Instituto de Estudios Superiores en Derecho Penal
Maestría en Derecho Procesal Penal
Antología Uno:
Hábitos y Técnicas de Estudio para Posgrado en Derecho
ÍNDICE FOLIO
PRESENTACIÓN INTRODUCCIÓN OBJETIVO GENERAL DEL CURSO
UNIDAD I: El Proceso de Enseñanza–Aprendizaje. Hábitos y Técnicas OBJETIVO PARTICULAR DE LA PRIMERA UNIDAD DEL CURSO
1.1 - Elementos y funcionamiento del proceso de enseñanza-aprendizaje. 1.2 - Hábitos y técnicas de aprendizaje. 1.3 - La motivación y participación activa del alumno en el proceso de enseñanza-aprendizaje. FUENTES BIBLIOGRÁFICAS-DOCUMENTOS: ACTIVIDADES DE ENSEÑANZA- APRENDIZAJE: Tiempo estimado 7 Horas
UNIDAD II: La Administración del Tiempo y el Lugar de estudio OBJETIVO PARTICULAR DE LA SEGUNDA UNIDAD DEL CURSO
2.1 - La Planificación de acciones para el estudio 2.2 - El descanso 2.3 - Los estímulos y los incentivos 2.4 - El horario de estudio 2
2.2 - ¿Cuál es el mejor lugar para estudiar? FUENTES BIBLIOGRÁFICAS-DOCUMENTOS: ACTIVIDADES DE ENSEÑANZA- APRENDIZAJE: A) ACTIVIDADES DE ENSEÑANZA: B) ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE: Tiempo estimado 4 Horas
UNIDAD III: Los Apuntes y Notas de Clase OBJETIVO PARTICULAR DE LA TERCERA UNIDAD DEL CURSO
3.1 3.2 3.3 3.4 -
Las notas o apuntes de clase o conferencia. Qué son, por qué y para qué. Qué se debe anotar y cómo. Los defectos a evitar en la toma de notas o apuntes. Las notas o apuntes propios o ajenos. Ventajas y desventajas.
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS-DOCUMENTOS: ACTIVIDADES DE ENSEÑANZA- APRENDIZAJE: A) ACTIVIDADES DE ENSEÑANZA:B) ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE: Tiempo estimado 4 Horas
UNIDAD IV: El Resumen y la Síntesis. Los Esquemas Sinópticos. OBJETIVO PARTICULAR DE LA CUARTA UNIDAD DEL CURSO
4.1 - El resumen y la síntesis. Qué son, por qué y para qué. 4.2.1 - Qué se debe resumir y sintetizar. 4.2.2 - Cómo se debe resumir y sintetizar. 4.2.3 - Los defectos a evitar en la elaboración de resúmenes y síntesis.
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4.2 - Los esquemas o cuadros sinópticos. 4.1.1 - El uso de los esquemas en el estudio. Cómo se debe esquematizar. 4.1.2 - Qué significa esquematizar, por qué y para qué.
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS-DOCUMENTOS: ACTIVIDADES DE ENSEÑANZA- APRENDIZAJE: A) ACTIVIDADES DE ENSEÑANZA. B) ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE: Tiempo estimado 9 Horas
UNIDAD V: La Lectura y el subrayado. OBJETIVO PARTICULAR DE LA QUINTA UNIDAD DEL CURSO
5.1 - La lectura en el estudio. Análisis y reflexión, fases de la lectura. 5.1.1 - El libro como herramienta para el estudio. 5.1.2 - Elementos externos e internos del libro 5.1.3 - Tipos de lectura 5.1.4 - La velocidad de Lectura 5.2 - El subrayado. Qué es, por qué y para qué 5.2.1- Qué se puede y debe subrayar 5.2.2 - Cómo se debe subrayar 5.4.3 – Los defectos a evitar en el subrayado FUENTES BIBLIOGRÁFICAS-DOCUMENTOS ACTIVIDADES DE ENSEÑANZA- APRENDIZAJE: A) ACTIVIDADES DE ENSEÑANZA: B) ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE: Tiempo estimado 10 Horas
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UNIDAD VI: Preparación de Clases y Exámenes. OBJETIVO PARTICULAR DE LA SEXTA UNIDAD DEL CURSO
6.1 - Reglas para estudiar una lección. 6.2 - Qué es la evaluación y qué es el examen. FUENTES BIBLIOGRÁFICAS-DOCUMENTOS: ACTIVIDADES DE ENSEÑANZA- APRENDIZAJE: A) ACTIVIDADES DE ENSEÑANZA: B) ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE: Tiempo estimado: 6 horas.
BIBLIOGRAFÍA SUGERENCIAS DIDÁCTICAS Y DE EVALUACIÓN
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PRESENTACIÓN El Instituto de Estudios Superiores en Derecho Penal como parte de su responsabilidad de fortalecer la adquisición de conocimientos, habilidades, destrezas, aptitudes y actitudes que permitan a los educandos el aprendizaje significativo de la ciencia y quehacer jurídicos, diseñó la Maestría en Derecho Procesal Penal modalidad mixta, dirigida a Licenciados en Derecho interesados en obtener una formación integral a fin de participar en el análisis, adaptación e incorporación de los avances del Derecho Procesal Penal a su práctica profesional. Consciente de la importancia y la necesidad de la vinculación de los procesos educativos con los intereses sociales, el Instituto cifra sus actividades académicas y la consolidación de un pensamiento jurídico de excelencia en sus alumnos maestrandos, sobre la base de una adecuada construcción de procesos cognitivos y praxis adecuada que se ven reflejados en programas de estudio, los cuales se han diseñado con el propósito de asegurar una sólida formación profesional de posgrado en los egresados, en estrecha relación con los más elevados ideales democráticos. La Maestría en Derecho Procesal Penal modalidad mixta consta de veintidós asignaturas desarrolladas tanto a través de sesiones presenciales como de procesos realizados mediante el apoyo de material de estudio y antologías que precisan y dan sustentación a los contenidos programáticos y contribuyen al logro exitoso de los objetivos educativos, a través de la presentación de elementos documentales y bibliográficos específicamente diseñados o seleccionados, actividades didáctico-pedagógicas para la optima realización de procesos educativos basados en el aprendizaje, coevaluaciones y autoevaluaciones. Además de los recursos para la comunicación e interacción facilitador-educando que representan el internet y los espacios virtuales. Lo anterior, se ciñe al desarrollo de un modelo académico teórico-práctico, orientado por valores 6
éticos, como la justicia y la equidad, permanentemente enfocados al beneficio de nuestra comunidad y de todos sus integrantes. INTRODUCCIÓN El Instituto de Estudios Superiores en Derecho Penal, en esta primera antología ofrece al alumno maestrando las herramientas cognoscitivas necesarias para iniciarse eficazmente en el proceso de enseñanza-aprendizaje que le requerirá la modalidad mixta de la Maestría en Derecho Procesal Penal, esencialmente a través de la optimización de los hábitos y técnicas de estudio que ya tenga adquiridos y la formación de nuevos, como presupuesto básico para construir significativamente nuevos conocimientos socialmente útiles. El contenido de esta antología atiende al plan y programas de estudios autorizados por la Secretaría de Educación Pública. En la formulación de esta antología, después de una revisión del acervo bibliográfico existente sobre la materia del módulo de referencia, en que se tomaron en cuenta los principales textos de mayor actualidad, divulgación y prestigio, se seleccionaron los elementos bibliográficos y documentales más representativos para el tratamiento de los puntos medulares de temas y subtemas, optándose por aquellos pasajes bibliográficos de mayor objetividad, claridad, profundidad, coherencia y solidez. Es pertinente mencionar que la asignatura a que se refiere la antología de mérito, dentro de la currícula del plan de estudios, se ubica en el primer semestre de la Maestría en Derecho Procesal Penal, por lo que su estudio tiene un esencial carácter instrumental, habida cuenta de que se orienta a proporcionar las herramientas intelectuales básicas indispensables para el logro de procesos educativos basados en el aprendizaje y promover en los participantes la deconstrucciòn y reconstrucción activa de conocimientos que habrán de transferir posteriormente a otros contextos. En virtud de lo anterior, la primera unidad de esta antología trata precisamente del proceso de 7
enseñanza-aprendizaje y su relación con los hábitos y técnicas de estudio del educando, su motivación e intervención de sus características personales y sus objetivos. Le permite, igualmente, llevar a cabo un diagnóstico y evaluación de sus hábitos de estudio, el empleo de la memoria y otros aspectos tópicos afines imprescindibles para la superación personal y consolidación intelectual en torno al estudio del derecho. La segunda unidad examina los diversos factores concernientes a la administración del tiempo y de las circunstancias de lugar o entorno situacional, que han de ser atingentemente propicias a un óptimo proceso de enseñanza-aprendizaje, como puntualmente se explica en el cuerpo de la antología. Las unidades tercera a quinta, proporcionan las bases para que los maestrandos aprendan la técnica sobre la toma de notas y apuntes de clase, además de la incorporación de habilidades para la realización de lecturas eficaces, esquemas, resúmenes y síntesis, al igual que recursos necesarios para eficientar la lectura y destacar los aspectos particularmente relevantes de los textos. Finalmente, en la unidad sexta se explican las reglas pertinentes para que el alumno lleve a cabo plausibles participaciones en clase y aprenda a preparar exámenes con una mayor facilidad y óptimas probabilidades de éxito, así como a optimizar los resultados de sus evaluaciones; de ahí la importancia y utilidad práctica de la presente antología.
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OBJETIVO GENERAL DEL CURSO:
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OBJETIVO GENERAL:
Al concluir participante:
esta
asignatura,
el
Identificará y aplicará con las técnicas de estudio necesarias en el proceso educativo del cual es parte activa esencial, a partir del reconocimiento, fortalecimiento o modificación de sus propios hábitos a fin de emplearlos para la obtención de los mejores resultados tanto de su actividad académica de aprendizaje, como en su vida profesional. 10
Documentos de la unidad 1 ______________________________________________ UNIDAD I: EL PROCESO DE ENSEÑANZA – APRENDIZAJE. HÁBITOS Y TÉCNICAS
OBJETIVO PARTICULAR:
Al concluir esta primera unidad del curso, el participante: Determinara cómo se produce eficazmente el proceso de enseñanza-aprendizaje desde la perspectiva del constructivismo y la relevancia de la motivación y participación activa del alumno, evaluando su propia situación para estar en posibilidades de aplicar en su aprendizaje los conocimientos adquiridos en esta unidad.
CONTENIDO TEMÁTICO: 1.1 - Elementos y funcionamiento del proceso de enseñanza-aprendizaje. 1.2 - La motivación y participación activa del alumno en el proceso de enseñanza-aprendizaje. 11
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS DE LOS DOCUMENTOS QUE CONFORMAN LA UNIDAD UNO:
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Documentos: Fichas: 1.A
A estudiar se aprende, por García-Huidobro G., Cecilia, María Cristina Gutiérrez G. y Eliana Condemarín G., 4ª. ed., Chile, ediciones Universidad Católica de Chile. 2000, págs. 15 a 60.
1.B
Introducción a la metodología del estudio, por Coll Vinent, Roberto, Barcelona, editorial Mitre, 1984, págs.: 10 a 19; 25 a 46, 48 a 49; y 55 a 60.
1.C 1.D
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Hábitos y técnicas de estudio (Aprender es cosa fácil), por Pansza, Margarita, 5ª. ed., México, ediciones Gernika, 2003, págs. 111 a 117. Cómo estudiar, por Staton, Thomas F., 10a. reimpresión, México, editorial Trillas, 2004, págs. 27 a 41; 55 y 56.
Documento
Ficha
A estudiar se aprende. Por García-
1.A.-
Huidobro G., Cecilia, María Cristina Gutiérrez G. y Eliana Condemarín G., 4ª. Edición, Ediciones Universidad Católica de Chile, Chile, 2000. Págs.15 a 60.
Introducción
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Sin caer en una simplificación de la realidad, se puede asegurar que todos los profesores desean que sus clases sean entretenidas, interesantes y actualizadas y que favorezcan el progreso y desarrollo de sus alumnos. En muchas ocasiones, y a pesar de los esfuerzos, los resultados en cuanto a los aprendizajes no son los esperados. Lo que más frecuentemente se piensa es que los alumnos no aprenden porque no estudian lo suficiente para aprobar la asignatura. Esto es cierto en un porcentaje de alumnos, pero existe otro porcentaje que estudia bastante, sin embargo, los resultados no son los esperados. En estos casos los niños no saben cómo estudiar para lograr una buena relación esfuerzorendimiento. Estudiar no es sinónimo de aprender. No basta asistir a clases, estar matriculado en un establecimiento educativo, estar frente al profesor dentro de la sala y observar un libro o un pizarrón lleno de datos. Todo eso no asegura el haber aprendido las lecciones. Tampoco el estar muchas horas frente a un texto lo garantiza. Aprender es un proceso complejo de pensamiento y comportamiento en el que la persona está involucrada y requiere de la participación de múltiples factores para realizarlo con éxito. En este libro se ha tomado como modelo el concepto de Gagné, para quien el aprendizaje es un proceso y un producto. Como producto es el cambio o modificación de la conducta que apreciamos en el alumno, es concreto, definitivo y relativamente fácil de identificar, por ejemplo: puntaje de los test; y como proceso hace referencia a las operaciones e interacciones que el alumno realiza y lo conducen al resultado de su aprendizaje, es la experiencia por la cual él pasa mientras aprende. Este libro propone que el profesor active cognitivamente a los alumnos de modo que adquieran habilidades de pensamiento que le ayuden en su desempeño académico y personal. Se desea que el profesor tenga un instrumento práctico para demostrar cómo se aprende y una metodología para enseñar a estudiar en forma sistemática. Se muestra una parte teórica y una parte práctica bajo el título de estrategias metodológicas para cada una de las áreas que consideramos importante ejercitar, ellas se exponen a modo de ejemplos-modelos para que el profesor las amplíe con su experiencia y conocimientos. La metodología de estudio propuesta está basada en los factores que contribuyen a aprender con éxito y cuya aplicación facilita al estudiante la obtención de mejores resultados en su rendimiento escolar. Proponemos un programa para aprender a estudiar sesión por sesión intentando que sea un aporte como fruto que recoge las experiencias vividas a través de años de dedicación profesional a la pedagogía. Va dirigido a profesores y padres y orienta para dictar cursos de técnicas para una asignatura "Metodología de estudio". Es necesario que el profesor aporte argumentos al alumno que lo motiven a adoptar las técnicas que le faciliten entender, tanto los contenidos como el sentido del estudio. Este logro aportará un aprendizaje eficiente en todo aquello que es y será su capital en la vida.
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En definitiva, se quiere mostrar un procedimiento para enseñar a aprender en forma organizada, con una orientación humanista que propenda al crecimiento del educando en la integridad de sus capacidades, de su mente, de su creatividad, de su afectividad y voluntad. Creemos necesario que el profesor dé a conocer a los alumnos: • ¿qué es el aprendizaje? • ¿cómo se aprende? • ¿cuáles son los factores que favorecen el aprendizaje? • ¿qué son los hábitos de estudio? • ¿qué son las técnicas de estudio? • ¿qué significa estrategia? • ¿qué es el estudio? • ¿cuáles son las estrategias básicas para un estudio eficaz? • Finalmente se muestra una aplicación práctica de una metodología para enseñar a estudiar, sesión por sesión, que realizada en forma adecuada permitirá al estudiante ser autónomo en este quehacer. Con fines didácticos enunciamos las definiciones con que se trabajará: ¿Qué es el aprendizaje? Aprendizaje es un cambio en la capacidad, disposición o conducta de un ser humano que persiste pese al tiempo transcurrido y que no puede ser explicado sencillamente por procesos de crecimiento o maduración (Gagné). ¿Cómo aprendemos? Al parecer hay muchas formas diferentes... por imitación, por repetición, por ensayo y error, por interés, por la actitud positiva, por una buena concentración y organización, aún se está investigando, lo que sí está demostrado es que aprendemos mejor aquello que tiene significado para nosotros, lo que modifica la experiencia anterior, lo que nos es útil y lo que tiene relación con lo que sabíamos antes. ¿Cuáles son los factores que favorecen el aprendizaje? Son los factores cognitivos, afectivo-sociales y ambientales que intervienen en el proceso y determinan el éxito en el aprendizaje, los cuales serán tratados extensamente en el capítulo pertinente (Capítulo 2). ¿Qué son los hábitos de estudio? Hábito es la repetición de una misma acción, es una actitud permanente que se desarrolla mediante el ejercicio y la voluntad y que tiende a hacernos actuar de una manera rápida, fácil y agradable. Hábito de estudio es la repetición del acto de estudiar realizado bajo condiciones ambientales de espacio, tiempo y características iguales.
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El tema de los hábitos y técnicas de estudio lleva muchos años de discusión y sin embargo no es un tema resuelto, lo que sí está claro es que el "hábito de estudio" es el primer paso para activar y desarrollar la capacidad de aprender de los alumnos. He ahí la importancia de que el profesor los promueva. ¿Qué son las técnicas de estudio? Técnica es un conjunto de estrategias que permiten hacer un trabajo de la manera más rápida y eficaz. Todos hemos escuchado decir que aquel jugador de fútbol tiene una buena "técnica", por lo cual es muy bueno con la pelota. También se puede ser bueno para el estudio porque se tiene una buena técnica. ¿Qué son las estrategias? Estrategias son formas de abordar los problemas que van surgiendo con un plan preestablecido. Todos tenemos "estrategias" para "funcionar" en nuestra vida diaria, por ejemplo, los alumnos saben cómo hacer para que los profesores accedan a postergar una prueba o para que los padres den permiso para algo... esto significa haber aprendido cuál es el momento oportuno, qué decir, qué deben dar y cómo decir las cosas en forma adecuada. Estas son estrategias. ¿Qué es el estudio? El estudio es una actividad personal consciente y voluntaria para analizar, comprender y profundizar conocimientos y experiencias, poniendo en funcionamiento todas las capacidades intelectuales del individuo. ¿Qué es estudiar? Estudiar es la acción para adquirir conocimientos, informaciones y habilidades, con el fin de aplicar lo aprendido. ¿Cuáles son las destrezas básicas para un estudio eficaz? Se consideran como destrezas básicas, ser capaz de: leer y comprender- analizar el texto e identificar las señales que contiene - hacer preguntas clave - subrayar - hacer resúmenes - hacer esquemas - tomar apuntes - usar el diccionario preparar pruebas - repasar - tomar decisiones - autocontrol. Todos estos aspectos serán analizados en el Capítulo 3. ¿Qué es un método de estudio? Método es la organización mental y física para lograr un fin determinado en forma eficiente. Método de estudio es una organización secuenciada para lograr aprender y retener lo estudiado. En el presente texto se presenta un método de estudio con cinco pasos a seguir: Preleer, Leer, Hablar, Escribir y Repetir y se desarrolla la metodología sesión por sesión. Las Autoras. -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------2. Factores que intervienen en el aprendizaje escolar 2. l. Factores cognitivos
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Son pocas las manifestaciones innatas que traemos como base de nuestro despertar en la vida. Casi todo se aprende gracias a las capacidades y habilidades que contienen la carga genética, la configuración neurofisiológica de cada uno y las experiencias que aporta el medio. Es sabido que durante la etapa escolar se entregan contenidos, materias, asignaturas interesantes pero no se entrega la forma de aprenderlas. Los mecanismos por los cuales se adquiere un nuevo conocimiento y la metodología que facilita ese aprendizaje poseen una base científica que conviene dar a conocer a los alumnos con el fin de hacer más fácil el proceso. El aprendizaje se da de acuerdo con determinados procesos y procedimientos tales como las operaciones del pensamiento, el funcionamiento de los hemisferios cerebrales, la capacidad de concentración y memoria y las técnicas y estrategias adecuadas. También influyen la actitud, la motivación, la voluntad, las relaciones personales y la organización. 2. 1.a Operaciones del pensamiento Son procesos cognitivos bien definidos y complejos como: percibir, observar, interpretar, analizar, asociar, comparar, expresar en forma verbal (oral o escrita), retener, sintetizar, deducir, generalizar, evaluar, entre otros. Para enseñar a estudiar es necesario enseñar a pensar y para enseñar a pensar es importante tomar en cuenta estas operaciones. PARA APRENDER SE NECESITA 1. OPERACIONES DEL PENSAMIENTO (factores cognitivos) Percibir Observar Interpretar Analizar Asociar Clasificar Expresar Retener Sintetizar Deducir Generalizar Evaluar 2. MOTIVACIÓN Interés
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Saber para qué se estudia Refuerzos (premios) Saber lo que se tiene que hacer 3. ACTITUD Positiva Mente alerta Mente activa Relacionar las experiencias Preguntar 4. CONCENTRACIÓN 100% ATENCIÓN Recibir información (ojo-oído-mente) Retener información Asociar-relacionar Comprender-deducir 5. ORGANIZACIÓN Lugar Mente Tiempo 6. REPETICIÓN Técnicas de memoria Respetar la curva de olvido Se han escogido las que se presentan a continuación entre las múltiples que realiza el cerebro en forma simultánea, a fin de clasificar y sistematizar los procesos de pensamiento. 1. Percibir
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Es la acción de recibir y elaborar, en los centros nerviosos superiores, los datos proporcionados por los órganos de los sentidos. Es recibir por mediación sensitiva las impresiones exteriores y es la forma personal de interpretar la información. 2. Observar Es descubrir el mundo que nos rodea. Es tomar conciencia, prestar estricta atención y vigilancia a un objeto o circunstancia movido por un propósito definido haciendo uso correcto de todos nuestros canales de percepción: oídos, ojos, etc., verificando la exactitud e integridad de lo que vemos, sentimos, olemos y gustamos. 3. Interpretar Es explicar el significado que tiene una experiencia. El significado que ella tiene para nosotros, dando un supuesto cierto, seguro y razonable que, siendo válido, es incompleto y parcial porque tiene componentes subjetivos. 4. Analizar Es la distribución y separación de las partes de un todo hasta llegar a conocer sus principios elementales. Es el examen o descomposición de un todo complejo en elementos simples. (Es la operación que realiza, preferentemente, el hemisferio izquierdo del cerebro.) 5. Asociar Es la acción de relacionar una cosa con otra, vincular conceptos, sentimientos, unir ideas entre sí. Captar diferentes realidades o elementos buscando los puntos que tienen en común. 6. Clasificar Es organizar elementos y agruparlos conforme a sus principios y categorías. Encierra un proceso de análisis y síntesis que permite sacar conclusiones. Clasificar es poner orden y contribuir a dar significado a la experiencia. 7. Comparar Es establecer semejanzas, diferencias y relaciones en dos series de datos, dos hechos o dos conceptos, sacando las conclusiones pertinentes. La conducta comparativa es prerrequisito o condición primaria para el establecimiento de las relaciones que conducen el pensamiento abstracto.
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Con la comparación el hombre modifica su forma de pensar porque al recibir nueva información la organiza, la compara y relaciona con pensamientos ya existentes y la integra generando nuevos conceptos. La carencia de la conducta comparativa o su deficiencia conduce a que: * las cosas se perciban en forma aislada * se limite a la comparación espontánea que se hace sobre la base de necesidades básicas que no son necesariamente las más relevantes para los logros académicos * puedan surgir problemas para descubrir semejanzas y diferencias * sea difícil focalizar dos o más objetos o hechos. 8. Expresar La expresión a través del lenguaje oral o escrito. Es manifestar lo que se quiere dar a entender en forma clara y evidente, es exponer las ideas expresándolas con el propio lenguaje, empleando la imaginación e iniciativa. 9. Retener Es conservar en la memoria un acontecimiento, una información, una idea. Es recordar, es lograr que la información no se olvide y permanezca en la memoria. Implica conocer y aplicar adecuadamente los procesos de memorización. 10. Sintetizar Es componer un todo por la composición de sus partes. Es el resumen o el compendio de una materia. Es la operación de pensamiento mediante la cual se combinan elementos simples o aislados para formar elementos compuestos o complejos. Es el conjunto de procesos que va desde los principios a las consecuencias, de las causas a los efectos. Es la conclusión de la comprensión. 11. Deducir Es derivar de su origen o principio. Es una forma de razonar que consiste en partir de un principio general para llegar a un principio particular desconocido. 12. Generalizar Es extender o ampliar una idea o concepto. Es abstraer lo común y esencial de muchas cosas para formar un concepto general de ellas. Es hacer general o común las características afines de los elementos.
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13. Evaluar Es determinar la base sobre la cual se acepta haber aprendido o adquirido conocimientos. Es atribuir un valor al aprendizaje. Las operaciones del pensamiento enumeradas anteriormente nos revelan la forma como enfrentar la realidad del mundo que nos rodea, la que resulta de un proceso de comprensión que transmitimos a través del lenguaje. Es tarea de los maestros y profesores asumir la responsabilidad de proporcionar oportunidades para que los alumnos ejerciten estas operaciones, creando el ambiente necesario para desarrollar su pensamiento. El desafío es ser mediadores entre el alumno y el medio para aprender a pensar y elaborar los propios juicios. Sobre la base del uso de las operaciones del pensamiento sé podría decir que un alumno muestra presencia de pensamiento adecuado para el aprendizaje, cuando: -
analiza alternativas - identifica supuestos - capta ideas principales - clasifica adecuadamente los conceptos - puede sacar conclusiones - reflexiona - es flexible. Por el contrario, un alumno muestra ausencia de pensamiento adecuado para aprender, cuando:
-
- es impulsivo - muestra excesiva dependencia del profesor o del pensar ajeno - es incapaz de concentrarse - es rígido e inflexible - muestra una conducta dogmática - es desconfiado - es incapaz de captar el "significado" o sentido de una expresión.
En conclusión, las operaciones de pensamiento permiten darles significado a las vivencias y al material impreso. Es una continua comparación entre percepciones del momento y las experiencias acumuladas en la memoria, cuyo contenido es, a su vez, constantemente reorganizado según las nuevas experiencias en un proceso dinámico que utiliza principalmente
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mecanismos de abstracción y generalización. Este proceso requiere la captación de analogías y relaciones tanto más evidentes cuando las materias son elaboradas en forma personal. ........................................................................................................................................................................................ 2.1.c Concentración Es el acto de reflexionar profundamente, focalizando en forma consciente la atención sobre el material o un estímulo determinado. Representa el enfoque del ciento por ciento de atención donde intervienen en lo posible los cinco sentidos. Es atender a un estímulo y tratar de comprenderlo. Cuantos más sentidos intervengan en lo que se hace, mayor será la atención que se preste. La aceptación voluntaria del acto de estudiar mejorar la concentración y por lo tanto la atención. La máxima capacidad de concentración de un adolescente o de un adulto normal dura 20 a 30 minutos, después de este tiempo interfieren otros estímulos que impiden lograrla al máximo. Si frente a determinada situación (de estudio, investigación, observación, análisis, etc.) no se van variando el estímulo y los canales de respuesta, la persona termina por distraerse (variabilidad perceptual). Es así como en una sala de clases, durante una hora pedagógica el profesor debe variar el estímulo para entregar el contenido recogiendo información, exponiendo ideas, sintetizando, comentando, buscando alternativas, emitiendo juicios frente a una misma materia a fin de lograr la máxima concentración de sus alumnos y debe también variar la respuesta al estímulo; si el módulo es de dos horas pedagógicas, si en la primera hora hubo discusión y exposición oral, cambiará el canal de recepción auditiva por un estímulo de recepción visual o de expresión gráfica en la segunda ora. También un alumno eficiente deberá programar el trabajo escolar de manera que durante la situación de estudio los estímulos sean variables y van ocupando su capacidad de máxima concentración, alternando los canales de respuesta y los contenidos. En general, realizamos actividades ocupando sólo un cincuenta por cien de atención en la ejecución de una tarea; normalmente hay factores que se distraen y dispersan la atención en alto grado, impidiendo que seamos efectivos en retener y comprender. Nos conformamos con recibir la información por la vista, el oído y la mente, adquiriendo una idea general y vaga. El restante cincuenta por ciento de atención que no ocuparnos es el e nos pe ¡te entender, relacionar y recordar la materia. La concentración funciona como una pila: se carga o descarga en función de la fatiga.
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- Una cosa cada vez. - Dura 20 minutos aproximadamente. Si se cambia la actividad se carga la pila de nuevo con la máxima intensidad. Después de un tiempo con el mismo estímulo, nos distraemos, nos cansamos, perdemos la concentración. Frente a un estímulo determinado la concentración requiere de un período de ajuste, que activado por el interés va dejando atrás otros estímulos que distraen o interfieren hasta focalizar con un 100% de atención en un objetivo. Este permanece ocupando nuestros sentidos durante 20 a 30 minutos en forma exclusiva, para luego, por efectos de fatiga perceptual, dar cabida a otros estímulos que distraen el foco de atención, perdiendo la concentración. Si queremos recuperar la capacidad de atender nuevamente a un estímulo con un máximo de concentración, bastará con cambiar el canal receptor de estímulo o el centro de interés al cual se está focalizando la atención para alcanzar nuevamente el nivel máximo. Ejemplo: Un alumno que está trabajando en resolver problemas de matemáticas, pasado un período de tiempo estará fatigado y con más posibilidades de distraerse y cometer errores; sin embargo, si cambia de actividad dedicándose a resolver, por ejemplo, un cuestionario de biología durante un período de 20 a 30 minutos, su capacidad de concentración se recuperará a su máxima potencia, pudiendo volver a retomar los problemas de matemática en las horas siguientes. Diseño de una hora pedagógica para favorecer la concentración y disminuir la fatiga Hora pedagógica 5 minutos 5 minutos 10 minutos 10 minutos ejemplos. 10 minutos 5 minutos 45 minutos
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= 45 minutos. = revisión de ejercicios. = recuerdo del material pasado. = motivación, exposición o presentación del tema. = análisis y aplicación práctica del tema tratado, = globalización, síntesis, ideas principales. = entrega de ejercicios, tarea
Diseño de una hora pedagógica atendiendo a la capacidad de concentración
Con esta distribución de actividades durante la hora pedagógica el foco de atención hacia la tarea, trabajo o ejercicio que se quiera realizar se logra aprovechar la máxima concentración de los alumnos, ayudándolos a dejar atrás los distractores e ir focalizando la atención en un solo tema o estímulo, para luego, considerando el factor cansancio, cambiar. Tal como se expuso anteriormente, cuando el profesor tiene una clase de dos horas pedagógicas, deberá considerar la capacidad de concentración de los alumnos y para favorecerla deberá de cambiar el canal de entrega y recepción de los contenidos. Por ejemplo: si en el primer módulo realizó una exposición oral del tema (con análisis, Síntesis y globalización, en que el alumno sólo escuchó), en el segundo módulo deberá usar otro canal de recepción, donde el alumno pueda contestar una guía por escrito o sacar información de un texto (leer o escribir). 2.1.d Memorización Memorizar es la capacidad de conservar experiencias e informaciones del mundo que nos rodea. Permite repetir, evocar, recordar y retener lo previamente aprendido. Para comprender sus mecanismos, se considera la memoria corno un proceso caracterizado por tres fases: a) Adquisición o registro: En esta fase se perciben y luego se codifican las informaciones recibidas, seleccionando internamente sólo aquellas en las cuales se centra nuestra atención. Esta etapa está muy relacionada con factores emocionales y en ella se puede influir para mejorarla. b) Conservación, retención o almacenamiento: Es el intervalo entre la fase de adquisición y la de evocación de lo que se ha retenido. No todo lo que se adquiere se conserva, algunas informaciones se olvidan o sufren modificaciones. c) Recuperación, reactivación o recuerdo: En esta etapa las informaciones contenidas en la memoria se hacen resurgir y son utilizadas. Las fases de conservación y recuperación se encuentran en gran parte fuera de nuestro control. Hay memoria a corto y largo plazo. La primera es la capacidad para retener datos inmediatos, fisiológicamente se trata de un intercambio eléctrico entre las neuronas. Retiene una pequeña cantidad de información, la cual se amplía cuando la información es significativa, relacionada ya sea entre sí o con otras informaciones pasadas. Si el contacto eléctrico entre neuronas se repite, los cambios pasan de fisiológicos a químicos y esto constituye la memoria a largo plazo. Hay científicos que creen que ambas clases funcionan interrelacionadas y que existe un flujo de información entre ellas. La memoria a largo plazo se caracteriza por una capacidad casi infinita de conservar información.
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Influye. en esta etapa la capacidad de asociar. Se dice que no existe una simple memoria, sino muchas memorias. Existe una memoria para oler y saborear alimentos, para asociar un perfume con una persona, para formar y recrear imágenes mentales o para reconocer nombres de personas u objetos (memoria visual, olfativa, gustativa, espacial, auditiva, táctil, etc.). Sin embargo, existiendo muchas memorias y teniendo todas las personas una cierta capacidad de retener información muchas veces "se olvida". ¿Por qué se olvida? Se olvida por: falta de estrategia de recuperación en la fase de adquisición pérdida de vigencia natural de la información no utilizada interferencia entre informaciones similares. a) Falta de estrategias de recuperación: Se olvida por falta o incapacidad de evocar el contexto al focalizar la atención en hechos pasados. Esta estrategia consiste en la capacidad de "mirar hacia atrás" para apreciar qué datos nos servirán para recuperar la información. Ejemplo; al evocar la fecha del día nacional, se evocan también la bandera, las empanadas, la música nacional, el desfile, los trajes típicos, etcétera. b) Pérdida de vigencia de la información: La información que no es usada durante mucho tiempo, así como aquella que deja de ser relevante, no se retiene en la memoria a corto plazo y es una de las formas más comunes de olvido. Ejemplo; se recuerda el número de teléfono del hospital mientras se tuvo un familiar enfermo, luego se olvida. c) Interferencia: Surgen problemas de interferencia entre las informaciones significativas que han sido recibidas simultáneamente o antes o después de otras informaciones similares, dificultando su adquisición, evocación y recuperación. Sentimientos, emociones y otros elementos empañan el recuerdo. Ejemplo; al estar viendo noticias importantes en la televisión, éstas quedan en segundo plano si conjuntamente se recibe otra noticia ligada emocionalmente o que tenga más relevancia para la persona que la recibe (interferencia). . Considerando las causas del olvido es que se recomienda el "repaso" como actividad fundamental para retener la información. Favorece la retención el repaso antes de dormir porque hay menos interferencias con otras actividades y el cerebro sigue "trabajando" con las últimas informaciones recibidas. Frente a una situación de estudio se retiene un 80% por la información que se recibe a través de la vista, el oído y el pensamiento; el resto se dispersa. Si esta información no es evocada sistemáticamente se olvida. A las ocho horas de haber estudiado la retención es de un 20% y corresponde a la idea general del tema. Con un repaso sistemático de intervalos variables que contemplen una revisión al día siguiente, tres días, una semana, quince días y finalmente treinta días después, la información quedará almacenada en forma definitiva. Ejemplo: datos (nombres de calles, números de teléfono, direcciones, tablas de multiplicar),
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Presentamos a continuación una curva del olvido para graficar la importancia de la repetición o repaso. Curva del olvido
2.1.e Estrategias para desarrollar los factores cognitivos Estrategias para ejercitar operaciones de pensamiento y la comprensión. 1. Percepción y observación La percepción es la captación inmediata y estructurada de la realidad. Es la entrada de datos. La tarea perceptiva consiste en aislar una pequeña parte de esa información, seleccionar diferencias y características para discriminar unos objetos de otros. La percepción sólo capta los datos, no los elabora. Observar es examinar atentamente. Tiene por propósito obtener información por diversas vías sensoriales. El objetivo no es acumular datos y hechos aislados sino más bien reunir hechos que sirvan de fuente para llegar a una conclusión general. .................................................................................................
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2. Clasificación y comparación Clasificar es organizar elementos separándolos en grupos o clases a partir de un criterio determinado. ........................................................................................................ Comparación Es establecer semejanzas, diferencias y relaciones. Consiste en relacionar dos series de datos, dos hechos o dos conceptos, estableciendo entre ellos semejanzas y diferencias y sacando conclusiones pertinentes. ........................................................................................................ 3. Definición Definir: Es explicar los atributos o características de una clase de cosas. Se debe explicar la diferencia entre Describir y Definir. Describir es delinear una cosa representándola de modo que dé la "idea" de ella. Es definir "imperfectamente" una cosa no por sus predicados esenciales sino dando una idea general de sus aportes o propiedades. Cuando se define se destacan con claridad las características de un solo objeto. Lo que se define son conceptos, ideas formadas con las características esenciales. Cuando se define se clasifica porque ha sido necesario establecer a qué grupo pertenece el objeto definido. Una definición correcta -parte del grupo más general al que pertenece y va añadiendo atributos. Ejemplo; nogal: árbol frutal de hoja caduca que produce nueces. Lo esencial de una definición es que cumpla las siguientes condiciones: • * debe explicar lo definido • *debe contener las características de su clase • * el nombre de lo definido no debe entrar en la definición. 4. Pensamiento inductivo y deductivo Inducir es llegar a una ley general a partir de hechos particulares o concretos. Al razonamiento inductivo pertenecen la definición, la clasificación, la comparación y también la seriación y la analogía. Antes de iniciar cualquier tipo de ejercicios es necesario cerciorarse que los alumnos tengan el concepto adquirido, especialmente patrones y analogía. ................................................................................................ Análisis y síntesis Analizar es descomponer un todo para llegar a conocer sus principios elementales. Sintetizar es componer un todo por sus partes. Es resumir, es la conclusión de lo comprendido. Analizar y sintetizar en el estudio es descomponer y componer una información para llegar a una real comprensión. ................................................................................................. 2.21 Motivación Es el deseo de hacer algo. Es interés, es el objetivo que se quiere lograr, es buscar el fin que se persigue, es tener ganas de obtener algo y es el ingrediente principal para lograr el éxito en cualquier actividad que se emprenda.
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Una persona está motivada para hacer un trabajo o emprender una acción cuando sabe exactamente lo que se espera que se haga, se le dan la confianza y las herramientas para hacerlo y se da cuenta por qué debe realizarlo; sólo en este supuesto se despierta el interés, al comprobar que se está logrando lo que se busca y se desea y se constata lo provechoso que será obtenerlo. Cualquier aprendizaje se adquiere más fácilmente en la medida que la motivación es mayor. Para desarrollar el interés es fundamental tener objetivos claros, precisos, bien delimitados y estables. Estar motivado significa tener una representación mental anticipada de la meta, lo cual arrastra a la acción. No se puede hablar de motivación sin hablar de voluntad. 2.2.c La voluntad Es la capacidad personal que hace posible esforzarse por obtener logros y metas. Consiste en un acto intencional de "inclinarse" o de dirigirse hacia algo, proceso en el que interviene la decisión. Voluntad significa saber lo que uno quiere o hacia dónde va. Esta conducta se compone de tres conceptos: - La tendencia o el anhelo, aspiración o preferencia por algo. - La determinación o el análisis y evaluación de la meta que se pretende. - La acción o el comportamiento que nos pone en marcha hacia aquello que se quiere lograr. La voluntad consiste en preferir y/o en escoger una posibilidad entre varias. Es una determinación y es relevante en el éxito del aprendizaje escolar. La voluntad necesita ser educada. No se alcanza porque sí. No existe el alumno sin voluntad, salvo que padezca una enfermedad física o mental grave o problemas ambientales o familiares en que la voluntad haya estado ausente. Sí existe el alumno cuya voluntad no ha tenido oportunidad de ser educada (educar es ayudar a alguien para que se desarrolle de la mejor manera posible en los diversos ámbitos de la naturaleza humana; educar es servir la vida ajena.) ................................................................................................................... Motivación Motivación es el deseo de hacer algo. ................................................................................................................... Voluntad Es el esfuerzo personal por obtener logros. ...................................................................................................................... 2.3. Factores ambientales y organización para el estudio
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Los factores ambientales son aquellos elementos externos del medio ambiente que inciden favorable o desfavorablemente en la calidad del estudio realizado por el alumno. Entre estos factores está la organización para el estudio. La organización para el estudio es la disposición ordenada de los elementos que componen el acto de estudiar. Los elementos de la organización son: a) lugar, b) mente c) tiempo. 2.3.a Organizar el lugar Se refiere a las condiciones físicas del espacio y al lugar de estudio. Este debe ser libre de distractores, silencioso, solitario y bien iluminado, de temperatura agradable y aislado de ruidos e interrupciones. Los factores externos influyen notablemente en el éxito rendimiento. Buena luz, y en lo posible natural, temperatura adecuada. La ventilación y cuente del aire del lugar de trabajo favorecen la oxigenación del cerebro y aumentan la atención. Considerar una mesa de trabajo con todo el material necesario a mano, a fin de no dispersar energías buscando libros, fichas, diccionarios, lápices, papel, cuadernos, etc., durante la situación de estudio y, por último, la silla debe permitir apoyar sin dificultad los pies en el suelo, la espalda en el respaldo y el antebrazo con comodidad sobre la mesa, favoreciendo una postura corporal adecuada. 2.31 Organizar la mente Significa tener una idea general, básica del tema para luego analizar y deducir a fondo las partes que lo componen. Es ir de lo general a lo particular. No se puede aprender con eficacia una materia si previamente no se conoce la organización del material, es decir, la forma en que se organiza para formar una estructura completa. Los contenidos adquieren significado cuando se descubre la relación entre todos ellos. 2.3.c Organizar el tiempo Planificación u organización del tiempo significa adaptarlo tanto al trabajo que se va a realizar como a las características propias de cada persona. Una hora no es igual para todos los alumnos, para unos puede ser muy corta y para otros una eternidad. Es muy distinto estar una hora con los amigos que una hora estudiando. Saber analizar qué tipos de tareas pueden hacerse en el último momento y cuáles hay que realizar a lo largo del tiempo es un factor relevante en el estudio y, por lo tanto, de un buen rendimiento académico. Una adecuada planificación del tiempo hace posible distribuir equilibradamente la jornada diaria y semanal para completar todo el trabajo escolar, facilita la concentración al crear el hábito de estudiar determinadas materias en un instante y lugar determinado y permite aprovechar el tiempo libre para la recreación.
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El tiempo que se necesita para cada asignatura no es igual, dependerá de la "aptitud" para el ramo, su preparación o conocimiento previo, su interés y la dificultad de la materia misma. Para todo trabajo, incluido el estudio, existe un horario. El horario es la distribución del tiempo diario en función de las actividades. La planificación de las actividades en un horario nos permite crear un hábito ordenado, responsable y pleno de nuestro quehacer. Una de las áreas en que los alumnos presentan una práctica más deficiente y poco racional es la destinada a la distribución de su tiempo y aquel dedicado propiamente al estudio (Plan de estudio). El problema no es simple, pero tampoco inabordable. Cuando se habla de orientar acerca de cómo planificar con efectividad la distribución del tiempo, se refiere a cómo ayudar a determinar el qué, cuándo y dónde del estudio. En la planificación del tiempo se deben considerar los períodos libres dedicados al descanso, la diversión, el desarrollo personal y las obligaciones familiares y sociales impostergables. El tiempo libre bien empleado permitirá desarrollar los talentos, el encuentro social y afectivo, lo que aportará una percepción positiva de sí mismo indispensable para ser un buen estudiante. Ventajas de una adecuada planificación • Hace posible distribuir equilibradamente la jornada diaria, semanal, etc., tomando la debida consideración de las necesidades particulares del estudiante en cuanto a estudio, recreación y otras actividades de la vida diaria. • Permite disponer del tiempo suficiente para completar todo el trabajo escolar distribuyéndolo equilibradamente en el transcurso del período escolar. • Asegura un aprendizaje efectivo que da cabida al estudio en un tiempo determinado. • Facilita la concentración al crearse el hábito de estudiar determinadas materias, en un instante y lugar también determinado. • Permite sentirse seguro al dominar las materias en estudio y obtener una mayor confianza en sí mismo, superar el nerviosismo causante tantas veces de una conducta inadecuada, frente a interrogaciones, exámenes, etc. • Evita los sentimientos de culpa que resultan del no estudiar y lleva a gozar abiertamente del resto de las horas del diario vivir que se sienten legítimamente ganadas y no robadas a las horas de estudio. El éxito de la distribución del tiempo dependerá del cuidado con el que se planifique dicha distribución. Debe hacerse con un espíritu realista y objetivo; no idealizar planificando horarios irreales en los cuales no se tiene ninguna posibilidad de cumplir, dado el exceso de horas que se proyectó dedicar al estudio. Conviene planificar considerando el horario de clases, las necesidades de preparación de cada asignatura, los períodos de descanso, horas de comida, sueño y especialmente los límites de habilidad y destreza para alcanzar el dominio de las materias de estudio. 2.3.d Estrategias para desarrollar los factores ambientales y organización del estudio Favorece la organización del lugar: el ambiente de estudio
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Es aconsejable disponer de un lugar determinado para estudiar. Esto no quiere decir que no se pueda estudiar en cualquier otro lugar y en condiciones diferentes. Sin embargo, cuando se deba hacer un estudio formal, debe procurarse ir a dicho lugar para hacerlo. No es necesario describir las características de un buen lugar para estudiar, pero en dicho sitio, la conversación, las actividades de los amigos, el ruido, o el recuerdo de otras cosas, no deberá interferir con el esfuerzo por lograr la atención. Es necesario tomar en cuenta los factores externos que condicionan positivamente el estudio, tales como: • Ordenar el lugar de trabajo, clasificar los elementos que utiliza según la prioridad y utilidad para aprender, desechando del escritorio lo que no es necesario para estudiar. • Tener una mesa amplia y proporcionada que solamente contenga los materiales de trabajo y permita apoyar el antebrazo. • Tener a mano todo el material necesario para el trabajo escolar (lápices, papeles, libros, mapas, diccionario, etc.). • El lugar elegido debe estar libre de distractores, televisión, radio, ruidos molestos, otras personas, posters, fotos, etcétera. • Temperatura adecuada. Ni frío ni calor, aunque es preferible un poco de frío al exceso de calor. • Ventilación adecuada. Conviene renovar con cierta frecuencia el aire del lugar de estudio. • Buena iluminación. De preferencia luz natural o de lo contrario luz blanca. • Una actitud mental correcta: debe existir deseo de estudiar. Es preferible no estudiar que medio estudiar. • El lugar de trabajo debe ser solitario y silencioso. • Mesa y silla, ojalá sea siempre en el mismo lugar para asociarlos a la situación de estudio. • No estudiar en cama acostado, la cama es un lugar asociado al descanso. • Utilizar siempre papel y lápiz; tenerlos a mano para utilizarlos en el estudio. • La silla debe tener respaldo, ser cómoda, pero no muy mullida, la altura deberá permitir que se apoyen sin dificultad los pies en el suelo. El éxito del estudio dependerá en gran medida del cuidado que se tenga en los detalles que lo rodean, que, aunque no proporcionan mayor calidad, evitan gastos de energía y pérdida de tiempo. Posiciones adecuadas para el estudio Pies apoyados en el suelo. Columna vertebral recta. Brazos apoyados en la mesa de trabajo y relajados. Cabeza inclinada levemente hacia adelante. Cuerpo ocupando todo el espacio de la silla. Silla de tamaño y altura adecuados a la estatura del estudiante, que permita mantener las rodillas en ángulo recto. Permitir buena iluminación sin hacer sombra con el cuerpo. Cabeza, ojos y oídos de frente al material de estudio o del trabajo escolar. Distancia de aproximadamente treinta centímetros entre los ojos y el material de trabajo.
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Para estudiar se debe estar relajado. Puede ayudar: Situarse cómodamente en un sofá. Contemplar el paisaje y respirar lentamente. Aflojar los músculos de los dedos, manos y brazos. Respirar profundamente. Pensar en la "tranquilidad" de tus manos y brazos. Relajar las piernas, Respirar profunda y lentamente. Concentrarse en el estado de relajación y descanso. ............................................................................................................................ Síntesis de los factores que favorecen el aprendizaje El aprendizaje se realiza por medio de principios y conductas bien definidas, que utilizadas adecuadamente otorgan un nuevo conocimiento o comportamiento de utilidad para la vida. Cada estudiante es un ser único, original e irrepetible, que posee una carga genética y una historia personal de experiencias y afectos, que determinan su forma de aprender. Facilitará la adquisición de conocimientos, el desarrollo de los factores cognitivos al máximo de las capacidades, el desarrollo de habilidades sociales, conductas afectivas y emocionales, que permitan al alumno sentirse seguro, tener una buena imagen de sí mismo y valorarse como persona, como también la estructuración de factores ambientales que facilitarán este proceso de aprendizaje. La tarea del estudiante, su gran empresa, por un largo período de su vida es estudiar y a estudiar se aprende Se puede llevar a cabo el trabajo escolar de muchas formas: -
Eficaz: Si se realiza el trabajo o el estudio preocupándose de la calidad de los resultados. Eficiente: Si el trabajo escolar se hace con una metodología y una técnica adecuada para alcanzar la meta. Efectivo: Si el resultado del estudio es eficaz y eficiente y se logra el objetivo principal. Excelente: Si nuestro estudio está comprometido con todo nuestro potencial y nuestra forma de ser.
La excelencia en el estudio se consigue realizando un trabajo bien hecho, con metodología y técnicas adecuadas e imprimiéndole el sello personal en cuanto a valores, principios, creencias, habilidades y talentos personales.
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Documento
1.B.-
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Ficha
Introducción a la metodología del estudio, por COLL Vinent, Roberto, Barcelona, editorial Mitre, 1984, Págs:10 a 60. . .
1. Actitudes y motivaciones La actitud - para lo que sea - es, según Schramm, una «predisposición para la acción» (1) y en opinión de Carl Rogers es «una tendencia relativamente constante a actuar y una firme predisposición de reaccionar de una manera característica, favorable o desfavorable, hacia una persona o un tipo de persona, un objeto, una situación a una idea dados. Una actitud es un sentimiento en favor o en contra de algo y aunque las actitudes pueden ser intelectuales o emotivas, generalmente tienen una base y un tono emotivos» (2) Alport la define como «un estado mental y neurológico de vivacidad organizado a través de la experiencia que ejerce una influencia directiva o dinámica en la respuesta del individuo a todos los objetos y situaciones con que ese estado se relaciona» (3) Una actitud negativa, cualquiera que sea su causa, es un freno potente para emprender el camino hacia un aprendizaje eficaz. En una situación límite haría incluso imposible la actividad misma de estudiar y cualquier otra que suponga un mínimo de concentración. Estrechamente vinculado al problema de la actitud está el de la motivación para el estudio, que cuando es escasa y mucho más cuando es nula, aborta cualquier intento de resolver la problemática metodológica del estudio. Cierto que la motivación puede nacer o acrecentarse a partir de un esfuerzo inicial producido con escaso entusiasmo, y que es una dimensión adquirible que haría poco realístico dar por supuesta ya de entrada en la mayoría de estudiantes, y cierto también que la motivación para estudiar es uno de los ingredientes más sustanciosos que produce una buena metodología de estudio y uno de sus frutos más importantes. Yo me refiero, con todo, a un tipo de motivación más profundo, que debería existir, en alguna medida por lo menos y previamente al hecho de estudiar; y cuya carencia ha de imputarse a factores externos que en principio no tiene nada que ver con el estudio mismo. Importa poco cuál sea el signo de una tal motivación, desde el idealismo puro - el afán de perfeccionarse uno mismo, el deseo de saber, el servicio a los demás, el proselitismo religioso o político -, hasta el objetivo más positivista y no por ello despreciable, como el de laborarse un brillante porvenir profesional, una desahogada situación económica, mejorar el status social o alcanzar a las cotas de poder en la sociedad en la que uno vive, los efectos serían parecidos en una y otra situación. Y por tanto la no existencia de ningún tipo de motivación, la incertidumbre del futuro personal o profesional y las escasas posibilidades de encontrar trabajo son en este momento histórico graves inconvenientes para mostrarse sensible hacia el aprendizaje de una determinada técnica de estudio, cuando es el estudio mismo lo que es cuestionado y cuando no encuentran fácil respuesta preguntas vitales que son planteadas lógicamente antes de que uno opte por estudiar y no se sabe con certeza si va a ser útil y necesario, para uno mismo el esfuerzo de estudiar. ........................................................................................................................
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2. El contexto social y el entorno académico. Hay elementos externos y contextuales ajenos, en principio, a la actividad intelectual de estudiar, pero que inciden en esa actividad negativa, o positivamente. Brown y Holtzman (5) concentraron sus esfuerzos investigadores ya que en los años 50, en la indagación de los métodos de estudio, y encontraron que las actitudes hacia el entorno académico son significativamente relacionables con un buen resultado final. La encuesta Brown-Holtzman es conocida generalmente como uno de los mejores estudios sobre el tema realizados en Estados Unidos. Y Laudrillard, muchos años después (6) concluye en uno de sus estudios sobre el tema, que aprender debe ser estudiado en el contexto en el cual se produce el aprendizaje y que no es un proceso independiente de otros factores. La presencia de tales factores enturbia un poco el procedimiento, que en principio podría ser clarificador, que establece una relación de causa efecto entre unos adecuados métodos de estudio y un aprovechamiento mayor del esfuerzo intelectual realizado, y hace más difícil cuantificar los resultados que en principio pudrían ser atribuibles a una adecuada metodología de estudio.
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CAPITULO II HACIA UNA TEORÍA DEL APRENDIZAJE I.
Aprender a aprender
Las reflexiones del capítulo anterior descansan fundamentalmente en algunas ideas y conceptos que se reputan básicos y previos a cualquier consideración teorética y en hechos cotidianos que se plantean normalmente en el mundo del estudio y en el del aprendizaje. Vienen a ser un material fáctico que sirve como punto de partida para lo que en este segundo capítulo es enunciado como teoría del <
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como la habilidad en la vida para echar mano de sus propios recursos. Mañana nuestra gente joven trabajará en campos que nunca habría imaginado hoy. Su habilidad y su pericia para localizar y organizar de modo efectivo una determinada información va a ser crucial para su éxito en la vida (39) Ocurre que aprender cómo aprender es algo difícilmente enmarcable en una teoría de validez universal y de ahí en cierto modo la justificación de la modestia con la que este mismo capítulo se enuncia. Es el propio interesado quien en definitiva ha de encontrar el método que mejor se adecué a su modo de ser y a su circunstancia personal académica y social. El modo de estudiar, escribe Moon, es un descubrimiento personal y solamente puede ser objeto de consejo y de guía por parte del experto (40). Hay que delimitar pues, forzosamente, el ámbito en el que es posible ayudar a otros a mejorar sus métodos de estudio y progresar por tanto en el aprendizaje y aquél otro en el que el estudiante es el único protagonista de su propio progreso o su propio estancamiento. Ya me referí antes a la división simplista y maniquea, según la cual los buenos estudiantes serían los que estudian mucho y los malos (estudiantes) los que estudian poco. Smith y Vincent (41) partiendo de un sentir muy extendido sobre que la efectividad (que no la duración cuantificada en horas) en el estudio es un factor en el éxito académico de los estudiantes, afirman que hay estudiantes que se muestran capaces de emplear su tiempo de modo más efectivo que otros que consumen muchas horas sin conseguir resultados válidos. Esta es la tesis central de su estudio sobre cómo ayudar a los estudiantes a estudiar. Saljó, colaborador de Marton y conocido educador, ha intentado también cuantificar los resultados de un correcto aprendizaje, empeñado en poder determinar cuándo una persona o un grupo ha experimentado un progreso en el aprendizaje y ofrece dos medidas: quién puede aprender más «unidades informativas» en un determinado período o quien puede aprender una determinada cantidad de material más rápidamente (42). Pask (43) habla de dos estilos o estrategias de aprendizaje: la que se ha llamado «holis» estrategia implica un aprendizaje de comprensión («comprehension learung») que pone el énfasis en una estructura descriptiva, y la estrategia «realist,» («operation learning») que descansa en el significado de los detalles. Según Pask, ambos estilos son necesarios para la buena comprensión. Noel Entwikstle y otros, comentando a Pask, opinan que los estudiantes han de apuntar a una tarea de aprendizaje con amplias perspectivas, construyendo por sí mismos una visión de conjunto del problema que sea con relevantes interrelaciones entre las ideas y con apropiadas analogías. El estudiante ideal, dicen, profundizará en sus estudios hasta que él haya producido su propia perspectiva personal en la tarea que le ha sido presentada, (44), lo cual está en las antípodas de la memorización a la que muchos siguen todavía aferrados sin dejar de hablar mal de ella. El estudio de Saljó, plantea una cuestión básica, la de si es bueno asumir que hay diferencias entre los alumnos respecto a la concepción sobre el aprendizaje y en caso afirmativo (el negativo no se contempla ni siquiera como hipótesis) cuáles son las principales para lo cual se confronta la situación de alumnos experimentados y alumnos no experimentados. El objeto de reflexión es el fenómeno y el hecho de aprender. La naturaleza del aprendizaje en una de las hipótesis contempladas se da por supuesta («taken for granted») y bajo esa perspectiva el aprendizaje es descrito en términos absolutos como una actividad memorística esencialmente reproductora en la que la tarea del que aprende consiste en meterse todos los datos en la cabeza y en esa perspectiva aprendizaje y conocimiento son percibidos como congruentes.
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El alumno que vive esta situación tiende a equiparar conocimiento con lo que debería llamarse «discretas unidades de información» o simplemente hechos y datos a veces inconexos; aprender es, en consecuencia, transferir dichas discretas unidades en la cabeza del que aprende o cree que aprende. La concepción reproductora del aprendizaje aparece en este caso como no problemática. .......................................................................................................................................
2. Proceso, estilo y estrategias de aprendizaje El proceso de aprendizaje incluye al menos dos aspectos: el estilo ejecutivo en el sentido en el que Pask se refiere a «estilo» y a «estrategia» al tratar del camino a través del cual el estudiante piensa sobre el tema básico, y aproximación estratégica en el sentido en el que Marton y Saljó hablan del proceso a través del cual el estudiante se aproxima a su objetivo (51).
Ana Laudrillard aclara aún más la diferencia entre estilo y estrategia. La estrategia de estudio -escribe- hace referencia al procedimiento que un estudiante emplea para trabajar a través de una sección o subsección del tema bien estructuradas en la que la estrategia puede ser caracterizada por referencia al orden y a la secuencia de los temas escogidos por el estudiante. El estilo, en cambio, se refiere a los procedimientos más generales que adopta el estudiante. En un estudio privado, por ejemplo, puede estar caracterizado por la manera cómo el estudiante estructura el tema básico en términos de procedimientos o descripciones y la estrategia puede relacionarse con el estilo en el sentido de que es la manifestación de éste bajo condiciones concretas y particulares (52) Los estilos de aprendizaje y de estudio, concluye, haciéndose eco de un sentir generalizado, dependen mucho del contexto en que dicho estudio se produce. La conclusión o conclusiones a las que llega Laudrillard son fruto no sólo de la observación directa, que es la que puede realizar quienquiera que vive inmerso en el mundo de la enseñanza, sino de las respuestas explícitas de los propios estudiantes a preguntas muy puntuales que apuntaban con preferencia al que Marton llama nivel profundo de aprendizaje por oposición al nivel superficial a los que me refiero más por extenso en este mismo capítulo y en el capítulo próximo. El nivel profundo es aquél en el que la atención del estudiante se centra en el conjunto de los contenidos, el que sabe establecer una adecuada conexión entre partes diferentes, piensa sobre la lógica de tales conexiones y piensa también sobre las estructuras como conjunto. He ahí y textualmente, escogidas con criterio selectivo, algunas de las respuestas más significativas y más ilustrativas de ese nivel profundo de aprendizaje, escritas por los estudiantes encuestados. -- Verifico y compruebo cuál es la idea central. -- Empiezo por leer la conclusión final para tener una visión de conjunto de lo que ha sido dicho en clase. Se han expuesto tantos puntos que necesito encontrar alguna relación entre ellos. -- Intento trabajar de un modo lógico trazando diagramas que ayudan a pensar con claridad y luego los sigo paso a
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paso. -- Divido la estructura general del tema expuesto en pequeñas unidades fácilmente abarcables . -- Trato de ver cómo cada línea o cada párrafo puede enlazarse con el siguiente, y los pasos que se han dado en uno y otro. Y luego puedo ver mejor de dónde procede una idea determinada. -- Partiendo de la asunción básica y previa del trabajo que realizo o leo, doy marcha atrás para comprobar la ilación entre un punto y el siguiente, y cuando estoy seguro sigo adelante. -- Condenso lo que oigo para mejor observar las ideas básicas. -- Redacto notas y las reviso luego. ..................................................................................................................
3. La pedagogía, la psicología y la Documentación en el proceso de aprendizaje. La racionalización del esfuerzo intelectual y la metodología del estudio que ha de realizarse en orden a la dicha racionalización es una cuestión que puede ser abordada desde muchos ángulos sin excluir, por supuesto, el psicológico. Roger Saljó se refiere al «cambio dramático» en la tarea de estructurar el aprendizaje cuando se pasa de la escuela secundaria a la universidad y hace mención expresa del hecho, bien: conocido de psicólogos y psiquiatras, del «shock» que experimentan muchos estudiantes al vivir por vez primera esta situación para ellos completamente nueva. Esta opinión que tanta gente podría suscribir y sobre todo constatar vivencialmente va unida, en el texto de Saljó, a la cuestión, vital para él que la estudia a fondo y para tantos que la viven como protagonistas, de «qué es realmente la que ha de suponerse que haya de ser aprendido de entre la masa de informaciones que reciben y de sí o no debería haber algunos principios generales o ideas que lo resumen todo (61). 0 sea, el problema, universal por otra parte, de qué hay que hacer con tanta información como la que uno se ve forzado a manejar. ...............................................................................................................................................
4. La memoria y la capacidad de relacionar. Aquí me refiero, naturalmente, a esos esfuerzos científicos de que habla Poulsen, y no a lo que puede ser fruto de la casualidad o de la suerte. Sí la Documentación es considerada como un poderoso auxiliar de la memoria y el lenguaje documental de la clasificación, por ejemplo, ayuda enormemente a la memoria o hace que los esfuerzos nemotécnicos se reserven sólo para aquello que los hace exigibles, el ahorro de energía intelectual que esto supone, beneficia la dedicación a otro tipo de esfuerzos en los que sólo interviene la inteligencia. ........................................................................... La tarea de relacionar es la tarea propia de la inteligencia humana y es la que viene facilitada en gran manera por unas técnicas que como las documentales sitúan a la memoria en el lugar que le corresponde en beneficio siempre de la actividad inteligente. John Biggs, glosando la opinión de Marton y colaboradores citada en multitud de trabajos científicos sobre el tema, comenta que en el primero de los niveles -el superficial- el estudiante se preocupa sólo de los signos- palabras textuales, etc más que en lo que realmente significan. Dichos dos niveles, concluye, guardan relación con los aspectos cognoscitivo y
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emocional respectivamente (69) Y en un trabaja de Entwistle, Hanley y Hounsell (70) se glosa la investigación de Marton y Saljó y se describe el proceso a través del cual los estudiantes alcanzan diferentes niveles de comprensión y trata de diversas formas de motivación extrínseca, intrínseca y contenida - para concluir que los estudiantes al atender a las clases tratan tan solo de descubrir lo que ha de ser exigido en el examen. No deja de ser un fracaso de los sistemas docentes y educativos el que la generalidad de los alumnos, supuesto que esto sea realmente así, tengan como objetivo único o preferente de su esfuerzo intelectual, el de sacar buenas notas en el examen, lo cual supone que la mayoría se mantienen en el nivel superficial y acaban su carrera universitaria sin haber aprendido a estudiar, cuando ésta fue su profesión durante años y siendo así que aprendiendo a estudiar de veras, además de sacar buenas notas, adquirirían un hito de inestimable valor para su futuro profesional y mucho más para su futuro de investigadores aquellos que escogieron tal vocación. .......................................................................................................
5.La enseñanza de los métodos de estudio, pedagogía de la comunicación documental. Enseñar a otros a estudiar o aprender uno mismo a estudiar es, desde luego, uno de los objetivos de la Documentación. Ocurre, empero, que traducir a la práctica lo que está claro en la teoría no ha resultado fácil a juicio por los resultados más bien pobres obtenidos hasta ahora. La Documentación es una disciplina de carácter experimental cuya viabilidad ha de ser constantemente verificada por una práctica cotidiana No bastaría en este sentido que a nivel personal hubiera un determinado número de especialistas que hubiesen conseguido un montaje perfecto con rapidez, y con facilidad la información concreta que les interese a ellos Se hace necesario que se produzca una traspolación de situaciones y una objetivación de los problemas para dar con una fórmula normalizada y universalmente válida que pueda ser enseñada a todos aunque a la hora de aplicarla a cada uno se introdujesen por parte del interesado las modificaciones que crea convenientes. La Documentación no merecería ser considerada como una ciencia si este objeto no fuese alcanzado. En este momento se está prácticamente en el estadio de averiguación de resultados, o sea, conocer cuál es el grado de eficacia de determinados métodos ya en vigor, se realizan muchas encuestas y se dan algunos cursos orientados a este fin y en actitud de tanteo. No hay datos bastantes y que sean suficientemente fiables y generalizables puesto que la satisfacción íntima que pueda experimentar alguien sobre los resultados obtenidos por él con un determinado método de estudio no constituye un argumento suficientemente válido para hacerlo exportable. Poulsen, por ejemplo, ha llegado a la conclusión de que los mejores resultados en el aprendizaje se obtienen cuando existe armonía entre los métodos de estudio individuales de los participantes y el modelo educacional líder/enseñante/participantes ha sido seleccionado para alcanzar un cierto objetivo de aprendizaje. Para Poulsen el futuro «rol», de los métodos de estudio en educación y en enseñanza depende enteramente de la significación de estas relaciones y de que sus consecuencias sean atendidas (77).
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La racionalización del esfuerzo intelectual Todos aquellos que ocasional y sobre todo profesionalmente han de dedicarse al estudio y a la investigación tienen necesidad de utilizar un determinado método, en principio el que mejor se adecué a su talante y al objetivo concreto que en cada paso se persigue. En este orden de cosas existe, en cambio, un alto grado de improvisación y un enorme margen dejado a la iniciativa personal. La tragedia del estudiante es la de que nadie le ha enseñado a estudiar, o sea, nadie le ha preparado y suministrado las herramientas para ejercer su profesión. Con lo cual cada uno se ve en la necesidad de descubrir por sí mismo, sin prácticamente ninguna ayuda exterior realmente eficaz, su propio método y ponerlo en práctica antes de haber podido comprobar hasta qué punto responde o no a las expectativas que sobre él se hayan podido tenga a priori. O sea que cada estudiante va a su aire y que en el mejor de los casos va corrigiendo sobre la marcha los errores cometidos, a base de realizar nuevos intentos -- que en muchos casos se traducen en nuevos errores-- de tal suerte que no es raro encontrarse con el caso de que uno acabe su vida académica sin haber encontrado un método eficaz, o dicho en otras palabras, que concluya su ciclo estudiantil sin haber aprendido a estudiar y lo que es peor sin haber en verdad estudiado. .................................................................................................................. El problema es grave porque viene de lejos. Me refiero sobretodo y con preferencia al estudiante que llega a la universidad y que quiere seguir estudios superiores para licenciarse y eventualmente doctorarse en una determinada disciplina, y que ha ejercicio ya -mal por supuesto- una profesión que debería conocer después de diez o doce años de estudios en otros centros, como son los colegios y los institutos de segunda enseñanza. Si en tales centros - hablo, claro está, en términos generales y con todas las respetuosas reservas que sean necesarias, puesto que es seguro que hay honrosas excepciones- no se ha enseñado y practicado un método de estudio, el que sea, el aspirante a universitario, es un hombre o mujer que se ha indigestado con una multitud de conocimientos y de datos que no aprendió a relacionar y a jerarquizar y que por tanto no fueron en verdad asimilados. Lo de menos con ser importante, sería llegar a la universidad sabiendo poco. Lo verdaderamente grave es llegar a la universidad sin haber estudiado, sin haber aprendido a estudiar, que es lo que con mas intensidad y menos control tendrá que hacer allí. Más intensidad porque los estudios universitarios están situados a un nivel de exigencia más alto, lo cual supone una aportación y un esfuerzo personal notoriamente más grande del que era exigido en los estudios medios. Y menos control porque se produce un cambio sustancial en la estructura académica que descansaba antes en una cierta vigilancia, incluso exagerada vigilancia, y pasa a ser de una total libertad. La posible falta de motivación en el estudiante de enseñanza media pudo ser engañosamente suplida o disimulada por el control de los padres o de los maestros sobre unas notas que permitían seguir la marcha del estudiante, en este sentido «vigilado», pero esta situación es imposible cuando se llega a la universidad y más si cabe cuando uno quiere, por libre elección propia, consagrarse a la investigación de algo que le interesa. La metodología de estudio, por tanto, ha de apuntar fundamentalmente al objetivo de la racionalización del esfuerzo
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intelectual. Nadie en efecto, que no quiera hacer alarde de insensatez podrá cuestionar la absoluta necesidad y cada día más con apremio, con verdadera urgencia habría que decir- de unos conocimientos, llámense como se llamen, que esto no hace al caso ahora, que hagan posible lo que Ortega llama «racionalización intensísima en los métodos de enseñanza» y que consigan, también en expresión orteguiana, la «concentración y simplificación del saber» (81). Ha llegado a ser un asunto urgentísimo e inexcusable, de la humanidad, escribe textualmente Ortega, inventar una técnica para habérselas adecuadamente con la acumulación de saber que hoy posee, que hagan de la institución universitaria un órgano de salvación de la ciencia misma... si la ciencia puso orden en la universidad, ahora será preciso poner también orden a la ciencia, organizarla» (82) ........................................................................................................................................................................
