================= www.zuhaizpe.com/ayuno.htm Introducción al Ayuno Conocer el Ayuno INTRODUCCIÓN AL AYUNO El ayuno a agua o ayuno hídrico consiste en mantener al cuerpo bebiendo agua mientras el organismo se alimenta de sus propias reservas. En las primeras horas del ayuno el cuerpo consume el azúcar (glucosa) en la sangre y la almacenada en el hígado y los músculos. Posteriormente vive de transformar primero sus grasas y finalmente las proteínas. El organismo no deja de comer sino que hecha mano de los alimentos almacenados en sus propias células. Solamente después de varias semanas el cuerpo consume todas las reservas y reaparecer la sensación de hambre, aunque a veces no aparece.
puede
Contrariamente a la idea que tenemos, el ayuno es más fácil de llevar de lo que imaginamos pues la sensación de hambre física desaparece el 1º ó 2º día de ayuno. Incluso se acompaña de sensación de tener el estómago lleno. Solamente puede haber cierto recuerdo psicológico de la comida.
El ayuno no es nada nuevo en la sociedad humana, desde hace miles de años culturas tanto de oriente como de occidente tenían integrados diferentes periodos de ayuno. Los animales y los niños por su propio instinto dejan de comer cuando están enfermos. El organismo indica que no es momento de introducir comida sino de eliminar las sustancias de desecho y los residuos tóxicos acumulados con el tiempo. Es un tiempo de eliminación y ―limpieza‖ interna. Algo así como cerrado por limpieza e inventario. El ayuno no es en sí una terapia, es la mejor manera de poner en descanso fisiológico el organismo. El ayuno realmente no cura, es el cuerpo el que se cura mientras ayunamos. Siempre el poder de curación es algo inherente al organismo vivo y ningún medicamento o médico puede llevarse los laureles de la curación. La curación es una cualidad del ser vivo, que mantiene en si mismo una parte de la capacidad curativa de la naturaleza. La curación es un proceso biológico y el ayuno posibilita que el cuerpo ponga en marcha todos los mecanismos de desintoxicación (limpieza) y regeneración. Cuando una persona ayuna no gasta energía en el proceso de digestión y asimilación de nutrientes y esa energía que ahorra la invierte en los procesos de eliminación y autocuración. Todo ello lo hace guiado por la inteligencia somática, esa misma inteligencia que hace que nuestro corazón lata, de día y noche, que nuestros riñones filtren la sangre de desechos o que el hígado tome las sustancias necesarias para reconstruir el cuerpo y sus funciones y neutraliza las sustancias tóxicas ingeridas, y todo ello sin que mentalmente o conscientemente tengamos que decirle como hacerlo. Esos mismos órganos, al no tener que trabajar en la digestión y asimilación de alimentos, recanalizan su energía hacia los procesos de curación. En resumen el ayuno no cura, es el cuerpo como organismo vivo que es el que pone en marcha todos los procesos de autocuración mientras ayunamos. Ocurre con cierta frecuencia que al ayunar aparecen síntomas de desintoxicación y curación que con frecuencia confundimos con enfermedad: nauseas, a veces vómitos, dolor de cabeza, sensación de lengua blanca, boca pastosa, orina muy oscura y olorosa. Todos estos síntomas indican que el cuerpo esta en proceso de limpieza. Lo mismo le ocurre a un alcohólico o toxicómano cuando deja de beber o utilizar la droga, su cuerpo entra en un proceso de limpieza al que llamamos síndrome de abstinencia. Cuando la persona deja de tomar alcohol, café, fritos, grasas, embutidos, conservas, sal, y va comiendo menos o deja de comer pueden surgir los síntomas dichos que no son más que procesos de desintoxicación o limpieza que confundimos con síntomas de enfermedad. Estos síntomas muestran la capacidad de respuesta del organismo dirigido a eliminar la sustancias de desecho y tóxicos ingeridos en forma de estos ―comestibles‖, y le llevamos así ya que a muchos de ellos no podemos llamarles alimentos. Curiosamente los síntomas que hemos visto, y que pueden aparecer en un ayuno, son los mismos síntomas que surgen en las situaciones opuestas al ayuno, el ―empacho‖, por exceso de comida y bebida. Es el descanso, quizás, la fuerza más curativa de la naturaleza y el ayuno es una forma de descanso, el descanso fisiológico. El cuerpo no gasta energía en la digestión, asimilación de alimentos y nutrientes y la energía ahorrada en el ayuno la invierte para autocurarse. Es necesario que el ayuno se haga en unas condiciones adecuadas: en un lugar tranquilo, en un ambiente relajado, donde no te presionen para que comas. En contacto con la naturaleza si es posible ya que de esa manera nos podemos ―alimentar‖ del contacto de la tierra y la naturaleza,
con el agua, el aire y el sol, ya que en el sentido más profundo de la palabra los 4 elementos de la Naturaleza nos ―alimentan‖. Hablamos de ayuno en esta sociedad, aquí y ahora, porque normalmente comemos en exceso e ingerimos muchas sustancias que se pueden comer y beber pero que no nos nutren ni nos sientan bien. Después de largas temporadas de comer mucho o en exceso viene bien un descanso, un pequeño ayuno. Otras veces ante una crisis: catarro, anginas, bronquitis, vómitos, diarrea... que muchas veces no son más que crisis curativas o reacciones de limpieza y regeneración orgánica e incluso psicológica y emocional, el mismo cuerpo nos dice que dejemos de comer, se nos quita el hambre. Este es un buen momento de ayunar, el cuerpo no necesita introducir sustancias, necesita eliminar las que le están siendo perjudiciales. Lo único que nos pide muchas veces es agua, desaparece el hambre, se mantiene la sed, es momento de beber pero no de comer. Recomendamos un mínimo de uno o dos vasos de agua al día durante el ayuno, dejándonos guiar por la sed. Hay ocasiones en las que no se recomienda ayunar p. ej: en algunas enfermedades muy graves: cánceres extendidos, verdaderas enfermedades graves del corazón, insuficiencia renal. En estos procesos, y especialmente cuando nos da miedo el ayuno, puede ser aconsejable estar unos días a frutas o ensaladas, o alimentos crudos, y de esta manera el organismo tiene también un gran poder de limpieza y regeneración. Si además queremos o tenemos que seguir cierto ritmo de actividad diaria es preferible mantenernos a crudos (frutas, ensaladas, zumos de fruta, jugos de verduras), ya que el ayuno produce generalmente una interiorización de la energía. Durante el ayuno los órganos internos tienen más energía pero los músculos exteriores se quedan con poca energía durante el ayuno. Hay cierto sentimiento de cansancio y necesidad de descansar y llevar un ritmo más bien lento. El descanso es imprescindible durante el ayuno, especialmente en las personas con poca energía. Aconsejamos llevar a cabo el ayuno en un periodo tranquilo. Igualmente, si descansamos mucho nuestro cuerpo ahorra energía que la ―invierte‖ (la lleva hacia dentro) hacia el proceso de desintoxicación y autocuración. Además es igualmente imprescindible no tomar medicamentos o fumar durante el ayuno. A la hora de eliminar medicamentos y para evitar problemas recomendamos consultar antes a un médico experto en ayunos y dietas de desintoxicación. Para resumir recordamos que el ayuno no cura, es el organismo vivo, nuestro cuerpo, el que se cura cuando estamos ayunando. CONOCER EL AYUNO ―Los alimentos en la convalecencia fortalecen, en la enfermedad debilitan‖ Aforismo Hipocrático ¿Por qué el ayuno? El ayuno ha tomado parte de la vida diaria en la humanidad desde siempre, especialmente en los momentos rituales. La cuaresma no es más que un recuerdo de aquellos tiempos. Precisamente en el momento en el que la tierra se encuentra más desnuda en frutas y verduras. Ese era el momento adecuado para ayunar.
Cuando las ―despensas‖ del invierno se habían vaciado y la tierra no había dado aun sus primeros frutos. El ayuno ha sido siempre utilizado en la triple vía de ―limpieza‖ corporal, descontaminación mental y claridad espiritual. En palabras de Pedro Laín Entralgo, gran especialista en Historia de la medicina y en Antropología médica: ―A comienzos del siglo XIX....Vigente desde los hipocráticos, la restricción alimentaria en las enfermedades agudas seguía siendo la regla...‖ (Historia de la Medicina, pág.534. P. Laín Entralgo. Masson-Salvat) Por la noche, descansamos, dormimos y ayunamos. Durante el día gastamos nuestra energía en la actividad de vigilia, en el movimiento, en el trabajo, en nuestros problemas emocionales, en nuestros pensamientos, etc. Por la noche el cuerpo descansa y toda la energía de esas horas de reposo y ayuno se dirige hacia la recuperación, eliminación, y regeneración de lo gastado durante el día. El cuerpo se gasta y se consume de día, y se recupera de noche. Durante la noche, las fuerzas formadoras regeneran y reconstruyen el organismo. Los niños pequeños que necesitan mucha energía para sus procesos metabólicos y de crecimiento, duermen mucho. El cuerpo recupera en el descanso de la noche lo que gastamos y ―enfermamos‖ durante el día, y durante ese periodo el cuerpo descansa físicamente, y también descansa fisiológicamente. Proceso éste último que conocemos como periodo de ayuno y que termina con el desayuno (des-ayuno). Por la noche trabajan más las fuerzas de desintoxicación y regeneración, durante el día las fuerzas orgánicas están centradas en otras actividades: el movimiento, el trabajo, la relación con el mundo que nos rodea, la relación con los demás (incluidas las relaciones sexuales). Cuando hablamos de ayuno nos referimos al periodo en el que nos mantenemos a agua, sin ninguna ingestión de otros alimentos. No olvidemos, de todas maneras, que el agua es una forma de ―alimento‖. Si nos mantenemos a frutas o zumos hablaríamos de dietas de frutas o zumos. Y si nos mantenemos a frutas y ensaladas (con verduras crudas) hablaríamos de dieta de crudos. EL AYUNO COMO PUESTA A PUNTO El organismo sano tiene siempre un depósito de reservas nutritivas necesarias que le ayudan a salir del apuro cuando se encuentra por necesidad durante varios días o semanas sin alimentos. Durante el ayuno el organismo puede curarse y normalizarse a sí mismo con más rapidez y eficacia. Se pone al día en los retrasos de eliminación de sustancias de desecho y tóxicas y en la reparación de tejidos y órganos. Con el ayuno el cuerpo no deja de alimentarse ya que se alimenta de sus propias reservas. Se alimenta de su propio interior. Mientras existen reservas almacenadas en el cuerpo hablamos de ayuno. Cuando las reservas se agotan, el cuerpo comienza a digerir las partes y órganos más vitales. Este periodo es conocido como inanición. La inanición no aparece, en una persona con una constitución más o menos normal, antes de las cuatro semanas. Sólo en personas ―consumidas‖ por un proceso de enfermedad o la anorexia, por ejemplo, el periodo de inanición aparece antes. Rara vez le damos unas vacaciones al aparato digestivo. Los órganos digestivos se ven sobrecargados de trabajo por el exceso de una alimentación no adecuada. El ayuno es una
buena manera de ―dar vacaciones‖ a todos los órganos digestivos, incluidos el hígado y el páncreas. Los animales y los niños ayunan por instinto, dejan de comer cuando sus energías son necesarias en la desintoxicación y en relación. Ayunan en la enfermedad y en los accidentes. Cuando hay una crisis de desintoxicación (enfermedad aguda), un dolor físico y también cuando la persona se encuentra cercana a la muerte, son momentos buenos para ayunar. En esos momentos, con frecuencia, no hay ganas de comer, se pierde el apetito. La persona incluso puede incluso sufrir vómitos. El cuerpo rechaza la comida y si comemos aumentamos el sufrimiento. En la naturaleza, en el medio silvestre o salvaje son muy frecuentes los periodos de ayuno. ―Hay un momento para cada cosa, un momento para comer y un momento para ayunar‖. Los animales que hibernan (oso, marmota, lirón) se pasan largos periodos sin ingerir alimentos, sólo asimilando las sustancias nutritivas acumuladas en sus células, tejidos y órganos. Las semillas asimilan sus propias reservas para germinar o brotar en la primavera. En el ayuno hay una autolisis, proceso mediante el cual el cuerpo se alimenta de sus propias reservas. Al contrario de lo que puede parecer, en el ayuno no se pasa hambre. Después de muchos años asesorando ayunantes no he visto que la persona pase hambre. Cuando se mantiene la sensación física de hambre apenas dura más de unas horas. Pocas veces dura 24 a 36 horas como máximo. En el momento que el cuerpo hecha mano de sus grandes recurso grasos desaparece la sensación de hambre. Más adelante no hay sensación hambre durante el ayuno, aunque algunas personas sienten algo así como ―hambre psicológica‖. Incluso, aunque parezca mentira, hay muchas personas que mientras ayunan disfrutan de ver comer a otros o de hablar de comida o recetas. Todo depende del carácter de la persona, así como de la predisposición y los motivos para hacer el ayuno. CONSEJOS PARA EL AYUNO La persona que ayuna debe descansar para que el máximo de energía esté disponible en el proceso de eliminación y ―puesta a punto‖ del organismo. El organismo humano no es una máquina a pesar de la visión mecanicista actual de todo lo vivo y tiene toda la capacidad de autorregeneración y autocuración. Una herida se cicatriza sola; el hueso roto, si está en su sitio, se vuelve a soldar en los dos extremos, el cuerpo del bebé ―sabe‖ como desarrollarse guiado por su propia sabiduría sin necesidad que le tengamos que decir como hacerlo. El organismo vivo tiene una gran capacidad de autorregulación, tanto en la salud como en la enfermedad. Mediante el descanso y el ayuno o descanso fisiológico, ahorramos energía y dicha energía es dirigida hacia la recuperación. En el ayuno, el cuerpo no necesita gastar energías en la digestión y asimilación de los alimentos. Extrae su energía de las sustancias ―predigeridas‖,
asimiladas y en reserva por todo el cuerpo, especialmente en el hígado, en la grasa y en el músculo. Este ahorro de energía hace que la inteligencia corporal o somática inicie el trabajo de ―limpieza‖ corporal y recuperación de las zonas alteradas. El cuerpo durante el ayuno pone el letrero de ―cerrado por reparaciones‖. Es momento de eliminar no de alimentarse. Es importante que el ayunante este tranquilo, relajado y si es posible en contacto con la naturaleza, de la que nos alimentamos también. No sólo es alimento lo que comemos, también lo son los cuatro elementos de la naturaleza. Todos necesitamos el contacto con la naturaleza (al menos los fines de semana), el agua, el aire y el sol. Una persona puede estar varias semanas sin comer, sólo unos días sin agua y apenas unos minutos sin respirar. Esto nos indica que el agua y el aire son imprescindibles durante el ayuno. Recomendamos mantener la ventana de la habitación abierta para no volver a respirar las sustancias volátiles y tóxicas eliminadas a través de la respiración. El agua es imprescindible durante el ayuno, el cuerpo necesita el agua como vehículo para sus procesos metabólicos, y durante el ayuno el agua nos ayuda a eliminar y depurar el organismo. La persona que ayuna tiene que tener especial cuidado en beber agua. Una buena medida de seguridad es beber al menos un litro de agua al día. Tampoco es bueno beber en exceso ya que podemos sobrecargar a los riñones ralentizando el proceso de eliminación. Al principio del ayuno, las personas que tienen gran retención de líquidos en el organismo, apenas tienen sed ya que su cuerpo es un ―botijo‖ lleno de agua. Personalmente recomiendo sobrepasar en mucho el medio litro y como medida de seguridad un litro de agua es una buena medida. Por supuesto es imprescindible hacer el ayuno bajo asesoramiento y control. Un ayuno de más de dos o tres días es necesario que sea vigilado por un médico especialista en el control del ayuno. Una persona enferma siempre debe de ayunar bajo estricta vigilancia de un médico especialista en ayunos. El ayuno es algo muy natural pero es un nuevo ―lenguaje‖ que hay que aprender para poder interpretar y traducir sus síntomas. El ayuno normal no da más que síntomas en general leves, pero hay que saber que nos transmite el cuerpo. La persona que toma medicamentos no puede interrumpirlos sin consultar con el médico. Las personas que no hayan tomado medicamentos responderán mucho antes al ayuno, obteniendo mejores resultados. En los casos en los que no está aconsejado un ayuno podemos hacer una dieta a frutas o crudos (frutas o ensaladas) como proceso de eliminación. Si la persona no puede descansar para ayunar es mejor mantenerse a frutas o ensaladas o saltarse alguna comida de vez en cuando sustituyéndola por un zumo, unas frutas o ensaladas. Hay pocas situaciones en las que no se recomienda ayunar. Sobre todo en enfermedades graves como algunos cánceres muy extendidos (especialmente de hígado o riñones, por ser órganos de desintoxicación con la capacidad mermada o casi anulada), tuberculosis diseminada, verdaderas y graves enfermedades del corazón,... LA ELIMINACIÓN
Los residuos de la función de las células son eliminados hacia el exterior a través de los órganos de eliminación, normalmente tras ser neutralizadas y transformados por dichos órganos. Esta capacidad de eliminación aumenta con el ayuno, toda la energía se canaliza hacia esa función de limpieza. En efecto, el organismo lleva siempre cierto retraso en su propia limpieza, y se pone ―al día‖ mediante el ayuno. BENEFICIOS DEL AYUNO El ayuno, bien hecho, es verdaderamente efectivo para dar un buen ―repaso‖ al cuerpo. ¿Y como se cura el cuerpo? El cuerpo guiado por su instinto somático siempre canaliza su energía hacia las zonas más necesitadas. Yo no sé mentalmente en este momento como funciona mi corazón o mis pulmones, pero sé que lo hacen en la mejores condiciones posibles. De la misma manera se cura el cuerpo sin que ni el mejor de los médicos sepa apenas cómo lo hace. El ―médico interior‖ guía todos los procesos necesarios para conseguirlo. El cuerpo humano es algo tan complejo que lo mejor es intervenir lo menos posible. Si intentamos arreglar la avería de un ordenador y no tenemos muchos conocimientos de informática provocaremos una avería mucho mayor. Pues bien, muchísimo más complicado que un ordenador de última generación es el ser organismo humano. Cuanto más intervengamos mayores serán las posibilidades de avería. Sobre todo si no respetamos su capacidad curativa. El cuerpo busca su equilibrio, o la homeostasis interna de la que hablan los estudios de la fisiología corporal. Y lo hace guiado por la propia inteligencia somática o instinto de conservación. El ayuno es uno de los mejores medios para buscar la armonía interna perdida en la enfermedad. Durante el ayuno el cuerpo no pierde nada que le sea vital. Sólo pierde lo que no es útil, grasa excesiva, incluida el colesterol depositado en los vasos sanguíneos, y sustancias tóxicas y de desecho acumuladas en el cuerpo durante años. Los órganos vitales quedan intactos. Cuando una persona muere por inanición, que no por ayuno, tras más allá de 40 ó 50 días, los órganos vitales como el corazón y cerebro permanecen sin alteraciones, sólo pierden un 3% de su peso, y por supuesto ni un solo gramo de sustancias vitales. En general, todas las enfermedades se ven favorecidas por el ayuno. Aunque en realidad el ayuno no cura nada. Es el cuerpo el que se cura en el proceso de ayuno. El organismo vivo tiene el poder de autocuración como parte del poder de curación y regeneración de toda la naturaleza. Que a pesar de los desastres ecológicos producidos por el ser humano, mantiene intactas su capacidad regenerativa y no sólo eso sino que además nos da de comer. La naturaleza, en un gran acto de amor, da de comer al que le destruye. Es importante darse cuenta de que un ayuno no hace nada. Al poder curativo ya presente y activo dentro del organismo se le presenta la mejor oportunidad para realizar su trabajo cuando la persona ayuna. Al no ingerir comida canaliza su energía hacia la eliminación y
regeneración celular, pudiendo recuperar el tiempo atrasado en la eliminación, consecuencia de la sobrecarga de los órganos de desintoxicación. SÍNTOMAS QUE PUEDEN APARECER EN EL AYUNO Los peores días del ayuno son, por diferencia, el segundo y el tercero. A partir de ahí los síntomas van normalmente desapareciendo, en forma incluso muy rápida. Al principio del ayuno predominan los síntomas de desintoxicación. Con el paso de los primeros días de ayuno disminuyen los síntomas de desintoxicación, que a veces son algo desagradables, para dar paso a la regeneración. Al principio del ayuno predomina la eliminación, al final la regeneración. Dolor de cabeza El dolor de cabeza, que normalmente dura unas horas y rara vez se alarga un poco más, es un síntoma muy frecuente, especialmente en las personas que tienen antecedentes de cefaleas o migrañas (dolores de cabeza). Este dolor de cabeza puede aparecer con el simple hecho de dejar de tomar café, comer una alimentación sana o descansar. Muchas personas tienen síntomas de desintoxicación durante el fin de semana cuando descansan o cuando inician sus vacaciones. Cuando el cuerpo descansa no gasta tanta energía hacia el exterior (trabajo físico o mental, preocupaciones, etc), y esa energía interiorizada se canaliza a los procesos de eliminación, desintoxicación, regeneración y aparecen los síntomas de desintoxicación. En el ayuno, la energía que el cuerpo ahorra por no tener que digerir o asimilar los alimentos, se interioriza. Y con ella se ponen en marcha los procesos autocurativos del organismo. En el ayuno aparecen los síntomas, no de empeoramiento de la enfermedad sino de curación. La boca La cantidad eliminada de saliva disminuye y se siente la boca seca. Tiende a volverse neutra o poco ácida y no volverá a recuperar su alcalinidad habitual hasta el momento de la realimentación. La lengua se puede volver blanca, muy blanca o cargada (saburral), a veces amarillenta y la boca pastosa. En la lengua aparecen a veces ―manchas‖, en lo que se conoce como lengua en forma de mapa geográfico. Hay mal gusto de boca. Incluso el agua de bebida nos puede saber mal a consecuencia de ello. Estos síntomas van descendiendo y la lengua se va volviendo más rojiza en relación al avance del ayuno. El aliento puede ser ―cargado‖ y fuerte, fétido, intestinal o cetónico (olor a acetona). El olor dulzón a acetona indica la utilización especial de las grasas durante el ayuno para extraer la energía necesaria al organismo. A veces tienen lugar una sensación de estómago lleno o incluso nauseas o vómitos, que indican el trabajo de regeneración del conducto digestivo y la eliminación de sustancias tóxicas a través de la bilis. Los vómitos pueden ser en pequeña cantidad en forma de jugos gástricos (más o menos transparentes o blanquecino) o de bilis (de color amarillo o verde). Cuando la bilis está muy ―cargada‖ de sustancias tóxicas y dichos tóxicos llegan al duodeno, o primera porción del intestino, el organismo humano, guiado por el instinto somático de autocuración elimina dichas sustancias tóxicas hacia arriba en forma de vómitos. Rara vez hacia abajo en forma de diarrea. Durante el ayuno el cuerpo responde con crisis curativas o de desintoxicación.
Menos fuerza Hay un sentimiento de menos fuerza muscular o debilidad que aparece, aunque varía mucho de persona a persona. Ocurre con frecuencia, que cuando más descansamos durante el ayuno más débiles nos sentimos. Hay una mayor interiorización de la energía y eso es beneficioso para el trabajo de eliminación y regeneración. Molestias de estómago Con relativa frecuencia durante el ayuno aparecen molestias en el estómago, hígado o intestino que indican los procesos de eliminación de sustancias tóxicas y la regeneración de las zonas enfermas o ―sensibles‖ a causa de procesos físicos o psicosomáticos anteriores. El aparato digestivo, que ―descansa‖ durante el ayuno, invierte su trabajo. Al no tener que digerir alimentos, utiliza su energía para recuperar y renovar los órganos más afectados (estómago, hígado y conducto intestinal), y esto hace que la zona se vuelva más ―sensible‖. La zona afectada o enferma nos puede molestar en el ayuno cuando el cuerpo intenta regenerar y curar dicha zona. La aplicación de una bolsa de agua caliente localmente en el abdomen o en la zona hepática puede calmar o aliviar los posibles trastornos intestinales que aparecen durante el ayuno. Descenso de peso El descenso de peso es bastante rápida al principio del ayuno, aunque a veces cuesta algo más. Ello es debido a la eliminación del agua retenida en el cuerpo y las sustancias tóxicas almacenadas en él. Al principio del ayuno aumenta la diuresis o eliminación de agua por la orina. Las personas que tienen una ―retención de líquidos‖ tienden a perder menos cantidad de agua y por ello de peso. Es más, muchas personas notan que han bajado en volumen y apenas o no tanto en peso. Notan que la ropa les queda más floja, aunque la aguja del peso sigue sin descender. Cosa que afecta mucho a los que se obsesionan por bajar de peso. Nunca debemos olvidar que la finalidad del ayuno no debe ser el descenso de peso, aunque ese descenso es consecuencia de la eliminación de sustancias tóxicas acumuladas durante años en el cuerpo. Cuando la finalidad del ayuno es bajar de peso, la persona sube de peso muy rápidamente con la realimentación. La ansiedad aumentada al dejar el ayuno puede hacerle descontrolar y comer en exceso o ingerir alimentos no adecuados. Sensación de mareo Algunas veces ocurren mareos durante el ayuno, sobre todo al levantarse de forma brusca (es la hipertensión ortostática). Por eso es bueno levantarse poco a poco, por etapas (estar un rato sentado antes de ponerse de pie). La orina La orina se hace más oscura, olorosa y se carga de sustancias. Puede aparecer ―cargada‖ de sedimentos en forma de arenilla. Sensación de frío Hay una mayor sensación de frío en los pies y en las manos. Síntomas de interiorización de la energía y de la sangre hacia los órganos internos. Para aumentar el proceso de desintoxicación la sangre se retira de las zonas más periféricas. Una bolsa de agua caliente (no una manta eléctrica), puede ser una buena ―compañera‖ para calentar los pies.
Aumenta la sensibilidad de los sentidos Desciende mucho la tolerancia, a los ruidos, a la luz, a los demás. El ayuno favorece el retiro y la interiorización física y psíquica. No es casualidad que en las civilizaciones antiguas se realizara el ayuno en momentos de retiro y meditación. En la Biblia vemos que Jesús se retira al desierto para ayunar. Se recomienda hacer el ayuno en un lugar tranquilo, en contacto con la naturaleza y fuera de los ruidos y ajetreos de las grandes ciudades. He visto muchas veces que las personas que ayunan se vuelven mucho más sensibles al ritmo de la ciudad y se cansan o incluso se agotan con relativa facilidad. El ayuno en contacto con la naturaleza ayuda a la curación. Y si no es posible, una habitación aireada y limpia y unas cuantas flores nos pueden hacer salir del paso de forma airosa. Insomnio Con frecuencia aparece el insomnio o hay una disminución de la capacidad para dormir. La persona que ayuna duerme menos. Todos sabemos que una comilona nos lleva a echarnos una siesta o a descansar durante unos minutos después de comer. Ocurre también que la persona tiene la sensación de que duerme menos de lo que verdaderamente duerme. Mientras él se queja de no dormir bien, los compañeros de habitación ―certifican‖ que duerme más de lo que dice. La persona ayunante se hace especialmente sensible a los olores: del tabaco, perfumes,...incluso puede llegar a marearse ante los olores fuertes de colonias y desodorantes químicos y sintéticos. Olor corporal El ayunante se queja de olor corporal que no desaparece por mucho que se bañe. Es un olor corporal que indica procesos de eliminación, de desintoxicación. Aumento del pulso Al principio del ayuno puede haber un aumento de los latidos cardíacos, del pulso. Durante los primeros días del ayuno, cuando las sustancias tóxicas se eliminan en mayor cantidad, hay un aumento de la frecuencia cardiaca. Incluso pueden aparecer palpitaciones que desaparecen en cuestión de segundos El aumento de las pulsaciones coinciden con el descenso de peso. A mayor pérdida de peso, mayor número de latidos. Tras los primeros días de ayuno las pulsaciones disminuyen. Ambas cosas indican una aceleración de la eliminación. Rara vez las pulsaciones pueden pasar de los 100-110 por minuto. Si esto ocurre durante un periodo breve no es alarmante, pero si se prolonga se necesita la vigilancia estrecha de un asesor higienista. Otras veces, por mayor seguridad, es mejor cortar el ayuno. Lo normal es que el cuerpo, regido por su instinto de conservación, mantenga estas variaciones bajo limites no perjudiciales. Pero cuando esta capacidad autocurativa y de autorregularización no surge desde el interior o se ha perdido por una grave enfermedad, tiene que ser guiado por un experto higienista desde el exterior. Pequeñas molestias Puede haber una sensación de molestias o dolor, normalmente muy leve, en la zona del hígado o en los riñones.
No hay heces En situación normal el ayunante no expulsa normalmente heces (cacas) durante los días de ayuno, pero en las personas afectadas de trastornos intestinales puede haber eliminación de heces durante varios días. A veces, cuando la bilis es muy tóxica, el cuerpo la elimina acelerando el tránsito intestinal para que no perjudique al intestino. Cuando el contenido intestinal es muy tóxico, el organismo reacciona eliminando en forma de heces, con frecuencia muy olorosas y oscuras, casi negras (color brea). Las materias fecales son transformadas por la bilis y son expulsadas al exterior del cuerpo en caso de que la inteligencia somática (del cuerpo) vea necesario. A veces el ayunante sufre de gases intestinales y su eliminación hacia arriba (en forma de eructo) o hacia abajo por el ano (pedos). Esto tiene que ver con la eliminación de la bilis y su transformación a lo largo del conducto digestivo. A veces parece ser una forma extra de eliminación. De normal no se forman heces duras (tapón rectal), pero esto puede ocurrir en las personas intoxicadas, con poca energía y que hacen un ayuno demasiado prolongado para su situación o cantidad de energía vital. Puede aparecer también un tapón en aquellas que no han realizado una buena preparación al ayuno mediante una alimentación a base de frutas y verduras. Especialmente crudas los dos o tres días anteriores al inicio de ayuno. Rara vez durante el ayuno puede aparecer una diarrea como una manera de eliminación extra del contenido intestinal. La eliminación progresiva de los restos intestinales previene de la aparición de ―tapones fecales‖ (fecalomas), por endurecimiento excesivo de las heces. Esto es especialmente importante en personas con antecedentes de hemorroides (almoranas), porque puede agravar el cuadro o hacer aparecer una hemorroides larvada (que no da aún síntomas) en la realimentación. Es frecuente que la primera deposición sea muy oscura, color brea, muy olorosa y líquida o blanda. Si decimos que una persona tiene sensación de estómago lleno, la boca seca, la lengua blanca, nauseas, vómitos; nos parecerá que la persona está ―empachada‖. Pero curiosamente los mismos síntomas acompañan al ayuno. La persona que ayuna tiene con frecuencia los mismos síntomas que cuando está empachado. Los extremos se tocan, esta vez. Con frecuencia en el ayuno no aparecen síntomas especiales, sobre todo en personas jóvenes y sin enfermedades. ENTRADA AL AYUNO Es necesario descender poco a poco al ayuno, especialmente si queremos hacer un ayuno mediano o largo. Conseguiremos así reducir la aparición de las crisis de desintoxicación y eliminaremos al máximo posible el contenido en residuos intestinales. Con el descenso lento disminuimos al máximo la frecuencia de aparición de síntomas molestos o dolorosos (dolores de cabeza, náuseas, dolores en los riñones, etc). En un paso brusco al ayuno los órganos de eliminación (hígado, riñones, pulmones, piel) pueden verse sobrecargados. Los síntomas de desintoxicación vistos antes ocurren sobre todo en las personas muy intoxicadas. Recomendamos hacer una entrada suave con un régimen suave (régimen asociado: frutas, verduras, cereales integrales, frutos secos; eliminando progresivamente carnes, pescados, huevos y lácteos), seguidos por unos días de crudos y finalmente de frutas. La entrada lenta es especialmente necesaria en las personas muy intoxicadas o en las que toman medicación. No es
tan imprescindible en personas jóvenes, sin enfermedades graves o que llevan una alimentación sana. Aunque no hay que violentar nunca al cuerpo. Con el descenso lento, además de disminuir los síntomas de desintoxicación evitaremos la utilización de enemas. Algunas personas, de todas maneras, se ven sorprendidas con crisis durante la preparación al ayuno que les obliga a entrar directamente al ayuno. El cuerpo manda y dirige el camino. LA REALIMENTACIÓN La realimentación tras el ayuno tiene que ser progresiva y a base de alimentos adecuados. Las frutas o los zumos de frutas son los alimentos más aconsejables en la realimentación. Las naranjas y las mandarinas durante el invierno y el melón o la sandía por su alto contenido en agua son las mejores frutas para comenzar a comer tras el ayuno. Un exceso de comida o unos alimentos no adecuados pueden dar al traste con los beneficios conseguidos con el ayuno. Normalmente, la realimentación progresiva tiene que durar al menos la mitad de los días de ayuno, y mejor aún si la realimentación dura los mismos días que los de ayuno. Para un ayuno de una semana podemos comenzar a realimentarnos con fruta acuosa durante un par de días. El día tercero podemos añadir ensaladas. Al cuarto, si queremos, añadimos unas verduras cocidas. Al quinto día lo que conocemos como el Régimen Asociado. A veces puede ocurrir que tras realizar un ayuno sin especiales síntomas, estos aparezcan en la realimentación. Son las llamadas Crisis Postayuno. Hay que tenerlos en cuenta para saber actuar. RECOMENDACIONES PRÁCTICAS El reposo es necesario durante el ayuno, aunque se recomendable el paseo suave y airearse para no estar totalmente parado. El exceso de horas de cama puede hacer empeorar el estado mental del ayunante. Durante el ayuno disminuye el metabolismo y aparece la sensación de frío. Es necesario que la persona no pase demasiado frío. Una bolsa de agua caliente (que no queme) puede ser una buena compañía. Cambiamos la bolsa de suero por la de agua caliente. Mientras tanto es necesario cubrirse con ropas cálidas, incluso en verano. De todas maneras es necesario no calentar en exceso la habitación, y menos con calefacción. El aire excesivamente caliente reseca los pulmones y hace disminuir la eliminación. Durante el verano es necesario reservarse del sol caliente, especialmente en la cabeza, ya que la persona se hace muy sensible al calor. Es mejor estar a la sombra durante el verano. En la época de invierno los rayos solares pueden ser muy revitalizantes para el ayunante. En el ayuno no es bueno mantener una actitud mental activa (no darle demasiadas vueltas a la cabeza) sino una actitud de escucha de las reacciones del cuerpo. Un estado de contemplación de la naturaleza. Como en el ayuno no se come nada, tampoco es bueno ―comerse el coco‖.
Es recomendable que durante el ayuno se descanse lo suficiente. Dando pequeños paseamos para airearnos y ―descansar‖ así la cabeza. No es necesario mantener cama a toda costa, pues de esta manera puede haber una pérdida energética excesiva a través de nuestros pensamiento. Evitar grandes esfuerzos. Es momento de descansar. La persona que ayuna debe reducir el gasto exterior de energía, dejando de trabajar, de preocuparse y manteniéndose lo más tranquilo posible. En un lugar relajado, sin ruidos. Evitando el exceso de lecturas prolongadas, y conversaciones excesivamente largas. El ayuno es un momento de interiorización y de aislamiento. El cuerpo retira la energía del sistema de relación con el exterior y la concentra en la eliminación y en la reparación y renovación de las zonas afectadas. Es necesario mantenerse en un estado de relajación, sin tensiones mentales, preocupaciones, alejados de las malas noticias, sin ver la TV, en contacto con la naturaleza, en un entorno que favorezca el descanso y la interiorización. Recomendamos encarecidamente mantener una actitud positiva ante la vida, aún en los momentos más difíciles. Es necesario mantener un buen aseo personal. El ayunante elimina muchas sustancias tóxicas por la piel, manteniendo un olor característico. No es necesario tampoco utilizar continuamente jabón pues ese olor surge de dentro y tiene que ver con la eliminación de sustancias tóxicas, desde el interior del cuerpo hacia el exterior. Si limpiamos el interior del cuerpo, no necesitaremos limpiar tanto el exterior. El olor corporal de una persona enferma o intoxicada es desagradable. Por el contrario el olor de la piel de una persona sana es agradable, como la piel de un niño recién bañado. Durante el ayuno no debemos utilizar agua ni demasiado caliente ni demasiado fría, para evitar un despilfarro de la energía vital. Cuando el agua es fría el cuerpo tiene que poner en marcha un aumento del metabolismo para contrarrestar esta disminución de la temperatura. Es recomendable, durante el ayuno, no darse baños (en la bañera) de agua muy caliente ni durante mucho tiempo pues podemos provocar mareos por un estado temporal de hipotensión. La sangre durante el baño caliente se deriva hacia la piel para favorecer la pérdida de calor interno del organismo, y temporalmente puede dar como resultado una disminución temporal de sangre en los sistemas internos del cuerpo y especialmente en el cerebro. Ello puede ocasionar un mareo puntual que no es aconsejable durante el ayuno. Si por cualquier motivo el baño de agua caliente es aconsejable, por ej. en un cólico de riñón o dolor de regla, durante el ayuno es aconsejable que la sala de baño esté bien aireada para que no se acumule el calor ni el vapor de agua, que pueden dar una verdadera sensación de agobio. Es mejor reducir el contacto con el exterior, evitar lo máximo las llamadas por teléfono, las malas noticias. Evitar las preocupaciones para poder recogerse en sí mismo o interiorizar en la vida. No es bueno conducir un coche durante el ayuno, para prevenir problemas. EL AYUNO EN LA FIEBRE
El ayuno regula la temperatura del cuerpo. La fiebre sube aún más cuando comemos. Todos tenemos la experiencia de que una gran comilona nos hace aumentar la temperatura corporal. Comenzamos quitándonos una prenda de ropa tras otra, hasta quedarnos casi sin ropa. De la misma manera sube la temperatura si seguimos la actividad diaria. El trabajo o el ejercicio aumentan la temperatura corporal. Por eso en la fiebre lo más recomendable es mantenerse con agua y en cama. En la Ribera de Navarra, dicen que la persona enferma necesita ―caldico y quietud‖. El ayuno hace pues bajar la temperatura. Tampoco hay que olvidar que la temperatura cambia a lo largo del día. La temperatura mínima tiene lugar hacia primeras horas de la mañana y la máxima hacia el atardecer. LA COMPAÑÍA DURANTE EL AYUNO Un ayuno es más fácil cuando se hace en compañía, especialmente de otras personas ayunando. Una persona que ayuna puede animar a otras personas a realizar una ayuno. Un ayuno en grupo es más fácil. La persona que ayuna se identifica y agradece la compañía de otro ayunante a su lado. El ayuno es un momento de recogimiento y no todas las personas están preparadas, ni fisiológica ni psicológicamente para vivirlo. La sensación de soledad se puede ver acrecentada, y es difícil de ser aceptada por una persona muy volcada hacia la vida exterior. Igual que el sentimiento de impotencia o de no llegar. CRISIS EMOCIONALES Pueden ocurrir crisis o cambios psíquicos de descarga emocional leves durante el ayuno. A veces inestabilidad emocional, inquietud, agresividad. No olvidemos que utilizamos la comida para tapar ansiedades, preocupaciones, disgustos, etc. y cuando dejamos de comer quitamos la ―tapadera‖ y pueden surgir diferente síntomas psicoemocionales. De pequeño cuando el niño llora la madre piensa casi siempre que tiene hambre. El niño puede llorar porque tiene frío, esta mojado, siente a la madre nerviosa,...etc. pero la madre interpreta, muchas veces de forma errónea, y le da de comer. No se hasta que punto cuenta este mecanismo. Una vez somos adultos cuando estamos mal, aburridos, nos hemos enfadado, o nos han dicho que no nos quieren echarnos mano de la comida para ―tranquilizarnos‖. UNA ALIMENTACIÓN SANA DURANTE UN TIEMPO Una alimentación sana durante un tiempo puede ser una buena preparación al ayuno. El cuerpo lleva a cabo, poco a poco, la eliminación y es más difícil que aparezcan crisis de desintoxicación. Aunque a veces esos síntomas ocurren al mejorar la alimentación y comenzar una dieta sana. Cualquier persona que se prepare para ayunar no debe olvidar que al principio del ayuno pueden empeorar los síntomas. Durante el ayuno el cuerpo hace un repaso a su interior y pueden aparecer síntomas desagradables y molestos, que si la persona no entiende como lo que son, puede concluir que el ayuno es malo. Una persona alcohólica o toxicómana se siente peor cuando no beben o toman drogas, su cuerpo comienza a desintoxicar y aparece el síndrome de abstinencia. Si ellos vuelven al alcohol o a las drogas, los síntomas desagradables y molestos desaparecen. Ello no indica que el alcohol o las drogas sean buenas, sino todo lo contrario. El cuerpo, durante el ayuno, empeora
para curarse. Son síntomas de desintoxicación y renovación. A veces, cuando las enfermedades son graves, es necesario tener claros lo que puede ocurrir antes de que aparezca la mejoría. A veces, pocas veces, la persona puede pasar por una época más larga de empeoramiento de los síntomas de su enfermedad. CUANDO NO HAY QUE AYUNAR Son muy pocas las situaciones en las que no está recomendado ayunar. Entre ellas podemos destacar: la tuberculosis diseminada, el cáncer muy extendido, la delgadez o caquexia extrema, cirrosis hepática, las enfermedades cardíacas verdaderamente graves, personas que tienen un órgano transplantado, y a las que se les ha extirpado la tiroides...y el miedo al ayuno. Cuando no es el mejor momento para ayunar, por ejemplo cuando la persona toma muchos medicamentos, se aconseja una alimentación sana durante un tiempo más o menos prolongado antes de plantearse un ayuno. Todo ello depende de la enfermedad y del medicamento que esté tomando. Hay medicamentos con los que hay que tener especial cuidado. No se pueden eliminar sin un estricto control médico: los anticoagulantes, los betabloqueantes, los broncodilatadores, la insulina, los corticoides. Sin olvidar que algunos pocos medicamentos no se pueden eliminar de por vida. Dejemos de lado cualquier posición extremista. ANTES DE UNA INTERVENCIÓN Es recomendable ayunar un par de días o tres, o mantenerse a frutas o frutas y ensaladas, antes y después de cualquier operación verdaderamente necesaria e inevitable. No podemos olvidar que ahora mismo en los hospitales hay mucha gente ―ayunando‖. Muchas ―pacientes‖ están recibiendo solamente un poco de agua con algunas sales minerales o un poquito de azúcar. A este aporte le llamamos ―suero‖, cuando en realidad es un poquito de agua, y nada más. VARIANTE DEL AYUNO Algunas personas consideran aburrida una dieta a agua. A otras les sabe mal el agua, debido a que se sensibilizan los sentidos y la lengua está saburral. Por esta razón pueden parece interesante beber pequeñas cantidades de zumo de limón o naranja con el agua para darle sabor. Esta es una buena manera de asegurar que el ayunante beba la cantidad necesaria de agua. Con el tiempo frío podemos seguir ayunando con caldo caliente muy ligero. ¿QUÉ HACE EL ORGANISMO CUANDO AYUNAMOS? Degrada las grasas del organismo, lo que ocasiona una rápida pérdida de peso. Se reabsorben, y este es un hecho muy comprobado, los depósitos de colesterol en las arterias. Aumenta la cantidad de orina eliminada o diuresis. Esto explica la gran cantidad de peso perdida por algunas personas durante los primeros días de ayuno. Desvía la energía utilizada en el proceso digestivo hacia la eliminación de sustancias de desecho, poniendo al día el retraso crónico en la eliminación que tiene lugar por nuestra alimentación excesiva y no adecuada, que hace que los órganos de eliminación (especialmente hígado, riñones, pulmones y piel) se ven sobrecargados de trabajo y no cumplen de forma muy efectiva su trabajo. El ritmo de vida, los factores psicoemocional y el estrés, agotan al cuerpo y a sus órganos de eliminación también.
Desvía la energía utilizada en el proceso digestivo hacia los tejidos y órganos que necesitan ser reparados, regenerados y revitalizados. Al ayunar le damos la oportunidad para que descanse verdaderamente el aparato digestivo con lo que puede ―poner al día‖ sus funciones y recargar sus energías. El cuerpo se alimenta de las reservas menos vitales y ocurre con frecuencia una desintegración de quistes, abscesos, bultos, tumores benignos. Incluso tiene un gran efecto sobre los tumores malignos. Durante el ayuno, el organismo primero degrada y quema las sustancias no esenciales para obtener energía. Una fuente de material no esencial es el tejido enfermo, como los tumores benignos. Cuando el organismo físico no tiene comida, los tejidos se utilizan en orden inverso a la importancia que tienen para el organismo. Primero se utilizan los menos vitales. La grasa es el primer tejido en desaparecer. Para suministrar nutrientes a los tejidos más vitales, como el cerebro, los nervios, el corazón y los pulmones, las reservas almacenadas se utilizan antes de utilizar cualquier tejido funcional del organismo. Durante el ayuno, la capacidad del organismo para disolver los coágulos aumenta considerablemente. Este proceso, denominado fibrinolisis, no permite que se produzcan problemas tales como trombosis o embolias. Aumenta la capacidad inmunitaria del organismo. De todas maneras no podemos olvidar que el cuerpo no tiene un poder de recuperación ilimitado y por ello es mejor prevenir que... Conforme avanza la vida, los poderes de curación disminuyen. NO HAY CARENCIAS DURANTE EL AYUNO Como dice el Dr. Alan M. Immerman, es significativo que, incluso en ayunos prolongados de varias semanas, jamás aparecen enfermedades carenciales como el beriberi, la pelagra, raquitismo, escorbuto u otras, lo que demuestra que las reservas del organismo suelen estar bien equilibradas. Se ha demostrado por el contrario que el ayuno mejora los estados de raquitismo y el metabolismo del calcio. En la anemia, el número de glóbulos rojos aumentan durante el ayuno. El Dr. Alan M. Immerman ha observado mejoras en la pelagra durante un ayuno. El equilibrio bioquímico se puede conservar e incluso recuperar durante el ayuno. Es importante saber esto porque si no fuese así el ayuno sería perjudicial. Numerosos experimentos con animales han demostrado que la subalimentación —en contraste con la sobrealimentación— tiende a prolongar la vida y a mejorar la salud. En resumen, el ayuno no produce carencias. Dr. Karmelo Bizkarra - Casa de Reposo Zuhaizpe C/e:
[email protected] ======================================= DURANTE EL AYUNO… CÓMO TENER LA LENGUA NEGRA, MARRON O MOSTAZA Un prodigioso descubrimiento Por Albert Mosseri He hecho un descubrimiento importante en el dominio del ayuno. Ahora, he llegado a conseguir que mis ayunadores tengan una lengua negra, marrón o mostaza durante el ayuno. Esto muestra que la eliminación se produce en lo más profundo de las células. Una lengua negra es debido a la eliminación de medicamentos tomados 10 ó 20 años antes.
Según el método higienista clásico, el ayuno se realiza con agua, en la cama, sólo, que ahora yo lo paro a los 7 ó 20 días. Si se ayuna más es inútil, pues el cuerpo no tiene bastantes vitaminas y minerales para eliminar, ya que le queda lo justo para sobrevivir. Las reservas del cuerpo no están equilibradas, – demasiada grasa y toxinas y pocas vitaminas, minerales y enzimas. Yo he hecho ayunar a 3.000 personas por este método higienista clásico y solamente he visto tres casos en los cuales la lengua se le volvía negra, verde o marrón. Sin embargo, ahora, la mayor parte de los casos tienen la lengua coloreada de esta forma. Yo procedo así. Habiendo cortado el ayuno a los 7/20 días, paso al semi-ayuno. Al cabo de algunos días, la lengua se carga como he indicado. Esto prueba que he podido, de esta manera, acelerar la eliminación fuertemente. El semi-ayuno consiste en dar el jugo de naranja en un litro de agua por día. Al mediodía, una manzana. Al atardecer 15 hojas de lechuga natural o con algunas gotas de limón, cuando al ayunador le cuesta comer la lechuga sin aderezar. Este semi-ayuno es continuado hasta la desaparición total de todos los síntomas de eliminación: la lengua cargada, sed, esputos, dolores, dolor de cabeza, etc. Según la edad, este semi-ayuno puede durar de 1 a 4 semanas o más. Este nuevo método hace el ayuno más cómodo. Conlleva menos molestias y riesgos. El ayuno se vuelve matemático, preciso, sin sombra, sin sorpresas. Durante el semi-ayuno, ocurre a menudo que la lengua se descarga y se vuelve a cargar varias veces o incluso se carga la mitad derecha o izquierda. Una señora vio su lengua amarilla-limón. Confesó haber tomado medicamentos de azufre antiguamente. Ahora bien, se sabe que el azufre es amarillo. Este descubrimiento importante condena definitivamente los ayunos largos como inútiles, sino arriesgados y siempre implicando una pérdida de tiempo. Los detractores del ayuno de esta forma pueden ser derrotados y amordazados. Las perspectivas nuevas y los resultados del ayuno, ya magníficos, serán todavía más magníficos. Tal vez en los casos donde los resultados eran menos claros. El futuro y la experiencia lo dirán. Recordemos que los extremadamente delgados y los muy débiles les es contraindicado el ayuno y el semi-ayuno. Los vómitos después de 10 días de ayuno, indican el momento de pasar inmediatamente al semi-ayuno (con la ayuda de un caldo caliente de verduras). Encontrarás otros signos de peligro en mi libro monumental «Jeuner pour Revivre» (Ayunar para Revivir) (100 frs. en casa del autor). LES HYGIENISTES Nº1 – 1986 (Revista de estudio reeditada de vez en cuando por Albert MOSSERI) Albert Mosséri 25, rue du Grand Pré . F-10290-Rigny-la-Nonneuse (Aube) FRANCE Tel/Fax : 333 25 21 60 05 www.hygienisme.org ----------------------------------------Traducido por Eneko Landaburu, la noche del 4 de Abril de 1987, después del curso de danza a cargo de Esther Riego "Yamari", en el piso cedido gentilmente por Gregorio Gabilondo (C/ Cipriano Larrañaga, 18 – 5º dcha. Irun. Gipuzkoa), para la Secretaria de la Asociación Sumendi (por la autogestión de la salud).
www.fredericpatenaude.com/francais/mosseri.html Entrevista con Albert Mosséri 19 Novembre 2004, por Frédéric Patenaude
.- M. Mosséri, que edad tiene y desde hace cuanto tiempo sigue el higienismo .- Pronto tendré 80 años, y me intereso en el higienismo desde hace 60 años, es decir desde los 20 años. Estaba en Egipto, donde vivía en aquella época. Comencé por hacer investigaciones, pero no encontré el higienismo enseguida. He debido leer todos los autores que yo conocía en el mundo entero, en varias lenguas, pues conocía varias lenguas, y finalmente encontré a Shelton y Thompson, que me parecieron los más serios. Al principio había adoptado la naturopatía, pero la abandoné porque esta a mitad de camino entre la medicina y el higienismo. Comencé a publicar libros cuando tenía 20 – 24 años. Y cuando los acontecimientos políticos en Egipto no fueron favorables, tuve que emigrar a Francia, donde he practicado el higienismo desde el comienzo. ======================================== EL AYUNO: LA FORMA MÁS RÁPIDA DE RECUPERAR SU ESTADO DE SALUD Y EL REJUVENECIMIENTO. SU PRIMER AYUNO. QUÉ PODEMOS ESPERAR HANNAH ALLEN
EN ESTE LIBRO SE REVELA: * Cómo rejuvenecerse y vivir más. * Cómo el ayuno permite a su organismo que se cure de las enfermedades, incluso si son duraderas. * Cómo, mediante el ayuno, su organismo regenerará su energía nerviosa y expulsará las toxinas que le dañan y le hacen sentirse mal. * Cómo agudizar su inteligencia. * Cómo estar más alerta y mejorar su intelecto. * Cómo adelgazar de forma segura, cómoda y para siempre. * Cómo con el ayuno desaparecen los tumores ("cáncer") mediante una autolisis del propio organismo. * Cómo con el ayuno se normaliza la presión sanguínea. * Cómo con el ayuno se mejoran los sentidos del gusto, olfato, oído y vista. * Cómo el organismo está libre de presión y tensión emocional durante el ayuno. DEDICATORIA
Lo dedico con todo mi agradecimiento a los intrépidos creadores y fundadores del Método del Ayuno, quienes nos han abierto las puertas del camino correcto hacia la máxima salud, y nos han descubierto y explicado los valores de la Naturaleza, en completa armonía con los seres vivos. MÉRITOS Agradezco la especial colaboración que me ha ofrecido mi marido, Lou, quien me ha ayudado durante todo el libro, puliendo hasta la última palabra. Tal vez no hayamos estado de acuerdo en más de una ocasión, pero su corrección del lenguaje, su claridad, su construcción sintáctica y sus ideas han mejorado la calidad de mis escritos considerablemente. Mi más sincero agradecimiento a Terry C. Fry, por apreciar y valorar mis esfuerzos, y por corregir y retocar todo lo que se me pasó inadvertido. Hannah Allen ÍNDICE Quintaescencia Introducción Nota al final de la introducción: Reportajes de la CBS A. Prescription: Take With Caution B. Hysterectomy (Cirugía Innecesaria) Capítulos I.- Hágase un favor y ayune II.- El ayuno, las dietas supresivas de alimentos y la inanición III.- Los pequeños ayunos IV.- Cómo ayunar para adelgazar V.- Ayunos prolongados para dolencias crónicas VI.- Qué ocurre en el organismo durante el ayuno VII.- Las crisis del ayuno VIII.- Cómo ayunar en casa IX.- ¿Puede ayunar todo el mundo? X.- Consejos útiles para aquellos que van a ayunar XI.- Después del ayuno, no espere una recuperación inmediata XII.- Mi primer ayuno XIII.- Forme parte de la élite
QUINTAESCENCIA El ayuno es lo más cercano a una panacea que se puede encontrar. Lo pueden realizar grandes y pequeños, sin distinción de edad. Es la mejor ayuda que se le puede ofrecer al organismo, que lucha empedernidamente por curarse de enfermedades graves, dolores o malestar. Se utilizó hace miles de años, y todavía se utiliza en la actualidad, y deberíamos hacer que todo el mundo conociera en qué consiste, así se evitarían muchos de los sufrimientos que existen en el mundo. Doctor. William L. Esser. INTRODUCCIÓN
El Higienismo es una forma de vida y un defensor de la salud, que engloba todas las facetas del individuo ─física, mental y emocional─. El Higienismo se ocupa de todo lo beneficioso en la Naturaleza que es imprescindible para obtener una perfecta salud. Se basa en la vida natural y en una nutrición adecuada con el objeto de conservar la buena salud, y, si ésta se viese en peligro, intenta su recuperación mediante el descanso y el ayuno. La doctrina principal del Higienismo defiende que la buena salud es algo normal y natural, y que somos nosotros los encargados de conservarla; que las enfermedades son una situación anormal provocada por la violación de las leyes de la Naturaleza; que los síntomas de las enfermedades son el reflejo del esfuerzo del organismo por purificarse y recuperarse, como respuesta a una situación que requiere una acción defensiva. Todo organismo vivo tiene, inherente a su existencia, el instinto de auto-defensa, una capacidad vital para poder conservar su buena salud y, si se originan algunas enfermedades debido a un modo incorrecto de vida, la capacidad de recuperarse. Si desaparecen las causas que provocaron la enfermedad, y si se cumplen los requisitos necesarios para una completa curación, el organismo recuperará por completo su buen estado de salud. La mejor forma de recuperar dicho estado es ayunando, y suministrando a nuestro organismo sólo agua, aire y sol, todo esto unido a un completo reposo mental, sensorial, emocional, físico y psicológico. Muchos de los seguidores del Higienismo se han dedicado a la educación pública con el objeto de explicar cuáles son las causas de las enfermedades para que, de este modo, se puedan evitar. Son muchos los libros publicados sobre las varias fases de una vida Higienista, en los que se detallan cuáles son las mejores formas de vida y las fuentes alimenticias más accesibles para suplir las necesidades de nuestro organismo ─ los alimentos naturales completos y en estado natural pertenecientes al reino vegetal (frutas, verduras, frutos secos y cereales); la actividad física regular y vigorosa; el descanso y sueño; el agua pura; el aire fresco; los baños de sol y el aire; y un control emocional ─ . Si privamos al organismo de alguno de estos requisitos básicos, se reducirá su vitalidad y aparecerán las enfermedades. Por supuesto, es crucial para conseguir y mantener una buena salud descartar la sobrealimentación y el trabajo excesivo; el consumo de sustancias tóxicas como las drogas, condimentos, tabaco, té, refrescos y alcohol; el consumo de complementos vitamínicos artificiales, de comida desvitalizada y procesada, de alimentos cocinados, y de cualquier producto que no recoja nuestra dieta natural. El Higienismo recomienda el ayuno como forma de recuperación durante una enfermedad, en lugar de medicamentos, tratamientos o «curas». El organismo tiene la capacidad de curarse internamente, sin que se tenga que inducir esa curación desde el exterior. Los medicamentos desvían la atención del organismo hacia la situación crítica creada tras su ingestión. Por este motivo el paciente advierte un cese temporal de los síntoma, una situación que suele confundirse con la «curación».
Los fármacos interfieren la actividad enzimática de las células, y es el organismo el que tiene que realizar un gran esfuerzo para eliminar todos los daños provocados por estos medicamentos, esfuerzo que termina por perjudicarle. Debemos agradecer a los médicos profesionales la creación de todos estos peligros para la salud, como la receta de medicamentos y la innecesaria cirugía. Un subcomité del Senado norteamericano realizó una investigación sobre este asunto, y descubrió que cientos de miles de personas habían perdido la vida como consecuencia de los medicamentos y la cirugía innecesaria, dos temas que la cadena televisiva CBS analizó profundamente 1. Los medicamentos y la cirugía se ocupan de los síntomas de las enfermedades, pero no de los trastornos en sí. La cirugía es innecesaria en la gran mayoría de los casos, y el consumo de productos farmacológicos puede provoca la aparición de enfermedades degenerativas crónicas, el sufrimiento e, incluso, la muerte. Por tanto, si queremos disfrutar de un buen estado de salud, debemos abandonar esa confianza en los medicamentos, porque lo único que hacen es aliviar los síntomas y empeorar la situación. Si nuestros excesos o carencias provocan la enfermedad, el organismo sólo podrá recuperar su equilibrio mediante el ayuno, especialmente si se encuentra bajo los efectos de una enfermedad crónica degenerativa. El ayuno rejuvenece el cuerpo y le aporta más fuerza y salud, al mismo tiempo que aumenta su longevidad y su capacidad mental y física. En resumidas cuentas, podemos afirmar que el ayuno marca la diferencia entre la vida y la muerte. Casi todos los libros que versan sobre el ayuno recogen una amplia información sobre este aspecto. (Léase Fasting Can Save Your Life, Fasting For The Renewal of Life, y el Volumen III del libro The Hygienic System, todos escritos por el Dr. Herbert M. Shelton, Catedrático en Filosofía, quien ha controlado aproximadamente 40.000 ayunos.) El objetivo de este libro es proporcionar una breve información sobre el ayuno, aportando toda la información necesaria para los que deseen iniciarse en este campo. Nuestra intención no es otra que la de despejar cualquier duda que pudiera surgirle en torno al ayuno ─ mental, física o emocional ─. Intentaré dar respuesta a todas las preguntas que pudieran surgir, e incluir algunos detalles íntimos que me hubiesen gustado saber antes de realizar mi primer ayuno, pues considero que de esta forma se podría evitar o eliminar la tensión, inquietud y preocupación que se produce antes del primer ayuno. Si lo conseguimos, facilitaremos la estabilidad emocional y mental durante el mismo. Una familiarización con los síntomas, manifestaciones, crisis y otros fenómenos que acompañan al ayuno podría disipar cualquier miedo a lo desconocido y misterioso, y podría evitar, de esta forma, que se pospusiese un ayuno necesario, o dejarlo antes de tiempo. También sería conveniente proporcionar información sobre el período inmediatamente posterior al ayuno, ya que si no sabemos nada sobre el ajuste gradual que necesita el organismo durante la fase posterior al ayuno, podremos caer en el error de esperar más de lo que se consigue.
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Véase nota al final de la introducción.
Si nada de lo que digamos en este libro le sirve durante su primer ayuno, por favor, póngase en contacto con nosotros.
INFORMES DE LA CBS A. "Prescription: Take With Caution" Viernes, 10 de enero, 1975, 10:00-11:00 pm, EST Canal televisivo CBS Television Network Productor ejecutivo: Burtos Benjamin Corresponsales de la CBS News: Dan Rather y Daniel Schorr En este documental se trataron los siguientes puntos: 1. El riesgo de la receta de medicamentos. 2. El uso incorrecto de los medicamentos en los hospitales. 3. Cómo los médicos, las compañías farmacéuticas e, incluso la asistencia a los pacientes, son la causa del problema 4. Un vistazo a una comunidad que se ha puesto en acción. En dicho documental, Dan Rather expuso lo siguiente: «Durante 1974, las sesiones del Senado bajo la presidencia del senador Edward Kennedy analizaron los problemas ocasionados por el consumo de medicamentos, así como el riesgo que éste conlleva. "Se trata de un asunto que afecta seriamente a la salud pública, y que pocos americanos llegan a comprender ─ afirmó el propio senador Kennedy ─. Sin embargo, años tras años, ciento veinte mil personas pierden la vida como consecuencia de su consumo, aunque no podemos afirmar con rotundidad que ésta sea la cifra exacta. Algunos piensan que estas cifras son exageradas, mientras que otros científicos aumentan el número de defunciones. Según una investigación realizada por uno de nuestros comités especializados, se descubrió que los americanos pagan dos billones de dólares como consecuencia de las reacciones provocadas por algunos medicamentos. La única conclusión a la que hemos llegado después de asistir a todas estas sesiones es que no sabemos nada al respecto".» B. "Hysterectomy" Jueves, 2 de mayo, 1974, 14:00-15:00, EDT Canal televisivo CBS Television Network Productor ejecutivo: Perry Wolff En este documental, Sylvia Chase declaró: «La histerectomía es una de las pocas operaciones que se realizan cuando no se padece ninguna enfermedad. Los médicos suelen afirman que se efectúa por motivos tan vagos como el dolor de espalda o la depresión. Recientemente, se ha convertido en un
medio discutible de esterilización. De acuerdo con una declaración realizada por el exdirector del «Colegio de cirujanos estadounidenses», son las mujeres las que sufren, con mayor frecuencia, este tipo de operaciones». El autor del libro How To Avoid Unnecessary Surgery, un médico del que se decía tener las mejores credenciales médicas, se presentó en el plató como el doctor Williams, disfrazado y simulando la voz para evitar las graves consecuencias económicas que podría ocasionarle su franqueza. En dicha entrevista, el simulado doctor Williams declaró que en algunas ocasiones se realizaban histerectomias en pacientes que presentaban síntomas sin importancia, y en otras no había ninguna razón médica para realizar tal operación, más que la codicia y el deseo de estar ocupado, y su 30% por una operación innecesaria. Capítulo I HÁGASE UN FAVOR Y AYUNE A nadie que haya realizado un ayuno prolongado, se le puede persuadir para que abandone el Higienismo ─ sentir a la Naturaleza trabajando en el propio organismo es una maravillosa revelación ─. Si no se atreve a realizar un ayuno extremadamente necesario porque no está seguro del programa o porque desea obtener un mejor conocimiento de los fenómenos y experiencias que se producen durante el ayuno, este libro le empujará a tomar esta decisión tan importante para su salud. Algunos contemplan el ayuno con terror, aún cuando saben que es el último recurso que les queda. A pesar de haber sufrido las decepciones de los otros métodos, continúan aterrorizados por las posibles consecuencias que podría originar la ausencia de alimentos. Se torturan a sí mismos continuamente, pensando en el dolor que provoca el hambre y el sufrimiento que tendrán que soportar, por ello, al oír la expresión «crisis del ayuno», abandonan la idea por completo. Esto no es más que un mal conocimiento de lo que ocurre durante el ayuno. Sin embargo, le pido que no se someta a ningún ayuno prolongado, si no goza de un perfecto estado mental y una tranquilidad total. Al finalizar el libro, dispondrá de toda la información necesaria para que se disipen estos miedos y dudas. Asimismo, debemos dejar bien claro que el ayuno no es, bajo ningún concepto, el último recurso. El ayuno no es más que un medio que debemos utilizar con precaución y conocimiento para evitar cualquier sufrimiento y disfrutar, así, de un buen estado de salud y una vida longeva. Las personas deberían someterse regularmente ─cada seis meses─ a un programa de ayuno como parte de su proyecto para mantener la salud. Este programa podría durar diez días y siempre estaría bajo vigilancia y supervisión de un experto, especialmente si se trata de la primera vez. Sin embargo, debemos señalar que algunas personas ─muy pocas─ no pueden ayunar por diversas razones: falta de fuerza mental o carencia de reservas orgánicas. (El higienista profesional le dirá si usted está preparado o no para ayunar.) Un 95% de las personas consiguen mejorar considerablemente su salud después de un programa de ayuno regular.
No son muchas las personas que aceptarían la idea de ayunar como un método de prevención y recuperación. La mayoría de los que se deciden por ayunar, lo hacen como un medio alternativo a los medicamentos, cirugía y/o hospitalización, porque están gravemente enfermos, o porque los medicamentos, la cirugía y/o la hospitalización han fracasado. Sin embargo, se obtienen mejores resultados con el ayuno como método curativo, cuando no se realiza como último recurso. Es recomendable realizar un pequeño ayuno cuando aparecen los primeros síntomas de la enfermedad, y no esperar a que se convierta en una enfermedad más grave en la que se deba realizar un ayuno prolongado, y en el que la recuperación será más tardía, penosa y menos segura. Con el ayuno, adquirirá una nueva forma de pensar y descubrirá una mejor faceta de la vida, una vez que se dé cuenta del alto precio que hay que pagar por conseguir tan sólo un alivio sintomático. El ayuno supone el primer paso hacia la recuperación de la salud, el rejuvenecimiento y la vitalidad. Si observamos por un instante cómo funciona la propia naturaleza, descubriremos que los animales se valen de su instinto para ayunar. Los animales salvajes, e incluso muchos de los animales domésticos, evitan cualquier alimento cuando están heridos o enfermos. Otras especies ayunan regularmente, como los osos y el resto de los animales que invernan, y las focas, pingüinos y salmones machos durante la época de apareamiento. Durante 10.000 años, el hombre utilizó el ayuno como forma de curación, hasta que la medicina le mostró lo que se consideró la mejor forma de curación y conservación de la salud, «comer para conservar las fuerzas». Desde ese momento, el ser humano se convirtió en el único animal que come cuando está enfermo, lo que origina la aparición de enfermedades crónicas. Socrates, Platón y Pitágoras ayunaban para aumentar su fuerza física y mental, y pidieron a sus alumnos a que les imitaran. Fue el doctor Isaac Jennings quien volvió a poner el ayuno en práctica allá por el año 1822. Gracias a su política abstencionista, miles de médicos dejaron de recetar medicamentos a sus pacientes. El ayuno es un método natural, fácil y nada misterioso, y, en la mayoría de los casos, no supone ningún tipo de riesgo, si lo comparamos con los potentes medicamentos y los radicales procedimientos quirúrgicos, que en realidad son una amenaza para la vida. Sin embargo, es aconsejable que los ayunos prolongados se realicen bajo la supervisión de un profesional, pues podría surgir algún contratiempo inesperado. Asimismo, podemos disfrutar de los pequeños ayunos, siempre y cuando se realicen bajo las condiciones ideales, se interrumpen de la forma correcta, y se siguen las pautas recomendadas para después del ayuno. Son muchas las personas que se van convirtiendo en seguidores del Higienismo y que confían en el ayuno como método de recuperación y conservación de la salud, y, por supuesto, este número de seguidores aumentaría considerablemente si llegaran a comprenderlo.
Capítulo II EL AYUNO, LAS DIETAS SUPRESIVAS DE ALIMENTOS, Y LA INANICIÓN
En este capítulo, explicaremos los fundamentos del ayuno y analizaremos profundamente aquellas características que las diferencian de las dietas que suprimen alimentos. Asimismo, explicaremos cuándo se deben ingerir frutas o zumos, y en qué se diferencia de la inanición. Entendemos por ayuno, desde el punto de vista del Higienismo, la abstinencia voluntaria a ingerir cualquier tipo de alimentos, excepto el agua, con el objeto de conservar la salud, o recuperarse de una enfermedad. En su máxima extensión, el ayuno no sólo supone evitar cualquier ingestión alimentaria, sino que también la abstinencia por parte del enfermo a realizar cualquier tipo de actividad mental, sensorial, emocional, física o psicológica. Con el ayuno, el organismo mantiene intactas sus reservas energéticas durante el proceso de la digestión, de forma que destina sus reservas vitales a la curación y reparación de sus partes dañadas, siempre y cuando no se le administre ningún tipo de medicamento. La duración del ayuno se determina con antelación, o puede ser indefinido hasta que el organismo dé la señal de que debe ser interrumpido, por supuesto siempre antes de que se agoten las reservas. Existe una gran diferencia entre el ayuno y la inanición. La inanición se produce cuando impedimos que una persona que ya ha gastado todas sus reservas ingiera alimentos, provocando incluso la muerte, en su grado extremo. El ayuno no tiene nada que ver con la inanición, puesto que se trata de un período de descanso, en el que el organismo se renueva a partir de sus reservas. Si el Higienismo fuese entendido por muchas más personas, no sólo se mejoraría la salud, sino que supondría un aumento mundial de la longevidad. Las dietas supresivas de alimentos, comúnmente denominadas como «dietas de zumos« o «dietas de frutas», son beneficiosas cuando aparecen de forma inesperada síntomas de una enfermedad en la que es necesaria eliminar el consumo de algunos alimentos, pero en la que el individuo no puede acostarse en la cama o descansar. Por tanto, sustituir el ayuno necesario por una de estas dietas, supone una pérdida de tiempo y de energías, ya que no se obtienen los mismos beneficios que se consiguen ingiriendo sólo agua. Sin embargo, a veces podemos optar por una dieta de zumos o de frutas, aunque en situaciones alarmantes, esta decisión o elección tendrá que tomarla un Profesional del Higienismo. Es cierto que en algunas ocasiones se recomienda otras dietas de este tipo en lugar del ayuno, porque éste no se pueda realizar o se decide posponer, ya que estas dietas son bajas en proteínas, hidratos de carbono y calorías, obligando al organismo a utilizar sus reservas para suplir sus necesidades. De esta forma, el organismo elimina las sustancias tóxicas y los productos de desecho, pero no igual de bien que con el ayuno. Capítulo III LOS PEQUEÑOS AYUNOS Este tipo de ayunos consiste en no ingerir alimentos durante un período corto de tiempo, que puede ser desde la cena al desayuno o «des-ayuno», siempre y cuando dure un mínimo de
doce horas (lo que suprimiría cualquier picoteo durante la noche). Se obtienen más beneficios si se prolonga durante unas dieciocho horas, bajo lo que se denomina el «plan del no-desayuno». Una vez que sobrevivimos a la supresión de una o dos comidas, deberíamos intentar realizar el ayuno durante un período de veinticuatro horas, luego de treinta y seis, y luego, tal vez, de dos o tres días. El saltarse una comida o dos, o realizar un ayuno de veinticuatro horas, sólo le aporta al organismo un descanso, si deseamos mejorar nuestro estado de salud de forma considerable, tenemos que iniciar un proceso de ayuno que supere las veinticuatro horas a la semana. Estos beneficios serán aún mayores si ayunamos durante treinta y seis horas. Tras las primeras veinticuatro horas, el organismo comienza a realizar un proceso de limpieza en el interior del sistema, e inicia la reparación y curación del cuerpo humano, que es el objetivo del ayuno. Por tanto, un ayuno de dos o tres días será aún más beneficioso. Al principio, los seguidores del Higienismo prefieren comenzar con un ayuno de corta duración. Si no está bajo tratamiento médico, no ha sufrido ninguna operación importante y no padece ninguna enfermedad de cierta gravedad, puede comenzar con este tipo de ayunos. Sin embargo, no es recomendable comenzar con un ayuno que dure más de tres o, a lo sumo, cinco días, sin supervisión de un profesional. Dicha persona se encargará también de determinar la cantidad de agua que se debe ingerir. No es ni necesario ni aconsejable beber mucha agua durante el ayuno, y lo más correcto es hacerle caso a la sed. No obstante, recuerde que debe ingerir entre uno y cuatro vasos diarios durante el ayuno, o se deshidratará. A veces notará un desagradable sabor en el agua, en cuyo caso, le recomendamos que la beba poco a poco. Hay quienes prefieren beber agua templada o caliente, sin embargo, otros la prefieren fría. No se recomienda beber agua fría, pues al llegar al estómago en su condición tan fría, provoca su expulsión. Sólo se beberá agua natural, y si es mineral (baja en contenidos minerales inorgánicos, no preparada artificialmente) mejor. No obstante, le recomendamos que ingiera agua destilada al vapor. No ingiera demasiada agua, ya que, de lo contrario, los riñones trabajarán en exceso y perjudicará la eliminación de las sustancias tóxicas. Beba sólo cuando tenga sed, y no de un golpe, sino a pequeños sorbos. Los ayunos de corta duración, realizados en intervalos muy frecuentes, producen enervación y agotamiento, así como carencias nutricionales. Los problemas serios no se resuelven de esta forma. ¿Con qué frecuencia se puede ayunar? Hay personas que ayunan durante treinta y seis horas a la semana, otros sólo cuando lo creen conveniente, una o dos veces al mes. Un ayuno de treinta y seis horas es muy beneficioso para el organismo, y muchos lo adoptan como una forma conveniente, cómoda y útil de conservar un buen estado de salud.
El realizar un ayuno de tres días depende de las necesidades y el programa de quien lo vaya a realizar, puede realizarse cada sesenta o noventa días, si así se desea. El ayuno de siete a catorce días puede realizarse dos veces al año, pero la primera vez bajo supervisión de un profesional. Los ayunos de treinta días o más no deben realizarse con un frecuencia mayor a un año, a no ser que el especialista opine lo contrario. Le recomendamos que se someta a un ayuno de poca duración ante estas situaciones: 1. Si está enfermo, acuéstese y no coma hasta que se sienta mejor. No coma si tiene fiebre o diarrea, o si tiene un fuerte resfriado. Si no siente mejoría en dos o tres días, consulte a su especialista. 2. Si le ha sentado mal una comida, sáltese la próxima y no coma hasta que tenga hambre y se le haya pasado la fatiga. 3. No coma cuando esté cansado, padezca las consecuencias del estrés o sufra alguna tensión emocional. En estos casos, el organismo siempre avisa, ya que se inhiben las secreciones digestivas, se produce una descomposición bacterial, la comida se convierte en restos patogénicos y los intestinos deben realizar un gran esfuerzo para eliminarla, dañando el organismo. Si piensa realizar un ayuno de tres días, le recomiendo que lea uno de los siguientes libros: Fasting Can Save Your Life, Fasting For Renewal of Life o el Volumen III de The Hygienic System. Planifique su ayuno con antelación, de forma que pueda descansar por completo y olvidarse de sus actividades diarias, ya que no se puede gastar nada de energía. De esta forma, el organismo utilizará todas sus reservas energéticas para reparar tejidos, restaurar funciones y limpiar sus órganos. En cuanto al ayuno de treinta y seis horas, le recomendamos que descanse doce horas diarias ─desde las seis de la tarde a las seis de la mañana─ después del ayuno, para así no perder tiempo en el trabajo o en su actividad diaria. Si antes de comenzar su programa de ayuno no ha seguido una dieta Higienista, consuma el día anterior al inicio del mismo, una dieta compuesta simplemente de fruta, una sola pieza por comida, o una dieta de zumos (el zumo de naranja recién exprimido es muy beneficioso). Sin embargo, le recomendamos que inicie este tipo de dieta con varios días de antelación, entre cuatro y siete días. De esta forma, se reduce la posibilidad de que se produzca síntomas de rechazo durante los primeros ayunos. Es imprescindible un buen abastecimiento de oxígeno (incluso durante los ayunos de corta duración), pues aumenta la oxidación, y se acelera la eliminación de toxinas, produciendo una mal olor. Cuando decidamos poner fin al ayuno, debemos prestar mucho cuidado, ya que se tiene que producir un reajuste y un reacondicionamiento del proceso de la digestión.
Un ayuno de treinta y seis horas debe interrumpirse con una dieta basada en una pieza de fruta natural en cada comida, y, transcurridas varias horas, comenzar con la dieta normal. Un ayuno de tres días debe interrumpirse con un zumo de naranja recién exprimido el primer día (120 a 140 gramos de zumo, a temperatura ambiente, cada dos o tres horas, no más de cinco o seis tomas). No ingiera el zumo de golpe, tráguelo poco a poco y saboréelo. No beba tanto como para sentirse completamente satisfecho, y suprima alguno cada vez que no tenga ganas. Comience con su dieta normal el segundo día. De esta forma, puede interrumpir el ayuno de tres días con 120 gramos de zumo de naranja a las 8:00 de la mañana; otros 120 gramos a las 10:00; una pieza de fruta al mediodía (a temperatura ambiente, masticada con cuidado, y desprovista de piel, semillas y membrana); y fruta por la noche (o ensalada, como prefiera, y siempre que su aparato digestivo se vaya adaptando a la comida de forma correcta). O también puede interrumpirlo con una dieta basada en frutas (temperatura ambiente, bien masticada, desprovista de piel, semillas y membrana). Tómese una naranja u otra fruta rica en zumo cada dos o tres horas, pero no más de cinco o seis veces al día. Esta cantidad puede ser demasiada para algunos, así que suprima alguna cada vez que no tenga ganas. A veces se producen algunos problemas digestivos al interrumpir el ayuno, sobre todo si es el primero. Estas reacciones pasan rápidamente, pero puede ser que enfatice las ganas de interrumpir el ayuno.
Capítulo IV AYUNAR PARA ADELGAZAR El ayuno es el mejor medio para perder peso. Durante el ayuno, no sólo logrará reducir de peso, sino que al mismo tiempo, mejorará su salud y su bienestar, como consecuencia de la eliminación tóxica. Algunas personas con problemas de sobrepeso logran adelgazar en pocos meses sustituyendo su dieta normal por una dieta Higienista, acompañada de bastante ejercicio físico. Sin embargo, la forma más segura y rápida de perder peso para personas con obesidad es ayunando. Por supuesto, este tipo de ayunos requiere una supervisión constante por parte de una profesional Higienista, quien decidirá su duración y frecuencia, dependiendo del peso que se deba perder y de las condiciones físicas del interesado. Si la persona goza de buena salud, no es necesario reposar en cama, aunque sí tendrá que estar bajo supervisión, por si se produjese algún problema tras las pérdidas de calorías.
Las personas con problemas de obesidad deberán continuar con la misma dieta Higienista tras el ayuno, o incluso reajustar la dieta Higienista para conservar de la mejor forma posible el peso conseguido. Por esta razón, se les recomienda ingerir más verduras que frutas, porque podrían sufrir un problema especial. Las células grasas del organismo aumentan en número a medida que se gana peso; sin embargo, cuando se adelgaza, no desaparecen, sino que reducen su tamaño. Por tanto, si ha sido una persona obesa, siempre tendrá problemas de obesidad, si no se cuida, ya que las células grasas continuarán estando en su organismo. El ayuno y el Higienismo han descubierto la mejor forma de controlar el peso. Según el doctor Shelton, autor del libro Fasting Can Save Your Life: «Tras dos fases de experimentos llevados a cabo por acreditados doctores, se ha descubierto científicamente que el ayuno no sólo es la mejor forma de perder peso, sino también la más llevadera.» Estos experimentos fueron realizados por el doctor Lyon Bloom, Doctor en Medicina del Hospital Piedmont en Atlanta, Georgia (Estados Unidos de Norteamérica), y por el doctor Garfield Duncan, Doctor en Medicina por la Universidad de Pennsylvania, a quien se le considera toda una autoridad en lo referente a la pérdida de peso. Ambos doctores declararon que los pacientes no sufrieron un hambre excesivo, ni una aparente tensión física o mental. El Doctor Bloom recogió en su informe lo siguiente: «La actual preocupación por comer en intervalos determinados conduce a concebir el ayuno como algo desagradable.» Incluso voy a citar una interesante declaración que el doctor Robert Gross, Doctor en Fisiología, hizo para la revista Hygienews en mayo de 1974:
«Todos estamos de acuerdo en que el ayuno debe estar siempre supervisado por un profesional. Sorprendentemente, nos han llegado al Pawling Health Manor muchas personas que querían perder peso y que sus médicos les habían recomendado acudir a nosotros. La mayoría acudían a nuestro centro tras no haber obtenido resultados con sus médicos habituales. E incluso resulta también interesante el hecho de que bastantes médicos, incluido profesores en universidades de medicina, hayan acudido a nosotros para ayunar, observar y aprender los principios básicos del ayuno.»
El Dr. Gross obtuvo su Licenciatura en Química Fisiológica con su tesis "Fasting and Realimentation" (Ayuno y Realimentación), y ha controlado unos 15.000 ayunos, con distintos períodos de duración. Por tanto, ayunar para perder peso, siempre bajo una buena supervisión, puede ser una experiencia agradable, y el comienzo de una nueva vida de salud y belleza. Capítulo V
AYUNOS PROLONGADOS PARA DOLENCIAS CRÓNICAS
El ser humano se recupera, en el 95% de los casos, de una enfermedad grave, incluso cuando ha estado previamente bajo tratamiento médico, si se somete a un programa de ayuno y reposo. Cuando los médicos administran fármacos y medicamentos durante una enfermedad grave, ignoran las causas y alivian los síntomas, bajando la fiebre o suprimiendo el dolor. Sin embargo, con esta medida, lo único que consiguen es convertir las enfermedades graves en enfermedades crónicas. El precio que tenemos que pagar por interferir la sabiduría de nuestro organismo es bastante elevado: problemas cardiovasculares, artritis, cáncer y otras enfermedades degenerativas. Las enfermedades crónicas, degenerativas por naturaleza, son más difíciles de curar que una enfermedad grave, que responde favorablemente con un ayuno de corta duración y un par de días en cama. Los historiales médicos demuestran que la mejor forma de curar una enfermedad crónica grave es ayunando. Algunos pacientes que sufren de enfermedades crónicas se recuperan sin necesidad de ayunar, tan sólo ajustando de forma adecuada su dieta y sus hábitos (incluyendo menos comida, menos trabajo y más descanso). Sin embargo, si desean obtener buenos resultados, deben continuar esta forma de vida durante años, algo que requiere mucha paciencia. Aunque los resultados no son tan seguros como si se realizase el ayuno. La causa principal de toda enfermedad es la toxemia, condición caracterizada por la acumulación de toxinas en el interior del organismo. Esta situación surge como consecuencia de un trastorno funcional, que impide su eliminación. La gravedad de una enfermedad se mide de acuerdo con los siete niveles de toxemia. Esto significa que todas las enfermedades son reversibles, a menos que se encuentren en el último nivel, como sucede con el cáncer. El primer nivel es la enervación, o reducción de energía nerviosa provocada por una dieta incorrecta, una sobrealimentación, un exceso de trabajo, poco descanso, y otros malos hábitos de la vida diaria. Con la enervación, el organismo retiene las toxinas, originando una irritación. Si este proceso es muy agudo, se produce una inflamación (debido al gran esfuerzo que realiza el organismo para curarse). Si no se eliminan las causas del problema, se llega a los siguientes niveles, induración y ulceración, que pueden provocar el cáncer. (Consulte el libro Toxemia, publicado por el doctor J. H. Tilden.) Son muy pocas las enfermedades patológicas que no se pueden curar mediante un ayuno, y, en muchas ocasiones, es la única esperanza, incluso para muchas de aquellas enfermedades consideradas como irreversibles. A continuación mencionaré una de mis citas favoritas. Este extracto pertenece al doctor William: «Durante un ayuno, podemos contemplar como el organismo va expulsando todas las toxinas y productos residuales acumulados durante años, con gran capacidad e inteligencia.»
Si padece una enfermedad crónica degenerativa, no dude ponerse en manos de un profesional Higienista, y planear todo lo necesario para realizar un ayuno prolongado (si así se estima necesario). Aquellas personas que sufren este tipo de enfermedades o tienen algún órgano dañado, deben realizar por lo menos un ayuno al año. No es necesario realizar ningún tipo de examen antes o durante el ayuno, aunque a veces son bastante útiles para resolver algún tipo de problema. Se vigila la presión sanguínea, el nivel de azúcar y la balanza de nitrógeno, pero no es necesario realizar análisis de orina para controlar el equilibrio mineral o el ácido úrico acumulado, como algunos han declarado. El doctor Shelton defiende que, tras haber controlado más de 40.000 ayunos realizados por personas de todas las edades y condiciones durante distintos períodos de duración, nunca se ha encontrado con un paciente que se le diagnosticase gota (debido a un exceso de ácido úrico) tras haber realizado un ayuno. Lo que sí ha visto son enfermos de gota que se recuperaban de su enfermedad mediante el ayuno. En lo que respecta al equilibrio mineral, es imposible basar una dieta en alimentos refinados y desmineralizados, y si se ayuna y se sigue una dieta adecuada, no hay por qué preocuparse. El ayuno es un proceso natural que equilibra la balanza de minerales. Los Higienistas profesionales consideran que el historial del paciente es un elemento importantísimo dentro del proceso de diagnosticado de la enfermedad y de asistencia al paciente. En la Conferencia de Higienismo celebrada en julio de 1974, la doctora Virginia Vetrano realizó un discurso sobre la importancia del historial de los pacientes, que dejó traslucir su gran dedicación al Higienismo y a sus pacientes. Declaró que más que recabar información para realizar un diagnóstico de la enfermedad en cuestión, lo que hacía era recoger información sobre cualquier enfermedad anterior, indagaba sobre los pasados y presentes síntomas; el historial de todos los medicamentos, vitaminas y alucinógenos que hubiese tomado el paciente; enfermedades durante la infancia y madurez; accidentes; qué patologías podrían producir las pasadas enfermedades o accidentes; el historial de la familia; hábitos e intimidades de la vida del paciente; estudiaba el modelo mental y emocional del paciente; cómo se sentía con su trabajo y su situación en la vida. Según ella, esta información facilitaba el trabajo del especialista, pero no para diagnosticar la enfermedad, sino para determinar qué podría ocurrirle al paciente si ayunaba, cuánto tiempo tardaría en recuperarse y qué tendría que hacer después del ayuno para mantener una buena salud. Señaló que la labor del especialista se basa en mostrarle al paciente las pautas a seguir en el futuro, y declaró que a todos los pacientes se les da, antes de abandonar el hospital universitario Health School de San Antonio, las instrucciones necesarias para que continúen en casa cuidando de su salud. Todos los médicos Higienistas están de acuerdo en que su labor es la de enseñarle al paciente cómo cuidar su salud, y de encaminarle hacia una vida que mejorará su estado de bienestar. No se limitan a explicarles cómo deben mantener o recuperar su buena salud, sino enseñarles cómo tienen que vivir, de forma que el cuidar de su salud se convierta en un hábito como cualquier otro.
La duración de un ayuno prolongado no se puede fijar con antelación. Estos pueden durar 10, 14, 21 ó 30 días, y algunas veces hasta 45 ó 60 días. La persona que sufra una enfermedad crónica tendrá que realizar un ayuno de treinta días, con un período de recuperación tras el ayuno de dos semanas, o más, dependiendo del caso, y un período adicional de recuperación en casa. Le recuerdo que los programas de ayuno deben estar controlados por un profesional. No ayunen por su cuenta, sin estar bajo la observación de un especialista, ya que de lo contrario podrá sufrir graves consecuencias. El doctor John M. Brosious analizó el caso de un hombre que ayunó por su cuenta durante 57 días, sufriendo un daño irreparable en sus miembros inferiores. Acto seguido, advirtió que, tras leer un libro sobre el ayuno, lo que nunca se debe hacer es salir corriendo y empezar un ayuno prolongado por cuenta propia. Capítulo VI QUÉ OCURRE EN EL ORGANISMO DURANTE EL AYUNO Durante el ayuno, aunque no se ingieran alimentos, los tejidos y las células continúan recibiendo nutrientes, que proceden de las reservas del organismo, y que se utilizan con este propósito. De esta forma, el ayuno no suspende el metabolismo, sino que aumenta su eficacia funcional. Basta mencionar como ejemplo el proceso de liberación energética iniciada por la glucosa, que de un 25% asciende a un 45% cuando ayunamos (datos ofrecidos por el doctor en la Conferencia de Higienismo celebrada en julio de 1970). Los tejidos vitales obtienen sus necesidades nutritivas de las reservas sanguíneas del aparato digestivo (donde se llega almacenar nutrientes para tres días). Cuando agota esta reserva, inicia un proceso denominado autolisis, en los que descomponen y absorben las grasas, los sedimentos y los tumores anormales. La autolisis consiste en la propia disolución y digestión de tejidos por medio de las enzimas. Es un proceso normal del organismo, que se acelera mediante el ayuno. El organismo utiliza primero las reservas menos importantes, conservando intactas las del corazón, sistema nervioso, pulmones y otros órganos vitales, de forma que no se pierda ninguna célula. Las células pueden restaurarse y curarse sin ayuda de otros agentes, pero tienen que ser sustituidas por otras cada cierto tiempo. La calidad del tejido depende de las condiciones en que se encuentren las células que lo compongan. Esta condición determinará, asimismo, la calidad de las células de reemplazo, que a su vez crearán tejidos de mayor o menor calidad. Después del ayuno, el organismo reemplaza cada célula por otra más nueva y pequeña que la anterior, iniciando con ello un proceso de rejuvenecimiento. Se han dado casos de personas que, tras realizar un ayuno de 21 días, parecían veinte años más jóvenes. El doctor Brosious comentó un caso de una mujer de 40 años que poseía los tejidos y los órganos de una muchacha de 14 años tras haber realizado un ayuno de 14 días.
Durante el ayuno, el calcio presente en los dientes, huesos y uñas permanece intacto. Muchas personas, cuyas uñas blandas y quebradizas son muy frágiles, descubren que tras el ayuno, estos miembros se hallan más fuertes. ¿Qué mejor prueba de la habilidad de los nutrientes durante el ayuno, y de la eficacia y sabiduría del organismo que es capaz de seleccionar los nutrientes que necesita, cuando es él el que lleva el control? Lo cierto es que el organismo se nutre mejor cuando ayunamos que cuando comemos, y con menor esfuerzo, hasta que las reservas así lo permitan. El cuerpo no se ve obligado a digerir y asimilar tres comidas diarias, y procesa lo que necesita de forma cómoda y fácil. Durante el ayuno, no se produce ninguna enfermedad crónica, lo que significa que las reservas del organismo están bien equilibradas y contienen todos los nutrientes ─ vitaminas, minerales, proteínas, hidratos de carbono ─. Incluso las personas que sufren enfermedades carenciales experimentan mejoría durante el ayuno. Son muchos las personas que después de someterse a un programa de ayuno, han observado maravillados como aumenta el número de glóbulos rojos en los pacientes que sufren de anemia. Algo similar sucede con las personas que sufren una deficiencia cálcica, en cuyo caso, el ayuno produce una gran mejoría. Todo esto parece increíble para aquellos que no están familiarizados con los procesos del organismo, pero el ayuno permite al sistema recuperar sus fuerzas y suplir sus carencias. Una vez que se reduce la toxemia, desaparecen las preocupaciones y los temores, mejorándose, con ello, el estado de ánimo del individuo. Las personas que sufran tensiones emocionales notarán una gran mejoría a medida que se realice el ayuno. El doctor William L. Esser afirma haberse encontrado con casos de personas que comenzaron el ayuno bajo un estado depresivo, que les causaba una disensión, y tras unos días de ayuno, se abrieron como una flor, empezaron a sonreír y a relacionarse con otras personas. Durante el ayuno, la presión sanguínea y la temperatura corporal se restablecen, aunque con mayor dificultad en los casos de tensión alta o baja. Los cinco sentidos responden favorablemente al ayuno, incluso se han dado casos de mejoría de visión tras ayunos prolongados, hasta el punto de suprimir para siempre las gafas. Algo similar sucede con la audición, que se agudiza tras el ayuno, e incluso se corrigen algunos problemas crónicos. El gusto se fortalece, hasta tal punto, que después del programa, la comida le sabrá exquisita. Incluso el olfato se agudiza, de modo que tras el ayuno se puede oler la comida a grandes distancias. Se experimenta un aumento de la lucidez y la inteligencia, junto con un nuevo sentido de la vida, entrando en contacto directo con la naturaleza. Durante el ayuno, se pierde bastante peso, alrededor de medio kilo al día, dependiendo de las características del individuo, su actividad, y el ambiente. Por supuesto, durante el ayuno, disminuye la energía física del cuerpo, debido a la pérdida de peso y al consumo de las reservas corporales, por lo que se hace necesario limitar la
actividad física, sobre todo, cuando se está cerca del final de una ayuno prolongado. Si no se descansa, se sentirá débil ya que el organismo necesitará reposar para no gastar más de las reservas necesarias; las pulsaciones del corazón, la circulación y la respiración se hacen más lentas durante los primeros días del ayuno, seguido de un aumento de la vitalidad a medida que descansa el organismo y se limpia de toxinas. Muchas personas llegan a incrementar su fuerza y su masa muscular durante los primeros días de una ayuno prolongado. Bernard McFadden realizó muchos experimentos sobre este tema y descubrió que durante los primeros 21 días de ayuno, podía levantar más peso de lo habitual, todo ello con un menor esfuerzo. Transcurridos estos 21 días, su fuerza y su musculosidad disminuyó gradualmente. Las personas que deseen perder peso deben ayunar durante un mes, o más, sin realizar mucha actividad física, mientras que aquellos que hayan disminuido mucho de peso, deberán permanecer en cama durante los últimos niveles de un ayuno prolongado. Si experimenta una pérdida de peso considerable, no se preocupe, ya que recuperará la cantidad necesaria de forma natural y a su debido tiempo. Si sigue una vida Higienista, logrará que los tejidos perdidos sean reemplazados por otros de mucha mejor calidad. Y no malinterprete lo que significa perder energía, ya que una persona que esté postrada en la cama y que no ayune puede debilitarse ─de hecho, puede finalizar toda su vida tumbada en la cama, si continúa comiendo. La debilidad se produce no por la falta de comida, sino por la pérdida de fuerza muscular. Le recomendamos que no permanezca todo el tiempo tumbado sin hacer nada, levántese para realizar las necesidades personales. Hace tiempo, cometí el error, de permanecer en la cama durante la última etapa de mi ayuno, porque había perdido mucho peso, me encontraba débil y tenía miedo a realizar alguna actividad y perder más energía. Es muy importante salir de la cama y levantarse poco a poco. Si se marea o se encuentra muy débil, siéntese inmediatamente, incluso en el suelo si fuera necesario. No tiene importancia, sólo es una reacción provocada por el ajuste del las funciones orgánicas a esta nueva situación. Es normal que al cambiar rápidamente de posición ─de una postura horizontal a otra vertical─ se maree, ya que la sangre no ha llegado todavía a la cabeza. Conviene señalar que se debe hacer un poquito de ejercicio al día, un paseo por el pasillo de su casa, o incluso ligeros ejercicios mientras esté en cama (si se encuentra en la última etapa de un ayuno prolongado, y sus reservas son pocas), de esta forma no se le atrofiarán los músculos, y podrá recuperar con mayor facilidad y rapidez su fuerza muscular y su vitalidad tras el ayuno. Son pocos los casos en los que se prohíbe cualquier tipo de actividad. En resumidas cuentas, recuerde que durante el ayuno, es necesario permanecer en reposo la mayor parte del tiempo, para no gastar la energía que el organismo necesitará para reparar tejidos, restablecer las funciones y «limpiar su interior». Puede pasar el tiempo tendido en una hamaca en el césped y permanecer una hora haciendo lo que guste, escribiendo cartas o charlando un rato. Por regla general, no se prohíbe tomar el sol, aunque primero se recomienda consultarlo con su médico Higienista.
Si se encuentra en la última etapa de un ayuno prolongado, le recomendamos que no ande mucho, con el objeto de no consumir energía, sobre todo si se ayuna para combatir o recuperarse de una enfermedad. Les aseguro que ayunar no es nada desagradable, sino que es una etapa de descanso, tranquilidad, en la que no se piensa en nada, y no se tiene ninguna preocupación, los ojos brillan, y cada vez se acerca uno más su objetivo. Nadie le pinchará, ni le hincará agujas, ni le meterán tubos por la nariz o por otras partes del cuerpo2. Tampoco tendrá que tomar fármacos. En raras ocasiones se utilizan lavativas, pudiendo ocuparse usted mismo de sus necesidades e ir al servicio cuantas veces desee. A veces, las personas que ayunan necesitan ayuda para bañarse, pero incluso cuando esto ocurre, tienen que salirse de la cama. Si durante el ayuno se siente muy débil, no se lave la cabeza con champú, ni haga la colada, ambas cosas pueden esperar. Todos los órganos y funciones del organismo (estemos o no ayunando) trabajan al unísono con un sólo objetivo: preservar el organismo, a pesar de lo que hagamos para que esto no ocurra. Durante el ayuno, no existe ninguna amenaza por nuestra parte hacia nuestro propio organismo, ya que estamos colaborando con la naturaleza. El ayuno beneficia a todas las partes del cuerpo por igual, de forma que al finalizarlo, puede encontrarse que ha desaparecido el problema que le llevo a realizar el ayuno. La funcionalidad orgánica disminuye su ritmo durante un ayuno prolongado, con excepción de los órganos eliminativos, que aumentan su capacidad de trabajo. El doctor David señaló en la Conferencia de Higienismo que el organismo mantiene activa las cinco funciones vitales del cuerpo humano durante el ayuno ─ respiración, nutrición, excreción, reproducción (de las células o de los órganos) y reparación ─ . El organismo utiliza durante el ayuno prolongado varias posibilidades para expulsar los residuos. Hay personas que los expulsan por los intestinos, algunos incluso sufren casos de colitis, mientras que otras no defecan durante todo el proceso. Otra vía de expulsión es la orina, siendo durante las dos o tres primeras semanas de ayuno espesa y oscura, con un fuerte olor, debido a que los riñones están empezando a expulsar los residuos que contenían. Incluso las glándulas salivares y los tejidos de la boca juegan un papel importante en el proceso de eliminación de toxinas. La lengua se recubre de una sustancia blanca, que produce un amargo sabor de boca, lo que nos obliga a limpiarnos los dientes continuamente. Ahora bien, recuerde que la pasta de dientes es perjudicial, por lo que le pedimos utilice un trapo o un cepillo de cerdas blandas para limpiarse los dientes y la lengua. También le recomendamos se abstenga de utilizar barra de labios. El color blanquecino de la lengua es la prueba más evidente de que no ha ingerido ningún alimento, por tanto, no se la limpie hasta que no la haya examinado su supervisor, o podría pensar que está haciendo trampas.
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Véase nota al final de la introducción.
