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Y ahora, Kevin Esto de ahora, por serio o grave que sea, no parece estar lejos del amarillismo de cierta prensa que ha denunciado la primera supuesta victima de Roman Polanski DIEGO GALÁN 2 NOV 2017 - 23:18 CET
Al parecer, en el transcurso de una fiesta, Kevin Spacey le metió mano a un mozo homosexual de catorce años, que ahora, más de treinta años después, ha decidido contárselo a todo el mundo. Fuera lo que fuera lo que realmente pasara esa noche, a Spacey, que entonces tenía 26, le están breando por los cuatro costados.
En la cresta de la popularidad por su trabajo en la serie House of Cards, le cortan de raíz el éxito ya que la plataforma Netflix, productora de la serie, ha decidido interrumpir su rodaje por causa del escándalo, y dejarnos a los espectadores, que nada tenemos que ver con el tema, con un palmo de narices. Y la Academia de Televisión estadounidense, ha decidido como castigo a Spacey no entregarle el Emmy honorífico que le había concedido. Y por si fuera poco, el teatro londinense The Old Vic, que Spacey dirigió con acierto durante una década hasta hace dos años, ha abierto un buzón de quejas por si surgen otras protestas de actores o actrices agraviados. Estamos de lleno, en definitiva, en la caza de brujas de la que previno Woody Allen cuando estalló el escándalo Weinstein.
A Roman Polanski le ha aparecido también otra mujer supuestamente violada
por él hace ahora más de 40 años, cuando ella tenía 16. Hoy, a sus 59 tacos, la señora ha decidido denunciarlo por fin, ya que dice haber superado el terror que le producía la posible reacción violenta de su propio padre. Ello ha estimulado que en París un grupo de feministas haya intentado boicotear el homenaje que a las películas del director polaco le ha dedicado la cinemateca francesa.
Y por su parte, como es lógico, al inevitable Harvey Weinstein también le han crecido esta semana las denuncias de acosos, que ya son cerca del centenar. Ahora se trata de una mujer de 62 años que era veinteañera cuando Weinstein supuestamente la violó. Si no se tratara de un tema serio parecería una broma esta especie de epidemia, esta moda de denuncias de acosos y derribos sexuales, mantenidos en secreto durante décadas y que salen a la luz todos a la vez.
En realidad, como esta semana ha declarado la actriz Maribel Verdú, los acosos sexuales “se han dado toda la vida, dentro y fuera del cine”, y esto de ahora, por serio o grave que sea, no parece estar lejos del amarillismo de cierta prensa que ha denunciado la primera supuesta victima de Polanski, violada en 1973 a los 13 años, que tras publicar con éxito su autobiografía, ha solicitado que se cierre y olvide el caso. “Tanto a él como a mí nos han tratado de forma injusta”. Pero ya se ha abierto la veda y no hay quien lo pare.
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