3 Aprender a estudiar. El hábito de estudiar. Cualquiera que fuese la vocación concreta del estudiante que de veras se siente universitario y cualquiera que sea el grupo al que él mismo se adscriba en función de su talante y de sus aspiraciones y aptitudes, con seguridad va a serle útil y necesario adquirir nuevos conocimientos y adquirirlos de un modo eficaz y racional. La escasez y la limitación en su capacidad de aprender es el principio de la instrucción según Ortega (87), y el estudiante ha de administrar primero con avaricia sus propias capacidades para conseguir un rendimiento óptimo. Por este motivo lo primero que ha de aprender es a estudiar, o sea, a ejercitarse en aquella actividad, que no va a poder dejar nunca del todo cuando abandone las aulas universitarias, de modo que estaría más justificada su presencia en las universidades si gracias a ella logró un tal aprendizaje que si lograse tan sólo acumular unos conocimientos técnicos sin dicho aprendizaje, aunque ambos objetivos son naturalmente compatibles y acumulables. Si aprendió una técnica de estudio válida que por la razón que sea no aplica estando en la universidad, pero que está en condiciones de aplicarla fuera ya de ella, su esfuerzo no habrá sido vano y su condición de universitario será ya firme y definitiva. Y si no lo aprendió, los conocimientos adquiridos, aparte de insuficientes de por sí, van a convertirse muy pronto en obsoletos, y su paso por la universidad habrá sido inútil. Habrá dejado de aprender lo más importante y lo que tiene un interés permanente Y es más fácil sustituir las relaciones de producción, llega a decir Martín Serrano, que las pautas cognitivas de representación y las formas culturales consolidadas (88). Es el hábito de estudiar y los métodos para estudiar lo que más interesa adquirir. Los modelos culturales, opina Schiller, una vez establecidos son interminablemente persistentes (89). Y las fijaciones que en este sentido se han producido en la edad joven, adquieren, para bien o para mal, una condición de permanencia. Se trata de que sean hábitos positivos que orienten para siempre el futuro del investigador, del profesional o del hombre de empresa en que de una u otra forma y con distinta intensidad van a convertirse la mayoría de universitarios.
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4. Planificación y estrategia en el trabajo intelectual Un hombre o una mujer pueden acudir a la universidad sin ningún propósito profesional ulterior y sin afanes investigadores de ningún género y sin ninguna ambición de poder o de influencia social, y encontrarían justificado su ingreso en ella y los esfuerzos que hayan realizado durante su permanencia en ella, si han aprendido a estudiar, si han adquirido una
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cultura o al menos se han situado en condiciones de poderla adquirir y de poder continuar por si mismos la formación intelectual en la que fueron iniciados. Aún en la peor de las hipótesis, o sea, la de que sus conocimientos no hubieran aumentado mínimamente, ha sido cubierto un objetivo básico y suficiente: el de colocarse en una especie de rampa ascendente desde la cual es posible, después, adquirir nuevos conocimientos, saborear el placer que da la posibilidad de saber más con sólo llegar a las fuentes cuya existencia ni siquiera conocían. En cuanto a la ciencia, su adquisición no sólo no es gratuita -nada de lo que afecta al mundo del saber es gratuito- sino que exige esfuerzos intelectuales extraordinarios para los cuales también el aprendizaje es útil y necesario. Aprendizaje aquí quiere decir sistematización y organización intelectual y quiere decir también planificación y estrategia. El hombre de ciencia es sobre todo un hombre de estudio y lo es el investigador en grado aún más alto. La universidad debería despertar la afición al estudio en aquellos que ya no lo tuvieron. Yo no comparto en este punto la opinión de Ortega sobre que la notoria falta de vocaciones científicas y de dotes para la investigación sean un estigma de nuestra raza. Esto no ha sido nunca demostrado ni siquiera por los hechos, más válidos sin duda que cualquier tipo de argumentos que por otra parte Ortega no da en este punto concreto de su modo de opinar. Españoles y de nuestra raza son muchos investigadores que descubrieron o hicieron patente su genio creador más allá de nuestras fronteras y no creo que sea una cuestión climatológica. Sólo que allí encontraron medios y ayudas y aquí no. La afición al estudio puede ser despertada y avivada desde fuera y ésta es una función esencial del profesor y de ta institución en la que trabaja el profesor. Las clases y la enseñanza no deberían ser nunca lo que demasiadas veces son: una especie de tortura que convierte en odioso el aprendizaje y en una meta imposible el llegar a saber. No hay transmisión de saber por de pronto y evidentemente cuando el enseñante no siente ningún deseo de hacer partícipes a otros de lo que él sabe, o cuando ni siquiera está seguro de que sea útil la transmisión de ese saber suyo. No la hay tampoco cuando el mismo enseñante no se ha esforzado en conocer un sistema válido para una transmisión eficaz de lo que él cree saber. Aquí se produce, una especie de dicotomía según la cual aparecen incompatibles la función investigadora y la docente al afirmar taxativamente que los investigadores son casi siempre pésimos profesores (93). El que la investigación y la enseñanza sean tareas distintas para las que puedan darse aptitudes y vocaciones también distintas, no quiere decir que exista entre ellos ningún género de incompatibilidad . El investigador en la visión de Ortega seria un hombre necesariamente parcial y el profesor en cambio, sería un hombre de talante integrador especializado precisamente en la construcción de la totalidad. ................................................................................................................................
5 Los objetivos del aprendizaje Llegados aquí se impone formular unas preguntas concretas cuya respuesta cabal sería la mejor justificación de estas páginas. ¿es posible enseñar y aprender una correcta metodología de estudio? ¿se puede constatar un progreso real gracias a un tal aprendizaje?. La respuesta, desafortunadamente, no puede ser tan concreta ni tan clara como lo es pregunta. No lo puede ser ahora
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por supuesto. No hay elementos de juicio suficientemente válidos para darla de manera rotunda ¿Será posible, al menos en un futuro próximo, lo que en este momento todavía no lo es? .............................................................................................................................................................................. Las conclusiones a las que llega Thompson a este respecto son, primero, que el recuento de los hábitos de estudio suministra información sobre los estudiantes sin señalar medidas de habilidad. Y segundo que las investigaciones realizadas indican que los estudiantes pueden ser ayudados con nuevas habilidades mediante adiestramiento. Existe la evidencia de que los estudiantes pueden progresar en su eficacia a través de hábitos de estudio efectivos. Los estudiantes de la universidad que han realizado tales estudios están normalmente mejor organizados, tienen mayor confianza en sí mismos, evitan distracciones, están académicamente mejor orientados y reconocen la importancia de encontrar apropiadas condiciones para estudiar (102) La no existencia o si se quiere la escasa cantidad de cursos y de experiencias docentes encaminadas a adiestrar al estudiante en una determinada metodología y los resultados pobres hasta ahora que se han obtenido de ellos no impide que se den en Thompson y en otros tratadistas del tema afirmaciones tan rotundas como las que se reflejan en sus conclusiones, hasta el punto de referirse a la «evidencia de progresos eficaces y a la posibilidad de adquirir hábitos de estudio efectivos. Las encuestas que han permitido llegar a estas conclusiones no se mueven es claro, en el terreno de la especulación, ni de la pura teoría y los datos conseguidos en ellas permiten alimentar fundadamente la esperanza de que a partir de la clara conciencia de que una necesidad urgente, ha de ser posible encontrar, pasando quizá por una fase inicial balbuciente, un sistema o sistemas válidos para aprender a estudiar, en definitiva para aprender a aprender. Pauk, uno de los tratadistas del tema que se refiere explícitamente a unos cursos dedicados a la enseñanza de la metodología de estudio, afirma, desde una óptica bien distinta a la que es dominante en la mayoría de sus colegas, que la comunidad de estudiantes universitarios necesita conocer dos habilidades para obtener buenos resultados. La primera, el estudiante necesita dominar las lecciones del texto y la segunda necesita saber cómo dominar las lecciones magistrales. Estas tareas no son normalmente enseñadas en muchos de los cursos que él dice conocer. La posición de Pauk queda mejor explicada si se conoce la importancia que él da a la clase magistral y a la toma de nota, como hemos de ver con mayor amplitud en el capítulo próximo. ..............................................................................................................
7. La motivación en el estudio La estrecha relación entre aprendizaje y motivación radica, en buena parte al menos, en el hecho de que uno y otro fenómeno están mutuamente condicionados entre sí. No bastaría una óptima motivación en el que estudia, en la mejor de las hipótesis, para por este solo hecho conseguir un aprendizaje eficaz, un correcto aprendizaje puede no ser suficiente por sí solo para garantizar unos resultados buenos en la actividad Intelectual. Una y otra situación –aprendizaje y motivación- son condiciones necesarias pero no suficientes (por separado se entiende) para alcanzar una meta gratificante en el estudio. Es difícil que de entrada se den [en] un mismo sujeto ambas condiciones, y es en cambio más fácil que arrancando de una sola de ellas se pueda conseguir la otra. Una fuerte motivación impele a buscar un metodología de estudio adecuada y un buen método de estudio es un fuerte estimulante para motivar a quien en principio no lo estaba. El palpar los resultados de un buen método invita a un esfuerzo mayor visto el rendimiento que de él se obtiene incluso a corto plazo. La motivación se intensifica
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mediante vivencias de éxito --escribe Correll (110)-- y este influjo es tanto mayor cuanto menor es el intervalo de tiempo entre el esfuerzo por aprender y su valoración o calificación. Y las vivencias de éxito influyen más positivamente en la motivación cuando se experimentan individualmente qué cuando son confiadas a todo un grupo (*) ............................................................................................
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Hábitos y técnicas de estudio (Aprender es cosa fácil), por PANSZA, Margarita, 5ª. ed. México, ediciones Gernika, 2003, págs.: 111 a 117.
3.5 Hábitos y Técnicas de Estudio Rutinarias y Deficientes Objetivos: • Identificarás malos hábitos de estudio que interfieren en tu desempeño escolar. • Ejercitarás algunas estrategias de aprendizaje que te permitan mejorar tus hábitos de estudio. Durante tu permanencia en la vida escolar has adquirido hábitos de estudio que han sido determinados, en parte por tu propia actividad y en parte por las orientaciones de las instituciones escolares en las que has permanecido, así como las técnicas de enseñanza de tus profesores. Todo lo que vives en tu vida escolar, de alguna forma contribuye para que desarrolles una forma de enfrentarte al conocimiento, construyas una cierta metodología de estudio que la mayor parte de las veces no evaluamos. Se hace necesario que reconozcas y evalúes tu forma de estudiar, ya que su análisis constituye el punto de partida para ir conformando tu propio estilo cognoscitivo y actitudinal que será de utilidad para la superación de formas de respuesta aprendidas. Quizá lo primero que debas reflexionar es el ¿porqué estás en la escuela? ¿Qué finalidad tiene para ti estudiar? No es fácil contestar esta pregunta, y generalmente, surgen varias respuestas simultáneamente. ...................................................................................................... - "Deseo prepararme bien para conseguir un buen empleo y mejorar mi situación" - "Porque es mi obligación" - "No sé, nunca había pensado en ello" - "Porque me gusta" Las respuestas pueden ser muchas, pero lo importante es que sobre esta pregunta tú trabajes mucho y tengas conciencia de ¿por qué estás realizando tus estudios?, ¿qué implica para ti el trabajo intelectual?, ¿en qué forma se relaciona este con tus proyectos de vida?, ¿en qué medida estás sólo respondiendo mecánicamente a una exigencia social?, ¿en qué grado estás comprometido con tu papel de estudiante? Esta pregunta te puede parecer en primera instancia distante de una metodología para el aprendizaje, pero indudablemente constituye el primer paso en la adopción de una actitud frente al estudio. Clarificar lo más posible nuestra motivación para el estudio, implica iniciar con un proceso de reflexión una actividad que con el paso del tiempo se ha vuelto rutinaria "estudiar". Esto constituye un primer elemento para romper con un hábito que con frecuencia se adquiere en la vida escolar, -"caminar, caminar, caminar sin meditar a dónde se quiere llegar".
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Surge inmediatamente otra pregunta.
¿Cómo estudias, qué procedimientos sigues, etc.? El estudio es un aprendizaje dirigido, ya sea por ti, tus maestros o la institución educativa en donde estás; hay diversos métodos de estudio, cada uno producirá un resultado particular de aprendizaje. Es difícil elegir en abstracto técnicas de estudio, es necesario saber qué es lo que vamos a estudiar y clarificar el objetivo del estudio y así seleccionar entre una serie de técnicas particulares, aquéllas que mejor se ajusten a nuestros objetivos. En este texto te hemos dado varias técnicas de estudio, su experimentación te permitirá hacer los ajustes necesarios a los mismos. El conocer la naturaleza de las materias de estudio y los objetivos que persigues te permite seleccionar las más adecuadas a tus necesidades.
Si pretendieses ampliar tu dominio del lenguaje, ¿qué opinarías, si te sugiriésemos que tomases un diccionario y aprendieras cada día 3 palabras de cada una de las letras del abecedario durante cuatro meses? Indudablemente esta técnica resultaría tediosa, implicaría un proceso muy largo y muy pobre, ya que el lenguaje es algo más que una lista de palabras, como hemos ya estudiado. Y en este caso particular de un mayor dominio del lenguaje sería mucho más útil ejercitar las habilidades lingüísticos que ya has estudiado. Otra forma común de abordar los estudios es el fragmentar la información en pequeñas partes, y memorizarlas, centrando todo el esfuerzo en recordar estos fragmentos sin preocupaciones por la comprensión total, este hábito de estudio nos plantea muchas dificultades cuando necesitamos aislar e identificar los conceptos o establecer relaciones entre los elementos que integran la información. Este hábito es muy común, si a algunos de nosotros nos preguntan cuanto son 8 x 9, y aprendemos la tabla de multiplicar de memoria, tenemos que empezar por recordar desde 8 x 1 hasta llegar al 8 x 9. Desde luego que este tipo de hábitos de estudio se ve favorecido por técnicas de enseñanza que ponen más énfasis en la memorización que en la comprensión, y por eso resultan también difíciles de superar, ya que son propiciadores en algunos medios escolares. Si en tus hábitos de estudio encuentras presente la fragmentación y memorización como una constante, tienes que emprender un proceso de reaprendizaje que, muchas veces, es lento y difícil. Una técnica que te ayuda a superar este hábito, es la realización de ejercicios como el que realizaste con el texto de Guy Rocher sobre "Estructura y Estructuralismo", o bien la resolución de problemas en el caso de comportamientos matemáticos.
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.................................................................................................................................................................................. El tiempo que nosotros dedicamos a estudiar es otro elemento que debemos tener presente cuando pretendemos mejorar nuestro rendimiento intelectual en el sistema escolar. Va a estar íntimamente relacionado con la finalidad que para nosotros tiene el estudio. Si tú tuvieses el hábito de estudiar sólo cuando tienes un examen, implica que tienes acercamiento con las materias de estudio en un período de tiempo muy reducido y en forma casi simultánea con todas las materias que generalmente se presentan en un mismo período de exámenes. Esta forma de abordar el trabajo intelectual está íntimamente relacionado con el solo propósito de "pasar el examen", y representa una asimilación por parte de los estudiantes del carácter represivo con que es revestido el "examen" en el sistema escolar, parece ser que la importancia de la asistencia a la escuela quedara reducida al desarrollo de la habilidad de pasar exámenes, dejando a un lado en segundo o tercer término el desarrollo intelectual y social que el aprendizaje escolarizado debe implicar. Cuando uno desarrolla este hábito de estudiar sólo en los exámenes y desea romperlo, debe reflexionar sobre la finalidad que presenta para uno el desarrollo intelectual a través del estudio sistemático y entender que aunque a veces en el sistema escolar se sufren presiones que tienden a centrar el trabajo intelectual en el examen, no debe ser necesariamente esa nuestra propia finalidad. Si te has habituado a estudiar sólo cuando te lo piden tus profesores, es necesario que reflexiones si ello no responde a un cierto grado de dependencia intelectual que has internalizado a través de tu vida escolar. Y nuevamente te remitimos a la reflexión sobre la finalidad que para ti tiene el estudio, ya que indudablemente a esta pregunta no tienes una respuesta única. ¿Estudias para evitar el castigo? ¿Para obtener cierto prestigio social con tus compañeros y maestros? ¿Por estudiar sólo como una respuesta a una presión externa? Es difícil llegar a afirmar rotundamente que si sólo estudiar por presión externa es por una marcada actitud dependiente, ya que desde luego en tu historia personal, hay muchos factores que nosotros no podemos a distancia interpretar. Lo que nos interesa no es lo acertado de nuestras reflexiones sobre tus problemas y analices la reflexión que tú realices sobre los mismos a fin de que delimites tus problemas y analices situaciones. Nosotros sólo haremos comentarios en general que pueden ayudarte en tu proceso de reflexión. Hay muchas circunstancias de tu vida que debes considerar cuando estableces un plan personal sobre "¿Cuándo estudiar?", quizá lo ideal seas sugerirte que estudies todos los días 1 ó 2 horas sistemáticamente, pero la viabilidad de tales sugerencias está condicionada por tu tiempo real disponible, ¿eres estudiante de tiempo completo? ¿trabajas y estudias? ¿qué otras actividades recreativas y deportivas realizas? ¿cuál es tu nivel académico real en relación a los estudios que actualmente cursas: muy malo, bueno, muy bueno? (eso implica el saber si tienes que destinarle un tiempo adicional), ¿qué tan constante? o ¿tienes que fijarte pequeñas metas que te permitan ir viendo los resultados en forma más inmediata? Estas preguntas y muchas más debes tener presente al elaborar un plan de trabajo con miras a mejorar tu rendimiento académico; más que pretender seguir planes u horarios elaborados por otros, debes hacerlos personalmente tomando en cuenta que el estudio es una actividad más integrada en tus proyectos de vida y no una actividad independiente de toda tu problemática. Sólo te sugerimos que tu plan responda a tu realidad, que tengas clara la finalidad que para ti tiene el estudio y, en función de eso, te fijes metas objetivos realistas y significativos que te permitan superar hábitos indeseables, tales como la dependencia, memorización, desorganización, el inmediatismo de salvar los exámenes, la rutina, etc.
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Ya en otro nivel pero relacionado con cierta dependencia intelectual, tenemos el hábito de estudiar atendiendo sólo a los apuntes que tomamos en el salón de clases, ya sean propios o dictados por el profesor, esto no surge de la nada se debe a varios factores, por ejemplo: - la costumbre de aceptar la palabra del maestro como una verdad absoluta; - problemas económicos para la adquisición de libros; -
la falta de costumbre de acudir a las bibliotecas públicas o escolares; - la inseguridad frente a nuestro trabajo intelectual independiente;
- la experiencia escolar acumulada, que asegura el éxito de los exámenes si se repiten textualmente las palabras del profesor, etc. En los estudios de nivel medio superior y superior la complejidad misma de las materias hacen inoperante el poder estudiar apoyándose solamente en los resúmenes tomados en clase, se hace necesario consultar libros que lo complementen, profundizar los temas. El acudir a las bibliotecas puede representar un alivio a los problemas económicos que actúan, algunas veces, como elementos importantes para la no adquisición de libros propios. La información que resumimos en notas rápidas suele estar distorsionada, sobre todo, cuando pretendemos tomar todo lo que el profesor habla. Las notas de clase no deben ser la única fuente de estudio y de consulta, sino sólo una ayuda que nos permita identificar el núcleo de las ideas abordadas en clase y que deberán ser ampliadas en otras fuentes. Por lo dicho anteriormente, nos damos cuenta que las notas de clase no deben ser la única fuente para, reafirmación, estudio y consulta de los conocimientos, tan sólo serán una ayuda para identificar el núcleo de las ideas que se han abordado en clase y que deberán ser ampliadas en otras fuentes.
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Cómo estudiar. Por STATON, Thomas F., 10a. reimpresión, México, editorial Trillas, 2004, págs.: 27 a 41; 55 y 56.
Una técnica para estudiar Imagina que te sientas en una silla cómodamente y que lees un libro que te dice cómo nadar. Después sigues con otros asuntos durante los siguientes días sin pensar en lo que has leído, y solamente lo haces cuando entras en la alberca. Naturalmente, tu brazada mejorará muy poco, si es que mejora, por resultado de tu lectura. Asimismo, si solamente lees este manual estarás desperdiciando lamentablemente tu tiempo, pues no se trata simplemente de un boletín de información. Describe, más bien, procedimientos que deberán practicarse para que sean útiles. No podrás estudiar mucho mejor si lees este manual, pero aprenderás más con un poco de tiempo que dediques al estudio, si llegas a entender los principios y procedimientos que da a conocer y si los aplicas cuando estudias. Para aprender bien mediante este libro, se requiere una lectura eficiente, pues poca gente lee con todo el provecho con que podría llegar a hacerlo; por lo que, en primer lugar, presentaremos un método de estudio en el que se lee el material asignado para adquirir la mayor cantidad posible de conocimientos y de memoria, independientemente del tiempo dedicado a la lectura. Este método para estudiar se llama método PQRST.(*) Es fácil de recordar porque, como se ve, contiene cinco letras consecutivas del alfabeto. Se trata de un procedimiento de estudio que se ha preparado para obtener el máximo provecho de los factores que ayudan al aprendizaje. Se ha puesto a prueba repetidamente, comparándose los resultados obtenidos entre un grupo de alumnos que estudiaron siguiendo el método PQRST, con los de otro grupo que aplicó sus métodos comunes de estudio. Los estudiantes que siguieron el método de estudio PQRST obtuvieron, consecuentemente, un promedio de calificaciones superior en las pruebas que se hicieron del material estudiado que el que obtuvieron los estudiantes que no utilizaron el método PQRST. Se han repetido estos experimentos, mediante procedimientos muy diferentes, y se ha comprobado que los grupos que emplean el método PQRST obtienen mejores calificaciones en las pruebas, independientemente de que los grupos en confrontación dediquen poco o mucho tiempo al estudio. En otras palabras, si solamente se dispone de poco tiempo para estudiar, los alumnos parecen aprender y recordar más si utilizan todas las fases del método PQRST, aunque sea rápida y brevemente, que si omiten alguna o algunas de ellas. En cada una de las cinco etapas que vamos a examinar hay dos cosas que debemos conocer: a) Cómo se realiza la etapa. b) Cuáles son los resultados de su buena realización.
______________________________________________ pie de página: (*) Este método consta de cinco fases que se llaman, en inglés:
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Preview Question Read State Test Para observar la tendencia nemotécnica del autor (PQRST) se decide utilizar una fórmula equivalente (EFGHI), que correspondiese, en cuanto su significado, a las palabras inglesas cuyas siglas integran el nombre de método: P =Examen preliminar Q = Formularse preguntas R = Ganar información mediante la lectura S = Hablar para describir o exponer los temas leídos T = Investigar los conocimientos que se han adquirido. Hay que admitir que estas traducciones españolas presentan el inconveniente de estar formadas, en cada caso, de dos o más palabras; pero e necesario tener en cuenta que, además de corresponder al significad inglés, ofrecen otras ventajas: claridad y precisión para el estudiante d habla española y, también una equivalencia nemotécnica: PQRST = EFGHI No obstante, a lo largo de este libro, se utilizan las siglas originales de est método (PQRST). [N. del T.] El método de estudio PQRST -----------------------------------------------------------------------------La primera etapa, en el método de estudio PQRST, consiste en un EXAMEN PRELIMINAR del material que se va a estudiar. Ya sabes lo que es hacer un examen preliminar. Muchas veces has visto un "avance" o examen preliminar de la próxima película en un cine -una rápida ojeada para ver lo que viene más adelante- para conocer el plan e idea generales, para despertar tu interés en ver más, aunque no se ofrecen los detalles, lo cual es exactamente lo que tienes que hacer en el EXAMEN PRELIMINAR del método PQRST. Puedes efectuar este EXAMEN PRELIMINAR mediante cualquiera de los diferentes procedimientos que se mencionan a continuación. Muchos autores de libros de texto dividen su material en temas o subtemas. Otros colocan breves títulos descriptivos al principio de estos temas. Si esto se ha hecho, el análisis de estos títulos te proporcionará una idea más clara y general del asunto que debes aprender. Si el autor no emplea títulos para los temas, puedes encontrar oraciones clave en el primero o en el último de los párrafos, que proporcionan una idea general sobre el contenido de éstos. Un vistazo rápido te indicará si el autor ha empleado este medio de estudio; si así es, estas oraciones clave equivalen, en importancia, a los títulos de los temas.
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Si el autor no ha hecho ninguna de estas cosas, quizá ha preparado un resumen, al final del artículo o del capítulo, en el que se incluyen las principales ideas contenidas en ellos. Si se dispone de estos resúmenes, contarás con excelentes elementos para hacer el EXAMEN PRELIMINAR del material. Primero lee el resumen, con el propósito de obtener una idea general del capítulo. Si no se dispone de ninguno de estos tres auxiliares para hacer el EXAMEN PRELIMINAR, tienes que depender del más difícil, pero más valioso y útil de los procedimientos para efectuar el EXAMEN PRELIMINAR: el de escudriñamiento, que consiste en leer rápida pero cuidadosamente, una página de arriba abajo, no leyendo palabra tras palabra, ni siquiera mirando a cada una de las oraciones, sino tomando una frase aquí y otra allá para tener una idea de lo que el autor está tratando y para conocer el procedimiento general que emplea. Desarrollar esta habilidad, de escudriñar rápidamente y bien, requiere cierta práctica, pero una vez obtenida se convierte en un valioso auxiliar para un estudio completo, y en una gran ayuda para examinar rápidamente determinado material y ver lo importante y lo intrascendente. La ejecución adecuada de la etapa que se ha llamado EXAMEN PRELIMINAR te proporcionará el cuadro general que el autor está dando a conocer en su escrito y te ayudará a descubrir la verdadera idea que está tratando de probar. Distinguir exactamente lo que el autor está tratando de hacer te facilita localizar y reconocer los puntos más importantes de las páginas que vas leyendo. El EXAMEN PRELIMINAR también te permite juzgar la organización del tema que vas a estudiar. Es como mirar la imagen de un rompecabezas antes de juntar sus piezas. Tener una idea
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general de un capítulo te ayudará considerablemente para ver cómo se interrelacionan los temas. Esta etapa del proceso del estudio muestra la organización del autor y te ayuda a precisar por qué vas a estudiar este material. La segunda etapa del método de estudio PQRST, consiste en FORMULARSE PREGUNTAS. Cuando estés leyendo el título del capítulo o del tema, o cuando te encuentres desarrollando el EXAMEN PRELIMINAR, te detendrás un minuto, para preguntarte: ¿Cuál será precisamente el contenido del tema que lleva este título?, y conforme vayas desarrollando el EXAMEN PRELIMINAR, FORMULA algunas preguntas que consideres que podrán contestarse mediante una cuidadosa lectura del material.
Por ejemplo, imagina que estás leyendo un trabajo sobre la vida de Edgar Allan Poe. Las preguntas que podrías esperar que fuesen contestadas son: ¿Cómo fue su infancia?; ¿cuál fue su educación?; ¿cómo influyeron estos aspectos en lo que escribió?; ¿hubo algún acontecimiento especial en su vida que permita explicar el horror y la tragedia contenidos en la mayor parte de sus escritos?; ¿es correcto suponer que haya sido influido, considerable y especialmente por los trabajos de algún otro autor?; ¿en qué forma ha influido su obra en otros autores? Todas estas preguntas podrán FORMULARSE teniendo en cuenta solamente el título del trabajo. Tú puedes FORMULAR preguntas, más detalladas, conforme efectúas el EXAMEN PRELIMINAR del tema. Puede encontrarse
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también, a menudo, una lista de preguntas al final del capítulo o de la lectura asignada. Es un buen recurso buscar tales preguntas antes de que inicies la lectura formal. Léelas todas después de tu EXAMEN PRELIMINAR y consérvalas en la mente mientras haces cuidadosamente tu lectura. Encontrarás que este sistema de realizar la segunda etapa, la de FORMULARSE PREGUNTAS, se ajusta debidamente con la sugerencia de que leas -si existe- el resumen del capítulo antes de leer detalladamente este último, como se te indicó en la etapa llamada EXAMEN PRELIMINAR, ya que ambos suelen aparecer al final del capítulo. Puedes ver, según lo anterior, que una de las formas para mejorar el estudio consiste en aprovechar al máximo todos los elementos útiles que proporciona el autor. Esto indica que, algunas veces, no tomarás las cosas en el mismo orden en que el autor las ha colocado en su texto. Si el autor coloca algo (resumen, por ejemplo, o una lista de preguntas para estudiar) al final de un capítulo y te puede ser más útil si lo lees primero pues... ¡léelo primero! ¿Qué ventajas obtienes en esta etapa de FORMULARSE PREGUNTAS anticipadamente? Ya hemos mencionado que es útil saber con exactitud lo que se busca cuando se está estudiando. Cuanto más te esfuerces por encontrar las respuesta a preguntas provechosas e inteligentes, conforme vas estudiando, mayor será la probabilidad de que tu aprendizaje sea eficaz. Estas preguntas te proporcionan objetivos inmediatos que hay que investigar, y no precisamente una idea general de lo que vas a percibir al estudiar todo el capítulo. Te indican lo que debes buscar en cada subtema, en cada oración y en cada párrafo. Te estimulan a estar pendiente de los detalles durante tu lectura. También te facilitan concentrar la atención en lo que estás leyendo. Dicho de otro modo: las preguntas favorecen tu concentración, ya que te indican lo que tienes que precisar a lo largo de tu estudio. Esta etapa, que consiste en FORMULARSE PREGUNTAS, ayuda mucho en el momento de preparar los exámenes. Las buenas calificaciones en los exámenes no son la única razón para estudiar; pero sería ridículo pensar que no son importantes en el trabajo escolar. Solamente puede formularse un número limitado de buenas preguntas sobre determinada cantidad del material que se estudia. Conforme desarrolles cierta habilidad para FORMULAR PREGUNTAS mientras estudias, encontrarás que aparecen en los exámenes, en cada ocasión, mayor número de las preguntas que te haces y cuyas respuestas conoces. Conforme conozcas las características de tus maestros para hacer exámenes, irás deduciendo, cada vez en mayor número, las preguntas de éstos. Si has estudiado cuidadosamente aunque sea unas cuantas preguntas que aparezcan en el examen, ¡éstas te serán de gran ayuda! Si escribes las preguntas que te formulas cuando realizas esta etapa, las estudias a diario y las repasas al preparar un examen, puedes mejorar mucho tus calificaciones. Nuestra tercera etapa en el método PQRST consiste en LEER, es decir, en GANAR INFORMACIÓN mediante la lectura y no leer solamente las palabras. La lectura eficiente exige ser activo. Cuando empezamos la lectura de un estudio que nos han dejado, muchos de nosotros nos sentamos en una silla cómoda, nos recargamos sobre su respaldo, colocamos los pies sobre el escritorio y el libro sobre las rodillas, y leemos. Nuestros ojos están activos -leen palabra tras palabra, todo lo que está escrito en la página- pero nuestra mente suele distraerse. El resultado es que leemos un párrafo, palabra tras palabra, y entonces, nos damos cuenta de que no tenemos la menor idea de lo que hemos leído.
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La trascendencia de la lectura eficaz depende de la actitud, dicho de otra manera: hay que pensar intensamente en lo que se está leyendo. Tu mente no es como un terreno seco que absorbe el conocimiento sin ningún esfuerzo y que lo toma, tan sólo, al entrar en contacto con él. El conocimiento es, más bien, como una pelota que ha sido pateada al aire y que debe perseguirse y atraparse, antes de hacer algo con ella. Aprenderás en el mismo grado en que tu mente se conserve atenta y comprenda cada aspecto de lo que estás leyendo. Todo aprendizaje es un trabajo que pide a tu cerebro entrar en acción, y esto ocurre cuando actúas con interés y dinamismo en relación con el material que vas a aprender. En el capítulo 2 se proporcionan otras indicaciones para perfeccionar y acrecentar tus condiciones de estudio, mejorando tu actitud. El cuarto paso de nuestro método de estudio consiste en HABLAR PARA DESCRIBIR O EXPONER LOS TEMAS LEÍDOS. Con esto queremos decir que repitas oralmente, en tus propias palabras, lo que has leído. Cuando termines de leer un párrafo, reclínate hacia atrás, deja de ver tu libro y vuelve a decir lo que el autor ha mencionado. Después de que hayas dominado la ejecución de esta etapa, tal vez preferirás leer toda una sección o capítulo antes de detenerte para volver a repetir lo que ya has leído, y puede serte útil, cuando hayas leído varias páginas, mira el título del tema para recordar lo que se ha mencionado en él. Si lo que estás leyendo no tiene temas con títulos, entonces subraya las partes importantes conforme las vayas leyendo. Los subrayados te recordarán los puntos importantes y te servirán para reconstruir el tema, en tu imaginación, tan completamente como sea posible. Si no se trata de un libro de tu propiedad, naturalmente no deberás subrayarlo. En este caso, podrías describir de memoria lo que has leído y,
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después, confirmar con el texto si tu resumen ha sido correcto. Al terminar tu exposición será conveniente que vuelvas a pensar en los puntos importantes para comprobar si recuerdas suficientes detalles que abarquen los hechos que se mencionaron en la descripción. Conviene que este recordatorio se haga en forma verbal; o sea, decir realmente las palabras en voz alta o murmurándolas. Pensar nada más: "¡Oh... hum... ah. . .!, ya recuerdo..., esto trata de... sí, lo sé todo", no es suficiente
por ningún motivo. Todos hemos tenido la experiencia de pensar en algo y decirnos: "Sí es una buena idea, sé todo sobre eso", y más tarde, cuando empezamos a explicar la idea a alguna otra persona, nos encontramos con que no somos capaces de expresarla correctamente. Una idea vaga e incierta, que no puede aplicarse con palabras efectivas y claras, tal vez no tenga ningún valor para nadie. Es claro que no se puede hablar de un asunto, ni presentar un examen sobre él -con buenos resultados-, si sólo se tiene una idea indefinida o confusa sobre el tema. Después de todo, la única forma de que disponemos para saber si podemos expresar con palabras un tema -por estar suficientemente claro en nuestra mente- es, precisamente, ¡expresarlo mediante palabras! Por tanto, haz precisamente esto. Al reconstruir el tema por medio de un resumen, de subrayados, de títulos o indirectamente de tu memoria, presenta tus ideas con palabras eficaces para asegurarte de poder manejarlas con claridad y precisión. Repítelas
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mentalmente o en voz alta. Si lo realizas, esta etapa íntegramente probará que respondes al estímulo del estudio que es absolutamente necesario para el aprendizaje. De esta manera te encuentras en plena actividad mental cuando haces un resumen del material que el autor ha expuesto, ya que vuelves a expresar el tema, pero ahora con tus propias palabras. Al hacerlo se desarrolla otro aspecto necesario para el aprendizaje que es entender la organización. Es imposible comprender una materia o un tema perfectamente si sólo se conocen los hechos individuales de esa materia o tema, o si sólo se tiene una ligera idea de cómo esos hechos se combinan para dar forma a toda la materia o a todo el tema. No puedes expresar lo que dice el autor, con tus propias palabras, salvo que hayas creado, en forma clara en tu mente, la imagen completa, es decir la organización de lo que él está diciendo. La etapa que hemos llamado HABLAR PARA DESCRIBIR O EXPONER LOS TEMAS LEÍDOS, contribuye también en mucho para lograr la comprensión de lo que estudias; es otro de los elementos esenciales del aprendizaje. Para reconstruir un tema con tus propias palabras, debes tener un conocimiento real del contenido y del significado de la materia, y una comprensión efectiva de lo que representan las palabras y las ideas. Si descubres la organización que ha empleado el autor, y si puedes expresar sus ideas con tus propias palabras, seguramente has aprendido el material bastante bien y podrás utilizarlo. Te aprovechará lo que aprendes tanto como puedas aplicar el conocimiento adquirido en las situaciones en que lo necesites, ya se trate de exámenes o de otras actividades de tu vida. Rara vez podrás aplicar el conocimiento y la información y, por tanto, rara vez podrás obtener gran utilidad de ellos, salvo que realmente comprendas lo que significan esos hechos e ideas, lo que representan en conjunto, y cuál es su punto esencial. Podrías repetir de memoria, con gran exactitud, un determinado conjunto de datos sin comprenderlos. ¡Un perico también puede repetirlos! Indudablemente, tales hechos carecen, en estas condiciones, de valor para ti; pero si puedes expresar los datos con tus propias palabras, en tal forma que tengan un significado para ti, seguramente podrás aplicar tus conocimientos en determinadas situaciones con gran provecho personal. La realización de esta etapa te brindará un medio valioso y seguro de saber el grado de eficacia que ha tenido tu estudio; te permitirá saber si necesitas estudiar un poco más un tema dado, y sobre que puntos necesitas un estudio adicional. Es una pérdida de tiempo volver a estudiar el material que ya conoces y comprendes claramente, o estudiar material nuevo cuando el básico no ha sido realmente aprendido. Si puedes reconstruir lo que has leído a partir de tus anotaciones, sabes perfectamente bien que puedes seguir adelante sin dedicar más tiempo a lo que ya aprendiste; pero si no es así, continuar con material nuevo, en estas condiciones, probablemente determinará que además de acumular más material "semiaprendido", impreciso y sin ninguna utilidad, inviertas mayor cantidad de tu tiempo sin obtener resultados positivos. Es necesario insistir en la importancia que tiene -en la ejecución de esta cuarta etapa: HABLAR PARA DESCRIBIR O EXPONER LOS TEMAS QUE HAYAS ESTUDIADO- emplear tus propias palabras.
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Diversas pruebas de laboratorio han demostrado que la persona que dispone de cierta cantidad de tiempo para estudiar un tema, independientemente de que sean quince minutos o cinco horas, generalmente obtiene mejores calificaciones en los exámenes sobre el material visto, si dedica, por lo menos, la mitad de su tiempo total de estudio a meditar, esto es, a pensar nuevamente sobre lo leído -como tiene que hacerse en la etapa de HABLAR PARA DESCRIBIR O EXPONER LOS TEMAS LEÍDOS-. Esto significa que si dispones de toda una hora para estudiar un capítulo, generalmente obtendrás mejores resultados si empleas treinta minutos, o un poco menos, en las etapas de EXAMEN PRELIMINAR y en la de lectura (GANAR INFORMACIÓN MEDIANTE ELLA y no leer sólo palabras) y, cuando menos, treinta minutos en las etapas de FORMULARSE PREGUNTAS y que implica HABLAR PARA DESCRIBIR O EXPONER LOS TEMAS LEÍDOS. Si reflexionas brevemente encontrarás que estas dos últimas etapas implican, prácticamente, el mismo tipo de proceso mental. Ambas exigen que se piense, que se emplee nuestra memoria, y que organicemos y analicemos nuestras ideas e informaciones basándonos en nuestros propios esfuerzos. Las etapas de EXAMEN PRELIMINAR y de lectura (GANAR INFORMACIÓN MEDIANTE ELLA y no leer sólo las palabras), por otra parte, son semejantes en cuanto a que están relacionadas, esencialmente, con tu esfuerzo para adquirir la información que proporciona el autor. Por tanto, ten presente que ocupar la mitad de tu tiempo de estudio en las dos etapas que necesitan meditación y la otra mitad en la lectura, parece ser el mejor procedimiento. Muchos especialistas recomiendan que se dediquen unos dos tercios del tiempo de estudio a la meditación; pero seguramente ninguno de ellos recomendaría que se dedicara menos de la mitad. Es muy común no dar importancia a este proceso de meditación dentro del trabajo intelectual porque suele ser más difícil pensar que leer. Incluso, es mucho más fácil que te engañes creyendo que has meditado un tema aunque en verdad no te hayas enterado de la lectura. Por lo que el procedimiento más adecuado consiste, probablemente, en que hagas de la observación atenta un principio de acción que emplearás durante tu proceso de estudio, asegurándote de que no reduces ni modificas las dos etapas de meditación. Concédele mayor importancia a la etapa de HABLAR PARA DESCRIBIR 0 EXPONER LOS TEMAS LEÍDOS, ¡si realmente estás interesado en aprender recordar! La última etapa, en tu técnica de estudios PQRST, consiste en INVESTIGAR LOS CONOCIMIENTOS QUE HAS ADQUIRIDO. Quizá SI pongas que, siendo las escuelas y los maestros lo que son, tendrás gran cantidad de exámenes ¡sin que tengas que ¡de, ninguno por ti mismo!; pero la quinta etapa del sistema PQRST (INVESTIGAR QUÉ CONOCIMIENTOS HAS ADQUIRIDO), es una de las comprobaciones que tienes que hacer para asegurarte mejores calificaciones en esas pruebas que inevitablemente tendrás que presentar. Esto es realmente una forma abreviada de la etapa anterior ya descrita, pero que se efectúa, con fines de repaso, algún tiempo después de tu primer estudio. Lo que se del recordar es que el repaso se basa en la meditación sobre material que se está revisando más bien que en pasar los ojos rápidamente sobre él. Los mismos conceptos que se han mencionado sobre la actitud y sobre la etapa que hemos llamado HABLAR (PARA EXPONER O DESCRIBIR
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LOS TEMAS LEÍDOS), se aplica aquí. Cuando se repasa, se aprende de memoria determinado material no porque tus ojos lo vean por segunda o tercera ve sino como resultado de lo que sucede cuando tu cerebro empieza pieza a examinar el material completamente por segunda o tercera vez.
Si consideras el repaso como un examen (para ver cuánto recuerdas y para determinar cuáles son tus puntos débiles, en lugar de mirar sólo tus notas o el material), te darás cuenta de que recuerdas más y de que puedes emplear tus conocimientos con gran provecho al hacer tus exámenes o al aplicarlos en otros usos. Por ello, cuando repases, utiliza un procedimiento abreviado del paso que hemos llamado HABLAR (DESCRIBIENDO O EXPONIENDO LOS TEMAS LEÍDOS). A esto lo llamamos INVESTIGACIÓN DE LOS CONOCIMIENTOS QUE SE HAN ADQUIRIDO.
Conclusión Esta es la técnica de estudio PQRST. Se ha comprobado que cada una de sus etapas es un eslabón necesario de una cadena que conduce a un estudio más eficiente. No hace milagros. No puede proporcionar aprendizaje salvo que le dediques tiempo y trabajo. Sin embargo, si estás pensando: "Este sistema puede ser bueno, pero tarda más tiempo del que se puede dedicar al estudio y es muy complicado de seguir", conviene tener presentes estas tres condiciones:
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1. Con cualquier tiempo que le dediques -si lo divides entre la lectura y la meditación, como se ha descrito antes-, podrás aprender y recordar más que si omites la parte relacionada con la meditación. 2. Si para estudiar empleas breves periodos, desligados entre sí, y no sigues un plan sistemático de estudio, el tiempo empleado no te dará tan buenos resultados como los que obtendrías con el total de ese mismo tiempo si lo distribuyes y lo usas sistemáticamente, como en el método PQRST. 3. La mayor parte de la gente informa que cuando se usa correctamente el método PQRST, resulta mucho más sencillo y fácil de llevar a cabo de lo que suponían. De modo que ¡pruébalo! No concluyas que será difícil de hacer ni que tardará mucho tiempo; no lo dejes pasar sin haberlo ensayado. Practícalo unas seis veces y encontrarás que verdaderamente es muy fácil y sencillo, por muy difícil que pueda parecerte cuando lo apliques por primera vez. Un poco de tiempo, dedicado a desarrollar la habilidad necesaria para usar el método PQRST, te producirá grandes dividendos por el tiempo que ahorrarás en los estudios posteriores y por las mejores calificaciones que obtendrás. Esto no es sólo teoría; se ha probado repetidamente con las experiencias reales de estudiantes y alumnos como tú. Ensáyalo.
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El proceso del aprendizaje Poca gente aprende con eficiencia. No es difícil hacerlo; pero pocos lo intentan. Muchas personas creen que el aprendizaje se obtiene automáticamente, con sólo leer o escuchar. Nunca se les ocurre pensar que el aprendizaje sea una ciencia basada en principios y procedimientos bien definidos. Cualquiera que sea tu capacidad o tu nivel escolar, puedes enseñarte a usar estos principios con eficacia siempre que necesites aprender algo. Haciendo esto tendrás una formidable ventaja sobre quienes no los aplican. Solamente estudiamos por una razón: para aprender. Sin embargo, casi toda la gente con pensamiento confuso "estudia" para cumplir con una tarea, para leer determinado número de páginas, o quizá para ocupar una cierta cantidad de tiempo. Ninguno de estos propósitos tiene importancia. El objetivo debería ser el de obtener un determinado éxito mediante el aprendizaje. La finalidad real del estudio es adquirir la capacidad de hacer algo nuevo, lograr entender algo, en vez de dar vuelta a cierto número de páginas. Sin embargo, esta idea nunca se le ha ocurrido a mucha gente. Preguntémonos primero: ¿Qué es el aprendizaje? ¿Cuáles son sus resultados? El aprendizaje consiste en adquirir nuevas formas para hacer las cosas o para satisfacer los de seos. Advierte la idea de hacer en esta definición. No estamos considerando el aprendizaje como el simple hecho de trasladar datos de un libro a la mente de alguien, ni de una persona a otra. No consideramos que alguien está aprendiendo porque esté almacenando en su mente más conocimientos o mayor información. Tú has oído la expresión "idiota con iniciativa". Este término se aplica a la gente que, simplemente, ha trasladado a su mente hechos que proceden de otras fuentes. Nuestra definición de aprendizaje abarca mucho más que esto. Una persona ha aprendido según la capacidad con que pueda realizar eficazmente cualquier cosa que necesite en su vida, y si logra, además, triunfar personalmente sin distinción de cuántos hechos conozca, y salvo que pueda emplearlos con eficiencia para hacer su trabajo adecuadamente, vivir satisfecho y desempeñarse generalmente bien en la vida, no habrá aprendido nada valioso desde el punto de vista práctico. Para que algo sea valioso para ti, tu educación debe ayudarte en alguna forma para vivir mejor o con más satisfacciones. No hay caso en adquirir conocimientos, a menos que ellos te capaciten para hacer algo con más eficiencia, ya se trate de tu próximo trabajo o de todo el trabajo que implica vivir una vida de satisfacciones. En el mundo de hoy generalmente se juzga a una persona por lo que puede hacer y no por el número de datos que haya archivado en su cerebro. Por tanto, para ser eficiente en lo que te interesa, el aprendizaje debe proporcionarte mejores formas para hacer algo. Rara vez podrás aprender a hacer las cosas mejor sin estudiar primero los hechos. Esta es condición esencial para mejorar la ejecución de un trabajo. Pero el solo hecho de aprender un dato no garantiza mejoramiento en hacer algo. Para que los conocimientos sean más útiles deben aprenderse en relación con algo que puedas hacer. Mientras estás aprendiendo deberás pensar en aplicar esos conocimientos para llegar a ser más eficiente en tus estudios ulteriores, en tu trabajo, o en tu ajuste en la vida.
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La necesidad de un aprendizaje eficaz en una escuela vocacional o de capacitación es fácil de apreciar; lo que aprendas ahí te ayudará en el trabajo para el que te estás preparando. En cuanto a las llamadas materias "académicas", son realmente tan útiles como las vocacionales. Su utilidad se funda en la capacitación que te proporcionan para desempeñar airosamente tus actividades como ciudadano, en la vida social, o para el pensamiento crítico o intelectual, ¡en eso consiste! Si no sabes juzgar cómo va a ayudarte el material comprendido en cualquier lección o curso dado, la falla probablemente se debe a que no has pensado en el trabajo que se te dejó hacer, más que en el material que se te proporcionó. La tarea posiblemente puede ayudarte, pero no la has analizado lo suficientemente para ver cómo podría hacerlo. Aunque no te hayas detenido antes a pensar acerca de ello, siempre hay mucho más material, en comparación con el que puede incluirse, que a los supervisores de la enseñanza les gustaría agregar en el plan de estudios. Este conjunto de materias lo examina cuidadosamente un grupo de especialistas que tiene que decidir las materias que integrarán el plan de estudios y cuáles tienen que omitirse por haberse juzgado que realmente no son necesarias, y así, poder dejar sitio a lo que es absolutamente esencial. Por lo tanto, no pases ligeramente sobre el material que se te asigna sólo por creer que no te será útil; por lo contrario, examina las actividades en que trabajarás más adelante en tu vida, ten presente las obligaciones y las responsabilidades que te corresponderán como ciudadano, y trata de relacionar tu trabajo escolar con alguna actividad o situación en que podrías encontrarte en un futuro no muy lejano. Hemos dicho que el aprendizaje no se efectúa en una forma misteriosa e inexplicable, que no asimilamos automáticamente lo que leemos u oímos si no hacemos un esfuerzo mental. Se trata de un proceso bien definido que se realiza de acuerdo con un número de principios y reglas. En los siguientes párrafos consideraremos seis factores que, si se manejan debidamente, facilitan el aprendizaje.
Ellos son: Motivación Comprensión
Organización Actitud
Concentración Repetición
Motivación Motivación quiere decir tener el deseo de hacer algo. Se dice que tienes motivación, cuando estudias: a) si sabes exactamente lo que esperas obtener de tu estudio, y b) si realmente te interesa lograrlo. Una persona está motivada para hacer un trabajo cuando sabe exactamente lo que se espera que haga y se da cuenta de por qué debe
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hacerlo. Si piensas en esto por un minuto podrás comprender qué importante es la motivación. ¿Cuánto recuerdas de lo que expone un profesor en una clase determinada? ¡Ahora ponte a pensar lo que recuerdas cuando alguien te explicó cómo hacer algo que realmente querías aprender a hacer! Recuerdas mucho más cuando alguien te explica cómo guiar un automóvil nuevo que quieres conducir que cuando nada más ocupas tu lugar durante el tiempo de una clase en la que no tienes interés, ¿no es verdad? Esto se debe principalmente al hecho de que estás logrando algo que buscas y que deseas, porque te das cuenta de lo provechoso que te será obtenerlo. En esta situación tenemos los factores que producen una buena motivación. Para tener motivación al preparar una lección, y como consecuencia aprenderla mejor y más fácilmente, deberás hacer dos cosas con cada uno de los materiales que estudies: Primero: determina con claridad en tu propia mente, lo que debes conseguir durante este periodo de trabajo. A esto se le llama definir "los objetivos" del trabajo. El paso FORMULARSE PREGUNTAS, del método PQRST, es una forma de hacerlo. Define tu objetivo; no digas entre dientes "debo aprender algo sobre las proteínas". En cambio, imagínate, exactamente, lo que deberás averiguar de esa tarea o de ese tema. Tal vez, en este ejemplo, lo que son las proteínas, sus principales fuentes de origen, y la función que desempeñan en el organismo humano.
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Segundo: contesta la pregunta ¿cómo me va ayudar en mi vida futura este material? Recuerda que el material no se incluye en el plan de estudios escolar sólo para llenar espacio o tiempo. La respuesta a la pregunta está ahí, si tú la buscas. No estarás adecuadamente motivado para estudiar una clase, salvo que puedas encontrar las formas en que ese material Pueda ser de utilidad para ti. Siempre relaciona, tanto como te sea posible, el material que estás estudiando con el trabajo que esperas llegar a hacer en tu carrera o las necesidades que Puedas encontrar, y estudia todo desde el punto de vista del valor que tendrá para ti en lo que tendrás que hacer más tarde en tu vida. La concentración es el segundo factor que se necesita para el aprendizaje. Representa el enfoque total de tu atención, la potencia absoluta de tu mente sobre el material que estás tratando de aprender. Prácticamente la mitad de tu atención no se utiliza en el aprendizaje. El 50% de la atención que prestas se desperdicia en alto grado. Pero aun trabajando únicamente con el restante 50% de atención "adquieres" los conocimientos que se te han presentado, esto es verdad; porque es el restante 50% de atención que queda entre "tener nada más una idea" y el 100% de atención, lo que te permite entender y recordar el material. El primer 50% de atención llevará los datos e ideas de tus ojos y oídos
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a tu mente; pero sin permitirle usar ese material ni retenerlo. Los conocimientos y las ideas se detienen en los "linderos" de la mente y se desvanecen rápidamente cuando sólo se les concede el 50% de atención. Para concentrarte efectivamente en tu trabajo, ante todo debes estar preparado para hacer ese trabajo. Deberás estar motivado y haber desarrollado cierta clase de interés o de curiosidad respecto al material. Algunas veces esto es difícil de hacer, pero encontrarás muy, poco material en tus cursos, sobre el cual no puedas desarrollar un genuino interés; si tratas sinceramente de relacionarlo con tu carrera o vida futura. El interés se presenta, generalmente, como una consecuencia del conocimiento. Si empiezas a aprender algo sobre un asunto, irás desarrollando, generalmente, cierto interés sobre él conforme aumenta tu conocimiento. También hay determinados hechos mecánicos que puedes observar; son aquellos que te ayudan a concentrarte. Cuando estudies, procura ante todo, aislarte de los elementos físicos que puedan atraer tu atención. No se necesita ser un genio para saber qué es lo que llamará especialmente tu atención, entre la historia de los griegos antiguos y la fotografía de "ella" o de "él" que está sobre tu escritorio. Cuando vayas a estudiar, instálate en una habitación en la que el menor número posible de cosas entre en competencia con tu materia de estudio, en lo que se refiere a la atención. Tal vez puedas aprender mientras escuchas a algunos estudiantes que están comentando el nuevo número musical tan bonito; o mientras miras la televisión; o contemplas tu nuevo vestido para la graduación; o el horario de los partidos de futbol; o los recuerdos de la cita de la última noche; pero..., ¿por qué seguir el camino más difícil? ¿Por qué no alejar de tu vista, o de tu oído, todas esas cosas cuando tienes que estudiar? Primero termina de estudiar y después siéntate a platicar y a pensar en todas esas cosas... ¡tanto como quieras! Para tener realmente más tiempo libre, haz una cosa cada vez; ¡estudia cuando te corresponda hacerlo!
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Ya hemos visto que el aprendizaje es un proceso activo, no precisamente "de absorción". Si pudieras ser como una esponja y, sin ningún esfuerzo de tu parte, pudieras absorber el agua del conocimiento conforme se derramara sobre ti, la escuela te colocaría en condiciones tales que únicamente te sentarías para ser educado, pero esto es imposible. Tú no eres una esponja, más bien eres como un jugador de béisbol en el campo central, que tiene que correr, girar y brincar... ¡para atrapar las pelotas que caigan por ahí! La educación, en un análisis final, depende completamente de que tomes parte activa en los procesos de aprendizaje en que te coloca la escuela. Cuando descubres ideas, hechos o principios nuevos, te hallas en un "proceso de aprendizaje", y de acuerdo con tu actitud ante estos hechos, etc., aprendes, gracias a tu participación en esta situación. Solamente aprendes si participas en este proceso.
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El aprendizaje es directamente proporcional a la intensidad de la reacción que ofrezcas ante él y depende del vigor con que pongas tu mente a pensar y a trabajar efectivamente en las ideas que vas a aprender. Todos conocemos la diferencia entre procurar afanosamente resolver, o entender algo y, precisamente, el soñar despierto sobre ese algo.
Es muy fácil, cuando se escucha una conferencia o cuando se lee un trabajo, apoyar los pies sobre la silla de enfrente, reclinar la cabeza hacia atrás, descansar la mente y el cuerpo, y dejar que la información del conferenciante fluya hacia tus oídos, o del libro hacia tus ojos. Desafortunadamente si de las partes de tu cuerpo, exclusivamente entran en actividad tus oídos y tus ojos, éstas serán las únicas que reciban la información, ¡pero no tu cerebro! La información llegará a esos órganos pero, si fuera de ellos no hay ningún otro tipo de actividad, todo se detendrá precisamente en tus oídos y en tus ojos, o pasará a través de ellos sin dejar huella. La información no llegará a tu cerebro a menos que entre en actividad, busque la información y sepa cómo emplearla, y, a menos que tu cerebro trabaje con esa información, no podrás aprenderla. Mucha de la utilidad del paso llamado HABLAR PARA DESCRIBIR O EXPONER LOS TEMAS LEÍDOS, estriba en el hecho de que se requiere una actitud dinámica por parte del lector. Todo lo que puedas hacer para asegurar una acción mental definida, cuando estás escuchando o leyendo, te ayudará en el aprendizaje, y ya que en la mayoría de los casos está previamente determinado el número de horas que pasarás sentado en la clase, parece sensato que lo hagas valer lo máximo que sea posible, para que no tengas que pasar fuera de la clase horas o minutos adicionales aprendiendo un material que ya has escuchado.
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Una forma de estimular la acción mental es tomar notas en la clase o en el momento de estar leyendo. Al repetir lo que el profesor o el autor está diciendo -empleando tus propias palabras al redactar tus notas-, realmente piensas en el material y estás reaccionando mentalmente a lo que dice. Es entonces cuando estás aprendiendo. Tomar notas es uno de los procedimientos ideales para conservar tu mente alerta y ocupada respecto a lo que están percibiendo tus ojos o tus oídos. Y ten presente que esa reacción mental es absolutamente necesaria para el aprendizaje. El aprendizaje no se realizará a menos que haya una reacción mental de alguna clase hacia lo que se escucha o se lee. Otra buena forma de asegurar la reacción mental consiste en que te preguntes al principio de una etapa (como en el paso de FORMULARSE PREGUNTAS AL LEER). "¿Qué se obtiene de esta argumentación?" Formula en tu mente algunas preguntas que creas que se contestarán en la exposición que se haga en la clase o en la lección que se tenga que aprender del libro de texto, y posteriormente, encuentra las respuestas a esas preguntas. Esta técnica te proporciona algo definido que hacer en relación con lo que has leído o escuchado, y mantiene activos, durante el proceso del aprendizaje, tu mente, tus ojos y tus oídos.
Organización No puedes aprender con eficiencia una materia por medio del simple procedimiento de aprender de memoria todos los hechos que se relacionen con ella. Antes de que puedas emplear el material que has aprendido debes conocer la organización de ese material, es decir, la forma en que todo se reúne para formar una estructura completa. Cuando un profesor inicia su exposición, tiene en mente una guía general de información y de ideas que quiere trasmitir a sus alumnos; salvo que identifiques la estructura que está intentando describir, probablemente te perderás en los detalles. ¿Recuerdas cuánto más fácil es reunir las piezas de un rompecabezas si, previamente, lo has visto completo? Lo mismo se puede decir de lo que se expone en una clase o en un capítulo de tu libro de texto. Si puedes comprender la idea básica de lo que se trata y los puntos principales que expone el autor o el maestro, podrás seguir cada una de las ideas individuales y colocar cada una de las "piezas" de la información con mayor facilidad e inteligencia. Si conoces el todo, puedes decidir, mucho más fácil y acertadamente, en dónde encaja cada una de las partes que proporciona el maestro o el autor. Este procedimiento se conoce como método "del todo a la parte". Primero adquiere el concepto general de lo que vas a aprender y después los detalles por medio de un estudio más concentrado. Si al principio del curso examinas los resúmenes de los libros de trabajo, suponiendo que cuentas con ellos, dispondrás de un excelente procedimiento para tener una idea general de lo que se va a tratar en el curso. Otra forma de hacer un EXAMEN PRELIMINAR consiste en estudiar cuidadosa mente el índice del texto. En el capítulo 1 se consideraron varias formas para realizar un EXAMEN PRELIMINAR sobre la organización y los objetivos del material que se lee. En cuanto a las clases que recibimos en los salones, si antes de que se inicien dedicas un momento para
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hacer un repaso del trabajo que se dejó o se vio en ellas, obtendrás muy buenos resultados. Estudia, otra vez, el índice del capítulo que se haya señalado, para tener claramente establecida en la mente su organización. Encontrarás que puedes seguir la exposición de los temas mucho más fácilmente y entender con mayor claridad la importancia de los datos presentados durante el periodo escolar. Los detalles adquieren significado cuando descubres la relación entre ellos y el tema como un todo. Por lo que debes permanecer constantemente atento, cuando leas o escuches, para relacionar, con la idea que previamente te habías formado de todo el tema, los detalles que el autor o el maestro te han proporcionado.
Comprensión El quinto factor para un aprendizaje provechoso es el de la comprensión. Ésta es, realmente, la verdadera finalidad hacia la que conducen los cuatro factores anteriores. La actitud es necesaria porque la comprensión es la consecuencia del análisis y de la síntesis de los hechos e ideas (que son procesos reactivos). La organización es necesaria ya que uno debe percibir la relación que existe entre las partes de la información y los principios, antes que pueda comprenderse su significado e importancia. Motivación, actitud, organización y concentración podrían compararse con las cuatro patas de una mesa, en la cual la comprensión vendría a ser la cubierta. Las patas son necesarias puesto que sostienen la cubierta, lo que hace que la mesa se compre y se use. La comprensión equivale al entendimiento, su propósito es penetrar en el significado, de sacar deducciones, de admitir las ventajas o razones para aprender, de adquirir el sentido de algo. Cuando un muchacho dijo: "Dejo en prenda tropas para la bandera de los Estados Unidos de Americanos y para la República Por la que se mantiene firme" obviamente había aprendido los sonidos pero sin comprender su significado. Otro ejemplo clásico es el del estudiante al que se preguntó, después de haber hecho su tarea de traducción sobre la Guerra de las Galias, contra qué tribu había combatido César, y no tuvo ni la menor idea, y, por supuesto, también tenemos el caso de la mecanógrafa que después de sacar una copia perfecta de una carta, no supo de lo que trataba, no obstante que ya la había leído. La comprensión consiste en asimilar, en adquirir el principio que se está explicando, en descubrir los conceptos básicos, en organizar la información y las ideas para que se transforme en conocimiento, en lugar de tener tan sólo una mezcla confusa de hechos, carente de todo método. Es indiscutible que, como estudiante lo que tienes que hacer cuando leas un trabajo, o estudies un concepto matemático, o escuches una conferencia, es comprender. Aunque ya has logrado considerable habilidad para comprender lo que lees o lo que escuchas -de otro modo no habrías llegado al nivel educativo en que te encuentras-, seguramente puedes desarrollar mayor habilidad,
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velocidad, precisión, y poder de comprensión, hasta que alcances un nivel muy superior al que tienes hasta ahora. ¿Cómo? Meditando, buscando y examinando el significado de las exposiciones que escuchas o lees. En el método EFGHI (PQRST), el HABLAR PARA DESCRIBIR O EXPONER LOS TEMAS LEÍDOS favorece y desarrolla la meditación y la reflexión. Encontrarás que puedes, fácil y acertadamente, llegar más allá de las palabras de un escritor o conferenciante, y percibir el significado y las implicaciones que se encuentran tras de ellas. Observarás que, casi automáticamente, has desarrollado el hábito de hacerlo así. Muchas personas se dan cuenta de que escuchan o leen sin poder comprender. Si te encuentras en este caso puedes desarrollar la habilidad de entender o comprender.
Una excelente forma para identificar y comprender las ideas y los principios básicos que llegarás a encontrar en tus estudios consiste en repetir las ideas del escritor o de tu maestro con tus propias palabras (como en el paso de HABLAR PARA DESCRIBIR O EXPONER LOS TEMAS LEÍDOS); sin embargo, para obtener el máximo provecho del material aprendido, en provecho de tu propia vida y de tu trabajo, debes expresar sus elementos esenciales en forma tal que sean coherentes en tu mente, y por supuesto, que se encuentren dentro de los límites de la exactitud. Con esta meditación retrospectiva, que abarque todo el tema, percibirás con mayor claridad las conclusiones verdaderas, las ideas básicas, lo auténtico del problema que se está planteando. Indudablemente ya has tenido la experiencia de trabajar con un problema persiguiendo la solución, buscándola a tientas en la oscuridad, cuando de repente, como un rayo de luz, ves claramente todo el problema porque descubriste cuál era el punto clave. A esto se llama llegar al
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"conocimiento profundo" de un problema. Cuando esto ocurre has comprendido el problema, has atrapado la idea principal, la más importante. Sin embargo, mucho más a menudo se llega a la comprensión o al entendimiento gradualmente, sólo después de descubrir, paso a paso, la esencia, la naturaleza, de todo el material. Al examinar tus notas de clase o al hacer las lecturas que se te hayan indicado no te detengas cuando las repases. Sigue trabajando hasta que encuentres la idea principal, el concepto básico. Cuando hayas comprendido el material podrás emplearlo y recordarlo; pero no podrás ni recordarlo ni emplearlo bien, a menos que entiendas la idea básica de todo lo que se ha tratado.
Repetición Pocas cosas, de las que nos suceden, tienen tal efecto emocional que se nos quedan grabadas al primer contacto. Hablando en términos generales, para recordar una cosa debemos repetirla. La materia estudiada quince minutos al día durante cuatro días, o aun quince minutos a la semana, durante cuatro semanas, probablemente se recuerde mucho mejor que la estudiada una hora y que nunca más vuelve a revisarse. Este procedimiento se conoce como "principio de la práctica distribuida". Si quieres obtener más provecho de las horas que dedicas al estudio, dedica cierto tiempo al repaso; esto te proporcionará mejor comprensión y mejor memoria que un estudio hecho solamente una vez y sin repaso alguno. Aunque es esencial para el aprendizaje, la sola repetición no lo garantiza. Puedes "repasar" determinado material veinticinco veces sin aprenderlo. Para que la repetición sea provechosa debes aplicar los principios de motivación, concentración, actitud, organización y comprensión. Solamente poniendo en práctica todos estos principios, la repetición te permitirá aprender. La repetición no tiene que consistir en volver a leer el material. Probablemente la forma más eficaz de repaso no consista, de ningún modo, en volver a leer el material sino en recordar el material leído sobre un tema y en consultar el libro de texto o tus notas únicamente para confirmar el orden del material o para comprobar y complementar lo memorizado. La forma de hacer esto se explicó detalladamente en las secciones llamadas: HABLAR PARA DESCRIBIR O EXPONER LOS TEMAS LEÍDOS e INVESTIGAR QUÉ CONOCIMIENTOS SE HAN ADQUIRIDO, del capítulo 1, lo cual es trabajo auténtico que proporciona resultados mucho mejores para aprender y retener en la memoria, que no simplemente volver a leer. Ten presente que no con sólo leer estos principios sobre el aprendizaje te conviertes en una persona que aprenda eficientemente. Para aprender bien necesitas practicarlos hasta saber cómo usarlos hábilmente y hasta que tengas el hábito de emplearlos en tus estudios. ................................................................................................................................................................................................
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Un comentario sobre la memoria Evidentemente, la mayor parte de lo que se aprende no es de ninguna utilidad salvo que se recuerde. No te limites a decir, lamentándote, "sencillamente no puedo recordar las cosas". Tu memoria es bastante buena para servirte satisfactoriamente si la usas como se debe. Tienes la suficiente capacidad mental para recordar lo que sea necesario. Se entiende que usarás esa habilidad en la forma en que se explicará aquí. Hay dos puntos principales que te ayudarán a aprovechar tu memoria más eficientemente: El primero es el propósito de recordar; cuando tienes una cita para el sábado por la noche, tú la recuerdas, ¿no es verdad? Indudablemente, cuando hiciste tus planes para esa cita del sábado por la noche tu intención era recordarlos y recordar la cita. Por tanto, cuando estés escuchando una clase o leyendo un trabajo, afirma y repite: "Aquí hay algo que necesito recordar, aquí hay algo que voy a retener por ser importante que lo recuerde". Solamente esto permitirá, a una persona común, duplicar la eficiencia de su memoria. La mayoría de los llamados "olvidadizos" y "distraídos" son así, no porque realmente carezcan de la capacidad para recordar, sino simplemente porque fallan al intentar recordar. Por ejemplo, sería ingenuo suponer que el profesor -quien es una enciclopedia ambulante de conocimientos de una materia técnica- no pudiera recordar dónde puso su lápiz si intenta recordar dónde lo puso. Su imposibilidad para recordar se debe al hecho de no haber prestado atención a lo que estaba haciendo. No olvidó en dónde puso su lápiz; realmente nunca notó dónde lo puso. Muchos estudiantes que se quejan de tener mala memoria realmente nunca prestaron atención a las cosas que dicen "no recordar". En tus estudios, si realmente te esfuerzas por localizar los datos importantes y archivarlos en tu mente, como referencia permanente, podrás recordarlos más y mejor.
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El segundo factor que debe tenerse en cuenta para desarrollar tu memoria consiste en conocer bien el material. Cuantos más hechos puedas relacionar con una materia, mejor la recordarás. Por ejemplo, si además de saber el nombre de un señor conoces también el de su esposa y el de sus hijos, cuál es el aspecto de ese señor y qué hace para ganarse la vida, resultará más fácil recordar su nombre que si ignoras todo acerca de él, salvo que se llama Juan Pérez. El reunir y organizar un grupo de ideas para que se relacionen entre sí y se asocien en tu mente te ayudará a recordarlas mucho mejor que si intentas acordarte de cada una de las ideas por separado. Esta, como puedes ver, es otra forma de obtener la idea total, la organización. La mayor parte de los recursos para mejorar la memoria, de los que has oído hablar, se basa en este principio de la asociación de ideas.
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ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE de la Primera Unidad: a) Test sobre Hábitos de Estudio a partir de los contenidos de la lectura. Se puede aplicar individualmente o en grupos y revisar durante la evaluación final de la unidad. b) Establecimiento de propósitos superación personal, en materia hábitos y técnicas de aprendizaje.