Durante el ayuno, el organismo secreta menos saliva. Asimismo, no es de extrañar que algunas personas experimenten el sabor de medicamentos que tomaron años atrás, pero que el organismo no había conseguido eliminar. Algunas veces se produce lo que se denomina leucorrea, que consiste en la expulsión de residuos tóxicos a través de la vagina. Esta condición se caracteriza por su mal olor. Otra vía de escape utilizada por el organismo para expulsar las sustancias residuales es la propia piel, por lo que es necesario que la habitación donde se encuentre la persona que está ayunando esté bien ventilada, así como se le limpie la piel con un trapo húmedo, para eliminar los malos olores y favorecer la expulsión de toxinas. En raras ocasiones se producen erupciones, aunque puede ocurrir. Otro fenómeno que tiene lugar durante el ayuno prolongado es que la piel vieja y escamada se rejuvenece y adquiere una singular belleza. La mejor forma de saber si tiene la piel escamada es mirando su ropa. Probablemente, una vez finalice el proceso de limpieza iniciado con el ayuno, sienta pocas ganas de comer, a pesar de sufrir dolores de estómago por el hambre. Las personas que sufren problemas digestivos notan un gran alivio con el ayuno, al tiempo que dejan de preocuparse si la comida le dañará o no. Muchas personas dejan de disfrutar con la comida tras haber realizado el ayuno, y, hasta ocurre lo contrario, que disfrutan recordando lo bien que se sentían mientras ayunaban. Hay quienes sueñan con comidas ─a mí no me ocurrió─ pero sí que estaba bastante interesada en los menús que ofrecía el Shangri-La, y sentía un placer especial cuando escuchaba hablar de comida. La sensación verdadera del hambre no produce dolor, sino que es una sensación agradable que se tiene en la boca y en la garganta. La mayoría de las veces afirmamos tener hambre sólo porque hemos notado que nos duele el estómago, sensación provocada por una irritación interior. Por tanto, es posible que nunca haya sentido lo que es tener hambre de verdad, ni siquiera durante el ayuno. El momento ideal para interrumpir un ayuno es cuando se siente hambre de verdad. La mejor forma de averiguar si de veras padecemos esta condición es analizando la lengua, si ésta tiene un color rosado y está completamente limpia o se nota un sabor dulce en la boca, podemos estar seguro de ello. Todo esto es señal de que el organismo se ha limpiado por completo. No obstante, la mayoría de las veces se interrumpe el ayuno antes de que todo esto ocurra, debido a un sin fin de razones: por falta de tiempo (la persona que ayuna debe volver a su trabajo); porque el organismo advierte del agotamiento de las reservas (el especialista interpretará estas señales); o porque la persona no puede resistir más ─ mental o emocionalmente ─. Todo esto acentúa aún más la importancia de que todo ayuno sea supervisado por un profesional. NOTA
Durante el ayuno, nadie le pinchará, ni le introducirá tubos por la nariz o por otras partes del cuerpo. La revista Prevention Magazine Mailbag publicó en su ejemplar de febrero de 1975 una carta en la que se contaba como un niño de doce años, que había sufrido una operación en su pierna por una ruptura de hueso, se le alimentaba por vía intravenosa con agua y azúcar ─ aunque podía ingerir alimentos por la boca ─. El autor de la carta continuó diciendo que a casi todos los pacientes del hospital se les alimentaba por vía intravenosa, incluso los niños que correteaban por los pasillos a la vez que arrastraban sus sueros. «¿Por qué se utilizan con tanta frecuencia los sueros? ¿Es que alguien está arrasando con los tubos de plástico?» clamaba sin respuesta. Capítulo VII LAS CRISIS DEL AYUNO El diccionario define el término crisis como «momento decisivo y grave de un negocio, política, etc». Cuando hablamos de crisis del ayuno nos referimos a la condición manifestada por la liberación sanguínea de los productos almacenados por el organismo, acción que produce una irritación momentánea en algunas partes del organismo; o incluso puede ser señal del proceso de recuperación del organismo. En definitiva, la aparición de la crisis es una buena señal. Antes de nada, le pido que no se haga una idea equivocada de lo que son y en que consisten las crisis provocadas por el ayuno, y mucho menos que abandone la idea de ayunar por el simple hecho de un malentendido. Recuerde que la mayoría de las personas que ayunan no sufren una crisis de este tipo o sólo sufren algunos incidentes sin importancia, que pasarán en el transcurso de una o dos horas. A lo sumo, pueden experimentar una o más crisis de las que se han observado en miles de ayunos, algunas más usuales, otras menos. Si se producen, suelen aparecer durante los primeros días de ayuno, con una duración que oscila entre unas horas y unos días. Cuando desaparecen, no vuelven a producirse. Sin embargo, en algunas ocasiones vuelven a aparecer; o se producen sólo en la última etapa del ayuno. Conviene señalar que los especialistas recomiendan no se interrumpa ningún programa ayuno si la persona está sufriendo una crisis de este tipo. Espere a que ésta se pase, y luego decida si ha llegado el momento de interrumpirlo o no. Como ya señalamos con anterioridad, mientras ayunamos, debemos dejar que la Naturaleza siga su curso normal, permitiendo que el organismo decida lo que necesita o no necesita. Cualquier malestar desaparecerá, y le seguirá una agradable sensación de bienestar. Pero no crea que el malestar es señal de que el ayuno está consiguiendo sus objetivos en el organismo, ya que su ausencia tampoco significa lo contrario. No debe asustarse por toda esta información, ya que le será muy útil durante su primer ayuno. Si sabe y conoce qué es lo peor que le puede pasar, y se da cuenta de que todo esto no es tan fastidioso como sus dolores crónicos, sentirá un gran alivio, y decidirá ayudarse a sí mismo con un ayuno. Entonces comprenderá que sólo algunas personas sufren este tipo de malestar durante el ayuno.
Según la doctora Virginia Vetrano, directora del Health School en San Antonio, Tejas: «Los continuos dolores provocados por su enfermedad crónica son mucho peores que los efímeros síntomas y crisis que se producen con el ayuno. Cuanto más fuertes son los síntomas que se producen, más necesario será el ayuno para su organismo. El término ortopático significa dolor beneficioso. Los síntomas que provoca el ayuno se deben a una razón y siempre finalizan en un mejora saludable.» No se preocupe por estos síntomas, ya que sólo poseen un interés observativo. Si no come, no se verá influido por la estimulación y depresión que provocan los alimentos y refrescos que se consumen normalmente, y si su organismo no sufre los efectos y contraefectos de los medicamentos, cambiará pronto de actitud. Recuerdo que durante mi primer ayuno no sufrí ningún tipo de molestia o malestar, en comparación con los dolores padecidos en mi estancia por los hospitales. Cuando uno se encuentra en un hospital, se mentaliza de que va sufrir dolor, y, por tanto, va a necesitar medicamentos, y ocurren las dos cosas. Los primeros síntomas que se experimentan durante el ayuno provocan en el individuo una necesidad de abandono y renuncia, todo originado por un exceso de comida, condimentos o alcohol. Estos síntomas pueden presentarse de varias formas, debido a la repentina liberación de toxinas en la sangre. Muchas personas, sobre todo las que gozan de muy buena salud, no experimentan ningún síntoma, pues su cuerpo puede deshacerse sin problemas de todas las sustancias almacenadas. Como ya comentamos con anterioridad, la aparición de síntomas es indicativo de que el ayuno es realmente necesario. Por supuesto, los síntomas antes descritos ─ lengua recubierta de una sustancia blanca, mal sabor de boca, respiración pesada, dientes pastosos y falta de hambre ─ indican que el cuerpo está expulsando las toxinas, pero, en la mayoría de los casos, se producen otro tipo de indicaciones que pasan inadvertidas. No es de extrañar que unos días se sienta muy bien y otros un tanto deprimido ─ estos altibajos en el estado de ánimo se engloban en otra clase de crisis ─. Cuando el organismo utiliza mucha energía, descansa, y la depresión aparece cuando el organismo se está deshaciendo de las toxinas. Los primeros síntomas que aparecen suele ser dolores de cabeza, náuseas, vómitos, diarrea o erupciones cutáneas. A medida que el organismo se acostumbra al ayuno, estos síntomas van desapareciendo paulatinamente. Los dolores de cabeza desaparecen rápidamente, excepto en raras ocasiones. Recuerdo un caso de una muchacha de Indianápolis (E.E.U.U.) que empezó a ayunar para curarse de la epilepsia que sufría. A lo largo del programa sufrió un ataque epiléptico, pero una vez finalizado el ayuno, no volvió a padecer las consecuencias de este malestar. Los casos de diarrea son poco frecuentes, incluso la mayoría de las personas no sienten necesidad de defecar durante todo el proceso del ayuno. Por otro lado, sólo un 10% de los pacientes sufren náuseas y vómitos, síntomas beneficiosos para el organismo, pues han sido provocados por la entrada de bilis en el
estómago, debido a un peristaltismo gástrico. Estos síntomas pueden aparecer como consecuencia de una rápida bajada de tensión y una disfunción provocada por la ausencia de alimentos, especialmente si se tienen problemas digestivos. Estas condiciones pueden originar la aparición de gases en el estómago, produciendo molestias y una presión contra el diafragma, e incluso rápidas palpitaciones o dolor en el corazón, tal vez originados por los nervios o por demasiada actividad. Comunique todos estos síntomas a su supervisor, pero no se preocupe por ellos. Las náuseas y los vómitos van acompañados de un aumento de la fuerza física y de una gran mejoría de la salud, siempre y cuando los vómitos no persistan durante mucho tiempo, pues podría provocar la deshidratación del organismo, siendo necesario interrumpir el ayuno. TENGA PRESENTE LA SIGUIENTE ADVERTENCIA: ¡NO PRUEBE EL HIELO! Muchas personas cometen este grave error durante su primer ayuno, yo misma fui víctima de este descuido. Recuerdo que para calmar las náuseas ─ más bien, un malestar interior ─ empecé a chupar un cubito de hielo, cosa que me habían permitido. Sin embargo, no me percaté de que el hielo puede ser una herramienta tan afilada como un cuchillo y si topa, desde un cierto ángulo, un diente, puede cortarlo en dos. Esto fue lo que me pasó, pero no me di cuenta hasta que interrumpí mi ayuno y empecé a comer, entonces noté que se me había roto una de mis muelas superiores. Tuve que empastarme el diente. (No se recomienda ingerir hielo, por este motivo, y porque enfría el estómago y provoca ganas de defecar.) Otras personas sufren pequeños resfriados o catarros al empezar el ayuno, también se pueden producir calambres repentinos en los intestinos o en la matriz, o incluso se pueden sufrir dolores, provocados por síntomas de rechazo o por un reajuste nervioso. Por ello, muchas personas necesitan reposar en la cama durante unos días. Alguna que otra vez ─siempre en contadas ocasiones─, se producen dificultades respiratorias, originadas por síntomas nerviosos que pasan al momento. Si las dificultades respiratorias vienen acompañadas por un pulso débil o irregular, que indique una debilidad del funcionamiento del corazón, tendrá que interrumpir de inmediato el ayuno. Los especialistas observarán detenidamente a aquellas personas que hayan sufrido anteriormente problemas de corazón, para evitar cualquier problema. Si sufre un persistente hipo o se encuentra demasiado débil, también deberá interrumpir el ayuno. Por supuesto, si la persona quiere terminar con el ayuno, o presenta problemas psíquicos, deberá interrumpirse el ayuno. Durante el ayuno, también se pueden producir problemas visuales, debido a una pérdida de coordinación de los músculos oculares, o a medicamentos tomados con anterioridad que se eliminan de esta forma. Es posible que sufra una caída del cabello durante e inmediatamente después del ayuno, seguido de un crecimiento mucho más abundante. Las personas que rocen los sesenta años perderán para siempre el vello púbico y el vello de las axilas.
En ciertas ocasiones, se llegan a sacar tenias del organismo mediante el ayuno. Cualquiera de estos síntomas ─ síntomas cutáneos (provocados por los medicamentos ingeridos), síntomas gástricos, dolores de úlcera, aumento de la acidez, de la mucosidad, síntomas nerviosos ─ pueden agudizarse al principio del ayuno, pero sólo durarán de dos a tres días. Esto no significa que esté empeorando, sino que el organismo está limpiándose internamente. Ahora bien, si a lo largo de su vida ha consumido demasiados fármacos, es posible que los síntomas no desaparezcan durante su primer ayuno. También es posible que sufra de insomnio. Recuerdo que dormía muy poco durante mi primer ayuno prolongado, cosa que me preocupó bastante, pues no sabía que carecía de importancia. El organismo no necesita dormir mucho durante el ayuno ─incluso se cree que sólo necesita dormir de tres a cinco horas─, aunque esto depende de cada persona, por lo que será el o propio organismo el que determine cuanto tiempo necesita dormir. Se da el caso de personas que pasan más de la mitad del tiempo durante su primer ayuno durmiendo. No obstante, tendrá que descansar en la oscuridad desde las nueve de la noche, hasta las siete de la mañana, no importa si no duerme, lo esencial es que permanezca en cama, tranquilo y seguro de que todo está bien. Aunque el sueño es uno de los mejore medios para recuperarse física y sensorialmente, el permanecer despierto en la cama también puede beneficiar mucho en este sentido. Eso sí, no se preocupe por nada, ni se mueva mucho, ni dé muchas vueltas mientras esté acostado; esté tranquilo y relajado; póngase lo más cómodo que pueda, y descanse. Pronto se acostumbrará. Intente encontrar una habitación donde pueda mirar a través de la ventana mientras permanece en la cama, y ver los pájaros revolotear durante el día y las estrellas durante la noche. Esto le ayudará bastante. Como ya indicamos con anterioridad, no todo el mundo sufre los mismos síntomas. Estas condiciones se han descubierto tras observar una gran multitud de ayunos. Nuestra intención no es otra que la de indicarle su existencia, para evitarle cualquier preocupación o alarma. Lo único que indican es que su organismo se está recuperando. Capítulo VIII CÓMO AYUNAR EN CASA Conviene dejar bien claro que conservar la salud es fácil, pero recuperarla supone un gran esfuerzo y un gran apoyo de todos los que le rodean. Sin embargo, resulta difícil crear este clima en casa. Algunas veces se arregla todo, de forma que el supervisor higienista sólo tenga que visitar al paciente o llamarle por teléfono para controlar el ayuno. También puede acompañarle una persona experta en el tema durante todo el día. Este tipo de ayunos han tenido éxito, pero los Higienistas tradicionales no lo recomiendan.
Si ayuna en casa, seguirá teniendo las mismas preocupaciones familiares y no sentirá la tranquilidad que se debe sentir durante el ayuno: la televisión, la radio, el timbre de la puerta o el teléfono, unos que entran y otros que salen, todo esto le molestará. Incluso puede que sufra algún problema repentino, sin nadie que le pueda asesorar al momento para que el organismo no sufra mucho las consecuencias. Sus amigos, vecinos y familiares estarán pendientes de sus progresos, y cuando adelgace mucho, se llevarán las manos a la cabeza y le convencerán para que interrumpa el ayuno, pues no saben percibir los beneficios que eso está ocasionando en su organismo. Puede que sea usted el que intenta persuadirlos para que comprendan lo beneficioso que es el ayuno, pero esto le agitará y gastará energía necesaria para el organismo. Es cierto que se han dado casos de personas que han logrado realizar su ayuno favorablemente bajo estas circunstancias, pero son muy pocas. Y, por supuesto, si vive en la ciudad, donde el aire está contaminado y recibe poco sol, tendrá más razones para cambiar de ambiente mientras realiza su ayuno. Por tanto, si va a ayunar, es mejor que lo haga en el ambiente adecuado, bajo una buena y perpetua supervisión, donde estará seguro, y no tendrá que preocuparse por nada, y donde conseguirá todos sus objetivos. Así, cuanto más lejos mejor. Incluso si tiene que pedir un préstamo para poder hacerlo, le merecerá la pena, pues ganará en salud y alegría.
Capítulo IX ¿PUEDE AYUNAR TODO EL MUNDO?
El 95% de las personas pueden ayunar, incluyendo niños y ancianos, aunque a estos grupos de personas se les recomienda ayunos de corta duración. Sin embargo, deberá ser un profesional el que decida si puede o no ayunar. El doctor William L. Esser declaró que su madre ayunaba un día por semana hasta que cumplió los 95 años. Si le da miedo ayunar, tendrá que superar este problema antes de comenzar un ayuno. Quizá le sirva de ayuda este libro. El descanso durante el ayuno, junto con una adecuada supervisión, es la mejor garantía de que su organismo descanse, se rejuvenezca, se limpie y se recupere. Los casos de extrema extenuación, debilidad o degeneración requieren una supervisión especial y garantizada, no recomendándose para este tipo de casos los ayunos prolongados. En los casos de problemas cardiovasculares, se requiere también un trato especial, ya que los pacientes pueden sufrir dificultades respiratorias, acompañadas de un pulso irregular y síntomas provocados
por una debilidad del corazón. Cuando presienta estas condiciones, interrumpa inmediatamente el programa. Las personas que has sufrido varios ataques de miocardio, tienen los tejidos del corazón tan dañados, que no pueden ser reparados. En cuanto a las personas que sufre de arterioesclerosis ─ dilatación de las venas ─, pueden disminuir su dilatación y mejorar considerablemente su situación si siguen una forma de vida sana, en resumidas cuentas si respeta las directrices marcadas por el Higienismo. Las personas que tengan problemas de poco peso, pueden mejorar su fisiología y su metabolismo corporal mediante el ayuno, y de esta forma ganarán peso con mayor facilidad. Incluso puede mejorar el funcionamiento del aparato digestivo de las personas ya mayores. Sin embargo, las personas que hayan recibido tratamientos de insulina, cortisona, estrógeno u otras hormonas durante largos períodos de tiempo, no podrán restaurar sus funciones glandulares dañadas o perdidas, y, por lo tanto, no podrán ayunar. Por esta razón, las personas que no hayan tomado medicamentos responderán mucho antes al ayuno, ya que estos productos suelen tener una afinidad específica con ciertos tejidos, uniéndose a ellos con consecuencias desastrosas. Tampoco podrán ayunar las personas que hayan sufrido un trasplante de la glándula tiroidea o aquellas personas cuya función se haya visto dañada al recibir una sesión de iodos radiactivos. Según expuso el doctor Shelton, en su libro An Introduction to Natural Hygiene, en los casos de personas obesas con trastornos renales, se prohíbe terminantemente ayunar.
Asimismo, el doctor Esser declaró en la Conferencia de Higienismo celebrada en julio de 1968 que las personas que sufrieran una degeneración senil de sus músculos oculares no podrían mejorar su visión con un programa de ayuno. Aunque a veces, estas situaciones sufrían una leve mejoría ─nervios auditivos atrofiados, esclerosis múltiple, enfisema y la enfermedad de Parkinson─. Además, añadió que era muy difícil regenerar el sistema nervioso central, pero que en algunas ocasiones el ayuno era útil en los casos de consunción y cáncer. Las personas que sufran de trastornos psíquicos o nerviosos no podrán ayunar más de dos semanas, y deberán estar vigilados continuamente, ya que podrían sufrir crisis nerviosas, dándose casos en los que se prohíbe terminantemente ayunar. Aquellos que sufren de úlceras gástricas suelen tener miedo a ayunar, porque creen que van a sufrir un gran dolor. Algunos casos de úlceras son bastante peligrosos. Algunos especialistas cuentan sus experiencias de cómo contactaron con personas que querían someterse a un ayuno, con úlceras perforadas y ensangrentadas, y vomitando sangre. En estos casos, no les quedaba otra solución que arrojarlos a los hospitales para que les operasen inmediatamente. Sin embargo, hay casos de úlcera que se mejoran con un ayuno, siempre que no se superen los nueve días, pues son casos delicados que requieren una atención especial.
Las personas que sufren de hipoglucemia (nivel bayo de azúcar en la sangre) también dudan en ayunar, pues creen que sufrirán un ataque si no ingieren la cantidad establecida de proteínas. Sin embargo, son muchas las personas con este tipo de problemas que se han recuperado tras el ayuno, aunque requieren una supervisión especial. El doctor William L. Esser comentó en la Conferencia anual de Higienismo celebrada de julio de 1974 que la hipoglucemia se puede mejorar considerablemente con el ayuno. Explico que mediante el ayuno y un cambio en los hábitos del individuo, se podía mejorar esta enfermedad. Sin embargo, afirmó que los casos de hipoglucemia orgánica eran mucho más complicados, ya que se deben a un mal funcionamiento del hígado, a tumores en las Islas de Langerhans del páncreas o al mal funcionamiento de las glándulas pituitaria o suprarrenal. Si el organismo expulsa los elementos residuales mediante los abscesos, las llagas o a través de la vagina, el ayuno facilitará esta labor de expulsión de toxinas. Pero, si por alguna razón, este proceso sufre alguna interrupción ─ como sucede tras la administración de medicamentos ─, corremos el riesgo de sufrir complicados problemas, daños orgánicos e incluso la muerte. El doctor John M. Brosious contó el caso de una mujer de sesenta años que tenía en sus tobillos llagas que supuraban. Su organismo había elegido esta forma de eliminación de toxinas, y así había pasado sus últimos veinte años o más. Sin embargo, después de acudir a un médico famoso por «curar» las llagas con un tipo de plástico, perdió la vista en pocos días. Transcurrida una semana, volvió a supurarle las llagas y recuperó la vista. El doctor Herbert M. Shelton expuso el caso de una mujer que sufría serias descargas vaginales. En lugar de seguir su consejo de ayunar durante un mes, optó por interrumpir estas descargas mediante medicamentos. En pocas semanas falleció.
Los Higienistas profesionales se encuentran con un grave problema cuando acuden a su consulta personas cuyos problemas son prácticamente insalvables. La razón es muy simple, mientras que la muerte es algo común en los hospitales y aceptada por todos, la muerte de una persona sometida a un tratamiento Higienista podría causar graves repercusiones. La doctora Virginia Vetrano describió en la revista Hygienic Review de enero de 1975 un caso de similares características. En dicho artículo, nos habla de un muchacho débil y desesperado que sufría una colitis ulcerosa, complicada con una úlcera duodenal y una trombocitopenia púrpura, condiciones provocadas por la ingestión de fármacos. Después de probar otras soluciones, acudió a su centro en 1973, año en el que le habían extraído el bazo. Tras la operación, los médicos indicaron que el bazo estaba en perfectas condiciones. Este hombre expulsaba por los intestinos sangre y mocos cada vez que se movía, de doce a catorce veces al día (y esto seguía sucediéndole mientras ayunaba, una vez que fue admitido por el Health School). Sus padres amenazaron la doctora Vetrano con interponerle un recurso legal si su hijo no se recuperaba en su centro. Podía sufrir una hemorragia en cualquier momento y la doctora Vetrano no quería asumir esa responsabilidad.
El muchacho le suplicó a la doctora que le ayudase, que no le mandase de vuelta al hospital, donde quería extirparle el colon, y prometió cooperar al 100%. Con la dedicación y autosacrificio propia de todo médico Higienista, la doctora Vetrano aceptó el riesgo. Los siguientes cuatro meses fueron muy difíciles tanto para el paciente como para la doctora Vetrano. Le recomiendo que consulten toda la información recogida sobre este caso en la revista Hygienic Review de enero de 1974. Cuando regresó a casa a finales de marzo de ese mismo año, le faltaba mucho para recuperarse, pero tras seguir las instrucciones de descanso, sobre su alimentación, y el consejo de no volver al trabajo, se recuperó por completo. Este paciente había trabajado antes en el cine, así que decidió grabar una película sobre el Higienismo, y se convirtió en un médico Higienista con el propósito de ayudar a los demás. La doctora Vetrano concluyó su exposición afirmando que la mayoría de las colitis ulcerosas se curarían si no se ingiriera con antelación ningún tipo de medicamento. Sólo de esta forma se evitaría dañar los poderes curativos del organismo, y, por supuesto, si el paciente está completamente decidido a hacer todo lo necesario para evitar que le extirpen el colon.
Capítulo X CONSEJOS ÚTILES PARA AQUELLOS QUE VAN A AYUNAR
Ahora que se ha decidido a ayunar, prepárese para pasar estas estupendas vacaciones. La mejor decisión que ha tomado nunca. A continuación le ofrecemos algunos consejos útiles para hacer que disfrute de una de las experiencias más gratas e inolvidables de toda su vida. Si hace las maletas para irse al lugar donde va a realizar su ayuno, incluya alguna ropa un tanto estrecha que pueda ponerse tras el ayuno para exhaltar la magnífica figura que le quedara después de perder tanto peso. Las mujeres disfrutamos más cuando interrumpimos el ayuno, si tenemos "alguna cosilla que ponernos".
No se despida de la comida antes del ayuno con una gran comilona, ya que se arrepentirá, pues podría originarle serios problemas, como una descomposición gastrointestinal y abscesos internos (según datos ofrecidos por la doctora Virginia Vetrano en julio de 1970). No ingiera medicamentos mientras ayuna. Los fármacos son aún más peligrosos cuando está ayunando, ya que al administrarse por vía oral entran en contacto directo con el estómago y los intestinos, sin ser diluidos por la comida, provocando, con ello, una violenta expulsión. Las inyecciones producen grandes reacciones en el sistema nervioso y el ingerir vitaminas puede envenenar al organismo y causar gota u otros problemas funcionales. Aunque es cierto que se ayuna mejor cuando el tiempo es cálido y templado, no aplace un ayuno por este motivo, ya que siempre se puede utilizar una manta eléctrica (es mejor ponerla bajo la funda de la cama) si hace frío. Conviene señalar que el frío es bastante desagradable durante el ayuno. Si sufre algún problema durante el ayuno, avise a su supervisor, pero sin exagerarlo, y no critique sus decisiones. No solicite más atención de la estrictamente necesaria, sea independiente. No discuta, llore, se lamente o proteste. Agradezca la oportunidad que tiene de poder curarse sin tener que ingerir medicamentos, sin cirugía u otro tipo de interferencias al organismo. Confíe en el Higienismo y en su supervisor y tenga fe en sí mismo y en la capacidad de su organismo para recuperar su buena salud. Sea feliz y salude a todo el mundo con una agradable sonrisa. Haga que le conozcan por ser una persona amable, agradable y simpática, y todo el mundo le querrá. Converse con quienes le rodean, con el objeto de evitar que se preocupen por usted. No lea libros ni vea cierto tipo de programas televisivos que puedan alterar su tranquilidad. Procure no pasar mucho tiempo leyendo, escribiendo, hablando o viendo la televisión. Es más, el televisor emite unas radiaciones que perjudican el sistema nervioso, y más aún a las personas que están ayunando, pues se encuentran en una situación más vulnerable. Podrá pensar con más claridad durante el ayuno, pero evite pensar en los problemas, y descanse su mente todo lo que pueda. No se altere e intente conservar el equilibrio emocional, de esta forma no gastará la energía que su organismo necesitará durante el ayuno. Recuerde que el ayuno varía para cada persona, e incluso nunca se experimenta un mismo ayuno en una persona, siempre se producen situaciones distintas, aprenda de ellas, pero no se confunda y llegue a conclusiones equívocas. Intente convertirse en el paciente ideal, y conseguirá los mejores resultados. Según el doctor Esser, el «paciente ideal» es aquél que posee algunos conocimientos del Higienismo, aunque no necesariamente, pero que se convierte al Higienismo y se pone en manos de su especialista por completo, aceptando todas sus decisiones y acatando todas sus instrucciones. Asimismo, añade que los peores pacientes son aquellos que han probado todo lo que las llamadas «curas naturalistas» ofrecen y acuden al Higienismo para ver que tipo de tratamiento ofrece; piensan que saben más que el profesional Higienista, incluso creen saberlo todo, porque lo han probado todo. ¡No importa si están enfermos o no! No quieren cooperar, tienen sus propias ideas y es imposible hacer que entiendan lo que es vivir de acuerdo con la naturaleza.
Si se ha desplazado para realizar su ayuno, sáquele todo el partido que pueda, siga todas las instrucciones que le dé su médico y se alegrará de haberse tomado las mejores vacaciones de su vida. Capítulo XI DESPUÉS DEL AYUNO ¡No Espere Una Recuperación Inmediata! ¡Por fin llegó el gran día! ¡Se terminó su ayuno durante tanto tiempo! ¡Lo consiguió! (¡10 días, 14 días, 21 días, 30 días, 60 días, el tiempo que fuese!) ¡Qué día tan maravilloso! El zumo (o una fruta) sabe como si fuese néctar y ambrosía. ¡Oh, me lo he terminado ya! Bueno, no importa, pronto tomaré algo más. Consuma entre 112 y 224 gramos de zumo cada dos o tres horas el primer día ─del tiempo─ no más de cinco o seis veces al día, o menos si su cuerpo así se lo pide. No lo ingiera de golpe, bébaselo poco a poco y saboréelo. En algunas ocasiones, puede tomarse un poco de sopa de verduras (en situaciones extremas). Normalmente, se interrumpe el ayuno con una fruta que tenga mucho zumo, según aconseje el supervisor, a temperatura ambiente, bien masticada, despojada de membranas, piel y semillas. Después de varias comidas, se sentirá eufórico, con unas impresionantes ganas de echar a correr. ¡No lo haga! (De todas formas no podría.) Debe recuperarse con lentitud, su cuerpo le agradecerá que le dé tiempo para acostumbrarse a la nueva situación. Todas estas instrucciones tienen como objetivo permitir que su aparato digestivo y el intestino se acostumbre otra vez a funcionar con normalidad, lo que requiere una serie de cambios fisiológicos en su organismo. Deberá continuar ingiriendo zumo o fruta (una pieza cada dos o tres horas, de cinco a seis veces al día) durante tres o cuatro días, acompañado por dos o tres comidas compuestas simplemente por un sólo tipo de fruta al día, pudiendo introducir en su dieta una ensalada de verduras (quizás el sexto día) y frutos secos (el octavo día). Fue la doctora Virginia Vetrano quien ofreció en 1973 la posibilidad de interrumpir el ayuno con una pieza de fruta rica en zumo. Experimentó con este método y obtuvo excelentes resultados, incluso un equilibrio en las funciones intestinales del paciente. Será su propio supervisor el que decida con qué tipo de método tendrá que interrumpir su ayuno. Después del ayuno, el paciente se encuentra satisfecho con poca comida, pero después de unos días, se tiende a comer en exceso. Tómeselo con calma, y no coma mucho, ni se preocupe si su organismo tarda más tiempo en digerir los alimentos, aunque no se note ningún síntoma o malestar. Algunas personas no sufren problemas digestivos tras el ayuno, otras sí, aunque nunca antes se hubiesen notado ningún tipo de problema, ya que hay personas que comienzan el ayuno sufriendo, sabiéndolo o no, un poco de inflamación intestinal. No se preocupe, ni se altere, pasará. Continúe comiendo moderadamente, e ingiera sólo aquellos alimentos que su médico le ha recomendado, de esta forma no le pasará nada. Su cuerpo
tiene que adaptarse a la nueva situación, déle tiempo. Si está muy delgado, no se preocupe, ni siquiera piense en el peso que tiene, ni coma en exceso para engordar, ya que el organismo ganará peso si así lo necesita. Aunque sólo engorde medio kilo a la semana, no se alarme, pues supone engordar trece quilos en seis meses. Mucha gente engorda más rápidamente, pero no importa, es el organismo el que decide cuando debe engordar y a qué ritmo. Después de un ayuno prolongado, tendrá que ingerir una cantidad mayor de proteínas, sin exceder las necesidades orgánicas. El organismo no puede digerir muchas proteínas justo después del ayuno, ni puede ingerir proteínas concentradas, pues son las más difíciles de descomponer y consumir. El doctor Herbert M. Shelton expuso en su libro Fasting For The Renewal of Life que la retención de nitrógeno (el principal elemento de las proteínas) se incrementa con una dosis mayor de minerales e hidratos de carbono, y es más importante que la dieta contenga más cantidad de estas sustancias, que un exceso de proteínas. Notará como poco a poco recuperará las fuerzas, empezando primero a dar cortos paseos y a realizar alguno ejercicios fáciles. Se recomienda hacer cada día un poco más de ejercicio, siempre de acuerdo con su condición física, de esta forma se ayuda a la completa normalización de las funciones digestivas. Tras el ayuno, el organismo podrá asimilar más fácilmente los alimentos, por lo que le recomendamos un descanso después de cada comida, de esta forma favorecerá la digestión, ganará peso y obtendrá más vigor. Le recomendamos que permanezca en el lugar donde realizó el ayuno el tiempo necesario para engordar, y estar «presentable» ante amigos y familiares (si ha adelgazado mucho). Si no puede, no se preocupe, poco a poco se darán cuenta que goza de mucha mejor salud que antes. Continúe con una dieta basada en alimentos en estado natural todo el tiempo que pueda y no tenga prisa en añadir en su dieta alimentos cocinados, ya que cuanto más tiempo pase ingiriendo alimentos naturales, mejores resultados obtendrá. Si es posible, no vuelva a cocinar los alimentos, así evitará contaminar otra vez su sangre impoluta, obtendrá todas las enzimas, vitaminas y minerales que contienen los alimentos, así como los aminoácidos, y evitará que se altere su equilibrio natural. Recuerde que los alimentos en estado natural ofrecen muchos más nutrientes que la comida cocinada, y, después de un ayuno, no es el mejor momento para jugar con las necesidades orgánica. A continuación analizaremos algunos de los síntomas que pueden aparecer después del ayuno, si los sufre, no se alarme, desaparecerán rápidamente. Probablemente, sufrirá algunos dolores de garganta, aunque no debe preocuparse por ellos, ya que desaparecerán rápidamente. También puede que aparezcan algunas llagas en la boca, pero sanarán, aunque esté ingiriendo alimentos. Puede que sus pies huelan un poco (edema), pero es algo temporal, e incluso puede que no vuelva a ocurrirle más. Por supuesto, no intente interrumpir estos síntomas, es mejor que los ignore. Esto no significa que todo el mundo los sufra.
Los primeros movimientos intestinales serán fáciles y normales. Si presenta alguna dificultad, posiblemente necesite una lavativa. No se preocupe, e informe a su supervisor, él le
ayudará. Las primeras heces olerán muy mal, pero es algo temporal; las siguientes pueden que sean un poco blandas, pero gradualmente recuperarán su consistencia habitual. Al regresar a casa, no tenga prisa en volver a hacerse cargo de sus obligaciones y responsabilidades, emerja poco a poco en su vida habitual, coma despacio, descanse mucho, y no haga que desaparezcan los beneficios que ha obtenido, obtenga intereses de su inversión en salud. Cabe señalar que tras el ayuno, el organismo es mucho más vulnerable, ya que el nivel de tolerancia de toxinas es mucho más bajo, el cuerpo no tolerará las toxinas y reaccionará fuertemente para eliminarlas. Mientras su cuerpo toleraba las toxinas, se iban originando enfermedades en su interior, hasta llegar al punto de poder provocar su muerte. Un nivel bajo de tolerancia es un paso a favor, pero también supone ser más vulnerable. Por tanto se recomienda, mantenerse alejado de los hospitales, de los medicamentos y de otras sustancias tóxicas, evitar a los fumadores, los gases de monóxido de carbono y el aire contaminado. Intente vivir siguiendo todos estos consejos, y mantendrá bajo su nivel de tolerancia, impedirá que las toxinas interfieran el funcionamiento normal de su organismo y no correrá el riesgo de sufrir el primer nivel de una toxemia (enervación, falta de la suficiente energía nerviosa), al que le sigue la muerte de tejidos, y el origen de la enfermedad como tal. Si vuelve a sus hábitos anteriores, echará por la borda todo lo que ha conseguido. Este es el momento de decidir seguir los pasos de una vida Higienista y sentir como su salud mejora día a día. Puede que tarde un año o más en notar los beneficios a los que aspiraba cuando decidió realizar el ayuno, pero si sigue los consejos del Higienismo y vive de acuerdo con la naturaleza, seguro que lo conseguirá. Le voy a poner un interesante ejemplo, uno de nuestros amigos de Indianápolis había sufrido de obesidad durante toda su vida (le llamábamos «el Manteca»), sufría de artritis reumática y tenía un hueso dañado como consecuencia de una caída que tuvo. Después de ayunar durante 27 días en el Health School de San Antonio, Tejas, se recuperó por completo y pudo volver a su antiguo trabajo. Transcurrido un año, en el que había seguido una dieta Higienista modificada, con un 75% de alimentos en estado natural, incluyendo verduras cocinadas, leche, queso, judías y cereales, decidió mejorar al máximo su estado de salud. Leyó toda la literatura Higienista que pudo conseguir y siguió paso a paso todos los preceptos del Higienismo. Basó su dieta en alimentos en estado natural y sólo comía frutas, hortalizas de hojas verdes y frutos secos; cultivaba su propia comida en su jardín, digno de admirar, del que se abastecía él, y su familia y amigos. Se creó su propia tabla de ejercicios, que seguía día a día. Construyó un solarium cerca de su huerto, e intentó seguir al pie de la letra todos los principios recomendados por el Higienismo. Estudió el Higienismo, siguió una vida Higienista, y obtuvo unos resultados dignos de admirar. Cuando nos lo encontramos en 1966, tenía 55 años, pero tenía el cuerpo de un muchacho de 25, musculoso y delgado, moreno, bronceado, con un vigor interior, incluso nos hizo alguna demostración de sus ejercicios, entre los que incluía el pino. Durante la época de cosecha en Indianápolis, nos abasteció de alimentos frescos de su huerto. Nos ayudó a crear la sociedad Indianapolic Chapter of the American Natural Hygiene Society, de la que fue presidente hasta que abandonó Indianápolis en 1974.
Contó su historia en las conferencias que ofreció en Indianápolis, Cincinnati y San Louis, de forma llana y sencilla, y muchos aprendieron de él. Muchos deberían seguir sus pasos, y dejar de llevar una vida llena de hábitos que conducen a la patología.
Capítulo XII MI PRIMER AYUNO
Después de realizar un ayuno de 29 días, he disfrutado durante ocho años las consecuencias de su bondad. Esta historia se remonta a octubre de 1966, fecha en la que visité el instituto Shangri-La Natural Higiene Institute en Bonita Springs, Florida. Una amiga nos había contado una asombrosa historia que había sucedido allí, así que decidimos ir de peregrinación al ShangriLa. La historia contaba como un hombre que sufría un tumor se había recuperado por completo con un ayuno de 30 días, salvando su riñón izquierdo. Estaba muy sorprendida con lo que allí sucedía, por lo que decidí conversar con los pacientes, leer libros que hablasen del Higienismo, escuchar conferencias, plantear todas las preguntas que se me ocurrían, e incluso observé las reacciones de mi cuerpo durante nuestra estancia de diez días, pues seguimos también una agradable y apetitosa dieta Higienista. Pronto me dí cuenta de que había descubierto un sentido a la vida, una vida en armonía con la Naturaleza, agradable y cómoda, muy beneficiosa, y bastante económica. Durante más de ocho años, me dediqué a estudiar todos los temas relacionados con la salud y la nutrición y a visitar todas las instituciones que se hacen llamar «escuelas» de nutrición. He analizado cada una de las dietas convencionales, formadas por vitaminas «naturales», miel y vinagre, zumos, dietas ricas en proteínas, y otra serie de teorías, muchas de ellas peligrosas y perjudiciales para el organismo. Llegué hasta la desesperación intentando encontrar una forma de eliminar todos los problemas de mi organismo, originados por los malos hábitos alimenticios y la mala forma de vida, así como por un tratamiento de vitaminas que tomé durante cinco años. En 1958, dejé de tomar cualquier tipo de medicamentos, así como alimentos no recomendables, pero continué tomando vitaminas desde 1960 a 1966, e ingiriendo carne. En 1964, empecé a sufrir unos síntomas muy desagradables, inflamación de la membrana mucosa, dolor en la nariz y en el útero (la copulación era increíblemente dolorosa), y erupciones cutáneas alrededor de la boca. Incluso sufrí periódicas distorsiones en la visión y problemas digestivos. Probé con dietas vegetarianas y pareció que me hacían efecto, pero luego me sentía débil y recurría otra vez a la carne. Cuando volvimos del Shangri-La en 1966, tiré todas las vitaminas a la basura y comencé una dieta Higienista, pero con cantidades moderadas de comida cocinada. Pensé que sabía lo que estaba haciendo, pero nadie me había avisado de cuáles eran los síntomas que se originaban al mejorar una dieta.
Actualmente, las personas que se convierten al Higienismo, se pueden informar rápidamente de todo esto leyendo el artículo del doctor Stanley S. Bass, titulado What Symptons to Expect When You Improve Your Diet y que fue publicado en la revista Hygienic Review en enero de 1973. Empecé a perder peso rápidamente, en dos meses perdí unos 8 quilos. Durante el primer mes, parecía que mi organismo aceptaba bien la dieta Higienista. Poco después, empecé a sufrir otra vez mis problemas digestivos, tardaba entre ocho y doce horas en digerir una comida, y podía meterme un alimento en la boca y sentirlo durante horas en mi garganta. Comencé a saltarme algunas comidas y ayunaba durante 24 horas, con alguna mejoría, pero nada importante. Así que decidí ayunar durante tres días. Después de este ayuno de tres días, me sentí bastante bien. Al cuarto día, me levanté con un gran ánimo, estaba preparada para romper mi ayuno, cuando, de repente, me entró un terrible dolor en el abdomen y vomité una mezcla de bilis, mucosidad y sangre. ¡Me asusté muchísimo! Poco después conseguí contactar por teléfono con el señor Cheatham (del Shangri-La), el dolor había cesado, pero todavía sentía un ligero requemor, le conté lo que me había ocurrido y me explicó que estaba sufriendo una crisis, por lo que me recomendaba permaneciera con mi programa de ayuno hasta que no me encontrase bien por completo. Así que prolongué mi ayuno durante cinco días más. Recuerdo que decidí interrumpirlo un jueves, momento en el que pesaba 44 quilos. Seguí una dieta en la que sólo se ingería un tipo determinado de alimento por comida y todo salió bien, exceptuando el hecho de que no podía ganar peso. Entonces intenté seguir una dieta Higienista mixta, pero empecé a sufrir problemas digestivos. Por tanto, decidí ir al Shangri-La y someterme a un ayuno prolongado. Llegamos a mediados de enero de 1967 y ayuné durante 21 días más. Cuando llegué tan sólo pesaba 42,5 quilos. Me alegré muchísimo de estar allí, ya que desde ese momento dejé de padecer la tensión que sufría y, al fin, pude descansar con toda tranquilidad. Al cuarto día, utilicé un trapo húmedo para limpiarme los dientes y vomité una vez tras otra. Este sentimiento de náusea dejó paso a un ligero malestar, que parecía mejorar si me tendía en la cama con la cabeza baja (sin almohada). El problema era que estaba acabando con las pocas fuerzas que me quedaban. Había cometido un gran error ayunando en casa, perdiendo tanto peso, y luego viniendo a otras sesión de ayuno. ¡Hubiese sido mucho mejor haber esperado hasta que hubiese organizado todo lo necesario antes de comenzar el ayuno, y no haberme debilitado de esta forma! Tan sólo quise hace un ayuno de tres días en casa para mejorar un poco mi salud. Pero me atrapé yo misma, la gran cantidad de toxinas acumuladas en mi organismo era demasiado grande como para realizar un ayuno por mi cuenta. Sin embargo, el señor Cheatham me animó y me dio fuerzas, y lo conseguí. Durante el ayuno, no sufrí ninguna crisis más, ni otro dolor de abdomen. Sin embargo, padecí los siguientes síntomas: leucorrea olorosa, la lengua revestida de una sustancia
blanquecina, un sabor desagradable en la boca, un mal olor, la orina era oscura y olía muy mal, y sufría la mayor parte del tiempo un ligero malestar, pero nada demasiado fastidioso. No pasé hambre, ni siquiera me acordé de la comida, era un alivio no tener que preocuparme de los alimentos y de sus posibles consecuencias digestivas. Descansé y obedecí todas las instrucciones que me dieron. Mi cama estaba al lado de dos ventanas, así que por las tarde me daba el sol, cosa que me relajaba y tranquilizaba, veía a los pájaros revolotear por el día, y las estrellas por la noche. No escuchaba la radio, ni veía la televisión, y lo único que leía era mi correo. Observándome en un espejo, podía notar como el organismo iba expulsando todos aquellos fármacos que a lo largo de mi vida había consumido. Sin embargo, me olvidé que tenía que haber hecho algo de ejercicio, por lo menos levantarme y pasearme por el pasillo, cosa que era capaz de hacer. Sólo salía de la cama para hacer mis necesidades. Mis ojos brillaban y durante la mayor parte del tiempo me sentía feliz y optimista. Le estaba muy agradecida al Higienismo, al Shangri-La y al señor Cheatham. Me preocupé por el insomnio que sufría, porque no sabía que no tenía importancia. Sin embargo, me acostumbre a permanecer a oscuras en la cama mirando las estrellas, o rezando. Durante este tiempo, llegué a comprender mejor a los demás y a mí misma, estaba llena de paciencia y coraje, con una gran paz interior, al tiempo que parecía estar unida con el cosmos. Una maravillosa mujer, que se llamaba Frances, venía diariamente a limpiarme la habitación y me dio una esponja para que tomase mi baño de la mañana ─siempre me alegraba al verla─, luego me quedaba dormida durante un rato. Señalé en un calendario los días de la semana, cada día suponía un éxito para mí. Otra maravillosa mujer, Alta, se ofrecía siempre a hacerme la compra que necesitaba. Mi querida amiga Carlota me visitaba todos los días y me abría las ventanas para que pudiese tomar el sol. El señor Cheatham me visitaba todos los días, en algunas ocasiones incluso dos veces al día, y me daba ánimo para que siguiese adelante. Un día, una noche, otro día, hasta que supe que había llegado el momento de interrumpir mi ayuno. Mi peso había bajado hasta 34 quilos, y sabía que era el momento. Llamé al señor Cheatham, hablamos y accedió. Él me preparó personalmente el zumo de naranja y me lo trajo en seguida.
Nada se puede comparar a la agradable sensación que se experimenta al interrumpir un ayuno prolongado. El sabor del zumo o de la fruta es increíblemente delicioso y no se puede describir la euforia que se siente. Después de casi una semana, me sentí lo suficientemente bien como para vestirme con colores llamativos, ponerme mis pendientes, e ignorar mi flacucha figura. Todo el mundo comentaba lo bien que me encontraba, con asombro por mi parte, sin hacer comentarios sobre lo demacrada que estaba. Sin embargo, seguía estado preocupada por mi peso y, sobre todo, porque todavía tenía molestias digestivas. Esperaba una «salud instantánea». No me daba cuenta de que estaba haciéndolo todo muy bien, ganaba de medio a un quilo a la semana, ingería una dieta mixta sin que me entrase náuseas, sólo sentía que tardaba más en hacer la digestión y que se me repetía la comida. Estaba bastante bien, considerando mi vida pasada y el período de adaptación del cuerpo a la nueva situación. Sólo empezó a dolerme el estómago, cuando comencé a ingerir ensaladas y frutos secos. En una ocasión, se me hincharon lo tobillos, pero desapareció en un día o dos. También tenía unas llagas en la boca, pero pronto se me curaron. Otra maravillosa señora, Lee, la ama de llaves jefe, me ayudó mucho a mantener mi moral durante el ayuno, e incluso durante el período después del ayuno, cuando reaccioné demasiado a algunos problemas que me surgieron. Conocí a mucha gente amable y maravillosa en aquel lugar. Una pareja encantadora, los Swensons, que me ayudaron mucho durante este tiempo, y que recientemente acudieron a una de nuestras conferencias del Hygienic Chapter en New Port Richey, en Florida (el mundo es un pañuelo). Un mes después de terminar mi ayuno, pesaba unos 38 quilos, había ganado alrededor de cuatro quilos. No quería que me viese mi familia y mis amigos hasta que hubiese recuperado más peso, así que decidí quedarme en Shangri-La un mes más. Fue una buena decisión. Volví a casa un mes después, con un peso de 44 quilos ─lo mismo que pesaba cuando llegué a Shangri-La tres meses antes─. Mis funciones digestivas habían mejorado considerablemente y tardé seis meses en conseguir pesar 50 quilos, que es más o menos lo que peso en la actualidad. Tuve altibajos durante los primeros años, pero en la actualidad ingiero una dieta basada en alimentos, en su gran mayoría, en estado natural. Mi salud ha mejorado muchísimo, y a veces ayuno durante 36 ó 48 horas, lo que no supone ningún problema. No he vuelto a sufrir los síntomas que sufría antes de descubrir el Higienismo. Capítulo XIII FORME PARTE DE LA ÉLITE
Son pocas las personas que no pueden seguir una vida Higienista, ayunar y formar parte de la élite de personas que han tomado la valiosa decisión de mejorar su salud y prolongar su vida. Si se conforma con el simple alivio de los síntomas que sufre, terminará sufriendo graves problemas. Tiene que hacer un esfuerzo por recuperar su buena salud, deje de tomar medicamentos y dé el primer paso hacia la recuperación de su salud, ayune, y continúe viviendo de acuerdo con la naturaleza. Las personas que han sufrido enfermedades degenerativas crónicas deben pensarse bien si quieren seguir una vida Higienista, porque para ellos no hay marcha atrás. Después de un ayuno prolongado, no podrán volver a seguir ingiriendo su dieta convencional, aunque parece bastante difícil que una persona quiera dejar el Higienismo, después de haber probado esta fascinante forma de vida. Sin embargo, recuerde que este error puede costarle un alto precio. Si quiere mejorar su salud, permita que el ayuno le demuestre sus efectos, para que así pueda comprobar los beneficios que se obtienen con este antiguo método de recuperación y conservación de la salud. Si usted es una de esas afortunadas personas que se han convertido al Higienismo antes de sufrir ninguna pérdida de salud, le felicito. La vida Higienista le permitirá conservar su buena salud y vivir más y mejor. Y si además realiza regularmente un ayuno, conseguirá obtener la más óptima salud. DIRECCIONES DE CENTROS HIGIENISTAS 3 Todas las direcciones que aparecen en el libro corresponden a centros estadounidenses. Estimo oportuno no traducirlos y poner en su lugar direcciones de centros que contacten con la Fundación. También podríamos incluir personas interesadas de aparecer en el directorio (siempre que demostraran una experiencia válida en el campo del higienismo). BIBLIOGRAFÍA En lo que respecta a la bibliografía, estimo oportuno no traducirla, ya que sería interesante que todos estos libros fueran publicados por la propia Fundación. En el momento en que estén traducidos, podemos incluirla como bibliografía recomendada. Traducido por Victoria Machuca Tortosa, Tel. 629 577386; C.e: ¡Error! No se encuentra el origen de la referencia. por encargo de Jose Manuel Llorca director de la Fundación Pharus Plg. Lourdes S/N. Coín (Málaga). ========================================= 3
Nota del revisor
EL SISTEMA DE SALUD DEL HIGIENISMO Copyright @1986 LIFE SCIENCE INSTITUTE La Ciencia de la Nutrición OCTAVA PARTE: PRÁCTICAS DAÑINAS A EVITAR LECCIÓN 44ª CUADRAGÉSIMA CUARTA Sobrealimentación: Fanatismo por el ayuno y fanatismo por las dietas Hannah Allen *GENERALIDADES *OBJETIVOS DE ESTA LECCIÓN *DEFINICIONES *CONCEPTOS CLAVE *HECHOS DESTACADOS *ESQUEMA GLOBAL DE LA LECCIÓN: I. PREFACIO II. QUINTAESENCIA III. "APETITO" NO ES SINÓNIMO DE HAMBRE IV. DESARROLLO DEL HÁBITO DE COMER EN EXCESO V. COMER EN EXCESO DETERIORA LA SALUD VI. LA MENTALIDAD REMEDIADORA VII. CÓMO COMER EN EXCESO VICIA EL CUERPO VIII. SI QUIERE COMER MÁS, COMA MENOS IX. PERSONAS QUE COMEN POCO VS. PERSONAS QUE COMEN MUCHO X. LA REGLA GENERAL XI. CONSTRUYENDO SALUD Y FUERZA XII. EL CONOCIMIENTO REFUERZA LA FUERZA DE VOLUNTAD XIII. ADICCIÓN A LA COMIDA A. Atiborrarse B. Cómo escapar a la esclavitud de comer en exceso C. Creando hábitos nuevos D. Programa práctico XIV. HISTORIA XV. ACTUALIDAD XVI. AYUNO FANÁTICO VS. AYUNO RACIONAL XVII. PROBLEMAS ESPECIALES XVIII. FANATISMO POR LAS DIETAS A. Las únicas dietas seguras y correctas. B. Setenta millones de norteamericanos con exceso de peso C. Dietas altas en proteínas 1. Qué puede hacer una dieta alta en proteínas D. Dietas bajas en carbohidratos E. Las dietas de Atkins y Stillman F. La dieta Scarsdale G. La dieta de Beverly Hills H. La dieta Pritikin I. Weight-Watchers (Los Vigilantes del Peso) J. La dieta de la Última Oportunidad
K. Los bloqueadores de almidón L. Poliéster de sucrosa M. La Puerta Dorada N. La envoltura de plástico O. La dieta líquida de Cambridge P. La grapa en el oído Q. Supresores del apetito R. ¿Hasta que punto puede hacer el ridículo? S. Mi opinión XIX. BULIMIA XX. SISTEMA RACIONAL DE CONTROL DE PESO XXI. MÉTODOS HEROICOS PARA COMEDORES COMPULSIVOS A. Cirugía para la obesidad B. Comedores compulsivos anónimos XXII. CONOCIMIENTO Y SABIDURÍA XXIII. EPÍLOG *PREGUNTAS SOBRE LA LECCIÓN *RESUMEN DE LA LECCIÓN *BIBLIOGRAFÍA *TEXTOS COMPLEMENTARIOS *HOJAS DE TRABAJO *RESPUESTAS XVI. AYUNO FANÁTICO VS. AYUNO RACIONAL La mayoría de las personas temen el ayuno al que llaman dieta "del hambre," y están convencidas de que nunca podrían ayunar. En el polo opuesto están aquellos que se vuelven fanáticamente adictos al ayuno, o bien porque creen que controlará su peso, o bien porque mejorará su salud. Estas personas no comprenden realmente lo que es el ayuno. El ayuno puede dividirse, en general, en tres categorías: 1. Ayuno terapéutico: De diez a treinta días, o más, para aliviar problemas patológicos (o para reducir el peso, en algunos casos) -en general, para ser emprendido no más de una vez al año (si son quince o treinta días o más), o dos veces al año (si son diez o catorce días). Dichos ayunos deberían ser supervisados. Algunas personas creen que los ayunos de diez a catorce días dos veces al año son beneficiosos para casi todo el mundo. Otros creen que dichos ayunos no deben ser tomados sin una razón. Esta es mi opinión. 2. Ayunos de mantenimiento: Para una mejoría general de la salud, o para un progreso mayor entre los ayunos terapéuticos (de tres a cinco días, no más de una vez al mes, o quizás bimensualmente, en algunos casos). Podrían ser útiles para el control del peso de algunas personas. Ayunar durante tres días al mes, sin una razón, realmente no es aconsejable o necesario. Si uno no está tiene ningún problema, no hay necesidad de ayunar. 3. Ayunos semanales o bisemanales de 36 horas, como parte del programa regular -una buena idea para la mayoría de la gente. Realmente no considero esto como un ayuno -más bien como un respiro para el sistema digestivo. La Dra. Vetrano (Dr. Shelton's Hygienic Review, noviembre 1979, p.79) dice, "Para gozar de una máxima salud, no hace falta ayunar a menos que esté herido o a menos que esté
pasando por una crisis aguda de alguna clase. Si de verdad vive de forma higienista, todo lo que necesita, debido al entorno contaminado, es un descanso una vez al año y un ayuno "de puesta a punto" de ocho a catorce días. Si vive en el campo, lejos de todo tipo de contaminación, puede no requerir un ayuno de esa duración. "Ayunar un día a la semana puede ser demasiado para algunas personas. Pueden no ser capaces de ganar peso, o músculo, por ayunar tan a menudo. Ayunar tres días al mes, por ninguna razón, no es necesario. Cuando no tenga hambre, ayune. Mientras tenga hambre, y no tenga ningún problema físico o mental, entonces no hay razón para ayunar. Simplemente viva de forma higienista." Los fanáticos del ayuno a veces ayunan en días alternos, o hacen un ayuno de dos o tres días cada semana. A veces ayunan durante periodos más largos – treinta o sesenta días o más – cuando no hay una razón terapéutica para hacerlo así. Pueden ayunar una semana o más a intervalos frecuentes – cada mes más o menos (o con más frecuencia) –. Algunas de estas personas se embarcan en este tipo de "programa" con la esperanza de que los periodos frecuentes de ayuno gradualmente propiciarán el rejuvenicimiento y la salud óptima (o en un intento por normalizar su peso). Hacen esto con la creencia errónea de que un ayuno tan irregular puede lograr los mismos resultados espectaculares que un ayuno prolongado. Un uso tan caprichoso del ayuno puede resultar peligroso. Los ayunos cortos, tomados en intervalos demasiado frecuentes, producen enervación y agotamiento, y crean deficiencias nutricionales. Los problemas serios no pueden corregirse de esta manera. Hasta cierto punto, los periodos de ayunos cortos bien planificados y bien espaciados sí tienen el potencial de mejorar la salud, pero, incluso en aquellos casos donde se logra una remisión exitosa de un problema grave de esta manera, es infinitamente más lento que un ayuno prolongado supervisado, y ni con mucho tan seguro. Gran parte del valor rejuvenecedor y terapéutico de un ayuno prolongado (de catorce a treinta días, o más) sólo con agua destilada, puede ser atribuido a la sucesión ininterrumpida y ordenada de los fenónemos iniciados por el organismo cuando se ve continuamente privado de fuentes alimenticias externas. A medida que el ayuno progresa, la eliminación de toxinas se acelera, y el cuerpo continua explorando sus reservas en busca de materiales para sostener la vida. Los elementos nutritivos que han sido almacenados en el cuerpo son liberados en la corriente sanguínea, para ser salvados y absorbidos por las células. A medida que el ayuno progresa, la utilización de suministros disponibles se logra con una economía y eficacia crecientes. Las condiciones ideales para una autólisis de los desechos y curación máximas se producen sólo por la abstinencia prolongada de alimentos, y hay una pérdida de peso constante. En cambio, los periodos de ayuno cortos, irregulares, frecuentes son una sangría para el organismo, sin la correspondiente recompensa. Por cada periodo de ayuno, el cuerpo debe sufrir los estreses de adaptarse al ayuno y readaptarse a la alimentación, con muy poco tiempo
entremedio para experimentar cualquier beneficio. Si está intentando perder peso, este es un mal método, y no sólo será un fracaso, sino también una amenaza para la salud, Puede perder unas pocas libras cuando ayuna y volverlas a recuperar entre ayunos -que es peor que no perder nada de peso. Dicha práctica no sólo es contraproducente, sino que ocasionará debilidad y malnutrición – incluso si tiene exceso de peso –. Utilizar periodos de ayunos planificados y bien espaciados de diez a treinta días es la manera más fácil, más rápida y más eficaz para perder peso -para muchas personas. Las libras se derriten rápidamente, con el beneficio extra de una mejora en la salud. En esta clase de ayuno, el reajuste a comer es bastante diferente que el constante vaivén entre comer y ayunar, que generalmente conduce a comer glotonamente en los días que come. Después de un ayuno semanal de treinta y seis horas, uno tiene un fuerte apetito, pero, por regla general, no hay tendencia a comer en exceso para compensar las comidas perdidas. Incluso un ayuno mensual (o bimensual) de tres días no es seguido generalmente por un deseo incontrolable de "comer todo lo que esté a la vista". Ayunar diez a catorce días dos veces al año, o treinta días una vez al año (si hay una necesidad terapéutica para un ayuno de treinta días) es seguido por un periodo de reajuste, pero, ordinariamente, esta situación infrecuente no conduce a la habitual sobrealimentación. De hecho, en muchos ejemplos, como periodos de ayuno prolongados (bajo supervisión profesional, desde luego) parece reducir la capacidad de comer y los deseos de comer a menudo grandes cantidades y alimentos insanos. Incluso las personas cuyos ayunos prologados les hacen tener más apetito descubrirán que el reajuste anual o semianual a un programa dietético moderado es factible, aun cuando algo de control será necesario para "superar el periodo más peligroso". Pero las personas que siempre "se están recobrando del" ayuno anterior al mismo tiempo que al cabo de pocos días están entrando en otro ayuno son casi incapaces de controlar las ganas de comer en exceso puesto que tales compulsiones son creadas por las demandas del cuerpo que necesita cada vez más alimentos para contrarrestar las deficiencias nutricionales producidas por el uso imprudente del ayuno como una modalidad para reemplazar unos hábitos alimenticios y un estilo de vida sanos diariamente. Cada vez que uno ayuna, se pierden vitaminas y minerales, y se experimenta un gasto de energía y una pérdida de las reservas. Tendríamos que sopesar todos estos factores frente a los efectos beneficiosos que nos deparará el periodo de ayuno. XVII.- PROBLEMAS ESPECIALES Algunas personas no pueden hacer ayunos de ninguna clase (ni frecuentes ni prolongados) para controlar el peso, porque todo lo que consiguen es oscilar entre "pasar hambre" y "atiborrarse." Desgraciadamente este es el caso de las personas muy obesas. Esto puede ser porque su metabolismo es anormal, porque el problema es glandular o de origen
congénito, o por varios factores posibles y complicados. Muchas autoridades creen que una causa importante de la falta de control en la obesidad es la presencia de demasiadas células grasas. Las personas que se han vuelto muy obesas, sobre todo si fueron niños o adolescentes gordos, tienen un problema especial. Cuando hay aumento de peso, hay una multiplicación en el número de células grasas, pero cuando se pierde peso, el número de células grasas no desciende, las células simplemente se hacen más pequeñas. Los Hartbargers (Eating for the Eighties, pp. 155-156) dicen, "Desde el momento de la concepción hasta el primer año, virtualmente todos los órganos y tejidos experimentan un crecimiento intensivo, incluyendo la división celular. Durante estas primeras etapas, se determinan las funciones más elementales de cada órgano. La desnutrición puede tener su efecto más duradero sobre el desarrollo físico y mental en esta época. A la edad de diez meses, por ejemplo, el número de células del cerebro ha sido determinado de por vida. No habrá otro periodo de un crecimiento general tan rápido hasta la adolescencia. "La nutrición excesiva puede tener efectos similares, aunque opuestos, a la desnutrición. Un buen ejemplo de esto son las células grasas. Se cree que demasiadas células grasas son un gran problema para el control de la obesidad (o la falta de él). Los dos periodos críticos para el crecimiento de células grasas son, previsiblemente, la primera infancia y la adolescencia. "Una vez que la división celular ha cesado (la tercera etapa), los efectos de las deficiencias y la sobrealimentación son generalmente más temporales. Un órgano determinado puede ser más pequeño o más grande durante unn tiempo, pero un ajuste apropiado en la ingesta de alimentos normalizará las cosas de nuevo." El Dr. Richard Lopez de la Universidad Internacional de Florida (St. Petersburg Independent, 14 de septiembre de 1979, Bob Rabin, Knight-Rider Newspapers) dice que aquellos que han tenido exceso de peso desde la infancia tienen un problema más serio porque la producción de células grasas del cuerpo es mayor en los primeros años. Dice, "Las células grasas están relacionadas muy estrechamente con el apetito. Cuando pierde peso, no pierde células grasas, pierde la grasa almacenadas en ellas." Muchas personas con grandes cantidades de células grasas son casi como alcohólicos. Son adictos a los alimentos. Incluso higienistas leales con gran número de células grasas pueden librar una batalla constantemente perdida. Conozco a una higienista que una vez ayunó hasta pesar menos de cien libras, pero la obesidad volvió, inexorablemente, a pesar de la dedicación y de comer de forma moderada. Continua ayunando dos veces al año, y comiendo moderadamente, con un progreso mínimo. Podría ser que no pudiera hacerse nada más en esa situación, pero nadie debería aceptar un callejón sin salida a menos que hayan sido exploradas todas las posibilidades. La mayoría de las situaciones pueden mejorarse -a veces, todo lo que se necesita es la determinación a tener éxito, aun cuando las apuestas estén en tu contra. Las personas que parecen ser capaces de comer mucho y nunca aumentan de peso tienen índices metabólicos más rápidos, lo cual probablemente está determinado por sus genes. Todas las dietas de alimentos crudos generalmente hacen el control de peso más fácil para la mayoría de la gente. Los comedores adictivos puede seguir atiborrándose de alimentos crudos, simplemente no es posible comer demasiados alimentos cuando están en su forma natural -
llenan mucho más. Los que se pasan el día picando pueden seguir siendo obesos con los alimentos crudos -uno no debería comer más de dos a tres veces diariamente. En realidad, la única manera de mejorar nuestra salud, o alcanzar con el tiempo el peso normal, es mediante un vida sana. El ayuno sólo acelera el proceso, sobre todo en sus fases inciales. En aquellos casos de obesidad donde el ayuno sólo parece complicar el problema, la solución radica en la motivación. control mental, y una planificación estricta e inflexible de un programa dietético que producirá una pérdida de peso ligera, gradual pero constante. Esto normalmente requiere un incentivo poderoso y un compromiso total. También requiere una vocación, una ocupación, o pasatiempo que llenen de forma eficaz los días con los medios más intersantes y divertidos de satisfacer la necesidad de uno de sentirse productivo y útil, y de este modo mejorar la auto-imagen de uno mismo. Es una gran idea llegar a involucrarse en alguna causa, ponerse una fecha tope que debe ser satisfecha, y así terminar con la preocupación de que el alimento es la mejor recompensa de la vida. El ejercicio regular, adecuado y vigoroso es de gran importancia, tanto si pretende mejorar la salud como si pretende conseguir una nueva figura. Y todos los demás principios del estilo de vida higienista, que han sido enumerados y recalcados repetidas veces, deben ser parte del programa diario del estilo de vida. El fanatismo por el ayuno nunca tiene éxito a largo plazo. Incluso puede producir anorexia patológica – pérdida del apetito, o incapacidad para comer –. Traducido por Victoria Machuca Tortosa, Tel. 629 577386; C.e: ¡Error! No se encuentra el origen de la referencia. por encargo de Jose Manuel Llorca director de la Fundación Pharus Plg. Lourdes S/N. Coín (Málaga).
=========================================== Al final de esta Unidad 45, se añade la Segunda parte de la Lección 11, de otro curso, de T.C.FRY, que podria sustituir o complementar a esta unidad ===================================== UNIDAD 45: INTRODUCCIÓN AL AYUNO
TEMA: El ayuno ayuda a recuperar la salud INSTRUCTORES: Dr. Alan M. Immerman/Dr. Alec Burton • Razonamiento • Objetivos de la unidad • Definiciones • Conceptos claves • Puntos principales • Índice • Introducción a la unidad • Preguntas sobre la unidad • Textos suplementarios • Resumen • Ejercicios • Respuestas a los ejercicios
RAZONAMIENTO El ayuno es un factor muy importante para recuperar y conservar la salud. La sociedad actual no entiende esta práctica ancestral del ayuno. Muchos de los denominados expertos, que dan opiniones pero no hechos, afirman que es peligroso estar más de unos pocos días sin alimentos. También afirman que el ayuno no tiene ninguna importancia para la salud de una persona. En esta unidad presentaremos la verdad sobre el ayuno. OBJETIVOS DE LA UNIDAD El objetivo de esta unidad es dar a conocer el tema del ayuno al estudiante de Ciencia Nutricional. En esta unidad el estudiante aprenderá qué es un ayuno, qué hace y qué no puede hacer el organismo durante el ayuno. Existe una confusión tremenda por lo que respecta al ayuno, al igual que también es grande la ignorancia sobre lo que acontece en el organismo cuando una persona ayuna. Sin embargo, se trata de una ignorancia innecesaria a la luz de los estudios científicos enfocados a determinar cuáles son las actividades orgánicas durante el ayuno. Por último, hay mucha gente que no es consciente de las limitaciones del ayuno. Algunas veces se piensa que un ayuno puede curar cualquier cosa. Esta unidad pretende revelar realidades útiles sobre el ayuno. CONCEPTOS CLAVES El ayuno es una abstinencia total de alimentos. No se permiten zumos, puesto que estos contienen una cantidad significativa de carbohidratos, proteínas, vitaminas y minerales. Durante el ayuno se permite beber agua destilada. Durante un ayuno, el organismo intenta deshacerse de las causas de la enfermedad y reparar los tejidos dañados. El proceso curativo durante un ayuno no se diferencia en cualidad de otros momentos; sin embargo, la cantidad y calidad son diferentes. Durante el ayuno, el proceso de curación se acelera mucho. En muchos casos, esto implica la eliminación de los materiales de desecho acumulados que han interferido en el funcionamiento normal de las células.
Sin embargo, es erróneo pensar que el organismo puede reparar en cualquier momento, incluyendo durante el ayuno, todos los tejidos dañados o con disfunciones. Sobre todo, es importante darse cuenta de que un ayuno no hace nada. Todo lo que ocurre cuando una persona ayuna es que al poder curativo ya presente y activo dentro del organismo se le presenta una mejor oportunidad para realizar su trabajo. El principiante en ayunos siempre se sorprende de lo que el poder curativo puede conseguir durante un ayuno. No obstante, el organismo no puede curar todos los daños en un estado de ayuno. DEFINICIONES AUTÓLISIS: La destrucción que los lisosomas hacen de las células, tejidos o crecimientos. BIOENERGÉTICA: El estudio de los cambios energéticos involucrados en las reacciones químicas que se producen en un tejido vivo. CÉLULA: Una unidad de protoplasma muy pequeña, normalmente con un núcleo y una membrana que lo rodea. Todas las plantas y animales están formados por una o más células. AYUNO: Abstinencia total de alimentos, incluyendo zumos, pero no agua. FIBRINA: Proteína estructural de la coagulación sanguínea. FIBRINOLISIS: La digestión o degradación de fibrina. METABOLISMO: Los procesos químicos y físicos que, de forma continúa, se producen en los organismos vivos y células. Incluye aquellos procesos por los que los alimentos asimilados se convierten en protoplasma (anabolismo) y aquellos en los que el protoplasma se degrada (catabolismo) en sustancias más simples o en materiales de desecho, con la liberación de energía para todos los procesos vitales. PROTOPLASMA: Un coloide semifluido, viscoso y traslúcido; la substancia esencial de todas las células animales y vegetales. Principalmente, está formado por agua, proteínas, lípidos (grasas), carbohidratos y sales minerales. INANICIÓN: El periodo de tiempo que comienza después de que una persona ha ayunado durante un número determinado de días, semanas o meses; cuando las reservas de sustancias alimenticias no esenciales que hay dentro del organismo ya se han utilizado y el organismo comienza a degradarse y a utilizar sus tejidos esenciales. HOMEOSTASIS: El estado de equilibrio (proporción entre presiones opuestas) en el organismo en relación con varias funciones y con la composición química de los fluidos y tejidos. Por ejemplo, temperatura, frecuencia cardiaca, presión sanguínea, volumen de agua, azúcar en sangre, etc. PUNTOS PRINCIPALES 1) Para la gran mayoría de personas, ayunar un periodo adecuado de tiempo es un método saludable y que no supone riesgo alguno. 2) El ayuno no es lo mismo que la inanición. Una persona ayuna cuando, para obtener energía, consume material de desecho acumulado y reservas grasas que se encuentran dentro del organismo. La inanición comienza cuando se ha utilizado todo el material no esencial y el organismo comienza a degradarse y a utilizar tejidos esenciales. 3) El ayuno es sumamente beneficioso en la mayoría de los casos de enfermedades cardiacas, diabetes, hipertensión, asma, artritis, enfermedades dérmicas y otros problemas. Con ayunos periódicos, el organismo ralentizará los procesos de envejecimiento y degeneración y expulsará los materiales tóxicos que generan cáncer.
4) El ayuno no suele ser eficaz en casos de reversión de cáncer, esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson y trastornos avanzados del corazón, hígado, riñones o pulmones. Sin embargo, el estado general del organismo suele mejorar. 5) Un ayuno prolongado sólo se debe hacer bajo la supervisión de una persona que conozca el tema, tenga experiencia, sea comprensiva y amable. ÍNDICE I. II. III. A. B. C. I. A. B.
QUÉ ES EL AYUNO A. Ayuno/inanición HISTORIA DEL AYUNO ¿POR QUÉ DEBEMOS AYUNAR? La acumulación de productos de desecho provoca enfermedad Desechos químicos más comunes Una eliminación sin impedimentos es esencial LA SABIDURÍA INNATA DEL ORGANISMO NOS GUÍA DURANTE EL AYUNO Primero se utilizan los materiales no esenciales. El organismo conserva sus órganos vitales.
I. A. B. C. D. E. I. II.
QUÉ HACE EL ORGANISMO CUANDO USTED AYUNA Desaparecen los depósitos de colesterol. Fibrinolisis Se acelera la autolisis Aumenta la diuresis Se acelera la fagocitosis. LA DIETA DE ZUMOS COMPARADA AL AYUNO QUÉ NO PUEDE HACER EL AYUNO
INTRODUCCIÓN AL AYUNO Del Dr. Alan M. Immerman y el Dr. Alec Burton
I.
QUÉ ES EL AYUNO
Existen muchas definiciones y muchos malentendidos sobre el ayuno. La palabra ayuno se deriva de la lengua anglosajona y significa «firme» o «fijo». Durante estos primeros tiempos la práctica de abstenerse de alimentos durante cierto tiempo se conocía como «ayuno». Por tanto, se refería a una persona que se negaba firmemente a ingerir alimentos. Desde este punto de vista, el ayuno se refiere a la total abstinencia de alimentos. Comúnmente y en muchas instituciones religiosas, por ayuno se entiende la abstinencia de ciertos alimentos prohibidos. En ciertos países, el lenguaje común utiliza la palabra ayuno para referirse a la abstinencia de ciertos alimentos específicos y se dice que una persona está en «ayuno de zumos» cuando subsiste a base de zumos. En realidad, estas son dietas de zumos. En el amplio sentido de la palabra, el ayuno se puede considerar como una nutrición negativa que obliga al organismo a subsistir con alimentos que están almacenados en su interior.
En este curso cuando hablamos de ayuno nos referimos a la completa y voluntaria abstinencia de todo alimento, excepto agua, al tiempo que se conserva una cantidad de reservas nutritivas adecuada para mantener la vida y un funcionamiento normal. A.
Ayuno/Inanición
También es importante establecer una clara distinción entre el ayuno y la inanición. La palabra inanición también se deriva de una palabra del inglés antiguo que significa «pestilencia» «mortandad». Por tanto, la inanición significa muerte y esto es lo que rápidamente ocurre si se agotan las reservas nutricionales. En consecuencia, debemos entender bien que el ayuno representa un proceso en el que se utilizan las reservas nutricionales al tiempo que nos abstenemos de comer. Por el contrario, la inanición representa un estado en el que ya se han agotado las reservas nutricionales y los tejidos vitales del organismo comienzan a degradarse rápidamente. I.
HISTORIA DEL AYUNO
El ayuno tiene una larga historia, aunque gran parte de ella está asociada a la religión. En la Biblia podemos encontrar unas 300 referencias sobre el ayuno. También hay muchas referencias al ayuno entre los grupos religiosos no cristianos. Como norma religiosa, el ayuno se ha practicado durante siglos y no hay duda de que, como práctica, precedió a la historia escrita. Los documentos existentes demuestran que esa abstinencia, ya sea parcial o completa, de todos los alimentos o de ciertos alimentos existió en Asiria, Babilonia, China, Grecia, India, Palestina, Persia y Roma. Los datos que poseemos de las primeras civilizaciones de Mesopotamia y Egipto indican que cierta clase de ayuno era una parte importante de la práctica religiosa. Sin embargo, yo le aconsejaría al lector que quiera investigar más sobre este aspecto del ayuno que se remitiera a otras fuentes, ya que aquí lo que más nos interesa es la utilización del ayuno como método de recuperar y conservar la salud. Nos interesa el ayuno terapéutico y utilizo la palabra terapéutico en su sentido original, lo que es importante. Terapéutico proviene del griego y significa «atender» «ayudar» «cuidar al enfermo». No, necesariamente, tiene que significar utilizar una gama de tratamientos denominados terapias. Así que nuestro interés en el ayuno se centra en su utilización como método de salud. Además de con la religión, el ayuno también se ha asociado con la magia, con prácticas disciplinarias específicas, con exhibiciones para saltar a la fama y, en el siglo XX, también con las huelgas de hambre. El reciente incidente relacionado con Bobby Sands y sus colegas en Irlanda del Norte le ha dado mucha publicidad al asunto. Sin embargo, estos usos del ayuno tienen poco que ver con nuestra consideración del ayuno como método científico relacionado con el cuidado tanto del sano como del enfermo. Durante más o menos el último siglo, el tema del ayuno se ha sometido a un cuidadoso examen experimental y científico que, probablemente, lo iniciara el famoso fisiólogo Dr. Francis Gano Benedict, del Carnegie Institute de Massachusetts. Su libro, The Study of Prolonged Fasting [Estudio sobre el ayuno prolongado], bien merece hoy en día una detenida lectura. En tiempos más recientes, el Dr. G.F. Cahill ha hecho enormes progresos en el conocimiento de los mecanismos fisiológicos y bioquímicos del ayuno. Sólo hace unos 150 años, desde el desarrollo del sistema higiénico, que el ayuno se ha utilizado seria y
satisfactoriamente como un método de salud. El trabajo de estos notables pioneros ha aumentado enormemente nuestro conocimiento sobre los aspectos clínicos del ayuno y sobre los notables beneficios que su uso suponen para el enfermo. Consideramos que es pertinente hacer aquí un breve repaso de algunos de los gigantes de la historia del higienismo, porque fue gracias a estas personas que el uso del ayuno se convirtió en una práctica fundamental en el cuidado higiénico del sano y del enfermo. El Dr. Isaac Jennings nació en Fairlfield, Connecticut (Estados Unidos), en 1788, y tras muchos años de ejercer la medicina convencional, realizó un descubrimiento iluminador. Fue en el año 1822, cuando, como resultado de sus experiencias y observaciones, sus ideas cambiaron de forma radical y llegó a la firme conclusión de que «la medicina es un enorme engaño de principio a fin». Desarrolló y enseñó una filosofía que él denominó ortopatía, que, según él, expresaba su concepto de la naturaleza básica de la enfermedad. El Dr. Jennings se sitúa en el comienzo de un nuevo movimiento, un movimiento de reforma de la salud que se tuvo lugar no sólo en los Estados Unidos, sino también en Europa occidental. Este movimiento fue absorbido por el Sistema Higiénico. Uno de los conversos del Dr. Jennings fue el Dr. William Alcott, de Boston, un primo segundo de Louisa May Alcott, la escritora de la novela Mujercitas. El Dr. Alcott fue un prolífico escritor y expuso los principios de la reforma dietética —el vegetarianismo—, así como otros factores que tuvieron gran importancia en la revolución sanitaria. El Dr. Thomas Low Nichols y su esposa, Mary Gove, fueron influidos por las revolucionarias e inspiradoras conferencias y enseñanzas de Sylvester Graham, un predicador de principios del siglo XIX que basó en la fisiología básica sus principios de la reforma de la salud. El Dr. Nichols y su esposa se convirtieron en unos ávidos defensores del movimiento higiénico y de sus prácticas. La Dra. Harriet Austin, una de las cuatro primeras mujeres que se licenciaron en Medicina en los Estados Unidos, editó a mediados del siglo XIX una revista titulada The Laws of Life [Las leyes de la vida]. Se asoció con otro famoso higienista, el Dr. James C. Jackson. Estos dos excelentes clínicos eran unos entusiastas de la higiene y, en especial, del ayuno. La propia Dra. Austin era un miembro activo de los movimientos revolucionarios a favor de los derechos de la mujer. Otra contemporánea fue la Dra. Susanna Way Dodds. Estas dos mujeres consiguieron grandes reformas en el campo de la salud a finales del siglo XIX. De hecho, la Dra. Dodds fundó un colegio mayor en San Luis, Missouri (Estados Unidos), en 1887, y escribió mucho sobre el tema de la higiene. Entre todas estas eminentes figuras destaca un hombre que dio muestras de una notable habilidad para remitir los argumentos a los principios básicos. Me refiero al Dr. Russell Trall, un escritor de lo más prolífico que expuso sus revolucionarias ideas con fuerza y claridad. Los muchos libros que escribió, algunos de los cuales se han vuelto a editar hace poco, son unas lecturas de extremo interés para los estudiantes de higiene y del ayuno. Entre los muchos higienistas estaba el Dr. Edward Hooker Dewey, nacido en Pennsylvania en 1849 y defensor incondicional del ayuno. Escribió varios libros, entre ellos The No Breakfast Plan [El plan de no desayuno] que introduce el tema del ayuno. Incluso en esta época la incipiente ciencia de la fisiología defendía el uso del ayuno. En esta relación, el famoso Dr. Beaumont hizo un montón de trabajos experimentales con un estadounidense llamado Alexis St. Martin. Este hombre tenía una herida de bala en el abdomen y la lesión dejaba al descubierto la cavidad gástrica. Debido a esta circunstancia, el
Dr. Beaumont pudo observar el proceso de digestión de distintos alimentos y los cambios en la constitución de los jugos gástricos en diferentes condiciones. Y, citando a Beaumont: «En las diátesis febriles se secreta muy poco o ningún jugo gástrico; de aquí la importancia de no introducir alimentos en el estómago en las afecciones febriles. No proporcionan ninguna nutrición, en realidad son una fuente de irritación para ese órgano y, en consecuencia, para todo el sistema. En estas circunstancias no se puede secretar ningún solvente y los alimentos son indisolubles en el estómago, como lo sería el plomo en circunstancias normales. » Beaumont informa que la comida permaneció en el estómago de Alexis St. Martin entre 6 y 14 horas sin sufrir ningún cambio, excepto el de la descomposición, es decir, la fermentación y putrefacción. Beaumont también comentó el viejo dicho de alimenta un resfriado y deja morir de hambre a la fiebre. Por desgracia, este particular dicho ha sufrido un cambio considerable con el paso del tiempo. En su origen decía alimenta un resfriado y tendrás que dejar de morir de hambre a la fiebre. Esta frase se acortó, por lo que se alteró su significado e implicaciones. Otro ilustre profesor de higiene fue el Dr. Robert Walter, nacido en 1841. Al igual que Graham Trall y muchos otros, él tenía una habilidad excepcional para comprender la ley de causalidad. Ejerció en Pensilvania, tenía una mente brillante, una lógica aplastante y era un pensador inquisitivo. Contribuyó enormemente a nuestro conocimiento sobre la salud y la enfermedad. El Dr. Charles E. Page nació en 1840. Estudió medicina durante la Guerra Civil Americana y escribió mucho sobre el tema de la higiene y del ayuno. También hizo valiosas contribuciones literarias a numerosas revistas en las que ensalzaba las virtudes del ayuno en el cuidado de los niños. A finales del siglo XIX llegó un hombre procedente de Bélgica, nacido en 1845. Se trataba del Dr. Felix Oswald y entre sus numerosas obras se encuentra un libro titulado Fasting, Hydropathy and Exercise [Ayuno, hidroterapia y ejercicio] que debería constituir algo más que un interés pasajero para cualquiera que se dedique a estudiar el tema. El Dr. John H. Tilden nació en Ilinois en 1851. Se graduó en medicina en 1872 y escribió mucho sobre salud, enfermedad, reforma dietética y sobre numerosos métodos y técnicas utilizados en el cuidado de los enfermos. Entre estas técnicas estaba el ayuno. La mayor parte del trabajo y escritos del Dr. Tilden tuvieron lugar durante el siglo XX. Sus revistas y libros están llenos de epigramas y filosofías que demuestran su claridad y agudeza mental. En su clínica de Denver (Estados Unidos) utilizaba regularmente el ayuno como método de cuidado. Un inglés, el Dr. Henry S. Tanner, hizo el ayuno algo más popular. Él mismo realizó varios, el primero en 1877 el cual, según tengo entendido, duró 14 días. Más tarde, experimentó con un ayuno de 40 días. Su experiencia demostró claramente la necesidad e importancia del agua durante el ayuno. Por la información que yo tengo, su primer ayuno fue sin agua y tuvo consecuencias bastante serias. Al comentar el trabajo de muchas personas competentes del siglo XX, deberíamos investigar seriamente el trabajo de Lief, Thomson y Shelton. El Dr. Stanley Lief llegó desde Inglaterra y se educó en los Estados Unidos. Volvió a Reino Unido alrededor del año 1912 y durante toda su vida tuvo largas experiencias con el ayuno y dirigió numerosas clínicas en las que se utilizaba este método. Aconsejaba y recomendaba ayunos largos, aunque no sin una supervisión competente. Tuvo un éxito notable a pesar de la fuerte oposición médica. El Dr. James C. Thomson, un escocés, también fue a estudiar a los Estados Unidos. Volvió a Escocia más o menos en la misma época que el Dr. Lief se instaló en Londres. Ejerció
en Edimburgo durante muchos años y después fundó la famosa Kingston Clinic. Aunque era un defensor del ayuno a corto plazo y sobre todo en afecciones febriles, no se mostraba entusiasmado con los ayunos prolongados. El Dr. Herbert M. Shelton, el principal higienista estadounidense, ha tenido más experiencia con el ayuno que ninguna otra autoridad viva sobre el tema. Ha escrito varios libros sobre el tema que son muy recomendables y durante muchos años dirigió Dr. Shelton’s Health School [Escuela de Salud del Dr. Shelton] en San Antonio, Tejas, (Estados Unidos), en la que el ayuno era el método fundamental utilizado en el cuidado higiénico. Otro prodigioso trabajador del siglo XX con una amplia experiencia en el ayuno fue la Dra. Linda Burfield Hazzard. Su libro, The Fasting Cure [La cura del ayuno] es una herramienta muy valiosa y demuestra una amplia experiencia sobre el tema. No sólo tenía una gran experiencia con el ayuno, sino que estaba muy familiarizada con los ayunos prolongados, los cuales exigen mucho más conocimiento y supervisión que los ayunos de corta duración. Nuestro comentario sobre el movimiento higienista, con especial referencia al ayuno, estaría incompleto y sería inexcusable si no mencionáramos a los higienistas de la actualidad cuyo conocimiento y experiencia es tanto amplia como pormenorizada. El Dr. William Esser lleva casi 50 años ejerciendo y dirige una institución en Lake Worth, Florida. El Dr. Robert Gross lleva en activo en este movimiento varias décadas y dirige una institución en Hyde Park, Nueva York. El Dr. Gerald Benesh, que ahora está retirado, ejerció durante muchos años, primero en Cleveland, Ohio y, después, en California del Sur. En la actualidad, en la zona de Cleveland, el Dr. David Scott dirige una gran institución en la que el ayuno se utiliza como la base del cuidado higiénico. Debido a la urgente necesidad de aprovechar la experiencia y conocimiento de un número de profesionales únicos, se fundó una organización en 1978: The International Association of Profesional Natural Higienist [La Asociación Internacional de Profesionales de la Higiene Natural]. Esta asociación está formada por profesionales especializados en la importancia y el uso del ayuno. Están familiarizados con sus métodos y son personas competentes para controlar ayunos en todos aquellos estados de salud y enfermedad donde estén indicados. Tenemos disponible una lista de los miembros de esta importante organización para todo aquel que esté interesado. II.
¿POR QUÉ DEBERÍAMOS AYUNAR?
El ayuno representa un descanso fisiológico. Para aclarar un poco más este punto, debemos detenernos en los procedimientos de la bioenergética. Cuando consumimos alimentos, el proceso inicial es la ingestión: cuando el alimento se introduce en la boca. Después, viene el proceso de masticación y deglución, cuando el alimento inicialmente preparado en la cavidad bucal va al estómago donde vuelven a actuar sobre él las presiones mecánicas que ejercen las contracciones musculares de las paredes estomacales junto con los efectos químicos de los productos secretados y que se conocen como jugo gástrico. Tras un periodo de tiempo que puede ir de una a varias horas, el alimento es activamente transportado al duodeno, donde se somete a más procesos mecánicos y químicos antes de atravesar el canal y llegar a un punto donde pueda ser absorbido. Este proceso se conoce como transporte activo.
Cualquier cosa que quede atrás viaja a través del tracto hasta llegar al intestino y ser expulsado. Los nutrientes que se han absorbido son puestos en circulación y procesados por el hígado y otros órganos. Algunos se almacenan y otros se dirigen a las células para que éstas los utilicen. Si observamos todo el proceso detenidamente, podemos ver que la ingestión; masticación; transporte; secreción gástrica; movilidad; secreción intestinal y actividad; acción intestinal; absorción; circulación; almacenaje; distribución y asimilación final en la célula son procesos que utilizan mucha energía. Hasta el momento en el que las enzimas degradan las moléculas de los nutrientes y se libera energía, justo hasta ese punto se ha estado gastando energía. Ahora podemos ver que cuando ayunamos gran parte de esta energía no se tiene que gastar. En realidad, se conserva. Primero porque los nutrientes ya están en el organismo; aunque puedan estar almacenados y sometidos a reconversión, con todo están más allá del punto de absorción, por lo que el organismo puede disponer más fácilmente de ellos y con un gasto mínimo de energía. Al mismo tiempo, otro gran proceso del organismo es la eliminación; es decir, el proceso particular por el que las toxinas metabólicas (subproductos de los procesos normales del organismo) se eliminan del cuerpo. Como ya has aprendido, el organismo vivo está produciendo toxinas constantemente. Estas sustancias son el producto final de los procesos químicos del organismo y es esencial que se eliminen de los tejidos y de la sangre con tanta rapidez como se producen. Se trata del proceso de eliminación, que se realiza en su mayor parte por los riñones al producir la orina, por el hígado al producir la bilis y por los pulmones en el intercambio de desechos gaseosos. Es en todo este proceso en el que podemos decir que el ayuno representa un descanso fisiológico, puesto que se requiere menos energía para la utilización de nutrientes cuando se ayuna que cuando estamos en condiciones normales de alimentación. En consecuencia, se dispone de más energía para los esfuerzos de restablecimiento y recuperación que tiene que hacer el organismo y que, entre los muchos procesos, implica un aumento de la eliminación. A.
Acumulación de los productos de desecho
Debemos tener en cuenta que la persona media en Estados Unidos ingiere más alimento del necesario, hace menos ejercicio del necesario y descansa demasiado poco. Todo esto resulta en una acumulación de indeseados materiales de desecho en el organismo. Por ejemplo, piensa en la grasa. Cuando una persona come demasiada grasa se eleva el nivel de grasa en la corriente sanguínea. Cuando hay demasiada grasa en la corriente sanguínea, parte de ésta se extiende por el espacio que hay entre los vasos sanguíneos y las células. Cuando hay un exceso de grasa en este espacio —denominado espacio intercelular— parte de esta grasa pasa a través de la membrana celular hasta llegar a la célula. El resultado de tener demasiada grasa en la corriente sanguínea, demasiada grasa recubriendo los vasos sanguíneos, en el espacio intercelular y dentro de las células, es que se interfiere en el funcionamiento normal de la célula. El exceso de esta sustancia bloquea parcialmente la salida de dióxido de carbono y de otros materiales de desecho de la célula. El inevitable resultado de esta situación es un mal funcionamiento, llamado enfermedad. La clase de enfermedad depende de en qué parte del organismo se encuentra la mayor cantidad de grasa acumulada. B.
Desechos químicos que más comúnmente se encuentran en exceso
Hay muchos materiales de desecho —excedentes— y otras toxinas que se acumulan dentro y alrededor de la célula y de los vasos sanguíneos y que causan daños. Comentemos
algunas de las sustancias químicas que suelen estar en la corriente sanguínea, pero que provocan daños cuando se encuentran en cantidades excesivas. El colesterol es una sustancia problemática. Para un funcionamiento normal se necesita cierta cantidad de esta sustancia; sin embargo, el exceso prepara la escena para las enfermedades cardiacas. Los triglicéridos son las grasas en la dieta y en la corriente sanguínea. Cuando se encuentran en unas cantidades normales, no hay problemas. Sin embargo, el exceso también contribuye a provocar enfermedades cardiacas. El ácido úrico causa daño cuando su concentración en la corriente sanguínea es demasiado elevada. Cuando esto ocurre, el resultado puede ser la gota. La glucosa (azúcar en sangre) se necesita para un funcionamiento normal. Pero cuando una persona es diabética y el nivel de glucosa en sangre es anormalmente bajo, puede provocar muchos daños. El hecho es que cualquier sustancia química que se encuentre en exceso en el organismo causará problemas, como el colesterol, pero también hay sustancias químicas que normalmente no están presentes, como el cadmio (en rigor, se trata de un metal no de una sustancia química). Si cualquier alimento, incluso las proteínas (sería más exacto decir especialmente las proteínas) se ingieren en una cantidad que supere la capacidad que el organismo tiene para quemarlas como energía o eliminarlas, se acumularán y causarán problemas. Cuando una persona hace muy poco ejercicio, se queman menos alimentos y es más fácil que aparezcan los problemas de salud. Por último, cuando una persona está bajo un estrés excesivo o descansa demasiado poco, el cuerpo tiene muy poca energía para dedicarla al proceso de eliminación. C.
Es esencial una eliminación sin impedimentos
Al comentar el tema del ayuno debemos detenernos en un aspecto importante —y que no se suele tener en cuenta— de la nutrición y la bioquímica: el de la eliminación. La mayoría de los nutricionistas sólo se preocupan de suministrar al organismo suficiente alimento. No se preocupan mucho por los daños que se ocasionan al organismo cuando se ingieren demasiados alimentos y se eliminan demasiados pocos desechos. Imagina el sistema metabólico del organismo como si fuese un embudo. Sólo cierta cantidad de alimentos puede pasar por el extremo más delgado del embudo. En el organismo, esto significa que sólo cierta cantidad de alimentos puede quemarse para convertirlos en energía, dióxido de carbono y agua. Además, el sistema de eliminación del organismo (intestinos, hígado, riñones, pulmones y piel) sólo puede eliminar una cantidad limitada de exceso de alimentos. Por tanto, cuando se introduce demasiada comida en el embudo, se produce un atoramiento. Primero la corriente sanguínea, después el espacio intracelular y, por último, las células se llenan de estos excesos. Esta condición se denomina constipación (estreñimiento) histológica y toxemia. En la sociedad actual existe una enorme preocupación por el estreñimiento intestinal. No obstante, las investigaciones científicas demuestran que la principal causa de malestar por el estreñimiento intestinal es debido a la presión que ocasiona, no por la intoxicación química del colon. Compare esto con el estado de estreñimiento histológico: aquí tenemos una acumulación de muchas sustancias químicas nocivas a las que están expuestas todas nuestras células y todos nuestros tejidos. El estreñimiento histológico es cien veces más nocivo que el estreñimiento de colon.
Y aquí es cuando el ayuno entra en escena. Durante el ayuno, el organismo puede eliminar las sustancias químicas responsables del estreñimiento histológico y de la toxemia; las mismas sustancias químicas que son responsables de una gran variedad de enfermedades. I.
LA SABIDURÍA INNATA DEL ORGANISMO NOS GUÍA DURANTE EL AYUNO
Cuando una persona ayuna, su corazón, pulmones, riñones y otros órganos esenciales siguen funcionando. Deben funcionar o se produciría una rápida muerte. Para funcionar, estos órganos necesitan energía. Cuando comemos, esta energía viene de los alimentos ingeridos; sin embargo, es obvio que esta fuente no está disponible durante un ayuno. Durante el ayuno, todos los nutrientes se adquieren desde dentro del organismo. Los higienistas hace tiempo que reconocen la sabiduría que hay detrás del funcionamiento orgánico. Para mantener el equilibrio ácido/alcalino en sangre, los niveles de azúcar en sangre, la temperatura corporal o el nivel de la presión sanguínea, se requieren unos sistemas fisiológicos tremendamente complicados. Para que el organismo pueda mantenerse a sí mismo en un estado equilibrado, denominado homeostasis —incluso cuando hay grandes presiones para desviarlo de este estado— necesita unos mecanismos que funcionen perfectamente: unos que son mucho más complicados que la mejor maquinaría o computadora que pudiera diseñar cualquier científico. No obstante, hay algunos científicos que creen que cuando una persona está ayunando su organismo carece de la inteligencia y del mecanismo de autoprotección para, primero, degradar los materiales no esenciales que hay dentro del organismo y, de esta forma, no utilizar los tejidos esenciales. Sin embargo, estudios científicos, junto con las experiencias acumuladas de 150 años de médicos higienistas, dan testimonio de lo contrario. La sabiduría innata del organismo sigue funcionando durante un ayuno. El organismo es muy consciente del hecho de que el estreñimiento histológico y la toxemia están interfiriendo en su funcionamiento normal. De hecho, incluso cuando comemos el organismo intenta degradar y eliminar los materiales de desecho que hay dentro y alrededor de las células y de los vasos sanguíneos. No obstante, durante un ayuno este proceso se acelera mucho. En este momento el organismo no necesita dedicar energía para la digestión y absorción de alimentos, por lo que esta energía se dedica a la eliminación de desechos. A.
La sustancia no esencial se utiliza primero.
Básicamente, el ayuno es tan simple como esto. Durante el ayuno, desde el primer momento, el organismo degrada y utiliza como energía las sustancias menos esenciales. Pasadas algunas semanas (entre 2-6 semanas en las personas no obesas) este proceso se completa. Cuando todos los materiales de desecho y sustancias no esenciales (reservas de grasa) se han eliminado, el ayuno se acaba. Si la persona sigue sin comer, entrará en un proceso de inanición. Durante este periodo, el cuerpo degradará y utilizará como energía sus tejidos esenciales. Un médico higienista puede decir con facilidad cuando se acaba un ayuno. Cómo se hace esto lo comentaremos en próximas unidades. La investigación científica ha confirmado por completo este escenario metabólico. Cuando una persona normal comienza a ayunar, al principio el cuerpo quema el glicógeno (almidón animal) que se ha acumulado en el hígado y en los músculos para utilizarlo como energía. El glicógeno, formado a partir del azúcar en sangre (glucosa), sólo existe en pequeñas cantidades. Una vez que las reservas de glicógeno se han agotado, lo que ocurre en unos
cuantos de días, el organismo quemará principalmente grasas, un material de reserva no esencial que se acumula no sólo en los muslos y nalgas sino dentro y alrededor de cada célula y vaso sanguíneo del organismo. Cuando la grasa ha desaparecido, el cuerpo comienza a quemar las proteínas que tiene en exceso B.
El organismo conserva sus órganos vitales
Durante muchos años, los científicos creían que el cerebro sólo podía vivir gracias al azúcar en sangre (glucosa). Esto es importante en este comentario sobre el ayuno por las siguientes razones: Primero, normalmente, el cerebro quema el 20% de la glucosa del organismo. Por tanto, es un gran consumidor de materiales energéticos. Segundo, si sólo puede vivir con glucosa, ésta se le debe suministrar durante el ayuno. Tercero, durante el ayuno, una vez que se han utilizado las reservas de glicógeno, la única fuente de azúcar proviene de la degradación de proteínas. Cuarto, si desde el principio del ayuno se utilizan las proteínas para proporcionar azúcar al cerebro, se debe producir una tremenda degradación del músculo hepático para alimentar al cerebro. Y quinto, si esto ocurre, ayunar más de unos cuantos de días podría ser muy peligroso. Por esto, hasta hace 15 años los científicos criticaban el ayuno. Pero hace unos 15 años, los científicos descubrieron que durante un ayuno el cerebro sufre una transformación metabólica que le permite quemar grasa. Esto ahorra glucosa, lo que a su vez ahorra proteínas (principalmente musculares y hepáticas), lo que a su vez prolonga mucho la cantidad de tiempo durante la que una persona puede ayunar sin riesgo alguno. Durante 135 años, los médicos higienistas han afirmado que una persona normal puede ayunar sin peligro alguno entre 2 y 6 semanas con muy poca pérdida, o ninguna, de tejido esencial. En los últimos 15 años, los científicos de la nutrición convencional han adoptado finalmente esta opinión. Pero tenga cuidado con aquellos médicos e investigadores que no han leído un libro o revista científica durante los últimos 15 años: seguirán diciendo que el cerebro sólo puede vivir con azúcar y que, por tanto, es peligroso ayunar. Te sorprenderías de la cantidad de médicos que no conocen las investigaciones que se han publicado durante los últimos 15 años. I.
¿QUÉ HACE EL ORGANISMO CUANDO AYUNAS?
