Del saqueo a la conservación
Del saqueo a la conservación: Historia ambiental contemporánea de Baja California Sur, 1940-2003
Del saqueo a la conservación
Del saqueo a la conservación: Historia ambiental contemporánea de Baja California Sur, 1940-2003 Micheline Cariño y Mario Monteforte coordinadores
Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales Instituto Nacional de Ecología Universidad Autónoma de Baja California Sur Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
Primera edición: mayo de 2008 D.R. © Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, semarnat Blvd. Adolfo Ruiz Cortines 4209. Col. Jardines de la Montaña C.P. 14210. Delegación Tlalpan, México, D.F. www.semarnat.gob.mx Instituto Nacional de Ecología, semarnat Periférico sur 5000. col. Insurgentes Cuicuilco Deleg. Coyoacán, C.P. 04530, México, D.F. www.ine.gob.mx Universidad Autónoma de Baja California Sur, uabcs Carr. al sur, km 5.5, C.P.. 23080, La Paz, B.C.S. www.uabcs.mx
Corrección de estilo y formación de interiores: Sandino Gámez Vázquez Diseño de la portada: Álvaro Figueroa Fotografía de la portada: Miguel Ángel de la Cueva
ISBN: 978-968-817-854-6 Impreso y hecho en México
Del saqueo a la conservación
A todos aquellos que han luchado, luchan y lucharán por transformar la utopía ambientalista en un nuevo modelo histórico para Baja California Sur. A todos los niños sudcalifornianos, especialmente a Kelsang y Ananda.
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Índice
Agradecimientos
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Prólogo Exequiel Ezcurra
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Introducción general. La conservación: un estilo de desarrollo y un proceso histórico Micheline Cariño
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Primera parte
Los contextos Capítulo 1. Evolución de los discursos y las políticas de conservación en el mundo Antonina Ivanova y Carmina Valiente
31
Capítulo 2. La política ambiental mexicana. Una panorámica José Urciaga García, Miguel Ángel Hernández Vicent y David Carruthers
67
10
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Capítulo 3. El escenario: presentación geográfica y socioeconómica del espacio sudcaliforniano Micheline Cariño, Yolanda Maya Delgado, Sara Díaz Castro, Aurora Breceda, José Juan Pérez Navarro, Ricardo Rodríguez Estrella, Óscar Arizpe Covarrubias, Salvador Lluch Cota y S. Galindo-Bect
99
Capítulo 4. De las históricas utopías a la concreción de un sistema histórico alternativo Micheline Cariño
177
Capítulo 5. Los movimientos sociales y el ambientalismo José Osvaldo Torres y Micheline Cariño
201
Segunda parte.
El saqueo de los recursos estratégicos, 1940-2003 Capítulo 6. La agricultura en Baja California Sur: Una perspectiva de largo plazo (1900-2005) José Urciaga García
249
Capítulo 7. Uso de los recursos marinos Germán Ponce Díaz
279
Capítulo 8. Modelos de desarrollo acuícola en Baja California Sur: ¿Saqueo o alternativa sustentable? Mario Monteforte
337
Capítulo 9. El crecimiento del sector turismo en Sudcalifornia Alba E. Gámez
365
11
Tercera parte. Procesos y actores de la conservación, 1940-2003
Capítulo 10. Procesos de conservación a través de la creación y manejo de Áreas Naturales Protegidas Micheline Cariño, Juan Salvador Aceves y Jesús Zariñán
391
Capítulo 11. Procesos de conservación a través de la protección y el manejo de especies prioritarias Micheline Cariño y Jesús Zariñán
475
Capítulo 12. El proceso de ordenamiento ecológico marino en el Golfo de California: ¿Del conflicto al consenso? Liliana Gutiérrez Mariscal, Daniela Pedroza Páez, María José Solares, Vicente Arriaga Martínez y Antonio Díaz de León
525
Capítulo 13. Diagnóstico agro-ambiental de Baja California Sur: estado actual y alternativas para el desarrollo agropecuario sostenible Enrique Troyo Diéguez, Alejandra Nieto Garibay, José Luis García Hernández, Bernardo Murillo Amador y Micheline Cariño
551
Capítulo 14. La paradoja del chimpancé pensante: evolución, historia y valores de conservación en el medio marino Andrea Sáenz Arroyo
571
Capítulo 15. El turismo alternativo o de naturaleza: un excelente complemento para fortalecer el sector turístico en Baja California Sur José Urciaga García, Micheline Cariño y Jesús Zariñán
601
Capítulo 16. Procesos de conservación a través de la educación ambiental Ninfa Leticia Cordero Sauceda, Dennis Nohemí de la Toba, Gustavo Mercado Mancera y Micheline Cariño
631
12
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Capítulo 17. Importancia de la investigación científica en los procesos de conservación Berenice Hernández Ramírez, Rafael Cervantes Duarte, Carlos Villavicencio Garayzar y Alfredo Ortega Rubio
659
Capítulo 18. Procesos de conservación impulsados por la gestión de las ong que trabajan en Baja California Sur Micheline Cariño, Ninfa Leticia Cordero Sauceda y Jesús Zariñán
673
Capítulo 19. Procesos de conservación a través de la creación de áreas de conservación en terrenos de propiedad privada y social Aarón Estiman Salgado y Miguel Ángel Vargas
723
Conclusiones generales Micheline Cariño
743
Epílogo. Algunas consideraciones sobre geograf ía, conservación y Baja California Sur Christophe Grenier
753
Sobre los autores
763
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Agradecimientos
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eseamos iniciar agradeciendo al conacyt, ya que sin su apoyo la realización de este libro no hubiera sido posible. En la Convocatoria del fondo sep-conacyt 2003 recibimos el financiamiento que nos permitió realizar la investigación que tuvo como resultado final este libro, pero que además permitió la titulación de los estudiantes de licenciatura y de maestría que en él participaron. Debido a las pretensiones que en la aplicación práctica estamos seguros tendrá este libro, hemos considerado de suma importancia de que sea editado y distribuido por el Instituto Nacional de Ecología. Expresamos nuestro más profundo agradecimiento a su Presidente, el Dr. Adrián Alfredo Fernández Bremauntz, y al Mtro. Raúl Lalli Marco del Pont, Director de Publicaciones, por todas sus atenciones y por la gran confianza que han depositado en nosotros. El trabajo de corrección de estilo y edición fue un cuidadoso y arduo trabajo de Sandino Gámez Vázquez. La lectura de 39 estilos diferentes de los coautores del libro, así como el cuidado de hasta el más mínimo detalle, atento a la congruencia y precisión de la información, y la homogeneización de la bibliografía, requirieron muchas horas de su dedicación y entrega, por lo cual le estamos profundamente agradecidos. Las fotografías son obra del estupendo fotógrafo Miguel Ángel de la Cueva quien, desde hace años, ha trabajado codo a codo con la mayoría de los [13]
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autores de esta obra. La belleza de su trabajo ha logrado capturar una parte de los muchos objetos de conservación que han inspirado nuestros afanes. Al amigo y compañero, todo nuestro reconocimiento. No podemos dejar de reconocer la contribución que han brindado a la concreción de este trabajo las instituciones en las que laboramos los autores, especialmente la Universidad Autónoma de Baja California Sur y el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste.
Prólogo
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Prólogo
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omo científico soy un producto de la formación reduccionista que dominó las ciencias ambientales durante las décadas de los sesentas y setentas. La ciencia buena, en mi formación, era ciencia “dura”, la ciencia disciplinaria. La de los artículos en revistas especializadas, la de la revisión por pares, la de la especialización disciplinaria. Sin embargo, el paso de los años me fue convenciendo de la necesidad de entender el mundo desde una perspectiva más amplia. Como las grandes crisis del cambio ambiental global nos lo están demostrando dolorosamente, los problemas ambientales no se pueden resolver desde la reducida óptica de una estrecha disciplina de las ciencias naturales y exactas. En un momento histórico en el que, según las estadísticas oficiales de la Naciones Unidas, los refugiados ambientales en el planeta llegan a 23 millones de personas y superan en número a los refugiados políticos y de guerras, la química o la biología se ven rebasadas por la inmensa complejidad humana y social del problema ambiental. En este contexto, es necesario entender la dimensión humana del uso y el deterioro del ambiente, y la construcción histórica de los procesos sociales que nos han llevado a usar los recursos del plantea de la forma que los usamos en la actualidad. Desde hace ya casi una década, he visto cómo algunos investigadores sudcalifornianos han ido desentrañando la naturaleza de los problemas ambientales en la península de Baja California a través de la construcción gradual de una [15]
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perspectiva histórica y social. Entendiendo la evolución histórica en el uso de los recursos naturales, autoras como Micheline Cariño o Andrea Sáenz-Arroyo —la primera editora, la segunda autora de un capítulo de este libro— y muchos otros investigadores nos han ido narrando en diferentes artículos y libros la evolución de una sociedad que ha crecido y se ha desarrollado sobre el uso exhaustivo de sus propios recursos naturales. De eso trata también este libro. Bajo el liderazgo intelectual de Micheline Cariño y Mario Monteforte, esta compilación de estudios trata de entender la historia ambiental contemporánea de Baja California Sur desde una perspectiva amplia, profundamente interdisciplinaria. De alguna manera, y como lo analiza la editora en uno de los capítulos, es un esfuerzo por entender la utopía ambientalista y transformarla en un nuevo modelo de desarrollo para Baja California Sur. Pero, ¿son viables las utopías? ¿Es posible soñar con un futuro sustentable, con una sociedad en armonía con el medio ambiente, mientras la península crece vertiginosamente, impulsada por una vorágine de proyectos de desarrollo que devoran acuíferos y manantiales, manglares y oasis, matorrales y selvas? La respuesta, quizás, está en una frase de Eduardo Galeano, a propósito de las utopías: “Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para que sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar.” En este libro, los editores y los autores nos invitan a soñar con valentía, a animarnos a imaginar lo que parece imposible, a alcanzar lo que parece inalcanzable. Porque sin ecosistemas conservados, sin un ambiente saludable, y sin recursos naturales productivos, el futuro no es viable. Y ése es el propósito de este libro, entender la crisis ambiental actual para dilucidar las alternativas que el futuro nos ofrece y para caminar en el rumbo ambientalmente correcto, aquel que inevitablemente tendremos que alcanzar si queremos ser viables como sociedad. Y para eso, sin duda, la utopía sí sirve. Para avanzar.
Exequiel Ezcurra
Introducción general. La conservación: un estilo de desarrollo y un proceso histórico
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Introducción general
La conservación: un estilo de desarrollo y un proceso histórico Micheline Cariño
D
esde 1995 he estudiado la historia ambiental de Baja California Sur analizando, a través de diferentes investigaciones, las relaciones entre la sociedad y la naturaleza. El primer resultado importante fue el libro Historia de las relaciones hombre/naturaleza en Baja California Sur 1500-1940, en el que propuse un modelo de análisis que permite identificar las estrategias que caracterizan dicha relación. No es un modelo que tenga un orden cronológico estricto, ni que revise en forma sistemática la historia regional. Su objetivo es caracterizar las estrategias con las que las diferentes sociedades sudcalifornianas han establecido dichas relaciones. En el periodo abordado por el libro mencionado esas estrategias son: la simbiosis, el aprovechamiento racional de los recursos naturales y el saqueo. El impacto causado por ese libro en la sociedad sudcaliforniana fue, además de satisfactorio, revelador: la divulgación de la historia ambiental contribuye a la formación de la conciencia respecto a la importancia que el medio ambiente tiene en nuestras vidas y, consecuentemente, ayuda a construir una cultura de la naturaleza tendiente a la sustentabilidad. Por otra parte, con el apoyo del grupo de estudiantes y profesores con quienes que hemos constituido el Seminario de Estudios sobre la Conservación y el Desarro
Martha Micheline Cariño Olvera, Historia de las relaciones hombre/naturaleza en Baja California Sur 1500-1940, uabcs-sep, México, 1995 (segunda edición, 2000).
[17]
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llo Sustentable Regional, hemos realizado también diferentes balances de la historiografía y la investigación socioeconómica regionales. Estos estudios han evidenciado una sentida falta de atención y análisis sobre la dinámica ambiental regional en los periodos de la historia contemporánea desde una perspectiva social. Es sobre la base de dicha experiencia y a causa de dichas lagunas que consideramos pertinente y urgente orientar nuestros esfuerzos de investigación al análisis contemporáneo de las relaciones sociedad/naturaleza en Baja California Sur. Tanto por ser un tema que ocupa y preocupa a la sociedad regional, pero también porque es un objeto de estudio hasta ahora desatendido. No obstante, sin restar importancia a los antecedentes señalados, desde el punto de vista teórico la razón fundamental que me condujo a la elaboración de esta investigación fue completar el modelo que había dejado pendiente hasta 1940 y que contenía las estrategias de simbiosis, aprovechamiento y saqueo. A partir de la década de 1960 da inicio un movimiento cultural, social y político conocido bajo el nombre genérico de la Era de la Ecología. Ese fenómeno condujo a la sociedad global a desarrollar la conciencia ambiental. Desde entonces proliferaron instituciones, programas, políticas y organizaciones que han promovido una modificación en las relaciones sociedad/naturaleza. Baja California Sur, afortunadamente, no fue la excepción. Aunque de manera tardía, la Era de la Ecología ha repercutido en la región dando origen a la cuarta estrategia que completa nuestro modelo de análisis de historia ambiental: la conservación. Así este libro es en cierta forma la continuación de la Historia… ya mencionada y tiene por finalidad mostrar cómo, entre 1940 y la actualidad, las estrategias de saqueo y conservación han caracterizado las relaciones sociedad/naturaleza en Baja California Sur. Ambas estrategias son protagonizadas por actores sociales diferentes, que tienen una cultura de la naturaleza diametralmente opuesta y no comparten la misma visión respecto a la apropiación del espacio y al uso de los recursos naturales. Las implicaciones y el significado de conceptos como desarrollo, bienestar social, calidad de vida, belleza, etc., les son divergentes. Son actores, pues, que conciben de manera
Micheline Cariño, C. Rendón, J. S. Aceves y B. Rodríguez, “Historiografía sudcaliforniana del siglo xx”, Revista cobach, No. 29, Colegio de Bachilleres del Estado de B.C.S., primavera de 2004, La Paz, pp. 3-16.
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fundamentalmente distinta el futuro de nuestra región y el destino de su sociedad. En efecto, la conservación del ambiente y el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales en Baja California Sur involucran una diversidad de actores y procesos, discursos y políticas, instituciones y organismos, que en el espacio terrestre y marino sudcaliforniano se enfrentan cotidianamente al saqueo, tanto de los recursos naturales estratégicos como de los recursos humanos, los valores y la riqueza común de la sociedad regional. Los procesos de conservación son relativamente recientes; datan de apenas unas cuatro décadas, pero tienen una tendencia a acelerarse y ampliarse. Los procesos de saqueo datan del siglo xvi y se han agudizado constantemente desde finales del siglo xix hasta nuestros días. La contraposición de ambas estrategias que caracterizan las relaciones sociedad/naturaleza en Baja California Sur se refleja en la ambigüedad del discurso político y en los conflictos de intereses presentes en las actividades económicas. Este libro pretende aportar conocimiento y contribuir al análisis crítico e integral de esta compleja situación. Consideramos que su lectura puede ser de utilidad tanto a los tomadores de decisiones como a la sociedad civil interesada en participar activamente en la construcción de un mejor destino para Baja California Sur. Como podrá percibir el lector, en este libro participamos una gran cantidad de autores (39 para ser precisos): investigadores-profesores y estudiantes de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, del Centro Interdisciplinario de Ciencias del Mar, así como funcionarios de la semarnat y miembros de la sociedad civil ambientalista. Este numeroso equipo de autores es interdisciplinario e intergeneracional. Sin embargo, es muy importante señalar que no hemos elaborado una antología, hemos escrito juntos un libro que transita de lo global a lo particular, procurando contextualizar en tiempo, espacio y marco conceptual los procesos de saqueo y conservación que caracterizan las relaciones sociedad/naturaleza en Baja California Sur en la época contemporánea. La justificación de incluir tantos autores es que creemos profundamente en el valor del conocimiento y la experiencia acumulada. Podemos dialogar interdisciplinariamente, pero de ninguna manera sustituir el conocimiento especializado de cada uno de los colegas que forman el equipo. Por ello cada
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capítulo fue escrito por autores con reconocido prestigio en cada uno de sus campos de trabajo. El libro cuenta con tres partes y 19 capítulos. Tal estructura obedece a un orden de exposición que tiene por objeto contextualizar los esfuerzos de conservación —en tanto que modelo de desarrollo tendiente a superar los abusos que ha cometido el modelo neoliberal sobre la naturaleza y la sociedad— llevados a cabo desde el ámbito internacional hasta el local, así como contrastar dichos procesos con el saqueo de los recursos naturales estratégicos sudcalifornianos. La primera parte del libro está dedicada a la presentación de un vasto contexto histórico y conceptual. Los dos primeros capítulos dan cuenta de la construcción de la política ambiental a nivel internacional (capítulo 1) y nacional (capítulo 2). Muestran el proceso de cómo la preocupación por la gestión del medio ambiente creció rápidamente, reflejándose en la creación de una gran cantidad de instituciones, normas y acuerdos. De tal forma, el discurso ambiental conquistó en pocas décadas una posición preponderante que refleja la conciencia de la gravedad de la crisis ecológica global. En contraste, la aplicación de las medidas que serían necesarias para detener el deterioro ambiental —y, mejor aún, revertirlo— han sido en el mejor de los casos tímidas y con alcances limitados. En la escala estatal, y en esta primera parte también, continuamos con la presentación del escenario geográfico y socioeconómico (capítulo 3) y el análisis de la historia regional desde la perspectiva de las utopías (capítulo 4). Consideramos que el contenido del capítulo 3 es necesario para contextualizar los procesos de conservación, ya que se requiere conocer la realidad estatal para poder actuar en ella; esto puede resultar obvio, pero desafortunadamente se carece de textos de amplia divulgación que cubran dicho conocimiento. La revisión histórica desde la perspectiva de las utopías —hecha en el capítulo 4— muestra cómo la penín
Antonina Ivanova y Carmina Valiente, Evolución de los discursos y las políticas de conservación en el mundo. Capítulo 1. José Urciaga García, Miguel Ángel Hernández Vicent y David Carruthers, La política ambiental mexicana. Una panorámica. Capítulo 2. Micheline Cariño, Yolanda Maya, Sara Díaz, Aurora Breceda, José Juan Pérez Navarro, Ricardo Rodríguez, Óscar Arizpe y Salvador Lluch, El escenario: presentación geográfica y socioeconómica del espacio sudcaliforniano. Capítulo 3. Micheline Cariño, Revisión histórica de utopías en Baja California. Capítulo 4.
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sula de Baja California se ha caracterizado por ser una tierra en la que desde el siglo xvi se ha creído que podrían concretarse los anhelos imposibles de realizar en cualquier otra región. Este fenómeno está vigente. Hoy día es la utopía ambientalista la que ronda en las mesas de discusión y de trabajo, la que recauda cantidad de dinero y la que enfrenta a la sociedad en conflictos en torno al uso de recursos o al desarrollo de infraestructura. Uno de los objetivos de este libro es contribuir a que esa utopía deje de serlo y que el cúmulo de energía y trabajo que la promueven se torne en un proyecto histórico alternativo: lo que Immanuel Wallerstein llama utopística. Continuando con el afán práctico de este libro, la primera parte cierra con una reflexión teórica (capítulo 5), dedicada a explicar lo que son los movimientos sociales y, entre estos, lo que es el ambientalismo o, mejor expresado, el movimiento verde. La finalidad de este capítulo es dotar de elementos de reflexión para la acción a los actores del movimiento ambientalista sudcaliforniano; lo que completa la intención utopística abordada en el capítulo precedente. La segunda parte entra en materia. Concretamente está dedicada a abordar en cuatro capítulos la historia del saqueo de los recursos estratégicos sudcalifornianos. El capítulo 6 aborda el uso del agua y el suelo en la agricultura. Los capítulos 7 y 8 analizan el uso de los recursos marinos tanto en la pesca10 como en la acuacultura,11 respectivamente. Por último, en esta parte el capítulo 912 aborda la historia del turismo tradicional que ha usado y abusado del paisaje, principal materia prima de esa actividad económica. Seleccionamos estos recursos naturales, entre los muchos con los que cuenta el estado, porque es en ellos que se finca el futuro desarrollo de Baja California Sur. Del uso que demos a ese aún importante potencial natural dependerá la sustentabilidad del desarrollo regional. Immanuel Wallerstein, Utopística o las opciones históricas del siglo xxi, Siglo xxi, unam, Centro de Investigación Interdisciplinaria en Ciencias y Humanidades, México, 1998. José Osvaldo Torres y Micheline Cariño, Los movimientos sociales y el ambientalismo. Capítulo 5. José Urciaga, La agricultura en Baja California Sur: Una perspectiva de largo plazo (19002005). Capítulo 6. 10 Germán Ponce-Díaz, Uso de los recursos marinos. Capítulo 7. 11 Mario Monteforte, Modelos de desarrollo acuícola en Baja California Sur: ¿saqueo o alternativa sustentable? Capítulo 8. 12 Alba E. Gámez, El crecimiento del sector turismo en Sudcalifornia. Capítulo 9.
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Como se encuentra descrito en esta segunda parte, es fácil constatar que el uso desmedido de los recursos naturales ha sido una constante. Pero lo que agrava la situación es que generalmente —e incluso más en la actualidad—los beneficios que se extraen de esa devastación ni siquiera redundan en el beneficio de la sociedad local. Por ello recordamos que la estrategia de saqueo implica no sólo el uso intensivo y exhaustivo de los recursos naturales, sino también el abuso sobre la población local. A esta población se le ha robado y se le roba, constante e impunemente, su riqueza natural, la única que tiene y la más valiosa. El saqueo sólo produce pobreza e, irónicamente, se le disfraza como desarrollo, creación de oportunidades y empleo. Ese tipo de relación sociedad/ naturaleza no es el único que produce dinero, pero sí es el único que cancela las oportunidades futuras de generar riqueza. Es devastador e injusto. Se debe superar a través de la construcción de una nueva relación sociedad/ naturaleza que conduzca hacia una mejora constante de la calidad de vida de la población local y al uso sustentable los recursos naturales. Esta nueva cultura de la naturaleza es precisamente la que promueven los actores y los procesos de la conservación. La tercera parte del libro está dedicada a estudiar las diferentes manifestaciones de estos procesos y las distintas esferas de acción de estos actores en Baja California Sur. Primero abordamos el estudio de los procesos impulsados desde la política ambiental federal a través de la creación de las áreas naturales protegidas (capítulo 10)13 y del manejo de la vida silvestre (capítulo 11).14 Ambos instrumentos han tenido una vasta aplicación en el estado y sus consecuencias han rendido frutos significativos. Los territorios se han protegido y la población local se ha beneficiado de ello. Sin embargo, las diversas ventajas que podrían obtenerse si estos instrumentos se reforzaran y ampliaran aún constituyen una tarea pendiente. Un proceso que también ha sido impulsado por la política ambiental a nivel federal, pero que no aborda los procesos de conservación a escala estatal, sino que lo hace a escala macro-regional, es el ordenamiento ecológico marino del Golfo de California. No obstante, desde el punto de vis13 Micheline Cariño, Juan Salvador Aceves y Jesús Zariñán Procesos de conservación a través de la creación y manejo de Áreas Naturales Protegidas. Capítulo 10. 14 Micheline Cariño y Jesús Zariñán, Procesos de conservación a través de la protección y el manejo de especies prioritarias. Capítulo 11.
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ta del aprovechamiento de los recursos marinos, del desarrollo del turismo, del manejo de las áreas naturales protegidas y de la vida silvestre, la importancia que para el estado tiene el uso y destino de su litoral y espacio marino —especialmente del Golfo de California— es vital. Éstas nos parecieron razones de peso para incluir en este libro y como parte de los instrumentos de la política ambiental federal el capítulo 12.15 En seguida, los capítulos 13 (agua y suelo),16 14 (recursos marinos)17 y 15 (paisaje),18 muestran cómo los recursos naturales estratégicos, antes solamente objetos del saqueo, han empezado a ser empleados de manera sustentable en nuestra región. La educación ambiental y la investigación científica son procesos que evidentemente promueven y sustentan esa nueva cultura de la naturaleza; su función es trascendente y a ellos dedicamos respectivamente los capítulos 1619 y 17.20 Los procesos de conservación han sido impulsados desde su origen por la sociedad civil organizada; esto, que es válido en la esfera internacional, lo es también en Baja California Sur. De hecho, la entidad es uno de los llamados hot spots para las organizaciones ambientalistas internacionales, quienes han puesto su atención y sus recursos en la promoción de muy diversos proyectos de conservación. Estas instituciones internacionales trabajan en colaboración con organizaciones locales de forma incansable, aunque no siempre muy efectiva. En el capítulo 1821 se analiza este proceso. El último capítulo de esta tercera parte22 aborda un proceso de 15 Liliana Gutiérrez Mariscal, Daniela Pedroza Páez, María José Solares Millán, Vicente Arriaga Martínez y Antonio Díaz de León Corral, El proceso de ordenamiento ecológico marino en el Golfo de California: ¿Del conflicto al consenso? Capítulo 12. 16 E. Troyo Diéguez, A. Nieto Garibay, J. L. García Hernández, B. Murillo Amador y M. Cariño Olvera Diagnóstico agro-ambiental de Baja California Sur: estado actual y alternativas para el desarrollo agropecuario sostenible. Capítulo 13. 17 Andrea Sáenz Arroyo, La paradoja del chimpancé pensante: evolución, historia y valores de conservación en el medio marino. Capítulo 14. 18 José Urciaga, Micheline Cariño y Jesús Zariñan, El turismo alternativo o de naturaleza: un excelente complemento para fortalecer el sector turístico en Baja California Sur. Capítulo 15. 19 Ninfa Leticia Cordero Sauceda, Dennís Nohemí de la Toba, Gustavo Mercado Mancera y Micheline Cariño, Procesos de conservación a través de la educación ambiental. Capítulo 16. 20 Berenice Hernández, Rafael Cervantes, Carlos Villavicencio y Alfredo Ortega, Importancia de la investigación científica en los procesos de conservación. Capítulo 17. 21 Micheline Cariño, Leticia Cordero y Jesús Zariñán, Procesos de conservación impulsados por la gestión de las ong que trabajan en Baja California Sur. Capítulo 18. 22 Aarón Esliman y Miguel Ángel Vargas, Procesos de conservación a través de la creación de áreas de conservación en terrenos de propiedad privada, social o comunal. Capítulo 19.
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conservación que ha sido impulsado principalmente por las ong ambientalistas, aunque no sólo ellas pueden ser las promotoras de la creación de áreas de conservación en terrenos de propiedad privada, social o comunal. Habiendo explicado la construcción y el contenido de los capítulos del libro, se impone una precisión teórica debido a la complejidad de la historia de la conservación en Baja California Sur. Hemos mencionado que esta historia la construimos tomando como base los procesos de conservación y que estos son llevados a cabo por una multiplicidad de actores. Es importante explicar que muchos de los actores impulsan varios procesos de forma simultánea y que su trabajo se desenvuelve en diversas esferas. Tal situación se detalla en los capítulos de la tercera parte, pero con afán de presentarlos sintéticamente en la tabla de la página siguiente se presenta una tipología que identifica en cuatro grupos a quince tipos de actores de la conservación. Esto nos permite conocer con mayor precisión su campo de acción y nos lleva a constatar que la conservación es un proceso colectivo de muy amplia envergadura y que involucra a una porción importante de la población sudcaliforniana. La diversidad de actores de la conservación y de sus ámbitos de acción aquí expuesta también tiene por finalidad coadyuvar a que estos actores se identifiquen y se reconozcan como tales. Esta percepción y la eventual toma de posición subsiguiente son fenómenos de los que depende el reforzamiento del ambientalismo sudcaliforniano, así como su construcción y devenir como movimiento social. Los optimistas se sentirán confortados y acompañados, los pesimistas confirmarán la dificultad que implica nadar contra corriente, pero todos hemos de coincidir en que la conservación es un proceso histórico. Efectivamente, es así porque se trata de un proceso impulsado por actores y que conlleva tiempo para su concreción. Más aún, no se trata de procesos lineales ni uniformes. Los procesos de la conservación, además de expresarse en muy diversos ámbitos —el productivo, el normativo, el científico, el educativo, el de la gestión, etc.— tienen una manifestación temporal desigual. Considerando que la concreción de la conservación como un proyecto histórico alternativo, como la utopística de los actores del ambientalismo, es la meta que se pretende alcanzar para superar el saqueo, hemos considerado importante distinguir tres etapas por las cuales transcurre la conservación. Tomando
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Grupo genérico
Tipo de actores
1. ong ambientalistas
1. ong ambientalistas regionales 2. ong ambientalistas externas con actuación regional
2. Ambientalistas que trabajan individualmente
3. Educadores ambientales 4. Empresarios ambientalistas 5. Artistas ambientalistas
3. Algunas instituciones y sus miembros ambientalistas
4. Comunidades sustentables
6. Científicos ambientalistas 7. Dirigentes de instituciones académicas regionales 8. Funcionarios de instituciones gubernamentales federales 9. Manejadores de Áreas Naturales Protegidas (anp) 10. Funcionarios gubernamentales estatales y municipales 11. Miembros del Consejo Consultivo de Desarrollo Sustentable 12. Comunidades pesqueras y acuícolas que habitan dentro y fuera de las anp del medio costero y marino 13. Comunidades rancheras que habitan dentro y fuera de las anp del medio terrestre 14. Comunidades agrícolas que habitan dentro y fuera de las anp del medio terrestre 15. Comunidades que han establecido umas en medios marinos, costeros o terrestres
por base el impacto que en la conservación del ambiente y en la mejora de la calidad de vida de la sociedad regional han tenido los procesos de conservación y desarrollo sustentable, los hemos clasificado como: contundentes, trascendentes y preparatorios. Los procesos contundentes son aquellos que ya muestran resultados efectivos de protección del ambiente y/o de manejo sustentable de los recursos naturales involucrando a los habitantes de la(s) zona(s) en la(s) que se presentan estos procesos. Los procesos trascendentes son aquellos en los que se llevan a cabo acciones que en un mediano plazo son susceptibles de contribuir sustantivamente a la conservación del ambiente y al desarrollo sustentable. Los procesos preparatorios son aquellos que manifiestan sus consecuencias favorables en pro de la conservación y el desarrollo sustentable en el
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largo plazo, y que por sus características resultan indispensables para que alguno de los dos tipos anteriores de procesos se lleve a cabo. Para valorar las consecuencias de los procesos de conservación y desarrollo sustentable consideraremos diferentes criterios entre los que destacan: el cumplimiento de los objetivos planteados, el manejo de los recursos naturales y del ambiente, el nivel de socialización y de apropiación tanto de los objetivos como de las recomendaciones de manejo, la participación de los habitantes en la vigilancia y observancia de éstas, la reconversión productiva de los habitantes, la mejora de la calidad de vida de la sociedad, y la divulgación de los beneficios obtenidos en los procesos de conservación y desarrollo sustentable. En los capítulos de la tercera parte del libro es común encontrar referencia a esta clasificación; sin embargo, ninguno de estos tipos de procesos corresponde a algún capítulo en particular. Esto es válido con excepción de los capítulos 16 y 17, ya que tanto la educación ambiental, como la investigación científica son, precisamente y en todos los casos, procesos trascendentes. El manejo de algunas especies silvestres y de algunas áreas naturales protegidas ha sido tan exitoso que podemos considerarlos como procesos contundentes. Es por ejemplo el caso del aprovechamiento de la ballena gris para fines de ecoturismo en Laguna San Ignacio. No obstante, los mismos instrumentos de política ambiental sólo han dado lugar a procesos preparatorios, evitando el deterioro y dando oportunidad a que una vez que se superen diversos obstáculos, el manejo del anp y el aprovechamiento de diversas especies de vida silvestre permitan el desarrollo de un proceso contundente. Tenemos pues la oportunidad de poner ante sus ojos un libro inusual, tanto por su metodología, como por la diversidad de plumas y voces que en él se expresan. Pero estamos seguros de que la información en él contenida es de indiscutible utilidad. Asimismo, esperamos que a través de su lectura compartan con nosotros el sentimiento de urgencia de transitar del actual modelo de saqueo y de la utopía ambientalista hacia la conservación como un modelo desarrollo regional. Baja California Sur tiene el privilegio de todavía poder elegir su modelo de desarrollo y construir su futuro deseado. Por sus características, tanto socioeconómicas como naturales, los asuntos relacionados con la gestión del medio ambiente son procesos complejos y diversos que tienen una inciden-
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cia fundamental en la toma de decisiones para el presente y el futuro regional en múltiples sentidos. Se encuentran en juego las decisiones de política económica y ambiental, la orientación de la investigación científica y de la educación superior, el desarrollo de actividades productivas y, en última instancia, el destino de una región que no sólo es importante para sus habitantes sino para la humanidad, por ser un área prioritaria para la conservación a escala mundial. A pesar de la trascendencia de estos fenómenos, hoy por hoy son procesos mal conocidos, por lo que suscitan malentendidos y supuestos que generan confusión y conflictos, tanto en la población como entre los tomadores de decisiones. Esperamos que los resultados de nuestra investigación, presentados en este libro, contribuyan a esclarecer esta situación y permitan a la población regional participar con mayor información, conocimiento y conciencia en los procesos que configuran el destino de su tierra.
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Los contextos
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Capítulo 1. Evolución de los discursos y políticas de conservación en el mundo
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Capítulo 1
Evolución de los discursos y las políticas de conservación en el mundo Antonina Ivanova y Carmina Valiente
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urante los últimos años, el número de Acuerdos Ambientales Multilaterales (aam) se ha incrementado de manera progresiva. Al mismo tiempo, la comunidad internacional está luchando para abatir los crecientes problemas ambientales a nivel mundial, tales como la propagación de contaminantes tóxicos, disminución de la biodiversidad y el calentamiento global. Actualmente existen más de quinientos aam dedicados a coordinar las acciones de los países en asuntos de protección ambiental. El crecimiento exponencial de este tipo de acuerdos como un aspecto principal dentro de las relaciones internacionales se puede atribuir a varios factores: • Al incremento de la investigación científica y el reconocimiento público de los problemas ambientales que amenazan nuestro planeta; • Al reconocimiento por parte de los estados de la necesidad de cooperar para la solución de problemas ambientales globales o transfronterizos. • A los profundos impactos económicos y sociales de los problemas ambientales a nivel internacional.
Más información se puede consultar en Aguilar Barajas (2002), “Reflexiones sobre el desarrollo sustentable”, Comercio Exterior, vol. 52 (2), México.
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Sin embargo, para llegar a la elevada conciencia internacional del momento actual —que reconoce el desarrollo sustentable como único camino viable para el progreso de la humanidad— fue necesario recorrer un largo camino. En este capítulo presentamos las principales etapas del desarrollo y evolución del discurso internacional en su dimensión ambiental, así como los principales logros en las políticas internacionales ambientales, desde las etapas precursoras hasta la creación de una compleja estructura internacional para el manejo ambiental que no fue planeada sino elaborada como resultado de una diversidad de aspectos particulares, entre ellos los diferentes intereses de los agentes involucrados.
1. Primeros pasos hacia la protección y conservación mundial del medio ambiente Los acuerdos internacionales precursores en materia ambiental fueron producto de un proceso que inició a finales del siglo xix. La preocupación y la conciencia de los efectos negativos que las actividades humanas tienen sobre el entorno natural no son una preocupación nueva: el hombre siempre parece haberse caracterizado por ser la única especie del planeta que no logra guardar un equilibrio con su entorno. Desde finales del siglo xix hasta mediados del siglo pasado, los esfuerzos por proteger el entorno natural se concentraron en la protección de algunas especies particulares o de un recurso natural específico, derivado del interés en su aprovechamiento. A ma
Es importante aclarar las diferencias entre los términos “sostenible” y “sustentable”, aunque muchas veces éstos se usan de manera indistinta. Un proceso es sostenible (según la definición generalmente aceptada desde la Biología y la Ecología) cuando ha desarrollado la capacidad para producir indefinidamente a un ritmo en el cual no agota los recursos que utiliza y que necesita para funcionar y no produce más contaminantes de los que puede absorber su entorno. A su vez, el desarrollo sustentable hace referencia a la capacidad que haya generado el sistema humano para satisfacer las necesidades de las generaciones actuales sin comprometer los recursos y oportunidades para el crecimiento y desarrollo de las generaciones futuras. Es importante destacar que lo que esencialmente se busca a partir de la sustentabilidad es avanzar hacia una relación diferente entre la economía, el ambiente y la sociedad. No busca frenar el progreso ni volver a estados primitivos. Todo lo contrario. Busca precisamente fomentar un progreso pero desde un enfoque diferente y más amplio, y ahí es donde reside el verdadero desafío. Sustentabilidad es la habilidad de lograr una prosperidad económica sostenida en el tiempo protegiendo al mismo tiempo los sistemas naturales del planeta y proveyendo una alta calidad de vida para las personas. Este término ha encontrado un uso generalizado en la literatura hispana después del Informe Brundtland 1987 y se usará en este texto.
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nera de ejemplo, hemos seleccionado algunos de estos acuerdos. El 1885 se estableció un acuerdo sobre la prohibición de la pesca de focas en el mar de Behring. En 1902 se firmó en París un convenio para la protección de pájaros útiles a la agricultura. En 1931, varias naciones del mundo reglamentaron mediante un convenio la caza de la ballena. La Convención Internacional para la Regulación de la Pesca de la Ballena estableció en diciembre de 1946 un convenio para regular su captura, con el objetivo de “proteger a todas las especies de ballenas de la caza excesiva y salvaguardar para las generaciones futuras los importantes recursos naturales representados por las poblaciones de ballenas”, estableciendo un sistema de reglamentación internacional para su captura apropiada. En 1933 se logró un acuerdo común en Londres, convocado por Gran Bretaña e Irlanda del Norte, relativo a la conservación de la fauna y flora de África en su estado natural. El objetivo era evitar la extinción de especies, para lo cual se crearon —bajo un marco legal— los primeros parques nacionales de interés para la comunidad internacional, a fin de lograr “la protección y la conservación de objetos de interés estético, geológico, prehistórico e histórico”, entre otros, “en beneficio y para el recreo del público en general”. La Convención Internacional para Protección de Plantas (ippc) entró en vigor en abril de 1952. Esta Convención es un acuerdo internacional para la protección de las plantas y está enfocada a “garantizar acciones efectivas y conjuntas para prevenir la distribución y la introducción de plagas de plantas y productos a base de plantas, y promover medidas adecuadas para su control”. De esto se deduce que detrás de estas negociaciones y primeros acuerdos en materia am
Se puede consultar el documento en Fernando Fuentes Bodelón (recop.), Calidad de vida, medio ambiente y ordenación territorial: Textos internacionales, vol. iii, Madrid, 1982. Raquel Gutiérrez Nájera, Introducción al estudio del Derecho Ambiental, Porrúa, México, 2001, p. 331. La Comisión Ballenera Internacional será la encargada de aprobar normas sobre conservación y su explotación. La primera categoría de manejo que se empezó a utilizar en materia ambiental fue en Estados Unidos, con la asignación de Parque Nacional de Yellowstone en 1872, el primero de esta categoría en el mundo. Luego se generalizó el concepto utilizándose en otros países. El presidente Theodore Roosevelt (1901-1909) se propuso como una de las mayores metas de su administración proteger la naturaleza y sus recursos, declarando en todo el país cincuenta refugios federales de vida silvestre que posteriormente fueron colocados bajo la categoría de Monumentos Nacionales y que sirvieron como ejemplo de estrategia de protección en el mundo. Yellowstone Park Act, 1 de marzo de 1872. Ídem, artículo 2, inciso 1, p. 61.
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biental se presentaban conflictos distributivos. Se protegía y conservaba no porque se tuviera una conciencia del valor intrínseco de los recursos, como se ha llegado a adquirir hoy en día, sino por el valor utilitario o porque su explotación generaba querellas entre dos o varias naciones, poniendo en juego la soberanía de los estados. Precisamente, las conflagraciones más violentas en la historia se han debido a la competencia por la prioridad de los recursos.
2. La gestión ambiental en las relaciones internacionales El día 24 octubre de 1945 entró en vigor la Carta de las Naciones Unidas, que es la base sobre la que se cimienta el discurso de la onu y se justifica su protagonismo en el escenario mundial En la Carta se expresa la necesidad de velar por el “bien” de las “generaciones venideras”. Una de las funciones principales de la Organización es garantizar la paz para el porvenir de la humanidad, por lo tanto su discurso está marcado por esa visión a futuro, promovida también en el discurso ambientalista. Desde su conformación se promueve un mundo regulado por un mecanismo que está por encima de los estados y se proclaman valores de justicia humanitaria como “tolerancia”, “bienestar común”, “progreso social”, “libertad” y una “paz duradera”. Sin embargo, aunque el discurso muestra buenas intenciones, después de sesenta años aún no se llega a un común acuerdo o entendimiento de cómo poner en práctica estos conceptos pronunciados en la Carta. Conforme los poderes políticos internacionales y los intereses económicos del mundo han ido cambiando, el discurso de los organismos internacionales se ha ido adaptando a esos cambios, logrando avances conceptuales significativos que se han expresado en los foros que organiza la onu. Otra de las funciones de la Organización es la de servir como medio donde se estudian y difunden las diferentes problemáticas y conocimientos sobre el medio ambiente y su relación con los problemas sociales y económicos. Funciona también como instrumento político, muchas veces como instrumento legitimador de las acciones de las grandes potencias, y como medio de expresión de la sociedad civil internacional, la cual se ha reforzado por el creciente número de organizaciones no gubernamentales.
Se puede consultar al especialista en el tema, Modesto Seara Vázquez, Las Naciones Unidas a los cincuenta años, p. 224.
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La onu posee toda una estructura de órganos centrales, organismos especializados, órganos subsidiarios, con sus respectivas comisiones y subcomisiones, bajo un estilo moderno del manejo internacional ambiental, instaurado en los años setenta con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Ambiente Humano, llevada a cabo en Estocolmo. Es hasta entonces que la problemática ambiental se reconoció como parte de las preocupaciones centrales de Naciones Unidas. Antes de 1972 existían sólo unos pocos organismos del sistema que se coordinaban entre sí y con otras organizaciones gubernamentales para estudiar y solucionar diferentes problemas con repercusiones en el uso y aprovechamiento de los recursos naturales. Se trataba de organismos que tenían que ver con problemáticas específicas de la conservación y protección de los recursos naturales. Entre estos los más importantes eran la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (fao); la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (unesco), que creó el Programa Man and Biosphere (‘Hombre y biósfera’, mab) en 1968; la Comisión Oceanográfica Intergubernamental para las Ciencias Oceanográficas de la unesco; y la Unión Internacional para la Protección de la Naturaleza y los Recursos Naturales (uicn), fundada en 1948. La uicn es una reunión de estados soberanos, entidades gubernamentales y entidades no gubernamentales, siendo su particularidad la mezcla heterogénea de sus miembros, funcionando como un foro común para la reunión, el debate y el logro del consenso para la toma de decisiones. La función de la uicn era proteger el medio humano para favorecer la salud y la seguridad de la humanidad. Tras la Estrategia para la conservación que publicó en 1980, su misión se amplió.10 Los tratados, convenios, acuerdos, declaraciones, resoluciones, principios y cartas son instrumentos jurídicos con funciones distintas.11 En ellos el dis
Sobre la Conferencia de Estocolmo trata la parte 3.2. de este capítulo. La función de integrar todas las preocupaciones sobre medio ambiente la asumiría el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (pnuma) en 1972. Según Modesto Seara Vázquez, el interés de la onu por el medio ambiente, propiamente dicho, se manifestó con toda claridad en 1946, con la regulación y control de la energía atómica que posteriormente condujo al establecimiento del Organismo Internacional de la Energía Atómica (oiea) en Viena, 1957. 10 Asumiría entonces la función de influenciar, alentar y ayudar a las sociedades de todo el mundo a conservar la integridad y la diversidad biológica, y asegurar que todo uso de los recursos naturales fuera equitativo y ecológicamente sustentable. 11 Para un análisis detallado, consúltese Raquel Gutiérrez Nájera, Introducción al estudio del derecho ambiental, pp. 302, 303 y 326.
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curso ambientalista, expresado por los organismos del sistema de Naciones Unidas, se adapta al instrumento jurídico que le permita buscar una vía legal para lograr sus objetivos o bien, para alcanzar el reconocimiento de la comunidad internacional y su legitimidad posterior. El discurso mismo es una estrategia política y de negociación. Los Acuerdos Ambientales Multilaterales (amm), en tanto que piezas clave de la gobernancia ambiental, tienen las siguientes funciones.12 • Identifican soluciones sobre la base de la cooperación, limitando el empleo de medidas unilaterales. • Constituyen foros para medir y constatar la situación del medio ambiente. • Establecen un marco de negociación de nuevas obligaciones por medio de protocolos y decisiones de las Conferencias de los Participantes (cop); • Proporcionan orientación y asistencia para implementar sistemas de beneficios y cargos compartidos equitativamente (por ejemplo, mediante capacitación y educación ambiental). • Crean mecanismos para mejorar el cumplimiento y resolver las controversias.
Las instituciones y las organizaciones que se crean alrededor de los acuerdos ambientales internacionales se denominan generalmente regímenes, expresando el hecho de involucrar a un número diverso de fundadores y actores, dejando de expresar solamente las dinámicas entre estados soberanos.13 Las reglas que gobiernan estos regímenes difieren de uno a otro, reflejando sus especificidades, pero todos se basan en el derecho internacional y en una serie de principios y prácticas ampliamente aceptadas:14 • Prevención. Puesto que cuesta caro o puede resultar imposible reparar los daños ambientales una vez ocurridos, es mejor evitar estos daños. 12 Matthew Stillwell y Richard Tarasofsky, Toward coherent environmental and economic governance. Legal and practical approaches to mea-two linkages. También se puede consultar Thomas M. Franck, The power of legitimacy among nations, passim. 13 La obra clásica sobre regímenes internacionales en la teoría de relaciones internacionales es el libro de Krasner Stephen (1983), International regimes (Cornwell University Press, Ithaca y Londres), donde se da la primera definición de amplio consenso de regímenes internacionales. 14 unep y iisd, Environment and trade. Muchos de estos principios fueron formulados en la Conferencia del Río sobre el Medio Ambiente y Desarrollo (1992).
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• Precaución. La falta de evidencia científica decisiva no justifica la falta de acción, en particular cuando las consecuencias de la falta de acción pueden ser devastadoras o cuando los costos de la acción son insignificantes. • Subsidiariedad. la toma de decisiones y la responsabilidad tienen que llegar al nivel más bajo de la organización gubernamental o política que pueda realizar una acción directa. • Responsabilidad común pero diferenciada. No todos los países tienen la misma responsabilidad por daños ambientales pasados, y también los distintos países disponen de diferentes recursos. Así que, aunque los participantes de los regímenes ambientales reconocen la responsabilidad común por el medio ambiente, también se esfuerzan en diseñar responsabilidades diferenciadas para solucionar la problemática ambiental. • Apertura. Para el buen manejo ambiental es necesaria tanto la transparencia, como la participación pública en el diseño de las políticas. • Principio “el que contamina paga”. Desde su utilización por primera vez en la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (ocde) en 1972, el contenido de este principio ha evolucionado. Hoy se comprende como principio de internalización de costos, lo que significa que el que contamina tiene que cubrir el costo completo del daño ambiental ocasionado por sus actividades.
Las siguientes líneas, brindan el marco general en el que se han desarrollando las políticas ambientales en el seno de la onu y las problemáticas que enmarcan los conflictos ambientales de nuestra época.
3. El nuevo umbral de las negociaciones ambientales El primer encuentro internacional más importante en materia ambiental de los años setenta fue la Conferencia Internacional sobre Medio Humano, que se llevó a cabo en Estocolmo, 1972. Antes de esta conferencia se realizó un documento preparatorio, el Informe Founex,15 que fue el que introdujo 15 El año 1969, los países industrializados propusieron a la Asamblea General de la onu organizar una Conferencia Mundial sobre el Medio Humano. El documento de Founex muestra los resultados de la reunión sobre desarrollo y medio ambiente que se realizó en Founex y que fue un informe ampliamente discutido en los seminarios regionales. Se puede revisar el documento completo en Fuentes Bodegón, Vol. ii.
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el concepto de “medio humano”16 en la comunidad internacional y que representó un punto crucial en la historia del diálogo internacional sobre medio ambiente y desarrollo, ejerciendo una poderosa influencia en la opinión pública. Según Sergio R. Melnick, “las nuevas tendencias que empezaron a aparecer se inclinaron por la planificación, no tanto como un mecanismo racional para la toma de decisiones, sino como un proceso de orientación social”.17 La corriente de planificación está además estrechamente relacionada con la escuela del desarrollo y subdesarrollo, representada por la Comisión Económica para América Latina (cepal), que ha tenido gran injerencia en los asuntos ambientales de América Latina, trabajando en coordinación con el pnuma.18 Founex representó un valioso aporte conceptual para entender los asuntos ambientales en el contexto de América Latina y el Caribe. Permitió la progresiva asimilación de la idea de que solamente por medio del crecimiento19 económico podían suprimirse los problemas que ponían en peligro la calidad de vida y la vida misma en los países no desarrollados. Por lo tanto, debía establecerse un orden que afianzara o complementara el proceso de desarrollo. Se adoptó así en 1971 un Plan de Acción como parte de la Estrategia Internacional para el Desarrollo, del Segundo Decenio del Desarrollo de las Naciones Unidas y para el cual se reunió a la comunidad internacional en Estocolmo. Se reconocía, sin embargo, que no se podía sugerir una política determinada para todos los países no desarrollados, porque cada cual experimentaba una situación distinta. Cada país debería estudiar su situación particular para presentarla en la Conferencia de Estocolmo, donde serían examinadas. Cabe señalar que en este marco de negociaciones los países no desarrollados sentían desconfianza hacia la creciente preocupación por el medio ambiente de los países desarrollados: justo cuando más necesitaban desarrollarse se les quería imponer límites a su crecimiento. Los países no 16 Según la definición de la unesco, el medio humano se refiere al “ambiente natural constituido por todos los organismos vivos, incluidos el aire, el agua, el clima, el suelo, el relieve, la radiación solar y cósmica, que forman parte de la especie humana”, y el ambiente social que hemos construido por medio de la creatividad y evolución cultural. Ver en Martí Boada y Víctor Toledo, en El Planeta, nuestro cuerpo. La ecología, el ambientalismo y la crisis de la modernidad, p. 18. 17 “Principales escuelas, tendencias y corrientes de pensamiento”, en Oswaldo Sunkel y Nicolás Gligo, Estilos de desarrollo y medio ambiente en América Latina, p. 260. 18 Cfr. El desarrollo sustentable: transformación productiva, equidad y medio ambiente”, cepal. La cepal trabaja también en estrecha cooperación con la fao y el pnud. 19 El término desarrollo comprende crecimiento económico con equidad en la distribución.
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desarrollados argumentaban que se debía “rechazar la premisa de crecer primero y distribuir los beneficios después con justicia”.20 Se propuso y aceptó tras la publicación del Informe Founex en la comunidad internacional, la idea conceptual de “una sola Tierra”, que planteaba, desde el punto de vista ambiental, que la tierra era nuestro hogar común y que juntos debíamos velar por su protección y su conservación, ideas asumidas y difundidas en Estocolmo. Este planteamiento puso de manifiesto dos interrogantes fundamentales: ¿podía aceptarse que la idea de una sola Tierra nos llevase a la adopción del concepto más noble de una sola humanidad? o ¿se convertiría la preocupación ambiental en un asunto restringido al mundo industrializado, en vez de ser el umbral de una nueva era de cooperación internacional? Los problemas ambientales, como vimos, no eran ya algo nuevo, pero sí adquirían en estos años una nueva dimensión. El enfoque que querían adoptar los países desarrollados era distinto al de los países no desarrollados. Tras las largas y difíciles negociaciones entre los países del Norte y del Sur, los primeros sembraron la idea de que el subdesarrollo originaba deficiencias en el medio natural. La Conferencia de Estocolmo sobre Medio Humano ha representado un hito para la nueva administración ambiental. Quedaron planteadas las bases de la nueva estructura administrativa que debía desarrollarse en el mundo para tratar el tema del desarrollo, la ecología y la problemática social de forma integrada.21 Hasta entonces, la ecología como una ciencia nueva, hija de las ciencias naturales, estaba desligada de las ciencias sociales. En la Conferencia se estableció que “de todas las cosas del mundo, los seres humanos son lo más valioso. El ambiente está supeditado al hombre. Ellos son los que promueven el progreso social, crean riqueza social, desarrollan la ciencia y la tecnología”.22 Se agrega en el siguiente artículo de la Declaración que la defensa y el mejoramiento del medio humano para las generaciones presentes y futuras debe de ser la “común meta imperiosa de la humanidad”.23 20 “Objetivos del Desarrollo” de la Declaración de Cocoyoc. En Fuentes Bodelón, vol. I, op. cit., p. 54. 21 Señala el pnuma que iniciando los años setenta existían en el mundo solo diez países que contaban con instituciones internas que velaban por el medio ambiente, elevándose su número para el año 1974 a sesenta y a finales de la década al centenar. Cfr. cifca, op. cit., p. 67. 22 Artículo 2, inciso 5. En Fuentes Bodelón, vol. I, op. cit., p. 49. 23 Íd. p. 50.
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Además del alcance conceptual de la Conferencia, hubo otro avance sustantivo: el relativo a la cooperación internacional entre los Estados, disposiciones institucionales y financieras que apoyaran el Plan de Acción y la creación del pnuma, que debía servir como punto central para coordinar las actividades relacionadas al medio ambiente dentro del sistema de Naciones Unidas.24 En los objetivos de las políticas generales del documento del Plan de Acción sobre Medio Humano dice que la función del pnuma es velar por una “ordenación integrada y racional de los recursos de la biósfera” y que se debe de trabajar por “la salvaguardia del bienestar humano y de los ecosistemas”.25 Con respecto al bienestar humano, se debían “prever y evitar los riesgos para la salud y el bienestar humanos ocasionados por la contaminación de los alimentos, el aire y el agua”.26 Debían también examinarse los problemas ambientales de la pobreza y el subdesarrollo. Fue con la creación del pnuma que se preparó el camino para la codificación de normas ambientales internacionales. La gestión ambiental, como tal, inició en estos años. Como se mencionó anteriormente, “gestión” significa manejo, es decir, toma de decisiones y acciones encaminadas a una administración y acción concertada. A partir de Estocolmo se decidió coordinar un sistema integrado de información ambiental.
4. Principales logros de la gestión ambiental en los años sesenta y setenta El año de 1962 la unesco hizo a la Asamblea General una recomendación relativa a la protección de la belleza y del carácter de los lugares y paisajes27 que se dirigió a los estados miembros para que llegaran a una reglamentación internacional. 24 El pnuma formó parte, en un principio, de un programa del Consejo ecosoc. Se suponía que se mantendría pequeño, actuando como gestor y coordinador de otras organizaciones, que no tendría un presupuesto autónomo ni programas propios. El pnuma no tiene poder real para imponer su agenda, ni recursos suficientes para que su función sea efectiva en todos los rangos de los problemas ambientales. 25 Se puede revisar el documento en Fuentes Bodelón, vol I, op. cit. p. 407. 26 Ibídem. Parte de las grandes aportaciones del pnuma fue el desarrollo de sistemas legales, como el Protocolo de Montreal (1987), el Convenio sobre Diversidad Biológica (1992) y la Convención para Combatir la Desertificación (1977). 27 Fernando Fuentes Bodelón, op. cit., vol. ii, p. 1081.
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Vemos así, que después de haberse instituido en 1933 los primeros parques nacionales, la naturaleza de los objetivos de protección a la naturaleza con el interés de conservar paisajes y lugares es limitada. En ésta recomendación, como en otras de la época, el interés público o social impera sobre otros. Cabe mencionar que en 1964 inicia un Programa Biológico Internacional (pbi), que debía concluir en su fase inicial en 1974. No se menciona en estos años otra utilidad de los espacios protegidos que el uso para la investigación y el recreativo. Todavía no se hace referencia a un manejo integrado de los ecosistemas y al uso racional de los recursos naturales. El programa Man and biosphere (mab)28 de la unesco, que inició en 1968, es el que se encarga de la información en lo referente a zonas naturales y al material genético que contienen.29 Uno de los objetivos fundamentales del mab es “promover y demostrar una relación equilibrada entre los seres humanos y la biósfera”, 30 siendo las zonas naturales designadas por el Consejo Internacional de Coordinación (cic) del Programa mab y el temario de investigación internacional acerca de los procesos ecológicos de éstas por el Comité Científico sobre Problemas del Medio Ambiente (scope), a petición del estado interesado. Se comienza a trabajar en un sistema mundial de áreas naturales protegidas (anp), como patrimonio de la humanidad, con fines científicos. La investigación de los ecosistemas, para tener un sistema unificado de su análisis, comenzó en los años sesenta, representando el programa mab la oportunidad de contar con un programa integrado de investigación y base estratégica de información ecológica. Este es el primer programa mundial de ordenamiento ambiental que busca transformar el comportamiento de toda la sociedad en relación con la biósfera.31 Otros de los grandes temas ambientales que preocupan a la comunidad internacional de aquellos años so los relacionados a la explotación y conservación de las riquezas del mar. La Comisión de Derecho del Mar logró concluir varios convenios relativos al Derecho del Mar en los siguientes años. 28 Se crea tras la Conferencia Internacional de Naciones Unidas sobre la Explotación y Conservación de la Biósfera, París 1968. 29 Fuentes Bodelón, vol. I, op cit. p. 311. 30 Sobre el mab, cfr. http://www.uicn.org. 31 Se llama así a la parte de la Tierra donde se desarrolla la vida, incluyendo el aire, la tierra y los océanos. El término fue acuñado por el geólogo Eduard Suess en 1875 y tradicionalmente se considera que se extiende desde los 15 km de profundidad en mares hasta los 10 km de altura.
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Veamos cuáles son y algunas de sus disposiciones en cuanto a proteger o conservar el uso de los recursos del mar. La primera convención respecto al tema fue en Ginebra, 1958, sobre la plataforma continental, ratificada como instrumento trece años más tarde (1971). En ella la única referencia que encontramos con respecto a la conservación de los “recursos vivos” del mar es el convenio en que se promulga que la explotación de la plataforma continental no debe entorpecer la conservación de los recursos marinos, ya que los estados ribereños están obligados a adoptar medidas de seguridad para “proteger” los recursos vivos del mar de agentes nocivos, 32 y que el permiso de exploración y explotación de la plataforma continental que esté bajo la jurisdicción de un estado ribereño debe de realizarse con su permiso. En esta misma convención se dictan normas referentes al Alta Mar, 33 tras la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, celebrada unos meses antes. Otra de las Convenciones fue la de Pesca y Conservación de los Recursos Vivos de Alta Mar (1958) cuyo objetivo era: “(…) resolver sobre bases de cooperación internacional los problemas que suscita la conservación de los recursos vivos de alta mar, considerando que el desarrollo de la técnica moderna ha expuesto algunos de estos recursos al peligro de ser explotados en exceso.”34 La Convención para la Conservación de los Recursos Marinos Vivos de la Antártida (ccamlr)35 entró en vigor en abril de 1982, contando con 31 miembros. La importancia de esta Convención es que forma parte del Sistema de Tratados de la Antártida y dispone de una serie de arreglos entre los estados con el propósito de coordinar políticas respecto a ese continente. El objetivo de la Convención se basa en un enfoque de ecosistema para la conservación de los recursos marinos vivos en las aguas circundantes del Polo Sur e incorpora estándares diseñados para asegurar la conservación no 32 Fuentes Bodelón, op. cit., vol. iii, p. 399. 33 “Alta mar” se refiere a la parte del mar que no pertenece ningún mar territorial y donde existe la libertad de navegación, de pesca y de tender cables y tuberías submarinos. 34 Gutiérrez Nájera, op. cit., pp. 336-337. En las disposiciones del Convenio podemos leer: a) “Todos los Estados tienen la obligación de adoptar y de colaborar con otros Estados en la adopción de medidas para la conservación de los recursos vivos de la alta mar”, b) “Esas medidas se deben formular teniendo en cuenta la necesidad de asegurar el abastecimiento de alimentos para el consumo humano”. 35 Convention on the Conservation of Antarctic Marine Living Resources. Http://www.ccamlr. org. El Convenio se presenta en este apartado porque sus inicios datan desde los años 60ta.
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sólo de poblaciones y especies particulares, sino también para mantener el ecosistema antártico, en su sentido más amplio. En 1964 se reunió la Convención sobre Recursos Biológicos del Mar, y otra sobre Mar Territorial y Zona Contigua. En su instrumento de ratificación de 1965, el Consejo Internacional para la explotación del Mar dispone que uno de sus principales cometidos será: “promover y fomentar investigación y pesquisas para el estudio del mar y particularmente de sus recursos de materia viviente.”36 La Convención Internacional para la Conservación de los Atunes del Atlántico (iccat)37 es responsable de la conservación del atún y túnidos en el Océano Atlántico y mares adyacentes. Su mandato también incluye el estudio de los peces capturados incidentalmente en la pesca de atún. La Convención entró en vigor en marzo de 1969. El año de 1969 se realizó una Convención Internacional relativa a la Intervención en Alta Mar en casos de Accidentes que causen una Contaminación por Hidrocarburos.En 1970 se emitió una Declaración de Principios que Regulan los Fondos Marinos y Oceánicos y su Subsuelo Fuera de los Límites de la Jurisdicción Nacional (Nueva York), donde se declara que los estados deben procurar, entre otras cosas, “impedir la contaminación, impurificación y otros peligros para el medio marino, incluidas las costas y la perturbación del equilibrio ecológico del medio marino”, y “proteger y conservar los recursos naturales de la zona y prevenir daños a la flora y fauna del medio marino”.38Otro convenio importante de 1971 fue el de la Convención Ramsar, sobre Zonas Húmedas de Importancia Internacional, particularmente como hábitat de fauna silvestre. Con esto se consideraban las funciones ecológicas fundamentales de los humedales. Las aves acuáticas debían de ser consideradas como “reserva internacional”.39 La importancia de este convenio radica en que se tomaron medidas para que los humedales, que aportan 36 Fuentes Bodelón, op cit., vol. ii, p. 548. 37 International Convention for the Conservation of Atlantic Tunas. http://www.iccat. org ó http://www.iccat.es. Tiene dos protocolos complementarios: el Protocolo de París (Artículos xiv, xv y xvi) del 10 de julio de 1984 y el Protocolo de Madrid (Artículo X.2) del 5 de junio de 1992. Tiene 35 miembros, de los cuales 28 son también miembros de la omc. 38 Fuentes Bodelón, op. cit, vol I, p .81. 39 Fuentes Bodelón, op. cit., vol. iii, p. 211, en “Principios”.
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alimentos y agua potable, fueran protegidos como uno de los componentes fundamentales de las cuencas hidrográficas. Como parte del programa mab y con el objetivo de “detener la ocupación y desaparición progresiva de las marismas ahora y en el futuro, reconociendo las funciones ecológicas fundamentales de las marismas y su valor económico, cultural y de recreo”,40 la unesco queda en 1971 como depositaria del Convenio sobre las Marismas de Importancia Internacional Especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas. Los temas del Derecho del Mar adquieren en estos años una significativa atención no sólo por las implicaciones que tiene para el ejercicio de la libre navegación, la soberanía de los estados, la exploración e investigación, sino también porque la pesca comienza a verse en estos años como una opción de fuente de alimento significativa y de fácil acceso.41 Los océanos son, en tanto que herencia común de la humanidad, un recurso que debe de administrarse y cuidarse entre todos y para todos. Pero mientras se negocian medidas para conservar los recursos vivos del mar y medios para protegerlos de la contaminación, se toman otras medidas para garantizar que las políticas ambientales no entorpezcan las actividades económicas. En noviembre de 1972 la unesco aprobó la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural, cuyo objetivo era “establecer un sistema eficaz de protección colectiva del patrimonio cultural y natural de valor excepcional”.42 Se creó el Comité del Patrimonio Mundial al le fue presentado un inventario de los bienes del patrimonio nacional, publicándose una Lista de Patrimonio Mundial y una Lista de Patrimonio Mundial en Peligro. Se crea también el Fondo del Patrimonio Mundial, cuyas aportaciones son adoptadas por las partes y por otros órganos interesados. Las ong se establecen como medidoras para administrar fondos y canalizarlos a proyectos y programas específicos. 40 Raquel Gutiérrez N., op cit., p. 341. 41 En la ya citada Declaración Universal sobre la Erradicación de la Pobreza y Mal Nutrición se reconocía también que “la utilización de los recursos marinos y de las aguas interiores cobra importancia como nueva fuente de alimento y de bienestar económico. Por lo tanto, se deben de tomar medidas para promover una explotación racional de estos recursos, preferiblemente para consumo humano directo, con objeto de contribuir a satisfacer las necesidades de alimentos de todos los pueblos”. Ídem, p. 496. 42 Raquel Gutiérrez Nájera, op. cit., p. 344.
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En el Plan de Acción sobre Medio Humano de 1972 se llama a las naciones a una acción encaminada a conservar razas y variedades animales, encargándose la coordinación y apoyo técnico de esta empresa a la fao. La responsabilidad sobre flora y fauna la asumiría la uicn, en cooperación con la fao, el Programa mab de la unesco y los gobiernos, quienes debían instituir ministerios para el medio ambiente. La Organización Internacional de Energía Atómica (oiea) y la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico debían estudiar las fuentes de energía disponibles, las nueva tecnologías y las tendencias del consumo, para contribuir a que se sentasen las bases del aprovechamiento más eficaz posible de recursos energéticos del mundo. La oiea y la Organización Mundial de la Salud (oms), en coordinación con los gobiernos, debían estudiar la posibilidad de establecer un registro de descargas de cantidades apreciables de materiales radioactivos a la biósfera. Por otro lado, la Organización Metereológica Mundial (omm) y el Consejo Internacional de Uniones Científicas (ciuc) prosiguieron con el Programa Mundial de Investigación atmosférica (garp), para entender mejor las causas de los cambios climáticos. También se formó el Grupo Mixto de Expertos sobre la Contaminación del Mar (gesamp), que asiste a los gobiernos, con otros organismos competentes de Naciones Unidas, a encontrar las soluciones para combatir la contaminación del mar. Otra de las Conferencias significativas que tendrían importantes efectos en las políticas ambientales de los siguientes años fue la Conferencia de Vancouver sobre Asentamientos Humanos (1976), una recomendación hecha en el Plan de Acción de la Conferencia de Estocolmo. El documento emitido tras la Conferencia de Vancouver señala: “Las políticas de asentamientos humanos deben atenerse a la Declaración de Principios y a la Declaración Universal de Derechos Humanos”.43 El tema de asentamientos humanos fue importante dentro de las políticas ambientales, porque tiene implicaciones directas sobre el uso, destino y distribución de la tierra, los recursos naturales y humanos, así como con un ordenamiento territorial que facilitaría la gobernabilidad ambiental mundial. 43 Fuentes Bodelón, vol. I, op. cit., p. 328.
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En septiembre del año de 1977 se adoptó un Plan de Acción para Combatir la Desertificación, tras una conferencia internacional que hubo en esta materia, y como resultado de una recomendación hecha por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1974 para tomar medidas urgentes que detuvieran la desertificación y ayudar al desarrollo económico de las zonas afectadas. El pnuma y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (pnud) fueron los organismos encargados de emprender estudios sobre el alcance de la sequía y elaborar el Plan de Acción apropiado para detener el avance de los desiertos. Otras regiones que requerían también una atención urgente eran las zonas tropicales, subtropicales y templadas, porque la contaminación y sobreexplotación de recursos podía provocar una disminución de su productividad biológica, lo cual tendría consecuencias graves para otras zonas y regiones. En esta materia, la fao ha sido uno de los organismos claves. En su Programa de Ordenación Ecológica de los Pastos Áridos y Semiáridos (emsar) se habla de la necesidad de respetar el patrimonio cultural de los diferentes grupos que habitan en diferentes regiones. Se recomienda, en cuanto a las medidas inmediatas que deben de ser adoptadas, el establecimiento de redes regionales de reservas de la biósfera mediante la mejora de reservas nacionales seleccionadas para lograr una gama representativa en materia de medio ambiente y de genotipos. La fao, la unesco y la Asociación Edafológica Internacional fueron los organismos a los que se les encomendó preparar un mapa edafológico44 mundial, con el fin de servir para determinar las zonas entre las cuales sería más valioso el intercambio de conocimiento sobre las posibilidades, la degradación y la restauración de los suelos. El mismo año se celebró en Buenos Aires la Conferencia Mundial del Agua, donde se reconoció la problemática de la distribución mundial del agua. La unesco era entonces patrocinada por el Programa del Decenio Hidrológico Internacional para investigar sobre la calidad y cantidad de recursos mundiales de agua. La Organización Metereológica Mundial (omm) fue la que debía dar orientación sobre la compilación de datos y el establecimiento de redes hidrológicas. 44 La edafodología es la ciencia que estudia las características físicas, químicas y biológicas de los suelos.
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En 1975 entró en vigor el Convenio sobre Zonas Húmedas de Importancia Internacional de 1971 (Ramsar). En diciembre del año 2000 contaba ya con 123 partes contratantes. Para entonces era el único de los convenios modernos que se centraba en un ecosistema específico. En la Conferencia Intergubernamental sobre Educación de Tbilisi, 1977, se precisaron las aportaciones correspondientes a la educación. Se definieron la función, objetivos, principios rectores, destinatarios, contenidos y métodos de la innovación educativa: la educación ambiental. La declaración sería el “eje vertebral” de la educación ambiental, entendiéndose ésta como “la vía que ha de llevar a la solución de los problemas ambientales”. 45 La Convención sobre el Comercio Internacional con Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre (cites) entró en vigor en julio de 1975. Es un convenio internacional para regular el comercio internacional con la vida silvestre a fin de conservar la diversidad de especies, refiriéndose ante todo a especies no amenazadas que participan en los mercados internacionales y que podrían llegar a ser amenazadas si no se aplica regulación comercial. cites provee un marco para el manejo sano del comercio con la vida silvestre con base en la disponible información biológica y el análisis de cómo los diferentes tipos de regulación comercial pueden afectar las poblaciones determinadas. Las medidas relacionadas al comercio de cites están destinadas a asegurar que el comercio no sea prejudicial para las especies silvestres. Otro acontecimiento importante para el futuro de la gestión ambiental fue la propuesta del presidente del Zaire, Mobutu Sese Seko, ante la Asamblea General de Naciones Unidas en 1975, para elaborar un proyecto de Carta de la Naturaleza para la uicn. El proyecto, elaborado por un grupo internacional de expertos, se presentó en octubre de 1980 como Estrategia Mundial para la Conservación y Uso Sostenido de los Recursos Naturales ante la Asamblea General de Naciones Unidas. Los años sesenta y setenta representaron una encrucijada histórica para la humanidad: revoluciones ecologistas, pacifistas, feministas, políticas, sociales, culturales, religiosas, descubrimientos científicos e innovaciones tecnológicas que comunicaban a la humanidad y sacudían la civilización entera. Por primera vez, en 1968, se obtuvo una imagen vía satélite de la Tierra y se 45 Martí Boada y Víctor Toledo, op. cit., p. 18.
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pisó la Luna. La investigación del espacio nos mostró la fragilidad y pequeñez de nuestro planeta. Hubo un sentimiento generalizado en el mundo en el sentido de que si no hablábamos nosotros en nombre de la Tierra y de nuestra supervivencia, nadie lo haría. Había dos caminos: el de la destrucción del planeta por medio de las guerras, la contaminación y explotación de los recursos naturales, o el de intentar construir un nuevo mundo y encontrar las vías para garantizar la paz. El descubrimiento de la mirada desde el cosmos permitió que se cuestionara mundialmente la actitud antropocéntrica que amenazaba con destruir la fragilidad y el perfecto equilibrio ecológico de la biósfera. Esto tenía implicaciones profundas para el futuro de la humanidad. Desde el espacio no se distinguían las fronteras nacionales. Además, la crisis del petróleo de 1972 provocó un cuestionamiento sobre cuáles serían los límites de los recursos no renovables. Se adquiría una conciencia creciente de que la capacidad de sustento del planeta era limitada y que ya estábamos llegando a los límites. En la esfera política los recursos naturales adquirieron una importancia estratégica, al darse cuenta los países tecnológica y científicamente avanzados, que eran vulnerables ante las presiones conjuntas de los países no industrializados, productores de materias primas. Era urgente lograr un consenso y sistema mundial de gobernanza46 y gestión ambiental. La Conferencia de Estocolmo, por otro lado, representó un apoyo conceptual y político para negociaciones posteriores de la problemática ambiental, y adquirió legitimidad en las legislaciones nacionales, haciéndose respetable en el ámbito internacional y llegando a ser una preocupación real y legítima, no sólo un asunto de los ambientalistas o de la “ola” ecologista. La comunidad internacional aceptó que la conciencia ambiental significaba solidaridad a largo plazo con las generaciones futuras.
46 Gobernanza es el arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía. (drae)
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5. La nueva estrategia para la conservación y uso sostenido de los recursos naturales del planeta en el marco de la cooperación internacional: los años ochenta En los años ochenta el objetivo del desarrollo pasa a ser la creación de un mercado mundial al que debían integrarse los países no desarrollados por medio del régimen de libre competencia. Las negociaciones sobre la cooperación internacional se complican en estos años, al mostrarse una profunda ruptura entre los países desarrollados y los no desarrollados. Es también en estos años que el movimiento verde cobra fuerza social y política, reuniendo diversas tendencias sociales. El Mensaje de apoyo a la vida, una declaración de las organizaciones ambientalistas reunidas en 1982 en Nairobi, dice: “se aconseja a las autoridades locales que piensen globalmente y actúen localmente”,47 para así convertir a las comunidades locales en modelos de equilibrio ecológico. En años posteriores esta idea llegó a presentarse por algunos organismos de Naciones Unidas como la clave para el éxito de la gestión ambiental. Uno de los problemas que va ganando terreno en las negociaciones que se dan en el gran Foro de nu, es que los países miembros, liderados por Estados Unidos, promovían en los años ochenta la tendencia de reducir a la onu al margen de la vida política internacional. Se quería que ya no interviniera en problemas internacionales importantes, como el comercio, y que se utilizara más bien para efectos de propaganda ideológica. Especialmente el gobierno de los Estados Unidos comenzaba a considerar la actividad de la onu como adversa a su política exterior.48 El desafío al que se enfrentaba la humanidad en la década de los ochenta no era tanto el saber más sobre las interrelaciones hombre-naturaleza, sino más bien el hacer más. Parte de las críticas hacia las políticas ambientales de los ochenta tienen que ver con que los esfuerzos se orientaban más hacia los síntomas de la degradación ambiental y no hacia las causas. La Estrategia Mundial para la Conservación, subtitulada: “La conservación de los recursos vivos para el logro de un desarrollo sustentable”, fue la 47 Se puede consultar el documento completo en Fuentes Bodelón, vol. I, p. 63. 48 Roberto Peña “Cuarenta años de presencia de la onu en la estructuración de la sociedad internacional”, Revista de Relaciones Internacionales, p. 25.
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primera propuesta histórica para un desarrollo sustentable, para la cual se coordinaron el pnuma, el World Wild Found (wwf) y la uicn.49 Como parte de los principios generales, la Estrategia reconoce que siendo toda forma de vida única merece ser respetada y debe de reconocerse a los demás seres vivos su valor intrínseco, para lo cual el hombre debía basarse en un código moral. La conservación de la naturaleza y de los recursos naturales debía contribuir a la justicia y al mantenimiento de la paz.50 El objetivo de la conservación era mantener la capacidad de la Tierra para lograr el desarrollo económico deseado y dar apoyo a la vida. Por lo tanto, se debía lograr en el mundo un desarrollo sustentable mediante la conservación de los recursos vivos. La Estrategia Mundial para la Conservación se construyó acuñando los principios que se presentaron en Founex en 1971, encontrando por medio de esta Carta una realización política en el plano de la cooperación internacional para el desarrollo. Así se cerró un ciclo importante en la elaboración del marco conceptual fundamental que se concentró en las relaciones entre el desarrollo y el medio ambiente a nivel mundial, y se abrió una nueva etapa operativa de la gestión ambiental. En 1981 se llevó a cabo la Convención de un sobre el Derecho del Mar. En 1982 se presentó el Plan de Acción para el Medio Ambiente, tras la Conferencia en Nairobi, donde se evaluaba la aplicación del Plan de Acción del Medio Humano de 1972. El Protocolo de Montreal sobre las Sustancias que Degradan la Capa de Ozono51 y la Convención de Viena sobre la Protección de la Capa de Ozono son convenios marco, que no establecen controles sobre las sustancias devastadoras, sin embargo, formulan las reglas de procedimiento para futuros protocolos a establecer dentro de este amplio marco. Con la Convención de Viena los gobiernos acordaron tomar las medidas necesarias para proteger la salud humana y el medio ambiente de los efectos dañinos que provienen o podrían provenir de actividades humanas que modifican o podrían modificar la capa de ozono. El Protocolo de Montreal diseñó un régimen que limita la emisión a la atmósfera de sustancias devastadoras del ozono (sdo). Este 49 El documento completo se puede consultar en Fuentes Bodelón, vol. I. pp. 225-296. 50 Estos principios son congruentes con los principios generales de la Carta de Naciones Unidas. 51 Montreal Protocol on Substances that Deplete the Ozone Layer. http://www.unep.org/ozone/ index-en.html.
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tratado, a diferencia de otros, es un tratado fuerte y se ve como el ejemplo más significativo de lo que la comunidad global puede lograr a través del sistema de tratados de la onu. El Protocolo de Montreal fue el antecedente del Protocolo de Kioto, trabajo coordinado entre el pnuma, la omm y el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático que se formó en 1988. En 1983, la Organización de las Naciones Unidas puso en marcha el trabajo de la Comisión para el Desarrollo Sustentable (cds), conocida también como la Comisión Brundtland. Se le encomendó la tarea de estudiar las interrelaciones entre ambas realidades (desarrollo económico y sustentabilidad ambiental) y aportar soluciones para lograr su compatibilidad. Tras su informe, Nuestro futuro común, presentado en 1987, el concepto de desarrollo sustentable comenzó a difundirse en la comunidad internacional, hasta que se popularizó gracias a los medios de comunicación y los trabajos académicos, tras la Conferencia de Río de Janeiro en 1992. El concepto desarrollo sustentable nace de una necesidad intelectual y política, resultado de los propios problemas generados por el modernismo.52 Se trata de una estrategia global que se convierte en el transcurso de los años en una metodología, en una meta normativa que incluye una gestión decidida del medio ambiente. El documento Nuestro futuro común es un instrumento político que refleja la opinión de 21 expertos, políticos, científicos y ecologistas, respecto a las amenazas que enfrentamos como especie en el planeta Tierra, y propone pasos que se deben de dar para asegura la continuidad del progreso humano. El tema central del informe es la definición estratégica del desarrollo sustentable, tratándose de una alternativa atractiva por ser políticamente aceptable en las relaciones internacionales, tanto para los países del centro, como para los de la periferia. Se trata de un ambientalismo “nuevo y progresista” y representa la “renovación del modernismo”.53 52 “En las últimas décadas, los estudios sobre las condiciones de desarrollo en el tercer mundo han estado animados por un modernismo ambiental de tendencia neodeterminista en todo lo que se relaciona con el crecimiento económico y el bienestar social. Esta orientación ambientalista es fruto de un encuentro renovado entre ciencias sociales y naturales, como la Economía y la Ecología, que han tenido un protagonismo indiscutible en la investigación científica de finales de siglo.” Juan Córdoba y Ordóñez, Ana García de Fuentes y Matilde Córdoba Azcárate, “Modernismo ambiental frente a la tradición: problemas y perspectivas en el caso de Península de Yucatán (México)”, Anales de Geografía de la Universidad Complutense, 2000, 20: 235-251. 53 Iñaki Bárcena (comp.), Desarrollo Sustentable. Un concepto polémico, p. 29. En esta obra puede profundizarse el tema y revisarse las críticas que ha generado su uso.
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La gestión ambiental se definió a partir de entonces como “el estudio de las normas, técnicas y tecnologías que permitan mejorar el planeamiento y manejo del aprovechamiento de los recursos vivos”.54 La unesco diseñó en 1980 una segunda línea de reconstrucción para el concepto desarrollo, explicándose éste como “un proceso complejo y multidimensional que se entiende más allá del crecimiento económico para incorporar todas las dimensiones de la vida y todas las energías de la comunidad, cuyos miembros al completo están llamados a contribuir en el mismo y a compartir sus beneficios”. 55 Se reconocía la heterogeneidad de los países del tercer mundo, comprendiéndose la pluralidad cultural que debía ser considerada en las políticas de ayuda. A mediados de los ochenta e inicios de los noventa, la atención de la comunidad internacional se trasladó a los tratados más amplios que ofrecían marcos de acción concretos para temas generales, como el de cambio climático y la conservación y protección de la biodiversidad.
6. Amplia aceptación del concepto de desarrollo sustentable en el discurso a nivel mundial: los años noventa Mientras que en la década de los setenta la crisis ambiental llevó a proclamar el freno al crecimiento antes de alcanzar el colapso ecológico, el discurso de los años noventa se enfocó en conciliar los tópicos de la problemática ambiental y los del desarrollo, cuestionando el deterioro ambiental a partir de las causas sociales y las relaciones desiguales de poder. La crisis ambiental llegó a convertirse en un problema global al que debían de responder todos los ciudadanos del mundo. El desarrollo sustentable, que había sido difundido por la Comisión para el Desarrollo Sustentable en 1987, debía de lograrse por medio de una “asociación mundial”, una nueva alianza mundial en la que se asumían principios éticos que llevaran a la humanidad a la realización de metas ecológicas comunes y nuevos niveles de cooperación para lograr el desarrollo deseado.56 Los años noventa fueron una década de transformaciones importantes que ocurrieron en el escenario mundial, un periodo histórico de gran den54 Fuentes Bodelón, vol. I, op. cit., p. 266. 55 Elia Cambón Crespo (coord.), La Declaración de los Derechos Humanos a los 50 años, p. 70. 56 Preámbulo, cap. I, agenda 21.
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sidad política, caracterizado por una profunda reflexión y crítica sobre las bases éticas en las que se sustenta la sociedad mundial. Entramos al siglo xxi revaluando globalmente temas que afectan a toda la humanidad, generando una respuesta global unificada que la comunidad internacional ha expresado en la adopción de un nuevo discurso y de un ordenamiento ecológico mundial. La participación de la sociedad civil y de algunas ong se ha ido reforzando y tornando cada vez más importante en la planificación y ejecución de agendas locales, haciendo uso de los instrumentos políticos y legales que han emitido los organismos de nu a través de la Asamblea General para tener éxito en la ejecución de sus programas locales, en defensa de la participación social y del ideal de democracia propuesto por la onu desde su fundación, con la Carta de 1948. Son los grupos de la sociedad civil los más interesados en defender sus derechos ambientales. Por otro lado, los mecanismos de mercado se tornan en el medio más seguro y eficaz para internalizar las condiciones ecológicas y los valores ambientales al proceso de crecimiento económico. Se han generado así en el escenario mundial una serie de interdependencias entre lo local y lo global. En la Segunda Estrategia de la uicn publicada en 1990, Cuidemos la Tierra. Una estrategia para vivir de manera sustentable, se propone ayudar a mejorar las condiciones de vida de los seres humanos de todo el mundo. Para lo cual se definen dos requisitos. Uno, conseguir por un lado un amplio compromiso, asumiendo una nueva ética de vivir de forma sustentable; y dos, integrar la conservación en el desarrollo para mantener las actividades productivas dentro de la capacidad de la Tierra, para que cualquier persona pueda disfrutar de una vida larga y satisfactoria. El objetivo de la Segunda Estrategia es la construcción de una sociedad sustentable, siendo el principio rector el respeto y cuidado de la comunidad de la vida, ahora y en el futuro. A partir de mediados de los años ochenta e inicio de los noventa, la atención de la comunidad internacional en rubros ambientales se trasladó a los tratados más amplios de temas generales, como cambio climático, pérdida de biodiversidad y pérdida de bosques, especialmente de los tropicales.57 Este tipo de Acuerdos Ambientales Multilaterales tratan la biósfera como 57 Declaración de Principios Relativos a los Bosques, para la Ordenación, Conservación y Desarrollo Sustentable de los Bosques de todo Tipo.
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un sistema integral, a diferencia de los tratados ambientales anteriores, en los que se ven los problemas de los sectores forestales, marinos, faunísticos y atmosféricos de manera desconectada. En la Conferencia Mundial del Medio Ambiente en Río de Janeiro (1992), y gracias a la iniciativa y fuerza de la sociedad civil en la Cumbre de la Tierra, se lograron amplios acuerdos sobre normas de gestión ambiental que se transformaron en un nuevo deber de los gobiernos del mundo y redefinieron el concepto de desarrollo sustentable. La preocupación por la naturaleza se filtró en la política a nivel administrativo y conceptual. Aunque la idea de un desarrollo sustentable se ha convertido ahora en un compromiso un tanto ambiguo, ha resultado ser muy exitosa. Tras la Conferencia de Río el manejo del medio ambiente como objeto de conocimiento no se centraba ya sólo en la idea del manejo de la naturaleza como en áreas naturales protegidas, marcando territorios para el uso y disfrute de los humanos y las especies como un espacio público manejado por los estados, sino que se trata de un cambio en el uso y manejo de la naturaleza.58 El manejo del medio ambiente se convierte en una problemática mundial relacionada con la reproducción de la vida en general, de la vida humana y de la biodiversidad que mantiene la vida humana. Los aspectos relacionados a la biodiversidad se convierten en la década de los noventa en prioritarios, al representarla como un potencial de valor agregado susceptible de generar importantes recursos. Comienza entonces a prevalecer el punto de vista de que el desarrollo del comercio internacional y la protección del medio ambiente tienen que ser tratados como unidad inseparable.59 El comercio y las finanzas internacionales son los dos motores de la economía global y tienen sus propias estructuras de gestión, que pueden contribuir o entrar en conflicto con los objetivos del desarrollo sustentable. Un lugar central en muchos acuerdos ambientales multilaterales (aam) ocupan los instrumentos comerciales o relacionados con el comercio. Estos son medidas políticas importantes que actualmente se emplean en las negociaciones ambientales de más de veinte acuerdos. Aunque ésta es una parte relativamente pequeña de los aam, hay que mencionar que las medidas relacionadas 58 Thomas Bernauer, “The effect of international environmental institutions: how we might learn more”, en International Organization, No. 49-2, p. 351-77. 59 Marc A. Levy, Young Oran R., y Michael Zürn, The study of international regimes, p. 1-55.
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al comercio están incluidas en los acuerdos más importantes. Las medidas comerciales sirven a varios propósitos. Controlan el comercio, regulando el intercambio de productos de riesgo ambiental o desestimulan el aprovechamiento no sustentable de los recursos naturales. También tienen dos tipos de papel coercitivo: evitan que países que no son miembros realicen intercambio de bienes controlados con los países miembros y ayudan a la eficiencia de los acuerdos mediante el control del comercio con los países no participantes.60 Las mediadas comerciales en los aam toman varias formas.61 Reportan los requerimientos sobre el volumen de comercio con determinado producto; requerimientos de etiquetación u otro tipo de identificación; requerimientos relacionados con los procedimientos de notificación y consenso; prohibiciones de exportación y/o importación generales o específicas. Con el incremento constante de los flujos comerciales en el mundo, crece constantemente el número de tratados de libre comercio (tlc). Actualmente están vigentes 170 tlc, veinte están en proceso de ratificación y otros 70 en proceso de negociación.62 Las cláusulas de estos últimamente incluyen siempre más elementos ambientales relacionados con el comercio: desde la inversión y los servicios hasta los procesos y métodos de producción y los estándares de inocuidad de los alimentos. La interacción de los aam con la omc sigue dos vías principales: la primera consiste en tratar de evitar posibles conflictos mediante la adopción de medidas comerciales por los aam, y la segunda, consiste en la coordinación institucional entre los respectivos secretariados de las aam y el Secretariado de la omc. No hay que omitir en este contexto también la entrada de nuevos participantes en el proceso, como las organizaciones no gubernamentales, el sector social y el sector académico.63 En 2001, en la Declaración Ministerial de Doha fue incluido el tópico sobre la relación entre la omc y las aam.64 Como indica Steve Charnovitz, los 60 En este sentido existe semejanza con el régimen internacional de seguridad, donde los instrumentos comerciales ayudan a que los países se adhieran a los acuerdos de desarme según lo subraya Oran Young, The institutional dimensions of environmental change-fit, interplay, and scale. 61 Para más detalles véase Olav Stokke, Trade measures, wto and climate compliance: the interplay of international regimes. 62 wto, The changing landscape of regional trade agreements, Discussion Paper 8, p. 1. 63 unep (2002), Multilateral environmental agreements and the wto: building synergies, http:// unep.ch/etu. 64 Parágrafos 31 y 32 de la Declaración Ministerial de Doha.
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dos logros clave de la Declaración de Doha son el reconocimiento del medio ambiente como un punto de la agenda en la ronda comercial y el fomento de la cooperación entre la omc, el pnuma y otros organismos internacionales relacionados con el medio ambiente y el desarrollo. Al respecto, la Declaración de Doha reconoce explícitamente que “el sistema multilateral comercial y los esfuerzos hacia la protección ambiental tienen que y deben de reforzarse mutuamente”.65 Sin embargo, las declaraciones no dejan de ser vagas e indefinidas. Por otro lado, el mismo Comité sobre el Comercio y Medio Ambiente fue encargado de hacer recomendaciones y para ello le hace falta la participación de especialistas ambientales y de representantes del sector social.66 Los acuerdos multilaterales de mayor importancia que se han signado en los años noventa se comentan a continuación. La Convención Internacional para Protección de Plantas (ippc).67 Si bien data de 1951, fue revisada y entró en vigor en abril de 1991. Tiene fuertes implicaciones en cuanto al comercio exterior, siendo su objetivo principal la cooperación internacional para la protección de las plantas. Incluye muchas formas de cooperación y no está limitada a la protección de plantas cultivadas o a la prevención de plagas. La Convención de Basilea sobre el Control de Movimientos Transfronterizos de Desechos Tóxicos y su Eliminación.68 Esta convención se firmó en mayo de 1992. Su objetivo es proteger la salud humana y el medio ambiente de los impactos adversos que pueden darse del manejo, transportación y eliminación de desechos tóxicos. La Convención sobre la Diversidad Biológica (cbd). 69 Fue firmada en junio de 1992 y entró en vigor en diciembre del año siguiente. Tiene por objetivo conservar la diversidad biológica, mantener el uso sustentable de sus componentes y la distribución justa y equitativa de los beneficios provenientes del uso de los recursos genéticos. 65 66 67 68
Steve Charnovitz, “The environmental significance of the Doha Declaration”, p.13. ictsd, “wto environment committee zeroes in the scope of negotiations”. International Plant Protection Convention, http://www.ippc.int. Basel Convention on the Control of Transboundary Movements of Hazardous Wastes and their Disposal. Emite un Protocolo sobre la responsabilidad y compensación de daños provenientes de los movimientos transfronterizos de desechos tóxicos y su eliminación. Ver en http://www.basel.int/ 69 Convention on Biological Diversity, http://www.biodiv.org.
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Tras esta convención se organizó en Cartagena una conferencia internacional que emitiría un Protocolo sobre Bioseguridad.70 Su objetivo es asegurar un nivel adecuado de protección en cuanto la transferencia, manejo y uso de organismos vivos que podrían tener impacto adverso sobre la conservación y el uso sustentable de la diversidad biológica, tomando en cuenta también los riesgos para la salud humana. La Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (unfccc).71 Esta Convención entró en vigor en marzo del 1994, pudiendo solicitar su admisión todos los países que son miembros de la onu o de alguna de sus agencias especializadas; o bien, países-miembros de la Corte Internacional de Justicia.72 El objetivo de la unfccc es la estabilización de las concentraciones de los gases con efecto invernadero en la atmósfera hasta el nivel que pueda prevenir la interferencia antropogénica peligrosa con el cambio climático. El Protocolo de Kioto,73 que complementa y refuerza la unfccc. Está basado en un marco general establecido por la unfccc y comparte sus objetivos y principios, así como sus países miembros, los cuales se nombran en el Anexo I (países de la ocde), en el Anexo ii (ante todo países en vías de desarrollo y economías en transición). Se ha dado un avance para reducir las emisiones por parte de los países del Anexo I. El Protocolo se signó el 11 de diciembre del 1997 y entró en vigor en febrero de 2005, tras su ratificación por Rusia y está abierto para cada país miembro de la unfccc. El Acuerdo para la Protección de Madera Tropical74 (itta) entró en vigor en 1997, y es sucesor del Acuerdo anterior de 1983. Su objetivo es fomentar el comercio internacional de madera tropical, el manejo sustentable de los bosques tropicales por medio de la cooperación internacional y llevar a cabo una labor política e implementación de proyectos. El Acuerdo tiene vigencia por un período de cuatro años, con la posibilidad de ser extendido dos veces por un período de tres años en cada ocasión. Actualmente el itta es válido hasta el 31 de diciembre de 2008. 70 Cartagena Protocol on Biosafety, http://www.biodiv.org/biosafety. 71 United Nations Framework Convention on Climate Change, http://unfccc.int. 72 Las mismas condiciones son válidas en cuanto la participación de las organizaciones regionales de integración. 73 Kyoto Protocol, http://unfccc.int. 74 International Tropical Timber Agreement, http://www.itto.or.jp.
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La Declaración de Ámsterdam sobre el Cambio Global que estableció la Cooperación Científica del Sistema Tierra fue avalada por más de cien países. La Declaración da inicio a cuatro programas científicos a nivel mundial: Programa Internacional de Geósfera-Biósfera (igbp), Programa Internacional sobre las Dimensiones Humanas del Cambio Global Ambiental (ihdp), Programa de Investigación del Clima Mundial (wcrp) y el Programa Internacional sobre la Biodiversidad (diversitas).75 Como podemos darnos cuenta, actualmente la gobernanza internacional ambiental está compartida entre varias instituciones que muchas veces tienen mandatos que se traslapan, repiten, o a veces hasta se contradicen. Esta indefinición de los objetivos, aunada a la escasez de recursos y al insuficiente soporte político, provoca una autoridad deficiente de los aam.76 No obstante, se han hecho propuestas para incrementar la coherencia y la legitimidad mundial del sistema internacional de regímenes ambientales. Por ejemplo, existe una propuesta para crear la Organización Ambiental Mundial,77 así como sugerencias de enlazar los diferentes aam para crear sinergias. Una iniciativa de mayor aplicación práctica es la del pnuma y consiste en introducir un enfoque sistémico para la coordinación de los aam. Es muy importante también reforzar los mecanismos y los incentivos de cumplimiento de las disposiciones de los aam entre sus miembros y más importante aún hacer su cumplimiento extensivo a los no miembros.78 En este sentido se utilizan los instrumentos relacionados con el comercio, pero también es recomendable incrementar los incentivos directos, como la asis75 H. J. Schellnhuber et al., Earth system analysis for sustainability, environment, science and policy for sustainable development, pp.11-25. Más información sobre los programas se puede consultar en http://www.essp.org. 76 En este aspecto se nota una gran diferencia no sólo con el régimen comercial que es el más desarrollado a nivel internacional, sino también con las instituciones internacionales creadas en los ámbitos de la salud y el empleo, según Gemmil et al., Designing a new architecture for global environmental governance, y Sebastián Oberthuer y Thomas Gehring, Investigating Institutional interaction: towards a systematic analisis. 77 La creación de World Environmental Organization (weo) como contraparte legal e institucional a la omc inclusive fue sugerida por el anterior Director General de la omc, Renato Ruggieri, en el Simposio de alto nivel sobre el comercio y medio ambiente (1999). Para más detalles véase Fiona Macmillan, wto and the environment; Ford Runge, “A global environment organization (geo) and the world trading system”, Journal of World Trade, pp. 399-436; John Whalley y Ben Zissimos, A world environmental organization. 78 Jeffrey L. Dunoff, International dispute resolution: can the wto learn from meas? Conference “Trade and environment, the wto and meas. Facets of a complex relationship”. p. 63.
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tencia técnica adecuada, los programas de capacitación y los mecanismos de prevención de controversias. En el Informe Recursos Mundiales 2004, del World Resource Institute (wri), se afirma que “a un nivel más elemental, las instituciones de gestión internacional se debilitan por las divisiones existentes entre los países y las regiones, manifestándose a menudo como una división Norte-Sur en términos de prioridades ambientales y de percepción de las responsabilidades. Estas debilidades y divisiones limitan la capacidad de la comunidad internacional para responder siquiera al problema ambiental más urgente”.79 Según éste informe, existen hoy en día más de 500 acuerdos ambientales multilaterales, y de esos unos 300 tienen que ver con temas regionales, como la regulación de la pesca local. De los 300 acuerdos, un aproximado del 60 por ciento se ha firmado a partir de la Conferencia de Estocolmo, 1972. De los aam, los más importantes se agrupan en cinco áreas: biodiversidad, atmósfera, tierra, substancias químicas y residuos peligrosos, y asuntos marinos.80
Conclusiones Ya vimos que los tratados se forjan por medio del consenso, pero hay otros problemas para su cumplimiento, como la falta de organismos que supervisen su acatamiento o la carencia de indicadores comunes aceptables. Éste fue un gran vacío en los años anteriores a los ochenta, debido a las dificultades para integrar el pensamiento ambiental en las decisiones económicas.81 Se reconocía entonces el problema de la crisis ambiental y de la contaminación, proponiéndose soluciones, pero no se contaba aún con indicadores ambientales para obtener mejores resultados. Muchas veces los tratados ambientales se apoyan en un “sistema de honor”, 82 con poca o nula responsabilidad más que la presión pública ejercida por grupos de vigilancia de las ong. En otros casos, los estados carecen de los medios técnicos y/o financieros para 79 Op. cit, p. 140. 80 wri, op. cit., p.145. 81 Esto se refleja en la función del ecosoc. La cooperación internacional se convierte en el campo de acción esencial de la onu, por encima de las cuestiones de paz y seguridad mundial. Para más información se puede consultar Modesto Seara Vázquez, Las Naciones Unidas a los cincuenta años. 82 Íd., p. 151.
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aplicar los tratados más importantes, por lo general establecen oficinas permanentes o secretarías para manejar sus asuntos y coordinar a las partes. Otro de los problemas es que “a medida que el enfoque de los esfuerzos se desplaza para aplicar un tratado, las secretarías comienzan a desarrollar programas y agendas, convirtiéndose en organismos diminutos de Naciones Unidas, con sus propios mandatos, actividades y administración”83. O bien como el caso del ecosoc, uno de los órganos principales del sistema, que se convirtió en una maquinaria demasiado pesada para poder funcionar con eficiencia. Además, los organismos y organizaciones de nu están dotadas con un carácter limitado que no permite que sus discusiones tengan una fuerza obligatoria. Esto conduce inevitablemente a la proliferación de agendas y a una administración fragmentada. Las ciencias del medio ambiente no pueden darnos las respuestas sobre cuál es la mejor manera de resolver los conflictos entre comunidades locales y empresas madereras o sobre el futuro de los bosques. Las ciencias atmosféricas no nos van a dar respuesta sobre cómo distribuir la responsabilidad de la reducción de las emisiones de gases. En suma, la gestión ambiental es un asunto de equilibrio entre los problemas éticos y morales, con los objetivos sociales y económicos representados por el sistema de la economía mundial y por los intereses de cada nación, y la misma tolerancia del sistema natural. Pero a diferencia de la ética, las ciencias ambientales y la ecología tienen repercusiones que se pueden comprobar científicamente. Pero, ¿cómo se comprueba científicamente la injusticia social y las repercusiones de la inequidad social? ¿Dónde termina el derecho individual cuando se está afectando la vida de otros? ¿Cómo se comprueba científicamente que el derecho a la propiedad privada puede tener serias repercusiones a largo plazo sobre los derechos comunitarios? Evidentemente, éstas son decisiones políticas con un trasfondo moral. Por lo general hemos visto a lo largo de la historia que la adopción de decisiones sobre las problemáticas ambientales globales, regionales y locales tienden a estar centralizadas y aisladas de las personas y lugares afectados. Al respecto escribe Óscar Wilde que “es posible encontrar el precio de todo y el valor de nada”.84 No se puede calcular el valor del medio ambiente, 83 Ibídem. 84 Citado en Iñaki Bárcena, op. cit., p. 31.
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pues se trataría de un cálculo que no recoge las valoraciones desde el punto de vista de las distintas personas y culturas. Nuestros valores son un reflejo del sistema social en que vivimos y expresan grados de compromiso con un orden social específico, que es el orden que han adoptado esos valores. Por lo tanto, el valor que le damos en cada cultura e individualmente a la naturaleza es un reflejo de nuestras prioridades. El régimen ambiental multilateral es un testimonio del reconocimiento de los problemas ambientales a nivel internacional y de la voluntad de cooperación entre los gobiernos nacionales para solucionar estos problemas, que muchas veces tienen impacto transfronterizo, regional o global. Los retos a nivel internacional son, en primer término, establecer una coordinación entre los Acuerdos Ambientales Multilaterales para mejorar su eficacia y crear sinergias en su acción. En segundo término, reforzar las interrelaciones entre los programas ambientales a nivel región, país y estado, por un lado, y los Acuerdos Ambientales Multilaterales, por el otro. Lo último ayudaría a los gobiernos a establecer políticas ambientales de acuerdo a criterios consensuados a nivel multilateral, así como las prioridades para la colocación de los recursos domésticos y la asistencia tecnológica y financiera externa. También establecería pautas para los tomadores de decisiones y los agentes de las políticas de conservación y desarrollo sustentable para tener acceso a información, experiencias exitosas y/o apoyos financieros para cada caso particular. Los programas nacionales deberían identificar los asuntos ambientales sujetos a más de un aam, de los recursos ambientales patrimonio de más de un solo país y problemas ambientales similares en varios países que no comparten límites territoriales. Los programas nacionales tienen que establecerse sobre la base de la experiencia, las capacidades y los recursos de los aam. Esto es muy importante, especialmente en el uso de estándares compatibles y categorías de información y evaluación ambiental, que permitan un análisis exhaustivo y un diagnóstico integral para catalogar y resolver problemas. Adoptar las disposiciones acordadas por los aam en los programas nacionales ambientales permitiría reforzar el mecanismo de cumplimiento, que es muy laxo en los aam. Es de interés prioritario que los programas nacionales se discutan a nivel regional para detectar problemáticas comunes que podrían resolverse de
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manera integral, mediante el apoyo de un aam fuerte. La discusión a nivel regional permite también involucrar un mayor número de expertos, miembros de las comunidades locales y tomadores de decisiones para elaborar enfoques regionales que podrían ser menos costosos y más eficientes (los más comunes son sistemas de información y educación ambiental), tomando en cuenta las características específicas de las regiones. Un punto importante que habría que revisar con detenimiento es si, tras las negociaciones internacionales respecto a la soberanía de los estados sobre sus recursos naturales, el nuevo ordenamiento territorial de corte ecológico que comenzó en los años ochenta y el moderno sistema de gestión e información ambiental, permite a los estados fuertes acceder a los recursos naturales y a la información genética de la riqueza biológica, sin violar el derecho a la soberanía de los demás estados —en especial los débiles— en esta materia. Por último, es muy importante integrar las consideraciones ambientales a las políticas económicas y comerciales, con el objetivo de apoyar el desarrollo sustentable y asegurar altos niveles de protección ambiental. Hemos de caracterizar el ambiente y el desarrollo como un binomio indisoluble. Las tasas más altas de crecimiento económico no pueden ser un indicador que refleje por sí mismo el progreso económico y social de los países. Según los documentos de las Naciones Unidas, éste tiene que complementarse con una amplia gama de indicadores sociales, políticos y ambientales que giran alrededor de la calidad de vida de las personas. Para avanzar hacia un desarrollo humano integral, en su sentido más profundo, es muy importante una protección del medio ambiente que implique el cambio de conciencia y la solidaridad social, pues todo deterioro impacta de manera negativa en la calidad de vida a corto, mediano y largo plazo.
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La política ambiental mexicana: una panorámica José Urciaga García, Miguel Ángel Hernández Vicent y David Carruthers
Introducción. La política ambiental y el desarrollo sustentable A principios de la década de 1990 el desarrollo sustentable cimentó su posición como el discurso internacional dominante para analizar y conceptualizar la relación entre el desarrollo y el ambiente. Este dominio prevalece hasta hoy, tanto en el Norte como en el Sur. Dado que promete reconciliar las tensiones inherentes entre los imperativos de crecimiento económico y protección ambiental, el desarrollo sustentable sigue siendo una propuesta inmensamente atractiva que despierta simpatía en los gobiernos nacionales y locales, empresas privadas, organizaciones no gubernamentales (ong), estudiosos y ciudadanos. Como uno de los 172 estados firmantes de la “Cumbre de la Tierra” organizada por la Comisión de Desarrollo Económico de la onu, la cual se llevó a cabo en Río de Janeiro en 1992, México ha institucionalizado una política nacional de compromiso con el desarrollo sustentable por décadas. Los principios que fundamentan el discurso y las metas de sustentabilidad se ven ampliamente reflejados a lo largo y ancho de las leyes, normas e instituciones tocantes a medio ambiente, uso de suelo, vida silvestre y recursos naturales. [67]
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A pesar de su posición hegemónica en la política ambiental nacional e internacional. El significado del desarrollo sustentable siempre ha sido discutido e intrínsecamente controversial. Según el reporte de la Comisión Brundtland: “La humanidad tiene la capacidad de lograr el desarrollo sustentable satisfaciendo las necesidades del presente sin comprometer la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras”. Esta definición es elegante y ampliamente citada, pero el concepto del desarrollo sustentable sigue siendo vago y ambiguo en la práctica, casi imposible de medir o de poner en práctica en la política pública: es sujeto de distintas interpretaciones relacionadas con diferentes perspectivas teóricas, disciplinas, inclinaciones políticas, y necesidades prácticas. Es multidimensional, multidisciplinario e incluye varios aspectos sociales, económicos, ambientales e institucionales. En el sentido más amplio, implica un proceso cuyo propósito es el de alcanzar mayores niveles de bienestar de la sociedad, con una distribución justa de los resultados que genera la economía. Entendido de manera integral, pondría en el centro de su atención al ser humano, con modalidades de funcionamiento económico enfatizadas en la calidad de vida a través de la reducción de la pobreza y el respeto al medio ambiente, en un marco de equidad intergeneracional e intrageneracional. La aceptación y el consenso del discurso del desarrollo sustentable en las décadas recientes contrasta con el parco desempeño de las economías y las políticas públicas en esta dirección. Importantes aspectos del desarrollo todavía no cuentan con mecanismos e instituciones básicas para diseñar y aplicar políticas que desatarían las fuerzas para conducir la sociedad hacia mejores niveles de vida, con recursos mejor distribuidos y con respeto al medio ambiente y a sus recursos naturales. Enfrentando un consumismo voraz y una obsesión universal con el crecimiento económico, los movimientos sociales han luchado para definir y promover una transformación fundamental del estilo vigente de producción, consumo y ocupación del territorio, mediante un significativo reconocimiento sobre las debilidades de la forma particular que ha adoptado el crecimiento económico vigente, caracterizado
wced, 1987, p. 8. Patricia Romero Lankao, “El peso de las políticas mexicanas en la ‘sustentabilidad’ de las recientes tendencias de desarrollo”. En Enrique Leff et al., La transición hacia el desarrollo sustentable. Perspectivas de América Latina y El Caribe, p. 96.
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por la depredación de los recursos naturales y el empobrecimiento de grandes masas de población. Para darle contenido al concepto del desarrollo sustentable, se deben involucrar como ejes fundamentales las denominadas 3E (por sus siglas en inglés): equidad (equity), eficiencia económica (economic efficiency) y integridad ambiental (environmental integrity). El concepto de sustentabilidad es clave para conciliar el funcionamiento de la economía con la protección del ambiente. El énfasis en la sustentabilidad del desarrollo obedece a la importancia que se le otorga a la preservación del capital natural, los servicios de los ecosistemas y al bienestar de las generaciones futuras como objetivos básicos del desarrollo. Además, el desarrollo sustentable implica pensar en algún horizonte temporal de cualquier sistema, horizonte que puede modificarse en función de las motivaciones que guardan las generaciones presentes con las futuras, en el extremo egoísta o altruista. Si los agentes de la generación actual tienen motivaciones egoístas y piensan únicamente en su propio bienestar, el horizonte temporal que implica es muy estrecho y puede limitarse a su ciclo de vida, es decir, a una generación; mientras que si la actitud de las generaciones actuales es considerar dentro de su función de bienestar a generaciones posteriores o anteriores, el horizonte temporal puede implicar a generaciones infinitas. Un ejemplo típico es considerar los lazos con la familia extendida atrás y adelante en por lo menos tres generaciones que implica hijos, nietos y bisnietos, y padres, abuelos y bisabuelos. La motivación para incluir a otras generaciones está condicionada por la fortaleza de los vínculos familiares y por el motivo de recibir y dejar herencias. Por otra parte, la equidad de los integrantes de la generación actual se asocia estrechamente a su nivel de bienestar obtenido y su posición relativa, y condiciona la relación que establecen entre el presente y el futuro, la elección de la preferencia temporal o la tasa de descuento social que registren está
Las complejas interrelaciones entre lo económico, ecológico y social deben de estar presentes en cualquier política que pretenda elevar los niveles de desarrollo y deben ser los ejes con los cuales poder realizar ciertos intercambios (trade offs) que permitirá traducir las intenciones en políticas de desarrollo sustentable. Para un análisis formal de las políticas de desarrollo sustentable puede consultarse a S. Faucheux, D. Pearce y J. Props, Sustainable development: Concepts, rationalities and strategies. Para un análisis crítico de las limitaciones de las nociones contemporáneas de desarrollo sustentable ver Carruthers (2005).
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condicionada por su posición de bienestar relativo respecto a otros miembros de la generación actual. La tasa de descuento social refleja el sentido de lo inmediato de la sociedad y tiene importantes implicaciones éticas sobre el aprovechamiento del capital natural y de los servicios de los ecosistemas. En general, la mayoría de los individuos registra una tasa de preferencia temporal positiva, en el sentido que prefiere recibir ingresos ahora en lugar de en algún tiempo futuro e incierto. Además, si la generación actual se distingue por una gran desigualdad en la distribución del ingreso y de la riqueza, especialmente bajo condiciones de pobreza y exclusión social de amplios sectores de la población, esta situación ejercerá un efecto directo sobre la tasa de descuento social. La sociedad tendrá una tasa de descuento social muy grande que favorecerá los proyectos con un horizonte temporal de muy corto plazo e inmediatos. En esta situación, necesariamente se tenderá al agotamiento del capital natural porque resultan poco atractivos los proyectos de inversión con horizontes temporales de mayor plazo, como los proyectos que se instrumentan para proteger o mejorar la calidad ambiental. Los proyectos de mediano o largo plazo se visualizan como bienes exóticos propios de sociedades desarrolladas con menor pobreza. Existen muchas propuestas y de muy diverso contenido sobre las políticas e instrumentos que definen las acciones para transitar hacia la senda del desarrollo sustentable. El presente capítulo tiene la finalidad de brindar una panorámica general sobre los diversos aspectos que involucran la política ambiental como la aplicación de un conjunto de instrumentos destinados a concretar la actuación pública sobre el desarrollo sustentable. La exposición del trabajo tiene el orden siguiente. Después de un breve repaso de la justificación de la política ambiental, se realiza en la segunda parte un análisis de sus principales instrumentos. En el tercer apartado se lleva a cabo un repaso histórico de la evolución de instrumentos, instituciones y mecanismos que dan contenido a la política ambiental en México. Finalmente, concluimos con un diagnóstico crítico de la puesta en práctica de la política ambiental mexicana.
1. La economía y los instrumentos de la política ambiental Desde la perspectiva operativa de las políticas dirigidas a establecer y orientar el desarrollo existen muchos instrumentos para poner a la econo-
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mía en una senda hacia el desarrollo sustentable. Se entiende por políticas ambientales al conjunto de cursos de acción que tienen como objeto incidir en la preservación del equilibrio ecológico, la prevención y control de la contaminación y el desarrollo sustentable. Los gobiernos intentan planificar el proceso de desarrollo cuando formulan y establecen diversos objetivos, políticas, programas e instrumentos, con la finalidad de alcanzar el desarrollo en determinado periodo de tiempo. Frecuentemente lo hacen a través de las políticas e instrumentos de que dispone la política económica, como las políticas sectoriales (agropecuaria, industrial y otras) o bien mediante las políticas de ingresos, monetaria y/o fiscal, o con políticas regionales y otras. La utilización del capital natural con el propósito de promover el crecimiento económico sin incluir apropiadamente la valoración monetaria de los efectos externos generados, ha sido la regla más que la excepción de los proyectos de promoción económica. Los efectos espaciales y ambientales que usualmente no se reflejan en las transacciones de mercado han inflado artificialmente la rentabilidad privada, ya que por ignorancia o con intención no se contabilizan en la estructura de costos del proyecto, porque seguramente al considerarlos reducen la rentabilidad privada del proyecto de inversión. Este olvido aparente de no considerar las formas de compensación de los impactos externos a escala espacial, y de otras externalidades negativas de la producción, ha influido directamente en la insustentabilidad del estilo de desarrollo económico. En efecto, las consecuencias ambientales de muchos proyectos y programas de inversión y crecimiento pueden constituir un museo de horrores de las políticas de desarrollo. De hecho hasta ya muy avanzada la década de los noventa del siglo pasado se empezaron a reconocer las desventajas de este estilo de crecimiento y a contemplar y valorar pecuniariamente el efecto de las externalidades en los procesos de promoción económica.
Las externalidades negativas de la producción son una de las principales categorías de las fallas de mercado. Las economías de mercado generan incentivos a los productores para “externalizar”, i.e., expulsar los costos nocivos de la producción fuera del mecanismo de precios, incrementando de esta manera los márgenes de ganancia. Los mercados no corregidos tienden a imponer precios artificialmente bajos (o cero) a los insumos de la producción, y al capital natural y los servicios que proporcionan los ecosistemas, tales como la absorción de contaminantes y desechos, la filtración, almacenamiento de recursos, o la diversidad biológica. Para tratados clásicos sobre las implicaciones de política de las externalidades negativas, ver Hardin (1968) y Ophuls (1977).
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La política ambiental se diseña para modificar patrones de producción, distribución y consumo de los agentes. Sólo a través de los cambios en los incentivos se puede esperar modificar las conductas de los agentes económicos e incluir los efectos negativos que de otra manera existirían por las fallas originadas por el mecanismo de precios (bienes públicos, recursos comunes, monopolios, información asimétrica y otras distorsiones). La idea de reducir el impacto ambiental de las actividades económicas se ha plasmado en la creación de un marco legal e institucional que da cuerpo a la política ambiental. Corregir los problemas derivados de las fallas del mercado es fundamental para cualquier concepción significativa del desarrollo sustentable. La política ambiental se esfuerza de manera creciente a fin de que se incluyan los efectos externos en la evaluación económica del proyecto. Los procesos de planificación del desarrollo han empezado a incorporar las diferentes dimensiones de los impactos de la actividad humana, contemplan las voces de los actores directos e intentan generar compatibilidades entre la conservación y el desarrollo fundamentados en la vocación productiva del suelo. En el plano instrumental, se puede considerar dos clases de mecanismos: los instrumentos económicos y los instrumentos no económicos. Estos instrumentos contienen por lo menos cuatro grandes grupos de categorías que pueden utilizarse para influir en la conducta de los agentes económicos mediante la inclusión de costos externos originados por la actividad humana: 1.1 Instrumentos económicos a) Impuestos. La idea descansa en considerar la contaminación como una externalidad que afecta el bienestar de terceros. La externalidad puede ser remediada imponiendo un impuesto al contaminador, impuesto que sea equivalente al valor del daño causado. Este razonamiento hoy se encuentra respaldado por el “principio del que contamina paga”, lo que le hace sonar como una solución razonable para gran numero de personas. Algunas críticas fuertes a la utilización de este tipo de instrumentos es que es muy difícil valorar daños que involucran problemas globales, que el nivel de contaminación está asociado a la función de producción de la empresa y, finalmente, que resulta complejo estimar la reducción de los contaminantes asociados
Jonathan M. Harris, Environmental and natural resource economics. A contemporary approach, p. 48.
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al impuesto. Algunas de sus ventajas asociadas son que incentivan a las empresas a invertir en tecnología más eficiente para el proceso de producción, ayudan a disminuir el costo marginal por descontaminar, permiten la aplicación del principio equimarginal y reducen la emisión de contaminantes asociados. b) Cargos. Representan una forma directa de utilizar la autoridad regulatoria del Estado para imponer un precio que refleje el daño estimado de los daños ambientales asociados a la producción. Dependiendo de hacia donde vayan a aplicarse, existen cinco tipos de ellos: 1) Cargos por emisión: son cargos sobre las emisiones de contaminantes en el agua, aire, suelo o generación de ruido, están relacionados con la cantidad y calidad del contaminante y los daños ejercidos sobre el ambiente. 2) Cargos a usuarios: relacionados al costo de tratamiento, recolección, disposición o recuperación de costos administrativos, dependiendo de la situación a la que sean aplicados, pero no se relacionan directamente con el costo del daño sobre el ambiente. 3) Cargos a productos: son impuestos a productos que son considerados perjudiciales al ambiente al ser utilizados en procesos de producción, o consumidos y desechados. El monto del cargo es recíproco al costo del daño ambiental ligado al producto objetivo. 4) Cuotas ambientales: referidas a los niveles máximos de contaminación. La asignación de éstas se dirige a un objetivo ambiental, para después poder ser comercializadas bajo ciertas reglas. 5) Depósitos: involucran depósitos pagados por la contaminación potencial de algún producto u actividad. Si estos no cumplen con las prácticas ambientales adecuadas, entonces cualquier costo derivado de ellas es pagado por estos depósitos o fianzas. c) Permisos negociables. Son instrumentos basados en el mercado para el control de la contaminación o conservación del ambiente. La idea básica de los permisos negociables está basada en cinco aspectos: 1) Determinar un nivel aceptable de contaminación, inferior al actual. 2) Emitir permisos por
El principio equimarginal dice que, si se tienen múltiples fuentes para generar determinado producto, es posible minimizar el costo total de generar determinada cantidad de esa producción, distribuyendo la producción de tal manera que se igualen los costos marginales de las diferentes fuentes de producción. Kerry Turner et al., Environmental economics. An elemental introduction, pp. 160-161.
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ese determinado nivel. 3) Colocar los permisos entre el número de empresas en la industria a regular la contingencia ambiental. 4) El reparto se realiza de acuerdo a criterios históricos de contaminación, subastas o de manera alícuota. 5) Una vez colocados los permisos, las empresas pueden negociarlos dependiendo de sus costos marginales de descontaminar. 6) El precio de los permisos se ubicará entre el costo más bajo por descontaminar y el costo más alto por descontaminar. d) Negociación Coasiana. El teorema da Coase declara que “si los derechos de propiedad están bien definidos y no existen costos de transacción significativos, se dará una asignación eficiente de los recursos aún con externalidades”. El instrumento rechaza la autoridad del Estado (vía impuestos, subsidios o normas) y apunta a favor de la negociación en el mercado de los derechos de propiedad para lograr el nivel de contaminación óptimo social. Descansa sobre la base de que, sin importar quién posea los derechos de propiedad, existe una tendencia automática para aproximarse al óptimo social mediante la negociación.10 E independientemente de quién posea los derechos de propiedad —el contaminador o el afectado— el resultado es óptimo. Según este argumento, la política regulatoria del Estado es redundante, ya que el mercado solucionará el problema a través de la negociación.11 Así, en términos de eficacia, la solución Coasiana es teóricamente óptima, aunque puede diferir en equidad y justicia social.12 Aunque elegante conceptualmente, la idea de resolver problemas ambientales a través del uso creativo de derechos de propiedad sigue estando relegada básicamente al ámbito teórico, y su utilización en la práctica ha sido difícil y limitada. 1.2 Instrumentos no económicos a) Eco-etiquetas. Son logotipos otorgados por un organismo oficial que indican que el producto que la ostenta ejerce poca presión sobre el ambiente y garantizan la inclusión del criterio ambiental en el producto. Mediante una eco-etiqueta podemos distinguir que el producto cumple con rigurosas 10 11
Jonathan M. Harris, op. cit.; Kerry Turner et al., op. cit. J. M. Harris, op. cit., p. 49. K. Turner et al., op. cit., p. 153. Existen críticas y complicaciones que tienen que ver con el Teorema de Coase. Para mayor información al respecto véase Kerry Turner et al., op. cit., y J. M. Harris, op. cit. 12 J. M. Harris, op. cit., p. 54.
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especificaciones ambientales exigidas por un organismo otorgador. Son de carácter voluntario. Para cada categoría de productos existen criterios ecológicos que permiten la evaluación y concesión del eco-etiquetado, la cual es válida durante un periodo máximo de tres años. El producto está siempre bajo vigilancia del organismo que otorga la eco-etiqueta.13 b) Acuerdos voluntarios. La palabra “voluntario” implica que los contaminadores no son forzados a ninguna acción, y la palabra “acuerdo” manifiesta una decisión autónoma del contaminador. El término acuerdo voluntario es utilizado principalmente como una forma de negociación o contrato entre los reguladores ambientales y los contaminadores. Las empresas acuerdan limpiar, invertir o incurrir en cambios para reducir los impactos negativos sobre el ambiente. A cambio, recibirán algún tipo de subsidio o publicidad beneficiosa de sus acciones por parte de la autoridad ambiental. El acuerdo es formalizado en un modelo en el cual el contaminador promete adoptar una tecnología más limpia a cambio de una regulación más indulgente. Se presume que existe siempre un nivel voluntario de abatimiento. Económicamente se espera que la empresa descontamine hasta el punto donde el costo marginal por descontaminar se iguale al daño ambiental privado.14 Actualmente son promovidos como un nuevo instrumento de política pública. c) Esquemas de certificación ambiental. Dentro de estos se pueden incluir la certificación iso 14000 y las normas emas.15 Este tipo de política va orientada hacia la gestión, porque se certifican los procesos y estructuras administrativos de las empresas, no los estándares o normas ambientales en sí; es decir, se certifica el cumplimiento de la normatividad. La iso 14000 requiere la implementación de un sistema de gestión ambiental y requerimientos específicos para establecer una política ambiental, determinando los impactos de los productos o los servicios, y planeando y alcanzando obje13 La International Organization for Standardization (iso) ha diseñado tres normas para definir diferentes tipos de eco-etiquetas. Las eco-etiquetas iso tipo i, creadas por un organismo independiente que no interviene en el mercado. Las iso tipo ii, que son auto-declaraciones que hacen los propios fabricantes. Por último, las iso tipo iii son declaraciones ambientales que dan información cuantitativa muy detallada a través de indicadores. 14 Thomas Sterner, Policy instruments for environmental and natural resource management, p. 119. 15 La iso 14000 está a cargo de la International Organization for Standardization (iso). Las Eco Management and Audit Schemes (emas) están a cargo de la Comisión Europea. Ambas son equivalentes. La diferencia estriba en que las normas emas son tomadas como un instrumento de mandato y control. Stener, op. cit, p. 123.
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tivos ambientales a través de metas mensurables.16 Es de carácter voluntario, es decir, ninguna organización está obligada a adoptarla; sin embargo, una certificación ambiental bajo el esquema iso 14000 puede traer más beneficios que perjuicios a la empresa. d) Normas o estándares. Dentro de este tipo de instrumentos podemos encontrar dos grupos principales, normas o regulaciones sobre tecnología y sobre el desempeño.17 El primero regula el uso de tecnología que sea perjudicial al ambiente y promueve principalmente la reducción significativa de contaminantes salientes (end-pipe) a costos razonables. El segundo grupo impone ciertos límites al aprovechamiento o emisiones, en lugar de especificar una tecnología determinada. Regula cantidades y algunas veces es referido como un instrumento de mandato y control. Su aplicación es similar a los permisos negociables, determinando un nivel de extracción o emisión por debajo del histórico al cual las empresas se deben adaptar mediante la adopción de metodologías descontaminantes que más se ajusten a sus costos marginales por descontaminar.18 Una de las principales objeciones a este tipo de regulaciones al desempeño es que las empresas no tienen incentivos para disminuir las emisiones o extracción por debajo del límite permitido.
2. La política ambiental mexicana: la arquitectura legal El marco normativo que regula la política ambiental a nivel nacional se encuentra definido en el Capítulo iv de la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (lgeepa), el cual lleva el título de “Instrumentos de Política Ambiental”.19 Este apartado se integra de ocho secciones, cada una de ellas define las características principales de los diferentes instrumentos incluidos, a saber: la Planeación Ambiental, el Ordenamiento Ecológico del Territorio, Instrumentos Económicos, Regulación Ambiental de los Asen16 Greenbuss, Environmental management systems; Andreas Sturn y Suji Upasena, iso 14000. Implementing an environmental management system; Philip J. Stapleton y A. Glover, Environmental management systems: An implementation guide for small and medium-sized organizations. 17 Este tipo de normas también son conocidas como mejores prácticas tecnológicas, batneec (best available technology not entailing excesive cost), bact (best available control technology), simplemente mejor tecnología disponible o tecnología “verde”. 18Stener, op. cit., pp. 79-80. 19 La lgeepa se puede encontrar en: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/ref/lgeepa.htm.
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tamientos Humanos, Evaluación del Impacto Ambiental, Normas Oficiales Mexicanas en Materia Ambiental, Autorregulación y Auditorias Ambientales, e Investigación y Educación Ecológicas. 2.1 Planeación ambiental En cuanto a la planeación ambiental, la ley es bastante general pues solamente establece —sin definir con precisión— que la política ambiental debe ser incorporada en la planeación nacional del desarrollo y que las entidades de la administración pública federal deberán considerar los lineamientos de política ambiental que establezca el Plan Nacional de Desarrollo y los programas correspondientes, en la planeación y realización de sus acciones. Asimismo, se ordena a los tres Poderes expedir manuales de sistemas de manejo ambiental, para optimizar los recursos que se emplean y reducir costos financieros y ambientales. A la par, al gobierno federal se le encomienda promover la participación social en la elaboración de programas destinados a la preservación y restauración del equilibrio ecológico y la protección al ambiente. La naturaleza de los instrumentos de planeación son integradores y de largo plazo; tienen como propósito ordenar actividades, productos o espacios específicos. Los instrumentos de fomento consisten en las acciones voluntarias que promueven o inhiben las conductas de los agentes o actividades; son acciones que se realizan por convencimiento —destacan la educación, capacitación, la certificación y los mecanismos de autorregulación y auditorias—. En este apartado se contemplan los programas de planeación, preservación, restauración y protección al ambiente, el ordenamiento ecológico del territorio y la regulación de los asentamientos humanos. 2.2 Ordenamiento Ecológico del Territorio (oet) La Sección ii del Capítulo iv de la lgeepa se dedica al Ordenamiento Ecológico del Territorio (oet), instrumento fundamental de la política y la planeación ambiental, que regula o induce el uso del suelo y las actividades productivas para lograr un equilibrio entre desarrollo y conservación, estableciendo los criterios que se deberán considerar para su realización. Se define que el oet se llevará a cabo a través de programas de ordenamiento ecológico que podrán ser: general, regionales, locales, y marinos; y tendrán por objeto determinar, en sus respectivos ámbitos, la regionalización ecológica del territorio nacional
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con base en la cantidad y calidad de los recursos naturales existentes, la situación de los asentamientos humanos y las actividades productivas que en estos espacios se desarrollan, además de establecer los lineamientos y estrategias ecológicas para el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, y la localización de actividades productivas y de los asentamientos humanos. Una parte importante de esta sección se dedica a definir los contenidos mínimos que deberán considerar los programas regionales, locales y marinos de ordenamiento ecológico, las responsabilidades de los órdenes de gobierno en materia de ordenamiento ecológico territorial y los mecanismos necesarios para permitir una adecuada coordinación horizontal y vertical entre ellos. En la actualidad se han establecido 118 ordenamientos ecológicos en sus diferentes modalidades y fases, 31 se encuentran decretados (19 regionales y 12 locales) que abarcan 28.5 mil hectáreas. A pesar de ser el instrumento de planeación de primer nivel y el que integra los aspectos sociales, económicos, físicos y ambientales de una región para establecer los principales elementos de conservación, protección y manejo sustentable de los recursos naturales, es muy parcial su utilización, especialmente porque muchos oet que se han elaborado no han sido decretados, y los agentes privados promotores de actividades incompatibles con ellos utilizan subterfugios legales para impedir su aplicación (por ejemplo, el Juicio de Amparo).20 En general y en la práctica, no funge como un instrumento de planeación fundamental y se le da un grado similar a otros. Existen muchos vacíos legales, problemas de interpretación, indefinición y alcance que dificultan la su aplicación. 2.3 Instrumentos económicos Estos instrumentos tienen una gran flexibilidad para que los particulares se adapten y promuevan la eficiencia económica y tecnológica, aunque pre20 El Juicio de Amparo es un medio procesal constitucional del ordenamiento jurídico mexicano, que tiene por objeto específico hacer reales, eficaces y prácticas, las garantías individuales establecidas en la Constitución, buscando proteger de los actos de todas las autoridades sin distinción de rango, inclusive las más elevadas, cuando violen dichas garantías. Está regulado por la Carta Fundamental y la Ley de Amparo, reglamentaria de los artículos 103 y 107 de la Constitución Federal. Se basa en la idea de limitación del poder de las autoridades gubernamentales, la cual jurídica y lógicamente resulta de la decisión de la soberanía que en los primeros artículos de la Constitución garantiza los derechos humanos. Tan sólo los actos emitidos por la Suprema Corte de Justicia y así como actos relacionados con materia electoral quedan fuera de su acción. http://es.wikipedia.org/wiki/Juicio_de_Amparo.
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sentan importantes impactos distributivos. Registran la enorme desventaja en el contexto institucional mexicano debido a que exigen una importante cantidad de información para mejorar su desempeño y contienen mayor incertidumbre que los instrumentos no económicos. La lgeepa establece en su Sección iii la obligación de la Federación y de las entidades federativas para diseñar, desarrollar y aplicar este tipo de mecanismos de manera conjunta con otros instrumentos de política ambiental, con el objeto de que contribuyan a que las personas y las empresas alteren sus conductas a favor de la conservación y la preservación del medio natural, así como para establecer los mecanismos que permitan que quienes no lo hagan asuman el costo de las consecuencias o daños que provocan a la sociedad. Se estipula que los instrumentos económicos serán de carácter fiscal, financiero o de mercado. Los primeros son aquellos estímulos fiscales (positivos y negativos) que reorientan la conducta de las personas y las empresas hacia el cumplimiento de los objetivos de la política ambiental y que bajo ninguna circunstancia pueden establecerse con el fin exclusivo de recaudar recursos fiscales. Los instrumentos financieros, señala, están constituidos por los créditos, fianzas, seguros, fondos y fideicomisos dirigidos a proteger y aprovechar de manera sustentable el ambiente y los recursos naturales, así como programas, proyectos e investigación que contribuya a esos mismos fines. Finalmente, los instrumentos de mercado que contempla la ley se definen en una acepción muy estrecha que solamente incluye documentos administrativos como concesiones, permisos, etc., que facultan a los beneficiarios a emitir cantidades predefinidas de contaminantes o a aprovechar un cierto volumen de recursos naturales, sin contemplar otros instrumentos de mercado que permiten modificar las pautas tecnológicas y de consumo de productores, intermediarios y consumidores. Cabe mencionar que la lgeepa no hace mención alguna de muchos de los instrumentos económicos que son susceptibles de aplicarse y se aplican en diversas partes del mundo. De hecho, solamente menciona que ciertas actividades (investigación, generación de tecnologías amables con el ambiente, sistemas de ahorro de energía, manejo sustentable del agua, áreas naturales protegidas, entre otras) se deberán considerar prioritarias para la aplicación de estímulos fiscales, sin especificar cuáles.
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2.4 Regulación Ambiental de los Asentamientos Humanos La Regulación Ambiental de los Asentamientos Humanos es el instrumento en el cual se plasman los criterios que deben regir para la planeación del desarrollo urbano y la vivienda. Dicha planeación debe tomar en cuenta los criterios establecidos en el oet, privilegiando sistemas y estrategias que busquen la corrección de aquellos desequilibrios que deterioren la calidad de vida de la población, protejan el ambiente y propicien la conservación de los recursos energéticos, hídricos y las áreas de protección ecológica. Asimismo, establece que se deberá promover el uso de los instrumentos económicos para propiciar un desarrollo urbano sustentable, en un sano equilibrio con la protección y la restauración del medio ambiente, estableciéndose, por ejemplo, que el aprovechamiento del agua para usos urbanos deberá incorporar de manera equitativa los costos de su tratamiento, considerando la afectación a la calidad del recurso y la cantidad que se utilice. 2.5 Evaluación de Impacto Ambiental (eia) Este instrumento es el que aborda con mayor detalle la lgeepa, definiéndolo como el procedimiento a través del cual se establecen las condiciones a que se sujetará la realización de obras y actividades que puedan causar desequilibrio ecológico o rebasar los límites y condiciones establecidos en las disposiciones aplicables para proteger el ambiente y preservar y restaurar los ecosistemas, a fin de evitar o reducir al mínimo sus efectos negativos sobre el medio ambiente. Se definen el tipo de actividades y obras que, para ser autorizadas, requieren previamente de autorización en materia de impacto ambiental por parte de la autoridad federal, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (semarnat), y se establecen los casos en los que para lograr dicha autorización se deberá presentar una Manifestación de Impacto Ambiental (mia) y en cuáles será suficiente con un informe preventivo. Cuando las actividades a realizar se consideren altamente riesgosas, se debe incluir un estudio de riesgo. La mia debe contener la información, descripción, evaluación de impactos, y las medidas preventivas y de mitigación del proyecto contemplado. Asimismo, el capítulo especifica las obras o actividades en las que la evaluación del impacto ambiental podrá ser evaluado por las autoridades del Distrito Federal o de los estados, con la participación de los municipios res-
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pectivos; qué tipo de información deben contener las manifestaciones de impacto ambiental, los estudios de riesgo o los informes preventivos, así como los plazos y procedimientos a los que se debe ajustar la autoridad ambiental para emitir su resolución. Dos aspectos destacables de esta sección es que la Ley asigna la responsabilidad en cuanto a la veracidad y calidad de los documentos que se presenten a las personas que prestan servicios de impacto ambiental y que es obligatorio el poner a la disposición del público el expediente de las manifestaciones de impacto ambiental que se presenten a fin de que pueda ser consultado por quien lo desee. De hecho, la semarnat, a solicitud de cualquier persona de la comunidad de que se trate, podrá llevar a cabo una consulta pública, conforme a las normas que se establecen en esa misma sección. En la práctica, la eia se ha transformado en el principal instrumento de mitigación cuando debería ser un instrumento de apoyo asociado a instrumentos de desarrollo y fomento. De hecho, su aplicación tiene muchas ambivalencias por la falta de definición clara de conceptos como: capacidad de carga, integridad funcional del ecosistema o valor ambiental, entre otros. Además, en ocasiones se contraponen con lo dispuesto en las Normas Oficiales Mexicanas y su reglamento. Uno de los problemas sin resolver, por ejemplo, es la falta de definición y aceptación legal de las metodologías para la valoración económica de los servicios ambientales que prestan los ecosistemas. 2.6 Normas Oficiales Mexicanas en Materia Ambiental (nom) Las nom son regulaciones técnicas obligatorias que establecen requisitos, especificaciones, condiciones, procedimientos, metas y límites que deberán observase para el aprovechamiento de recursos naturales. Estos instrumentos permiten inducir cambios en la conducta de los agentes e internalizar costos ambientales, además de controlar los procesos productivos, promover el cambio tecnológico y generar mercados ambientales. A pesar de su importancia y amplia aplicación dentro de la política ambiental mexicana, la Sección vi de la lgeepa, dedicada a las Normas Oficiales Mexicanas en Materia Ambiental, consta sólo de tres pequeños artículos, en los cuales se mandata a la semarnat a que emita dichas normas con objeto de garantizar la sustentabilidad de las actividades económicas, estableciendo, entre otros, los requisitos, condiciones y límites permisibles que
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se deberán observar en el desarrollo de dichas actividades, en el aprovechamiento de recursos naturales, así como en el uso y destino de bienes, en insumos y en procesos. Las responsabilidades asignadas a las nom son verdaderamente amplias y trascendentes pues incluyen las de inducir la reorientación de procesos hacia el desarrollo sustentable, forzar a que los causantes de la afectación ambiental asuman los costos generados y, a la vez, fomentar actividades productivas en un marco de eficiencia y sustentabilidad. 2.7 Autorregulación y auditorias ambientales Otros instrumentos importantes orientados hacia la mayor participación voluntaria de los productores, empresas y organizaciones, son los de la autorregulación y las auditorias ambientales. Mediante estos los agentes económicos pueden concertar con la autoridad ambiental el desarrollo de procesos en los que se mejore su desempeño ambiental. Destaca en la lgeepa el aspecto voluntario y de concertación entre sectores productivos y gobierno para convenir en prácticas y procesos tendientes a la protección ambiental, que pueden ser más estrictas que las nom, inclusive. En este apartado se prevé el establecimiento de sistemas de certificación de procesos o productos para inducir patrones de consumo que sean compatibles o que preserven, mejoren o restauren el medio ambiente, así como la posibilidad de que las empresas puedan, de manera voluntaria, auto realizarse auditorias ambientales para determinar en qué medida están cumpliendo con la normatividad ambiental y definir las medidas preventivas y correctivas necesarias para su adecuado desempeño en materia ambiental. En este sentido, a la semarnat se le encomienda desarrollar el programa destinado a fomentar la realización de estas auditorias ambientales, a definir los términos de referencia y la metodología necesaria para realizarla, así como a establecer un sistema de aprobación, acreditación y reconocimiento que permita identificar a las industrias que cumplan oportunamente los compromisos adquiridos. Se prevé que este sistema, diseñado para ser instrumentado a nivel federal, podrá también establecerse en las entidades federativas en los ámbitos de sus respectivas competencias.
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2.8 Investigación y educación ecológicas Este instrumento establecido por la lgeepa subraya la importancia de incorporar contenidos ecológicos en los diversos ciclos educativos, especialmente en el nivel básico; además de destacarse el papel de los medios de comunicación masiva como instrumentos para fortalecer la conciencia ecológica y la socialización de los proyectos de desarrollo sustentable. El papel de la investigación es sustancial, de acuerdo con la Ley, para generar conocimientos que fundamenten la instrumentación de programas que promuevan el cuidado, la prevención y la restauración del medio ambiente; por ello deberá ser impulsada por los tres niveles de gobierno.
3. El marco institucional de la política ambiental en México: las etapas históricas La preocupación por los problemas relacionados con el medio ambiente y el desarrollo y, sobre todo, el involucramiento de estos asuntos en las agendas de los gobiernos, la creación de instituciones específicas y la instrumentación de políticas públicas avocadas a su atención, son fenómenos relativamente recientes. Diversos autores han estudiado las modalidades que ha tenido la participación pública en nuestro país en materia ambiental y han señalado que ésta ha variado en diversas épocas en cuanto a sus características y a su intensidad. Por ello es posible hablar de que se han vivido diversas etapas en la política ambiental mexicana. Quizás una de las caracterizaciones más conocidas es la de Enrique Provencio.21 Este autor menciona que la orientación predominante de la política ambiental en México a principios de los setentas fue el control y prevención de la contaminación, ello como parte de la política de salubridad y salud humana. Para finales de los ochentas ya se había ampliado a la protección y preservación de los recursos, no sólo del ambiente sino también del ambiente construido. Mientras que a partir de 1992 cobró auge y se generalizó el intento de utilizar instrumentos de política económico-ambientales para la consecución del desarrollo sustentable. Más recientemente, y desde la óptica de la autoridad ambiental, la semarnat (2006) publicó un documento donde también se clasifica en etapas 21 Enrique Provencio (2005), “Política y gestión ambiental contemporánea en México”, Economía Informa, No. 328, 5-20.
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históricas la gestión ambiental aplicada en nuestro país. La política ambiental mexicana, dice, ha estado caracterizada por una creciente ampliación de los objetivos sociales que persigue el Estado, dentro de los cuales se le han añadido —además de los tradicionales de seguridad pública, educación, etc.— la rectoría en temas relacionados con el manejo de algunos sectores, como el agropecuario, pesquero, forestal y minero, entre otros. Simultáneamente se han creado instituciones dedicadas a la atención de las materias públicas, a las cuales se han incorporado de manera relativamente reciente algunas destinadas de manera específica al medio ambiente. A pesar de que se pueden encontrar antecedentes de la gestión pública ambiental desde el siglo xviii —relacionados, por ejemplo, con las vedas y restricciones a la caza, el aprovechamiento forestal y la creación de zonas protegidas— se puede decir que la política ambiental mexicana nació con la Constitución de 1917. En este documento se establecieron los principios básicos que rigen hasta la fecha, en el sentido que el dominio de tierras, aguas y recursos naturales corresponde originariamente a la nación, por lo que a ésta le corresponde regular las modalidades del aprovechamiento de los elementos naturales, para cuidar el beneficio común. De acuerdo con la semarnat se pueden distinguir las cinco etapas en la gestión ambiental mexicana que se describen a continuación. En la etapa inicial, que abarca desde 1917 hasta principios de la década de los setenta del siglo pasado, la política ambiental se llevó a cabo de una manera implícita, fragmentada y orientada hacia el manejo productivo de los recursos naturales. En este sentido, distintas leyes y dependencias se ocupaban de la regulación de los subsectores forestal, pesquero e hidráulico, y se emitieron las primeras regulaciones orientadas hacia la conservación. Aspectos destacables de este periodo son: la expedición en 1926 de la primera ley forestal del país y la creación del Departamento de Parques Nacionales en 1951, la falta de claridad (persistente hasta nuestros días) en cuanto a cuál es la mejor ubicación en el organigrama gubernamental del sector pesquero, y el gran desarrollo que tuvo el cooperativismo de este rubro como consecuencia de la decisión de otorgarle en exclusiva el derecho de explotar especies de alto valor comercial. En cuanto al subsector hidráulico, fue notable la inversión pública destinada a infraestructura, una gestión pública orientada fuertemente hacia el uso agrícola y una gran cantidad de leyes y
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reglamentos relacionadas con la irrigación, conservación y manejo de este vital recurso. La segunda etapa abarca prácticamente los sexenios gobernados por Luis Echeverría Álvarez (1970-1976) y José López Portillo (1976-1982), y se caracteriza por un enfoque ambiental concentrado en los problemas de salud pública derivados de la contaminación. Este tema había empezado a cobrar resonancia mundial a partir de los movimientos y partidos “verdes”, cuyas manifestaciones más estentóreas se dieron principalmente en Europa.22 En México la política ambiental se manejó de manera fragmentada pues, por un lado, los problemas de contaminación del aire, el suelo y el agua se consideraron competencia de las autoridades sanitarias, mientras que los relacionados con la conservación de los recursos naturales siguieron siendo abordados con la visión productivista de la etapa inmediata anterior, y su atención fue encomendada a las diversas dependencias federales ocupadas de cada uno de ellos. El énfasis de la política ambiental en la contaminación se expresó de manera evidente con la expedición de la Ley Federal para Prevenir y Controlar la Contaminación Ambiental (1971), cuya aplicación sería responsabilidad de la Secretaría de Salud y Asistencia, dentro de la cual se creó la Subsecretaría de Mejoramiento del Ambiente. También en este periodo se empezó a configurar una de las características de la política ambiental mexicana que aún persiste en las estructuras administrativas de diversas entidades federativas del país: ubicar el tema medioambiental como dependiente de las entidades rectoras de las obras públicas y los asentamientos humanos. De esta manera, en 1976 se creó la Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras Públicas (sahop), dentro de la cual se estableció la Dirección General de Desarrollo Ecológico de los Asentamientos Humanos. Aspectos destacados de la política ambiental de la época es el establecimiento en ese mismo 1976 de la Comisión Nacional del Plan Hidráulico, la creación de la Secretaría de Pesca (sepesca) y de una nueva Ley Federal para la Protección del Ambiente en 1982. Esta última, sin embargo, no presentaba cambios significativos respecto de su antecesora de 1971. En la tercera etapa, que abarca de 1983 a 1994, se empezó a dar cierta tendencia hacia una visión integral de la política ambiental con la creación 22 Ver Capítulo 1, apartado 5.
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de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (sedue) la cual asumiría la corresponsabilidad con la Secretaría de Salubridad y Asistencia (ssa) de conducir la política de saneamiento ambiental para intervenir en materia de flora y fauna, y para proteger los ecosistemas naturales. La sedue fue la primera institución con un enfoque integral de planeación y de coordinación de los diferentes aspectos del desarrollo urbano, la obra pública y el manejo de los recursos naturales. En 1983 se ensancharon los horizontes de la política ambiental al incluir en el Plan Nacional de Desarrollo 1983-1988 el ordenamiento ecológico como una de las funciones de la Subsecretaría de Ecología. Con ella surgieron programas y políticas en materia ambiental, y se crearon los instrumentos administrativos y jurídicos para la planeación y coordinación sectorial e intersectorial de las acciones del gobierno.23 Asimismo, entre 1985 y 1989 se crearon algunas instituciones relacionadas con la gestión ambiental, como la Comisión Nacional de Ecología (conade) —cuya función de carácter intersecretarial promoviera la concertación entre la sociedad y el Estado— el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (imta), y la Comisión Nacional del Agua (cna). Un cambio legislativo sin duda importante fue la modificación constitucional de 1987 que incorporó como un deber del Estado la preservación y restauración del equilibrio ecológico y la protección al ambiente. Esto sentó las bases para la promulgación, un año más tarde, de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (lgeepa), un verdadero hito en la historia de la política ambiental mexicana, la cual estableció las bases para la acción concurrente en materia ambiental del gobierno federal, de las entidades federativas y de los municipios, y sugirió una estrecha coordinación del sector público y una participación efectiva de la sociedad. Dicha ley tenía una cobertura mucho más amplia que su antecesora: integraba en el mismo cuerpo tanto los aspectos relacionados con la contaminación como los de protección del medio ambiente en su conjunto, incluyendo los recursos naturales. Desgraciadamente, los cambios institucionales, en lugar de orientarse en la dirección integradora que se vislumbraba en la lgeepa, en muchos casos avanzaron hacia direcciones divergentes. En 1992 se suprimió la sedue y 23 H. Reliot (2004), El ordenamiento ecológico, Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
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se creó la Secretaría de Desarrollo Social (sedesol) la cual recibió algunas de las atribuciones ambientales que detentaba esta última. Sin embargo, se suprimió la Subsecretaría de Ecología, creándose en cambio dos organismos desconcentrados a través de los cuales la sedesol ejercería sus atribuciones ambientales: el Instituto Nacional de Ecología (ine)24 y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (profepa). También en ese año se creó la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (conabio) y se promulgaron tres leyes importantes para el manejo de los recursos naturales renovables: la Forestal, la de Aguas Nacionales y la de Pesca. A partir de entonces —sobre todo antes de la creación de la semarnap en 1994—, el ine definiría las acciones dirigidas a promover la normatividad ambiental y la aplicación de diversos instrumentos de la política ambiental. A principios de los noventa, la política ambiental alcanzó un lugar importante en el ámbito nacional y se le dio una importancia destacada al cuidado del medio ambiente para contribuir a mejorar el nivel de vida de la población. Por ejemplo, en 1993, la Ley General de Asentamientos Humanos incorporó por primera vez el concepto de desarrollo sustentable dentro de sus disposiciones. En la cuarta etapa señalada por la semarnat (1995-2000), se destaca el fortalecimiento de la orientación a la integralidad. Se realizaron importantes cambios tanto en el aspecto normativo como en el organizacional. Dentro del primero, lo más destacado fue, sin duda, la profunda transformación que sufrió la lgeepa. En lo que respecta a las instituciones, la acción más relevante fue —en diciembre de 1994— la creación de la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (semarnap), la cual asumió muchas de las atribuciones ambientales dispersas en distintas dependencias, entre ellas la sedesol, la ssa, la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (sarh) y la sepesca. Entre sus facultades prioritarias se decretó el fomento a las políticas en materia de agua, recursos pesqueros, zonas federales marítimo-terrestres, flora y fauna silvestres, bosques, suelos, aire y medio ambiente, con el fin de garantizar su aprovechamiento racional, iniciándose una nueva política ambiental dirigida a frenar las tenencias del deterioro ecológico. 24 El ine se creó en 1992 y se reestructuró en 2001, de acuerdo con semarnat (2006), p. 326.
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La organización de esta secretaría incluía la existencia de las Subsecretarías de Planeación, la de Recursos Naturales y la de Pesca. Asimismo, se le asignaba la coordinación de cinco organismos desconcentrados antes adscritos a otras secretarías: la cna, el imta, el ine, la profepa y el Instituto Nacional de Pesca. Otros cambios institucionales relevantes de esta etapa incluyeron la creación en 2000 de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (conanp) y los Programas de Desarrollo Regional Sustentable (proders). Estos se implementaron en seis regiones del país con una visión integradora que contemplaba la articulación de diversos programas en tres vertientes: el desarrollo social, el productivo sustentable y el de la infraestructura social, económica y de servicios. En 2000 la semarnap desincorporó la actividad pesquera, conservando sus demás atribuciones, convirtiéndose en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (semarnat). Finalmente, en la quinta etapa —que abarca el periodo constitucional de Vicente Fox— destaca la semarnat porque se dio en ella el inicio de un proceso de transversalidad en la política ambiental, al establecerse un programa por medio del cual 32 dependencias del gobierno federal asumieron compromisos específicos para promover el desarrollo sustentable, mismos que serían incorporados en sus respectivas agendas. Con dichos compromisos se estableció la Agenda para la Transversalidad, bajo la supervisión de la Oficina de Políticas Públicas de la Presidencia. Sin embargo, y de acuerdo con la propia semarnat, los avances concretos logrados han sido limitados. Con la misma intención, el gobierno de Fox estableció la sustentabilidad como uno de los doce principios fundamentales del Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006, e incluyó a la semarnat en los tres gabinetes del Poder Ejecutivo, permitiendo al menos que la dependencia encargada de los asuntos relacionados con el medio ambiente y los recursos naturales tuviera voz en los espacios donde se tomaban las principales decisiones por parte del poder público. En cuanto a los cambios normativos y administrativos, esta etapa destaca en primer término por la promulgación de la nueva Ley de Aguas Nacionales (2004). En ella se establece, entre otras cosas, que las cuencas y acuíferos constituyen la unidad territorial básica para la gestión de los recursos hídricos. En cuanto a los cambios administrativos, se puede mencionar la creación de la Comisión Nacional Forestal (conafor) y la cuestionable adscripción del sector pesquero dentro del sector agrícola y ganadero, al ubicarse la res-
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ponsabilidad de éste dentro de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (sagarpa). Un cambio cualitativo importante fue la reestructuración de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (profepa) y el fortalecimiento —como líneas estratégicas del fomento— de los esquemas voluntarios de cumplimiento de la normatividad ambiental. Asimismo, destaca el fortalecimiento presupuestal dirigido hacia la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (conanp) y el incremento observado en el área bajo protección. De acuerdo con el documento de referencia, para finales del año 2006 se contaría con más de 160 áreas naturales protegidas (anp) de carácter federal, con una superficie total que superará los 18.6 millones de hectáreas, equivalentes al 9.6 por ciento del territorio nacional. Evidentemente, si como la define el documento de semarnat, la quinta etapa está caracterizada por el tránsito hacia la transversalidad, difícilmente podríamos afirmar que ya se ha trascendido de ella. Por otra parte, la proximidad en el tiempo de los cambios y tendencias iniciadas en el régimen que concluyó en diciembre de 2006, impiden en este momento hacer una valoración objetiva de su real impacto y trascendencia.
4. La aplicación de la política ambiental en México: la promesa y los límites de la democracia Como hemos mostrado claramente con la revisión histórica realizada, en México se ha creado un impresionante conjunto de leyes, políticas e instituciones ambientales en un periodo de tiempo relativamente corto. Notablemente, el abanico de programas e iniciativas ya disponibles para el escrutinio público en los sitios web de la mayoría de las instituciones federales y estatales del medio ambiente y recursos naturales en la actualidad emplean amplia y explícitamente el lenguaje, los principios e ideales del desarrollo sustentable. Sin embargo, un auténtico desarrollo sustentable requeriría algo más que la defensa de la diversidad biológica y cultural, o la protección de las especies y hábitats amenazados. Para alcanzar la meta de una distribución equitativa, por ejemplo, el gobierno debe priorizar la disminución de la pobreza. En última instancia, la sustentabilidad requiere el reforzamiento de las instituciones democráticas, mayores oportunidades y canales para la
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participación ciudadana en la planeación ambiental y en la toma de decisiones, mejorar el acceso a la información sobre las leyes, mejor rendición de cuentas, y mayor transparencia respecto a las actividades de los sectores públicos y privados. Para defender la integridad del capital natural y los servicios de los ecosistemas y para lograr la meta de la equidad intergeneracional, las políticas de desarrollo deben atender los problemas fundamentales de las fallas de mercado, tales como las externalidades negativas, los bienes públicos y la degradación de los servicios de los ecosistemas. Para estos fines, algunos gobiernos del mundo emplean una diversidad de instrumentos de política, incluyendo las tradicionales políticas regulatorias, los impuestos a la contaminación, los subsidios al desarrollo y la promoción de tecnologías verdes, así como los mecanismos de mercado de captación e intercambio de cuotas de contaminación. Sin embargo, la construcción de la política ambiental mexicana tiende a imitar limitadamente la llamada tradición política ambiental “racionalidad administrativa” de Estados Unidos y de Europa Occidental, basada en el manejo científico de los recursos naturales.25 Así, en la práctica la mayoría de los instrumentos de la política ambiental en México hacen énfasis en promover, restringir, orientar o inducir cambios para lograr objetivos. Las herramientas más importantes tienden a ser regulatorias tal como la Evaluación de Impacto Ambiental, permisos, licencias, concesiones y autorizaciones, Normas Oficiales, y la creación de Áreas Naturales Protegidas. Juegan también un papel importante los instrumentos de planeación, como el Ordenamiento Ecológico del Territorio, y los instrumentos de fomento, destacando los programas de educación ambiental, capacitación y sensibilización, los programas de investigación y los esquemas de autorregulación, y auditorias ambientales y certificación. Toda esta clase de programas y políticas tienden a presentar limitaciones de carácter legal e institucional, sea por falta de capacidad y/o de coordinación. La aplicación de la mayoría de los instrumentos se realiza en el ámbito nacional y su control y supervisión la realizan las instituciones federales como la semarnat y la profepa. Pocos instrumentos de política ambiental recaen en el control de los gobiernos estatales o locales. 25 Dryzek, 2005.
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Al mismo tiempo, los instrumentos basados en el mercado —como impuestos, permisos comerciables y sistemas de depósito— han sido difíciles de transferir de la teoría a la práctica. En este sentido, México podría sacar buenas lecciones de las experiencias creativas de la aplicación de esas herramientas a escala internacional. Más aun, la gestión ambiental apropiada exige información adecuada y requiere manejarla en varias escalas para comprender el estado en que se encuentra el capital natural y los servicios de los ecosistemas, mediante series históricas a cada nivel que permitan una descripción precisa y generen indicadores de desempeño ambiental y de sustentabilidad. Los indicadores de sustentabilidad y los ambientales son señales sobre el comportamiento del sistema y alimentan a las políticas y la gestión, por lo que se requiere que sean claros, verdaderos, especializados y se correspondan con la escala de trabajo. Problemas serios en la política ambiental mexicana residen en la coordinación entre las instituciones y los niveles de gobierno para mejorar la eficiencia en la asignación de recursos combinada con la insuficiente atención a la valoración del capital natural y de los servicios de los ecosistemas para incluirlos como herramientas necesarias que complementen el uso de otros instrumentos de la política ambiental. Estas limitaciones representan, en parte, una falla sistemática de imaginación en el nivel de la política pública. El desarrollo sustentable implica considerar los principales ámbitos de la vida: económica, social, ambiental e institucional, y pensar en las generaciones futuras con una perspectiva de infinito, de sostenimiento del medio de soporte de vida para todos, y exige a establecer mecanismos que garanticen la utilización sustentable de los recursos. Las condiciones de libre acceso a los recursos naturales se traducen en sobreexplotación y su posible agotamiento. La política ambiental podría ayudar a transitar hacia el desarrollo sustentable con ajustes más finos en escalas territoriales regionales y locales, para incluir los instrumentos de ordenamiento ecológico y territorial y los indicadores a escala municipal o de localidad. Sin embargo, más allá de la falta de imaginación, la política ambiental mexicana enfrenta problemas estructurales más profundos y atemorizantes. Los estudiosos de la política pública, desde hace tiempo han prestado atención a los desfases existentes entre la conceptualización de la política y su implementación. Si bien en la intención y el diseño el conjunto de las leyes y
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las organizaciones ambientales en México son impresionantes, en cuanto se les lleva a la práctica se evidencia su ineficiente implementación y su inadecuada aplicación. Por ejemplo, mientras las instituciones ambientales tienen personal talentoso y comprometido, muchas de estas instituciones adolecen de los tradicionales problemas de “agencia estatal cautiva”. Esto es, el patrón de políticas que se obtiene cuando las agencias desarrollan relaciones cercanas con el personal representante de los sectores productivos que deberían regular, por lo cual interpretan su función no como firmes defensores del bien público, sino como socios y facilitadores de la extracción o producción privada. Efectivamente, la limitada capacidad regulatoria del Estado es una característica prevaleciente en el medio de negocios mexicano, y es valorada por los intereses industriales y desarrollistas que no acostumbran ser constreñidos. Cientos de reportes y estudios que se han llevado a cabo durante los últimos 20 años, durante los cuales la lgeepa ha estado vigente, han demostrado sistemáticamente la negligencia respecto a las leyes ambientales existentes. Simultáneamente, y también sistemáticamente, se ha dado preferencia a las políticas que favorecen los intereses desarrollistas, prácticamente en todas las áreas de competencia ambiental: riesgos industriales en las maquiladoras de la frontera norte, mal manejo forestal en las zonas montañosas de Michoacán y Oaxaca, desarrollo petrolero en las selvas y las costas del Sureste, destrucción de hábitats desde el Golfo de California hasta la Selva Lacandona, contaminación marina, extinción de especies, sobre pesca, agotamiento de los acuíferos y contaminación en todo el país. Ciudadanos, activistas, periodistas y académicos consistentemente reportan el mismo conjunto de problemas: crónica insuficiencia de recursos financieros, limitada capacidad del Estado, limitadas oportunidades para aportar información significativa al público, así como para que éste pueda expresar sus inconformidades y protestas, pase automático de manifestaciones de impactos ambientales inadecuadas y reprochables, funcionarios incompetentes o corruptos, etc. En suma: leyes y principios que se ven mucho mejor en papel de lo que funcionan en la práctica.26 26 Estas aseveraciones, sorprendentemente, no son controversiales en la amplia literatura académica sobre los desafíos ambientales en México. Véase por ejemplo: Simon (1997), Aflie Cohen y Mendez (2000), Bejarano (2002), Wright (2005), Clough Riquelme y Bringas Rabago (2006), y Carruthers (2007).
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La búsqueda del desarrollo sustentable es, pues, un asunto de voluntad y poder político. Es importante considerar que la construcción de la política ambiental mexicana se llevó a cabo simultáneamente al desarrollo de un proceso democrático mucho más vasto y al surgimiento de una sociedad civil creciente y sofisticada. Irónicamente, la lgeepa y otras piezas clave de la legislación tienen sus raíces en una cínica posición de “partir de una tabla rasa”, a través de la cual los líderes políticos esperaban anticipar la movilización popular y canalizarla de tal manera que no amenazara la estabilidad política y los cimientos económicos de la autoridad.27 La política mexicana se ha abierto de manera sorprendente durante ese periodo, pero el campo de acción aún no adquiere el nivel requerido. Considerando la debilidad histórica del Estado mexicano, su relativa falta de autoridad, y el poder económico de los titanes industriales del país, los ambientalistas y los líderes comunitarios tienen aún una tremenda lucha que librar para que sus peticiones sean escuchadas. No obstante, a través de estas décadas, han surgido cientos de grupos ciudadanos y de ong ambientalistas, que han construido complejas redes de relaciones con simpatizantes, colaboradores y con sus contrapartes a través del país y del mundo; han mantenido una presión constante sobre el Estado para que profundice el desarrollo de las leyes ambientales, asuma auténticamente sus políticas ambientales y mejore la transparencia y la capacidad de respuesta de sus instituciones ambientales.28 La lucha por un México más justo y democrático trae aparejada la permanente esperanza de que los excelsos ideales del desarrollo sustentable puedan algún día concretarse en la práctica tan exquisitamente como aparecen en el papel.
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Capítulo 3. El escenario: presentación geográfica y socioeconómica
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Capítulo 3
El escenario: presentación geográfica y socioeconómica del espacio sudcaliforniano Micheline Cariño, Yolanda Maya Delgado, Sara Díaz Castro, Aurora Breceda, José Juan Pérez Navarro, Ricardo Rodríguez Estrella, Óscar Arizpe Covarrubias y Salvador Lluch Cota Fotografías de Miguel Ángel de la Cueva
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aja California Sur se distingue entre el resto de los estados de la República Mexicana y, comúnmente, entre las demás regiones del mundo por la belleza excepcional de sus paisajes y, en términos generales, por el buen estado de conservación de su medio ambiente. De ahí que uno de sus mayores atractivos sea precisamente su entorno natural, el cual atrae a gran cantidad de turistas de todos los países. La mayoría viene aún con el enfoque turístico de sol y playa y, desafortunadamente, estos visitantes no siempre disfrutan el gran potencial de la belleza natural de nuestro estado. Para valorar ésta hay que trascender el medio urbano de los centros turísticos y adentrarse en las playas vírgenes, en las imponentes sierras, en la diversidad y belleza de islas y paisajes submarinos, así como en la paz de los oasis. Esta riqueza, sin embargo, es desconocida por gran número de sudcalifornianos y de los mexicanos, en general. Bajo esta circunstancia se explica en cierta medida lo inadecuadas que han sido las políticas de desarrollo aplicadas en Baja California Sur. En consecuencia, actualmente se pueden encontrar acuíferos agotados y salobres, suelos devastados, destrucción irre[99]
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mediable del paisaje costero, saqueo de la flora y de la fauna, así como una falta de valoración del potencial natural sudcaliforniano. En contraste con esta situación, en el extranjero dicho potencial es altamente valorado, por lo que Baja California Sur se ha convertido en una de las metas del turismo tradicional y alternativo, así como de la economía especulativa de bienes raíces. El aislamiento y la aridez, no obstante ser factores geográficos que han permitido la salud ambiental y la armonía social de esta región, son también causa de rezago en el desarrollo socioeconómico. Los pobladores de las comunidades muy aisladas y los habitantes de los barrios pobres de reciente aparición en las dos principales ciudades de la entidad (La Paz y Cabo San Lucas), son víctimas de la pobreza. Se carece en general de gran cantidad de servicios públicos y de suficientes alternativas de desarrollo económico. Existen fuertes disparidades sectoriales y la economía regional se sustenta en bases sumamente frágiles. Afortunadamente, desde hace algunos años organizaciones no gubernamentales, científicos y activistas que residen en el estado y fuera de él se han dado la tarea de promover la conservación y el gran valor de la naturaleza sudcaliforniana. Sin embargo, estos esfuerzos no han impedido que algunos paisajes se hayan modificado y continúen modificándose irremediablemente, se alteren ecosistemas, el esfuerzo de la pesca siga siendo desmedido, se siga adelante con prácticas agrícolas inadecuadas, la contaminación aumente, etc. Si esta tendencia continúa seremos testigos y copartícipes de la degradación de una de las regiones más bellas y cautivantes del mundo. Para revertir tal situación es necesario actuar en múltiples niveles. En esencia, además de cuestionar y reorientar el curso del desarrollo de la región, también es urgente impulsar la educación ambiental, debido a que los habitantes locales son los principales agentes que pueden contribuir al logro de la conservación o a seguir la inercia que conduzca esta tierra al desastre socio-ambiental. Como es bien sabido que sólo se conserva lo que se ama y se ama lo que se conoce, por ello dedicamos este capítulo a presentar en forma general la región de estudio, considerando sus características geográficas, económicas y sociales. El enfoque que prevalece es mostrar las oportunidades que tanto el ambiente como la sociedad sudcaliforniana ofrecen para concretar el desarrollo sustentable.
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1. El escenario natural Baja California Sur se localiza entre los 22° 24’ 17” y los 28° 00’ 00” de latitud norte y entre los 109° 24’ 47” y los 115° 04’ 53” de longitud oeste y su superficie es de 73,677 km2, lo que representa el 3.7 por ciento de la superficie total del país. Al norte colinda con el estado de Baja California, en el desierto de Vizcaíno; al este lo bañan las aguas del Golfo de California y al oeste las del Océano Pacífico. Es el estado con mayor longitud de costa ya que sus litorales se extienden a lo largo de 2,230 kilómetros (22 por ciento del total nacional). Cuenta con tres islas en el Océano Pacífico y 100 incidentes insulares en el Golfo de California (mapa 1). Ocupa un poco más de la mitad meridional de la segunda península más larga del mundo con 690 km de longitud; posee un ancho de 43 km en la parte más angosta (istmo de La Paz) y 227 km en la parte más ancha (península de Vizcaíno). La entidad se encuentra separada del continente por un mar de difícil navegación, dos desiertos cuya travesía sigue siendo ardua y un tráfico aéreo aún restringido (por su costo, frecuencia y destinación). Por estas razones el espacio sudpeninsular, con todas las proporciones guardadas, permanece casi tan aislado del resto del mundo como lo ha estado siempre. Baja California Sur forma parte de la provincia fisiográfica denominada península de Baja California. En términos geológicos, hace alrededor de 30 millones de años el basamento ígneo de la península se encontraba adherido a la masa continental. Después de múltiples procesos geológicos que implicaron el movimiento de placas en sentido contrario, se separó del continente esta enorme masa y se formó el Golfo de California. Durante el Mioceno se formó la mitad sur de la cordillera peninsular y el proto-Golfo. La Región del Cabo existía como una isla, o un grupo parecido a las islas. Sólo tres is
Miguel Ángel Hernández Vicent, Desarrollo, planificación y medio ambiente en Baja California Sur, p. 17. Gobierno del Estado de B.C.S., Centro Estatal de Información, Compendio Estadístico 20022003. Municipios de Baja California Sur. Cuaderno de Datos Básicos 2004, p. 44. Gobierno del Estado de Baja California Sur, Dir. de Planeación, Programas de Desarrollo Regional 2001, La Paz, B.C.S., pp. 1-3. Medida en línea recta, la península tiene una longitud de 1,270 km. Emigdio Z. Flores, Geosudcalifornia. Geografía, agua y ciclones, pp. 277.
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Mapa 1. Islas de Baja California Sur
las aparecían en el Golfo de California en este periodo geológico: isla Santa Cruz, San Diego y Cerralvo. Entre los límites del Mioceno y Pleistoceno, la actividad tectónica de esa área, que continúa hasta la actualidad, se asoció con la formación de cuatro islas de edad poco definida, que son las islas San Pedro Mártir y San Esteban en el norte, y las islas Santa Catalina y Monserrat en el sur. La tectónica de placas fue la responsable de que se formará el bloque de islas en torno de la de Ángel de la Guarda.
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El origen y el desarrollo del desierto en la región del Golfo —en Sonora y Baja California— se remontan probablemente a principios del Plioceno, siendo modificados sustancialmente por las glaciaciones del Pleistoceno. Se consideran dos tipos de procesos respecto al origen de la biota (las especies de flora y fauna) de las islas del Golfo. Las islas oceánicas aisladas fueron colonizadas por poblaciones de animales que se dispersaron a través de un puente de tierra. En cambio, las islas originadas por separación y fragmentación, se extendieron desde tierra firme con sus poblaciones. Como es de suponerse, la diferencia en la formación de estas islas ha tenido importantes efectos en la composición y diversidad de las especies actuales y en el grado de endemismos. Se considera que la conformación definitiva de la península data de hace dos millones de años. Su extremo meridional penetra en la zona de influencia del Trópico de Cáncer, situación que le otorga características tropicales y subtropicales. Sus paisajes reflejan los diversos procesos geológicos que han contribuido a conformar la península tal y como la conocemos en la actualidad. El resto del territorio sudcaliforniano, por sus características geológicas y litológicas, se divide en la subprovincia geográfica Sierra de la Giganta y en tres discontinuidades que son: el Desierto de Vizcaíno, los Llanos de Magdalena y la Región de Los Cabos. La península de Baja California es recorrida casi en toda su longitud por una cadena montañosa de origen volcánico de aproximadamente 1,600 km de largo y de 48 a 96 km de ancho, formada por varias sierras que alcanzan alturas superiores a los 3,000 m en el estado de Baja California y que disminuyen gradualmente hasta los 500 m al norte de La Paz. La fisiografía de las vertientes presenta una mezcla de planicies costeras, mesetas y colinas, que a diferentes latitudes son interceptadas por cañadas, valles y lechos de arroyos (mapa 2). El estado de Baja California Sur se encuentra en una zona de transición climática entre tropical y subtropical; sin embargo, la característica más sobresaliente del clima es su aridez. Entre los elementos que determinan el clima se encuentran las aguas frías de la corriente oceánica de California,
Una discontinuidad fisiográfica es una superficie que está enclavada dentro de una provincia fisiográfica, pero que difiere del resto de ella por su origen, litología y morfología. E., Raisz, Landforms of Mexico.
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que bañan las costas del Pacífico y que se disipan en el sur del estado al encontrarse con las aguas cálidas del Océano Pacífico tropical. En términos generales el clima sudcaliforniano es caliente y seco, llegando en verano hasta los 50° C. Las corrientes de agua superficial son casi inexistentes y las precipitaciones son raras, en promedio menos de 250 mm al año. Generalmente la lluvia es torrencial y asociada a los ciclones estivales que representan aproximadamente un 20 por ciento del volumen total anual. La incidencia de lluvias es mayor en el sur, pero no se presentan todos los años. Las tormentas tropicales —frecuentes en verano— inciden más en la vertiente del Pacífico que en la del Golfo. Las lluvias de invierno se presentan de manera ligera pero continua por dos o tres días, además de que abarcan áreas mayores en comparación con las lluvias de verano-otoño que son más locales. Como las lluvias invernales son menos violentas, alimentan mejor los mantos freáticos, principal fuente de abastecimiento de agua. Las características y abundancia de estos permiten la existencia de 171 oasis en el estado, que son ínsulas de humedad que sustentan la vida de seres humanos, plantas y animales. Aunque en una escala menor, en ellos se magnifican los patrones culturales dominados por el fenómeno del aislamiento y, desde el punto de vista biológico, los endemismos y la existencia de especies relicto, que les dan un valor excepcional. El Golfo de California baña la costa oriental de la entidad. Debido a que este cuerpo de agua es alimentado con aguas del Océano Pacífico tropical, dicha costa es más caliente en verano y más fría en invierno que la costa bajacaliforniana del Pacífico. Además, de marzo a noviembre en las costas del Pacífico soplan vientos húmedos del oeste que hacen que las temperaturas sean menores que en las costas del Golfo. Es estado se encuentra enmarcado por las siguientes regiones hidrológicas referidas a la península: Baja California centro-oeste (Vizcaíno), Baja California sur-oeste (Magdalena), Baja California centro-este (Santa Rosalía) y Baja California sur-este (La Paz), que constituyen parte de la vertiente del Océano Pacífico y Golfo de California. Las corrientes que se observan son principalmente superficiales de rápido escurrimiento. En cuanto a las corrientes subterráneas, se encuentran en función de las precipitaciones pluviales. Una gran parte del agua
Relicto, en biología, es un organismo que en otras eras fue abundante, en una gran área, y que ahora está sólo en pequeñas. La distribución de un relicto está caracterizada como endémica. E. Z. Flores, op. cit., 1998.
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Mapa 2. Orografía de Baja California Sur
que aportan las lluvias se evapora o escurre al mar y la poca agua que permanece se infiltra para recargar los mantos freáticos. Se han determinado en la entidad 16 acuíferos con un área de explotación de 3,666 km2.10 Estas características fisiográficas, hidrológicas y climáticas contribuyen al desarrollo de un mosaico de diferentes comunidades vegetales.11 En la mayo10 M. A., Hernández Vicent, op. cit., pp.28-31. 11 I. L., Wiggins, Flora of Baja California, 1980.
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ría de éstas la escasez de agua es el factor limitante y tiene una fisonomía de desierto arbóreo-arbustivo. Se han reportado 2,958 especies y subespecies de plantas en la flora bajacaliforniana.12 Las familias que presentan mayor variedad específica son: compuestas,13 gramíneas, leguminosas14 y cactáceas, que son las mejor adaptadas a la aridez. Los hábitats que comportan la mayor diversidad biótica son las colinas, las montañas y los cauces de arroyos, ya que ahí es donde existe mayor humedad.15 La fauna terrestre regional también presenta adaptaciones a la aridez. Los reptiles son el grupo más amplio y diverso. De los mamíferos, destacan por su tamaño varias especies de felinos, borregos cimarrones, ciervos y berrendos. La fauna marina ha sido sumamente importante para la subsistencia de las diferentes culturas que han habitado la región y actualmente se perfila como uno de los recursos naturales más importantes para el desarrollo regional. El potencial pesquero de ambos espacios marinos es muy diferente entre sí, pero igualmente rico. Por otro lado, el Golfo de California –como explicamos a continuación- es uno de los mares más especiales del mundo y es el único que puede considerarse propiedad de una sola nación. Su enorme longitud (1,120 km entre los paralelos 32°43’ y 23° N) y el accidentado relieve de sus costas e islas le confieren un caprichoso régimen de mareas y una extraordinaria variación de temperatura y salinidad de sus aguas. Estas características oceanográficas permiten una gran riqueza biológica. Posee más de treinta especies de mamíferos marinos (75 por ciento de las especies de México y 25 por ciento de las mundiales), siete especies de tortugas (87 por ciento de las conocidas en el mundo), 875 especies de peces, 4,500 de invertebrados y 450 de macroalgas.16 Además, sus numerosas islas son mundialmente conocidas por la variedad de especies endémicas y por ser importantes áreas de reproducción de lobos marinos y aves.17 Por su parte, los vastos y prístinos complejos lagunares de la costa sudcaliforniana del Pacífico destacan por ser la principal zona de reproducción de la ballena 12 13 14 15 16 17
Ídem, p. 23. En su mayoría hierbas anuales y perennes con una alta producción de semillas. Que se singularizan por la fructificación en vainas. F. Shreve. e I. L. Wiggins, Vegetation and flora of the Sonora Desert, 1964. G. P. Robles, E. Escurra y E. Mellink, El Golfo de California, un mundo aparte, 2001. O. Arizpe, “El ambiente marino”, en S. Mahieux, Diagnóstico ambiental de Baja California Sur, 1998, pp. 245-301.