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de de
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE: A) Test sobre hábitos de estudio Instrucciones: Complementa este cuestionario con las cuestiones que consideres relativas a tu situación personal como estudiante (preferencias, tipo de inteligencia predominante, etc.) y contéstalo, ello te ayudará a evaluar tus actuales limitaciones en cuanto a tus hábitos y técnicas de estudio. Tus respuestas sinceras te indicarán aquellos aspectos sobre los que conviene trabajar, a fin de que tu esfuerzo ofrezca los mayores rendimientos en cuanto a tu aprendizaje. Los beneficios serán enteramente tuyos, al nivel de tu empeño. CUESTIONARIO: - ¿Procuras dormir diariamente por lo menos ocho horas? - ¿Tienes algún lugar fijo para estudiar? - ¿Sigues un horario para realizar tu estudio y desarrollar tus otras actividades? - ¿Lees rápidamente cualquier tema y lo entiendes de inmediato? 77
- ¿Haces ejercicio físico todos los días, aunque sea un poco? - ¿Dispones de una mesa, escritorio o equivalentes para estudiar? - ¿Empiezas a estudiar todos los días a una hora fija? - Cuando estudias, ¿puedes concentrarte evitando divagaciones? - ¿Alternas tus horas de estudio con períodos de descanso? -¿En tu casa colaboran contigo no interrumpiéndote mientras estudias? - ¿Estudias de una a dos horas diariamente? - ¿Consultas a tus profesores cuando no entiendes algo en clase? - ¿Tomás algún alimento antes de ir a la escuela? - En época de examen, ¿Estudias más tiempo que en períodos normales? - Cuando quieres aprender algo de memoria, ¿necesitas pocos repasos? - ¿Te alimentas a la misma hora todos los días? - ¿Cuentas siempre con todos los materiales necesarios para estudiar? - ¿Estudias diariamente las materias del día siguiente? - Al llegar a clase, ¿sientes que estás preparado en todas las materias? - Respecto a tu trabajo cotidiano ¿Procuras descansar al menos un día por semana? - ¿El lugar donde estudias tiene buena luz y ventilación? - ¿Lees primero el contenido general del tema a estudiar? - Cuando estudias, ¿lo haces para aprender y recordar o para pasar los exámenes? - En época de exámenes, ¿duermes el mismo tiempo que en períodos normales? - ¿Prefieres estudiar de día que hacerlo por la noche?
- ¿ Consultas en el diccionario las palabras que no entiendes? - Después de estudiar, ¿haces un resumen de lo leído? - En vacaciones, ¿Usas algo de tiempo para tratar de aprender algo nuevo? - ¿Tu familia te proporciona todo lo que necesitas? - ¿Escuchas con atención a tus maestros y compañeros de clase? - ¿Al estudiar aprendes lo más importante? - ¿Procuras no comer mientras estudias? 78
- ¿El lugar donde estudias está alejado del ruido? - ¿Mantienes tu material de estudio actualizado y en orden? - ¿Nunca interrumpes tu estudio para hacer otra cosa? - Cuando tienes exámenes, ¿te alimentas mejor? - Cuando vas a estudiar, ¿preparas de antemano todo lo que vas a necesitar? - En época de exámenes, ¿privilegias algunas materias sobre otras? - Cuando no entiendes la clase, ¿preguntas para aclarar tus dudas? - Antes de enfrascarte en la comprensión o aprendizaje ¿te automotivas? - ¿Conoces las técnicas para hacer esquemas, resúmenes, subrayar y tomar notas? - ¿Sabes elaborar e interpretar gráficas y cuadros de doble entrada? - ¿Cuentas con una aceptable destreza básica para leer, memorizar, estudiar y aprender? -¿Has advertido que estudiar y aprender no son lo mismo? - ¿Ignoras que puedes aplicar un gran esfuerzo, y ocupar bastante tiempo, sin aprender? - ¿Entiendes que sólo aplicando técnicas de estudios, tienes una garantía de aprender? - ¿Conoces la técnica para preparar y asegurar tu intervención exitosa en las sesiones? - ¿Sabes preparar el repaso final de las asignaturas para la aprobación de los exámenes? - ¿Preparas tus exámenes desde el comienzo de los Cursos?
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B) Establecimiento de propósitos de superación personal, en materia de hábitos y técnicas de aprendizaje. Instrucciones: En función a las respuestas dadas al cuestionario anterior, identifica tus deficiencias, limitaciones o puntos susceptibles de desarrollo. Enseguida, define tus propósitos u objetivos de superación personal, precísalos claramente por escrito en una tarjeta (de forma confidencial, si así fuera tu deseo). Lo importante, es que trabajes sobre ellos, aplicando un especial empeño en aquellas actividades de enseñanza que te conduzcan a superar tus actuales limitaciones, mediante la adquisición y perfeccionamiento de nuevas habilidades y destrezas, que optimicen el rendimiento en tu aprendizaje o actualización, en un menor tiempo, y sin mayor esfuerzo.
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EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD UNO
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EJERCICIO DE AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD UNO: 1.- ¿Qué factores intervienen en el aprendizaje? 2.- ¿Qué estrategias pueden ser usadas para desarrollar los factores cognoscitivos? 3.- ¿Qué estrategias pueden ser usadas para desarrollar los factores afectivos - sociales? 4.- ¿Cuáles son los actores y elementos del proceso enseñanza-aprendizaje?. 5.- Explique como se desarrolla el proceso de enseñanza - aprendizaje. 6.- Justifique porqué ha de ser activa la participación del alumno en el proceso de enseñanza aprendizaje. 7.- ¿Cuál es el papel que juegan la motivación y los objetivos en el proceso de enseñanza aprendizaje? 8.- ¿La memoria es la principal herramienta del alumno? 9.- Explique qué es el proceso, estilo y estrategias de aprendizaje. 10.- ¿Cómo te ayuda a aprender el examen preliminar? 11.- ¿Qué papel desempeña el formularse preguntas en el estudio eficiente? 12.- ¿Qué debes hacer para ganar información mediante la lectura, esto es, para leer más eficazmente? 13.- ¿Haz una lista de los beneficios que se obtienen cuando se emplea la etapa de hablar para describir o exponer los temas leídos. 14.- ¿En qué difiere la etapa de investigar los conocimientos que se han adquirido de la forma en que repasa la mayoría de los estudiantes?
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Unidad II: La Administración del Tiempo y el Lugar de estudio.
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Documentos de la unidad 2 ______________________________________________ UNIDAD II: La Administración del Tiempo y el Lugar de estudio.
OBJETIVO PARTICULAR: Al concluir esta unidad del curso, el participante: Identificará cómo se lleva a cabo una eficaz administración del tiempo y cuales son las condiciones que debe reunir el lugar satisfactorio de estudio precisando con cuales cuenta en su casa particular, a fin de instrumentarlos adecuadamente en sus propios procesos de aprendizaje.
CONTENIDO TEMÁTICO: 2.1 - La Planificación de acciones para el estudio 2.2 - El descanso 2.3 - Los estímulos y los incentivos 2.4 - El horario de estudio 2.2 - ¿Cuál es el mejor lugar para estudiar?
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FUENTES BIBLIOGRÁFICAS DE LOS DOCUMENTOS QUE CONFORMAN LA UNIDAD DOS:
Fichas:
Documentos: 2.A
2.B
2.C
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Mejora tu modo de estudiar, por PALLARES Molins Enrique, 7ª. Edición, España, Editorial Mensajero, 1992, págs. 37 a 42; 45 a 58. Introducción a la metodología del estudio, por COLL Vinent, Roberto, Barcelona, Editorial Mitre, 1984, págs. 50 y 51. Cómo estudiar, por STATON, Thomas F., 10ª. reimpresión, México, editorial Trillas, 2003, Págs. 53 a 55.
Documento
Ficha
Mejora
2.A.-
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tu
modo
de
estudiar.
Por PALLARES Mollins, Enrique, 7ª. ed., España, ediciones Mensajero, 1992, Págs.37 a 42; y 45 a 58.
¿Cuántas horas de estudio cada día? Es esta una pregunta muy frecuente, tanto por parte de los padres como de los hijos (con distintas intenciones en ambos). Algunos libros de métodos de estudio, lo mismo que algunos profesores, ceden a la tentación de dar una respuesta exacta. Yo no lo voy a hacer. El número de horas que hay que dedicar al estudio depende de muchos factores: horario de clases (incluyendo las particulares, las de idiomas, música, etc.), del curso en el que te encuentras, de la base general que tengas de los cursos anteriores, ...pero, sobre todo, de la calidad del tiempo que dedicar al estudio. No es lo mismo dos horas de estudio bien aprovechado que cuatro de estar «calentando la silla». De todos modos, la calidad puede verse afectada por la cantidad. Es decir, que ni tú mismo te lo podrías creer que, con sólo un cuarto de hora de estudio al día, aunque sea intenso, es suficiente. Tienes que señalar tú mismo tu horario. ¿Cuántas horas necesito YO? No sólo para pasar los exámenes, sino para cumplir con el ideal que me he propuesto en mi vida de estudio. Que el no señalarse aquí un número de horas diarias de estudio no sirva para que tú tampoco te lo señales, pues es preciso que tú mismo te lo fijes con sinceridad y realismo. A propósito: ¿Te planteas cuántas horas inútiles, es decir, en las que no estudias ni descansas ni te diviertes plenamente, puedes contar a la semana? Todos los días no puedes dedicar el mismo número de horas al estudio. Te puede convenir más, pues, calcular cuántas horas de estudio vas a hacer a la semana y cómo las vas a repartir aproximadamente a lo largo de sus siete días. Hay ratos sueltos que frecuentemente quedan estériles, como son los de antes de comer, esperas, huecos en el horario de clases, transportes, etc. No es querer convertirte en una máquina, el que te diga que los aproveches. Son tiempos muertos que puedes aprovechar para tareas como repaso, corregir los apuntes, echar un vistazo al libro para ir por delante de la explicación, etc. (s. p. 37) El hombre es un ser ilógico a quien las necesidades obligan a replegarse en las leyes de la lógica. (P. R. Bize).
¿Estudio repartido o acumulado antes de los exámenes? Es este un punto conflictivo. Puede resultar casi caballeresco el arremeter contra una forma tan habitual para muchos estudiantes de distribuir el tiempo de estudio, que ha llegado a configurar un tipo de estudiante: el que sólo
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ejerce su profesión unos cuantos días antes de los exámenes. Esta forma de actuar, estudiando tan sólo unos días, permite disponer libremente de los demás. Pero, ¿se disfruta todo el tiempo o bastantes de las horas se pasan aburridas? A este modo de proceder, además de otros reparos de fondo (responsabilidad profesional,...) se le pueden poner otras objeciones más concretas: - Puede haber un fallo en los cálculos y no tener tiempo para ver todo lo que había que estudiar. Incluso el aprobar, puede deberse a la casualidad y ser sólo un éxito aparente, pues no se ponen con este modo de estudiar bases firmes para los futuros estudios. - Es un estudio a presión, una especie de embotellamiento, que al ir sólo a lo esencial y verse todo por encima, se centra en lo más abstracto y hace que el estudio resulte más desagradable. - La misma tensión bajo la que tiene lugar, produce cierta desorganización en la conducta general y, concretamente, de la intelectual (¡algunos están durante estos días insoportables con los demás y... consigo mismos!), disminuye la retención, origina bloqueos en los exámenes, etc. - No se aprovecha de las ventajas de un estudio, «en caliente» (o en fresco), próximo a la explicación del profesor, en el que, en menos tiempo se puede aprender más y mejor. - En el capítulo dedicado a la memoria se insistirá en las desventajas de esto que se viene en llamar «aprendizaje masivo», frente al que recomendamos, que es el distribuido. (s. p. 38) Sólo en un caso puede tener una cierta justificación el acumular el estudio inmediatamente antes del examen: cuando no has estudiado durante el curso. Es, ciertamente, mejor este procedimiento que no estudiar nada, pues con él conseguirás, al menos, tener alguna idea de la materia, que puede, en algunos casos, valerte incluso para pasar el examen. Con todo, habrás podido comprender algunas de las desventajas de esos embotellamientos finales, práctica que, aunque frecuente y con algunos éxitos aparentes e inmediatos, no es recomendable desde una actitud de seriedad y sinceridad con nuestra vida de estudiante. Es cuestión distinta, sin embargo, el hecho de que aumentes el número de horas de estudio ante la proximidad de los exámenes finales, aun habiendo estudiado durante el curso. De esta cuestión nos ocuparemos en el capítulo 10.
¿Estudiar a la mañana o a la noche? Es esta otra alternativa frecuentemente discutida. Las opiniones y la práctica se alinean en torno a cada una de estas dos posibilidades. No se puede dar, sin embargo, una respuesta contundente, pues ésta depende de varios factores que es necesario tener en cuenta.
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La verdad es que hay personas que, como resultado de un hábito formado o, incluso, de una disposición temperamental, están más en forma para estudiar por la noche, mientras que, por la misma razón, otras lo están más por la mañana. Son los llamados «búhos» y «alondras» respectivamente. Cada uno debe ver, a través de la reflexión crítica y sincera de la propia experiencia, de cuál de los dos tipos de personas es. Subrayamos, como ves, lo de reflexión critica y sincera, pues no podrás decir que tu horario es bueno si de él se sigue bajo rendimiento, fatiga, mal humor, etc. a corto o a largo plazo. El rendimiento, como la fatiga, debes tener en cuenta que puede ser a corto o a largo plazo, es decir que puede que de momento te vaya bien pero que, a largo plazo (o a medio) no sea el resultado tan positivo. Puede también ocurrir que tú no caigas en la cuenta y que lo advierta tu tutor o consejero. (s. p. 39) Factores como la posibilidad de una mejor temperatura o una mayor tranquilidad, pueden conjugarse con los tuyos propios. Es posible que a la noche encuentres la tranquilidad que no encuentras a la mañana (o viceversa) y que a la mañana no tengas la temperatura adecuada que puedes tener a la noche (o viceversa). En cualquier caso, ten presente: *. que no hagas tu horario de estudio a costa del sueño. La fatiga consiguiente puede anular el rendimiento de los días siguientes (o del examen); *. que no es conveniente hacer horarios muy extremos, acostándose muy tarde o levantándose excesivamente temprano; *. que ese horario no sea consecuencia de haber perdido el tiempo, viendo programas de TV sin ton ni son o de otra manera parecida. Que tampoco sea razón el imitar, más o menos conscientemente, lo que otros hacen, como pueden ser tus hermanos mayores o amigos; *. no utilices «ayudas», como pueden ser las anfetaminas, para ocupar horas de sueño en estudiar. Pueden ser eficaces de momento, pero traen inconvenientes graves a no muy largo plazo. Tampoco abuses del café, ni del tabaco que, por otras razones, sería mejor que no utilizases siquiera; *. antes de ir a dormir, sobre todo si te acuestas más tarde de lo normal, serénate y relájate. Por encima de todo, no te olvides de este principio: No busques el tiempo peor (en el que menos asimilas) para estudiar. El tiempo para divertirte no requiere tantas atenciones como el que has de dedicar al estudio, en el sentido de que lo puedes pasar igualmente bien a una hora del día que a otra. El estudio, sin embargo, requiere más cuidado, pues no a todas las horas se asimila exactamente igual.
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Breve reflexión sobre el uso del tiempo Ya hemos observado más arriba que no es el objetivo de una planificación del tiempo convertirse en una máquina, ni robarte el tiempo como los Hombres de Traje Gris de la Historia de Momo, que nos cuenta M. Ende. No quiero defender una sociedad en que el tiempo de los hombres es comparado y vendido como se compra la leche de las vacas o la lana de las ovejas. No, el tiempo es del hombre y para el hombre. Lo que pasa es que tu circunstancia histórica y espacial concreta [«Yo soy yo y mi circunstancia», decía Ortega) es una sociedad con un nivel intelectual concreto, de la que difícilmente podemos salir. Pero no se trata de dejarse llevar por una sociedad que mide el tiempo y acostumbra a sus componentes a venderlo «a tantas pesetas la hora». Hay que humanizar el tiempo y, para ello. hay que humanizar su uso. Una consideración de las siguientes dimensiones del uso del tiempo, no puede ayudar a su humanización dentro de nuestra sociedad real:
+ Tiempo de estudio (por empezar por el tema que nos ocupa). De un estudio no orientado exclusivamente a los exámenes o a competir con otros. Tiempo de conocimiento profundo del mundo y de la realidad. Tiempo de crear y no sólo de repetir. Tiempo de extender mis conocimientos más allá de lo que me exigen. Tiempo de ir adquiriendo un gusto por el saber, que se traduzca en una actuación encaminada a mejorar el mundo y la sociedad.
+ Tiempo de formación. A otros niveles distintos del estudio institucionalizado. Lecturas, cine y teatro seleccionados. Aprendizaje de algún instrumento musical, de expresión artística (dibujo, pintura, fotografía, etc.), de aprender a escribir a máquina, etc. Tiempo de conocer el mundo del trabajo y de las profesiones, tomando contacto con diversos lugares de trabajo. Tiempo de colaborar en las tareas domésticas. + Tiempo de descanso. Descansar no equivale a no hacer nada [o pasarse horas y horas ante la TV). Descansar es cambiar de actividad. Tiempo de contacto con la naturaleza, a ser posible viviendo en medio de ella. Tiempo de conocer otros lugares y otras gentes. Tiempo para las aficiones personales [colecciones, maquetas, fotografía, etc.). Tiempo de deporte, de club, de cine, de TV. Tiempo también de explosión de una alegría sana, fruto de la satisfacción contigo mismo. + Tiempo de convivencia. Tiempo del hombre para el hombre, para los demás hombres. Tiempo de convivir, que es algo más que «estar» con los demás. Tiempo de conocer a los demás y de que los demás te conozcan a ti: conocer las opiniones, las actitudes, los sentimientos de los demás; no por curiosidad, sino para respetar a los demás y apreciarles. + Tiempo de compartir. El tiempo es para el hombre y, por tanto, para compartirlo con los demás. Hay muchos que necesitan tu tiempo. Tiempo para los de tu casa (tu casa no es o no debe ser para ti una fonda), para tus amigos y para tanta gente a la que lo mejor que les puedes dar es lo que más desean: un rato de acogida por parte de otra persona.
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En resumen: tiempo de autorrealización y de crecimiento personal. Todos los aspectos anteriores se entrecruzan y complementan. El tiempo es para tu realización personal. Planificar tu tiempo equivale, pues, a aprender a dominar el tiempo para que el tiempo no te domine a ti. Planificar el tiempo no es mercantilizar el tiempo sino usarlo plenamente y con sentido.
Tiempo de descanso y tiempo de estudio No te conviene vivir el tiempo de estudio como un tiempo de condena, ni el tiempo de descanso como el tiempo de liberación. El único que de esta postura sale perjudicado eres tú. No establezcas esta barrera tan profunda. Aprende a gustar el tiempo de estudio. La persona autorrealizada, nos dice A. Maslow, supera esas dicotomías o escisiones que solemos hacer, tales como: tiempo de trabajo - tiempo de descanso. No quiere decir esto que no tenemos que descansar o que hemos de divertirnos durante el tiempo de trabajo. En el tiempo de descanso hemos de descansar a fondo y no a medias. Quiere decir también que sepas encontrarle un cierto gusto al estudio y que en el tiempo del descanso no descartes la posibilidad de que también sea tiempo de formación.
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CREAR UN AMBIENTE FAVORABLE AL ESTUDIO Un ambiente negativo rodea al estudio... No es demasiado favorable el ambiente que rodea en la actualidad al estudio. Y no porque haya descendido el número de estudiantes -todo lo contrario- ni porque se menosprecie directamente el hacer una carrera. Desde este punto de vista, se desea estudiar y hacer una carrera; pero esto no lo es todo, y sólo engañosamente puede hacernos creer en la existencia de un ambiente positivo hacia el estudio. Actualmente, ciertos valores, en sí relativos, -como el éxito económico, el prestigio, el poder poseer cosas- han adquirido categoría de valores casi absolutos. La consecuencia es que el estudio y el saber son más bien deseados como un medio que como un fin en sí mismo; lo que ciertamente no constituye un clima favorable para el estudio. Por otro lado, los sistemas de enseñanza tampoco son los adecuados a la persona que cabría esperar. El reto que plantea la masificación estudiantil suele ser resuelto con métodos, que distan mucho de ser personalizados y centrados en el alumno. Estos métodos chocan, por lo general, con la rapidez e intuición que caracteriza a nuestra civilización de la imagen (cine, tv.), en la que el que estudia está inmerso. Si se está acostumbrado a que la información entre, rápida y fácilmente, a través de las imágenes, resultará difícil dedicarse a la actividad lenta y reflexiva del estudio. Sin querer entrar en valoraciones sobre la actual sociedad o los planes de estudio en vigor, sí podemos advertir una cierta colisión entre ellos, que se concreta en la tensión o lucha que viven, y no rara vez manifiestan, los estudiantes de hoy. El problema, sin embargo, no es de fácil solución.
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...¿Se puede superar ese ambiente negativo? Pese a las mejoras que se intentan poner en práctica, mucho tiene que variar la -situación para que no tenga que depender fundamentalmente la solución a este ambiente negativo del mismo estudiante. Pero, con todo, es posible hacerlo: puedes crear un ambiente más favorable a tu estudio. Desde este ambiente negativo hacia el estudio -al que hay que unir el reflejo concreto que todo esto tiene en la familia y en los amigos del estudiante-, intentaremos proponerte unas reflexiones sobre el ambiente que el estudio requiere y darte algunos consejos concretos, para que reflexiones sobre ellos e intentes llevarlos a la práctica. Por eso vamos a descender de ese ambiente más amplio, al que nos referíamos, y nos vamos a centrar en el ambiente más concreto y cercano a ti, e, incluso, en el ambiente que tú mismo constituyes para tu estudio. Hablaremos, en primer lugar de las condiciones materiales o ambiente exterior material de tu estudio. Seguidamente, pasaremos a decir algo sobre las condiciones físicas de tu persona, para continuar con los factores afectivos que influyen en tu estudio. Concluiremos aludiendo al ambiente social, es decir, a los demás, a los que te rodean, como condicionante también de tu trabajo. -La psicología de la Forma nos ha enseñado que toda acto, psíquico,, por elemental que parezca, hay que estudiarlo en relación con el campo ambiental en que se desarrolla» (E. Mirá y López).
LAS CONDICIONES O AMBIENTE MATERIAL DEL ESTUDIO El mismo ambiente material que rodea al estudio influye más de lo que pensamos en la eficacia de éste. No debemos acostumbrarnos a que todo nos dé igual, diciendo que «a mí eso no me influye nada». Las observaciones que te presento aquí proceden de la experiencia y práctica recogida por varios autores que se han dedicado a estudiar los factores que afectan al estudio. Por poco importantes que puedan parecer algunas de ellas, no las desprecies por las buenas.
El lugar de estudio No cualquier sitio es igualmente adecuado para estudiar. Conviene que tengas tu sitio habitual de estudio, que sea adecuado, y que funcione como estímulo condicionado que desencadena la respuesta de estudio. Esto quiere decir que, dada nuestra tendencia a establecer asociaciones, si nos acostumbramos a asociar un lugar con la actividad de estudiar, la misma presencia en ese lugar facilitará el que nos pongamos a estudiar.
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¿Cuál es el lugar más adecuado? Es muy importante que ese lugar, además de ser fijo, esté exclusivamente reservado para el estudio. Una zona de tu habitación puede ser, en igualdad de condiciones, preferible a otras. Seguro que tendrás tu habitación decorada a tu gusto (¡procura que sea buen gusto!), con posters, colecciones, fotos, objetos de adorno, etc. Esto colabora a que te sientas a gusto en ella. Pero, con todo, procura que el área de estudio, tu rincón de estudio, no tenga ningún objeto que te distraiga. Fotos, artículos de deportes, etc. Al alcance de tu vista, son objetos que pueden inducir a distracción en el momento que menos lo pienses. No es raro que tengas que compartir tu habitación con un hermano y no te sea posible llegar a este ideal de poder estudiar solo. En este caso, adáptate a tu situación real. Podéis pensar también en montar una habitación en la casa sólo para el estudio, donde cada hermano tenga su mesa, fija. Debes, en cualquier caso, evitar convertirte en un estudiante «errante-, que va de un sitio a otro de la casa estudiando (?) en sitios no muy adecuados, seguramente «para estar más distraído.
Puede haber otros sitios buenos para estudiar, como las bibliotecas que tienen sala de lectura. Algunos encuentran
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en ellas el silencio que no encuentran en casa y el estímulo de ver a otros trabajando. Cuando vayas a ellas -para consultar un libro o porque allí encuentras mejor ambiente de estudio-, ponte en el sitio más recogido y en el que evites al máximo las distracciones. Hay otros lugares que tampoco hay que despreciar: tu misma aula -cuando no hay clases-, los transportes públicos si todos los días tienes que utilizarlos, un jardín, etc. Estos sitios pueden valer para algunas modalidades de trabajo intelectual que no requieren mucha concentración. El mejor, sin duda, es la habitación individual. Los demás sitios, como el comedor o la sala de estar, sólo son adecuados si falta la posibilidad de un sitio exclusivo para estudiar, y nunca deben elegirse por comodidad.
Sinceramente,.
juzgo
que
el
mejor
lugar
para
mi
estudio
es:
...................................................................................................................................................................................... . Por estas razones: ...................................................................................................................................................................................... ...................................................................................................................................................................................... Pero si este falla, puedo utilizar: ...................................................................................................................................................................................... . Los menos adecuados para mí son: ...................................................................................................................................................................................... . ...................................................................................................................................................................................... . ...................................................................................................................................................................................... . Por estas razones:
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...................................................................................................................................................................................... . ......................................................................................................................................................................................
¿Silencio o ruido? Además del silencio interior, del que hablaremos más adelante, hay que procurar también que en el lugar de estudio haya el mayor silencio posible. No debes obsesionarte con esta cuestión, pero tampoco despreocuparte por completo, creyendo que a ti no te afectan los ruidos. Ciertamente que el ruido ha ido creciendo en nuestra sociedad y que nos vamos haciendo aparentemente insensibles a su aumento. Sus efectos, con todo, son importantes y muy negativos, tanto para el aparato auditivo, como para la concentración, y aun para el mismo equilibrio psíquico. No todos los ruidos tienen el mismo efecto para la concentración, ni todos tienen la misma procedencia. Hay ruidos que proceden del exterior, de la calle o de las casas vecinas, de los que es muy difícil protegerse, salvo teniendo la ventana cerrada, o en casos extremos, utilizando doble ventana. Otros ruidos proceden del interior, de la casa: TV, teléfono, voces de los de la casa, etc. Aquí sí que es necesario que tomen conciencia tus familiares del ambiente de silencio que requiere el estudio y, sobre todo, del mayor poder distractivo que tienen las voces humanas, procurando disminuirlos o situar la habitación de estudio lejos de tales ruidos.
¿Estudiar con música? También hay que tener en cuenta, finalmente, los ruidos que proceden de tu propia habitación. Aunque la música es algo más que un ruido, la consideraremos como tal sólo a efectos de su relación con el estudio. Es esta una de las circunstancias referentes al estudio en que no conviene que nos engañemos. La música vocal, sobre todo si proviene de unos potentes bafles, no es compatible con un estudio serio. Espontáneamente puede que pienses que no te afecta negativamente. Examinando el asunto con imparcialidad y sin prejuicios, muchos cambian su primera opinión y llegan a la conclusión de que no les ayuda ni poco ni mucho, sino que, más bien, les distrae. Es cierto que una música sinfónica suave no tiene porque tener necesariamente esos efectos negativos citados, sobre todo en ciertos trabajos en que no se requiere gran concentración. Pero debes exigirte en esta cuestión más que ser blando contigo mismo. Frecuentemente se puede responder al que dice que no le distrae la música o los ruidos en el estudio aquello de la fábula: «Así sale ello». En efecto, no siempre somos los mejores jueces de nuestro modo de estudiar.
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¿Puede el silencio distraer? Algunos se distraen, paradójicamente, con el silencio y necesitan algún ruido o señal de que no están en el vacío. Ya dijimos que no hay que extremar las cosas. Un ruido no muy intenso, que no llega a tomarse más que como fondo -y no como figura-, puede no ser distractivo. Podemos, incluso, concentrarnos contrastando el ruido exterior con la capacidad que tenemos de crear un silencio interior. Aunque conviene lograr el máximo de silencio posible, también es conveniente no convertirse en un maniático del silencio. Pero tampoco es de extrañar que, al principio, el silencio nos resulte incómodo. Ello lo podemos interpretar, más como resultado de la ansiedad que nos produce la soledad, que por otra razón. Sin embargo, aunque la vida de relación debe impregnar nuestra existencia, esto no contradice el que sepamos vivir por nosotros mismos y que en ciertos trabajos, como el estudio, seamos capaces de realizarlos sin la presencia física de los demás.
El mobiliario Mesa y silla. No para todos es igualmente evidente la conveniencia, y aun necesidad, de una mesa para estudiar. Sin embargo, es bien necesaria para un estudio medianamente serio y provechoso, y, aunque lo parezca menos, sin fatiga. La mesa se complementa con la silla en la que uno se sienta. Desconfía del estudio hecho en un sillón o sofá (¡mucho menos en la cama!), sin tener delante algo para escribir. El estudio exige una actitud activa, que no suele surgir en un sofá o sillón, por más cómodo que se pueda estar en ellos. La mesa debe ser sólo para el estudio y una para cada estudiante, si es que sois varios en casa. Sus dimensiones serán adecuadas para te quepa, no sólo el libro, sino también el material auxiliar (diccionario, block, carpetas, etc.) que necesites. Su altura ha de ser tal que te encuentres a gusto en la postura que más adelante describiremos. Como punto de referencia, debe llegarte a la altura del estómago, no siendo, en todo caso, ni demasiado alta ni demasiado baja. Es muy conveniente que no sea brillante su superficie, para que no se canse la vista. Debes tenerla ordenada, no sólo para poder encontrar las cosas fácilmente, sino, sobre todo, para que no sea una fuente continua de distracción. Por eso, cuando te pongas a estudiar en ella, ten todo lo necesario, para no tener que levantarte continuamente, pero sólo lo necesario. Aunque es conveniente que esté cerca de la ventana, para conseguir buena iluminación, hay que evitar una colocación que facilite las distracciones con lo que se puede ver desde la ventana.
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La silla. Es mejor que sea de respaldo recto o ligeramente inclinado, de tal altura el asiento que puedas apoyar toda la planta de los pies en el suelo cuando estés sentado, sin que, por lo tanto, te cuelguen. También es muy importante que su altura sea proporcional a la de la mesa. Su asiento debe ser confortable pero no excesivamente cómodo, evitándose, eso sí, que los bordes tengan aristas demasiado agudas.
Estantería. Accesible a tu mano, tienes que tener una estantería, aunque sea pequeña, en la que tengas todos los libros que normalmente necesitas, más algunos libros de consulta, libros de cursos pasados, carpetas de apuntes, etc. De este modo, evitarás tener que levantarte continuamente. Puedes también tener otra estantería mayor, para el resto de tus libros, aunque no esté tan a mano.
Iluminación Un capítulo muy importante del ambiente material del estudio es la iluminación. La mejor, evidentemente, es la natural, pero ello no siempre es posible y hay que recurrir a la iluminación artificial. Todo en el caso de la luz natural como de la luz artificial, no debe ser ni excesivamente intensa ni débil, procurando una luz bien distribuida. Hay que evitar la luz directa, sobre todo la luz fija que cuelga y nos da el foco directamente a los ojos. Es especialmente perjudicial para el estudio la luz de los tubos fluorescentes. Lo mejor es que tengas una lámpara o aparato de luz, articulado a ser posible (para que puedas adaptarlo a la posición que te convenga a cada momento), y que lo coloques de tal manera que la luz te venga siempre por la izquierda (si eres zurdo por la derecha), para que no te hagas sombra al escribir. En la habitación es aconsejable que no haya sombras muy contrastadas, por lo que algunos recomiendan una luz ambiental, además de esa luz focal, o que la pantalla no sea del todo opaca. Sí que conviene -y esto no aumenta mucho los costes de tu mobiliario de estudio- que la bombilla, que es aconsejable tenga 60 watios, sea también azulada, pues su luz fatiga menos la vista.
Temperatura Es una variable del ambiente que resulta importante para el estudio. En otras actividades tenemos un margen mayor de tolerancia, en lo que a temperatura se refiere, que en el trabajo intelectual. No es conveniente ni frío (pues nos hace estar inquietos e impide que nos concentremos en el estudio) ni demasiado calor (que invita al sueño y a la inactividad. No se pueden dar con exactitud temperaturas óptimas pues, junto a la temperatura, actúan otros factores: ropa que llevamos y nuestra misma tolerancia personal al frío o al calor. Se suele recomendar que la temperatura gire
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en torno a los 20° C, pudiendo oscilar entre 17 y 24. Más importancia tiene todavía el que, cuando se utilice calefacción, la distribución del calor sea homogénea y que el foco del calor no esté muy próximo a nosotros, ni-que sea de los que consume oxígeno o produce gases.
Ventilación El lugar del estudio debe estar convenientemente ventilado. El aire debe ser renovado frecuentemente, pues de lo contrario experimentaremos las consecuencias del aire viciado: cansancio, mareos, dolores de cabeza y, en definitiva, disminución del aprovechamiento en el estudio y aumento de la fatiga. Esto hay que completarlo todavía con una postura adecuada, que describiremos más adelante, que permita una buena respiración. En las condiciones o ambiente material de mi estudio, tras reflexionar sobre lo que acabo de leer, encuentro los siguientes: Fallos.....................................................................remedios...............................................................................................
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ESTAR EN FORMA FÍSICAMENTE El bienestar corporal tiene una influencia muy importante en la actividad psíquica, concretamente en la que aquí nos interesa, el estudio o trabajo intelectual. Las enfermedades no sobrevienen por nuestro deseo, pero sí debemos procurar, en la medida de lo posible, prevenirlas y seguir el tratamiento más adecuado cuando ocurren, para llegar pronto a un total restablecimiento. No hemos de caer en la hipocondríasis o tendencia al cuidado exagerado y desproporcionado de la salud, que incluye en ocasiones la falsa creencia de que se padecen enfermedades que no están presentes. Tampoco hemos de caer, con todo, en una actitud de despreocupación o de no seguir las instrucciones del médico-.' Pero, además de las enfermedades, hay que considerar también otros aspectos del estar en forma.
Sueño ¿Cuántas horas es preciso dormir? Esta pregunta suele ser una de las que se hacen más frecuentemente sobre el sueño. A tu edad, se suele recomendar un promedio de ocho horas, con una variacion entre 6 y 9. Esta norma general, que incluye excepciones, es sólo una parte del problema. Habría que añadir que no basta esa consideración cuantitativa de la cuestión: es igualmente importante tener en cuenta la calidad del sueño, es decir, que sea profundo e ininterrumpido. El criterio para juzgar si tu sueño es bueno, será el que te levantes descansado, ,Pon energías para acometer tu trabajo. Ayudará, sin duda, a que el sueño sea mejor, el que te vayas a la cama relajado y tranquilo, estado que debes procurar por medios naturales (solución de problemas personales, régimen de comidas sin excitantes, ejercicios de relajación, infusiones, ...) mejor que con somníferos o tranquilizantes, que has de evitar radicalmente. No juegues con las horas de sueño diciendo que «aguanto». Tal vez te lo parezca, pero tengo serias dudas sobre la calidad de tu trabajo en esas condiciones. Es esto especialmente importante cuando hay más trabajo: entonces es cuando menos debes restar horas al sueño, ni alterar el ritmo normal de sueño vigilia. Cuando quitamos tiempo del sueño para estudiar no le hacemos ningún favor al estudio, pues no le suele gustar que le robes tiempo al sueño. Además, ¿no es más bien la TV y el no organizar nuestro tiempo, la verdadera causa de ese tiempo que robamos al sueño? De los defectos de la privación del sueño es muestra el que su supresión o drástica reducción formen parte de las técnicas de «lavado de cerebro», dentro de las torturas psicológicas.
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Comidas La dieta alimenticia tiene importancia para nuestra salud y, consiguientemente, para el estudio. Los componentes de una dieta equilibrado para tu edad los encontrarás en cualquier libro que trate sobre la materia. Es importante, sin entrar en mayores detalles, una dieta rica en calcio y en fósforo, que se encuentran en los vegetales, leche, huevos y pescado. En relación también con la comida, es conveniente que no estudies después de una comida copiosa. Sin tomarlo al pie de la letra,' puede guiarte por el viejo refrán que dice: «después de comer, ni un sobre has de leer». Varias comidas suaves en lugar de una fuerte puede ser la solución.
Ejercicio físico Aunque no es fácil señalar la cantidad ni el tipo de ejercicio, es preciso subrayar la necesidad del ejercicio físico, tanto para el bienestar corporal como para la actividad intelectual. El estereotipo del estudiante empollón que no hace ejercicio, no tiene nada que ver con lo que es habitual, y menos con lo que 'es deseable. No debes, sin embargo, considerar que hacer ejercicio equivale a jugar exclusivamente a fútbol, por más que sea éste el deporte que en algunos medios suele contar con más practicantes y más entusiastas. Hay muchos otros deportes que puedes practicar, como el baloncesto, natación, gimnasia,... incluso el mismo footing. Lo importante es que, si no te la has hecho ya, te vayas haciendo respecto a todos los posibles deportes aquella conocida pregunta «¿Es este mi deporte?» con intención de responder que sí y practicar, por lo menos, alguno de ellos. Pero no se puede afirmar que cuanto más deporte mejor estudio. El deporte no debe ser excesivo. Tú mismo debes ponerte una medida. Estando muy cansado físicamente no estudias mejor, en contra de lo que algunos creen. Por otra parte, el deporte puede ocuparte tanto tiempo que casi te lleve por los caminos de la profesionalidad deportiva y te deje muy reducido el tiempo de estudio. Puede llegar a que no te resulte compatible con la vida de estudio. Es cuestión de moderación y proporción en todo. Por encima de todo, procura siempre que puedas, vivir al aire libre y en contacto con la naturaleza, pues descansarás más plenamente y te encontrarás después con más ganas de estudiar.
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Postura corporal durante el estudio Ya dijimos más arriba que el uso de la silla y la mesa favorecen una actitud activa, siempre que en ellas el cuerpo adopte una postura adecuada. Esta postura no debe ser de total relax, sino de cierta actividad, lo que implica un cierto grado de tensión muscular, si bien hemos de evitar las tensiones innecesarias. Concretamente, deberás apoyar toda la planta de los pies en el suelo y mantenerlos con una separación de 20 a 30 cms. Las piernas formando aproximadamente un ángulo recto con los muslos, lo mismo que los muslos con el tronco. Puedes adelantar ligeramente las piernas hacia adelante pero, por lo que dificulta la circulación, evita que formen ángulo agudo con los muslos. La cabeza ligeramente (sólo ligeramente) inclinada hacia adelante. Es esta la postura más cómoda y, a la vez, más activa, además de ser la más conveniente para la columna vertebral, que tan fácilmente acusa los malos hábitos posturales. El tronco recto facilita la respiración óptima y evita la fatiga provocada por la inclinación del tronco y la cabeza sobre el libro. Para todo esto deberás colocar de tal modo la silla respecto a la mesa, que una perpendicular trazada desde el borde frontal de la mesa hacia la silla, atraviese el asiento. Los antebrazos colócalos sobre la mesa . Para mantener la cabeza no demasiado inclinada hacia adelante y con el libro a la distancia adecuada (de 30 a 35 cms.), es necesario que no lo apoyes directamente sobre la mesa, sino sobre otros libros o en una especie de atril que tú mismo te puedes construir. De tal modo, que la dirección de tu mirada incida perpendicularmente, o casi, sobre la página que lees sin tener que inclinar demasiado la cabeza. Así tendrás el ángulo adecuado de lectura sin estar en una postura incómoda.
Posturas incorrectas
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Postura correcta Esta postura descrita está lejos de ser una postura artificial o excesivamente ritual, para cuyo mantenimiento debas estar tan atento, que descuides la finalidad de la misma que es el estudio eficaz. Por el contrario, si la vas poniendo en práctica poco a poco y con tranquilidad, llegarás a convertirla en un automatismo más y verás sus frutos positivos en tu columna vertebral, en la menor fatiga y en la mayor concentración. La postura exterior tiene su importancia pues hay una estrecha relación entre postura exterior y actitud o «postura» interior. Por lo demás, es importante que tu ropa durante el estudio sea cómoda, holgada, de tal modo que te encuentres con ella muy a gusto. De vez en cuando conviene que te muevas un poco. Puede ser útil también que realices algunas flexiones de la cabeza y cuello (mira en la página 87 s.). Otras posturas, como la de tumbado, no están asociadas a la de actividad ni posibilitan el tomar notas, además de que no son buenas para la vista. En este sentido, la peor postura de todas es la de decúbito prono (pecho y vientre tocando el suelo o la cama). 103
Documento
2.B.-
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Ficha
Introducción a la metodología del estudio, por COLL Vinent, Roberto, Barcelona, editorial Mitre, 1984, págs: 50 y 51. .
4. Planificación y estrategia en el trabajo intelectual Un hombre o una mujer pueden acudir a la universidad sin ningún propósito profesional ulterior y sin afanes investigadores de ningún género y sin ninguna ambición de poder o de influencia social, y encontrarían justificado su ingreso en ella y los esfuerzos que hayan realizado durante su permanencia en ella, si han aprendido a estudiar, si han adquirido una cultura o al menos se han situado en condiciones de poderla adquirir y de poder continuar por si mismos la formación intelectual en la que fueron iniciados. Aún en la peor de las hipótesis, o sea, la de que sus conocimientos no hubieran aumentado mínimamente, ha sido cubierto un objetivo básico y suficiente: el de colocarse en una especie de rampa ascendente desde la cual es posible, después, adquirir nuevos conocimientos, saborear el placer que da la posibilidad de saber más con sólo llegar a las fuentes cuya existencia ni siquiera conocían. En cuanto a la ciencia, su adquisición no sólo no es gratuita -nada de lo que afecta al mundo del saber es gratuito- sino que exige esfuerzos intelectuales extraordinarios para los cuales también el aprendizaje es útil y necesario. Aprendizaje aquí quiere decir sistematización y organización intelectual y quiere decir también planificación y estrategia. El hombre de ciencia es sobre todo un hombre de estudio y lo es el investigador en grado aún más alto. La universidad debería despertar la afición al estudio en aquellos que ya no lo tuvieron. Yo no comparto en este punto la opinión de Ortega sobre que la notoria falta de vocaciones científicas y de dotes para la investigación sean un estigma de nuestra raza. Esto no ha sido nunca demostrado ni siquiera por los hechos, más válidos sin duda que cualquier tipo de argumentos que, por otra parte Ortega no da en este punto concreto de su modo de opinar. Españoles y de nuestra raza son muchos investigadores que descubrieron o hicieron patente su genio creador más allá de nuestras fronteras y no creo que sea una cuestión climatológica. Sólo que allí encontraron medios y ayudas y aquí no. 105
La afición al estudio puede ser despertada y avivada desde fuera y ésta es una función esencial del profesor y de la institución en la que trabaja el profesor. Las clases y la enseñanza no deberían ser nunca lo que demasiadas veces son: una especie de tortura que convierte en odioso el aprendizaje y en una meta imposible el llegar a saber. No hay transmisión dé saber por de pronto y evidentemente cuando el enseñante no siente ningún deseo de hacer partícipes a otros de lo que él sabe, o cuando ni siquiera está seguro de que sea útil la transmisión de ese saber suyo. No la hay tampoco cuando el mismo enseñante no se ha esforzado en conocer un sistema válido para una transmisión eficaz de lo que él cree saber. Aquí se produce, una especie de dicotomía, según la cual parecen incompatibles la función investigadora y la docente al afirmar taxativamente que los investigadores son casi siempre pésimos profesores (93). El que la investigación y la enseñanza sean tareas distintas para las que puedan darse aptitudes y vocaciones también distintas, no quiere decir que exista entre ellos ningún género de incompatibilidad. El investigador en la visión de Ortega sería un hombre necesariamente parcial y el profesor en cambio, sería un hombre de talante integrador especializado precisamente en la construcción de la realidad. Los aspectos profesionales de la enseñanza universitaria presentan una variante bien diversa en la que predominan la técnica y la aplicación de la teoría a situaciones concretas de variado signo. El caso de la medicina podría considerarse como el más representativo y paradigmático. La medicina, para Ortega, deja que la ciencia todo lo que es característico, la fruición por lo problemático y la ciencia consiste precisamente en un prurito de plantear problemas (94). La gran mayoría de jóvenes que van a la universidad piensan sobre todo en una profesión, normalmente cualificada, que piensan poder ejercer con competencia gracias a los conocimientos que allí recibirán. Hay que pensar sobre todo en esa mayoría cuando se trata de una metodología de estudio. También los profesionales tienen absoluta necesidad de estudiar y la tienen en Igual o mayor medida los hombres que en el ámbito que sea han de adoptar continuamente decisiones Importantes. Todos ellos, con motivaciones bien dispares, habrán de topar, incluso en el caso de que no quisieran, con la Documentación. 106
Documento
2.C.-
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Ficha
Cómo estudiar, por STATON, Thomas F., 10ª. reimpresión, México, editorial Trillas, 2003, Págs. 53 a 55.
El tiempo y el lugar para estudiar Ahora mencionaremos algunas sugerencias prácticas para que arregles tu horario de estudio, es decir, para que hagas un proyecto de distribución de tu tiempo. Primero: si todos los días apartas después de las clases unos cuantos minutos o una hora para revisar a la mayor brevedad posible todo el material que se haya visto durante ese día, obtendrás grandes beneficios. Gran parte de lo que se aprende, básicamente se olvida dentro de las veinticuatro horas después de que se escuchó o leyó por primera vez. Si al terminar tu día de clases o a mitad de él, si es que dispones de alguna clase libre- puedes revisar el material, antes de que se borre de tu mente, tu memoria respecto a ese material se acrecentará considerablemente en estas condiciones. Esto es sentido común. Obviamente es mucho más fácil revisar algo que ya se ha visto y fijarlo firmemente en la mente, que volver a aprender el material que casi se ha olvidado. Por tanto, dedica unos cuantos minutos para revisar el trabajo del día antes de comenzar con el que corresponde al día de mañana. Este es el momento en que reorganizas tus notas del día y, si es necesario, las completas. Estos cuantos minutos de repaso, poco después de las clases, bien pueden proporcionarte más aprendizaje y memoria, en menor tiempo, y con menor esfuerzo que cualquier otra cantidad de tiempo que dediques al estudio. Segundo: dedica un tiempo permanente para el estudio de tus clases del día siguiente, además del correspondiente al repaso diario mencionado antes. Si puedes distribuirlo satisfactoriamente, será muy conveniente que inicies tu estudio a la misma hora todos los días. Si lo haces así te evitarás el riesgo de tener que estudiar y de no poder hacerlo por haberte confundido con la distribución de tu tiempo. Todos hemos vivido esta experiencia: a veces tenemos las mejores intenciones de hacer un determinado trabajo, pero no nos ocupamos de él hasta que es muy tarde. Si adquieres una rutina para estudiar a determinada hora, todos los días, y, sencillamente, evitas hacer cualquier otra cosa durante ese mismo tiempo, estarás en las mejores condiciones de no interrumpir tu estudio por una deficiente administración de tu tiempo. 108
Tercero: procura disponer de un lugar particular para estudiar. Esto no quiere decir, por supuesto, que no puedas hacerlo en cualquier otro sitio y en condiciones diferentes. Quiere decir que, cuando tengas que hacer un estudio formal, procures ir a este lugar para hacerlo. Ya hemos hablado acerca de la necesidad de evitar distracciones al estar estudiando, por lo que no es necesario tardar mucho describiendo las características de un buen espacio para hacerlo.
En síntesis, debe ser un lugar en el que la conversación, las actividades de los amigos, el ruido considerable, o el recuerdo de cosas más agradables que el estudio no interfieran con tu esfuerzo en lograr la atención. Lo mejor es disponer de una mesa colocada junto a una pared y que solamente contenga tus materiales de trabajo; tu silla podrá tener un cojín pero que no sea tan cómodo que estimule tu pasividad.
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ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE DE LA UNIDAD DOS: - Realizar una planeación del tiempo y lugar de estudio, atendiendo a los lineamientos establecidos en los documentos bibliográficos presentados en la segunda unidad. - Realizar los siguientes ejercicios - Elaborar un ensayo sobre un tema tratado en la unidad II. - Realizar un reporte de lectura sobre un libro concerniente a la unidad II. - Resolver el cuestionario de autoevaluación relativo a la unidad dos (hoja siguiente).
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Autoevaluación de la Unidad II. 1 . - ¿Cuáles son las ventajas de una adecuada planificación del estudio? 2.- ¿Por qué es bueno organizar acciones y tiempo de estudio? 3.- ¿De que sirven los estímulos e incentivos? 4.- ¿Sirve de algo tener periodos de descanso cuando estudiamos y por qué? 5.- ¿Cómo y quién define las horas de estudio por cada día? 6.- ¿Es realmente necesario un lugar para estudiar y por qué? 7. - ¿Qué características debe reunir el lugar para estudiar? 8.- ¿El ruido incide en la concentración? 9.-, ¿El silencio afecta la concentración? 10.- ¿Cuáles son las condiciones psico-afectivas que influyen en el estudio?
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UNIDAD III: Los Apuntes y Notas de Clase
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Documentos de la unidad 3 ____________________________________________ UNIDAD III: LOS APUNTES Y NOTAS DE CLASE OBJETIVO PARTICULAR: Al concluir esta unidad del curso, el participante: Desarrollará las habilidades y destrezas necesarias para realizar eficazmente apuntes y notas aplicables tanto a clases presenciales, conferencias, como a una revisión de materiales de autoestudio, con la finalidad de transferir dichas habilidades y destrezas a las subsecuentes asignaturas que integran la Maestría en Derecho Procesal Penal
CONTENIDO TEMÁTICO: 3.1 3.2 3.3 3.4 -
Las notas o apuntes de clase o conferencia. Qué son, por qué y para qué. Qué se debe anotar y cómo. Los defectos a evitar en la toma de notas o apuntes. Las notas o apuntes propios o ajenos. Ventajas y desventajas.
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS DE LOS DOCUMENTOS QUE INFORMAN LA 113
UNIDAD TRES:
Fichas:
Documentos: 3.A
3.B
3.C
3.D 3.E
3.F 114
Introducción a la metodología del estudio, por COLL Vinent, Roberto, Barcelona, editorial Mitre, 1984, págs. 64 a 100. Mejora tu modo de estudiar, por PALLARES Molins, Enrique, 7ª. edición, España, editorial Mensajero, 1992, págs. 156 a 157. A estudiar se aprende, por GARCÍA-HUIDOBRO G., Cecilia, María Cristina Gutiérrez G. y Eliana Condemarín G., 4ª. edición, ediciones Universidad Católica de Chile, 2000, págs. 84 a 86. Cómo estudiar, por STATON, Thomas, F., 10ª. reimpresión, México, editorial Trillas, 2004, págs. 43 a 48. El estudiante. Técnicas de estudio y aprendizaje, por PANSZA, Margarita y Sergio Hernández, 6ª. reimpresión, México, editorial Trillas, 2000, págs. 92 a 95. Aprende a estudiar-Introducción programada a unas mejores técnicas de estudio, por Rowntree, Derek, reimpresión de la 7ª. ed., Barcelona, editorial Herder, 1996,, págs. 125 a 128.
Documento
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Ficha
Introducción a la metodología del estudio, por COLL Vinent, Roberto, Barcelona, editorial Mitre, 1984, Págs: 64 a 100. .
1. La estrategia de la toma de notas. Principios.«La teoría del Iceberg» La toma de notas consiste fundamentalmente en resumir el mensaje esencial transmitido por el profesor en la clase magistral, y hacerlo de tal suerte que las notas en que dicho mensaje se recoge sirvan para mas tarde recuperar los contenidos básicos de lo que dijo el profesor, y así recordarlo en orden a su definitiva asimilación por parte del alumno. Se parte del hecho de que hay que acumular una cantidad excesiva e inabarcable de datos, imposibles de retener por una memoria normal. Limitarse a escuchar sin mas, es arriesgarse a perder una parte sustancial de aquello que se escucha; reproducirlo íntegramente en caso de que esto fuera posible, supone perjudicar la atención y la comprensión del mensaje y reducir la atención a una operación mecánica. Si esto fuera valido, podría no ser necesaria la clase magistral o la conferencia verbalmente pronunciada, y bastaría conocer el texto escrito cuya comprensión resultaría difícil para el profano, necesitado en cualquier caso de las explicaciones del experto, quien a su vez necesita del «feed báck», de sus oyentes para a través de él percibir el grado de aceptación y también comprensión que su mensaje ha merecido. No hay atención y por tanto no hay comunicación si el emisor y el receptor no establecen un contacto real que incluye también el gesto y la mirada; y nada de esto es posible en el mensaje escrito o cuando el receptor esta absorto por completo en la tarea de reproducir simplemente e íntegramente lo que esta escuchando y sin realizar sobre lo que escucha ningún juicio critico. La toma de notas hace posible una alternancia entre escuchar y escribir. No se pierde nunca, cuando se realiza correctamente, el contacto en cierto modo vivencial entre el emisor y el receptor, inmersos los dos en un proceso de comunicación intelectual y humano profundo en cuanto sea posible. La toma de notas es en este sentido y sobre todo una técnica para organizar y esquematizar la información que se recibe para que sirva luego a una elaboración ulterior en la que el estudiante aporta sus propias ideas y sus propios juicios a la vista del esquema estructurado por él mismo con los materiales que recogió mientras estaba escuchando. En esta línea se mueve lo que Brew y Mc Cormick llaman la «teoría del iceberg». La conferencia o la clase magistral serían la punta del iceberg. El material expuesto en las clases magistrales es entendido como un esquema o un esqueleto de ideas básicas sobre las cuales los estudiantes han de edificar su propia estructura de pensamiento, añadiendo por su cuenta nuevas lecturas y trabajos experimentales. En otro extremo estaría una visión de la clase magistral, errónea a mi entender, que la entiende como un todo que ha de ser aprendido íntegramente. La «teoría del iceberg» contempla la clase magistral como solo un esqueleto que exige nuevas lecturas por parte del estudiante. Una variante de este modo de concebir la clase magistral consistiría en que los estudiantes pueden confinarse mas o menos en el mismo material suministrado en clase, pero asimilándolo a base de interrelacionar ideas correlacionando el todo con un grupo de hechos, y buscando fuera explicaciones para aquellos conceptos que no fueron captados o entendidos (118). La aportación del estudiante no consiste solo en los materiales suplementarios que él mismo ha de buscar para completar los que recibió en la clase magistral y esquematizó en sus apuntes, sino sobre todo en la redacción de tales apuntes y en los criterios exigentes con que ha de escoger las palabras o las frases clave especialmente significativas de lo que el profesor
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ha querido transmitir. Van Matre y otros han realizado a este respecto un interesante estudio al que es obligado hacer referencia en estas paginas (119) siquiera sea de forma esquematizada. «Cualquier estudiante -escriben- ha experimentado la frustración al repasar sus notas antes del test que se realizo con ellos y verlas totalmente inútiles para reconstruir a través de ellas lo que había dicho el profesor cuando las dichas notas eran tomadas». (131). Se refieren sin nombrarla explícitamente a la indización o sea a la selección de palabras-clave con una fuerte carga informativa y capaces por sí solas de suscitar en el estudiante un proceso mnemotécnico que le permita recomponer las líneas esenciales de lo que fue la clase magistral. No se trata, es claro de vocablos sueltos sin la menor relación entre sí y cuya significación es imposible descubrir con el transcurso del tiempo, sino de expresiones con una fuerte coherencia interna a través de las cuales es posible y aun fácil adivinar los contenidos básicos que con ellas se quiere expresar. Para Van Matre y su equipo de colaboradores la clase magistral seguirá siendo el medio habitual de enseñanza en el futuro próximo. No se le encuentra ninguna sustitución hasta ahora y de ahí la necesidad de potenciarla no de sustituirla, y la necesidad también de maximizar el entorno de la clase magistral y de sacarle el máximo jugo y la importancia también de la toma de notas de lo que se va escuchando. Es sorprendente, concluyen, lo poco que se conoce sobre la naturaleza de la actitud del estudiante al tomar notas (120). La experiencia negativa generada por una tan frecuente frustración es resultante de una manifiesta impericia, nada sorprendente si en esta materia no se ha realizado ningún tipo de adiestramiento. Los experimentos realizados en este ámbito ponen de manifiesto tal impericia. Desde el excesivo laconismo de quienes al tomar notas escriben vocablos poco o nada significativos que al poco tiempo de ser escritos no sirven prácticamente para nada, a la exhuberancia y a la fantasía de quienes inventan frases que no han sido pronunciadas y conceptos que no han sido dichos, hay una gran diversidad de casos poco aleccionadores. Y sin embargo los estudios de Van Mate y colaboradores demuestran que la toma de notas tiene una incidencia significativa en la recordación del material sobre el que se produce y que los expertos en la toma de notas expresaban muchas ideas en pocas palabras. Cierto que los métodos de estudio en general y la toma de notas en particular no son soluciones patentadas que puedan ser aplicadas sin modificación en todas las situaciones de aprendizaje, posibles, como señala Poulsen (121). Unos métodos que en un caso concreto dan buenos resultados, señala el mismo autor, pueden no ser productivos en otros casos distintos. Existen por ejemplo, limitaciones exteriores como la distribución del tiempo invertido en estudiar, las técnicas en la toma de notas, la capacidad de leer, cómo se prepara un informe escrito u oral, etc. (*). _________________________________ (*) La capacidad de leer se ha mostrado muy importante una vez que se ha decidido el método de estudio que puede ser aprendido. Un estudio llevado a cabo en 1977 por Linda Annis, Davis Kent muestra igualmente que los que toman notas resultan ser estudiantes más eficaces; que quienes no las toman. El estudio se realizo a base de una encuesta en la que participaron ciento veinte estudiantes escogidos al azar y el procedimiento empleado para probar los resultados fue la lectura de un artículo de cuyo contenido tenían que dar cuenta una semana mas tarde.
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El resultado de la encuesta arroja una ventaja notoria a favor de los estudiantes que acostumbraban a tomar notas sobre los otros dos grupos (la encuesta se realizo con tres grupos distintos de las cuales uno solo tomó notas y los otros dos no) y ventaja de los que subrayan respecto a los que se limitan a leer. El valor de la toma de notas y también el del subrayado radica en el hecho de que el empleo de tales técnicas exige al -estudiante invertir más tiempo frente al material que esta estudiando. Se comprobó también el efecto positivo de la revisión de los materiales y el provecho mayor de quienes la realizaban respecto a los que no (122). La revisión, de la que me ocupare mas adelante, refuerza el contacto inmediato entre el material previamente codificado durante el periodo de estudio. Nadie enseña un buen sistema para tomar notas y en este sentido los datos fiables son todavía escasos y sin embargo, según demuestran Palmatier y Bennet (123) se han realizado estudios que muestran su enorme eficacia. Doscientos catorce alumnos sobre doscientos treinta y tres contestan en una encuesta que la toma de notas es esencial para tener éxito en la universidad y cada vez mas aumenta esa convicción entre el alumnado. Mientras por una parte se demuestra que los alumnos mas aventajados son los que toman bien las notas, se observa una gran diferencia entre el grado de pericia en tomarlas. Los métodos de estudio, escribe Poulsen, no son soluciones infalibles y los estudios científicos y las encuestas realizadas sobre la estrategia que haya de emplearse para una correcta toma de notas dejan poco o ningún margen pare la improvisación o para la intuición. Es claro que no puede darse una normativa inflexible aplicable a todos los casos y lo es también que no ha de excluirse la iniciativa particular en virtud de la cual el estudiante trata de aplicar a su caso experiencias que han mostrado ser útiles para otros. Pero, como observa Palmatier (124), la acertada toma de notas puede ser fácilmente aprendida por los estudiantes y han demostrado ser eficaces medidas de tipo organizativo e incluso topográfico Y sobre todo existen argumentos científicos convincentes para fundamentar las razones de una tal eficacia, del mismo o parecido modo a cómo ha sido demostrada la enorme operatividad que para la recuperación de información tienen las modernas técnicas documentales.
2 Técnicas y procedimientos: la revisión de materiales Existen fuera de nuestro país un buen número de experiencias docentes que demuestran una determinada técnica para aprender a tomar notas, y está fuera del objetivo de un texto introductorio como el presente la descripción pormenorizada de tales técnicas, que por otra parte pueden ser perfectamente aprendidas en un curso de Documentación intencionadamente orientado a este fin. Aunque más adelante haré expresa referencia a algunos de los resultados concretos obtenidos y debidamente mensurados mediante la correcta toma de notas, vuelvo ahora al estudio de Van Matre y colaboradores, fruto de una serie de experiencias realizadas todas ellas con estudiantes universitarios sobre la toma de notas como medio adecuado para progresar en sus clases.
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En dichas experiencias se pone de manifiesto el problema al que antes aludí sobre la contradicción en cierto modo inevitable entre el objetivo de escuchar al profesor para captar fielmente su mensaje y la transcripción también fiel de dicho mensaje Serían dos esfuerzos que se robarían uno al otro una parte de energía intelectual, y que mutuamente se perjudican. En la medida en que se atiende a uno de ambos objetivos, el otro queda afectado negativamente. La toma de notas por sí sola interfiere el aprendizaje, pero cuando se combina con la subsiguiente revisión, constituye la optima estrategia de estudio, con lo cual se llega a la conclusión de que para que la toma de notas produzca resultados efectivos ha de ir seguida de la revisión inmediata de las mismas notas. El estudiante, en efecto, ha de dividir su atención y su esfuerzo entre la tarea de escuchar lo que dice el profesor y escribir sus notas. Y es aquí donde se produce a la vez una diversificación y una simultaneidad de un mismo empeño intelectual. Lo más difícil para él, como señala Van Matre es decidir qué es lo más importante de lo que escucha y a este respecto ha de plantear y resolver sobre la marcha una serie continuada de cuestiones de respuesta nada fácil. Quien tenga el habito de indicar textos podrá resolver más cómodamente el problema que presenta esta simultaneidad y encontrará mas fácilmente las palabrasclave adecuadas y comprensivas de las ideas básicas emitidas por el profesor entre un torrente a veces de expresiones adjetivas a incluso insustanciales. Los resultados obtenidos en las investigaciones en relación con el poder recordatorio de las notas tomadas en clase son desconcertantes y poco orientadores en este sentido. Incluso cuando la toma de notas no interfiere el esfuerzo de escuchar, situación bien poco frecuente, dicho sea de paso-, los estudiantes muestran una fuerte tendencia a recordar con notoria preferencia lo que figura textualmente en las notas, y la información que aparece en ellas difícilmente es recordada luego. El punto critico, concluyen en este respecto Van Matre y sus colaboradores, es combinar la atención en escuchar con las notas correctamente hechas para así almacenar la mayor cantidad de información. La dificultad está precisamente ahí. La mayor cantidad de información no se da por el hecho de que las notas sean nutridas o más voluminosas, sino porque a través de ellas y de los esquemas y expresiones-clave en ellas contenidas sea posible y fácil reconstruir luego las ideas básicas vertidas en la clase magistral. Van Matre sugiere a este respecto y como una posible salida al problema que esta simultaneidad conlleva, que se suministre a los estudiantes y por adelantado la organización básica de la clase, con espacios en blanco suficientes para que el mismo alumno complete con sus propias elaboraciones. Se trataría en definitiva de que el alumno antes de la clase tuviera una especie de guión standar elaborado por el profesor, un guión muy esquematizado por supuesto, y una especie de esqueleto en el que solo este la estructura fundamental de lo que vaya a exponerse y que cada uno lo completase a partir de lo que haya entendido en clase. El guión contendría unos mínimos informativos que serían más o menos enriquecidos según fuese el grado de atención y de comprensión del alumno.
3. Procedimiento paralelo y procedimiento distribuido Van Matre y su equipo dan en el meollo de la cuestión cuando refiriéndose a la eficacia de la toma de notas como método de estudio y de trabajo intelectual, afirman que a la hora de valorar dicha eficacia habría de determinarse si el contenido de las notas tomadas en clase por el alumno se ciñe estrictamente a la información que el estudiante recuerda o si actúa «como señales indicadoras que permiten retener una información mucho más cuantiosa» (125). Si el estudiante toma notas mientras esta escuchando -sistema al que Van Matre llama «procedimiento paralelo»- dobla la velocidad, pero la importancia de este
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detalle, añade, «esta en función de la mayor o menor contingencia entre recordación y notas» Por oposición al procedimiento paralelo está el procedimiento distribuido que consiste en escuchar primero y tomar notas después. Mas tarde habré de volver sobre ambos procedimientos. Los límites o los extremos si se quiere entre los que se mueve el grado de eficacia de la toma de notas estarían por un lado en retener y transcribir la mayor cantidad posible de las informaciones recibidas en clase y reproducirlas fielmente y aun textualmente. En el otro extremo estaría el sistema de seleccionar palabras-clave o expresiones y frases sueltas especialmente significativas, y hacerlo con un criterio más bien restrictivo, lo cual resolvería, teóricamente al menos, la más importante dificultad de la toma de notas, que es la de escribir y escuchar simultáneamente. En lenguaje documental habría que referirse a la tensión dialéctica exhaustividad-pertinencia: o sea, transcribirlo todo (si esto fuese posible y compatible, con el esfuerzo de escuchar) para asegurarse de que ninguna parcela de la información emitida por el profesor o conferenciante ha sido desaprovechada, o escribir solo aquello que se repinta esencial, lo cual permitiría aumentar el grado de atención y consiguientemente el de aprovechamiento. El punto central está en el concepto de pertinencia o en el de relevancia que traducidos a un lenguaje no técnico coincidirían con las ideas esenciales y centrales del profesor, recogidas, o en palabras, o expresiones clave de muy alta connotación informativa. Y no se trataría, por tanto, de lo que es esencial según la opinión sujetiva del alumno, sino de una esencialidad, si así pudiera decirse, conforme con la voluntad informadora del profesor y coincidente con la necesidad y el deseo de ser informado que siente el alumno. Cuando Robertsom y Belkin (*)[(*) Vid COLL-VINENT R Teoria de la teledocumentación- bancos de datos, Barcelona ATE, 1980 pág. 49] tratan de definir la relevancia se refieren a «la relación demanda-necesidad y la relación texto-necesidad» y para Radecki (**)[(**) COLL-VINENT R. – Op. cit. pág 50.] el concepto de relevancia viene expresado por el grado de similitud entre los patrones de documentos encontrados y los patrones solicitados en la búsqueda. Y traspolando situaciones, el grado de similitud entre lo que quiso decir el profesor y lo que ha entendido el alumno y lo ha expresado en las palabras que figuran en sus apuntes. Entre dos extremos igualmente insatisfactorios -transcribir todo o casi todo lo que dice el profesor y transcribir palabras sueltas escogidas un poco al azar y por tanto nada válidas para recordar lo que el profesor enseñó -estaría una solución intermedia y más acertada que se sitúa más bien en el segundo extremo, o sea, el de recoger el mensaje de la clase magistral a través de sólo palabras, pero, eso sí -y el detalle es una importancia capital y decisiva- palabras escogidas con tal rigor y una tal expresividad que ellas solas basten a reconstruir la totalidad de los conceptos básicos vertidos en clase.
4. Revisión de las notas La salida practica para que pueda darse el camino intermedio que aquí se propugna como más válido, la sugiere Van Matre cuando trata con cierta amplitud en ese estudio suyo que me está sirviendo como punto de referencia obligada, a la revisión de las notas tomadas en clase. Las notas se escriben «in situ» y en caliente y se revisan en frío podría decirse aunque matizando enseguida que «en frío» no significa que esa revisión haya de llevarse a cabo mucho después de que las notas fueron
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escritas. Van Matre basándose además en experiencias realizadas en encuestas y trabajos dirigidos por él mismo y su equipo de colaboradores advierte, al contrario, sobre la necesidad de que la revisión se produzca cuanto antes. «La toma de notas -escribe a este respecto- no resuelve por sí sola el progreso en el aprendizaje aunque no interfiera con la atención debida al conferenciante, a menos que vaya seguida de una inmediata revisión» (126) La respuesta obtenida en las encuestas llevadas a cabo entre estudiantes universitarios y los resultados a que se llegaron después de valoradas dichas encuestas, permitieron llegar a la conclusión en cierto modo definitiva que he de transcribir textualmente aquí. Es interesante empero, conocer antes el contenido de alguna de las preguntas que a si mismos se formulaban previamente los encuestadores y por supuesto los encuestados. Preguntas especialmente importantes, entre otras de menor interés eran: 1) si la actividad de tomar notas produce un real aprendizaje o sirve solamente para revisar más tarde la información que se recibió, 2) sI la toma de notas combinada con la ulterior revisión de las mismas enriquece el aprendizaje; 3) si existen estrategias de estudio que minimicen las cotas de olvido. Y, 4) si da mejores resultados la revisión inmediata de las notas después de la clase o la revisión realizada más tarde. Lo de la revisión inmediata de las notas que fueron tomadas a un ritmo que hace difícil la precisión y la exactitud se ha mostrado como la mejor de las estrategias analizadas, y la conclusión más clara a la que se ha llegado es la de que para que la toma de notas tenga un resultado efectivo, deben ser revisadas algún tiempo más tarde. Sin esta revisión más o menos inmediata es preferible no tomar notas y escuchar con más atención. El profesor, se añade, en el texto mismo de la conclusión, debe asegurarse de esa revisión, aunque ello implicara dedicar un tiempo de la clase a dicha revisión. Se consideran elementos importantes de una correcta toma de nota, aparte de la revisión inmediata que se ha dicho, la pulidez y la claridad tipográfica con que han sido escritas. Sobre este punto hay normas muy concretas que van a ser analizadas, luego al tratar de ejemplos concretos. También la rapidez en la escritura. La lectura rápida y el escribir con fluidez constituyen en cualquier caso un ingrediente valioso en toda metodología de estudio y de trabajo intelectual. Si la eficiencia o pulidez en la toma de notas es realmente beneficiosa para recordar el material, escribe Van Matre, merece un estudio posterior. Depende de muchas circunstancias y entre ellas la practica del estudiante en escribir con rapidez y el lapso de tiempo entre la clase y la revisión de las notas (127)
5. Variaciones en la estrategia de la toma de notas. Los experimentos realizados en 1975 en la San Diego University (Estados Unidos) orientados principalmente a medir el grado de eficacia de la toma de notas en orden a un mejor aprendizaje, pusieron en juego toda una serie de variables dentro de un mismo objeto central, el determinar los diversos procedimientos de toma de notas que pueden ser empleados para maximizar la operatividad del trabajo intelectual, referido a la situación del alumno en la clase magistral; a la que se sigue considerando para un futuro próximo como instrumento válido para la transmisión de informaciones y en definitiva para la enseñanza. Se intentaba, además, encontrar una respuesta controlada a una serie de preguntas a las que hoy no se ha dado todavía cumplida contestación, tales tomo -entre otras- las siguientes: - ¿Se interfiere la toma de notas con la habilidad para escuchar?