Así que ¿qué hace el organismo cuando ayunas? El Dr. Shelton cita cuatro actividades básicas: 1) Degradar las grasas del organismo, lo que ocasiona una rápida pérdida de peso. Esto es bueno porque el exceso de grasas aumenta el riesgo de enfermedades cardiacas, apoplejías, cáncer, diabetes, artritis y muchas otras enfermedades. El ayuno es la forma más rápida de perder peso. 2) Desviación de la energía utilizada en el proceso digestivo hacia otros tejidos que necesitan ser reparados y rejuvenecidos. El Dr. Shelton explica que «si dejas abierto el grifo de la bañera y alguien abre el grifo del fregadero, la corriente de agua que sale por el grifo de la bañera disminuye inmediatamente. Cuando se cierra el grifo del fregadero, la corriente de agua del grifo de la bañera aumenta inmediatamente. » Cuando gracias al ayuno el proceso de digestión se mantiene en suspenso durante un periodo de tiempo, mucha menos sangre fluye hacia los órganos digestivos. Entonces, esta sangre se ve libre para fluir a otros tejidos del organismo, llevando con ella el esencial oxígeno
y otros nutrientes que se necesitan para la curación. Esta sangre extra también sirve como vehículo por el que se pueden eliminar los productos de desecho. 3) Se garantiza un descanso fisiológico. Todos sabemos lo importante que es descansar tras un día de duro trabajo. Por la noche, caemos exhaustos en la cama. Si no dormimos bien por la noche, funcionaremos bastante mal por la mañana. Nuestros órganos internos también necesitan un descanso, no obstante rara vez los dejamos descansar, puesto que todos los días comemos cada pocas horas. Al ayunar le damos la oportunidad para que descansen verdaderamente, por lo que los órganos internos pueden recargar sus fuerzas. 4) Ayunar para eliminar desechos. De nuevo, vuelvo a citar al Dr. Shelton: «Nada conocido por el hombre se puede comparar al ayuno como método de acelerar la eliminación de desechos de la sangre y de los tejidos. Cuando no se ingieren alimentos sólo es necesario un breve periodo de tiempo para que los órganos de eliminación incrementen sus actividades y se produzca un verdadero zafarrancho de limpieza en el organismo. » A.
Degradación de los depósitos de colesterol
En relación con la eliminación de desechos, examinemos la situación relacionada con el colesterol. La mayoría del colesterol almacenado en el organismo está recubriendo los vasos sanguíneos, preparando la escena para un ataque cardiaco o una apoplejía. Durante el ayuno, está claro que la persona no ingiere colesterol en los alimentos. Por tanto, no aumenta el colesterol en la corriente sanguínea. No obstante, los análisis sanguíneos demuestran que el nivel de colesterol suele aumentar durante los 7-10 primeros días de un ayuno, tras lo cual disminuye. ¿De dónde proviene este colesterol? Los científicos piensan que la fuente son los depósitos de colesterol que hay en los vasos sanguíneos. El organismo, en un esfuerzo por limpiar sus vasos sanguíneos, degrada los depósitos de colesterol que se encuentran en los vasos sanguíneos y los libera. Este colesterol o bien se utiliza (para construir nuevas membranas celulares, para formar hormonas adrenales o para otras funciones) o el hígado lo elimina a través de la bilis. Este es un excelente ejemplo de la eliminación acelerada que se produce durante el ayuno. B.
Fibrinolisis
Otra función orgánica que se incrementa durante el ayuno es la fibrinolisis. Los coágulos en la corriente sanguínea suelen estar cubiertos por una especie de red muy parecida a la tela de una araña y que se llama fibrina. Estos coágulos son extremadamente peligrosos. Si uno se introduce en un pequeño vaso sanguíneo de los pulmones, el suministro sanguíneo a esa parte del pulmón se verá obstruido y parte del pulmón puede morir. La formación del coágulo se denomina embolia (coágulo ambulante) pulmonar (del pulmón). Este proceso se denomina infarto pulmonar (muerte de parte del pulmón). Durante el ayuno, la capacidad del organismo para disolver los coágulos aumenta considerablemente. Este proceso, denominado fibrinolisis, no permite que se produzcan problemas tales como la embolia pulmonar y es parte del esfuerzo que hace el cuerpo para curar problemas como la tromboflebitis (venas inflamadas, normalmente en las piernas, donde se suelen formar los coágulos o trombos que se desprenden para llegar hasta los pulmones.) C. Se acelera la autolisis
Además, durante el ayuno, el proceso de autolisis se acelera. Cada célula en el cuerpo contiene la semilla de su propia destrucción. Cuando surge la necesidad, la propia célula libera sus propias enzimas destructivas y se autodestruye. Esto es la autolisis. Como se ha dicho antes, durante el ayuno, el organismo primero degrada y quema las sustancias no esenciales para obtener energía. Una fuente de material no esencial es el tejido enfermo, como los tumores benignos (los tumores fibrosos del útero son un buen ejemplo). Durante el ayuno, el proceso de autolisis provoca la degradación de esta clase de tejido que impide el funcionamiento normal. D..Aumenta la diuresis Una importante actividad orgánica que se incrementa notablemente durante el ayuno es diuresis. La diuresis es la excreción a través de los riñones de sal y agua. Los médicos ortodoxos recetan fármacos diuréticos para elevar la presión sanguínea de los pacientes y disminuir la cantidad de sal y agua en el organismo, lo que después resultará en una presión sanguínea más baja. Sin embargo, los fármacos diuréticos dañan los tejidos del organismo. Durante el ayuno, el cuerpo, de forma espontánea y automática, elimina sal y agua sin dañar los tejidos orgánicos. Esta diuresis tiene tremendos beneficios para la salud. A.
Se acelera la fagocitosis
La lista podría ser interminable. Durante el ayuno, se acelera la capacidad defensiva del ejército de glóbulos blancos que tiene el organismo para destruir las bacterias virulentas y engullir el material de desecho. Un experimento comparaba la capacidad de estas células para destruir bacterias virulentas cuando se sacaban de la sangre de alguien que había estado comiendo con la capacidad que tenían estas células cuando una persona había estado ayunando algunos días. Los glóbulos blancos de la persona en ayuno eran bastante más activos matando bacterias virulentas.
I.
LA DIETA DE ZUMOS COMPARADA AL AYUNO
Hay personas que aconsejan una dieta de zumos y no un verdadero ayuno, diciendo que la primera es más inocua y saludable. Podemos descartar la afirmación de la inocuidad, puesto que un verdadero ayuno no implica riesgo alguno si se realiza de forma adecuada y bajo la supervisión de una persona con experiencia. También podemos descartar los alegatos sobre la salud. (Aunque es cierto que se gasta mucha menos energía cuando una persona sigue una dieta de zumos que cuando ingiere alimentos sólidos. Sin embargo, cuando no se ingiere ningún alimento en absoluto (ni sólido ni líquido), se conserva aún más energía, por lo que también es mayor el potencial curativo.) Por tanto, tenemos evidencias objetivas de que se producen más beneficios para la salud con un ayuno de agua que de una dieta de zumos. La conclusión general es que durante el ayuno, los poderes curativos, reparadores, rejuvenecedores y eliminatorios del organismo tienen más energía y recursos para hacer su trabajo con eficacia, eficiencia y rapidez. A.
Qué no puede hacer un ayuno
Pero, ¿acaso un ayuno puede hacer cualquier cosa? ¿Un ayuno puede curar cualquier problema de salud? Antes de nada, consideremos las implicaciones de esta terminología errónea que tanto se utiliza. ¡Un ayuno no hace nada! El ayuno sólo ofrece un estado durante el que cuerpo puede trabajar activamente para construir su salud. No piense que el ayuno es un actor independiente con una vida propia. Esto es un remanente del pensamiento médico erróneo que afirma que los fármacos actúan sobre el organismo. Los fármacos no actúan sobre el cuerpo: son sustancias inertes y sin vida. En realidad, es el organismo el que actúa sobre los fármacos. El único que siempre actúa, tanto en la salud como en la enfermedad, a pesar de dietas o fármacos, es el organismo. Esto es lo que ocurre durante el ayuno. Es el organismo el que actúa: no el ayuno. El ayuno sólo proporciona las condiciones adecuadas. Así que, en vez de preguntar «¿qué no puede hacer un ayuno?» deberíamos preguntar qué no puede hacer el organismo durante el ayuno. El cuerpo no tiene un poder curativo ilimitado. Conforme la vida progresa, los poderes de curación disminuyen. Por ejemplo, en relación con la fiebre, un adulto rara vez puede hacer gala del vigor fisiológico que vemos en un niño. La fiebre es un método defensivo inteligentemente iniciado por el organismo. Cuando el organismo sube su temperatura a niveles más altos, se quema más cantidad de desechos. El poder curativo de un niño es tan vigoroso que puede elevar la temperatura a grandes niveles en muy poco tiempo. Sin embargo, en los adultos, cuyos poderes curativos están más o menos debilitados, no puede incrementar una acción defensiva tan intensa. La fiebre de un adulto rara vez alcanza los niveles que podemos ver en un niño. La capacidad limitada del organismo para curarse a sí mismo determina la extensión de la curación durante un ayuno. Este poder de curación es mucho mayor de lo que la mayoría de la gente piensa, así que podría ser un grave error decidir —sin consultar con un médico higienista— que no hay esperanza para un caso particular. Sin embargo, es de igual forma erróneo tener un necio optimismo y afirmar que el cuerpo es capaz de curar y resolver cualquier problema durante un ayuno. El tejido por completo destruido de una articulación, como podemos ver en casos avanzados de artritis, normalmente no se puede recuperar ni siquiera con las mejores condiciones que proporciona el ayuno. Los higienistas han descubierto que el organismo no suele ser capaz de destruir tumores malignos durante un ayuno, tampoco puede reconstruir el aislante que hay alrededor de los nervios y que en casos de esclerosis múltiple se ha destruido. No obstante, la feliz verdad es que con el ayuno se puede ayudar a mejorar la gran mayoría de enfermedades humanas. El ayuno, en realidad, le ofrece al organismo la mejor oportunidad para curarse a sí mismo. Sin embargo, el poder para repararse a sí mismo que tiene el organismo no es ilimitado. Un médico higienista profesional y experimentado puede juzgar en cada caso particular cuáles son las probabilidades de recuperación. En futuras unidades, comentaremos qué afecciones específicas pueden ser ayudadas por un ayuno; todos los aspectos sobre cómo llevar un ayuno; cómo interrumpir un ayuno y cómo vivir tras un ayuno. PREGUNTAS SOBRE LA UNIDAD PREGUNTA: ¿Cuál es la diferencia entre ayuno e inanición? RESPUESTA: Las personas que desconocen el tema dicen que no hay diferencia. En realidad, hay una diferencia enorme. Ayuno es el periodo durante el cual una persona no ingiere alimentos, sino que sobrevive con los materiales de reserva no esenciales que hay en el interior de su organismo. La inanición comienza cuando todos los materiales de reserva no esenciales se
han utilizado y, por tanto, el organismo debe degradar y quemar tejidos esenciales para obtener energía. PREGUNTA: ¿Qué hace un ayuno? RESPUESTA: Un ayuno no hace nada. Un ayuno sólo proporciona un estado en el que el organismo puede curarse y normalizarse a sí mismo con más rapidez y eficacia. PREGUNTA: ¿Existe mucha investigación científica sobre el ayuno? RESPUESTA: Sí. Desde principios del siglo XX hasta ahora se ha llevado a cabo una gran cantidad de investigaciones sobre el ayuno. En las mejores publicaciones científicas se han publicado muchos artículos sobre este tema. Los científicos tienen un amplio conocimiento de la bioquímica, fisiología y metabolismo durante el ayuno. PREGUNTA: ¿Por qué hay tanta gente que dice que el ayuno es peligroso? RESPUESTA: Principalmente, porque desde el punto de vista emocional es molesto no comer, ya que la comida significa amor, comodidad y seguridad para la mayoría de las personas. Además, porque hasta hace poco no se ha demostrado que el organismo no utiliza las reservas de proteínas y que principalmente lo que se utilizan son grasas. Esto hace que el ayuno sea totalmente inocuo para la mayoría de la gente. PREGUNTA: ¿Por qué ayunar? RESPUESTA: Debido a que la mayoría de la gente come en exceso, hace muy poco ejercicio y descansa demasiado poco y, además, no suelen tener tranquilidad mental, acumulamos toxinas y material de desecho en el organismo. Cuando una persona ayuna, el organismo degrada estos materiales y o bien los quema para utilizarlos como energía o los elimina. Además, durante un ayuno, el organismo activa el nivel de actividad reparadora, se garantiza un completo descanso y se pierde peso rápidamente. PREGUNTA: ¿No es mejor seguir una dieta de zumos que ayunar totalmente? RESPUESTA: No. El ayuno con agua (tomar sólo agua) es mucho mejor que una dieta de zumos. Por una razón, la eliminación de sal del organismo que se produce con tanta rapidez durante un ayuno y que resulta en una mejora de la salud no se produce cuando seguimos una dieta de zumos. No piense que una dieta de zumos es igual que un ayuno. En la primera, la persona ingiere una gran cantidad de calorías, vitaminas, minerales y otros nutrientes. PREGUNTA: ¿El ayuno puede curar cualquier enfermedad? RESPUESTA: No. Recuerda, el ayuno no es una cura. El ayuno sólo proporciona el estado óptimo para la autoreparación. Además, este proceso de autoreparación tiene sus limitaciones, dependiendo del caso.
TEXTOS SUPLEMENTARIOS Vivir sin comer Del Dr. Herbert M. Shelton (Extracto de la obra Fasting Can Save Your Life) [El ayuno puede salvar tu vida]. En Marzo de 1963, todos los periódicos alrededor de mundo contaron la casi increíble historia de la privación de alimentos y supervivencia durante siete semanas de Ralph Flores, un piloto
de 42 años de San Bruno, California (Estados Unidos) y de Helen Klaben, de 21 años, una alumna de Brooklying, Nueva York. Ambos tuvieron un accidente de aviación en una montaña de la Columbia Británica (Canadá). La pareja fue rescatada el 25 de Marzo de 1963, tras pasar cuarenta y nueve días en una zona desértica durante la época más cruda del invierno; treinta de estos días los pasaron sin ingerir ningún alimento en absoluto. Con hogueras, un refugio que construyeron en la pared de la montaña y arropados en mucha ropa se las arreglaron para soportar el intenso frío. Durante los cuatro primeros días después del accidente, Helen Klaben comió cuatro latas de sardinas, dos latas de fruta y algunas galletas saladas. Veinte días después del accidente, la pareja se tomó su última comida: dos tubos de pasta de dientes. La nieve derretida se convirtió en su única dieta: para desayunar, almorzar y cenar. «Durante las últimas seis semanas —explica Helen— vivimos a base de agua. La bebíamos de tres formas: caliente, fría y hervida. » La variedad les ayudaba a soportar la monotonía de su menú de nieve. Helen, que estaba rellenita cuando ocurrió el accidente, se vio agradablemente sorprendida cuando acabó esta horrible experiencia y comprobó que había perdido 12 kilos. Flores, que estuvo más activo durante el ayuno, perdió 16 kilos. Los médicos que los examinaron tras el rescate los encontraron en «bastante buenas» condiciones. Miles de hombres y mujeres han pasado periodos mucho más largos sin alimentos, no sólo sin sufrir daño alguno, sino con resultados positivos para la salud. Los periodos de abstinencia en unas condiciones tan exigentes como las que tuvo que soportar esta pareja para sobrevivir son extremadamente infrecuentes. Uno de los más distinguidos bioquímicos suecos, el Dr. Ragnar Berg, Premio Nobel y una autoridad sobre nutrición dice: «Uno puede ayunar durante mucho tiempo. Sabemos de ayunos que han durado cientos de días, así que no debemos tener miedo a morir de hambre. » El tiempo que el Sr. Flores y la Sra. Klaben se vieron obligados a ayunar fue de una duración relativamente moderada. La cuestión no es cuánto tiempo puede ayunar una persona, sino cuáles son las estipulaciones de la naturaleza que le permiten hacerlo. El uso y desgaste, la reparación y reposición son procesos continuos y casi simultáneos que se producen en todas las estructuras vivas: ninguno de estos procesos se detiene durante el ayuno. El animal que hiberna en el lejano norte debe producir suficiente calor para mantener caliente el cuerpo. Durante el ayuno, tanto el humano como el animal respiran y su corazón sigue latiendo. La sangre debe seguir fluyendo y los órganos de eliminación deben continuar su trabajo de liberar a los tejidos de desechos. Las funciones vitales de la vida deben continuar, aunque sea a un ritmo ligeramente menor. Las células se deben reponer, las heridas se deben curar. Todo esto, como se sabe gracias a años de observación, ocurre durante un ayuno. Todas las manifestaciones de vida —movimiento, secreción, digestión y procesos similares— dependen del uso de los materiales del organismo. Si un órgano tiene que trabajar, se le deben suministrar los materiales con los que trabajar. En ausencia de suministros frescos con los que reemplazar aquellos que ya se han utilizado, los órganos se desgastan y debilitan. Si queremos que la vida continúe es imperativo que haya un nivel básico e irreducible de actividad. Incluso el animal que hiberna, con actividades reducidas a un mínimo compatible con la continuación de la vida, debe respirar y su corazón debe latir. Comprender el proceso por el cual el organismo nutre sus tejidos vitales y mantiene sus funciones esenciales durante una abstinencia prolongada y las fuentes a las que recurre nos ayudará a entender cómo el organismo puede sobrevivir a periodos en los que no dispone de alimentos provenientes del exterior o no puede digerirlos. Un organismo normal se hace a sí mismo con un almacén de materiales nutritivos que son apartados en forma de grasa, tuétano óseo, glicógeno, músculo, fluidos lácteos, minerales y
vitaminas. El organismo sano siempre tiene su almacén de adecuadas reservas nutritivas para que le ayude a salir del apuro cuando se encuentra varios días, semanas o incluso dos o tres meses, sin alimentos. Esto sigue siendo así cuando se impone un ayuno, como en el caso del accidente de avión o de los mineros que se quedan encerrados, o cuando es impuesto por una enfermedad en la que la persona no puede tragar o digerir comida, o cuando se hace un ayuno voluntario para perder peso. Cuando no se ingieren alimentos, el organismo recurre a sus reservas para nutrir sus tejidos funcionales. Cuando esta reserva se agota, se comienza a perder peso. En el proceso de ayuno es básico el hecho de que nuestra despensa interna contiene suficientes nutrientes para resistir, en la mayoría de los casos, durante periodos de tiempo prolongados, sobre todo si se conservan y no se gastan. En la sangre y en la linfa, en los huesos y, sobre todo, en el tuétano de los huesos, en la grasa del cuerpo, en el hígado y en otras glándulas e incluso en cada célula que forma el organismo se almacenan proteínas, grasa, azúcar, minerales y vitaminas a las que se puede recurrir durante un periodo de escasez o cuando no se ingiere comida. Ni el animal ni el humano pueden sobrevivir a largos periodos de abstinencia a menos que lleven dentro de sí mismos un almacén de alimentos de reserva a la que el organismo pueda recurrir en caso de emergencia. El organismo en ayuno no resultará dañado por la abstinencia mientras las reservas almacenadas sean adecuadas para satisfacer las necesidades nutritivas de sus tejidos funcionales. Incluso las personas delgadas tienen una reserva de alimentos en sus tejidos para ayudarlas en los periodos de abstinencia. También estas personas pueden ayunar sin peligro alguno durante distintos periodos de tiempo. Gracias a un proceso que técnicamente se conoce como autolisis, llevado a cabo por las enzimas de los tejidos, estas reservas almacenadas se ponen a disposición de estos tejidos vitales, a los que llegan transportadas por la sangre y la linfa, cuando es necesario. El glicógeno, o fécula animal, almacenado en el hígado se convierte en azúcar y se distribuye, según la necesidad, por los tejidos. Es significativo que, incluso en ayunos prolongados, jamás aparecen enfermedades deficitarias como el beriberi, la pelagra, raquitismo, escorbuto u otras, lo que demuestra que las reservas del organismo suelen estar bien equilibradas. Se ha demostrado que el ayuno mejora los estados de raquitismo y el metabolismo del calcio. En la anemia, el número de glóbulos rojos aumentan durante el ayuno. Yo he observado mejoras en la pelagra durante un ayuno. El equilibrio bioquímico se puede conservar e incluso recuperar durante el ayuno. Es importante saber esto porque si no fuese así el ayuno sería perjudicial. Numerosos experimentos con animales han demostrado que la subalimentación —en contraste con la sobrealimentación— tiende a prolongar la vida y a mejorar la salud. Otros experimentos relacionados más relacionados con el ayuno que con la subalimentación han demostrado que el ayuno no sólo prolonga la vida, sino que resulta en un notable grado de regeneración y rejuvenecimiento. Miles de observaciones, tanto en humanos como en animales, han establecido el hecho de que cuando el organismo físico no tiene comida, los tejidos se utilizan en orden inverso a la importancia que tienen para el organismo. Así, la grasa es el primer tejido en desaparecer. Para suministrar nutrientes a los tejidos más vitales, como el cerebro, los nervios o el corazón y los pulmones, las reservas almacenadas se utilizan antes de utilizar cualquier tejido funcional del organismo. Cuando entre sus suministros busca proteínas, azúcares, grasas, minerales y vitaminas y los redistribuye, utiliza y mantiene estos almacenes, el organismo en ayuno ejercita una ingenuidad que parece casi sobrehumana.
El conjunto de tejidos del organismo se puede considerar una reserva de nutrientes que se pueden dirigir en cualquier dirección o a cualquier parte en la que sean necesarios. Pero estos tejidos no son sacrificados indiscriminadamente. Al contrario, el desgaste de aquellos órganos que son esenciales para la vida se repara retirando de los órganos menos esenciales el material necesario para los más importantes. Muchos de los componentes nutritivos necesarios, y esto es especialmente cierto de algunos minerales, se retienen vigorosamente. Estudios realizados en humanos y en animales para determinar pérdidas de varios tejidos y órganos en abstinencias prolongadas de alimentos se han realizado casi exclusivamente en organismos que han muerto de inanición. La inanición y el ayuno son dos fases por completo diferentes de la abstinencia. Debería ser bastante obvio que las pérdidas extremas que se ven en la fase de inanición de la abstinencia son mucho mayores que las que se producen en un ayuno de una duración razonable. Pérdidas de peso extremas no se experimentan en un ayuno normal. Cuando se producen, el ayuno debe interrumpirse. Debemos diferenciar entre ayuno e inanición. Ayunar es abstenerse de alimentos mientras la persona posee una reserva adecuada para nutrir sus tejidos vitales; la inanición se produce cuando nos abstenemos de alimentos una vez que estas reservas se han agotado, por lo que se sacrifican tejidos vitales. Nuestro organismo no deja de avisarnos cuando las reservas están acabándose. Vuelve la sensación de hambre con una intensidad que hace que la persona busque comida; sin embargo, durante un ayuno correcto no hay deseo de alimentos. Esta diferencia entre ayuno e inanición debería ayudar a hacer desaparecer cualquier idea de que la inanición comienza cuando nos saltamos la primera comida. Contrariamente a la opinión popular e incluso a la opinión profesional, los tejidos vitales de un organismo en ayuno, esos tejidos que en la actualidad están haciendo el trabajo de la vida, no comienzan a degradarse en el instante en que se comienza el ayuno. El organismo en ayuno pierde peso, pero ésta pérdida, durante un amplio periodo de tiempo, es de las reservas y no de los tejidos organizados. La eficacia del organismo vivo para regular el gasto de sus recursos durante un ayuno es una de las maravillas de la vida. En periodos de abstinencia, los órganos menos importantes del ser humano no sufren ninguna degeneración hasta que se llega a la fase de inanición del periodo de abstinencia —aunque se desgastan debido a la retirada de sustancia con la que nutrir a los tejidos más vitales—. La atrofia muscular puede que no sea mayor que la que se produce cuando estamos realizando una actividad física durante un largo periodo de tiempo. Y no se produce ninguna pérdida de células musculares. Las células empequeñecen y la grasa se elimina de los músculos, aunque el músculo retiene su integridad y una sorprendente cantidad de fuerza. La pérdida de peso varía según la naturaleza y calidad de los tejidos del individuo, la cantidad de actividad física y emocional que realice y la temperatura que rodea al ayunador. La actividad física, el estrés emocional y unos tejidos fríos y malos hacen que la pérdida sea más rápida. La grasa se pierde con más rapidez que cualquier otro tejido del cuerpo. El estado del organismo es, quizá, el principal determinante para establecer la duración de un ayuno sin que suponga peligro alguno. Por ejemplo, en el caso de la pareja que sobrevivió al accidente de avión y que pasaron cuatro semanas sin comida tenían nieve, que es agua, y esto les evitó el peligro de la deshidratación. Ellos pudieron vivir sin comida; la falta de agua hubiese resultado fatal. Voluntaria o involuntariamente, el ayunador debe ingerir agua. Por tanto, queda claro que el ayuno debe hacerse con inteligencia, con las precauciones adecuadas y con sentido común.
Igual que un nadador principiante busca la ayuda y el consejo de un experto antes de comenzar a nadar largas distancias, de igual forma el ayunador inexperto debe conseguir una ayuda fiable como medida de precaución antes de lanzarse a un ayuno de cualquier duración. El ayuno en la naturaleza Del Dr. Alec Burton Cuando examinamos detenidamente el mundo animal descubrimos que el ayuno es casi tan común como la alimentación. Pero además del ayuno en sí mismo existen dos condiciones similares que se relacionan con nuestro tema. Son la hibernación y la estivación. Es una verdad universal que los animales tienen algunos métodos para adaptarse a la escasez de alimentos. Ejemplos obvios son el almacenamiento de frutos secos que hacen las ardillas; de miel las abejas; la ardilla listada almacena raíces y frutos secos; el castor, ramitas; y por último otros animales que son capaces de almacenar en su interior importantes cantidades de reservas de alimentos. Estos son los animales que hibernan, que pasan la época del invierno durmiendo. Su metabolismo se ralentiza y no ingieren ningún alimento durante largos periodos de tiempo. Los murciélagos, ratones, erizos, marmotas, sapos, lagartijas, serpientes, moscas, avispas, abejas, osos y cocodrilos están entre aquellos que realizan algún grado de hibernación. La verdadera hibernación es un estado latente (de sueño) de vida acompañado por una gran disminución de los procesos de respiración, circulación y metabolismo. En este momento, las funciones de los animales se suspenden casi por completo. Hay poco calor corporal. La acción del corazón es casi imperceptible y para cuando el animal comienza de nuevo a alimentarse ha podido perder un 40% de su peso total. La verdadera hibernación se limita a unos pocos animales: erizos, marmotas y murciélagos. Se trata de un estado donde la mayor parte de sus principales funciones vitales continúan a muy bajo nivel. Los biólogos los denominan «tipos imperfectos de sangre caliente», que son incapaces de producir el calor suficiente para compensar sus pérdidas en un clima invernal. Es probable que la noción de los biólogos sea inexacta porque en varias especies sólo hiberna la hembra, lo que indicaría que es la escasez de alimentos, y no la temperatura, lo que provoca la hibernación. Inversamente, la estivación es un proceso similar que se produce durante el verano y es bastante obvio que no se trata de animales de sangre fría. Un ejemplo es una especie de erizo de Madagascar. Este sueño climático requiere que el organismo realice una serie de ajustes graduales fisiológicos y bioquímicos que parece que se relacionan con la temperatura, luz y escasez de alimentos. Las diferentes especies que hibernan se adaptan a diferentes condiciones. Algunas almacenan alimentos, otras no. Algunas acumulan gran cantidad de grasa y reservas alimentarias, otras no. Sin embargo, todas llevan a cabo una preparación general para el periodo de hibernación. El aumento de deposición de grasa y las adaptaciones del organismo a la temperatura, o lo que parece ser un reajuste del termostato corporal, son fenómenos comunes. Adaptaciones metabólicas: los sistema cardiaco y cardiovascular muestran unos niveles más bajos de actividad. Es evidente que se produce una serie de cambios bioquímicos asociados con la adaptación nutricional. Hay un aumento de magnesio en la sangre y las glándulas endocrinas reducen su actividad, sobre todo en las gónadas. Los expertos y observadores suelen estar de acuerdo en que la hibernación sigue a un sueño normal. En otras palabras, se entra en este estado a través del sueño.
No obstante, si consideramos la hibernación como una clase de sueño, se trata de una muy compleja. Un factor dominante es la conservación de energía. Todos los mecanismos adaptados conservan la energía del organismo en cuestión. Una característica extremadamente interesante de la hibernación que es de especial interés para nuestros estudios del ayuno es la aparente mejora de la salud que experimentan los animales que hibernan. Según los observadores, estos animales no desarrollan enfermedades infecciosas. Se dice que «tienen más resistencia ante la enfermedad», o al menos a algunas de sus causas. Se afirma que el mecanismo de defensa del huésped contra los parásitos y la proliferación de estos aumenta significativamente. También se ha demostrado que el organismo en hibernación es más resistente a la radiación y que, especialmente, los tejidos se rejuvenecen y tienen más capacidad de curación tras este periodo. La hibernación es de muchas formas un importante mecanismo de supervivencia. Como ya he mencionado antes, la hibernación y la estivación son ejemplos interesantes en nuestra búsqueda para comprender mejor la biología del ayuno, pero puesto que para el ser humano no es posible reducir significativamente sus procesos fisiológicos y metabólicos, no podemos extrapolar al humano los conocimientos que, de esta forma, podemos obtener de mamíferos inferiores. No es necesario insistir en que el organismo vivo necesita materiales con los que trabajar. Necesita nutrientes con los que activar sus procesos biológicos. Necesita nutrientes como fuente de energía y para proporcionar los materiales necesarios con los que reparar el deterioro, curar o regenerar y para el proceso de reproducción. También requiere una variedad de otras sustancias esenciales, minerales y vitaminas, que son necesarias para regular los procesos del organismo. Por decirlo de una forma simple: un organismo no puede sobrevivir sin nutrientes. El profesor Morgulis afirma que, durante un ayuno, un organismo vive de la grasa que encuentra en la tierra. El monstruo Gila, un gran lagarto en la zona desértica del sudoeste de Méjico, en realidad, un reptil venenoso, tiene una llamativa cola larga y pesada. Esta es una fuente de nutrientes en épocas de escasez y está demostrado que el lagarto es capaz de pasar largos periodos de tiempo sin alimentos. Se ha podido observar que uno de estos lagartos ayunó durante dos meses. Una creencia popular es que el camello, al tener una gran joroba, puede viajar grandes distancias sin necesidad de beber. Lo que es más cierto aún es que el camello, gracias a su joroba, puede pasar mucho tiempo sin comer. La oveja de rabo gordo de Irán tiene una enorme reserva de nutrientes que utiliza en épocas de escasez. Durante los periodos de abundancia, almacena alimentos en el rabo, alimentos que utiliza cuando la escasez se impone. Como es de esperar, hay muchas diferencias entre las distintas especies de animales por lo que se refiere al ayuno y a las reservas alimentarias que almacena. Como hemos podido ver, algunos animales hibernan. Están inactivos durante largos periodos, quizá seis o siete meses. De forma inversa, hay animales que realizan vigorosas actividades físicas mientras están ayunando. El león marino de Alaska y el salmón son dos ejemplos clásicos. El león marino realiza una tremenda e incansable actividad sexual durante veinte o treinta días durante los que no ingiere ningún alimento. El salmón, por su parte, tampoco ingiere ningún alimento durante su largo y penoso viaje río arriba. También se dice que las ballenas pueden abstenerse de alimentos durante mucho tiempo. En su libro Fasting and Undernutrition [Ayuno y subnutrición] el catedrático Morgulis dice que «un crecimiento y una regeneración activas no son incompatibles con la inanición y, al menos en algunos organismos, de esta forma se repara completamente el desgaste para evitar durante mucho tiempo el efecto de los problemas nutritivos. La inanición no excluye la capacidad para llevar a cabo una actividad intensa y continuada. »
Deberíamos insistir en que, por lo que respecta al tema que nos ocupa, aconsejamos el ayuno como método de descanso fisiológico y que esto debería asociarse, hasta donde sea factible, con el descanso físico, mental, emocional y sensorial. Uno de los ejemplos más inusuales y asombrosos del ayuno se produce durante la metamorfosis, que representa un cambio radical durante la vida de un insecto o de cualquier otra criatura. Un buen ejemplo es la transformación del renacuajo hasta llegar a convertirse en rana. No se desprende de la cola, ya que esta contiene nutrientes como proteínas, carbohidratos, grasas, minerales y vitaminas. Es una fuente de nutrientes para el organismo cambiante. Observamos el proceso de autolisis, que se produce cuando las enzimas intercelulares e intracelulares degradan las reservas alimentarias almacenadas. Los nutrientes no son utilizables en forma de glicógeno, grasa o proteínas, etc. Primero deben digerirse dentro y, de esta forma, suministrar al organismo cambiante los materiales básicos con los que desarrollar una nueva forma. En este fenómeno podemos comprobar que el proceso de autolisis representa una serie de acontecimientos rígidamente controlados. La rana en desarrollo no pierde de repente una de sus patas recién formadas o parte de un ojo. Sólo degrada la cola innecesaria. Otro ejemplo de este importante proceso biológico, que en los organismos vivos actúa constantemente, es el aspecto común de la curación que se produce con la absorción del anillo calloso, el cual temporalmente invade el foco de una fractura, cuando un hueso ha sufrido una lesión. Con este notable proceso, este anillo de apoyo se elimina poco a poco. Podemos comprobar el mismo fenómeno allí donde se forman depósitos para rodear una lesión, corte o superficie corporal: cómo se degradan y eliminan con rapidez. En la naturaleza existen literalmente miles de ejemplos de ayuno y, en realidad, es casi tan común como la ingestión de alimentos. RESUMEN El ayuno es en esencia una dieta a base de agua, un tiempo en el que la persona sólo ingiere agua. Esto no es equivalente a la inanición, puesto que durante un ayuno el organismo vive de materiales de reserva no esenciales; durante la fase de inanición se degrada tejido esencial. Por regla general, el ayuno no supone ningún peligro, siempre y cuando la persona esté bajo la supervisión de un médico experimentado. Se han realizado muchas investigaciones científicas sobre el ayuno que han demostrado su utilidad. Durante el ayuno, el organismo se deshace con facilidad de los materiales de desecho que han impedido su funcionamiento normal; perderá peso con rapidez, lo que ayuda a mejorar la salud; se reparará con eficacia y garantizará un saludable descanso fisiológico. Además, el proceso de autolisis (destrucción de tejido indeseado), de fibrinolisis (degradación de coágulos sanguíneos) y fagocitosis (destrucción de bacterias y de cuerpos extraños por parte de los glóbulos blancos) se aceleran durante el ayuno. Un ayuno no hace nada. Siempre es el organismo el que actúa. Durante un ayuno, el organismo se curará a sí mismo al ritmo más rápido que pueda. Que el organismo pueda curarse o no de un problema determinado dependerá de muchos factores, como el vigor y vitalidad que posea, la cantidad de tejido destruido, etc. Sin embargo, por regla general, un ayuno proporciona las condiciones óptimas para que se produzca la autocuración. =================================================================== EL SISTEMA DE SALUD DEL HIGIENISMO
AMERICAN HEALTH SCIENCES INSTITUTE SEGUNDA PARTE METODOLOGÍA NATURAL PARA SUPERAR CUALQUIER PROBLEMA DE SALUD SEGUNDA PARTE DE LA LECCIÓN 11ª DE OTRO CURSO QUE PODRÍA SUSTITUIR A LA LECCIÓN 45 DE ESTE CURSO El ayuno como una verdadera panacea Cómo recuperar la salud rápidamente
TEMA: Podemos resolver cualquier problema de salud a través de un programa de ayuno. TEMA COROLARIO: El método más rápido y eficaz para desintoxicar y restaurar un organismo es el ayuno.
PROFESOR: T. C. Fry * Generalidades * Objetivos de esta lección * Definiciones * Conceptos clave * Hechos destacables * Esquema global de la lección * Undécima lección * Textos complementarios * Resumen de la lección * Preguntas sobre la lección * Hojas de trabajo * Respuestas
ATENCIÓN: Aunque el ayuno permite al organismo curar casi todas, si no todas, las condiciones morbosas, esta lección, por buena que sea, no puede ofrecerle los conocimientos necesarios para trabajar profesionalmente. Tengo mis dudas de que todo el conocimiento abstracto que subyace bajo estas líneas pueda servir para ello. Aunque el objetivo principal de esta lección es mostrarle datos e informaciones sobre casos reales, no son más que simples informaciones que el profano en la materia podrá utilizar para fines personales. Cuando una persona se somete a
un programa de ayuno, especialmente si se trata de la primera vez, y supera los cinco días, debería acudir a un profesional, quien conocerá perfectamente la importancia de los síntomas, los signos vitales, las actitudes y otros criterios. Debería conocerlos en profundidad y estar bien informado de los hábitos y relaciones de sus pacientes. Ayunar bajo la compañía de otros seres, aunque se encuentre confinado cómodamente en cuartos privados o semiprivados, es más importante que ayunar sólo o bajo una atmósfera ruidosa, hostil e insoportable. GENERALIDADES La forma más rápida, fácil y eficaz de resolver un problema de salud es someterse a un programa de ayuno durante un período de tiempo apropiado. Entendemos por ayuno, la ausencia total de alimentos, excepto agua, sol y aire. Cuando hablamos de un ayuno profundo, nos referimos también a un descanso intenso, ya que el ayuno implica la abstención de cualquier actividad física, renunciando a cualquier trastorno emocional, actividad mental agotadora e indulgencias sensuales. El ayuno permite al organismo recuperar una cantidad importante de energía nerviosa a través de un sueño extraordinario que tiene lugar al comienzo del proceso. Con una fuerza vital regenerada y con la oportunidad de redirigir sus energías endógenamente, el cuerpo humano comienza a ejecutar numerosas acciones desintoxicadoras que permiten al organismo recuperar las partes dañadas. Nuestro organismo cuenta con toda la energía que se utilizaba antes de comenzar el ayuno, asimismo, el cuerpo humano complementa esta reserva con la generación de energía adicional a lo largo del proceso. Finalmente, nuestro organismo posee una importante reserva que utilizará para culminar con éxito y eficacia su limpieza endógena. Teniendo en cuenta que el ayuno permite al organismo recuperar cualquier problema presente en su interior y concede al ser humano un perfecto estado de salud, podemos conceder a esta condición el título de panacea (recordemos que panacea, diosa de la salud, tenía el poder de recuperar cualquier estado morboso). Aunque existen algunos casos excepcionales de enfermedades que conducen al organismo a un punto sin retorno, podemos afirmar que el ayuno restaura invariablemente cualquier trastorno patológico. No obstante, debemos señalar que el ayuno no concede al cuerpo humano un perfecto estado físico y muscular, condiciones esenciales para la salud. Sin embargo, establece los pilares básicos para reconstruir una perfecta condición física. Puesto que no todos los ayunos son fáciles de ejecutar, debido a sus incomodidades, esta lección le ofrece las metodologías y características principales para convertir el ayuno en una actividad cómoda y efectiva. A menudo se interrelacionan las palabras ayuno y rejuvenecimiento. Es cierto que el ayuno es la condición bajo la cual el cuerpo humano se desintoxica y recupera rápida y eficazmente, pero también es cierto que renueva muchas células, tejidos y órganos. Esta regeneración permite al cuerpo librarse de cualquier sustancia morbosa y aumentar sus reservas energéticas. Por esta razón, cuando una persona se somete a un proceso de ayuno e inicia consecuentemente un nuevo programa de alimentación, parece más joven. OBJETIVOS DE LA LECCIÓN UNDÉCIMA
Al finalizar esta lección, se sorprenderá gratamente al conocer los datos que aparecen a continuación: 1. El ayuno es una verdadera panacea que normalmente permite al organismo solucionar problemas que no podría resolver bajo cualquier otra circunstancia. 2. El ayuno concede a nuestro organismo numerosas ventajas. 3. Cuándo deberíamos iniciar un proceso de ayuno. 4. Qué síntomas surgen cuando nos sometemos a un ayuno. 5. Los principios que debemos tener presente para finalizar un ayuno sin problemas. 6. Por qué se emplea este proceso con los adictos. 7. Cuáles son las contraindicaciones del ayuno. 8. Cuántos días deberíamos ayunar. 9. Por qué pierden el apetito las personas durante el ayuno. 10. Cómo consigue paralizar muchas de las enfermedades, incluso crónicas, durante el ayuno. 11. Cuándo pueden ayunar las mujeres embarazadas o en el período de lactancia. 12. Por qué los niños necesitan ayunar sólo un corto período de tiempo para alcanzar un buen estado de salud.
CONCEPTOS CLAVE Como ya indicamos con anterioridad, nuestro punto de partida es afirmar que el ayuno es una panacea para casi todos los problemas físicos y mentales que sufre la humanidad en la actualidad. Cuando se corrigen las condiciones internas del organismo, el cuerpo humano puede corregirse a sí mismo. El proceso de ayuno implica algo más que la simple corrección de los hábitos de vida. Sus efectos maravillosos permiten al cuerpo librarse inmediatamente de los materiales tóxicos que inundan sus entrañas, expulsar de su interior las células dañadas o inferiores y, literalmente, reconstruir su vitalidad hasta los límites establecidos por la propia naturaleza. Esa fuerza e inteligencia poderosa que subyace en el interior del organismo desde el principio al fin de su existencia y que transforma un pequeño óvulo fertilizado en un ser adulto, limpia, reconstruye y restaura su organismo, cuando posee la oportunidad, hasta convertirlo en un ser perfecto, dentro de sus limitaciones.
HECHOS DESTACABLES Al enfocar el tema del ayuno como una metodología básica para resolver con eficacia los problemas patológicos, deberíamos resaltar unos datos que garantizan su eficacia en el interior del organismo: 1. La fuerza e inteligencia poderosa que transformó un pequeño óvulo fertilizado en un ser adulto puede realizar grandes milagros si posee el entorno adecuado. 2. El ayuno es el único proceso mediante el cual nuestro organismo puede enfocar TODAS sus energía en la limpieza y restauración del propio cuerpo humano. 3. Los programas de ayuno permiten al organismo invertir todas las patologías, a menos que sea demasiado tarde, o lo que es lo mismo, siempre y cuando una enfermedad no haya alcanzado un punto sin retorno, condición que ni la propia fuerza innata puede resolver. Sin embargo, como dice el viejo refrán, la esperanza es lo último que se pierde y mientras haya vida hay esperanza. 4. Los animales salvajes que padecen una enfermedad buscan instintivamente un lugar tranquilo (un matorral de arbustos, árboles o parras) donde ayunar. Transcurridas un par de semanas, el proceso comienza a tener efecto y la condición morbosa desaparece. Los animales que se rompen una pata suelen recuperarse rápidamente cuando ayunan, normalmente en un período inferior a dos semanas. 5. Existen numerosos casos de personas que padecían enfermedades «incurables» (acné, alergia, artritis, asma, psoriasis, tumores, trastornos cardiovasculares, «cáncer» sinusitis, alta presión sanguínea, úlceras, herpes en los genitales, SIDA, epilepsia, etc.) y que han logrado superarlas mediante un programa de ayuno. 6. El ayuno no es un proceso peligroso. Es más, aquellos que ayunan se recuperan fácilmente y casi todos se sienten realmente cómodos durante el programa. Sólo un uno por ciento de los casos puede tacharse de contraproducente. 7. Debemos distinguir claramente lo que entendemos por ayuno e inanición. Cuando ayunamos, el organismo obtiene los elementos nutritivos necesarios mediante la digestión de tumores y la utilización de las reservas de grasas y nutrientes que fue creando poco a poco para casos de necesidad. Es más, el cuerpo humano recicla masivamente los residuos orgánicos, especialmente la plétora de nutrientes formada a raíz de los cientos de billones de células que desaparecen diariamente. 8. El ayuno rejuvenece considerablemente al cuerpo humano. Después de un programa de ayuno, el proceso de deterioro denominado deterioro senil, sufre un considerable retraso. 9. Todo ayuno, aún cuando se trate solamente de un par de días, provoca la aparición de notables mejorías en la salud del individuo. Si desea someterse a un régimen de ayuno superior, debería tener presente la atmósfera que le rodea. Le recomendamos acuda a centros de reposo y ayuno para culminar con éxito este propósito.
10. Los programas de ayuno permiten superar con eficacia las «nauseas matutinas» que sufren las mujeres en estado. Asimismo, si cumplen una dieta adecuada y se someten a un régimen de vida ejemplar, no padecerán más problemas. Si comienza a ayunar durante los primeros días en los que surgen las nauseas matutinas y continúa durante unos días este programa acompañado de un régimen de vida sana, podrá decir adiós a sus problemas. 11. Sin embargo, cuando el embarazo se encuentra en una fase más avanzada, le recomendamos que no ayune por más de un día, excepto en casos de extrema necesidad y/o pérdida de apetito. 12. Los niños se benefician rápida y eficazmente de los programas de ayuno. Normalmente evitan el consumo de cualquier alimento cuando se hallan indispuestos.
DEFINICIONES ATENCIÓN: Le recomendamos consulte un diccionario especializado si no encuentra algunas de las palabras que busca. Las definiciones que aparecen a continuación tienen la ventaja de estar enfocadas desde un punto de vista higienista, lo que hace más fácil su comprensión. Muchas personas consideran bastante interesante su lectura.
AGUDO: Término utilizado para describir algo intenso. Desde el punto de vista fisiológico, el término agudo significa condición morbosa cuya gravedad es crítica, pero que suele durar poco tiempo. AYUNO: Abstinencia de alimentos, excepto agua, aire y luz solar. APETITO: El término apetito posee numerosas acepciones. Cualquier deseo recibe el nombre de apetencia. Lo mismo sucede con las necesidades instintivas. Sin embargo, la palabra apetito suele utilizarse para referirse al deseo que una persona tiene de un alimento determinado sin que el individuo sufra los síntomas del hambre. En la actualidad, el término apetito se utiliza con más frecuencia para referirse a un deseo que satisfaga una gratificación personal que para referirse a una necesidad. ARRITMIA: Término genérico utilizado para referirse a los latidos irregulares del corazón. Las irregularidades cardíacas abarcan un amplio abanico de posibilidades (latidos bruscos, un período de latidos rápidos seguidos de una serie de latidos bruscos, latidos suaves, latidos agudos e incluso cortos períodos de latidos regulares). AUTÓLISIS: Aunque el término suele utilizarse en diversos contextos, su significado literal es autodisolución. Normalmente se utiliza para referirse a la destrucción celular iniciada por los lisosomas celulares o a la destrucción de tumores y tejidos ejecutada por las enzimas orgánicas (conocidas con el nombre de lisosomas). BRONQUIO: Del latín bronchus (pl. bronchi). Conducto de aire de los pulmones que se encuentra ubicado entre los alveolos y la tráquea.
CÉLULA: Elemento anatómico primordial de los organismos. El término célula significa también compartimento o celda. Las células son como ciudades amuralladas donde habitan miles de elementos minúsculos que reciben el nombre de mitocondrias y orgánulos. Son estos elementos los que constituyen la base principal de la célula y los que convierten a la célula en un entorno residencial denominado protoplasma. Por término general, las células poseen aproximadamente unos 20.000 orgánulos o mitocondrias. CELULITIS: Término de origen europeo que se utiliza popularmente para describir la grasa aterronada que se deposita en los muslos, la región glútea y las caderas de las mujeres. Su combustión es bastante complicada por lo que suele ser muy difícil combatir su presencia. Esto se debe, posiblemente, a la relación existente entre estas grasas y los tumores y lipomas de células grasas. Al parecer, estas células se encuentran cubiertas por tejido cicatrizado y contienen una alto contenido de materiales tóxicos y grasa. Su forma es similar al de un panal. COMPENSATORIO: Dícese de los órganos que asumen las funciones de los órganos más débiles o que aumentan las secreciones de los órganos regulares de secreción. Órganos secundarios que cubren las deficiencias de los órganos principales. CONTRAINDICACIÓN: Cualquier indicación que decrete un curso contrario al intencionado. CRÓNICO: De larga duración. Continuo. Habitual. DEPRESIÓN: Pérdida de seguridad en sí mismo. Condición por la cual un individuo se siente triste, afligido y apenado. Estado emocional o psicótico. Pérdida de habilidad para pensar o reflexionar. DESINTOXICACIÓN: Proceso fisiológico mediante el cual se expulsan los materiales tóxicos que inundan un organismo. DIARREA: Fenómeno morboso que consiste en frecuentes evacuaciones intestinales líquidas; por lo general contienen iones vitales. FACULTADES DEFENSIVAS: Conjunto de medios defensivos que se encuentran a disposición de un organismo para mantener la estabilidad e integridad. En contextos populares y médicos suele confundirse erróneamente y denominarse sistema inmunológico. HAMBRUNA: Condición morbosa que puede provocar la muerte de un individuo por falta de alimentos y reservas. Cuando el organismo agota sus reservas de grasa, comienza a descomponer los tejidos vitales para obtener la energía necesaria para mantener estable sus constantes vitales. IDEA FIJA: Obsesión por una idea, excluyendo en todo momento cualquier otro pensamiento o consideración. Pensamiento dominante. INMUNOSUPRESORES: Término utilizado para referirse a los agentes que destruyen los leucocitos o que suspenden su funcionalidad.
INANICIÓN: Término que utilizan los médicos para referirse al proceso de ayuno con el significado de pérdida de vitalidad. INDURACIÓM: Dureza o firme; normalmente cubierto por un tejido fibroso o cicatrizado. INSULINA: Hormona proteínica generada por las células beta que se encuentran en las isletas de Langerhans en el interior del páncreas, su objetivo es transportar azúcares simples de los vasos sanguíneos a las células. INSUSCEPTIBLE: En un contexto médico, puede utilizarse como sinónimo de inmune. Cuando decimos que un organismo es insusceptible, nos referimos a que no se encuentra sujeto a una condición. Asimismo, significa que las defensas se encuentran preparadas para actuar en cualquier momento. INTOXICADO: Que está saturado o cubierto de materiales tóxicos. Introducir sustancias tóxicas hasta el punto de intoxicación. IONES: Electrólitos o partículas cargadas de minerales no metálicos. LARINGE: Parte superior de la tráquea o conducto de aire que se modifica con las cuerdas vocales. Popularmente recibe el nombre de caja de voz. LETARGO: Estado de inactividad, pereza, languidez o lasitud. Sopor, somnolencia o pereza. MACRÓFAGO: Literalmente significa «grandes comedores». Dícese de los leucocitos y monocitos alargados que se hallan en puntos estratégicos o móviles a lo largo de los fluidos donde digieren y descomponen todo aquello que no debería encontrase dentro del dominio vital.
METABOLISMO: Proceso mediante el cual una sustancia o elemento se transforma de una forma a otra. Todo metabolismo consta de dos partes, un proceso de construcción que recibe el nombre de anabolismo y un proceso de destrucción denominado catabolismo. La suma total de los procesos vitales que transforman las sustancias para su asimilación o eliminación. NARCÓTICO: Sustancia que reduce o suspende la sensibilidad, produciendo un letargo mental y un sentimiento de somnolencia y sopor. OBESIDAD: Término utilizado para referirse a la condición que supera en un 20 por ciento, o más, el peso ideal. Prácticamente el 40 por ciento de la sociedad estadounidense sufre de obesidad. Asimismo, aproximadamente el 30 por ciento supera su peso ideal en mayor o menor medida, y un 20 por ciento supera considerablemente los límites. ÓRGANOS: Dícese de las partes o estructuras especializadas del organismo que crean componentes; filtran fluidos; bombean sangre; protegen al organismo; reciben, procesan y
actúan con los datos procedentes del sistema nervioso central. En suma, todas las partes operativas que garantizan la funcionalidad del organismo. ORTOBIONÓMICO: Que respeta una pautas de vida correctas. «Cuando comience a realizar lo que siempre debería haber hecho, comenzará a ser lo que siempre debería haber sido». PANACEA: Remedio universal. Entendemos por panacea, los poderes innatos que posee el propio organismo para resolver sus problemas, especialmente cuando se encuentra bajo unas condiciones que le permiten centrar todas sus energías en los procesos de reconstrucción y destrucción. PRISTINO: Que se halla en un estado origina incorrupto. Inocencia. REJUVENECIMIENTO: Vigorización de las células, tejidos y órganos. Restauración de una condición más juvenil del organismo. La condición de ayuno es una condición que permite al organismo regenerarse. SÍNTOMA: Conjunto de señales y condiciones que demuestran la existencia de alguna circunstancia o trastorno anormal. SISTEMA CARDIOVASCULAR: Se entiende por sistema cardiovascular, la suma total de vasos sanguíneos que transportan sangre gracias a la acción cardíaca. La sangre que fluye del corazón recorre el cuerpo a través de las arterias, las arteriolas y los vasos capilares. En cambio, la sangre retorna al corazón a través de las venas. SISTEMA INMUNOLÓGICO: Término utilizado popularmente y en los contextos médicos para referirse a los leucocitos. Puesto que no existe ninguna inmunidad ante los efectos de causas, podemos afirmar que los elementos a los que se refieren no son más que las facultades defensivas y purificadoras de la sangre y los fluidos. SISTEMA LINFÁTICO: Conjunto de facultades, incluyendo los órganos, vasos y fluidos, del segundo sistema de circulación del organismo. SUSCEPTIBLE: Falta de habilidad para destruir y expulsar los materiales tóxicos y organismos microbióticos. TEJIDO: Asociación de células que poseen características similares que se unen para formar unidades estructurales o funcionales. TOXEMIA: Acumulación de sustancias tóxicas en el interior del organismo. TOXICOSIS: Intoxicación sistémica. Condición morbosa caracterizada por la presencia anormal de materiales tóxicos en los fluidos, órganos, tejidos y células. TRÁQUEA: Caña del pulmón. Tubo principal del sistema respiratorio.
TRANQUILIZANTE: Sustancia que tranquiliza o calma al organismo, reduciendo o paralizando el funcionamiento del sistema nervioso central. VITALIDAD: La suma de las facultades vitales. Capacidad para vivir energéticamente.
ESQUEMA GLOBAL DE LA LECCIÓN I. Las grandes ventajas del ayuno A. Combate la aparición de enfermedades 1. Caso histórico de Wes Drawbaugh 2. Caso histórico del doctor y la señora Mable Powell 3. Caso histórico de los Harringtons 4. Caso histórico de Jeannie Taylor B. Rejuvenecimiento y revitalización 1. Respiración 2. Resistencia 3. Energía 4. Digestión 5. Apetito, hambre y gusto 6. El corazón y el sistema cardiovascular 7. Los riñones 8. Los pulmones 9. La piel 10. Los intestinos 11. El hígado
II. ¿Por qué y cuándo debemos iniciar un programa de ayuno? A. Condiciones que garantizan la efectividad del ayuno 1. Enfermedades agudas 2. La obesidad y el sobrepeso 3. Saturación de toxinas 4. Condiciones de agotamiento y debilidad 5. Depresión 6. Enfermedades crónicas o incurables 7. Trastornos mentales 8. Adicciones 9. Las heridas 10. El deseo de mejorar nuestro estado físico y mental B. ¿Cuándo debemos evitar el ayuno? 1. Las mujeres embarazadas y en período de lactancia 2. Los niños y los recién nacidos 3. El endurecimiento hepático
4. Trastornos cardiovasculares 5. Los diabéticos 6. El miedo 7. Los demacrados III. ¿Qué hace el organismo cuando ayunamos? A. La sabiduría innata dirige las actividades orgánicas 1. Regenera la energía nerviosa a través de un sueño extraordinario 2. Inicia un proceso extraordinario de limpieza que renueva las células, los tejidos y los órganos 3. Restaura con rapidez las facultades defensivas 4. Controla la desintoxicación corporal B. Utiliza con moderación las fuentes 1. En primer lugar agota los hidratos de carbono 2. La autolisiación 3. Utiliza las reservas de grasa 4. Recicla con mayor eficacia las células muertas C. Síntomas que podrían manifestarse durante el ayuno 1. Suele perder el hambre 2. Pueden aparecer dolores de cabeza y otros malestares 3. Podría experimentar una pérdida de energía y sentirse débil 4. Apenas tendrá movimientos intestinales 5. Puede experimentar mareos y desfallecimientos 6. Transcurridos unos días disfrutará de una capacidad de razonamiento más aguda 7. Podría experimentar sentimientos de euforia
IV. Cómo cuidar de una persona que se encuentra ayunando A. Tenga siempre presente las necesidades del paciente 1. Necesidades físicas 2. Necesidades mentales 3. Necesidades sociales 4. Amor, cariño y comprensión 5. Autoconfianza 6. Limpieza y comodidad 7. La luz solar y el ejercicio 8. Agua con limón o zumo de apio 9. Si experimenta un descenso de temperatura utilice más mantas y ropa. B. Cómo controlar el proceso de ayuno 1. Presión sanguínea 2. La temperatura 3. El pulso
4. El sueño 5. Sentimientos 6. Movimientos intestinales y urinales 7. Charlas diarias sobre la condición C. Actividades educacionales y recreativas 1. La televisión y las películas 2. Cintas de vídeos educacionales 3. Conferencias y mesas de coloquio 4. Demostraciones 5. Lectura de libros interesantes 6. Cintas de casete 7. Radio y música V. ¿Cómo finalizar un ayuno? A. ¿Cuándo debemos finalizar el ayuno? 1. Cuando recuperamos el hambre 2. El tiempo disponible requiere su finalización 3. El paciente le solicita comer de nuevo 4. Finalizar un ayuno durante una crisis es imprudente 5. En caso de dudas, finalice el ayuno B. Finalizar un ayuno es algo fácil, pero al mismo tiempo crucial 1. Los zumos diluidos facilitan la ruptura de un ayuno de larga duración 2. El papel de las frutas en la finalización del ayuno 3. Aumentar gradualmente la cantidad de alimentos ingeridos y su complejidad 4. Después del ayuno se gana peso 5. Síntomas que pueden acompañar a la finalización del ayuno 6. El régimen post-ayuno
UNDÉCIMA LECCIÓN EL AYUNO COMO UNA VERDADERA PANACEA CÓMO RECUPERAR LA SALUD RÁPIDAMENTE T. C. Fry
LAS GRANDES VENTAJAS DEL AYUNO
Casi todas las personas que se someten a un proceso de ayuno confiesan que se trata de algo maravilloso, casi milagroso.
Cuando el cuerpo humano inicia un proceso de ayuno, el organismo se limpia, el pensamiento se agudiza, los procesos de reparación y rejuvenecimiento comienzan su andadura y todos los problemas desaparecen. Aunque a lo largo del capítulo relacionaremos una y otra vez los términos ayuno y panacea, debemos afirmar no es éste el caso. Recuerde que Panacea, hija de Aesclepius (Asklepios) – mentor de Hipócrates – se caracterizaba por una cualidad sorprendente, podía curar todas las enfermedades. Sin embargo, debemos señalar que era propio de los antiguos escritores exagerar la condición de sus protagonistas y aplicarles las cualidades de los dioses y diosas. No obstante, debemos afirmar que existe una panacea, su propio organismo. El cuerpo humano culmina con éxito muchos de los procesos sanativos bajo numerosas condiciones vitales, pero puede acelerar su culminación y mejorar los resultados si respetamos un régimen de ayuno. Muchas personas se preguntan «por qué debemos ayunar». A lo largo de esta sección trataremos de mostrarle algunas de las consideraciones más persuasivas. A. Combate la aparición de enfermedades Los especialistas recomiendan programas de ayuno para resolver numerosas enfermedades, incluyendo los trastornos de obesidad y sobrepeso. Como ya hemos reiterado varias veces a lo largo de este curso, las enfermedades agudas, aún tratándose de trastornos crónicos, no son más que métodos orgánicos de desintoxicación que el propio organismo inicia para limpiar y reparar posibles daños. Para ello, el cuerpo humano utiliza las energías discrecionales para culminar con éxito los procesos anteriormente mencionados. Mediante un proceso de ayuno, el organismo puede llevar a cabo las mismas funciones de limpieza, aunque eso sí de una forma más rápida y eficaz. Es más, podemos afirmar que el ayuno permite al cuerpo humano prescindir de los síntomas dolorosos de las enfermedades que el propio organismo inicia y controla. Antes de adentrarnos en las características profundas del ayuno, estimamos oportuno analizar algunos de los testimonios reales descritos por personas que han disfrutado los beneficios del ayuno. [A continuación deberían aparecer unas cuatro páginas donde se reflejaran historias reales y fotografías de personas que hayan vivido las ventajas del ayuno.] Casos históricos de Drawbaugh, Jeannie Taylor, el doctor Powell y los Harringtons.
B. Rejuvenecimiento y revitalización
En una sociedad convencional como en la que vivimos, estos términos no son más que simples palabras o sueños imposibles similares a las ideas que antaño tuviera Ponce de León en su búsqueda por la fuente de la juventud. Existen pocas personas que conozcan de verdad el significado de las palabras rejuvenecimiento y revitalización. No en vano, debemos señalar que vivimos esclavos del sufrimiento y del dolor en una sociedad donde esperamos impasibles la llegada de la muerte mientras observamos como nos deterioramos cada vez más. Cuando oímos hablar de los milagros y las ventajas del ayuno, hacemos oídos sordos y preferimos negar lo innegable. Son muchas las personas, entre ellas numerosos especialistas, las que niegan una y otra vez hechos que observan con sus propios ojos. Lejos de aceptar la realidad, tachan de anécdota los testimonios de los pacientes, cuando, de hecho, lo verdaderamente anecdótico es su reiterada negación, o mejor dicho, las enseñanzas sobre las que se apoyan sus prácticas. Aunque no pueden negar la realidad, puesto que ellos mismos son testigos presenciales de las ventajas del ayuno, se mofan continuamente de los poderes orgánicos. Existen numerosos organismos educacionales, medios de comunicación, médicos, enfermeras o simples personas mal aconsejadas que condenan los peligros del ayuno. Afirman que nuestra única esperanza subyace en las investigaciones médicas, sin embargo estas esperanzas se encuentran confinadas en probetas de laboratorios que nunca han logrado materializarse. La revitalización y el rejuvenecimiento son reales para aquellas personas que han abusado de sí mismas. El camino hacia la fuente de la juventud no es tan difícil como pudiera parecer, sólo debemos iniciar un programa de ayuno y respetar las leyes que dirigen nuestro mandato biológico. A continuación analizaremos cada uno de los órganos y facultades que se benefician directamente de los procesos de ayuno. 1. Respiración Uno de los primeros síntomas que experimentará durante el ayuno será la facilidad con la que comenzará a respirar. Los senos expulsarán todas las sustancias mucosas que se encuentran en su interior. Al mismo tiempo, los pulmones, los bronquios, la laringe y la tráquea –en definitiva todo el tracto respiratorio– finalizarán su labor como órganos de expulsión de residuos y sustancias mórbidas. Como resultado inmediato de esta limpieza interna, el organismo expulsa las sustancias mucosas y reduce las tumefacciones. Desde este momento, la respiración se convertirá en un acto placentero.
2. Resistencia Entendemos por resistencia, la capacidad que posee el ser humano de realizar una actividad sin desvanecerse o fatigarse. Cuando las células y los tejidos orgánicos se encuentran desobstruidos y los órganos operan con total eficacia y efectividad, la vida se convierte en un
conjunto de actividades agradables. La capacidad de correr durante horas sin sufrir el mínimo sentimiento de cansancio es un tesoro que deberíamos guardar como una joya de gran valor.
3. Energía Si se somete a un programa de ayuno, sus niveles de energía aumentarán considerablemente, especialmente sus reservas de energía nerviosa. Esta acumulación energética, nerviosa o mecánica, le permitirá gozar de un perfecto estado físico y disfrutar de un sentimiento continuo de alegría. Se convertirá en un verdadero cable de electricidad viviente. Podrá ejecutar actividades que nunca imaginó que pudiera lograr anteriormente. Por irreal y extraño que pueda parecer, será capaz de realizar cualquier actividad.
4. Digestión Su aparato digestivo, y con ello las facultades asimilativas, recobrarán su estado original y pristino, todo dentro de las limitaciones del ayuno. El organismo renovará todas las células y tejidos que intervienen en los procesos digestivos. Pero eso no es todo, restaurará las secreciones digestivas, rejuvenecerá las papilas gustativas, normalizará las enzimas y los jugos digestivos y utilizará eficazmente los procesos metabólicos. Una de las primeras cosas que descubrirá al finalizar su programa de ayuno serán las delicias alimenticias de los productos naturales. Disfrutará de su ingestión, todo ello sin la utilización de condimentos. Desde este momento, las frutas y hortalizas más comunes se convertirán en verdaderos platos de gourmet. Cuando comience a consumir alimentos crudos fácilmente digestibles, las dificultades digestivas se convertirán en un desagradable recuerdo. Si obedece las leyes naturales de la combinación alimenticia, no volverá a sufrir los problemas digestivos o las indigestiones de sus antiguas prácticas. Si elige el camino marcado por la filosofía Higienista, conseguirá establecer las bases necesarias para garantizar un perfecto bienestar y disfrutar continuamente de un sentimiento de felicidad. 5. Apetito, hambre y gusto Como indicamos con anterioridad, uno de los primeros cambios que sorprenden gratamente a las personas que se someten a un programa de ayuno es la recuperación de las papilas gustativas. Desde ese momento, las personas comienzan a disfrutar del sabor de los alimentos naturales, sin tener que utilizar o echar mano de la sal u otros condimentos. De hecho, debemos recordar que la sal, al igual que sucede con los otros condimentos, es un elemento tan desagradable y perjudicial para nuestra salud que deberíamos evitar en todo momento su consumo. 6. El corazón y el sistema cardiovascular
Más del 90% de la población estadounidense por encima de los cuatro años de edad sufre, en mayor o menor medida, la acumulación de placas amarillentas (una sustancia similar al cemento) en las paredes interiores de las arterias. Si analizáramos el contenido de estas placas, descubriríamos que el origen de los trastornos cardiovasculares se encuentran principalmente en el consumo continuo de grasas saturadas y colesterina animal, minerales inorgánicos procedentes de los alimentos cocinados, agua del grifo, agua de las fuentes, suplementos minerales, antiácidos y otras sustancias altamente nocivas para nuestro organismo. Desde el momento en el que iniciamos un período de ayuno, nuestro organismo comienza a autolisiar las sustancias que habían bloqueado el sistema, o lo que es lo mismo, inicia el proceso de descomposición de los elementos grasos procedentes de los animales ingeridos, la colesterina y los minerales inorgánicos. Aunque este proceso de limpieza es demasiado lento y supera considerablemente el período de ayuno permitido, el perfecto cumplimiento de un régimen de vida basado principalmente en el consumo de alimentos naturales, la realización de ejercicios, la obtención adecuada de sol y el cumplimiento de las horas necesarias de sueño, permitirá al organismo continuar el proceso de descomposición hasta aclarar completamente las vías arteriales. Como podemos observar, los programas de ayuno permiten al organismo iniciar los procesos de rejuvenecimiento arterial, al mismo tiempo que destruyen los depósitos tóxicos que bloqueaban los conductos arteriales y renuevan su estructura celular. Son muchas las personas de sesenta años que respetan el régimen de ayuno y el estilo de vida recomendado por la filosofía higienista (alimentos naturales, numerosos ejercicios y la obtención de otras necesidades vitales), una decisión que le concede el privilegio de contar con un sistema arterial propio de un joven de treinta años, como afirman muchos especialistas. Sin embargo, este proceso de rejuvenecimiento no afecta simplemente al sistema arterial. Bajo unas condiciones de extrema pureza, como la inexistencia de sustancias nocivas que impidan el perfecto funcionamiento del bombeo sanguíneo o la presencia constante de oxígeno puro que refuerza su vitalidad, el corazón también se revitaliza. El corazón y el sistema cardiovascular se benefician constantemente de los procesos de ayuno, aún cuando no exista ningún problema patológico, como pudiera ser la presencia de placas en las arterias o la aparición de sentimientos de cansancio.
7. Los riñones Desde los primeros años de nuestra existencia hasta nuestro día final, los riñones observan impasibles la continua invasión de numerosos elementos tóxicos. Ni siquiera en nuestros primeros años de vida, cuando disfrutamos de la alimentación maternal, conseguimos evitar esta acumulación tóxica en las regiones renales. La leche materna posee los residuos tóxicos acumulados durante años y años de errores alimenticios. La ingestión masiva de alimentos cocinados, condimentos, café, bebidas alcohólicas, tabaco y otras prácticas insalubres bastan para intoxicar este preciado alimento. Recuerde que los riñones son los primeros órganos de purificación que se hallan en el paso de los alimentos. Junto con los pulmones y el hígado, son los encargados de filtrar la
sangre que fluye por el cuerpo humano y los responsables de eliminar todo aquello que pudiera dañar al organismo, enviándolo a la vejiga para su posterior eliminación. La inteligencia y providencia de la madre naturaleza decidió dotar al ser humano con dos riñones, cuando uno sólo podría haber bastado. Es más, al parecer, la vida activa de los riñones supera considerablemente la vida del resto del organismo, ya que podría sobrevivir hasta los 300 años. Sin embargo, debemos señalar que la mayoría de las personas destrozan su funcionalidad cuando aún son jóvenes. El flujo constante de sustancias tóxicas obliga a los numerosos tubos y corpúsculos de los riñones emplearse a fondo en su intento por eliminar todas las sustancias innecesarias de la sangre y enviarlas a la vejiga a través del uréter. En un organismo sano, los riñones ejecutan sus funciones con total normalidad y eficacia, ya que pueden eliminar todas las sustancias con suma facilidad. Sin embargo, cuando la carga tóxica supera los límites, los problemas se agravan y los propios riñones terminan por sufrir las consecuencias. A pesar de su versatilidad, no poseen ningún mecanismo de defensa que los proteja de los elementos nocivos. Así por ejemplo, las personas que consumen elementos ricos en proteínas absorben, a través del íleon y el ciego, numerosos elementos tóxicos procedentes de la descomposición bacterial (amoníaco, indoles, skatoles, mercaptano, sulfuro de hidrógeno, muscarine, cadaverine, putrescine y otras sustancias tóxicas). Estas sustancias destruyen las células renales y provocan daños irreparables en los riñones, causando enfermedades críticas como la nefritis. Si estas invasiones de sustancias nocivas no finalizan, llegará un momento en el que los riñones dejaran de funcionar con eficacia y el organismo requerirá una diálisis renal para sobrevivir. Con un programa de ayuno, el organismo pone fin a esta acumulación de sustancias tóxicas, liberando la carga nociva presente en el interior de los riñones y generando células nuevas. Aunque el organismo utilice estos órganos durante el ayuno para expulsar los elementos nocivos presentes en el interior del cuerpo humano, los riñones recuperan toda su funcionalidad en poco tiempo al expulsar grandes cantidades de agua como orina. Dependiendo de su color (oscuro, amarillento o rojizo), podremos afirmar que el organismo expulsa más o menos elementos tóxicos.
8. Los pulmones Los pulmones, y con ello el sistema respiratorio, son los primeros órganos que descargan su contenido tóxico. Por esta razón, los enfermos de asma consiguen respirar con total eficacia transcurridos un par de días. Cuando el organismo utiliza los pulmones y el tracto respiratorio durante los días de ayuno como órganos extraordinarios de expulsión, genera una secreción mucosal que usará como mecanismo de transporte. Por regla general, el cuerpo humano utiliza otros focos extraordinarios de expulsión. Los pulmones suelen expulsar principalmente sustancias gaseosas. Recuerde que el organismo utiliza otros órganos, como los riñones y los intestinos, para expulsar los residuos líquidos y sólidos.
Durante el ayuno, el organismo desintoxica los pulmones, los purifica y restaura las facultades operativas. A lo largo de mi vida como especialista, he presenciado cómo numerosas personas que sufrían de tuberculosis, asma, bronquitis, neumonía y otras enfermedades relacionadas con trastornos respiratorios recuperaban su estado de salud. Incluso las personas que sufren enfisemas logran alcanzar un perfecto estado de bienestar. 9. La piel Aunque todo el sistema orgánico se halla inmerso en los procesos de desintoxicación, reparación y revitalización, existen algunos órganos que experimentan mejorías milagrosas en tan sólo unos días. La piel juega un papel fundamental en el perfecto funcionamiento del cuerpo humano, realizando funciones que analizaremos en otras lecciones. Sin embargo, bajo condiciones de ayuno, el cuerpo humano desecha las células muertas de la piel con mayor eficacia y rapidez de lo normal, una característica que permite al cuerpo humano iniciar con facilidad los procesos de revitalización y rejuvenecimiento. Las señales más evidentes de esta revitalización corporal se hallan en las zonas visibles del cuerpo, principalmente en los ojos y el cutis. Los programas de ayuno facilitan la reaparición del cabello folículo. Aunque el cuero cabelludo también presenta signos de rejuvenecimiento, los folículos que pierden su capacidad para generar nuevas hebras de cabello no vuelven a recobrarla. Como mencionamos con anterioridad, una de las pruebas más importantes que demuestran las consecuencias de los procesos de rejuvenecimiento se encuentra en la apariencia juvenil de la piel, los ojos, las uñas y el pelo.
10. Los intestinos Durante el ayuno, apenas existen movimientos intestinales. Sin embargo, podemos presenciar numerosos casos de personas que a pesar de hallarse sometida a un proceso de ayuno, realiza más de diez movimientos para expulsar grandes cantidades de heces fecales. Asimismo, debemos señalar que los pacientes que sufren de colitis suelen tener también numerosos movimientos. Por otro lado, es preciso mencionar que las personas que padezcan de estreñimiento pueden solucionar sus problemas mediante un programa de ayuno. A través de estos programas, el cuerpo humano vuelve a generar la energía nerviosa necesaria y la musculatura intestinal revitaliza el sistema peristáltico. Además de solucionar los problemas de estreñimiento y retomar la tonicidad, los programas de ayuno restablecen la regularidad de los movimientos y resuelven casi todos los problemas intestinales, entre ellos la presencia de tumores y tumefacciones.
11. El hígado
El hígado ejecuta en su interior funciones infinitamente más complejas que las efectuadas en cualquier fábrica química del planeta. Entre otras funciones, el hígado sintetiza un gran número de elementos que posteriormente utilizará el propio organismo. Asimismo, el cuerpo humano deposita en su interior numerosos elementos esenciales, especialmente hierro y vitamina B-12. Cuando el organismo se encuentra en reposo, por ejemplo durante las horas de sueño, almacena una gran parte del suministro sanguíneo. El hígado recibe todas las sustancias procedentes del tracto intestinal a través de los fluidos sanguíneos portal y venoso y prepara los nutrientes para la asimilación celular o su almacenamiento temporal. De esta forma, cuando recibe una cierta cantidad de glucosa que el cuerpo no necesita de forma inmediata, la transforma en glucógeno y la almacena hasta que el organismo solicite su presencia en forma de glucosa. No obstante, debemos señalar que el hígado es también un órgano de desintoxicación. Cuando el organismo se encuentra con una sustancia tóxica que los órganos linfáticos (o cualquier otro órganos especializado) no puede eliminar con eficacia (por ejemplo el alcohol), ésta se dirige al hígado donde se desintoxicará para su posterior utilización o expulsión. Por regla general, los elementos procedentes de la desintoxicación hepática se expulsan a través de los intestinos. El hígado desempeña un papel esencial en los procesos de purificación. Aunque no filtra la sangre (como hacen los riñones), cuenta con un sistema de macrófagos (leucocitos) por el que debe pasar el fluido sanguíneo. Por el interior de la sangre porta fluyen numerosas bacterias y elementos extraños que los macrófagos devoran y destruyen. Asimismo, también intervienen en los procesos iniciados para transformar estos organismos y sustancias en elementos asimilables o participan en su expulsión. El hígado es el único órgano que puede renovarse a sí mismo, ya que posee la capacidad de depurarse con plena autonomía. Sin embargo, puede verse afectado por la invasión de toxinas, principalmente proteínas externas y minerales férreos inorgánicos procedentes de la absorción intestinal. Cuando el organismo presiente una de estas invasiones, pone en marcha una respuesta de emergencia. Eleva la temperatura del cuerpo y acelera los procesos de desintoxicación y eliminación. Estas condiciones suelen recibir el nombre de hepatitis. ¿POR QUÉ Y CUÁNDO DEBEMOS INICIAR UN PROGRAMA DE AYUNO? El ayuno es la condición universal a la que recurren todos los animales cuando sus organismos deben iniciar cualquier proceso de recuperación. Recuerde que las condiciones morbosas y las heridas son muy comunes entre los animales. Si presiente la presencia de una condición anormal en el interior de su organismo, le recomendamos se someta a un programa de ayuno hasta que el propio cuerpo logre solucionar el problema. A continuación le señalamos algunas de las condiciones anormales que el organismo puede solucionar con la ayuda de un período de ayuno, debemos destacar que estos procesos no actúan con tanta eficacia bajo otras condiciones que no sean las señaladas en esta sección.
A. Condiciones que garantizan la efectividad del ayuno Los programas de ayuno son indispensables y necesarios para establecer las condiciones necesarias para que el organismo pueda efectuar con mayor rapidez y eficacia los procesos sanativos. Casi todos nuestros ciudadanos podrían cumplir sin ningún problema (obteniendo grandes ventajas de ello) el ritual establecido en la antigüedad cuando una persona ingresaba en un orden religiosa o hermandad, ¡ayunar durante cuarenta días!. No obstante, las bases que sostienen el sistema médico actual se desplomarían de la noche a la mañana, ya que casi todo el mundo recuperaría un perfecto estado de salud. Asimismo, si decidieran iniciar una nueva vida y cambiar por completo sus hábitos irracionales, la industria alimenticia tendría que decir adiós a su imperio. Como ya indicamos con anterioridad, el cuerpo humano es nuestra propia panacea y el ayuno, la condición apropiada para iniciar un magnífico proceso de recuperación. Por esta razón, como especialistas le recomendamos que someta su organismo a un proceso de ayuno cada vez que presienta un trastorno funcional. Es más, cuando deseemos rejuvenecer nuestras facultades y queramos ejecutar nuestras funciones al máximo nivel, lo único que tenemos que hacer es ayunar durante dos o tres semanas (entre 14 y 28 días).
1. Enfermedades agudas Cuando hablamos de enfermedades agudas, nos referimos a las condiciones que el propio cuerpo inicia para controlar los diversos procesos de desintoxicación y permitir al organismo completar con éxito todas las labores de limpieza y reparación. Estas condiciones son enfermedades constructivas que el cuerpo humano inicia utilizando, de forma obligatoria, sus reservas energéticas. Durante el ayuno, el organismo puede poner fin a la enfermedad en un corto período de tiempo. Esta condición comienza cuando perdemos las ganas de comer. De esta forma, nuestro organismo puede utilizar todas las reservas energéticas disponibles en ese momento, incluyendo las utilizadas normalmente en los procesos digestivos, para iniciar los procesos extraordinarios de recuperación. Las personas que continúan consumiendo alimentos, aún sufriendo dicha condición morbosa, sufren mucho más que las personas que evitan cualquier alimento. Asimismo, aquellos que reprimen los síntomas de la enfermedad mediante la utilización de fármacos, provocan la dilación de los procesos sanativos, incluso poniendo fin a ellos. La represión farmacológica suele desembocar en la aparición de una enfermedad crónica, en cuyo caso, los pacientes se encuentran con un doble problema, ya que además del problema presente en su organismo, deben combatir un segundo trastorno ocasionado por el consumo de sustancias tóxicas. La utilización de estas sustancias y la continua violación de las leyes de la naturaleza convierten una simple enfermedad aguda en una condición crónica. Toda enfermedad debería ir acompañada de un período de ayuno.
2. La obesidad y el sobrepeso Tanto la obesidad como el sobrepeso son condiciones patológicas. Ahora bien, debemos señalar que la obesidad supone un riesgo mayor que un simple trastorno de sobrepeso, es más, podemos afirmar que es la punta del iceberg de otras enfermedades más peligrosas y patológicas. Obviamente, no podemos tratar en este capítulo todas las causas que subyacen bajo un trastorno de obesidad, sin embargo, analizaremos por qué es recomendable ayunar si padece este problema. Las personas obesas suelen consumir numerosos productos tóxicos, principalmente en forma de grasas. Estos elementos grasos aumentan la reserva de células grasas, muchas de las cuales mueren en el interior del cuerpo humano. Cuando se descomponen, el organismo rodea y encapsula estas células con un tejido cuya textura gruesa aísla el contenido nocivo. Estas cápsulas reciben el nombre de lipomas, ya que son pequeños tumores adiposos. Su formación en el interior del cuerpo humano provoca la aparición de unas bolsas en la piel que reciben el nombre de celulitis. Ambas personas, las que superan el peso ideal y las que padecen problemas de obesidad, deberían iniciar un programa de ayuno para desintoxicarse y expulsar los depósitos de grasas. La grasa, al igual que sucede con las toxinas, impide el perfecto funcionamiento de la mente y el organismo. Los programas de ayuno permiten a las personas obesas disminuir drásticamente su peso. A lo largo de mi vida profesional, he comprobado como mujeres que pesaban unos 90 quilos disminuyeron su peso hasta alcanzar los 55 ó 75 quilos en tan sólo dos o tres meses. Mediante una nueva forma de vida, estas personas se convirtieron en individuos activos y atractivos. 3. Saturación de toxinas Por regla general, la prueba más evidente para distinguir la presencia de una saturación de toxinas se encuentra en la lengua, si ésta está saburrosa o no. Sin embargo, otros síntomas como los ojos hinchados o irritados, la mucosidad nasal, los senos hinchados, la presencia de elementos mucosales en la laringe, la aparición de dolores de garganta, dolores de cabeza, picores y dolores en general, depresiones, debilidad, cansancio, expectoración mucosal, hinchazones en los tobillos, muñecas y dedos o los problemas respiratorios pueden demostrar la existencia masiva de toxinas en el interior del organismo. Casi todos los malestares descritos en los libros surgen como consecuencia de la toxicosis, a menudo llamada toxemia. A través de un programa de ayuno, el organismo podrá recuperar rápidamente sus energías nerviosas y comenzar los diferentes procesos de desintoxicación.
4. Condiciones de agotamiento y debilidad
El hecho de que las personas consuman diariamente café, refrescos, barbitúricos y otros estimulantes demuestra la falta de vitalidad y energía que padecen en la actualidad muchos individuos. Sin embargo, son pocas las personas que reconocen el verdadero problema que supone la ingestión adicional de estas drogas, legales o ilegales. A través de un buen programa de ayuno, el ser humano consigue iniciar diversos procesos de desintoxicación y permite al organismo recuperar las reservas energéticas que permanecen aún intactas. El organismo genera la cantidad de energía necesaria para satisfacer todas las necesidades. Ahora bien, si no exigimos esta cantidad, el cuerpo humano no la creará. Cuando realizamos ejercicios físicos, exigimos a nuestro cuerpo que genere la energía necesaria, al mismo tiempo que ejercitamos y desarrollamos nuestra masa muscular. Todo ello aumentará considerablemente nuestra fuerza física.
5. Depresión Aproximadamente un tercio de nuestra población sufre, en mayor o menor medida, una crisis depresiva. Asimismo, podemos afirmar que la gran mayoría de las personas que sufren esta enfermedad ve en los narcóticos (tranquilizantes) la única solución a sus problemas. Sin embargo, casi todos los pacientes se convierten, por regla general, en adictos a las drogas y fármacos recetados por sus médicos. Todas las drogas (y, en definitiva, todos los fármacos) actúan en el interior del organismo como elementos «inmunosupresores» que disminuyen drásticamente la funcionalidad orgánica. Cuando se ingieren con regularidad, el cuerpo humano debe hacer frente a los elementos tóxicos derivados de la ingestión masiva de tales productos, así como a los residuos tóxicos generados por los propios procesos orgánicos. Aunque el organismo se encuentra constantemente expulsando los residuos y elementos tóxicos presentes en el interior del cuerpo, el ritmo de invasión supera considerablemente su capacidad de expulsión, provocando una saturación. Cualquier programa de ayuno debe realizarse completamente al margen de los fármacos y las drogas, sólo de esta forma permitiremos al organismo completar con éxito y eficacia los diversos procesos de limpieza y desinfección. Las depresiones son condiciones de inestablilidad mental que podrían desaparecer bajo un estado de ayuno. Establecerse nuevas metas en la vida, al mismo tiempo que renovamos nuestras ambiciones y esperanzas y recuperamos nuestro estado de salud, servirá para superar rápidamente cualquier crisis depresiva. 6. Enfermedades crónicas o incurables Prácticamente la mitad de nuestra población sufre alguna que otra condición crónica, sin contar los trastornos oculares (65%), problemas dentales (98,5%), las condiciones de estreñimiento (90%) o los problemas cardiovasculares (más del 90% de las personas que superan los cuatro años de edad).
Algunas enfermedades crónicas, como el asma, la bronquitis, la sinusitis, los zumbidos, la expectoración mucosal, el acné, las alergias, las artritis, los tumores y otras condiciones, son consideradas como «incurables». Sin embargo, casi todas las enfermedades crónicas pueden resolverse con rapidez mediante un proceso de ayuno. Cada enfermedad requiere un tiempo determinado de curación, por esta razón, mientras que los trastornos respiratorios pueden recuperarse en unos días, la artritis requiere varias semanas de ayuno, aunque podría sentir alguna que otra mejoría transcurridos unos días. 7. Trastornos mentales El número de personas que sufren algún que otro trastorno mental en nuestra sociedad aumenta día a día. En la actualidad este porcentaje se sitúa aproximadamente en torno al 20%, aunque el 10% padece un problema de máxima gravedad, considerándose como retrasado mental. El doctor Shelton afirmó una vez que si le permitieran estar al cargo de una institución para enfermos mentales lograría vaciarla en sólo unos días. Aunque pueda parecernos una idea un tanto descabellada, la verdad es que las personas con problemas mentales podrían recuperar su estado de salud en unos días a través de un buen programa de ayuno. A modo de ejemplo, podemos afirmarle que los esquizofrénicos recobran la normalidad en un mes de ayuno. Los resultados obtenidos por el doctor Allan Cott en el centro moscovita Moscow Psychiatric Institute fueron sorprendentes, prácticamente un 100% de efectividad. Aunque los programas de ayuno no pueden remediar los defectos de los pacientes, al menos pueden mejorar considerablemente la salud de estas personas, convirtiéndolas en seres activos y útiles para la sociedad, en vez de permanecer como personas incapacitadas.
8. Adicciones A lo largo de mi experiencia como director de un centro de ayuno y reposo, he presenciado cómo muchas personas han logrado dejar a un lado sus adicciones y han conseguido evitar el consumo de productos tóxicos como las bebidas alcohólicas, el tabaco, el café, los productos con cafeína, las pizzas (por extraño que pueda parecer, debemos señalar que las pizzas contienen sustancias tóxicas como el orégano), los fármacos, especialmente los tranquilizantes y los esteroides, etc.
9. Las heridas La rapidez y eficacia con la que el propio organismo finaliza un proceso de curación bajo condiciones de ayuno (reduce el tiempo de sanación en un 50%) deberían ser pruebas suficientes para demostrar la conveniencia de estos programas. Cuando el cuerpo humano se encuentra en un estado de reposo total, con la única ingestión de agua, el organismo inicia con total garantía y eficacia todos los procesos de limpieza y desinfección, al contar con toda la energía disponible. Por esta razón, el cuerpo humano finaliza con mayor rapidez y perfección los efectos de curación.
10. El deseo de mejorar nuestro estado físico y mental Como hemos visto con anterioridad, los programas de ayuno nos permiten recobrar nuestro estado de salud, agudiza nuestro intelecto y rejuvenecen las células, órganos y facultades orgánicas. Esto provoca que numerosas personas deseen iniciar un programa de larga duración, es decir someterse a un ayuno que oscile entre dos y cuatro semanas. Casi todas las personas que finalizan un ayuno de veintiocho días parecen mucho más jóvenes y vivos. La posibilidad de parecer más jóvenes, o lo que es lo mismo la capacidad de rejuvenecer, se ha considerado, durante muchos años, como un tema propio de la mitología. Sin embargo, podemos afirmar que no es así. En nuestro centro permanece una persona de 62 años de edad que después de padecer las atrocidades de la medicina actual (solía consumir fármacos para combatir los problemas cardiovasculares y la presión sanguínea, así como esteroides (cortisona) y valiums) sin conseguir ningún resultado), decidió acudir a nuestra institución. Sólo se movía para ir al cuarto de baño, para comer, para hablar con las personas que le asistían y para consumir las medicinas que le habían recetado. En la actualidad, se encuentra en su decimoséptimo día de ayuno y su cara ha cambiado por completo. Suele pasear por los alrededores para tomar un poco el sol, habla y ríe con todas las personas que se encuentra y acude con frecuencia a las diferentes conferencias, sesiones de video y coloquios que organizamos. Después de pasar en la cama los tres primeros días de su estancia en nuestro centro, inició una leve mejoría y al quinto día comenzó a participar activamente en las diferentes actividades. En la antigüedad, uno de los requisitos imprescindibles para poder entrar en una orden religiosa o formar parte de una hermandad era ayunar durante cuarenta días. La historia nos habla de numerosos templos, algunos de gran prestigio e importancia como el Templo de Cos en Grecia, presidido por Hippocrates, que controlaban a miles de personas mientras ayunaban. De ahí la gran fama obtenida por Hippocrates, quien siglos después se convertiría en el mentor de la profesión médica. En realidad, todo lo que hizo fue controlar y dirigir a un gran número de creyentes que deseaban iniciar un ayuno prolongado. Nunca compuso el juramento hipocrático, fórmula utilizada posteriormente en Egipto durante todo un milenio. Asimismo, debemos señalar que jamás tuvo relación alguna con la producción de drogas o fármacos (hierbas mágicas).
B. ¿Cuándo debemos evitar el ayuno? Existen algunas razones físicas que convierten al ayuno en una práctica contraproducente para ciertas personas. A continuación analizaremos algunas de estas situaciones y condiciones.
1. Las mujeres embarazadas y en período de lactancia Por regla general, las mujeres que se encuentren embarazadas de dos meses, o más, o que se hallen en período de lactancia deberían evitar, en la medida de lo posible, someterse a un proceso de ayuno que supere un día de duración. La falta de alimentos podría afectar
seriamente al perfecto desarrollo del feto. Asimismo, debemos señalar que la leche materna comienza a perder su continuidad después del primer día de ayuno. Si debido a su situación, considera inevitable e imprescindible la ausencia de alimentos, le recomendamos ingiera solamente zumos durante un par de días. De esta forma conseguirá mejorar su condición sin poner en peligro la presencia de leche materna o el desarrollo fetal. Asimismo, si la paciente suele consumir una dieta perjudicial para su salud, lo primero que tendremos que hacer es prohibirle la ingestión de tales productos. Procure que las mujeres embarazadas o aquellas que se encuentren en período de lactancia gocen de un proceso de transición gradual, ya que un cambio brusco en sus hábitos podría provocar un proceso de desintoxicación masivo que terminaría por perjudicar al feto y a su alimento. La ingestión de elementos tóxicos podría contaminar la leche materna al atravesar la barrera mamaria. Este proceso podría afectar también al feto, ya que las toxinas podrían atravesar fácilmente la barrera placentaria. Cuando acudan a su consulta mujeres embarazadas o en período de lactancia, preste sumo cuidado en todas sus recomendaciones. 2. Los niños y los recién nacidos Aunque también podemos iniciar estas prácticas con niños y recién nacidos, recuerde que no podemos obligarlos. Dejarán de comer cuando se sientan indispuestos, solicitando la ingestión de más alimentos cuando presientan que su estado de salud ha recobrado la normalidad. Aunque un niño que se haya desarrollado según las leyes de la naturaleza no debería enfermar nunca, si por alguna indiscreción cayera enfermo, el ayuno no debería ser muy prolongado. A diferencia de los adultos, las personas de corta edad logran recuperarse con mayor facilidad y rapidez. Esto se debe a dos razones fundamentales: A) Porque no poseen la misma carga tóxica que tienen los adultos. B) Porque los procesos de desintoxicación y reparación requieren menos tiempo que los iniciados en los adultos.
3. El endurecimiento hepático Aunque muchos especialistas recomiendan que no se utilicen programas de ayuno con aquellas personas que sufran endurecimientos hepáticos, la verdad es que he practicado esta medida con varias personas que padecían esta condición y los resultados obtenidos fueron muy satisfactorios. Muchas de estas «reglas» parten de las experiencias vividas por personas que han realizado ayunos. No obstante, debemos señalar que los ayunos suelen ser contraproducentes en las personas que padecen endurecimientos hepáticos. Tenga mucho cuidado con aquellos pacientes que sufran alguna condición contraproducente con la práctica del ayuno.
4. Trastornos cardiovasculares
Como acabamos de mencionar, existen algunas enfermedades donde la utilización de programas de ayuno está catalogado como contraproducente. Entre estas condiciones se encuentran la arritmia cardíaca. Cuando acuda a su consulta una persona aquejada de arritmia, sugiérale que ingiera zumos, comidas monofrutales y, de vez en cuando, algunas comidas alternas acompañadas de agua y zumo de limón. Bajo este régimen, experimentará una gran mejoría, pero debemos encontrar otra dieta que solucione por completo los problemas arrítmicos.
5. Los diabéticos La aplicación de programas de ayuno en pacientes diabéticos debe realizarse con gran cuidado y diligencia. Hace tiempo recibí en mi consulta a una persona diabética que llevaba tres años sometida a un tratamiento de insulina. Esta persona consiguió recuperarse en unos días bajo un programa de ayuno y consiguió dejar a un lado sus administraciones de insulina. Sin embargo, debemos dejar bien claro que la precaución es fundamental en estos casos. Entre otras prioridades, tendrá que examinar continuamente el nivel de azúcar de la sangre, para comprobar si el organismo retiene los azúcares que se generan a partir del glicerol originado por la descomposición de las grasas, en vez de expulsarlo a través de la orina (si fuera de esta forma, los niveles de azúcar aumentarían considerablemente). Los resultados inmediatos de esta condición suelen ser el coma, o incluso la muerte. Los diabéticos son muy propensos a padecer diarreas y vómitos, condiciones que debilitan su condición y merman las reservas de agua y electrólitos, provocando con ello la deshidratación. La rehidratación tendrá que efectuarse por vía intravenosa, ya que existen muy pocas probabilidades de resolverla mediante la ingestión de agua. Por regla general, la utilización de programas de ayuno con pacientes diabéticos suele ser una práctica contraproducente. Por esta razón, le recomendamos sugiera a sus pacientes que padezcan una condición diabética un régimen basado en dietas de un sólo producto, acompañados de zumos y frutas y una continuación de sus dosis de insulina. No obstante, muchos podrán reducir de forma considerable su ingestión de insulina bajo esta dieta. A lo largo de mi vida profesional, he comprobado como algunas personas han reducido drásticamente su ingestión diaria de 70 unidades de insulina a tan sólo 10, y a veces a reducirla por completo.
6. El miedo Uno de los problemas más acuciantes en lo que respecta a las contraindicaciones del ayuno se encuentra en el temor y el miedo. Normalmente no encontrará ninguna persona con tales características, ya que por regla general no suelen acudir a sus consultas. Sin embargo, podrá encontrarse con el caso de una pareja donde uno de ellos sienta recelos o incluso temor al ayuno. Cuando una persona se presenta en nuestra consulta con un temor pronunciado a tales prácticas, le recomendamos un régimen de frutas y zumos, en dosis continuas, pero con poca
cantidad de alimentos. Pese a ello, podemos decir que los avances son magníficos. Transcurridos unos días, comienza a perder el hambre y no se preocupa en absoluto por los alimentos. Todo ello, viene acompañado de unos síntomas claros de intoxicación endógena, como la aparición de una capa saburrosa en la lengua. Finalmente, contagiado por aquellos que le rodean, termina por perder el temor por ayunar e inicia un programa de ayuno.
7. Los demacrados Aquellas personas cuyos pesos se encuentran por debajo de lo normal suelen recibir una dieta muy estricta (poca cantidad de frutas y zumos, pero en comidas constantes), pero nunca se someten a un programa de ayuno. Casi todas las personas que acuden a nuestra consulta aquejados de este problema suelen «comer como cosacos». Como recomendación, le sugerimos una dieta simple en su contenido, pero frecuente en su administración. Asimismo, la cantidad de comida ingerida en cada comida será sensiblemente menor a la cantidad consumida con anterioridad. Como ejemplo, me gustaría mencionar el caso de una señora que medía aproximadamente un metro setenta y cinco, pero que pesaba solamente treinta y ocho quilos. Solía consumir día y noche solamente ensaladas, lo que le proporcionaba una cantidad calórica de 700 calorías al día. Con esta reserva energética, sólo tenía fuerza para mantenerse en pie y poco más. Después de consumir una dieta compuesta básicamente de frutas naturales, sus reservas energéticas aumentaron sensiblemente hasta alcanzar las 1.200 calorías diarias, aunque su peso disminuyó drásticamente hasta situarse en los treinta y cuatro quilos. Comenzó a realizar tablas de ejercicios todos los días y a practicar levantamiento de pesas, además de trabajar durante bastantes horas. Sin embargo, no ganó un solo gramo en seis meses. A pesar de su productividad y su extrema demacración, decidimos someterla a un régimen de ayuno, puesto que su problema radicaba simplemente en un trastorno metabólico. Después de ayunar durante dos semanas, su peso descendió hasta los treinta quilos, aunque una vez finalizado el programa de ayuno comenzó a ganar peso hasta situarse en los cincuenta quilos que pesó transcurridos seis meses. Como regla, le aconsejamos que nunca someta a una persona con problemas serios de peso bajo un régimen de ayuno. Utilice un régimen de frutas y zumos según la técnica descrita con anterioridad, poca comida, pero en dosis frecuentes. Esta recomendación será muy efectiva, sobre todo si va acompañada de un programa de ejercicios musculares (levantamiento de pesas) y recibe diariamente una dosis moderada de sol. Hace poco acudió a nuestro centro un hombre que medía un metro cincuenta y cinco, pero que pesaba simplemente cincuenta quilos. Como es lógico, no le sometimos a ningún programa de ayuno, sino todo lo contrario, le recomendamos trabajara en nuestros jardines. Después de trabajar durante unos días bajo el sol (finalmente consiguió un moreno muy tostado), agotó todas sus energías. Este esfuerzo físico, junto con sus problemas de salud, provocó una gran pérdida de peso hasta situarse en los 44 quilos. Después de ello, presenciamos un hecho muy significativo, comenzó a ganar peso con el mismo régimen que le habíamos administrado meses atrás (concretamente cuatro meses, desde el día en que llegó a nuestra
consulta). Cuando nos dejó, seis meses después de su llegada, había alcanzado los 58 quilos y todavía seguía ganando peso. Muchas veces nos encontraremos con problemas de metabolismo. Es más, nos encontraremos con personas que, a pesar de haber experimentado una gran mejoría, seguirán perdiendo peso. Al igual que sucede con la remodelación de un edificio, el organismo debe renovar todos sus elementos para comenzar una nueva reconstrucción. En términos generales, le recordamos que las personas con problemas de peso (demacrados) no deberían iniciar ningún programa de ayuno, a menos que pierdan por completo las ganas de comer.
¿QUÉ HACE EL ORGANISMO CUANDO AYUNAMOS? Bajo unas condiciones estables de ayuno, el organismo redirige sus facultades y funciones con un sólo objetivo, intensificar la desintoxicación endógena, el catabolismo selectivo, la autilisiación, la autocuración de las heridas y malestares y el ahorro prudencial y providente de sus fuentes.
A. La sabiduría innata dirige las actividades orgánicas La misma fuerza poderosa que convirtió un pequeño óvulo fertilizado en una criatura perfecta, permanece trabajando activamente las veinticuatro horas del día, mientras su cuerpo permanezca con vida. Gracias a un equipo formado por algo más de un quintillón y medio de organismos (mitocondrias y orgánulos) y un conjunto de unos 75 trillones de células (con sus miles de mecanismos defensivos), el organismo mantiene un gran nivel de funcionalidad, dentro de las posibilidades (dentro del marco establecido por los continuos problemas que padece a lo largo de su ciclo vital). Si uniéramos todos los intelectos del mundo y las mayores bibliotecas del planeta, no conseguiríamos igualar la gran inteligencia que opera en el interior de su organismo. Las facultades que mantienen estable su funcionalidad orgánica son muy frágiles, pero, al mismo tiempo, formativas. Por ello, no podrá controlar en un plano consciente las funciones de su organismo. Recuerde que su intelecto es un simple lujo que se encuentra muy por debajo de un organismo infinitamente superior (cuya inteligencia escapa a la capacidad cognitiva del ser humano). Aún desconfiando de su instinto innato, esta gran sabiduría podrá mantener intacta su funcionalidad y garantizar un perfecto estado operativo. Cuando permitimos a nuestro propio organismo contar con las energías discrecionales, como hacemos durante los períodos de ayuno, nos ofrecemos la oportunidad de desintoxicarnos por completo y corregir todos los errores cometidos en el pasado (resultados banales de las influencias patológicas reinantes en nuestra sociedad). Bajo una condición de ayuno, el cuerpo humano consigue finalizar algunos procesos maravillosos.