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gris y el hábitat de gran variedad de aves y mamíferos marinos.18 También en estas frías aguas oceánicas se encuentra un rico potencial acuacultural y pesquero; en ellas abundan abulón, langosta, almejas y peces de importancia comercial. Los diversos orígenes geológicos y las condiciones árido-tropicales dominantes han dado lugar a una variedad particular de paisajes que, sumados a las condiciones de insularidad y a las grandes extensiones litorales, han convertido a Baja California Sur en uno de los estados del país más atractivos y con mayor potencial tanto para el ecoturismo como para la conservación, ya que a las vastas extensiones despobladas, con extraños paisajes prístinos y vastos horizontes, se suma una diversidad de plantas y animales, muchas de ellas únicas en el mundo. La distribución de las especies y de las asociaciones de plantas depende de muchos factores, pero principalmente de las condiciones climáticas y la configuración del terreno. La conjunción de estas últimas circunstancias da lugar a regiones naturales con características propias llamadas provincias o regiones florísticas, que a su vez pueden subdividirse. La península de Baja California forma parte del Desierto Sonorense, uno de los cuatro grandes desiertos de Norteamérica y comprende cuatro subregiones: Valle del Bajo Colorado, Desierto de Vizcaíno, Región de Magdalena y la Costa Central del Golfo. La vegetación típica de estas regiones desérticas se compone de asociaciones de plantas conocidas como matorral xerófilo:19 cardonales, izotales, bosquetes de torotes y copales, de palo brea o palo verde, mezquitales, matorrales de gobernadora y choyales. Para describir con mayor detalle la riqueza del medio ambiente sudcaliforniano vale la pena zonificar la entidad desde el punto de vista del medio físico, y de la flora y la vegetación, en cinco regiones: Desierto de Vizcaíno, Sierras San Francisco-Guadalupe, Llanos de Magdalena, Sierra La Giganta y Región del Cabo.
18 C. R. Brusca y B. Wallerstein, “Zoogeografic patterns of idoteid isopods in the northeast Pacific, with a review of shallow water zoogeography of the area”, en Bulletin of the Biology Soc., 1979, pp. 67-105. 19 El matorral xerófilo está formado por plantas principalmente arbustivas adaptadas a las condiciones de aridez.
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1.1 Región Desierto del Vizcaíno En esta región las rocas que forman las sierras al oeste poseen el registro geológico más antiguo de Baja California (alrededor de 220 millones de años). En ella destacan la sierra San José de Castro, que alcanza los 920 m, las sierras bajas Hornitos, Los Indios y Morro Hermoso, que llegan sólo a 500 m, y la sierra Pintada y el Cerro El Elefante, que son elevaciones aisladas. Aledaños a las sierras se encuentran lomeríos y mesas de poca pendiente y cañadas de poca profundidad (foto 1). En la Sierra de Santa Clara, con altitudes que oscilan entre los 250 y los 500 m, se destacan algunos picos de fuerte pendiente que alcanzan los 790 m y que forman uno de los múltiples monumentos paisajísticos que posee esta región. El desierto de Vizcaíno es una enorme llanura con muy poca pendiente, donde el viento forma campos de dunas en grandes extensiones, particularmente en las inmediaciones de la Laguna Ojo de Liebre, la que prácticamente está rodeada por el desierto, y en donde el agua se drena rápidamente por el material del que está formada. En las zonas de influencia de las lagunas Ojo de Liebre y San Ignacio se encuentran varias llanuras desérticas que forman paisajes singularmente atractivos como El Coyote, en las inmediaciones de la Laguna de San Ignacio. En estas zonas se encuentran algunas salinas naturales, debido a la fuerte evaporación del agua de mar. El clima de esta región es muy árido, con una precipitación total anual de 77 mm en promedio. Es la región más seca de la entidad durante el verano y presenta escasas precipitaciones en los meses de invierno. Las nieblas, que son nubes bajas que tienen su base en el suelo y que se disipan por el calentamiento de los rayos solares durante el día, son una fuente muy importante de humedad para las plantas del desierto. La brisa proveniente del mar es un factor importante que ayuda a evitar las temperaturas excesivas en el día, sobre todo durante el verano. El desierto de Vizcaíno es catalogado como un desierto de alta riqueza de asociaciones vegetales, y constituye el 95 por ciento del área de la Reserva de la Biosfera del Vizcaíno. La vegetación más abundante se forma por diferentes variaciones de matorral xerófilo, y en las porciones de la costa occidental se encuentran diferentes asociaciones de vegetación halófila y algunos manchones de manglar.
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Las serranías que forman parte de este desierto se cubren de una vegetación que recibe el nombre de matorral sarcocaule, con abundantes arbustos de tallos carnosos, gruesos, frecuentemente retorcidos y algunos con corteza papirácea. A pesar de que existen especies arbóreas, esta vegetación se distingue fisonómicamente por presentar individuos de pequeña talla —“tipo bonsai”—, con alturas menores a los 50 cm; sólo escasos árboles de copalquín (foto 3) y copal presentan alturas de más de metro y medio, y algunos ejemplares de palo adán alcanzan alturas mayores a los 3 m. El mayor porcentaje de la cubierta vegetal de esta región son especies de bursera de porte bajo con alturas promedio de un metro o metro y medio. El matorral sarcocaule presenta una de las mayores riquezas florísticas y diversidad de la región, pero con una pobre cobertura vegetal. Abundan las cactáceas columnares, particularmente el cardón (foto 2) cuya altura le permite sobresalir del conjunto de arbustos. En las partes bajas de la serranía se encuentran áreas cubiertas por matorral desértico micrófilo, que se caracteriza por presentar arbustos de hoja pequeña que crecen sobre terrenos aluviales. Entre las especies típicas están la gobernadora y algunas herbáceas. De todos los tipos de matorrales en la zona, éste es el más abundante, diverso y el más rico en especies arbóreas, entre las cuales se encuentra el palo fierro, con un altura de hasta 4 m. En dos pequeñas áreas del desierto del Vizcaíno abundan las cactáceas, principalmente el cardón, la pitahaya agria y el garambullo, entre los árboles de tallos carnosos son abundantes los lomboy y los torotes. En la llanura o planicie central se desarrolla la vegetación de desierto arenoso, la cual está compuesta por manchones de vegetación que se establecen sobre suelos arenosos que las plantas van fijando progresivamente. Las especies más abundantes y con mayor cobertura vegetal son la frutilla, la gobernadora y el mezquite. Este último es particularmente importante, ya que aporta la mayor biomasa vegetal de esta comunidad y —junto con algunos cactus columnares, como el garambullo— sobresale del resto de la vegetación a una altura que puede llegar a más de dos metros. En la región costera y rodeando las extensas áreas de salitrales, se encuentra una vegetación llamada vegetación halófila. El área que ésta ocupa corresponde a superficies que estuvieron bajo el mar o han recibido su influencia directa y presenta muy poca cobertura vegetal. La mayoría de las
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plantas son herbáceas de escasos 50 cm de altura, como las diferentes especies de Atriplex, sin embargo, algunos arbustos llegan a medir más de metro y medio de altura. En algunas porciones de la costa y particularmente en los alrededores de la Laguna Ojo de Liebre (foto 4) se encuentran dunas de arena donde se desarrollan especies resistentes a condiciones de suelos arenosos movibles y salinos, por lo que las especies rastreras que crecen por estolones suelen ser abundantes Le siguen las suculentas, que son especies susceptibles de soportar inundaciones ocasionales. Tierra adentro empiezan a establecerse especies propias de la vegetación halófila como algunas herbáceas y finalmente algunos arbustos. En la costa sur del desierto del Vizcaíno, particularmente en los esteros La Bocana, El Coyote (foto 5), Cardón y San Juan se desarrollan manglares. Regularmente los manglares, en algunas regiones de México, pueden presentar árboles con alturas hasta de 25 m; sin embargo, en esta región son más bien arbustivos con raíces parcialmente aéreas en forma de zancos y con una altura máxima de dos metros. También se desarrollan algunas especies herbáceas propias de ambientes salinos y marismas. 1.2 Región Sierras de San Francisco y de Guadalupe Esta región comprende grandes macizos montañosos de geología muy homogénea como la Sierra de San Francisco, con grandes y profundos cañones. En su vertiente occidental forma un conjunto de elevaciones de pendientes abruptas, truncadas y alargadas. Estas elevaciones oscilan entre los 500 y 1,000 m y se encuentran orientadas en forma prácticamente radial al pico de mayor altitud de la sierra, que alcanza los 1,590 m. En esta vertiente se encuentran varias mesas y lomeríos. Otro elemento fisiográfico importante de esta región lo constituyen dos volcanes, el de Las Vírgenes y El Azufre (foto 6), de origen reciente. La imponente masa del volcán Las Vírgenes, la mayor elevación de la región, alcanza los 1,920 m y se puede observar a gran distancia. El Azufre alcanza los 1,370 m y es el único volcán activo en el estado. La Sierra de Guadalupe es una elevada cordillera escarpada con cumbres que alcanzan los 1,710 m. Sus laderas colindan con los extensos valles de los arroyos San José y Mulegé, que forman dos de los oasis más importantes de
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la entidad. Ambos tienen extensos palmares y mantienen un cuerpo de agua superficial. Cabe señalar que la permanencia de estos oasis se debe a la construcción de represas. Bahía Concepción ofrece uno de los paisajes más espectaculares de esta región gracias al contraste de la sierra con el mar y a la belleza de sus extensas playas blancas. El clima de esta región es muy árido, con lluvias escasas durante el invierno y con una precipitación total anual de 97 mm. Como se encuentra en la vertiente del Golfo, las temperaturas son más elevadas con respecto a la región del Vizcaíno, que está a la misma latitud. En las partes elevadas de las sierras de San Francisco y Guadalupe la aridez se mitiga un poco, el clima es semiárido y la temperatura media anual es menor a los 18° C. En estas sierras, además de concentrarse la mayor cantidad de pinturas rupestres conocidas en toda la península de Baja Californiana, desde el punto de vista florístico comparten la peculiaridad de ser refugio de muchas especies que en la península se encuentran sólo en latitudes norteñas o bien en el macizo continental. Además, cohabitan con elementos propios de cada sierra y con otros característicos de latitudes sureñas, dando lugar a exóticas asociaciones vegetales sólo observables en ellas. Al ascender por la vertiente oeste de la Sierra de San Francisco se aprecia un tipo de matorral sarcocaule con asociaciones de palo adán, pitahaya agria y de cardón-datilillo. A medida que aumenta la altitud, otros elementos se incorporan al matorral, entre ellos el cochal, diversas especies de siemprevivas, algunas biznagas y mezcalillos. La neblina producida por el efecto de la corriente fría de California hace que las ramas de los arbustos y las cactáceas estén cubiertas por líquenes y gallitos. A partir de los 800 m/snm, la fisiografía cambia y en la vegetación se observa un matorral xerófilo con abundantes agaves o mezcalillos y hierbas perennes como el estafiate, torotes y copales de crecimiento achaparrado, y numerosos ejemplares de mezquite y palo brea. Los montículos rocosos muestran su propia vegetación al dar lugar y refugio a torotes, cardones y cirios. La combinación de esta vegetación con el sustrato volcánico rocoso y la fisiografía de mesetas y acantilados, dan a este lugar un atractivo que no se encuentra en otra parte del estado. En la vegetación de las cañadas a 1,000 m/snm de la Sierra de San Fran-
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cisco hay caprichosas combinaciones de tipos de vegetación, conviviendo árboles como el islai y encino con un tipo de sotol que se caracteriza por la ausencia de fuste o tronco, y otros arbustos propios de la vegetación de chaparral de las latitudes norteñas. Las laderas de los cañones de San Francisco (entre 800 y 900 m/snm) se cubren por una vegetación especial que comparte la dominancia entre cardón, cirios y sotoles. Entre los 300 y 600 m/snm, las especies del matorral sarcocaule como el torote, el palo adán y la pitahaya dulce dominan las laderas de estos estrechos cañones, mientras que bordeando el fondo del cañón existen numerosos ejemplares de arbustos, como el ejotón, el vainoro y la frutilla. En el lecho de los cañones de esta sierra se encuentran arroyos con dispersas pozas de agua que albergan exuberantes palmares y sauzales, numerosas especies de plantas acuáticas y subacuáticas como juncos, tules y berros. En las estribaciones de esta serranía se localiza el oasis de San Ignacio, rodeado de palmas nativas, así como numerosos palmares de dátiles. Las montañas de la Sierra de Guadalupe inician a unos kilómetros al sur de la Sierra de San Francisco, al sur se confunden con las de la Sierra de La Giganta, y al este colindan con la franja costera del Golfo de California. Algunos valles pequeños están cubiertos con amplios mezquitales y matorrales espinosos de garabatillos, vainoros y dipuas, sus laderas son ocupadas por un matorral de torotes, copales y palos blancos. En las cumbres de esta sierra hay una mezcla de elementos que se consideran propios del sur de la península (Región del Cabo) con algunos cuyas poblaciones principales se encuentran sólo en latitudes del norte peninsular o incluso en el macizo continental. En las laderas de estas elevaciones se encuentran juntos individuos de colorín o chilicote, sotol, ocotillo, cochal y biznagas de espinas largas y rectas. Sobre los arroyos, cañadas y algunas laderas escarpadas, se establecen zonas arboladas con mautos y garabatillos, o con encinos, islai, lentiscos, hiedra-limón, palmas o con magníficos individuos de güeribo. Finalmente, en las faldas de la vertiente oeste de la serranía de Guadalupe, aún se observa la influencia de estos tipos de vegetación extraña, pues el matorral sarcocaule que se establece en ellas incluye todavía ciertas especies de leguminosas, ocotillos, torotes y copales que caracterizan a la vegetación de las montañas. Por su vertiente este, la Sierra de Guadalupe se encuentra
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con la costa del Golfo, en donde las comunidades de los diversos tipos de matorral xerófilo cubren colinas y cerros de baja elevación, así como algunos valles o estrechos abanicos aluviales que dan lugar al establecimiento de matorrales de gobernadora y choyales. Una de las más hermosas bahías del estado, Bahía Concepción (foto 7), es vecina de la región montañosa. En esta bahía se han establecido pequeñas comunidades de manglar y salitrales. Tierra adentro, la vegetación del matorral sarcocaule presenta dos variaciones interesantes: el palo adán no corresponde a la especie de flores rojas, sino a una especie endémica del sur de la costa peninsular del Golfo de California y produce flores blanquecinas con ligeras tonalidades de rosa y la otra variante es la fisonomía de los cardones, que aquí se desarrollan con formas altas y esbeltas de pocas ramificaciones. 1.3 Región Llanos de Magdalena Esta región se ubica hacia la costa centro-occidental de Baja California Sur y abarca las llanuras costeras del oeste del estado y las islas Santa Margarita y Magdalena. Es una gran llanura formada por lo que fueron terrenos bajos del fondo marino, los cuales emergieron y dieron lugar a la forma actual de la península durante las últimas etapas de su formación, hace alrededor de cinco millones de años. Los arroyos que bajan de las sierras de Guadalupe y de la Giganta han dado lugar a la formación de lomeríos suaves en los que son comunes los terrenos arenosos que llegan a formar desde campos de dunas, hasta cerros y mesetas con varias decenas de metros de altura sobre el terreno. En las laderas de las elevaciones pueden observarse los estratos formados por las capas de sedimentos de diversos materiales, que brindan un paisaje característico a esta región y forman campos de dunas costeras de colores variados, siendo particularmente vistosas las playas de arenas negras. Los arroyos que bajan de la Sierra de La Giganta se pierden en los terrenos arenosos de la llanura y forman ocasionalmente pequeñas lagunas intermitentes en algunas depresiones del terreno. La más grande de ellas se encuentra en los Llanos Hiray (o Llanos de Magdalena) y representa uno de los monumentos paisajísticos de la región. En esta región el clima es muy seco. La precipitación total anual promedio es de 110 mm y la temperatura media anual es de 21° C. Al igual que en
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la del Vizcaíno, son muy frecuentes las nieblas, aunque el volumen de precipitación que recibe es ligeramente más elevado y las temperaturas de verano son más altas. El complejo lagunar de Magdalena se forma entre las dos islas rocosas Santa Margarita y Magdalena, varias isletas y algunas barras arenosas. Este conjunto, combinado con los suaves sedimentos y finas arenas del suelo, han dado lugar al establecimiento de grandes extensiones de manglares (foto 8) que se entremezclan con playas y dunas arenosas conformando un bello paisaje en el que contrasta una maraña de vegetación verde intenso con las arenas blancas de la bahía. Además del mangle blanco y rojo, se establecen algunos individuos de mangle negro que generalmente se interrumpe de forma abrupta y deja su lugar a hierbas de hojas crasas de un llamativo verde brillante que forman una carpeta cerrada entre los árboles del manglar y algún salitral circundante. En los terrenos planos y mesetas bajas, la vegetación dominante es una variación de matorral xerófilo, denominada matorral de neblina. Entre las dunas costeras y la vegetación propia de tierra adentro es común encontrar terrenos planos cubiertos por las comunidades de halófilas o salitrales. Estos se forman comúnmente en las largas planicies costeras que abarcan la parte sur de la región de Magdalena. Tal tipo de suelos, con alto contenido de sales, sólo son tolerados por contadas especies herbáceas y subarbustivas poco diversas como la rama del yodo y de manera dispersa algunos individuos del dátil, pitahaya agria, palo adán, garambullo y cardón. Existen regiones en las que el matorral de neblina es una comunidad relativamente homogénea y su elenco florístico es pobre. Este matorral se compone por no más de diez especies, siendo la dominante el palo adán, cuyas ramas se encuentran cubiertas por algunas especies de líquenes llamados comúnmente “orchillas”, y una planta epífita denominada “gallito”. Otras especies comunes en el matorral de neblina son la pitahaya agria, el torote, el copal y otros arbustos bajos. Todos estos conforman un estrato mediano que puede alcanzar una altura de hasta 2.5 metros. Un estrato de menor altura lo conforman hierbas perennes como el saladillo o cactáceas como las biznagas, los viejitos, las chollas y otras cespitosas. Además, los chirinolares presentes en el área de Puerto San Carlos, hasta la parte norte del Valle de Santo Domingo, pueden ser dominados hasta en 90 por ciento por el cactus
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chirinola, que es una especie que sólo habita en esa región del mundo. Sin duda la chirinola (foto 9) es uno de los cactus más extraños que se pueden encontrar en el territorio peninsular, pues posee un hábito reptante, que le da una singular apariencia al paisaje y a la planta misma. Otra de las variantes del matorral de la región de Magdalena es el espadín, asociación vegetal común en los alrededores de Bahía San Juanico y cuyas especies más comunes son la pitahaya agria, el garambullo, la candelilla y la casa rata. Con su apariencia erizada como penacho producen un juego visual singular en el paisaje. 1.4 Región Sierra de la Giganta Esta región es fundamentalmente montañosa, de fuertes pendientes y con bloques formados por fallas ladeadas asimétricamente hacia el suroeste, debido a la inclinación hacia el oeste que sufrió la península cuando ocurrió la ruptura y su separación del continente.20 Las laderas escarpadas de la Sierra de la Giganta (foto 10) prácticamente penetran en el Golfo de California al oriente, en tanto que la vertiente occidental colinda con las grandes llanuras de la región de Magdalena. En el norte se encuentran las mayores elevaciones, que alcanzan los 1,490 m y brindan paisajes imponentes. En el sur, en cambio, las areniscas y conglomerados forman sierras y mesetas de altitudes que fluctúan alrededor de los 500 m, aunque hay algunas cumbres que llegan a los 870 m. Los arroyos que descienden por la vertiente oriental aportan sus aguas directamente al Golfo, en tanto que los que descienden por la vertiente occidental se pierden en los terrenos arenosos de la región de Magdalena. La región de la Sierra de la Giganta cuenta con varias islas aptas para el desarrollo de actividades acuáticas y subacuáticas. De ellas, las islas Carmen y San José son las de mayor dimensión. Su clima es muy árido, pero —como en otras elevaciones del estado— es menos árido en las cumbres de esta sierra. La temperatura media mensual es de 22° C, predominan las lluvias de verano y la precipitación total anual es de 179 mm. En el agreste, rugoso y ríspido ambiente fisiográfico de la Sierra de La Giganta, la verde vegetación de los cañones contrasta con los tonos ocres y 20 E. Z. Flores, op. cit., 1998.
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cobrizos del sustrato de las laderas y paredones. El palo fierro, que caracteriza el paisaje, es una especie de mezquite que puede llegar a tener hasta cinco metros de altura. El palo fierro es la especie vegetal preferida por los lugareños para elaborar carbón, lo que sin duda representa una amenaza, no sólo para la conservación de la especie, sino para el equilibrio natural de los sitios en los que se le encuentra. En las mesas, el palo fierro se combina con especies arbustivas como la matacora, los copales y torotes y con algunas cactáceas como el ceribe y la pitaya agria, semejando algún paisaje del centro de México. En tiempo de lluvias prospera una planta llamada zaya o saya, de hojas palmadas y llamativas flores color naranja. Sus raíces se consumen a manera de tubérculos desde la época prehispánica. El palo blanco, los copales y torotes (foto 11) conviven con plantas propias de estos ambientes como el copalquín, el palo santo, el palo de arco, la cacachila y el jazmín de la sierra. En los cañones más sombreados, las hojas de los copales presentan una longitud mayor con respecto de la talla normal. El Cerro La Giganta sobrepasa los 1,500 m de altitud sobre el nivel del mar. Arriba de los 800 m se pueden encontrar las reminiscencias de lo que pudo ser alguna vez un bosque tropical caducifolio; las evidencias de esta hipótesis son dispersos individuos de mauto y colorín presentes en algunas cañadas y laderas. Arriba de los 900 m aparecen algunos ejemplares de encino roble, que conforman el único encinar conocido en este complejo montañoso. Entre las montañas de La Giganta están los oasis de San Javier, San Miguel y San José de Comondú y La Purísima. La presencia de agua durante todo el año favoreció las plantaciones de frutales que durante mucho tiempo sirvieron para abastecer a la población de estos sitios, e incluso abastecieron a Loreto y La Paz. Hoy en día estos huertos centenarios de aceituna, dátil y uvas subsisten y esperan a recuperar su esplendor. 1.5 Región del Cabo La Sierra de La Laguna es el rasgo fisiográfico más característico de esta región y una de las discontinuidades fisiográficas de la Provincia de Baja California. Este macizo montañoso es la mayor elevación de la entidad (2,090
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m) y es el principal surtidor de los mantos freáticos del sur de la península. Esta sierra es un enorme batolito del Mesozoico que se desprendió de la masa continental, para después fusionarse con el territorio emergido de la Baja California hace alrededor de cinco millones de años. La ladera occidental de la sierra cuenta con estribaciones que terminan en pequeñas llanuras costeras sobre las que corren arroyos intermitentes que descargan directamente en el mar. La vertiente oriental, en cambio, es más tendida y presenta cañones más profundos. Sus arroyos intermitentes (foto 12) bajan de la sierra y forman un gran valle que corre de norte a sur. Los del norte descargan en la Bahía de Las Palmas, en tanto que los del sur se unen al arroyo San José, que también recibe aporte por parte de la Sierra de la Trinidad, cuyas laderas orientales colindan prácticamente con el mar, para finalmente descargar en el estero de San José. En esta región se ubican dos oasis importantes, el de Todos Santos y el estero de San José. El primero fue un manantial superficial y permanente.21 El segundo es un cuerpo de agua litoral, cuya existencia está en riesgo debido a la descarga de aguas residuales provenientes de la ciudad de San José del Cabo22 y a causa del dragado para la construcción de Puerto Los Cabos. El clima es seco, con lluvias en verano y en invierno, aunque estas últimas son de menor importancia. Es la región del estado que recibe más lluvia en verano debido a los vientos alisios. Su precipitación total anual es de 335 mm. Este valor puede variar mucho de acuerdo a la incidencia de ciclones, que aquí son más frecuentes que en el resto del estado.23 La temperatura media mensual es de 22° C debido a la influencia de la altura de la Sierra de La Laguna, pero tanto la temperatura como la precipitación tienen una gran variación, aún en distancias cortas. Por ejemplo, la temperatura media en las partes bajas oscila entre los 18° y los 30° C, en tanto que en las partes más elevadas lo hace entre los 11° y los 19° C. Por su parte, la precipitación varía de los 335 mm anuales en las partes bajas, hasta los 765 mm en el valle de La Laguna. Esto origina que el clima varíe de semiárido con precipitación muy 21 Y. Maya, R. Coria y R. Domínguez, “Caracterización de los oasis”. En L. Arriaga y R. Rodríguez-Estrella (eds.), Los oasis de la península de Baja California, 1997, pp. 5-25. 22 Y. Maya y J. Guzmán, “Recursos terrestres y suelo”. En Diagnóstico ambiental de Baja California Sur, 1998, pp. 165-242. 23 E. Z. Flores, op. cit., 1998.
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baja a un poco más húmedo, hasta llegar al templado subhúmedo. En tanto que región florística, el extremo sur peninsular y el macizo montañoso de la sierra La Laguna con sus tierras bajas aledañas, constituye una zona única en la península, con un clima semi-tropical y una gran cantidad de especies vegetales endémicas y muchas otras que se comparten sólo con el macizo continental mexicano. Si bien los matorrales xerófilos son comunes en las altitudes bajas del Cabo (menores de 500 metros sobre el nivel del mar), otros tipos de vegetación habitan las zonas elevadas montañosas, entre ellas la selva baja caducifolia y los bosques de pinos y encinos. La selva baja caducifolia es un tipo de vegetación francamente tropical y abundan árboles de hojas caedizas durante la época de sequía. Por su parte, el bosque de encinos es una comunidad muy restringida a los ambientes húmedos de las montañas del Cabo, y el bosque de pino-encino sólo se encuentra en las partes altas de la Sierra de La Laguna en altitudes mayores de mil metros sobre el nivel del mar. La Región del Cabo se conforma de un sistema de montañas de sustrato granítico y algunos lomeríos entre el Océano Pacífico y el Golfo de California. Por su posición dentro del Trópico de Cáncer, el Cabo se muestra como el refugio por excelencia de tipos de vegetación única en la península. Esta vegetación es de origen netamente tropical, aunque la presencia de elementos de climas frescos y templados del norte no es rara, así como una curiosa mezcla de especies típicas de zonas áridas. La costa del Cabo tiene características singulares pues en sus playas encontramos especies como la tripa de aura morada y un arbustito llamado Scaevola plumieri, que son reconocidos elementos de las playas de los trópicos del mundo; también se encuentran numerosas hierbas de especies endémicas de este ambiente como la gloria de la mañana, la lavanda de mar del Cabo y otras hierbas playeras. Un atractivo más de la costa cabeña es la presencia de extensos individuos de ciruelo, copales y torotes que crecen de forma arbustiva cubriendo áreas de hasta treinta metros cuadrados. Sobre los planos aluviales y en algunas elevaciones bajas de esta región se establece el matorral sarcocaule. En este matorral crecen cardones, palo adanes, pitahayas, choyas, torotes, copales, lomboy blanco y muchas de las especies que es común encontrar a todo lo largo del desierto peninsular.
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La vegetación de las laderas cambia de su fisonomía amatorralada a comunidades arbóreas conformadas por una gran variedad de leguminosas como el mauto, el palo eva, el palo zorrillo, el palo escopeta, el palo chino o el colorín; todas éstas, además de ser importantes componentes de la vegetación, son de gran utilidad en la construcción de viviendas y elaboración de artesanías y muebles. Otras especies importantes de la selva baja del Cabo son el cacalosuchitl, el palo de arco, el ciruelo y el cardón barbón que sólo se encuentra en esta región de la península. Arriba de los 700 metros sobre el nivel del mar como en La Laguna, La Victoria y San Lázaro, aparecen los bosques de encinos. En general los encinares del Cabo se conforman por pocas especies y la más abundante o común es el encino roble. Sin embargo, en la región de la Sierra de la Victoria se pueden encontrar pequeñas comunidades de encino picudo en asociación con encino negro. Finalmente, encumbrado en las cimas de las montañas de más de mil msnm el bosque de pino-encino permanece recordándonos que su extensión cubría mayores superficies en la península, debiéndose considerar una joya de Sudcalifornia, y como tal debe protegerse. En este tipo de bosque hay ejemplares de un pino piñonero (foto 13) endémico de esta región, árboles de encino roble y encino negro. En algunas zonas habitan especies de arbustos o cactáceas de gran importancia, pues sólo en esta región del mundo las podemos encontrar, tales son el madroño y el nopal de La Laguna. Decenas de arroyos albergan imponentes güeribos, esbeltas palmas de abanico y encinos arroyeros. El cuerpo de agua dulce del estero de San José del Cabo sólo está separado del Pacífico por una estrecha barra de arena, y en él abundan carrizos, tules y palmares que dan cobijo a una gran diversidad de aves. Desafortunadamente, la degradación de esta zona de diversidad y belleza excepcional ya es sumamente severa. La vegetación del Cabo, por su diversidad y unicidad, contribuyó a que en 1994 la Sierra de La Laguna fuera decretada una Reserva de la Biosfera por el Gobierno Federal, concediendo así una protección a comunidades únicas en el ambiente peninsular. 1.6 La fauna terrestre En lo que concierne a la fauna terrestre, Baja California Sur contiene una impresionante heterogeneidad ambiental y es una de las regiones mejor con-
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servadas de México, probablemente gracias a su baja densidad demográfica. Como ha sido descrito, su paisaje es fundamentalmente desértico, pero se presentan relictos de ambientes más templados, mésicos, remanentes de la última glaciación. Entre estos destacan los oasis con agua permanente o semipermanente, los bosques de la Sierra de La Laguna y la vegetación de las cañadas. A esta heterogeneidad ambiental se liga una importante diversidad de animales. Los oasis contienen especies únicas ligadas a este ambiente, así como otras que son características del desierto y los utilizan frecuentemente, como en el caso de las aves migratorias que los emplean como sitios de escala durante su trayecto. En la Sierra de La Laguna se concentra una gran proporción de los endemismos de la península en plantas, invertebrados y vertebrados terrestres. Estos fenómenos se pueden explicar por el aislamiento que caracteriza a esos ambientes. Una situación semejante sucede en las islas ubicadas en el Golfo de California, en las que se presenta también una proporción importante de los endemismos en plantas, reptiles y mamíferos pequeños. No obstante, la mayor exclusividad para los grupos de fauna se encuentra en los desiertos de la península, por ejemplo en Vizcaíno, Sierra de La Giganta, Sierra de Guadalupe y el Valle de los Cirios. La zona árida de Baja California, y el noroeste árido en general, son un laboratorio natural para el entendimiento de los sistemas biológicos en zonas áridas. En Baja California Sur se presentan cuatro especies de anfibios, tres de ellas autóctonas o propias de la península, que son el sapo de espuelas (Scaphiopus couchii), el sapito moteado (Bufo punctatus) (foto 14) y la rana arborícola (Hyla regilla); así como una introducida por el hombre en los oasis o cuerpos de agua dulce más importantes que es la rana toro (Rana catesbiana), llamada así por su canto profundo y sonoro. Sin considerar las cinco especies de tortugas marinas que viven y se alimentan en las bahías de la península —de las cuáles dos usan las playas para poner sus huevos— en ellas existen alrededor de 60 especies de reptiles entre lagartijas y serpientes, muchas de ellas endémicas. Todas las islas del Golfo de California son ricas en especies y subespecies endémicas, siendo Cerralvo la que presenta más endemismos (dos lagartijas y una culebra). Los niveles de endemismo de las especies que viven en las is-
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las del Golfo de California son muy altos, ya que sus aguas han representado evolutivamente una barrera para el flujo génico. Los reptiles existentes en las islas Raza y Monserrat, aportan evidencias de que estas islas se colonizaron a través del mar, ya que son de origen volcánico y no tuvieron conexión con la parte terrestre de la península de Baja California, ni con el continente. Isla Cerralvo es un sitio ideal para la observación de reptiles. Contiene una población numerosa de la iguana de cola espinosa cuyos individuos pueden observarse fácilmente. El güico y la cachorita de cabeza roja son lagartijas endémicas de la isla, muy comunes y fáciles de observar. Hay además una especie endémica de culebra, llamada burila que es nocturna y una subespecie endémica de la víbora cascabel de California. Después de las lluvias también es fácil encontrar a los sapitos de espuelas y al moteado. En isla Santa Catalina, por otro lado, se puede observar un cachorón güero, endémico, aunque lo más interesante de esta isla es la presencia de una víbora de cascabel sin cascabel (Crotalus catalinensis) (foto 15) por lo que los pescadores la llaman cascabel muda. Esta especie es única en el mundo. En algunos de los oasis y en la región del Cabo, se puede encontrar el güico de la sierra, que es un reptil parecido a las lagartijas pero de cuerpo más estilizado y piel suave, con patitas relativamente más cortas y delgadas, ojos pequeños y cola llamativamente coloreada de rojo o anaranjado. Es endémico de la península y vive entre la hojarasca, siempre cerca del cuerpo de agua. La iguana de cola espinosa se encuentra también en oasis como La Purísima o San José del Cabo. Otra lagartija de ambientes mésicos y de la hojarasca es un Anguido llamado ajolote, de cuerpo rechoncho y liso, color pardo moteado en negro, se le encuentra en la Sierra de La Laguna y es endémica de la península. En los oasis también se encuentran culebras de agua que se alimentan de sapos, ranas, lagartijas, crustáceos y otros invertebrados. La típica de la región del Cabo es negra, vive también en las partes bajas de la Sierra de La Laguna, los habitantes la llaman chane y es endémica de esta región. Además, en los oasis se encuentran las ranas arborícolas y los sapitos moteados y, en algunos de los más grandes, el hombre ha introducido galápagos de orejas rojas y ranas toro. A lo largo de casi toda la península, excepto en el Vizcaíno, después de las lluvias se pueden producir explosiones demográficas de sapitos de espuelas,
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que aprovechan las charcas temporales para poner sus huevos y reproducirse. En la región del Cabo hay otras especies endémicas como las lagartijas besuconas de la familia de los Geckos, que se caracterizan por caminar en las paredes y tener pupilas verticales. Son nocturnas e insectívoras, muy beneficiosas para eliminar mosquitos. Hay una especie de besucona introducida que habita en las casas (Hemidactylus frenatus). Otras lagartijas características son los bejori, de las cuales hay dos especies endémicas de la región del Cabo. Son lagartijas pequeñas y rechonchas de colores irisados y con las escamas puntiagudas. En esta misma región, así como en las islas Espíritu Santo y Partida Sur, habitan los cocodrilitos, unas iguanitas azules, endémicas de la península. Las serpientes cascabel de California y Diamantada (la subespecie del sur), son muy comunes en la vegetación natural y los arroyos de la región del Cabo. Entre las culebras no venenosas de esta región está el alicante o solcuate, de colores rojos y anaranjados, activa durante el día y, principalmente, comedora de ratones. En algunas islas como San Marcos, Danzante, Santa Cruz, San Diego, San Francisco, Espíritu Santo y San José, y también en algunos oasis, se puede observar otra iguana, grande y panzona, con la cola lisa, que se llama cachorón de piedras. Hay que destacar otras especies también endémicas de la península y únicas en el mundo, como la veloz cachora arenera y el güico rayado, que se alimentan de hormigas y habitan en todos los suelos del desierto, así como la cachorita de árbol, fácil de descubrir en los troncos de los mezquites en los que suelen vivir por parejas. Entre los reptiles que se encuentran en el suelo destacamos el Anfisbaénido endémico Bipes, conocido como lagartija de cinco dedos o ajolote, que es un curioso animal de hábitos subterráneos que se alimenta de hormigas y termitas, así como el falso camaleón, que también se alimenta de hormigas. Entre las serpientes hay que destacar la culebrita ciega que vive bajo el suelo comiendo termitas y es endémica del sur de la península. La serpiente sorda y la víbora ratonera son más grandes y visibles, diurnas y ambas de color arena, la primera manchada de café; también son endémicas y abundan en los desiertos donde controlan las poblaciones de roedores.
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El grupo de las aves está bien representado en la península, habiendo más de 250 especies, considerando las residentes y migratorias tanto terrestres como acuáticas y playeras. En la entidad se han registrado 120 especies residentes y 55 especies migratorias de aves terrestres, pero se reconocen únicamente cuatro tipos de aves terrestres al nivel de especie. Son: el colibrí de Xantus, la cuitlacocha peninsular, la mascarita peninsular y el tecolotito del Cabo. La Sierra de La Laguna contiene un número importante de taxa endémicos en un área relativamente pequeña, siendo once endemismos al nivel de subespecie. En los oasis sudcalifornianos se han registrado más de 94 especies de aves, siendo 37 de éstas migratorias de invierno. Para las islas ubicadas frente al estado de Baja California Sur, únicamente se han registrado tres taxa de aves terrestres endémicas al nivel de subespecie, estando dos de ellas en isla Cerralvo. Hay 32 taxa del estado en la lista de especies en riesgo, estando un taxa extinto (Crotophaga sulcirostris pallidula), once son rapaces y 20 son especies de aves paserinas. Las áreas más relevantes para la observación de aves terrestres migratorias en Baja California Sur son probablemente los oasis repartidos a lo largo del estado y en la Sierra de La Laguna. En estos sitios hemos observado tanto aves endémicas como aves migratorias. En varias zonas de la península, pero en particular en las zonas costeras del Pacífico y en las islas del Golfo se pueden observar diferentes especies de aves rapaces, migratorias también. Entre éstas destaca el halcón peregrino. En bahía Magdalena se pueden observar individuos de águila calva, así como una población importante de águilas pescadoras (foto 16). Sin embargo, para el águila pescadora las poblaciones más densas se encuentran en el complejo lagunar Ojo de Liebre-Guerrero Negro y en la Laguna de San Ignacio. En las partes altas de las sierras de San Francisco, La Giganta y de La Laguna, así como en el desierto de Vizcaíno, es posible observar individuos de águila real. Con relación a las especies de aves endémicas, el colibrí de Xantus es particularmente abundante en Sierra de La Laguna, en los diferentes oasis y en las islas del Golfo. La cuitlacocha peninsular se localiza principalmente en las partes bajas del desierto de Baja California Sur, en particular en las zonas de vegetación más densa. La mascarita peninsular se presenta en varios de los oasis del estado, aunque ha desaparecido recientemente de algunos de ellos por acciones humanas que han dañado su hábitat. Se le puede obser-
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var en los oasis de La Purísima, Mulegé y San José del Cabo. El tecolotito del Cabo se encuentra básicamente en la Sierra de La Laguna, tanto en sus partes bajas como en las altas. De las especies de aves llamativas del desierto que se pueden ver a lo largo de la península en el desierto, se encuentran aves canoras de color rojo brillante, como los cardenales, y rojo oscuro, como los gorriones pecho rojo; amarillo limón con negro, como las dos especies de calandrias, la encapuchada y la de pecho negro; amarillo pálido como el verdín; azul como el pájaro azul y las perlitas; y la moteada como la matraca choyera. Los cuervos negros se aprecian cada vez más cerca de poblados y la costa. Los numerosos zopilotes aura, con sus cabezas rojas, y los queleles o caracaras con sus colores negro y blanco, así como los halconcillos o cernícalos, son comunes todo el año en los ambientes del desierto, pero frecuentemente se les observa en las zonas aledañas a campos de cultivo. Una especie de halcones que cazan sus presas (liebres) en grupos familiares es el halcón Harris que tiene colores negros con los hombros rojizos y el pico amarillo, y se posa frecuentemente en los cardones. La única especie endémica de ave marina del Golfo de California es la gaviota de patas amarillas. Esta especie se reproduce prácticamente en todas las islas del Golfo, pero se puede observar fácilmente en las islas Cerralvo, Espíritu Santo, San José e isla del Carmen. La diversidad de los mamíferos en Baja California Sur es menor que la de reptiles, pero tiene un gran número de especies y subespecies endémicas tanto en la península como en las islas. Los mamíferos terrestres en el estado se encuentran conformados por 48 especies. De ellas, 18 habitan en islas y en su mayoría son roedores. En oasis se han registrado 41 especies. Existen 19 murciélagos (dos raros y uno amenazado), una liebre (considerada como rara), dos conejos (uno raro), una musaraña (amenazada), 14 roedores (cinco amenazados), ocho carnívoros (tres amenazados) y tres herbívoros mayores (uno en peligro de extinción, uno en protección especial y uno amenazado). Los mamíferos presentes en las islas tienen limitadas habilidades de dispersión y las formas endémicas pueden estar restringidas a ellas. Desde un punto de vista geológico y evolutivo, la fauna de mamíferos del Golfo es de origen reciente. En el área del desierto del Vizcaíno puede encontrarse una variedad im-
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portante de mamíferos terrestres. De los más representativos de la zona se considera al berrendo peninsular (foto 17), el cual se encuentra básicamente en zonas de llanuras planas. Existe allí una reserva para la recuperación de esta especie, ya que se encuentra en peligro de extinción, principalmente por la cacería ilegal. Igualmente importante por su situación de especie en riesgo de extinción se encuentra la zorra del desierto o norteña, común en el Vizcaíno, así como coyotes, que pueden encontrarse tanto en matorral xerófilo como en la zona de dunas. También importante es la presencia del gato montés, la zorra gris, el tejón, la ardilla negra, liebres, conejos y ardillas. Uno de los mamíferos más carismáticos es el puma o león de montaña que se puede observar frecuentemente en las zonas montañosas, como en las sierras de San Francisco y de Santa Clara. En el área montañosa de Santa Rosalía, que abarca el volcán de las Tres Vírgenes, sierras del Azufre y de La Reforma, se localiza una de las siete subespecies de borrego cimarrón que existen en Norteamérica. Se trata de una especie emblemática para los sudcalifornianos y se caracteriza principalmente por la curvatura de los cuernos en los machos. En esta misma zona se puede encontrar al puma y al venado bura —aunque a este último también se le observa en las partes bajas de las sierras—, así como al coyote, la zorra gris, el gato montés, el tejón, la liebre, conejos y ardillas. En el área de Loreto, que abarca la Sierra de la Giganta, se puede localizar, en las partes altas, borrego cimarrón (foto 18), venado bura y puma, mientras que en las partes bajas podemos encontrar coyote, gato montés, zorra gris, tejón y babisurí. En las partes más altas de la Sierra del Mechudo, que es la zona más extrema de la Sierra de la Giganta, se aprecia comúnmente al borrego cimarrón y al venado bura. En las partes bajas se avistan coyotes, zorra, gato montés, mapaches, babisurí, liebres, conejos, ardillas y raras veces pumas. En la región del Cabo existe una gran variedad de fauna. En lugares aledaños a la ciudad de la Paz, se pueden observar gato montés, coyote, zorra, mapaches, liebres, conejos y ardilla. En las partes bajas de la Sierra de La Laguna se observan coyotes, zorra gris, liebres, conejos, ardillas, tejón, zorrillos, gato montés (foto 19) y venado bura; también, en su parte más alta, se encuentra ocasionalmente el puma. En los oasis es típico encontrar conejos, liebres, coyotes, ardillas, babisu-
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ris y mapaches, aunque ocasionalmente se presentan zorrillos y gato montés. Por otro lado, el número de mamíferos en las islas es menor que en la península, aunque un gran número son endémicos. En isla de Cedros, en sus partes altas, se encuentra venado bura (amenazado) así como coyote y gato montés. Isla Magdalena presenta muy pocas especies de mamíferos (liebre y gato montés). En lo que respecta a las islas del Golfo de California, la fauna más común son los roedores, y fauna introducida como cabras y gato doméstico. En isla del Carmen, actualmente se mantiene una población de borrego cimarrón, que fue introducida con fines de manejo en aparente cautividad. En isla San José se observan venado bura, babisuri y una especie de conejo; también hay fauna introducida como cabras, caballos, burros y gato doméstico. En isla Espíritu Santo se presenta una liebre endémica, Lepus insulares, que llega a pesar más de dos kilos y es objeto de la cacería furtiva. Se le puede observar comúnmente en los pequeños valles y colinas bajas de la isla. Otra especie endémica es la ardilla de tierra conocida como juancito. El babisuri es el único mamífero omnívoro de la zona. 1.7 El ambiente marino La calidad casi insular de Baja California Sur requiere incorporar en esta descripción geográfica algunos datos sobre sus principales características marinas, tanto bióticas como abióticas. Las primeras han sido fuente de alimentación y riqueza para los habitantes peninsulares y las segundas determinan en buena medida el clima de la región, así como la riqueza ecológica de ambas costas sudcalifornianas. En efecto, es el estado con mayor extensión costera y el de mayor diversidad de recursos marinos de México. Cuenta con cuerpos de agua protegidos susceptibles de ser aprovechados para varios fines, además del pesquero (acuicultura, parques naturales, turismo e industria). Es considerado un complejo de sistemas biológicos único en el mundo que representa un área de gran relevancia por su diversidad y productividad, así como una región estratégica para el desarrollo de programas de conservación y manejo de los recursos naturales. Por todas estas razones es importante destacar la relevancia del ambiente costero y marino en la vida social y económica regional. Es indudable que las numerosas masas de agua que circundan estacio-
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nalmente la Baja California determinan la existencia de diversos entornos. Por otra parte, el relativo aislamiento de las islas en la vecindad de la península determina que existan altos grados de endemismo. La heterogeneidad topográfica de las costas del estado y la complejidad hidrodinámica de las mismas, aunado a su situación biogeográfica, hacen que destaque a nivel mundial por la riqueza de sus especies. El componente biológico en la región del Golfo de California refleja una de las más altas variedades de especies del mundo. Las limitaciones de intercambio genético causadas por la barrera marina que constituye el propio Golfo se han hecho más notorias en el ambiente insular donde, como consecuencia del aislamiento reproductivo, ha resultado en un gran endemismo y una contribución importante al incremento de la diversidad biológica en la región. El ambiente marino incrementa notoriamente la variedad de vida, pues en este mar interior, además de encontrarse especies de distinto origen biogeográfico, existen especies propias de la región. A continuación presentamos algunos componentes de la fauna marina y costera considerados relevantes en los litorales de Baja California Sur, tanto en la costa del Océano Pacífico como en la del Golfo de California. Abulón: Se captura desde la frontera sur con Estados Unidos hasta la isla Margarita. La especie de mayor explotación (75 por ciento) es el abulón azul (Haliotis fulgens), seguido por el abulón amarillo (Haliotis corrugata), entre el 13 y 20 por ciento. Casi el 100 por ciento de las capturas se destinan a su enlatado y exportación, por lo que el consumo y la demanda nacional son mínimos. Caracol panocha: Principalmente se captura desde la isla Natividad hasta Punta Abreojos, siendo la especie Astrea undosa la más abundante, seguida por A. turbanica. Después de las pesquerías de abulón y langosta es la de mayor importancia en la región del Pacífico Norte. El producto en salmuera se envasa en latas de una libra —peso neto— y se destina al mercado nacional; hasta hace poco se enviaba también a algunos países asiáticos. Almeja pismo: El área de esta pesquería se localiza en El Delgadito y Punta Malcomb. Baja California Sur aporta hasta el 85 por ciento de la producción. La especie representativa de esta pesquería es Tivela stultorum, siendo las tallas de captura de entre 90 y 144 mm. La presentación y comercialización se da de tres formas: entera viva, fresca congelada y enlatada. Actualmente se encuentra considerada como especie bajo protección especial en la nom-
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059,24 por lo que su aprovechamiento se da a través de Unidades de Manejo Ambiental. Almeja catarina: Las principales zonas de extracción están ubicadas en las bahías Magdalena y Concepción. Argopecten circularis es la especie que representa a la pesquería y la talla mínima esta normalizada en 60 mm. Esta especie tiene una alta demanda en el mercado nacional y una porción de su captura se destina al mercado norteamericano. Almeja mano de león: La captura se realiza en la zona de Guerrero Negro. La talla mínima de captura de la especie Lyropecten subnodosus es de 140 mm. La producción de la especie se dirige principalmente al mercado estadounidense. Callo de hacha: La pesquería la componen tres especies. El hacha larga (Pinna rugosa) distribuida desde la porción sur del estado de Baja California hasta Panamá, incluyendo el Golfo de California (talla mínima 140 mm). El hacha china (Atrina maura) se distribuye desde Baja California hasta Perú (130 mm); la captura realizada en Baja California Sur representa hasta el 20 por ciento del total nacional. El callo se comercializa fresco en hielo, siendo los estados con mayor demanda: Baja California, Sinaloa, Sonora, Jalisco, Nuevo León y el Distrito Federal. Ostión de piedra: Es una pesquería artesanal ribereña que comprende los estados del litoral del Pacífico. El recurso agrupa a las especies Crassostrea fishery y C. iridescens (talla mínima de captura de 70 mm). Se comercializa entero y sin concha en mercados locales y regionales. Almeja pata de mula: La especie Anadara tuberculosa (talla mínima 60 mm) es explotada en ambos litorales de la península con mayores capturas en bahía Magdalena-Almejas. Su consumo es de carácter local y regional. Calamar gigante: Las principales zonas de pesca se localizan frente a la costa oriental de la península de Baja California durante primavera y verano. Dosidicus gigas es la especie empleada en la pesca y alcanza tallas superiores a los 70 cm de longitud de manto. Camarón: La pesquería se desarrolla en ambas costas del estado. Las especies de mayor abundancia son el camarón café (Farfantepenaeus californiensis) y azul (Litopenaeus stylirostris). El camarón procesado se exporta 24 Norma Oficial Mexicana 059, semarnat, 2001.
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casi en su totalidad a los Estados Unidos, mientras que el de menor talla y sin procesar se maneja en el mercado local. Jaiba: La producción mayor de esta especie (Callinectes bellicosus) se localiza en bahía Magdalena-Almejas. Está reglamentado que la longitud mínima de cefalotórax sea de 10 cm. El destino de su captura es el mercado nacional, principalmente Baja California Sur, Baja California, Jalisco y el Distrito Federal. Langosta: Baja California Sur aporta casi el 75 por ciento de la captura total nacional. Las especies que se explotan son la langosta espinosa roja (Panulirus interrruptus), espinosa azul (P. inflatus) y espinosa verde (P. gracilis). Se destina a los mercados extranjeros en su mayor parte (90 por ciento) en las presentaciones cocida/congelada, cola de langosta y viva. El resto se destina al mercado nacional (centros turísticos y restaurantes). Tiburón: En los litorales de la península de Baja California se capturan alrededor de 40 especies de tiburón, estando dentro de los más importantes los que pertenecen a los géneros Mustelus, Carcharhinus, Alopias, Sphyrna y Squatia. Del tiburón se comercializan las aletas, la carne, la piel y el hígado. Pelágicos menores: En Baja California Sur las capturas de pelágicos menores representan más del 12 por ciento del total nacional. La mayor parte se captura en bahía Magdalena, donde se registran tres especies de sardinas,25 dos de anchovetas26 y la macarela Scomber japonicus. La mayor parte de la captura se destina al enlatado, reducción (harina y aceite de pescado) y recientemente se usa fresca congelada para la exportación. Atún: La pesquería se realiza en el Pacífico oriental, siendo las áreas de la boca del Golfo donde se realizan las capturas más importantes. La pesquería se compone por las especies atún aleta amarilla (Thunnus albacares), albacora (Thunnus alalunga), patudo (Thunnus obesus), atún aleta azul (Thunnus thynnus), bonito (Sarda chilensis y S. orientalis), barrilete negro (Euthynnus lineatus) y barrilete (Katsuwonus pelamis). El atún procesado y enlatado tiene un alto valor en el mercado nacional. También se exporta a diferentes países en su presentación fresco congelado, aunque igualmente se comercializa en lonjas y entero congelado. 25 Sardinas: monterey (Sardinops caeruleus), crinuda (Opisthonema libertate; O. medirrastre; O. bulleri) y japonesa (Etrumeus teres). 26 Anchovetas: norteña (Engraulis mordax) y “sardina” bocona (Cetengraulis mysticetus).
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Especies marinas de escama: Las principales especies pertenecen a las familias de Serranidos, Lutjánidos, Guerridae y Scombridae, cuya producción representa el 3 por ciento del total estatal, generándose su captura principalmente en la zona ribereña. Su importancia radica en que se explota durante todo el año y su pesca se realiza en la mayor parte del litoral del estado. Especies para pesca deportivo-recreativa: Las especies que soportan la pesca deportivo-recreativa son: marlin rayado (Tetrapturus audax), marlin azul (Makaira mazara), pez vela (Istiophorus platypterus), marlin negro (M. indica), pez espada (Xiphias gladius), marlin o pez aguja corta (T. angustirostris), dorado (Coriphaena ipurus) y algunos atunes. En general, es el marlin rayado la especie dominante, de la cual 80 por ciento se captura en Los Cabos y 45 por ciento en el área de Buenavista. Algas: Existe una pesquería a nivel regional de Gelidium robustum que se desarrolla en la costa occidental de la península de Baja California. Una parte de la producción se exporta como producto seco, siendo la materia prima para la obtención de agar-agar, mientras que la otra parte se retiene en México para la extracción del mismo polisacárido. Estas importantes pesquerías, así como buena parte de las características climáticas del estado se explican por las particulares condiciones oceanográficas de la región. Por ello primero haremos una breve explicación de los movimientos de las masas de agua (corrientes, mareas, vientos, etc.) y de algunos otros fenómenos oceánicos, tales como las surgencias (afloramiento de agua del fondo a la superficie de la columna de agua). Después explicaremos algunas propiedades del agua que bordea las costas de Baja California Sur, como la temperatura, la salinidad y la presión. Las corrientes oceánicas se forman principalmente por el efecto conjunto de la rotación de la tierra, la incidencia de los vientos y las diferentes densidades de las masas de agua. También la profundidad, la topografía submarina y la línea de costa afectan los patrones de circulación local. La porción más sureña de la península de Baja California está bañada por la de la Corriente de California (cc), que tiene su origen en altas latitudes. Cerca de la costa de Norteamérica este flujo se divide en dos ramas: una se dirige al norte (Golfo de Alaska) y la otra hacia el sur convirtiéndose en la cc, que fluye desde el Noroeste de Estados Unidos hasta cerca de la punta
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Mapa 3. Corrientes del Pacífico cercanas a Baja California Sur
meridional de la península de Baja California 27 (mapa 3). Durante el otoño e invierno, una parte del flujo de la cc se revierte hacia el norte de Punta Concepción originando la contracorriente costera o Corriente de Davidson.28 Las propiedades físicas y químicas de la cc están determinadas por 27 R. J. Lynn y J. J. Simpson, The California Current system. The seasonal variability of its physical characteristics, 1987, pp. 12947-12966. 28 R. E. Davis, Drifter observations of coastal surface currents during code: The method and
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cuatro masas de agua 29 con características propias. El conjunto de estas cuatro masas provee a la cc de sus características propias que son: salinidad y temperatura bajas, altos valores de oxígeno disuelto y un continuo aporte de nutrientes. En la costa del Pacífico de Baja California Sur, la masa de agua ecuatorial (más cálida) es la que tiene mayor influencia, provocando que en invierno y primavera la temperatura superficial del mar sea menor que el promedio anual, y mayor en verano y otoño. La salinidad es menor que el promedio anual en primavera y verano, y mayor en otoño e invierno.30 Durante el invierno la cc se debilita y las contracorrientes de Davidson y del sur alcanzan su máximo desarrollo transportando agua más cálida y salina hacia el norte. En primavera los vientos del norte se intensifican perdurando hasta el otoño, lo que ocasiona que la cc alcance su máxima extensión hacia el sur. Durante esta época se registran las temperaturas más bajas en zona costera.31 Durante los primeros meses del verano se registran los vientos del noroeste más intensos, trayendo como consecuencia que la cc sea más fuerte y con mayor descarga que en otras épocas del año. La contracorriente prácticamente desaparece. En otoño tanto la magnitud como la velocidad de la cc comienzan a disminuir debido al debilitamiento de los vientos del norte. Las contracorrientes del sur y Davidson retoman fuerza para alcanzar su máxima intensidad nuevamente en invierno.32 El oleaje marino se forma a partir de ondas sucesivas en el agua, que conllevan transporte de energía y material. Estas ondulaciones se forman a partir de una perturbación y normalmente se propagan según la dirección del viento, que es el principal generador del oleaje. En la costa occidental de Baja California Sur el oleaje está formado básicamente por olas marinas o de viento, llamadas así debido a que están sometidas a la influencia directa del viento que las produce. Se trata principalmente de olas de crestas puntiagudas y surcos redondeados que forman rizos su29 30 31 32
descriptive view, 1985, pp. 4741-4755. R. J. Lynn y J. J. Simpson, op. cit. G. de la Lanza-Espino (comp.), Oceanografía de mares mexicanos, 1991, p. 569. Y. V. Pavlova, Seasonal variations of the California Current, pp. 806-814, 1966. R.A. Schwartzlose y J.L. Reid, Near-shore circulation in the California Current, pp. 57-65, 1972.
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perpuestos. Según la velocidad del viento, la topografía marina y la línea de costa, varían desde un oleaje con escasa magnitud (0 a 2 m de altura), hasta muy gruesa (de 2 a 6 m de altura) en temporada de huracanes. Las mareas son elevaciones y depresiones periódicas del agua causadas principalmente por la fuerza gravitacional que ejercen el sol y la luna sobre la Tierra. En la Baja California Sur el régimen de mareas es mixto semidiurno, es decir, que ocurren dos pleamares y dos bajamares diariamente y sus amplitudes van disminuyendo de norte a sur como es característico a lo largo de toda la costa del Pacífico tropical. En Baja California Sur las pleamares oscilan entre 1.57 m en San Carlos (Bahía Magdalena) y 1.06 m en la región de Los Cabos; mientras que las bajamares presentan valores entre -2.05 m y -1.27 m en San Carlos y la región de Los Cabos respectivamente.33 El Niño es un fenómeno global de variabilidad climática de duración mayor a un año (usualmente se extiende hasta dos) y de frecuencia irregular (entre uno y siete años). Este fenómeno fue identificado por los pescadores peruanos siglos atrás, quienes le dieron su nombre, debido a que se observaba frecuentemente a finales de diciembre, cerca de Navidad. Cuando ocurre El Niño la superficie del mar y la atmósfera sobre él presentan una condición anormal durante un periodo que va de 12 a 18 meses. Se inicia en el océano Pacífico tropical, cerca de Australia e Indonesia, donde la temperatura de las aguas superficiales se eleva unos cuantos grados por encima de lo normal y los vientos dominantes se debilitan. Gradualmente este máximo de temperatura se desplaza hacia el Este y, alrededor de seis meses después, alcanza la costa de América del Sur, en el extremo Este del Pacífico. Mientras esto sucede en el océano, en la atmósfera se produce una alteración del patrón de la presión atmosférica, que baja en el lado Este del Pacífico y sube en el oeste. El fenómeno contrario se conoce como La Niña. Si El Niño se manifiesta en la región adyacente a Baja California Sur se nota un incremento anómalo en la temperatura superficial del mar, 34 una disminución en la productividad biológica primaria, desplazamiento de diversas especies y cambios en la estructura de las comunidades. La costa occidental de Baja California Sur se destaca por la existencia 33 G. de la Lanza-Espino (comp.), op. cit. 34 D. B. Lluch Cota, C. A. Salinas Zavala, P. Del Monte Luna y D. Lluch Belda, El Niño y la pesca en el Noroeste de México, 1995, pp. 19-42.
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de vastos espacios lagunares. La región de la Bahía de Vizcaíno tiene una extensión de aproximadamente 35,500 km 2 . Presenta zonas de marismas, dunas costeras, tres lagunas (Guerrero Negro, Ojo de Liebre y San Ignacio); tres islas (Natividad, Cedros y San Benito), playas y una zona oceánica. Dentro de la bahía se encuentran dos canales separados por la isla Natividad. Las lluvias son escasas y hay muy poca contribución de agua dulce. 35 La bahía recibe el aporte de siete masas de agua y de su mezcla resultan variaciones en cuanto a salinidad y temperatura. En general, la temperatura del agua de la bahía es relativamente baja de enero a junio y su salinidad es variable. En julio y agosto el agua tiende a calentarse y presenta baja salinidad. De septiembre a diciembre la bahía presenta tanto temperaturas como salinidades más altas. Bahía Magdalena es un complejo hidrodinámico de oleaje moderado, que muestra una alta variabilidad en temperatura y salinidad, debido a la influencia de las diferentes corrientes que recibe. La bahía de Todos Santos se puede dividir en tres zonas de acuerdo a sus características térmicas: la zona interna que presenta mayores temperaturas, la zona intermedia que se caracteriza por ser la más variable y la zona externa donde se registran las temperaturas más bajas. Durante marzo se registra generalmente una inversión de las temperaturas en las tres zonas, debido a la influencia fría de la cc y a los vientos dominantes del Noroeste. El oleaje va de moderado a fuerte variando de acuerdo a la dominancia de los vientos y los ciclos de marea. El corredor de Los Cabos es un trayecto de alrededor de 33 km entre Cabo San Lucas (foto 20) y San José del Cabo y presenta una gran cantidad de playas con oleaje tranquilo a moderado durante casi todo el año, aunque en temporada de huracanes (agosto a noviembre) puede llegar a presentar oleaje muy fuerte. El lugar conocido como el “Arco” es el punto donde se unen las aguas del Océano Pacífico con las del Golfo de California, lo que origina un sistema frontal de gran importancia. Las amplitudes de marea en la región son estrechas y la temperatura se mantiene moderada debido a la mezcla entre las masas de agua fría de la cc y las de mayor temperatura provenientes del Golfo de California. En la costa oriental de la península de Baja California se reconocen clara35 J. G. Wyllie, The water masses of Sebastian Vizcaino Bay, 1960, pp. 907-917.
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mente tres regiones dentro del Golfo: La Norte que abarca desde la desembocadura del Río Colorado hasta la línea imaginaria entre Cuenca Salsipuedes y Guaymas. Se distingue por ser una zona muy somera (entre 50 y 200 m) debido a la alta sedimentación provocada por el Río Colorado. En esta región están las islas mayores del Golfo: Tiburón, Ángel de la Guarda, San Esteban y San Lorenzo, entre otras. La Central que se localiza al sur de las grandes islas desde el límite de la región Norte hasta la línea entre Santa Rosalía y el sur de Topolobampo. En esta zona el Golfo empieza a ser más ancho y profundo, alcanzando en algunas regiones profundidades de casi 2000 m. Aquí se encuentran las islas Tortugas, San Marcos y Santa Inés, así como Bahía Concepción, que se consideran estructuras superficiales de origen volcánico. La Sur que se sitúa desde el límite de la región central hasta Cabo Corrientes, Jalisco. A diferencia de las otras regiones, su topografía es muy compleja e irregular debido a que se encuentran varios montes y cañones submarinos. En esta región se localizan la Bahía de La Paz y Bahía de la Ventana. Las islas más importantes son Carmen, Espíritu Santo (foto 21), San José y Cerralvo. El Golfo de California es una región con una evaporación mayor que la precipitación y, debido a que sólo se comunica con el océano por la parte sur, existe un intercambio substancial de agua, siendo la afluencia de agua un poco mayor que la exportada. Diferentes masas de agua se han identificado para la zona del Golfo de California de acuerdo a sus características de temperatura y salinidad. La circulación superficial del Golfo está definida en mayor medida por el forzamiento de los vientos, olas de marea, calentamiento solar y la interacción con el Océano Pacífico.36 En general, las costas orientales de Baja California Sur se distinguen por ser de origen volcánico, lo cual le da una secuencia rocosa casi continua que se rompe en las costas de las bahías Concepción y La Paz, donde la costa es arenosa. Bahía Concepción es un cuerpo de agua somero con un canal de 30 m en la porción noroeste inmediato a la costa. El terreno está formado por roca volcánica fraccionada con algunas fallas. En el margen Este destaca el continuo desarrollo de abanicos, playas arenosas y rocosas, campos de dunas y terrazas marinas. Sobre la costa occidental, en las playas Santispac y El Coyote se ubican manantiales hidrotermales con temperaturas que fluctúan 36 A., Badán Dangón, D., Koblinsky & T., Baumgartner, Spring and summer in the Gulf of California: observations of surface thermal patterns. Oceanol. Acta. 8(1), pp. 13-22, 1985.
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entre los 38º C y los 51º C. La Bahía de La Paz es un cuerpo de agua somero, de pendiente suave en su porción sur. A la profundidad de los 200 m se distingue un cauce que desemboca en la depresión Alfonso de 400 m, la más profunda registrada en la zona. Dentro de esta bahía se localizan lugares de gran importancia como la ensenada o laguna de La Paz y el estero Balandra. La primera es una zona sumamente somera con una profundidad máxima de 6 m, que se comunica con la bahía a través de un canal de 1.5 km de ancho y 4 km de largo. Las variaciones estacionales de temperatura del agua van desde los 20º C en invierno a los 31.5º C en verano. La salinidad del agua presenta valores casi homogéneos a lo largo del año. El suelo es, en general, del tipo arenoso-limoso, excepto en las partes del norte de la laguna, donde la arena es fina, y en el extremo sur-sureste donde se presenta una mezcla de arena, limo y arcilla asociada a restos de detrito de manglar. Las mareas observadas son del tipo mixto semidiurno, con una amplitud de 0.52 m. La caleta-laguna de Balandra se localiza a 23 km al norte de La Paz. La profundidad es de 25 m en la entrada de la caleta y disminuye gradualmente hasta los 5 m en promedio. En la cabecera de la caleta se encuentra una laguna, separada de la caleta por una barrera arenosa. Su profundidad no excede de 1 m y esta rodeada por un pantano de manglar. El desarrollo de dunas y playas a lo largo de la caleta es muy notorio y alternando con éstas se aprecian algunos acantilados. El 22 de julio de 2004 esta zona fue declarada “Zona de conservación ecológica y de interés de la comunidad, en el estero de Balandra” (foto 22), convirtiéndose en la primera área natural protegida municipal del país. Posteriormente, el 7 de junio de 2005, la declaratoria fue revocada debido a que los propietarios del predio interpusieron y ganaron un amparo argumentando no haber sido consultados como lo marca la ley federal. Finalmente, tras un esfuerzo notable de la sociedad civil paceña y de las ong ambientalistas locales, todo parece indicar que el área será de nuevo decretada como área natural protegida; esta vez con consentimiento de los propietarios y con el debido sustento legal.
2. El escenario socioeconómico El censo de 2000 reportó para Baja California Sur una población de 424,041 habitantes, que representa el 0.43 por ciento del total nacional. Es la
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entidad federativa menos poblada del país y con menor densidad de población. Sin embargo, tiene una de las mayores tasas de crecimiento poblacional en México, que en 2000 fue de 3 por ciento; sólo superada por los estados de Quintana Roo (5.2 por ciento) y Baja California (3.9 por ciento). 37 Tal situación se explica por la atracción que presentan a la migración el polo turístico de Los Cabos y la que genera la oferta de trabajo de los campos agroindustriales. Otros datos generales provenientes del mismo censo indican que, en cuanto a la distribución por sexo, 51 por ciento de la población eran hombres y 49 por ciento mujeres. En la distribución de la población por edades, había 32.1 por ciento menores de 15 años, 63.9 por ciento eran personas de 15 a 64 años y 3.9 por ciento fueron censadas como mayores de 65 años.38 La distribución espacial de la población en Baja California Sur se caracteriza por su alta polarización. Para el año 2000, 81.3 por ciento de la población se concentraba en 17 localidades urbanas de 2,500 habitantes y más, que sólo representaban 0.6 por ciento del total de los asentamientos del estado. En estos, 63.1 por ciento de la población se concentraba sólo en cuatro localidades; el restante 18.7 por ciento se asentaba en 2,726 localidades de menos de 2,500 habitantes, que representaban 99.4 por ciento del total de los asentamientos. De estos últimos, 94.4 por ciento correspondían a localidades con un rango de población de uno a 99 habitantes. 39
Aunque la población del estado permanece siendo muy joven, la estructura por edades de 1990 al año 2000 presenta cambios. La base de la pirámide del año 2000 es menos ancha que la de 1990, lo que refleja la disminución de la fecundidad. La población joven (0-19 años) ha experimentado un descenso en los últimos años, mientras que la de 20 años y más se ha incrementado.40 Esta situación presenta desafíos en la planeación económica y social del es37 Ismael Rodríguez Villalobos, “Dinámica, estructura y distribución de la población en Baja California Sur”, en Antonina Ivanova-Boncheva y Manuel Ángeles-Villa (eds.), Diagnóstico estratégico de Baja California Sur, 2003, p. 127-129. 38 inegi, Anuario Estadístico: Baja California Sur, 2003, pp. 43-49. 39 I. Rodríguez V., op. cit., p. 141. 40 Gob. del Edo. de B.C.S., Programa Estatal de Ordenamiento Territorial (PEOT), versión preliminar digital, La Paz, 2002, p. 50.
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tado, sobre todo en lo referente al sector educativo, de salud y a la generación de empleo. Como se mencionó anteriormente, una de las principales características demográficas del estado es la irregular distribución de la población. Baja California Sur es la novena entidad de la República Mexicana con mayor extensión territorial y el menos poblado, lo que conlleva a una muy baja densidad poblacional. En el año 2000 ésta era de 5.7 hab/km 2 (mientras la densidad promedio de México es de 49.62 habitantes/km2). Vale la pena notar que esta densidad se mantiene baja pese a su incremento respecto a la última década del siglo xx, ya que en el censo de 1990 ésta era de 4.3 y la media nacional de 41 hab/km2.41 La más alta densidad de población se encuentra en el municipio de Los Cabos y la menor en Mulegé, lo que se explica tanto por la concentración demográfica como por la extensión territorial de ambos municipios. El municipio de La Paz tiene una densidad intermedia para el estado; no obstante, en este municipio el 99 por ciento de la población se concentra en la ciudad de La Paz, que es cabecera municipal y además la capital del estado.42 La densidad de la población sudcaliforniana por municipio en el año 2000 se expresa en la gráfica 1. Baja California Sur es el segundo estado de la República Mexicana que ostenta el promedio de escolaridad más alto (8.2 años) en la población de 15 años y más. El mayor promedio corresponde a Nuevo León, con 8.5, y el nacional es de 7.3.43 En el municipio de La Paz reside la mayor proporción (69 por ciento) de personas calificadas mayores de 12 años con nivel igual o superior al de secundaria o su equivalente; le sigue el municipio de Los Cabos (57 por ciento). Los restantes municipios presentan un grado de calificación menor: Comondú 53 por ciento, Loreto 52 por ciento y Mulegé 50 por ciento. Para el estado este indicador alcanza el valor del 61 por ciento como promedio.44 El elevado nivel de instrucción de la población que reside en la entidad puede ser apreciado también por la concentración de académicos que trabajan en alguno de los cinco centros de investigación científica y de 41 E. Z., Flores, op. cit., pp. 251-252. 42 Gob. del Edo. de B.C.S., peot, op. cit., p. 70. 43 inegi, xii Censo General de Población y Vivienda, 2000, Base de datos de la muestra censal, página web actualizada, junio 2003. 44 Gob. del Edo. de BC.S., op. cit., p. 70.
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Gráfica 1. Densidad de población (habitantes por km2) en los municipios de Baja California Sur
Fuente: Modificado de Ismael Rodríguez Villalobos, “Dinámica, estructura y distribución de la población en Baja California Sur”. En op. cit, p. 140.
educación superior ubicados en La Paz. Baja California Sur ostenta la más alta concentración de investigadores a nivel nacional después del Distrito Federal, ya que la media nacional es de 0.67 por cada 10,000 habitantes y en Baja California Sur esta proporción es de 1.4.45 Los servicios de salud en el estado son cubiertos por instituciones médicas federales, estatales y privadas, que brindan servicio en las modalidades de primer, segundo y tercer nivel.46 Se calculó que en una población estimada de 476,674 habitantes, el 73 por ciento son derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (imss), que atiende a los trabajadores del sector económico privado; el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (issste), que atiende a los trabajadores del gobierno; y el Hospital de la Fuerzas Armadas, que atiende a los trabajadores del Ejército y Fuerzas Armadas. El 23 por ciento restante (127,600 habitantes) son atendidos por la Secretaría de Salud Estatal (sse). De acuerdo al Consejo Nacional de Población (conapo), Baja California Sur se encuentra entre los estados con menor índice de mortalidad infantil (13.95 en el año 2002) y la esperanza de vida al nacer es casi de 76 años. El 45 Antonina Ivanova-Boncheva, Micheline Cariño-Olvera y Osvaldo Ramírez-Gómez, Comercio y desarrollo sustentable en Sudcalifornia, siglos xix y xx, 2002, p. 381. 46 El primer nivel abarca consulta externa y medicina preventiva, el segundo consulta y diagnóstico con especialistas y el tercero intervenciones quirúrgicas y partos.
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programa de vacunación universal cubre al 99.5 por ciento de la población de uno a cinco años. La atención en embarazos tiene una cobertura del 99 por ciento (superior a la media nacional, que es del 85 por ciento) y la tasa de fecundidad es de 2.1847. Desde 1998, el estado se encuentra entre los dos primeros lugares a nivel nacional en infraestructura y recursos humanos disponibles en el sector salud. Es necesario resaltar, sin embargo, que existen rezagos en la atención a los grupos vulnerables y en lo que respecta a la medicina preventiva. Algunos problemas de salud pública se han convertido en problemas severos. Tal es el caso del alto índice de madres adolescentes (5.9 a nivel nacional en embarazos de alto riesgo)48 y de madres solteras (18.8 a nivel nacional).49 El 40 por ciento de los embarazos son de alto riesgo, situación que ha provocado que en 2003 subiera la tasa de mortandad materna. Otro tipo de problemas de salud pública son el alcoholismo y la drogadicción, especialmente en la población joven. El alto índice de suicidios es otro problema que aqueja a los jóvenes (en 2003 incluye a menores de edad). La población de 65 años en adelante presenta problemas relativos a enfermedades crónicodegenerativas. Las carencias en la atención médica se manifiestan también en la rehabilitación de discapacitados. Las principales causas de morbilidad en Baja California Sur son semejantes a las registradas en el resto de la República Mexicana. Las enfermedades del corazón son la primera causa de muerte con una tasa de 74.2, donde la más alta corresponde al municipio de La Paz (81.2) y la más baja al municipio de Los Cabos (61.6). 33.6 por ciento. El 17.7 por ciento de la población adulta es hipertenso. Los tumores cancerosos, considerada la segunda causa de muerte a nivel estatal (61.3), ostentan la tasa más alta (75.6) en el municipio de la Paz y en el municipio de Comondú la más baja (40.2). La diabetes tipos 1 y 2 es tercera causa de muerte con una tasa de 37.3, siendo el municipio de Loreto el que ocupa la más alta tasa (69.8) y la más baja Los Cabos (27.8). El 50 por ciento de la población sufre de piedras en la vesícula, por lo que las enfermedades hepáticas y patología biliar son la cuarta causa de muerte en Baja California Sur. Considerando las enfermedades del sistema respiratorio, la neumonía ocupa la octava causa de muerte en la población sudcalifornia47 Nacimientos por cada mil mujeres entre 15 y 49 años. 48 inegi, Mujeres y hombres en México 2004, 2004, p. 153. 49 Ídem, p.288.
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na con una tasa de 10.6; siendo el municipio de Mulegé donde se concentra el mayor número de defunciones (25.9) y Loreto el menor (0.0). Las enfermedades relacionadas con los riñones son la décimo tercera causa de muerte con una tasa de 4.4, correspondiéndole al municipio de La Paz la más alta (6.5) y la más baja a Loreto. En este tipo de enfermedades destacan las insuficiencias renales como consecuencia del manejo inadecuado de la diabetes. Las enfermedades relacionadas con la nutrición —como obesidad y, en menor medida, desnutrición en niños y ancianos— ocupan la décima quinta causa de muerte en el estado con una tasa de 4.7, donde el municipio de La Paz tiene la tasa más alta (5.1) y Loreto la más baja (0.9). 50 Las infecciones gastrointestinales afectan sensiblemente a la población infantil: en el año 2003 fueron la sexta causa de mortalidad en este sector de población.51 Es importante señalar que un alto porcentaje de estas enfermedades pueden prevenirse con la modificación de hábitos alimenticios, chequeos preventivos, ejercicio, y medidas preventivas en el manejo del agua y de la basura, así como con cuidados ante los cambios de temperatura. Baja California Sur tiene muchas características propias de una entidad fronteriza, entre las que destaca el ser una zona receptora de importantes corrientes migratorias. En 2000 la población inmigrante en el estado constituyó 11.3 por ciento del total. De estos inmigrantes, el 95.6 por ciento provenían del interior del país y el 4.4 por ciento de otros países, colocando al estado en el tercer lugar nacional como destino preferencial de la inmigración interna.52 Las causas históricas que han originado dicho proceso de inmigración han variado conforme lo ha hecho la economía regional. El primer flujo inmigratorio —del periodo que en esta obra se analiza— se debió a la atracción generada por el desarrollo agrícola del municipio de Comondú, posteriormente se explica por el auge del comercio en La Paz y, más recientemente, por el desarrollo explosivo de las actividades asociadas al turismo en la zona de Los Cabos. Actualmente, los municipios que reciben la mayor inmigración son La Paz y Los Cabos; el primer municipio recibe el 40.3 por ciento de 50 Gobierno del Estado de B.C.S., Compendio Estadístico 2001-2002, La Paz, junio de 2003, pp. 375-380. 51 inegi, Anuario Estadístico: Baja California Sur, México, 2004, p. 410. 52 H. xi Ayuntamiento de La Paz, Plan Municipal de Desarrollo, 2002-2005, p. 15.
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la inmigración y el segundo el 35. 7 por ciento. La inmigración en Loreto fue casi insignificante hasta el año 2000, al ser el 1.6 por ciento de la inmigración total.53 Sin embargo, el esfuerzo por desarrollar turística y residencialmente lo que fue la primera capital de las Californias, ha modificado y continuará modificando esa situación. Actualmente, tanto la inmigración como la elevada fecundidad, han disminuido su ritmo de crecimiento, pero siguen siendo elementos básicos que conforman e influyen en todos los procesos sociales, en las características poblacionales y en la distribución de los asentamientos humanos en la entidad.54 La migración y el crecimiento de las zonas urbanas han originado asentamientos irregulares que generan condiciones peligrosas para la vida de las personas y sus bienes materiales. Este crecimiento desordenado ha afectado el entorno, principalmente en las zonas urbanas de alto crecimiento como Los Cabos, donde la posibilidad de desastres cobra mayor relevancia. El crecimiento irregular de la ciudad de La Paz se origina por la fuerte atracción de la población inmigrante a esta capital y se manifiesta en una expansión irregular y desordenada debido a la ocupación de suelo no apto para uso habitacional.55 En general, Baja California Sur experimenta una tendencia decreciente en su ritmo de crecimiento poblacional, sin embargo, esta disminución acusa una desigualdad entre las regiones. La zona norte prácticamente no crece —e incluso sufre procesos de despoblamiento— y la zona sur experimenta un crecimiento explosivo y una fuerte atracción demográfica. En cuanto a la población rural, en el 2000 representaba sólo el 18.62 por ciento de la población total y habitaba en un total de 2,726 localidades. De éstas 2,590 tienen sólo entre uno y 99 habitantes. Esta dispersión de los asentamientos poblacionales en el extenso territorio del estado provoca que la introducción de los servicios de agua y energía eléctrica se convierta en un problema de difícil atención; además de afectar la calidad de vida, esto constituye una limitante para el desarrollo económico y social la entidad.56 53 54 55 56
Gob. del Edo. de B.C.S., op. cit., pp. 49-50. Ídem, p. 46. H. xi Ayuntamiento de La Paz, op. cit., p. 20-21. Gob. del Edo. de B.C.S., op. cit., p. 45.
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En Baja California Sur hay 108 localidades que tienen muy buena accesibilidad y están a menos de cinco km de las ciudades que tienen más de 15 mil habitantes, lo que facilita a sus habitantes el acceso a los servicios que se encuentran en ellas. Existen un total 84 localidades rurales que se encuentran ubicadas a menos de 2.5 km de los asentamientos que tienen entre 2,500 y 14,999 habitantes; éstas son localidades donde la población accede a los servicios con mayor facilidad. A menos de tres kilómetros de las vías de comunicación, pero alejadas de las áreas de influencia de las principales ciudades hay 1,569 localidades que pueden ser consideradas con cierto nivel de aislamiento.57 En la entidad, la cobertura de servicios habitacionales supera la media nacional en cuanto a viviendas con sanitario exclusivo, conexión de agua, drenaje y energía eléctrica. También supera la media nacional la proporción de viviendas con pisos y paredes con materiales sólidos y duraderos. Sin embargo, con respecto a la media nacional, se tiene una mayor proporción de viviendas con techos construidos con materiales ligeros y provisionales.58 En cuanto a la cobertura de energía eléctrica, el 96 por ciento cuenta con este servicio, con lo que el estado se ubica por encima de la media nacional (93 por ciento).59 Considerando el aumento de la cobertura de servicios en Baja California Sur, se puede decir que existe un mejoramiento progresivo de la vivienda e, incluso, no se considera que exista el problema del hacinamiento de la población.60 Así, de las 105,229 viviendas registradas en el 2000 por el inegi (xii Censo de Población y Vivienda) los porcentajes concernientes a las viviendas que cuentan con servicios manifiestan cierta disparidad: 89.34 por ciento cuentan con el servicio de sanitarios; 85.77 por ciento con agua entubada; 79.27 por ciento con drenaje; 92.17 por ciento con energía eléctrica. Sólo dos por ciento de las viviendas de la entidad no poseen ningún tipo de servicio.61 No obstante, se presenta un fuerte desequilibrio entre las localidades urbanas y rurales, ya que en los últimos diez años se ha desarrollado la infra57 Ídem, p. 90. 58 José Luis Borja Santibáñez, “Indicadores de salud, educación y vivienda en los municipios de Baja California Sur”. En A. Ivanova y M. Ángeles (eds.), op. cit., p. 155. 59 Gobierno del Estado de B.C.S., Nuestro Gobierno, febrero de 2003, 2003, p. 7. 60 Gobierno del Estado de B.C.S., Programa Estratégico de..., p. 52. 61 Gobierno del Estado de B.C.S., Compendio Estadístico 2001-2002: Municipios de Baja California Sur, Cuaderno de Datos Básicos, junio de 2003 (disco compacto), p.6.
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estructura y los servicios que se prestan especialmente a la población que reside en las zonas urbanas, mientras que en las rurales no se poseen los niveles adecuados de prestación de servicios básicos.62 En las ciudades, por su parte, la pavimentación sigue siendo una de las principales demandas de la población.63 El sistema urbano de Baja California Sur se encuentra dominado por una ciudad central: La Paz. Al ser la capital del Estado, esta ciudad concentra las funciones político-administrativas y los principales equipamientos e instalaciones de servicios de mayor nivel en el estado, como son las instituciones de educación superior y de salud, y las comunicaciones; es además el principal centro distribuidor de energía. Actualmente, las áreas urbanas que están creciendo aceleradamente son Cabo San Lucas y San José del Cabo, incluyendo localidades adyacentes como es el caso de Colonia del Sol (10,519 habitantes). Es probable que la ciudad lineal que se está formando a los lados de la carretera en el corredor entre ambas ciudades, pueda originar asentamientos habitacionales irregulares hacia el interior.64 El índice de marginación “es una medida resumen que permite diferenciar entidades federativas, municipios y localidades según la intensidad de las privaciones que padece la población en lo que se refiere al acceso a la educación, a una vivienda digna y decorosa, ingresos monetarios suficientes y las carencias asociadas a la dispersión de la población, como son la falta de servicios de salud o las dificultades para acceder a bienes y servicios originadas por una débil estructura de mercado”.65 Según el Consejo Nacional de Población (conapo), el valor del índice de marginación para Baja California Sur es bajo, y para los municipios está entre bajo y muy bajo. El municipio con un mayor grado de marginación es Comondú, considerado como bajo y le sigue Mulegé (también bajo). Los tres restantes municipios tienen un grado de marginación muy bajo. De mayor a menor, según el índice de marginación, se encuentran: Loreto, Los Cabos y La Paz, que es el de menor marginación del estado. El índice de marginación estandarizado oscila entre 1.77 para La 62 Gobierno del Estado de B.C.S., Programa Estratégico de..., op. cit., p. 52. 63 Noticiero Panorama Informativo, Conductor: Miguel Ángel Ojeda, Promomedios California, 9 y 11 de noviembre 2003, La Paz, B.C.S. 64 Gobierno del Estado de B.C.S., Programa Estratégico de..., op. cit., p. 44. 65 sedesol, Programa Nacional de Desarrollo Social 2001-2006. “Superación de la pobreza: Una Tarea Contigo”, 2001, p. 9.
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Paz, 1.59 para Los Cabos y, en el otro extremo, Comondú con un valor de 1.20 y Mulegé con 1.23. Loreto, con un valor de 1.38 para este indicador, se encuentra en una posición intermedia.66 La situación de la tenencia de la tierra en Baja California Sur es compleja y varía entre los municipios. La complejidad puede resumirse en el hecho de que una misma porción de territorio llega a tener varios dueños legítimos y, además, quienes lo habitan y usan, en muchos casos, no son los propietarios. Esta situación obedece a la historia regional que se caracteriza en este sentido por conceder un valor a la tierra muy diferente de lo que puede haber sido en otras regiones del país. La tierra ha sido un elemento abundante en el territorio sudcaliforniano. Sólo adquiere valor y se convierte en recurso natural a partir del momento en el que es factible su aprovechamiento productivo. En este sentido, el vertiginoso y riesgoso avance del sector turístico, basado en el tradicional esquema de sol y playa, y en el desarrollo residencial —ambos vinculados con la creación de campos de golf—, ha provocado que en la última década la tierra adquiera valores cada vez más elevados. Actualmente, esta situación ya no se encuentra restringida a las zonas cercanas a los centros de población donde más se ha desarrollado el turismo, sino que se extiende a todos los terrenos ubicados en la zona costera y aledaños a ésta; particularmente entre Cabo San Lucas y Todos Santos, así como en torno a Loreto, Bahía Concepción y Mulegé. Evidentemente se trata de un proceso fincado en la especulación y la rebatinga de la tierra, asociada al recurso natural no renovable hoy por hoy más valioso en la entidad: el paisaje. Este panorama se complica aún más con el reparto agrario, que en Baja California Sur inició en 1919 y culminó en 1993.67 Según el vii y último Censo Ejidal, elaborado en 1991,68 los cien ejidos existentes en el estado ocupaban 5’422,244 ha,69 lo que representaba 73.6 por ciento de la superficie total del estado. La propiedad privada se extendía en una superficie de 783,328 66 Gob. del Edo. de B.C.S., peot, op. cit., p. 65. 67 Datos proporcionados por la Delegación en B.C.S. del Registro Agrario Nacional, oficio sra/930/2004, 8 de septiembre de 2004. 68 inegi, Resultados definitivos. vii Censo Ejidal, Baja California Sur, 1991. 69 La superficie del vii Censo Ejidal (5’422,244 ha) no corresponde con la superficie certificada vía procede (5’070,117.93ha); ésta última es más precisa debido a las tecnologías modernas de medición.
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Cuadro 1. Evolución de la superficie ejidal en Baja California Sur Estado de la superficie ejidal
Superficie en has
Dotación inicial Total de acciones agrarias Certificada por procede Actual
5,013,823.841115 4,967,481.532600 5,070,117.930590 4,994,488.274125
% territorio B.C.S. 73,677.00 km2 68.05 67.42 68.81 67.78
ha, equivalentes a 10.6 por ciento. El resto del territorio sudcaliforniano se dividía entre terrenos nacionales (6.4 por ciento), 75 colonias (1.9 por ciento), fundos legales, zonas urbanas y zonas federales (7.5 por ciento). De la superficie ejidal sólo el 0.37 por ciento estaba parcelado y era trabajado por 6 mil ejidatarios de los que casi el 50 por ciento contaba con una parcela individual. En 1993, se afirmaba que existían “90 ejidos con más de 2,500 ha de extensión (40 de más de 25,000 ha) y tan solo nueve con menos de 2,500 ha. Del total de ejidos y comunidades agrarias, 75 por ciento se dedicaban a actividades agrícolas y ganaderas, y 25 por ciento a otras actividades”.70 Sin embargo, es importante mencionar que estos datos cambian constantemente, ya que desde la reforma al Artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos71 la propiedad ejidal fue radicalmente modificada. Antes la tierra bajo dominio ejidal era inalienable, inembargable e indivisible; a partir de la mencionada reforma —a través de un proceso de certificación de derechos ejidales y de titulación (procede)—72 mediante diversos trámites los ejidatarios ya pueden vender sus tierras. De esta manera nos encontramos frente a una situación en la que es posible distinguir cuatro situaciones de la superficie total de los ejidos: 1) la superficie con la que fueron dotados inicialmente, 2) la que tenían antes de iniciar el procede (que comprende todas sus acciones agrarias), 3) la que certificó el procede y 4) con la que cuentan actualmente. El cuadro 1 muestra la superficie correspondiente a cada una de las situaciones antes mencionadas y su proporción respecto al territorio total de Baja California Sur. 70 José Urciaga García, El desarrollo de la agricultura en Baja California Sur (1960-1991), uabcs, La Paz, B.C.S., 1993, pp. 68-69. 71 6 de enero de 1992. 72 procede: Programa de certificación de derechos ejidales y titulación de solares urbanos.
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Cuadro 2. Distribución municipal de la superficie ejidal en 2005 Municipio
Superficie ejidal ha
% superficie ejidal/ superficie municipal
Número de ejidos
Ejidos sin procede
Los Cabos
87,156.515874
25.25
18
-
La Paz
317,161.146564
15.64
32
-
Loreto
84,150.551200
17.24
2
-
Comondú
1,996,965.038718
166.69*
19
-
Mulegé
2,509,055.021769
75.82
29
4
Total Estatal
4,994,488.274125
67.78
100
4
* Este porcentaje se explica por el hecho que la superficie de algunos ejidos abarca dos o tres municipios, pero su extensión se contabiliza en el municipio donde se ubica el poblado principal de estos. // Fuente: Elaboración propia con datos proporcionados por la Delegación en B.C.S. del Registro Agrario Nacional, actualizado al 9 de junio de 2005.
De acuerdo a los datos proporcionados a mediados del 2005 por la Delegación del Registro Agrario Nacional, la superficie ejidal actual tiene la distribución municipal que mostramos en el cuadro 2. Podemos observar que el total de la superficie ejidal actual representa 1.5 por ciento menos respecto a la máxima superficie que ocuparon los ejidos, que fue la certificada por el procede. De tal forma, actualmente la superficie ejidal representa 67.78 por ciento del territorio total del estado, siendo que llegó a ocupar el 68.81 por ciento cuando los ejidos tuvieron su mayor superficie. Entre los municipios, el de La Paz es donde mayor porcentaje de la superficie ejidal se ha desincorporado (8.81 por ciento), siguiéndole el de Los Cabos con el 5.22 por ciento; en contraste, en el municipio de Loreto no se ha desincorporado tierra ejidal. La disminución de la superficie ejidal es el resultado de diversas formas de enajenación tales como venta, expropiación y transferencia. Puesto que estos procesos continuarán, la superficie ejidal se irá reduciendo paulatinamente. Tras el fracaso de la utopía agraria de convertir este territorio en una productiva y moderna frontera agropecuaria, dio inicio un proceso inverso al generado por el reparto, ya que buena parte de la población ejidal no sólo abandonó sus campos para buscar trabajo en las dos ciudades del estado, sino que migró fuera de la entidad. Los problemas que enfrentaron los fraca-
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sados agricultores fueron de diversa índole, pero el que planteó mayores obstáculos al desarrollo agropecuario fue el uso irracional del agua y su relativa escasez. Así, las zonas rurales ejidales, que durante un corto tiempo fueron productivas regiones agropecuarias, son actualmente en su mayoría regiones de éxodo y abandono, pobladas por ancianos, mujeres y niños, pero con una franca tendencia a que sólo permanezcan en ellas las huellas del impacto ambiental resultante de una política económica errónea y devastadora. Sólo algunas de las regiones naturalmente dotadas de agua, que en las zonas áridas se conocen bajo el genérico y evocador nombre de oasis, escapan en cierta medida a este dramático esquema. Sin embargo, tanto la sociedad como la economía de los oasis —en o fuera de los ejidos— se encuentran en una situación crítica y enfrentan los problemas de especulación por la compra de tierras que se está llevando a cabo directa e indirectamente (a través de la compra de los derechos ejidales). No obstante, no toda la actividad agrícola sufre una crisis productiva. El esquema que se ha desarrollado en este sector en las últimas décadas ha sido la inversión privada en industrias productoras de hortalizas solicitadas por el mercado exterior. Los fértiles valles del estado donde los mantos acuíferos aún no presentan indicios de intrusión salina ni de agotamiento (el Carrizal y el Vizcaíno) se han sembrado en invernaderos para la agroindustria intensiva. Esta es una actividad sumamente rentable, ya que la tierra es alquilada a los ejidatarios por muy bajo costo y la fuerza de trabajo la constituyen jornaleros agrícolas que, además de percibir salarios raquíticos viven —en la mayoría de los casos— en condiciones infrahumanas. Con estos bajos costos se obtienen hortalizas que suman el 45 por ciento del total del valor de la producción agrícola sudcaliforniana. Es importante notar que este grupo sólo ocupa 8 por ciento de la superficie cosechada. Por ello, durante el periodo 1994-1998, las hortalizas fueron “el grupo de cultivos que obtuvieron mayores rendimientos, con $ 67,100 por hectárea, mientras que los productos básicos obtuvieron $ 5,050 por hectárea”.73 Esta situación plantea problemas sociales y ambientales severos, ya que estas empresas no tienen un impacto multiplicador en la economía regional, pero consumen casi gratuitamente y en grandes cantidades un recurso de vital importancia: el agua. 73 Micheline Cariño Olvera, Panorama histórico de Baja California Sur en la perspectiva de la cuenca del Pacífico, en A. Ivanova y M. Ángeles (eds.), Diagnóstico Estratégico…, op. cit., p. 45.
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Pasando a otro asunto, la participación de la población en la actividad económica es relativamente alta (40 por ciento) y se concentra en el sector terciario, donde destacan el comercio y el turismo. Este último es el subsector que ha tenido mayor crecimiento desde 1980, especialmente por el auge del polo de Los Cabos, pero también el turismo alternativo se ha desarrollado significativamente en la última década. Las actividades comerciales se concentran en La Paz, donde la mayoría de los establecimientos se dedican a la compra y venta de productos de consumo popular y artículos para el hogar. En importancia para la economía regional, el sector primario ocupa el segundo lugar. En él sobresalen la pesca y la acuacultura. Sin embargo, estos sectores han adolecido de un lento, problemático y precario desarrollo. A pesar de tener más de la quinta parte de las costas mexicanas, la producción pesquera sudcaliforniana representa sólo 9 por ciento de la producción nacional y la producción acuícola es mucho menor que los volúmenes de la captura. No obstante, gracias a la investigación científica y al gran potencial natural, la acuacultura es una actividad prometedora para el desarrollo sustentable regional. El sector agropecuario tiene dos ventajas comparativas importantes: por su carácter insular la entidad garantiza condiciones fito y zoosanitarias óptimas que deben ser valoradas y cuidadas en su justo valor. La actividad industrial ha tenido un desarrollo incipiente en el estado. En cambio, la producción de minerales no metálicos como la sal marina, el yeso y el concentrado de fosforita, da a la minería sudcaliforniana un sitio destacado a nivel nacional e internacional. Baja California Sur es uno de los estados con más baja participación en la generación del Producto Interno Bruto (pib) nacional (en 2001 y a precios constantes, esta participación fue de 0.56 por ciento). El pib estatal ha registrado una tasa de crecimiento anual promedio del 3.5 por ciento entre 1993 y 1998. Este promedio representa una desaceleración del ritmo de crecimiento entre 1980 y 1993, cuando el valor de la producción de Baja California Sur creció a tasas superiores al 4 por ciento anual.74 En la pasada década, el pib per/cápita no registró incremento alguno (1993, 17.5 mil pesos; 1999, 17.48 mil pesos) y los niveles de bienestar y calidad de vida de su población tampoco creció. Esta situación repercute en el manejo de los diferentes compo74 Manuel Ángeles Villa, La estructura económica de Baja California Sur, en A. Ivanova y M. Ángeles (eds.), Diagnóstico Estratégico…, op. cit., p. 66.
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Del saqueo a la conservación
Cuadro 3. Crecimiento de la minería entre 1988 y 1993 Año
Sector
pib estatal
%
pib nacional
%
1988
Minería
231 008
12.7
6 234 506
3.7
1993
Minería
299 636
5.7
10 891 325
2.8
Fuente: Sistema de Cuentas Nacionales, 1993-1999, inegi, 17 p. 258.
nentes del sistema ambiental sobre los cuales se ejercerá una mayor presión en los años por venir.75 La evolución y estructura del pib global y desagregado reflejan las particularidades naturales (aislamiento geográfico, condiciones climáticas, escasez de agua, importantes recursos naturales para el desarrollo de la actividad turística, etc.); históricas y económicas (falta de integración económica, los mercados regionales e internacionales); las formas de ocupación del espacio (fuertes diferencias en el grado de ocupación del territorio); así como las principales tendencias de la economía de Baja California Sur (un sector terciario en crecimiento pero no vinculado a la economía estatal y una actividad minera con similares características). El patrón de comportamiento que ha seguido el estado se caracteriza por una reducción en la participación dentro del pib estatal del sector primario y secundario acompañado de un creciente crecimiento del sector terciario. En este sector las actividades que presentaron una mayor participación en la generación del pib (en 1999) fueron: los servicios financieros, seguros, actividades inmobiliarias y de alquiler; le siguen en importancia dentro del sector: los servicios comunales, sociales y personales, y el comercio, restaurantes y hoteles. El predominio del sector terciario en el desarrollo económico es más notable en los municipios de La Paz y Los Cabos, en donde los servicios ocupan un papel impulsor del desarrollo. Esto se explica, entre otros factores, por la diversidad creciente de actividades que dentro de este sector se localizan en ambas municipalidades, por los aportes que este sector realiza al pib municipal y estatal, así como por su capacidad de generar empleos.76 Los municipios de Los Cabos y La Paz —donde se concentran tanto la población como las actividades económicas— registran los mayores índices netos de diversificación económica; lo que indica que el desarrollo econó75 Gob. del Edo. de B.C.S., peot, op. cit., p. 21. 76 Ídem, p. 22-37.
Capítulo 3. El escenario: presentación geográfica y socioeconómica
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mico seguirá concentrándose en esa región. El municipio de Loreto tiene un nivel de desarrollo alto y un potencial medio, por lo que pudiera mejorar su situación si se identifican y establecen correctamente las acciones adecuadas para superar las divergencias entre ambas categorías. Las políticas económicas y sociales a aplicar para elevar su desarrollo socioeconómico requieren el establecimiento de un programa estratégico que contemple las líneas de acción prioritarias para revertir la situación que presenta este municipio. La situación de Comondú y Mulegé es compleja ya que a pesar de contar con un alto potencial de recursos naturales, el desarrollo de las actividades económicas es de bajo a medio, por lo que se requiere un esfuerzo en la planeación del desarrollo que presente alternativas productivas y el uso sustentable de sus recursos naturales. En Baja California Sur no existe una cuenta que permita medir en su totalidad el impacto económico de la actividad turística, por lo que únicamente se consideran las actividades turísticas contenidas en la división comercio, restaurantes y hoteles del pib. A pesar de que esta división no considera todas las actividades, “representó casi el 26 por ciento del producto estatal en 1970, pasó a 28.3 por ciento en 1975, y aunque bajó ligeramente en 1980 a 27.34 por ciento, ya en 1985 y 1988 contribuía con 33 y 34 por ciento; desde entonces ha mantenido un ritmo sostenido de 20 por ciento en promedio.” 77 Sin embargo, el turismo ha sido la actividad con mayor crecimiento y ha generado un impacto notable en la economía y el medio ambiente sudcalifornianos. Actualmente el turismo que visita áreas naturales, llamado también turismo de aventura o ecoturismo, evoluciona rápidamente, pues ha dejado de ser el pasatiempo de pocas personas, constituyéndose en un subsector que ofrece una amplia variedad de actividades y que atrae a un número cada vez mayor de turistas con diversos intereses por la naturaleza.78 La inversión extranjera directa (ied) puede ilustrar la importancia del sector servicios en la economía del estado. La ied en la entidad, durante el periodo de 1994 al 2001, representó de manera acumulada el 0.4 por ciento (262.5 mdd) del total en el país. De las 987 empresas (4.5 por ciento del total nacional) que invierten en el estado, el 74.3 por ciento son estadounidenses. 77 Alba E. Gámez Vázquez y Bertha Montaño Cota, “Diagnóstico estratégico del sector turismo en Baja California Sur”. En A. Ivanova y M. Ángeles (eds.), op. cit., pp. 286-287. 78 Ecoparque Isla San José, Resumen Ejecutivo de Proyecto: Isla San José, 2003, p. 1.
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La preferencia de los inversionistas es el sector servicios, que capta 75.4 por ciento de la inversión extranjera directa (el rubro de hoteles y otros servicios de alojamiento temporal prácticamente da cuenta de toda esa inversión al aportar 71.6 por ciento). La ied tiende a concentrarse geográficamente en los municipios de La Paz (34 por ciento) y Los Cabos (63 por ciento), como ejes de la economía sudcaliforniana y, especialmente, como los centros poblacionales, turísticos y de servicios más dinámicos del estado.79
Respecto a la producción agrícola, es importante señalar que en las últimas tres décadas se aprecia una disminución tanto en volumen como en la superficie cosechada. Las principales causas de este declive son la escasez y el uso inadecuado del agua, una política encaminada a privilegiar determinados cultivos sobre otros en ciertas zonas, los bajos precios de la mayoría de los productos agrícolas y un exceso de intermediarios comerciales. Entre las causas de la crisis de la agricultura están también las políticas económicas federales, por ejemplo, la desaparición de los subsidios al desarrollo de la agricultura en el Valle de Santo Domingo. Por último, hay que destacar el bajo nivel tecnológico que impera en la actividad, sobre todo asociado con el riego y la ausencia de otros elementos de la infraestructura rural.80 La producción de sal, yeso y fosforita ha tenido una contribución importante al desarrollo económico del estado, proporcionando materias primas para otras industrias y generando empleos. Sin embargo, dentro del pib estatal y nacional, la participación de la minería tuvo una disminución de 1988 a 1993.81 La contribución que ha tenido en el pib estatal la industria de la construcción en la entidad registra aumentos constantes de 1993 a 1997. Este tipo de industria se ha enfocado principalmente a la construcción de edificios no industriales y se encuentra vinculada al desarrollo del turismo y del sector de los servicios en general. La industria manufacturera no ha tenido un desarrollo significativo en la entidad debido, entre otros factores, a la falta de ma79 A. E. Gámez y B. Montaño, loc. cit., p. 288. 80 Gob. del Edo. de B.C.S., peot, op. cit., p. 22. 81 inegi, Sistema de Cuentas Nacionales, 1993-1999, p. 258.
Capítulo 3. El escenario: presentación geográfica y socioeconómica
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terias primas y a la estrechez del mercado. Este sector aportó en 1993 el 6.08 por ciento del pib estatal, mientras que para 1997 fue de 7.13 por ciento.82 La historia económica contemporánea de Baja California Sur presenta una modificación importante a mediados del siglo xx. Después de dos décadas de decaimiento general de la actividad económica, en la década de los sesenta se consolidaron las actividades que marcarían su desarrollo económico reciente. Entre estas actividades destaca la agricultura tecnificada (sector primario), el procesamiento de productos pesqueros y la extracción de minerales como la sal y el yeso (sector primario). En la década siguiente la economía estatal tendió a concentrarse más en el sector terciario, desarrollándose el comercio y los servicios (tanto privados como públicos), en especial los relacionados con el turismo. La pérdida de centralidad del sector primario (agricultura y pesca) corresponde a una lógica de modernización, que en la entidad se ha hecho evidente en los últimos cuarenta años.83 Así, en los años sesenta la población económicamente activa (pea) se concentraba en primer lugar en el sector primario con el 56.21 por ciento, le seguía el sector terciario con el 26.16 por ciento y, finalmente, el secundario con el 14.42 por ciento. En el año 2000, la mayor parte de la población económicamente activa se encontraba ya concentrada en el sector terciario 68.32 por ciento, mientras que en el primario había decaído a 14.94 por ciento y el secundario aumentado a 26.16 por ciento. La estructura ocupacional de la población económicamente activa corresponde a la estructura económica de la entidad y de los municipios que la integran. Por ello, en ambas estructuras existe una tendencia hacia la concentración del empleo y de las actividades económicas en el sector terciario, especialmente en el comercio y los servicios (turísticos y administrativos). Esta tendencia ha permitido una mayor incorporación de ambos sexos al mercado laboral, en particular de la mujer, en la última década.84 El hecho de que gran parte de la población tenga empleo tiene como saldo positivo la posibilidad de un mejoramiento en las condiciones de vida. Sin embargo, el incremento de la participación femenina en el empleo ha traído aparejados 82 A. E. Gámez y B. Montaño, op. cit., p. 288. 83 Lorella Castorena Davis y Marisol Pacheco Valaguez, “Relaciones de género trabajo: apuntes para un estudio de caso en Baja California Sur”. En A. Ivanova y M. Ángeles (eds.), op. cit., p. 412. 84 Gob. del Edo. de B.C.S., peot, op. cit., p. 32.
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problemas de índole social relacionados con el rol de maternidad de la mujer trabajadora e incrementado la necesidad de guarderías. De acuerdo con datos tomados de la Encuesta Nacional de Empleo Urbano, que realizó el inegi, para el año 2003 la tasa general de desempleo abierto en la ciudad de La Paz fue de 2.4 puntos. Este porcentaje es menor que la media nacional. El Servicio Estatal de Empleo (see) intensificó su atención a los desempleados y subempleados, recibiendo en el año 3,433 solicitantes en la bolsa de trabajo, colocó a 3,444 personas en algún puesto a través de los programas de Bolsa de Trabajo, saebe, Talleres para Desempleados, entre otros.85 De acuerdo con los datos del Censo de 2000, la distribución del ingreso se ubica mayoritariamente en la población económicamente activa que recibe de una a dos veces el salario mínimo, siguiéndole la que recibe de dos a tres veces el salario mínimo y en tercer lugar la que recibe de tres a cinco veces el salario mínimo; como se expresa en el cuadro 4. Comparativamente con los datos de ingreso nacionales, el orden de ingreso mayoritario se conserva, pero la distribución porcentual es menor en el país a partir de los rangos de ingreso superiores a 2.5 veces el salario mínimo. De esta tabla se desprende entonces que el 80 por ciento de la población activa recibe ingresos de bajos a medios. No obstante, el ingreso en Baja California Sur es superior al promedio nacional, lo que significa que en el estado se tienen niveles de vida mejores a la media nacional. Sin embargo, es necesario tomar en cuenta que el impacto favorable de estos niveles de ingreso debe ser valorado en relación con el elevado costo de la vida que prevalece en la entidad, tanto por razones de índole geográfica como comercial. Los salarios más bajos son los que reciben los trabajadores de la construcción. El 67 por ciento de la producción en este sector se origina en la microempresa, la cual tiene en los trabajadores expulsados de las zonas agrícolas y en los inmigrantes —provenientes de otras regiones de México y de Centroamérica— una fuerza de trabajo muy barata y dispuesta a trabajar por salarios que no les permiten un nivel de vida decoroso.86 Ante la insuficiencia de los recursos federales y la necesidad de atender la creciente demanda de servicios públicos e infraestructura, el gobierno del 85 Leonel Cota Montaño, V Informe de Gobierno 2003-2004, pp. 127-128. 86 Gob. del Edo. de B.C.S., peot, op. cit., p. 26.
Capítulo 3. El escenario: presentación geográfica y socioeconómica
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Cuadro 4. Distribución de la población económicamente activa por nivel de ingreso Salarios mínimos mensuales 2000 1 y menos 1a2 2a3
pea
%
15,318 45,219 37,557
11 27 22
3a5
34,778
20
5 a 10 Más de 10 No especificado
19,798 7,169 9,175
11 4 5
Fuente: Elaboración propia con datos del Compendio Estadístico 2001-2002, Municipios de B.C.S., Cuaderno de Datos Básicos 2003, Gobierno del Estado de B.C.S., 2003, p. 115 y 116.
estado se planteó el objetivo de incrementar sus ingresos propios. Propuso para esto al congreso local la modificación de la Ley de Hacienda estatal con respecto a los sujetos del impuesto sobre nóminas. Así, las reformas aprobadas terminaron con la exención para las empresas con domicilio fiscal en el estado, y se estableció la tasa del 2 por ciento en sustitución del 4 por ciento que se aplicaba a las empresas con domicilio fiscal fuera de la entidad. El Congreso local también aprobó para el municipio de Los Cabos la aportación de los empresarios del 1 por ciento sobre el total de sus ingresos, instituyéndose la Contribución Especial de Mejoras Sociales para Obras de Infraestructura y Equipamiento Urbano (fundamentalmente para pavimentación).87
Conclusión. El desarrollo humano en Baja California Sur Una de las principales consideraciones de cualquier instancia que se ocupe y preocupe por el desarrollo comunitario —trátese de un gobierno comprometido, de la sociedad civil organizada y participativa, o de los sectores privado, académico y social— es la de referirse a los parámetros que ha establecido el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (pnud). Mediante la confluencia de criterios esenciales para llevar una vida digna, en el seno de esta instancia se ha formulado el concepto de desarrollo humano. Se trata de una medida sinóptica que evalúa el progreso medio de un país o región en tres aspectos básicos: 87 Antonina Ivanova-Boncheva, “Un diagnóstico del sector financiero en el estado de Baja California Sur”. En A. Ivanova y M. Ángeles (eds.), op.. cit., p. 316.
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1. Disfrutar de vida larga y saludable, lo que se mide a través de la esperanza de vida al nacer. 2. Disponer de educación, lo que se mide a través de la tasa de alfabetización de adultos (con una ponderación de 2 tercios) y la tasa bruta combinada de matrícula en primaria, secundaria y nivel medio superior (con una ponderación de un tercio). 3. Tener un nivel de vida digno, lo que se mide a través del pib per cápita (ppa en usd). 88
A estos criterios e indicadores se suman conceptos complementarios que reflejan el nivel de desarrollo y bienestar social de un país o región. Estos son: una vida larga y saludable (reduciendo la mortalidad infantil, mejorando la salud materna y combatiendo las principales enfermedades), educación (lograr la enseñanza universal y la autonomía de la mujer mediante la igualdad entre los géneros en educación) y un nivel de vida apropiado (reduciendo la pobreza y el hambre). Además el pnud, en la Declaración del Milenio, consideró que el desarrollo humano necesita dos condiciones fundamentales: la sostenibilidad ambiental (velando por el desarrollo sustentable) y la equidad (promoviendo especialmente la equidad de género y la autonomía de la mujer, y permitir un entorno económico global reforzando las asociaciones entre los países ricos y pobres).89 En relación a los indicadores que considera el Banco Mundial respecto al bienestar social y el desarrollo humano, México se encuentra en una situación relativamente optimista, ya que ha realizado progresos notables en la esfera del desarrollo humano. El ingreso per cápita en el año 2000 era uno de los más altos de América Latina ($ 5.070 usd) y la esperanza de vida al nacer ha aumentado a 73 años. Entre 1990 y 2000, la tasa de mortalidad de niños menores de cinco años descendió de 46 a 29 por cada 1000. Casi tres cuartas partes de los cien millones de habitantes de México viven en zonas urbanas, el 86 por ciento de la población tiene acceso al agua potable y la tasa de alfabetismo supera el 90 por ciento.90 88 Página Web, pnud, http://www.undp.org/hdr2003/español (CD). 89 Ídem. 90 Página Web: Banco Mundial, http://www.worldbannk.org/depweb/spanish/modules/econo-
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Cuadro 5. Indicadores de desarrollo humano comparado de B.C.S. con el contexto nacional Indicadores de desarrollo humano
B.C.S.
media nacional
Esperanza de vida al nacimiento Personas de 15 años o más alfabetos Personas de 6 a 24 años que van a la escuela pib per cápita en dólares ajustados Índice de esperanza de vida Índice de alfabetización Índice de matriculación Índice de nivel de escolaridad Índice per cápita
76.3 años 95.8 % 63.2 % 8722 0,855 0,958 0,632 0,849 0,746
75.3 años 90.5 % 62.8 % 7495 0,839 0,905 0,628 0,813 0,721
Fuente: Elaboración propia con datos de página web de conapo, http://www.conapo.gob.mx.
En este contexto mundial y de acuerdo a las estimaciones del conapo, Baja California Sur ocupa el noveno lugar nacional (el primero lo ocupa el Distrito Federal y el último Chiapas), con un grado de desarrollo humano alto, considerando los indicadores del cuadro 5. La posición superior que muestran los indicadores de desarrollo humano permiten a Baja California Sur tener un Índice de Desarrollo Humano de 0,817, superando la media nacional de 0,791. Por esta razón el Estado presenta en conjunto un grado de desarrollo humano calificado como Alto comparativamente a la media que, de por sí, en el contexto de los países emergentes es bueno: Medio alto.91 Esta situación permite considerar a Baja California Sur como una región en la que los estragos de la devastación ambiental, la inequidad social y los desajustes económicos aún no merman la calidad de vida de sus habitantes. Sin lugar a dudas la experiencia empírica de estas favorables condiciones explican por qué el estado es el tercer destino preferido para la migración interna en México, pero también por qué es uno de los sitios que más atrae a la comunidad internacional deseosa de emprender negocios y vivir con su familia en un clima de paz y bienestar social. Sin embargo, este optimista escenario sólo habrá de sostenerse de forma proactiva, ya que son muchos y variados los factores que pueden revertir la mic. Banco Mundial, Indicadores del desarrollo mundial, 20 de abril de 2002. 91 Ibídem.
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situación. El principal reto consiste en impulsar el crecimiento económico y la generación de empleos con base en un irrestricto respeto por el sostenimiento de las condiciones sociales y ambientales que lo fundamentan. El objetivo de esta obra es realizar un análisis de los procesos que han afectado negativamente ambos aspectos (Segunda Parte) así como de aquellas que han permitido su conservación (Tercera Parte). Con base en dicho análisis deseamos contribuir con propuestas estratégicas que permitirían llevar a estas últimas a superar las primeras, mediante el análisis de la problemática y de las oportunidades (Cuarta Parte) que caracterizan actualmente las relaciones entre la sociedad y la naturaleza de Baja California Sur.
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Capítulo 3. El escenario: presentación geográfica y socioeconómica
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Capítulo 3. El escenario: presentación geográfica y socioeconómica
Foto 1. Picacho El Gato, Sierra de Santa Clara, El Vizcaíno.
Foto 2. Cardón Pachycereus.
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Foto 3. Copalquín o torote blanco, Pachycormus discolor, Desierto del Vizcaíno.
Capítulo 3. El escenario: presentación geográfica y socioeconómica
Foto 4. Laguna Ojo de Liebre.
Foto 5. El Coyote, Reserva de la Biósfera del Vizcaíno.
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Foto 6. Volcán El Azufre.
Foto 7. Bahía Concepción.
Capítulo 3. El escenario: presentación geográfica y socioeconómica
Foto 8. Manglar en Bahía Magdalena.
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Foto 9. Cacto Chirinola, Stenocereus eruca, Llanos de Magdalena.
Capítulo 3. El escenario: presentación geográfica y socioeconómica
Foto 10. Cañón de Tabor, Sierra de La Giganta.
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Foto 11. San Miguelito, Antigonon leptopus, y Torote colorado, Bursera microphylla.
Capítulo 3. El escenario: presentación geográfica y socioeconómica
Foto 12. Cañón San Bernardo, Sierra La Laguna.
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Foto 13. Pino lagunae, Sierra La Laguna.
Capítulo 3. El escenario: presentación geográfica y socioeconómica
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Foto 14. Sapo moteado, Bufo punctatus, Sierra La Laguna.
Foto 15. Víbora de cascabel sin cascabel, Crotalus catalinensis, Isla Catalina.
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Foto 16. Águila pescadora, Isla Pelícanos.
Foto 17. Berrendo peninsular.
Capítulo 3. El escenario: presentación geográfica y socioeconómica
Foto 18. Borrego cimarrón.
Foto 19. Gato montés, Sierra las Cacachilas.
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Foto 20. Finisterra, Cabo San Lucas.
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Foto 21. Isla Espíritu Santo.
Capítulo 3. El escenario: presentación geográfica y socioeconómica
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Foto 22. Bahía de Balandra.
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Capítulo 4. De las históricas utopías a la concreción de un sistema histórico alternativo
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Capítulo 4
De las históricas utopías a la concreción de un sistema histórico alternativo: utopística Micheline Cariño
E
l término utopía, acuñado por Tomás Moro en el siglo xvi, ha suscitado polémicas conceptuales y discusiones semánticas respecto a su significado. Por su origen griego, el prefijo u puede remitir a dos significados diferentes, aunque no contradictorios. Si su composición inicial es considerada ou remite a una negación, por lo que utopía significa (en) ningún lado. Pero el mismo prefijo también puede corresponder a eu, que significa “bueno” o “bien”, por lo que utopía en este caso significa “lugar bueno” o “sitio ideal”. Al conciliar ambos significados posibles, utopía adquiere su significado más común: el de ser un lugar fantástico en el cual se puede concretar un ideal o un sueño deseado. Por ello, como señala Finley, “toda utopía de verdad valiosa” es establecida como “una meta hacia la que legítima y esperanzadamente se puede optar, meta que no se sitúa en un nebuloso estado de perfección sino en críticas y propuestas específicamente institucionales”, es decir, basándose en la organización política de una sociedad.
M. I. Finley, Uso y abuso de la historia, Crítica Grijalbo, España, 1984, p. 277.
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Desde su incorporación al mundo occidental, la California histórica ha sido considerada un espacio de excepción, un lugar donde es posible lo que en otros sitios no es realizable: una región inspiradora de múltiples utopías. De los primeros en concebirla así, el más notable fue el conquistador de México-Tenochtitlan, Hernán Cortés, quien entre 1522 y 1528 ordenó y supervisó la construcción del puerto de Santiago en Tehuantepec como punto de partida durante la década siguiente para las primeras exploraciones del Pacífico mexicano, una empresa que le interesaba profundamente. Los motivos de Cortés para realizar esta búsqueda de nuevos territorios fueron tanto personales —acordes con su ambición y espíritu aventurero— como contextuales, pues la Corona española desconfiaba de su lealtad y le había retirado el poder político y militar de los reinos mesoamericanos recién conquistados. Ante tales circunstancias, al extremeño le urgía encontrar nuevas tierras sobre las cuales ejercer un gobierno. Además, debe considerarse también la influencia que sobre la mentalidad colectiva de los conquistadores y su séquito provocaban en aquella época las leyendas sobre el Mar del Sur (el Océano Pacífico). Éstas prometían islas de perlas, oro y amazonas. Eran mitos sacados especialmente de las novelas de caballería, un tipo de literatura muy difundida en España y bien conocida entre los conquistadores, que se combinaron con los de las culturas autóctonas, y terminaron siendo un aliciente para las exploraciones y una contribución a la expansión colonial. El origen del mito perlero californiano y de la utopía cortesiana en California se encuentra en dos culturas: la europea descrita en la novela de Garci Ordoñez de Montalvo, Las Sergas de Esplandián, y la nativa del mito náhuatl
Para efectos de este capítulo, la California histórica es la región peninsular, inicialmente considerada una isla por sus descubridores españoles y llamada California —a secas— hasta 1772. Este año fue dividida en ‘Nueva’ y ‘Vieja’ para distinguir los territorios misionales de los Franciscanos y de los Dominicos, respectivamente, reconociéndose la frontera misional en el arroyo San Miguel cinco años después. En 1823, los nombres fueron cambiados a Baja California para la península y Alta California para el territorio no peninsular. Luego de la invasión estadunidense de 1846-48, la Alta California dejó de ser mexicana y sus nuevos propietarios la llamaron California (sin el calificativo Alta). La región peninsular siguió llamándose Baja California. En 1888 se formalizó la división de ésta en los distritos Norte y Sur. Actualmente es el territorio de los estados Baja California y Baja California Sur. El Golfo sigue siendo nombrado como De California y se mantiene un debate —basado en esta historia— sobre la manera de llamar a la península: si Península de California o Península de Baja California.
Capítulo 4. De las históricas utopías a la concreción de un sistema histórico alternativo
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de Cihuatán. Ambas tradiciones señalaban que hacia el Poniente, mar adentro, existía una isla habitada sólo por mujeres. La referencia europea añadía que en ésta abundaba el oro —y Cortés agregó las perlas—: era el país de la reina Calafia y tenía por nombre California. La tradición indígena aseguraba que en esta región habitaban las mujeres fallecidas durante el parto. Ayudaban a que el sol transitara del cenit al ocaso, por ello su región era el Occidente del cielo. En octubre de 1533 partió de Tehuantepec el navío La Concepción, capitaneado por Diego Becerra, con el objetivo de explorar el litoral. Al mes de navegación se declaró un motín organizado por el piloto Fortún Ximénez. Los sublevados dieron muerte al capitán y desembarcaron a los oficiales, religiosos y hombres leales a la Corona en las costas de Colima. Después se dirigieron hacia el Noroeste hasta topar con las tierras peninsulares. Vieron a los pericúes con cabelleras cubiertas de perlas y comiendo abundantes cantidades de ostras en la playa, por lo que creyeron haber encontrado las tierras míticas que se encontraban “a la diestra mano de las indias”. Al regresar a tierras continentales, los amotinados sobrevivientes difundieron rápidamente sus impresiones. Alentado por estos informes, Cortés inició su cuarta expedición en el Pacífico tres años después. El 3 de mayo de 1535 su flota entró en la ahora llamada Bahía de La Paz. En el acto, el conquistador procedió a levantar el Auto de posesión del Puerto y Bahía de Santa Cruz y dio inicio al establecimiento del primer núcleo de población colonial que debía servir para la extracción de las riquezas locales y la continuación de las exploraciones. En pocas semanas las condiciones del lugar impusieron en los recién llegados una profunda decepción. Los participantes en estas aventuras iban motivados por la ensoñación legendaria sobre las riquezas y bondades de esta isla. Al contrario de este imaginario, la circunstancia cierta de este primer intento colonizador fue la falta
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de agua, la escasez y dificultad para adquirir alimentos, así como la rudeza del clima. En 1537 el virrey de Mendoza ordenó a Cortés el abandono inmediato de la aventura y el traslado de los sobrevivientes de regreso a tierra firme. La efímera colonia sólo subsistió tres meses. El extremeño, sin embargo, siguió insistiendo ante la Corona en que más esfuerzos exploratorios podrían develar la tierra de abundancia y riqueza que soñó encontrar. En 1539 envió a Francisco de Ulloa con la misión de recorrer y cartografiar las costas orientales y occidentales de California, pues estaba convencido que debían existir tierras con mejores condiciones para el establecimiento colonial. Ulloa confirmó entonces que la isla no era tal, sino que se trataba de una larga península unida por la parte norte con el macizo continental. En la costa del Pacífico esta expedición llegó hasta la isla de Cedros; ahí se separaron las dos embarcaciones que componían la expedición. Una regresó a la Nueva España con los enfermos. Ulloa prosiguió en su ruta al norte a bordo de la Trinidad: “de este capitán y de sus acompañantes no se tuvo ya noticia, así que se dio por hecho que se perdieron con su nave”. Diecisiete décadas de expediciones posteriores confirmaron que California no era una isla ni estaba dotada de los tesoros que movieron a Cortés, al virrey Mendoza y a decenas más de exploradores. Pero la abundante riqueza de los lechos marinos motivaron una segunda generación de hombres seducidos por California: los empresarios perleros. La utopía del mito perlero, que consistía en creer que a través de la explotación de las minas marinas sería posible acumular grandes riquezas, cobró fuerza en el Golfo de California en un contexto propicio: el gobierno colonial se encontraba urgido de proseguir el reconocimiento de las costas noroccidentales y los empresarios perleros estaban ávidos de explotar los bancos perleros de esa zona. En 1565 Miguel López Legaspy descubrió la ruta que permitía atravesar el Pacífico desde las islas Filipinas hasta la Nueva España. Este torna viaje implicó directamente a California como un punto estratégico en las rutas de navegación transoceánicas, ya que los barcos que venían del Lejano Oriente debían navegar a lo largo de sus costas desde el 40°N hasta llegar al puerto de Acapulco. Esta ruta, de gran importancia comercial, era demasiado larga y peligrosa
Ídem, pp. 26-27.
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y comportaba grandes riesgos de pérdidas. Las tempestades del Pacífico amenazaban durante los meses de navegación, por lo que era necesario fundar un puerto de abrigo que permitiera a la tripulación recobrar fuerzas y refugiarse en caso de urgencia. Por otro lado, con la aparición de las incursiones del pirata Francis Drake en 1578 y Thomas Cavendish en 1587, los peligros naturales fueron agravados por los riesgos del pillaje. Estas necesidades evidenciaban la importancia de las costas californianas, las cuales se encuentran naturalmente protegidas. Hacia el fin del siglo xvi, la posición estratégica de California para la navegación transpacífica, así como la prometedora riqueza perlera, fueron los factores que determinaron el resurgimiento del interés gubernamental por la exploración y colonización de esta tierra. La gran cantidad de recursos navales y financieros que la Corona debía invertir en la empresa de las Filipinas hacía muy oneroso, y probablemente poco rentable, desviar esfuerzos hacia la colonización de la península de California. No obstante, bajo estas circunstancias, el virrey Gaspar de Zúñiga, Conde de Monterrey, ideó una astuta estrategia que debía permitir la proliferación de expediciones hacia California sin que las cajas del erario real hicieran fuertes erogaciones. Esta política involucró a los empresarios y aventureros que ansiaban obtener la asignación de la licencia para la explotación del recurso perlero. A cambio de esta autorización, los buscadores de perlas debían comprometerse ante el gobierno real a realizar las expediciones y demarcaciones que éste les encomendara. La vigencia de este nombramiento no era ilimitada, sino condicionada a los reportes anuales sobre la demarcación de estas costas y al pago del impuesto por la extracción perlera. Si la Corona no recibía al cabo de algunos años ningún informe favorable sobre la ubicación del puerto refugio para la Nao de China, retiraba la licencia real para la explotación de las riquezas marinas y la otorgaba al próximo demandante.10 Bajo este esquema de riesgos compartidos se realizaron numerosas expediciones hacia California entre 1585 y 1668. Entre los empresarios que solicitaron la licencia para la pesca de perlas destaca el papel que desempeñó Sebastián Vizcaíno. Durante su primera expedición, en 1596, fundó una efímera colonia en el sitio nombrado por Cortés como La Santa Cruz y que Vizcaíno rebautizó Pablo L. Martínez, Historia de Baja California, Gobierno del Estado de B.C.S., La Paz, 1991, p. 104. 10 M. M. Cariño O., op. cit., p. 68.
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con el nombre actual de La Paz. En la segunda, seis años después, demarcó las costas occidentales de la península. Posteriormente, entre 1611 y 1668 se otorgaron cuatro licencias de explotación perlera que fueron aprovechadas para efectuar múltiples exploraciones en el Golfo, todas ellas financiadas por empresarios privados. También se llevó a cabo una innumerable cantidad de expediciones perleras ilícitas (es decir sin tramitar la licencia) a partir de la costa oriental del Golfo. Sabemos que éstas últimas fueron mucho más rentables que las primeras, ya que tenían menos compromisos que atender y podían concentrarse exclusivamente en la pesquería. Pero su éxito no era fácil de evaluar, por lo que la Corona tuvo que fiarse de los resultados del primer grupo de expediciones, contrarios todos a sus expectativas. Hacia finales del siglo xvii, la situación respecto al asunto de la colonización de California era la siguiente: su anexión definitiva a la Nueva España se dificultaba considerablemente por la escasez de recursos para la subsistencia de los colonos; el interés por la búsqueda del puerto refugio para la Nao se había desvanecido por completo, ya que se ubicó en el septentrión del continente asiático; ningún empresario perlero había logrado enriquecerse y la pesca de perlas era una actividad riesgosa, pues dependía por completo de la disponibilidad de la mano de obra indígena para bucear y de las posibilidades de abastecimiento en agua y comida que los empresarios perleros podían encontrar en la costa oriental del Golfo. Bajo estas circunstancias, todos los intereses lucrativos, tanto gubernamentales como privados en torno a la anexión y explotación de California, perdieron su vigencia y la ensoñación utópica del mito perlero que la había cubierto finalmente se desplomó. Hacia el final de este período California retomaba su imagen de tierra indómita y desolada que había tenido luego del efímero primer intento de colonización realizado por Cortés. No obstante, California siguió nutriendo los sueños de quienes sucumbieron a la percepción utópica de este confín de mundo. Fue precisamente la confirmada ausencia de riquezas el principal fundamento de la tercera generación histórica que quiso realizar en California lo que no era posible concretar en ninguna otra parte. Se trata de la utopía del Reino Mariano impulsada por los jesuitas, quienes buscaban un lugar apropiado para fundar misiones y mantener a sus neófitos al margen de la codicia, la lujuria y la corrupción de los hombres, con la finalidad última de convertirlos en cristianos modelo.
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El primer misionero jesuita seducido por este utópico proyecto fue Francisco Kino. Durante la última expedición financiada por la Corona a California para explorar la región y evaluar su real potencial económico, él tenía a su cargo la labor evangelizadora y misional. Esta expedición se llevó a cabo de 1683 a 1685, bajo el mando del almirante Isidoro Atondo y Antillón. Tenía por objetivo la búsqueda de aguajes y de tierras fértiles donde se pudiera proceder a la fundación de pueblos. Hubo tres intentos de establecimiento colonial en sitios distintos, pero en todos ellos la hostilidad del medio natural y las agresiones de los nativos imposibilitaron la permanencia de los colonos. El 17 de septiembre de 1685 la expedición de Atondo regresó a Matanchel declarando que la búsqueda de recursos naturales que hubieran podido tener algún valor, o que por lo menos hubieran permitido al tesoro real recuperar la inversión realizada, había sido infructuosa. Quedaba claro que se trataba de una tierra de difícil y costoso acceso, con una naturaleza árida y hostil, y una población de indios salvajes. El veredicto real sobre la colonización de California se asentó en el edicto del 22 de diciembre de 1685, donde se señalaba la urgencia de enfrentar prioritariamente la solución de las revueltas indígenas en el septentrión de la Nueva España, y ordenaba al virrey que suspendiera todas las nuevas conquistas de California.11 No obstante, a causa de los excelentes resultados obtenidos por el padre Kino durante la expedición de Atondo, la Compañía de Jesús siempre insistió en la necesidad de continuar la acción de evangelización y conversión de los indios californios. El objetivo evangelizador que había sido para el imperialismo español un elemento de legitimación y expansión territorial en las zonas fronterizas era una real necesidad, de acuerdo con la moral de la época. Así, la propaganda iniciada por Kino para el establecimiento misional en California sensibilizó a buen número de clérigos y de nobles piadosos que aportaron los fondos con los que la empresa se financió. Durante un encuentro entre Kino y el padre visitador Juan María de Salvatierra en 1690 surgió la estrategia para fundar y mantener a las misiones de California. Desde la Pimería, Kino prepararía barcos y debía tener siempre listas provisiones para enviar a la península. Salvatierra debía obtener la autorización 11 Californiana iii : Documentos para la historia de la transformación colonizadora de California, 1679-1686, edición y notas por Miguel Mathes, José Porrúa T., Col. Chimalistac 29, Madrid, 1974, Vol. 1, pp.353-364.
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real y las donaciones de fondos privados a fin de financiar el establecimiento misional en California. Una serie de coyunturas favorables, buenas relaciones y astucias permitieron a Salvatierra, después de cuatro años de trámites, obtener el acuerdo gubernamental para que la Compañía de Jesús continuara la conquista evangelizadora de las tierras peninsulares. El 6 de febrero de 1697, el Conde de Moctezuma, al firmar esta autorización, abría una nueva época en la historia californiana, aunque también establecía los términos que daban lugar a la creación de un Estado jesuita en el seno del imperio español.12 Una de las razones por las que Salvatierra obtuvo esta autorización fue porque liberaba de cualquier carga financiera al gobierno colonial al comprometerse a financiar por completo la empresa. Así, al lograr la autosuficiencia financiera también adquirió la autoridad para administrar las temporalidades y gobernar la provincia. Tal circunstancia ha sido considerada como un régimen de excepción.13 Para el financiamiento de las misiones californianas, Salvatierra creó el Fondo Piadoso de las Californias. La suma que reunió este fondo fue considerable, ya que cubrió todos los gastos requeridos para sostener inicialmente las obras misionales en California. El gobierno colonial sólo proveyó un barco y el pago de los soldados y misioneros, lo que no restó autoridad a los jesuitas. Tras una infinidad de vicisitudes, pero impulsado por la tenacidad de su fe, Salvatierra fundó la primera colonia estable en California el 26 de octubre de 1697; ésta fue dedicada a la Virgen de Loreto y se ubicó donde ahora se encuentra el poblado que fue la primera capital de las Californias. Ahí residía el padre rector y se estableció el presidio. Entre 1697 y 1767, los ignacianos fundaron dieciocho misiones a pesar de todos los obstáculos y problemas a los que se enfrentaron. Su ideal siempre fue educar a los californios y convertirlos en cristianos ejemplares ajenos a la codicia y la corrupción. La extracción de las riquezas naturales no interesó a los jesuitas californianos, eran prioritarias la agricultura y la ganadería. De hecho, tenían por meta alcanzar la autosuficiencia alimenticia para poder mantener así indefinidamente la autonomía de lo que debía convertirse en una sociedad ejemplar. Por esta razón, la presencia de los jesuitas en la península significó un constante enfrentamiento entre la 12 “6 de Febrero 1697, ‘Lisensia de la Conquista de las Californias Otorgada por el Rey Don Joseph Sarmientto Valladares a los Padres Juan Maria de Salvatierra y Eusavio Kino’”, facsímil, notas de Andrés Henestrosa, Calafia, 2ª época, II 3, diciembre, 1973, uabc, Mexicali, 1972, pp. 19-30. 13 Ignacio del Río, Conquista y Aculturación en la California Jesuítica, 1697-1768, Instituto de Investigaciones Históricas, unam, México, 1984.
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hostil realidad geográfica y la fuerza y el optimismo surgido de una profunda visión providencialista de su labor misional. La construcción del Reino Mariano no habría de ser una labor sencilla, por lo que requería el sostenimiento del régimen de excepción respecto de la administración colonial y una convicción capaz de vencer cualquier obstáculo. No obstante, la total incomprensión y desdén por la cultura indígena, la lucha constante contra un medio geográfico al que no supieron adaptarse, los conflictos con los soldados que se insubordinaban, una feroz oposición al desarrollo de cualquier actividad productiva generadora de excedentes, la constante limitación de la inmigración y —por si fuera poco— devastadoras epidemias, fueron elementos que hicieron fracasar los utópicos y piadosos anhelos de los jesuitas. Cuando fueron expulsados, siete décadas después de la fundación de la primera misión de las Californias, la población indígena había sido diezmada y del reino mariano sólo subsistieron —parafraseando la imagen acuñada por un novelista moderno— “campanas para llamar al viento”.14 Pero tampoco el marqués de Gálvez, nombrado Visitador General de Indias por Carlos III y encargado de esta expulsión, estuvo exento del embrujo utópico de la península. La serie de primeras disposiciones que dictó son testimonio de esto; la mayoría estaban más acordes a una imagen ideal previa y no a la realidad regional que posteriormente encontró. Gálvez tenía la encomienda de hacer lo que juzgara necesario para que la Nueva España reportara a las cajas del Tesoro Real beneficios acordes con sus riquezas y su importante tráfico comercial. Gálvez tenía una visión integral de la anexión definitiva de las provincias periféricas, a causa de su importancia estratégica por su circunstancia como puertas del Imperio. Por ello elaboró un Plan para la Comandancia General de las Provincias Internas cuyo eje central era la cohesión política y el aumento de la productividad. Este plan debía aplicarse en las provincias de Sonora, Sinaloa, Nueva Vizcaya y California. Esta última ocupaba un papel privilegiado en los planes de Gálvez debido a sus supuestas riquezas naturales y a su virginidad desde el punto de vista administrativo. El funcionario real prestó oído a todas las descripciones que hacían parecer a California como la Tierra de Jauja que los jesuitas habían reservado y explotado para su provecho. 14 J. León Sánchez, Campanas para llamar al viento, Grijalbo, México, 1987.
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Con estas ideas, el Visitador General desembarcó en el puerto de La Paz en julio de 1768.15 De inmediato se trasladó al Real de Santa Ana donde la familia de Manuel de Ocio16 lo recibió. Ahí, a través de los informes que había solicitado, Gálvez fue confrontado con la realidad: misiones despobladas y al borde de la hambruna, minas poco productivas y la pesca de perlas prácticamente agotada. Gálvez consideró que tal situación se debía únicamente a la mala administración de los jesuitas y, para borrar por completo cualquier reminiscencia de su régimen, la primera medida que dictó en su Instrucción del 12 de agosto de 1768 fue declarar todas las tierras, mares e islas de California propiedad de la Corona. Igualmente, todo terreno no ocupado por las misiones o los indios de California pertenecía al Rey y debía ser declarado desocupado.17 Pero el desconocimiento de los títulos de propiedad que habían sido expedidos provocó un verdadero caos y prácticamente anuló las incipientes actividades productivas que existían en California. Para incorporar a los indígenas a la nueva vida productiva de California, dispuso traslados de la población hacia las misiones que tuvieran tierras fértiles y dictó medidas tendientes a educar a los indios para el desempeño de diferentes oficios, creando para esto escuelas especiales.18 La explotación de las minas y de los placeres perleros era la punta de lanza de las políticas californianas de Gálvez. Buscando aumentar la productividad de las minas tomó algunas medidas tendientes a mejorar las condiciones de la extracción: elaboró varios reglamentos, limitó el monopolio de los mineros establecidos, trajo a California al ilustre astrónomo y minerólogo don Joaquín Velázquez de León y promovió la inmigración de experimentados mineros de otras regiones novohispanas.19 15 Luis Navarro García, Don José de Gálvez y la comandancia general de las Provincias Internas del norte de la Nueva España, Escuela de Estudios Hispanoamericanos de Sevilla, Sevilla, 1964, p. 156. 16 Manuel de Ocio fue el primer colono civil y el primer empresario de la California. Desde 1740 se dedicó a la explotación de perlas y (ocho años después) de las minas de oro y plata. 17 David Piñera Ramírez, Ocupación y uso del suelo en Baja California. De los grupos aborígenes a la urbanización dependiente, Centro de Investigaciones Históricas, unam - uabc, México, 1991, p. 72. 18 Sanford Alexander Mosk, Spanish voyages and pearl fisheries in the Gulf of California: A study in economic history, PHD Thesis, Submited in Economics-Geography in the Graduate Division of the University of California, 1927, p. 225. 19 Roberto Moreno de Los Arcos, “Ilustración y colonización en Baja California”, en Panorama Histórico de Baja California, coordinado por David Piñera Ramírez, uabc-unam, Tijuana, 1983, pp. 111-116.
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Con la finalidad de intentar recuperar la productividad que había tenido la pesca de perlas, Gálvez dictó una serie de medidas que reglamentaran esta actividad. Estaba convencido de que solamente una explotación racional de los placeres podía asegurar a largo plazo los grandes beneficios económicos posibles por este recurso. Hay que subrayar, sin embargo, que todas estas medidas para controlar la explotación de los bancos perleros, así como para asegurar el pago del quinto real, estaban fundadas en la vigilancia de las costas, y ésta era una tarea prácticamente imposible de realizar en esa época y, de hecho, aún en la actualidad. Tal como lo prueba uno de los últimos proyectos del marqués de Gálvez tendiente a desarrollar esta provincia, el mito perlero californiano ocupó un lugar importante en las reformas previstas por el Visitador y alimentó también su esperanza de que esta tierra se convirtiera en un lugar de productividad y progreso. El 15 de abril de 1771 publicó el documento siguiente: “Plan de una compañía de accionistas para impulsar activamente el beneficio de las ricas minas de Sonora y Sinaloa y reestablecer la pesca de perlas en el Golfo de California”.20 Esta compañía debía reunir entre 800 y 1000 acciones con un valor de 500 pesos cada una. La empresa sería autorizada personalmente por el Rey, y el virrey de Croix estaría implicado como asociado. La idea directriz del proyecto era relanzar la actividad minera a través de los beneficios que aportaría la pesca de perlas y el comercio en el Golfo, actividades que ya habían probado su rentabilidad a corto plazo. Dos puntos importantes en torno a este proyecto deben ser analizados. Por una parte, hay que hacer notar que el mito perlero todavía a finales del siglo xviii —cuando los bancos perleros habían ya sido agotados por la sobreexplotación—, continuaba alimentando las expectativas de acumulación de un gran capital. Por otro lado, la consideración en el seno de la administración gubernamental de la pesca de perlas como una de las actividades productivas más importantes de la península californiana marca el principio de una época en la que la extracción de recursos naturales será un aspecto fundamental en el desarrollo socioeconómico regional. Los beneficios obtenidos por la extracción perlera no serían ya dedicados al crecimiento improductivo de las Cajas Reales; al contrario, sus beneficios serían inverti20 L. Navarro García, op. cit., p. 200.
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dos en el desarrollo de otras actividades económicas de la misma región en la que habían sido generados. Gálvez también dispuso medidas tendientes a organizar la administración política de California. Entre las órdenes más importantes que el Marqués dictó se debe considerar la de la expansión española hacia el norte de la península con la finalidad de reforzar las posiciones hispanas frente al avance de los rusos sobre la costa americana del Pacífico. El franciscano Junípero Serra fue el ejecutor de dicha expansión y el fundador de las misiones de la Alta o Nueva California. Al cabo del tiempo se pudo constatar que la ilusión de Gálvez en el sentido de lograr la felicidad de los californios a través de sus reglamentos y reformas era una utopía. Sus proyectos tenían por base la explotación de los recursos naturales, pero las minas marinas y las terrestres se encontraban prácticamente agotadas. Asimismo, supuso la existencia de recursos humanos, cuantiosos y capacitados, pero uno de los principales problemas de la región era precisamente el decaimiento de su población. Su utopía se alimentaba del desconocimiento que se tenía de la región, de su aislamiento y de su ubicación estratégica en el Pacífico, así como del proyectismo21 subyacente a las reformas borbónicas. De hecho, las pocas disposiciones que se pudieron cumplir, en lugar de mejorar la situación, la agravaron aún más.22 Tan grande fue su ambición como severo el desengaño. Unos meses de estancia en California bastaron para deteriorar la salud del Visitador, al grado de tener que ser temporalmente relevado de su misión y requerir algún tiempo de recuperación en Sonora. La irrealidad de sus disposiciones imposibilitó que la mayoría fueran aplicadas, sin embargo, las escasas medidas que se llevaron a cabo bastaron para desarticular la naciente y frágil economía peninsular. Al comenzar el periodo independiente de México, la penuria y marginalidad 21 El proyectismo, también llamado arbitrismo, es la invención de proyectos o planes disparatados para aliviar la Hacienda Pública o remediar males políticos (cfr. “Arbitrismo”, drae). Fue una tendencia del siglo xvii que vino a sustituir en España al reformismo providencialista. “El desprecio por el arbitrismo llegó a convertirse en tópico y la palabra misma tuvo un carácter peyorativo. Su origen literario se sitúa en el Coloquio de los perros (1613) de Cervantes.” Amable Fernández Sanz, “La utopía solucionista de Jovellanos”, El Basilisco, nº 21, Oviedo, 1996, pp. 25-27. 22 I. del Río, “Población y misiones de Baja California en 1772: un informe de Fray Juan Ramos de Lora”, Estudios de Historia Novohispana, Instituto de Investigaciones Históricas, unam, Vol. 5, México, 1974, p. 243.
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caracterizaban a la península, lo que significaba una debilidad más para la joven nación. Como remedio a esta situación, el Supremo Poder Ejecutivo decidió crear la Junta de Fomento de las Californias, comisión que se reunió en México entre junio de 1824 y agosto de 182723 para analizar en detalle la situación regional y determinar “los medios más necesarios para promover el progreso de la cultura y de la civilización de los territorios de la Alta y Baja California”.24 Los informes y resultados que esta Comisión presentó al Supremo Gobierno de la Nación llamaron considerablemente la atención del ministro Lucas Alamán, durante el gobierno de Guadalupe Victoria,25 y sus recomendaciones en el dominio político tuvieron una gran influencia sobre las decisiones de secularización y distribución de las tierras de las misiones en Baja California. Algunos de los miembros de la Junta de Fomento eran grandes conocedores de la región, como Francisco de Paula Tamariz y Tomás Suria. Los otros eran connotadas personalidades de la época y especialistas en diversos dominios: ideólogos como fray Servando Teresa de Mier y Carlos María Bustamante, abogados como Juan José Espinosa de los Monteros y Tomás Salgado, ricos comerciantes como José Mariano Almanza e intelectuales como Ignacio Cubas, encargado de los archivos nacionales, e Isidro Ignacio Icaza, director del Museo Nacional de Antropología.26 Los trabajos de esta comisión de expertos dieron lugar a la elaboración de siete documentos que a partir de diferentes acercamientos tendían a la reestructuración y la planificación de la economía y del gobierno de estas provincias. El primer documento precisa una serie “de instrucciones para el nuevo jefe político, con nuevas leyes para sostener la defensa exterior e interior del país, relanzar las fuentes de su prosperidad y dar a todas estas relaciones la más grande energía posible”.27 Consideraron indispensable realizar las medidas siguientes: establecer estadísticas económicas y un censo, elaborar una cartografía precisa de las 23 D. Piñera Ramirez, op. cit., p. 104. 24 Junta de Fomento de las Californias, colección documental de la Colección Lafragua, Biblioteca Nacional de México, 2 vols.: laf 437 y laf 31, Documento N. 1: “Dictamen que dio la Junta de Fomento de las Californias al Exmo. Sr. Presidente de la República sobre las instrucciones para el Jefe Supremo Político de aquellos territorios.” 25 P. L. Martínez, op. cit., p. 344. 26 D. Piñera Ramírez, op. cit., p. 104. 27 Junta de Fomento de las Californias, Documento 1, loc. cit., p. 2.
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costas y de las islas, controlar la administración de las misiones, desarrollar una política de poblamiento, prever medidas para la defensa territorial y marítima, e impulsar la navegación y el comercio para la exportación. Este esfuerzo de planificación y desarrollo regional debía servir también para integrar productivamente este territorio a la Nación. Las medidas que deberían ser tomadas para este efecto están previstas y explicadas en los seis documentos siguientes: Plan para el arreglo de las misiones de los territorios de la Alta y Baja California, propuesto por la Junta de Fomento de aquella Península.28 Plan de Colonización Extranjera para los territorios de la Alta y Baja California, propuesto por la Junta de Fomento de aquella Península.29 Plan de colonización de nacionales para los territorios de la Alta y Baja California, propuesto por la Junta de Fomento de aquella península. 30 Iniciativa de ley propuesta por la Junta para el mejor arreglo del gobierno de los territorios de las Californias. 31 Proyecto para el establecimiento de una Compañía de Comercio Directo con el Asia y Mar Pacífico cuyo puerto céntrico debe ser Monterrey, capital de la Alta California. 32 Proyecto de Reglamento en grande para el establecimiento de la Compañía Asiático-Mexicana. 33
El conjunto de medidas y consideraciones formuladas en estos documentos por la Junta de Fomento de las Californias tenía por objetivo volver estas regiones autosuficientes y productivas para su propio beneficio y para el de la Nación. Esta comisión de expertos trabajó en un contexto en el que el espíritu nacionalista y modernizador orientaba los esfuerzos de una joven nación que quería deshacerse de los obstáculos y la pobreza acarreados durante tres siglos de explotación colonial. 28 29 30 31 32 33
Ídem, Documento 2, loc. cit. Ídem, Documento 3, loc. cit. Ídem, Documento 4, loc. cit. Ídem, Documento 5, loc. cit. Ídem, Documento 6, loc. cit. Ídem, Documento 7, loc. cit.
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El encargo de proyectos que hizo la administración pública para el acondicionamiento del territorio y para la explotación de los recursos naturales bajo el control del Estado nacional muestra el deseo de dejar atrás los mecanismos de explotación colonial del régimen monárquico. Aunque la orientación ideológica de estas medidas haya querido hacer tabla rasa del pasado, es importante hacer ver que en esencia la estrategia de estos proyectos difiere poco de la que caracterizó el espíritu ilustrado de los Borbones. Los medios previstos para las políticas nacionalistas de acondicionamiento territorial y de reorganización gubernamental proponen también —como lo había hecho la administración colonial— un conocimiento cartográfico preciso, el inventario de los recursos locales, la administración de las temporalidades a través de la secularización de las misiones y el estímulo del comercio. Se diferenciaba en que el beneficiario de las reformas decimonónicas era México y ya no más la Metrópoli. Un estudio detallado de la colección documental muestra las grandes coincidencias entre los principios y los medios de acción entre los dos regímenes, tal como acabamos de subrayar. En los dos casos prevalecía una visión utópica de las condiciones existentes en la región, base sobre la que debían partir estos esfuerzos planificadores. Sin embargo, en el proyecto de la Junta de Fomento de las Californias, el peso del imaginario colectivo por encima de la apreciación cabal de la realidad, obedece más a las buenas intenciones de construir un país sólido y no, como en el caso de Gálvez, al desconocimiento de la realidad. No obstante, el resultado fue el mismo: la inaplicabilidad de los planes y proyectos. La Junta de Fomento de las Californias mostró que era fundamental que el gobierno se viera obligado a controlar racionalmente la explotación de los recursos naturales. Paralelamente, la importancia concedida a la planificación y a la reorganización de la economía de estas provincias atestigua que el gobierno central conocía y quería remediar el carácter periférico e improductivo de esas regiones. Sin embargo, esos esfuerzos racionales y modernizadores no consideraron la falta de recursos tanto materiales como humanos indispensables para fundamentar la operación de los planes. La mayor parte de los proyectos propuestos por la Junta de Fomento no rebasaron el nivel de las buenas intenciones; sus consejos y directivas de gobierno no fueron llevados a cabo más que en una mínima medida. Sin embargo, la pertinencia
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de sus consideraciones sería probada con el paso del tiempo en numerosos aspectos, tal como el impulso de la navegación y las actividades comerciales de importación-exportación en tanto que alternativas importantes para el desarrollo de la península. En lo que concierne al potencial detonante de la actividad perlera, la precisión de los proyectos de la Junta de Fomento sería probada unos años más tarde. La última utopía en la historia regional a la que haremos referencia comparte con las otras el deseo de crear en la región las condiciones necesarias para asegurar el crecimiento económico y el progreso social. Se trata del legado que dejó Gastón J. Vives en un manuscrito de 1936 cuyo título describe la base sobre la que fincó sus sueños: El porvenir de la Baja California está en sus mares. 34 Vives fue el primer maricultor de América, fundó y desarrolló el más grande emporio perlero del mundo, la Compañía Criadora de Concha y Perla de Baja California S.A. 35 Pero, en pleno apogeo, esta pujante empresa fue destruida por la oleada revolucionaria y Vives empezó un vía crucis de peticiones con las que creía que el gobierno revolucionario y populista podría ayudarle a restablecer el cultivo de ostras perleras, creando un sistema de ejidos marinos. En el mencionado manuscrito, Vives analiza la situación económica, geográfica, política y social de Baja California en la década de 1930. Con ese análisis, este experimentado empresario sudcaliforniano demuestra que la explotación de las minas y de la agricultura, si bien podría aportar a la región cierto progreso, éste sería: lento y tardío, y que la situación geográfica de la Baja California —rodeada por mares poblados de productos privilegiados y especiales— es excepcional y brinda grandiosas perspectivas. Aseguramos que la explotación racional, metódica y en gran escala de dichos productos marinos hecha por mexicanos y con recursos nacionales, traería aparejado para este Territorio inmediatas y grandes riquezas que sin duda se traducirían en una franca prosperidad general. 36 34 Martha Micheline Cariño Olvera, El porvenir de la Baja California está en sus mares. Vida y legado de don Gastón J. Vives el primer maricultor de América, uabcs-sep, México, 2000. 35 Micheline Cariño y Mario Monteforte, El primer emporio perlero sustentable del mundo, uabcs, México, 1999. 36 M. M. Cariño O., El porvenir de la Baja California…, op. cit., pp. 137-138.
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Evidentemente, Vives hacía este análisis en una época en la que los mares aún no habían sufrido los estragos de la sobre pesca; pero, además, centra sus expectativas en la acuacultura de las ostras perleras, en particular, y en la de los moluscos comestibles, en general. El alegato de Vives, si bien es un medio para legitimar su anhelo de reestablecer las operaciones de su destruido emporio, también debe ser valorado con la objetividad propia de un científico decimonónico. Vives en su manuscrito demuestra una franca actitud visionaria al considerar que el crecimiento económico no implica desarrollo social, y que ambos debían tener por base tanto el aprovechamiento racional de los recursos marinos como la distribución social de los beneficios. No obstante, su sabiduría no encontró en el contexto sociopolítico prevaleciente en la época un terreno fértil para fructificar, con lo que tan atinado análisis quedó relegado al terreno de la utopía. Entre anhelos y desencantos, la historia de las utopías bajacalifornianas ha sido marcada por reiterados fracasos. La riqueza de sus mares, la particular belleza de sus paisajes, su aislamiento o la vastedad de su horizonte son razones que han alimentado siglos de ensoñación. Pese a las buenas intenciones que respecto al futuro de la región han caracterizado a la mayoría de las utopías de su historia, la península aún espera tiempos mejores por venir. En este contexto se inserta la utopía que, a nuestro parecer, se encuentra vigente en la Baja California peninsular, corroborando la constante generación de utopías en la historia regional. En la actualidad, el pensamiento utópico que acompaña el presente y que prefigurara el futuro de la región, se concreta en la utopía ambientalista. Ésta impulsa a una variedad de actores sociales a pugnar por la conservación del medio ambiente y por el desarrollo sustentable regional.37 Los ambientalistas que participan de este pensamiento utópico se manifiestan y expresan de muy diversas maneras, desde las publicaciones científicas hasta las consultas públicas. Tienen formaciones y ocupaciones diferentes, y los podemos encontrar entre los académicos, los funcionarios de gobierno (de los tres niveles), las organizaciones civiles, la iniciativa privada, 37 Tema que abordamos detalladamente en los capítulos de la tercera parte, en los que explicamos detalladamente la participación de los actores de la conservación y el desarrollo sustentable en los diferentes procesos en los que estos sistemas alternativos se llevan a cabo; razón por la cual aquí sólo esbozamos su identificación y proceder.
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el medio artístico, el sector estudiantil, etc. Los activos sociales que se preocupan y se ocupan de la conservación y el desarrollo sustentable regional son sudcalifornianos, mexicanos y extranjeros, viven en la entidad y fuera de ella. Han contribuido a la declaración de las áreas naturales, participan activamente en todos los foros relacionados con asuntos ambientales, promueven la constitución de servidumbres ambientales, la formación de unidades de manejo de fauna silvestre, realizan acciones de educación ambiental, analizan la factibilidad y establecimiento de proyectos productivos sustentables. Todos ellos promueven el desarrollo sustentable mediante la conservación. Consideran la importancia del largo plazo, la necesidad de elevar la calidad de vida, de valorar la cultura regional, la fortaleza comunitaria y la equidad, entre sus valores más destacados. Hoy día, al igual que debe haber sido en el presente de cada una de las utopías pasadas, los actores sociales que comparten la utopía ambientalista no consideran sus anhelos o proyectos como fenómenos irrealizables, aunque sí de difícil alcance. Los actores de la utopía ambientalista conciben sus proyectos y acciones como peldaños que avanzan en la transformación de las condiciones históricas vigentes hacia un futuro mejor, producto de la visión que comparten. No identifican sus anhelos con una utopía, ya que esto los conduciría inexorablemente al terreno de lo irrealizable. Esta actitud debe haber sido compartida por todos aquellos actores históricos que impulsaron los procesos históricos que describimos antes y que, como mostramos, desde la perspectiva de nuestro presente terminaron siendo utopías. Para no correr la misma suerte debemos partir del cuestionamiento de nuestras propias empresas materiales y concepciones espirituales. Dejemos a un lado las utopías basadas en la tradición y en la razón, y comencemos por construir el cambio basado en el horizonte de posibilidades. La primera estación de este objetivo consiste en repensar nuestro conocimiento social para obtener las herramientas básicas de la edificación de un cambio y una posterior transformación. Esto nos obliga a una relectura del tiempo, donde el pasado no es lejano e inmutable sino cambiante y cercano al presente que se proyecta al futuro vislumbrado en el cambio de un nuevo sistema social. Bajo esta concepción se encuentran las propuestas del sistema-mundo de Immanuel Wallerstein y la biosociología acompañada del ecodesarrollo de
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Enrique Leff.38 Ambas propuestas coinciden en la reorientación histórica de este sistema social. El plantear metas y fines posibles no quiere decir reducir expectativas de transformación. Al contrario, éstas se construyen, mas no se sueñan. Por lo tanto la dialéctica que se establece entre pasado-presente y utopía-proyecto social de cambio, nos remite a la propuesta teórica de Immanuel Wallerstein, quien considera que aquello que convierte a los proyectos transformadores en utopías —es decir, que condena a estos proyectos a la irrealidad— es la falta de una evaluación compleja y con perspectiva histórica del contexto en el que se les formula. Wallerstein sugiere: Si en realidad [...] estamos en una transición, larga y difícil, de nuestro sistema mundial existente a otro u otros, y si el resultado es incierto, nos enfrentamos a dos grandes preguntas: ¿qué tipo de mundo realmente deseamos? y ¿por qué medio o camino tenemos más probabilidades de llegar a él? Éstas son antiguas interrogantes que muchos se han hecho por largo tiempo; durante los últimos dos siglos, para ser preciso. Pero la primera pregunta generalmente se ha formulado en términos de utopías y yo deseo referirme a ella en términos de utopística, es decir, de la evaluación seria de alternativas históricas, del ejercicio de nuestro juicio en lo que toca a la racionalidad fundamental de posibles sistemas históricos alternativos. 39
Siguiendo la línea de análisis propuesta por Wallerstein, y considerando pertinentes los propósitos de la conservación y el desarrollo sustentable en el sentido del cambio deseado y deseable para Baja California Sur, nos interesa contribuir a la identificación de las condicionantes que podrían transformar la utopía ambientalista sudcaliforniana en un proyecto utopístico, por lo tanto realizable. En este sentido —y siguiendo las líneas de reflexión de Wallerstein— tres son las circunstancias a tomar en cuenta: 1) qué deseamos sustituir, 2) por qué tipo de sistema alternativo lo deseamos sustituir y, 3) cómo impulsar esa 38 Por el momento sólo mencionaremos a Immanuel Wallerstein, debido al análisis que basamos en el tránsito de utopías-utopística y retomaremos la propuesta de Enrique Leff en el próximo capitulo. 39 Immanuel Wallerstein, Utopística o las opciones históricas del siglo xxi, Siglo xxi, unam, Centro de Investigación Interdisciplinaria en Ciencias y Humanidades, México, 1998, p. 65.
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transformación a partir de las condiciones históricas existentes.40 La utopía ambientalista tiene muy clara la respuesta a las dos primeras cuestiones. Superar el crecimiento económico devastador y su codicia intrínseca, causantes del deterioro ambiental y generadores de inequidad social, por un modelo de desarrollo sustentable que permita a largo plazo el uso de los recursos naturales, que preserve el equilibrio de los ecosistemas, la biodiversidad y la belleza paisajística, que conlleve a una distribución justa de los benéficos generados por las actividades económicas entre la sociedad local, que sustente la cultura regional y que asegure una mejor calidad de vida. El tercer componente de las condiciones que conducirían a la utopística se torna menos obvio a partir del momento en que analizamos la realidad vigente para identificar a los actores y dilucidar los medios que impulsarían, para lograr la transformación deseada a partir de la compleja realidad y de las condiciones históricas existentes. Este análisis, complejo pero factible y necesario, permitiría perfilar las estrategias capaces de conducir a la concreción del sistema histórico alternativo deseado por los promotores de la utopía ambientalista. Es importante subrayar que el objetivo principal de esta investigación consiste en aportar elementos que contribuyan a fundamentar el tercer componente de concreción de la utopística ambientalista. Para tal efecto nos hemos dado a la tarea de identificar, clasificar y estudiar a los actores y a los procesos de la utopía ambientalista sudcaliforniana. También analizamos los medios con los que estos actores promueven la transformación deseada y los consecuentes procesos que así se desencadenan. Ésta es la historia ambiental contemporánea de la conservación y del desarrollo sustentable en Baja California Sur. Tomando en cuenta la importancia de la diferencia radical que plantea Wallerstein entre la utopía y la utopística, también hemos considerado fundamental conocer y analizar el contexto en el cual se debaten los actores de la utopía ambientalista para lograr concretar la conservación y el desarrollo sustentable. Por ello también tratamos en este libro, con un enfoque crítico y desde la historia ambiental, el saqueo contemporáneo de los recursos naturales estratégicos de Baja California Sur.41 De tal manera, la evaluación seria 40 Ídem, p. 66. 41 Aspectos abordados en la Segunda Parte.
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de alternativas históricas permitiría valorar las posibilidades efectivas para que la utopía ambientalista logre transformarse en utopística ambientalista, la cual depende de la construcción de herramientas conceptuales básicas que legitimen y hagan posible el cambio. Teniendo conocimiento de los procesos contemporáneos de saqueo y conservación abordamos el estudio comparado de ambas historias. Es así que en la tercera parte de esta obra analizamos tanto la problemática y los obstáculos que enfrenta la estrategia de conservación y desarrollo sustentable, como las oportunidades y las estrategias que permitirían concretar un sistema histórico alternativo. Sabemos que para construir un sistema histórico alternativo no es suficiente el conocimiento del contexto, sino que también se requiere un plan de acción. Éste sólo puede surgir de la organización de los actores que promueven la transformación deseada, y tal situación requiere la constitución de un movimiento social y no sólo la buena voluntad y el esfuerzo difuso de una diversidad de actores. Es en este sentido que se inserta el capítulo siguiente, dedicado a la revisión teórica de los movimientos sociales, con el que cerramos esta amplia primera parte dedicada a la contextualización de los procesos del saqueo y conservación en la historia sudcaliforniana contemporánea.
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Los movimientos sociales y el ambientalismo José Osvaldo Torres y Micheline Cariño
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a problemática ambiental de los últimos años es el resultado de una relación de agresión y distanciamiento entre nuestra especie y su hábitat, pero sobretodo de un magro resultado de sus planes con respecto a la modernidad. Ésta —el último gran proyecto humano— en su finalidad se proponía la emancipación de las ataduras hechas por sí misma a través de su existencia. El camino se trazó con un destino, pero aún más se establecieron las herramientas y los criterios a evaluar. Las luchas se marcaron en esos parámetros, los bandos se dividieron y enfrentaron conforme a lo establecido, delineando sus horizontes de posibilidades así como su estrategia. Los actores han sido diversos pero son los actores colectivos denominados movimientos sociales quienes han tenido una propuesta y una actitud crítica, así como una tendencia a la aceleración del paso sobre las promesas modernas. En la actualidad, frente al problema ambiental usamos los recursos disponibles cada vez con mayor riesgo de su extinción. El mismo problema es fuente de beneficios para los actores tradicionalmente vinculados con el atraso o desviación de la modernidad: los podemos identificar como saquea[201]
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dores o simplemente como explotadores. Sin embargo, la problemática no sólo es ambiental, es en realidad sistémica. Nuestra organización actual, así como nuestras esperanzas y caminos, se ven cuestionados por sus resultados. Todas las facciones de la especie luchan por imponer sus intereses, las posturas llevan a dividir y los recursos humanos y naturales son estratégicos para una lucha al interior de la especie. La guerra, como menciona Norbert Elias, es una institución bajo la cual se dirimen los desacuerdos, pero —como el mismo historiador menciona— nuestra próxima guerra tiende al exterminio. Bajo esta entrada esperamos dar un paseo por una contienda básica: por el mantenimiento de los recursos de nuestra existencia. Nuestras guerras son una cuestión de distribución aun, quizá deberíamos comenzar a pensar cómo producimos, la forma de cómo satisfacemos nuestras necesidades. No sería justo olvidar o negar la proeza de quitarnos las cadenas impuestas por otros hombres. Todos debemos formar parte de los beneficios que construimos, todos debemos ser libres. Es posible. A fin de exponer nuestro parecer sobre este periplo, primero marcaremos los principios de la modernidad, posteriormente su desviación y cómo se construyó un orden para satisfacer los intereses capitalistas. Analizaremos el proceso de sustitución de una sólida estructura política por una liquidez informática, y cómo los movimientos sociales fueron constructores de un sistema mundial y siguen siéndolo. Así mismo se abordará la cuestión ambiental y las respuestas sociales devenidas del movimiento verde.
1. Sólo materia del cosmos Nuestra vida como individuos es corta y efímera al compararla con la temporalidad cósmica del planeta Tierra. Entre el azar y la evolución aparecemos como una especie más. Como todas, la nuestra tiene sus particularidades y su finitud. Lo que comparten todos los seres vivos —los que son capaces de interacción con el ambiente a través de la alimentación— es el común denominador: la muerte. No sólo somos un animal más, somos un conjunto de materia sin dueño u objetivo; somos parte del universo. La trayectoria humana en sus últimos siglos ha llevado el sino de modernidad. En su nombre lleva una complejidad sistémica demarcando reglas y limites a las acciones humanas debido a las posibilidades existentes en el
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espacio-tiempo actual. Quizá es la experiencia humana más libertadora y de engrandecimiento de la figura humana en toda su historia. Decimos quizá porque, si la vida es corta, lo es aún más la memoria, la cual se complementa de mitos, ficciones y relatos para construir un pasado. En la modernidad se individualizó el hombre, se autoproclamó centro de la atención cósmica, erigiéndose como conquistador debido a su particularidad más curiosa: la razón. Con base en ello enfrentó sus miedos ancestrales, trazándose un camino con un destino a cumplir. Ello respondía al resultado de los logros materiales para satisfacer sus necesidades laborales, así como sus ambiciones de poseer tanto cantidad como calidad de productos tangibles. Así el hombre vuelve a tomar un impulso al reinventar su pasado para proyectarse al futuro. La experiencia del homo sapiens es muy amplia, pero ésta es la más cercana, bajo la cual construimos sueños, temores, y los parámetros de nuestra comunicación. La entrada del conglomerado humano a la modernidad ha sido un viaje dantesco en toda su imagen. “De hecho, la vida no comienza tanto lanzándose como girando.” Bajamos en círculos acompañados de la razón y, mientras avanzamos, el dolor tiene expresiones más hirientes, nos encontramos en una espiral descendente. No importa tanto la entrada sino la dirección de la modernidad, sólo así podemos vislumbrar el proceso de las decisiones primarias modernas y comprender el significado de las crisis. No obstante, como lo menciona Jürgen Habermas: “fue Hegel el primer filosofo que desarrolló un concepto claro de modernidad; a Hegel será menester recurrir, por tanto, si queremos entender que significó la interna relación entre modernidad y racionalidad”. El hombre moderno tendería así a ser el individuo universal: el “espíritu autoconciente (…) se muestra cada momento en que se adquiere su forma concreta y (su) propia configuración”. Es decir, el autocercioramiento de sí mismo hacia el futuro emerge cuando se dejan en el pasado los restos de luchas en contra de las particularidades olvidadas por una idea máxima. “El bien es la Idea, en cuanto concepto de la voluntad y de la voluntad particular (…), es la libertad realizada, el absoluto fin último del mundo”.
Gaston Bachelard, La poética del espacio, fce, México, 2000, p. 141. Jürgen Habermas, El discurso filosófico de la modernidad, Taurus, Madrid, 1989, p. 15. G. W. F. Hegel, Fenomenología del espíritu, fce, México, p. 21. Ídem, La filosofía del derecho, Juan Pablos Editor, México, 1986, p. 128.
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El valor básico de la modernidad —la subjetividad, según Hegel— se impondría en tres acontecimientos históricos claves: la Reforma, donde el hombre se libera de una fe corrompida de la vida contemplativa; la Ilustración, que da un valor político en la forma de la ciudadanía; y la revolución francesa, que proclama un derecho al exigir respeto a la vida del hombre individualizado por su subjetividad. Hegel establece las bases reales de la modernidad presentándola como un proyecto, e incluso señala que de su fuerza deviene su debilidad. La subjetividad, como valor histórico puede degenerar en una inmediatez corto placiente, por eso la libertad debe estar proyectada hacia el futuro en vista del bien general. Aunque la subjetividad atañe al individuo, no es ésta atomizante. Al contrario, en la visión hegeliana es tendiente a la comunicación por la idea de una identidad general —como la ciudadanía—, pero existe el peligro de la individualización extrema e inútil, lo que sería factor primario de sus crisis. “El sujeto es la serie de sus acciones, si éstas son una serie de productos sin valor, la subjetividad del querer es igualmente una subjetividad sin valor; si por lo contrario la serie de actos es de naturaleza sustancial, también lo es la voluntad intima del individuo”. Como lo menciona Jürgen Habermas: “la tentativa de Hegel de traer la modernidad a concepto va de la mano de una critica de la modernidad”. En este descenso dantesco de la modernidad, alejándose de la gracia de la tradición, llegamos a soportar e incluso a sentirnos triunfadores en la lluvia dolorosa del proyecto del mañana moderno, “pareciéndose en el correr a los que vencen y no a los vencidos”. Pero el descenso se vuelve más tortuoso y en un momento los medios se volvieron fines, contemplando con dolor pero con deleite los logros espectaculares de un camino deformado por la máquina. De esta manera el homo sapiens se envuelve en un traje o atadura a la medida de sus ambiciones, pero no de su especie. Es un caminante de sus propios trazos en una colosal y cósmica eternidad. El hombre como su entorno es materia transformada, nunca se termina, no tiene ni fin ni principio. Sus actividades llegan a corromperle incluso en el sentido de tentarle a eliminar
Ídem, p. 124. Habermas, op cit., p. 28. Dante Alighieri, La divina comedia, Porrúa, México, 2004, p. 48.
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su forma actual, de la cual depende su existencia, por ello no se acabaría el planeta, se terminaría la vida humana. Las acciones humanas sobre su entorno inmediato tienden a poner en duda su permanencia en el planeta. Dentro del cosmos esto no sería nuevo ni catastrófico, para nosotros sería el fin. Parte de polvo del big bang está en nosotros. No somos una especie tendiente a ser una presencia eterna, somos finitos, somos tránsito de la materia. Sin embargo, podemos ralentizar nuestro fin teniendo mayores posibilidades de realizar nuestros proyectos. Pero mientras manipulemos la transformación de la materia de manera peligrosa, una explosión, un cambio de corrientes marinas o un hoyo en el cielo pueden significar nuestro retorno al polvo. El sapiens debe tener algo claro, la manipulación de la materia es algo peligroso para su existencia. Siempre lo ha hecho, pero esto comienza a salirse de control. Ya se comenzaba a sospechar de ello en la cuna de la revolución industrial cuando el “Ayuntamiento de la ciudad de Manchester nombró un ‘comité de molestias’ para estudiar los problemas del humo en 1801”. Esta advertencia es resultado de las luchas realizadas en el campo de la modernidad donde los desenlaces han marcado tres fases hasta este momento, como lo menciona Alain Touraine, denominadas llanamente alta, media y baja, considerando la relación sobre una constante deformación de la modernidad en sus ideas centrales. La alta modernidad encuentra con Hegel y la Ilustración los valores y las reglas de la discusión de la época moderna. En la media hay una completa bifurcación de acciones entre valores y derechos políticos frente a acciones y resultados económicos. Finalmente, en la tercera se encuentra la desintegración de lo logrado en el pasado inmediato de la modernidad, apareciendo el pasado tradicional jamás vencido, pero ahora teniendo como instrumento los milagros tecnológicos de un presente marcado por la crisis de la época moderna. Nuestra existencia en los últimos años siglos se encuentra marcada por la lucha de la distribución de bienes económicos, así como por la conquista de valores políticos. Esto ha devenido, entre otras consecuencias, en un desequilibrio ambiental. Todo esto forma parte integral de nuestra problemática
Jorge Riechmann y Francisco Fernández, Redes que dan libertad, Paidós, Madrid, 1994, p. 106.
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humana, afrontarla en su totalidad es una exigencia clara para mantenernos en el cosmos. La modernidad media marca el comienzo de la deformación de un conjunto de valores vueltos exigencia inherente al hombre: vida y libertad.
2. Desviación a nuestro presente Es en esta segunda etapa de la modernidad donde se da una bifurcación tenue entre la modernidad política en búsqueda y protección de la individualidad humana, y la modernización manifiesta de procesos espectaculares y veloces. Estos procesos tienen la capacidad de transformar la faz del espacio y la liquidez del tiempo en favor de la producción industrial. Tienen por justificación la apariencia de confort material y espiritual, al tener el hombre el dominio de todo su entorno natural a través de la racionalidad de los proyectos humanos, nombrando progreso (acción de ir hacia delante) a este dominio. Donde se manifiesta esta dualidad de la modernidad de forma concreta es en los acontecimientos de 1789. “La revolución francesa puso de manifiesto, en cierto modo, por una vez, que la modernidad de la tecnología y la modernidad de la liberación no era absolutamente idénticas. En realidad se podría decir que los que querían principalmente la modernidad de la tecnología se atemorizaron de repente ante las fuerzas de los defensores de la modernidad de la liberación. (…) Entre 1815 y 1848 se elaboró una geocultura diseñada para impulsar la modernidad de la tecnología y al mismo tiempo contener la modernidad de la liberación”. Se estableció así y de forma general una “idea de progreso que se empeñó durante mucho tiempo por mantener el ideal de un orden racional en una sociedad en movimiento: este orden sería instaurado, al final de la evolución, por el triunfo de la razón”.10 De esta manera se formó una fachada perfecta para las acciones capitalistas, apropiándose de un sentido histórico, justificando sus acciones presentes, legitimando la explotación, de las personas y del ambiente, con la promesa del bienestar material futuro. No importaría ya el mito fundador cuando, en este presente, se puede producir capital y además multiplicarse mañana. El ayer no genera dividendos. Igualmente, día a día no se está más cerca del Apocalipsis y de la posterior Immanuel Wallerstein, Después del liberalismo, Siglo xxi, México, 1999, p. 132. 10 Alain Touraine, ¿Podremos vivir juntos?, fce, México, 2000, p. 138.