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- ¿Tiene la dificultad de los contenidos de la clase magistral o Ia velocidad en el hablar del profesor alguna relación o influencia con los beneficiosos o nocivos efectos de la toma de notas? - ¿Es el alumno capaz de recordar una información de Ia que no ha tomado nota.? - ¿Pueden Ios estudiantes encontrar una guía para aprender a tomar notas o hay que dejarles escoger un método cualquiera, a su antojo?
- ¿Qué factores intervienen en la calidad de una toma de notas? En el primero de los dos experimentos do los que hago mención en estas páginas se comparó un procedimiento usual de toma de notas con otro diseñado para reducir el conflicto entre escuchar y escribir. Fueron incluidos, porque se les consideró importantes para medir los resultados del experimento, los factores montante de información en la conferencia y la rapidez en el ritmo con que se producía el profesor. Y, lo que es más importante desde el punto de vista en que este trabajo se escribe, fueron estudiadas 18 diversas combinaciones en el procedimiento de la toma de notas. La prueba fue realizada con tres distintos grupos de estudiantes, cada uno de ellos en diferentes condiciones para la toma do notas. Los tres grupos se subdividieron a su vez en tres subgrupos que escuchaban el texto que servía de prueba a velocidades distintas de lectura y dentro de cada subgrupo se producía una nueva subdivisión doble que medía un grado de densidad distinta. La prueba, igual para todos - cambiaban solo las condiciones externas y las de procedimiento- consistió en la lectura de un texto. Al final de la lectura se recogían las notas que se habían tomado, los que las tomaron (que no fueron todos, naturalmente) y cuarenta y ocho horas mas tarde los estudiantes volvían a los textos entresacados por ellos mismos para volver a reconstruir lo que ya escribieron. Los detalles del diseño del experimento tienen, a pesar de su interés, escasa relevancia para lo que aquí nos ocupa. Importa solamente conocer aquello que fue objeto de análisis y la tabulación de los resultados y sobre todo las conclusiones a las que, vistos los resultados, llegan los autores del experimento y de la investigación. Fundamentalmente fueron analizadas la memoria, la retentiva, la cantidad de información relevante recordada en cada caso, los datos aislados, la discriminación entre las informaciones reputadas como esenciales y las secundarias; y por supuesto fue analizado el contenido de las notas escritas por cada estudiante y puestas luego en relación entre si y entre lo que expresaban y lo que decía el texto que fue leído a distinto ritmo a todos ellos.
Los resultados, muy esquemáticamente resumidos, fueron los siguientes: - La toma de notas tiene una consecuencia positiva y significativa a efectos de recordar el texto o la conferencia. - Los alumnos que optan por tomar notas inmediatamente después de la clase para poder escuchar mejor al profesor «procedimiento distribuido» -- suelen ser estudiantes mas cualificados y más expertos. - Los resultados mejores en la toma de notas mediante procedimiento distribuido respecto a los obtenidos por el procedimiento paralelo se imputan a las interferencias causadas por el hecho de escuchar y escribir a la vez.
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- Los estudiantes que escuchan una clase de contenido muy denso y toman notas en ella, recuerdan proporcionalmente menos que aquellos que escucharon una clase menos densa de contenidos. - No hay diferencias sustantivas entre los diversos grupos y subgrupos que realizaron la encuesta -18- respecto a la cantidad de datos concretos y aislados que fueron recogidos. - Los que toman notas de un modo eficiente --expresan muchas ideas en pocas palabras-- tienen un nivel de recordación notoriamente superior. - Todo lo que tiende a rebajar la habilidad del estudiante para escuchar de modo eficiente, produce una mayor eficiencia o pulidez (concisión) en la toma de notas. - Las palabras sueltas pierden su capacidad para recuperar información a través de ellas a medida que transcurre el tiempo. - La oportunidad adicional para escuchar que proporciona el procedimiento distribuido aumenta la probabilidad de que las notas tomadas por el estudiante le ayuden a recordar mejor lo que escucho en clase. Cuando empleo el vocablo -resultados- me refiero a comprobaciones efectuadas y cuantificadas en las encuestas y experimentos a los que estoy aludiendo; los distingo de las observaciones de carácter general que se desprenden de dichos resultados que en buena parte ya han sido dichas. Y la más importante observación es la de que tomar notas resulta eficaz no solo si la toma ya seguida de una revisión más o menos inmediata sino cuando se produce un ulterior estudio de dichas notas, aunque en este ultimo caso la eficacia suele ser menor. Si no se dan ambas circunstancias es mejor escuchar sin tomar notas a la vez. Aunque el problema mas importante esta más en lo que puede aparecer en principio como adjetivo, o sea, en el acierto mayor o menor en la elección de los vocablos que integran dichas notas y por tanto en su intrínseca capacidad de recordación En este sentido deberían matizarse más las diferencias entre el procedimiento paralelo y el procedimiento distribuido a favor del primero de ellos --al revés, por tanto, de lo que acusan los resultados obtenidos en el experimento de la State University de San Diego en Estados Unidos-- cuando se escucha y escribe a la vez, pero se escribe de tal suerte que las expresiones transcritas tienen una gran fidelidad a Io que se escucha en virtud de la pericia de quien las escribe, entendiendo aquí por pericia la habilidad para escoger las expresiones y las frases más significativas del contenido esencial de mensaje contenido en la conferencia o en la clase magistral. Van Matre y sus colaboradores ponen también el acento en este punto al sacar las conclusiones del estudio y de los experimentos que ellos mismos impulsaron en la universidad de San Diego. Lo más importante y lo difícil para el estudiante que toma notas es la decisión que rápidamente v sobre la marcha ha de adoptar para escoger las palabras que luego Ie sirvan para entender el sentido exacto de lo que escribe esquemáticamente y a una velocidad que deja poco margen para la reflexión.
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Son por ejemplo, preguntas obligadas y que exigen una respuesta inmediata, las de si el conferenciante o profesor ha dicho esto o aquello, si tal idea concreta que esta desarrollando en este preciso momento en que se le escucha es la idea principal de su mensaje, o es una simple anécdota de adorno o incluso una tontería, si ha cambiado de tema - a raíz de una pequeña pausa o sigue con el de antes y así sucesivamente. Es este modo de trabajar a presión cuya evidente dificultad explicaría la reticencia de muchos a tomar notas a causa además, de una pereza mental bastante generalizada, la que hace aconsejable disponer de unas cuartillas con un formato especial y con unos epígrafes tales que hagan posible rellenar fácilmente espacios en blanco previstos para ser cubiertos cuando se producen las situaciones a las que hay que hacer frente de modo rápido y forzosamente improvisado.
6. Toma de notas y aprendizaje - experimentos Un segundo experimento realizado también en 1975 y en la misma Universidad de San Diego de Estados Unidos respondía a un diseño previamente establecido que pretendía poder comparar, mediante encuestas con estudiantes, varias estrategias de estudio que implicasen la toma de notas y los procedimientos de revisión. El propósito del experimento era doble: considerar por una parte la toma de notas como una estrategia de aprendizaje, y examinar por otra el proceso específico de la memoria que hace que sea efectiva en ciertas instancias la toma de notas. Un punto clave no del todo resuelto y que este experimento pretendía clarificar es el de si la actividad de tomar notas produce un real aprendizaje o sirve solamente para poder revisar mas tarde una información previamente recibida. Y las preguntas básicas a las que se quería encontrar respuesta eran las tres siguientes: 1ª. Si la toma de notas combinada con la ulterior revisión enriquece el aprendizaje. 2 a Si existen estratagemas de estudio que ayuden a disminuir o a minimizar las cotas de olvido. Y 3.a Si da mejores resultados la revisión de las notas inmediatamente después de la clase o la revisión realizada mas tarde. El texto que sirvió de prueba para el segundo experimentó fue el mismo empleado en el primero, leído a una velocidad de 120 palabras por minuto. El grupo de estudiantes con los que se realizo el experimento fue dividido en cuatro subgrupos, cada uno de los cuales implicaba una distinta estrategia para la toma de nota. La estrategia del primer subgrupo consistía en tomar notas durante la clase y revisarlas durante cinco minutos una vez terminada esta. En la segunda estrategia los estudiantes toman notas, pero se comprometen a realizar la revisión sin acceder a dichas notas (notes-mental review.). En la tercera los estudiantes escuchan sin tomar notas y luego se comprometen a una revisión de lo que escucharon (listen-mental review.). Y en la cuarta los estudiantes escuchan sin tomar notas y se comprometen en prescindir de la revisión o en cierto modo suprimirla (*) (.listen-no review. ) [(*) .letter cancellation task es la expresión textual que traduzco muy libremente.] Inmediatamente después del periodo de revisión los
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estudiantes tienen libertad para recordar por su cuenta lo que anotaron (o dejaron de anotar en el grupo que no escribió nada) y completar los contenidos que recuerdan. Una semana mas tarde vuelven sobre los textos o sobre las notas. Dejo al margen y aposta las consideraciones y comentarios que inspiran a los autores del experimento los resultados obtenidos en él, alguno de los cuales han sido ya mencionados antes de ahora. Lo que importa destacar es la relación existente entre dichos resultados v el tema central de estas paginas, escritas por un profesor de Documentación especialmente sensibilizado en función de la disciplina que enseña, por los arduos y no resueltos problemas de los métodos de estudio y aun por la ausencia de dichos métodos entre quienes eligieron la actividad de estudiar; y sensible en tanto que profesor a una problemática que no ha encontrado entre nosotros, al menos hasta ahora, el eco y la resonancia que su enorme importancia merece. Y más importante que los resultados son las conclusiones que legítimamente pueden sacarse de ellos y que tienen todas un norte común, el de mejorar el aprendizaje y sus técnicas y el de suministrar unos instrumentos para que dicha mejora se produzca. Y la toma de notas ha mostrado ser uno de estos instrumentos. Como lo es también el habito de revisar no solo lo que ha sido escrito, sino también lo que ha sido pensado en silencio y no fue recogido en forma de notas, para poder aumentar las cotas de atención. En el caso de los experimentos que aquí se esquematizan como ilustración de lo que antes ha sido dicho y argumentado, los autores de los diseños y del trabajo de investigación que los tradujo en realizaciones practicas -Van Matre y su equipo de colaboradores-aportan además una serie de reflexiones que se transcriben textualmente a continuación: Primera. Las clases magistrales y las conferencias deberían ser divididas en segmentos, de aproximadamente diez a quince minutos, y entremezcladas bien sea con notas escritas, tomadas inmediatamente después de cada periodo, o con notas revisadas en orden a optimizar el aprendizaje en clase. Segunda. Si las notas han sido tomadas durante la clase o siguiendo cortos segmentos de la misma, el instructor debería dar una oportunidad a los estudiantes para revisar sus notas. Esto debería hacerse al final de la clase o al principio de cada uno de los periodos en que Ia clase se divida. Tercera. Deberían suministrarse frecuentes interrogatorios para facilitar la retención del material mejor que evaluar al estudiante. Tales tests no solo aumentaran el dominio de la materia por parte del estudiante, sino que también le ayudaran a identificar aquellas áreas en las que necesita una información adicional. Cuarta.- Los procedimientos que utilizan presentaciones repetidas de material leído muy aprisa en clase, muestran la expectativa de aumentar la eficiencia en el aprendizaje de materiales presentados oralmente. Quinta.- Deberían realizarse comparaciones adicionales entre las notas tomadas por el procedimiento paralelo y las notas tomadas por el procedimiento distribuido, con o sin oportunidad para revisar, con objeto de poder identificar mejor las optimas estrategias de toma de notas.
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Sexta.- Deberían investigarse los efectos que se derivarían de proveer a los estudiantes con notas preestructuradas en grados distintos para poder determinar en que medida la competición entre escuchar y escribir puede ser minimizada sin que disminuya la codificación cognitiva del material. Séptima.- Deberían poderse comparar diversas actividades enriquecedoras del aprendizaje, tales como la de preguntar y resumir, con la toma de notas y la revisión después de la clase para determinar su relativa eficacia. Octava.- Los procedimientos para mejorar la naturaleza y la calidad de las notas tomadas por los estudiantes deberían ser ampliadas y desarrolladas incluyendo la identificación de aquello que constituye las buenas notas. Este conjunto de advertencias y recomendaciones pone sobre el tapete una serie de actividades, la mayoría de las cuales obligan al empleo de una o varias de las más importantes técnicas documentales o al ejercicio de actitudes muy propias del usuario final de un centro de documentación como son, por ejemplo y entre otras, la de preguntar. El acierto y la oportunidad de una pregunta pone de manifiesto por de pronto el grado de inteligencia y el espíritu de observación del que la formula; y patentiza también el criterio más o menos acertado con que se escogió, al tomar notas, la palabra o palabras-clave que susciten en la memoria del preguntador y también del preguntado la cuestión capital por la que se interesa y sobre la que recaba una información pormenorizada. Un conjunto de tales palabras-clave escogidas con un criterio exigente puede servir como punto de partida para la ulterior e inmediata revisión de las notas tomadas a vuela pluma y mientras se escucha activamente y provechosamente el discurso del profesor. Queda claro también, a la vista de las conclusiones a las que llegan los autores de los experimentos que aquí se analizan y comentan, que al profesor corresponde también un grado de responsabilidad en el acierto de las notas que inspiran su exposición magistral del mismo o parecido modo a como corresponde un grado de responsabilidad en el creador de un centro de documentación en el mayor o menor acierto en la búsqueda y recuperación de la información que él clasifico, responsabilidad que incide muy directamente en su capacidad comunicativa, en la claridad de los conceptos que expone (claridad que esta antes en su mente que en las palabras que emplea) y en el ritmo con que las expone. Una clase magistral impartida en presencia de un grupo numeroso no puede nunca tener las mismas características de una conversación informal, ni las de una conferencia pronunciada ante un publico de expertos, al que se supone conocedor de la terminología y habituado a esquemas fundamentales de la ciencia en la que el emisor es un maestro, pero no el único, ni acaso el que más sabe del tema. La situación de un congreso o de un simposium de especialistas en nada se parece a la que se da normalmente en las aulas de la universidad o en las de cualquier centro docente en las que el emisor ha de exigírsele unas aptitudes pedagógicas que incluyen esa claridad: y una obligada adaptación al entorno en el que se mueven aquellos quien le escuchan, no para gozar de la exposición elocuente de su saber, sí en lo posible para compartirlo y en cualquier caso para asimilarlo. En la misma o parecida línea se mueve el estudio realizado por K. y Wright (128) con estudiantes de ambos sexos en la City University y la de Nueva York ...y cuyos resultados aparecieron publicados en... The Journal of general education- y cuyo centro de atención de investigación era la lectura, la comunicación verbal, el vocabulario, la toma de notas y el subrayado, todo ello bajo el común epígrafe y objeto de averiguar los medios que contribuían a desarrollar en el estudiante las habilidades y
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aptitudes para comunicarse mejor. Y es interesante anotar que para medir y valorar dichas aptitudes comunicativas se consideran elementos particularmente validos: la capacidad de resumir, el acierto en los subrayados y la corrección de las notas tomadas, o sea, tres elementos esenciales en la formación de un buen científico de la documentación. Y el estudio realizado por Annis v Kent (129) cuyos resultados fueron presentados en el Anual meeting of the american education reseat asociación presentados en el - Annual meeting of the american education association. (Nueva York) en abril de 1977, refuerza aun más la tesis, que aquí se sustenta. En él se introducen nuevos elementos y nuevas variables a través de las cuales se llegan, desde opciones distintas, a las mismas o parecidas conclusiones. El experimento se realizo con 120 estudiantes universitarios con el propósito de investigar los efectos de determinadas técnicas de estudio -concretamente la lectura, el subrayado y la toma de notas- en el cuanto al aprovechamiento de los alumnos. Y dentro del grupo de los que tomaban notas dos subgrupos: Los que las revisaban inmediatamente después de la clase y los que no. A todos ellos se les leyó un articulo de 1525 palabras, y transcurrida una semana después de dicha lectura fueron sometidos a examen sobre lo que habían captado. Tampoco aquí pueden ser considerados de especial interés los datos técnicos y las incidencias del experimento, y así los resultados y las conclusiones que con cifras, estadísticas y cuadros sinópticos harto elocuentes señalan los diseñadores y comentadores del mismo. Resumo muy esquemáticamente y casi textualmente: - Los estudiantes que toman notas son, en general, más eficientes que los que no las toman. - El subrayar los textos produce buenos resultados, pero sólo si comprenden algunas circunstancias(*) (*) En el estudio publicado por el U.S. Departament of Health. Institute of Education, no especifica cuáles son esas circunstancias. Se me antoja añadir por mi cuenta y pienso que con escaso riesgo de equivocarme, que mucho tienen que ver con la calidad de una correcta indización, ya apuntada antes de ahora en este trabajo.
- Los que toman notas tienen más alta puntuación y emplean más tiempo para leer la lección que los que subrayan el texto, los cuales a su vez puntúan mejor y emplean más tiempo para leer que los del grupo que leyeron o escucharon sin más. - El valor real del subrayado y de la toma de notas está en el hecho de que el empleo de ambas técnicas exige al estudiante dedicar más tiempo al estudio de los materiales que recibe. Viene a ser como un pretexto para estudiar más y mejor. - Se observa una diferencia sensible a favor de los que revisan sus notas, respecto a quienes no las revisan. La revisión fortalece y vigoriza la ligazón inmediata entre el material previamente codificado durante de estudio y las ideas que fueron captadas en clase.
7. Normas prácticas para la toma de notas. 127
Existe una resistencia, yo diría una especie de pudor en descender al consejo práctico y puntual para que el estudiante aprenda efectivamente la técnica que le ayude a tomar notas una vez esté convencido de su eficacia como medio de estudio. En el terreno de los principios ya ha sido y lo sigue siendo por lo menos entre nosotros, adentrarse en una metodología que considerada superficialmente y muy desde fuera puede verse como poco científica, y este hecho explica los relativamente escasos estudios que se han dado. Aunque en términos absolutos ya empiezan a ser numerosos los trabajos y las investigaciones sobre este tema, y los que se traen aquí son sólo un pequeño botón de muestra como se puede ver comparando las citas textuales con la extensa bibliografía que existe al respecto -siguen siendo todavía escasos si se los compara con los que se han producido en la temática más amplia de la metodología del estudio y del trabajo intelectual. Y sin embargo, los que nos dedicamos a la enseñanza y vivimos en su centro, sabemos bien de las dificultades prácticas que los estudiantes tienen para ejercer su actividad intelectual y conocemos el escaso resultado que consiguen muchos en su esfuerzo por aprender. Ante esta realidad incontestable y a veces dramática cuya gravedad ha trascendido hace poco las primeras páginas de nuestra prensa, refiriéndose al fracaso escolar, no tiene sentido la táctica de avestruz de refugiarse en hermosas teorías y divagaciones para tranquilizar nuestra conciencia y eludir nuestra responsabilidad de maestros y educadores. Y por este motivo se impone, aparte de una mayor profundización en las causas de un fenómeno tan generalizado, abrir caminos por muy modestos que sean. El mejor método a mi juicio sería el de realizar pruebas conducentes a verificar la bondad de las técnicas que otros descubrieron y diseñar modelos o pautas que los estudiantes pusieran en práctica para luego poder testimoniar sobre su mayor o menor eficacia. Mientras no se dé un tal tipo de ejercicio, que requiere de grandes dosis de humildad y de paciencia – humildad para seguir en empeño aunque los primeros resultados fuesen negativos y paciencia para dar esos mismos pasos forzosamente modestos en una fase inicial - parece válido, aparte de necesario, recurrir al tipo de experimentos de los que se hace sucinta mención en el epígrafe anterior y beneficiarse por tanto de los frutos ya obtenidos por otros, que esto es siempre legítimo en el quehacer intelectual y a veces obligado en las tareas documentales. Walter PAUK (130) ha estudiado este tema desde una óptica muy pragmática y realista. O sea, descendiendo a los detalles más mínimos, incluso por supuesto al del formato aconsejable que debería tener el papel sobre el que se registran las notas que se van tomando. Podría discutirse el adjetivo de mínimos puesto que la «técnica» de la toma de notas, una vez aceptado el principio documental en que se fundamenta su eficacia, descansa precisamente en la realización correcta de una serie de pequeños detalles cuya suma hace posible conseguir resultados positivos. Se trata también de ayudar a vencer una inercia inicial frente al esfuerzo que sin duda supone el intento de transcribir con fidelidad lo que dice el conferenciante o el profesor. El desacierto en la elección del formato puede echar por tierra el esfuerzo realizado en una toma de notas inicialmente correcta. Es el caso, por ejemplo y entre otros, del que transcribe lo que escucha en una hoja volandera cualquiera que ha caído en sus manos por azar; en el reverso de un sobre que casualmente guarda en el bolsillo de su americana o en las tapas de una revista que ocasionalmente estaba leyendo. Ninguno de esos soportes puede cumplir mínimamente la función que en la toma de notas se persigue, por de pronto por la escasez de espacio que obliga a una excesiva condensación y a una escritura poco
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legible, y en segundo lugar, porque el peligro de extravío es más que considerable, sobre todo en el caso, nada infrecuente, de que la revisión de las notas no se efectúe inmediatamente después de haber sido escritas. Pauk propone, con toda clase de variantes y de posibles retoques, un formato que se reproduce en la página 83 y parte de la afirmación de que el formato no produce automáticamente una mejora en el aprendizaje, sino que es simplemente un vehículo para organizar los pasos que ha de seguir un proceso real de aprendizaje. Todo radica, según él, en encontrar una estratagema que permita registrar en muy pocas palabras el núcleo de lo que se está escuchando y de registrar también las ideas que se suscitan en la mente del alumno a medida que escucha y escribe, de modo que quede constancia de todo lo que es realmente importante, y sólo de aquello que es importante.
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figura En la columna izquierda, que a efectos de distribución, sólo podría naturalmente estar a la derecha, puesto que lo que importa esta en el margen, se anotan las palabras clave que a juicio del estudiante expresan con más fidelidad las ideas-fuerza del mensaje emitido por el profesor. Son, es claro, las mismas palabras-clave de toda indización previamente concebida y correctamente realizada que han de cumplir por tanto la misma función que tales palabras-clave desempeñan en la importantísima operación documental; o sea, el de suscitar un verdadero proceso mnemotécnico y una concatenación de ideas, capaz por lo tanto de reconstruir el hilo argumental presente en el pensamiento del que habla. Si la revisión de las notas se produce con la inmediatez que antes se señaló y cuya importancia coinciden todos los autores que han tratado el tema, esa cadena de palabras ha de poder servir en gran manera al proceso de recuperación de información que toda toma de notas comporta esencialmente. La estructura de este margen fuerza al estudiante a repensar lo que dijo el profesor en clase, y en el espacio marginal el estudiante debe reducir las ideas y los hechos expuestos por el profesor a notas sumamente expresivas que actúan luego como una especie de ganchos mentales que sirvan para revisar el conjunto y para reflexionar sobre él. Para rellenar ese margen de forma apropiada – escribe Pauk – el estudiante debe leer y releer todas las ideas del conferenciante o profesor (releerlas en la columna o parte más ancha a la que me referiré enseguida), repensar acerca de ella en su propio lenguaje y reflexionar sobre ellas como si pretendiera escribir un breve resumen. Y al leer esas palabras y hacer de ellas el objeto central de su estudio y de su esfuerzo intelectual organizará y estructurará la clase o la conferencia no sólo en sus notas, sino lo que es más importante, en su propia mente.
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El poder mnemotécnico de lo que contiene en la columna primera, continúa Pauk, prepara la plataforma para el paso siguiente: el de recitar y repetir el mensaje que las palabras-clave bien ordenadas ayudan a reconstruir, repetición que se aconseja que sea en voz baja, lo cual fuerza al estudiante a pensar. Para decir algo, la idea y las palabras deben lo primero ser procesadas en la mente. Sabemos que es este pensar el que deja tras de sí en la memoria, una especie de trazo neuronal al que el estudiante puede volver más tarde, como si se tratase de un fichero en el que está archivado un documento determinado o su expresión resumida. A la derecha del margen al que me acabo de referir, está la amplificación y la explicación de los contenidos expresados de forma implícita, pero elocuente y significativa, en las palabras-clave que he comentado. Esa explicitación supone un resumen indicativo y en algunos casos (si se sabe escribir con rapidez) un resumen informativo que contiene el registro de prácticamente todo lo que ha sido dicho en la clase magistral, se entiende todo lo importante. Si el estudiante escucha con atención y discierne los contenidos esenciales del mensaje que emite el profesor, puede, si vale la expresión jugar a dos bandas, o sea, escribir en la columna ancha de la derecha todo lo que va captando mientras escribe, excluyendo, es claro, aquello que él mismo reputa adjetivo, y anotando en la columna de izquierda, sólo las palabrasclave, nombres propios de persona, lugares geográficos, fecha o fechas significativas, etc. Esta operación puede ser simultanea y sería una de las opciones que tiene el alumno al escoger su particular sistema de tomar notas. La otra opción sería la de anotar sólo las palabras-clave en la columna marginal, que podría ser en este caso más ancha, efectuar la revisión de las notas inmediatamente después de terminada la clase, escribiendo a la derecha y «en caliente» la ampliación de los contenidos implícitos y esquemáticos de la columna de la izquierda. Esta segunda opción por la que se inclinan algunos autores, permite escuchar mejor y es la que hace absolutamente necesaria la revisión inmediata de las notas. Como quiera, este sistema de toma de notas ayuda al estudiante a usar con naturalidad y sin especial esfuerzo ni pérdida de tiempo, las poderosas técnicas de aprendizaje conocidas y experimentadas por los psicólogos. Esta es la conclusión a la que llega Pauk, quien resume las características y ventajas del formato por él propuesto, en las siguientes: 1ª. En lo que se escribe en la columna de la derecha el estudiante se ve activamente involucrado en la operación de escuchar y registrar las ideas del conferenciante o del profesor. 2ª. El estudiante se ve forzado - y es él mismo quien descubre esa necesidad – a la revisión puntual de lo que escuchó y de las notas escritas por él mismo. Le obliga a ello la necesidad de rellenar los espacios en blanco que dejó voluntariamente mientras escribió con rapidez aquello que entendía como más importante y la necesidad de fijar con precisión el texto de palabras y vocablos ilegibles. Este conjunto de actividades reduce a la mínima expresión la cuota de ideas olvidadas y no recordadas. 3ª. El esfuerzo realizado para resumir frases y escoger palabras-clave fuerza al estudiante a repasar las ideas vertidas por el profesor en clase, a reformularlas con su propio léxico y asirlas (retenerlas en definitiva) con el expresivo significado de cada una de dichas ideas mejor que con una verbosidad y una palabrería superficiales.
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4ª. Por el solo hecho de fijar en sus notas las ideas básicas vertidas por el profesor en clase, y por el hecho de repetirlas luego en voz alta y en palabras y vocablos de cosecha propia, el estudiante se ayuda a sí mismo a transferir el contenido mismo de la conferencia desde el terreno de su memoria a corto término a la memoria a largo plazo. 5ª. Las notas tomadas en clase y oportunamente revisadas, luego están siempre a punto para ulteriores revisiones y repasos, y por supuesto lo están para cualquier utilización ulterior y cara a los exámenes finales. Constituyen en todo caso un epítome de enorme utilidad para un estudio y un repaso de urgencia. Puede producirse una actitud escéptica respecto a la eficacia de la toma de notas como instrumento válido para mejorar y potenciar máximamente la metodología del estudio y del trabajo intelectual; y esa actitud resultaría comprensible si se entendiese por tomar notas el simple hecho de borronear unas palabras sueltas y deshilvanadas en un formato espléndido o en un cuaderno poco menos que lujoso en su material o en su tipografía, y es claro que nada de esto sirve y que el descrédito de cierto tipo de apuntes está en este sentido sobradamente justificado. El fruto de los estudios que con el máximo rigor científico han sido llevados a cabo en centros docentes, de rango universitario todos ellos, desmonta y pone a la vista en cualquier caso el «fundamento» de tales actitudes y descubre lo que Whitehead llama la «falacia del énfasis mal colocado» (131), o lo que también podría llamarse la elección más que subjetiva, caprichosa, de palabras sin sentido que no sirven en absoluto al objetivo de una correcta toma de notas, que es el de poder recordar sin esfuerzo especial lo que en una fecha acaso lejana dijo un profesor sobre determinado tema. Por este motivo adquiere una particular relevancia la elección de un formato previamente diseñado que haga menos difícil la realización de un esfuerzo de síntesis que en principio no resulta fácil para una gran mayoría. Adoptar siempre un mismo formato y recorrer con él y gracias a él una serie de etapas sistemáticas – escribir, resumir, indizar, revisar, reflexionar – puede, en opinión de Pauk, dar como resultado un éxito casi excepcional emparentado con lo mágico. Sería bueno matizar una valoración tan optimista como aquella a la que llega Pauk, pero hay motivos para darla por válida no obstante su posible exageración frente a quienes, sin motivos suficientes, tienden a un escepticismo que no siempre descansa en realidades o que en cualquier caso vive de espaldas a una problemática que de uno u otro modo ha de ser claramente planteada y valientemente resuelta. La situación en la que se encuentra el estudiante cuando escucha a un profesor que posee una información superabundante sobre un tema desconocido por él, tiene un notable parecido con otra situación mucho más generalizada, contemplada por la ciencia documental. No deja de producirse aquí un fenómeno semejante al de la llamada «explosión informativa» que reclama el mismo tipo de medidas a un nivel mucho más modesto si se quiere, que el exigido por un contexto en que la información anárquicamente almacenada deviene una información irrecuperable y por tanto una información inútil.
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3.B.-
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Ficha
Mejora tu modo de estudiar, por PALLARES Molins, Enrique, 7ª. ed., España, ediciones Mensajero, 1992, Págs:134 a 139. .
TOMAR NOTAS. LAS FICHAS Todavía nos falta hablar de la cuarta de las técnicas que complementan y perfeccionan la lectura y el estudio. Hablaremos aquí del tomar notas de nuestras lecturas. Algunas de las recomendaciones que aquí ofreceremos coinciden con lo dicho a propósito de los resúmenes y síntesis. .....................................................................................
Conveniencia y necesidad de tomar notas Cuando el libro es propio tenemos la posibilidad de subrayarlo. Pero hemos de manejar muchos libros que no son nuestros. En este caso es imprescindible tomar notas escritas de lo que consideramos interesante y que merece la pena conservar para el futuro. Cabría recurrir a las fotocopias, pero este procedimiento, además de que exige tener una fotocopiadora a mano, es caro y nos priva de algunas ventajas importantes que tiene el tomar notas. En efecto, el tomar notas: • Nos obliga a seleccionar lo más importante de la lectura, facilitando así su asimilación. El aprendizaje queda favorecido por esta actividad en que aislamos las ideas y datos esenciales y básicos. • Ofrece la posibilidad de poder utilizar posteriormente un material que ya hemos seleccionado. Vas formando tu archivo personal, excelente auxiliar de tu memoria. • Es imprescindible en la investigación, lo mismo que en cualquier estudio serio, y, en su tanto, en la redacción de cualquier trabajo, como veremos más adelante. Su necesidad va aumentando a medida que avanzamos en la vida intelectual. • También es importante durante los estudios medios. Por si mismo, a la hora de hacer un trabajo y de querer que te quede huella de algunas lecturas. Pero también como un modo de crear un hábito necesario para los estudios superiores y en la vida profesional.
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Documento
3.C.-
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Ficha
A estudiar se aprende, por GARCÍAHUIDOBRO G., Cecilia, María Cristina Gutiérrez G. y Eliana Condemarín G., 4ª. edición, Chile, ediciones Universidad Católica de Chile, 2000, págs. 84 a 86.
3.10. Apuntes Tomar apuntes es una técnica de trabajo intelectual, necesario para mejorar la atención en clase, facilitar el repaso, desarrollar el interés por la materia y retener la información. Consiste en escuchar activa y comprensivamente para captar las ideas principales del que expone, escribiendo en oraciones completas, breves y claras los contenidos, definiciones, características, antecedentes, procesos, etc., que expresa el locutor, dejando espacio para reorganizar y completar al término de la exposición. Los apuntes se basan en la capacidad de escuchar activamente una exposición. La mayoría de las personas son capaces de escuchar comprensivamente un promedio de 500 palabras por minuto. Una conversación normal contiene unas 250 palabras por minuto. En una conferencia o una clase disminuye la cantidad de palabras a escuchar a 125 palabras por minuto. Esta capacidad auditiva está estrechamente relacionada con la rapidez mental que nos permite procesar lo que escuchamos con lo que comprendemos en forma simultánea. Si consideramos que la capacidad de escuchar comprensivamente de una persona es de 500 palabras por minuto y que en una conversación o clase expositiva disminuye el número de palabras que escuchamos por minuto, se deduce que el oyente reserva en su mente espacio y capacidad libre para reflexionar sobre lo que está escuchando. Así, un buen oyente aprovecha de analizar y reflexionar las ideas expuestas sin perder la atención. CAPACIDAD AUDITIVA CONVERSACIÓN CLASE
500 PALABRAS POR MINUTO 250 PALABRAS POR MINUTO 125 PALABRAS POR MINUTO
Ventajas de la toma de apuntes Favorece el aprendizaje del tema, pues durante este ejercicio el alumno efectúa operaciones mentales de análisis, síntesis y clasificación. Mejora la atención, pues el alumno se ve obligado a aumentar su concentración, estimulado por la necesidad de captar la información, conservando lo fundamental y desechando lo irrelevante. Además, mantiene al alumno ocupado en escuchar, pensar y escribir simultáneamente. Facilita la retención de los contenidos y aumenta la capacidad para memorizar, pues lo que se escribe se recuerda mejor que lo que se lee. El que escucha, lee y escribe; trabaja tres veces.
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Cómo estudiar, por STATON, Thomas , F., 10ª. reimpresión, México, editorial Trillas, 2004, págs. 43 a 48. .
Anotar Tomar notas es el primero de los medios para aprender que vamos a analizar. Después de escuchar una clase o un debate, la única forma que existe para revisar y refrescar tu memoria sobre lo que se dijo depende de las notas que tomaste durante la clase. Tus notas deben ser sistemáticas, coherentes y legibles, si es que vas a hacer algún repaso que valga la pena. En el caso de libros siempre puedes volver, otra vez, a leer el material sin tener que tomar notas. Sin embargo, esto tarda tiempo y cuesta trabajo, especialmente si el material se encuentra en un libro de biblioteca, o en algún otro lugar que no sea tu propia habitación. Los minutos que dedicas a tomar notas sobre el material que lees serán muy valiosos cuando empieces a repasar para los exámenes. No tendrás que buscar el material original, ni leerlo nuevamente, página tras página, para repasar los puntos principales que necesitas. Hay cinco principios fundamentales que deberás observar si deseas que las notas que tomas sean de lo más eficiente. a) Descubre las ideas del que habla o escribe, pero exprésalas con tus propias palabras y no con las de él. Recordando la importancia de la comprensión, conforme escuchas una clase o lees un artículo, pregúntate constantemente: "¿Cuál es la idea que se oculta entre todas estas palabras?" Por supuesto, deberás anotar los datos que escuchas o que lees; pero ve un poco más allá para saber si el que habla o el que escribe sugiere o manifiesta un principio, una idea o datos concretos. Busca tales ideas o principios y, cuando identifiques alguno, anótalo rápidamente y en la mejor forma que puedas.
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(Un procedimiento que te ayudará a hacer esto es la etapa que hemos llamado EXAMEN PRELIMINAR del método de estudio PQRST. Examina cuidadosamente el tema, o emplea alguna otra forma de EXAMEN PRELIMINAR del material que tienes que leer, para obtener de él una idea global. Después, conforme los vayas leyendo, ve tomando tus notas y te darás cuenta de cómo se reúnen las diversas partes para formar un todo. Descubrirás así, la organización que sigue todo el artículo, lo cual te facilitará identificar la idea completamente.) Si sabes que vas a escuchar una conferencia especial, importante, toma su título y busca, en la biblioteca, algunas referencias al respecto. Examínalas para que tengas una idea de lo que el conferenciante podría tratar en su exposición. Muchas veces se desarrolla esta aptitud al hacer los trabajos escolares ordinarios; pero adquiere la idea general de lo que se va a tratar para que puedas organizar más inteligentemente tus notas conforme las vas tomando. Ahora estarás de acuerdo en que tomar notas no es un simple trabajo mecánico que consiste en escribir las palabras que oyes o lees. Se trata de un examen rápido, cuidadoso, y del análisis de las palabras que te permitan anotar el sentido sin tener que escribir todas y cada una de ellas. Dominar el arte de captar las ideas importantes del que habla o del articulista, y registrarlas con tus propias palabras, para un estudio y un aprendizaje eficientes, es un auxiliar cuya utilidad aumentará según vayas desarrollando esta aptitud. b) Sé breve. Mucha gente empieza con la mejor de las intenciones a tomar notas en una conferencia y se rinde, con disgusto, después de un breve periodo porque dice: "Mientras he escrito una frase que ha dicho, he perdido las siguientes tres. No sé nada de ellas y no tengo ninguna posibilidad de conseguirlas. ¿De qué sirve, entonces?". Aprende a juzgar lo que es importante cuando tomes notas. No trates de escribir cuanto se diga; por lo contrario, escucha atentamente y trata de anotar todo lo que, al mencionarse, parezca realmente importante. Todo buen conferenciante hace pausas entre sus puntos importantes y las llena con ilustraciones y comentarios, para que su auditorio tenga tiempo de asimilar un punto importante, antes de proseguir con otro. c) Capta la información, no precisamente los temas. Algunos estudiantes escriben cuidadosamente los títulos de los temas; pero no pueden captar la información con sólo éstos. Cuando se escucha una clase, es fácil poner un título seguido de una lista formada con los subtemas a medida que los va exponiendo el profesor. Así, por ejemplo, si la clase es sobre el Ártico pueden formarse notas como las siguientes: ÁRTICO Definición Recursos Características Conclusiones Problemas Esto te proporciona una descripción temática de la clase sobre el Ártico, pero carece de información. Procura, para evitar toda posible confusión en tus notas, no limitarte a registrar solamente los títulos o los temas presentados, incluye también el contenido utilizable en cada uno de ellos. Es claro que no cometerás este error si anotas las ideas mencionadas en vez de apuntar exclusivamente las palabras escogidas.
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d) Toma notas casi constantemente. Esto no pretende contradecir la segunda regla, la de ser breve, ya que muchos estudiantes empiezan a tomar notas, y después se concretan a esperar a que la persona que está hablando diga algo realmente impresionante y notable para hacer otra anotación. No es conveniente hacer esto. Algunos conferenciantes o autores organizan su material para que culmine en un punto importante que se reconoce fácilmente. Otros, sin embargo, no organizan su material en esta forma, y sólo si se mira retrospectivamente, su auditorio puede darse cuenta de que un dato o una idea fueron importantes. Por esto mismo, toma notas constantemente. Sé breve al tomarlas, es decir, no emplees más palabras de las que necesites, pero no dejes de hacerlo. Muchas cosas que parecen triviales cuando las escuchas o lees aisladamente, se hacen importantes y significativas al asociarlas. e) Organiza tus notas. Las notas son de poco valor si se toman atropellada y confusamente, o sin orden ni concierto, si no indican cómo un tema principal se divide en subtemas o cuándo un tema termina y se inicia otro. Al revisar notas de este tipo encontrarás una masa de datos sin ninguna relación manifiesta. Las notas que tomes en clase deben seguir el molde de pensamiento del profesor. Apunta claramente en tus notas el sistema de organización que sigue. Es de suponer que tanto el profesor como el autor de un libro siguen una organización lógica y clara. Por medio del estudio también será lógica y clara para ti y entonces, con tus propias ideas, podrás reestructurarla lo necesario si así lo deseas. Indica los puntos principales y utiliza sangrías para señalar los incisos de cada uno. Señala cuándo se cambia el tema o cuándo se divide en subtemas. ¡Haz que tus notas tengan sentido! Para asegurarte de que tus notas tienen sentido, cuando las vuelvas a leer, si no son claras, reorganízalas, tan pronto como sea posible, después de haberlas tomado. Esto podrás hacerlo unas cuantas horas después de las clases; mientras que, probablemente, no podrías dar sentido a unas notas desordenadas, algunos días después de haberlas tomado. Por tanto, no tardes en hacer esta importante revisión. Procura redactar tus notas para que sean realmente útiles. Este es un buen repaso y te ahorrará tiempo cuando prepares tus pruebas o exámenes. Cuando hayas ordenado y reorganizado tus notas así, habrás hecho una guía de estudios. Para repasar, las guías de estudios representan un papel muy importante en el plan de trabajo de todo estudiante. Una guía de estudios permite realizar autoexámenes rápidos según se vio en la etapa INVESTIGAR QUÉ CONOCIMIENTOS SE HAN ADQUIRIDO descrita en el capítulo 1. Leyendo los encabezados de una guía de estudios recordarás aspectos de una materia específica que hayas estudiado. Dejando de mirar a la guía de estudios detente un momento y pregúntate: "¿Qué comprende el título de este tema?" Si puedes recordar las anotaciones que siguen al encabezado de tu guía de estudios, seguramente ya conoces ese tema lo suficientemente bien para proseguir con otro sin perder tiempo en revisar lo que ya conoces. Por otra parte, si no estás absolutamente seguro de dominar el tema, los subtemas de tu guía de estudios te indicarán si has omitido algo y te proporcionarán información adicional. Cuando utilizas las guías de estudios, te proporcionan: a) información concisa y rápida sobre el tema estudiado; b) una forma de autoexamen para descubrir las partes que necesitas estudiar más; c) un resumen para comprobar que se cubrieron todas las partes cuando pensaste en el tema, y d) otra fuente de información, debidamente preparada, en caso de que no recuerdes todo lo que aparezca en la lista bajo el encabezado. Conserva juntas todas tus anotaciones sobre el mismo tema, y no las tengas repartidas por aquí, por allá, o por otros lados. Dedica una parte de tu libreta para cada materia. Conserva por separado tus anotaciones sobre temas diferentes.
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El estudiante. Técnicas de estudio y aprendizaje, por PANSZA, Margarita y Sergio Hernández, 6ª. reimpresión, México, editorial Trillas, 2000, págs. 92 a 95.
Elaboración de apuntes, resúmenes y cuadros sinópticos 9. Elaboración de apuntes, resúmenes y cuadros sinópticos Ante la gran cantidad de información que manejamos actualmente, tanto en la escuela como en el trabajo, es necesario aprender a sintetizar, esto significa que necesitamos localizar las partes más importantes de la información que escuchamos o leemos para poder expresarla, ya sea en forma oral o escrita, en pocas palabras, sin que pierda su sentido y su significado. En tu vida de estudiante tienes necesidad de sintetizar información, y esto lo puedes hacer mejor cuando la comprendes. Hay actividades escolares que te exigen sintetizar; por ejemplo, cuando expones un tema en clase, no puedes repetir textualmente todo lo que leíste, así, es necesario que resumas el contenido para poder exponer y dar una idea clara de lo que estudiaste. Una práctica que te ayudará a mejorar tu capacidad de síntesis, es la elaboración de apuntes, resúmenes y cuadros sinópticos. En este capítulo, te damos algunas sugerencias para elaborarlos y que tendrás que adaptar a tus características, propósitos de estudio, a la naturaleza de la información y al conocimiento que tengas del tema.
APUNTES Elaborar apuntes es un ejercicio de gran utilidad en tu proceso de aprendizaje, tú sabes que son éstos lo más importante de una clase, y la expresión de tu capacidad para captar y seleccionar la información que necesitas. (Véase fig. 9.1 .) Los apuntes de clase resultan útiles para complementar el estudio de las materias, para realizar buenos apuntes, debes escuchar atentamente, y esto significa que hay que concentrarte muy bien en lo que estás escuchando, para que selecciones el asunto que te interesa y uses las palabras más convenientes en tu escrito.
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Cuando hagas tus apuntes procura: - No escribir todo lo que se dice, selecciona lo más importante. Esta importancia la determinarán tus propósitos de estudio y la naturaleza de la información. - Usar abreviaturas. Puedes idear una escritura taquigráfica (tu propio código de signos). - Ordenar los apuntes y ponerles flecha. - Señalar lo que te parece más importante, ya sea subrayado, enmarcado o con asteriscos. - Copiar el mayor número posible de diagramas, esto te facilita aclarar el tema. - Cuidar de anotar correctamente nombres fechas y fórmulas. - No emplear más palabras de las que necesites. - Ser limpio y escribir con letra clara. más probable es que tus notas queden incompletas y te sean de poco valor cuando las requieras posteriormente. Tomar apuntes en la clase tiene algunas ventajas, además de lo que hemos señalado; ¿cuáles destacarías tú?
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Por último, repasa tus notas inmediatamente después de la clase, y comprueba si son legibles, de lo contrario aclara las palabras ilegibles, termina las frases inconclusas, completa las abreviaturas, añade comentarios para aclararlos, completa los detalles, subraya o bien marca los puntos más importantes y arregla los esquemas o cuadros sinópticos. Es importante que realices este paso cuando la clase aún está fresca en tu memoria, ya que si lo haces de un día para otro, lo más probable es que tus notas queden incompletas y te sean de poco valor cuando las requieras posteriormente.
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Aprende a estudiar-Introducción programada a unas mejores técnicas de estudio, por ROWNTREE, Derek, reimpresión de la 7ª. ed., Barcelona, editorial Herder, 1996, págs. 125 a 128.
LA IMPORTANCIA DE TOMAR APUNTES 6.1 El hecho de no tomar apuntes o no saberlo hacer es una de las causas más corrientes del fracaso de un estudiante. Los apuntes constituyen una parte vital del aprender. Igual que la redacción de temas, obligan a practicar tanto la «expresión» como la «comprensión». Tomar apuntes es bueno desde dos puntos de vista: en primer lugar, te mantiene activo mientras aprendes (y así favorece la concentración). ¿Cuál es el otro beneficio que puedes obtener (aunque sea semanas más tarde) tomando apuntes? Tienes un recordatorio escrito, que puedes revisar. 6.2 Si de verdad quieres retener lo que has oído o leído, es mucho más provechoso sacar unas cuantas notas en un papel que tener que habérselas con un montón de recuerdos confusos. Los recuerdos vagan sin rumbo, a menos que los prendas con el alfiler de las palabras, y de hecho puedes guardar tus apuntes escritos como un recordatorio permanente.
CÓMO GUARDAR LOS APUNTES Hay muchas maneras de guardar los apuntes. Unas serán más adecuadas que otras, según la finalidad que persigan. Describo aquí la práctica de tres estudiantes distintos. ¿Cuál de los siguientes métodos consideras como el más eficiente? a) Apuntes hechos en trozos sobrantes de papel y en el dorso de los sobres; guardados en una carpeta, o b) Apuntes hechos en hojas sueltas de papel de igual tamaño; guardados en un cuaderno de hojas cambiables, o c) Apuntes hechos y guardados en un cuaderno de hojas no cambiables. El caso es que te pregunto tu opinión. Estoy seguro que detestas el método a y has escogido entre b y c. Personalmente me inclino por b: un cuaderno de hojas cambiables. Aunque un cuaderno del tipo c parece más pulcro y de más fácil manejo, impide ordenar los apuntes de una manera más útil. 6.3 Idealmente, deberías poder ordenar tu cuaderno de apuntes de modo que todos los apuntes sobre una determinada materia estén juntos, tanto si los sacas de las lecturas, de las clases, de las prácticas, como si los has hecho este trimestre o el año pasado. Con un libro de apuntes con las hojas fijas, estás obligado a guardar los apuntes en el orden en que los has escrito, y es posible que una misma materia se encuentre dispersa por distintas partes del cuaderno. Con un cuaderno de hojas cambiables, al contrario, puedes ordenar las páginas siempre que quieras, sacarlas, copiarlas de nuevo, y añadir material nuevo en el lugar preciso que desees. Así que vamos a suponer que has tomado apuntes del capítulo 10 de un determinado libro de texto. ¿Dónde vas a guardar mejor los apuntes? a) Entre el lugar que ocupan los apuntes tomados de los capítulos 9 y 11, o b) Justamente detrás de los últimos apuntes tomados, o c) En los diversos y respectivos lugares en que has guardado apuntes pertenecientes a los mismos temas del capítulo 10. ...................................................................................... c), espero; a) y b) serían aceptables sólo en el caso que fueran lugares que albergaran apuntes del mismo tema que el del capítulo 10.
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ESCRIBIR LOS APUNTES 6.4 El problema clave de los apuntes estriba en saber qué es lo que hay que tomar y qué es lo que hay que dejar. Si los apuntes se toman de un libro se dispone de más tiempo para decidirse del que se tiene en clase, pero, teóricamente, el contenido puede muy bien ser el mismo en uno y otro caso. El contenido Los apuntes deben contener aquellas ideas de la argumentación o de la exposición del autor (o del profesor) que son suficientes para recordar todo el resto en una fecha más tardía. Por consiguiente, el cuaderno de apuntes debe presentar: a) Las ideas principales del autor y cualquier detalle importante que las corrobore. b) El plan lógico de la argumentación (la jerarquía de las ideas). 1. ¿En qué fase del método eplrr empiezas a tener indicios del plan lógico de la argumentación del autor (examinando los títulos, etc.)? 2. ¿En qué fase puedes confirmar esta primera impresión y escoger las ideas principales y los detalles importantes (buscando las frases temáticas, etc.)? ................................................................................................ 1. examen (y posible planteo de preguntas) 2. leer 6.5 De esta suerte, debes escoger las ideas clave y el modo como se organiza en el transcurso del examen preliminar, del planteamiento de las preguntas y de la lectura. Debes luego tomar los apuntes en la fase de.........................del eplrr, y cotejarlos con lo que has leído como parte de la fase del .................................................. recordar (NO leer)...........................................repasar 6.6 No intentes tomar apuntes antes de haber terminado la lectura de toda una sección. Son demasiados los estudiantes que leen con un dedo siguiendo las líneas del libro mientras con la otra mano copian diligentemente trozos enteros del texto. Todos estos terminan por tener un libro de texto en pequeño : cuando llega la hora del repaso igual podrían leerse de nuevo el libro entero. Recuerda que intentas recordar sólo lo que es esencial en la argumentación o explicación de un autor. Tu meta no es otra que captar en dos o tres páginas lo que el autor ha dicho en veinte o treinta. ¿Qué palabras debes emplear en los apuntes? a) Las mismas del autor, en cuanto sea posible, o b) Tus propias palabras, en cuanto sea posible.
--------------------------------------------------------------------------b) (En general debes emplear tus propias palabras, excepto cuando es preciso citar al pie de la letra alguna frase). Tus apuntes deben ser expresión de tu grado de comprensión, no de tu capacidad de copiar. Procura volver a las palabras del autor hasta que hayas trazado el esquema de tus apuntes y te dispongas a repasar.
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ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE DE LA UNIDAD TRES: - Acreditar la adecuada y completa toma de apuntes de las exposiciones realizadas por el Maestro, con respecto a esta unidad tres. - Realizar los siguientes ejercicios - Elaborar un ensayo sobre un tema tratado en la unidad III. - Realizar un reporte de lectura sobre un libro concerniente a la unidad III. - Resolver el cuestionario de autoevaluación relativo a la unidad tres (hoja siguiente).
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Autoevaluación de la Unidad Tres. 1.- ¿Por qué y para qué son necesarios los apuntes? 2.- ¿Qué es lo que sí se debe anotar? 3.- ¿Qué errores se deben evitar al tomar apuntes o notas? 4.- ¿Es seguro y correcto estudiar con apuntes ajenos y por qué? 5.- ¿Por qué es recomendable el uso de fichas para estudiar? 6.- ¿Cuáles son los usos que pueden dársele a las fichas? 7.- ¿Cómo puede complementarse la toma de apuntes después de clase?
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Unidad IV: El Resumen y la Síntesis. Los Esquemas Sinópticos.
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Documentos de la unidad 4 UNIDAD IV: EL RESUMEN Y LA SÍNTESIS. LOS ESQUEMAS SINÓPTICOS
OBJETIVO PARTICULAR: Al concluir esta unidad del curso, el participante: Desarrollará las habilidades y destrezas necesarias para realizar eficazmente resúmenes, síntesis y esquemas o cuadros sinópticos aplicables tanto a clases presenciales, conferencias, como a revisiòn de materiales de autoestudio.
CONTENIDO TEMÁTICO: 4.1 - El resumen y la síntesis. Qué son, por qué y para qué. 4.2.1 - Qué se debe resumir y sintetizar. 4.2.2 - Cómo se debe resumir y sintetizar. 4.2.3 - Los defectos a evitar en la elaboración de resúmenes y síntesis. 4.2 - Los esquemas o cuadros sinópticos. 4.1.1 - El uso de los esquemas en el estudio. Cómo se debe esquematizar. 4.1.2 - Qué significa esquematizar, por qué y para qué.
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FUENTES BIBLIOGRÁFICAS DE LOS DOCUMENTOS QUE CONFORMAN LA UNIDAD CUATRO:
Fichas:
Documentos: 4.A
4.B 4.C
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A estudiar se aprende, por García-Huidobro G., Cecilia, María Cristina Gutiérrez G. y Eliana Condemarín G., 4ª. Edición, Chile, ediciones Universidad Católica de Chile, 2000, págs. 75 a 84. Técnicas de aprendizaje y estudio – Aprender en la escuela, por Noguerol, Artur, 3ª. ed., Barcelona, editorial Graó, 2002, págs. 135 a 137. Cómo estudiar, por Staton, Thomas F., 10ª. reimpresión, México, editorial Trillas, 2004, págs. 48 a 50.
4.D
Mejora tu modo de estudiar, por Enrique Pallares Molins, 7ª. Edición, España, Editorial Mensajero, 1992, págs. 129 a 132.
4.E
Metodología del Estudio – Guía para estudiantes y maestros, por Izquierdo Moreno, Ciriaco, 4ª. reimpresión, México, editorial Trillas, 2003, págs. 41 a 94.
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A estudiar se aprende, por GARCÍA-
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HUIDOBRO G., Cecilia, María Cristina Gutiérrez G. y Eliana Condemarín G., 4ª. ed., Chile, ediciones Universidad Católica de Chile, 2000,págs. 75 a 84.
3.6. Resumen Resumir es convertir un texto de muchas palabras en otro con menos palabras. Consiste en ordenar las ideas fundamentales, expresándolas en forma personal y creadora, utilizando palabras propias y estilo personal para confeccionar la síntesis. Características del resumen Un resumen debe tener una extensión aproximada de una cuarta parte del texto original. Todas las ideas deberán estar completamente integradas, enlazadas y relacionadas. No puede ser una sucesión de ideas, una simple enumeración. Debe ir de lo general e importante del tema a lo particular del mismo. Debe ir de lo fundamental a lo explicativo. En los resúmenes no podrán aparecer guiones o asteriscos. El punto seguido es el medio de enlace. La labor de resumir es posterior a la de subrayar y es la unión de todas las ideas principales y secundarias. Facilita la comprensión y ayuda enormemente al repaso de las lecciones. ............................................................................................................................................................. Estrategia para confeccionar un resumen Elementos:
3.7. Mapa Conceptual El mapa conceptual es un recurso esquemático, Sirve para: • Representar un conjunto de significados y las relaciones entre los conceptos de los contenidos externos y los conocimientos que ya se tienen. • Planificar y regular las estrategias en el proceso de aprender.
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El mapa conceptual consta de tres partes: • Conceptos. Ejs.: libro - atmósfera - animales - etc. • Palabras de enlace. Ejs.: es ~ para - tienen - son - están - etc. • Proposiciones. Eis.: "Es una ciudad industrializada" Recordar: Organizar un mapa conceptual equivale a visualizar y expresar tanto las relaciones entre conceptos como los conceptos mismos. Estrategia • Leer atentamente el texto. • Subrayar con dos líneas el concepto más importante. • Subrayar con una línea los conceptos que siguen en importancia, subrayar las palabras de enlace. • Ordenar en el mapa los conceptos en forma jerárquica, de lo fl amplio a lo más específico (usar sólo los más importantes) • A partir de un mapa conceptual, reconstruir el texto. (Esto sirve p comprender y retener mejor la materia). Ejemplo: Texto: • Los alimentos entran por la boca al aparato digestivo. • En la boca están los dientes, la lengua y las glándulas salivales. • La lengua es un pequeño órgano musculoso con unos bultitos que son las papilas gustativas. • Las glándulas salivales producen la saliva
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Observar el siguiente mapa conceptual y, a partir de él, redactar el texto.
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3.8. Esquema Esquema, es la representación gráfica de un concepto, atendiendo a sus características más significativas. Hacer un esquema para estudiar es hacer una síntesis gráfica, clasificando en categorías las ideas principales e ideas subordinadas que completan la información. (En Chile los llamados "torpedos", o "chuletas" en Latinoamérica, son ayudas-memoria que realizadas con esmero son verdaderos esquemas académicos.) Ventajas de un esquema - Permite poner muchos contenidos en poco espacio. - Facilita la retención y la memorización por ser un gráfico visual. Favorece la comprensión pues ordena las ideas clasificadas. - Es una herramienta para el estudio activo. - Es eficaz como apoyo para exponer trabajos. Tipos de esquemas Existen muchas clases de esquemas, dependiendo del espacio en que se elabore y del tipo de texto que se esté trabajando para sintetizar. Esquema vertical Se utiliza cuando se trata de un tema extenso en cuanto a contenido y con subtemas que agrupan gran parte de las ideas. Permite utilizar un espacio ilimitado, puesto que está construido de arriba abajo y, en caso de un texto muy largo, se puede utilizar otra hoja de papel.
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Este tipo de esquema es el más recomendado para el estudiante que debe limitarse al espacio que otorga su cuaderno o sus libretas de apuntes, que, por lo general son angostos y largos, además de facilitar el orden al visualizar inmediatamente su estructura, destacando los títulos y subtítulos. Si está bien confeccionado debe caber en una hoja, contener la información más importante con las mínimas palabras posibles y ser perfectamente coherente y comprensible. Esquema de llaves o flechas Es recomendable utilizarlo cuando existen muchas subdivisiones. Son más títulos que ideas, no permite escribir demasiado pues utiliza un espacio de izquierda a derecha que limita la cantidad de datos y no permite seguir escribiendo en otra hoja de papel, por lo que al final la escritura queda muy junta en el margen exterior de la hoja. Este tipo de esquemas es muy utilizado por el profesor, que por lo general cuenta con uno, dos o tres metros de pizarrón que le permiten un desplazamiento horizontal. Desafortunadamente para el alumno que trata de copiarlo le resulta impracticable transferirlo a su reducido espacio en el cuaderno. Diagrama Es el esquema que sintetiza el contenido en la forma más gráfica. Presenta sólo palabras concepto en forma gráfica, mostrando las relaciones entre las partes. Este tipo de esquemas se usa preferentemente para organigramas, clasificaciones, jerarquías, pero no permite frases ni oraciones completas, es el más sintético de todos. Mapa semántico Es otra forma de organizar la información. Es una estrategia diseñada para organizar gráficamente la información dentro de categorías relacionadas con un concepto central. Ha demostrado ser un método efectivo para el aprendizaje de nuevas palabras, un procedimiento idóneo para la activación de esquemas previos y una técnica efectiva para mejorar la composición de textos, al poner en juego la naturaleza clasificatoria de la memoria. Permite a los docentes evaluar e interpretar qué saben sus alumnos, al tener la posibilidad de funcionar como mediador, actuando dentro de un papel menos directivo, animando a los alumnos a hacerse cargo y dirigir su propio aprendizaje. Estrategia para la confección de un esquema • Haga leer dos veces la lección, una para comprenderla y otra para subrayarla, dominando su contenido antes de empezar. • Pida poner títulos, subtítulos o apartados; para agrupar las ideas principales que vayan de lo general del tema a lo particular o complementario del mismo. • Insista en fijarse en las palabras clave subrayadas, porque señalan las ideas que se encontraron en cada párrafo al leer el texto; estas conforman el contenido del esquema. • Pida colocar números y letras a los contenidos para ordenar jerárquicamente las ideas a fin de agrupar las que pertenecen a una misma categoría. • Enseñe a estructurar la información de tal manera que se pueda visualizar la información al primer golpe de vista, reteniendo las relaciones e importancia jerárquica de los contenidos y con un equilibrio o predominio de lo blanco del papel sobre lo escrito.
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• Pida escribir con las propias palabras, lo que demostrará que hemos comprendido las ideas expuestas, expresando sólo las más importantes, pues el esquema es la gran síntesis ordenada jerárquicamente. Poner cada idea en una línea aparte, en un renglón y precedida por un guión, lo que conforma un desarrollo vertical, ordenado y fácil de retener. • Ejercite expresar las ideas en palabras clave que representan los conceptos más significativos y, a partir de ellas, se puede reconstruir toda la información. Recuerde, el esquema: - Es la síntesis ordenada en forma de gráfico. - Contiene títulos y subtítulos. - Está subordinado con números y/o letras. - Contiene las ideas principales. - Contiene lo subrayado en el texto, - Está escrito en palabras clave y/o frase corta. - En el esquema vertical se pone una idea en cada renglón. - Debe organizarse de lo general a lo particular. Semejanzas entre esquema y resumen 1. Ambos contienen las ideas principales y lo subrayado del texto. 2. Se expresan con las propias palabras según la comprensión obtenida. 3. Sirven para estudiar y repasar. 4. Favorecen la atención y el estudio activo. 5. Ambas son una síntesis del texto. 2. Diferencias entre el esquema y el resumen Esquema vertical Resumen 1. Síntesis ordenada en forma de gráfico 1.- Síntesis presentada en forma de párrafos. 2. Tiene números, letras, títulos y subtítulos. 2. Tiene redactados y unidos los temas principales y complementarios. 3. Se escribe con frase corta y palabras clave 3. Se escribe hilando las ideas con puntos, comas y puntos seguidos. 4. Contiene una idea en cada línea precedida por un guión. 4. Contiene dos o tres párrafos. 5. Tiene un desarrollo vertical. 5. Tiene un desarrollo horizontal. 3.9. Clasificaciones jerárquicas Existen muchos objetos o cosas que pertenecen a un conjunto mayor que los incluyen. Por ejemplo: la bicicleta está incluida en una clase más grande que son los medíos de locomoción. Aquí la clase está contenida dentro de otra clase. Clasificar en forma jerárquica sirve para: • Organizar mejor la información • Comunicarse en forma más sencilla.
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• Identificar múltiples variables en la clasificación de un conjunto de objetos. • Comprender los conceptos, descubrir sus características, memorizarlos y recordarlos. • Aumentar la eficiencia del pensamiento deductivo. Recordar: Definición de clase: Una clase es un grupo de objetos definidos por un conjunto de características esenciales. Característica esencial: Es aquella que poseen todos los miembros de una clase o grupo. Estrategia: 1. Observar y analizar la lista de objetos a clasificar 2. Identificar las características esenciales 3. Buscar el nombre más general de la lista a clasificar 4. Buscar semejanzas y diferencias 5. Identificar la(s) variable(s) (seres vivos, tamaño, función, uso, color, etc.) 6. Dividir los conceptos más amplios en las alternativas correspondientes. 7. Continuar la separación Ejemplo: Esta lista describe el contenido de un libro. Incluye el título del libro, el título de cada capítulo y los nombres de las secciones en que se divide cada capítulo. 1. Las venas, las arterias y los vasos capilares; 2. La boca y el esófago; 3. El cuerpo humano; 4. El corazón; 5. El aparato respiratorio; 6. Las fosas nasales y la lengua; 7.El aparato digestivo; 8. La sangre; 9. Los pulmones; 10. El aparato circulatorio; 11. El estómago; 12. Los intestinos: grueso y delgado / / Resolución:
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Ficha
Técnicas de aprendizaje y estudio – Aprender en la escuela, por NOGUEROL, Artur, 3ª. ed., Barcelona, editorial Graó, 2002, págs. 135 a 137.
6.4. El resumen Con anterioridad hemos hablado del subrayado y de las fichas, de la toma de notas, de las notas al margen, de la esquematización y, en general, del conjunto de técnicas de captación y reestructuración de la información. Llegados a este punto, nos encontramos con una técnica que tiene puntos de contacto con todas ellas. También se relaciona con las técnicas de grupo, en las cuales la necesidad de expresar en público las opiniones propias hace que quien habla tenga que ordenar todo cuanto ha asimilado. El resumen es la técnica, o el conjunto de técnicas, que sintetiza el proceso completo de la comprensión. Esta técnica podría clasificarse en cualquiera de los apartados: captación, elaboración o comunicación. El situarla aquí responde a la importancia que se quiere dar a la reorganización de la información como base para la interiorización del aprendizaje. Como para con la mayoría de técnicas, existe el peligro de ver éstas de una manera mecánica según la cual quien quiere resumir tiene que leer primero el texto; después lo subraya; escribe las anotaciones al margen; hace los esquemas pertinentes y, entonces, aparece el resumen perfecto. Pero no es así: el resumen ya se va haciendo cuando, al leer, se va descubriendo la estructura del texto y se va entendiendo. Otra cosa es que la estructura de esta secuencia de actividades facilite la comprensión global del texto y que el resumen redactado al final probablemente llegue a dar una idea más global de todo el texto, pero el proceso es muy personal y conviene facilitar que cada cual encuentre su manera de resumir. De lo que acabamos de decir se puede deducir que existen dos tipos de resumen como técnica de aprendizaje. El primero se puede utilizar en cualquier momento del proceso de captación o elaboración de la información y es simplemente la exteriorización de la información interiorizada hasta ese momento. Es la actividad que a menudo realizamos en la escuela cuando, inmediatamente después de una lectura, de un problema de matemáticas por ejemplo, preguntamos al alumno qué ha entendido o que nos diga en pocas palabras lo que le acabamos de leer o decir. Lo mismo que vamos haciendo a lo largo del proceso de reestructuración de la información para asegurar que la comprensión va por buen camino. Pero hay una segunda técnica que debería poner punto y final a cualquier proceso de captación y reestructuración de la información, como paso previo a la realización de las técnicas de comunicación: el resumen como explicitación de la información tal como ha quedado interiorizada después de haber hecho todas las actividades entorno a un contenido. Dicha explicitación tiene que ser breve y sintética, pero suficientemente explícita para que se puedan detectar los posibles errores. Ello quiere decir que no se puede permitir que ante el resumen los alumnos construyan simplemente aquel tipo de frases telegráficas o esquemas que quieren decirlo todo, pero que no dicen nada. Los maestros utilizan esta técnica con mucha espontaneidad, porque resulta evidente la necesidad de constatar lo que se ha entendido del tema. Pero todos hemos de confesar que no estamos demasiado satisfechos de los resúmenes de nuestros alumnos y que, ante sus deficiencias, no sabemos realmente qué hacer. Cuesta hallar soluciones mágicas; pero de la misma manera que en estos momentos hay muchos estudios acerca de la comprensión de la lectura, también hay muchos sobre los resúmenes de textos: muchos de ellos son propuestas derivadas de determinadas teorías lingüísticas. Para empezar, es conveniente destacar algunos aspectos interesantes sobre los posibles problemas del resumen de los alumnos: 1. Un texto puede darnos informaciones de distintas áreas y, por consiguiente, tener resúmenes diferentes. Puesto que la importancia de las ideas depende del objetivo que se marque en la lectura, hay que dejarlo tan claro como sea posible antes de iniciar el proceso.