1. Regenera la energía nerviosa a través de un sueño extraordinario Lo primero que hace el cuerpo humano cuando se inicia un proceso de relajación y se concede al organismo la posibilidad de utilizar toda la energía discrecional (es decir, cuando establecemos una condición de descanso donde evitamos cualquier sustancia estimulante, pensamiento o actividad) es comenzar un período de inactividad (sueño) superior al normal. He presenciado como algunas personas que se encuentran ayunando llegan a dormir hasta veinticuatro horas ininterrumpidas. Bajo esta condición, el organismo genera unas ondas que emiten una electricidad de bajo voltaje que renueva las reservas energéticas del cuerpo. El organismo requiere energía nerviosa para poner en funcionamiento todas las facultades orgánicas, del mismo modo que los coches, los barcos o los aviones requieren baterías para poner en marcha su funcionamiento.
2. Inicia un proceso extraordinario de limpieza que renueva las células, los tejidos y los órganos El cuerpo humano mantiene día y noche un proceso de limpieza que mantiene incólume todos sus elementos y que expulsa cualquier elemento tóxico que se encuentre en su interior, a través de los pulmones (en forma gaseosa), a través de los riñones (en forma líquida), a través de la piel (en forma líquida, sólida y gaseosa) y a través de los intestinos (donde llegan procedente del hígado). Ahora bien, los excesos de actividad, los factores debilitadores y las indulgencias que atentan contra nuestra naturaleza biológica disminuyen las habilidades funcionales del organismo, al mismo tiempo que aumentan la carga de residuos, toxinas y productos tóxicos que se acumulan en el interior del organismo. Bajos unas condiciones normales, el cuerpo humano puede controlar perfectamente la presencia de residuos no eliminados, toxinas o elementos tóxicos, ya que los canales regulares de eliminación (las membranas mucosales, la piel, los intestinos y los herpes que aparecen en las zonas genitales y otras áreas, como la psoriasis) se encuentran en buen estado. La eliminación tóxica que se realiza a través de las membranas mucosales puede manifestarse de muy diversas maneras, mediante una expectoración mucosal, mediante la cera auditiva, el asma, la bronquitis, los resfriados, las gripes, los dolores de garganta, las sinusitis y otros trastornos patológicos. Cuando ayunamos, el organismo no recibe la entrada de ningún elemento que deba asimilar, ni la ingestión de sustancias que pudieran aumentar los depósitos de productos residuales, por ello, el cuerpo humano consigue doblar, e incluso triplicar, la cantidad de energía disponible para iniciar sus procesos. Asimismo, el organismo comienza a cerrar paulatinamente todas las salidas extraordinarias que utilizaba para expulsar las cargas tóxicas. Los procesos de eliminación tienen lugar a través de los cauces normales de expulsión, es decir, mediante los pulmones, los riñones, los intestinos y la piel. Por esta razón, los resfriados comenzarán a disminuir gradualmente, lo mismo sucederá con las otras condiciones relacionadas con los procesos
extraordinarios de limpieza, dígase mucosidad, sinusitis, lagrimeos, úlceras, asma u otras enfermedades que no hayan provocado una degeneración orgánica. Cuando iniciamos un período de ayuno, el organismo agota sus reservas de glucosa y glucógeno y absorbe todos los carbohidratos (hidratos de carbono) presentes en el tracto intestinal. En este momento, inicia la autolisiación de los tumores, tumefacciones, adhesiones y acumulaciones que se hallan en el interior del cuerpo humano. Aunque recicla una parte de estos elementos como energía, suele expulsar la gran mayoría. Cuando llega a este punto, el organismo comienza a obtener sus reservas energéticas de las células adiposas. Los depósitos de grasa, al igual que sucede con las células adiposas, suelen ser grandes almacenes donde el organismo deposita las sustancias tóxicas, las drogas y otros productos nocivos que no puede eliminar con normalidad debido a la presencia masiva de estos elementos. Por ello, cuando expulsamos del organismo células adiposas, estamos eliminando al mismo tiempo un elevado contenido tóxico. Las células también retienen sus propios residuos por las mismas razones (el organismo no puede eliminarlos con normalidad). Por esta razón, cuando iniciamos un programa de ayuno, nuestro organismo comienza a eliminar los residuos acumulados. Los tejidos suelen poseer un elevado contenido tóxico en su interior. Bajo un proceso de ayuno, estas acumulaciones finalizan en el exterior del cuerpo humano.
3. Restaura con rapidez las facultades defensivas Al mismo tiempo que se restauran los niveles de energía nerviosa, el cuerpo humano restaura también cada una de las facultades orgánicas. Los glóbulos rojos, primer componente de la sangre, se reciclan con la generación de nuevas células vitales y eficaces. Asimismo, el organismo recicla los depósitos de leucocitos con la creación de nuevas células. Con ello, se resuelven todos los problemas generados a raíz de las deficiencias celulares. Durante el ayuno, el cuerpo humano incrementa sus reservas de leucocitos con un sólo objetivo, hacer frente al aumento de toxinas en los vasos sanguíneos procedentes de los sistemas linfáticos y capilar. Llamar a estos organismos ―guardianes de los vasos sanguíneos y los fluidos‖ como sistema inmune es, como menos, una necedad. Ante todo, debemos dejar bien claro que estos elementos no inmunizan en absoluto a los seres vivos, especialmente de los productos tóxicos reinantes en nuestra sociedad. Si estas facultades mantienen limpio nuestro organismo, disfrutaremos de un perfecto estado de salud. Si padece la invasión constante de productos nocivos (como de hecho sucede día tras día), el cuerpo humano debe desarrollar salidas extraordinarias para compensar la eliminación. Ahora bien, si por cualquier circunstancia, estas medidas no fueran suficientes, el organismo tendrá que almacenarlas en algún lugar, como las células adiposas, para mantener estable la homeostasis corporal y garantizar un medio adecuado para sus 75 trillones de células.
No obstante, si estas medidas no consiguieran mantener limpios los fluidos y las células orgánicas, lo único que podría hacer el organismo sería «arrojar la toalla» y anunciar que «es suficiente». A partir de este momento, iniciará un proceso extraordinario de desintoxicación en forma de enfermedad aguda. Cuando el paciente ignorante busca «ayuda», ésta suprimirá los esfuerzos de eliminación iniciados por el propio organismo. De tal forma que, cuando recobre la vitalidad, iniciará de nuevo los procesos de limpieza, aunque ahora tendrá que luchar con un problema mayor, ya que la supresión de los síntomas provocada por la ingestión de fármacos ha convertido el trastorno en una enfermedad crónica. Existen otros mecanismos de defensa que complementan la labor de los leucocitos. Cada célula orgánica (y cada órgano) tiene la misma competencia para garantizar el funcionamiento del organismo y mantener estable los niveles de funcionalidad y pureza.
Con el ayuno, estas facultades se ven fortalecidas, hasta el punto de que el organismo se convierte en «insusceptible» de contraer cualquier enfermedad. Cuando un cuerpo se encuentra sano, no tiene que iniciar ninguna enfermedad. Recuerde que las enfermedades no son más que procesos de limpieza iniciados y dirigidos por el propio organismo para restaurar la funcionalidad y, a veces, incluso para garantizar la supervivencia.
4. Controla la desintoxicación corporal El cuerpo humano vigila y controla sabiamente los procesos de desintoxicación que superan la normalidad (los procesos de limpieza masiva que tienen lugar con el inicio del ayuno). Bajo esta condición, el organismo no sufre la entrada de nuevos elementos nocivos (los niveles de residuos regulares se encuentran en los niveles de almacenamiento más bajos), por lo tanto los procesos de limpieza se centran exclusivamente en los depósitos de sustancias tóxicas. Las facultades orgánicas no permiten que se introduzcan muchos elementos tóxicos en el interior de los vasos sanguíneos y los fluidos. De esta forma, el cuerpo humano dosifica la actividad eliminadora para poder expulsar con éxito y eficacia las cargas de toxinas.
B. Utiliza con moderación las fuentes En contraposición de lo que afirman diversos mitos, el cuerpo humano es bastante precavido. Normalmente suele almacenar suministros nutritivos para dos y tres meses en las células adiposas y en otros puntos de almacenamiento, en previsión de posibles alteraciones. Su capacidad para reciclar sus propios desechos es sorprendente, llegando a conseguir un 100% en la generación de algunos nutrientes conflictivos como pudieran ser la proteína o el hierro. El cuerpo humano puede generar la cantidad de nutrientes necesarios para solventar una condición famélica. Cualquier persona podría sobrevivir durante sesenta días sin ingerir alimentos.
En suma, todos los organismos importantes (como es el caso del ser humano) tienen los medios adecuados para someterse a largos períodos de ayuno. 1. En primer lugar agota los hidratos de carbono Como hemos reiterado varias veces, el cuerpo humano utiliza preferentemente hidratos de carbono (carbohidratos) para generar energía. Mientras el organismo cuente con las reservas necesarias de glucosa, glucógeno y otras formas de carbohidratos, no necesitará utilizar otras fuentes energéticas. Sin embargo, esta no es la única fuente energética utilizada por el organismo, la descomposición de tumores, adhesiones, sustancias tóxicas y otros elementos que no forman una parte vital de la estructura corporal, genera la cantidad necesaria de energía. Casi todos los productos autolisiados finalizan en el exterior del organismo, debido a su composición tóxica. Cuando el cuerpo humano agota los contenidos de carbohidrato que se encuentran en el interior de los intestinos y en las células (aproximadamente dos días), debe encontrar otra fuente energética.
2. La autolisiación Como medida de extrema emergencia, el organismo comienza un proceso de descomposición endógena conocido con el nombre de autolisiación. Mediante este proceso, descompone los tumores, quistes, quistes sebáceos, pólipos, acumulaciones, depósitos, tumefacciones, parásitos y otros elementos tóxicos que se hallan en el interior del cuerpo humano para obtener la mayor cantidad de energía posible. A veces, termina por digerir y utilizar su propia flora bacterial. Sin embargo, nunca ataca o descompone un tejido vital, a menos que se agoten por completo los depósitos de materiales y nutrientes. Que el organismo incumple esta regla, es sólo una maniobra propagandista iniciada por un sistema que no desea que sus ciudadanos se recuperen al margen del sistema sanitario. Gracias a este proceso de autolisiación, el organismo obtiene los hidratos de carbono necesarios, así como otros nutrientes (aminoácidos, sales minerales, grasas y vitaminas). Aunque pensemos lo contrario, el cuerpo humano es un organismo precavido. 3. Utiliza las reservas de grasas Las reservas de grasa se convierten posiblemente en la fuente energética más importante del organismo durante el período de ayuno. Por regla general, una persona que pese unos 68 quilos tendrá aproximadamente una reserva adiposa de diez quilos. El conservadurismo del cuerpo humano y su capacidad de dosificación permitirá al organismo permanecer en una condición de ayuno durante 70 ó 90 días. Las reservas de carbohidratos suelen agotarse al finalizar el segundo día de ayuno, por lo que el organismo debe utilizar sus depósitos de grasa como fuente energética. El problema surge cuando estas reservas finalizan, ya que el cuerpo humano entra en una fase de descomposición vital conocida con el nombre de inanición. En
estos momentos, el organismo comienza a descomponer la masa muscular y otros tejidos proteínicos para conseguir la glucosa necesaria para mantener estable la funcionalidad del cerebro y el corazón, así como las funciones metabólicas necesarias. Ni que decir cabe que la media estadounidense podría realizar ayunos de más de cien días, debido a sus reservas de grasas. Cuando el organismo empieza a utilizar las grasas almacenadas, las personas comienzan a perder el apetito, por regla general al tercer día. Durante años, los organismos interesados han puesto en marcha su maquinaria propagandista para inculcar a las personas la idea de que el cerebro debe tener glucosa, aunque ello suponga la descomposición de proteínas. La verdad es bien distinta, la parte más importante del cerebro utiliza grasa para generar la energía necesaria, mientras que sólo una pequeña parte de este órgano utiliza la glucosa procedente de la conversión del glicerol de las grasas en azúcares (glicerosa). La grave acusación formulada por numerosos especialistas defendiendo la idea de que el organismo convierte proteína muscular en glucosa para el cerebro, se aleja de la verdad. Ello sería como decir: «Señor, no nos suministraste las reservas necesarias para épocas de carestías». Nos negamos a aceptar que el cuerpo utilice sus propios tejidos para generar alimentos cuando puede usar sus reservas adiposas. Sólo cuando éstas se hayan agotado, el organismo comenzará a convertir, de forma selectiva y racional, los tejidos vitales en energía hasta que se produzca la realimentación o la muerte. 4. Recicla con mayor eficacia las células muertas Normalmente, el organismo recicla sus propias células muertas, células que suelen recibir el nombre de residuos o desechos orgánicos. Una célula es una ciudad virtual que cuenta aproximadamente con 50.000 organismos, entre mitocondrias y orgánulos, en su interior. Cuenta con un gran número de reservas nutritivas, entre las que destacan sus depósitos de carbohidratos (satisface las necesidades de un día), de aminoácidos (las necesidades de varios días en diversas formas proteínicas) y grasas (cubre las necesidades de muchos días). Estos elementos se encuentran almacenados en distintos depósitos de las células. De este modo, las reservas de grasas suelen encontrarse en las células adiposas. Los aminoácidos en las proteínas lábiles (proteínas inestables o plasma), en las bases capilares como mucopolisacáridos y en las propias células. El organismo almacena los aminoácidos como proteínas que descompondrá en aminoácidos constituyentes cuando lo estime oportuno. Una investigación efectuada recientemente demostró que una persona con un peso medio de 70 quilos, contiene aproximadamente unos dos quilos de proteína almacenada de diversas formas. Además de las reservas, el organismo recicla normalmente sus propios tejidos inactivos. Nuestro cuerpo utiliza los lisosomas almacenados en el fluido intracelular y en el protoplasma para descomponer las células muertas. Otras células serán las encargadas de absorber los elementos constituyentes de las células muertas, a través de los procesos de pinocitosis y fagocitosis, así como de digerir y reutilizar los nutrientes que, por supuesto, son los mismos de los que están compuestos.
Aproximadamente el 95% del hierro orgánico se recicla bajo circunstancias normales cuando mueren los glóbulos rojos. Asimismo, el organismo recicla prácticamente el 90% de sus desechos proteínicos. Algo similar sucede con todos los minerales, aminoácidos y grasas presentes en los residuos celulares. Bajo una condición de ayuno, el cuerpo humano inicia con eficacia sus procesos de reciclado, alcanzando un 100% de efectividad en la recuperación de numerosos nutrientes.
C. Síntomas que podrían manifestarse durante el ayuno El ayuno es un período durante el cual hacemos de forma voluntaria lo mismo que hace el organismo cuando inicia una enfermedad o malestar. Mediante estos procesos, el cuerpo utiliza sus energías discrecionales y las emplea para dirigir y controlar una profunda limpieza endógena. Las enfermedades tienen distintas sintomologías que le han valido para ganarse diferentes apelaciones. Durante el ayuno, podrá experimentar algunos síntomas que demostrarán la existencia de los procesos de desintoxicación y reparación.
1. Suele perder las ganas de comer A veces podrá padecer síntomas pronunciados de apetito durante los dos primeros días en ayuno, sin embargo, si esta condición se inicia cuando el paciente sufre una enfermedad aguda, probablemente perderá por completo las ganas de comer. Por regla general, el hambre suele desaparecer cuando nos encontramos sumisos en un sueño profundo. Recuerde que las personas que ayunan están más tiempo dormidos que despiertos durante los dos primeros días. No obstante, si se experimentara algún síntoma de apetito, éste podría solventarse con la administración de agua, paseando, participando en entretenidas actividades mentales o trabajando con otras personas. Transcurridos los dos primeros días, el hambre suele desaparecer por completo, sin embargo, existen algunos casos en los que el apetito no termina por desaparecer, aunque la capa saburrosa presente en la lengua indica la toxicidad del organismo. 2. Pueden aparecer dolores de cabeza y otros malestares Los dolores de cabeza son un síntoma claro de la presencia de sustancias tóxicas en los vasos sanguíneos, condición conocida popularmente con el nombre de toxemia. Estos dolores surgen como consecuencia de la forma en la que el organismo utiliza la sangre tóxica para asegurar la llegada al cerebro de la sangre más pura posible. La falta de sangre en la cabeza suele provocar una presión que origina unos dolores lancinantes con cada pulso. La forma más fácil y eficaz de reducir la aparición de dolores de cabeza es realizar ejercicios que disminuyan la desintoxicación. Por esta razón, los dolores que aparecen durante el ayuno podrían solventarse practicando un poco de footing u otras actividades físicas, como caminar. Es preferible decir adiós a algunas prácticas y hábitos que padecer constantemente el sufrimiento de los dolores.
Por regla general, los dolores de cabeza no suelen aparecer durante los días ayuno y, si aparecieran, lo harían con moderación –muy pocas veces se manifiestan en forma de dolores punzantes–. Suelen ser de baja intensidad, aunque no por ello dejan de ser incómodos. Cuando le invada un dolor de cabeza, procure descansar y relajarse hasta conseguir una condición de inactividad completa (sueño) o espere a que el propio organismo resuelva la crisis.
3. Podría experimentar una pérdida de energía y sentirse débil Como indicamos con anterioridad, el organismo utiliza toda la energía discrecional y la emplea en la culminación de sus procesos. Esta apropiación energética provoca un sentimiento de debilidad e indisposición total en los pacientes, quienes deben permanecer tranquilo, relajado y dormidos para garantizar el perfecto funcionamiento de los procesos iniciados por el cuerpo. Casi nadie se siente profundamente debilitado durante los días de ayuno y siempre se encuentran dispuestos a participar en diferentes tareas, aunque estas actividades pueden reducir la efectividad de la reparación y desintoxicación. Dirigir y controlar estas actividades de forma constructiva para que el paciente se beneficie de los dos aspectos de su ser es una rutina para casi todos los centros de ayuno y reposo. Sin embargo, es todo un reto para el profano y el no iniciado. Estas actividades no permiten la más absoluta inestabilidad emocional. Los centros de reposo y ayuno controlan la monotonía del paciente y su disposición a malgastar sus energías a través de actividades constructivas, entre las que destacan la lectura, los vídeos y documentales educacionales, las charlas, los coloquios y los puzles.
4. Apenas tendrá movimientos intestinales Cuando dejamos de ingerir sustancias sólidas, existen pocos elementos para iniciar una actividad peristáltica en el interior del tracto intestinal. A veces, estos movimientos tienen lugar durante el primer día, aunque a veces también pueden prolongarse hasta el segundo día. Sin embargo, transcurridos los dos primeros días, estos movimientos cesan junto con la finalización de las comidas. No obstante, existen algunos casos en los que los movimientos podrían prolongarse a lo largo del período de ayuno, debido, principalmente, a la acumulación de sustancias tóxicas depositadas por el organismo en los intestinos o por la renovación de la vitalidad orgánica. A veces, en casos excepcionales, personas que han padecido durante años de estreñimiento experimentan, con agrado, un movimiento intestinal durante los últimos días de ayuno. Una vez se pone fin a dicha condición, los movimientos intestinales recobran su normalidad. 5. Puede experimentar mareos y desfallecimientos
Como resultado directo de la acumulación masiva de sustancias tóxicas en las cavidades auditivas y en el resto de facultades, el organismo sufre trastornos de estabilidad al ponerse en pie de forma brusca. Muchas personas olvidan esta constricción y, al levantarse rápidamente, pueden marearse y caerse. Debemos prestar mucha atención con aquellas personas que experimenten sentimientos de mareo y vértigo. Los movimientos deberían ser muy lentos y deliberados y deberíamos alentarle continuamente para afianzar su confianza.
6. Transcurridos unos días disfrutará de una capacidad de razonamiento más aguda Con el ayuno, las personas desarrollan sus facultades mentales hasta el punto de adquirir un grado de razonamiento muy superior al que gozaban con anterioridad. A modo de ejemplo, podemos afirmar que Enrico Caruso ayunó el día anterior de su presentación en escena, lo que nos hace pensar que posiblemente ayunara varias veces a lo largo del año. Algo similar sucedió con Eugene Sandow, famoso levantador de peso del siglo pasado, quien demostraba una gran agudeza mental y una fuerza increíble durante los días en que se encontraba ayunando. A veces llegaba a ayunar hasta cuarenta días, siempre bajo la atenta mirada de los médicos y testigos. Los jugadores de ajedrez mejoran su rendimiento de forma considerable después de realizar programas de ayuno, aunque sólo ayunen durante un día. Después de permanecer varios días sin ingerir un sólo alimento, las cosas comienzan a verse con mayor facilidad y claridad. Se resuelven con suma facilidad problemas de difícil solución y se realizan numerosos puzles. Algunas personas sufren períodos de letargo y somnolencia durante el ayuno, sin embargo, también experimentan un estado de plena agudeza y claridad mental. 7. Podría experimentar sentimientos de euforia A menudo, los pacientes experimentan un sentimiento de excitación y alegría tan intenso que obtienen una gran agudeza mental. Muchos manifiestan una sensación de estar flotando sobre una nube y casi todas las personas sienten la necesidad de estar acompañadas por otros seres, una necesidad muy superior a la manifestada bajo cualquier otra circunstancia. Los sentimientos de apatía e indiferencia experimentados durante los primeros días de ayuno dan paso a las sensaciones de amor, fraternidad y amistad hacia personas que jamás se han preocupado por nuestra existencia. Asimismo, la sensación de estar realizando algo grandioso y la percepción de que todo funciona perfectamente provoca en las personas un sentimiento de alegría y placer. Especialmente, cuando sabemos que nuestro trabajo ha tenido su utilidad y nos sabemos responsable de la vida de otras personas.
Guiados por la experiencia de los especialistas, estos sentimientos se reforzarán hasta convertirse en un verdadero arte del autodominio y en el objetivo al que todos aspiramos.
CÓMO CUIDAR DE UNA PERSONA QUE SE ENCUENTRA AYUNANDO Los programas de ayuno deberían realizarse siempre en grupos guiados por una persona o un equipo de especialistas que conozcan perfectamente los procedimientos y exigencias. No hay nada que tranquilice más a una persona que el saber que otros individuos están haciendo lo mismo que tú – lo que le apoya y alienta – y conocer, comprender y confiar en la persona que se encarga de su cuidado (especialista en el campo de la salud).
A. Tenga siempre presente las necesidades del paciente Casi todas las personas tienen básicamente las mismas necesidades. Sin embargo, los matices de cada individuo requieren un cuidado personalizado en cada caso. Las personas especializadas deben estar al tanto de los intereses, disposición, persuasiones y apariencia de cada uno de sus pacientes. Para conocer mejor las necesidades de sus pacientes, pídales que rellenen una especie de cuestionario donde quede reflejado su historial, disposición y objetivos. Una vez haya analizado en profundidad su perfil, realice una entrevista personal con el paciente. Aunque algunas personas prefieren la intimidad y desean permanecer solos, deberían realizarse contactos diarios que no molesten al paciente. Una de las necesidades más importantes de todas las personas es la atención. Visitarle periódicamente, controlar sus actividades, disponer de una habitación de servicios, contar con un programa de actividades constructivas como coloquios, conferencias, programas educativos y horas sociales, les mantendrán entretenidos y felices. Y, claro está, puesto que el ayuno debería convertirse en una experiencia educacional, los pacientes deberían tener a su alcance numerosos libros, incluyendo publicaciones que traten sobre el ayuno. A continuación analizaremos, una por una, las diferentes necesidades que podría tener cualquier paciente. 1. Necesidades físicas Las necesidades fisiológicas de una persona durante el ayuno son prácticamente las mismas que las que tenía antes de iniciar esta condición, con la excepción de que el cuerpo utiliza sus reservas orgánicas en vez de alimentos. El aire y el agua siguen siendo dos elementos fundamentales para la vida del ser humano. El organismo obtiene sus alimentos de las reservas adiposas, la autolisiación de los tumores o tumefacciones y del reciclaje de sus desechos. La luz solar y el ejercicio son fundamentales, aunque, bajo esta condición, la necesidad disminuye considerablemente. El cuerpo humano necesita descansar profundamente para garantizar la culminación de los procesos de desintoxicación y reparación, no en vano debemos recordar que el organismo utiliza casi toda la energía orgánica en estos procesos. Los monitores deben
controlar en todo momento el estado de sus pacientes y asegurarse de que obtienen diariamente sus necesidades.
2. Necesidades mentales A veces, algunas personas sufren pequeños trastornos mentales durante los procesos de desintoxicación. Sin embargo, la regla general es bien distinta, la mayoría de las personas que ayunan no sólo permanecen mentalmente alerta, sino que agudizan sus intelectos. Muchos pacientes aseguran que sus pensamientos se clarifican y agudizan transcurridos unos días. Cuando jugaba al ajedrez, solía ayunar el día anterior al inicio de las competiciones del club, con ello me convertí en uno de los mejores jugadores de ajedrez. No debemos forzar nuestras mentes mientras no encontramos sumisos en procesos de ayuno. Los especialistas del centro tienen la obligación de mantener activa las mentes de sus pacientes durante el día con la utilización de lecturas y charlas.
3. Necesidades sociales Las personas que prefieren ayunar en solitario son un caso extraordinario. Como criaturas gregarias que somos, buscamos la compañía e interacción de otros seres. Asegurar la presencia y compañía de otras personas es una obligación. Por el contrario, la soledad es un enemigo que puede afectar más a los pacientes que la falta de energía provocada por la interacción social.
4. Amor, cariño y comprensión Los que atraviesan terrenos extraños son muy precavidos. Su temor y timidez los convierten en personas aprensivas que sufren del estrés social con facilidad. Entre las personas que practican el ayuno surge rápidamente un «esprit de corps» que los une en una misma dirección. Para garantizar que todo es positivo, el director y los monitores deben mostrar amor y cariño con los pacientes. Éstos, a su vez, deberían comprender qué tienen que hacer en cada momento. La entrevista personal y los cuestionarios realizados al principio deben mostrar al paciente su total disposición y confianza. Su deseo inherente de convertirse en una ayuda genuina debe traducirse en una disposición comprensiva y cariñosa. Si actúa libremente apoyado en las bases del amor y del cariño, generará un ambiente de plena confianza que tranquilizará al paciente. Esta relación permite al paciente conocer y comprender con mayor facilidad lo que su propio organismo quiere y debe hacer. Las personas no desean estar rodeadas por la oscuridad de los acontecimientos, por lo tanto, intente explicar con paciencia y claridad los pro y los contras del ayuno y las acciones orgánicas. Al mismo tiempo, trate de ilustrar todo el proceso de una forma que inspire confianza, seguridad y esperanza en las personas.
Demostrar en todo momento un amor genuino, un cariño sincero y una comprensión franca con los sentimientos del paciente será fundamental para garantizar la comodidad y el progreso de las personas que acudan a su centro.
5. Autoconfianza Los pacientes deben involucrarse en sus propios progresos, lo que significa que deben participar en sesiones de grupo. Como primer paso, sus pacientes deberían comentar, por turno, las prácticas que, desde su punto de vista, han provocado la aparición de todos sus problemas. Cuando finalicen esta fase, deberían analizar las medidas que están tomando para poner fin a estos trastornos. Finalmente, deberían expresar cuáles son los objetivos que se han establecido en sus vidas para no volver a padecer estos sufrimientos. Los ejercicios en grupos, las excursiones, los juegos atléticos y la participación en la preparación de alimentos son medidas muy constructivas. El objetivo fundamental de todos ellos es mostrarle a sus pacientes qué están haciendo y por qué lo hacen. Por regla general, cualquier actividad que no sea puramente verbal debería realizarse una vez finalizado el ayuno. 6. Limpieza y comodidad Cuanto más limpio, tranquilo y cómodo se sienta su paciente, más limpias, tranquilas y cómodas serán sus circunstancias, algo que facilitará su recuperación y garantizará su comodidad. Para ello, deberían hacer la cama diariamente; cambiar las sábanas y las fundas de las almohadas, al menos, dos veces por semana; limpiar la habitación diariamente; conocer en todo momento las peticiones de sus pacientes. Aunque la higiene personal debería sustentarse sobre una base diaria, los hombres no deben afeitarse diariamente, pese a la presencia de cabello en la zona facial. Las salas de reuniones y los salones sociales deberían tener asientos cómodos, ya sean sillas o sillones. Los comedores y los cuartos de estar deberían estar limpios y ordenados en todo momento.
7. La luz solar y el ejercicio Durante los procesos de ayuno, sus pacientes deberían recibir diariamente unos treinta minutos de luz solar, siempre que su exposición sea moderada y agradable. Sin embargo, las personas cuyas epidermis sean más oscuras requerirán una mayor exposición, dependiendo de su pigmentación. La luz solar es una de las necesidades fundamentales de la vida y su exposición es esencial en todo momento, se ayune o no. Ahora bien, debemos prestar sumo cuidado de no
tomar demasiado el sol, ya que esto podía provocar la aparición de quemaduras en la piel o el debilitamiento orgánico. Como acabamos de mencionar, los pacientes deberían sentirse en todo momento cómodos y experimentar una cierta tranquilidad cuando se encuentren expuestos al sol. En lo que respecta al ejercicio, éste debería realizarse con moderación. Un paseo diario de unos quinientos metros o un kilómetro y unos ejercicios simples de calistenia serían suficiente, teniendo en cuenta la capacidad e inclinación del paciente. El objetivo de estos ejercicios es prevenir cualquier atrofia muscular, al mismo tiempo que se conserva, al máximo, las energías para que el cuerpo pueda utilizarlas posteriormente en sus procesos de purificación y reparación.
8. Agua con limón o zumo de apio Algunas personas consideran repulsiva o aburrida una dieta constante de agua. Por esta razón, nos parece interesante administrar pequeñas dosis de zumo de limón o lima con el agua para darle sabor. Esta es una buena forma de asegurar que el paciente beberá la cantidad necesaria de agua. Asimismo, debemos combatir la deshidratación por todos los medios posibles, sin que por ello contravengamos los beneficios del ayuno. La ingestión de zumos de limón o lima con agua no impide el progreso del ayuno, debido a su escaso contenido calórico. Por otro lado, algunas personas pueden desarrollar una condición conocida con el nombre de acidez estomacal. Los zumos de apio son fundamentales para evitar esta condición, ya que su carácter alcalino controla la presencia masiva de elementos ácidos. Casi todas las personas que padecen estos problemas durante el ayuno se sienten mucho mejor después de ingerir estos zumos. También le recomendamos la utilización de tallos de apio. Estos productos carecen de valor calórico, por lo que no alteran de forma sustancial el proceso iniciado mediante el ayuno. Recuerde que el bienestar del paciente es siempre una prioridad.
9. Si experimenta un descenso de temperatura utilice más
mantas y ropa.
A veces, el organismo provocará un descenso en la temperatura superficial del cuerpo, debido a la utilización endógena de sus energías, una condición que puede generar una cierta incomodidad. Para combatir este problema, pídale a los pacientes que utilicen más ropas y mantas de lo normal. Algunas personas pueden experimentar una sensación de frío aún cuando la temperatura externa se encuentre por encima de los 25 grados. La utilización de más ropa de lo normal retendrá más calor del generado. De esta forma, podrá mantener su temperatura corporal por encima de los 23 grados. Un sistema de aire acondicionado debería mantener la temperatura ambiente por encima de los 25 grados. 28 grados parece ser una temperatura idónea, siempre que la humedad no sea demasiado elevada.
B. Cómo controlar el proceso de ayuno Controlar en todo momento el transcurso del ayuno es una medida fundamental. En primer lugar, debemos tener siempre bajo control las señales vitales de nuestros pacientes.
Aunque, eso sí, debemos asegurarnos que éstos se sepan en todo momento controlados y vigilados. Las pruebas realizadas permiten al paciente conocer su estado de evolución y el progreso de sus señales vitales. Sería conveniente explicarle el significado de los resultados y el por qué de las pruebas. Aunque la supervisión puede implicar algunas prácticas médicas, podemos evitarlas con facilidad. Existen algunos dispositivos para medir la presión sanguínea que los pacientes podrían utilizar individualmente. Lo mismo sucede con los contadores de pulsaciones cardíacas o los termómetros, instrumentos que pueden utilizarse sin la presencia activa de los especialistas. Al comienzo de las sesiones de ayuno, sería conveniente entregar una serie de instrucciones que explicaran el funcionamiento de estos instrumentos y cómo analizar diariamente la presión sanguínea, la temperatura, el pulso, el sueño, los sentimientos actuales, los movimientos intestinales, la condición urinal, así como la manifestación de experiencias o crisis extraordinarias. Todos los resultados originados de la supervisión diaria deberían analizarse en compañía del paciente.
1. Presión sanguínea La presión sanguínea podría ascender o descender durante el curso del ayuno, aunque por lo general tiende a bajar. Hace tiempo, acudió a nuestro centro una persona cuya presión sanguínea se encontraba en los 270 sobre 190, una presión muy peligrosa que podía haber provocado una situación insegura. Sin embargo, después de ayunar durante un par de semanas, la presión comenzó a disminuir gradualmente hasta situarse en 140 sobre 95. Este descenso continuó durante las dos semanas siguientes, período en el que sólo ingirió una dieta compuesta de zumos y alimentos crudos y naturales. Aunque las presiones sanguíneas normales se encuentran entre las 100 y 120 sístoles, podemos encontrarnos algunos pacientes cuya presión sanguínea se encuentra por debajo de los 60 sobre 40, sin que ello provoque ningún trastorno.
A continuación enumeraremos algunas de las causas que provocan el aumento de las presiones sanguíneas: a) La presencia de placas en las arterias. b) La obesidad genera grandes presiones internas. c) La retención inusual de líquidos o la presencia de edemas. Éstos surgen por la necesidad de controlar la presencia de sustancias tóxicas en el interior del organismo. d) Tensión durante la supervisión. e) Viscosidad sanguínea. Cuando la sangre es muy viscosa, tiene problemas de circulación. La escasa presencia de agua y el contenido masivo de elementos grasos contribuyen a aumentar la viscosidad.
2. La temperatura El método más utilizado para medir la temperatura corporal es colocar el termómetro debajo de la lengua. Al igual que sucede con la presión sanguínea, la temperatura puede variar considerablemente, dependiendo de la situación y condición. A lo largo de mi experiencia profesional, he observado como algunas personas que tenían temperaturas que oscilaban entre los 33,4 y los 35 grados mientras ayunaban, gozaban de un perfecto bienestar. Asimismo, he presenciado algunos casos en los que la temperatura corporal superaba considerablemente lo normal. Aunque considero que 35 grados es una fiebre de baja consideración, cualquier condición que se encuentre por encima de esta temperatura debería considerarse definitivamente como un estado febril. Las personas sanas que se hallan en un estado relajado de descanso poseen temperaturas que oscilan entre los 33,3 y los 34,4 grados. Bajo una condición de ayuno, la temperatura es un factor indicativo de la intensidad de los procesos orgánicos de eliminación. He presenciado algunos casos en los que las personas alcanzaban temperaturas que llegaban hasta los 39 grados durante el ayuno. Aunque la manifestación de fiebre es algo inusual, temperaturas que oscilen entre los 35,5 grados y los 36 grados es normal algún que otro día. 3. El pulso El pulso refleja el número de latidos cardíacos por minuto. El ritmo cardíaco puede variar, aunque a veces esta alteración viene provocada por la finalización de un ayuno, especialmente la manifestación de una arritmia cardíaca o, por el contrario, latidos de corazón muy erráticos. Cuando un atleta sano se encuentra en reposo, el ritmo cardíaco puede variar entre 35 y 40 pulsaciones por minuto. Por regla general, estas pulsaciones suelen ser muy fuertes y rítmicas. Las mujeres suelen tener seis o diez pulsaciones más que los hombres. Por otro lado, el ritmo cardíaco de los niños supera considerable el ritmo de los adultos. Cuando una persona tiene aproximadamente 72 pulsaciones en reposo, afirmamos que se encuentra dentro de lo normal. El ritmo cardíaco viene determinado por la cantidad de trabajo de un corazón. Asimismo, su tamaño, la potencia de bombeo, la condición sanguínea o el volumen sanguíneo determinan la velocidad de los latidos del corazón. Cuando el ser humano experimenta un desequilibrio emocional, una reacción alérgica, un incremento en los niveles de adrenalina debido a un trauma, una pelea o a una experiencia estresante, el número de pulsaciones suele aumentar. Lo mismo sucede con la ingestión de sustancias tóxicas, ya que la toxicosis consecuente aumenta los latidos del corazón para incrementar el nivel de sangre y acelerar la desintoxicación. El esfuerzo físico dobla y triplica el ritmo cardíaco, aunque no deberíamos realizar esta clase de ejercicios mientras ayunamos. Cuando una persona se encuentra sometida a un programa de ayuno, el ritmo cardíaco puede sufrir alguna alteración. Lo mismo sucede cuando padece algún estado crítico, condición que provoca el aumento de las pulsaciones hasta situarse en los 100 ó 130 latidos por minuto. El aumento rítmico de las pulsaciones es una muestra inconfundible de la presencia de una
mayor carga funcional del corazón. En estado de reposo, mis pulsaciones oscilan entre los 42 y 46 latidos por minuto. En cambio, después de ayunar éstas pueden alcanzar las 50 pulsaciones por minuto, aunque transcurridos unos días, vuelve a situarse por debajo de las 30. Normalmente, el ritmo cardíaco suele incrementarse durante los procesos de desintoxicación y descender cuando se pone fin a dicha purificación. 4. El sueño Sus pacientes sufrirán un cambio sustancial en sus hábitos de sueño. Al principio, suelen dormir entre 12 y 18 horas, incrementando así sus horas de sueño habituales. En un estado de relajación, tranquilidad y descanso, las personas pueden contraer el sueño con suma facilidad. Este descanso adicional permite al organismo generar la cantidad necesaria de energía nerviosa. Una vez se haya generado la cantidad necesaria de energía nerviosa, el organismo disminuye drásticamente la necesidad del sueño. No en vano, debemos señalar que el cuerpo humano utiliza muy poca energía durante el proceso de ayuno. Transcurrida la primera semana de ayuno, las personas comenzarán a dormir simplemente tres horas por noche. Posteriormente, el cuerpo humano necesitará dormir sólo cuatro o cinco horas diarias. Sin embargo, debemos recordar que los pacientes deben permanecer en la cama el mayor tiempo posible para garantizar su bienestar.
5. Sentimientos Los sentimientos físicos, mentales y emocionales de sus pacientes serán fundamentales a la hora de analizar cualquier evaluación. Cuando una persona se siente cómoda y confiada, los procesos de purificación y reparación se realizan con mayor eficacia. La aceptación de nuevos retos y objetivos en la vida servirá para cimentar los buenos sentimientos. Al trabajar en compañía con otras personas, sus pacientes verán en la recuperación de sus acompañantes la posibilidad de manifestar los mismos resultados.
A veces, he presenciado como algunas personas, principalmente individuos de corta edad que tenían miedo al ayuno, han presenciado los beneficios de estas prácticas en otros seres. Consecuentemente, comenzaron a ayunar y obtuvieron mejores resultados de lo que habían pensado. Debemos cultivar la tranquilidad emocional y los buenos sentimientos. Por esta razón, en los folletos explicativos aparecen recomendaciones de cómo recopilar los sentimientos de los pacientes.
6. Movimientos intestinales y urinales Los movimientos intestinales suelen desaparecer en el transcurso del ayuno. Aunque pueden experimentarse algunos movimientos al comienzo del ayuno (a lo sumo dos), éstos finalizan transcurridos los primeros dos días. En casos excepcionales, algunas personas padecen
una gran cantidad de movimientos en la última fase del ayuno. He presenciado cómo muchas personas sufren copiosos movimientos al cabo de varios días de ayuno (en un caso, éstos comenzaron el vigesimosexto día y en otro, el decimoctavo día). Otros centros han informado sobre movimientos que comenzaron 42 días después del inicio del ayuno. Obviamente, el organismo retuvo estas heces fecales durante el proceso iniciado con el ayuno. A veces, un paciente puede padecer algún malestar ocasionado por una condición intestinal, en cuyos casos podrían requerir la aplicación de un enema. Aunque no son necesarios, excepto en casos de extrema gravedad, debemos respetar la petición de los pacientes, no en vano «el cliente siempre tiene la razón, nos guste o no». La angustia o desacuerdo del paciente puede ser peor que los efectos del enema. Cuando una persona se encuentra feliz, genera un estado mental positivo, una condición que debemos establecer por todos los medios para, así, evitar la ruptura del grupo. Recuerde «que una manzana podrida puede corromper todo un cesto». Aunque los otros pacientes puedan cumplir, gracias al ayuno, sus deseos frustrados, cualquier señal de «debilidad» les afecta negativamente. Deberíamos ingerir bastante agua para mantener estable los niveles urinales. Al supervisar la orina, debemos prestar atención a su color, ya que éste nos indicará el nivel de purificación. A veces, el color de la orina puede tener un tono amarillento, aunque los movimientos sean constantes, condición que demuestra el inicio de un profundo proceso de desintoxicación endógena. Los riñones y los pulmones son los dos órganos de expulsión más importantes que utiliza el cuerpo humano durante el ayuno, sin embargo, el organismo puede utilizar otros órganos, como el hígado, para enviar elementos tóxicos a la piel y a los intestinos para su posterior expulsión. Cuando una persona posee una carga tóxica de bastante consideración, ésta suele tener una respiración verdaderamente fétida. Su olor es tan desagradable que los propios monitores deben hacer un gran esfuerzo para soportar el hedor. Debemos supervisar constantemente los contenidos urinales, ya que éstos podrían indicarnos, en combinación con otras constantes vitales, el desarrollo de los procesos iniciados en el interior del organismo. Si presiente la existencia de algún fallo en el sistema urinal o el paciente no puede orinar pese a su deseo, visite inmediatamente la sala de emergencia de un hospital. 7. Charlas diarias sobre la condición Sería conveniente mantener conversaciones diarias con los pacientes donde se analicen y estudien los diversos datos recogidos durante la supervisión y se hable sobre su estado de salud. Asimismo, debemos controlar y evaluar el estado mental de nuestros pacientes. Todos deseamos gozar de una perfecta estabilidad mental. Un paciente con escrúpulos y dudas sobre lo que está haciendo desestabiliza el perfecto funcionamiento del centro, así como la estabilidad del resto de pacientes. Las muestras de cariño y comprensión hacia estas personas suelen tranquilizarlos sobremanera. Aunque la persona se encuentre contenta y feliz, las conversaciones diarias son una práctica fundamental para mantener estable su condición. Nunca guarde algún secreto que debiera saber el paciente.
C. Actividades educacionales y recreativas La mayoría de las personas se encuentra tan sobrecargada de intereses y preocupaciones que les parece imposible poner en punto muerto sus motores, mientras se encuentran en un estado de plena tranquilidad y relajación. Dejar a un lado sus esferas de influencias estimulantes y las sustancias que le proporcionan esta estimulación, parece algo bastante difícil. Cuando no se encuentran sumisos en un estado de reflexión, contemplación y meditación, el aburrimiento suele aparecer con suma facilidad, aún cuando son ellos los que han elegido una condición en la que todas las actividades, físicas, fisiológicas, sensoriales, emocionales y mentales deberían reducirse al mínimo. El aburrimiento es uno de los peores enemigos del bienestar, mucho más peligroso que las actividades que mantienen ocupada la mente de las personas. La utilización racional y controlada de ciertas actividades puede ser ventajosa para sus pacientes, siempre que éstas se realicen de forma coordinada. Aunque el paciente no se recuperará con tanta facilidad y rapidez como lo haría si se encontrara completamente relajado y tranquilo, podemos utilizar algunas actividades durante su tiempo libre en su propio beneficio.
1. La televisión y las películas Le recomendamos la proyección de dos películas semanales. Un programa que incluya películas cómicas o películas que traten las relaciones humanas, facilitaría la convivencia del grupo. Las cintas de vídeo tienen una gran ventaja, ya que le proporcionan un amplio margen de elección. Por el contrario, la televisión será un tema más escabroso, ya que los pacientes insistirán en ver sus culebrones preferidos, los acontecimientos deportivos más interesantes, las noticias o cualquier otro programa que les interese. Aunque el cliente siempre tiene la razón, la televisión puede convertirse en un foco de disputas cuando existan diversas personas que quieran ver programas distintos. Por otro lado, aunque estén de acuerdo en ver un mismo programa, la televisión malgasta parte de la energía que podría ser utilizada en tareas más constructivas, como los procesos fisiológicos. Le recomendamos que evite, en la medida de lo posible, poner la televisión. Finalmente, recuerde que existen personas que requieren descansar, por lo tanto no permita que se suba el volumen por encima de lo normal. Cuando una persona se encuentre viendo la televisión en solitario, recomiéndele que utilice unos auriculares. La televisión es posiblemente la última de las indulgencias de los pacientes, aunque es preferible a los males que ocasiona el aburrimiento y la insatisfacción.
2. Cintas de vídeos educacionales Existen numerosos programas de vídeo que enriquecen sobremanera el conocimiento de sus pacientes en temas tan importantes como la salud o la automejoría. Programe su emisión varias veces a la semana y sugiérales su presencia, siempre y cuando deseen acudir. Casi todas
las personas aceptan la estructura de estos programas que les concede simultáneamente las premisas necesarias y las formas prácticas para mejorar su estado de salud. 3. Conferencias y mesas de coloquio La realización de conferencias y mesas de coloquio en la que participen tanto los monitores como los pacientes de una forma activa es uno de los métodos más eficaces para aclarar cualquier problema que pudiera surgir, definir resoluciones o evaluar las distintas opiniones. Una buena conferencia aportará todos los datos e informaciones necesarios para afianzar la confianza de sus pacientes, al mismo tiempo que cultivarán su educación. Sería conveniente que programara una serie de conferencias en las que los pacientes pudieran participar de forma activa, ello facilitará la solución de los problemas y fomentará una pautas de comportamiento que mantendrán un perfecto estado de salud. Estas conferencias deben prepararse con antelación tomando como punto de partida un esquema general que indique los puntos que van a tratarse. Si los asistentes pudieran tener acceso visual a este esquema, la conferencia sería más ilustrativa.
4. Demostraciones Las demostraciones son una herramienta muy efectiva para indicar a los pacientes, de una forma práctica, cómo utilizar los métodos y prácticas en sus vidas. Aunque muchas de las demostraciones versarán sobre la utilización de los alimentos, debemos señalar que éstas pueden tratar sobre otros temas como los ejercicios físicos o los elementos naturales (luz solar y aire), para éste último le recomendamos algunas excursiones. Las señoras muestran un interés especial en las recetas culinarias, solicitando en todo momento cómo realizar comidas sanas y deliciosas. Siempre que sean temas interesantes relacionados con el bienestar de sus pacientes, no se preocupe por el tiempo.
5. Lectura de libros interesantes La existencia de una buena biblioteca donde se puedan consultar libros que traten sobre el Higienismo o textos que versen sobre la propia naturaleza es algo fundamental. Por regla general, las personas suelen leer mucho cuando se encuentran ayunando, una actividad que no precisa tanta energía como otros pasatiempos (por ejemplo la televisión). Asimismo, no podemos olvidar que la lectura es un vehículo educacional mucho más efectivo.
6. Cintas de casete Los pacientes pueden traer con sigo sus propios walkmans. Estos dispositivos facilitan la comprensión auditiva mientras permiten un descanso de los ojos. Nuestro centro dispone de una gran biblioteca donde se pueden obtener cientos de cintas que contienen temas relacionados con la salud y el Higienismo. Algunos pacientes suelen escucharla más de una vez.
7. Radio y música Por otro lado, nuestros pacientes podrán escuchar su música favorita o los programas de radio que más les guste con sus walkmans. Aunque somos consciente del gasto energético que supone para las personas –energías que podrían utilizar en ejercicios de meditación, reflexión y contemplación–, muchas personas solicitan su utilización. Recuerde que el aburrimiento y la soledad puede provocar trastornos en aquellas personas que se encuentren sometidas a un programa de ayuno. Y como dice el propio refrán, una mente desocupada puede convertirse en el patio de juegos del propio diablo.
8. Juegos Existen numerosos juegos que alejan de una forma constructiva el aburrimiento de sus pacientes. Juegos de mesa como el scrabble, el trivial, el monopoli, el ajedrez, las damas, el dominó o las cartas pueden ser muy aconsejables. Sin embargo, estos juegos pueden agotar también la energía de sus pacientes, por lo que no deberían programarse, a menos que se lo exijan. Permítales jugar siempre que se lo pidan, pero infórmeles de la posible pérdida de energía que pueden sufrir.
¿CÓMO FINALIZAR UN AYUNO? La finalización de un programa de ayuno debe realizarse con sumo cuidado, ya que no todos los ayunos pueden culminar de la misma forma. Éstos pueden modificarse según la condición del paciente. Obviamente, una persona que haya ayunado sólo dos o tres días no requerirá tanta atención como una persona que haya ayunado durante dos o más semanas. Por ejemplo, cuando una persona finaliza un ayuno de dos o tres días, puede iniciar una dieta compuesta de frutas y hortalizas, así como ejecutar todo un programa de actividades. Sin embargo, las personas que deciden ayunar por un período superior (dos semanas) deben restablecer la flora intestinal y las secreciones digestivas. Cuando el paciente ayuna durante una semana, debe reiniciar la alimentación con la ingestión inicial de zumos y, posteriormente, con la administración gradual de frutas y ensaladas de verduras. Por el contrario, cuando el programa supera las dos semanas, el paciente debe consumir simplemente zumos diluidos o pequeñas cantidades de fruta (sandía). Los zumos de naranja, manzana y pera son excelentes. Al finalizar el ayuno, las personas deben ingerir aproximadamente un litro o un litro y medio de líquidos diariamente, la mitad de esta cantidad puede obtenerse a través de la ingestión de agua y el 50% restante (a veces esta cantidad puede reducirse hasta un 30%) por medio de los zumos. Cuando se consuman frutas, pongamos por caso la sandía, éstas deberían ingerirse cada hora, o dos horas, en pequeños trozos, no más de cuarenta gramos, y masticarse lentamente. Aunque la realimentación es el factor más importante cuando finalizamos un programa de ayuno, existen otras consideraciones que debemos tener también presente.
A. ¿Cuándo debemos finalizar el ayuno?
Casi todos los programas finalizan por la existencia de un margen temporal que exige al paciente respetar un programa. Por ejemplo, cuando una persona dispone de tres semanas para ayunar y recuperarse, el período de ayuno propiamente dicho sólo durará dos semanas, dejando la tercera para sus realimentación. Por otro lado, algunas personas deciden evitar el consumo de alimentos el tiempo necesario para resolver una condición patológica determinada. A menudo he presenciado como personas que sufrían de asma resolvían sus problemas en sólo una semana, poniendo así fin a su programa de ayuno. Asimismo, puedo poner el ejemplo de una señora que, después de ayunar durante 47 días, consiguió resolver un tumor fibroidal que sufría. Existen algunos síntomas que aconsejan al paciente poner fin al ayuno, sin importar en que fase se halle. 1. Cuando recuperamos las ganas de comer Por regla general, cuando presienta la vuelta del apetito, será una señal inequívoca de que debe poner fin al ayuno. Especialmente si este regreso tiene lugar en pacientes que hayan alcanzado un estado avanzado de demacración. A veces, esta recuperación tiene lugar transcurridas una o dos semanas, aunque otras veces, los pacientes podrán perder para siempre el apetito. Casi todas las personas pierden su deseo por los alimentos durante el tercer día de ayuno. Aquellos que quieren «ayunar hasta completar el proceso», una condición manifestada normalmente con la vuelta del apetito, el brillo de los ojos, la dulzura de la respiración y otros síntomas favorables, pueden sufrir de inanición sin recobrar en absoluto las ganas de comer. Por esta razón, los programas de ayuno deben estar siempre guiado y controlados por personas que conozcan perfectamente su trabajo. Como acabamos de mencionar, la finalización «total» de un programa de ayuno suele manifestarse por medio de ciertos síntomas, como el retorno del apetito, la limpieza de la lengua, el brillo de los ojos, la regeneración energética y la restauración funcional. Cuando las personas deciden poner fin arbitrariamente a sus programas de ayuno, normalmente debido al margen temporal del paciente, el organismo puede negar la ingestión de alimentos. La expulsión de los productos ingeridos a través de los vómitos, demuestra la intención del organismo de proseguir con los procesos iniciados durante el ayuno. Cuando esto sucede, debemos administrar los alimentos de forma diluida, hasta que el paciente retome de nuevo el apetito. A veces, esta expulsión se produce por otros motivos, como la existencia de una úlcera, la repugnancia por los alimentos (popularmente conocido con el nombre de alergia) u otras razones, normalmente patológicas. La mayoría de los casos finaliza en buen puerto, aún cuando los pacientes que deciden iniciar un programa de ayuno por su cuenta pierden el control. Una vez tuve que recoger a unos de mis pacientes de un hospital. Después de finalizar un ayuno prolongado, se fue a la ciudad y pidió un gran filete con guarnición. Por supuesto, nunca pudo finalizar la comida, debido al malestar y los vómitos que habían proseguido a su intento. Siempre que el paciente recobre el apetito y sienta hambre, finalice el programa de ayuno.
2. El tiempo disponible requiere su finalización Casi todas las personas que acuden a nuestros centros poseen un margen de tiempo estrecho para ayunar y realimentarse. Recuerde dividir el tiempo, ya que por cada dos días de ayuno, el paciente debe disponer de un día para su realimentación. Aunque, este programa suele funcionar sin ningún problema, puede encontrarse con algunos casos en los que el paciente expulse los alimentos (aún cuando se administren en forma diluidas), por lo que puede necesitar más tiempo para culminar la realimentación.
3. El paciente le solicita comer de nuevo Cuando el paciente solicita comer de nuevo, debería conversar con él para llegar a un acuerdo. La conversación debería girar en torno a las posibles consecuencias que podría suponer interrumpir en ese momento el ayuno. No obstante, la finalización precipitada de un programa de ayuno suele terminar sin mayores consecuencias. Los pacientes suelen comunicarle sus objetivos al principio, en las charlas de presentación, por lo que tendrá tiempo suficiente para realizar un programa de acuerdo con el margen temporal del que disponen. Por regla general, suelen obedecer dicho programa. Cuando se encuentra en compañía de otras personas, es muy raro que un paciente decida unilateralmente poner fin a sus objetivos.
4. Finalizar un ayuno durante una crisis es imprudente El peor momento para poner fin a un programa de ayuno es cuando el cuerpo se encuentra en pleno proceso de purificación y el paciente sufre los síntomas de dicho proceso. Durante estas crisis, el organismo se halla inmerso en la fase más intensa de la desintoxicación, momento en el cual se lleva a cabo la verdadera purificación endógena. La ironía de la vida nos hace que nos sintamos peor cuando el organismo se está recuperando y nos sintamos mejor cuando está empeorando. Todos sabemos que los fármacos y las drogas perjudican seriamente nuestra salud, aunque su administración nos haga sentir fenomenal. Por esta razón, cuando el ayuno nos abate por el dolor, muchas personas desean poner fin a dicha condición, aunque deberían continuar, como nos recomiendan nuestro conocimiento y comprensión. Estas crisis requieren la presencia de las manos compasivas del supervisor y los monitores, así como el coraje comprensivo de sus compañeros.
Aunque el cliente siempre tiene la razón y deberíamos respetar sus deseos, su obligación es hacer todo lo posible para ayudarle a comprender qué es lo mejor para su cuerpo y organismo.
5. En caso de dudas, finalice el ayuno Cada programa de ayuno tiene algo que lo diferencia del resto. Si en algún momento surgiera alguna duda sobre la condición del paciente o no supiera con seguridad qué le está sucediendo, pídale que ponga fin al ayuno. Comenzar la realimentación del paciente puede ser una tarea bastante difícil, pero siempre es mejor que arriesgar su bienestar. Aunque el ayuno suele ser una práctica muy segura, existen algunas condiciones que pueden convertirla en insalubre. Recuerde, en caso de duda, no prosiga.
B. Finalizar un ayuno es algo fácil, pero al mismo tiempo crucial Poner fin a un programa de ayuno requiere más cuidado y atención de lo que muchas personas creen. El organismo ha efectuado algunos cambios para ajustarse a la condición de ayuno, por ello, cualquier ingestión de alimentos, por pequeña que sea, puede trastornar el sistema orgánico. Esto supone una interrupción gradual y paulatina que no altere el funcionamiento del aparato digestivo. Lo primero que debemos hacer es restablecer las secreciones digestivas y repoblar la flora intestinal. Una vez culminado estos procesos, el organismo podrá cambiar su dieta y comenzar a utilizar alimentos carbohidratados, dejando a un lado sus reservas de grasas. A veces, el organismo decide continuar con los procesos de desintoxicación y purificación, aún cuando se ha puesto fin a los programas de ayuno, expulsando cualquier elemento nutritivo que se ingiera. Para estar completamente seguro de la recuperación de su paciente, el supervisor debe saber qué hacer en cada momento o dónde acudir para consultar los pasos que debe seguir.
1. Los zumos diluidos facilitan la ruptura de un ayuno de larga duración La mejor forma de poner fin a un programa de larga duración es la ingestión de zumos diluidos, siempre y cuando se hayan realizado en ese mismo momento. Recuerde que los zumos se oxidan con facilidad al contactar con el aire; cuanto más tiempo se encuentren al aire, más efectiva será la descomposición de sus nutrientes. Cuando el ayuno supere una semana (más de cinco días), los especialistas pondrán fin al programa de forma gradual y paulatina, administrando, poco a poco, zumos de naranja, manzana y otras frutas. El zumo de naranja es el más eficaz, ya que además de su fácil realización, contiene más elementos nutritivos que otros zumos. Los zumos diluidos se realizan de la siguiente forma. Llene la mitad de un vaso, o un cuarto del mismo, de zumo. A continuación rellene el vaso con agua pura (destilada). El paciente debe absorber lentamente el zumo diluido, en sorbos pequeños por un período de tiempo que no debe superar los treinta minutos. A lo largo del día, la cantidad de zumo
ingerida irá aumentando paulatinamente, cada dos horas, hasta alcanzar el 100% del volumen total del vaso, cantidad que el paciente podrá consumir al terminar el día, a menos que no pueda hacerlo. Los programas de ayuno suelen finalizar a primera hora de la mañana, a las ocho. Si el ayuno supera los diez días, el paciente tendrá que seguir consumiendo zumos diluidos durante el segundo día. A partir del tercer y cuarto día, los zumos serán simplemente de frutas y el quinto día comenzará a consumir pequeñas ensaladas de verduras.
2. El papel de las frutas en la finalización del ayuno Algunas frutas como las sandías, los cantalupos, los melocotones, la compota de manzana, los plátanos, las naranjas, las peras, las uvas y otros zumos de fruta, pueden utilizarse para poner fin a un proceso de ayuno, aunque la sandía en el producto más apropiado para la ocasión. Si decide poner fin a un ayuno con la ingestión de frutas, recuerde que la primera ingestión no debe sobrepasar los 75 ó 100 gramos. Una vez consumida la primera dosis, el paciente podrá ingerir pequeñas cantidades de alimentos, si lo desea, cada media hora, o cada hora, siempre acompañado de agua. Como sucede con los zumos, las comidas se servirán cada dos horas.
Durante el segundo día, el paciente consumirá los mismos alimentos (frutas) que el día anterior, con la salvedad de que consumirá el doble. El programa del tercer día variará sensiblemente, ya que las comidas se servirán cada cuatro horas, eso sí con una mayor cantidad de frutas. Durante el cuarto día, la ingestión suele ser superior y el número de comidas se ampliará a cuatro o cinco platos pequeños. A lo largo del quinto día, los pacientes comenzarán a ingerir pequeñas ensaladas.
A continuación analizamos algunos de los síntomas que podrían provocar la expulsión de los alimentos o, por el contrario, aumentar las ganas de comer.
3. Aumentar gradualmente la cantidad de alimentos ingeridos
y su complejidad
La cantidad de alimentos ingeridos inmediatamente después del ayuno (ya sean en forma líquida o sólida) debe ser la exigida por el propio paciente. Casi todas las personas desean ingerir menos alimentos de lo permitido, ya que el organismo siempre requiere un tiempo para recobrar la normalidad.
Esta cantidad irá incrementándose paulatinamente, siempre teniendo en cuenta la capacidad asimilativa del paciente y su apetito. Poco a poco, la capacidad digestiva irá recobrando su funcionalidad hasta alcanzar una estabilidad completa al cabo de cinco o siete días, momento en el que el paciente podrá consumir cualquier alimento con total normalidad. 4. Después del ayuno se gana peso Cuando finaliza el proceso de ayuno, el organismo comienza a obtener peso, aunque, al principio, este incremento se debe principalmente a la retención de líquidos. Los programas de actividades que contengan ejercicios aeróbicos y físicos pueden acelerar la obtención de peso, al incrementar las capacidades orgánicas. Por ello, le recomendamos inicie una tabla de ejercicios tan pronto como le sea posible. Sin embargo, aquellas personas cuyo peso se encuentre por encima de los límites orgánicos continuarán perdiendo peso una vez finalizado el ayuno. Éstos deberían consumir alimentos bajos en calorías y realizar tablas de ejercicios físicos, para así disminuir su peso. En cambio, las personas demacradas, cuyo peso se encuentre por debajo de lo normal, deberían ingerir principalmente alimentos ricos en calorías, siempre y cuando se hallen dentro de sus limitaciones digestivas y no superen su capacidad asimilativa. Asimismo, debería realizar mucho ejercicio, ya que las actividades físicas incrementan la masa muscular, aumentan la fuerza y la energía y permite la obtención gramos adicionales.
5. Síntomas que pueden acompañar a la finalización del ayuno Uno de los primeros síntomas que puede sufrir el paciente al finalizar un programa de ayuno es la aparición de movimientos intestinales. Recuerde que durante el ayuno, los movimientos intestinales son prácticamente nulos, lo que puede provocar la expulsión de un bolo seco y duro cuyo diámetro resulta incómodo para el paciente. Aunque lo normal es que los primeros movimientos se realicen sin más problemas de los habituales, podemos encontrarnos con algunos casos excepcionales en los que la expulsión debe efectuarse con la ayuda de un enema. No obstante, le recomendamos utilice uno de esos instrumentos que se venden en las farmacias y cuya utilización es más cómoda para el paciente que los enemas, ya que sólo requerirá la introducción de agua para facilitar el pasaje. No en vano, el agua descompone la sustancia fecal con más facilidad y eficacia que cualquier otro elemento. A veces, el organismo no acepta la dieta de realimentación que se impone al paciente de forma arbitraria, por lo que suele expulsarla a través de vómitos o creando una animadversión por los alimentos. En tales casos, le aconsejamos prosiga la realimentación con la utilización de zumos diluidos. Poco a poco, esta objeción terminará por desaparecer y podremos culminar con éxito el proceso de realimentación. Por otro lado, no podemos olvidar que el cuerpo humano se está beneficiando del proceso purificador que está llevando a cabo con esta condición anoréxica.
Ahora bien, también podemos encontrarnos con personas que, lejos de negar la ingestión de alimentos, demuestren un gran apetito. Por supuesto, el proceso de realimentación de estas personas debe ser superior al realizado anteriormente. Sin embargo, debemos prestar mucho cuidado y controlar el apetito del paciente, ya que la ingestión de ciertos alimentos podría provocar algunos trastornos digestivos, especialmente si estos productos se hallan en contraposición con la disposición biológica de los seres humanos. Le sugiero que esta realimentación sea escasa, ya que de esta forma controlaremos el hábito alimenticio. Sospecho que ésta fue la forma que utilizaron nuestros antepasados en la prehistoria, la ingestión reducida de alimentos impedía la presencia masiva de productos en el interior del organismo. Recomendamos la ingestión de pocos alimentos, pero de forma continuada, para tener bajo control las manifestaciones agudas del apetito. Si lanzáramos un hueso a un perro hambriento, éste daría muestra de satisfacción. Lo mismo sucede con los seres humanos, si una persona tiene muchas ganas de comer y sólo recibe una pequeña dosis de alimentos, sus ansias desaparecerán momentáneamente. La seguridad de poder consumir estos alimentos cuántas veces se desee, permitirá al paciente aumentar los períodos existentes entre las comidas. La cantidad de alimentos ingeridos debería estar relacionada con la necesidad energética del paciente y sólo en aquellos casos en los que sea necesario aumentar el peso, las cantidades deberían ser superiores. Aunque no son muy normales, cualquier persona puede sufrir uno de estos síntomas. Si el paciente no dispone de más tiempo para continuar el programa de ayuno, reduzca las dosis de alimentos, pero no finalice su administración. Aunque la ruptura o finalización de un ayuno durante una crisis puede suponer algunas consecuencias, el organismo conseguirá ajustar su condición de forma gradual. 6. El régimen post-ayuno En aquellos casos en los que el ayuno sólo haya durado unos días, el paciente podrá recobrar la normalidad con bastante rapidez, a menudo en menos de una semana. Por el contrario, las personas que se sometan a programas de ayuno de mayor duración (más de una semana), tendrán que esperar más tiempo para recobrar por completo la normalidad. Por regla general, estas personas tendrán que someterse a un programa de recuperación cuya duración será similar al tiempo que han permanecido ayunando, aunque no es un período muy duro. Algunas personas requieren menos tiempo, aunque la tónica general es permanecer más tiempo. Recuerde que la mayoría de las personas se encontraban muy débiles antes de iniciar el ayuno, por lo que el organismo requiere más días para culminar los procesos purificadores. Las personas que se someten a programas de ayuno terminan tan satisfechas de los resultados obtenidos y demuestran las ventajas sanativas de estos procesos con tanta claridad que se convierten en modelos para otras personas. Después del ayuno, los pacientes deberían estar completamente concienciados de los beneficios de los alimentos naturales (crudos). Asimismo, deberían conocer en todo su alcance qué programas han seguido y cuáles son los resultados observados. Finalmente deberían comprender qué las prácticas contrarias con el bienestar provocan la aparición de trastornos y problemas que originan el sufrimiento.
Los pacientes deberían conocer los beneficios de los alimentos ideales, la ventaja del sol, la utilidad del sueño y del descanso, la importancia de las actividades físicas (como las tareas del jardín), el significado de amar y ser amado, en definitiva, la necesidad de alcanzar todos los factores esenciales de la vida. Pero lo más importante es que los pacientes estén motivados para disfrutar de la vida y que comprendan que el bienestar se sustenta sobre la felicidad y la salud, no sobre el sufrimiento y la negativa.
PREGUNTAS SOBRE LA LECCIÓN
PREGUNTA: Soy diabético y he oído que ha logrado que personas con problemas similares a los míos consigan ayunar sin ningún problema. ¿Podría terminar con mi condición diabética por medio de un programa de ayuno? RESPUESTA: ¿Recibe en estos momentos algún tratamiento de insulinas? ¿Cuánto tiempo lleva con dicho tratamiento?
PREGUNTA: Llevo casi dos años inyectándome dosis de insulina. RESPUESTA: A su edad, padece lo que conocemos con el nombre de diabetes de la pubertad. En nuestro centro hemos tratado numerosos casos de personas que sufrían dicha condición. Casi todos tuvieron éxito, aunque estimamos oportuno que sólo ayunaran aquellos que utilizaron insulina durante un período inferior a los tres años. Por supuesto no podemos garantizarle nada, ni podemos adelantarle cómo actuará el organismo ante dicha condición, pero la mayoría de las personas que sufren esta clase de diabetes pueden secretar suficiente insulina para garantizar el transporte del azúcar. Esto se debe a que las células beta que se hallan en las Islas de Langerhans, en el páncreas, no han sufrido un daño irreparable y, por tanto, puede continuar creando la insulina necesaria. ¿Cuál es su dieta actual?
PREGUNTA: Lo que come todo el mundo. En casa, carne con patatas varias veces a la semana y cuando salgo fuera una hamburguesa, o dos, con patatas fritas. A veces como bocadillos de carne y queso para almorzar, pero normalmente como fuera, una hamburguesa de queso y patatas fritas. Como postre, suelo comer helado y pasteles. Por la mañana, me tomo unos huevos fritos con bacon, patatas doradas, cereales, leches y tostadas. RESPUESTAS: Por lo que deduzco, más del 50% de las calorías que consume al día lo hace en forma de grasas, principalmente grasas cocinadas. Aunque su mecanismo de secreción de insulinas funcionara a la perfección, el problema podría hallarse en la pobre distribución de azúcares que la sangre puede realizar por la presencia de numerosos elementos grasos en su recorrido. Con un buen programa de ayuno, su organismo podría iniciar un proceso de desintoxicación y purificación. Posteriormente, una dieta compuesta básicamente de frutas y hortalizas, acompañados de algunos frutos secos y semillas, podría solucionar su problema con la insulina. Le recomiendo que evite el consumo de productos animales y la ingestión de alimentos fritos. No debería de consumir más de un 15% de productos grasos, valor calórico que obtendrá fácilmente con la ingestión de algunos aguacates, varios frutos secos y diversas
semillas. Ahora bien, estos productos deben ir acompañados de alimentos ricos en carbohidratos, ya que de no ser así, su organismo tendrá poca azúcar para transportar. Además, si consume una dieta de frutas, así como sus patatas y verduras, el nivel de grasas en la sangre descenderá y podrá transportar los azúcares. Asimismo, debería realizarse pruebas diarias hasta estar seguro de que los niveles de azúcar se encuentran dentro de los límites. Aunque los organismos oficiales aseguran que estos niveles se hallan entre los 80 y los 120, cualquier lectura que se encuentre entre los 40 y 400 debe considerarse como óptima. Cuando se encuentre realizando un ayuno, le recomiendo que compruebe sus niveles dos veces al día. Aunque el organismo utiliza simplemente sus reservas adiposas, el glicerol presente en las grasas podría transformarse en glicerosa y provocar un aumento de azúcares en la sangre si la presencia de insulina es muy escasa o inexistente. Por otro lado, su organismo podría traspasar parte de estos azúcares a la orina a través de los riñones, provocando una glicosuria. En nuestro centro, los pacientes se encargan de medir sus propios niveles de azúcar en la orina. En suma, casi todas las personas que padecen casos como el suyo podrían solucionar sus problemas fácilmente. Pero es fundamental saber en todo momento lo que está sucediendo y lo que puede suceder.
PREGUNTA: Mi suegra tiene cáncer de pecho. ¿Podría curarse a través de un programa de ayuno? RESPUESTA: En la mayoría de los casos es posible. Muchas de las personas que supuestamente padecen cáncer de pecho no tienen más que simples tumores o enfermedades fibroquísticas. Bajo condiciones de ayuno, el organismo suele resolver estos problemas al autolisiar los tumores, quistes y otras acumulaciones tóxicas. Incluso las personas que padezcan un cáncer pueden verse beneficiadas por un programa de ayuno, aunque el cáncer en sí no tendrá solución.
PREGUNTA: ¿Puede curar las hemorroides? RESPUESTA. En primer lugar, debemos dejar bien claro que las curaciones no existen. El ayuno es una condición que permite al organismo disponer de toda la energía necesaria para iniciar los procesos de purificación y reparación. El término hemorroides corresponde literalmente con el de venas varicosas del ano. Bajo las condiciones establecidas con el ayuno, el organismo puede resolver casi todos los casos de hemorroides.
PREGUNTA: Mi padre padece una psoriasis y mi madre tiene artritis. ¿Pueden mejorar su condición a través del ayuno? RESPUESTA: Cualquier persona que se someta a un programa de ayuno disfrutará de los beneficios de esta condición, con independencia de su duración. La psoriasis es una condición que normalmente denominamos el síndrome de GIGO (abreviatura de las expresiones inglesas garbage in, basura dentro, y garbage on, basura fuera). Su padre expulsa toda la carga tóxica que se halla en su organismo a través de la piel porque los canales regulares de expulsión no se encuentran perfectamente adaptados. Este problema podría solucionarse mediante el ayuno, la
realización de ejercicios, la ingestión de una dieta compuesta de alimentos naturales, durmiendo más de lo habitual o tomando el sol moderadamente. En lo que respecta a la artritis, debo reconocer que el problema es más complicado. La acumulación paulatina de sustancias óseas en las articulaciones termina por destrozar los cartílagos y las membranas sinoviales, llegando en muchos casos a destruir los elementos absorbedores del organismo. La ausencia prolongada de alimentos permite al organismo iniciar la autolisiación. A lo largo de mi vida profesional, he presenciado como algunas personas han logrado poner fin a sus problemas después de ayunar durante dos o tres semanas. Pero también he comprobado como otros pacientes no lograron jamás resolver su situación, a pesar de ayunar durante semanas. Sin embargo, debemos señalar que la realización de ejercicios, la ingestión de dietas naturales y los ayunos provocan una sensible mejoría en todos los casos.
PREGUNTA: ¿Los programas de ayuno podrían prevenir la aparición de enfermedades? RESPUESTA: Recuerde que las enfermedades sólo surgen si existen motivos para ello. Cuando decidimos evitar durante un período de tiempo determinado la ingestión de alimentos, permitimos al organismo iniciar un proceso de desintoxicación que elimine todas las sustancias tóxicas y rejuvenezca sus órganos y funciones. El doctor Hans Selye realizó diversos experimentos de ratas, después de analizar los resultados, descubrió que éstas manifestaban signos de mejoría al someterlas a un programa de ayuno (cada dos días) y ejercicios. Asimismo, comprobó que estas ratas vivían prácticamente el doble que el resto de las ratas, todo ello sin padecer las consecuencias o enfermedades que mataban a las ratas que no realizaban ejercicios y comían abundante comida. TEXTOS COMPLEMENTARIOS [Introducir el texto del doctor Shelton "Fasquick"]
RESUMEN DE LA LECCIÓN El ser humano puede resolver prácticamente todos sus problemas de salud a través de un buen programa de ayuno, por esta razón, podemos considerarlo como una verdadera panacea. Con esta lección hemos aprendido que el cuerpo humano puede desintoxicarse, reparar cualquier trastorno y revitalizarse bajo las condiciones establecidas por el ayuno. También hemos aprendido cuándo es aconsejable ayunar y cuándo debemos evitar su utilización, principalmente cuando el paciente tiene miedo, se encuentra embarazada o en período de lactancia, cuando es un niño o un recién nacido o cuando existan contraindicaciones físicas. Hemos descubierto qué hace el organismo cuando se encuentra bajo ayuno, es decir, cómo conserva sus reservas, y cuáles son los síntomas que pueden manifestarse.
Hemos aprendido cómo se ha de cuidar a una persona que se encuentra ayunando, prestando especial interés a las actividades que podemos utilizar para evitar la aparición del aburrimiento. Hemos aprendido cómo finalizar un programa de ayuno y cuándo hacerlo. Finalmente, hemos analizado numerosos casos verídicos que apoyan los beneficios que podemos obtener a través del ayuno.
Traducido por Victoria Machuca Tortosa, Tel. 629 577386; C.e: ¡Error! No se encuentra el origen de la referencia. por encargo de Jose Manuel Llorca director de la Fundación Pharus Plg. Lourdes S/N. Coín (Málaga)
EL SISTEMA HIGIENISTA DE LA SALUD Copyright @1986 LIFE SCIENCE INSTITUTE La Ciencia de la Nutrición NOVENA PARTE: EL AYUNO CUADRAGÉSIMA SEXTA LECCIÓN: Cuándo emplear el ayuno: quién debe ayunar, cuánto tiempo y cuántas veces. TEMA: Casi todo el mundo debería ayunar cuando lo necesite y durante el tiempo que sea necesario para permitir una completa eliminación. PROFESORA: Susan Hazard
*GENERALIDADES *OBJETIVOS DE ESTA LECCIÓN *DEFINICIONES *CONCEPTOS CLAVE *HECHOS DESTACADOS
*ESQUEMA GLOBAL DE LA LECCIÓN *PRESENTACIÓN DE LA LECCIÓN *RESUMEN *PREGUNTAS SOBRE LA LECCIÓN *TEXTOS COMPLEMENTARIOS *HOJAS DE TRABAJO *RESPUESTAS
GENERALIDADES
El momento adecuado para ayunar es cuando se necesite. Sabremos cuando es ese momento si nos dejamos guiar por ciertos signos determinados como por ejemplo: falta de hambre, lengua saburrosa, mal aliento, dolor, o cuanto aparezcan otros síntomas agudos. Ayunar está indicado en todas las enfermedades agudas y crónicas, y también es útil en la pérdida de peso y para superar las adicciones a las drogas. Casi todo el mundo puede ayunar, inclusive niños, bebés, mujeres durante el embarazo, y las personas mayores. La duración del ayuno difiere entre los individuos y viene determinada por cómo evolucionen durante el ayuno. OBJETIVOS DE ESTA LECCIÓN
Al término de esta lección el estudiante debería saber: 1. Cuándo es el momento adecuado para ayunar. 2. Qué indica la falta de hambre. 3. Qué ocurre cuando se come sin tener hambre. 4. Porqué se utiliza el ayuno en las enfermedades agudas y crónicas. 5. Porqué el ayuno es el mejor método para la reducción de peso. 6. Porqué el ayuno ha sido utilizado con éxito para superar las adicciones a las drogas. 7. Porqué los niños no deberían ser obligados a comer si no tienen hambre. 8. Porqué ayunar durante las primeras etapas del embarazo es beneficioso. 9. Quién no debería ayunar. 10. Cuánto tiempo debería ayunar. 11. Cuántas veces debería ayunar. DEFINICIONES
ADDICCIÓN: Esclavitud a algún hábito, sobre todo a las drogas. ANOREXIA: Falta de hambre. APETITO: Deseo de alimentos, no necesariamente hambre.
AGUDA: Que tiene síntomas agudos de corta duración. Las enfermedades agudas son autolimitadas, y los síntomas desaparecerán en cuando la necesidad de esta "crisis de eliminación" haya terminado. CRÓNICA: Enfermedad de una duración mayor consecuencia de la supresión de las crisis agudas y de un estilo de vida caracterizado por la práctica continua de hábitos insanos. DESCOMPOSICIÓN: Proceso de putrefacción o de pudrición. HAMBRE: Sensación agradable que indica la necesidad de alimentos. El hambre se siente en la boca y en la garganta y no va acompañada de dolor o molestias. CONCEPTOS CLAVE
1. El momento adecuado para ayunar es cuando se necesite. 2. El ayuno está indicado en todas las enfermedades agudas. 3. Comer durante las crisis de enfermedades agudas añade más toxinas al cuerpo. 4. El ayuno ha contribuido a la recuperación de personas que padecían enfermedades crónicas. 5. El ayuno es el método más seguro y efectivo para perder peso. 6. No hay nada mejor que el ayuno para permitir al drogadicto superar su falsa "necesidad" de este veneno. 7. Todo el mundo se puede beneficiar de un ayuno ocasional. 8. Los niños saben instintivamente cuando ayunar y deberíamos dejar que lo hagan hasta que el hambre vuelva. 9. El ayuno durante las primeras etapas del embarazo es útil para permitir al cuerpo deshacerse de las toxinas acumuladas y de este modo proporcionar un entorno adecuado para el feto. 10. La duración del ayuno dependerá de la evolución durante el ayuno. HECHOS DESTACADOS
1. No se tendrá hambre cuando exista una incapacidad para digerir y asimilar los alimentos. 2. El hambre genuina no está relacionada con dolor o molestias. Las personas que tienen
dolores de cabeza después de saltarse una comida tienen síntomas de toxicosis y es necesario un ayuno. 3. La regla de la naturaleza en la enfermedad aguda es acostarse, abrigarse, y abstenerse de todo alimento hasta que el hambre vuelva. 4. En todos los casos de úlcera péptica lo más indicado es no comer nada. La terapia dietética habitual que se suele recomendar crea problemas adicionales a los que el cuerpo tiene que hacer frente. 5. Una característica importante sobre el ayuno en las enfermedades crónicas es la notable aceleración que se produce en la eliminación. De este modo el cuerpo se libera rápidamente de la carga tóxica acumulada. 6. Cuando el individuo con exceso de peso experimenta una notable reducción de peso durante el ayuno, se observa una apreciable mejoría en la salud que se hace evidente por una mejor respiración, una mayor facilidad de movimientos, un incremento en la energía. 7. Cuando el alcohólico ayuna, los tejidos del estómago, intestinos, hígado, corazón, nervios, etc., comienzan a reparse y se produce la curación. Después del ayuno, no tendrá más ganas de tomar esta bebida tóxica. 8. Ayunar es muy útil para superar el hábito del tabaco. Hace que sea más fácil dejar este hábito, y en unos pocos días, el sabor de esta sustancia se vuelve repulsiva. 9. Cuando un niño rechaza el alimento, es mejor dejarle en paz hasta que vuelva a tener hambre y quiera comer de nuevo, 10. El cuerpo requiere tiempo para llevar a cabo este trabajo de curación y reparación, y no deberíamos fijar un límite de tiempo arbitario. ESQUEMA GLOBAL DE LA LECCIÓN
PRIMERA PARTE CUÁNDO AYUNAR
I. FALTA DE HAMBRE A. Hambre vs. Apetito II. EN LAS ENFERMEDADES AGUDAS A. Alimentar al enfermo 1. Úlcera péptica
2. Dolor III. AYUNAR EN LAS ENFERMEDADES CRÓNICAS IV. AYUNAR PARA PERDER PESO V. DROGADICCIONES A. Alcoholismo B. Tabaco C. Drogas SEGUNDA PARTE DETERMINANDO QUIÉN DEBE AYUNAR
I. EL AYUNO Y LOS NIÑOS II. AYUNO DURANTE EL EMBARAZO III. QUIÉN NO DEBERÍA AYUNAR IV. AYUNAR EN LAS CARENCIAS TERCERA PARTE CUÁNTO, CUÁNTAS VECES
I. AYUNAR VS. INANICIÓN II. LA EVOLUCIÓN DETERMINA LA DURACIÓN DEL AYUNO 1. La lengua y el aliento III. CUÁNTAS VECES CUÁNDO UTILIZAR EL AYUNO: QUIÉN DEBE AYUNAR, CUÁNTO TIEMPO Y CUÁNTAS VECES PRIMERA PARTE CUÁNDO AYUNAR
Respecto al momento adecuado para ayunar, el Dr. Shelton afirma que el momento de ayunar es "cuando se necesite." Afirma, "Soy de la tajante opinión de que el retraso no reporta ningún beneficio; debido al hecho de que el desarrollo progresivo de cambios patológicos en las estructuras del cuerpo con el consiguiente deterioro de sus funciones no cesa hasta que su causa ha sido suprimida completa y totalmente. Aplazar el tiempo del ayuno añade más problemas adicionales y hace que sea necesario un ayuno más largo, si es que puede ser ya de alguna utilidad. Ahora es el momento de empezar el trabajo de restablecer la buena salud; no la semana siguiente, el verano que viene o el año que viene." De modo que está claro que, en caso de que se necesite, el ayuno debería iniciarse lo antes posible. Pero ¿Cómo determinar cuándo es necesario el ayuno? Habrá indicaciones bien definidas que se manifestarán, y en este punto, no habrá ninguna duda de que el ayuno es necesario. FALTA DE HAMBRE
Podemos asumir que cuando el hambre está ausente, tampoco existe una necesidad fisiológica de alimentos. No tendremos hambre cuando: (1) no hay necesidad de alimentos, como poco tiempo después de una comida, y (2) cuando hay una incapacidad para digerir y asimilar los alimentos, como ocurre en el caso de las enfermedades agudas (resfriados, gripe, etc.). Cuando no se tiene hambre lo mejor es no tomar ningún alimento. Si se toman alimentos cuando el cuerpo no puede digerirlos, se pudriran o fermentaran. Esto provocará la liberación de subproductos tóxicos resultantes de la descomposición en el interior del estómago. Las toxinas liberadas entran en la sangre y en los tejidos y contribuyen a la toxicosis. El dolor, la fiebre, la inflamación y las molestias intestinales nos hacen perder las ganas de comer. En esas condiciones no deberíamos comer nada hasta que volvamos a tener hambre. En las enfermedades agudas, el hambre no tenemos hambre porque el cuerpo ha desviado su energía vital a otros canales. Puesto que todas las energías se concentran en la curación y la reparación, no hay ninguna para llevar a cabo el trabajo digestivo. La sangre también se desvía hacia las partes que necesitan curarse. Bajo tales circunstancias, la digestión queda suspendida por completo. Sin embargo, a menudo se ingieren alimentos por consejo del médico. Dicen que "debemos comer para recuperar las fuerzas." En esos casos, a menudo se vomitan o se expulsan los alimentos a través del tracto digestivo por medio de una diarrea. Si no, los alimentos se convierten en una carga adicional para el envenenamiento del cuerpo. Incluso cuando el cuerpo puede expulsar estas sustancias alimenticias indeseadas, se gasta una energía vital preciosa durante el proceso. Las fuerzas dejan de ocuparse de la reparación y se malgastan en un esfuerzo que podría haberse evitado fácilmente ayunando. De este modo la recuperación se retrasa. En muchos casos, durante las enfermedades agudas y crónicas, una persona puede sentir hambre. En realidad, no es hambre lo que siente sino un deseo mórbido de alimentos. El hambre a menudo se mal interpreta por un dolor de cabeza, irritabilidad, inquietud, lasitud,
apatía, debilidad, sensación de vacio, dolores persistentes en el estómago, etc. De hecho, ninguno de estos síntomas indica un hambre verdadero. El hambre es una demanda fisiológica normal, agradable que se siente en la boca y en la garganta como la sed. Puesto que es algo normal, no va acompañado de dolor o molestias. Hambre vs. Apetito
Un simple método para determinar el hambre auténtico es pensar cuánto tiempo ha transcurrido desde la última comida. Si desea comer mientras la última comida todavía se está digiriendo, no está hambriento. Si en su última comida tomó frutos secos o aguacate, su próxima comida no debería ser hasta al menos cuatro a cinco horas después. Recuerde que el hambre genuino no tiene nada que ver con el dolor y las molestias. Un individuo sano puede saltarse fácilmente una comida o dos sin sentirse débil o experimentar dolor. En caso afirmativo, es una señal segura de que es necesario un ayuno, seguido de un cambio en los hábitos alimenticios. Las personas que se sienten débiles o experimentan dolores de cabeza al saltarse una comida están pasando por "síntomas de abstinencia" de sustancias adictivas que ingieren con sus alimentos. Cuanto más adicto se es a la sal, condimentos, café, té, etc., más severos son los síntomas. El método más rápido y más seguro de deshacerse de estas adicciones es a través de un ayuno. La Dra. Susanna W. Dodds declaró que, "la causa de esta debilidad en estos casos no es por falta de material nutritivo, sino debido a la ausencia del estímulo habitual." El hambre del individuo mal nutrido (uno que consume alimentos procesados como azúcar refinado y harina; alimentos cocinados; carne; etc.) es de la misma naturaleza que el drogadicto que es privado de la droga. Experimentan síntomas tales como molestias gástricas, dolores en la región del estómago, retortijones en el estómago, debilidad, dolor de cabeza, etc. Por el contrario, las contracciones musculares normales no son dolorosas, tienden a ser agradables. El hambre no es un estado patológico y no se manifiesta con síntomas de enfermedades. El Dr. Shelton dice, "La persona verdaderamente hambrienta no es consciente de su estómago y no sufre ningún síntoma mórbido. En efecto, el hambre genuino es una sensación tan deliciosa que vale la pena ayunar simplemente por el placer de experimentarlo." EN LAS ENFERMEDADES AGUDAS
La regla de la naturaleza en la enfermedad aguda es acostarse, abrigarse y abstenerse de toda clase de alimentos hasta que el hambre vuelva. El ayuno en casos de fiebre era empleado normalmente por los médicos napolitanos hace más de ciento cincuenta años. Con frecuencia permitían a su pacientes con fiebre estar cuarenta días sin ningún alimento. El Dr. Shelton declara, "Cuando se alimenta a los pacientes con pneumonia y pleuresía, no sólo se mantiene la saturación tóxica, sino que la alimentación retarda su resolución; es decir, impide que los pulmones y pleura inflamados recuperen la normalidad."
Cuando los animales enferman, instintivamente se abstienen de comer. Permanecen tranquilos y descansan hasta que su apetito vuelve y ese momento es un indicio seguro de que se han recobrado. Lo mismo necesita el hombre, es decir, tranquilidad, descanso y ayuno, con un poco agua según la sed que tenga. Pero a menudo, el hombre se niega a dejarse guiar por su instinto como hace el animal, y come a pesar de no tener hambre. Al actuar así lo único que consigue es debilitar al cuerpo todavía más. En toda clase de enfermedades agudas, todo el organismo está ocupado en la tarea de eliminar toxinas. Es perfectamente natural que el cuerpo se rebele contra los alimentos durante este periodo. Síntomas tales como anorexia, mal aliento, lengua saburrosa, náuseas, vómitos, excreción de moco, diarrea, etc., indican que el cuerpo está ocupado en la tarea de eliminación y no es capaz de digerir alimentos. Alimentar al enfermo
Durante las enfermedades agudas, a menudo se aconseja tomar caldos de carne. Estos caldos no sólo no favorecen la salud sino que producen el "suelo" para la enfermedad. Durante mis clases de bacteriología en la esculea, a menudo usábamos caldos de cultivo de carne para cultivar nuestras bacterias. Estos caldos de cultivo eran excelentes para producir grandes colonias de diversos tipos de bacterias puesto que el "suelo" o el "alimento" para estas bacterias era casi el ideal para ellas. Aunque sabemos que las bacterias no causan la enfermedad, están presentes en muchas enfermedades. Cuando el "suelo" es ideal para que las bacterias proliferen, así lo harán. Esto es una indicación excelente de toxicosis debido a la descomposición de los alimentos y las bacterias en el estómago y tracto digestivo. Puesto que la enfermedad aguda es un esfuerzo por parte del cuerpo por deshacerse del exceso de toxinas, no debería interferir o abortar ese esfuerzo añadiendo más toxinas al cuerpo ingiriendo los mismos alimentos que ocasionaron que el exceso de toxinas se acumularan en primer lugar. Realmente, incluso los mejores alimentos son toxinas potenciales durante las enfermedades agudas. El Dr. Shelton dice que una de las reglas para el enfermo es dejar de absorber toxinas del exterior. Afirma, "Alimentarse durante la 'enfermedad' aguda hace justo lo opuesto. Mantiene al tracto digestivo lleno de materia animal y vegetal en proceso de descomposición, que el cuerpo debe evacuar o absorber. La putrefacción procedente de la descomposición gastro-intestinal, unido a la enervación, toxemia y discrasis preexistente, forman la causa de prácticamente todas las supuestas 'enfermedades' que el hombre padece." Durante la gastritis aguda, la membrana mucosa del estómago está roja e inflamada. Hay poco jugo gástrico y se excreta muy poco ácido, con cantidades considerables de moco presentes. Con el estómago en esta condición, y con la falta de apetito, sería insensato comer. Ayunar en un caso así es el único procedimiento racional. Sin la presencia irritante del alimento y sus productos de descomposición, el cuerpo procederá a curarse y recobrará la salud. Úlcera péptica
Un ejemplo de alimentación durante la enfermedad lo tenemos en el caso del paciente con úlcera péptica. La úlcera péptica es el término general que se da a una lesión de la mucosa corroída del estómago o del dudodeno. Se dice que la excreción excesiva de ácido clorhídrico es la causa de esta condición. Aunque esta pueda ser la causa irritante e inmediata de esta condición, la razón subyacente de que el ácido clorhidríco sea segregado por encima de lo normal es debido a la enervación general y a la toxicosis, La "terapia" dietética generalmente aceptada es una dieta "blanda." Esta dieta está compuesta exactamente por aquellos alimentos que contribuyeron a la enervación general y a la toxicosis en primer lugar. Los alimentos que se suelen recomendar incluyen leche, huevos, pan blanco, queso, y sopas cremosas. Estos "alimentos" no nutritivos no favorecen la salud. En estos casos lo mejor es abstenerse de los alimentos para permitir que el cuerpo se cure sin la irritación de los alimentos. Esta es la forma más rápida y segura de recuperar la salud. Los "fuertes dolores" que los pacientes dicen que sienten no es hambre auténtica. Otro ejemplo de alimentación durante la enfermedad es la dieta terapéutica para una enfermedad intestinal como la diverticulosis y diverticulitis. En lugar de buscar la causa subyacente de esta condición, los médicos alivian los síntomas y empeoran las cosas. La terapia dietética en tales casos haría enfermar a cualquier hombre sano. Incluye leche, café, té, bebidas carbónicas, huevos, queso, carne, sopas, verduras cocinadas coladas, frutas cocinadas coladas, pan blanco cocinado, cereales refinados, arroz blanco, macarrones, tallarines, espaguetis y otros productos refinados. El hombre podría vivir mucho más tiempo sólo a base de agua que con la dieta descrita para la diverticulosis. Cualquier valor nutritivo presente en las frutas y en las veruras ha desparecido al cocinarlas, y colarlas y hacerlas puré empeora aún más las cosas. De nuevo, lo mejor es ayunar y después corregir los hábitos alimenticios y el cuerpo pordrá volver a la normalidad. Dolor
Se sabe que cualquier dolor que una persona pueda experimentar disminuye mientras ayuna. El Dr. Shelton ha sido testigo de como muchos pacientes con dolores de reumatismo articular agudo disminuyen y el paciente está cómodo después de tres o cuatro días de ayuno. AYUNAR EN LAS ENFERMEDADES CRÓNICAS
El momento de ayunar es antes de que una enfermedad se convierta en crónica. Si se hace un ayuno cuando los síntomas de la enfermedad aguda se manifiestan por primera vez y se sigue un estilo de vida más sano, las enfermedades crónicas no se desarrollarán. Lo que ocurre a menudo, sin embargo, es que cuando los síntomas de las enfermedades agudas aparecen, son suprimidos con medicamentos diversos, etc. Al cuerpo nunca se le permite eliminar su sobrecarga tóxica que se ha acumulado durante un periodo de tiempo debido a hábitos de vida insanos. A causa de esta supresión constantes y los malos hábitos persistentes, las enfermedades crónicas se desarrollan. En este punto, muchas personas ayunan como "último recurso." A pesar de todos los abusos por los que el cuerpo ha tenido que pasar anteriormente, se
producen resultados beneneficiosos a través del ayuno. Una característica importante sobre el ayuno en las enfermedades crónicas es la notable aceleración de la eliminación. De este modo el cuerpo es liberado rápidamente de su carga tóxica acumulada. Los síntomas desaparecen después de llevar años con ellos. A este respecto, el Dr. Shelton dice, "Un ayuno correctamente supervisado permitirá al cuerpo enfermo crónicamente excretar la carga tóxica que es responsable de los problemas, después de lo cual un estilo de vida correcto permitirá al individuo evolucionar hacia un estado de salud vigoroso. El ayuno ha contribuido a la recuperación de las personas que padecen de asma, artritis, diabetes, tumores diversos, trastornos cardiacos, y numerosas otras enfermedades. ¿Por qué era el ayuno tan eficaz en todas estas enfermedades? La razón es que las enfermedades pueden diferir en lo que se refiere a los síntomas que manifiestan pero las causas subyacentes siguen siendo las mismas. Dos personas práctican malos hábitos durante años, cometiendo ambos los mismos excesos, uno desarrolla asma y el otro artritis. La salud puede ser recuperada en ambos casos con los mismos medios: ayunando. El Dr. Shelton cita un caso de una joven cantante que había desarrollado un estado asmático grave y ya no podía cantar más. El médico no le dió ninguna esperanza y la dijo que no existía "cura" alguna para el asma. Al final tuvo que dejar de cantar, y se retiró a su granja. Entonces oyó hablar de la Higiene Natural y del concepto de la importancia de la propia capacidad curativa del cuerpo. Decidió dar a este sistema una oportunidad. Tras consultar con el Dr. Shelton, decidió ayunar. En cuestión de semanas, el asma desapareció; y al cabo de unos pocos meses, estaba cantando otra vez. No obstante, no olvide que el ayuno no hizo nada excepto proporcionar las condiciones ideales para que el cuerpo se curase. El Dr. Shelton cita otro ejemplo de ayuno en una enfermedad crónica. Era el caso de un hombre que había tenido artritis durante veintiocho años. El Dr. Shelton describe el caso: "Con el paso de los años, todas las articulaciones habían sido afectadas hasta tal punto que el paciente era un hombre deforme que andaba con la ayuda de muletas y bastón, con una postura encorvada. Era incapaz de volver su cabeza de un lado a otro, y su dolor era constante. "Le habían dicho que existía la posibilidad de que parte de sus articulaciones se quedasen anquilosadas. No hay manera de desunir las articulaciones anquilosadas. Permanecen fijas, inamovibles, Sin embargo, las buenas noticias eran, en este caso, que podía liberarse del dolor. Podría volver a sentirse útil y podría disfrutar de la vida. "Este hombre hizo un ayuno largo -de treinta y seis días. Hubo una gran mejoría. Se liberó del dolor, fue testigo de la desaparición de la inflamación de algunas de sus articulaciones, su reducción en otras, y del lento restablecimiento de los movimientos en las articulaciones que durante tanto tiempo habían estado rígidas. "Tardamos cuatro años en completar todas las mejorías posibles en este hombre. Durante esta época, hizo un segundo ayuno y varios ayunos más de unos pocos días de duración. Su alimentación entre los ayunos estaba cuidadosamente supervisada. Tomaba baños de sol todos los días; y tras una cierta mejoría inicial, empezó a hacer ejercicio. "Resultado: su columna casi está derecha, el uso de sus brazos y piernas es normal, puede
volver la cabeza, casi anda completamente erguido, no utiliza bastón ni muletas, no tiene dolores, parece 'la personificación de la salud,' y trabaja como un esclavo. Este caso era un caso extremo que necesitaba un periodo largo para recuperarse pero sirve para ilustrar lo que el cuerpo puede hacer cuando se le dan las condiciones adecuadas. AYUNAR PARA PERDER PESO
El Dr. Dewey decía, "No hay ninguna persona con exceso de peso que no pueda obtener un gran beneficio con un ayuno cuya duración vendría determinada por el tiempo necesario para alcanzar el peso ideal." Ayunar no sólo es la manera más rápida, segura y eficaz de perder peso sino que posee el beneficio adicional de librar al cuerpo de los desechos tóxicos. Ayunar ayudará al individuo obeso a superar sus adicciones a alimentos como el azúcar, la cafeína y los alimentos basura, y hará que la transición hacia un manera de alimentarse más sana sea más suave. Cuando el individuo con exceso de peso experimenta una notable reducción de peso durante un ayuno, se observa una mejoría en la salud general con una respiración mejor, una mayor facilidad de movimientos, un incremento en la energía, el cese de los síntomas de indigestión y otras molestias, reducción de la presión arterial y disminución en la carga que el corazón tiene que transportar. Por término medio, el individuo pierde de dos a una libra y media al día en un ayuno. Puesto que el hambre está casi siempre ausente durante este ayuno, es una forma más placentera de perder peso que las populares dietas reductoras. Estas dietas a menudo incluyen alimentos insanos, y la pérdida de peso con frecuencia es mínima. El que hace dieta pronto se desanima y una vez más vuelve a cometer los mismos excesos que antes. Si pierde peso siguiendo una de esas dietas, el resultado es la flaccidez y flojedad de la piel y los tejidos. Esto no suele ocurrir durante el ayuno. De modo que el ayuno es más rápido y más agradable que las dietas reductoras, y no se producirá ninguna flaccidez o flojedad en la piel. La gente a menudo pregunta qué cantidad de peso es aconsejable perder en un ayuno. El Dr. Shelton dice que el propio cuerpo decide qué cantidad es la apropiada. Cuando el tejido adiposo es blando y fofo, el peso se pierde generalmente más rápidamente en los primeros días del ayuno. En otros individuos, el ritmo de la pérdida puede ser considerablemente más bajo, pero el resultado final será el mismo. Es decir, reducción total de peso y una mejoría en la salud general. DROGADICCIONES
Cualquier forma de drogadicción es un intento estúpido de obtener alivio a los dolores de cabeza, nerviosismo, irritabilidad, y otros síntomas a través de la supresión. El deseo de estas drogas conduce invevitablemente a la enervación del sistema nervioso. Los adictos tomarán su café, alcohol, tabaco, etc., para "calmar sus nervios" y se marean y se sienten débiles sin ellos. Esto es una ilusión. El efecto de la droga les hace ignorantes de su verdadera condición. Estos
venenos no les hacen más fuertes sino que producen más debilidad y enervación. No es la droga la que crea el hábito sino el hombre. Y es él el que debe sufrir las consecuencias de estos hábitos insensatos. No hay nada mejor que el ayuno para que el drogadicto supere esta falsa "necesidad" de estos venenos. Pocos drogadictos tienen la suficiente fuerza de voluntad o fuerza física para superar sus adicciones sin ayuda, y el ayuno facilita dicha ayuda. Estas personas serán capaces de abandonar sus antiguos hábitos y su salud global experimentará un notable mejoría. Alcoholismo
El hábito del alcohol progresa lentamente hasta alcanzar una etapa crónica. Durante esta progresión, todos los sistemas corporales se han enervado y dañado hasta cierto punto. El alcohólico es un individuo enfermo crónicamente. Teniendo esto en cuenta podemos comprender fácilemente porque el ayuno es muy beneficioso en este caso. Durante este periodo de descanso, el organismo injuriado experimenta la curación y reparación necesarias y al final recupera sus malgastadas energías vitales. Al término del ayuno, el cuerpo habrá eliminado sus toxinas acumuladas y el sistema nervioso recobrará la salud (mientras no haya daño permanente). El alcoholismo es una enfermedad que acarrea anormalidades estructurales. Se ha descubierto que el alcohol daña a todos los tejidos con los que entra en contacto. Cuando una persona bebe un vaso de alcohol, daña al esófago por irritación química directa de su mucosa, al inducir el vómito severo que desgarra la mucosa, o al interferir con funciones motoras normales causando un movimiento ascendente del ácido del estómago en el esófago donde puede corroer los tejidos. Cuando el alcohol entra en el estómago, produce inflamaciones y lesiones sangrantes en él. La magnitud del daño que causa al revestimiento del estómago parece estar relacionado con la concentración de alcohol, dañando rápidamente a las células inmediatamente después de ingerir el alcohol. En el intestino delgado, las ondas peristálticas próximas disminuyen por el alcohol y las ondas propulsoras permanecen igual, dando lugar un índice mayor de propulsión a través del intestino delgado. Este efecto se considera uno de los posibles factores que contribuyen a la diarrea experimentada frecuentemente por los alcohólicos que beben compulsivamente. También puede producirse una mala absorción intestinal por la ingestión de alcohol. A medida que el alcohol pasa a través del hígado, inhibe la conversión de aminoácidos a glucosa. El alcohol también puede estimular la síntesis hepática de algunas otras proteínas, incluyendo lipoproteínas que transportan las grasas en la sangre. Este efecto puede explicar los elevados niveles de triglicéridos (grasas) en la sangre que se observan frecuentemente tras la ingestión de alcohol. La alteración en el metabolismo de las grasas puede ocasionar la acumulación gradual de grasa en el hígado y un "híagado adiposo." Esto puede producir una insuficiencia hepática y la muerte. La hepatitis alcohólica es un efecto importante del consumo fuerte y crónico de alcohol y puede ser una etapa precursora de la cirrosis. La cirrosis es una enfermedad inflamatoria crónica del hígado en la que las células hepáticas en funcionamiento son reemplazadas por tejido cicatrizado.