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redención. Existe la gran posibilidad de evitar el juicio y llegar a la redención humana y divina. ¿Quién se atrevería a juzgar al hombre racional? ¿Quién puede juzgar al futuro? Lanzando completamente la modernidad hacia el futuro, éste se convirtió en la fuente de su legitimidad. Si la modernidad —como sugiere Jean Francois Lyotard— busca legitimarse no en el mito de los orígenes, ni en un acto ‘fundacional’, sino en un futuro. Si vivir con ‘un proyecto’ fue la característica de la existencia moderna, ese proyecto, esa Gran Idea que es el centro de la inquietud moderna, esa linterna colgada en la proa del barco de la modernidad fue la idea de la emancipación: una idea que adquiere significado a partir de lo que se niega y contra lo que se rebela —de los grilletes que quiere curar— y que debe su encanto a la promesa de la negación.11
Se generó una acción en dos sentidos, negando el pasado y proyectándose al futuro, aceleradamente, con el hambre de una certeza clara, un destino de bienestar material y espiritual, asegurado por la objetiva demarcación de la razón en favor de la subjetividad consumada en libertad. Sin embargo como todo camino, éste tiende a desviarse. El progreso se impondría como el signo distintivo de la modernidad deformada en modernización adoptando para sí los valores primordiales de la subjetividad, rebajándolos al servicio de la industrialización capitalista con miras a la ganancia neta, capaz de mantenerse en el futuro. Como lo menciona Faustino Oncina: “la idea de progreso exonera a la modernidad del lastre de su propio pasado y anticipa el futuro al imprimir una marcha vertiginosa”.12 Esta imposición capitalista sobre la modernidad reduce a ésta de un forma cortoplaciente, destrozándola, aparentando un triunfo de la subjetividad sobre la tradición, pero se trata de una absorción en donde los valores políticos son meramente instrumentales. Como lo ilustra Arnold Huelen: (…) las premisas de la Ilustración están muertas, sólo sus consecuencias continúan en marcha (…) la modernización social, que seguirá discurriendo au11 Citado en Zygmunt Bauman, Ética posmoderna, Siglo xxi editores, México, 2005, p. 255. 12 Citado en Rehinart Koselleck, Aceleración, prognosis y secularización, Pre-textos, España, 2003, p. 29.
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tárquicamente, se habría desprendido de la modernidad cultural, al parecer ya obsoleta. Esa modernidad social se limitaría a ejecutar las leyes funcionales de la economía y del Estado, de la ciencia y de la técnica, que supuestamente se habrán aunado para construir un sistema ya no influenciable.13
Este modelo, en origen y de confección netamente europeo, comenzaría a ser deseado por el resto del mundo debido a sus monumentales demostraciones de poder político-económico-militar y a la postre sería la medida para cuantificar logros o la única manera visible de hacerlo. La tesis fundamental es que existe un camino modernizante común para las naciones/pueblos/áreas (es decir que todos son lo mismo) pero las naciones/pueblos/áreas se encuentran en etapas diferentes de ese camino (por lo tanto no todos son iguales). En términos de políticas públicas eso se tradujo en una preocupación a escala mundial por el “desarrollo”, término definido como el proceso por el cual un país avanza por el camino universal de la modernización.14
Uniformado el mundo, se borrarán las diferencias reduciéndose a cuestión de matices. Se logra afianzar una idea de fin mundial y, en apariencia, no hay límites para alcanzarlo, el campo de posibilidades es tan infinito como los números en los que se basa la economía. Pero, ¿donde se realiza todo este proceso, esta disociación de la modernidad y la modernización? ¿Acaso las acciones de estos hechos se realizan a flote de la superficie o sólo concierne a los lugares poblados por hombres y mujeres donde se encuentran ajenos y a salvo de los territorios salvajes, aquel lugar a conquistar debido a su peligrosa escasez de humanos denominada naturaleza? Desde la alta modernidad se vislumbraba una división entre hombre y naturaleza, pero fue hasta las expresiones de la media modernidad donde esta separación generó sus imágenes más crudas aumentando las proporciones —y sus consecuencias— de acciones sobre el ambiente (y en contra de él). “La naturaleza es concebida como un bien abundante y gratuito, cuya existencia no dependía directamente del comportamiento económico. La naturaleza es 13 En Habermas, op. cit., p. 13. 14 Immanuel Wallerstein, Abrir las ciencias sociales, fce, México, 2003, p. 44.
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recluida dentro de un ‘campo de externalidad’ del sistema económico.”15 El progreso se abasteció de los recursos naturales para sus grandes proyectos; así la modernización encauzó su camino sobre la naturaleza, dando principio desde sus inicios en Europa a efectos de consecuencias globales, acentuándose en nuestros días bajo el ejercicio de la sobreexplotación y el saqueo, así como de la negra ironía de su desperdicio. La principal causa de agotamiento de los recursos naturales ha sido su explotación intensiva con base en los conocimientos científicos y técnicos que han sido generados para el aprovechamiento de los recursos en la zonas templadas del planeta; muchos otros recursos han sido destruidos como efectos de la “externalización de los costos” de la producción capitalista de los ecosistemas tropicales (…) que induce la maximización de las ganancias privadas en el corto plazo. Sin embargo el potencial productivo de los recursos naturales de estas regiones ha quedado inexplorado y ha sido desaprovechado.16
Durante mucho tiempo la naturaleza no fue materia de discusión e incluso estaba lejos, fuera del imaginario. Al contrario, fue considerada como un ente salvaje o, en el mejor de los casos, un regalo divino pero inacabado. La más de las veces fue concebida como un muro a derribar para dar paso al progreso.17 Se manifiesta una disociación clara entre el hombre y la naturaleza, la racionalidad es la llave del escape de la irracionalidad de las pasiones naturales. Volviéndose una relación antagónica con un intercambio mutuo de agresiones. La destructiva relación o desunión tardará mucho tiempo en ser tomada en cuenta. Los antagonismos se marcarán en otro sentido formando una institución impulsora de demandas y constructora de conflictos: el movimiento social.
15 Enrique Leff, Racionalidad ambiental, Siglo xxi, México, 2004, p. 133. 16 Ídem, Capital y ambiente, fce, México, 2003, p. 167 17 A este respecto es notable la actitud del gobierno chileno frente al bosque nativo del sur del país. Esa infranqueable barrera impedía la colonización de las fértiles tierras templadas y húmedas. Ver Fernando Ramírez, “Historia ecológica de los bosques nativos chilenos: las coníferas del sur de Chile, 1880-1980”, I Simposio de Historia Ambiental Americana, 51º Congreso Internacional de Americanistas, Santiago de Chile, julio de 2003.
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3. Movimientos sociales El conglomerado humano en cualquier época ha estado marcado por relaciones verticales, sustentadas en una desigual distribución de recursos considerados como valiosos. Su posición en cantidad y/o calidad supone una ventaja para la obtención de privilegios y satisfacciones para su poseedor. Lejos de ser rotativa esta situación, los beneficiados tratan de mantenerla el mayor tiempo posible deviniendo en un contraflujo, débil pero constante, entre el lado menos afortunado para revertir su posición. La desigualdad ha sido la constante en la humanidad y el tratar de revertirla también. Dicha acción ha sufrido un cambio o ha optado por una versión distinta para manifestarse en el cenit de la modernidad. Como ya se mencionó, el segundo giro de la modernidad es tan violento que la energía producida por la acción acaba dividiéndola. Esto en dos sentidos. En el orgullo de seguir este descenso en nombre de la verdad “humana” retando a un pasado con la vista puesta en el futuro, y otra menos placentera, al sentir confort con los logros materiales obtenidos y su multiplicación futura. Esta fascinación llega a un estado de obsesión estática obstruyendo toda capacidad de observar algo más, como lo haría resaltar mucho tiempo atrás Dante Alighieri: “Mirando atentamente el rostro de muchos de aquellos a quienes azota el doloroso fuego, no conocí a ninguno; pero observé que del cuello de cada cual pendía una bolsa de cierto color marcada con un signo, en cuya contemplación parecían deleitarse sus miradas”.18 Estas almas torturadas eran de aquellos afamados prestamistas —ahora considerados capitalistas— de Florencia y Papua, quienes se deleitaban de ver sus fortunas, aunque éstas los condujeran al tormento infernal del séptimo círculo de los violentos. Como consecuencia, el deslumbramiento del beneficio de encontrarse en la parte alta de una verticalidad, genera opresión a los de abajo en la aceptación de su condición, ya sea por una tradición o una debilidad de organización, bloqueando todo un campo de sus posibilidades. En esto radica gran parte de la explotación. Sin embargo, el camino andado por la subjetividad en la primera fase de la modernidad tiende a un reto directo, explotando el choque de manera 18 Dante A., op. cit., p. 53.
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formidable, marcándose en el tiempo inmediato de la especie humana: 1789 una vez más. De ahí en adelante se formó el campo de batalla bajo el cual nos situamos por dos siglos y al cual algunas veces nos aferramos o intentamos olvidar. Ahí se establecieron las reglas de las discusiones políticas y económicas, así como el camino de la acción antisistémica. Immanuel Wallerstein lo resumiría de esta manera: La primera gran expresión política de la Ilustración con todas sus ambigüedades, fue evidentemente la revolución francesa. (…) fue el punto final de un largo proceso, no solamente en Francia sino también en la totalidad de la economíamundo en tanto que sistema histórico: en 1789 una buena parte del globo había sido incorporada dentro de ese sistema histórico desde hacia tres siglos. Y durante estos tres siglos, muchas de sus instituciones clave habían sido establecidas y consolidadas: la división axial del trabajo, con una significativa transferencia de plusvalía desde las zonas periféricas a las zonas centrales, la primacía de aquellos que actuaban en defensa de los intereses de la incesante acumulación de capital; el sistema interestatal, compuestos por estados que se declaraban soberanos, aunque estaban constreñidos por el armazón y las “reglas” del sistema interestatal; y una polarización siempre en aumento, polarización que no era solamente económica, sino también social y que se encontraba al borde de convertirse en polarización demográfica.19
Asentándose desde entonces las bases un sistema social que se desmorona en la actualidad. Siguiendo las premisas de Immanuel Wallerstein y Alain Touraine, la revolución francesa abrió un campo de oportunidades que se cerró en 1813 con la caída de Napoleón Bonaparte y la consecuente restauración del régimen anterior. Sin embargo, hay tres consecuencias que perduran: 1) Surgen tres instituciones ordenadoras del sistema social: ideología, ciencias sociales y los movimientos sociales. 2) Se consuma la deformación de la modernidad en modernización. 3) El “cambio” se vuelve inherente al sistema social en forma acelerada. La conjugación de estas consecuencias marcaron las reglas para definir actores, planes, discusiones y fines. Bajo estos paradigmas se estable19 Immanuel Wallerstein, Agonías del capitalismo, http://www.ingsoc.com, 16 de noviembre.
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cieron las milenarias relaciones verticales en nuestra contemporaneidad, así como la forma de combatirlas: los movimientos sociales. En algún momento, a mediados del siglo xix (…) se produjo una innovación sociológica dotada de un profundo significado para la política de la economíamundo capitalista. Los grupos y personas implicados en la actividad antisistema comenzaron a crear una nueva institución: la organización estable, con miembros, cuadros y objetivos políticos específicos a largo y corto plazo. Tales movimientos antisistémicos organizados no habían existido nunca.20
Estas organizaciones captaron algo muy claro de la revolución francesa, al decapitar al Rey y sustituir a otros más en Europa. No sólo el cambio era posible, sino que además sus demandas podían llegar a ser satisfechas; aún más, su triunfo era posible e incluso inevitable. El campo de expectativas se amplió, así como los posibles caminos hacia una gloria donde los ideales políticos de la modernidad y las recientes promesas del progreso se juntaron; la ambición consistió en mezclar agua con aceite. Los valores de los movimientos antisistémicos en todas partes del mundo no fueron de hecho, sin los establecidos en el siglo xix, derivados a la vez de los valores de la Ilustración. Todos estos movimientos se contemplaron a sí mismos como herederos, en uno u otro modo, de la revolución francesa. Eran defensores del progreso y de la modernidad.21
Los movimientos sociales son el reflejo mas claro de la bifurcación dada en 1789: por un lado una modernidad política de liberación y por el otro una modernización tecnológica, como la menciona Immanuel Wallerstein; pero aún más, son una expresión radical de la modernidad en la acción y el lenguaje, proyectado enteramente al futuro. Se ha fijado un destino y, su nombre o nombres, todos por igual, lo conciben posible. Los movimientos sociales nacientes fueron el movimiento proletario y el nacional; sus planteamientos eran distintos. El primero abogaba por una 20 G. Arrighi, T. K. Hopkins e I. Wallerstein. Movimientos antisistémicos, Ediciones Akal, Madrid, 1999, p. 30. 21 Ídem, p. 116.
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acción mundial y el enemigo a vencer era el burgués, era necesario controlar los modos de producción para revertir la desigualdad proveniente de la explotación capitalista. El segundo optaba por una liberación local y actuar en su nombre. Así las “nuevas ‘clases peligrosas’ habían levantando la cabeza agitando la bandera de la libertad, de la liberación, porque creían que su propia esperanza de alcanzar la modernidad tecnológica dependería de obtener primero la liberación”.22 Finalmente, el quiebre efectuado por la modernidad adquiere dimensiones universales, se vuelve parte de las ambiciones de las masas encapsuladas ahora en roles establecidos por las consolidadas instituciones del Estado. Se marca una relación directa y congruente (o al menos eso parecía) entre las acciones individuales e institucionales. La sociedad moderna favoreció durante mucho tiempo la correspondencia entre individuo y las instituciones porque se afirmaba el valor universal de una concepción racionalista del mundo, la sociedad y el individuo (…). La pieza fundamental de esta visión del mundo fue la idea de la soberanía popular, el proyecto de construir una comunidad de ciudadanos libres y racionales sobre las ruinas de los antiguos regímenes que seguían sometidos a la tradición o la ley divina. La política moderna, en su afirmación central, hizo del hombre un ciudadano y luego un trabajador.23
Para acelerar estas afirmaciones, las dos clases de movimientos sociales coinciden en una estrategia fundamental: la obtención del poder estatal, la Revolución. Dicha primera generación de movimientos sociales está comprometida con esta formula: “Ambos (movimientos sociales) entendieron que la estructura política clave del mundo era el Estado (…) en consecuencia el objetivo primario tenía que ser obtener el poder del Estado”.24 Tal situación marcó sus luchas y la mediación de sus logros, pero será la idea de la Revolución la marca que los perseguirá toda su existencia, y de ser su anhelo pasará a ser su desilusión y pesadilla. Si bien “la idea revolucionaria une tres elementos: la voluntad de liberar las fuerzas de la modernidad, la lucha con22 Wallerstein, op. cit., 1999, p. 139. 23 Touraine, op. cit., 2000, p. 28. 24 Arrighi, op. cit., 1999, p. 31.
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tra un antiguo régimen que opone obstáculos a la modernización y al triunfo de la razón y, finalmente, la afirmación de una voluntad nacional que se identifica con la modernización. No hay revolución que no sea modernizante, liberadora y nacional”.25 Estas acciones entran en la lógica de un sistema que comienza a ser global siendo parte de sus secuencias necesarias de su funcionamiento estructural. Como lo menciona Reinhart Koselleck el concepto de revolución deriva de una significación de repetición: “en el concepto de revolución también está contenida la idea de repetición, de retorno e incluso de ciclo”.26 Si bien la concepción común o más propagada por los movimientos sociales es la de transformación comúnmente a través de la violencia, no podemos pasar por alto que su novedad está desgastada volviéndose parte de la decoración sistemática donde es posible anticipar acciones y actores, además de un posible resultado. Generalmente se crean expectativas muy amplias y resultados muy magros, al compararlos con el dolor humano, pero sistemáticamente se amplían las fronteras de explotación regenerando los pactos ya desgastados e inoperantes y, por lo tanto, poco eficientes. Entramos de esta forma en los ciclos sistémicos de las revoluciones debido a las acciones colectivas antisistémicas de los movimientos sociales. El destino prometido por la modernización y los planes propuestos por los movimientos sociales, marcarán la construcción de un sistema social mundial montado en un riel a una velocidad escalofriante, apresurando la putrefacción de varios ideales, como la libertad. Goethe lo expresa así: “No tengo más remedio que considerar que la mayor desgracia de nuestra época, de este tiempo que no permite que nada madure, es que devoramos cada instante al cabo de un instante, que arruinamos el día antes de que se acabe y que así vivimos siempre el día, sin engendrar nada”.27 Las acciones como las respuestas, serán manejadas a través de las ideologías para sellar el círculo de las revoluciones devenidas en la estabilidad más que en la transformación. Las ideologías son los programas políticos delineadores de objetivos y estrategias, desarrollados por todos los involucrados en el sistema social para canalizar conforme a sus instituciones la fuerza del “cambio normal” establecido en 1789. Las ideologías son básicamente tres, 25 A. Touraine. Crítica de la modernidad, fce, México, 2000, p 69. 26 Koselleck, op. cit., p. 80. 27 Ídem, p. 24.
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definiendo sus diferencias en torno a la aceleración de los objetivos modernizadores. El conservadurismo, sería la primera ideología en surgir intentando mantener la tradición y los privilegios cuestionados, apostando primero por una cancelación y finalmente por un retardo. El liberalismo es inherente al cambio, erigiéndose como su portador y fiel paladín. Y finalmente el socialismo, exigente de una radicalización de las acciones debido a la urgencia de la llegada al destino vislumbrado. Son tres tipos de velocidades herederas de la modernidad y servidoras de la modernización, pero sobretodo guías de las acciones y decisiones individuales y colectivas. De esta manera, y aunque deformada, la modernidad queda asentada. Los mitos del progreso y de la libertad alimentan el sueño del rescate de los vínculos con la naturaleza, con la sumisión de ésta al poder de la técnica; pero la promesa de rescate se refiere al mismo tiempo a la vida del individuo para el cual se prefigura un camino abierto hacia la autonomía y a la plena realización de sus potencialidades. (…) Dentro de esta herencia se mueve todavía, pese a todo el léxico de nuestras esperanzas y miedos.28
Si se mantiene es por los logros obtenidos. Los movimientos sociales variaban de afiliación ideológica entre liberalismo y socialismo, según si fuera nacional o proletario. Al tener como meta poseer el poder del Estado, en gran medida muchos de sus programas lo consiguieron. “Los movimientos antisistémicos se han mostrado exitosos, tras dos siglos de lucha, al lograr incrementar de modo considerable el nivel de las demandas populares impuestas a los Estados y a todas las instituciones sociales.” 29 El panorama mostró la posibilidad de ampliar las expectativas a través de sus acciones sujetas a la ideología. “Después de 1848, la vieja izquierda mundial estaba segura que se produciría 1917. Discutían sobre cómo, dónde y cuando”.30 De esta manera, los movimientos sociales fueron parte activa de la construcción del sistema social mundial capitalista, siendo una parte integral y autónoma a la vez. De28 Alberto Melucci. Acción colectiva, vida cotidiana y democracia, Colegio de México, México, 1999, p. 153 . 29 Arrighi, op. cit., p. 110. 30 Ídem, p. 97.
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bido a sus expectativas ideológicas, esta primera generación de movimientos antisistémicos acabó por ser absorbida, menguando gran parte de sus triunfos. Los individuos integrados en roles sociales pronto se darían cuenta de su multifacética personalidad y lo harían notar. Porque algo había quedado muy claro: “nuestras vidas están controlados por una clase dominante con intereses creados no solamente del cambio, sino también de la crisis y del caos. (…) Las catástrofes se transforman en desarrollo y renovación (la desintegración actúa como una fuerza movilizadora y por tanto integradora)”. 31 Las acciones revolucionarias, si algo repitieron, fue la guerra, la destitución, la cooptación, es decir, las victorias parciales. Sus héroes, como parte de sus legiones, en vez de alcanzar la liberación encontraron la integración. Sin embargo, la evolución del aparato productivo así como el desgajamiento de las victorias antisistémicas y su consecuente cuestionamiento, dio paso a tres aparentemente “nuevas” problemáticas: aquellas relacionadas con las acciones militares para alcanza el poder, el reclamo de la otra mitad del cielo al acceso de los pocos beneficios obtenidos, y dar cuenta de lo finito de los árboles. Estos puntos dan un giro a la visión que el hombre hace de sí mismo: no está llamando a la conquista sino a la convivencia, la libertad sobre el empoderamiento. Imprimiendo una vez más velocidad al cambio, en apariencia estancado, hay una renovación, una vez más a través de la crítica y la desilusión, señalando un estigma de nuestro sistema social moderno. “En este mundo, la estabilidad sólo puede significar entropía, muerte lenta, en tanto que nuestro sentido del progreso y el crecimiento es nuestro único medio de saber con seguridad que estamos vivos. Decir que nuestra sociedad se está desintegrando sólo quiere decir que está viva y goza de buena salud”32. Quizá se descarriló el tren de la modernización fracturándose la vía, no obstante hay más tramos por recorrer de ella. Seguimos dependiendo de muchas de sus premisas, especialmente en ciencia, pero la renovación crítica parece ya no tener un destino claro. Es tan amplio el campo de discusión, por lo tanto poco integrado, que no hay rumbo, sólo velocidad. La entrada a la siguiente fase de la modernidad a través de nuevas tecnologías se vislumbra igualmente a través de una nueva generación de movi31 Marshall Berman. Todo lo sólido se desvanece en el aire, Siglo xxi, México, 2004, p 90. 32 Ibídem.
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mientos sociales y en la caída de los logros más colosales de sus antecesores, para dar paso a los instrumentos de sus verdugos sobre las masas liberadas de la historia, ahora presas de la información.
4. La puerta abierta: 1968 1968 marca el comienzo de la desintegración del sistema social de la modernización. Se manifiesta su agotamiento en la lentitud de la ampliación de beneficios para las masas parcialmente ajenas al conflicto de la relación capitalista: capital-trabajo. Tal es el caso de las etnias o pueblos, ya sea por definiciones raciales o religiosas. Las respuestas políticas y económicas al ser comparadas con las tecnologías, ajenas al bienestar de la humanidad o al menos a su preservación, como quedó demostrado en las dos guerras mundiales pasadas, se tornan insuficientes. Los movimientos proletarios y nacionales triunfantes no cumplen sus promesas, volviéndose parte de un sistema que criticaban y combatían. La primera oleada de movimientos sociales antisistémicos había sido incorporada a la lógica del sistema-mundo capitalista, formando instituciones o reformando algunas otras para canalizar demandas de las mayorías explotadas, enmarcándolas con beneficios enormes, pero sin duda parciales, frente al horizonte de exigencias establecido o deseado. La innovación antisistémica envejeció y se volvió cooptadora y a veces represora. Todo ello fue establecido dentro de sus logros y triunfos: “total organización de la clase obrera industrial y un aumento significativo de su nivel de vida, además del acceso de estos poderes a la estructura política del Estado”. 33 Sin embargo, no se contemplaban otros sectores oprimidos y discriminados como las etnias y las mujeres. El sistema productivo evolucionaba gradualmente junto a la explotación y a la marginación, pero no su crítica antisistémica, dividiéndose los sectores sociales explotados entre los beneficiados política y económicamente, por un tipo de herencia surgida de las confrontaciones pasadas, y los postergados y excluidos, quienes alcanzaron una proporción demográfica que hacía necesario —relativamente— tomarlos en cuenta. Los beneficios eran pocos y no 33 Arrighi, op. cit., p. 75.
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para todos, generándose crisis y enfrentamiento entre los explotados, y reviviendo una radicalidad contra los explotadores en una segunda generación antisistémica. “En el momento de su apogeo, y cuando el enfrentamiento alcanzó el centro de mayor intensidad, la nueva izquierda acusó a la vieja de haber cometido cinco faltas: debilidad, corrupción, conveniencia, negligencia y arrogancia”.34 Los movimientos antisistémicos triunfantes no tuvieron (no quisieron tener, según algunos) la capacidad de absorber las demandas de otros sectores explotados, para reorientarlos hacia una fuerza antisistémica ampliada. Al contrario, cerraron filas dando paso a un conflicto generacional en la familia de los explotados, dándose una ruptura y la formación de nuevas organizaciones y movimientos antisistémicos portadores y denunciadores de otros conflictos no abordados en los ahora denominados movimientos sociales clásicos. Las críticas y estrategias comenzaron a tornarse de un pasado glorioso a un presente intolerante, ya no en un futuro deseable. Para los estratos dominantes este proceso significó la multiplicación de demandas y de sus portadores. Los controles establecidos fueron rebasados. 1968 fue una explosión impulsada por al menos veinte años de desilusiones, cuestionamientos y nuevas estrategias que obligaron al sistema-mundo a cambiar para lograr mantenerse. De este acto de pericia no logró salir ileso: tuvo que otorgar un marco más amplio para discutir las cuestiones macro y micro, desde la organización mundial hasta la vida cotidiana. Si bien la primera mantuvo el orden jerárquico, político y económico, la ilusión de combatirlas sí fue disuelta por los autoproclamados revolucionarios. El discurso dominante se vio afectado en sus tres pilares básicos: el ideológico, el económico y el científico. Esta triada justificó la división del planeta en polos ideológicos durante la llamada guerra fría, sustentada por un alto crecimiento económico (fase A de Kondratieff) y la “verdad” científica lineal, al servicio de los consorcios industriales. La inconformidad de la lentitud en la expansión y profundidad de los logros acabó por propagarse en un conflicto al denunciar el sustento del poder en un pacto entre los dominadores. Las tres ideologías del sistema-mundo —como menciona Immanuel Wallerstein—, liberalismo, conservadurismo y socialismo, amoldaron a la prime34 Ídem, p. 87.
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ra en un consenso liberal para ordenar y salvaguardar la relación capitalista. Concediendo al trabajador algunos derechos para colaborar de forma no revolucionaria con el capital, con la promesa de un mañana mejor, ya sea a través del modelo socialista de la urss o del liberalismo capitalista de Estados Unidos. Esto llegó a su agotamiento pero no a su aniquilación. El liberalismo no desapareció en 1968 pero sí perdió su papel como ideología definitoria de la geocultura. El debate pareció volver atrás 150 años. Pero el mundo había avanzado en dos sentidos: la modernidad de la tecnología había transformado la estructura social mundial en formas que amenazaban con desestabilizar los soportes sociales y económicos de la economía-mundo capitalista. Y la historia ideológica del sistema mundial era ahora un recuerdo que afectaba la capacidad presente de los estratos dominantes para mantener la estabilidad del sistema mundial.35
El mantenimiento de la estabilidad sistémica mundial tenderá a tomar en cuenta otra variable. En este mismo periodo comienzan a sentirse los estragos de un segundo periodo de industrialización que no es ya regional sino mundial en sus consecuencias. Como lo sugiere Jorge Riechmann: (…) las dos grandes rupturas modernas en el metabolismo de la humanidad con la naturaleza en 1750-1880 (desarrollo del capitalismo industrial, primera revolución tecnológica) y en 1930-1950 (transición a la fase “fordista” del capitalismo, segunda revolución tecnológica) subrayando la importancia de la segunda para lo que aquí nos importa: sólo con ella entramos en la era de la crisis ecológica global. 36
Esta crisis viene a señalar, de hecho, un límite a las acciones de un sistema orientado a la maximización de la ganancia, configurando la arena para implantar estrategias a futuro. Al ser cuestionado el orden persistente y ser tangibles las agresiones y los resultados contra la naturaleza a través de la tecnología en pos de los beneficios de los procesos de modernización, los movimientos sociales denomi35 Wallerstein, op. cit., 1999, p. 141. 36 Richmann y Fernández, op. cit., p. 112.
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nados “nuevos” —o como se ha mencionado, de segunda generación— son diferentes a sus antecesores debido a su orientación y pretensiones hacia el sistema. No se ciñen a las discusiones ideológicas clásicas y a todos los instrumentos que ello conlleva. Además, sus discusiones no tienen tintes históricos de largo plazo, al contrario, son problemas a resolver en el presente inmediato. Actúan sobre la cotidianidad de las personas y son ajenas a figuras históricas, prefiriendo una inmediata y concreta, como ser y como actor social agredido; un ejemplo: la mujer. Son el ecologismo, el pacifismo y el feminismo los movimientos capaces de aprovechar la brecha abierta en 1968, denunciando sus respectivos conflictos y a los actores de poder involucrados, además de lograr formas de organización y manifestaciones novedosas aprendidas de movimientos sociales anteriores; por ejemplo, el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos. No luchan meramente por bienes materiales o para aumentar su participación en el sistema. Luchan por proyectos simbólicos y culturales, por un significado y una orientación social. Tratan de cambiar la vida de las personas, creen que la gente puede cambiar nuestra vida cotidiana cuando luchamos por cambios más generales en la sociedad. 37
Con el tiempo estos movimientos sociales tuvieron la capacidad de poder vislumbrar el cruzamiento de sus respectivos problemas, sumándose y amalgamándose, teniendo éxitos cualitativos pero también varios cuantificables, dándose la oportunidad de entrar de lleno como actores sólidos en la fase actual de la modernidad, estando claramente identificado e invitados —o invitándose— a participar en los conflictos actuales, logrando poner, como en el caso del ecologismo, la cuestión del medio ambiente en la agenda mundial. Sin embargo, la renuncia a una revolución historicista por soluciones inmediatas resta radicalidad y atracción de masas, convirtiéndose paulatinamente los nuevos movimientos sociales en organizaciones y grupos. Estos fortalecieron el subsistema creado por los movimientos sociales de vieja guardia, 37 Melucci, op. cit., p. 70.
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revitalizándolos pero siendo su fuerza aún demasiado dispersa. Quizá lograron evitar varias catástrofes anunciadas o lograron retardarlas, poniendo debates, cuestiones íntimas de la humanidad, como la relación hombre-mujer. No obstante el sistema no sólo se enriqueció con sus demandas —al adoptar varias de ellas para reorientar sus instituciones—, siguió además su casi natural tendencia al desarrollo tecnológico, ahora en el ramo informacional. Estos procesos se llevaron a cabo durante la década de los setenta, a una velocidad realmente infernal, o como se menciona, velociferina. Esta aceleración acabó por desaparecer a la Unión Soviética, incapaz de mover su colosal presencia hacia el futuro. La ausencia de una parte del sistema-mundo dio inicio a una desintegración sistémica mundial. “Nuestras sociedades industriales se transforman a otro tipo de sociedad, o tal vez se encaminan hacia su propia destrucción pero sin saberlo, sin reflexionar en ello”. 38 Se abrió una puerta en 1968, una coyuntura resuelta en 1989. El resultado directo fue una incertidumbre hacia el futuro y el pasado. Las lecturas anteriores comenzaron a ser realmente difusas. “En gran medida hemos perdido el arte de introducirnos en el cuadro de reconocernos como participantes y protagonistas del arte y pensamiento de nuestro tiempo (…) nuestro pensamiento acerca de la modernidad parece haber llegado a un punto de estancamiento y regresión”.39 La aceleración ahora desintegradora de lo obtenido en la etapa anterior de la modernidad a costa, sino de la destrucción, sí de la definitiva negación de la tradición, tiene como víctima principal institucional al Estado-nación. “El año de 1989 no clausura una época iniciada en 1945 o en 1917, clausura lo que se institucionalizó gracias a 1789. Pone fin a la era de los Estados-nación”.40 Si bien esta desaparición no es tajante y ahora se prevé más lenta de lo esperado, el debilitamiento sí es gradual, teniendo un impacto considerable en la acción de sus antagonistas al perderse una buena parte de su eje de acción, pues al disminuir de tamaño el Estado es más difícil acertarle. “La democracia liberal se apoyaba en dos postulados cuestionados hoy: la existencia de una esfera política, lugar de consenso social y del interés general; y la existencia de actores dotados de una energía propia, que ejercían sus derechos, que manifestaban su poder, antes incluso de que la sociedad los 38 Touraine, op. cit., 2000, p. 38. 39 Berman, op. cit., p. 11. 40 Jean-Marie Guéhenno. El fin de la democracia, Paidós, España, 1995, p. 11.
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constituyese en sujetos autónomos”.41 Al desintegrarse la arena sistémica los actores parecen retirarse a sus cotos de seguridad, ya sea para refugiarse y quedarse como fantasmas entre la desaparición y una tenue presencia, como los movimientos sociales clásicos, o para disfrutar de la amplitud de los privilegios arrancados a las élites dominantes. La acción antagónica de los nuevos movimientos sociales ha comenzado a envejecer. Han pasado —estos movimientos— a ser parte del sistema, mediante su cooptación o por una disminución de su violencia antisistémica hasta volverse imperceptible. Sin embargo, han logrado consolidar el subsistema heredado, donde su fuerza no se torna en cantidad o calidad organizativa sino en su mantenimiento constante, son actores a tomar en cuenta y forman un contingente crítico amplio. Aunque su fuerza no es suficiente están sobreviviendo a la desintegración constante del sistema social. Pero no es suficiente la supervivencia, es necesaria la recomposición de un antagonismo estructurado. Hemos entrado en una época sin centro de apoyo o guía. “Hemos entrado en la era de la complejidad, sin saber si esta complejidad sería un progreso o un inconveniente”.42 Se puede argumentar una crisis sistémica o un nuevo orden basado en otro principio. “Lo que está llegando a ser visto como normal ahora no es el cambio progresivo sino la desintegración social”.43 Los objetivos a corto y a mediano plazos pueden ser la tendencia dominante en la acción colectiva, en primera instancia debido a la desesperación, no obstante la búsqueda de la alta modernidad, es decir, la libertad. Éste, es un valor irrenunciable, por ello la búsqueda de la transformación del sistema no debiera ser olvidada por parte de los actores que se llaman a sí mismos críticos, ya sean organizados o individuales.
5. Apariencia de crisis y solvencia sistémica Se entra así de lleno a la baja modernidad con la “ruptura de la unión voluntarista de la industrialización y la nación”44 traducida en el fin del orden mundial establecido y, con él, de las ideas progresistas, en el sentido socialis41 42 43 44
Ídem, p. 45. Ídem, p. 14. Wallerstein, op. cit., 1999, p. 109. Touraine, op. cit., p. 137.
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ta. Así la razón instrumental representada por la economía y la política deformadora de la democracia conservadora nos brinda una falta de cohesión social, es decir, una identidad incapaz de dar sentido a este giro descendente de la modernidad. “El sujeto político de la alta modernidad se pretendía Moisés o un Salomón, dadores de leyes a los pueblos; el sujeto histórico de la modernidad media se identificaba con Prometeo; propiamente hablando, el sujeto de la baja modernidad ya no tiene modelo”.45 No obstante, se mantiene viva la subjetividad. No se ha desvanecido aún pese a estar atormentada por este descenso. ¿Podemos hablar de crisis de la modernidad o de conflictos entre ésta y su mayor inquisidor el capitalismo? El principio de la edad moderna —con su base la subjetividad— se mantiene, así como el futuro, aunque éste parezca cancelado. La exigencia de libertad es irrenunciable. Ahora estamos en presencia de un nuevo capítulo de esta relación histórica y posiblemente al inicio de una solución, es decir, en el final de este sistema social. 1989 marcaría el principio de este nuevo giro descendente. Derrumbado el muro de Berlín, se vino abajo la estabilidad mundial para dar paso a la complejidad sistémica, proclamándose un falso triunfo liberal que nunca pudo dar orden a lo desatado en 1989. En un sentido opuesto, hubo un hundimiento mayor en una indefinición conceptual, abriendo la brecha a la multiplicidad de explicaciones científicas sobre nuestras condiciones actuales. Una de esas explicaciones son las de orden verde; éste se abre paso sin cesar de forma continua debido, entre otras explicaciones, a la dimensión del problema. La problemática ambiental emerge como una crisis de civilización: de la cultura occidental; de la racionalidad de la modernidad; de la economía del mundo globalizado. No es una catástrofe ecologista, ni un simple desequilibrio de la economía. Es el desquiciamiento del mundo al que conduce la cosificación del ser y la sobreexplotación de la naturaleza; es la pérdida del sentido de la existencia que genera el pensamiento racional en su negación de la otredad.46
La única seguridad es la constante desintegración del modelo clásico —“de una concepción política de la sociedad y el ideal humano que propone 45 Ídem, p. 141. 46 Leff, op. cit., 2004, p. ix.
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ser el del ciudadano”— 47 sustentado por el liberalismo a través de tres de sus objetivos: el sufragio, el Estado de bienestar y la identidad nacional. No obstante, su gradual retirada da paso a la aparición de nuevas estrategias para fundamentar un orden jerárquico y excluyente, garantía de la extracción de plusvalía y de control. Las herramientas son más sofisticadas, pero con la porosidad de los controles clásicos comienzan a expandirse oportunidades canceladas por el “progreso” para los individuos, como las identidades culturales. Esto es posible por las condiciones actuales del sistema. El sistema contemporáneo es un sistema complejo compuesto por tres procesos sociales básicos: a) Diferenciación: donde los ámbitos de la experiencia se multiplican, y con ello las reglas a seguir debido a lógica contenida en cada uno de ellos, el individuo es uno en varios en la cotidianidad. b) La velocidad del cambio: en la composición orgánica del sistema el individuo mide su capacidad de adaptación al modificar sus acciones conforme a las exigencias sistémicas para ser valorado como un actor, esto es, un depositario de un cierto grado de información y conocimientos. c) Exceso cultural: comprende la diversidad de opciones que rebasan la capacidad de elección y acción sobre ellas por parte de los individuos-actores. Estos tres procesos generan incertidumbre debido a la velocidad del cambio y sus exigencias, los actores sólo podrán mantener sus demandas si son capaces de asumir y producir continuamente novedosos y útiles lenguajes. De ello deriva la necesidad del sistema para un mayor y sofisticado control. Hoy en día la base del funcionamiento es la información, generándose un excedente cultural, traducido en incertidumbre y zanjada por la construcción de una identidad, que da un sentido efímero en la multiplicidad de opciones, pero es suficiente para establecer estabilidad y certidumbre al sistema social actual, bajo la premisa exponencial de toda la modernidad: el cambio es continuo. La información —conjunto de signos y mensajes— crea opciones de forma inmaterial y en nuestra actualidad reordenan nuestro espacio y tiempo marcando los parámetros de nuestras acciones y cotidianidad. Sin embargo, “la información es un recurso difícil de controlar (…) puede ser dividida entre varios actores sin que por eso sufra su contenido especifico”.48 Por ello, 47 Touraine, op. cit., p. 29. 48 Melucci, op. cit., p. 114.
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para consolidarse este factor de poder necesita del conocimiento, es decir, de un medio capaz de constreñir. La verticalidad social se configura apoyándose de forma importante en la movilidad espacial. Alberto Melucci lo describe de la siguiente manera: La información se caracteriza por la velocidad de circulación y por su rápida obsolescencia, resulta crucial controlar los códigos que permiten organizar y decodificar informaciones mutables. El conocimiento es, entonces, cada vez menos un saber de contenidos y deviene en la capacidad de codificar mensajes. La información es lineal, acumulativa y constituye la base cuantitativa del proceso cognoscitivo. El conocimiento estructura, establece relaciones, vínculos y jerarquías.49
Así, las posturas liberales del racionalismo se profundizan al mantener su muro antidemocrático y marginador. “El liberalismo fue siempre una doctrina aristocrática que predicaba ‘el poder de los mejores’. Ciertamente el liberalismo no define a ‘los mejores’ por el estatus de su nacimiento, sino más bien por sus logros educativos”.50 Esta actualidad social construida por medio de la información y a través del conocimiento consolidado finalmente por la movilidad, ha sido denominada por Manuel Castells como informacionalismo: “indica el atributo de una forma especifica de organización social en la que la generación, el procesamiento y la transmisión de la información se convierten en las fuentes fundamentales de la productividad y el poder, debido a las nuevas condiciones tecnológicas que surgen este periodo histórico”. 51 Es en esta circunstancia donde tienden a separarse las diversas fases por las que pasa la información debido a su perfeccionamiento de cada una de ellas: a) el control de la producción de la información, i. e., la capacidad de procesarla; b) la distribución social: desigualdad en la circulación, y c) el restringido acceso al conocimiento. Todo esto como puerta abierta al terreno del conflicto, instaurado por la manipulación del sistema de la experiencia individual. 49 Ibídem. 50 Wallerstein, Ecología y capitalismo, 2005. 51 Manuel Castells. La era de la información. La sociedad red, volumen i, Siglo xxi, México, 2000, p. 47.
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Esta es la última expresión de un proceso de modernización traidor a las ideas de la modernidad. Al reducir la razón a la instrumentalidad y la subjetividad a un individualismo extremo entre el hedonismo y la religiosidad. Además reduce el tiempo histórico a un tiempo presente incapaz de ver a futuro, al cancelarlo con objetivos materiales a mediano plazo, lo cual cancela de antemano toda posibilidad de transformación social por parte de los marginados. Con la intensidad de estos últimos cambios, los terrenos de conflicto se han desplazado. Estos se configuran por dos necesidades básicas de la estructura del sistema social informacional: autonomía e integración. La primera permite la funcionalidad, al tener los individuos la capacidad de procesar y captar una información, dando certidumbre al sistema a través de la construcción de la identidad. La segunda conserva la jerarquía social, al tener control en la intervención de los mecanismos de la individualidad (vida cotidiana, motivación de la acción individual y biológica). Por ello “los primeros pasos históricos de las sociedades informacionales parecen caracterizarse por la preeminencia de la identidad como principio organizativo”.52 Pero esto ha generado inseguridad en el ambiente, arrastrando al individuo hacia un torrente de cambios espaciales y temporales. En la actualidad “todos vivimos en movimiento (…) aunque físicamente permanezcamos en reposo (…). Ya no existen ‘fronteras naturales’ ni lugares evidentes que uno debe ocupar”.53 Esta movilidad sólo es posible por la información y los canales de transmisión. “Un factor técnico de la movilidad, al que le cupo una función particularmente importante, fue el transporte de la información: un tipo de comunicación que requiere poco o ningún desplazamiento de cuerpos físicos (…); estos medios liberaron a los ‘significantes’ de la garra de los ‘significados’”. 54 Tal condición de movimiento, y su velocidad, es desigual entre las personas y aún más, es jerárquica. Así como el tiempo, puede ser de goce y continua novedad o de un tremendo estancamiento y lentitud. En ambos casos es un tiempo presente de dominación. Lo histórico por excelencia, el reino monótono de la repetición, sin diferencia, el eterno escarnio del retorno, eso es la Dominación, principio de ocultación del 52 Ídem, p. 43. 53 Zygmunt Bauman. La globalización. Consecuencias humanas, fce, México, 2001, p. 103. 54 Ídem, p. 23.
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ser-tiempo, y de toda dimensión de memorización y de proyecto, pura apropiación de un presente puro, escueto, obsceno, que se administra y se disfruta sin abrir su dinámica y su devenir.55
Esta reestructuración del espacio y el tiempo, con su consecuente pérdida de toda solidez, deja al individuo en una interrogatorio interno. La inseguridad del ambiente del cambio ha arrastrado al individuo a un espacio vacío, delimitado por la masa informacional, llena de mil y un posibilidades. Pero nada de esto genera conocimiento propio porque no puede digerirse como parte de la vida cotidiana. Tampoco genera comunicación, al diferenciarse del “otro”, alejándolo constantemente, evitando todo diálogo al anteponerlo con una segura distancia. En el mejor de los casos hay tolerancia, de lo contrario, la estigmatización conductora del racismo hace su aparición acompañada de la violencia y la segregación. Los cúmulos de información no dan por sí mismos las posibilidades de conocimientos y comunicación, pero sí de un vacío flotante y angustiante para el individuo. Su reacción es la de retraerse, esconderse en un espacio íntimo, en un rincón. De esta acción Gastón Bachelard nos da las siguientes ilustraciones: (…) el rincón es un refugio que nos asegura un primer valor de ser: la inmovilidad. Es el local seguro, el local próximo de mi inmovilidad (…) La conciencia de estar en paz en un rincón difunde —si nos atrevemos a decirlo— una inmovilidad. La inmovilidad irradia (…), ya hay que designar el espacio de la inmovilidad convirtiéndolo en el espacio del ser. 56
El rincón como metáfora es el lugar retraído de toda la masa informacional, es el área de seguridad del individuo, pasajera pero embargo útil. Ahí el individuo encuentra otros refugiados, un prójimo con el cual se identifica y comunica, y puede negociar el perímetro de confianza mutua. También es el espacio donde su interior da paso a este interrogatorio causado por la angustia de la liquidez informacional. Según Eugenio Trías: 55 Eugenio Trías, Filosofía del futuro, Destinolibros, Madrid, 1995, p. 2. 56 Bachelard, op. cit., p. 172.
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(…) al interrogar radicalmente hace el hombre de su existencia física misma un signo de interrogación hecha carne y sangre, una interrogación suspendida en la que coagula toda su corporeidad, su alma y todo su espíritu. Este signo de interrogación instaura el horizonte de novedad y de futuro que impide al hombre tomar nada, ni a su propio ser físico, como suelo firme y consolidado.57
Este ejercicio, aunque doloroso, al dejar atrás las “verdades” y creencias fundacionales de una percepción y estabilidad, es también un acto de libertad. Consiste en identificar necesidades y derechos antes impensables y ahora exigibles. Esto consolida una posición frente a la incertidumbre informacional y forma parte de la construcción de la identidad. La forma de hacerlo, así como su respuesta, es la medida entre el antagonismo y la alineación sistemática. De esta forma, según Zygmunt Barman, “pensamos en la identidad cuando no estamos seguros del lugar al que pertenecemos (…); ‘identidad’ es un nombre dado a la búsqueda de salida de esa incertidumbre. 58 Todo esto quiebra la base de los roles sociales jerarquizados en la modernidad. La afirmación más fuerte de la modernidad era que somos lo que hacemos: nuestra vivencia más intensa es que ya no es así, sino que somos cada vez más ajenos a las conductas que nos hacen representar los apartados económicos, políticos o culturales que organizan nuestra experiencia. 59
Pensamos en las identidades como base de la socialización, definiéndose la identidad por una pertenencia enteramente subjetiva, sustituyendo los conflictos de la esfera política por los de la esfera cultural, atravesados aún por la economía. La búsqueda y construcción de identidad, como ya fue mencionado, tiene dos apelativos en el sistema social informacional. Por un lado da estabilidad y seguridad al sistema y, por el otro, es la oportunidad de los individuos a confrontarlo y denunciarlo. “Producir identidad significa reforzar los flujos 57 Trías, op. cit., p. 44. 58 Stuart Hall y Paul du Gay, comps. Cuestiones de identidad cultural, Amarrortub editores, 2003, Buenos Aires, p. 41. 59 Touraine, op. cit., p. 27.
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de información procedentes del sistema, hacerlos más estables y coherentes; en definitiva, contribuir a la estabilización o a la modernización de lo propio”.60 Pero también: “la búsqueda de identidad permite a los individuos que se reconozcan como los productores del sentido que atribuyen a los hechos y desafíen su manipulación por los aparatos del poder”.61 Si la identidad es una “definición compartida del campo de oportunidades y constricciones”62, su construcción es en definitiva decisiva para marcar el rumbo de su posible acción colectiva de antagonismo o de asimilación, como ya fue señalado. Basándonos en el modelo bipolar utilizado por Alberto Melucci podemos ver las bases de construcción de la identidad. El individuo se asocia por motivos personales como desarrollo individual y solidaridad afectiva. De ahí deviene la latencia que “crea nuevos códigos culturales y hace que los individuos los practiquen”63 y la visibilidad “muestra la oposición a la lógica que lleva a la toma de decisiones en la política pública”.64 Tanto la latencia como la visibilidad hacen de la identidad un ente capaz de autodefinirse y proclamarse portadora de un sentido, es decir, un proyecto, y en la actualidad se agudiza la tarea y el problema identitario. “Corresponde al individuo encontrar un escape de la incertidumbre”,65 ya no será una misión hacia la fortaleza y el compromiso histórico y social sino, al contrario, es una carrera sin destino, compuesta por estaciones efímeras, transitorias; desarraigado y, por lo tanto, indiferente a la historia. Es bajo este espacio de la construcción de identidades donde el sistema actual tiene la posibilidad de desactivar los antagonismos dirigidos hacia él, beneficiándose del conflicto central, zanjando el riesgo de la autonomía individual para el procesamiento de información, recibiendo satisfactoriamente sus dosis continuas de integración sistémica a través del rebajamiento de la libertad moderna de elección racional. Esto ha sucedido así debido a la herencia de nuestra contemporánea: la continuación de un sistema constituido por la relación capital-modernidad. Esto no fue afortunado para la última, pero ha generado bastantes dividen60 61 62 63 64 65
Melucci, op. cit., p. 116. Ibídem. Ídem, p. 38. Ídem, p. 74. Ídem, p. 71. Hall y Du Gay, op. cit., p. 42.
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dos al primero, e incluso ha servido como escudo y justificación de sus acciones. Las críticas se han centrado en la modernidad y, generalmente, son aprobatorias del capitalismo; y las hechas a éste son propiamente modernas. Ejemplo de ello son las vertientes posmodernas de izquierda o de derecha como lo menciona Jürgen Habermas. La primera denuncia sus limitados resultados y la segunda el horror de esos limitados resultados. No puede rechazarse la sospecha de que el pensamiento posmoderno se limite a autoatribuirse una posición trascendente cuando en realidad permanece prisionero de las premisas de la auto comprensión moderna hecha valer por Hegel. No podemos excluir de antemano que el neoconservadurismo o el anarquismo, de inspiración estética, en nombre de una despedida de la modernidad, no esté probando sino una nueva rebelión contra ella. Pudiera ser que bajo ese manto de post-ilustración no se ocultara sino la complicidad con una venerable tradición de contrailustración.66
Así, la multiplicidad de identidades podrá ser contestataria en la medida que pueda encontrar parte del arraigo moderno primigenio, como el humanismo que “fue esencialmente concebido por sus protagonistas como un proyecto a realizar. Es decir, que el plantear al hombre como ser autónomo, es afirmado como sujeto de praxis (…); los humanistas supieron comprender al hombre como ser histórico bajo un doble espectro: como ser ético y como ser político”.67 Reencontrar la historia en su temporalidad, abriendo el futuro y la praxis como construcción de la conciencia de las posibilidades reales de cambio social, requeriría dejar atrás los relatos liberales del progreso, así como sus insanas y sistemáticamente rentables concesiones. “La diferencia entre el placer de satisfacción demandado y el realmente obtenido representa el factor impulsor que no permitiría detención alguna en ninguna posición alcanzada”.68 Dependerá de la acción colectiva, en torno a un sistema de acción denominado comúnmente movimiento social, el abrirse al tiempo y a la construcción, es decir a la historia, para fundamentar el cambio por un sistema más justo y sin duda alcanzable, donde la libertad sea el ejercicio de las subjetivi66 Habermas, op. cit., p. 15. 67 Jorge Velásquez, ¿Qué es el Renacimiento?, uam-Iztapalapa, México, 1998, p. 103. 68 Hall y Du Gay, op. cit., p. 47.
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dades y no un destino inalcanzable. Para ello se pueden y deben utilizar las oportunidades materiales ofrecidas en el informacionalismo.
6. Movimiento verde Esas oportunidades materiales brindan a un conjunto de individuos la posibilidad de proclamarse como actores poniendo a discusión su problemática, criticando y denunciando la lógica del sistema y al mismo tiempo retroalimentándolo. Son actores aquellos a quienes el sistema distribuye recursos que les permiten actuar de modo autónomo. Nos referimos a recursos de educación, conocimiento e información, son recursos de tipo cognoscitivo, relacional y comunicativo que permiten a esos sujetos tanto individuales como colectivos, actuar como sujetos autónomos, como sujetos capaces de producir recibir e intercambiar información autónomamente.69
No obstante, esta distribución de recursos no es continua, como sí lo son los problemas denunciados, convirtiendo a los actores en destellos efímeros pero constantes. Así, debemos dejar atrás la idea de movimientos sociales con pretensiones historicistas de largo plazo, con una identidad homogeneizadora capaz de uniformar diferencias. Esta postura ya no es empíricamente viable (si alguna vez lo fue). En la actualidad son organizaciones y posturas que comparten un interés en común, pero no así una estrategia. Los movimientos sociales son sistemas de acción en el sentido de que cuentan con estructuras: la unidad y continuidad de la acción no serían posibles sin la integración e interdependencia de individuos y grupos, a pesar de la desestructuración aparente de estos fenómenos sociales. Pero los movimientos son sistemas de acción en el sentido que sus estructuras son construidas por objetivos, creencias, decisiones e intercambios, todos ellos operando en un campo sistémico.70 69 Melucci, op. cit., p. 87. 70 Ídem, p. 37.
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Así, el movimiento social, lejos de disminuir, se ha ampliado y diversificado. Ya no es un producto de una sola pieza, es una construcción social enriquecida constantemente. El movimiento verde es más visible por no ser un movimiento monolítico con una apreciación compartida por sus miembros individuales y organizados; al contrario, plantea una amplia gama de posiciones y estrategias para abordar la cuestión ambiental. Basándonos en una idea de sistema de acción, pueden ser incluidas las organizaciones no gubernamentales como una desviación y no la evolución de una lucha debido a sus características de organización interna; sin embargo, apoyan a esta causa con recursos y, sin duda, son actores. En igual circunstancia se encuentran los individuos, por ejemplo, los científicos preocupados e interesados por dicha cuestión. Finalmente, lo denominado movimiento social se diferencia de forma visible al mantener como característica principal un amplio trabajo de masas o movilización de ellas. Cabe mencionar que las diferencias citadas no compiten entre sí, mantienen relaciones constantes y su acercamiento o distanciamiento depende tanto de sus pretensiones como de sus acciones, por ello pueden ser aglutinados en una generalidad denominada como movimiento verde. El común denominador les hace participes de una amplia red mundial de acción colectiva bajo dos frentes, como cualquier otra cuestión denunciada por actores colectivos: conflictos sociales asociados a la esfera de la producción y la lucha por la ciudadanía en exigencia de la inclusión social en la esfera de los derechos políticos. Los movimientos verdes siguen teniendo —como los movimientos clásicos de primera generación— la denuncia de un problema como base, aunque los problemas sean locales y temporales, reduciendo el grado antagónico de la denuncia, pero aumentando la eficacia al corto y mediano plazos. “Los actores en los conflictos son cada vez más temporales y su función es revelar los problemas, anunciar a la sociedad que existe un problema fundamental en una área dada. Tienen una creciente función profética, son una especie de nuevos medios de comunicación sociales.” 71 La denuncia del movimiento verde va en sentido de una lógica económica tomada por los extractores de plusvalía.
71 Ídem, p. 70.
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Desde hace cinco siglos la acumulación de capital se basa en la capacidad de las empresas de externalizar sus costos. Esto ha significado esencialmente la sobre utilización de los recursos mundiales a un costo colectivo muy grande, pero a ningún costo para las empresas. Sin embargo, a cierta altura los recursos se agotan y la toxicidad negativa llega a un nivel imposible de mantener.” 72
Esto se suma a la visión económica moderna —al servicio del capitalismo— que percibe como inagotables los recursos naturales y no los tabula dentro de las transacciones capitalistas. “La economía convencional y las perspectivas del desarrollo [no] sostenible no han tomado en cuenta los límites físicos, las condiciones ecológicas, los constreñimientos sociales y los sentidos culturales, que constituyen las condiciones ambientales de la sustentabilidad”.73 Se han marcado los límites de las acciones industriales, pero esto no ha no significado su agotamiento, sino una reorientación de la explotación. La apropiación del recurso como tal, y lo que se denomina como “conocimiento asociado” se colocan bajo la mira de los capitalistas involucrados en este nuevo patrón tecnológico en gestión. Las actividades de “biospección”, mejor denominadas como actos de biopirateria, son movimientos estratégicos dentro de la competencia intercapitalista de los bionegocios.74
De esta manera, el límite y la nueva explotación de la naturaleza forman parte de la denominada cuestión o problemática ambiental, y son parte fundamental de los debates mundiales. “A diferencia de lo que ocurrió hace treinta, cien o quinientos años, la ecología se ha convertido en un problema político importante en muchas partes del mundo”.75 Pero, ¿cómo el movimiento verde se enfrenta a la lógica del sistema? Ésta se encuentra constituida por un tiempo eterno bajo el cual se organizan las transacciones financieras. Mientras, somos esclavos del reloj industrial y se cancela la conjugación de un futuro a largo plazo o una desterritorialización espacial a favor de una globalización capitalista neoliberal. Se diluyen 72 Wallerstein, op. cit., 1999, p. 144. 73 Leff, op. cit., 2004, p. 172. 74 Gian Carlos Delgados-Ramos, Biodiversidad, desarrollo sustentable y militarización, Plaza y Valdez, México, 2004, p. 31. 75 Immanuel Wallerstein, Ecología y capitalismo, 16 de nov. del 2005, http:// www.ingsoc.com.
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gradualmente los pocos beneficios devenidos del Estado-nación, el conjunto de identidades más culturales y menos políticas en el sentido moderno —es decir, seculares— sostienen la ambición de los factores de poder y, finalmente, la ciencia instrumental productora de tecnología continúa su inclinación inmediatista para satisfacer las necesidades de la acumulación de capital. Para todo esto hay una respuesta verde, aunque los actores no las tomen todas y hagan mayor énfasis en alguna que en otras. Podrían enmarcarse de la siguiente manera. En la propuesta temporal, lo verde antepone el tiempo glacial frente al tiempo reloj y el atemporal. Como lo menciona Manuel Castells, a través de Lash y Urry, la noción del tiempo glacial implica que “la relación entre los humanos y la naturaleza es a muy largo plazo y evolutiva, retrocede desde la historia inmediata y se proyecta a un futuro totalmente inespecificable. El movimiento ecológico se caracteriza precisamente por el proyecto de introducir una perspectiva de ‘tiempo glacial’ en nuestra temporalidad, tanto en cuanto a la conciencia como a la política”.76 Se pide abrir de forma colosal el tiempo para encontrar responsabilidades y fijar procesos naturales a la par de los sociales. Se vislumbra un futuro constante, pero inmenso, y reduciendo no solamente las pretensiones historicistas utópicas, sino también las políticas públicas ineficientes al tener la exigencia de pensar e imaginar toda una gama de posibilidades depositadas en nuestro presente informacional. Con la cuestión espacial, el movimiento verde contrarresta la desterritorialización global de pretensiones homogéneas para la explotación capitalista, a través de la defensa del posicionamiento de lo local como lugar de la acción de los actores en pro de la diferenciación democrática y la defensa de los recursos naturales. Cuestiona la falsa globalización económica, denunciando aun el fraccionamiento planetario, que impide la implantación de políticas globales ecológicas por interferir con las decisiones económicas de una región o un país. Ya no se tiene la visión de una división en células nacionales, sino en bloques regionales, manteniendo una distancia respecto de uno al otro. Frente a la multiplicidad identitaria hay una tendencia al respeto y al diálogo basados en la diferencia, no en su negación y en una posterior homoge76 Manuel Castells, La era de la información. El poder de la identidad, Vol. ii, Siglo xxi, México, 2000, p. 149.
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nización, sino en un exhorto al ser humano como especie. “Los ecologistas inducen la creación de una nueva identidad biológica, una cultura de la especie humana como componente de la naturaleza”,77 haciéndonos responsables de nuestra estadía en el planeta y viéndonos como otro ser vivo en él, y no como uno superior llamado a la conquista. Finalmente se cuestionan las orientaciones de la ciencia, no a ésta en sí misma, sino a su consideración como herramienta para la extracción de plusvalor, no como un agente mediador entre el hombre y la naturaleza capaz de favorecer una relación equilibrada. El ecologismo es un movimiento basado en la ciencia. A veces no es una ciencia muy rigurosa pero, no obstante, pretende conocer qué le pasa a la naturaleza y a los humanos, revelando la verdad que ocultan los intereses creados del industrialismo, el capitalismo, la tecnocracia y la burocracia. Aunque critican el dominio de la vida por la ciencia, los ecologistas utilizan la ciencia para oponerse a la ciencia en nombre de la vida.78
Con esto se demuestra cómo la segmentación del conocimiento no sólo no da mejores explicaciones sobre nosotros y el planeta, sino además se vuelve cómplice de algo totalmente ajeno al conocimiento. Ahora bien, si no todos los actores del movimiento verde toman en cuenta estos factores antagónicos en sus acciones de forma consciente —y más de las veces inconsciente— pasemos a vislumbrar la diferenciación entre ellos para no caer en sinónimos oscuros y en conclusiones triunfalistas o pesimistas y desconfianzas injustificadas. Esto refiere a la diferencia entre ecologismo, ambientalismo y conservacionismo. Esta diferenciación es básica para lograr encontrar el factor antagónico en el movimiento verde y las responsabilidades a su interior, y si hay un factor de peso real en las estratagemas geopolíticas por venir. La premisa del movimiento verde será la preocupación por las agresiones o cambios en el medio ambiente. Una de sus primeras expresiones fue el conservacionismo que alertó respecto al cambio en el medio ambiente. 77 Ídem, p. 151. 78 Ídem, p. 148.
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El movimiento de protección de la naturaleza, los paisajes y las especies vivas tiene orígenes casi tan antiguos como los de la industrialización (…); no es un movimiento directamente político: toma cuerpo en el tejido de asociaciones y grupos de presión que luchan por la conservación de la naturaleza local, nacional o internacional. (…) Se centra en los efectos y en lo puntual, en lugar de considerar también las causas y los contextos globales.79
A la denuncia por el cambio estético se aunaría las consecuencias que ello acarrea contra la “calidad de vida” de las personas, ampliando la esfera del conflicto ambiental a través del ambientalismo. Éste se expresa como “aquella actividad y aquellos movimientos sociales que luchan por una mejor calidad de vida para los seres humanos, desde un punto de vista exclusivamente antropocéntrico (…); puede ignorar todo lo no humano; sólo las amenazas contra la salud humana y la calidad de vida movilizan a los ambientalistas”.80 Tanto conservacionismo y ambientalismo han dado pauta a la denuncia de un problema, pero ninguno de ellos ha cuestionando la lógica profunda del sistema capitalista; sólo llegan a intentar reorientarla, pero de ninguna manera a pararla o destruirla. “Tienden a ser opciones reformistas: de manera característica no cuestionan de forma radical los modos de producción y de consumo.”81 Por su lado el ecologismo tiende a una globalidad del problema, intentando subsanar la división hombre-naturaleza y la exigencia al primero de transformar sus relaciones internas para reconocerse sólo como una parte más del mundo y no como su conquistador, visualizando los limites de sus acciones. Desea reestructurar la totalidad de la vida económica, social y política; tiende por tanto a ser un movimiento antisistémico (anticapitalista y revolucionario). Tiene un discurso crítico que subraya el carácter destructivo y autodestructivo de la civilización productivista engendrada por el capitalismo moderno, y esboza el proyecto político-social de una civilización alternativa.82 79 80 81 82
Richmann y Fernández, op. cit., p. 114. Ídem, p. 115. Ibídem. Ídem, p. 116.
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En el ecologismo se encuentra el potencial de antagonismo del movimiento verde, pero ¿tiene algún lugar de peso en la puerta abierta al cambio inevitable de los próximos años?, ¿será un actor de peso real o sólo un ejemplo más de absorción sistémica? La vertiente verde del ecologismo plantea tres tareas fundamentales: “a) la integración de nuestro entorno en la conciencia antropológica y social, b) la resurrección ecosistémica de la idea de la naturaleza, y c) la aportación decisiva de la biósfera a nuestra conciencia planetaria”.83 Bajo estos preceptos se enfrenta de forma temeraria a un sistema-mundo capitalista herido, mas no derrotado. Muestra un enfoque no tomado en cuenta por la lógica de la funcionalidad sistémica, trasladando parte de los problemas estructurales a la cotidianidad de los individuos, a la vida “real” e inmediata donde la cuestión ambiental se torna palpable. La cuestión ecológica pone en primer plano (…) la dimensión cultural de la acción humana (…). La cuestión ecológica revela (…) que en elle corazón de la sobrevivencia ya no está el sistema de los medios sobre los cuales se fundamenta la racionalidad medios-fines, sino el problema de las finalidades, es decir, de los modelos culturales que orientan su accionar. La cultura como capacidad de dar un significado a los objetos y a las relaciones es el horizonte insuperable en el cual pueden ser puestas las interrogantes sobre el destino del género humano.84
Esto identifica al ecologismo como un movimiento cultural. Estos movimientos están atravesados por conflictos sociales entre los defensores de lo que puede llamarse la liberalización cultural y aquellos que afirman los derechos específicos de un actor cultural pero se centran en la afirmación de derechos culturales más que en el conflicto con un adversario que pueden seguir definiendo de manera vaga.85
83 Edgard Moran, Introducción a una política del hombre, Gedisa, Barcelona, 2002, p. 135. 84 Melucci, op. cit., p. 109. 85 Touraine, op. cit., p. 112.
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Si el movimiento verde ya no entra en una denominación cerrada de movimiento social, sino en una abierta de sistema de acción, manteniendo un espacio autónomo conquistado a sangre y fuego, su operación constante por la vertiente ecologista se torna en un desafío a los agentes de poder y el cuestionamiento de sus acciones, e incluso en una crítica profunda, pero con el inconveniente de poseer una base social débil por su inexistente o precario trabajo de masas. Así, con el tiempo, la fuerza ecologista —multifacética y horizontal— tan alabada y elogiada, se torna con el tiempo en un caso más de absorción sistémica. “La diversidad y autonomía de los grupos ecologistas producen una organización fraccionada o un poder atomizado que no ofrece oposición a las fuerzas políticas ya constituidas, siendo fácilmente sujetos a procesos de mediatización, disolución y cooptación”,86 reduciéndose ampliamente su factor antagónico. La fuerza del ecologismo se expresa más en su discurso crítico, y en un proceso ideológico y cultural, que en la transformación del orden económico y de las relaciones de poder del mundo actual (…). Se orienta más hacia la reforma del Estado, la normatividad ecológica de la tecnología, y la capitalización de la naturaleza, que a transformar las bases de la racionalidad productiva que genera la degradación ambiental y las desigualdades sociales.87
El radicalismo antisistémico del ecologismo se relaja al contaminarse de prácticas ambientalistas para finalmente caer como una estrella fugaz lejos de lo denunciado o los denunciados, impactándose en las periferias de un sistema extenso y oscuro donde la energía de los destellos es absorbida para incrementar su masa y oscuridad.
7. Escenario inmediato El fin de la guerra fría abrió la posibilidad de ampliar las discusiones referentes a las problemáticas mundiales, como la cuestión ambiental, pero también significó el fin de un orden establecido por dos bloques militares e ideológicos competitivos donde se establecieron reglas de acción. Si bien la urss perdió has86 Leff, op. cit., 2003, p. 376. 87 Ídem, p. 368.
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ta la existencia, Estados Unidos ha sido incapaz de constituir su poder a través de un arreglo mundial conforme a sus intereses. Como Immanuel Wallerstein lo sugiere, está la debacle de su hegemonía pero no dejará ese sitio tan fácilmente. Los posibles herederos son varios y ninguna transición enmarcada en la modernidad ha sido pacífica. Ahora los bandos son diversos y efímeros, las tensiones económicas son más amplias, principalmente en Asia donde el dólar pierde valor ante la moneda china. La tan popularizada globalización ni es lo aparentado ni tampoco llegó para quedarse, pero cumple su papel de distractor. Hay que rechazar las interpretaciones que asociaron estrechamente modernización y globalización (…); cualquier interpretación de la vida social en términos de evolución objetiva, tecnológica, demográfica o económica, es peligrosa porque reduce la vida social al enfrentamiento del futuro y del pasado, la modernización y la tradición, el adentro y el afuera. Hay que pensar, al contrario, que toda sociedad está amenazada por una completa disociación del pasado y el futuro, de un pasado concebido como tradición y un futuro definido únicamente por la intensificación de los intercambios económicos.88
Tecnología y pasado son los parámetros de nuestra experiencia inmediata, son las aguas agitadoras de nuestro actual conflicto central, advirtiendo así que “jamás es la ‘cosa en sí’ sino su uso y empleo por los hombres insertos en el tejido social lo que explica las coacciones ejercidas sobre los hombres, el malestar experimentado en él por los hombres”.89 Es la información el recurso usado con fines de control e integración, que favorece las relaciones sociales asimétricas, profundizando la coacción. Como lo hace ver Manuel Castells: (…) lo que caracteriza a la revolución tecnológica actual no es el carácter central del conocimiento y la información, sino la aplicación de este conocimiento e información a aparatos de generación de conocimiento y procesamiento de la información/comunicación, en un círculo de retroalimentación acumulativo entre la innovación y sus usos (…). Las nuevas tecnologías de la información no son sólo herramientas qué aplicar sino procesos qué desarrollar”.90 88 Touraine, op. cit., p. 158. 89 Norbert Elias, Humana condition, Altares, Madrid, 2002, p. 27. 90 Castells, op. cit., vol. i, p. 58.
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El desarrollo de estas herramientas informáticas tiene férreos canales direccionales, siendo objetos de control dimensiones privadas de la subjetividad, llegando incluso a niveles biológicos. “Ya no hay ‘realidad’, sólo productos de la imaginación científica, la voluntad política y la búsqueda de la ganancia. También la resistencia a esos poderes debe reformularse en términos completamente desnaturalizados. A una objetivación total del poder corresponde una subjetivación igualmente total de la resistencia a él.”91 Se está librando una lucha por el valor fundamental de la modernidad: la subjetividad. Alguna vez prisionera de la industrialización y ahora del informacionalismo, la subjetividad moderna sólo será plena si es libre y nosotros modernos si reconocemos como prioritaria la igualdad de derechos políticos en beneficio de las diferencias subjetivas del género y la etnicidad. Al parecer no hay tal crisis de la modernidad, sino el quebranto de su prisión materializada en modelo clásico, pero este albedrío momentáneo pude terminar en una cárcel aun más perversa, al comenzar a declinar otro bien moderno: la secularización. Esto no significaría un fin de la modernidad sino su tajante cancelación para una temible reapertura a una especie de Edad Media, donde la religión y la tradición no comprenden, sólo juzgan y segregan. No sólo el futuro está abierto, también lo está el pasado. (Así) ante un futuro en que la imagen de una revolución social encarnada ha perdido verosimilitud, las energías emancipadoras o bien son absorbidas por la nueva modernización capitalista o bien refluyen pendularmente hacia formas segmentadas y transfiguradas de des-secularización, o bien buscan canalizar un nuevo ideal de la diversidad cultural a través de las nuevas formas consumo simbólicas (en especial la conexión segmentada con el complejo cultural industrial). Algunos de sus contrincantes se vuelven explícitamente religiosos. Otros de apariencia más secular también resisten el tipo de secularización excluyente que ha consagrado como status quo para el presente y como nueva necesidad histórica para el futuro.92 91 Touraine, op. cit., p. 139. 92 Martin Hopenhayn, Ni apocalipticos ni integrados, fce, Buenos Aires, 1994, p. 37.
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Bajo este escenario, la cuestión ambiental se encuentra, según Immanuel Wallerstein, ante tres alternativas: 1. Los gobiernos pueden insistir en que todas las empresas deben internalizar todos los costos y nos encontraríamos con una aguda disminución de beneficios. 2. Los gobiernos pueden pagar la factura de las medidas ecológicas utilizando impuestos, entonces, o bien se aumenta sobre las empresas, lo que conduciría a la misma reducción de ganancia, o bien se aumenta sobre el resto de la gente, lo que posiblemente conduciría a una intensa rebelión fiscal. 3. Podemos no hacer prácticamente nada, lo que conduciría a las diversas catástrofes ecológicas de las que los movimientos ecologistas nos han alertado. Hasta ahora, la tercera alternativa es la que ha predominado.93
Capitalismo y ambientalismo pueden llegar a un punto de negociación junto con el conservacionismo, y de hecho lo han logrado al ser parte de proyectos estatales. La cuestión ambiental bajo estos términos demanda, por ejemplo, planes de reservas ecológicas o discursos oficiales sobre la sustentabilidad. Esto lejos de ser una solución viable a la cuestión ambiental es una solución aceptable para el capitalismo, al ampliar sus esferas de explotación. Desde finales de los 70, pero sobre todo desde la década de los 80, y marcadamente desde los últimos años del siglo pasado, una serie de tecnologías “más limpias” han redimensionado la biodiversidad como recurso (…). Al ser este recurso estratégico, lo central para los capitalistas involucrados en el desarrollo de esas bio-tecnologias ha sido su control. Entendido como la gestión del recurso. (Ello) incluye el acceso, administración, conservación, uso y usufructo directo e indirecto del mismo.94
Esto deja de lado toda pretensión antisistémica verde. No hay un cuestionamiento, sino incluso una colaboración constante por parte de su sector ambientalista y conservacionista. La parte más visible del movimiento verde es ambientalista, encarnada en las organizaciones no gubernamentales que —en su mayoría— prescin93 Wallerstein, Ecología y capitalismo, 2005. 94 Delgados-Ramos, op. cit., 2004, p. 29.
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den por completo de un trabajo de masas, y quedan en la mera denuncia o seguimiento de estudios, ignorados y/o violados por los agentes del saqueo, es decir, de la producción capitalista. El movimiento verde hasta ahora se ha quedado en el cuestionamiento y en la advertencia, pero no se hace notar como una fuerza política capaz de ser realmente subversiva, a excepción del ecologismo. Este último, por lo general, es rebasado por el ambientalismo que jamás considera como opción el radicalismo exigido por la postura ecologista como única solución: luchar contra el capitalismo. Resulta más cómodo y beneficioso trabajar con él o para él. Lo excepcional del movimiento verde es que ha puesto el dedo en la llaga de los efectos de una modernización traidora, de una modernidad política. No obstante, si espera aumentar su fuerza se deberá entrelazar con el pasado humanista donde el hombre fue un fin en sí mismo, incluyendo su cuidado junto con el presente ecologista en el cuál éste no es ajeno a la naturaleza sino parte de ella, como cualquier otra especie pero con una capacidad de generar una praxis hacia un futuro posible. En palabras de Immanuel Wallerstein, una utopística: una utopía basada en las condiciones materiales presentes, proyectada hacia el futuro. Ello deberá plasmarse en las masas anónimas de la red informática y de las excluidas de ella, en un círculo incluyente de derechos a la existencia en el planeta con condiciones favorables a nuestra salud, incorporando los beneficios de nuestro conocimiento acumulado a través de la historia de la especie humana. La exigencia y satisfacción de una historia crítica de nuestras acciones —tanto hacia la naturaleza como hacia la sociedad— es primordial para escoger el mañana deseado. Al menos sabemos parte de nuestros deseos sobre un mundo excepcional. Ahora debemos encontrar la forma de construirlo en un futuro abierto.
Conclusiones El esquema de la modernidad está seriamente cuestionado por sus logros, el problema ambiental es una arista de ello. Sin embargo, nos deja una duda. ¿Son las premisas del proyecto moderno las causantes del deterioro ambiental? La respuesta —o la tentativa de una— marca posiciones políticas y culturales muy claras donde los antagonismos tienden al choque inevitable. No
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obstante, es tan necesario como ético tomar partido al respecto. La modernidad en sí misma no es culpable, lo es el abandono de su guía laica, científica y políticamente incluyente. Las críticas nos hablan de su descomposición, pero lo único putrefacto es su prisión: lo es la democracia reducida a elecciones y la política a gestión; lo es la economía reducida a producción, olvidando la distribución de la riqueza; lo es la cultura recluida al fundamentalismo, cerrado frente a la multiplicidad de experiencias humanas en nombre de un dios mal interpretado; y, también, lo es el hombre minimizado a un número carente de imaginación. La modernidad puede y debe celebrar esta desintegración: es la caída de un modelo progresista antropocentrista. La modernidad tiene la posibilidad de emanciparse a sí misma a través de su más valioso don: la autocrítica. Las condiciones del informacionalismo son una fuente de posibilidades para reparar el maltrecho estado de la subjetividad, aun con el riesgo de la atomización. Sólo si estas herramientas científicas sirven, como lo mencionó Hegel, para un bien colectivo, serán completamente racionales y, por lo tanto, completamente modernas. Los movimientos sociales se nutren de esta red informática para elaborar sus estrategias. Las posibilidades de sus éxitos radican en su existencia como actores, la esperanza no está llena de aspiraciones y suspiros, sino también de acciones concretas. Pero será menester dar paso a la idea de la transformación global, una vez más a la idea fáustica de acciones monumentales, de acciones globales. Ésa es la actitud de los poseedores de los recursos de poder. Nosotros no podemos darnos el lujo de la mera localidad. En algún momento fue un tanque de oxígeno para el maltrecho ánimo revolucionario; pero mientras más avanza la descomposición sistémica se requieren acciones de mayor envergadura. La problemática ambiental es sólo una parte del cambio de rumbo de la humanidad; el ver la totalidad de nuestra condición humana es fundamental para actuar, no sólo para mantener un equilibrio entre naturaleza y hombre, sino para mantener nuestra vida como parte del cosmos. Y para mantener nuestra vida es necesario luchar para conquistar el respeto hacia todos los seres vivos. El movimiento verde tiene la responsabilidad de sumar. Quizá no de dirigir, pero sí de contribuir. Como movimiento social posee una gran vocación
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de crítica, pero carece de radicalidad en la acción. Es espectacular pero no ataca las raíces estructurales del problema. Preocupa a la gente, mas no la mueve como lo harían los fundamentalismos. Su conocimiento laico y extenso tiende a la advertencia, su éxito colectivo radica ya en su mera existencia como actor. La lucha no tiene color, sólo objetivo, y éste sigue siendo la libertad.
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El saqueo de los recursos estratégicos 1940-2003
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Capítulo 6
La agricultura en Baja California Sur: una perspectiva de largo plazo (1900-2005) José Urciaga García
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a búsqueda de estrategias apropiadas para alcanzar el desarrollo sustentable se ha transformado en una parte importante de la política de desarrollo. En el medio rural el aumento de la productividad del modelo tradicional de desarrollo agrícola de la revolución verde, centrado en la difusión de un paquete tecnológico con elevado consumo de fertilizantes y pesticidas ha llegado a su agotamiento por los elevados costos ambientales y sociales que implica, y hoy se encuentra en contradicción con el uso sustentable de los recursos naturales. El modelo de la revolución verde tuvo una amplia difusión en todo el país y especialmente en el noroeste de México. En Baja California Sur la utilización intensiva del paquete tecnológico acompañó la apertura del Valle de Santo Domingo, principal región agrícola de la región, en los años cincuenta y paulatinamente se difundió en otros valles agrícolas. Como resultado de la explotación intensa de los recursos naturales y particularmente del agua y el suelo, en poco más de cincuenta años de explotación desmedida el modelo tradicional de desarrollo agrícola hoy registra severos problemas de cara a la sustentabilidad. Los indicadores de desarrollo sustentable que miden la [249]
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productividad agrícola y el grado de explotación de los recursos naturales detectan severos problemas como la reducción de los volúmenes de agua disponible para la producción agrícola, la contaminación de cuerpos de agua, el elevado uso de pesticidas para el combate de plagas y enfermedades de las plantas con impactos significativos de contaminación en el agua y el suelo. En general, la actividad agrícola muestra un deterioro en las condiciones que permiten su continuidad. La agricultura regional presenta problemas complejos que requieren atención inmediata para restablecer las bases del tránsito hacia una agricultura sustentable. Todavía hoy no parece claro si el modelo centrado en agricultura orgánica, certificaciones y uso intensivo de capital mediante invernaderos pueda ser sostenible en el mediano plazo. Este capítulo presenta una panorámica sobre la evolución de la agricultura durante el siglo xx con particular énfasis en los últimos cincuenta años. El propósito es analizar la dinámica de la producción agrícola en Baja California Sur, sus principales fortalezas y debilidades, además de considerar algunas opciones potenciales. La presentación del trabajo se organiza en cuatro partes. La primera revisa la evolución de la agricultura durante los primeros cincuenta años del siglo xx. La parte segunda analiza las tendencias básicas que registra la organización de la producción agrícola mediante los cambios en el patrón de cultivos. La tercera estudia la actividad exportadora posterior a la entrada en vigor el Tratado de Libre Comercio (tlc). Una cuarta parte está dedicada al estudio de la disponibilidad, uso y manejo del agua para fines agrícolas. En una última sección se consideran las opciones y perspectivas que se perfilan en el desarrollo de la agricultura.
1. El desarrollo de la agricultura hasta la primera mitad del siglo xx Antes de la llegada de los misioneros jesuitas en 1697, de los franciscanos (1768-1772) y de los dominicos (1772-1855) a la península de Baja California no se desarrolló una base agrícola propiamente dicha, ya que los indígenas que habitaban la porción sudpeninsular se encontraban en etapas del desarrollo del período de recolección. Con el arribo de los jesuitas en 1697 y con la correspondiente fundación de las misiones, en Baja California se empezó a desarrollar una agricultura a pequeña escala vinculada a las necesidades de alimentación y
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materias primas de las misiones, de un auto abasto que se caracterizó por una estructura de la producción en la que destacan los cultivos de maíz, trigo, frijol, cebada y caña de azúcar, además del cultivo de la higuera y la vid. Con la expulsión de los jesuitas en 1767-68 empezaron a operarse cambios importantes en la economía agrícola, al trasladarse la posesión de la tierra a los colonos, conjugado esto con un proceso de eliminación de la población indígena. Esta nueva organización de la agricultura de la región se fundamentó en el sistema de ranchos y fue posible gracias al proceso de apropiación de la tierra. Así pues, el proceso de colonización en la Baja California fue lento pero firme a través de las actividades agrícolas y pecuarias. Hasta muy avanzado el siglo xix y debido a los constantes esfuerzos de colonización de la despoblada península de Baja California, la economía agrícola que se desarrolló se caracterizó por ser de pequeña escala, casi totalmente de autoconsumo, ligada a los oasis y a pequeños lugares con algunas condiciones agroecológicas muy particulares. Posteriormente los colonos fueron estableciendo ranchos ganaderos y agrícolas y, hacia la primera mitad del siglo xix, se empezaron a sentar las bases de una agricultura comercial. En esos años destacaba la importancia de la producción de piloncillo de caña de azúcar, tomate, quesos y carne seca en la estructura de la producción agropecuaria, particularmente en Todos Santos, Los Cabos y La Paz. Particularmente, hacia la primera mitad del xx la producción de piloncillo de caña de azúcar fue una de las bases de la economía agrícola del lugar, vinculada a la exportación hacia Estados Unidos, con lo que la creación de un puerto de altura para sacar la producción fue propuesta en este periodo. Los efectos de la crisis económica de los años treinta, sin embargo, se reflejaron marcadamente en la dinámica agrícola a través de la reducción de este comercio. Desde principios del siglo xx y hasta 1950, la superficie de cosecha apenas rebasaba las 4,500 hectáreas y el área agrícola permaneció casi constante: entre seis mil y diez mil hectáreas, incorporando la expansión de las zonas agrícolas del sur, con los valles de La Paz y de Los Planes, realizada hacia la primera mitad de los años cuarenta. En este mismo periodo, la Unión Nacional Sinarquista (uns) realizó un intento por colonizar el Valle de Santo Domingo. En septiembre de 1941 su
Trejo, 1991, p. 56.
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dirigente, Salvador Abascal, negoció con el presidente Ávila Camacho la colonización del desierto de Baja California y en diciembre de ese mismo año se embarcaron en esa tarea 472 personas encabezados por su líder. En enero de 1942 arribaron 392 personas más al puerto de La Paz y el entonces gobernador del Distrito Sur de la Baja California, el Gral. Francisco J. Múgica, apoyó decididamente esta tarea de colonización. El proceso de poblamiento originó el núcleo denominado María Auxiliadora, sin embargo, las infinitas penurias que pasaron y la falta de apoyo federal hicieron imposible que lograran vencer los obstáculos de la naturaleza para colonizar el Valle de Santo Domingo y con ello impulsar la agricultura en la región, a pesar de los esfuerzos del Gral. Múgica. Es así que en el verano de 1944 del grupo sinarquista y la población que llegó tan sólo quedaron ocho familias. Este esfuerzo fracasó en casi cuatro años, empezando en 1941 y concluyendo en 1944. Cabe señalar que las propietarias de los terrenos donde se ubica el Valle de Santo Domingo eran empresas extranjeras y que su dominio se extendía casi hasta Ensenada. Particularmente, durante el período comprendido de 1864 a 1933, estas empresas poseían la región donde ahora se encuentran los municipios de Mulegé y Comondú. En 1923 el entonces gobernador del Territorio Sur de la Baja California, el Gral. Juan Domínguez Cota, gestionó ante el presidente Abelardo L. Rodríguez la recuperación de las tierras concesionadas a las empresas extranjeras, culminando la cancelación de dichas concesiones en 1933 (con excepción de El Boleo). A partir de 1950 se inició una ampliación significativa del área de cultivo con la apertura de nuevas tierras y la perforación de pozos profundos a fin de aprovechar las aguas subterráneas para irrigar el recientemente colonizado Valle de Santo Domingo. El gobernador Domínguez Cota apoyó la creación del Ejido Santo Domingo y otras colonias agrarias ubicadas en las tierras recuperadas, desarrollándose una incipiente agricultura con sistema de norias para riego (pozos a cielo abierto). Después del intento de los sinarquistas, el resurgimiento de las colonias localizadas en el Valle de Santo Domingo hacia fines de los años cuarenta obedeció a un programa de colonización organizado y abanderado por el gobierno federal. Este interés del gobierno federal por la colonización se explica básicamente por dos aspectos: por un lado poblar
Véase Meyer, 1979.
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esa región deshabitada y limitar de esa forma los intentos anexionistas de Estados Unidos y, por otro, responder a la demanda de tierras que exigían los campesinos del centro de la República y que por diversas razones no se podía satisfacer en sus lugares de origen. Hacia fines de 1949, en un informe de la Comisión Deslindadora y Colonizadora en el Territorio Sur de la Baja California, se establecieron las bases para reconocer a María Auxiliadora como colonia agrícola, asimismo se fundaron las colonias de Nueva California y Querétaro. En la década de 1950, la colonización del Valle de Santo Domingo fue muy intensa, se fundaron en ese período casi todas las colonias instaladas en el Valle dándose un fuerte impulso durante 1950 y 1960 a la reforma agraria mediante el régimen de colonias, lo que aceleró el desarrollo agropecuario de la región. Para lograr la incorporación de la zona de los llanos de la Magdalena, donde se encuentra incluido el Valle de Santo Domingo, a la dinámica del desarrollo estatal fue realizado un gran esfuerzo. Se desmontaron e incorporaron al cultivo nuevas tierras, se realizaron obras de infraestructura básica para perforar pozos e irrigar los terrenos desmontados, se introdujeron equipos de bombeo, se definió el régimen jurídico de las colonias y se crearon instituciones que respaldaron el desarrollo agrícola. Fue un proceso dinámico e intenso que poco tiempo después, hacia la mitad de los años sesenta, transformaría al Valle de Santo Domingo en el principal granero de Baja California Sur. La región agrícola del sur —en otra época floreciente— de Los Cabos, Todos Santos y La Paz se vio desplazada. Dos factores determinaron la caída de la región sur: primero, la aguda caída de la exportación de tomate hacia fines de la década de los treinta y, segundo, la reducción de la producción de caña de azúcar en Todos Santos hacia la primera mitad de la década de los cincuenta, lo que en poco tiempo condujo al fracaso económico de los trapiches y la economía cañera.
2. Cambio y continuidad del desarrollo agrícola desde la segunda parte del siglo xx La ampliación de la frontera agrícola con la apertura de tierras al cultivo en nuevos valles agrícolas generó una superficie a cosechar entre 60 y 70 mil
Citado por Navarro, 1986, p. 42.
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hectáreas. Esta superficie se aprovechó casi en su totalidad durante el período de éxito del modelo agrícola, el cual concluyó a fines de los ochentas, cuando los indicadores asociados a la explotación del agua y la tecnología de riego mostraron los impactos adversos del uso no sustentable del recurso. Desde entonces se han realizado diferentes propuestas para buscar alternativas a la producción agrícola, particularmente a la localizada en las principales áreas de producción como el Valle de Santo Domingo. Después de la crisis económica y productiva que prácticamente duró toda la década de los ochentas, a principios de los noventas se estableció un nuevo modelo de crecimiento agrícola fincado en el contexto nacional de una política agrícola neoliberal que entre otras cosas reduce los subsidios al campo. En Baja California Sur la propuesta de política agrícola regional se concentra en racionalizar el consumo del agua al reducir la superficie destinada a la producción agrícola y proponer el cambio tecnológico en el riego. La superficie cosechada cayó de poco más de 60 mil hectáreas que se cosechaban hacia fines de los ochenta a alrededor de 40 mil hectáreas a principios del siglo xxi, cambios que tuvieron su punto de partida hacia principios de los noventas por ejemplo en el Valle de Santo Domingo se aplicó el reglamento para uso, explotación y aprovechamiento de aguas del subsuelo. El eje del cambio fue la aplicación del Programa de Reconversión Agrícola, programa que reduce significativamente el consumo del agua para fines agrícolas, modifica la tecnología de riego, reduce la superficie cultivada, disminuye la extracción de agua a los niveles de recarga de los acuíferos y modifica el patrón de cultivos. Los cambios en la tecnología de riego y la nivelación de la recarga de los acuíferos han registrado avances considerables pero tardíos. El riego rodado todavía representa una parte muy importante de la superficie cultivada por las dificultades financieras para adquirir y operar tecnologías de riego de mayor eficiencia al riego rodado. Cabe destacar que la mayor inversión ejercida para mejorar los sistemas de riego se realiza en los equipos presurizados con poco más de 100 millones de pesos a diciembre de 2006. En el Distrito de Riego 66 del Valle de Santo Domingo, el consumo de agua de ha reducido drásticamente, de 453 mil millones de metros cúbicos de extracción anual que prevalecía en los ochentas y noventas se ha reducido a alrededor de 167 millones de metros cúbicos de extracción anual, a pesar de las dificultades para mejorar la tecnología de riego se han establecido sis-
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temas de goteo, microaspersión, pivote central y aspersión que cubren casi el 60% de la superficie bajo cultivo, y el resto todavía hoy se riega con sistemas no tecnificados de tubería compacta, según datos del último ciclo agrícola de 2006, y lo mismo sucede con el resto de los Distritos de Desarrollo Rural. Por ejemplo, en Los Cabos, de las 2,876 hectáreas reportadas como tecnificadas en el año de 2006, el 71 por ciento fueron en obras de riego por gravedad y el resto en obras de goteo, aspersión y microaspersión. Las medidas aplicadas para la reducción de la extracción de agua han mostrado éxito tardío. Se empezaron a aplicar en el año de 1992 y hasta poco después de una década de establecidas finalmente han generado el objetivo deseado de establecer el equilibrio en el balance de los acuíferos. La extracción y la recarga parecen estar en equilibrio en alrededor de 170 millones de m3 a partir del año de 2003. Para disminuir la explotación inmoderada del acuífero y evitar la mayor degradación de la calidad del agua se establecieron medidas adicionales como el estricto respeto al reglamento con aplicación de sanciones al infractor, instalación de medidores, reducción de dotaciones, reorganización de la administración del agua con base en criterios de participación de usuarios y establecimiento de cotas además de la promoción de la cultura de ahorro de agua. Por su parte el patrón de cultivos ha registrado cambios importantes y el sector agrícola presenta una reorganización dramática que define nuevos rasgos y tendencias en su inserción en la economía regional. El análisis de las tendencias que registra la estructura agrícola en Baja California Sur se realiza mediante indicadores de superficie cosechada, producción y rendimientos de una muestra de cultivos que se agrupan en cuatro: básicos (maíz, trigo y frijol), exportaciones tradicionales (garbanzo y algodón), hortalizas (jitomate y chile), agroindustriales (alfalfa, cártamo y sorgo) y otros, lo que incluye frutales como mango y dátil. Estos cultivos en conjunto representan un promedio de 86 por ciento de la superficie cosechada del estado de Baja California Sur entre 1960 y 2004. Las modificaciones más importantes ocurridas en el patrón de cultivos de la entidad en casi medio siglo de estudio son las siguientes. Los indicadores de superficie cosechada, producción y valor de los cultivos básicos se
Véase anexo.
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reducen en contraste con el aumento significativo de los mismos indicadores de los cultivos de hortalizas. La superficie cosechada de granos básicos (maíz, trigo y frijol) ha caído sustancialmente, de representar poco más del 60 por ciento de la superficie en 1990, cayeron a 43 por ciento en 2006, en contraste con la tendencia de las hortalizas, que de representar tan sólo 1.86 por ciento de la superficie en 1960 pasaron a 35 por ciento en 2006. El indicador de producción sugiere que la importancia de las hortalizas es mayor, de representar sólo el 4 por ciento del total de la producción agrícola en 1960 pasaron a representar el 55 por ciento del valor total en 2006. En términos de valor pasaron del 4 por ciento en 1960 a 80 por ciento en 2006, representan el grupo de productos con mayor valor total de la producción agrícola en el estado de Baja California Sur. En cambio, los cultivos básicos pasaron de representar tres cuartos de la superficie cosechada durante casi treinta años, a ocupar poco menos de la mitad en los últimos años, y los indicadores de producción y valor han caído drásticamente. Este grupo representa el transvase más importante de cultivos hoy representa menos del 20 por ciento de la producción y en participa con menos del 9 por ciento del valor (véase Anexo 1). Este es un fenómeno muy importante porque muestra como los productores responden a las señales del mercado en la reorganización de su producción al destinar paulatinamente sus esfuerzos a otro tipo de cultivos y actividades con mayor rentabilidad. En la estructura de los cultivos básicos destaca la notable caída del trigo, cuya tendencia es a desaparecer, de cosecharse 27,190 hectáreas con una producción de 134,705 toneladas en 1988, apenas se cosecharon 5,308 hectáreas con una producción de 30,131 toneladas en el año 2006. El caso del trigo es particularmente interesante porque junto con el algodón fueron los cultivos tradicionales en el patrón regional durante las décadas del cincuenta al setenta. El maíz ha registrado un ciclo de alrededor de 20 años. A mediados de los ochentas se sembraban poco más de 3,000 hectáreas; con el programa de reconversión aumentó inusitadamente su superficie a casi 22 mil hectáreas en 1991, para luego volver a caer a poco más de 7 mil hectáreas en 2006. El aumento de la producción de maíz desde fines de los ochentas es consecuencia directa del manejo de la política agrícola imperante, especialmente del aumento de los subsidios. El errático comportamiento en los indicadores de
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producción de maíz y su tendencia a la baja desde la segunda mitad de los noventas refleja el impacto del aumento de los costos de producción y de la mayor volatidad e incertidumbre macroeconómica que no se compensaron apropiadamente por los subsidios otorgados posteriores a la devaluación de diciembre de 1994. La política agrícola nacional que mejoró los precios relativos y brindó seguridad en la comercialización fueron las causas del aumento sin precedentes de la producción de maíz y fríjol, en particular en el municipio de Comondú, región que produce 95 por ciento del maíz en Baja California Sur. Éste se transformó desde los noventa en el cultivo de mayor importancia económica en el Valle de Santo Domingo. Lo anterior contrasta con el reducido consumo de maíz y frijol en Baja California Sur por lo que los excedentes tienen que comercializarse en el resto del país. Los dos principales determinantes de la demanda de maíz tienen fuertes limitaciones: el tamaño del mercado es pequeño y los hábitos de consumo de la población local poco incluyen al maíz, situación que acompañada de los altos costos de transporte para comercializar los productos agrícolas a los estados consumidores del continente (los costos de transporte se elevan sustancialmente por los elevados costos de transporte marítimo lo que resta competitividad a la región), genera que la comercialización de los excedentes de maíz registren elevados costos adicionales para la sociedad mexicana y el tema de autosuficiencia en maíz carece de sentido en el caso de Baja California Sur (los datos disponibles muestran que en las épocas de auge el estado produce 4 veces más de lo que consume). Los elevados costos y la caída de los subsidios son los motivos que explican el descenso en la superficie cultivada. La política macroeconómica y agrícola son factores de mayor importancia que explican el cambio en el patrón regional de cultivos. Mediante los estímulos y subsidios en la comercialización de maíz y mediante la operación de los programas gubernamentales de estímulo: primero el Programa Nacional de Solidaridad (pronasol) al otorgar subsidios especiales para impulsar la siembra de maíz y frijol desde 1989 y después el Programa de Alianza a la Producción (procampo) al brindar subsidios directos a la superficie sembrada. Por su parte el aumento en los indicadores de la producción de hortalizas muestra una de los rasgos de la nueva economía agrícola de la región basada en la aplicación de un paquete tecnológico altamente sofisticado que involu-
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cra toda la cadena productiva, con la participación de un tejido empresarial altamente competitivo que cimenta su despegue en ranchos e invernaderos de producción intensiva. Lo anterior explica el rápido crecimiento de la producción y valor de las hortalizas a pesar del poco aumento de la superficie cosechada. Las hortalizas registran elevados rendimientos por hectárea y altos coeficientes de rentabilidad económica. Los indicadores muestran que las hortalizas se han transformado en los cultivos más importantes en la estructura de producción agrícola en el estado de Baja California Sur, como se ha señalado. El acelerado crecimiento de su producción obedece al desplazamiento de la demanda internacional de algodón y garbanzo hacia hortalizas y particularmente productos orgánicos. En las hortalizas tradicionales destacan los cultivos de tomate y chile como los productos a los que se dedica la mayor superficie. Recientemente ha habido una tendencia al fortalecimiento de los cultivos de hortalizas no tradicionales como albahaca, ajo, hierba de olor, cebolla y espárrago y sus correspondientes cultivos orgánicos como tomate, berenjena, calabacita y otros productos orgánicos que en conjunto no rebasan las 2 mil hectáreas pero representan un valor superior a los 300 millones de pesos. Por su parte, el garbanzo y el algodón, productos que años atrás fueron los principales cultivos de exportación, prácticamente se han eliminado del patrón de cultivos actual. Este grupo que en 1990 ocupaba el 38 por ciento de la superficie cosechada, disminuye a 18 por ciento en 1994, y a sólo 7 por ciento en 2006. El caso extremo es el algodón, cuya tendencia no sólo es una reducción en su producción sino que además tiende a desaparecer del patrón de cultivos regional. La caída general de los precios internacionales de las materias primas, aunado a la inestabilidad del mercado internacional del precio de referencia que se utiliza en su cotización, y al errático comportamiento de su rentabilidad, han contribuido a el abandono de su cultivo. En el año 2000 se reportaron únicamente 59 hectáreas cosechadas. El garbanzo se comercializa en su mayor parte a los mercados europeos y la depreciación del peso favorece su producción porque lo hace más rentable. A principios de los noventa se dedicaron alrededor de 6 mil hectáreas a su cultivo (con la excepción de 1990 cuando sorprendentemente se cultivaron más de 20 mil hectáreas). Con la devaluación del peso de diciembre de 1994, su producción se hizo más rentable en moneda nacional. Situación que su-
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mada al relativo éxito en la comercialización da cuenta del aumento en su producción en esos ciclos agrícolas. El caso de los cultivos forrajeros y agroindustriales participan con alrededor de 17 por ciento de la superficie cosechada. Este grupo mantiene tendencias divergentes. El cártamo, típico producto agroindustrial destinado a la elaboración de aceites comestibles casi desaparece del patrón regional de cultivos, con apenas 10 hectáreas cosechadas en 2004, mientras que los cultivos forrajeros sorgo y alfalfa aumentan sus indicadores de producción. Las tendencias registradas en el patrón de cultivos regional resultan de cambios importantes en el patrón de demanda internacional y mantienen una relación directa con la política macroeconómica y agrícola. Los principales precios agrícolas (tipo de cambio, tasa de interés, crédito y precios) influyen directamente en la rentabilidad del sector agrícola, y los principales instrumentos de política sectorial —como subsidios— modifican el perfil productivo de la agricultura a través de mecanismos de regulación. La evolución que registra el patrón de cultivos muestra una tendencia en la que paulatinamente las hortalizas y productos orgánicos cobran mayor importancia por sus vínculos con el mercado internacional; prácticamente todos son de exportación y ahora empiezan a producirse bajo condiciones de invernadero. Los agricultores responden rápidamente a los cambios en la demanda y a los incentivos de precios y orientan su producción a cultivos en respuesta a los estímulos que ejercen impactos importantes en la rentabilidad de las inversiones en estos productos. La crisis de diciembre de 1994 mostró que la rentabilidad de varios productos agrícolas era ficticia y sin fundamento en la productividad. Los apoyos gubernamentales a la producción y comercialización de maíz y otros básicos se redujeron sensiblemente como respuesta a condiciones adversas y fuera del alcance de los agricultores. Este es un caso típico en el que la instrumentación de la política agrícola nacional no contempla la vocación productiva real de las regiones y por tanto no consideran sus aspectos particulares. Al establecer mecanismos nacionales de apoyo a determinados cultivos para cumplir con las metas nacionales no se consideran los perfiles productivos asociados a las regiones. La política de impuesto y subsidio al sector es una política eficiente cuando genera las señales adecuadas a los productores que les permite mejorar la tecnología y asignar sus recursos en función de sus costos de oportunidad.
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No es estar en contra de la política de subsidios sino plantear la propia eficiencia en la aplicación de los subsidios. No tiene los mismos efectos en costos y beneficios la política general de apoyo al maíz en estados como Jalisco, que se caracterizan por tener una base campesina productora de maíz en condiciones de temporal con costos de producción relativamente bajos y cerca de los centros de consumo, que contrasta con las condiciones de casi aislamiento de Baja California Sur en donde prevalece una agricultura empresarial, de riego, con elevados costos de producción y alejado de los principales centros de consumo. La aplicación sin matices de la política sectorial de apoyo a la agricultura sin incorporar las condiciones regionales que caracterizan a Baja California Sur provoca que se profundice la crisis del sector e insistir en tal política, sin considerar los impactos sociales y ambientales negativos que genera, muestra que los criterios de clientelismo político prevalecen por encima de aquellos criterios de eficiencia económica y equidad social para determinar la de asignación de fondos públicos en diferentes programas de subsidios y apoyo directo a la agricultura sudcaliforniana.
3. La década de los noventas. Exportaciones agrícolas y libre comercio A principios de los noventas entró en vigor el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá (tlc). Se esperaba que sus impactos en el sector agrícola mexicano fueran positivos en la medida que aseguraban un mercado de dimensiones notables a los productos mexicanos. Sin embargo, valorados a mitad de la primera década del siglo xxi los impactos distan mucho de ser los esperados, en parte por la contradictoria política estadounidense de retórica de defensa del libre comercio y la práctica del proteccionismo de su economía, y parcialmente por la difícil situación estructural del sector agroalimentario mexicano. El propósito de lograr acceso estable y permanente de nuestras exportaciones a los mercados de Estados Unidos y Canadá parece no lograrse, o sólo muy parcialmente. De hecho organizaciones de productores agrícolas mexicanos reivindican con frecuencia la renegociación del apartado agrícola del tlc para lograr un acceso con mayor estabilidad. Las estructuras arancelarias entre los países participantes del tlc son ahora muy parecidas, pero Estados Unidos continúa protegiendo su econo-
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mía a través de regulaciones no arancelarias, como leyes antidumping, restricciones fitosanitarias, cuotas de importación y determinados “acuerdos” que penalizan la libre circulación internacional de mercancías, los cuales se entienden como restricciones a las exportaciones. Existen asimetrías considerables entre los países participantes del tlc, que afectan de manera especial al comercio agrícola de México. Por ejemplo, Estados Unidos limita las importaciones de productos mexicanos mediante restricciones fitosanitarias y ciertos acuerdos sobre productos agrícolas (aguacate, mango, productos lácteos y derivados del azúcar, topes en el uso de pesticidas, etcétera). A pesar de la apertura de la economía mexicana, el comercio agropecuario se caracteriza por la poca diversificación tanto por productos como por destino. Los datos duros son contundentes: más de la mitad de las exportaciones mexicanas agropecuarias posteriores al tlc están representadas por muy pocos productos, básicamente: café grano, tomate, pepino, frutas y hortalizas frescas, y ganado en pie. Por su parte, las importaciones más significativas son el maíz, sorgo, frijol, semilla de soya y oleaginosas. Asimismo, el destino más importante de las exportaciones mexicanas continúa siendo Estados Unidos, país que representa un promedio de 85 por ciento del comercio agropecuario mexicano desde los años ochenta y principios de los noventa. Canadá tan sólo participa con el 2.7 por ciento en este mismo rubro. Además, la balanza comercial agropecuaria entre México y Estados Unidos es deficitaria casi en todos los años posteriores al tlc, con la excepción del periodo inmediato a la macro devaluación de 1994. Entre 1992 y 1994, la agricultura y la silvicultura registraron un déficit promedio de 700 millones de dólares en este intercambio comercial. La devaluación de diciembre de 1994 generó un superávit temporal en dicha balanza con 844.6 millones de dólares para volver a registrar déficit en 1996 (de 466 mdd). Como se observa, la apertura comercial no ha sido tan exitosa como se suponía. El crecimiento de las exportaciones básicamente está en función de la dinámica de la demanda externa determinada en lo fundamental por el crecimiento de la economía norteamericana. Hasta ahora no tenemos elementos suficientes que nos permitan discriminar los impactos de la entrada en vigor del tlc de aquellos de la devaluación o del crecimien
inegi, Estadística de comercio exterior de México, no. 3, 2002.
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Del saqueo a la conservación
to de la demanda externa. Pero a juzgar por las frecuentes peticiones de las asociaciones de exportadores relativas a la revisión de los acuerdos del tlc, el aumento de las exportaciones no parece ser resultado de las nuevas reglas de operación a partir del tlc. Los cambios aplicados en el sector agrícola de Baja California Sur están directamente asociados con el crecimiento de la demanda externa. Los cultivos de hortalizas registran las tasas de crecimiento más elevadas, como se ha señalado más arriba. La tasa de crecimiento promedio anual de la superficie cosechada de chile es de 11.7 por ciento y la del tomate rebasa el 52 por ciento anual, indicadores que reflejan un intenso proceso de consolidación de estos productos.
4. La disponibilidad de crédito, la devaluación y el ajuste agrícola Los productores agrícolas frecuentemente registran problemas de cartera vencida. Los ciclos de expansión y contracción de la economía y del crédito ejercen un impacto directo en el funcionamiento del sector agrícola. En épocas de restricciones de crédito la política de recuperación crediticia por parte del sistema bancario ha generado embargo de ranchos y modificaciones en su operación. Ya desde fines de la década de los ochentas fueron reiteradas las peticiones de los productores para que las instituciones crediticias y bancarias reconsideraran las condiciones del crédito en tasa y montos y modificara sus criterios para otorgar nuevos créditos y renegociar las deudas existentes. La deuda contraída por los productores tiene tres grandes acreedores: el sistema bancario, la Comisión Federal de Electricidad (cfe) y la Comisión Nacional del Agua (cna). La deuda con bancaria con el antiguo banrural hoy Financiera Nacional y el Fideicomiso Instituido en Relación a la Agricultura (fira) se cifraba en alrededor de 65 millones antes de la devaluación de 1994, con una cobertura mayor al 50 por ciento de los productores. Durante ese periodo de acuerdo a ciertas estimaciones, “la cartera vencida de banrural en Baja California Sur al cierre de mayo de 1991 era de 55.5 millones de pesos, de los cuales los saldos vencidos ascendían a 23.2 millones. Un 83 por ciento de esta última cifra correspondía a operaciones de la sucursal de Ciudad Constitución y el 17 por ciento restante a la de La
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Paz”. El orden de magnitud de recursos financieros para resolver el problema en 1993 y 1994 era de alrededor de 126 millones de pesos, de los cuales 65 millones correspondían a cartera vencida (casi la mitad, aproximadamente 456 productores). Por su parte la deuda con la Comisión Federal de Electricidad se valoraba hace una década en 25 millones de pesos. Los productores y la cfe crearon varios mecanismos para reestructurar la deuda. En 1994 la renegociaron y prorrogaron por un período de tres años; a fines de 1996 se reestructuró el 40 por ciento de la deuda: 10 millones de pesos con 184 productores. La deuda con la Comisión Nacional del Agua se cifraba en enero de 1995 en alrededor de 2.5 millones de pesos. Deuda que el gobierno del estado ha manejado políticamente. Hacia junio de 1993, éste absorbió parte del endeudamiento con 470 mil pesos y después de ciertas gestiones logró que la cna condonara la deuda. Los mecanismos de apoyo para resolver el endeudamiento han sido diversos: condonación, renegociación y prórroga, establecimiento de programas de apoyo, etcétera. La parte más importante de la deuda, aquella contraída con el sistema bancario, se ha renegociado en numerosas ocasiones. Como ejemplo, en mayo de 1994 se reestructuraron alrededor de 58 millones (de aquella deuda de 65 millones), lo que representó el 85 por ciento de la cartera vencida, y a fines de noviembre de ese mismo año se renegoció casi el 98 por ciento de la misma, casi 9 millones de nuevos pesos. Durante 1995 y 1996 los gobiernos federal y estatal reactivaron los programas y mecanismos de rescate a los productores agrícolas. En 1995 el Fondo de Reconversión para incentivar la actividad agrícola manejaba entre 40 y 50 millones de pesos, el banrural destinó alrededor de 10 millones que aumentó a 30 millones en el período siguiente. El programa de Alianza para el Campo dirigió alrededor de 57 millones en 1996, y el fira ofreció un techo financiero de 73 millones para apoyar al campo sudcaliforniano. Si creemos en la información anterior, en conjunto las diferentes instituciones destinaron más de 200 millones de pesos al apoyo de la agricultura sudcaliforniana
Programa Estratégico de Desarrollo Económico para el Estado de Baja California Sur, 1994, Arthur Anderson Consultores. La información sobre la deuda y sus frecuentes negociaciones pueden consultarse en El Sudcaliforniano del 20 de mayo de 1994, 22 de septiembre de 1994, 11 de octubre de 1994 y 14 de noviembre de 1994.
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Del saqueo a la conservación
durante 1996. La renegociación y apoyos gubernamentales para reducir la deuda contraída por los productores rurales ha sido recurrente en los últimos diez años. Así, parece que no es la escasez de recursos que se destinan al campo la causa fundamental del estado lamentable de la agricultura, ni tampoco la falta de programas oficiales que traten de subsanar los problemas. Parece más bien un problema de eficiencia en el manejo de los recursos públicos, de los fines explícitos en la política agrícola y la cobertura de los programas implantados.
5. Disponibilidad, uso y manejo del agua El aprovechamiento y manejo del agua tienen un fuerte impacto en el desempeño de la agricultura sustentable. El estado es una región árida con territorio de baja densidad de población, sólo cuatro habitantes por km 2, de difícil acceso por lo alejado de los principales centros de consumo y que depende fuertemente de su infraestructura de comunicaciones para integrarse al resto del país. La precipitación media anual es de apenas 174 mm, lluvias que se concentran en agosto y septiembre. Alrededor del 95 por ciento de la precipitación pluvial retorna a la atmósfera por evaporación y sólo un cinco por ciento escurre superficialmente e ingresa al suelo. Es una tierra con ciclos recurrentes de ciclones y sequías. Los ciclones ejercen un impacto directo en la capacidad de recarga de los mantos acuíferos por el contrario, las sequías impactan de manera adversa en la cantidad de agua disponible. La escasa lluvia no permite la agricultura de temporal, por lo que la agricultura sólo es posible si se desarrolla bajo condiciones de riego. Los mantos acuíferos subterráneos son el soporte de la agricultura. La apertura de tierras al cultivo y la tecnología empleada en la actividad agrícola han provocado cambios importantes en el balance hidrológico de las cuencas. El modelo de agricultura intensiva adoptado presenta muchos problemas derivados del uso no sustentable del capital natural y los servicios de los ecosistemas y que sobreexplota el recurso natural de mayor escasez: el agua. De acuerdo a la información estadística disponible sobre la situación que guardan los acuíferos que se encuentran en Baja California Sur, existe un fuerte saqueo del agua para uso agrícola así como una limitada valoración económica y ambiental del recurso. No sólo existe poca agua sino que además sus
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265
Balance hidrológico de algunos acuíferos de Baja California Sur en mm3 Acuífero
Recarga media anual
Descarga natural
Volumen Volumen agua de subterránea extracción
Disponibilidad media Déficit anual
Vizcaíno
40.7
5.0
37.4
42.0
0.0
-1.7
9.0
180.1
307.0
0.0
-1.1
24.0
3.0
26.2
25.5
0.0
-5.2
24.5
4.6
15.1
13.2
4.8
0.0
27.8
0.0
30.8
28.4
0.0
-3.0
305.0
21.6
289.6
416.1
4.8
-11.0
Santo 188.0 Domingo San José del Cabo Santiago La Paz
Fuente. Información obtenida de la cna y publicada en el Diario Oficial de la Federación el 31 de enero de 2003.
usos y aprovechamientos generan un elevado desperdicio del recurso, consecuencia de las propias contradicciones de la política económica que por un lado establece medidas de protección de los acuíferos y por otro genera incentivos económicos para que los productores agrícolas no cambien sustancialmente la tecnología de riego que emplean y destinen su producción a cultivos de elevado consumo consuntivo de agua pero que no optimizan su uso. Según la Comisión Nacional del Agua, la evolución de la sobreexplotación presenta la tendencia siguiente. De sólo tres pozos sobreexplotados en 1960, aumentó a 582 a mediados de los noventa. El diagnóstico hacia esa época indica que el 78 por ciento de los pozos registraban algún nivel de sobreexplotación, situación que implica incremento de la salinidad y abatimiento de los pozos. Hacia principios de los noventa existía un déficit de agua de alrededor de 87 millones de m3. De hecho, con el establecimiento de la nueva política agrícola para reducir el problema de intrusión salina a las reservas de agua la situación ha mejorado sustancialmente. La situación más dramática se presentó en el Distrito de Riego 66 del Valle de Santo Domingo: de los 704 pozos existentes, 218 están dañados, operan 486 y en 152 de ellos se registran fuertes problemas de salinidad (con indicadores de salinidad muy altos clasificados en clase c4 por su muy elevada salinidad, entre 1,440 y 3,200 partes por millón) .
266
Del saqueo a la conservación
A principios de los años noventa se inició un cambio importante en la orientación del sector agrícola en Baja California Sur. Se adoptaron como líneas de política económica las recomendaciones que hicieron varios estudios sobre la necesidad de replantear la organización productiva del sector. Se estableció el Programa de Reconversión Agrícola, programa que tuvo como uno de sus ejes modificar la tecnología de riego. Como ya se ha señalado, a pesar de la aplicación de dicho programa desde principios de los noventa, la utilización de riego rodado todavía representa una parte muy importante de la superficie cultivada, como resultado de las dificultades financieras para adquirir y operar sistemas modernos de riego, como microaspersión o goteo. En el Valle de Santo Domingo las últimas cifras disponibles, correspondientes a agosto de 2006, indican que del total de la superficie irrigada de 23,216 hectáreas sólo el 32.7 por ciento se riega por algún sistema de riego localizado como goteo, aspersión, microaspersión o pivote central. Aún queda modificar el sistema de riego en 67 por ciento de la superficie destinada a la agricultura. Una situación similar prevalece en el Distrito de Desarrollo Rural de Los Cabos: de las 2,876 hectáreas reportadas como tecnificadas en el año de 2004, en 71 por ciento se realizan obras de riego por gravedad y en el resto riego por goteo, aspersión y microaspersión. Finalmente, aunque de manera tardía, la reducción paulatina de la extracción de agua acompañada de la aplicación estricta de normas de control para su uso han generado después de casi quince años de aplicación un cierto equilibrio entre extracción y recarga del acuífero. El volumen de agua extraído ha bajado de 300 millones de m3 en 1992, a 167 millones en 2006. La situación descrita tiene importantes efectos en la sustentabilidad del recurso agua. El diseño y aplicación del manejo del agua mediante precios y tarifas altamente subsidiadas al productor agrícola implica que el agua se visualiza como un recurso infinito e inagotable, perspectiva adecuada en otras épocas de la historia económica con abundancia de capital natural y baja población, pero que de ninguna manera es apropiada para las condiciones que hoy registra el capital natural de una importante degradación de los servicios de los ecosistemas. El precio que impone el sistema al productor agrícola considera únicamente el valor derivado exclusivamente de su uso directo. El valor del agua
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como parte del capital natural artificialmente se impone casi cercano a cero o vinculado exclusivamente a los costos de energía para extracción de los pozos subterráneos, precio que no recoge otros componentes del valor del agua. La política pública no considera los beneficios externos asociados al agua al diseñar el sistema de incentivos para el manejo del recurso agua, en gran medida porque el mercado no lo recoge mediante las señales típicas de precios. El valor económico total del agua incluye el valor de uso, de no uso y de existencia, pero el precio que recoge el mercado mediante su disposición a pagar apenas incorpora el valor de uso mediante costos de extracción y algo de mantenimiento de los sistemas de riego. Estos desequilibrios en las consideraciones de valor y precio están en la base del establecimiento de políticas de precios y tarifas que sean compatibles con el uso sustentable del recurso. Porque los agricultores pagan apenas una parte del valor y mediante una política que incluye fuertes subsidios, pero la sociedad paga otros factores del costo de oportunidad del agua que no recoge el sistema de precios y no se ven de manera directa sino cuando empiezan a considerarse aspectos de la sustentabilidad del desarrollo.
6. Las empresas agrícolas, los procesos de comercialización y el cambio tecnológico El fortalecimiento de la Empresa Agrícola Multinacional es uno de los rasgos básicos de la estructura del mercado agrícola mundial y globalizado. Las reformas realizadas al Artículo 27 Constitucional establecen el marco legal que garantiza los derechos privados de propiedad y permite otras opciones de uso del suelo y de aventuras conjuntas de la iniciativa privada nacional y extranjera, tanto en los ejidos como en la propiedad privada. La nueva regulación agraria legaliza la renta y venta de parcelas a empresas privadas. La producción de hortalizas tradicionales y productos orgánicos en Baja California Sur, especialmente de tomate y chile, se realiza con el desarrollo tecnológico y gerencial que ofrecen empresas multinacionales que han diversificado su producción, localización y presencia en toda la península. Estas empresas, en su mayoría dedicadas a la cadena productiva de hortalizas tradicionales, disponen de una tecnología muy sofisticada en su producción y comercialización, desde los conocimientos y personal especializado en manejo de ranchos o invernaderos
268
Del saqueo a la conservación
hasta los canales de comercialización y el conocimiento del mercado internacional para su exportación en el mercado norteamericano. Es decir, cuentan con condiciones legales y financieras, y disponen de un modelo tecnológico de producción y comercialización que prácticamente elimina de la competencia al agricultor tradicional y ejidatarios locales por sus avanzados niveles tecnológicos. Sin embargo, cabe destacar que el modelo tecnológico de la empresa multinacional es poco amigable con el medio ambiente; es un modelo tecnológico altamente depredador y dependiente del uso de insumos agrícolas, mano de obra barata y un proceso de comercialización altamente globalizado. El modelo de elevado consumo de energía en que están basado su sistema de producción no representa una opción permanente para el desarrollo sustentable, debido al agotamiento de los recursos naturales en el largo plazo. Indudablemente estas empresas significan una derrama económica para la región, especialmente por el empleo agrícola de trabajadores migrantes o por el pago de la renta del suelo a los productores o ejidatarios, pero en definitiva no representan una opción permanente al desarrollo agropecuario en Baja California Sur. El éxito de las empresas multinacionales se explica por el aprovechamiento de un nicho de mercado singular y una clara debilidad institucional y organizacional para atender la comercialización de productos regionales. A pesar de la presencia de instituciones de comercialización, la operación del proceso acompañado de la insuficiente infraestructura básica y de las condiciones de insularidad, hacen muy costoso este proceso. Este problema se ve claramente en la comercialización del maíz. Es frecuente que se embarque su producción hacia el interior del país mediante transporte marítimo con los oligopolios navieros que reajusta constantemente sus precios al alza, impactando adversamente los costos de transporte.
7. Perspectivas de la agricultura sudcaliforniana El sector agrícola de Baja California Sur registra un conjunto de cambios muy importantes que no sólo redimensionan la agricultura sino que la rearticulan con otros sectores de la economía. Durante el periodo de análisis es claro el cambio en el patrón de cultivos hacia productos con uso intensivo de mano de obra y con destino al mercado internacional, particularmente pro-
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ductos de hortalizas y de orgánicos. Los agentes que participan activamente en este proceso son los inversionistas nacionales y extranjeros que ya tienen una amplia experiencia en la explotación agrícola regional a través de las empresas multinacionales. Una de las vertientes de mayor posibilidad y aún no suficientemente exploradas es la agricultura orgánica. El modelo tecnológico derivado de la “Revolución Verde” registra muchas limitaciones por el uso intensivo de insumos y pesticidas, y sus impactos ambientales. La agricultura orgánica representa un modelo de desarrollo agrícola autosustentable ecológicamente y con un crecimiento importante de su demanda, especialmente en el extranjero, que ya empieza a tener éxito. Existen muchas posibilidades para comercializar este tipo de producción, especialmente frente los cambios registrados en la estructura de la demanda de los países desarrollados. Los consumidores de elevados ingresos demandan cada vez más productos orgánicos que no han sido tratados con pesticidas, agroquímicos y que son ambientalmente amigables, lo que genera una tendencia a ampliar la demanda de este tipo de productos. Además que normalmente los productos orgánicos alcanzan un sobreprecio en el mercado entre 40 y 200 por ciento. Baja California Sur presenta una situación agroecológica apropiada para el desarrollo de la agricultura orgánica. Sin embargo, la superficie dedicada a la producción de de este tipo de productos para la exportación todavía es insignificante: tan sólo 1,500 hectáreas con aproximadamente 300 productores organizados en diferentes asociaciones de productores en el municipio de Los Cabos. Estos productores empiezan a tener éxito en la exportación de orgánicos con el uso de medios de transporte aéreos de productos como albahaca, jitomate, ajo, hierba de olor, espárrago y otros. La ventaja comparativa y competitiva de la región reside en las condiciones agroecológicas de producción y en la cercanía del mercado de los Estados Unidos. Las limitaciones para ampliar los productos orgánicos consisten en el establecimiento de nuevos mercados, las restricciones a la importación de insumos, el desconocimiento de las normas de comercio internacional y la regulación ambiental sobre la comercialización de los productos orgánicos, así como en la incertidumbre normal de cambiar a un nuevo esquema de producción.
Javier Trujillo Arriaga (1990), “Desarrollo de una agricultura sustentable en México: el paradigma agroecológico”, Revista Comercio Exterior, vol. 40, núm. 10.
270
Del saqueo a la conservación
Estas limitaciones se superarán en la medida que los productores busquen nuevos mercados y realicen convenios con las más diversas organizaciones de consumidores, incluidas las organizaciones no gubernamentales —que son la entrada al mercado europeo—, además de las cooperativas de consumo norteamericano. La limitación a la importación de insumos se ha comenzado a reducir con el Tratado de Libre Comercio porque ya se permite la importación, sin elevados aranceles, de insumos necesarios para la producción de orgánicos. La orientación de la producción de hortalizas orgánicas al mercado internacional es una opción que presenta gran viabilidad como alternativa a la problemática agrícola actual. Se trata de un esquema paulatino que, a la par que busca mercado, cuidadosamente planifica la producción. Este es un modelo de agricultura que impulsaría el desarrollo sustentable en Baja California Sur. Por otra parte, las reformas al marco legal como al Articulo 27 Constitucional revisten una gran importancia. Se ha generado un importante mercado de suelo. No sólo para fines agropecuarios sino con fines recreativos y de vivienda. Además de la renta del suelo a empresas multinacionales por parte de ejidos y pequeños propietarios que abren nuevas opciones para usos diferentes al que le imprime la agricultura en sentido estricto como son: la pesca, el turismo, la minería, el desarrollo de actividades de conservación de los recursos naturales, los servicios y/o la recuperación ecológica. Pero además un rasgo muy parte importante que abre nuevas perspectivas de desarrollo de la entidad están asociadas al modelo de servicios de turismo que en él se ofrecen y particularmente asociadas al turismo de naturaleza. El crecimiento tan acelerado del sector de bienes raíces, de construcción de desarrollos inmobiliarios, la renta, venta y enorme especulación del suelo y el alquiler de bienes raíces reflejan modificaciones importantes en la forma de articulación de la agricultura al resto de los sectores.
Conclusión La reorganización de la agricultura en Baja California Sur toma como eje central la producción de hortalizas y productos orgánicos y parcialmente algunos granos básicos. Los cambios en el mercado internacional que desplaza
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la demanda a productos orgánicos, especialmente en los países de elevados ingresos, generan cambios importantes en la estructura agrícola de la región. Los productores regionales y las empresas multinacionales entienden las señales de mercado y orientan su producción a las actividades y a los cultivos de mayor rentabilidad. En consecuencia, las hortalizas registran mayor importancia y empiezan a desplazar al resto de cultivos con nuevas opciones y modalidades en el proceso de modernización. Además se intensifica un proceso de diversificación de productos orgánicos y una ampliación de empresas dedicadas a producir y comercializar este tipo de productos. Por su parte la empresa agrícola multinacional afianza su participación con el establecimiento de numerosos ranchos dedicados a la producción de hortalizas tradicionales con destino al mercado norteamericano. Por su parte, los granos básicos presentan un comportamiento estrechamente relacionado con la política macroeconómica y agrícola. Los aumentos en su producción responden sensiblemente a los estímulos generados por los programas nacionales de apoyo. En 1980-1982 por los subsidios del Sistema Alimentario Mexicano (sam), y en el periodo 1990-1996 por los estímulos de pronasol, procampo, fira, conasupo, y los subsidios a la producción por hectárea. Es el caso concreto del maíz y el frijol, que después de la reducción en los subsidios muestran que no son una opción de largo plazo en el patrón de cultivos regional. La conclusión se sostiene porque Baja California Sur presenta una estructura de costos relativos de producción muy elevada respecto a los estados de Jalisco, Nayarit y Sinaloa, que los producen bajo condiciones de temporal, aunado esto a los costos de transporte que encarecen su traslado al macizo continental. Así pues, mayor producción de maíz y frijol sólo reflejan los estímulos brindados y una comercialización garantizada. Éste es un ejemplo claro de que lo que es aplicable al conjunto del país no necesariamente lo es para ciertas regiones. La búsqueda de la autosuficiencia a nivel nacional en este grano no significa que el patrón de cultivos regional en Sudcalifornia deba orientarse a la producción maicera. Los cultivos de exportación tradicional muestran una caída de su importancia relativa y reflejan las condiciones cambiantes de la demanda mundial. Ya no hay suficiente demanda para algodón y las condiciones para el garbanzo también son difíciles. Los forrajes también muestran un crecimiento moderado como resultado de la importancia de la cría de ganado estabulado
272
Del saqueo a la conservación
en la región. Este es el caso del sorgo y de la alfalfa, que son materia prima en los alimentos balanceados. El cártamo, único cultivo agroindustrial, muestra una clara tendencia a disminuir su importancia en la región como consecuencia del creciente número de sustitutos y la reducción de la demanda de la industria aceitera. El modelo tecnológico tradicional de agricultura que se ha afianzado con la participación de las empresas agrícolas en la horticultura tiene fuertes contradicciones con el uso y manejo sustentable de los recursos naturales porque responde de manera exclusiva a las necesidades de rentabilidad privada sin incorporar los costos externos que significa el deterioro del medio natural. Por tanto, es importante considerar nuevos estilos de desarrollo agrícola, estilos compatibles con el aprovechamiento sustentable de los recursos desde la perspectiva de la rentabilidad económica, su pertinencia social, reacomodo institucional y preservación ecológica.
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274
Del saqueo a la conservación
Anexo estadístico Cuadro 1. Evolución de la superficie cosechada en Baja California Sur, 1960-2004 Años
Total
Básicos
Hortic.
Export.
Forr/agro.
Otros
1960
17,340.0
7,966.0
323.0
3,715.0
2,076.0
3,260.0
1964
37,248.0
23,820.0
241.0
9,802.0
3,116.0
269.0
1970
41,302.0
16,563.0
324.0
19,500.0
3,763.0
1,152.0
1975
47,733.0
21,974.0
408.0
9,804.0
12,197.0
3,350.0
1980
60,896.5
21,135.0
764.0
24,576.0
10,219.0
4,202.5
1985
56,967.0
19,916.0
1,049.0
14,144.0
16,538.0
5,320.0
1989
60,544.0
29,547.0
2,006.0
9,696.0
13,678.0
5,617.0
1990
51,886.5
14,004.0
1,920.0
26,685.0
6,746.0
2,531.5
1991
40,071.0
21,135.0
2,401.0
9,841.0
3,592.0
3,102.0
1992
41,733.0
26,724.0
2,731.0
6,794.0
3,566.0
1,918.0
1993
44,862.0
20,797.0
3,279.0
15,828.0
2,884.0
2,074.0
1994
40,264.0
24,418.0
2,868.0
7,443.0
3,210.0
2,325.0
1995
45,319.0
15,874.0
2,779.0
15,254.0
9,403.0
2,009.0
1996
45,382.0
26,134.0
2,995.0
8,022.0
6,056.0
2,175.0
1997
43,153.0
28,108.0
2,895.0
4,833.0
5,682.0
1,635.0
1998
35,621.0
18,736.0
3,032.0
3,325.0
8,362.0
2,166.0
1999
33,195.9
16,480.3
3,272.0
3,441.0
7,242.9
2,759.7
2000
26,541.2
10,758.8
3,156.8
4,892.0
5,373.6
2,360.0
2001
29,544.8
10,766.5
3,898.0
6,948.0
5,130.5
2,801.8
2002
30,179.2
13,799.6
3,865.4
4,811.0
4,890.0
2,813.2
2003
27,068.5
11,653.6
4,251.8
4,379.5
4,574.5
2,209.1
2004
30,084.0
15,958.3
4,705.5
2,178.0
4,709.7
2,532.5
1.86 0.65 0.78 1.40 1.66
21.42 26.32 47.21 19.75 38.59
11.97 8.37 9.11 24.57 16.05
18.80 0.72 2.79 6.75 6.60
Estructura porcentual 1960 1964 1970 1975 1980
100.0 100.0 100.0 100.0 100.0
45.94 63.95 40.10 47.54 37.10
Capítulo 6. La agricultura en Baja California Sur: una perspectiva de largo plazo 1985 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004
100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0
47.17 48.80 41.52 65.27 64.04 46.36 60.64 35.03 57.59 65.14 52.60 49.65 40.54 36.44 45.73 43.05 53.05
1.49 3.31 6.33 7.02 6.54 7.31 7.12 6.13 6.60 6.71 8.51 9.86 11.89 13.19 12.81 15.71 15.64
20.17 16.01 37.72 15.87 16.28 35.28 18.49 33.66 17.68 11.20 9.33 10.37 18.43 23.52 15.94 16.18 7.24
23.58 22.59 10.85 6.84 8.54 6.43 7.97 20.75 13.34 13.17 23.47 21.82 20.25 17.37 16.20 16.90 15.66
275
7.59 9.28 3.58 5.00 4.60 4.62 5.77 4.43 4.79 3.79 6.08 8.31 8.89 9.48 9.32 8.16 8.42
Fuente: 1960-1989: sarh, Deleg. B.C.S., Cuaderno de Estadística Básica para la Plantación del Desarrollo Rural, 1990-1991: sarh, Subdelegación de Política y Concertación. Sexto Informe de Gobierno de B.C.S. 1992-1993, Anexo Técnico ii. Anuario Estadístico de B.C.S., Edición 1994. Estadísticas Históricas 1975-1998, Estado de B.C.S. Estadísticas Estratégicas de B.C.S., junio de 2000. Compendio Estadístico 1998-2004, Municipios de B.C.S., Datos Básicos 2005.
Cuadro 2. Evolución del volumen de la producción B.C.S., 1960-2004 Años 1960 1964
Total 30,017.3 147,729.9
Básicos 13,166.0 70,794.0
Hortic. 1,393.0 1,202.0
Export. 7,211.2 29,131.0
Forr/agro. 5,300.0 17,535.6
Otros 2,947.2 29,067.3
1970
247,478.8
51,762.0
3,153.0
72,700.0
28,693.0
91,171.3
1975
248,552.0
87,931.0
13,690.0
36,063.0
93,419.4
17,448.3
1980
252,576.1
102,347.0
18,917.0
58,171.0
50,577.0
22,564.1
1985
324,680.0
155,315.0
15,228.0
21,566.0
72,781.0
59,790.0
1989
370,627.0
142,790.0
22,929.0
20,225.0
100,954.0
83,729.0
1990
316,531.6
122,760.6
51,023.8
43,446.8
85,267.8
14,032.5
1991
327,558.8
150,675.5
73,918.7
18,391.3
61,157.1
23,419.2
1992
274,755.0
102,273.7
49,375.4
7,668.5
45,591.0
11,145.6
276
Del saqueo a la conservación
1993
311,719.0
100,258.0
70,424.0
19,401.0
43,556.0
7,980.0
1994
314,425.0
120,266.0
58,598.0
12,905.0
41,493.0
8,358.0
1995
305,278.0
62,296.0
84,631.0
15,206.0
55,869.0
10,734.0
1996
362,912.0
105,268.0
98,311.0
9,072.0
64,920.0
10,524.0
1997
358,283.0
126,026.0
91,038.0
8,338.0
50,621.0
13,686.0
1998
277,499.0
72,090.0
74,249.0
4,828.0
58,223.0
11,281.0
1999
306,219.0
77,505.0
76,817.0
5,245.0
63,260.2
14,056.0
2000
319,030.0
49,786.0
80,579.0
6,759.0
72,268.9
13,399.0
2001
373,791.0
52,655.0
119,752.0
13,225.0
76,790.7
18,844.0
2002
356,841.0
58,491.7
136,657.2
7,699.0
81,312.3
18,127.0
2003
330,835.3
52,415.0
176,456.7
5,717.5
73,869.2
22,377.0
2004
350,548.9
72,090.1
175,524.8
3,043.0
67,768.6
32,122.4
4.64 0.81 1.27 5.51 7.49 4.69 6.19 16.12 22.57 17.97 22.59 18.64 27.72 27.09 25.41 26.76 25.09 25.26 32.04 38.30
24.02 19.72 29.38 14.51 23.03 6.64 5.46 13.73 5.61 2.79 6.22 4.10 4.98 2.50 2.33 1.74 1.71 2.12 3.54 2.16
17.66 11.87 11.59 37.59 20.02 22.42 27.24 26.94 18.67 16.59 13.97 13.20 18.30 17.89 14.13 20.98 20.66 22.65 20.54 22.79
9.82 19.68 36.84 7.02 8.93 18.42 22.59 4.43 7.15 4.06 2.56 2.66 3.52 2.90 3.82 4.07 4.59 4.20 5.04 5.08
Estructura porcentual 1960 1964 1970 1975 1980 1985 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0
43.86 47.92 20.92 35.38 40.52 47.84 38.53 38.78 46.00 37.22 32.16 38.25 20.41 29.01 35.17 25.98 25.31 15.61 14.09 16.39
Capítulo 6. La agricultura en Baja California Sur: una perspectiva de largo plazo 2003 2004
100.0 100.0
15.84 20.56
53.34 50.07
1.73 0.87
22.33 19.33
277
6.76 9.16
Fuente: 1960-1989: sarh, Deleg. B.C.S., Cuaderno de Estadística Básica para la Plantación del Desarrollo Rural, 1990-1991: sarh, Subdelegación de Política y Concertación. Sexto Informe de Gobierno de B.C.S. 1992-1993, Anexo Técnico II. Anuario Estadístico de B.C.S., Edición 1994. Estadísticas Históricas 1975-1998, Estado de B.C.S. Estadísticas Estratégicas de B.C.S., junio de 2000. Compendio Estadístico 1998-2004, Municipios de B.C.S., Datos Básicos 2005.
Cuadro 3. Evolución del valor de la producción, B.C.S., 1960-2004 Años
Total
Básicos
Hortic.
Export.
Forr/agro. Otros
1960
34.8
14.1
1.3
14.3
2.0
3.1
1964
180.1
77.5
1.5
83.8
17.1
0.1
1970
222.6
44.1
4.5
133.9
23.6
16.5
1975
571.3
210.9
20.6
177.5
110.6
51.7
1980
1,579.7
400.8
94.5
769.6
157.6
157.2
1985
13,744.7
6,005.6
1,765.2
2,159.6
1,989.5
1,824.9
1989
172,362.1
57,352.6
22,917.9
19,037.9
31,057.1
41,996.6
1990
227,904.9
70,595.5
54,161.0
64,290.8
22,160.7
16,696.9
1991
262,014.3
103,802.3
92,359.2
27,018.0
20,208.8
18,626.0
1992
311,251.9
73,988.3
95,299.7
22,682.0
12,172.3
107,109.6
1993
308,653.0
75,745.8
112,358.6
45,907.1
16,655.1
5,890.2
1994
293,154.0
94,725.0
74,666.0
17,419.0
33,393.0
4,752.0
1995
444,826.0
63,588.0
182,727.0
66,177.0
29,803.0
6,352.0
1996
660,387.0
157,128.0
236,786.0
52,600.0
62,216.0
7,485.0
1997
702,614.0
174,052.0
194,563.0
39,110.0
48,288.0
15,002.0
1998
837,726.0
108,640.0
409,674.0
22,151.0
62,764.0
9,465.0
1999
715,225.0
117,211.0
224,852.0
23,695.0
62,936.0
29,494.2
2000
865,232.0
79,388.0
288,312.9
36,358.9
73,698.1
13,126.7
2001 2002 2003 2004
1,063,867.0 1,450,453.0 1,207,180.0 1,509,715.4
88,003.7 121,599.3 108,623.8 134,410.9
427,679.4 905,515.2 956,455.8 1,226,682.9
59,588.8 34,645.5 29,159.3 33,428.0
77,829.1 79,814.2 77,407.2 73,609.0
24,965.1 19,612.0 35,533.9 41,584.6
278
Estructura porcentual 1960 100.0 40.48 1964 100.0 43.06 1970 100.0 19.79 1975 100.0 36.91 1980 100.0 25.37 1985 100.0 43.69 1989 100.0 33.27 1990 100.0 30.98 1991 100.0 39.62 1992 100.0 39.62 1993 100.0 24.54 1994 100.0 32.31 1995 100.0 14.30 1996 100.0 23.79 1997 100.0 24.77 1998 100.0 12.97 1999 100.0 16.39 2000 100.0 9.18 2001 100.0 8.27 2002 100.0 8.38 2003 100.0 9.00 2004 100.0 8.90
Del saqueo a la conservación
3.83 0.84 2.04 3.61 5.98 12.84 13.30 23.76 35.25 35.25 36.40 25.47 41.08 35.86 27.69 48.90 31.44 33.32 40.20 62.43 79.23 81.25
41.03 46.56 60.16 31.06 48.72 15.71 11.05 28.21 10.31 10.31 14.87 5.94 14.88 7.97 5.57 2.64 3.31 4.20 5.60 2.39 2.42 2.21
5.71 9.51 10.59 19.36 9.97 14.47 18.02 9.72 7.71 7.71 5.40 11.39 6.70 9.42 6.87 7.49 8.80 8.52 7.32 5.50 6.41 4.88
8.95 0.03 7.42 9.05 9.95 13.28 24.37 7.33 7.11 7.11 1.91 1.62 1.43 1.13 2.14 1.13 4.12 1.52 2.35 1.35 2.94 2.75
Fuente: 1960-1989: sarh, Deleg. B.C.S., Cuaderno de Estadística Básica para la Plantación del Desarrollo Rural, 1990-1991: sarh, Subdelegación de Política y Concertación. Sexto Informe de Gobierno de B.C.S. 1992-1993, Anexo Técnico II. Anuario Estadístico de B.C.S., Edición 1994. Estadísticas Históricas 1975-1998, Estado de B.C.S. Estadísticas Estratégicas de B.C.S., junio de 2000. Compendio Estadístico 1998-2004, Municipios de B.C.S., Datos Básicos 2005.
Capítulo 7. Uso de los recursos marinos, 1940-2003
279
Capítulo 7
Uso de los recursos marinos 1940-2003 Germán Ponce Díaz
Dedicado a la memoria del Maestro Joaquín Arvizu Martínez
E
l análisis de este capítulo sobre el uso de los recursos marinos a partir de una visión crítica obliga a separarse de los lugares comunes. A este respecto es necesario por un lado no obviar los efectos negativos que la excesiva presión de pesca tiene en distintos recursos, cuyas capturas han declinado hasta niveles sumamente bajos, riesgosos e incluso motivando que su explotación sea cancelada en algunos casos, con los consecuentes costos sociales, económicos y ecológicos. Así también es necesario recuperar el conocimiento sobre las variaciones naturales de los recursos pesqueros que aún en ausencia de pesca pueden generar valores extremos en abundancias. Al considerar la actividad extractiva de los recursos marinos se debe tener en cuenta que el diagnóstico del estado de los recursos y de la pesquería en sí es una tarea las más de las veces compleja y debe estar alejada de simplificaciones excesivas que pueden llevar a conclusiones erróneas. En este contexto, es pertinente referir a trabajos clásicos que demuestran cuáles recursos pesqueros —como el caso de las anchovetas y sardinas— aún en ausencia de la actividad humana extractiva tiene abundancias gobernadas por factores físico-químicos, biológicos y ecológicos. De tal forma, mientras [279]
280
Del saqueo a la conservación
algunos de estos recursos aumentan extraordinariamente en determinados periodos de tiempo, incluso de centurias, los otros declinan abruptamente para mantenerse en niveles muy bajos de existencias, para posteriormente aprovechar cambios en el medio ambiente que revierten esta situación. Una descripción detallada de estos fenómenos puede encontrarse en los trabajos clásicos de Soutar e Isaacs (1974) y de Baumgartner et al. (1992). Por otra parte, en la actualidad son abundantes las referencias en la literatura que hablan acerca de la capacidad del hombre para disminuir poblaciones de recursos pesqueros a través de la presión de pesca ejercida con un esfuerzo pesquero desmedido que da por resultado un uso irracional de los recursos naturales. Se tienen casos extremos al presentarse temporadas de pesca de unos cuantos días debido al exceso de sobrecapacidad de extracción y transformación, y en consecuencia de sobrecapitalización de la industria o bien de afectación de los niveles tróficos de ecosistemas marinos. Adicionalmente a estos dos elementos de contexto, es necesario mencionar que el uso racional de los recursos naturales se encuentra estrechamente ligado a la definición de los derechos de propiedad o de acceso a los recursos. Por ello, para evitar el fenómeno denominado tragedia de los comunes se han ido estableciendo en la evolución de la normatividad mexicana correspondiente mecanismos que contribuyan, desde la perspectiva de marco legal, a evitar el agotamiento de los recursos naturales debido a la participación excesiva de usuarios del recurso, lo que generalmente ocurre en ausencia de reglas para el acceso a los recursos pesqueros (o libre acceso).
1. Marco legal pesquero y su evolución Las primeras disposiciones para regular la pesca fueron establecidas desde mediados del siglo xix, pero la necesidad de integrar las diversas normas en un solo ordenamiento fue comprendida hasta finales de ese mismo siglo. No obstante que en 1872 y 1892 se expidieron instrucciones sobre aspectos relacionados específicamente con la pesca, fue hasta 1902 en que se
Idicello et al., 1999; Pauly et al., 2002. Harding, 1968; Ostrom, 1990. J. L. Soberanes-Fernández, 1994.
Capítulo 7. Uso de los recursos marinos, 1940-2003
281
decretó la Ley sobre el Mar Territorial, siendo el primer esbozo de normatividad general de este sector. Es de hacer notar que en esta ley se declara como bienes del dominio público y uso común dependientes de la Federación hasta tres millas marítimas en mar territorial, las playas del mismo, la zona marítimo-terrestre de veinte metros de anchura contigua a las playas o a las riberas de los ríos y esteros navegables, y los lagos y lagunas de formación natural utilizables para la navegación. Además, se establece que el uso del mar territorial para la pesca y el buceo de perlas quedaba sujeto a las disposiciones legales y a los reglamentos administrativos del Ejecutivo Federal. Los ordenamientos relacionados con la actividad pesquera a partir de los preceptos de la Constitución de 1917 que originaron todo un nuevo marco jurídico para el país, se identificaron fundamentalmente con un sentido social de la pesca y una disposición de los recursos naturales renovables y no renovables bajo la soberanía de la nación. De esta manera fue establecido un Reglamento de Pesca Marítima y Fluvial en 1923, la primera Ley de Pesca en 1925, la actualización de este marco legal pesquero con las Leyes de 1932, 1938, 1947, 1949, 1972 y 1986, con sus respectivos reglamentos. Fueron leyes que conservaron esta idea de beneficio social, adecuándose este marco reglamentario de acuerdo a la modernización que el país iba presentando en función de las nuevas condiciones económico-políticas. Con la intención de que los participantes en la actividad pesquera tuvieran mayor certeza en la utilización de las especies acuáticas, y por lo tanto que el marco normativo fuese más claro y que permitiera a la autoridad contar con los medios para una administración más racional, se sometió, aprobó y expidió la Ley de 1992 vigente. En esencia, desde los primeros ordenamientos, tanto de finales del siglo xix como los del siglo xx, llegando hasta la actual Ley de Pesca, la utilización de los recursos pesqueros descansa en las facultades preponderantes del Ejecutivo Federal y hasta recientemente ha sido abierta una posibilidad de futura participación estatal y municipal, así como de los sectores social y privado, en la asignación de derechos de propiedad o de acceso de manera específica
Ídem. J. L. Soberanes-Fernández, 1994. Iniciativa de Ley de Pesca, 1992; Ley de Pesca 1992.
282
Del saqueo a la conservación
con la modificación del artículo 73 Constitucional en la fracción xix-l, a un nivel de Ley que debió ser aprobada por el Congreso de la Unión. Es pertinente subrayar que tanto la Ley de Pesca de 1992 vigente hasta el 2006, así como su Reglamento, depositaban la facultad y obligatoriedad de su aplicación en el Ejecutivo Federal y que en estos ordenamientos no se encontraba la concurrencia explícita entre el ámbito federal y estatal en la participación sobre uso y conservación de los recursos pesqueros, de flora y fauna acuáticas debido a que proceden de aguas de jurisdicción federal. Por su parte la iniciativa de la nueva Ley General de Pesca tiene un objeto subdividido en dos ámbitos autónomos pero complementarios: a) Establecer las bases jurídicas para ordenar, fomentar y regular el aprovechamiento sustentable de los recursos acuícolas y pesqueros, mediante el manejo integral de la pesca y la acuacultura; y b) Establecer la concurrencia entre la Federación y las Entidades Federativas en dichas materias. A mi juicio, particularmente el segundo punto, deberá tener consecuencias muy positivas en el manejo de recursos pesqueros y acuícolas, al propiciar y fomentar la participación amplia de varios actores (gobiernos estatales, municipales, sector social, sector privado, así como de los interesados en general) respecto a la toma de decisiones en cuanto al uso, conservación y manejo de los recursos marinos en México.
2. Estudios de caso A efecto de ejemplificar algunos casos específicos sobre el uso de recursos marinos y pesqueros, de importancia fundamental para el estado de Baja California Sur, se describen algunos estudios sobre recursos marinos que han sido fundamentales en el origen y soporte de la pesca en esta región del país. Es importante señalar que existen muchas otras especies marinas sujetas a utilización, pero que sería muy difícil incluir en este capítulo los detalles de numerosas y diversas pesquerías de esta entidad; tarea que sólo se justificaría en un análisis muy especializado, para ello se recomienda remitirse a la bibliografía pertinente.
D.O.F., 27 de septiembre del 2004. Gaceta Parlamentaria, Cámara de Diputados, 2004.
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2.1 Pesquería de abulón Por más de 50 años la pesquería de abulón ha representado una de las actividades más importantes que se desarrollan en la costa occidental de la península de Baja California, principalmente por su gran demanda a nivel internacional. Al ser un producto de alto valor comercial la actividad tanto económica como social de las comunidades pesqueras establecidas en esa región se ha fincado en su mayoría sobre él. Actualmente existen un total de 22 sociedades cooperativas dedicadas a la explotación de abulón, con aproximadamente 200 equipos abuloneros que desarrollan sus actividades en una porción de costa concesionada n algunos casos y, en otros, permisionada. Se tienen registros de que esta pesquería comenzó a operar desde 18501860, cuando pescadores de origen chino incursionaron en esta actividad, teniendo como puerto de operaciones a San Diego, California, Estados Unidos. Posteriormente, el lugar fue ocupado por buceadores japoneses conocidos como buzos de los barriles de sake.10 En la primera y la segunda década del siglo xx, y hasta poco antes de la segunda guerra mundial, estos pescadores de abulón utilizaron para la pesca del molusco la escafandra, y llegaron a controlar buena parte de las etapas de su captura, industrialización y oferta del recurso. Durante estos años empezaron a incorporarse algunos pescadores mexicanos, que formaron pequeñas villas en distintos sitios de la costa occidental de la península de Baja California. Pero fue a finales de los años 1930 y principios de 1940 que se formaron las primeras cooperativas pesqueras.11 De acuerdo con Mateus (1985) la era moderna de la pesca en Baja California se puede decir que da comienzo con la adquisición, por el General Abelardo L. Rodríguez en 1930, de la planta que los hermanos Berstein tenían en Isla de Cedros. En estos años se practicaba la pesca de diversos recursos, entre ellos el abulón, cuyo record por marea era de 2,080 kilogramos por el japonés Ogawa y de 2,061 kilogramos por Antonio de la Peña. La zona más productiva de abulón en México es la parte central de la costa occidental de la península de Baja California, que incluye a Isla Cedros (B.C.), Isla Natividad, Bahía Tortugas, Bahía Asunción, La Bocana y Punta Abreojos (en Baja California Sur). La incursión de pobladores mexicanos en León y Muciño, 1996. 10 Cox, 1962. 11 León y Muciño, 1996.
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esta zona, la mayor parte provenientes del poblado de San Ignacio, se dio como una corriente migratoria para aprovechar las posibilidades productivas de la captura de abulón y langosta. Este movimiento y asentamiento de personas para fundar los poblados pesqueros de la región, se dio con una enorme cantidad de limitaciones, como fue el trasladarse por caminos y rutas de acceso muy precarias, a través de mulas y con recorridos de entre 4 y 5 días de viaje. También había limitaciones para conseguir agua dulce, aunque no fuera enteramente potable y en ocasiones salobre, proveniente de algunos oasis aislados. El abasto de alimentos también era difícil, la carne básicamente se conservaba a partir de su salado.12 Se tiene registro de que compradores de los productos pesqueros, que venían del puerto de San Diego, California, traían a los pescadores el avituallamiento elemental de agua y alimentos cada 10-15 días, pero cuando las condiciones del mar no permitían la navegación, este avituallamiento se interrumpía y se pasaban períodos de mucha estrechez, particularmente si consideramos los eventos de enfermedades de algunos de los nuevos colonos en esta apartada zona del país.13 El buceo de abulón, ya con la participación de nacionales en esta pesquería, comenzó con equipos conformados por tres o cuatro integrantes en una embarcación de madera: el buzo con equipo escafandra, auxiliado por el cabo de vida-javero y el capitán de la embarcación. Durante décadas el aprovechamiento del abulón estuvo reservado a las sociedades cooperativas. En 1992 la Ley de Pesca estableció el nuevo régimen de concesiones y permisos tendiente a promover la competitividad, captar mayor inversión de capital y fomentar el cultivo, tanto por productores del sector social como del privado, bajo el principio de pesca responsable. A pesar de que el abulón había sido un recurso limitado a bancos pesqueros ya conocidos y trabajados por cooperativistas, la posibilidad legal de participación del sector privado en esta actividad extractiva se concedió por medio del derecho de tanto y el cambio de permisos a concesiones de éste y otros recursos a las cooperativas pesqueras que venían operando en el litoral occidental de la península de Baja California.14 12 Arce y Sotero, 1998; Com. pers. Al autor; Sr. Antonio Aguilar ex socio de la Cooperativa Bahía Tortugas, ubicada en Bahía Tortugas, B.C.S., mayo del 2006. 13 Arce y Sotero, 1998; Com. pers. Al autor; Sr. Andrés Acevedo Patrón, socio de la Cooperativa La Purísima, ubicada en Bahía Tortugas, B.C.S., mayo del 2006. 14 León y Muciño, 1996; Ponce-Díaz, 2004.
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La pesquería de abulón es multiespecífica y de carácter regional, ya que se captura en la costa occidental de la península de Baja California, desde la frontera con Estados Unidos hasta Isla Margarita en Baja California Sur. Las especies sujetas a explotación son: Haliotis fulgens Philippi 1845, abulón azul; Haliotis corrugata Gray 1828, abulón amarillo; Haliotis cracherodii Leach 1817, abulón negro; Haliotis rufescens Swainson 1822, abulón rojo y Haliotis sorenseni Bartsch 1940, abulón chino. Las especies H. fulgens y H. corrugata contribuyen aproximadamente con el 95-98 por ciento de la captura total.15 Las tallas que se extraen varían dependiendo de la especie y de la zona de captura. En general, para el grupo de especies fluctúan entre los 110 y los 200 mm de longitud total de la concha. La temporada de captura del abulón varía según la zona de explotación de que se trate: zona I (de la frontera con E.U.A. al paralelo 28° ln) del 1 de diciembre al 30 de junio; zona ii (de Punta Malarrimo a Bahía Asunción) y zona iii (del sur de Bahía Asunción hasta Punta Malcomb) del 1 de enero al 31 de julio y zona iv (de Punta Malcomb hasta la desembocadura de Arroyo El Conejo) del 1 de febrero al 31 de agosto.16 Los primeros registros de la captura de abulón en Baja California se tienen a finales de los años veintes del siglo pasado, con producciones de menos de 200 t. Sin embargo, los registros más precisos son a partir de los años cuarenta. Entre 1940 y 1946, los volúmenes de producción se mantuvieron alrededor de las mil toneladas.17 Posteriormente las capturas se incrementaron hasta alcanzar un pico pronunciado de casi 6,000 t, alrededor de 1950, para luego disminuir las capturas. Entre 1956 y 1976 la captura se mantuvo alrededor de las 3,000 t con fluctuaciones máximas y mínimas entre 3,461 y 1,894 t. En el año de 1972 la veda se cambió a los meses de julio y agosto.18 En el periodo de 1977 a 1984, la pesquería se caracterizó por una notoria disminución en sus capturas hasta un nivel de poco más de 400 t. Esta tendencia, de acuerdo a la autoridad pesquera, se derivó principalmente de la desorganización del sector productor, debido a la carencia de control sobre el esfuerzo aplicado, tallas mínimas y 15 16 17 18
León y Muciño, 1996. León y Muciño, 1996. Instituto Nacional de la Pesca, 2000. León y Muciño, 1995; citado por Instituto Nacional de la Pesca, 2000.
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época de veda; además coincidió con la demanda y el acelerado aumento de precios en el mercado internacional. Lo anterior provocó una captura indiscriminada de abulones de todos los tamaños. Por otra parte, la presencia del fenómeno “El Niño-Oscilación del Sur” (enos) durante los años 1976-77 y 1982-83 tuvo efectos colaterales causando variaciones en las poblaciones. Se observaron cambios en la composición, abundancia y dominancia de flora y fauna; así como la alteración física del substrato por acarreo y depósito de sedimentos, remoción de fondos, turbidez ocasionada por marejadas e inaccesibilidad a las áreas de pesca.19 León y Muciño (1995) citados en un trabajo del Instituto Nacional de la Pesca (inp), comentan que de 1985 a 1989 se presentó un incremento paulatino en la producción como reflejo de una recuperación moderada de las poblaciones silvestres.20 En este trabajo se menciona que en ese último año se alcanzó un nivel de cerca de 1,000 t, y que fue hasta 1990 cuando se aplicaron las primeras cuotas de captura como medida reglamentaria para poner un límite máximo a la producción y controlar de manera indirecta el esfuerzo de pesca. En los años subsiguientes se continuó observando una tendencia a la disminución de las capturas para registrar otro mínimo de las capturas de la pesquería de abulón, con alrededor de las 450-500 t hacia 1995-1996. (Figura 1) Debido a lo anterior, en la temporada 1995-1996, se aplicaron de manera oficial nuevos criterios para la asignación de cuotas de captura, basados principalmente en las existencias de reclutamiento por especie, por zonas y en los valores de densidades promedio. En la actualidad, el esquema de manejo está basado en cuotas de captura, tallas mínimas y períodos de veda. Las cooperativas han establecido esquemas de asignación de cuota por pescador, lo que dificulta la medición de la captura por unidad de esfuerzo (cpue), ya que el buzo trata de completar su cuota, independientemente del tiempo empleado para ello. En esta misma referencia, la autoridad pesquera diagnostica esta pesquería como “en deterioro, con tendencias a la recuperación”. Con el actual sistema de administración y control, en donde se tiene una participación activa de la autoridad y de los pescadores, se ha logrado detener la 19 León y Muciño, 1995; citado por Instituto Nacional de la Pesca, 2000. 20 Instituto Nacional de la Pesca, 2000.
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Figura 1. Serie histórica de capturas de abulón en Baja California Sur, toneladas en peso vivo (B.C.S.) Ab u ló n 4,000
Captura (t)
3,500 3,000 2,500 2,000 1,500 1,000 500 0 1950
1960
1970
1980
1990
2000
2010
Años Fuente: Ponce-Díaz et al., 2006.
caída de la producción y se observa una tendencia de lenta recuperación particularmente en la zona de principal actividad como lo es la región Pacífico Norte, que abarca desde Isla de Cedros hasta Punta Abreojos en la costa occidental de la península. Sin embargo, pese a los bajos niveles actuales de producción y debido al alto precio del producto, sigue siendo uno de los pilares de ingresos para las organizaciones cooperativas, ya que el valor de la pesquería oscila entre los 17 y 20 millones de dólares anuales aproximadamente. En la actualidad la captura oscila alrededor del 10% de la obtenida décadas atrás. Es de subrayar que las causas de una disminución de la biomasa de este recurso se asocian con hipótesis de una fuerte presión de pesca, cambios en el clima marino, la pesca ilegal, la pesca no registrada y no reportada, o una combinación de éstas, así como la influencia que el mercado puede tener sobre los incentivos para a la extracción debido a que es un producto de alto valor comercial. La recuperación progresiva de la abundancia del abulón puede ser sistemática, si se continúa con el respeto estricto a las medidas de manejo,21 con un 21 Instituto Nacional de la Pesca, 2000.
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Del saqueo a la conservación
esfuerzo constante de inspección y vigilancia, 22 y desde luego, también, si el clima marino presenta condiciones favorables con aguas frías para esta recuperación.23
2.2 Pesquería de almejas De acuerdo con la Carta Nacional Pesquera (2004) en México la pesquería de almejas involucra a diversas especies como:
Nombre común
Nombre científico
Almeja catarina
Argopecten ventricosus (=circularis)
Almeja chocolata
Megapitaria squalida
Almeja mano de león
Lyropecten subnodosus
Almeja piedrera
Chione undatella
Almeja voladora
Pecten vogdesi
Almeja pata de mula
Anadara tuberculosa
Almeja generosa
Panopea generosa
Almeja roñosa
Chione californiensis
Callo de árbol
Pteria sterna
Callo de hacha
Pinna rugosa
Callo de hacha china
Atrina maura
Callo de hacha
Atrina tuberculosa
Concha lapa
Megatura crenulata
Almeja
Iphygenia sp.
Polymesoda sp.
Felaniella sp.
Para la captura de estas especies, la unidad de esfuerzo pesquero utilizada se ha definido como una embarcación menor con motor fuera de borda, equipo de buceo semiautónomo tipo Hooka y trinches manuales, así como también durante bajamar se utilizan bieldos, jabas y sacos cebolleros. La importancia estatal promedio en cuanto a la captura de almejas para el período 1986-2001 fue de 78.5 por ciento para Baja California Sur, 9.2 por ciento Sinaloa, 7.7 por ciento Baja California, 3.9 por ciento Sonora y 0.8 por 22 Ponce-Díaz et al., 1998. 23 Lluch-Cota et al., 2001.
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ciento el resto del litoral, por lo que se concluye que la captura de almejas se concentra en general en el noroeste del país y la entidad con mayor relevancia en cuanto a este tipo de capturas es Baja California Sur.24 La captura promedio por especies en Baja California Sur para el período 1996-2001 fue la siguiente:
(incluye concha)
54.5 % 11.1 % 10.5 % 9.5 % 8.2 % 3.9 % 2.7 % 0.1 %
Almeja catarina Mano de león Almeja chocolata Almeja pata de mula Otras Callo de hacha Almeja roñosa Almeja voladora
Peso vivo
Peso callo
38.6 % 7.9 % 7.4 % 27.7 % 7.0 % 3.0 % 8.3 % 0.1 %
Por ser la almeja catarina la especie más importante dentro del rubro de almejas en Baja California Sur, haremos una descripción más detallada de los antecedentes y la captura de este recurso sin menoscabo de la mención de otros recursos como la mano de león, ostión, pata de mula y callo de hacha entre otras que también son recursos importantes desde el punto de vista económico, social y ecológico. En Baja California Sur se ha capturado la almeja catarina prácticamente en todo el litoral de la entidad. En el Golfo de California se ha extraído esta especie de manera comercial en la Ensenada de La Paz y en Bahía Concepción, en la costa occidental se ha explotado en Bahía Magdalena-Almejas, hasta los esteros de Puerto López Mateos. También se tienen registros de capturas en el Estero El Cardón, Laguna San Ignacio y Estero El Coyote al sur de Punta Abreojos, así como en el complejo Lagunar Ojo de Liebre (Guerrero Negro) y en el estado de Baja California en Laguna Manuela.25 El propio Massó Rojas (1996) refiere: 24 Carta Nacional Pesquera, 2004. 25 Massó Rojas, 1996.
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Del saqueo a la conservación
La captura comercial organizada de esta especie se remonta a finales de la década de los 50. Al principio, su extracción fue únicamente para satisfacer las demandas del mercado local, pues la elaboración de cócteles con el músculo aductor o callo de almeja formaba parte de los platillos tradicionales que ofrecía la capital del estado de Baja California Sur a sus visitantes. Por ello, durante casi 25 años su captura fue de baja intensidad pero continua. Sin embargo, su introducción en el mercado nacional y sobre todo al de los Estados Unidos de Norteamérica, motivó una extracción comercial cada vez más intensiva, incrementando sus registros anuales de captura. Así, después de agotarse en 1978 los bancos almejeros de la Ensenada de La Paz, los permisionarios se trasladaron primero al extremo norte de Bahía Magdalena y posteriormente a la Laguna San Ignacio, en donde permanecieron hasta mediados de 1984, cuando por sobreexplotación la zona tuvo que ser cerrada a la captura comercial.
El mismo autor continúa señalando: …ante el agotamiento de los bancos silvestres de almeja catarina en Laguna San Ignacio, en 1984 se autorizó la apertura de las Lagunas Ojo de Liebre y Guerrero Negro. Sin embargo, la facilidad de acceso y mejores zonas de atraque para las embarcaciones, hicieron que todo el esfuerzo pesquero se concentrara en una sola área (Laguna de Guerrero Negro), por lo que, para septiembre de 1985 la zona había sido sobreexplotada. Así, la Delegación Federal de Pesca en el Estado decidió suspender las actividades extractivas en dicho cuerpo de agua, iniciándose un nuevo desplazamiento de los campamentos pesqueros a la Laguna Ojo de Liebre, que para entonces era la única zona con densidades poblacionales susceptibles de soportar una extracción comercial. La captura de almeja catarina en Laguna Ojo de Liebre duró muy poco tiempo. Cuando apenas se estaban montando los campos pesqueros, las poblaciones de almeja realizaron —por causas aún desconocidas— un movimiento poblacional masivo que hizo desaparecer prácticamente a la especie del interior de la laguna, por lo que en 1986 se suspendió toda actividad extractiva en la costa noroccidental del estado.
Para 1988 se detectó en el interior de Bahía Magdalena la formación de grandes bancos de almeja catarina en zonas profundas. Se ha sugerido suce-
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de que esto sucede en relación estrecha con la presencia de bajas temperaturas; lo cual, por una parte, gobierna movimientos de esta almeja hacia zonas someras. Por otro lado se ha explicado este fenómeno de aumento sustantivo de biomasa accesible al reclutamiento de esta especie a través del mecanismo descrito por Maeda-Martínez et al. (1993), que señala la existencia de un mecanismo de transporte de juveniles de almeja catarina adheridos al crustáceo denominado langostilla (muy abundante en esas condiciones de bajas temperaturas) desde aguas profundas y oceánicas hacia el interior de la bahía. Lo anterior provocó que para 1998-1990 se observara un crecimiento excesivo en el número de permisionarios del sector social y de la iniciativa privada, debido a la gran producción de almeja catarina que se obtuvo en Bahía Magdalena. Posteriormente, los rendimientos de este recurso declinaron en Bahía Magdalena y el sector productivo se desplazó hacia una nueva zona en la que se hicieron descubrimientos sobre bancos almejeros abundantes: Bahía Concepción. Se realizó la pesca la pesca en este sitio y se tuvo de nueva cuenta un colapso de la pesquería. Es tal el número de personas involucradas en la extracción de la almeja catarina que para 1984 se registraron 34 embarcaciones menores involucradas en la extracción del recurso, dando empleo directo a 441 trabajadores. Ya para 1991 el número se había elevado a tal grado que se estimaba que 7,000 familias dependían directa e indirectamente de esta captura.26 En estos años, con esta gran cantidad de personas que dependían de la pesca de almeja catarina, se observa una gran presión socio-política para encontrar alternativas de extracción de este bivalvo emblemático para Baja California Sur. Es por ello que dado el agotamiento registrado en Bahía Magdalena y el colapso de la extracción en Bahía Concepción debidos al exceso de esfuerzo pesquero y a que sufrió también un evento de mortandad masiva del recurso por condiciones medio ambientales adversas (altas temperaturas y baja del nivel de oxígeno), se tuvo por resultado la necesidad de buscar nuevas áreas de captura, lo que resultó en la reapertura de la pesquería en Laguna Ojo de Liebre. De acuerdo con Massó Rojas (1996) en noviembre de 1991 se autorizó la extracción del 20 por ciento del total de la población estimada en la Laguna 26 Massó Rojas, 1996.
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Del saqueo a la conservación
Ojo de Liebre, considerando que la mayor parte de los organismos aún no alcanzaban la talla mínima legal, que en esa área era de 56 mm de longitud. Se estimó conveniente conservar el 80 por ciento restante como población reproductora para el desove de invierno-primavera, además de asegurar de esta forma la población potencial para una futura temporada. Asimismo, se pretendía medir en el futuro inmediato el impacto directo e indirecto sobre la especie dentro de la reserva ecológica, con objeto de establecer criterios para un aprovechamiento biológicamente sano. Sin embargo, cuando se autorizó la extracción de la especie en mayo de 1992, después de haberse evaluado las poblaciones silvestres a principios de marzo del mismo año, gran parte de la biomasa estimada había muerto o se había desplazado a otras zonas. Esta conducta migratoria en las poblaciones de almeja catarina en el interior de Laguna Ojo de Liebre ya había sido observada en otras ocasiones. La pérdida de biomasa registrada en 1992 provocó graves problemas sociales y económicos por el desplazamiento masivo de la gente, siendo necesaria la intervención del gobierno estatal y federal para el traslado y alimentación de familias completas que se habían desplazado a Guerrero Negro para emplearse como buzos y matadores. Maeda-Martínez et al. (2000) reportan que la presencia de almeja catarina en el Centro de Actividad Biológica (bac por sus siglas en inglés) de Bahía Magdalena es constante y ha traído muchos beneficios económicos para México, pero su abundancia, al ser extremadamente variable, ha creado serios problemas sociales en Baja California Sur a lo largo de las dos últimas décadas. Añaden: La abundancia de esta especie, estimada por datos oficiales de explotación y no por censos poblacionales, indican que de 1981 a 1988, la producción fue de 9.6 t anuales en promedio, a partir de una población aproximada de 6 millones de organismos (6 g por callo) en el enos. Sin embargo, durante los años de 1989 y 1990 se produjeron más de 2,500 toneladas de músculos por año a partir de 416 millones de organismos. Esto motivó la realización de una investigación (Maeda-Martínez et al., 1993), donde se describe un modelo que explica las posibles causas de esa variabilidad poblacional, empleando información de la década de los 1980s. Para desarrollar el modelo, fue necesario analizar la información de algunos estudios disponibles sobre la especie incluyendo la biología, la ecolo-
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gía, los periodos de reproducción de la población, la depredación, la pesquería, etc. Este modelo propone que la formación de los grandes bancos de almejas en el bac está condicionada a la ocurrencia de un periodo anormalmente frío, tomando como evidencia principal la coincidencia entre la producción masiva de callos ocurrida en 1989 y 1990, con las anomalías térmicas más bajas de los años previos (1988 y 1989).27
Actualmente la mayor capacidad de extracción ocurre en el complejo lagunar de Bahía Magdalena-Almejas debido a la aparición de bancos con biomasas importantes de almeja catarina, por lo que en los años recientes se tiene una actividad extractiva en esta región pero con las características de fluctuaciones en los rendimientos sumamente variables. Esto se refleja en las estadísticas de capturas de almejas en general para Baja California Sur (Fig. 5) por ser la almeja catarina el recurso almejero de mayor importancia en la entidad. A partir de un análisis de pesquerías de pectínidos en iberoamérica Stotz y Mendo (2001) plantean que en México (fundamentalmente en B.C.S.) las especies explotadas son Argopecten ventricosus (=circularis o almeja catarina), Euvola vogdesi (almeja voladora) y Nodipecten subnodosus (=Lyropecten o almeja mano de león). Mencionan que los desembarques han sido muy fluctuantes e incluso ocurriendo en el tiempo un reemplazo de especies en las capturas. De acuerdo a Stotz y Mendo (2001) la permanencia de las pesquerías de pectínidos en el tiempo en Baja California Sur está relacionada en buena medida con el esfuerzo aplicado, o sea la capacidad de extracción existente, e incluso citando la conclusión de Morales-Hernández y Cáceres-Martínez (1996) quienes mencionando el trabajo de Baqueriro et al. (1982) exponen que para alguna de estas especies (Euvola vogdesi) se ha observado una sobreexplotación a tal grado que se ha llegado a poner a la mencionada especie en peligro de extinción. Por otra parte también explican que la gran variabilidad de las capturas de estas especies (particularmente la almeja catarina) está muy ligada a procesos de reclutamiento de organismos jóvenes a sus poblaciones y que este proceso está gobernado fuertemente por variables 27 Maeda-Martínez et al., 2000.
294
Del saqueo a la conservación Figura 2. Serie histórica de capturas de almeja en Baja California Sur toneladas (peso vivo)
A lm ejas 35,000
Captura (t)
30,000 25,000 20,000 15,000 10,000 5,000 0 1950
1960
1970
1980
1990
2000
2010
Años Fuente: Ponce-Díaz et al., 2006.
ambientales naturales como temperatura de mar en años Niño o Niña e interacciones con otros organismos, como la langostilla. En conclusión, con la información analizada la sustentabilidad las pesquerías de pectínidos altamente variables en su abundancia, estarían identificadas con el equilibrio o desequilibrio que guardan con el aumento de la biomasa disponible a través de los mecanismos naturales de reclutamiento y por el efecto de la pesca, que disminuye notoriamente los bancos de estas especies altamente vulnerables a la captura. Otros recursos considerados en la estadística pesquera de Baja California Sur dentro del rubro de las almejas son: mano de león, callo de hacha, ostión de piedra y pata de mula. Respecto de la almeja mano de león, las densidades poblacionales se estiman entre 1.1 a 1.7 organismos por m2 en los bancos de mayor abundancia en la laguna Ojo de Liebre y Guerrero Negro. La época de veda está implementada entre septiembre y noviembre de cada año, aunque por lo general su captura sólo se permite dos o tres meses al año (mayo a julio o noviembre a enero). En 1995, esta especie alcanzó mayor importancia cuando se extrajeron 35 t de músculo aductor, y su máximo histórico de producción alcan-
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zado fue de 157 t en peso de callo en 1999, lo que significó aproximadamente $2’072,081 dólares para ese mismo año. La biomasa total estimada por año se comportó de manera ascendente de 1996 a 1998, al pasar de 556 t a 1,600 t respectivamente. Para 1999 la biomasa total cae a 1,300 t y posteriormente oscila entre 770 t a 1,140 t entre 1999 al 2004. Las capturas de igual manera han mostrado un incremento desde 1996 y una relativa estabilización a partir del 2000, con alrededor de las 100 t de callo.28 Por su parte, la pesquería de hacha en el estado de Baja California Sur está constituida por tres especies: Pinna rugosa (hacha larga), Atrina maura (hacha china) y Atrina sp. (hacha negra). La primera se distribuye desde la porción sur del estado de Baja California hasta el sur de Panamá, incluyendo el Golfo de California. La segunda, desde Baja California hasta el sur de Perú. La captura de hacha en Baja California Sur representa aproximadamente el 20 por ciento de la captura a nivel nacional. La extracción es manual por medio de buceo semiautónomo tipo Hooka. El producto que se comercializa es el músculo aductor o callo en estado fresco enhielado; su consumo puede ser local, regional o nacional. Se comercializa principalmente en los estados de Baja California, Sinaloa, Sonora, Jalisco, Nuevo León y la Ciudad de México. La producción de callo fresco de 1989 a 1994 varió entre 28 y 79 t. Como medidas de regulación se tienen las cuotas de captura derivadas de las evaluaciones del recurso; también se utilizan tallas mínimas de captura provisionales (tmcp): para el hacha larga (Pinna rugosa) es de 140 mm de ancho (boca) y para el hacha china de 130 mm de ancho. Otra medida de administración del recurso propuesta es una veda reproductiva del 1 de junio al 30 de septiembre. Asimismo, se considera que es conveniente que las especies que conforman este recurso sean consideradas de nuevo dentro de la Norma Oficial Mexicana como especies de protección especial debido a su alta vulnerabilidad. Se sugiere establecer límites al esfuerzo pesquero aplicado, así como el establecimiento de un programa de ordenamiento y aprovechamiento racional de las poblaciones silvestres.29 Respecto al ostión de piedra, Vélez-Barajas (1996) establece que esta pesquería comprende los estados del litoral Pacífico. Baja California Sur participa con el 7.64 por ciento de la producción. Es una pesquería artesanal y ribereña, 28 Ponce-Díaz et al., en prensa. 29 Vélez-Barajas y Fajardo-León, 1996.