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2. La valoración de la importancia de las ideas varía según la edad y la madurez mental. Cuanto más pequeños son los estudiantes, más subjetiva es la valoración y más difícilmente se colocan ante un texto pensando que es importante para el escritor. 3. Difícilmente, también, estos lectores se dan cuenta de las señales que el autor del texto ha ido dejando para que se identifique su importancia. Por esta razón, no seleccionan adecuadamente las frases. 4. Los alumnos son más capaces de realizar un resumen verbalmente que por escrito. Siempre resumen mejor si se les guía en los procesos de captación de la información y, sobre todo, en los de reestructuración. Si no, tienen lugar unos desajustes entre lo que captan como importante y lo que redactan en sus resúmenes. Este aspecto se tiene que relacionar con los problemas de la expresión escrita y, sobre todo, con los problemas de las estructuras estructurales; nos centramos en las ideas y no en el tipo de texto y la forma de escribirse. De todo esto, hay que concluir que una de las actividades básicas para aprender a resumir es hacerlo con la supervisión del maestro, que irá insistiendo en cada una de las necesarias para hacer un resumen: Comprensión del texto,
b
Valorando las diferentes ideas
b
lectura subrayar
Relacionándolas con las ideas previas deb quien lee, Una vez elaboradas,
esquematización
Expresándolas coherentemente
redactado
C>
Hay que llevar a cabo este proceso desde la lengua oral a la escrita porque, entre otras cosas, la primera facilita la interacción educativa del maestro con los alumnos, pero no la escritura tiene sus leyes. Existe un problema ineludible. Los teóricos de la comprensión lectora reconocen que, en los resúmenes, hay una dificultad en el paso de la comprensión a la expresión y que los problemas de este paso explican muchas de las deficiencias de los resúmenes de nuestros alumnos. Por este motivo, además del proceso diseñado en el párrafo anterior, habrá que utilizar técnicas de expresión escrita que faciliten el proceso de redacción y que deben realizarse como complemento de las orales. El resumen tal como aparece configurado aquí se puede asimilar, en cierta manera, con el proceso de comprensión y es la actividad en que han de desembocar los procesos tanto de comprensión oral, como de comprensión escrita, como de cualquier medio de comunicación.
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4.C.-
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Ficha
Cómo estudiar, por STATON, Thomas F., 10ª. reimpresión, México, editorial Trillas, 2004, págs. 48 a 50.
Resumir Otro medio para aprender consiste en saber resumir. El resumen es una exposición breve (algunas veces consta de una oración; otras, de un párrafo o de dos) que proporciona los elementos esenciales del material visto ampliamente en el capítulo o en la clase. Si lo definimos en otra forma podemos decir que es un relato corto de las principales ideas presentadas por el escritor o el maestro, un repaso de los datos y conceptos. Este es un valioso auxiliar para el aprendizaje, que algunas veces se encuentra en los libros de texto y que te ayuda a efectuar la etapa que hemos llamado EXAMEN PRELIMINAR del método de estudio EFGHI (PQRST). Te facilitará aprender, repasar y recordar el material general no técnico, que se explicó y discutió con cierta extensión, si tú mismo haces un compendio escrito al respecto; pero si se trata de material sumamente complejo y técnico, el resumen no es adecuado. Para esta clase de material necesitas notas y resúmenes; en cambio, si se te han proporcionado unas ideas, discutidas extensamente cada una de ellas, puedes resumir el capítulo, la tarea, o la clase, sacando las principales ideas con sólo unas cuantas palabras que las expliquen. Algunas veces esto es más rápido, más fácil y tan útil como tomar notas del material. Te darás cuenta, al hacer esto, que se trata de una forma abreviada de la etapa HABLAR PARA DESCRIBIR O EXPONER LOS TEMAS LEÍDOS, del método EFGHI (PQRST).-
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Documento
4.D.-
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Ficha
Mejora tu modo de estudiar, por PALLARES Molins Enrique, 7ª. edición, España, editorial Mensajero, 1992, págs. 129 a 132.
HACER ESQUEMAS Otra técnica relacionada con la lectura y el estudio es la de hacer esquemas. Al hacer un esquema tratamos de expresar gráficamente las ideas principales del tema y su organización. El esquema es consecuencia del subrayado, por cuanto el subrayado estructural es ya, de algún modo, un esquema que hacemos sobre el mismo libro. Las ventajas de hacer esquemas Las ventajas de hacer esquemas son, en parte, comunes a las del subrayar, con acento especial en lo que supone la globalización de lo leído o estudiado. El hacer esquemas: • Facilita la fase sintética del estudio. Nos da una visión de conjunto de lo estudiado, completando la fase analítica que acompaña a la realización del subrayado lineal. Las ideas o datos se pueden captar, de este modo, con un simple golpe de vista. • Se logra una jerarquización y organización de ideas y datos. Esto, ciertamente, facilita la retención de lo estudiado por cuanto, de este modo, utilizamos la memoria lógica. • Obliga a la concisión y a la brevedad, a expresar con pocas palabras ideas complejas. Vuelvo al capítulo 1 Posiblemente pasé por alto puntos importantes de este capítulo por no subrayar. Lo subrayo ahora teniendo en cuenta lo que acabo de leer. Al terminar verificaré si he seguido o no las instrucciones de las páginas anteriores.
+ Es una ayuda de gran valor para el repaso y preparación de los exámenes. Los repasos frecuentes, tan necesarios por otra parte, precisan de estas síntesis, a través de las que se puede ver mucha materia en poco tiempo.
Fases en la confección de un esquema En algunas ocasiones, el mismo libro ofrece ya un esquema de cada tema. En estos casos todavía te puede ser útil el redactarlo por tu cuenta, prescindiendo primeramente del que figura en el libro, para, en un segundo momento, compararlos. Como este supuesto no es muy frecuente, te voy a señalar las etapas que conviene tener en cuenta para la redacción de un esquema: 1.0 Subrayado, tanto lineal como estructural y de realce. Si no puedes subrayar el libro, ve tomando notas en un
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papel referentes a la estructura del texto. Pueden ayudarte para ello los epígrafes y títulos del texto, pero no te limites a copiarlos; haz, por el contrario, un esfuerzo y trata de captar la idea y expresarla con tus propias palabras. 2.O. Recapitulación de las ideas o datos organizándolos jerárquicamente. 3° Transcribe con tus propias palabras las ideas organizadas de esta forma con la mayor brevedad y concisión posible. 4.0 Trabaja el esquema. Es decir, subraya con colores algunas palabras claves o reálzalas con un signo. 5.0 Archívalo convenientemente y... repásalo con frecuencia. Modo concreto de realizarlo Al tener el esquema como uno de sus objetivos el ofrecer una visión de conjunto del tema, debes esmerarte en la presentación, aunque no hasta tal punto que inviertas por ello demasiado tiempo. Más que a otras cosas, me refiero aquí a la claridad y limpieza. Procura, en este sentido, que haya bastante espacio en blanco, para que no aparezca el texto demasiado comprimido y destaque el conjunto por su claridad. En cuanto a la distribución material en el papel de las ideas o datos jerarquizados caben varias posibilidades. Unos lo hacen por medio de claves. Este sistema tiene, sin embargo, algunos inconvenientes. En primer lugar, al ir anotando de izquierda a derecha las ideas según su importancia, salvo que el papel sea muy ancho, acabarás teniendo que comprimir demasiado la letra y hacerla cada vez de menor tamaño, en detrimento de la claridad y de la misma legibilidad. Por otra parte, con este sistema tiene que desplazarse la mirada de una forma irregular. Por todo esto, no es aconsejable este sistema de claves, salvo cuando lo que hay que esquematizar se resuelve con muy pocas subdivisiones. La disposición que parece reunir más ventajas es la que podríamos llamar escalonada. En ella, tras poner en la parte superior del papel el título del esquema, que es la idea general, se van poniendo las ideas principales y debajo de cada una de ellas las subordinadas, dejando un margen mayor a la izquierda a medida que descendemos en el rango de la idea. Así: TITULO (idea general) Primera idea principal idea secundaria idea subordina a la secundaria detalle detalle idea subordinada a la secundaria detalle detalle idea secundaria ... ... ... ... ... Segunda idea principal
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... ... ... ... ... ... ... Cada una de las ideas estará expresada lo más breve y concisamente posible y, esto es muy importante, con tus propias palabras. Se suelen todavía utilizar otros recursos para dejar bien clara la subordinación y ordenación jerárquica de las ideas o hechos a la hora de hacer un esquema: - Se puede recurrir a la utilización de distinta tipografía: mayúsculas, minúsculas, cursiva, subrayados, etc. - Pero ofrece más posibilidades el recurso a letras, números o signos precediendo a cada una de las frases.
• En las letras puedes utilizar las mayúsculas, minúsculas, introducir las minúsculas en paréntesis o corchetes. Algunos recurren también, si es preciso, a las letras griegas. • También se pueden utilizar números, tanto romanos como árabes, o combinar ambos sistemas. En este caso los romanos se pueden utilizar para las grandes divisiones. • Es frecuente que se combinen los números y las letras e, incluso, se completen con signos como «-», «•», u otros. -
Muy utilizada hoy día es la numeración decimal, a través de la cual se evidencia la ascendencia y dependencia de unas ideas o detalles respecto a otros:
2.
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Utilización de los esquemas El hacer un esquema es una eficaz ayuda para organizar y realizar el ejercicio de síntesis del material que tienes que estudiar. Pero no sirve de mucho si posteriormente no lo trabajas. Vale lo mismo que dijimos respecto al subrayado: que no es un fin sino un medio. Para que te sean útiles posteriormente: • Realízalos en papel de las mismas dimensiones que los apuntes (es más recomendable el DIN A 4), por lo menos para cada una de las asignaturas. • Consérvalos convenientemente, archivados por materias y con orden. 132 • Pon signos de realce: colores, recuadros, distintos tamaños de letra, asteriscos, etc., para destacar lo más importante. Haz esto con sobriedad para que no quede alterada la legibilidad. • Al estudiar con ellos, trata mentalmente de completarlos. • Estos esquemas más cuidados puedes simultanearlos con otros que hagas en borrador y que luego puedes tirar sin necesidad de archivarlos. Vuelvo al capítulo 3 1.0 Subrayo todo el capítulo. 2.• Hago un esquema teniendo en cuenta lo que acabo de leer sobre el modo de hacer esquemas. EL RESUMEN Y LA SÍNTESIS Algunos distinguen entre resumen y síntesis. Según esta distinción, el resumen sería una condensación de lo más importante de un texto, utilizando, fundamentalmente, las palabras del autor, mientras que en la síntesis se utilizarían preferentemente las palabras del lector. Es posible que te hayas acostumbrado ya a nombrarlos indistintamente. Caracteriza a ambas técnicas • Que son fieles al modelo, puesto que se evita el que se mezclen valoraciones propias. • No se utiliza ninguna disposición gráfica especial, sólo la letra de texto normal y en disposición horizontal, como en la generalidad de los escritos. • Así como el subrayado y el esquema podemos decir que «entran por la vista», de la síntesis y el resumen podemos decir que entran «por el oído». • Son más adecuadas para asignaturas que no sean técnicas, aunque no es imposible utilizarlo también en estas.
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Modo de hacerlo Te aconsejo que hagas síntesis (aunque les llames resúmenes) por lo que tienen éstas de ejercicio de expresión con tus propias palabras. Haz, pues, el esfuerzo de condensar el texto con tus propias palabras, respetando, eso sí, los términos técnicos. 1. No intentes hacer el resumen o síntesis antes de subrayar o tomar notas. 2. Ten especial, cuidado en organizar y relacionar las ideas. Que presente unidad y sentido y no sea una agrupación de frases yuxtapuestas. Fíjate, después de hacerlo, si a pesar de los «puntos y seguido» se ve el enlace de unas frases con otras. De hecho, habrá una idea principal en lo que resumes. Que las demás guarden relación con ella. 4. Breve. Que no exceda de su extensión de la cuarta parte de la del texto que se resume. Hay que utilizar muy pocas palabras, pero exactas. En este sentido, un adjetivo correctamente utilizado puede equivaler a toda una frase. 5. Hay libros que ya tienen hecho el resumen o síntesis, al principio, fin de cada capítulo o final del libro. Lee algunos con atención para aprender. Pero también puedes intentar hacer un resumen o síntesis por tu cuenta y luego confrontarlo con el que está en el libro. El resumen o la síntesis te ayudará a... • Desarrollar la capacidad de síntesis. • Mejorar la expresión escrita. • Aumentar el nivel de concentración. • Conseguir una lectura activa. • Redactar los trabajos con mayor corrección.
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4.E.-
Ficha
Metodología del Estudio – Guía para estudiantes y maestros, por Izquierdo Moreno, Ciriaco, 4ª. reimpresión, México, editorial Trillas, 2003, págs. 41 a 64.
Técnicas sintéticas El esquema es un instrumento de trabajo; es la síntesis personal de un texto y de los apuntes correspondientes a un mismo tema. Así, un esquema puede contemplarse como el armazón de un tema, como la estructura básica de una casa, y el resultado de un proceso de estudio y de trabajo que abarcaría desde preparación de un tema, y las lecturas de textos sobre el mismo, hasta el estudio de los apuntes, etcétera. Un esquema representa una síntesis de los conocimientos adquiridos y también es punto de partida para la interiorización sedimentación y exposición de esos conocimientos.
La técnica de esquematizar 1. Un esquema es la expresión gráfica de las ideas más importantes de un tema. Incluye los núcleos estructurales de un texto, y las ideas de apoyo secundarias, así como las relaciones existentes entre ambos.
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2. Un esquema es un resumen estructurado, y organizado, en forma análoga al texto que en él se sintetiza. 3. Viene a ser como la espina dorsal en la que se articulan los datos o las ideas fundamentales de una lección. 4. Es una técnica sintética que rinde excelentes resultados a las personas en las que predomina la memoria visual, que, hoy por hoy, son las que más abundan. 5. El esquema es la expresión gráfica del subrayado y, en consecuencia, sólo debe incluir las ideas principales. Éstas figurarán en el esquema destacadas, organizadas y relacionadas con las ideas subordinadas y con los matices, ofreciendo una estructura gráfica que permita reconocer visualmente y de inmediato los puntos básicos del tema de estudio. 6. Los elementos fundamentales del esquema son: el título, los apartados y las ideas que explican cada apartado. 7. En esquema deberíamos emplear nuestros propios términos, si bien esto supone todo un proceso de elaboración y de maduración personales. 8. Utiliza en tus esquemas diversas señales de atención, subraya con distintos colores y escribe con varios tamaños de letra. 9. Procura que en los esquemas predominen los espacios en blanco sobre lo escrito. 10. No podrás realizar un esquema, hasta que no hayas leído el texto un par de veces (trátese de un libro o de unos apuntes) y domines su contenido. 11. Acostúmbrate a esquematizar todo aquello que estudies y leas. 12. Como toda actividad sintética, esquematizar exige primero conocer y después abreviar. Un texto que no se conoce no se puede esquematizar, 13. Una lección esquematizada es una lección elaborada y lista para ser asimilada. ¿Qué debe proporcionar el esquema? QUÉ DEBE OFRECER EL ESQUEMA 1. Las ideas centrales del texto, destacadas con claridad. 2. La estructura lógica del texto con sus debidas ilación y subordinación de ideas principales e ideas secundarias, presentadas de manera personalizada 3. Una presentación limpia y clara, lo que permitirá obtener una rápida comprensión del contenido. 4. Concisión en los términos: el esquema se escribe en un lenguaje casi telegráfico.
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El esquema es el resultado de una operación de síntesis. Esto no quiere decir que debemos convertirnos en "técnicos en redactar telegramas" sino que hemos de apuntar a la auténtica operación de síntesis en su calidad del, técnica intelectual de trabajo y engendradora de hábitos de orden, claridad, asimilación, etcétera. Los esquemas constituyen un instrumento valiosísimo para el repaso. Ello se debe a que no es buena táctica repasar todo el libro: los esquemas pueden resumirte en pocas páginas el contenido de todo un texto o curso. Su repaso es muy rápido, pero ten presente que un repaso basado solamente en el estudio de los esquemas (sin consultar de nuevo los libros), es un aprendizaje incompleto.
Por qué hacer esquemas Hacer esquemas es la mejor manera para conseguir la comprensión con seriedad del texto que estudias. Es uno de los recursos más eficaces para estudiar, sobre todo cuando la dificultad de la materia es grande o cuando se trata de un libro de difícil comprensión Proceder con cierta lentitud con objeto de destacar las ideas centrales del texto, nos obliga a entenderlo a fondo y facilita la perfecta comprensión de su esquema interno. Realizar esquemas es lo mismo que leer y estudiar activamente, así como la mejor manera de mantener despierta la atención. En otras palabras, se trata de enfrentarse con el texto armados de papel y bolígrafo. Aplicarse así facilita el estudio y, de paso, favorece su memorización. Un esquema es un auxiliar importante para preparar un examen o evaluación. Los conocimientos asociados resultan más fáciles de recordar y de expresar en forma ordenada y coherente. También sirve para centrarse en las cuestiones de fondo, y es de inapreciable valor para preparar en poco tiempo los controles de evaluación y los exámenes parciales o globales. Es necesario elaborar esquemas mentales y gráficos que nos faciliten el trabajo intelectual. Además, el esquema es la técnica que permite desarrollar con mayor eficacia el proceso analítico-sintético que precisan toda lectura comprensiva y el estudio. El análisis se centra en los detalles considerados en sí mismos. La síntesis nos permite obtener una idea general del tema seleccionando lo más importante. El esquema cumple varios objetivos: 1. Permite captar en una ojeada las ideas y los datos más relevantes. 2. Facilita la labor de síntesis del estudio, ofreciendo una visión de conjunto.
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3. Desarrolla la memoria lógica al obligarnos a establecer prioridades mediante la organización de las ideas, los datos y los matices del contenido. 4. Facilita la fijación y la retención de los contenidos, ahorrando tiempo y energía a la hora de memorizar y de repasar. 5. Enseña al alumno a "ir al grano" y a expresar de forma concisa y con palabras apropiadas las ideas complejas. 6. Pone en juego las capacidades de análisis y de síntesis, la claridad mental, el razonamiento lógico, y la precisión y concisión en la expresión escrita, cuya importancia es decisiva en el trabajo intelectual ordenado, reflexivo y activo.
En qué consiste un esquema bien hecho 1. En el sustituto adecuado de los textos básicos y apuntes, haciendo de éstos algo innecesario. 2. En un procedimiento de revisión que nos permita desarrollar el tema en cuestión o resolver los problemas, obteniendo, la máxima calificación. 3. En una síntesis suficiente para contestar a una pregunta del tema, de tal forma que lo escrito en el esquema baste para obtener la calificación de suficiente o aun superior. 4. En una clara y manifiesta organización de las ideas interdependientes entre sí, que integran el contenido de un texto. El método más corriente a seguir para elaborar un esquema es el deductivo, que consiste en detectar la idea central de cada párrafo del texto redactarla en pocas palabras. Se trata de descubrir en una palabra el acepto clave que sintetiza lo esencial de cada párrafo, así como las ideas secundarias que apoyan a ese concepto y la forma como se relacionan con él. Para ello te recomiendo proceder como sigue: 1 . Selecciona las ideas fundamentales que has subrayado en el texto y organízalas de manera sintética y lógica en orden de mayor a menor importancia. 2. Ayúdate de los epígrafes, títulos y subtítulos del texto, pero no los copies, es decir, procura entender las ideas y expresarlas a tu modo. 3. El encabezamiento o título del esquema debe expresar claramente la idea central, de forma que sintetice en una breve frase, todo el contenido. 4. Debes añadir al encabezamiento un subtítulo apropiado que te permita ser más explícito y descender a detalles que completen y enriquezcan la idea central. 5. Emplea tus propios términos para referirte a las palabras que son más significativas para ti y te facilitan la asimilación, retención y evocación de los contenidos.
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4.
Divide el tema y estructúralo de la siguiente forma: a) Dedica un apartado a cada idea principal. b) Añade y jerarquiza las ideas secundarias que acompañan a cada idea principal. c) Incluye y jerarquiza, aquellos detalles que enriquecen y completan las ideas secundarias.
Cualidades y normas a tener en cuenta en un esquema 1. Presentación: a) Espacios en blanco. b) Márgenes amplios. c) Título y subtítulos destacados, d) Contrastes de color y de tipo de letra. 2. Organización: a) Ideas expresadas en forma sintética. b) Unidad visual: que sea posible captar bien el contenido de una ojeada. c) Unidad de dirección: las divisiones y subdivisiones siempre deben ir hacia la derecha y hacia abajo. 3. Contenido: a) Éste deberá incluir los aspectos básicos del tema. b) Será de fácil comprensión. c) Cada idea debe figurar en una línea distinta. 4. Expresión: a) Busca la claridad en el lenguaje y utiliza tus propios términos.
Dónde hacer los esquemas Puede utilizarse cualquier tipo de papel: hojas tamaño carta, cuaderno, libreta, etc. Lo más importante es lo siguiente: 1. Utiliza siempre el mismo tipo de papel y el mismo formato para los esquemas que corresponden a una misma materia. 2. Ordena y archiva tus esquemas. El sistema más práctico consiste en utilizar para todos los esquemas de todas las materias el mismo tipo de papel. Las hojas que mejor se pueden archivar son las que se utilizan para carpeta de argollas y que puedes encontrar en tamaños estándares. 1. Es más cómodo utilizar un solo cuaderno o una sola carpeta, pues así se podrán archivar fácilmente los apuntes fotocopiados.
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2. Es aconsejable escribir sólo en una cara de la hoja, dejando la otra cara para hacer anotaciones posteriores o repeticiones del esquema.
Fases del aprendizaje y ejecución de esta técnica 1. Localizar y subrayar las ideas fundamentales de los distintos párrafos de un texto. 2. Subrayar precisamente las palabras que destaquen dichas ideas centrales. Subraya pocas palabras: procura que sean las que resultan clave para entender la idea. 3. Anotar al margen la idea central del párrafo mediante alguna palabra clave, siguiendo la estructura lógica del texto. 4. Relacionar entre sí las ideas subrayadas por medio de algún sistema de identificación (números y/o letras). 5. Ubicar las diferentes ideas dentro de varios epígrafes o apartados. 6. Pasar al papel el primer esquema que has elaborado en el margen del libro de cuya lectura te ocupas, ampliándolo y completándolo después con breves expresiones y con algunas ideas secundarias, pero importantes. ¿Se pueden copiar los esquemas que figuran en el libro? Mi consejo es que, al principio, prescindas tanto de los esquemas que figuren en el libro como de los confeccionados por tus compañeros, ya que el esquema debe ser algo personal y el resultado de una lectura comprensiva, en la que cada quien pone en juego sus aptitudes analítico-sintéticas. Posteriormente, conviene comparar tu esquema con el que figura en el libro o con los de tus compañeros, a fin de detectar posibles fallos u omisiones.
Modelos de esquemas Existen muchos modelos posibles de esquemas. Cada estudiante procurará utilizar el modelo y el estilo de esquematizar que vaya de acuerdo con su manera de ser y le permita comprender y repasar con mayor rapidez y eficacia el texto. Cualquiera que sea el modelo que utilices, deberás tener en cuenta algunas indicaciones prácticas de redacción. 1. Hay que escribir con frases cortas, concisas (casi telegráficas), y empleando determinados signos convencionales para simplificar al máximo el texto y reducir el trabajo de transcripción. 2. El esquema debe dar una idea completa del texto y de su contenido.
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3. Deben destacarse con claridad los títulos de los apartados principales y de los párrafos secundarios, de las divisiones y de las subdivisiones, etc., y cada una de estas clases de títulos deberá sobresalir según su jerarquía. Para ello es preciso utilizar convenientemente: a) Las mayúsculas y las minúsculas. b) Los subrayados. c) Los distintos colores, sin abusar de ellos. 4. En favor del orden, la claridad y la facilidad de comprensión de la lógica del texto, de la sucesión de las ideas principales y secundarias, de las divisiones, subdivisiones, etc., recuerda lo siguiente: a) Los esquemas serán limpios y claros. b) A los signos de igual categoría les corresponderá la misma alineación (vertical). c) Los títulos de igual importancia han de destacarse siempre de la misma manera. d) Las divisiones y las subdivisiones se indican sangrando el margen hacia la derecha. e) Conviene dejar siempre un margen discreto a ambos lados, también arriba y abajo de la página, para hacer posteriores anotaciones.
Sistema de llaves Aunque este sistema es quizá el más empleado porque tiene la ventaja de clasificar muy bien las ideas; a mi juicio apenas resulta útil cuando hemos de hacer demasiadas divisiones y subdivisiones. Como las ideas se van anotando de izquierda a derecha, en orden de importancia, todo el texto se concentra en la parte derecha de la página, lo que nos obliga a reducir el tamaño de las letras. Esto dificulta la lectura y disminuye la claridad.
Sistema de letras Se emplean las mayúsculas (A, B, C, ... ) para destacar las ideas clave. Las ideas importantes que completan a las ideas clave se señalan con minúsculas (a, b, c, ... ). Las siguientes subdivisiones, en las que figuran los pormenores de los conceptos relevantes, se indican con minúsculas entre paréntesis: (a), (b), barras: /a/, /b/, /c/, o corchetes: [al, [b], etcétera.
Sistema numérico A mi juicio, este sistema es el más completo y eficaz para el estudio cuando se han de hacer varias subdivisiones, ya que su estructura, perfectamente jerarquizada, permite incluir detalles y es sumamente práctica. En la parte superior del esquema figura el título o la idea general, y después se van jerarquizando, siguiendo un orden lógico y de importancia, las ideas principales con sus correspondientes ideas subordinadas, así como los detalles y matices pertinentes.
Título del tema 1. Primera idea importante del tema. 1.1. Primera idea secundaria. 1.1.1. Primer detalle. 1.1.1.1. Primer detalle secundario.
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2. Segunda idea importante del tema. 2.1. Primera idea secundaria. 2.1.1. Primer detalle. 2.1.1.1. Primer detalle secundario. Observemos que cuanto más alejado del margen izquierdo se encuentra un número, tanto menor será la importancia de su contenido: 1. Muy importante. 1.1. (...) 1.1.1. (...) 1.1.1.1. Poco importante.
Sistema mixto (con números y letras): Se emplean números romanos para las ideas clave (I, II, III, IV,... ); letras mayúsculas para las ideas importantes (A, B, C, ...); numeración arábiga para las ideas secundarias (1, 2, 3, ... ), y letras minúsculas para los detalles (a, b, c, ... ). El sistema mixto es también muy práctico y se recurre a él con bastante frecuencia. ........................................................................................................................
Recuerda que: 1 . Un esquema es la expresión gráfica de las ideas importantes de un tema o de una lección. 2. Estudiar es lo mismo que preparar y elaborar el esquema de la lección. 3. No podrás realizar el esquema hasta que no hayas leído un par de veces una lección y domines su contenido. 4. Los elementos fundamentales del esquema son: el título, los apartados y las ideas que explican cada apartado. 5. En el esquema deberán figurar nuestras propias palabras, lo que demostrará que hemos aprendido bien las ideas expuestas. 6. Se debe procurar que en los esquemas predominen los espacios en blanco sobre lo escrito. 7. Acostúmbrate a esquematizar todo aquello que estudies y que leas.
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El esquema numérico Elementos del esquema numérico En el esquema numérico, a cada concepto o idea se le asigna un número. Las ideas más importantes se numeran siguiendo un criterio uniforme, y cada una de estas ideas se desglosa en los puntos que contiene, los cuales se numeran de acuerdo con su importancia. Para ayudarte a comprender este esquema, pondremos un ejemplo: tenemos un edificio de tres alas. En cada ala hay varios pisos. Cada piso cuenta con determinado número de habitaciones. Si reproducimos la distribución de este edificio en un esquema numérico, tendremos lo siguiente: 1. Ala primera: 1.1. Comercio de comestibles. 1.2. Oficinas de un banco. 1.3. Estacionamiento. 1.4. Casa del portero. 2. Ala segunda: 2. 1. Piso A: 2.1.1. Recibidor. 2.1.2. Comedor. 2.1.3. Cocina. 2.1.4. Dormitorio. 2.2. Piso B: 2.2.1. Recibidor. 2.2.2. Comedor. 2.2.3. Cocina. 2.2.4. Dormitorio. 2.2.5. Despacho. Puedes ver que en el esquema numérico aparecen con toda claridad las ideas principales y, dentro de cada una de éstas, las ideas secundarias. Si en el esquema de llaves tenías que preocuparte por la distribución del espacio para poder incluir todas las ideas, en el numérico este problema es menor; la relación será más o menos extensa, pero no deja de tratarse de una lista numerada. Es precisamente debido a esta ventaja que el esquema numérico se usa en vez del esquema de llaves cuando éste adquiere una proporción de tal amplitud y extensión que, lejos de facilitar una visión general de los conceptos y sus relaciones, contribuye a
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una mayor complicación. Además, su elaboración requeriría tanto tiempo que basta esta razón para admitir que no merece la pena. Antes de que comiences a utilizar el esquema numérico, conviene que prestes atención a algunas de sus características: 1. Las ideas principales (las alas del edificio) se numeran a partir de 1. 2. Las primeras ideas secundarias (los pisos) también se numeran a partir de 1, después del número de la idea principal correspondiente.
Hacer un buen esquema puede ser muy fácil o muy difícil. Será muy fácil si se ha hecho el subrayado y con éste has logrado diferenciar las ideas principales de las ideas secundarias. ............................................................................................................................................................
EL RESUMEN En qué consiste un resumen Un resumen consiste: 1. En reducir, a pocos términos precisos, lo esencial de un tema. 2. Su objetivo es condensar un texto en pocas palabras. El resumen es, sencillamente, la condensación selectiva del contenido o de los aspectos más importantes de un texto. Si resumimos utilizando las palabras del autor, entonces se llama resumen en el sentido más propio y estricto. Cuando en la condensación de los puntos básicos, el alumno emplea sus propias palabras, entonces recibe el nombre de síntesis. Si en el resumen se incorporan comentarios, observaciones o explicaciones personales que no pertenecen al texto, entonces tenemos un resumen comentado. El esquema se nos ofrece como un instrumento básicamente analítico, pero si esto no es suficiente, conviene complementarlo con la aportación sintética en la que consiste el resumen. Éste no es sino el desarrollo del esquema por medio de una redacción ligeramente más amplia. No se deben dictar los apuntes en clase. Tomar apuntes consiste, en realidad, en seguir los siguientes pasos: subrayado + esquemas + resumen. La diferencia del resumen respecto del esquema, es que en el primero no hay selección ni estructuración de las ideas, se usa un lenguaje propio (y no el del libro) y requiere una elaboración más personal.
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La técnica del resumen Si el esquema es el resultado de un buen subrayado, un resumen bien hecho es el producto de ambos (del subrayado y del esquema). En efecto, por una parte constituye la estructura básica de los contenidos jerarquizados según su importancia, y, por la otra, aporta mayor número de matices y detalles y, sobre todo, en él te es posible incluir tus conclusiones sobre lo leído, así como las anotaciones aclaratorias de conceptos dudosos que has venido realizando durante las explicaciones del profesor. De ahí que para hacer bien tus resúmenes debas tener presente lo siguiente: 1. El resumen que le resulta más provechoso al estudiante se parece más a una síntesis que a un resumen en sentido estricto, puesto que lo que importa para un estudio eficiente es que expreses a tu modo y con tus propias palabras el contenido que ha logrado penetrar intelectualmente. 2. En el resumen hay que empezar por lo general para luego pasar a lo particular, y enfocar primero lo fundamental para añadir después lo explicativo. 3. Deberá procurarse que sea breve, pero sin menoscabo de la precisión. Un resumen deberá omitir los detalles sin importancia, pero incluirá los datos necesarios que garanticen una información completa. 4. El aspecto visual de un resumen deberá ser semejante al de un texto normal, es decir, estará escrito a todo lo largo de la hoja. 5. En los resúmenes debe haber unidad y sentido: todas las ideas contenidas en él deberán supeditarse al conjunto. Un resumen no puede ser una mera colección o enumeración de ideas deshilvanadas. En los cursos se da este tipo de actividades de resumen. 6. El resumen se deba centrar en el contenido medular del texto; en él no se han de referir ejemplos, anécdotas, etcétera. 7. Debe estar redactado con lenguaje apropiado y atenerse al texto; debe ser objetivo y, por lo mismo, en él se prescindirá de los juicios de valor. 8. No se trata de repetir en el resumen las palabras del autor o de copiar textualmente líneas enteras; de lo que se trata es de extraer el contenido esencial. 9. El resumen debe ser el resultado de leer, entender y comprender las ideas del autor. Luego podremos redactarlas en nuestros términos y con nuestro estilo, de una manera breve, y en la que resalte lo sustancial.
Cuándo hay que resumir En el trabajo intelectual a menudo deberás practicar la técnica del resumen. En el bachillerato, cuando menos es necesario resumir para:
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1. Sintetizar el contenido de un texto que luego hay que comentar o que sirve de base a una actividad personal o del grupo. 2. Sintetizar el contenido de una lección para estudiarla mejor. Es una buena técnica de trabajo acostumbrarse a hacer resúmenes de las lecciones que se estudian. Ello tiene las siguientes ventajas: 1. Facilita una mejor comprensión de la lección. 2. Facilita la concentración mientras se estudia. 3. El conjunto de los resúmenes de las lecciones estudiadas, es una buena ayuda para el repaso de las mismas y para preparar los exámenes. 4. Es muy útil en el repaso. Para la realización de muchas actividades se te pedirá que resumas textos, artículos, capítulos de libros o, incluso, el contenido íntegro de libros u obras de consulta.
Fases en la elaboración de resúmenes Condiciones básicas 1. Saber encontrar las ideas principales de un párrafo. 2. Tener cierto dominio del vocabulario propio de la materia correspondiente. 3. Estudiar de manera autónoma y personal, sin depender en exceso de los libros de texto.
Etapas en el aprendizaje y en la realización de esta técnica 1. Lectura atenta de todo el tema o, lo que es lo mismo, lectura de exploración para formarse una idea general del mismo. 2. Lectura párrafo por párrafo, tomando nota de lo importante, y haciendo un resumen personal de cada uno de ellos. 3. Debes formularte las siguientes preguntas: a) ¿Qué dice? b) ¿Qué partes tiene? c) ¿De qué habla en cada parte? d) ¿Cuáles son las opiniones del autor? e) ¿Qué pienso de los temas sobre los que opina el autor?
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4. Haz una segunda lectura detenida del texto, subrayando lo importante, saber: a) Las respuestas a tus preguntas, b) Las ideas principales. 5. Explícate a tí mismo, en voz alta, el contenido del texto. 6. Elabora a continuación el resumen del texto sin mirar el libro. Es en este Momento, cuando más te conviene tener en cuenta las siguientes características de un buen resumen de texto: a) Debe ser breve. En él deben aparecer sólo los detalles importantes, las ideas fundamentales y los datos técnicos más sobresalientes. b) Debes redactarlo como un texto normal, a renglón seguido, en uno o varios párrafos, pero sin usar guiones ni sangrar el texto. c) Todas las ideas deben estar relacionadas entre sí, integradas en un conjunto que les dé unidad y sentido, 7. Debes evitar: a) Hacer resúmenes demasiado extensos. b) Hacer resúmenes poco personales muy apegados al lenguaje del libro). c) hacer resúmenes que no son sino una copia textual, porque esto conduce a un estudio de simple memorización. Debes resumir el contenido del texto con tus propias palabras, y aún puedes completarlo, corregirlo, etcétera. Una vez terminado este proceso, archiva tus resúmenes si en ellos se trata de texto o de lecciones de estudio. Procede ordenadamente, de modo que puedas valerte de ellos para cuando llegue el momento de repasarlos.
Utilidad de los resúmenes 1. Son útiles porque sintetizan párrafos de capítulos y libros enteros, constituyen una gimnasia intelectual de inapreciable valor para el objetivo que nos hemos propuesto en esta obra dedicada al aprendizaje del estudio. Ello es así, debido a que se ejercitan constantemente las facultades de análisis y de síntesis a lo que nos hemos estado refiriendo constantemente. 2. Se incrementa en forma notable la capacidad de concentración mental. 3, Se logra desarrollar una lectura activa, personal y participativa. 4. Se mejoran las capacidades de expresión escrita y oral, concisas y detalladas, de los contenidos. 5. Resumir lo que se lee o se escucha obliga al alumno a reconocer con rapidez las ideas principales y secundarias más relevantes, diferenciándolas de todo lo accesorio o fútil. La repetición durante la redacción de este ejercicio, facilita su perfecta fijación en la memoria y, por ende, su posterior rememoración, aun a largo plazo. 6. Expresar en forma original y personal el contenido aprendido, es una prueba evidente de que el resumen se ha hecho bien y ha cumplido su finalidad.
¿Cuál es la mejor técnica de síntesis? 185
Personalmente, considero que todas las técnicas son buenas y necesarias, aunque hay autores que, cuando se trata de establecer preferencias, afirman que las más importantes y básicas son el subrayado y el esquema, ya que "entran por los ojos" e implican mayor creatividad y actividad intelectual por parte del alumno. Además, se considera que esas técnicas son imprescindibles para la retención y la asimilación de los contenidos. La didáctica moderna no considera que el resumen sea tan importante para un estudio eficaz, ya que ofrece una estructura poco intuitiva y visualmente deficiente. Por ello se dice que el resumen "entra por el oído". A mi juicio todas las técnicas de síntesis cumplen su objetivo en relación con el aprendizaje, y con el trabajo intelectual en su oportunidad. No sería lógico iniciar la lectura de un texto resumiéndolo simultáneamente. Lo razonable es comenzar por destacar las ideas principales, las ideas secundarias y los aspectos de cierta relevancia, y esta es la misión del subrayado, que es la primera de las técnicas de síntesis en el orden de la aplicación. .......................................................................................................................................
Cómo resumir una exposición oral o una conferencia La exposición oral puede adoptar distintas formas de acuerdo con el contenido que quiere comunicar. Su característica fundamental es la unilateralidad, es decir, que por una parte hay un sujeto que habla y por la otra varios sujetos que lo escuchan. En estos casos, lo que se persigue es enseñar, informar, aumentar los conocimientos del auditorio sobre una área determinada del saber, o bien, proporcionar información acerca de situaciones diversas.
Requisitos previos Para sintetizar una conferencia es conveniente tener presente lo siguiente: 1 . Descubrir los objetivos básicos que persigue el conferenciante. 2. Descubrir la estructura del tema, de acuerdo con las fases que ha seguido el conferenciante. 3. Comprender e interpretar correctamente la tesis expuesta. 4. Sintetizar el contenido. 5. Hacer una valoración crítica tanto de la forma como del contenido de la conferencia. 6. Formular las ideas principales que desarrolló el expositor o conferenciante. 7. ¿Cómo ordenó los puntos secundarios o las ideas subordinadas a las ideas relevantes? 186
8. ¿Cómo se relacionó con cada uno de esos puntos la idea central? Lo que conviene tener presente 1. La persona que expone o explica y la presentación que han hecho de ella. Si se trata de alguien conocido, entonces ya se contará con una idea previa del estilo y el método que suele utilizar. 2. La intención o finalidad que persigue la conferencia, los motivos por los que se celebra y el objetivo que persigue con relación al auditorio. 3. El terna que va a ser objeto de la exposición. El título es un factor muy importante, así como las primeras palabras aclaratorias con que se introduce el tema. Es preciso tener in mente el esquema fundamental: introducción, desarrollo y conclusiones. La duración prevista es otro elemento clave para formarnos una idea de la exposición, de la importancia del tema y de los momentos o etapas por los que va a atravesar.
Métodos para hacer el resumen Para hacer la síntesis se puede partir de la serie de notas que se han ido tomando sobre la marcha; luego se realizará directamente un esquema que responda a la sistematización mental de los conceptos expuestos. Por último, este esquema lógico se plasmará por etapas, siguiendo el curso de desarrollo observado por el autor o por el conferenciante, Para ello es importante saber descubrir cuál es el hilo conductor del esquema y de las ideas que expone el conferenciante. Es importante insistir en el orden lógico de las ideas principales. Asimismo, recomendamos disminuir el ritmo de las anotaciones cuando se trate de alguna explicación o de un ejemplo que pretenda centrar la atención o confirmar alguna idea. También se deben captar las ideas que se exponen como principales y que son el fundamento de la estructura conceptual de la conferencia. Deberán distinguirse los argumentos y las consecuencias. Hay otro método que consiste en seleccionar las ideas fundamentales (después de la conferencia), reconstruirlas y ordenarlas, haciendo resaltar las ideas principales con títulos y subtítulos y elaborando prácticamente por nuestra cuenta el esquema básico de la conferencia. Esquema mental que debes tener presente al resumir una conferencia 1. Título 2. Objetivos
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3. Esquema básico (síntesis del expositor, si la hay) 4. Partes de que consta: a)........................................................................ b)....................................................................... c) ...................................................................... 5. Conclusiones. ................................................................................................................... ...Para estar seguro de aprender bien una lección, tienes que ser capaz de condensar el contenido de cada pregunta y expresarlo con claridad según el esquema o guía que te presentamos a continuación: Idea general: Primera idea principal Primera idea secundaria Detalles Segunda idea principal Segunda idea secundaria Detalles TÍTULO 1. ENCABEZAMIENTO DE LA PRIMERA CUESTIÓN 1.1. Primer elemento importante. 1.1.1. Primer elemento secundario. 1.1.2. Segundo elemento secundario. 1.1.3. Tercer elemento secundario. 1.2. Segundo elemento importante. 1.2 1. Primer elemento secundario 1.2.2. Segundo elemento secundario. 2. ENCABEZAMIENTO DE LA SEGUNDA CUESTIÓN 2. 1. Primer elemento importante. 2.1.1. Primer elemento secundario.
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2.1.2. Segundo elemento secundario.
Recuerda que: 1. La labor de resumir es posterior a la de subrayar. 2. Resumir es poner por escrito con nuestras palabras, lo importante de una lección. 3. La extensión de un resumen deberá ser, aproximadamente, la cuarta parte del texto original. 4. El resumen hay que hacerlo sucinto, pero preciso. No debe incluir detalles sin importancia, pero en él figurarán todos los datos necesarios que aseguren una información completa. 5. Todas las ideas deberán estar perfectamente integradas y relacionadas en el resumen. 6. El orden a seguir es: de lo más general o importante del tema, a lo más particular; y de lo fundamental a lo meramente explicativo. 7. El resumen deberá tener unidad de contenido y todas las ideas incluidas en él habrán de adecuarse al conjunto. Un resumen no puede ser sólo una colección de ideas, una simple enumeración. 8. La redacción de un resumen deberá recordar la de un texto normal. Se desarrollara a lo largo de la página y se dividirá en párrafos. 9. En los resúmenes no podrán aparecer guiones o asteriscos. El punto y seguido será el signo de puntuación preferente. 10. El resumen facilita la comprensión y ayuda notablemente cuando hay que repasar las lecciones. - Resume con la menor cantidad posible de palabras. - En lugar de números puedes utilizar letras, números romanos, etcétera. -. Escribe con mayúsculas las principales divisiones, los nombres de personajes, ciudades, etcétera. -. Subraya los elementos más importantes. -. Agrupa las palabras subrayadas en una frase que, al recordarla, te permita comprender todo el resumen. -. De esta manera puedes apreciar de inmediato que los encabezamientos corresponden a lo más importante, mientras que lo que no lo es tanto, se encuentra situado hacia la derecha de la hoja. - . Los resúmenes son fundamentales para preparar los exámenes.
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ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE DE LA UNIDAD CUATRO: - Realizar un mapa mental o conceptual respecto a los documentos bibliográficos de esta unidad cuatro. - Realizar los siguientes ejercicios - Elaborar un ensayo sobre un tema tratado en la unidad IV. - Realizar un reporte de lectura sobre un libro concerniente a la unidad IV. - Resolver el cuestionario de autoevaluación relativo a la unidad cuatro (hoja siguiente).
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Autoevaluación de la Unidad Cuatro. 1.- Señale y explique las características del resumen. 2.- Concepto y partes que forman el mapa conceptual. 3.- Explique que es un esquema. 4.- Señale las diferencias entre el esquema y el resumen. 5.- ¿Cuáles son los problemas que se presentan en la elaboración de un resumen? 6.- ¿Cuáles son las ventajas de hacer esquemas? 7.- ¿En que consiste la técnica de esquematizar? 8.- ¿Cuáles son las fases del aprendizaje? 9.- Explique la utilidad de los resúmenes. 10.- ¿Cuáles son los métodos para hacer un resumen?
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UNIDAD V: LA LECTURA Y EL SUBRAYADO.
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Documentos de la unidad 5 ___________________________________________ UNIDAD I: LA LECTURA Y EL SUBRAYADO.
OBJETIVO PARTICULAR:
Al concluir esta unidad del curso, el participante: Adquirirá las habilidades y destrezas necesarias para efectuar una lectura rápida y comprensiva mediante la realización eficaz de la técnica del subrayado, para aplicar los conocimientos obtenidos en las lecturas correspondientes a las subsecuentes asignaturas de la maestría y las que efectúe en general como parte de su desarrollo profesional
CONTENIDO TEMÁTICO: 5.1 - La lectura en el estudio. Análisis y reflexión, fases de la lectura. 5.1.1 - El libro como herramienta para el estudio. 5.1.2 - Elementos externos e internos del libro 5.1.3 - Tipos de lectura 5.1.4 - La velocidad de Lectura 5.2 - El subrayado. Qué es, por qué y para qué 5.2.1- Qué se puede y debe subrayar 5.2.2 - Cómo se debe subrayar 5.2.3 – Los defectos a evitar en el subrayado 193
FUENTES
BIBLIOGRÁFICAS DE LOS DOCUMENTOS CONFORMAN LA UNIDAD CINCO:
QUE
Fichas:
:
Documentos
5.A
A estudiar se aprende, por GARCÍA-HUIDOBRO G., Cecilia, María Cristina Gutiérrez G. y Eliana Condemarín G., 4ª. Ed., Chile, ediciones Universidad Católica de Chile, 2000. Págs. 61 a 74.
5.B
Aprende a estudiar, por ROWNTREE, Derek, reimpresión de la 7ª. ed., Barcelona, editorial Herder, 1996, págs. 97 a 123.
5.C
El estudiante. Técnicas de estudio y aprendizaje, por PANSZA, Margarita y Sergio Hernández, 6ª. reimpresión, México, editorial Trillas, 2000, págs. 65 a 77.
5.D
Mejora tu modo de estudiar, por PALLARES Mollins, Enrique, 7ª. ed., Bilbao, ediciones Mensajero, 1992, págs.91 a 129.
5.E
Metodología del estudio-Guía para estudiantes y maestros, por IZQUIERDO Moreno, 4ª. reimpresión, México, editorial Trillas, págs. 23 a 28; 101 a 118.
5.F
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Cómo estudiar, por STATON, Thomas F., 10ª. reimpresión, México, editorial Trillas, 2004, págs. 57 a 62.
Documento
5.A.-
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Ficha
A estudiar se aprende, por GARCÍAHUIDOBRO G., Cecilia, María Cristina Gutiérrez G. y Eliana Condemarín G., 4ª. Edición, Chile, ediciones Universidad Católica de Chile, 2000, págs. 61 a 74.
Destrezas básicas para un estudio eficaz Se señalan como destrezas básicas las siguientes: 1. Leer y comprender 2. Identificar las señales que tiene el texto 3. Preguntas clave 4. Subrayado 5. Notas marginales 6. Resumen 7. Mapa conceptual 8. Esquema 9. Clasificaciones jerárquicas 10 Apuntes 11 Uso del diccionario 12. Preparación de pruebas 13. El repaso 14 Toma de decisiones 15. Autocontrol. 3.1. Leer y comprender La lectura es un proceso activo. Todo texto exige una activa participación del lector para ser interpretado. Al leer se crean imágenes internas, estimuladoras del proceso de pensamiento y de la creatividad. Estas imágenes se crean sobre la base de experiencias y necesidades propias, lo que permite entender mejor el significado de acuerdo al manejo previo del lenguaje y de su dominio sobre los contenidos. Como muy bien se sabe, la lectura es la única actividad que constituye, a la vez, materia de instrucción e instrumento para el manejo de otras asignaturas. La lectura eficiente se relaciona en forma estrecha con el éxito escolar. El lector deficiente, que por su lentitud no puede procesar directamente el significado, pierde la comprensión global del contenido. Varias asignaturas, tales como aritmética, ciencias naturales, sociales y todas las demás asignaturas que requieren el uso de libros, están relacionadas con la capacidad lectora. Los problemas aritméticos son presentados, generalmente, mediante el lenguaje escrito y tienen que ser leídos antes de ser resueltos. Leer mucho y bien es una de las metas más importantes de un estudiante.
A. Lectura Proceso y procedimiento Cuando se lee, la "mente" realiza dos trabajos distintos: descifrar el texto y comprender el mensaje del autor. La lectura implica aprender a descodificar y a comprender diferentes tipos de textos. Cuando el niño aprende a leer y a comprender, adapta sus procesos cognitivos (atención - retención comparación, etc.) a las características del texto para reconstruir el significado. Al leer se crean imágenes que a su vez estimulan el pensamiento. Leer es establecer una comunicación con los textos impresos a través "de la búsqueda de significado". El texto en sí no tiene significado, el significado se lo da el lector apoyado en su experiencia. La lectura puede ser considerada como procedimiento cuando permite que los alumnos se desenvuelvan con eficiencia en las asignaturas, manejando ciertas destrezas básicas como captación de datos, organización y registro
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de la información, etc. Las destrezas básicas o procedimientos para la comprensión deben ser enseñados directa y explícitamente por el profesor, por lo tanto, en este libro se le dedica un capítulo aparte.
Tipos de lectura Según la índole de los escritos podemos dividir las lecturas en tres grupos: a) Lectura de esparcimiento: Es la lectura de revistas, periódicos, libros, novelas, etc. Se lee con gran rapidez y soltura. b) Lectura de índole cultura]: Es la lectura de información científica, acontecimientos históricos, informaciones de ternas específicas, etc. Se lee con moderada rapidez. Precisa de una valoración crítica y razonada del contenido y una adecuada asimilación del mismo, c) Lectura de estudio: Es la lectura para retener la información, Se lee con atención, lentitud y comprensión del material en estudio. La lectura comprensiva es la que nos permite generalizar y aplicar los conceptos. Cuando se es capaz de "abstraer" los elementos principales y aplicarlos a otras situaciones es que se ha "comprendido". La lectura eficiente requiere una alteración en su velocidad para adaptarse a las dificultades que contenga el material propuesto: diversión, comprensión, ideas generales, etcétera.
Velocidad de lectura Por velocidad de comprensión de lectura se entiende "el ritmo de adquisición del significado de los textos escritos" (Alliende, Chadwick y Milicie, J 987). La mayoría de las personas descubren que recuerdan mas cuando han mejorado su ritmo de lectura en aproximadamente un 30%, a diferencia de lo que podían recordar antes de este incremento, TABLA DE VELOCIDAD LECTORA H. Simon 7 años 50 palabras por minuto 8 años 58 palabras por minuto 9 años 84 palabras por minuto 10 años 110 palabras por minuto 11 años 125 palabras por minuto 12 años 135 palabras por minuto 13 años 145 palabras por minuto La persona lee a su propio ritmo, adaptando su velocidad a los propósitos que se plantee.
Velocidad adecuada para una lectura silenciosa Lectura Baja Lectura de entretenimiento
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Velocidad Media
Alta
(novelas, etc.) Lectura de investigación o de índole cultural Lectura de estudio (libros de texto, etc.)
250
350
500
160
250
350
125
200
275
"Colección Cuadernos de Recuperación" (C. Juste Hernanz/ A. Vallés Arándigo).
Hábitos defectuosos de lectura Se consideran malos hábitos: - Vocalización: Mover los labios mientras se lee. La mente va más rápido que los labios. No conviene verbalizar cuando se lee silenciosamente, se pierde velocidad. - Subvocalización: Pronunciar mentalmente las palabras. Solamente con un golpe de vista debemos descubrir el sentido de cada palabra. - Señalar con el dedo o lápiz: Se debe mover sólo la vista, sin ponerle obstáculos. - Regresión: Volver constantemente atrás mientras se lee, esto es, el regreso a párrafos ya leídos. Debemos tratar de comprender el texto a la primera lectura, sin volver atrás a revisar conceptos. Las regresiones son adecuadas en la lectura de estudio para reforzar alguna idea o frase importante. Son inadecuadas cuando no se está concentrado en la lectura y nos distraemos con facilidad.
B. Comprensión La comprensión es el resultado de los procesos de pensamiento que nos permiten dar significado a la realidad. Comprender es una actividad intelectual que sigue los siguientes pasos: - Descomponer una información en sus elementos esenciales. - Determinar las relaciones fundamentales que se dan entre tales elementos. - Ser capaz de hacer un resumen, en el que aparezcan claramente el número de elementos esenciales y sus relaciones básicas.
Una forma de comprobar si hemos entendido es tener la capacidad de expresarlo en forma oral o por escrito. ¿Qué es lo que se pide cuando se quiere que se comprenda lo estudiado o lo leído? Se pide: 1. Explicar las características de algo (describir). 2. Abstraer los elementos principales de esas características (definir). 3. Reconocer las distintas categorías, grupos y subgrupos a los que pertenece algo (clasificar).
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4. Descubrir semejanzas y diferencias entre dos cosas (comparar). 5. Llegar a una ley general a partir de ejemplos particulares (inducir). 6. Realizar operaciones lógicas para llegar a conclusiones (deducir). 7. Separar los distintos elementos que componen una estructura (analizar). 8. Extraer lo más importante de un todo (sintetizar). 9. Comprender las distintas relaciones que existen entre las cosas (ser parte de..., depender de..., ser causa de..., consecuencia de..., etc.). 10. Explicar los pro y los contra de algo (enjuiciar). 11. Dar una opinión razonada y aportar las pruebas oportunas (criticar).
Es necesario recordar que: • La práctica diaria es el único sistema de perfeccionamiento de la lectura. • Antes de leer debemos hojear. La exploración preliminar del texto es el medio ideal para mejorar la comprensión. Es necesario rodearse de condiciones óptimas para leer tales como: buena iluminación, postura adecuada, distancia del papel y actitud positiva. Mientras más rápido se lee, más se comprende. Lo más importante son las ideas, no las palabras. Poner atención en captar las ideas es lo esencial, las palabras las pone el alumno. Los progresos que se hagan en cualquier tipo de lectura serán íntimamente ligados entre sí. Si se desea aumentar la velocidad y comprensión de lectura en matemáticas o música, es necesario comenzar por leer más rápido cualquier texto. Conviene leer siempre en forma activa y crítica. Leer todos los días un poco, sumados son muchas horas.
Para comprender es necesario: Tener un fin claro y específico. Tener experiencias cognitivas con la ejercitación de las operaciones del pensamiento. Saber organizar y estructurar la información (orden secuencial de ideas). Ejercitar el lenguaje como instrumento para expresar los pensamientos e ideas. Ejercitar la voluntad y perseverancia para someterse a los obstáculos que opone la memoria al evocar lo aprendido. Evocar con una connotación afectiva. Verificar las respuestas. Obtener una confirmación de lo que uno cree que captó.
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Trabajar en grupo, desarrollar una conducta participativa, e intercambiar información para agilizar la dinámica del estudio, donde cada uno pasa a ser parte activa e imprescindible. (El grupo enseña a asumir responsabilidades.) Ejercitar para sacar el mayor número de ideas, porque mayores serán las posibilidades de retención. Realizar al comienzo explicaciones cortas recalcando los puntos principales hasta ser capaz de expresar la idea en forma más compleja. Expresar lo aprendido a través de: resúmenes, esquemas o mapas semánticos.
............................................................................................................................................................................. 3.2. Identificar las señales que tiene el texto Estas señales son: - estructura lógica - ideas generales - ideas principales Darse cuenta de cuál es la estructura lógica que el autor puede utilizar en la elaboración de un texto: a) Puede haber dividido el tema por subtemas o partes diferentes. b) Puede haber utilizado una secuencia temporal. c) Puede haber utilizado un procedimiento inductivo, o sea, de un hecho experimental puede llegar a uno general y exponer una ley. d) Puede haber utilizado un procedimiento deductivo, o sea, de una norma o definición añade argumentos que lo apoyan. Buscar las ideas del texto a) Cada párrafo contiene una idea principal. b) El punto seguido marca ampliaciones o explicaciones de esa idea, o sea, son ideas secundarias. c) La coma (,) separa explicaciones que tienen el mismo valor, ejemplos, datos. El punto y coma (;) equivale a un punto, pero su relación con la oración anterior es más estrecha.
Identificar la idea principal y secundaria El título más breve posible representa generalmente la idea principal. También es la respuesta a las preguntas: ¿De qué se habla? ¿Qué se dice de ello? La idea principal es lo fundamental de la materia expuesta.
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a) Localizar la idea principal La idea principal no estará siempre en el mismo lugar. Puede estar: - Al principio del párrafo. - Al medio del párrafo. - Al final del párrafo. El párrafo es una unidad de pensamiento. El autor expresa una determinada idea en el marco de cada párrafo. Estos están constituidos por varias frases relacionadas entre ellas y en algunos casos, los menos, por una sola frase. Empiezan con un guión y terminan en punto aparte. - Cuando la idea principal está situada al principio no habrá problema para localizarla. - Al centro, quiere decir que el párrafo está dividido en tres partes fundamentales. La primera parte será una especie de preámbulo a través del cual se llega a la idea principal. La tercera parte aclarará o matizará la idea principal expresada en la segunda parte del párrafo. - Cuando viene situado al final del párrafo hay que leerlo con mucho cuidado y atención. La frase que contiene la idea principal será la conclusión general de todo lo dicho a lo largo del párrafo y será el punto álgido de la argumentación. Se pueden encontrar párrafos que contengan más de una idea principal, o algunos en los que ni siquiera aparezca la idea principal, estos últimos se denominan "párrafos de transición".
Estrategias: Pida preguntarse: ¿De qué o quién se habla? ¿Y qué se dice de ello? La respuesta a esta pregunta es la idea principal. - Pida determinar cuál es la palabra que más se repite dentro del párrafo. - Muestre que la frase principal es imprescindible dentro del párrafo; si la quitamos, el párrafo aparecerá trunco e incompleto y que la frase donde se exprese la afirmación más amplia y abstracta será siempre la conclusión y el resumen de las demás.
b) Las frases secundarias Son frases que refuerzan y/o amplían la idea principal. Características: - Son repetitivas y reiterativas, expresan con distintas palabras la misma idea de la frase principal, con el objetivo de reforzar el sentido de la misma. - Son también "frases de contraste", en ellas se contrastan ideas, se fundamenta el mecanismo de la acción dentro de un párrafo. - Estas frases ejemplifican la idea principal a través de detalles o sobre la base de casos concretos. - Razonan y argumentan con detalles el contenido de la frase principal. - Las frases secundarias confunden fácilmente al estudiante.
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Palabras señal: son palabras que indican avances, detención o retroceso en el curso del pensamiento del autor. Para leer lo importante del texto es necesario guiarse por estas palabras.
Existen tres grupos de palabras señal 1. Palabras que indican un avance en el curso del pensamiento. 2. Palabras que indican una detención. 3. Palabras que indican un retroceso. 1. Palabras avance: son las más numerosas. Por ejemplo, las palabras: "también", "asimismo", "igualmente", "del mismo modo", "además", etcétera. 2. Palabras pausa: podrían ser suprimidas en algún momento sin que por ello el texto sufriera una variación sustancial. Ejemplo: "porque", "con tal que", "por ejemplo", "tal como", etcétera. 3. Palabras retroceso: son quizá las más significativas. Hacen un mayor hincapié en el razonamiento del autor, lo resaltan y refuerzan. Ejemplo: “pero", "sin embargo", "no obstante", "a pesar de todo", "prescindiendo de", "en vez de", etcétera.
3.3. Preguntas clave Son preguntas indispensables para "recuperar" toda la información. La información de un emisor a un receptor se puede recuperar a través de preguntas clave que tienen el mérito de recopilar la información y ordenarla en categorías; estas categorías son: protagonista, acción, espacio y tiempo. Con el fin de obtener de la lectura de estudio una información más completa de su contenido, conviene aplicar la técnica de las preguntas clave. Esta consiste en formularse preguntas que informen sobre el sujeto, sus características, lugar y tiempo de los hechos, protagonistas, acciones que se realizan, elementos que intervienen, razón y utilidad de las acciones, causas, consecuencias, cantidad. Se habrá comprendido lo que se estudia si se es capaz de responder las preguntas clave. 202
Las preguntas logran proporcionar un objetivo inmediato de interés y la lectura se hace más eficaz. Indican cuál es el centro de interés y lo que hay que buscar en cada tema. Favorecen la atención y concentración y desarrollan la habilidad para razonar y adquirir nuevos conocimientos. Son fundamentales para la técnica del subrayado (pág. 72) y para la confección de cuestionarios.
Las preguntas clave son nueve y su uso recupera toda la información. Preguntas 1. ¿Quién? 2. ¿Cómo? 3. ¿Cuándo? 4. ¿Dónde? 5. ¿Cuánto? 6. ¿Qué? 7. ¿Por qué? 8. ¿Para qué? 9. ¿Cuál?
Elementos Sujeto Características, cualidades Tiempo Lugar Cantidad Acción Razón de la acción Razón de utilidad Elección
Por ejemplo, en una narración es importante ubicar: Personaje Características y ambiente Acción o argumento Motivo Final o desenlace
Sujeto Lugar y tiempo Acontecimiento principal y secundario Razón
¿quién, quiénes? ¿cómo, dónde, cuándo? ¿qué? ¿por qué, para qué? cuál
Ventajas del uso de preguntas clave - Facilita la adquisición de conocimientos y su evaluación. - Permite la auto corrección. - Proporciona una herramienta para exponer las lecciones. - Favorece la reflexión a través de su confección y su resolución. - Aumenta la comprensión de lo que se estudia al ser capaz de expresarlo en forma oral o escrita. - Proporciona un objetivo de interés y la lectura se hará más eficaz. 203
Indica cuál es el centro de interés y lo que hay que buscar en cada tema. - Favorece la atención y la concentración. La omisión de alguna pregunta clave dificultará una información completa.
3.4. Subrayado Subrayar es destacar con una línea las ideas que se creen fundamentales de la materia en estudio. Es una técnica que facilita el estudio, la retención, la confección de esquemas y/o resúmenes y hace del aprendizaje un proceso activo y comprometido, mejora la atención y hace más corto y eficaz el repaso.
3.5. Notas marginales Las notas marginales son las palabras que expresan las ideas del texto. Suponen la base para subrayar, esquematizar y resumir. Sirven para: * Distinguir fácilmente las ideas principales. * Aprender a sintetizar. * Ahorrar tiempo al subrayar, esquematizar, resumir y memorizar. Recordar: - Las notas marginales expresan las ideas principales. La idea principal es la que más se repite, ya sea por medio de una misma palabra o bien a través de metáforas, sinónimos o pronombres. - Prestar atención a las siguientes expresiones porque tras ellas se encuentran las ideas principales: "Por todo ello" "Concluyendo" "En resumen" “Por lo tanto" "Finalmente" "Lo principal”. Palabras globalizadoras que se usan en las notas marginales: Definición * Características * Tipos * Clases * Origen * Elementos * Partes * Variedades * Causas * Evolución * *Forma * Historia * Consecuencia * Conclusión * Cómo * Por qué * Modo * Hipótesis * Problema * Solución * etc.
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Estrategia: • Prelectura o lectura rápida del texto. • Separar en párrafos y leerlo. • Hacer preguntas clave ¿De qué se habla? ¿Qué se dice de ello? ¿Qué se dice en realidad? • Prestar atención a las "expresiones" (Ej. “Por todo ello”). • Dar una respuesta breve, una o dos palabras muy concretas. • Escribir en el margen izquierdo la palabra globalizadora que sintetiza las ideas del párrafo.
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Documento
5.B.-
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Ficha
Aprende a estudiar, por ROWNTREE, Derek, reimpresión de la 7ª. ed., Barcelona, editorial Herder, 1996, págs. 97 a 123.
CÓMO LEER MEJOR Y MÁS RÁPIDAMENTE 5.1 Muchos estudiantes leen, evidentemente, durante años y años, pero son pocos los que lo hacen tan bien como podrían. Leen demasiado lentamente, apenas pueden concentrarse, no recuerdan lo que acaban de leer. Puesto que la lectura desempeña una función importante en la labor de todo estudiante, está claro que éste saldrá ganando si aprende a leer más rápidamente y con mejor comprensión.
LEE MEJOR Lo más esencial es mejorar la comprensión. ¿Cómo puedes alcanzar una lectura más comprensiva de un texto, y recordarlo después de haberlo leído? La mejor manera, tal como ya hemos decidido, es aplicar el método eplrr. (Con este método se logra una lectura activa y orientada) Es decir, no debes empezar a leer un capítulo hasta que lo hayas................................ y te hayas planteado determinadas ................................. a su respecto; y después de haberlo............................... debes procurar........................................... lo que has leído y, luego,........................ -lo. _____________________________________________________________________________ Examinado preguntas leído recordar repasar 5.2 El lector eficiente es aquel que lee orientado por las preguntas que se ha planteado. NB. ¿Has examinado ya este capítulo y te has planteado las preguntas pertinentes? En toda lectura intensiva de un texto (de un libro, de un capítulo, de un artículo, de un reportaje, etc.), debes procurar: 1. Hallar las ideas principales. 2. Captar los detalles más interesantes. 3. Evaluar lo que estás leyendo.
Ideas principales Tal como hemos dicho en el capítulo dedicado al método eplrr, pueden hallarse ideas principales a nivel del libro, del capítulo, de la sección y del párrafo. Tú tienes ya cierta idea de las ideas principales más generales captadas en el examen inicial. En el estadio de lectura, debes prestar atención especial a la idea principal de cada ____________________________________________________ párrafo
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5.3 Frases temáticas.
La mayoría de los escritores sólo tratan de una idea principal en cada párrafo, y tu tarea consiste en encontrarla. Por lo común esta idea principal se concreta en una frase, a la que se da el nombre de frase temática. Muy comúnmente, el escritor empieza el párrafo estableciendo la idea principal. Luego la desarrolla, la fundamenta, o la elabora en el resto del párrafo. De esta suerte, la frase temática es a menudo la...................................................frase del párrafo.
_____________________________________________________________________________________ De esta suerte, la frase temática es a menudo la primera frase del párrafo. (Contiene la idea principal.) 5.4 A veces, no obstante, el escritor cree que resultará más eficaz conducir a su idea principal que no empezar por ella. En este caso, se guardará su frase temática para el final del párrafo. El punto de mayor interés del párrafo empezará con su frase final. ¿Qué frase contiene la idea principal del párrafo anterior? La primera A La segunda B La tercera C _________________________________________________________
5.5 A. La principal idea era allí que un párrafo puede expresar su punto principal en su última frase. Ahora bien, la frase que has escogido dice que un escritor prefiere a menudo conducir al lector hasta su idea principal. ¿Significa esto necesariamente que deje esta idea principal para el final del párrafo? No, no necesariamente. De forma que esta frase no contiene la idea principal del párrafo. Lee de nuevo, por favor, el párrafo 5.4. B. Casi, pero no del todo. La idea principal era allí que un párrafo puede expresar su punto principal en su última frase. La frase que has escogido dice que un escritor puede guardarse su frase temática para el final del párrafo. Pero esto no significa necesariamente que el punto principal coincida estrictamente con la última frase. ¿No es así? Si lees otra vez el párrafo verás que una de sus frases contiene abiertamente la idea principal, sin que quede duda alguna Mira, de nuevo, el párrafo 5.4. C. El párrafo que leíste empieza diciendo que un escritor prefiere a menudo conducir al lector hasta su idea principal, y que así puede dejar su frase temática para el final del párrafo. Pero, tal como dices, es precisamente la frase final la que afirma claramente la idea principal. Pasa al cuadro 5.6. ______________________________________________________________________________________________________ 5.6 Normalmente, pues, la frase.............. (la que lleva la idea principal) es o bien la.................... o bien la...........................del párrafo. ________________________________________________________ temática primera última 5.7 Muy raras veces hallarás la frase temática en medio de un párrafo. Pero es cierto que se tropieza a menudo con párrafos de los que puede decirse que ninguna de sus frases, en particular, contiene la idea principal. Especialmente en el género novelístico, o en los párrafos de un escrito descriptivo, la idea principal puede encontrarse difusa por todo el párrafo, o bien
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puede que no esté afirmada explícitamente de ninguna manera. No obstante, en un manual normal o en un artículo cabe esperar encontrar la............. descrita en la primera frase o en la última. _______________________________________________________________ idea principal
Detalles importantes 5.8 Tanto como para captar las ideas principales, es preciso mantener los ojos bien abiertos para no perder de vista los detalles importantes. Algunos estudiantes se lamentan de que, si bien son capaces de captar las ideas principales, pierden los detalles significativos. Otros, al contrario, captan de tal suerte los detalles, que no pueden ver las ideas principales. Otros apenas saben distinguir entre ambas cosas. Tal como mencioné, cuando nos referíamos al método eplrr, a veces vale la pena..................... un capítulo otra vez, para poder captar los detalles importantes. ______________________________________________________________________________________________________ leer
5.9 ¿Qué es un detalle importante? Es aquel que esclarece, apoya, ilustra o desarrolla la idea principal. Puede tratarse de un ejemplo, una prueba, una explicación, una implicación. Por lo común, hay por lo menos un detalle importante para cada idea principal. El cuadro 5.7 contiene un párrafo. Repásalo de nuevo y destaca: 1. La idea principal. 2. Un detalle importante. _____________________________________________________________________________________________ 1. «La idea principal puede encontrarse difusa por todo el párrafo. » 2. «Especialmente en el género novelístico, o en los párrafos de un escrito descriptivo», es el único detalle importante; un ejemplo.