El alcohol tienen efectos nevativos sobre el sistema nervioso. Las células nerviosas cerebrales generan y conducen electricidad, transmitiendo información a una célula nerviosa adyacente mediante la liberación de sustancias químicas específicas llamadas neurotransmisores. La célula receptora proporciona la realimentación a la célula transmisora respecto al mensaje enviado. Cada célula puede recibir e integrar información de muchas otras, una función que el alcohol puede alterar. Las corrientes eléctricas en los nervios se transmiten desde la membrana de las células nerviosas al interior de la célula. Este mecanismo se cierra cuando la resistencia de la membrana de la célula se reduce en cualquier punto, dando lugar a cambios eléctricos llevados a cabo por iones de sodio y potasio que fluyen a través de la membrana en un movimiento llamado acción potencial. El alcohol daña la apertura del mecanismo, de modo que el nervio tiene dificultades en volver a cargarse. Los estudios neurofisiológicos han demostrado que el etanol inhibe la corriente de sodio en la acción potencial. El consumo de alcohol provoca la dilatación del corazón, signos cardiacos anormales, edema, dilatación del bazo y del hígado, respiración ruidosa, anormalidades electrocardiográficas, y trastornos del ritmo y conducción cardiacas. El Dr. Dewey afirmaba que el alcohólico sólo puede recuperar su salud mediante un ayuno. Dice, "Sólo a través de un ayuno que permita al estómago dañado regenerarse, que permita al cerebro descansar y reponer sus reservas." Cuando el alcohólico ayuna, los tejidos del estómago, intestinos, hígado, corazón, nervios, etc., empiezan repararse solos y la curación tiene lugar. Las glándulas y los nervios que han estado tan enervados por la sobreestimulación pueden descansar. La energía nerviosa se restaura; y al final del ayuno, el antiguo alcohólico se siente más fuerte y más vital que antes. Ya no le apetecerá el alcohol como el Dr. Shelton explica: "Cuando el alcohólico se ha recobrado completamente de su enfermedad y el hambre ha vuelto, ninguna clase de bebida alcohólica le tentará y si intentase beber, descubrirá que ya no le 'gusta.' Quemará y escocerá como cuando lo tomó por primera vez cuando era joven. Será un hombre libre otra vez -nunca más un esclavo del Rey Acohol." Tabaco El uso del tabaco provoca síntomas de irritabilidad, mal humor, nerviosismo e intranquilidad. El usuario del tabaco puede tratar de dejar este hábito varias veces pero fracasa y vuelve a su veneno supuestamente para calmar esos mismos síntomas que fueron inducidos en primer lugar por el tabaco. Carecen de fuerza de voluntad y la determinación para aguantar hasta que los nervios se hayan reparado solos. El ayuno es muy útil en estos casos. Hace que dejar el hábito del tabaco sea más fácil y, en pocos días, el mismo sabor de esta sustancia se vuelve repulsivo. El Dr. Shelton dice, "He visto a fumadores que fumaron como carreteros durante casi toda su vida que, después de un ayuno, se vuelven tan 'sensibles' a los humos repugnantes del tabaco que el olor de un puro proveniente de una manzana de distancia les molestaba" Drogas
En las adiciones a las otras drogas (como marihuana, cocaína, heroína, etc.) la prioridad número uno es el descanso -físico, mental y fisiológico. Después de un breve espacio de tiempo, el deseo por estos venenos disminuirá y desaparecerá pronto. El proceso de ir disminuynendo gradualmente las dosis que normalmente se emplea con los drogadictos no es un procedimiento adecuado ya que este proceso continía haciendo daño y no se obtiene ningún beneficio real. Al principio del ayuno, a menudo se producen violentas reacciones de abstinencia. Es aconsejable que estos ayunos estén supervisados por una persona con experiencia en el ayuno. Estas reacciones de abstinencia pronto cesan cuando el paciente continúa el ayuno. Entonces el cuerpo procederá a reparar el daño causado por las drogas, y las toxinas serán eliminadas. De los muchos casos que el Dr. Shelton ha observado en su Health School, afirma que ninguno ha vuelto a consumir drogas. SEGUNDA PARTE DETERMINANDO QUIÉN DEBE AYUNAR El Dr. Shelton dice, "Apenas hay una época de la vida o una condición del cuerpo en que un ayuno no pueda ser útil." Hay algunos individuos que deberían ayunar sólo bajo supervisión, pero, en general, todo el mundo puede beneficiarse de un ayuno ocasional. No tiene porque estar muy enfermo o padecer alguna enfermedad crónica para beneficiarse de un ayuno. Este descanso fisiológico proporciona al cuerpo una oportunidad para restaurar la energía vital que no puede lograrse sólo con el descanso. Cuando el cuerpo está muy fatigado, la capacidad para digerir los alimentos está mermada. Sería insensato comer bajo tales circunstancias. El descanso es necesario. Cuando el cuerpo ha recuperado la vitalidad y vuelve a tener hambre, el ayuno debe interrumpirse. Comer una cantidad determinada de calorías o de proteínas de calidad superior no garantizará la salud si el cuerpo es incapaz de digerirlas y asimilarlas adecuadamente. Puede comer los mejores alimentos cultivados orgánicamente pero si el cuerpo está agotado o bajo un estrés emocional, los alimentos fermentarán, y en lugar de contribuir a la salud, tendrán el efecto contrario. La toxicosis será el resultado de la descomposición de estos alimentos. La respuesta adecuada, bajo estas cirunstancias, sería ayunar hasta que esos alimentos se puedan digerir. El Dr. Shelton afirma, "Nuestra regla de oro en la alimentación ha sido desde hace tiempo: si no se siente bien mantal y físicamente de una comida a la siguiente, saltese la comida. Si el individuo sano come en exceso, come cuando está fatigado o excitado de modo que se sienta mal después de comer, lo mejor es que se salte la siguiente comida. Si está preocupado, temeroso, ansioso, triste, tiene conflictos internos o está sometido a otros estreses emocionales, saltese una o más comidas." EL AYUNO Y LOS NIÑOS
Los niños casi siempre saben instivamente cuando ayunar y cuánto tiempo. Cuando el niño rechaza el alimento, es mejor dejarle tranquilo hasta que vuelva a tener hambre otra vez y
nos pida alimentos. Los niños no tendrán ganas de comer cuando están enfermos. Cuando están enervados y tienen síntomas de toxicosis tales como gastritis, amígdalas dilatadas, estreñimiento, diarrea, fiebre, etc., no querrán comer nada. En tales circunstancias, al niño se le debe permitir ayunar hasta que todos los síntomas desaparezcan y el hambre vuelva. Estos niños nunca deberían ser obligados a comer ya que el alimento se descompondrá en el estómago y sus toxinas empeorarán las cosas. Para tratar al niño, lo mejor es contar con la ayuda de un higienista profesional. A veces un niño puede pedir alimentos aun cuando tiene un resfriado o gripe, pero no se le debe dar ningún alimento hasta que todos los síntomas hayan disminuido. El D. Emmet Densmore dice, "Frecuentemente se suele decir que este o ese otro bebé está molesto o se queja. Está molesto porque está enfermo, y está enfermo normalmente debido a una alimentación inadecuada. El mismo error que los seres humanos adultos cometen respecto a ellos mismos se comete respecto a la alimentación de los niños." Los bebés pueden sufrir de indigestión debido al consumo excesivo de dulces o de otros alimentos insanos. Una de las primeras señales de dicha indigestión se observa en motas blancas en las heces. Esto indica que la leche no se digiere. Lo más sensato es saltarse una comida o dos. Si la condición se corrige en este punto, no se desarrollarán más consecuencias negativas y recobrará rápidamente la salud. Si no se corrige, puede desarrollarse inflamación del estómago, del intestino delgado y del intestino grueso. También es muy importante que los bebés y los niños sean alimentados correctamente después del ayuno. Una dieta de frutas, verduras y frutos secos crudos y frescos es la adecuada para los niños. La leche de la madre es la ideal para el bebé y más adelante podrá dársele zumos de fruta recién hechos o purés de fruta hechos de fruta fresca y cruda. Respecto al alimento adecuado para los bebés y los niños el Dr. Densmore dice, "Los cereales o los granos y todos los alimentos feculentos son insanos para todos los seres humanos; pero esta dieta es especialmente perjudicial para los niños y todavía más para los bebés. Los fermentos intestinales que se requieren para la digestión de los alimentos feculentos no se segregan hasta que el niño tiene aproximadamente un año de edad; y estos fermentos no son tan fuertes como en los adultos hasta que pasen algunos años. Todos los alimentos feculentos dependen de estos fermentos intestinales (enzimas) para la digestión, mientras que los dátiles, higos, etc., son más nutritivos que el pan y los cereales, y se digieren fácilmente obteniéndose un mayor nutrimento de las frutas ya que están listas para absorberse y asimilarse en cuanto se comen." Respecto al ayuno en el caso de los niños el Dr. Shelton afirma, "...aunque actuando siempre bajo las directrices higienistas adecuadas con su hijo, haga todo lo que pueda para dejar que recursos tan naturales como el descanso, la paz y la tranquilidad restauren al salud del niño si se encuentra mal o está enfermo -o incluso si es sólo cuestión de cuánto quiere comer. "Porque la sabiduría instintiva del bebé o del niño en tales casos puede ser mucho mayor de lo que posiblemente podríamos adivinar." AYUNO DURANTE EL EMBARAZO
El embarazo es un proceso biológico normal que no debería ir acompañado de dolores, molestias o cualquier otra condición anormal. En su estado natural, los animales no tienen náuseas y vómitos durante el embarazo. Se dice que las mujeres primitivas no experimentaban molestia alguna durante el embarazo. Esto indica que "las náuseas" y los vómitos no son desarrollos normales durante el embarazo. Si una mujer sufre de náuseas y vómitos, no es debido al embarazo sino a la toxicosis que se desarrolló durante un periodo de tiempo antes de su embarazo. El cuerpo intenta proporcionar las condiciones ideales al feto en desarrollo. Por lo tanto inicia "una limpieza interna" para eliminar toxinas que harían que estas condiciones fueran todo menos perfectas. Muchos cambios tienen lugar en el cuerpo de una mujer durante el embarazo. Glándulas largo tiempo dormidas se activan. Todo su cuerpo experimenta un proceso de fortalecimiento y renovación. Si una mujer ha estado viviendo de forma sana, no habrá rastro de síntomas desagradables. Si es necesario un trabajo de renovación, entonces lo mejor es ayunar. Un ayuno de unos pocos días (no se deben hacer ayunos más largos durante el embarazo) permitirá al cuerpo deshacerse de las toxinas y proporcionar un entorno agradable para el feto. Después del ayuno, si se lleva un estilo de vida sano, la salud se mantendrá a lo largo de todo el embarazo. QUIÉN NO DEBERÍA AYUNAR
Como el Dr. Shelton señala, los peligros del ayuno son tan tenues que casi son despreciables o insignificantes. Enumera varias contraindicaciones en las que el ayuno no está indicado: 1. Miedo al ayuno por parte del paciente: Es mejor educar al paciente sobre cuál es el fin del ayuno y qué esperar durante el ayuno. Déjele que lea algo sobre el ayuno y sobre las experiencias de otras personas. Una vez que sus temores se hayan calmado, puede comenzar a ayunar. Además el propio ayuno disipirá esos temores. 2. Delgadez extrema: Las personas que están muy delgadas puede hacer ayunos cortos con beneficios seguros. Cuando estas personas ayunan, es más acertado que los ayunos sean cortos y esto significa romperlo antes de que el hambre vuelva. Pero con un estilo de vida apropiado entre los ayunos estas personas pueden recuperar la salud. El Dr. Shelton opina que es únicamente a través del ayuno que dichos individuos pueden recobrar la salud. 3. En casos de extrema debilidad o de extrema degeneración: Incluso en estos casos los ayunos cortos a menudo resultan muy beneficiosos pero deben supervisarse. En las últimas etapas del cáncer, incluso un ayuno largo no hará que se recobre la salud, pero quizás pueda aliviar algunas de las molestias o alargar la vida unos pocos días más. 4. En casos de riñones inactivos acompañados de obesidad: Se dice que en tales casos, los tejidos pueden romperse más rápido de lo que los riñones son capaces de eliminarlos. El Dr. Shelton ha puesto en ayuno a individuos obesos con riñones inactivos con éxito. La mayoría de
las veces los riñones están enervados debido a las dietas altas en proteínas y a otros abusos dietéticos y precisamente lo que necesitan es descansar. El ritmo de ruptura de los tejdios no es más rápido de lo que el cuerpo puede manejar. 5. Respiración dificultosa: Si la respiración es dificultosa es debido a un deterioro cardiaco, el ayuno debería vigilarse estrechamente y si el corazón muestra señales de debilidad, el ayuno debería romperse. Sin embargo, el Dr. Shelton dicen que él ha puesto en ayuno muchos casos con resultados beneficiosos. AYUNAR EN LAS CARENCIAS
La mayoría de las supuestas enfermedades carenciales no son debido tanto a una falta de nutrientes esenciales como debido a la incapacidad para absorber y utilizar esos nutrientes. Ayunar permitirá al cuerpo eliminar toxinas, restaurar la energía vital, y reajustarse y realinearse de modo que todos los nutrientes disponibles puedan ser utilizados de forma eficiente. Si después de un ayuno se sigue una dieta sana, no surgirán carencias. De hecho, se sabe que algunas deficiencias vitamínicas y minerales se corrigen solas durante el ayuno aunque no se tomen alimentos. El cuerpo se normalizará durante el ayuno y utilizará los nutrientes almacenados. TERCERA PARTE CUÁNTO, CUÁNTAS VECES AYUNAR VS. INANICIÓN
Hay una diferencia entre el ayuno y la inanición. La inanición se produce como consecuencia de negarle alimento a una persona cuyas reservas se han agotado, y, en sus etapas extremas, conducirá a la muerte. El ayuno, por otro lado, es un periodo de descanso y renovación, con la posibilidad de obtener beneficios notables, en el que el cuerpo utiliza sus propias reservas almacendas como alimento. No estamos tan interesados por cuánto tiempo tarda un hombre en morir por falta de alimento como por cuánto tiempo puede estar sin comer alimento alguno sin peligro y provechosamente. Algo más de tres meses son los ayunos más largos que han sido registrados en el hombre y en todos ellos los individuos tenían exceso de peso. El hombre de un peso moderado no debería ayunar tanto tiempo ya que no necesitaría un periodo de tiempo tan prolongado. Se dice que un adulto bien nutrido puede permanecer vivo entre cincuenta a sesenta días sin alimento, con tal de que, desde luego, tenga agua. Cientos de ayunos más largos han sido registrados y la mayoría de ellos han sido de gran provecho para los ayunadores. LA EVOLUCIÓN DETERMINA LA DURACIÓN DEL AYUNO
El organismo necesita tiempo para hacer su "limpieza interna." Si fijaramos
arbitrariamente un límite de tiempo para este importante trabajo, nos interpondríamos en el camino de la recuperación. La mejor manera de determinar la longitud del ayuno es dejarse guiar por las evoluciones. No es posible saber de antemano cuánto tiempo tardará en curarse una úlcera de estómago, o cuando un asmático se recobrará por completo. Puesto que no es aconsejable romper el ayuno por adelantado para que se produzca una curación completa, debe guiarse por ciertos signos. Cuando los síntomas desaparezcan, es una señal favorable, pero sigue sin indicar que el ayuno tenga que romperse. Una de las indicaciones más seguras es un lengua limpia, un aliento dulce, y la vuelta del hambre. Esto puede ocurrir tras dos días o dos meses o más tiempo dependiendo del individuo. De vez en cuando, es necesario romper el ayuno antes de que estas señales se manifiesten. Una descenso repentino en la presión sanguínea; un pulso rápido, débil e irregular; una dispnea (dificultad en respirar) molesta pueden indicar que el ayuno debe romperse. La actitud del paciente y su estabilidad emocional son factores que no pueden ignorarse. Si el paciente no quiere continuar el ayuno o se vuelve excesivamente preocupado o ansioso, el ayuno puede tener que finalizarse. Aunque siempre es mejor continuar el ayuno hasta su término natural, romper el ayuno bajo tales condiciones no perjudicará con tal de que la alimentación posterior al ayuno sea adecuada. Después de un tiempo, se puede hacer una segundo ayuno con resultados beneficiosos. La lengua y el aliento
Poco tiempo después de iniciarse un ayuno, la lengua se pone saburrosa y puede permanecer en ese estado a medida que el ayuno avanza. Esta capa blanquecina persistirá durante el ayuno hasta que empieza espontáneamente a limpiarse sola. Mientras el cuerpo esté eliminando toxinas de forma activa, la lengua permencerá saburrosa, pero cuando esta eliminación empiece a descender, la lengua se aclarará y pemanecerá limpia. El Dr. Hereward Carrington dice, "Poco tiempo antes de que el hambre se restablezca, este proceso de limpieza de la lengua comienza y continua hasta que la lengua está perfectamente limpia, adoptando un hermoso tono rosado-rojo -que raras veces o nunca se ve en el hombre o mujer normales; y el término de este proceso de limpieza de la lengua coincide absolutamente con el establecimiento del hambre y de la salud." Carrington sostenía que este estado saburroso de la lengua indica el estado de la membrana mucosa a lo largo del canal alimentario puesto que esta membrana está estrechamente interrelacionada y conectada. Me gustaría añadir que este estado de la lengua no sólo es una indicación de las membranas mucosas de los intestinos sino también de la salud de las membranas mucosas a lo largo de todo el cuerpo. Si el ayuno se rompe antes de que la lengua se limpie, la lengua se limpiará después de reanudarse la alimentación. Esto indica que la eliminación se ha detenido, pero no significa necesariamente que la eliminación se haya completado. Siempre que sea posible es mejor ayunar hasta el final.
El aliento también es una indicación de eliminación de desechos tóxicos. Aunque el aliento pueda ser mal antes del ayuno, áun lo será más durante el ayuno . Este olor peculiar del aliento continua durante el ayuno y sólo se vuelve dulce cuando el ayuno está listo para romperse después de que la eliminación ha cesado. El Dr. Carrington asocia el mal aliento a la eliminación a través de los pulmones. Dice, "Precisamente al mismo tiempo que la lengua se pone más saburrosa -inmediatamente después de comenzar el ayuno-hay una marcado incremento en la fetidez del aliento, clara evidencia de que los pulomones están ayudando a la rápida eliminación de todas las toxinas del sistema a la velocidad más rápida posible." Las dos condiciones anteriores sirven como una guía única y constante para el estado del paciente que ayuna. CUÁNTAS VECES
Respecto a cuántas veces ayunar, de nuevo debemos decir, confíe en su instinto. Cuando el hambre desaparezca o cuando aparezcan síntomas agudos, es necesario un ayuno. Es importante comprender que el ayuno es un instrumento que permite al cuerpo redirigir sus poderes curativos donde sean necesarios. No es una "cura." No debería usar el ayuno como una muleta en la que apoyarse cada vez que eliga vivir de forma insana entre ayunos. Ayunar no es sino una parte del estilo de vida para mantener la salud. Entre ayunos, se deben cumplir el resto de los factores para estar sanos. Esto incluye alimentos y agua adecuados, ejercicio, sol y aire puro, descanso y sueño, y equilibrio emocional. RESUMEN
Debería confiar en sus instintos respecto a cuándo y a cuánto tiempo ayunar. Es decir, ayunar cuando sea necesario. Tan pronto como los síntomas agudos de la enfermedad aparezcan, es hora de ayunar. La duración del ayuno viene determinada por la evolución y no debería fijarse de antemano. El ayuno es una herramienta útil tanto en las crisis de las enfermedades agudas como en las crónicas. Si se utiliza en este momento, el cuerpo usará esta energía vital liberada para comenzar su trabajo de curación y reparación. Apenas hay nadie que no pueda ayunar al menos por un breve espacio de tiempo. El ayuno se ha empleado con éxito en niños, durante el embarazo, durante la salud y la enfermedad con grandes beneficios. La frecuencia del ayuno viene determinada según la necesidad pero muchas personas piensan que es útil ayunar un día a la semana a pesar de la ausencia de síntomas evidentes. Ayunar es el método más seguro, más rápido y más sano de recobrar la salud. PREGUNTAS SOBRE LA LECCIÓN
PREGUNTA: ¿Sufre todo el mundo crisis violentas durante el ayuno?
RESPUESTA: Las crisis desagradables sólo ocurren en un porcentaje pequeño de casos. Todo el mundo puede ayunar durante algunos días sin molestias. Según el Dr. Shelton, la mayoría de los ayunadores que hacen un ayuno largo no experimentan más crisis que las que suelen experimentar durante las actividades normales de la vida. Gran parte del trabajo de la excreción se lleva a cabo en silencio y sin la producción de crisis problemáticas. En el cuerpo humano, los órganos excretores son los encargados de expulsar los desechos y sustancias extrañas que pueden conseguir entrar en el cuerpo. Continuan haciendo esto, generalmente de forma más eficaz, durante el ayuno. PREGUNTA: ¿Puede ayunar la gente mayor? RESPUESTA: Las personas mayores pueden ayunar con resultados beneficiosos si se hace bajo supervisión. El Dr. Shelton ha conducido numerosos ayunos en hombres y mujeres cuyas edades oscilaban entre los sesenta y cinco y los ochenta y cinco. Muchos de estos pacientes hicieron ayunos largos de treinta a cuarenta días. PREGUNTA: ¿Podría revisar la filosofía básica del ayuno? RESPUESTA: El Dr. Shelton trazó las líneas generales de cuatro hechos importantes sobre el ayuno: 1. El ayuno, como un periodo de descanso fisiológico, permite a los tejidos y órganos del cuerpo una oportunidad para repararse, renoverse y reabastecerse. Los órganos dañados pueden repararse; las células gastadas y enfermas son eliminadas. 2. El ayuno, como un periodo de descanso fisiológico, permite una oportunidad para la recuperación de la energía perdida. 3. El ayuno, debido a que obliga al cuerpo a depender de sus recursos internos, fuerza el desgarramiento (mediante la autólisis) de las excrecencias, derrames, infiltraciones, depósitos, acumulaciones y excesos. Estos son reparados por completo. empleando sus constituyentes utilizables para nutrir los tejidos vitales y excretando sus porciones inutilizables. 4. El ayuno, mediante los procesos precedentes y afines, permite al cuerpo regenerarse hasta cierto punto. Se vuelve más joven en cuanto a su estado fisiológico. Sus funciones mejoran, sus estructuras se reparan y sus ganas de vivir se incrementan PREGUNTA: He oído que el ayuno tiene un efecto rejuvenecedor. ¿Es cierto? RESPUESTA: Sí, es cierto. El cuerpo se regenera constantemente. Esta renovación diaria de las células y los tejidos retrasa el envejecimiento y la muerte prematura a pesar de los abusos a los que la mayoría de las personas someten a sus cuerpos. El ayuno permite que los procesos de renovación aventajen a los procesos de degeneración y el resultado es un mayor nivel de salud. La regeneración de los músculos, tejidos y huesos es posible a través de este método. Durante el ayuno, realmente podemos desgastar parte del cuerpo y después reconstruirlo y renovarlo. El efecto rejuvenecedor sobre la piel es visible. Líneas, arrugas, pústulas, granos, y descoloraciones desaparecen. La piel se vuelve más joven, adquiere un color mejor y una
textura mejor. Los ojos se aclaran y se vuelven más brillantes. Parecemos más jóven. El rejuvenecimiento es evidente a lo largo de todo el cuerpo. TEXTOS COMPLEMENTARIOS CUÁNDO AYUNAR por el Dr. Herbert M. Shelton (Reimpreso de Eating for Renewal of Life)
LLamado la "cura del hambre" por los sanadores europeos y muchos de los primeros higienistas, el ayuno ha demostrado "a lo largo de una gran experiencia," como el Dr. Robert Walker lo expresa, "...que una cura moderada de hambre es sumamente beneficiosa en la gran mayoría de las enfermedades. De hecho, en muchas de ellas la capacidad para ingerir los alimentos está totalmente destruida, la sóla idea de pensar en eso llega causar repugnancia al individuo." "Descansar y la cura del hambre," Walter lo consideraba como el tratamiento adecuado" para aquellos que trabajaban en exceso y comían en exceso. Señaló que cuando había un deterioro funcional, la lengua saburrosa, y mal aliento, no debería ingerirse ningún alimento. Cuando se sienta mal, deje de comer hasta que se sienta bien, aconsejaba. Kittridge dice, "Si una persona tiene una lengua saburrosa, aliento fétido y mal sabor de boca, no cabe duda de que un ayuno le haría bien -con apetito o sin apetito." Es necesario un buen juicio, escribía Kittridge, para determinar cuando poner a una persona que todavía tiene "apetito" a ayunar. "Cuando no tiene ganas de comer," continúa, "ningún hombre sensato pensará en comer o en dar a otros de comer." Es un error pensar que ese alimento es una necesidad diaria bajo tales circunstancias. Alimentar constantemente a un estómago irritado es como golpear a un hombre cuando está en el suelo. Intentar forzar constantemente al estómago cuando lo que más necesita es descansar como el resto del cuerpo es invitar al desastre. No es extraño encontrar a enfermos cuya enfermedad es debida principalmente a ser alimentados en exceso por sus médicos en un intento por efectuar una cura. Vemos a personas que gradualmente mueren de desnutrición mala asimilación, inanición-a pesar del hecho de que comen todos los días. Vemos como los médicos urgen a los inválidos a comer alimentos que serían excelentes para una persona sana; pero el paciente, haciendo todo lo que puede por obedecer las instrucciones del médico continúa desperdiciándolos. Carece de la facultad para digerir el alimento. El médico necesita saber que comer continuamente en tales condiciones puede matar. Si comer no previene la enfermedad, ¿Cómo alimentar más a una persona restablecerá la salud? ¿Cómo puede ser útil sobrealimentarse? El ayuno es útil sólo debido a un estilo de vida inapropiado. Es mejor vivir correctamente que cometer excesos y después tener que ayunar. También es mejor hacer un ayuno corto antes que permitir llegar a un estado en que no quede más remedio que hacer un ayuno largo. Si un ayuno se hace en los primeros signos de la enfermedad, quizás diez días serán bastantes. Si,
después de años de sufrir y de una considerable pérdida de peso, un hombre puede ayunar sin peligro durante más de cuarenta días, seguramente un ayuno más corto hubiera sido bien soportado al principio. En el artículo publicado en The Hygienist en junio de 1921, el Dr. R.R. Daniels de Denver, Colorado, dió un expresión un punto de vista que apoyado por muchos y que algunos círculos todavía apoyan. Decía: "...el enfermo debería ayunar sólo cuando el sistema es incapaz de ocuparse de los alimentos...Siempre en el caso de la enfermedad aguda cuando tenga fiebre, o cuando en la ausencia de hambre el paciente está sufriendo un "shock"... En la enfermedad sin fiebre pero en la que el apetito se ha perdido por completo o cuando los órganos de la digestión están enteramente incapacitados... en el caso de molestias frecuentes en la digestión y en la eliminación debido a la sobrealimentación en la que el apetito se pierde temporalmente... Excepto por las 'tormentas' ocasionales acompañadas de dolor intenso u otras molestias que inhiben la digestión hasta el punto de que es imposible ocuparse del alimento, el ayuno no es el mejor tratamiento para la enfermedad crónica. Aunque en la enfermedad crónica, la capacidad para ocuparse del alimento siempre está dañada, a menudo muy dañada, sin embargo generalmente hay algunos alimentos que pueden ser digeridos y utilizados, y se les debería dar... el ayuno debería usarse sólamente cuando la enfermedad está presente hasta el punto de que la digestión está suspendida..." El Dr. Henry Lindlahr (Chicago) de Nature Cure compartía esta opinión. Sostenía que el ayuno debería emplearse sólamente en la enfermedad aguda y durante las crisis que surgen en la enfermedad crónica. Muchos otros han aceptado este punto de vista, a pesar del hecho de que, incluso en aquellos miles de casos de enfermedad crónica que se quejan de falta de apetito, y que todo lo que comen les causa sufrimiento, tienen la capacidad para digerir algunos alimentos. El Dr. Daniels opinaba que en la enfermedad crónica "si la alimentación se limita únicamente a los alimentos que pueden ser utilizados, la enfermedad crónica puede ser eliminada con más rapidez y la nutrición fortalecerse más rápido que con el ayuno." Aunque frecuentemente empleó y aconsejó el ayuno en condiciones en las que hay una considerable capacidad digestiva, Tilden a menudo tenía opiniones afines a las de Daniels y Lindlahr. Por ejemplo, una vez escribió que, excepto bajo ciertas circunstancias (circunstancias que son relativamente raras) no creía en los ayunos largos. Luego añadía: "Es mejor adoptar una dieta racional y apropiada y esperar de uno a dos y tres años para adoptar una dieta normal." Su mismo lenguaje implica que un estado normal puede lograrse antes por el uso del ayuno, aunque piensa que el método más lento es preferible. Estoy totalmente en desacuerdo con esta opinión. Soy plenamente consciente de que es necesario más tiempo para la evolución de la buena salud si el ayuno no se emplea en preparación a y para el inicio de un nuevo estilo de vida, pero sé que no existe ninguna razón válida por la que uno debería contentarse con tardar tanto tiempo cuando, con el ayuno, puede acortar sin peligro y de forma provechosa el tiempo necesario. ¿Debemos esperar siempre al desarrollo de una crisis severa antes de sacar partido de las ventajas de un periodo de abstinencia? ¿Debemos negarnos los beneficios que se acumulan tras un periodo de descanso fisiológico simplemente porque no tengamos fiebre o dolores severos? ¿O podemos ayunar a intervalos y prevenir la evolución de un estado del cuerpo que necesita una crisis? Me parece que esto último sería un plan más sensato.
Con este fin la práctica, muy antigua pero seguida por muchas personas hoy en día, de ayunar un día cada semana, raras veces es adecuada. Los antiguos arios se abstenían de toda clase de alimentos y bebidas un día a la semana; los mongoles ayunaban cada deiz días; los zoroastras rechazaban toda clase de alimentos cada cinco días; la Biblia menciona la práctica entre algunos de los antiguos judíos de ayunar una vez a la semana. Sin duda todo esto es benficioso, pero nuestro punto de vista actual es que un día de ayuno a la semana carece de suficiente valor acumulativo para ser adecuado para satisfacer las necesidades del enfermo crónico. Daniels dice, "Saltarse una comida o dos cuando estamos 'pachuchos' o nos encontramos mal... es mucho más útil que ayunar. Una lengua saburrosa, falta de apetito y falta de vigor y de energía generales significa que debería saltarse una comida o dos y dar al cuerpo la oportunidad para sanarse. Este simple tratamiento evitará frecuentemente ataques de enfermedades graves." De este modo, aunque está de acuerdo en que el ayuno puede emplearse como un medio para impedir la evolución de las crisis, limita su uso rigurosamente. Soy de la opinión de que la regla que da para determinar la longitud del ayuno debería aplicarse al enfermo crónico y al enfermo de enfermedades agudas. Al hablar sobre cuánto tiempo debería ayunar, dice: "Esta es una pregunta difícil de responder de una manera general puesto que cada caso dicta sus propias leyes. Una cosa sí es cierta, sin embargo: para obtener mejores resultados, no se debe tomar alimento hasta que se haya recuperado la capacidad de digerir y de nutrirse. Los que tienen fiebre no deberían tomar alimentos hasta que la fiebre haya bajado por completo. En ese momento, el apetito volverá y la lengua estará limpia y húmeda, indicando que los fluidos digestivos están presentes en el estóamgo y los intestinos. En general, un ayuno debe prolongarse en casos adecuados para el ayuno hasta que las condiciones anteriores de la lengua y el apetito prevalezcan, hasta que el paciente no tenga molestias, y hasta que pueda tomar, sin moletias, los alimentos mencionados en el parráfo anterior." Si el enfermo crónico tiene un mal apetito o no tiene apetito, si la lengua está saburrosa, su gusto amargo, si el aliento huele mal y en general no se siente bien, si tiene dolores y molestias, o si a menudo es expresa así: "Nada de lo que como parece sentarme bien," ¿por qué no ayunar de una vez y no esperar a la evolución de una crisis? Si el cuerpo ofrece indicaciones de que ha aceptado la oportunidad ofrecida de descansar y de hacer limpieza interna, ¿qué necesidad hay de limitar arbitrariamente la duración del ayuno? DESCANSO FÍSICO por Dr. Herbert M. Shelton (Reimpreso de Fasting for Renewal of Life)
Normalmente decimos que las actividades de un organismo deberían ser proporcionales a su ingesta nutritiva y, teniendo esto en cuenta, no deberíamos tener dificultad alguna en comprender que cuando dejamos de ingerir alimentos, habrá alguna reducción de la actividad física -aunque no se determine inmediatamente la cantidad de esa reducción. En general, opinamos que el ayunador debería descansar -física, sensorial y mentalmente.
En este punto pensamos más en las necesidades del enfermo que en las necesidades del organismo que ayuna. Es el individuo profundamente enervado quien necesita descansar. Cuanto más se relaje y descanse, más rápida será su recuperación y más eficaz serán los procesos de reparación que tienen lugar en su cuerpo. El individuo relativamente sano, que tiene exceso de peso y que está ayunando para reducir peso sin duda pertenece a otra categoría distinta al hombre o mujer enfermos y débiles, que ayunan para rejuvenecer fisiológicamente. Esto, creo, ilustra bien un principio que quiero recalcar en este momento: a saber que cualquier regla que podamos establecer para la conducción de un ayuno es general y debe adaptarse al ayunador individual. Insistir en que todos los ayunadores sigan las mismas reglas es ignorar los diversos factores individuales que hacen posible o necesarias ciertas modificaciones del programa del ayuno que se ajusten a las necesidades y condiciones individuales. No podemos tratar a la gente como si fueran réplicas exactas unos de otros y como si la condición de uno fuese idéntica a la condición del otro. El propósito principal del descanso es la conservación y recuperación de energía. No pretendo saber qué es la "energía vital" ni su origen. Creo que un conocimiento de esto no es esencial para comprender nuestro tema. No sabemos bien lo qué es el sueño, que es la forma más completa de descanso (durante el sueño, el descanso de la mente y los sentidos es más completo al igual que la relajación física), es un periodo de recuperación y reabastecimiento. El descanso y relajación en un lugar tranquilo, sin preocupacioes ni ansiedades en la mente, pero en un estado de vigilia, es casi igualmente un periodo de recuperación y de reabastecimiento. El descanso y el sueño son los grandes procesos representativos, recuperativos y reconstituyentes de la naturaleza; la actividad y la excitación son los grandes procesos representativos del gasto. El descanso no significa una suspensión completa de todas las actividades de la vida, como en periodos de animación suspendida. De hecho, durante el sueño, algunas de las actividades más esenciales del cuerpo se siguen llevando a cabo de forma más activa. Cuando, en Life's Great Law, el Dr. Walter afirmó que el éxito del esfuerzo del organismo vivo es inversamente proporcional al grado de su actividad, tenía en mente sólo algunas de las formas más obvias de actividad. El hecho es que, el éxito del esfuerzo del organismo es directamente proporcional al grado de su actividad en ciertas funciones básicas. Observe los procesos de crecimiento y reparación que son llevados a cabo de forma muy activa durante el sueño. Cualquiera que sea lo que pueda significar el reabastecimiento, en el análisis final, es un proceso que se lleva a cabo más rápidamente durante el sueño. Puede ser correcto decir que las actividades anabólicas (es decir, los procesos de síntesis) de la vida son más eficientes durante este periodo. Estoy completamente de acuerdo con el Dr. Daniels cuando dice que "el descanso del ejercico físico es necesario cuando se ayuna por cualquier espacio de tiempo," pero sólo cuando el individuo que ayuna está enfermo. Dice que "a menos que el hombre de un vigor intermedio esté realmente enfermo puede pasarse sin alimentos durante veinticuatro horas y continuar su trabajo usual, pero si su estado es tal que debe prescindir de los alimentos más tiempo, debería descansar por completo." También hace una distinción entre el individuo sano y el individuo enfermo. De nuevo estoy de acuerdo en que "si el ayunador tiene fiebre debería acostarse y permanecer acostado hasta que la temperatura sea normal y la digestión se haya normalizado." Cuando de nuevo hace hincapié en la necesidad de descanso, dice, "el hombre que no
posee un vigor físico medio no debería saltarse más de una comida sin dejar su trabajo habitual y descansar," puede exagerar la necesidad del descanso mientras se ayuna. Saltarse dos o tres comidas sin acostarse y descansar no tiene efectos catastróficos sobre el enfermo crónico medio. Es cierto que no proporciona los beneficios que el ayuno acompañado del descanso provee. Estoy de acuerdo con que "la idea de que el hombre debería arreglárselas sin alimento durante largos periodos de tiempo y seguir con su trabajo habitual, o abusar de los paseos por el campo, y otras proezas atléticas, es del todo equivocada." A principios de este siglo, cuando el Dr. Daniels escribía, muchos entusiastas del ayuno lograron proezas que requerían esfuerzos extraordinarios mientras ayunaban. Un poco después, el corredor de maratón y hombre de vigor y resistencia, Geroge Hasler Johnson, intentó ir andando desde Chicago a New York mientras ayunaba. Estas hazañas de fuerza física y resistencia son de un valor tremendo para demostrar los recursos y posibilidades del organismo humano y nos suministran una base de confianza cuando hacemos un ayuno, pero carecen de sentido en cualquier plan racional del cuidado del hombre o mujer enfermos. Descansar mientras se ayuna no sólo proporciona un mayor bienestar sino que acelera los procesos de recuperación. Es importante que tengamos en cuenta que el hombre enfermo está enervado y que el descanso es el medio de la recuperación. KILOS QUE DESAPARECEN por Dr. Herbert M. Shelton (Reimpreso de Fasting Can Save Your Life)
El gran negocio de perder peso, control de la silueta, programas para perder peso cómodamente y programas similares ha dado lugar a una de las grandes industrias de nuestra época. Todo el mundo se considera un experto. Las dietas novedosas hacen estragos unos pocos meses y después aparece otra dieta maravillosa. Esta semana es una dieta de helados. La siguiente es de plátanos. La semana después es una dieta de proteínas, nada excepto solomillos jugosos. ¡Coma y adelgace! El exceso de peso se está convirtiendo en problema cada vez más complicado, no sólo para los hombres y mujeres adultos, sino también para los niños. Varios hechos son responsables de esto, pero, en general, podemos decir que la mayor abundancia de alimentos, junto con el aumento en los ingresos de los norteamericanos, por otro lado, y los cambios en el trabajo resultados de un acortamiento de la jornada laboral, acortamiento de la semana laboral, el transporte moderno, y los muchos aparatos que ahorran y quitan trabajo a los hombres y las mujeres, han dado lugar a un aumento de peso. Justo en una época en la que la reducción de la jornada laboral ha disminuido nuestra necesidad de alimentos, una mayor producción, un incrmento en la palatabilidad de los alimentos de forma artificial, y mayores ingresos han servido para aumentar el consumo de alimentos. Los higienistas son realistas. Nada puede evitar el hecho de que la forma más rápida, más segura y más sana de perder peso sea mediante el ayuno, y la forma más segura de mantener el
nivel de peso adecuado sea no volver a los hábitos alimenticios erróneos. El decepcionante método lento de perder peso "poniéndose a dieta" raras veces tiene éxito por la razón de que es un proceso largo y duradero que requiere más autocontrol y un periodo de control mucho más largo del que la persona media es capaz de soportar. Un resultado típico de esos programas es que, después de un breve periodo de tiempo, durante el cual se pierden unas pocas libras, el individuo obeso vuelve a su antiguo hábito de comer en exceso y recupera todo el peso perdido, y a menudo libras adicionales. Sólo en raras ocasiones es posible encontrar a un individuo obeso que sigue una dieta reductora durante un periodo de tiempo prolongado. Para empezar, como he declarado en muchas conferencias, y continuaré recordando al lector, no ayune por su cuenta sin la guía de un experto en el campo de supervisar ayunos. Aunque el ayuno es perfectamente seguro como medida para recuperar la salud y para reducir peso, el complejo organismo humano está involucrado en el proceso, y debería ser vigilado y dirigido en todo momento por una persona cualificada que sepa lo que puede esperar, qué indicaciones problemáticas hay que observar durante el ayuno. ¿Cuánto puede esperar perder? El índice de pérdida varia con el individuo, pero la media para un ayuno oscila alrededor de dos a una libra y media al día. ¿Es está un pérdida de peso segura? Mientras sea supervisada y somtida a los controles necesarios y el descanso sea apropiado y constante. Permítame que cite brevemente las ventajas más sorprendentes que ayunar para reducir el peso posee: 1. Durante el ayuno la pérdida de peso es segura y rápida. 2. El ayuno es mucho más agradable que la dieta reductora: desaparece el deseo fastidioso de comer. 3. Se puede perder peso sin que la piel ni los tejidos se queden flaccidos o flojos. Sin embargo, esto no es cierto en el caso de las personas mayores. Cuando el individuo con exceso de peso experimenta una notable reducción de peso, se producen inmediatamente varias indicaciones que demuestran que su salud ha mejorado: 1. La respiración es más fácil. 2. Hay una mauor facilidad de movimientos. 3. Desaparece "esa sensación de fatiga." 4. Desaparición de una sensación de saciedad y molestias en el abdomen. 5. Los síntomas de indigestión dejan de molestar. 6. Otras molestias desaparecen.
7. La presión sanguínea se reduce y la carga que el corazón tiene que llevar disminuye. Todas estas pruebas de los beneficios son evidentes, pero las mejorías normalmente no guardan proporción con la pérdida de peso, indicando así que la reducción de la cantidad de alimento ingerido ocasionaron una mejora en la salud. Hay toda clase de razones para pensar en que la ingesta considerablemente reducida de azúcar, almidones, y grasas y la reducción global de la cantidad de alimento ingerido son beneficiosas. En 1962, una mujer empezó a ayunar para reducir peso bajo mi supervisión. Al final me dijo: "Ha sido una experiencia sorpredente -el placer de ver las libras derritiéndose. Nunca ví desaparecer la grasa tan rápido." Otra mujer hizo la siguiente observación después de hacer un ayuno de quince días para bajar de peso: "Estaba en un balneario bien publicitado. Me pusieron a una dieta de setecientas calorías al día. Estaba hambrienta todo el tiempo. Este ayuno ha sido un placer." Una tercera mujer dijo que después de una semana de ayuno para perder peso: "Esta ha sido la experiencia más extraordinaria de mi vida. He disfrutado de este ayuno y de este descanso. Nunca supe antes que la gente ayunara, pero lo he disfrutado." ¿Son estas expresiones típicas? Difícilmente. El ayuno no es siempre la agradable experiencia que estas mujeres pensaron que era, pero raras veces es lo bastante desagradable como para justificar su interrupción hasta que se haya alcanzado el objetivo. Y frecuentemente es una experiencia mucho más agradable de la que mucha gente tiene con sus hábitos dietéticos diarios. En muchas condiciones de la vida, después de comer se tienen molestias e incluso dolores de verdad. En estos estados, el ayuno a menudo es un alivio tan grande que se convierte en una alegría. Observar como se derrite la grasa al ritmo de dos a cuatro libras al día siempre produce una gran satisfacción. Perder diecinueve libras en una semana es una experiencia muy agradable (hay excepciones en las que la pérdida de peso no es tan grande) durante los primeros días del ayuno. El ritmo de la pérdida no es uniforme y hay periodos en los que la báscula no registra ninguna pérdida durante un día o dos. La rápida pérdida de peso registrada al principio del ayuno no continua durante todo el ayuno largo. No sólo hay seguridad en ayunar para perder peso, también hay una tranquilidad mayor que al hacer dieta. Una razón de esto es que a diferencia de casi todas las personas que hacen dieta, el ayunador no está hambriento todo el tiempo. Sus papilas gustativas no le están tentando constantemente. El flujo de jugos gástricos no está activado continuamente. El ayunador puede experimentar algún deseo de alimentos durante el primer o segundo día del ayuno o puede no desear alimentos en absoluto. El hambre disminuye generalmente al final del tercer día. Y a menos que el ayuno se rompa por alguna razón, el ayunador puede seguir sin experimentar debilidad o hambre. Expongo estos hechos a raíz de mi propia experiencia personal pero también están verificados por la investigación. Dos series de experimentos llevados a cabo por médicos en hospitales acreditados, han desarrollado pruebas empíricas suficientes para satisfacer al
experimentador científicamente de que el ayuno no sólo es una forma segura y rápida de reducir peso sino también la manera más cómoda de perderlo. Uno de estos experimentos fue llevado a cabo por el Dr. Lyon Bloom en el Hospital Piedmont de Atlanta, Georgia, donde condujo una larga serie de experimentos sobre el ayuno para reducir peso. Esto fue reforzado por el doctor en medicina Garfield Duncan de la Universidad de Pennsilvania que está considerado como una auoridad en la reducción de peso y cuyos tests independientes incluyen los descubrimientos y las conclusiones de Bloom. Estos dos investigadores médicos descubrieron que los hombres que ayunan pierden una media de 2.6 libras al día, mientras que las mujeres que ayunan pierden una media de 2.7 libras al día. Tanto Bloom como Duncan confirman que los ayunadores no estaban hambrientos. Al contrario, informaron de una sorprendente ausencia de hambre sin ninguna tensión mental o física aparente. Uno de los ayunadores comentó: "Jamás me había sentido mejor en toda mi vida." Una mujer que ayunaba, tras caurenta y ocho horas sin alimentos, informó de que no estaba ni la mitad de hambrienta como solía estarlo después de saltarse una sola comida. Cita el resumen de los experimentos de Bloom: "La preocupación actual de comer a intervalos regulares conduce a la creencia errónea de que el ayuno es desagradable." Más adelante afirma. que, en su opinión, como resultado de los descubrimientos de estos tests, el ayuno es bien tolerado por el sistema humano con tal de que pueda beber agua. En las últimas series de experimentos, Bloom permitió a un ayunador estar cuatro semanas consecutivas sin alimentos, sin ningún efecto negativo. Al leer su informe de experimentos en la 11ª Reunión Anual de la Asociación Médica Americana, Duncan declaró: "aunque los periodos cortos de ayuno total puedan parecer crueles, este método de reducción es maravillosamente bien tolerado." Añadió que tenemos pruebas de que estas personas obesas disfrutaron plenamente los periodos de ayunos totales, debido probablemente en parte a su júbilo al ver que el hambre no es un problema mientras las reducciones importantes de peso se están produciendo. Los dos hombres informaron que en los ayunos más largos la pérdida de peso se niveló a cerca de una libra al día. Bloom afirmó que el ayuno también ha resultado ser un método extremadamente eficaz para el control del peso. En el individuo sano que está ayunando sólo para perder peso, no insisto que descanse en la cama sino que le permito que haga bastante ejercicio -incluso a veces le doy un curso prescrito de ejercicios físicos. Esto no incrementa el ritmo de la pérdida tanto como podría esperarse, pero ayuda a que los tejidos retengan el tono. La cantidad de ejercicio requerido para reducir peso sólo mediante el ejercicio es mucho más de lo que la persona media está dispuesta a hacer y más de lo que muchos de ellos debería soportar. Perder una libra de grasa requiere jugar veintitrés agujeros de golf, aserrar madera durante diez horas y media, montar a caballo aproximadamente cuarenta y tres millas. El ejercicio siempre tiene el peligro añadido de incrementar el apetito. Durante el ayuno debería ser controlado y usarse sólamente hasta el punto en que el asesor crea deseable para el individuo que pasa por el proceso del ayuno.
Aunque existen varios índices metabólicos, mi experiencia indica que la mayoría de la obesidad es debida, no a trastornos glandulares, sino a comer en exceso de forma habitual. La idea de que algunas persons todo lo que comen se transforma en grasa no es cierta. La auténtica verdad es que están comiendo no sólo más de lo que debieran, sino más de lo que realmente quieren. ¿Qué cantidad de peso es segura perder durante el ayuno? La respuesta es que puesto que el ayuno es la abstención total, el propio cuerpo decide qué ritmo de pérdida es adecuado. Cuando el tejido adiposo está blando y fofo, el peso generalmente se pierde rápidamente en los primeros días del ayuno. He visto pérdidas que van de cuatro a seis libras al día durante el ayuno. La pérdida de veinte libras en un semana no es del todo díficil en una gran mayoría de casos. Con aquellos que tienen un índice metabólcio muy bajo, el ritmo de la pérdida desde el principio del ayuno es lento - a veces incluso decepcionante. Déjeme reiterarle una vez más que cualquier ayuno de más de unos pocos días debería hacerse sólo bajo la supervisión experimentada. En todos los casos donde hay cualquier defecto orgánico o enfermedad crónica, como enfermedad cardiaca o deficiencia sanguínea, incluso el ayuno más corto debería ser supervisado. De nuevo permítame decir que no existe un peligro innato en ayunar sino que debe ser adecuadamente protegido contra el peligro de la manifestación de condiciones ocultas que podrían revelarse cuando no se toman alimentos. Cito esa posibilidad para dar el cuadro completo del ayuno. Dejeme asegurarle, lector, que dichos peligros son raros. Si el lector goza de buena salud, y sigue los procedimientos apropiados bajo una supervisión experimentada, el ayuno debería no sólo ser una manera de perder peso, sino una aventura estimulante y excitante, el principio de una nueva manera de pensar sobre uno mismo. ¿EL AYUNO CURA LAS ENFERMEDADES? por el Dr. Herbert M. Shelton (Reimpreso de The Science and Fine Art of Fasting) No proclamamos que el ayuno cure las enfermedades, sino simplemente que permite que el organismo se cure solo. ¿Qué hace entonces el ayuno? 1. Da a los órganos vitales un descanso completo. 2. Detiene la ingesta de alimentos que se descomponen en los intestinos y envenenan al cuerpo. 3. Vacía al tracto digestivo y se deshace de las bacterias putrefactivas. 4. Da a los órganos de eliminación una oportunidad para ponerse al día en su trabajo y favorece la eliminación. 5. Reestablece la química fisiológica normal. 6, Favore la desintegración y absorción de exudados, derrames, depósitos, tejidos "enfermos," y excrecencias anormales. 7. Rejuvenece las células, tejidos así como al cuerpo. 8. Permite la conservación y recanalización de energía. 9. Incrementa las capacidades digestivas y asimilativas. 10. Aclara y fortalece la mente.
11. Mejora el funcionamiento de todo el cuerpo. Cuando decimos que el ayuno no es una panacea ni una cura, no intentamos limitar su alcance o su campo de utilidad. De hecho, cuando más aprendemos de este elemento de la higiene de la naturaleza, vemos que es más útil. Como se usa como descanso y se emplea donde hay una gran necesidad de limpieza interna fisiológica, es efectivo en todas las enfermedades, incluso en la enfermedades carenciales, donde se piensa normalmente que muchos factores nutritivos son esenciales, el ayuno ha resultado ser muy útil. De este modo, lo que puede parecer en la superficie como un recurso indiscriminado al ayuno, resulta ser, trás un análisis, no más indiscriminado que el empleo de agua o alimentos o ejercicio en la misma gran variedad de condiciones. Cuando uno capta el hecho de que el ayuno no se emplea como una cura y que no es algo que es bueno en algunas enfermedades específicas, pero puede no ser bueno en otras enfermedades específicas, comprendemos que su uso en todas las condiciones en las que la salud está deteriorada no es un uso indiscriminado.
Traducido por Victoria Machuca Tortosa, Tel. 629 577386; C.e: ¡Error! No se encuentra el origen de la referencia. por encargo de Jose Manuel Llorca director de la Fundación Pharus Plg. Lourdes S/N. Coín (Málaga)
EL SISTEMA HIGIENISTA DE LA SALUD Copyright @ 1986 LIFE SCIENCE INSTITUTE La Ciencia de la Nutrición NOVENA PARTE: EL AYUNO CUADRAGÉSIMA SÉPTIMA (47ª) LECCIÓN: Cómo supervisar un ayuno TEMA: El ayuno es la forma más rápida y más eficaz que posee el cuerpo para librarse de las acumulaciones dañinas de desechos tóxicos. PROFESOR: Dr. Henry E. Stephenson *OBJETIVOS *DEFINICIONES *HECHOS DESTACADOS *ESQUEMA GLOBAL *PRESENTACIÓN *PREGUNTAS
*RESUMEN *BIBLIOGRAFÍA *TEXTOS COMPLEMENTARIOS *HOJAS DE TRABAJO *RESPUESTAS
NOTA BIOGRÁFICA: El Dr. Henry E. Stephenson creó esta lección mientras era director de la Life Science Health School en Yorktown, Texas. Para llevar la escuela contaba con la ayuda de nueve estudiantes del College of Life Science a los que también asesoraba en su preparación clínica.
OBJETIVOS Esta lección presenta el típico ambiente del ayuno de tal manera que le dé la confianza suficiente para llevar a cabo su trabajo como profesional higienista. Para poner en práctica el propósito y la finalidad del ayuno, hará las observaciones y adaptaciones que considere apropiadas en su situación concreta. Al término de esta lección, tendrá suficientes conocimientos generales como para supervisar un ayuno regular (un ayuno sin complicaciones) con éxito empleando los siguientes conocimientos básicos: 1. El ayuno es con mucho la mejor manera y la más efectiva de desintoxicar el cuerpo de una persona. 2. Para supervisar un ayuno debe tener confianza en sí mismo y en los métodos que emplea. 3. Debería esforzarse al máximo por establecer unas buenas relaciones con sus clientes si espera que sigan sus sugerencias y consejos. 4. Sus huéspedes necesitarán que les animen y apoyen a medida que el ayuno avanza y tienen que hacer mayores esfuerzos.
5. Sus huéspedes pasarán por ciertas etapas en las que experimentarán una mejoría gradual y eliminarán cantidades variables de desechos tóxicos (limpieza interna efectiva) dependiendo de si obedecen sus sugerencias. Cuanto más cooperen sus huéspedes con usted, mejores resultados obtendrán.
6. Cómo hacer una historia clínica y manejar las consultas. 7. Consideraciones a tener en cuenta respecto a la dieta antes del ayuno, el ayuno real y la dieta después del ayuno. 8. Lo que hay que observar y conocer mientras controla al huésped que está ayunando. 9. Determinar el régimen adecuado para el cliente para que el ayuno tenga éxito. DEFINICIONES ALIMENTACIÓN ANTES DEL AYUNO: Dieta que se ingiere antes de comenzar el ayuno. ALIMENTACIÓN DESPUÉS DEL AYUNO: Dieta que se consume después de terminar el ayuno. AYUNO: Abstinencia completa de productos alimenticios de cualquier clase excepto agua (destilada) cuando se tenga sed.
PERSONALIDAD COMPUESTA: Relación personal estrecha basada en la confianza mutua, i.e., la relación de un hipnotizador con su sujeto. PLEXO SOLAR: Complejo de nervios situado dentro de la porción superior del abdomen que a menudo recibe el nombre de "segundo cerebro." Estos nervios sirven como un centro de comunicaciones para las actividades que están localizadas en esa zona determinada de la anatomía correlacionando las funciones individuales del mismo modo que una estación auxiliar se ocupa de la transmisión local de energía que entra en la estación auxiliar de una forma más o menos voluminosa. RELACIÓN DE SIMPATÍA: Arte o habilidad para embelesar y acaparar por completo la atención de otro ser humano o de un animal. HECHOS DESTACADOS
1. En numerosas ocasiones se ha demostrado que el ayuno es uno de los medios más seguros y más eficaces para corregir las enfermedades del cuerpo, no como una medida curativa sino más bien como un resultado adicional de una mejora en el estilo de vida. 2. Cuando se suprimen las causas de diversos problemas, los problemas se resuelven a menos que las causas no hayan sido completamente suprimidas. Esto es ley de vida y no se puede burlar. 3. Las leyes de la naturaleza son duras e inmutables. No respetan los caprichos o deseos de uno. No podemos violar las leyes, siempre, bajo ninguna circunstancia, pero, si persistimos en su violación, nos destrozarán . Aunque se violen por ignorancia o sin intención, no suavizará el resultado final.
4. Si uno quiere gozar de una vida sana, entonces debe, por ley, vivir de forma sana prácticando sólo aquellos hábitos que producen salud y absteniéndose de aquellos que producen enfermedades o disfunciones. 5. El ayuno no es sólo el método conocido más seguro por la humanidad, sino también el más eficaz para corregir las condiciones anormales del cuerpo que son el resultado de los abusos que cometemos a lo largo de la vida. ESQUEMA GLOBAL
I. ESTABLECER SUS CREDENCIALES COMO AUTORIDAD A. Desarrollando "una relación de simpatía" con sus huéspedes B. Su conducta como supervisor de una personalidad compuesta C. Historias clínicas y consultas D. Procedimientos, regulaciones y reglas (en general) II. LA AUTÉNTICA SUPERVISIÓN DEL AYUNO A. Consideraciones antes del ayuno B. Consideraciones durante el ayuno C. Controlar al ayunador D. Dieta después del ayuno III. PROCEDIMIENTOS ADICIONALES PARA UN AYUNO CON ÉXITO A. Mantengase alerta a las necesidades -físicas y mentales-de los huéspedes B. Charlas educativas para los huéspedes C. Consejos y orientaciones D. Romper el ayuno E. Cuánto tiempo debe quedarse el huésped F. Información general que merece la pena tener en cuenta G. Sugerencias útiles para tratar con los huéspedes
CÓMO SUPERVISAR UN AYUNO por Dr. Henry E. Stephenson ESTABLECER SUS CREDENCIALES COMO AUTORIDAD A la luz de la gran providencia de la sabiduría del cuerpo tal y como fue expresado de forma tan hermosa en la Lección Sexta de este maravilloso curso de instrucción, he aceptado el reto de preparar esta lección con gran humildad e interés. Estoy orgulloso y encantado de que los procedimientos que hemos empleado al trabajar con personas que han ayunado (en la Life Science Health School, Yorktown, Texas) hayan sido suficientemente correctos y constructivos como para merecer la consideración de la facultad y del personal de la escuela para ofrecer toda clase de servicios que puedan ser necesarios. Hemos descubierto que la inteligencia y sabiduría que es un componente integral del cuerpo que está ayunando es, efectivamente, bastante capaz de manejar la situación de forma más eficaz e impresionante cuando no inteferimos de ninguna manera. Podemos recordar un ayuno, en particular, en el que una huésped llegó ante nuestra presencia más muerta que viva. Su respiración era cada vez más débil y tan sólo el esfuerzo de intentar respirar parecía abrumador. Tenía que permancer de pie para poder respirar cuando era obvio que estaba completamente agotada y lo que más la convenía era acostarse y descansar. La tapamos con una manta y la pusimos en posición vertical en un reclinatorio con almohadas. Por la gracia de Dios o por la fuerza o poder creativos o por lo que queramos llamarlo y el ejercicio de lo que resultó ser un buen juicio, nuestra huéped mejoró. Su mejoría fue lenta y frustrante para nosotros, los observadores, que sentíamos que debía hacerse algo, y eso fue precisamente lo que hicimos, es decir, no hacer nada. Dejamos que la providencia y sabiduría innatas de ese frágil y debilitado cuerpo hiciera "su trabajo" mientras nos sentábamos y observábamos, ayudando como podíamos de vez en cuando. En cuestión de cinco días, de los cuales los dos primeros nos parecieon dos veces más largos de lo habitual, la "inteligencia innata" dentro del cuerpo de la mujer la curó por completo hasta el punto de que podía estar tumbada en la cama respirando tan profundamente como jamás había podido hacerlo en toda su vida sin la más leve indicación de apnea o respiración dificultosa. Desarrollando "una relación de simpatía" con sus huéspedes
Supervisar un ayuno requiere muchas cosas, todas ellas diseñadas para infundir fé y confianza en los "huéspedes" de que todo va a salir bien y va ser para mejor. Estos huéspedes vienen a verle llenos de miedo, porque si no temieran por su vida, no habrían venido a verle o, antes que a usted, a otros muchos profesionales de la salud. Una de las mejores cosas que puede hacer por sus huéspedes es infundirles un sentimiento de esperanza y fomentar la fé en ellos mismos para que se den cuenta de que pueden conseguirlo, de que en su interior tienen todo lo que es necesario para volver a recuperar una salud y bienestar casi perfectos.
Muchos de sus huéspedes habrán estado en "centros de ayuno" o en "instituciones sanitarias" de una clase u otra antes de acudir a usted. Estará "bajo una constante vigilancia," como quien dice, y sus reacciones y la rapidez en sus respuestas a sus preguntas, tanto expresadas como dadas a entender, determinarán cómo respondan a sus sugerencias. Su conducta como supervisor de una personalidad compuesta
Cuando haya establecido una relación de simpatía con sus huéspedes habrá formado una personalidad compuesta entre usted y sus huéspedes. Si ha estado atento a sus necesidades y se ha interesado por ellos, se habrá ganado el respeto y cooperación de sus huéspedes y seguirán sus instrucciones al pie de la letra. Por eso, sus huéspedes obtendrán un beneficio inmenso al haber ayunado bajo su supervisión. Para formar esta personalidad compuesta tendrá que conocer a sus huéspedes de una manera muy personal sin llegar a interesarse excesivamente por sus asuntos, creencias y costumbres personales. Compartirán con usted las cosas que quieran compartir y, cuando le vean como un pilar de fuerza y determinación, sus huéspedes empezarán a compartir cada vez más cosas con usted. Esto puede conducir a situaciones bastante conmovedoras en las que será presionado para hacer la relación supervisor-huésped sea más profunda, pero usted debe prevalecer. El papel que le toca desempeñar es el de la persona supuestamente "sana" y el huésped es el que está "enfermo." Debe ser parte de la solución de su problema en vez de llegar a ser parte de sus problemas. Hemos descubierto gracias a la experiencia que es mucho mejor dar respuestas honestas y sinceras a las preguntas que le hagan. Si no sabe la respuesta a su satisfacción, es mucho mejor decir simplemente que no conoce la respuesta. Dígales que tratará de encontrar la respuesta para ellos y luego haga un esfuerzo honesto para obtenerla -una que sea satisfactoria para usted y su huésped. Ninguno de nosotros sabe de todo -como dice Will Rogers: "Todos somos ignorantes en cosas diferentes." Con la gran cantidad de conocimientos disponibles para el cerebro humano en esta época, no es una desgracia no saber de todo. Pero debería esforzarse realmente por tratar de saber tanto como pueda en todas las materias relacionadas con la Higiene y Nutrición en su sentido y aplicación más amplios. La fanfarronería y la insinceridad no son características propias de un profesor dedicado a la Higiene Natural.
Historias clínicas y consultas Las historias clínicas deberían ser tan completas y detalladas como sea necesario para obtener una buena perspectiva respecto a sus huéspedes. Necesita averiguar todo lo que pueda sobre ellos además de poder determinar si su huésped es alguien que se puede beneficiar de sus servicios. Sin su plena cooperación y buena disposición para entregarse y obtener beneficios de su experencia, va a estar desperdiciando su tiempo además del de su huésped. Si puede descubrir esto al principio del programa, se estará ahorrando un montón de problemas. El
huésped necesita saber que el ayuno no es algo fácil de hacer, especialmente si es de larga duración. Debería ser informado de las cosas nuevas y diferentes que puede experimentar, y al mismo tiempo, no alarmarse o asustarse excesivamente ante el panorama. En aquellos casos en los haya aprensión o preocupación, lo mejor sería en beneficio de todos los interesados alimentar al huésped durante unos días mientras visitan a los demás huéspedes que han estado ayunando para dejarlos aprender un poco sobre los efectos del ayuno. Lo principal es que haga tantas aclaraciones como sea posible de modo que las sorpresas que experimente el huésped sean mínimas. Una vez que acepte al huésped, ha tomado parte en un acuerdo contractual a menudo más implícito que escrito, pero no obstante un contrato valedero defendible en un juzgado donde ambas partes tienen responsabilidades claramente definidas. Si, por alguna razón, siente que su huésped no confía en usted o no quiere cooperar con usted, sería mejor que considerase si le acepta o no bajo ciertas condiciones que deben escribirse claramente y llegarse a un acuerdo en forma de un contrato escrito. Se puede hacer un formato de contrato estándar estableciendo las condiciones bajo las cuales ha acordado trabajar con el huésped. Esto impide que en alguna fecha posterior se dé la situación de "Yo pensaba que dijo que carecía de valor, etc." Todo lo que tiene que hacer entonces es referirse al contrato. Procedimientos, regulaciones y reglas (en general)
Esta clase de cosas (contractos, historias clínicas, etc.) pueden prepararse por adelantado y llevar un archivo de ellas. Después de que ha aceptado al huésped tras la consulta, puede entregarle un pequeño paquete con copias de "las reglas que hay que respetar" de modo que inmediatamente pueda empezar a adaptarse mentalmente a la clase de cosas que quiera que él/ella consideren mientras esté con usted y bajo su supervisión y guía. Estos contratos no necesitan ser largos, voluminosos o difíciles de cumplir. Siempre deberían ser lo más simples posibles para que más adelante no sea puesto en un aprieto al decir algo que sea redundante o que no se pueda cumplir.
LA AUTÉNTICA SUPERVISIÓN DEL AYUNO Consideraciones antes del ayuno Con frecuencia descubrirá que los huéspedes han tenido un largo historial de estreñimiento o quizás otros problemas con los intestinos que hacen que los movimientos intestinales regulares sean desagradables y como resultado no van al servicio hasta que es absolutamente necesario. Cuando se tope con una situación así, debería considerar poner al huésped en una dieta antes del ayuno de sólo frutas frescas con un alto contenido en agua durante un periodo de dos, tres, cuatro, o quizás cinco días antes de comenzar el ayuno. Generalmente este huésped habrá tenido al menos uno y quizás más movimientos intestinales durante este periodo de tiempo. Cuando se ha establecido alguna clase de pauta intestinal casi normal, entonces puede iniciarse el ayuno real.
Cuando mande por correo recordatorios después de recibir algún aviso de las intenciones de un huésped de ir a verle para ayunar, sugiérale que si ha tenido problemas con los intestinos o con la eliminación, no debería comer nada excepto frutas frescas maduras y crudas con un alto contenido en agua durante al menos una semana antes de llegar a su centro de ayuno. El propósito de una dieta antes del ayuno es haber restablecido la función intestinal para minimizar el bloqueo de los intestinos cuando la alimentación se reanude al final del ayuno. Consideraciones durante el ayuno Por ahora habrá establecido una relación de trabajo con su huésped (o le habrá rechazado al ver que preferiría no trabajar con él) y está dispuesto a considerar el comienzo del ayuno. Durante los primeros días del ayuno, va a tener muchas oportunidades de conocer a su huésped, incluso mucho mejor a medida que continuen trabajando juntos. Debería empezar inmediatamente a hacer hincapié en las diversas cosas que el huésped comenzará a experimentar al principio del ayuno. Los dolores de cabeza (u otra clase de síntomas de abstinencia) serán bastante comunes y deberían ser aliviados lo antes posible. A medida que el ayuno progresa necesitan ser alentados a no hacer nada excepto descansar evitando cualquier clase de ejercicio o cualquier intento por levantarse un rato y dar un paseo "para mantener las fuerzas," etc. Su único deseo es que descansen. Es cuando ha llegado a este estado en que el cuerpo es capaz realmente de empezar la operación de limpieza sin obstáculo o interferencia alguna. La limpieza interna está en su apogeo. Cuando el huésped se aferra a la idea de reservar energía cada día para levantarse y moverse para mantener las fuerzas, el proceso de limpieza se queda privado de esa energía. El cerebro o el ordenador está entonces en condiciones de poder concentrar todos los esfuerzos al trabajo de eliminar los desechos que han estado acumulándose durante años. Cuando la limpieza ha terminado, el cuerpo volverá a dirigir la energía a los músculos y otras funciones como veremos más adelante en esta lección. Es muy importante que tenga preparadas respuestas responsables para las muchas preguntas que al huésped le surgan en aquellos momentos en que esté experimentando sensaciones y síntomas extraños. Su huésped puede volverse fácilmente muy aprehensivo y preocupado a menos que tenga respuestas y reacciones buenas a sus preguntas. Las acciones que tome y las reacciones que tenga hacia las muchas dudas de su huésped, tanto si son imaginarias como reales, tendrán un efecto directo sobre su cooperación y disposición para seguir sus instrucciones. Tiene que recordar que es el "operador," el "pensador," el "creador" de los pensamientos y acciones que el "sujeto," el "hacedor," el "huésped" está llevando a cabo. Los huéspedes dependen mucho de su consejo y orientación mientras la personalidad compuesta se mantenga. Cuando pierde esa relación, si se destruye de algún modo, usted el "operador" habrá perdido la confianza de su "sujeto." Esto puede ser una experiencia devastadora para el huésped, porque le ha dejado sin su consejo en un momento en que no pensaba con claridad. Aquí es donde el autodominio, el control y el equilibrio son necesarios. Estos proceden del conocimiento, la comprensión y de una sensación de empatía por su huésped y su problemas. Si su dedicación a la causa del Higienismo y sus maravillosos resultados no son sinceras, puede esperar una travesía difícil por las aguas de las relaciones públicas con muchas tormentas en forma de
encuentros desdichados y problemáticos con abogados, tribunales y la ira de sus antiguos huéspedes. Si, por otro lado, ha demostrado su franqueza al tratar la situación global, puede esperar una travesía bastante agradable con alguna tormenta ocasional de poca envergadura. A medida que transcurre el ayuno, ciertas cosas deben tenerse en cuenta. Obsevará muy de cerca el progreso del huésped. Si se está desintoxicando de la manera usual después de varios días de ayuno y descanso, todo marcha bien. El número real de días necesarios para ayunar antes de que la limpieza finalice dependerá mucho de la cantidad de tejido adiposo que pueda usarse como combustible durante el ayuno. Si el huésped está bien provisto de reservas (obeso), serán necesarios muchos más días para alcanzar el nivel de un huésped peor dotado. En cualquier caso, el huésped permanecerá en un estado de relativa debilidad mientras la limpieza continue. Si el ayuno debe romperse por adelantado, es decir, antes de que la limpieza haya terminado, se debe dejar tiempo al huésped para empezar a comer gradualmente y hacer los ajustes necesarios para la alimentación posterior al ayuno dejando tiempo suficiente para que el cuerpo haga las adaptaciones necesarias. Lo ideal sería que los huéspedes pudiesen arreglar su agenda de modo que puedan "ayunar hasta el final" o hasta que la limpieza haya terminado. Por otro lado, hay muchas cosas que pueden impedir dicho arreglo, en cuyo caso, habrá que hacer las adaptaciones necesarias en beneficio de los mejores intereses del huésped.
Cuando el huésped es capaz de "ayunar hasta el final," las energías usadas en los procesos reales de la limpieza no serán necesarias para ese fin y serán liberadas. El cerebro, al sentir lo que está sucediendo en el cuerpo del huésped, empezará a desplazar las energías a los músculos y al sistema esquelético del cuerpo. El huésped empezará a sentir que recupera la fuerzas y la energía. Experimentará el deseo de evacuar los intestinos, y los brazos y las piernas recuperarán su fuerza. En este momento, hay que hacer comprender y advertir al huésped que aunque pueda sentir una oleada de fuerza en diversas partes del cuerpo, no dura mucho, tan sólo por breves periodos de tiempo ya que no hay reserva para reabastecerla porque está agotada. Muchas veces esta fuerza se gastará completamente en un simple viaje al baño o durante cualquier clase de esfuerzo ligero. Un ayunador necesita darse cuenta de su condición real y no agotarse en ese momento particularmente crítico del ayuno. A medida que el tiempo pasa, la lengua se aclara, el aliento y la boca se endulzan, y el mal sabor de la boca deja paso a la salivación y la disolución de la flema y el moco de la boca y de las vías respiratorias. El huésped ya está listo para romper el ayuno. No hace falta que se rompa un día determinado sino en los próximos dos o tres días cuando todo se haya calmado y el cuerpo esté realmente listo para comer lo cual se sabrá cuando la garganta y las glándulas sublinguares indiquen deseos de comer, y entonces será el momento de romper el ayuno -a juicio del supervisor después de consultar con el huésped.
Controlar al ayunador Durante todo el ayuno, es una buena idea llevar un control diario sobre los progresos del ayuno y su efecto sobre el huésped. Cada uno de ustedes estará interesado en diversos aspectos de este procedimiento, pero hay ciertas cosas que todos los supervisores deberían considerar a la hora de conducir el ayuno. Entre estas cosas se encuentran las anotaciones del peso del
huésped, presión sanguínea, pulso, temperatura, color de la orina, actividad intestinal, si hay alguna, cómo se siente el huésped, además de sus comentarios y observaciones objetivas de lo que está viendo junto con las respuestas subjetivas a las preguntas de su huésped. A medida que tenga más experiencia en este campo, pronto descubrirá que los estándars usuales y aceptados del "establishment" médico están por encima de los estándars de las personas sanas. Las presiones sanguíneas entre 100 a 110 por encima de los 60-55 no son raras en las personas sanas. Las frecuencias cardíacas entre 50 y 60 son bastante normales para los huéspedes de mediana edad. Otra cosa importante a tener en cuenta es estar siempre alerta ante la posibilidad de que su huésped no esté tomando suficiente agua que puede llevarle a un estado de deshidratación. Necesita que le estimulen a beber agua cada vez que tenga sed. Si eso significa proporcionar a los ayunadores agua destilada templada para incrementar su potabilidad, désela de esa manera y anímeles a beber agua cada vez que tengan sed y no lo aplace por ninguna razón. Algunas indicaciones de que su huésped no está bebiendo agua suficiente podrían incluir: orina escasa o de carácter muy concentrado; una piel cetrina, clara y floja que no tiene la elasticidad usual cuando se pellizca ligeramente y se suelta (como si estuviese pegada); incremento de la frecuencia cardiaca; descenso de la presión cardiaca; semblante y actitud letárgica o apática -una respuesta desapegada; y otras posibles indicaciones. Si observa cualquiera de estas cosas, empiece a hacer preguntas a su huésped y observe atentamente la cantidad de agua que toma de su expendedor automático de agua. No espere hasta que aparezcan la mayoría de estos signos para empezar a hacer sus preguntas, quizás el agua se está volviendo intolerable para su huésped y quizás necesite añadir unas pocas gotas de zumo de limón fresco para intensificar su sabor. Mientras controla a sus huéspedes, puede que le hagan preguntas sobre algunas lecturas o indicaciones. Puede ayudar coger el teléfono y hablar con un amigo -cualquiera que conozca que tenga experiencia en estos temas. Se sentirá mucho más tranquilo. Puede ser muy útil para usted consultar la sección después de las "Generalidades" sobre cómo reducir la marcha de un ayuno.
Dieta después del ayuno Al romper un ayuno de una duración mayor de tres días, debemos tener en cuenta los mejores métodos para romper el ayuno (ver Lección 48 después) en beneficio de ese huésped determinado. Es necesario tener en cuenta muchas cosas a la hora de hacer estas determinaciones. Algunas de estas incluirán la edad del huésped, sus metas, el tiempo que ha ayunado, la cantidad de desechos tóxicos que han sido eliminados, la estabilidad del huésped desde un punto de vista físico y psicológico, y el estado de la relación que existe actualmente entre usted y su huésped (a veces es mejor cumplir con su huésped para salvar tanto como sea posible de una relación que se deteriora.)
Tras un ayuno de 15 días o más tiempo, la dieta posterior al ayuno se convierte en algo muy importante a medida que el ayuno avanza. Cuando una persona ha ayunado ese tiempo o "hasta el final," su flora intestinal estará agotada y necesitará un poco de tiempo para que se recupere tras el periodo de realimentación. Una onza o 28 gramos de alimentos puede que no basten para despertar el apetito de la persona que está rompiendo el ayuno. Esta persona necesita ser animada a comer tan suave y fácilmente como sea posible para reactivar su sistema digestivo. Generalmente para cuando ha tomado su segunda o tercera onza (28 gramos) de alimentos empezará a tener apetito. En ese momento, las bacterias intestinales se han multiplicado y se han vuelto activas. El apetito del huésped va aumentando de forma progresiva y se le pueden dar cantidades de alimentos ligeramente mayores de tal modo que el segundo día sea capaz de digerir una naranja cada dos horas o quizás 100 gramos (ligeramente menos que cuatro onzas) de uvas o de sandía. Cuando la sandía está en sazón y se puede comprar fácilmente, personalmente creo que es uno de los mejores alimentos con los que se puede contar para romper un ayuno. Parece que hay una opinión unánime respecto a que un ayuno debería romperse por la mañana para que pueden tomarse seis comidas una cada dos horas entre las 8 de la mañana y las 6 de la tarde para que el sistema alimentario funcione a su máxima capacidad. Puede haber veces y circunstancias en las que será necesario romper un ayuno con otra cosa que no sea fruta fresca madura y cruda pero esas ocasiones deberían ser raras y sólo cuando sean absolutamente necesarias por alguna razón válida. PROCEDIMIENTOS ADICIONALES PARA UN AYUNO CON ÉXITO Las condiciones aludidas en los datos precedentes son ideales y raras veces ocurren de forma tan simple. A veces es posible que durante un ayuno se desarrollen condiciones en las que el huésped elimina cantidades inusuales de desechos tóxicos que pueden tener que reducirse hasta cierto punto. Si el ayuno está haciendo que se eliminen más desechos tóxicos de los que el cuerpo puede eliminar a través de los canales usuales de eliminación (i.e., riñones, respiración, sudor e intestinos) y no recurre a vías indirectas de eliminación, la sangre llegará a estar tan tóxica que el huésped puede perder contacto con la realidad (volverse ligeramente perturbado o loco). Eso es debido a que las cantidades excesivas de desechos tóxicos en la sangre están circulando a través del cuerpo y a través del cerebro en la corriente sanguínea creando una situación física incontrolable que es indeseable e innecesaria. Cuando esa condición empieza a manifestarse, se ha descubierto que es una buena precaución romper el ayuno un día o dos a base de frutas que tengan alto contenido en agua como sandía, uvas o naranjas y entonces reiniciar el ayuno cuando la situación está de nuevo bajo control. Esta es una de las razones principales por las que es tan importante que el huésped tenga conocimientos de las cosas que pueden ocurrirle mientras ayunan. Realmente la condición mencionada anteriormente es la que la mayoría de las personas de las instituciones mentales sufren. Ninguna de las personas que son responsables de su cuidado y tratamiento conocen la causa de sus problemas, y como resultado, nada constructivo se hace por ellas. Mantengase alerta a las necesidades -físicas y mentales-de los huéspedes
Otra consideración a tener en cuenta cuando todas las constantes vitales están dentro de los límites normales, es evitar las aprehensiones y temores que pueden ser inculcadas en las mentes de sus huéspedes por cualquiera de los otros huéspedes que hablan de las experiencias que han tenido en las diversas instituciones supuestamente de ayunos. Muchas veces contarán sus experiencias de tal manera que crean la ilusión de dolor, molestias, o algún otro peligro para el huésped confiado. Esta es otra razón por la que debe prestar mucha atención a las preguntas y actitudes de sus huéspedes de manera que pueda evitar esas cosas antes de que se conviertan en problemas (durante sus charlas informativas por ejemplo). También ocasionalmente encontrará a un huésped que parece saber mucho, que ha leído los libros del Dr. Shelton, y piensa que sabe exactamente qué hacer y cuándo romper el ayuno. Generalmente sucede esto cuando se tienen pocos conocimientos y se convierte una cosa peligrosa sobre todo en las manos de individuos inexpertos. Aquí es cuando sus charlas orientativas (charlas informativas) dadas cada día (para aquellos de sus huéspedes que se sientan capaces de asistir a ellas) pueden ser una maravillosa herramienta para corregir estas situaciones potencialmente peligrosas. Charlas educativas para los huéspedes
Algunas observaciones y sugerencias generales incluyen charlas informativas de forma regular hasta que sean algo habitual. Estas charlas deberían ser muy simples y directas sobre temas como la enfermedad; el ayuno; los 19 componentes de la nutrición; las categorías básicas de los alimentos; alguna discusión sobre las vitaminas, minerales y enzimas; y una exposición sobre la providencia y sabiduría del cuerpo. Una vez que el ciclo haya terminado, entonces debería repetirse. Muchos de los ayunadores a largo plazo tendrán la oportunidad de escuchar las charlas dos o tres veces. No las escucharán demasiado a menudo, sin embargo, porque durante su ayuno están muy débiles y muchos de ellos no asistirán a las charlas hasta que se sientan más fuertes. La repetición es buena ya que lleva mucho tiempo hacer que comprendan las ideas más sencillas. Recuerde cuántas veces tuvo que repetir las tablas de multiplicación hasta asimilarlas por completo. Lo mismo se aplica en este caso. Sus charlas deberían contener pocas notas o apuntes de tal modo que parezcan lo más espontáneas posibles, e intente evitar la típica presentación planificada y enlatada. Las charlas deberían ser informales, informativas y llenas de humor. Nunca deberían durar más de 60 minutos y preferiblemente no más de 50 minutos porque sus huéspedes están pasando por diversas etapas del ayuno y la alimentación. Pueden estar reajustándose a un programa de alimentación y serán incapaces prestar demasiada atención a los datos que se les presentan durante periodos de tiempo prolongados. Los ayunadores que hayan asistido tienen, o al menos pueden tener, un periodo de atención aún más corto. Las charlas deberías tener un lenguaje sencillo, reservando su habilidad intelectual para miembros más argumentadores y disidentes de la sociedad que parecen considerar con gran respeto y admiración al orador que pueda mantenerlos hechizados con frases e insinuaciones sin sentido pero altisonantes.
Sus huéspedes serán personas de toda condición con formaciones académicas que variopintas como su progresión a través de las diversas etapas o fases del ayuno y la recuperación o el programa de rehabilitación después del ayuno. Sus charlas deben de estar adaptadas a ese tipo (variedad) de público. Tendrá oportunidad de sobra para expresarse de forma más fluida cuando le llamen para dar charlas ante varios grupos religiosos, organizaciones fraternales y sociales junto con diversos clubs militares y otros que están buscando un orador informativo -un orador innovador que tenga que contar una historia diferente a la que escucharon en otra reunión a la que asistieron. Ese es USTED. Hemos descubierto que cuando enseñamos a nuestros huéspedes nueva información y luego se la volvemos a contar una y otra vez, empiezan a entenderla. No hará, ni podrá, hacer de ellos higienistas durante sus intentos por educarlos. Lo único que puede esperar es inculcar el deseo de aprender más sobre el programa después de intoducirles en él y empezar a sentirse mejor. Los huéspedes gradualmente empezarán a pensar a medida que su salud mejora, y se iran interesando cada vez más en el programa si ha sabido captar su atención. Es como cualquier otro programa de aprendizaje en este sentido. Este mismo razonamiento se aplica en el caso de sus huéspedes y el conocimiento que pueda tener el priviliegio de impartir sobre ellos. La mayoría de ellos están listos para absorber las formas más simples de conocimiento que sea capaz de proporcionarle pero no estarán listos para los aspectos más complicados del programa hasta que hayan tenido la oportunidad de digerir y asimilar lo más básico al principio. Y, por esa razón. apenas hay necesidad de que sepan más a menos que estén motivados para aprender y enseñar el programa a otros. Consejos y orientaciones Algunas otras consideraciones sobre a tener en cuenta cuando esté trabajando con sus huéspedes incluyen el conocimiento de que dos ayunos no son iguales. Explíqueles que dos huéspedes no tendrán las mismas reacciones y resultados durante un ayuno similar ni un huésped experimentará la misma clase de ayuno la próxima vez que ayune. Las razones de esto deberían ser obvias, pero si nos ponemos a pensar un poco podemos sugerir que dos objetos no ocupan un único punto en el tiempo y en el espacio porque están situados en diferentes puntos. Algunos más altos, otros más bajos, otros más a la derecha y algunos más a la izquierda, etc. Y el individuo que ha ayunado previamente no está empezando su segundo ayuno desde el mismo punto determinado en el tiempo o en el espacio como en el primer ayuno, ni siquiera aunque intente hacerlo deliberadamente. Sus huéspedes deben conocer estos hechos para que puedan comprender lo que les está ocurriendo cuando empiecen a manifestarse diferentes experiencias en este, su más reciente ayuno.
Muchos de sus huéspedes vendrán a usted con una manía u obsesiones respecto a la acción intestinal o la falta de ella. Pueden querer usar laxantes, lavativas y basuras semejantes. Tendrá que estar alerta a estar cosas. Estos huépedes incluso pueden tener bolsas para enemas en sus maletas para usarlas en caso de que no se las proporcione, las usarán con frecuencia hasta que sepan más.
Sus huéspedes buscarán sus consejos e instrucciones durante todo el ayuno y mientras se los dé, seguirán sus sugerencias lo mejor que puedan. En cada oportunidad que tenga debe tranquilizarles y decirles que no hay ningún peligro en los ayunos habituales. Muchos de sus huéspedes habrán perdido muchas libras de peso y empezarán a preocuparse por su pérdida de peso, Es necesario tranquilizarles y decirles que no necesitan preocuparse por su pérdida de peso que en breve se normalizará una vez que vuelvan a sus comidas regulares -si viven de forma higienista. A veces esto lleva algún tiempo, sobre todo en el caso de los huéspedes preocupados por la vanidad frente a los aspectos saludables de la vida. Un poco de tranquilidad generalmente es todo los que se necesita. Por otro lado, es importante explicarles que su peso tardará en aumentar después de romper un ayuno largo. De hecho, al principio tardará más porque sus cuerpos están usando casi todos los nutrientes que le suministran sólo para energía, y únicamente cuando la entrada de energía en forma de materia prima excede a la utilización aumenta de peso. De modo que en aquellos que hayan ayunado hasta el final muchas veces, pueden tardar entre tres a seis meses en recuperar el peso. Es una cuestión de equilibrio entre la utilización de energía y la energía suministrada. Tenemos que incrementar la entrada de energía e incrementar los ejercicios lo suficiente para fortalecer al cuerpo, pero no tanto como para malgastar todas las reservas que son introducidas en la dieta. Si el huésped no se comporta de forma sensata en relación al equilibrio entre el aumento de peso y el ejercicio, durará mucho más el calvario de la delgadez. Romper el ayuno
La interrupción del ayuno puede ser tan importante como el propio ayuno y debe vigilarse atentamente. En muchos de sus huéspedes mayores que han tenido una historial de estreñimiento u otras irregularidades intestinales como hemorroides, polipos o fisuras, habrá una tendencia a que los intestinos sean perezosos. Si los intestinos no se evacuan de forma natural al final del quinto día después de que el huésped ha roto el ayuno, necesitará observarle atentamente. Si le sugiere que le apetece tener un movimiento intestinal pero le cuesta o no obtiene resultados, entonces debe tranquilizarle. Explíquele que sus sistemas se normalizarán si sigue el programa higienista y hace ejercicio de forma regular. (No intentaré entrar en detalles de cómo romper el ayuno porque la próxima lección se ocupa de este tema precisamente.)
Cuánto tiempo debe quedarse el huésped Lo ideal sería que el huésped planease quedarse con usted y aprender cómo comer correctamente mientras continúa velando por su bienestar, mientras le enseña las diversas maneras de combinar los alimentos de forma higienista. El huésped debería pensar en quedarse con usted y aceptar sus consejos al menos el equivalente a 2/3 del tiempo que pasó ayunando aunque sería mejor si se quedase el mismo tiempo que ayunó. Si el huésped ayuna durante 14 días, debería quedarse con usted al menos 10 días aunque lo ideal sería 14 días después que rompió el ayuno. Otra cosa que es particularmente útil para aquellos huéspedes que puedan manejar la situación es observar las diversas combinaciones de alimentos que sirven a los huéspedes que
han vuelto a comer mientras todavía están ayunando. Para algunos esto resulta demasiado agobiante y no pueden hacerlo sin sufrir grandes molestias mientras que para otros no presenta ningún problema en absoluto. Información general que merece la pena tener en cuenta
Su preocupación y propósito básicos debería ser tratar de hacer que sus huéspedes se sientan cómodos y libres de preocupaciones durante su estancia. Se me ocurren un montón de cosas que pueden ser un consuelo y un alivio para muchos de sus huéspedes, especialmente durante algunos de los momentos más aburridos durante el ayuno. Hay veces en las que una botella llena de agua caliente puede ser un alivio para los pies fríos o la espalda fría. También pueden hacer maravillas para ayudar a relajar la tensión en el plexo solar (ver definición). Esta aplicación de calor a esta zona relaja la musculatura y permite que los nervios se constriñan y se traben mucho menos de modo que la energía nerviosa se intercambie más fácilmente. Calentar y servir agua destilada en termos representa un alivio para el huésped. Especialmente el primer sorbo de agua por la mañana, y sobre todo para el huésped que tiene el hábito de beber algo caliente al despertarse por la mañana. No tiene que estar caliente, simplemente calentada cerca de 120 grados Fahrenheit, ligeramente más caliente que el cuerpo. Sugerencias útiles para tratar con los huéspedes
En el ayuno prolongado, el agua destilada parece perder su atractivo para algunos de los invitados lo cual puede solucionarse añadiendo unas pocas gotas de zumo limón calentándose como hemos dicho antes. Las lamparillas estratégicamente situadas alrededor de la estructura ayudan considerablemente al huésped desorientado a saber donde se encuentra por la noche. Es necesario tener previstos procedimientos de urgencia para obtener ayuda, especialmente durante la noche, para proporcionar medios prácticos para hacer llegar al personal los deseos de los huéspedes. Las horas tranquilas durante el día y tras una hora razonable por la noche pueden contribuir mucho a la comodidad de los huéspedes, sobre todo para aquellos que todavía están ayunando. En sus contactos con sus huéspedes antes de su llegada después de que haya contactado por primera vez con ellos debería proporcionarles tanta información como pueda respecto a las cosas que traer para ponerse, para grabar las charlas, para escuchar música y otras que se le puedan ocurrir. La televisión y la radio deberían limitarse a lo necesario para impedir sus efectos enervantes sobre los huéspedes. La regla de oro se aplica a los huéspedes y a sus intereacciones entre ellos mismos y entre los huéspedes y su personal.
Su responsabilidad real por sus huéspedes terminará cuando se alejen de su ámbito de influencia o control directos pero les animará a mantenerse en contacto con usted. Querrá conocer sus éxitos así como las preguntas que pueden surgirles una vez que empiecen a vivir de forma higienista en su casa. Y lo más importante querrá conocer a sus amigos y parientes que han sido influenciados por ellos después de regresar a casa tras su exitosa experiencia con el ayuno con usted y su eficiente y eficaz personal. A causa de esto, sus anteriores huéspedes también pueden querer venir y pasar algún tiempo con usted para reforzar sus estilos de vida y de paso mejorar su salud. PREGUNTAS SOBRE LA LECCIÓN
PREGUNTA: ¿Qué signos y síntomas observa para saber cuándo hay que romper el ayuno? RESPUESTA: Cualquiera de los signos usuales de deshidratación como sequedad de la piel, sudor abundante, descenso de la presión arterial, letargia, ningún consumo de agua, incremento de la frecuencia cardiaca, debilidad extrema repentina y/o arritmias, confusión, desorientación y/o neurosis ansiosa. PREGUNTA: ¿Cómo se ocupa de la familia de un huésped, todos los cuales se oponen a los métodos y procedimientos usados a la hora de conducir un ayuno supervisado? RESPUESTA: Es una cuestión de educación -si dispone del tiempo necesario para educarlos, generalmente cooperarán. Si no, tiene que hacerles saber que habrán sido responsables de la vida y el bienestar de la persona a la que han disuadido ayunar. Después de todo, el ayuno es el mejor método del que dispone la humanidad para desintoxicar el cuerpo. Habrán privado a la persona de la oportunidad de hacer algo que necesita hacer, a veces desesperadamente. La mayoría de las veces el huésped ya ha sido expuesto a los engaños médicos que fueron inútiles y puede hacerselo ver a los miembros de la familia. También, puede prometerles que, si por alguna razón el huésped no responde al ayuno, siempre pueden recurrir a otros métodos en los que tengan más fé. Si el huésped tiene que ayunar, es importante que esté aislado y protegido de las peticiones agobiantes y enervantes de los preocupados miembros de la familia. PREGUNTA: ¿Cómo resolvería una situación en la que el huésped padece de angina de pecho y está tomando nitroglicerina? RESPUESTA: Los dolores de angina generalmente son el resultado de un esfuerzo de una u otra clase y el descanso generalmente ayuda a corregir la dolorosa situación, sin el uso de modalidades. Si puede tranquilizar al huésped y hacerle ver que todo va a salir bien y que no se preocupe con las diversas crisis de eliminación pensando que son perjudiciales, todo irá bien con el huésped. Cada situación así tendrá su particular conjunto de circunstancias que habrá que tener en cuenta. PREGUNTA: ¿Cómo determina si la enfermedad particular de un huésped es irreversible y cómo se lo explica al huésped afectado? RESPUESTA: Cuando la situación parece bastante irreversible, es mejor dejar que el huésped sepa que aunque es bastante probable que la salud en general mejore como resultado del ayuno,
con toda probabilidad no habrá más que una ligera mejoría en las zonas dañadas o donde se experimenta la patología. Cualquier mejoría en el cuerpo como un todo va a suprimir algunas molestias en la parte o función dañada y deteriorada y el efecto global será de mejoría. PREGUNTA: ¿Qué hay de la conveniencia de tener a mano a una persona que esté entrenada para hacer la reanimación boca a boca y CPR (reanimación cardiopulmonar)? RESPUESTA: Siempre es necesario tener personas con experiencia en situaciones de urgencia en cualquier situación tanto si es en una institución para ayunar como en cualquier otra parte. Es algo en lo que todo el personal de una institución para ayunar debe tener algo de experiencia pero no es esencial tener uno en la plantilla. Las probabilidades de requerir los servicios de esa clase en un centro de ayuno no son mayores que en cualquier otro sitio y probablemente incluso menos en la mayoría de las circunstancias. Una persona que está descansando como debe mientras está ayunando raras veces está expuesta a una situación que les lleve a necesitar los servicios de cualquier experto en esos procedimientos. RESUMEN Debería haber aprendido que el ayuno es con diferencia la manera más segura y eficaz de restablecer la homeostasis (o equilibrio) en todos los planos de la existencia. El ayuno es seguro y ha sido practicado desde tiempos inmemoriales. Cuando se toma el tiempo y el esfuerzo necesarios para conseguir que sus huéspedes le vean como alguien que sabe lo que hacer en el caso de un ayuno y lo que se espera de ellos según avanza el ayuno, tendrá pocos problemas para asesorarles en sus nuevos estilos de vida. Cuando acepten sus consejos e instrucciones y las sigan durante todo el ayuno, habrá proporcionado un servicio que salva y prolonga la vida de otros seres humanos. Siempre le estarán agradecidos por haberles dedicado su tiempo y haberse interesado por ellos dándoles el apoyo y la ayuda que necesitaban durante los momentos en que sus cuerpos estaban haciendo la limpieza interna, Cuando les guie y les dirija hacia un estilo de vida superior, desnudarán sus almas y le darán el ánimo que necesita para proporcionar con éxito un servicio todavía mejor para aquellos de sus invitados que caigan bajo su influencia. BIBLIOGRAFÍA
Dr. Herbert M. Shelton, Human Life. Its Philosophy and Laws; Fasting for the Renewal of Life; Fasting To Save Your Life, and The Science and Fine Art of Fasting. The Essene Gospel of Peace by Edmond Bordeaux Szekeley TEXTOS COMPLEMENTARIOS
DAÑOS QUE LOS AYUNADORES PUEDEN SUFRIR por Dr. Herbert M. Shelton Un hombre me escribe sobre la posibilidad de venir a la Health School. Dice que quiere traer a su esposa con él. Luego añade, "No estoy seguro si a ella le importará ser tratada ya que su salud es razonablemente buena, aunque hay ciertas condiciones que deberían tratarse. Sin embargo, los métodos empleados para ayunar en el Instituto Blank de Utopia donde fui hace seis años no le impresionaron de forma favorable al igual que a mí. No puedo recordar un solo caso que pareciese mejorar con el ayuno y al mismo tiempo que yo había pacientes que llevaban allí tres meses y más tiempo. Quizás su sistema es diferente al de Blank. Me gustaría que me explicase qué significa un ayuno racional." ¿Qué es un ayuno? Es la abstinencia total de alimentos tomando únicamente agua y aire. No es una dieta de zumos o cualquier otra dieta restringida. Tomar pequeñas cantidades de alimentos, como el Dr. Page tan apropiadamente señaló, no es ayunar. Por lo tanto, un ayuno es un ayuno, no importa donde se lleve a cabo; no importa quién lo supervise. Pero hay innumerables condiciones bajo las que un ayuno puede hacerse y estas determinan los resultados. Un ayuno es un descanso fisiológico. Pero el descanso fisiológico no es posible bajo una constante estimulación, aun cuando una de ellas sea el ayuno. En la mayoría de las instituciones donde se emplea el ayuno, el ayuno está acompañado de muchos tratamientos enervantes que anulan los efectos del ayuno. Exigir a un paciente que ayuna que se levante por la mañana y vaya a la sala de tratamiento para una sesión de estúpidos ejercicios es enervar al paciente e impedir que el ayuno elimine más toxinas. Masajes, ajustes, manipulaciones de varias clases, tratamientos eléctricos, baños de sudor, baños fríos, rociadas de agua, el Blitz Gus, baños sentados, mantas eléctricas, laxantes, enemas frecuentes, y una serie de prácticas enervantes impiden que el ayunador se de cuenta de los inmensos beneficios de su descanso fisiológico. Sólo aquellos facultativos que comprenden plenamente el papel de estos métodos de tratamiento están en condiciones de cuidar de forma racional del ayunador. El ayunador debería tener tranquilidad, descanso y relax. La estimulación, la excitación, y mucha actividad todo ello produce más enervación y detiene la eliminación. El ayunador debería abrigarse para conservar sus energías. Baños fríos, duchas frías, aplicaciones de frío, etc., disipan sus energías. El ayunador que descansa también pierde menos peso en un ayuno de la misma duración que aquel que está activo. Esto significa que el ayunador que descansa está en un estado físico mejor al final del ayuno. También el conservar sus reservas alimenticias le permite ayunar más tiempo si necesita un ayuno más largo. El propósito del ayuno no es ver cuánto tiempo puede prescindir un hombre de un alimento, ni lo delgado que pueda estar, ni lo débil que pueda llegar a estar sin poner en peligro la vida, sino fomentar la eliminación de toxinas y la reparación de tejidos. Cada nueva fuente de enervación a la que está expuesto durante el ayuno contribuye a retrasar la consecución de estos fines. Deberíamos prescindir o bien el ayuno o bien de los tratamientos, cuando cuidamos del enfermo, ya que estos procedimientos son incompatibles.