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su extracción es por recolección manual por medio de buceo libre o semiautónomo. El producto se comercializa entero y desconchado, se consume en estado fresco en mercados locales y regionales, principalmente en los estados de Sinaloa, Sonora y Baja California. El recurso agrupa a dos especies: Crassostrea fishery y C. iridescens. Ambas se distribuyen en la parte sur de la costa occidental del estado y Golfo de California hasta el norte de Perú. En el marco normativo implementado por la Administración de Pesquerías, se considera para el recurso ostión una época de captura del 16 de noviembre al 14 de julio y una talla mínima de 70 mm de longitud mayor, de Baja California a Nayarit. Baja California Sur presentó en 1994 una captura máxima de 1,242 t de producto entero fresco y una mínima en 1990 de 323 t. El valor registrado fue de $1’355 mil y de $899 mil, respectivamente. La tendencia de la extracción de ostión para Baja California Sur presenta un comportamiento a capturas posibles entre 800 y 1,000 t de producto entero fresco. No es posible estimar los volúmenes potenciales con los que cuentan las costas sureñas del estado, dado que a la fecha no se cuenta con un censo global de las zonas con presencia de ostión de piedra. El recurso presenta una distribución limitada a lo largo de la costa sur del estado; la implementación de nuevas zonas de explotación no es factible, ya que la disponibilidad del recurso es limitada y las expectativas de incrementar la producción llevarían al recurso a un colapso poblacional. Por su parte, Hernández-Valenzuela (1996), menciona que en el estado de Baja California Sur la pesquería de pata de mula está constituida por la especie Anadara tuberculosa; siendo explotada en ambos litorales, con las mayores capturas en el área de Bahía Magdalena-Almejas. Su hábitat se localiza entre las raíces de los manglares, generalmente enterrada, su recolección es manual. En el transcurso de 12 años se ha registrado un decremento de 33 por ciento en la densidad poblacional, observada por distintos investigadores. El desplazamiento de la flota por diferentes zonas ha permitido la rotación de los bancos de pesca, lo que ha asegurado la permanencia del recurso en el estado. Se ha establecido una talla mínima provisional de 60 mm de longitud en posición antero-posterior y una veda de tipo reproductor del 15 de marzo al 12 de mayo, la cual no ha sido aplicada. Se ha registrado una producción anual promedio de 673 t en peso fresco entero, lo que permite estimar un rendimiento anual promedio de 450 t con un esfuerzo de 28 equipos.
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Las especies de almejas de Baja California Sur son recursos en general son muy vulnerables a la pesca —si bien algunos tienen cierta capacidad de movimiento— y, por lo tanto, la pesca excesiva bien puede generar o ha generado una baja de los niveles poblacionales o de biomasa que tienen como consecuencia un colapso en la pesquería. El caso más estudiado de colapso, aunque no es tratado aquí, es el de la madreperla, especie que ha presentado el empobrecimiento de los bancos naturales tras siglos de pesca continua y desmedida.30 Por otra parte, otros recursos parecen variar extraordinariamente e incluso recuperarse después de haber sido severamente explotados; tal como lo muestra la almeja catarina que es la principal especie que está representada en la estadística pesquera de la entidad y en donde se relaciona esta pronunciada variación con factores ambientales favorables y con bancos de almejas que sirven como reservas y que no son objeto de la captura. Esto se ilustra particularmente con los bancos de almeja catarina que se han reportado a las afueras de Bahía Magdalena a profundidades que varían entre 13 a 180 metros31 y que de una manera natural está actuando como área de no pesca. 2.3 Pesquería de atún Esta pesquería tiene una relación muy estrecha con los inicios de la pesca en la región de Ensenada (Baja California) e incluso San Diego (California), por lo que se tiene que hacer una referencia obligada a lo ocurrido en estos lugares en torno a la pesca del atún. De acuerdo con Chenaut (1985): (…) se podría decir que los comienzos de la industria pesquera de Ensenada se remontan a la década de 1920, ligada al nombre del General Abelardo Rodríguez, quien fue gobernador de Baja California en 1923-1929. El General Rodríguez instaló en El Sauzal (a 6 km de Ensenada) una empacadora llamada Compañía de Productos Marinos, que realizó su primer empaque de abulón a Japón y China en 1929. La empacadora tenía un barco de 30 toneladas llamado El Texas, cuya tripulación de origen japonés fue la que entrenó a los futuros pescadores mexicanos. De la misma manera, el procesamiento del abulón se realizaba con los técnicos y equipos provenientes de Estados Unidos. (…) La 30 Cariño y Monteforte, 1999. 31 Maeda et al., 1993.
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pesca actual de la costa del Pacífico de Baja California, tanto de abulón, langosta o atún es una actividad nueva que los mexicanos aprendieron e incorporaron a su cultura popular.
La misma autora32 refiere que en los años 1920 se procesaba sargazo en una planta en El Sauzal, mientras que en Punta Banda operaba una planta empacadora de abulón. Para esos años el General Rodríguez compró una empacadora de atún a los hermanos Berstein para instalarla en El Sauzal. Por su parte, otro empresario de la zona de Ensenada, el señor Luis M. Salazar, unos años más tarde, alrededor del año 1933, fundó la empacadora La Industrial de Ensenada, que se dedicó al proceso de enlatado de sardina, macarela, abulón, anchoveta y atún. En la pesquería de atún de México, y particularmente para Baja California Sur, fue de gran importancia el papel que desempeñó la Compañía de Productos Marinos que por más de cincuenta años se estableció en Cabo San Lucas, Baja California Sur, desde mediados de los años veinte hasta fines de los setenta, según la amplia referencia de Green Olachea (1993), respecto del origen de la pesca de atún en México. El desarrollo de la pesca de atún en México estuvo estrechamente ligado en sus inicios a la llegada a Cabo San Lucas del barco fábrica Calmex (Fig. 6), que operó en California por unos años y después fue traído a México al inicio de la década de 1920 por empresarios bajacalifornianos. En dicha embarcación operaba una planta enlatadora que procesaba diversos tipos de productos, entre ellos el atún y el abulón, por lo que antes de ser trasladado al sur de la península funcionó en las localidades de San Quintín e Isla de Cedros, de acuerdo a la referencia de Green Olachea (1993). Hacia el año de 1927 se inició la construcción de una planta enlatadora en Cabo San Lucas con objeto de aumentar la capacidad de producción de atún que se tenía en el Calmex. Esta planta se concluyó sólo dos años después de iniciadas las labores de construcción. En esta fábrica en tierra se empezó a enlatar barrilete, jurel y, desde luego, atún en aceite. 33 Tampoco había por entonces en la localidad quien supiera pescar en altamar y fue necesario operar hasta la siguiente década exclusivamente con 32 Chenaut, 1985. 33 Green Olachea, 1993.
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Figura 3. Barco fábrica Calmex durante la década de los años 1920s en Cabo San Lucas, Baja California Sur.
Tomado de Green Olachea, 1993.
tripulaciones extranjeras. En 1935 se trajeron 5 o 6 barcos chicos con tripulación austriaca, yugoslava y estadounidense, medida que permitió incrementar la producción a 20 t de producto procesado en la planta, por turno. La técnica de la pesca con vara utilizando sardina y macarela como carnada era la única que se practicaba. Al pasar los años la población local, acostumbrada a la pesca ribereña, aprendió el oficio, ya que desde entonces los barcos atuneros completaban con ellos su tripulación. Entonces la gran abundancia y cercanía del atún permitía hacer viajes de un solo día, y la pesca podía observarse desde la costa. Los barcos pescaban en zonas aledañas a la planta, incluso dentro de la bahía, efectuando viajes en los que se cargaban de 1 a 2 t, sin refrigeración a bordo.34 En la década de los años 1940, en la empresa empacadora de atún Compañía de Productos Marinos, S.A., localizada en Cabo San Lucas, se dieron cambios que marcarán el futuro destino de la compañía. A principios de esta 34 Cariño Olvera, 2000.
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década se estableció una sociedad temporal como propietarios entre el Gral. Abelardo L. Rodríguez y Don Elías Pando, empresario español radicado en México, sociedad que se deshace en 1948, quedando Elías Pando como único dueño. Otro acontecimiento fue la integración por primera vez de una flota atunera mexicana compuesta por los barcos Cabo San Lucas, Cabo Tosco y Punta Redonda, así como también el inicio del consumo masivo de atún en el mercado nacional, curiosamente después de aproximadamente cinco lustros de estarlo explotando en esta región del país.35 De acuerdo con Green Olachea (1993) es en los años 1960 que la actividad de captura, empaque y comercialización de atún en México se fortaleció con la consolidacón de la Compañía de Productos Marinos, S.A., la cual mantuvo un nivel constante de capturas y por ende de producto terminado, al contar con barcos de cerco adquiridos en esta década. Más recientemente, la pesquería de atún en México se lleva a cabo en el Pacífico oriental principalmente con dos artes de pesca: la flota que utiliza la caña o vara para pescar, comúnmente llamada flota varera, y la que usa la red de cerco, conocida como flota cerquera, siendo esta última la que obtiene los mayores volúmenes de captura. En el Golfo de México la captura se realiza con palangre. El desarrollo de la flota cerquera en la década de los años ochenta la ha llevado a ocupar desde 1986 el primer lugar en capturas, número de embarcaciones y capacidad de acarreo. No obstante, su desarrollo se ha visto afectado por una serie de problemas, de los cuales sobresalen la aplicación por parte de los Estados Unidos del primer “embargo atunero” en 1980, el segundo “embargo” aplicado en 1990 (aún vigente) y la devaluación de la moneda mexicana desde 1982. Estos hechos han tenido repercusiones importantes tanto en las ventas de atún fresco congelado, como en la saturación del mercado interno y en el aumento de la deuda de las embarcaciones, cuyo compromiso de adquisición en la década de los años setenta fue pactado en dólares.36 La flota atunera activa durante 1995 fue de 50 embarcaciones de cerco y 7 de vara, con una capacidad de acarreo total de 42’386,681 toneladas métricas. Durante 1994, en el Golfo de México operaron 18 barcos palangreros relativamente pequeños (menos de 50 toneladas de capacidad de acarreo). 35 Green Olachea, 1993. 36 Ortega-García et al., 1996.
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Del total de las embarcaciones de cerco, aproximadamente el 50 por ciento son embarcaciones con capacidad de acarreo mayor de 1,000 t, con gran autonomía, lo que les ha permitido operar en aguas nacionales e internacionales, logrando una amplia cobertura. (Fig. 7) En la pesquería del Pacífico han sobresalido los estados de Baja California, Baja California Sur, Sinaloa, Colima y Chiapas, porque en ellos se ha instalado la infraestructura industrial y portuaria necesaria para el almacenaje y procesamiento del recurso así como para el atraque de los barcos atuneros.37 Las especies de atún que se capturan en el Océano Pacífico oriental (opo), que incluye al Pacífico mexicano, son el atún aleta amarilla (Thunnus albacares), albacora (Thunnus alalunga), patudo (Thunnus obesus), atún aleta azul (Thunnus thynnus), bonito (Sarda orientalis y Sarda chiliensis), barrilete negro (Euthynnus lineatus) y barrilete (Katsuwonus pelamis). En el caso de México, las especies de mayor captura son atún aleta amarilla y barrilete, capturando el 34 por ciento del volumen total capturado en el Pacífico oriental tropical. El atún es la segunda pesquería en volumen en el país, después de la sardina, y la segunda en valor después del camarón. De los once estados costeros del Pacífico mexicano, Sinaloa, Baja California y Colima capturan en la actualidad el 89 por ciento del atún en la región. El atún aleta amarilla constituye en los últimos años entre un 75 por ciento y un 90 por ciento de la captura anual de la flota mexicana, el barrilete representa y 20 entre 7 por ciento. El desarrollo de las capturas por la flota mexicana ha sido sostenido desde 1989. En 1997 se obtuvo el máximo para todos los atunes y similares con 168,373 t. Hay capturas por la pesca artesanal que opera con líneas de mano, así como la pesca de la flota deportiva.38 Esta misma referencia sitúa a la pesquería en el siguiente status: el atún aleta amarilla está aprovechado al máximo sustentable en el Océano Pacífico oriental (opo) que contiene aguas mexicanas. El patudo por arriba del rendimiento máximo sostenible, aunque existe incertidumbre en cuanto al nivel de explotación. El barrilete tiene posibilidades de desarrollo. No obstante que se menciona como los principales estados productores de atún a Sinaloa, Baja California y Colima, cabe hacer la aclaración que es en estos estados donde se encuentra la mayor capacidad instalada para la 37 Ortega-García et al., 1996. 38 Carta Nacional Pesquera, 2004.
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Figura 4. Área de operación de la flota atunera mexicana durante 1984-1990
Tomado de Ortega-García et al. (1996).
transformación y, por lo tanto, los barcos “arriban” el producto preferentemente en los principales puertos de estas entidades. Sin embargo, la extracción del recurso propiamente dicha también se lleva a cabo en buena medida en aguas circundantes de Baja California Sur. El valor de las exportaciones ha tenido un comportamiento variable como consecuencia de los embargos impuestos a nuestro país por Estados Unidos. En 1981 las exportaciones alcanzaron un valor de 55.8 millones de dólares, pero con el primer embargo impuesto se redujeron a 8.6 millones de dólares en 1984. Al levantarse el embargo en 1986 se recuperó el valor hasta 57 millones de dólares, alcanzando una cifra récord de 81.9 millones de dólares en 1988. Esta pesquería sostiene alrededor de 27,000 empleos directos e indirectos actualmente.39 Pese a que en el estado de Baja California Sur la pesca y transformación del atún data de la segunda década del siglo xx, la producción no sobrepasó 39 Instituto Nacional de la Pesca, 2000.
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las 5,000 t por año desde 1955 hasta 1983, según la información estadística de capturas desde donde se tienen registros continuos. (Fig. 8) De 1984 en adelante se presenta una tendencia de aumento en las capturas hasta alcanzar las 25,000 toneladas descargadas en el año de 1991, posteriormente se observa una caída pronunciada de las capturas o de los arribos a Baja California Sur hasta llegar a un poco menos de las 5,000 toneladas en el año 2000. En los años siguientes, 2001, 2002 y 2003, se presentan oscilaciones que van de las 5,000 a las 15,000 toneladas aproximadamente. (Fig. 8) La tendencia de bajas capturas en Baja California Sur, así como la variabilidad de éstas en los últimos años está más asociada con aspectos de coyuntura económica, capacidad instalada de la industria, costo de transformación y de transportación en esta entidad tan alejada de los centros de producción nacional, que con algún elemento de variación en la abundancia del recurso atún. La capacidad instalada de la industria de transformación de atún en Baja California Sur, como se ha comentado, nació en Cabo San Lucas, sin embargo al pasar el tiempo y reconocerse la vocación turística de esta zona en los años 1970, la empresa que procesaba este producto se trasladó a las inmediaciones de Bahía Magdalena, a principio de los años 1980 y constituyó la empacadora denominada Conservera San Carlos, que enlata atún y sardina principalmente, y da empleo a cientos de lugareños, entre ellos a muchas mujeres. Respecto de la situación de este recurso contrastan las opiniones de diversos autores. Por una parte existen referencias en las que se considera un recurso como el aleta amarilla explotado a su máximo rendimiento sostenible en el opo,40 la cual en sí mismo es un objetivo que se propone como medida de manejo pesquero. Por otra parte, en el opo, la zona comprendida desde la boca del Golfo de California, Islas Marías e Islas Revillagigedo ha sido definida como de alta abundancia de atún aleta amarilla,41 por lo que la cercanía a esta área hace que el estado de Baja California Sur sea de gran importancia en esta pesquería. De acuerdo con los registros de la Comisión Interamericana del Atún Tropical (ciat), en promedio durante un período de casi 15 años, más del 40 por ciento de los cuadrantes de un grado que cubren el área de operación de la flota en el noroeste de México son de mediana y alta intensidad, tanto para atún aleta amarilla como para barrilete. 40 Instituto Nacional de la Pesca, 2000. 41 Allen y Punsly, 1984; Ortega-García, 1989, citados por Ortega-Gacía et al., 1996.
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Del saqueo a la conservación Figura 5. Serie histórica de capturas de atún en Baja California Sur, toneladas (peso vivo).
A tún 30,000
Captura (t)
25,000 20,000 15,000 10,000 5,000 0 1950
1960
1970
1980
1990
2000
2010
Años Fuente: Ponce-Díaz et al., 2006.
Considerando los valores promedio, esto implica que alrededor del 10 por ciento del atún aleta amarilla capturado en el opo se extrae de esta zona. Sin embargo, es importante tener presente que si bien la mayoría del barrilete capturado en esta área es de organismos maduros, i.e., mayores de 40-50 cm, éste no es el caso del atún aleta amarilla, ya que en la zona se capturan organismos jóvenes, de tallas menores a los 100 cm, a la cual se ha reportado que alcanzan la madurez sexual. Algunos estudios han considerado esta área como de alimentación y crecimiento de atunes jóvenes.42 Finalmente, también encontramos la opinión de otros autores en el sentido de que esta pesquería para Baja California Sur, y particularmente su balance como industria, es mucho menos que halagador desde el punto de vista ecológico, ya que la explotación intensiva y a gran escala del atún y de otras especies pesqueras trajo consigo el inevitable decrecimiento de la abundancia del recurso.43 Ante este panorama de opiniones encontradas, es recomendable considerar, para efectos de manejo, la mayor cantidad de evi42 Ortega-García et al., 1996. 43 Cariño-Olvera, 2000.
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dencia técnica y científica posible, y apoyar lo mejor posible las conclusiones que se presenten. 2.4 Pesquería de escama Respecto de la historia de las pesquerías del Golfo de California, ArvizuMartínez (1987) comenta lo siguiente: Las actividades pesqueras en la parte norte del Golfo de California comenzaron con la explotación de la totoaba (Totoaba macdonaldi), la cual empezó a principios del siglo. Este pez fue capturado principalmente por su estómago, de gran demanda en China. Como resultado de esta actividad se establecieron tres puertos: San Felipe, el Golfo de Santa Clara y Puerto Peñasco. Durante 1940 la demanda por los tiburones se incrementó debido a su hígado, rico en aceite. Posteriormente la demanda de totoaba se incrementó, dado que su hígado también se consideró una fuente rica en aceite. A mediados de los años 1940, comenzó la explotación del camarón (Penaeus stylirostris, P. californiensis). La actividad de la pesquería de camarón dentro del área de reproducción de la totoaba, capturó muchos organismos juveniles de esta especie y ello afectó su reclutamiento. No obstante, la captura incidental continúa. Cuando la captura de estas especies decreció, las actividades de pesca tendieron a estabilizarse, dado que en esta zona otros recursos no son abundantes. Hacia finales de lo años 1960, los tres puertos experimentaros un incremento muy notorio en el turismo, y las actividades de pesca comenzaron a pasar a segundo plano. En la parte central del Golfo de California, la explotación pesquera es además soportada por la captura de la tortuga (Lepidochelys olivacea)44, especialmente en la Bahía de los Ángeles y en los puertos cerca de Isla Tiburón (un asentamiento de Indios Seri), donde éstas son el principal objetivo. A la fecha, en los puertos de Desemboque y Kino aún pescan principalmente tiburones. En contraste con los puertos de San Felipe, Puerto Peñasco y Golfo de Santa Clara, los de Baja California Sur fueron establecidos por razones que no tenían que ver con la pesca. Loreto, Mulegé y La Paz fueron misiones fundadas por frailes que colonizaron la península de Baja California. Estos poblados no tuvieron una actividad pesquera prominente hasta que a mediados del siglo xix La Paz 44 N. del autor: actualmente la captura de la tortuga esta prohibida.
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fue uno de los principales mercados perleros del mundo. La actividad comercial empezó en 1615 y se desarrolló hasta 1938, cuando una alta mortalidad natural de los stocks de madre perla (Pintada mazatlanica) ocurrió en pocos meses. La producción total en ese tiempo fue de cerca de medio millón de ostras durante la temporada de ocho meses. Con los stocks de la actualidad no es posible obtener más de 20,000 ostras, consecuentemente la explotación está prohibida. El puerto de Santa Rosalía, Baja California Sur, fue fundado como resultado de las actividades mineras que se desarrollaron a principios del siglo xix y continuaron hasta 1980. La aparición de volúmenes importantes de macarela (Scomberomorus spp.) en los años 1978, 1979 y 1980 soportaron el inicio de actividades pesqueras que continuaron durante 1981, 1982 y 1983 con la pesquería de calamar. En el puerto de Guaymas, Sonora, antes de la mitad de los años 1940s, la pesca fue solo por totoaba y tiburón. Después, la pesquería de camarón y desde 1968 comenzó la pesquería de la sardina. Otros peces desembarcados en Guaymas son el pez perro (Mustelus spp.), liza (Mugil spp.), pargos y huachinangos (Lutjanus spp.) y calamar gigante (Dosidicus gigas), el cual es explotado en los años en que se encuentra cercano a la costa. El camarón (Penaeus spp.) y la langosta (Panulirus gracilis) son especies de alto valor económico.
Ramírez-Rodríguez (1996) reportó que, de acuerdo con datos oficiales, la producción pesquera de la entidad (en peso vivo) se incrementó de 67,166 a 131,025 toneladas entre 1986 y 1990, para posteriormente disminuir hasta 84,467 toneladas en 1993. En 1994 se registraron 101,856 toneladas, mientras que para años recientes el Anuario Estadístico de Pesca (2003), refiere que el volumen de la producción pesquera de Baja California Sur fue de 184,679 toneladas en peso vivo para 2003. Para ese mismo año la composición de las descargas estaban constituidas entre otras por las siguientes especies de escama o grupos de ellas:45
Especie Atún Baqueta Barrilete
45 Anuario Estadístico de Pesca, 2003.
Captura (peso vivo) 16,889 t 223 t 2,615 t
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Cabrilla Corvina Guachinango Jurel Lenguado Lisa Mero y similares Mojarra Pámpano Pargo Pierna Raya y similares Robalo Ronco Sardina Sierra Tiburón
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4,449 t 768 t 720 t 1,317 t 814 t 488 t 193 t 324 t 112 t 600 t 1,431 t 1,304 t 18 t 357 t 74,869 t 440 t 2,163 t
Si se considera la aportación de diversos grupos de especies con respecto a la producción total en peso vivo del año 2003, observamos que tanto los pelágicos menores como mayores aportan las cantidades superiores. Y a pesar de que la producción de especies de escama es relativamente bajo, se tiene que tomar en cuenta, ya que es un importante generador de empleos directos e indirectos, es una fuente de alimentos directa, es un renglón de apoyo a la lucha contra la pobreza y por contribuye a la soberanía alimenticia. En general las pesquerías de escama se caracterizan por la diversidad de especies que componen las capturas, la multiplicidad de lugares y artes de pesca, las deficiencias en infraestructura y, en la mayoría de los casos, por el desconocimiento de los recursos que explotan (abundancia, migraciones, reproducción, etc.), lo que trae consigo dificultades en la planificación de actividades para su desarrollo y ordenamiento.46 Ramírez-Rodríguez (1996) también apunta que la pesca de escama se desarrolla a lo largo de toda la costa de Baja California Sur y que la composición 46 Ramírez-Rodríguez, 1996.
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específica de la captura varía de acuerdo al arte de pesca, la temporada y las oportunidades del mercado. El número de especies explotadas es elevado, aunque son pocas las que pudieran considerarse como especies objetivo. Así, por ejemplo, cita que en la captura de escama del área de Bahía Magdalena se identificaron 54 especies de 46 géneros y 28 familias, pero sólo 14 fueron consideradas como principales. Adicionalmente dividió para su estudio a la entidad en tres zonas: 1) Pacífico Norte (oficinas de Guerrero Negro, Tortugas, Asunción, Abreojos y San Juanico); 2) Pacífico Sur (oficinas de López Mateos, San Carlos y Ciudad Constitución) y 3) Golfo de California (oficinas de San Lucas, La Paz, Loreto y Santa Rosalía). Se ha mencionado que la producción tiene un componente estacional, presentándose el pico de la misma durante mayo a septiembre. En la captura por especies con embarcaciones menores se registran para la zona Pacífico Norte: principalmente pierna (Caulolatilus princeps y C. affinis) y otras especies como lenguado (principalmente Paralichthys californicus), verdillo (Paralabrax sp.), corvina (Cynoscion parvipinnis y otros sciaenidos), jurel (Seriola spp., Caranx spp.), lisa (Mugil spp.) y cabrilla (Mycteroperca spp., Paralabrax spp., Epinephelus spp.). Entre las especies mas representativas de la zona Pacífico Sur se han reportado: el verdillo (Paralabrax sp.), la pierna (Caulolatilus princeps y C. affinis), la lisa (Mugil spp.) y el lenguado (Paralichthys spp.) así como también la corvina (Cynoscion parvipinnis), la mojarra (Eucinostomus spp. y otras especies de la familia Gerreidae), sierra (Scomberomorus sierra), pámpano (Trachinotus spp.), roncacho (Cheilotrema spp.), bocadulce (Umbrina spp., Menticirrhus spp.), jurel y botete (Sphoeroides spp.). Por último, en la zona del Golfo de California se ha reportado mayor diversidad predominando la captura del guachinango (Lutjanus peru), pierna, jurel, sierra y varias especies de la familia Serranidae que incluyen el verdillo, cabrilla, estacuda y lucero.47 Respecto del esfuerzo pesquero, el Anuario Estadístico de Pesca (2003) contempla el registro de 3,633 embarcaciones menores o pangas en la pesca ribereña para Baja California Sur, aunque para 1994 ya se tenían registros de 3,474 embarcaciones menores en la misma entidad.48 El total nacional para el año del 2003 fue de 102,807, correspondiendo a participaciones importantes 47 Ramírez-Rodríguez, 1996. 48 Ídem.
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de estados como: Sinaloa con 11,828 embarcaciones menores; Chiapas con 8,932; Sonora con 7,234; Michoacán con 5,171; Oaxaca con 5,090; Guerrero con 4,744 y Nayarit con 4,442 por citar las más numerosas en el litoral del Pacífico. Es necesario reconocer lo elevado del número de embarcaciones registradas en la pesca ribereña en Baja California Sur, aunque no necesariamente indica que es un esfuerzo efectivo de pesca, como ha sido asumido por algunos autores,49 ya que no todas estas embarcaciones están en activo. Dada esta situación, lo ideal es que los análisis realizados a partir de la captura por unidad de esfuerzo (cpue) tomen en consideración información más detallada al respecto, como son los viajes efectivos de pesca. En este tipo de pesca se usan redes agalleras, trampas, palangres, cimbras y anzuelos con líneas unitarias principalmente y se reconoce que la selectividad de estas artes de pesca es baja y un elemento poco conocido. Prácticamente no se han hecho estudios que describan a los participantes en este sector de la pesca ribereña en Baja California Sur. Sin embargo, Ramírez-Rodríguez (1996) reporta que de acuerdo a información proporcionada en ese entonces por la oficina de Fomento Pesquero del Estado, en las pesquerías de escama en 1994 participaron 1,189 pescadores asociados a 21 Sociedades Cooperativas de Producción Pesquera, 171 adscritos a 11 Sociedades de Solidaridad Social y 186 organizados en 10 Uniones de Pescadores. Además se registraron 75 permisionarios asociados a la Cámara Nacional de la Industria Pesquera. El grado de organización social de los productores de escama no ha sido estudiado. Sin embargo, se pueden identificar niveles desde pescadores que cuentan con un sistema que apoya su trabajo, hasta aquellos que se encuentran entre los grupos más pobres de la sociedad. En la definición de estos grados influyen notoriamente los medios de comercialización de los productos. La comercialización generalmente se realiza en playa a un intermediario o permisionario que frecuentemente participa en el avituallamiento y proporciona la embarcación y equipos de pesca. Es común que éste último establezca el precio del producto. Pocos son los casos en los que existe la posibilidad de venta directa al mercado en un esquema de integración de la cadena productiva. 49 Sala et al., 2004.
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La Carta Nacional Pesquera (2004) enumera los casos de diversos recursos de escama capturados en la pesca ribereña como lo son: baquetas, cabrillas y verdillo (Serranidae); corvinas y berrugatas (Scianidae); huachinango y pargos (Lutjanidae); jureles y medregales (Carangidae); lenguados (Paralichthydae y Pleuronectidae); lisas (Mugilidae); pierna y conejo (Malacanthidae) y básicamente en todos los casos (salvo jureles y medregales) están considerados como pesquerías aprovechadas al máximo sustentable. Respecto a fuentes adicionales de información y análisis pesquero, existen trabajos basados en observaciones directas, revisión de estadística pesquera, encuestas a pescadores a través de la denominada recuperación del conocimiento tradicional y de búsqueda de información anecdótica, que llaman la atención sobre la disminución de la biomasa, disminución de la talla de las especies objetivo, el distanciamiento de zonas de pesca de algunos de los recursos obtenidos en la pesca ribereña, así como también la conclusión de que en el Golfo de California está ocurriendo un proceso de sobre pesca de predadores tope, lo que ha dado lugar a una composición de la captura de especies en menor nivel trófico o el efecto de “fishing down”50. Sobre este último efecto se conoce un análisis que tiene una interpretación que puede ser diferente, respecto a esta condición de “pescando hacia abajo de la red trófica” o “fishing down” (en la literatura especializada). Para las pesquerías mexicanas en general (en ambos litorales del país) se ha propuesto que este fenómeno no es generalizable, 51 ya que las pesquerías alcanzan un nivel estable desde los años 1980 y que dicho resultado se puede deber a las características multiespecíficas de las pesquerías y el bajo nivel tecnológico empleado en la captura, así como también se admite la posibilidad de que no necesariamente esto refleje un bienestar en los recursos bajo presión de pesca. En el caso de las pesquerías de Baja California Sur en particular, se ha analizado a través de dos indicadores de sustentabilidad, 52 como son las tendencias de captura expresadas como un índice de capturas o Ic = Ln (C año/ Cpromedio) para los principales recursos, y a través del nivel trófico medio de la captura (ntmc), tal como fue sugerido por Pauly53 en su artículo sobre 50 51 52 53
Sala et al., 2002; Sáenz-Arroyo et al., 2005; Sáenz-Arroyo et al., 2006 Pérez-España et al., 2006. Ponce-Díaz et al., 2006. Pauly et al., 1998.
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el “fishing down”. La hipótesis en este último caso es que los cambios en la tendencia de los ntmc representan cambios en la estructura trófica de las capturas, y por tanto en el ecosistema, y con ello se afecta además su función y organización. El concepto resulta de gran importancia pues la sustentabilidad a nivel de ecosistema depende en gran medida de la conservación de su organización. Este análisis arroja (salvo en almejas y abulón en donde hay estrategias específicas de recuperación) una tendencia horizontal o de relativa estabilidad particularmente de los predadores tope. 54 No obstante lo anterior, y por lo controversial del tema, se recomienda ampliamente al lector el análisis detallado de las referencias citadas líneas arriba sobre este concepto. No hay duda en que las pesquerías sometidas a mayor presión de pesca y con mayor problemática son las de la pesca ribereña. Existen diversas características asociadas a este tipo de explotación pesquera que dan por resultado una situación compleja y con limitadas oportunidades para la utilización de estos recursos con optimización ecológica, económica y social que eviten la sobreexplotación, que permitan establecer y alcanzar puntos de referencia objetivos y tener control sobre los puntos de referencia límites o que induzcan a la recuperación de ciertos recursos sobreexplotados. A mi juicio, uno de los factores que mayor peso tiene en el desempeño de las pesquerías ribereñas y particularmente de escama en México, es el relativo a la asignación de los derechos de propiedad o de acceso a los recursos pesqueros y cómo es que estos derechos son custodiados. En la pesquería de escama, frecuentemente en ciertas zonas y con ciertos recursos, se presenta de facto una pesca de acceso abierto, lo cual es una condición necesaria y suficiente para un uso no sustentable de este recurso natural. 55 Young56 a pesar de consultar diversas fuentes (entrevistas) y la propia ley de pesca vigente en México, interpreta erróneamente que el estado mexicano promueve el acceso abierto como una política pública explícita y concluye equivocadamente que ésta es la forma de manejo de los recursos pesqueros nacionales como bien público. En virtud de lo anterior, el reto principal en la dimensión legal de la pesca es, simple y llanamente, el cumplimiento de la normatividad vi54 Ponce-Díaz et al., 2006, p. 209 y 211. 55 Hardin, 1968; Feeny et al., 1990, Seijo et al., 1997. 56 Young, 2001.
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Del saqueo a la conservación
gente, ya que la legislación mexicana en la materia desde hace mucho tiempo (y desde luego la actual ley de pesca) considera como violación a la misma, la pesca o extracción sin autorización, permiso o concesión, lo que desde el punto de vista estrictamente legal cancela el régimen de acceso abierto. 2.5 Pesquería de langosta En el Pacífico noroccidental de México se tiene la pesquería de langosta más antigua de México. Aunque existen antecedentes de explotación comercial de langosta roja desde finales del siglo xix, los primeros reportes datan de la segunda década del presente siglo. 57 Conforme al marco legal, hasta antes de la década de 1920 el recurso fue explotado libremente, inclusive con injerencia de empresas extranjeras, pero desde principios de los años treinta el gobierno mexicano determinó la exclusividad de este recurso, entre otros, para los pescadores ribereños mexicanos. En 1936-1938 se decretó especie reservada a sociedades cooperativas y, durante casi cinco décadas, la explotación de este recurso se realizó bajo dicho sistema, hasta que a mediados de 1992 se derogó dicha exclusividad y la extracción quedó sujeta al nuevo esquema de concesiones y permisos, en los términos de la nueva Ley de Pesca.58 En este contexto, de acuerdo con Vega, 59 el desarrollo de la pesquería es paralelo a la formación y consolidación de las sociedades cooperativas, así como al establecimiento de la infraestructura para la industrialización. Desde una perspectiva histórica, vale la pena apuntar las referencias, acerca de la condición de dos poblaciones pesqueras de la zona Pacífico Norte a principios del siglo xx (Punta Abreojos y Bahía Asunción), vinculadas a la utilización del recurso langosta, aunque estos antecedentes pueden prácticamente generalizarse para los demás poblados de la zona. En el caso de Punta Abreojos, Arce y Sotero60 mencionan: Se llegaba el mes de la langosta y la gente empezaba a salir, se alistaba para hacer un largo viaje desde San Ignacio hasta El Batequi y El Campo del Medio, utilizando sus escasos recursos y, lo más importante de todo, su medio de 57 58 59 60
Allen, 1916 y Wilson, 1948, citados por Vega et al., 1996. Diario Oficial de la Federación, 22-06-1992. Vega et al., 1996. Arce y Sotero, 1998.
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transporte: en bestias o burros. Los cargaban de comida, les llenaban sus alforjas de agua, sus mochilas de lona y sobre todo con muchas esperanzas de que ahora sí, en esta temporada, les iba a ir bien con el favor de Dios. Este trayecto duraba tres, cuatro o hasta más días, dependiendo del estado del tiempo. El viaje lo hacían de manera escalonada: primero llegaban a San Sabás, luego se pasaban a San Juan, otros se encaminaban a San Ángel y dicen que era tan reconfortante llegar a estos sitios donde aprovechaban para descansar, alimentarse, beber más raciones de agua, para continuar con su camino hasta llegar a los campos pesqueros, donde se concentraban en los distintos lugares de trabajo, tales como: El Batequi, El Campo del Medio, San Cristóbal y Punta Prieta entre otros.
Sobre Bahía Asunción, el Sr. Inocencio Villavicencio Alvarado61 comenta: Mi padre era gambusino y en la época de la langosta viajaba hacia Bahía Asunción, Baja California Sur, que era en ese entonces, en los años treinta, un campo pesquero con tres viviendas aproximadamente. Posteriormente el poblado creció de manera lenta con presencia también de pescadores japoneses, portugueses e italianos y es hasta 1956 que el poblado empezó a crecer rápidamente a raíz de la instalación en ese año de una empacadora de abulón.
La pesquería de langosta en la parte central occidental de la península de Baja California ha representado, junto con la captura de abulón, la posibilidad de colonización de una amplia zona del litoral regional que de otra forma hubiese sido prácticamente imposible, adicionalmente se ha generado una forma de vida y cultura de la pesca que ha subsistido varias generaciones. La curva de capturas o producción de langosta en Baja California Sur a lo largo del tiempo puede apreciarse en la Figura 6, en donde se pueden distinguir básicamente cinco etapas: a) Una etapa de baja producción entre los años 1956 a 1975 con producciones entre 100 y 300 t aproximadamente. Esta etapa coincide con la etapa del inicio de uso más intensivo del recurso langosta y con la consolidación de los grupos sociales de la pesca (cooperativas), así como con el inicio más 61 Com. pers. al autor; Sr. Inocencio Villavicencio Alvarado, mayo de 2006.
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Del saqueo a la conservación
formal del establecimiento de la infraestructura para el proceso de los productos pesqueros, particularmente en la zona de mayor producción; la zona denominada Pacífico Norte. b) Una segunda etapa de capturas de langosta que presenta una expansión muy marcada de los rendimientos, al pasar de 350 a 1,489 t en los años de 1976 a 1981 respectivamente. c) Una tercera etapa que representa una disminución importante de las capturas, al pasar de 1,227 a 797 t entre los años de 1982 y 1985. d) Un cuarto periodo, de 1986 y 1998, donde se presentan fluctuaciones marcadas en la producción de la langosta con diferencias que son importantes, alrededor de las 500 t. e) Finalmente, de 1999 al 2003, donde se aprecia una maximización y tendencia hacia la estabilización de las capturas, al pasar de 1,047 a 1688 t en este período. Vega-Velázquez menciona que para la producción de langosta en todo el litoral de la costa occidental de la Península de Baja California se presentan tres etapas. La inicial de subexplotación desde principios de siglo xx hasta 1945, con un promedio de 300 t; la etapa de crecimiento y expansión de 1946 a 1960; y la etapa de desarrollo y estabilización, desde 1961 al presente con producciones que fluctúan alrededor de las 1,300 t, siendo estas fluctuaciones atribuidas más a factores ambientales que a los cambios en el esfuerzo pesquero. Por último advierte que la pesquería alcanza ya su máximo desarrollo, y que ya no tiene posibilidades de expansión, debido a que todas las áreas langosteras costeras están distribuidas entre las cooperativas ribereñas establecidas.62 En la península de Baja California se encuentran registradas 1,110 embarcaciones menores para la pesquería de langosta. De 1986 a 2001, el 87 por ciento de la captura nacional se reporta en esta zona y, de ella, el 72 por ciento se obtuvo en Baja California Sur, según la Carta Nacional Pesquera. La captura presenta notables fluctuaciones, que parecen responder a efectos de la variabilidad ambiental, entre ellos los eventos El Niño y La Niña. La extraordinaria tendencia creciente de las últimas diez temporadas puede ser explicada por ajustes en el manejo, el mejoramiento de la eficiencia de artes y accesorios de pesca, además de condiciones ambientales favorables.63 62 Vega-Velázquez et al., 1996. 63 Carta Nacional Pesquera, D.O.F., 15 de marzo del 2004.
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Figura 6. Serie histórica de capturas de langosta en Baja California Sur, toneladas (peso vivo)
Captura (t)
L a n g o s ta 1,800 1,600 1,400 1,200 1,000 800 600 400 200 0 1950
1960
1970
1980
1990
2000
2010
Años Fuente: Ponce-Díaz et al., 2006.
La pesquería de langosta, si bien se lleva a cabo en todo el litoral occidental del estado de Baja California Sur, se encuentra estudiada mayormente en la región entre Isla de Cedros (B.C.) y Punta Abreojos (B.C.S.) por ser la zona donde se presenta la mayor producción, tanto de este recurso como del abulón. Adicionalmente se cuenta con la mayor información técnica y científica sobre estos recursos y sobre las organizaciones productivas, así como de los poblados en donde se lleva a cabo la actividad productiva de la pesca. Las poblaciones asentadas en esta zona son: Isla de Cedros (B.C.), Isla Natividad, Punta Eugenia, Malarrimo, Bahía Tortugas, Puerto Nuevo, San Pablo, San Roque, Bahía Asunción, Punta Prieta, San Hipólito, La Bocana y Punta Abreojos (estas últimas en B.C.S.), con un total de 9,644 habitantes y aproximadamente 1,300 socios cooperativistas.64 Las langostas son transportadas por las embarcaciones a los centros de recepción distribuidos a lo largo de la costa. La mayor parte de la captura es vendida en presentación viva. Sin embargo, alguna cantidad se procesa cocida entera, se empaca en cajas y se congela o también se congelan colas de langosta. El principal mercado para la langosta de la península de Baja California es 64 Ponce-Díaz et al., 1998.
316
Del saqueo a la conservación
Asia. Las langostas son transportadas en tránsito a San Diego y Los Ángeles, y después transbordadas principalmente con destino hacia Taiwán.65 La importancia de la pesquería se pone en relieve entre otros indicadores con el valor de la producción, que ascendió a 16 millones de dólares para Baja California Sur durante 1997, uno de los pilares de los ingresos pesqueros en la costa occidental de la península.66 Se considera que el recurso está siendo explotado al nivel de rendimiento máximo sostenible en la zona central de la península (Isla de Cedros, B.C., a Punta Abreojos, B.C.S.). Algunas áreas al norte y al sur presentan señales de deterioro no determinado,67 Como ha sido mencionado, la pesquería de langosta en Baja California Sur, particularmente la que opera en la zona denominada Pacífico Norte, se considera que se encuentra en una buena situación. Independientemente de la observancia de la normatividad pesquera que realizan respecto a controles como tallas, vedas, artes de pesca etc., los productores de esta zona, agrupados en varias cooperativas pesqueras concesionarias del recurso, impulsaron de manera voluntaria el proceso de certificación de sustentablidad pesquera que promueve la organización no gubernamental Marine Stewardship Council (msc),68 a fin de someterse a los estándares para la actividad de la pesca de este recurso que ha establecido dicha organización, el cual especifica la adopción de un sistema que asegura que el logotipo del msc en los productos pesqueros es un respaldo confiable de que el producto es derivado de una pesquería bien manejada y sustentable tal como lo definen los principios y criterios del msc.69 En Baja California Sur la langosta se ha pescado de una manera sistemática desde la segunda década del siglo xx, y desde entonces a la actualidad las capturas han evolucionado desde cifras bajas a partir de unos cientos de toneladas hasta una estabilización en lo que se considera el rendimiento máximo sostenido con alrededor de 1,300-1,400 t anuales en promedio en los últimos años. La pesquería de langosta en Baja California Sur, específicamente la que se desarrolla en la parte central de la costa occidental de la península de Baja 65 66 67 68 69
Chafee, 2003. Vega et al., 1999 Carta Nacional Pesquera, D.O.F., 15 de marzo del 2004 Alentada por la wwf y la empresa de alimentos Unilever. http://www.msc.org/html/content_505.htm.
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California, tiene una condición adecuada desde la perspectiva de varios indicadores como son: la biomasa del stock sujeto a aprovechamiento, las medidas de ordenamiento y manejo, así como de los procesos de transformación y comercialización. La perspectiva de esta pesquería es la de consolidación en mercados nuevos como son la de presentación viva y la incursión en el mercado de productos eco-certificados que permita tanto diversificar destinos como las presentaciones de este recurso, y concretar un ingreso adicional respecto de los productos tradicionales. Por otra parte será adecuado profundizar en los esquemas de manejo para que los productores, junto con la autoridad pesquera e interesados en la pesquería, generen una capacidad de adaptación a las circunstancias variantes de las abundancias de los recursos pesqueros derivados de las condiciones del clima marino imperante en las zonas de pesca. 2.6 Pesquería de sardina En México, la captura comercial de sardinas y anchovetas, conocida también como de pelágicos menores, se desarrolla como una pesquería industrializada principalmente en el noroeste de México, tanto en la costa occidental de la península de Baja California, como en el Golfo de California. Su captura en algunos años ha contribuido con más del 40 por ciento de la captura total nacional de peces (477,076 t de pelágicos menores de 1,066,838 t totales en México durante 1987).70 Por otra parte, existen referencias71 que en términos de peso desembarcado, las pesquerías de pelágicos menores (sardinas, anchovetas y afines) son las más importantes del país. Tradicionalmente las descargas se destinan a la elaboración de harina y aceite de pescado (85%) y de productos enlatados y congelados. En años recientes ha aumentado la proporción de productos enlatados para el consumo nacional y para exportación. Durante 2003, Baja California Sur se situó en el segundo lugar en la captura de sardina, con 59,896 t, después del estado de Sonora con 315,144 t,72 lo que resalta la importancia que esta pesquería tiene para esta entidad federativa, al ser el principal recurso pesquero en términos de volumen. 70 Lluch-Belda et al., 1994 citado por Rodríguez-Sánchez et al., 1996 71 Instituto Nacional de la Pesca, 2000. 72 Anuario Estadístico de Pesca, 2003.
318
Del saqueo a la conservación
De acuerdo con Rodríguez-Sánchez, et al., en Bahía Magdalena la flota captura las siguientes especies:73 Familia
Nombre común
Nombre científico
Clupeidae Engraulididae Scombridae
Sardina monterrey Sardina crinuda Sardina crinuda Sardina crinuda Sardina japonesa “Sardina” bocona Macarela
Sardinops caeruleus Opisthonema libertate Opisthonema medirrastre Opisthonema bulleri Etrumeus teres Cetengraulis mysticetus Scomber japonicus
La sardina Monterrey, que es la más importante, pertenece a la categoría de las llamadas sardinas verdaderas. Mundialmente es bien cotizada y por su valor nutricional se recomienda destinarla sólo para el consumo humano directo. Estas pesquerías son multi-específicas. Esto significa que se capturan varias especies con el mismo sistema (barco y red de cerco con jareta), en ocasiones en la misma jornada de pesca. En los puertos de Bahía Magdalena, B.C.S., la composición específica de las descargas es similar a la de los puertos de Sonora. En la presente década, la sardina Monterrey constituye la mayor parte (70 por ciento), seguida por la crinuda (20 por ciento) (Instituto Nacional de la Pesca, 2000). Respecto a las capturas de sardina en Baja California Sur (Fig. 10) estas muestran una etapa incipiente afines de los años 1950, posteriormente durante la siguiente década se registran capturas entre las 5,000 y 10,000 toneladas. Es a partir de los años 1970 que comienza la explotación propiamente industrial y masiva de este recurso, al registrarse una tendencia de aumento en las capturas desde alrededor de las 5,000 toneladas hasta alcanzar las 30,000 toneladas en el año de 1980. Posteriormente se evidencia muy bien el efecto de disminución drástica de los desembarques durante 1982-1984, como consecuencia del fenómeno de El Niño, para presentarse luego una recuperación con capturas que oscilaron alrededor de las 25,000 toneladas el resto de la década de los años 1980. De 1990 al 2000, se observa una alta 73 Rodríguez-Sánchez et al., 1996.
Capítulo 7. Uso de los recursos marinos, 1940-2003
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Figura 6. Serie histórica de capturas de sardina en Baja California Sur, toneladas (peso vivo)
Captura (t)
P es quería de S ardina, en B .C .S . 50,000 45,000 40,000 35,000 30,000 25,000 20,000 15,000 10,000 5,000 0 1950
1960
1970
1980
1990
2000
2010
Años Fuente: Ponce-Díaz et al., 2006.
variabilidad en cuanto a las capturas y de nueva cuenta se aprecia una caída drástica asociada a las condiciones anómalas del clima marino particularmente por El Niño de 1997-1998, llegando a registros de 10,000 toneladas en el año de 1999. A partir de este punto se aprecia una recuperación de las capturas hasta alcanzar en 2004 la cifra más alta de todo el periodo de la pesquería con aproximadamente 45,000 toneladas. ¿Pero qué dimensión ha tenido el nivel de presión de pesca a que se ha visto sometido este recurso? Respecto al número de barcos que operan en esta pesquería, el comportamiento nacional, es decir el noroeste de México, ha mostrado una disminución en los últimos años como se muestra en la tabla 1. En el caso de Bahía Magdalena, también se ha registrado, a partir de un máximo en 1978, la disminución del número de barcos por año en la pesquería de sardina74 como se muestra en la tabla 2. De acuerdo con Hernández-Vázquez para los años del estudio (1972-1981) la pesquería de sardina en Bahía Magdalena, tuvo su mayor auge en 1975, con 27,846 toneladas capturadas a través de 929 viajes. A partir de 1976 el núme74 Hernández-Vázquez, 1983.
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Del saqueo a la conservación
Tabla 1. Número de barcos en Bahía Magdalena, por año y sector en el período 1990-1998 Año 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
Social 16 6 6 8
Privado 77 76 73 76
Público 8 19 18 14
Barcos 101 101 97 98 94 81 77 69 69
Fuente: Instituto Nacional de la Pesca, 2000. Sustentabilidad y Pesca Responsable en México; Evaluación y Manejo 1999-2000. Peces pelágicos menores, Instituto Nacional de la Pesca. México, D.F.
ro de viajes empezó a disminuir, de tal modo que para el período 1977-1981 osciló alrededor de los 500 viajes (un poco más de la mitad de los efectuados en 1975).75 Evidentemente, esto se refleja en los montos de las capturas, que a partir de 1977 han fluctuado alrededor de las 13,000 toneladas, a excepción de 1980 con 18,390 toneladas. Es el año de 1978 en el que se registran más barcos pescando (19); para el resto de los años el número de embarcaciones fluctúa entre 11 y 18. En 1972 operaron pocos barcos, ya que aún no operaba la planta de San Carlos, la cual entró en funciones al año siguiente. Se observa una fuerte variación en el número de barcos que llevaron a cabo menos de 50 viajes al año. Así, los barcos con más de 50 viajes anuales varían de 2 a 7, a los cuales se les ha llamado de operación continua, mientras que el resto fluctúa de 2 a 16 (barcos de operación discontinúa). Por su parte Ponce-Díaz señala que el numero de embarcaciones que operó en la pesquería de sardina en Bahía Magdalena, durante los años 19711985 fue el enlistado en la Tabla 3.76 Ponce-Díaz y Lluch-Belda77 realizaron un análisis de la flota sardineraanchovetera del noroeste de México con especial énfasis en la eficiencia operativa de pesca. El análisis comprendió aspectos relacionados con las 75 Ibídem. 76 Ponce-Díaz, 1998. 77 Ponce-Díaz y Lluch-Belda, 1990.
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Tabla 2. Número de barcos por año en Bahía Magdalena durante el período 1972-1981 Año
Barcos
1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981
4 11 18 14 16 16 19 14 13 14
Fuente: Hernández-Vázquez S., 1983. Análisis y normalización del esfuerzo pesquero de la flota sardinera de Bahía Magdalena, B.C.S., México. Tesis de Maestría. cicimar-ipn.
características de las embarcaciones y se determinó la eficiencia operativa de la flota por dos vías: una estimando los poderes relativos de pesca con ayuda de la captura por unidad de esfuerzo (cpue) y por la otra evaluando la capacidad de bodega utilizada por los barcos en términos de porcentaje. El estudio concluye que la dimensión de la flota (en los años 1980) no debiera incrementarse, que los barcos chicos y grandes operan diferencialmente de acuerdo al recurso sobre el cual actuarán (sardina o anchoveta), que la categoría de barcos más eficientes operativamente hablando son los de 101150 toneladas de capacidad de bodega. Por último los autores apuntaban la necesidad de un adecuado manejo de la flota en su conjunto (movilidad de la flota entre puertos del noroeste de México) para con ello evitar la sobrecapitalización en la fase extractiva en particular y de la pesquería en lo general. Los niveles de captura promedio por viaje y por categoría de barcos en Bahía Magdalena para el período 1972-1985, fueron de 21 ton/viaje para barcos de la categoría de 1 a 50 toneladas de capacidad de bodega; 24 ton/viaje para la categoría de 51 a 100 toneladas de capacidad de bodega y 34 ton/viaje para embarcaciones de 101 a 150 toneladas de capacidad de bodega.78 78 Ponce-Díaz y Lluch-Belda, 1990.
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Del saqueo a la conservación
Tabla 3. Número de barcos por año en Bahía Magdalena durante el período 1972-1985 Año
Barcos
1972
4
1973
7
1974
16
1975
14
1976 1977 1978 1979 1980
16 16 19 16 17
1982 1983 1984 1985
9 8 7 6
1981
14
Fuente: Ponce Díaz G. 1998. Análisis de la flota sardinera–anchovetera del noroeste de México. Tesis de Maestría. cicimar-ipn. La Paz, B.C.S.
Para determinar la dimensión total de organismos muertos por la pesca y que es ejercida por una flota sobre cierto recurso, es necesario considerar entre otras variables el esfuerzo efectivo de pesca, mismo que en este caso tiene relación con el nivel de viajes realizados por la flota sardinera. La evolución del número de viajes de pesca en Bahía Magdalena (Fig. 11) durante el periodo de 1981-2004 presenta una tendencia hacia el aumento desde el año de 1983 hasta alcanzar los 900-1,000 viajes anuales entre los años 2002-2004.79 Se sabe que para el año 2004 en la zona de Bahía Magdalena operaron ocho barcos que descargaron tanto en Puerto San Carlos como en Puerto Adolfo López Mateos.80 Sin embargo, el nivel de esfuerzo pesquero, medido en viajes de pesca para ese mismo año fue de 886 viajes de pesca. Esto pone de manifiesto el aumento sustancial de eficiencia que han logrado las embarcaciones sardineras, pues hay que recordar que en el año de 1975, con casi 79 Félix Uraga, datos no publicados, com. pers., cicimar-ipn. 80 Félix-Uraga com. pers. cicimar-ipn.
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el doble de embarcaciones (14), se realizaron 929 viajes de pesca en la zona alcanzando capturas de 27,846 toneladas,81 lo que resulta en un promedio de 30 ton/viaje, mientras que en años recientes (2004) con 886 viajes de pesca se lograron capturar 48,405 toneladas, reportando un promedio de 54.7 ton/ viaje,82 comparados con los 34 ton/viaje estimados por Ponce-Díaz y LluchBelda (1990) durante los años 1980. Todo lo anterior permite concluir que si bien el número de barcos en la pesquería de sardina en Bahía Magdalena ha disminuido a lo largo del tiempo, su eficiencia operativa ha ido en aumento. A nivel nacional se registran 75 embarcaciones con permiso de pesca, aunque operan 50.83 Como medidas de manejo, en la nom-003- pesc-199384 se señalan, entre otras, las tallas mínimas de captura para sardina Monterrey (150 mm de longitud patrón), crinuda (160 mm lp), anchoveta (100 mm lp) y se limita el ingreso de nuevos permisos a la pesquería al norte del paralelo 20º N. Así mismo se regulan aspectos sobre el tamaño máximo permitido en las redes de cerco para la captura de pelágicos menores en función de la capacidad de bodega.85 Respecto a los puntos de referencia para la explotación pesquera, la misma Carta Nacional Pesquera, menciona que el rendimiento óptimo por temporada para todos los pelágicos menores es de 410,000 toneladas. En cuanto a la tasa de explotación para estas especies se recomienda una de 0.25. En relación al estatus de la pesquería, se considera que ésta se encuentra en su conjunto estabilizada. En Sonora se está recuperando después de un fuerte desplome (sardina Monterrey) e incluso hay una iniciativa para someter a esta pesquería a un proceso voluntario de ecocertificación a través del Marine Stewardship Council (msc). En Ensenada la recuperación es menos rápida, y en Bahía Magdalena y Mazatlán las pesquerías han permanecido más estables, con tendencia ascendente. Entre los controles de la pesquería como son permisos de pesca (esfuerzo pesquero), vedas y tallas mínimas de captura, se ha mencionado que estas últimas son la que tienen más problemas para su respeto, 86 por lo que se 81 82 83 84 85 86
Hernández-Vázquez, 1983. Félix- Uraga, 2006; Félix-Uraga, com. pers. cicimar-ipn. Carta Nacional Pesquera, 2004. Diario Oficial de la Federación, 31/12/93. Rodríguez-Sánchez, et al., 1996. Smith, 2004.
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Del saqueo a la conservación
Figura 7. Esfuerzo de pesca en numero de viajes en la pesquería de sardina de Bahía Magdalena, B.C.S.
Fuente: Félix-Uraga R. 2006; (Félix-Uraga, comunicación personal, cicimar-ipn).
considera que es necesaria una observancia más efectiva de este y otros controles técnicos. Esto debido a que la propia autoridad pesquera reconoce que es importante respetar las disposiciones sobre talla mínima, por lo que recomienda hacer funcionales y operativos a los Subcomités de Pesca establecidos en Baja California Sur, así como la medida sobre la captura incidental de sardina Monterrey juvenil —menor a 150 mm lp— para que no exceda el 30 por ciento en número por temporada, lo cual incluso puede ser alto.87 Una vez registrada una caída tan drástica de la producción de sardina en 19921993, autores como Nadal Egea asocian esta situación a una presión de pesca excesiva que no respetó las tallas mínimas de captura de esta especie a lo largo de varios años y que modificó la estructura de tallas de la población, por lo que plantea: 88 ¿En que medida el evento El Niño de 1991-1992 es responsable del colapso de esta pesquería? La pregunta es fácil de contestar: cuando una población se encuentra sobreexplotada, un fenómeno de las magnitudes de éste fácilmente pue87 Carta Nacional Pesquera, 2004. 88 Nadal Egea, 1996.
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de provocar el colapso de la pesquería. De este modo, la causa fundamental del desastre es la irresponsable sobreexplotación y la incapacidad de las autoridades del sector pesquero para imponer normas para un mejor manejo del recurso.
Por otra parte se ha concluido que la capacidad industrial de proceso total en el noroeste se encuentra sobredimensionada en alrededor del 40 por ciento, en relación al total de la oferta biológica y el índice de aprovechamiento extractivo de la flota (capacidad de acarreo-descarga) es de aproximadamente 70 por ciento.89 Lo anterior finalmente indica que como sociedad utilizamos más recursos económicos de los necesarios para obtener un nivel determinado de recurso natural como insumo de la industria y que, por tanto, hacemos una asignación inadecuada de recursos económicos, lo que es frecuente no sólo en las pesquerías sino en varias ramas de la actividad económica. El problema anterior tiene que ver, en entre otros factores con la pregunta sobre cómo abordar desde el punto de vista de manejo de un recurso natural; es decir, el tema de la variabilidad ambiental que afecta los rendimientos pesqueros. Se ha concluido que los pelágicos menores son recursos altamente variables, cuya abundancia y disponibilidad responde fuertemente a El Niño y La Niña, como es el caso de la sardina en el Golfo de California.90 Adicionalmente, se ha reportado que las existencias de pelágicos menores sufren cambios importante de baja frecuencia (20 a 60 años)91 y esto evidentemente afecta el manejo y la planeación de las inversiones en el sector pesquero, por lo que se ha considerado la necesidad de abordar el tema de incertidumbre en las pesquerías. De acuerdo con Caddy y Mahon:92 La incertidumbre, tal como se definió en la Consulta Técnica sobre el Enfoque Precautorio en Pesquerías (ctep) es “la imperfección en el conocimiento sobre el estado o los procesos de la naturaleza” (fao/Gobierno de Suecia, 1995). La incertidumbre estadística es “la aleatoriedad o el error proveniente de varias fuentes como las descritas al usar la metodología estadística”. La ctep define 89 90 91 92
Carta Nacional Pesquera, 2004. Lluch-Belda et al., 1986. Carta Nacional Pesquera, 2004. Caddy y Mahon, 1996.
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el riesgo como “la probabilidad de que pase algo malo.” Note que en términos de teoría de decisiones el riesgo es definido como las pérdidas promedio o las pérdidas que se pronostican cuando algo malo sucede. Claramente, cuando las decisiones de ordenación van a basarse en estimados cuantitativos, provenientes de los modelos de evaluación pesquera, es deseable que la incertidumbre sea cuantificada y utilizada para calcular la probabilidad de lograr el objetivo deseado y/o de incurrir en eventos indeseables. El proceso de comunicar este riesgo a los que toman las decisiones está aún en sus primeros estados de desarrollo y presenta retos sustanciales, tanto a los técnicos pesqueros como a los administradores. Por otro lado, los administradores pesqueros y los participantes en la pesquería deben desarrollar medios para evaluar objetivamente los costos potenciales de los eventos indeseables y definir los niveles de riesgo aceptables y de capturas a corto plazo que puedan contribuir a reducir estos riesgos. Cuando se proponen medidas de ordenación es deseable la evaluación de los costos esperados y de aquellos eventos indeseables que pueden resultar de una acción particular (Beddington, 1978; Francis, 1991, citados por Caddy y Mahon, 1996). Mientras que en el pasado esta práctica ha sido rara, en los últimos años algunos fracasos en la ordenación de poblaciones bien estudiadas ha transformado a este asunto en una prioridad científica.
En consecuencia, el enfoque precautorio surge a partir de la siguiente base: en ausencia de información precisa, puede ser necesario establecer objetivos prudentes.93 Las consideraciones tanto de incertidumbre, riesgo y enfoque precautorio son recomendables en el manejo de todos los recursos pesqueros y particularmente en aquellos como los pelágicos menores, en donde la variabilidad ambiental introduce un factor de influencia muy importante en el desempeño de las pesquerías.
Conclusión Si bien se ha presentado en ciertos recursos pesqueros en Baja California Sur una captura sin medida ni restricciones, lo que podemos de93 Instituto Nacional de la Pesca, 1991.
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nominar como saqueo —que bien puede ejemplificarse, de acuerdo con diversos autores, con el caso más conocido de la madreperla o bien de sobrepesca en otros recursos— no necesariamente es el común denominador de todas las pesquerías de la entidad. Se requiere un análisis detallado caso por caso, entendiendo las particularidades y características específicas de cada pesquería para llegar a conclusiones acerca del estado del recurso. Así por ejemplo no es posible comparar de manera directa las formas de uso y cumplimiento de normatividad institucional y no institucional (acuerdos internos) de las cooperativas de la denominada región Pacífico Norte, con respecto de las que operan en las cercanías de Bahía Magdalena. El tiempo de vida, la madurez y la funcionalidad de unas organizaciones con respecto de otras, así como el tipo de recursos explotados y mercados de acceso, les imponen condiciones distintas de operación. Por otra parte las características biológicas y de mercado (principalmente precio) de los recursos bajo aprovechamiento en Baja California Sur, imponen igualmente condiciones que se traducen en incentivos o motivaciones para presionar por medio del esfuerzo pesquero a las poblaciones naturales. En varios trabajos sobre las pesquerías de Baja California Sur se plantea que a partir del esfuerzo pesquero aplicado en exceso la biomasa de diversos recursos ha disminuido, que sus tallas han decrecido y que los bancos de pesca son más lejanos con el tiempo, por lo que se concluye que, por lo tanto, estamos haciendo un uso inadecuado e irracional de los recursos naturales (particularmente marinos). Si pescamos mal, habrá que hacerse, entre otras, las siguientes preguntas: ¿por qué pescamos mal?, ¿cómo es que pescamos mal?, ¿es sólo exceso de pesca o esfuerzo pesquero (f) o hay otras variables que disminuyen los niveles de abundancia poblacional? Ciertamente la disminución de biomasa en algunas especies mayormente vulnerables como abulón y almeja catarina, a las que también se les asocia una relación estrecha entre los rendimientos y las variables ambientales, las coloca en una situación crítica debido a que podrán ser más susceptibles de afectación negativa por el efecto combinado tanto de la mortalidad por pesca como por parte de de los fenómenos ambientales adversos tipo El Niño. Por otra parte, es relevante para un mejor uso, manejo y conservación de los recursos pesqueros de Baja California Sur integrar las fases de la actividad
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productiva, generando mayor valor e ingresos a través de la transformación y adecuada comercialización. Baste llamar la atención acerca del impacto que la actividad pesquera tiene en el estado, de acuerdo con Cortés-Ortiz:94 Por sí solo, el sector pesca se sitúa en el séptimo lugar en cuanto a su aportación al valor bruto de la producción (vbp) estatal, pero una vez que se le examina junto con el de procesamiento de alimentos —del cual la pesca es el principal proveedor de materia prima—, la aportación combinada se eleva a 9.7 por ciento. Es necesario analizar juntos a estos dos sectores, ya que son los únicos en la economía estatal que muestran fuertes encadenamientos hacia adelante y hacia atrás, respectivamente (Fuentes et al., 1999; citados por Cortes-Ortiz et al., 2006); en tal caso, los dos combinados ocuparían el primer puesto en cuanto a contribución al vbp. En lo relativo al valor agregado (va), la aportación individual de la pesca es de 6.9 por ciento, mientras que el procesamiento de alimentos aporta 5.39; de nuevo, los dos sectores juntos se ubican en una posición de liderazgo en la generación de ingreso. La pesca representa 16.07 por ciento de las exportaciones totales del estado y es por sí sola, el segundo sector exportador después de la minería. Si se le agregan las exportaciones de alimentos procesados, que mayormente se componen de productos del mar, el papel estratégico de las pesquerías sudcalifornianas queda subrayado con toda claridad.
Por otro lado, la definición sobre las reglas de acceso a los recursos naturales es primordial, el acceso abierto es la peor situación en la que puede encontrase la utilización de un recurso pesquero. Existen en la literatura especializada planteamientos de cómo tratar de evitar el uso no sustentable de los recursos naturales al que conduce el acceso abierto; esto es: propiedad privada, propiedad comunal e incluso propiedad estatal. Si bien todos y cada uno de ellos tiene ventajas y desventajas es pertinente aplicarlos en sus distintas modalidades o una combinación de ellas para evitar la “Tragedia de los comunes”. En este sentido es relevante apuntar que en la legislación mexicana correspondiente está cancelada jurídicamente la posibilidad del acceso irrestricto, sin embargo, hay que apuntar que a pesar 94 Cortés-Ortiz et al., 2006.
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de esta condición, por la limitación de la autoridad para hacer cumplir la normatividad, en ciertos casos (particularmente en pesca de escama y algunas otras de ribera) es común que ocurra de facto el acceso abierto con sus consecuencias negativas. Si desde el punto de vista legal en México, el acceso abierto está cancelado, entonces la extracción no autorizada de recursos pesqueros, cae en los supuestos que tiene la actual Ley de Pesca (Artículo 24) para calificar a dicha extracción, como una infracción a la ley o captura ilegal, la cual tiene en consecuencia sanciones administrativas (multas y decomisos entre otros), en muchos de los casos muy inferiores a la potencial ganancia que se obtiene con la realización del ilícito. De acuerdo con el trabajo clásico de Becker (1968) sobre crimen y castigo, el agente económico toma una medida “racional” al cometer un delito, si después de evaluar intuitivamente la probabilidad de ser aprehendido, identifica que esta probabilidad es baja y que el costo de su acción ilegal es igualmente bajo con respecto a la obtención de ganancias. En la actividad pesquera en México, por muy diversas razones, la probabilidad de sorprender a quien evade la ley de pesca es muy baja y los costos asociados al castigo por ello también, por lo que un reto fundamental es aumentar sustancialmente tanto la probabilidad de capturar al infractor como el castigo asociado a la infracción misma. Lo anterior pone de manifiesto que la observancia o cumplimiento de la ley es un asunto de principal importancia y que independientemente de mecanismos administrativos que deba emplear la autoridad federal para hacer cumplir la normatividad pesquera, debe darse una transición hacia la mayor participación de entidades con litoral en las facultades en esta materia. Esto ya se contempla en la nueva ley de pesca que ha aprobado el Congreso de la Unión recientemente a partir de la modificación constitucional del artículo 73 y que, de resolver las observaciones hechas por el Ejecutivo Federal, espera su promulgación y entrada en vigor. En este sentido es deseable que, entre otras medidas, para mejorar el desempeño de las pesquerías y en consecuencia del estatus de los recursos pesqueros, se practiquen y consoliden nuevos esquemas de manejo (co-manejo, manejo adaptativo, manejo de abajo hacia arriba, etc.) y de toma de decisiones que involucren a las autoridades de diversos niveles, productores, académicos, comercializadores, organizaciones no gubernamentales (ong) e interesados en general (stake holders).
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Así mismo, es importante hacer coincidir y aplicar efectivamente la normatividad local, regional y global, como la ley de pesca y su reglamento, acuerdos multilaterales regionales y el Código de Conducta para la Pesca Responsable- fao, entre otros.
Agradecimientos gpd agradece al proyecto ep5.1 del cibnor, al proyecto semarnat-conacyt 2004-C01-153 por el apoyo parcial para la elaboración del presente trabajo. Así mismo se agradece al conacyt por el apoyo para desarrollar una estancia posdoctoral en cicimar-ipn (expediente 050343); convenio ipn-conacyt d.a.aj.i100/029/06 mod-ord-33-05 pci-090-01-06, durante la cual se culminó el presente estudio. Se agradece al Dr. Roberto Félix Uraga sus comentarios y la información proporcionada sobre la pesquería de sardina.
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Capítulo 8
Modelos de desarrollo acuícola en Baja California Sur: ¿saqueo o alternativa sustentable? Mario Monteforte
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urante el último decenio se ha observado el rápido crecimiento de la acuacultura en volumen de producción y extensión geográfica. En paralelo, el progreso científico y tecnológico ha permitido incrementar el número y variedad de especies que se pueden cultivar comercialmente, así como la apertura y factibilidad técnica hacia diferentes tipos de ecosistemas, naturales o artificiales, marinos y dulceacuícolas, donde la práctica de esta actividad resulta viable. Por ejemplo, se han alcanzado tecnologías altamente eficientes con base en la producción controlada de semilla, larvas y juveniles de varias especies, en conjunción con notables avances en líneas de investigación relacionadas con la nutrición, medicina veterinaria, inmunología y patología, fisiología, bioenergética, ingeniería genética, etc. Las estrategias de manejo, tanto de cultivo intensivo como extensivo, se han perfeccionado tanto, que incluso en muchos casos se alcanzan escalas de producción industrial. La acuacultura ha contribuido con algunas soluciones a los problemas socioeconómicos y de nutrición que afectan a las comunidades humanas, a tra
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vés de su potencial para producir a bajo costo gran cantidad de alimento rico en proteína de calidad, así como productos de lujo con alto valor agregado (alta gastronomía, nácar, perlas, ornamentos y joyería). Numerosos programas de recuperación y conservación de ecosistemas se apoyan también en la acuacultura como alternativa para tratar de resolver los problemas de sobreexplotación y deterioro del hábitat que se observan en muchas regiones del mundo. Sin embargo, la acuacultura debiera generar menor costo ambiental, socioeconómico y cultural debido a los impactos, inherentes o provocados, que tiene esta actividad. El origen, la evolución y el efecto de los impactos generados por la acuacultura comercial han sido estudiados mediante una amplia variedad de métodos y estrategias. El perfil de tales impactos depende de una gran variedad de factores. Así, las especies pueden ser marinas, de agua dulce, nativas, nonativas, genéticamente modificadas, filtradoras, carnívoras, consumidoras de alimento artificial, etc. Cada una de ellas posee su propio conjunto de respuestas ante el manejo en cultivo comercial. Existen diferentes niveles de desarrollo tecnológico y eficiencia: producción en laboratorio, captación de semilla, pesquería de materia prima, encierros y engorda, etc. Los estilos de manejo son diferentes: sistemas cerrados o semi-cerrados, estanquería, corrales, presas, reservorios, y centenares de artefactos flotantes o de fondo. Dicho perfil también depende de la representatividad que tiene la línea de conservación sustentable entre los actores y grupos en posición de decidir
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por uno u otro modelo de desarrollo. La dinámica de oferta y demanda, y las estructuras de negocio, a su vez juegan un papel importante en la definición de estos perfiles, desde la escala local a la internacional. Los conceptos y criterios para evaluar la sustentabilidad de la acuacultura comercial son temas al origen de intensos debates y antagonismo entre la multitud de actores y grupos involucrados. Ciertamente existen diferencias muy amplias entre países, incluso a escala regional, en la tasa de crecimiento y las tendencias de desarrollo en cuerpos de agua (marino o dulceacuícola), y en las políticas que rigen el uso de los servicios ambientales y socioeconómicos. Diferencias de este tipo se pueden apreciar, por ejemplo, en la complejidad y los criterios de aprobación de los estudios de impacto ambiental, y en los niveles de conciencia y precaución sobre la conservación y los límites de lo aceptable. A pesar de los argumentos a favor, y de la influencia económica o política de quienes los promueven, se acepta que cierto tipo de prácticas son capaces de provocar diferentes tipos y categorías de impacto que en ocasiones pueden sobrepasar los límites de capacidad de carga (sensus “human wellbeing”), ya sea a escala local, regional, nacional e internacional. Ha sido evidente que tanto los países desarrollados como los que están en vías de serlo, tienden significativamente hacia los principios de responsabilidad y conservación por el uso de los espacios, entre los cuales la acuacultura responsable y las buenas prácticas se han convertido en temas de especial atención. Esto incluye la utilización de especies “problemáticas” (exóticas, genéticamente modificadas, potencialmente nocivas y/o ambientalmente incompatibles). Muchas experiencias en el mundo se tornaron en lecciones a aprender, y otras actuales parecen seguir el mismo camino. Esto sucede cuando la acuacultura se ejerce mediante procedimientos inadecuados, con insuficiente
Israel Environment Bulletin (2005). Eilat’s fish farms: In? Out? Israel Ministery of Environment, Eilat Master Plan, 10 pp. // R. J. Gowen y H. Rosenthal (1993), “The environmental consequences of intensive coastal aquaculture in developed countries: What lessons can be learned”, en Environment and aquaculture in developing countries, iclarm Conference Proceedings, Manila, 1993, 31: 102-115. // M. Monteforte y M. Cariño (2005), “Perspectivas de la piscicultura marina en el Golfo de California”, Biodiversitas (conabio, México), 60: 2-7. Ecosystems and human well-being. Global assessment reports, Vol. 2, Scenarios, Island Press. R. J. Gowen y H. Rosenthal (1993), op. cit. J. E. Pérez et al. (2003), op. cit.; S. Tudela y R. García (2004), op. cit.; M. Monteforte y M. Cariño (2005), op. cit.
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salvaguarda ambiental y trayendo consigo problemas sociales y económicos a las localidades, incluso bajo esquemas que podrían ajustarse a un modelo de saqueo. En el presente trabajo abordaremos algunas reflexiones sobre el desarrollo y las perspectivas de la acuacultura en la eco-región Golfo de California. Concentraremos especial atención en lo que está sucediendo en la Bahía de La Paz y las implicaciones que plantean el crecimiento en espacio y tiempo de la actividad bajo el modelo actualmente en curso. En este contexto, la definición tradicional de saqueo —el cual básicamente implica la extracción de uno o varios recursos en detrimento de la sustentabilidad y del bienestar social de un espacio geográfico— adquiere un carácter particular cuando incide en el ámbito de la acuacultura. De tal manera, la temática que analizaremos en el presente documento se enfoca en describir cómo y por qué se ha dado la tendencia hacia esta forma de saqueo en la región. Si el modelo de desarrollo acuícola que se está instalando en la Bahía de La Paz pretende hacerse extensivo al Golfo de California, el objetivo que perseguimos en este trabajo es demostrar la necesidad de elegir y aplicar mejores alternativas.
1. Resumen de la acuacultura en la eco-región del Golfo de California Los límites geográficos que definen la eco-región Golfo de California son difíciles de ubicar, considerando la compleja red de interdependencias no relacionadas directamente con su cuerpo de agua, es decir, todas aquellas actividades fuera de la pesquería, la acuacultura y el desarrollo costero entre las cuales podemos considerar: 1) agricultura industrializada, 2) desarrollo urbano, industrial y turístico, 3) transporte y navegación, 4) límite y vulnerabilidad de las reservas territoriales de agua dulce. De tal manera, esta ecoregión debiera incluir una parte mayor de los estados mexicanos limítrofes, así como de los estados de California y Arizona en Estados Unidos, tomando en cuenta las actividades a lo largo del río Colorado (p. ej., las presas Hoover y Glenn Canyon), el río Tijuana y otras vertientes hacia el Golfo. Sin importar las fronteras socio-geográficas, en general el uso histórico del Golfo de California ha tendido a inducir serios conflictos afectando las raíces ecológicas y culturales, el bienestar socioeconómico, y la estabilidad ambiental.
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La pesquería ha sido la actividad económica más importante desde que se inició la pesca de nácar y perlas en el siglo xvi. Durante las décadas de 1970 y 1980, las dos áreas marinas de la península, particularmente el Golfo de California, soportaron una intensa presión provocada por diversas pesquerías a escala industrial, muchas de las cuales llegaron a ser altamente tecnificadas. Actualmente se cuenta con evidencias que demuestran la falta de sustentabilidad en el desarrollo y la planeación de la pesca, lo cual ha traído como consecuencia el empobrecimiento de casi todas las poblaciones explotadas. La maricultura comercial se inició hacia mediados de los 1980. El desarrollo de granjas de camarón blanco, Litopenaeus vannamei, en la modalidad de estanquería fue la primera apuesta. La mayoría de las granjas se instalaron en Nayarit, Sinaloa y Sonora, así como en algunos sitios de la costa oriental y occidental de la península de Baja California, particularmente en las lagunas costeras (Vizcaíno, San Ignacio, Magdalena-Almejas, Bahía de La Paz, etc.). Muy pronto esta actividad colocó a México como el segundo más grande productor del hemisferio occidental, con un volumen superior a 40,000 toneladas anuales (la maricultura en el Golfo de California contribuye con 33 por ciento, es decir, 66,000 toneladas anuales, con respecto al total de la producción de acuacultura en México). Cerca de 30,000 ha de la costa del Golfo están ocupadas por granjas camaroneras, esto es más del 50 por ciento del total de la superficie que se utiliza en México para el cultivo de camarón,10 con lo cual se incrementa el grado y la extensión de las amenazas sobre los ecosistemas marinos donde se ubican estas granjas. En efecto, las granjas camaroneras son conocidas por el alto impacto bioecológico que generan en manglares y lagunas costeras
Andrea Sáenz Arroyo, Callum M. Roberts, Jorge Torre, Micheline Cariño Olvera y Roberto R. Enríquez Andrade, “Rapidly shifting environmental baseslines among fishes of the Gulf of California”, Proceedings of the Royal Socity B, doi:10.1098/rspb. 2005.3175, publicación en línea. Ver también la información aportada en el capítulo 7 de este libro. fao Fisheries Department (2004), op. cit. // F. Páez Osuna, A. Gracia, F. Flores Verdugo, L. P Lyle-Fritch, R. Alonso Rodríguez, A. Roque y A. C. Ruiz Fernández (2003), “Shrimp aquaculture development and the environment in the Gulf of California ecoregion”, Mar. Poll. Bull., 46 (7):806-815. // Diario Oficial de la Federación, 15 marzo de 2004, México, D.F., Carta Nacional Pesquera 2004, Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, 112 pp. [www.gobernacion. gob.mx/dof/2004/marzo/dof_15-03-2004.pdf]. 10 F. Páez Osuna et al. (2003), op. cit.; J. E. Pérez et al. (2003), op. cit.; Diario Oficial de la Federación, 15 de marzo de 2004, op. cit.
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debido a la alteración física de las áreas, la local o extensa contaminación y eutrofización, etc.11 Por otro lado, algunos especialistas consideran como no deseable la expansión biogeográfica artificial de esta especie hacia el Golfo de California, lo cual se relacionaría con el incremento y dispersión de las granjas camaroneras. Actualmente, el total de los juveniles de camarón blanco son producidos por algunos laboratorios en Sonora y Baja California Sur, y aún a la fecha se promueve a las granjas camaroneras como una de las mejores alternativas productivas para el Golfo de California. Cierto es que México ocupaba, hasta 2005, un lugar preponderante entre los principales países exportadores de camarón blanco.12 Sin embargo, la nueva tendencia en el sureste asiático de sustituir la especie nativa, Penaeus monodon, por la importación de L. vannamei y L. stylirostirs, especies nativas del Pacífico tropical de América,13 podría cambiar diametralmente esta situación, afectando los futuros planes de desarrollo acuícola basados en esta actividad, no sólo en México sino en otros países de América Central y Sudamérica; en particular la producción mexicana, cuya exportación depende casi al 100 por ciento de un solo comprador: Estados Unidos. El cultivo de ostión también ha crecido rápidamente en el Golfo desde finales de los 1980, alcanzando cerca de 23,000 toneladas anuales, la mayoría representadas por la producción en laboratorio y el cultivo del ostión japonés, Crassostrea gigas. Al igual que en el caso del camarón blanco, México es reconocido como uno de los principales exportadores de esta especie.14 Una menor proporción corresponde al ostión nativo, C. corteziensis, a partir de colecta de semilla y producción en laboratorio. 11 M. J. Amaral, S. Fernández y M. H. Costa (2000), “Aquaculture on coastal zones. Which impacts?”, Revista de Biologia (Lisboa), 18 (1-4):177-192; R. Hernández Cornejo y A. Ruiz Luna (2000). “Development of shrimp farming in the coastal zone of southern Sinaloa (México): operating characteristics, environmental issues, and perspectives”, Ocean Coast. Manage., 43 (7):597-607; F. Páez Osuna (2001), “The environmental impact of shrimp aquaculture: causes, effects, and mitigating alternatives”, Environ. Manage. 28 (1):131-140. 12 fao Fisheries Department (2004), op. cit.; F. Páez Osuna et al. (2003), op. cit.; Diario Oficial de la Federación, 15 de marzo de 2004, op. cit. 13 M. Briggs et al. (2004), “Introductions and movement of Penaeus vannamei and Penaeus stylirostris in Asia and the Pacific”, rap publication 2004/10, FAO-Bangkok 2004; N. Chee Kiat (2005), “White hope in South Thailand”, Panorama Acuícola Mag., Sect. Perspectivas, mayo-junio, 2005, 10 (4):36-40. 14 fao Fisheries Department (2004), op. cit.; Diario Oficial de la Federación, 15 de marzo de 2004, op. cit.
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Dispersas en ambas costas del Golfo de California existen unas pocas y pequeñas empresas de maricultura que utilizan especies nativas, las cuales representan aproximadamente el 2 por ciento del total de la producción de maricultura en el Golfo. Las especies que se manejan son básicamente bivalvos comestibles de las familias Pectinidae (Nodipecten subnudosus y Argopecten ventricosus) y Pinnidae (Pinna rugosa y Atrina maura).15 La producción de estas especies se apoya en la captación de semilla, aunque recientemente se han logrado avances tecnológicos muy prometedores en la producción controlada en laboratorio. Las pocas granjas de camarón azul nativo, L. stylirostris, primariamente basan su producción en la captura de juveniles silvestres. Por su parte, prácticamente todo el suministro comercial de camarón café, Farfantepenaeus californiensis, se obtiene a través de la pesquería. Ha habido varios experimentos de producción en laboratorio y cultivo en estanquería para ambas especies, pero la tecnología integral está aun lejos de ser eficiente. Con excepción de L. vannamei y C. gigas, el resto de las especies mencionadas raramente se exportan y esto sólo en pequeñas cantidades.16 Es importante recordar que el Golfo de California posee un rol primario en la industria perlera debido a la presencia de la madreperla, Pinctada mazatlanica, y la concha nácar, Pteria sterna. Estas especies ejercieron una gran influencia en la historia mundial de la pesca, el comercio y el cultivo de ostras perleras, nácar y perlas, desde el inicio del siglo xvi. No abordaremos con mayor detalle este tema en el presente documento, ya que ha sido ampliamente analizado en trabajos previos.17 Sólo es importante recordar que la Compañía Criadora de Concha y Perla de la Baja California, S.A., que operó en la isla Espíritu Santo, B.C.S., entre 1903 y 1914, representa la primera experiencia exitosa en el mundo de cultivo de ostras perleras y el primer emporio perlero del mundo. La segunda granja comercial de ostras perleras en el 15 Diario Oficial de la Federación, 15 de marzo de 2004, op. cit. 16 Ibídem. 17 Desde 1985, Micheline Cariño y Mario Monteforte han publicado solos, juntos y/o con otros coautores, más de 130 manuscritos en tesis de posgrado, publicaciones, capítulos de libro, libros, memorias y resúmenes, documentos de difusión, cursos, etc., así como dirección de tesis, en temas de investigación histórica, dinámica ambiental y socioeconómica, conocimiento científico y desarrollo tecnológico, sobre las ostras perleras y su cultivo en el mundo, con particular enfoque en las especies nativas, Pinctada mazatlanica y Pteria sterna.
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Golfo de California se fundó en Guaymas, Son., en 1995, mediante el cultivo de extensivo de P. sterna y la producción de perlas tipo Mabé.18 Actualmente esta empresa, Perlas del Cortés, S.A. de C.V., produce perla libre en esta especie y se distingue como notable precedente en el mundo perlero moderno. Otras experiencias comerciales siguieron en la Bahía de La Paz con P. mazatlanica y P. sterna, pero solamente una, Perlas del Mar de Cortés, S. de R.L., subsiste desde el 2001, produciendo perlas Mabé y joyería —principalemente en P. sterna— con enfoque al mercado local. Al igual que en Guaymas, la fuente de ambas especies es la captación de semilla. Cabe mencionar que en la costa occidental de Baja California Sur destaca la comunidad de Isla Natividad por su capacidad para el cultivo integral de abulones, Haliotis fulgens y H. rufescens. Si bien la producción no es muy grande y sólo se enfoca por el momento al mercado alimentario, la comunidad ha logrado concretar el manejo sustentable del recurso combinando la pesquería con el repoblamiento. En un futuro próximo se contempla generar un importante valor agregado a esta actividad mediante la producción inducida de perlas en estas especies, a través de una acción de servicio social a la comunidad. Finalmente, la acuacultura comercial de peces marinos ha sido el foco de atención en los últimos años. Hasta ahora la zona principal se localiza en la costa noroccidental de Baja California, donde la captura y engorda del atún aleta azul (Thunnus thynnus), en la modalidad de “rancho atunero”, es la práctica común. Una sola empresa concentra la mayor parte de la producción, la cual en total es más bien pequeña, en el orden de 4,500 a 6,000 toneladas anuales, en comparación con las 18,000 a 20,000 toneladas que generan los ranchos atuneros en el mar Mediterráneo.19 El atún aleta amarilla (T. albacares) y los jureles, Seriola lalandi y S. dorsalis, se producen en pequeños ranchos marinos en Bahía Magdalena (B.C.S.), Jalisco y Nayarit.20 Encontramos además dos o tres pequeñas granjas en Loreto y Bahía Concepción, donde se producen pargos nativos (familia Lutjanidae) y peces de ornato, aunque por lo general se trata de experiencias a escala piloto.21 18 Las Mabé son perlas semi-esféricas, también conocidas como medias perlas. 19 S. Tudela y R. García (2004), op. cit.; C. O´Donnell (2004), op. cit.; “Maricultura del Norte, a pioneer company in bluefin tuna —Thunnus thynnus— farming in México. Report”, Panorama Acuícola Mag., Sect. Alternativas, sep.-oct., 2005, 10 (6):18-27. 20 Diario Oficial de la Federación, 15 de marzo de 2004, op. cit. 21 Dra. Andrea Sáenz, cobi; M.C. Araceli Avilés, crip, La Paz, comunicación personal.
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2. Acuacultura de saqueo: caso Bahía de La Paz y sus implicaciones a mayor escala Los esquemas de saqueo tienen un perfil particular cuando se relacionan con la acuacultura. De Silva et al. (2007)22 describen este fenómeno y lo denominan “dumping ambiental”. En breve, se trata de una práctica común por parte de empresas transnacionales que exportan tecnologías y especies hacia países donde las regulaciones sobre protección ambiental son flexibles o nulas, y los costos de producción son menores (materiales, mano de obra, “renta” de servicios ambientales). Por lo general, esto se debe a que en los países de origen la producción de una determinada especie, o la modalidad tecnológica, o ambas, se consideran como actividades de alto riesgo por la generación de impactos y se encuentran fuertemente restringidas, controladas o prohibidas.23 No obstante, frecuentemente sucede que la demanda por el consumo de la especie existe en el mismo país y generalmente a precio muy rentable. De allí que los empresarios se ven obligados a buscar otras alternativas menos complicadas para satisfacer esta demanda y continuar su negocio.24 México ha resultado ser un excelente candidato como receptor de este tipo de saqueo: a pesar de que existen leyes vigentes de protección ambiental y bioseguridad, constantemente se modifican regulaciones clave o se expiden nuevos decretos para facilitar actividades que requieren servicios ambientales excesivos, todo esto en nombre del desarrollo. Así, se ha incrementado el esfuerzo pesquero en especies tradicionales, así como el número de permisos 22 S. de Silva, C. V. Mohah, M. J. Phillips (2007). “A different form of dumping: the need for a precautionary approach for yet another new species for shrimp farming in Asia”, Network of Aquaculture Centers in Asia-Pacific: Sustainable aquaculture, http://www.enaca.org. 2007/10/28, 23:40:26, pp. 1-4. 23 El Acto de Ley Federal de Estados Unidos: Nonindigenous Aquatic Nuisance Prevention and Control Act (P.L. 101-646) (nanpca), re-autoriza y modifica el acto de Ley Federal: National Invasive Species Act of 1996 (P.L. 104-332) (nisa), delineando el papel básico del gobierno federal, regional y estatal en la instrumentación de estos actos en el área de los Grandes Lagos, eua. La National Aquatic Nuisance Species (ans) Task Force ha adoptado el Programa de Aquatic Nuisance Species bajo la Sección 1202 de este Acto de Ley. Morone spp. y sus híbridos están considerados en estas líneas. Israel Environment Bulletin, 2005, op. cit. 24 J. M. Carlberg et al. (2000), “Hybrid striped bass: an important fish in us aquaculture”, Aquaculture Magazine, sep./oct., 2000, 26 (5), 5 pp.
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de pesca de especies no tradicionales, de pesca deportiva, y de poblaciones bioecológicamente vulnerables. Sobre los manglares y las playas públicas se cierne la amenaza de ser convertidos en espacios disponibles para el uso comercial de los recursos de la zona costera (granjas de camarón, macro-proyectos turísticos); se han otorgado permisos y concesiones para la instalación de ranchos atuneros y de especies exóticas potencialmente problemáticas. El discurso político promueve al Golfo de California haciendo énfasis en su excelente calidad de agua, la abundancia y extensión de ambientes prístinos, y su potencial para la explotación comercial de sus recursos y su biodiversidad. Esto ha impulsado la inversión privada hacia zonas costeras y cuerpos de agua, a través de estudios poco serios de impacto ambiental y la modificación en la tenencia de la tierra y los cuerpos de agua. Algunas consecuencias que pueden apreciarse son la venta indiscriminada, el acaparamiento y la especulación de grandes extensiones de costa,25 cuyas principales víctimas han sido las comunidades de pescadores ribereños. La elección de desarrollos acuícolas de alto impacto es también producto de esta dinámica.26 2.1 Los espejismos del desarrollo regional El Golfo de California ha sido objeto de gran atención en diversos conceptos de las ciencias humanas y ambientales. La fraseología en torno al desarrollo del paisaje, calidad ambiental, biodiversidad y productividad, manejo sustentable, conservación, etc., integran una buena parte de los lenguajes con los que se ha descrito y estudiado esta región, desde los textos coloniales del siglo xvi hasta los modernos canales de comunicación (literatura científica, libros generales y especializados, prensa, material foto y video, internet, etc.). El Golfo de California es considerado un ecosistema ícono en el mundo y en él se encuentra una gran cantidad de anp. En 1978 las islas del Golfo fue25 R. Kiy, A. McEnany et al. (2006), Baja California Sur’s community-based opportunities and needs., International Community Foundation, San Diego, 108 pp.; C. Steinitz et al. (2006), Alternative futures for the region of La Paz, Baja California Sur, México, Harvard University, Universidad Autónoma de Baja California Sur, University of Arizona, Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas, 96 pp. (http://projects.gsd.harvard.edu/lapaz/). 26 M. Monteforte y M. Cariño (2005), op. cit.; Diario Oficial de la Federación, 15 de marzo de 2004, op. cit.; Programa de Ordenamiento Ecológico Marino del Golfo de California, Sesiones de Talleres en Baja California Sur, Baja California, Nayarit, Sinaloa y Sonora, nov. de 2004 a marzo de 2005, Dirección General de Política Ambiental e Integración Regional y Sectorial (dgpairs), semarnat, México, D.F. [www.semarnat.gob.mx/dgpairs/mcortes/antecedentes.shtml].
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ron declaradas como Reserva y Refugio de Aves Migratorias y Fauna Silvestre. Desde el 2000, la semarnat estableció la Zona de Protección de Fauna y Flora, Islas del Golfo de California. En junio de 2005, la unesco declaró esta área como Patrimonio de la Humanidad.27 Numerosas áreas costeras en el Golfo de California ofrecen excelentes condiciones para el desarrollo de proyectos acuícolas atractivamente rentables; es en la Bahía de La Paz donde confluyen los factores más favorables: servicios ambientales de alta calidad; servicios sociales, económicos y operativos suficientes y disponibles gracias a la cercanía de la ciudad de La Paz; virtual ausencia de competencia y/o efectos de contaminación por agricultura, granjas camaroneras, acuacultura rústica o pesquerías; parámetros oceanográficos favorables para el cultivo comercial exitoso de numerosas especies con alto valor de mercado (incluyendo muchas exóticas); geomorfología y orientación que provee de inmejorable protección contra vientos y corrientes, etc. No obstante, existen otras variables cuyo efecto en futuros alternativos en torno al uso de los servicios regionales han sido ignorados. Por ejemplo, la bahía recibe considerable aporte de derrames urbanos, especialmente durante la época de lluvias, cuando éstas suelen ser torrenciales. Además, existen estudios sobre la batimetría, los sistemas de corrientes dominantes y el recambio/desagüe del cuerpo de agua que demuestran su considerable vulnerabilidad y sugieren tomar precauciones antes de instalar actividades de alto impacto directo.28 Por otro lado, la estructura socioeconómica en La Paz difícilmente hallaría beneficios por la actividad de empresas privadas basadas en la exportación —como es el caso de los ranchos atuneros y su estrecha dependencia con el mercado japonés— cuyo proceso de producción presenta alto impacto real o potencial. 27 unesco (2005). Islands and Protected Areas of the Gulf of California, World Heritage Committee, res. 29COM 8B.9 [http://whc.unesco.org/en/list/1182]. 28 M. A. Obeso Nieblas, A. R. Jiménez Illescas y S. Troyo Diéguez (1991), “Simulación numérica de la circulación forzada por el viento en la Bahía de La Paz, B.C.S.”, en Asociación de Investigadores del Mar de Cortés, A.C. (III Congreso, Guaymas, Sonora, 10-12 de abril de 1991), memoria, p. 11-13; M. Monteforte y M. Cariño (1992), “Exploration and evaluation of natural stocks of pearl oysters Pinctada mazatlanica and Pteria sterna (Bivalvia: Pteriidae): La Paz, South Baja California, México”, Ambio, 21(4) : 314-320; H. Bervera Bervera León (2002), Distribución y abundancia espacio-temporal de semilla de Pinctada mazatlanica (Bivalvia, Pteriidae) en la Bahía de La Paz, Baja California Sur, México, MSc. Thesis, Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (cicimar-ipn), La Paz, B.C.S., México.
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Los planes de desarrollo socioeconómico de La Paz se han fundamentado en la calidad de su paisaje y su ambiente marino, a través de actividades económicas relacionadas con el turismo tradicional y el de gran lujo (incluyendo los macro-proyectos), el ecoturismo, y los servicios indirectamente relacionados (comercio, pesca deportiva). 29 Sorpresivamente, en noviembre 2004, sagarpa, conapesca y semarnat concedieron ocho permisos a empresas transnacionales de acuacultura, siete de los cuales son para ranchos de atún aleta amarilla, T. albacares, y jureles, Seriola spp., y una granja para engorda de una especie de pez híbrido exótico, la lobina rayada, Morone saxatilis X M. chrysops. Las proyecciones de producción que anunciaron las empresas estimaban cosechas entre 10,000 y 20,000 toneladas dos veces al año por parte de los ranchos atuneros, y 50 a 60 toneladas cada 4 o 5 meses para la granja de lobina. Adicionalmente, se habían sometido ante instancias estatales y federales una veintena de solicitudes adicionales para ranchos de atún y jurel en la Bahía de La Paz y cinco más en el complejo costero Magdalena-Almejas, en la costa occidental de Baja California Sur. Un cálculo grueso de la biomasa que recibiría el cuerpo de agua de la bahía era entre 170,000 y 200,000 toneladas al año a partir del tercero o cuarto año de operación: biomasa formada por peces carnívoros de primer nivel, con baja tasa de conversión alimenticia, y dependiente de la pesquería de especies que ya acusan indicios de sobreexplotación,30 más una especie exótica ampliamente conocida por sus antecedentes invasivos.31 Estos y otros aspectos se encuentran documentados en el Programa de Ordenamiento Ecológico Marino del Golfo de California, en el cual se identificaron gran número y diversidad de conflictos, tanto actuales como poten29 R Kiy, A. McEnany et al. (2006), op. cit.; C. Steinitz et al. (2006), op. cit. 30 F. Asche y S. Teveras (2004), “On the relationship between aquaculture and reduction fisheries”, Jour. Agric. Econ., 55 (2) : 245-265; S. Tudela y R. García (2004), op. cit; M. Monteforte M. Cariño (2005), op. cit. 31 Lower Cape Fear River Programm (1996-1997), Annual Report. Inventory, abundance and distribution of fishes, Section 4, Tables, Center for Marine Science, University of North Carolina at Willmington, Capture data recorded adults of Morone saxatilis and hybrids; The Federal Nonindigenous Aquatic Nuisance Prevention and Control Act, op. cit.; P. Fuller (2006), Morone chrysops x saxatilis, usgs Nonindigenous Aquatic Species Database, Gainesville, FL. [http://nas.er.usgs.gov/queries/FactSheet.asp?speciesID=784].
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ciales, en las relaciones sociedad/naturaleza.32 La mayoría de estos conflictos parece coincidir con la obsoleta e inadecuada legislación que rige el uso de los espacios, afectando por ende el equilibrio entre la calidad ambiental y el bienestar social ante los modelos de desarrollo que se pretenden implantar en las costas y cuerpos de agua. Muchas anp y sus comunidades coinciden con desarrollos de índole privado en curso o en planes, por ejemplo, a lo largo del corredor turístico con el cual se pretende extender hasta Loreto el modelo “Los Cabos”. La Bahía de La Paz está recibiendo particular atención en este sentido, como se puede observar en los planes de desarrollo costero de Cachimba, Azul, Maravía, Balandra, Merito, Costa Baja, El Mogote y las “Islas Ecológicas” en Ensenada de La Paz, por mencionar algunos. 2.2 Acuacultura de alto impacto: profecías y realidades La acuacultura responsable, el desarrollo sustentable y el bienestar socioeconómico y ambiental constituyen procesos muy significativos en La Paz ante la intención de establecer modalidades de acuacultura de alto impacto. 33 Esta área es extremadamente sensible a modelos de desarrollo que demanden el uso extensivo de espacio, servicios ambientales y esfuerzo social.34 Los planes de desarrollo acuícola regional (marinos y de agua dulce), debieran considerar el potencial, el uso responsable y la vocación sustentable de esta área, con juicios realistas que comprendan evaluaciones más integradoras e interactivas de indicadores ambientales y socioeconómicos, así como una atención más cuidadosa en la dinámica de las comunidades locales. Estas consideraciones debieran formar parte esencial en los criterios para la selección de sitios donde se pretende establecer proyectos de acuacultura, ya que son de alta importancia en la evaluación de la sustentabilidad de los servicios ambientales y socioeconómicos de una localidad, en función de los riesgos, tanto probables como existentes, sobre la vulnerabilidad general de la región. Un gran número de parámetros e índices clave deben ser tomados en cuenta; la combinación de estos determinaría la “capacidad de carga”. Pero en el ámbito de la pesca y la acuacultura, estos tres conceptos —sitio 32 Programa de Ordenamiento Ecológico Marino del Golfo de California, op. cit. 33 M. Monteforte y M. Cariño (2005), op. cit. 34 R. Kiy et al. (2006), op. cit.; C. Steinitz et al. (2006), op. cit.; Programa de Ordenamiento Ecológico Marino del Golfo de California, op. cit.
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propicio, sustentabilidad y capacidad de carga— han sido usados, medidos e interpretados de manera diferente dependiendo de la conveniencia de los actores y el propósito de sus discursos. A pesar de los numerosos estudios multidisciplinarios que han intentado explicar o justificar estos conceptos, la historia ambiental del mundo demuestra que la elección de modelos de desarrollo regional equivocados conlleva indefectiblemente al gradual deterioro del ambiente y del bienestar social. Las instituciones locales han realizado estudios de meteorología, geomorfología, oceanografía, calidad sanitaria del agua y microbiología, inventarios biológicos con datos de zonación y repartición de los biotopos marinos, así como bioecología de algunas poblaciones importantes. Generalmente, estos estudios adolecen de extensión y periodicidad, pero proveen de rica información para identificar índices sensibles, construir criterios adecuados para su dimensionamiento y, eventualmente, elaborar programas de monitoreo. Sin embargo, hasta la fecha, ni los promotores de la acuacultura industrial ni aquellos que demandan actitudes precautorias son capaces de ofrecer una dimensión o costo de los límites de cambio aceptables en torno a la calidad ambiental y socioeconómica en la Bahía de La Paz; menos aún cuando se trata del Golfo de California. A través de las lecciones aprendidas, la Bahía de La Paz parece compilar muchos factores de vulnerabilidad ambiental, socioeconómica y cultural, hacia el manejo inadecuado de su espacio. A pesar de que esta bahía es una de las más grandes del país (aproximadamente 150,000 ha y 45 millones de litros), muchos de estos factores debieran ser considerados con mayor precaución. Ante la inminente amenaza de las empresas que consideraron a la Bahía de La Paz como objeto de su “dumping ambiental”, los niveles de riesgo actual se incrementarían y otros nuevos serían introducidos, comprometiendo el futuro de la sustentabilidad regional, en un contexto amplio. La iniciativa de proceder al desarrollo industrial de la acuacultura generó acalorados enfrentamientos y discusiones entre los promotores y quienes los apoyaban, contra diversos grupos y actores que se oponían. Los argumentos a favor ensalzaban la generación de empleo y divisas, y el ventajoso papel que tendría México como productor de especies comercialmente valiosas. Sin embargo, los numerosos ejemplos que se observan en el mundo con las mismas o similares industrias piscícolas (Mar Mediterráneo, Golfo de Eilat,
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el Atlántico y el Pacífico de Norteamérica, etc.), proveían de elementos que cuestionaban ampliamente tales afirmaciones, demostrando además que el costo ambiental y socioeconómico sería altísimo para La Paz y su comunidad. Finalmente, ganaron las empresas más poderosas e influyentes: dos ranchos atuneros y la granja de lobina híbrida lograron obtener sus respectivos permisos y empezaron a operar desde finales del 2004, aunque accedieron a aceptar, en teoría, un estricto monitoreo por parte de las instancias locales de protección ambiental, en conjunto con algunos académicos y ong. Muy pronto las profecías que nadie creía se hicieron amarga realidad. Con respecto a los ranchos atuneros, uno de los muchos argumentos que cuestionaban la sustentabilidad de estas empresas fue el impacto que provocarían en la población silvestre del atún aleta amarilla y de su alimento (sardina, anchoveta), en particular porque estas poblaciones ya eran objeto de pesquería desmedida. 35 En efecto, los empresarios encontraron que los stocks resultaron ser menores y se encontraban en áreas más lejanas de lo previsto; el acarreo de la captura hacia los ranchos implicaba mayor distancia —lo que incrementaba los costos y la mortalidad durante el viaje—; la pesquería del alimento no era suficiente —ni siquiera para los dos ranchos establecidos—, y el sector de la pesca deportiva (sector también poderoso en la región) se opuso a la extracción de su principal suministro de carnada. Una de las empresas atuneras, haciendo caso omiso de lo anterior, sigue considerándose optimista;36 sin embargo, ha anunciado que explorará el cultivo de jurel. La otra empresa atunera aparentemente está en vías de retirarse. En todo caso, no se ha notado actividad en estos ranchos desde mediados del 2006. La granja de lobina híbrida (Biotecmar, S.A.) continuó trabajando hasta julio de 2005 a pesar de la gran preocupación que existía en cuanto al escape gradual o accidental de los animales. El empresario defendía su posición insistiendo en que se trataba de un organismo híbrido y que por lo tanto era incapaz de reproducirse, o por lo menos que, en caso de lograrlo, la descendencia no era biológicamente viable. No obstante, hay evidencias de la nocividad que los escapes de lobina y sus híbridos han provocado en Canadá y 35 K. Wolowicz (2005), “The fishprint of aquaculture: can the Blue Revolution be sustainable?”, en Rededining Progress, Packard Foundation, Reporte, diciembre de 2005, 21 pp. 36 A. Buentello (2006). “La revolución azul en Baja California Sur”, Panorama Acuícola Magazine, marzo-abril, 2006, p. 60-67.
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Estados Unidos.37 No es sin razón que la introducción de ejemplares vivos de lobina y sus híbridos se encuentra terminantemente prohibida en la Unión Europea, Inglaterra y Escocia, 38 así como en cuerpos de agua abiertos y zona marina en Estados Unidos.39 Pero tal cosa no sucedió: la empresa informó que los juveniles importados desde Estados Unidos eran de mala calidad y que habían presentado demasiada mortalidad. Podría haber otra explicación, y es que las redes y las estructuras flotantes actuaron como substrato atractivo para la fijación masiva de un hidrozoario local, también conocido como “grulla”. Cuanto pez se aproximaba a la red, recibía letal e infalible ataque de estas pequeñas medusas que al parecer se convirtieron en plaga en este sitio a partir de la actividad de Biotecmar. Ante tal situación, esta empresa decidió cambiar su trabajo de acuacultura a otra especie exótica, esta vez fue la dorada originaria del Mediterráneo, Sparus aurata. Cabe mencionar que, a diferencia de la lobina híbrida, en el cultivo de la dorada se utilizan ejemplares fértiles.40 El mercado europeo se encuentra ya saturado por la producción de más de 120,000 toneladas que producen todos los países de la cuenca mediterránea, más otros como Israel, Kuwait y Omán, donde la especie fue introducida artificialmente. La fao ha subrayado la necesidad de una actitud precautoria hacia el desarrollo de más granjas en el Mediterráneo y en el Atlántico occidental,41 e Israel retiró de Eilat todas las granjas de peces desde el 2003 (incluyendo las de dorada) para proteger los muy afectados arrecifes coralinos.42 De hecho, la entrada de Biotecmar a La Paz coincide con la fecha en la que Israel estableció dichas 37 Lower Cape Fear River Programm (1996-1997), op. cit. The Federal Nonindigenous Aquatic Nuisance Prevention and Control Act, op. cit.; The Northwest Fisheries Science Center (noaa Fisheries Services) publicó un excelente tratado en seis partes: “Interactions of Atlantic salmon in the Pacific Northwest”, uno a seis partes, Fisheries Research, Vol. 62, 2003. 38 Official Journal of the European Union, Comission Decisión, 21 de nov. de 2003, L 324/37; The prohibition of keeping or release of live fish, Order 2003, Guidance Notes, Scotland, www. hmso.gov.uk/legislation/scotland/ssi2003/20030560.htm, www.efishbusiness.com 39 The Federal Nonindigenous Aquatic Nuisance Prevention and Control Act, op. cit.; P. Fuller (2006), op. cit.; The Northwest Fisheries Science Center (2003), op. cit. 40 F. Colloca y S. Cerasi (2005), “Cultured Aquatic Species Information Programme-Sparus aurata”, Cultured Aquatic Species Fact Sheets, fao Inland Water Resources and Aquaculture Service (firi), c2005, fao, Roma (7 de marzo, 12:10:20 cet, 2006). 41 Ibídem. 42 Israel Environment Bulletin (2005), op. cit.
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regulaciones. Por lo tanto, las actividades de esta empresa pueden ser calificadas de “dumping ambiental”; lo que subraya su carácter económicamente oportunista y ambientalmente dañino. De alguna manera, entre septiembre y noviembre 2005, Biotecmar logró importar desde Europa o Israel más de 500,000 juveniles a través de la aduana en el aeropuerto de La Paz, según se informa en el pedimento de importación correspondiente. De estos, se habrían sembrado en la granja más de 350,000 sobrevivientes del viaje. Esta vez estalló una fiera lucha legal entre algunos actores de las autoridades locales, ong y académicos contra los empresarios y sus influencias políticas. Finalmente, en julio de 2007, estos actores lograron que la empresa extrajera, sacrificara o vendiera cuanto pez se encontrara en la granja. Aparentemente, Biotecmar procedió a obedecer tal demanda, pero no tardaron los empresarios en someter una nueva solicitud, ahora ante altas instancias federales, para la introducción de casi un millón de juveniles de S. aurata. Podemos intuir que, a partir de los resultados obtenidos entre 2005 y 2007, la rentabilidad resultó ser suficientemente jugosa como para merecer el esfuerzo. También podemos interpretar que este pez pudo resistir a las grullas. La oposición continuó creciendo, incluso ya al nivel de una Consulta Pública convocada en La Paz por semarnat y profepa el 25 de septiembre 2007. Durante dicha Consulta, Biotecmar y sus promotores se aferraron a una variedad de justificaciones, las clásicas del “dumping ambiental”, en torno a la acuacultura: generación de empleos, apoyo al desarrollo acuícola regional y a las instituciones de investigación, etc. El empresario aseguraba además que los animales escapados no podrían de ninguna manera sobrevivir ni reproducirse en condiciones de libertad, no obstante que algunos reportes en el Mediterráneo y el Atlántico Oriental subrayan lo contrario.43 Coincidentemente, desde los inicios del 2007 los pescadores locales han estado reportando la observación de un pez nunca antes visto en la bahía. 43 E. Dimitrou, G. Katselis, D. Moutopoulos, C. Akovitiotis y C. Koutsikopoulos (2007), “Possible influence of reares gilthead sea bream (Sparus aurata) on wild stocks in the area of the Messologhi lagoon (Ionian Sea, Greece)”, Aquaculture Research, 38 (4): 398-408. // G. Lembo, M. T. Spedicato (2006), “Preventing escapes of marine fish from sea-cage culture and determining their ecological effect”, en: eu escape of marine species project, Alicante Meeting, 2006. // J. Bayle Sempere y P. B. Sánchez Jerez (2006), “Prevent escapes”, en: European Partners Meeting, 15-16 de junio de 2006.
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De igual manera, los técnicos buzos de la Granja Experimental Subacuática del cibnor, misma que se ubica muy cerca de las instalaciones de Biotecmar, han reportado la presencia de varios peces en libertad que se asemejan a S. aurata.44 Por desgracia, la sospecha de liberación o escapes no había podido ser demostrada físicamente. Sin embargo, el 3 de octubre de dicho año se capturó un ejemplar vivo de esta especie durante una actividad de pesca experimental para forraje que se llevó a cabo frente a las instalaciones del cibnor en El Comitán, muy adentro de la ensenada de La Paz y a más de 30 km de distancia del sitio donde se ubican las instalaciones de Biotecmar. Este individuo era una hembra de 300 mm de longitud y 356 g de peso, lo cual indicaría una edad máxima de dos años.45 Se identificó fácil y positivamente mediante las características de diagnóstico descritas por Bauchot y Hureau (1986).46 La única especie de la familia Sparidae que se encuentra en el Golfo de California es Calamus brachysomus, cuyos caracteres de diagnóstico son muy diferentes.47 Las implicaciones de esta captura dan pie a diferentes interpretaciones. ¿Qué representa, matemáticamente y en condiciones reales, la captura de un único ejemplar durante un muestreo no dirigido, sin periodicidad, con una pequeña red de mano, a primera instancia y tan lejos de la fuente? De acuerdo a la talla/edad y sexo del este ejemplar, ¿se podría deducir que ha habido eventos reproductivos tanto dentro como fuera de las jaulas? ¿Es razonable suponer que una población pequeña de una especie exótica no lograría ganar en la competencia contra las poblaciones nativas mejor adaptadas? ¿Podríamos asumir que es remotísima la probabilidad de encuentros que resulten en fecundación y reproducción? La realidad es que nos encontramos ante una especie exótica de la cual desconocemos cuántos individuos —potencialmente fértiles— se encuentran libres en la bahía y hasta dónde se han dispersado. Se trata además de una especie de bajo valor comercial, voraz polífaga y oportunista, que 44 H. Bervera, J. J. Ramírez Rosas y E. Calvillo, comunicación personal. 45 F. Colloca y S. Cerasi (2005), op. cit. 46 M. L. Bauchot y J.C. Hureau (1986), “Sparidae”, en P.J.P. Whitehead, M. L. Bauchot, J. C. Hureau, J. Nielsen y E. Tortonese (eds.), Fishes of the north-eastern Atlantic and the Mediterranean, Vol. 2., unesco, París, p. 883-907. 47 G. R Allen y D. R. Robertson (1994). Fishes of the tropical eastern Pacific, Crawford House Press, Bathurst, 332 pp.
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se alimenta en el mismo nivel trófico que otras especies nativas con mayor valor utilizadas comercialmente por pescadores ribereños. Presenta alta fecundidad, alta eficiencia de adaptabilidad a todo tipo de hábitat tropical y subtropical, y longevidad de hasta 10 años.48 La información que ha rendido Biotecmar ante las diferentes instancias locales con respecto al número de animales efectivamente sembrados y el volumen de las cosechas levantadas, carece de toda consistencia. Jugando un poco ociosamente con estos números y con diferentes tasas de mortalidad (el estándar en las granjas de S. aurata del Mediterráneo se ubica entre 10 y 20 por ciento, y el máximo rentable es de 40 por ciento), se han calculado cantidades que van desde 30,000 a más de 100,000 ejemplares que pudieran encontrarse en libertad. Ante tal situación, no podemos negar la ocurrencia de escenarios extremos si sucede un evento invasivo por parte de esta especie. El efecto de su potencial dispersión es impredecible en espacio y tiempo; eventualmente podría ser incontrolable y con posibilidades de extenderse hacia el Golfo de California o más lejos. En todo caso, la prudencia más elemental aconseja al menos emprender un programa urgente de prospección para evaluar lo que sin duda alguna es hoy una amenaza, y en función de los resultados emprender un programa más drástico de erradicación. Hace aproximadamente una semana, académicos del cibnor, cicimar, uabcs, así como representantes de conanp, semarnat y profepa, sometieron ante instancias estatales y federales la urgente necesidad de emprender este plan de prospección. A la fecha en la que estamos escribiendo este texto, aún no se cuenta con respuestas concretas.
Conclusión La aplicación de modelos de desarrollo sustentable dirigidos al manejo responsable se los recursos naturales es una tendencia común en el mundo desde hace casi 50 años. Con base en este pesado paquete de lecciones sabemos que es difícil encontrar soluciones. La sustentabilidad es un complejo proceso que comprende aspectos sociales, económicos, culturales, políticos y naturales. Antes de aplicar cualquier modelo de desarrollo es esencial 48 F. Colloca, S. Cerasi (2005), op. cit.
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aprender de experiencias previas y evaluar todas las posibles consecuencias: locales, regionales, o más extendidas. Serios esfuerzos de planeación ambiental deben ser satisfechos, incluyendo la consideración de factores externos, como requerimiento principal hacia cualquier decisión que pudiera afectar a las sociedades y sus entornos. El gobierno mexicano es responsable del manejo de las anp y, desde el 2005, tiene la responsabilidad mundial hacia la protección de los sitios inscritos en la lista de Patrimonio de la Humanidad, que en el caso que nos ocupa implica a todas las anp del Golfo de California. Es también el deber de la sociedad nacional e internacional de exigir el cumplimiento de tales responsabilidades. Por otro lado, tanto las sociedades como sus gobiernos tienen el derecho de buscar, en sus espacios naturales, una fuente de riqueza que permita mejorar la calidad de vida regional y asegurar su desarrollo sustentable. Por ello, debiéramos hallar opciones productivas para el uso de los servicios ambientales sin causar deterioros y asegurando que las comunidades locales sean beneficiarias de la mayor parte del producto generado a través de estas opciones. Aprendiendo de lecciones pasadas y con base en una buena planeación, consideramos que entre estas opciones las más adecuadas son: turismo alternativo de bajo impacto, así como pesca y acuacultura responsables. Estas actividades no sólo no son antagónicas sino que, manejadas con inteligencia, pueden ser complementarias. Se cuenta con múltiples ejemplos en el mundo donde las comunidades costeras aprovechan sus recursos de manera sustentable y obteniendo de ello beneficios que les permiten tener una calidad de vida satisfactoria. No obstante, los modelos de maricultura muestran ejemplos tanto de éxito como de fracaso. Algunos de estos últimos son altamente nocivos y no han ofrecido beneficios significativos a la sociedad regional; por el contrario, inhiben y obstaculizan otras alternativas de desarrollo sustentable basadas en el aprovechamiento de la calidad ambiental en estas regiones. La eventual eutroficación de la Bahía de La Paz provocada por la acuacultura industrial no sólo afectaría su biodiversidad sino que significaría la ruina para las empresas locales —tanto de turismo alternativo, como de pesca ribereña y deportiva—, nacionales e internacionales, que ya están instaladas en la región creando empleos y generando beneficios económicos que se reinvierten en la localidad. Con esto, adicionalmente, la estructura socioeconómica y
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comunitaria sufriría un innecesario estrés. Las consecuencias en el costo ambiental y social serían enormes a largo plazo. La introducción de especies exóticas implica adicionar factores de riesgo con las mismas consecuencias. Por el contrario, el desarrollo de cultivos con las abundantes y valiosas especies nativas que posee el Baja California Sur, incluyendo las que generan valor agregado como el abulón, las ostras perleras y otras especies ornamentales, reforzaría la generación de ganancias y empleo en la región, ya que estos productos se destinarían hacia la misma clientela que ya utiliza los servicios del turismo alternativo. El cultivo de peces nativos es también una importante perspectiva si se planea de manera adecuada. Cabe señalar que las instituciones académicas y de investigación han generado conocimiento y tecnología para el manejo de muchas de estas especies. Desafortunadamente, los tomadores de decisiones se inclinan hacia los espejismos de mayor rentabilidad que ofrecen proyectos privados y tecnologías industriales importadas, sin tomar en cuenta el alto potencial de riesgo e impactos que contienen la mayoría de estas propuestas. El caso de los ranchos atuneros y las especies exóticas son un ejemplo simplista de una larga lista de acciones peligrosas y decisiones equivocadas que se han tomado en nombre del desarrollo regional. Los escenarios son evidentes. La ambición de los empresarios, la irresponsabilidad de los políticos y la falta de compromiso de algunos académicos, están amenazando el patrimonio regional y el compromiso adquirido por el gobierno en cuanto a mantener la integridad de las anp y de los sitios de Patrimonio de la Humanidad. La sustentabilidad es un proceso sutil y complejo que depende de componentes tanto sociales como naturales, pero es fundamentalmente un proceso histórico que, como tal, requiere la voluntad y el compromiso de los actores para lograr su concretización.49 Los tomadores de decisiones tienen una responsabilidad ineludible en este contexto, pero la sociedad civil es igualmente responsable. Los primeros no deberían actuar sin evaluar las múltiples consecuencias de sus acciones. La sociedad civil debería mantener una cercana vigilancia, alertando sobre posibles amenazas y 49 Micheline Cariño y Mario Monteforte, “Nácar y Perlas en la historia mundial: pesca, cultivo y comercio del recurso marino más valioso”, Tercer Simposio Latinoamericano y Caribeño de Historia Ambiental, “La historia ambiental, un iInstrumento para la sustentabilidad”, Carmona (Sevilla), abril de 2006.
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exigiendo rendición de cuentas en todo momento. Los sectores profesionales y académicos, y sus instituciones, deberían comprometerse por el servicio social y ejercer mayor representatividad y liderazgo en la definición de las políticas y la elaboración de los planes de desarrollo; ya que si estos no consideran los excepcionales valores ambientales de esta región y la riqueza social que representan podrían, con malas decisiones, afectarlos irremediablemente.
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Capítulo 9. El crecimiento del sector turismo en Sudcalifornia
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Capítulo 9
El crecimiento del sector turismo en Sudcalifornia Alba E. Gámez
E
ste capítulo ofrece una revisión histórica del desarrollo del sector turismo en Sudcalifornia hasta 2004. El análisis incluye una evaluación del comportamiento de sus indicadores a la luz del descubrimiento —desde la década de los ochenta especialmente— de la actividad turística como un eje importante del crecimiento económico de la entidad. Atendiendo a la concentración de la afluencia turística e inversión en la parte sur de la media península, se consideran los antecedentes y la distribución de afluencia e infraestructura turísticas dentro del estado para caracterizar el comportamiento de este sector que, como se indica, pese a tener precedentes en la historia económica de la entidad, es en realidad un fenómeno del último cuarto del siglo veinte. Al final se comenta brevemente la forma en la que la dinamización de este sector ha influido sobre la noción de desarrollo regional, uno de los objetivos iniciales en el discurso oficial para su empuje, y al que en años recientes se ha añadido la idea de sustentabilidad.
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1. El turismo como fenómeno económico Como parte de un fenómeno creciente de terciarización de las economías, el turismo ha sido reconocido como fuente de crecimiento, lo que ha estimulado que los gobiernos auspicien la creación de destinos turísticos y de empresas relacionadas con tal actividad. La masificación del turismo se ha asociado con la idea de turismo tradicional (llamado también de “sol y playa”) en el que los turistas tienen una interacción reducida con el entorno natural o social. Adicionalmente, las características que adopta ese esquema en términos de inversión, infraestructura, relaciones sociales y consumo de los recursos naturales y del paisaje tienden a generar externalidades negativas, provocando un desequilibrio que incluye incluso el desplazamiento de las actividades productivas tradicionales de la comunidad local. La rentabilidad económica del turismo contribuyó a soslayar tales impactos, pero la identificación de la capacidad real para absorber turistas, nuevas instalaciones y actividades ha cobrado cada vez mayor relevancia. Esto ha sido así no sólo por razones de conservación sino también por consideraciones económicas ante el agotamiento de los recursos en que se sustenta. De esta forma, el surgimiento de un nuevo segmento en el mercado turístico denominado turismo alternativo, de rápido crecimiento relativo, en el que los usuarios están dispuestos a pagar un precio más alto por las experiencias turísticas demandadas, se ha presentado como una alternativa económica viable y compatible con una visión de sustentabilidad. Parte fundamental de la actividad de turismo alternativo es una actitud y un compromiso para conocer, respetar, disfrutar y participar en la conservación de los recursos naturales y culturales. Del turismo alternativo se derivan el turismo de aventura (actividades recreativas, deportivas, asociadas a desafíos impuestos por la naturaleza), el ecoturismo (actividades recreativas de apreciación y conocimiento de la naturaleza a través del contacto con la misma) y el turismo rural (de convivencia e interacción con una comunidad rural en todas sus expresiones cotidianas sociales, culturales y productivas).
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Este tipo de turismo se ha convertido, así, en una opción de desarrollo regional a través de la creación de empleos en beneficio de las familias y residentes de las zonas donde se realiza. Es menester señalar, sin embargo, que pese a la idea de sustentabilidad que acompaña a esta visión del turismo alternativo —y del ecoturístico en particular—, el éxito de destinos donde se practica puede convertirse en un obstáculo al propio desarrollo equilibrado de la zona e incluso del hábitat, por el incontrolado aumento en la afluencia de visitantes, asentamientos humanos con fines residenciales o comerciales, y contaminación. No obstante que el turismo alternativo ha despuntado como un subsector dinámico, es el turismo vinculado a la vertiente tradicional el que tiene un papel económico importante en la contabilidad de los países. Así, da cuenta de cinco por ciento del pib mundial y de cerca de una décima parte de los empleos en el mundo. Esto explica que el sector sea fuente principal de ingresos para dos terceras partes de los países. En especial, según datos de la Organización Mundial de Turismo (omt) de 2003, destaca Europa como la región líder en la captación de visitantes (60 por ciento de la captación mundial), seguida por Asia Pacífico (19 por ciento) y las Américas (16 por ciento). En este concierto, México es uno de los países que se ha beneficiado de la tendencia mundial hacia los desplazamientos con fines recreativos, al colocarse en los últimos años dentro de los primeros diez países en recepción de turistas internacionales (18.6 millones visitantes en 2003). Esto le significó tener el décimo lugar mundial como receptor de ingresos por turismo internacional (9.6 mmd), adelantando dos lugares con relación al año 2000. Para México el turismo se ha convertido en uno de los sectores más dinámicos de la economía nacional, al representar poco más de ocho por ciento del
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pib nacional en 2003. Esto ha dado lugar a que el gobierno federal lo haya determinado como un sector estratégico de su política económica, situación que ha sido emulada por los gobiernos estatales. Ante el tradicional desequilibrio en la balanza por cuenta corriente producto del exceso de importaciones, las divisas por turismo han sido determinantes para paliar el tradicional déficit comercial con el exterior. Adicionalmente, la importancia de los subsectores ligados al turismo (bienes: artesanías y otros; y servicios: alojamiento, transporte, restaurantes y bares, y otros) se ha reflejado en una sostenida participación en conjunto de aproximadamente 5.5 por ciento del personal ocupado en el país entre 1996 a 2004. En términos de empleo, casi dos millones de puestos laborales (2003) fueron creados en este sector y en esto los turistas nacionales han sido importantes, toda vez que siete de cada diez turistas en el país son nacionales. La situación de los turistas extranjeros merece consideración especial por la derrama económica que genera, como lo muestra el dinamismo de los centros turísticos de playa principalmente, situación que en particular ha beneficiado a destinos como los de Baja California Sur. Con relación al tipo de empresas en el sector turismo, como en el resto de la economía mexicana, abundan las pequeñas y medianas empresas, aunque como se mencionaba anteriormente son las grandes cadenas hoteleras las que controlan el mercado turístico, especialmente en las zonas costeras.
2. El crecimiento del turismo en Baja California Sur Hasta antes de la década de los sesenta del siglo recién pasado y posiblemente hasta entrada la de los ochenta, las actividades turísticas en Sudcalifornia estuvieron estrechamente vinculadas a las de otras actividades económicas. A su amparo fluyeron visitantes que estimularon el surgimiento de sitios de alojamiento y alimentación. Indudablemente, a la media península accedían personas con fines meramente recreativos, esto es, no ligados a las actividades comerciales, pesqueras, o mineras de la región, aunque es difícil determinar esto por la ausencia de registros detallados de las entradas y salidas de los visitantes o incluso del número de hoteles y habitaciones en las poblaciones del entonces Territorio Federal.
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Algunos datos pueden encontrarse en años aislados que, aunque insatisfactorios, proveen de alguna información sobre el crecimiento de los sitios de hospedaje. Por ejemplo, del lado de la oferta hotelera, se tiene noticia de que en 1940 se autorizaron cuatro sitios de alojamiento a los ya existentes: dos en La Paz, otro en San José del Cabo y uno más en Santa Rosalía. En 1947 se reportaba la autorización de otro hotel en el centro de La Paz, con un pago de cuarenta pesos por el permiso respectivo. Dos años después este hotel es motivo de registro ante el incumplimiento del pago de permisos hoteleros y la venta de cerveza. En el año 1953 el dueño solicita al gobierno una extensión del horario de la música dentro del hotel, ya que ésta sólo se podía escuchar en determinadas horas, para comodidad de los clientes. En 1950 un hotel más es autorizado en La Paz, con un costo ya de cien pesos por la autorización. Este hotel tenía como anexo una cantina, y es de notar la enorme brecha del pago de permisos, que para este último propósito ascendía a dos mil pesos, más un 15 por ciento adicional. También es de notar la disparidad en el pago por permisos entre regiones del Territorio, como lo muestra que el año siguiente, en que se concede al Sr. Abelardo Luis Rodríguez establecer un hotel en Las Cruces, éste pagara setenta y cinco pesos, más 15 por ciento adicional, mientras que el de su permiso de cantina se ubicaba igual en dos mil pesos.10 Ese mismo año de 1951, en el caso de San José del Cabo, el permiso para instalar un hotel ascendió a cincuenta pesos.11 En 1952 seis permisos más fueron expedidos por el Ejecutivo del Territorio para establecimientos de hospedaje en la delegación de La Paz (dos con restaurante y uno con bebidas alcohólicas), lo que mostraba el dinamismo mayor de esta delegación y especialmente de la ciudad del mismo nombre.12 Por el lado de la demanda turística los datos también son incompletos. En 1943 el registro de entradas y salidas de visitantes se realizó sin especificar la cantidad de personas, su origen u ocupación, aunque se observa que el mayor movimiento se dio en el mes de agosto. Ante la dificultad de acceder por tierra, los transportes náuticos eran los más socorridos; así, motores nacionales 10 11 12
2, 2.1 ahplm, La Paz, 1 de Abril de 1939, General, Vol. 928 exp. S/n. 2, 2.1 age, La Paz 1947, 3000/285.2/7743 C24 2/3. Permiso de Hotel. 2, 2.1 age, La Paz 1950, 3000/285.1/10314 C-----. Permiso Hotel. 2, 2.1 age, La Paz 1951, 3000/285.2/10568 C31 2/3. Solicitud de hotel 2, 2.1 age, San José del Cabo 1947, 3000/285.2/8551 C26 3/3. Permiso de Hotel 2, 2.1 ahplm, La Paz, 1 de Diciembre de 1951-1952, Gobernación, Vol. 936 exp. S/n
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como el San Antonio, el Edna Rosa, el Arturo y el buque Araguán trasladaban a los visitantes a la contracosta mexicana o a los puertos de California, en Estados Unidos.13 Ya en 1950 se reportó un total de 162 entradas, de las cuales 161 eran turistas extranjeros residentes en el exterior, permaneciendo una sola persona sin cancelar su permiso de estancia. Las salidas sumaron un total de 99, de las cuales el 98 son turistas extranjeros residentes en el exterior y sólo se encontró una salida de un nacional sin cancelar.14 Las disparidades en las entradas y salidas sugieren una pérdida de los registros o una discontinuidad en su seguimiento. Indudablemente, realizar un padrón de la afluencia debe haber sido una empresa enorme en un territorio tan vasto y sin los mecanismos institucionales para realizarlo. Otros antecedentes, también en la década de los cincuenta, que destacan por la trayectoria que seguiría el sector turismo en años posteriores, se encuentran en la región de Los Cabos. Ahí fueron construidos algunos hoteles que se abastecían de un turismo extranjero de altos recursos que se trasladaba, por medios propios, para disfrutar de los atractivos de la zona (pesca deportiva o caza) a través de pequeñas aeropistas ante la falta de otros medios de tránsito terrestre.15 En correspondencia, desde esa época se construyeron hoteles de lujo que se nutrían de un mercado selecto, especialmente de la costa oeste de los Estados Unidos y Canadá. Asimismo, la estructura de la oferta de los hoteles se consideraba “familiar”, en el sentido de que eran unidades de servicio pequeñas, administradas localmente por los propietarios y no por las grandes corporaciones que identifican actualmente el manejo de la actividad turística. Con todo, el turismo como tal era incipiente si se considera el impulso que tendría en el último cuarto del siglo veinte. Como ejemplo destaca la historia hotelera de Los Cabos, que inició en 1957 con la instalación del hotel de lujo Las Cruces-Palmilla y sus 18 habitaciones, primero de este tipo en la 13 2, 2.1 ahplm, La Paz, 8 de Junio de 1943, Gobernación, Vol. 936 exp. S/n. 14 2, 2.1 ahplm, La Paz, 4 de diciembre de 1950, Gobernación, Vol. 936 30/6 79/50. 15 La mayoría de los caminos del Territorio de Baja California Sur en 1969 era brecha; sólo 21 por ciento del total estaba pavimentado, y era el que unía a La Paz con San José del Cabo (desde 1968), a La Paz con Pichilingue, a La Paz con Villa Constitución, y a esta última con Villa Insurgentes. Como puede observarse, el área se reducía a los dos puntos de mayor importancia comercial y agrícola (Gobierno del Territorio de bcs. Baja California Sur. Estudio Económico, 1969, p. 128).
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zona. Posteriormente, en 1962, abrió el hotel Cabo San Lucas, s.a, con 15 habitaciones; y en 1969 el Twin Dolphin con nueve habitaciones. En 1970 se inauguró el Camino Real con 37 cuartos; y, con la apertura del hotel Finisterra y sus 58 habitaciones en 1971 y del hotel Mar de Cortés con 30 más en 1972, en este último año (por las ampliaciones de los demás hoteles) la oferta hotelera en la zona aumentó a 291 habitaciones. Esta información —recabada por infratur como parte de un estudio para evaluar precisamente la situación del turismo en el territorio— se centró en los hoteles de mayor categoría (de acuerdo a indicadores como tarifas, servicios prestados, tipo de construcción, entre otros), sin considerar las existentes casas de huéspedes y hoteles muy pequeños, pues el sentido del estudio era determinar el potencial turístico de gran escala. Se entiende entonces que al lado del crecimiento hotelero de lujo también aumentó el servicio de hospedaje de hoteles y pensiones pequeñas, como lo sugieren los datos señalados anteriormente.16 Pese a estos antecedentes, el impulso a la actividad turística en Sudcalifornia, que ha proyectado mundialmente a regiones como Los Cabos y —en menor medida— Loreto y La Paz, es relativamente nuevo y se vincula a la canalización de recursos gubernamentales que desde la década de 1970 se realizó bajo el esquema de centros turísticos integralmente planeados (ctip), dentro de los que se incluía Loreto y Los Cabos como parte de la política turística federal,17 y que el estudio de infratur buscaba evaluar.18 La llegada de visitantes al entonces territorio con fines meramente recreativos, antes modesta y escasamente registrada, cambiaría a partir de la inversión del gobierno federal en la construcción y ampliación de vías de tránsito, urbanización y dotación de servicios varios en las regiones seleccionadas como terrenos de uso turístico. A través de instancias federales, el aislamiento de la media península se subsanó en la década de 1960 con la construcción de la carretera transpeninsular y los transbordadores marítimos con puertos en Topolobampo, Mazatlán y Puerto Vallarta. También se dio financiamiento, vía créditos a tasas preferenciales, a los empresarios que invirtieron en la construcción, remodelación y ampliación de hoteles y establecimientos de alimentos y bebidas con fines turísticos. De igual manera se 16 Ídem, p. 118. 17 Adolfo García Villa (1992), La planificación de centros turísticos en México. 18 Gobierno del Territorio de BCS, op. cit.
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financió la ampliación de obras de infraestructura para reducir las dificultades de comunicación. Además de las políticas explícitas para desarrollar a Loreto y Los Cabos, dos factores interrelacionados ejercieron una notable influencia en la composición de los destinos y perfiles de turistas a Baja California Sur a fines de la década de 1970. Estos fueron la devaluación y la depreciación continua del tipo de cambio a partir de 1982, así como la apertura comercial que siguió al ingreso de México en el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (gatt, por sus siglas en inglés).19 Ambos elementos redujeron el número de visitantes que acudían a la compra de mercancías estadounidenses al amparo de la zona libre en la ciudad de La Paz, el núcleo comercial y prácticamente único destino con infraestructura para recibir visitantes. Como consecuencia, en la ciudad capital se contrajo la actividad turística mientras que las regiones de Los Cabos y Loreto se fortalecían en ese rubro, apoyada por una creciente infraestructura hotelera y campañas de promoción turística. En este proceso, los ctip de Baja California Sur desarrollaron dos de las características básicas buscadas en ese tipo de destinos y que aún los distinguen: ser sitios vacacionales fundamentalmente para turistas extranjeros y de altos ingresos, y contar con una oferta turística acorde a ese tipo de visitantes. 2.1 La composición de la afluencia turística en Sudcalifornia En 1978, con el estímulo financiero del Fondo Nacional de Turismo (fonatur), la población ocupada a nivel estatal en el sector turismo aumentó a 2,770 personas, creciendo este indicador 26 por ciento con respecto a 1975, lo que reflejaba la nueva dimensión del sector. Los Cabos resalta como el elemento principal de empuje, porque Loreto-Nopoló, aunque también tenía la posibilidad de ser favorecido por sus atractivos naturales y el apoyo de fonatur, en aquel año captó menos de 31 por ciento del turismo que visitó en ese entonces a ambos polos en el estado.20 Esta situación parecería marcar la tendencia futura del comportamiento turístico en Loreto, comparado con el de Los Cabos. 19 Gámez Vázquez, Alba Eritrea (1993). Desempeño y perspectivas del polo turístico de Los Cabos, tesis de licenciatura en Economía, uabcs, La Paz, bcs, pp. 84-85. 20 Gámez, Alba (1993). Op. cit., p. 92
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En contrapartida, municipios como Mulegé y Comondú disminuyeron aceleradamente su participación a nivel estatal. Si en 1976 Comondú recibió 14 por ciento de los 74,453 turistas que arribaron a Sudcalifornia, en 1984 (año de mayor afluencia absoluta a ese municipio) el rango era de 17 por ciento, que nunca volvería a alcanzar. En 1991, último año de registro que integra a Loreto-Nopoló antes de su escisión de Comondú, este municipio aportó 12 por ciento a la recepción de visitantes en la entidad. Su reducida presencia turística se inserta en el contexto más amplio de crisis económica por la que ha atravesado ese ayuntamiento desde fines de la década de 1970, tras el desplome de la agricultura en el Valle de Santo Domingo. Aún ahora, la oferta turística en Comondú es consecuente con ese patrón, de manera que en términos de habitaciones los datos no son relevantes ni en número ni en calidad, en el contexto estatal. Ya en tiempos recientes, en 1998, Comondú disponía apenas de 275 habitaciones repartidas en 12 hoteles, mismos que aumentaron a 19 en 2003 y que en conjunto ofertaban 350 cuartos, ninguno de los cuales tiene asignada una categoría turística. Desde hace unos años, el avistamiento de ballenas y las actividades ecoturísticas se han presentado como una opción para dinamizar el sector turismo en ese municipio, aunque la deficiente infraestructura turística y urbana, así como la ausencia de programas de financiamiento y capacitación parecen ser obstáculos difíciles de superar. La situación del municipio de Mulegé es similar a la de Comondú en tanto que su participación no ha sido históricamente significativa. Los visitantes en ese municipio representaron 18 por ciento del total estatal en 1976, nueve por ciento en 1984, y cinco por ciento en 1991, cifra ésta que lejos de mejorar (en 1992 aportó 5.4 por ciento de la captación estatal de turistas) se redujo a menos de uno por ciento en 2003.21 Es de notar, no obstante, que Mulegé contribuyó en 2003 con 19 por ciento de los establecimientos de hospedaje en Sudcalifornia, aunque en términos de habitaciones estos significan poco menos de seis por ciento estatal, la mayoría sin categoría. 21 Gobierno del Estado de Baja California Sur (2004a), Estadística, cartografía y fotografía. Turismo convencional y turismo alternativo en las micro regiones de Baja California Sur, Secretaría de Promoción y Desarrollo Económico, Coordinación Estatal de Promoción al Turismo, Centro Estatal de Información Estadística, marzo [http://www.gbcs.gob.mx/] (13-01-05).
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Los datos de afluencia (obtenidos a través de estadía en hoteles) pueden encubrir un número mayor de turistas, especialmente vía carretera y con casas rodantes, además de la existencia de una presencia creciente de extranjeros como residentes temporales. Al igual que en Comondú, se intentó (y es la tendencia actual) el aprovechamiento de los recursos naturales y culturales del municipio mulegino a través del avistamiento de ballenas y aves, el turismo de aventura, así como el relacionado con las pinturas rupestres y la ruta de las misiones. A finales de la década de 1990, dada su escasa relevancia, tanto Comondú como Mulegé desaparecieron de las estadísticas gubernamentales que muestran la afluencia de visitantes al estado. Por su parte, el turismo tuvo tradicionalmente mayor preeminencia en el municipio de La Paz, beneficiado por el auge económico asociado a la calidad la ciudad del mismo nombre como cabecera municipal, ciudad capital y puerto que lo dotaba de infraestructura y servicios turísticos y de apoyo. Sin embargo, una vez acelerado el proyecto de los centros turísticos integralmente planeados, La Paz se convirtió en el segundo destino en términos de la captación de turistas, además de que cada vez mantiene una distancia mayor respecto a Los Cabos. Como se indica más adelante, a finales de la década de los ochenta La Paz inició su descenso en la tabla de afluencia estatal con relación a Los Cabos: si en 1976 había sido de la mitad del total en Sudcalifornia, en 1983 era de 45 por ciento, y en 1992 se había contraído a 28 por ciento, para llegar en 2003 a sólo 13 por ciento de la captación total de visitantes a la media península.22 En la competencia por turistas y considerando el aislamiento geográfico de la media península, indudablemente las vías de acceso han sido relevantes. La Paz, en este contexto, refleja su desfase como destino principal a favor de Los Cabos al recibir sólo 20 por ciento del turismo total que arribó al estado vía aérea en 2003. Entre los factores que explican esto destaca la propia composición de los visitantes: 83 por ciento son nacionales, efectúan un gasto menor, además de que el número de turistas es significativamente más bajo. De hecho, La Paz sólo recibió tres por ciento de los extranjeros que llegaron al estado. En términos de la oferta turística, La Paz contaba ese año con 72 hoteles (de los que sólo cinco pueden compararse al alto nivel de la 22 Ibídem.
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oferta cabeña) y 2,182 cuartos, poco menos de 17 por ciento del total de habitaciones en el estado.23 2.2 Loreto y Los Cabos como ejes de la historia turística reciente 2.2.1 El dinamismo de Los Cabos En el recuento general, el municipio de Los Cabos es el destino más exitoso, en términos económicos, de Baja California Sur. Como se indicaba anteriormente, desde mediados del siglo pasado Los Cabos ha conservado características que la creciente infraestructura hotelera y campañas de promoción turística han venido a consolidar: ser un centro vacacional para turistas extranjeros y de altos ingresos. Creado como nuevo municipio en 1982, a partir de 1985, la participación cabeña en la captación de visitantes se acercó a los indicadores de La Paz. El año 1989 marcó el punto de quiebre en las estadísticas turísticas de Baja California Sur, cuando rebasó a La Paz en una tendencia que se exacerbaría en los próximos años: el municipio de Los Cabos, es decir, el corredor turístico de San José del Cabo-Cabo San Lucas, atrajo 40 por ciento de los visitantes al estado y en 1992 casi 55 por ciento.24 Ya en 2003 el indicador subió a 83 por ciento —de los cuales un 94 por ciento fueron extranjeros—, lo que significó un 82 por ciento de la derrama estatal por turismo. La oferta turística es acorde a estas características, de manera que, siguiendo el reporte del Gobierno del Estado,25 Los Cabos en 2003 contó con aproximadamente nueve mil cuartos de hotel, es decir, 69 por ciento de las habitaciones en el estado; de éstas, 82 por ciento fueron de cuatro estrellas o más. Asimismo, el transporte aéreo en Los Cabos fue de 790 mil personas, casi 80 por ciento de todos los turistas que llegaron por esa vía a la entidad. Dos características distinguen el crecimiento turístico en Los Cabos, especialmente a partir de la década de los ochenta. a) Un crecimiento sumamente acelerado de la oferta hotelera en la región, mostrado por el número de hoteles y de habitaciones construidos. Mientras en 1970 existían cuatro hoteles con 131 habitaciones, en 1980 eran ya 729 las habitaciones ofertadas; en 1990 se pasó a 35 hoteles con casi tres mil ha23 Gobierno del Estado de B.C.S. (2004a), op. cit. 24 Gámez, Alba (1993), op. cit., p. 100. 25 Gobierno del Estado de Baja California Sur (2004a), op. cit.
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bitaciones y sólo dos años después, en 1992, la oferta hotelera en Los Cabos aumentó 24 por ciento al incrementarse los cuartos a 3,645 con la construcción de 12 hoteles más. Es decir, en un período de 22 años la oferta de la zona aumentó en casi 27 veces. B) Desde sus inicios, la composición de la oferta en Los Cabos tomó una dirección diferente a la del resto del estado. Un indicador que respalda su trayectoria como destino para turistas de altos ingresos es el tipo de categoría de sus habitaciones: en 1972 en la región sólo existían 291 habitaciones, de las cuales 252 eran de categoría I (límite más alto) y 39 de categoría II. No existían categorías menores (el rango más bajo era VI). Además, el promedio de personal ocupado con relación al número de habitaciones era mayor a una persona, lo que se explica en razón de que el mayor lujo de un hotel requiere de servicios y atención adicionales para los clientes. Por su parte, el incremento del número de habitaciones se concentró en las denominadas “Gran Turismo”, “Clase Especial” y de cinco estrellas, categorías demandadas por los estratos de elevados ingresos nacionales y extranjeros, predominantemente; mismas categorías que representaron en conjunto 67 por ciento de la oferta total en 1989. Asimismo, en este año existía una oferta de 931 habitaciones, referidas únicamente a los cuartos de clase especial y gran turismo, que significaron 35 por ciento de la oferta total en Los Cabos. En el resto de Sudcalifornia no existe este tipo de categorías. Para que la oferta hotelera en Los Cabos iniciara y continuara la trayectoria que ahora sitúa a esa región como el mayor destino turístico del estado era obligado que la demanda por los servicios turísticos también aumentara. Dadas las características del entorno geográfico y el incipiente —por no decir nulo— desarrollo de las vías de comunicación en las décadas de los sesenta y principios de los setenta, el acceso turístico a la parte sur de Los Cabos quedó reducido a un número limitado de visitantes principalmente extranjeros, que tenían posibilidad de trasladarse por medios propios (yates o aviones particulares) hasta la zona. De ese entonces a la fecha, elementos como la composición, nivel de ingresos y aún procedencia de los turistas parece haberse mantenido similar. Incluso el tiempo promedio de estadía no se ha modificado significativamente pues se mantiene en los tres días con algunas variaciones leves. Lo que sí ha cambiado de manera notable es el número de los visitantes.
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De 7,800 turistas que visitaban Los Cabos en 1968, se pasó a 194,803 en 1980, y a 264,400 en 1990; cantidad ésta que aumentó poco más de diez por ciento en sólo dos años, al alcanzar la cifra de 298,600 visitantes en 1992. Con relación a la composición interna, de 1974 a 1977 la participación del turista nacional representó un promedio anual de 42.3 por ciento en el total de visitantes a la región cabeña, índice muy alto en relación al porcentaje de 27.3 por ciento que tuvo en los seis años anteriores. Sin embargo, a partir de 1978 inicia una disminución constante de su participación con un leve repunte en 1982 (en que alcanza el 34 por ciento del total de turistas) que encontraría su punto más álgido en 1988 al caer al 11 por ciento. Tardaría cuatro años para ser en 1992, apenas el 15 por ciento.26 El aumento de la afluencia turística nacional registrada en los años de 1974 a 1977 se explica en razón de que en 1974 se decreta la creación del puerto de Cabo San Lucas e inicia operaciones un trasbordador que comunicaba a ese lugar con Puerto Vallarta. De ahí que los mexicanos residentes en el interior del país pudieran viajar y conocer las tierras del sur de Sudcalifornia de manera directa, sin tener que hacer escala en La Paz, donde generalmente se quedaban (si no es que ese era su destino) ante la posibilidad de adquirir productos importados y por la dificultad de hacer el trayecto a Los Cabos. Otro elemento también presente en el comportamiento de la demanda turística, que será por demás explicatorio de los cambios en la composición de los visitantes, fueron los procesos de devaluación de la moneda mexicana en 1976, 1982 y las subsecuentes depreciaciones del tipo de cambio. El número de extranjeros que llegaron a las playas cabeñas tuvo un comportamiento inverso al de los nacionales. Los visitantes extranjeros, en su mayoría provenientes de las costas oeste de Estados Unidos y Canadá, desde 1968 hasta 1973 mantuvieron una participación superior al 70 por ciento en el total de visitantes, misma que disminuyó en el período de 1974 a 1977 a un promedio de tan sólo 57.7 por ciento. No obstante, en los años siguientes subiría vertiginosamente hasta alcanzar el 89 por ciento en 1988, si bien tiene una ligera disminución en 1992 cuando la participación extranjera dentro del total de turistas es de 85 por ciento. 26 Alba Gámez (1993), op. cit.
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Tal situación no resulta extraña. En principio, en Los Cabos siempre ha sido el grupo proporcionalmente más elevado, aún más que en el centro turístico tradicional de La Paz, pues obviamente la zona libre no era un incentivo para su estadía en esa ciudad. Además, en Los Cabos se encontraba, junto a las comodidades de los hoteles de lujo, la belleza por entonces muy poco habitada de las playas, un microclima agradable, múltiples recursos para la pesca deportiva y el sabor autóctono que atrae turistas. Por otra parte, la devaluación del peso que en el turismo nacional es elemento desalentador, para el extranjero se convierte en un factor atractivo toda vez que el valor adquisitivo de su moneda se incrementa. En el periodo de 1974-1977 disminuyó la proporción de la afluencia extranjera respecto a la nacional, incluso en 1975 y 1976 el número de visitantes se redujo respecto a la tendencia de los años anteriores, para luego iniciar un aumento lento hasta 1981 año que precede a la devaluación en que se reduce el flujo de ambas corrientes de turistas; esta situación se repetiría en 1984 y en 1988. Tal circunstancia no contradice el argumento del efecto de la devaluación en el incremento de la afluencia turística extranjera, sólo que ésta no necesariamente se tradujo en mayor afluencia hacia Los Cabos. Lo sucedido fue que, ante la revaluación del dólar, los ciudadanos extranjeros que desean venir a México pueden optar por otros destinos turísticos muy publicitarios como Mazatlán, Puerto Vallarta, Acapulco o Zihuatanejo, y que con relación a Los Cabos de la época de los setenta y aún ochenta eran tanto en centros de diversiones como en expresiones de la cultura mexicana, mucho más atractivos que los ofrecidos en Baja California Sur. Una anotación más respecto a los visitantes en Los Cabos es la siguiente. Según datos de la Secretaría de Turismo (sectur) , en el año de 1991, del total de personas nacionales y extranjeras que arribaron a Los Cabos, 64 por ciento se hospedó en habitaciones que se clasifican como Gran Turismo, Clase Especial y 5 Estrellas, las de más alto nivel. Asimismo, en todas estas categorías la presencia de los turistas extranjeros es mayor a la de los nacionales y más aún en las de Gran Turismo y Clase Especial, en donde representan estos últimos tan sólo nueve por ciento. En términos de derrama, de 1971 a 1992, Los Cabos tuvo una tendencia creciente, y no sólo eso, sino que a través del tiempo su participación relativa significó porcentajes cada vez más altos dentro de los ingresos que dejaba la
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demanda de habitaciones turísticas en Baja California Sur. En la década de los setenta Los Cabos aportaron en promedio 22 por ciento al total estatal de ingresos por ocupación hotelera; en la de los ochenta el promedio fue de casi el 32 por ciento; y respecto a los tres primeros años de la década de los noventa que aquí se analizan, el indicador utilizado significó poco más del 53 por ciento. Es decir, durante los años setenta en promedio los ingresos nominales por ocupación en hoteles fueron de 310.5 millones de pesos; en los ochentas la cantidad promedio creció aceleradamente respecto a la década anterior al ascender a 50.2 millones de pesos; y en los tres primeros años de los noventa la derrama promedio representó 213.9 millones de pesos (que a un tipo de cambio de 3.5 pesos por dólar y considerando la eliminación de tres ceros equivale aproximadamente a 61.1 millones de dólares). Los datos correspondientes a 2003 y 2004 no existen en los reportes del gobierno del estado ni desagregados por municipio o destino, ni globalmente. Pero baste señalar que de acuerdo a una nota en la prensa, a agosto de 2006 se habían recabado 269 millones de dólares (aproximadamente 2,800 mdp) como derrama por turismo. De ese gran total, 99 por ciento fue captado en el municipio de Los Cabos, mientras que La Paz únicamente aportó 0.7 por ciento y Loreto un escaso 0.3 por ciento de esa cantidad.27 Al no ser el turismo identificado como una actividad preponderante en el municipio de Mulegé, no se acopian datos sobre las características de ese sector o de la derrama económica que genera. Atendiendo a que los ingresos de la actividad turística hotelera se explican en última instancia por el número de visitantes que llegan a la zona, dos elementos (sin ser los únicos) explican suficientemente el incremento acelerado de la participación de Los Cabos en la derrama económica por ocupación hotelera: por un lado, el factor económico expresado en el abaratamiento su abaratamiento como destino turístico para el visitante extranjero, por la depreciación de la moneda mexicana; y por otro, la amplia campaña de promoción turística que internacionalmente realizan los inversionistas hoteleros y la Secretaría de Turismo, en su nombre propio y a través de fonatur, respaldada desde luego por la infraestructura que este último financiaba.28 27 El Sudcaliforniano (2006). “Capta BCS 269 mdd por turismo”, El Sudcaliforniano, lunes 02 octubre [http://www.e-tamarindo.com.mx/noticias/lunes/lunes219.htm]. 28 Como es conocido, fonatur es el organismo federal encargado de promocionar destinos
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2.2.2 Loreto: destino turístico aún en construcción A partir de 1993, las estadísticas de turismo estatal incluyen a Loreto de manera separada de Comondú, atendiendo a su calidad de nuevo ayuntamiento. Pese a las expectativas ancladas en el corredor de Loreto-Nopoló, los datos muestran que el comportamiento de la actividad turística sigue presentando retos a su conformación como un destino destacado. La afluencia de turistas apenas si se ha duplicado en un período de diez años (29,889 visitantes en 1993, ver enseguida), y se ha mantenido en poco más de cinco por ciento, en promedio, del total de visitantes a la entidad en ese tiempo. En consonancia con la tendencia estatal es de notar que la mayor parte de estos —un promedio de 70 por ciento en el período— sea de origen extranjero, fundamentalmente de Estados Unidos. No sorprende que desde 1997 el número de visitantes a Loreto se haya mantenido sin grandes variaciones. Los atentados en Estados Unidos en septiembre de 2001 amenazaron con impactar negativamente la afluencia a Loreto. Sin embargo, al igual que en el resto del estado, esto no ocurrió sustancialmente. Al parecer, desde la perspectiva estadounidense, la familiaridad y cercanía de Baja California Sur son vistas como elementos que hacen de la media península un destino seguro. Comparado con el resto de los centros turísticos del estado, Loreto se mantiene en tercera posición, después de La Paz. En 2000 atendió a casi 58 mil turistas, de los cuales tres cuartas partes eran extranjeros. En 2003 Loreto recibió 64 mil visitantes, poco más de tres por ciento de la afluencia por ocupación hotelera en el estado, cifra similar a la del año anterior. Pese a contar con un aeropuerto internacional, sólo dos por ciento de los turistas a Sudcalifornia llegaron por vía aérea a Loreto en 2003; y este destino significó únicamente cinco por ciento de la derrama turística en el estado en 2003, contra siete por ciento en 1992 y 1998.29 La inversión federal a través de fonatur ha dado cuenta de la presencia de Loreto en el mapa turístico internacional pero, ante una inversión privada insuficiente tanto nacional como extranjera, no se ha colocado en un sitio turísticos a través de una estrategia múltiple de fomento a la inversión privada, en la que la destaca la venta de bienes inmuebles y la creación de infraestructura con fines turísticos para dotar de valor a tales bienes (ver www.fonatur.gob.mx). 29 Montaño Cota, Bertha (2001). Documento de Trabajo, memaren, Departamento de Economía, uabcs, La Paz, bcs, mimeo.
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destacado a nivel estatal ni nacional. Por otra parte, en el contexto del plan maestro de polos integralmente planificados la participación de Loreto es la menos destacada de todos los ctip. Incluso en el caso del flujo de visitantes a los ctip por vía aérea, se evidencia —de acuerdo a datos de fonatur— que la demanda de Loreto es menor al uno por ciento. 30 El número de hoteles en Loreto no varió significativamente desde 1976 a 1992 y, de hecho, es en 1998 cuando pasó a 12 establecimientos, hasta ubicarse en 26 en 2003, todos concentrados en la ciudad de Loreto. Los hoteles en el estado tienen en promedio 49 habitaciones: Los Cabos suben su promedio a 91 cuartos por hotel, mientras que el de Loreto es de 29, casi el mismo que La Paz. 31 La oferta de habitaciones ha seguido la misma tendencia; incluso, había más cuartos de hotel en 1980 en comparación con 2002. Fue hasta 2003, con la reapertura del hotel Solare y la inauguración del hotel Camino Real, este último con 155 habitaciones, que aumentó la oferta de cuartos. Sin embargo, pese a ello, han surgido reclamos de comerciantes y personas dedicadas a la actividad turística en Loreto ante la reducida presencia de visitantes y la escasa ocupación hotelera. 32 En este último aspecto, en el período 1998-2001, Loreto acusó 49 por ciento contra 56 por ciento de Los Cabos, la más cercana al 70 por ciento nacional. En 2003 la ocupación hotelera en el municipio fue de 36 por ciento y de 46 por ciento en 2004, comparada con 64 y 73 por ciento, respectivamente, del conjunto de los cipt. 33 Por otra parte, en 2003, Loreto mostraba una reducida infraestructura turística complementaria, al disponer sólo de uno de los nueve campos de golf del estado, si bien éste es de 18 hoyos y da lugar a torneos internacionales; pero no marina alguna. Pese a ser un municipio altamente dependiente de los sectores comercio y turismo, el número de establecimientos de preparación de alimentos es sólo de 25; es decir, aproximadamente cinco por ciento de los existentes en el estado. También en 2003, de acuerdo a estadísticas oficiales, Loreto sólo disponía de una agencia de viajes (de 66 en Sud30 fonatur. Fondo Nacional de Fomento al Turismo (2004). Destinos Fonatur, fonatur [http://www.fonatur.gob.mx/indexcancun.html] (04-02-05). 31 Gobierno del Estado de Baja California Sur (2004a). Op cit., p. 35. 32 El Peninsular (2004). “Escaso turismo en Loreto, comerciantes en crisis”, El Peninsular, 10 de marzo, La Paz, bcs. 33 Ibidem.
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california), y de una arrendadora de autos (de 39 en la entidad). Asimismo, el destino no cuenta con tiempos compartidos (de hecho se registró uno en 2000/2001), que en el caso de Los Cabos se ha situado como opción atractiva a la ocupación hotelera tradicional.34
3. Loreto y Los Cabos: de centros turísticos a polos de crecimiento Entre las razones de la formación de los centros turísticos integralmente planeados se encontraba la reactivación de áreas geográficas con el turismo como impulsor de crecimiento en la región.35 Hacia ese fin se orientó una importante inversión pública en infraestructura en Baja California Sur. En los últimos 20 años, las modificaciones al marco legal que permiten facilidades a la inversión extranjera han representado una captación mayor de recursos privados, dinamizando la construcción de grandes hoteles y centros recreativos, y a la rama de servicios inmobiliarios. Esta inyección de recursos financieros se ha dirigido fundamentalmente al Corredor de Los Cabos, lo que indudablemente explica su despegue con relación al polo turístico de Loreto-Nopoló e, incluso, de La Paz. En Loreto, al parecer el rezago en la inversión privada pareció finalizar con el proyecto Loreto Bay, presentado en febrero de 2004 con una inversión de 2.2 mil millones de dólares.36 Además de los hoteles, el proyecto integra la construcción de un muelle para pescadores, una marina y una villa (esta última planeada para seis mil casas, cuyo precio individual inicia en 150/200 mil dólares)37 y otras urbanizaciones. Así, mientras en Los Cabos las expectativas se centran en la continuación y crecimiento del sector ante el aumento de la demanda por los servicios hoteleros y la afluencia de capitales privados expresada en la oferta de habitaciones, en Loreto las perspectivas para la inversión privada son aún tenues. 34 Gobierno del Estado de Baja California Sur (2004a). Op. cit., p. 205. 35 García Villa (1992), op. cit. 36 Loreto Bay Company (2005), In the News: Construction on Mexico’s newest tourist destination begins [http://www.loretobay.com/] (11.02.05). 37 The Business Journal (2004), “Loreto Bay sells 200 homes in inaugural year”, The Business Journal, Phoenix, 22 de diciembre de 2004, [http://phoenix.bizjournals.com/phoenix/stories/2004/12/20/daily36.html] (07.02.05).
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Por su parte, el gobierno federal a través de fonatur continúa invirtiendo en Loreto, lo que en 2002 se tradujo en 63 millones 830 mil 171 pesos, 45 por ciento del total destinado a ambos cipt en el estado; mientras que Los Cabos ha recibido el 55 por ciento restante.38 En el panorama nacional, fonatur había dedicado a Loreto, hasta 2002, aproximadamente cuatro por ciento de su inversión total en los cipt a nivel nacional, participación no muy distante del casi seis por ciento a Los Cabos.39 La brecha en la canalización de recursos entre la iniciativa privada y el gobierno para aumentar la infraestructura y afluencia de visitantes parece reducirse con proyectos como Loreto Bay, pero sigue siendo notoria al compararla con los resultados en otros destinos en el estado y el país. El sesgo en la estructura productiva a favor del sector terciario, al que ha contribuido importantemente el turismo, que ha conducido a la concentración geográfica y centralización de la inversión en el sur de la media península ha sido acompañado por el predominio de los conglomerados de servicios en detrimento de las unidades productivas pequeñas, como ha ocurrido en Los Cabos. Esta no es la situación en Loreto debido al escaso asentamiento de grandes capitales, lo que por otra parte evita que se padezcan los efectos sociales negativos asociados a una rápida tasa de crecimiento poblacional, problema que en Los Cabos parece haber rebasado la capacidad de las instancias municipales y estatales correspondientes. Sin embargo, se ha generado un debate respecto a las bondades de la promoción de la inversión extranjera en Sudcalifornia, realizada por el gobierno federal —vía fonatur y bancomext—. Por un lado, la venta de terrenos y la instalación de centros poblacionales dirigidos especialmente a extranjeros en territorio nacional se perciben como una opción de crecimiento pero, por otra, se advierte preocupación ante la dotación actual y futura de agua potable tanto para el uso turístico como de la población local, acaparamiento y especulación con la tierra por parte de extranjeros, y contaminación, transculturación y, en general, pérdida de control de los beneficios del crecimiento económico; situación más que evidente en Los Cabos.40 38 Gobierno del Estado de Baja California Sur (2003). Compendio Estadístico del Estado de Baja California Sur 1998-2002, Secretaría de Promoción y Desarrollo Económico, Centro Estatal de Información, La Paz, BCS [http://www.gbcs.gob.mx/informacion/elementos/pdfs/informesdegobierno/v_informe/politico_grafico/grafico.pdf]. 39 fonatur (2004), op. cit. 40 Óscar F. Holguín González (2004), “Análisis sobre la propiedad territorial extranjera en Baja
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En todo caso, el reflejo de la escasa inversión tanto nacional como extranjera en Loreto comparada con otros destinos es observable a partir de la cantidad y distribución de los recursos humanos empleados en el turismo. De acuerdo con las últimas cifras oficiales, correspondientes a 2000, la población ocupada del municipio ascendió a 4,622 personas, de las cuales 64 por ciento se ubica en el sector terciario, 19 por ciento en el secundario, y 15 por ciento en el sector primario. Pese a que en Loreto predomina la población ocupada en el sector servicios, en el marco estatal ésta representa tres por ciento contra 29 por ciento de Los Cabos41 y, desde luego, hay que tener presente que el sector está compuesto por otras ramas además del turismo. Por sector, la rama Restaurantes y Hoteles —quizá la más representativa del turismo— emplea en Loreto a cuatro por ciento contra 65 por ciento en Los Cabos, de los ocupados en ese sector en todo el estado. En ambos municipios las personas en él empleadas trabajaron más de 41 horas a la semana.42 Los empleos más abundantes en la rama Restaurantes y Hoteles se dan en Servicios personales, y Artesanos y obreros (62 por ciento).43 La posibilidad de aumentar el volumen de empleo en turismo está asociada directamente a la inversión privada. Al presente, de acuerdo al gobierno estatal, en 2004 se registró entre enero-marzo y abril-junio un decremento de casi 20 por ciento en la llegada de vuelos al municipio de Loreto; en el año anterior, en el mismo periodo, hubo un incremento cercano al tres por ciento.44 En términos de viajeros recibidos en los aeropuertos internacionales, en 2000 Loreto tuvo tres por ciento, mientras el de Los Cabos atendió 74 por ciento y La Paz 23 por ciento. Cuatro años después, en 2004, los porcentajes eran de 4.5, 64 y 31, respectivamente. Al ser las poblaciones adyacentes a Loreto una fuente precaria de turismo, y la lejanía misma del destino, hace indispensable reanimar la llegada de visitantes por vía aérea. Es de mencionar que como parte de una campaña para atraer visitantes California Sur”, ii y última parte, Alternativa de bcs, No. 51, diciembre, La Paz, bcs, 39-44. 41 inegi. Instituto Nacional de Geografía Estadística e Informática (2004). XII Censo General de Población y Vivienda Baja California Sur [http://www.inegi.mx]. 42 Ibídem. 43 Ibíd. 44 Gobierno del Estado de Baja California Sur (2004), “Hoja Informativa I. Indicadores Básicos”, Programa de Turismo Enero-Junio 2004, 13 de octubre, Secretaría de Promoción y Desarrollo Económico, Centro Estatal de Información, La Paz, bcs [http://www.gbcs.gob.mx/informacion/elementos/pdfs/cei/2004/programa_turismo/hi_tur_enejun.pdf] (24.01.05).
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los cruceros han anclado también en Loreto en los últimos años. En 2002 llegaron 14 embarcaciones con más de 2,500 pasajeros cada uno, 19 en 2003 y 25 en 2004, que significaron aproximadamente 30 por ciento de incremento anual.45 No obstante lo anterior, se hace necesaria una mayor infraestructura turística y de apoyo, así como la mejora en la atención a los visitantes y diversidad de opciones de entretenimiento. En el caso de Los Cabos, las enormes embarcaciones son parte del paisaje del puerto de Cabo San Lucas.
4. Consideraciones finales. Turismo y sustentabilidad en Sudcalifornia Como se indicaba al inicio de este capítulo, un concepto recurrente no sólo en el caso de las actividades turísticas sino en el resto de los sectores en general, es el de desarrollo sustentable. No es éste el espacio para discurrir sobre este tema, pero es menester señalar el vínculo que se ha dado al crecimiento del turismo con esa noción a partir del turismo alternativo, muchas veces equiparado con el de ecoturismo. Las razones para esto se relacionan, entre otras, el mercado potencial asociado al dinamismo de estos subsectores, una creciente conciencia respecto a las bondades de la conservación y preservación de los hábitats y culturas locales, la pérdida de ventaja comparativa de destinos contaminados y la posibilidad de que pobladores de comunidades participen de la actividad económica sin necesidad de un capital financiero inicial alto. Sudcalifornia puede suscribir estas razones y las políticas gubernamentales, organización comunitaria y esfuerzo privado orientarse a la diversificación tanto de la oferta como de los destinos turísticos a partir de la variedad de experiencias que significan las diferentes vertientes del turismo alternativo. Ejemplo de esto son casos exitosos de asociaciones, empresas, o grupos locales organizados a la prestación de estos servicios. Sin embargo la tendencia, inducida por las políticas federales, y suscrita por las instancias estatales no permite vislumbrar un cambio cercano ni en la composición ni en las consecuencias del quehacer turístico en Baja California Sur. 45 H. Ayuntamiento de Loreto (2004), Segundo Informe de Gobierno, Loreto, bcs.
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El impacto del tipo de explotación de los recursos tanto naturales como sociales en la entidad presenta una dualidad conocida: una atractiva derrama económica tanto directa como indirecta por la afluencia de visitantes, y externalidades negativas asociadas al crecimiento turístico, tales como agotamiento de recursos escasos (el agua, esencialmente), vulnerabilidad económica por la dependencia en el sector servicios y las importaciones, presión sobre el uso del suelo y las especies endémicas, déficit hacendario, polarización regional, conflictos sociales derivados de la brecha de ingresos y calidad de vida, especulación con la tierra, cuestionamiento a las nociones de soberanía, y transculturación, entre muchos más. Ante este panorama, la opción ha seguido siendo la explotación intensiva de los recursos naturales y humanos bajo la idea del progreso material. Indudablemente este último es un fin deseable y necesario. Sin embargo, también lo es el conservar un equilibrio societal y natural que permita mantener ese crecimiento y reflejarlo en condiciones de vida que potencien las capacidades no sólo económicas sino culturales de los habitantes en la entidad. Hasta ahora éste no ha sido el resultado de casi treinta años de política turística en Baja California Sur. Tal situación puede ser reflejo de la propia dinámica del sistema de mercado en que se inserta el turismo; pero la historia del turismo en Sudcalifornia es reciente y no puede dejar de señalarse que el tipo de orientación gubernamental y también la ausencia de una visión regional del desarrollo y de capacidad para utilizar los instrumentos disponibles, han sido elementos que explican una concentración indeseable de una actividad turística intensiva, de la inversión pública y privada, y los ingresos en la parte sur de la media península.
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Tercera parte
Procesos y actores de la conservación
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Capítulo 10. Procesos de conservación a través de la creación y manejo de anp
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Procesos de conservación a través de la creación y manejo de áreas naturales protegidas Micheline Cariño, Juan Salvador Aceves y Jesús Zariñán
L
a creación y manejo de las áreas naturales protegidas (anp) es uno de los principales instrumentos para la protección de la naturaleza y la conservación de su biodiversidad. Es un proceso que data del siglo xix, pero desde la década de 1960 se ha multiplicado en cantidad, extensión de superficie y diversidad de los ecosistemas protegidos, y diversificado. Tal pareciera que ante el avance vertiginoso de la devastación, la humanidad ha sentido la urgencia de salvar las porciones de medio ambiente que aún conservan sus características originales. En las últimas décadas, la política ambiental en materia de manejo de las anp, tanto internacional como nacional, ha visto una afortunada reorientación de sus principios y métodos, al considerar la importancia de las interacciones entre los procesos socio-económicos y la conservación de los valores naturales. Las reservas naturales con presencia de comunidades y para las comunidades, demuestran una evolución en la mentalidad ambientalista que permite concretar la conservación como un estilo de desarrollo, tendiendo a superar la visión proteccionista que excluye a las poblaciones locales por una visión realista y conciente de la capacidad humana para cuidar el espacio en [391]
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el que vive. Los mejores custodios de un anp son sus habitantes, si estos entienden y se benefician del mantenimiento de la salud de su ecosistema. Sólo la reapropiación por parte de los locales de los espacios protegidos —y de todos los valores naturales y culturales que ellos contienen— permite pensar en la sustentabilidad de las actividades económicas que ahí se desarrollen. Por sucesivos decretos presidenciales, Baja California Sur es el estado de México que cuenta con mayor superficie bajo algún esquema de protección. Esta situación ha generado cierta incomodidad en el ámbito de la política estatal, especialmente entre los funcionarios y tomadores de decisiones que aún no entienden que la conservación no se opone al desarrollo, sino que es una condición indispensable para que éste se lleve a cabo. Dicha afirmación cobra una relevancia especial en una región donde el estado prístino de su naturaleza es la mayor de sus riquezas y la distingue a nivel mundial. Precisamente, el ser uno de los últimos refugios de la vida silvestre en el planeta ha convertido a esta entidad en una de las regiones prioritarias para la conservación a nivel internacional, atrayendo la atención de todas las organizaciones e instituciones ambientalistas del mundo. La historia de la creación y el manejo de anp como un proceso de conservación a nivel territorial en Baja California Sur, merece un estudio detallado que abarca diferentes aspectos. Por ello presentamos en primera instancia una breve reseña histórica de la política internacional y nacional respecto a la creación de anp, para después analizar los elementos que en el marco legal y en la política ambiental mexicanas sustentan ese instrumento. Por último, en el cuarto apartado explicamos detenidamente la historia de cada una de las seis anp federales de Sudcalifornia.
1. Breve reseña histórica de la política internacional y nacional respecto a la creación de las anp Desde finales del siglo xix, la conservación y preservación de áreas naturales han sido una de las principales estrategias para revertir y prevenir el
wwf trabaja en el establecimiento de reserves marinas en el Golfo de California y apoyó en gran medida la creación de las dos reservas de la biósfera del estado. tnc trabaja para la conservación de las islas del Golfo de California y el establecimiento de servidumbres ambientales. ci ha promovido la organización y vinculación de las ong regionales, así como la organización de talleres para aprovechamiento sustentable de los recursos marinos.
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uso abusivo de la naturaleza. A menudo se considera a George Catlin como el creador del concepto de parques nacionales. En un viaje que realizó a las Dakotas en 1832, se sintió conmovido por el tremendo impacto que la expansión americana hacia el oeste había tenido sobre los pueblos indígenas, sobre la vida silvestre y sobre el medio ambiente en general. Consideró que mediante una decisiva política pública sería posible conservarlos creando grandiosos parques, “parques nacionales compuestos por hombres y bestias, en todo el esplendor silvestre y fresco de su belleza natural”. La propuesta de Catlin fue parcialmente concretada cuando en 1864 el Congreso donó el Valle de Yosemite al estado de California para que se encargara de su preservación bajo la figura de un parque estatal. Posteriormente, en 1872, el Congreso decretó el vasto espacio de Yellowstone (en Wyoming y Montana) como “parque público o lugar de esparcimiento para el beneficio y regocijo de la gente”. Sin un gobierno estatal que pudiera hacerse cargo de su manejo, Yellowstone permaneció bajo la custodia del Departamento del Interior de los Estados Unidos, convirtiéndose así en la primera área en el mundo a ser decretada parque nacional. Con base en este antecedente, el Congreso continuó creando parques nacionales en la última década del siglo xix y la primera del xx, entre los cuales destacan: Sequoia, Mount Rainier, Crater Lake, and Glacier. Desde entonces, el impulso idealista por preservar la naturaleza a menudo fue seguido por el pragmático deseo de promover el turismo, así las vías de tren y hoteles rústicos se establecieron en los primeros parques. Por otra parte, desde 1868 se llevaron a cabo diversas conferencias internacionales para abordar la conservación, pero inicialmente estos esfuerzos se concentraron en cierto tipo de especies y paisajes amenazados, sin que se gestara el concepto de protección territorial. En las décadas posteriores, y hasta los años sesentas, las conferencias internacionales, los programas, las convenciones, los tratados y las organizaciones relacionadas con la protección y la conservación de la naturaleza fueron incrementándose de forma significativa: cuatro entre 1920 y 1929, tres entre 1930 y 1939, entre 1940 y 1949 se registraron 33 tratados. Entre estos últimos destaca el establecimiento de la Unión Internacional de Protección de la Naturaleza, en 1943, en la ciudad
Http://www.nps.gov/history/history/hisnps/NPSHistory/npshisto.htm. Ver el capítulo 1 para conocer en detalle esta información.
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de Bruselas, la cual fue rebautizada en 1961 como la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza y de los Recursos Naturales (uicn). Sin embargo, fue entre 1960 y 1969 que el número de tratados casi se triplicó (se firmaron 92). El incremento vertiginoso de las convenciones internacionales sobre la conservación y la protección de la naturaleza en la década de los sesentas es, sin lugar a duda, una consecuencia del despertar de los movimientos ambientalistas. En el marco de este esfuerzo conservacionista se dio una relevancia prioritaria a la reglamentación internacional sobre la protección de áreas de importancia natural, puesto que ya era imposible omitir la urgencia de un remedio a la creciente degradación el medio ambiente. La relación sociedad-naturaleza era la causa evidente de los procesos devastadores, pero por primera vez en 1968 se consideró que esta relación podía ser también —a través de su manejo—un medio para la conservación. Fue así como bajo el auspicio de la unesco se estableció el Programa sobre el Hombre y la Biósfera (mab, Man And Biosphere, por sus siglas en inglés), cuya finalidad era la de establecer una red de cooperación científica internacional para analizar las interacciones entre el hombre y su ambiente. Los resultados de dicha red permitieron incrementar el conocimiento que existía de los distintos ecosistemas, así como los efectos que el hombre ha tenido sobre estos. El programa también originó la creación de la red de reservas de la biósfera a nivel mundial. Ambas estrategias fueron previstas para frenar y procurar revertir los estragos del deterioro ecológico. La creación de anp en México se remonta a 1876, cuando se decretó como tal al Desierto de los Leones con el propósito de asegurar la conservación de 14 manantiales que abastecían de agua a la Ciudad de México. Durante la primera década del siglo xx, Miguel Ángel de Quevedo impulsó la creación de parques en todo el país y, en los años treinta, el presidente Lázaro Cárdenas (1934-1940) hizo de la conservación de los recursos naturales una de las prioridades de su administración: creó la primera instancia de regulación
D. Heinrich y M. Hergt, Atlas de l´ecologie, La pochothèque, 1993, p.260. Y. Veyret y P. Pech. L’Homme et l’environnement, puf, París, 1993, p. 8. semarnat, conanp y pnd. Programa de trabajo Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, 2001-2006, México, 2001, p. 25. Importante ambientalista mexicano que trabajó para la conservación de los ecosistemas en las primeras décadas del siglo xx.