5.10 A veces, es un asunto de opinión el que un detalle particular sea significativo o no. Pregúntate a ti mismo: ¿es éste el mejor ejemplo posible (o prueba, etc.) de la idea principal? ¿Exige realmente la idea principal un apoyo, una prueba o un esclarecimiento? Si un detalle no es al parecer muy importante, puedes razonablemente prescindir de él. Mira por ejemplo el penúltimo párrafo del capítulo 4 (escrito con estilo normal); el párrafo de la página 92 que empieza con las
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palabras «En ningún caso... » 1. ¿Cuál es la idea principal? 2. ¿Qué destacarías tú como detalles importantes? _________________________________________________________________________________ 1. La idea principal es que hay que tener muy en cuenta la presentación externa del trabajo escrito. 2. Es posible que te hayas inclinado por considerar detalles importantes los siguientes, o algunos de los siguientes: a) tres aspectos de «apariencia física»: la redacción, la limpieza, la legibilidad. b) la conveniencia de escribir a máquina. c) la impaciencia humana de los profesores. d) la evidencia experimental de las consecuencias de una mala escritura.
5.11 Una mirada a los signos. Una forma de descubrir los detalles importantes (y de confirmar las ideas principales) es tener en cuenta las pistas que el autor ha utilizado para ayudarte en la lectura. Es posible que haya utilizado signos visuales y signos verbales.
Consideremos primero los signos visuales: 1. Palabras impresas en cursiva, o 2. Palabras subrayadas, o 3. Palabras en negrita. 4. Enumeración de los puntos (como en esta lista). 5. Uso de letras para cada punto (a, b, c, tal. como aparece en lista que precede a este cuadro). ¿Cuáles de estas cinco pistas he usado yo hasta aquí en este texto programado? He usado todos los signos visuales, con excepción de los subrayados y de las palabras en negrita (Mi intención, al usarlos, no era otra que atraer tu atención hacia las ideas y los detalles importantes.)
5.12 Es igualmente aconsejable mantenerse alerta respecto de los signos verbales que un autor utiliza. Busca palabras y frases como: primeramente por otra parte sin embargo
por ejemplo además por tanto
Tales palabras son maneras que puede emplear el autor para informarte de que se dispone a dar una lista de detalles, a contradecir un punto, a introducir un matiz, a dar ejemplos, a añadir fuerza a la idea principal, a establecer
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la conclusión, etc. Actúan como vínculos entre una parte de la argumentación y la siguiente, y pueden ayudarte a captar las ideas clave y los detalles principales. ¿Puedes ver algún «signo verbal» de esta clase en la primera frase del párrafo anterior, que empieza con las palabras «Es igualmente aconsejable...? ______________________________________________________________________________________________________ «igualmente» (Este signo verbal une los cuadros 5.11 y 5.12, comparando la importancia similar de las dos clases de signos). .................................................................................................................................................................................................................
Evaluación del texto 5.17 La calidad de la comprensión depende de tu habilidad en captar las ideas principales y los detalles importantes del texto que estés leyendo. Pero depende también de tu capacidad de evaluar lo que lees. Quiero decir que debes ser un lector escéptico. Obliga al autor a probar todo lo que afirma. Busca limitaciones, excepciones, contradicciones, argumentos en contra de lo que anteriormente se ha establecido. Pregunta: 1. ¿Son correctos los hechos? 2. ¿Distingue el autor entre hechos y opiniones? 3. ¿Se siguen correctamente las conclusiones a partir de los hechos? 4. ¿Se seguirían otras conclusiones con igual corrección? 5. ¿Concuerdan sus conclusiones con las tuyas, las del profesor o las de otros escritores? Para hacer todo esto debes ponerte seriamente a estudiar el texto y relacionar todo lo que allí se dice con tu propia experiencia personal. Busca ejemplos y aplicaciones de tu propio acervo a todo lo que dice el autor. ¿Cuál es mi mayor preocupación en este libro? a) Lograr que recuerdes mis ideas principales y los detalles importantes de modo que puedas repetirlos luego en una prueba o examen. b) Lograr que pienses de una manera crítica acerca de mis sugerencias y que halles manera de usarlas en tu propio trabajo. __________________________________________________________________________________________________________ b) Espero que estés buscando aplicaciones a lo que estoy diciendo, y estés sopesando mis afirmaciones respecto a si pueden ser o no de utilidad para tu estudio.
5.18 Hasta aquí hemos hecho referencia a los factores que afectan a la calidad de la comprensión en la lectura. Pero comprender no es el único requisito de eficacia en la lectura. 211
LECTURA VELOZ ¿Cuánto tiempo has tardado en leer este texto programado hasta el punto en que estamos? Sea cual fuere tu respuesta, lo más probable es que has empleado un 50 % más del tiempo estrictamente necesario. La mayoría es capaz de incrementar en un 50 la velocidad de la lectura, manteniendo con todo el mismo grado de comprensión. Un adulto normal lee unas 240 palabras por minuto. Pero con un poco de aprendizaje debe ser capaz de incrementar esta cantidad, sin pérdida de comprensión, hasta ............................. palabras por minuto. _________________________________________________________ 360 palabras por minuto (es decir, unas 6 palabras por segundo)
Ojos y cerebro 5.19. ¿Por qué sucede que una persona lee con mayor rapidez que otra? ¿Cómo es posible incrementar la velocidad en la lectura? Para responder estas preguntas, es preciso que consideremos qué hacen nuestros ojos y nuestro cerebro mientras «leemos». Para empezar, todos sabemos que los ojos se desplazan a lo largo de una línea impresa de izquierda a derecha, tal como probablemente estás haciendo ahora. Pero, ¿cómo describirías este movimiento de izquierda a derecha? a) como un movimiento igual, continuo, o b) como un movimiento desigual, intermitente. __________________________________________________________ b) como un movimiento desigual, intermitente. (Mira a los ojos a alguien que lea, si tienes alguna duda: observarás unas pausas brevísimas)
5.20 Fijación. El hecho es que el cerebro sólo puede reconocer las palabras cuando los ojos están quietos. Por ello, los ojos se mueven a lo largo de la línea escrita según una serie de pulsaciones, y después de cada impulso descansan brevemente: se fijan en un trozo de texto. (Tus ojos posiblemente han efectuado media docena de fijaciones de esta clase al leer la línea de arriba.) ¿En qué momento, pues, está el cerebro «leyendo» palabras? Las lee... a) ¿en cada fijación?, o b) ¿entre dos fijaciones?, o c) ¿en ambos casos? ___________________________________________________________
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a) en cada fijación (que dura quizá 1/4 de segundo)
5.21 Haz de reconocimiento. Ahora bien, en cada fijación, sólo unas cuatro letras están claramente enfocadas. Si miras la palabra «leer», ves las cuatro letras con toda claridad. Las palabras que están a uno y otro lado («palabra» y «ves»), están fuera del foco y, en consecuencia, no se ven tan claramente, aunque el cerebro es todavía capaz de reconocerlas. El número de palabras que es posible reconocer en cada fijación se llama haz de reconocimiento. Si no eres capaz de ver ninguna palabra a uno y otro lado de «leer», tu haz de reconocimiento consiste sólo en una palabra; bastante poco. Con todo, es más probable que puedas ver dos o tres palabras con la misma ojeada. Hay personas que, en realidad, pueden captar una línea entera con una sola ojeada, con lo que pronto liquidan toda una página. Esta clase de personas poseen un .........................................................excepcionalmente amplio. _________________________________________________________________ haz de reconocimiento
5.22 Así que, cuando lees, tus ojos se mueven según una serie de pulsaciones interrumpidas por las fijaciones. El número de fijaciones que necesitas para leer una línea depende de la amplitud de tu haz de reconocimiento; es decir, del trozo de línea que eres capaz de captar en un ojeada. Cuanto más amplio es tu haz de reconocimiento, tanto (más / menos?) fijaciones precisas, y tanto más (rápidamente / lentamente?) lees. ______________________________________________________________ menos rápidamente
Malos lectores 5.23 El problema de los malos lectores es que poseen haces de reconocimiento pequeños, de modo que se ven obstaculizados por el gran número de fijaciones que deben hacer. .................................................................................................................................................................................................... 5.24 Regresiones. Como puedes barruntar por el último ejemplo, el mal lector no ha ido en realidad más allá de la lectura propia de la escuela primaria («lee palabra por palabra poco a poco y bien») y lee todavía «palabra por
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palabra». De hecho, presta tanta atención particular a cada una de las palabras que pierde el rastro del sentido general, y a menudo olvida el principio de la frase antes de que llegue al final. De esta forma le es imposible mantener los ojos en un movimiento (aunque lento) de izquierda a derecha: debe volver la vista atrás para ver de nuevo lo que perdió. Estos movimientos hacia atrás se llaman regresiones. Como pudiste comprobar en el cuadro anterior, el mal lector realiza al menos dos regresiones por línea, mientras que el buen lector no hace ninguna. Hace alguna vez regresiones el buen lector? ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Sí, pero únicamente cuando la lectura es muy difícil o la escritura es muy mala. 5.25 Vocalización. Hay otro defecto común entre los malos lectores (una secuela también de los días de la escuela primaria): se hablan a sí mismos a través del libro. Evidentemente, cuando aprendíamos a leer solíamos pronunciar en alta voz. (Ahora raras veces lo hacemos, a menos que leamos para otros, o cuando, conscientemente, queremos saborear la literatura de un texto). Con la práctica hemos aprendido a leer en silencio. Pero hay personas que leen hablándose a sí mismas. Aun cuando en realidad no pronuncien en voz alta las palabras, con todo sí efectúan los movimientos: mueven los labios o realizan unos movimientos «subvocales» imperceptibles en la garganta. En tu opinión, ¿afecta esto a la velocidad de la lectura, o a la calidad, o a ambas cosas, o a ninguna de ellas? -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------La velocidad ciertamente se resiente. Es difícil leer un texto cualquiera en voz alta a más de 125 palabras por minuto, mientras que un discreto lector normal «silencioso» puede leer más de 150 palabras por minuto de texto y hasta 600 palabras por minuto en una novela. La calidad también se resiente. El lector que «vocaliza» vierte una palabra por vez, y así tiende a perder la perspectiva del sentido general de toda la frase.
5.26 Hemos puesto de relieve cuatro defectos propios del mal lector (a la vez lento y confuso): 1. Haz de reconocimiento pequeño. 2. Muchas fijaciones. 3. Regresiones frecuentes. 4. Vocalización. Ahora no nos engañemos pretextando que tales defectos son defectos excluidos de los demás. Todos padecemos de uno o más de ellos, aunque sólo sea de vez en cuando y en según qué clase de lecturas.
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Todos somos más lentos en la lectura de lo que es preciso y debiera ser. Piensa un momento sobre cada uno de estos defectos. ¿Cómo procederías para liberarte de ellos si te percatas que los tienes en tu manera de leer? ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Constata si te has anticipado en alguna de las ideas que menciono en los cuadros siguientes:
CINCO MANERAS DE MEJORAR LA LECTURA 5.27 Para empezar, ¿has pensado si debes llevar gafas para leer? A menos que, por una u otra razón, te hayas examinado últimamente la vista, es conveniente que determines visitar a un oftalmólogo o médico oculista (no precisamente al óptico que vende); el médico de tu colegio o centro puede fácilmente ayudarte a encontrar el que te conviene. Muchos problemas de lectura de los estudiantes han desaparecido una vez se ha descubierto (o admitido) que necesitaban gafas. Hay varios signos evidentes de defectos de la vista: contornos borrosos y danzantes de la letra impresa; inclinación de la cabeza y torsión de la cara mientras se lee; parpadeo y derrames acuosos en los ojos, párpados inflamados, dolores de cabeza después de la lectura por corta que sea. Pero incluso la incapacidad de concentrarse puede ser indicio de un defecto que podría corregirse con el mero hecho de usar gafas para leer. Si padeces de alguno de estos defectos, ¿cuál sería el efecto diverso (aumento o disminución) que causarían las gafas respecto a: 1. ¿El tamaño del haz de reconocimiento? 2. ¿El número de fijaciones? 3. ¿El número de regresiones? 4. ¿El número de palabras que te dices en voz alta? 5. ¿Tu velocidad de lectura? 6. ¿Tu comprensión? _______________________________________________________________________ 1. aumento 2. disminución 3. disminución 4. disminución 5. aumento 6. aumento
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5.28 En segundo lugar, evita hablarte a ti mismo. Si entras en sospechas de que, a veces, mueves los labios mientras lees, tapa la boca con la mano. Esto hará que tomes conciencia de tu defecto, y, a la vez, impedirá que continúes persistiendo en el mismo. Pero quizá la mejor forma de superar esta costumbre sea el leer tan.................................................que tus labios sean incapaces de seguir. __________________________________________________________________ rápidamente. (Aunque parezca un consejo de círculo vicioso, una manera de aprender a leer con mayor rapidez es empezar a leer con mayor rapidez.)
5.29 En tercer lugar, practica la lectura más rápida. Mantente alerta, lee con sentido de perspectiva, anticípate a lo que estás para leer, y procura que tus ojos se deslicen a lo largo de la línea escrita tan velozmente como te sea posible. No vuelvas para atrás con la intención de fijarte en algo que puedas haber pasado por alto. ¿Cuál de las dos siguientes maneras de leer (si fuera el caso que emplearas igual tiempo) te facilitaría probablemente una mayor comprensión de un pasaje? Leer cada palabra lenta y cuidadosamente, mirando hacia atrás, hacia frases anteriores, para cerciorarte de puntos que han quedado oscuros, A Leer el pasaje dos veces a una velocidad que se acerque al máximo de tus posibilidades B ___________________________________________________________________________ 5.30 A. Éste puede parecer el método más seguro y adecuado, pero pienso que no te satisfarían los resultados. Por favor, da una ojeada al cuadro 5.24 para recordar los efectos de una lectura palabra por palabra Lee, después, el párrafo B. B. Si tienes alguna duda de esta manera rápida de leer, prueba de ensayarlo cuando tengas ocasión. Constatarás que, aun cuando los efectos no son muy satisfactorios la primera vez (que será muy por debajo de tu velocidad máxima), mejorarás el resultado la segunda vez (de hecho, te sería incluso posible una tercera lectura dentro del tiempo que habrías tardado caso de leer palabra por palabra). Pasa al cuadro 5.31. 5.31 En cuarto lugar, lee por unidades mentales. No leas palabra por palabra y más bien procura ver la forma en que las palabras se agrupan dentro de una frase. La meta ha de consistir en leer cada grupo o «unidad mental» de una
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sola mirada. De hecho, tu haz de reconocimiento debería coincidir con una unidad mental completa. Una unidad mental completa puede consistir de un nombre y su adjetivo, un verbo y su adverbio, o de una frase corta, etc. Las unidades' mentales de la última frase del párrafo anterior son -en mi opinión-: «De hecho -tu haz de reconocimiento - debería coincidir -con una unidad mental - completa. » No deberías haber leído trece palabras separadas en esta frase; puedes haber engullido la frase entera en cinco tragos. ¿Cuáles son las unidades mentales principales en la frase que estás leyendo precisamente ahora? ___________________________________________________________________ He aquí cómo yo leo la frase, «Cuáles son -las unidades mentales- principales -en la frase que -estás leyendo - precisamente ahora?» (¿Es éste, más o menos, el modo como tú la has visto?» 5.32 El buen lector abarca unas dos palabras por cada fijación, si la materia es difícil, y tres o más si la materia es fácil. Mirando sólo las unidades mentales amplía su haz de reconocimiento y de esta forma aumenta su velocidad de lectura. Tu haz de reconocimiento depende además de otro factor de gran importancia (a cuyo respecto puedes hacer realmente algo). Lee las dos frases (1 y 2) que pongo a continuación y decide: a) ¿Cuál de ellas puedes leer más rápidamente (con menos fijaciones y regresiones)? b) ¿Por qué tu haz de reconocimiento es diferente en cada una de ellas? 1. Serás vuesas fazañas los joeces, Pues tuertos desfaciendo habéis andado, Siendo vegadas mil apaleado Por follones cautivos y raheces. 2. Serán vuestras hazañas los jueces, Pues reparando injurias habéis andado, Siendo mil veces apaleado Por viles, malos y despreciables. _______________________________________________________________________ Ambas frases dicen exactamente lo mismo, pero a menos que no estés muy familiarizado con el lenguaje cervantino: a) Probablemente lees (2) con menos regresiones y fijaciones. (Es decir, con un haz de reconocimiento mayor y, por ello, con mayor rapidez). Y: b) Tu haz de reconocimiento para (1) ha sido menor por razón de que no estás familiarizado con varias de las palabras usadas.
5.33 Esto nos lleva a la última forma, y muy importante, de mejorar la capacidad de lectura.
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En quinto lugar, hazte con un vocabulario. El buen lector conoce muchas palabras. Por consecuencia, no sólo lee con mayor comprensión, sino que también lee con mayor rapidez, porque... a) ¿puede pararse a considerar el sentido exacto de cada una de las palabras, o b) ¿puede captar el sentido de varias palabras de una sola vez? ___________________________________________________________________ b) (El lector que posee un buen vocabulario puede captar el sentido de varias palabras de una sola vez, y así leer más rápidamente). 5.34 ¿Es amplio tu vocabulario? A modo de prueba, lee las palabras de la lista de la página siguiente, compilada de varios artículos de periódico, de una novela, una biografía y de una obra de información social. Pregúntate a ti mismo: 1. ¿Podría entender la palabra correctamente en caso que la oyera pronunciada en voz alta? 2. ¿Usaría cada una de las palabras correctamente en una frase, con el significado que le corresponde? (Toma el diccionario, si lo precisas, para controlar).
Emisario Artefacto Paradójico Fechoría Proliferar Intachable Autónomo Erradicar Deducible Precursor Insidioso Disparidad Espectro Intermitente Maligno Inferir Escudrifiar Racionalista Untuoso Eficacia Altruismo Categóricamente Depravación
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reticencia diseminación Riesgo Síntesis aberración omnisciencia sostenible ostensiblemente Atrofia Intratable trivialidad Cotejar Discernir Anomalía Lánguido Presagio Auténtico inherente propincuidad previsiones Abyecto Indolente poner peros a Índices (de)
Inercia Articulado Ubicuidad Tentativa Empírico Abstruso Intuitivamen Lúcido Infalible Estatutario Intrépidame Herético Inmune Opulento Adyacente Ambiguo Indígena Denigración Concomitan Inexorable Precipitado Transfigura Escéptico Benefactor
Cuenta el número de palabras cuyo significado desconoces. ¿Cuántos puntos has obtenido? En total son 72 palabras. Si desconoces: 7 palabras o menos: Muy probablemente lees bastante bien, rápidamente, y con una comprensión buena. de 8 a 12:
Probablemente posees un vocabulario considerable de momento, pero debes hacer todo cuanto esté en tu mano para mejorarlo
13 ó más:
Casi a ciencia cierta estás algo retrasado por lo que se refiere al conocimiento de palabras. Debes trabajar seriamente para mejorar tu vocabulario.
5.35 Un vocabulario amplio es esencial tanto para la comprensión de las ideas de los demás (en el habla y en la escritura) como para tu propia expresión. De hecho, la cosa está clara, hablamos de un vocabulario, cuando en realidad los vocabularios son tres (cada uno de ellos con una amplitud distinta) 1. Las palabras que usas al hablar. 2. Las palabras que usas al escribir. 3. Las palabras que entiendes al leer (y en la conversación). ¿Cuál de estos tres vocabularios es el más amplio? ¿Cuál es el más reducido? Probablemente el vocabulario que usas en la lectura es el más amplio, y el que usas al hablar el más reducido. (La mayoría de nosotros reconocemos palabras escritas que dudaríamos emplear en nuestra propia escritura o en el habla)
Adquirir vocabulario 5.36 Pero, ¿cómo puede uno hacerse con un caudal de palabras? He aquí seis maneras prácticas de enriquecer el vocabulario: 1. Lee mucho (no sólo las asignaturas que estudias). 2. Consulta alguno de los diccionarios etimológicos de la lengua castellana (Corominas, Gerardo de Diego, etc.). 3. Mantente ojo avizor a los términos nuevos, y cópialos. 4. Acostúmbrate a usar el diccionario: consulta y anota el significado de cada palabra nueva tan pronto como te sea posible después que la hayas encontrado. 5. Usa las palabras nuevas, que aprendes, al escribir (y al hablar), siempre que tengas ocasión. 6. Confecciona un glosario de palabras técnicas y de frases peculiares propias de las materias que estudias. Hemos tratado de cinco posibles modos de mejorar tu vocabulario; desde revisar la vista hasta el aumento del vocabulario. ¿En cuáles de los siguientes aspectos de la lectura esperas comprobar estas mejorías:
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a) En la rapidez con que lees. b) En la comprensión de lo que lees. c) En la memoria respecto de lo que has leído. ______________________________________________________________ a) b) c) (Lo más probable es que se mejoren tres aspectos de la lectura a la vez).
La práctica es esencial 5.37 Si deseas mejorar la lectura debes hacer un esfuerzo consciente y practicar de una manera habitual. Dedica unos 15 ó 20 minutos diarios, quizá mejor justo antes de ir a lá cama. Durante los primeros días procura leer revistas del tipo de Selecciones del «Readers'Digest» (que contiene artículos breves sobre los más variados temas); aborda luego colaboraciones literarias de mayor extensión en revistas más especializadas o ilustradas; pasa luego a revistas técnicas; y prosigue por último, cuando hayas adquirido más práctica, en libros de temas paralelos a los que estudias. Podrías abordar uno o dos artículos en cada sesión de aprendizaje. Estima el número de palabras de que consta el artículo (tarea muy simple, una vez conoces el promedio de palabras por página o columna), y luego procura leerlo con la máxima rapidez posible; controla hasta los segundos. Trata luego de recordar lo que has leído, y comprueba si has logrado captar todas las ideas principales y los detalles importantes. No te preocupes si, al principio, pierdes alguno; procura más bien aumentar la rapidez y la comprensión al mismo tiempo. (Todo esto puede resultarte más fácil si puedes hacerlo con un compañero uno puede controlar el tiempo del otro y luego dirigir preguntas acerca de lo que se ha leído.) Anota la rapidez con que has leído cada uno de los artículos (preferentemente en palabras por minuto). Dibujar un gráfico puede servirte de «refuerzo». En un par de semanas empezarás a notar tus adelantos. ¿De qué otras oportunidades (además de estas medias horas nocturnas) podrías disponer para practicar y mejorar la lectura? ______________________________________________________________________________ Confío que realmente has hecho propósito serio de mejorar la rapidez de toda clase de lecturas, incluidas naturalmente las de tu estudio. (En definitiva, el objetivo que persiguen las sesiones nocturnas es mejorar tu capacidad de lectura en el estudio normal; por ello, ¿por qué no aprovechar cualquier ocasión?)
Varía el ritmo 5.38 Si te esfuerzas seriamente en incrementar tu vocabulario y el haz de reconocimiento (logrando así menos fijaciones, la supresión de regresiones y de sonidos subvocales), serás capaz en breve de leer más rápidamente, sin pérdida alguna de la comprensión. Pero, ¿significa esto que luego podrás recorrer alegremente cualquier fragmento con idéntico ritmo? No, en modo alguno. Una vez hayas aprendido a leer con más rapidez, debes procurar variar la velocidad de acuerdo con el género de lectura y el propósito que persigues: 1. ¿Qué género de lectura podrías leer más lentamente? a) Novelas, biografías, historia, o
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b) Manuales, texto de estudio. 2. ¿Con miras a qué propósitos podrías leer más lentamente? a) Búsqueda de las ideas principales, d b) Búsqueda de los detalles importantes. ______________________________________________________________ Probablemente : 1. b) 2. b) 5.39 De manera que, sea cual fuera el género y el propósito de tu lectura, debes intentar leer del modo más rápido posible. Pero puesto que no puedes permitirte el lujo de sacrificar la comprensión a la velocidad, debes variar el ritmo de lectura según los casos. Con todo, esto no quiere decir que necesariamente debas recaer en la lectura palabra por palabra. Si te resulta realmente difícil un texto, recuerda que más te vale leerlo varias veces a una velocidad menor que la máxima, que quedar empantanado en una lectura desesperadamente lenta. Con la práctica, tu velocidad «lenta» puede muy bien convertirse en una rapidez de lectura que supere tus posibilidades máximas de ahora. NB. Deberías recordar este capítulo (tomando algunos apuntes) y repasarlo antes de proseguir adelante. ...........................................................................................................................................................................................................
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Documento
5.C.-
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Ficha
El estudiante. Técnicas de estudio y aprendizaje, por PANSZA, Margarita y Sergio Hernández, 6ª. reimpresión, México, editorial Trillas, 2000, págs. 65 a 77.
Leer para aprender LENGUAJE El lenguaje es el instrumento más útil con que ha contado el hombre para su desarrollo. Por medio de él podemos entender y expresar ideas y sentimientos, que se manifiestan a través de las acciones de escuchar, leer, escribir y hablar. La finalidad del lenguaje es la comunicación. No solamente puedes comunicarte con los demás, sino que, incluso, puedes establecer un diálogo interior contigo mismo para organizar tus ideas y sentimientos, conformando as( una imagen de tu personalidad y de tu mundo. Utilizas el lenguaje con diversas finalidades comunicativas, tales como: diversión, comunicación interpersonal e intercambio intelectual. (Véase fig. 7.1.)
Cuando hablas o escribes te adelantas a la expresión del mensaje organizando las ideas. En cambio, cuando lees o escuchas, interpretas la información que recibes.
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LA ACCIÓN DE LEER La acción de leer es el encuentro de dos mundos:
Hay varias formas de entrar en contacto con la información, una de ellas es la experiencia directa, que se logra, por ejemplo, cuando asistes a un partido de futbol, pero no siempre puedes tener este tipo de experiencias cuando quieres conocer algo. Para poder conocer con más profundidad un fenómeno, se acude con frecuencia a la lectura de libros que recogen la experiencia de la humanidad. La lectura te permite entrar en contacto con una gran cantidad de información, y es a través de libros que se logra un proceso de intercambio social, es decir, de comunicación. (Véanse figs. 7.3 y 7.4.)
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PARTE. LA
Si haces un examen inicial de estos aspectos en un libro, puedes conocer: • La idea general de la obra • Contenido • Inicio y conclusión Finalidades de la lectura: • Recreación • Estudio • Información Para obtener mayor provecho de la lectura debes tener siempre presente: El sentido de la misma: "¿Por qué estoy leyendo? ¿Para qué? ¿cuál ese¡ objetivo inicial?" El significado: "¿qué es lo que dice el escrito? ¿Qué relación tiene con mis objetivos? ¿Cómo lo entiendo yo?" En la lectura, lo más importante es leer con sentido y encontrar el significado. Lo puedes recordar fácilmente con la siguiente fórmula:
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ASPECTOS MECÁNICOS DE LA LECTURA Si bien es cierto que la comprensión de la lectura es lo más importante, hay aspectos mecánicos tales como la velocidad, la vocalización, etc., cuyo dominio es muy útil para mejorar la capacidad y el ritmo de lectura.
Vocalización Cuando aprendemos a leer repetimos en voz alta lo que leemos, y esta forma de actuar se conserva aún cuando leemos en silencio, movemos los labios o vamos repitiendo mentalmente cada palabra. Esta forma de lectura se llama vocalización y resta velocidad. a) Selecciona un texto de tu interés para realizar lectura en silencio. b) Coloca un lápiz entre los labios. c) Observa o pide a alguien que vea si se mueve el lápiz. d) Sí mueves el lápiz, es que estás repitiendo la e) Concéntrate en no mover f) Repítelo hasta que logres que el lápiz no se mueva.
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palabra el
en
silencio. lápiz....
Movimientos oculares Otro mal hábito de lectura es detener excesivamente la vista varias veces en un renglón. Para evitarlo realiza el siguiente ejercicio. Selecciona un texto que esté contenido en un marco de 10 a 12 cm y escríbelo en el siguiente cuadro.
......................................................................................................................................................... ......................................................................................................................................................... ......................................................................................................................................................... ......................................................................................................................................................... .......................................................................................................................................................... 228
a) Solicita a un amigo que cuente el número de movimientos oculares que realizas, b) Confróntalo con un promedio deseado, dos movimientos oculares por renglón. c) Trata de leer abarcando un renglón con sólo dos movimientos oculares.
COMPRENSIÓN DE LA LECTURA Como hemos señalado, lo más importante cuando leemos es lograr la comprensión de la información, esto significa que la lectura tenga un sentido y un significado. Hay muchas formas de comprobar que has comprendido una lectura, algunas de ellas son: a) Poder señalar el asunto central, es decir, de b) Poner ejemplos diferentes a los que están en el texto. c) Reconocer cuándo se está hablando de un mismo asunto pero en diversas formas. de la información d) Pensaren aplicaciones e) Formular un principio opuesto. f) Hacer una apreciación valoratíva del texto, g) Reflexionar sobre los hechos y conceptos más importantes que integran la información.
qué
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trata
la
distintos "leer
entre
lectura
problemas, líneas”.
................................................................................................................................................................................................................. Hay varios motivos que te impiden comprender una lectura, y pueden estar relacionados con el lector, el autor o la materia, estableciéndose así una relación dinámica entre ellos. Causas que te impiden una buena comprensión en la lectura: a) Lector • No tener interés o conocimiento sobre el tema • Dominio insuficiente del lenguaje • No tener el hábito de leer • Experiencias negativas en relación con la materia b) Autor • Lenguaje complicado • Desarrollo confuso de sus ideas • Posición ideológica contraria al lector c) Asunto o materia
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• Alto nivel de abstracción, por lo cual no percibes claramente la relación que existe con tu realidad Entre estos tres factores que acabamos de mencionar, existen dos que, en condiciones habituales de estudio, no puedes alterar; son: el autor y la materia. Pero en el aspecto que te concierne, es decir, el lector, que eres tú, sí puedes actuar; para lograrlo te sugerimos lo siguiente: 1. Lee varias veces la información. 2. Haz preguntas a otras personas, por ejemplo al maestro. 3. Busca el significado de los términos técnicos que no conozcas en un diccionario. 4. Haz de la lectura una actividad permanente. 5. No te angusties cuando durante la primera lectura no comprendas la información. Insiste y despeja poco a poco tus dudas. COMENTARIO Leer es una acción del pensamiento y puede ser ejecutada con rapidez y eficacia, según el lector; esto puede darte la ventaja de captar más información. Procura leer a la velocidad de tu pensamiento, que es más rápido que el movimiento ocular y que los labios. Recuerda la palabra lesensi que quiere decir leer para encontrar el sentido y el significado de la lectura.
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Documento
5.D.-
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Ficha
Mejora tu modo de estudiar, por PALLARES Mollins, Enrique, 7ª. ed., Bilbao, ediciones Mensajero, 1992, págs. 91 a 129.
CAPITULO 5
LEER MEJOR El estudio se realiza fundamentalmente a través de la lectura, actividad que ocupa gran parte de nuestra vida intelectual. Por eso, aunque ya hemos hecho referencia indirectamente a la lectura en varias ocasiones, es conveniente que nos ocupemos expresamente de ella y de algunas de las circunstancias que la rodean. Porque, primero, debemos despertar -si no lo hemos hecho ya- nuestro interés por la lectura, luego, conocer el modo de seleccionar nuestras lecturas, para terminar sabiendo hacer una lectura comprensiva, pero rápida, de la que retengamos lo principal.
¿Gutenberg o Marconi? Los modos de comunicación entre los hombres han variado extraordinariamente a lo largo de los siglos, y de las formas más elementales de comunicación han derivado otras más complejas y con más posibilidades. Una de las mayores conquistas de la humanidad fue la del lenguaje escrito, capaz de hacer permanente un mensaje a lo largo de los siglos y de poder ser trasladado de un sitio a otro. Pero dentro del lenguaje escrito se dio otra verdadera revolución con la invención de la imprenta por J. Gutenberg ( 1468), por cuanto se hacía posible la multiplicación del mensaje escrito y se potenciaba, de este modo, su difusión. Desde Gutenberg, el impreso adquirió carta de ciudadanía en todo el mundo, y los manuscritos cedieron su puesto a los numerosos libros impresos, que han alcanzado desde entonces la cifra de varias decenas de millones. Recientemente, todavía ha tenido lugar otra revolución, semejante a la de la imprenta por sus dimensiones planetarias, pero de avance todavía más arrollador, que consiste en la aplicación de la electrónica a la transmisión y conservación de la información. Si en el principio la comunicación se efectuaba a través de la imagen, parece que volvemos otra vez al dominio de la imagen, pero ahora con un poder tan arrollador que parece va a arrasar a la civilización del libro. De hecho, algunos se han constituido en profetas de esta nueva era de lo audiovisual, sustentado en la electrónica y han hablado del «fin de la galaxia Gutenberg » (Mc Luhan) . y de su sustitución por la nueva era de Marconi. La era del libro, con otras palabras, cedería su puesto a la era de la imagen y de la comunicación. a través de las ondas y de las cintas magnéticas. De hecho, no hay que creer que esto así ocurra, es decir, que se obscurezca el imperio del impreso, y el video y, en general la telemática (resultado de la conjunción de las nuevas tecnologías de la telecomunicación y los ordenadores), nos conduzcan a «una sociedad sin papel». Es cierto que estos revolucionarios sistemas suplirán en muchos casos, por su mayor poder en el procesamiento de la información, pero no hay que pensar que sustituyan
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totalmente al libro, por lo menos en un tiempo previsible. El conflicto es sólo aparente, pues los diversos medios de comunicación no son excluyentes entre sí, sino complementarios, y cada uno con un ámbito de acción o con una función propia. Lo leído, por otra parte, ofrece mayor independencia al lector, quien puede controlar mejor lo que se le intenta meter. Asimilamos personalmente la lectura, pues exige más actividad de nuestra parte y cubre, por tanto, una dimensión fundamental del hombre. Esperamos que la pesadilla que nos presenta Bradbury, en Fahrenheit 451, donde se describe una sociedad en la que el libro es remplazado a la fuerza por una TV controlada, a través de la que se conforma la voluntad de los ciudadanos, no llegue a convertirse nunca en realidad. No parece que de verdad el hombre pueda prescindir del libro, si no quiere, simultáneamente, verse privado de algo bien suyo. Las estadísticas de publicación de libros tampoco justifican ese temor. En lugar, pues, de elegir entre Gutenberg y Marconi, debemos tratar de buscar a cada uno su sitio, sin suprimir ni marginar a ninguno de los dos.
Invitación a la lectura El libro es la fuente principal de los conocimientos de una persona culta. De hecho, tampoco podemos hacer una escisión entre libros y vida o experiencia, diciendo que es mejor instruirse en la vida o en la experiencia que en los libros, pues los buenos libros son los mejores reflejos de la realidad y de la vida. Por eso, el libro debe ser nuestro amigo, pues él nos instruye, nos enseña a pensar, madura nuestro juicio crítico, enriquece nuestra imaginación creadora y nos aconseja en nuestros problemas. Hay, además, una relación alta entre comprensión lectora y desarrollo intelectual, de tal modo, que se puede afirmar, que el leer bien es el mejor modo para aprender a escribir bien y que los fallos en el estudio son, por lo general, fallos en la lectura. No podemos utilizar esa excusa tan socorrida de que «no tengo tiempo para leer». Los hombres más ocupados no suelen ser, precisamente, los que menos leen. Nos cabe la posibilidad de aprovechar muchos ratos que tampoco utilizamos en descansar de verdad. La solución del problema está en que no tomemos la lectura como una carga pesada, sino como un modo de liberación y satisfacción profunda de nuestro deseo de saber. Pero leer bien no es simplemente «tragar» cualquier material impreso, como vamos a anotar en las páginas que siguen. Además, leer bien supone poner moderación -cuando existe este peligro- a nuestro tiempo dedicado a la lectura, para que el libro no pase de ser nuestro amigo a ser nuestro tirano. ...................................................................................................................................................................................................
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Leer bien No debemos engañarnos pensando que ya aprendimos a leer de niños y que ya dominamos completamente la técnica de la lectura. En efecto, de niños comenzamos el aprendizaje de la lectura, pero su dominio requiere una atención constante. Por no caer en la cuenta de esto, nos ocurre frecuentemente que leemos algo y no nos enteramos de lo que allí se -dice, o sólo después de varias lecturas somos capaces de hacerlo. Sin embargo, el noventa por cien del estudio consiste en leer, y de la lectura dependemos para muchas de las actividades de nuestra vida. Pero dominar la lectura es algo más que unir sílabas. Se suele afirmar comúnmente que se aprende a leer de niño, pero la verdad es que la mayor parte todavía leen como niños. Porque leer bien supone: 1º. 2º. 3º.
Convertir lo escrito en sonidos o en signos mentales. Comprensión de las ideas. Evaluación o juicio sobre las ideas.
Por eso no es correcto que sólo le demos importancia a la lectura durante los primeros años escolares, siendo así que debemos preocuparnos de mejorar nuestra lectura durante toda nuestra vida. Pero no hay fórmulas fáciles para aprender a leer bien. Lo único que vale aquí es la práctica, pero la práctica guiada por algunos principios que, por otra parte, no son más que concreción de una larga experiencia. Todo lo reduciremos, pues a los tres aspectos principales de la lectura: - Seleccionar las lecturas. - Comprensión de lo leído. - Velocidad de la lectura.
SELECCIONAR LO QUE VOY A LEER Según las estadísticas del INLE (Instituto Nacional del Libro Español), la producción editorial de España durante 1982 se elevó a 30.127 títulos. A ello hay que añadir lo escrito en periódicos, revistas y folletos, que no se registra en esta estadística, pero, sobre todo, lo publicado en años anteriores. La selección se impone, pues, para no quedar abrumado por esta abundancia de material impreso que hay en general y para cada uno de los puntos o materiales más concretas.
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No podemos leerlo todo, pero debemos leer lo más importante de lo que hay escrito y que concierne a una persona cultivada (cultura general) o lo referente a aquello en lo que estamos trabajando (lectura especializada).
Tener un plan de lectura No es aconsejable leer a salto de mata. Es preciso contar con un plan de lecturas, es decir, con una previsión a medio, corto y largo plazo de lo que voy a leer, aunque flexible y adaptable a la situación de cada momento. Para trazar las líneas generales de este proyecto de lecturas, debes tener en cuenta: • Tus centros de interés. Lo que te gusta y suscita inmediatamente tu interés. Esta atención preferente a lo que te suscita interés incluye también la lectura de algunos libros sobre esas posturas con las que no estás de acuerdo, pues es muy importante la apertura a otros puntos de vista. • Que estén representados los distintos géneros y temas. No te contentes con lo que ahora te interesa espontáneamente, pues la ciencia avanza frecuentemente a base de síntesis de contrarios, y cuestiones que ahora te parecen carentes de interés pueden ser básicas para el futuro o para tu formación integral. • Tu edad. No me refiero a que haya libros «prohibidos» para menores. Pero sí que es importante el que escalones tus lecturas y tengas en cuenta si los libros en cuestión están o no adaptados a tu formación intelectual, es decir, a tu edad lectora.
La selección de las lecturas La selección de tus lecturas la puedes hacer con el asesoramiento de personas que hayan leído bastante y que tengan una visión panorámica de la lectura, además de una buena objetividad en sus juicios. Ten cuidado de que el que te aconseje no te intente llevar por un camino determinado y excluyente, pues al principio es conveniente tantear diversos caminos, ya que puede surgir en ti un nuevo interés hacia temas y puntos de vista que hasta entonces desconocías y que, incluso, llegabas a rechazar. La ayuda que te preste esta persona (tu profesor, padres,...) puede completarse con otras ayudas como: • Si visitas de vez en cuando las librerías importantes, tendrás ocasión de ver allí los libros nuevos y podrás echarles un vistazo para ver cuáles son los que más valen la pena. Lo mismo puedes hacer en las bibliotecas que frecuentes.
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• Algunos periódicos y revistas suelen ofrecer reseñas de los libros que van apareciendo, en las que puedes encontrar los datos de identificación del libro y un amplio o breve resumen de su contenido. Hay publicaciones periódicas que ofrecen juicios amplios de los libros que van apareciendo. • Pero también hay libros, llamados repertorios bibliográficos, donde se recogen los libros según las materias, a veces proporcionando también una breve descripción y valoración de los mismos. El peligro de quedar anticuados es evidente. Es más recomendable el sistema de fichas. La Biblioteca Nacional publica las de todos los libros que allí ingresan. • Leyendo con cuidado un libro puedes también obtener información de otros libros importantes relacionados con ese tema, tanto atendiendo a la bibliografía como a las citas y comentarios que el autor va haciendo. • El ISBN, publicado en España por el INLE, recoge los títulos y fichas bibliográficas de todos los libros publicadas en España (y en algunos países de habla castellana) que han recibido esta numeración internacional. No es fácil encontrar selecciones y valoraciones de libros bien hechas, referentes a todos los temas. Por eso es más aconsejable que conozcas, en primer lugar, los libros que hay sobre los temas que decidas conocer y luego vayas haciéndote un juicio de cuáles pueden ser más interesantes y valiosos. Para la recopilación puedes servirte del fichero temático de las bibliotecas, del ISBN, catálogos de las editoriales, o de los repertorios bibliográficos. Para la valoración, has de confrontar los juicios diversos que hayas podido conocer sobre un libro, fiándote solamente de los más cualificados. Es verdaderamente recomendable que vayas realizando un fichero bibliográfico, en cuyas fichas anotes, además de los datos técnicos del libro, un resumen de la información que hayas podido adquirir del mismo.
Hojear un libro Es importante el saber conocer rápidamente el contenido de un libro. Por una parte, ayuda a la selección de los libros que nos interesan, pero, además, esta idea previa que adquirimos es fundamental para la lectura más atenta que podamos hacer posteriormente. Esta lectura general del libro, que se llama en lengua inglesa skimming (desnatar o espumar) debe ser previa a la lectura del libro. Esto resulta muy sencillo, -lo que no quiere decir que generalmente se haga- si prestas atención a un conjunto de datos que el mismo libro te brinda. Son datos, por otra parte, que están muy a la vista: - En las cubiertas y portada. En ellas se lee quien es el autor y el título. El título puede ser engañoso y no responder a lo que expresa, o ser tan genérico que sea preciso atender al subtítulo para aclarar el tema del libro. La portada suele proporcionar también el nombre del editor y el lugar de la edición, el nombre del prologuista o del traductor.
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- En las contracubiertas y solapas. Son dos lugares donde no es raro encontrar información tanto del autor como de la obra. La cualificación del autor para tratar ese tema, si es autor o no de otras obras, suelen ser datos que a veces aparecen en las solapas. Un breve resumen del libro suele aparecer en la contracubierta o en las mismas solapas. - En la contraportada. Si es que no aparecen en la portada, encontrarás en la contraportada el nombre del editor, el lugar y la fecha de edición. Hay editoriales que se especializan en una línea determinada o tienen más o menos garantías de seriedad que otras. Poco a poco, irás adquiriendo una idea de la línea de las distintas editoriales. En la contraportada aparece también la fecha de edición. Es su fecha de nacimiento y puede ser un dato muy interesante. Hay temas en que el paso del tiempo no importa, -como, por ejemplo, la creación literaria- pero en otros, el paso de los años hace que el libro se vaya haciendo viejo y casi llegue a morir. Esto último ocurre principalmente con los libros científicos, dado el continuo avance de la ciencia, muchos de los cuales acaban en poco tiempo teniendo interés meramente histórico. La fecha del libro hace suponer también que se recogen en él todo lo escrito sobre el tema con anterioridad a esa fecha. El número de edición suele ser un indicativo de la aceptación que el libro ha tenido, aunque no corresponde necesariamente a la categoría objetiva del libro. En este mismo lugar suele aparecer también, caso de que el libro sea traducción de un idioma extranjero, el título, lugar y año de publicación del original, junto con el nombre del traductor. También aparecen aquí otros datos, como el ISBN, que es el número que se asigna internacionalmente a cada libro para su identificación administrativa, comercial y jurídica. De los grupos de cifras que componen este número, corresponden el primero al código de la nación (España es el 84), el siguiente a la editorial y el tercero individualiza al libro y el último es de control. Los otros datos que aparecen en la contraportada son el numero de depósito legal y el propietario de los derechos de propiedad intelectual (Copyright o C). - En el índice. A continuación suele venir el índice general, que si no aparece aquí lo hace al final del libro y que es muy importante para tener una idea general del libro. Un vistazo rápido al índice, si está bien hecho, nos da una síntesis del contenido y estructura del libro y nos ofrece la posibilidad de localizar los capítulos o puntos de interés de la obra, a los que puedes echar un vistazo. - En el prólogo e introducción. El prólogo suele ser una presentación del libro y puede ser escrito por otra persona distinta a la del autor. Cuando el libro tiene introducción suele ser éste el lugar donde aparece la metodología que el autor ha utilizado, los principios de donde ha partido y los objetivos que se ha propuesto, etc. - Otros elementos que indican la calidad del libro y lo hacen recomendable son: existencia de resúmenes (en cada capítulo y/o al final del libro), bibliografía (sobre todo si está seleccionada y valorada), ilustraciones, notas a pie de página, índices de materias y de autores o glosario. No es necesario que todos tengan estos elementos pero,
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según la materia e intenciones del autor, pueden ser más o menos necesarios, o hacerlo más ventajoso que otro semejante que carece de estos complementos. El conocimiento, pues, de un libro lo puedes hacer a partir de la inspección de estos lugares que te indicamos y tomando muestras de alguno de los capítulos, leyéndolo un poco por encima (puede bastarte la lectura de los párrafos iniciales y finales y la de los epígrafes). No es necesario que lo hagas siguiendo el orden que te pongo aquí. Puedes, incluso, hacerlo por aproximaciones sucesivas o sucesivos acercamientos: 1º. 2º. 3º.
Título, autor, resúmenes de las cubiertas y de la solapa, año de edición y editorial. Índice general, prólogo e introducción, ilustraciones y resumen del libro. Un vistazo a los capítulos, existencia de índices, bibliografía, resúmenes de los capítulos.
LA COMPRENSIÓN El leer forma parte del proceso de comunicación, por lo que es imprescindible captar el mensaje que encierra el texto escrito. Leer es, pues, una forma de diálogo, un diálogo mudo con un interlocutor ausente corporalmente, pero presente en su obra. Aquí es donde radica el verdadero valor de la lectura: en entrar en contacto con otras formas de pensar y en captar esos mensajes, analizarlos y valorarlos.
Niveles de comprensión 1. Hay un nivel, que en realidad no lo es, porque coincide con la ausencia de comprensión. Es el haber convertido los signos escritos de nuestra lectura en signos fonéticos, pero sin pasar de aquí. Identificamos las letras y las palabras, pero no captamos su significado en esta lectura meramente mecánica.
2. Literal. Llamamos así a este limitado modo de comprender, en el que interpretamos sólo lo más periférico del mensaje. Así ocurre cuando se lee El Quijote y sólo se capta el relato externo de los hechos. Es normal que en los momentos de iniciación a la lectura y en la primera lectura de obras especialmente profundas nos cueste superar, e incluso no lleguemos a lograrlo, este nivel elemental, pero es igualmente deseable también que procuremos superarlo.
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3. Simbólico o profundo. Aquí ya captamos, en sucesivas aproximaciones, el mensaje más profundo de lo leído y llegamos a las mismas ideas o pensamiento del autor.
4. Crítico. Junto al nivel anterior -y normalmente indisolublemente unido a él- llegamos a un nivel de valoración de lo leído en el que distinguimos los hechos de las opiniones, analizamos si están bien realizadas las inferencias, o sea, el paso de una idea o hecho a sus consecuencias. Es el momento de distinguir entre la verdad que se impone a nuestro entendimiento y las razones aparentes que exhiben los demagogos. Precisa este nivel de un marco de referencia o plataforma desde donde se hace el juicio, que debe ser lo más objetivo posible y carente de prejuicios. Si en el nivel anterior leíamos «entre líneas», aquí es preciso que leamos «más allá» de las líneas.
5. Estético. Todavía conviene caer en la cuenta y analizar el lenguaje en sí mismo y distinguir el género: humor, satírico, doctrinal, etc.; la calidad del estilo, la forma y elegancia o no de la presentación de las ideas,... El buen estilo no sólo ayuda a la comprensión en sí del lenguaje, sino que puede inclinarnos a aceptar el contenido del mensaje, aunque las razones no sean demasiado válidas.
El párrafo El párrafo suele ser la unidad en la expresión de las ideas. En cada párrafo suele haber una idea principal, que no se presenta en forma telegráfica sino que nos viene a través de un conjunto de frases que sirven para que aparezca con más claridad, siendo una de ellas, por lo general, la que fundamentalmente contiene la idea principal. Por eso conviene acostumbrarse a averiguar la estructura del párrafo, es decir, su tendencia -que cada autor mantiene constante por lo general- a colocar la idea principal en una determinada parte del párrafo.
La idea principal puede estar: • al principio, al final o en mitad del párrafo; • pero también hay que tener en cuenta que puede haber párrafos en que la idea principal esté implícita a lo largo de todo él, o que esté distribuida entre varios párrafos o, finalmente, que un párrafo, por ser de transición, no contenga ninguna idea principal.
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Es bastante frecuente, con todo, que la idea esté al principio o al final del párrafo. En el primer caso hablaremos de párrafos deductivos: primero la afirmación y luego la confirmación con datos o razones. En el segundo caso se trata de un párrafo inductivo: primero los datos o razones y, finalmente, la conclusión. Como ya hemos dicho que cada escritor suele usar más o menos constantemente uno de estos estilos, el descubrirlo puede ayudar, tanto a la comprensión como a la velocidad de la lectura. Nada te cuesta, pues, tratar de averiguar la estructura de los párrafos de una obra para ver si encuentras una constante, aunque teniendo en cuenta que no es mal escritor el que no tiene una estructura fija y que el carácter de algunos libros puede forzar al autor a repartir una idea en varios párrafos.
¿Cómo puede localizarse la frase principal? Normalmente te dará la clave la palabra que se repite más veces, teniendo en cuenta el uso de sinónimos.
Las demás frases suelen ser las secundarias, relacionadas de alguna de estas maneras con la principal: • • • •
Son una simple repetición de ella con distintas palabras. Rechazan una idea contraria a la principal. Dan detalles o la ilustran. Dan argumentos para probar lo que en ella se dice.
El párrafo en su contexto. Decíamos que el párrafo es la unidad de un conjunto. Esto quiere decir que, una vez que captes la idea principal del párrafo, has de ponerla en relación con la idea principal del capítulo y del libro. Lo correcto es que hagas esa lectura rápida de la obra antes de hacer la de cada párrafo, pero que continúes tratando de conectar la idea de cada párrafo con la del conjunto. De esta manera solamente lograrás captar la unidad del pensamiento del autor. La estructura del párrafo te vendrá también desvelada por la colocación de los signos de puntuación («.», «,», «:») que se comportan como verdaderos auxiliares visuales para descubrir la organización del párrafo.
Comprender mejor Esta meta del que desea ser buen lector se consigue no en poco tiempo, ni con unas reglas exactas, sino encaminando nuestra vida intelectual por este camino. Hay que ejercitarse en este sentido en:
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• Buscar siempre la idea principal, tanto a nivel de párrafo como de capítulo y de libro. Puede ser muy aconsejable el análisis intensivo de determinados párrafos o fragmentos importantes. •
•
No olvidarse de la prelectura, por lo que facilita la comprensión de la lectura que se haga después. Aumentar el vocabulario, que es la barrera que se interpone frecuentemente para llegar a una recta
comprensión. Pero el aumento ha de ser tanto en cantidad (conocer muchas palabras) como en calidad (conocer matices, etimología y las relaciones de unas palabras con otras). Este aumento se consigue: + con mucha lectura; + recurriendo frecuentemente al diccionario, tanto al de la lengua (general, sinónimos y antónimos), como a los especializados y utilizando los glosarios de los libros que los tienen; + afirmando el uso y matices de las palabras ya conocidas, incorporando las palabras nuevas al uso cotidiano; + atendiendo a la etimología, principalmente a las raíces latinas y a los prefijos y sufijos, teniendo en cuenta también las modificaciones que se han ido introduciendo con el uso.
El libro abierto: la lectura crítica No tomes el libro como algo cerrado en sí mismo, donde ya todo está dicho, sin que quede un hueco para que tú puedas añadir algo. Por el contrario, tómalo como un espacio abierto que te invita a que lo analices, lo valores y lo completes en una lectura activa y reflexiva.
LA VELOCIDAD EN LA LECTURA El aumentar la velocidad en la lectura es el objetivo de no pocos libros y cursos, algunos de los cuales ofrecen, además, conseguirlo en poco tiempo. Junto al alto porcentaje de pura publicidad que hay en bastantes de estos reclamos, está la realidad de que es posible aumentar la velocidad de la lectura, aumentando simultáneamente la calidad.
La velocidad adecuada en cada momento Pero no es mejor lector el que siempre lee muy rápido, sino el que sabe adaptar la velocidad al tipo de lectura y al objetivo que se propone con ella, sabiendo adecuarse en todo momento al ritmo del autor y a lo que desea sacar de esa lectura. A veces se requiere gozar de la belleza del texto y, entonces, no será lo más correcto la lectura veloz; otras veces, en cambio, se busca tener una idea general o encontrar un dato concreto y lo más recomendable será la lectura más rápida que sea posible. Los malos lectores son los que siempre leen a la misma velocidad -por cierto no muy alta-, mientras que los buenos cambian de ritmo según conviene.
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¿Por qué se lee lento? Fuera de los casos en que el tipo de lectura o la intención así lo exigen, es conveniente tener un buen nivel de velocidad lectora, ya que el lector habitualmente lento fragmenta el pensamiento del autor en pequeños átomos, dificultando, si no impidiendo, la intelección del mensaje.
En el origen de este modo de actuar está: - La falta de ejercicio. Es decir, el que lee o ha leído poco, tiende a ser peor lector que el que se ejercita asiduamente en la lectura.
- El reducido vocabulario. Las palabras son signos que se reconocen cada vez con mayor rapidez, de acuerdo con la familiaridad que tengas con ellas. Cuanto más familiarizado estés con el mayor número posible de palabras, tanto más rápidamente podrás realizar la lectura. - Movimientos corporales innecesarios. El mal lector sigue la lectura con el dedo o con la cabeza -a veces también con una regla o un lápiz- con lo que la velocidad de su lectura no puede sobrepasar la de estos movimientos. Movimientos innecesarios se consideran también la tensión de ciertos grupos musculares, consecuencia de una mala postura adquirida, y que además aumentan el nivel de la fatiga. - Pronunciación en voz alta o vocalización. Algunos pronuncian en voz más o menos baja lo que van leyendo, con lo que la velocidad de su lectura se reduce considerablemente ya que, aun hablando muy deprisa, es muy difícil superar las 250 palabras por minuto. A veces esta pronunciación o vocalización de lo leído puede ser tan imperceptible que sólo se puede detectar notando la vibración de las cuerdas bucales al poner las yemas de los dedos en la parte exterior de la laringe. - Subvocalización. Consiste en repetir mentalmente lo que se va leyendo, de lo que se sigue una desaceleración, que no compensa de cara a la comprensión, salvo en los casos en que se quiera captar no sólo las ideas sino también el modo de expresarlas. - Regresiones. Se trata de los retrocesos en la lectura o vuelta hacia atrás. En algunos casos, el volver a leer lo ya leído es necesario, como cuando el interés o la dificultad del pasaje así lo requieren. Pero algunos vuelven a lo leído frecuentemente y no por fijar mejor 'un párrafo de interés o difícil, sino porque están distraídos de la lectura y absortos en otros objetivos ajenos o secundarios a la lectura. Las regresiones también pueden deberse a la excesiva meticulosidad y a querer captar todos los detalles de lo leído, sean o no sean importantes. - Excesivas fijaciones. Cuando leemos vamos pasando nuestra mirada sobre la línea en rápidos pero sucesivos movimientos, entre los que intercalamos breves fijaciones. Sólo durante las fijaciones se capta lo leído y no así durante los movimientos. De aquí que los movimientos sean tiempo muerto por lo que a la lectura se refiere, a pesar de su mucha duración total cuando se realizan muchas fijaciones, como ocurre en el caso de los malos lectores.
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Aumentar la velocidad Algunos opinan que para leer rápido basta con proponérselo en la lectura de todos los días. Pero este consejo es tan simplificador como alguno de los slogans de cursos o libros de lectura rápida, que intentan hacer creer que en pocos días van a conseguir un notable aumento de la velocidad lectora en todos los géneros de lectura.
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La velocidad ideal a conseguir sería la del pensamiento. Aunque esto es imposible, debemos tender a leer ideas y no palabras. Es decir, que las palabras del libro pasen de los ojos al cerebro, sin pasar por los labios: que sin pronunciarlas con los labios ni mentalmente se conviertan en ideas. En algunos casos, ciertamente, el deseo de aumentar la velocidad de la lectura se ve obstaculizado por la misma lectura, cuya poca claridad rebaja el techo de la velocidad posible. Ello invita a pensar si no sería conveniente que, junto a los libros y cursos de lectura rápida, hubiese otros de escritura correcta y clara. Sin entrar en muchos detalles, te presento aquí algunas recomendaciones que te pueden ayudar en tu intento de aumentar tu velocidad lectora, logrando simultáneamente aumentar también el nivel de comprensión. Te puede ayudar, pues, en este sentido: + El estar enterado del tema. Esto ayuda notablemente a la rapidez en la lectura, por lo que, cuanto más leamos y más temas conozcamos bien, mayor velocidad adquiriremos. Asimismo, cuanto mayor vocabulario poseamos, mayor velocidad alcanzaremos en la lectura. Con un vocabulario pobre, de muy poco o de nada sirven la mayor parte de las recomendaciones que se dan para leer con rapidez. + Evitar ser hiperanalítico, es decir, excesivamente minucioso, salvo cuando expresamente el tipo de la lectura lo requiera. Esto tampoco quiere decir que se deba ser superficial, pues el lector superficial no es un lector rápido sino un mal lector. + Observar la disposición de las ideas en el texto. Los títulos de los capítulos, los epígrafes de los apartados, párrafos y otras divisiones facilitan extraordinariamente, no sólo la comprensión, sino también la velocidad de la lectura. Estas divisiones las suele pensar el autor bastante y le cuesta trabajo redactar esos títulos, por lo que el lector no debe ignorarlos. Dado que lo importante es captar la idea principal, ya dijimos más arriba (pág. 110) cómo se solía situar ésta en el párrafo. + Captar imágenes o figuras de palabras. Es decir, que debemos habituarnos a captar lo más rápidamente posible los perfiles de las palabras. Estos se captan mejor si dirigimos nuestra mirada a la parte superior de la palabra que, como puede verse en la figura, es la que le da identidad. Para ello, podemos acostumbrarnos a dirigir nuestra mirada al espacio que hay encima de la línea que leemos. La práctica continuada de ese sencillo consejo producirá ahorro de tiempo y de esfuerzo en nuestra lectura. + Reducir el número de fijaciones. Esto se consigue, además de proponiéndoselo, con los ejercicios a propósito que suelen tener los libros de técnicas de lectura rápida. En ausencia de ellos, puede recurrirse a intentar ensanchar el campo visual, procurando no fijar la mirada en las primeras letras de la línea, sino abarcar lo más posible. Es un hábito que puede ejercitarse todos los días al leer las columnas del periódico. V. cuadro pág. 115.
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+ Evitar regresiones. Con una disposición activa hacia la lectura, es decir, leyendo activamente, evitaremos gran parte de las regresiones, pues esta actitud favorecerá la concentración. Cuando estas regresiones se deban a una lectura excesivamente minuciosa e hiperanalítica, habrá que decidirse a reservar este modo de leer para los casos contados en que sea estrictamente necesario. Hay también aparatos que presentan al lector el texto a un ritmo adecuado y programable, a la vez que ocultan lo que ya ha debido leer. Esto se suele hacer, sea proyectándolo línea por línea, sea descubriéndolo y ocultándolo a una velocidad programada. Pero también podemos utilizar un sistema casero, ocultando el texto con una velocidad dada sirviéndonos de una tarjeta. + Atención a los signos de puntuación y a las palabras clave. Los signos de puntuación son unas excelentes pistas para seguir con rapidez el curso del pensamiento en la frase. Es necesario que los tengamos en cuenta tanto a la hora de leer como a la hora de escribir. Como desarrolla A. Blay, hay palabras señales cuya presencia nos indica la marcha del pensamiento y de las ideas en el párrafo. Distingue este autor entre: - Palabras-avance, que indican que la frase que viene después de un progreso en el desarrollo de la idea principal. Las palabras-avance más importantes son: Y, también, asimismo, además, así, en consecuencia,
dado que, puesto que, finalmente, en conclusión. - Palabras-pausa. Su presencia advierte al lector que en la frase que sigue no hay avance, aunque tampoco retroceso, en el desarrollo de la idea del párrafo. Entre estas palabras-pausa podemos citar: porque, si, supuesto que, con tal que, como, tal como, especialmente. - Palabras-retroceso. Lo que sigue a estas palabras suele suponer un retroceso en el desarrollo de la idea principal, con objeto de luego resaltar más por contraste esa idea principal. Si la frase anterior era una oposición a la ideal principal, la palabra retroceso indica que se vuelve de nuevo a avanzar en la idea principal: Pero, sin
embargo, no obstante, con todo, a pesar de todo, al contrario de, al revés de, a pesar de que, aunque, prescindiendo de, antes que, más bien que, en vez de, en cambio, mientras que por el contrario. + Ejercitar diariamente la lectura rápida. Es conveniente dedicar todos los días un rato -puede ser suficiente un cuarto de hora- al ejercicio de la lectura rápida, con ayuda de un método o, simplemente, teniendo en cuenta estos consejos. Convendrá que hagamos controles periódicos de la velocidad para constatar así nuestros progresos. Al principio se puede, si es necesario, sacrificar la comprensión a la velocidad, preocupándonos más de ésta que de aquélla. En estos ejercicios diarios podemos ensayar también el leer repetidas veces un mismo texto, aumentando sucesivamente la velocidad.
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+ Medir la velocidad y la compresión. Es importante saber medir la velocidad de la lectura, aunque sea de una forma rudimentaria. Esto puede hacerse con ayuda de un cronómetro, leyendo un texto de dificultad media y, tras leer una página o dos, medir el tiempo empleado y expresar la velocidad en palabras por minuto. Paralelamente, sin ayuda del texto, pueden escribirse en un papel todas las ideas o datos que se recuerden después de la lectura, verificando posteriormente las omisiones e incorrecciones. Con esto último apreciarás el índice de comprensión de tu lectura, verificación que se puede hacer más objetivamente con las pruebas objetivas de lectura, que algunos libros de técnicas de lectura veloz proponen después del texto a leer. La velocidad fecha del control
de mi lectura Velocidad (palabras/minuto)
Comprensión (de 1 a 5)
Del libro de texto al periódico Aunque nos hemos referido hasta aquí a la lectura en general, cabe hacer algunas observaciones para cada una de las clases de lectura con que nos tenemos que enfrentar. Cada una de estas variedades precisa un tipo de atención y una velocidad propia.
• Los libros de creación literaria (novelas, poesía, teatro) requieren un tipo de lectura según la importancia del libro. Hay obras de literatura que exigen, al menos en muchos pasajes, una lectura atenta y detenida para captar los detalles de expresión y la lectura de la obra. Otros, en cambio, pueden leerse con una lectura más rápida. • Los libros de pensamiento y de investigación o alta divulgación científica exigen un lectura atenta y pormenorizada que debe hacerse siempre después de una lectura rápida. Es importante captar no sólo las ideas y conclusiones, sino la relación que existe entre ellas, pues de nada sirven los datos inconexos o las ideas sin relación. La atención debe extremarse en los pasajes clave.
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• Lectura de revistas. Las revistas pueden ser científicas (donde se publican los resultados y procedimientos de las investigaciones realizada con rigurosa metodología), vulgarización (con cuyos artículos se intenta acercar al público menos especializado o al público general los avances de la ciencia) y las revistas que podemos llamar populares (que van desde las de información general a las «del corazón»). Nuestra meta debe ser llegar a las de investigación en las cuestiones por las que tenemos un interés especial, para lo que debemos empezar por conocerlas. Esto no siempre es posible. Hay publicaciones que ofrecen extractos de los artículos publicados en otras revistas y que, por lo tanto, son de suma utilidad. En cualquier caso es conveniente, para mantener al día nuestros conocimientos, seguir las revistas de alta divulgación, siempre que estén respaldadas por un cuadro de redacción de garantía y que, previa o paralelamente, hayamos adquirido y sigamos estableciendo una visión general y bien fundada de la materia. • Libros de texto, introducciones generales y manuales. En cada ciencia -también para cada una de sus ramas- y a diversos niveles de profundidad, existen exposiciones sistemáticas y generales de esa ciencia o de una rama concreta. Estos libros son los que se suelen utilizar como libros de texto y tienen la función de introducir al principiante y proporcionarle una visión panorámica de la materia. En ocasiones son áridos y excesivamente esquemáticos, por lo que su lectura puede resultar difícil y no excesivamente agradable. Por supuesto que hay que elegir las introducciones o libros mejores, pero siempre tenemos que contar con la aridez que supone el introducirse en una materia desconocida o menos conocida. Este esfuerzo compensa, sin embargo, por los firmes fundamentos que ponemos a lo que hemos de aprender después. Por eso, no es conveniente saltar rápidamente a las monografías o artículos de investigación o divulgación sin tener una visión de conjunto de la materia. ...yo aconsejo, no ya a los estudiantes, sino a los profesores y a los sabios -si a éstos los pudiera aconsejar- que tengan en su mesilla de noche el epítome elemental en que aprendieron las primeras nociones de la Ciencia, para refrescar cada noche la sabiduría reciente y complicada de hoy con la vena clara y tranquila de la ciencia de ayer y de siempre. Lo que aprendemos el primer día que aprendemos cada cosa_ es siempre lo más importante. Y eso es lo que hay que saber bien, aunque luego no nos den matrícula de honor. (G. MARAÑÓN, Tiempo viejo y tiempo nuevo, Madrid, Espasa-Calpe, 1947).
¿Cómo leer un libro de texto? A lo dicho en la página 75 sobre las fases del estudio, debemos añadir la recomendación de leerlo, al menos una vez, y previamente a la lectura fragmentada, todo seguida. También es aconsejable preleer cada día lo que se va a explicar el día siguiente. Algunos aconsejan, por lo menos en asignaturas como matemáticas, física y química, manejar libros de texto de dos autores distintos que respondan al mismo programa. Concluyendo, podemos aconsejar este orden en las sucesivas lecturas del libro de texto al estudiar:
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1.0 Una lectura rápida. 2.' Una lectura pausada, fragmento por fragmento. 3.° Varias lecturas rápidas.
• Libros de consulta. El libro de texto necesita en muchos puntos de la explicación del profesor, pero también del recurso a otros libros, en los que se esclarecen los puntos en que encontramos dificultad y se amplían los que nos resultan más interesantes y están demasiado condensados. Hay que adquirir un hábito de acudir a las obras de consulta, principalmente a los diccionarios, enciclopedias y monografías o a los tratados generales e introducciones. Este hábito incluye el hacer la consulta con rapidez, para que no te desvíes del objetivo.
- Diccionarios de la lengua. La consulta de los diccionarios de la lengua -no es la primera vez que te lo digo- es muy necesaria. Puede parecer que conocemos una palabra porque, «más o menos», sabemos de qué va, pero no resistimos preguntas sobre sus sinónimos, antónimos, diferentes significados y matices, pues tenemos de ella, en realidad, una idea muy vaga. Siempre que, leas debes tener al alcance de la mano un diccionario de la lengua, y utilizarlo siempre que sea preciso. También es muy conveniente que manejes frecuentemente el diccionario de sinónimos, antónimos y el etimológico.
- Diccionarios especializados. De cada una de las materias (matemáticas, literatura, biología, etc.) existen diccionarios especializados. Si el profesor no te los ha presentado, haz por averiguar los que son más recomendables, saber si están accesibles y frecuentar su manejo.
- Otros libros de consulta. En este apartado podemos citar las monografías o libros escritos sobre un tema concreto. De ellos hay que seleccionar los que tienen más garantía científica y concuerdan con los temas que estudias y son accesibles a tu preparación. • Revistas populares y periódicos. Los periódicos facilitan notablemente la lectura mediante los titulares y extractos. Debemos leerlos con cierta rapidez, adquiriendo por medio de ellos una información básica de la marcha del mundo, de la nación y de la ciudad. Además de las páginas deportivas, los buenos periódicos traen páginas de información cultural, en las que se suelen incluir reseñas de los libros nuevos y de las novedades del mundo de la cultura. Conviene contrabalancear la ideología o sesgo propio de cada periódico siguiendo otros de ideologías distintas, o procurando seguir el que sea juzgado como más independiente y abierto a las diversas tendencias. Lo que decimos de los diarios es aplicable en su tanto a las revistas de información general, en las que aparece la información de la semana con la perspectiva y el reposo que se logra con el transcurso de unos días.
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CAPITULO 6
SUBRAYAR... Una ayuda para la lectura y el estudio La lectura comprensiva -y el estudio lo es de un modo especial-, intenta penetrar hasta el fondo de lo que se lee. Cualquiera de las obras que leemos, o el mismo texto que estudiamos, contiene bastantes ideas y hechos que están organizados y estructurados internamente. Pero no todas las ideas ni todos los datos son de igual rango. El autor expone sus ideas ilustrándolas y completándolas con hechos y comentarios, para que las asimilemos con más facilidad y reducir también la aridez de la lectura. El buen lector y el buen estudiante deben saber comprender la organización de las ideas del autor y saber distinguir lo que son ideas o datos principales de lo que sólo sirve para completar e ilustrar. Pero las técnicas auxiliares del estudio y de la lectura, que vamos a describir, tienen todavía otro objetivo: dejar constancia de lo que hemos leído, para facilitar su recuerdo cuando sea necesario. Subrayar, hacer esquemas, resumir y tomar notas son otros tantos modos de hacer el estudio más eficaz, pues facilitan la comprensión y la retención de lo leído. Aunque seguramente las vendrás utilizando desde hace años, conviene que veas si todavía las puedes realizar mejor. Por otro lado, no son técnicas que se excluyan entre sí, pues incluso es recomendable que las utilices todas o, por lo menos, varias de ellas.