El ayuno, que, como afirmé, es un descanso fisiológico, debería ir acompañado de un descanso físico, mental y sensorial. El descanso es lo opuesto a la estimulación. Que nadie deduzca de esta afirmación que las medidas sedantes tranquilas. Gastan tanta energía nerviosa como las medidas estimuladoras. Los tratamientos de cualquier clase no son valiosos mientras ayuna, incluso deberíamos admitir su escaso valor en otras condiciones y circunstancias. En los primeros días de mi carrera profesional, trabajé unos pocos meses en un sanatorio cerca de Chicago que utilizaba el ayuno en el cuidado de prácticamente cada paciente que llegaba a la institución. Les despertaban por la mañana temprano y les daban "un plato de brotes." Tres mañanas a la semana, les daban un masaje, seguido de un baño de sudor y luego un chorro de agua fría por todo el cuerpo, pero sobre todo por la columna vertebral. Tres mañanas a la semana, recibían tratamientos eléctricos seguidos por baños sentados calientes y fríos. Sobre las once en punto todo ellos se alineaban en el césped y hacían una serie de agotadores ejercicios. Tres tardes a la semana les daban tratamientos eléctricos diferentes a los dados por las mañanas. Además de esto, algunos de ellos recibían ajustes quiroprácticos y otros estiramientos en la mesa de tracción. Todos ellos recibían enemas diarios. El resto del día lo pasaban andando o sentados y tumbados por el terreno del sanatorio. Recibían un baño diario de sol. Muchos de estos pacientes experimentaban mejorías notables de sus condiciones a pesar de la gran cantidad de tratamientos enervantes a los que estaban sometidos, pero muchos de ellos no progresaban en absoluto. Los que progresaban, no lo hacían por mucho tiempo y enseguida sufrían una recaída. Unos pocos meses después acepté un puesto en un santorio en el estado de New York. Aquí se empleaba poco el ayuno, en cambio los tratamientos eran abundantes. Teníamos un gran departamento de hidroterapia en este lugar y mucha más maquinaria electroterapéutica que en el primer lugar. Realmente "les daban una paliza" de una manera muy científica en este lugar. El jefe de esta institución era un médico muy de última hora que había ejercido la medicina durante 25 años y que sabía todo lo que había que saber. De hecho, tenía una reputación entre los médicos del estado como especialista de enfermedades nerviosas. Nunca supe exactamente en qué se suponía estaba especializado, pero me llegué a convencer de que estaba especializado en producir enfermedades nerviosas. Tuve numerosas oportunidades de observar los efectos enervantes de estas formas de tratamiento cuando se aplicaban a los pacientes que no estaban ayunando. Los veías, después de unos pocos días de tratamiento, debilitarse tanto que se veían obligados a quedarse en cama. Tras unos pocos días de descanso eran capaces de levantarse y de manejarse otra vez. Entonces unos pocos días más de tratamiento y estaban de vuelta en la cama. No todos ellos pasaban por estos ciclos de estar en la cama y fuera de ella pero aquellos que no se veían forzados a acostarse, mostraban su enervación de todos modos. Más tardé tomé otro trabajo en un sanatorio algo más alejado del estado de New York. Aquí teníamos bajo tratamiento a un ex-manager de béisbol. Estaba parcialmente paralizado del lado izquierdo, de modo que sólo podía arrastrar esa pierna mientras andaba y tenía que andar con bastón. Observé que cuando recibía tratamiento andada peor. Cuando regresaba para continuar con el tratamiento (no estaba en la institución, sino que vivía en la ciudad y venía tres veces por semana para el tratamiento), andaba muy mal. Recibía tratamiento eléctrico y andaba mucho mejor, A pesar de su aparente beneficio o más exactamente, a causa de este beneficio aparente pero no real, gradualmente empeoró. Entonces los negocios le mantuvieron ocupado
durante tres semanas, durante las cuales no recibió tratamiento alguno. A su vuelta, andaba mucho mejor. Reanudó el tratamiento y empezó a empeorar inmediatamente. Podría enumerar múltiples experiencias como estas. Podría contar muchas observaciones. Son el pan nuestro de cada día del trabajo en todas las instituciones dedicadas a tratar al enfermo. Cada médico de cualquier facultad los ve diariamente. Simplemente cierra los ojos ante ellos o los interpreta de alguna manera satisfactoria para él y continúa con el tratamiento de sus pacientes. Al principio de mi carrera aprendí los males de las muchas y variadas formas de tratamiento que se empleaban y cuando me convencía que cualquier método de tratamiento era enervante, lo dejaba. Resultado: he eliminado todos los paliativos enervantes de mi trabajo. No veo ninguna lógica o razón en enervar a un hombre porque esté enfermo. Primero debe estar enervado antes de ponerse enfermo. ¿Cómo se va a poner bien si se le enerva más? Conozco hombres que condenan el ayuno debido a ciertos resultados indeseables que dicen que produce. Pero no veo que estos resultados provengan del ayuno. Veo que estos resultados proceden del tratamiento comunmente empleado mientras el ayuno está en marcha. Los veo también en pacientes que son alimentados y no ayunan mientras están siendo tratados. Estoy seguro de que estos resultados proceden de los efectos enervantes del tratamiento y no del ayuno. El ayuno, racionalmente supervisado, no produce estos resultados. Cualquiera puede probar esto por sí mismo ayunando bajo las condiciones adecuadas sin tratamiento alguno. Traducido por Victoria Machuca Tortosa, Tel. 629 577386; C.e: ¡Error! No se encuentra el origen de la referencia. por encargo de Jose Manuel Llorca director de la Fundación Pharus Plg. Lourdes S/N. Coín (Málaga).
EL SISTEMA DE SALUD DEL HIGIENISMO LIFE SCIENCE INSTITUTE.- Austin, TEXAS.1986 La Ciencia de la Nutrición LECCIÓN 48ª: Cómo romper el ayuno; Qué hacer después. El final del ayuno es sólo el comienzo de la transición a la vida normal. Un supervisión adecuada e inteligente a la hora de romper un ayuno puede ser incluso más crítica que la supervisión de un ayuno. (Por Hannah Allen) GENERALIDADES Una supervisión experta a la hora de romper un ayuno puede ser incluso más importante que la supervisión del ayuno. La prudencia y la moderación son muy importantes durante el periodo crítico inmediatamente posterior a la terminación del ayuno. Debe escogerse con cuidado el primer alimento ofrecido, y el control del programa dietético posterior es también de máxima importancia. Después de un ayuno debe evitar comer en exceso y debe seguirse una
dieta de alimentos crudos. Deben desarrollarse nuevos hábitos alimenticios y un nuevo estilo de vida de modo que pueda mantenerse una buena salud permamente. OBJETIVOS DE ESTA LECCIÓN Esta lección pretende recalcar la importancia de los días, semanas y meses después de un ayuno prolongado. El estudiante debe comprender porque es necesario ser prudentes al finalizar los ayunos prolongados, y cómo evitar los posibles peligros. La persona que ayuna debe aprender cuáles son las consideraciones más importantes en la selección de los primeros alimentos, y la planificación de un programa dietético para el periodo siguiente. Y debe darse cuenta de que el ayuno solo no puede producir una buena salud permanente, a menos que sea después le siga un estilo de vida sano. DEFINICIONES DESIDERÁTUM: Algo que se desea por encima de todo. EDEMA: Acumulación anormal de fluido seroso (aguado, acuoso) en el tejido conjuntivo, causando una hinchazón (e.g. de los tobillos); o distensión y compresión de los contenidos de una cavidad serosa (e.g. el abdomen o el pecho). ENDOCRINO: Secretar internamente; producir secreciones que son distribuidas por el cuerpo por medio de la corriente sanguínea en vez de ser eliminadas a través de los conductos; referente a las glándulas que segregan hormonas. EUFORIA: Sensación de gran felicidad y bienestar. HORMONA: Secreción interna que ejerce un efecto estimulador o excitador sobre una actividad celular. MESOMORFO: Persona de constitución muscular o atlética. PRÍSTINO: En su estado original; en un estado puro; incorrupto; fresco y limpio. CONCEPTOS CLAVE 1. Las personas que han ayunado por tener patologías graves tienen que pasar por un periodo de realimentación más importante todavía. 2. Lo que ha ocurrido durante el periodo de ayuno no es tan crítico como lo que ocurrirá cuando se reanudar la alimentación. 3. La duración de un ayuno no puede determinarse con antelación. 4. La decisión de que es momento de terminar el ayuno debe ser mutua entre el ayunador y el supervisor del ayuno. 5. Hay una gran variedad de opiniones sobre cuál es mejor método para romper el ayuno, pero todos los expertos están de acuerdo en que la reintroducción de alimentos al organismo en ayunas debe ser gradual. 6. El requisito principal para romper un ayuno es consumir alimentos simples y sanos de acuerdo a la capacidad digestiva limitada del ayunador. 7. Debe alimentarse la sobrealimentación. Recuperar fuerzas y restablecer la eficiencia del funcionamiento del cuerpo son mucho más importantes que un aumento de peso rápido. 8. Después del ayuno el ayunador debería consumir una dieta cruda tanto como sea posible, y establecer un programa de alimentación permanente y racional. 9. Si con el tiempo se incluye algún alimento cocinado en la dieta, reserve al menos algunos días para comer alimentos crudos, y nunca tome alimentos cocinados más de una vez al día -después de una gran ensalada cruda. 10. Asegúrese de que la dieta en conjunto incluye no más de un 20% de alimentos que no están enteros y crudos -preferiblemente no más del 10%.
HECHOS DESTACADOS 1. Muchos alimentos y métodos diferentes se han empleado para romper ayunos prolongados, algunos de los cuales (alimentos difíciles de digerir) puede que causen más estrés al organismo que ayuna (sándwiches, palomitas de maíz, langosta, etc.) 2. Los supervisores de ayuno higienistas han roto ayunos con raciones pequeñas de zumos de fruta o de verdura frescos y crudos; o, en algunos casos, con fruta fresca entera; raras veces, puede ser empleado un caldo vegetal en situaciones inusuales y difíciles. 3. Aunque el primer alimento sea líquido o sólido, debe "masticarse" o ensalivarse bien. Durante el periodo después del ayuno. la masticación adecuada es extremadamente importante, para evitar sobrecargar al sistema digestivo en un momento en que está bajo estrés para recuperar su plena capacidad de funcionamiento. 4. Al final de la primera semana, el ayunador suele ser capaz de tomar cantidades normales de alimentos. 5. Algunas personas tienen una tendencia a comer en exceso después de los primeros días de reanudarse la alimentación, y deben ser controlados, durante dos semandas o más tiempo. Si a la persona no se le permite sobrealimentarse, la tendencia desaparece gradualmente. 6. La sobreingesta continua distendirá gradualmente el estómago, después de lo cual la persona no se sienta satisfecha a menos que coma hasta que el estómago distentido se llene. 7. La sobreingesta constante también puede retrasar la recuperación de la capacidad normal del cuerpo de digerir los alimentos fácilmente. 8. La mayoría de la gente viene a ayunar con una ligera inflamación del tracto digestivo, tanto si lo saben como si no. Si comen en exceso después del ayuno, lo más probable es que vuelvan a enfermar otra vez. 9. La eficacia del cuerpo está determinada básicamente por los alimentos que se ingieren. 10. El complejo equilibrio químico de todos los nutrientes de los alimentos es alterado por el calor, y se ha demostrado sin lugar a dudas que una dieta de alimentos crudos produce un tejido y una salud superiores. ESQUEMA GLOBAL DE LA LECCIÓN I. EL GRAN DÍA A. Un periodo crítico B. Cuándo romper el ayuno 1. El retorno del hambre natural 2. Terminación prematura a. La mayoría de los ayunos se rompen prematuramente 3. La duración del ayuno no puede determinarse con antelación 4. No termine un ayuno durante una crisis 5. Por qué es necesaria la prudencia al terminar ayunos prolongados 6.- Ejemplos de métodos para terminar ayunos prolongados. 7. Métodos higienistas para terminar ayunos prolongados II. FACILITAR UNA DIETA VARIADA A. Sobrealimentación después del ayuno B. Control permanente del programa de alimentación C. Coma alimentos crudos tanto tiempo como sea posible D. Las necesidades proteínicas después del ayuno E. Un fenómeno interesante F. Tenga cuidado con los alimentos cocinados y otras concesiones
III. SÍNTOMAS DESPUÉS DEL AYUNO IV. TRANSICIÓN A UNA VIDA RACIONAL V. MEDICAMENTOS Y OTROS VENENOS VI. TOMESELO CON CALMA VII. AYUNAR NO ASEGURA AL CUERPO CONTRA LA ENFERMEDAD VIII. CÓMPUTO LOS BENEFICIOS DEL AYUNO IX. DEBEN FORMARSE NUEVOS HÁBITOS Lección 48ª: CÓMO ROMPER UN AYUNO. QUÉ OCURRE DESPUÉS por Hannah Allen He aprendido que el hombre que sale de un ayuno largo no debe apresurarse por recuperar la fuerza perdida y también debe refrenar su apetito. Quizás sean necesarias más prudencia y restricción al romper un ayuno que al mantenerlo. (Mahatma Gandhi) I.- EL GRAN DÍA Cuando el Gran Día llega, puede haber una tendencia a sentir que la batalla ha sido ganada, que la lucha ha terminado, que el problema ha sido resuelto. Que a partir de ahora todo es "diversión y diversión." Tanto el supervisor del ayuno como el ayunador, con una gran sensación de alivio porque la espera y abstinencia han terminado, quieren que el ayunador vuelva a la rutina y al placer de la vida lo antes posible. Y ¿cuál es la mejor manera de hacer esto? Porque debemos poner algo de carne sobre ese cuerpo flaco, debemos alimentarlo y nutrirle para que vuelva a su tamaño y fuerzas normales. Ha estado sin comer nada tanto tiempo. Ahora podemos compensarle ¡Un momento! El final del ayuno es sólo el comienzo de la transición a la vida sana. A) Un periodo crítico Una supervisión adecuada e inteligente a la hora de romper un ayuno puede ser incluso más crítica que supervisar el ayuno. La gente que ha ayunado debido a patologías graves sufren un periodo aún más importante. Lo que ha ocurrido durante el periodo de ayuno casi no es tan importante como lo que ocurrirá cuando la alimentación se restablezca. Y, si se cometen errores durante este periodo, las consecuencias pueden ser impredecibles, hasta el punto de la negación de los beneficios potenciales del ayuno, o,aunque extremadamente raro, con la posibilidad de perder la vida del paciente. B) Cuándo romper el ayuno La decisión sobre cuando romper el ayuno es, desde luego, de gran importancia. El estado del ayunador debe ser valorado día a día, y tomar la decisión de continuar o de finalizar el ayuno. Esta decisión debería ser mutua entre el ayunador y el supervisor del ayuno. 1.- El retorno del hambre natural Si el ayuno se prolonga hasta el retorno del hambre natural, ciertos signos se manifestarán. La lengua saburrosa generalmente se despeja, la boca huele a fresco y a limpio, el mal aliento desaparece. Se experimentan una sensación de rejuvenecimiento y de bienestar. El deseo (o deseo intenso en realidad) de comida se hace apremiante -y hay una sensación real de hambre, que es una sensación en la boca y en la garganta. El hambre auténtico no es una sensación molesta, sino que uno es consciente de un deseo urgente, pero placentero de comer. Las sensaciones abdominales, o la sensación de debilidad,
que normalmente atribuimos al hambre, son causadas por la irritación. La mayoría de la gente nunca ha experimentado hambre auténtica. Es posible que uno no pueda experimentar hambre auténtica en nigún momento durante el ayuno. A veces la lengua saburrosa no se aclara completamente, pero las indicaciones del retorno del hambre natural son visibles para el supervisor del ayuno y el ayuno debe romperse o la inanición empezará. Se dice que el mejor momento para romper el ayuno es cuando la naturaleza da esas señales del retorno del hambre. Es imposible saber por adelantado cuando ocurrirá esto. El ayuno nunca debe ser prolongado más allá de este punto. 2.- Terminación prematura La ruptura prematura del ayuno es también indeseable -romperlo en cualquier momento antes del retorno del hambre auténtica se considera prematuro. La terminación prematura de un ayuno a veces puede ocasionar consecuencias desagradables. El paciente puede experimentar reacciones desfavorables cuando se le ofrece alimento, y ser realmente incapaz de tolerar el alimento. O, pueden ser experimentados una serie de síntomas desagradables durante algunos días. El ayuno realmente puede tener que ser reanudado y finalizado en una fecha posterior. La mayoría de los ayunos se rompen prematuramente. Aunque el retorno del hambre auténtica se considera el momento ideal para romper el ayuno, y Hereward Carrington mantiene que es realmente peligroso romper el ayuno prematuramente, debemos recordar que la mayoría de los ayunos se rompen prematuramente (antes de los signos del hambre auténtica). Yo (y otros) han observado que generalmente, si se tiene cuidado en la reanudación gradual de la alimentación, no se experimenta un gran perjuicio o problemas graves. Realmente, el fenómeno del retorno del hambre auténtica raras veces se ve. La mayoría de los ayunos se rompen "prematuramente" por varias razones. Los ayunos se cortan debido a limitaciones de tiempo (el ayunador debe volver a trabajar, o tiene otras obligaciones; o no puede "permitirse" estar en un centro para ayunos por un periodo indefinido). O el cuerpo puede indicar que su energía vital y sus rescursos se han reducido tanto que obligan a interrumpir el ayuno (el supervisor del ayuno debe estar cualificado para reconocer estas señales.) O al ayunador se le puede acabar la paciencia -mental o emocionalmente. Estas consideraciones subrayan la importancia de una supervisión profesional del ayuno. 3.- La duración del ayuno no puede determinarse con antelación Cuando se ayuna, es mejor no tratar de determinar su duración con antelación. Se debe ir día a día, sin fijar una fecha límite. Es mejor ayunar el tiempo que sea necesario, de modo que la meta pueda alcanzarse. El Dr. Alec Burton dice, "Algunos creen que una enfermedad determinada, por ejemplo, la úlcera gástrica, requiere un ayuno de dos semanas, y que la duración del ayuno está en cierto modo determinada por la enfermedad, ya sea artritis, asma o colitis, etc. Esto no es una consideración válida. Sólo nos preocupan las necesidades y capacidades del individuo y no la 'enfermedad' y su tratamiento. Debería ser obvio que la única persona cualificada para hacer un juicio válido sobre la duración del ayuno es el doctor encargado del caso." No obstante, debemos admitir que hay un cierto grado de validez en fijar metas cuando se ayuna para la remisión de ciertas patologías, puesto que la experiencia ha indicado que dicha remisión normalmente requiere un mínimo de días de ayuno. El higienista profesional, aunque no es infalible, está cualificado para hacer dichas predicciones, dichas "conjeturas," de modo
que el ayunador generalmente tiene alguna idea de si puede ser necesario un ayuno corto o largo. Aunque hay un consenso pleno respecto a que ayunar hasta la finalización tiene más posibilidades de producir unos resultados óptimos, y que la terminación prematura del ayuno puede hacer que sea necesario ayunar después, deben tenerse en cuenta algunas consideraciones. Como indicamos anteriormente, hay otros signos inconfundibles de que ha llegado el momento de romper un ayuno, por razones físicas, fisiológicas, mentales o emocionales -y en ellos hay que fijarse. El Dr. Burton dice, "El hambre generalmente sólo ocurre en un ayuno muy largo y entonces sólo con el agotamiento casi completo de las reservas nutritivas. Sin embargo, es algo en lo que el facultativo no debería confiar demasiado, ya que es totalmente subjetivo y hay muchas preguntas sin responder sobre él. Es más, debido a que la gente nunca ha experimentado un hambre 'auténtico' (i.e., la sensación que se dice acompaña al agotamiento de las reservas), realmente no saben lo que están buscando. Muchas personas dicen que no saben si tienen o no tienen hambre. Debido a que el hambre es subjetivo, debería ser evaluado junto con fenómenos más objetivos. Por ejemplo, el hambre invariablemente está acompañado de un flujo de saliva, mientras que una boca seca no tienen nada que ver con el hambre." 4.- No rompa un ayuno durante una crisis No es aconsejable romper un ayuno mientras el paciente está experimentando una crisis (un periodo de malestar agudo). Es importante dejar que la crisis siga su curso antes de decidir si es momento de finalizar el ayuno. Una crisis durante el ayuno es la manifestación de un síntoma, o grupo de síntomas, durante el transcurso del ayuno. Dichas crisis pueden ser la manifestación de la liberación en la corriente sanguínea de subproductos del metabolismo (a menudo mórbidos) almacenados, produciendo una irritación temporal en varias partes del cuerpo. Las crisis durante el ayuno a veces pueden ser las indicaciones de procesos reparadores y la manera del cuerpo de iniciar una corrección. La mayoría de los ayunadores no experimentan crisis durante el ayuno. Algunos pueden experimentar uno o dos incidentes suaves y fugaces, que pueden seguir su curso en una hora o dos. Los procesos de limpieza iniciados por el ayuno generalmente no son de una naturaleza violenta o desagradable. La mayoría de la excreción de materias tóxicas se lleva a cabo sin niguna molestia o incovenientes. Los individuos extremadamente tóxicos pueden esperar experimentar algunas molestias -que es una indicación de que necesitaban un ayuno. Durante un ayuno se han podido observar diversas crisis: dolores de cabeza, náuseas, vómitos, erupciones cutáneas, y otras. Los dolores de cabeza pueden aparecer al principio del ayuno, y, excepto en casos raros, desaparecer en un día o dos. Las náuseas y los vómitos (o, a veces náuseas con vómitos) ocurren en aproximadamente el 10% de los pacientes, a veces sólo en las primeras etapas, a veces durante periodos más largos. Si los vómitos persisten, la deshidratación puede ser una amenaza (sobre todo si el ayunador no puede retener agua), y puede ser necesario romper el ayuno. En algunos casos (extremadamente raros), la diarrea acompaña a los vómitos, ocasionando una gran pérdida de líquidos y el ayuno debe interrumpirse. Si se experimenta dolor, el ayuno no debería romperse hasta que el dolor disminuya (como normalmente sucede, en seguida). Es mejor no romper el ayuno hasta el día después de que se experimenta ese dolor. Por regla general, espere hasta que el bienestar y la comodidad han vuelto antes de romper el ayuno.
A veces (aunque esto es infrecuente), un ligero malestar (náuseas) continuará a lo largo del ayuno, y no desaparecerá hasta que la persona vuelve a comer. Obviamente, esta clase de malestar no será una contraindicación para terminar el ayuno, si es aconsejable interrumpirlo ya. Algunas personas necesitan dormir muy poco durante el ayuno, pero cuando vuelven a comer pronto necesitan dormir más. Algunas personas duermen mucho, especialmente durante la primera semana más o menos de un ayuno prolongado. El cuerpo no se priva del sueño que necesita. Algunos individuos tóxicos experimentan una subida de la temperatura durante el ayuno. Generalmente la temperatura, la frecuencia del pulso, y la presión arterial disminuyen en cuanto el ayuno comienza. El corazón descansa, y hay una reducción en la circulación. Después de la primera semana poco más o menos, a menudo se experimentan debilidad y mareos, a la par que la inevitable pérdida de peso. El Dr. Burton dice que la debilidad experimentada por el ayunador es "esencialmente una debilidad locomotora -una debilidad en el sistema muscular y en los órganos de la locomoción. No es una debilidad de los órganos vitales." La energía del organismo está siendo dirigida y utilizada para la desintoxicación y curación. Bajo estas condiciones, los músculos no necesitan la energía -pueden esperar de momento. El Dr. Herbert M. Shelton dice, "Parece que a menudo (durante el ayuno) hay una acumulación de sangre en el abdomen. Hay menos sangre en el cerebro, aunque el pensamiento es claro. Bajo estas circunstancias, pasar rápidamente de la posición horizontal a la vertical, puede dar lugar a mareos e incluso desvanecimientos a causa de que el ajustamiento de la circulación en la cabeza no es tan rápido como la velocidad con que el cambio de posición se hace. Para evitar un posible desvanecimiento, que puede ocurrir en algunos casos (aunque sin ninguna consecuencia), uno debe levantarse lentamente, En lugar de forzar al organismo, incorpórese lentamente, sintiése a un lado de la cama durante un breve tiempo, y entonces pongase de pie lentamente." Después de reanudar la alimentación, la debilidad y el mareo desparecen gradualmente digamos en una semana más o menos, al igual que el aumento de peso. Las precauciones sobre el cambio gradual de posición, y seguir descansando en la cama, deberían continuar hasta que estas condiciones mejoren. 5.- Por qué es necesaria la prudencia al terminar ayunos prolongados Existe una diversidad de opiniones sobre cuál es el mejor método para romper un ayuno prolongado -pero todos los expertos están de acuerdo en que la reintroducción de alimento al organismo en ayunas debe ser gradual. Debemos entender que el periodo de ayuno, y la reanudación posterior de la alimentación, ha sometido necesariamente al organismo a dos situaciones muy estresantes, dentro de un periodo de tiempo relativamente reciente. Cuando se inicia el ayuno, el cuerpo hace lo que puede para adaptarse a las nuevas condiciones. Los órganos digestivos ya no son necesarios para realizar sus funciones habituales, y virtualmente dejan de ejercerlas. No hay señal alguna de secreción de enzimas y jugos gástricos, o de secreciones normales en los intestinos. Sin alimento que lo mantenga dilatado, el estómago se contrae; los intestinos y el colón hacen lo mismo. Los movimientos intestinales generalmente cesan por completo después de los primeros días del ayuno; aunque, a veces, cuando los desechos están atrapados en los divertículos del colon, son expulsados gradualmente, cuando "salen" las paredes del colon se contraen; en este caso, pequeños movimientos intestinales pueden continuar durante una
semana o más tiempo. En algunos pacientes con colitis, que han estado experimentando diarrea aguda, la diarrea (a un ritmo reducido) puede continuar durante un tiempo durante el ayuno. En cualquier caso, los órganos de la digestión están casi completamente en reposo, mientras que otros órganos y procesos se hacen cargo y hacen horas extra. Los órganos de eliminación inician una operación de limpieza heroica, a través de la orina, los pulmones, las membranas mucosas y la piel (y a veces, como hemos señalado, a través de movimientos intestinales continuos). El organismo moviliza sus reservas, de modo que los órganos y tejidos en funcionamiento sigan recibiendo nutrimentos. Los excedentes de materias almacenados en el cuerpo se utilizan para este propósito. Los tejidos vitales son nutridos primero a partir de las reservas de nutrientes en el tracto digestivo (donde hay generalmente un suministro de tres días), y entonces la grasa, los depósitos y los crecimientos anormales son desintegrados, de tal modo que los nutrientes puedan ser salvados y absorbidos, y los desechos son eliminados por el proceso de la autólisis: desintegración de los tejidos por las propias enzimas del cuerpo. Esta es una parte normal de la fisiología pero se acelera y se intensifica por el ayuno. La sabiduría del cuerpo es su propia protección, y usa las materias almacenadas menos importantes; los órganos y tejidos esenciales del cuerpo, como el corazón, el sistema nervioso, los pulmones, y otros partes vitales permanecen intactas, y no se pierde ninguna célula. Todos los recursos del organismo son movilizados para esta metamorfosis, y el cuerpo se esfuerza por utilizar y mantener su energía disponible para realizar las funciones de limpieza, nutrición y curación iniciadas mediante la retención de nuevos suministros de alimentos. El organismo actua de una manera ordenada, siempre en la misma dirección, cada parte del cuerpo cooperando por la conservación de la vida y por la limpieza, nutrición y curación. Cuando el ayuno se rompe -sobre todo cuando se rompe antes de que el hambre auténtica vuelva-el cuerpo está expuesto a una situación más estresante que la que ocurrió cuando el organismo se vio obligado a adaptarse al cese de la alimentación. El cuerpo ha perdido temporalmente su capacidad para digerir alimentos de la manera habitual. Cuando se le ofrecen otra vez alimentos al organismo, debe dársele una oportunidad para que gradualmente recobre su capacidad para funcionar normalmente. Cuanto más largo sea un ayuno, más cuidados serán necesarios en el método de romperlo. Los métodos de romper el ayuno están diseñados para restablecer la función intestinal y reactivar las facultades digestivas que han estado en reposo. El cuerpo debe hacer cambios y ajustes en la fisiología, para acomodarse a la nueva situación. Si el primer alimento es de una naturaleza tal que los órganos no son capaces de manejarlo, el paciente puede tener náuseas y vomitarlo. Esta reacción violenta puede causar un perjuicio mental y físico; y el ayuno debe reanudarse, al menos por un día o más tiempo, quizás incluso más. Sin embargo, por regla general, el primer alimento es recibido con agrado y sabe delicioso. Si es zumo de naranja recién exprimido, o fruta fresca, generalmente sabe como néctar o ambrosía, y el ayunador está deseando que llegue la próxima comida con esperanza y regocijo. Si se le ofrecen la clase incorrecta de alimentos, quizás el paciente pueda disfrutar de él, pero apenas habrá una respuesta digestiva, y el alimento puede pudrirse o fermentar. Si no se produce una acción peristáltica para que el alimento avance a lo largo del tracto digestivo, puede ocurrir la impacción, con la posibilidad de un estreñimiento incómodo. Como indicamos antes, las opiniones difieren en cuanto a cuál es el mejor método para romper el ayuno, y es probable que no haya un método mejor. Después de un ayuno prolongado, sólo un experto supervisor de ayunos está cualificado para ofrecer los primeros
alimentos y para observar las reacciones del paciente, y para modificar el método, siempre que sea indicado, Debemos recalcar lo siguiente: las precauciones necesarias para romper un ayuno dependen de la duración del ayuno y del estado del ayunador. El Dr. Shelton dice, "Casi cada defensor del ayuno ha desarrollado sus propias técnicas para romper un ayuno. Parece existir una tendencia para que cada hombre asuma que sus propias técnicas son las mejores. Puede haber varias técnicas, cada una de las cuales es tan buena como la otra. El principal requisito a la hora de romper un ayuno es usar alimentos simples y sanos y darselos al ayunador sin pasar por alto su limitada capacidad digestiva. Se necesita tiempo para que las secreciones digestivas empiecen a ser producidas en cantidades normales y, hasta que sean segregadas en cantidades normales, la capacidad de digerir alimentos está limitada." 6.- Ejemplos de métodos para terminar ayunos prolongados Algunos de los alimentos y métodos que han sido usados para romper los ayunos prolongados incluyen: El Dr. Allan Cott, en Fasting as a Way of Life, página 27, recomienda mezclar una pinta de agua hervida con una pinta de zumo de uva, naranja o de albaricoque, y hacer que el paciente beba a sorbos dos o tres cucharaditas de esta mezcla cada diez o quince minutos a lo largo del día. El segundo día le da hasta un cuarto de zumo puro, cuatro onzas cada dos horas. El tercer día fruta entera; el cuerto día ensalada y algún alimento cocinado. El Dr. Otto H.F. Buchinger rompe el ayuno con manzanas, más tarde (al día siguiente) seguido por ensaladas y alimentos cocinados. Paul Bragg rompe el ayuno con tomates cocinados, más tarde (al día siguiente) seguido por ensaladas y alimentos cocinados. Algunos supervisores de ayunos recomiendan romper los ayunos con caldos vegetales, especialmente para personas que han estado ayunando por problemas digestivos severos (como colitis ulcerativa), seguido a su debido tiempo por pequeñas cantidades (si se toleran) de ensaladas y frutas. Hay otros alimentos que se recomiendan y se emplean para romper los ayunos, pero están tan alejados de los conceptos higienistas que sólo los mencionaré muy brevemente (alimentos cárnicos, leche). Hace años, escuché una conferencia dada por el Dr. Theron Randolph, un famoso alergólogo de Chicago, que ayunó a sus pacientes durante cinco días, y entonces experimentó ofreciendo diversos alimentos para determinar cuáles eran los alimentos que provocaban esos problemas "alérgicos." Dijo que normalmente rompía estos ayunos con langosta. Su razonamiento era que la gente normalmente se vuelve alérgica a los alimentos que comen habitualmente, y no es probable que sucediera esto con la langosta. Utilizaba la langosta para romper ayunos para protegerse contra las reacciones alérgicas de los primeros alimentos ofrecidos. Desde luego, hay un gran abismo con los métodos y principios higienistas. Romper ayunos con sándwiches, palomitas de maíz, langosta y una variedad de alimentos difíciles de digerir puede o no puede ser la causa de reacciones negativas evidentes, pero sin duda se suman al estrés de un organismo que difícilmente puede permitírselo. Ninguno de los métodos mencionados arriba son utilizados por los supervisores higienistas de ayunos, con la excepción del método del caldo vegetal, que a veces es utilizado por higienistas profesionales en ciertos casos inusuales. 7.- Métodos higienistas de terminar los ayunos prolongados
Durante muchos años, los supervisores higienistas de ayunos han roto ayunos con zumos de fruta o zumos de verdura frescos y crudos. Los zumos de fruta se han usado con más frecuencia. El zumo de naranja es el que se prefiere generalmente. Algunos usan cuatro onzas de zumo sin colar y sin diluir durante la primera comida algunos cuelan y diluyen (con agua destilada) el primer zumo, cuelan (pero no diluyen) la segunda toma, y dan zumo entero sin colar y sin diluir para la tercera toma. Algunos dan cuatro onzas cada hora, u ocho onzas cada dos horas para equilibrar el primer día (habiendo sido las dos primeras tomas de cuatro onzas cada una, con una hora de diferencia). Si, como a veces ocurre, la persona queda saciada después de cinco raciones, la frecuencia se reduce. Algunos dan ocho onzas cada tres horas después de las dos primeras tomas, y una naranja entera para las tomas cada tres horas durante el día siguiente o dos. La Dra. Vetrano ha cambiado los zumos por la fruta entera para romper la mayoría de los ayunos más prolongados. Sirve media naranja cada dos horas el primer día; el segundo día una naranja entera cada dos horas. O cambia el segundo día sirviendo una pieza de una fruta diferente cada dos horas -seis raciones. A veces rompe ayunos con tomates para aquellos que no desean ganar peso. Para las personas con un historial de problemas digestivos, puede romper el ayuno con zumos. La Dra. Vetrano cree que los movimientos intestinales se reanudan antes si el ayuno se rompe con alimentos sólidos en vez de zumos, y que la mayoría de la gente prefiere la oportunidad de masticar. Tanto si el primer alimento es líquido como si es sólido, debería "masticarse" o ensalivarse bien. Durante el periodo post-ayuno, la masticación adecuada es extremadamente importante para evitar sobrecargar al sistema digestivo en un momento en que está sometido a un gran estrés para recobrar su plena capacidad de funcionamiento. El Dr. Shelton dice que a veces usa un caldo vegetal templado para romper el ayuno, en aquellos casos raros en los que el ayunador tiene dificultades con los zumos crudos. Siempre que el individuo se sienta incapaz de tomar la cantidad que se le ofrece, las cantidades deben reducirse, u omitir la toma. El Dr. Shelton dice al tercer día el ayunador puede tomar una naranja para desayunar, dos naranjas al mediodía, y tres naranjas para cenar. Al cuarto día puede tomar más variedad de alimentos, como melón o uvas u otra fruta para desayunar, otra fruta en la comida del mediodía, y una ensalada de verduras para la comida de por la noche, con una verdura no feculenta, si le apetece. El Dr. Shelton dice que, al comienzo del quinto día, debe tomarse diariamente una proteína con la comida de verduras. Dice que, al cabo de unos días, puede tomar un almidón cocinado con la comida de verduras durante algunos días, si le apetece. (Ver discusión posterior en esta lección referente a la inconveniencia de ofrecer alimentos cocinados tan pronto, a menos que sea absolutamente necesario). Mi propia experiencia y preferencia es por cuatro onzas de zumo de naranja colado y diluido como primer alimento. Si se tolera bien, una hora más tarde se da cuatro onzas de zumo colado, sin diluir; y ocho onzas de zumo de naranja entero (sin colar y sin diluir) dos horas después. Dos o tres horas más tarde, se sirven una o dos naranjas enteras, y de nuevo al cabo de tres horas. El segundo día -fruta entera a intervalos de tres horas; al tercer día -dos o tres comidas ligeras de fruta, y una ensalada pequeña por la noche, si al ayunador le apetece -en caso contrario, siga con la fruta. A mi me va bien este régimen y también a mi marido. Me gusta empezar con zumo diluido y colado para reducir el posible peligro de la masticación insuficiente de las duras membranas de los cítricos; también, para reducir la acidez del primer zumo.
Me gusta romper un ayuno por la mañana, pero no hay una razón de fuerza mayor por la que un ayuno no pueda romperse en otro momento durante el día, sobre todo cuando el hambre auténtica ha vuelto. Me gusta más por la mañana debido a la oportunidad de ofrecer varias "comidas" antes de acostarse. Algunos supervisores de ayunos recomiendan régimenes más estrictos, y otros más abundantes, Arnold De Vries recomienda cinco días de zumos después de un ayuno de tres días, pero califica esto de una orientación general. II.- FACILITAR UNA DIETA VARIADA Algunas personas pueden comer una dieta variada antes que otras personas -el supervisor del ayuno toma esta decisión, basándose en cómo reaccione el individuo. La mayoría de la gente es capaz de tomar sólo pequeñas cantidades de alimentos durante varios días, y no debe darseles más de lo que puedan digerir sin sufrir molestias. Generalmente están satisfechos con pequeñas cantidades de alimentos al principio, y, es cierto, sólo se necesitan pequeñas cantidades. La razón por la que el ayunador es incapaz de tomar cantidades más grandes es porque el estómago se ha contraido durante el ayuno. Algunos supervisores de ayuno sirven cuatro comidas pequeñas diariamente durante una semana o más, para permitir que el individuo recobre el peso y las fuerzas algo más rápido: desayuno, comida, cena y un pequeño tentempié de fruta por la noche. El Dr. Shelton dice que al final de la primera semana, el ayunador debería ser capaz de tomar cantidades normales de alimentos. A) Sobrealimentación después del ayuno Algunas personas pronto demandan gandes cantidades de alimentos para compensar las restricciones previas.Aquellos que tengan una tendencia a sobrealimentarse tras los primeros días de comer, se les debe impedir. La sobrealimentación constante distendirá de nuevo el estómago, después de lo cual la persona no se siente satisfecha a menos que coma para llenar el estómago distendido. Aquellos a los que se permite comer demasiado pueden encontrar que la sobrealimentación puede retrasar el restablecimiento de la capacidad normal del cuerpo para digerir los alimentos de manera cómoda. La mayoría de la gente no tiene problemas digestivos después de un ayuno (si el ayuno se rompe con prudencia) -algunos de ellos los tienen, aunque en el pasado no fueran conscientes de esta clase de problemas. La Dra. Vetrano dice que la mayoría de la gente viene a ayunar con una inflamación del tracto digestivo, tanto si lo saben como si no. Dichas personas tienen más probabilidades de enfermar otra vez, si se les permite sobrealimentarse en el periodo inicial después del término del ayuno. Charles W. Johnson, Jr. (Fasting, Longevity and Immortality) dice que si al "monstruo del apetito" se le da vía libre después del ayuno, llega a ser muy difícil de controlar, ocasionando una pérdida de gran parte de los beneficios del ayuno, además de la probabilidad de un daño significativo. Escuchar al centro de control del apetito en este momento puede confunfirle. Los que están muy delgados y tardan en aumentar de peso deberían ignorar su peso. Ganar fuerzas y restablecer la eficiencia del funcionamiento del cuerpo es mucho más importante. No deberían comer en exceso ni comer alimentos que engordan. Deberían estar satisfechos y aceptar el aumento de peso gradual que seguramente se producirá a su debido tiempo. Incluso si aumenta sólo una libra a la semana, son veintiseis libras en seis meses. En cualquier caso, el peso se estabilizará con el tiempo.
El Dr. Shelton dice, "Después de un ayuno de una duración considerable, hay una periodo de varios días, que puede llegar hasta dos semanas, durante el cual el individuo se siente hambriento la mayor parte del tiempo. Si no se le guia con cuidado, es casi seguro que comerá en exceso. Si controla su alimentación hasta que este periodo inicial de hambre ha pasado, se acostumbrará y volverá a tener un apetito normal y el peligro de comer en exceso pasará. "Descontrolado, puede comer tanto durante este periodo que pierda mucho de lo que ha ganado en el ayuno. Una ventaja importante de ayunar en una institución es que el control continua hasta que el nivel normal de apetito se ha estabilizado. En dicha institución la dieta del paciente está cuidadosamente supervisada; no se le permite comer en exceso. En casa, debe ser un hombre más auotdisiciplinado que la media si quiere evitar sobrealimentarse." El Dr. Shelton también dice, "El animal rompe su ayuno con el alimento que se encuentre disponible en el momento en que reanuda la alimentación. Por lo general, los animales parecen controlarse mejor que el hombre. No son propensos a llenarse cuando rompen un ayuno, sino que pueden tomar una porción pequeña del alimento al hacerlo así. Un perro que ha ayunado durante casi un mes, por ejemplo, puede tomar unos pocos sorbos de leche y rechazar cualquier producto cárnico durante los primero cuatro o seis días, después de que reanuda su alimentación. Si la intuición del hombre todavía fuese tan fiable como guía a la hora de comer como lo es en el caso del animal, dudo que necesitáramos supervisar la ruptura de un ayuno." Si es posible, debería tratar de permanecer en el centro de ayuno el tiempo suficiente para ganar peso para parecer "presentable" ante la familia y los amigos, si está muy delgado. Si no es posible, lo mejor no es preocuparse por ello. La familia y los amigos observarán gradualmente el nuevo florecimiento de salud a medida que transcurran los meses. Muchas personas que tenían un peso crónico insuficiente antes del ayuno experimentan tal mejoría en la asimilación después del ayuno que alcanzan un peso más normal cuando el peso se estabiliza. Esto es debido a que la capacidad de las células para absorber y asimilar los nutrientes se ha incrementado, algo que siempre ocurre después de ayunar. El aumento de peso es a menudo menos eficaz después de una enfermedad, a causa de los daños producidos por las toxinas y los medicamentos. Upton Sinclair, en The Fasting Cure, sostiene que después de un ayuno "volvemos" a nuestro peso "ideal," a veces menos y a veces más que el peso que teníamos antes de ayunar. Upton Sinclair se transformó, después de varios ayunos, de un "ectomorfo" muy delgado a un "mesomorfo" atlético. Por otro lado, las personas cuya meta es perder peso pueden beneficiarse mucho mediante un ayuno. El Dr. Edgar S. Gordon de la universidad de la Facultad de Medicina de Wisconsin, dice que las personas que ganan peso con facilidad probablemente tienen una tasa metabólica baja. Convierten la glucosa en grasa demasiado rápido y no producen bastante energía disponible. Los experimentos del Dr. Gordon con animales sugieren que un ayuno puede "romper el bloqueo metabólico," produciendo cambios endocrinos sutiles que hacen la asimilación de los alimentos más eficiente. Un informe en Lancet, una publicación médica británica, opina que los cambios hormonales ocasionados por el ayuno pueden continuar favoreciendo la pérdida de peso incluso después de que se reanuda la alimentación. Esto no siempre ocurre en todos los casos de obesidad, pero es un importante beneficio potencial del ayuno para la pérdida de peso. Desde luego, nada en el mundo impedirá que el individuo engorde si este vuelva a sus hábitos alimenticios de glotón. El ayuno hace que aprendamos a distinguir la diferencia entre el hambre y el apetito, y reeduca las papilas gustativas. Si el ayunador puede recibir ayuda durante el periodo crítico inicial, puede lograr una alteración en sus hábitos alimenticios. Muchas personas salen del
ayuno con una pasión por las frutas y verduras frescas. Un informe de 1976 del British Medical Journal dice que casi todos los pacientes que ayunan "reconocen un cambio radical en sus hábitos alimenticios anteriores." Aunque un ayuno, por lo general, adecue el apetito a la necesidades reales del cuerpo, el Dr. Allan Cott dice (Fasting As a Way of Life, p.25), "La persona prudente sigue un programa de realimentación sensato. Con cuidado si quiere seguir sintiéndose estupendamente... En efecto, el cuerpo es reeducado por un ayuno. 'Olvida' los hábitos de sobrealimentarse y 'contaminarse.' 'Nace otra vez.' Se inclina hacia un estado natural. Quiere sólo tanto alimento como sea necesario para mantenerse. Prefiere la clase de alimentos que son naturales al sentido del gusto y armónicos con el sistema digestivo." Advierte que debe adherirse a un programa de realimentación cuidadoso durante el mismo número de días que ayunó. Si hace esto. "la probabilidad es que, cuando recupera sus pautas alimenticias normales, comerá de una forma más selectiva y austera, lo cual es muy beneficioso." Después de unas dos semanas, o quizás un poco más, la sensación de estar hambriento a todas horas tiende a desaparecer, si el "monstruo del apetito" ha sido mantenido bajo control. B) Control permanente del programa de alimentación El Dr. Cott dice que después de ayunar, hay muchas más probabilidades de un control permanente del programa de alimentación que después de cualquier dieta. Dice, "El sistema ahora quiere rechazar alimentos que sobrepasen las necesidades del cuerpo. Ahora debería ser capaz de tener una nueva perspectiva sobre la comida y una nueva relación con los alimentos que puede impedirle sobrealimentarse o comer alimentos indeseables. Un ayuno y un programa de realimentación sensato han conducido a este desiderátum." El Dr. Cott dice también, "Después de un ayuno largo el paladar recobra su antigua pureza. Prefiere el sabor de los alimentos que son simples, enteros y naturales. Tiende a rechazar los alimentos procesados y fragmentados, además del alcohol y el tabaco." El Dr. Shelton dice que si se usa el ayuno para aliviar una enfermedad crónica -incluso si el paciente a pasado sólo por un ayuno corto (menos de catorce días) -generalmente es deseable utilizar una dieta de eliminación durante algún tiempo después de la finalización del ayuno, quizás algunas semanas. Una dieta de eliminación es una dieta baja en proteínas, carbohidratos y grasas, lo que hace que las células usen las reservas almacenadas para satisfacer sus necesidades. Durante una dieta así, el cuerpo puede eliminar desechos tóxicos y desechos acumulados, pero nunca tan bien como en un ayuno. Obviamente, una dieta de eliminación no se recomendaría si la persona hubiese ayunado previamente hasta el final. C) Coma alimentos crudos tanto tiempo como sea posible Cuando el individuo pasa a consumir una dieta variada, pueden comerse una amplia gama de alimentos sin cocinar. Incluso si la persona intenta volver a consumir algún alimento cocinado, esto debería postponerse tanto como sea posible. Un cuidadoso control del programa alimenticio debera continuar al menos dos o tres semanas después de romper el ayuno. La frágil situación del cuerpo va desapareciendo gradualmente, a medida que el sistema digestivo vuelve lentamente a su eficacia normal. Algunos individuos extremadamente debilitados o ansiosos están impacientes con su lenta y gradual recuperación de las fuerzas y del peso, y encuentran tremendamente difícil comer sólo alimentos crudos. En tales casos, podría ser aconsejable permitir cantidades pequeñas de alimentos cocinados, únicamente en la comida de por la noche. Pero realmente es mucho mejor comer moderadamente alimentos enteros y crudos y esforzarse por calmar las dudas del individuo después de ayunar. Se están haciendo
adaptaciones que serán más rápidas cuanto mayor sea la calidad de los alimentos enteros y crudos. Durante este periodo, es muy beneficioso seguir una dieta de alimentos crudos, si es posible. Cuanto más tiempo sa mantenga esta dieta de alimentos crudos, mejor comienzo tendrá la persona. Debe abstenerse de contaminar la corriente sanguínea realtivamente pura con los desechos patógenos de los alimentos cocinados indefinidamente, si es posible. Después del ayuno, el cuerpo necesita alimentos enteros, crudos y no recibirá con agrado los alimentos cocinados, en los que todas las enzimas han sido destruidas, junto con muchas de las vitaminas y minerales. Por si fuera poco, los aminoácidos y las grasas han sido transformados y se han vuelto menos digestibles y a veces tóxicos, y el equilibrio de la naturaleza ha sido alterado. Una dieta óptima de alimentos enteros, sin procesar es especialmente importante durante las primeras semanas (o incluso meses) tras el ayuno, cuando el cuerpo está recuperando su peso normal, y se esta formando un nuevo protoplasma. La química del cuerpo está determinada básicamente por los alimentos que se comen, aunque otros factores (ejercicio, sol, aire fresco, etc.) tienen alguna influencia. Aunque las causas de la enfermedad incluyen factores químicos, bacterianos, mecánicos y mentales, la química domina la eficacia de las funciones fisiológicas del organismo, siendo los demás factores secundarios para la condición química del cuerpo. El complejo equilibrio químico de todos los nutrientes de los alimentos es alterado por el calor, y se ha demostrado sin lugar a dudas que unos tejidos y una salud superiores son el resultado de una dieta de alimentos crudos. Recuerde que los nutrientes utilizables en los alimentos crudos exceden a los de los alimentos cocinados en varios cientos por cien, y después de un ayuno prolongado, este es un periodo crítico para decidir-¿con que calidad de tejido reemplazará al tejido que ha descartado? El ayunador y el supervisor del ayuno deben tomar esta decisión en cooperación, siempre con mente puesta en que el ayunador ya ha hecho una inversión tremenda, que puede ser protegida o amenazada por el programa de alimentación posterior al ayuno. D) Las necesidades proteínicas después del ayuno Después de un ayuno prolongado, puede ser necesaria una cantidad ligeramente mayor de proteínas de lo usual, si no están por encima de las capacidades digestivas del cuerpo. Inmediatamente después de un ayuno prolongado, el cuerpo no puede manejar una gran cantidad de alimentos proteínicos. Las proteínas concentradas son más difíciles de digerir que los demás alimentos, porque son los elementos nutritivos más complejos, y su desdoblamiento y utilización son los más complicados. El cuerpo puede utilizar sólo una cantidad limitada de proteínas en el periodo inmediatamente posterior al ayuno. El Dr. Shelton dice, "No obtenemos ningún beneficio con una sobrealimentación después de un ayuno. Las prisas por recobrar las fuerzas y recuperar el peso hace que muchos exigan cantidades excesivas de proteínas, pensando que la proteína se utiliza en proporción directa a la cantidad ingerida. En The Nutrition of Man (1907) el Catedrático Russel H. Chittenden de la universidad de Yale, destallando sus experimentos que abarcaban el establecimiento y mantenimiento del equilibrio del nitrógeno en muchos niveles de la ingesta de nitrógeno nos dice: 'El hombre que ayuna al haber perdido gran parte de sus reservas de proteíns puede reemplazarlas sólo lentamente, aun cuando coma alimentos proteínicos en abundancia... El cuerpo humano no almacena proteínas rápidamente y esto es así no importa lo mucho que los tejidos necesiten este reabastecimiento. Comer proteínas en exceso no conduce a los resultados correspondientes, debido básicamente a las peculiares propiedades fisiológicas de las proteínas; su efecto estimulador general sobre el metabolismo, la tendencia del cuerpo a establer un
equilibrio de nitrógeno a diferentes niveles, y el hecho recalcado por van Noorden de que el depósito de carne es principalmente una función de la energía específica de las células en desarrollo... Generalmente se considera un factor establecido, que en el hombre es imposible lograr un almacenamiento o depósito grande y permanente de carne mediante la sobrealimentación. Del mismo modo, se sabe que la fuerza muscular del hombre no puede ser considerablemente incrementada por una ingesta excesiva de alimentos... Podemos llamar la atención hacia el hecho bien conocido de que al alimentar a los animales, aunque la grasa pueda ser depositada en grandes cantidades, la carne no puede incrementarse tanto por la sobrealimentación." Shelton continua, "Es obvio que no obtenemos ningún beneficio por una ingesta excesiva de proteínas, después de un ayuno. El cuerpo puede hacer uso de una cantidad determinada de proteínas en el periodo post-ayuno, y debe excretar toda la proteína que no ha usado... La retención de nitrógeno se incrementa por la ingesta de minerales y carbohidratos y es más importante que la dieta contenga cantidades adecuadas de estos que contenga un exceso de proteínas." E) Un fenómeno interesante Una observación interesante y probablemente significativa hecha por Charles W. Johnson, Jr., en Fasting, Longevity and Inmortality, página 26, se refiere a un hecho (que he observado a menudo) que, después de un ayuno, puede que el peso aumente más sin que los alimentos que se ingieren justifiquen ese aumento. Suele afirmarse que son necesarias tres mil calorías acumuladas para aumentar o perder una libra, y he observado que esto es un resultado coherente, tanto cuando se ayuna como cuando se come. Johnson dice, "Mis notas muestran que rompí mi ayuno de cuarenta días el 28 de marzo de 1964, pero cuatro días antes, al trigésimosexto día de ayuno, estuve trabajando duro en mi jardín plantando. Del 22 al 28 de marzo mi peso permaneció en 135-136 libras. Esto saca a colación lo que puede ser el misterio más importante del ayuno. "Podemos calcular la energía que es necesaria para mantener nuestro corazón, nuestro mecanismo de respiración, y el funcionamiento de nuestro cerebro. Añadiendo una poca actividad física mínima, podemos concluir que un ayunador moderamemnte inactivo debería perder casi una libra de peso al día. Es decir, a falta de alimento para quemar energía, el cuerpo debe quemar, o catabolizar, casi una libra por día de su propio peso para 'ir tirando' . Durante la mayor parte de un ayuno esta es una cifra típica de pérdida de peso. "Sin embargo, aquí estoy yo, casi al final de un ayuno de cuarenta días, sintiéndome con más energía que al principio del ayuno, haciendo más trabajo físico, y sin perder peso. Imposible, desde luego, e ignoré insensatamente el hecho -la ausencia de pérdida de pesoasumiendo que era el resultado de un control u observación errónea. (Con cuanta frecuencia los científicos pasan por alto algo importante simplemente porque sabemos que es imposible y por lo tanto nos negamos a verlo.) Por consiguiente, sin embargo, leí que otros habían observado el mismo fenómeno, y en algunos casos con gran concentración. "Parece existir una violación bien definida de una ley sagrada de la física: la ley de la conservación de la masa y la energía. Alguna fuente misteriosa de energía está suministrando su energía para que nuestro cuerpo la use." Johnson dice que después de su ayuno de cuarenta días, se dio cuenta de que no estaba comiendo ni bebiendo lo bastante como para justificar su pérdida de peso. "La violación de la conservación de la ley la masa y la energía, manifiesta en los últimos días del ayuno por la ausencia de pérdida de peso, continuaba ahora que estaba comiendo. Ahora estaba tomando la
forma de un mayor aumento de peso de lo que mi ingesta de alimentos y agua podrían justificar... sin duda en este punto hace falta realizar una importante investigación." El Dr. Cott dice, "Una vez reanudada la alimentación, se produce algún aumento de peso de forma natural. El cuerpo retiene líquidos, lo cual se traduce en peso a causa del contenido de sodio de los alimentos. Durante un tiempo después de cualquier ayuno, esto será más peso del que es equilibrado metabólicamente en relación a la cantidad de calorías que se consumen." Esto puede ser una explicación parcial para el fenómeno observado por Johnson (y otros), pero de ninguna manera justifica completamente las inconsecuencias en la pérdida de peso y en el aumento de peso y su relación con las calorías consumidas. F) Tenga cuidado con los alimentos cocinados y otras concesiones Para aquellos que con el tiempo vuelvan a consumir una dieta variada que incluya alimentos cocinados -¡permanezca alerta! Las concesiones pueden seguir a otras concesiones y, al final, puede encontrarse de nuevo en el mismo sendero destructivo que ocasionó el problema que necesitó un ayuno prolongado. Volver a sus viejos hábitos puede invalidar todo lo que ha hecho y retroceder. Este es el momento para reeforzar su decisión para persistir en un estilo de vida higienista, y experimentar incluso una mejoría mejor en años venideros. Puede pasar un año antes de que consolide sus beneficios y desarrolle la salud y la fuerza que visualizó cuando emprendió el ayuno. Pero sin duda llegará a pasar si continua estudiando la Higiene Natural y vive de acuerdo a sus requerimientos naturales. Aquellos que usen algunos alimentos cocinados deben tener cuidado de no pasarse. Una vez que deja de consumir los alimentos más perfectos de la naturaleza (crudos e intactos), es demasiado fácil hacer esta excepción y empezar a tomar postres, alimentos procesados, etc. Si come alimentos cocinados, espere lo más que pueda después de terminar el ayuno, y entonces: 1) Reserve algunos días para comer todo crudo. 2) Nunca coma alimentos cocinados más de una vez al día, como parte de una comida empezando con una gran ensalada cruda. 3) Asegúrese de que en toda su dieta no incluye más de un 20% de alimentos que no están enteros o crudos -prefiblemente no más del 10%. 4) Sea estricto consigo mismo -al menos durante el primer año después de un ayuno prolongado. Si alguno de sus síntomas reaparecen, asegúrese de "retroceder" inmediatamente y siga una dieta de alimentos crudos que pueda controlar bien. III.- SÍNTOMAS DESPUÉS DEL AYUNO Algunos síntomas fugaces ocurrirán o recurrirán durante un periodo corto después de romper un ayuno prolongado. Algunas personas experimentan dolores de garganta, llagas en la boca, edema (normalmente tobillos ligeramente hinchados). A veces hay una recaída suave del problema original -o un episodio doloroso muy breve. Generalmente son las manifestaciones de los esfuerzos del organismo por efectuar los ajustes necesarios durante el periodo de transición en el que pasa de ayunar a la necesidad de procesar suministros de alimentos nuevos. No debe intentarse paliar esos síntomas y no es necesario (ni aconsejable) empezar a ayunar otra vez en este momento. Descanse mucho, y siga comiendo con cuidado, preferiblemente alimentos crudos, y estos síntomas disminuirán de forma gradual. IV.- TRANSICIÓN A UNA VIDA RACIONAL
Generalmente el periodo de transición no es realmente difícil: la mayor parte del tiempo no hay problemas reales. Los primeros movimientos intestinales pueden ser normales y fáciles -suelen ser muy oscuros y malolientes, cambiando gradualmente a un color normal y perdiendo su mal olor. Si experimenta alguna dificultad, no se esfuerce ni se preocupe -comentéselo a su supervisor de ayunos y él le ayudará. Después de reanudar la alimentación, sus heces probablemente serán bastante blandas, pero adquirirán gradualmente su consistencia normal. Tras unas pocas comidas, el ayunador empieza a sentirse mejor, y puede experimentar una sensación de euforia. Está tan feliz por haber culminado con éxito el ayuno -tan feliz de estar disfrutando de los placeres de la comida otra vez. Puede tener la sensación de haber recobrado las fuerzas y el bienestar, y desear hacer una locura, como entregarse a una actividad agotadora. Pero, en realidad, los mareos y la debilidad retroceden sólo gradualmente. Uno debe ir recuperándose lentamente. El cuerpo apreciará que se le dé tiempo para adaptarse gradualmente a la nueva situación. Johnson dice que el milagroso poder del ayuno produce una "inextingible exuberancia" y entusiasmo por la vida, sobre todo durante un periodo inmediatamente después de romper el ayuno. Dice, "El gourmet no conoce la auténtica sensación de las papilas gustativas tentads hasta que ha roto un ayuno de al menos varios días con un alimento sencillo." Todos los ayunadores y todos los supervisores de ayunos estarán de acuerdo con las elocuentes expresiones de Johnson de euforia experimentadas después del ayuno. Si no ha ayunado hasta el final, la lengua se aclarará gradualmente -normalmente tarda varios días (a veces más tiempo) en eliminar la lengua saburrosa y el mal aliento. El Dr. Shelton dice, "El descanso en la cama debe continuar durante la primera semana en que se restablece la alimentación y la actividad comenzar muy gradualmente. Es común para el ayunador querer llegar a ser activo en cuanto empieza a comer. Esto no aconsejable. No es tan fuerte y no tiene la resistencia que cree que tiene. Algunos ayunadores quieren dar paseos largos tanto pronto como empiezan a comer. Pero dan tantos paseos que retardan la recuperación y provoca que el peso del individuo se inmovilice. Debe tomárselo con calma durante algunos días antes de llegar a estar tan activo como antes." A medida que recobra las fuerzas, debe empezar -al principio con prudencia- a tomar paseos cortos y a hacer algunos ejercicios fáciles. Es muy importante para ir fortaleciéndose gradualmente para poder realizar ejercicios vigorosos, según el estado del cuerpo, ya que esto ayudará al restablecimiento de la capacidad digestiva normal. La capacidad de procesar y asimilar los alimentos se incrementará considerablemente después de un ayuno y su correcta terminación, y tras un periodo inicial de adaptación. Descansar después de cada comida también favorecerá considerablemente la digestión, el aumento de peso, y el nuevo vigor. V.- MEDICAMENTOS Y OTROS VENENOS ¡Esto es muy importante! No debemos olvidar que los medicamentos y otros venenos representan una gran amenaza después de que el cuerpo se ha limpiado mediante un ayuno, porque los "callos" han desaparecido. El nivel de tolerancia ha disminuido -el cuerpo ya no tolera las toxinas y reaccionará fuertemente para eliminarlas. Cuando el individuo toleraba las toxinas, él (o ella) estaban desarrollando la enfermedad y matándose gradualmente. Un nivel de tolerancia más bajo supone un tremendo paso hacia delante, pero le deja a uno más vulnerable. De modo que es importante permanecer lejos de los
hospitales y de los medicamentos y de otros materiales tóxicos. Evite los fumadores, los gases de monóxido de carbono, y el aire contaminado en la medida de lo posible. Desde luego, no es necesario o aconsejable usar suplementos dietéticos después del ayuno, ni a todas horas. Después del ayuno, es incluso más importante no sobrecargar al cuerpo purificado con dichas sustancias cuestionables. El cuerpo es propenso a reaccionar violentamente ante su uso e, incluso si no lo hace, el organismo se ve obligado a descomponer estas sustancias, tratar de utilizar los nutrientes que estén presentes, y eliminar los excesos y los productos de desecho. El estrés resultante y el gasto de energía es lo único que posiblemente pueda ser obtenido de las pastillas. Es cierto que, tras un ayuno, hay una urgente e imperiosa necesidad de proteínas, minerales, y vitaminas -no de pastillas o polvos, sino de las frutas y verduras enteras y naturales y de frutos secos y semillas crudos y sin salar. Estos contienen todos los nutrientes utilizables. Después del ayuno, debería aprender a vivir de tal manera que conserve bajo el nivel de tolerancia. La tolerancia de toxinas interfiere con el funcionamiento normal del cuerpo, conduciendo inevitablemente a la primera fase de la toxemia (enervación, falta de suficiente energía nerviosa) a la que seguirá más adelante la enfermedad y la muerte de los tejidos. VI.- TÓMESELO CON CALMA Tras regresar a casa, no debería tener mucha prisa por volver a las responsabilidades y obligaciones. Debería reanudar las actividades gradualmente; dormir mucho y comer con cuidado para no disipar los beneficios que se han logrado. La inversión en la salud no merece la pena si no "se lleva a cabo hasta el final." VII.- AYUNAR NO HACE AL CUERPO A PRUEBA DE ENFERMEDADES El ayuno no es sino el primer paso para combatir la enfermedad y debe ser seguido por una vida correcta. Las personas que han sufrido enfermedades crónicas degenerativas nunca deberían cometer el error de quedarse a medio camino entre lo convencional y los conceptos higienistas. Después de un ayuno, prolongado, nunca deberían retroceder a las pautas alimenticias convencionales o volver al "síndrome de prevención" del control de la salud, para que sus problemas no vuelvan. Es difícil imaginar que alguien que ha experimentado los prodigios de un ayuno prolongado puediera ser persuadido jamás a desviarse de la Higiene Natural, porque un error así podría ser grave, quizás desastroso. Los principios de la Higiene Natural y el empleo del ayuno se basan en el estudio de la causa y el efecto. Suprima las causas de la mala salud mediante un estilo de vida higienista y el efecto será una salud mejor. Suprima los efectos acumulados del anterior estilo de vida irracional (mediante el ayuno), y el cuerpo tenderá hacia la curación y el rejuvenecimiento. El ayuno no asegura al cuerpo contra las enfermedades. Es cierto que algunos síntomas y manifestaciones de la enfermedad desaparecen durante el ayuno y no vuelven. Pero hay algunas enfermedades que tienen una tendencia a volver rápidamente después del ayuno si el ayunador vuelve a los viejos hábitos que provocaron la enfermedad. Mucho depende del tipo, extensión y gravedad de la degenerción y de la fuerza y vitalidad del individuo. Durantes las primeras semanas o meses -quizás durante el primer año o dos después de un ayuno prolongado, el estilo de vida y la alimentación pueden ser críticos en la conservación de la mejoría en la salud que se ha conseguido. VIII.- CÓMPUTO LOS BENEFICIOS DEL AYUNO
Si se sigue un estilo de vida higienista después del ayuno, los beneficios del periodo del ayuno se seguirán notando durante semanas, meses, e incluso años después de terminar el ayuno. La relación entre ayuno y nutrición debe admitirse. La recuperación de una patología a menudo puede lograrse a través de un ayuno, pero la recuperación permanente depende del estilo de vida posterior, sobre todo del programa alimenticio. Algunas personas aceptan el ayuno como una necesidad más o menos dramática y drástica -pero piensan que es una panacea, tras el cual desaparecerán todos sus problemas. Después de mi ayuno de 29 días en 1967, mis expectativas poco realistas dieron lugar a una sensación de decepción. Esperaba experimentar una salud perfecta inmediatamente. En realidad, no fue hasta que pasó un año cuando me dí cuenta de todas las consecuencias de mi ayuno, y comprendí la plenitud del milagro que había ocurrido en mi cuerpo. Años después -en 1979-tuve una experiencia similar. Había estado molesta con un dolor ligero pero persistente en un costado durante casi dos años. Aunque había estado ayunando treinta y seis horas dos veces al mes, y había hecho varios ayunos de tres y cuatro días, el leve dolor persistía. Entonces decidí ayunar más tiempo pero, a causa de las limitaciones del tiempo y a compromisos anteriores, rompí el ayuno después de nueve días. (Como puede ver yo también estoy sometida a las mismas presiones y flaquezas humanas que puedo deplorar en los demás. Lo ideal sería que hubiese ayunado más tiempo, posiblemente hasta el final). En cualquier caso, el dolor leve persistió durante y después del ayuno. Estaba ocupada y decidí ignorarlo de momento y realmente me olvidé de él la mayor parte del tiempo. Unos seis meses después, repentinamente me volví hacia Lou (mi querido esposo) y exclamé, "Acabo de darme cuenta -ya no tengo ese dolor en el costado -y no sé cuando cesó!" Nunca ha vuelto. IX.- DEBEN FORMARSE NUEVOS HÁBITOS El ayuno es un medio de promover la salud eliminando las condiciones que causan enfermedades -limpiando el cuerpo de toxinas acumuladas y permitiendo que se cure. Los apetitos pervertidos pueden normalizarse mediante el ayuno, pero deben formarse nuevos hábitos para sustituir y superar cualquier presión por volver a los apetitos que produjeron la enfermedad. El periodo inmediamente posterior al ayuno es el mejor momento para formar y mantener los hábitos que le darán a uno la sensación de haber nacido otra vez. El Dr. Shelton dice, "El verdadero remedio para todos los males de la salud es una correción completa del estilo de vida. Cuando se suspendan los hábitos enervantes, el enfermo empezará a ponerse bien, y, una vez que se ha recobrado, seguirá bien a menos que se vuelva a caer en los hábitos enervantes." El ayuno prolongado para la eliminación de la toxemia no es sino la preparación inicial para un programa de restablecimiento de la buena salud. La salud se desarrolla con la vida correcta. El ayuno comienza la inversión de los procesos de la enfermedad, de tal modo que los poderes autocurativos del organismo puedan iniciar los procesos de restablecimiento de la salud. Pero el factor más importante en el progreso hacia una salud óptima es hacer los cambios necesarios en los hábitos de vida. A menos que se hagan cambios para corregir el estilo de vida después del ayuno, no se puede tener una buena salud permanente.
No lo olvide nunca: la Higiene Natural es un estilo de vida. El ayuno no es una modalidad que tenga que utilizarse para corregir síntomas incómodos, tras los cuales uno puede volver al estilo de vida que produjo la enfermedad. El estilo de vida higienista, sobre todo si se complementa con el uso de periodos de ayuno regulares y cortos, como un instrumento para mantener la salud es la mejor garantía y el mejor seguro para una buena salud y una vida larga. * PREGUNTAS SOBRE LA LECCIÓN PREGUNTA: Después de un ayuno prolongado, ¿cuándo se puede pensar en volver a trabajar a jornada completa? RESPUESTA: No hay manera de dar un cálculo exacto del tiempo requerido. Los factores implicados son la gravedad de la patología, la duración del ayuno, el estado físico del individuo, el ritmo del regreso de la fuerza y el peso normales, y la clase de trabajo. Si el ayunador estaba obeso, y ayunaba principalmente para perder peso, esa persona es probable que se recupere muy rápido. Si el peso del ayunador es bastante bajo cuando el ayuno ha terminado, obviamente será necesario permitir un tiempo más considerable para la recuperación. Yo diría que, después de un ayuno de 21 a 30 días, uno generalmente debería contar con al menos un mes, y posiblemente dos meses o más, para ser capaz de incorporarse a un programa de trabajo completo. Sin embargo, he conocido a gente que recobró toda la fuerza y la vitalidad en menos tiempo. Esencialmente, depende del individuo y de otras circunstancias de la situación del ayuno, y es realmente más o menos impredecible. PREGUNTA: ¿Cuánto tiempo después de romper un ayuno debería permanecer en un centro para ayunar? RESPUESTA: De nuevo, como la pregunta anterior, no se puede dar una respuesta general aplicable a todos los casos. Sin embargo, es mejor tomar medidas para permanecer el tiempo suficiente para acostumbrarse al nuevo programa de alimentación, y más allá de la etapa donde uno "se siente hambriento todo el tiempo." Después de un ayuno de 21 a 30 días, se deberían considerar dos semanas de alimentación como mínimo antes de abandonar el centro; si hay problemas sin resolver, sería mejor permanecer más tiempo. PREGUNTA: ¿Exactamente a qué se refiere por ayunar hasta el final, o el retorno del hambre auténtico, y cuántos días de ayuno calcula que requeriría? RESPUESTA: Ayunar hasta el final, o el retorno del hambre auténtico o natural, se considera un punto en el que el cuerpo se ha deshecho de la mayoría de su carga tóxica, y casi ha agotado esas reservas que pueden ser utilizadas para salvar las materias nutritivas. Se considera estar cercano al punto en el que el ayuno cesa y la inanición comienza. Los signos de que este punto ha sido alcanzado son obvios para el supervisor de ayunos, y la mayoría de ellos han sido mencionados en la lección. Es imposible calcular cuándo se producirá esto. He conocido a personas que han ayunado 30, 40 y 45 días, sin ningún signo del retorno del hambre auténtico. Incluso supe de una mujer muy obesa que ayunó 92 días (tras los cuales seguía obesa -había perdido 87 libras) y todavía no había signos de hambre auténtica al término de su ayuno. Por otro lado, algunos de estos signos han aparecido al final de los 20 a 30 días de ayuno, e incluso más al final de los 40 a 45 días. La duración del tiempo que tardaría es esencialmente impredecible, pero únicamente suele ocurrir en un ayuno muy largo. PREGUNTA: ¿Qué entiende por equilibrio del nitrógeno?
RESPUESTA: El nitrógeno es el ingrediente principal de la proteína, y cada 6.25 gramos de proteínas contienen un gramo de nitrógeno. Un deficiencia proteínica, o un equilibrio de nitrógeno negativo (en el que la proteína se descompone más rápido de lo que se forma) existe: 1. Cuando la dieta no está aportando las proteínas adecuadas para mantenimiento y reparación. 2. Cuando la dieta es deficiente en algún aminoácido esencial. 3. Cuando el cuerpo está recibiendo un aporte insuficiente de carbohidratos y grasas, y debe deaminar proteínas necesarias para satisfacer las necesidades energéticas. 4. Cuando el cuerpo ha perdido su capacidad de digerir, asimilar o sintetizar correctamente las proteínas. El equilibrio del nitrógeno es mantenido normalmente por un organismo saludable que está recibiendo de 25 a 50 gramos de proteínas diariamente. Una dieta higienista, compuesta principalmente de frutas y verduras crudas, más de dos a cuatro onzas (máximo) de frutos secos y semillas crudos ingeridos 2-3 veces a la semana, satisfará de forma adecuada las necesidades proteínicas del cuerpo y dará lugar a un equilibrio del nitrógeno, a menos que exista una seria patología afín. En este caso, un ayuno puede ser necesario para restablecer la capacidad del cuerpo para digerir, asimilar y sintetizar apropiadamente las proteínas. Si se usan otras fuentes de proteínas concentradas además de los frutos secos y las semillas (brotes, queso, legumbres, granos), las cantidades de frutos secos y de semillas consumidas deberían reducirse. Las personas con dietas de alimentos crudos necesitan menos proteínas concentradas. Obviamente durante un ayuno, las proteínas no están siendo suministradas por la dieta, y las necesidades mínimas de proteínas son satisfechas a través del proceso de autolisis, cuando el cuerpo desintegra los tejidos menos importantes, y salva los nutrientes para satisfacer sus necesidades. Mientras el ayuno no dure después de que las reservas se han agotado, el equilibrio del nitrógeno no se verá afectado. Es cierto que, posterior al ayuno, el cuerpo habrá perdido gran parte de su proteína almacenada, que debe ser gradualmente reemplazada en las semanas y meses posteriores al ayuno. Como se citó en la lección, Chittenden dice que, aunque, después de un ayuno, el cuerpo tiene una gran necesidad de reabastecer sus reservas de proteínas, puede reemplazarlas sólo lentamente, aun cuando la personas coma alimentos proteínicos en abundancia. PREGUNTA: ¿Á que se refiere cuando menciona los desechos patógenos de los alimentos cocinados? RESPUESTA: Un estudio realizado por un científico suizo, Paul Kouchakoff, M.D. ( en la década de los años 40), reveló que la leucocitosis es debido a un predominio de alimentos cocinados en la dieta. La leucocitosis -aumento del número de glóbulos blancos, y la alteración de la correlación del porcentaje entre ellos-antiguamente fue considerada como un fenómeno fisiológico normal, puesto que parecía ocurrir después de consumir alimentos. Un número excesivo de glóbulos blancos en la sangre (leucocitosis) también ocurre en respuesta a la inflamación, la presencia de números excesivos de bacterias, y es, en realidad, un fenómeno patológico. Los glóbulos blancos son los organismos defensivos de la sangre que impiden la intoxicación de la sangre por las bacterias, alimentos cocinados u otros materiales tóxicos. Kouchakoff descubrió que los alimentos cocinados a presión producían una leucocitosis mayor que otras clases de cocción; y que el vino, el vinagre y el azúcar blanco producían aún más. Las carnes preparadas o procesadas (cocinadas, ahumadas, saladas) ocasionaban la reacción más violenta, equivalente al recuento de leucocitosis por envenenamiento.
"Después del consumo de productos alimenticios frescos y crudos, producidos por la naturaleza, nuestra fórmula sanguínea no cambia en ningún momento, ni a consecuencia de cualquier combinación." (Viktoras Kulvinskas, Survival Into the 21st Century, p.316.) Cuando la dieta está compuesta de más de un 20% de alimento que ha sido alterado por altas temperaturas u otros complicados tratamientos, el resultado es la leucocitosis. La mayoría de la gente puede tolerar una dieta de un 80% de alimentos crudos, con un 20% de alimentos cocinados de forma moderada. La dieta de alimentos crudos compensará generosamente el efecto adverso de una pequeña cantidad de alimentos cocinados, de tal modo que no causen leucocitosis. Las conclusiones de Kouchakoff fueron alcanzadas después de más de trescientos experimentos sobre diez individuos de diferentes edades y sexo. *RESUMEN DE LA LECCIÓN Esta lección lleva al estudiante desde el día en que se rompe el ayuno a través de las fases posteriores de alimentación y estilo de vida después del ayuno -ambas en un centro para ayunar y después de volver a casa. Se da información relativa a los métodos de romper el ayuno, la reintroducción gradual del organismo en ayunas a las cantidades normales de alimentos,, evitando la sobrealimentación, y cómo establecer un programa alimenticio óptimo de manera permanente. Se incluye alguna información básica sobre el periodo del ayuno para explicar las razones de las diversas recomendaciones.
* TEXTOS COMPLEMENTARIOS 1.- ROMPER UN AYUNO, por Dr. Herbert M. Shelton En su relato personal de su ayuno de treinta y un días que llevó a cabo en el Instituto Carnegie en 1913, el Prof. Levanzin dice: "He sometido a experimentos casi todos los sistemas de romper un ayuno. El cómo es tan peligroso cómo el cuándo. Para el mío he añadido la experiencia de mi mujer, mis hijas y de muchos de mis amigos. Después de un estudio largamente pensado y meditado de los principios fisiológicos probados por métodos prácticos, creo he llegado a la solución correcta. Tuve la intención de someter mi sistema a prueba durante la ruptura de este último ayuno, pero no pude hacerlo porque tuve que seguir a regañadientes la voluntad inflexible de otra personas." El profesor expone su caso cuando declara que el cómo romper un ayuno es tan peligroso como el cuándo. Romper un ayuno es algo fácil y sencillo de hacer y no hay necesidad de este proceso sea peligroso. Es preciso observar unas pocas reglas sencillas en todos los casos y la necesidad de estas depende de la duración del ayuno y el estado general del ayunador. Muchos ayunadores se han hecho daño a sí mismos, y en algunos casos han fallecido por comer demasiado o por comer alimentos y combinaciones inadecuadas. El Prof. Levanzin dice, "El Dr. Goodall, que se ocupaba de mí durante el ayuno desde el punto de vista médico, insistió en que rompiese el ayuno con un 'caldo de almejas' y con un 'té de buey!!!' Y porque le dije que esto me mataría, él y el Dr. Benedict desistieron y pusieron toda la responsabilidad bajo mis hombros. La acepté y rompí el ayuno con éxito sin ninguna molestia aunque más tarde lo echaron a perder en el hospital."
No es probable que el caldo de almejas o el té de buey hubiesen matado al profesor, en mi opinión, ninguno de estas bazofias es adecuada como consumo humano bajo ninguna circunstancia de la vida. Para que hubiera podido producirse la muerte por romper el ayuno con caldo de almejas y té de buey, tendría que haber consumido cantidades desmesuradas. Sin la supervisión adecuada para romper un ayuno, el individuo puede comer demasiado o demasiado a menudo o puede comer el alimento incorrecto y dañarse. Al considerar la inadecuación de algunos alimentos y combinaciones alimenticias para romper un ayuno Upton Sinclair escribió, "Desde que deje el Macfadden Healthatorium, en varias ocasiones he tenido ocasión de ayunar, y he probado diferentes alimentos para romper el ayuno. Mientras estaba en Alabama, hice un ayuno de doce días, y al final fui tentado por un caqui delicioso y grande, que había estado mirándome desde el anaquel de la despensa durante todos los doce días. Comí ese caqui -y que estaba totalmente maduro; a pesar de lo cual me doblé de dolor a consecuencia de un terrible calambre-y por esta razón no recomiendo los caquis a los ayunadores. Conozco a un amigo que tuvo una experiencia similar con el zumo de una naranja; pero era un hombre que nunca la había gustado la fruta ácida. Conozco a otro hombre que rompió su ayuno con una hamburguesa; y esto tampoco lo recomiendo. Tengo otro amigo que ayunó una semana y rompió el ayuno con arroz y huevos cocidos, y este amigo tampoco obtuvo beneficio alguno por revelar la experiencia, aunque los alimentos le sentaban perfectamente y no tuvo la tentación de comer en exceso. Esto es casi lo que debería haber esperado, como mi propia experiencia me ha llevado a creer que el peor alimento que la gente come son esos pasteles muy concentradas que son deficientes en sales naturales y no contienen desechos para mantener los intestinos activos. Una persona puede comer alimentos como huevos y arroz durante semanas y nunca tener un movimiento intestinal. Lo sé porque a mí me ha pasado; y puede darme un dolor de cabeza tan duradero al igual que otros hombres pueden tener resaca por beber champán." Macfadden rompió ayunos con zumos de frutas seguidos de una dieta de leche. Esta dieta era muy popular porque la leche se tomaba cada media hora durante el día y satisfacía plenamente la aguda sensación de hambre que sigue a un ayuno y proporcionaba un aumento de peso rápido. Macfadden dice que ha visto aumentos de tres libras al día y recuerda que ha visto casos de aumentos de veinticinco libras en una semana después de un ayuno por medio de la dieta de leche. Mis propias observaciones y las experiencias con la dieta de leche coinciden con esto. He visto aumentos de tres libras al día y diez libras a la semana. Ví a un hombre que aumentó veinte libras en una semana. La dieta de leche no se suspendió debido a la pérdida de popularidad, sino debido a que la industria láctea hizo cada vez más difícil obtener leche cruda, y porque se descubrió que era imposible obtener los mismos resultados deseables con la leche pasteurizada. El aumento de peso que se conseguía con la dieta de leche era en gran medida debido a la sobrecarga del cuerpo con líquido, como era evidente por la hinchazón de la cara, los pies, y los tobillos y la velocidad con la que se perdía una vez que la dieta de leche se suspendía. La dieta de leche hacía trabajar en exceso al corazón, al sistema digestivo, y a los riñones, y aumentaba la presión arterial. No era una dieta ideal para después del ayuno. En mi último libro, Fasting for Renewal of Life, he recalcado el hecho de los animales que ayunan en la naturaleza rompen su ayuno con el alimento que estuviese disponible. No tienen las ventajas de las máquinas eléctricas para hacer zumos de sus alimentos, sino que comen su alimento entero. El hombre puede hacer lo mismo. Un ayuno puede romperse con cualquier alimento sano que esté disponible. Es necesaria una mayor prudencia con algunos alimentos más que otros. El requisito principal es la simplicidad y una pequeña cantidad cada vez. Si se dan en cantidades grandes o con demasiada frecuencia, el alimento más adecuado
puede dar problemas. Determinado alimentos que pueden no dar problemas en la gran mayoría de los casos, pueden dar problemas en un caso esporádico. Nunca he roto un ayuno con caquis pero dudo que la mayoría de la gente sufriese calambres, según describe Sinclair, si rompiésemos su ayuno con caquis. El caso es diferente con la piña. La fruta frecuentemente quita la piel de los labios y de la lengua de quien la come. Aunque nunca he roto un ayuno con piña, he dado piña dos o tres días después de romper un ayuno, y he descubierto que frecuentemente causa molestias en el estómago además de pelar los labios y la lengua. Dichas experiencias sacan a relucir la siguiente cuestión: ¿Es la piña un alimento adecuado para el hombre? El Prof. Levanzin dice: "Rompí mi ayuno con ácidos y carbohidratos inmediatamente después de mi comida de proteínas. La facilidad y la rapidez con la que los tejidos se reconstruyen, sin accidentes adversos, es realmente sorprendente." No da detalles sobre su técnica de romper un ayuno y no podemos más que sugerir que quizás su forma de romper ayunos no era el ideal, Si no mezclase los ácidos con carbohidratos o si no mezclase los carbohidratos con las proteínas, su programa de alimentación post-ayuno podría haber mejorado considerablemente. Muchas personas han afirmado que el ayuno debería romperse con el alimento que el ayunador desee más. Es probable que el ayunador ansie los alimentos que tenía el hábito de comer antes de ayunar o puede anhelar algún alimento que vea o que haya visto en una foto mientras estaba ayunando. El deseo puede estar condicionado psicológicamente más que fisiológicamente. Será mejor romper el ayuno con algún alimento simple y sano, como una naranja, un tomate, un melocotón, una ciruela o un trozo pequeño de sandía. 2.- EL AYUNO NO ES UNA CURA, por el Dr. Herbert M. Shelton En 1959, un veterinario que estaba empleando el ayuno en el cuidado de sus pacientes animales y había hecho trabajo experimental con el ayuno, me escribió: "Al revisar la bibliografía del Dr. Pochedly sobre el ayuno, observo que una gran cantidad de ayunos fueron realizados por médicos y osteópatas en 1930, obteniendo excelentes resultados en muchos síndromes -el factor más importante que hizo fracasar al tan alabado ayuno parece radicar en el hecho de que nadie sabía cómo dirigir al paciente para vivir del tal modo que no volviera a caer en sus síndromes. No se dice nada sobre la supresión de las causas." El médico dió en el clavo en un punto vital. Los cuidados después del ayuno son tan importante como la adecuada supervisión del propio ayuno. Todos los beneficios derivados de un ayuno largo pueden desvanecerse en unas pocas semanas o en unos pocos meses mediante una vida inadecuada después del ayuno. La suposición, tan comunmente hecha, de que el ayuno es una cura y que todo lo que tiene que hacer es ayunar y ponerse bien, ha provocado muchos fracasos. Es importante comprender que la salud se recobra mediante un estilo de vida global del que el ayuno es sólo una parte. También es importante saber que el ayuno no hace a nadie a prueba de los efectos de estilos de vida erróneos. Si uno es adicto a fumar o a baber bebidas alcohólicas, el ayuno no le permitirá seguir estas prácticas com impunidad. Sólo "las curas" ofrecen al hombre esperanzas de recuperarse de los efectos de las causas mientras estas causas siguen vigentes. Sólo "los inmunizadores" ofrecen al hombre esperanzas de ser a prueba de las causas. "Las curas" y los "inmunizadores" son procesos taumatúrgicos -pertenecen al vuduismo, no a la ciencia. La afirmación del médico subraya la importancia de la supervisión adecuada del ayuno y el posterior programa de vida que es vitalmente esencial para obtener unos resultados plenos. También, por deducción, recalca la importancia de enseñar estilos de vida correctos. No basta con limitarse a comer correctamente después de un ayuno, sino que todo el estilo de vida debe
estar en armonía con las leyes naturales. Si esto no se hace así, los resultados del ayuno no serán duraderos. Es importante, a este respecto, recalcar el hecho de que, si uno quiere mantener los beneficios obtenidos durante un ayuno, hay que seguir estrictamente al estilo de vida higienista, al menos, el tiempo suficiente para consolidar los beneficios obtenidos. Si fuera posible borrar los efectos de un estilo de vida erróneo con unos pocos días o unas pocas semanas de ayuno y recobrar la salud por completo por este medio solo, significaría que vivir incorrectamente no sería tan malo después de todo. Significaría que se puede beber, fumar, comer en exceso, pasarse, y abandonarse a su gusto, y luego hacer un ayuno y hacer borrón y cuenta nuevo. Sólo los vendedores de curas sostendrían esa promesa y falsa esperanza al enfermo. Demasiados miembros de las escuelas orientadas a las curas se han interesado superficialmente por el ayuno. Es una cuestión para la que no están preparados ni cualificados. Por mucha preparación que tengan en terapias con medicamentos, en manipulaciones, en ajustes de la columna vertebral, en electro-terapia o en cirugía no pueden cualificar a un hombre para supervisar ayunos. El ayuno es un tema que debe ser estudiado y en el que se debe tener una experiencia probada, antes que intentar supervisar un ayuno. 3.- ROMPER EL AYUNO, por el Dr. Herbert M. Shelton (Reimpreso del The Hygienic System -Volume 3) Un hecho importante que necesita recalcarse es que el ayuno es un proceso mucho más complicado de lo que normalmente se supone, incluso por sus defensores. El proceso de ayunar es mucho más importante que no comer nada. El ayuno es un arte, pero, para que este arte se ejecute correctamente, debe basarse en la ciencia del ayuno. Su uso parece, a veces, ser casi ilimitado, sus inconveniencias no son grandes, sus peligros son pocos y raras veces se ven, pero para los resultados más satisfactorios, debe ser supervisado por alguien experto en su aplicación. Es demasiado vital e importante para ser llevado a cabo sin darle la importancia que se merece. No es un proceso que deba dejarse en manos de aquellos que tiene un conocimiento limitado de cómo debe supervisarse y de quienes no tienen experiencias en supervisar ayunos. Romper el ayuno es uno de los elementos más importantes del ayuno. Es posible romper un ayuno con cualquier alimento que esté disponible -pan, carne, huevos, frutos secos, etc.-con tal de que se tengan en cuenta unas sencillas precauciones. Los animales no siguen ninguna de nuestras rutinas cuando rompen sus ayunos. Comen lo que sea que esté a mano y no se llenan normalmente en su primera comida. De esto, puede pensarse que somos excesivamente prudentes, pero no lo creo así. No sólo hay diferencias entre lo que el animal hace y lo que el paciente medio tiende a hacer, si se le da libertad, sino que parece haber una gran diferencia entre las capacidades digestivas, en favor del animal. Existe también la posibilidad de que el animal conserve más los beneficios del ayuno si rompiese el ayuno con más cuidado. No empleamos los alimentos previamente mencionados al romper un ayuno por la razón de que disponemos de mejores medios de romper un ayuno. Al final de un ayuno largo, las secreciones digestivas no son abundantes y son aconsejables comidas pequeñas o cantidades pequeñas de alimentos. La cantidad de alimento dada al paciente se incrementa cuando la secreción se hace más abundante. Cuando se observa esta regla, hay poca dificultad en romper un ayuno y ningún peligro al hacerlo así. La supervisión adecuada del ayuno es muy importante. Realmente hay muy pocos facultativos de cualquier escuela que sepan cómo supervisar un ayuno o cómo romperlo correctamente. Un naturópata de New York City rompió los ayunos de una madre y de una hija,
que habían estado ayunando dieciseis y treinta y tres días respectivamente, con caramelo de chocolate. La acidez gástrica e intestinal resultante les causó grandes molestias por todo el cuerpo. Me llamaron en uno de estos casos, y se necesitaron de cuatro a cinco días de ayuno para hacerlas volver a un estado cómodo. Este método de romper un ayuno no es otra cosa salvo algo criminal. Una amiga de mi esposa me describe cómo ayunó diecisiete días bajo la dirección de un quiropráctico en California y trabajaba duro durante el ayuno. Trabajaba para el quiropráctico que no la permitía faltar al trabajo mientras ayunaba. Rompió su ayuno con una tostada y una fruta ácida. Esta mujer desarrolló inmediatamente un caso de edema malnutricional. Este uno de los pocos casos de esta clase que he conocido después de un ayuno. Este caso debería hacer hincapié en la necesidad de ponerse en manos de una persona competente y experimentada, si va a hacer un ayuno largo. Un quiropráctico que no sepa nada de ayuno o de dietética, y pocos de ellos saben algo de ambas cosas y que experimenta con sus pacientes de esta manera, nunca será suficientemente condenado. Si los quiroprácticos quieren aplicar métodos higienistas, deje que se cualifiquen para esto mediante la preparación adecuada. Esto va también por los osteópatas y los médicos. No intentaría una intervención quirúrgica sin primero cualificarme para el trabajo, y estoy seguro de que ningún quiropráctico, osteópata o médico debería intentar un ayuno largo, o intentar emplear otro método higienista sin primero prepararse para el trabajo. Los quiroprácticos que van a la facultad aprenden a golpear las columnas vertebrales y luego, al descubrir que esto es ineficaz, intentan prescribir una dieta, etc., después de leer un libro o dos sobre estos métodos, están en la misma posición que el médico que intentó "ajustar" columnas después de leer un libro sobre quiropráctica. Realmente es deshonesto e indigno de confianza. El Dr. Wm. F. Harvard recuerda los siguientes casos: "Un hombre joven de veinticuatro años de edad que había sufrido de estreñimiento e indigestión crónica, ayunó 27 días después de leer un artículo en una popular publicación sobre la salud. Al vigésimo octavo día tomó una comida formada por un filete de vaca, patatas, pan, mantequilla y café. Le dieron ataques violentos de vómitos y no podía tolerar ni siquiera una cucharadita de agua en el estómago. Cuando me llamaron para ver el caso, descubrí un dolor intenso en todo el abdomen y las indicios de una gastritis aguda." Un hombre joven de unos 30 años que había ayunado por iniciativa propia durante 42 días intentó romper el ayuno con pan con el resultado de que vomitó y el estómago se irritó tanto que no podía retener nada. Había una demacración acusada y una debilidad extrema y todo apuntaba a que debía nutrirse inmediatamente." Un parte de Associated Press fechado el 28 de agosto de 1929, narra la muerte de Chris Solbert, un modelo artístico de 40 años, tras un ayuno de 31 días, que rompió "consumiendo varios sándwiches." Los sándwiches, decía un informe posterior, contenían carne de vaca. La ignorancia y la falta de autocontrol mataron a este hombre. El parte nos dice que "su ayuno (de 31 días) le había hecho pasar de 160 a 85 libras," o una pérdida media de más de dos libras al día. Creo que esta pérdida es imposible. Las pérdidas medias durante un ayuno de tal duración varian entre 25 a 36 libras. El "Profesor" Arnold Ehret habla de ver dos casos de fallecimientos por la interrupción insensata del ayuno. Dice: "Un comedor de carne, parcial que sufría de diabetes rompió su ayuno de una semana comiendo dátiles y murió a consecuencia de los efectos. Un hombre de 60 años de edad ayunó 28 días (demasiado tiempo); su primera comida de alimentos vegetarianos contenía principalmente patatas hervidas." Ignorando la absurda explicación de estas muertes, dada por el "profesor," diríamos que el paciente diabético puso demasiado azúcar (procedente de los dátiles) en su cuerpo y murió a consecuencia de hiperglucemia. Probablemente murió por un coma diabético. Explica que el
segundo paciente ayunó demasiado tiempo para un hombre de su edad, y que "una operación mostró que las patatas fueron mantenidas en los intestinos contraídos por un moco espeso y pegajoso tan fuerte que un trozo tuvo que extirparse y el paciente murió poco después de la operación." El "Profesor" Ehret era tan aficionado al moco que no se fijó en otra cosa. Este ayuno se rompió muy mal pero el paciente, con toda probabilidad, habría sobrevivido si no le hubieran operado. El ayuno no era demasiado largo para un hombre de esa edad. El "Profesor Ehret realmente sabía muy poco de ayunos o de dietética. Estos casos contribuyen a predisponer a muchas personas en contra del ayuno aunque sean el resultado de la peor clase de ignorancia e inexperiencia. ¿Quién sino un ignorante daría a un caso diabético una comida de dátiles después de una semana de ayuno? Sin duda no se puede culpar al ayuno del resultado. Antes de que hablemos de "los males" y de "los peligros" de ayunar, asegurémonos de que estos realmente pertenecen al ayuno y no a otra cosa. Sinclair dice: "Conozco a otro hombre que rompió su ayuno con una hamburguesa y esto es algo que tampoco se recomienda." Tuve un paciente que rompió un ayuno de más de 20 días comiendo una libra y media de frutos secos el primer día. Aunque no se hizo daño, ni siquiera la más leve molestia, este método de romper un ayuno sin duda no es aconsejable. En algunos casos en los que se realizan esfuerzos por alimentar al paciente hacia el final de un ayuno prolongado, pero antes de que el hambre haya regresado, se ha observado un fallo en el funcionamiento del estómago. El Dr. Dewey menciona dichos casos, que fueron inducidos por los amigos o por los médicos a comer, y que fueron absolutamente incapaces de digerir los alimentos y vomitaban cualquier cosa que comieran. El ayuno fue reanudado y continuó hasta el retorno del hambre natural, con el resultado de que la digestión siguió su curso estupendamente. Cuándo romper el ayuno Los primeros higienistas decían: cuando la lengua esté limpia, el descanso tranquilo, la piel limpia, los ojos brillantes, no haya más dolor, y tenga un hambre terrible, puede escoger en la tienda los alimentos, descritos en las obras higienistas, que más le agraden y comerlos con moderación. Ese es un consejo sensato, pero falta información. Las indicaciones usuales para romper el ayuno (para ayudar a determinar la línea divisoria entre el ayuno y la inanición) son las siguientes: 1) El hambre invariablemente retorna. 2) El aliento, que durante toda o la mayor parte del ayuno ha sido repugante, se vuelve dulce y limpio. 3) La lengua está limpia. La densa capa que la cubría durante la mayor parte del ayuno se desvanece. 4) La temperatura, que puede haber sido más baja o más alta de lo normal, vuelve a la normalidad, y se mantiene así. 5) El pulso se vuelve normal en tiempo y ritmo. 6) Las reacciones cutáneas u otras reacciones se normalizan. 7) El mal gusto en la boca desaparece. 8) La secreción salivar se normaliza. 9) Los ojos se vuelven brillantes y la vista mejora. 10) Los excreta pierden su olor. La orina se vuelve ligera. Además de los signos usuales que muestran que es momento de romper el ayuno, el Prof. Levanzin incluye una sensación de buen humor y júbilo como una manifestación de que ha llegado el momento de terminar el ayuno. No se me ocurre mejor cosa que citar la descripción
de Carrington de las sensaciones del paciente en este estado. Dice (Vitality, Fasting and Nutrition, p.544), "Un rejuvenecimiento repentino y completo; una sensación de ligereza, y una buena salud invaden al paciente de forma irresistible; trayendo alegría y una sensación general de bienestar, y de la posesión de una gran energía." La circulación mejora, como puede comprobarse con la reanudación del color rosáceo normal debajo de las uñas de los dedos. La rapidez mayor con que la sangre refluye hacia la piel es otra indicación del efecto rejuvenecedor del ayuno llevado a su fin." La indicación básica de que el ayuno tiene que romperse es el retorno del hambre; todas las demás indicaciones que he enumerado son secundarias. A menudo una o más de estas indicaciones no están presentes cuando el hambre vuelve, pero no eviten romper el ayuno cuando hay una demanda inconfundible de alimentos, simplemente porque la lengua, por ejemplo, no esté limpia. Puesto que todos los signos no siempre aparecen en todos los casos, no vacile en romper el ayuno cuando el hambre retorne. ===================================================== Traducción hecha por Victoria Machuca Tortosa, Tel. 629 577386; C.e:
[email protected] por encargo de Jose Manuel Llorca director de la Fundación Pharus Plg. Lourdes s/n. Coín (Málaga).