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ambiental (el Departamento Forestal, de Caza y Pesca) y en su sexenio aumentaron de dos a cuarenta los parques nacionales de México. En las décadas siguientes no se hicieron grandes esfuerzos por crear áreas protegidas y la destrucción de los ecosistemas en todo el país se agudizó, sobre todo a causa del aumento de la ganadería en importantes extensiones de selvas y bosques. Fue hasta los años 1980 que distintos sectores académicos y sociales reaccionaron frente a la problemática ambiental, sentando las bases para los esfuerzos de creación de anp realizados en los años recientes. Fue la presión internacional, sin embargo, y especialmente la agenda ecológica del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, más que la movilización del sector ambientalista mexicano, lo que explica la implementación acelerada de las políticas gubernamentales de protección al medio ambiente en México desde finales de la década de 1980. Esta situación provocó cambios institucionales y un mayor esfuerzo por traducir el discurso ambiental en instrumentos legislativos, reglamentos, normas, políticas, programas y proyectos. Con la creación de la Ley General de Equilibrio Ecológico y de Protección al Ambiente (lgeepa), en 1988, y con el Programa Nacional para la Protección al Medio Ambiente y el Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas (sinanp), establecido un año después, dio inicio la instrumentación de las políticas y acciones enfocadas a la protección ya no sólo del ambiente, sino también de ciertos recursos naturales y de especies amenazadas. A partir de la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro, la política ambiental recibió un gran impulso y el gobierno comenzó a especializar las funciones institucionales de protección al medio ambiente. La política federal mexicana dio un giro en 1992 al atender los problemas ecológicos en el marco de la Secretaría de Desarrollo Social. El mismo año se crearon dos órganos desconcentrados para desplegar las atribuciones de formulación de la política, normatividad y control ambiental, que fueron encomendados a la nueva secretaría: el Instituto Nacional de Ecología (ine) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (profepa).10 Mientras el ine se haría cargo de las
Lane Simonian, La defensa de la Tierra del Jaguar. Una historia de la conservación en México, conabio, semarnap, imernar, México, 1998, p.109-118. semarnat, conanp y pnd, Programa de trabajo..., op. cit., p. 26. 10 Sin embargo, la institución previa a la sedesol era la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología. Y hay quien vio a la sedesol como un retroceso, incluso la creación del ine y la profepa,
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funciones administrativas y normativas derivadas de la política y de la gestión ambiental, la profepa ejecutaría las funciones de inspección y vigilancia del cumplimiento de la normatividad y de las resoluciones derivadas de los actos de autoridad.11 En 1994 se creó la Secretaría para el medio Ambiente Recursos Naturales y Pesca (semarnap), para implementar en sus políticas ambientales el concepto de desarrollo sustentable, integrando factores que se encontraban desarticulados. Por primera vez en México se concentraron en una sola dependencia y a nivel de secretaría de Estado las principales responsabilidades y atribuciones en materia ambiental. El año 1999 fue el más nutrido en cuanto a propuestas para una agenda legislativa respecto a este tema. Se planearon como ejes de la estrategia de la semarnap el ordenamiento del uso del suelo, la conservación de áreas estratégicas por su biodiversidad, impedir o desalentar el cambio del uso del suelo y promover el aprovechamiento sustentable. En 2000 se modificó la lgeepa para hacerla más efectiva y poder responder a las nuevas demandas de la sociedad mediante un enfoque más integrador. Como instrumentos de política ambiental la reforma estructural de la lgeepa incorporó: la normalización del ordenamiento ecológico del territorio, la evaluación del impacto ambiental y una regulación ecológica de los asentamientos humanos. En el mismo año se aprobó la iniciativa de la Ley de Vida Silvestre y, por iniciativa del presidente Ernesto Zedillo, se creó la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (semarnat) que tiene el propósito fundamental de constituir una política federal para la protección ambiental enfocada en revertir las tendencias del deterioro ambiental y sentar las bases para un desarrollo sustentable. Centrándonos en materia de anp, su gestión había sido encomendada en 1992 al ine,12 institución encargada de formular y conducir la política ecológica nacional en ese momento. Desde entonces se han instrumentado una serie de programas cuyo objetivo es concretar en acciones efectivas los principios de conservación y desarrollo sustentable a través de mecanismos e porque no tienen el rango de secretaría sino de órganos desconcentrados, con poco presupuesto y escasa autonomía. 11 ine, Protegiendo al ambiente. Políticas y gestión institucional, logros y retos para el desarrollo sustentable, 1995-2000, semarnap-ine, México, 2000, pp. 22-23. 12 Integrado a la entonces semarnap.
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instrumentos apropiados. Entre estos, retenemos por su importancia para el tema ahora analizado el Programa de Áreas Naturales Protegidas de México (1995-2000)13 que ha permitido dotarlas de planes de manejo, financiamiento y personal. Tal situación ha redundado en la consolidación de las anp, fortaleciendo el marco jurídico y administrativo para su adecuada gestión, así como la ampliación de su extensión y cobertura. Entre 1995 y 2000 fueron decretadas 22 nuevas anp, aumentando la representatividad de ecosistemas estratégicos que estaban subrepresentados, como es el caso de la selva baja caducifolia, los humedales y varios sistemas marinos y arrecifales.14 La importancia asignada a la gestión de anp hizo que se le dotara con un mayor apoyo y especialización a partir del 5 de junio de 2000 cuando —con el respaldo del cnap— inició actividades la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (conanp). Éste es un órgano desconcentrado de la semarnap, en quien recae la responsabilidad de administrar las anp, para que éstas trascendieran su existencia como un mero decreto, hasta ser efectiva y paulatinamente un instrumento de la política ambiental orientado a la conservación y el desarrollo sustentable. Actualmente, las 159 anp de México ocupan 11.34 por ciento del territorio nacional, lo que representan 222 ,757 km². De ellos Baja California Sur concentra el 13 por ciento (28,879 km²), siendo de esta forma, junto a Baja California, uno de los estados de la república con mayor territorio bajo algún esquema de protección.
2. Marco legal para la creación y manejo de Áreas Naturales Protegidas La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es el marco superior del cual se derivan la legislación y reglamentación secundarias. En cuanto a los aspectos ambientales, los artículos 4º, 25º, 27º y 73º proporcionan la base constitucional que interesa para este capítulo. El artículo 4º dispone que toda persona “tiene derecho a un medio ambiente adecuado para su desarrollo y bienestar”.15 El artículo 25º establece que bajo “criterios de 13 ine, Protegiendo…, op. cit., pp. 26-27. 14 Ídem, p. 41. 15 semarnat, Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (Artículos Ambientales), 4 de septiembre de 2005, http://portal.semarnat.gob/marco_juridico/constitucion.sthtml. zip, p. 1.
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equidad social y productividad se apoyará e impulsará a las empresas de los sectores social y privado de la economía, sujetándolos a las modalidades que dicte el interés público y al uso, en beneficio general, de los recursos productivos, cuidando su conservación y el medio ambiente.”16 Por su parte, el artículo 27º determina: La Nación tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público, así como el de regular, en beneficio social, el aprovechamiento de los elementos naturales susceptibles de apropiación, con objeto de hacer una distribución equitativa de la riqueza pública, cuidar de su conservación, lograr el desarrollo equilibrado del país y el mejoramiento de las condiciones de vida de la población rural y urbana. En consecuencia, se dictarán las medidas necesarias para ordenar los asentamientos humanos y establecer adecuadas provisiones, usos, reservas y destinos de tierras, aguas y bosques, a efecto de ejecutar obras públicas y de planear y regular la fundación, conservación, mejoramiento y crecimiento de los centros de población; para preservar y restaurar el equilibrio ecológico; para el fraccionamiento de los latifundios; para disponer, en los términos de la ley reglamentaria, la organización y explotación colectiva de los ejidos y comunidades; para el desarrollo de la pequeña propiedad rural; para el fomento de la agricultura, de la ganadería, de la silvicultura y de las demás actividades económicas en el medio rural, y para evitar la destrucción de los elementos naturales y los daños que la propiedad pueda sufrir en perjuicio de la sociedad.17
Finalmente, el artículo 73º, Fracción xxix-g, dispone que el Congreso tiene facultad “para expedir leyes que establezcan la concurrencia del Gobierno Federal, de los gobiernos de los Estados y de los Municipios, en el ámbito de sus respectivas competencias, en materia de protección al ambiente y de preservación y restauración del equilibrio ecológico”.18 Siendo esto así, la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (lgeepa), es reglamentaria de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en lo que se refiere a la protección al ambiente y a la 16 Ídem, p. 2. 17 Ibídem. 18 Ídem, p. 11.
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preservación y restauración del equilibrio ecológico, y define como uno de sus objetivos la “preservación y protección de la biodiversidad, así como el establecimiento y administración de las áreas naturales protegidas”.19 Para estos efectos, la Ley considera de utilidad pública a las anp y las define como “zonas del territorio, y aquéllas sobre las que la nación ejerce su soberanía y jurisdicción, en donde los ambientes originales no han sido significativamente alterados por la actividad del ser humano o que requieren ser preservadas y restauradas y están sujetas al régimen previsto en la presente Ley”,20 asignándole a la Federación la facultad de establecer, regular, administrar y vigilar las de competencia federal21 y a las entidades federativas (con la participación de los municipios) las previstas en las legislaciones locales.22 Sin embargo, se prevé la posibilidad de que, por medio de convenios o acuerdos con la Federación, los estados o el Distrito Federal puedan manejar y vigilar las anp de competencia federal.23 Por otro lado, también se establece que para realizar obras en anp de competencia federal se requiere la autorización previa de la semarnat en materia de impacto ambiental con la finalidad de reducir los efectos negativos sobre el ambiente,24 por lo que la evaluación se realizará considerando lo establecido en las declaratorias respectivas.25 Al constituirse una anp, la Ley estipula que los propietarios o legítimos poseedores de tierras, bosques o aguas dentro de las áreas naturales protegidas estarán sujetos a lo marcado en los decretos de constitución de dichas áreas, así como a sus programas de manejo y de ordenamiento territorial.26 Las áreas naturales protegidas tienen por objetivo la preservación de los ambientes naturales representativos; cuidar de la diversidad genética de las especies silvestres; propiciar el aprovechamiento sustentable de los ecosistemas; promover la investigación científica; generar, rescatar y divulgar conocimientos para la preservación y el aprovechamiento sustentable de la 19 20 21 22 23 24 25 26
Art. 1, Fracc. iv, lgeepa. Art. 3, Fracc. ii, lgeepa. Art. 5, Fracc. viii, lgeepa. Art. 7, Fracc. v, lgeepa. Art. 11, Fracc. i, lgeepa. Art. 28, Fracc. xi, lgeepa. Art. 35, lgeepa. Art. 44, lgeepa.
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biodiversidad; proteger poblados e infraestructura mediante zonas forestales en montañas y proteger el entorno natural de sitios de importancia para la recreación, la cultura y la identidad nacionales.27 Los tipos de anp definidas por la Ley son los siguientes: a) Reservas de la biósfera; b) Parques nacionales; c) Monumentos naturales; d) Áreas de protección de recursos naturales; e) Áreas de protección de flora y fauna; f) Santuarios; g) Parques y Reservas Estatales, y h) Zonas de preservación ecológica de los centros de población. Los gobiernos estatales y del Distrito Federal, según su legislación local, podrán establecer parques y reservas estatales, siempre y cuando no se encuentren en áreas declaradas previamente como protegidas; por otro lado, los municipios, con base en las legislaciones locales, podrán establecer las zonas de preservación ecológica de los centros de población. En todos los casos, no podrán fundarse nuevos centros de población dentro de las anp28. La creación y manejo de las anp no se considera una responsabilidad exclusiva del Gobierno Federal, por lo que se prevé, a través de convenios o acuerdos, la participación de los diferentes órdenes de gobierno y de los sectores social y privado, para garantizar un desarrollo integral de las comunidades y la preservación de los ecosistemas y su biodiversidad. 29 Las características que definen a las reservas de la biósfera son, en primera instancia, que se establecerán en áreas biogeográficas con ecosistemas no alterados por actividades antropogénicas o que requieran de preservación o restauración y en las cuales habiten especies representativas de la biodiversidad, endémicas o con alguna categoría de protección. Dentro de estas áreas se definirán zonas núcleo que serán las mejor conservadas y con ecosistemas o especies de flora y fauna que requieran protección especial. En éstas sólo podrán realizarse actividades de preservación, de investigación científica y 27 Art. 45, lgeepa. 28 Art. 46, lgeepa. 29 Art. 47, lgeepa.
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educación ecológica. También en estas reservas se determinarán las zonas de amortiguamiento que protegerán a las zonas núcleo del impacto exterior y en donde sólo se autorizarán: (…) actividades productivas emprendidas por las comunidades que ahí habiten al momento de la expedición de la declaratoria respectiva o con su participación, que sean estrictamente compatibles con los objetivos, criterios y programas de aprovechamiento sustentable, en los términos del decreto respectivo y del programa de manejo que se formule y expida, considerando las previsiones de los programas de ordenamiento ecológico que resulten aplicables. 30
Los parques nacionales se constituirán por ecosistemas que “signifiquen por su belleza escénica, su valor científico, educativo, de recreo, su valor histórico, por la existencia de flora y fauna, por su aptitud para el desarrollo del turismo, o bien por otras razones análogas de interés general.”31 En estos parques sólo se autorizarán actividades de protección o de incremento de sus recursos naturales y de investigación, recreación, turismo y educación ecológicos.32 También se podrán establecer parques nacionales en zonas marinas (que pueden incluir la zona marítimo terrestre contigua) con el objeto de preservar los ecosistemas marinos y que promuevan el aprovechamiento sustentable de la flora y fauna acuáticas. En este sentido, sólo se autorizaran actividades de conservación, investigación, repoblación, recreación, de educación y de aprovechamiento sustentable de sus recursos.33 El establecimiento de los monumentos naturales se realizará en áreas con lugares u objetos naturales que por sus valores únicos o excepcionales, de interés estético, histórico o científico, se determine aplicarles la categoría de protección absoluta. En estas áreas sólo podrán realizarse actividades de preservación y protección, investigación científica, recreación y educación.34 Las áreas de protección de recursos naturales se constituyen para “la preservación y protección del suelo, las cuencas hidrográficas, las aguas y en general los recursos naturales localizados en terrenos forestales de aptitud 30 31 32 33 34
Art. 48, lgeepa. Art. 50, lgeepa. Ibídem. Art. 51, lgeepa. Art. 52, lgeepa.
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preferentemente forestal, siempre que dichas áreas no queden comprendidas en otra de las categorías previstas en el artículo 46 de esta Ley”35. En estas áreas sólo se autorizarán actividades relacionadas con la protección y preservación de los recursos en ellas comprendidas y aquellas que sean estrictamente compatibles con lo dispuesto en el decreto que las establece y del programa de manejo respectivo.36 Las áreas de protección de la flora y la fauna se constituirán en aquellos lugares que “contienen los hábitat de cuyo equilibrio y preservación dependen la existencia, transformación y desarrollo de las especies de flora y fauna silvestres”. 37 En éstas podrán autorizarse actividades de preservación, repoblación, propagación, aclimatación, refugio, investigación, educación y difusión. Las relacionadas al aprovechamiento sustentable de las especies señaladas se permitirán a las comunidades existentes al momento de su declaratoria y a lo dispuesto en la misma ley (nom y usos del suelo). Los santuarios se constituyen en áreas con una riqueza considerable de “flora o fauna, o por la presencia de especies, subespecies o hábitat de distribución restringida”38 En estas zonas se autorizarán actividades de investigación, recreación y educación ambiental.39 Para el establecimiento de anp de competencia federal se requiere una declaratoria40 que demanda, previa a su expedición, de estudios justificativos y de las opiniones de los gobiernos locales, de las organizaciones sociales y privadas, de las localidades y pueblos indígenas y de las instituciones académicas y de investigación.41 Los sectores social y privado (que incluyen pueblos indígenas y personas físicas) pueden promover el establecimiento de anp en terrenos de su propiedad, ante lo cual la semarnat promoverá la expedición de la declaratoria correspondiente.42 Las declaratorias de las anp de competencia federal, deben contener: la delimitación precisa del área; las modalidades del uso o aprovechamiento de 35 36 37 38 39 40 41 42
Art. 53, lgeepa. Ibídem. Art. 54, lgeepa. Art. 55 lgeepa. Ibídem. Art. 57, lgeepa. Art. 58, lgeepa. Art. 59, lgeepa.
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los recursos naturales y, en su caso, de los sujetos a protección; las actividades permitidas; el fundamento de la expropiación de terrenos; los lineamientos generales de administración, de creación de órganos representativos, de fondos y del programa de manejo, y los lineamientos para las acciones de preservación, restauración, de manejo sustentable, de administración y vigilancia.43 Si se desea realizar la exploración, explotación o aprovechamiento de recursos en áreas naturales protegidas se podrán autorizar siempre y cuando se sujeten a las declaratorias de creación y a los programas de manejo, y si se demuestra la capacidad técnica y económica del solicitante.44 Por otro lado, la misma Ley establece que el Ejecutivo Federal, los gobiernos estatales y municipales promoverán los recursos y estímulos fiscales para el establecimiento y manejo de áreas naturales protegidas,45 así como la autorización para la realización de obras o actividades que se sujeten a las declaratorias y programas de manejo correspondientes.46 El programa de manejo de las anp debe contener: las características físicas, biológicas, sociales y culturales; las acciones a realizar; la forma de administración, sus reglas y mecanismos de participación; los objetivos del área y los inventarios biológicos existentes.47 El 30 de noviembre del 2000 en el Diario Oficial de la Federación se publicó el Reglamento de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente en Materia de Áreas Naturales Protegidas, cuyo objetivo abarca “el establecimiento, administración y manejo de las áreas naturales protegidas de competencia de la Federación”.48 De acuerdo a su categoría de manejo, en la administración de las áreas naturales protegidas deberán definirse los lineamientos, políticas y acciones tendientes a la conservación de los ecosistemas, al aprovechamiento sustentable de sus recursos y a la inspección y vigilancia. También se observarán las medidas financieras para su operación y las acciones de coordinación interinstitucional y de concertación entre los tres órdenes de 43 44 45 46 47 48
Art. 60, lgeepa. Art. 64, lgeepa. Art. 64 bis, lgeepa. Ibídem. Art. 66, lgeepa. Art. 1, Reglamento de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente en Materia de Áreas Naturales Protegidas.
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gobierno.49 En general la administración de las anp es responsabilidad de la semarnat pero, según el caso, esta secretaría puede coordinarse para tal proceso con la Secretaría de Marina. 50 En caso de que personas físicas o morales se interesen en administrar un área natural protegida, “deberán demostrar ante la Secretaría que cuentan con capacidad técnica, financiera o de gestión, y presentar un programa de trabajo acorde con lo previsto en el programa de manejo”. 51 Con la finalidad de formular, ejecutar y evaluar la política en materia de áreas naturales protegidas de competencia federal, en 1995 la semarnat creó el Consejo Nacional de Áreas Naturales Protegidas (cnanp) como órgano de apoyo constituido por representantes de dependencias de la Administración Pública Federal, de instituciones académicas y de investigación, de organizaciones sociales, privadas y no gubernamentales, cuyas opiniones son consideradas por la propia semarnat para el establecimiento, administración y vigilancia de las anp.52 El cnanp, en tanto que órgano colegiado, tiene como principales atribuciones las de ser consultado para el establecimiento o modificación de anp, su manejo y vigilancia, y opinar sobre quién puede administrarlas. Para realizar este proceso debe considerar las opiniones de los sectores social y privado y de las universidades, sobre el manejo y administración de las anp.53 Otra atribución del cnanp consiste en proponer criterios sobre el funcionamiento del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (sinap) que incluye las áreas que por su biodiversidad y características ecológicas son consideradas de especial relevancia en el país.54 Las anp que conforman el sinap son incluidas en el Registro Nacional de Áreas Naturales Protegidas, donde se inscriben los decretos de declaración de las áreas de interés federal. Este Registro está incorporado al Sistema Nacional de Información Ambiental y de Recursos Naturales55 Antes de 1996, todas las áreas decretadas con algún régimen de protección eran incluidas al sinap, independientemente de los procesos de dete49 50 51 52 53 54 55
Art. 5, del Reglamento… Art. 6, del Reglamento… Art. 7, del Reglamento… Art. 56 bis, lgeepa. Art. 16, del Reglamento… Art. 76, lgeepa. Art. 74, lgeepa.
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rioro que se observaban en algunas de ellas. A partir de ese año, el sinap incluyó sólo a aquellas que por sus características ecológicas y biodiversidad, se consideren de especial relevancia en el país. Desde entonces, y previo consenso en el cnanp, el sinap incluyó a las áreas naturales protegidas considerando nuevos criterios: “la riqueza de especies, endemismos, especies de distribución restringida, especies en riesgo de extinción, recambio de especies, diversidad de ecosistemas, fenómenos naturales, integridad funcional, servicios ecológicos y extensión del área.”56 En el Reglamento en Materia de Áreas Naturales Protegidas se especifican las principales características de las áreas que se incorporen al sinap; éstas pueden ser: la riqueza de especies; la presencia de endemismos, de especies de distribución restringida y de especies en riesgo; ecosistemas presentes; ecosistemas relictuales; presencia de ecosistemas de distribución restringida y de fenómenos naturales importantes o frágiles; integridad funcional de los ecosistemas; importancia de los servicios ambientales generados, y la viabilidad social para su preservación.57 Otro tipo de órgano colegiado y de apoyo previsto en el citado Reglamento son los Consejos Asesores de las anp. Éstos deben ser constituidos por la semarnat como apoyo de los directores de las áreas protegidas58 y se conformarán con representantes del gobierno federal, los estatales y los municipales, de instituciones académicas y de investigación, y de los sectores social y privado. 59 Estos consejos tendrán como atribuciones, entre otras, las de promover las tareas de conservación y protección; participar en la elaboración del programa de manejo; proponer acciones para el programa operativo anual; promover la participación social; opinar sobre los proyectos que instrumenten y coadyuvar en las acciones relativas al financiamiento.60 A su vez, estos consejos podrán, según sus características, crear Subconsejos Sectoriales o Regionales; Científico-Académicos o de Desarrollo Social y Concertación.61 Por otro lado, para el establecimiento, 56 semarnap-ine, Protegiendo al ambiente. Políticas y gestión institucional. Logros y retos para el desarrollo sustentable. 1995-2000, México, 2000, p. 43 57 Art. 37, Reglamento… 58 Art. 17, Reglamento… 59 Art. 20, Reglamento… 60 Art. 18, Reglamento… 61 Art. 24, Reglamento…
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administración y manejo de las áreas naturales protegidas, el reglamento establece que la semarnat: (…) podrá suscribir convenios de concertación o acuerdos de coordinación con los habitantes de las áreas, propietarios, poseedores, gobiernos locales, pueblos indígenas, instituciones académicas y de investigación y demás organizaciones sociales, públicas y privadas, con el fin de propiciar el desarrollo integral de la comunidad y de asegurar la protección, conservación, desarrollo sustentable y restauración de los ecosistemas y su biodiversidad.62
Estos instrumentos podrán elaborarse en torno a la propia administración de las áreas, para casos de emergencias, para las acciones de capacitación y educación ambiental, para la asistencia técnica y apoyo a los proyectos de desarrollo y para los aspectos del financiamiento y de investigación.63 El artículo 72 del citado Reglamento establece que las anp deberán contar con un programa de manejo que se sujetará a lo dispuesto en la declaratoria de la propia área y tendrá como objetivo la administración de la misma. Para elaborar este programa se promoverá la participación de las localidades que se encuentren dentro del área correspondiente y de los sectores público, social y privado,64 debiendo contener, además de lo señalado por la Ley, las delimitaciones de la zona de influencia de la propia área y de las subzonas que se señalen en la declaratoria.65 También como lo señala la Ley, se deberán incluir en el programa las reglas administrativas que deberán contener, sujetándose a la declaratoria y demás disposiciones legales: las disposiciones generales, los horarios de visita para las diversas actividades, actividades y aprovechamientos permitidos, las prohibiciones y las faltas administrativas.66 Este programa se revisará por lo menos cada cinco años 67 y podrá ser modificado cuando resulte inoperante para el cumplimiento de los objetivos, es decir, cuando las condiciones naturales y originales hayan cambiado, que técnicamente no puedan cumplirse las estrategias o acciones del programa 62 63 64 65 66 67
Art. 31, Reglamento… Art. 32, Reglamento… Art. 73, Reglamento… Art. 74, Reglamento… Art. 75, Reglamento… Art. 77, Reglamento…
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vigente, o que se demuestre la necesidad de adecuar la definición de las subzonas señaladas en la declaratoria correspondiente.68 En cuanto a los usos y aprovechamientos dentro de las áreas, la semarnat autorizará las tasas respectivas y definirá los límites de cambio aceptable o las capacidades de carga correspondientes, 69 y sólo podrán realizarse aprovechamientos que generen beneficios a los pobladores que ahí habiten, acordes con el desarrollo sustentable, la declaratoria respectiva, el programa de manejo y demás disposiciones legales aplicables. Estos aprovechamientos podrán realizarse para el autoconsumo o para actividades y proyectos de manejo y aprovechamiento sustentable de la vida silvestre, así como agrícolas, pecuarios, forestales, pesqueros, acuícolas o mineros.70 En cuanto a los usos turísticos y recreativos, se podrán realizar siempre y cuando se sujeten a lo establecido en el programa de manejo de cada área natural protegida.71 Los investigadores que realicen actividades de colecta deberán contar con la autorización respectiva y respetar las reglas administrativas del área.72 Para la realización de actividades de educación ambiental, investigación sin colecta o manipulación de especies, monitoreo sin colecta o manipulación de especies, filmaciones y fotografía con fines científicos, culturales o educativos, deberán presentar un aviso y el proyecto correspondiente a la dirección del área respectiva.73 Para las acciones y actividades de inspección y vigilancia dentro de las anp, será la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente la responsable de observar el cumplimiento de las disposiciones del citado Reglamento,74 y para la vigilancia de los parques nacionales establecidos en zonas marinas, se llevará a cabo en coordinación con la Secretaría de Marina.75 Por otra parte, la Ley Federal de Derechos establece que se pagarán derechos por el uso y aprovechamiento de los bienes del dominio público de la Nación76 y, para el caso de las Áreas Naturales Protegidas, en los Artículos 194-c 68 69 70 71 72 73 74 75 76
Art. 78, Reglamento… Art. 80, Reglamento… Art. 81, Reglamento… Art. 82, Reglamento… Art. 85, Reglamento… Art. 105, Reglamento… Art. 137, Reglamento… Art. 138, Reglamento… Diario Oficial de la Federación, “Ley Federal de Derechos”, consultada el 17 de octubre de
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y 194-c-1 determina que para el uso y aprovechamiento de los elementos y recursos naturales de estas áreas se pagarán derechos por: el otorgamiento de concesiones o permisos, el levantamiento topográfico de las áreas a concesionar, el otorgamiento de permisos a prestadores de servicios turísticos (vehículos terrestres, acuáticos u otros), y por los certificados o constancias emitidos por el Registro Nacional de Áreas Naturales Protegidas.77 También determina que para el uso, goce o aprovechamiento de los elementos marinos e insulares públicos dentro de anp se pagarán derechos por las actividades recreativas o turísticas (náutico-recreativas). Para efectos de este artículo se consideran en Baja California Sur los Parques Nacionales “Cabo Pulmo” y “Bahía de Loreto”, las Áreas de Protección de Flora y Fauna “Islas del Golfo de California” y “Cabo San Lucas” y la Reserva de la Biósfera “El Vizcaíno” (rebivi). También se establece pago de derechos por filmaciones o video grabaciones con fines comerciales.78 Para el caso del goce o aprovechamiento no extractivo de elementos naturales o escénicos dentro de las anp terrestres se pagarán derechos por las actividades turísticas, recreativas y deportivas, así como por filmaciones o video grabaciones con fines comerciales. Para este artículo sólo se consideran en B.C.S. las Reservas de las Biósferas “El Vizcaíno” y “Sierra La Laguna” (rbsll).79 En todos los casos los recursos que se obtengan por el pago de los derechos correspondientes se destinarán a la conanp para acciones de manejo, conservación, protección y restauración de las anp. La Ley Minera, reglamentaria del artículo 27° Constitucional en materia minera, establece que la exploración, explotación y beneficio de los minerales se sujetarán a las condiciones que establece esta Ley. Con respecto a los minerales y sustancias que en ésta se definen y que se encuentren dentro de las áreas naturales protegidas, el Artículo 20° determina que su exploración y explotación sólo podrán realizarse con la autorización de la autoridad que tenga a su cargo dichas áreas, en observancia a las disposiciones aplicables.80 77 78 79 80
2005 en http://www.semarnat.gob.mx/, p. 1. Ídem, p. 121-122. Art. 198, Ley Federal de Derechos. Art. 198, Ley Federal de Derechos. Diario Oficial de la Federación, “Ley Minera”, consultada el 17 de octubre de 2005 en http:// www.semarnat.gob.mx/, pp. 1 y 9.
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Por lo que se refiere a la legislación estatal, la Ley de Equilibrio Ecológico y Protección del Ambiente del Estado de Baja California Sur (leepabcs) es reglamentaria de la Constitución Política del Estado de Baja California Sur en materia de preservación y restauración del equilibrio ecológico y la protección al ambiente. Sus disposiciones son de orden público e interés social en el ámbito territorial donde ejerce su soberanía y jurisdicción, estableciendo la normatividad para, entre otros objetivos, proteger las áreas naturales de jurisdicción estatal.81 Esta Ley define a las áreas naturales protegidas como aquellas “zonas del territorio del estado, cuyas condiciones ambientales no han sido alteradas de manera importante por la actividad del hombre y que han sido legalmente protegidas y sometidas a destinos y aprovechamientos específicos para conservar los ecosistemas representativos”.82 También define al parque estatal como la “extensión geográfica que por su ubicación, configuración topográfica, geológica, histórica y estética, caracterizan una identidad territorial”.83 La ley le otorga al gobierno del estado la facultad para crear y administrar las áreas naturales protegidas, parques naturales, urbanos y áreas verdes de jurisdicción estatal.84 Para el caso de las áreas naturales protegidas, se determina que estarán sujetas a protección como reservas ecológicas, imponiéndoles limitaciones para realizar sólo usos y aprovechamientos de interés social, y convenientes para la entidad.85 Estas áreas tienen el propósito de preservar los ambientes naturales; aprovechar racionalmente los ecosistemas y sus elementos; proteger los sitios de interés histórico-cultural, arqueológico y escénico; propiciar la investigación y la educación del medio ambiente y la generación de conocimientos y tecnología para la preservación y el aprovechamiento racional y sostenido de los recursos naturales.
3. Instrumentos de política ambiental para la creación y el manejo de Áreas Naturales Protegidas México cuenta con una gran diversidad biológica (segundo lugar en el mundo en diversidad de reptiles; quinto lugar en mamíferos y cuarto lugar 81 82 83 84 85
Art. 1, leepabcs. Art. 2- iii, leepabcs. Art. 2- xxiii, leepabcs. Art. 4-iii, leepabcs. Art. 85, leepabcs.
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en anfibios), la cual se ha visto amenazada por las fuertes presiones que ejercen el crecimiento de los asentamientos humanos, las diferentes obras de infraestructura y las actividades agropecuarias, forestales y pesqueras. Para contener y revertir este deterioro, se asumió la estrategia de la creación de las áreas naturales protegidas con el objeto de proteger los ecosistemas estratégicos (originales, poco alterados y de gran riqueza biológica y paisajística) asignándoles algún régimen de protección. Sin embargo, las primeras décadas en las que fueron creadas las anp, no les fueron otorgados los apoyos necesarios para su correcta operación como son, entre otros, la elaboración de planes de manejo y la asignación de personal profesionalizado, infraestructura y recursos financieros.86 Al ampliarse y profesionalizarse los quehaceres de la política ambiental mexicana, una correcta gestión de las anp se evidenció como un tema central. Esto explica la constitución de la conanp y la elaboración del Programa de Trabajo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas 20012006 cuyo propósito fundamental es consolidar y dar funcionalidad al sinap. El objetivo general del Programa consistió en dotar “a las anp de personal, recursos técnicos y financieros, e infraestructura para lograr un nivel administrativo suficiente para operar los programas de manejo respectivos”.87 Este proyecto planteó entre sus estrategias y acciones las de continuar con la elaboración y publicación de los Programas de Manejo; asignar los recursos económicos para la operación de las anp y asegurar el personal, la infraestructura y el equipo necesarios para la operación de las áreas.88 Es así como los instrumentos de política ambiental que se constituyeron como los ejes rectores de la conservación, uso y aprovechamiento de las anp fueron: los planes de manejo, programas de trabajo, programas integrales de desarrollo y/o programas operativos anuales. Antes de la creación de estos instrumentos, las anp se limitaban exclusivamente a lo establecido en los decretos correspondientes, en cambio en los programas de manejo se precisan: objetivos, políticas, estrategias y acciones que regulan las actividades de conservación, protección, uso y aprovechamiento en las zonas dentro de cada área sujeta a alguna 86 semarnap-ine, Protegiendo al ambiente..., op. cit., p. 39. 87 Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Programa de Trabajo, Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas 2001-2006, México, 2001, p. 55. 88 Ibídem.
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categoría de protección. La eficacia y efectividad de los programas depende de que en su elaboración se utilicen el conocimiento científico y técnico, junto con la participación de las comunidades que habiten en las zonas, de tal suerte que la conservación y el uso adecuado de los recursos naturales se realicen bajo reglas y normas previamente establecidas y consensuadas, en la perspectiva del mejoramiento de la calidad de vida las comunidades.89 El programa de manejo de cualquier anp deberá contener, entre otros, los siguientes datos: “la especificación de las densidades, intensidades, condicionantes y modalidades a que se ajustarán las obras y actividades que se vienen realizando en las mismas, en términos de lo establecido en el Decreto de creación del Área Natural Protegida y demás disposiciones legales y reglamentarias aplicables”.90 Al respecto, los términos de referencia acotan las características que deben cumplir los contenidos de los programas, integrándose en varias secciones tales como: “Introducción; Objetivos, Descripción; Diagnóstico y Problemática; Ordenamiento y Zonificación, Subprogramas y Reglas Administrativas; entre otras…”91 Actualmente, México “cuenta con 33 áreas naturales protegidas cuyos programas de manejo están publicados, lo que representa una cobertura del 56 por ciento del territorio protegido”92 es decir, 9´619,113 ha de las 17´313,133 ha del territorio que comprenden las anp. Baja California Sur cuenta con la publicación de los programas de manejo de las Reservas de la Biósfera “El Vizcaíno” y “Sierra La Laguna”, del “Parque Nacional Bahía de Loreto”, del “Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California” y del “Complejo Insular del Espíritu Santo”, lo que representa aproximadamente 3’168,808.1 hectáreas93 de la superficie protegida, es decir, el 99.65 por ciento. Adicionalmente, se cuenta con el borrador del Programa de Manejo y Conservación del “Parque Nacional Cabo Pulmo”.94 89 semarnap-ine, Protegiendo al ambiente…, op. cit., pp. 46 y 47. 90 semarnat-conanp, Programas de Conservación y Manejo (términos de referencia), http:// conanp.gob.mx/anp/proframas-manejo/terminos_referencia.pdf, p. 1, (29.08.05). 91 Ibídem. 92 semarnat-conanp, Programas de manejo…, op. cit. 93 En este total de hectáreas se incluyen las correspondientes a las islas de todo el Golfo de California. Debido a que no existe información precisa de cada una de ellas, se calculan aproximadamente 300,000 ha para el conjunto del área y esto imposibilita calcular la superficie protegida que le corresponde a Baja California Sur. 94 Ver http://www.apps.cofemer.gob.mx/cofemerapps/scd_expediente_3.asp?id=04/0519/210207. Aquí está el dictamen final sobre dicho programa.
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Si bien los programas de manejo son indispensables para la correcta gestión de las anp, no son suficientes. Se requiere además de personal que los aplique y les dé seguimiento, así como de los Consejos Técnicos Asesores que fungen como espacios de concertación y de participación de los diferentes sectores que actúan en las anp. Estos consejos tienen el propósito de apoyar a los directores de las áreas protegidas y se constituyen con los representantes de los tres órdenes de gobierno, de instituciones académicas y centros de investigación y de las organizaciones sociales, ejidos y comunidades, propietarios privados o poseedores de la tierra dentro del área y organismos empresariales relacionados con la conservación y uso de los recursos de las propias áreas. Los consejos son órganos de consulta, de apoyo y de gestión y observancia de las políticas ambientales dispuestas por la legislación y normatividad vigentes en la materia, así como lo establecido en los decretos y programas de manejo de cada anp. En la tabla siguiente se indica la fecha de constitución de los consejos asesores de las anp sudcalifornianas, así como la composición de su personal directivo. anp
Reserva de la Biósfera El Vizcaíno
Fecha de constitución
14 de mayo de 1997
Reserva de la Biósfera Sierra La Laguna,
31 de agosto de 1999
Parque Nacional Bahía de Loreto
17 de septiembre de 1999
Presidente Honorario
Gobernador del Estado
Presidente Ejecutivo
Electo por mayoría de votos
Gobernador del Estado
Electo por mayoría de votos
Gobernador del Estado
Elegido por votación directa
Secretario Técnico
Secretario Operativo
semarnap, ine, Programa de Manejo rbivi, 2000, 121 pp.
Director de la Reserva
Director de la Reserva
Director del Parque
Referencia
Delegado de la semarnat
semarnat, conanp, Programa de Manejo rbsll, 2003, pp. 74 y 89. semarnat, conanp, Programa de Manejo pnbl, 2002, p. 9.
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El Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California cuenta con un Consejo Técnico Asesor constituido en noviembre de 1998 y el cual opera a través de Consejos Estatales.95 Otro de los instrumentos de conservación son los Programas de Desarrollo Regional Sustentable (proders), con los cuales la conanp pretende promover el desarrollo sustentable en las anp y en regiones pobres y de extrema pobreza con gran biodiversidad (Regiones proders), a través del impulso de la planeación y gestión integral de largo plazo y con participación de los diferentes sectores. Las anp y las regiones proders son las que integran “las Regiones Prioritarias para la Conservación (rpc), con la diferencia de que las primeras cuentan con un decreto de protección y un Programa de Manejo como instrumento de planeación para la realización de acciones; y en las segundas se cuenta con el diseño técnico de un programa de desarrollo sustentable a nivel regional, y no se cuenta con decreto alguno.”96 Para obtener un mayor impacto en el manejo y aprovechamiento de los recursos naturales los proders operan en tres escalas de atención: 1) Escala regional y subregional. Se identifican estrategias y proyectos a nivel general en torno a las políticas y líneas de acción regionales. A esta escala se observan aspectos de capacitación y asistencia técnica, información y difusión, programas financieros, mecanismos de comercialización, investigación y evaluación, a nivel regional. 2) Escala subregional o municipal. Se particularizan las políticas y líneas de acción generales en función de las condiciones subregionales. La articulación con los gobiernos municipales es de especial importancia a este nivel. También se impulsan proyectos de desarrollo para las comunidades de la periferia de las anp o de áreas bien conservadas. 3) Escala comunitaria: los procesos de gestión y el manejo sustentable de los recursos naturales comunitarios alcanzan resultados favorables, a través de acciones institucionales coordinadas. Este programa incide en las anp, sus zonas de influencia y otras regiones prioritarias para la conservación. 95 semarnap, conanp, Programa de Manejo Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California, México, México, 2002, p. 133. 96 semarnat, conanp, proders, http://www.conanp.gob.mx/proders (29.08.05).
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Debido a que se caracterizan por su alta y frágil biodiversidad, éstas son espacios territoriales que pueden incluir más de un municipio, conformando una región/estado: en ocasiones corresponden a un territorio político-económico y cultural reconocido históricamente (…); en otras, se trata de un espacio definido por su importancia biológica o por sus características ecológicas, geográficas o étnicas (…), pero en todo caso es el acuerdo con los agentes institucionales y sociales de cada estado y región el que lleva a delimitar un espacio de interés y trabajo común.97
Los proders inciden en los procesos de gestión regional y en el fomento de alternativas de desarrollo comunitario con la finalidad de disminuir la pobreza y la marginación de las comunidades rurales en las rpc. Para ello, se pueden identificar los siguientes componentes: a) Sinergia Institucional. Con base en las características propias de las rpc se promueve la coordinación interinstitucional con otras dependencias y los gobiernos estatales en el diseño de las estrategias y acciones para la atención de las demandas y necesidades de la población. Las estrategias para este componente son: incorporar criterios de conservación y aprovechamiento sustentable de los recursos en las políticas de otras instituciones; precisar la participación de otras dependencias en las rpc; definir los mecanismos de coordinación interinstitucional y promover los acuerdos entre los tres órdenes de gobierno para definir programas de inversión conjuntos para las rpc. b) Diseño y Concertación de Programas de Desarrollo Regional Sustentable de Mediano Plazo. El Programa se propone la integración de acciones de las diferentes dependencias como ejes de articulación con una perspectiva de mediano plazo y con una dimensión ambiental. Los programas regionales se constituyen como un ejercicio de planeación que orienta las acciones concretas función de objetivos y metas de largo plazo. Los estudios técnicos en que se basan los proders han sido realizados por instituciones académicas y de investigación que contemplan: a) un diagnóstico 97 Ibídem.
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socio-ambiental y productivo, b) un sistema de información geográfica y una propuesta de ordenamiento de los recursos naturales; c) la identificación de los principales indicadores; d) propuesta de políticas y estrategias a instrumentar en la región, para el corto y mediano plazos.98
c) Consejos Regionales de Desarrollo Sustentable. Dado que el Programa de Desarrollo Regional Sustentable requiere de la aplicación de acciones y actividades de evaluación y seguimiento, el Consejo Regional de Desarrollo Sustentable (cdr) se constituye como el espacio donde los tres órdenes de gobierno y el sector social discuten, diseñan, acuerdan y evalúan el proders. d) Programas de Inversión Regional (pir). Se constituyen como un componente central que induce la descentralización en la gestión del desarrollo regional, acordando los procedimientos de programación, presupuestación y seguimiento de acciones y proyectos realizados. e) Transformación Sustentable de Comunidades Campesinas. Con programas de desarrollo comunitario se pretende alcanzar el manejo integral de sus recursos y fortalecer sus mecanismos de gestión y organización. Para ello se aplican en comunidades piloto modelos de planeación que fomenten el desarrollo sustentable a través de estudios técnicos que fundamenten los programas y proyectos comunitarios. f) Proyectos Productivos Estratégicos. Con base en la implantación de proyectos productivos estratégicos, se intenta hacer coincidir los esfuerzos y los recursos de las diferentes dependencias encargadas del fomento productivo, con el propósito de lograr la modificación sustantiva de las condiciones productivas y sociales de una región. Los proyectos estratégicos por sector persiguen además el aprovechamiento de recursos naturales de importancia en la región, organizan segmentos significativos de productores, ofrecen un beneficio en el corto plazo, tienen viabilidad de mercado y se basan en una producción rentable. En resumen generan alternativas productivas, ambientalmente sanas, que constituyen ejes para avanzar rápidamente en la superación de la pobreza.99 98 Ibíd. 99 Ibíd.
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g) Capacitación y Educación Ambiental. Su aplicación permite dotar de conocimientos y capacidades a los habitantes y productores de las regiones, permitiéndoles participar de manera más exitosa en la gestión regional y comunitaria y en la modernización tecnológica para la producción, conservación y manejo de los recursos naturales. También posibilita la adopción de pautas de conducta responsable en torno al ambiente y a los recursos naturales “que no están necesariamente en relación con la actividad productiva, pero que pueden impactar negativamente las condiciones para el desarrollo sustentable de la región.”100 h) Sistema de Evaluación del Desarrollo Regional Sustentable. Si se considera a los proders como un instrumento dinámico y perfectible, se hace necesaria la aplicación de un Sistema que diseñe y aplique métodos de evaluación a través de indicadores de sustentabilidad. Por medio de este sistema se percibe el impacto de los programas y acciones institucionales; permite la estimación de indicadores de evaluación; se facilita la incorporación de criterios ambientales en las políticas de desarrollo; se formulan las recomendaciones a los sujetos involucrados que les permita tomar decisiones en torno a los cambios a proyectos, programas y al mejoramiento de los instrumentos de política ambiental. Finalmente, mediante los proders se canalizan recursos (subsidios) para el fortalecimiento de la participación de la población o productores en la solución de sus problemas. Para la aplicación de estos recursos se deben observar los términos establecidos en las reglas de operación que se publican anualmente en el Diario Oficial de la Federación, y en donde “se describen los diferentes conceptos y montos de subsidio que pueden apoyarse, características de los beneficiarios, criterios de elegibilidad, así como los términos y condiciones en que se realiza la asignación de subsidios.”101 En 2004 se ejercieron 49.9 millones de pesos para rpc en 26 estados.102 México se integró en 1994 a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (ocde) y, como miembro, asumió compromisos en los niveles económico y ambiental. En este sentido, el Instituto Nacional de 100 Ibíd. 101 Ibíd. 102 Ibíd.
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Ecología presentó en 1999 un primer diseño de modelos para obtener resultados en los programas ambientales. La semarnat, a través del Programa Nacional de Medio Ambiente y Recursos Naturales 2001-2006, planteó la necesidad de crear indicadores de desarrollo ambiental con los que se puedan medir los avances en las metas comprometidas. La misma Secretaría reconoció que estos indicadores ambientales, o de sustentabilidad, son resultado de experiencias obtenidas en otros países y de organismos internacionales como la propia ocde, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (pnuma) y el Banco Mundial (bm). En este sentido, la conanp creó la Dirección de Evaluación y Seguimiento asignándole la función de diseñar y operar el Sistema de Información, Monitoreo y Evaluación para la Conservación (simec), en coordinación con el ine y la conabio. Este sistema tiene la finalidad de observar los avances en el cumplimiento de los objetivos y las metas institucionales, y medir el impacto generado con la creación y manejo de las anp. También ayuda a confirmar o validar el grado de “cumplimiento de la misión de la conanp: Conservar el patrimonio natural de México a través de las Regiones Prioritarias para la Conservación”.103 Con la información generada por el Sistema se pretende contribuir —si es el caso— a la rectificación de las decisiones tomadas y a la reformulación de las estrategias y acciones planteadas en el Programa. La conanp definió 11 procesos y 12 proyectos prioritarios para la administración 2001-2006. Con base en esta selección se han organizado los recursos de la propia Comisión con la finalidad de asegurar el impacto deseado de sus acciones y el cumplimiento de las metas establecidas. En este sentido, el simec se conforma de 53 indicadores, de los cuales 28 están distribuidos en los 11 procesos y 25 en los 12 proyectos prioritarios. El simec tiene como objetivo principal el establecer un sistema que incorpore indicadores biológicos, geográficos, sociales y económicos que permitan analizar la efectividad e impacto en la aplicación de políticas públicas en las Regiones Prioritarias para la Conservación.104 103 Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, simec, http://www.conanp.gob.mx/dcei/simec/6-9.pdf (17.10.05). 104 Ídem.
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La información geográfica, los índices de sustentabilidad y las estadísticas pretenden evaluar, entre otros, los siguientes aspectos: •La operación de las anp y el incremento de la superficie protegida y bajo manejo sustentable. •La participación de los actores sociales involucrados en anp y en las regiones con Programas de Desarrollo Regional Sustentable (proders). •La profesionalización de la administración que incremente las potencialidades de las anp. •La descentralización de los recursos y capacidades de decisión en la administración de las anp. •El fortalecimiento de los mecanismos de participación de los sectores que actúan en la operación de las anp. El trabajo que se ha desarrollado con el sinap en torno a los procesos de conservación se fortalece y potencia con el Sistema de Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (suma), los Proyectos de Recuperación de Especies Prioritarias (prep), y las Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (uma). Todos estos instrumentos, complementarios a los arriba mencionados, se analizan en el capítulo siguiente, dedicado a los procesos de conservación a través de la protección y el manejo de la vida silvestre. Otro instrumento de la conservación, pero esta vez a escala mundial, es la Convención de Sitios de Patrimonio Mundial, creada en 1972, con la intención de identificar el patrimonio natural y cultural de valor universal excepcional del planeta, con el propósito de garantizar su protección y conservación mediante mecanismos e instrumentos que concentren los esfuerzos de cooperación internacional, respetando la soberanía de los países que la constituyen. La declaración e inscripción de un sitio dentro del listado de Sitios de Patrimonio Mundial Natural o Cultural por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (unesco), se realiza con base en el principio de que dicho bien pertenece a todos los pueblos del mundo, por lo que la comunidad internacional asume la responsabilidad de participar y cooperar para su conservación, independientemente del país en que se ubique.
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Sin embargo, los estados signatarios de esta convención asumen la responsabilidad primordial de identificar, proteger, conservar, rehabilitar y transmitir a las siguientes generaciones el patrimonio cultural y natural de su territorio, y deben procurar actuar en este sentido con sus propios recursos. Si fuera el caso, lo hará con la asistencia internacional, sobre todo en aspectos financiero, artístico, científico y técnico. Así, el Estado mexicano gestiona la adopción de políticas de protección, en sus planes y programas, del patrimonio cultural y natural, creando servicios de protección, conservación y revalorización de dicho patrimonio, disponiendo de personal y de los medios adecuados para llevarlos a cabo (medidas jurídicas, técnicas, administrativas, científicas y financieras). De igual forma, fomenta la realización de estudios y de investigación científica y técnica para reconocer y enfrentar los peligros sobre su patrimonio cultural y natural, así como la adopción de medidas para evitar cualquier daño a este patrimonio.105 En 1993 se incluyó en la lista de Patrimonio Mundial el “Refugio de Ballenas en las Lagunas del Vizcaíno”, comprendiendo los complejos lagunares Ojo de Liebre y San Ignacio. Se encuentra situado en la costa del océano Pacífico dentro del territorio de la rebivi y posee ecosistemas de valor excepcional. Las lagunas constituyen excelentes sitios de reproducción y de hibernación para la ballena gris, el lobo marino, el león marino de California, el elefante marino del Norte y la ballena azul. También abrigan a cuatro especies de tortugas marinas en peligro de extinción.106 Se considera que este sitio posee “la mayoría de los hábitat naturales más importantes y significativos donde especies de animales y plantas con un valor universal sobresaliente aún sobreviven”.107 Adicionalmente se considera que: (…) las lagunas deben ser reconocidas por el valor excepcional para la diversidad biológica que soportan y por los servicios ecológicos que proveen. Los paisajes extraordinarios que ahí se aprecian, incluyendo a los salitrales, son únicos en esta porción de la Península de Baja California. El área casi prístina de la laguna de San Ignacio, se constituye con características naturales superlativas de excepcional belleza.108 105 unesco, Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural y Natural, http://whc.unesco.org/fr/comite, pp. 1-10 (17.10.05). 106 unesco, Lista de Patrimonio Mundial, http://whc.unesco.org/fr/list/554 (17.10.05). 107 semarnap-ine, Programa de Manejo Reserva de la Biósfera El Vizcaíno, México, México, 2000, p. 51. 108 Ídem, p. 51.
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El mismo año de 1993 se inscribió en la lista de Patrimonio Mundial a las Pinturas Rupestres de la Sierra de San Francisco, que también forman parte del territorio de la rebivi. La Sierra de San Francisco albergó desde el año 10,000 a.C. hasta el 1,300 d.C. a un pueblo hoy extinto, quien dejó uno de los más importantes conjuntos de pinturas rupestres del mundo. Notablemente conservadas por lo seco del clima y lo difícil del acceso, estas pinturas representan a seres humanos y numerosas especies de animales. Reflejan la relación entre el hombre y su ambiente y constituyen la expresión más refinada de la cultura de este pueblo. La composición y dimensión de las pinturas, así como la precisión de los trazos y la variedad de los colores, pero sobre todo el número de sitios, hacen de este trabajo artístico un testimonio excepcional de una tradición única.109 Con base en estudios arqueológicos se considera que existen más de dos mil sitios con evidencias humanas y más de 300 con pinturas rupestres, con una antigüedad mayor a los 10,500 años.110 En julio de 2005 se anunció la inscripción de las Islas y Áreas Protegidas del Golfo de California en el listado de Patrimonio Mundial, mediante la cual se les reconoce como un sitio único en el mundo cuyos procesos oceanográficos aún permanecen en convivencia con una excepcional belleza natural. Dicha declaratoria implica 244 islas e islotes y áreas costeras de los estados de Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa y Nayarit, que cubren una superficie total de 1’838,012 ha, 25 por ciento corresponde a la zona terrestre y el resto es marina. Las islas y Áreas Protegidas del Golfo de California poseen una riquísima y diversa vida marina, que alberga al 39 por ciento del total del número de especies de mamíferos marinos del mundo y un tercio del total de especies de cetáceos; este maravilloso mar cobija a 4,500 especies conocidas de invertebrados marinos. Además, se han registrado 181 especies de aves y 695 especies de plantas vasculares, 28 de estas últimas sólo viven en la región. Cuenta con una gran variedad de hábitats, que van desde humedales templados en su porción norte, hasta ambientes tropicales al sur.111 109 unesco, Lista de Patrimonio Mundial, op. cit. 110 semarnap-ine, Programa de Manejo Reserva de la Biósfera El Vizcaíno, México, op. cit., p. 36. 111 semarnat-conanp, Las Islas y Áreas Naturales Protegidas del Golfo fueron declaradas como Pa-
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Esta diversidad y abundancia de vida marina, con un alto grado de rareza biológica y de endemismo, formas submarinas y transparencia de sus aguas, le valieron ser denominada por Jacques Cousteau como el “acuario del mundo”. (El área) incluye de forma parcial o completa a 9 regiones que a nivel nacional ya han sido declaradas como Áreas Naturales Protegidas por el Gobierno Federal: las Reservas de la Biósfera Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado, Isla San Pedro Mártir, El Vizcaíno e Islas Marías; los Parques Nacionales Bahía de Loreto, Cabo Pulmo e Isla Isabel; y las Áreas de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California y Cabo San Lucas.112
Esta inscripción puede considerarse como un reconocimiento a los esfuerzos de conservación de los recursos naturales que lleva a cabo México en coordinación con los diferentes órdenes de gobierno, las comunidades y los sectores de la sociedad civil. Cabe mencionar que dicha inscripción no implica nuevas restricciones para las áreas protegidas y se conservan las actividades o usos productivos sustentables autorizados para las zonas de amortiguamiento. Con esta última incorporación al listado de sitios de Patrimonio Mundial, México suma 25 sitios inscritos, 22 de carácter cultural y tres de carácter natural. Estos últimos son la Reserva de la Biósfera Sian Ka’an, Santuario de Ballenas de las Lagunas de El Vizcaíno e Islas y Áreas Protegidas del Golfo de California. Es necesario mencionar que en 1995 las Islas del Golfo de California y la Reserva de la Biósfera Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado fueron incorporadas a la Red Mundial de Reservas de la Biósfera del Programa “El Hombre y la Biósfera” de la unesco y, en el caso de los humedales de la segunda reserva mencionada, se encuentran dentro de la lista de Humedales de Importancia Internacional de la Convención Ramsar.113 Como podemos apreciar, los instrumentos legales y de política ambiental, nacionales e internacionales, que cobijan a las anp sudcalifornianas son trimonio Mundial Natural por la unesco, http://www.conanp.gob.mx/dcei/unesco (17.10.05). 112 Ibídem. 113 Ibíd.
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considerables. Uno podría creer que estos aseguran la conservación de esos sitios de excepcional belleza escénica y riqueza biológica invaluable, esto sin embargo —y desafortunadamente— no es así. Pese a los significativos avances, son aún muchos y severos los problemas y las amenazas que se ciernen sobre el patrimonio que custodian las anp de Baja California Sur. Sin embargo, son también muy importantes los logros que han alcanzado los actores de la conservación en esos procesos. Entre estos, y particularmente en materia de creación y manejo de las anp, destaca el trabajo que desde hace ya varias décadas han desempeñado los científicos del cibnor y de la uabcs, pero también las comunidades conscientes de su patrimonio natural, las ong ambientalistas y el personal de la conanp. Estos actores, con su trabajo cotidiano, arduo y generalmente poco apreciado, han logrado que en 40 por ciento del territorio sudcaliforniano el deterioro se haya frenado, y que se aprovechen los instrumentos de la política ambiental mexicana que impulsan programas de desarrollo sustentable. No obstante, cada uno de los casos de las cinco anp sudcalifornianas tiene su propia historia, misma que narramos a continuación.
4. Historia de las Áreas Naturales Protegidas en Baja California Sur Los procesos de conservación en Baja California Sur a través de la formación de anp iniciaron en 1938, cuando Lázaro Cárdenas declaró “Zona Protectora Forestal Vedada” los terrenos que rodean a la ciudad y puerto de La Paz, B.C.”114, aludiendo en el decreto como justificaciones principales la fragilidad del terreno y cuestiones de higiene pública. Sin embargo, fue a partir de la década de los sesentas que se intensificaron las acciones de conservación. El territorio insular del Golfo de California fue de los primeros espacios en llamar la atención de diversos actores ambientalistas nacionales e internacionales. En 1963 la Isla Tiburón fue decretada Zona de Reserva Natural y Refugio para la Fauna Silvestre Nacional con el propósito de proteger a varias 114 ine, “Áreas Naturales Protegidas con Decretos Federales”, http://www.ine.gob.mx/ueajei/publicaciones/libros/130/bcs.html?id_pub=130&id_tema=4&dir=Consultas.
Capítulo 10. Procesos de conservación a través de la creación y manejo de anp
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especies de fauna terrestre amenazadas.115 Un año después se decretó a la Isla Rasa como una Zona de Reserva Natural y Refugio de Aves,116 para proteger a las colonias del charrán elegante (Sterna elegans) y a la gaviota ploma (Larus heermanni). El 2 de agosto de 1978 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto que establece como Zona de Reserva y Refugio de Aves Migratorias y de la Fauna Silvestre a las islas del Golfo de California. A partir del 7 de junio de 2000, esta zona forma el Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California.117 Los espacios peninsulares con especial atractivo continuaron llamando la atención de los presidentes de la República. En 1973, Luis Echeverría declaró Zona de Refugio Submarino de Flora, Fauna y Condiciones Ecológicas del Fondo a un área del medio marino de Cabo San Lucas, debido a sus espectaculares cascadas de arena submarinas. Otro presidente seducido por la belleza de la naturaleza sudcaliforniana fue Miguel de la Madrid, cuando presenció uno de los espectáculos derivados de la observación de animales silvestres más importantes del mundo en la laguna Ojo de Liebre. Esta situación fungió como catalizador de los esfuerzos para la conservación de la vida silvestre que en la zona se habían iniciado desde los años 1930 y que redundaron en la creación de la Reserva de la Biósfera El Vizcaíno, que por cierto fue el último decreto que firmó el presidente de la Madrid el 30 de noviembre de 1988, horas antes de terminar su mandato.118 Pero la historia de la creación y el manejo de las anp sudcalifornianas trasciende por mucho la voluntad presidencial y la firma de los decretos que marcan el inicio de su existencia. Revisemos en detalle caso por caso. 4.1. Reserva de la Biósfera El Vizcaíno Las reservas de la biósfera se fundamentan en el artículo 48 de la lgeepa y se constituyen en áreas biogeográficas relevantes a nivel nacional, representativas de uno o más ecosistemas no alterados significativamente por la acción del hombre o que requieran ser preservados y restaurados, y/o en los cuales habiten especies representativas de la biodiversidad nacional, inclu115 Diario Oficial de la Federación, 15/03/1963. 116 Diario Oficial de la Federación, 30/05/1964. 117 semarnap, Programa de Manejo del Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California, op. cit., p. 10. 118 Diario Oficial de la Federación, 30/11/1988.
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yendo las consideradas endémicas, amenazadas o en peligro de extinción. Actualmente existen 35 anp con la categoría de reserva de la biósfera, las cuales ocupan una superficie de 10´956,505 ha.119 La Reserva de la Biósfera El Vizcaíno (rebivi) está ubicada en la provincia fisiográfica de la planicie costera de Baja California y, según Rzedowski, pertenece al sistema montañoso de Baja California. Dentro de la reserva se establecieron 16 zonas núcleo con sus respectivas áreas de amortiguamiento. Las zonas núcleo en conjunto ocupan un área de 363,438 ha.120 La determinación de estas áreas núcleo se dio por la baja densidad de población y por su importancia biológica, resultando en la siguiente regionalización dentro de La Reserva: Regiones determinadas como Zonas Núcleo dentro de la Reserva de la Biósfera El Vizcaíno121 Región
Descripción
Desierto de El Vizcaíno
Localizado al centro de la reserva se delimitó para proteger al berrendo peninsular y al ecosistema árido
Guerrero Negro
Incluye las marismas productoras de sal más grandes del mundo, así como islas e islotes delimitados por el nivel más bajo de mareas
Ojo de Liebre
Es un complejo lagunar que agrupa cinco zonas núcleo: islas Conchas, Broscas, Piedras, Zacatosa, La Choya y toda la porción terrestre que la separa de Guerrero Negro
San Ignacio
Es un complejo lagunar también con cinco zonas núcleo: islas Pelícano, San Ignacio, Malcomb, Delgadito y el islote Delgadito, delimitados por el nivel más bajo de mareas
119 conanp, Áreas Naturales Protegidas, http://www.conanp.gob.mx/anp/anp.php (22.10.05). 120 ine-semarnap, Programa de Manejo Reserva de la Biósfera El Vizcaíno, México, D.F., 1ª ed., mayo de 2000, p. 154. 121 Elaborado a partir de ine-semarnap, Programa de Manejo Reserva de la Biósfera El Vizcaíno, op. cit.
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Vertiente de California
Protege al borrego cimarrón y favorece la conservación de la Sierra de Las Tinajas y sus ecosistemas, así como las pinturas rupestres y petroglifos de la Sierra de San Francisco
San Roque, Asunción y Natividad.
Situadas al oeste y noroeste de la reserva, garantizan la conservación de ecosistemas importantes para la reproducción y sobrevivencia de fauna acuática y mamíferos marinos
4.1.1 Características geográficas Esta reserva contiene una gran diversidad de accidentes geográficos. Al oeste se localizan las sierras de San José de Castro y la de Santa Clara. Al centro se encuentra el Desierto del Vizcaíno, con extensas areniscas y conglomerados sedimentarios. Al este del desierto, se localizan las sierras de San Francisco, de San Alberto, Las Tinajas de Murillo y El Serrucho, los volcanes El Azufre y Las Vírgenes, además de algunas mesetas y depresiones. En la costa oeste abundan bahías, lagunas, cabos, canales e islas que constituyen zonas núcleo de la reserva; la costa este es más uniforme. La regularidad de la península de Vizcaíno provoca que ésta sea uno los sitios más expuestos a la incidencia de la radiación solar, provocando la existencia de ambientes hipersalinos, en general inhóspitos, pero propicios para que proliferen una gran diversidad de microorganismos alófilos (algas, protozoarios, cianobacterias y bacterias) . La diversidad microbiana de este ambiente, que se desarrolla en la periferia de la rebivi, se caracteriza por la existencia de un tipo de organización geomicrobiana poco conocida a nivel científico, que se ha denominado “tapetes microbianos laminados”. Estos ambientes son altamente productivos, pues poseen una gran diversidad de microorganismos productores primarios, oxigénicos y anoxigénicos, fijadores de nitrógeno atmosférico, consumidores y desintegradotes.122 Los fenómenos geológicos representados en las formaciones incluidas en la reserva resumen en gran parte la historia geodinámica de la península de Baja California. 122 A. Breceda, A. Castellanos, L. Arriaga y A. Ortega, “Conservación y Áreas Protegidas”, en: A. Ortega y L. Arriaga (comps.), La Reserva de la Biósfera El Vizcaíno en la Península de Baja California, Centro de Investigaciones Biológicas de B.C.S., La Paz, México, 1991, consultado en http://maya.ucr.edu/pril/reservas/elvizcaino/elvizcaino2.htm
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En general, el área no cuenta con cuerpos de agua superficiales; el único arroyo con caudal permanente es el de San Ignacio y el resto son arroyos torrenciales que únicamente llevan agua en temporada de lluvias sin ser ésta aprovechada, ya que la evaporación es muy intensa y constante. No obstante, estas corrientes efímeras tienen un papel muy importante: son la única fuente de recarga de los acuíferos localizados en estas planicies costeras. 4.1.2 Origen del Área Natural Protegida Los primeros esfuerzos formales para la protección de la vida silvestre de la región del Vizcaíno se dieron en 1936, cuando México y Estados Unidos firmaron un convenio para la protección de aves migratorias y mamíferos de importancia cinegética. En este acuerdo se contemplaban vedas para la cacería de algunas especies y se recomendaba la creación de zonas de refugio. Otro antecedente para la protección de la fauna, particularmente de la ballena gris, fue en 1949 cuando México se adhirió a la Comisión Internacional Ballenera para vigilar la protección y el uso racional de los recursos balleneros.123 Estos acuerdos y convenios son los antecedentes para que en enero de 1972 se firmara el decreto para la Zona de Refugio para Ballenas y Ballenatos en las aguas de la Laguna Ojo de Liebre, en septiembre del mismo año las lagunas Ojo de Liebre y San Ignacio se decretaron como Zonas de Refugio de Aves Migratorias y de Fauna Silvestre. En marzo de 1980 este decreto fue modificado y se incluyeron las lagunas Manuela y Guerrero Negro. La afluencia y congregación de ballenas en la laguna San Ignacio, al sur del municipio de Mulegé, motivó a que en julio de 1979 se decretara como Refugio de Ballenas y Zona de Atracción Turística Marítima. En 1984 la Dirección de Parques y Áreas Naturales Protegidas de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (sedue) incorporó al Vizcaíno como una meta dentro del Programa Nacional de Ecología de 1984-1988. Sobre esta base, la Delegación de sedue en Baja California Sur elaboró una propuesta de reserva de 1.5 millones de hectáreas, siendo la costa occidental el área a conservar y con la cual la zona de distribución del berrendo quedaría protegida. En 1986 se modificó esta propuesta y se amplió su extensión con el fin de incluir la zona 123 Miembros de la Comisión Internacional Ballenera, http//www.iwofice.org/comisión/members.htm (8.10.05).
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de las pinturas rupestres y petroglifos en la Sierra de San Francisco, las zonas de distribución del borrego cimarrón, así como el poblado de Santa Rosalía, por su importancia arquitectónica, y el litoral del Mar de Cortés. Por decreto presidencial, el 30 de noviembre de 1988 se declaró —y publicó en el Diario Oficial de la Federación— la Reserva de la Biósfera El Vizcaíno debido a sus grandes valores tanto naturales como culturales. Posteriormente en 1993 el Comité del Patrimonio Mundial de la unesco, inscribió como “Refugio de Ballenas en las Lagunas del Vizcaíno” a las lagunas Ojo de Liebre y San Ignacio, y a las “Pinturas Rupestres de la Sierra de San Francisco” por su valor excepcional y universal como sitios natural y cultural, respectivamente, que deben ser protegidos para el beneficio de la humanidad.124 Dentro de las estrategias de conservación que ha instrumentado la rebivi existen diversos programas de aprovechamiento de la vida silvestre. Estos programas buscan que el patrimonio natural protegido retribuya económicamente de manera directa a la población local; situación que explicaremos en detalle en el próximo capítulo. 4.1.3 Principales estrategias de conservación Dentro de las estrategias de conservación utilizadas por la rebivi se han establecido programas prioritarios para especies en riesgo o de vital importancia para el mantenimiento del ecosistema: estos son los principales: Programa de Conservación del Berrendo Peninsular. El berrendo peninsular está considerado en peligro de extinción tanto nacional como internacionalmente. En 1984 se estableció el Plan de Recuperación del Berrendo Peninsular y se ha actualizado hasta el 2004, cuando se realizó el Taller de Evaluación del Plan de Recuperación del Berrendo Peninsular.125 El objetivo principal de este plan es recuperar y conservar la población de esta subespecie para removerlo de las listas de animales en peligro de extinción. Las principales amenazas que tiene esta especie son: la cacería furtiva, la introducción de ganado al hábitat y las sequías prolongadas. Las acciones y 124 ine-semarnap, Programa de Manejo Reserva de la Biósfera El Vizcaíno, op. cit., p. 12-13. 125 ine, Conservation Breeding Specialist Group, semarnat y cibnor, Taller de Evaluación del Plan de Recuperación del Berrendo Peninsular, libro preparativo, taller organizado por la dirección de la rebivi del 31 de marzo al 3 de abril del 2004.
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actividades que se desarrollan para su recuperación y conservación se agrupan, a grandes rasgos, en tres aspectos: a) El manejo intensivo de una parte de la población de berrendo, mediante un campamento permanente. b) Manejo extensivo de la población en libertad: localización de individuos y/o de manadas, evaluaciones del tamaño de la población, monitoreo, colectas y muestreos diversos. c) La difusión y la educación ambiental. El Programa de Recuperación del Berrendo Peninsular es un esfuerzo conjunto que desarrollan diversas instituciones tanto académicas, gubernamentales, empresas privadas y ong, coordinadas por la Dirección de la rebivi. Programa de Conservación de la Ballena Gris. En el Golfo de California se reproduce la ballena azul y acuden a alimentarse otras cuatro especies de ballena. De las 45 especies de mamíferos marinos que existen en los litorales mexicanos, 38 se encuentran permanentemente o de forma estacional en los litorales de la Reserva. La ballena gris estuvo muy cerca de la extinción por la caza excesiva desde mediados del siglo xix, aparentemente se recuperó a partir de una pequeña población de mil ejemplares. Las ballenas censadas en el 2003 rebasan los 1420 ejemplares sólo en las lagunas de la Reserva, incrementándose gradualmente la población de estos cetáceos que actualmente se estima en más de 27 mil.126 Aunque históricamente México nunca ha cazado ballenas, desde 1947 ha participado en los convenios internacionales para su protección. De diciembre a marzo, en la Reserva se lleva a cabo uno de los avistamientos turísticos más importantes de ballena, motivado tanto por la belleza del lugar como por la estricta normatividad en la que esta actividad se realiza, básicamente propuesta y consensuada por los pescadores y prestadores de servicios turísticos. Se suspenden las actividades pesqueras durante los tres meses de estancia de la ballena. Este proceso es analizado a detalle en el próximo capítulo, dedicado al manejo de la vida silvestre. Programa de Conservación del Borrego Cimarrón. El Programa de Conservación de la Vida Silvestre y Diversificación Productiva en el Sector Rural 126 Información obtenida de los censos realizados por la dirección de la rebivi. Existe incluso una tabla comparativa con censos desde 1996, que demuestra la recuperación que ha tenido esta especie en las lagunas bajo su jurisdicción.
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1997-2000 proporciona un instrumento compatible con los objetivos de las Áreas Naturales Protegidas: las Unidades para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre (uma). Por ser otro ejemplo del manejo de la vida silvestre en beneficio de las comunidades locales, este tema también es analizado en el siguiente capítulo. Programa de conservación de pesquerías. La pesca intensiva dentro de la rebivi se ha realizado desde principios del siglo xx hasta la fecha y constituye una actividad fundamental para una porción importante de sus pobladores. Los ecosistemas marinos y lagunares de la región son muy ricos en abundancia y diversidad de especies, algunas de aprovechamiento humano muy redituable. La franja bajo protección dentro del polígono establecido en el decreto de creación de esta anp se extiende a lo largo de más de 570 km de línea de costa por 5 km de ancho, de los cuales 448 km corresponden al Océano Pacífico y 121 km al Golfo de California. Es precisamente en esta zona donde se encuentran los bancos de abulón y langosta más ricos de Norteamérica, además de gran abundancia de almejas como: mano de león, pismo, catarina, hacha, chocolata y pata de mula, así como un gran número de especies de peces (escama y tiburón), algas, pulpo, calamar, caracol, jaiba y camarón. Se estima que la actividad económica alrededor de la pesca asciende los 60 millones de dólares. En la rebivi se encuentran registradas 20 organizaciones sociales que se dedican a la pesca, de éstas siete operan en la región de Guerrero Negro, ocho operan en la región Pacífico Norte, cinco en la región de la Laguna San Ignacio y una en el Golfo de California. Además del sector social existen más de 35 unidades productivas privadas quienes también se dedican al aprovechamiento de la pesca. Es amplia la diversidad de especies marinas que están sujetas a explotación comercial, algunas son de importancia por los volúmenes de captura que presentan como el calamar, las almejas en conjunto, ciertas especies de escama y el tiburón. También existen otras de menor abundancia pero de alto valor comercial como el abulón, la langosta y el caracol panocha, por mencionar las más relevantes. Por otra parte, existe un grupo de especies que en el pasado fueron objeto de pesca y que en la actualidad se encuentran sobreexplotadas. En la mayoría de los casos se encuentran bajo alguna modalidad de protección en la nom-059-ecol y por ende requieren de programas
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especiales que permitan recuperar sus poblaciones; tal es el caso del pepino de mar, almeja voladora y todas las especies de tortugas marinas. En cuanto a la acuacultura se ha realizado de manera comercial en el estero El Cardón. La iniciativa fue de una empresa privada para el cultivo de ostión japonés (Crassostrea gigas); las organizaciones sociales de esa región tienen interés en incursionar en esta actividad. La rebivi ha establecido programas que apoyan el ordenamiento del sector pesquero en coordinación con las instancias de pesca, de sagarpa, semarnat, el gobierno estatal y el municipal que tienen ingerencia en dicho sector dentro del área. De hecho, la pesca en la zona ha dado grandes pasos hacia la sustentabilidad. Un claro ejemplo de esto es que en sus costas se encuentra la primera pesquería de todos los países en vías de desarrollo que cuenta con una certificación ambiental internacional otorgada por la msc.127 Desde el año 2000 el Fondo Mundial para la Naturaleza (wwf) y la asociación Comunidad y Biodiversidad (cobi)128 iniciaron su colaboración con autoridades mexicanas y con la Federación de Cooperativas Pesqueras de Baja California (fedecoop) para tramitar la certificación de la msc para la pesca de langosta Roja (Panilurus interruptus, también conocida en el mercado como langosta Red Rock de Baja California). La fedecoop esta conformada por 500 pescadores organizados en nueve cooperativas pesqueras dedicadas a la pesca de la langosta, desde isla Cedros hasta Punta Abreojos.129 Además de la langosta roja de Baja California, hay otros nueve alimentos marinos disponibles con la certificación msc en todo el mundo, tales como productos frescos, congelados, ahumados y enlatados. Estos incluyen: el salmón de Alaska, la langosta de roca de Australia Occidental, el hoki de Nueva Zelanda, el arenque del Támesis. (Inglaterra), el berberecho de Burry Inlet (País de Gales), la cigala de Loch Torridon (Escocia), la pesquería de línea de 127 Consejo de Administración Marina, msc por sus siglas en inglés (Marine Stewarship Council). 128 cobi, organización no gubernamental mexicana con actividades a favor de la conservación repartidas a lo largo de todo el Golfo de California, cuya base se encuentra en Guaymas Sonora. Recientemente cuenta con una oficina en La Paz y otra en Cancún. Se recomienda visitar su sitio: http://www.cobi.org.mx. 129 Scientific Certification Systems, Inc., An msc assessment of the red rock lobster fishery, Baja California Mexico. Final report, 27 de abril del 2004.
Capítulo 10. Procesos de conservación a través de la creación y manejo de anp
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Cooperativas operando en la región central de Baja California (2002) pertenecientes a la fedecoop Nombre de la Cooperativa
Número de miembros
Número de lanchas autorizadas
Trampas autorizadas
Trampas funcionando
Pescadores Nacionales de Abulón
Número de lanchas funcionando
167
22
19
1480
1480
Buzos y Pescadores
86
24
18
1440
1170
La Purísima
96
36
30
2500
1950
Bahía Tortugas
87
22
21
1320
1260
Emancipación
77
33
29
1760
1595
California de San Ignacio
195
20
16
1040
960
Leyes de Reforma
185
18
18
1045
900
Progreso
210
40
28
2600
1960
Punta Abreojos
191
45
41
2700
2665
Total
1294
260
228
15,885
13,940
Fuente: Scientific Certification Systems, Inc., An msc assessment of the red rock lobster fishery, Baja California Mexico. Final report, traducido por Juan Salvador Aceves Bueno, 27 de abril del 2004.
mano de caballa del sudoeste británico, la merluza negra (o bacalao de profundidad) de Georgia del Sur (Patagonia) y la merluza de Sudáfrica.130 Otra característica importante es que las lagunas y esteros de la rebivi recibe anualmente la migración de miles de aves acuáticas provenientes del norte durante la temporada de bajas temperaturas. En la región encuentran alimento y absoluta tranquilidad; por ello, esta zona es considerada como una de las áreas más importantes de hibernación de aves de la ruta migrato130 Se recomienda visitar el sitio http://www.msc.org/ si se desea obtener más información al respecto.
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Del saqueo a la conservación
ria del Pacífico. También se encuentran importantes colonias de anidación de pelícanos, patos buzos, gaviotas, águilas pescadoras y nocturnos, entre las más notables. Actualmente no existe ningún programa para la utilización de este valioso recurso, aunque hay proyectos e interés de impulsar el aprovechamiento turístico en este sentido de forma mucho más intensiva.131 4.1.4 Problemática y amenazas La conservación de los recursos naturales y especialmente de la vida silvestre en la rebivi se ve amenazada por la expansión de actividades económicas como la agricultura y la ganadería, la pesca ilegal y la incipiente urbanización, que año con año hacen patente su impacto. A continuación se enlistan los principales problemas a los que se enfrenta la administración de la rebivi: -La agricultura se ha visto limitada a ciertas áreas por la escasez de agua; aún así se continúa expandiendo, desmontándose nuevas áreas para cultivos intensivos. -La ganadería al ser extensiva se ha vuelto improductiva debido a la escasez de agua, ha depauperado diversos hábitats y compite con la fauna silvestre mayor, desplazándola hacia otras áreas dentro y fuera del anp. La zona del “Valle del Vizcaíno se considera la principal cuenca lechera del estado”.132 -La cacería ilegal provoca graves daños a las poblaciones silvestres ya que no reconoce límites de sexo, edad o cantidad. -La colecta de especies de flora y su tráfico ilegal también produce impactos no cuantificados. -La pesca ilegal y la desorganización de algunas áreas del sector pesquero inciden en la disminución de la productividad de las pesquerías. -Uno de los principales problemas que enfrenta la rebivi es la definición de un perfil de la minería que sea factible, deseable, recomendable y compatible, entre estas actividades y la conservación de los recursos naturales. -Los servicios turísticos son escasos, por lo que el sector se encuentra subutilizado y algunas veces subvaluado, como en el caso de las pinturas 131 Fuente: http:// www.vizcaino.gob.mx (13.12.03). 132 semarnap, Programa de Manejo de la rebivi, op. cit., p. 84.
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rupestres. La organización de los prestadores de servicios turísticos, aunque se encuentra en progreso, siguen siendo pocos los productos turísticos que ofrecen. -Dentro del anp se presentan varios problemas relacionados con el manejo de desechos sólidos, los cuales están generando impactos ambientales negativos, como es la contaminación de suelo y agua, afectaciones a la flora y fauna silvestres, tanto terrestre como acuática, así como efectos negativos en la imagen del área. -Desafortunadamente uno de los aspectos más abandonados de la educación formal en el país es justamente la cultura de cuidado y protección del medio ambiente. En el área de la rebivi esto se refleja en comportamientos de desdén y aun de agresión hacia el medio ambiente; peor aun, en algunos casos se sobrexplotan los recursos naturales, que son el sustento de las propias comunidades. En resumen, la problemática de la rebivi se caracteriza en una situación compartida por varias anp del país, a saber el escaso valor económico, biológico y ecológico que se le asigna a los recursos naturales, y que se encuentran en un proceso gradual de deterioro, que es necesario detener y revertir.133 Las principales amenazas que se pueden convertirse en problemas graves para el mantenimiento de los ecosistemas y monumentos protegidos, y que amenazan al buen funcionamiento de la rebivi, de acuerdo con la opinión de Gómez Pompa son: -Cacería furtiva. -Sobrexplotación de agostaderos, de mantos acuíferos subterráneos y de ciertos recursos pesqueros. -Expansión de los vasos de desecación que ocasionan una disminución del hábitat natural del berrendo y otros animales. -Contaminación de las aguas por la industria salinera y por la falta de infraestructura hidráulica en comunidades alejadas. -Extracción de cactáceas, reptiles y de piezas arqueológicas. -El turismo incontrolado: por ejemplo el concepto de la ballena “amiga”, que ocasiona que el visitante pida a los lancheros la posibilidad de tocar el lomo de estos cetáceos, situación que se traduce en verdaderas persecuciones. 133 ine-semarnap, Programa de Manejo rebivi, op. cit., p 39.
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Del saqueo a la conservación
-La actividad pesquera genera problemas en la zona al propiciar el establecimiento de campamentos temporales que, cuando termina la temporada, son abandonados por los concesionarios, dejando todo tipo de desechos.134 A este listado de amenazas nos gustaría incluir que el establecimiento de proyectos de tipo turístico asociados al macroproyecto de la Escalera Náutica pueden representar una amenaza seria para los poblados de Bahía Tortugas y Punta Abreojos, ya que la mala panificación y el desorden urbano que caracterizan a los desarrollos turísticos establecidos con anterioridad (del tipo Centro Integralmente Planeado de fonatur), han generado desequilibrios tanto en lo económico como en lo socio-cultural en el área desarrollada y en su periferia. Así mismo el ecoturismo se plantea como una alternativa productiva interesante, sobre todo a raíz de los esfuerzos de la empresa llamada Kuyimá (caso que analizaremos en el capítulo siguiente) y de los reconocimientos que ésta ha recibido de organizaciones de importancia internacional. No obstante, aún son muchos y muy valiosos los recursos para el turismo alternativo que no son aprovechados en la región. Por sólo mencionar algunas sentidas ausencias en este rubro tenemos: el aviturismo, el turismo rural con los rancheros de las sierras de San Francisco y Guadalupe, el aprovechamiento del oasis de San Ignacio, el desarrollo de rutas de senderismo y de bicicleta de montaña. 4.2 Parque Nacional Bahía de Loreto La categoría de protección correspondiente a los Parques Nacionales se sustenta en el artículo 50 de la lgeepa. Atendiendo a sus características biogeográficas, los parques nacionales se constituyen con ecosistemas de belleza escénica o bien por su valor científico, histórico, educativo, de recreo, o por la existencia de flora y fauna con alguna relevancia, su aptitud para el desarrollo turístico, o por razones análogas o de interés general. En México existen actualmente 67 Parques Nacionales, que implican 1´456,988 ha bajo este estatus de protección.135 134 A. Gómez-Pompa y R. Dirzo, Reservas de la biósfera y otras áreas naturales protegidas de México, ine-conabio, 1995, http://maya.ucr.edu/pril/reservas/elvizcaino/elvizcaino2.htm (17.01.04). 135 pnbl, Áreas Naturales Protegidas, http://www.conanp.gob.mx/anp/anp/php (22.10.05).
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4.2.1. Características geográficas El Parque Nacional Bahía de Loreto (pnbl) se ubica en la porción central del Golfo de California en el noroeste de México. Presenta una gran variedad de ambientes costeros marinos con fondos rocosos, arenosos, playas, cañadas, cañones submarinos y terrazas marinas. Lo anterior, aunado a su situación geográfica, ha favorecido el establecimiento de una variedad de hábitats con una elevada diversidad biológica. Por otro lado, los ambientes insulares se caracterizan por un elevado endemismo de especies de plantas, insectos, arácnidos, reptiles y mamíferos. La región del municipio de Loreto se encuentra comprendida dentro de la estructura geológica denominada Sierra de La Giganta, que en su parte oriental es escarpada y de declive suave al poniente y se encuentra cortada por profundos cañones. La región hidrológica que comprende el área de Loreto abarca desde Bahía Concepción hasta las proximidades de la Bahía de La Paz. Se constituye por una delgada franja cuya característica principal es estar integrada por subcuencas de tamaño muy reducido con pocas posibilidades de obtener almacenamientos significativos de aguas subterráneas. Los arroyos que se forman se clasifican en el tipo de corrientes efímeras, ya que sólo transportan agua después de un evento de lluvia, con una longitud relativamente corta. Estos arroyos adquieren gran fuerza a causa de la marcada pendiente determinada por su vecindad con la escarpada sierra, generando verdaderas corrientes de lodo. Debido al componente orográfico, la región tiene condiciones de sequedad elevada y es muy cálida. En los ambientes arrecifales rocosos hay una gran variedad de formas de invertebrados y peces que tienen valor como especies de ornato. En el Golfo de California existen al menos 1020 especies de macroinvertebrados y 750 especies de peces, de los cuales el 50 por ciento han sido registrados dentro del área protegida por el pnbl.136 Muchos de los invertebrados son de importancia comercial tales como almejas burras, chocolatas, espinudas, caracoles chinos, burros, pepinos de mar, erizos, camarones y jaibas. Entre los peces que se consideran de tipo comercial dentro del Parque se encuentran 136 semarnap, Programa de Manejo: Parque Nacional Bahía de Loreto, 2ª ed., 2002, p. 22.
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las cabrillas, meros, garropas, pargos, huachinangos, burros, chopas, pericos, tiburones, rayas y mantarrayas. Las especies de valor para la pesca deportiva, como el dorado, marlin, pez vela, jurel de castilla y pez gallo, también frecuentan el Parque. Los reptiles marinos que se pueden observar en el pnbl están representados por las tortugas perica, prieta, verde, laúd, carey y golfina. Se encuentran en veda permanente y están bajo la categoría de protección en peligro de extinción en la normatividad mexicana nom 059. Las tortugas utilizan el área del pnbl como zona de alimentación y descanso. La tortuga golfina (Lepidochelys olivacea) tiene algunas áreas de anidación en las playas de la costa peninsular del Parque Nacional. En el pnbl se han registrado 30 especies de mamíferos marinos, es decir, el 75 por ciento de las que se presentan en las costas de México. Por tal motivo se considera que esta área natural protegida es la que presenta mayor diversidad de mamíferos marinos a nivel nacional. Es importante mencionar que de estas 30 especies que se encuentran en el pnbl, nueve de ellas están en categoría de protección especial. Entre las especies más comunes se encuentran la ballena azul, la ballena de aleta, el rorcual de sei, el rorcual jorobado, la ballena gris, el cachalote, la orca, el lobo marino y delfines, entre otros.137 La vegetación de las islas del pnbl y de la zona costera se enmarca, de acuerdo con Wiggins, en dos tipos básicos: (…) el primero es designado como matorral xerófilo o matorral sarcocaule. Este tipo genérico de vegetación es el más extendido dentro de la superficie de Baja California Sur, se desarrolla en lomeríos, laderas, planicies aluviales, cauces de arroyos, cañadas y cañones. El segundo corresponde a la vegetación costera, que se encuentra dentro de la zona de influencia marítima (supralitoral) y comprende vegetación de acantilados, playas, dunas costeras, salitrales, esteros, marismas, incluido el manglar.138
La fauna terrestre de las islas del pnbl incluye al grupo de los reptiles, que se encuentran representados por 51 especies, de las cuales 33 se encuentran en categoría de protección y otras tantas son de gran valor, ya que son 137 Ídem, p. 25-26. 138 Ídem, p. 26-27.
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endémicas. Por su parte los mamíferos terrestres incluyen 25 especies, 12 de las cuales se encuentran bajo alguna categoría de protección de acuerdo a la normatividad mexicana y nueve son endémicas.139 De la totalidad de especies de aves que se observan en el Parque, 29 están consideradas bajo alguna categoría de protección. Dentro de los límites de la poligonal del Decreto de establecimiento del pnbl, publicado en el Diario Oficial de la Federación el día 19 de julio de 1996, con una superficie de 206,581 ha, se localizan cinco islas: Coronados, del Carmen, Danzante, Monserrat y Catalana y algunos islotes, todas éstas formando parte del Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California, por lo cual existe una complementariedad en el esquema de protección, ya que están protegidas tanto las islas como el mar que las circunda.140 4.2.2 Origen del Área Natural Protegida Mediante Acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación el 7 de junio de 2000, que tiene por objeto dotar con una categoría acorde con la legislación vigente a las superficies que fueron objeto de diversas declaratorias de áreas naturales protegidas emitidas por el Ejecutivo Federal, fue establecido el Parque Marino Nacional “Bahía de Loreto”, conforme al decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el día 19 de julio de 1996,141 en la zona conocida como Bahía de Loreto, ubicada frente a las costas del Municipio de Loreto, Baja California Sur. El Parque fue dotado de una superficie total de 206,580-75-00 ha, con el carácter de Parque Nacional “Bahía de Loreto” y la Zona de Reserva y Refugio de Aves Migratorias y de la Fauna Silvestre. A partir de entonces se presentó la necesidad de elaborar el programa de manejo. En 1998 se inició un proceso que se extendió por un periodo de tres años y que culminó con la elaboración del Programa de Manejo. Debido a que en la zona de influencia del pnbl habitan comunidades pesqueras que tienen gran interés en proteger los recursos naturales y evitar la práctica de métodos que degradan los fondos marinos y la vida en general, el decreto de creación del pnbl establece que quedan prohibidas las activi139 Ídem, p. 28-30. 140 semarnat-ine, Áreas Naturales Protegidas de México con decretos federales, primera reimpresión, México, 2003, en: http://www.ine.gob.mx/ueajei/publicaciones/libros/130/bcs. htm (25.06.05). 141 Ibídem.
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dades que atenten contra la flora y fauna terrestre y marinas, incluyendo las actividades que alteren el fondo marino como lo es la realizada por barcos de arrastre, camaroneros y de escama,142 los cuales trabajaban frente a las comunidades locales agotando sus recursos y mermando sus capturas. Cabe destacar que actualmente el pnbl cuenta con un Consejo Técnico Asesor (constituido el 17 de septiembre de 1999), el cual es un órgano de consulta y de participación social, cuyo objetivo es asesorar y emitir recomendaciones a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas con relación a la conservación y manejo del Parque.143 4.2.3 Actividades permitidas, problemática y amenazas del parque Marino Bahía de Loreto Una función prioritaria del área es proteger y conservar las especies y ecosistemas presentes, por lo que es necesario desarrollar e instrumentar proyectos de inventario y evaluación, actividades de inspección, vigilancia y restauración, que garanticen la integridad de los recursos y la continuidad de los procesos naturales, impulsando la colaboración entre las instituciones gubernamentales y otros organismos no gubernamentales interesados en el cumplimiento de tal fin. La conservación está supeditada al desarrollo de actividades encaminadas a prevenir la pérdida y el deterioro de los recursos naturales causados por la aplicación de técnicas de uso y aprovechamiento inadecuados, debido a las crecientes necesidades sociales y al desconocimiento de los procesos naturales. La complejidad de los ambientes y procesos ecológicos que ocurren en el área y su sensibilidad ante los efectos de agentes intrínsecos o extrínsecos, naturales o antropogénicos, exige la generación permanente de conocimientos científicos y técnicos a través de la investigación y del monitoreo ambiental. Estos conocimientos fungen como sustento para la toma de decisiones de manejo del pnbl. Este proceso involucra los objetivos de protección, manejo y uso sostenible de los recursos. Para el buen manejo de estos es necesario promover una cultura de conservación de sus riquezas naturales mediante acciones de educación ambiental y de difusión de las actividades que realiza la dirección del pnbl. Además, es prioritario obtener la colaboración en los 142 semarnap, Programa de Manejo: Parque Nacional Bahía de Loreto, op. cit. p. 51. 143 Ídem, pp. 8-9
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procesos de planeación y manejo de los diferentes sectores sociales, como las comunidades locales y usuarios en general, así como la participación de las instituciones académicas y organizaciones no gubernamentales, regionales, nacionales e internacionales, interesadas en la conservación de los recursos naturales del área. Finalmente, pero no de menor relevancia, es el promover acciones concertadas con las distintas instancias de los gobiernos municipal, estatal y federal, en el ámbito de sus respectivas competencias en el área, procurando la congruencia entre sus programas y el plan de manejo. Las principales actividades que se realizan al interior del Parque son la pesca comercial y deportiva, y algunas actividades turísticas, tales como kayak, buceo libre y autónomo, senderismo, observación de fauna y flora o campismo. Estas actividades acarrean diversos problemas por la presencia de visitantes en el área protegida, sean pescadores o turistas, tales como la introducción de especies exóticas que compiten con las especies nativas o se convierten en sus depredadoras. También propician el saqueo de especies nativas, la deforestación o modificación de dunas. El paisaje natural es alterado y se generan problemas relacionados con la disposición de basura y desechos humanos. El mal funcionamiento, o bien, las características de algunas embarcaciones, provocan la contaminación del mar con productos químicos como diesel o gasolina y, aun cuando el área no se encuentra contaminada, es prudente llevar a cabo medidas preventivas. Por último, la presencia de visitantes también provoca la perturbación de las aves y mamíferos que anidan en las islas y son muy susceptibles a cualquier ruido. También el patrimonio histórico-cultural se ve afectado por la presencia humana y los sitios son constantemente saqueados, por lo que tiende a perderse el conocimiento histórico que pueden aportar. Las actividades turísticas se han ido incrementando considerablemente. Por esta causa las visitas deben ser programadas, con el objeto de que el uso de sitios sea ordenado y el impacto causado sobre ellos sea mínimo. El kayakismo se ha convertido en una actividad muy importante. Se ha practicado desde hace más de veinte años en la zona por compañías extranjeras, mismas que se han registrado y obtenido sus permisos para ofrecer sus servicios a una creciente demanda de turistas canadienses, norteamericanos y europeos. Parte de dichos servicios son brindados por empresas que promocionan sus paquetes principalmente en el mercado norteamericano y
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tienen una duración de tres a diez días en promedio, con grupos de dos a diez personas que hacen travesías y acampan en las playas. No obstante, cada vez es más común la renta de kayaks o que durante los viajes que los arrendatarios realizan no existe la presencia de un guía, por lo que los visitantes están menos regulados o poco vigilados. El impacto de los ecoturistas se determina por el número de ellos y su comportamiento mientras visitan las islas. Es importante su nivel de conocimiento y sensibilidad hacia los sistemas insulares, este aspecto se ve apoyado por la presencia de guías especializados y por la distribución de material impreso de divulgación y educación para la conservación. En este caso, los turistas independientes o los acompañados por guías sin capacitación generan un daño potencial sobre las islas. Otro problema es la presencia de compañías que operan viajes sin contar con los permisos correspondientes. En algunas áreas de la zona marina, sobre todo adyacentes a las islas, se presenta el conflicto de la incompatibilidad del uso de kayaks y de las motos acuáticas. La presencia de las últimas rompe con las características del paisaje demandadas por los turistas que viajan en kayak, además de que se corre el riesgo de que se presenten accidentes. En la zona marina adyacente a las islas se pueden identificar dos tipos de pesca deportiva: una lícita y otra ilícita. La primera de ellas se realiza por contrato de prestadores de servicios turísticos o por yates particulares, y en este caso los usuarios suelen contar con una licencia para pescar. Las principales especies capturadas durante el verano son el marlin, el dorado y el pez vela, y durante el invierno son el jurel, la sierra y en ocasiones el atún. Este tipo de pesca se realiza mediante el método de caña y carrete, utilizando carnada viva o curricanes. La pesca deportiva ilícita se realiza en todas las islas que son visitadas por turistas, ya sea que estén organizados a través de una compañía de servicios turísticos o que las visiten en forma independiente. Esta pesca submarina se realiza mediante buceo libre o autónomo con arpón y las principales especies que se capturan son el huachinango, la cabrilla y el perico, además de otras especies de ambientes rocosos arrecifales. El problema que presenta la pesca deportiva es el desconocimiento de la capacidad extractiva de la flota y de los niveles reales de captura, lo cual no permite establecer medidas de regulación de la práctica pesquera. Otro problema, señalado por los pescadores comerciales, es que en la legislación no
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se establecen las épocas de veda, por lo que se capturan especies en estado grávido. La pesca comercial en la Bahía de Loreto es realizada por familias que habitan en pequeñas poblaciones cercanas a la zona y por personas que habitan en otras ciudades de la península de Baja California, así como en los estados de Sonora y Sinaloa, que crean campos pesqueros temporales en las playas de las islas. La mayor parte de ellos son pescadores libres que venden sus productos a través de comercializadores, y son pocos los que están organizados en cooperativas. No existe un sector cooperativista consolidado, pero sí la tendencia a formarlo. Con el decreto de la zona como Parque Nacional ha quedado restringida la captura de camarón que se realizaba fundamentalmente por barcos arrastreros de Sonora y Sinaloa en zonas poco profundas en sustratos arenosos, cerca del litoral de la costa y en zonas aledañas a las islas y en las bahías. Tampoco se permite ya la explotación del atún por barcos de las flotas de Ensenada y Mazatlán que realizaban encierros (“lance sobre brisas” y “lances sobre objetos flotantes”) en donde se capturaban ejemplares de tallas pequeñas. Por otro lado, la extracción de la almeja chocolata se realiza exclusivamente mediante el buceo libre. De acuerdo con los pescadores, durante los últimos veinte años se han sobrexplotado y agotado los principales recursos de alto valor comercial (huachinango, cabrilla, mero, almeja, totoaba y tiburón). Se considera que las causas de este agotamiento son el empleo de redes chinchorro de fondo para encierres y a la deriva, con luz de malla pequeña que captura juveniles; la pesca ilegal con arpón y equipo de buceo; la captura incidental de juveniles de especies de interés para la pesca ribereña (pargo, cabrillas, mero, lenguado, entre otras); y la llegada de pescadores de otros estados que buscan maximizar sus ganancias en el menor tiempo posible. Es importante señalar que la acuacultura es una actividad incipiente dentro de esta anp, aunque existen algunos sitios que presentan condiciones favorables para el cultivo de moluscos, principalmente. Una de las principales tareas de la dirección del parque es exterminar y evitar que se generen poblaciones de flora y fauna exótica dentro de las islas, esto es, de plantas y animales que no son nativos pero que han sido transportados hasta ellas y que compiten por espacio, alimento y nutrientes con
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las especies nativas, las cuales no están adaptadas para esta competencia y se convierten en presa de algunas de estas especies exóticas. A la fecha se han realizado trabajos de erradicación y se dice que actualmente no existen animales exóticos.144 4.3 Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California Las Áreas de Protección de la Flora y la Fauna se establecen, como previene el artículo 54 de la lgeepa, en los lugares que contienen los hábitats de cuyo equilibrio y preservación dependen la existencia, transformación y desarrollo de las especies de flora y fauna silvestres. Hasta la fecha se tienen cubiertas 6´073,127 ha por las 28 áreas declaradas bajo esta categoría.145 4.3.1 Caracterización geográfica El Golfo de California es una cuenca muy larga y estrecha de aguas interiores de jurisdicción exclusiva de México. Está separada del resto del Océano Pacífico por la árida península de Baja California. Tiene más de 1,600 km de longitud y se estiman 283,000 km² de extensión.146 La alta productividad del Golfo de California permite el sustento de innumerables especies de flora y fauna marinas y costeras, incluyendo 4,500 especies de invertebrados marinos, 875 especies de peces,147 154 especies de aves terrestres habitando las islas148 y 56 especies de aves marinas,149 30 especies de mamíferos marinos, siete especies de tortugas marinas y 450 especies de macroalgas. Algunas de las causas de esta extraordinaria riqueza son: la ubicación del Golfo de California en una zona de confluencia entre dos regiones biogeográficas, su aislamiento relativo y la diversidad de ambientes que presenta. La mayor diversidad submarina del Golfo de California está en sus fondos rocosos, principalmente alrededor de las islas y en las costas de la península. Es aquí donde es posible encontrar, por ejemplo, las principales congrega144 B. Bermúdez, “Parque Nacional Bahía de Loreto”, http://www.mapya.es/rmarinas/jornadarrmm/bahia-loreto.pdf (15.01.04). 145 conanp, Áreas Naturales Protegidas, consultado en: http://www.conanp.gob.mx/anp/anp. php, el 22 de octubre del 2005. 146 semarnap-Comisión de Áreas Naturales Protegidas, Programa de Manejo Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California, México, 2000, p. 20. 147 Ídem, p. 57. 148 Ídem, p. 35. 149 Ídem, p. 57.
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ciones reproductivas de peces arrecifales de cuya conservación depende el mantenimiento de las principales pesquerías artesanales de la región. Aunque la categoría de protección de esta área, de acuerdo a la legislación ambiental mexicana, es la de “Área de Protección de Flora y Fauna”, las islas forman parte de la red mundial de Reservas de la Biósfera de la unesco. Son varios los valores de conservación asociados a esta anp. Uno de ellos es la presencia de un número elevado de endemismos en varios de los grupos taxonómicos —principalmente cactáceas, reptiles y mamíferos— obtenidos como resultado del aislamiento. Otra característica importante de las islas del Golfo de California es que son lugares estratégicos para la reproducción de aves y mamíferos marinos. Al usar las islas, estos animales no sólo están cerca de las productivas aguas en donde obtienen su alimento, sino que también están protegidos de los depredadores terrestres. En diferentes islas del Golfo se encuentran colonias reproductoras de lobo marino de California, así como de murciélago pescador, de múltiples especies de aves marinas y de cactáceas. Un ejemplo notable de esta característica es la diminuta Isla Rasa —ubicada en la región central del Golfo—, en donde anida el 95 por ciento de la población mundial de la gaviota ploma (Larus heermanni) y del charrán elegante (Sterna elegans).150 Como resultado de la riqueza biológica del Golfo, una de las principales actividades económicas de la región es la pesca. En lo que respecta a la pesca comercial o industrial, en las aguas del Golfo de California se capturan o desembarcan volúmenes altos de sardinas, atunes, calamares y camarones, que son el objetivo de las industrias procesadoras. Por otra parte, la pesca artesanal se realiza también ampliamente en las costas de la región. Las principales pesquerías son de camarón, caracol, pulpo, almeja, langosta y peces de escama, como cabrillas y pargos. Esta actividad se desarrolla tanto en bahías como en esteros. La pesca deportiva es uno de los atractivos turísticos de la región. Ésta fue la actividad que propició el desarrollo de hoteles y marinas en varios sitios del Golfo, sobre todo en extremo sur peninsular. Las especies más capturadas son el marlin, el pez vela y el dorado (durante los meses cálidos), así como las cabrillas, sierra, pargos y peces gallo (durante los meses fríos). 150 Ídem, p. 58.
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Otra de las actividades productivas más importantes de la región es el turismo. Tan sólo en el ecoturismo participan numerosas empresas que visitan las islas e islotes. Las actividades que realizan son la observación de aves y mamíferos marinos, así como el campismo, kayakismo y buceo. Las actividades turísticas dependen en gran medida de la continuidad de la salud y belleza de los ambientes marinos e insulares, ya que la demanda turística está basada en el disfrute de este binomio natural. La actividad de pesca artesanal, por su parte, es también ejemplo de la relación de ambos ambientes en términos de uso y manejo, debido a que muchos de los pescadores usan las islas como puntos intermedios de campamento entre los sitios de pesca y las áreas de comercialización del producto. 4.3.2 Origen del Área Natural Protegida Algunas de las islas en el sur del Golfo fueron habitadas desde tiempos prehispánicos por el extinto grupo indígena pericú. Las islas continuaron siendo utilizadas durante el periodo colonial, intensificándose la presencia antrópica durante la época de explotación perlera en el Golfo, del siglo xvi hasta mediados del siglo xx, aunque sin que se establecieran grupos humanos permanentes, debido a la escasez de agua dulce y el aislamiento. No obstante, ya en la época moderna las islas fueron objeto de una explotación que antes sólo sucedía en regiones muy lejanas con la extracción de guano, la producción de sal y la extracción de minerales, de flora o fauna. Más tarde la pesca y el turismo se sumaron a los constantes y agresivos usos que se dieron a estos frágiles espacios. Estas áreas especiales fueron paulatinamente objeto de programas de protección hasta que se intensificaron las acciones de conservación en las décadas de los sesentas y setentas, como parte del movimiento ambientalista. Los territorios insulares del Golfo de California llamaron especialmente la atención de científicos, nacionales y extranjeros. En 1963 se iniciaron los primeros trabajos de protección, cuando la Isla Tiburón fue decretada Zona de Reserva Natural y Refugio para la Fauna Silvestre Nacional; con el propósito de proteger a varias especies de fauna terrestre amenazadas.151 Un año después se decretó a la Isla Rasa, como una Zona de Reserva Natural y Refugio 151 Diario Oficial de la Federación, 15/03/1963.
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de Aves,152 para proteger a las colonias del charrán elegante (Sterna elegans) y la gaviota ploma (Larus heermanni), como ya se señaló antes. El 2 de agosto de 1978, se publicó, en el Diario Oficial de la Federación, el decreto que establece una Zona de Reserva y Refugio de Aves Migratorias y de la Fauna Silvestre en las islas situadas en el Golfo de California, frente a las costas de los estados de Baja California, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa. A partir del 7 de junio de 2000, esta zona se considera en la categoría de Área de Protección de Flora y Fauna “Islas del Golfo de California”, conforme al Acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación.153 Durante los años 1998 y 1999 la dirección del anp realizó diferentes talleres regionales y locales de discusión y diagnóstico. Este esfuerzo arrojó una lista con los principales problemas presentes en las islas. Destacan dentro de ésta los siguientes problemas: la introducción accidental o deliberada de especies exóticas, tanto de flora como de fauna; la extracción de individuos de especies nativas y endémicas de las islas; la contaminación química derivada de embarcaciones de pesca ribereña, comercial y deportiva; la contaminación por desechos sólidos; la destrucción del hábitat; la colecta ilegal de huevos de aves marinas; la erosión de los suelos y la sobreutilización de algunas costas insulares por parte del turismo. Durante el año de 1999 en la playa La Bonanza, dentro de la isla Espíritu Santo, se construyeron unas cabañas para aprovechamiento turístico con intenciones de enajenación, contraviniendo así las disposiciones aplicables al área.154 Este acontecimiento provocó un giro dentro de la administración de esta área protegida, ya que hizo a la sociedad civil organizarse, de manera conjunta con las autoridades responsables de mantener la integridad ambiental del estado, para hacer una movilización sin precedentes en el país. Luego de un fallo jurídico que anulaba el amparo concedido a los promotores de desarrollar el área, se obligó a estos a derrumbar las construcciones y a restablecer las condiciones originales del área afectada. Los esfuerzos no terminarían ahí, la presión de la sociedad obligó al gobierno a buscar soluciones de fondo para evitar estas confusiones en futuros escenarios. Se inició así un 152 Diario Oficial de la Federación, 30/05/1964. 153 semarnap, Programa de Manejo del Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California, op. cit., p. 10. 154 Ezequiel Ezcurra et al., Isla Espíritu Santo, Evolución, rescate y conservación, fundea, p. 138.
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proceso de negociación para llevar a cabo una expropiación consensuada al Ejido Bonfil, que era el titular de los derechos. Luego de varias negociaciones y de acordar un pago, tanto con el ejido, como con la conanp y la Secretaría de la Reforma Agraria, fueron adquiridas 33 de las 36 parcelas en que estaba dividida la isla, sentándose así un precedente mundial. En septiembre del 2005 todas las islas ubicadas en el Golfo de California fueron incluidas en el listado de patrimonio mundial de la humanidad155 por su belleza, alta fragilidad, condiciones extraordinarias de conservación y por sus características ecológicas únicas. 4.3.3 Características del manejo del anp Debido a la vasta extensión que cubre el anp —aproximadamente 300,000 ha—, el manejo del área se lleva a cabo a través de un sistema de dirección compartida entre tres Direcciones Regionales, una en el estado de Baja California Sur, otra en Baja California y la tercera en Sonora. El manejo y gestión que realizan estas tres direcciones está basado en un programa de manejo único, complementado localmente a través de programas específicos de manejo a nivel de islas o archipiélagos particulares. Mientras que el programa de manejo general sienta las bases o políticas generales de conservación de las islas, en los programas de manejo específicos se precisan la problemática, zonificación funcional, líneas de acción y reglamento de uso de la isla o archipiélago en cuestión. Cada dirección implementa diversos programas de trabajo para cumplir con los objetivos del área protegida. Ejemplo de estos programas son los de educación ambiental, manejo del uso público, desarrollo comunitario, conservación de los recursos naturales e investigación y monitoreo. La mayor parte de las acciones desarrolladas en cada uno de estos programas se ponen en marcha en colaboración con usuarios, gobiernos locales, centros de investigación y organizaciones no gubernamentales locales, nacionales e internacionales. Cabe mencionar que estas últimas han jugado un papel determinante en la recaudación de recursos financieros y humanos para el manejo del área protegida, complementarios a los dispuestos por el gobierno de México a través de la conanp.156 155 El Sudcaliforniano, “Nuestras islas, patrimonio mundial”, 27 de septiembre de 2005, p. 1. 156 G. Anaya, Las islas del Golfo de California y su zona marina de influencia, http://www.matpya.es/marinas/jornada_rrmm/golfo_california.pdf (15.01.04).
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4.3.4 Problemática y amenazas Los principales problemas ambientales identificados en el Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California son: 1. Introducción de especies exóticas de plantas y animales de manera deliberada o accidental a los espacios insulares. 2. Modificación del hábitat. 3. Perturbación a las colonias de anidación de aves marinas, acuáticas y terrestres. 4. Perturbación a colonias reproductivas y de descanso del lobo marino de California. 5. Degradación del hábitat de reproducción de aves y lobos marinos, debido a la presencia humana continua. 6. Destrucción y/o extracción de especies vegetales por la colecta de semillas, retoños y/o plantas enteras. 7. Saqueo de flora y fauna nativa y/o endémica y cacería clandestina. 8. Enmallamiento de aves marinas y lobos marinos por actividades de pesca ribereña y comercial en los alrededores de las islas. 9. Muerte de individuos de diferentes especies por ingestión de plásticos y otros deshechos humanos, o por enmallamiento en redes o artes de pesca de diferentes tipos, abandonadas a la deriva. 10. Contaminación de las islas por la acumulación de desechos humanos. 11. Contaminación de la zona intermareal por productos químicos provenientes de embarcaciones. 12. Deforestación y erosión del suelo causada por la constante remoción de la vegetación y/o piedras, y por la creación frecuente de senderos y áreas para campamento en algunas islas. 13. Mortalidad masiva de flora y fauna, marina y terrestre, en la zona costera de las islas por derrames accidentales de petróleo de embarcaciones mayores. Existe la grave amenaza potencial de derrame de hidrocarburos causada por accidentes de buques tanques. 14. Incremento no ordenado del número de usuarios en algunas las islas cercanas a las costas que conlleva al establecimiento de nuevos sitios de uso en las mismas o en otras islas. 15. Saturación de la capacidad de carga de algunas islas, en particular de las del suroeste del Golfo de California.
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16. Disminución de la productividad primaria de las aguas adyacentes a las islas norteñas, como resultado de la reducción en el flujo de nutrientes y agua dulce al Golfo de California. 17. Decremento en la oportunidad para que las aves y lobos marinos puedan obtener alimento a causa de la pesca excesiva espacial y temporal de pelágicos menores en aguas aledañas a las islas. 18. Saqueo de zonas arqueológicas, fósiles, esqueletos de animales, rocas y conchas, entre otros, con la consecuente destrucción del patrimonio histórico y cultural de islas con vestigios arqueológicos. 19. Perturbación de sitios sagrados utilizados tradicionalmente por comunidades indígenas. En la mayoría de las islas no existen depredadores naturales. Como resultado de lo anterior, las especies nativas, especialmente las endémicas, han vivido y evolucionado a lo largo de miles de años sin haber desarrollado mecanismos de defensa. Esto les hace vulnerables a la presencia de depredadores introducidos, como ratas y gatos. De hecho, se han registrado ya casos de extinción de especies endémicas, tales como la rata de campo Neotoma anthonyi, y se ha puesto en una situación crítica a las poblaciones de otras especies, como Peromyscus guardia. Al no tener depredadores naturales, las poblaciones de especies introducidas crecen sin control, limitadas tan sólo por la disponibilidad de alimento y espacio, generalmente esto ocurre después de la modificación extrema del ecosistema. Comparativamente, en las islas hay un menor número de especies que en áreas de tamaño similar en el continente. Por lo tanto, las especies continentales introducidas a las islas son más competitivas que las nativas, y terminan desplazándolas. Otro problema, asociado con la actividad pesquera es la contaminación por basura orgánica e inorgánica, así como por desechos humanos y artes de pesca en desuso. En las aguas marinas adyacentes la sobreexplotación ha ocasionado el agotamiento de los principales recursos pesqueros de valor comercial alto. Las causas principales de esta sobreexplotación son el empleo de redes chinchorro de fondo, la pesca ilegal con arpón y equipo de buceo, la captura incidental de juveniles, la pesca ilegal de larvas de camarón, y la falta de respeto a las cuotas de captura por parte de los pescadores, facilitada por la carencia de vigilancia.
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Una de las principales deficiencias es el hecho de que las aguas que rodean a las islas del Golfo no forman parte del esquema de conservación del área protegida.157 Es importante subrayar esta paradoja dificulta y contraviene los esfuerzos conservacionistas, pero beneficia a los intereses privados del saqueo, tanto de la pesca comercial como de los desarrolladores inmobiliarios. En este último caso la afectación que sus construcciones hacen al ambiente marino queda fuera del cobijo de la protección de las islas en tanto que anp y además, el tener en las islas un medio ambiente bien conservado incrementa de forma importante la plusvalía de las residencias y hoteles que construyen en la costa de la península. Una muy notable, afortunada y reciente excepción a este problema es el archipiélago de Espíritu Santo, que es el único de las islas del Golfo de California que cuenta ya con su zona marina protegida. Ésta cubre 48,655 ha y fue decretada el 10 de mayo de 2007. En el caso de la pesca deportiva, un problema fundamental es el incumplimiento de los reglamentos por parte de los turistas y de los tripulantes de los barcos y pangas, así como la escasa o nula vigilancia para la aplicación de las leyes del caso. El turismo, en especial el ecoturismo o turismo de la naturaleza, es una fuente importante de ingresos en la región del Golfo de California. El impacto que los turistas pueden causar a las islas está determinado por su número y su comportamiento mientras las visitan. La conducta se relaciona con el nivel de cultura y la sensibilidad que tienen los visitantes hacia los ecosistemas insulares. Fomentar un comportamiento amigable con la naturaleza se facilita con la presencia de guías capacitados y con la distribución de materiales de divulgación y educación para la conservación. Se ha observado que los turistas independientes, o aquellos acompañados por guías sin capacitación, tienen un potencial mayor de causar daños considerables a las islas y sus ecosistemas. La falta de ordenamiento de las actividades turísticas en algunas islas, así como la falta de conocimiento de los visitantes acerca de la fragilidad de los ecosistemas insulares y desérticos, ocasionó en las pasadas décadas que las visitas de los turistas tuvieran impactos negativos. Entre los más evidentes, y que aún prevalecen, están la perturbación de la fauna y flora, la colecta de 157 G. Anaya, Las Islas del Golfo..., op. cit., p. 4.
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leña, la modificación del paisaje natural, la erosión o compactación del suelo, la deforestación de dunas, la recolección de especies nativas, la introducción de especies exóticas, la saturación de algunos sitios de campamento y problemas relacionados con la disposición de basura y desechos humanos, y la destrucción del patrimonio histórico en islas con vestigios arqueológicos. En este sentido aun falta mucha labor de señalamiento, divulgación, sensibilización y vigilancia. Una persona ajena al hecho de que las islas son una anp, podría pasear por las islas e incluso pernoctar en ellas sin enterarse de las regulaciones de su uso. No existe suficiente señalización, y menos aún, una cultura de información y cuidado de esta extraordinaria y vasta anp; los esfuerzos actuales son enormes, pero aún falta mucho por hacer para lograr un manejo óptimo de las islas del Golfo de California. 4.4 Reserva de la Biósfera Sierra de La Laguna 4.4.1 Caracterización geográfica El área que ocupa la Reserva de la Biósfera Sierra de La Laguna (rbsll) se ubica en la Región del Cabo, en el extremo sur de la península, geopolíticamente se encuentra distribuida en los municipios de La Paz y Los Cabos. En dicha región sobresale un macizo montañoso, con orientación “Norte-Sur, conocido como Sierra de La Laguna. En esta área se localizan nueve cuencas hidrológicas donde se originan los principales escurrimientos de la región del Cabo. Este macizo montañoso recibe las mayores cantidades de lluvia de todo el estado”.158 La mayor precipitación en esta región sucede en el verano, generada por las tormentas tropicales de la costa occidental del Océano Pacífico. Estas características favorecen al desarrollo de una vegetación distinta a la presentada en el resto del paisaje peninsular: rebasando los 300 m de altura sobre el nivel del mar (msnm) se encuentran 35,000 ha de bosque bajo caducifolio. Rebasando los 1200 msnm hay 20,000 hectáreas de bosque de encino-pino,159 con características muy parecidas a la vegetación montañosa del centro de México y del sur de California (Estados Unidos) absolutamente contrastante con el matorral xerófilo del desierto sonorense que se distribuye a lo largo de la península. 158 Laura Arriaga, Estrategia para la conservación de la Sierra de La Laguna, cibnor-wwf, 1994, p. 45. 159 Arriaga y Ortega, 1988, citados en Arriaga, op. cit., p. 48.
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La zona que ocupa la rbsll se caracteriza a nivel biológico como una de las que presentan mayor cantidad de endemismos en México de todos los grupos taxonómicos, así como la mayor riqueza específica y diversidad biológica del estado. De hecho, el aislamiento desde el Mioceno ha generado una particular historia evolutiva en la región, es decir, las características de la Sierra de La Laguna son las de una “isla virtual”160 de vegetación. 4.4.2 Origen y características Desde 1980, un grupo de investigadores del entonces Centro de Investigaciones Biológicas de Baja California Sur (cib y actualmente cibnor, Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste) destacaron las características notables del conjunto de serranías que se conocen como Sierra de La Laguna, iniciando desde entonces el proceso que daría lugar al decreto que convertiría a la zona en anp. Sin embargo, no fue sino hasta 1984 que bajo los auspicios de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (sedue) se iniciaron formalmente los trabajos para lograr el estatuto de Área Natural Protegida tipo Reserva de la Biósfera. Así, en 1988 la sedue contrató al cib como responsable de los estudios que permitieron justificar el decreto del área. Lamentablemente no se decretó en ese momento y pasaron seis años antes de que la sedue retomara la propuesta. El 6 de junio de 1994, finalmente, se publicó el decreto presidencial en el Diario Oficial de la Federación que declaraba la creación de la Reserva de la Biósfera “Sierra La Laguna”. Entre 1995 y 1996 el cibnor realizó los primeros trabajos para integrar un Programa de Manejo de la reserva161, pero estos esfuerzos no lograron culminarse sino hasta el año 2000. Considerando que el objetivo principal del establecimiento de la rbsll es lograr su sustentabilidad, a partir del 31 de agosto de 1999 se constituyó el Consejo Asesor de la Reserva, integrado por representantes de los distintos sectores que tienen ingerencia en el área. Fue hasta el mes de mayo del año 2000 que el Instituto Nacional de Ecología decidió contratar los servicios del Instituto del Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable (imades) para realizar la actualización del Programa de Manejo. Este documento fue entregado en versión preliminar en diciem160 Ídem, pp. 51-52. 161 Lorella Castorella et al., Diagnóstico social y diseño de estrategia operativa para la Reserva de la Biósfera Sierra de La Laguna, en prensa, p. 5.
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bre de ese año162, pero habría que esperar hasta el 2003 para la publicación en el Diario Oficial de la Federación de dicho programa de manejo. Desde entonces este documento es el instrumento legal que limita, distribuye y administra los valiosos recursos naturales del área. 4.4.3 Características del manejo En la rbsll se ubican diversas manifestaciones arqueológicas, que van desde simples entierros funerarios y pinturas rupestres, hasta algunas ruinas de antiguas moradas de los grupos que habitaron el área antes de la llegada de los españoles. A partir de la misión de Nuestra Señora de La Paz Airapí, fundada en 1720, se establecen tres misiones en el área: la Misión de Santiago de los Coras en 1721en el actual poblado de Santiago, la Misión Estero de las Palmas en 1730 en San José del Cabo y Santa Rosa de Las Palmas en 1733, en el poblado de Todos Santos. Tras la rebelión pericú, en la zona desaparecieron los misioneros y los indígenas. A partir de mediados del siglo xviii, los únicos pobladores de la región fueron los colonos que dieron inicio a nuevas actividades, introdujeron la agricultura, la ganadería, la pesca comercial y la minería de oro y sobre todo de plata. De hecho, durante mucho tiempo, ésta fue la zona más poblada de toda la península. Actualmente alberga uno de los principales desarrollos turísticos de México. El destino conocido como Los Cabos tiene infraestructura para atender al sector conocido como de Gran Turismo, por lo que cuenta con aeropuerto, marinas, campos de golf y grandes y lujosos hoteles. La rbsll cuenta con cuatro componentes de manejo, que se dividen en subcomponentes claramente definidos con acciones previsibles a corto, mediano y largo plazo y con categorías como de alta, media o baja prioridad. Dichos componentes son: social, conservación, investigación y monitoreo, y administración.163 Las acciones que contienen estos componentes son plasmados en los correspondientes programas operativos anuales.164 El componente social pretende involucrar a los diferentes sectores en la aplicación de los programas de apoyo a la diversificación productiva y al de162 conanp, Programa de Manejo reserva de la Biósfera Sierra de la Laguna, México, junio, 2003, p. 9. 163 conanp, Programa de manejo…, op. cit, pp. 63-64. 164 Ídem, p. 64.
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sarrollo planificado de acuerdo con las tazas de aprovechamiento propuestas por los expertos en términos sustentables.165 Este componente se divide en el subcomponente de aprovechamiento actual y potencial de los recursos naturales, el de uso público, recreación y turismo, el de educación ambiental, capacitación y difusión y el de participación pública. Los objetivos principales del componente de conservación son los de realizar acciones que aseguren el mantenimiento de la diversidad biológica y la conservación del patrimonio histórico cultural de la rbsll, así como el uso sostenido y la restauración de sus recursos naturales.166 Para el cumplimiento de estos objetivos han de realizarse acciones tanto legislativas, administrativas, de promoción, preventivas y de control a través de los siguientes subcomponentes: control, inspección y vigilancia, manejo de flora y fauna silvestre, y restauración ecológica. El componente de investigación y monitoreo fue creado con la intención de aumentar el conocimiento existente sobre la rbsll, señalando nuevas líneas de investigación y generando una base de datos para monitorear los parámetros ambientales y socioeconómicos en el área167 guiado por cuatro subcomponentes: de estudios biológicos, ecológicos y socioeconómicos, de apoyo a la investigación científica, de divulgación científica y de monitoreo. El último componente, el de administración, pretende establecer las reglas de operación que garanticen dar cumplimiento al programa de manejo y a las acciones determinadas por los programas operativos anuales. También se busca con este componente consolidar la administración de la rbsll y de su programa de manejo, así como asegurar el financiamiento necesario para cumplir con los objetivos establecidos. Este componente está dividido en los subcomponentes: dirección y coordinación, infraestructura y equipamiento, y financiero. 4.4.4 Problemática y amenazas La extensión de la rbsll, y los problemas de accesibilidad que presenta, contribuyen a que en ella se efectúen actividades ilícitas, particularmente con relación a los aprovechamientos forestales maderables y no maderables 165 Ídem, p. 65. 166 Ídem, p. 76. 167 Ídem, p. 81.
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que se realizan en forma clandestina. Aunado a esto, existen afluencias masivas de visitantes durante los periodos vacacionales. Esta situación implica, por ejemplo, la generación de basura, contaminación de cuerpos de agua y fecalismo a cielo abierto, trayendo consigo el deterioro ambiental del anp. El turismo y la recreación que hacen uso de la zona son prácticas comunes entre de la población paceña con promedio de 19 años de edad, de hecho representa una tradición que durante las temporadas de vacaciones numerosos grupos de jóvenes asciendan la serranía. Esta práctica, que se realiza sin un control adecuado, contribuye a que se cometan hechos ilícitos que van en perjuicio de la conservación del área. Sin embargo, la realización de esta actividad en forma organizada puede representar una importante actividad que beneficie económicamente a los habitantes y que coadyuve a la protección y apropiación colectiva del área. La rbsll ha sido centro de interés, principalmente de investigadores locales que han desarrollado una gran variedad de trabajos, contribuyendo al conocimiento del área. No obstante, existen diversos tópicos de índole social, económica y cultural que no han sido considerados dentro de las investigaciones, por lo que sería importante ahondar en este sentido. Lograr que el uso público, la recreación y el turismo sean compatibles con la conservación de los recursos naturales son fines que se persiguen en el manejo del anp. Algunas medidas para lograrlo deberán estar enfocadas a establecer el ordenamiento de las actividades permitidas, definiendo las áreas de uso, regulando la intensidad de su aprovechamiento, así como el control de las actividades que se llevan a cabo. Para el caso de recreación y ecoturismo es necesario establecer la capacidad de carga y un reglamento especial para este tipo de actividades. Una gran parte de las actividades ecoturísticas que se llevan a cabo en el anp excluyen de los beneficios económicos que se obtienen a las comunidades que ahí habitan, por lo que se requiere involucrarlas, tanto en su participación, como en los beneficios económicos que se obtengan. Aunado a lo anterior, esta actividad, en términos reales, no deja beneficios económicos a la rbsll, a excepción de la “educación ambiental” y la promoción que se pudiera derivar de ella. La educación ambiental formal y no formal representan herramientas de suma importancia para facilitar las labores administrativas y de manejo de las anp. El manejo de la rbsll, exige implementar un programa enfocado
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particularmente hacia la educación ambiental no formal, que contribuya a minimizar los efectos causados por los visitantes carentes de una cultura ecológica. Se hace presente la necesidad de impulsar un cambio de actitud en los habitantes y usuarios del área con relación al aprovechamiento de los recursos, cuyo propósito fundamental será garantizar un manejo sustentable que trascienda a otras generaciones. Los impactos antrópicos son la principal causa de deterioro de la rbsll y su origen se debe, más que a un deseo consciente de hacerlo, a la falta de información sobre la importancia que representa la conservación de los recursos naturales y a la forma de llevarlo a cabo. La investigación es una herramienta fundamental para la administración de un anp. A través de los resultados de ésta se puede adquirir un conocimiento más preciso sobre los recursos naturales y humanos existentes dentro del Área. Se deben establecer los mecanismos de investigación aplicada que permitan la planeación, ejecución y operación de proyectos alternativos de uso sustentable, orientados a mejorar las condiciones de vida de las comunidades que habitan la zona, garantizando con ello una disminución del deterioro de los recursos naturales y por consiguiente la conservación de la rbsll. A la fecha, como mencionamos, existen muchos temas por investigar que siguen esperando al científico que los atienda, y en consecuencia existe poca o nula información respecto a una diversa cantidad de aspectos importantes. Por otra parte, una gran parte de los trabajos de investigación desarrollados en torno a la rbsll han sido poco divulgados. Muchos de estos sólo han tenido cobertura regional, razón por la cual, a pesar de ser una reserva de la biósfera, se le conoce poco en otras latitudes. Por ello es necesario establecer un banco de información en el que se concentren las publicaciones existentes, que permita estar en posibilidades de dar difusión al conocimiento que se tiene del área. La rbsll es administrada por una dirección con sede en La Paz y con una representación en El Pescadero, municipio de La Paz, Baja California Sur. Para que la administración de esta anp sea eficaz se requiere contar con la infraestructura y el equipamiento mínimo necesario que permita tanto al personal operativo, como a los usuarios llevar a cabo sus actividades de acuerdo a los propósitos de conservación del área. Una de las principales limitantes para la operación y conservación de un anp, es la carencia de recursos económicos; sin embargo, esto no es la ge-
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neralidad, debido a que algunas de ellas cuentan con recursos financieros suficientes, pero otras tienen serias limitaciones. Esta disparidad se explica en parte por las características de la biodiversidad presentes en cada una de estas áreas, en algunas de ellas la presencia de especies carismáticas se convierte en un atractivo para el financiamiento a programas de conservación. Este no es el caso de la rbsll que carece de especies con estas características, de modo que las estrategias a seguir deben ir enfocadas a contrarrestar esta limitante y a presentar la importancia de otros aspectos de la ecología del área.168 A continuación se enlistan los principales problemas —y sus orígenes— que enfrenta la rbsll: -Los recursos económicos con que cuenta son insuficientes para atender las demandas que exige su administración. -El personal asignado es insuficiente para satisfacer las necesidades de operación y atención de las demandas sociales y de conservación del área. -Existen líneas de investigación científica que no han sido lo suficientemente estudiadas, situación que impide tener información suficiente para una aplicación de políticas de conservación acordes con la importancia de las diversas zonas en que se ha dividido. -Las comunidades que se encuentran asentadas dentro de ella son expulsoras de mano de obra por falta de fuentes de empleo locales. Al no existir una diversificación productiva y depender casi en su totalidad de la explotación ganadera tradicional, la fuerza de trabajo (jóvenes en su gran mayoría) debe emigrar, siendo los principales destinos de trabajo las ciudades de Los Cabos y La Paz. -La emigración de las comunidades que habitan la reserva y la venta de sus predios (debido a las carencias), repercute en la conservación de los recursos naturales al llegar nuevos colonos sin un conocimiento pleno del ambiente, su fragilidad y características. -Las comunidades que habitan la reserva se encuentran sumamente dispersas, lo que dificulta la implementación de estrategias que permitan una mejor y mayor distribución de servicios, así como de mecanismos que lleven a diversificar sus actividades productivas. Los servicios que se 168 conanp, Programa de Manejo Reserva de la Biósfera Sierra de la Laguna, op. cit.,
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brindan se pudieran considerar prácticamente inexistentes, a excepción de apoyos para electrificación mediante el uso de sistemas fotovoltaicos y sistemas de extracción de agua para consumo, esto mediante sistemas de combustión interna. -El campismo en la zona de amortiguamiento de la reserva, se realiza en forma desorganizada, debido a la carencia de infraestructura, señalización y personal suficiente para su control. -La falta en la definición de la capacidad de carga o límite de cambio aceptable, propicia la imposibilidad de controlar la gran afluencia de visitantes que en forma masiva se presenta durante ciertas épocas del año. -La ganadería extensiva y los aprovechamientos forestales clandestinos han ocasionado un deterioro progresivo de la cubierta vegetal, propiciando con ello erosión laminar y por cárcavas, principalmente en las zonas noroeste (San Simón y San Pedro El Frijolar) y noreste (San Antonio de La Sierra). -El aumento del ganado caprino en la región, promovido por programas oficiales, se torna amenazante debido a que su manejo se hace, al igual que el bovino, en forma extensiva. -El ganado feral o cimarrón, compuesto principalmente por bovinos y porcinos, ocasiona serios trastornos al renuevo de la vegetación. Dentro de las comunidades de bosques de galerías se encuentran varias especies que tradicionalmente se utilizan como recurso forestal, entre las importantes se encuentran las palmas, los encinos y los güeribos; sin embargo, los individuos con tallas comerciales son muy escasos por lo que es necesario tomar medidas de protección y manejo, dado que estos ecosistemas constituyen el refugio de algunas especies. Por lo anterior, se puede considerar que se trata de un ecosistema sumamente frágil, toda vez que en él se desarrollan los principales aprovechamientos forestales clandestinos no maderables. El acervo histórico-cultural que se encuentra en la zona de influencia y dentro de la rbsll, es vasto, importante y en su mayoría aun desconocido, razón por la cual urge que sea localizado, conservado y protegido como patrimonio. Esta anp contribuye en forma directa e indirecta a la recarga de los mantos acuíferos que abastecen aproximadamente 67 por ciento de la población total del estado, y de ella dependen las principales actividades económicas
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que se realizan en la región. Sin embargo la deforestación es uno de los principales factores que atentan contra la capacidad de recarga acuífera en la región. De continuar la tendencia de saqueo de los recursos naturales de la Sierra de La Laguna que se tenía antes de su protección, la degradación aumentará preocupantemente. Por ello, las actividades productivas deben ser incorporadas en un programa de manejo integral del ecosistema y de sus recursos. 4.5 Parque Nacional Cabo Pulmo (pncp) 4.5.1 Caracterización geográfica Esta anp se encuentra ubicada frente al Municipio de Los Cabos, en las costas del Golfo de California. “El área pertenece a la Provincia de Baja California, Subprovincia de Tierras Levantadas del Sur, de acuerdo a la división fisiográfica de E. W. Raisz”.169 Fue creada para conservar la cobertura coralina más grande del Golfo de California y la más septentrional del Océano Pacífico. Dicho arrecife coralino: presenta una serie de terrazas marinas pleistocénicas que corren paralelas a la línea de costa y que se disectan por depósitos aluviales. El fondo marino tiene poca pendiente y presenta una serie de barras de basalto, sobre tres de las cuales se asienta la comunidad coralina y un gran número de especies de flora y fauna. Estas barras se extienden hacia afuera de la costa a una profundidad máxima de 20 metros en su parte norte, y una mínima de 2 ó 3 metros en algunas de las zonas centro y sur, hasta la exposición durante la bajamar de la parte superior de las colonias de coral en algunas porciones de la barra más cercana a la costa.170
Las coberturas coralinas presentan una intensa asociación de múltiples especies de flora y fauna que dependen del arrecife y de los procesos ecológicos que ahí ocurren para su supervivencia, así como un 15 por ciento de especies consideradas visitantes, pues no dependen exclusivamente de él.171 En el pncp se encuentran diversas especies en estado de conservación espe169 conanp, Programa de Conservación y Manejo Parque Nacional Cabo Pulmo, borrador del programa presentado por conanp, México, octubre, 2004, p. 12. 170 Ídem, p. 12. 171 Ídem, p. 20.
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cial, enlistadas en la nom-029-semarnat-2001, por ejemplo, diversos tipos de tortuga. Aunque no se tienen determinadas especies endémicas dentro del parque, ahí se concentra una gran cantidad de especies características del Golfo de California. Cabo Pulmo es la zona arrecifal más antigua de todo el Océano Pacífico, su cobertura coralina tiene 150 mil años de edad. Es el único ecosistema de este tipo en el Golfo de California, y también el que alcanza la ubicación más septentrional en el Pacífico oriental. Igualmente, Cabo Pulmo representa el límite más alejado en la distribución de algunas especies de coral, incluso géneros, que forman arrecifes en el Pacífico central y occidental (por ejemplo: los géneros Porites, Pocillopora, Psammocora).172 Existen dos niveles de terrazas que son aprovechadas por los corales cuando el agua sube o baja de nivel. La segunda terraza, la más baja, tiene una edad de 25 mil años. Además se ha encontrado coral en las partes profundas de hasta 100 metros que datan de hace 40 mil años. Por lo que se deduce que en la actualidad la zona arrecifal está a la mitad de la cobertura de coral que ha existido a lo largo del tiempo. La colonia coralina produce larvas y éstas aprovechan el sustrato o coral muerto para fijarse encima del esqueleto y regenerarse. De tal forma el arrecife crece tres centímetros al año y tiene una amplia tolerancia a las variaciones de temperatura; en efecto, aquí convergen masas de agua tropicales, templadas y del Golfo de California en una dinámica zona de transición estacional donde la temperatura del mar varía entre 16º y 32º C. La riqueza de la fauna del arrecife y asociada a él es variada e importante. Existe una gran cantidad de mamíferos marinos, como una colonia de lobos marinos, diversas especies de delfines y, en invierno, varias especies de ballenas: ballena jorobada, ballena de aleta y rorcual tropical, principalmente.173 Las aves marinas que frecuentan Cabo Pulmo son las mismas que se distribuyen en el resto del litoral costero del Golfo de California, incluyendo las especies endémicas de éste. A pesar de que no se cuentan con especies de aves únicas, en esta área se encuentran lugares privilegiados para su observación. La riqueza ecológica, así como la belleza paisajística del área, le confieren un enorme potencial turístico. Precisamente hacia este sector las autorida172 M. D. Spalding, C. Ravilious y E. P. Green, World atlas of coral reefs. Prepared at the unep World Conservation Monitoring Center, University of California Press, Berkeley, 2001, 421 pp. 173 Ídem, p. 22.
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des del Parque han dirigido el manejo y la oferta de alternativas, aunque cabe destacar que desde antes de su constitución en anp, algunos de los habitantes de la pequeña comunidad de Cabo Pulmo ya habían incursionado en las actividades de buceo. En este contexto fue que se originó la creación del anp, tanto por la fuerte presión que deja sentir en la zona el crecimiento del turismo en la región de Los Cabos como por la importancia de la conservación del arrecife. Sin embargo, la comunidad del lugar no cuenta con infraestructura de energía eléctrica. Ésta es generada por generadores y acumuladores particulares, tampoco se cuenta con servicios de salud, ni de educación. Carece también de muchos de los servicios necesarios para atender al turismo: apenas cuenta con algunos lugares para hospedarse, escasos restaurantes y equipo para pesca deportiva y buceo. Los visitantes provienen principalmente de Los Cabos, que se encuentra a tan sólo hora y media de distancia. El potencial recreativo del pncp incluye actividades tales como pesca deportiva, rappel, buceo libre o autónomo, kayak, avistamiento de fauna y flora en superficie y la tabla vela. Existen guías certificados de buceo, renta de lanchas y kayak. Estas actividades han dado buenas remuneraciones económicas a los pobladores de Cabo Pulmo que las practican. 4.5.2 Origen del Área Natural Protegida Los arrecifes coralinos son considerados como ecosistemas de suma importancia, debido a su rigidez, a que tienen una diversidad extremadamente alta, una organización trófica única y una alta producción primaria.174 Estas mismas características lo vuelven muy atractivo para la utilización antrópica. En la zona de influencia del pncp se encuentra una gran variedad de vestigios de poblaciones prehispánicas, así como de restos paleontológicos asociados al arrecife. Se encuentran dispersas por el área evidencias de la presencia del grupo La Palmas, que elaboró obras pictóricas y petrograbados por todo el sur peninsular. También se han encontrado diversos entierros en la zona de influencia del parque con las características del pueblo pericú. Esta cultura se encontraba en la zona hasta la llegada de los españoles y del establecimiento de sus misiones. Los pericúes fueron el primer grupo penin174 Mark D. Bertness (ed.), Marine community ecology, Sinauer Associates Inc., Massachusetts, pp. 395.
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sular que se extinguió en el siglo xviii y tenían una organización social basada en la convivencia armónica con el entorno. Su sustento se basaba en la recolección, la pesca y, en última instancia, la caza. Se puede interpretar que la región de Cabo Pulmo fue intensamente aprovechada por estos grupos por la gran abundancia y diversidad de especies que en ella habitan. Durante el periodo colonial el área era reconocida por la gran cantidad y la excelente calidad de perlas que en ahí se podían obtener. Esta pesquería tan redituable se vino abajo por las grandes concesiones que se dieron a compañías extranjeras durante el Porfiriato. Los concesionarios explotaron con mayor intensidad el recurso utilizando escafandras (hasta entonces, la extracción se hacia con inmersión libre, a pulmón). Dicha tecnología agudizó la sobreexplotación de las ostras perleras y hacia 1940 la madreperla (Pinctada mazatlanica) se agotó —es decir, dejó de ser rentable su explotación comercial— en todo el Golfo de California. Cuando los placeres perleros fueron mermados, el esfuerzo de pesca se orientó hacia otras especies, como el tiburón. En la segunda mitad del siglo xx, la sobrexplotación provocó también que estas pesquerías fueran mermadas, produciendo en el arrecife un muy grave deterioro a finales de los ochentas. Con base en estos antecedentes podemos apreciar que las causas por las cuales se creó el pncp son diversas. Son semejantes a las que condujeron a la creación de la rbsll: por el destacado valor biológico del arrecife. Pero también son semejantes a las que condujeron a la creación del pnbl, ya que es una zona que se encontraba bajo una aguda presión de las pesquerías, que incluso ponía en riesgo la integridad del ecosistema. En el caso de Cabo Pulmo, de forma excepcional, la necesidad de protección debido al crecimiento del sector turístico de Los Cabos orilló algunos habitantes de la comunidad a solicitar apoyo a las instituciones de educación e investigación científica para promover la creación del anp. Como en las anteriores zonas de protección, también en ésta los científicos, ahora de la uabcs, tuvieron un papel relevante al mostrar su importancia y urgir a las autoridades ambientales a promover la conservación de la región. Con base en esto, el 6 de junio de 1995, el área fue incorporada al Sistema Nacional de
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Áreas Naturales Protegidas175 a través de la publicación del decreto correspondiente en el Diario Oficial de la Federación. Los antecedentes que existen en relación al estudio de los aspectos de conservación del Parque Nacional Cabo Pulmo, se refieren principalmente a las investigaciones hechas del arrecife coralino. En varios de los trabajos realizados se plantea la necesidad de conservar este ecosistema. Sin embargo, la urgencia de preservar al arrecife sólo ha sido destacada de forma más directa en los últimos años. Almenara et al, así como Reyes Bonilla, mencionaron algunos de los impactos que afectan al arrecife. En 1992 Robinson y Thomson, aunque incurrieron en errores serios respecto al estado legal del lugar, hicieron un importante trabajo sobre el estado general del arrecife, incluyendo algunas ideas concretas sobre su conservación.176 Asimismo, respecto a los esfuerzos por conservar el área, destaca la Carta de San José, que se constituyó por el trabajo de un grupo de estudiantes que tenían en mente la protección y el manejo del arrecife. En este sentido sobresale también el interés que sobre la conservación del área mostraron los habitantes del lugar. Previo al decreto que declara la creación del Parque Marino Nacional en 1995, se realizaba la captura de peces en el arrecife y representaba una fuerte amenaza al sistema. Actualmente, gracias a la sinergia de los actores involucrados con el parque, la pesca artesanal con fines comerciales de los peces se realiza fuera del anp. A partir del año 2004 se sumó a las otras Áreas Protegidas inscritas en el sinap, con lo que la superficie cubierta por las 55 áreas incorporadas a este sistema suma hoy 11’006,000 ha.177 Asimismo, desde el 2005 el pncp fue inscrito junto con las otras anp del Golfo de California a la lista de Patrimonio de la Humanidad de la unesco. 4.5.3 Características del manejo De la superficie de 7,111 ha que tiene el pncp,178 solamente el uno por ciento corresponde a territorio terrestre: la Zona Federal Marítimo-Terrestre (zo175 conanp-uabcs, Programa de Manejo del Parque Nacional Cabo Pulmo, borrador del programa elaborado y presentado por la Universidad Autónoma de Baja California Sur, p. 1. 176 conanp, Programa de Conservación y Manejo Parque Nacional Cabo Pulmo, borrador del programa presentado por conanp, México, octubre, 2004, p. 5. 177 conanp, Logros, v aniversario, conanp, 2005. 178 Ídem, p. 76.
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femat). Este espacio fue tradicionalmente usado como sitio de pesca, pero actualmente las actividades turísticas son las predominantes, en especial el buceo debido a la belleza de las especies asociadas al arrecife. El manejo del área se realiza considerando tres políticas y uso de los recursos, creando así una zonificación clara. Las categorías se elaboraron considerando criterios tanto ecológicos como sociales, resultando la siguiente clasificación: Zona de Uso Restringido (zur), Zona de Aprovechamiento Sustentable de los Recursos Naturales (zasrn) y Zona de Uso Público (zup). Las Zonas de Uso Restringido (zur) son dos y representan el 35.1 por ciento de la superficie del parque.179 En ellas están prohibidas actividades extractivas y construcción de infraestructura. Con estas zonas se pretende proteger el arrecife coralino y los sitios de anidación de especies protegidas para que las actividades dentro del parque no causen un desequilibrio ecológico. Las dos Zonas de Aprovechamiento Sustentable de los Recursos Naturales (zasrn) comprenden el 64.5 por ciento del territorio del pncp. En la primera de estas áreas se permite el acceso y la extracción de recursos pesqueros, pero únicamente para los residentes del área de influencia. Los dos sitios designados para tal fin se encuentran ubicados fuera del sistema arrecifal y separados de los sitios con vocación para la práctica de actividades subacuáticas.180 Es necesario mencionar que la pesca dentro de los límites del Parque únicamente se permite a los pobladores de Cabo Pulmo, siempre y cuando el producto sea destinado al autoconsumo, la extracción del producto sea regulada por la dirección del Parque y que esta pesca se efectúe dentro de los sitios determinados por el mapa de usos publicado con el Programa de Manejo. Está prohibida cualquier otra actividad extractiva dentro del parque, incluyéndose la pesca deportiva en cualquiera de sus modalidades. La segunda zasrn se encuentra en ciertos litorales arenosos y se estableció para ordenar el flujo de visitantes del área. La Zona de Uso Público es una zona de 27 ha que representa sólo el 0.4 por ciento del territorio destinado al anp, y puede ser utilizado para el desarrollo de infraestructura de apoyo al turismo y a las demás actividades que se efectúen en el área. Aquí se realiza el embarque-desembarque de las lanchas turísticas, lo que facilita el control de todos los usuarios. 179 Ídem, p. 77. 180 Ídem, p. 80.
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4.5.4 Problemática y amenazas La problemática para la conservación del área es provocada por diversas actividades, todas ellas asociadas al crecimiento económico desordenado. Enseguida mencionamos los aspectos más sobresalientes: Construcción. El desarrollo turístico e inmobiliario provoca la erección de un gran número de edificios, lo que genera una modificación del hábitat a causa de: a) clareo de las tierras; b) construcción de muelles, paredes, embarcaderos; c) construcción de canales, obstáculos, uso de explosivos; y d) extracción de materiales para construcción (arena y cantos rodados). Buceo. Los impactos derivados de esta actividad se relacionan con diversos daños mecánicos provocados por los buzos que intencionalmente o por descuido y/o ignorancia rompen los corales, así como aquellos que se paran sobre o tocan las estructuras coralinas. En grandes proporciones esto constituye un fuerte impacto: agitación de los organismos, molestia a los organismos móviles o alteración de su comportamiento.181 Las especies menos tolerantes a la presencia humana pueden ser desplazadas completamente. Tráfico náutico. La mayor parte de las actividades realizadas en el arrecife involucran un desplazamiento en lanchas y barcos, lo cual puede derivar en varios impactos. Entre estos destaca el anclaje en zonas arrecifales, ya que éste provoca la pérdida de corales y la muerte de peces y organismos bentónicos que dependen del hábitat. Otro impacto son los varamientos, aunque esta situación es menos común. Algunas embarcaciones pueden golpear el arrecife e incluso vararse debido a la someridad del lugar. Los efectos son similares a los antes mencionados. Los niveles actuales de conservación del sistema arrecifal son satisfactorios. Sin embargo, es importante considerar que diversos factores impredecibles como fenómenos oceánico-atmosféricos, contingencias ambientales y otros pueden afectar la condición natural del Parque. Este grado de conservación de la porción marina no se presenta en la Zona Federal Marítimo Terrestre, en la que por irregularidades en el uso del suelo se han generado modificaciones de los rasgos morfológicos y dinámicos de la zona de playa 181 Tilmant, 1987, citado en conanp-uabcs, Programa de Manejo del Parque Nacional Cabo Pulmo, op. cit.
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del anp. Los factores de alteración están relacionados particularmente con la construcción de casas-habitación. El conocimiento de los recursos naturales y la información requerida para mantener en buen estado un ecosistema es una tarea primordial dentro de los programas de manejo. El desarrollo del componente de investigación y monitoreo en el pncp permitirá vincular esfuerzos de colaboración con diversas instituciones académicas y guiar las líneas importantes de investigación que deberán aportar información y elementos objetivos que sirvan como base para apoyar las reglas de uso del área y el uso sustentable de los recursos. La pesca deportiva con anzuelo, arpón y hawaiana en el interior de un arrecife afecta principalmente a los organismos de mayor talla pertenecientes a especies identificadas como claves en el ecosistema; tal es el caso de los peces escáridos, lutjánidos, serránidos y acantúridos.182 En el arrecife de Cabo Pulmo la pesca deportiva fue una actividad importante, sin embargo, ésta ya no se practica pues su selectividad dañaba significativamente los valores recreativos y comerciales del sitio. Asimismo, los pobladores de Cabo Pulmo tradicionalmente habían utilizado al área como sitio de pesca, pero se han convencido de que, en el arrecife, un pez vivo aporta muchos más recursos que lo que su pesca podría aportar. Actualmente, el principal potencial económico del Parque de Cabo Pulmo es de carácter recreativo, encaminado casi exclusivamente al desarrollo de las actividades acuáticas, principalmente el buceo. Esta actividad es sumamente rentable debido a que un gran número de personas acuden al sitio atraídas por la belleza natural del arrecife. El buceo, cuando se practica de manera controlada, genera una derrama económica significativa y provee una herramienta importante para la interpretación ambiental y el incremento de la conciencia del alto valor natural del ecosistema. El uso recreativo indiscriminado del arrecife y de las zonas aledañas va en detrimento del valor biológico y socioeconómico de este sistema. Por tal motivo, es importante regular estas actividades por medio de diversas acciones que permitan el uso ordenado de los recursos y contribuyan al desarrollo económico de la región. 182 conanp-uabcs, Programa de Manejo del Parque Nacional Cabo Pulmo, op. cit.
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De igual manera, es sumamente importante subrayar que para asegurar la conservación del pncp sería indispensable ampliar el territorio del anp, abarcando las zonas terrestres contiguas y aquellas que por motivo de escurrimientos tienen una importante influencia en la dinámica del ecosistema arrecifal. El establecimiento de construcciones en esta zona sin lugar a dudas afectará la ecología marina y destruirá la belleza escénica del lugar. La amenaza de la especulación de bienes raíces y el crecimiento del turismo tradicional se ciernen actualmente sobre Cabo Pulmo. Es importante demostrar que la zona tiene un valor ecológico, económico y social mucho mayor en su estado natural que perturbado por el desarrollo inmobiliario. 4.6 Área de Protección de Flora y Fauna Cabo San Lucas Esta anp se encuentra ubicada frente al desarrollo turístico de Cabo San Lucas y comprende 3,996 ha decretadas para conservar las condiciones del fondo marino y para asegurar la continuidad de los procesos ecológicos que ahí ocurren.183 En esta región, donde se unen el Golfo de California y el Océano Pacífico, y donde la península parece terminar, se forman una serie de hermosos cañones submarinos en los que se forma un fenómeno natural extraordinario: las cascadas de arena. En el poblado de Cabo San Lucas, dentro del área de influencia, se encuentra una vasta infraestructura turística. Cuenta con más de 200 hoyos de golf, marinas, grandes y lujosos hoteles, aeropuerto, centros comerciales, restaurantes y bares. En 2000 recibió a más de 546,000 visitantes.184 En 1973 el presidente Luis Echeverría declaró “Zona de Refugio Submarino de Flora, Fauna y Condiciones Ecológicas del Fondo” la ubicada en Cabo San Lucas, ya que en esa región se llegan a producir movimientos de arena de cierta magnitud a través de los “territorios” del cañón submarino y se producen espectaculares cascadas de arena en el fondo del mar. Estos fenómenos que ocurren esporádicamente ocasionan que se pretenda declarar que esta zona sea un refugio submarino en donde se conserve con toda originalidad este espectáculo, ya que pudiera llegar a producirse una destrucción parcial de este 183 conanp, Áreas de Protección de flora y fauna, http://www.conanp.gob.mx/anp/apff.php (20.09.05). 184 sectur, Reporte turístico por estados, http://datatur.sectur.gob.mx/jsp/turistico_reporte.jsp.
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verdadero laboratorio natural. Además, este refugio permitirá estudiar los procesos submarinos de erosión en los cañones en el fondo del mar y asimismo, que no se capturen peces y otros organismos que complementan la belleza del lugar y los cuales forman un ecosistema muy peculiar. Por lo tanto, esta área debe quedar libre de explotación pesquera a fin de que se convierta en un gran atractivo turístico.185
El índice de crecimiento demográfico del municipio de Los Cabos es uno de los más altos del país, inclusive en relación a promedios internacionales, rebasando el 20 por ciento anual durante los últimos cinco años. De hecho, pasó de 30 mil habitantes en 1993 a más de 100 mil en 2000, un incremento del 300 por ciento en siete años. La velocidad de tal aumento en la población supera toda posibilidad de organizar el crecimiento y de contar con los recursos para generar los servicios básicos que se requieren. El caos social que esta circunstancia produce ha tenido como efecto inmediato —además del rezago mencionado en la distribución y administración de los servicios— un gran impacto ambiental, lo que lejos de favorecer a los pobladores ha rebajado su calidad de vida, comprometiendo también la sustentabilidad de largo plazo de las actividades que se desarrollan en el área. La amplia oferta de empleos ha abierto oportunidades para grandes sectores empobrecidos o desempleados de diferentes estados del interior del país, con lo que la zona de Los Cabos se ha convertido en un polo de generación de empleos y de atracción de mano de obra, aunque a un alto costo social y ambiental para Baja California Sur que nadie parece querer reconocer y asumir responsablemente. El Área de Protección de Flora y Fauna de Cabo San Lucas no cuenta con una dirección ni con un plan de manejo; estos dos requisitos deben ser atendidos con urgencia y deben procurar: 1. Encontrar los mecanismos que permitan conservar, ordenar y regular las actividades que se realizan en forma cotidiana en esa bahía. 2. Convocar a los involucrados en forma directa, así como a la sociedad en general con el fin de tener mayor participación ciudadana. 185 ine, Áreas Naturales…, op. cit.
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3. Diagnosticar la situación actual del área y en consecuencia definir la figura idónea de protección y manejo dentro del marco legal vigente. 4. Crear el mecanismo operativo con personalidad jurídica (comité, fideicomiso, etc.) 5. Elaborar el Programa de Manejo del Área, con base en los estudios correspondientes. 6. Buscar mecanismos de financiamiento para el manejo del Área en los ámbitos nacional e internacional.186
4.7. La organización regional actual de las anp De acuerdo con el programa de trabajo 2001-2006 de la conanp, se ha adoptado en todo el país un modelo de organización regional que ha establecido trece coordinaciones regionales y actualmente cuenta con siete oficinas regionales ubicadas en Hermosillo, Saltillo, Morelia, Cuernavaca, Oaxaca, Tapachula y Cancún.187 La intención de esta medida fue la de acercar el proceso de toma de decisiones a los territorios de las anp. Sin embargo, las atribuciones de las coordinaciones regionales no están aún muy claras, pareciera que las funciones de éstas podrían ser cubiertas por los mismos directores titulares de cada área. No obstante, la intención de descentralizar las decisiones importantes permite que éstas estén basadas en un mejor conocimiento de la problemática de cada área. Sin embargo, las coordinaciones aún no tienen de manera efectiva la capacidad para tomar decisiones, puesto que los coordinadores regionales deben consultar con las oficinas centrales permanentemente. Así, de facto, las coordinaciones regionales más bien funcionan como representantes de la dirección federal de la conanp. La intención de descentralizar la administración de las anp del país es pertinente, pero para que esta medida fuera efectivamente benéfica para la conservación se requiere que los gobiernos estatales cuenten con la infraestructura y la capacitación suficiente para administrar estos importantes y frágiles espacios; situación que dista mucho de poder concretarse en la realidad. Llevar la administración más cerca del epicentro de la problemática 186 Asociación de Voluntariado Ecológico de Los Cabos, A.C., Proyecto de ordenamiento, regulación y conservación de la Bahía de Cabo San Lucas, B.C.S., mayo de 2002, fotocopias. 187 conanp, “Presentación”, en Logros, V Aniversario, 2005, http://www.conanp.gob.mx/dcei/ logros (07.11.05). Sobre el tema se recomienda ver: conanp, Programa de trabajo Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas 2001-2006, conanp-semarnat-pnd, pp. 47-52.
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que enfrentan las anp sólo será eficiente si se logran tener las atribuciones que permitan que las decisiones sean tomadas en la región con autonomía, para ajustarse a las necesidades y características particulares de cada sitio. De otra manera, la nueva estructura sería estéril.
Conclusión Actualmente México cuenta con un aparato legal, político y administrativo que en principio debería permitir frenar el deterioro de sus ecosistemas y asegurar el uso sustentable de sus recursos. La sociedad civil organizada ha entrado en una etapa de madurez que posibilita el trabajo en equipo con mayor profesionalismo y confianza entre los diferentes actores (ong, académicos, dependencias gubernamentales y productores).188 No obstante, los logros deben sopesarse en el campo y en las comunidades, espacios en los que la política federal debe ceder el paso en muchos aspectos a las decisiones estatales y municipales, aunque la conservación de la naturaleza sea un asunto de prioridad estratégica, y por lo tanto de competencia federal. En Baja California Sur es común escuchar a todo tipo de actores sociales, inclusive a muchos ambientalistas, considerar que ya no es posible decretar ni una anp más, debido al hecho de que el gobierno del estado sentiría haber perdido el control sobre 40 por ciento de su territorio. Sin embargo, creemos que esta opinión es equivocada y debe combatirse. De hecho, consideramos que lo mejor que le podría pasar a los sudcalifornianos es que se decretaran muchas más anp, tanto marinas como terrestres, ya sea que éstas fueran de competencia federal, estatal o municipal; e inclusive, en el último de los casos —esto debido a su costo— que fueran privadas. La principal justificación para esta afirmación reside en el extraordinario valor que tiene en el contexto global actual la naturaleza sudcaliforniana. Por ello es presa de la codicia de la acumulación capitalista, la cual tiende a excluir a la población sudcaliforniana y sólo concierne eventualmente a un pequeño sector elitista de ella. La única manera de asegurar que el territorio sudcaliforniano siga perteneciendo a su pueblo es protegiéndolo a través de la regulación de su uso y mediante un manejo adecuado para cada ecosiste188 L. Simonian, op. cit., p. 252.
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ma. Además, al conservar la buena salud de los ecosistemas y la belleza del paisaje, muchas empresas amigables con el ambiente pueden desarrollarse. Algunas de ellas podrían pertenecer a sudcalifornianos, otras no, pero todas permitirán hacer un uso colectivo y sustentable del riquísimo patrimonio natural de Baja California Sur. Como bien menciona Mario Castro (ex pescador, empresario local en actividades subacuáticas y presidente de la asociación civil Amigos para la Conservación de Cabo Pulmo), “es importante comprender que un mero muerto sólo genera ingresos una vez y esto sólo al pescador que lo capturó; un mero vivo, aprovechado por el buceo y cumpliendo su función en el arrecife, nos da muchas veces más recursos a muchos de nosotros.”189 Sin la protección de las islas del Golfo de California éstas se encontrarían cubiertas de hoteles y su paisaje habría sido destruido irremediablemente. Sin la protección de la Bahía de Loreto y de Cabo Pulmo, la pesca sustentable y el ecoturismo, que beneficia a la población local, serían inexistentes. Los múltiples esquemas de protección que tiene la ballena gris en Laguna San Ignacio sostienen la actividad de avistamiento que complementa los recursos de las familias de pescadores y baja la presión sobre el esfuerzo de pesca. Los programas de manejo de la Sierra de La Laguna han frenado la emigración y están en vías de permitir a los rancheros salvaguardar sus tradiciones culturales y el arraigo a su tierra. Es indispensable entender que las anp de Baja California Sur —así como sus programas de manejo de la vida silvestre que serán analizados en el siguiente capítulo— han beneficiado a los sudcalifornianos, y a menudo especialmente a sectores marginales de la población. Simultáneamente han permitido conservar la naturaleza, frenar el deterioro de los ecosistemas e incluso revertir ese proceso. Las anp son, en suma, una eficiente arma de la conservación contra el saqueo, contra el empobrecimiento y la marginalización de la población local y la devastación de la naturaleza. El gobierno del estado y muchos sectores de la población deben cambiar su opinión sobre las anp y valorar la ayuda que pueden brindar para enfrentar las presiones de la especulación de tierras y apoyar a los habitantes locales a convertirse en los beneficiarios del uso de los recursos naturales. La conser189 Entrevista a Mario Castro, Cabo Pulmo, B.C.S., 26 de abril de 2004.
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vación a través de la creación y el manejo de las anp no se opone al desarrollo, por el contrario es una condición indispensable para que éste cumpla sus expectativas históricas: combatir la pobreza y asegurar a largo plazo mejorar el nivel de vida de la población local. Evidentemente, el simple decreto de creación de un anp no basta para que esto suceda; pero necesariamente es el primer paso, se trata de un proceso preparatorio. En seguida es preciso que las anp cuenten con los recursos materiales y humanos necesarios para garantizar su adecuada gestión. En este proceso la comunidad científica y la sociedad civil organizada pueden ser de gran ayuda; se trata de un proceso trascendente. Finalmente, pero no menos importante, para que la conservación sea una herramienta del desarrollo se requiere que la población local esté involucrada en el manejo de los recursos del anp, tanto para aprovecharlos sustentablemente como para beneficiarse de los ingresos generados por las actividades económicas que de dicho aprovechamiento se deriven; se trata de un proceso contundente.190 La sinergia entre gobierno, actores de la conservación y población local es, pues, un elemento indispensable para conducir al éxito los proceso de conservación a través de la creación y manejo de las anp. Afortunadamente, en Baja California Sur existen ya varios casos en los que la conservación como modelo de desarrollo a través de la creación y el manejo de la anp es un proceso contundente. Por sólo citar algunos ejemplos, esto es observable en Laguna San Ignacio y en las comunidades langosteras de la zona Pacífico Norte, en la rebivi, en Cabo Pulmo, a través del ecoturismo, y en bahía de Loreto, con las comunidades acuícolas. Sin embargo, en esta dirección son aún grandes los esfuerzos por hacer y los obstáculos por superar. Pero sin ser un remedio mágico es innegable que la creación de anp y el mejoramiento de su manejo han sido y seguirán siendo una pieza clave para el desarrollo sudcaliforniano.
Bibliografía Bacmeister, A.; M. Gutiérrez y J. Montesino. Manual de introducción a las servidumbres ecológicas en México, Pronatura, México, 1999. 190 Ver Introducción General donde se explica detalladamente que un proceso contundente es aquel en el que la conservación como modelo de desarrollo es una realidad concreta.
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a protección de ciertas especies animales fue una de las primeras preocupaciones de conservación a nivel mundial. En 1868 y 1899 se firmaron en Viena dos tratados internacionales para la protección de aves de los bosques y campos agrícolas. En 1900 y 1909 se firmaron otros dos tratados internacionales para la protección de la fauna y la flora africanas, y en 1902 tuvo lugar en París la primera convención internacional para la protección de las aves. Estos tratados contrastan con la sanguinaria afición por la caza que demostraron los colonos europeos en los territorios asiáticos y africanos; así como por la avidez de los recursos naturales que implicó la destrucción de millones de hectáreas de bosques y selvas. Una muestra de la devastación que ha tenido que enfrentar la fauna silvestre en los últimos siglos se encuentra en el segundo piso de la Grande Galérie del renovado Museum d’Historie Naturelle, en París. Una sala especial está dedicada a las especies extintas y amenazadas. Del siglo xvii a la fecha más de mil especies vegetales y animales han desaparecido de la faz de la Tierra a causa del hombre. No obstante, este fenómeno ha ido incrementándose de manera alarmante: en el siglo xvii hubo 21, en el xviii fueron 38, [475]
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en el xix la cifra aumentó a 132 para casi duplicarse en el xx con una suma extraordinaria de 200 especies extintas. Esta vergonzosa y alarmante situación ha contribuido a evidenciar la necesidad de modificar a escala mundial la forma en la que se han establecido las relaciones entre la sociedad y la naturaleza, dando lugar al desarrollo de diversas estrategias de protección y aprovechamiento racional de la vida silvestre. En México, los primeros esfuerzos de conservación de las especies silvestres se orientaron fundamentalmente a las especies que tenían importancia comercial o cinegética. Prueba de ello es que el único instrumento legal que para estos fines existió antes de la lgeepa fue la Ley Federal de Caza. Desde el punto de vista operativo la gestión de la vida silvestre hasta finales de 1994 se encontraba compartida entre diversas instituciones gubernamentales. Fue a partir de la creación de la semarnap y de la incorporación del Instituto Nacional de Ecología (ine) a esta secretaría, que dicho instituto asumió “de manera integral el conjunto de atribuciones que el Estado mexicano tiene al respecto.” El reto que en este contexto se propuso enfrentar la política ambiental mexicana en materia de vida silvestre implicaba hacer compatible la conservación de la biodiversidad y el aprovechamiento productivo de ésta en beneficio de la sociedad rural, en el entendido que la sociedad rural comparte los mismos espacios que las especies que se busca proteger. En este sentido, se consideró que valorar los recursos naturales, otorgándoles el carácter de fuente de riqueza, sería un aliciente indispensable para fomentar su aprovechamiento sustentable y crear un legítimo interés de los usuarios en conservar las especies y sus hábitats. Por ello fue necesario crear instrumentos que regularan el uso de la vida silvestre considerando tanto aspectos técnico-ecológicos como socioeconómicos. No obstante, la aplicación de estos instrumentos debe reposar sobre un fundamento legal con bases constitucionales y con leyes y reglamentos específicos. El presente capítulo aborda esta variedad de aspectos de manera inicial mediante la descripción del marco legal para la protección y el manejo sustentable de la vida silvestre, y posteriormente analizando los lineamientos y alcances de los instrumentos de la política ambiental actual en materia de
Instituto Nacional de Ecología, Protegiendo al ambiente. Políticas y gestión institucional, logros y restos para el desarrollo sustentable 1995-2000, semarnap-ine, México, 2000, p. 56.
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vida silvestre, refiriendo en todo momento su aplicación en Baja California Sur.
1. Marco legal para la conservación y el manejo de la vida silvestre Como ya se mencionó en el capítulo anterior, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es el fundamento principal del que parte la reglamentación y la regulación ambiental. Con base en ella es que se hace posible la implantación de programas y la realización de acciones para la preservación de la biodiversidad, la conservación y el aprovechamiento sustentable de la vida silvestre. Por otra parte, los compromisos internacionales contraídos por nuestro país son también un componente importante del marco legal relacionado con la protección de la vida silvestre. Entre estos sobresalen los programas de cooperación con Estados Unidos y Canadá, debido a la colindancia geográfica y las especies compartidas. Enseguida señalaremos algunos de los tratados y convenciones —y su descripción— para la protección de la vida silvestre que México ha signado. La Convención México-Estados Unidos para la Protección de las Aves Migratorias y Mamíferos de Interés Cinegético. Aquí las partes establecen compromisos para crear zonas de refugio y lineamientos normativos para su aprovechamiento, prohibiendo la cacería de aves migratorias insectívoras, la cacería con vehículos aéreos y la transportación de aves migratorias (vivas o muertas), sus productos y subproductos sin la autorización correspondiente, fuera del territorio mexicano-estadunidense. Comité Conjunto México-Estados Unidos para la Conservación de la Vida Silvestre. Dentro de este Comité se creó el Programa de Cooperación para la Conservación de la Biodiversidad México-Estados Unidos con la intención de fortalecer las capacidades locales para la solución de problemas relativos a la conservación y los recursos naturales, por medio del desarrollo de recursos humanos, del manejo de poblaciones de vida silvestre, hábitats y ecosistemas, y de la transferencia de información acerca de la conservación de la biodiversidad. Comité Trilateral Canadá-México-Estados Unidos para la Conservación y Manejo de la Vida Silvestre y Ecosistemas. Su finalidad es el mejoramiento
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de la cooperación, coordinación y promoción de asociaciones entre los tres países para proyectos y programas de manejo y conservación de la vida silvestre. Por su parte, México se compromete a desarrollar proyectos de investigación, vigilar el cumplimiento de la ley y realizar acciones de capacitación, protección y uso sustentable de la vida silvestre. El Comité Tripartito México-Canadá-Estados Unidos. Tiene el propósito de conservar las especies de aves acuáticas y sus hábitats, a través de la participación de instituciones públicas y privadas de investigación y educación superior. El Plan de Manejo de Aves Acuáticas de Norteamérica (nawmp). Es una estrategia trinacional (México-Estados Unidos-Canadá) cuya intención es monitorear, manejar y conservar las poblaciones de aves acuáticas migratorias de Norteamérica y sus hábitats; particularmente atiende a patos, cercetas, gansos y grullas de importancia cinegética. El Programa Frontera xxi México-Estados Unidos. Plantea una estrategia binacional que involucra a las instancias federales y estatales responsables del medio ambiente en la frontera, con el propósito de trabajar por el desarrollo sustentable, protegiendo la salud humana y el manejo apropiado de los recursos naturales. Esta estrategia opera a través de la participación pública, la descentralización de la gestión ambiental y el fortalecimiento de las capacidades estatales y locales. Pretende alcanzar el desarrollo sustentable por medio del equilibrio entre los factores económicos y sociales con la protección del ambiente en las localidades fronterizas. Dentro de la mesa de trabajo de recursos naturales, uno de los temas que sobresalen es el de “proteger e incrementar las poblaciones de fauna silvestre y su hábitat, y el manejo sustentable de recursos naturales para mejorar la calidad de vida de las comunidades a lo largo de la frontera”. La Comisión de Cooperación Ambiental (cca). Tiene la misión de mejorar la cooperación regional, prevenir los conflictos ambientales y comerciales, y aplicar con efectividad la legislación ambiental. El acuerdo firmado entre México, Canadá y Estados Unidos complementa las disposiciones ambientales que se derivan del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan). Esta Comisión creó el Fondo de América del Norte para la
Instituto Nacional de Ecología, Estrategia nacional para la vida silvestre. Logros y retos para el desarrollo sustentable 1995-2000, semarnap-ine, México, 2000, p. 99.
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Cooperación Ambiental (fanca) para financiar proyectos comunitarios que cumplan con los objetivos de la propia Comisión. Fuera del marco regional de América del Norte, México es signatario de trascendentes tratados y convenciones internacionales; entre estos destacan: La Convención de Diversidad Biológica. Se deriva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (pnuma) y forma parte de los acuerdos de la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro (1992). Este acuerdo persigue como objetivos la conservación de la diversidad biológica, el uso sustentable de sus componentes y la participación equitativa de los beneficios que devengan del uso de los recursos genéticos. Se considera como el primer acuerdo mundial que integra todos los aspectos de la diversidad biológica (recursos genéticos, especies y ecosistemas). Señala como compromisos el establecimiento de medidas generales para la conservación y la utilización sustentable de la diversidad biológica a través de la elaboración de estrategias, planes o programas nacionales. Tiene previsto impulsar la conservación a través del establecimiento de un sistema de áreas protegidas o donde sea necesario tomar medidas especiales para conservar la diversidad biológica. También considera necesario establecer o mantener la legislación y otras disposiciones reglamentarias para la protección de especies y poblaciones amenazadas. La Convención Relativa a la Conservación de Humedales de Importancia Internacional, Especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas, mejor conocida como la convención Ramsar (1971). Tiene como objetivo principal la preservación y rehabilitación de los humedales internacionales reconociendo su alta productividad, la función que cumplen en la dinámica del drenaje entre los cuerpos de agua y la tierra, y el ser hábitat de una gran diversidad de especies. También es considerado de importancia su interés recreativo y científico. La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (cites). Fue establecida en 1973 con el propósito de regular el comercio internacional de especies dentro de alguna categoría de riesgo. México ha implantado los mecanismos administrativos, financieros y legales para su instrumentación. Por otro lado, esta Convención con
Ídem, pp. 96-100. Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Aplicación efectiva de la legislación ambiental y pesquera en Áreas Naturales Protegidas, septiembre de 2002, pp. 7-8 (versión digital). Instituto Nacional de Ecología, Estrategia nacional..., op. cit., p. 101. Ídem, p. 102.
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sidera que la región del Golfo de California es uno de los mares con mayor riqueza biológica en el mundo, contando con varios mamíferos marinos endémicos y en riesgo. Por tanto, el comercio de estas especies está sujeta a una reglamentación particularmente estricta con la finalidad de no arriesgar aún más su supervivencia y únicamente se autorizará bajo circunstancias excepcionales. La Declaración de Río y la Agenda xxi. Ambos se cuentan entre los documentos más importantes en materia de conservación; son producto de la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo, realizada en 1992 en Río de Janeiro, Brasil. Surgieron de un arduo proceso de negociación, donde se lograron acordar los puntos prioritarios de la agenda ambiental internacional. La Declaración de Río tiene por objetivo establecer los principios rectores para los Estados en sus acciones de protección al medio ambiente, por lo cual los países signatarios adquirieron el compromiso de incorporar instrumentos de política ambiental en su legislación interna. La Agenda xxi abarca los temas ambientales y de desarrollo más importantes en cuatro secciones: la dimensión económica-social, la conservación y manejo de los recursos para el desarrollo, el fortalecimiento del papel de los grupos sociales y las medidas de aplicación. La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar establece que nada de lo dispuesto por ella misma limitará el derecho de un Estado para establecer una reglamentación más estricta para prohibir o limitar la explotación de los mamíferos marinos. También determina que los Estados deben cooperar con el propósito de conservar a los mamíferos marinos. En el caso especial de los cetáceos se realizarán actividades encaminadas a su conservación, administración y estudio con las organizaciones internacionales. Además del marco constitucional y de los tratados internacionales, la vida silvestre mexicana cuenta con la protección que le otorga la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (lgeepa). Con las modificaciones realizadas en 1996 se adecuaron los términos para la gestión y administración de los asuntos relacionados con la vida silvestre y destacan, entre otros aspectos, la eliminación de la distinción entre flora y fauna silvestre y
Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Aplicación efectiva…, op. cit., p. 12. Ídem, p. 7. Ídem, pp. 8-9.