EL SUBRAYAR El subrayado es la primera de estas técnicas de ayuda a la lectura y al estudio. En su sentido etimológico y restringido, subrayar sería hacer rayas o líneas debajo de las palabras escritas. Pero aquí vamos a utilizar este concepto en un sentido más amplio, ya que entenderemos por subrayado toda marca hecha en el libro durante el estudio, para captar mejor y posteriormente releer más rápidamente el contenido de lo que leemos o estudiamos. El subrayado es el primer paso hacia el esquema y el resumen, pudiéndose utilizar también para señalar los puntos de los que es conveniente tomar notas.
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Dónde no subrayar y dónde sí Aunque es muy recomendable el subrayado, hay ocasiones en que no lo debemos utilizar. Este es el caso cuando el libro no es nuestro, pues entonces debemos abstenernos en absoluto de subrayar y mucho menos con marcas indelebles. Los libros de las bibliotecas o libros prestados tenemos que procurar devolverlos en el estado más parecido al que los recibimos. Este consejo, por otra parte, más que a las técnicas de estudio, pertenece a las normas más elementales de civismo. En estos casos debes limitarte a tomar notas de lo que juzgues más conveniente o a hacer fotocopias de los pasajes que te interesen de un modo especial. Tampoco te aconsejo que subrayes en ediciones de lujo o ediciones muy buenas, aunque los libros sean de tu propiedad. Salvo en estos casos, el subrayado es muy recomendable. El libro no tiene por qué quedar sin marcas al final de curso. Pero como el subrayado es algo personal, conviene que lo hagas en tu libro, por lo que te recomiendo que tengas tu propio libro de texto y, como norma general, no aproveches el de otro, si es que está ya subrayado. De un modo más general nos referimos al subrayado de los libros, pero lo que digamos al respecto vale igualmente para los apuntes que tomes en clase o en tus lecturas. Aunque, claro está, en los apuntes estará más condensado el pensamiento del profesor y no será preciso que subrayes tanto.
¿Por qué subrayar? No es razón para subrayar el que simplemente lo mande el profesor. Es muy conveniente que estés convencido de las ventajas de esta técnica. En general, te podría decir que la razón de subrayar es que, de este modo, el estudio se hace más eficaz. Más concretamente, el subrayado ofrece las siguientes ventajas: • • • • •
Ayuda a que el estudio sea activo. Ya recordarás que el estudio exige actividad y sólo es eficaz si es activo. Nos ayuda a organizar y comprender lo que estamos leyendo. Hace que fijemos la atención y que evitemos distracciones. Favorece la lectura crítica, pues criba lo importante. Facilita extraordinariamente el repaso, ya que lo hace más eficaz en menos tiempo.
Pero el subrayado es un medio y no es un fin. Es decir, que no basta con subrayar mecánicamente y quedarnos luego tan tranquilos. El subrayado es ciertamente un eficaz auxiliar para comprender lo leído, pero no suple el esfuerzo de la asimilación. 252
Cuándo subrayar Hay algunos que van subrayando a medida que van efectuando do la primera lectura. Esto es incorrecto, pues en la primera lectura todavía no tenemos una idea exacta del texto y nos puede parecer que hemos de subrayar lo que luego vemos que no tiene tanta importancia. Los pasos recomendables para el subrayado podrían ser:
1º. Tomar contacto con lo que vas a estudiar. Es decir, caer en la cuenta de qué se trata, cuales son las ideas principales, etc. Es esa lectura por encima, de la que hemos hablado en los capítulos anteriores. En esta etapa no es conveniente subrayar todavía nada.
2º. Otra segunda lectura reposada, en la que te vayas fijando en la estructura concreta de la obra. Aquí puedes hacer ya algunas señales en el margen izquierdo -con lápiz para que luego las puedas borrar- destacando lo más importante. 3º. En una tercera lectura iras leyendo párrafo por párrafo. Aquí es cuando debes subrayar, pero tampoco a medida que lees. Tras dos o tres frases, vuelve atrás para subrayar. Es decir que la lectura deberá ir siempre por delante de la operación de subrayar. Siguiendo estos pasos, evitaras la arbitrariedad al subrayar, como ocurre cuando. lo haces sin tener previamente una idea del tema.
Qué subrayar Resumiendo, diríamos que hay que subrayar todo lo fundamental y sólo lo fundamental. • Todo lo fundamental (es decir las ideas principales, los detalles importantes, los términos técnicos). Subrayar especialmente las ideas principales. Podríamos decir que hay que subrayar ideas y no palabras. ¿Qué quiere decir esto? Sencillamente, que las palabras son un medio del que se sirve el autor para expresar las ideas, y tu debes al subrayar tener el objetivo puesto en las ideas, aunque materialmente subrayes las palabras. Hay detalles importantes (datos, fechas) que también los debes subrayar. Asimismo, los términos técnicos (palabras que pertenecen al vocabulario específico de la materia que estudias), las clasificaciones, etc.
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Debes subrayar todo lo que el autor considera principal, ya que intentas meterte en su pensamiento. Por eso, después de subrayar, comprueba a ver si, en verdad, se recoge en lo subrayado todo lo principal.
• Sólo lo fundamental. Hay que subrayar, pero poco, muy poco. Subraya siempre, pero economizando y subrayando lo menos posible. ¿Por qué esto? Porque con el subrayado tratas de destacar lo principal. Si subrayas mucho o indiscriminadamente, tu subrayado puede llegar a ser un obstáculo mas que una ayuda. No es preciso que subrayes toda la frase. Hay palabras clave que, cuando las subrayas, subrayas, en realidad, toda una idea. Lo subrayado debe quedar de tal manera que, al leerlo, leas el texto aunque «telegráficamente». Como dice E. Mira y López, el buen subrayado te permite «andar con zancos mentales sobre el texto». En algunas demostraciones de física, química o matemáticas todo es fundamental. Entonces puedes utilizar el subrayado de realce que explicaremos en el apartado siguiente. Una ayuda eficaz para subrayar correctamente es «hacerse preguntas» durante la lectura. Las respuestas que el texto mismo da es lo que hay que subrayar. También has de tener en cuenta que la forma de saber cual es la idea principal depende del modo como esté redactado el texto y del tipo de lectura de que se trate. Finalmente, puedes aprender a mejorar la calidad de tu modo de subrayar -y de tu lectura- si te fijas en los subrayados (cursiva o negrita) que algunos textos impresos tienen.
El modo de subrayar Aunque el subrayar es una tarea personal, conviene que conozcas las diversas posibilidades o modo concretos de realizarlo. Dentro del sentido amplio con que dijimos íbamos a tomar la palabra subrayado, podemos distinguir tres maneras de subrayar: lineal, estructural y de realce.
1. Lineal. Como el mismo nombre indica, es el subrayado que se hace con líneas. Pero todavía puede hacerse de varios modos: a) Debajo de las palabras que quieres destacar puedes poner dos rayas, una raya o una línea de puntos, según la importancia que tenga la idea o dato que quieres subrayar. Puedes, incluso, valerte de la línea ondulada, de puntos o rayas, de encerrar en cuadrado la palabra o palabras a destacar, o de meterlas dentro de un óvalo.
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b) También es posible hacerlo con lápices de colores. En este sentido, se suele utilizar el rojo para las ideas principales, el verde para las secundarias y el azul para los detalles importantes. Como una variedad de este subrayado de colores, se utilizan bastante en la actualidad los rotuladores fluorescentes, con los que puedes pintar de color las palabras que deseas, sin que disminuya su identificación sino, todo lo contrario, destacándola todavía más.
2. Estructural. Estas señales están referidas a la estructura del texto, es decir a la organización de las ideas y de los detalles, por lo que facilita mucho la confección posterior del esquema. Este tino de subrayado o anotación es aconsejable realizarla en el margen izquierdo. El modo concreto de señalar puede ser anotando, con muy pocas palabras, la idea contenida en cada párrafo, conectando, a base de numerarlas, unas con otras. Cuando hagas enumeraciones, sobre todo si el autor no lo hace explícitamente, puedes anotar al margen el número de orden, aunque en algunos casos te resultará mejor hacer esto junto a cada palabra.
3. De realce. Con algunas letras, palabras o signos colocadas en el margen derecho del texto, puedes realzar lo que te resulta dudoso, aquello con lo que no estás conforme, lo que no dominas muy bien, o debes consultar, repasar, etc. Así, por ejemplo, «?», como equivalente de «no lo entiendo», o I, para indicar que es importante. Es decir, que así como los otros dos tipos de subrayado se fijan en la estructura o contenidos del texto desde la perspectiva del autor, en esta modalidad se refiere a la lectura desde tu punto de vista.
Algunos consejos finales Respecto al modo concreto de subrayar te conviene tener en cuenta varias recomendaciones: 1. Elabórate un código personal de signos. De las sugerencias que te ofrecemos más arriba, haz las adaptaciones que creas conveniente, siempre que quede claro para ti la jerarquía que atribuyes a lo que subrayas. 2. No utilices bolígrafo o tinta para subrayar, pues así se estropea más el libro. Es más aconsejable que utilices lápiz corriente, lápices de colores o rotuladores fluorescentes. En este mismo sentido, haz las rayas con cuidado, para lo que puede serte útil la ayuda de una regla no muy larga. 3. Procura que destaque lo que subrayas, pero no abuses del subrayado. Si tienes que, excepcionalmente, subrayar linealmente todo un párrafo o varias líneas, haz una raya vertical al margen, que comprenda todo lo que quieres subrayar, para que de este modo quede más limpio. 255
Documento
5.E.-
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Ficha
Metodología del estudio-Guía para estudiantes y maestros, por IZQUIERDO Moreno, 4ª. reimpresión, México, editorial Trillas, págs. 23 a 28; 101 a 118.
Técnicas analíticas EL SUBRAYADO ¿En qué consiste el subrayado? El subrayado pretende resaltar y presentar en síntesis el contenido esencial de un texto: las ideas principales y secundarias. El objeto de trazar una raya debajo de las ideas fundamentales, es destacar o realzar lo importante de una lección; resaltar los datos e ideas principales que vamos a necesitar durante el estudio del texto, lección o capítulo. 1. Subrayar es una técnica para el desarrollo de la comprensión lectora; es destacar lo importante de un texto o de una lección, 2. Un subrayado es una labor de síntesis invaluable si lo realiza la misma persona que va a estudiar la lección. Desarrolla la capacidad de análisis, de atención y de síntesis.
Para qué sirve el subrayado I. Facilita la concentración en -el trabajo, dado que es una forma de leer más detenida, profunda y selectiva. 2. Ayuda a concentrarse en lo importante. 3. Motiva el proceso lector y fija nuestra atención. 4. Economiza tiempo en los repasos. 5. Aumenta el rendimiento en la lectura. 6. Es una fase necesaria en la elaboración de esquemas. 7. Evita las distracciones y la pérdida de tiempo. 8. Favorece el estudio activo y estimula el interés por captar las ideas fundamentales. 9. Incrementa el sentido crítico durante la, lectura mediante la práctica continua de destacar lo principal sobre lo accesorio.
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10. Hace posible el repaso rápida, la colección de esquemas y resúmenes, y la síntesis de los contenidos. 11. Constituye una ayuda inapreciable.
Cualidades y normas del subrayado que deben tenerse en cuenta ¿Qué significa subrayar? Subrayar significa que se ha comprendido bien el texto. Por eso, en ocasiones será necesario que recurras al diccionario o a otros libros para entender las ideas o las palabras que crean duda o confusión. Otras veces habrá ideas que no comprendas y debas preguntar o consultar más detenidamente. Un libro bien subrayado te ayudará a: 1. Entenderlo mejor. 2. Retenerlo mejor. 3. Aprenderlo.
¿Para qué subrayar? Subrayamos para destacar lo principal de un texto con objeto de facilitar el estudio y el repaso; es a la vez un medio importante para hacer resúmenes y esquemas.
¿Cuánto hemos de subrayar? La cantidad de texto que hemos de subrayar está en función de la importancia del tema, de los fines que perseguimos al subrayar, y del conocimiento que tengamos del material. 1. Se subrayan las ideas y detalles importantes, los nombres técnicos, datos, fechas, etc., que sean relevantes. Hazlo de modo que cuando vuelvas a leer lo subrayado tenga sentido completo, de manera que no debas recurrir de nuevo al texto. 2. No conviene subrayar oraciones completas: basta con destacar las palabras clave de las mismas. 3. No utilices marcador, bolígrafo o pluma fuente porque éstos dejan al libro inservible. Lo más conveniente es subrayar con lápiz bicolor (rojo y azul, por ejemplo). Es preferible que sea de mina dura, con el fin de que los trazos sean finos y se puedan borrar cuando lo desees. Procura, pues, destacar la que consideres la idea "madre" o esencial del párrafo, y subraya únicamente las palabras que mejor reflejen dicha idea. No hay, por tanto, palabras esenciales sino ideas esenciales expresadas en unas cuantas palabras. Descubre éstas y subráyalas. Debes subrayar también las palabras técnicas o las que son propias a la naturaleza del tema de estudio, así como cualquier otro dato relevante que te sirva para la comprensión global del mismo.
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Algunos textos que ya incluyen el subrayado de algunas frases o palabras, o bien, las destacan en cursiva o negrita, te pueden servir de modelo. Lo principal es que aprendas a destacar lo verdaderamente relevante y esencial. Para averiguar si el subrayado se ha hecho correctamente, casi todos los autores recomiendan hacerse preguntas sobre la lectura, si las respuestas corresponden básicamente a lo que has subrayado, entonces es casi seguro que has procedido con acierto. De todo lo expuesto hasta aquí podría deducirse, en parte, la técnica del subrayado; pero con objeto de que ésta te resulte clara, vamos a concretarla lo más posible. 1. Subraya sólo lo fundamental lo realmente importante. En cada párrafo encontrarás una idea fundamental: subráyala con rojo y utiliza el azul para la idea complementaria. 2. El texto subrayado ha de tener sentido por sí y en sí. No se trata de subrayar lo primero que nos ocurra, así como en un telegrama se dice lo más importante sin utilizar una sola palabra de más, pero consignando lo necesario, de igual manera tiene que haber una línea de continuidad entre las palabras que están subrayadas. 3. Economiza todo lo que puedas. Si algo se puede destacar con una línea no utilices dos. Todo el párrafo fundamental se subraya trazando una línea vertical en el margen derecho de la página. No se subrayan las demostraciones. 4. Completa el subrayado del texto con notas en los márgenes. En el margen izquierdo anota los elementos estructurales y en el margen derecho los elementos reales. Una sola pregunta puede abarcar diversos temas, por eso es bueno titular y clasificar los distintos temas mediante notas marginales estructurales. 5. Si un párrafo o una definición requieren ser destacados en su totalidad, no los subrayes so pena de convertir tus apuntes en un enredo. Cuando esto ocurra, bastará con trazar una línea vertical en el margen derecho del texto que queremos destacar. Su significado es sencillo: quiere decir que todo lo que abarca es importante. Con base en esto último se puede establecer que para subrayar más de cinco líneas seguidas se deberá recurrir a la línea vertical en el margen derecho. 6. Se recomienda que no subrayes cuando hagas tu primera lectura, pues en ésta todo te parecerá importante. Espera a tener ideas claras sobre el tema. Una vez que lo domines, sabrás distinguir qué es lo estrictamente importante. Entonces podrás hacer una lectura más detenida, con lápiz y regla en mano, dispuesto a subrayar. Debes subrayar párrafo por párrafo.
Elementos del subrayado 1. Subrayado horizontal. 2. Subrayado vertical, al margen. 3. Anotaciones marginales como complemento de lo anterior. ¿Cuáles serían las dos preguntas clave que podríamos hacernos para apreciar el acierto de un subrayado? Nosotros pensamos que serían las siguientes:
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1. ¿Se puede reducir la cantidad de oraciones o de palabras subrayadas sin que haya una pérdida de significado? 2. ¿Basta con leer solamente lo subrayado y lo anotado para dar respuesta satisfactoria a las cuestiones básicas del texto?
Es fundamental que recuerdes lo siguiente: 1. Un texto subrayado es un texto al que se puso atención y que seguramente se entendió. 2. Subrayar linealmente es poner una línea debajo de ciertas palabras u oraciones con objeto de destacar lo esencial y que en conjunto tenga sentido. 3. Subrayar estructuralmente es subtitular las partes de una lección para entenderla mejor. 4. En cada pregunta se ha de destacar lo necesario para responder a ella con ideas y datos pertinentes. 5. A subrayar se aprende subrayando y procurando darle pleno sentido al mismo.
Defectos típicos del subrayado 1. Subrayar sin ningún criterio. 2. Subrayar más de lo que es necesario (falta de sobriedad), 3. Estropear el libro (por subrayar con marcador o bolígrafo y sin regla).
Fases del subrayado prerrequisitos de esta técnica 1. Dominio de la lectura mecánica. 2. haber alcanzado un nivel mínimo de comprensión lectora. 3. Saber distinguir las ideas principales de las ideas secundarias; saber distinguir entre ideas y datos. 4. Saber reconocer o localizar las ideas principales de cada párrafo. 5. Saber qué es un párrafo y qué es una oración.
Las fases del aprendizaje y de la realización de esta técnica son las siguientes: 1. Lectura rápida de todo el tema de estudio (en forma ininterrumpida, que permita obtener una visión global). 2. Lectura atenta y reflexiva de cada párrafo. 3. Trabajar cada párrafo del siguiente modo: a) Identificar las ideas principales, las complementarias y los datos significativos. b) Subrayar con lápiz de distinto color cada uno de los elementos anteriores.
Actuación del profesor En esta sección proponemos al profesor los siguientes objetivos: 1. Que los alumnos descubran el sentido y la utilidad del subrayado. 2. Conseguir que no se precipiten y que no improvisen en la tarea de subrayar (que lo hagan sólo después de haber efectuado una lectura reflexiva y orientándose con algún criterio).
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3. Desarrollar las diferentes destrezas del subrayado con textos de dificultad progresiva y en situaciones de trabajo dirigidas por el profesor.
Procedimiento didáctico 1. Presentación del texto y comentario sobre el mismo por parte del profesor. 2. Lectura individual del texto completo por los alumnos. 3. Cada alumno intentará descubrir las ideas principales de un párrafo previamente elegido (después de recibir alguna orientación del profesor). 4. El profesor organizará un comentario con todos los alumnos acerca de cuáles son las ideas principales del párrafo y por qué. 5. Crítica y corrección de algunos defectos típicos observados en los alumnos. 6. El profesor indicará cómo subrayar las ideas ya localizadas. 7. Cada alumno subrayará de modo personal. 8. El profesor comentará con los alumnos algunos de los ejercicios de subrayado. 9. El profesor presentará el párrafo debidamente subrayado en el pizarrón.
Sugerencias para el alumno 1 . Subrayar una lección facilita el estudio, mejora la atención y hace más breve y eficaz el repaso. 2. El objeto de trazar una raya debajo de las palabras que expresan ideas fundamentales, es destacar o realzar lo importante de una lección. 3. Se subraya solamente lo esencial de un texto o lección. 4. Todo lo subrayado tendrá sentido por sí solo, sin necesidad de recurrir a palabras o expresiones no subrayadas. 5. Subraya siempre con lápiz. Lo ideal es utilizar un lápiz bicolor el rojo sirve para destacar las ideas principales, y el azul para las ideas, datos y cuestiones que complementan lo fundamental. 6. Primero lee toda la lección; sólo después, en la segunda lectura, comienza a subrayar. 7. Subraya párrafo por párrafo. 8. En cada párrafo encontrarás una idea fundamental, subráyala con rojo y utiliza el azul para subrayar la idea complementaria. 9. Nunca estudies una lección sin haberla subrayado previamente.
Cómo realizar el ejercicio del subrayado A la hora de hacer el subrayado nos orientaremos por las siguientes indicaciones: 1. Leeremos el texto (lectura de reconocimiento) con el fin de centrar la atención y tratar de detectar los posibles errores de edición. Al mismo tiempo, iremos aclarando la escritura de algunas palabras dudosas. 2. Leeremos en silencio el texto, esta vez encerrando en un círculo las palabras cuyo significado desconozcamos. Luego de buscar éstas en el diccionario, se discutirán sus acepciones entre el alumnado y todos decidirán cuál es la más correcta en cada caso.
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Se justificará la elección de las palabras más acertadas y la exclusión de las menos atinadas, aduciendo las razones de nuestra elección. 3. A continuación se hará una lectura comprensiva del texto, subrayando las ideas principales con un lápiz de color determinado o de cierto grosor. 4. Por último, se realiza una nueva lectura del texto, subrayando con un color diferente o con línea más fina las palabras o expresiones necesarias para mantener la continuidad del texto, de forma que al leerlo su significado sea cabal. 5. Todos los alumnos comentarán y evaluarán el resumen resultante del subrayado. ...................................................................................................................................................................................................... .......................................................................................................................................................................................................
5 ¿Sabes leer un libro? LA IMPORTANCIA DEL LIBRO El libro es indudablemente el vehículo por excelencia de la cultura universal. Se comienza con el abecedario en la escuela y se continúa con el álbum de estampas y con los textos de educación media, para después abordar a los gran es maestros de la literatura universal: el libro es instrumento de trabajo, de cultura y de pensamiento, así como medio de distracción y de evasión. El libro es la fuente principal de los conocimientos de una persona culta. No podemos hacer una distinción entre los libros y la vida o experiencia, diciendo que es mejor instruirse en esta última que en los primeros, pues los libros son el mejor reflejo de la vida real. Por eso el libro debe ser nuestro mejor amigo, el que nos instruye y nos enseña a pensar, el que madura nuestra capacidad crítica, enriquece nuestra imaginación creadora y nos aconseja en nuestros problemas. Fieles al refrán "somos lo que leemos% podemos afirmar que averiguando cuáles son los libros que cada persona ha leído se puede obtener una visión clara y precisa de las nociones que ella tiene de literatura, ciencias y arte, y deducir de todo ello la escala normativa de valores que orienta su vida, así como los valores fundamentales ----como son los principios naturales y el bien común- que posee; en una palabra, la sociedad en que vive y el mundo que la rodea. La literatura desempeña un papel decisivo en la formación de la juventud: "Dime lo que lees y te diré quien eres". Los delitos muchas veces se atribuyen, más a las falsas ideas que a las armas. De aquí que el libre acceso a determinadas lecturas exija un estudio previo por parte de¡ lector, con objeto de alcanzar su formación como humano de manera positiva y para lograr su elevación moral.
El libro como encuentro
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Todo libro es la historia de un encuentro, y ese encuentro tiene un nombre determinado y concreto: la lectura. Toda lectura se realiza en un marco espacio-temporal en el que el lector se encuentra con un texto y establece con él un diálogo. El texto es un mundo, un mundo que proviene, en primer lugar, de su autor, y, en segundo lugar, de una época, de una historia, de una cultura, de una civilización. Por su parte, cada lector también constituye un mundo integrado por sus recuerdos personales, por sus miedos, por sus amores y sus fobias, y que posee una historia que lo vincula con su pasado a la vez que lo proyecta hacia el futuro. Cada lector es un mundo diferente, si bien al mismo tiempo comparte con sus semejantes una historia común, una cultura heredada y un lenguaje que al tiempo que lo relaciona con los demás también lo aparta de ellos. Así, por ejemplo, la palabra ,árbol" tiene un significado --el concepto abstracto de árbol - que los hablantes de una lengua comparten, pero también es verdad que la imagen que cada uno se forma de ese concepto es diferente. Existe una relación entre comprensión lectora y desarrollo intelectual, de tal manera que leer bien es la mejor manera de aprender a escribir bien, al grado de que algunas deficiencias en el estudio, por lo general, se deben a una lectura deficiente. La lectura no es una faena penosa, sino una forma de liberación y de satisfacción profunda de nuestro deseo de saber leer bien; no consiste simplemente en "digerir" cualquier material impreso. El libro es nuestro amigo, no nuestro tirano. La tarea de leer bien comienza por tener cierto conocimiento, aunque no sea técnico, del mundo de los libros. Todos sabemos que un encuentro puede dar lugar a la historia de un desencanto. La historia de todos los días de muchas clases de literatura está llena de desencantos de ese tipo. Los niños y los jóvenes rechazan el encuentro con los libros. Sólo en algunos casos, y eso por rigurosa exigencia del programa, les hacen una visita obligatoria y forzada.
El libro como diálogo vivo Lo que nosotros pretendemos es facilitar el encuentro con el libro, allanar el camino para que la lectura se transforme en un diálogo grato y satisfactorio. En ningún caso pretendemos sustituir o reducir lo que toda lectura tiene de intransferible y de singular. Nuestra intención es coadyuvar a que el lector extraiga de sí mismo las potencialidades que la lectura le ofrece. La lectura recreativa e informativa se ha convertido, a lo largo de la historia, en el instrumento básico para el progreso y el desarrollo de la humanidad y, por tanto, para el perfeccionamiento continuo de las personas. La lectura amplía nuestros horizontes, nos capacita para encontrar soluciones tanto personales como colectivas, enriquece nuestro medio cultura], nos proporciona placer, facilita la comunicación, nos ayuda a comprender la aventura vital de los demás y contribuye al cultivo de los valores estéticos y expresivos. ¿Quién duda en la actualidad de la importancia de la lectura como instrumento básico e imprescindible para culminar con éxito cualquier tarea de la enseñanza?
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Sin embargo, los sondeos de la opinión pública y las encuestas incidentales ponen de manifiesto, con demasiada frecuencia, que lo que prevalece es una actitud de desdén, de aversión o de indiferencia, por parte de la sociedad y de los alumnos, hacia la literatura, el lenguaje y la lectura. Al parecer, ha llegado a ser un lugar común afirmar que la correcta utilización de los lenguajes escrito y oral ha sufrido un grado de deterioro alarmante: pobreza léxica, tanto comprensiva como expresiva; falta de recursos gramaticales; carencia de creatividad, etcétera. Afortunadamente se ha llegado a diagnosticar con toda claridad la situación y, sobre todo, se ha fortalecido la voluntad de aplicar el remedio en la raíz misma del problema: la escuela. Hasta hace poco se pensaba que la literatura era una materia demasiado elevada para incorporarla en el mundo de la enseñanza primaria. ¿Acaso los NIÑOS son capaces de experimentar la belleza de un texto, de comprender el pensamiento de los autores, de fascinarse con la estética del lenguaje? Estas interrogantes por parte de los adultos contradecían el testimonio de la realidad, porque la literatura no es, en absoluto, algo desconocido para los niños. De esto ya se había percatado Carmen-Bravo Villasante: "Antes de leer y escribir, el niño vive una literatura hablada y musical en las oraciones, retahílas y fórmulas de sus propios juegos, canciones de coro, adivinanzas y dichos de la vida diaria, que indudablemente precede y sirve de introducción al conocimiento literario".
Cómo deben ser los libros 1. Recreativos, prácticos e inspiradores de ideas y de pensamientos generosos y elevados. 2. Deben ser interesantes. 3. No deben ser aburridos. 4. Deben ser optimistas y juveniles. 5. No deben faltarnos libros escritos en otros idiomas Deberán leerse buenas novelas, relatos de viajes y de aventuras, de cultura física, de agricultura, de ganadería, sobre descubrimientos científicos, de civismo, de religión, de sociología, de moral, de historia, biografías, diccionarios, etcétera.
LA LECTURA DE UN LIBRO Aprender a leer es el primer paso para introducirte en el mundo de los libros y de la cultura. Y leyendo es como se aprende a aprender. Leer es haber leído (Leo Spitzer). Pero, ¿cómo llevar a la práctica esta verdad? Algunos sostienen que ese proceso de aprendizaje exige la aplicación de métodos Exhaustivos y orientadores, mientras que otros defienden la ausencia total le orientación durante el proceso de la lectura. Ambas posturas nos parecen Excesivas y, sobre todo, poco eficaces. En la lectura debe aplicarse lo que algunos filósofos llamaron el "binomio vital": por un lado, el impulso dionisíaco de búsqueda de placer y, por el otro, el impulso apolíneo, persigue distanciarse de ese placer para entenderse mejor a sí mismo. Una persona aprenderá a ser lector si se facilitan los instrumentos necesarios para que ella misma descubra que el placer intelectual contribuye a reforzar el placer sensual. Deberá descubrir o intuir la dialéctica de pasión y de reflexión que toda lectura implica. Ciertamente, las más de las veces resulta difícil, por no decir imposible, alcanzar el
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perfecto equilibrio entre ambos términos. Habrá lectores propensos a desilusionarse con el texto, debido a que proyectan sus propias emociones y expectativas; otros habrá que se acerquen al texto obedeciendo solamente a los dictados de la curiosidad Cada lector debe aprender a conocer el desequilibrio que toda lectura personal introduce en el texto.
Los elementos internos de la lectura La lectura es un proceso mental que consiste, en su nivel primario, en el desciframiento de los diferentes signos que componen el texto, es decir, tanto m el reconocimiento individualizado de las palabras y de las frases como en ;u composición o integración en un todo o unidad. Comprender una palabra o una frase u oración es reconocer su significado consiste, por tanto, en otorgar a los significantes su sentido correcto. A ello Contribuye el poseer un vocabulario amplio o, en su defecto, recurrir cuantas veces sea necesario a un buen diccionario. La lectura comprensiva exige, por o menos, cierta capacidad de interpretación, es decir, la capacidad de saber encontrar el sentido correcto dentro de una gama de posibles significados. sólo una comprensión certera permite validar el sentido de lo que se está leyendo Además de la comprensión, en la lectura se debe desarrollar el adiestramiento de las facultades superiores que nos permiten profundizar en el contenido de la obra. Estas facultades requieren ejercitarse con asiduidad para poder ser aprovechadas y utilizadas con la máxima eficacia. Profundizar en algo es intentar descubrir lo que hay debajo o detrás de ello y, por tanto, supone la puesta en acción de lo que llamaremos capacidad imaginativa", sin cuya contribución la lectura no sólo resultaría aburrida, sino también imposible. Al igual que la "comprensión", la "profundización" es interpretación. Comprensión y profundización son inseparables en todo proceso de lectura. La concurrencia de estas dos aptitudes constituye la base de todo aprendizaje que el lector desee realizar por sí mismo a partir de la lectura. Comprender una cuestión y profundizar en ella son actividades cuyo sentido salta a la vista cuando se trata de leer textos literarios como cuentos, novelas, etc., donde no sólo procuramos comprender las palabras o las frases, sino todos aquellos elementos que configuran el armazón a partir del cual se desarrolla la lectura, a saber: la
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secuencia, la trama, los personajes, el narrador, etc. Si se trata de textos científicos y filosóficos, entonces nos interesarán los razonamientos y los procesos lógicos por cuyo medio se desarrolla el contenido de la obra.
Subjetividad y objetividad Un problema de gran interés es el de delimitar el grado de subjetividad presente en la profundización del contenido de cualquier texto. En toda profundización existen unos límites objetivos y ciertas posibilidades para el juego de la subjetividad. Estos límites no sólo se encuentran determinados por lo que el texto dice realmente, sino por el placer que su contenido puede producir en nosotros. Existen también los límites de lugar y de tiempo en que transcurre la acción de cualquier narración. Así, si bien es verdad que el texto impone una serie de límites, también lo es que la comprensión y la profundización contienen aspectos claramente subjetivos y, en este sentido, cada lectura es un diálogo entre dos subjetividades: la que subyace en el texto y la que le corresponde al lector.
Los elementos externos de la lectura Sabemos que el texto expone unas secuencias, una trama y un tema con los que el lector entra en contacto a través de la lectura. Aún debemos comentar a quién le ocurren esos acontecimientos, quién los narra, quién los escribe y quién los piensa. Estos elementos orientadores de la lectura son: los personajes, el narrador, el enfoque, y las coordenadas del espacio y del tiempo de la narración. Toda narración está narrada por alguien, contiene personajes, y la acción tiene lugar en un espacio y en un tiempo determinados. Con frecuencia tienes que consultar un libro o seleccionar de entre los libros de la biblioteca cuál te puede servir para tu trabajo. En estos casos necesitas hacer lo siguiente: 1. Selecciona entre todos los libros de la biblioteca aquel o aquellos que te puedan servir para tu trabajo. 2. Una vez elegido un libro: a) Busca rápidamente los datos que te pueden servir. b) Averigua en qué capítulo o parte del libro puedes encontrar las ideas que necesitas. c) Estudia aquella parte de la obra que tenga que ver con tu trabajo
Orientaciones técnicas que debes seguir 266
Primer paso: Selecciona el libro que te interesa. Para ello sigue este orden: 1. Pregúntate por el objetivo de tu lectura: ¿Qué quiero encontrar? ¿Para qué me interesa el libro que busco? 2. Selecciona entonces el libro o los libros donde crees que puedes encontrar lo que necesitas. Para ello: a) Localiza la sección correspondiente de la biblioteca. b) Fíjate en el título de los libros. c) Escoge aquel o aquellos que creas pueden serte útiles. Segundo paso: Examina rápidamente el libro: 1. 2. 3. 4. 5.
Fíjate si contiene lo que buscas. Observa si te sirven para tu trabajo o las ideas o datos que figuran en ese libro. En un libro tienes que distinguir lo accesorio de lo fundamental. Debes eliminar lo menos importante. Acostúmbrate a seleccionar lo más importante, lo principal. Aprende lo que vale la pena recordar y busca aquellos puntos que te pueden servir de clave. Para ello: a) Mira el índice. Éste suele estar al final o al principio. b) Lee los títulos y los subtítulos del índice. Hazlo como quien busca un teléfono en el directorio, ojeando rápidamente las palabras, sin detenerte en ellas, hasta dar con el título o los títulos que te interesan. c) Si en el índice no encuentras lo que te interesa, deja ese libro y busca otro más útil. d) Localiza las páginas donde se habla del tema que te interesa y haz una primera lectura rápida del texto para ver qué puede servirte y qué no. Para ello: •
Fórmate una idea general de lo que el autor dice, del modo de enfocar el tema o de los datos que esas páginas contienen. Ojea rápidamente los títulos, subtítulos, subrayados, etcétera.
•
Fíjate bien en los gráficos, esquemas, planos, encuestas, etc., porque pueden serte de gran ayuda.
Tercer paso: Detente en los datos o ideas que buscas. 1. Si el libro te interesa, anota los datos o ideas de importancia Trabaja sólo con las páginas que pueden servirte, haciendo caso omiso de las demás. Procede así: Si buscas datos sobre un tema:
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1. Localízalos, elabora unas fichas e incluye en ellas todo lo que te sea útil. Tu trabajo con el libro ha terminado y puedes devolverlo a la biblioteca. Si buscas ideas o deseas resumir el contenido de un capítulo: 1. Localiza el capítulo, identifica las ideas principales y la estructura lógica del texto. Averigua cuál es la finalidad del autor. Resume el contenido, porque más tarde te será de utilidad. Si pretendes estudiar el tema en ese libro: 1. Utilízalo como si fuera un libro de texto: haz una lectura general que te permita detectar las ideas principales. Luego elabora un esquema del texto y repásalo hasta aprenderte el contenido del mismo. 2. Incorpora el esquema a tu carpeta de la asignatura correspondiente. Entonces puedes devolver el libro a la biblioteca.
COMO UTILIZAR EL LIBRO El libro es una fuente de inspiración y de trabajo. En él tienen su punto de partida iniciativas y estrategias diversas, cuyo común denominador son la actividad y la globalidad. La actividad tiende a reducir el monolitismo didáctico y a crear sugestivas condiciones que inducen a la lectura y al encuentro en profundidad con los variados universos de la cultura, de la ciencia y de los autores. La globalidad rebasará la división artificial de los horarios para impregnar de lenguaje todas las áreas del programa escolar. Todos, profesores y alumnos, deben trabajar con ilusión para enriquecer su vocabulario, intensificar su aprendizaje y mejorar su ortografía, sus recursos gramaticales, sus expresiones didácticas, etcétera. ............................................................................................................................... DIVERSAS ACTIVIDADES QUE PODEMOS REALIZAR CON UN LIBRO Podemos hacer nuestro propio diccionario, elaborar su ficha técnica, conocer al autor, dramatizar algunos textos, organizar un forum acerca de un libro o un debate, recitarlo, etcétera.
Hagamos nuestro diccionario 268
Objetivos: 1. Comprensión lectora. 2. Aprender a manejar con soltura el diccionario. 3. Desarrollar la atención lectora y los hábitos de lectura rigurosa y profunda. Aunque los autores de obras de literatura infantil y juvenil suelen adaptar su lenguaje a los intereses y al nivel léxico de sus lectores, sin embargo, en multitud de ocasiones introducen palabras de difícil comprensión o que resultan ambiguas por la naturaleza del relato. Si el pequeño lector no las entiende, el placer que suscita la lectura disminuye, y entonces se desanima y tiende a abandonar el libro. Es conveniente que los pequeños se acostumbren a leer acompañándose de un cuaderno de notas y de un diccionario acorde con su capacidad. Así, cuando encuentren alguna palabra incomprensible la anotarán en su cuaderno y buscarán su definición, lo que les facilitará la comprensión del texto. Esta buena costumbre puede ser aburrida y tediosa si se desarrolla sólo desde un punto de vista académico, pero cobrará interés si las palabras en cuestión se les comunican a los demás, si se analizan sus significados estableciendo una comparación entre la definición del diccionario y el sentido más preciso que adquieren en el pasaje de la obra. Todas estas palabras dudosas se ordenarán alfabéticamente y con ellas se elaborará un diccionario de la clase para ayudar a los lectores a entender mejor el libro. Es conveniente hacer un diccionario específico para cada uno de los libros. Como suplemento al diccionario se puede confeccionar un listado con las palabras más características de cada autor.
El autor es su obra Objetivos: 1. Conocimiento de los autores. 2. Desarrollo del pensamiento deductivo.
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Leer es dialogar con alguien que se oculta o se manifiesta en un texto. Detrás de cada libro hay un emisor, un autor que se acerca al lector, lo atrae, lo agrede, lo enfrenta o toma distancia respecto de él. A los autores se les puede conocer a través de la biografía que figura en la solapa o que se encuentra en el diccionario enciclopédico. Sin embargo, éste es un tipo de biografía superficial, elaborada las más de las veces con datos áridos que no despiertan interés. A Rodar¡ lo podemos conocer de esta forma fría: era italiano, maestro, periodista, etc. 0 bien, nos podemos sumergir en sus libros y, como quería Unamuno, verlo bullir en sus pensamientos, metáforas e historias fantásticas. Podemos reconstruir su mundo, sus sentimientos, sus ideas directrices, sus amores y sus frustraciones. Éste puede ser un ejercicio muy sugestivo para los chicos: reconstruir el retrato de un autor leyendo su obra, o bien, completar las "sucintas biografías" con la riqueza del pensamiento del autor y con las actitudes que refleja en sus libros.
Para ello se puede proceder a partir de las siguientes preguntas: 1. ¿De qué país es el autor? 2. ¿Qué piensa? Haz una pequeña antología de las ideas que más te han impresionado de él. 3. ¿Qué siente? Esto resulta reconocible a través del texto, los personajes y las situaciones. 4. ¿Cómo escribe? 5. ¿Qué personalidad tiene? Puedes rastrear en el texto los elementos autobiográficos del autor.
Ficha crítica Objetivos: 1. Autoevaluación del grado de asimilación de la obra. 2. Iniciación en el sentido crítico de la lectura. 3. Descubrimiento de los valores y los contravalores de la obra. 4. Estímulo del sentido de observación y de análisis. Cada profesor puede elaborar el modelo de ficha más conveniente en consonancia con el conocimiento que posee de sus alumnos y de los aspectos principales de los objetivos que quiere lograr. Ahora bien, existen unos elementos fundamentales que deben aparecer en la formalización de una ficha general:
1. Conocimiento del libro. Se logra, en primera instancia, por medio de una "credencial de identificación% en la que se incluyen: autor, título, editorial, lugar y fecha de edición, colección, ilustrador, traductor, páginas, formato, y todos aquellos datos físicos, por nimios que sean. Este es un ejercicio de observación muy placentero para los jóvenes. 270
2. Conocimiento del contenido: sinopsis argumental. 3. Conocimiento de los personajes: los principales, los secundarios y los accesorios. ¿Cómo son? ¿Qué hacen? Cómo piensan? Cómo visten? ¿Cómo se relacionan? 4. Conocimiento del ambiente: ¿Dónde se desarrolla la obra? ¿Cómo son las viviendas de las familias? ¿Y los barrios? Ambiente colegial, etcétera. 5. Género literario: realista, fantástico, policíaco, etcétera.
6. Pasajes más bellos de la obra. 7. Palabras dudosas e interesantes. 8. Conocimiento del autor a través de la obra. 9. Valoración personal.
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Documento
5.E.-
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Ficha
Cómo estudiar, por STATON, Thomas F., 10ª. reimpresión, México, editorial Trillas, 2004, págs. 57 a 62.
Cómo leer más aprisa No pocas personas creen estar en desventaja en la escuela debido a que no leen con suficiente rapidez. Algunos verdaderamente se lamentan de su mala suerte por ser personas que leen muy lentamente, pero otros tratan de hacer algo al respecto. Aquellos que se preocupan por mejorar su velocidad en la lectura descubren que pueden aumentarla muy rápidamente y sin perder eficacia en el aprendizaje de lo que leen. Hay cursos comerciales que aseguran enseñarte a leer mucho más aprisa y a recordar casi todo lo que lees. Comunican resultados que van desde el 35% hasta el 200% de mejoramiento en cuanto a la velocidad de lectura hecha en tan poco tiempo como lo es un periodo de laboratorio de veinte horas que se proporciona en seis u ocho semanas. ¡Realmente logran esta mejoría! Puede decirse, sin exageración, que la mayoría de tales cursos realmente mejoran el promedio de velocidad de lectura de una persona común, cuando menos en una tercera parte y hasta el doble de su velocidad inicial, pudiendo recordarse, además, casi tanto como se lee. Sin embargo, lo que no se conoce generalmente es que, cuando un determinado estudiante desea hacer un verdadero esfuerzo, aumenta su velocidad de lectura en la misma proporción ¡sin ninguna ayuda exterior! Para mejorar la lectura, tenemos que reconocer, ante todo, un hecho importante: la mayoría de nosotros no leemos con toda la rapidez necesaria para comprender todo lo que leemos. Así como no caminamos tan aprisa como podríamos sino que lo hacemos a un paso más cómodo, más conveniente y más descansado para nosotros; en la misma forma, leemos al ritmo más fácil, no al más eficiente. Debido a esto, puedes aumentar tu velocidad de lectura en un tercio, o más, con sólo sentarte y estar atento, concentrado en el material que lees, y prosiguiendo tu trabajo tan aprisa como puedas sin caer, lánguidamente, en una velocidad que te conduzca a tu cómodo ritmo de lectura acostumbrado. Todos hemos hecho esto instintivamente cuando hemos tenido prisa en leer una carta o un mensaje importante. El curso de laboratorio para una lectura rápida está preparado, sencillamente, para hacer un hábito de este proceso de lectura. Existen muchos ingeniosos mecanismos para mejorar tu velocidad de lectura y para mantenerla rápida, pero puedes hacerlo casi o igualmente bien, en tu propia habitación gracias a tu propia fuerza de voluntad si te dedicas a ello.
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Escoge alguna de tus materias y lee alguna parte durante, digamos, treinta minutos a tu velocidad normal de lectura. Cuenta las palabras que lees. Al día siguiente lee otros treinta minutos y comprueba que rápidamente puedes leer el trabajo al mismo tiempo que lo comprendes. Fuerza tus ojos para abarcar grupos de palabras en un renglón y salta rápidamente de uno a otro grupo, en vez de moverlos lenta y pausadamente de una a otra palabra del renglón. Al mismo tiempo, fuerza tu mente para que se ponga a trabajar en la lectura y profundice en el tema, con la idea de comprender cuanto el autor expresa. El leer más aprisa tiene que ser un proceso de trabajo en equipo, entre los ojos y el cerebro. Los ojos y todo el cuerpo tienen que dirigirse hacia una actividad física intensa que cubra el material con el que estás trabajando. La mente tiene que estar alerta para adquirir este material tan pronto como se lea, en vez de esperar pasivamente a que algunas partículas de conocimiento salten hasta el cerebro y permanezcan perdidas en él. Observarás que aun desde la primera vez que trates de mejorar la velocidad de tu lectura, leerás, indiscutiblemente, más de prisa y, probablemente, con mucha más penetración y retención que antes. Anota el número de palabras leídas durante el segundo periodo de treinta minutos. Ve en cuánto has mejorado en relación con el día anterior. Al siguiente día haz lo mismo otra vez, tómate el tiempo y cuenta el número de palabras leídas para saber lo que has mejorado. Alrededor del cuarto o quinto día, toma otro de tus temas de lectura y sigue el mismo método con él. Deberás vigilar siempre tu mente para saber si en verdad estás 274
asimilando lo que ves. (Puedes hacer esto siguiendo el paso HABLAR PARA DESCRIBIR O EXPONERLOS TEMAS LEÍDOS, del método PQRST.) Te sorprenderás con los resultados en cuanto a lo mucho que recuerdas. Es sorprendente ver cómo la mayoría de la gente descubre que recuerda más, en cuanto ha mejorado su ritmo de lectura en un treinta por ciento a diferencia de lo que podía recordar con su habitual lentitud en la lectura. Esto se debe a que, en las cómodas condiciones del viejo método de estudio, su mente trabaja menos que sus ojos.
Los beneficios que obtengas al aumentar tu velocidad de lectura -y quizá la de comprensiónprobablemente sean rápidos y espectaculares cuando inicies la rutina de comparación de tiempos que ya hemos descrito. Lo más importante, sin embargo, consiste en continuar con este intenso trabajo al leer, en sustitución de la antigua y fácil forma que empleabas, hasta que adquieras el nuevo hábito. Es fácil aumentar mucho tu velocidad de lectura con sólo proponértelo; pero, a menos que practiques con regularidad y durante un periodo prolongado, no obtendrás una mejoría permanente porque tenderás a regresar a tus antiguos hábitos de ocio. A esto se debe que la lectura en el laboratorio produzca los mejores resultados, pues establece condiciones en las que se motiva al alumno intensamente para que lea a la velocidad más alta posible sin que dependa tanto de su propia fuerza de voluntad y obtiene así de él su máximo esfuerzo. Se le habitúa a estE paso hasta que se acostumbra tanto a él que se transforma en su forma normal de lectura. Entonces habrá formado el hábito de leer rápidamente. Sin embargo, si usas el método que SE ha descrito aquí, puedes alcanzar los mismos resultados quE proporciona el laboratorio de lectura. Cuanto más te ejercite,,: en aumentar tu velocidad de lectura, mejores y más permanentes serán los resultados que obtengas. Tal vez no quieras leer más de prisa. Quizá hasta ahora has leído a un ritmo pausado en vez de emplear uno más vivo. Si dispones de tiempo para obtener lo que quieres dE toda tu lectura formal y recreativa, probablemente no hay ninguna buena razón para que la aumentes. Por otra parte, si 275
consideras que necesitas mayor velocidad no tienes que sentarte y desear nada más poder leer más aprisa. Puedes lograrlo muy rápidamente, si estás dispuesto a contribuir con tu esfuerzo para leer con toda la rapidez que puedas en la mayoría de tus lecturas. Más bien, quizá tendrás que poner todo lo que esté de tu parte en este esfuerzo adicional para disfrutar, de este modo, del tiempo sobrante que tardabas en leer el mismo material. Algunas personas prefieren leer novelas u otro material recreativo para desarrollar su velocidad, y sólo aplican esta velocidad, ya aumentada, al estudio de sus clases, después de que se ha vuelto un hábito positivo en su lectura recreativa. Probablemente un procedimiento no es mejor que el otro, así es que, si no deseas mejorar la velocidad de tu lectura mientras estás estudiando, puedes perfeccionarla mediante tus lecturas recreativas. Durante las vacaciones dispones, en general, de los mejores momentos para combinar estos procedimientos. Y si más bien quieres emplear tu dinero en lugar de tu fuerza de voluntad, para mejorar la velocidad de tu lectura, ¡busca un laboratorio de lectura! Una última recomendación sobre lectura rápida: cierto material puede leerse más rápido que otro. Obviamente, el material difícil y complejo no puede leerse eficientemente a un ritmo tan rápido como el que se emplea en la lectura del material recreativo. La lectura eficiente requiere que varíes la velocidad para adaptar las dificultades del material a tus propósitos -diversión, comprensión, ideas generales, etcétera-. Esto se obtiene en forma natural si fuerzas tus ojos para ir tan aprisa como puedas forzar tu cerebro para asimilar el material, pero no más aprisa.
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ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE DE LA UNIDAD CINCO: - Acreditar una adecuada velocidad y comprensión de lectura. Así como una aceptable aplicación de la técnica del subrayado. - Realizar los siguientes ejercicios:: - Elaborar un ensayo sobre un tema tratado en la unidad V. - Realizar un reporte de lectura sobre un libro concerniente a la unidad V. - Resolver el cuestionario de autoevaluación relativo a la unidad cinco (hoja siguiente).
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Autoevaluación de la Unidad Cinco. 1.- ¿Porqué es importante la lectura para el estudio? 2.- Explique como se verifican el análisis, la síntesis y la reflexión en la lectura? 3.- ¿Cuáles son los elementos externos e internos del libro? 4.- ¿Cuáles son y en qué consisten las técnicas para utilizar un libro? 5.- ¿En qué consisten los diferentes tipos de lectura? 6.- ¿Porqué hay que hacer siempre un análisis del contenido de los textos? 7.- ¿En qué consiste la velocidad de la lectura? 8.- ¿Qué se recomienda para incrementar la velocidad de lectura? 9.- ¿Cuáles son los hábitos defectuosos de la lectura? 10. ¿Qué estrategias se pueden desarrollar en la comprensión de la lectura? 11. Explique las ventajas del uso de preguntas clave. 12.- ¿Por qué y para qué es necesario subrayar? 13.- ¿Se pueden subrayar los libros de una biblioteca, si o no y porque? 14.- ¿Cuáles son las recomendaciones para subrayar? 15.- ¿Qué modos de subrayado existen? 16.- ¿Qué defectos se deben evitar al subrayar?
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UNIDAD VI: PREPARACIÓN DE CLASES Y EXAMENES
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Documentos de la unidad 6 ______________________________________________ _ UNIDAD VI: PREPARACIÓN DE CLASES Y EXÁMENES.
OBJETIVO PARTICULAR: Al concluir esta Unidad del curso, el participante: Aplicará las técnicas para preparar, fácil y eficazmente sus participaciones en clase, así como los exámenes y evaluaciones, considerando su utilización a partir del contenido de la presente asignatura y las subsecuentes que integran el plan de estudios, con la finalidad de acceder a una mejora continua en su papel como maestrando.
CONTENIDO TEMÁTICO: 6.1 - Reglas para estudiar una lección. 6.2 - Qué es la evaluación y qué es el examen.
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FUENTES
BIBLIOGRÁFICAS DE LOS DOCUMENTOS CONFORMAN LA UNIDAD SEIS:
QUE
Fichas:
Documentos:
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6.A
A estudiar se aprende. Por GARCÍA-HUIDOBRO G., Cecilia, María Cristina Gutiérrez G. y Eliana Condemarín G., 4ª. edición. Chile, ediciones Universidad Católica de Chile, 2000, págs. 89 a 92.
6.B
Mejora tu modo de estudiar, por PALLARES Molins, Enrique, 10ª. reimpresión, Bilbao, ediciones Mensajero, 1992, págs. 189 a 205.
6.C
Cómo estudiar, por STATON, Thomas F., 10ª. reimpresión, México, editorial Trillas, 2004, págs. 65 a 71.
6.D
Técnicas de aprendizaje y estudio- Aprender en la escuela, por NOGUEROL, Artur, 3ª. Ed., Barcelona, editorial Graó, 2002, págs. 165 a 174.
6.E
Aprende a estudiar, por ROWNTREE, Derek, reimpresión de la 7ª. ed., Barcelona, editorial Herder, 1996, págs. 151 a 170.
Documento
Ficha
A estudiar se aprende. Por GARCÍA-HUIDOBRO G., Cecilia, María Cristina Gutiérrez G. y Eliana Condemarín G.,
6.A.-
edición. Chile, ediciones Universidad Católica de Chile, 2000, págs. 89 a 92.
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4ª.
3.12. Preparación de pruebas Son instrumentos con que se pretende medir o mostrar el grado de aprendizaje de una materia. Las pruebas y los exámenes son pasos fundamentales en la vida de un estudiante. Casi se podría decir que si un estudiante no da exámenes no es un verdadero estudiante. Si no se aprueba la asignatura, lo demás no sirve de nada. El examen o prueba de control objetivamente realizado debería ser indicativo de la calidad del estudio del alumno. La proximidad de una prueba no debe llevar a hacer cosas excepcionales; como por ejemplo que el sujeto se quede sin dormir, sin comer o sin ir al colegio. Diariamente se debe dedicar un tiempo al repaso y preparación de las pruebas, controles y exámenes. El día antes se debe procurar sólo repasar, con el objeto de no crear confusión entre los conocimientos aprendidos. La preparación para el examen empieza el mismo día en que se inician las clases. Antes de preparar una prueba es aconsejable sentarse en el escritorio y pensar: ¿Qué hay que hacer? (cuál es el trabajo que necesito realizar para tener toda la materia estudiada). ¿De cuánto tiempo se dispone y cuánto se necesita? 1. Realizar repasos periódicos. 2. Repasar con base en resumen y esquema. 3. El día anterior hacer un repaso intensivo. 4. El mismo día no estudiar, sólo revisar.
Tipos de pruebas a) Pruebas objetivas La prueba objetiva es aquella de selección múltiple, de falso o verdadero o de tipos comparables llamada también prueba con alternativas.
Estrategias para su ejecución Pedir a los alumnos: - Leer la pregunta rápidamente con la máxima concentración y contestarla basándose en la primera impresión. - Luego volver a leerla, preguntándose lo que realmente significa y expresando el pensamiento con las propias palabras de cada uno haciendo un esfuerzo personal por comprenderlo. - Repreguntarse si la respuesta original todavía parece correcta a la luz del análisis completo de la pregunta; pero no cambiar la respuesta por una apreciación infundada. Solamente se cambia si se encuentran indicaciones claras de que se está equivocado y de que la primera no es correcta.
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- Conviene tener presente que el profesor elabora las pruebas con el propósito de medir el conocimiento de una determinada materia y no de confundir a los alumnos. No es conveniente buscar interpretaciones tortuosas y complicadas, ignorando lo evidente.
b) Pruebas de conocimientos o de desarrollo Es aquella en que las respuestas se desarrollan en forma de relato con las propias palabras.
Estrategias que favorecen una buena realización de pruebas y exámenes • Antes de contestar, pida leer detenidamente las preguntas, las instrucciones y las normas. • Recomiende utilizar todo el tiempo que se concede. Evitar desperdiciarlo entregando la prueba antes de lo necesario. • Pida leer la pregunta cuidadosamente; después volver a leerla y expresar su significado con las propias palabras. Revisar cada palabra de la pregunta para constatar sí nuestra interpretación omitió alguna idea. • En una hoja de papel preparar la respuesta antes de escribirla definitivamente. En esta forma se pueden organizar nuestros pensamientos, revisar nuestras respuestas en busca de posibles omisiones y así poder presentar una exposición más coherente y lúcida de lo que se haría si solamente se escribieran nuestros pensamientos según se nos fueron ocurriendo. • Solicite escribir con una buena lapicera o lápiz afilado para que nuestra escritura pueda leerse fácilmente y en forma clara. La respuesta correcta debe ser breve. • Pida cuidar la escritura, ortografía y puntuación. • Muestre la conveniencia de leer las respuestas una vez terminada la prueba, asegurarse de que está completa y revisar los conocimientos expresados, ortografía y puntuación. Todos estos factores se relacionan con el dominio de una materia determinada.
3.13. El repaso Es el estudio ligero que se hace de lo ya estudiado para comprenderlo y recordarlo mejor. La realización de una prueba o examen tiene su primer momento en la técnica del repaso. • Repasar es volver a recordar la información adquirida anteriormente; no es estudiar. • Es una actividad diaria que se inscribe dentro del tiempo de estudio, aunque no todos los días hay que repasar todo el material anterior. • Conviene repasar por los apuntes realizados, los esquemas o los resúmenes; no por los libros de consulta o textos de estudio. • Conviene repasar en función del tipo de prueba, examen o control. Es distinto preparar una prueba objetiva con alternativas que una prueba de desarrollo, ambas requieren diferentes formas de repaso; cada alumno debe decidir la técnica que usará: confeccionar un esquema, desarrollar un cuestionario, escribir, hacer, redactar o realizar un resumen, etcétera.
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• Se debe elaborar un plan en que aparezca un repaso a corto, mediano y largo plazo, es decir, que vaya desde el día de estudio hasta la víspera de la prueba. • El repaso es una actividad comprometida que requiere esfuerzo y dedicación. • Contestar una pregunta o desarrollar una idea, o revisar los apuntes o esquemas, es repasar activamente con una actitud positiva.
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Documento
Ficha
6.B.-
Mejora tu modo de estudiar, por PALLARES Molins, Enrique, 10ª. reimpresión, Bilbao, ediciones Mensajero, 1992, págs. 189 a 205.
CAPITULO 10
SUPERAR CON ÉXITO LOS EXÁMENES
¡Esto sí que me interesa! te dirás, posiblemente, al ver el título de este capítulo. Los exámenes son la gran cruz de la vida del estudiante y, como cualquiera de tus colegas, desearás encontrar una fórmula para hacerlos bien. No te voy a dar aquí, sin embargo, un conjunto de recetas para superarlos lo mejor posible y con el menor esfuerzo. Pero tampoco considero inútil, o sólo decorativo, lo que te voy a decir respecto a los exámenes, pues te convendrá recordar algunos puntos interesantes que, aunque posiblemente sabidos, no siempre se tienen en cuenta en la práctica. Sin embargo, todo lo que en este capítulo se diga, no te servirá de nada o de muy poco si no has tenido en cuenta lo que se dice en los capítulos anteriores, pues los exámenes son una actividad más, la última de las técnicas de estudio.
La mala fama de los exámenes Algunos consideran los exámenes como un instrumento para hacerles fracasar, es decir, para hundirles irremediablemente. Bastantes más, siente los exámenes como una fuerza exterior que les condiciona su modo de estudiar y, en general, el ritmo de su vida. De alguna manera, sentimos los exámenes como un control exterior de nuestro aprendizaje y que en gran parte lo condiciona. Hasta cierto punto, los exámenes han llegado a convertirse en fin en sí mismos: estudiamos para los exámenes y casi sólo para los exámenes. La forma de llevarse a cabo, además, hace que generen un grado considerable de ansiedad, que suele ser la culminación del agobio de los días que irremediablemente les preceden. De momento, sin embargo, los exámenes son inevitables dada su función selectiva -no precisamente siempre justa- que desempeñan en un sistema educativo masificado y en una sociedad con muy pocos puestos de trabajo en relación al número de aspirantes. El principio de realismo nos obliga a contar con ellos e, incluso, a ver algunos aspectos positivos, difícilmente identificables como tales, dado que los negativos son más abundantes. Así, pues, sin ir al fondo de la cuestión ni fijarnos sólo en lo negativo, los exámenes pueden ser: • una ocasión de expresar lo que sabes, una medida, en parte, de la calidad de tu estudio; • una oportunidad también para aprender mejor la asignatura por cuanto te obligan a repasar, a destacar lo esencial y a expresar lo que has aprendido. El saber que vamos a ser preguntados activa nuestra atención y te motiva desde fuera, si tú desde dentro no has logrado estar motivado;
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+ una manera de indicarnos lo que debemos corregir, sobre todo cuando son parciales. Así, pues, pueden indicarnos lo que debemos corregir e indicarnos el camino a seguir en nuestro estudio; + un ensayo para la vida profesional, en la que hemos de rendir cuentas de nuestra preparación, y no siempre en condiciones óptimas.
Las ventajas e inconvenientes de los exámenes desde mi punto de vista. - ventajas: - inconvenientes: - Como balance...
Prepararlos desde comienzo de curso Aunque los exámenes no deben ser el fin y único objetivo de nuestro aprendizaje, la mejor forma de superar los exámenes es comenzarlos a preparar desde el comienzo del curso. Es esta la mejor regla y el único «truco» efectivo para superarlos con éxito, a la vez que con ahorro de esfuerzo y con un mínimo de agobio y ansiedad. Preparándolos desde comienzo de curso reduciremos también ese factor suerte de los exámenes, que tanto nos preocupa. Esto exige, por tanto: • Llevar al día las distintas materias, concretamente los apuntes de clase, el subrayado, etc. Tendrás debidamente archivados los esquemas y resúmenes, que tanto te facilitarán el repaso. Es imprescindible, también, haber solucionado todas las dudas, no dejando cuestiones por entender. • Frecuentes repasos en el orden en que te indicamos en el capítulo de la memoria. Desde el comienzo has de determinar y programar los repasos.
El repaso final El repaso final no es para aprender lo que deberías haber aprendido durante el curso, pues no te olvides que es repaso y, además, final, lo que supone que no debe ser el primero. Si ya has preparado la asignatura, es muy importante esta visión de conjunto y repetición de los puntos esenciales. A este repaso final, con todo, no debes dedicarle demasiado tiempo. Para hacer este repaso es conveniente que te sirvas de los esquemas y resúmenes, que tendrás archivados, o del mismo subrayado del libro, ya que ellos te ayudarán a revisar las ideas o hechos principales. Comprueba si tienes claras las ideas principales y sabes relacionarlas con las menos principales y los detalles. A esto te ayudará mucho el tratar de recordar sin utilizar los esquemas, con lo que verás si sabes de verdad o sólo crees que sabes. Esta actividad de expresar (por escrito u oral) con tus propias palabras lo que estudias es tan importante que le has de dedicar durante el repaso más tiempo que a la relectura.
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No a la empolladas finales Por ellas entendemos el intentar meter conocimientos nuevos o casi nuevos de una forma apresurada los días inmediatamente anteriores al examen. Aunque sean frecuentemente practicadas son desaconsejables por varias razones: - Al estudiar aceleradamente y sólo con vistas al examen se pierde la estructura y visión de conjunto. - Hay mas posibilidades de que no se recuerde en el momento del examen, pues el aprendizaje habrá sido normalmente defectuoso. - Te fatigas mas y quedas con una sensación desagradable y más aversión al estudio, lo que repercutirá negativamente en tus futuros estudios. No te dejes deslumbrar por esas supuestas heroicidades de las que algunos alardean: «Me he levantado a las cuatro de la mañana», «No me he acostado en toda la noche...» y otras semejantes. Si el embotellamiento final no es generalmente bueno, es peor todavía cuando se hace a costa del sueño. El tiempo que se roba al sueño se paga con creces en el momento del examen con nerviosismo, confusión, cansancio y hasta bloqueo del recuerdo. Solamente se puede justificar ese modo de proceder, como ya te dijimos en el capítulo 2, cuando no se ha estudiado nada.
La víspera del examen Es especialmente importante que ese día no estudies materia nueva. Puedes, sin embargo, dar una repaso, con tranquilidad y serenidad, que no te lleve mucho tiempo. Pero es más aconsejable todavía que ese día, aunque te parezca que debes hacer todo lo contrario, lo dediques fundamentalmente a descansar: dormir bien, un espacio de tiempo dedicado al ejercicio físico (tu deporte preferido y/o un paseo). Confía en que es mas provechoso para el éxito en el examen el que vayas descansado y en forma, que con lo que puedas aprender en un rato de estudio apresurado. Ten presente que el resultado del examen será consecuencia, no sólo de lo que sabes sino también, y de un modo especial, de tu situación psíquica. Procura, sobre todo, estar emocionalmente tranquilo, con confianza y no con actitud de fracaso o anticipando ya la derrota.
Durante el examen Con esta actitud emocional de tranquilidad y confianza en tí mismo, compensa también el nerviosismo con la relajación mental. Cuenta serenamente con que algo no recodaras de momento, pero que es mas lo que puedes recordar si no estas nervioso, porque lo que has asimilado de verdad no se olvida fácilmente. Reflexiona sobre estos consejos: • No dejes de presentarte a un examen salvo por razones muy especiales y nunca por una decisión repentina. El modo como hago el repaso final. ¿se atiene a los consejos anteriores? ¿cómo debería ser?
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• Has de ir provisto de todo lo necesario: para escribir (es conveniente llevar uno de repuesto), los instrumentos que necesites para cada examen (tablas de logaritmos, diccionario,...) y el reloj para planificar el tiempo (no para que te pongas nervioso). • No ir con demasiado antelación o, en todo caso, evitar las conversaciones tan frecuentes en la antesala del examen sobre el mismo examen («Seguro que pregunta...», «¿A que no sabes...?», y otras semejantes). Este ambiente de pesimismo y ansiedad favorece muy poco tu estar en forma durante el examen y su mismo resultado. • Colócate, si es tu aula de clase, donde normalmente lo haces, para que no se quede el profesor con la sospecha de que estás dispuesto a copiar. • Lee, ante todo, las instrucciones que te den por escrito o las que te ordenen, copiar. Puede que precisen de varias lecturas, para que caigas en la cuenta bien de lo que se te pide. No comiences a escribir sin antes tener seguridad de que las has comprendido. • Haz un reparto aproximado del tiempo que te dan entre la tarea que tienes que hacer. No te olvides de dejar 10 ó más minutos para el repaso. • Trabaja aprovechando el tiempo, pero no empezando enseguida a escribir: échale primero un vistazo a todo el examen. • No te inquietes porque otros terminen antes que tú. Sigue el ritmo que te marque el plan que te has propuesto. • Respecto a utilizar «chuletas» o cualquier otra modalidad de lo que se llama «copiar», sabes que corres con ello el peligro de ser sorprendido por el que vigila. Pero es peor todavía el deterioro que puede causar en la imagen que tienes de ti mismo, si lo practicas frecuentemente. Puedes, incluso, presumir de tu «técnica», pero si caes en la cuenta y eres sincero contigo mismo, encontrarás en tu actuar una dimensión de inautenticidad, lo contrario de cuando el resultado de tu examen es fruto exclusivo de tu trabajo.
Clases de exámenes Lo dicho hasta aquí vale para cualquier examen en general. Pero hay diversas modalidades de exámenes, para cada una de de las cuales hay que tener en cuenta ciertas observaciones con cretas.
Examen a base de pruebas objetivas También llamadas preguntas «tipo test». Son cada vez más frecuentes por la rapidez y objetividad en la corrección, dado que frecuentemente se corrigen mecánicamente o con plantilla. Por lo general, se trata más de evaluar la capacidad de reconocer la solución correcta y el sentido crítico del examinando que la capacidad de reproducción de memoria. Hay varias modalidades todavía que distinguir dentro de las pruebas objetivas: • Pruebas de enlazar. Te dan dos listas- una mayor que otra- de conceptos, hechos o nombres y se trata de enlazarlos correctamente. Al responder este tipo de pruebas debes tomar como punto de referencia la lista en la que debes escribir el número que corresponde, empezando por responder a los que estés completamente seguro. V.g. Enlace cada autor con la obra que escribió. Para ello escriba delante de cada una de las obras (en los tres puntos) el número del autor que le corresponde. 1 Cervantes
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... Requiem por un campesino español.
2. Becquer 3. Quevedo 4. Valle Inclán 5. Cela 6. Martín Santos 7. Sender 8. Baroja
... Sonatas. ... Tiempo de Silencio. ... Pabellón de reposo. ... La vida del Buscón. ... El Quijote. ... Cartas desde mi celda.
• Pruebas de completar brevemente. La tarea consiste en completar una afirmación con una o dos palabras. Vg.: La vida de 1. Kant transcurrió en su mayor parte durante el siglo • Pruebas de verdadero o falso. O de SI -NO, CORRECTO - INCORRECTO, etc. En ellas el examinando debe expresar su juicio sobre cada una de las proposiciones que se le ofrecen, mostrando su acuerdo o desacuerdo. Vg.: El hipotálamo es una estructura incluida dentro del encéfalo. V F. • Pruebas de elección múltiple. En ellas, tras la formulación de la pregunta o afirmación, se nos da la respuesta correcta, pero incluida entre otras que no lo son y de las que aparentemente no se diferencia. Vg.: La Revolución francesa comenzó en el año: A. 1976 - B. 1879 - C. 1789 - D. 1697. Respecto a este último tipo de pruebas objetivas daremos algunas recomendaciones para su respuesta, que en buena parte valen también para los demás tipos: • Lee atentamente las instrucciones. • No olvides de poner tu nombre en el lugar adecuado, pues de lo contrario sería casi imposible averiguar quién lo ha rellenado. • Echa un vistazo, en primer lugar, para repartir el tiempo aproximadamente. • En cada una de las preguntas presta especial atención (si puedes, subráyalas) a las que podemos llamar palabras -adjetivos o adverbios- claves, las cuales te indican bajo qué condiciones es correcta o no cada una de las respuestas. Estas palabras pueden ser: Siempre Nunca cada buen malo Invariablement Todos ninguno a menudo Muchos Más peor De ordinario la mayoría igual a veces Algunos menos rara vez Pocos mejor u otras semejantes. • Contesta primero las preguntas fáciles y no te atasques en las difíciles. Todas suelen valer igual y tienes que llegar hasta el final. Cuando hayas llegado al final, vuelve a dar otra vuelta y, así, cuantas veces sea necesario. • En las que son de elección múltiple, ve eliminando mentalmente las que son equivocadas, hasta quedarte con la que juzgas que es verdadera.
