Mujeres Disolutas En La Literatura

Jesús Quintanilla Osorio

Mujeres disolutas en la literatura Un tema de la novela

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Jesús Quintanilla Osorio

Mujeres disolutas en la literatura: Un tema de la novela

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ÍNDICE

Brevísima introducción ................................................. 4 I. “Fortunata y Jacinta” de Pérez Galdós...................... 5 II. “Naná” de Emil Zola ................................................. 7 III. “La dama de las camelias” de Dumas..................... 9 IV. Las coincidencias de los personajes ........................ 11

BREVÍSIMA INTRODUCCIÓN

No cabe duda la intensidad de escritores como Benito Pérez Galdós, Emil Zolá y Alejandro Dumas. Lo coincidente es el tema en sus obras más exaltadas: las mujeres disolutas.

I. “FORTUNATA Y JACINTA” DE PÉREZ GALDÓS

EN

EL

caso de Pérez Galdós, “Fortunata y Jacinta”

escrita en un largo período —30 años— retrata magistralmente las penurias de la mujer pueblerina, asediada por el hombre rico de la alta sociedad del Madrid del siglo

XIX,

y que utiliza la agilidad para

revertirle la moneda, de modo que logra sentirse su esposa, aunque Jacinta ocupa tal posición ante el núcleo social. Enmarcada en el ambiente de la época, la novela impresiona por la prolijidad de su contenido, pues logra introducirnos en pocos trazos literarios, a los cafés de la capital española, y saborear las discusiones entre los Carlistas y los liberales, mientras la joven Fortunata, se desenvuelve

entre el conquistador, su alma corrompida por la necesidad y el chiquillo, hijo del poderoso señor que muere como una suerte de castigo a su disolución, con momentáneas búsquedas de la vida espiritual y el recogimiento de esta, que por su propia tendencia, no logra asimilar, y así su paso por el convento de monjas, sólo se antoja anecdótico. La misma suerte mortal corre la joven Fortunata, y logra imprimir su particular sello, en su breve pero sinuosa existencia.

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II. “NANÁ” DE EMIL ZOLA

EMIL Zolá, padre del naturalismo francés, cuaja en “Naná”, la vida de una joven mujer, desenvolviéndose en el Boudeville, el bajo teatro francés, codeándose con lo mejor de la realeza, y como en el caso del Conde Muffat, dejándolos en la ruina, mientras, con sus encantos, los atrae irremisiblemente a la perdición, en un sofocante juego de escalamiento social, reflejando, con maestría, la descarnada hipocresía de la “high life”, que vive de las apariencias aunque no logra sacarse de encima los vicios de su civilización espúrea. Al igual que Fortunata, Naná tiene un hijo, al cual acude de forma intermitente, y el notable

abandono de la criatura, termina por acabar con su propia vida, y el chiquillo muere por el fatal descuido de la madre. Pero el precio de esta vida disoluto, de arribismo, cobra su cuota: Naná es aquejada por un mortal padecimiento, y en medio del ambiente festivo de la ciudad, sus pocos amigos, la encuentran muerta. En ambos casos, han logrado vengarse, como mujeres del vulgo, de la sociedad que las oprime y margina, relegándolas al olvido.

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III. “LA DAMA DE LAS CAMELIAS” DE DUMAS

ALEJANDRO Dumas al escribir “La Dama de las Camelias”, su más conocida novela, llevada al cine en múltiples ocasiones, sabe imprimir también un sello especial a la señorita Margarita Gautier, dedicada a la vida galante con una intensidad aterradora, hasta que el amor la cerca, se enamora del joven Armando Duval, a la sazón, un hombre sin posibilidades económicas, y, engañando a los nobles que la frecuentan (el barón de G., el viejo duque de...), intenta vivir un amor en rosa, lleno de la fuerza de la pasión, de la entrega, pero su plan fracasa, pues al mismo tiempo de su alegría, la terrible enfermedad que la aqueja desde tiempo atrás, le muerde la vida

a dentelladas, sorbiendo su felicidad, hasta acabar con su vida. La desolación irrumpe en la vida del enamorado, y tristemente comprende que al alejarse ella, su deseo fue el de librarlo de una situación más comprometida con una mujer que la sociedad relegaba al fracaso.

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IV. LAS COINCIDENCIAS DE LOS PERSONAJES

EN FORTUNATA, Naná y Margarita Gautier confluyen los avatares de una época plagada de corrupción, donde no existen oportunidades reales para quienes pululan en los estratos más reducidos de una sociedad rígidamente compartimentada donde el desprecio a los inferiores, se ha convertido en una práctica común. Ellas logran acariciar un poco la gloria de la vida que les es negada de otra forma, pero su propia disolución, cobra su cuota, llevándoles en el propio aliento, su don más preciado.