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acuática, y la incorporación del concepto de desarrollo sustentable, que implica la posibilidad de realizar actividades económicas de aprovechamiento, siempre y cuando se garantice la sustentabilidad de la flora y fauna silvestres. También ofrece posibilidades de aprovechamiento de especies amenazadas o en peligro de extinción, garantizando el desarrollo de las poblaciones y su reproducción. Lo anterior sin excluir a los propietarios o legítimos poseedores de los predios donde se localice vida silvestre en la conservación del hábitat de las poblaciones de interés y de sus especies asociadas.10 Entre sus objetivos destaca propiciar el desarrollo sustentable, así como el aprovechamiento sustentable, la preservación y la restauración de los recursos naturales, procurando que la obtención de beneficios económicos y las actividades de la sociedad sean compatibles con la preservación de los ecosistemas.11 Es importante precisar los términos empleados en las disposiciones de esta Ley, entendiéndose por: Aprovechamiento sustentable: La utilización de los recursos naturales en forma que se respete la integridad funcional y las capacidades de carga de los ecosistemas de los que forman parte dichos recursos, por periodos indefinidos. Fauna silvestre: Las especies animales que subsisten sujetas a los procesos de selección natural y que se desarrollan libremente, incluyendo sus poblaciones menores que se encuentran bajo control del hombre, así como los animales domésticos que por abandono se tornen salvajes y por ello sean susceptibles de captura y apropiación. Flora silvestre: Las especies vegetales, así como los hongos, que subsisten sujetas a los procesos de selección natural y que se desarrollan libremente, incluyendo las poblaciones o especímenes de estas especies que se encuentran bajo control del hombre.12
En cuanto a la “Distribución de Competencias y Coordinación”, se definen las atribuciones correspondientes a la Federación y a los gobiernos estatales y municipales, en materia ambiental. Uno de sus principales objetivos es la transferencia de atribuciones y responsabilidades a las entidades federativas y a sus municipios mediante convenios o acuerdos de coordinación. 10 Instituto Nacional de Ecología, Estrategia nacional...., op. cit., p. 54. 11 semarnat, Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, http://portal. semarnat.gob.mx/marco_juridico/lgeepa.zip (04.09.04), p. 1. 12 Ídem, p. 3.
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En el artículo 45 se establece que las áreas naturales protegidas, tienen como uno de sus objetivos el preservar la diversidad genética de las especies silvestres, cuidando particularmente las especies que están en peligro de extinción, las amenazadas, las endémicas, las raras y las sujetas a protección especial. En este sentido, en el Sistema de Áreas Naturales Protegidas destaca la categoría de zonas de protección de la flora y la fauna, cuyo objetivo es salvaguardar los hábitats de los que dependen la existencia, transformación y desarrollo de las especies de flora y fauna silvestres, como precisamos en el capítulo anterior.13 El artículo 79 define los criterios que deberán observarse para la preservación y aprovechamiento sustentable de la flora y fauna silvestres. Precisa que se destinarán áreas representativas de los sistemas ecológicos del país a acciones de preservación e investigación; se observarán especies endémicas, amenazadas, en peligro de extinción o sujetas a protección especial; se combatirá el tráfico o apropiación ilegal de especies. Se fomentarán las estaciones biológicas de rehabilitación y repoblamiento de especies de fauna silvestre; la participación de las organizaciones sociales, públicas o privadas en la preservación de la biodiversidad; la investigación de la fauna y flora silvestres, y de los materiales genéticos, con la finalidad de conocer sus valores científico, ambiental, económico y estratégico; y el trato digno a las especies animales. Se buscarán actividades productivas alternativas para las comunidades rurales y se aprovechará el conocimiento biológico tradicional y la participación de las comunidades y de los pueblos indígenas para la elaboración de programas de biodiversidad de las zonas donde habitan. Estos criterios serán considerados en toda clase de autorizaciones para el aprovechamiento, posesión, administración, conservación, repoblación, propagación y desarrollo de la flora y fauna silvestres; en el establecimiento o modificación de vedas; en las acciones de sanidad fitopecuaria; en el establecimiento de un sistema nacional de información sobre biodiversidad y de certificación del uso sustentable de sus componentes; en la elaboración del programa anual de producción, repoblación, cultivo, siembra y diseminación de especies de la flora y fauna acuáticas; en la creación de áreas de refugio para proteger las especies acuáticas, y en la definición de métodos y medidas indispensables para la conservación, cultivo y repoblación de los recursos pesqueros. 13 Ídem, pp. 25-28.
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El establecimiento de las vedas se definirá con base en estudios previos y tendrán como finalidad la preservación, repoblamiento, propagación, distribución, aclimatación o refugio de los especímenes, principalmente de aquellas especies endémicas, amenazadas, en peligro de extinción o sujetas a protección especial.14 El aprovechamiento de especies de flora y fauna silvestres en actividades económicas sólo se autorizará cuando se garantice su reproducción controlada o desarrollo en cautiverio o semicautiverio, o cuando la tasa de explotación sea menor a la de renovación natural de las poblaciones, de acuerdo con las normas oficiales mexicanas. El aprovechamiento sustentable de especies endémicas se autorizará con base en las normas oficiales mexicanas y sólo si dicho aprovechamiento no amenaza o pone en peligro de extinción a la especie. En cualquier caso, se requiere el consentimiento expreso del propietario o legítimo poseedor del predio en que éstas se encuentren y se les podrán otorgar los permisos cinegéticos correspondientes a los interesados, siempre y cuando garanticen la reproducción controlada y el desarrollo de poblaciones de fauna silvestre. Para el aprovechamiento de especies de flora y fauna silvestre y de otros recursos biológicos con la finalidad de ser utilizados en la biotecnología, se requiere de autorización previa y se otorgará si se cuenta con el consentimiento primero del propietario o legítimo poseedor del predio; en cuyo caso, tendrán derecho a una repartición equitativa de los beneficios que se deriven de estos aprovechamientos.15 Dado que la biodiversidad en el país ha sido sometida a fuertes presiones derivadas de las actividades antropogénicas —entre las que destacan la destrucción o modificación del hábitat y de los ecosistemas por el crecimiento desordenado de las actividades productivas y la explotación furtiva de especies silvestres—, se consideró necesario crear una ley en la que se definieran los lineamientos de política nacional en materia de vida silvestre. Esta ley debía considerar a las especies y su hábitat, así como la concurrencia, coordinación y concertación de las autoridades y de la sociedad. Su esencia debía contener las disposiciones para la conservación y el aprovechamiento sustentable de la vida silvestre. La ley también debía contemplar las infracciones y las sanciones administrativas en caso de su incumplimiento.16 14 Ídem, pp. 35-36. 15 Ídem, p. 37. 16 semarnat, Ley General de Vida Silvestre, México, 2002, pp. 11-12.
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Con base en estas consideraciones, en 2002 surgió la Ley General de Vida Silvestre, que en sus disposiciones preliminares establece que es de orden público, de interés social y reglamentaria del párrafo tercero del artículo 27 y de la fracción xxix-g del artículo 73 de la Constitución. Su objetivo es lograr la concurrencia de los tres órdenes de gobierno en la conservación y el aprovechamiento sustentable de la vida silvestre y de su hábitat. La vida silvestre es definida por esta Ley como “…los organismos que subsisten sujetos a los procesos de evolución natural y que se desarrollan libremente en su hábitat, incluyendo sus poblaciones menores e individuos que se encuentran bajo el control del hombre, así como los ferales”.17 En cuanto a los recursos forestales maderables y no maderables, y las especies cuyo medio de vida total sea el agua, esta ley sólo regulará el aprovechamiento sustentable de aquellas especies o poblaciones en riesgo; las demás serán reguladas por las Leyes Forestal y de Pesca, respectivamente. En sus disposiciones preliminares, la Ley define algunos términos que para el presente trabajo resultan de particular importancia. Tal es el caso de las especies y poblaciones prioritarias para la conservación, las especies y poblaciones en riesgo, en peligro de extinción, amenazadas o sujetas a protección especial. Por otro lado se establece que las Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre son predios e instalaciones registrados que operan con base en un plan de manejo y donde se da seguimiento a las condiciones del hábitat y de las poblaciones o ejemplares que ahí se distribuyen.18 Un plan de manejo es el documento técnico operativo de estas Unidades y tiene por objetivo el programar las actividades para el manejo de especies silvestres y su hábitat, con metas e indicadores de éxito. En el título segundo esta Ley plantea los lineamientos sobre política nacional en materia de vida silvestre y su hábitat, debiéndose observar lo establecido en el artículo 15 de la lgeepa y previendo la participación de los propietarios o legítimos poseedores de los predios en donde se distribuya la vida silvestre para la conservación, la restauración y los beneficios de su aprovechamiento sustentable.19 En el título tercero se considera que es imperativo asignar cada vez más atribuciones a los gobiernos locales en esta 17 Instituto Nacional de Ecología, Estrategia nacional..., op. cit., p. 59. 18 semarnat, Ley General de Vida…, op. cit., pp. 45, 47-49 y 51. 19 Ídem, pp. 52-53.
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materia.20 Por ello, a los gobiernos estatales y del Distrito Federal les asigna como facultades, entre otras, la de formular y conducir la política estatal sobre conservación y aprovechamiento sustentable de la vida silvestre en congruencia con la política nacional en la materia.21 El título iv establece las disposiciones para la coordinación entre las dependencias federales, así como la concertación y participación social en materia de vida silvestre. En este sentido, la semarnat promoverá la participación de los diferentes sectores para formular y aplicar medidas de conservación y aprovechamiento sustentable de la vida silvestre. En cuanto a la participación social, se podrá constituir un Consejo Técnico Consultivo Nacional para la Conservación y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre, el cual emitirá opiniones o recomendaciones para la identificación de las especies en riesgo, de especies y poblaciones prioritarias, de hábitats críticos y para el desarrollo de proyectos de recuperación, entre otros. Uno de los principios rectores en materia legal y de política respecto a la conservación de la vida silvestre consiste en brindar las posibilidades de un aprovechamiento con beneficio social y que incentive a la población a conservar estas especies por ser ellas una de las fuentes de su bienestar. Para concretar este principio se ha considerado prioritario involucrar a los propietarios y legítimos poseedores de predios en donde se distribuye la vida silvestre para poder realizar su aprovechamiento sustentable o transferirlo a terceros. Todos estos serán responsables solidarios de los efectos negativos que el aprovechamiento pudiera tener para la conservación de la vida silvestre y su hábitat.22 Asimismo se prevé la creación de uno de los principales instrumentos de política ambiental que se tiene relación con la vida silvestre: las Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre. El artículo 39 determina que los propietarios o legítimos poseedores de los predios o instalaciones en los que se realicen actividades de conservación de vida silvestre deberán dar aviso a la Secretaría, la cual procederá a su incorporación dentro del Sistema de Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre. Cuando además se realicen actividades de aprovechamiento, debe20 Ídem, pp. 23-24. 21 Ídem, p. 58. 22 “Disposiciones Comunes para la Conservación y el Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre”, en semarnat, Ley General de Vida…, op. cit., pp. 62-64.
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rán solicitar el registro de dichos predios o instalaciones como Unidades de Manejo para la Conservación de Vida Silvestre. Las unidades de manejo para la conservación de vida silvestre, serán el elemento básico para integrar el Sistema Nacional de Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre, y tendrán como objetivo general la conservación del hábitat natural, poblaciones y ejemplares de especies silvestres. Podrán tener objetivos específicos de restauración, protección, mantenimiento, recuperación, reproducción, repoblación, reintroducción, investigación, rescate, resguardo, rehabilitación, exhibición, recreación, educación ambiental y aprovechamiento sustentable.23
El título vi, “Conservación de la Vida Silvestre”, enmarca las disposiciones que regulan las tareas de conservación de las especies en riesgo y prioritarias, así como los procedimientos para su identificación (artículo 56) y sus proyectos de recuperación. En cuanto a las especies en riesgo se precisa en el artículo 58 que en las especies y poblaciones en riesgo estarán comprendidas tanto las que están en peligro de extinción, como las amenazadas y las sujetas a protección especial. Con relación a las especies prioritarias el artículo 61 especifica que la Secretaría elaborará las listas de especies y poblaciones prioritarias para la conservación y las publicará en el Diario Oficial de la Federación. La inclusión de especies y poblaciones a dicha lista procederá si las mismas se encuentran en al menos alguno de los siguientes supuestos: a) Su importancia estratégica para la conservación de hábitat y de otras especies. b) La importancia de la especie o población para el mantenimiento de la biodiversidad, la estructura y el funcionamiento de un ecosistema o parte de él. c) Su carácter endémico, cuando se trate de especies o poblaciones en riesgo. d) El alto grado de interés social, cultural, científico o económico.24 Con base en las facultades que la lgeepa le confiere a las entidades federativas, el Gobierno del Estado emitió en noviembre de 1991 la Ley de Equi23 Ídem, pp. 70-71. 24 Ídem, pp. 80-82.
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librio Ecológico y Protección del Ambiente del Estado de Baja California Sur como reglamentaria de la Constitución Política del Estado en materia de preservación y restauración del equilibrio ecológico y la protección al ambiente, haciendo sus disposiciones de orden público e interés social en el ámbito territorial sobre el que ejerce su soberanía y jurisdicción. En materia de vida silvestre esta ley precisa que la fauna y flora silvestres son, respectivamente: (…) las especies animales terrestres que subsisten sujetas a los procesos de selección natural, cuyas poblaciones habitan temporal o permanentemente en el territorio estatal y que se desarrollan libremente, incluyendo poblaciones menores que se encuentren bajo explotación y control del hombre, así como los animales domésticos que por su abandono se tornen salvajes y por ello sean susceptibles de captura y apropiación. (…) las especies vegetales terrestres, así como hongos, que subsisten sujetas a los procesos de selección natural y que se desarrollan libremente en el territorio estatal, incluyendo las poblaciones o especímenes de estas especies que se encuentran bajo control del hombre.25
Los aspectos operativos de la lgeepa se concretan y explican en los diferentes reglamentos que de ella se derivan. Señalamos a continuación entre estos los que se encuentran relacionados con la conservación de la vida silvestre. El Reglamento de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente en Materia de Ordenamiento Ecológico establece en sus disposiciones generales que se observarán las definiciones previstas en la lgeepa y las demás leyes aplicables. El programa de ordenamiento ecológico general del territorio tendrá por objeto, entre otros, definir los lineamientos y estrategias ecológicas necesarios para la promoción de la preservación, protección, restauración y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales y el fortalecimiento del Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas, la protección de los hábitats críticos para la conservación de la vida silvestre, las áreas de refugio para proteger especies acuáticas y otros instrumentos de conservación de los ecosistemas y la biodiversidad.26 25 Ley de Equilibrio Ecológico y Protección del Ambiente del Estado de Baja California Sur, Decreto No. 829, H. Congreso del Estado de Baja California Sur, p. 4. 26 Diario Oficial de la Federación, 8 de agosto de 2003, p. 45 (versión digital).
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El artículo 28 de la lgeepa confiere a los estudios de evaluación del impacto ambiental el establecimiento de las condiciones a que se sujetará la realización de obras y actividades que puedan causar desequilibrio ecológico o rebasar los límites y condiciones para proteger el ambiente y preservar los ecosistemas; lo anterior a fin de evitar o reducir al mínimo los efectos negativos sobre el ambiente de cualquier obra o actividad. En este sentido, el Reglamento de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente en Materia de Evaluación del Impacto Ambiental, publicado el 30 de mayo del año 2000 en el Diario Oficial de la Federación, es el resultado de un proceso de actualización normativa, que tiene como propósito reglamentar la lgeepa en materia de impacto ambiental federal. Por ello, le compete a la actual semarnat evaluar el impacto ambiental y emitir las resoluciones correspondientes para los proyectos de obras o actividades.27 En materia de impacto ambiental se requerirá autorización previa para poder realizar diversas obras de desarrollo de infraestructura, así como actividades pesqueras, acuícolas, agropecuarias y forestales que puedan poner en peligro la preservación de una o más especies o causar daños a los ecosistemas. Las manifestaciones de impacto ambiental pueden presentarse en las modalidades regional o particular.28
2. Instrumentos de política ambiental para la conservación y el manejo sustentable de la vida silvestre Las consideraciones legales y reglamentarias antes expuestas constituyen el fundamento que permite la aplicación de los instrumentos de política ambiental que promueven la conservación y el uso sustentable de la vida silvestre en México. En este sentido, en Baja California Sur se cuenta con algunas normas oficiales mexicanas aplicables y dos estrategias derivadas del Programa de conservación de la vida silvestre y diversificación productiva en el sector rural, México 1997-2000. Explicaremos los componentes generales de cada uno de estos instrumentos y precisaremos cómo se han empleado en 27 Instituto Nacional de Ecología, Reglamento de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente en Materia de Evaluación del Impacto Ambiental, semarnat-ine, México, 2000, pp. 4-6 y 9 (versión digital). 28 Ídem, pp. 9-20 y 23.
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Baja California Sur para promover que el uso responsable de la vida silvestre sea una alternativa de desarrollo sustentable tanto para las comunidades rurales como para las urbanas. 2.1 Las Normas Oficiales Mexicanas más comúnmente empleadas en el aprovechamiento de la vida silvestre sudcaliforniana Las Normas Oficiales Mexicanas (nom) son un instrumento de política ambiental destinado a la protección y adecuada regulación del manejo, aprovechamiento y conservación de los recursos naturales. Éstas pueden ser expedidas o modificadas sobre la base de lo establecido en la Ley Federal sobre Metrología y Normalización y tienen por finalidad establecer las condiciones, procedimientos, metas, parámetros y límites permisibles que deben observarse para el aprovechamiento de los recursos naturales y el desarrollo de las actividades económicas. Adicionalmente, toman en cuenta las condiciones necesarias para el bienestar de la población y la preservación o restauración de los recursos naturales y la protección al ambiente; también promueven que los agentes económicos reorienten sus procesos y tecnologías para la protección del ambiente y el desarrollo sustentable.29 Con fundamento en lo establecido por los artículos 84 y 87 de la lgeepa, sobresalen las normas oficiales mexicanas que obedecen a diferentes necesidades. Una de ellas es la nom-059-semarnat-2001, “Protección ambientalEspecies nativas de México de flora y fauna silvestres-Categorías de riesgo y especificaciones para su inclusión, exclusión o cambio-Lista de especies en riesgo”, 30 cuya expedición se sustenta específicamente en diversos artículos de diversas leyes.31 Esta norma se publicó originalmente el 16 de mayo de 1994 en el Diario Oficial de la Federación (nom-059-ecol-1994) para determinar las especies y subespecies de flora y fauna silvestres terrestres y acuáticas en peligro de extinción, amenazadas, raras y las sujetas a protección 29 Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Aplicación efectiva de…, op. cit., pp. 21-22. 30 Diario Oficial de la Federación, “nom-059-semarnat-2001”, 6 de marzo de 2002, Segunda Sección (versión digital, a pesar del cambio de nominación de todas las Normas, por acuerdo del 23 de abril del 2003, en la página de Internet aún llevan la anterior nominación nom-059ecol-2001). 31 Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, Reglamento Interior de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, Ley General de Vida Silvestre y Ley Federal sobre Metrología y Normalización.
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especial, estableciendo especificaciones para su protección. Posteriormente, el 22 de marzo de 2000, se publicó en el Diario Oficial de la Federación la modificación a la misma norma, en la cual se incluyó al pepino de mar (Isostichopus fuscus), considerado inicialmente dentro de la categoría “en peligro de extinción”, como “sujeto a protección especial”. Esta categoría se origina porque la Ley General de Vida Silvestre (lgvs) no incluyó la categoría de “rara” —citada en la nom-059- ecol-1994— y que la información existente es insuficiente para precisar si ciertas especies de este tipo se encuentran realmente en riesgo; por ello, se les ha considerado, en forma precautoria, como “sujetas a protección especial” hasta contar con la información necesaria para reclasificarlas. En este sentido, la ley incluyó el concepto ecológico de población para aplicar a las acciones de protección, conservación y aprovechamiento sustentable, ya que las características de las poblaciones son de suma importancia en la consideración del riesgo, lo que ofrece la posibilidad de clasificar algunas poblaciones de especies amenazadas o en peligro de extinción en la categoría de “sujetas a protección especial”. Los cetáceos también fueron considerados en dicha categoría para fortalecer las medidas de protección establecidas en los ordenamientos de pesca responsable en el país y en los tratados internacionales de protección que México ha firmado en relación con ese orden. Otro considerando respecto a las nuevas formas de clasificación en la lgvs, es la introducción de la categoría “probablemente extinta en el medio silvestre”, con la finalidad de intentar recuperar una especie supuestamente extinta en su medio natural y actuar consecuentemente en caso de su hallazgo o reintroducción. Debido al grado de deterioro y amenaza bajo el cual vive la flora y fauna del país, al iniciar el presente milenio se reconoció la necesidad de actualizar la información disponible sobre las especies silvestres aplicando un método general y objetivo para determinar la inclusión, exclusión y cambio en las categorías de riesgo. Fue en este contexto que se elaboró la nom-059-semarnat-2001, sustituyendo a la anterior. 32 Esta nueva nom tiene como objetivo “identificar las especies o poblaciones de flora y fauna silvestres en riesgo en la República Mexicana mediante la integración de las listas correspon32 Diario Oficial de la Federación, “NOM-059…”, op. cit., pp. 1-2 (ver aclaración nota 30).
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dientes, así como establecer los criterios de inclusión, exclusión o cambio de categoría de riesgo para las especies o poblaciones, mediante un método de evaluación de su riesgo de extinción”.33 Establece que el aprovechamiento y manejo de las especies y poblaciones en riesgo se llevará a cabo según lo determinan los artículos 85 y 87 de la lgeepa y los demás aplicables de la Ley General de Vida Silvestre. Por otro lado define las especies en riesgo como aquellas incluidas en cualquiera de las siguientes categorías: a) Probablemente extinta en el medio silvestre: Aquella especie nativa de México cuyos ejemplares en vida libre dentro del territorio nacional han desaparecido, hasta donde la documentación y los estudios realizados lo prueban, y de la cual se conoce la existencia de ejemplares vivos, en confinamiento o fuera del territorio mexicano. b) En peligro de extinción: Aquellas especies cuyas áreas de distribución o tamaño de sus poblaciones en el territorio nacional han disminuido drásticamente poniendo en riesgo su viabilidad biológica en todo su hábitat natural, debido a factores tales como la destrucción o modificación drástica del hábitat, aprovechamiento no sustentable, enfermedades o depredación, entre otros. (Esta categoría coincide parcialmente con las categorías en peligro crítico y en peligro de extinción de la clasificación de la iucn.) 34 c) Amenazadas: Aquellas especies, o poblaciones de las mismas, que podrían llegar a encontrarse en peligro de desaparecer a corto o mediano plazos, si siguen operando los factores que inciden negativamente en su viabilidad, al ocasionar el deterioro o modificación de su hábitat o disminuir directamente el tamaño de sus poblaciones. (Esta categoría coincide parcialmente con la categoría vulnerable de la clasificación de la iucn.) d) Sujetas a protección especial: Aquellas especies o poblaciones que podrían llegar a encontrarse amenazadas por factores que inciden negativamente en su viabilidad, por lo que se determina la necesidad de propiciar su recuperación y conservación o la recuperación y conservación de poblaciones de especies asociadas. (Esta categoría puede incluir a las categorías de menor riesgo de la clasificación de la iucn.) 33 Ídem, p. 4. 34 La iucn, por sus siglas en inglés, es la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
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La lista de las especies y poblaciones de flora y fauna silvestres en cada una de las categorías de riesgo se divide en anfibios, aves, hongos, invertebrados, mamíferos, peces, plantas y reptiles. Está previsto que la participación de los sectores académico, científico y social permitirá mantener actualizada dicha lista. Para el caso de inclusión, cambio o exclusión de especies, subespecies y poblaciones en las categorías de riesgo se aplicará como esquema general el Método de Evaluación de Riesgo de Extinción de Especies Silvestres de México (“Anexo normativo i” de esa norma) y se utilizarán los criterios de evaluación, riesgo, distribución, singularidad y abundancia, asociación, manejo y de exclusión. Si bien la nom-059 tiene una cobertura general, existen normas que se han emitido para la protección y aprovechamiento sustentable de alguna especie en particular. En este sentido y en el marco del patrimonio natural sudcaliforniano, la especie que ha logrado mejor manejo es la ballena gris (Eschrichtius robustus). La historia de la conservación de esta especie inició en el plano internacional, ya que México fue uno de los países pioneros en la protección de las ballenas. En 1933 se adhirió a la Convención de Ginebra para la protección de Ballenas y en 1948 formalizó su adhesión a la Convención Internacional y Protocolo para la Reglamentación de la Caza de la Ballena. En el plano nacional, en enero de 1972 se declaró a la Laguna Ojo de Liebre, Baja California Sur, como zona refugio para ballenas y ballenatos, y en julio de 1979, sucedió lo mismo para la Laguna San Ignacio. La preocupación por proteger a la ballena gris fue una de las razones para que el 30 de noviembre de 1988 se decretara la creación de la Reserva de la Biósfera “El Vizcaíno” (revibi),35 municipio de Mulegé, Baja California Sur, incluyendo así al sistema de protección de esos cetáceos las lagunas Manuela y Guerrero Negro. La importancia de estas áreas fue reconocida a nivel internacional en 1993, cuando la Organización de las Naciones Unidas emitió la inscripción del Complejo Lagunar Ojo de Liebre y San Ignacio en la lista de Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad. El aprovechamiento sustentable de las ballenas, tiene por base la nom-131semarnat-1998 que establece lineamientos y especificaciones para el desarrollo de actividades de observación de ballenas, relativas a su protección y la 35 Ver capítulo 9 dedicado a los Procesos de conservación a través de la creación y manejo de áreas naturales protegidas.
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conservación de su hábitat.36 Esta norma considera que existen espacios naturales donde anual y permanentemente estos mamíferos completan procesos biológicos fundamentales como la reproducción, crianza y alimentación. Por lo tanto, fue elaborada para asegurar que esos procesos pudieran llevarse a cabo en óptimas condiciones, pero favoreciendo además que constituyeran una fuente de beneficios a largo plazo para las comunidades que comparten el hábitat de las ballenas. Por ello, la norma toma en cuenta que un gran número de visitantes se interesa en la observación de esos fenómenos naturales y que este interés podría representar un riesgo al hábitat pero, también, si es manejado adecuadamente, podría significar una oportunidad de aprovechamiento productivo. La nom-131 también reconoce la importancia de la observación con fines de investigación científica, ya que es fundamental para generar información sobre los efectos de las actividades de observación sobre las ballenas y su hábitat. 37 En este contexto, dicha norma establece que la observación de ballenas consiste en su aprovechamiento no extractivo a través del acercamiento visual en su ambiente natural con fines: recreativos (que debe realizarse en embarcaciones registradas ante la semarnat), científicos, educativos o publicitarios. Estas actividades sólo pueden realizarse en zonas sujetas a control38 y en zonas restringidas39. La observación de ballenas dentro de Áreas Naturales Protegidas queda sujeta a los lineamientos establecidos en el programa de manejo de cada una de ellas. En Baja California Sur, este último caso corresponde a las actividades desarrolladas en las lagunas incluidas en la rebivi. Pero la actividad de avistamiento de la ballena gris es también muy importante en Bahía Magdalena, que no forma parte de ninguna área natural protegida, y para cuyo caso el ordenamiento de la actividad reposa por completo en la nom que ahora analizamos. 36 “nom-131-semarnat-1998”, http://portal.semarnat.gob.mx/marco_juridico/ecol/nom_131. zip (04.09.04). Esta norma se expidió con base en varios artículos de las Leyes Orgánica de la Administración Pública Federal, General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, y Federal sobre Metrología y Normalización. 37 Ídem, pp. 1-3. 38 Porciones de las aguas de jurisdicción federal delimitadas por la Secretaría dentro de las áreas de observación de ballenas donde se desarrollarán las actividades de observación de ballenas con fines recreativos y educativos o publicitarios, sólo a través de prestadores de servicios. 39 Porciones de las aguas de jurisdicción federal delimitadas por la Secretaría, dentro de las áreas de observación, donde sólo se podrán desarrollar las actividades de observación de ballenas con fines científicos.
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La nom-131-semarnat-1998 tiene como referencia la nom-059-semarnat-2001 y su finalidad es la de establecer “los lineamientos y especificaciones a los que deberán sujetarse las actividades de observación de ballenas, para garantizar su protección y conservación y la de su medio natural y es de observancia obligatoria para todos aquellos que realicen dichas actividades.”40 Se entiende por ballena a todas las “especies y ejemplares de especies de mamíferos marinos agrupadas en el suborden Mysticeti que se distribuyen en algún momento de su ciclo de vida en el territorio nacional: ballena gris (Eschrichtius robustus); ballena jorobada (Megaptera novaenagliae); ballena azul (Balaenoptera musculus); ballena boreal o rorcual de Rudolphi (B. borealis); rorcual común (B. physalus); rorcual tropical (B. edeni); rorcual pequeño (B. acutorostrata) y ballena franca (Eubalaena glacialis).”41 Finalmente, como parte de los esfuerzos para la conservación de las ballenas, el 24 de mayo de 2002 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el acuerdo por el que se establece como área de refugio para proteger a las especies de grandes ballenas de los subórdenes Mysticeti y Odontoceti, las zonas marinas que forman parte del territorio nacional y aquellas sobre las que la nación ejerce su soberanía y jurisdicción, convirtiéndose los mares mexicanos en un santuario ballenero, el área protegida más grande del país y el santuario nacional para ballenas más grande del mundo. Abarca aproximadamente tres millones de kilómetros cuadrados en la que “21 especies de cetáceos mexicanos tendrán protección: ballena azul, ballena minke, ballena de Bryde, ballena de Sei, ballena común o de aleta, ballena jorobada, ballena gris, ballena franca, cachalote, cachalote pigmeo, cachalote enano, mesoplodonte pigmeo, mesoplodonte japonés, mesoplodonte antillano, Zifio de Cuvier, Zifio de Baird, ballena piloto, orca, orca falsa, orca pigmea, calderón pigmeo.”42 La decidida posición conservacionista de México respecto a las ballenas, y en especial respecto a la ballena gris en Baja California Sur, contrasta con la triste historia de depredación y explotación despiadada que se dio en estas mismas lagunas, ahora convertidas en santuarios. Entre 1846 y 1875 la ballena gris fue sobrexplotada al grado de amenazar la especie con su extinción. Su pesca se realizó exclusivamente por balleneros norteamericanos. Fue el capi40 «semarnat, nom -131… », op. cit., pp. 4-5. 41 Ídem., pp. 5-6. 42 Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Aplicación efectiva de…, op. cit., p. 19.
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tán Charles Melville Scammon quien innovó la pesca de estos mamíferos en la Laguna Ojo de Liebre, donde las características naturales de la zona ofrecían un campo de matanzas semejantes a las de un corral; se estimó entonces que esta área albergaba una población de cuatro mil a cinco mil ballenas. En 18581859 Scammon capturó 47 ballenas que le generaron un cargamento de más de mil barriles de aceite. La pesca en Ojo de Liebre fue tan intensa que en tan sólo cinco años ya no fue productiva. Inicialmente la ballena gris no fue requerida por su aceite, ya que éste era espeso y oscuro en comparación con el de otras especies. El principal recurso que interesaba de estas ballenas fue el esperma. No obstante, debido a la escasez de otras especies de ballenas en el Pacífico norte, también el aceite de las grises fue aprovechado. Vale la pena señalar que de la extraordinaria riqueza que los balleneros sacaron de las aguas sudcalifornianas el fisco mexicano no obtuvo un centavo, ya que no sólo la explotación era furtiva, sino que además fue solapada por el gobierno federal para evitar cualquier roce con el poderoso país del norte. De estas matanzas, los sudcalifornianos, además de la peste y el desastre ecológico que implicó, únicamente obtuvieron el beneficio de un muy marginal comercio al vender a los balleneros algunos productos agrícolas. También es importante señalar que el desastre ambiental no sólo fue producto de la caza de las ballenas, sino que también fue provocado por la deforestación causada por la extracción de leña necesaria para el beneficio del aceite. Igualmente se le suman la pesca de abulón y la de otros mamíferos marinos que los estadunidenses recogían de paso. La ballena gris se salvó de la extinción por la sustitución del aceite de ballena por petróleo como combustible a partir de 1870, y no por alguna medida tomada para su protección. Scammon estimó que durante 28 años de pesca en las costas bajacalifornianas se capturaron 10,800 ballenas —sin incluir a los ballenatos—, sobre una población que en 1853 oscilaba entre 30 mil y 40 mil. Hacia 1874, la sobreexplotación, aunada a la mortalidad natural y a la drástica disminución de nacimientos debido a la matanza de las hembras, mermó la población en cerca de 75 por ciento.43 Hacemos memoria de esta depredación dramática no sólo por el contraste con la situación actual, sino porque al pasar del saqueo a la conservación se 43 Martha Micheline Cariño Olvera, Historia de las relaciones hombre-naturaleza en Baja California Sur, 1500-1940, uabcs-sep-fomes, México, 1996, pp. 129-133.
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logró la recuperación de la especie, además de que en su aprovechamiento sustentable han encontrado los sudcalifornianos un extraordinario recurso natural. De hecho, la especie emblemática del turismo alternativo en Baja California Sur es la ballena gris. Aunque los dos frentes marítimos de la península se encuentran poblados por varias especies de ballenas a lo largo de todo el año, la actividad de avistamiento de los cetáceos se ha concentrado en ésta en particular. Probablemente se debe a que es una especie cuyo ciclo migratorio se encuentra muy bien definido en tiempo y espacio. Entre diciembre y abril, en los sistemas lagunares de las costas del Océano Pacífico, esta especie de ballena viene a reproducirse y ha encontrado en la protección que le brinda el Estado mexicano una circunstancia favorable para incrementar su población y familiarizarse con los seres humanos. Hay una dimensión económica significativa en ello, ya que estos grandes mamíferos marinos, al acercarse a las embarcaciones para ver y ser vistas por los visitantes, al aparearse, dar a luz, enseñar a nadar a sus ballenatos y comer dando piruetas, constituyen uno de los espectáculos de observación de animales más excepcionales del mundo. Como si retribuyeran al pueblo de México el cuidado que les ha brindado salvándolas de la extinción, la ballena gris se ha constituido en una fuente de ingreso para un número importante de familias sudcalifornianas. Nos interesa subrayar que el proceso preparatorio que han implicado todas las medidas de protección y manejo de esta especie, constituyen el sustento que ha generado el círculo virtuoso establecido entre ballenas y seres humanos. Este logro contundente de los esfuerzos de conservación demuestra que es posible establecer relaciones equilibradas entre la sociedad y la naturaleza, y que éstas redundan en la concreción del desarrollo sustentable y en el incremento de la calidad de vida de las poblaciones humanas y animales involucradas. Conforme a lo establecido por la nom-131 sólo las embarcaciones registradas y autorizadas por la semarnat pueden transportar a los turistas para realizar el avistamiento de los cetáceos. Así, en el complejo lagunar de Bahía Magdalena se encuentran registradas y autorizadas 96 embarcaciones distribuidas en los puertos de San Carlos y López Mateos, asignadas a diez prestadores de servicios turísticos. De estas unidades, tres son organizaciones de lancheros cuyos miembros, en su mayoría, pertenecen a alguna sociedad cooperativa que cuenta con permisos de pesca comercial; los otros se han constituido en siete pequeñas empresas de ecoturismo. En Puerto San
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Carlos la semarnat ha otorgado seis permisos para la Unión de Lancheros y Servicios Turísticos de Puerto San Carlos, A.C.; Soto Tour’s; Mar y Aventuras, S.A. de C.V.; Brennen y Asociados, S.A de C.V.; Bag May Tours y Baja Expeditions de México, S.A. de C.V. En la localidad de Puerto Adolfo López Mateos se han autorizado cuatro permisos para la Unión de Lancheros Turísticos Adolfo López Mateos, A.C.; Sociedad Cooperativa de Servicios Turísticos Aquendi de López Mateos, S.C.L.; y los particulares Sergio García Tapia y Juana Rosas Murillo. Cabe mencionar que, a pesar de que en Puerto San Carlos se tienen registradas 40 embarcaciones, la capacidad de carga de este cuerpo de agua sólo permite la navegación simultánea de 36 embarcaciones menores. Este límite tiene la finalidad de no exceder los niveles permisibles de ruido que pudieran alterar o perturbar a las propias ballenas en su comportamiento normal. Para el caso de Puerto López Mateos la capacidad de carga autorizada es sólo de 27 embarcaciones menores. En ambos casos la manera de controlar esta disposición es a través de los distintivos que otorga la propia Secretaría: si alguna embarcación se encuentra realizando actividades de avistamiento sin el distintivo correspondiente es retirada y se le aplica una multa. Para la población de ambas localidades, el avistamiento de ballenas es una actividad que genera ingresos directos e indirectos que complementan los que obtienen por sus actividades el resto del año, y que son fundamentalmente los derivados de la pesca comercial. De hecho es una ayuda significativa, porque durante los meses de avistamiento hay fuertes vientos que les impiden salir a la pesca. Como ejemplo, en la temporada de 2003 las comunidades de San Carlos y López Mateos tuvieron ingresos por alrededor de un millón 800 mil pesos y por más de 300 mil pesos, respectivamente. Hay que mencionar que la observación de ballenas también se asocia, en algunos casos, con campamentos, alimentación y transporte. La otra región importante para el avistamiento de la ballena gris son los complejos lagunares incluidos en la Reserva de la Biósfera El Vizcaíno: Laguna Ojo de Liebre y Laguna San Ignacio. En estas zonas los permisos son autorizados por la semarnat y entregados a través de la Dirección de la Reserva, siguiendo las disposiciones de la nom-131 y el Programa de Manejo de la propia Reserva, y con la participación de la población, de los prestadores de servicios turísticos, autoridades competentes y turistas.
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Para las Lagunas Ojo de Liebre y San Ignacio, las capacidades de carga son de 19 y 17 embarcaciones menores, respectivamente. En la temporada 2005 se autorizaron las 36 embarcaciones para ambas lagunas, y en Ojo de Liebre fueron operadas por ocho unidades económicas,44 de ellas dos son organizaciones de pescadores que agrupan en total a 25 socios con actividades de pesca comercial (almejas mano de león y chocolata, escama, lisa, pulpo, jaiba y callo de hacha). En San Ignacio las autorizaciones fueron operadas por siete prestadores de servicios turísticos.45 El avistamiento de la ballena gris significa actualmente la posibilidad de diversificación de las actividades de pesca comercial, generando en la región una actividad alternativa y sustentable que además tiene un efecto multiplicador. En estas comunidades, el turismo ha generado el desarrollo de actividades asociadas al avistamiento entre las que destacan: campamentos, recorridos a las pinturas rupestres, kayaquismo, observación de flora y fauna silvestres, etc. Esto ha resultado en el aprovechamiento productivo y sustentable de otros recursos naturales, aportando otras fuentes de ingreso a las comunidades en la región. Este círculo virtuoso también ha repercutido en el desarrollo de actividades culturales. En efecto, desde 1993, durante los fines de semana del mes de febrero en la temporada de ballenas,46 se celebran diversas actividades que constituyen los Festivales de la Ballena Gris en Guerrero Negro, Puerto Adolfo López Mateos y Puerto San Carlos.47 En estos eventos hay una gran afluencia de turistas tanto nacionales como extranjeros. Consisten en una muestra de expresiones artísticas y en programas de educación ambien44 Malarimo Tours; Mario’s Tours; Exportadora de Sal; Laguna’s Tours; N.C.P.E. Benito Juárez; S.C.P.P. Bahía Vizcaíno; S.C.P.P. Pescadores Unidos de Guerrero Negro y S.C. Águilas Pescadoras. 45 Pachico´s Tours; Rancho La Rinconada; Campo Cortez; Kuyima Tours; Rancho San Cristóbal; Felipe H. Fisher Lucero y Bernard R. Thomson. 46 Información proporcionada por Concepción Talamantes Cota, Jefa del Departamento de Promoción de la Secretaría de Turismo del Gobierno del Estado, 11 de noviembre de 2005. 47 Desde 1994, en Puerto Adolfo López Mateos se realiza el Festival de la Ballena; información proporcionada por José Villavicencio, Secretario de la Delegación Municipal el 28 de noviembre de 2005. En Puerto San Carlos este Festival se realiza desde 1996; información proporcionada por Ernesto Prieto Urías, Delegado Municipal el 28 de noviembre de 2005. En Guerrero Negro el Festival se realiza desde 1993; información proporcionada por la Lic. Ma. del Carmen Trujillo Dorantes, responsable del programa de educación ambiental de la rebivi el 28 de noviembre de 2005.
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tal cuya finalidad es destacar las diversas manifestaciones y beneficios de la integración de las comunidades regionales con las ballenas y con el medio ambiente en general. En síntesis, el caso de la protección de la ballena gris representa a nuestro parecer un ejemplo contundente de desarrollo sustentable y un indicador de éxito indiscutible en la política ambiental de conservación y manejo de la vida silvestre. Ambas poblaciones, los sudcalifornianos y las ballenas, se han visto favorecidos por la buena aplicación de la nom-131 y por la observancia de las regulaciones que permiten realizar una actividad ecoturística sin poner en riesgo ni la especie ni su hábitat. La sinergia entre conservación del ambiente y beneficio socioeconómico ha generado un círculo virtuoso que vale la pena tomar como ejemplo para aplicarlo en casos semejantes. Otra Norma Oficial Mexicana relacionada con la conservación y el manejo de la vida silvestre es la nom-022-semarnat-2003, “que establece las especificaciones para la preservación, conservación, aprovechamiento sustentable y restauración de los humedales costeros en zonas de manglar”.48 Esta norma considera que: es urgente instrumentar medidas y programas que protejan la integridad de los humedales costeros, protegiendo y, en su caso, restaurando sus funciones hidrológicas, de contigüidad, de mantenimiento de la biodiversidad, y de estabilización costera, con medidas que restablezcan su cobertura vegetal y flujo hidrológico, evitando su deterioro por el cambio de uso de suelo, canalización indiscriminada, apertura de bocas en lagunas y esteros, e interrupción o desvío de agua dulce o circulación en el humedal costero que incremente el asolvamiento, el aumento en la salinidad, la reducción de la productividad, la pérdida de hábitat de reproducción y crianza de larvas de especies marinas, y el asolvamiento.49
48 Diario Oficial de la Federación, “nom-022-semarnat-2003”, 10 de abril de 2003, primera sección (versión digital). 49 Ídem, p. 26. Esta nom se expidió con fundamento en lo dispuesto por diversos artículos de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal; del Reglamento Interior de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales; de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente; del Reglamento de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente en Materia de Impacto Ambiental; de las Leyes Forestal y General de Vida Silvestre, y de la Ley Federal sobre Metrología y Normalización y su Reglamento.
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Por humedal costero se entiende aquella unidad hidrológica que contenga comunidades vegetales de manglar, caracterizándose por sus funciones hidrológicas y de contigüidad, de la regulación del clima, estabilización de la costa, además de la producción primaria que mantiene la biodiversidad marina y terrestre que depende de ellos. Esta producción es particularmente importante para mantener la cadena trófica del estuario, la zona marina aledaña, los arrecifes de coral y la dinámica poblacional de especies marinas pelágicas. Aunado a lo anterior “la diversidad biológica de una zona de manglar no se puede considerar de manera aislada, ya que el manglar es el sitio de forrajeo, caza, refugio, anidación, crecimiento y alimentación para muchas especies de fauna de los ecosistemas con los cuales hace conexión, y de esta manera constituyen corredores biológicos que dan continuidad a los ecosistemas.”50 En este sentido, los humedales costeros proveen sitios esenciales para la reproducción, anidación, alimentación para aves acuáticas residentes o temporales, mamíferos, reptiles y anfibios. A nivel mundial estos ecosistemas dan sustento aproximadamente a una tercera parte de todas las especies raras y en peligro de extinción y muchas especies de plantas también en peligro se distribuyen en ellos. Por ello, esta norma tiene como objetivo definir las especificaciones que regulen el aprovechamiento sustentable en humedales costeros, previniendo su deterioro, fomentando su conservación y su restauración.51 La nom-022 ha generado gran polémica ya que limita el desarrollo de infraestructura y actividades económicas en las zonas costeras cubiertas por manglar. Por una parte, los actores sociales conocedores y preocupados por los servicios ambientales que brindan estos ecosistemas promueven la aplicación de la norma tal y como fue decretada el 10 de abril de 2003. De hecho esta norma se elaboró entonces precisamente con la finalidad de reconocer la importancia de los manglares y de promover su protección, restauración y uso responsable. Pero los empresarios, especialmente los de la industria turística —que consideran que la norma limita sus actividades—, han hecho todo lo posible por promover su modificación. De hecho la presión política que ejercieron fue tal que lograron su cometido. El 7 de mayo del 2004 en el Diario Oficial de la Federación se publicó el acuerdo que adiciona la especificación 4.43 a esta norma. Este punto esta50 Ídem., pp. 29-30. 51 Íd., p. 34-36.
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blece que podrán exceptuarse las prohibiciones estipuladas en los puntos 4.14 y 4.16 referentes a la distancia de 100 metros que respecto al límite de la vegetación de la zona de manglar debía guardar la realización de actividades productivas o construcción de cualquier obra. También brinda la posibilidad de exceptuar las prohibiciones precisadas en los puntos 4.4 y 4.22 que limitan la construcción de infraestructura marina fija (o cualquier otra obra) e infraestructura acuícola en áreas de vegetación de manglar. Con esta adición se considera que dichas actividades pueden llevarse a cabo, aunque afecten la zona de manglar, siempre y cuando en el informe preventivo o manifestación de impacto ambiental se establezcan medidas de compensación en beneficio de los humedales y se obtenga la autorización del cambio del uso de suelo correspondiente.52 La adición hecha en 2004 a la nom-022 fue un embate a los procesos de conservación y desarrollo sustentable que no sólo afectó a Baja California Sur, sino a todas las zonas costeras de México. No obstante, la presión de la sociedad civil organizada ante la indiferencia que había mostrado el gobierno federal frente a la necesidad de proteger estos frágiles ecosistemas esenciales para el bienestar del mar, tuvo éxito. Las críticas al mañoso acuerdo 4.43, que dejaba sin efecto la protección de los manglares establecidos en la nom-022, tuvieron por resultado que la semarnat emprendiera la revisión completa de esa nom. La finalidad de los grupos de trabajo que se reunieron entre junio del 2005 y febrero del 2006 fue la de recuperar el espíritu original de la nom-022 y mejorar los criterios y los medios por los cuales los manglares efectivamente pudieran ser protegidos. Así, el objetivo de la modificación fue: “establecer criterios básicos para la evaluación de obras y actividades que se pretendan realizar en ecosistemas con comunidades de manglar (sin exceptuar otros requerimientos referentes a la evaluación de impacto ambiental”.53 El resultado del trabajo de expertos (de los sectores académico, ong, privado, gubernamental) debía permitir elaborar los lineamientos de política ambiental (instrumentos, normatividad, marco jurídico, procedimientos 52 Diario Oficial de la Federación, “acuerdo que adiciona la especificación 4.43 a la Norma Oficial Mexicana nom-022-semarnat-2003, Que establece las especificaciones para la preservación, aprovechamiento sustentable y restauración de los humedales costeros en zonas de manglar”, Segunda Sección, pp. 61-62 (versión digital). 53 Consejos. semarnat.gob.mx/regiones/r-sse/2005-2007/sesiones_ordinarias/22_sesion/ppts/ nom022.ppt
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de restauración y mitigación) que fundamentara la revisión de la nom-022. Entre las ventajas de la nueva estructura sobresale la aspiración de que “no solo mantiene el nivel de conservación de las comunidades de manglar; si no que asegura que con el tiempo se incrementará el área total de manglar conservado en el país”.54 Para enfatizar la protección de los ecosistemas de manglar y de su zona de influencia, prohibiendo cualquier obra o actividad que afecte a su integralidad, el 7 de febrero del 2007 se modificó el artículo 60 de Ley General de Vida Silvestre. Pero en La Paz, las modificaciones hechas tanto a la nom-022 en el 2006, como a la Ley General de Vida Silvestre en el 2007, llegaron tarde, pues las adiciones hechas a la nom-022 en el 2004 sustentaron las autorizaciones que permitieron al desarrollo inmobiliario “Paraíso del Mar” deteriorar los manglares del Mogote y destruir para siempre el excepcional paisaje del horizonte paceño.55 Menos conocida y controversial (en comparación con la nom-022) es la nom-126-semarnat-2000, “por la que se establecen las especificaciones para la realización de actividades de colecta científica de material biológico de especies de flora y fauna silvestres y otros recursos biológicos en el territorio nacional”.56 Esta norma, emitida con base en diversos instrumentos legales, 57 considera la necesidad de conservar y aprovechar de manera racional y sustentable a las especies de flora y fauna silvestres, así como la importancia que tiene la investigación científica para incrementar el conocimiento de los recursos naturales en un país megadiverso. Así, esta norma tiene por objetivo establecer “las especificaciones para la realización de actividades de colecta científica de material biológico de flora y fauna silvestres y otros recursos biológicos en el territorio nacional.”58 Por ello es de observancia obligatoria 54 Idem. 55 Para conocer más detalles sobre este asunto, referirse al Capítulo 17 Procesos de conservación impulsados por la gestión de las Organizaciones No Gubernamentales que trabajan en B. C. S., apartado 4.3. 56 semarnat, “nom-126-semarnat-2000”, http://portal.semarnat.gob.mx/dof/textos/20032001. zip (04.09.05). 57 Diversos artículos de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal; del Reglamento Interior de la entonces Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca, de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente; y de la Ley Federal sobre Metrología y Normalización. 58 semarnat, «nom-126…», op. cit., p. 2-3.
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para quienes realizan actividades de colecta científica temporal o definitiva, de especies de flora y fauna silvestres, así como de otros recursos biológicos. Compete a la semarnat otorgar “la autorización para realizar colecta científica, en función de la cantidad del material biológico de las especies a colectar, el sitio de colecta, la metodología y la duración de la colecta, de conformidad con los criterios de preservación y el aprovechamiento sustentable establecidos en la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente”.59 Para mitigar los efectos adversos ocasionados por el aprovechamiento forestal se emitieron dos normas, la nom-060-semarnat-1994, “Que establece las especificaciones para mitigar los efectos adversos ocasionados en los suelos y cuerpos de agua por el aprovechamiento forestal”,60 y la nom-061semarnat-1994, “Que establece las especificaciones para mitigar los efectos adversos ocasionados en la flora y fauna silvestres por el aprovechamiento forestal”.61 La primera se ocupa especialmente de las consecuencias sobre suelos y cuerpos de agua, y la segunda de aquellas que repercuten en la flora y fauna silvestres. Los aprovechamientos forestales podrán realizarse con base en un programa de manejo que considerará, entre otros aspectos, el hábitat y la cobertura de desplazamiento de especies de fauna silvestre y el uso de especies nativas para la reforestación. Las personas que se dedican a esta actividad no deben utilizar la flora y fauna silvestre como alimento y tienen la obligación de prevenir los incendios forestales. Las especies de flora silvestre en peligro de extinción deben estar segregadas del área de aprovechamiento. En caso de que se solicite el aprovechamiento forestal en áreas que contengan especies de flora o fauna silvestres consideradas como raras, amenazadas, en peligro de extinción o sujetas a protección especial, se debe presentar la manifestación de impacto ambiental, entre otros requisitos.
59 Ídem, p. 5 60 semarnat, “nom-060-semarnat-1994”, http://portal.semarnat.gob.mx/marco_juridico/ ecol/nom060eco1994.zip (04.09.05), pp. 2 y 5. 61 semarnat, “nom-061-semarnat-1994”, http://portal.semarnat.gob.mx/marco_juridico/ ecol/nom061eco1994.zip (04.09.05), pp. 2 y 4.
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2.2 Las estrategias derivadas del Programa de conservación de la vida silvestre y diversificación productiva en el sector rural, México, 19972000 A partir de 1996, la Dirección General de Vida Silvestre del Instituto Nacional de Ecología (ine), quedó a cargo de la conducción de la política y de los mecanismos de regulación y fomento en materia de la vida silvestre. Las estrategias programáticas que para tal efecto estableciera debían derivarse del Programa de Medio Ambiente 1995-2000. En este programa se consideró que la política ambiental respectiva debía avanzar de una gestión exclusivamente regulatoria hacia una política de promoción, fomento y diversificación de las actividades económicas tradicionales que se realizan en el medio rural, tomando en cuenta la abundante existencia de especies silvestres de interés comercial o útiles para el bienestar de las poblaciones rurales, por sus usos comestibles, turísticos, cinegéticos, medicinales e industriales, entre otros.62
Esta orientación fue tomada en cuenta para la elaboración del Programa de conservación de la vida silvestre y diversificación productiva en el sector rural, México 1997-2000 cuya finalidad en materia de vida silvestre y su hábitat consiste en que “se logre mantener y promover la restauración de su diversidad e integralidad así como incrementar el bienestar de los habitantes que, directa o indirectamente, se benefician con el aprovechamiento de tales recursos”.63 La conservación de la vida silvestre es fundamental para alcanzar la sustentabilidad, es decir el aprovechamiento productivo a largo plazo y en beneficio de la sociedad de las especies de flora y fauna silvestres. Por ello ha sido necesario establecer instrumentos y normas de uso responsable integrando un sistema funcional y de reciprocidad entre la conservación, el aprovechamiento productivo y el beneficio de las comunidades derivado de éste. Son dos las estrategias centrales derivadas del citado programa: el Sistema de Unidades para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre (suma) y los Proyectos de Recuperación de Especies Prioritarias (prep). Ambas estrategias han sido aplicadas exitosamente en Baja 62 Instituto Nacional de Ecología, Protegiendo al ambiente…, op. cit., p. 57. 63 Ídem, p. 57.
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California Sur, como tendremos oportunidad de explicar más adelante. Sin embargo es importante mencionar que estas estrategias no fueron formuladas como compartimentos estancos, ya que es deseable que se establezca una vinculación entre ambas y que se genere una complementariedad entre éstas y el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (sinap). Además, recordemos que estas estrategias de política ambiental se sustentan en el marco legal y normativo que hemos explicado. Por ello, aunque para fines de análisis nos veamos obligados a exponer de manera separada cada uno de los instrumentos de la política ambiental mexicana, debemos siempre considerar que se trata de un entramado complejo en el cual cada elemento tiene una función indispensable pero complementaria. Una vez que hayamos explicado por separado las particularidades de cada una de las dos estrategias, señalaremos algunos ejemplos para exponer la sinergia que entre ellas se ha establecido en Baja California Sur. Derivado del hecho de que gran parte del territorio nacional se encuentra sujeto a procesos graves de deterioro y que —como tal— su incorporación al sinap no tiene sentido, fue necesario formular alternativas de conservación que persiguieran fines similares pero sin que fuera necesario decretar mayor superficie como área protegida. Considerando estos criterios, se constituyó el suma “que en la práctica ha demostrado su capacidad de integración de una superficie similar en tamaño al del sinap, en donde ambas, por la forma en que se complementan, sinergizan y potencian los procesos de conservación”.64 Es por ello que el suma proporciona las alternativas productivas bajo criterios de sustentabilidad, disminuyendo las presiones que los grupos humanos ejercen sobre estas áreas protegidas. De igual manera, el suma, dentro o fuera de las áreas protegidas, promueve la realización de estudios mejor sustentados técnicamente, que generan mayor información y aumentan el conocimiento sobre las especies, hábitats y ecosistemas. Prueba de ello y también como parte de la complementariedad, es la instrumentación de los Proyectos de Conservación y Recuperación de Especies Prioritarias (prep).65 El suma integró en un solo concepto lo que se conocían como viveros, jardines botánicos, zoológicos, criaderos y ranchos cinegéticos, entre 64 Instituto Nacional de Ecología, Estrategia Nacional..., op. cit., p. 42. 65 Ídem, pp. 42-44.
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otros.66 La diversificación de propósitos y actividades que se busca obtener a través de las Unidades para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre (uma) adquieren particular relevancia al integrarse como sistema, ya que en este mecanismo se incorpora una gran superficie de ecosistemas que se conservan y se renuevan, manteniendo de manera global los bienes y servicios ambientales y la riqueza genética en casi todos los ecosistemas del país, a la vez que se crean corredores biológicos que mantienen la diversidad genética de las especies. Simultáneamente se promueve la corresponsabilidad en la conservación y usufructo de la vida silvestre, generando en la población conciencia y capacitación sobre su manejo y aprovechamiento. Otro aspecto positivo es el fomento del comercio legal en contra del tráfico ilegal y el furtivismo. Por otra parte, el suma mantiene y mejora los hábitats de un gran número de especies que conviven con las que se pretenden aprovechar. Desde el punto de vista técnico, la incorporación de las tasas de aprovechamiento que se autorizan depende de la información obtenida de los estudios poblacionales (técnica y científicamente sustentados) integrados a los planes de manejo de cada uma.67 Las uma promueven la diversificación de las actividades productivas con base en el principio de conservación-aprovechamiento de los recursos naturales, generando empleos y mayores ingresos para la población rural, que adquieren significado como beneficios derivados de la conservación de la biodiversidad y de los servicios ambientales.68 El uso racional, ordenado y planificado de los recursos naturales ha frenado el deterioro ambiental y ha modificado las prácticas que permitían e inducían al uso abusivo de la vida silvestre. Estas unidades pueden “funcionar como centros productores de pies de cría, como bancos de germoplasma, como alternativas de conservación y reproducción de especies, de labores de investigación, educación ambiental, capacitación, así como de unidades de producción de ejemplares, partes y derivados que pueden ser incorporados a los diferentes circuitos del mercado legal”.69 66 Íd., p. 31. 67 Íd., pp. 32-40. 68 Los servicios ambientales son el conjunto de beneficios de interés social que se derivan de la vida silvestre y su hábitat. 69 Instituto Nacional de Ecología, Estrategia nacional..., op. cit., p. 32.
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Entre las características de las uma sobresale el que los poseedores o legítimos propietarios asumen, voluntariamente, que la protección y el manejo de la vida silvestre y sus hábitats son rentables económica, social y ambientalmente, y que pueden acceder a sus beneficios legalmente. Los tipos de aprovechamiento que se pueden realizar en las uma son los extractivos (cacería deportiva, mascotas, ornato, alimento, insumos para la industria y artesanías, exhibición y colecta, entre otros) y los no extractivos (ecoturismo, investigación, educación ambiental, fotografía, video y cine, entre otros). De los beneficios obtenidos con estos tipos de aprovechamiento y con la participación de sus propietarios se promueve el cuidado de la vida silvestre, se fortalecen los esquemas de vigilancia y se abren posibilidades para operar programas públicos y privados con financiamiento nacional e internacional. Para obtener el derecho al aprovechamiento de las especies y de sus hábitats por parte de los propietarios o legítimos poseedores de la tierra en donde se ubican las uma, se requiere un plan de manejo que garantice la conservación de los ecosistemas, de sus elementos y la viabilidad de las poblaciones de especies ahí existentes, principalmente de las que estarán sujetas a algún tipo de aprovechamiento. Para estas últimas, el número de especímenes que se pretenden aprovechar debe ser menor a la cantidad que se reproduce naturalmente. Finalmente, los ejemplares, partes y derivados provenientes de una uma deberán certificarse y acompañarse de la documentación que avale su procedencia legal para poder incorporarse a los circuitos comerciales nacional e internacional mediante la obtención del certificado correspondiente (cites). Así, la operación de cada uma consiste en el registro, manejo del hábitat, monitoreo poblacional de las especies de interés, aprovechamiento controlado, plan de manejo y certificación de la producción. Según la base de datos de la Dirección General de Vida Silvestre, al día 11 mayo de 2004 se tenían registradas en el país 5,867 uma, cubriendo una superficie de 21’503,100 ha. En Baja California Sur, en el marco del suma, se han registrado 68 uma. De éstas, 30 (44 por ciento) se localizan en el municipio de La Paz, 14 (21 por ciento) en Comondú, 13 (19 por ciento) en Los Cabos, 7 (10 por ciento) en Loreto y 4 (6 por ciento) en Mulegé. Del total, el 28 por ciento está establecido en terrenos ejidales, 16 por ciento en áreas federales y el resto (más de la mitad) en superficies privadas, sumando un total de 1’724,053.36 ha destinadas al aprovechamiento de más de 35 especies silvestres.
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Cabe destacar que de las uma registradas en la entidad dentro de terrenos ejidales, Comondú cuenta con el 42.11 por ciento y de hecho, del total de uma que existen en el municipio, el 57.14 por ciento son ejidales, lo que podría presumir un gran interés por parte del sector social por impulsar este tipo de aprovechamientos sustentables. En contraste, el municipio de La Paz se caracteriza porque el 70 por ciento de las uma del municipio se ubican en tierras privadas y, del total estatal dentro de este tipo de tenencia de la tierra, La Paz registra más del 50 por ciento. Significativas resultan estas últimas cifras, ya que muestran que no sólo los sectores público y social se han comprometido con el manejo y aprovechamiento sustentable de la vida silvestre. Sin embargo, a pesar de que el mayor número de uma en la entidad se encuentra en tierras privadas, su superficie (99,489.59 ha) resulta significativamente menor en comparación con la superficie que abarcan las uma en terrenos ejidales (1’274,476.43 ha) y federales (350,087.34 ha). Particularmente importante resulta el hecho de que la superficie ejidal en uma es la cuarta parte de toda la superficie ejidal con la que cuenta el estado. Por otro lado, del total de las uma registradas, el 10.29 por ciento son de aprovechamiento no extractivo o que tienen como única finalidad la conservación, y el 89.71 por ciento restante es extractivo. De estas últimas, el 46 por ciento son de aprovechamiento comercial y el 54 por ciento de uso cinegético. Como ya se mencionó antes, actualmente en Baja California Sur las uma benefician a más de 35 especies de flora y fauna silvestres, entre las que destacan: borrego cimarrón, puma, avestruz70, venado bura, codorniz, paloma, pepino marino, gato montés, coyote, liebre, marrano alzado, tortuga del desierto, varias especies de reptiles, delfín nariz de botella, faisán de collar, serpientes, conejo, liebre cola negra, paloma blanca, diferentes especies marinas, tortuga marina, perdiz, aves exóticas, berrendo, palo de arco, palmera, palma colorada, choya, pitahaya dulce, pitahaya agria, varias plantas nativas, cactáceas, damiana y palma abanico. En síntesis, se manejan más de 24 especies de animales y más de 11 especies de plantas. Como ejemplos del esfuerzo que se ha desplegado en torno al manejo y aprovechamiento de la vida silvestre a través de las uma haremos mención 70 Es importante notar que ésta es una especie introducida con fines pecuarios.
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de las que destacan por su originalidad y por su importancia. Entre las primeras resultan de especial mención las uma que manejan el pepino marino (Isostichopus fuscus), puesto que han generado una controversia entre la delegación estatal y las oficinas centrales de la semarnat, debido a que no se localizan en terrenos o predios, sino que se ubican en cuerpos de agua (El Boleo, Loreto, Ligüí, Agua Verde, San Nicolás y Permisionarios de la Bahía de La Paz) y la Ley General de Vida Silvestre no deja totalmente clara la posición a tomar en casos como éste. Entre las uma que tienen mayor importancia por sus implicaciones económicas, sociales y ambientales sobresalen las once que manejan el borrego cimarrón (Ovis canadensis). Entre éstas, nueve funcionan adecuadamente (Alfredo V. Bonfil, San Javier, Sto. Domingo, Ley Federal de Aguas # 2, Ley Federal de Aguas # 3, San José de la Noria, Tepentú e Isla del Carmen) y dos no operan de la manera correcta (La Purísima y Ley Federal de Aguas # 1); esto último debido a la falta de un responsable técnico verdaderamente comprometido con la conservación. Las uma que se han formado para manejar la cacería del borrego cimarrón son especialmente delicadas desde el punto de vista ambiental porque se trata de una especie prioritaria para la conservación incluida en los uma. El caso de la UMA Isla del Carmen merece particular atención ya que originalmente se registró para la investigación y reproducción del borrego cimarrón y no se le permitía el aprovechamiento extractivo, ya que su objetivo era el repoblamiento de la especie. Sin considerar que este borrego es una especie exótica para la isla (que forma parte de un área natural protegida), en 1995-1996 se estimó y aprobó una capacidad de carga de 200 ejemplares para su manejo extensivo. En estas condiciones, la especie en la isla se desarrolla en un ambiente particularmente distinto al del borrego en su hábitat natural: no existen depredadores, y la alimentación y sus condiciones de salud son diferentes, lo cual provoca que la misma constitución física del animal no sea la misma, sin contar que los costos del manejo con respecto a las áreas del macizo también sean diferentes (vigilancia, supervisión, seguimiento e investigación). A pesar de no haberse evaluado la eficiencia e impactos del proyecto (no existe la experiencia de borregos criados en la isla sueltos en su hábitat natural), en la temporada 2004-2005 la semarnat, a través de la Dirección General de Vida Silvestre, aprobó una tasa de aprovechamiento
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extractivo, convirtiéndola en una uma con fines cinegéticos. Dado que no se han realizado evaluaciones al respecto, el aprovechamiento del borrego cimarrón en la isla podría considerarse como una competencia desleal para las demás uma en la entidad. Otro caso especial respecto a las uma de borrego cimarrón es la que fue creada en el marco del Programa de Conservación del Borrego Cimarrón, de la Reserva de la Biósfera del Vizcaíno. En la zona este de la reserva se localizan tierras del Ejido “Lic. Alfredo V. Bonfil”, este ejido incluye la única zona núcleo establecida en dicha porción, el resto corresponde a zona de amortiguamiento. Para proteger la especie en 1996 el ejido se registró como uma dando origen al Programa de Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable de Borrego Cimarrón y su Hábitat en la Reserva de la Biósfera El Vizcaíno, coordinado por la dirección de dicha reserva. Las principales amenazas para esta especie son la cacería furtiva, la presencia de ganado doméstico en el hábitat, las sequías y las industrias extractivas en áreas de distribución. Los fondos para el programa provienen de la cinegética y son administrados a través de un fideicomiso privado con un comité técnico público. Estos fondos son donativos aportados por cazadores a la fnaws (siglas en inglés de la Foundation for North American Wild Sheep o Fundación Norteamericana del Borrego Silvestre) y sus capítulos estatales, la Arizona Desert Bighorn Sheep Society Inc. (o Sociedad de Arizona para el Borrego del Desierto) y la Fundación Mexicana para la Conservación del Borrego Cimarrón A.C., entre otras. Esta cooperación ha permitido desarrollar la infraestructura necesaria, pagar salarios, despensas y gastos de operación para vigilancia y monitoreo permanentes los 365 días del año, realizados por un grupo de guías integrado como “Comité social de Vigilancia” formado por ejidatarios y un inspector de la profepa. Apoyados y coordinados por la dirección de la Reserva, este grupo vive en un campamento base ubicado en el corazón del área borreguera. El programa ha realizado: el control de la presencia de ganado doméstico en el hábitat, censos en helicóptero, temporadas cinegéticas exitosas, un subprograma permanente de educación ambiental y capacitación, y un subprograma permanente de limpieza y acondicionamiento de aguajes.
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La cinegética se realiza con una tasa de aprovechamiento anual que busca no dañar a la población de borregos. Dicha tasa se obtiene del conocimiento de la estructura de la población, determinada por medio de los censos en helicóptero, censos terrestres, reportes de cacería y la vigilancia y el monitoreo permanentes, lo cual integra el expediente de información para las decisiones de manejo. Además del Programa de Conservación propiamente dicho, está previsto un “Fondo del Ejido” que de 1997 a 1999 llegó a sumar 95 mil dólares, y del cual el ejido puede disponer, por lo menos teóricamente, para el desarrollo social de las comunidades ejidales. En términos generales, la operación de las uma que trabajan con el borrego cimarrón es económicamente relevante y socialmente compleja. Se trata de una de las presas más cotizadas por la actividad cinegética debido al alto grado de dificultad que implica su cacería. Anualmente se hacen subastas en Las Vegas de los ejemplares disponibles en varias regiones de Norteamérica y cuyos permisos de caza llegan a costar más de 100 mil dólares. En Baja California Sur la creación de uma ejidales y la constitución de sus Comités Técnicos ha permitido a los habitantes de estos ejidos, además de beneficiarse de la derrama propia de la actividad, participar de las ganancias que genera la subasta de las licencias, ingresos que antes sólo enriquecían a los intermediarios. Así, en la medida que las comunidades locales logren una mejor organización en el manejo de las uma de borrego cimarrón, los beneficios de tan lucrativa actividad podría significar un incremento sustancioso de la calidad de vida de sus habitantes. Por ello, se ha considerado recientemente la conveniencia de implantar mecanismos de certificación por parte de la autoridad para dar mayor seguridad respecto al uso correcto de las tasas de aprovechamientos autorizadas para cada unidad, así como de los beneficios que reciben las comunidades involucradas. Existen en el estado dos uma que manejan reptiles: una de ellas es el Serpentario de La Paz y la otra se localiza en el ejido Gral. Melitón Albáñez. Esta última es significativa por ser la primera de su tipo en la entidad, ya que se avoca a la reproducción de especies de reptiles que se encuentran dentro de alguna categoría de protección, con fines comerciales. La reproducción de especies endémicas para uso comercial ha permitido a los ejidatarios obtener
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importantes ingresos económicos debido al alto valor que tienen estos reptiles en los mercados norteamericano y europeo. Sólo una uma en B.C.S. (la Estación Berrendo) maneja el berrendo (Antilocapra americana peninsularis) y se localiza en el ejido Lagunitas, municipio de Mulegé, perteneciente a la Reserva de la Biósfera El Vizcaíno (rebivi). Esta uma tuvo sus orígenes en la implementación del Plan de Recuperación del Berrendo Peninsular que, desde 1995, la rebivi y el cibnor operan en esa zona; como detallaremos más adelante.71 Al ir avanzando la política ambiental nacional se crearon otros programas de preservación de especies desde el punto de vista conservacionista, pero sin considerar su hábitat de manera integral. Por ello, el Programa de conservación de la vida silvestre y diversificación productiva en el sector rural, México 1997-2000 promovió la identificación de especies clave,72 procurando abarcar la mayoría de los ecosistemas mexicanos y cuya recuperación beneficiara a un número mayor de especies. El resultado inicial de ese ejercicio arrojó una lista en la que figuraba un gran número de ellas. Aunque lo ideal era procurar la conservación de toda esa biodiversidad, la factibilidad de operación obligaba a reducir el número de especies; por ello fue necesario priorizar.73 Es así como surgió la otra estrategia de dicho programa, a través de la creación de los Proyectos de Conservación y Recuperación de Especies Prioritarias (prep). Conjuntamente y con la finalidad de establecer un marco institucional en el que participaran los diferentes actores sociales en la protección de especies prioritarias se creó mediante acuerdo secretarial, en junio de 1999, el Comité Técnico Consultivo Nacional para la Recuperación de Especies Prioritarias. En este marco se pretende que para cada especie se constituya un “subcomité técnico” donde se propongan y discutan las diferentes alternativas de conservación y recuperación de la especie en cuestión. Para cada proyecto de rescate se ha realizado un diagnóstico de la situación de sus poblaciones, de la problemática de las especies y de sus posibilidades de conservación, así como de los recursos humanos, materiales y técnicos 71 Información proporcionada por la Unidad de Restauración y Aprovechamiento de Recursos Naturales, Delegación Federal de la semarnat en B.C.S. 72 Se llama así a la especie cuyos esfuerzos aplicados para lograr su presencia y abundancia derivan en la conservación de su hábitat natural y el resto de sus elementos. 73 Instituto Nacional de Ecología, Estrategia nacional…, op. cit., pp. 44-45.
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para que, en el mediano plazo, se alcancen sus objetivos. El primero de estos proyectos fue el del águila real, y le siguieron el de cocodrilos, lobo gris mexicano, borrego cimarrón, oso negro, berrendo, zamias, tortugas marinas, pinnípedos y psitácidos. El desarrollo de proyectos de recuperación de especies prioritarias tiene por base la instrumentación de acciones de protección sobre una determinada especie, pero propiciando de manera indirecta la protección y conservación de otras que se encuentran asociadas en el ecosistema. Para identificar las diversas especies de flora y fauna consideradas prioritarias se tomaron en cuenta los siguientes criterios: “que estuvieran incluidas en alguna categoría de riesgo reconocida internacionalmente; las que tuvieran factibilidad de recuperación y manejo en el corto plazo; las que produjeran un efecto de protección indirecta que permitiera conservar a otras especies y a sus hábitats; y, finalmente, las especies carismáticas o que tuvieran un alto grado de interés cultural o económico.” 74 Bajo este enfoque se llevó a cabo un estudio para identificar esas especies entre la fauna y la flora mexicanas. De las especies seleccionadas (37) el 50 por ciento (es decir, 19) forman parte del patrimonio natural sudcaliforniano. Son: ballena gris, ballena jorobada, lobo marino de California, paloma huilota, paloma de collar, borrego cimarrón, berrendo, seis especies de tortugas marinas, cóndor de California, palmas, palo fierro, cirios, cactos y agaves. Pese a que todas estas especies han sido consideradas como prioritarias para la conservación, su atención mediante la aplicación de los prep no ha sido sistemática. La operación de estos proyectos ha sido un éxito cuando se ha conjugado la aplicación de otros instrumentos de política ambiental (entre los que destacan: las uma, las nom, el sinap) y cuando se ha generado cierta sinergia operativa entre diversos actores (tanto del sector privado, como del social o del académico). Entre los casos afortunados se observa una significativa recuperación de la ballena gris y de los lobos marinos. Puesto que la observación de estas especies constituye uno de los espectáculos de fauna silvestre más importantes del mundo, la cantidad de turistas que atraen anualmente genera una importante derrama económica para la población regional. La ballena gris, además de haber sido incluida en los prep, como hemos explicado, ha sido 74 Ídem, p. 45.
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objeto de una nom que regula su avistamiento y, por lo tanto, su aprovechamiento sustentable en el marco del turismo en naturaleza que llevan a cabo cantidad de pescadores y empresarios, locales y foráneos. Una de las más importantes colonias de lobo marino de California es también aprovechada en este sentido, puesto que constituye uno de los principales atractivos de los viajes de ecoturismo que diversas empresas realizan a la isla Espíritu Santo, como detallaremos en el capítulo 13 dedicado a esta actividad. Sin embargo, es importante mencionar que muchas otras loberas existentes en el estado son subutilizadas desde el punto de vista productivo y sustentable. El berrendo constituye otro ejemplo del esfuerzo por la conservación y recuperación de especies silvestres en el marco de un prep cuya constitución se efectuó a través de una uma. En 1994, el ine, adscrito en aquel entonces a la sedesol, otorgó el aval institucional al cibnor para desarrollar el Programa de Conservación del Berrendo. Es así como, a partir de 1995, la Reserva de la Biósfera El Vizcaíno (sinap) y el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (sector académico), con la colaboración de la asociación civil Espacios Naturales, dieron inicio al Programa de Recuperación del Berrendo Peninsular que quedó instalado desde 1997. Un año después se estableció un hato con fines reproductivos en situación de cautiverio dentro de 300 ha dentro de los terrenos del Ejido Lagunitas. Actualmente se cuenta con 1,000 ha y los resultados se pueden resumir de la siguiente manera: existe una población en cautiverio de 49 hembras y 40 machos adultos; 14 machos y 28 hembras crías; se han dado 95 nacimientos y se estima una población silvestre de aproximadamente 200 individuos.75 El objetivo del Programa es lograr tener una población del berrendo estable y genéticamente sana. Este programa ha sido exitoso. Ha logrado detener el decrecimiento de la población y cuenta con tres líneas de acción. La primera está ligada al manejo de un hato en semicautiverio. La segunda consiste en el trabajo de conocimiento del hábitat y el comportamiento de la población silvestre. La tercera se avoca a la educación ambiental y el trabajo con la población local. De hecho, el trabajo con los ejidatarios de la zona ha sido fundamental y aborda a su vez diversas acciones: se ha firmado un contrato de arrendamiento por 10 años para usar el terreno donde se ubica la Estación Berrendo; se impar75 Información proporcionada por la Unidad de Restauración y Aprovechamiento de Recursos Naturales, Delegación Federal de la semarnat en B.C.S.
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ten talleres de sensibilización y educación ambiental sobre el berrendo y el Desierto del Vizcaíno dirigido a estudiantes y a la población en general; y se está trabajando en un proyecto de semiestabulación de ganado en la zona, para que los ejidatarios mejoren su productividad y para que las vacas dejen de competir por alimento con los berrendos. Las actividades de ecoturismo o cinegéticas que pudieran realizarse a mediano plazo contemplan también la participación de la población local.76 En síntesis, el Programa de Recuperación del Berrendo Peninsular tiene tres componentes principales: manejo extensivo de la población y del hábitat del berrendo; manejo intensivo de una manada en cautiverio; y las acciones de comunicación, educación, difusión ambiental, pláticas, entrevistas y la participación de diferentes individuos, organismos e instituciones.77 Se tiene la finalidad de que la población del berrendo salga de la categoría de peligro de extinción, alcanzado en una primera etapa un número estimado de 500 ejemplares.78 Considerando la importancia que en los procesos de conservación las especies carismáticas de fauna silvestre tuvieron a nivel mundial desde el siglo xix, así como el importante papel que han demostrado tener en la concreción del desarrollo sustentable a través de su aprovechamiento en el turismo alternativo, coincidimos plenamente con la Dra. Tiahoga Ruge,79 cuando califica a dichas especies como verdaderos embajadores de la región, capaces de representarla a nivel internacional. No obstante, a pesar de los logros aún existen enormes retos para lograr proteger, conservar y aprovechar sustentablemente el diverso patrimonio de vida silvestre con el que cuenta Baja California Sur.
76 Comunicación personal de Claudia Monroy, Directora de Proyectos, Espacios Naturales A.C. 77 Entrevista a Jorge Cancino del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, La Paz, B.C.S., 10 de febrero de 2003. 78 Instituto Nacional de Ecología, Proyecto para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable del Berrendo (Antilocapra americana) en México, semarnap-ine, México, 2000, p. 34. 79 Directora General del Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable (cecadesu).
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3. Retos y problemática para la conservación de la vida silvestre sudcaliforniana Algunas especies consideradas dentro de los prep y que distinguen a Baja California Sur con su presencia aún no han sido plenamente integradas en un proceso de aprovechamiento productivo y sustentable; por ello, a nuestro parecer, su conservación permanece en una situación vulnerable. Es el caso de las tortugas, en lo que corresponde a la fauna marina, y de las palmas y las cactáceas, en el medio terrestre. Otro maravilloso embajador sudcaliforniano que no ha sido incluido en los prep, pero que sí está incluido en la nom059, y que también tiene un enorme potencial para su aprovechamiento por el turismo en naturaleza, es el tiburón ballena. Primero analizaremos el caso de las tortugas marinas. Las costas de Baja California Sur son zonas de alimentación y anidación de cinco especies de estos animales, que son amenazados por la acción humana tanto en el ejercicio de la pesca como por el desarrollo turístico e inmobiliario. Esta situación ha sido enfrentada por organizaciones de la sociedad civil que han conformado una red tortuguera ejemplar. Sin embargo, desde la perspectiva del manejo de la vida silvestre para su conservación asociada con el aprovechamiento productivo, las tortugas aún brillan por su ausencia. Esta situación es compleja e interesante, ya que su comprensión y atención permitiría generar una alternativa productiva a las comunidades que habitan la costa y contribuiría a mejorar las estrategias de conservación de las tortugas. Las razones por las que no se ha aprovechado cabalmente la tortuga marina son de diversa índole, entre ellas destacan aspectos económicos y culturales. En otras regiones también ricas en tortugas marinas, como Hawai y Costa Rica, éstas han sido aprovechadas por el ecoturismo, generando la oferta de paquetes ecoturísticos completos. Las personas sensibles a la conservación del ambiente llegan a pagar cantidades importantes de dinero en transporte, alojamiento, alimentación y guías para observar a las tortugas en sus diferentes procesos biológicos: alimentación, colocación de huevos y nacimientos. En Baja California Sur no existe aún ningún esfuerzo semejante. En la región, las actividades de conservación de la tortuga no involucran de manera organizada y sistemática ningún tipo de aprovechamiento produc-
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tivo. En las zonas donde coinciden el buceo deportivo y la residencia de las tortugas, como en Cabo Pulmo, los turistas llegan a apreciar estos animales, pero de manera casual. Pero en muchas otras zonas donde viven estos animales no existe infraestructura ni prestación de servicios turísticos, como en el caso de Punta Abreojos. Para poder aprovechar las tortugas que favorecen con su presencia a Baja California Sur se requiere una inversión básica en infraestructura turística, servicios turísticos y capacitación (tanto naturalista como empresarial). Existen varias zonas en el estado donde hay anidación de tortugas e importantes áreas de alimentación, que ya cuentan con un mínimo de infraestructura y algunos prestadores, por ejemplo Cabo Pulmo, Los Cabos y Todos Santos; sin embargo, no ha habido un esfuerzo organizado, enfocado en aprovechar las tortugas. En estos casos esta falta de aprovechamiento es atribuible a la cultura prevaleciente: se considera que el trabajo en conservación es incompatible con el trabajo en o de una empresa que explote productivamente el objeto de conservación. Esta incompatibilidad se percibe en las organizaciones ambientalistas —tanto locales como extranjeras— que se avocan al trabajo de monitoreo de las tortugas en el medio marino, así como al cuidado de la anidación y eclosión. En otras comunidades, donde persiste aún la captura de tortuga con fines alimenticios, es difícil que la gente se involucre en procesos de conservación y de aprovechamiento sustentable. No obstante, las condiciones naturales y el conocimiento ecológico de las tortugas permitirían que dicho aprovechamiento pudiera darse. Tal vez éstas puedan ser aprovechadas en un futuro cercano por las comunidades donde la conservación ya es una realidad en la práctica, y donde ya se conocen las ventajas que tanto para las especies como para el desarrollo comunitario tiene la puesta en turismo de la vida silvestre. Existen algunos indicios alentadores. Por ejemplo, en Puerto López Mateos desde 2002 se realiza el Festival de la Tortuga que involucra a la comunidad y pretende sustituir el hábito cultural del consumo de caguama por el aprovechamiento productivo de esta especie, a través de actividades tanto de conservación como de ecoturismo. Este festival, surgido de un proyecto de educación ambiental de ProPenínsula, 80 recibe ahora el respaldo de la comunidad y el apoyo del municipio. En Cabo 80 Entrevista realizada a Chris Pesenti, ProPenínsula A.C., La Paz, B.C.S., 9 de noviembre de 2005.
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Pulmo, los prestadores de servicios ecoturísticos están siendo alentados por la asociación Amigos para la Conservación de Cabo Pulmo, para que incluyan dentro de sus servicios el cuidado de nidos y la liberación de tortuguitas neo natas. Sin embargo, el momento en que las tortugas sean manejadas con el mismo éxito que las ballenas aún parece distante. Baja California Sur no es un estado considerado entre las entidades con vocación forestal. De hecho, sólo en la Sierra de La Laguna existe un bosque de pino-encino. Sin embargo, es un estado con una cubierta vegetal excepcionalmente bien conservada y rica en diversidad de especies, entre las que se alternan, principalmente, cactáceas y leguminosas. La baja densidad de población, así como las restricciones que la aridez ha impuesto al desarrollo agrícola, explican esa situación. Sin embargo, hay zonas donde la flora ha sufrido un grave deterioro debido al interés comercial que han suscitado algunas especies de la flora regional. En el siglo xix y durante la primera mitad del xx, las más afectadas fueron las que se emplearon como materia prima en procesos industriales: la orchilla para entintar los casimires y el cascalote en el curtido de pieles.81 Desde hace algunas décadas, las especies de la flora silvestre que han sido fuertemente explotadas son el mezquite y las palmas. También hay que considerar el embate que el matorral xerófilo y la selva baja caducifolia han sufrido a causa de los desmontes realizados tanto por la apertura de caminos como por la expansión de zonas urbanas y de terrenos para uso agrícola. De estas especies de la flora silvestre nos interesa hacer especial mención de las palmas y las cactáceas debido a que se trata de especies incluidas en la lista de los prep. Entre las primeras hemos de distinguir la palma nativa, también conocida por el nombre de palma de taco (Washingtonia robusta) y la palma datilera, ya que si bien ambas constituyen una referencia significativa en el paisaje sudcaliforniano, tienen diferentes usos y enfrentan distintas amenazas. Las más afectadas son las primeras, ya que son saqueadas indiscriminada e impunemente de los oasis a causa de la creciente demanda del sector turístico y residencial que las emplea tanto en la construcción (palapas, terrazas, postes) como en la jardinería, no obstante que la ley las protege y es necesario un permiso para su extracción. Pero tanto la dificultad de ejercer una vigilancia efectiva, como la inconciencia de los saqueadores 81 Micheline Cariño, “El saqueo de la flora silvestre sudcaliforniana (1870-1940)”, Universidad Michoacana, N. 17, julio-septiembre, 1995, pp. 5-18.
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imposibilitan su aprovechamiento sustentable. La deforestación así ejercida amenaza seriamente la estabilidad de los oasis, especialmente de los más cercanos a los centros turísticos. Las palmas datileras sufren más del olvido que de la sobreexplotación. Otrora un recurso importante, el dátil producido localmente ha perdido presencia en el mercado. Su tamaño y forma son irregulares, sin embargo, su sabor y calidad son extraordinarios, esto es debido a que son los únicos dátiles en el mundo que aún se producen por inseminación natural. Esta situación ha permitido además la conservación de una variedad genética importante, lo que empieza a ser objeto de atención de los expertos mundiales. Promover el aprovechamiento del dátil regional, con base en una campaña de difusión dirigida tanto a los productores como a los consumidores, representa una alternativa productiva indudable para las comunidades que habitan los oasis sudcalifornianos. Trátese de una o de otra especie de palmas, ambas son emblemáticas de los oasis que constituyen espacios de una importancia ecológica excepcional y de una tremenda vulnerabilidad. Es indispensable que estas ínsulas de humedad sean valoradas por los servicios ambientales —actuales y potenciales— que brindan a las comunidades que comparten su espacio vital natural. Con un adecuado plan de manejo los oasis podrían convertirse en importantes polos de desarrollo sustentable con base en el turismo alternativo82 y la agroecología. Las cactáceas son el otro tipo de flora regional que, si bien están protegidas por la ley, no son valoradas ni manejadas con la debida importancia. Por una parte son impunemente saqueadas debido a la alta demanda de la que son objeto para la decoración de jardines, camellones y hasta campos de golf. Por otra, igualmente sufren los embates de los desmontes antes mencionados. Estas especies deberían permanecer en su espacio natural para ser aprovechadas por las comunidades rurales que poseen los predios en los que se encuentran. Para tal efecto se requiere de campañas de sensibilización, programas de capacitación y el reforzamiento de la vigilancia, así como la aplicación de sanciones en caso de incumplimiento de la legislación que las protege. 82 En los oasis es posible fomentar diferentes tipos de turismo alternativo: ecoturismo, turismo cultural, rural y de deporte en la naturaleza con la práctica del senderismo y la escalada.
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El saqueo del mezquite es otro reto que enfrenta la conservación de la flora sudcaliforniana. La falta de alternativas productivas y el sostenimiento de una actividad sumamente especulativa han orillado a varias comunidades rurales a explotar el mezquite para producir carbón. Aunque la ley precisa que sólo pueden ser explotados para estos fines los árboles secos, a cambio de una mísera remuneración árboles vivos de diferentes especies son reducidos a carbón. Ya que se trata de comunidades sumamente pobres las que en su mayoría realizan esta actividad, las autoridades aplican con mucha ligereza la legislación, fomentando así el círculo vicioso de deforestación y especulación; situación en la que sólo ganan los intermediarios y comerciantes, deteriorando cada vez más a la calidad de vida actual y potencial de las comunidades, ya que a la pobreza se suma el deterioro ambiental reduciendo sus ya exiguas alternativas de desarrollo. Estas comunidades requieren urgentemente del apoyo gubernamental para erradicar la pobreza extrema que les aflige y detener la devastación que inflingen al ecosistema. Finalmente, analizaremos el último caso que hemos seleccionado para este apartado dedicado a los retos y problemáticas del manejo de la vida silvestre: el tiburón ballena. El Rhinocodon typus es el pez más grande del mundo, pero del cual se conoce aún poco respecto a su biología. Es un organismo filtrador que “se alimenta de zooplancton, algas, pequeños peces, calamares y crustáceos, (y) tiene preferencia por aguas cálidas con temperaturas superficiales de 25 a 30 grados centígrados”.83 Es un animal sumamente carismático; no sólo su tamaño es imponente, sino que la tranquilidad de sus movimientos, así como sus hábitos alimenticios, inspiran una contagiosa sensación de ecuanimidad. Además tiene por costumbre vivir en sitios especialmente bellos, en donde la limpieza y la temperatura del mar representan una invitación que atrae cada vez más a mayor cantidad de visitantes. En la edénica isla de Holbox, al norte del estado de Quintana Roo, las comunidades de pescadores han aprendido a colaborar con las autoridades del área natural protegida de Yum Balam, prestando con gran calidad y apego a la regulación el servicio de avistamiento y nado con el tiburón ballena. De hecho, durante la temporada que abarca de junio a octubre, esta actividad es la más importante de la isla, trayendo consigo un benéfico papel multiplica83 Mario Jaime, “El kindergarten del tiburón ballena”, Alternativa de B.C.S., No. 52, enero, 2005, p. 6.
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dor; los hoteles, restaurantes y pequeñas tiendas cobran vida y generan recursos a los lugareños. Es importante mencionar que, a pesar de que se trata de una especie amenazada84 y protegida desde 2002, la actividad de avistamiento no está sujeta aún a ninguna norma oficial mexicana. No obstante, la importancia económica que tiene el tiburón ballena para los habitantes de Holbox les ha inducido a cuidarlo teniendo un sumo cuidado con su manejo. Por ello, en colaboración con las autoridades del área natural protegida, han diseñado y aplican estrictas normas que protegen al tiburón ballena y a los turistas, asegurando simultáneamente la calidad del servicio que prestan. Mencionaremos algunos componentes de estas regulaciones. Sólo se han otorgado permisos para el avistamiento a los pescadores que hayan recibido capacitación y que garanticen siempre condiciones de seguridad y confort a sus clientes; cada vez que salen deben avisar a las autoridades y reciben una banderita verde (en forma de tiburón) que deben colocar en alto en cuanto encuentran alguno; reciben una bitácora de las coordenadas en las que se dieron los últimos avistamientos y otra en la que deben anotar aquellas en las que realicen los suyos; explican claramente a los visitantes qué pueden y qué no deben hacer una vez que se tiren al agua para nadar con el tiburón; respetan la distancia, dirección y velocidad que deben tener las embarcaciones respecto al tiburón. Estas reglas básicas garantizan a los visitantes disfrutar al máximo de la experiencia y aseguran no causar molestias a los animales; situaciones ambas que forman el dueto fundamental que genera sustanciosos ingresos a la comunidad de Holbox. Otros dos bellos sitios donde es posible nadar con el tiburón ballena son la Bahía de La Paz y Bahía de Los Ángeles, en Baja California Sur y Baja California, respectivamente. Desafortunadamente, en ninguno de estos dos sitios la actividad de avistamiento se realiza tan regular y reguladamente como en Holbox, lo que provoca tanto un precario aprovechamiento de esta carismática especie, como el riesgo de perturbarla e incluso dañarla. Ya se han reportado varios casos de animales lastimados por propelas y parece que su comportamiento no es tan amistoso respecto a los turistas como en Holbox. En La Paz, los prestadores de servicios de ecoturismo suelen dirigir sus actividades hacia la vista del archipiélago de Espíritu Santo. Los recorridos 84 Es una especie incluida en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (iucn).
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incluyen un momento de nado, snorkeling y buceo en la lobera que se encuentra en el extremo norte de éste, y un almuerzo en alguna de las múltiples y bellas playas de la Isla. De regreso, y como de pilón, entre julio y octubre se ofrece algunas veces aventurarse a buscar al tiburón ballena. Si eventualmente se le llega a ver los turistas han de considerarse afortunados, si no, pues no hay problema ya que era un plus al viaje contratado. En algunos casos se permite a los turistas que naden con el espécimen que hayan encontrado, pero esto se realiza generalmente en desorden, se tiran muchos turistas simultáneamente, no se les indica con claridad lo que deben hacer, y mucho menos lo que no deben hacer. De tal forma el disfrute es mínimo e incluso puede resultar peligroso tanto para los turistas como para los animales. Los únicos casos en los que llega a darse un mejor avistamiento y en el que es posible nadar con el tiburón ballena es cuando se contrata o se tiene una lancha particular. Pero como se desconoce su localización y se tiene poca práctica en el avistamiento, existe el riesgo de no lograr la experiencia anhelada. Resulta lamentable (e incluso absurdo) que no se haya realizado a la fecha un esfuerzo semejante al de Holbox. El tiburón ballena es un recurso sumamente valioso y subutilizado, pero además en La Paz es objeto de una amenaza latente: el desarrollo inmobiliario residencial y hotelero, así como de marinas, que se multiplican en la zona. Por sus hábitos alimenticios, al ser una especie filtradora, el tiburón ballena requiere agua limpia y rica en nutrientes; pero la ocupación de las costas generará un incremento de desechos y contaminantes: aguas residuales, combustible, aceite, plásticos y basura de todo tipo. Además también aumenta la circulación caótica de vehículos marinos que pueden dañar e incluso matar al tiburón ballena que pasa buena parte del tiempo flotando en la superficie. Por último, aunque los hábitos migratorios de esta especie no se han determinado todavía con precisión, investigaciones llevadas a cabo en la Bahía de La Paz, demuestran que se trata de una importante zona de reproducción y crianza. Zona en la que desafortunadamente la tendencia creciente es a autorizar el desarrollo de centros turísticos, entre los que destaca (por su magnitud y localización) el que ha de construirse frente al Mogote, en el “kindergarten del tiburón ballena”.85 85 Mario Jaime, “El kindergarten …, op. cit., pp. 6-8.
Capítulo 11. Procesos de conservación a través del manejo de la vida silvestre
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Conclusión La vida silvestre sudcaliforniana, tanto en tierra como en mar, es un recurso natural —salvo la ballena gris— subutilizado y/o aprovechado de manera desordenada. El amplio potencial que encierra no ha sido valorado cabalmente. Se requiere aún de un cuantioso esfuerzo de planificación, regulación, conscientización, capacitación y vigilancia. Se ha repetido hasta el cansancio que el turismo es y seguirá siendo la actividad económica más prometedora de la entidad. Uno puede o no estar de acuerdo con esta aseveración. Lo cierto es que en el avistamiento de la fauna y la flora sudcalifornianas el turismo tiene recursos excepcionales a partir del cual es posible generar una diversidad de pequeñas y medianas empresas, más las actividades que de éstas se desprendan. Sin embargo, poco se percibe en la realidad que ese potencial se valore y aproveche con el debido cuidado que se requiere. Es indispensable y urgente que la conservación se vincule con el aprovechamiento sustentable de estas especies, de lo contrario se está atentando contra una de las más importantes riquezas de la región, al grado que tal vez se pierda antes de haberse advertido su existencia.
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Capítulo 12. El proceso de ordenamiento ecológico marino en el Golfo de California
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Capítulo 12
El proceso de ordenamiento ecológico marino en el Golfo de California: ¿del conflicto al consenso? Liliana Gutiérrez Mariscal, Daniela Pedroza Páez, María José Solares Millán, Vicente Arriaga Martínez y Antonio Díaz de León Corral
1. El ordenamiento ecológico: instrumento de la política ambiental mexicana La política ambiental mexicana reconoce que una estrategia efectiva para la conservación de la biodiversidad y de los servicios ambientales debe conjuntar los objetivos conservacionistas con los objetivos de las actividades productivas en programas coherentes de planeación del uso del suelo. En efecto, la conservación no es otra cosa que un uso del territorio que compite con otros por los recursos naturales. Sin embargo, los factores más limitativos de las actividades productivas son la tolerancia, la capacidad de carga y de regeneración del medio ambiente (Semarnat, 2003). Por ello, en términos de política pública, la conservación de los bienes y servicios ambientales ya no puede ser una actividad aislada sino un esquema transversal que enmarque y regule a todas las actividades productivas. En México, el ordenamiento ecológico es el proceso de decisión que establece las pautas sobre el patrón de usos del territorio a las que deben ajustarse los sectores sociales y productivos en una región. Al ser el instrumento [525]
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rector de la política ambiental su esencia conceptual emana de la tesis que propone que la política pública es un proceso de decisión organizado cuya finalidad es lograr objetivos y metas específicas, y del cual se derivan orientaciones o directrices que rigen la actuación de los diferentes sectores de la sociedad. En una sociedad democrática y diversa, las inclinaciones, las preferencias y las actividades de un sector suelen oponerse a las de otros. Esta contraposición genera conflictos por el uso de los recursos naturales. Al ser los recursos naturales y los servicios ambientales asociados a ellos bienes públicos, es el gobierno en todos sus niveles el encargado de arbitrar mediante la aplicación de diferentes mecanismos, procedimientos y estrategias esta realidad (Semarnat, 2003). De esta manera, las cuestiones que son objeto del ordenamiento ecológico son las que se manifiestan como pugnas entre sectores con posiciones opuestas con respecto al uso del territorio. Adicionalmente, la integración de los conceptos de bienes y servicios ambientales y riesgos naturales son sus objetivos fundamentales ya que un esquema de ordenamiento ecológico debe generar políticas cuyo objetivo sea la protección del patrimonio natural y de la calidad ambiental del país (Semarnat, 2003). Los cambios en el bienestar se manifiestan de diversas formas, dado que los distintos grupos sociales tienen valores y percepciones diferentes sobre las estructuras y procesos ambientales. Por lo tanto es fundamental fomentar una apropiada participación de los actores sociales en un proceso de ordenamiento ecológico. Sólo así los productos de dicha negociación podrán ser reconocidos como legítimos. En agosto de 2002 se publicó el Reglamento de la lgeepa en materia de Ordenamiento Ecológico. Como se señala en su versión comentada (Semarnat, 2003), el espíritu de este reglamento contiene los siguientes principios o enfoques rectores, que rigen el desarrollo de un proceso de ordenamiento ecológico: Adaptativo. Permite la retroalimentación periódica a partir de la consulta, modificación y actualización del registro detallado que se tiene del proceso de ordenamiento. Integral. El ordenamiento ecológico está diseñado para caracterizar la dinámica y estructura territorial bajo un esquema que considere las dimen-
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siones biofísicas, económicas, socioculturales y político-administrativas que interactúan en el territorio. Articulador. El proceso de ordenamiento ecológico establece armonía y coherencia entre las políticas de desarrollo sectorial y ambiental en los diversos niveles territoriales (nacional, regional y local), a través de mecanismos coordinados y distribución de competencias. Participativo. A través del ordenamiento ecológico se promueve la participación de los involucrados en las diferentes fases del mismo y los corresponsabiliza en las acciones y decisiones, haciendo un proceso viable y legítimo. Prospectivo. El ordenamiento ecológico permite identificar las tendencias del uso y ocupación del territorio y el impacto que sobre él tienen las políticas sectoriales y macroeconómicas. Considera las medidas preventivas para concretar el futuro deseado por los participantes a partir del diseño de diversos escenarios. Concurrente y distributivo. El ordenamiento ecológico, en su instrumentación, permite establecer la concurrencia entre los diferentes órdenes de gobierno y los sectoriales de la administración pública para su instrumentación, evitando así la sobreposición de funciones y atribuciones que cada una tienen. Equilibrio territorial. La ejecución de las estrategias y lineamientos ecológicos buscan reducir los desequilibrios territoriales y mejorar las condiciones de vida de la población a través de la adecuada distribución de las actividades productivas y la mejor organización funcional del territorio. Cualquier programa de ordenamiento ecológico debe estar basado en un estudio que, a través de mecanismos rigurosos, transparentes y participativos, establezca la aptitud territorial. Un análisis de aptitud permite establecer la expresión espacial de los intereses de un sector sobre los recursos naturales, así como su relación con los intereses planteados por los demás sectores ubicados en la zona del ordenamiento. El papel de un estudio de ordenamiento ecológico del territorio es, por lo tanto, suministrar la información necesaria para una negociación justa y alcanzar resultados aceptables al menor costo. Su propósito es establecer las bases de información y de análisis para negociar una adecuada calidad ambiental entre los distintos actores sociales (semarnat, 2003). De esta manera, al tener en la aptitud sectorial su piedra angular, el ordenamiento ecológico se instituye como un instrumento que debe generar cer-
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tidumbre en los sectores productivos y reglas claras en el desarrollo regional, a través de la determinación de formas de uso del suelo, buenas prácticas y de las áreas que se deben conservar o restaurar, a través de un procedimiento que involucre la selección de alternativas de uso del territorio, considerando los valores que los diferentes sectores involucrados conceden a los atributos ambientales. Fundamentalmente el proceso de ordenamiento ecológico debe ser un mecanismo de prevención y solución de controversias, dado que involucra y convoca a todos los sectores de la población durante su proceso de ejecución e instrumentación, facilitando la toma de decisiones en torno al desarrollo nacional, regional y local. El proceso de ordenamiento ecológico da inicio con la firma un convenio de coordinación. En éste se establece el compromiso de conformar el comité de ordenamiento ecológico, órgano colegiado en el que participan gobierno y sociedad. Este comité tiene como función principal generar el programa de ordenamiento ecológico y la bitácora ambiental, que es el registro público de los avances del proceso. Asimismo, una vez decretado el programa de ordenamiento ecológico, el comité tiene la responsabilidad de dar seguimiento a los compromisos establecidos en dicho programa.
2. El ordenamiento ecológico en el Golfo de California El Golfo de California es, probablemente, una de las regiones más atractivas y desafiantes para la implementación de un proceso de planeación participativa como el ordenamiento ecológico. Es una región reconocida a nivel mundial por su riqueza natural. Es un mar altamente productivo, debido a la gran cantidad de nutrientes que surgen de las aguas profundas y que al subir a la superficie hacen posible la existencia de millones de organismos microscópicos, base de la cadena alimenticia. Además, la diversidad de condiciones fisiográficas y climáticas propician una gran variedad de ecosistemas marinos y costeros entre los que se encuentran arrecifes, lagunas costeras, esteros y manglares. Esto sumado a la presencia de aproximadamente 900 islas e islotes da como resultado una región con alta biodiversidad y gran número de endemismos.
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Pero además, para los mexicanos es pieza clave del desarrollo económico y social. Es la región del país con mayor producción pesquera. La extracción de camarón, sardina, atún y calamar representa cerca del 50 por ciento del peso total de la captura nacional. Aproximadamente cinco millones de turistas al año la visitan: existe una amplia oferta de servicios que incluyen actividades de sol y playa, turismo de aventura, ecoturismo, turismo náutico y pesca deportiva. La actividad acuícola también está presente en el Golfo de California: se dirige principalmente al cultivo de camarón y de peces de agua dulce en el área terrestre y, en menor proporción, al cultivo de moluscos y de peces en el área marina. Otro aspecto importante que caracteriza a la región es la riqueza cultural que se manifiesta con la presencia de varios pueblos indígenas, habitantes originales del Golfo de California, entre los que se encuentran los pueblos Comca’ac-Seris, Jiakim-Yaquis, Yoreme-Mayos, Cuapaá-Cucapás y Wixarika-Huicholes, entre otros. Entre toda esta abundancia y pluralidad, el gobierno y la sociedad no han concretado una visión de desarrollo regional para el Golfo de California. Los diferentes intereses y necesidades de los actores han apostado a prevalecer sobre los otros en una arena definida más por la coyuntura y la lucha de poderes que por el consenso, la negociación o la articulación de estrategias y objetivos. Por otro lado, lo que en la sociedad se manifiesta como una pugna entre grupos sociales, a nivel gubernamental se expresa como una descoordinación en el actuar y en el planteamiento de objetivos al interior de las dependencias federales y entre los órdenes federal, estatal y local. En lo que toca al ordenamiento ecológico, el gobierno federal ha hecho tres intentos por concretar un esquema regional en el Golfo de California. En 1997, durante la administración de Julia Carabias, al frente de la semarnap, y como parte del Programa de Desarrollo Sustentable del Mar de Cortés se llevó a cabo el primer intento de realizar un ordenamiento ecológico regional. Este esfuerzo tenía como objetivo identificar y evaluar cuantitativa y cualitativamente los procesos, tendencias y potencialidades de desarrollo sustentable del Golfo de California, para lo cual se generó el estudio “Ordenamiento Ecológico Marino de la Región de Mar de Cortés”. Sin embargo, este estudio no transitó a la etapa de socialización necesaria en cualquier proceso de planeación y no se concretó en un programa de gobierno.
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Posteriormente, a partir de la propuesta del proyecto presidencial de Escalera Náutica a principios de 2000, se elaboraron los estudios “Bases para el Ordenamiento Ecológico de la Región Escalera Náutica” y el “Ordenamiento Ecológico de la Región Mar de Cortés: Ventanas Micro-regionales”, cuyos resultados fueron presentados a la sociedad en talleres de planeación participativa que se llevaron a cabo en la región. La simultaneidad en el lanzamiento de ambos proyectos y la falta de coordinación entre las dependencias del gobierno federal hicieron que los estudios de ordenamiento no se concretaran en programas para la región. De hecho, el sello distintivo del proyecto Escalera Náutica en la región fue la polémica que generó entre los actores regionales. El sector ambientalista lo tipificó como una amenaza para la riqueza natural de la región al conceptualizarlo como un proyecto de gran escala que le demandaba al ambiente una explotación de recursos que ponía en riesgo la estabilidad de los procesos y las poblaciones naturales. Por otro lado, el sector turístico regional no se sentía integrado a esta iniciativa, que se percibía como centralista. Para los pescadores también representaba la posibilidad de un desplazamiento de su actividad y modo de vida ancestral y tradicional. En este contexto, el ordenamiento ecológico regional fue visto como un medio de apoyo e impulso a la Escalera Náutica, con lo cual no concretó la base de apoyo regional para su desarrollo y fue suspendido en el primer semestre de 2003. En octubre de 2003 el resolutivo de impacto ambiental regional para la Escalera Náutica aprobó de manera general la actividad náutica en la región, supeditándola a manifestaciones particulares de impacto ambiental para cada escala (marina) y recomendó la concreción del proceso de ordenamiento regional. Con esto vino el relanzamiento del proceso de ordenamiento ecológico. Así, inició el tercer intento. En esta ocasión la estrategia consistió en fortalecer, por un lado, el esquema a nivel federal y por otro lado en generar un clima de confianza e integración con los gobiernos estatales. A través de encuentros puntuales con funcionarios de la Secretaría de Turismo (sectur), Secretaría de Gobernación (segob), Secretaría de Marina (semar), Secretaría de Comunicaciones y Transportes (sct) y Secretaría de Agricultura Ganadería Desarrollo Rural Pesca y Alimentación (sagarpa) se concretó la intención de impulsar un esquema de acción conjunto en la región a través
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del ordenamiento ecológico. En el caso de los gobiernos estatales, el trabajo se centró en mostrar las bondades de una iniciativa conjunta en la región que permitiría la participación directa de los gobiernos estatales, en mucho preocupados por mantener su liderazgo ante un esquema de intervención federal. De esta manera se originaron el Convenio de Coordinación para el Proceso de Ordenamiento Ecológico Marino del Golfo de California y el Acuerdo de Cooperación para el Ordenamiento Ecológico Costero Terrestre de la Región del Golfo de California. Por un lado, el proceso marino permaneció como atribución directa del gobierno federal en el cual el gobierno estatal participaba activamente pero sin competencia directa. El acuerdo terrestre alivió las preocupaciones estatales de injerencia federal en tanto que sujetaba el inicio del proceso regional a la culminación soberana de los procesos estatales. Esta división permitió el inicio formal y la posibilidad de retomar los esfuerzos que desde 1997 se estaban haciendo. Sin embargo, separó el proceso regional en su parte marina de la parte terrestre. Así, el 5 de junio del 2004 en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, y en presencia del Presidente de la República, Vicente Fox, los gobiernos de los estados de Baja California, Baja California Sur, Nayarit, Sinaloa y Sonora y el gobierno federal decidieron conjuntar acciones para iniciar por separado dos procesos de planeación regional: el ordenamiento ecológico de la zona marina y el ordenamiento ecológico de la zona costero-terrestre en la Región Golfo de California. A diferencia de las iniciativas impulsadas en 1997 y 2000, el Ordenamiento Ecológico Marino del Golfo de California se instituye con base en el Reglamento de la lgeepa en Materia de Ordenamiento Ecológico y de esta manera su desarrollo se sujeta a los principios y características antes discutidos. El Comité de Ordenamiento Ecológico Marino del Golfo de California (coem-gc) se instaló el 9 de julio de 2004. Para enfrentar los retos que demanda un proceso de planeación regional y organizar las actividades, éste se dividió en dos órganos: el ejecutivo (oe) y el técnico (ot). De manera general, el oe es el responsable de la toma de decisiones en el proceso, de promover que los intereses de los sectores representados en el comité se reflejen en el programa de ordenamiento ecológico, de integrar la agenda ambiental a través de la cual se definan los problemas ambientales
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que se deberán atender a lo largo del proceso y de indicar al órgano técnico las necesidades de información que apoye la toma de decisiones. Consecuentemente con sus funciones, el oe está conformado por los representantes de los cinco estados y de las seis secretarías que suscribieron el convenio de coordinación, así como por un representante del Consejo Consultivo para el Desarrollo Sustentable de la Región Noroeste y por invitados permanentes de la sociedad civil. Por otro lado, el ot es el responsable de la revisión y validación de los estudios y demás insumos técnicos, y se encarga del diseño, revisión y validación del estudio técnico que da origen al Programa de Ordenamiento Ecológico Marino del Golfo de California. Está conformado por representantes de los cinco estados y de las seis secretarías que suscribieron el convenio de coordinación, así como por un representante de cada uno de los siguientes sectores: pesca industrial, pesca ribereña, turismo, grupos indígenas, conservación, acuacultura, legislativo federal. La participación del sector académico se dio a través de los representantes de cada estado en el Consejo Consultivo para el Desarrollo Sustentable de la Región Noroeste. La estructura del coem-gc tiene su origen y lógica en los componentes principales de un proceso de este tipo. Por un lado, la generación de un estudio sólido, que integre los esfuerzos hechos con anterioridad y la información formal e informal, que fuera legítimo en el sentido más amplio de aceptación de los sectores involucrados y que estuviera ensamblado con rigurosidad técnica y científica. Por otro, la necesidad de traducir este estudio en un programa de gobierno, que considerando las diferentes atribuciones de las dependencias involucradas, alinee los objetivos y las acciones gubernamentales en torno de los principales conflictos identificados en el estudio técnico. La experiencia del coem-gc ha indicado que, además de la concordancia entre el producto esperado y la división del trabajo plasmada en la estructura del comité, es fundamental contar con reglas claras de funcionamiento su interior; reglas que honren la convicción de que los procesos participativos son una forma efectiva de gobernar, que trasciendan el discurso demagógico y ayuden a extraer lo mejor de una sociedad con puntos de vista opuestos y diversos. En este sentido, desde épocas muy tempranas en el diseño, se decidió que las sesiones del coem-gc serían abiertas para toda persona interesada
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en observar y opinar sobre las decisiones que toma cada órgano a lo largo del proceso. Así, el coem-gc representaría un espacio donde la participación de la sociedad no sólo se da a través de los representantes en el Órgano Técnico, sino también a través de la participación directa de los ciudadanos que, en la estructura del comité, son considerados invitados permanentes. Operativamente, durante las sesiones se destina un espacio de participación a los invitados permanentes, los cuales tienen la oportunidad de cuestionar o enriquecer las decisiones de sus representantes o de los demás miembros del coem-gc. El registro del proceso arroja una lista de aproximadamente 300 invitados permanentes: miembros de la sociedad civil que de manera voluntaria han decidido participar en este proceso, que reciben una invitación para cada sesión y que tienen un espacio destinado para opinar en el momento en que las decisiones se están tomando. Actualmente contamos con un Comité consolidado y comprometido con el proceso. Hasta la fecha, el Órgano Ejecutivo ha sesionado seis veces y el Órgano Técnico, siete. Además, ambos Órganos han sesionado conjuntamente en tres sesiones plenarias. Sesiones del Órgano Ejecutivo: –9 de julio de 2004, San Carlos, Son. –6 de agosto de 2004, Ensenada, B.C. –30 de septiembre y 1º de octubre de 2004, La Paz, B.C.S. –17 y 18 de marzo de 2005, La Paz, B.C.S. –9 de diciembre de 2005, Hermosillo, Son. –29 de mayo de 2006, La Paz, B.C.S. Sesiones del Órgano Técnico: –5 y 6 de noviembre de 2004, Nuevo Vallarta, Nay. –9 y 10 de diciembre de 2004, Mazatlán, Sin. –14 de abril de 2005, Tijuana, B.C. –5 y 6 de septiembre de 2005, Hermosillo, Son. –27 y 28 de octubre de 2005, Mazatlán, Sin. –17 y 18 de noviembre de 2005, La Paz, B.C.S. –4,5 y 6 de abril, La Paz, B.C.S. Sesiones Plenarias: –10 de diciembre de 2004, Mazatlán, Sinaloa –7 de septiembre de 2005, Hermosillo, Son.
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Como su tarea principal, el coem-gc, en sus dos órganos, ha trabajado en la formulación del Programa del Ordenamiento Ecológico Marino. La formulación incluye la elaboración de un estudio técnico que consta de cuatro etapas: caracterización, diagnóstico, pronóstico y propuesta. Durante la caracterización se describen los componentes natural y socioeconómico del área de estudio, así como los intereses sectoriales, identificados a través de mecanismos de participación social corresponsable o talleres sectoriales. Con base en esta información, en el diagnóstico se identifican los conflictos ambientales generados principalmente cuando los sectores compiten por los mismos recursos naturales o por el mismo espacio. Asimismo, en esta etapa se identifican aquellas áreas que se deberán preservar, conservar, proteger o restaurar, debido a que sus características naturales resultan estratégicas para el mantenimiento de las actividades productivas, la conservación de los ecosistemas y la biodiversidad y el mantenimiento de los bienes y servicios ambientales. Posteriormente, en el pronóstico se examina cómo podrían evolucionar los conflictos identificados, considerando escenarios de acción y de no acción gubernamental. En la etapa de propuesta se generan los lineamientos y las estrategias del programa de ordenamiento ecológico marino, a través de las cuales se establecen las bases de acción y coordinación entre las dependencias del gobierno federal y los cinco estados para atender conjuntamente los conflictos ambientales en el Golfo de California. Conforme el proceso de planeación participativa avanzó en complejidad, y considerando las demandas del propio Reglamento, fue evidente que los mecanismos de participación social debían ampliarse y diversificarse en la búsqueda de incorporar de manera legítima los intereses y las necesidades de todos los sectores de la región. Los talleres sectoriales forman parte de estos mecanismos y tienen como objetivo recabar información sobre los intereses de cada sector. En estos talleres se involucró no sólo al representante regional que participa activamente en el Órgano Técnico del Comité, sino a otros representantes de los cinco estados para ampliar así el conocimiento sobre las necesidades del sector. Uno de los factores críticos para lograr una
El Reglamento de la lgeepa en materia de Ordenamiento Ecológico establece que a lo largo del proceso se deben establecer procedimientos e instrumentos que promuevan la participación social corresponsable, a través de mecanismos formales de participación pública.
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representación legítima del sector en los talleres sectoriales fue la capacidad de convocatoria del representante ante el ot. En este sentido merecen mención especial los talleres sectoriales del sector de la Pesca Industrial, la Pesca Ribereña y la Conservación. En los tres casos se logró una asistencia que reflejaba con mucha precisión la diversidad del sector en la región. Los casos de acuacultura y turismo fueron diferentes y esto tiene explicación en la naturaleza de los sectores, es decir, son sectores poco cohesionados y mucho más diversos al interior. Con la información obtenida en los talleres sectoriales se establece la aptitud del área de estudio, a partir de relacionar las características del ambiente marino-costero con las atributos ambientales que reflejan las necesidades del sector. Así, los mapas de aptitud reflejan aquellas áreas del Golfo de California propicias para el desarrollo de las actividades sectoriales. En este contexto, la aptitud del Golfo de California no se determina únicamente considerando las características ambientales del área sino también las necesidades, los intereses y las capacidades de los actores sociales. Los talleres sectoriales tuvieron lugar entre mayo y agosto de 2005: Sector
Sede
Fecha
Pesca Industrial Acuacultura
Mazatlán, Sin. La Paz, B.C.S.
12 y 13 de mayo 2005 16 y 17 de mayo, 2005
Conservación
La Paz, B.C.S.
2 y 3 de junio, 2005
Pesca Ribereña
Los Mochis, Sin.
11 y 12 de agosto, 2005
Turismo
La Paz, B.C.S.
18 y 19 de agosto, 2005
Un sector que merece mención especial es el de los pueblos indígenas, su integración en el ordenamiento marino fue una de las demandas que la sociedad hizo a la semarnat durante la etapa de conformación del coem-gc y esta íntimamente relacionada con un precepto de equidad. Los pueblos indígenas no representan una sola actividad o interés. Si bien están mayoritariamente ligados a la pesca ribereña, sus intereses se extienden también al turismo y a la conservación. Por la escala a la que se está desarrollando el estudio, la información referente a los intereses y necesidades de los pueblos indígenas no podía ser expresada cartográficamente. Así,
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se optó por dejarla plasmada de manera descriptiva en el estudio técnico y utilizarla en el diseño de lineamientos y estrategias del programa de ordenamiento ecológico. El incluir a los Pueblos Indígenas como un sector de este proceso originó al interior del equipo de la semarnat cuestionamientos en torno a la representatividad. En un inicio la representación de este sector se dio con la participación de un miembro del Pueblo Jiakim-Yaqui. Sin embargo, conscientes de la diversidad indígena que existe en la región, la semarnat decidió trabajar de manera conjunta con la Comisión Nacional para el Desarrollo de Pueblos Indígenas (cdi) para establecer una estrategia de participación más representativa. Así, de manera conjunta con la cdi y con representantes de los pueblos Comca’ac-Seris, Jiakim-Yaquis, Yoreme-Mayos, Cuapaá-Cucapás y Wixarika-Huicholes, se diseñó la Comisión para la Participación de los Pueblos Indígenas en el Ordenamiento Ecológico Marino del Golfo de California. El objetivo de esta comisión es capturar la diversidad de los pueblos indígenas de la región que realizan alguna actividad en el espacio marino del Golfo de California. La intención es contar con un espacio de discusión permanente donde se puedan discutir la variedad de problemas y necesidades en torno al uso y protección de los recursos naturales de los cinco pueblos. En un ordenamiento ecológico marino que involucra la totalidad de la extensión del Golfo de California los procesos participativos deben diversificarse y extenderse lo más posible. Es imposible involucrar en el proceso a todos y cada uno de los individuos que forman sectores en la región. Sin embargo, esto no significa que el gobierno federal no tenga la responsabilidad de proveer canales accesibles para que cualquier ciudadano interesado en participar pueda hacerlo. Por ello existe el comité como instancia plural y participativa. Para ello se realizaron los talleres sectoriales con una convocatoria dirigida directamente por los representantes sectoriales en el coem-gc y por ello, de manera adicional, se organizaron dos consultas públicas masivas, una para la etapa de caracterización y otra para la propuesta de programa. Así, los resultados de ambas etapas debieron ser sometidos a un proceso de escrutinio social durante 60 días hábiles. Es decir, ambos documentos se ponen a disposición para que puedan ser revisados por la sociedad en general, dando la opción de que cualquier interesado pueda emitir su opinión. Posteriormente, el coem-gc tiene la obli-
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gación de integrar aquellas observaciones que enriquezcan los documentos, o bien, presentar la justificación técnica o jurídica en caso de no considerar una opinión. En el caso de la consulta de la caracterización, del 23 de septiembre al 19 de diciembre de 2005 el documento estuvo disponible para su consulta en la página electrónica de la semarnat, así como en 25 centros receptores ubicados en los cinco estados y en el Distrito Federal. ¿Por qué someter la caracterización, intermedia en el proceso y netamente técnica, a un proceso de consulta pública? Esta fue una pregunta que el equipo de la semarnat se hizo varias veces antes de tomar una postura ante el coemgc. Si bien el reglamento es explícito en cuanto a la consulta de la propuesta, deja el camino abierto en lo que respecta a la de caracterización. En el caso del Golfo de California se optó por realizar ambas consultas, éste era el camino lógico a seguir después de tener el antecedente de dos procesos fallidos. La apertura al escrutinio social deriva en construcción de confianza ya que permite que el producto sea generado desde su base por el gobierno y la sociedad. En retrospectiva, podemos decir que la consulta de la caracterización cumplió cuatro objetivos: permitió mostrar con transparencia y claridad la información disponible con la cual se tomarían decisiones a lo largo del proceso, identificar fuentes alternativas de información que el ot no había identificado, identificar carencias de información que debían ser atendidas y empezar a familiarizar a la región con este tipo de procesos. Al finalizar la consulta, se recibieron quince opiniones. Para la segunda consulta pública, el coem-gc decidió aumentar la difusión. Finalmente, a diferencia de la primera, en la segunda consulta pública se trataba de revisar un programa de gobierno con acciones y responsables explícitos donde la ciudadanía pudiera sentir de manera más cercana las repercusiones de éste en su vida cotidiana. La segunda consulta pública tuvo lugar del 19 de junio al 11 de septiembre de 2006.
3. El Programa de Ordenamiento Ecológico Marino A raíz de la publicación del Reglamento de la lgeepa en materia de Ordenamiento Ecológico, este instrumento debe desarrollarse como un proceso.
Decir en este punto si fue un número bajo o alto es complicado pues no existe un punto de referencia en la región para comparar.
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Debe instaurarse como un foro constante de discusión, de encuentros y desencuentros entre actores sociales con injerencia en el uso y conservación de los bienes y servicios ambientales, un foro en el que, en un marco de equidad, alcancemos una gobernabilidad ambiental democrática y plena a través de la participación social y de un uso de la mejor información técnica y científica disponible. De tal forma, en esta primera etapa del oem-gc el Comité se centró en generar y validar las bases técnicas que dieron lugar al Programa de oem-gc y a su decreto. Así, se identificó la información de cobertura regional disponible y que cubriera los requisitos señalados por el ot. Dicha información resultó limitada, tanto en el número de capas base como en la especificidad de la información. Sin embargo, con esta base de datos en el trabajo del coem-gc, y con la información de cinco talleres sectoriales, se obtuvo un primer análisis regional sobre la distribución general de las aptitudes sectoriales. A partir de este análisis se definieron zonas donde coincide una aptitud para más de dos sectores y que por lo tanto presentan probabilidades altas de interacción que pueden generar conflictos ambientales, ya sea por competencia en el uso de un recurso o porque la forma en que se está desarrollando la actividad de un sector está afectando directa o indirectamente los recursos que utiliza otro. Los análisis de aptitud por sector nos ayudan a la identificación de prioridades de atención de conflictos y de investigación en la región, lo cual es un avance significativo en una región que carecía de un esquema de planeación ambiental consensado entre la sociedad y los órdenes de gobierno. Sin embargo, se reconoce que la información de la caracterización únicamente indica la distribución de los atributos identificados como prioritarios por los sectores como ausencia o presencia de dichos atributos. Es decir, no contamos con información diferencial del estado de los recursos a nivel regional que nos permita diferenciar territorialmente acciones en esta etapa del proceso. Por esto se han planteado acciones generales encaminadas a disminuir los conflictos en el contexto regional, descritas a continuación: 1) Acciones para la integración de criterios de sustentabilidad en el desarrollo de las actividades sectoriales para evitar el deterioro de los atributos ambientales que limitan la continuidad de las actividades productivas. 2) Acciones dirigidas a la conservación de especies y hábitats críticos para
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el desarrollo sustentable en la región. 3) Acciones de planeación e investigación que se requieren realizar en una segunda etapa del proceso que permitirán generar los elementos necesarios para el diseño e implementación de estrategias más particulares para la atención y prevención de los conflictos particulares con énfasis en las zonas y atributos identificados como prioritarios en esta primera etapa. Consecuentemente, considerando el nivel de generalidad de las acciones planteadas, éstas se aplicarán en todas las uga. En aquellas acciones que se relacionan con atributos que tienen una distribución identificada y diferenciada regionalmente se especificarán las uga en las cuales es prioritaria su aplicación. Si bien cuando a esta escala no se pueden definir zonas “exclusivas” para sectores —en otras palabras, no se cuenta con información para atender los conflictos ambientales mediante la segregación de actividades—, sí se identificaron las causas de los principales conflictos ambientales, los cuales se pueden atender mediante las acciones que promuevan actividades de aprovechamiento sustentable y que se presentan en la propuesta de Programa de oem-gc. Por otro lado, las bases técnicas de este programa permiten analizar fenómenos aparentemente locales pero que pueden generar impactos y tendencias regionales. Lo anterior se logra al examinar las tendencias de presión, fragilidad y vulnerabilidad regionales. La presión marina general incluye dos componentes, la presión que generan en el medio marino los sectores de pesca industrial, pesca ribereña y turismo (medida a partir de su aptitud), así como la presión que se genera desde la tierra hacia el mar, medida por los cambios de uso de suelo y los cambios en el crecimiento y la densidad poblacional. El análisis regional de presión nos permite identificar áreas con valores altos, medios y bajos de presión. Los valores altos se concentran, fundamentalmente, en la costa sur de Sonora, Sinaloa y Nayarit. Esto responde a tres factores: 1) fuertes modificaciones en la vegetación natural para el establecimiento de zonas de agricultura, zonas urbanas y desarrollos acuícolas en Sonora y Sinaloa, 2) la alta densidad poblacional de Sinaloa con respecto al resto de la región y 3) a la presencia de las zonas de mayor aptitud para la pesca de camarón, tanto industrial como ribereña.
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En términos de planeación ambiental, estas tendencias regionales indican que en las zonas con valores bajos y medios de presión se deberá privilegiar un enfoque preventivo que permita mantener los niveles de presión actuales. Por otro lado, en aquellas zonas con niveles de presión alto, el enfoque de acción deberá ser correctivo, es decir, tendiente a revertir las tendencias de presión a través de medidas de restauración y del establecimiento de capacidades de carga de los ecosistemas que permitan restringir las actividades a niveles de sustentabilidad en el corto, mediano y largo plazo. De manera complementaria al análisis de presión, la fragilidad nos permite identificar aquellas zonas que en un contexto regional resultan críticas para la conservación de las especies, los ecosistemas, los bienes y servicios ambientales así como de los recursos naturales importantes para el mantenimiento y desarrollo de actividades productivas. Retomando las particularidades de la información utilizada en esta etapa del proceso de oem-gc, la fragilidad se basa en la presencia o ausencia de atributos ambientales identificados durante la etapa de caracterización; sin embargo, en etapas posteriores este índice podrá ser ampliado y refinado, razón por la cual las acciones enfocadas a la investigación tienen evidente importancia. Actualmente el análisis de fragilidad está constituido por las siguientes variables: 1) Biodiversidad; 2) Aves; 3) Especies con estatus: vaquita, totoaba, tortugas, ballena azul, ballena jorobada, delfín nariz de botella, pepino de mar, tiburón ballena, tiburón blanco y tiburón peregrino; 4) Concentración de pigmentos; 5) Especies algas endémicas; 6) Mangle, y 7) Bahías y lagunas costeras. El análisis regional de fragilidad nos permite identificar áreas con valores altos, medios y bajos. Los valores altos se concentran en tres grandes zonas: 1. Alto Golfo de California y región de las Grandes Islas, por la presencia de especies endémicas y en riesgo de la región —vaquita (Phocoena sinus) y la totoaba (Cynoscion macdonaldi)—, así como de ecosistemas prioritarios tales como islas y bahías (destacan Bahía de Los Ángeles y Bahía Kino) y finalmente los sistemas asociados al delta del río Colorado. Consecuentemente, esta zona es una de las más importantes para la actividad pesquera en el gc. 2. Región Costera Los Cabos-Bahía Concepción, por la presencia de ecosistemas prioritarios tales como islas y bahías (destacan San José, La Paz,
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Loreto, Concepción) así como de sistemas de arrecifes coralinos y rocosos. Consecuentemente, es una zona estratégica para el turismo, con un fuerte impulso en la zona de Los Cabos, La Paz y Loreto, y para la pesca ribereña que se realiza con mayor impulso en la parte norte de esta zona. 3. Región Costera Norte Sinaloa-Sur de Sonora, por la presencia de la mayor concentración de sistemas lagunares del gc más importantes y una zona estratégica para la acuicultura de camarón, la pesca industrial y ribereña, la agricultura, el turismo y el desarrollo urbano. En términos de planeación ambiental, estas tendencias regionales indican que la conservación de las zonas con valores de fragilidad altos es estratégica para el mantenimiento y desarrollo de las actividades productivas en la región. Su protección integral requiere de la acción coordinada del gobierno y la sociedad. Ésta deberá reflejarse en la realización de estudios a mayor detalle, implementación de buenas prácticas en las actividades productivas, así como la realización de prospecciones que indiquen los sitios de mayor aptitud sectorial con el mínimo impacto ambiental. Como se mencionó con anterioridad, las acciones derivadas del análisis de conflictos ambientales y de los análisis de presión y fragilidad serán de aplicación general en todas las Unidades de Gestión Ambiental, las costeras (ugc) y las oceánicas (ugo), y con atención en aquéllas donde la información con la que contamos nos permita hacer énfasis. Por otro lado, ambos elementos darán un marco de referencia para la aplicación de otros instrumentos de gestión ambiental tales como las manifestaciones de impacto ambiental, la operación o generación de áreas naturales protegidas o de los instrumentos derivados de la Ley General de Vida Silvestre. Adicionalmente, el análisis de vulnerabilidad identifica las áreas con valores altos de fragilidad y de presión. Esta identificación genera un marco de acción gubernamental, es decir identifica aquellas áreas cuya atención debe priorizarse. Así, se cuenta con dos aproximaciones, una que identifica las zonas de interés prioritario a nivel regional (zip-g) y aquellas prioritarias a nivel estatal (zip-e). De esta manera contamos con una guía de acción que se ajusta a las necesidades y responsabilidades tanto del gobierno federal como del estatal. A partir del análisis de vulnerabilidad se definieron cinco clases de prioridad para la atención a nivel regional. De esta manera, las unidades con
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prioridad más alta son aquellas que conjuntan los mayores niveles de fragilidad asociados a los mayores niveles de presión, generada tanto por los sectores que desarrollan actividades en el área marina, como por las actividades que se desarrollan en la zona de influencia terrestre. De manera consistente con las acciones planteadas en este programa, el reconocimiento de las unidades de gestión ambiental con mayor prioridad no sólo nos indican qué zonas requieren de atención inmediata por su vulnerabilidad a nivel regional, sino que nos dan la pauta para realizar estudios de mayor detalle, que permitan un análisis de los problemas a una escala más fina y que apoyen la toma de decisiones de las autoridades en materia de gestión, así como la definición de estrategias de atención más específicas. El resultado identifica cuatro unidades de gestión ambiental costeras de interés prioritario a nivel regional, que presentan una fragilidad muy alta y niveles muy altos de presión: ugc 10: Guaymas-Sonora Sur ugc 11: Sinaloa Norte ugc 12: Sinaloa Centro-Culiacán ugc 14: Nayarit Norte En términos de guiar la planeación territorial a mayor detalle a nivel estatal el resultado arroja que las unidades de gestión ambiental con nivel de prioridad 1 por estado son: Estado
ugc
Baja California Sur
1 Los Cabos-La Paz
Baja California
5 San Luis Gonzaga-San Felipe Sur 6 Reserva del Alto Golfo
Sonora
6 Reserva del Alto Golfo; 8 Puerto Libertad-Tiburón Norte 10 Guaymas-Sonora Sur
Sinaloa
11 Sinaloa Norte y 12 Sinaloa Centro-Culiacán
Nayarit
14 Nayarit Norte
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Así, vemos que el hecho de contar con unidades de gestión ambiental permite priorizar de manera espacialmente explícita la acción del gobierno federal y estatal considerando las tendencias regionales de conflictos sectoriales, presión y fragilidad. Finalmente se puede afirmar que con el fin de ejercer una política efectiva de atención a los problemas ambientales del Golfo de California el proceso de ordenamiento ecológico marino deberá continuar reivindicando una aproximación regional que en pasos subsiguientes podrá ser enriquecida y por tanto mejorada. Al concluir el segundo proceso de consulta pública, todo estará listo para decretar el Programa del Ordenamiento Ecológico Marino del Golfo de California. A través de este decreto se fijan las metas a alcanzar a mediano y largo plazo, así como los compromisos establecidos por las autoridades federales y estatales para atender los conflictos ambientales del Golfo de California. Con ello, sociedad y gobierno contarán con los elementos formales para dar seguimiento a las acciones comprometidas a través de una instancia permanente que se verá institucional y legalmente fortalecida con la concreción de un programa en decreto: el Comité de Ordenamiento Ecológico Marino del Golfo de California. El alcanzar el decreto antes de la finalización de 2006 colaborará de manera crítica en la continuidad de este proceso ante el cambio de gobierno federal. Dichos compromisos estarán expresados en forma de estrategias ecológicas, las cuales contendrán disposiciones en cuatro ejes principales de acuerdo a las acciones generales descritas anteriormente: agendas de investigación, alineación de objetivos y programas gubernamentales, acuerdos de inversión federal y estatal, e identificación de zonas que requieran estudios de mayor detalle. El Comité, como instancia responsable de dar seguimiento al cumplimiento de las estrategias y lineamientos ecológicos, así como de promover la participación justa y equitativa de los sectores de la sociedad a lo largo del proceso, seguirá reuniéndose periódicamente una vez decretado el programa. El ordenamiento ecológico al concebirse como un proceso de planeación adaptativo, debe ser capaz de generar, ejecutar, evaluar y, en caso necesario, modificar sus estrategias (Semarnat, 2003). Ello le confiere la flexibilidad necesaria para adecuarse a los cambios del entorno natural, social y económi-
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co. Sin embargo, el punto crítico de este ciclo es que estas modificaciones no podrán realizarse de manera arbitraria, sino que siempre tendrán que estar técnicamente fundamentadas y encaminadas a mejorar el balance entre las actividades productivas y la protección del ambiente. En el marco del arreglo institucional en México, el decreto de un ordenamiento ecológico no genera nuevas atribuciones ni una distribución de competencias distinta a la establecida en las diversas disposiciones legales. Simplemente las alinea en una visión compartida e informada de lo que debe ocurrir en el territorio y la forma en que los sectores pueden hacer uso de él. Esto adicionalmente da certeza a la inversión al establecer las reglas del juego y los lineamientos y regulaciones a las que habrán de sujetarse las diversas actividades que se realicen el territorio (Semarnat, 2006 a).
4. Los pasos a seguir Probablemente la lección más importante después de dos años de impulsar el ordenamiento ecológico marino en la región sea que lo único que no puede faltar es el optimismo. Sin embargo, si bien el ordenamiento ecológico tiene gran potencialidad para la gestión sustentable del uso de los recursos marinos, también presenta algunas limitantes para su efectiva instrumentación. Estas pueden deberse al escaso tiempo de haberse instituido como un proceso, así como a otros aspectos de índole técnico, social, político y económico (Semarnat, 2006 a). Aún hay camino por andar en la formulación de las preguntas orientadoras que permitan discernir la información pertinente, así como la forma en que ésta se debe manejar para obtener el sustento necesario en la toma de decisiones. Como sociedad, nos sigue siendo difícil discernir el proceso metodológico de las políticas, lineamientos y criterios de regulación que en última instancia generan un programa de gobierno. Las limitantes sociales tienen su mayor expresión en los procesos de participación social que requiere la formulación de un ordenamiento. El punto crítico aquí es la representatividad, o bien su carencia, que puede cuestionar severamente todo el proceso de planeación ambiental. Alcanzar un nivel de legitimidad en la sociedad nos confronta con una realidad compleja. Esto se debe principalmente a las grandes diferencias que existen entre los sectores
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sociales en cuanto a organización, peso político y capacidad de movilización. Como consecuencia, es común observar sectores que en los procesos de participación pública están sobre-representados o sub-representados. Este hecho puede incidir en la orientación que se le dé a un programa en términos de los intereses particulares de un sector, lo cual puede propiciar desequilibrios en la atención equitativa de los diversos sectores sociales y por tanto en los límites impuestos a sus actividades (Semarnat, 2006). Cuando el factor político propicia un sesgo en las definiciones que se toman durante la formulación de un ordenamiento ecológico, es cuando éste se materializa en una limitante. Ello puede ocurrir cuando priva en los altos niveles de gobierno una idea de desarrollo que prevalece de manera no equitativa sobre otras por una concepción propia del estado político o por presiones de grupos de poder. Esta limitante resulta grave cuando el sesgo hacia un sector se contrapone a la tolerancia, la capacidad de carga y de regeneración del medio ambiente, por un lado, y por otro en la medida en que disminuya o anule otro tipo de utilización del territorio que es más compatible con la aptitud de éste (Semarnat, 2006 a). Al formular una propuesta de ordenamiento no se parte desde una situación de neutralidad, ni de equidad entre los sectores, y es precisamente aquí, en donde el ordenamiento ecológico jugará un papel de arbitraje en la resolución de los conflictos presentes entre ellos. El fiel de la balanza serán los análisis de aptitud sectoriales, y demás información que nos indique el grado de fragilidad, vulnerabilidad e importancia ecológica de la zona, en tal medida que con esta información pueda establecerse un mecanismo de mediación que lleve a encontrar el mejor arreglo espacial para las diferentes actividades sectoriales, con el menor conflicto y perjuicio ambiental. Otra vez, esto podrá alcanzarse en la medida en que los ordenamientos ecológicos se instrumenten como procesos permanentes de generación de información, diálogo y participación, a través de sus comités, y no como estudios técnicos que pretendan controlar el desarrollo con base en una fotografía estática del territorio (Semarnat, 2006 a). Las lecciones aprendidas de este proceso demuestran que no es simplemente un lugar común decir que la complejidad del medio marino se manifiesta por las tres dimensiones propias del océano. Lo anterior, si consideramos que en el océano no hay una actividad llevándose a cabo en un pun-
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to determinado, si no un conjunto de ellas teniendo lugar en una “columna” de puntos. Una cuestión punzante derivada de esta experiencia y que aún debemos resolver es que la segregación de actividades incompatibles para la disminución de conflictos puede no ser el enfoque óptimo para un ordenamiento marino regional. La actividad que hasta ahora genera mayor presión en el medio marino, la pesca, se congrega en lugares históricamente utilizados por los usuarios, evidentemente donde se combinan la facilidad de acceso y la presencia del recurso. Sin embargo, la reubicación de zonas de pesca presenta dificultades técnicas y sociales que no se comparan con las de otros sectores productivos. En este sentido, es muy probable que un esquema de este tipo se deba centrar en la instrumentación de mejores prácticas más que en la segregación de actividades incompatibles ya que ésta tendrá una mejor implementación en esquemas locales (Semarnat, 2006 a). El camino a seguir en el futuro se presenta en tres vías. En primer lugar, avanzar hacia la consolidación del ordenamiento ecológico como un proceso de planeación. Alejarse de la ficción de que un ordenamiento ecológico empieza y termina con un estudio técnico que determina para un momento en el tiempo, la “vocación” del territorio. De esta manera, el oem-gc debe aspirar a constituirse en el instrumento de planeación maestro que compatibilice las visiones sectoriales al interior del gobierno y de la sociedad, y que engarce los instrumentos de gestión ambiental, económica y social. En segundo lugar, sin lugar a duda, aumentar los esfuerzos de capacitación. Si bien el reglamento indica claramente la obligatoriedad de ejecutar procedimientos técnicos y rigurosos, las capacidades de los funcionarios y la oferta de las instituciones académicas continúan siendo fuertes limitantes para el desarrollo de este instrumento. Se debe aspirar a que éste incorpore en todas sus variedades herramientas y técnicas de vanguardia. En particular la incorporación de términos funcionales como capacidad de carga, umbrales y relaciones funcionales, entre otros. En tercer lugar, la promoción de una cultura de participación social que contribuya al logro de procesos representativos, equitativos y justos es la tercera vía prioritaria que se tendrán que andar para el fortalecimiento del ordenamiento ecológico (Semarnat, 2006 a). Los mecanismos de información acompañan de manera inevitable a la participación social. En este sentido se ha avanzado en la conceptualización
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del mecanismo de transparencia y rendición de cuentas: la bitácora ambiental (Semarnat, 2003). Consagrada en el Reglamento y actualmente en operación para el Golfo de California, la bitácora ambiental deberá seguir siendo fortalecida por su impacto en las acciones de evaluación y seguimiento, sin las cuales difícilmente alcanzaremos la constitución del oem-gc como un proceso de planeación ambiental transparente, sistemático y participativo. ¿Del conflicto al consenso? Sí. Creemos que en dos años de gestión intensa en la región el ordenamiento ecológico ha colaborado en el acercamiento entre sectores en la búsqueda de una visión común que reconozca la diversidad y la pluralidad. El éxito de este proceso dependerá de la capacidad y voluntad de los sectores para continuar con el trabajo del comité, fortaleciendo la legitimidad de este proceso y logrando que éste se mejore y se traduzca en varios procesos locales, congruentes con una realidad regional. La evaluación completa de este proceso tendrá que darse con los relatos de otros sectores, el éxito será la suma de recuentos positivos y en última (y tal vez mas importante) instancia, la salud sostenida del Golfo de California.
Epílogo Cuando terminamos de escribir este capítulo, la segunda consulta pública —de la Propuesta— estaba por comenzar. Durante los 60 días hábiles de su duración realizamos cinco foros de presentación de la propuesta con asistencias altas (alrededor de cien asistentes) en todos los casos. En estos foros, fue el coem-gc, encabezado por la semarnat, el encargado de presentar la propuesta a la sociedad en general. Con ello, por primera vez en la región gobierno y representantes de sectores productivos y sociales ofrecieron, para su escrutinio, un producto consensuado de una visión compartida de desarrollo sustentable para el Golfo de California. Un producto que en el reconocimiento de las diferencias y de la diversidad alcanzó su legitimidad social. Posterior a la consulta pública y una vez integrados los comentarios y opiniones, la semarnat presentó el producto final a la Comisión Federal para la Mejora Regulatoria (cofemer). En su dictamen final, la cofemer autorizó la publicación del Programa de Ordenamiento Ecológico Marino del Golfo de California (poem-gc) considerando que el proceso que llevó a su creación
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cumplía con las condiciones legales de transparencia y participación necesarias en un proceso regulatorio, y que los costos de su implementación eran deseables dados los beneficios para la sociedad derivados de ésta. El 29 de noviembre de 2006 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Decreto Presidencial Aprobatorio del poem-gc y el 15 de diciembre del mismo año se publicó, también en el dof, el Acuerdo Secretarial para la expedición del poem-gc. Al haber sido decretado por el Titular del Ejecutivo, este programa se vuelve un instrumento de observancia obligatoria para el Ejecutivo Federal, de tal manera que sus disposiciones deberán expresarse en el actuar de todas las secretarías con injerencia en el patrón de ocupación del territorio marino del Golfo de California. Con esto, dicho instrumento de planeación trasciende del ámbito sectorial ambiental para convertirse en un instrumento de planeación transversal. Evidentemente, el hecho de haber logrado el decreto a finales de la administración federal saliente implicaba retos para la continuidad del proceso. Por razones que no se analizan en esta contribución, el ordenamiento ecológico del territorio se incluyó como uno de los ejes estratégicos del gobierno entrante de Felipe Calderón. El 21 de febrero de 2007 el Presidente Calderón anunció, en Mazatlán, Sin., la Estrategia Nacional para el Ordenamiento Ecológico en Mares y Costas. En este documento se reconoce la necesidad de actuar integralmente en las costas y mares mexicanos reconociendo la convergencia de facultades y atribuciones gubernamentales, el potencial de desarrollo y la necesidad de proteger los recursos naturales (Semarnat, 2007). Una de las regiones prioritarias para esta Estrategia es el Golfo de California. Así, no sólo se reconoce la necesidad de continuar con la implementación del poem-gc sino además el potencial de aplicar este proceso en el resto de los mares mexicanos. El mayor reto a futuro consistirá en consolidar al coem-gc como el espacio de gobernabilidad regional ambiental desde donde se le dé seguimiento al cumplimiento del poem-gc. Para ello, desde los tres niveles de gobierno se debe fomentar la integralidad y la transversalidad de las políticas públicas y, en paralelo, continuar el impulso de la participación crítica, informada y oportuna de los sectores de la sociedad. El decreto regional debe servir para originar decretos locales que integren el ámbito costero y marino en escalas de mayor resolución. Pero sobre todo, se debe privilegiar el dialogo intenso
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e informado que permita fortalecer los cimientos de una naciente visión común del Golfo de California que queremos dejar a las generaciones futuras.
Documentos consultados Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, 2003. Versión comentada del Reglamento de Ordenamiento Ecológico. ————2006 a. La gestión ambiental en México. ————2006 b. Ordenamiento Ecológico Marino del Golfo de California. ————2007. Estrategia Nacional para el Ordenamiento Ecológico del Territorio en Mares y Costas.
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Del saqueo a la conservación
Capítulo 13. Diagnóstico agro-ambiental de Baja California Sur
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Capítulo 13
Diagnóstico agro-ambiental de Baja California Sur: estado actual y alternativas para el desarrollo agropecuario sostenible Enrique Troyo Diéguez, Alejandra Nieto Garibay, José Luis García Hernández, Bernardo Murillo Amador y Micheline Cariño
L
a sociedad de un país o región que se propone diversificar su agricultura con el fin de producir alimentos para sus habitantes debe obrar de manera racional, integrando la planeación y administración con el fomento adecuado y el uso sustentable de sus áreas forestales y tierras agrícolas. Una agricultura sólida y variada, una nutrición adecuada y una silvicultura efectiva, son todos componentes del problema substancial que debe resolverse para mejorar el bienestar humano. En el contexto del desarrollo agropecuario, la tecnología en la agricultura es una combinación e interacción de conocimiento sobre el material genético, procesos, equipos e insumos que permiten el resultado de características particulares pre-especificadas. Según el estado actual del conocimiento demográfico es posible pronosticar que la población mundial se duplicará en los próximos 50 años. En el caso sudcaliforniano la tendencia es similar o superior. A esto se aúnan los diversos problemas locales —producto de la circunstancia geográfica y procesos económicos [551]
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propios— como la escasez de agua, la deforestación y el ensalitramiento de los suelos. Bajo estas consideraciones, es imperativo que se desarrolle una tecnología de alto nivel compatible con el ambiente para la producción sostenible de alimentos y un diseño y aplicación inmediata de medidas de mitigación y restauración de estos recursos naturales.
1. Contexto geo-climático de Baja California Sur Baja California Sur se caracteriza principalmente por tener un clima muy seco semicálido y muy seco y muy cálido y cálido que corresponden al 91.63 por ciento de la superficie estatal; así mismo, cuenta con clima subhúmedo, con lluvias en el verano, en la zona de la Sierra de la Laguna. La temperatura máxima sobrepasa los 40°C en verano y la mínima, menos de 0°C en invierno, principalmente en el norte del estado; sólo en la región de Los Cabos el clima es cálido subhúmedo, influido por los ciclones; la temperatura media anual es de 23.9°C. El carácter de la precipitación en las zonas áridas está marcado por su irregular distribución tanto espacial como temporal; normalmente se presenta en el verano en forma torrencial, de alta intensidad y corta duración, debido a celdas convectivas muy localizadas, en radios de 10-50 km, mientras que en el invierno las lluvias ocurren en forma intermitente, en forma de lloviznas ligeras de mayor duración, que pueden ser localizadas o bien abarcar una zona más amplia. Este carácter intermitente de la lluvia hace que las lluvias de invierno sean más efectivas para el crecimiento de las plantas en el desierto. La dotación anual de agua para uso agrícola asciende a la cantidad de 277.9 millones de metros cúbicos; correspondiendo al Valle de Santo Domingo 170 millones de metros cúbicos, que representa el 61 por ciento de la dotación total de la entidad. De hecho, en el Valle de Santo Domingo se ha registrado una sobreexplotación superior al 90 por ciento, estabilizada a partir del año agrícola 2001, logrando su equilibrio para el año 2004 con extracción de 167.2 millones de metros cúbicos.
Troyo-Diéguez et al., 1990. Mercado-Mancera, 2006. Nicholson, 1999. Troyo-Diéguez, 2002.
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2. Caracterización socioeconómica del sector agropecuario No obstante la naturaleza agreste y árida de Baja California Sur, las condiciones de aislamiento geográfico y de sanidad del medio ambiente son ventajas comparativas de suma importancia con respecto a la región y el país, y representan ventanas de oportunidad comercial en el mercado nacional e internacional. Baja California Sur cuenta con áreas subtropicales, semiáridas y extremadamente áridas y tiene una superficie con potencial agropecuario de 7’163,082 ha. La superficie que corresponde a la propiedad social, exclusivamente a los ejidos, asciende a 5’375,759, equivalente al 75 por ciento de la superficie agropecuaria total. De ésta solamente el 0.4 por ciento se encuentra parcelada y el restante 99.6 por ciento se encuentra sin parcela o sin cultivar. A su vez, 5’353,080 de hectáreas se componen en un 84 por ciento de tierras de uso común, en tanto que 16 por ciento son explotadas colectivamente. La superficie de propiedad privada (incluida la de tipo colonia) es de 1’354,968 ha y corresponde al 19.0 por ciento de la superficie agropecuaria total. En el estado existen 432,355 ha de propiedad pública que representan el 6 por ciento del total. En las unidades de producción rural y urbana, así como en las fincas y rancherías con actividad agropecuaria, se produce parte de los alimentos que la población requiere y se generan también las materias primas utilizadas por las diferentes ramas de la producción industrial. En la entidad existen 16,222 unidades de producción, de éstas, 7,342 (45.3 por ciento) son rurales, ya que se caracterizan por disponer de tierras para el desarrollo de sus actividades y 275 (1.7 por ciento) son unidades de producción urbanas, que sólo cuentan con patio-corral para el desarrollo de su actividad agropecuaria. Del total de unidades de producción rural que existen en el estado, 4,920 unidades (67.0 por ciento) realizan actividades agropecuarias o forestales y 2,422 unidades (33.0 por ciento) no realizan este tipo de actividad.
veccp, 2006. inegi, 2001. inegi, 1998; inegi, 2000; inegi, 2005.
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La superficie total que manejan las unidades de producción rural es de 2’713,485 ha, de las cuales el 73.5 por ciento (1’993,749 ha) corresponde a las unidades con actividad agropecuaria o forestal; ubicándose éstas principalmente en el Valle de Santo Domingo, El Vizcaíno, la Cuenca La Paz-El Carrizal, Los Planes, Todos Santos-Pescadero y San José del Cabo-SantiagoMiraflores. El 26.5 por ciento restante no tenían actividad agropecuaria al momento censal. Las unidades de producción rural con actividad agropecuaria o forestal que cuentan con mayor superficie se localizan en los municipios de La Paz y Mulegé. De la superficie que corresponde a las unidades de producción rural (2’713,485 ha) solamente 3.7 por ciento, equivalente a 99,230 ha, se dedica a la agricultura y, de ellas, sólo 35.8 por ciento (35,562 ha) se siembra en promedio. En el municipio de Comondú se concentra 73.6 por ciento (26,177 ha) de la superficie sembrada. En el otro extremo de la geografía del estado el municipio de Los Cabos contribuye con 3.5 por ciento de dicha superficie (inegi, 2001). La distribución entre la superficie de riego y la de temporal evidencia la aridez del estado: de la superficie dedicada a la agricultura (99,230 ha) 89.4 por ciento es de riego y 10.6 por ciento de temporal. El 69.5 por ciento de las unidades de producción tiene sólo tierras de riego, 9.3 por ciento sólo de temporal y 21.2 por ciento dispone de superficie en la que se combinan riego y temporal. La superficie promedio por unidad de producción rural con sólo superficie de riego es de 29.0 ha; en las que tienen sólo superficie de temporal, dicho promedio es de 27.1 ha, y 27.3 ha para las unidades que cuentan con superficie mixta. Aunado al acceso al recurso hídrico mediante el riego, a los ejidos en Baja California Sur también se les dotó de tecnología agrícola. De los 67 ejidos que cuentan con superficie destinada al cultivo, 62 (92.5 por ciento) utilizan al menos algún tipo de ésta. Las más comúnmente utilizadas son: fertilizantes químicos en 79.1 por ciento de los ejidos con superficie agrícola; plaguicidas y tractores 76.1 por ciento; asistencia técnica gratuita en 65.7 por ciento y semilla mejorada en 64.2 por ciento. Con menores porcentajes se tiene: asistencia técnica pagada (sólo en 20.9 por ciento de los ejidos), animales de trabajo (en 44.8 por ciento), fertilizantes orgánicos (en 47.8 por ciento) y ár
inegi, 2001; spde-bcs, 2005a; spde-bcs, 2005b. veccp, 2006.
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boles injertados (en 49.3 por ciento).10 Por otro lado y ante la débil estructura financiera de los distritos y unidades de riego en el estado, la difícil situación económica del país y la participación cada vez menor en los gastos por parte de los usuarios originó, hacia fines del siglo xx, el deterioro de la infraestructura de los distritos de riego y la disminución de la eficiencia en el servicio del mismo, que redundó en una considerable disminución de la producción, manifiesta en una menor extensión de las áreas cosechadas y el bajo rendimiento de los cultivos.11 En el contexto de los distritos y unidades de riego, el uso del tractor es un indicador importante del grado de mecanización del campo y por ello cabe destacar que tres de cada cuatro de los ejidos con superficie agrícola de la entidad los emplean. La Paz es el municipio donde un mayor número de ejidos con superficie agrícola utilizan tractor (17). El Censo Ejidal reporta también que existen en los ejidos de la entidad un total de 227 tractores en funcionamiento. El 56.4 por ciento de ellos se localizan en Comondú, 20.3 por ciento en La Paz, 16.3 por ciento en Mulegé y 7.0 por ciento en Los Cabos.12
3. Diagnóstico prospectivo para el desarrollo sostenible El principal problema que limita el desarrollo agropecuario de Baja California Sur es de tipo regional, que incluye necesariamente su naturaleza geográfica y climática, así como la lejanía de los principales mercados y proveedores. Lo anterior ocasiona que entre la gama de objetivos que se persiguen en el sector agropecuario, sobresalgan los de tipo interinstitucional (sagarpa, inifap, semarnap, cna, gobierno del estado) para la coordinación de esfuerzos y canalización de apoyos al sector, e incluye los aspectos prioritarios de escasez de agua y de la incidencia de plagas y enfermedades. La actual problemática, por tanto, demanda la implementación de programas eficientes de investigación de métodos de agricultura apropiada y de transferencia de tecnología compatible con el ambiente, mediante las debidas interacciones interinstitucionales, que conduzcan a un mejor uso de los recursos agua-suelo-planta en Baja California Sur, y a un control fitosanita10 inegi. 2001. 11 Palacios-Vélez et al., 2002. 12 inegi, 2001.
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rio oportuno y eficiente, considerando los aspectos ecológicos e hidro-ambientales.13 Las estrategias que se han planteado en los programas de apoyo agrícola, ganadero, al desarrollo rural y de transferencia de tecnología (Alianza para el Campo, Alianza Contigo) han considerado como primera prioridad la ejecución de un programa anual (corto plazo) de apoyo financiero (parcial), capacitación, validación y transferencia de tecnología, todo ello debiendo ser coordinado y promocionado por la Delegación de la sagarpa, de manera coordinada con el gobierno del estado y con las presidencias municipales.14 En este contexto, los programas y proyectos de transferencia de tecnología han sido operados por la Fundación Produce. No obstante la concepción e idea original para la funcionalidad de la mencionada Fundación, escasamente se ha podido lograr una vinculación de la misma con las instituciones de investigación y desarrollo tecnológico, por lo que los esfuerzos en materia de transferencia tecnológica no han cristalizado plenamente en los resultados esperados. Los resultados más importantes de los programas de investigación agrícola establecidos entre 1940 y 1950 se plasmaron en incrementos sustanciales en la productividad de algunos cultivos bajo condiciones de riego y acompañadas de un “paquete tecnológico” sentando las bases de la hoy conocida como “Revolución Verde”. En Baja California Sur, la investigación agrícola se ha venido realizando desde los años cincuenta, particularmente en el Valle de Santo Domingo, donde dicha actividad se ha orientado básicamente al algodón, trigo, sorgo, maíz y alfalfa, cultivos demandantes de agua, concretamente sobre las fechas de siembra, la prueba de variedades y niveles de fertilización.15 El entonces inia (Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas) hoy inifap (Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias) cuenta con edificios, terrenos y laboratorios tanto en La Paz como en Todos Santos y el Valle de Santo Domingo, B. C. S. En cuanto a la infraestructura disponible, parte de las instalaciones se han transferido a los agricultores. Una proporción importante de la investigación en algodón se orientó a estudios de adaptación, rendimiento y calidad de la fibra. Además, con la finali13 veccp, 2006. 14 Gobierno del Estado de B.C.S., 2006. 15 Troyo Diéguez et al., 2002.
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dad de controlar las plagas agrícolas y especialmente el gusano bellotero, la sarh (1976-1994, hoy sagarpa) instaló un centro reproductor al mejoramiento de variedades que permiten resistir la enfermedad conocida como “roya”. Por otro lado, desde la segunda mitad de los años setenta existe un especial énfasis en programas de investigación sobre productos hortícolas, frutales y forestales (como jojoba, sábila, ciruelo cimarrón y damiana).16 Para la consolidación socioeconómica de la agricultura en Baja California Sur se sugiere el fortalecimiento planificado de los siguientes rubros: (a) capitalización de las explotaciones agropecuarias con uso de suelo compatible, (b) expansión del cultivo protegido, (c) conservación y desarrollo de la agricultura orgánica, (d) incremento de la eficiencia económica de las unidades de producción rural, (e) revitalización y expansión del cultivo de frutales tradicionales y/o compatibles con la aptitud y el mercado, (f) transformación y modernización de la actividad pecuaria, atendiendo a la aptitud de las unidades de paisaje y su viabilidad económica, (g) ordenación y uso racional de los bosques y matorrales, (h) establecimientos de viveros de cactáceas y otras especies en peligro de extinción, (i) protección y aprovechamiento racional de los recursos hídricos, (j) fomento del cultivo de especies acuícolas, con uso combinado con la agricultura, propias de la región y de alto valor comercial.17 En relación con los servicios de asistencia técnica, hasta antes del 2000 se realizaban por medio del área de extensión agrícola de la sarh, así como por parte de técnicos de empresas privadas. La cobertura de la asistencia técnica era hasta antes del 2000 de las más elevadas del país, asesorando a más del 70 por ciento de los productores. Sin embargo, es claro que la adopción de nuevos paquetes tecnológicos tradicionalmente se ha realizado en las cercanías de los campos experimentales únicamente. Las principales líneas de investigación que han generado paquetes tecnológicos son: fitomejoramiento (validación y ensayo de nuevas variedades) y uso del agua o irrigación (capacitación en la operación y manejo de sistemas de riego presurizados, destacando el riego por aspersión, goteo y por microaspersión).18 16 veccp, 2006. 17 González-Sousa, 2006. 18 Troyo-Diéguez et al., 2002.
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4. Investigación y mejoramiento tecnológico para el desarrollo sostenible Las principales líneas de intervención de los programas de transferencia de tecnología se han basado en la planeación y ejecución de: (a) componente (proyectos o actividades) de capacitación y, (b) componente (proyectos o actividades) de apoyos a la transferencia de tecnología. El componente de capacitación considera que en todo sistema de producción los resultados obtenidos no sólo son función de los recursos invertidos para tal fin, sino que también lo es de la capacidad técnica o el nivel de conocimiento que tenga el usuario del comportamiento y manejo de dicho sistema. Es por ello que se tuvo la concepción de que primero era necesario establecer un programa de capacitación a nivel de tomadores de decisiones, técnicos-extensionistas, usuarios y público, éste como usuario de tales recursos. Sin embargo, aún cuando se tuvo la idea de implementar un programa completo de capacitación, la Fundación Produce no mostró la experiencia suficiente para realizar un programa con estas características que fuera realmente efectivo, en opinión de un número importante de los beneficiarios entrevistados a lo largo de las actividades de evaluación.19 Como acciones a seguir respecto a los apoyos en la transferencia de tecnología se han planteado módulos de transferencia tecnológica enfocados a la conservación de los recursos agua y suelo y a los aspectos fitosanitarios, buscando promover una mayor productividad de los cultivos regionales. También se propusieron actividades de validación de tecnologías que aún se encontraban durante 1998 en proceso de generación y perfeccionamiento. El acceso al financiamiento y a los insumos disponibles regionalmente para los productores ha presentado una amplia gama de problemas, tanto a nivel de trámite y gestión, como para la operación y evaluación de las actividades propias del Programa Estatal de Transferencia de Tecnología. Destacan la falta de promoción a los proyectos de investigación y desarrollo con factibilidad de ser transferidos al sector productivo, así como la falta de una secuencia operativa de actividades cronológicas de fácil y expedita realización, dadas las diversas condiciones contrastantes en las diferentes regiones agroecológicas características en Baja California Sur. 19 Gobierno del Estado de B.C.S., 2006; Troyo-Diéguez et al., 2002; veccp, 2006.
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Por lo común, la actualización y entrenamiento tecnológicos han sido dirigidos a la concepción técnica de la relación agua-suelo-productividad de los cultivos, enfocándose con prioridad a la capacitación y transferencia de proyectos y paquetes tecnológicos relacionados con los siguientes temas: (a) métodos de riego a presión, (b) manejo de suelos y aguas salinas, (c) técnicas de optimización de recursos e insumos, (d) manejo integrado de plagas y manejo de insecticidas; y con una menor prioridad a: (e) potencial productivo de las especies de interés agrícola, pecuario y forestal. En relación con los eventos y actividades de capacitación, dicha capacitación a técnicos se ha enfocado más al orden y actualización tecnológica que al perfeccionamiento de los métodos propiamente de transferencia y extensión agropecuaria.
5. Desafíos de la agricultura hacia el desarrollo sostenible La agricultura en Baja California Sur se enfrenta a crecientes desafíos: recursos hídricos sumamente limitados, competencia debida a la instauración de acuerdos internacionales de comercio y lo más importante, la expansión de la urbanización. Por otro lado, una fracción importante del territorio estatal abarca áreas protegidas en donde la expansión de la agricultura se podrá realizar únicamente de una manera justificada en las zonas de influencia y amortiguamiento, aunque la escasez de agua indica claramente que esta actividad no podrá expandirse de manera significativa. Actualmente entre 20 y 30 por ciento de la agricultura en el estado ya está tecnificada. La agricultura se centra en granos, cereales, hortalizas, forrajes y frutos.20 5.1 Desafíos hacia el manejo sostenible del agua Existe la tendencia a usar cualquier agua para riego, siempre y cuando esté disponible, pudiendo ocurrir que después de un tiempo relativamente corto, debido a la mala calidad del agua cambien las condiciones del suelo irrigado, con la posibilidad de que se deterioren sus propiedades físicas y químicas en perjuicio de los cultivos y del entorno ambiental. Para determinar la conveniencia o limitación del agua que se pretende utilizar con fines de 20 veccp, 2006; Gobierno del Estado de B.C.S., 2006.
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riego, deberá tomarse en cuenta la composición química, la tolerancia de los cultivos a las sales, las propiedades físicas y químicas del suelo, las prácticas de manejo de suelos, aguas y cultivo, el método de riego por emplear y las condiciones de drenaje del suelo. Todo ello para evitar subsecuentes acumulaciones de sales y minerales tóxicos en la capa agrícola del perfil del suelo, problema ambiental complejo que ya está ocurriendo en las aguas subterráneas y suelos de otras cuencas y zonas áridas similares.21 5.2 Desafíos hacia el manejo sostenible del suelo y prevención de la desertificación Con la finalidad de motivar el uso sustentable del suelo en las parcelas agrícolas establecidas en las diferentes regiones productoras de Baja California Sur, deben promoverse técnicas y métodos de agricultura de conservación. La agricultura de conservación en zonas desérticas tiene tres principios primordiales: perturbación mínima del suelo y siembra directa, conservación de una cubierta permanente del suelo y selección racional de la rotación de los cultivos. Se debe iniciar por aplicar poca labranza (labranza mínima) o excluirla por completo, lo que elimina la necesidad del arado; esto contribuye a mantener la materia orgánica en el suelo y disminuye la erosión producida por el viento o el agua. Las prácticas comunes imponen la labranza de las tierras para sembrar las semillas, ventilar el suelo, permitir el paso del agua, eliminar los residuos de la cosecha anterior y exponer y destruir las plagas y los organismos nocivos. Para el caso de los suelos de las cuencas agrícolas de Santo Domigo, El Vizcaíno y zonas áridas similares, en lugar de labrar se pueden utilizar sembradoras en líneas, que forman pequeños depósitos para las semillas a la vez que se conservan los residuos de los anteriores cultivos. Estos protegen la tierra de la erosión del viento y promueven la actividad biológica, que también sirve para oxigenar el suelo.22 Al no labrarse la tierra aumenta la materia orgánica acumulada en el suelo y se crea una estructura porosa que permite filtrar más agua hacia las raíces de los cultivos, en vez de que se escurra sobre la superficie llevándose una parte valiosa de dicha tierra. El resultado es más producción y menos erosión. En cuanto a las plagas, pueden combatirse mediante el manejo integra21 Cortés-Jiménez et al., 2006. 22 (Beltrán-Morales et al., 2005; Beltrán-Morales et al., 2006).
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do de plagas (mip), técnica de lucha contra los organismos nocivos a través de sus enemigos naturales y reduciendo al mínimo la aplicación de plaguicidas químicos. Debe evitarse que se sigan aplicando insecticidas a base de carbamatos (“Temik” y otros), que se han estado aplicando en algunas parcelas de frutales en Sto. Domingo, Mulegé y El Vizcaíno. El resultado de aplicar la agricultura de conservación en combinación con el mip es una resistencia mucho mayor a la degradación ambiental. Aumentan así la producción y los ingresos, dejan de necesitarse combustibles y mano de obra para la labranza, y disminuyen la erosión eólica e hídrica.23
6. Alternativas de producción sostenible 6.1 La agricultura orgánica El método de agricultura sostenible conocido como agricultura orgánica o ecológica consiste en la realización de prácticas agrícolas encaminadas a la producción sostenible, sin el uso de agroquímicos, lo que incluye plaguicidas, fertilizantes, reguladores del crecimiento o coadyuvantes de síntesis químicaindustrial. Lo anterior incluye todo tipo de cultivos, incluyendo fibras, cereales, leguminosas, frutales y hortalizas, entre otras.24 Para solventar el agotamiento de nutrimentos por la natural absorción de los mismos por parte de las plantas o cultivos, el esquema de agricultura orgánica promueve el cultivo e incorporación al suelo de leguminosas enriquecedoras del suelo, el uso de compostas, abonos orgánicos o extractos nutrimentales elaborados con métodos naturales, que a su vez provengan de explotaciones o ganado que no hayan sido mantenidos con productos químicos. Bajo este esquema en las últimas décadas, el uso de abonos orgánicos ha cobrado cada vez más importancia por diversas razones. Desde el punto de vista ecológico se ha incrementado la preocupación por fomentar las prácticas agrícolas que armonicen con el cuidado del ambiente, incluyendo el suelo, agua, vegetación silvestre y entorno social.25 De hecho, el uso de abonos orgánicos mejora las condiciones de los suelos que han sido deteriorados anteriormente por el uso excesivo de agroquímicos y su sobre-explotación.26 23 24 25 26
Troyo-Diéguez et al., 2006. Kamara-Keita, 2004. Nieto-Garibay et al., 2002. epa, 1999; Gliessman, 1997.
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Dentro de las regiones productivas más prometedoras para la consolidación de la agricultura orgánica en Baja California Sur destacan específicamente las zonas de producción orgánica de San José del Cabo (San José Viejo) y del Valle de Mulegé, donde se han consolidado desde 1990 grupos de pioneros orgánicos con la experiencia en la siembra y cultivo de hierbas, frutas y verduras de alta calidad. Dichos grupos incluyen al denominado Grupo Orgánico Mulegé, y al Grupo de Productores Orgánicos del Cabo. Uno de los problemas que enfrentan los productores del Grupo Orgánico Mulegé, así el resto de los productores de Baja California Sur, es que no cuentan con información sobre el estado actual que guarda la fertilidad de los suelos de sus unidades de producción ni de la calidad del agua para el riego de sus parcelas. Efectivamente, en fechas recientes se han reportado problemas respecto a la baja productividad obtenida, a pesar del mejoramiento y regeneración constante de los suelos mediante el uso de abonos orgánicos y estiércoles de origen animal.27 Como una de las estrategias operativas indispensables para alcanzar la sustentabilidad es necesario realizar rutinariamente un análisis de la situación actual en cuanto a la fertilidad de los suelos agrícolas y la calidad del agua para riego, para que a partir de dichos análisis se realice un diagnóstico oportuno y, en su caso, se propongan las medidas correctivas, tanto físicas y químicas, como de origen natural.28 6.2 La agricultura de conservación: beneficios para la productividad agropecuaria y conservación ambiental La “labranza de conservación” o “agricultura de conservación” constituye un método basado en la mínima aplicación de preparación del suelo y de labores de cultivo, permitiendo la permanencia de los residuos de cosecha con una consecuente retención de humedad en la capa del suelo aprovechable por los cultivos. Esta técnica conjuntamente con la siembra directa permiten un ahorro en el consumo del agua de riego agrícola de hasta 40 por ciento, una disminución del tiempo y trabajo invertidos en la parcela, además de mejorar los suelos, lo que se traduce en una reducción de costos de producción del 20 al 30 por ciento. 27 Beltrán-Morales et al., 2006; Kamara-Keita, 2004. 28 veccp, 2006.
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La agricultura de conservación tiene particular utilidad en las zonas áridas de Baja California Sur, como en los casos del municipio de La Paz, el Valle de Sto. Domingo, en Comondú, y la región del desierto de El Vizcaíno, en el municipio de Mulegé, donde la principal limitación para producir alimentos es la falta de lluvias. Con la agricultura de conservación el suelo puede mantener un mayor volumen del agua de riego o de la lluvia, de modo que el campesino tiene la posibilidad de hacer rotaciones más intensivas de los cultivos.29 En las zonas áridas de Baja California Sur pueden realizarse, gracias a la agricultura de conservación, algunas rotaciones no tradicionales de avena, trigo, hortalizas y garbanzo, además de girasol, sorgo y alfalfa, con riego racional según la humedad disponible, dependiendo de la lámina de riego que se recomiende en cada localidad en particular. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la agricultura de conservación exige compromiso. Los agricultores deben cambiar su equipo de siembra, por lo que en el primer ciclo o primeros dos años pueden necesitar una mayor cantidad de herbicidas y plaguicidas, siempre y cuando los productos por aplicar estén autorizados, hasta que puedan iniciar el manejo integral de plagas. Como referencia importante, cabe señalar que esta técnica ha brindado resultados alentadores en unas 60 millones de hectáreas en distintas partes del mundo, principalmente en los Estados Unidos y América del Sur. Parte de estas tierras se estaban degradando a una alta velocidad y de otra manera hoy ya no podrían explotarse. Entre otros atributos, esta técnica mejora o restablece la capacidad de respiración edáfica del ecosistema.30 Bajo este esquema siempre es necesario identificar el sistema de labranza más adecuado para producir un cultivo determinado en los diferentes tipos de suelo, dada la gama de variaciones y posibilidades disponibles.31 6.3 Regiones prioritarias que ameritan la adopción tecnologías sostenibles De acuerdo con un análisis realizado sobre la potencialidad que evidencian las microrregiones del estado, es posible agruparlas en las siguientes regiones prioritarias:32 29 30 31 32
Beltrán-Morales et al., 2006. Beltrán-Morales et al., 2005. Ureste y Campos, 1995. Gobierno del Estado de B.C.S., 2006.
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Región Prioritaria 1. San José del Cabo.- Línea: agricultura orgánica, fertilización orgánica; Región Prioritaria 2. Los Dolores y Las Pocitas.- Línea: Propagación y manejo de especies agroforestales; y Región Prioritaria 3. San Miguel y San José de Comondú.- Línea: Manejo del agua en microcuencas para la sostenibilidad de huertas pequeñas; control biológico de plagas. Asimismo, se considera importante establecer las características de los beneficiarios potenciales de nuevas tecnologías y métodos agropecuarios en el estado, señalando aspectos como los sistemas de producción y el tamaño de las unidades de producción. Los beneficiarios potenciales del mejoramiento tecnológico a través de una apropiada capacitación y transferencia de tecnología son los ejidatarios y los pequeños propietarios. De acuerdo con las características socio-agrícolas del estado, el tamaño de las unidades de producción oscila entre 10 y 60 hectáreas, en promedio.33
Conclusiones Las condiciones edáficas y climáticas que caracterizan las zonas áridas y semiáridas sub-tropicales de Baja California Sur, de manera similar a otras zonas áridas y semiáridas, las ubican como ecosistemas frágiles y susceptibles a la desertificación. Estas zonas están sujetas a fuertes presiones debido al incremento poblacional y a cambios climáticos globales.34 Una de las causas principales de la degradación ambiental es la aplicación de tecnologías agrícolas desarrolladas para áreas con condiciones ecológicas distintas. Es necesario estudiar sistemáticamente estos ecosistemas en sus condiciones naturales y analizar los mecanismos que utilizan las especies nativas para su supervivencia, a fin de proponer sistemas de producción fundamentados en la información generada. Los modelos deben validarse a través de experimentos, utilizando la ecología, etno-botánica y socio-economía como herramientas fundamentales en el proceso de planificación de sistemas de producción amigables con el ambiente y que conlleven al desarrollo sostenible.35 33 Troyo Dieguez et al., 2002. 34 Beltrán-Morales et al., 2005) 35 Troyo-Diéguez et al., 2006.
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Para la promoción de una agricultura sustentable, los sistemas de producción deseables son la agricultura de riego en pequeño, los sistemas de cultivo extensivo con riego de precisión (sistemas presurizados), los sistemas hortícolas de alta eficiencia productiva y los métodos de agricultura sostenible, como la agricultura orgánica o ecológica, la agricultura de labranza mínima y la agricultura bio-intensiva, entre otros.36 La ruta hacia una agricultura sostenible debe tener en cuenta que una profunda comprensión de las propiedades y fertilidad natural del suelo, y sus interacciones, puede ofrecer a los agricultores herramientas conceptuales útiles para la toma de decisiones en el manejo de sus cultivos, que también pueden incorporar a sus propias experiencias.37 Asimismo, debe considerarse en todo análisis estratégico y diagnóstico del sector que las personas “preparadas” que participan en la investigación y el desarrollo agrícola entienden muy poco sobre lo que realmente les interesa a los pequeños productores.38 La suposición de que la tecnología es usada por los productores y empresas, implica como primer concepto que el “conocimiento sobre la tecnología” permite analizar opciones y tomar una decisión preliminar sobre cual tecnología usar, en función de los requerimientos de factores, riesgos, costos y beneficios esperados. El segundo concepto es la “capacidad de utilización de la tecnología”, lo cual permite poner en práctica la tecnología. Debe admitirse que conocer una tecnología no necesariamente conlleva a tener la capacidad para ponerla en práctica. Calificar la tecnología como “económicamente aceptable” y “ambientalmente factible” es la siguiente consideración en relación a su aprovechamiento sostenible. Una tecnología es económicamente aceptable cuando hace posible lograr productos de calidad y valor agregado tales que el costo de producir el producto final, permite que sea competitivo en el mercado de destino. Además de lo anterior, otros factores además de la tecnología, son importantes para determinar la competitividad a mediano y largo plazo. Una tecnología es ambientalmente factible, cuando permite lograr los productos finales, sin causar efectos nocivos sobre el medio ambiente. Tales efectos pueden no presentarse cuando se usan insumos y prácticas nocivas; desencadena procesos tóxicos; genera residuos sólidos no degrada36 Díaz, 2001. 37 Grossman, 2007. 38 Hailu Araya y Gebre Michael, 2006.