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• En las de V o F y las de elección múltiple, no es raro que se penalice el responder al azar, es decir, que los errores, además de no puntuar, restan puntuación. Se' suele utilizar esta fórmula para obtener la puntuación definitiva.
E p = A - _______ n-1
P = puntuación final. A = número de aciertos. E = número de errores. n = alternativas que se dan y entre las cuales hay que elegir la correcta.
Si es posible, entérate con seguridad si se aplica o no esta corrección. En caso afirmativo o de que tengas fundadas sospechas de que sí, debes tener cuidado de no responder sin estar seguro. Puede que valga la pena apostar en algunas ocasiones, pero sólo cuando tienes bastantes probabilidades de acertar. No lo hagas por las buenas y tampoco muy frecuentemente. + Cuando hay varias respuestas que juzgas son igualmente correctas, elige la que esté de acuerdo con el estado actual de la cuestión (pero no con la última noticia del periódico), con lo que dice el libro de texto o se ha explicado en clase, es decir, según el sentido común, y no intentando ir a lo improbable, rarísima excepción o todavía hipotético. Una prueba objetiva bien construida no debe tratar de «ir a cazar», sino valorar tu capacidad de reconocer y de valorar críticamente. + Al revisar tu examen, cambia una respuesta sólo si estas seguro de que la pusiste mal. Cuando no sea este el caso, déjate guiar por tu primera impresión.
Examen de preguntas ensayo o tema Este sistema todavía sigue siendo mas frecuente en la actualidad que el de pruebas objetivas, variando notablemente, de unas ocasiones a otras el número de preguntas que se hacen, la longitud de las mismas, su dificultad y el grado de elaboración personal que exige su respuesta. Dada la generalización de esta modalidad de examen, te invito a que reflexiones sobre estas recomendaciones: • Si te dan a elegir de entre varias preguntas, decídete lo primero de todo. Esto supondrá que habrás hecho un calculo rápido, pero bastante completo de lo que responderías a cada pregunta, después de haber conocido bien lo que en cada una de ellas se pide. • Distribuye el tiempo de acuerdo con la dificultad, importancia (a veces la indica el examinador), dejando, como ya te he indicado antes, un tiempo para el repaso. Al principio del examen no solemos ser conscientes de la limitación del tiempo, pero en los últimos minutos... Si ves que te falta tiempo, en lugar de ponerte nervioso tiende a sintetizar todo lo que puedas, indicando que conoces la respuesta. • Tras echar un vistazo al conjunto del examen, considera en particular cada una de las preguntas, haciendo un breve esquema mental o por escrito de lo que vas a tratar en cada una (puedes utilizar, si no hay inconveniente por parte del examinador, el mismo impreso que te dan con las preguntas). • Si te lo permiten, responde primero a las preguntas que te resulten más fáciles. Esto te dará confianza y tranquilidad, a la vez que te hará acumular puntos seguros.
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• Lee bien cada una de las preguntas antes de responder, mostrando, antes de todo, que entiendes-lo que se te pregunta. Suele haber unas palabras clave que son importantes para saber exactamente lo que se nos pide y lo que no se nos pide. Su significado, además de por el diccionario, puedes conocerlo por el cuadro en que aparecen brevemente definidas.
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Documento
6.C.-
Ficha
Cómo estudiar, por Staton, Thomas F., 10ª. reimpresión, México, editorial Trillas, 2004, págs. 65 a 71.
Participación en la clase y cómo resolver los exámenes
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Hasta aquí, este manual se ha dedicado prolijamente a exponer los procedimientos con los que puedas asimilar, con mayor eficiencia, las ideas, los conocimientos y lo que se te enseña. Sin embargo, como todo estudiante sabe, la educación también implica tu presencia ante el profesor para que examine y juzgue los resultados de tu estudio y aprendizaje. En otras palabras, la educación implica la exposición adecuada de tu conocimiento, así como el desarrollo y el progreso de ese mismo conocimiento, y esta exposición del conocimiento generalmente se demuestra mediante alguna de las dos formas siguientes: por las preguntas que se hacen en la clase, y por los resultados obtenidos en las pruebas o exámenes. Precisamente, como las hubo para los procesos "parciales", hay algunas técnicas que permiten aumentar tu dominio "general" de la educación. Veremos algunas de ellas en este capítulo. Participación en la clase Hay profesores a quienes les agrada que sus alumnos expresen sus ideas y hablen sobre los temas que se han estudiado. Otros no siguen este procedimiento. Algunos llaman a los estudiantes por su nombre para que contesten preguntas especiales o para que expongan temas específicos. Unos hacen preguntas o promueven la discusión de temas con toda la clase en general. Cada uno tiene sus razones para el procedimiento que sigue, y tú obtendrás mayor beneficio y agrado de su curso si cooperas con él. Si él no desea discusiones en su clase, tu cooperación consistirá en aplicar los principios del aprendizaje a sus explicaciones. Si, por otra parte, desea que los integrantes de la clase se expresen y participen en la discusión de los temas, o que contesten preguntas, será ventajoso que te prepares para hacerlo así. Contestar preguntas puede requerir razonar y recordar datos. Por ejemplo, "¿Cuáles son los efectos sociales y económicos de la política llamada del Nuevo Trato?", es una pregunta que seguramente podría contestarse con sólo recordar los datos proporcionados en el libro de texto. "¿Cuál sería la diferencia entre la aceptación, hoy en día, de una innovación económica como la del Nuevo Trato, y la aceptación que recibió en los años treinta?" Lo que se tendría en cuenta para esa diferencia, probablemente requeriría un análisis y una síntesis cuidadosos para dar una respuesta. Por supuesto también necesitarías tener un conocimiento profundo de los hechos como lo tuviste para la primera pregunta. Puedes anticiparte y prepararte para contestar todo tipo de preguntas, des arrollando los pasos FORMULARSE PREGUNTAS Y HABLAR PARA DES CRIBIR O EXPONER LOS TEMAS LEÍDOS, del método EFGHI (PQRST) Algunas veces el maestro abrirá las puertas a una discusión general diciendo algo como: "¿Qué temas de la lección dE hoy les gustaría explorar un poco más que el autor?" o "¿QuE ideas de este capítulo les parece que estimulan más el pensamiento?" Aquí, el profesor está avivando el interés de la clase para dirigir la discusión, y el uso imaginativo del paso FORMULARSE PREGUNTAS al estudiar, te proporcionará las bases para aprovechar esta oportunidad. Siempre que un maestro haga preguntas, comentarios < exposiciones, te está ofreciendo la oportunidad de mostrar ti conocimiento, tu imaginación y tu habilidad... para manifestar tus pensamientos relacionados con el tema en cuestión. A evaluarte como estudiante tendrá en cuenta tu habilidad y tu buena voluntad para responder a tales oportunidades. Algunos hacen esto poniendo calificaciones específicas cada vez que una persona contesta una pregunta. Otros lo hacen para formarse un juicio de las cualidades generales de la participación oral de un estudiante y para tenerlo en cuenta cuando pongan la calificación final. En todo caso te será útil haber participado, libre y convincentemente, en las discusiones de la clase. Y si tu
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profesor prefiere decir: "¿Qué preguntas se formularon como resultado de la lectura de nuestro trabajo para hoy?", él tendrá en cuenta tu agilidad mental y tu capacidad para pensar claramente, según el grado en que tu imaginación y tu curiosidad te hayan llevado más allá de una mera aceptación pasiva de lo que el autor tenía que decir. Hay un medio afortunado de participar en las discusiones de la clase. En un extremo, que no es deseable, está el estudiante que nunca acepta ninguna responsabilidad para contribuir en la clase y que, a menos que sea especialmente interrogado, permanece sentado silenciosamente. En el otro extremo tenemos al alumno que siempre tiene algo que decir, debido a que no tiene inhibiciones para hablar con cierto atrevimiento, a que es más rápido en sus procesos mentales, o a que tiene más conocimientos sobre la materia y tiende a monopolizar la discusión dejando al margen a los participantes potenciales menos decididos. En el punto medio se encuentra el estudiante a quien todos los maestros que emplean la discusión como un medio de instrucción, les gusta tener en sus clases: el que siempre es capaz y está dispuesto a participar en la discusión, pero cuya participación se mantiene en un nivel que estimula a otros a participar también. Alcanzar este feliz medio no es cosa difícil ni imposible. El estudiante, a nivel profesional, ha desarrollado ya un espíritu de acercamiento social y de afabilidad. Si simplemente se aplica esto a la pregunta: "¿Cuánto debo hablar en clase?", el estudiante tendrá, en general, una guía suficientemente amplia. "Qué decir", es un problema grande; "qué tanto decir", o "qué tan frecuentemente mencionarlo", son problemas menores. Tú puedes carecer de la experiencia para expresar con palabras tus pensamientos y tus ideas sobre una materia técnica como la biología, la literatura inglesa, o la psicología; pero también en este aspecto te ayuda el sistema EFGHI (PQRST). En la etapa de FORMULARSE PREGUNTAS, precisamente las construyes para guiar tu estudio. Ya se trate de una pregunta sin respuesta, o bien de alguna que profundice en el tema más allá del área cubierta por el texto, se dispone de una pregunta legítima y propia que pudiera hacer si se presenta la oportunidad. ¿Pide el profesor que se discuta algún tema? Al llevar a cabo el paso HABLAR PARA DESCRIBIR O EXPONER LOS TEMAS LEÍDOS, practicaste cómo expresar las ideas de tu texto con tus propias palabras. En ambas etapas (FORMULARSE PREGUNTAS Y HABLAR PARA DESCRIBIR O EXPONER LOS TEMAS LEÍDOS) empleaste tu imaginación iniciativa para revelar destreza al pensar y hablar sobre el tema en cuestión, y esta destreza se transformará aumentando tu habilidad para expresarte inteligentemente sobre los temas que planteó el profesor para que se discutieran.
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Es tan sencillo como esto: si has practicado haciéndote preguntas sobre un tema, y si has expresado tus pensamientos acerca de él, podrás discutir este tema cuando el maestro te ofrezca la oportunidad de hacerlo así. Podrás hablar más lúcida y coherentemente para mostrar tus conocimientos y poder de razonamiento de un modo eficaz. Ten en cuenta lo siguiente: cuando un profesor hace preguntas o pide observaciones, quiere respuestas u observaciones. Los estudiantes que las proporcionen están cumpliendo con parte de lo que se espera de ellos. Él propiamente, tiene esto en consideración para determinar la actitud general del estudiante en su curso.
Resolución de pruebas y exámenes Las pruebas y los exámenes no serán mayor obstáculo para ti, si has estudiado tus trabajos por un mes, un trimestre, o un semestre, empleando el sistema EFGHI (PQRST), y has tomado notas y las has revisado según se recomienda en este libro. Una cantidad razonable de repasos, de tus textos y notas aplicando la etapa INVESTIGAR QUÉ CONOCIMIENTOS SE HAN ADQUIRIDO, deberá prepararte para sustentar mejores exámenes. Pero si hay algunos principios para estudiar y aprender con los que se obtiene la máxima eficiencia, también hay técnicas para presentar exámenes en las que realmente se puede confiar para ganar unos cuantos puntos más.
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Pruebas objetivas Si presentas una prueba objetiva (de selección múltiple, de falso y verdadero, o de tipos comparables), probablemente obtendrás los mejores resultados siguiendo estos procedimientos: a) Lee, una pregunta rápidamente, con la máxima concentración, y contesta basándote en tu primera impresión. b) Luego vuelve a leerla, preguntándote lo que realmente significa, expresando tus pensamientos con tus propias palabras como lo hiciste en la etapa HABLAR PARA DESCRIBIR O EXPONER LOS TEMAS LEÍDOS del método EFGHI (PQRST) y esfuérzate por comprenderla. c) Pregúntate si tu respuesta original todavía parece correcta a la luz del análisis completo de la pregunta; pero no cambies tu respuesta por una mera duda... cámbiala solamente si encuentras indicaciones claras de que está equivocada y de que la otra es correcta. d) Ten siempre presente que tu profesor no trata de engañarte con las preguntas. Están formuladas para medir tu conocimiento de una materia y no tu ingenuidad para resolver rompecabezas orales. Así que no te pases de listo buscando interpretaciones tortuosas y complicadas, y menospreciando lo evidente.
Pruebas de conocimientos Al hacer una prueba en la que vas a escribir respuestas con tus propias palabras sigue estas reglas: - a) Lee la pregunta cuidadosamente. Después vuelve a leerla y expresa su significado con tus propias palabras. Revisa cada palabra de la pregunta para ver si tu interpretación omitió alguna idea. - b) En un pedazo de papel prepara tu respuesta antes de escribirla definitivamente. En esta forma puedes organizar tus pensamientos, revisar tu respuesta en busca de posibles omisiones, y presentar una exposición más coherente y lúcida de lo que podrías si nada más escribieras tus pensamientos según se te fueran ocurriendo. - c) Escribe con una buena pluma o un lápiz bien afilado para que tu escritura pueda leerse fácilmente, que no sea débil ni imperceptible, ni confusa ni apretujada; evita omisiones en tus renglones. - d) Cuida tu escritura, ortografía y puntuación. No importa cuánta historia, o literatura, o lo que sea, puedas saber, ya que causará muy mala impresión a tu profesor que sus preguntas se contesten con garabatos casi ilegibles, con oes que parezcan aes, o con rasgos caprichosos que sólo oscurecen las letras. El maestro, por ser especialista que ama su materia, se disgustará justificadamente si contestas con faltas de ortografía propias de un analfabeto, o si dejas escritas expresiones difíciles de interpretar debido a una mala puntuación. - e) Vuelve a leer tus respuestas después de haber terminado tu prueba; asegúrate de que estén completas, y revisa tu redacción, ortografía y puntuación. Todos estos factores se relacionan con tu dominio de una materia determinada. (¿Cómo puedes escribir sin faltas de ortografía si no consultas un diccionario del que, además, es poco probable que puedas disponer durante tus exámenes? Observa la ortografía de las palabras que no te sean conocidas mientras estás estudiando, y consulta su ortografía cuando las emplees en las notas que preparas ¡fuera de la clase!) Observación: No hay sustitutos para el tiempo de aprendizaje. Sin embargo, si practicas regularmente los procedimientos y principios expuestos en este manual, lograrás aprender y recordar más con cualquier tiempo y esfuerzo que dediques al estudio. ¡Buena suerte en tus estudios!
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Documento
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Ficha
Técnicas de aprendizaje y estudioAprender en la escuela, por Noguerol, Artur, 3ª. Ed., Barcelona, editorial Graó, 2002, págs. 165 a 174.
7.5. Los exámenes Desde el principio, es oportuno aclarar que, este apartado, no incluye ninguna propuesta sobre las formas de evaluación, ni ningún análisis sobre la conveniencia o las posibilidades de objetividad de los exámenes. El objetivo de este apartado es analizar las implicaciones que la manera de evaluar a los alumnos ha de tener en las actividades docentes; es decir, cómo se tienen que estructurar estas actividades docentes y evaluadoras de modo que sirvan para mostrar lo que el alumno sabe y no se planteen como una trampa para cazarlo en lo que no sabe. El examen tiene que cumplir dos funciones una respecto al alumno, pero otra para el docente que podrá así regular su actividad docente y ver en qué falla. De hecho, se puede encontrar información acerca de la evaluación con bastante facilidad porque es un tema sobre el cual se escribe mucho desde perspectivas teóricas muy diversas -existe tanta información al respecto, que alguien ha llegado a afirmar: «Con tanta evaluación, no quedará tiempo para enseñara. De todos modos, antes de entrar en detalles conviene hacer algunas precisiones. Para que no haya confusión, evaluar es el proceso de control del aprendizaje que puede realizar quien enseña o quien aprende. Este control puede efectuarse sobre los resultados -lo que se ha aprendido- o sobre el mismo proceso -cómo se aprende-. Ambos son necesarios para asegurar la eficacia de la acción educativa. En este proceso de control del resultado, realizado por el que enseña, el examen es uno de los instrumentos más utilizados. Además, hablar de los exámenes en este capítulo da una pista sobre la función que se les atribuye -o que habría que atribuirles-, son una modalidad más de la manera de comunicar la información. Por lo tanto, la posibilidad de control también puede quedar determinada por cualquier otra forma de comunicación, la exposición oral -las famosas preguntas en clase-, o variantes de los trabajos escritos; incluso se podría decir que es deseable la utilización de diversos medios. Ante los exámenes, se pueden adoptar muchas actitudes distintas; pero independientemente de la opción personal del profesor, habrá que proporcionar a los alumnos las técnicas necesarias para que los puedan solucionar los que se realicen en el centro y pueda abordar otros que se realicen fuera de él. Y, aunque el profesor o el centro no sean partidarios de utilizar estos instrumentos de evaluación, es bueno preparar actividades para que los alumnos aprendan a solucionarlos. En el segundo capítulo, hacíamos referencia a los problemas de higiene en el trabajo escolar, que provienen de una falta de planificación y de coordinación en cuanto a las tareas y a los deberes en casa. La falta de planificación en los exámenes es otra fuente de problemas; cuando se aproximan las fechas en que se han de realizar las sesiones de evaluación se produce una invasión de exámenes y trabajos que tienen muy poco de educativo, sobre todo si pensamos que quien mucho abarca poco aprieta y que más vale poco y bien, que mucho y mal. Este hecho se agrava si tenemos en cuenta que a menudo los exámenes se plantean más como una carrera de obstáculos que hay que superar, que como un análisis objetivo de lo que los alumnos han interiorizado. El profesorado tiene que modificar su perspectiva en la redacción de los exámenes y los objetivos que pretende si quiere realmente educar. Los exámenes son unos controles del proceso educativo y su función básica debería ser el provocar la revisión de la acción educativa por parte del maestro. Si eso es así, el examen proporciona pistas sobre los alumnos, pero sobre todo orienta al profesor acerca de las posibles causas de éxito o fracaso de su acción educativa. Así pues, la redacción de los exámenes deberá tener en cuenta las actividades realizadas durante las clases y las propuestas de trabajo personal que hayamos estructurado. Otra variable que habrá que tener presente es la tipología de los exámenes como opciones del maestro al redactar las preguntas. Estas posibilidades tienen repercusiones directas en la preparación del examen por parte del alumno. A menudo, los profesionales de la enseñanza consideran lógica para la materia de su especialidad la clase de exámenes que tuvieron durante su carrera. Esta situación, comprensible por los planes de estudio de los profesores en este momento, hace que no exista un mínimo de crítica respecto al instrumento de evaluación y que las deficiencias que se detectan se atribuyan con demasiada tranquilidad a las carencias de los alumnos. Un mínimo de información al respecto facilitaría el trabajo de los alumnos en cuanto al dominio de las técnicas de respuesta de los exámenes. Así se podría hablar con más precisión de las deficiencias en el conocimiento de la materia, dado que habríamos eliminado la variable de las deficiencias ante el examen.
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Exámenes orales a) La exposición oral de un tema que seguirá un proceso similar al de la redacción y a determinados trabajos monográficos. b) Preguntas orales de respuesta breve hasta cierto punto parecido a los exámenes escritos, y relacionado con actividades orales que hemos sugerido anteriormente. Las técnicas de este tipo de controles son las mismas que hemos descrito al hablar de la lengua oral.
Exámenes escritos a) Redacción de un tema o ensayo: requiere cierta madurez y el dominio de la lengua escrita. No se puede exigir hasta los niveles superiores de la Enseñanza Obligatoria y ciñéndose a aspectos muy concretos y de poca complejidad que antes ya hayan sido planteados en clase como temas de redacción. b) Preguntas de respuesta breve- extremo opuesto de la redacción. Este tipo de examen es uno de los más sencillos y su preparación es muy simple si se la relaciona con la actividad escolar de aprendizaje (A medida que la pregunta implica más aspectos que responder puede servir de paso previo para aprender a contestar preguntas temáticas). c) Pruebas de problemas relacionadas directamente con estas actividades escolares. d) Pruebas objetivas: exigen un conocimiento muy preciso de las técnicas estadísticas. Pueden presentarse con dos o más alternativas de respuesta de manera que entre las respuestas siempre se encuentra la correcta o con espacios en blanco a rellenar. A veces también se denominan exámenes ciertas actividades de comunicación de la información que ya hemos descrito por ejemplo, trabajos monográficos-, o proyectos en los cuales se modifican considerablemente las condiciones restrictivas de los exámenes que acabamos de clasificar: se concede más tiempo para su realización, se pueden consultar materiales u otras personas; en definitiva, no hay el aislamiento que tanto impone a los alumnos. Finalmente, la edad de los alumnos es otro condicionante importante a tener en cuenta en la planificación y la redacción de los exámenes. En los primeros grados, los exámenes tienen que ser variaciones de ejemplos sobre los mismos ejercicios realizados en clase. Por lo tanto, los tipos de exámenes coinciden con las actividades que programamos para el trabajo de cada una de las áreas de aprendizaje. Para los maestros de estos niveles, puede resultar muy interesante y útil la lectura de G. de Landsheere, (1973) que plantea los distintos aspectos que se han de tener en cuenta en la evaluación con una visión realista y a la vez crítica. Tiene además un apartado para la redacción de exámenes y la cuantificación de los resultados de lectura fácil para quien no esté introducido en la estadística. Evidentemente, no se puede hablar con propiedad de la preparación de exámenes hasta que no se pueda hablar de un mínimo estudio personal -que se podría en los primeros años de Primaria, en estos niveles, examen y tarea escolar son lo mismo. Si pensamos en los otros niveles educativos, la tipología de los exámenes y la necesidad de la preparación adquieren toda su dimensión. Una vez enunciados estos elementos, que son la referencia en la cual hay que situar lo que diremos sobre estos instrumentos de evaluación, pasemos a observar el proceso de esta técnica. Dividiremos el proceso en tres fases: la preparación de los exámenes -ya sea específica o general-, la realización y lo que hay que hacer después de la corrección.
• Preparación general Esta etapa comprende el momento de la captación y reestructuración de la información. Si el alumno sabe qué tipo de control final tiene que realizar, puede aplicar las técnicas, de manera más precisa algo que los alumnos hacen espontáneamente, cuando saben qué tipo de exámenes suele hacer cada profesor.
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Esto debe servirnos de modelo para introducir la preparación general: las actividades que realicen los alumnos para la captación de la información servirán de esquema para la redacción del examen. Éste será el momento ideal para que el alumno ejercite las técnicas que tendrá que utilizar en el examen. Si durante la captación hemos ido ayudándolo en estos mecanismos, ante el examen se podrá concentrar en los aspectos más de fondo. También habrá que ayudarlo en la reestructuración y la conservación de la información. Si el alumno, una vez acabada la clase, se olvida de los apuntes y ni siquiera mira el trabajo hecho, cuando llegue el examen es más que probable que no pueda solucionarlo o, si lo hace, no llegará a interiorizar los contenidos adecuadamente Tal como dijimos al hablar de la memoria, hay que revisar con cierta periodicidad lo que se ha trabajado en clase. Después, en casa, hay que revisar los apuntes contrastándolos con otras fuentes de información o simplemente ordenándolos para su conservación. Hay que fomentar esta tarea desde la clase; los deberes pueden servir de ayuda. Dichos deberes exigen una buena organización del maestro y, así, habrá que dejar de lado trabajos para avanzar en el programa y concentrar la atención en la organización del material trabajado en la clase con la perspectiva de la preparación general del examen. Igual que sucede con los demás deberes, tendremos que controlar de qué manera el alumno ha organizado el material y las dificultades que ha encontrado. También desde la clase habrá que potenciar la revisión periódica de los materiales organizados. Deberemos pedir con cierta periodicidad trabajos en los que hay que repasar el material ya trabajado. Para ello programaremos de acuerdo con los alumnos, sesiones en las que tendrán que explicar el proceso de repaso que van haciendo. Además, se puede pedir el resumen de alguno de los apartados fundamentales del tema objeto del futuro examen, ya sea con una pregunta o un guión de redacción. Estos ejercicios pueden utilizarse para ejercitar la manera de responder a las preguntas del examen.
• Preparación específica Cuando hablamos de preparación específica para un examen nos referimos al conjunto de actividades encaminadas directamente a la solución de un examen cuyo tiempo de realización, la materia de que trata y la forma de realizarlo hemos concretado. Esta preparación se realiza cuando se aproxima la fecha prevista para el examen, supone un último peldaño en la línea diseñada al hablar de la preparación general y tiene unas características concretas: a) Esta preparación se debe hacer únicamente con los materiales elaborados por el propio alumno en la preparación general; volver al libro de texto o a las fuentes de consulta sólo tiene sentido para consultar dudas muy precisas o porque hay esquemas o resúmenes de interés. b) Según el modelo de la preparación general, será bueno que, después del compendio del material elaborado, cada alumno redacte una serie de preguntas posibles después de que el profesor, junto con los alumnos, haya especificado cómo piensa hacer el examen. Esta técnica, que algunos denominan preparación de examen, se puede realizar pidiendo a los alumnos que, además de las preguntas posibles, den una respuesta esquemática que se corregirá conjuntamente en clase (el debate que se puede generar en la corrección colectiva es otra técnica de aprendizaje relacionada con el examen). Esta clase de preparación es más complicada cuando el examen es una prueba objetiva -de respuestas cerradas. En este caso, será preferible pedir a los alumnos que redacten o digan en voz alta preguntas teniendo en cuenta que deben tener respuestas muy precisas y cortas. c) Si en el examen se han previsto problemas o actividades de carácter práctico, habrá que rehacer los ejercicios de clase, y es deseable que el alumno verbalice el proceso seguido en la solución. d) Ahora, es necesario que el alumno lea los materiales elaborados hasta este momento. Dicha lectura se tendrá que hacer en voz alta y como si fuera la respuesta a la preguntas de examen que ya tiene preparadas. También será conveniente redactar algunas de las respuestas para comprobar el grado de interiorización y dominio de la expresión escrita de aquellos contenidos. En este punto, más que en cualquier otro momento del proceso, puede ser muy útil que dos o tres alumnos se reúnan para estudiar. Si se van haciendo preguntas como las diseñadas en la preparación del examen y entre ellos contrastan las diferentes maneras de responderlas, pueden llegar a un buen conocimiento de la materia y, sobre todo, a una buena preparación para el examen.
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• Realización del examen Ciertamente, en la realización de los exámenes participan muchos elementos que tienen poco que ver con el control objetivo y mucho con un extraño deseo de complicar las cosas. El examen es una actividad individual, pero no hay que exagerar el ambiente y el control sobre los alumnos para que no copien -evidentemente, no han de copiar. Debemos crear un clima de seriedad, exigencia y concentración, que no tiene porque estar reñido con la tranquilidad y la confianza de los alumnos. Precisamente, para crear este clima puede ser bueno que, al empezar la actividad, el maestro haga un recordatorio de las normas básicas que hay que tener presentes en las respuestas -según el tipo de examen de que se trate-, el reparto del tiempo, la presentación, etc., aspectos que se deben haber comentado con los alumnos previamente y que pueden guardar en un dossier sobre los exámenes. Con este tipo de actividades realizamos explícitamente lo que los alumnos aventajados realizan espontáneamente ante un examen, de esta manera damos a los alumnos con más dificultades la posibilidad de encontrar sus propias estrategias ante los exámenes.
• Después de la corrección Si el examen tiene que ser un instrumento de aprendizaje, lógicamente el proceso de las actividades relacionadas con el mismo no puede acabar con la nota más o menos fría que aparece en su corrección. Los exámenes, ya lo hemos dicho, sirven para que el maestro pueda reestructurar su programación, pero también deben servir para que los alumnos saquen provecho y modifiquen sus estrategias de solución. Primero, tienen que cambiar su plan de trabajo si ven que el motivo de los malos resultados ha sido una manera poco adecuada de trabajar. Pero el examen corregido también puede ser motivo de una revisión de los contenidos mal memorizados por los alumnos. A través de las correcciones del maestro, los alumnos pueden ver dónde han fallado y por qué. Desde la clase se puede fomentar el hábito de la revisión del examen, haciendo que los alumnos comenten entre ellos cómo han solucionado los ejercicios; entre todos podemos comentar los principales errores que han cometido, y volver a hacer los ejercicios que mayoritariamente no se han resuelto bien. En definitiva, se trata de acabar el proceso utilizando el mismo instrumento de control como herramienta de aprendizaje.
7.6. Progresión de las diversas técnicas La redacción de una escala de progresión de las técnicas de comunicación de la información tiene que ser paralela a la de la programación de las materias del curso y ha de tener en cuenta los instrumentos de evaluación que se piensa utilizar. Evidentemente, estas escalas de progresión sólo las puede elaborar cada centro educativo, y presuponen un acuerdo previo de todos los componentes del claustro del centro -ésta podría ser una tarea bastante interesante y útil para los diversos departamentos. Los elementos que habría que incluir en el diseño de dichas escalas de progresión serían: a) Exposiciones orales: El primer grado de dificultad lo establecen las preguntas en clase y la demanda de respuestas concretas y más o menos largas en los primeros niveles de la enseñanza; luego se pasa a la exposición de aspectos de la materia cercanos a los alumnos, y el grado más elevado de dificultad se halla en la exposición de temas relacionados con la materia pero que los alumnos tengan que estructurar desde el principio. Respecto a las actividades que hay que realizar, debemos decir que los libros que hablan sobre la expresión oral aportan bastantes ideas que también podemos encontrar en libros sobre técnicas de dinámica de grupo. En la clase, con las preguntas y las breves exposiciones acerca de temas concretos de las materias del curso se pueden realizar suficientes actividades, si se procura reflexionar sobre la forma de estructurar las respuestas y los errores que se detectan. b) Los trabajos escritos -de tipo monográfico- hay que relacionarlos con las tareas de grupo y, más concretamente, con la
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redacción de los dossiers de las salidas de campo y las observaciones de la realidad. De nuevo, nos encontramos con la necesidad de una programación por parte del centro para asegurar una buena progresión en la ejercitación de dicha técnica. Es esencial que el centro, teniendo en cuenta las necesidades de cada materia y las posibilidades del entorno, haga una programación que incluya las salidas y visitas con la progresión de los trabajos que con este motivo se pueden ir haciendo a lo largo de toda la escolaridad. Otras programaciones más utópicas únicamente sirven para el escaparate, y no para el aprendizaje de los alumnos. En cuanto a las actividades que se pueden realizar, no es necesario hablar del contexto de referencia -salidas, visitas y trabajos de campo o laboratorio- que ya hemos comentado anteriormente. A modo de ejemplo de las diferentes áreas que hay que tener en cuenta, enumeraremos: 1. Actividades relacionadas con la construcción del guión. Proporcionar un índice a los alumnos para que escojan los aspectos más relacionados con el tema en cuestión y elaboren el guión. Dar dos o tres índices diferentes, que escojan los aspectos y los estructuren. Dado un título genérico y una lista desordenada de aspectos posibles, hacer que elaboren el guión del trabajo. Proporcionarles un guión de trabajo incompleto y hacer que el grupo de alumnos lo complete. 2. Actividades relacionadas con la búsqueda de información. Darles un tema para que hagan un vaciado de los libros que podrán consultar en la biblioteca. Lo mismo, pero realizando la búsqueda con enciclopedias y revistas. Una vez planteado el tema, hacer una propuesta de lugares en los que pueden encontrar información y construir el modelo de las encuestas o las entrevistas que les ayudarían en la búsqueda de dicha información. 3. Actividades relacionadas con la elección de la información. Proporcionarles un esquema y que escojan entre otros guiones qué aspectos habría que utilizar para completar la información. Asimismo, con un guión previo, darles informaciones breves -resúmenes o esquemas- y escoger las pertinentes. c) Si hablamos de la progresión de la utilización de los medios de comunicación, en este caso tendremos que introducir una variable importante: los medios concretos a los que tienen acceso los alumnos del centro y la preparación que tienen los maestros de cada materia. Es evidente que cuanta más preparación y más medios, más posibilidades hay de establecer una progresión que tenga en cuenta las necesidades de los alumnos. Cuantas menos posibilidades haya, habrá que pensar en una utilización más restringida -se corre el peligro de querer abarcar demasiado. En cuanto a las actividades, conviene no perder de vista la necesidad de la preparación teórica del guión literario -que coincide con los primeros aspectos de la elaboración de un trabajo monográfico. Sólo con una fundamentación adecuada de estos primeros pasos tendrá sentido la presentación del trabajo con estos medios como comunicación de la información. Al introducir la utilización de estos instrumentos, también hay que pensar que es extraño que en alguna de las materias del currículum escolar se tengan en cuenta los aspectos del lenguaje que utilizan y que, con toda probabilidad, habrá que empezar las sesiones con actividades relacionadas con estos elementos; por ejemplo la secuenciación del guión literario o la planificación. d) La progresión de los exámenes es un aspecto mucho mas trabajado en las diversas áreas del aprendizaje; no obstante, es conveniente insistir, primero, en la necesidad de coordinación y, segundo, en el hecho de que a veces se hacen más pruebas y controles que actividades docentes; hay que buscar el equilibrio necesario. Las propuestas de la evaluación formativa dan una mayor coherencia a la relación entre las actividades de enseñanza y de evaluación, por cuanto el eje lo da la reflexión de los aprendices. Si hablamos del material que hay que preparar, tendremos que diferenciar claramente el apartado de los exámenes y el del trabajo monográfico del resto. Tanto para los exámenes como para el trabajo monográfico se seguirá el proceso que hemos ido estructurando hasta aquí en la mayoría de las técnicas. Es decir, primero se harán actividades en las cuales los alumnos vayan siguiendo la normativa que les va proporcionando el profesor sobre la marcha. A medida que van creciendo y que los aspectos más formales pueden ser bien interpretados habrá que acentuar la presencia de estos elementos con la utilización de dossiers
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para los alumnos, que les faciliten la información básica de cada técnica.
Documento
6.E.-
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Ficha
Aprende a estudiar, por Rowntree, Derek, reimpresión de la 7ª. ed., Barcelona, editorial Herder, 1996, págs. 151 a 170.
CÓMO PREPARARSE PARA LOS EXÁMENES.-
Sea lo que fuere lo que de ellos pensemos, los exámenes constituyen parte de nuestra vida. A un estudiante no vale la pena recordárselo. Comprueba una y otra vez que los exámenes le condicionan su futuro. Regularmente (cada trimestre o cada año), los exámenes continúan decidiendo si, o en qué condiciones, le está permitido proseguir los estudios. Un examen final tendrá que decidir si obtiene o no la calificación que premia a los que han completado con éxito un curso. Puesto que no sólo la propia estima personal, sino también las perspectivas de la carrera quedan drásticamente amenazadas si no se obtiene la calificación final, no es de extrañar que la mayoría de estudiantes teman los exámenes. Desafortunadamente estos temores pueden desmandarse. Mientras que cierta ligera tensión es inevitable (e incluso puede ser psicológicamente útil), algunos estudiantes se refugian en el «nerviosismo de los exámenes» como una evasión de la culpabilidad inconsciente que sienten por haber desperdiciado el tiempo que hay para prepararse a los exámenes: sufriendo un «ataque de nervios» confían hacerse objeto de simpatía y no de reproche. (¡Nadie de los que han trabajado hasta aquí con nuestro método va a caer nunca en esta categoría!) Fundamentalmente, la situación es ésta: los exámenes están instituidos de tal forma que el estudiante que ha cumplido con los requisitos de admisión al curso puede pasar razonablemente el examen, con tal que se haya aplicado en el estudio y se haya preparado convenientemente. Si la realidad no sigue esta lógica, la razón habrá que buscarla probablemente en los fallos habidos o en su preparación o en su técnica de exámenes. Por ello, ¿qué puede hacer el estudiante para asegurar su preparación? ¿Cómo puede sacar el mejor rendimiento de su capacidad el día del examen? He aquí las preguntas que vamos a intentar responder en este último capítulo.
LA PREPARACIÓN PARA LOS EXÁMENES La manera más segura de obtener éxito en los exámenes es aplicar conscientemente técnicas eficientes de estudio durante un cierto período de tiempo. Si sigues, ni que sea aproximadamente, los consejos dados en este libro (programación del estudio, eplrr, apuntes bien tomados, etc.) tus oportunidades de éxito van a ser sensiblemente mayores. Recordarás más, comprenderás mejor y serás capaz de organizar tus ideas de una manera rápida y efectiva. Estas habilidades reciben su recompensa en los exámenes de igual forma que la reciben en otros campos de la actividad humana. Evidentemente, el papel clave, en lo tocante a la preparación para las pruebas y los exámenes, lo desempeña el repaso, la revisión. Literalmente revisión significa «ver de nuevo». Son muy escasos los capaces de captar una idea en todos sus posibles aspectos e implicaciones con una simple primera impresión de la misma. Precisamos «el verla de nuevo», una y otra vez, preferentemente desde diversos puntos, hasta que logramos realmente convertirla en parte integrante de nuestra comprensión. ¿Cuándo debe empezar la revisión para un examen? La respuesta es ahora Si deseas obtener buenos resultados, la revisión debe ser una parte habitual de tu rutina de estudio, desde el comienzo del curso. Una y otra vez, a medida que captas nuevas ideas, debes estar mirando atrás hacia las ideas que ya salieron al paso, probando y refrescando tu memoria a su respecto, y «viéndolas de nuevo» a la luz de tu experiencia más reciente. Hay dos buenas razones para decidirse a una revisión habitual ya desde el principio. En primer lugar, simple y llanamente no vas a disponer del tiempo preciso (o de la tranquilidad mental) para repasar todo lo dado en el curso si todo lo dejas para el último momento. En segundo lugar, aunque sea ésta razón más importante, los repasos tempraneros son causa de que el material sucesivo sea más fácil de aprender, puesto que dispones de una comprensión estable del material que lo precede: cuanto más se ha aprendido tanto más fácil resulta aprender.
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Cuando se acerca la fecha de los exámenes, es preciso revisar de una manera más sistemática. Para las cinco o seis semanas finales debes confeccionarte un horario de repaso. Haz una lista de los temas que deben estudiarse y decide el orden en que deberían ser abordados. Distribuye luego el repaso de cada tema y anota lo que tengas intención de repasar día por día según el horario confeccionado. Para mantener el interés, normalmente es mejor repasar varios temas un mismo día en lugar de dedicar todo el día a un solo tema. No olvides dejar mucho tiempo para el descanso y la recreación, especialmente los últimos días antes del examen. De forma que el repaso debe empezar pronto como una parte de la rutina del estudio de todo el curso. Cuando los exámenes se acercan, el repaso debe estar cuidadosamente programado, de forma que no te encuentres con que has dejado todo para la última semana. Bien; ya sabemos cuándo hay que repasar. La siguiente pregunta es cómo. Una manera muy práctica de repasar es juntarse con un par de compañeros del mismo curso, y encontrarse juntos dos o tres veces por semana con el fin de repasar los mismos temas en equipo. Hablando a las claras, debes cerciorarte de que la cosa marche, y esto exige cierta madurez de perspectivas y autodisciplina para asegurar que tales sesiones de repaso consigan su objetivo y no degeneren en chácharas triviales. Las ventajas de trabajar como miembro de un equipo son de tal índole que hacen que valga la pena cualquier esfuerzo. Por un lado, trabajar así ayuda a ser más objetivo respecto del curso. Al estudiar solo, puede suceder que te sientas tan atraído por una de las materias del curso que olvides o pases por alto otras materias igualmente importantes. Dentro de un grupo, en cambio, es posible que las preferencias de los demás difieran de las tuyas, y cada uno puede contribuir a que los demás den importancia a todo el curso en general, y se cubra así toda la extensión del temario. Además, habida cuenta de la diferencia de intereses, cada miembro del equipo probablemente va a sentirse como «maestro» de los demás siempre que la materia preferida salga a colación. Y, como todos los maestros la saben, la mejor manera de aprender uno mismo es verse en la obligación de tener que enseñar a los demás. También desde un punto de vista psicológico aprovecha más repasar como miembro de un equipo que estudiar encerrado en los confines de la propia soledad. El contacto humano ayuda a mantener el sentido de la proporción de los acontecimientos que amenazan, y en consecuencia disminuye la ansiedad que, de otra, forma, podría avasallarte. En orden a repasar con miras a un examen, debería estar claro que hay que averiguar todo lo que se requiere para este examen. Hazte con un cuestionario: ¿qué temas tocan? Mira papeles de exámenes anteriores: ¿qué clase de preguntas se plantean? ¿Hay determinadas preguntas inevitables sobre ciertos temas? ¿Cuánto tiempo vas a emplear para responder a cada pregunta? La razón por la que sugiero que procures averiguar y hacerte con todo el material que puedas respecto a los exámenes es que, durante el repaso, debes practicar aquello que el examen te exigirá hacer. Por ejemplo, un examen puede pretender medir lo que eres capaz de recordar de lo estudiado. Entonces, en el repaso, debes poner más énfasis en recordar que en leer de nuevo por entero la materia. Como he dicho antes, el hecho de que puedas reconocer ideas cuando las lees de nuevo no constituye ninguna garantía de que las tengas que recordar en el examen. Por consiguiente, sólo debes leer nuevamente tus apuntes o bien controlar de nuevo en los manuales después de que hayas intentado recordar las ideas principales que contienen. Además, raras veces una papeleta de examen va a pedirte que desarrolles hechos e ideas en la misma forma en que estaban descritos la primera vez que te salieron al paso. Es normal que los exámenes te requieran a combinar los conceptos estudiados y a describirlos en una forma nueva. Procura reorganizar tus conocimientos, forma nuevas asociaciones de ideas, y mira las cosas desde diversos puntos de vista. Aparte de ser un aprendizaje más apropiado con miras a los exámenes, este modo de
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enfocar las cosas es también más interesante que la monótona repetición del estudio inicial. Repasar en calidad de miembro de un equipo es una manera muy indicada de aprender a mirar un tema con una nueva perspectiva. En un grupo de tres o cuatro estudiantes hay por lo común cuatro o cinco opiniones, y así parece que un tema recobre una significación nueva después de que ha sido sometido a una acalorada discusión. Ayuda también mucho a reorganizar lo aprendido el hecho de que repases a la vez todo el material de que dispones sobre un tema. Toma todos tus apuntes (de los manuales, de las filminas, de las clases, de los seminarios) con los trabajos redactados por escrito, junto con anteriores temas de examen, y trabaja con todo ello a la vez. Repasando todo de esta forma, es posible que surjan asociaciones de ideas que antes no eran claras, y puedes así esclarecer cosas que tiempo atrás entendiste mal. De igual forma, puede ser esclarecedor repasar a un mismo tiempo dos o tres temas relacionados. Aunque primeramente los has estudiado por separado, es posible que ahora halles zonas comunes que unan los temas entre sí. De esta suerte consigues. ver los distintos temas bajo una nueva luz y dispones de otro conjunto de asociaciones que ayudan a dar un empujoncito a tu memoria. Al tratar de adquirir nuevas perspectivas, fuérzate a ti mismo a ver las cosas desde otro punto de vista. Sé crítico al estudiar tus viejos apuntes, temas y trabajos escritos. Esto no va a resultar demasiado difícil. A la postre, ahora eres algo mayor (ya sea en semanas, meses o años) de cuando los escribiste por vez primera. ¿Te parecen ahora totalmente oscuros, triviales, confusos, equivocados, presuntuosos, parciales, desconcertantes? Trata de descubrir su punto débil. Busca los errores y los fallos. Aborda tus apuntes y trabajos escritos con los conocimientos más recientes y tus puntos de vista más maduros que has adquirido desde que los escribiste la primera vez. Afróntalos como una oportunidad de probar y contrastar tus conocimientos de última hora. Luego redacta nuevamente tus apuntes de una forma inexorable. Escribe sumarios y esquemas condensados que contengan las ideas esenciales de todos tus apuntes originales y de los trabajos escritos sobre algún tema, pero que ahora serán mucho más breves y puestos al día a la luz de tu experiencia más reciente. Por ello es aconsejable poner de relieve el recordar y reorganizar los conocimientos en el momento del repaso, porque éstas serán las actividades generales que se te van a exigir en los exámenes. Pero es prudente practicarse también en una actividad más específica que igualmente se te exigirá: es decir, la respuesta a las preguntas del examen. Para muchos exámenes es posible encontrar papeletas de años anteriores. Hazte con una serie de ellas y analiza las preguntas que se han propuesto en años anteriores. Colecciona las preguntas según un tema determinado. Luego intenta darles contestación. No pasees ociosamente la vista por los papeles diciéndote: «Sí, contestaría las preguntas 1, 4 y 7, pero no las 2, 3 y 6.» En realidad no puedes estar seguro de cómo contestarías hasta que, de hecho, no intentes contestar a cada una de las preguntas. Una de las maneras más provechosas de practicarse en este quehacer consiste simplemente en dar las respuestas en forma de esquema. Sopesa bien la pregunta, aclara qué es lo que pretende, luego apunta las ideas principales y los detalles importantes que, en tu opinión, responden a la pregunta. Escribe después los pasos clave de tu argumentación a modo de esquema, de igual forma que harías si se tratara de desarrollar un tema normal. Similar forma de plantear las cosas puede usarse también en el repaso en equipo. Cada uno de los miembros del equipo
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puede mostrar o leer su esquema al resto del grupo y poner a discusión lo expuesto. Obviamente, el hecho de que cada componente del equipo responda a las mismas preguntas es sumamente útil, puesto que la confrontación de las distintas maneras de exponer puede resultar instructiva para todos. Otra variante de trabajo en grupo puede consistir en que se seleccionen media docena de preguntas sobre el mismo tema, se repasa luego el tema en general, y se distribuyen al azar las preguntas entre los miembros del grupo para ser contestadas. También, claro está, cada uno de los miembros puede ingeniarse sus propias preguntas y dirigirlas al resto del grupo para que las conteste. Puesto que la planificación es el paso de mayor importancia para responder a una pregunta, debes decidirte muy en serio a emplear la mayor parte del tiempo de prácticas en escribir planes para las respuestas. (Especialmente porque puedes planificar dos o tres preguntas en el mismo tiempo que te llevaría el planificar y redactar la respuesta completa a una sola pregunta). Sin embargo, por lo menos alguna que otra vez, es aconsejable redactar por entero una pregunta modelo completa. Trabaja por tanto tiempo como te sea permitido el día del examen y planifica y escribe el tema de examen dentro de este tiempo. Algunos estudiantes hallan incluso provechoso dedicar una mañana a la semana, durante las dos o tres últimas semanas, a someterse a sí mismos a una situación fingida de examen. Esto es, se sientan delante de un tema de examen desconocido y, en condiciones similares a las del examen, dedican dos o tres horas, o el tiempo que les va a estar permitido, a redactar la mejor respuesta que les es posible. Si tienes dudas acerca de tu capacidad de concentración y te sientes abatido durante el tiempo de los exámenes, es éste un excelente modo de entrenarse; por lo menos no vas a morirte por el choque cuando llegue el día. Estas pruebas fingidas pueden incluso ser más provechosas si se efectúan con la colaboración del equipo de repaso y están seguidas de una confrontación de respuestas y opiniones. Conserva todas tus respuestas de prácticas, tanto si son esquemas como si son temas completos. Serán particularmente útiles en el último momento de repaso de los temas de mayor importancia. Una advertencia. En el transcurso del repaso puedes tener la sensación de que determinadas preguntas «van a salir» en el examen. Haz contigo las apuestas que quieras, pero no te fíes demasiado de tus pronósticos. Está claro que no debes descuidar otras partes del programa: no pretendas superespecializarte. Durante años han pretendido los estudiantes sorprender a los examinadores y nunca lo han conseguido; en este asunto, los que examinan son más duchos que cualquier estudiante. Resumiendo, un repaso provechoso debe empezar muy pronto: requiere que busques todo lo que puedas y sea pertinente al examen y que te practiques realizando aquello que deberás hacer en el momento del examen (es decir, expresar ideas más que aprenderlas). Esta labor resulta más provechosa si se lleva a cabo como miembro de un equipo de repaso. Quizá tu programa de repaso se ha cumplido demasiado pronto, y llegas al día anterior al examen. Los estudiantes pasan este día de muy diversas maneras, de acuerdo con su temperamento. Algunos creen bueno desconectarse de todo pensamiento consciente relativo a los exámenes y no dan golpe. A otros les resulta tan difícil sustraerse a la preocupación de los exámenes, que les es menos penoso continuar el repaso habitual. Si eres uno de estos últimos, procura de todas formas que sea repaso lo que estás haciendo, y no nuevo aprendizaje. El tratar de aprender nuevas cosas en esta fase no hará más que bloquear lo que has aprendido previamente. Algo que ciertamente te será provechoso hacer el día antes del examen es asegurarte de que tienes a mano todo lo que precisas para el examen: un reloj, un par de bolígrafos o plumas (con tinta), lápices, regla, instrumentos matemáticos y cualquier otra cosa que deba servirte para el examen. Si tienes que dedicar al repaso el último día, debes terminar por lo menos un par de horas antes de ir a la cama (de lo con-
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trario te llegará inexorable el sueño). Lee algo entretenido, mira la televisión o charla con alguno de tus amigos que no esté obsesionado por los exámenes. Ve pronto a la cama y duerme bien. Recuerda que, al día siguiente, una mente fresca y despierta es mucho más útil que unas cuantas ideas más, envueltas en un dolor de cabeza debilitante.
EL DÍA DEL EXAMEN.- Según un chiste la mayoría de estudiantes se sientan tres veces para el examen: en el autobús que les lleva a la clase, en la clase, y de nuevo en el autobús que les lleva a casa. Y por desgracia, la nota sólo se saca en una de estas tres sesiones. Si te es posible, evita todo «preestreno» cuando vayas a exámenes.
Evita especialmente hacer cábalas con otros compañeros de examen: lo único que vas a lograr es sentirte deprimido y desanimado por el recuerdo de tantos temas que habrías de haber repasado y has pasado por alto. Concéntrate en ti mismo, y ten la confianza de que has hecho todo lo humanamente posible (porque si no lo has hecho, ahora sería demasiado tarde para lamentarse). Si forzosamente debes pensar en el examen inminente, deja que tu pensamiento se concrete: concéntrate precisamente en un tema posible y organiza una respuesta esquemática en tu mente.
Por último, llega el momento. Estás medianamente tenso, nervioso ante el desafío, pero ciertamente ni temes ni tiemblas. Estás preparado. Cuando tengas el papel de los exámenes en tus manos, léelo por entero con toda atención. Demasiados estudiantes se lanzan con frenesí sobre la primera pregunta que les parece vagamente familiar, dejan escapar un suspiro de alivio y 'se sumergen por entero en la pregunta sin dar siquiera una ojeada a las demás o leer las instrucciones que se dan. Emplea por lo menos los cinco primeros minutos de tu tiempo en leerlo todo y captar el «aire» del papel. Mira primeramente las instrucciones para el examen. ¿Cuánto tiempo dispones para todo el cuestionario? ¿Cuántas preguntas debes responder? ¿Hay preguntas que valen más puntos que otras? ¿Está dividido el cuestionario en dos o más secciones, cada una de las cuales con un número determinado de preguntas que deban responderse? ¿Hay alguna pregunta que requiera ser contestada en una nueva hoja de papel? Etcétera. Probablemente conoces la mayoría de respuestas a estas preguntas por razón de los exámenes de años anteriores, pero no está de más el comprobarlas, puesto que pueden haber cambiado de un año para otro. En cada examen existe la lamentable muchedumbre de estudiantes que han desaprovechado su oportunidad por el hecho de responder cuatro preguntas en lugar de tres (o viceversa), o que no se dieron cuenta de que debían contestar todas las preguntas de la sección A, o que creían que disponían de tres horas (y no de dos) para el examen, etc. Presta luego especial atención a cada una de las preguntas. Cerciórate de que sabes lo que pretende cada pregunta (aun cuando no sepas cómo responder), y también qué es lo que no se pregunta. Sé objetivo y no interpretes mal las preguntas hacia aquello que desearías se hubiera pedido.
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Debes cerciorarte también de lo que la pregunta te requiere hacer exactamente. Busca el verbo clave que te dice qué clase de respuesta hay que dar. He aquí una lista de los verbos comúnmente más empleados en las preguntas de examen: Analizar Averiguar Catalogar Comentar Comparar Conciliar Contrastar Criticar Definir Describir Discutir
Enjuiciar Enumerar Evaluar Explicar Ilustrar Interpretar Justificar Plantear Relacionar Resumir Revisar
Huelga decir que si «describes» cuando se te pide «analizar» o bien «defines» cuando debieras «enumerar», has fallado en tu respuesta a la pregunta. Tampoco conseguirás nota si simplemente escribes más o menos «acerca» del tema en cuestión. Si tienes alguna duda referente al significado de cada uno de estos veinte verbos, aquí aducidos casualmente, o de otros similares, es deber tuyo consultar un buen diccionario para entender el sentido preciso y la labor que implican cada uno de ellos en una situación de examen. Después de haber considerado cada una de las preguntas del cuestionario, y quizá después de haber marcado con lápiz aquellas que te parecen más «factibles», debes decidirte a la elección final si éste es el caso. Sé muy cauto en esto. Desecha las preguntas «facilonas» que todo el mundo puede responder: el examinador se cansa muy pronto de leer perogrulladas y no va a quedarte agradecido para nada de que le ofrezcas otra más. Busca las preguntas que te permitan lucir tu saber personal, que reflejen bien tus propios conocimientos. Pero, no obstante, no te embarques en preguntas demasiado difíciles: la valentía no se puntúa. El siguiente paso (sí, evidentemente, puede ser que no hayas escrito nada todavía) consiste en tener en cuenta el tiempo disponible. ¿Cuánto tiempo puedes emplear en cada pregunta? Lo mejor es distribuir el tiempo según la importancia y los puntos que se conceden a cada pregunta. Si todas valen por igual, entonces divide el tiempo en partes iguales. Así, por ejemplo, tienes cuatro preguntas que responder en tres horas. ¿Cuánto tiempo vas a dedicar a cada pregunta? No tres cuartos de hora, puesto que precisarás de cinco o diez minutos hasta que decidas iniciar el esquema de la primera pregunta, y debes reservarte unos diez o quince minutos para un repaso general de todas las respuestas. De esta forma, puedes decidir cuarenta minutos o menos para dedicar a cada pregunta. Mira el reloj, y escribe en papel aparte la hora exacta en que vas a terminar la pregunta. Estás ya en disposición de planificar las respuestas. Antes de empezar a escribir deberías hacer un esquema breve, del género de que antes hablábamos; más que en otras ocasiones, en una situación de exámenes con tiempo limitado, precisas de este esquema como de una guía firme para escribir. Además, aun en el caso que decidas no poner el esquema en el papel del examen, el examinador quedará gratamente sorprendido por los resultados, puesto que tus respuestas serán lógicas y bien razonadas más que una mezcolanza de efusiones confusas. (Además, sucede a veces que estudiantes que han agotado el
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tiempo de examen han conseguido casi igual nota por un esquema bien hecho que la que hubieran obtenido por una respuesta completamente desarrollada.) Luego, para cada pregunta, apunta las ideas principales y los detalles importantes que se te ocurran. Abandónate a la libre asociación y deja que las ideas vengan a tu mente del modo que quieran. No todas son igualmente útiles, pero toma nota de todas ellas. Después selecciónalas y escribe un esquema del tema del modo acostumbrado. Por lo menos un cuarto del «tiempo total» para la respuesta debe ser empleado en la planificación y en la composición del esquema. Algunos estudiantes te recomendarían que compusieras un esquema de cada una de las preguntas antes de redactar por completo cualquiera de ellas. Son tres las ventajas que aporta esta manera de plantear las cosas: En primer lugar, puedes más fácilmente tratar todas las preguntas en conjunto y evitar la posibilidad de repetirte en varias de ellas. En segundo lugar, das la oportunidad a tu inconsciente de trabajar para ti: al haber planificado todas las respuestas, es posible que el inconsciente prosiga 'su labor aun cuando estés redactando las primeras respuestas, y lleguen así nuevas asociaciones de ideas que te sirvan para la redacción de las últimas preguntas. En tercer lugar, una vez se ha completado la planificación preliminar, tienes la satisfacción de saber exactamente cuál es la tarea que resta por hacer en el tiempo disponible, y todo lo que tienes que hacer es desarrollar debidamente los esquemas. Puede ser algo enervante dedicar la primera hora a la confección de esquema detallados, pero los resultados pueden ser óptimos. Una vez empieces a escribir las respuestas, el éxito o el fracaso depende de tu sentido de la prioridad. Empieza por contestar el tema que te convenga más (o la pregunta obligatoria, si la hay). Concentra tu mente en una sola pregunta, pero mantente alerta y dispuesto a anotar cualquier idea que se te ocurra y sea útil para las preguntas restantes. Observa el reloj y cumple fielmente los plazos de tiempo que te has propuesto. Si agotas el tiempo previsto para una pregunta particular (o bien quedas atrancado), para de escribir. Deja un buen trecho en blanco entre pregunta y pregunta, por si luego puedes volver a una de ellas para completarla, y pasa a contestar la siguiente sin contemplaciones. En los exámenes de matemáticas, 1/2 + 1/2 es por lo común mayor que 1, y dos preguntas bien contestadas en su mitad normalmente dan más nota que una sola pregunta contestada por completo. Muchos estudiantes fracasan porque emplean demasiado tiempo en sus «mejores» preguntas. Al escribir, concéntrate en decir aquello que vale más la pena decir: si vas escaso de tiempo, escribe las ideas principales y no te preocupes excesivamente por los detalles importantes. Sé breve: muy a menudo el 50 por ciento de las palabras podrían ser quitadas de la respuesta de un estudiante sin que la calificación bajara para nada. El estilo de las respuestas debe ser el mismo que el de los trabajos escritos: simple, directo y al grano. Presta atención a la ortografía y a la gramática; en particular, cuida de no escribir mal palabras que salgan en el mismo cuestionario de examen. Pero, sobre todo, escribe de una manera legible. Tus hojas escritas deben ser leídas y puntuadas por seres humanos, no por máquinas; y si aquéllos encuentran difícil la lectura, muy probablemente van a simpatizar menos con las ideas que expresas. No salgas precipitadamente del aula de exámenes cuando hayas escrito tu última respuesta. Resérvate unos minutos al final para dar una ojeada de control a todas las respuestas: busca los deslices de pluma (un «no» importante que ha quedado fuera de la frase), los cálculos equivocados (en las cuestiones numéricas), las expresiones oscuras, las faltas de ortografía o de gramática y las frases ininteligibles, que deben escribirse de nuevo. Este control final nunca es una pérdida de tiempo: es
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simplemente una manera profesional de acabar tu trabajo, y muchos estudiantes consiguen del cinco al diez por ciento de su nota final en este último repaso. Además, es mucho mejor tener un último minuto de inspiración feliz mientras repasas el ejercicio que cuando vas para casa en el autobús. Pero, cuando todo esté ya terminado, no vagues errabundo con otros estudiantes haciendo deprimentes autopsias. Raras veces van a cerciorarte de que las respuestas dadas sean las acertadas y con demasiada frecuencia te dejan melancólico por el recuerdo tardío de mil cosas que has dejado de decir. Esto es muy desaconsejable si tienes otros exámenes en perspectiva. Es mejor marcharse directamente a casa, disfrutar de cierto descanso y recreación, y reemprender luego la tarea de prepararse para el nuevo asalto.
Lo QUE SE APRENDE DE LOS EXÁMENES Como conclusión, vale la pena recordar que muchos exámenes no son los exámenes de final de curso, por lo que es posible aprender algo del modo como los has hecho. El estudiante típico presta muy poca atención a los papeles de exámenes que le son devueltos (apenas si se lamenta de la nota y comprueba si el profesor ha puesto algún comentario divertido); pero con mucha frecuencia podrían servir de ocasión de aprender muchas cosas y de prepararse para los próximos exámenes. Si te han devuelto los papeles, analiza la respuesta según la correspondiente pregunta y considera los comentarios del profesor y la nota obtenida. Si es posible, compara tus respuestas con las de otros estudiantes y pide a los profesores que te las comenten. ¿En qué te equivocaste? ¿Entendiste mal la pregunta? ¿Olvidaste algunas ideas importantes o ciertos detalles necesarios? ¿Fue la respuesta ilógica o estuvo mal planificada? ¿Entendiste mal alguna parte importante del temario? ¿Te falló la memoria? ¿Cómo escribirías ahora la respuesta si te fuera posible repetir el examen? ¿Cómo puedes evitar tener que habértelas con los mismos fallos en un examen posterior? Si analizas tus fallos de esta forma, puedes descubrir tus puntos débiles en la manera de estudiar y remediarlos antes de que sea demasiado tarde. 7.1 Ahora: 1. Recuerda la sección final y el capítulo por entero. 2. Termina tus apuntes esquemáticos. 3. Repasa todo el capítulo para controlar y poner en orden el esquema. Luego, antes de comparar tu esquema con el que ha hecho otro lector, responde a las siguientes preguntas de repaso. (Pueden recordarte algo que has olvidado en tu esquema).
PREGUNTAS DE REPASO 7.2 Supón que has de presentarte a exámenes dentro de un año: ¿Cuándo tienes que empezar a repasar? (Página 152.)
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Hay que empezar ahora. 7.3 ¿En qué actividad, de las siguientes, debes esforzarte más durante la revisión: leer, recordar, repasar? ¿Por qué? (Página 154.) Hay que poner el énfasis en el recordar, porque esto es precisamente lo que va a exigirte el examen en sí mismo. 7.4 El examen va a exigirte también que combines los conceptos y les des nueva forma. Describe por lo menos dos maneras de prepararte a esta labor. (Página 155.) Puedes discutir los temas con otros estudiantes; puedes revisar tus apuntes tomados en cualquier ocasión (sobre un mismo tema) a un mismo tiempo; puedes repasar a la vez dos temas relacionados entre sí; puedes ser implacable en criticar y redactar de nuevo los antiguos apuntes.
7.5 ¿Cuál es la tercera cosa -una aptitud específica - que un examen escrito te va a exigir? ¿Cómo puedes prepararte a ella? (Página 156.) El responder a preguntas. Puedes prepararte a ello trabajando con toda clase de material anterior: planificando respuestas en esquema, redactando respuestas modelo completas, fingiendo sesiones de examen 7.6 ¿Cuáles son las tareas preliminares que debes hacer desde el momento de tener en tus manos el cuestionario de examen hasta que empiezas a escribir la primera respuesta? (Página 159.) Leer todo el cuestionario (atendiendo a las instrucciones, sopesando las preguntas, decidiendo qué preguntas contestarás); controlar el tiempo; componer esquemas para al menos una de las respuestas. 7.7 Si tuvieras premura de tiempo, ¿preferirías entregar una respuesta completamente escrita al detalle, o dos respuestas escritas en forma esquemática? ¿Por qué? (Página 162.) Dos respuestas redactadas en forma de un buen esquema probablemente puntuarían más que una sola respuesta completa 7.8 ¿Qué harías si terminases de redactar tu última respuesta y te dieras cuenta de que todavía faltan diez minutos para que termine el examen? (Página 163.) Probablemente emplearías el tiempo sobrante en verificar todas las respuestas y dar ¿os últimos toques que muy bien podrían mejorar el resultado global. 7.9 Y ahora: CONFRONTA tu esquema con el siguiente, redactado por uno de los estudiantes que me ayudaron a comprobar este texto programado leyéndolo por entero antes de darlo a la publicación. ¿Has captado la misma jerarquía de ideas? ¿Has incluido más o menos detalles? ¿Has anotado algo importante que este estudiante haya olvidado, o viceversa?
III. Aprende de los exámenes: 314
A. Comprobando las notas del profesor y sus comentarios a las respuestas. B. Comparando tus respuestas con las de otros estudiantes. C. Hablando con el profesor acerca de tus resultados. D. Remediando cualquier fallo en las técnicas de estudio. H
H
Por último: Te agradecería recordaras que mi propósito, en este libro, no ha sido enseñarte a estudiar, sino persuadirte a que aprendas por ti mismo. En definitiva, confío haberte convencido de que el estudio -es una tarea que tiene sus propias técnicas de trabajo, y creo que juntos hemos elaborado una manera de hablar sobre esta tarea que te ha de capacitar para examinar los problemas futuros del estudio de una forma objetiva y para tratar acerca de ellos provechosamente con tus profesores y compañeros. Todo lo que resta ahora, en lo que a mí me incumbe, es desearte buena suerte en todos tus estudios y exámenes.
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ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE DE LA UNIDAD SEIS: - Acreditar la asimilación de una satisfactoria técnica en la preparación de exposiciones en clase y para la sustentación exitosa de exámenes. - Realizar los siguientes ejercicios: - Elaborar un ensayo sobre un tema tratado en la unidad VI.
- Realizar un reporte de lectura sobre un libro concerniente a la unidad V. - Resolver el cuestionario de autoevaluación relativo a la unidad cinco (hoja siguiente).
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Autoevaluación de la Unidad SEIS. 1.- ¿Puede ser el estudio una actividad excepcional e irregular, si o no y porque? 2.- Enuncie las recomendaciones para estudiar una lección? 3.- ¿Por qué se debe participar en clase? 4.- ¿En qué consiste la evaluación y en qué consiste el examen? 5.- ¿Para que sirven? 6.- ¿Qué hay que hacer en la víspera del examen? 7.- ¿Qué se recomienda para preparar y resolver un examen? 8.- Cite cuantas y cuales son las clases de exámenes que se conocen. 9.- Escriba por lo menos tres recomendaciones para superar el nerviosismo ante un examen. 10.- ¿Qué provecho se puede obtener de los exámenes?
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BIBLIOGRAFÍA COLL Vinent, Roberto, Introducción a la metodología del estudio, Barcelona, Editorial Mitre, 1984. GARCIA - Huidobro B. Cecilia, Ma. Cristina Gutiérrez G. y Eliana Condemarín G., A estudiar se aprende. 4ª. ed., Chile, Ediciones Universidad Católica de Chile, 2000. IZQUIERDO Moreno Ciriaco. Metodología del estudio - Guía para estudiantes y maestros. 4ª. reimpresión, México, editorial Trillas, 2003. NOGUEROL, Artur, Técnicas de Aprendizaje y Estudio-Aprender en la escuela, 3ª. ed., Barcelona, 2002. PALLARES Molins Enrique. Mejora tu modo de estudiar, 7ª. Edición, Bilbao, Editorial Mensajero, 1992. PANSZA González, Margarita, Hábitos y Técnicas de Estudio – Aprender es cosa fácil, 4ª. ed. , México, ediciones Gernika, 2004. PANSZA, Margarita y Sergio Hernández, El estudiante. Técnicas de estudio y aprendizaje, por 6ª. reimpresión, México, editorial Trillas, 2000. ROWNTREE, Derek, Aprende a estudiar-Introducción programada a unas mejores técnicas de estudio, reimpresión de la 7ª. ed., Barcelona, editorial Herder, 1996. STANTON, Thomas F., Cómo Estudiar, 10a. reimpresión, México, editorial Trillas, 2004. 318
SUGERENCIAS DIDÁCTICAS Exposición del maestro Lecturas obligatorias Mesas redondas Proyección de acetatos Conferencia por profesores invitados Lluvia de Ideas Debate OTRAS A ELECCIÓN DEL PROFESOR Exposición audiovisual Seminarios Trabajos de investigación Análisis de casos reales Investigación de campo Philips 6-6 Panel Solución de casos prácticos por los alumnos
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El titular de la asignatura podrá, de acuerdo con las sugerencias propuestas, elegir aquéllas que considere las más adecuadas para cumplir con los objetivos de la materia, a fin de hacer más eficiente el proceso de enseñanza - aprendizaje Asimismo el maestro, en ejercicio de su libertad de cátedra, estará facultado para seleccionar, de los contenidos que Integran el programa, aquellos que deban ser expuestos por él mismo y otros que podrán ser desarrollados por los alumnos De igual forma es recomendable que el profesor invite a maestros especialistas en los diversos temas que conforman al programa, con el propósito de ahondar más en los mismos y enriquecer su curso 319
SUGERENCIAS DE EVALUACIÓN Exámenes parciales Exámenes finales Asistencia a clases y prácticas Presentación de un trabaja monográfico
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Trabajos y tareas fuera de clases Participación en clases Concursos entre los alumnos sobre uno (s) tema (s) a desarrollar OTRAS A ELECCIÓN DEL PROFESOR
(X) (X) (X) (X)
De acuerdo con éstas sugerencias de evaluación, el titular de la asignatura determinará la calificación conforme al siguiente parámetro, siempre que el alumno haya cumplido con el 80% de asistencia al curso Formas de evaluación U
U
U
% U
Exámenes parciales, dos como mínimo durante el curso .................................................35% Tareas, participación en clase, asistencia a conferencias y demás aspectos susceptibles de ser evaluados ............................................................................................15% Realización de ejercicios .......................................................................................................50%
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Nota final:
Las lecturas de esta antología son fragmentos de los originales y se reproducen con propósitos educativos y sin ánimo de lucro. De cada lectura se hace reconocimiento preciso de sus autores y editores. Este material fue compilado por el Maestro Salvador Josué Maya Obé.
Diciembre, 2004
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