EL SISTEMA HIGIENISTA DE LA SALUD Copyright @ 1986 LIFE SCIENCE INSTITUTE La Ciencia de la Nutrición ONCEAVA PARTE: BEBÉS Y NIÑOS SANOS QUINCUAGÉSIMA OCTAVA LECCIÓN: Ayunar a los niños cuando están enfermos TEMA: El ayuno es un método sano y seguro para que los niños superen la enfermedad. PROFESOR: Mike Benton *GENERALIDADES *OBJETIVOS DE ESTA LECCIÓN *DEFINICIONES *CONCEPTOS CLAVE *HECHOS DESTACADOS *ESQUEMA GLOBAL DE LA LECCIÓN *PRESENTACIÓN DE LA LECCIÓN
*RESUMEN DE LA LECCIÓN *PREGUNTAS SOBRE LA LECCIÓN *TEXTOS COMPLEMENTARIOS *HOJAS DE TRABAJO *RESPUESTAS GENERALIDADES Los niños, como los adultos, pueden necesitar ayunar para superar mejor las enfermedades. Un ayuno es perfectamente seguro y aconsejable para los niños que están enfermos. OBJETIVOS DE ESTA LECCIÓN Al término de esta lección, el estudiante debería ser capaz de afirmar porqué el ayuno puede ser necesario para los niños cuando están enfermos, porqué un ayuno es una práctica segura, y cómo debe supervisarse un ayuno. El estudiante debería saber lo que un niño necesita durante un ayuno, qué esperar durante el ayuno, y cómo romper el ayuno del niño. DEFINICIONES AGUDA: Estado o enfermedad caracterizado por un acceso rápido de síntomas que alcanza su punto máximo y luego disminuye. ÁYUNO: Estado de descanso fisiológico durante el cual el equilibrio natural del cuerpo puede ser restablecido. BEBÉ: Niño menor de dos años de edad. CRÓNICA: Estado o enfermedad caracterizado por una larga duración o recaídas constantes. INANICIÓN: Estado en el que los nutrientes vitalmente necesarios son retirados del cuerpo, perjudicando al organismo físico y conduciendo a la muerte. La inanición comienza cuando las reservas del cuerpo se agotan. CONCEPTOS CLAVE 1. El ayuno es un método utilizado en diferentes épocas para mejorar la salud que es seguro para los niños y para los adultos. 2. La pérdida de peso experimentada por los niños mientras ayunan no es peligrosa puesto que esta pérdida en seguida se recupera una vez que la alimentación se reanuda. 3. Los niños deberían ayunar en cuanto aparezcan los primeros signos de una enfermedad aguda. 4. Los niños responden al ayuno de una manera vital y positiva y su equilibrio natural se restablece rápidamente durante el ayuno.
HECHOS DESTACADOS 1. Las necesidades de un niño durante el ayuno son descanso, calor, tranquilidad, aire puro y agua pura. 2. Los niños no necesitan ayunar tanto tiempo como los adultos para recuperar la salud. 3. El ayuno en realidad puede ser usado para estimular el crecimiento y no "retarda" la pauta de crecimiento natural del niño. 4. Los temores que rodean el ayuno de los niños se basan en la ignorancia. Literalmente cientos de ayunos para bebés y para niños han sido supervisados por varios profesionales experimentados. Todos recomiendan el ayuno como una manera eficaz de superar las enfermedades de la infancia. ESQUEMA GLOBAL DE LA LECCIÓN I. INTRODUCCIÓN II. RAZONES PARA AYUNAR A LOS NIÑOS A. Porqué pueden necesitar ayunar los niños B. Cuándo deberían ayunar los niños III. ENFERMEDADES DE LA INFANCIA Y EL AYUNO A. Ayunar cuando están enfermos B. Enfermedades específicas 1. Anemia 2. Raquitismo 3. Resfriados 4. Cólicos 5. Fiebre 6. Vómitos 7. Sarampión 8. Tosferina 9. Paperas
10. Difteria 11. Fiebre tifoidea 12. Amigdalitis IV. LA MECÁNICA DEL AYUNO A. Cuánto tiempo debe ayunar un niño B. Cómo ayunar a un niño 1. El inicio del ayuno 2. Durante el ayuno 3. Qué esperar 4. Romper el ayuno 5. Después del ayuno V. CONCLUSIÓN A. Superar los miedos sobre el ayuno B. Los beneficios de ayunar a los niños AYUNAR A LOS NIÑOS DURANTE LA ENFERMEDAD por Mike Benton INTRODUCCIÓN "No come nada aunque le ponga sus platos favoritos." La madre miraba ansiosa al facultativo mientras le hablaba sobre la negativa de su hijo a comer. "¿Y qué le gusta a su hijo?" preguntó el médico a la mujer. "Oh, ya sabe, las cosas típicas como helado, galletas de chocolate, y montones de sándwiches de mantequilla de cacahuete. No toca ni una pieza de fruta o de verdura. Haría cualquier cosa para conseguir que las comiera. Siempre le tengo preparado sus platos favoritos, pero no le apetece comer los alimentos buenos. ¿Qué debería hacer? No quiero que se muera de hambre." "Deje a su hijo conmigo y con mi esposa durante una semana. Cuando vuelva a por él, no creerá que es el mismo niño."
A regañadientes, la mujer dejó a su joven hijo con el médico durante seis días. Cuando volvió a por él al séptimo día, el médico le mostró al niño comiendo felizmente una gran ensalada de verduras crudas con gran entusiasmo. "¿Qué ha hecho? ¿Cómo ha conseguido que le gute comer eso?" preguntó la madre. "Bueno, cuando se negó a comer los alimentos que le ofrecíamos, le dejamos sin ellos. Después de tres días sin comer, descubrió que una manzana o un plátano saben muy bien." "¿Quiere decir que dejó a mi hijo sin comer durante tres días?" La mujer parecía sorprendida. "Eso es cruel. Eso es abuso de niños." "No, señora," replicó el médico, "Atiborrar a su hijo con alimentos basura y enojarse con él constantemente eso sí es abuso de niños. Simplemente dejamos que la naturaleza siguiera su curso, y podría añadir, que su hijo parece mejor por ello." Ayunar a un niño o dejar sin comer a un bebé parece una práctica cruel para algunas personas. Después de todo, la responsabilidad principal de los padres es proveer alimentos suficientes para su progenie. No alimentar a un niño parece como un incumplimiento drástico de las obligaciones parentales. Una abstención cuidadosa de alimentos por un periodo limitado de tiempo, sin embargo, no sólo puede ser beneficioso sino ser absolutamente necesario para la salud y bienestar del pequeño. Hay muchas cuestiones y conceptos erróneos sobre los niños y el ayuno. El propósito de esta lección es responder a estas preguntas y alejar los temores que rodean al ayuno de los niños. Porqué pueden necesitar ayunar los niños Los niños generalmente necesitan ayunar por las mismas razones que lo hacen los adultos. A veces un ayuno es necesario para dar al cuerpo un descanso fisiológico completo para que la salud se recobre rápidamente. Una abstinencia controlada de alimentos por un periodo de tiempo razonable puede permitir al cuerpo revitalizarse y llevar a cabo los procesos curativos. Es verdad que los niños están en una fase de rápido crecimiento y desarrollo físico. Durante esa época, las demandas por parte del cuerpo de alimentos de gran calidad son grandes y deben ser satisfechas. Pero esto no significa que el alimento deba estar siempre presente o que deba practicarse la sobrealimentación. El ayuno es un método tradicional para mejorar la salud de cualquier persona, independientemente de su edad. Simplemente porque un niño tiene unas necesidades muy definidas para su mantenimiento y nutrición óptimas no significa que un ayuno de una duración razonable no pueda ser empleado. De hecho, muchas veces el cuerpo del niño es capaz de asimilar y utilizar mejor el alimento que se le da después de un ayuno que antes del ayuno. De modo que, ¿por qué debería ayunar un niño? Básicamente por las mismas razones por las que un adulto puede desear ayunar: para alcanzar y mantener una salud y desarrollo
superiores al permitir al cuerpo un periodo de descanso fisiológico completo (que incluye un "descanso" de la digestión y asimilación de los alimentos). Cuándo deberían ayunar los niños Según el Dr. Herbert M. Shelton, la autoridad mundial más destacada sobre el ayuno, los niños no deberían recibir alimento cuando: 1) Están alterados o se sienten mal. 2) Están excitados o cansados. 3) Están acalorados o destemplados. 4) Tienen dolores o molestias. 5) Están enfermos o tienen fiebre. En otras palabras, si un niño está incómodo o molesto física o mentalmente, entonces una comida debe postponerse u omitirse. Generalmente saltarse una única comida a menudo será suficiente para corregir cualquier problema temporal o enfermedad pasajera de un niño. Esto apenas podría llamarse ayuno, pero saltarse una comida puede dar al cuerpo sensible y vital del niño una oportunidad para restablecer su equilibrio y bienestar normales. Desgraciadamente, muchos padres se preocupan, se ponen nerviosos y enloquecen si su hijo se niega a comer. La idea de obligar a su hijo a privarse de una comida parece casi impensable. Pero si todavía hay signos de molestias físicas o enfermedad, entonces abstenerse de comer al menos una comida es lo único sensato. Saltarse más de una comida o pasarse sin comida durante más de un día es el comienzo de un ayuno. Un periodo de ayuno de un día o más es aconsejable para la mayoría de los niños durante la época del malestar y la enfermedad. De hecho, la mayoría de los periodos del ayuno infantil coinciden con los periodos de la enfermedad y malestar infantiles. Un malestar o enfermedad es razón suficiente para ayunar a un niño, y los resultados de un ayuno así son espectaculares a la hora de rectificar los problemas fisiológicos. En su libro The Hygienic Care of Children, el Dr. Shelton dedica muchas páginas a hablar sobre las diversas enfermedades y malestares sufridos por los niños. Esta es la manera adecuada de hablar del ayuno de los niños, ya que es durante la enfermedad cuando debe emplearse el ayuno. ENFERMEDADES DE LA INFANCIA Y EL AYUNO "Los padres inteligentes," escribió el Dr. John H. Tilden (uno de los primeros higienistas), "nunca alimentarán a sus hijos enfermos. No deben temer que ayune. Porque, cada día que ayunan disminuye su malestar y su peligro. Alimentarle se suma a su sufrimiento y pone en peligro y prolonga su malestar."
El Dr. Shelton también se hizo eco de estas opiniones cuando dijo: "Siempre que los animales, jóvenes o viejos, se ponen enfermos instintivamente se abstienen de comer. Calor, tranquilidad, y ayunar, con un poco de agua, es todo lo que quieren. Los bebés, también, cuando enferman requieren sólo calor, tranquilidad, y ayuno, más algo de agua." Enfermedades específicas y el ayuno de los niños La literatura higienista, y especialmente los libros del Dr. Shelton, contienen muchos consejos prácticos sobre el cuidado de los niños durante la enfermedad. Durante casi cualquier enfermedad o malestar de un niño o de un bebé, los requisitos básicos son los mismos: descanso, aire puro, agua pura cuando lo necesita, calor y tranquilidad. El ayuno desempeña un papel importante en la recuperación de un niño de la enfermedad. A continuación vamos a exponer una lista de algunas de las enfermedades de la infancia más comunes y la línea de acción recomendada que el padre tiene que seguir para cuidar del niño enfermo. Anemia La anemia es la falta de glóbulos rojos. "El valor de un ayuno en todas las formas de anemia está fuera de duda. A los niños a los que se les ha permitido desarrollar anemia deberían hacer un ayuno corto -de tres a cinco días; los niños mayores más tiempo -o estar unos días a zumo de naranja y alimentarles de forma adecuada después." Raquitismo El raquitismo son cambios en los huesos debido a una mala nutrición. "El ayuno tiene un efecto beneficioso en los casos de raquitismo. El ayuno hecho de forma adecuada favorece el crecimiento. Después de un ayuno, se consigue un incremento en la masa corporal que podría haber requerido años de crecimiento normal." Resfriados Un resfriado es un proceso de eliminación indirecta. "En el caso del 'resfriado común' el niño debería acostarse, no comer nada, excepto quizás zumo de naranja (si no tiene fiebre), y mantenerle caliente. Este es el único tratamiento de las enfermedades agudas -descanso, ayuno, calor. Ningún resfriado puede durar mucho tiempo cuando al niño se le cuida de esta manera." Cólicos El cólico es una deterioro digestivo de un bebé. "El remedio para el cólico es este: dejar de darle de comer hasta que recobre el bienestar." Fiebre La fiebre indica envenenamiento; generalmente por la descomposición en los intestinos. "La fiebre durará hasta que los venenos hayan sido eliminados y el alimento descompuesto evacuado. Cuando esos casos ayunan y no reciben alimento alguno, los problemas desparecen.
La alimentación y la medicación son los causantes del peligro. Cuando los animales, jóvenes o viejos, enferman, se abstienen de comer." Vómitos En los bebés, el vómito generalmente es la primera señal de enfermedada aguda. "El vómito es un medio de vaciar el estómago antes de que el cuerpo empiece a limpiarse. A un niño enfermo no debe darsele ningún alimento." Sarampión El sarampión comienza con un "enfriamiento de la cabeza" y está acompañado de fiebre y malestar. "No debe tomar ningún alimento hasta 24 horas después de que todos los síntomas agudos desaparezcan . La alimentación debería reanudarse con zumo de fruta fresco, seguido de fruta fresca al día siguiente." Tosferina La tosferina es un ataque de tos. "A menos que ayune, la tos llegará a ser más severa. El niño debe respirar tanto aire puro como sea posible y beber tanta agua como quiera, pero no debe tomar ningún alimento hasta que se consiga una relajación completa (generalmente al cabo de tres o cuatro días). Después de que se produzca la plena relajación, puede tomar zumos de fruta durante dos o tres días, tras los cuales puede tomar fruta fresca. Si la tos tiende a incrementarse después de las comidas, deje de alimentarle enseguida." Paperas Las paperas son una inflamación de las glándulas salivares, sobre todo de las parótidas. "Deje que descanse en la cama con calor hasta que la temperatura sea normal y la inflamación haya desaparecido. No debe comer nada ni administrarle ningún medicamento. Si el niño se niega a ayunar, puede darle zumo de naranja o de pomelo. Una vez que la hinchazón ha desaparecido, puede darle fruta tres veces al día durante los tres primeros días. Después de eso, puede volver a consumir gradualmente una dieta normal y sana." Difteria La difteria es un estado caracterizado por una garganta inflamada y febril. "No debe tomar nigún alimento hasta que la garganta esté curada. Entonces puede tomar zumos de fruta durante dos días y volver de forma gradual a la dieta normal. Son los niños gordos, fofos, 'bien alimentados' los que generalmente desarrollan esta enfermedad. Nunca he conocido un caso de difteria en los vegetarianos estrictos que consumen una dieta baja en proteínas." Fiebre tifoidea La fiebre tifoidea es una enfermedad aguda en la que está involucrado principalmente el intestino delgado. "Cuando estos pacientes ayunan, las heces y la orina son puras al comenzar la convalecencia."
Amigdalitis La amigdalitis es una inflamación de la membrana mucosa. "En los casos agudos, no debe consumirse ningún alimento hasta que todos los síntomas hayan desaparecido. Tras lo cual puede tomar una dieta de frutas durante tres o cinco días. Si el caso es crónico, entonces puede emplearse un ayuno o una dieta de naranjas o de pomelo hasta que la garganta esté limpia y respire fácilmente." LA MECÁNICA DEL AYUNO Cuánto tiempo debe ayunar un niño La pregunta más común sobre los niños y el ayuno es: ¿cuánto tiempo debe ayunar el niño? No se puede dar un número específico de días para todos los casos. Generalmente, un ayuno dura hasta que todos los síntomas de una enfermedad aguda se atenuan. Los problemas crónicos a veces requieren una serie de ayunos de diferente duración. No obstante, la mayoría de los profesionales higienistas están de acuerdo en que los niños no deben ayunar tanto tiempo como los adultos. Es decir, que la duración y extensión de los ayunos en el caso de los niños debe planearse, supervisarse de forma adecuada y considerarse sensatamente. Sin embargo, los ayunos a corto plazo de los niños pueden ser supervisados sin peligro por unos padres bien informados. Para ser más precisos, el Dr. Shelton nos dice que ha visto muy pocos casos de niños o de bebés que requiriesen un ayuno prolongado. "Afortunamente," escribe el Dr. Shelton, "pocos bebés requieren más de dos o tres días de ayuno." En general, cuando la naturaleza reduce el apetito de un niño, debería permitírsele ayunar hasta que pida comer. El Dr. Shelton nos dice que "los bebés pueden ayunar durante días sin peligro, aunque raras veces tienen que ayunar tanto como un adulto." Los bebés y los niños, según varios higienistas, se recuperan más rápidamente mientras ayunan que los adultos y por esta razón no requieren ayunar tanto tiempo. Como recomendación general, el Dr. Shelton y otros profesionales higienistas, parecen sugerir que los ayunos de los niños duren de uno a cinco días, siendo el tiempo límite de dos o tres días la duración más mencionada. Una vez más, no puede haber una duración exacta de tiempo para un ayuno en todos los casos. Sin embargo, hay un acuerdo general que puesto que un niño está generalmente menos tóxico y más vital que un adulto, los ayunos a corto plazo de uno a tres días generalmente son suficientes para la mayoría de los problemas agudos. Desde luego puede haber circunstancias y condiciones que requieran que un niño tenga que ayunar por un periodo de tiempo de más de tres o cuatro días. Los padres que estén pensando ayunar a sus hijos durante más de cinco días probablemente deberían consultar a un profesional higienista.
Los ayunos a largo plazo para los niños deben ser abordados con cautela. No porque el ayuno en sí mismo sea peligroso, sino porque la familia, amigos o autoridades mal informados pueden tratar de impedir tales acciones. En estos casos, el apoyo de un higienista profesional puede ayudar al padre en los momentos difíciles. Si no tiene acceso a un profesional higienista, aún puede ayunar a su hijo sin preocuparse durante periodos de uno a trea días. La duración exacta de un ayuno para un niño o un bebé no puede ser concretada ya que depende de la enfermedad y de la vitalidad que tenga. Cómo ayunar a los niños Las necesidades de un niño cuando ayuna son básicamente las mismas que las de un adulto: calor, tranquilidad, descanso, aire puro y agua pura. Ayunar por breves periodos de tiempo puede ser supervisado por los padres del niño. Si tiene una enfermedad grave o si debe ayunar durante varios días, entonces debe buscarse el consejo de un higienista experimentado. El inicio del ayuno Ninguna preparación complicada es necesaria antes de ayunar a un niño. En casos de condiciones agudas donde los síntomas de la enfermedad aparecen rápidamente, puede iniciarse un ayuno inmediatamente. De hecho, tan pronto como hay un signo de enfermedad grave en un niño, el ayuno debería empezar. No hay necesidada de dar al niño un enema antes de que comience el ayuno. Si el tiempo y las condiciones lo permiten, el niño puede seguir una dieta de fruta durante un día más o menos antes de que el ayuno comience. Durante el ayuno Hay que mantener al niño caliente, cómodo y tranquilo. No se le debe permitir que juegue o haga ejercicio vigorosamente mientras ayuna. Es más importante que el niño descanse totalmente mientras no come. Esto permite que la energía del cuerpo sea dirigida hacia la limpieza y desintoxicación en lugar de ser gastada en el juego y la agitación. Siempre que el niño esté sediento, debe darsele agua destilada a temperatura ambiente. No fuerce al niño a beber agua en exceso, pero asegúrese que el niño tiene agua en abundancia. Si el niño es un bebé, puede darsele tanta agua de un biberón como desee. Si no desea que el niño haga un ayuno completo, puede darle zumos de fruta, de naranja o de pomelo, o si el niño se niega a beber a sólo agua. Sin embargo, beber zumos no es una buena idea puesto que el agua pura es realmente todo lo que se necesita para ayunar al niño. Sin embargo, el Dr. Shelton y otros profesionales higienistas han empleado zumos de fruta cuando "ayunan" a los niños. Sobre todo cuando no hay fiebre o cuando ninguna crisis es evidente, el niño puede tomar zumos de fruta. Sin embargo, beber zumos o comer sólo frutas no constituye un ayuno auténtico. En algunos casos una dieta de zumos de fruta o fruta sólo puede emplearse con grandes beneficios cuando el ayuno es poco práctico o no se desea.
Poner al niño a una dieta estricta de frutas frescas y de zumos recién exprimidos puede hacerse por un periodo de tiempo prolongado y no requiere la supervisión de un higienista experimentado. Los beneficios de esta dieta son enormes. Qué esperar durante el ayuno Durante el ayuno, la orina del niño puede oscurecerse. Puede experimentar breves periodos de diarrea o de estreñimiento. El aliento probablemente olerá mal y la lengua puede estar muy saburrosa. Ninguno de estos signos son motivo de preocupación, sino que indican que el ayuno está progresando normalmente- que la desintoxicación se está llevando a cabo. Una vez que el ayuno comienza, no hay necesidad de preocuparse por el estreñimiento o los movimientos intestinales. Si nada ocurre durante el ayuno, no se preocupe porque la regularidad del niño volverá cuando el ayuno se rompa. No muestre preocupación o inquietud con el ayuno del niño. No permita que las observaciones de los adultos sobre la "seguridad" del ayuno, o la demostración de los temores sobre la salud del niño le afecten. Es mejor ayunar a su hijo en privado y sin discusiones, sobre todo delante del niño. Si el ayuno es tratado como una parte normal de la vida y si los padres practican el ayuno como una parte regular de un estilo de vida sano, entonces el niño es más probable que considere su propio ayuno como una experiencia positiva. Romper el ayuno El ayuno debe romperse después de que todos los signos agudos de la enfermedad han desaparecido, o el niño experimente hambre auténtica o tras un periodo razonable (de dos a cuatro días para un ayuno sin supervisar). El hambre puede estar presente durante el primer día del ayuno. Esto no es una señal de que el ayuno deba romperse en seguida. Si el niño expresa un fuerte deseo por comer después del primer día o dos del ayuno, eso es una indicación más fiable de que el hambre verdadera ha vuelto y que el ayuno debe finalizarse. El ayuno debe romperse con cuidado. Como primer alimento después del ayuno se le puede dar una pieza de fruta fresca o un vaso pequeño de zumo de fruta fresca. Haga que el niño beba el zumo a sorbos muy lentamente. Si toma fruta, que tome un bocado cada vez y que mastique cada bocado muy bien. Horas más tarde, puede tomar más zumo o más fruta. No tenga prisa por introducir alimentos más concentrados en su dieta. Mientras el niño esté feliz y satisfecho comiendo fruta sola, déjele seguir con esta dieta. Gradualmente pueden ser introducidos ensaladas frescas, frutos secos y semillas. Si el niño es un bebé o todavía está mamando, entonces el ayuno debe romperse con la leche materna. Después del ayuno
Tras un ayuno, el niño debe consumir una dieta sana compuesta principalmente por frutas y verduras crudas, frutos secos y semillas comidos en combinaciones apropiadas. Desde luego si el niño es muy pequeño, entonces lo más apropiado para él son la leche materna, los zumos de fruta, los batidos de fruta, etc. No tenga prisa por sobrealimentar o atiborrar al niño con alimentos altos en calorías para reemplazar la pérdida de peso. El apetito y hambre naturales del niño deben satisfacerse, pero si el niño no tiene apetito, no debe obligarle a comer. Después del ayuno es el momento ideal para mejorar la dieta del pequeño. El ayuno proporciona una transición fácil hacia unos mejores hábitos alimentarios y una mejor selección de los alimentos. Los primeros días después de un ayuno observará que el niño aprecia mucho más los alimentos sencillos y naturales sin cocinar. Este es un momento excelente para incluir cada vez más frutas y verduras frescas en la dieta del niño, y eliminar cualquier alimento inferior que pueda haber comido antes del ayuno. Superar los miedos sobre el ayuno El mayor obstáculo para ayunar a los niños no provendrá del niño sino de los padres y parientes excesivamente preocupados. En las mentes de algunas personas, ayunar es lo mismo que inanición y se preocupan innecesariamente sobre la seguridad del niño durante un ayuno. Una buena educación sobre lo seguro que es ayunar a los niños es necesaria para que estos temores desaparezcan. Cuando le preguntaban sobre las posibles complicaciones que podrían surgir por ayunar a los niños, el Dr. Shelton replicaba: "Las complicaciones se producen casi enteramente por la alimentación y la medicación. Casi nunca se desarrollan en los casos que no han sido alimentados ni medicados. He ayunado a numerosos niños y bebés y en mi opinión soportan bien el ayuno." Aún así existe a menudo la preocupación de que ayunar hará que el niño pierda demasiado peso o que sea perjudicial para el crecimiento. De hecho, el temor más común es que si a un bebé o a un niño se les deja sin comer, perderá peso y nunca recuperará su potencial de crecimiento completo. Dichos temores carecen de fundamento. El Dr. Shelton nos dice que "se ha desmotrado plenamente que los ayunos cortos repetidos de uno a tres días en los animales en desarrollo producen un crecimiento y fuerza mejores. El ayuno no perjudica a los niños, pero sí lo hace la inanición." Y, podría añadir, que a los niños les perjudica comer cuando no deberían hacerlo. El ayuno, si se hace de forma adecuada, puede estimular el crecimiento. El profesor Morgulis, un investigador sobre el ayuno y los animales, declara que tan pronto como cualquier animal, incluyendo el hombre, pierde peso mediante el ayuno, entonces comienza a aumentar de peso a un ritmo espectacular una vez que se le suministra otra vez el nutrimento adecuado. "Hay un rápido aumento de peso," escribe el profesor Margulis, "que es una manifestación de un proceso vigoroso de crecimiento en los animales después de un ayuno. Hay
un multiplicación celular prolifíca. Frecuentemente, hay un incremento en la masa corporal que normalmente requiere años de crecimiento." El Dr. Shelton también advierte que ha visto periodos de crecimiento mayor en los niños después de un ayuno. No es la insuficiente alimentación o el ayuno lo que debe temerse, sino más bien la sobrealimentación del niño con alimentos incorrectos. Cualquier pérdida de peso experimentada por el niño cuando ayuna será rápidamente invertida una vez que empiece a consumir una dieta adecuada después de romper el ayuno. Los padres simplemente deberían asegurarse que el niño tome todos los alimentos sanos que quiera o desee. Su apetito será enorme después de un ayuno, y las pautas de crecimiento normales se restablecerán rápidamente. Quizás la mejor confianza que un padre puede tener cuando ayuna a un niño es leer sobre los miles de pequeños que han ayunado supervisados por profesionales higienistas. El libro del Dr. Shelton, The Hygienic Care of Children, tiene muchos ejemplos del éxito obtenido ayunando a niños. Los padres también pueden ponerse en contacto con otros higienistas que hayan ayunado a sus hijos para que les aconsejen. A menos que los padres tengan un oyente comprensivo, sería mejor que no hablase sobre el ayuno de sus hijos. Algunas personas incluyendo los doctores en medicina, tienen una desconfianza hacia el ayuno y pueden dar los pasos necesarios para impedir que los niños ayunen a sus hijos. Estas personas llenarán a los padres de temor y de culpa por ayunar a su progenie. En algunos casos, se ha entablado un pleito contra los padres que sólo estaban tratando de asegurar la salud y el bienestar de sus hijos mediante un ayuno. Para evitar esas complicaciones, los padres prudentes ayunarán a su hijo en privado y sin consultar a las diversas "autoridades." De nuevo, es aconsejable que los padres traten de ponerse en contacto con otros higienistas para que les apoyen durante el primer ayuno de un niño. A pesar de todo, un ayuno a corto plazo de uno a tres días nunca puede hacer daño y puede ser supervisado sin peligro por unos padres bien informados. Los beneficios de ayunar a los niños Los niños pueden beneficiarse rápidamente de un ayuno, y es alentador ver los muchos resultados positivos que ocurren de forma tan espectacular después de un ayuno. Los pequeños tienen cuerpos vitales y relativamente limpios que responden bien a un ayuno. Todas las funciones corporales se normalizan durente un ayuno. Indigestión, estreñimiento, dolores de cabeza, resfriados, fiebres, diarrea y una serie de trastornos infantiles a menudo desaparecen rápidamente durante un ayuno. El cuerpo puede ocuparse de sus tareas de eliminación mucho más rápido durante un ayuno. El ayuno también permite que el peso del niño se normalice. Los niños con sobrepeso perderán sus libras de más durante un ayuno mientras que los niños de peso insuficiente a menudo aumentan de peso rápidamente después de un ayuno.
El ayuno es una forma excelente de introducir al niño a una nueva dieta. De hecho, muchos niños pueden hacer cambios dietéticos mucho más fácilmente que los adultos, y con frecuencia, es más fácil que ayunen y se quejan menos. A los niños, si son lo bastante mayores, se les debería enseñar los beneficios de ayunar. Deberían decirles o mostrarles cómo los animales ayunan de forma natural en la naturaleza, y que el ayuno es un proceso vital normal. Enseñar a su hijo cómo ayunar de forma adecuada es tan importante como enseñarle a comer correctamente. Algunas padres encuentran más fácil ayunar junto con sus hijos lo cual es una idea excelente si la enfermedad lo permite. Cualquier temor hacia el ayuno que el niño pudiese temer es mitigado rápidamente si la madre o el padre ayunan también. El ayuno es un método probado durante mucho tiempo para asegurar una salud superior en personas de todas las edades. Debería ser empleado tanto por los jóvenes como por los mayores, y el ayuno de niños debería ser considerado como una método seguro y natural de obtener una salud y vitalidad superiores. RESUMEN DE LA LECCIÓN El ayuno puede ser empleado por niños de todas las edades simepre que surga un signo de una enfermedad aguda o crónica. Los niños pueden ayunar sin peligro con tal de que los padres estén bien informados de los mecanismos del ayuno. Generalmente, los niños suelen necesitar ayunos más cortos que los adultos a causa de su vitalidad natural. Ayunos cortos de uno a cinco días pueden ser supervisados por padres bien informados. Los ayunos más largos es mejor que sean supervisados por un profesional higienista experimentado. Las necesidades de un niño durante el ayuno son las mismas que las de un adulto: calor, tranquilidad, descanso completo, aire puro y agua pura. El ayuno ha demostrado ser muy eficaz en la mayoría de las enfermedades y trastornos más comunes de la infancia. A la primera señal de un malestar o enfermedad graves, el niño debe ayunar o consumir una dieta principalmente de frutas y zumos frescos y crudos. Los temores sobre ayunar a los niños son infundados. La pérdida de peso durante el ayuno generalmente se invierte en seguida cuando se reanuda la alimentación. De hecho, después de un ayuno son frecuentes un crecimiento rápido y una mejor asimilación de los alimentos. PREGUNTAS SOBRE LA LECCIÓN PREGUNTA: Mi hijo no comprende el ayuno. Piensa que está siendo castigado cuando le pongo a ayunar. ¿Qué puedo hacer? RESPUESTA: Si el niño es lo bastante mayor (alrededor de cuatro años), puede comprender en qué consiste el ayuno si se lo explica de forma general. Si tienen animales o mascotas, asegúrese de hacerle ver cómo estas criaturas ayunan de forma natural cuando se encuentran
mal. Si puede, usted o su esposo deberían prácticar el ayuno delante del niño antes de ponerle a ayunar. Digale al niño que cuando está enfermo, su cuerpo y estómago deben descansar, de modo que no se puede tomar ningún alimento. Si el niño es muy pequeño o es un bebé, entonces tiene poca elección salvo dejar que el niño ayune y escuchar sus quejas. En realidad, muchos niños después del primer día de ayuno se adaptan muy rápidamente a no comer -más que los adultos. Le puede parecer cruel negar a un niño que llora su alimento, pero si pretende que tenga una salud superior, entonces tendrá que hacer este sacrificio. La manera más fácil de hacer frente a este problema para un niño de dos o tres años es hacerle ver que el ayuno es algo natural, y que no es un castigo o algo a de lo que temer. Nuestra cultura está a favor de comer y de la sobrealimentación. Debe mostrar a su hijo la otra cara de la moneda, y desarrollar buenos hábitos sanos a una edad temprana. Los padres deberían dar ejemplo al niño absteniéndose de todo alimento también. De este modo el niño se sentirá un participante en vez de un proscrito. PREGUNTA: Quiero poner a ayunar a nuestro hijo, pero mi esposa dice que no. Tampoco les agrada la idea a ninguno de nuestros parientes. ¿Qué debería hacer? RESPUESTA: En estos casos, un compromiso es necesario. Poner al niño a una dieta de zumos de fruta diluidos o a fruta fresca sólo permitirá que el cuerpo haga su trabajo de forma más eficiente que una dieta convencional. Aunque no tan efectivo como un ayuno, una dieta modificada de este modo a menudo es bastante efectiva en el proceso de curación. Entretanto, trate de cooperar con su esposa. Usted mismo debería ayunar para eliminar los temores sobre el proceso. Suministre a sus parientes información sobre el ayuno, como esta lección, y busque a otros padres que hayan tenido la experiencia de ayunar a sus hijos. A menudo una palabra de otra persona que ha ayunado a sus hijos con éxito hará mucho para aliviar los temores de su esposa. PREGUNTA: Tengo problemas en saber cuando romper el ayuno del niña. Siempre dice que está hambriente, de modo que no es una buena indicación. ¿Cómo puedo saberlo? RESPUESTA: Una norma es nunca alimentarlo cuando tiene fiebre. Si el hambre está presente en ese momento, es generalmente señal de que son necesarios líquidos -en concreto, agua destilada. Generalmente puede ignorar sus quejas de que está hambrienta durante todo el primer día. Si el niño es muy pequeño, es posible que el hambre verdadera vuelva al segundo o tercer día del ayuno. Si no aparecen síntomas mayores y el niño da muestras de tener hambre en ese momento, entonces rompa el ayuno con zumos de frutas o fruta cruda. Siga alimentándole de este modo tanto tiempo como sea posible. Mientras la lengua esté saburrosa y el aliento sea fuerte, el niño no mostrará un hambre fisiológica auténtica. BIBLIOGRAFÍA
Fasting Can Save Your Life, Dr. Herbert M. Shelton. The Hygienic Care of Children, Dr. Herbert M. Shelton. The Hygienic System, Volume II, Dr. Herbert M. Shelton. The Hygienic System, Volume III, Dr. Herbert M. Shelton. Scientific Fasting, Linda Burfield Hazard. TEXTOS COMPLEMENTARIOS ENFERMA TAN PEQUEÑA, PERO BIEN AL FINAL La Historia de Juliet Groll por Paulette Groll
Juliet nació el 7 de diciembre de 1979. Vino al mundo sin medicamentos (pero en su primer año de vida esto cambiaría drásticamente), una hermosa niña de 7 libras y 1 onza de peso. ¡Estábamos emocionados! Después de nueve años de matrimonio teníamos nuestra niña. Tres días después de su nacimiento nos dijeron que tendríamos que dejar a Juliet en la guardería del hospital debido a su alto recuento en bilirrubina. A regañadientes, pero sin rechistar, aceptamos. Madre e hija fueron separadas tiempo suficiente como para tardar días en restablecer la lactancia. Después de este episodio creíamos que ya había pasado lo peor hasta que los chequeos de Juliet comenzaron. Cada uno era más preocupante que el anterior. "Su peso sigue siendo bajo." "Está tan por debajo del gráfico (del peso) que ni siquiera aparece en él." Durante meses sus piernas no giraban de forma adecuada en las cavidades de la cadera. (Esto se corrigió más adelante.) Su piel estaba pálida y parecía transparente. Estaba perdiendo parte del movimiento motor total. A los seis meses la prueba de la fibrosis cística estaba a la vuelta de la esquina. Afortunadamente, esto nunca ocurrió. Nuestra "solución" temporal al problema de peso de nuestra hija fue la "fórmula" mágica. Sí, su peso aumentó, pero al mismo tiempo, otro problema más serio estaba en el horizonte. Juliet tenía una infección en los oídos. Le administraron el tratamiento usual antibióticos. No pensamos en nada en ese momento. Pero lo que siguió nos dio mucho que pensar y cambió nuestras vidas. A la primera infección de oídos le siguieron sucesivas infecciones de oídos además de pruebas constantes, "hemorragias" de los oídos, tests de laboratorio, tests de audición, junto con gotas para los oídos y más atibióticos. Meses después vino el "especilista" en oídos con mas equipo "especializado" que aterrorizó a nuestra pequeña hija. En una visita fueron necesarios su madre, dos enfermeras y el médico para sujetarla y que el médico pudiese examinarla. A medida que Juliet empeoraba, las visitas médicas fuera de la ciudad aumentaron. Una semana sin antibióticos y tenía una infección formidable. El dolor constante, el malestar, y los exámenes agotadores llenaban la vida de Juliet. Durante meses inundaron su precioso cuerpo de antibióticos. Recorrimos toda la gama de antibióticos, entonces repetimos una y otra vez.
En este momento estaba estudiando la Higiene Natural. Tras seguir la dieta y hacer ayunos de 24 horas durante ocho meses, estábamos considerando (muy prudentemente) aplicar la Higiene Natural sobre Juliete. Un consejero cristiano amigo mío me había introducido en la Higiene Natural. Después de años de terapia para la depresión, el asesoramiento, junto con los principios higienistas, me trajeron una libertad y salud tremendas. De modo que cuando sugerí probar un plátano hecho puré en lugar de la fórmula, decidimos intentarlo. Este fue el principio de la introducción de Juliete al mundo de la Higiene Natural. Ahora nos encontrábamos divididos entre el mundo de la medicina y la Higiene Natural. Una dieta natural de frutas y verduras crudas, junto con mantequillas de frutos secos era coronada con antibióticos como postre. Nos dijeron que este largo camino de infecciones de oído con suerte llegaría a su fin -después de la operación. Tenían que poner tubos de plástico autodisolventes a través de sus tímpanos. Pedí leer los libros de texto de medicina sobre este procedimiento pero me desanimaron. Por esta época los oídos de Juliet estaban mal y su audición era mínima. No teníamos ánimos para resistir. De modo que, debido a la ignorancia y a la desesperación permitimos que nuestra hija de casi 13 meses fuese hospitalizada en enero de 1981, y la operación se llevó a cabo. El cirujano me dijo, "Realmente nos gustaría sentirnos justificados a la hora de operar a una niña tan pequeña. En su caso estaba justificado. El líquido detrás de sus tímpanos era como pegamento. Si esto no funciona, no hay nada más que podamos hacer." Realmente teníamos esperanzas. Queríamos poner fin a toda esta miseria que nuestra hija sufría. Y pensábamos que el fin había llegado hasta que surgió otra infección en los oídos. Luego otra. ¡Estábamos como al principio otra vez! Juliet siguió con "la retahíla de antibióticos" hasta que desarrolló una reacción a un medicamento común. Su cuerpo estaba cubierto de manchas rojas desde los dedos del pie hasta su barbilla. Le administraron adrenalina. Cuando le prescribieron otro antibiótico, me negué. Mi único pensamiento era, "Tiene que haber otra manera." Adiós a lo viejo, bienvenido lo nuevo Mi amigo consejero cristiano me había hablado recientemente de un lugar en Hollister, California, el California Health Sanctuary. Iba allí a ayunar bajo la supervisión de un profesional higienista. Yo misma había estado interesado en hacerlo. Pero ahora mis pensamientos estaban puestos en la inmediata necesidad de Juliet. ¿Podría ayunar una niña de un año? Teníamos muchas preguntas y preocupaciones. Con la sensación de no tener nada más a lo que recurrir. mi marido y yo concertamos una cita con el profesional higienista en el California Health Sanctaury. Todo lo que dijo sobre que el cuerpo era capaz de curarse a sí mismo, y que el ayuno proporcionaba el mejor entorno para hacerlo así, tenía sentido. Explicó que la curación es un proceso normal del cuerpo que sucede todo el tiempo en relación a la cantidad de energía disponible. Durante un ayuno, el cuerpo puede ahorrar toda la energía que generalmente se emplea en comer y en otras actividades y usarla para para limpiar, reparar y restablecerse. El cuerpo de Juliet necesitaba repararse y restablecerse con toda seguridad. De modo que una semana más tarde, el 21 de abril de 1981, llegamos al California Health Sanctuary para embarcarnos en una experiencia totalmente nueva.
Sabía que esta sería una experiencia única y comencé a escribir un diario desde el primer día. Madre e hija permanecerían en el Sanctuary mientras padre e hijo volvían a casa. No sabíamos cuánto tiempo duraría esta separación. Juliet caminaba y jugaba fuera toda la tarde. El Sanctuary es hermoso y perfecto para que un niño lo explore. Empezamos a conocer al personal y a otros ayunadores. Estábamos rodeados por un espíritu de amor y nos cuidaban con gran cariño. Le dieron a Juliet un biberón de agua destilada. Siempre tenía su biberón cerca por si tenía sed o por comodidad. Rápidamente se metió de lleno en la experiencia del ayuno vomitando un poco al segundo día. Su aliento olía a anestesia al igual que su cuerpo y sus pañales. A medida que el ayuno progresaba, su nariz y sus oídos drenaban y tenía congestionadas las vías respiratorias superiores. Todo esto era la manera que tenía su cuerpo de eliminar sus venenos internos. Durante el ayuno, a Juliet le gustaba estar fuera en su cuna o dar largos paseos en su cochecito. Me miraba y me dirigía su sonrisa especial que parecía decir, "Comprendo que me estoy poniendo bien." Era un momento especial para ambas. Estábamos muy unidas. La cogía mucho y dormía con ella acunada en mis brazos. Al undécimo día de su ayuno supe que Juliet estaba en el camino de la recuperación. Sus síntomas estaban disminuyendo lentamente. Sin embargo, yo estaba preocupada. ¿Cuánto tiempo más tendría que ayunar? La parte más díficil del ayuno de Juliet no era el ayuno en sí mismo, sino la reacción de los demás hacia nosotros, como padres, por ayunar a nuestra hija. Algunos de nuestros amigos más queridos (que nos conocían y confiaban en nosotros) pensaban que nos habíamos vuelto locos. Muchos no podían comprender nuestra manera de entender la salud, y algunos ni siquiera respetaban nuestro derecho a elegir lo pensábamos que era mejor para Juliet. Pero ninguno estaba en nuestro lugar. Ninguna de estas personas se había visto forzada a buscar una alternativa a la salud como nosotros nos habíamos forzado a hacer. ¿Cómo podrían comprender? Sí, había días en los que estaba cansada y dispuesta a irme a casa, pero la fuerza siempre volvía. Dios usaba a todos los del Sanctuary de una forma hermosa para dar a Juliet y a mí todo lo que necesitaba para seguir y ver que su cuerpo se estaba recuperando. El apoyo de mi esposo fue inestimable. No tenía la ventaja de ver la curación del cuerpo de Juliet directamente. Tenía que confiar en mi información de segunda mano. Además no tenía el compañerimso de la gente del Sanctuary, aquellos que ya sabían que la curación estaba y seguiría teniendo lugar en nuestra hija. Estábamos confiando en los principios de la Higiene Natural mediante la fe, no mediante la experiencia. ¡Un buen signo aparece!
Al duodécimo día el drenaje de los oídos de Juliet llegó a ser líquido." ¡Esto era una buena señal! Cuando llegó a ser como el agua y se detuvo el ayuno estaba cerca del fin. Al décimotercer día los oídos de Juliet drenaron líquido pero estaba congestionada. Tendrían que limpiarse antes de que estuviese lista para romper su ayuno -¡dos o tres días más! Estaba excitada hasta que al día siguiente en el que Juliet expulsó un montón de moco, los oídos
seguían drenando, y tenía congestión. A medida que el ayuno llegaba a su fin (decimo octavo día) su aliento era dulce, su cuerpo y sus pañales no tendían olores, su pecho estaba despejado sin drenaje alguno de su nariz o de sus oídos. Sus oídos estaban sanos por primera vez en casi un año. Sus ojos estaban brillantes; su rostro alerta. El décimo noveno día llegó y Juliet rompió su ayuno. Realmento DISFRUTÓ de sus primeras onzas de zumo de naranja recién exprimido diluido. Para mí fue una ALEGRÍA dárselo. Permanecimos en el Sanctuary mientras Juliet comenzó a consumir gradualmente una dieta de frutas, verduras y mantequillas de frutos secos crudos en combinaciones adecuadas y en cantidades modestas. Ahora, con dieciesiete meses, también le daban biberones con zumos recién preparados (de manzana, hortalizas de hoja verde, y de naranja). Era el momento de traer a nuestra hija a casa. Este fue el principio de la salud para Juliet. Tenía veintiseis meses y la iba bien. Prueben la Higiene Natural usted y sus hijos. ¡Es una gran manera de vivir! Reimpreso de Naturally, The Hygienic Way, Abril 1982. Disponible en la Religious School of Natural Hygiene, 6344 Pacheco Pass Highway, Hollister, CA 95023. LO MÁS DIFÍCIL ES NO HACER "NADA" por la Dra. V.V. Vetrano
"¡Pobre niña, está tan enferma. Y mírala, apenas puede levantar la cabeza!" "Sí, es cierto, está enferma y tiene fiebre alta. Pero no se preocupe, está ayunando y la fiebre no durará mucho tiempo." El primer día transcurrió sin que los parientes políticos dijeran demasiado, de modo que me sentí aliviada. Mi marido pensaba que yo sabía lo que estaba haciendo y no me molestó en exceso sobre cómo alimentaba a nuestro bebé. Así que no me preocupaba que me impidiese ayunarla. El segundo día pasó. Toda la familia vino a visitar al bebé. Estaban un poco preocupados. Pero cuando el tercer y el cuerto día pasaron y el bebé aún tenía fiebre, realmente tuve que calmar sus temores. Jamás habían oído eso de ayunar a un bebé de dos años. Todo el mundo sabe que cuando los bebés tienen fiebre necesitan penicilina para bajarla. Negarse a ver a un médico cuando un bebé está enfermo es un crimen, dicen, y ayunar a un bebé es todavía peor... es una locura total. Estoy sorprendida de cómo la familia se conformó con mi opinión. Quizás actué como si supiera lo que estaba haciendo o mi fe en la Higiene Natural era tan fuerte que calmé sus temores por un tiempo, pero al quinto día del ayuno de la niña incluso mi marido estaba asustado. Salió de casa vociferando: "Si no está mejor mañana, la llevaré al médico." Estaba tan preocupada por mi bebé tanto como ellos pudieran estarlo pero permitir que mi preocupación o falta de fe se manifestasen hubiera sido el final de sus cuidados higienistas. Esperé pacientemente, sabiendo que la naturaleza cura. La tomaba la temperatura diariamente, la mantenía caliente, la dejaba descansar tranquilamente, e impedía que la gente fumase en la
habitación, o que la despertasen para saber si estaba viva. Mantenía el lugar silencioso para que pudiese dormir y nada más. Es duro tener que enfrentarse a todo el mundo pero es todavía peor sentarse y esperar al día en que la fiebre bajará. Cada día observas, escuchas y esperas. Los bebés que están ayunando y que tienen fiebre están muy quietos. Duermen mucho y esto también es preocupante cuando eres un higienista neófito y no un médico. Toda clase de miedos invaden tu mente: "¿Está bien? ¿Respira? ¿Vive todavía?" Estás muerto de miedo. Quieres sacudir al niño, o despertarle, o hacer lo justo para asegurarte de que todo va bien. Pero no hice nada precipitado. Tenía que tener paciencia y esperar a que la naturaleza completase su maravilloso proceso de curación. Estaba muy preocupada pero tenía fe en el organismo vivo. Finalmente, su fiebre cedió a mitad del quinto día de ayuno, y todos suspiramos aliviados. Su padre ya no estaba tenso y preocupado. Esta fue la única vez en que el bebé estuvo enfermo en su vida. ¡Gracias a Dios! Había capeado el temporal. Pero ahora ya sé lo duro que es sentarse, esperar, obrar de forma inteligente y no hacer absolutamente nada. Estoy contenta por haber resistido. Esperé pacientemente a que la naturaleza curase a mi bebé. Pero otros no lo hacen. Hace poco, los padres de un bebé de seis meses estaban aterrorizados a causa de los síntomas de su bebé. Me llamaron, pero en vez de hacer lo que les sugerí llevaron el bebé al médico. No querían que el bebé ayunase. Entonces empezaron los problemas. El médico insistió en someter al bebé a toda clase de tests dañinos, dolorosos y perjudiciales para él, incluyendo rayos X. Tardaron tanto tiempo en fijar un diagnóstico que, si el bebé hubiera sido cuidado de forma higienista, se hubiera recobrado antes de que el diagnóstico médico hubiese sido determinado. Al final, el médico comenzó el tratamiento. Fueron al médico simplemente para conseguir un diagnóstico. Al final pusieron ayunar al bebé. Lo único que querían era tener una etiqueta. Tenían la impresión de que si conseguían un diagnóstico y sabían exactamente lo que le pasaba al bebé no tendrían tanto miedo. No podían esperar y confiar en los poderes curativos naturales del cuerpo para que su bebé se recuperase. Olvidaron el tratamiento que el médico les prescribió. Cuando se negaron a hacerlo, el médico empezó a sospechar. Entonces insistió en que los padres cumpliesen sus órdenes. Incluso implicó a las autoridades en el caso, y el bebé fue retenido en el hospital en contra de los deseos de sus padres. Fueron obligados a someter a tratamiento al bebé. Cuando finalmente llevaron al bebé a casa, tuvieron que soportar que el departamento de niños maltratados les visitase dos veces por semana para ver si estaban siguiendo las instrucciones del médico respecto al cuidado y alimentación del bebé, y fueron obligados a empezar a alimentar al niño con carne y cereales en contra de su voluntad. El bebé tardó seis meses en recuperarse del abuso médico llamado "diagnosis y tratamiento." Todos estos problemas ocurrieron porque los padres no tuvieron fe en la capacidad del cuerpo para curarse solo, y a causa de su incapacidad de sentarse y no hacer absolutamente nada. "No hacer nada" es una de las cosas más duras. Justo la otra noche mi sueño fue interrumpido por el timbre del teléfono. Era una señora con un bebé de tres años. Su voz denotaba una gran preocupación, rayana en el pánico: "Estoy preocupada, " dijo, "mi bebé están tan decaído. No hay vida en él y tiene 104.5º F de fiebre. Le pusé a ayunar durante siete días y la fiebre bajó. Pero estaba muy débil de modo que no esperé las 24 horas necesarias después de que la fiebre bajase. Ahora la fiebre ha vuelto, y estoy
realmente preocupada. Le dí sólo dos onzas de zumo de naranja tres veces, pero la fiebre volvió. Está tan débil y tan enfermo." su voz se quebró y se puso a llorar. Comencé a hacerla preguntas para tratar de descubrir cómo enfermó el niño y cuál era el problema. El bebé se había escondido en el porche trasero y se había encontrado la comida seca para perros cuando los padres estaban fuera. Cuando le encontraron, estaba feliz atiborrándose con esa comida, y probablemente lo había estado haciendo cerca de 15 a 20 minutos. Después de eso, desarrolló fiebre y tos, de modo que le pusieron ayunar. Los padres estaban muy preocupados y cuando la fiebre no bajó en tres días se preocuparon aún más. Muchas cosas pasaron por sus mentes. ¿Sobreviviría el niño? Había hecho esto una vez antes, pero le habían descubierto lo bastante rápido como para detenerle antes de que comiera mucho. Bajo el estrés del miedo, y la impaciencia, porque la fiebre era tan alta, el bebé estaba débil y cada vez estaba más débil, y no había señal alguna de mejora, los padres decidieron que puesto que el niño no había tenido ningún movimiento intestinal sería mejor someter al niño a un enema. Razonaron que la comida para perros era un irritante y que, al estar todavía en el colon, hacía que la temperatura todavía fuese alta. "Debemos deshacernos del irritante." De modo que le dieron un enema. Sin embargo, el niño estaba cada vez más apático y la fiebre no bajaba. Los padres no pudieron esperar hasta que el cuerpo corrigiese todos los errores. Como el niño no vomitó sabemos que la comida para perros al menos fue digerida lo bastante como para pasar del estómago al intestino delgado. Cuando llegó al colon, gran parte había sido digerida. Los aditivos, otras sustancias químicas venenosas, y los productos de descomposición fueron absorbidos desde el intestino delgado. El momento de haber hecho algo era cuando el niño había comido por primera vez el alimento del perro. Se le podría haber provocado el vómito cuando el alimento estaba todavía en el estómago del niño. Pero quizás no se dieron cuenta de cuánto había comido el niño y el niño todavía no estaba enfermo. Pero, dar un enema después de que el alimento ya había pasado por la zona de absorción era inútil y malgastó la energía nerviosa del niño. Si las sustancias presentes en el colon hubieran sido lo bastante irritantes como para causar fiebre, el cuerpo las habría expulsado mediante una diarrea. El razonamiento de los padres estaba ofuscado a causa de la debilidad y de la apatía del niño. La tendencia es hacer algo para hacer que el niño parezca vivo otra vez. Los padres olvidan que es normal que cuando el cuerpo está luchando contra las toxinas con todas sus energías, tanto nerviosas como físicas, estas son dirigidas hacia la zona del cuerpo que más lo necesita. La debilidad física se produce porque la sangre y el suministro de energía han sido retiradas de los músculos esqueléticos del cuerpo y son dirigidas hacia el interior para ayudar al cuerpo a deshacerse de las sustancias venenosas. Es natural estar tan apático y débil bajo estas condiciones. Sin embargo, ver a un niño sin vida es aterrador y de ahí que surga ese fuerte impulso a hacer algo, lo que sea, para ver una manifestación de la vida. No hacer nada en estos momentos requiere un gran coraje y fe en el organismo humano. Las fiebres pueden durar más de tres días cuando hay necesidad de ello. Ayunar es la forma más rápida de ayudar al cuerpo a librarse de los irritantes que están ocasionando la fiebre, pero a veces tarda más de tres días. No debemos tener pánico si la fiebre no baja más
rápidamente. Actualmente los niños desarrollan fiebres qeu duran más tiempo que en las décadas anteriores. He atendido a varios niños recientemente y he notado que las fiebres parece que nunca desaparecen. Los niños de esta generación no son tan fuertes como los de la generación anterior, por muchas razones. Tendremos que esperar más enfermedades agudas y menos niños robustos a menos que limpiemos el medio ambiente y cambiemos nuestro método de cultivar y procesar los alimentos. La raza humana está cometiendo un suicidio lento pero seguro. Entretanto, debemos esforzarnos por vivir más en armonía con la naturaleza que antes. No debemos causar un gasto innecesario de energía vital de las personas enfermas, ya sean niños o adultos. Debemos aprender a conservar la energía como nunca antes lo habíamos hecho, simplemente porque cada vez hay menos vitalidad y menos capacidad para funcionar bien. Si un niño o un adulto desarrollan fiebre, el ayuno es el mejor medio de permitir al cuerpo librarse de la causa. La fiebre nunca subirá tanto cuando se ayuna como cuando se come. "Pero, ¿qué pasa con el daño cerebral que puede producirse si la fiebre sube hasta los 106º F?" Recuerde, en primer lugar, que las células sólo pueden funcionar a temperaturas óptimas. En el instante en que la temperatura sube demasiado, las células automáticamente dejan de funcionar y la temperatura desciende espontáneamente. En realidad, es la supresión de la fiebre con medicamentos y otras medidas lo que causa la retención del veneno, o de la bacteria o de lo que sea que ocasionó la fiebre, lo que daña al cerebro, lo cual nunca hace la fiebre per se. La fiebre es un proceso biológico necesario para ayudar a las células fagocíticas a comerse las bacterias o destruir y convertir la sustancia venenosa que puede haber sido ingerida en algo menos tóxico. Los medicamentos por si solos son tóxicos y se suman a la carga que el cuerpo tenía que eliminar. Los medicamentos, más las bacterias, y las toxinas bacterianas y otros venenos en el sistema son los que dañan al cerebro, no la fiebre que es el único medio del cuerpo, el mejor y el más rápido para librarse de los agentes nocivos. No importa lo duro que pueda ser sentarse y esperar hasta que el cuerpo se cure solo, sigue siendo lo mejor que se puede hacer. Traducción hecha por Victoria Machuca Tortosa, Tel. 629 577386; C.e:
[email protected] por encargo de Jose Manuel Llorca director de la Fundación Pharus Plg. Lourdes s/n. Coín (Málaga). ============================================= LECCIÓN 93.- ENSEÑANDO SOBRE EL AYUNO (E. y R. McCarter) Parece que, puesto que hemos perdido el instinto de ayunar, los humanos debemos aprender los beneficios que ofrece el ayuno en ciertas afecciones patológicas y, además, demos aprender cómo y cuándo ayunar. RAZONAMIENTO
OBJETIVOS DE LA UNIDAD DEFINICIONES CONCEPTOS CLAVES PUNTOS PRINCIPALES ÍNDICE DE LA UNIDAD I.- INTRODUCCIÓN.- 3 II.- FLUJO DE ENERGÍA, AYUNO Y CONTROL MENTAL.- 4 III.- LA EXPERIENCIA HIGIÉNICA: EL CLIENTE APRENDE.- 6 A. ¿Cuánto tiempo debemos ayunar?.- 7 B. Por qué puede que el cliente necesite ayunar. C. Se deben liberar los canales nerviosos.- 8 D. El papel que desempeña el agua en el ayuno. E. El ayuno no cura nada. F. La lista del Dr. Buchinger.- 9 G. Otras posibles razones para ayunar. H. Miedo a ayunar.- 10 IV.- QUÉ HEMOS APRENDIDO HASTA AHORA.- 11 V.- EL PROCESO DE APRENDIZAJE PUEDE VARIAR DE UNA PERSONA A OTRA. VI.- SEIS CASOS DE ESTUDIO.- 12 A. Alex M. B. Gladys G..- 14 C. El Doctor en filosofía, Dr. J. .- 16 D. Susie y Bill.- 18 E. Ethel.- 19 *Diario de Ethel.- 20 F. Rachel: su historia.- 22 VII.- TAREAS ÚTILES PARA AYUNADORES REACIOS VIII.- LOS CLIENTES ANCIANOS Y EL AYUNO.- 26 * Los ancianos y la transición hacia el ayuno.- 27 IX.- LA EXPERIENCIA DE APRENDIZAJE.- 28 * Estar preparado. * PREGUNTAS Y RESPUESTAS.- 9 1.- Mi familia y mi esposo se oponen a que me salte una comida. 2.- ¿El ayuno es solución para los problemas mentales? 3.- ¿No es irracional el miedo al ayuno? 4.- ¿Por qué es más beneficioso en unas alteraciones que en otras? 5.- ¿Cómo saber cuando romper el ayuno? 6.- La función del consejero higienista. * RESUMEN.- 30 * TEXTO COMPLEMENTARIO: LAS ―CENIZAS CELULARES‖ COMO CAUSAS DE ENFERMEDAD Un extracto del libro: "Secretos de un médico naturópata" de M.O.Garten
UNIDAD 93: INSTRUIR A LOS CLIENTES SOBRE EL AYUNO TEMA: Parece que, puesto que hemos perdido el instinto de ayunar, los humanos debemos aprender los beneficios que ofrece el ayuno en ciertas afecciones patológicas y, además, demos aprender cómo y cuándo ayunar. INSTRUCTORES: Elizabeth D. McCarter & Robert W. McCarter RAZONAMIENTO Aunque el ayuno no sea una panacea para todas las enfermedades, puede ser sumamente beneficioso en muchas, si no en la mayoría. No obstante, ya que el proceso del ayuno es algo totalmente desconocido para un amplio segmento de la población y algo que la mayoría de la comunidad médica desaprueba, por una u otra razón, los consejeros higienistas estamos en nuestro pleno derecho para informar a los clientes de los muchos resultados saludables que se pueden obtener cuando el ayuno se incluye dentro de un programa completo de Higiene. OBJETIVOS DE LA UNIDAD Cuando haya terminado esta unidad, el estudiante debería conocer algunas de las barreras básicas psicológicas, emocionales, sociales, y otras, que tienden a hacer que las personas se muestren reacias a ayunar. También debería adquirir algunos conocimientos sobre la mejor forma de enfocar esta clase de problemas. Así, sus clientes estarán mejor preparados para realizar la transición hacia la experiencia del ayuno, lo que les permitirá avanzar más rápida y completamente hacia ese grado de bienestar que su actual potencial y circunstancias le permitan. DEFINICIONES INSUFICIENCIA ADRENAL: Deficiencia de la hormona adrenalina, una afección que se manifiesta por una fatiga extrema en todas las áreas del proceso vital. BIOPSIA: Examen de los tejidos utilizando técnicas de gran aumento como, por ejemplo, a través de lentes microscópicas. Frecuentemente utilizada como método para detectar células cancerosas. Su precisión es altamente dudosa. CENTRO CEREBRAL: El cerebro, esa sección donde se evalúan los problemas y se plantean las soluciones. QUIMIOTERAPIA. Tratamiento farmacológico al que se suele recurrir en el ―tratamiento‖ de los pacientes con cáncer cuando se cree que la afección ha progresado más allá de la intervención quirúrgica y otros métodos ―curativos‖. FLUJO: En tránsito o moción. GLOTÓN: Persona a la que le gusta comer ―bien‖. LAETRILE: Un ―tratamiento‖ para el cáncer que según la medicina ortodoxa es ineficaz y según los higienistas tiene efectos farmacológicos. (Vitamina B17) RESOLUCIÓN: Término utilizado en química para referirse a la degradación de una gran molécula en pequeños componentes. LECTURA RÁPIDA: Una habilidad especial de lectura que permite a una persona captar conceptos leyendo frases y/o párrafos, pero que no le permite un conocimiento conceptual de los detalles.
BUSCADOR DE SÍNTOMAS: Término utilizado para identificar un cliente que constantemente está a la caza de mínimos síntomas que son atribuidos a la nueva dieta higiénica y/o estilo de vida. Estos clientes suelen tener tendencias neuróticas. ZELLENSCHLACKEN: Frase alemana utilizada para indicar ―cenizas celulares‖, los subproductos de desecho metabólico; basura no eliminada. CONCEPTOS CLAVES Para la mayor parte de los individuos que consultan con un consejero higienista, el ayuno representará una experiencia por completo desconocida. Para tener una buena experiencia con el ayuno es importante preparar emocionalmente al cliente. Se deben descubrir las razones por las que los clientes se muestran reacios a ayunar y, cuando sea posible, intentar resolverlas. Un ayunador que comienza la experiencia del ayuno con una actitud mental positiva incrementará la capacidad física que su organismo posee en ese momento y obtendrá muchos más beneficios que aquel que se muestra indeciso y temeroso. Puesto que a menudo tememos aquello que no comprendemos, la labor del consejero higienista enseñar a sus clientes conceptos sobre el ayuno. Que el cliente conozca y entienda el ayuno servirá para darle fuerza mental y fe en este proceso; dos requisitos sumamente importantes para que el ayuno tenga éxito. PUNTOS PRINCIPALES El ayuno siempre está bajo el control cerebral. Todos aquellos que han estudiado el tema están de acuerdo en que ayunar es el método curativo conocido que menos peligros implica. Los casos de estudio son un método excelente para impartir conocimientos sobre el ayuno. Se pueden presentar de forma escrita; también pueden contarlos aquellos clientes que previamente hayan ayunado y obtenido buenos resultados. Es aconsejable preparar concienzudamente al cliente antes de que se embarque en un ayuno. A los clientes se les puede enseñar en qué consiste el ayuno aumentando poco a poco los periodos de abstinencia de alimentos. A los clientes se le deben explicar los cambios visibles que resultan de esta abstinencia; cambios como una lengua más limpia, ojos más brillantes, etc. Conforme la duración del ayuno aumente y comiencen a notarse las señales de eliminación, el cliente aprenderá poco a poco qué puede esperar cuando realice un ayuno más prolongado. Los distintos casos de estudio que se ofrecen en el texto demuestran cómo varios clientes llegan a aceptar el ayuno como un método válido para recuperar un mejor estado de salud. Debemos tener cuidado cuando ayudamos a los clientes ancianos a hacer la transición hacia la experiencia del ayuno. ÍNDICE DE LA UNIDAD I.- INTRODUCCIÓN.- 3 II.- FLUJO DE ENERGÍA, AYUNO Y CONTROL MENTAL.- 4 III.- LA EXPERIENCIA HIGIÉNICA: EL CLIENTE APRENDE.- 6 A. ¿Cuánto tiempo debemos ayunar?.- 7 B. Por qué puede que el cliente necesite ayunar.
C. Se deben liberar los canales nerviosos.- 8 D. El papel que desempeña el agua en el ayuno. E. El ayuno no cura nada. F. La lista del Dr. Buchinger.- 9 G. Otras posibles razones para ayunar. H. Miedo a ayunar.- 10 IV.- QUÉ HEMOS APRENDIDO HASTA AHORA.- 11 V.- EL PROCESO DE APRENDIZAJE PUEDE VARIAR DE UNA PERSONA A OTRA. VI.- SEIS CASOS DE ESTUDIO.- 12 A. Alex M. B. Gladys G..- 14 C. El Doctor en filosofía, Dr. J. .- 16 D. Susie y Bill.- 18 E. Ethel.- 19 *Diario de Ethel.- 20 F. Rachel: su historia.- 22 VII.- TAREAS ÚTILES PARA AYUNADORES REACIOS VIII.- LOS CLIENTES ANCIANOS Y EL AYUNO.- 26 * Los ancianos y la transición hacia el ayuno.- 27 IX.- LA EXPERIENCIA DE APRENDIZAJE.- 28 * Estar preparado. * PREGUNTAS Y RESPUESTAS.- 9 1.- Mi familia y mi esposo se oponen a que me salte una comida. 2.- ¿El ayuno es solución para los problemas mentales? 3.- ¿No es irracional el miedo al ayuno? 4.- ¿Por qué es más beneficioso en unas alteraciones que en otras? 5.- ¿Cómo saber cuando romper el ayuno? 6.- La función del consejero higienista. * RESUMEN.- 30 * TEXTO COMPLEMENTARIO: LAS ―CENIZAS CELULARES‖ COMO CAUSAS DE ENFERMEDAD Un extracto del libro: "Secretos de un médico naturópata" de M.O.Garten INSTRUIR A TUS CLIENTES SOBRE EL AYUNO I.- INTRODUCCIÓN Instintivamente, todas las personas saben que el organismo vivo se mantiene alimentándolo. Todos somos conscientes de que los niños pequeños no crecen a menos que reciban el alimento adecuado. A nuestro alrededor vemos cómo se atiborra a los pequeños más allá de su capacidad. Como resultado, muchos están abotagados más de lo que se pueda creer, sus pequeños cuerpos convertidos ya en un sucio pozo negro debido a la rápida acumulación de desechos tóxicos. También somos conscientes de que a menos que el cuerpo humano, ya sea de un niño o de un adulto, reciba su cuota completa de nutrientes, con el tiempo dejará de existir, el espíritu de la vida se irá y volverá a la fuente de la que llegó.
Durante siglos, la costumbre ha sido cuidar a los enfermos con lo que se ha llamado una buena y nutritiva comida y esto a menudo en su perjuicio, ya que en vez de contribuir a su bienestar, el alimento desgastaba la vitalidad de enfermo hasta el punto de ayudar a retrasar la recuperación o causar el fallecimiento de la persona que ha sufrido este abuso. Los humanos, al contrario que otros animales, NO saben o comprenden instintivamente que la abstinencia de alimentos puede ser un eficaz método para que el cuerpo limpie sus fluidos estancados, uno por completo compatible con la naturaleza; un acontecimiento natural que permitirá recuperar aquel estado de salud predeterminado por el potencial de recuperación que permanece dormido en el interior. En esta unidad, pues, revisaremos algunos aspectos del ayuno que puede que hayamos tocado antes pero que, en nuestra opinión, merecen más atención. Después, con los casos de estudio, veremos cómo algunos individuos se han convencido de que el ayuno merecía su interés y con el tiempo se convirtió en parte de su programa de transición hacia un mejor estado de salud. II. FLUJO DE ENERGÍA, AYUNO Y CONTROL MENTAL La fuerza vital es esencial para la recuperación. Cuando una persona está cansada, más tarde o temprano se verá obligada a tenderse y dormir y, normalmente, esa persona dormirá hasta el momento en el que el centro cerebral reconozca que el organismo ha recuperado la suficiente fuerza eléctrica (vital) para llevar a cabo las actividades usuales de la vida. Si tiene un buen estado de salud se despertará a su debido tiempo. No podemos dormir demasiado pero, obviamente, podemos dormir demasiado poco. En el siglo pasado, el doctor en medicina Russell Tracker Trall indicó que nada es remediador es decir, conducente al proceso de curación excepto aquellas condiciones ―que economizan el gasto de las fuerzas de un organismo enfermo‖. Muchas personas están de acuerdo en que los únicos agentes curativos ―reales‖, son aquellos que decreta la naturaleza. El doctor en filosofía, Hereward Carrington nos recuerda que ―si‖ esto es así, entonces deberíamos mirar hacia la naturaleza: hacia los animales en estado salvaje; observar qué hacen. Cómo viven estos animales? ¿Qué hacen cuando están heridos o enfermos? Además, nos indicó que, en todos los casos, podemos comprobar que cuando los animales viven en un entorno compatible comen sus propios alimentos, aborrecen y se niega a comer cualquier alimento ―extraño‖ y, durante la enfermedad, lo más frecuente es que se nieguen a ingerir alimentos, a menudo durante días y en casos graves durante semanas. Con el tiempo, débiles pero recuperados de su problema, empiezan a buscar comida. Instintivamente, los animales saben cuándo deben comer y cuándo abstenerse de hacerlo y, de esta forma, empezar a conservar su energía corporal gracias al proceso del sueño. Instintivamente, y sin duda alguna impulsados por la sensación de sed, también beben mucha más agua de la que suelen beber habitualmente. En otras palabras, durante la enfermedad o cuando están heridos recurren al ayuno. No ha habido una sola época en la historia documentada en la que el hombre no ayunara, por una u otra razón: para progresar espiritual, mental o físicamente y, a veces, para lograr objetivos más mundanos. Esta claro que la humanidad no habría ayunado de forma consistente a menos que hubiese conseguido unos beneficios considerables. Descubrimos el por qué de estos beneficios a partir de lo que Trall dice: a saber, que si queremos que se produzca la curación, entonces debemos permitir que los recursos vitales disponibles se centren en ese esfuerzo y no se dirijan hacia otro lugar con toda clase de raras intenciones. Es bien conocido el hecho de que la digestión de alimentos requiere un vigoroso esfuerzo mecánico que puede agotar no sólo los músculos que tienen que trabajar en exceso y que
forman el tracto alimentario, sino también los recursos vitales, que tienen que proporcionar los medios para la digestión. El proceso requiere una buena despensa de secreciones y enzimas para que se produzca una eficiente terminación de las altamente complicadas resoluciones químicas necesarias para transformar las grandes moléculas alimenticias en moléculas orgánicas que tengan un tamaño adecuado para ser transportadas a través y por las barreras celulares de las membranas mucosas y, de ahí, a la corriente sanguínea de la vida. Estas secreciones no están simplemente ―allí‖. Tienen que ser fabricadas, almacenadas y transportadas, procesos que gastan fuerza vital. El doctor en medicina Robert Beaumont, cuando trabajó con el cazador francés herido, Alexis St. Martin, descubrió que siempre que este hombre se encontraba enfermo, cualquier alimento que ingería simplemente se quedaba en el estómago durante periodos de tiempo que podían durar hasta 40 horas: en ese tiempo el alimento no se digería, sino que más bien se sometía a sustancias fermentativas y putrefactivas. Esto es una clara demostración de que el centro de control cerebral sabe muy bien cuando no se deben introducir alimentos en el cuerpo y manda la ―orden ―por vía urgente (a través de la red nerviosa del sistema autonómico) de detener los esfuerzos digestivos porque hay una necesidad mayor durante la enfermedad: la del descanso fisiológico. Durante este tiempo se pueden conservar los recursos del cuerpo y dirigir la energía por unos canales más adecuados hacia el proceso de curación de las partes heridas o enfermas. Dewey, Densmore, Trall, Jennings, Upton Sinclair, entre otros, todos han llegado a la conclusión de que durante la abstinencia de alimentos la actividad orgánica es mínima y, por tanto, se produce poco ―desgaste‖ del organismo en general; un hecho, que como consecuencia directa, permite, bajo la guía cerebral, que el individuo en ayuno subsista con sus propios recursos incluso durante algunos meses; al mismo tiempo, la energía necesaria, suministrada a través de los canales elegidos apropiadamente, se dirige a aquellas zonas donde más se necesitan. Herbert M. Shelton, en su libro ―Natural Hygiene, Man’s Pristine Way of Life‖ [Higiene Natural: la forma prístina de vida del hombre] cita al Dr. Isaac Jennings comentando un ayuno que está haciendo un niño gravemente enfermo: ―Ahora se produce muy poca acción en el sistema en general y, en consecuencia, hay poco desgaste de la maquinaría. Y, al igual que el lirón, puede subsistir durante meses con sus propios recursos internos, si eso fuese necesario y todo lo demás favorece. También los intestinos han estado tranquilos durante algunos días y pueden permanecer así semanas y meses sin riesgo alguno, si esto fuese esencial para la prolongación de la vida. Los músculos de acción voluntaria están descansando y no cuesta nada su mantenimiento, salvo un ligero gasto de fuerzas de custodia encargadas de mantenerlos listos para la acción cuando sus servicios se necesiten en un futuro. Igual ocurre en las demás partes y departamentos: se ejerce la más perfecta economía en todas partes en la apropiación y uso de las energías vitales‖. El organismo vivo – y el humano no es una excepción – tiene la capacidad de controlar él mismo la digestión de sus propios tejidos cuando se abstiene de alimentos provenientes de fuentes externas. Esto, junto con el hecho ineludible de que, cuando están enfermos, los animales – incluyendo al hombre – suelen perder el apetito y se ven de esta forma forzados a una abstinencia, es lo que nos hace llegar a la conclusión de que el ayuno es un método decretado por la naturaleza para conservar la energía orgánica reduciendo la actividad normal. El objetivo es dirigir la energía disponible hacia unos fines más esenciales. Parece que este es un concepto y un hecho lo suficientemente importante para darlo a conocer a nuestros clientes enfermos. ¡Es una de esas cosas que tienen ―lógica‖! El hecho de que el ayuno sea un método razonable cuando existe una enfermedad o lesión se ve aún más reforzado por otro fenómeno claramente perceptible: a saber, que a menos
que las células cerebrales estén tan dañadas que ya no puedan funcionar de forma automática – hasta el punto de cese de toda actividad celular: muerte – la mente tiene el control de toda la actividad orgánica. La autolisis se lleva a cabo en un orden meticulosamente definido o según la urgencia: primero, se elimina el exceso de materiales tóxicos que o bien están en solución o preparados para la eliminación; después, los tejidos grasos, sea donde sea que se localicen; seguidos a su debido tiempo por la desintegración y eliminación de quistes sebáceos, tumores, partes enfermas en general: curación. Y todo esto mucho antes que los soportes musculares vitales y/o órganos se degraden. El último punto que ayuda a dar credibilidad al ayuno como un método natural de curación es que antes de que los órganos vitales siquiera comiencen a desintegrase, el ayunador suele experimentar la sensación de hambre, que con frecuencia suele ser muy intensa; a veces, menos. Además, la lengua adquiere el color rosado indicativo de una sangre limpia y las secreciones comienzan a fluir con más normalidad. Es frecuente que cuando llegue este momento el individuo haya quedado reducido a un estado esquelético. Sin embargo, es la asombrosa capacidad que tiene esta estructura esquelética para comenzar y mantener la reconstrucción de sus propios tejidos, al tiempo que incrementa su energía, lo que realmente cautiva la mente. La combinación de todos estos factores debería dar el ―golpe de gracia‖ a toda objeción ilógica ante el ayuno, que el simple hecho de expresarla demuestra una completa falta de lógica. El producto final, cuando el peso normal se ha restablecido, demuestra la capacidad que el organismo tiene para recuperar un increíble estado de bienestar. Y también sorprendente es el hecho de que el ejercicio de las funciones orgánicas normales acelerarán el proceso de reconstrucción. Todo el proceso, desde el comienzo hasta el final, está bajo un minucioso control mental. El conocer estas fundamentales verdades básicas suele ayudar al cliente dudoso a olvidar sus infantiles ideas falsas a favor de unas conclusiones adultas. Estas conclusiones deben venir seguidas, a su debido tiempo, por un comportamiento adulto en el que el cliente comience a aceptar mentalmente el razonamiento del ayuno. El control mental de uno mismo, con más frecuencia que no, abrirá el camino para nuevas experiencias: cuando examinen las opciones que se abren ante ellos, puede que incluso los clientes reacios acepten el ayuno como una posibilidad que deben tener en cuenta. III. LA EXPERIENCIA HIGIÉNICA: EL CLIENTE APRENDE Como bien sabe el estudiante de Ciencia de la Vida, el ayuno no es bien aceptado por la medicina ―tradicional‖, sobre todo en Estados Unidos. Esto ocurre a pesar de que, por regla general, es bien aceptado en el extranjero por muchos practicantes igualmente ortodoxos. Mucha de esta aceptación en otros países se debe a la persistencia del Dr. Otto Buchinger, cirujano retirado de la armada alemana, que en 1917 fue ascendido a contralmirante. Sin embargo, cuando recibió este cargo el Dr. Buchinger estaba demasiado enfermo para llevar a cabo los muchos deberes que conlleva su posición. Se dice que estaba totalmente incapacitado por la artritis al igual que por graves trastornos de la vesícula biliar y del hígado. Por suerte para todos nuestros estudiantes de Higiene Natural, llegó a manos del Dr. Gustav Riedlin, uno de los primeros pioneros europeos especializados en el ayuno. Bajo la supervisión del Dr. Rieldin, Buchinger ayunó 19 días y descubrió que su afección artrítica había mejorado mucho. Tras un intervalo de tiempo adecuado, volvió a ayunar, esta vez durante 30 días, con el sorprendente resultado de eliminar por completo todos sus problemas orgánicos.
No es necesario decir que el Dr. Buchinger se convirtió en un defensor entusiasta del ayuno y con el tiempo dirigió dos grandes sanatorios en Alemania donde se conservaban informes completamente documentados de miles de pacientes. Se dice que en los centros de Buchinger ayunaron más de 70.000 personas. Los practicantes ortodoxos confrontados por estos casos de estudio tan bien documentados comenzaron a abrir sus propias clínicas de ayuno. Aún nos acordamos muy bien de la visita que hicimos a un catedrático médico en Madrid, quien nos dijo que había venido a una famosa universidad médica de Estados Unidos para estudiar pero que se fue al poco tiempo. Decía que se sintió desilusionado cuando se dio cuenta de que los médicos de este país parecían no saber nada sobre el ayuno. ¡Lo único que les preocupaba eran ¡los aparatos y los fármacos! También decía que parecían no tener conocimiento alguno de la ―mano curativa‖ que alivia cualquier herida. En Estados Unidos, el líder ha sido el Dr. Herbert M. Shelton. Otros han seguido este despertar: la Dra. V. Virginia Vetrano, el Dr. Robert Gross, el Dr. Scott. Juntos habrán supervisado más de 100.000 ayunos. Otros centros de ayuno repartidos por todo el país han supervisado miles de casos más, mientras que incontables individuos han ayunado con éxito por su cuenta. No todos los ayunadores consiguen una total recuperación, por supuesto, pero aquellos que tienen la suficiente vitalidad para comenzar un ayuno y después seguir el periodo de recuperación durante un tiempo lo suficientemente largo han logrado lo que con frecuencia han resultado ser unos casi increíbles resultados saludables. Incluso los ayunos cortos, entre 3 y cinco días, ofrecen beneficios. Por ejemplo, las pasadas Navidades recibimos una postal de Rod. Si haces memoria, te acordarás que Rod tenía un problema tan grave de artritis que era incapaz de sostener un lápiz o un bolígrafo, por lo que se vio obligado a dejar su trabajo de contable. La primera vez que oímos hablar de Rod fue por un cliente que nos dijo que primero había buscado alivio para su dolor en Arizona, después en Nevada: todo en vano. Su falta de coordinación muscular y el dolor seguían, incluso empeoraban. Entonces, alguien les habló de nosotros y comenzamos un programa higiénico que, sin ni siquiera recurrir a ayunos prolongados, sólo algunos cortos, le permitió volver a trabajar. Rod está de vuelta en casa y en su felicitación de Navidad nos contaba que le está yendo tan bien que incluso hace frente al intenso frío que nos ha asolado este invierno. Nos recordaba que antes de comenzar sus ayunos el clima frío le provocaba grandes sufrimientos. Este joven comenzó ayunando un día a la semana y después tres días cada mes. ¿Qué han hecho estos ayunos por Rod? Sólo hace algunos años, Rod gritaba de dolor en nuestra consulta y nos preguntaba si podíamos ayudarle. Hoy está de vuelta en casa, trabajando y en el último mensaje que nos mandó nos dice: ―¡Me va muy bien!‖ A.- ¿Cuánto tiempo deberíamos ayunar? La experiencia nos ha enseñado que el periodo de ayuno difiere de una persona a otra. Sin embargo, muy pocas personas suelen completar el periodo de ayuno. De media, los clientes en ayuno suelen abstenerse de todo alimento entre 10 días y dos semanas. En algunos casos drásticos, hay personas que ayunan 30 o más días antes de que aparezcan las señales indicativas de que la limpieza interna y curación se han completado. En casos crónicos graves, el Dr. Shelton descubrió que a veces es necesario que el paciente ayune tres y cuatro veces antes de experimentar una limpieza y curación completas. Muchos higienistas han comprobado que un ayuno de 10-14 días al año es muy beneficioso. Otros ayunan un día a la semana y dos o tres días cada mes y encuentran este método bastante satisfactorio. Comparados al resto de la enfermiza población, cuando los
fluidos del organismo se mantienen razonablemente limpios y puros gracias a una adherencia a los estrictos principios y prácticas higiénicos, tanto en la alimentación como en el estilo de vida, uno puede conservar un gran estado de salud y tener una increíble vitalidad – incluso en el frenético entorno actual estresante y contaminado –. Esto se consigue haciendo un ayuno de limpieza ocasional de una duración relativamente corta. Pensamos que no necesitamos seguir demostrando que el ayuno es un método aceptado por el organismo y, por tanto, una correcta modalidad de curación. Los mecanismos para realizar un ayuno, por decirlo de alguna forma, al igual que el método de limpiar una pieza de maquinaria viene dictado por su estructura. Un ingeniero debe conocer su equipo para ser un buen ingeniero. Por desgracia, la mayoría de los humanos ni entienden ni valoran su ―equipo‖: su propio cuerpo. Exactamente de la misma manera, el método adecuado para limpiar el organismo humano viene determinado por su estructura y, por tanto, es más adecuado que cualquier otra modalidad artificialmente ideada como, por ejemplo, las sangrías de tiempos pasados o la ―maravilla‖ de la técnica actual: la aféresis. B.- ¿Por qué pueden necesitar los clientes un ayuno? Todas las enfermedades (excepto, está claro, aquellas debidas a causas traumáticas, lesiones y similares) son el resultado directo de un metabolismo anormal. Cuando dicho metabolismo anormal es continuo provoca ciertos cambios químicos que, por la propia naturaleza de las cosas, causan una disminución gradual de la eficacia celular y una degeneración orgánica. Esto se produce debido a la dilución y precipitación de subproductos de desecho tóxicos, conocidos por los médicos alemanes como ―zellenschlacken‖ o ―ceniza celular.‖ Es obvio que esta basura debe eliminarse con prontitud e infalible exactitud y en aquel orden de urgencia que establezcan los poderes cerebrales del organismo, y no los poderes no demostrados y cuestionables de sustancias o aparatos fabricados por el hombre. Está claro que si permitimos que esta basura de desecho se quede dentro interferirá en todo el sistema de transporte del organismo, comenzando primero por las membranas celulares más o menos porosas, donde la dilución de desechos rápidamente comienza a crear bloqueos en la membrana. Esto reduce la dilución de sustancias nutritivas en las células e interfiere en el libre flujo de la sangre arterial y de la venosa cuando vuelve para oxigenarse en los pulmones. En verdad, se reduce toda la limpieza del organismo, se paraliza la regulación endocrina de la química orgánica y, en consecuencia, como secuencia natural, cada función química o celular deja de ser normal en más o menos grado. C.- Los canales nerviosos deben estar libres No sólo es importante que los fluidos circulen libremente para evitar la posibilidad de que se produzcan bloqueos en los canales arteriales y venosos tienen importancia. Además, surge otra preocupación, a saber, que toda la actividad orgánica depende de la libre circulación de los mensajes nerviosos a través de los mecanismos nerviosos del organismo. Los problemas de cada lugar en particular deben llegar al centro de control central. Ahí se deben evaluar, llegar a una conclusión y determinar la solución adecuada. Las órdenes apropiadas deben llegar a aquellas zonas predeterminadas que están involucradas en el problema y/o que tienen el problema. Después siguen las instrucciones para que las células sean transportadas allí donde existe la necesidad o el problema. Si el sistema nervioso simpático se ve interferido con una acumulación inusual de desechos existe la posibilidad, incluso la probabilidad, de error. Seguramente, todo el mecanismo orgánico vacilará y estará sometido a error. Ciertamente un asunto muy preocupante.
Para la mente racional parece bastante obvio que, con toda probabilidad, cada enfermedad de la que el hombre es heredero puede encontrar sus orígenes en esta simple circunstancia: que cualquier grado de anormalidad metabólica produce una cantidad anormal de desechos tóxicos. Dichos desechos pueden acumularse e interferir no sólo en el libre transporte de los nutrientes a las células y en la consecuente eliminación de desecho celular, sino también en la transmisión de los mensajes nerviosos, con la posibilidad siempre presente de que se produzca un error, o múltiples errores, que pueden darse ocasional o constantemente y que pueden afectar a una zona determinada o a todo el sistema. Si todo esto es cierto, y no encontramos ningún principio fisiológico sólido para afirmar lo contrario, entonces, podemos llegar a la conclusión de que para acelerar tanto la eliminación de los desechos como la autolisis con los métodos adecuados del propio organismo que siempre están bajo el control cerebral, el ayuno sería el único método adecuado para limpiar el sistema y que un libre transporte por todos los canales vuelva a ser una realidad. D.- El papel que desempeña el agua durante un ayuno Está claro que el agua es el principal solvente. Para que el ayuno tenga éxito es necesario disponer de agua pura destilada. Todas las partes enfermas, que ya se han ―consumido‖ gracias a una autolisis cuidadosamente controlada, y todas las toxinas sistémicas se pueden disolver de esta forma en el agua y ser expulsadas del organismo dejando de suponer una amenaza para la vida. E.- El ayuno no “cura” nada Es importante que los estudiantes entiendan que el ayuno no ―cura‖ nada. Su único objetivo es permitir que el sistema, gracias a un descanso fisiológico, aminore su gasto de energía, reduzca al mínimo cualquier acumulación de subproductos de desecho metabólico y, después, derive todos los recursos energéticos que ha economizado hacia ciertas tareas que, a través de una evaluación cerebral, se ha considerado que necesitan un esfuerzo más concentrado justo en ese momento. De esta forma, la autolisis de las partes de inferior calidad y la eliminación de la acumulación de desechos se pueden acelerar y se puede establecer más rápidamente el equilibrio sistémico, el auténtico sello de un buen estado de salud. En ese preciso momento, cuando se ha logrado un equilibro sistémico, la enfermedad deja de ser un problema y es reemplazada por un estado de bienestar. Como bien dice el Dr. Allan Cott, psiquiatra, en su libro ―Fasting‖: ―The Ultimate Diet‖ [El ayuno: la dieta definitiva] (Escrito junto a Jerome Agel y Eugene Boe y editado por Bantam Books, Inc., 666 Fifth Avenue; N.Y., N.Y., 10019, Paperback, copyright 1975): ―Ciertamente, el ayuno no es una panacea para todas las enfermedades, pero puede ser eficaz en el tratamiento de muchas patologías en las que la medicina ortodoxa se da por vencida. El Dr. Buchinger descubrió que las siguientes enfermedades bien mejoraban o desaparecían por completo gracias al ayuno. Insistía que se debía tener en cuenta la importancia del ayuno en todas estas afecciones. (Lista del libro ―About Fasting‖ [Sobre el ayuno] del doctor en medicina Otto H.F. Buchinger; traducidas del alemán por Geoffrey A. Dudley) F.- La lista del Dr. Buchinger Obesidad, delgadez crónica, primeras fases de la diabetes. Trastornos reumáticos de las articulaciones y músculos; ciática. Afecciones cardiacas.
Todos los problemas circulatorios relacionados con los vasos sanguíneos, como hipertensión, sofocos y muchos síntomas del envejecimiento. Estrés y agotamiento nervioso. Toda clase de enfermedades dérmicas. Enfermedades de los órganos digestivos. Enfermedades de los órganos respiratorios. Enfermedades renales y de la vesícula. Trastornos femeninos de muchas clases. Afecciones alérgicas, incluyendo la fiebre del heno. Enfermedades oculares, como iritis crónica, retinitis, etc. Afecciones que surgen de las enfermedades venéreas o la afección en sí misma. Las muchas variantes de trastornos glandulares: ováricos, del tiroides, etc. Enfermedades periodontales. Durante el periodo preoperatorio y para conseguir una recuperación mejor y más rápida después de la operación. Como método preventivo (para prevenir el cáncer, etc.) Enfermedades cuyo origen se encuentra en una desnutrición y malnutrición. Fatiga general, sensación de intranquilidad. Seguro que hay muchas otras razones para ayunar. Comentamos las siguientes para que nuestros estudiantes las tengan en cuenta. G.- Otras posibles razones para ayunar Para conseguir una riqueza espiritual, agudeza mental y sensual; aumentar el conocimiento perceptor, etc. Bajar el nivel de colesterol. Una limpieza orgánica general. Darle un descanso al sistema digestivo. En caso de heridas, darle tiempo al organismo para curar. Aliviar la tensión. Dormir mejor. Regular los movimientos intestinales y proporcionar una eliminación mejor a través de este canal. Ralentizar el proceso de envejecimiento. Ahorrar dinero en muchas, muchas áreas de la vida. Sentirse mejor, tener mejor aspecto: más joven. Mejorar la vida sexual. Ayuda a la persona a dejar los hábitos adictivos de fumar, beber y otros. Reducir o eliminar por completo el dolor. Proporcionar descanso para todos los órganos, músculos y sistemas. Recuperar vitalidad y un completo flujo de energía. Simplemente ahorrar tiempo (una persona media gasta pasa tres horas diarias, y más, preparando, sirviendo e ingiriendo su comida). El Dr. Shelton señaló que en los trastornos del tracto alimentario, el ayuno elimina tres fuentes de irritaciones locales, a saber: La irritación mecánica provocada por partículas de alimentos que entran en contacto con el sensible revestimiento mucoso inflamado.
La irritación mecánica que resulta de las fuertes contracciones y expansiones de las paredes del estómago y los pliegues de las superficies cuando reciben y tratan los alimentos, y Las irritaciones químicas causadas por la secreción de un fuerte jugo gástrico ácido. El Dr. Shelton afirma que, en esa clase de trastornos, el ayuno debe continuarse hasta que se haya completado la renovación sistémica. Parece lógico que estas mismas condiciones deberían relacionarse con los trastornos que afectan a todo el canal, incluyendo, por ejemplo, la penosa afección de la colitis, que puede hacer que los sujetos se sientan muy nerviosos e irritables y, a veces, casi histéricos, debido a los dolores de cabeza y otros molestos síntomas que con frecuencia suelen acompañar a este trastorno. H.- Miedo a ayunar El miedo a ayunar está tan extendido debido (nos parece que en gran parte) a la histeria médica que surge siempre que se habla del tema. En realidad, muy pocos clientes habrán ―oído‖ hablar alguna vez del ayuno como un método eficaz para recuperar la salud. Nosotros mismos tampoco habíamos oído hablar de este aspecto del ayuno hasta muchos años después de que comenzáramos nuestra búsqueda por todo el mundo de un método de mejorar la salud. De los muchos, muchos miles de tratados médicos y libros sobre cualquier clase de enfermedad, métodos, opiniones, declaraciones, etc., escritos y divulgados en Estados Unidos, menos del uno por ciento ni siquiera ―mencionan‖ el ayuno como un método para recuperarse de la enfermedad. Si, por causalidad, el tema surge, se refieren a él como ―inanición‖, lo que es suficiente para poner ―el vello de punta‖, como se suele decir. Sólo hace algunos años que los médicos han encontrado en el ayuno un método eficaz para tratar a los pacientes obesos. Las razones de este miedo injustificado son, por supuesto, obvias: una preprogramación negativa; el acondicionamiento previo de que el ayuno es algo ―raro‖. En resumen: una completa falta de conocimiento sobre el ayuno. Las personas temen aquello que no comprenden. Por tanto, las personas que están enfermas y deseosas de volver a experimentar la euforia que engendra un completo bienestar necesitan conocer más sobre el tema y, sobre todo, cómo una serie de ayunos cortos pero, importante, un ayuno más prolongado, puede beneficiarle. El Dr. Ragnar Berg, el famoso nutricionista y premio Nobel, afirmó que sabía de ayunos que habían durado unos 100 días. Había supervisado o controlado ayunos de hasta 40 y más días y él mismo había ayunado durante 21 días mientras seguía trabajando 11 horas diarias bien en su laboratorio, activamente ocupado, o en trabajo de oficina. Innumerables historias, tanto documentadas como indocumentadas (en este caso de fuentes fiables) dan fe de que no debemos tener miedo de morir de hambre o de no saber cuándo debemos interrumpir un ayuno. Sin embargo, la mayoría de los recién llegados a la Higiene Natural tienen que pasar por un periodo de evolución antes de poder aceptar el ayuno como una experiencia racional que deben tener en cuenta: como un método curativo de la naturaleza que sólo puede proporcionar bienestar. Para que el ayuno sea un éxito, el estado mental del paciente es extremadamente importante. Todo pensamiento negativo, todo miedo que inquiete y deprima la mente debería eliminarse. Es de importancia crucial que, antes de comenzar un ayuno, el cliente esté bien instruido. Si no es así y si al ayunar experimenta algún síntoma desagradable e inesperado, lo más probable es que exagere la seriedad de lo que le está sucediendo e incluso puede que le entre el pánico e interrumpa el ayuno antes de lo que debiera, por lo que puede deshacer muchos de los beneficios atribuidos al ayuno. Esto ocurre especialmente con los ayunadores principiantes. Aunque puede que tengan algún conocimiento sobre el tema, quizá anticipen, mental y subconscientemente, problemas
debido a que lo que están experimentando en la actualidad es totalmente distinto a lo que ya conocían. Se pueden sentir ansiosos, inseguros, e incluso inquietos; sobre todo, si no están bien instruidos. Por tanto, y en todos los casos, nuestra opinión es que los clientes deberían estar bien instruidos en el ayuno antes de comenzar uno – excepto, quizá, en circunstancias excepcionales en las que la opinión de un consejero higienista experimentado pueda indicar un ayuno inmediato –. La cuestión que surge entonces es cuál es la mejor forma de impartir esta información al cliente. Algunas veces debemos hacerlo de forma brusca. Por ejemplo, la pasada tarde recibimos una llamada de teléfono de un viejo amigo. Quería traer a su esposa a Tucson (Arizona) para que nosotros planeáramos una dieta adecuada para ella. Sin embargo, al preguntarle nos enteramos de que hacía más o menos un año que le habían diagnosticado un linfoma de una de las glándulas parótidas de su garganta y que había sido sometida a radiación y quimioterapia. En la actualidad se encontraba en el hospital para someterse a una biopsia porque le habían aparecido nuevas inflamaciones en la garganta y en el pecho derecho. El oncólogo que la trata le comentó que temía que el linfoma ya hubiese comenzado a expandirse por el cuerpo. Fue nuestro penoso deber informarle a este caballero que, en esta última fase, una dieta improvisada tendría unos efectos mínimos. Debido a la gravedad de su afección y a los desgraciados ―tratamientos‖ que había recibido, lo más probable es que la única oportunidad que su esposa tenía de recuperar algún grado de salud fuese recurrir a un ayuno prolongado. Y, sabiendo la confianza que esta mujer tenía en los procesos médicos y en su médico, dudábamos mucho que aceptara nuestro consejo. Sin embargo, en este caso no había tiempo que perder.
IV. QUÉ HEMOS APRENDIDO HASTA AHORA Hasta ahora, hemos sacado a la luz los siguientes puntos para que nuestros estudiantes los tengan en cuenta: .- Las personas no saben por instinto, como hacen los animales, que abstenerse de alimentos puede ser un método eficaz para conseguir un mayor estado de bienestar. .- El razonamiento de ayunar radica en que se produce una desviación controlada del flujo de energía de sus deberes habituales. Esta desviación se logra manteniendo estas tareas al mínimo con un obligado descanso fisiológico. Después, el sistema nervioso autonómico dirige los recursos energéticos que se han economizado de esta forma hacia la zona o zonas donde la curación es más necesaria. .- Los únicos agentes curativos verdaderos son aquellos decretados por la naturaleza. El ayuno es uno de esos agentes. Este hecho es testimoniado y confirmado por el diseño humano y por los resultados que se consiguen con su aplicación. .- El ayuno es autocontrolado. .- Durante un ayuno, todas las partes vitales, incluyendo el cerebro, se mantienen intactas y la mente permanece clara, hasta que cesa toda actividad sistémica. .- Tras un ayuno prolongado durante el que el individuo puede haber quedado reducido a una estructura esquelética, el organismo tiene la capacidad de reconstruirse y de hacerlo de una forma más perfecta que antes de la experiencia del ayuno. .- Los saludables resultados del ayuno están bien documentados. De esto los clientes no deben tener duda alguna. .- No todos los ayunadores se recuperan por completo.
.- Aunque el ayuno puede ser un método eficaz para recuperarse de una gran variedad de enfermedades, no es en absoluto una panacea. Por tanto, hemos hecho una lista con aquellas afecciones en las que se ha demostrado que se produce una gran mejoría cuando se recurre al ayuno. .- El ayuno es un método utilizado para eliminar los desechos celulares que, cuando se permite que se acumulen, pueden producir algunas alteraciones químicas y obstructivas; alteraciones que pueden acabar con un buen estado de salud. .- El agua pura es esencial para que un ayuno salga bien. .- El ayuno no debería considerarse una ―cura‖. .- El temor a ayunar es algo común y, por tanto, es trabajo del consejero higienista enseñar al cliente sobre el ayuno, porque toda ansiedad, toda inquietud y todo miedo oculto pueden oponerse a cualquier beneficio que pudiese lograr el ayunador. El estado mental del ayunador debe ser positivo para que el ayuno sea eficaz. V. EL PROCESO DE APRENDIZAJE PUEDE VARIAR DE UNA PERSONA A OTRA. Tras haber tenido algunas consultas con el cliente y llegado a la conclusión de que el ayuno sería beneficioso para él, debemos introducir el tema tan pronto como sea posible. Probablemente, cada consejero higienista tenga su propia forma de enseñar a los nuevos clientes la multitud de beneficios posibles que un sujeto puede conseguir con un ayuno. Repasaremos los distintos puntos e información que hemos practicado. Animamos a nuestros clientes a que hagan preguntas. Al principio, pocos saben qué clases de preguntas hacer, pero hemos observado que, conforme pasa el tiempo, los clientes comienzan a hacer preguntas inteligentes. Les entregamos copias de artículos que versan sobre ayunos que han tenido éxito, sobre todo de personas que han recuperado un buen estado de salud y que antes padecían afecciones idénticas a las del cliente. Si no las tenemos, de casos afines. Por ejemplo, supón que un cliente padece una erupción recalcitrante. Se alegrará mucho si lee sobre una curación exitosa de una persona que padecía la misma afección tras hacer un ayuno de 10 días. Puede que este cliente incluso se sienta tentado a comenzar su propio ayuno. Le aconsejamos al cliente qué libros puede leer, libros de lectura fácil como los siguientes, la mayoría de los cuales están disponibles en baratas ediciones de bolsillo. .- El libro antes citado del Dr. Cott, ―Fasting, The Ultimate Diet‖ [Ayuno: la dieta definitiva] .- Fasting Can Save Your Life!‖ [El ayuno puede salvar tu vida] del Dr. Herbert M. Shelton. .- About Fasting‖ [Sobre el ayuno] del Dr. Buchinger, ya citado con anterioridad. .- De Dick Gregory, el libro ―Natural Diet For Folks Who Eat: Cookin’s With Mother Nature‖ [Dieta Natural para sujetos que comen: cocinar con la madre naturaleza]. Harper and Row, Publ. Inc. .- Natural Hygiene: Man’s Pristine Way of Life‖ [Higiene Natural: La forma de vida del hombre prístino] del Dr. Shelton. .- Vitality, Fasting and Nutrition‖ [Vitalidad, ayuno y nutrición] de Hereward Carrington. Disponible por una reedición de investigación sobre salud, Molelumne Hill, California (Estados Unidos). .- Otros. De Densmore, Sinclair y otros higienistas. .- ―La Ciencia de la Vida‖, en Austin, Tejas, puede sugerir otros libros y ponerlos a disposición de los estudiantes interesados. Las obras de Carrington son para estudiantes que deseen adquirir unos conocimientos más amplios.