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bles, y otras consecuencias, lo cual causa efectos indeseables en el agua, los suelos, la atmósfera, la biodiversidad. En el contexto de la sustentabilidad es claro que lo deseable es más bien que la tecnología sea positiva (y no sólo neutra) sobre el medio ambiente o que permita eliminar los efectos negativos de determinados procesos y mejorar la calidad de los recursos. Las tecnologías que se desarrollan y fomentan en la agricultura deben ahora valorarse también en función de su contribución a la generación de servicios ambientales como el secuestro de carbono, la regularización de la escorrentía en laderas y la mejora de la calidad del agua. Si bien los mercados para estos servicios aún no están desarrollados, es posible que se avance en tal sentido.39 La ciencia de la sustentabilidad busca entender el acoplamiento del sistema humanidad-ambiente de tal forma que pueda obtenerse una utilidad sostenible para las comunidades de usuarios de los recursos naturales. Una preocupación que predomina en las diferentes comunidades de usuarios y grupos de productores está directamente relacionada con el entendimiento y proyección de la vulnerabilidad de la sociedad, lugares, nichos y ecosistemas, dentro del contexto del ambiente cambiante, sea global o de carácter regional.40 Según el estado actual del conocimiento demográfico es posible pronosticar que la población mundial se duplicara en los próximos 50 años. Bajo estas consideraciones es imperativo que los científicos y tecnólogos de las ciencias agropecuarias, ecológicas y socioeconómicas relacionadas sean capaces de desarrollar una tecnología de alto nivel para la producción sostenible de alimentos. Con la finalidad de alcanzar dicho objetivo, durante los próximos 50 años, es de trascendental importancia (i) diagnosticar, prever y, y en su caso, controlar el incremento de la población; (ii) utilizar combustibles fósiles de manera racional y justificada; (iii) encontrar formas más eficientes de utilizar la energía natural renovable, incluyendo la energía solar; y (iv) desarrollar una agricultura que no sea dependiente de la energía fósil pero que descanse en las interacciones complejas biológicas dentro del agroecosistema y en los ciclos naturales de la materia y energía.41 39 Pomareda, 2004. 40 Turner et al., 2003. 41 Shiyomi, 2005.
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Turner ii, B. L.; P. A. Matson; J. J. McCarthy; R. W. Corell; L. Christensen; N. Eckley; G. K. Hovelsrud-Broda; J. X. Kasperson; R. E. Kasperson; A. Luersd; M. L. Martello; S. Mathiesen; R. Naylor; C. Polsky; A. Pulsipher; A. Schiller; H. Selin, y N. Tyler (2003). “Illustrating the coupled humanenvironment system for vulnerability analysis: Three case studies”, pnas, 100(14): 8080-8085. Ureste, J., y S. Campos (1995). “Respuesta del cultivo de maíz a la labranza de conservación en cuatro diferentes suelos tropicales”, Agronomía Mesoamericana, 6: 80-87. veccp (Visión Empresarial Capacitación Consultoría y Proyectos S.C., 2006). Evaluación del Programa de Desarrollo Rural B.C.S.-sagarpa. 2005. Informe, La Paz, B.C.S., septiembre, 2006, 117 pp.
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Capítulo 14
La paradoja del chimpancé pensante: trayectoria de impacto y estrategias de conservación en el medio marino Andrea Sáenz-Arroyo
M
icheline Cariño y Mario Monteforte, editores de este importante libro y queridísimos amigos míos, me han puesto sin saberlo ante una difícil encrucijada: definir procesos de conservación basados en el uso inteligente de los recursos marinos. Me he dado a la tarea de pensar acerca de qué es exactamente lo que quieren mis amigos que reflexione. Me imagino que buena parte de lo de “inteligente” me lo han puesto de tarea porque somos la especie de chimpancé con esa capacidad impresionante de invadir todos y cada uno de los rincones del planeta. Que lo de pensantes nos lo hemos ganado por las características de lo que la botánica Sandra Knapp denomina una especie de “hierba invasora”, tan exitosa que ha sido capaz de penetrar en todos los ecosistemas del mundo y que en su corto paso —no hay que olvidar que nuestros ancestros dejaron África hace tan sólo 100,000 años— ha transformado todos y cada uno de los ecosiste
Nota de los editores: El nombre original de este capítulo era “Procesos de conservación basados en el uso inteligente de los recursos marinos”, pero debido a la originalidad del texto y por respeto a la autora, decidimos dejar el título que ella le otorgó. S. Knaap, “Dynamic diversity”, Nature, 2003, 422: p. 475.
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Del saqueo a la conservación Tabla 1. Valor humano de los ecosistemas marinos Valores de uso directo
Bienes que se obtienen directamente mar Alimento para consumo humano o ganado. Semillas para la acuacultura Medicinas Artesanías Productos químicos para la elaboración de otros productos (E.g. alginatos) Minerales, petróleo.
Valores de opción y Valor de de legado existencia
Servicios ambientales que se obtienen de las funciones del ecosistema
Valores de herencia para las futuras generaciones
Energía de las corrientes y el viento. Control de la zona costera a inundaciones tormentas y huracanes. Control del ciclo de nutrientes, regulación y control en la cadena trófica. Regulación climática, asimilación de desechos de la tierra, generación de gases absorción de CO2 .
El legado de un ecosistema y poblaciones resistentes y flexibles a las generaciones futuras Innovación medicinal de algunos productos químicos derivados de especies silvestres
Valores sagrados y de conocimiento Valores asociados a los valores “divinos” o sagrados Valor para la ciencia Valor como reservas libre de impacto humano para comprender la transformación evolutiva del ser humano en el planeta.
Fuente: R. Costanza et al., “The value of the world´s ecosystem services and the natural capital”, Nature, 1997. D. Pearce y D. Moran, The economic value of biodiversity, 1994, Londres: iucn.
mas donde se ha presentado. O por esta facultad para competir y dominar en las cadenas tróficas de diferentes ecosistemas del mundo que ha provocado también el desplazamiento e incluso la extinción de numerosas especies, incluyendo la de otros homínidos como el Neandertal. Pero también quiero pensar que he sido convocada a hablar de esa inteligencia que nos permite ser la única especie capaz de describir el mundo que nos rodea, de inspirarnos por la grandeza de la evolución, de hacer arte cada vez más articulado que honra la belleza, la geometría y la exactitud de las diferentes expresiones de vida y, que se impacta ante la diversidad de sus formas. Puesto que somos la única especie con un cerebro suficientemente grande para darnos cuenta del mundo que nos rodea, somos también los únicos
M. E. Soulé et al., “Strongly interacting species: conservation policy, management, and ethics”, BioScience, 2005, 55(2): p. 168-176. Knaap, op. cit.
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concientes de las huellas que dejamos cuando andamos como grupo a lo largo de la historia evolutiva del planeta. Somos capaces de imaginar el entorno que deseamos y el que nos disgusta y sí, también somos lo que se denomina un ser racional, capaz de contar el número de bananas que tenemos para comer al día siguiente y planear, antes que se agote la última de ellas, qué haremos para sustituir su ausencia. Durante mi trayectoria profesional me he dedicado por un lado a dimensionar el tamaño y el efecto de la huella ecológica que ha dejado Homo sapiens en su tránsito por los ecosistemas marinos y costeros del mundo y, por el otro, a promover estrategias de conservación de la diversidad marina a través de esquemas de participación comunitaria. Este capítulo es un intento de reflexión sobre cómo podemos ampliar ese concepto de inteligencia a uno mas vasto del que hasta hora hemos utilizado.. Intento “expandir” esta visión de inteligencia no sólo a esa gran capacidad que tenemos como especie oportunista para invadir los paisajes de la tierra, sino a esa capacidad para ser conscientes de lo que dejamos, hemos dejado y queremos dejar en nuestro tránsito. A esa inteligencia que nos hace capaces de pensar (y en definitiva incidir) en el curso evolutivo de la vida en el planeta. Porque soy bióloga marina de formación original (aunque después me haya dejado seducir por la historia, la economía, la antropología, la psicología social y la filosofía) voy a utilizar ejemplos casi exclusivamente sobre la relación de las sociedades humanas con sus entornos marinos y costeros. Y como este es un libro sobre Baja California Sur, en México, y aquí he trabajado principalmente con las comunidades costeras rurales, voy a tratar de ilustrar algunos ejemplos de lo que me podría parecer una relación más inteligente con los ecosistemas marinos que nos rodean en este fascinante territorio.
1. El desmantelamiento de la bella complejidad Estudiando las pesquerías con una visión histórica de más de cincuenta años se puede observar un fenómeno extremadamente interesante: de pronto aparece una especie que se convierte en una actividad de suma importancia social y económica y al paso del tiempo su importancia desaparece sin dejar rastro de lo que la sociedad realizó para tratar de dar respuesta a esa
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“extraña” ausencia. Paralelo a este fenómeno se presenta la abrupta aparición de un nuevo recurso y su sobresaliente importancia económica temporal. Ejemplos de pesquerías que quedaron en el olvido en el siglo pasado en la península de Baja California son las ostras perleras (Pinctada mazatlanica y Pteria sterna), los tiburones, las garropas o bayas (Mycteroperca jordani), el abulón negro (Haliotis cracherodii) y el abulón chino (Haliotis sorenseni). Ejemplos de pesquerías que “aparecieron” en forma repentina también en el siglo pasado son la cabrilla sardinera (Mycteroperca rosacea), el calamar gigante (Dosidicus gigas), el caracol panocha (Astrea spp.) y el erizo morado (Strongylocentrotus purpuratus). Tal fenómeno no es único en el estado de Baja California Sur. Se presenta casi en cualquier parte del mundo y a lo largo de la historia de acceso de las sociedades humanas a los recursos marinos. Hasta el día de hoy los humanos hemos actuado como depredadores seriales de numerosas especies marinas y nuestra forma de adaptarnos a este saqueo ha sido generalmente la flexibilidad de nuestro apetito o la migración. Esto se encuentra descrito en forma muy aguda y simple en un artículo reciente que explora los límites de la certificación pesquera para promover la conservación de las especies marinas. En su nueva revisión, los ecólogos Jennifer Jaquet y Daniel Pauly describen cómo en Norteamérica los gustos y el mercado se han ido transformando sin que el colapso de un producto y su posterior escasez en el mercado pueda ayudar como instrumento para fomentar su restauración. En América, por ejemplo —describen los autores—, el halibut (Hippoglossus hippoglossus), una especie de lenguado gigante, también conocido en español como pez mantequilla o fletán, y el día de hoy conocido en Estados Unidos como “el pez blanco favorito de América”, era considerado como poco apetecible a principios de 1800. Sin embargo, el gusto cambió y para 1830 una fuerte pesquería se desarrolló en la costa de Nueva Inglaterra y Nueva Escocia, de tal forma que en menos de 20 años las poblaciones costeras se colapsaron y no se han recuperado desde entonces. De la misma forma, los filetes o “deditos de pescado” eran originalmente cocinados con bacalao (Gadus morhua). Cuando el bacalao fue mermado, el mercado sustituyó su ausencia por el eglefino (Melanogrammus aeglefinus) o
J. L. Jacquet y D. Pauly, “The rise of seafood awareness campaigns in an era of collapsing fisheries”, Marine Policy, 2007, 31(3): p. 308-313.
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haddock como se denomina en inglés. Con la merma del eglefino, los pargos tropicales de la familia Lutjanidae sustituyeron este producto y, por último, entró a la mesa el abadejo del Pacífico (Pollachius spp. o Pollock), que es el día de hoy conocido como la última fuente de peces apetecibles en el mundo. En Baja California Sur tenemos ejemplos exactos de lo que en inglés se denomina un sistema pesquero de boom and boost, literalmente de “prosperidad y colapso”. En esta sección quiero ilustrar cómo desde que las sociedades humanas habitan la península de Baja California hemos ido, poco a poco, pieza por pieza, desmantelando la complejidad de los ecosistemas sin que esto tenga repercusión en las economías de cada una de las sociedades en sus tiempos; y que, por el contrario, desde épocas prehistóricas las sociedades han sabido adaptarse a estos saqueos, haciendo eco a la primera definición de inteligencia como esa capacidad humana abrumadora de adaptarse e invadir sistemas. Con el relato del desmantelamiento del bosque de sargazo, un ecosistema que toca las costas del Pacífico Norte en Baja California Sur, quiero ilustrar el desmoronamiento de lo que en adelante llamaré la “bella complejidad” para usarlo como muestra de todo lo que las sociedades pierden en este proceso. Utilizo este ejemplo porque es un ecosistema que compartimos con Estados Unidos y Canadá y del cual se sabe bastante hasta ahora en relación a sus impactos no sólo con una visión interdisciplinaria, sino con una comprensión transfronteriza e histórica de un ecosistema conectado a lo largo de toda la corriente de California. En el bosque de sargazo gigante la historia del saqueo la podemos ir reconstruyendo desde los primeros pobladores que habitaron estas tierras. (Figura 1) La historia de la vaca marina de Steller, Hydrodamalis gigas, representa uno de los ejemplos más impactantes de vulnerabilidad de una especie marina ante la presencia humana. Descubierta en 1741 cuando el navío Saint Peter encalló en una isla deshabitada del archipiélago Aleutiano, se extinguió para siempre en 1768. Dentro de sus tripulantes se encontraba el naturalista
Ibídem. J. B. C Jackson et al., “Historical overfishing and the recent collapse of coastal ecosystems”, Science, 2001, 293: p. 629 - 637. M. J. Tegner y P. K. Dayton, “Ecosystem effects of fishing in kelp forest communities”, ices Journal of Marine Science, 2000, 57(3): p. 579-589. Ibídem.
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que la describiera, George W. Steller, y en honor de quien se nombró como reconocimiento póstumo de su labor. Steller dibujó con claridad la vulnerabilidad de este animal al describirlo como “gentil, confiado e incapaz de sumergirse”, un animal “que no daba muestras de inteligencia sobresaliente” y que “no sentía miedo alguno con la presencia humana”. A la víspera de la llegada de los europeos, este mamífero marino, capaz de crecer hasta ocho metros y que se alimentaba de las frondas del bosque de sargazo, había sido extirpado ya por los aborígenes de todo su rango de distribución en las costas templadas del Pacífico norte y sólo se encontraba en las islas deshabitadas.10 Tan sólo 27 años después de su contacto con los europeos desapareció para siempre del planeta. Evidencia arqueológica indica que las poblaciones de aborígenes americanos de la costa del Pacífico también fueron capaces de extirpar localmente otras especies. Por ejemplo, estudios arqueológicos de la costa de California y Oregon ilustran cómo a su paso los primeros habitantes extirpaban las poblaciones de mayor riqueza proteica que se encontraban en las costas.11 En su artículo que hace referencia a la “tragedia prehistórica de los comunes” los investigadores relatan cómo especies grandes y ricas en proteínas fueron cronológicamente siendo sustituidas por especies pequeñas de menor riqueza proteica. El lobo marino de Steller (Eumetopias cubata), el lobo de California (Zalophus californianus), el lobo fino de Guadalupe (Arctocephalus townsendi) y el lobo fino del norte Callorhinus ursinus, fueron sustituidas al paso de los aborígenes por especies menores cuyos hábitos reproductivos oceánicos y hábitos de congregación en números menores los protegían de la depredación humana, como la nutria (Enhydra lutris) o la foca vitulina (Phoca vitulina),12 La estrategia que siguieron esas sociedades para mitigar el impacto en su propia economía fue migrar, dejando a su paso el rastro arqueológico de su transformación en el ecosistema. En una
G.W. Steller, “The beasts of the sea” (traducción del alemán al inglés de W. Miller y J. E. Miller) en The fur seals and fur seal islands of the North Pacific Ocean, D. S. Jordan Editor, 1751, U.S. Government Printing Office, Washington, D.C., p. 180-201. 10 J. E. Reynolds y D. K. Odell, Manatees and dugongs, Library of Congress Cataloguing in Publication Data, 1991, 192 pp. 11 J. F. Porcasi, T. L. Jones y L. M. Raab, “Trans-holocene marine mammal exploitation on Clemente Island, California: a tragedy of the commons revisited”, Journal of Anthropological Archaeology, 2000, 19: p. 200-220. 12 Ibídem.
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siguiente ola, una vez desarrollada la tecnología de navegación, los aborígenes dejaron el mismo patrón de extinción a su llegada en islas oceánicas como la de San Clemente.13 Aunque en el estado de Baja California Sur no hemos tenido estudios arqueológicos que nos reflejen el impacto humano con ese detalle es muy probable que, debido a la similitud en las estrategias de caza de las sociedades de cazadores y recolectores, su impacto hacia los animales marinos-costeros vulnerables como lobos, marsopas y tortugas debe haber sido semejante.14 La historia del saqueo de los recursos marinos se exacerbó con la llegada de los europeos, extirpando otra pieza clave del ecosistema: la nutria. A finales del siglo xix la distribución de este mamífero fue descrita por el Capitán Charles M. Scammon hasta el paralelo 28, cercano a la Isla Natividad e Isla de Cedros.15 La nutria fue extirpada del sur de la corriente de California dejando poblaciones aisladas sólo en lugares remotos de difícil acceso.16 La nutria como un elemento del paisaje en el bosque de sargazo no ha regresado desde entonces, e intentos de su restauración en la costa sur del estado de California no han resultado exitosos.17 Aunque la nutría y en general los lobos y las focas dejaron de cazarse a mediados del siglo pasado, estudios indican que probablemente no se ha podido recuperar en el norte del Pacífico por el efecto de la cacería industrial de ballenas a mediados del siglo xx.18 Esta hipótesis sostiene que la cacería de ballena mermó a tal grado las poblaciones de grandes ballenas que aparentemente dejaron de ser una importante fuente de alimento para los grandes depredadores como las orcas.19 13 Íd. 14 A. Sáenz-Arroyo, Historical impacts in coastal ecosystems: anecdotes, science and conservation in the Sea of Cortez . Unpublished PhD. Dissertation, Environment Department, 2005, York, Reino Unido, University of York, 198 pp. 15 C. M. Scammon, The marine mammals of the north-western coast of North America: Described and illustrated, together with an account of the american whale-fishery, 1874 (reimpreso en 1968), Dover Publications Incorporation, 319 pp. 16 J. A. Carlton et al., “Historical extinctions in the sea”, Annual Review of Ecology and Systematics, 1999, 30: p. 515-538. 17 C. Benz, “Evaluating attempts to reintroduce sea otters along the California coastline”, Endangered Species Updated, 1996, 13(12). Disponible en internet en http://www.otterproject. org/site/pp.asp?c=8pikiymig&b=33801. 18 A. M. Springer et al., “Sequential megafaunal collapse in the North Pacific Ocean: An ongoing legacy of industrial whaling”, Proceedings of National Academy of Science, 2003, 100(21): p. 12223-12228. 19 Ídem y M. Schrope, “Food chains: Killer in the kelp”, Nature, 2007, 445(7129): p. 703-705.
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Según dicha teoría, las poblaciones de nutrias y lobos marinos de algunos sitios costeros del norte de la corriente de California no se han podido recuperar sencillamente por que las orcas, al igual que los humanos, en ausencia de presas de alto contenido proteico como las ballenas, han cambiado sus hábitos alimenticios hacia presas más pequeñas como las nutrias y los lobos. Aunque esto es apenas una hipótesis, estas grandes ausencias o pirámides tróficas “aplastadas”, coinciden con la visión dejada por los viajeros del siglo xvi al xix, en la cual las ballenas, los tiburones, las tortugas y las orcas eran innumerables o “imposibles de contar”.20 (Figura 1) Después de la desaparición de los grandes mamíferos, las sociedades modernas se han concentrado desde mediados del siglo pasado en los recursos bentónicos y los grandes peces de los arrecifes costeros, extirpando de la misma forma una a una las piezas del paisaje del fondo submarino. Por ejemplo, investigaciones en California indican que una parcela de de tres hectáreas podía sostener en la década de 1970 una población de entre 6,120 y 20,600 abulones chinos. Para 1990, el mismo estudio encontró tres abulones en la misma parcela.21 En México, las capturas de abulón alcanzaron su pico de más de seis mil toneladas a principios de 1950 y se desplomaron a partir de entonces a un promedio de 500 toneladas en la década de los 90’s y los primeros años del 2000.22 El abulón chino y el abulón negro, están prácticamente extirpados de las costas de Baja California y el sur de California. Las poblaciones comerciales de abulón azul (H. fulgens) y abulón amarillo (H. corrugata) son una fracción de lo que fueron históricamente y se encuentran prácticamente restringidas a las zonas concesionadas de las cooperativas de la zona Pacífico Norte (desde Isla de Cedros a Punta Abreojos) y algunos sitios aislados en los que el manejo de las cooperativas se ha disciplinado para recuperar las poblaciones. En el 20 A. Saenz-Arroyo et al., “The value of evidence about past abundance: marine fauna of the Gulf of California through the eyes of 16th to 19th century travelers”, Fish and Fisheries, 2006. 7(2): p. 128-146. 21 M. J. Tegner, L.V. Basch y P. K. Dayton, “Near extinction of an exploited marine invertebrate”, Trends in Ecology & Evolution, 1996, 11(7): pp. 278-280. 22 Margarita O. Muciño Díaz, P. S. R., J. Alfonso Vélez Barajas, Edith Zárate Becerra, Jesús Talavera Maya, José R. Turrubiates Morales, Fidelia Caballero Alegría, Miguel Ángel Reinecke y Reyes, “Abulón”, en Sustentabilidad y pesca responsable en México: Evaluación y manejo, L. F. B. M. Miguel Ángel Cisneros Mata, Edith Zárate Becerra, Ma. Teresa, Gaspar Dillanes, Laura del C. López González, Cecilia Saucedo Ruíz, Javier Tovar Avila., editores, 2000, Instituto Nacional de la Pesca, México, pp. 119-157.
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Figura 1. El desmantelamiento de la “bella complejidad”
Figura traducida de Jackson y colaboradores con permiso del autor (J. B. C Jackson et al., “Historical overfishing and the recent collapse of coastal ecosystems”, Science, 2001, p. 293).
resto de los lugares, en los que incluso estas poblaciones están casi extirpadas, las nuevas pesquerías —que por supuesto han encontrado un mercado y se han convertido en una fuente económica de suma importancia— son el erizo rojo y morado (Strongylocentrotus franciscanus y S. purpuratus) y el caracol panocha. En ausencia de depredadores como la nutria y el pez vieja (Semicossyphus pulchery) y de competidores por espacio como los abulones, los erizos dominan ahora el paisaje submarino. Paradójicamente, el erizo morado se ha encontrado como responsable de la deforestación de los bosques de sargazo gigante,23 pues se alimenta no sólo de las hojas de esta alga gigante sino de su raíz, provocando su desprendimiento. En menos de 2000 años el paisaje submarino de la región templada se ha transformado de un sistema poblado por grandes vertebrados que nadaban en medio del denso bosque de sargazo, a un sistema con parches de bosques y en el que los grandes animales brillan por su 23 M. J. Tegner y P. K. Dayton, op. cit.
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ausencia; un paisaje en el cual el fondo submarino es dominado por especies de rápido crecimiento como el erizo, la langosta y el caracol, y en el que es notoria la escasez de los herbívoros longevos como el abulón. (Figura 1) Jamás he visitado la Capilla Sixtina, pero imagino su techo como un enorme libro de cuentos donde los pasajes de la historia de Occidente se dibujan con detalle; imagino cada uno de los frescos realizados por Michelangelo como una de las piezas que la evolución ha ido colocando en un ecosistema, haciendo un relato de la historia de la vida del planeta. Michelangelo tardó 13 años en dibujar la historia; la evolución casi cuatro mil millones de años. Para tratar de ser más clara en mi argumento, imagino que la extirpación de cada uno de los frescos de ese enorme techo histórico, no solo significa la ausencia de un cuadro, sino la ruptura de la historia evolutiva de esa obra de arte. Lo mismo sucede en los ecosistemas. Desgraciadamente la historia del saqueo —quizá en muchos sentidos irreversible— es solamente la punta del iceberg de lo que las sociedades humanas han perdido al transformar sus ambientes naturales. Significa no sólo la pérdida de valores de uso directo como la pesca, sino la desaparición de funciones y servicios del ecosistema para la sociedad. (Tabla 1) La nutria, por ejemplo, tenía la función de controlar el crecimiento de las poblaciones de erizos en la misma medida que los peces viejas. Esto a su vez evitaba la deforestación de los bosques de sargazo. Las grandes poblaciones de ballenas permitían que las orcas se alimentaran de estas especies y las poblaciones de mamíferos pequeños se mantuvieran en buen estado, y así la historia. En ecosistemas altamente degradados, como en el norte de la península de Baja California o la costa de California, E.U., ni nuestra generación, ni las próximas generaciones tendrán la oportunidad de disfrutar lo que fueron estos ecosistemas excepto en los libros de texto y en los museos de historia natural. Más allá de esto, y quizá para mí lo más importante como científica: no tenemos ningún testigo, ningún área ausente del impacto humano, que nos permita entender la transformación de nuestra especie en la evolución de la vida en el planeta.
2. La tragedia del rey Midas En su afán de ayudar a motivar a las sociedades a promover la preservación de la naturaleza los economistas han hecho intentos de valorar en términos
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monetarios todos los beneficios que la sociedad obtiene de los ecosistemas naturales. Un intento genial —que yo misma utilicé para ayudar a Greenpeace México a defender la conservación de los manglares en México24 — es el esfuerzo de hacer un cálculo de los beneficios monetarios que obtiene la sociedad de los bienes y servicios ambientales de la naturaleza.25 Los resultados de estas síntesis son armas sumamente poderosas para influir a los tomadores de decisiones. Sin embargo cuentan con una longevidad extremadamente corta. Son tan dependientes de la lógica del mercado y de la fluctuación de preferencias, que la fuerte plusvalía de terrenos para zonas residenciales o turísticas los convierten en un arma de doble filo: lo mismo pueden ayudar a ganar una batalla por salvaguardar los ecosistemas que para perderla si los beneficios privados de la transformación se incrementan a tal grado que los inversionistas son capaces de pagar gustosamente en dinero los aparentes beneficios sociales que arrojaría la conservación del medio natural. (Figura 2) Los límites de la valoración monetaria para promover la preservación de los ecosistemas los podemos ilustrar con el impacto y funcionalidad de un artículo sumamente popular publicado hace tan sólo diez años en la revista Nature 26 . En este trabajo, el economista Robert Costanza y sus colaboradores trajeron cifras a la mesa de discusión, cálculos monetarios nunca antes vistos, sobre la importancia económica de los servicios ambientales.27 Un ejemplo, precisamente el que utilicé en mi contribución con Greenpeace, fue el cálculo de que la sociedad obtiene casi diez mil dólares anuales por hectárea por los servicios ambientales que proporcionan los manglares. Entre estos servicios destacan la protección frente a disturbios ambientales, la crianza y protección de alevines que son importantes para la pesca, la limpieza y filtro de aguas residuales provenientes de la tierra al mar. Una revisión posterior de estos valores estimó que estos servicios se podrían calcular en más de 18,000 dólares por hectárea al año.28 Cuando estábamos construyen24 A.Sáenz-Arroyo, “Servicios ambientales de los manglares. ¿Qué perdemos cuando los transformamos?”, en Expedientes Ambientales, M. Greenpeace, Editor, 2000, Greenpeace, México, p. 49. 25 A. Balmford et al., “Economic reasons for conserving wild nature”, Science, 2002, 297(5583): p. 950-953. R.Costanza, et al., “The value of the world´s ecosystem services and the natural capital”, Nature, 1997, 387: p. 253-260. 26 R. Costanza et al., op. cit. 27 Ídem. 28 P. Ronnback, “The ecological basis for economic value of seafood production supported by mangrove ecosystems”, Ecological Economics, 1999(29): p. 235 -252.
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do este argumento para ayudar a detener la destrucción de los manglares por actividades como la acuacultura, en países en los que el cultivo de camarón se había convertido en una actividad sumamente popular, el usufructo del manglar se concesionada en precios ridículos de hasta un dólar por hectárea por año.29 En ese preciso momento y bajo esas circunstancias, las cuentas obviamente parecían favorecer a la conservación. Pero el mercado y sus valores económicos son un fenómeno muy caprichoso. Tierras cuyo costo de oportunidad era sumamente bajo y en los que la conservación venía a ofrecer una alternativa económicamente jugosa, ganan un valor increíble por la presión del desarrollo costero inmobiliario. Por ejemplo, el día de hoy los terrenos de las lagunas rodeadas de manglar de la costa de Quintana Roo, especialmente los que cercan la laguna de Nichupté en Cancún, se valoran entre 750 y 800 dólares americanos por metro cuadrado30. Hace tan sólo treinta años tales terrenos carecían casi por completo de un valor comercial. Esto hace que una hectárea sin construcción tenga el día de hoy una valor de entre 7.5 y 8.5 millones de dólares. ¿Imagina usted cuanto valdrá una vez que un gran hotel esté construido o una vez que esta hectárea se haya deforestado y aplanado para la construcción de un desarrollo turístico? ¿Y usted cree que el dueño estaría dispuesto a pagar esos 20,000 dólares anuales que fueron calculados como valor de los servicios ambientales para promover cuestiones de conservación en sus alrededores? Por supuesto que sí. Los límites de la valuación monetaria y la lógica del mercado para detener la degradación del medio ambiente han sido abordados agudamente en un artículo reciente, publicado por los economistas españoles Diego Azqueta y Gonzalo de la Cámara.31 En su artículo “Economía, ética y manejo de medioambiente” los autores discuten tres principales limitantes de la lógica de mercado que hacen imposible cuantificar todos los valores que la sociedad le atribuye a los ecosistemas con cifras monetarias. La primera aborda 29 B. R. Dewal, P. Vergne y M. Hardin, “Shrimp aquaculture development and the environment: people, mangrove and fisheries on the Gulf of Fonseca, Honduras”, World Development, 1996, 24(7): p. 1193-1208. 30 V. Próspero, “Atrae a inversionistas alta plusvalía”, Novedades de Quintana Roo, 6 de febrero de 2007, Cancún, http://www.novenet.com.mx/seccion.php?id=35467&sec=3&d=06&m=02 &y=2007 (12.04.07). 31 D. Azqueta y G. Delacámara, “Ethics, economics and environmental management”, Ecological Economics, 2006, 56: p. 524-533.
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Figura 2. Apoyo político y capacidad de valuar los valores de un ecosistema en relación al nivel de conservación del ecosistema
el paradigma económico de que las preferencias son un valor estable. Por el contrario, éstas evolucionan de una manera muy dinámica y dependen de la disponibilidad a pagar de su mercado en un preciso momento. Las preferencias son sólo un punto en la gráfica del tiempo. Por ejemplo los terrenos de laguna Nichupté, que hace tan solo treinta años no contaban con valor comercial, como se ha dicho, y hoy su valor alcanza cifras estratosféricas. El segundo argumento explica cómo las preferencias individuales para la conservación de bienes y servicios se comportan “racionalmente” en forma distinta si se piensan optimizar los beneficios sociales o los beneficios privados. (Figura 2) Mientras que, en general, la cosecha, pesca, cacería o transformación en el medio silvestre arroja una serie de beneficios privados interesantes, pensar en la conservación de los ecosistemas para preservar las funciones del ecosistema, requiere un nivel de conservación mucho mayor que el de la sumatoria de los beneficios privados. (Figura 2) En el bosque de sargazo, por ejemplo, preservar la integridad del ecosistema para evitar la
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deforestación final por las poblaciones de erizos requiere un nivel de conservación de las poblaciones mucho más alto que el se requeriría con una visión exclusivamente pesquera para que éstas puedan cumplir sus funciones dentro de la cadena trófica. La tercera limitante se refiere a lo que los autores denominan las “preferencias lexicográficas” y que básicamente describe la imposibilidad de incluir en la lógica del mercado valores a los que la sociedad asigna un valor infinito y para los que no existe un bien de intercambio. Este problema se aplica a lo que los autores denominan los valores superiores (o sagrados) que no cuentan con un bien sustituto y en los cuales la “lógica de mercado” no funciona.32 De hecho la valoración monetaria o los ejercicios de valuación aplicados por los economistas para bienes o servicios que carecen de un mercado surgen fundamentalmente de una idea de tener una unidad de intercambio. Sin embargo, para algunas sociedades existen valores asociados al ecosistema que no tienen ningún bien o valor que los pueda sustituir. Por ejemplo, en Papúa Nueva Guinea, áreas marinas de manejo completamente protegidas han sido establecidas por las creencias locales de que esos sitios son sagrados o “tabu”, como se les llama en su idioma local. En la laguna de Mandag, un sitio especial por su diversidad, se encuentra una roca en una isla que los locales consideran que tiene poderes curativos. Cuando alguien se encuentra enfermo, sencillamente nada alrededor de este lugar para ayudar a su cuerpo a curarse.33 ¿Es posible asignarle un valor de intercambio a este sitio para convencernos de su importancia para conservarlo? ¿Realmente esa sociedad puede encontrar un bien sustituto a esa piedra? En la siguiente sección profundizaré en esa respuesta al abordar la necesidad de construir una ética ambiental, pero antes concluyo mi análisis sobre los límites de la valoración económica con una reflexión de la sabiduría ancestral. A pesar de haberse acuñado hace más de dos milenios, la mitología griega siempre tiene una lección que aportar al mundo moderno; despabilarlo cuando se duerme en la creencia que su concepto del mundo moderno le traerá siempre irrefutable felicidad. En recompensa por su gen32 Ídem. 33 J. Barbara Wilson, R. Samuel y P. Campredon, “Sacred mpa‘s: Where protected areas hold spiritual value for stakeholders and how this affects management”, mpa News, 2006, 7(6).
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tileza al rescatar a Sileno, su padre adoptivo, Dionisio, el gran dios del vino y de la alegría, otorgó a Midas el poder de convertir todo lo que tocaban en oro. Momentáneamente Midas se alegró con su poder hasta que se dio cuenta que no podía disfrutar del sabor de la comida, ni de la sensación de abrazar a su hija. Consternado le suplicó al dios que lo liberara de ese don que se había convertido en un embrujo. Cuenta la leyenda que para eso tuvo que bañarse en las aguas del río Pactolo, que desde entonces contuvo arenas auríferas. 34 Parece que la misma tragedia de Midas la estamos experimentando las comunidades modernas que tenemos la creencia que sólo lo que tiene un valor monetario debe ser conservado.
3. Espacio para una ética comunitaria y transdisciplinaria Llevo aproximadamente diez años (toda mi carrera profesional), juntando piezas de aquí y de allá, leyendo posturas de diferentes disciplinas, tratando de discernir qué significa tener un comportamiento ético que pueda ser aplicado a cualquier sociedad en su relación con la naturaleza. Debo confesar que ha sido sumamente difícil, pues muchas veces pensamos que lo que creemos nosotros es lo correcto. Sin la intención de descalificar los intentos de muchos otros pensadores en el tema, debo dejar plasmado que los argumentos que había leído hasta ahora no me dejaban un cien por ciento convencida. Y no por que no tuvieran validez en su argumentación, sino porque, ahora entiendo, son el resultado de un conflicto entre diferentes visiones del universo que proclaman contener “la verdad”. La mayoría de los argumentos éticos en relación al medio ambiente, o a los que por lo menos yo he tenido acceso, han sido construidos ya sea por biólogos o por economistas. Los primeros cuentan con una mezcla muy interesante de valores con aparente contradicción. Por un lado han sido educados bajo un fuerte rigor científico en el cual sólo las hipótesis que se pueden probar pueden considerarse científicas y, por otra parte, sienten una profunda admiración hacía la vida que podrían —en sus propios términos— resultar un tanto religiosa. En contraparte, los economistas, educados desde el siglo xviii bajo la lógica de los mercados y el poder de su mano invisible, quisieran 34 Artículo “Midas”, en Wikipedia Enciclopedia Libre, http://es.wikipedia.org/wiki/Midas (15.04.07).
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poder aplicar este argumento en todo lo que la sociedad valora de los ecosistemas naturales. Los argumentos de los biólogos —criticados poderosamente por los economistas y algunos conservacionistas por su ambigüedad cuando se refieren al valor intrínseco de los ecosistemas35— son, sin embargo, argumentos que retumban en los oídos comunitarios. Se acercan más a una idea de que los ecosistemas tienen un valor infinito —que a muchos de nosotros nos resuena en el corazón— y que el mercado no tiene ningún poder para decidir sobre su destino.36 Sin embargo, a pesar de que muchas de estas posturas logran “enchinarnos el cuero”, ninguna ha sido aceptada enteramente por la comunidad científica. Creo yo que este rechazo es principalmente el resultado de un problema del lenguaje de las ciencias duras que nos incapacita para plantear hipótesis con una visión amplia que incluya las emociones. Por ejemplo, la hipótesis de la biofilia, acuñada originalmente por el psicólogo social Erich Fromm y que utiliza el biólogo y naturalista Edward Wilson37 para proponer que los seres humanos tenemos un lazo natural hacia la vida y los proceso que llevan a ella, y que parte de esto proviene de nuestro origen evolutivo que comienza en las sabanas africanas. La hipótesis es tan fascinante y a su vez tan controversial que ha dejado espacio para la discusión desde diferentes disciplinas en un libro entero.38 Sin embargo, desde mi punto de vista, por la dificultad de probar (o refutar como diría Karl Popper) que esa “tendencia natural” en primer término existe y, en segundo, proviene de nuestro origen evolutivo, la hipótesis ha quedado parcialmente marginada. Otros argumentos que cuentan con extrema resonancia social son los del biólogo Aldo Leopold en su libro sobre “la ética de la tierra”39. Leopold defiende firmemente la postura del valor intrínseco de la conservación de la naturaleza al sostener que la “última palabra ignorante la tiene el hombre que pregunta sobre un animal o una planta: ¿para que sirve?”40. Su argumen35 D. J. McCauley, “Selling out on nature”, Nature, 2006, 443(7107): p. 27-28. W. V. Reid et al., “Nature: the many benefits of ecosystem services”, Nature, 2006, 443(7113): p. 749-749. M. Gorke, The death of our planet’s species. A challenge to Ecology and Ethics, 2003, Washington DC, pp. 407. 36 McCauley, op. cit. 37 E. O. Wilson, Biophilia: The human bond with other species, 1984, Cambridge: Harvard University Press. 38 S. R. Kellert y E. O. Wilson, The biophilia hypothesis, A Shearwater Book, 1993, Nueva York. 39 A. Leopold, A sand county almanac, 1966, Nueva York: Oxford University Press. 40 Ídem.
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to, aunque hermoso, deja mucho que desear sobre todo cuando se enfrentan problemas de extrema pobreza o cuando “servicio” o “valor” se entiende desde un punto de vista espiritual, como quizá lo entendió él a mediados del siglo pasado. Muchos otros ejemplos de intentos de propuestas de ética ambiental se concentran principalmente en la conservación de los sistemas y su integridad, y el efecto poderosamente transformador del ser humano en el ecosistema41 que, aunque coincido en que son extremadamente importantes y empatan con el argumento de los economistas en muchos sentidos, no son lo único que la sociedad puede apreciar de su entorno natural. Es de hecho hasta hace unos pocos meses que comencé a ver la luz al final del túnel, después de leer a un psicólogo social e incorporando el análisis de Diego Azqueta y Gonzalo Delacámara sobre los límites de la valoración monetaria. En su libro La hipótesis de la felicidad,42 el psicólogo de la Universidad de Virgina, Jonathan Haidt, busca coincidencias en la cultura antigua y en los experimentos modernos sobre las emociones para entender las variables que hacen a una persona o a una sociedad un ente satisfecho. Dentro de la capacidad para alcanzar la felicidad de los individuos hay, por supuesto, las relacionadas a la carga genética con la que nacemos, el ambiente que nos rodea y otras más que tienen que ver con el sentido de la vida que nos creamos o que nos marca la sociedad como valores éticos a alcanzar. A esto él lo denomina el sentido de la “divinidad con o sin dios”.43 Haidt enmarca su argumento con el hecho de que somos la primera cultura secular en la historia de las civilizaciones. Aunque numerosos grupos sociales cuentan y practican alguna religión, la mayor parte de las decisiones de Estado no incorporan los valores éticos o sagrados sencillamente porque el Estado laico se ha convertido en una institución que la mayor parte de nosotros respetamos como la adecuada. El Estado laico —argumenta Jonathan Haidt— nos ha arrojado innumerables beneficios, como la tolerancia a la diferencia de credo, preferencia sexual, sentido de equidad, etcétera. Sin embargo, ha dejado un vacío en el espacio para los valores sagrados que, en su argumento, el ser humano requiere para darle un sentido a su vida. Para reforzar su argumento Haidt 41 M. E. Soulé et al., op. cit.; M. Gorke, op. cit. 42 J. Haidt, The happiness hypothesis. Finding modern truth in ancient wisdom, 2006, Cambridge, ma: Basic Books, 297 pp. 43 Ídem.
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hace referencia al trabajo del historiador sobre religión Mircea Eliade, quien sostiene a través de sus investigaciones que la percepción de lo sagrado es universal en los humanos, independientemente de si son religiosos o no. Para ilustrar su punto sólo voy a traducir un párrafo que dejó tan boquiabierto a Haidt como a mí: Sitios privilegiados, diferentes de todos los demás —el lugar de nacimiento de una persona, o el escenario de su primer amor, o algún lugar en su primer viaje visitado en su juventud. Incluso para el más franco hombre sin religión, todos estos lugares aún retienen un valor excepcional y único: son sus sitios sagrados de su universo privado, como si fuera en esos lugares en los que recibió la revelación de la realidad en forma diferente que en la forma que participa en su vida ordinaria.
Al leer esta frase creo que tuve uno de esos momentos de “¡Eureka, lo encontré!” Al igual que a Haidt, Eliade había definido perfectamente el sentido de espiritualidad que alguien tan secular como yo puede tener y que se limita a nuestros espacios relacionados al amor, el conocimiento o el contacto con la naturaleza. Ese es precisamente el sentido holístico y el poder del valor intrínseco de los ecosistemas que muchos biólogos claman debe ser el fundamento de la ética ambiental, el mismo que no ha encontrado aún eco como una razón de peso para promover la conservación de la naturaleza. Haidt continúa su argumento dando ejemplos de “sentimientos por lo divino”, uno de ellos el que deja Darwin en su diario al observar el bosque brasileño; ahí afirma: “no es posible describir las emociones de asombro, admiración y devoción que llenan y elevan la mente”. Haidt termina con un análisis impactante de cómo la ciencia se convirtió en un conjunto de disciplinas estériles, y para ello cita el trabajo de las historiadoras de la ciencia Lorraine Daston y Catherine Park en su libro Maravillas y el orden de la naturaleza 1150–1750.44 En esta investigación, las historiadoras describen cómo, hasta antes de la época de la Ilustración, la ciencia y la filosofía tenían espacio para incluir la maravilla en sus descripciones. Paulatinamente la ciencia seria se tomó como aquella que describía hechos y los catalogaba, 44 L. Daston y C. Park, Wonders and the order of nature (1150-1750), 1998, Nueva York: Zone Books, 511 pp.
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y rígidamente aprendió a separar hechos de valores y emociones (como si las emociones no fueran un hecho también).45 La ética ambiental planteada de la forma en que Haidt esboza las emociones, la podemos definir como un conjunto de valores superiores que le dan el sentido de divinidad a una sociedad. De esta forma lo podemos proponer sencillamente como hipótesis en relación a las emociones que nos produce la naturaleza y que se puede probar o refutar y que seguramente evoluciona y cambia con el paso de la historia y los conocimientos que adquiere el sujeto sobre la naturaleza que lo rodea. En otras palabras, la biofilia propuesta por Wilson es probablemente ese sentido de lo sagrado que muchas personas tenemos por los paisajes naturales, pero que es necesario definir en forma precisa y explícita para poderlo incluir en la ética ambiental de nuestra comunidad. Son emociones que no vienen (o más bien no importa si vienen) de nuestro origen evolutivo en las sabanas africanas sino que muy probablemente varían conforme la cultura ambiental de un pueblo se transforma. Por ejemplo, tengo la hipótesis de que en la ciudad de La Paz Baja California Sur hay pocas personas que no vean el día de hoy Balandra —una roca con una forma muy peculiar que se encuentra a unos 20 km al norte de la ciudad (Figura 3) — como un símbolo de integración cultural y como un icono sobre la importancia los espacios recreativos populares. Alrededor de la roca se encuentra una de las únicas playas públicas más hermosas alrededor de la ciudad de La Paz en las que aún no se encuentra un desarrollo urbano ni hotelero. Es además una de las zonas en las que queda preservado el manglar costero. Ante presiones para desarrollar un complejo hotelero, la ciudadanía paceña ha respondido en forma valiente y ha promovido una campaña para que esa bahía continúe siendo un ícono de la ciudad de la Paz y se conserve como una playa pública. La campaña ha logrado más de 18 mil firmas hasta ahora y se puede visitar en el sitio http://www.balandraesnuestra.org. La hipótesis de que para la ciudadanía de La Paz este sitio cuenta con un valor superior o sagrado, sensus Haidt, se podría corroborar de una manera más metódica (con encuestas aleatorias y siguiendo un diseño estadístico por ejemplo), pero de ser corroborada representaría quizá el argumento más poderoso para tratar de preservar este sitio como un espacio natural. 45 Haidt, op. cit.
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Tratar de asignarle un valor monetario a los beneficios que obtiene el día de hoy la comunidad de La Paz de Balandra es una lógica que sencillamente no tiene sentido, porque esta bahía y su piedra icónica es única y no cuenta con ningún bien sustituto para remplazarla. Esta experiencia indica, por el contrario, que debemos comenzar a recoger y hacer explícitos los valores superiores o sagrados que le asigna la sociedad a la naturaleza como un ejercicio necesario para detener la degradación de los paisajes naturales. Otro ejemplo sumamente exitoso que se ha estado implementando en la península de Baja California es el impulsado en los últimos años por el Grupo Tortuguero, quien ha inspirado grupos de conservación de estos reptiles en peligro en cada una de las comunidades costeras de la región (http://www.grupotortuguero.org). El Grupo Tortuguero ha encontrado un sentido de identidad en las nuevas generaciones de más de veinte comunidades que se fusiona con el objetivo de proteger a las tortugas. Otros ejemplos en el estado de Baja California Sur son por supuesto las ballenas o incluso el abulón, que se encuentra decorando la mayor parte de las casas de la región del Pacífico. Obviamente estos sentidos de valores superiores nos pueden ayudar a promover una relación más inteligente con el medio que nos rodea que si sólo pensamos en sus valores comerciales, efímeros y cambiantes. Nos permitirá transitar del desarrollo que desmantela la “bella complejidad” a aquél que lo preserva, sencillamente porque la sociedad cosecha de su entorno valores que no tienen ni quizá tendrán precio en el mercado.
4. Experimentos sociales de conservación y restauración Comunidad y Biodiversidad A.C. (cobi),46 la organización para la cual trabajo, nace precisamente del sentimiento de un grupo de jóvenes con fuertes lazos y admiración hacia la diversidad de la vida marina, convencidos de que la mejor manera para lograr el progreso en la calidad de vida de los habitantes costeros es precisamente a través de la conservación de la integridad de sus ecosistemas. Somos un grupo que a nuestra manera promovemos esa relación más inteligente con el entorno natural que me fue requerido expli46 Visite nuestro sitio www.cobi.org.mx.
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car en este capitulo. En esta sección trataré de ejemplificar algunos modelos que creamos con las comunidades costeras rurales de Baja California Sur. Por ejemplo, a través de nuestro programa “Fondo Pescador” buscamos socios comunitarios con quienes construir la perspectiva compartida de esta visión inteligente. Nuestros socios son comunidades costeras que demuestren una actitud excepcional de respeto hacia la vida marina. Que en su desempeño, o en sus intentos, nos ilustren cómo se puede establecer una relación de conservación más inteligente con el entorno natural. Por ejemplo, con la Sociedad Cooperativa Buzos y Pescadores de isla Natividad en Baja California Sur —un grupo que se destaca por la relación hacia la conservación de los recursos del bosque de sargazo gigante en el que pescan— diseñamos, aplicamos y estamos evaluando un esquema de recuperación y manejo de las poblaciones pesqueras más importantes a través de reservas marinas completamente protegidas. Con nuestros socios comunitarios de la isla Natividad buscamos evaluar los costos actuales y beneficios potenciales de manejar los bosques de sargazo con redes de reservas completamente protegidas, complementando el sistema de manejo de cuotas para la pesca. Nuestra apuesta es que estas reservas permitirán potencialmente no sólo recuperar las especies mermadas por la pesca en la época moderna como el abulón, sino conservar un ecosistema de sargazo mucho más robusto frente a las variaciones ambientales. A pesar de que Natividad es una isla minúscula que casi no se percibe en el mapa, si las respuestas de esta evaluación son positivas, tendrán una relevancia no sólo regional, sino global, iluminando con ello el conocimiento de problemas de conservación de ecosistemas similares en otros países, como Estados Unidos y Canadá que han enfrentado problemas de sobrepesca histórica y desmantelamiento de la “bella complejidad”. Otro ejemplo de nuestro trabajo es el arrecife Cabo Pulmo. En este pequeño arrecife, de impactante belleza, la comunidad ha dejado de pescar desde 1995 por voluntad propia. En este sitio la relación sociedad-naturaleza se ha ido transformando de generación en generación a lo largo de los últimos setenta años en forma por demás interesante: primero, a través de una generación que dependía francamente de la explotación directa de los recursos pesqueros; segundo, con una paulatina transformación de la pesca hacia el turismo basado en la contemplación de la naturaleza, y tercero en una nue-
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va generación de guardianes que llevan el inventario de la recuperación del ecosistema. El proyecto que realizamos en conjunto con Amigos para la conservación de Cabo Pulmo A.C. consiste en entrenar a las nuevas generaciones de guías de buceo locales para que hagan el inventario de la recuperación extraordinaria que se ha presentado en el arrecife después de más de diez años de protección y que ha sido resguardado por sus habitantes locales. En conjunto con ellos estamos evaluando los beneficios económicos y los valores que la sociedad local, regional y global le atribuye al arrecife por su recuperación. Intentamos diseñar un modelo en el que los incentivos para conservar el arrecife, no sólo los absorba la comunidad local, sino otros sectores de la sociedad como los turistas que gozan del buceo en ese arrecife. A través de un estudio económico queremos determinar en cuánto debiera aumentar la cuota por tener el privilegio de bucear ahí y que ello pueda compensar la inversión que de hecho están haciendo los habitantes de Cabo Pulmo por no pescar en el arrecife. Por último, en Loreto en conjunto con el personal del Parque Nacional llevamos a cabo dos principales experimentos de reconstrucción de los ecosistemas. El primero es un experimento social que intenta abrir un espacio de discusión participativo con los diferentes usuarios sobre el desmantelamiento de la “bella complejidad” como resultado de la pesca histórica. Con la creación del programa de manejo del Parque Nacional en el año 2001, la comunidad cerró a la pesca dos pequeñas áreas —ahora “de no pesca”—, que han servido como testigos del efecto de la pesca moderna artesanal en las áreas abiertas. En tan sólo cinco años los sitios se han recuperado de manera espectacular, mientras que las áreas abiertas a la pesca han perdido muchos de los atributos del ecosistema.47 Con esta información y la que hemos producido con las investigaciones históricas dentro del Golfo de California48 la 47 A. Sáenz-Arroyo et al., “A community-based marine reserve network in Northwestern Mexico”, en Proceedings of the symposium and workshop of the North American marine protected areas network, documentos completos en http://www.cec.org, 2005, Loreto, Baja California Sur, México. 1-3 de marzo, North American Commission for Environmental Cooperation. 48 A. Sáenz-Arroyo et al., “The value of evidence about past abundance: marine fauna of the Gulf of California through the eyes of 16th to 19th century travelers”, op. cit.; idem, “Fishers’ anecdotes, naturalists’ observations and grey reports to reassess marine species at risk: the case of the Gulf grouper in Gulf of California, México”, Fish and Fisheries, 2005, 6: pp. 121-133.; idem, “Rapidly shifting environmental baselines among fishers of the Gulf of California”, Proceedings of the Royal Society of London Series B-Biological Sciences, 2005, 272: pp. 1957-1962.
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Figura 3. La piedra y la playa de Balandra cerca de la ciudad de La Paz en B.C.S.
La comunidad de esta ciudad emprendió una campaña para que Balandra se conserve como un icono de la ciudad y una playa pública (fotografía de Peter Patterson).
idea es abrir espacios de discusión con los diferentes actores sobre el valor de recuperar atributos del ecosistema. Conforme se establezcan los espacios de diálogo se irá midiendo cómo varía el compromiso de los diferentes actores en relación a la creación de redes de reservas marinas completamente protegidas. Con apoyo de diferentes fundaciones, queremos hacer de este proceso un ejemplo de participación en la asignación de valores sociales para la conservación. Los resultados de estos foros, positivos o negativos, en relación a la creación de redes de reservas completamente protegidas, se utilizarán como parte de la revisión del programa de manejo. El otro proyecto en Loreto lo realizamos con la cooperativa “Mujeres del Golfo” y está muy relacionado al proyecto de isla Natividad, pero busca encontrar respuestas para las poblaciones de peces de ornato y los arrecifes semitropicales del Golfo de California. Esta cooperativa, singular porque está
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conformada por once mujeres, se dedicaba tradicionalmente a la explotación de especies pequeñas de peces de arrecife de interés para los acuaristas. Con ellas y nuestros socios de Reef Check California intentamos probar un modelo basado en la protección del 30 por ciento de los sitios pesqueros como refugio de la actividad pesquera. El modelo intenta paralelamente buscar mercados justos que paguen por el esfuerzo de manejo de la cooperativa de mujeres y se avalen a través de una certificación internacional Consejo de Custodia de Acuarios (mac por sus siglas en inglés).49 Con cada comunidad con la que trabajamos, y con los nuevos socios que encontremos en el futuro, buscamos establecer modelos de interacción entre las sociedades humanas y los ecosistemas marinos que fomenten por un lado la preservación de la diversidad de la vida en el mar y por el otro el desarrollo integral de las comunidades costeras. Nuestras alianzas buscan despertar y reforzar el interés que existe en las comunidades costeras por conservar los recursos de los cuales depende su supervivencia y volverlo un modelo que genere respuestas de interés para nuestros socios locales, con relevancia nacional y global. Buscamos diseñar, aplicar y evaluar estos modelos de uso en los cuales todos los valores que la sociedad atribuye al ecosistema tengan un lugar en el proceso de planeación.
5. Participación en comunidades locales, regionales, nacionales y globales: el último detalle para definir inteligencia Cuando era pequeña me podía reír durante largo tiempo de un chiste que a continuación detallo. Unas hormiguitas vivían justo en el tránsito en el que un elefante pasaba muy a menudo y que a su paso destruía todo lo que las hormiguitas habían construido con cuantiosa labor. Cansadas de reconstruir una y otra vez su hogar, las hormiguitas decidieron hacer un plan de ataque para eliminar de una vez por todas a su enemigo. Su plan consistía en subirse todas a un árbol y al paso del elefante por encima de su hormiguero, tirársele al cuello y ahorcarlo hasta asfixiarlo. Así lo hicieron. Obviamente en el momento en el que pasó el elefante, y las hormiguitas lograron brincar a su cuello, con una sacudida mandó a volar todos esos pequeños seres que le 49 Un articulo interesante para obtener más información se puede ver en http://www.reefcheck. org/news/news_detail.php?id=224.
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provocaban un débil cosquilleo detrás de las orejas. Tan sólo una de las atrevidas quedó colgada del cuello del gran mastodonte. Ingenuas e ilusionadas, sus compañeras le gritaban desde el suelo “¡ahora sí, ahórcalo, ahórcalo!” La amenaza del cambio climático sobre el bienestar de las sociedades me recuerda mucho al chiste del elefante y las hormigas. Paradójicamente todos los experimentos y los ejercicios de restauración o de hacer explícitos los valores “sagrados” que tenemos las comunidades sobre los ecosistemas pueden perderse si el fenómeno del cambio climático y el calentamiento global continúan.50 Por ello es importante no sólo participar en la creación de una visión de desarrollo dentro de nuestro municipio o estado, sino dentro de la comunidad nacional y global. Sólo de esta forma es posible llevar a las mesas de negociación la sumatoria de importancias y valores que las sociedades le atribuyen a los ecosistemas y a la preservación de la naturaleza desde el punto de vista local, regional y global. La llamada tragedia de los comunes51 no sólo se aplica a las comunidades pequeñas con recursos de acceso abierto; su lógica ataca a los comunes globales, a todos lo miembros de esta sociedad planetaria que con nuestro modelo de desarrollo hemos ido transformando la “bella complejidad” planetaria creada a lo largo de seis mil millones de años.52 Concluyo con una reflexión sobre la importancia del pensamiento colectivo y la participación a todos los niveles. En un ensayo reciente publicado en la revista Nature, “Mentes colectivas”53, se relata cómo en 1905 el naturalista Edmund Selous quedó maravillado del comportamiento de las parvadas de aves que sincrónicamente volaban para abatir el efecto del viento. Durante su vida —comenta el autor del artículo— Selous luchó por comprender este comportamiento y llegó a pensar “deben de pensar colectivamente todos al mismo tiempo o al menos en parches o yardas de manera que una idea brilla en todos los cerebros y se coordinan”. El artículo concluye que al explotar la 50 M. Hopkin, “Climate change 2007: Climate sceptics switch focus to economics”, Nature, 2007, 445(7128): pp. 582-583. 51 G. Hardin, “The tragedy of the commons”, Science, 1968, 162: p. 1243-1248; T. Dietz, E. Ostrom y P.C. Stern, “The struggle to govern the commons”, Science, 2003, 302(5652): pp. 19071912. 52 R. A. Kerr, “No longer willful, Gaia becomes respectable: The Gaia hypothesis, that Earth is a single huge organism intentionally creating an optimum environment for itself; has been made more palatable; interesting science is coming of it”, Science, 1988, pp. 393-395. 53 I. Couzin, “Collective minds”, Nature, 2007, 445(7129): p. 715.
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participación y la comprensión de un fenómeno por muchos cerebros lleva obviamente a un nivel de análisis mucho más alto y complejo que el que se obtiene por una sola mente.54 Así pues, pescadores discutiendo con pescadores, pescadores con científicos, funcionarios con empresarios turísticos, pescadoras con pescadores, científicos con pescadores ilegales, mexicanos con ecuatorianos, brasileños con suecos y estadounidenses, todos pensando como establecer una relación más “inteligente” entre las comunidades humanas y el medio silvestre. Quizá así, como las aves que vuelan en forma sincrónica y nos resulta todavía el día de hoy difícil y fascinante explicar cómo lo logran, alcancemos un nivel de análisis tal que nos permita preservar todo lo que la sociedad humana valora de los ecosistemas que la rodean. Entonces sí creo que lleguemos a tener una relación inteligente sociedad-naturaleza.
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Capítulo 14. La paradoja del chimpancé pensante
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Capítulo 15
El turismo alternativo o de naturaleza: un excelente complemento para fortalecer el sector turístico en Baja California Sur José Urciaga García, Micheline Cariño y Jesús Zariñán
C
omo ya se mencionó en el capítulo 8, el desarrollo turístico mexicano se ha centrado fundamentalmente en un producto turístico de sol y playa con escasa oferta complementaria. Sin embargo, en respuesta a las exigencias del desarrollo sustentable, a la atención de otros segmentos de la demanda turística (más diversificada y segmentada) y a la necesidad de establecer mecanismos para reducir los impactos adversos de los periodos de baja de la afluencia turística, recientemente se ha impulsado una estrategia diferente. Este cambio se refiere a la diversificación de la oferta en México como un elemento esencial para mejorar la competitividad de los destinos turísticos, lo que posibilita ofrecer un abanico más amplio de actividades distintas a las tradicionalmente asociadas al turismo de sol y playa. Si se consideran los cambios en las preferencias de los consumidores, ahora más informados y exigentes, es posible enriquecer la oferta turística con elementos naturales, culturales y patrimoniales que permiten a turistas con inquietudes diferentes al tradicional ambiente de sol y playa encontrar nuevas formas de entretenimiento en sus vacaciones. [601]
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Este capítulo tiene la finalidad de destacar la importancia del turismo alternativo como complemento de las actividades asociadas al turismo tradicional de sol y playa, para fortalecer el sector turístico en Baja California Sur. Iniciamos con un apartado que pasa revista brevemente a algunas características relevantes del turismo tradicional en el estado. En seguida, analizamos los conceptos y actividades propias del turismo alternativo. Posteriormente mostramos los atractivos y las posibilidades que existen en la región para el desarrollo del turismo de naturaleza. Por último, hacemos una revisión sintética de los principales actores que operan en torno al turismo alternativo en la entidad.
1. El sector turístico tradicional En la actualidad el turismo desempeña un papel cada vez más importante en la economía de muchos de los países en desarrollo y se ha convertido en uno de los principales generadores de empleo. A nivel mundial se calcula que es responsable del 10 por ciento de la actividad económica y, en los países en desarrollo, el turismo internacional registra un crecimiento superior a la media mundial. Para el caso de México, después del petróleo y las remesas, es la actividad que ingresa más divisas a la economía y una de las que ofrecen mayores impactos multiplicadores en la creación de empleo, estímulo a la inversión y crecimiento económico. Baja California Sur ocupa el tercer lugar como destino turístico nacional (sólo después de Cancún y la Riviera Maya) y el turismo representa en definitiva su actividad económica más importante y dinámica. El impulso reciente del turismo en Baja California Sur se centró en los corredores turísticos de Los Cabos y Loreto y, con menor importancia, en La Paz. Los Cabos es uno de los centros turísticos del país de mayor reputación por su carácter elitista; localizado en la porción sur de la península de Baja California, a la fecha todas las comunidades localizadas en esa zona están influenciadas por dicha actividad. Los Cabos fue un centro planeado para
Eugenio Yunis, “El desarrollo sostenible del turismo: una herramienta para la reducción de la pobreza”, ponencia presentada en el Coloquio Internacional sobre Desarrollo Sostenible del Turismo: Un Enfoque Multidisciplinario para la Gestión Local, La Paz, B.C.S., 27-29 de septiembre de 2005, pp. 1-3. Este fenómeno se describe con mayor amplitud en el capítulo 8 de este libro.
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desarrollar el turismo náutico y balneario. Comprende poco más de 35 kilómetros de zona costera en un corredor que va de Cabo San Lucas a San José del Cabo, en el primero predomina el turismo náutico y la pesca deportiva y en el corredor el de sol y playa. Además, la influencia de Los Cabos tiende a desbordar considerablemente hacia Todos Santos por la costa del Pacífico y a Cabo del Este, por la del Golfo. El corredor de Loreto se localiza en la costa oriental del estado de Baja California Sur, en la costa del Golfo de California, en el territorio del municipio de Loreto. Fue concebido desde principio de los setentas para incluir Loreto, Nopoló y Puerto Escondido. Loreto es la localidad urbana principal, Nopoló cobija la infraestructura hotelera, inmobiliaria y de campos de golf, y Puerto Escondido es el centro náutico. Las tendencias actuales muestran un creciente interés por mejorar el posicionamiento de Loreto y La Paz en el mercado turístico. El rápido desarrollo de centros inmobiliarios turísticos, de infraestructura y de servicios, así como la mayor afluencia de turistas hacia La Paz y Loreto, así lo indica. En La Paz, el desarrollo inmobiliario ha llegado ya a la barra de arena que crea la ensenada de La Paz, en el Mogote, con el nombre de Paraíso del Mar, al complejo de Costa Baja –que incluye un hotel de lujo, zona residencial, condominios en playa y una marina-, al sur de la costa de Tecolote, y más al sur, pero también en el municipio de La Paz, a lo que fue Ensenada de Muertos, ahora con el pomposo nombre de Bahía de Los Sueños. La demanda turística en la entidad se ubica en poco más de millón y medio de visitantes al año, con mayoría de extranjeros, una ocupación hotelera promedio cercana al 60 por ciento, una estancia media de tres días y un fuerte componente estacional en el período de invierno. De acuerdo a los datos más recientes de 2006, contenidos en el Segundo informe del gobernador Agúndez Montaño, la oferta hotelera se sitúa en 290 establecimientos con 15,384 habitaciones de todas las categorías y nueve marinas que brindan resguardo al turismo náutico. Los Cabos representa el corredor turístico de mayor crecimiento y cobertura, concentra la mayor parte de la infraestructura portuaria y marítima, cuenta con una capacidad de alojamiento de 11,449 habitaciones en 114 hoteles (alrededor de la mitad son de tiempos compartidos) y siete campos de golf. En ese año visitaron Los Cabos 1,056,523 turistas; de ellos, un segmento importante considerado de elevados ingresos (casi la mitad de
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los visitantes), se alberga en 30 resorts de cinco estrellas, clase especial y gran turismo, que ofrecen poco más de cinco mil habitaciones. En contraste, los datos del corredor turístico de Loreto indican que este destino se encuentra en vías de consolidación, con una oferta hotelera de apenas 24 hoteles con 586 habitaciones y una visita de 174,897 turistas. Sin embargo, cabe destacar que los recursos aplicados por el fonatur en el año 2006 fueron similares a los aplicados por la misma dependencia gubernamental en Los Cabos (29.1 y 21.3 millones de pesos, respectivamente). La derrama económica alcanza alrededor de los 60 mil millones de pesos, con una creación de empleo de aproximadamente 25 mil personas ocupadas, adicional a los empleos que se generan en otros sectores como el transporte, operadoras de tours, abastecimiento de alimentos y recreación vinculados con el turismo. La inversión extranjera directa es el motor del crecimiento del sector turístico, con poco más de 1,120 empresas que participan activamente en el mercado de tierras, en desarrollos inmobiliarios y en servicios colaterales (de hoteles, viajes y otros servicios recreativos, financieros, seguros y de alquiler). Esto se refleja en un dinámico sector de bienes raíces asociado al turismo y tiene importantes efectos sobre el mercado de tierras, ya que muchos de los ejidos y de los ejidatarios, una vez que aseguran los derechos de propiedad, venden sus tierras a empresas e individuos. En pocos años se ha configurado así un importante y dinámico mercado de tierras en el que las empresas extranjeras concentran la mayor parte del territorio con acceso a playa y con mejores condiciones paisajísticas. Por ejemplo, recientemente la promotora española Hansa Urbana adquirió 3,550 hectáreas con siete kilómetros de costa en el municipio de Loreto para desarrollar el complejo Cabo de Cortés, consistente en instalar zonas residenciales, áreas hoteleras, comerciales, deportivas y de ocio, cuatro campos de golf, una marina de 400 amarres y un aeropuerto. En Los Cabos y La Paz ocurre lo mismo a través de los proyectos de desarrollo inmobiliario Paraíso del Mar (en El Mogote) y Bahía de los Sueños (en la Ensenada de Muertos) para La Paz, y los proyectos de ampliación de la zona hotelera y de nuevas marinas para el municipio de Los Cabos.
Narciso Agúndez Montaño, Primer informe de gobierno, La Paz, Baja California Sur, 2006.
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El turismo es una actividad de fuertes impactos económicos, ambientales y sociales. Hay beneficios económicos que se expresan en ingresos, empleo y productos derivados del turismo, pero simultáneamente se evidencian los impactos adversos de los desarrollos turísticos e inmobiliarios. El vertiginoso crecimiento turístico, que siempre trae aparejada una migración descontrolada provoca también la pérdida de identidad local y de las culturas tradicionales. También implica problemas de distribución de los asentamientos humanos y de localización de la actividad económica, además de problemas sociales —desintegración familiar, drogadicción, prostitución— y ambientales, como la degradación de los servicios ecológicos de la zona costera. Este deterioro afecta el desarrollo futuro del turismo debido a los daños, generalmente irreversibles, al paisaje (que irónicamente representa el principal insumo de la oferta turística). De hecho, muchas actividades que se promocionan como turismo de naturaleza y sustentable por parte de las empresas prestadoras tienen efectos de grave degradación. Por ejemplo, los recorridos en cuatrimoto provocan la compactación de suelo y excesivo pisoteo. Así, en ausencia de procesos de planeación y manejo, las actividades de turismo de naturaleza pueden reducir la visita a los sitios y disminuir la propia actividad turística. Se ha convertido en ejemplo paradigmático el disfrute de los servicios de recreación mediante esquemas de turismo que por razones asociadas a un manejo inadecuado se traducen finalmente en el agotamiento de la propia fuente de belleza paisajística y en el deterioro de los servicios de recreación de ese ecosistema, derivando prácticamente en el abandono turístico del sitio o la región. Es frecuente que los paisajes costeros se degraden como resultado de establecer obras de infraestructura turística y asentamientos humanos en playas, dunas, esteros y lagunas costeras. Por ello el sector turístico tiene la necesidad de adoptar urgentemente los principios y objetivos del desarrollo sostenible, ya que el medio ambiente representa uno de sus componentes esenciales y con mayor valor, por lo que degradar o destruir el ambiente —cultural o natural— comprometería inevitablemente al propio sector.
Z. Mieczkowski, Enviromental issues of tourism and recreation, Lanham, md: University Press of America, 1995. Eugenio Yunis, “Sostenibilidad en el turismo y rol de la certificación”, ponencia presentada
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El desarrollo futuro de la actividad turística, trátese de turismo tradicional o alternativo, debería estar condicionado a la aplicación de criterios de desarrollo sustentable y especialmente de planificación económica con instrumentos como los planes de desarrollo urbano y de ordenamiento ecológico marino y terrestre, que contribuyan no sólo a la conservación, sino también “a sacar de la pobreza a un número ingente de personas en el mundo en vías de desarrollo, incluyendo aquí las zonas menos favorecidas de países con un nivel económico intermedio, como México por ejemplo”.
2. El contenido del turismo alternativo A efecto de clasificar la actividad turística es necesario considerar sus principales atributos. Por una parte, por gustos y preferencias de los que seleccionan la aventura versus aquellos que buscan la comodidad, o bien, por el desarrollo de los mercados de productos temáticos, que tienden a combinar las denominadas tres “e” (educación, entretenimiento y emociones extremas) o bien las tres “s” (mar, sol y arena, por sus siglas en inglés). Las tendencias actuales apuntan a la búsqueda de nuevas formas de turismo, de destinos nuevos y más auténticos, de entornos culturales diferentes, y de playas y montañas menos contaminadas. (Los turistas) sienten curiosidad por descubrir países nuevos y culturas desconocidos para ellos y, lo que es muy importante, la mayoría de ellos tiene capacidad financiera para llegar a casi cualquier destino del mundo. Y si esa curiosidad está todavía en una fase latente o incipiente en algunos segmentos de mercados, los operadores turísticos y los agentes de viajes pueden sin duda despertarla con una promoción adecuada y con los medios de comunicación de que disponen para influir en las elecciones de los consumidores.
Es por ello que se afirma que el turismo alternativo representa una opción para personas interesadas en la práctica de actividades que no pueden realizarse en los espacios tradicionales, lo que constituye la base para desarrollar
en el Coloquio Internacional sobre Desarrollo Sostenible del Turismo: Un Enfoque Multidisciplinario para la Gestión Local, La Paz, B.C.S., 27-29 de septiembre de 2005, p.1. Eugenio Yunis, “El desarrollo sostenible del turismo: una herramienta para la reducción de la pobreza”, loc. cit., p. 1. Ídem, p. 2.
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estrategias de diversificación de la economía regional, permitiendo a las empresas y comunidades locales generar ingresos a través de actividades productivas complementarias y mejorar su calidad de vida. El aprovechamiento con fines de turismo de la rica y variada vida rural permite mejorar los ingresos y el empleo como respuesta a la emigración rural, como una forma de arraigo de la población y de combate a la pobreza. Cubre las actividades en espacios abiertos de una amplia gama y responde al interés por conservar y valorar el patrimonio natural y la cultura rural. La Organización Mundial del Turismo (omt) señala algunas razones que dan cuenta de por qué el turismo puede atender necesidades de la población en condición de pobreza: los países en desarrollo poseen ventajas competitivas en cuanto a singularidad cultural, flora y fauna naturales, clima, artesanías y paisajes sin contaminar ni antropizar. En ellos puede darse la atracción turística de espacios naturales en las zonas rurales, la oportunidad de apoyar o complementar otras actividades económicas (la agricultura tradicional, el transporte de tracción animal y las artesanías) y la posibilidad de emplear mucha mano de obra, pudiendo incluir a mujeres y jóvenes, entre otras. Las actividades de turismo alternativo permiten potenciar el desempeño económico del espacio rural con la participación activa de los actores y con mecanismos distributivos que garanticen la participación de las comunidades para mejorar la calidad de vida del medio rural. El propósito es generar mejores oportunidades de ingreso y calidad de vida a los habitantes del medio rural mediante la integración de las tradicionales actividades rurales (agrícolas, ganaderas, avícolas y otras) con el turismo alternativo. En tanto que un segmento especializado del turismo alternativo, el llamado turismo de naturaleza permite la puesta en valor de sitios con atractivos naturales, acontecimientos e identidades, la observación de prácticas para la reducción del estrés de la vida moderna y de atención al ocio, a la salud física y mental, así como la valoración de los estilos de vida rural y regional. Las actividades de turismo alternativo y de naturaleza permiten resaltar el compromiso y conciencia con el medio natural, social y cultural. Su práctica adopta estilos no convencionales, más activos y de mayor participación que interactúan con el medio ambiente y con todo tipo de expresiones culturales que ofrecen los destinos turísticos alternativos.
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Las instituciones oficiales mexicanas reconocen este tipo de turismo como una oportunidad para diversificar la oferta de productos turísticos en México y consolidar un modelo de desarrollo sustentable. Las actividades de turismo alternativo registran un fuerte crecimiento debido a los cambios en la demanda turística producto de los nuevos intereses, preferencias y gustos de los turistas, además de la tendencia global a la diversificación de la oferta turística. Estas tendencias valoran de manera importante el patrimonio natural y cultural. La dinámica turística se orienta hacia nuevos intereses que muestran una mayor sensibilidad hacia los valores medioambientales y culturales; es decir, hacia el patrimonio que incorpora todo aquello que posee un valor natural, ambiental, histórico y/o cultural. Las actividades que integran el turismo alternativo y de naturaleza se contienen en tres grandes tipos: el ecoturismo, el turismo de aventura y el turismo rural. a) El ecoturismo es un segmento de turismo de mínimo impacto sobre el ambiente, se desarrolla en espacios naturales y aprovecha las motivaciones y conductas de los turistas interesados en el medio natural y en la singularidad de los recursos que se identifican con los espacios de alto valor ecológico o paisajístico. En muchas ocasiones, los espacios adecuados para el desarrollo del ecoturismo se encuentran sujetos a algún tipo de regulación con la que se persigue su conservación, como en el caso de las áreas naturales protegidas. Abarca las actividades recreativas de apreciación y conocimiento de la naturaleza mediante la interacción con la misma: talleres de educación ambiental, observación de flora, fauna, fósiles, geológica, sideral, fenómenos naturales y atractivos singulares de la naturaleza, senderismo interpretativo, participación en programas de rescate de flora y fauna y en proyectos de investigación biológica. b) El turismo de aventura se entiende como la realización de actividades recreativas asociadas a desafíos que impone la naturaleza (en tierra, agua y aire) y entre las que destacan: caminata, espeleoísmo, escalada en roca, catonismo, ciclismo de montaña, alpinismo, rappel, cabalgata, buceo, descenso en ríos, kayakismo, pesca deportiva y recreativa, paracaidismo y vuelos en diversas modalidades (parapente, ala delta, globo, ultraligero, entre otros). c) El turismo rural agrupa actividades de convivencia e interacción con la comunidad rural en todas las expresiones sociales, culturales y productivas
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que allí se expresan, y que incluyen agroturismo, etno-turismo, vivencias en campo, aprendizaje de dialectos, preparación y uso de medicina tradicional, talleres artesanales y gastronómicos y fotografía rural. El turismo rural es, en definitiva, un conjunto de actividades recreativas que pretenden valorar la vida rural y que le brindan al visitante urbano sus atractivos: la participación en tareas del rancho o la granja, junto con el involucramiento en su cultura, además del disfrute de la gastronomía y de la hospitalidad de las familias rurales. Esta perspectiva incorpora áreas de oportunidad para desarrollar empresas dedicadas al turismo alternativo o de naturaleza, oportunidades complementarias que pueden ir desde la creación de hoteles, casas de artesanías y tiendas de regalos, hasta otras actividades que pueden mejorar la cohesión social. En el desarrollo de esta actividad tiene un papel muy importante la empresa, en especial la pequeña y mediana empresa, para operar y promover productos turísticos. Para este tipo de sociedades la innovación y creatividad como estrategia de competencia y rivalidad es fundamental para permanecer en el mercado. La omt apunta que el “primer reto al que nos enfrentamos es el de seguir sensibilizando al sector privado del turismo, a las autoridades locales y nacionales, y a las comunidades locales sobre la fuerza del turismo y la necesidad de encauzarlo sobre rieles sostenibles —social, económica y ambientalmente— para que contribuya efectivamente a la reducción de la pobreza.”
3. Los atractivos y posibilidades de desarrollo del turismo de naturaleza Baja California Sur es una entidad con una gran dispersión de su población rural en la ocupación del espacio. Una tercera parte de la población se distribuye en numerosas rancherías y pequeños asentamientos rurales con paisajes muy diversos, desde desierto montañoso de difícil acceso, hasta oasis y pequeñas reservas de agua. Son condiciones naturales de privilegio para desarrollar actividades de turismo alternativo. El territorio comprende espacios abiertos en donde destaca una biodiversidad excepcional asociada a
Íd., p. 6.
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una variedad de servicios ecológicos de los ecosistemas costeros, marinos y de zonas áridas, además de otros importantes valores del entorno, como la belleza escénica del paisaje y una rica herencia histórica y cultural. Posee también importantes recursos naturales y valores patrimoniales que pueden ser considerados como sitios de interés paisajístico, científico y cultural. Por sus atractivos turísticos resalta el Golfo de California, un ecosistema marino que registra importantes servicios ecológicos y de elevada productividad y biodiversidad, de enorme riqueza biológica y composición única de especies, así como la presencia de áreas importantes de reproducción de aves marinas migratorias y mamíferos marinos. Las islas del Golfo registran una serie de atributos de carácter ecológico, económico, social e histórico, dentro de los cuales destacan la belleza paisajística y su buen estado de conservación; atributos que han despertado el interés turístico y que atraen año con año a un creciente número de visitantes. De acuerdo a informes de la Secretaría de Turismo, Baja California Sur es de los estados de la república con mayor atractivo para el impulso de actividades de turismo de naturaleza, en especial el ecoturismo y el turismo de aventura. Destacan las actividades de buceo, observación de los ecosistemas y de ballenas.10 En el turismo de aventura están adquiriendo mayor importancia las prácticas de buceo, kayakismo, caminatas, cabalgatas y ciclismo de montaña. Sin embargo, a pesar de los amplios espacios rurales, las actividades características del turismo rural, como agroturismo, talleres artesanales y gastronómicos y fotografía rural, aún presentan poco desarrollo. Las prácticas del senderismo interpretativo contemplan recorridos relacionados con el ambiente que, mediante leyendas y señalizaciones, destacan situaciones de interés con la intención de que el espacio se explique y justifique por sí mismo, de tal forma que la importancia de la conservación sea evidente tanto para los visitantes como para los habitantes locales. Por otro lado, el aprovechamiento de los atractivos turísticos en las rutas y circuitos que ofrecen los oasis puede mejorar la práctica del senderismo temático e interpretativo.
Javier Gaitán Morán et al., “Conservación del Patrimonio en Baja California Sur: una iniciativa de infraestructura profesional transfronteriza”, en S. E. Lewis y K. P. Demaree (eds.), Proceedings of the Pacific Coast Council on Latin American Studies, The Pacific Coast Council on Latin American Studies, Vol. 19, 2002, pp. 43-46. 10 sectur, 2001. Estudio Estratégico de Viabilidad del Segmento de Ecoturismo en México. México.
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En la práctica del ecoturismo existen muchas actividades como las de observación de ecosistemas, ballenas, tortugas, aves, observación geológica y de fósiles, entre otras. Si se llevan a cabo mediante una práctica ordenada, son actividades de mínimo impacto sobre el ambiente. Cuando el turismo se practica en áreas naturales protegidas es necesario respetar las regulaciones establecidas para su uso y aprovechamiento en los programas de manejo respectivos. Dichos programas permiten conocer los atributos de estos entornos y determinan su capacidad de carga turística o sus límites de cambio aceptable, para lograr hacer compatible la conservación y el uso turístico del área. Existen diversas formas en las que el ecoturismo contribuye en la conservación: 1) con la creación de fondos para las áreas protegidas;11 2) la generación de empleos para las comunidades; 3) el establecimiento de incentivos económicos para sostener las áreas protegidas, y 4) al proveer de educación ambiental a los visitantes; además, los programas de ecoturismo apuntan a limitar los impactos negativos del turismo. Un aspecto relevante en el manejo de las áreas naturales protegidas es el establecimiento de la capacidad de carga o de límites de cambio aceptables para las zonas de mayor uso turístico; sin embargo, muchos de los estudios para determinar los indicadores de soporte del sistema están en proceso. A la fecha existe poca evidencia empírica sobre el orden de magnitud de la capacidad de carga o de los límites de cambio aceptables en los lugares de mayor demanda turística, indicadores que permiten orientar las decisiones en materia de control y planificación del turismo. En muchas regiones incluidas en las seis anp de Baja California Sur es viable el desarrollo de actividades de ecoturismo.12 La forma y los sitios en los que éstas pueden llevarse a cabo deben estar precisados en sus respectivos programas de manejo publicados en el Diario Oficial de la Federación, lo que representa una gran oportunidad para el desarrollo ordenado del turismo sustentable. Los programas de manejo consideran como actividades de ecoturismo aquéllas de bajo impacto que permiten ampliar las oportu11 Que en B.C.S. se llama fosanp y existe desde el 2005, impulsado por la Asociación de Historia Natural Niparajá, A.C., y la representación de The Nature Conservancy en la región del Golfo de California. Para saber más al respecto consúltese el capítulo 17 sobre los Procesos de conservación impulsados por las ong. 12 Las características, orígenes y programas de conservación de las áreas naturales protegidas de B.C.S. han sido ampliamente tratados en el capítulo 9 de este libro.
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nidades de desarrollo de las regiones involucradas. Los turistas que practican turismo de naturaleza encuentran muy atractivas las áreas naturales protegidas, y entre las razones que explican su preferencia sobresale el que representan un gran atractivo visual y la importante biodiversidad existente en estos ecosistemas (especies de flora y fauna muy sensibles a impactos ambientales). Además, en el caso particular de las anp del Golfo de California y de las lagunas de la Reserva de la Biósfera El Vizcaíno, que figuran en la lista de Patrimonio de la Humanidad, debido a su valor emblemático su atractivo turístico es incluso mayor. La Reserva de la Biósfera El Vizcaíno tiene tres atractivos especiales: en la Sierra de San Francisco, las pinturas rupestres; en las lagunas costeras, el avistamiento de la ballena gris; y en las planicies, la reserva de berrendo. El Parque Nacional Bahía de Loreto presenta una gran variedad de ambientes costeros marinos con fondos rocosos, arenosos, playas, cañadas, cañones submarinos, terrazas marinas con elevado endemismo de especies terrestres y marinas, así como con un paisaje imponente tanto hacia el mar como hacia la Sierra de la Giganta. La Reserva de la Biósfera Sierra de la Laguna presenta mucho interés porque alberga la gran mayoría de especies endémicas y la mayor diversidad biológica del estado; existen diferentes tipos de vegetación, destacando el bosque tropical, único en el estado. El Parque Nacional Cabo Pulmo es el único arrecife coralino en el Golfo de California y el más antiguo del mundo; presenta terrazas marinas fósiles con importante diversidad biológica, lo que le hace uno de sus principales atractivos submarinos. Estos servicios se podrán aprovechar (según la zona del parque) para servicios ecoturísticos, tales como “buceo libre y autónomo, natación, caminatas de playa, campismo, kayaks, tabla vela y pesca deportiva”. En esta región, las actividades ligadas al ecoturismo se han identificado como las de principal potencial económico, lo que ha motivado que los habitantes “en la última década (hayan) cambiado en parte sus actividades económicas de la pesca hacia la prestación de servicios turísticos… (siendo) el buceo es el principal atractivo de la zona”.13 En el Complejo Insular de Espíritu Santo —que forma parte del Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California— la belleza 13 conanp, Programa de trabajo 2001-2006, México, D. F., 2001, p. 36.
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de las islas y sus atributos de paisaje hacen que el área sea idónea para el ecoturismo.14 Las actividades de vela, buceo, kayakismo y cruceros naturalistas generan una derrama económica significativa para la ciudad de La Paz. Los servicios ecológicos que proveen los ecosistemas de las anp sudcalifornianas, como refugio de especies, belleza escénica, recreación, cultura, recursos genéticos, producción de alimentos, son susceptibles de aprovecharse con fines económicos acompañados de criterios de sustentabilidad. Entre estos, por la singularidad que a escala mundial tienen estos sitios, el turismo alternativo —ecoturismo y turismo rural—, desarrollado con base en una planificación seria y permanentemente actualizada, puede representar —a corto, mediano y largo plazos— uno de los más importantes recursos económicos de Baja California Sur. Cuadro 1. Aptitud territorial para actividades ecoturísticas en las áreas naturales protegidas del estado de Baja California Sur Náuticas Velerismo Kayakismo Turismo científico Embarcaciones inflables Cruceros Safari fotográfico y videográfico Observación de flora y fauna marina (principalmente mamíferos marinos) Paisajismo Esquí acuático y parapente Pesca deportiva
Acuáticas y subacuáticas Natación Buceo libre y autónomo Turismo científico Safari fotográfico y videográfico
Terrestres Campismo Senderismo Turismo científico Observación de flora y fauna (principalmente aves) Montañismo (escalada) Paisajismo Safari fotográfico y videográfico
Fuente: Elaboración propia a partir de los planes de manejo de las anp de B.C.S. 14 conanp, Programa de manejo del Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California, México, D. F., 2001, p. 37.
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Las autorizaciones para las actividades de ecoturismo y de usos no consuntivos en las anp se concentran en avistamiento de ballena gris, campismo, kayakismo y observación de flora y fauna, viajes científicos y turísticos, filmación y cruceros para observación de flora y fauna. Cabe señalar que las actividades que en los últimos dos años han adquirido mucha importancia son los campamentos en playas y remo en kayaks, que representaron 90 por ciento de las autorizaciones de usos no consuntivos en 2006.15 A la fecha, un sector del ecoturismo que no se ha desarrollado a pesar de tener un enorme potencial es el senderismo. Esta situación tal vez se deba al mayor atractivo que, en general, tiene el turismo en mar y en playa, que en áreas terrestres; más aún si éstas son agrestes y aisladas. No obstante, es posible diseñar y poner en valor una red de senderos con una belleza escénica extraordinaria, lleno de hermosos contrastes naturales que surgen de la combinación entre desierto y oasis, con gran riqueza cultural, o bien el sendero interpretativo histórico cultural. En el corredor que atraviesa de Loreto al Océano Pacífico se puede poner en valor la red de senderos de los jesuitas, que contempla las localidades de Loreto, San Javier, San José y San Miguel de Comondú y La Purísima. En el área de El Triunfo, San Antonio y Los Barriles se pueden mostrar los procesos históricos y culturales ligados a la vida de los rancheros que se desarrollan en esas regiones, así como destacar la belleza de sus paisajes naturales de montaña, oasis, arroyos y vistas marinas. El gobierno del estado tiene desde hace casi diez años el proyecto de establecer y promover la ruta de las misiones, la ampliación y aprovechamiento del programa de pueblos mágicos (que hoy sólo tiene Todos Santos), así como el programa de Regiones Turísticas Integrales y Circuitos Especializados. Pero desafortunadamente estos proyectos ni siquiera en papel han tenido un desarrollo sistemático y mucho menos acabado. Por otra parte, los planes estatales y municipales de desarrollo, así como diversos planes de desarrollo urbano o de ordenamiento ecológico, establecen la oportunidad de promover diversas actividades de turismo de naturaleza. La idea es promover un desarrollo turístico diversificado y equilibrado entre los sectores productivos, las regiones y el medio ambiente. Un propósito siempre presente es consolidar un modelo de desarrollo turístico que integre 15 Narciso Agúndez, op. cit., p. 234.
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a todas las regiones del estado y reparta los beneficios equitativamente con el desarrollo de todas las zonas con potencial, ya sea de turismo rural, cultural, ecoturismo y/o turismo alternativo, siempre buscando la sustentabilidad y el beneficio de las comunidades. Los programas de desarrollo regional (2001) resaltan las actividades de ecoturismo como potencial para diversificar opciones y actividades económicas. El Plan Estatal de Desarrollo 2005-2011 destaca entre las acciones a realizar las relacionadas con el aprovechamiento turístico de los recursos naturales. En este plan el gobierno del estado plantea que “el turismo será eje fundamental para el desarrollo económico del estado”. Uno de los principales aspectos por atender es encontrar los mecanismos para lograr el equilibrio entre el aprovechamiento de los recursos naturales y la riqueza que generan; debemos impulsar nuevas formas de hacer turismo, por lo que se requiere aplicar políticas en esquemas de desarrollo que permitan brindar opciones para el aprovechamiento de las potencialidades de cada una de las regiones y sus respectivas micro regiones.16
En virtud de que el espacio rural se ha convertido progresivamente en un importante escenario recreativo, es necesario, para la promoción del turismo alternativo y del desarrollo endógeno, identificar los sitios con potencial turístico y desarrollar un mapa que represente las diferentes singularidades, atractivos turísticos y belleza paisajística que permitan crear rutas turísticas y nuevos productos para implantar o impulsar proyectos y actividades de turismo de naturaleza. Las comunidades locales tienen una participación dinámica, ya que ofertan los servicios de la actividad recreativa y los de consumo de productos locales, lo que representa una oportunidad de atención a los aspectos relacionados con el bienestar social y la mejora económica. En regiones desfavorecidas, el turismo rural es una estrategia de arraigo de la población, de promoción del desarrollo y de creación de empleos, debido a su efecto multiplicador de empleo, producción e ingresos, y por su capacidad de creación de sinergias y de aumento en el bienestar. 16 Gobierno del estado de Baja California Sur, Plan Estatal de Desarrollo 2005-2011, p. 230.
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No obstante, y como ya señalábamos antes, la práctica de actividades de turismo de naturaleza no siempre es compatible con criterios de sustentabilidad. Entre las acciones que generan las principales amenazas se encuentran la sobreexplotación de los recursos naturales, el deterioro ambiental y la falta de esquemas que guíen el uso, gestión y aprovechamiento sustentable de los servicios de los ecosistemas. Además de que la participación de las comunidades localizadas en los sitios donde se realizan las actividades es muy baja y no ha cobrado relevancia, lo que dificulta alcanzar los objetivos del desarrollo endógeno. La omt establece que hay: una serie de instrumentos que permiten incorporar los criterios de sostenibilidad a la planificación, desarrollo y gestión del turismo: planes de desarrollo sostenible del turismo; procesos de Agenda 21 a nivel local, con participación multiactores; legislación y normas que regulen el uso del territorio para fines turísticos, integrando a este sector en el conjunto del desarrollo regional y local, y haciéndolo compatible con otros sectores de actividad; normas que regulen el uso de bienes patrimoniales para fines turísticos; planes de manejo de áreas naturales protegidas y sitios arqueológicos; determinación de capacidades de carga para sitios turísticos y respeto de las mismas por todos los actores; indicadores para medir periódicamente una serie de variables que afectan a la sostenibilidad de los destinos turísticos; sistemas obligatorios o voluntarios de certificación de sostenibilidad, etc.17
Sin embargo, a la fecha, las actividades contempladas como turismo alternativo se caracterizan por su escasa coordinación y poca diversificación de los productos orientados a crear sinergias entre sitios y actividades, comunidades y empresas. Existen pocas empresas comunitarias en esta actividad a pesar de la importancia que reviste para la economía de Baja California Sur. Desde la perspectiva gubernamental son pocos los programas actuales y muy escasos los recursos del presupuesto que se destinan al impulso de estrategias de desarrollo sustentable que contemplen al turismo alternativo. 17 Eugenio Yunis, “Sostenibilidad en el turismo y el rol de la certificación”, loc. cit., p. 1.
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El esfuerzo de planificación del turismo desde una perspectiva sustentable para garantizar el equilibrio entre los sectores —de la economía y de la población—, regiones y medio ambiente, ha sido incorporado en el discurso oficial, pero de ninguna manera se ha visto reflejado en los hechos de gobierno. Los resultados de la aplicación de la política turística en Baja California Sur más bien permiten constatar el fuerte impulso que se ha concedido desde hace años al tradicional turismo de sol y playa, y más recientemente al turismo náutico y residencial. Esto a pesar de que son bien conocidos, por la sociedad y el gobierno, los múltiples y graves problemas que este tipo de turismo trae consigo. Hasta ahora no ha pasado de nivel de propuesta de planificación para aprovechar las iniciativas que pongan en valor los atractivos naturales y culturales, que aseguren la compatibilidad entre la conservación, el crecimiento económico y el desarrollo social. Las declaraciones son muchas y la adopción de la perspectiva sustentable en el lenguaje político es de uso frecuente, pero no existen recursos comprometidos en el presupuesto destinados al impulso de esta estrategia. Sólo algunas empresas privadas y la mayoría de las ong ambientalistas que trabajan en la entidad han pasado del discurso a los hechos. En el capítulo 17 explicamos la participación que en este sentido han tenido las ong, por lo que a continuación explicamos sintéticamente el desempeño de la iniciativa privada.
4. Principales actores de la iniciativa privada que operan en torno al turismo alternativo Con base en los padrones municipales de prestadores de servicios turísticos, proporcionados por la Coordinación Estatal de Turismo (cet) en el 2005, organizados en diferentes actividades, se seleccionaron aquellos que se encontraban registrados dentro de las actividades consideradas como turismo alternativo (buceo, transportadoras turísticas marítimas y ecoturismo). Sumaron un total de 122 empresas distribuidas en 13 localidades de los cinco municipios de la entidad, como a continuación se indica:
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Municipio
Localidad
Número Empresas
% Total
La Paz
La Paz Cabo San Lucas San José del Cabo Cabo Pulmo Buenavista Los Barriles San Ignacio Mulegé Guerrero Negro Loreto Pto. San Carlos Pto. López Mateos
37 36 5 2 2 1 11 5 4 8 6 4
30.3 29.5 4.1 1.6 1.6 0.8 9.0 4.1 3.3 6.6 4.9 3.3
Los Cabos
Mulegé Loreto Comondú
San Miguel de Comondú 1
0.8
Dichas empresas se consideraron como el universo muestra para este estudio. Como se puede observar, el mayor número de empresas registradas ante la cet se encuentran en el municipio de Los Cabos, es decir, el 37.6 por ciento, siguiéndole el municipio de La Paz con el 30.3 por ciento, Mulegé con el 16.4 por ciento, Comondú el 9 por ciento y Loreto con 6.6 por ciento. A partir de esta muestra se logró entrevistar a 63 de las 122 empresas seleccionadas, es decir, el 52 por ciento, la mayoría de ellas en el municipio de Los Cabos, distribuyéndose de la siguiente manera: Municipio
Localidad
Número em- Empresas entrevis% muestra presas tadas
La Paz
La Paz Cabo San Lucas Cabo Pulmo Los Barriles San Ignacio Mulegé Guerrero Negro Loreto Pto. San Carlos Pto. López Mateos
37 36 2 1 11 5 4 8 6 4
Los Cabos
Mulegé Loreto Comondú
10 26 2 1 5 2 3 9 2 3
27.0 72.2 100.0 100.0 45.5 40.0 75.0 112.5 33.3 75.0
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Cabe mencionar que varias de las empresas que se encuentran registradas en la cet ya no operan, cambiaron de razón social o tenían registros duplicados, por lo que se redujo ligeramente el número de entrevistas. Si consideramos el tamaño de las empresas por el número de empleados18 del total de empresas entrevistadas, 59 por ciento son microempresas, el 35 por ciento son pequeñas, el 5 por ciento son medianas y una es gran empresa, esta última con oficinas en la ciudad de La Paz. En total, estas sociedades dan empleo directo a 930 personas y generan 628 empleos indirectos, beneficiando aproximadamente a 1,160 familias. Es en la década de los noventa cuando se percibe un impulso en la constitución de este tipo de negocios, ya que el 48 por ciento inició operaciones en dicha década. El 22 por ciento empezó a operar en la década de los ochenta, el 21 por ciento a partir del año 2000 y apenas el 3 por ciento inició en la década de los setenta. Las empresas ofrecen principalmente servicios de buceo, esnórkel, kayak, paseos en lancha, avistamiento de ballenas, aves, mamíferos marinos y flora silvestres, campismo, tours a las pinturas rupestres, las misiones y a las salinas, paseos a islas y pesca deportiva. En menor medida ofrecen apoyo a documentales y fotografías, turismo científico, hospedaje, ciclismo de montaña, avistamiento de tortugas y tiburón ballena, petroglifos, motos acuáticas, veleros y paracaídas. Como se mencionó anteriormente, la demanda turística se compone fundamentalmente por parte de visitantes extranjeros. En este caso, de los clientes atendidos por estas empresas el 86 por ciento son extranjeros y el 14 por ciento nacionales. Para la operación de las prestadoras de servicios turísticos, el 97 por ciento manifestó no recibir apoyos financieros por parte de alguna dependencia o institución gubernamental. Sin embargo, el 56 por ciento declaró recibir o haber recibido apoyo técnico, fundamentalmente en capacitación, por parte de alguna dependencia oficial, como la Secretaría de Turismo (sectur), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (semarnat), la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (conanp), las 18 Según el D.O.F. del 30 de diciembre de 2002: microempresas (de 1 a 10 empleados), pequeñas (de 11 a 50 empleados), mediana (de 51 a 100 empleados), grandes (más de 100 empleados).
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Capitanías de Puerto, el gobierno del estado, los bomberos, la Cruz Roja y el cibnor. Para la promoción de sus servicios o para acceder al mercado, la mayoría, el 71 por ciento, utiliza Internet; 30 por ciento prensa y revistas (fundamentalmente extranjeras); 30 por ciento lo hace a través de agencias de viajes internacionales; 25 por ciento por agencias de viajes nacionales; 19 por ciento utiliza radio y televisión (básicamente locales), y el 14 por ciento agencia de viajes locales. Habría que mencionar que de estas empresas, cinco (4 por ciento) pueden ser consideradas del sector social: una sociedad cooperativa y una unión de lancheros en la localidad de Puerto Adolfo López Mateos; una unión de lancheros en Puerto San Carlos; una asociación de lancheros prestadores de servicios turísticos en la ciudad de Loreto, y una Sociedad de Producción Rural en la Laguna de San Ignacio. El resto son empresas del sector privado, algunas de ellas con socios extranjeros. En este sentido se puede observar que falta mucho para que el sector social en Baja California Sur (organizaciones sociales y/o comunidades y ejidos) reciba impulso para crear empresas turísticas dedicadas al aprovechamiento de sus recursos naturales en beneficio de sus comunidades. Por ello merece especial atención una de las empresas que operan en la Laguna de San Ignacio que, a pesar de estar constituida como Sociedad de Producción Rural, se encuentra ligada orgánicamente a uno de los ejidos de la región y a una sociedad cooperativa. Esta empresa es Ecoturismo Kuyimá, S.P.R. de R.L.,19 forma parte del ejido Luis Echeverría en el municipio de Mulegé y sus socios son miembros de la S.C.P.P. 19 de Septiembre. A pesar de que el crecimiento del ecoturismo ha sido lento en la entidad y en el país, algunos proyectos comunitarios, como la empresa Kuyimá, se han establecido con una presencia importante en el mercado ecoturístico internacional. El origen de esta empresa se puede encontrar en la necesidad de idear alternativas productivas para algunos pescadores que operaban en la Laguna de San Ignacio. Fue a través del avistamiento de la ballena gris 19 En el capítulo 10, dedicado a Procesos de Conservación a través de la protección y el manejo de la vida silvestre, hemos hecho mención a esta empresa debido a que la razón original por la cual fue constituida fue el contexto en el que se estableció la nom 131, que regula la protección y el avistamiento de la ballena gris.
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que se emprende la operación de una empresa que actualmente se dedica a una de las actividades que mejores perspectivas ofrecen al desarrollo sustentable en Baja California Sur. Adicionalmente ofrece eco-alojamiento a orillas de la laguna y una amplia gama de servicios y atractivos turísticos con la finalidad de fomentar la conservación ambiental, así como la responsabilidad social y la interpretación de los recursos naturales y culturales de esta región.20 La protección y el manejo de la ballena gris le ha permitido a la región no sólo el incremento de la calidad de vida, sino el desarrollado de nuevas actividades económicas y la construcción de infraestructura educativa y de salud públicas, “gestándose un círculo virtuoso y de mutuo beneficio entre ballenas y seres humanos. Esto demuestra que es posible establecer relaciones equilibradas entre la sociedad y la naturaleza, (y) que éstas redundan en la concreción del desarrollo sustentable y en el incremento de la calidad de vida de las poblaciones humanas y animales involucradas.” 21 En la actualidad, la Organización Mundial del Turismo (omt) plantea que: una de las respuestas al reconocimiento de la importancia de la sustentabilidad en el turismo ha sido la creación y adopción de iniciativas voluntarias por parte de los empresarios, incluyendo códigos de conducta mediombiental y social, sistemas de eco-certificación, programas de auditoria ambiental, sistemas de gestión ambiental, y otros códigos o esquemas de auto-regulación vinculados al ambiente natural o sociocultural.22
En este sentido, la S.P.R. Kuyimá ha alcanzado altos estándares internacionales de calidad en los servicios que ofrece, ya que el 20 de mayo de 2005 le fue otorgado el prestigiado certificado de Benchmarking de Green Globe 21 (siendo la primera empresa en Latinoamérica en obtenerlo) para los recorridos de observación de ballenas en la Laguna San Ignacio y para las expediciones guiadas a las pinturas rupestres en la Sierra de San Francisco. Dicho certificado pertenece al Programa de Certificación de Ecoturismo del 20 Boletín de Prensa, 31 de marzo, 2005, San Ignacio, B.C.S., México. 21 Micheline Cariño et al., “Del saqueo a la conservación: una historia de hombres y ballenas en Laguna San Ignacio B.C.S., México, siglos xix y xx”, publicación en revisión. 22 Eugenio Yunis, “Sostenibilidad en el turismo y rol de la certificación”, loc. cit., p. 2.
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programa Green Globe 21, que reconoce el compromiso de la empresa ecoturística para llevar a cabo sus actividades turísticas y recreativas bajo los más altos estándares mundiales de sustentabilidad.23 La omt reconoce que las certificaciones, como iniciativas voluntarias, fueron reconocidas “en la Agenda 21, el programa de acción acordado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medioambiente y Desarrollo de 1992. Este reconocimiento está claramente expuesto en el Capítulo 30 (de dicho documento) que llama a las organizaciones de todo tipo a adoptar códigos voluntarios de conducta ambiental como una prioridad para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible.”24 Otra empresa que oferta servicios de turismo alternativo y que es excepcional por su constitución y desenvolvimiento es Cabo Pulmo Divers. Se trata de una pequeña empresa fundada a principios de 1990 por Mario Castro y Antonio Luévanos, el primero nieto de Don Jesús Castro, patriarca de la primera familia que se asentó en la zona y el segundo pionero del buceo en Los Cabos. Mario aprendió ahí a ser guía de buceo, se preparó, se entrenó y se convirtió en dive master. Mientras sus hermanos prefirieron dedicarse a la pesca deportiva, Mario aprendió la atención al cliente y el cuidado al medio ambiente. Al ver que los peces tenían un valor mucho mayor al ser aprovechados en las actividades de buceo, que en la pesca ribereña e incluso en la deportiva, muy pronto esta familia, con apoyo de académicos de la uabcs, se convirtió en uno de los principales impulsores de la conservación del arrecife.25 En 2002, por iniciativa de la comunidad y para apoyar a la conanp en la vigilancia y el cuidado de esta anp, la familia Castro creó la asociación civil Amigos para la Conservación de Cabo Pulmo, A.C. (accp). Esta asociación lucha para sacar adelante proyectos productivos que aprovechen en forma sustentable los recursos marinos, y su atención no se limita al arrecife, también se ocupa de la protección de la tortuga marina y de sus nidos. El presidente de su mesa directiva es Mario Castro, hoy miembro del Consejo Técnico Asesor del Parque. 23 Boletín de prensa, 31 de marzo, 2005, San Ignacio, B.C.S., México. 24 Eugenio Yunis, “Sostenibilidad en el turismo y rol de la certificación”, op. cit., p. 3. 25 Para leer una explicación detallada de la historia de la creación y los retos que enfrenta esta anp, referirse al capítulo 9, dedicado a los Procesos de conservación a través de la creación y manejo de áreas naturales protegidas.
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Actualmente, la presión de los desarrolladores inmobiliarios en la zona es tan violenta y constante que un trabajo de conservación de casi dos décadas —una eficaz sinergia entre gobierno, academia, sociedad civil y la comunidad local— se encuentra en entredicho. Cabo Pulmo Divers ya no es la única empresa que en la localidad ofrece el servicio de buceo, pero sin lugar a dudas es la que más atención pone en el cuidado del arrecife y en general, en el cumplimiento de los procesos de conservación del anp. Con relación al resto de las empresas entrevistadas, casi la totalidad de ellas hacen uso o realizan sus actividades en alguna de las anp. En la parte norte de la entidad, todas aprovechan (Guerrero Negro, San Ignacio y Mulegé), por su propia ubicación, la Reserva de la Biósfera El Vizcaíno, fundamentalmente las lagunas Ojo de Liebre y San Ignacio para las actividades de avistamiento de ballenas y la sierra de San Francisco para las visitas a las pinturas rupestres. El Parque Nacional Bahía de Loreto se utiliza por la totalidad de las empresas entrevistadas de la zona para las actividades de pesca deportiva, kayak, esnórquel, motos acuáticas, buceo, observación de ballenas, mamíferos marinos y aves, y viajes a las islas. En el Área de Protección de Flora y Fauna Cabo San Lucas se desarrolla una serie de actividades y servicios de turismo náutico recreativo cuya base de operación es la infraestructura instalada en las zonas de mar y tierra del recinto portuario y con el que comparte una porción de la zona protegida. En este sentido, casi la totalidad de las embarcaciones que entran o salen del puerto pasan por el Área de Protección pues es la entrada a la Bahía,26 por lo que las rutas de los prestadores de servicios turísticos y los sitios de uso invariablemente inciden sobre ella. Aunque todas las empresas, como se menciona arriba, hacen uso del área protegida con una o varias rutas hacia los sitios de recreo, el 65 por ciento de las entrevistadas en Cabo San Lucas la usan para los paseos en lancha, el buceo, esnórquel, kayak, las motos acuáticas, paracaídas, bananas y veleros, y la cruzan para la pesca deportiva, el avistamiento de ballenas, leones marinos y tortugas. El resto se dedica exclusivamente a la pesca deportiva. Las empresas que operan desde la ciudad de La Paz, hacen uso relativamente intensivo del Archipiélago de Espíritu Santo, que es parte del anp de 26 Ninfa Leticia Cordero Sauceda et al., Caracterización socioeconómica del Área de Protección de Flora y Fauna Cabo San Lucas, conanp, México, 2005, pp. 183 y 207.
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las Islas de Golfo de California. Estas empresas organizan viajes a La Isla para realizar: avistamiento de lobos marinos, buceo, kayak, esnórquel, campismo y excursiones, y en menor medida para la pesca deportiva y el avistamiento de ballenas de varias especies. Para el avistamiento de la ballena gris la mayoría de las empresas radicadas en La Paz se trasladan a Puerto San Carlos. Destaca el hecho de que el 60 por ciento de ellas promueve y efectúa el avistamiento del tiburón ballena dentro de la zona de la bahía. Con relación a las preferencias del turismo sobre las actividades que se ofrecen, el mayor porcentaje del turismo, tanto extranjero como nacional, prefiere el buceo, el kayak y el esnórquel, y en menor proporción el avistamiento de ballenas y el turismo de aventura. En este último tipo, algunas empresas ofrecen el servicio de bicicleta de montaña y, en menor medida, de senderismo; pero generalmente ambos servicios terrestres culminan un extenuante día de deporte con tiempo de descanso y comida en alguna playa cercana. Las empresas que organizan cruceros naturalistas también realizan turismo en las anp del Golfo de California (así como en las lagunas costeras del Océano Pacifico); entre las más reconocidas se tiene a Baja Expeditions y Lindblad Expeditions. Esta última es una empresa que opera desde hace aproximadamente 25 años y actualmente cuenta ya con una tradición en la industria de los cruceros en diferentes anp del mundo, como las Galápagos por ejemplo. Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, lograron mantenerse en el mercado y han recuperado la afluencia de turistas. Se puede considerar que se enfocan particularmente a la conservación y al respeto de los lugares y culturas que visitan. En la entidad realizan viajes de La Paz-San Carlos-La Paz y ofrecen los servicios de kayak, esnórquel y buceo, además de pláticas que se llevan a cabo durante el recorrido sobre temas relacionados con las especies observadas y su conservación. En términos generales, el uso de las anp por el turismo alternativo, se concentra en actividades relacionadas con el medio ambiente marino, si no es que exclusivamente enfocadas a éste. Esto vale la pena subrayarlo ya que casi todas las anp sudcalifornianas, a excepción de los dos Parques Nacionales y de la Zona Marina de Espíritu Santo, son anp ubicadas en tierra y zona costera. Esto nos revela dos situaciones importantes. Por una parte la ausencia de una oferta de turismo alternativo que se enfoque al uso de los variados atractivos naturales y culturales diseminados por
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la vasta, hermosa y bien conservada geografía peninsular y, por la otra, la necesidad de ampliar las anp a su zona de influencia marina. Por ejemplo, considerar ampliar el anp de todas las islas del Golfo, y/o proteger todo el litoral comprendido entre en norte de la bahía de La Paz y Cabo San Lucas. Esto permitiría proteger uno de los principales atractivos de las islas y de la costa: el medio ambiente marino costero. Tal situación permitiría evitar el desarrollo de granjas acuícolas de alto impacto y elevar los requerimientos de las manifestaciones de impacto ambiental de los desarrollos inmobiliarios costeros, entre otras amenazas que hoy día se ciernen sobre el paisaje costero sudcaliforniano. Otro aspecto que hemos de considerar es la importancia que cobrará para el desarrollo del turismo en general y del ecoturismo en particular la incorporación de las anp del Golfo de California en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la unesco. Como hemos mencionado en este capítulo y en el octavo, el turismo es una de las actividades económicas de mayor crecimiento; en ella, el ecoturismo es el sector más dinámico, pero en ambos los sitios que cada vez atraen más al turismo son los Patrimonios de la Humanidad. Tal circunstancia trae consigo dos aspectos a considerar: la afluencia turística crecerá aún más y ésta debe ser prevista y manejada eficientemente, debido al compromiso internacional contraído por México (al igual que los demás países firmantes del Convenio de Sitios de Patrimonio de la Humanidad) y para aprovechar sustentablemente tan valiosa riqueza patrimonial.
Comentarios finales El desarrollo económico de Baja California Sur está indisolublemente asociado a la actividad turística, con la consolidación del turismo de sol y playa durante los periodos de invierno. El posicionamiento de los centros turísticos de Los Cabos y en menor medida de Loreto y La Paz sugiere que la actividad turística seguirá como pivote del desarrollo. El cambio en la estrategia turística para complementar el turismo tradicional con el turismo de naturaleza permitirá apoyar el desarrollo local de muchas regiones, lo que está condicionado a la participación e involucramiento de los actores locales y de las empresas para generar las sinergias que permitan ampliar las perspecti-
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vas y encadenamientos económicos y sociales que caracterizan a los círculos virtuosos del desarrollo. Las actividades de turismo alternativo no están separadas de aquellas de sol y playa ni de las comunidades, y se contemplan a la par de otras actividades rurales tradicionales. Exige la integración de los pescadores y los rancheros sudcalifornianos y sus comunidades a los diversos tipos de turismo de naturaleza. De no ser así, las actividades de turismo alternativo tendrían la lógica de la ganancia inmediata y no se distinguirían de las actividades complementarias que ofrecen los grandes hoteles o cadenas comerciales denominadas de turismo alternativo o de aventura, eliminando las ventajas que tiene el turismo alternativo. La identificación de sitios y su representación en mapas que permitan promocionar apropiadamente el turismo alternativo es un primer paso. El manejo integrado del turismo de naturaleza consiste precisamente en establecer los programas e instrumentos de política pública que hagan realidad la diversificación las actividades de ecoturismo, de turismo de aventura y de turismo rural. De igual manera, el desarrollo endógeno del espacio rural tiene una importante ventana de oportunidad con la explotación comercial del turismo de naturaleza, tanto en sus áreas protegidas como de aquellos sitios de singular belleza que actualmente no cuentan con regulación. Es posible potenciar el turismo en áreas naturales protegidas ampliando el desarrollo de proyectos de turismo sustentable a todas las áreas que existen en la entidad acompañándolo de claras estrategias territoriales con amplia participación de los actores involucrados (comunidades, empresas, ong, instituciones de los tres niveles de gobierno). A la par, es necesario seguir insistiendo en la valoración económica del capital natural y de los servicios ecológicos que proveen los ecosistemas para integrarlos a los planes de manejo y establecer los criterios que permitan generar los pagos por los servicios ecológicos de recreación que ofrecen los diversos ecosistemas existentes en el estado. Sería muy conveniente —estratégico para el desarrollo sustentable de Baja California Sur— impulsar la investigación para fomentar el turismo sustentable, pero también para evaluar los impactos que éste y otras formas de turismo han tenido, tienen y podrían tener en la entidad. Carecemos de un estudio efectivo que nos permita valo-
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rar la capacidad de carga, el límite de cambio aceptable y la huella ecológica o —mejor aún— la huella geográfica de las actividades relacionadas directa e indirectamente con el turismo. El senderismo interpretativo, con la correspondiente red de senderos temáticos y/o circuitos ecoturísticos, apoyarían la diversificación de los productos turísticos y la creación de empresas que permiten fomentar las sinergias entre sitios, comunidades, actividades turísticas y sector privado, si va acompañado de la promoción del turismo rural para poner en valor los diversos aspectos del agroturismo. Esta es una clara opción en regiones con problemas de alta emigración, elevado desempleo, pobreza y poca diversificación de ingresos. Un componente adicional del turismo lo configura el ecoturismo, actividad que hasta ahora se desarrolla en pequeña escala. Las actividades de turismo rural y de aventura tienen un gran futuro; destaca el buceo, las visitas a espacios naturales y de patrimonio cultural, lo que apunta a una mayor diversificación de la oferta turística que valora el patrimonio natural y cultural. Así, el ecoturismo es una actividad que día a día cobra mayor importancia en general y a la cual en Baja California Sur aún no se le presta ni la atención ni el apoyo que ameritaría. Los planes de manejo de las áreas naturales protegidas del estado publicados hasta antes del año 2000 no contemplan la identificación, valoración y pago por los servicios ecológicos proporcionados por el capital natural. En contraste, los documentos más recientes reconocen la relevancia de estas herramientas para la toma de decisiones y se incluyen en los planes de manejo de las anp de Baja California Sur desarrollados de 2006 a la fecha. El desarrollo de instrumentos económicos para proteger el capital natural y sus servicios ecológicos sirve para conservar la naturaleza mediante mecanismos de mercado por todos entendibles. Por ejemplo, en los servicios de recreación, la cantidad y calidad de los servicios ecoturísticos que proveen los ecosistemas depende de su identificación y pago apropiado por parte de los consumidores, por lo que es de la mayor relevancia entender la íntima relación entre los servicios ecológicos de los ecosistemas y el turismo de naturaleza para poder establecer los mecanismos que permitan garantizar el uso, preservación y manejo sustentable de los ecosistemas que proveen los servicios de recreación.
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En resumen, la entidad cuenta con importantes recursos y servicios de recreación de alto valor en el mercado internacional. Posee grandes espacios para realizar diversos tipos de ecoturismo que puede sustentar un importante crecimiento de la demanda turística. Cuenta con un patrimonio histórico y cultural con sitios singulares de interés turístico susceptibles de brindar oportunidades de desarrollar turismo cultural. Es posible la promoción de las actividades vinculadas al turismo alternativo que permita el aumento de los ingresos de la población rural y la protección de los recursos naturales. Pero, a este respecto, los esfuerzos efectivos por parte de las instancias de gobierno, tanto federales, como estatales y municipales no han concedido ni la atención ni los recursos que fomenten esta actividad como un pilar del desarrollo sustentable en la entidad.
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Capítulo 16. Procesos de conservación a través de la educación ambiental
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Capítulo 16
Procesos de conservación a través de la educación ambiental Ninfa Leticia Cordero Sauceda, Dennis Nohemí de la Toba, Gustavo Mercado Mancera y Micheline Cariño
1. Surgimiento del concepto y el contexto de la educación ambiental La educación ambiental hace su aparición en el contexto internacional a partir de 1972 en la Conferencia Internacional de Desarrollo Humano en Estocolmo, Suecia. A lo largo de su historia, sus principios, objetivos, métodos y estrategias han variado de manera estrecha en relación con las diversas concepciones sobre el desarrollo en tres décadas. En efecto, vinculada ineludiblemente con las definiciones de ambiente y de desarrollo, su construcción ha venido recorriendo un largo camino en los foros donde estas ideas se discuten y donde se ven expresados los intereses económicos, políticos y sociales de los actores que participan en esos espacios y momentos históricos. Este conjunto de intereses y determinantes históricos marcan las tendencias con que se aborda el papel que la educación ambiental juega en los procesos de desarrollo. En la década de los años setenta la educación ambiental se perfiló como una alternativa urgente para resolver los problemas causados por la devasta[631]
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ción de las actividades humanas, mediante el desarrollo de habilidades para el manejo ambiental, en el marco de una educación científica y tecnológica dirigida a jóvenes y adultos, y prestando debida atención al sector de la población menos privilegiada. En los años ochentas se asoció con una comunidad cambiante que considera las características sociales y culturales de la gente y el contexto en el que viven. Algunos de los hechos más relevantes fueron la creación del Programa Internacional de Educación Ambiental (piea), que consistió en una serie de reuniones internacionales y regionales que derivaron en la creación de un Seminario Internacional de Educación Ambiental (Belgrado, 1975) y la de la Conferencia Intergubernamental de Educación Ambiental (Tbilisi, 1977, en Georgia, urss), donde se acordaron criterios y directrices comunes de la Educación Ambiental. Esto permitió una reorientación de las políticas de la unesco hacia lo que hoy se designa como “educación para el desarrollo sustentable”, y la innovación de las ideas prevalecientes sobre el ambiente como un recurso natural, su afirmación como un lugar para vivir y como un proyecto comunitario. Sin embargo, en ambas décadas la educación ambiental centró sus tareas en la transmisión de información ambiental, descuidando los procesos de participación y toma de conciencia, y reduciendo sus métodos a la obtención de datos y al ejercicio de un aprendizaje receptivo y pasivo. En la década de los noventas la práctica de la educación ambiental se caracterizó por el despliegue de actividades tendientes a intervenir en la resolución de problemas ambientales en el corto plazo, sin una sólida visión que permitiera entender qué es lo que se necesita hacer, conduciendo a una “crisis conceptual estrechamente asociada a los numerosos problemas planteados por su práctica”. Fue en junio de 1992, en el seno del Foro Global Ciudadano de Río 92 —realizado en Río de Janeiro, Brasil, paralelamente a la
L. Barraza, Lineamientos de la educación ambiental en el siglo xxi, Centro de Investigaciones en Ecosistemas, unam, trabajo presentado en el 1er. Encuentro de Educadores Ambientales en anp, Pátzcuaro, Mich., diciembre de 2004. pp. 1-2. E. González Gaudiano, Atisbando a la construcción conceptual de la educación ambiental en México, versión digital, presentado el 1er. Encuentro de Educadores Ambientales en anp, Pátzcuaro, diciembre de 2004, p. 2. L. Barraza, op. cit, p. 2. Ibídem.
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Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo (cnumad)—, donde se llegó al consenso respecto a una definición de la educación ambiental cuyos componentes se mantienen vigentes: La educación ambiental para una sociedad sustentable es un proceso de aprendizaje permanente, basado en el respeto a todas las formas de vida. Tal educación afirma valores y acciones que contribuyen para la transformación humana y social y para la preservación ecológica. Ella estimula la formación de sociedades socialmente justas y ecológicamente equilibradas, que conserven entre sí relación de interdependencia y diversidad. Esto requiere responsabilidad individual y colectiva en el ámbito local, nacional y planetario.
Aunque la definición proporcionó una base a los educadores ambientales para el desarrollo de sus tareas, en la práctica educativa existen diferencias de interpretación y alcances ya que, como señala Caride (1998), la educación ambiental no puede ser reducida con facilidad a un concepto suficientemente comprensivo y consensuado. Pueden identificarse enfoques ecológicos o biologisistas y conservacionistas de la educación ambiental, que ponderan la transmisión de información hacia la comunidad de educandos para que puedan resolver los problemas ambientales involucrados en estrategias de conservación de especies, hábitats o ecosistemas particulares, en la reducción de los desechos y el cuidado de los elementos energéticos, bajo el supuesto de que tal información propiciaría el cambio de actitud de la población respecto a la naturaleza. Estos enfoques representan visiones apolíticas —generalmente desarrolladas en los países del primer mundo— con una crítica superficial a la sociedad industrial, a sus valores y consumo, buscando la sustentabilidad de los recursos para la reproducción del modelo económico.
Fundación Friederich Ebert y Grupo de Estudios Ambientales (eds.), Educación ambiental: Desde Río hacia las sociedades sustentables y de responsabilidad global, México, 1983. J. A. Caride Gómez, y P. A. Meira Cartea, “Educación ambiental y desarrollo: la sustentabilidad y lo comunitario como alternativas”, Pedagogía Social. Revista Interuniversitaria, 2, segunda época, Universidad de Murcia, 1998, Valencia, España. J. A. Caride Gómez y P. A. Meira Cartea, “Educación ambiental y desarrollo: la sustentabilidad y lo comunitario como alternativas”, en: Pedagogía Social, revista interuniversitaria, 2ª época, Universidad de Murcia, Valencia, 1998. M. A. Leal Jiménez, Problemática en torno a la práctica educativa ambiental de diez gobier-
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De acuerdo con la unesco, uno de los principales objetivos de la educación ambiental consiste en lograr que el ser humano comprenda la naturaleza compleja del medio ambiente, resultante de la interacción de sus aspectos biológicos, físicos, sociales y culturales. De ahí se desprende el papel esencial de la educación ambiental, en términos de facilitarle al educando los medios que le permitan interpretar la interdependencia de esos diversos elementos en el espacio y en el tiempo, a fin de promover una utilización más efectiva y prudente de los recursos del planeta para satisfacción de las necesidades de la humanidad. Por lo que reducir su función a la mera transmisión de información o conocimientos especializados para la solución de problemas ambientales, y suponer su mecánica transformación en conocimientos, sin considerar los procesos sociales, económicos, políticos y culturales implicados en la problemática ambiental, dista mucho de los objetivos de crear conciencia, crear y modificar actitudes, adquirir habilidades, desarrollar la capacidad de evaluación y garantizar una amplia participación social en la solución de los problemas enfrentados. El riesgo de que los educandos más que vivir experiencias de aprendizaje se sumerjan en un proceso de adoctrinamiento, donde los conceptos recibidos no contienen significados concretos —en tanto no son producto de su percepción, reflexión, intereses y aspiraciones—, inhiben sus capacidades individuales y colectivas para la transformación, propiciando el efecto contrario: su inmovilidad.
2. Educación ambiental para el desarrollo sustentable No se puede entender la dinámica ambiental de cualquier región y sus problemas, sin tratar de comprender el modelo de desarrollo y su política económica neoliberal, la globalización y la crisis de civilización por la que atraviesa nuestro planeta. El modelo se basa en el pensamiento capitalista que persigue la acumulación del capital y que ha buscado la homogeneización de la economía de mercado, imponiendo maneras de cómo producir y
nos delegacionales del Distrito Federal, México, tesis para obtener el grado de Maestro en Educación Ambiental, Universidad de Guadalajara, cucba, diciembre, 2004, México, p. 19.
unesco, “La educación ambiental; las grandes orientaciones de la Conferencia de Tbilisi”, Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, París, 1980, p. 15.
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qué producir. Así, se ha venido privilegiando una racionalidad económica y una tecnología de apropiación de la naturaleza y de producción de bienes de consumo que, en términos globales, pondera la producción de mercancías de valor de cambio sobre las de valor de uso (creando necesidades superfluas en la sociedad), produciéndolas al menor costo posible y vendiéndolas al máximo precio aceptable para así tener una mayor ganancia. En este proceso incorpora ciertos “antivalores” de competencia, excelencia, eficacia, egoísmo y avaricia para alcanzar los bienes producidos, sin importar las necesidades de los colectivos y de los pueblos. Los enfoques de la educación ambiental para el desarrollo sustentable ponderan la promoción de acciones, individuales y colectivas, que a su vez promuevan el desarrollo sustentable, entendido éste no sólo desde la perspectiva de la sustentabilidad de los recursos, sino del desarrollo integral del hombre. Parten de la realidad ambiental de sus destinatarios, analizándola desde la dimensión ambiental, es decir, desde sus componentes ecológico, político, económico y sociocultural. Asumen que las relaciones entre los factores que conforman una realidad ambiental son complejas, y sólo abordando esta complejidad se puede potenciar un futuro viable, que conlleve a una mejor calidad de vida de sus destinatarios. Se centra en los valores universales del hombre; en esencia, en la solidaridad, el amor, la honestidad, la cooperación y la paz, entre otros. Resalta la resistencia cultural, valorando conocimientos y creencias de los grupos sociales, y generando o rescatando el sentido de pertenencia a una comunidad y a un lugar. En concreto busca generar la participación social, con un amplio sentido político, para mejorar aquello que afecta directamente al ambiente natural y al medio ambiente humano.10 Se puede considerar que la educación ambiental es la síntesis de dos ejes del conocimiento: el ambiental (que es muy complejo, ya que cruza por todos los ejes de lo social y lo natural) y el educativo (en su sentido más amplio). Si se comprenden los procesos ambientales —esto es, la naturaleza de los ecosistemas y la naturaleza de las sociedades humanas, así como las maneras
semarnat, “Plan estatal de educación, capacitación y comunicación ambiental para el desarrollo sustentable de Baja California Sur”, borrador en revisión, La Paz, B.C.S., septiembre de 2005, pp. 7-9. 10 Ídem, p. 21.
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como se articulan—, estos pueden ser abordados desde lo educativo. A dicho eje corresponde modificar y crear tanto los métodos específicos, como los de comprensión de la realidad ambiental, las estrategias de participación colectiva y de cambio en la escala de valores (privilegiando los de la democracia, la solidaridad, la equidad, el respeto a la diversidad cultural y religiosa, la tolerancia y el respeto entre los individuos) y evaluar el cambio de actitudes, entre otros.11 Tréllez y Quiroz (1995) mencionan que la definición del término ambiente ha variado (y aún varía), tanto en el ámbito comprensivo como en el contenido interpretativo, en función del momento histórico y de los intereses políticos, sociales, económicos y de estrategias de supervivencia de los pueblos. Ambiente es cualquier espacio de interacción y sus consecuencias, entre la sociedad (elementos sociales) y la naturaleza (elementos naturales), en lugar y momento determinados. En esta dinámica concepción el hombre es, a la vez, un elemento natural, en tanto ser biológico y social, en tanto creador de cultura y desarrollo en su más amplia acepción.12
La llamada dimensión ambiental es la delimitación de los procesos humanos con todas sus características culturales y sociales, que aglutina lo natural en un determinado espacio y tiempo, el cual a su vez está influido por otros espacios y tiempos. Esta dimensión se conforma por cuatro ejes básicos que interaccionan constantemente. Tres de ellos son de índole exclusivamente humana: el eje político, el socio-cultural y el económico; el cuarto eje es el ecológico y atañe a todos los seres vivientes y las relaciones que establecen con el medio abiótico. Novo, menciona que al ambiente hay que “entenderlo como un marco significativo que está definido por muchas categorías y factores, y lo más importante no son los factores que intervienen en sí mismos sino la relación entre estos”.13 11 Ídem, p. 14. 12 E. Tréllez Solís y C. A. Quiroz Peralta, Formación ambiental participativa: Una propuesta para América Latina, 1ª edición, Centro Ambiental Latinoamericano de Estudios para el Desarrollo Sostenible y Organización de Estados Americanos, 1995, p. 3. 13 M. A. Leal Jiménez, Problemática en torno a la práctica educativa ambienta…, op. cit., p. v. M. Novo, La educación ambiental: bases éticas, conceptuales y metodológicas, Editorial Univérsi-
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La complejidad inherente a la dimensión ambiental se ve ampliamente acrecentada cuando se involucra en los procesos de la educación, que encuentran en aquélla su materia de trabajo y su propósito más amplio: revelar estos procesos, y el conjunto de relaciones diversas y hasta antagónicas que entre ellos se entretejen, para explicar la realidad ambiental y apropiarse de ella. No se trata de reducir la educación ambiental a una materia, sino de estimular y acrecentar un proceso educativo que ocupa un grado de conciencia, compromiso y organización de la sociedad civil, así como de la corresponsabilidad de los tomadores de decisiones. Necesita concebirse y organizarse como un sistema que se base en un modelo de causa-efecto, que requiere de la interdisciplina y de los conocimientos populares tradicionales (a cuya elaboración la educación misma debe contribuir), como la estrategia que evite el riesgo de simplificar un proceso vivo, cambiante y contradictorio expresado en coyunturas ambientales. La educación ambiental se refiere esencialmente a un proceso interactivo de enseñanza-aprendizaje bajo una conducción, o de manera autónoma, buscando la apropiación de una serie de conceptos, valores, maneras de ver o interpretar la realidad, que conlleve a la afirmación de actitudes o a la adquisición de aquéllas que se consideran positivas para la relación entre las personas y la naturaleza. Si se logran los propósitos de la educación ambiental es muy probable que los educandos busquen ser capacitados para la adquisición de habilidades técnicas o instrumentales útiles en la práctica de actividades productivas o adaptativas que disminuyan o nulifiquen impactos negativos sobre la naturaleza, permitiendo dar una respuesta aplicada a las intencionalidades y actitudes que subyacen en un proceso de educación ambiental, necesariamente más amplio.14
tas, Madrid, pp. 5-6. 14 H. García-Campos, “Diversidad de actores y educación ambiental en la región Los TuxtlasSierra de Santa Marta, Veracruz. Un enfoque estratégico”, en: A. Barahona y L. Almeida (coords.), Educación para la conservación, unam, en prensa, circulación restringida, Centro de Educación para el Desarrollo Sustentable-credes, Pátzcuaro, Michoacán, 6-10 de diciembre del 2004, p. 8.
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3. Política de educación ambiental en México A nivel mundial son innumerables los organismos e instancias ocupadas en estudiar y proponer mejores formas de convivencia y aprovechamiento de los recursos naturales, acciones que van más allá de la contención del deterioro ambiental. La gestión mundial a favor del medio ambiente se orienta hacia la restauración de los ecosistemas terrestres y marinos, y en general a la protección de áreas naturales, pero sobre todo, a promover en las colectividades la adopción de nuevas actitudes en su interacción con la naturaleza. Busca incidir en las políticas públicas para que se enfoque la planeación del desarrollo social con una manifiesta perspectiva de sustentabilidad, la cual a su vez se encargue de regular el ejercicio del sector privado. 3.1 Planes y programas nacionales de desarrollo En México, las recomendaciones efectuadas desde Pekín ‘90 se han puesto de manifiesto en los instrumentos de planeación mediante los cuales el Ejecutivo Federal regula el desarrollo. De hecho, desde 1999 la Constitución establece que el desarrollo nacional, además de integral, deberá ser sustentable. En este sentido, el Plan Nacional de Desarrollo 2000-2006 (pnd) hace explícita la intención de que la política económica proteja y acreciente el capital natural de la nación (crecimiento con calidad),15 recuperando la sustentabilidad y el desarrollo regional como principio rector para el desarrollo de la nación: El desarrollo debe ser, de ahora en adelante, limpio, preservador del medio ambiente y reconstructor de los sistemas ecológicos, hasta lograr la armonía de los seres humanos consigo mismos y con la naturaleza. Así, el desarrollo debe sustentarse en la vida.16
La denominada nueva política ambiental va más allá de un enfoque puramente ecológico; considera que los recursos naturales deben ser manejados en forma conjunta, no aislada, e incorporando las implicaciones sociales y económicas. En la misma perspectiva asume que la educación, la capacita15 semarnat. Programa Nacional de Medio Ambiente y Recursos Naturales 2001-2006. México, 2001. pp. 54 y 117. 16 Plan Nacional de Desarrollo 2000-2006, pp. 41-42.
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ción y la cultura ambiental constituyen herramientas fundamentales en los procesos de protección, conservación y aprovechamiento racional de los recursos naturales, otorgándoles el carácter de medidas preventivas más que correctivas. A partir de estas premisas, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (semarnat), vincula su actuación con los sectores salud, desarrollo social, economía, educación y cultura para impulsar y alcanzar el desarrollo sustentable, reconociendo que el medio ambiente incide en esos ámbitos, pues la calidad de vida de la población está relacionada directamente con las condiciones ambientales y con el acceso a los recursos. De este modo los esfuerzos en materia de protección y conservación ambiental encuentran una sólida base en la articulación de voluntades y competencias, destacando los compromisos con la Secretaría de Salud y la de Educación Pública en la organización de estrategias de educación ambiental. En este marco institucional, corresponde al Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable (cecadesu) articular el esfuerzo nacional en el fomento y promoción de una cultura ambiental, mediante acciones que inciden en la educación formal, no formal e informal y en la capacitación. Por su parte, la Secretaría de Educación Pública (sep) persigue tres metas en materia de educación ambiental, derivadas de sus objetivos de calidad del proceso y logros educativos: a) Establecer convenios de colaboración con la semarnat para impulsar programas de educación ambiental y de aprovechamiento sustentable de los recursos naturales en las escuelas de educación básica. b) Actualizar en el currículum de educación básica los contenidos de educación ambiental y de desarrollo sustentable. c) Promover una cultura para el cuidado ambiental y el desarrollo sustentable, mediante la capacitación de los maestros y el fomento de la participación social. Así mismo, la primera estrategia del Plan Nacional de Salud 2001-2006 se vincula directamente con los aspectos ambientales al promover que cualquier proyecto de desarrollo tome en cuenta sus efectos sobre la salud, así como actividades multisectoriales sobre sus determinantes medioambientales. La protección de la salud de la población contra los riesgos ambientales es deseable por sí misma y conduce al incremento de la competitividad y al desarrollo sustentable, por lo que el Plan coordina acciones programáticas
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de educación ambiental con la semarnat y la sep fortaleciendo la capacitación de recursos humanos en salud pública ambiental17. 3.2 Compromiso nacional por la Década de la Educación para el Desarrollo Sostenible En diciembre de 2002, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (onu) aprobó la Resolución a/res/57/254, que proclama al periodo decenal iniciado el 1º de enero de 2005 como “El Decenio de las Naciones Unidas de la Educación para el Desarrollo Sostenible”. Inscrita en el Marco de Acción de Dakar de Educación para Todos y en los Objetivos de la Cumbre del Milenio (Agenda 2015), asume que la sustentabilidad se relaciona no sólo con la política ecológica, sino con la lucha contra la pobreza y a favor la equidad social, para brindar mayores oportunidades a los grupos sociales más vulnerables. Derivado de esta resolución, el gobierno mexicano convocó a los actores clave implicados para establecer alianzas que ayuden a alcanzar en nuestro país las desafiantes metas del decenio. El llamado se concretó en marzo de 2005 con el Compromiso Nacional por la Década de la Educación para el Desarrollo Sustentable, al que se adhirieron 197 ciudadanos, gobernadores estatales, miembros del Congreso de la Unión, así como organizaciones nacionales e internacionales de diversos sectores e instituciones, para actuar sobre tres áreas fundamentales: a) La reorientación de los actuales programas educativos, desde preescolar hasta la educación superior, a fin de impulsar los principios, conocimientos, habilidades, perspectivas y valores relacionados con la sustentabilidad. b) El desarrollo de la comprensión y la conciencia pública sobre la importancia de la sustentabilidad en todos los aspectos de la vida cotidiana. c) La puesta en marcha de programas de capacitación, como un componente crítico para asegurar que el personal de todos los sectores productivos del país posean el conocimiento y las habilidades necesarias para desempeñar su trabajo de una manera sustentable. Estas tareas deberán concretarse con la celebración de alianzas, convenios o acuerdos particulares, para llevar a cabo acciones y aportaciones concretas, que definirán con mayor precisión las responsabilidades específicas 17 semarnat, Programa Nacional de Medio Ambiente y Recursos Naturales..., op. cit., pp. 72, 94, 96 y 152-154.
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y los plazos para su cumplimiento. Con objeto de dar seguimiento al Compromiso Nacional, a las alianzas que de él se deriven, así como de elaborar reportes periódicos sobre los avances que se obtengan, se integra un Consejo constituido por todos los sectores representados, asignando a la Secretaría de Educación Pública y a la de Medio Ambiente y Recursos Naturales la responsabilidad de establecer los mecanismos financieros que fomenten y promuevan la consecución de los compromisos establecidos y den respaldo a proyectos estratégicos de las tres áreas de acción, con incidencia en regiones prioritarias.18 3.3 Plan Estatal de Educación, Capacitación y Comunicación Ambiental para el Desarrollo Sustentable de Baja California Sur El Compromiso Nacional por la Década de la Educación para el Desarrollo Sustentable acordó en su programa de trabajo que durante 2005 se organizaran eventos y campañas, a diferentes niveles, dedicados al tema “Educación ambiental para la sustentabilidad”. Con este propósito, la Delegación de la semarnat en Baja California Sur inició acercamientos con la Secretaría de Educación Pública del Estado (sepe), para sentar las bases de colaboración que permitieran concretar en la entidad los acuerdos inscritos en el Compromiso Nacional. Paralelamente integró, mediante un ejercicio de construcción colectiva con los educadores ambientales que actúan en la localidad, el Plan Estatal de Educación, Capacitación y Comunicación Ambiental para el Desarrollo Sustentable de Baja California Sur, como un instrumento articulador de los esfuerzos que se realizan en estas materias. Los principios en que se fundó la elaboración del Plan se sintetizan en el reconocimiento de que el desarrollo sustentable debe partir de los consensos democráticos de las comunidades, pueblos y naciones, que deriven en un cambio de las estructuras actuales de poder —locales, nacionales y mundiales—, por otras que manejen los recursos naturales y las políticas de desarrollo en beneficio de los colectivos, respetando su cultura y cubriendo como mínimo sus necesidades básicas: alimento, vestido, educación, trabajo digno, recreación y un ambiente ecológico sano. Así mismo, que conserven en óptimo estado los sistemas sustentadores de vida, manteniendo de esta 18 sep-semarnat, Compromiso Nacional por la Década de la Educación para el Desarrollo Sustentable, versión digital, México, febrero de 2005, pp. 3-8.
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forma los procesos productivos que permiten el sustento de Baja California Sur, México y la humanidad en su conjunto.19 En esta perspectiva, el objetivo del Plan es impulsar una estrategia de movilización popular que llegue a las conciencias de quienes habitan esta parte del país, propiciando la modificación de las actitudes, patrones de consumo, principios, motivaciones, valores, comportamientos individuales y colectivos, mediante una adecuada valoración del medio ambiente del cual se nutre. Es decir, alcanzar el compromiso con el desarrollo que corresponda a sus intereses y sin comprometer los fundamentos materiales de su existencia presente y futura. Ello plantea la necesidad urgente y permanente de que la sociedad conozca los riesgos y amenazas que podrían modificar las condiciones de ventaja ambiental que todavía caracterizan y distinguen a Baja California Sur y que, con esta información, se involucre en el diseño, ejecución y valoración de las acciones que permitan incrementar la salud ambiental. Los eventos y acciones incluidos en el Plan se asocian con las modalidades de la educación formal, no formal e informal, a las que define en los siguientes términos:20 Educación formal. Presenta una forma organizada, estructurada, sistematizada e intencional que, bajo el nombre genérico de “escuela” (escolaridad), se ofrece comúnmente en centros especializados, en los niveles de preescolar, primaria, media, media superior y superior o universitaria. Es una educación organizada, sistemática y formativa realizada fuera del marco del sistema oficial, para facilitar determinadas clases de aprendizaje. Algunas veces desarrolla procesos educativos dentro o relacionados con la escuela, ya sea por miembros de la propia escuela o como apoyo a los programas educativos que se realizan en su interior, aunque es extracurricular. No tiene una evaluación académica que permita al alumno aprobar o reprobar una materia específica, pero eso no excluye la necesidad de sistematizarla y evaluarla para recuperar sus experiencias y buscar cumplir los objetivos que se propone con los grupos de población a los que se dirige. Educación informal. No es organizada, ni sistematizada, ni compulsiva en forma alguna; sin embargo, puede ser intencional. Generalmente se pro19 semarnat, Plan Estatal de Educación Ambiental..., op. cit., p. 10. 20 Ídem, p. 12.
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duce a través de los medios de comunicación social y del contacto cotidiano con las personas y con las circunstancias del entorno. Sus acciones se relacionan en sus objetivos y contenidos más amplios con problemas ambientales registrados en zonas rurales y urbanas del estado, los cuales encuentran las razones de su existencia en factores sociales, económicos, políticos, culturales e históricos, articulando sus respectivas técnicas y métodos para alcanzar los objetivos específicos que se proponen. Esta transversalidad facilita lograr el propósito esencial de revelar los condicionantes de la dimensión ambiental implicados en los problemas que abordan, a través de procedimientos de la metodología participativa, de manera que los educandos puedan incidir en ellos.21
4. Actores y procesos de la educación ambiental en Baja California Sur Entre los educadores ambientales que más se han esforzado por abrir espacios de reflexión e intercambio de experiencias, destacan aquellos que actúan en el marco de las áreas naturales protegidas establecidas en el país. Su búsqueda por concretar definiciones conceptuales más sólidas sobre la educación ambiental, sus implicaciones, retos y oportunidades, les ha llevado a repensar su práctica en esos peculiares espacios, de manera que sus conclusiones contribuyen para acortar el largo trecho que media entre las intencionalidades y las realidades. Durante el Primer Encuentro de Educadores Ambientales en Áreas Naturales Protegidas, celebrado en Pátzcuaro, Michoacán, en diciembre de 2004, se consideró que toda propuesta de educación ambiental debe referir, de la manera más eficaz, cómo establecer una perspectiva suficientemente consistente sobre la realidad social y ambiental, en la relación ineludible entre las actividades humanas y los recursos naturales. Esta perspectiva sociedad-naturaleza, con un enfoque regional, permite la incorporación o el tratamiento de aspectos particulares, como el de la conservación de la biodiversidad, la gestión local y regional, las necesidades de la conversión tecnológica, la organización social y la planeación participativa, entre otros. Cada sujeto social o individual 21 Ídem, pp. 185 y 188.
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requiere una propuesta educativa que le sea significativa o cercana a su realidad, pero que también le permita contemplar otras posiciones o perspectivas del conjunto de actores que inciden en el contexto o el campo que le corresponde.22 En Baja California Sur la tarea de la educación ambiental se realiza en sus tres modalidades: formal, no formal e informal. En este trascendente proceso se ven involucrados, de una u otra manera, todos los actores del ambientalismo sudcaliforniano. De manera organizada, e incluso profesionalizada se dedican a la educación ambiental las organizaciones de la sociedad civil23 y la conanp, de forma individual cantidad de artistas y miembros comprometidos de la sociedad, y de forma institucional académicos y funcionarios del gobierno. De hecho abundan las acciones de educación ambiental en Baja California Sur y, sin temor a equivocarnos, podemos asegurar que no pasa un día en el año sin que alguna de ellas se lleve a cabo. No obstante, la cantidad y diversidad de estas acciones no va acompañada de un trabajo sistemático de organización y menos de un plan que las dirija hacia finalidades más concretas. Veamos en detalle y en la práctica cuáles con son los procesos de educación ambiental en el estado. En sus tres modalidades se han llevado a cabo por las organizaciones de la sociedad civil ambientalistas que trabajan en la región.24 Entre éstas, la Sociedad de Historia Natural Niparajá, A.C., actualmente trabaja para consolidar la conservación del corredor Agua Verde-Punta Mechudo, una de las regiones más prístinas del estado, combinando las herramientas del manejo comunitario, la educación ambiental, la reconversión productiva y las servidumbres ambientales.25 Niparajá también tiene acciones de educación ambiental, complementarias al programa de instalación de filtros en comunidades rurales, en el marco de un estudio para analizar la calidad del agua en 500 pozos a lo largo de la entidad.26 El Grupo Ecologista Antares, A.C. 22 H. García Campos, op. cit., p. 8. 23 Comúnmente conocidas como Organizaciones No Gubernamentales, ong. 24 En este apartado sólo daremos algunos ejemplos del trabajo de las ong de B.C.S., enfatizando el que realizan en el ámbito de la educación ambiental, ya que el capítulo 16 está dedicado al análisis de los procesos de conservación impulsados por ellas. 25 Entrevista con Aaron Esliman, director ejecutivo de Niparajá, A.C., La Paz, febrero de 2003. 26 Flor Cassassuse, Estudio de 500 pozos en Baja California Sur, Niparajá, documento digital, La Paz, B.C.S., junio de 2005.
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(gea), a través del manejo comunitario, la educación ambiental y la gestión ambiental, contribuyó de manera sustantiva a la creación y operación del Parque Nacional Bahía Loreto. También puede mencionarse Defensores de la Bahía, Ángeles del Estero y Ciudadanos Preocupados, que acopian y movilizan recursos para ofrecer resistencia ante los avances del desarrollo turístico e inmobiliario que dañan bahías y esteros, privilegiando entre sus líneas de trabajo a la educación ambiental. La educación ambiental no formal es llevada a cabo por una gran variedad de ambientalistas que trabajan individualmente, entre estos se cuentan fotógrafos, pintores, escultores, cineastas, gente de teatro, comprometidos con la sociedad regional en tareas de divulgación y concientización, que apoyan la labor de los educadores ambientales favoreciendo la integración de niños y de la sociedad civil a través de la elaboración de obras de arte, la realización de festivales y la animación de campañas diversas. Los científicos de la conservación y los académicos ambientalistas también han procurado impactar permanentemente a la sociedad sudcaliforniana por medio de foros, talleres, programas de radio y televisión, documentales y publicaciones de divulgación. En el ámbito de la educación ambiental formal muchos académicos sudcalifornianos están comprometidos en la formación crítica de estudiantes que continúen y multipliquen sus esfuerzos.27 Recordemos que Baja California Sur (La Paz fundamentalmente) ostenta la más alta concentración de investigadores a nivel nacional después del Distrito Federal, ya que la media nacional es de 0.67 por cada 10,000 habitantes y en el estado tal proporción es de 1.4.28 Varias carreras a nivel licenciatura y, sobre todo maestría y doctorado, relacionados con el estudio del medio ambiente distinguen a los centros de educación superior e investigación científica ubicados en La Paz. La Universidad Autónoma de Baja California Sur (uabcs) cuenta con las licenciaturas de Biólogo Marino, Ingeniero en Pesquerías, Turismo Alternativo, y con las maestrías en Ciencias Marinas y Costeras, Manejo Sustentable 27 Micheline Cariño, J. S. Aceves, C. Rendón, C. Valiente, Ma. L. Leal y B. Rodríguez, “La política ambiental mexicana y la conservación del ambiente en Baja California Sur”, Gaceta Ecológica, Instituto Nacional de Ecología-semarnat, No. 70, México, 2004, pp. 45-57. 28 Antonina Ivanova-Boncheva, Micheline Cariño Olvera y Osvaldo Ramírez Gómez, Comercio y desarrollo sustentable en Sudcalifornia, siglos xix y xx, uabcs-sep-conacyt, México, 2002, p. 381.
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de Zonas Costeras, Ciencias en Acuacultura, Economía del Medio Ambiente y Recursos Naturales y Desarrollo Agropecuario de Zonas Áridas. Por su parte, en 1994 el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (cibnor) instrumentó el programa de estudios de postgrado de nivel doctorado en Ciencias en el Uso, Manejo y Preservación de los Recursos Naturales con las siguientes orientaciones: Acuicultura, Agricultura Sustentable, Biología Marina, Biotecnología, Ecología, y Pesquerías. A partir de 1998 el cibnor creó el programa de estudios de postgrado de nivel maestría, con las orientaciones en Acuicultura, Biotecnología, Biología Marina y Ecología de Zonas Áridas. En la actualidad, el programa de maestría cuenta con las siguientes orientaciones: Acuicultura, Agricultura Sustentable, Biología Marina, Biotecnología, Ecología de Zonas Áridas y Pesquerías. Entre los objetivos de este programa se menciona “promocionar el desarrollo regional a través de la formación de investigadores y funcionarios expertos en el manejo de los recursos naturales”.29 El Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (cicimar), dependiente del Instituto Politécnico Nacional, ofrece el grado de Maestro en Ciencias con especialidad en Manejo de Recursos Marinos y el de Doctor en Ciencias Marinas, “con el objetivo de formar investigadores con nivel de excelencia capaces de resolver problemas de prospección, evaluación, manejo y conservación de los recursos marinos”.30 Resulta evidente la marcada orientación de La Paz para ser una ciudad avocada a las ciencias ambientales. Desafortunadamente no todos los científicos y académicos que trabajan en estas áreas del conocimiento son ambientalistas; es decir, no se han comprometido a contribuir a resolver la problemática ambiental, a pesar de ser concientes de ella. No obstante, muchos sí lo son y transmiten a los estudiantes que forman a nivel licenciatura, maestría y doctorado su ilusión y vocación por la conservación y la sustentabilidad. Por ello no es raro que La Paz sea una ciudad donde la problemática ambiental es discutida por una amplia proporción de la población y todos comparten la utopía ambientalista. Siendo personas con un elevado nivel educativo, de información y conciencia, debería bastar con mejorar la organización de estos actores sociales para transformar esa visión en la concreción de la utopística ambientalista en Baja California Sur. 29 Http://www.cibnor.mx/posgrado/emaestria.php. 30 Http://www.cicimar.ipn.mx/posgrado.htm.
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Las instituciones gubernamentales realizan actividades de educación ambiental bajo la modalidad no formal, relacionadas directamente con objetivos inherentes a las funciones, facultades y atribuciones más amplias que les han sido legalmente conferidas; acciones que a su vez derivan de los planes, estatal y municipales de desarrollo —sectoriales en el caso del gobierno federal. Sobresale entre los propósitos gubernamentales una creciente decisión por impulsar el desarrollo de una cultura en la población que redunde en un mejor aprovechamiento, uso, pago y ahorro del agua. Esta prioridad ha obligado a las dependencias a confluir en los espacios municipales del agua —coordinados por los organismos operadores municipales de los Sistemas de Agua Potable y Alcantarillado (sapa)—, donde realizan junto con los ayuntamientos, la semarnat, la Comisión Nacional del Agua (conagua) y con la sepe (Secretaría de Educación Pública del Estado), diversos acercamientos con la población, encaminados a lograr el cuidado del agua y el pago oportuno del servicio. Otras dependencias, desde el ámbito de sus competencias particulares realizan las siguientes acciones vinculadas con la educación ambiental: a) acciones de divulgación e investigación sobre innovaciones tecnológicas y capacitación de productores —que otorguen mejores condiciones para la producción y comercialización de los productos agropecuarios, pesqueros y artesanales—, campañas con participación comunitaria y de centros educativos, para la prevención y control de la contaminación de ecosistemas marinos y terrestres, prevención de enfermedades epidemiológicas que afectan la salud de los escolares, actividades de planeación de proyectos productivos sustentables, de desarrollo social integral, y con enfoque de género; certámenes, festivales, concursos, talleres, cursos, teatro guiñol y programas relacionados con los temas ambientales y con la formación de maestros y atención a contingencias ambientales.31
5. Problemática, logros y fracasos de la educación ambiental en Baja California Sur Regularmente los programas educativos son elaborados para resolver o mitigar algunos problemas ambientales, pero por no ser enmarcados desde 31 semarnat, Plan Estatal de Educación Ambiental..., op. cit., pp. 157-162.
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una visión sistémica no tienen gran impacto. El nivel educativo que concede mayor relevancia a los aspectos formativos ambientales es el de preescolar; cuenta con una copiosa y abundante producción de materiales y lineamientos programáticos que comprenden el desarrollo de actividades diversas (juegos, rondas, canciones, cuentos, dibujo, pintura, escultura, concursos, ferias), abordando un amplio espectro de temas (animales, arte, ciencia, flora, ambiente, percepciones, sentidos, valores, cuentos, estado del tiempo, cultura, colores, formas, figuras, juguetes caseros, nutrición, autoestima) y desarrollando competencias para cimentar bases sólidas en la personalidad de los educandos y para dar continuidad a la formación ambiental. Pero conforme transcurren los grados de primaria y secundaria, el tiempo y las asignaturas que contienen información ambiental —de suyo insuficiente—, van diluyéndose hasta casi su exclusión. En los tres primeros grados de la primaria la mayor proporción de tiempo de enseñanza se dedica a las asignaturas de Español y Matemáticas (que sólo mencionan, con carácter informativo, algunos elementos ambientales) y a un grupo conformado por Ciencias Naturales, Historia, Geografía y Educación Cívica. Los libros de texto de primaria que introducen contenidos ambientales son los de Ciencias Naturales, Geografía, Español, Matemáticas y el Libro Integrado de 1º y 2º grado. En secundaria los aspectos ambientales se abordan en temas y asignaturas afines como Biología, Química y Geografía, promoviendo el conocimiento sobre el mundo viviente y estimulando actitudes de responsabilidad para el cuidado de la salud y del medio ambiente. Quizá el logro más relevante en este nivel de la educación formal (a partir del año 2002) sea una materia optativa de educación ambiental para el programa de tercer grado. Por encima de sus esfuerzos parciales, las instituciones educativas —inclusive los centros de educación superior e investigación científica antes mencionados— todavía no logran orientar sus sistemas y recursos programáticos hacia los enfoques ambientales que puedan incidir en las conciencias, para estimular a la población hacia su movilización a favor de los valores ambientales que distinguen a Baja California Sur. Esto hace suponer que su belleza y riqueza paisajística no es lo suficientemente fuerte e importante para que se piense en aplicar medidas correctivas y sobre todo preventivas, o peor aún, se continúe pensando que está lo suficientemente limpio y virgen para que el concreto y el progreso los alcance.
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La toma de conciencia de que la educación ambiental debe ser parte de nuestra cultura se ve impedida por construcciones ideológicas que nos llevan a creer que somos independientes del ambiente. Aparece como una idea abstracta, intangible, velada por costumbres generacionales contrarias al cuidado de sus recursos, que no admite comprensión y olvida la magnitud del daño que provoca su agotamiento. Pareciera que no hay conciencia histórica. Los primeros pobladores de este territorio pudieron no solamente sobrevivir utilizando inteligentemente los recursos disponibles, sino creando estrategias de vida y construyendo culturas prodigiosas, que han merecido el reconocimiento internacional y que los sudcalifornianos no conocemos ni valoramos suficientemente. Tales experiencias de la historia pasada, y las de la historia presente, debieran ser los contenidos concretos, no abstractos, de la educación ambiental. Recuperándolas podremos apropiarnos del enorme patrimonio cultural que la naturaleza nos concede y mantener la alerta contra todo aquello que amenace su destrucción.32 El escepticismo de la sociedad se ve fortalecido por la influencia de grupos ecologistas radicales que, desvirtuando los conceptos de conservación y desarrollo sustentable, provocan que los aspectos ambientales sean considerados como obstáculos para el desarrollo, generando conflictos entre sectores productivos y con las políticas que, por lo menos en el discurso, sostienen la meta del desarrollo sustentable. Se ignora que el aprovechamiento sustentable de los recursos puede ser redituable, como demuestra el reciente reconocimiento otorgado a Kuyimá por el trabajo turístico desarrollado en la Laguna de San Ignacio con base en las mejores prácticas de sustentabilidad avaladas y aceptadas en el mundo. 33 Además, las virtudes y las ventajas de la conservación no han sido suficientemente ni adecuadamente dadas a conocer. Los logros de la conservación son sólo conocidos entre los ambientalistas, mismos que no han concedido aún la suficiente importancia que tienen la comunicación y la divulgación orientada hacia la educación ambiental del público en general. Hasta ahora las acciones de educación ambiental han quedado circunscritas a algunos sectores, sin lograr penetrar suficiente y adecua32 Ídem, pp. 153-154. 33 “Ecoturismo Kuyimá, S. P. R. de R. L., obtiene certificación”, Green Globe, 21, boletín de prensa, versión digital, México, 2005, pp. 1-2.
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damente en los ámbitos clave de la actividad productiva, social y cultural del estado. En este escenario, los medios de comunicación no muestran políticas editoriales sólidas y claras, hecho que no favorece el fortalecimiento de los valores para la formación de la cultura ambiental. En ello está el desinterés de las autoridades por dar a conocer la temática, y la falta de recursos para pautar en medios masivos, ya sean electrónicos o escritos. La inclusión de informaciones y noticias sobre temas y emergencias ambientales desvía la atención del público hacia lo anecdótico y periférico, produciendo una percepción sesgada ya que, una vez pasada la emergencia, no hay una socialización consistente sobre las causas ni sobre los efectos e impactos. Al carecer de la intencionalidad educativa, la divulgación mediática ordena la información que difunde sin un diseño pedagógico adecuado; así, la ausencia de objetivos educacionales concretos y del rigor metodológico consecuente propicia que el extraordinario espacio que pueden representar estos medios en la construcción de la cultura ambiental deseada sea aprovechado por los comentaristas y por los invitados para fijar posiciones sin los fundamentos suficientes y plurales que den oportunidad al público de hacerse una idea u opinión documentada. Sólo los programas estructurados y coordinados por las Direcciones de las anp y la Delegación de la semarnat en el estado tienen la continuidad requerida, aunque son emitidos por estaciones radiofónicas de cobertura reducida y en horarios poco afortunados. Además, los educadores ambientales de éstas y otras organizaciones gubernamentales, y otras de la sociedad civil, recurren a otros medios de comunicación de mayor efectividad para grupos específicos, porque implican el acercamiento y la participación directa de los sujetos educativos, como son la presentación itinerante de videos, las pláticas con grupos escolares o de la población general, el teatro guiñol, marionetas, las exposiciones fotográficas, trípticos, carteles, boletines, campañas de limpieza, actividades recreativas, celebraciones con motivos ambientales, señalización, paquetes de cultura forestal, etc., entre los más recurrentes.34 Por su parte, las organizaciones de la sociedad civil que hacen educación ambiental en la modalidad no formal enfrentan diferencias de intereses y 34 semarnat, Plan Estatal de Educación.., op. cit., pp. 178-179.
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severas limitaciones que les impide superar la dispersión y la falta de comunicación. La escasez de sus recursos económicos condiciona la permanencia en las comunidades y el acompañamiento de ellas, restando continuidad a las acciones emprendidas y disminuyendo significativamente su impacto en la solución de los problemas de fondo. Así mismo, los incipientes procesos organizativos y de profesionalización que caracterizan a la mayoría de estos grupos limitan sus capacidades para crear proyectos integrales o programas educativos que modifiquen sustancialmente los patrones de comportamiento de la población, así como para atraer los recursos suficientes para lograrlo.35 Los aún débiles vínculos y acercamiento entre las organizaciones de la sociedad civil y las dependencias gubernamentales que actúan en esta modalidad, también son producto del desconocimiento que éstas tienen sobre la existencia de las organizaciones, sus objetivos y ámbitos de acción geográfico y poblacional. Ambas omiten con frecuencia concertar e informar detalladamente los propósitos de su quehacer y las implicaciones que tiene en términos de su participación activa en el proceso educativo a las autoridades más próximas de las comunidades que son sujetas de atención. Así mismo, las diferencias de criterios pulverizan su efectividad e impactos, pues se diverge en la compactación de compactar regiones, y la caracterización de los atributos o condiciones que los sectores de población destinatarios deben reunir para acceder a los recursos programáticos que promueven son formulados separadamente por cada dependencia u organización. La influencia que ha tenido el conjunto de actores e instancias de la educación ambiental en la modificación de las prácticas productivas, en las conductas de la población regional en general y de los actores sociales que viven o trabajan en el medio rural y costero en particular, es todavía incipiente. No se refleja en el uso responsable de los recursos naturales, en el rechazo de prácticas que impactan negativamente en el medio ambiente, en la mejora de la calidad de vida, en una mejor distribución de los beneficios generados al aprovechar el potencial natural, en una nueva ética, una nueva cultura y nuevas esperanzas.36 35 En este sentido podríamos mencionar al grupo Conciencia, A.C., que es premio de la Juventud, nacional y local, por su eficiencia para limpiar playas convocando a la población citadina de La Paz. 36 M. Cariño Olvera, J. S. Aceves Bueno et al., op. cit., p. 27.
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Un factor clave que incide determinantemente en la mayoría de las experiencias de la educación ambiental desarrolladas en Sudcalifornia tiene que ver con la formación de los educadores ambientales. Los programas oficiales de capacitación —particularmente los referidos a la educación ambiental— solamente despiertan el interés de los profesores de educación básica en la medida en que les ofrezca puntos de escalafón para promoverse, recategorizarse y, en este sentido, aumentar sus ingresos económicos. Esta actitud está fundada, a decir de los propios actores, en que el programa que debe realizar el maestro de primaria “es muy cargado” y que adicionalmente deben realizar una serie de actividades intra y extramuros que la sepe exige. Además, abundan los profesores, “la realidad es que no hay nadie que asesore en esos cursos de biología y educación ambiental. Uno va por la antología y el libro de ejercicios que hizo la semarnat y algunos profesores, si quieren, los leen para responder a un examen de cien preguntas y obtener una calificación”. 37 La insensibilidad y el desinterés de los educadores formales también reflejan la ausencia de estrategias de transversalidad en los programas formativos — desde la carrera magisterial—, que escasamente ofrece herramientas que les faciliten la construcción de programas de actividades de apoyo a las tareas de educación ambiental. Esta desmotivación se ve aumentada por las limitantes que los propios directivos de las escuelas les imponen para asistir a los cursos y talleres, ya que se programan en los mismos horarios de trabajo de los docentes, tanto en el turno matutino como vespertino.
6. Retos y oportunidades para la educación ambiental en la concreción del desarrollo sustentable Reconociendo la problemática que los actores de la educación ambiental enfrentan en su quehacer, así como los principales factores que han condicionado su desarrollo, es indudable que nos enfrentamos a un reto mayúsculo que trasciende hasta la organización de las sociedades humanas como parte integrante de esa totalidad orgánica que constituye la dimensión ambiental. Exige cambios sustanciales en nuestras concepciones sobre la vida, una comprensión crítica de la estructura y dinámicas de la relación que esta37 Foro Taller “Diagnóstico y Perspectivas de la Educación Ambiental en B.C.S.”, Mesa Educación Formal, La Paz, B.C.S., 2005.
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blecen los grupos humanos con su entorno ambiental y, consecuentemente, con los patrones culturales de comportamiento individual y en las formas de organización colectivas. Es decir, se trata de que los esfuerzos educativos sean congruentes y estén firmemente asociados con la concepción descrita en el punto número uno de este capítulo, decantando en estrategias, modalidades, procedimientos, objetivos y actores integrados en un todo coherente para responder a las inquietudes, intereses, necesidades y expectativas de los sujetos educativos, quienes se constituyen, con su práctica, en el principal factor de éxito o de fracaso en los procesos de educación ambiental y, también, en los procesos de conservación. Modificar las actividades nocivas al ambiente, practicadas por comunidades y segmentos de población que hasta hoy han encontrado como única vía de ingreso el uso irracional de los recursos naturales y servicios ambientales, es un reto que no puede enfrentarse con medidas coercitivas a las que regularmente se ven reducidos los escasos instrumentos y disposiciones legales. Además, paradójicamente, enfrentar a grupos organizados que lucran con el saqueo impune de especies de alto valor comercial requiere de medidas legales que lo impidan con firmeza. Esta contradicción no ha sido superada hasta ahora, complicando en los hechos la efectividad de las acciones de educación ambiental. Ello plantea la urgencia de construir un marco jurídico normativo que otorgue mayor certidumbre a sus actores para emprender un proceso educativo congruente con los postulados pronunciados en los instrumentos vigentes de la planeación del desarrollo. Para lograrlo, en Baja California Sur contamos con algunas condiciones e instrumentos entre los que destacan los siguientes. Existe un cuerpo de compromisos suscritos por el gobierno mexicano orientados a la adopción de medidas para movilizar a la sociedad hacia el desarrollo sustentable: la Agenda 21, el Plan de Aplicación Internacional de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sustentable y los Objetivos de Desarrollo del Milenio para 2015. De igual modo, el 22 de marzo de 2005 entró en vigor la Resolución a/res/58/217, aprobada por la Asamblea General de la onu, que declara el “Decenio Internacional para la Acción: ‘El agua, fuente de vida’, 2005-2015”. Además, se cuenta con los resultados del iv Foro Mundial del Agua, que se llevó a cabo en la Ciudad de México en 2006.38 38
sep-semarnat, Compromiso Nacional por la Década..., op. cit. pp. 3-4.
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Atender las causas de fondo que originan los problemas en la práctica de la educación ambiental, significa enfrentar sus dimensiones epistemológicas, legales, culturales y operativas de manera integral a partir de la búsqueda de la transversalidad y del estímulo a las sinergias entre los actores que ayuden a superar el bajo impacto de las acciones parciales, fragmentadas y no sistemáticas. Esto puede fundamentarse en los cuatro pilares que el Compromiso Nacional por la Década de la Educación puntualiza para transitar hacia el desarrollo sustentable por medio de la educación: a) Reconocimiento del desafío: aprender a conocer. b) Responsabilidad colectiva y sociedad constructiva: aprender a vivir juntos. c) Actuar con determinación: aprender a hacer. d) Indivisibilidad de la dignidad humana: aprender a ser. 39
En este escenario, el Plan Estatal de Educación, Capacitación y Comunicación Ambiental para el Desarrollo Sustentable de Baja California Sur representa un instrumento articulador de esfuerzos y de estrategias, capaz de generar una fuerza que trasciende la suma mecánica de sus componentes, nutrida por la participación de los sujetos educativos a quienes se dirigen sus acciones y la de los actores estratégicos que pueden operarlas, incluidos los tomadores de decisiones. Así, el estado debe exigir que las instituciones de educación superior e investigación científica tengan un mayor compromiso social, integrando en sus políticas de desarrollo y en sus programas de estímulos a la productividad los criterios que permitan al valioso capital humano con el que cuentan ampliar y mejorar su participación en todas las modalidades de la educación ambiental. Sería conveniente incluir también, dentro de los programas de estudio, ya sea de nivel licenciatura o de postgrado, la educación ambiental. Por otra parte se ha de tomar en cuenta que en Baja California Sur existen posibilidades para la profesionalización de los educadores ambientales de las modalidades formal e informal, aprovechando el interés que tienen en la región los organismos internacionales conservacionistas, lo que abre la posibilidad de derivar recursos hacia esta sentida necesidad. 39 Ídem, pp. 2-3.
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Complementariamente, es esencial que los actores de la educación ambiental también se apliquen en la sistematización de las experiencias que vayan generando. La sistematización pretende comprender el proceso que sigue la experiencia alrededor de cuatro objetos básicos: la práctica de los educadores, la práctica del grupo a quien se dirigen los proyectos, la relación o el método que existió entre ambos y, para abarcar todo el conjunto, las prácticas diversas y sus relaciones.40 Sin embargo, la reflexión y el análisis crítico sobre la propia experiencia —con vistas a recuperarla como aportaciones a la construcción de un cuerpo de conocimientos teóricos devenidos de la práctica— se ven limitados por la dinámica de trabajo que la práctica directa les impone y por la falta de disciplina —que demanda un esfuerzo mayor— para registrar y evaluar la información que van produciendo, así como por las diferencias metodológicas y los intereses que median entre los distintos actores que suelen resultar en la falta de acceso a las experiencias desarrolladas. El aprovechamiento inteligente de los instrumentos y condiciones señalados puede redituar en el ejercicio de una educación ambiental que aborde la dimensión ambiental y que oriente las estrategias del desarrollo sustentable hacia los puntos más vulnerables y al control de la sociedad sobre los factores que los amenazan.
Conclusión En la clasificación de los procesos de conservación que presentamos en la introducción general de este libro, mencionamos que la educación ambiental es sin lugar a dudas el proceso trascendente de mayor importancia. La educación ambiental, a final de cuentas es la herramienta fundamental para formar la cultura de la naturaleza que sustenta los procesos de conservación; todos ellos, desde la limpieza y el reciclaje hasta la protección y el manejo de la biodiversidad. Al analizar la construcción del ambientalismo a nivel internacional, a través de los foros y las instituciones que desde los años setenta se han llevado a cabo, podemos constatar la importancia que se ha otorgado a la educa40 Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, “La sistematización de las experiencias como práctica del educador ambiental”, documento presentado en el 1er Encuentro de Educadores Ambientales en anp, Pátzcuaro, Mich., diciembre de 2004, pp. 6.
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ción ambiental. En Estocolmo, Tbilisi, Río y Johannesburgo la constante es la atención brindada a la educación ambiental. Sin embargo, este aspecto fundamental de la conservación es junto con el de la divulgación (ambos entre sí estrechamente ligados) uno de los más faltos de atención en la esfera de la práctica cotidiana. La educación ambiental adolece de ese síndrome de indefinición sectorial que le resta fuerza y claridad al momento de planear, desarrollar y conducir acciones concretas. Es tarea del ámbito educativo y del sector conservación, pero atañe también a los sectores productivos, salud, comunicación, etc. En los últimos años el Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable (cecadesu), órgano de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (semarnat), ha sido la institución que mayores esfuerzos ha hecho por coordinar los múltiples aspectos y tareas de la educación ambiental en México. Define su actuar en el marco de los retos que impone la crisis ambiental actual y considera que la educación ambiental para el desarrollo sustentable es fundamental para superar dichos retos. En este contexto, el cecadesu: (…) trabaja en el diseño de proyectos, programas y estrategias que promueven acciones para impulsar una cultura de respeto y cuidado del medio ambiente en la sociedad mexicana, utilizando como herramientas fundamentales la educación ambiental, la capacitación para el desarrollo sustentable y la comunicación educativa. Elabora programas educativos dirigidos a todos los niveles educativos para promover la adquisición de capacidades para el cuidado del medio ambiente; promueve programas de formación y capacitación para diversos públicos, así como seminarios, talleres, exposiciones, foros, publicaciones y materiales didácticos.41 La labor del cecadesu es extraordinaria, vasta y diversa. Entre sus múltiples programas estratégicos se cuenta con la elaboración de los Planes Estatales de Educación, Capacitación y Comunicación Ambientales. Desde el 2005 Baja California Sur cuenta con su Plan. En el proceso que condujo a su 41 Http://www.semarnat.gob.mx/educacionambiental/Pages/QuienesCECADESU.aspx.
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elaboración fue posible realizar un diagnóstico bastante certero de la forma en la que se ha llevado a cabo la educación ambiental, así como de la situación actual en que se encuentra. En síntesis, en el estado se cuenta con actores altamente capacitados para llevar a cabo en diferentes trincheras las acciones de educación ambiental. El apoyo financiero no abunda pero es accesible, la necesidad es enorme. No obstante, para ver concretados los objetivos del Plan habrá que superar la desorganización que prevalece entre los diversos actores capaces de conducir al éxito la educación ambiental para el desarrollo sustentable en la entidad. Afortunadamente, en tanto que un proceso trascendente, las acciones que hasta la fecha se han llevado a cabo y los logros alcanzados en materia de educación ambiental son avances sumamente valiosos en la construcción de una cultura de la naturaleza de la conservación en Baja California Sur.
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Importancia de la investigación científica en los procesos de conservación Berenice Hernández Ramírez, Rafael Cervantes Duarte, Carlos Villavicencio Garayzar y Alfredo Ortega Rubio
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a investigación desempeña un papel fundamental en la economía, el desarrollo sustentable, el progreso y el bienestar futuro de un país, por lo que debe ser capaz de accionar y tener incidencia en aquellos factores que contribuyen al bienestar familiar, ambiental, económico, social, cultural y político de una sociedad, así como ser eficiente al proponer soluciones prácticas a los problemas que enfrenta, para mejorar de la calidad de vida de ésta. En Baja California Sur la investigación científica desarrollada en el Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (cicimar-ipn), la Universidad Autónoma de Baja California Sur (uabcs) y el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, A.C., (cibnor) ha tenido profundas repercusiones en la evolución del conocimiento generado, significativa influencia e implicación en el devenir económico, político, cultural y científico de la región. A continuación analizaremos todas y cada una de estas repercusiones.
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1. Evolución del conocimiento generado La investigación científica en Baja California Sur ha evolucionado por influencia directa de los investigadores de la uabcs, el cicimar y el cibnor, y como consecuencia de los siguientes factores: a) Masa crítica. No existe otra ciudad, en toda la República Mexicana, en la cual se concentren tantos Biólogos, Ecólogos y Profesionistas en Ciencias Naturales en relación al número de habitantes. La densidad per cápita de especialistas dedicados a la investigación científica de la Ciudad de La Paz, es indudablemente la más alta de México. Es precisamente en Baja California Sur que esta masa crítica ha permitido que el trabajo de los especialistas decante en estudios aplicados para la conservación. En otras ciudades de nuestro país los investigadores se encuentran aislados entre ellos y desperdiciados en vastos territorios donde escasamente coinciden. Las investigaciones en lugar de ser puntuales y aisladas, deben ser complementarias y fácilmente integrables, como es la investigación generada por cicimar, uabcs y el cibnor, donde existen investigadores con diversas especialidades que constantemente interactúan en proyectos en común, lo cual favorece la solución de problemas específicos de la sociedad de una manera multidisciplinaria, integral e incluyendo a todos los factores o actores involucrados. Ejemplo de ello es la Red del Medio Ambiente del ipn (rema-ipn), creada en cicimar, cuyo objetivo es propiciar un espacio de trabajo en colaboración para realizar investigación, desarrollo tecnológico e impartir cursos de postgrado, en el área del medio ambiente, aprovechando de forma eficiente los recursos humanos y la infraestructura física que posee el ipn. b) Flexibilidad Académica. Dado que en Baja California Sur fue hasta hace muy poco una ciudad de profesionistas inmigrantes jóvenes, los biólogos que hace 20 o 30 años llegaron a vivir a nuestro estado eran todos ellos recién egresados, y muy entusiastas. Indudablemente tal juventud conllevó la flexibilidad necesaria para adaptar sus temas y motivos de investigación tanto a los limitantes propios de un entorno de aislamiento, como a los desafíos y requerimientos locales y regionales.