Algunos estudiantes responden rápidamente ante los nuevos conocimientos, otros no. Algunos incluso comenzarán por su cuenta a hacer ayunos cortos. Con los ayunadores reacios se necesita paciencia. Pocos serán los que acepten el ayuno como un método válido y eficaz para recuperar un mejor estado de salud hasta que las circunstancias los obliguen a hacerlo. Para demostrar cómo algunos clientes pudieron superar la barrera del miedo, llegaron a comprender el concepto del ayuno y, con el tiempo, ayunaron, expondremos a continuación algunos casos de estudio. Como siempre, estos casos son ejemplos reales pero, por razones obvias, hemos cambiado los nombres y algunas de las circunstancias. El primer caso es de una persona muy reacia al ayuno. VI. SEIS CASOS DE ESTUDIO A.- Alex M. La primera vez que tuvimos contacto con él, Alex M. acababa de celebrar su 51 cumpleaños. Su problema más inmediato era la obesidad, además de una sensación de más o menos fatiga constante. También estaba preocupado por la aparición, más bien repentina, de una banda circular de capilares muy visibles que recorrían la caja torácica por la zona abdominal. Alex era un paciente difícil. Profesional, muy inteligente y con desahogo económico confiaba en la propia experiencia que tenía en algunas disciplinas científicas, entre ellas biología y química. Por tanto, reconoció, aunque de mala gana, que quizá había algunos campos de curación de los que sabía menos de lo que creía. Al menos, estaba dispuesto a escuchar y aprender. Con el tiempo, Alex fue poco a poco adaptándose bien a la dieta higiénica. Comenzó a hacer ejercicio e incluso de vez en cuando iba a un balneario. Consiguió reducir su peso de 112 kilos a 85 kilos y admitió que tenía la vitalidad de un hombre 20 años más joven. Alex estaba muy orgulloso de lo que había logrado y con razón, porque tener que adaptarse a la vida higiénica le supuso tener que cambiar radicalmente de forma de vivir y de costumbres. El glotón comilón del pasado tuvo que ser reemplazado por una persona con una dieta compuesta al 80% de alimentos crudos, bien escogidos y combinados. Una fuerte fuerza de voluntad le permitió dejar la sal, carne y el pan. Dejar los dulces supuso un gran obstáculo pero lo superamos permitiéndole una indulgencia muy ―antihigiénica‖ una vez a la semana: ¡un enorme helado dulce con una gran capa de nata montada! ¡Con qué ilusión esperaba Alex el viernes! ¡Este era SU día! Pero, ¿sabes qué? Esta extraña técnica funcionó. No pasó mucho tiempo antes de que Alex nos confesara que esos enormes helados ya no sabían tan bien como antes. En realidad, le mantenían despierto toda la noche con gruñidos del estómago y los intestinos. Por eso, y por propia iniciativa, Alex decidió no rendirse a ese deseo patológico que tenía por los enormes helados dulces y otros dulces procesados destructores de la salud. Sin embargo, el ayuno era otra cosa. A pesar de leer sobre el tema y también a pesar de haber aceptado el hecho de que los métodos naturales ya habían logrado una curación milagrosa en su caso, aún se negaba a considerar el ayuno como algo que ―él‖ debía hacer. El anillo de capilares, que se notaba mucho bajo la piel del tórax, así como otros síntomas que parecían indicar la probable existencia de una disfunción hepática, seguían preocupándole, pero no hasta el punto de admitir el ayuno como un método posible para recuperar unas mejores funciones vitales e incluso deshacerse de ese antiestético anillo venoso. Alex se negó a ayunar durante casi seis años. Lo veíamos de vez en cuando. Seguía con su programa. En realidad, nos dijo que al final había optado por comer sólo dos veces al día, una vez una comida de frutas y la otra una ensalada verde. Cuando lo vimos, nos fue difícil
relacionar su aspecto con el del obeso ―problema infantil‖ que nos encontramos al principio. Alex casi se había convertido en un higienista, pero aún no había ayunado, ni siquiera durante un solo día en todos estos años. Entonces ¡sucedió! Alex comenzó a perder peso. Los kilos desaparecían de su cuerpo como el dinero en manos de un despilfarrador. No podía dejar de perder peso. Vino a nosotros casi en un estado de pánico. Volvimos a comenzar. Le volvimos a explicar la parábola de la reconstrucción de una casa: sobre cómo la naturaleza primero derribaba la casa antigua antes de construir una nueva y mejor. De nuevo le recordamos que la naturaleza tiene sus propios métodos y que todos los utiliza a su debido tiempo. Le recordamos algunos de los hechos que ya había aprendido sobre el ayuno y le dijimos que si hubiese ayunado al principio esto hubiese ocurrido hace mucho tiempo y ahora ya tendría su casa nueva. Este concepto tuvo sentido para Alex, pero ¿ayunaría ahora? De nuevo la respuesta fue negativa. Alex aún no iba a ayunar. Decidió comer abundantes frutos secos y frutas dulces para comenzar a ganar peso en serio. Con eso lo lograría, o, al menos, él confiaba en que lo lograría de esa forma. Unos tres meses después, Alex volvió. Su organismo se había negado a acceder a sus deseos, a sus caprichos, ―sus ―dictados. Parece que la naturaleza no aceptaba ninguno de sus frutos secos o frutas dulces. ¡No había engordado ni un kilo! Al contrario, se había producido un nuevo y muy desconcertante desarrollo: la espalda, costados y tórax de Alex habían florecido. Estaba literalmente cubierto de lesiones en forma de erupciones, algunas del tamaño de una platillo pequeño. Picaban y picaban hasta llegar a ser insoportables. A veces, no podía ni sentarse ni estar de pie sin sentirse incómodo. Podía dormir pero a ratos. Alex ya no resistía más. Consintió en ayunar, pero lo haría a ―su‖ forma. Primero ayunó durante 24 horas. Esperó un mes y después ayunó durante 36 horas. Las erupciones seguían molestándole. Así que decidió probar con un ayuno de tres días y descubrió que el picor había disminuido considerablemente y que las lesiones eran más pequeñas. Parecía que había algunas zonas curadas en medio de las lesiones mayores. Nuestro cliente estaba contento consigo mismo. Así que, una semana más tarde, comenzó otro ayuno, uno de cinco días de duración. Al final de este ayuno más largo, las lesiones se habían curado por completo. Incluso se notaba mucho menos el anillo venoso. Fue entonces cuando Alex nos confesó que, después de todo, el ayuno no era tan malo. Incluso pensaba que podía intentarlo alguna que otra vez. El caso de estudio de Alex demuestra cómo algunos clientes son más reacios, debido a su acondicionamiento previo negativo, incluso a considerar la posibilidad de realizar un ayuno. Al principio nunca sabemos con lo que nos podemos encontrar al comenzar a hablar sobre el tema del ayuno. Muchos clientes no ayunarán hasta que no se vean obligados por circunstancias inesperadas, como Alex. Sin embargo, debemos comentar que, a pesar de su reticencia a ayunar durante los años intermedios, Alex tenía muchos más conocimientos que antes sobre el tema del ayuno y sobre qué esperar durante esa experiencia. En otras palabras, había adquirido tantos conocimientos sobre el ayuno que cuando comenzó a ayunar estaba ―mentalmente‖ preparado para cualquier incómodo síntoma que pudiera aparecer y tenía una confianza plena en que el ayuno sólo le traería resultados saludables. Fue su conocimiento el que decidió la suerte, por así decir, a favor de la acción. Sus antiguos miedos, aunque infundados, no obstante, reales, se habían evaporado y habían sido reemplazados por el consentimiento, aunque reacio, a seguir los caminos de la naturaleza en su intento de enfrentarse a los problemas y preocupaciones físicos, mentales e incluso espirituales. La lección que los higienistas deben sacar de este caso es la de la necesidad de ser pacientes, de no rendirse, aunque al principio un cliente se niegue en redondo incluso a
considerar el ayuno como una metodología probable en su propio y muy especial caso. Cada cambio para mejor producirá cambios curativos en un cuerpo enfermo, incluso aunque sean cambios pequeños y en ese momento no se adviertan. Al final, los pequeños cambios se suman unos a otros y con el tiempo producen grandes beneficios para la salud. De igual forma, la repetición constante de un pensamiento, idea, concepto, aunque sea sobre el ayuno, dejará su huella y poco a poco puede deshacer la aceptación superficial y cambiarla por una aceptación consciente. La aceptación consciente suele venir seguida, en su momento, por una actuación correcta y positiva. Por tanto, en el análisis final, y gracias al conocimiento, incluso el cliente reacio puede llegar a la conclusión de que si hace un ayuno disfrutará mucho antes de salud. Entonces, puede ponerse manos a la obra y actuar. B.- Gladys G. Gladys G. nos ofrece otro ejemplo de ayuno tardío, pero por diferentes razones. Gladys se hizo estudiante particular hace unos dos años, después de que otro cliente nos recomendara. Al principio, hizo un curso en nutrición aplicada y, después, decidió que podía sacar provecho de las consultas privadas. Gladys era totalmente consciente de que estaba gravemente enferma. Tenía el corazón débil y con su 1,60 de altura pesaba 42 kilos. Casi había llegado al punto de completo agotamiento. Su aspecto general mostraba a una persona cuya constitución estaba gravemente debilitada. Una completa recuperación parecía algo muy problemático, tanto que incluso dudábamos en hacernos cargos de su reeducación en las formas de curación natural. Sin embargo, aceptamos hacer todo lo que estuviera en nuestras manos. Obviamente, nuestra cliente estaba demasiado débil para hacer un ayuno prolongado en este momento. También había otras consideraciones familiares que hacían imposible el ayuno, al menos por ahora. Gladys era una ―buscadora de síntomas‖, un rasgo característico de muchas personas muy debilitadas y, sobre todo, si tienen tendencia a ser algo neuróticas. En cada consulta, Gladys llegaba armada con una larga lista escrita de pequeños dolores y molestias diarias. ¡No se le escapaba ni uno! Por ejemplo, si por casualidad el párpado izquierdo le picaba o estaba un poquitín hinchado, ese hecho aparecía en el informe de Gladys. Sin embargo, hubo una cosa que jugó a nuestro favor cuando comenzamos a enseñarle sobre Higiene Natural. Puesto que nosotros habíamos sido recomendados por un miembro de la iglesia en quien ella tenía plena confianza (en realidad, su párroco), ella se tomaba todo lo que nosotros decíamos como si fuese el ―evangelio‖, no importaba lo raras que, a veces, le parecieran nuestras palabras. Así fue como siguió las instrucciones religiosamente. Gladys hacía su descanso de mediodía con exactitud, realizaba todos los primeros ejercicios recomendados, tomaba su baño de sol habitual y ponía una especial atención en preparar todas sus comidas según nuestras instrucciones. Además, estudiaba las lecciones correspondientes cada día. El progreso de esta cliente fue lento, pero consistente. Incluso sus amigos comenzaron a decirle el buen aspecto que comenzaba a tener a pesar de seguir bastante delgada. No obstante, Gladys seguía mostrándose reacia a ayunar. Su familia inmediata se mostraba hostil ante la idea porque pensaban que estaba demasiado delgada, aunque por lo demás eran muy cariñosos y la apoyaban en todo. Sin embargo, seguimos hablándole de los posibles beneficios que podría ofrecerle un ayuno. De vez en cuando, en nuestras consultas, sacábamos el tema y le entregábamos a nuestra cliente un caso de estudio para que se lo llevara a casa, lo leyera y reflexionara sobre ello.
Pasó un año y medio. Un día vino sonriendo y nos dijo que durante la última semana había podido arreglárselas bien con sólo dos comidas al día. Gladys se sentía muy orgullosa de su logro, así que comenzamos a escribir en nuestra pizarra, para que ella pudiera visualizar los varios ―éxitos‖ que había conseguido desde nuestra primera reunión. .- Comer alimentos bien combinados. .- Comer alimentos de mejor calidad, la mayoría criada de forma orgánica y un 80% en estado crudo. .- Hacía más ejercicio que antes. .- Dejó de ―picar ―entre comidas, así como la comida basura. .- Adoptó – y se adaptó– a una dieta frugívora, rechazando toda carne animal y todos los productos de origen animal. Rara vez comía pan o cualquier otra clase de cereal. Tampoco ingería legumbres, excepto aquellas que ella sembraba. Rara vez, si alguna, comía algo que creciera bajo la tierra. Socializaba más de lo que lo hacía antes. Y ahora, adoptar el Plan de Dos comidas al día. A Gladys se le iluminó la cara al tiempo que examinábamos la lista, algo que nos animó a darle a conocer aún más lo útil que había sido su recién adquirido estilo de vida para conseguir grandes beneficios en su salud, al igual que la había ayudado a hacer importantes cambios personales fomentadores de la salud y que darían sus frutos en los años futuros. Con su cooperación activa, comenzamos a hacer una lista en la pizarra. .- Hace ya seis meses que no toma ni una sola dosis de medicación. .- Ahora podía dormir toda la noche, algo que hacía años que no conseguía hacerlo. .- Ya no era una ―buscadora de síntomas‖ porque sabía que los síntomas son la prueba de la continua curación que se produce en su interior. .- Su nerviosismo se había reducido considerablemente. Incluso su familia, cariñosos como eran, la encontraban una persona más fácil de tratar. .- Desapareció toda señal de edema. .- Rara vez expulsaba esputos, excepto una pequeña cantidad cuando se levantaba por las mañanas. .- Ahora participaba activamente en muchos proyectos de la iglesia y contribuía por completo a ese trabajo, mientras que antes se sentaba a los lados y observaba. .- Había desarrollado un bonito y natural color rosado que había sustituido a su antiguo aspecto pálido y macilento. .- Ya no recurría a ―muletas‖ como vitaminas, minerales y otros suplementos. .- Ya no bebe té, café o refrescos de ninguna clase: sólo agua pura y destilada. .- Obviamente, Gladys había recuperado una buena parte de su pérdida de salud. .- Era el momento oportuno. Le sugerimos a nuestra cliente que después de haber logrado esos maravillosos progresos gracias a sus iniciales y tímidos pasos hacia la Higiene Natural quizá fuese el momento adecuado de dar un val iente paso: ¿por qué no ayunar sólo 24 horas, un día, a la semana? En la pizarra escribimos: .- Un primer ayuno – 24 horas – de una cena a la cena del siguiente día. ¡YO PUEDO HACERLO! Animada por sus logros, Gladys estuvo de acuerdo en intentarlo. Y lo intentó, porque cuando volvió después de seis semanas, nos contó que ¡no fue tan malo como yo pensaba que iba a ser!
Quizá la mayor sorpresa que ésta cliente y su familia se llevaron fue descubrir que había engordado 1 kilo y esto con sólo dos comidas al día y un día a la semana sin comer absolutamente nada. La familia de nuestra cliente no sabía cómo explicar este milagro. La propia cliente estaba tan entusiasmada con este hecho que supimos que era el momento para ponerle una nueva meta: durante el siguiente mes ayunaría 36 horas cada semana. Gladys aceptó gustosa el nuevo reto. Durante los siguientes seis meses siguió su programa de ayuno: 36 horas una vez a la semana. Como resultado de su experiencia con el ayuno logró algunas mejoras considerables en su salud. .- Desaparecieron las taquicardias y espasmos. Nos contó que ya ni siquiera sentía latir el corazón cuando por la noche se acostaba por el lado izquierdo. .- No tenía problemas digestivos importantes. De hecho, nos informó que su estómago estaba ―tranquilo‖. .- Ya no hay señales visibles de edema, como en su primera consulta en la que sus piernas tenían el aspecto denominado ―piernas de botella‖ que tan a menudo se pueden ver en las personas obesas (Recuerda que en esa época Gladys estaba demacrada por la vergüenza que le producía el visible edema). .- Rara vez tenía que aclararse la garganta. Al principio de su tímido andar por la Higiene Natural, tenía una grave afección bronquial. .- Ahora pesa unos 47 kilos y está confiada en que seguirá engordando hasta que su peso se normalice. Pero incluso esta pequeña ganancia de peso supone una mejora del 10%. Ahora es toda sonrisas. Su antiguo aspecto angustiado y preocupado ha desaparecido por completo. Sabe que ahora, y durará mucho tiempo, está en armonía con los métodos de la naturaleza y que ésta no la defraudará. Su vitalidad sigue asombrando no sólo a ella misma sino a todos aquellos que la conocían ―antes‖. Sin embargo, y a pesar de todas las mejoras citadas arriba, esta cliente ha decido seguir con su régimen actual hasta el momento en el que su familia esté de acuerdo en que ella se beneficiaría de un ayuno más largo. Puesto que ha logrado estos espléndidos progresos, todos nosotros anticipamos que la actual oposición familiar pronto se deshará y no pasará mucho tiempo antes de que esta encantadora mujer comience su andadura hacia un ayuno más largo. Se trata de una mujer decidida en muchos aspectos y también muy inteligente. Recuerda que logró hacer todos estos ayunos cortos rodeada de los rostros angustiados y preocupados de sus devotos, pero no instruidos, esposo, hijos, hermanos y hermanas. Tenemos plena confianza en que uno de estos días, en un futuro no muy lejano, Gladys llamará para decirnos que lo ha hecho: en ese momento, habrá hecho su primer ayuno de tres días. En este caso de estudio, podemos ver con toda claridad cómo la oposición familiar puede retrasar el momento en el que un cliente se adapte al ayuno. No obstante, esto no detuvo el proceso de aprendizaje. No impidió que nuestra cliente siguiera avanzando, porque el conocimiento la incitó a dar pequeños, dudosos, pero provechosos pasos. La incursión inicial en la experiencia del ayuno se llevó a cabo sin ninguna aprensión por su parte. Ella sabía bien qué esperar y estaba preparada. Los resultados fueron los que se anticiparon. C.- Doctor en filosofía, Dr. J. El Dr. Joe pesaba unos 145 kilos la primera vez que nos visitó. Se había graduado en varias universidades y se trataba de una persona con muchas capacidades. Había llegado a nosotros, como suele pasar con la mayoría de los clientes, gracias a un antiguo estudiante. Nos
dijo que había estado buscando alguien con quien pudiera ―sentirse compatible‖. Pensaba que nosotros podíamos satisfacer sus exigencias. Debido a su tendencia intelectual, le hicimos comenzar de inmediato con un programa de estudio. No le hicimos ninguna recomendación específica sobre sus hábitos de alimentación o estilo de vida, simplemente le dimos varias páginas que tenía que estudiar en un tiempo determinado. Cuando completara cada tema, discutiríamos y analizaríamos lo que Joe había leído. Nuestro cliente tenía la habilidad de la lectura rápida, por lo que resultó ser un estudiante voraz: devoraba la información tan rápido como recibía el material. Por tanto, fue necesario reafirmar, de vez en cuando, ciertos estudios cuando nosotros teníamos la impresión de que había pasado por ellos demasiado rápido como para conseguir una aceptación cerebral de los conceptos. Aunque Joe había comenzado básicamente siendo un escéptico, comenzó a darse cuenta de que los principios y prácticas expuestos por los higienistas eran tanto aceptables desde el punto de vista intelectual como sólidos desde el científico. Comenzó a estudiar la fisiología del sistema digestivo y a investigar en libros de anatomía. No obstante, aunque habían pasado varios meses durante los cuales había hecho útiles sugerencias sobre las formas y métodos con los que nuestros estudiantes podían cambiar su estilo de vida y recoger ciertos beneficios, él aún no se había comprometido personalmente. Sin embargo, al final, lo hizo. Decidió seguir un programa de salud más sensato; concertó una cita con nosotros y nos pidió un régimen confeccionado según sus especificaciones. Puesto que se trataba de un procedimiento muy inusual, ahondamos un poco más. Parece que Joe había decidido que para él sería demasiado difícil hacer un cambio radical hacia un régimen estrictamente higiénico. Por tanto, se tomaría un año y medio para lograr su objetivo. En ese momento pesaría 105 kilos, estaría en forma y con un excelente estado de salud. Avisamos a Joe de que, debido a su obesidad y a varias afecciones que le habían diagnosticado con anterioridad, entre las que se incluían una ligera hipertensión, trastornos digestivos y una disfunción hepática, puede que no consiguiera su objetivo en tan poco tiempo sin recurrir a un programa de ayuno. Sin embargo, Joe estaba convencido de que para él todo era posible. Joe era un glotón, que disfrutaba de los alimentos exóticos. Sin embargo, y a pesar de su obesidad, sus hábitos alimentarios tan inadecuados y sus problemas de salud, nuestro cliente era una persona muy vital. Tenía muchos hábitos buenos. Estaba felizmente casado con una mujer que lo apoyaba en sus esfuerzos y que aceptó de inmediato acompañarlo en su aventura. Puesto que ella estaba en la edad de la prejubilación, con 62 años, y estaba desocupada, ambos decidieron dedicar todos sus esfuerzos para lograr los objetivos que Joe se había establecido. En consecuencia, al principio, diseñamos un régimen provisional para que lo siguieran los dos. Al principio, tenían que dejar todos los alimentos procesados, enlatados y congelados. Todos los dulces se quitaron inmediatamente de la lista de alimentos favoritos de Joe. En vez de comer carne o algún producto derivado de animal tres o cuatro veces al día, como era su costumbre, su ingestión de esta clase de ―alimentos‖ estaría limitada a una ración diaria. Debían andar 30 minutos diarios y hacer ejercicios de estiramiento y flexibilidad al levantarse por la mañana. Ni Joe ni Julia, su esposa, habían seguido antes ningún programa específico de ejercicios. En realidad, ambos habían llevado unas vidas muy sedentarias. Debido a su obesidad, Joe tenía que ducharse sólo con agua dos veces al día y sin falta. (Recordamos a nuestros estudiantes que la mayoría de las personas obesas despiden un intenso olor debido a que la grasa suele servir como una cámara de almacenaje de toxinas.) Estos dos
estudiantes estaban dispuestos a renunciar a sus intensos estudios a favor de pasar más tiempo al aire libre. Hablaron sobre el asunto y estuvieron de acuerdo en que un mes sería tiempo suficiente para superar su primer obstáculo; que sería un riesgo que merecía la pena tomar. Por el momento, no le indicamos más cambios en sus rutinas. A los 30 días, Joe y Julia nos presentaron su informe en persona. Habían seguido cada sugerencia con exactitud, excepto una. Decidieron repasar todo lo que habían estudiado hasta ahora, por lo que se pusieron un horario de 15 minutos cada mañana con ese objetivo. (Desde entonces tenemos varias parejas que han adoptado la misma rutina y que la han encontrado muy útil.) Joe nos informó que sólo había perdido entre 1,5 kilos y 2 kilos, pero ambos afirmaban sentirse mucho mejor y dormir mejor. Nuestra pareja decidió que debían comenzar la Fase Dos y que ésta también la continuarían durante un mes. Se acordó que ahora reducirían su toma de café a una taza por comida, en vez de sus acostumbradas dos o tres, y que lo beberían sin azúcar. No beberían otra cosa que no fuese agua destilada. También reducirían la sal y sólo la utilizarían en su ración de carne permitida que ahora se vería reducida a cuatro veces a la semana. Todos estuvimos de acuerdo que estos pasos serían útiles. Además, debían ampliar sus paseos de media a una hora diaria. Al partir se les asignó una tarea: debían leer el libro del Dr. Shelton ―Fasting Can Save Your Life!‖ [El ayuno puede salvar tu vida]. Prometieron hacerlo. Antes de que pasara el mes, Joe y Julia nos llamaron por teléfono para adelantar su cita. Estaban entusiasmados con el tema del ayuno. Joe había perdido 5 kilos, la primera vez que había conseguido perder esos kilos sin ―morirse de hambre‖, como él decía. Aunque aún no estaban mentalmente preparados para ayunar, ambos querían continuar con su programa. ¿Un ayuno? Bueno, eso era otra historia. Eso requería bastante más estudio y evaluación personal. Así que les dimos nuevas tareas. Tenían que estudiar todo sobre la combinación de alimentos y planear su toma de alimentos diarios según un programa de tres comidas al día. También debían hacer un informe diario de lo que comían para después repasarlo con nosotros. El programa sugerido fue el siguiente: Primera comida: ―Distinta clase de frutas (hasta tres diferentes, pero compatibles); más apio. Segunda comida:‖ Una gran ensalada acompañada bien de una patata asada o hervida o de arroz integral cocido al horno. Tercera comida:‖ Una ensalada mediana. Verdura hervida Proteínas. Para la ingestión de proteínas tenían que restringir su toma de carne a dos raciones a la semana o 85 gramos bien de cordero sin grasa o de pollo. Un día a la semana, podían tomar bien huevos escalfados o pasados por agua o requesón. Los cuatro días restantes de la semana debían elegir entre lo siguiente: un aguacate mediano, 110 gramos a elegir entre nueces pacanas, nueces, almendras o nueces del Brasil; o dos cucharadas de pipas de girasol o de calabaza. Como experiencia de aprendizaje, les pedimos que mantuviesen un diario de lo que comían para poder revisarlo después juntos. Estuvieron de acuerdo en que esto podría ser útil. No es necesario en este punto decir cómo Joe y Julia progresaron cada mes y exactamente qué cambios hicieron. Sólo comentar que en ocho meses sólo hacían dos comidas al día. Joe había llegado a los 125 kilos y tanto él como su esposa estaban contentos con su progreso. Ninguno había experimentado ninguna crisis de curación excesiva, aunque Julia había padecido una incómoda sensación de picor durante algunas semanas.
Así fue que tanto Joe como Julia decidieron que era hora de comenzar a ayunar, pero lo harían por su cuenta y no en un centro de ayuno. Eso a pesar de nuestra recomendación de que lo mejor para ellos sería ir a un centro especializado. Poco después hicieron con éxito su primer ayuno de tres días. Julia nos dijo que al tercer día se había desmayado, por lo que tomó inmediatamente zumo de frutas y no completó el ayuno. Una vez que lograron esto decidieron que estaban preparados para seguir por su cuenta y nos comunicaron que tendrían una consulta con nosotros cada tres meses. Y así lo hicieron. Progresaron de tres a cinco días y después a siete de ayuno. Primero, fue Julia la que ayunó durante siete días. Se turnaban. Mientras que uno ayunaba, el otro permanecía a su lado, listo para ayudar si surgía la necesidad. Pero, todo fue muy bien. Joe nos sorprendió a todos por lo bien que resistió durante estas semanas. De hecho, tenía tanta vitalidad que durante el ayuno trabajaba en su jardín durante horas y eso a pesar de que le habíamos aconsejado que lo mejor para él sería economizar sus valiosas reservas de energía para el esfuerzo curativo. Al cabo de 18 meses, Joe pesaba unos 100 kilos. Había logrado el objetivo que se había propuesto. No obstante, ahora se daba cuenta de que las ideas que tenía al principio sobre él mismo y sobre cómo funciona la naturaleza eran erróneas y que ahora sólo era una cuestión de tiempo el que su propio naturaleza dictara cuál debería ser su peso normal. Tanto él como Julia parecían 10 años más jóvenes que cuando comenzaron por primera vez esta experiencia del ayuno. Ahora son unos higienistas convencidos y ayunan 36 horas a la semana. Hemos comentado este caso de estudio para demostrar que algunas veces tendremos clientes decididos, por una u otra razón, a ―hacerlo a su forma‖ en cierta medida. Aunque se apoyen en el consejero en algunos asuntos porque respetan, hasta cierto punto, su opinión, conocimientos y experiencia, aún tienen tal confianza en que su propia inteligencia elegirá siempre lo correcto que es difícil trabajar con ellos. Como consejeros higienistas, debemos admitir que los individuos muy inteligentes están de alguna forma encerrados en sus egos y que suele ser difícil trabajar con ellos. Tenemos una alternativa: descartarlos por estar más allá de nuestra capacidad o ayudarlos lo mejor que podamos gracias a la educación y de esta forma minimizar sus errores. Si optamos por lo último, algo que personalmente preferimos, puesto que estas personas representan un verdadero reto, entonces debemos aconsejarles bien y tener paciencia y comprensión. Por regla general, su inteligencia innata y deseo de aprender les llevará a tomar las elecciones más correcta y no al contrario. Aunque, hacer elecciones incorrectas, como cualquier higienista con experiencia puede dar fe, puede ser una excelente experiencia de aprendizaje. D.- Susie y Bill Al contar los casos de estudios de los clientes, rara vez utilizamos los nombres verdaderos. Todos los asuntos que se comentan entre el cliente y el consejero deberían ser privados. Sin embargo, las personas son reales, aunque su identidad permanezca en su espacio privado. ―Ellos‖ tenían los problemas, al igual que las soluciones y resultados: todo era muy ―real‖. Todos podemos aprender de sus experiencias, de sus triunfos y de sus raros fracasos. Susie y Bill son dignos de elogio. Han trabajado diligentemente y sus cuerpos han logrado recuperarse de una larga afección crónica y conseguir un estado de salud óptimo. Además, lo han conseguido sin la continua ayuda de un higienista, excepto por una consulta ocasional y algunas sesiones telefónicas. Susie, al igual que muchas mujeres entradas en los sesenta años, padecía una dolorosa afección artrítica que la había obligado a jubilarse antes de hora de su trabajo de costurera. Bill
tenía una enfermedad dérmica bastante severa que durante años le había estado creando molestias ocasionales: una especie de granuloma. Susie y su marido llevaban muchos años tomando diferentes clases de medicamentos. En esta pareja, la esposa fue la líder. Insistió en que el Dr. Robert le hiciera a cada uno de ellos un análisis sanguíneo bionutricional y un perfil. Después, comenzó a recibir clases de nutrición aplicada y su marido pronto la siguió. No pasó mucho tiempo antes de que Bill se entusiasmara tanto como su Susie con la construcción de la salud. Sus primeros cambios iniciales los hicieron en la programación de la comida. Bill comenzó a cultivar un jardín. Cuando podían conducían hasta los ranchos que hay en Tucson (Arizona) para recoger fruta y verduras frescas que ellos no sembraban. Valientemente, Susie hizo su primer ayuno de 24 horas. Bill se mantuvo detrás, un poco reacio a dar este paso ―drástico‖. Después, siguió el ayuno de 36 horas y más tarde una serie de ayunos de tres días. Susie estuvo a la altura de las circunstancias y comenzó a notar pequeñas mejoras. Animado por el ejemplo de Susie y por su mejoría, Bill comenzó por fin su propio programa de ayunos. Fue realmente valiente: ¡comenzó saltándose el desayuno! Aunque no paso mucho tiempo antes de que ambos se turnaran para hacer ayunos de entre tres y cinco días. Se controlaban atentamente uno a otro durante el ayuno: controlaban la temperatura, la frecuencia respiratoria y cardiaca en tiempos exactos: Al levantarse; Al mediodía; Al acostarse. Susie fue la primera en hacer un ayuno de cinco días y lo encontró más difícil que los anteriores ayunos cortos, porque al quinto día experimentó tanto dolor que interrumpió bruscamente el ayuno cuando aún sentía dolor. Como consecuencia de este error, le fue muy difícil recuperar el peso que había perdido durante y después del ayuno. También nos contó que se sentía muy cansada, mucho más de lo que se había sentido antes. Hace más o menos unos seis meses, Bill ayunó durante cinco días y hace poco que nos ha informado que en este momento estaba en el tercer día de su segundo ayuno de cinco días. Esta pareja lleva en el programa higiénico hace ahora cuatro años. No hace falta decir que ambos han conseguido muchos beneficios de su experiencia de aprendizaje. Susie se ha recuperado por completo de su artritis. Su vitalidad es simplemente asombrosa: la admiración de todos sus amigos y familiares. La enfermedad dérmica de Bill está controlada, aunque aún no le han desaparecido todas las lesiones. Pesa unos 65 kilos. Ambos lucen un estupendo y feliz aspecto. Los dos están muy contentos con lo que han conseguido gracias a un sólido programa higiénico, más con los cortos ayunos periódicos, y se sienten muy felices de compartir sus experiencias con los demás siempre que organizamos una conferencia o una fiesta. Son unas personas muy cariñosas y lo demuestran con sus sonrisas y disponibilidad para dar el regalo de la salud a los demás. No regatean sus alabanzas para aquellos que, de vez en cuando, les guiaron durante su transición. Mientras estábamos en un restaurante nos encontramos por casualidad a una pareja no-higiénica que conocíamos. Con una agradable sonrisa y después de las presentaciones, Bill dijo: ―¡Estas personas me han regalado 20 años más para vivir y disfrutar de la vida!‖ Esta es la clase de resultados que nosotros los higienistas podemos enseñar a los clientes dudosos. Son una experiencia de aprendizaje de gran valor en sí mismos. Además, el método, los pasos que Bill y Susie dieron, pueden ser útiles para otros individuos o parejas. Con Bill, recuerda que comenzó saltándose su desayuno. E.- Ethel
Ethel, al igual que muchos de nuestros estudiantes, comenzó su debut higiénico como estudiante de uno de nuestros cursos públicos. Muy pronto, al darse cuenta de su necesidad, se convirtió en una estudiante particular. Ethel padecía muchos trastornos, entre ellos un nerviosismo extremo (estaba casi histérica), problemas reumáticos, dérmicos, estreñimiento, insuficiencia adrenal, trastornos digestivos incluyendo grandes cantidades de gases. Además, estaba muy deprimida y enervada. También había problemas familiares que eran difíciles desde el punto emocional y que sin duda habían contribuido mucho a su estado más bien neurótico. A veces, Ethel parecía no participar del mundo real, sino que vivía en un estrecho círculo que ella misma se inventaba. Bien entrada en los 40, Ethel se había visto envuelta en un carrusel médico durante unos 20 años. ¡Tenía de todo! Sin embargo, y por suerte, había escapado de las intervenciones quirúrgicas porque durante los últimos 12 años había estado bajo el cuidado de un anciano médico quiropráctico que sumisamente la mantuvo ―animada‖ con hormonas, vitaminas y otros suplementos y que no insistía en que viese a un médico ortodoxo. Aunque muy debilitada y algo confusa, pensamos que tenía la suficiente vitalidad con la que empezar a construir y, al final, esta conclusión fue verificada por los felices resultados que, a su debido tiempo, se produjeron. Esta mujer en particular comenzó su ayuno a finales de verano. Durante la mayor parte del año había estado bajo nuestro cuidado. La introdujimos poco a poco en un programa que incluía una mejora de la nutrición, ejercicio y el resto de la biodinámica de la vida: cómo y cuándo podían ser utilizadas, incluyendo, de vez en cuando, enseñanzas sobre el arte del ayuno. Nuestra cliente comenzó primero con una serie de ayunos de 24 horas. Después pasó a la Dieta de Transición durante dos semanas. Nuestros estudiantes recordaran que este régimen combina los zumos con dos comidas de fruta al día. Rápidamente avanzó hasta el ayuno de tres días, todo lo cual lo toleró muy bien. Durante este tiempo, el estado de Ethel había ido mejorando hasta que llegó el momento en el que pensamos que estaba en condiciones de realizar un ayuno más largo en una institución y bajo el cuidado de un experto. Ethel, plenamente consciente de que había mejorado consistentemente con unos simples cuidados higiénicos – tras una infructuosa búsqueda para mejorar su salud que había durado unos 20 años – estaba ilusionada con esta nueva aventura. Hicimos los preparativos para que ayunara en la Escuela de Salud del Dr. Shelton y allí se fue. A esta cliente en particular le pedimos que llevara un diario. Teníamos un interés especial en que lo hiciera debido a su largo historial de distintos medicamentos, incluyendo cortisona, varios antibióticos y hormonas. También había tomado muchas aspirinas y otros analgésicos, así como una terapia de megavitaminas durante los últimos 12 años. Durante los últimos seis meses no había tomado ninguna clase de medicamento o suplemento. Contamos su experiencia con sus propias palabras porque nos ofrecen un vivo retrato de lo que puede suceder durante un ayuno prolongado y, sobre todo, cuando se han tomado fármacos durante muchos años. También demuestra cómo esta mujer, bien reforzada con conocimientos sobre el ayuno, fue capaz de continuar a pesar de todo lo que le ocurrió durante y después de su primer ayuno prolongado. El diario de Ethel Primer día: ―Hice mi última comida al mediodía‖. Segundo día: ―Me pidieron mi historial‖. Tercer día: ―Segundo día de mi ayuno completo. Comienzo a sentirme muy débil. Me duele mucho el pecho. Casi no puedo respirar. Los ganglios linfáticos debajo del brazo me
duelen terriblemente y la rodilla izquierda me ha estado doliendo toda la noche. De hecho, me he tenido que aplicar calor toda la noche. Estoy muerta de hambre‖. Cuarto día: ―No he podido dormir. Demasiado dolor. Dolor en las rodillas, en el pecho, en las caderas y en la parte baja de la espalda. Me arrastré fuera de la cama, cogí una manta, me arropé con ella y me acurruqué debajo de un montón de colchas. Tenía un paño caliente y bolsas de agua caliente rodeándome. Escalofríos, dolor y más escalofríos. Tengo mucha hambre pero no tengo ganas de comer nada. Demasiado dolor‖. Quinto día: ―Me duele todo, durante todo el día. No he dormido. Lo mismo que la pasada noche. Me duele demasiado para seguir escribiendo‖. Sexto día: ―De nuevo dolores toda la noche. Sólo he dormido una hora. Hoy no tengo hambre. He pasado la mayor parte del día sentada. Las piernas no me duelen tanto cuando estoy sentada. En la cama, casi no puedo aguantarlas‖. Séptimo día: ―Salí a la salita. Dormí realmente bien la pasada noche. Desperté sobre las cuatro de la madrugada. De nuevo me duelen las piernas. Me he sentado un rato fuera y después tomé un baño de vapor durante 30 minutos. Eso me hizo sentirse muy débil. Me fui a la cama y estuve acostada toda la tarde. Cuando desperté, descubrí que mi estómago estaba cubierto de manchas. Aunque parezca raro, me siento realmente bien esta mañana‖. Octavo día: ―¡Dios, sí que estoy débil! Aún tengo la erupción. Además, esta mañana me ha sangrado la nariz. Hoy sólo me he levantado dos veces. Me duelen mucho las rodillas y las caderas. Los paños calientes me alivian, pero no mucho‖. Noveno día: ―Me siento bastante bien, pero terriblemente débil. He estado un rato sentada al sol. Durante los últimos tres días, las manchitas me han estado picando y me ha vuelto a sangrar la nariz de vez en cuando‖. Décimo día: ―Me siento bien. He estado sentada al sol durante casi media hora y después en la sombra durante varias horas. ¡Buen día!‖ Undécimo día: ―Me he levantado con las encías inflamadas. Tengo pequeñas bolsitas en toda la encía. También tengo inflamada la garganta y una llaga febril en el labio. No puedo controlar los gases. Parecen salir por la vagina y por el recto. Algunas veces se acumulan y me es difícil expulsarlos. De nuevo han aparecido manchas sobre el estómago y las piernas. Tengo los labios muy hinchados‖. Duodécimo día: ―El undécimo día de ayuno. Me siento muy débil, muy cansada. Tengo manchas por todo el estómago y ahora me han aparecido por la vagina. En algunas se están formado ampollas pero no se ve pus. Hoy me han hecho un reconocimiento exhaustivo, lo que me ha tranquilizado mucho‖. Decimotercer día: ―He tenido mi primer movimiento intestinal y olía muy mal. Más manchas en mis piernas. Me siento terriblemente débil. Casi no pude volver a la cama después del viaje al cuarto de baño. No podía dejar de dar vueltas y retorcerme en la cama. Me duele muchísimo el estómago. Conseguí arrastrarme fuera de la cama para coger una bolsa de agua caliente. No hay nadie por aquí. Después me quedé dormida. Dormí hasta las 4 y después me senté un rato pero tuve que volver a la cama. Muy, muy débil‖. Decimocuarto día: ―Ya llevo trece días ayunando. Estoy muy cansada. Me duele mucho el pecho‖. Decimoquinto día: ―Día 14 de mi ayuno. Muy débil y cansada. No he tenido que utilizar mantas durante los últimos dos o tres días. En realidad, no me duele nada hoy. Simplemente me siento débil, muy débil‖. Decimosexto día: ―He interrumpido el ayuno‖.
Como el estudiante puede comprobar este ayuno se concluyó antes de que volviese a aparecer la sensación de hambre, antes de que la lengua se hubiese aclarado o de que la cliente hubiese experimentado alguna recuperación de vitalidad. Permaneció durante otra semana en la Escuela. Sabía que debía estar más tiempo para recuperarse por completo pero, por razones económicas, tuvo que volver a casa. Nos llamó de inmediato y, bajo nuestra guía, siguió un régimen que insistía sobre todo en el descanso. Adoptó una dieta de alimentos crudos muy restringida que consistía en dos comidas de una sola fruta más una ensalada de cuatro verduras, dos de las cuales eran lechuga y brotes. Cada dos meses, ayunaba durante siete días y después de los seis meses hizo un ayuno de diez días por su cuenta. Puede que sea interesante para nuestros estudiantes observar qué ocurrió en los días que siguieron su vuelta de la Escuela de Shelton. Día 1: ―Antes de acabar el almuerzo tuve un movimiento intestinal que llenó la escupidera. Estuve mal del estómago durante el resto del día. El Dr. McCarter me dijo que me quedara en cama y descansara. Día 20: ―Pies hinchados. Problemas de sinusitis‖. Día 21: ―Aún tengo los pies hinchados. Nauseas. He cenado sandía. Aún tengo esas manchas en el estómago. El Dr. McCarter me dice que sea paciente, que pronto curarán‖. Día 22: ―Sigo con los pies hinchados. Vuelvo a tener manchas en el estómago y las piernas. Me duelen los ojos y tengo diarrea‖. Día 23: ―Me siento bastante bien hoy‖. Día 24: ―Me siento bastante bien‖. Día 27: ―No me he sentido tan bien esta noche. Comí mucho melón. Demasiado, me imagino‖. Día 28: ―Me he estado sintiendo bien, al menos mejor, hasta hoy. Me sentí ―asquerosa‖ después de la comida de mediodía de lechuga y frutos secos. He ido tres o cuatro veces al cuarto de baño durante los últimos cuatro días. Anoche me sentía fatal. Como más sandía‖. Día 29: ―He dormido fuera durante casi 3 horas. Me duele el brazo y el estómago. He tenido que volver a utilizar la bolsa de agua caliente‖. Día 30: ―No me he sentido muy bien en todo el día‖. Día 31: ―Ayuné. No sabía qué otra cosa hacer. El Dr. McCarter dice que está bien. Dormí dos horas. Débil. Al final tuve un movimiento intestinal. Me sentí mejor‖. Día 32: ―Me ha dolido el estómago todo el día‖. Día 33: ―Me siento mejor del estómago. Esta mañana no he comido. Para almorzar he tomado aguacate, brotes de alfalfa y tomate. Lo mismo para cenar. Después comí algunos frutos secos‖. Día 34: ―Me siento mejor del estómago. Un almuerzo ligero. Sólo frutos secos por la noche. Me siento bastante bien hoy‖. Seis días después: ―He ayunado durante tres días. Me quedé en cama. No demasiado mal‖. Segundo día después del ayuno de tres días: ―¡Me siento estupendamente! Mejor de lo que he estado durante los últimos 20 años. ¡Simplemente MARAVILLOSO!‖ Ethel siguió haciendo tantos progresos que incluso sus amigos comenzaron a comentar el buen aspecto que tenía. Tenía un aspecto radiantemente ―vital‖. Su voz que antes era extremadamente aguda adquirió más calidad y profundidad. La rodeaba un brillo que no tenía antes de comenzar a ayunar.
Muchos de los malestares que esta mujer padeció se podrían haber evitado muy bien si hubiese podido seguir su primer ayuno, al menos hasta que hubiese desaparecido el dolor y, aún mejor, hasta que hubiese vuelto a sentir hambre. Tal y como lo hizo, sólo se produjo una limpieza parcial del organismo tan intoxicado y esto, además, mientras las toxinas aún estaban en movimiento. Pero, como hemos visto, a pesar de todo su dolor y malestar, esta mujer había sido tan bien preparada para el ayuno que persistió y continuó su transición higiénica. En ese mismo año, volvió a la Escuela de Shelton y ayunó durante otros 14 días, esta vez con casi ninguna molestia. ¿Qué piensa esta cliente sobre el ayuno? Ha seguido ayunando un día a la semana, tres días una vez al mes y, cada dos meses, ayuna durante cinco días. En realidad, la hemos tenido que refrenar para evitar que ayune con demasiada frecuencia. Pasa por la consulta cada tres meses para que evaluemos sus experiencias y progresos. En vez de ir cuesta abajo como iba durante todos los años anteriores, ahora sabe que va por el camino correcto, usando los métodos y herramientas de la naturaleza. Ahora está radiantemente bella y si no fuese porque aún tiene problemas familiares estaría en paz, no sólo físicamente, sino también mental y espiritualmente. Contra toda probabilidad, esta mujer ha logrado un pequeño milagro. Se ha enfrentado con éxito a sí misma, ha deshecho toda sombra de duda y, con gran convicción, se ha apartado no sólo de las ataduras de la actual histeria de masas, sino también de su anterior adicción a ―sus creencias predilectas‖. Sabe con una seguridad imperturbable que ahora forma parte de la naturaleza, por lo que no teme a nada de lo que ésta le ofrece. Ha aprendido las leyes de la vida y éstas le están ayudando mucho.
F.- Rachel: su historia: Dejaremos que Rachel nos cuente su propia experiencia con el ayuno. Ella la cuenta mucho mejor de lo que podríamos hacerlo nosotros porque a ella le sale del alma. Cuando escribió esto, Rachel estaba a punto de cumplir los setenta años. Con sus propias palabras, esta es la historia de Rachel. ―Me llamo Rachel. Me han pedido que hable sobre mi experiencia sobre el ayuno y sobre los beneficios que ha tenido en mi organismo. Les contaré lo que aprendí en la Escuela de salud del Dr. Shelton, donde la salud se construye, no se compra. Comenzaré contándoles cómo empezó todo. A principios de enero de 1979, empecé a sangrar por el útero. Esperaba que la hemorragia desapareciera sola. Lo hizo durante un tiempo. Yo no hice nada. En febrero, una amiga me preguntó si me gustaría asistir a algunas clases sobre nutrición que daba la Dra. Elizabeth McCarter y cuando me enteré del precio, dije: ―¡No hay forma de que me lo pueda permitir!‖. No obstante, mi amiga me dijo que la primera clase era gratis y añadió ―¿Por qué no vas?‖ Así que acepté. En esta clase me di cuenta de todo lo que estaba haciendo mal con mi cuerpo y, tras asistir a todas las sesiones, me convencí de que era un dinero bien gastado. La Dra. McCarter también nos habló del libro del Dr. Shelton que ella siempre llevaba consigo en estas sesiones y nos contó cómo había recuperado la salud hacía quince años siguiendo las reglas indicadas en este libro. Nos enseñó la importancia del ayuno, así como que ayuda a reconstruir la salud del cuerpo. (Nota del editor: En realidad fue mucho más tarde cuando oímos hablar del Dr. Shelton, pero fue más o menos en esa época cuando comenzamos nuestra búsqueda de una curación.) En una de las clases volví a tener la hemorragia. Le pregunté a la doctora qué debía hacer y me dijo: ―ayuno y descanso‖. Me fui a casa y me salté una comida. Mi esposo, Al, no quiso oír hablar sobre el asunto. La hemorragia volvió a detenerse, hasta primeros de mayo, cuando
volvió. Sabía que tenía que averiguar qué es lo que estaba pasando, así que tras visitar a tres médicos desde el 11 al 14 de mayo, me dijeron que me iban a hacer una biopsia el jueves 17 de mayo. El día 19, el médico me llamó para decirme: ―Tiene cáncer‖. Le daremos cita para una histerectomía tan pronto como tengamos un IVP, GI inferior, y radiografías de la vejiga, del tórax, etc. Las ―pruebas‖ como él dijo. De nuevo volví a llamar a la Dra. McCarter y le dije que no quería pasar por todo eso puesto que ya me había hecho dos grandes operaciones en el pasado y había tenido problemas con ambas. Desde que escuché su charla en la clase yo había querido limpiar mi organismo con el ayuno, pero ahora me daba cuenta de que era el momento de pensar sobre ello. Así que busqué la ayuda del Señor en mis oraciones. Estas son las palabras que me vinieron a la cabeza: ―Mora en mí. Mayor es Aquel que está en ti que el que está en el mundo. Yo te purificaré, yo te limpiaré, haré que seas tan blanca como la nieve‖. Estaba tan ilusionada y sorprendida como ganas tenía de limpiar mi organismo y pensé que esta era la respuesta de Dios. Por fin, el jueves por la noche le hablé a Al de mi afección. Estaba contrariado y quería que me operara. Sin embargo, le presenté tres alternativas, puesto que yo pensaba que se trataba de ―mi‖ cuerpo; que, también yo, tenía derecho a decidir. Le hablé sobre Tijuana y la terapia con Laetrile y sobre la Escuela del Dr. Shelton en San Antonio, Tejas. La tercera opción simplemente consistía en quedarme todo el día en la cama e ir consumiéndome. Al dijo: ―Tijuana, no‖. Y así fue como nuestra elección me llevó a Tejas. ―Llamé a la Dra. Vetrano a la Escuela para ver si me podían aceptar y cuando oyó mi problema me aconsejó que no me hiciera las radiografías ni el resto de las pruebas sino que ―fuese tan pronto como pudiera‖. Quedamos en que iría a los tres días. Vendí todas mis acciones para que mi esposo no tuviese que preocuparse por nada. Tenía lo suficiente para comprar el billete de avión, unos cuantos cheques de viaje y cubrir mi estancia en la Escuela‖. ―Cuando llegué me sentía rara. Aquí estaba sola. En una ciudad extraña y baja de ánimos debido a toda la oposición que había encontrado en mucha gente, incluyendo a mi familia, algo que me dolía más que mi estado físico. Además, como nunca en mi vida había ayunado puedo decir con el corazón en la mano que estaba realmente asustada. ―Con estos sentimientos, le dije a uno de los médicos de aquí que no estaba segura de que era esto lo que quería y, de hecho, llamé a unos amigos que vivían en San Antonio para que vinieran a recogerme. Sin embargo, mientras esperaba, dos mujeres que habían acabado un ayuno se pusieron a hablar conmigo y dijeron ―Puesto que ha venido desde tan lejos y le haría a usted tanto bien, debería quedarse‖. Mis preocupados amigos llegaron y les pedí que se sentaran conmigo para hablar sobre el asunto. Me escucharon pacientemente y cuando acabé, les dije que me sentía mucho mejor y que me quedaría. Ahora me asustaba pensar cómo, en un segundo, podía haber tirado a la basura todo lo que había preparado para mi organismo y sólo esta experiencia me sirvió como lección. Le agradezco al Señor que me ayudara y me mantuviera aquí. ―No tenía que empezar el ayuno hasta dos días después, así que decidí hablar con los pacientes y obtener la información que quería. Cuando ayunas, tienes que estar muy tranquila, hablar poco, andar despacio, etc. Déjenme que les hable sobre algunas de las personas que entrevisté ese día‖. ―Una joven con sólo 25 años me enseñó un pequeño bulto en su mano que según ella había llegado a ser más grande que una nuez y que después de ayunar durante 27 días esto era
lo que le quedaba. Estuvo dos semanas más y el bulto desapareció por completo. Se fue una semana antes que yo y volvió al viernes siguiente para traerme un ramo de flores‖. ―Otra señora, yo diría que con unos cuarenta años, estaba en una silla de ruedas con distrofia muscular. Era la esposa de un doctor en medicina y vino en contra de la voluntad de su esposo. Acaba de terminar su ayuno de siete días. Poco tiempo después de llegar yo se quitó las abrazaderas y anduvo. Estaba tan emocionada, todos lo estábamos, cuando nos dijo que hacía años que no andaba. Llamó a su esposo y él no la creía. Estaba tan entusiasmada con los resultados del ayuno que estaba en su segundo ayuno de siete días cuando yo me marché‖. ―Un hombre y su mujer acaban de finalizar su ayuno de 30 días. Hace cinco años habían estado aquí. Él es un doctor en medicina. Le encontraron un cáncer en los pulmones y tenía una cita para cirugía. Oyó hablar sobre la Escuela y decidió probar. También ayunaron durante 30 días y descansaron otros 30, volvieron a casa, se hizo radiografías y los pulmones estaban limpios. ―Un anciano de Puerto Rico lleva viendo a la Escuela desde 1945. Cuando estaba hablando con él podía ver la letra tan pequeña del libro que estaba leyendo, y sin gafas. ―Una señora con 70 años, cuyo hijo era doctor en medicina, en Tejas. Ella vive en Nueva York aunque también tenía una casa en Alemania. Vino en contra de la voluntad de su hijo porque durante años se había estado tratado con cinco médicos de hongos en los oídos, debajo de las uñas y le preocupaba el estado del corazón. No le preocupaban mucho las uñas mientras pudiera encontrar algún alivio para sus oídos. Bueno, en siete días de ayuno, tanto sus uñas como sus oídos estaban limpios. Además, desde que nació su hijo padecía de hemorroides. En el solario se ponía de forma que le dieran el sol y decía que también se le habían secado. Se fue a casa siendo una persona feliz. ―Una de mis compañeras de habitación era una chica joven, muy corpulenta y que ayunó 27 días. Perdió 25 kilos. También tenía una infección por hongos que también le desaparecieron. Cuando volvió a casa me llamó para ver cómo estaba. Todo el mundo en la Escuela era encantador, como una gran familia feliz, todos estaban allí con el mismo propósito: recuperar la salud. ―Un hombre a punto de cumplir los 70 condujo desde Indiana. Un día del ayuno estaba sentada en la salita y él llegaba subiendo las escaleras de dos en dos. Le comenté ―seguro que no está ayunando‖. él contestó ‘Oh, sí, aún me queda otra semana para llegar a los 30 días’. Se quedó hasta el día que yo me fui‖. ―Podría seguir y no parar. Unas 100 personas procedentes de todas partes del mundo estaban aquí. Mi ayuno duró 14 días y pienso que debería haber llegado a los 21, ya que la naturaleza no me dijo que lo dejara: aún tenía la lengua saburrosa y no sentía hambre, pero el bulto en el pecho que el médico me quería extirpar cuando me hicieron la radiografía había desaparecido. ―Allí había mucha gente joven ayunando, lo que me hacía sentirme feliz al pensar que están aprendiendo pronto en la vida lo importante que es la salud. En las conferencias aprendimos qué esperar durante un ayuno, lo que lo hizo más fácil para todos nosotros. No he tenido problemas desde que a partir de una clase de la Dra. Elizabeth dejé el café y no tomaba fármacos. Su cuerpo olerá, tu boca se llenará de una saliva salada, amarga; te dolerán las piernas y otras partes del cuerpo: esto es una reacción de todos los fármacos que se han tomado en el pasado; la orina será más oscura y ocurrirán muchas otras cosas. Pero todo será para mejor. Tendrás que ducharte con más frecuencia y cepillarte los dientes. No te darán fármacos, enemas, pastillas, café, licores, tabaco, alimentos cocinados, leche – nada excepto agua pura, frutas frescas, verduras y frutos secos: todo crudo – las tres últimas cosas sólo cuando has
acabado el ayuno. Para recuperarte bien después debes quedarte el mismo tiempo que ha durado el ayuno. Como yo descubrí, esto es importante. ¿No sería estupendo que todos los cirujanos que tienen pacientes para operarlos les dijeran ―Vete a casa y ayuna durante 14 días y si aún sigues necesitando la operación, entonces operaremos‖ ¡Piense en las muchas personas que se evitarían la operación! Porque con el ayuno le quitas a tu cuerpo las toxinas que en primer lugar están ocasionando el problema, y cuando te hacen una operación te extirpan los órganos, pero sigues teniendo las toxinas para provocar más problemas, por lo que te tienen que extirpar más órganos. Además de todo eso, te darán más fármacos, inyecciones y pastillas y muchas otras cosas que se sumarán a tu problema. Algunas iglesias, no la mía, están construyendo sus propios hospitales. ¿No sería bonito si se utilizaran como Escuelas de Salud, como la del Dr. Shelton, donde podamos ir a limpiar nuestros organismos y conservar los órganos? He comprado las cintas del Dr. Shelton. Me gustaría que todos las oyerais. Lo cuenta tal y como es. (Estupendas para utilizarlas en reuniones de grupo: los autores.) Esto es lo que yo pienso sobre la enfermedad: Primero pide la ayuda de Dios. Ayuna. En la Biblia el ayuno se cita muchas veces. Come las frutas, verduras y frutos secos tal y como él nos los ofrece: crudos. Si sólo hiciéramos esto, viviríamos una vida sana‖. Hemos dejado que Rachel nos cuente su propia historia porque demuestra muy bien algunos de los puntos que hemos comentado en esta unidad y en nuestra unidad sobre las personas mayores. No todos, por supuesto, pero sí la mayoría de nuestros clientes son de mediada edad, la mayoría ancianos. Llevan la huella de todos los días, meses y años pasados. Todos, incluso los muy jóvenes, llegan al consejero higienista con sus miedos particulares ocultos. Antes de buscar el consejo de un higienista, muchos llevaban años en un equilibrio de vida-muerte, probando esta y esa ―cura‖. Muchos, si no todos, han tenido importantes problemas psicológicos, principalmente depresiones y muchos cambios de humor. Muchos de sus amigos y familiares en los que buscaban apoyo le respondieron de forma negativa, incluso hasta el punto de llegar a pensar que estaban locos. Parte del trabajo del higienista es hacerles ver que no lo están. Pocos consejeros sanadores, sin importar en qué disciplina trabajen, comprenden que una larga enfermedad tiene unos efectos devastadores sobre el bienestar emocional. Surgen multitud de tensiones y está claro que no desaparecen la primera vez que el cliente entra en la consulta del higienista. En realidad, se pueden multiplicar. De repente, le ofrecen esperanza para reemplazar la desesperación; la acción reemplaza la inactividad. Todo esto también puede originar tensiones. Esto puede ser especialmente cierto cuando se trata del ayuno. Tal y como nos comentaba Rachel, el hecho de pensar en la posibilidad de no comer es una experiencia totalmente nueva. Ese pensamiento puede aterrorizar a las personas indecisas. Pero ¿han notado nuestros estudiantes como se tranquilizaron los miedos de Rachel cuando oyó a otras personas hablar sobre ―sus ―experiencias con el ayuno? Lo que oyó atravesó la barrera psicológica y la preparó tanto mental como emocionalmente. En realidad, llegó tan lejos como para anticipar los beneficios resultantes de su ayuno. Comenzó a construir imágenes mentales positivas de su futuro bienestar, que por sí mismas propician unos buenos resultados. El consejero debe preparar a los clientes para que acepten el ayuno como algo que les ayudará a ―ellos ―específicamente. Rachel fue preparada antes de ir a la Escuela de Shelton,
pero, aún así, tenía miedos ocultos. A los clientes se les puede ayudar a superar sus barreras internas con testimonios individuales, como el de Rachel (ella lo contó en una de nuestras reuniones de grupo), con clases como a las que asistía Rachel y que están abiertas gratuitamente al público. Esperamos que nuestros estudiantes se hayan dado cuenta de que la primera clase era GRATIS. Los casos de estudio como los que hemos comentado suelen ser muy útiles para familiarizar a los clientes con lo que el ayuno tiene que ofrecerles y, por supuesto, las publicaciones higienistas ofrecen una gran variedad de estos testimonios. Y ¿han observado nuestros estudiantes la diversidad de ayunadores que cuenta Rachel? Lo diferentes que eran sus problemas pero, en cada caso, y gracias al ayuno, obtuvieron resultados favorables. ¿También se han dado cuenta nuestros estudiantes de que muchos, como Rachel, encontraron oposición familiar que tuvieron que vencer? ¿Y han observado que los ayunadores recibían apoyo emocional y consejo de otros ayunadores? Estas son algunas de las muchas lecciones útiles que podemos sacar de la historia de Rachel. Nos mantuvimos en contacto con Rachel durante más o menos un año, pero ahora no sabemos nada de ella. Sabemos que sigue ayunando periódicamente por su cuenta y que se ha convertido en una entusiasta seguidora de la forma de vida de la Higiene Natural. Rachel estaba preparada para aceptar el ayuno como una oportunidad que se le ofrecía de recuperar un mejor estado de salud, y no como un método de privaciones y de poner en riesgo su vida. Nuestra sociedad quiere ―curas‖ instantáneas y éstas no existen. Se siente fascinada por la magia de un transplante de corazón, por ejemplo, y no mira detrás, hacia esos años de preocupaciones, inquietudes y el siempre presente miedo de una muerte repentina por el rechazo de uno mismo. Se necesita a alguien muy especial para dar los pasos que Rachel dio para superar la sierra psicológica a la que la gente está constantemente sometida por todas partes. También tiene que ser alguien muy especial aquella persona que guíe a los preocupados clientes en y a través de un ayuno con éxito. Esto es lo que Rachel hizo y esto es cómo lo hizo: Asustada por un problema físico hizo un curso de Higiene Natural; otros buscan soluciones en otras partes. Durante las clases aprendió cómo comer y cómo vivir para satisfacer las necesidades precisas que tenía su organismo. Aprendió la Teoría de la Toxemia y sobre las siete fases en la evolución de una patología. Aprendió sobre el ayuno y decidió que se quería a sí misma lo suficiente como para intentar este método de limpieza orgánica. Decidió hacer un cambio, abandonar la ortodoxia: la cirugía propuesta, radiografías y fármacos a favor del método particular de limpieza de la naturaleza: la autolisis innata. Decidió ayunar. Empezó a hacer planes. Paso a paso hizo los preparativos necesarios, preparó a su familia, y puso en orden su economía. Empezó a trabajar en su plan. Perseveró y tuvo éxito. Ya no tiene que vivir, como muchos antes que ella, una vida a la sombra de los miedos. Esta puede ser la recompensa de incalculable valor que recibimos por enseñar a nuestros clientes sobre el ayuno. VII. TAREAS ÚTILES PARA LOS AYUNADORES REACIOS
Los ayunadores reacios tienen personalidades infantiles en cuerpos adultos. Son prisioneros de huellas anteriores. Con esta clase de personas puede ser útil darles los siguientes deberes: Escribir cuánto te gustas a ti mismo y el por qué. Sé específico. ¿Temes al futuro? Si es así, di qué es lo que te preocupa. Te gustaría cambiar? Si es así, ¿por qué? Di cómo te gustaría cambiar. Por ejemplo, si padeces lesiones dérmicas antiestéticas, te gustaría deshacerte de ellas. Anótalo. ¿Te gustaría tener más agudeza mental? Si es así, también eso debería aparecer en tu lista. En la actualidad, ¿tienes algún método o plan para realizar los cambios que te gustaría hacer? Explícanoslo. ¿Cómo piensas que puedes lograr todo esto? ¿Has pensado alguna vez en el ayuno como método para ayudarte a cambiar? Si no es así, ¿por qué no? ¿Podemos ayudarte a tomar una decisión? Esto es simplemente un muestrario de las cuestiones que puedes darle como tarea a tus clientes de vez en cuando. A veces, anotar los pensamientos personales, deseos y ambiciones ayuda a abrir la puerta a la Acción, de forma que el puente entre el ―deseo‖ por algo y el ―logro‖ de ese algo se pueda atravesar con éxito. Cuando trabajes con tus clientes recuerda, además, que los beneficios a corto plazo son agradables e importantes para tus clientes. De vez en cuando, necesitan que se les haga saber que han conseguido estos pequeños éxitos. Además, deberían ser conscientes del hecho de que aunque los pequeños éxitos se acumulan con el tiempo, los beneficios definitivos de salud los conseguirán aquellas personas totalmente adultas que abandonen sus antiguos patrones de vida inspirados por los medios de comunicación y fomentados culturalmente y que opten, de forma inteligente y con dedicación, a las recompensas eternas que con toda seguridad les ofrecerá la experiencia del ayuno. VIII. LOS CLIENTES ANCIANOS Y EL AYUNO En una unidad anterior ya hemos comentado que aquellas pocas personas llegan a una edad avanzada en el contaminado y frenético entorno de hoy en día son los ―duros‖. Para poder sobrevivir han demostrado no sólo fuerza física, sino también mental. Esto lo demuestra el hecho de que, si están mentalmente bien, han superado con éxito todas las muchas variantes de ataques emocionales que surgen para preocuparnos cuando viajamos en ese tren que parece ir a toda marcha por la vida. Cada situación problemática que ha surgido ha sido evaluada por estas personas y se han enfrentado a ella de la forma que pensaban era la más adecuada. En la mayoría de los casos, los clientes ancianos que buscan la ayuda del consejero higienista escucharán con atención, leerán atentamente el material escrito, oirán las historias que otros cuentan en las reuniones de grupo y en las conferencias, pero después llegarán a sus propias conclusiones, sea cuales sean. Puede que encuentren la utilidad de lo que han aprendido o puede que piensen que no merece su confianza. Si, según su opinión y por lo que han aprendido en el pasado, encuentran que este conocimiento recién adquirido es sólido, se sentirán más dispuestos a seguir las recomendaciones del higienista; si no, se mostrarán reacios, dudarán. Con reservas emocionales, puede que adopten cualquier régimen que se establezca. Muchas veces los clientes llegarán al consejero exhaustos, tanto física como mentalmente, pero, sin embargo, tendrán reservada suficiente fuerza para resistir el cambio,
aunque sea demasiado radical. Por tanto, encontramos aconsejable avanzar con lentitud con nuestros clientes ancianos, sobre todo cuando pensemos que con el tiempo quizá necesiten un ayuno para lograr una resolución exitosa de una afección determinada, digamos una enfermedad crónica de larga duración. En tales casos, aconsejamos inmediatamente la posibilidad de un ayuno prolongado, pero de forma inmediata nos ―echamos atrás‖ ofreciendo un régimen alternativo que comience con una dieta simple y otras recomendaciones. Entonces procedemos con un programa planeado de desintoxicación que es incluso más prolongado que el detallado en la unidad sobre el cabello. No obstante, procedemos según las circunstancias nos indican que es el momento de dar un paso hacia delante. La transición hacia el ayuno de los ancianos Primer paso Un día entero a base de frutas, una vez a la semana. Cada comida debe consistir en una, dos o tres clases de frutas compatibles. A cada cliente se le da un ejemplo. Uno de ellos podría ser: Naranjas, Naranjas y fresas; Uvas; Bananas; Bananas y dátiles, etc. Esta dieta la deben seguir durante dos semanas. Segundo paso: Un día entero a frutas una vez a la semana. En ninguna de las tres comidas se servirán más de dos clases de frutas. Esto se hará durante dos semanas. Tercer paso: Dos días a la semana exclusivamente a base de frutas. Una de las comidas será de una sola clase de fruta; en las demás se permite una variedad de dos clases por comida. Cuarto paso: Un día a la semana con una sola variedad de fruta. Un día de ayuno parcial: sólo se permiten dos comidas de frutas. De esta forma, dos días a la semana se dividen en un régimen de un día con una sola variedad de fruta y otro con dos comidas de frutas. Esto se hará durante un mes. Quinto paso: Un día a la semana con una sola variedad de fruta. Un ayuno de 24 horas una vez a la semana. Esto se seguirá durante un mes. Sexto paso: Un día a la semana con una sola variedad de fruta. Un ayuno de 36 horas una semana sí y otra no. Se seguirá durante un mes. Muchas personas ancianas llegarán hasta aquí pero no más lejos. Con unos cuantos, el consejero puede encontrarlos emocionalmente preparados para seguir como sigue: Séptimo paso: Un día a la semana con una sola variedad de fruta. Un ayuno de 48 horas una semana sí y otra no.
Este paso se debe seguir durante varios meses, después de este tiempo sería apropiado sugerir al cliente que ayune un día a la semana y puede que incluso tres días al mes. Utilizando esta progresión paso a paso, el estudiante observará lo fácil que podría ser, si fuese necesario, poner al cliente ―en espera‖ hasta el momento en el que se sienta cómodo; o incluso retroceder un paso, si fuese necesario. Al utilizar este método le demuestras al cliente que estás trabajando para conseguir lo mejor para él. A muy pocas personas ancianas les gusta que les ―empujen‖ demasiado rápido hacia un territorio extraño y desconocido – y el ayuno sin duda alguna lo es –. Siempre debemos intentar trabajar con el grado de aceptación del cliente. Pocos higienistas experimentados permiten que un cliente anciano ayune en casa, por su cuenta, más de tres días, o más de ¿? días en un centro de ayuno y bajo supervisión. Las razones deberían ser obvias: Sus organismos llevan la huella de muchos años de vida incorrecta. Es imposible predecir que tormenta biológica se puede desatar en un cliente sin conocimientos e intranquilo y que puede llevarlo a un estado de pánico, lo que siempre es una situación peligrosa que incluso puede ser mortal. Las reservas de los ancianos suelen ser limitadas y es frecuente que para estas personas sea muy difícil recuperar el peso que se pierde durante el periodo de ayuno. Así que deberíamos ser extremadamente cautos y claros con las instrucciones que damos a nuestros clientes y con lo que le enseñamos sobre el ayuno. De hecho, es mejor pasarse por cautos que arriesgarnos a tener una respuesta negativa, bien emocional o física. Esto se aplica a todos los clientes, pero sobre todo a los ancianos que buscan nuestra ayuda. IX: LA EXPERIENCIA DE APRENDIZAJE Esta unidad dedicada a instruir sobre el ayuno a los clientes está pensada como una experiencia de aprendizaje para los consejeros. Su objetivo es abrir caminos de pensamiento que después se puedan traducir en métodos utilizables en la enseñanza de los recién llegados al ayuno. Como sin duda alguna nuestros estudiantes habrán observado, no hemos intentado ocultar el hecho de que, a veces y con personas gravemente enfermas, muy medicadas o neuróticas, la experiencia del ayuno puede ser muy difícil. Esto deberías saberlo. Pensamos que todo aquello que enseñamos debería estar firmemente arraigado y tener sus bases en realidades fisiológicas, biológicas y anatómicas y que cuanto más sepa el consejero sobre los misterios del ayuno y sobre las muchas experiencias o problemas posibles durante un ayuno, mejor preparado estará para enseñar a sus clientes sobre esta importante ayuda curativa. Hay varios aspectos que hay que tener en cuenta a la hora de enseñar a nuestros clientes sobre el ayuno. En orden, son los siguientes: 1) Orientación inicial. 2) Necesidades personales de cada cliente. 3) Ajustes personales que se pueden requerir cuando el cliente considere la posibilidad de recurrir al ayuno: superar el miedo superar la ansiedad y la soledad del propio ayuno hacer los ajustes económicos necesarios. Tener tranquilidad durante el ayuno: física y emocional. 4) Tener en cuenta los errores del pasado y la extensión de la decadencia física actual, puesto que puede influir en: Duración del ayuno: factores determinantes.
Intensidad, duración y posible frecuencia de las crisis de curación durante el ayuno, al igual que clases de síntomas. Ya hemos tocado cada uno de estos temas, muchos indirectamente según aparecían en algunos casos de estudio de clientes en ayuno. Estar preparado. Cuando enseñamos a los clientes sobre el ayuno es bueno estar preparados. Pensamos que nuestros estudiantes están mejor preparados en este aspecto que los estudiantes de otras disciplinas curativas. No obstante, a continuación exponemos algunos consejos básicos para que nuestros estudiantes los tengan en cuenta a la hora de trabajar con sus clientes. Prepárate. Conoce bien tu tema y ten preparados algunos puntos concretos que quieres que tus clientes aprendan en este preciso momento de su aprendizaje de los principios y prácticas higiénicos. Aprende a escuchar. Escucha cuáles son las preocupaciones específicas de tus clientes, no las que tú ―crees‖ que son. ¿Las identificas como emocionales, económicas, reales, o como caprichos? Sé claro en las explicaciones. No te vayas por las ramas o des respuestas evasivas. Sé abierto, directo, no evasivo. Si no sabes algo, dilo, pero asegúrate de encontrar la respuesta y hacérsela saber al cliente. Anima a tus clientes a que pregunten sobre el ayuno y temas relacionados. Podrían revelar miedos ocultos y ansiedades que se pueden aclarar al principio de la sesión de aprendizaje. Las preguntas también pueden ofrecer una excelente oportunidad al consejero para sugerir cierto material de lectura al cliente. De esta forma se puede detectar un interés especial sobre un tema e incrementarlo. No abarques mucho en una sesión. Decide qué aspectos específicos del ayuno deseas cubrir y después intenta no alejarte del tema. Por ejemplo, una serie de discusiones pueden muy bien enfocar los siguientes temas en el orden dado: ¿Qué es el ayuno? ¿En qué se diferencia de la inanición? Desarrollo histórico y algunas de las razones de por qué la gente ayunaba en el pasado y también en el presente. ¿Por qué debemos ayunar? ¿Qué queremos decir cuando hablamos de que la mente tiene el control? ¿Quién debe ayunar? La lista del Dr. Buchinger y nuestra propia lista de otras razones por las que ayunar puede ser un buen comienzo. Repetición de ―c‖ con algunos casos de estudio para repasar en las sesiones y que los clientes se puedan llevar a casa para volver a leerlos. ¿Dónde hay centros de ayuno adecuados? ¿Cuánto cuestan? Clases de centros, qué esperar, etc. Toda la información debe ser tan específica como sea posible. Crisis de curación durante el ayuno. ¿Qué ocurre en el organismo? (Ver lecturas complementarias) PREGUNTAS SOBRE LA UNIDAD PREGUNTA: ―Entiendo muy bien que el ayuno me ayudaría con mi problema de sinusitis. También padezco de estreñimiento y de trastornos digestivos, aunque estos dos últimos están respondiendo muy bien a la mejora de la dieta. Sin embargo, mi familia y sobre todo mi esposo están totalmente en contra de que me salte una sola comida, por no hablar de un
ayuno prolongado que dure dos o tres semanas. ¿Cómo puedo resolver un problema como este?‖ RESPUESTA: ―Una oposición familiar como la que nos describe puede ser muy difícil de solucionar por completo. De vez en cuando organizamos reuniones de grupo. Si su esposo viniera a una puede que aprendiera algo sobre el ayuno y que con el tiempo le diera su consentimiento para hacer un ayuno prolongado. Si no, entonces siga en el camino higiénico que lleva en la actualidad, asegurándose de que satisface adecuadamente todas las necesidades de su organismo. Sáltese una comida de vez en cuando, varias si puede y cuando pueda. Con el tiempo, las prácticas higiénicas que se van sumando producen grandes beneficios para la salud. Simplemente necesitará más tiempo‖. PREGUNTA: ―¿Podría el ayuno ayudar a una persona con problemas mentales?‖ RESPUESTA: ―Todo depende de la causa que subyace bajo la afección mental. Si, por ejemplo, se debe a alguna clase de malconstrucción mecánica, entonces es muy dudoso que el ayuno suponga algún beneficio. Sin embargo, si la enfermedad se ha originado debido a unas incorrectas prácticas alimentarias y de estilo de vida, que a su vez han producido un estado tóxico interno, entonces el ayuno puede fomentar la curación. Todo dependería, por supuesto, de cuánto daño cerebral irreparable haya. No obstante, en cualquier caso, es mejor probar con un ayuno antes que recurrir a otras prácticas mucho más peligrosas (cirugía, hipnotismo y similares). PREGUNTA: ―¿No es el miedo al ayuno un miedo irracional?‖ RESPUESTA: ―Podría ser, pero puede ser muy real para la persona que lo siente. De hecho, tan real que le puede impedir que comience un ayuno que necesita mucho o podría provocar un gran daño si esa persona a la que el miedo la supera nunca intenta ayunar. Esta es la razón por la que insistimos en la necesidad no sólo de familiarizar a nuestros clientes con el concepto del ayuno sino también de enseñarles bien en qué consiste antes de que siquiera comiencen un ayuno corto. Deberíamos recordar que los mejores resultados siempre se obtienen cuando un cliente tiene una fe explícita en el método del ayuno y, también, en el consejero‖. PREGUNTA: ―¿Por qué el ayuno es beneficioso en algunas afecciones pero menos en otras?‖ RESPUESTA: ―Esa es una buena pregunta y una que quizá necesite más atención en nuestros estudios. Las personas son diferentes. Todas las enfermedades, con algunas excepciones, tienen una causa común: a saber, un estado tóxico del organismo provocado por los múltiples errores en la forma de vida y alimentación; errores que cada individuo comete durante un tiempo determinado y de diferente forma e intensidad. El número de ataques sobre el organismo, la intensidad de esos ataques, la clase de morbosidad: todo esto determinará la naturaleza de la afección y la cantidad de fuerza vital que consecuentemente se haya gastado. Si el tejido nervioso se ha destruido por completo, será irreparable. Una vez que el cerebro está dañado, permanece dañado. Si los huesos están muy lesionados, entonces puede que sea imposible una completa recuperación. Al igual que las personas tienen diferentes historias y experiencias pasadas, de igual forma los resultados de un ayuno variarán. Además, la actitud del ayunador influirá, para bien o para mal, en el resultado de un ayuno. Sin embargo, debemos insistir en que, no importa cuál sea la naturaleza de la enfermedad, si la persona se embarca en un ayuno después de haberse informado bien, recibirá beneficios de muchas formas, el principal será un mayor equilibrio sistémico. Incluso en los casos terminales, los últimos días del paciente pueden ser más confortables cuando los fluidos del cuerpo se han limpiado‖.
PREGUNTA: ―Aún no sé muy bien cómo se puede saber cuándo se debe romper un ayuno. ¿Podría ayudarme a aclararlo?‖ RESPUESTA: ―La mayoría de los higienistas coincidirán en que imposible decir con antelación cuándo se debe romper un ayuno. Es importante que este punto quede claro a nuestros estudiantes. Idealmente, no se debería poner límite al principio de la experiencia del ayuno. El ayuno debería, y permítanos decir de nuevo, idealmente, continuar hasta que aparezcan ciertas señales claras. Volver a tener de nuevo la sensación de mucha hambre es probablemente la señal más importante de que ya no hay necesidad de continuar el ayuno y de que la persona debería comenzar a ingerir alimentos. Esto es una clara señal de que el sistema digestivo está preparado para recibir, procesar y absorber nutrientes y, además, de que el sistema está preparado para asimilar los nutrientes cuando llegan a su destino final: las células. Además, hay otras señales, como la desaparición de la capa mucosa que recubre la lengua, el volver a tener un pulso más normal, etc. Cada organismo en particular debería ser el único que determine el tiempo exacto para romper el ayuno, simplemente porque será el que dé estas señales fiables, señales que no se deben ignorar. Siempre que un ayuno se rompe ―antes‖ de que las claras señales de la naturaleza hayan indicado la necesidad de terminarlo deberíamos entender que hasta ahora la naturaleza ha cooperado con nosotros, que aún no se ha producido ―una limpieza completa‖ y que, después, se tendrá que realizar más trabajo remediador. Pienso que muchos de los malestares que, por ejemplo, Ethel experimentó después del ayuno y el hecho de que tuviera que realizar una serie de ayunos durante años antes de que experimentara el resurgimiento de la salud que estaba buscando se debieron, en gran medida, al hecho de que rompió su ayuno demasiado pronto, no porque no quisiera continuarlo, sino simplemente por motivos económicos‖. PREGUNTA: ―¿Cuál cree que es la función principal del consejero higienista cuando se trata del ayuno?‖ RESPUESTA: ―La pregunta se relaciona directamente con el tema de esta unidad. Nuestro papel debería y tiene que ser el de familiarizar a nuestros clientes con el ayuno; hablarle sobre los posibles beneficios que pueden conseguir gracias al ayuno; informarles sobre los posibles síntomas que pueden surgir durante la experiencia, y el POR QUÉ pueden surgir y cómo pueden ser más beneficiosos que perjudiciales, etc. En otras palabras, deberíamos ayudar a nuestros clientes a entender cómo el ayuno puede ayudarles a ELLOS a recuperarse de sea cual sea la enfermedad que tengan. RESUMEN Es obvio que los errores cometidos durante toda una vida en la forma de vivir y alimentación no se pueden rectificar completamente ni adoptando unos métodos y principios higiénicos ni recurriendo a una completa abstención de alimentos durante cierto tiempo. Sin embargo, en la mayoría de los casos se pueden obtener unos resultados muy beneficiosos gracias al ayuno, sobre todo cuando se trata de enfermedades agudas. En los trastornos crónicos, puede que haya que recurrir a varios ayunos de distinta duración antes de realizar el potencial existente para mejorar. Por desgracia para esta humanidad sufridora, la ortodoxia no acepta bien el ayuno, con el resultado de que el público en general conoce muy poco, o nada en absoluto, sobre este tema y, al equivocadamente equipararlo a la inanición, la mayoría se muestran reacios a considerarlo como una posibilidad, incluso en casos de enfermedades graves.
Sin embargo, y como ocurre con todo en esta vida, todo depende de cómo pensemos sobre las cosas. Clientes que nunca han oído hablar del ayuno como un método viable para recuperar un mejor estado de salud pueden aprender no sólo a aceptar el razonamiento del ayuno como método de limpieza sistémica, sino también como un método que pueden utilizar ellos mismos. Si queremos obtener los mejores resultados es esencial que aceptemos emocionalmente todo lo relacionado con la Higiene. Esto es especialmente cierto cuando se trata de embarcarse en un ayuno total, incluso en aquellos de una duración relativamente corta. Como han dicho muchos higienistas en el pasado, una persona nunca podrá conseguir el deseado objetivo de mejorar la salud a menos que la mente esté completamente equilibrada. Si nuestra fe en el programa se ve oscurecida por las dudas, nos quedaremos como estamos e incluso puede que retrocedamos. En consecuencia, en esta unidad hemos comentado algunos de los conceptos sobre la experiencia del ayuno que pensamos que son lo suficientemente importantes como para que nuestros estudiantes los estudien y que, de ahí, se los hagan saber a sus clientes. Además, hemos comentado algunos casos de estudio que demuestran distintos grados de reticencia por parte del cliente y también cuentan cómo cada uno pudo superar sus dudas o miedos ante el ayuno. Asimismo, hemos comentado dos casos de estudio: el primero describe qué le ocurrió a una cliente que durante muchos años había estado tomado numerosos fármacos; y en el segundo una mujer que había recurrido poco a los fármacos y que experimentó pocos síntomas nos cuenta su experiencia con el ayuno. Este último caso de estudio también demuestra claramente cómo el miedo puede surgir en un futuro ayunador cuando se encuentra en un entorno extraño antes de comenzar la experiencia del ayuno. La historia de Rachel también demuestra algunas de las ventajas de ayunar en una institución o centro: el apoyo cariñoso de otros ayunadores; la presencia de personal con experiencia para hacerse cargo de los problemas emocionales y de otra clase que pueden surgir y, por último, la confianza que uno llega a tener en el método del ayuno cuando observa los asombrosos resultados que consiguen otros ayunadores. De nuestro estudio sobre el ayuno hay una conclusión que no se puede negar: en primer lugar es mejor, mucho mejor, vivir de forma que no ―causemos‖ que el cuerpo entre en un estado anormal y enfermizo. Esto se puede lograr si seguimos una forma de vida fisiológicamente adecuada durante toda la vida. Sin embargo, cuando la enfermedad aparece, entonces, el recurrir a una total abstención de alimentos es, en la mayoría de los casos, el mejor método para eliminar la CAUSA. Una vez que se ha eliminado la causa, entonces el proceso de curación diseñado por la naturaleza comienza, y continua mientras la causa no vuelva a aparecer. El razonamiento para este último punto radica en el hecho de que la sangre limpia que surge como consecuencia de un ayuno de duración suficiente fluye a cada parte del cuerpo, a cada célula y, como es bien sabido, cada parte y célula del cuerpo depende por completo de la calidad de la sangre, de los nutrientes que contiene, tanto para su mantenimiento como para su funcionalidad. Si la sangre está insana y mórbida, igual estado tendrá el organismo. Pero si le damos una sangre purificada por la abstención de alimentos, todas las partes se activarán para reconstruir y reparar según la fuerza vital que tenga para hacer el trabajo. Aprender sobre el ayuno y entender por completo su razonamiento es esencial para lograr los saludables resultados deseados.
Y concluyamos esta unidad recordando a nuestros estudiantes que conforme aumenta el conocimiento de un cliente sobre todos los aspectos de la Higiene Natural, así se mantendrá y alimentará su confianza en su mentor, el consejero. TEXTOS COMPLEMENTARIOS LAS “CENIZAS CELULARES” COMO CAUSAS DE ENFERMEDAD (Del libro ―Health Secrets of a Naturopathic Doctor‖ [Secretos de un médico naturópata], de M.O. Garten). La terminología europea de ―cenizas celulares‖ como causa de enfermedad describe muy bien el asunto. Por regla general, todo el mundo está de acuerdo en que las prácticas alimentarias de la civilización hacen que todos tendamos a comer en exceso. Se dice que hasta los veinte años, una persona puede comer tanto como pueda; hasta los cuarenta tanto como quiera y después tan poco como sea posible. Hipócrates dijo que ―si se alimenta a una persona enferma, alimentamos la enfermedad. Por otra parte, si al enfermo no se le dan alimentos, la enfermedad se va. ¡Qué razón tiene, como ya hemos podido observar en miles de casos! El proceso patológico comienza gradualmente, pero de forma insidiosa. En el metabolismo encontramos dos etapas: una de construcción, la otra de destrucción. Esta última es la culpable. Los alimentos no son completamente fragmentados y eliminados como hemos dicho antes. Los remanentes de ácido úrico y carbónico puede cristalizarse y obstruir el metabolismo. El colesterol puede formar coágulos en los revestimientos de los vasos y capilares y, en algunos casos, provoca inanición en mitad de la abundancia. El carbonato cálcico se puede diluir en las articulaciones, músculos y vasos sanguíneos provocando artritis, reumatismo o endurecimiento de los vasos. El experimento de la “toalla y el agua con sal” Para demostrarlo mejor, cojamos una toalla pequeña. Metamos el tejido en una solución de agua salada. Tras dejar que la toalla se seque descubriremos un cambio drástico en el aspecto y textura del material. La toalla ya no está suave ni flexible: está rígida como una tabla y su tacto es seco y árido. Durante la inmersión, el agua salada empapó el tejido en estado líquido pero durante el proceso de secado se transformó en cristales. Si la observamos más detenidamente, veremos los cristales, debajo y alrededor de cada fibra. Esto es lo que ocurre con lo que los europeos llaman ―dilución de desechos,‖ que favorecen la aparición de desoladoras enfermedades. Alteraciones secundarias que se producen Es axiomático que cambios ―secundarios‖ suelen producirse como resultado de la estrangulación celular. Los tejidos, órganos y glándulas enferman y degeneran. La necrosis (destrucción de tejido) se observa con frecuencia en las autopsias. Esto, incidentalmente, puede explicar el desagradable olor que despiden los individuos con afecciones crónicas durante el ayuno. Las alteraciones putrefactivas también se pueden notar, lo que explica el olor corporal. ―Todo el problema original de las enfermedades gravita sobre el bloqueo de síntomas. Elimina la obstrucción y los canales y fibras de la vida vibrarán con una actividad renovada y buena salud.‖ El organismo vivo debe conservar su mecanismo de oxidación para evitar morir. Durante el ayuno, el alimento debe proceder del interior. En este momento, la economía orgánica realiza
los cambios químicos con tanta perfección que ningún proceso de laboratorio puede imitarla. De hecho, el ácido úrico se puede transformar en proteínas, de donde proviene. El colesterol es reconvertido en grasa; el ácido carbónico se transforma en fécula o azúcar. Es esta gran transformación u operación sin bisturí la que se lleva a cabo con la máxima precisión. El proceso de autolisis Comienza el proceso de autolisis (autoconsumo). Todos los componentes del tejido – no esencial – se oxidan o queman para mantener la vida. Esta es la increíble manifestación de que la máxima inteligencia ha tomado el mando. En la entrada de los órganos digestivos se pueden observar muchas alteraciones. La que más se nota es la lengua saburrosa y el desagradable olor bucal. Estas molestas emanaciones no provienen de la flema que acaba de aparecer, sino principalmente de los pulmones. Aquí nos encontramos con la química orgánica, en un noble esfuerzo por eliminar las diluciones endurecidas que la grasa ha licuado. Esta limpieza es llevada a cabo principalmente por la corriente sanguínea y linfática, utilizando los riñones, intestinos y piel como salida para los productos de desecho que se han disuelto. El desagradable olor también podría proceder de órganos parcialmente degenerados que se están diluyendo. Por último, pero no por eso menos importante, el olor se suele originar también en colon, la gran ―alcantarilla‖ del organismo. Una lenta acción intestinal y el material fecal alojado en el intestino podrían contribuir a la producción de gases nocivos que, a su vez, llegan a los pulmones, a través de la osmosis, para ser eliminados por la respiración. Durante el ayuno, es aconsejable permanecer alejados de las demás tanto como sea posible. El sarro que recubre la lengua se debería quitar utilizando un cepillo duro dos veces al día. Durante un ayuno completo, en el que sólo se consume agua, la producción de ácido clorhídrico se reduce mucho. Esta es una de las grandes ventajas sobre las dietas a base de zumos en las que la acidez del estómago no siempre se reduce. En consecuencia, la sensación de hambre se puede prolongar, lo que hace que la dieta de zumos sea más difícil de llevar. Los primeros dos o tres días del ayuno son los más difíciles. Después, la sensación de hambre suele desaparecer y la persona tiene la sensación de ―flotar‖ y, aunque parezca raro, no siente ninguna sensación desagradable en la región abdominal. Buchinger llegó a esta fase tras sólo cuatro días de ayuno, cuando declaró que ―todo estaba en calma en el frente occidental‖. Disminuye el ruido de tripas producido por la fermentación. Todos los órganos agradecen mucho este nuevo y merecido descanso. Un importante cambio que se produce en el estómago durante el ayuno es la reducción del tamaño, el encogimiento. Se supone que un estómago sano y normal de una persona adulta tiene el tamaño aproximado de dos puños y una cabida de algo más de 0,47 litros. Eso no ocurre en nuestra ―civilización‖, como bien pueden testificar los cirujanos y forenses. Yo he visto estómagos de cadáveres que medían varias veces el tamaño normal. Estos estómagos tan distendidos tienen unas paredes excesivamente delgadas, lo que provoca un funcionamiento defectuoso. Durante un ayuno prolongado, el proceso de encogimiento avanza hasta cuando se llega al tamaño normal, cuando se detiene. Aquí podemos encontrar grandes reacciones ante la retirada repentina de alimentos. Las secreciones biliares siguen acumulándose en esta reserva, en algunos casos a un ritmo acelerado. A veces, la solución puede regurgitar en el estómago, dando lugar a apariciones temporales de náuseas o vómitos. El páncreas
Durante el ayuno, el páncreas disminuye de tamaño. La integridad funcional de la parte digestiva de la glándula se activa en gran medida. A veces, la parte endocrina (las islas de Langerhans) se reactiva tanto como para reducir las implicaciones de la diabetes. La producción de hormonas o fermentos digestivos se ralentiza de alguna forma tras el ayuno. Pueden hacer falta varios días para producir una secreción normal, lo que explica la importancia de romper el ayuno de forma adecuada. El intestino delgado y el intestino grueso El intestino delgado encoge tanto de extensión como de diámetro. El colón, además de encogerse, sufre una decidida reorganización. Casi un 75%, o tres cuartos, de la cantidad de heces está formada por bacterias, muertas o vivas. Es interesante saber que el colon puede llegar a estar completamente esterilizado en un ayuno de diez días. Aún más importante es el problema de las heces alojadas en el intestino. Un cirujano británico dijo una vez que la media de las personas lleva dentro de sí desechos intestinales endurecidos que pueden pesar entre varios gramos hasta 20 kilos. He llegado a ver un colon que estaba prácticamente rígido debido a las heces acumuladas. Sólo una pequeña apertura en el centro permitió que pasara parte del contenido intestinal. Durante el ayuno, las heces endurecidas pegadas a las paredes del colon se sueltan, por lo que pasan una gran cantidad de heces. Esta es una de las experiencias que más asombran al ayunador, tener tantos movimientos intestinales cuando no ha ingerido ningún alimento. Corazón y vasos sanguíneos Durante el ayuno, el corazón vuelve adquirir una forma normal; los vasos se liberan de las diluciones coaguladas (colesterol). El tamaño de un corazón ―civilizado‖ bien alimentado suele ser mayor de lo normal. Esto se corrige con el ayuno. Los vasos y capilares del corazón (coronarios) reciben una limpieza exhaustiva, por lo que recuperan una normal circulación de fluidos. También es posible que durante el ayuno se absorban formaciones de tejido dañado en casos de afecciones cardiacas reumáticas. ¿De qué otra forma se podría explicar las sorprendentes mejoras conseguidas por el ayuno en estos casos? Con respecto a la presión arterial anormal, es sorprendente con qué rapidez y eficacia el ayuno viene a su rescate. Los índices de hipertensión bajan día a día –principalmente debido a la absorción de colesterol–. En el caso de hipotensión, la explicación es más difícil. Sin duda, las glándulas adrenales están implicadas: el ayuno las ayuda a conseguir una integridad funcional. Al principio del ayuno, el pulso se suele acelerar y, después, disminuye hasta alcanzar una frecuencia más baja de lo normal mientras dura el ayuno. La frecuencia cardiaca varía entre 40 a 120 por minuto, lo que de vez en cuando hace que sea irregular. Si la frecuencia cardiaca permaneciera irregular durante un periodo excesivamente largo, o si es extremadamente baja o alta, el ayuno debe interrumpirse. Aunque la cantidad de volumen sanguíneo se reduce en proporción a la pérdida de peso corporal, la calidad de la sangre mejora en gran medida durante el ayuno. Es asombroso observar el aumento gradual de glóbulos rojos. El Dr. Weger y el Dr. Tilden han informado de casos de anemia perniciosa donde los glóbulos rojos se duplicaron en un periodo comprendido entre una semana y doce días. Durante estas observaciones, también se redujeron hasta más del doble la anormalmente alta cantidad de glóbulos blancos. La primera razón de la anemia, por tanto, no es una deficiencia nutricional, sino la obstrucción celular en órganos y glándulas, lo que les impide utilizar el alimento. El mecanismo de elaboración de sangre en la médula, hígado, bazo, etc., alcanza un mayor grado de
perfección gracias a la acción de limpieza del ayuno. Esto no significa que la nutrición no tenga ninguna consecuencia sobre el relativo estado de la sangre. Sin embargo, esto siempre es secundario: una química orgánica inadecuada es la primera razón. Por esto, muchas de las mejores instituciones de salud en Europa comienzan la reforma dietética con una abstención temporal de alimentos. Los pulmones La absorción gradual de moco que hay en los miles de diminutos capilares pulmonares convierte una respiración profunda y sin esfuerzo en una de las experiencias más agradables para el ayunador. La voz se vuelve más clara y resonante. El ayuno ofrece una excelente oportunidad para practicar la respiración profunda. En uno de esos experimentos, se comprobó que el volumen de aire que se toma durante una inspiración se duplica. A propósito, al limpiar la piel con un cepillo seco se consigue una gran mejora en el mecanismo general de oxidación del cuerpo. La piel La piel, al igual que los dientes, son las partes que demuestran el verdadero estado corporal. Con la disminución de la eficacia metabólica, la piel palidece y después se seca apareciendo las arrugas. Las secreciones sudoríparas disminuyen, lo que hace más difícil mantener el calor. Durante el ayuno, la piel reanuda con más eficacia su papel de limpiador corporal. La transpiración puede ser odorífera al transportar partículas disueltas de ácido úrico, células descompuestas, etc. Uno de los efectos más gratificador del ayuno es el cambio visible del aspecto de la piel. La piel que antes tenía el aspecto de un papel de fumar, sobre todo en las extremidades, ahora se transforma y adquiriere una textura más aterciopelada, pierde su brillo, muchas arrugas y se vuelve más gruesa. Los riñones y la vejiga Al ser el gran mecanismo de filtración del organismo, los riñones participan activamente en este nuevo esfuerzo de reorientación orgánica. Al principio del ayuno, la orina es de un color oscuro, muy ácida y con una alta gravedad específica. El ácido úrico, los fosfatos y pigmentos de la bilis disueltos componen los ingredientes responsables de la relativa ―espesura‖ de la orina. El olor puede ser muy molesto. Conforme progresa el ayuno, la orina se va aclarando y es menos odorífera. Esta mejora de las características urinarias está en proporción directa con la cantidad de desecho celular que se haya ―disuelto‖ fuera de las estructuras orgánicas. Debemos recordar que después del colon, los riñones transportan la mayor carga de desechos metabólicos para expulsarlos del organismo. Para apreciar mejor los beneficios que gracias al ayuno obtiene el sistema urinario, deberíamos seguir un caso típico. Un paciente llegó a la consulta quejándose de una constante sensación de quemazón en la zona de la vejiga. El paciente se sometió a un ayuno de doce días, tras los cuales desapareció toda sensación de quemazón y el hombre dormía la noche de un tirón. El Dr. Buchinger realizó un estudio exhaustivo sobre este fenómeno riñón-vejiga y habla ampliamente de los anticuerpos específicos que el organismo produce durante el ayuno. Según esto, el organismo en ayuno, con su concentración de tejidos desgastados o enfermos, fabrica ciertas sustancias ―medicinales‖ a partir de los órganos enfermos y las utiliza en la curación o reparación de esos mismos órganos. Este mecanismo de protección explica en parte la aparentemente imposible corrección de procesos patológicos de larga duración. Otros
investigadores han corroborado las afirmaciones de Buchinger y afirman que la orina del ayunador es prácticamente una ―poción‖ curativa. Por casualidad, el primer paciente del Dr. Buchinger, una médico, expulsó un puñado de cálculos renales tras un ayuno de once días.
Traducción hecha por Victoria Machuca Tortosa, Tel. 629 577386; C.e:
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CASAS DE REPOSO- ESCUELAS DE SALUD (Curas de descanso y desintoxicación) Es más costoso abandonar viejos hábitos destructivos en un ambiente adverso que en otro favorable. Si quieres adquirir habitos saludables, te será más fácil si te haces acompañar de otras personas que tienen los mismos propósitos. Ya sabes "la unión hace la fuerza". La "Casa de Reposo", es un lugar de encuentro de gente que quiere tratarse mejor y favorecer una limpieza a fondo. A la vez de aprender con la práctica a curarse sin medicamentos y a vivir mejor, lo que puede incluir muchas cosas (comunicación, crianza, autoconstrucción, producción de alimentos sanos, etc). Una temporada en una casa de reposo, puede suponer muchas más cosas: desconectar de tus preocupaciones cotidianas, conectar con la naturaleza, parar las prisas, cambiar el rumbo de tu vida, nuevos planes, nuevos amigos, hacer cosas que no has hecho hace tiempo (reir, cantar, bailar, abrazarte,...) o que no has hecho nunca (teatro, masaje,...) La idea de la "Casa de Reposo" tiene su origen en la tradición higienista, aunque posteriormente ha sido enriquecida con otras metodología compatibles. El equipo de trabajo comparte sus conocimientos e intentan asegurar un ambiente favorable. Puede que haya algun profesional de la salud, pero no intenta jugar el papel de autoridad-infalible-que-lo-sabe-todo. Intenta enseñar lo que sabe de forma amistosa. Ya lo dijo el sabio Aristóteles: "¿Cómo puedo enseñar si no es a un amigo?" La casa de reposo, no es un capricho. Es algo útil y necesario que tenemos que conseguir que se incluya dentro de la Sanidad Pública y en las ayudas a los pueblos empobrecidos. *Sumendi-Etxea. Asoc.Sumendi. Apdo.5.098 de 48080-Bilbao C/ Zumarraga, 3; 48006 –Bilbao; Telefax: 944-155031 (de 5 a 7h) .C/e:
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