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Gracias a esta flexibilidad los temas de investigación en la uabcs, el cibnor y el cicimar han venido actualizándose, desde los primitivos estudios de elencos taxonómicos, hasta los actuales estudios interdisciplinarios sobre cambio climático, por ejemplo.
2. Influencia e implicación en el devenir económico Dada la naturaleza tan aplicada de la investigación científica desarrollada en el cibnor, el cicimar y la uabcs, los resultados de la misma han tenido una profunda implicación en el devenir económico del Estado y la Región, principalmente en las siguientes áreas: a) Acuacultura. Los proyectos aplicados de investigación se han enfocado a desarrollar biotecnologías de cultivo para producir, diversificar y mejorar semillas para la acuacultura de moluscos, peces, crustáceos, optimizar la engorda y crecimiento de las especies, eliminar enfermedades infecciosas de los cultivos, eficientizar el manejo post-cosecha, así como promover su transferencia al sector productivo. Esto ha impactado directamente en el crecimiento y vigor de la acuacultura en la región, y por ende en el crecimiento y rentabilidad de esta actividad productiva. Otro resultado con impacto en el sector económico del estado y del país, producto de la investigación en dichos centros, ha sido la generación de alternativas para la solución de problemas específicos de la industria de acuacultura, el establecimiento de las bases normativas para la regulación del cultivo de algunas especies, así como la generación de modelos de desarrollo de la acuacultura marina y dulceacuícola para incrementar y diversificar la producción nacional. b) Pesquerías. La activa búsqueda que se ha estado desarrollando por parte de la uabcs, el cicimar y el cibnor en relación a nuevas áreas, nuevas especies, nuevos métodos de extracción sustentables, mejoramiento de sistemas de captura, optimización de procesos industriales, así como estrategias para incrementar el valor económico de los productos marinos a través de agregar valor, ha tenido profundas implicaciones e incidencias favorables en el crecimiento y consolidación de esta actividad primaria en la industria pesquera nacional. Algunos estudios que han contribuido a lo anterior son: estudios del impacto de la pesca de arrastre de camarón sobre los ecosistemas del golfo
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de California, manejo de pesquerías, salud del ecosistema, variación espaciotemporal de la abundancia relativa del dorado (Coryphaena spp.) en el Pacífico Mexicano, indicadores ambientales de abundancia de la sardina monterrey (Sardinops sagax) en el noroeste de México, estudios aplicados al aprovechamiento eficiente y sustentable de recursos bentónicos en la costa occidental de Baja California. También es importante resaltar las investigaciones que se han llevado a cabo sobre la pesquería de atún, como lo es la distribución y abundancia del atún aleta amarilla y barrilete en el océano Pacífico oriental, la determinación de las áreas de concentración, la variabilidad espacio-temporal, la relación del éxito de pesca con las surgencias costeras, la temperatura superficial del mar, la estructura térmica, topografía y batimetría, los hábitos alimenticios, reproducción, las diferencias en el éxito de pesca en los diferentes indicadores de esta actividad. Parte del conocimiento generado en esta pesquería ha quedado plasmado en el libro Desarrollo sustentable de la pesca en México: Orientaciones Estratégicas. Otros productos generados a partir investigaciones sobre pesquerías han sido libros como: Estudios del potencial pesquero y acuícola de Baja California Sur , Ambiente y pesquería de pelágicos menores en el Noroeste de México , Catálogo de los peces marinos de Baja California Sur, Atlas de localidades pesqueras en México. Baja California Sur, etcétera. Algunos científicos de esta especialidad han brindado asesoría a cooperativas pesqueras o grupos de pescadores en La Paz y Loreto. c) Agricultura de Zonas Áridas. La búsqueda y producción de especies y variedades de plantas con potencial de comercialización en el mercado regio
D. B. Lluch Cota, S. Hernández Vázquez, E. F. Balart Páez, L. F. Beltrán Morales, P. del Monte Luna, A. González Becerril, S. E. Lluch Cota, A. F. Navarrete del Proó, G. Ponce Díaz, C. A. Salinas Zavala, J. López Martínez y S. Ortega García, Desarrollo sustentable de la pesca en México: Orientaciones Estratégicas, Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste-Senado de la República, México 2006, 436 pp. M. Casas Valdez, y Ponce Díaz G. (eds.), Estudio del potencial pesquero y acuícola de Baja California Sur, Vol. 1 y Vol. 2, Centro de Investigaciones Biológicas, México 1996, 693 pp. C. Quiñónez Velásquez y F. Elorduy Garay (eds.), Ambiente y pesquería de pelágicos menores en el noroeste de México, ipn-cicimar, México 2004, 186 pp. J. de la Cruz Agüero, M. Arellano Martínez, V. M. Cota Gómez y G. de la Cruz Agüero, Catálogo de los peces marinos de Baja California Sur, cicimar-ipn y conabio, México 1997, 346 pp. M. Ramírez Rodríguez, C. López Ferreira y A. Hernández Herrera, Atlas de localidades pesqueras de México: Libro 2, Baja California Sur, sagarpa- conapesca, México 2006, 124 pp.
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nal, nacional, e internacional resistentes a condiciones extremas de zonas áridas (como lo son: alta irradiación solar, agua salobre, y periodos de sequía), el desarrollo de sistemas de irrigación que incrementen los rendimientos y mejoren el uso del agua, la generación de estrategias para el control de plagas y enfermedades en cultivos y productos agrícolas, así como la generación de estrategias para incrementar el valor agregado de los productos generados por el sector agrícola, han sido eficazmente abordados por investigadores de la uabcs, el cibnor y el cicimar con el fin de transferir los resultados a la región y dar solución a la problemática que afecta al sector agropecuario. Esto ha contribuido al desarrollo socio-económico en zonas áridas y semiáridas de la zona norte de México afectadas por esa condición. Entre las propuestas que ha realizado estos centros de investigación a agricultores y ejidatarios de la zona se encuentra la diversificación de cultivos, ya que en esta región se siembra tradicionalmente trigo, y algodón. Ahora, se busca introducir especies como nopal y sábila, y productos orgánicos (que han alcanzado una gran demanda internacional), por lo que se investigan técnicas para incrementar su rentabilidad y así poder ser comercialmente atractivas. Por otro lado también se están desarrollando fertilizantes biológicos, como es el uso de las denominadas cianobacterias (capaces de fijar nitrógeno atmosférico y estabilizar suelos áridos), las cuales han demostrado que su uso proporciona rendimientos significativos en la germinación de semillas de chile y tomate. La generación de tecnologías en estos centros, así como su transferencia al sector productivo acuícola, pesquero y agropecuario ha contribuido a la producción de alimento y generación de empleos satisfaciendo las necesidades básicas de la sociedad, y mejorando sus condiciones de vida, lo cual es fundamental para el desarrollo de México, ya que de lo contrario estaríamos destinados a ser solamente consumidores de ciencia.
3. Implicaciones en el devenir político Las investigaciones que se realizan en el cicimar; la uabcs y el cibnor han afectado profundamente el devenir político de la región. Gracias a las investigaciones de estas 3 instituciones Baja California Sur cuenta con el 42% de
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su territorio decretado como Área Natural Protegida, representando aproximadamente el 20% de la superficie protegida a nivel nacional. Ello conlleva profundas implicaciones para las políticas de desarrollo. Baja California Sur pasó de ser un estado con una política meramente extractiva a uno con una neta política conservacionista y que apuesta al Desarrollo Sustentable. Una de las aportaciones más importantes de estos centros de investigación en el ámbito regional y nacional político del país ha sido la propuesta, actualización y mejoramiento de normas y leyes que rigen el uso y aprovechamiento de los recursos naturales, lo cual contribuye al desarrollo sustentable del país. Dichos centros han participado en la elaboración de la Ley Federal de Pesca y su Reglamento, en la elaboración de edictos y leyes reglamentarias que establecen cuotas de captura, zonas de veda y áreas de pesca, en la elaboración del Programa Estatal de Desarrollo del Gobierno de Baja California Sur 1999-2005 y el de 2005-2011, en la conformación y operación del Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología de B.C.S., en los debates de la Comisión de Pesca del Congreso de la Unión sobre la pesca deportiva en México, en la revisión del nuevo proyecto de Ley de Pesca (proyecto aprobado por la Cámara de Diputados y en revisión por la de Senadores), así como en la asesoría a las Cámaras de Diputados y Senadores sobre aspectos ambientales. Un ejemplo de lo anterior son los estudios respecto a los ciclos reproductivos y abundancia de diversas especies de rayas y tiburones en la costa occidental de Baja California Sur y el golfo de California, y su declinación en su abundancia por pesca. Este conocimiento ha sido fundamental en el proceso de elaboración de la Norma Oficial Mexicana para la Pesca de Tiburón y Especies Afines y en la norma respectiva del tiburón ballena. Otra importante contribución de cicimar, la uabcs y el cibnor es la generación de instrumentos específicos para regular las actividades humanas y de igual forma contribuir al aprovechamiento sustentable de los recursos naturales en el estado como lo son el ordenamiento ecológico y estudios de impacto ambiental. Estos últimos se han realizado principalmente para el establecimiento de granjas acuícolas, termoeléctricas, y desarrollos turísticos en el noroeste de México. Asimismo se elaboró el Ordenamiento Ecológico de la Bahía de La Paz y todavía esta en proceso Ordenamiento Ecológico Territorial del Estado de Baja California Sur, cuya necesidad de generación fue planteada por el go-
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bierno estatal y federal. Es un proyecto multidisciplinario en el cual han participado varios investigadores del cibnor en diversas disciplinas, tales como edafología, geología, hidrología, contaminación, climatología, socioeconomía, ecología, sistemas de información geográfica, y planeación ambiental. El documento será muy importante para la conservación y aprovechamiento sustentable de los recursos, ya que con él puede garantizarse el uso adecuado y conservación de los recursos naturales a partir del conocimiento de su potencial de aprovechamiento presente en el estado, e identificar áreas importantes para la conservación. Este tipo de estudios también permitirá a los encargados de la toma de decisiones contar con información que permita respaldar sus decisiones, y permitir el establecimiento de políticas sustentables. Los centros también colaboran directamente con el grupo de revisión de especies y fichas técnicas de la nom 059, y el grupo de definición de Sitios Prioritarios para la Conservación de conabio. Asimismo han realizados estudios que justifican la integración de diversas especies y subespecies en la Norma Oficial Mexicana. Dichas instituciones de investigación también asesoran técnicamente a los directores de diversas áreas naturales protegidas para el desarrollo de los programas de manejo y programas de monitoreo, así como en la generación de información ecológica, social y económica para justificar el establecimiento de nuevas áreas naturales protegidas.
4. Implicaciones en el devenir cultural y científico En Baja California Sur y en la Región Noroeste la Investigación Científica desarrolla por la uabcs, el cibnor y el cicimar han influido radicalmente en el ambiente cultural y científico de la sociedad transmitiendo los conocimientos generados de manera abierta, creativa y responsable para asegurar la libertad de pensamiento de las personas. Gracias a los postgrados desarrollados, todos ellos de excelencia, a las actividades adicionales de educación ambiental que se desarrollan con niños y jóvenes con el fin de estimular su interés por la ciencia y promover la conciencia ecológica, y a la continua presencia de investigadores exponiendo sus resultados y sus puntos de vista en radio, prensa escrita, televisión local,
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y eventos culturales locales con el fin de promover la cultura científica en la comunidad a la fecha terminologías tales como “Especie Endémica”, “Desarrollo Sustentable”, “Calentamiento Global”, no son ajenos al público en general. Investigadores que cantan, investigadores que ganan concursos de poesía y cuento, investigadores que tocan el violín, investigadores dueños de pequeños restaurantes, investigadores que ganan maratones, investigadores que se acercan a la sociedad. Todo ello ha tenido un sólido impacto cultural en la ciudad de La Paz y en la región. En su misión de educar, los centros de investigaciones trabajan muy cercanamente con organizaciones no gubernamentales, para llevar a cabo programas de educación ambiental exitosamente, ejemplo de ello son: • Programa para el rescate y rehabilitación de lobos marinos con redes de enmalle en el Golfo de California, en el cual también participa el Centro de Mamíferos Marinos de Santa Bárbara, California y el Área Natural Protegida “Islas del Golfo” en Baja California Sur. El programa incluye la realización de talleres de entrenamiento para el rescate de lobos marinos y la elaboración de documentos que abordan esta temática (trípticos, folletos y videos). En esta actividad ha participado tanto compañías productoras de videos como canales de televisión con videos de difusión sobre el tema. • Programa de recuperación de la ballena azul, en el cual se trabaja en colaboración con la ong “Unidos para la Conservación, A.C.”, cuyo dentro de sus principales objetivos están las actividades de difusión para la conservación de hábitats críticos para la recuperación de la ballena azul en el golfo de California. • Programas de conservación del manglar a través de la producción y divulgación de trípticos, videos, realización de reuniones informativas, campañas de limpieza, señalización en estas zonas. En dichas actividades se ha contado con el apoyo de diferentes instituciones de la zona. • Programa de Acercamiento de la Ciencia a la Educación (pace), el cual es un proyecto interinstitucional para apoyar a la enseñanza de la ciencia desde preescolar y primaria, con actividades prácticas y material didáctico, y cuyo objetivo es despertar el interés por la ciencia en niños y jóvenes y promover una cultura científica en la sociedad. Para lograrlo, el programa integra los esfuerzos de la comunidad científica, de centros de forma-
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ción pedagógica y de maestros de educación básica, media y superior. En cuanto al impacto científico debemos enfatizar que la investigación científica en Baja California Sur ha evolucionado por influencia directa de los investigadores de la uabcs; el cicimar y el cibnor. Ello debido a que la Investigación Científica desarrollada en estas Instituciones de Baja California Sur ha tenido profundas repercusiones en la evolución del conocimiento generado en materia de Conservación de la Naturaleza.
Retos y conclusiones Algunos de los retos que actualmente tienen las instituciones en México encargadas de realizar investigación enfocada a la preservación el ambiente, son: 1. Diseñar técnicas para reciclar y reutilizar materias primas y energéticos. 2. Diseño de técnicas y acciones para disminuir los riesgos del agotamiento de los mantos acuíferos y para evitar su contaminación. 3. Diseño de programas de control y disminución de contaminantes atmosféricos. 4. Diseño de tecnologías para disminuir los residuos sólidos municipales e industriales, especialmente peligrosos. Tanto en evolución del conocimiento generado, influencia e implicaciones en el devenir económico, implicaciones e influencia en el devenir político, así como influencia e implicaciones en el devenir cultural y científico, la investigación científica en Baja California Sur ha evolucionado por influencia directa de los investigadores de la uabcs, el cicimar y el cibnor. De manera especial se debe destacar el avance en materia de conservación de la biodiversidad de Baja California Sur, de sus islas adyacentes, del Golfo de California y en general del Noroeste de México.
Agradecimientos A la Dra. Micheline Cariño, y al Dr. Mario Monteforte por su atenta invitación y apoyo constante para la redacción de este Capitulo. A un revisor anónimo del ine, cuyos valiosos comentarios mejoraron significativamente una versión preliminar de nuestro manuscrito. Al Proyecto conacyt-semarnat-2006- co-23449.
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Procesos de conservación impulsados por la gestión de las organizaciones no gubernamentales que trabajan en Baja California Sur Micheline Cariño, Ninfa Leticia Cordero Sauceda y Jesús Zariñán
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urante los últimos cincuenta años, el número de organizaciones no gubernamentales (ong) avocadas a la protección de la naturaleza, a la conservación de ecosistemas y de culturas, así como al fomento del desarrollo sustentable, ha crecido con gran rapidez. La conciencia generalizada de la severa amenaza que se cierne sobre la humanidad, la debilidad de los Estados y el irresponsable sostenimiento del modo de vida que ha causado la crisis ecológica actual, explican esa respuesta de la sociedad civil. Los millones de seres humanos que han decidido organizarse para atender de frente y en todos los niveles —del mundial al local— el deterioro de nuestra calidad de vida (ambiental y social), la pérdida de la biodiversidad y los efectos negativos de la globalización sobre la diversidad cultural es probablemente una de las mayores causas de optimismo que nos permiten arrancar con cierta esperanza este nuevo milenio. El trabajo de las ong ambientalistas es sin duda el principal indicador de que la cultura de la naturaleza está cambiando y de que ese proceso logra oponerse de manera creativa a los procesos devastadores que ha causado la crisis ecológica que actualmente nos tiene a la cabeza de la lis[673]
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ta de especies amenazadas. Sin embargo, la complejidad de los problemas engendrados es tan profunda y dinámica que el trabajo de las ong no sólo siempre es urgente y limitado, sino que su labor —pese a las mejores intenciones y la buena voluntad— a menudo tiene resultados poco exitosos e incluso bastante cuestionables en relación con los objetivos planteados. Suele suceder también que en la desesperación por actuar, los medios y las estrategias empleadas por las ong para realizar su trabajo pueden carecer de congruencia en relación con los valores y principios fundamentales de la conservación. La necesidad de atender cada vez más asuntos, cada vez más de prisa y siempre con recursos insuficientes, ha permitido a los críticos de la conservación y a los detractores de la sustentabilidad menospreciar el trabajo de las ong. Incluso es común que los miembros de estas organizaciones se desanimen tras un tiempo de esfuerzos a menudo percibidos como vanos. En este capítulo en especial, y a lo largo de todos los capítulos dedicados en este libro al análisis de los procesos de conservación, hemos procurado mostrar que ésa es una percepción errónea. Recordemos que los procesos de saqueo tienen más de cinco siglos de sostenerse y agudizarse, y que los procesos de conservación tienen a penas cinco décadas de llevarse a cabo de forma continua. En perspectiva histórica, el saqueo y sus agentes son longevos, experimentados, astutos y persistentes; la conservación y sus actores se caracterizan por la inexperiencia, el arrebato, el entusiasmo y la esperanza de su juventud. Insistimos en la necesidad y la conveniencia de ver los procesos sociales como son, es decir, como fenómenos históricos de larga duración; sólo con esta perspectiva correcta podemos valorar la extraordinaria labor y los contundentes éxitos de los procesos de conservación en general y, en particular, de aquellos que son impulsados por sus más convencidos promotores: las ong y sus colaboradores. Como ha sido el caso en los capítulos que anteceden, en éste primero abordamos brevemente una sintética revisión del surgimiento de las ong ambientalistas a escala mundial. En seguida nos detendremos a explicar el marco legal que rige actualmente a las ong —llamadas en dicho marco: organizaciones de la sociedad civil (osc)— en México y en B.C.S. La tercera parte está dedicada a un análisis general de las líneas de acción de las ong que promueven procesos de conservación y desarrollo sustentable. En la úl-
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tima parte hacemos una revisión más detallada del quehacer de aquéllas que llevan más años trabajando en B.C.S. y/o cuya labor ha tenido mayor éxito.
1. Procesos de conservación impulsados por las ong: el marco global La puesta en acción de trabajo solidario y organizado más allá del entorno inmediato de los individuos que se avocaron a realizarlo no nació con el siglo xx. Su genealogía se inscribe, al contrario, dentro de una larga tradición. Pero antes de ser una práctica representó una idea enraizada progresivamente en la sociedad occidental. Se alimenta con profundas referencias tanto religiosas como filosóficas que le han otorgado su carácter. La idea se alimenta del fenómeno de la laicización progresiva de las acciones caritativas y de auxilio (filantrópicas) que se produce a partir del siglo xvii en el Viejo Continente y luego en la parte norte del Nuevo Mundo colonizado por los europeos. El segundo elemento que sustenta dichas acciones es la efervescencia intelectual de la Ilustración, en que por primera vez se plantea la referencia a la “humanidad” o a la “virtud de humanidad”, lo que condujo, por ejemplo, al reemplazo en la Enciclopedia de la noción de “caridad”, considerada como demasiado cristianamente connotada por la de “beneficencia”, de “filantropía” e inclusive de “amor a la humanidad”. Probablemente una de las primeras acciones de socorro humanitario organizadas desde el Norte desarrollado hacia los países del Sur, data de 1812, cuando un convoy marítimo trató de llevar ayuda a los habitantes de Caracas víctimas de un terremoto. La presencia inesperada de un joven empresario suizo idealista, Henry Dunant, en el campo de batalla de Solferino el 24 de junio de 1859 dio nacimiento durante el decenio siguiente a las llamadas “sociedades de socorro a los heridos” que va a convertirse en las sociedades nacionales de la Cruz Roja y de la Luna Roja actuales.
Philippe Ryfman, Les ong, La Découverte, París, 2004, p. 8. Ídem, p. 9. La batalla de Solferino se llevó a cabo Lombardía en el marco de la guerra entre Napoleón iii y el ejercito austriaco bajo las órdenes del emperador Francisco José. Esta batalla, aunque no fue decisiva, resultó ser sumamente sangrienta: murieron 17 mil franco-sardos y 22 mil austriacos. Michel Mourre, Le petit mourre. Dictionnaire de l’Histoire, Larousse, París, 1998, p. 1066.
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Así nacen, primero en Europa y en Estados Unidos, y después en el Imperio Otomano y en Japón, estructuras privadas dedicadas a la atención de las víctimas de los conflictos armados. En un principio la ayuda estaba destinada sólo a los militares, más tarde se extendió a los civiles también. Se formó así un vasto movimiento internacional de socorro humanitario compuesto por una parte de sociedades nacionales y, por la otra, de su instancia federativa. A partir de 1919 se creó la Federación de Sociedades de la Cruz Roja y de la Luna Roja (ficr) y finalmente del Comité Internacional de la Cruz Roja (cicr). La iglesia católica al final del siglo xix se inspiró de este modelo para promover la red de las “Cáritas”, primero nacionales y después también asociadas en una federación internacional. Dos contextos complementarios, a fines del siglo xix y principios del xx, van a contribuir al surgimiento de las ong: la colonización y la medicina colonial. Después la democratización de las sociedades europeas anima el nacimiento de las primeras asociaciones específicamente ligadas a la defensa de los derechos del hombre. Finalmente la preservación de lo que entonces se llamó “la naturaleza”, comienza a movilizar a algunos individuos. El Sierra Club (futura gran ong del medio ambiente) nace en Estados Unidos en 1892. La primera guerra mundial y los dos decenios posteriores ven surgir asociaciones de un tipo totalmente nuevo. Ya no se trata de atender prioritariamente a los soldados heridos o prisioneros, sino a favor de las poblaciones civiles víctimas de conflictos. Así, en el Reino Unido, Fight the Famine fue creada en 1919 para ayudar a las mujeres y los niños alemanes —esta asociación se volverá más tarde Save the Children Fund (scf)— y en Estados Unidos se funda la American Relief Association (ara) dirigida por el futuro presidente Herbert Hoover. La segunda guerra mundial va a acentuar este fenómeno con la creación en 1945 de la American Care. A partir de 1950 la descolonización conduce a estas primeras ong a ampliar sus funciones, pasando de la asistencia a las víctimas de guerra al desarrollo de las sociedades del tercer mundo. En Francia, por iniciativa de la iglesia católica, en 1961 nace el Comité contra el Hambre, que se transforma en 1965 en Comité Católico contra el Hambre y para el Desarrollo (ccfg);
Philippe Ryfman, op. cit., 2004, pp. 10-12.
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ese mismo año también se crea la fundación Hermanos del Hombre (fdh). Con un carácter más politizado nace en 1961 Amnistía Internacional (ai) que se encarga de la defensa y promoción de los derechos del hombre. Acentuando la tendencia de la solidaridad humanitaria, a partir de los años 1960 surge una nueva generación de ong que actuarán en los países en desarrollo ayudando a las víctimas de catástrofes naturales y de conflictos armados. Estas ong son también conocidas por su designación y vocación internacional “sin fronteras”, tal como Médicos sin Fronteras, fundada en Francia en 1971. Otra innovación de los años 1960 fue el surgimiento de un nuevo tipo de ong: las ambientalistas. 1961 es el año de fundación de World Wildlife Fund (wwf) y de reestructuración de la iucn —siglas en inglés de la Internacional Union for Conservation of Nature and Natural Resources—. Nueve años después fue fundada Greenpeace, cuyo carácter radical llama la atención respecto a dos fenómenos: el rápido desarrollo de este tipo de ong y su limitada eficiencia ante las dimensiones del problema que pretenden combatir: la crisis ecológica. No obstante el desarrollo más importante de este tipo de ong se dio a partir de los años 1980 debido al aumento de la preocupación sobre el medio ambiente. Con la era de la ecología se popularizaron conceptos reservados antes a los medios científicos, como ecosistema, biodiversidad y el efecto de invernadero, y la toma de conciencia respecto a la problemática ambiental se generalizó a escala mundial. Por ello, a diferencia de los otros sectores de atención de las ong, el medio ambiente no es dejado sólo en manos de la acción de las grandes fundaciones internacionales —también llamadas oi, organizaciones internacionales—. Paralelamente a la creación de las grandes ong ambientalistas a nivel internacional, surgen de Brasil a África del Sur, de Bangladesh a Indonesia, poderosas ong ambientalistas nacionales, regionales y locales. Algunos autores consideran esta efervescencia el principio de una sociedad civil internacional constituida por un contrapoder ciudadano frente a los
Ídem, pp. 13-14. En 1943 en Bruselas fue creada la Unión Internacional de Protección de la Naturaleza, que en 1961 fue reformada en la iucn. Diter Henrich y Manfred Herat, Atlas de l’Écologie, La Phototheque, Le livre de Poche, París,1993, p. 260. Ver comentario al respecto en la Introducción General.
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Estados —muchas veces debilitados— y las empresas internacionales —cada vez más poderosas—. De esta manera las ong han especializado su atención en ciertos dominios principales de acción: ayuda al desarrollo y ayuda humanitaria; medio ambiente y derechos del hombre. En estas áreas el activismo de las ong ha conocido en las últimas décadas un fuerte crecimiento, tanto es así que resulta imposible cuantificar las ong que existen a principio del siglo xxi. Por otra parte, desde el momento en que la creación de asociaciones tiene que ver con el dominio de las libertades fundamentales, está relativamente poco controlada. El aumento del individualismo democrático y la reivindicación de un lugar para la sociedad no dominado por el Estado, acentúan la explosión de formas de auto-organización. Otra razón que explica el auge de las ong tiene que ver con el desarrollo de la vida internacional y de los recursos materiales y humanitarios que engendra. Estos permiten desde luego la multiplicación y la diversificación de las entradas y de los actores; contribuyendo a globalizar acercamientos, problemas y búsqueda de soluciones. En este contexto, las preocupaciones ambientalistas y las ong que se han especializado en atenderlas, figuran de manera casi permanente, desde hace ya unos treinta años, tanto nacional como internacionalmente. En las diversas y numerosas conferencias intergubernamentales se les encuentra al lado de los representantes de los Estados, de las oi y de las empresas transnacionales. En la Cumbre de la Tierra de Johannesburgo, en 2002, estuvieron acreditadas 3,500 ong, si bien no todas provenían únicamente del mismo sector ambientalista. Un análisis a nivel global de las debilidades que caracterizan a las ong ambientalistas, identifica cinco rasgos comunes: 1) Estas ong tienen una seria dificultad para liberarse del campo político; especialmente en los países donde existen partidos ecologistas relativamente estructurados ellas sufren un efecto de asimilación. En estos casos la defensa del ambiente es percibida por el público como una causa más partidaria que asociativa. 2) Algunas son “ferozmente conservacionistas”, lo que produce que sus acciones sean percibidas por el público menos sensibilizado como una nueva expresión de cierta imposición radical.
Philippe Ryfman, op. cit., pp. 44-47.
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3) Contrariamente a las ong de desarrollo o humanitarias, sus proyectos no siempre redundan en un trabajo de campo conducido a través de proyectos de gestión; con algunas excepciones como los capítulos nacionales de wwf. El trabajo de estas ong generalmente está orientado hacia la sensibilización e información del público. A veces también está articulado con la denuncia. 4) Estas ong han vivido mucho tiempo en un circuito cerrado y han establecido pocas alianzas con sus congéneres que trabajan en otros dominios. No obstante, algunas temáticas dejan entrever en este principio del siglo xxi algunos acercamientos que desembocarían en acciones conjuntas. Esto sucede con las acciones en torno al desarrollo sustentable, pero también en relación a los derechos económicos, sociales y culturales. En algunos países de Occidente se han hecho esfuerzos para constituir un frente común que reúna las ong de desarrollo y humanitarias, las ong ambientalistas y las ong de derechos del hombre a favor de la promoción de este tipo de derechos para las poblaciones de los países en desarrollo. En fin, la presencia más y más afirmada tanto de unas como de otras entre la tendencia altermundista facilita acercamientos y contactos. 5) En relación con otros sectores, los modos de financiamiento y de funcionamiento de algunas ong ambientalistas han pecado de falta de transparencia. Para las ong sudcalifornianas observar este tipo de críticas que reciben a nivel internacional las grandes organizaciones puede resultar orientador, ya que permitiría superar las debilidades que les son comunes y atender las líneas de acción que les permitirían reforzarse; por ejemplo, la importancia de establecer alianzas con las ong de otros dominios pero con las que comparten metas y aspiraciones.
2. Marco legal en el que trabajan las ong en México y en Baja California Sur La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es el marco general que permite a los individuos gozar de las garantías que ella misma establece. En su Título Primero, Capítulo I, “De la Garantías Individuales”, el Artículo 9º otorga a los ciudadanos el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con
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cualquier objeto lícito, aclarando que sólo los mexicanos podrán hacerlo para los asuntos políticos del país. Por su parte, la Constitución Política del Estado de Baja California Sur, en su Título Segundo, “De las Garantías Individuales y Sociales”, Artículo 7º, establece que en el estado de Baja California Sur todos los individuos gozarán de las garantías que otorga la Constitución General de la República, mismas que no podrán restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y con las condiciones que en ella se determinan.10 Cada entidad federativa y el Distrito Federal cuentan con un Código Civil, que regula las relaciones entre los particulares, y otorga derechos y obligaciones a las personas físicas y jurídicas (o personas morales), siendo en este último tipo donde se ubican las organizaciones no gubernamentales (ong) u organizaciones de la sociedad civil (osc).11 En materia de asociaciones o de organizaciones de la sociedad civil, el Artículo 25° del Código Civil para el Estado de Baja California Sur establece que son personas de creación jurídica, entre otras, las sociedades civiles o mercantiles. En este sentido, las ong incluidas en las fracciones del artículo arriba señalado, y conforme a los artículos 26°, 27° y 28° de este Código, son personas jurídicas o personas morales que pueden ejercer los derechos que le sean necesarios para realizar su objeto social, que obran y se obligan a través de sus órganos que las representen, sea por disposición de la ley o conforme a las disposiciones relativas a sus escrituras constitutivas o de sus estatutos, y que se regirán por las leyes correspondientes.12 De manera específica, este Código establece que una asociación se constituye cuando varios individuos deciden reunirse para realizar un fin común que no esté prohibido por la ley, que no tenga carácter preponderantemente económico y que no sea enteramente transitorio, cuyo contrato de constitución constará en escritura pública protocolizada ante Notario Público, hecho que le confiere personalidad jurídica. Sus estatutos serán los que las rijan y se inscribirán en el Registro Público de la Propiedad para que produzcan efectos contra tercero.13 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, versión digital, p. 6. 10 Constitución Política del Estado de Baja California Sur, versión digital, p. 1. 11 Lic. Omar Ernesto Andujo Bitar, Jefe de la Unidad de Asuntos Jurídicos de la Delegación Federal de la sedesol en B.C.S., entrevista, 21 de mayo de 2007. 12 Código Civil para el Estado de Baja California Sur, versión digital, pp. 2 y 3. 13 Ídem, p. 185.
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Fuera de los Códigos Civiles federal y estatales, en México no existía una ley general que fomentara de manera específica las actividades realizadas por las ong y que ordenara y transparentara su relación con la Administración Pública Federal. Fue hasta el mes de abril de 1997 que se presentó ante la Cámara de Diputados una primera iniciativa de ley para las agrupaciones y organizaciones de la sociedad civil que, después de haberse turnado a la entonces Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, quedó sin dictaminar. Posteriormente, en noviembre de 1998, algunas organizaciones presentaron un proyecto de ley para las organizaciones civiles, pero hasta el mes de abril de 2000 la iniciativa fue retomada y turnada a la denominada Comisión de Gobernación y Seguridad Pública, sin ser aceptada. En abril de 2001 la Comisión de Participación Ciudadana recibió una nueva propuesta de “Ley de Fomento a Actividades de Desarrollo Social Realizadas por Organizaciones Civiles” y en abril de 2002 esta Comisión la presentó ante el pleno de la Cámara de Diputados y fue turnada a las comisiones unidas de Participación Ciudadana y de Desarrollo Social. Posterior al análisis y dictamen realizados por la Comisión de Participación Ciudadana y de la Subcomisión de Enlace con las Organizaciones de la Sociedad Civil, se elaboró un proyecto de dictamen que se aprobó por el pleno de la Comisión en diciembre de 2002 con la denominación de “Ley Federal de Fomento a las Actividades Realizadas por Organizaciones de la Sociedad Civil”. En diciembre del 2003 este dictamen se presentó al pleno de la Cámara de Diputados que lo aprobó, tras algunas adiciones, y lo turnó a la Cámara de Senadores. Posteriormente, las comisiones unidas de Gobernación, de Desarrollo Social, de Relaciones Exteriores-Organizaciones No Gubernamentales Internacionales y de Estudios Legislativos, tras algunos cambios, presentaron el dictamen ante el pleno de la Cámara de Senadores, el cual lo aprobó en noviembre de 2003 con el nombre de “Ley Federal de Fomento a las Actividades Realizadas por Organizaciones de la Sociedad Civil”. En diciembre de 2003 se aprobó por el pleno de la Cámara de Diputados el dictamen de la Ley Federal de Fomento a las Actividades Realizadas por las Organizaciones de la Sociedad Civil y el 30 de enero de 2004 se firmó el Decreto por el cual se expide la Ley Federal de Fomento a las Actividades
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Realizadas por Organizaciones de la Sociedad Civil, publicándose el 9 de febrero de 2004 en el Diario Oficial de la Federación.14 La Ley establece (artículos 3 y 4) que las agrupaciones u organizaciones mexicanas, los capítulos nacionales de organizaciones internacionales y las organizaciones constituidas conforme a las leyes extranjeras (las dos últimas deberán observar algunos requisitos de representación y de cumplimiento al Código Civil Federal), legalmente constituidas, podrán acceder a los apoyos y estímulos definidos en esta Ley, siempre que no persigan fines de lucro ni de proselitismo partidista, político-electoral o religioso, y que además realicen una o varias de las actividades (objeto de fomento) que se citan a continuación (artículo 5): i. Asistencia social; ii. Apoyo a la alimentación popular; iii. Cívicas; iv. Asistencia jurídica; v. Apoyo para el desarrollo de los pueblos y comunidades indígenas; vi. Promoción de la equidad de género; vii. Aportación de servicios para la atención a grupos sociales con capacidades diferentes; viii. Cooperación para el desarrollo comunitario; ix. Apoyo en la defensa y promoción de los derechos humanos; x. Promoción del deporte; xi. Promoción y aportación de servicios para la atención de la salud y cuestiones sanitarias; xii. Apoyo en el aprovechamiento de los recursos naturales, la protección del ambiente, la flora y la fauna, la preservación y restauración del equilibrio ecológico, así como la promoción del desarrollo sustentable a nivel regional y comunitario, de las zonas urbanas y rurales; xiii. Promoción y fomento educativo, cultural, artístico, científico y tecnológico; xiv. Fomento de acciones para mejorar la economía popular; xv. Participación en acciones de protección civil; 14 sedesol, http://www.corresponsabilidad.gob.mx/antecedentes.aspx, consultada el 11 de abril de 2007.
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xvi. Prestación de servicios de apoyo a la creación y fortalecimiento de organizaciones que realicen actividades objeto de fomento por esta ley, y xvii. Las que determinen otras leyes.15 Para los efectos de esta ley, las organizaciones que se encuentren dentro de lo establecido anteriormente tienen derecho a inscribirse en el Registro Federal de Organizaciones; participar en las instancias de consulta y de contraloría social; acceder a los apoyos y estímulos públicos previstos; gozar de los incentivos fiscales y administrativos; recibir donativos y aportaciones; coadyuvar con las autoridades en la prestación de servicios públicos relacionados con las actividades previstas en esta ley; acceder a los beneficios que se deriven de los convenios o tratados internacionales; recibir asesoría, capacitación y colaboración de dependencias y entidades públicas para el mejor cumplimiento de su objeto; participar en la planeación, ejecución y seguimiento de las políticas, programas, proyectos y procesos que se realicen en relación con las actividades anteriormente señaladas, y ser respetadas en la toma de decisiones relacionadas con sus asuntos internos.16 El Artículo 7° establece que para acceder a los apoyos y estímulos para el fomento de las actividades que esta ley establece, las organizaciones tienen la obligación de inscribirse en el Registro Federal de Organizaciones; constituir legalmente sus órganos de dirección y representación; contar con un sistema de contabilidad; proporcionar la información que les sea requerida por autoridad competente; informar a la Comisión de Fomento sobre las actividades realizadas y del uso y resultados derivados de los apoyos y estímulos otorgados; transmitir los bienes que hayan adquirido con apoyos y estímulos públicos en caso de disolución; promover la profesionalización y capacitación de sus integrantes; no realizar actividades de proselitismo partidista, electoral o propaganda con fines religiosos, y ser imparciales y no discriminar en la determinación de beneficiarios.17 Con la finalidad de facilitar la coordinación en torno al fomento de las actividades de las organizaciones, se creó la Comisión de Fomento de las Actividades de las Organizaciones de la Sociedad Civil. El 23 de noviembre de 15 Ídem, pp. 2 y 3. 16 Íd, pp. 3 y 4. 17 Ídem, pp. 4 y 5.
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2004 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Reglamento Interior de la Comisión de Fomento de las Actividades de las Organizaciones de la Sociedad Civil, como un instrumento que tiene por objeto regular la organización y funcionamiento de la Comisión como un órgano intersecretarial de carácter permanente y el Reglamento Interno del Registro Federal de las Organizaciones de la Sociedad Civil. Finalmente, el 7 de junio de 2005 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Reglamento de la Ley Federal de Fomento a las Actividades Realizadas por Organizaciones de la Sociedad Civil, cuyo objeto es el de reglamentar las disposiciones previstas en la propia Ley.18 Si bien es cierto que los fundamentos legales que sustentan la constitución y rigen el funcionamiento de las ong u osc, así como los que le confieren personalidad jurídica, se encuentran originariamente en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en el Código Civil de cada entidad federativa, hay que mencionar que dependiendo de sus objetos de trabajo, de sus propios intereses y de los proyectos que impulsan, estas organizaciones se relacionan y deben sujetarse a una serie de principios y condicionantes que emiten los ordenamientos jurídicos e instrumentos administrativos de la legislación mexicana. Muchas de las leyes federales y estatales, reglamentarias o suplementarias, sus reglamentos y los instrumentos administrativos (planes, programas, convenios) que ellas contemplan, ofrecen espacios de participación a la sociedad civil organizada como coadyuvantes en la definición, planeación, ejecución, seguimiento y evaluación de las políticas públicas, además de las inherentes a las de contraloría social. Como ejemplo de lo anterior, y relacionado con la labor de conservación —con la cual están comprometidas en mayor o menor medida todas las ong ambientalistas y de desarrollo sustentable—, mencionamos a los Consejos Consultivos para el Desarrollo Sustentable que la semarnat ha conformando como parte de un sistema de participación social e información que responde a los distintos niveles de interacción con la sociedad. 18 Diario Oficial de la Federación, “Reglamento de la Ley Federal de Fomento a las Actividades de las Organizaciones de la Sociedad Civil”, primera sección, 7 de junio de 2005, versión digital, p. 33.
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El Consejo Consultivo es la instancia de participación social que tiene por objeto el ampliar y consolidar la participación de los diferentes sectores sociales en la formulación, aplicación y evaluación de la política ambiental; así como hacer efectivos los derechos que en materia de participación se reconocen para las instituciones y organizaciones de la sociedad civil, con fundamento en la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, en su Título Quinto, Capítulo I, Artículo 159.19
Los 32 Núcleos de los Consejos Regionales se conforman por dos representantes (titular y suplente) de los sectores académico, social y privado, de organizaciones no gubernamentales, así como por dos representantes del congreso estatal y del gobierno del estado. Baja California Sur pertenece al Consejo Regional del Noroeste junto con Baja California, Sinaloa y Sonora.20 Entre los logros alcanzados por los Consejos Consultivos Nacional y Regionales destaca su participación, entre otros, en los procesos de Ordenamiento Ecológico Marino del Golfo de California. También sobresale su participación en los procesos de elaboración de la Política Ambiental para el Desarrollo Sustentable de Océanos y Costas. En el caso de la Estrategia de Educación Ambiental para la Sustentabilidad en México, la participación de los Consejos y del proyecto pnud/semarnat fortalecieron el proceso de consulta. En la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible de Johannesburgo, la delegación mexicana estuvo compuesta por representantes de los tres órdenes de gobierno, del Poder Legislativo, integrantes de los Consejos Consultivos y representantes de ong. Los Consejos Nacional y Regionales han procurado la participación de Consejeros en las reuniones de la Junta Ambiental del Buen Vecino de los Estados Unidos (gneb), del Programa 2012 y de la Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte. Finalmente, las actividades de la Comisión Técnica de Infraestructura Ambiental y Cambio Climático del Consejo Consultivo Nacional se han centrado en participar en la integración y consulta de la Estrategia Nacional de Acción Climática.21 19 semarnat, http://www.semarnat.gob.mx/estados/bajacaliforniasur/Pages/participacionsocialconsejosconsultivos.aspx, actualizada el 12 de abril de 2007 y consultada el 24 de mayo de 2007. 20 semarnat, Diario Oficial de la Federación, octubre de 2006, versión digital consultada el 3 de junio de 2007 en http://consejos.semarnat.gob.mx/pdf/acuerdo_creacion_ccds_v6.pdf. 21 Ídem, pp. 14-39.
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3. Descripción, situación y problemática de las ong que trabajan en Baja California Sur para la conservación y el desarrollo sustentable Las ong avocadas al trabajo ambiental en Baja California Sur han conocido un desarrollo inusitado a partir del año 2000, en gran medida estimulado por una respuesta local a la crisis ecológica (como se explica en la Introducción), así como por el interés prioritario que la comunidad ambientalista internacional concede a esta región, en virtud de su biodiversidad y del estado relativamente bien conservado que aún guardan sus ecosistemas y recursos naturales. Aunque el número total de estas organizaciones es difícil de precisar —su constante surgimiento sólo es comparable con la velocidad con la que desaparecen—, durante el periodo del 2000 a 2004 se constituyeron legalmente (luego de un periodo de actuación e integración) casi la mitad (48.57 por ciento) de las 172 ong identificadas en la entidad. Entre éstas, 31.39 por ciento atienden diversos aspectos relacionados con la dimensión ambiental y 68.60 por ciento trabajan en el ámbito del desarrollo social (educación, salud, derechos humanos, crecimiento económico, atención a sectores sociales de alta vulnerabilidad, arte, cultura, servicios).22 El estudio de referencia aporta datos reveladores. Destaca, en primer lugar, la tendencia creciente a la constitución de ong, ya que en la década anterior sólo se reconocían 79; así como su distribución concentrada en los municipios de La Paz (70.5 por ciento) y Los Cabos (15.29 por ciento). Sin embargo, los resultados consignan que sólo 55 de las organizaciones registradas en diversos directorios —es decir, el 30.72 por ciento—pudieron demostrar a cabalidad su existencia legal y activa, indicando que el crecimiento de estas organizaciones es relativo, en tanto no tiene equivalencia con sus atributos cualitativos.23 Originalmente las ong eran constituidas por miembros del ámbito académico y de investigación, pero en los últimos años han diversificado su 22 uabcs, icf. Diagnóstico de las organizaciones no gubernamentales de Baja California Sur, primer borrador final, La Paz, B.C.S., diciembre de 2004, pp. 23, 24 y 28. 23 Ídem, p. 23.
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composición integrando actualmente actores desplazados de la administración pública. En la entidad existen también organizaciones integradas por actores comunitarios y están vinculadas con estrategias de conservación y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, pero el número de este tipo de ong es aún reducido. También actúan en el territorio estatal ong de la región noroeste del país, representaciones de organizaciones nacionales e internacionales, que desempeñan su misión de manera directa o en asociación con actores locales, individuales o gubernamentales. Esta versátil composición, que sin duda representa una oportunidad para articular visiones, prácticas y experiencias distintas en materia de conservación, supone al mismo tiempo un proceso de integración que ha sido influido por intereses individuales divergentes entre sus miembros, que frecuentemente resultan en la desintegración de la organización o en el cese de sus actividades. 3.1 Ámbitos de acción Los objetos de atención de las ong ambientalistas son diversos y oscilan en un amplio abanico de tareas. Una revisión de sus postulados y agendas permite identificar sus líneas de trabajo y objetivos.24 En seguida y en las tablas al final del capítulo presentamos una síntesis de estos vinculando la delimitación de los objetos de atención con las acciones y los actores, considerando primero (de las tablas y los puntos 1 al 6) las líneas de trabajo vinculadas con el desarrollo sustentable a través de la conservación y, en segunda instancia (de las tablas y los puntos 7 al 9), aquéllas que se centran más en la conservación en sí misma. 1. Cultura ambiental. Esta línea tiene por objetivo mantener y fortalecer las formas tradicionales de vida en Baja California Sur, con base en la valoración de los recursos naturales y mediante el rescate del conocimiento popular, para asegurar su uso sostenible y reforzar la identidad regional. 2. Investigación y educación ambiental. Esta línea se avoca a estimular la investigación biológica e histórica como sustento de las estrategias, programas y modelos de conservación. Procura generar un sentido de identidad y amor a la región entre los habitantes. Desarrolla procesos formativos y capacitación ambiental, para fomentar la conservación de los recursos natura24 Entrevistas y cuestionarios a osc, 2003-2007.
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les y el mejoramiento de la calidad de vida de la población sudcaliforniana, generando su participación activa, sensible, conciente y responsable en los mencionados procesos. 3. Promoción y gestión para el desarrollo comunitario. Esta línea está orientada a mejorar la calidad de vida de los habitantes de las comunidades rurales y urbanas de B.C.S., a través del empoderamiento de las comunidades, propiciando el desarrollo de actividades que favorezcan el cambio de hábitos y patrones de consumo, como estrategia para el desarrollo sustentable. 4. Proyectos productivos. Con esta línea se pretende impulsar actividades productivas alternativas que favorezcan el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales aportando beneficios económicos a las poblaciones locales rurales y urbanas. 5. Planeación participativa estratégica. Esta línea se orienta a promover la cooperación solidaria, la organización para la autogestión, la definición de proyectos de desarrollo y la construcción o fortalecimiento de estructuras sociales que posibiliten el aprovechamiento de los recursos naturales procurando el mayor beneficio a la mayor cantidad de habitantes de la región durante el mayor tiempo posible. 6. Política ambiental. Esta línea busca fortalecer la participación y capacidades de las ong, para incidir en la gestión de políticas ambientales nacionales para el desarrollo sustentable urbano y rural a partir de una política de alianzas estratégicas. 7. Áreas prioritarias para la conservación. Esta línea promueve la identificación de áreas prioritarias para la conservación. Desarrolla estrategias y proyectos para lograrla. 8. Conservación de la biodiversidad. Promueve la conservación del capital natural del estado. 9. Estrategias de protección de especies, hábitats y ecosistemas. Fomentar, diseñar y aplicar esquemas preventivos o de recuperación y protección de ecosistemas marinos y terrestres en anp, zonas ecológicamente compactadas o especialmente vulnerables por el deterioro de sus poblaciones. Por la naturaleza misma de los procesos de conservación, las organizaciones combinan en la práctica acciones asociadas a más de una de las líneas descritas. Por ejemplo, las que se concentran en la protección de una especie
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o hábitat especialmente vulnerable (zonas de anidación y crianza de tortugas, extensiones de playa), intervienen también en procesos de ordenamiento ecológico y/o se suman a actividades gubernamentales desplegadas para fortalecer las anp. Este es el caso de la formación y el manejo del Parque Nacional Cabo Pulmo, de las Reserva de la Biósfera Sierra La Laguna y el Vizcaíno, y del Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California (que aglutina a 16 de estas organizaciones). Además las ong suelen divulgar entre la población los riesgos que implica el agotamiento de los recursos, sensibilizándola mediante su participación en tareas diversas como el desarrollo de senderos, la realización de monitoreos y la ejecución de diversos eventos y medios para la educación ambiental. Sin embargo, son aún excepcionales las ong cuyas acciones trascienden la inmediatez, el sentido asistencial y el localismo de sus proyectos, planteándose objetivos que involucran todas las dimensiones de la complejidad ambiental, en función de objetivos y estrategias diseñados en procesos de articulación regionales o nacionales y a través de una política de alianzas para conseguirlos, como se explica más adelante.25 En estos contados casos, las ong de amplia y profunda visión incorporan en sus amplias metas la promoción de nuevas áreas naturales protegidas, la definición de áreas de conservación prioritarias y de áreas para la conservación de la biodiversidad. Es pertinente hacer notar que uno de los rubros menos atendidos por la política gubernamental y las mismas ong es el de la legislación ambiental. Además de escasos y usualmente desarticulados, los instrumentos legales y normativos existentes no se actualizan con la periodicidad que exigen los cambios ambientales —en gran medida favorecidos por el acceso libre o irregulado a los recursos y servicios ambientales— en el estado y en el mundo. Junto a la casi nula aplicación de las sanciones previstas en los ordenamientos jurídicos para los delitos ambientales, por cierto apenas tipificados, el marco legal fomenta la impunidad y dificulta las posibilidades reales para detener el deterioro ambiental. Lo que deberíamos tener estructuralmente son leyes e instrumentos que se revisen constantemente (los que existen no se revisan en 10 años), 25 semarnat-cecadesu. Plan estatal de educación, capacitación y comunicación ambiental para el desarrollo sustentable de B.C.S., borrador en prensa, versión digital, La Paz, B.C.S., 2005, p. 155.
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que sean flexibles y con cumplimiento duro. Lo mismo pasa con todas las leyes relacionadas con el agua, con la vida silvestre. Ese es un problema muy grave que está repercutiendo prácticamente en todos los recursos del estado.26 Pero la incidencia de las ong en este ámbito mayoritariamente se reduce a participar de manera aislada en los procesos de consulta para dictar nuevas normas oficiales y en la revisión de leyes sectoriales. Asimismo, las muy escasas ong especializadas en el ejercicio del derecho ambiental no se dan ni remotamente abasto tanto para apoyar a las demás ong ambientalistas en los proyectos que impulsan, como para litigar con miras de detener el deterioro, los ilícitos y los atropellos ambientales empleando los medios legales previstos para tal fin. El capítulo estatal del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C., (cemda) ofrece asesoría y defensa legal a sectores de población en relación con delitos ambientales, también realiza foros y talleres para informar y formar a la ciudadanía en general sobre los preceptos e instrumentos legales vigentes destinados a la protección del ambiente. Por ejemplo, en septiembre de 2002 cemda celebró el taller Aplicación Efectiva de la Legislación Ambiental y Pesquera en Áreas Naturales, proponiéndose analizar el marco legal aplicable a la administración de recursos pesqueros en anp y facilitar su comprensión dentro del territorio jurídicamente protegido a raíz de la declaratoria de anp, así como la relación que tiene con la regulación pesquera. Otro esfuerzo es el de la Comisión Estatal de Educación Ambiental, surgida del proceso integrador del Plan Estatal de Educación Ambiental para promover el reconocimiento jurídico a este instrumento articulador de los esfuerzos que en la materia realizan sus actores. En 2007 inició un acercamiento con la Comisión de Ecología del congreso local, responsable de coordinar la actualización de la Ley de Equilibrio Ecológico y Protección del Ambiente de Baja California Sur, estableciendo el compromiso de elaborar una propuesta para incluir en ésta un capítulo dedicado a la educación ambiental. 26 Gabriela Anaya, Sociedad de Historia Natural Niparajá, en Taller “Análisis de la Problemática y las Oportunidades para la Conservación y el Desarrollo Sustentable en B. C. S”, La Paz, B.C.S., 3 de junio, 2006, Mesa 3, Problemas.
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3.2 Capacidades y problemática Las capacidades y limitaciones de operación y gestión de las ong sudcalifornianas27 están asociadas a tres grandes esferas: legal, económica y organizativa, como a continuación explicamos. Legal. La formalización jurídica de las organizaciones es una condición básica exigida por la legislación mexicana para el funcionamiento de las ong y constituye un factor para atraer recursos financieros y programáticos de diversas fuentes nacionales e internacionales, en tanto que otorga a las ong capacidad jurídica para concertarlos y certidumbre a los organismos que las respaldan respecto al carácter lícito de sus actividades. En el estado, el 83.05 por ciento de las organizaciones actuantes cuentan con acta constitutiva y el 67.27 por ciento con Registro Federal de Causantes.28 Económica. El presupuesto anual de operaciones se integra por aportaciones de los socios, donaciones nacionales (25 por ciento) e internacionales (75 por ciento) y recursos convenidos en efectivo y en especie. El volumen más alto de recursos asciende a $19’369,031 (pesos) anuales, concentrados por pocas ong de La Paz y derivados en buena medida de donaciones provenientes del extranjero (28.57 por ciento). Solamente el 31.42 por ciento del total de ong considera que cuenta con recursos relativamente holgados, o por lo menos suficientes para emprender las acciones que se plantean. Las limitaciones económicas repercuten en el desempeño general de las organizaciones, pero probablemente entre las más significativas restricciones que implican destaca la imposibilidad y/o limitación para contratar personal remunerado (sólo el 42.85 por ciento lo tiene, el resto recurre al voluntariado permanente o circunstancial para acercar personal de apoyo sin fines de lucro), así como la posibilidad de contar con servicios que aumenten su potencial para gestionar recursos (sólo 31.42 por ciento tienen página de Internet). Para compensar sus restricciones económicas y técnicas 74.28 por ciento de las ong convienen aportaciones con organismos públicos o privados, nacionales e internacionales, o recurren a la intermediación de organizaciones y dependencias gubernamentales donatarias pues es muy bajo el porcentaje 27 Los porcentajes corresponden a las 35 osc que reportaron información completa en el estudio icf-uabcs, 2004. 28 uabcs-icf. Diagnóstico de las organizaciones no gubernamentales de Baja California Sur, primer borrador final, La Paz, B.C.S., versión digital, diciembre, 2004, p. 24.
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(13.55 por ciento) de ong exentas del pago de impuestos por recibir donaciones.29 Organizativa. Aún cuando la mayoría de las ong presentan una cierta estructura, objetivos y estrategias para lograrlos, sus procesos organizativos internos son aún poco eficaces —vistos en sus mecanismos de planeación, discusión, decisión, gestión de recursos y representación, de detección de necesidades comunitarias y acercamiento a éstas—, volviéndolas más vulnerables. El todavía incipiente desarrollo de capacidades les impide superar el localismo e inmediatismo característico de sus acciones, lo que atomiza sus impactos en la compleja realidad ambiental del estado; ésta es una de las debilidades más notorias de las ong sudcalifornianas. Sólo las más exitosas ong cuentan con estrategias de profesionalización, forman y capacitan a sus integrantes, promoviendo el intercambio de experiencias, la transferencia de información y el uso de herramientas metodológicas que articulen sus prácticas a las necesidades que pretenden atender; es decir, que les permita efectivamente mejorar su relación con las comunidades objetivo, transformándose en auténticos instrumentos para atender necesidades comunitarias y lograr la conservación.30 Así, a las desigualdades —tanto en el número de organizaciones, como de los recursos de los que disponen—, se agregan las deficiencias organizativas internas y la discrepancia entre distintas perspectivas que marcan diferencias sustanciales en la capacidad para influir en los procesos de negociación y toma de decisiones. En el caso del desempeño de las ong esta situación no se reduce a problemas de estilo y estrategia, sino a la existencia o desaparición de la organización, así como al éxito o al fracaso de los procesos que impulsan. Los problemas que afectan el quehacer de las ong son extensos, variados y complejos. A estos se suma el escepticismo de la sociedad sobre los aspectos ambientales y sus implicaciones en la vida social, lo que dificulta aún más el logro de los objetivos de la conservación y el desarrollo sustentable de Baja California Sur impulsados por las ong y sus demás actores. Entre la población sudcaliforniana no existe una cultura de conservación que se refleje en 29 Ídem, pp. 25-27. 30 En el año 2000, Niparajá asociada con tnc inició su profesionalización logrando ampliar sus respectivas plataformas de acción en espacios locales, regionales, nacionales e internacionales, como una forma de incidir en las políticas públicas.
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los hábitos diarios de consumo, al usar el agua y la energía en los hogares, comercios y oficinas, son altos los niveles de desperdicio y contaminación. Agravando la problemática, y como fue mencionado anteriormente, la legislación sigue siendo escasa y sobre todo blanda en la aplicación de sanciones que ayuden a corregir esas prácticas sociales. En general, en Baja California Sur prevalece una sociedad proclive a la explotación mercantil de sus recursos naturales, con una visión centrada en el crecimiento económico, 31 que es indiferente al desarrollo integral de los sectores de la población que la componen y que tiende a fincar toda posibilidad de progreso en la utilización de la tierra, el agua y de los recursos bióticos en función del turismo, de la inmigración y del crecimiento urbano tanto por nacionales como por extranjeros. El modelo de desarrollo que prevalece en la mentalidad colectiva regional es aún el que requiere servicios básicos y recursos naturales de forma ilimitada, abusiva y socialmente desigual. Esta visión es ampliamente promovida por las autoridades gubernamentales del estado y del país, y ha limitado la búsqueda de un modelo alternativo que promueva la conservación. El turismo de bajo impacto que promueve el arraigo y la calidad de vida de la población local existe más a nivel del discurso (tanto gubernamental, como de la iniciativa privada y de los académicos) que en los hechos. El consumo de productos orgánicos sustentables, la inversión y el uso de energías alternativas, el reciclaje, la reducción del consumo energético, el desarrollo urbano sustentable y equitativo, y demás características de una sociedad verde, están ausentes de la realidad sudcaliforniana actual. El concepto de la conservación como un modelo de desarrollo y un estilo de vida, basado fundamentalmente en la salud humana y del medio ambiente que los rodea, desafortunadamente es aún totalmente ajeno para la mayoría de la población que vive en B.C.S. 32 En este marco, la operación desarticulada entre los actores de la conservación, su dispersión y la falta de comunicación entre grupos, así como la 31 Según datos del Centro Estatal de Información, a fines de 2006 existían 17 mil empresas en Baja California Sur distribuidas en las actividades de comercio (8 mil), servicios (7 mil) e industria (con sólo dos mil empresas), dando empleo a 92 mil personas. Reportado por Dr. Rodrigo Guerrero, entrevista en programa Panorama Informativo, 6 de noviembre de 2006. 32 Gabriela Flores, covyde, A.C., en el taller “Análisis de la Problemática y las Oportunidades para la Conservación y el Desarrollo Sustentable en B. C. S.”, La Paz, B.C.S., 3 de junio, 2006, Mesa 3, Problemas.
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falta de información consistente y estructurada con un sentido pedagógico, derivada además de la investigación científica sobre los componentes de la dimensión ambiental sudcaliforniana, no han reportado frutos significativos. Las llamadas emergencias ambientales provocan eventualmente manifestaciones y denuncias públicas de algunas ong que contribuyen a revelar las contradicciones entre las políticas económicas y ambientales gubernamentales, particularmente en lo que respecta al auge del desarrollo inmobiliario y turístico que las mismas instituciones promueven y fomentan, pero que en el ámbito del ambientalismo local no trascienden la tímida inmediatez contestataria. A este contexto desfavorable para el desarrollo de la conservación se suma la problemática propia que enfrentan la mayoría de las ong. La pérdida de perspectiva y de sistematización de su trabajo es agravada por la insuficiencia de fondos para costear su legalización, establecer un domicilio social, adquirir y mantener equipo y servicios básicos (computadoras, teléfono, fax, correo electrónico, página web). Todos estos factores propician que la mayoría de las ong se mantengan prácticamente en un nivel de sobrevivencia. En el estudio elaborado por la uabcs-icf, 35 por ciento de las organizaciones inicialmente identificadas habían desaparecido por estas razones, 33 aún cuando en su etapa germinal podían recurrir al Consejo Sudcaliforniano de Organizaciones de la Sociedad Civil de B.C.S., que brinda asesoría para facilitar su proceso de integración y capacitación básica (elaboración de proyectos, administración, contabilidad, organización), así como de orientación para acceder a fondos internacionales.34 Sin embargo, pese a la posible ventaja que este tipo de apoyo puede representar en la etapa inicial de una ong, la acentuada dependencia económica de estas organizaciones respecto a los recursos gubernamentales, representa un preocupante problema de fondo: restringe su actuación a los ámbitos y prioridades señalados por dependencias que difieren en información y ámbitos de autoridad, y cuyas decisiones dejan frecuentemente en desventaja los procesos ecológicos y sistemas naturales de los que dependemos y, en un se33 uabcs-icf, op. cit., pp. 30-31. 34 Este Consejo registra alrededor de 200 agrupaciones sudcalifornianas y externas que actúan en el ámbito estatal, incluyendo osc, empresas, clubes de servicio y organismos humanitarios sin fines de lucro. Sergio Morales Polo, Presidente del Consejo Sudcaliforniano de Organizaciones de la Sociedad Civil de B.C.S., entrevista, 2004.
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gundo plano, los intereses de las comunidades. Es así que la política pública ambiental a la que deben contribuir sigue siendo desarrollada bajo la visión de los políticos y no sobre los intereses de las comunidades, que se ven inmovilizadas para ejercer la presión política necesaria, en tanto no presentan una estructura sólida, apropiada a las exigencias de intervención que el desarrollo sustentable les impone. Las coaliciones de ong y los movimientos ciudadanos articulados en la región, reconocen que la falta de consensos atomiza los liderazgos emergentes tornándolos indefinidos, lo que unido a las todavía insuficientes e inadecuadas alianzas con sectores gubernamentales limita la consecución de las metas que persiguen y que requieren del más alto nivel de consenso político. Los enormes avances manifestados en los encuentros regionales de las organizaciones aliadas —como la delimitación, clasificación y mapeo de regiones y redes de reservas marinas del Golfo de California, de áreas para la conservación de la biodiversidad y las iniciativas para la constitución de fondos que la financien— se ven así limitados por la indefinición de estrategias claras y la ausencia de una perspectiva de largo plazo, unificada alrededor de concepciones y agendas compartidas.35
4. Las más activas ong de Baja California Sur Observando la apretada síntesis sobre los objetos de atención de las ong presentada en el punto apartado anterior, resalta la reiterada presencia de algunas de ellas. Estas son las que consideramos como las ong más capaces para incidir en problemas torales que la conservación enfrenta en el estado. Estas ong comparten ciertas características que en buena medida explican su mayor capacidad para generar proyectos y llevarlos a buen término. Se trata principalmente de organizaciones con una importante cantidad de miembros y antigüedad, y generalmente mantienen vínculos con organizaciones internacionales, lo que les permite incrementar sus capacidades operativas, de gestión y concertación. De esta manera logran mayor constancia e integración con las comunidades o sectores sujetos de su atención y, consecuentemente, mayor logro y efectividad en la solución de las necesidades que atienden. La profesionalización que desarrollan ha sido, indudablemente, un factor decisivo para ampliar sus 35 Cumbre de la Conservación, La Paz, B.C.S., 7 de febrero de 2005.
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plataformas, alcanzar su actual estatus y el reconocimiento de los sectores regionales, nacionales y extranjeros comprometidos con la conservación. Entre estas ong destaca la Sociedad de Historia Natural Niparajá, A.C., que combina las herramientas del manejo comunitario, la reconversión productiva y las servidumbres ambientales para la conservación de áreas prioritarias, acompañada con un componente de educación ambiental. También fomenta la investigación sobre recursos esenciales como la calidad del agua y su manejo a través de un programa de instalación de filtros en las comunidades rurales, 36 por citar sólo algunas de sus acciones.37 También destaca el Grupo Ecologista Antares, A.C. (gea) cuya misión es contribuir a la conservación del ambiente con participación de la comunidad, fomentar la cultura de la conservación y el desarrollo sustentable, así como participar en políticas públicas para posicionar la agenda ambiental. A través del manejo comunitario, la educación ambiental y la gestión, gea ha contribuido a la creación y operación del Parque Nacional Bahía Loreto, así como a la protección de la vida silvestre que alberga (cabrillas, tiburones, lobos marinos, tortugas). Ha impulsado un sistema integral de monitoreo y vigilancia en el Parque y sus litorales, despliega una importante campaña educativa en medios de comunicación (sala de exposiciones, biblioteca, sala audiovisual y servicio de información, celebran el Festival de la Tierra) y mantiene un trabajo permanente de discusión de políticas públicas, creación y mejoramiento de leyes, reglamentos y disposiciones, así como la unión y el diálogo entre las ong ambientalistas que trabajan en B.C.S. Conservación del Territorio Insular Mexicano, A.C. (isla) se ha dedicado a promover la conservación de ecosistemas y especies, así como el desarrollo comunitario a través de muy diversas herramientas. Sus programas de organización implican la vinculación con comunidades de productores rurales para diagnosticar necesidades y derivar actividades productivas y capacitación para el aprovechamiento de recursos naturales.38 Su participación en la expropiación concertada de la Isla Espíritu Santo es una de las más importantes aportaciones de esta ong. También han elaborado manuales sobre 36 Flor Cassassuse, Estudio de 500 pozos en Baja California Sur, Sociedad de Historia Natural Niparajá, documento digital, La Paz, B.C.S., junio de 2005. 37 Entrevista con Aarón Esliman, Director Ejecutivo de Niparajá, A.C., La Paz, febrero de 2003. 38 María Elena Martínez Delgado, Directora General de Conservación del Territorio Insular Mexicano, A.C., isla, entrevista, 2005.
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buenas prácticas en el manejo de marinas, ha contribuido en el proceso de ordenamiento ecológico del Golfo de California y ha promovido el manejo comunitario a través del aprovechamiento sustentable de especies cinegéticas como el borrego cimarrón. Defensores de la Bahía, Ángeles del Estero y ConCiencia son ong que acopian y movilizan recursos para ofrecer resistencia ante los avances del desarrollo turístico e inmobiliario que dañan bahías y esteros, privilegiando entre sus líneas de trabajo la educación ambiental y la denuncia. Figura, entre las más recientes y emprendedoras, la asociación civil Comunidad, Visión y Desarrollo (covyde). Constituida el 13 de junio de 2005, su misión es empoderar y apoyar a la comunidad paceña para mejorar la calidad de vida y lograr el desarrollo sustentable e integral. Se propone permanecer como agente de cambio en la comunidad para consolidar niveles óptimos de calidad de vida, promoviendo la participación ciudadana en asuntos de interés público. Entre sus principales logros cuenta la integración del Grupo Focal del Agua, constituido por especialistas que monitorean la calidad del agua, su conservación y aprovechamiento óptimo. También participan en el grupo Prevencrisis (para la prevención de suicidios en la ciudad de La Paz), promueven la generación de redes ciudadanas, apoyan la creación de grupos ambientalistas y promueven sus proyectos (Grupo Tortuguero de las Californias, afapem, el Centro Cultural Esperanza Rodríguez y la Asociación de Músicos y Amigos, el Centro Integral de Cultura y Desarrollo Humano (cedis) y el Club Náutico. covyde coordina un interesante programa de investigación y comunicación y divulga sus resultados mediante la inserción de información en diversos medios (periódico, radio) y en espacios de análisis y discusión sobre temas concurrentes de interés público, con participación de especialistas, funcionarios de gobierno y ciudadanos.39 En este sentido, mantienen un programa transmitido por radio y televisión, cuyo nombre indica su orientación Gente de Palabra. Entre las ong que, dedicadas a un sólo objeto de conservación, también han logrado un trabajo exitoso en la conservación, destacan: Amigos para la Conservación de Cabo Pulmo, A.C. (accp), la cual es una ong formada por la comunidad cabopulmeña con el propósito de promover 39 Francisco González Jáquez, integrante de covyde, entrevista 2007.
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la conservación de los recursos naturales del Parque Nacional, cruciales para el bienestar económico del pueblo. Su trabajo central se enfoca en la conservación y monitoreo del estado de salud del arrecife, pero también ha incorporado una serie de medidas para la supervisión y conservación de varias especies de tortugas marinas que anidan y comen en el Parque. Entre estas medidas destaca la participación de la comunidad creando cuerpos comunitarios voluntarios para la supervisión en agua y en playa, así como acciones de educación ambiental (Taller del Cuidado del Nido) en escuelas locales y con la conanp. Han establecido una red de apoyo con ong concurrentes a través de la península de Baja California (cobi) y en los Estados Unidos (ProPenínsula) y trabajan activamente con instituciones académicas. accp inició un programa de supervisión de control del arrecife coralino, desarrollada con un equipo internacional de científicos que trabajan en el Mar Cortés y el Control Arrecifero de la ucla.40 El Grupo Tortuguero de las Californias, A.C., mantiene programas de monitoreo y anidación en cinco zonas de importancia en Baja California Sur, divulgando información sobre su estatus y procesos biológicos mediante publicaciones como cómics, material audiovisual y disfraces. Con ProPenínsula realiza actividades colectivas de campo y talleres de reflexión, organizan a mujeres, niños y jóvenes para mejorar su calidad de vida y fomentar el orgullo por su comunidad, centrándose en los problemas de la basura y otros contaminantes de los cuerpos de agua, así como sus causas y efectos, diseñando estrategias para poder disminuirlos. Con la población de localidades costeras propician que reconozcan a las especies en peligro para poder disminuir la pesca incidental. El trabajo les ha llevado a establecer amplias redes de pescadores (300), comunidades (30), científicos, tesistas y ong en toda la república, con los que logran identificar los sitios de agregación en los recorridos de las tortugas, de Todos Santos a San Diego y de Cabo Pulmo a Bahía de Los Ángeles.41 En general, las contribuciones ejemplares de todas las organizaciones mencionadas a los procesos de conservación en la región han significado un 40 Eréndira Valle Padilla, Presidenta de Amigos para la Conservación de Cabo Pulmo, A.C., entrevista, 2005. 41 Joaht Laudino, Presidente del Grupo Tortuguero de las Californias, A.C. / Antonio Avilés Rocha, Secretario de Pesca del gobierno del estado de B.C.S., entrevista, programa de radio Panorama Informativo, Promomedios California, emisión 17 de octubre de 2006.
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invaluable soporte para avanzar en el largo camino del desarrollo sustentable. Un aspecto fundamental que se encuentra en la base de estos logros es la sinergia que se da entre grandes y pequeñas ong, nacionales e internacionales, así como entre ellas y los actores que colaboran desde otros sectores; por ejemplo, el académico, la conanp, y algunas empresas que comparten la misma valiosa visión de la conservación. 4.1 Alianzas y sinergias Tal sinergia ha sido un apoyo invaluable para ong emergentes y en consolidación, y contribuye en la realización de diferentes tareas: integración de fondos para financiar la conservación, impulso y definición de políticas públicas congruentes con la protección del ambiente, creación y ampliación de anp, denuncia de atropellos e ilícitos, programas de educación ambiental, construcción de nuevas estrategias a favor del desarrollo sustentable, entre otros. Uno de los antecedentes más destacados de este tipo de sinergia es la integración de la Coalición del Golfo de California y la Alianza para Conservación del Noroeste (alcosta). El proceso alcosta inició en 1995, a raíz de la integración del Grupo Ecologista Antares (gea) y la creación del Parque Nacional Bahía de Loreto. Entonces surgió la Coalición de ong Ambientalistas para la Conservación y el Desarrollo Sustentable de Baja California Sur.42 Reunidas en Loreto, treinta organizaciones analizaron e integraron una agenda ambiental de la que se desprendieron compromisos concretos; pero el proceso estuvo marcado por la discontinuidad e intentos fallidos que no consiguieron reactivar el interés de esta alianza.43 No obstante, el movimiento originado por la Coalición repercutió en la contracosta sonorense, sumándose a sus reuniones otras organizaciones del noroeste del país bajo el objetivo compartido de obtener recursos e intercambiar apoyos que respaldaran sus respectivos proyectos. Fue así, en 2002, que se creó alcosta, agrupando veinte ong que definieron en conjunto sus estrategias para incidir en las políticas públicas relacionadas con el ambiente. La agrupación reconoció que los temas de la agenda integrada en 1996 se mantenían vigentes pero se encontraban agravados. La fuerza generada permitió incidir determinante42 Sergio Morales Polo, entrevista, 2004. 43 Aarón Estiman, entrevista, 2004.
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mente en la modificación al Proyecto Escalera Náutica (hoy proyecto Mar de Cortés), suscitada por las preocupaciones sobre la especulación de tierras, la creación de falsas expectativas en las comunidades y las disputas entre niveles de gobierno. alcosta integró un estudio de mercado independiente respaldado con cifras puntuales y expectativas más realistas.44 Por otra parte, su participación en el seno de los Consejos de Desarrollo Sustentable influyó en la decisión del ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León para negar la ampliación de la Empresa Exportadora de Sal (essa) a la Laguna de San Ignacio. Sin embargo, los alcances que esta alianza podría lograr, en tanto que un movimiento amplio, se ven condicionados por la carencia de apoyos y de consistencia en el trabajo profesional al que no todos sus integrantes están dispuestos.45 Pese a todos los limitantes, ambas experiencias sentaron bases para imprimir mayor contundencia a los procesos de conservación y manejo sustentable de los ecosistemas y recursos del Golfo de California robusteciendo, entre otros, la exigencia al gobierno federal para elaborar programas de ordenamiento ecológico en las zonas de interés, la realización de talleres con pescadores, la sustentación para ampliar áreas naturales protegidas y la divulgación nacional e internacional del enorme valor de ese mar interior. Un espacio importante de articulación de las ong sudcalifornianas con los sectores académico, gubernamental, legislativo, social, empresarial y sus pares de Baja California, Sonora y Sinaloa es el Consejo Consultivo para el Desarrollo Sustentable de la Región Noroeste. Estos órganos, conformados desde 1995 en cumplimiento de los acuerdos derivados de la Cumbre de la Tierra (1992), formulan recomendaciones que se transforman en políticas públicas en al ámbito nacional y han funcionado como vínculo de comunicación entre la sociedad civil y el gobierno de México. La segunda generación del Consejo Consultivo para el Desarrollo Sustentable de la Región Noroeste impulsó, entre 2002 y 2004, la elaboración de un Programa Nacional de Manejo Integral Costero y la Ley de Costas; la creación de la Comisión Técnica del Agua, que contenga y aborde los asuntos marinos y costeros, la aproximación de cuencas, la deforestación e incendios forestales o la extracción 44 Sergio Morales Polo, entrevista, 2004. 45 Por ejemplo: algunos académicos que integran ong desisten ante estas dificultades, pues ven a las organizaciones como instrumentos para financiar las investigaciones de su interés estrictamente académico. En el caso de Niparajá, los integrantes académicos han ido desprendiéndose, quedando sólo los empresarios. Aarón Estiman, entrevista, 2004.
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de arenas de cauces de arroyos; ha recomendado la creación de la Comisión Técnica de Áreas Naturales Protegidas, para apoyar la eficiente gestión de las anp decretadas; apoyos fundamentales de los académicos de la región a conacyt, ine y cecadesu, a través de la Comisión Técnica de Ciencia, Tecnología y Educación Ambiental. En general, durante ese periodo el Consejo Consultivo orientó a la semarnat en la elaboración de políticas públicas sobre asuntos regionales tan importantes como el Ordenamiento Marino del Golfo de California y el Proyecto Escalera Náutica, fomentando la participación pública en la toma de decisiones. Sin embargo, los esfuerzos altruistas de los consejeros no han logrado detener el crecimiento desordenado, el saqueo, la contaminación, el deterioro y la pérdida de biodiversidad y de servicios ambientales; solamente han logrado que la situación ambiental no empeore más aceleradamente.46 En su tercera generación, el Consejo Consultivo incluyó la participación de tres destacadas asociaciones civiles de B.C.S., con una amplia trayectoria en el impulso de estrategias conservacionistas en el estado y en la región: Conservación del Territorio Insular Mexicano A.C. (isla), la Sociedad de Historia Natural Niparajá y el Centro Mujeres. En el ámbito estatal, la estrategia de alianzas practicada por las ong para fortalecer su capacidad de intervenir en políticas públicas y resistir a los cada vez más numerosos y poderosos embates del desarrollismo económico que enfrenta Baja California Sur ha implicado, además de integrarse con autoridades en comités o consejos de coparticipación, instituidos como órganos ejecutivos y de consulta para el ejercicio de políticas y recursos públicos, el impulso a la generación de redes ciudadanas. Organizaciones como covyde, Niparajá, gea, la Red de Educadores Ambientales, Fundación de Bahía de Loreto, isla, el Grupo Tortuguero de las Californias, Amigos para la Conservación de Cabo Pulmo, Defensores de la Bahía, Los Ángeles del Estero, entre otras, dedican gran parte de sus esfuerzos a vincular proyectos con instituciones públicas (conanp, uabcs, cicimar, cibnor, cicese) y con ong externas nacionales (pronatura Noroeste-Mar de Cortés, Fundación Mexicana para la Educación Ambiental) e internacionales (The Nature Conservancy, Homeland Foundation, The David and Lucile Packard Foundation, The Sperling 46 pnud-semarnat, Reporte de la participación social en el diseño, evaluación, seguimiento y difusión de las políticas públicas en el periodo 2002-2004, Consejos Consultivos para el Desarrollo Sustentable, Región Noroeste, Libro Blanco, Segunda Generación, México, pp. 151-155.
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Foundation, Fundación para las Naciones Unidas, ProPenínsula, Walton Family Foundation, la Internacional Community Foundation). En este esquema, las ong externas canalizan apoyos financieros, técnicos, de capacitación, de investigación científica y de gestión, mientras que las regionales impulsan la reconversión productiva a nivel micro-regional, estrategias de manejo y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, la promoción de estudios científicos para generar instrumentos de conservación y manejo apropiados a las zonas y la organización comunitaria. Las ong externas también fungen como mediadoras entre las diferentes instancias y sectores que tienen ingerencia en la política y la gestión ambiental regionales.47 El Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza (fmcn), cobi, el Fondo Golfo de California de wwf, la Fundación Packard, Internacional Conservation (ci), icf y tnc, son ong externas que contribuyen a la conservación de la biodiversidad en la región aportando metas, estrategias, instrumentos de manejo, sistema de clasificación de ecorregiones marinas, plataformas de trabajo para recaudar fondos y trabajo de planeación con las comunidades.48 Un destacado ejemplo de este tipo de acciones enlazadas en una sinergia que ha reportado logros significativos en la conservación del Golfo de California son los talleres para la promoción de “Áreas de No Pesca como Instrumento de Conservación y Manejo Pesquero en el Golfo de California”, promovidas por cobi y wwf, en vinculación con Niparajá. Estos talleres han acercado a los diferentes grupos regionales que trabajan en el diseño, implementación y evaluación de áreas de no pesca en el Golfo de California para conocer los objetivos y los alcances de cada proyecto, fomentar la coordinación y planear oportunidades de colaboración entre comunidades de pescadores. Otro ejemplo interesante de alianzas establecidas entre diferentes actores de la conservación es la llamada Iniciativa Oasis. Agrupando ong, investigadores, consultores, académicos e incluso algunos funcionarios públicos, esta iniciativa surgió en 2004 con el propósito de promover el manejo sustentable del patrimonio natural y cultural de estos espacios singulares, mediante la 47 Micheline Cariño et al., “La utopía ambientalista sudcaliforniana. Actores, discursos y políticas”, ponencia, Universidad Autónoma de Baja California Sur, La Paz, B.C.S., 2004, p. 21. 48 Cumbre de la Conservación, La Paz, B.C.S., 7 de febrero de 2005.
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participación social, la investigación y la difusión. Sus estrategias delimitan cuatro campos de acción: inducción de actores comunitarios, concientización de los habitantes y usuarios, formación de promotores comunitarios, así como difusión y vigilancia.49 La organización comunitaria como estrategia para la conservación de los oasis sudcalifornianos ha orientado acciones de investigación, capacitación, organización y planeación con los pobladores de los oasis, reconociendo los usos históricos de los recursos naturales y, a partir de esta percepción, se perfilan alternativas productivas. El proceso pone en marcha la transferencia de herramientas teórico metodológicas hacia individuos de las comunidades como un mecanismo que favorezca la conversión de estos actores en auténticos promotores de la participación comunitaria alrededor de la conservación. 4.2 Algunas de las experiencias exitosas a) La expropiación concertada de Isla Espíritu Santo La isla Espíritu Santo es el destino turístico más popular en la Bahía de La Paz, la más visitada en el Golfo de California y uno de los ecosistemas mejor conservados de esta zona, con una trayectoria de 30 años de uso naturalista. Junto con la isla Partida, representa el único caso mexicano de islas dotadas a un ejido (otorgadas en 1976 al Ejido Alfredo V. Bonfil Batalla, del municipio de La Paz). Los valores naturales y ambientales de este archipiélago, así como su espléndida belleza paisajística, estimularon el interés de pequeños propietarios quienes —una vez obtenido el dominio pleno de 90 hectáreas, desincorporadas del régimen ejidal mediante títulos parcelarios, en 1996— construyeron ocho cabañas en la isla para uso turístico, mismas que fueron derribadas invocando las disposiciones que sobre el uso de suelo establece el decreto de creación de esta anp publicado en 1978, que prohíbe cualquier modificación o perturbación a la flora y fauna, controlando la especulación y venta de tierras. El hecho atrajo el interés de los grupos conservacionistas, quienes iniciaron un proceso de expropiación concertada —apoyados con aportaciones de asociaciones privadas mexicanas y estadounidenses— para transferir 36 parcelas al Estado mexicano con el objetivo de proteger el complejo insular de Espíritu Santo. Tras cinco años de negociación con los ex propietarios, por primera vez 49 cibnor, uabcs, semarnat, Reunión de análisis de los oasis de Baja California Sur. Importancia y conservación, La Paz, B.C.S., diciembre de 2004, pp. 128-137.
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donantes privados contribuyeron para poner bajo tutela estatal un área natural vulnerable. En los planes de conservación participaron también Niparajá, la Agrupación Sierra Madre, fundea, tnc, icf y wwf.50 Una vez terminado el programa de manejo (con recursos aportados por el fmcn), y a solicitud de las partes, isla se integró como cuarto elemento al grupo central de elaboración de la propuesta. Su papel fue el de mediar el conflicto de intereses y participar en la elaboración de las reglas administrativas, con el apoyo del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C. (cemda). El proyecto ejecutado por isla en asociación con tnc y la Reserva de las Islas del Golfo de California de 1998 al 2000, tuvo el apoyo de la Agencia Internacional de Desarrollo del Gobierno de los Estados Unidos (usaid), el Gobierno de Japón, The David and Lucile Packard Foundation y otras fuentes de financiamiento. Adicionalmente y en forma paralela se obtuvieron aportaciones de Homeland Foundation y Petróleos Mexicanos (pemex), con asesoría del Coastal Resources Center de la Universidad de Rhode Island, entre otras instituciones. En la etapa de negociación un factor de éxito fue la clara, estrecha, puntual y expedita comunicación entre los gobiernos, instituciones, fundaciones y personas involucrados en cada una de las acciones del proceso, con una visión común sobre los beneficios y oportunidades de la conservación de los recursos naturales, sin perder de vista la individualidad y los intereses particulares. Tras la revisión de las figuras legales de arrendamiento financiero, servidumbre ecológica, promesa de compra-venta, fideicomiso y expropiación concertada (realizada conjuntamente con las áreas jurídicas de la Procuraduría Agraria, la conanp, cemda, el Ejido Bonfil e isla), se eligió esta última —por ser la única figura legal que permanece sólida ante la Ley Agraria— por su adecuación en una perspectiva de conservación a largo plazo. A este proceso siguió la decisión de la Asamblea General de Ejidatarios del Ejido Alfredo V. Bonfil, para iniciar el proceso de negociación a partir de un avalúo bancario. Esta compleja y exitosa experiencia mostró la gran oportunidad que representa el reto de construir un proceso participativo en pro de la conservación y el desarrollo comunitario. Una actividad paralela fue la de asesorar, diseñar, promover y gestionar una cartera de proyectos productivos sustentables, tanto en la isla, como en la península, que permitiera a los ejidatarios 50 Pilar Franco, colaboradora de Tierra América, entrevista 1999.
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capitalizarse para emprender actividades económicas y, bajo esta perspectiva, mejorar su calidad de vida. Con isla los productores plantearon el desarrollo de proyectos productivos de bajo impacto, entre los que se encuentran el establecimiento de una empresa de servicios ecoturísticos, y el cultivo y rescate histórico de la ostra perlera en la ensenada San Gabriel. Actualmente, más de 25 compañías de turismo de naturaleza dependen de los valores naturales del área; desafortunadamente se trata en su mayoría de empresas privadas y no de empresas formadas por los ejidatarios. Asimismo, a pesar de que en la región se tenga plenamente disponible la tecnología para la perlicultura, ningún actor gubernamental ni no gubernamental se ha interesado en impulsar esta alternativa de desarrollo sustentable sugerida por los ejidatarios en el momento de la expropiación concertada. No obstante, los esquemas de protección sobre el archipiélago han avanzado. En 2005, tras las gestiones y la labor de fundea, este archipiélago, así como las demás anp del Golfo de California fueron incluidas en la Lista de Patrimonio de la Humanidad y, en 2007, gracias al trabajo eficiente y expedito de Niparajá, se logró la declaración de protección del área marina que circunda a este invaluable complejo insular.51 b) El Fondo Sudcaliforniano para las Áreas Naturales Protegidas, fosanp En cumplimiento de su propósito de estimular la suma de esfuerzos para la conservación de las anp establecidas en el estado, mediante la integración de instrumentos financieros que la hagan factible, Niparajá, tnc y fundea crearon el Fondo Sudcaliforniano para Áreas Naturales Protegidas (fosanp). Éste tiene la misión de conservar el patrimonio cultural del estado, complementando los recursos económicos existentes y reforzando las acciones de conservación en las anp, en beneficio de los habitantes de la región, los visitantes y las generaciones futuras. Constituido como una estrategia de recaudación de fondos provenientes del sector turístico para el manejo de las áreas naturales protegidas del estado, este instrumento público-privado es administrado por Niparajá, quien se encarga de la recaudación, el manejo, la canalización y aplicación de los 51 Antonio Cantú Díaz Barriga / María Elena Martínez Delgado, Planeación y concertación para el manejo sustentable de la isla Espíritu Santo, Baja California Sur, http://www.isla.org. mx/espiritusanto.
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recursos captados. Corresponde a las anp la responsabilidad de la ejecución de los proyectos, supervisados por un Consejo Directivo representativo de la sociedad local, en el que también participan tnc, empresarios, académicos y los directivos de las anp para asegurar la transparencia en el manejo del Fondo.52 Los recursos de éste han dado soporte al desarrollo de los trabajos que Niparajá lleva a cabo en el Corredor San Cosme-Punta Mechudo y los de otras ong con acciones muy puntuales. No obstante, el fosanp enfrenta dificultades para funcionar, como el mecanismo recaudador de donaciones particulares y empresariales, propósito que originó su integración.53 4.3 Conflictos entre sectores y ong En B.C.S., al igual que en el resto del mundo, los conflictos de intereses entre distintos grupos promotores del desarrollo sustentable constituyen verdaderos retos para el avance de las iniciativas de las ong ambientalistas. El predominio de la visión neoliberal propicia que las estrategias para la conservación sean interpretadas —por los desarrolladores turísticos e inmobiliarios, así como por otros sectores productivos del estado— como procesos contrapuestos al crecimiento económico y al bienestar público. Las experiencias que al respecto se han suscitado a lo largo del estado son múltiples y con variaciones en los impactos producidos tanto en la dimensión ambiental como en la social. Para ejemplificar abordaremos dos casos relevantes, tanto por su fuerte impacto, como por la incapacidad de las ong ambientalistas para prevenirlos, enfrentarlos y superarlos. a) El Mogote En La Paz, uno de los asuntos que más ha preocupado a la población en general, y al sector ambientalista en particular, es la venta a desarrolladores inmobiliarios de El Mogote y la instrumentación en esta península de arena del desarrollo habitacional turístico “Paraíso del Mar”, impulsado por la empresa Desarrollos Punta La Paz, S. de R. L. de C. V. Éste es uno de los casos más desafortunados en el que académicos, investigadores, instancias de gobierno 52 The Nature Conservancy, Sociedad de Historia Natural Niparajá, A. C., El Fondo Sudcaliforniano para Áreas Naturales Protegidas de Baja California Sur (fosanp), B.C.S., México, pp. 2 y 4. 53 Aarón Eslimán, Director de Proyectos de la Sociedad de Historia Natural Niparajá, A.C., entrevista, mayo de 2007.
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y ong no encontraron puntos de coincidencia y posibilidades de establecer alianzas para combatir un proyecto inmobiliario. No obstante, a excepción de la clase política que se beneficia económicamente con este proyecto, la mayoría de los actores de la conservación y los paceños en general coinciden en calificar este proyecto como causante de un fuerte deterioro ambiental, generador de un crecimiento demográfico desmedido, secuestrador de la extraordinaria belleza escénica de La Paz y agravante de la polarización socioeconómica de la población local, entre otros muchos inconvenientes. Entre los principales problemas que este proyecto plantea está la destrucción de 1.19 hectáreas de manglar54 y de gran parte de la cubierta vegetal a lo largo del camino de acceso (14.1 km de largo por 20 m de ancho), frente a lo cual el cicimar —responsable de la manifestación de impacto ambiental (mia) particular sobre el Proyecto Camino de Acceso al Mogote— aseguró que los impactos de su construcción y operación son negativos en su mayoría, pero irrelevantes y mitigables en su mayoría.55 Sobresalen también los efectos en la calidad del agua de mar, el elevado impacto en el consumo de agua de la ciudad, las afectaciones a los usuarios tradicionales de El Mogote (pescadores, recolectores de ciruela y habitantes que gozaban de sus playas) y a la estabilidad de la zona de dunas. Los empresarios aseguraron que el proyecto sólo quitaría 1 por ciento del manglar y que el agua para regar el campo de golf será desalada y tratada. Sin embargo, esto no basta para disminuir la gran reticencia que existe entre la población paceña en torno a este proyecto.56 El desarrollo inmobiliario implica la construcción de casas y edificios de tipo habitacional y turístico, en una superficie total de más 504 hectáreas. Si se considera que esta franja de tierra es una barra arenosa en la cual el relieve lo forman lomeríos que no tienen una altura superior a los 10 m, cordones de playa, ganchos y planicies de inundación, es factible prever los impactos nocivos que provoca la construcción de 3,922 unidades residenciales unifamiliares (de 2 niveles) y multifamiliares (de 6 niveles); un conjunto hotelero 54 “Resolutivo a la mia-r del Proyecto ‘Paraíso del Mar’”, oficio sgpa-dgira.-dei.-0397/04, México, D. F., 9 de marzo de 2004, resolución sobre aspectos ambientales, p. 15. 55 Instituto Politécnico Nacional-Centro de Interdisciplinario de Ciencias Marinas, Manifestación de impacto ambiental. Modalidad particular, sector vías generales de comunicación del proyecto camino de acceso al Mogote, versión digital, La Paz, B.C.S., 13 de enero de 2005, p. 4. 56 Noticiero Panorama Informativo, loc. cit., emisión del 16 de febrero de 2004.
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de 2,050 unidades (de 5 niveles de altura máximo; área comercial —máximo 2 niveles, 45 por ciento de área verde por lote— (70 locales comerciales, 5 restaurantes), zona hotelera (70 unidades) y residencial multifamiliar (50 unidades); 1 mercado de productos del mar; 1 iglesia; estacionamientos públicos; 1 parque recreativo; 2 campos de golf con 18 hoyos c/u; 1 corredor biológico; 1 marina seca; servicios generales (plantas desalinizadoras, áreas de mantenimiento, almacenes y planta de tratamiento de aguas residuales); muelles de la marina (535 posiciones de atraque, malecón, rampa de botado y canal de acceso); muelles para el ferry (plataformas y aqua taxis); área verde natural; y vialidades internas de tres tipos.57 En febrero-marzo de 2004, el grupo ConCiencia presentó 24 observaciones, 58 comentarios y sugerencias sobre la mia regional del proyecto, a la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental de la semarnat, solicitando al mismo tiempo que fuera sometida a consulta pública. La citada Dirección notificó al grupo la determinación de no iniciar la consulta, enterándolo de que sus observaciones se incluirían al anexo técnico administrativo del proyecto para considerarlas en la resolución respectiva. Otro grupo, Ciudadanos Preocupados (que por cierto surgió a raíz de las protestas ciudadanas contra este proyecto inmobiliario), colectó una gran cantidad de firmas de oposición al proyecto y generó en el malecón de La Paz varios debates públicos. Se oyeron cantidad de argumentos opositores en las consultas públicas, especialmente en la única que se abrió a la participación ciudadana in situ, que fue la correspondiente a la construcción del camino de acceso. Mucho se ha escrito y hablado acusando a la clase política, y a los especuladores de tierras, demostrando la ilegalidad e ilegitimidad del proyecto, su arbitrariedad, el abuso y la corrupción que lo generaron, así como el atropello que engendra hacia la ciudadanía. No obstante, a partir del 2007, día con día se ve el avance de las construcciones que para siempre romperán la belleza del horizonte paceño, que presumió hasta ese año de tener unos de los más bellos atardeceres del mundo. Ahí están las construcciones de ese proyecto ajeno a la identidad regional y contrario a todas las aspiraciones de conservación y sustentabilidad. Ahí está “Paraíso del Mar” para recordar la importancia de las alianzas y las si57 “Resolutivo a la mia-r del Proyecto “Paraíso del Mar”, op. cit., pp. 47-48. 58 Ídem, pp. 13-21.
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nergias entre ong y demás actores ambientalistas, así como la impotencia que causa su ausencia al enfrentarse al saqueo. b) Balandra El 31 de julio de 2004, por iniciativa del xi Ayuntamiento de La Paz se publicó en el Boletín Oficial del Gobierno del Estado de Baja California Sur la Declaratoria para establecer la Zona de Conservación Ecológica y de Interés de la Comunidad en el Estero de Balandra, que constituye un atractivo para la recreación tradicional de la sociedad paceña y visitantes externos. La superficie total del área declarada (1’917,5723.60 hectáreas) comprendía la zona núcleo (en una franja de 665 hectáreas, 49 áreas y 09.59 centiáreas) y una zona de amortiguamiento a la que corresponde el resto de la superficie total (1252 hectáreas, 08 áreas y 14 centiáreas), quedando en manos de la Dirección de Fomento Económico y Medio Ambiente del Ayuntamiento paceño su administración, manejo, preservación y vigilancia.59 La declaratoria fue la respuesta social local ante el proyecto turístico Bahía de Balandra —que incluye campo de golf, villas, condominios en la modalidad de tiempo compartido, hotel, una plaza o pueblo marinero, entre sus componentes más notorios—, impulsado por un grupo de empresarios encabezado por Miguel Alemán Magnani, quienes durante 2003 y 2004 solicitaron (a través de la empresa Fraccionadora Balandro) una concesión de la zona federal marítimo terrestre de Balandra (9,913.76 m2) y 12,909.59 m2 de playas localizadas frente a la playa principal de Balandra: La Gaviota, El Hongo, El Tecolote y Las Pilitas. Ambos trámites fueron suspendidos en junio de 2005, por incumplimiento de los requisitos relativos a la compatibilidad de uso del suelo.60 Aunque desde sus inicios el proyecto obtuvo el respaldo de la autoridad estatal, el entonces gobernador declaró que “el grupo de inversionistas nos está dando la realización del proyecto como un hecho y nosotros como autoridad debemos de integrar un proyecto de desarrollo turístico que busque el equilibrio ecológico, como la principal bandera para hacer factible el desarrollo”.61 La Declaratoria para proteger el área procedió sobre las bases his59 Gobierno del Estado de Baja California Sur, Boletín Oficial, No. 44, p. 19. 60 semarnat, Trámites de la empresa Fraccionadora Balandro, ficha informativa, versión digital, La Paz, B.C.S., 2004. 61 Leonel Cota Montaño (gobernador), El Peninsular, diario de circulación estatal, primera sección, 11 agosto de 2004, p. 3.
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tóricas, científicas y legales aportadas por los grupos ambientalistas locales (osc, organismos académicos, de investigación y del xi Ayuntamiento de La Paz), que se han opuesto a proyectos desarrollistas similares como El Mogote y Bahía de los Sueños. El esfuerzo coordinado concluyó en la factibilidad del desarrollo sustentable del área, mediante la regulación de los usos que ha proporcionado a lo largo de la historia y los que a futuro puedan realizarse, bajo dos condiciones básicas: la concertación con los propietarios y los usuarios mediante una minuciosa revisión y construcción de instrumentos legales apropiados, y la inclusión obligada de un componente de educación ambiental en el programa de manejo.62 La reacción enérgica de los empresarios no se hizo esperar. En el año 2005, además de abundar en las bondades económicas y conservacionistas del proyecto, Miguel Alemán Magnani —propietario de 1 mil 500 ha en la zona— atrajo la voluntad de las nuevas autoridades legales (gobernador del estado y presidente municipal, semarnat, Secretaría de Turismo), “que ven con buenos ojos el proyecto”, así como el apoyo de algunos investigadores del cibnor y cicimar, y pidió a los ciudadanos de La Paz no dejarse llevar por “un grupito de escandalosos que lo único que hacen es frenar el desarrollo de la zona”.63 Es así que en abril del 2005, mediante una resolución derivada del juicio de amparo promovido, se derogó el decreto de creación del anp y se declaró inconstitucional la Ley Estatal de Ecología y Protección al Ambiente (leepa). Tras un año de cerrar filas, los actores ambientalistas concientes de la necesidad de proteger Balandra y de unirse para tal fin (ong locales y externas, académicos y algunas autoridades), llevaron a cabo una serie de acciones y negociaciones, entre las que destaca el impulso a la actualización de la leepa y el replanteamiento de la zonificación del anp Balandra. En septiembre de 2006, las autoridades del Ayuntamiento de La Paz, en coordinación con Niparajá, culminaron la elaboración del Estudio Previo Justificativo para la Creación de la Zona Sujeta a Conservación Ecológica y de Interés de la Comunidad Balandra.64 62 “Taller para la construcción de líneas de acción de la Zona de Conservación Ecológica y de Interés de la Comunidad, Balandra”, La Paz, B.C.S., 24 de agosto de 2004. 63 Miguel Alemán Magnani, entrevista de Humberto Zamora R., El Sudcaliforniano, 26 de septiembre de 2005, primera plana y p. 8/A 64 Ayuntamiento de La Paz, Estudio previo justificativo para la creación de la zona sujeta a conservación ecológica y de interés de la comunidad Balandra, resumen ejecutivo, versión di-
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A partir de entonces comenzó a gestarse el movimiento ciudadano “Balandra es Nuestra”, impulsado por la alianza renovada de las ong regionales —Niparajá, cemda, covyde— con organizaciones externas (Water Keepers) y ciudadanos en general, con el propósito de solicitar nuevamente al Ayuntamiento de La Paz la declaratoria para la protección del área. La estrategia incluía la celebración de campañas en medios masivos de comunicación, festivales y recaudación de firmas buscando sensibilizar a los pobladores de La Paz para que se adhirieran al movimiento (la meta era contar con la firma de 25,000 personas, 10 por ciento de la población y a mediados de 2007 se contaba ya con 18,000 de ellas).65 Al estar terminando la redacción de este capítulo,66 se contaba ya con las condiciones favorables para creer que el área pueda decretarse de nuevo y que esto se logre en una alianza de la conanp con el municipio de La Paz, pero sobre todo con el impulso y participación de la ciudadanía paceña.
Conclusiones La conservación, en tanto que modelo de desarrollo capaz de oponerse y superar el saqueo de los recursos naturales y la exclusión de la sociedad regional de los beneficios y servicios por ellos generados, constituye el punto nodal donde deben articularse los esfuerzos de la gestión ambiental. Esto plantea a las organizaciones de la sociedad civil sudcalifornianas dos grandes retos. Primero, el fortalecimiento de sus alianzas para que sumen esfuerzos en la negociación de las estrategias del desarrollo sustentable en los más altos niveles de toma de decisiones, articulados en perspectivas comunes, construidas con sentido unitario y que decanten en compromisos firmes y sostenidos. Por otro lado, las ong ambientalistas, tanto en lo individuacomo colectivamente, deben buscar alianzas con ong de otras inclinaciones, así como con otros actores que compartan sus mismos fines (por ejemplo el sector turístico alternativo). Por último tienen el reto, y han demostrado tener la capacidad, de promover consensos y participación ciudadana, interesando gital, Municipio de La Paz, B.C.S., septiembre de 2006, p. 3. La versión en extenso del estudio puede ser consultado en la Dirección General de Desarrollo del Ayuntamiento de La Paz. 65 Aarón Esliman, Director de Proyectos de la Sociedad de Historia Natural Niparajá, entrevista, mayo 2007. 66 Octubre del 2007.
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a la población en general en la necesidad de que se involucren en la gestión ambiental como herramienta para promover y mejorar las capacidades de la población para incidir en la toma de decisiones sobre el ambiente, pero también sobre el desarrollo urbano y el de las actividades económicas. Es indispensable desmentir a los detractores de la conservación que insisten en hacer creer que las ong ambientalistas son enemigas del progreso y del bienestar. Por el contrario, es urgente que estas ong inviertan tiempo y esfuerzo en hacer llegar a la población el mensaje correcto respecto a lo que es la conservación y a los beneficios que ésta, en tanto que modelo de desarrollo alternativo, puede brindarles. También es importante que paralelamente se advierta a la población respecto a los muchos inconvenientes que son inherentes al modelo de desarrollo que hasta ahora ha sido promovido por el gobierno del estado y por los inversionistas con los que se ha aliado. Las organizaciones de la sociedad civil tienen en este proceso un papel determinante: facilitar el acceso de las comunidades y de todos los actores de la conservación a la información real sobre el desarrollo y a la educación (en general y en especial ambiental). Sólo la información, la capacitación y la movilización de la población en general y en particular de sus sectores más pobres y vulnerables, puede verdaderamente reforzar el movimiento social que han iniciado las ong ambientalistas sudcalifornianas. Sin esta participación se suscitarán resistencias hacia las estrategias, modalidades y sistemas de conservación que impulsen; el costo de esta situación será exacerbar el conflicto y perder a los mejores aliados que debe tener la conservación: la población local. Otra tarea ineludible es incrementar la disposición del gobierno para aceptar la participación pública y ponderar la suya propia en las tareas de conservación, a la luz de la posición que ha sostenido, particularmente frente al creciente avance de desarrolladores turísticos e inmobiliarios. Sólo en la medida en que las comunidades puedan decidir cómo organizar su espacio vital y cómo disponer de sus recursos naturales, el manejo de los servicios ambientales de sus ecosistemas, y las actividades productivas que vale la pena impulsar, así como la distribución equitativa de sus beneficios, estaremos contemplando los albores de una nueva cultura de la naturaleza fundada en la conservación de sus fuentes naturales de existencia.
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Tabla 1. Sobre cultura ambiental Acciones • Publicaciones diversas para divulgar valores e información para fomentar la comunicación ambiental. • Promoción ambiental a través de actividades del Museo Regional de Antropología e Historia, en La Paz. • Proyecto de participación y comunicación ambiental infantil-juvenil para el desarrollo sustentable y la conservación ambiental. • Educación ambiental a través del arte, para entender el papel de la ciencia y la tecnología en el proceso de deterioro y preservación del medio ambiente, hacia el desarrollo sustentable. • Visitas guiadas a museos. • Creación de colecciones científicas e históricas sobre cetáceos, para consulta. • Rescate, propagación y exposición de cactáceas y cetáceos. • Difusión medioambiental del estero de San José del Cabo a través del arte (funciones de teatro-musical) y de proyectos e información de vida silvestre en el estero (listas de avifauna actualizadas). • Embellecimiento de la ciudad de La Paz y remodelación del centro histórico. • Restauración de monumentos. • Desarrollo y conservación del patrimonio histórico, cultural y natural.
Actores • Colectivo Sierra La Laguna, A.C. • Sociedad de Historia Natural Niparajá, A.C. • Grupo Ecologista Antares, A.C. (gea) • Alianza por un Planeta Verde, A. C. • Tierra, Mar y Desierto, A.C. • Centro de Educación Ambiental-Museo Comunitario de la Ballena “Prof. César Piñeda Chacón”, A. C. • Comunidad y Biodiversidad, A. C. (cobi). • Observatorio de las Californias, A. C. • Amigos del Museo Regional, A.C. • Observadores de América, A.C. • Los Ángeles del Estero. A. C. • Pro Península y Grupo Tortuguero de las Californias, A.C. • Comunidad, Visión y Desarrollo, AC (covyde) • Fundación Comunitaria de La Paz, A. C. • Asociación de Músicos y Amigos, A. C. • Museo Ballenero de Baja California Sur • Patronato de la Cultura de Baja California Sur, A.C. • The Palapa Society of Todos Santos, A.C. • Comité Pro Museo de Mulegé, A.C. • Centro de Estudios de Humedales, A.C. (The sfs Center for Wetland Studies, México) • Escritores Sudcalifornianos, A.C. • Asociación de Oaxaqueños Radicados en B.C.S., A. C.
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Tabla 2. Sobre cultura ambiental Acciones
Actores
• Estudios para documentar el manejo de recursos naturales y áreas protegidas, así como la generación de normas oficiales. • Estudios y equipo para mejorar la calidad del agua para consumo humano, contaminada por la alta concentración de arsénico, sodio, bacterias y salinidad en las fuentes de abastecimiento. • Estudios y monitoreos del estatus poblacional silvestre de especies clave, biología reproductiva y patrones de migración. • Generación de planes y modelos para la conservación de la biodiversidad en anp. • Investigación en educación ambiental. • Elaboración de publicaciones informativas y formativas (impresos, cortometrajes, cine, video, revista). • Encuentro de pescadores ribereños del noroeste de México. • Desarrollo de instrumentos de planeación para la conservación y el desarrollo sustentable. • Educación popular ambiental. • Diseño de campañas educativas focales y masivas para sensibilizar a la población. • Vinculación entre modalidades educativas. • Actualización y regionalización de contenidos temáticos ambientales. • Promoción del servicio social en educación ambiental. • Vinculación, entre organizaciones de la sociedad civil, instituciones y con la comunidad. • Diseño, producción y acopio de recursos pedagógicos y didácticos apropiados. • Formación de educadores ambientales.
• Sociedad de Historia Natural Niparajá, A.C. • Alianza por un Planeta Verde, A. C. • Red de Educadores Ambientales, A.C. • The Palapa Society of Todos Santos, A. C. • Escualos de México, A. C. • Amigos para la Conservación de Cabo Pulmo, A.C. • Ciudadanos Preocupados, A.C. • Comisión Estatal de Educación Ambiental para el Desarrollo Sustentable de B.C.S. • Sistemas Naturales y Desarrollo, A. C. (sinades) • Conservación del Territorio Insular Mexicano, A.C. (isla) • Observadores de América, A.C. • asupmatoma, A. C. • Los Ángeles del Estero. A. C. • Centro de Estudios de Humedales, AC. (The sfs Center for Wetland Studies, México, A.C.) • Unión Protectora Eco turística de la Reserva del Vizcaíno A.C. • Proyecto Bio-regional de Educación Ambiental. probea • gea, A.C. • Ambiente, Cultura y Desarrollo, A.C.
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Tabla 3. Sobre investigación y educación ambiental Acciones
Actores
• Promoción de la participación y organización comunitarias. • Creación de comités locales voluntarios de vigilancia. • Promoción y gestión ambiental para la conservación de áreas protegidas, con participación comunitaria. • Desarrollo de capacidades técnicas para el trabajo. • Organización comunitaria para la gestión ambiental. • Elaboración de materiales didácticos y publicaciones sobre ecosistemas, hábitats y especies. • Gestión para el intercambio de profesores, investigadores y estudiantes. • Campañas masivas de limpieza y contra la contaminación, con participación comunitaria. • Elaboración de composta. • Separación y manejo de desechos del hogar y residuos sólidos. • Creación de red de apoyo con las ong. • Formación de promotores comunitarios como gestores ambientales y de la participación comunitaria. • Creación de grupos ambientales infantiles y juveniles que incidan en su realidad cotidiana. • Construcción de albergues, otorgamiento de becas y asistencia (servicios de alimentación) para escolares que viven en áreas remotas. • Capacitación para el trabajo e inserción de productores tradicionales en el mercado de trabajo local.
• Sociedad de Historia Natural Niparajá, A.C. • Alianza por un Planeta Verde, A.C. • Proyecto Bio-regional de Educación Ambiental, A.C. (probea) • The Palapa Society of Todos Santos, A.C. • Comunidad y Biodiversidad, A.C. (cobi). • Escualos de México, A.C. • Observatorio de las Californias, A C. • ConCiencia, A.C. • Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C. (cemda) • Fundación Comunitaria de La Paz, A. C. • Sistemas Naturales y Desarrollo, A.C. (sinades) • Conservación del Territorio Insular Mexicano, A.C. (isla) • Ambiente, Cultura y Desarrollo, AC. • Los Ángeles del Estero. A C. • Amigos para la Conservación de Cabo Pulmo, A.C. • Pro Península y Grupo Tortuguero de las Californias, A.C. • Defensores de la Bahía de Cabo San Lucas, A.C. • Vigilantes de Bahía Magdalena, A.C. • covyde, A.C. • Tierra, Mar y Desierto, AC • Unión Protectora Eco turística de la Reserva del Vizcaíno A.C. • Asesoría Social Integral, AC • Asociación Náutica de La Paz, A.C. (aviva) • Centro Mujeres, A.C. • Colonias Unidas para el Progreso, A.C. • Pumitas unam-bcs, A.C. • Los Niños del Capitán, A.C. • Yo Soy Mulegé, A.C. • Patronato de la Ciudad de los Niños de la Paz, A.C. • Ciudades Hermanas de Santa Rosalía, A.C. • Visión Familiar Internacional, A.C. • Asistencia y Educación Superior en Ligüí y Ensenada Blanca, A.C. (asisted) • Colectivo Sierra La Laguna, A.C. • Centro de Estudios de Humedales, A.C. (The sfs Center for Wetland Studies, México, A.C.)
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Del saqueo a la conservación Tabla 4. Sobre promoción y gestión para el desarrollo comunitario Acciones
Actores
• Desarrollo de actividades y creación de empresas ecoturísticas, de servicios complementarios al turismo de aventura y con menor impacto ambiental (senderismo, avistamiento de flora y fauna marina y terrestre, campamentos, veredas para caminar, mesas para pick nick, rutas de bicicleta de montaña). • Establecimiento de los nuevos modelos de pesquerías ribereñas sustentables. • Promoción de intercambios entre pescadores en Latinoamérica. • Promoción de proyectos agrícolas, pesqueros, artesanales, de servicios complementarios al turismo, acuacultura, comercialización de productos certificados. • Reconversión productiva hacia proyectos sustentables (pesca comercial a deportiva o ecoturismo) • Alternativas económicas basadas en incentivos de mercado. • Uso racional de las tortugas, cambiando la captura por el espectáculo de su avistamiento, generando distintos empleos dentro de la población y la aportación de los turistas (agarrar la tortuga, subirla a la lancha, medirla, pesarla y marcarla; es una actividad económica sin precedentes en el mundo). • Producción de documentales al respecto que se exhiben en distintos eventos. • Talleres de saneamiento ambiental enfocado al turismo rural.
• Sociedad de Historia Natural Niparajá, A.C. • gea, A.C. • Tierra, Mar y Desierto, A.C. • The Palapa Society of Todos Santos, A. C. • cobi, A.C. • Conservación del Territorio Insular Mexicano, A.C. (isla) • Amigos para la Conservación de Cabo Pulmo, A.C. • Grupo Tortuguero de las Californias, A.C. y Pro Península, A.C. • Unión Nacional de productores de Ganado A.C. • Colectivo Sierra La Laguna, A.C. • Escualos de México, A. C. • Sistemas Naturales y Desarrollo, A.C. (sinades)
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Tabla 5. Sobre cultura ambiental Acciones • Diagnóstico y autodiagnóstico comunitario integral. • Reconocimiento histórico de recursos naturales, usos y rendimientos. • Capacitación • Formación de promotores ambientales comunitarios. • Promoción de la defensa de los recursos naturales y del paisaje. • Creación de red de enlaces para detectar las necesidades de la población femenina en todo el estado. • Vinculación con comunidades de productores rurales, para diagnosticar necesidades y derivar actividades productivas y capacitación para el aprovechamiento de recursos naturales. • Actividades colectivas de campo y talleres de reflexión.
Actores • Niparajá, A.C. • gea, A.C. • Comunidad y Biodiversidad, A. C. (cobi). • Ciudadanos Preocupados, A.C. • Conservación del Territorio Insular Mexicano, A.C. (isla) • Amigos para la Conservación de Cabo Pulmo, A.C. • Alianza por un Planeta Verde, A.C. • Tierra, Mar y Desierto, A.C. • Colectivo Sierra La Laguna, A.C. • Centro Mujeres, A.C. • Ambiente, Cultura y Desarrollo, A.C. • Pro Península y Grupo Tortuguero de las Californias, A.C.
Tabla 6. Sobre proyectos productivos Acciones • Intervención en las decisiones para el remodelar del centro histórico de la ciudad de La Paz. • Sensibilización para uso de incentivos económicos y de mercado a productos orgánicos o de actividades productivas conservacionistas. • Apertura y participación en diversos espacios locales, regionales, nacionales e internacionales de análisis, diseño, planeación, seguimiento y evaluación de estrategias para el desarrollo sustentable, para influir en la toma de decisiones. • Creación de redes ciudadanas y de organizaciones civiles. • Gestión ante medios de comunicación y tomadores de decisiones. • Participación en consultas públicas (nom, modalidades y programas de manejo e anp). • Participación en el Consejo Consultivo para el Desarrollo Sustentable de la Región Noroeste. Tercera generación.
Actores • Niparajá, A.C. • gea, A.C. • Escualos de México, A. C. • Fundación Comunitaria de La Paz, A. C. • covyde, A.C. • isla, A. C. • Fundación de Bahía de Loreto, A.C. • Comisión Estatal de Educación Ambiental. • ConCiencia, A.C.
• Centro Mujeres, A.C. • isla, A. C. • Niparaja, A.C. • Federación Regional de Sociedades Cooperativas de la Industria Pesquera B.C.S., (por el sector social)
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Del saqueo a la conservación Tabla 7. Sobre planeación participativa estratégica Acciones
Actores
• Coordinación entre organizaciones para definir criterios y prioridades. • Combinación de herramientas de manejo comunitario, servidumbres ambientales e instrumentación de una red de reservas privadas (compra de tierras) y ejidales para promover la conservación de un corredor ecológico en la región Sierra La Giganta, que incluye parte de los municipios de La Paz, Comondú y Loreto. • Procesos de consulta social sobre modalidades e instrumentos en anp. • Red de reservas comunitarias marinas, en el Golfo de California (áreas de no pesca). • Proyectos sustentables para salvaguardar zonas en protección y recuperación de especies. • Detener la construcción de infraestructura portuaria (muelle de cruceros y su terminal) en la Bahía de Cabo San Lucas. • Denuncias populares sobre irregularidades diversas (contaminación por el drenaje municipal) que ocurren en anp. • Proyectos de alta prioridad para la conservación del Golfo de California. • Estrategia para la conservación de los oasis sudcalifornianos.
• Colectivo Sierra La Laguna, A.C. • Niparajá, A.C. • gea, A.C. • Comunidad y Biodiversidad, A.C. (cobi) • Escualos de México, A.C. • Conservación del Territorio Insular Mexicano, A.C. (isla) • Los Ángeles del Estero. A.C. • Proesteros, A.C. • Amigos para la Conservación de Cabo Pulmo, A.C. • Grupo Ecológico de Cabo San Lucas. A.C. • Defensores de la Bahía de Cabo San Lucas, A. C. • Centro de Estudios de Humedales, AC. (The sfs Center for Wetland Studies, México, A.C.) • Movimiento Iniciativa Oasis.
Acciones
Tabla 8. Sobre política ambiental
• Aplicación de modelos consensuados y con fundamentos científicos, para el manejo de vida silvestre, protección de recursos amenazados marinos, costeros y terrestres. • Ordenamiento ecológico territorial. • Análisis, selección y aplicación de herramientas para la conservación (tierras privadas, servidumbres ambientales, manejo comunitario). • Modelos viables de manejo sustentable de la pesca ribereña (diseñados con base en las características sociales, culturales y económicas de cada comunidad) y fortaleciendo la participación comunitaria. • Estrategias para impulsar la protección de islas (expropiación concertada del archipiélago Espíritu Santo). • Monitoreo de la biodiversidad en las anp.
Actores
• Niparajá, A.C. • gea, A.C. • Comunidad y Biodiversidad, A. C. (cobi). • Escualos de México, A. C. • Ciudadanos Preocupados, A.C. • isla, A.C. • Movimiento Iniciativa Oasis. • Amigos para la Conservación de Cabo Pulmo, A.C. • Defensores de la Bahía de Cabo San Lucas, A. C. • Los Ángeles del Estero, A.C.
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Tabla 9. Sobre áreas prioritarias para la conservación Acciones
Actores
• Educación ambiental. • Divulgación de información sobre la riqueza y amenazas del capital natural. • Promoción de uma y proyectos de aprovechamiento racional de especies protegidas. • Coordinación de campamentos, zonas de anidación y crianza, corredor de protección de tortugas en el litoral del Pacífico (Cabo San Lucas-La Paz), extensiones de playa, etc. • Programas de supervisión y control de ecosistemas (arrecife coralino Cabo Pulmo, con un equipo internacional de científicos que trabajan en el Mar Cortés y el Control de Arrecifes de ucla). • Vigilancia y monitoreo de loberas, tortugas, mamíferos marinos, borrego cimarrón. • Constitución de comités de vigilancia comunitaria. • Programas para la conservación de humedales. • Red de monitoreo de actividades turísticas. • Red de Tiburoneros. • Red de apoyo con las ong.
• The Palapa Society of Todos Santos, A. C. • Escualos de México, A. C. • Pronatura Noroeste A.C. • Comunidad y Biodiversidad, A. C. (cobi). • Amigos para la Conservación de Cabo Pulmo, A.C. • Observatorio de las Californias, A. C. • asupmatoma, A.C. • Los Ángeles del Estero. A. C. • Pro Península y Grupo Tortuguero de las Californias, A.C. • Defensores de la Bahía de Cabo San Lucas, A. C. • gea, A.C. • isla, A.C. • Grupo Tortuguero de Todos Santos, A.C. • pronatura Noroeste A.C. • Centro de Estudios de Humedales, A.C. (The sfs Center for Wetland Studies, México, A.C.) • Movimiento Iniciativa Oasis. • Proesteros, A.C.
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Capítulo 18. Procesos de conservación por gestión de ong
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Del saqueo a la conservación
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Capítulo 19. Creación de áreas de conservación
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Capítulo 19
Creación de áreas de conservación en terrenos de propiedad privada, social o comunal Miguel Ángel Vargas, Aarón Esliman y Micheline Cariño
L
a fragmentación y pérdida de hábitats naturales son dos de los principales fenómenos que atentan contra de la diversidad biológica. Una de las vías más prometedoras que han surgido en los últimos años para enfrentar estos procesos es la creación de áreas de conservación en terrenos que actualmente se encuentran tanto en manos de propietarios privados, como de tipo social o comunal. La idea central de este tipo de iniciativas consiste en crear áreas de reservas privadas para la protección de la naturaleza, las cuales pueden beneficiar económicamente a sus propietarios y contribuir a que las comunidades alcancen un mayor desarrollo social. Un elemento que destaca en el horizonte de trabajo de los proyectos de conservación de tierras es la necesidad de desarrollar y difundir instrumentos, tanto formales como no-formales, que logren armonizar las necesidades de protección de los recursos naturales en el mediano y largo plazo con las demandas concretas de la vida cotidiana de sus propietarios. Como se ha visto a lo largo de este libro, la protección de áreas que se caracterizan por la riqueza de su biodiversidad forma parte de una valiosa estrategia para favorecer el equilibrio ambiental de los ecosistemas. [723]
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En el ámbito de la protección de regiones biodiversas en México, la mayor parte de estos esfuerzos han sido dirigidos por el gobierno federal mediante la creación de 161 áreas naturales protegidas, que hoy en día representan más del 11 por ciento de la superficie total del país. Estas zonas deben mantener un estatuto de excepción que garantiza la preservación de especies de flora y fauna local, así como la salud ambiental de los ecosistemas regionales. Sin embargo, existen circunstancias que han dificultado la consolidación de las áreas naturales. En el capítulo nueve se han expuesto las amenazas que afectan a las áreas naturales en Baja California Sur y se detectaron como problemas comunes el uso incongruente del suelo y el uso indiscriminado de los recursos naturales. En áreas que han sido destinadas a la protección de los ecosistemas se realizan actividades agrícolas, de ganadería extensiva, habitacionales e incluso de minería, al mismo tiempo que algunos recursos naturales han sido sobreexplotados, en particular por la pesca y la tala ilegales, y el otorgamiento indiscriminado de permisos por parte de las autoridades. Esta problemática dentro de las áreas naturales protegidas se ha generado en gran medida porque el ejercicio de los derechos de propiedad privada se ve regulado o limitado y los propietarios afectados a menudo no reciben una compensación o un incentivo a cambio; tampoco se les otorga la información y capacitación necesarias para hacer un uso racional y sostenido de los recursos. Otro factor importante es la falta de políticas de desarrollo congruentes que armonicen los diferentes sectores y niveles gubernamentales para promover un equilibrio entre conservación y desarrollo sustentable. En algunos países el decreto de un área natural protegida va acompañado de estrategias que garantizan su mantenimiento en el largo plazo; por ejemplo, las tierras dentro del polígono del decreto son adquiridas por el gobierno o por una organización conservacionista, se otorgan incentivos (fiscales y económicos) a los propietarios que permanecen dentro del polígono, así como concesiones para uso ecoturístico y recreativo a empresas con experiencia en el ramo. Ejemplos de lo anterior son el Programa de Adquisición de Tierras del Sistema de Parques de California, E.U., y el Sistema de Áreas Naturales de Canadá, en donde el 98% del territorio dentro de las áreas protegidas pertenece a la nación.
Véase para California: http://www.parks.ca.gov/default.asp?page_id=22305. Véase para Canadá: http://www.cws-scf.ec.gc.ca/index_e.cfm.
Capítulo 19. Creación de áreas de conservación
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Además de lo expuesto anteriormente, es importante considerar que la creación de áreas especiales de protección ecológica, representa sólo una parte de la enorme tarea que significa el preservar los recursos naturales para garantizar un mejor futuro para nuestro país. En realidad, la mayor parte de nuestros recursos naturales se localiza en las tierras que poseen los propietarios rurales; en México, cerca del 90 por ciento del territorio nacional es propiedad de poco menos de cinco millones de individuos. De ahí que sea necesario plantearse una serie de estrategias de protección de los bienes y servicios ambientales que refuercen las áreas naturales ya establecidas por la ley, mediante la creación voluntaria de áreas de conservación privadas, no sólo en aras de la protección ecológica y la utilización racional de los recursos naturales, sino también teniendo en mente el desarrollo social y económico de los individuos que las poseen. Podemos entender las áreas de conservación privadas como aquellos territorios comprendidos dentro de ciertos límites geográficos que son propiedad de individuos, empresas o comunidades y que ofrecen condiciones privilegiadas para el desarrollo de programas de manejo de los bienes y servicios brindados por la naturaleza, a través de instrumentos legales, diseñados con el objeto de lograr la protección a largo plazo de la biodiversidad y tomando en cuenta la activa participación de sus propietarios. Toda acción de conservación de tierras parte de un elemento básico: la relación previa que guardan los individuos con sus terrenos, esto es, la propiedad o el dominio sobre un bien inmueble como lo es una parcela agrícola, un rancho ganadero, un predio forestal, etcétera. La propiedad legal sobre la tierra forma parte del patrimonio de un individuo o grupo de individuos, y este hecho les permite gozar de sus beneficios, ya sea usándola o disponiendo de ella de acuerdo a sus intereses. Debe existir un título oficial inscrito en el Registro Público de la Propiedad (en el caso de la pequeña propiedad privada) o en el Registro Agrario Nacional (en el caso de parcelas y núcleos agrarios). Los propietarios de tierras en México se constituyen en personas físicas (individuos) o personas morales (empresas u organizaciones sociales). La propiedad sobre la tierra otorga a las personas un conjunto de derechos y también de obligaciones. Entre los primeros podemos señalar el derecho al uso de la propiedad, el derecho a la disposición de sus frutos, así como a la
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transferencia de su dominio a través de la venta, la donación y la herencia, el derecho a imponer gravámenes y el derecho a recibir servicios públicos. En la parte de las obligaciones, existen las de tipo tributario, esto es, el pago de impuestos y contribuciones especiales al Estado, tanto a nivel federal, estatal o municipal, así como otro tipo de obligaciones que tienen que ver con el respeto de los límites de la propiedad y las disposiciones de orden público para el bien común. Precisamente, como parte de este bien común se encuentra el respeto que es necesario tener hacia la preservación y el cuidado de los recursos naturales por parte de los propietarios privados y sociales. Ello es así en el sentido de que todos los ciudadanos compartimos el derecho a vivir en un ambiente sano y a disfrutar la biodiversidad que caracteriza a nuestro país. Así pues, la creación voluntaria de áreas de conservación privadas juega un papel muy importante tanto para la protección de la riqueza biológica de las distintas regiones, como en el fortalecimiento de la capacidad de gestión de los propietarios de tierras. Para la ampliación y consolidación de áreas de conservación privadas es necesario impulsar la formación de alianzas entre todos los actores involucrados para la preservación de grandes paisajes a través de zonas de amortiguamiento y corredores de conservación, principalmente en sitios críticos por su biodiversidad o por representar ecosistemas amenazados. No obstante, la implementación de una estrategia de este tipo deberá estar necesariamente acompañada de un conjunto de estímulos que hagan atractivo, tanto a los propietarios sociales como a los privados, valorar y optar por las ventajas que ofrecen este tipo de alternativas de uso de sus bienes patrimoniales. En distintos países se han venido adoptando diversos mecanismos que permiten superar las muy loables motivaciones filantrópicas, que hasta hoy han caracterizado a los propietarios de tierras que desean su protección, para dar paso a instrumentos que garanticen la adopción de esquemas de conservación sobre la base de compromisos formales, confiables y de largo plazo.
En los Estados Unidos existen alrededor de 20 millones de hectáreas privadas protegidas, más de la mitad de las cuales son de carácter voluntario; en Latinoamérica, países como Costa Rica, Guatemala, Colombia, Chile y Brasil registran activos movimientos en torno a la creación de modelos de protección de áreas privadas. Fuente: vi Congreso Interamericano de Conservación Privada, Chile, abril de 2004.
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Para ello, en México existe una amplia gama de instrumentos jurídicos que permiten el establecimiento de acuerdos claros entre todas las partes. A continuación presentaremos los principales instrumentos que es posible utilizar para llevar a cabo modelos de conservación de tierras en manos de propietarios privados y sociales. En México contamos con una extensa gama de instrumentos legales que pueden ser utilizados por los propietarios de tierras interesados en conservar los recursos naturales que poseen. La principal virtud que presenta este conjunto de herramientas jurídicas es que garantiza de manera contractual el cumplimiento de los compromisos establecidos por todas las partes involucradas, otorgando a los agentes interesados en llevar a cabo acciones de conservación la formalidad requerida. En especial, gracias a estos instrumentos las organizaciones conservacionistas adquieren el interés jurídico o el derecho a llevar a cabo acciones jurídicas para proteger y defender el patrimonio natural de los pobladores. Algunas de estas figuras y sus características son: El contrato de arrendamiento, un acuerdo mediante el cual una parte se obliga a conceder el goce de un bien (no la propiedad), a ejecutar una obra o a prestar un servicio, mientras que la otra parte se obliga a entregar una prestación económica por el goce, la obra o el servicio pactado. De esta manera, un propietario de tierras que tenga interés en conservar su propiedad, pero que no desee o no pueda hacerlo personalmente, puede dar en arrendamiento (renta) su tierra siempre y cuando, mediante un contrato, se establezcan las cláusulas que contengan obligaciones respecto a lo que se da y lo que se puede hacer y no hacer con fines de conservación ambiental. El contrato de usufructo con fines de conservación, un contrato en virtud del cual un propietario otorga a un tercero el derecho de usar y disfrutar de un terreno con el objeto de conservar, proteger o restaurar los recursos naturales que posee, sin perder la propiedad de la tierra. El usufructo debe ser inscrito en el Registro Público de la Propiedad y del Comercio o bien en el Registro Agrario Nacional y puede otorgarse en favor de una o varias personas por toda su vida o por un plazo determinado; en el caso de una asocia
tnc-ceda, Opciones de conservación para la biodiversidad, The Nature Conservancy, Centro de Derecho Ambiental, 2004. pronatura, Herramientas legales para la conservación de tierras privadas y sociales en México, Pronatura, A.C., 2003.
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ción la duración máxima, para el caso de Baja California Sur podrá ser de hasta 20 años. Es posible realizar usufructos en terrenos ejidales, tanto a nivel de parcelas (Artículo 70 de la Ley Agraria) como de tierras de uso común, en este último caso deberá contarse con el acuerdo respectivo de la asamblea ejidal. En ambos se especificará si el beneficio que reciben los propietarios de las tierras será de carácter económico o bien a través de algún tipo de mejora directa que reciban las áreas convenidas. El fideicomiso de conservación, un contrato mediante el cual un propietario o un grupo de propietarios, transfiere el dominio de sus predios de manera irrevocable a un organismo especializado con el fin de realizar actividades de conservación. La persona o personas que aportan los bienes se llaman fideicomitentes, el organismo administrador es llamado fiduciario y la persona designada para recibir los beneficios o ejercer los derechos del fideicomiso se le denomina fideicomisario. La fiduciaria será la entidad encargada de realizar las actividades de conservación o bien de entregar la administración de dichos predios a una organización conservacionista con el fin de que se lleve a cabo el manejo de los terrenos de la manera más adecuada. Todos los acuerdos se definen a través de un contrato que se celebra ante un notario público y es inscrito en el Registro Público de la Propiedad y el Comercio, pudiendo tener una duración máxima de 50 años, además de ser renovable, con algunas excepciones. Con las reformas a la Ley General de Equilibrio Ecológico, en 1996 se abrió en México la posibilidad de que los propietarios privados y sociales soliciten al gobierno que sus terrenos sean reconocidos como una Área Natural Protegida de carácter privado. Para crear una Reserva Privada de Conservación, los propietarios deben entregar a la semarnat un Plan de Manejo en el cual se establezca con toda claridad el tipo de restricciones que se estarán imponiendo, así como las áreas del predio sobre la cual se aplicarán estas restricciones. Una vez que se emite el certificado de reconocimiento de la Reserva por parte de la Secretaría, el propietario se obliga a cumplir lo que de manera voluntaria ha acordado, estando sujeto a la supervisión de parte de la Procuraduría Federal de protección del Ambiente.
pronatura, op. cit.
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Es posible adquirir una propiedad mediante diversos medios, entre los que tenemos evidentemente la compra, la donación y la permuta. La compra de tierras para la conservación se realiza mediante el establecimiento de un contrato de compra-venta, por medio del cual una parte llamada vendedor, transmite la propiedad de un terreno, un predio o de un derecho a otra, llamada comprador, y recibe a cambio un precio cierto y en dinero. La compra de tierras por parte de organizaciones conservacionistas garantiza en buena medida la protección total de los recursos naturales, sin embargo, tanto la adquisición como la posterior gestión de estas propiedades suelen demandar una elevada cantidad de recursos económicos, por lo que generalmente se reserva esta vía como un último recurso para evitar amenazas graves o bien para predios que representen un valor ecológico extraordinario. La donación de áreas especiales para ser destinadas a fines de conservación es un procedimiento que, en principio, puede ser realizado por cualquier persona física o moral que posea títulos de demuestren la legítima propiedad de sus tierras. Lamentablemente en nuestro país esta ha sido, hasta hoy, una práctica muy poco común. Existen especificidades y restricciones muy claras para llevar a cabo actos de donación de acuerdo con los códigos civiles de cada estado de la república. En general una donación debe cumplir con todas las formalidades que exige una escritura pública y pueden ser anuladas si perjudican, dado el caso, a los beneficiarios alimenticios del donante. La permuta consiste en el intercambio de un bien inmueble por otro y se realiza a través de un contrato que transmite el derecho de propiedad, por lo tanto se rige por todas las reglas de los contratos de compraventa, excepto en la estipulación del precio. Si bien éste ha sido un mecanismo escasamente utilizado en la conservación de áreas con valor ecológico, ofrece un potencial muy interesante dadas las posibilidades que brinda, tanto a los propietarios privados como a las organizaciones sociales, de intercambiar predios que les resulten más atractivos desde el punto de vista productivo o comercial, por terrenos que se consideren estratégicos para la conservación de bienes y servicios ambientales.
E. Corcuera, J. L. Pérez, J. Oseguera y A. Azuela, Estrategias de conservación privada para Baja California y Baja California Sur, borrador, Terra Peninsular, 2001.
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La servidumbre ecológica es una figura que ha venido recibiendo una especial atención en los últimos años en México, pero su utilización como mecanismo de conservación de tierras se remonta a varias décadas atrás en otros países. En nuestro país han existido, desde hace mucho tiempo, las llamadas “servidumbres legales”, las cuales son instrumentos que todos conocemos y utilizamos (desagües, acueductos o derechos de paso). Más aún, cualquier particular puede crear a su conveniencia las llamadas “servidumbres voluntarias” siempre y cuando no contravenga las leyes ni perjudique los derechos de otros. El Código Civil en Baja California Sur (Articulo 1062) define las servidumbres como “un gravamen real impuesto sobre un inmueble en beneficio de otro perteneciente a distinto dueño. El inmueble a cuyo favor está constituida la servidumbre se llama predio dominante; el que la sufre, predio sirviente”. El término servidumbre proviene de la palabra latina servit (servicio), la cual marca el ejercicio de un derecho mediante el cual un predio se sirve de otro de distinto dueño. Esta relación de servidumbre se establece entre personas, es decir entre propietarios de dos predios, de los cuales uno sirve a otro, pero una vez constituida se adhiere al terreno y es transmitida una vez que los predios cambien de dueño. Es precisamente aprovechando la flexibilidad de estas figuras que han empezado a surgir las servidumbres de carácter ecológico en nuestro país, las cuales se enfocan a proteger la integridad de los bienes y servicios ambientales presentes en un determinado lugar. Las servidumbres creadas han surgido bien sea mediante la compra o donación de terrenos, la utilización de tierras no adyacentes o el uso de tierras publicas básicamente ubicadas en áreas naturales protegidas. Así mismo han surgido servidumbres reciprocas pactadas por varios propietarios interesados en crear condiciones de protección entre sus predios. Tenemos, pues, una figura legal que consiste en una limitación de uso, a través de un acto voluntario del propietario de un predio, sobre la totalidad o parte de dicho predio, en favor de otro predio de diferente dueño con fines de conservación y protección de especies, ecosistemas, recursos naturales, belleza escénica, valores culturales, socioculturales o genéticos.
tnc-cemda, op. cit.
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La creación de una servidumbre ecológica permite al dueño de la tierra proteger a largo plazo los recursos naturales con los que cuenta, sin perder los derechos de propiedad sobre sus terrenos. Si un propietario crea una servidumbre en sus predios puede seguir utilizando la tierra exactamente igual que en el pasado, mientras este uso no entre en conflicto con los términos establecidos en el contrato de servidumbre. Así mismo, puede vender o rentar la propiedad, respetando siempre los términos del contrato de servidumbre acordados. Todas las responsabilidades y beneficios de la propiedad se conservan y el dueño de la tierra puede mantener el control total de acceso público al predio, a menos que en el contrato se especifique de otra manera. Una servidumbre ecológica se establece pensando siempre en satisfacer las necesidades de aquellos propietarios que están interesados en proteger sus tierras —tal como ellos lo deseen— y de permitir las actividades que ellos quisieran desarrollar. Las servidumbres siempre deben hacerse por escrito, buscando promover buenas prácticas agrícolas, forestales o ganaderas, así como prohibir o limitar un uso comercial de la tierra que pudiera venir a ocasionar la perturbación de las cualidades naturales de la propiedad. Ahora bien, es importante no perder de vista que las servidumbres ecológicas se deben diseñar de acuerdo con las condiciones específicas que presentan los diversos sitios y atendiendo las aspiraciones de sus propietarios y las organizaciones promotoras. Esto quiere decir que no necesariamente pueden ser apropiadas para cualquier situación. Los propietarios de tierras que están pensando en establecer una servidumbre ecológica deben consultarlo primero con su núcleo familiar o bien con sus socios, así como con asesores legales y representantes de organizaciones de conservación de tierras, a fin de determinar con certeza si esta herramienta legal será útil para satisfacer tanto sus propósitos de conservación de largo plazo, como sus intereses económicos más inmediatos.10. En un documento de servidumbre, la ley exige que los derechos que se restringen se hagan en favor de otro predio. Este predio recibe así los beneficios ecológicos del no-hacer. El predio al cual se le restringen los derechos es el predio sirviente, mientras que el predio que los recibe es el predio do
tnc, The landowner´s options handbook, The New Jersey Field Office of The Nature Conservancy and The New Jersey Natural Land Trust, s/f. 10 Texas Park and Wild Life, Conservation easements. A guide for Texas landowners, s/f.
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minante. La existencia de predios sirvientes y dominantes es un requisito indispensable para la creación de una servidumbre ecológica.11 Así pues, una servidumbre ecológica es un acuerdo entre dos o más propietarios, donde al menos uno de ellos está dispuesto a limitar el uso de su propiedad para preservar la salud ambiental de los recursos comprendidos dentro de sus tierras. Una servidumbre ecológica puede establecerse a perpetuidad o bien por un número definido de años, por ello es muy importante aclarar que un contrato de servidumbre ecológica, una vez inscrito, obliga a los posteriores propietarios de estos predios a respetar los acuerdos establecidos, a menos que las partes originales hayan previamente acordado lo contrario.12 En una servidumbre ecológica la propiedad de la tierra se mantiene en manos de su dueño, el cual puede realizar contratos de compraventa, división o sucesión, conservándose siempre en estos tratos las condiciones de protección establecidas en el documento legal que dio origen a la creación de la servidumbre. El artículo número 1069 del Código Civil para Baja California Sur establece: Si el predio sirviente se divide entre muchos dueños, la servidumbre no se modifica, y cada uno de ellos tiene que tolerarla en la parte que le corresponda. Si es el predio dominante el que se divide entre muchos, cada porcionero puede usar por entero de la servidumbre, no variando el lugar de su uso, ni agravándolo de otra manera.
En México es posible crear servidumbres ecológicas como mecanismos de protección de tierras ejidales. En el caso de las tierras comunales es necesario obtener el acuerdo de la asamblea general de ejidatarios para constituir una servidumbre, mientras que si un miembro del ejido ha obtenido el dominio pleno sobre su parcela, ésta ya no corresponde al régimen ejidal, pues pasa a ser de su propiedad privada y por lo tanto su dueño está facultado para establecer una servidumbre en su predio.13 11 E. Corcuera et al., op. cit. 12 pronatura, op. cit. 13 E. Corcuera, op. cit.
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Para hacer más efectivos los trabajos de conservación en un predio protegido por una servidumbre ecológica es recomendable que los propietarios jueguen un papel activo en las acciones de supervisión o monitoreo establecidas en el plan de manejo. La creación de una servidumbre ecológica requiere el cumplimiento de las siguientes condiciones básicas: 1) Deben existir al menos dos predios en manos de diferentes dueños. 2) Voluntad de los propietarios por establecer la servidumbre. 3) Contar con títulos de propiedad legal de los predios, que no cuenten con gravámenes y estén inscritos en el Registro Público de la Propiedad o, en el caso de propiedad social, en el Registro Agrario Nacional. 4) Elaboración, firma, protocolización y registro de un contrato legal en el que se establezcan los alcances del acuerdo de servidumbre, las entidades que en él participan, sus responsabilidades, las sanciones en caso de incumplimiento, así como las causas de disolución del contrato. 5) Los propietarios deben hacer contacto con una organización de conservación de tierras que cuente con la experiencia adecuada para gestionar recursos económicos que les permitan llevar a cabo una negociación conveniente del predio que se piensa proteger. Una modalidad interesante que ha sido implementada en algunos países es la adopción de programas de compra de servidumbres ecológicas, en donde los propietarios venden voluntariamente sus derechos de desarrollo a cambio de una remuneración económica. Ésta puede ser una forma relativamente económica de garantizar la conservación de terrenos, pues puede hacerse a un menor costo que la adquisición puramente dicha de un terreno.14 En casos donde es crucial que se proteja algún terreno, pero no se tiene el dinero suficiente para comprarlo, la adquisición de la servidumbre puede resultar igualmente efectiva a un menor precio. El modelo de adquisición de servidumbres no sólo promueve la conservación sino el desarrollo sustentable, ya que los propietarios podrán realizar actividades de bajo impacto ambiental dentro de sus predios, generándose así el desarrollo económico y social sin la degradación del medio ambiente. Asimismo, estos beneficios podrán ser heredados, teniendo repercusiones 14 Martín Gutiérrez Lacayo, Aplicación de modelos e incentivos económicos, financieros y de mercado para los pobladores de las áreas naturales protegidas, gef, conanp, pronatura, Overbook Foundation México, 2003.
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positivas en el tiempo ya que la servidumbre continuará sin importar quién sea el dueño del inmueble. Éste es un claro ejemplo de una negociación “gana-gana” pues mientras los propietarios se ven altamente beneficiados por la aplicación de esta herramienta y el pago a que hemos hecho referencia, los donadores podrán estar seguros de que esos predios serán destinados únicamente a la conservación, ya que en el mismo contrato de servidumbre se faculta a alguna organización ambientalista para que lleve a cabo un monitoreo biológico y legal, mismo que dará certeza de que se están cumpliendo los objetivos impuestos en el contrato. Asimismo, en el contrato se otorga interés jurídico a dicha organización para que en caso de que se ponga en riesgo la conservación del predio o el objetivo de la servidumbre pueda actuar ante las autoridades competentes y hacer una defensa legal del predio y del contrato. Sin embargo la ventaja más grande que ofrecen las servidumbres ecológicas es que son derechos reales (son inseparables del inmueble a que pertenecen, lo que equivale a que las servidumbres perduran a los cambios de propietarios)15 y se pueden establecer a perpetuidad. Las fases de negociación se inician a partir de los primeros encuentros entre las partes (propietarios, organizaciones de conservación de tierras, fuentes financieras, instituciones de gobierno) y continúan a lo largo de la existencia misma de la servidumbre. De ahí que sea tan importante tener presente en todo momento las reglas básicas de la negociación.16 Es indispensable que el propietario otorgue todas las facilidades necesarias con el fin de que los especialistas puedan llevar a cabo el proceso de recolección de la información inicial del terreno, a partir de la cual se elaborará la llamada línea base y posteriormente un plan de manejo de los recursos existentes.17 15 Martín Gutiérrez Lacayo, A. Bacmeister, G. Ortiz Martínez de Kores, G. Ortiz Reyes y J. A. Montesinos, Herramientas legales para la conservación de tierras privadas y sociales, pronatura, J. P. Morgan, gef, The David and Lucile Packard Foundation, tnc, México, 2002. 16 M. Gutiérrez y C. Ortiz, Ganar-ganar. Manual de negociación con propietarios privados, pronatura-gef, 2003. 17 La información básica necesaria se compone de: 1) identificación y ubicación del predio, 2) tipo de tenencia y situación legal de la propiedad, 3) recolección de información biofísica básica —tipo de suelo y vegetación, hidrología, topografía, clima, inventario de flora y fauna—, 4) mapa de uso del suelo, 5) diagnóstico social y productivo, 6) programa de ordenamiento
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La definición de un plan de manejo debe responder siempre a las condiciones específicas del sitio y estar orientada a atender los objetivos que llevaron a crear la servidumbre ecológica. Es necesario conocer con el mayor detalle posible las características físicas y biológicas de los terrenos a conservar, para, a partir de éstas, establecer un programa de actividades que habrá de ser desarrollado conjuntamente por los especialistas y los propietarios mismos de los terrenos.18 Es muy importante que los propietarios se mantengan al tanto de todas las labores de gestión realizadas por la organización u organizaciones de conservación que les sirve de apoyo. En algunos casos será necesario que ellos mismos promuevan ciertas acciones para facilitar la obtención de recursos, por lo que es conveniente que se exista un proceso efectivo de intercambio de información entre los propietarios de los terrenos y los gestores. En todo contrato de servidumbres ecológicas es necesario definir claramente las limitaciones de uso, que se refieren a las atribuciones de comercialización, de desarrollo residencial o de otro tipo de los terrenos comprometidos para la protección. Así mismo, señalar las prácticas que es posible realizar en los predios que quedan fuera del área de la servidumbre y los derechos de acceso a los sitios de conservación. Se establecerán las sanciones por incumplimiento y las condiciones bajo las cuales será posible transferir tanto el área de la servidumbre misma, como la superficie total del predio que la contiene. Una vez creada la servidumbre es necesario mantener una supervisión permanente (monitoreo) que garantice la implementación de buenas prácticas de manejo. El cumplimiento de los objetivos de la conservación del sitio demanda, en primer lugar, un compromiso muy serio por parte de los propietarios de los predios, dado que son ellos quienes se mantendrán en contacto permanente con los recursos del sitio y, por lo tanto, deberán jugar un papel activo en la supervisión para el cumplimiento del plan de manejo. La correcta identificación de los dueños de los terrenos con el equipo de especialistas, garantizará siempre el éxito de un buen programa de conservación. ecológico territorial y todo tipo de restricciones locales o regionales, 7) delimitación del área de la servidumbre y zonificación del área de manejo. 18 R Manríquez, Metodología para la definición de línea base para la conservación de propiedades privadas, pronatura-gef, 2002.
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Es en este sentido que un conjunto de organizaciones ambientalistas nacionales y extranjeras se han dado a la tarea de impulsar, de manera conjunta con propietarios interesados en la conservación, modelos e instrumentos para la conservación de tierras, que permitan la preservación de sus recursos ecológicos y la utilización sustentable de estos. En el capítulo dedicado al análisis de la participación de las organizaciones civiles en la conservación explicaremos esta vertiente de sus actividades. En Baja California Sur, la creación de áreas para conservación en tierras privadas o sociales es un mecanismo que desafortunadamente cuenta sólo con dos experiencias concretas. No obstante, es importante narrar el desarrollo de ambos procesos para dar cuenta que han sido el resultado de un cúmulo de esfuerzos extraordinarios desplegados por dos organizaciones no gubernamentales en coordinación con propietarios conscientes de la importancia de los procesos territoriales de conservación. Una de estas organizaciones es la Sociedad de Historia Natural Niparajá, A.C. (Niparajá), que lleva siete años trabajando para concretar el desarrollo sustentable en una de las regiones cuyo ambiente se encuentra en mejor estado de conservación en Baja California Sur. Esta área la han llamado genéricamente El corredor San Cosme-Punta Mechudo y se ubica entre la ensenada de Agua Verde, al sur de Loreto, y la punta norte de la Bahía de La Paz. En este sitio Niparajá ha logrado concretar algunos mecanismos de conservación de tierras. La primera de ellas se realizó en el 2001 cuando se logro la adquisición de un predio costero de 377 hectáreas ubicado al sur de Agua Verde. Ésta adquisición se realizó con varios objetivos, entre éstos destaca el establecimiento de un predio dominante en futuros proyectos de servidumbres ecológicas en esa zona para conservar sitios importantes del corredor de borrego cimarrón (Ovis canadensis) y garantizar a largo plazo la integridad ambiental de la costa en perfecto estado de conservación. Posteriormente, en 2005, y de manera conjunta con la organización The Nature Conservancy, se adquirieron un grupo de 12 parcelas que en conjunto suman 1328 hectáreas, en las inmediaciones de El Bosque (en la Sierra) y San Evaristo (en la costa) ubicadas al sur del Corredor, con el objetivo de garantizar la conservación del corredor del borrego cimarrón con énfasis en la protección de seis oasis y manantiales en esa zona de gran importancia para la vida silvestre. Debido a que algunas de las parcelas no colindaban
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permitiendo la conectividad ambiental, se inició una negociación con el Ejido Tepentu para establecer un Usufructo de Conservación a 20 años en tres parcelas de uso común, con el fin de lograr la conectividad de las parcelas adquiridas al mismo tiempo que se lograra expandir el área de conservación de 1328 hectáreas a 3000 hectáreas en total. Con ésta expansión bajo conservación, se estableció una zona núcleo para la conservación del borrego cimarrón (Ovis canadensis) que se distribuye en esa región y que el ejido Tepentú tiene registrada bajo la figura de Unidad de Manejo y Conservación de Vida Silvestre (uma) ante la semarnat, esta uma tiene por objeto la conservación y manejo del borrego cimarrón mediante el aprovechamiento cinegético. Con ésta combinación de mecanismos se pretende asegurar la conservación del hábitat del borrego cimarrón en el cual no se permitirá su aprovechamiento extractivo, a la par que las medidas de manejo de los oasis y manantiales dentro de las parcelas garantizarán la presencia de agua de manera exclusiva para la vida silvestre de la zona. Como se menciono en este capítulo el usufructo solo puede establecerse por 20 años por lo que se sigue negociando con el ejido para promover la desincorporación de estas tres parcelas de uso común para que Niparajá las pueda adquirir y se logre garantizar a perpetuidad el programa de conservación y manejo que ahí se estableció. La otra experiencia concreta de conservación en tierras privadas es el establecimiento de servidumbres ambientales en los terrenos comunales y parcelas individuales del Ejido Luis Echeverría Álvarez en la Laguna San Ignacio. El proceso dio inicio en julio de 2003 cuando se contactó al ejido para desarrollar un proceso de diagnóstico y negociación para la protección de 47,000 hectáreas de tierras de uso común y 10,000 hectáreas de parcelas individuales. Después de dos años de negociaciones se llegó en una primera fase a un acuerdo con la asamblea ejidal para establecer una servidumbre ecológica en las tierras de uso común. En el contrato los ejidatarios se comprometieron formalmente a respetar los usos propuestos y a restringir actividades y/o usos que pudieran alterar o poner en riesgo la integridad de los ecosistemas y los recursos naturales inmersos en sus tierras. Mientras que pronatura-Noroeste es el encargado de monitorear que se cumplan con los compromisos contraídos y que no existan alteraciones o impactos por parte de terceros.
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Con la colaboración de organizaciones aliadas, como Internacional Community Foundation y Natural Resource Defense Council, pronatura-Noroeste logró la creación de un fondo semilla cuyos réditos serán entregados año con año al ejido, en tanto éste cumpla las obligaciones del contrato. Este fondo forma parte de un paquete de incentivos que incluye apoyo legal y soporte técnico, lo que permitirá promover e implementar proyectos productivos de bajo impacto que beneficien a la comunidad local sin detrimento de los recursos naturales. En cuanto a las parcelas individuales del Ejido Luis Echeverría Álvarez, en fases subsecuentes se realizaron negociaciones con más de treinta propietarios para la consolidación de los correspondientes contratos de servidumbre ecológica. Además del paquete de incentivos ofrecido a todos los miembros del ejido, se ofreció un incentivo económico extra a cada uno de los propietarios de dichas parcelas. La cantidad ofrecida dependió del número de hectáreas puestas a protección y de la ubicación de las propiedades con respecto a la Laguna San Ignacio y sus áreas más sensibles. Cabe señalar que todos los contratos fueron firmados a perpetuidad ante notario público y registrados en el Registro Agrario Nacional o en su caso en el Registro Público de la Propiedad y del Comercio. Dado lo anterior y considerando que se constituyó un fondo patrimonial para el monitoreo y defensa de las servidumbres ecológicas, se puede afirmar que se ha garantizado al largo plazo la protección y uso racional del patrimonio natural que albergan las tierras del Ejido Luis Echeverría Álvarez.
Conclusión En México, desde la década de 1990, los instrumentos de la política ambiental federal se han fortalecido considerablemente permitiendo la creación de anp y el manejo de la vida silvestre. No obstante, este aparato legal, político y administrativo no ha logrado frenar los procesos de deterioro de los ecosistemas, la pérdida de la biodiversidad ni el deterioro de la calidad de vida de la mayoría de la población rural. Esta realidad, y la urgencia de su solución, imponen la necesidad de recurrir a otras formas que aseguren la conservación del ambiente y el uso sustentable de éste por parte la población local. En este contexto, las diversas formas aquí expuestas son una alternativa que
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puede reforzar, y eventualmente suplir, los procesos de conservación llevados a cabo mediante la aplicación de los instrumentos gubernamentales. Sin embargo, puesto que los procesos que permiten crear tierras privadas para la conservación son complejos y generalmente costosos, la sinergia entre diversos actores, tales como ong, académicos, dependencias gubernamentales, productores, y sobretodo los propietarios, es indispensable para conducir al éxito estos esquemas de conservación. En Baja California Sur, debido al creciente fenómeno de la especulación de tierras, que se ha generalizado a partir de la reforma al Artículo 27 Constitucional, la posibilidad de crear tierras privadas para la conservación puede ser una estrategia a través de la cual las comunidades rurales defiendan su patrimonio y eviten el desarraigo. Ante la dificultad que implica la creación de nuevas anp, en un estado cuyo 41 por ciento de su superficie se encuentra ya bajo este esquema, las servidumbres ecológicas pueden ser una estrategia de defensa de las comunidades frente a la vorágine de la especulación y la codicia desmedida del capital. Es aún tiempo para proteger con esta medida ecosistemas de gran valor y culturas únicas, que se han conservado gracias al aislamiento y la insularidad; pero esos espacios son ya percibidos como la última frontera, como los últimos paraísos perdidos, que están ahí dispuestos para que el mejor postor, el primero en llegar, se adueñe de ellos para transformarlos en resorts o residencias, excluyendo a la población local y despojándola del único bien que poseía, su tierra. Es en este sentido que los instrumentos privados de conservación constituyen una opción real como herramientas sólidas para que la sociedad participe de manera formal en las acciones de conservación del patrimonio natural de Baja California Sur. En particular para que los actuales propietarios de tierras no sean desposeídos de éstas por la efímera quimera de un puñado de dólares. Sin embargo, el arraigo difícilmente puede ser promovido sólo con la conservación de las tierras, esta herramienta debe ser acompañada de una serie de actividades económicas acordes tanto con la capacidad y vocación de las comunidades, como con la disponibilidad y potencial de los recursos naturales localizados en esas propiedades. Estas alternativas pueden ser propuestas e inclusive impulsadas por las ong que promueven la creación de servidumbres ecológicas, pero en realidad el fomento al desarrollo es una responsabilidad del estado. De ahí, que como en todos los casos
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de conservación, la sinergia entre los diferentes sectores es necesaria para potencial las herramientas de manera a lograr concretar un nuevo modelo de desarrollo.
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Del saqueo a la conservación: una mirada a futuro para Baja California Sur Micheline Cariño y Mario Monteforte
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omo hemos discutido en la introducción, y casi en todos los capítulos, actualmente se enfrentan dos modelos de desarrollo, dos visiones de mundo, dos culturas de la naturaleza, en Baja California Sur —al igual que en la mayoría de las regiones del país y del mundo donde aún existe un mínimo espacio natural—: el saqueo y la conservación. No es una visión maniquea de la realidad, es la constatación de la problemática social que marca nuestra vida cotidiana. Tampoco es una percepción de buenos y malos, pues no se trata de enjuiciar ni calificar a nadie ni a nada. Es el resultado del análisis, desde la perspectiva de la historia ambiental, del tipo de relación sociedad/naturaleza imperante en nuestra región. No obstante, si a este análisis incorporamos criterios de sustentabilidad (es decir de durabilidad en cuanto a la reproducción social), de justicia social, de equidad intergeneracional, de calidad de vida, de distribución de la riqueza, de conservación de la biodiversidad y de la diversidad cultural, podemos afirmar objetivamente que el saqueo debe ser superado y que la conservación debe ser un modelo de desarrollo que se generalice y perfeccione. [743]
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El saqueo es la explotación intensiva y exhaustiva de los recursos naturales y de la sociedad local. Es motivado por la codicia y por el interés económico de corto plazo. Tiene por lógica la rentabilidad de mercado y la especulación. Promueve la acumulación de los beneficios para satisfacer fines individuales y/o de pequeños grupos corporativos. Para disfrazar su esencia mezquina usa la demagogia, la hipocresía y la corrupción en sus discursos y políticas. Las actividades que en la región son motivadas por el saqueo están fuertemente vinculadas tanto con los grandes capitales nacionales y extranjeros que comparten dicha estrategia, como con una importante porción de los políticos y gobernantes. El saqueo es una forma de relación sociedad/naturaleza en la que impera la ignorancia y la falta de perspectiva crítica; por ello, quienes se ven envueltos y relacionados con sus estrategias y acciones suelen ser dos tipos de actores: aquellos que lo promueven intencionalmente (es decir con dolo y con total conocimiento de sus nefastas consecuencias) y aquellos que son engañados por su doble discurso y sus falsas promesas. En fin, el saqueo todos lo conocemos bien. Es el modelo de desarrollo imperante en nuestra región desde el siglo xix y que se ha agudizado a partir de mediados del siglo xx. Es el modelo de desarrollo que: • Promovió la introducción de la agricultura que desgastó los suelos y agotó el agua en los valles de Santo Domingo, Los Planes y buena parte del Vizcaíno. • Impulsó la pesca intensiva y la acuacultura invasora y de alto impacto. • Destruyó las espectaculares costas sudcalifornianas por abrirlas al turismo masivo y elitista. • Ofrece el crecimiento económico como un fin (y no como un medio) sin prever ni importarle las consecuencias sociales y ambientales que trae consigo. • Crea empleos sin jamás decir para quién, ni con qué salarios. • Promueve la inmigración sin crear condiciones de recepción que garanticen una mínima calidad de vida digna a los trabajadores que atrae. • Cierra las playas y costas a los pescadores ribereños para darlas en uso exclusivo a los desarrolladores inmobiliarios. • Permite la destrucción de manglares para la construcción de marinas donde se resguardan lujosas embarcaciones.
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• Planea el desarrollo urbano favoreciendo a las clases privilegiadas y menospreciando las necesidades populares. • Promueve la especulación y venta de tierras, especialmente de la zona costera, despojando a los pobladores de su única y más valiosa riqueza, su patrimonio. • Menosprecia la cultura regional, por lo que no le importa en lo más mínimo su pérdida provocada por el desarraigo, la desesperanza y la transculturación. El modelo de desarrollo que promueve el saqueo no es sustentable porque usa irresponsablemente los recursos naturales, es injusto porque genera pobreza y es antidemocrático porque excluye a la mayoría de la población. No tiene una filiación política definida, ya que es oportunista. También carece por completo de toda capacidad imaginativa, porque en su cerrazón y ridícula vanagloria, se considera a sí mismo como la única vía posible, no sólo de desarrollo social, sino, peor aún, de existencia humana. Ya basta de saqueo, ya son demasiados siglos, ya se le buscaron todas las virtudes inexistentes a ese engendro que ha caracterizado nuestro sistemamundo. Debemos ser críticos, imaginativos, propositivos, sabios y valientes para armarnos de todas las alternativas posibles que, como sociedad instruida y consciente, nos conduzcan a superar ese modelo de desarrollo devastador. Una alternativa posible, por lo menos la que nos parece más viable y adecuada a las características sociales y naturales de Baja California Sur, es la conservación. No es nuestra intención hacerle una apología, eso además de ser irrelevante nos alejaría del propósito de plantear la conservación como un modelo de desarrollo capaz de superar las nefastas consecuencias del saqueo. Por el contrario, lo que más puede beneficiar a la conservación es tener una mirada crítica, pero realista también. Mencionamos en la introducción que la conservación es un proceso histórico porque es impulsada por actores y conlleva tiempo para su concreción. Esta perspectiva es útil porque permite valorar los logros que ha tenido en su justa dimensión temporal, pero también porque como todo proceso histórico, nos permite aprender de los fracasos y errores cometidos. En la tercera parte de este libro hemos procurado explicar que la conservación es impulsada por una gran diversidad de actores que interactúan en una también amplia variedad de procesos. Mostramos que estos fluyen
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desde los sectores gubernamentales hasta la iniciativa privada, involucrando al sector académico y a la sociedad civil organizada, que son promovidos desde la esfera internacional hasta la local, y que tienen diferentes niveles de concreción. Como ya hemos demostrado esta transversalidad e interacción a lo largo de muchas páginas, ahora deseamos concluir enfatizando en los principales desafíos y oportunidades que enfrenta ese modelo de desarrollo alternativo. La investigación que hemos realizado sobre los diferentes procesos que conforman la conservación —e incluye diferentes metodologías, una vasta información y una amplia variedad de experiencias— nos aporta una visión de conjunto sobre los retos que debe superar y las oportunidades que debe enfatizar. Somos muchos en considerar que el principal problema que enfrenta la conservación es la comunicación de lo que es y lo que promueve. La falta de claridad que esta situación engendra ha sido el tendón de Aquiles a través del cual los actores del saqueo han debilitado y frenado los procesos de conservación; han aprovechado esa mala comunicación para hacer creer, tanto a los tomadores de decisiones, como a la sociedad en su conjunto, que la conservación se opone al desarrollo, que es un movimiento elitista y que niega cualquier forma de progreso. La incapacidad que los actores de la conservación han demostrado para transmitir el mensaje sobre las ventajas y los beneficios inherentes al modelo de desarrollo que promueven, ha impedido el diálogo que sus actores podrían tener con otros movimientos sociales cuyos objetivos son coincidentes, y lograr así construir un frente común. Divulgar los logros y las metas de la conservación, correcta y oportunamente permitiría a la conservación promover la participación ciudadana y reforzar el trabajo comunitario; así como desmentir a sus detractores. Esta es una oportunidad histórica que los actores y los procesos de conservación deben aprovechar sin dilación. Es indispensable que los movimientos de los ciudadanos por el acceso a los servicios, las redes ciudadanas para el cuidado del agua, los esfuerzos comunitarios para resolver el problema que plantea el manejo de los residuos sólidos y peligrosos, la lucha por la transparencia, por la rendición de cuentas, por el reforzamiento de las instituciones democráticas, por mayores oportunidades y canales para la participación ciudadana en la planeación ambiental y en la toma de decisiones, por mejorar el acceso a la información sobre las
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leyes, etc., sean incorporados en los procesos de conservación y que todos esos movimientos sociales conciban a la conservación como una opción mediante la cual pueden concretar sus metas. Los actores y los procesos de la conservación deben dotarse de mayor conocimiento social, económico, político, histórico, antropológico, en tanto que herramientas que permitan que la conservación se vincule mejor con la sociedad, con las comunidades, siendo éstas el objetivo central de los afanes de los procesos de conservación. Qué conservamos, por qué conservamos y para quién conservamos, son líneas de acción, mensajes y hechos tangibles, cuya esencia social debe ser y parecer nítida a todos los involucrados. Esta situación nos conduce a otro problema no menos importante que enfrenta la conservación: su desvinculación de la mayoría de la población y respecto de los otros sectores organizados que también combaten al saqueo. Para concretarse como un modelo de desarrollo alternativo, la conservación debe constituirse en un movimiento social amplio y antisistémico. Debe sentar su pie de lucha en la sociedad que es víctima de los abusos del saqueo y que se beneficiaría de las ventajas sociales que promueve. La conservación necesita ser un movimiento popular y cobrar conciencia de las implicaciones políticas que esto implica. No obstante, antes de concretarse como un movimiento social capaz de atraer cada vez a una mayor cantidad de militantes, los actores de la conservación se enfrentan a la necesidad de constituirse como un movimiento social. Para tal efecto, y en el ámbito sudcaliforniano, ha habido avances encabezados por las ong, en alianzas que han sabido establecer entre ellas y con otros actores de la conservación. Estas alianzas han tenido por fundamento una sinergia en la que cada actor ha desempeñado su función y con esto ha contribuido al éxito del proceso de conservación; logro que sólo es tal porque es resultado de un esfuerzo colectivo. Esta es una de las oportunidades que los actores de conservación deben aquilatar y potenciar en cada proceso que aborden. Para que ello pueda llevarse a cabo hay ciertas acciones que facilitarían los procesos. Sin duda una de las más importantes es la definición de agendas compartidas por los actores de la conservación y de éstas con las de los otros movimientos sociales. Las ong que trabajan en Baja California Sur realizan desde hace un quinquenio reuniones en Loreto tendientes a este fin, ésta es
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una iniciativa muy valiosa tanto por su naturaleza como por la continuidad que ha logrado tener; no obstante es sólo el principio de una ardua e indispensable tarea. En este sentido, y sólo como un ejemplo, sería conveniente que los actores de la conservación lograran tener su agenda ambiental, social, económica y de la mayor cantidad posible de sectores, lista para presentarla a cada candidato a gobernador y a cada gobernador electo. En los capítulos de la tercera parte ha surgido otro obstáculo constante y cotidiano al que se enfrentan todos los procesos de conservación y que sufren prácticamente todos sus actores: la falta de recursos, sobre todo materiales, pero también humanos. La conservación debe encontrar en el desarrollo de actividades económicas alternativas, de bajo impacto ambiental y de amplios beneficios sociales, la forma de financiar sus afanes. La mayoría de las acciones e instituciones que promueven la conservación dependen de la filantropía, esto tiene la ventaja de ser un mecanismo marginal de redistribución de la riqueza; sin embargo, siendo críticos, vivir y actuar con base en los donativos (provengan de donde provengan) implica una profunda vulnerabilidad y una obstaculizadora dependencia. El potencial económico que conllevan las acciones de conservación debe ser valorado y potenciado, mediante la aplicación de estrategias creativas y perspicaces que les permitan ser autofinanciables. En este sentido no sólo nos referimos al impulso de actividades económicas alternativas a ser desarrolladas en las comunidades que viven en los espacios (entendidos como sitios y culturas) que se desean conservar, sino también nos parece indispensable considerar el cobro por servicios ambientales —así como otros instrumentos de valoración de los recursos naturales y los ecosistemas— a las diferentes empresas que usan y se benefician del espacio regional. La certificación es otra herramienta útil que debe ser considerada, tanto en la búsqueda de la generación de recursos para la conservación, como en el proceso de impulsar el desarrollo de buenas prácticas. Hemos explicado que la educación ambiental y la investigación científica son procesos trascendentes en la búsqueda para consolidar a la conservación como modelo de desarrollo. La educación ambiental es el fundamento que puede llevar a los actores de la conservación a modificar la cultura de la naturaleza de la sociedad en su conjunto, permitiéndole entender y compartir sus afanes. La investigación científica es la proveedora de información
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que nos permite conocer cada vez mejor los ecosistemas y las sociedades, así como la evolución de los procesos de manejo, el impacto ambiental de cualquier actividad y la huella geográfica que vamos dejando tanto en el ambiente como en la sociedad al hacer y omitir acciones en la incesante relación sociedad/naturaleza. Es indiscutible que la educación ambiental y la investigación científica son piezas clave en cualquier proceso de conservación; sin embargo, aunque se ha avanzado mucho en ambos procesos no se les ha otorgado ni el enfoque ni la importancia que requieren para permitir a la conservación avanzar con la celeridad que la actual crisis ecológica nos demanda. El trabajo desempeñado en la educación ambiental sigue siendo muy limitado. Los educadores ambientales que se dedican de tiempo completo a esta actividad son muy escasos y, al igual que sucede en otros proceso de conservación, carecen permanentemente de recursos. Además, las estrategias de trabajo también son insuficientes, no se han empleado medios masivos de comunicación, en los que se divulguen mensajes contundentes, no se ha recurrido a establecer alianzas realmente significativas con el sector de educación pública, no se han dimensionado correctamente los alcances que este proceso puede y debe tener para lograr que la conservación sea percibida como un modelo de desarrollo alternativo. En este sentido, los esfuerzos de la educación ambiental deben tender cada vez más a promover un cambio en la cultura de la naturaleza de la sociedad aludiendo a lo más íntimo y directo de la vida del ser humano como la salud, el bienestar, la calidad de vida, la justicia intergeneracional, la paz y la equidad. Por su parte, la investigación científica no ha sido aún valorada en tanto que proceso crucial para la conservación. Como explicamos en el capítulo 3, una de las oportunidades para concretar la conservación en Baja California Sur es su extraordinaria proporción de académicos en relación con el total de la población (la media nacional es de 0.67 por cada diez mil habitantes y en nuestra entidad esta proporción es de 1.4). No obstante, existe una tremenda desvinculación entre los resultados del trabajo de investigación —que se hace tanto en el cibnor, como en el cicimar y la uabcs—, y los requerimientos de información para la toma de decisiones y la promoción de actividades económicas sustentables.
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Existen muy valiosas excepciones a esta afirmación; entre las que debemos subrayar se encuentran: el apoyo que dichos resultados han brindado a la creación de las anp del estado, la formación de científicos muy bien capacitados y con un arraigado sentido de compromiso social, el desarrollo tecnológico tanto de alternativas a la producción del sector primario como de la generación de energía, y muchas otras que son mencionadas en el capítulo 16. Sin embargo, no existe aún una política institucional en esos centros de investigación e instituciones de educación superior que favorezca y estimule el desarrollo de proyectos de investigación directamente vinculados con los requerimientos de la conservación en tanto que modelo de desarrollo. La ausencia de esta política se refleja tanto en los programas de estímulos a la productividad, como en la función de consultoría que algunos grupos de investigadores desempeñan cuando se realizan estudios para el uso y servicio de los afanes de la conservación. El voluntariado, el extensionismo, el compromiso social y la conciencia ecológica, están presentes en gran cantidad de académicos e investigadores que trabajan incansablemente para contribuir a un cambio en pro de la conservación, y esto debe ser reconocido, valorado y estimulado, por la sociedad civil —como a menudo sucede— pero también —y sobre todo— por las instituciones en las que estos actores de la conservación trabajan. Ya que esta conclusión no tiene pretensiones de ser exhaustiva, sino una síntesis y una reflexión, por último abordaremos algunos de los retos y oportunidades que se presentan en el ámbito de la legislación y de los instrumentos de política ambiental para que la conservación logre concretarse como un modelo de desarrollo alternativo. En los capítulos 10, 11 y 12 hemos explicado el impacto positivo que estos han tenido en Baja California Sur. No obstante, en el capítulo 2 hemos explicado también que debido a la distancia abismal que separa el potencial teórico de la práctica efectiva, tanto la legislación como los instrumentos de la política ambiental mexicana pueden aún brindar mucho mayores y mejores frutos de lo que a la fecha podemos constatar. Existen retos desde el nivel sistémico (inherentes a la estructura y la cultura políticas mexicanas) hasta el institucional, incluyendo en todos los niveles la influencia determinante que tienen los intereses de los actores del saqueo. Estos problemas llegan a ser tan graves y complejos que pueden desvirtuar en poco tiempo y con relativa facilidad los largos años y muchos
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empeños invertidos en dotar a nuestro país de tan importante andamiaje para impulsar los procesos de conservación. No obstante, ahí están esas leyes, reglamentos, instrumentos y herramientas, y están para ser usados hasta sus últimas consecuencias y capacidades por los actores de la conservación. Que esto sea así les demanda aumentar el conocimiento que tienen al respecto, mantenerse siempre alertas y unir esfuerzos con un espíritu en el que prevalezca la cooperación, la solidaridad y la confianza. Así, la sinergia entre los actores de la conservación es una vez más la clave para que puedan aprovechar en todo su potencial el andamiaje legal y político que se ha construido para lograr que la conservación se concrete en la práctica como aparece en el papel. Depende de la capacidad de la organización y respuesta de la sociedad el uso que se dé a dicho andamiaje. Ante la debilidad del Estado y la fortaleza de los intereses del saqueo, depende de la astucia, la convicción y la capacidad de los actores de la conservación, apoyados y acompañados por la sociedad en su conjunto, la posibilidad de lograr que cada proceso de conservación sea contundente. El saqueo nos daña a todos nosotros ahora y en un futuro sus consecuencias dañarán a nuestros hijos. Nosotros no queremos tener que decir a nuestros hijos “antes podíamos entrar a esta playa, era preciosa y nos pertenecía”, tampoco queremos tener que describir a nuestros nietos el sabor de la comida fresca y sana, nos rehusamos a ver a nuestros estudiantes universitarios convertidos en servidores de campos de golf, marinas y hoteles de lujo. Estamos convencidos que el desarrollo en Baja California Sur tiene un futuro y éste es la conservación. El camino, los muchos caminos, por recorrer son largos y arduos, por ello debemos mantener siempre el optimismo, pero permanecer siempre alertas. Nunca podemos permitirnos perder la perspectiva crítica, pero debemos estar seguros de que los objetivos de la conservación no son una utopía, sino que nosotros, sobre las bases de nuestra realidad histórica podemos concretarlos en una utopística, es decir en una alternativa factible. Esperamos que la lectura de este libro contribuya para que así sea y lo sea pronto.
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Epílogo. Algunas consideraciones sobre geográf ía, conservación y B.C.S.
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Epílogo
Algunas consideraciones sobre geografía, conservación y Baja California Sur Christophe Grenier
M
e siento muy honrado de escribir el epílogo de un libro sobre una región que conozco muy poco. Pero, a pesar de haberme quedado sólo tres semanas en Baja California Sur, he observado, escuchado y también leído algo: lo que he visto me ha maravillado, asombrado y, en cierta forma, me ha parecido también extrañamente familiar. Por eso espero que el tema de este libro, que trata de conservación, me dé un poco más de legitimidad para participar que mi efímera experiencia regional, pues estoy convencido de que la geografía puede aportar mucho a los que estudian cómo preservar la naturaleza y a los que luchan para lograrlo. La geografía estudia las huellas que la humanidad deja en la Tierra, cómo las sociedades escriben sobre la superficie del planeta. Esas huellas son visibles en los paisajes, incluso hoy en los que aparentan ser los más naturales, pero también en la ocupación del suelo y en la organización del espacio. Desde un punto de vista geográfico, la historia de la humanidad es la progresiva transformación de la superficie terrestre en espacio, es decir, en un producto social que refleja el tipo de vida de cada grupo humano, en sus aspectos tanto ideales como materiales, en su ideología como en su técnica. Se podría [753]
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decir así que la geografía estudia cómo la superposición de la historia humana sobre la historia natural transforma la extensión terrestre en espacio, es decir los ecosistemas en sistemas sociales proyectados sobre la superficie del planeta. Durante la mayor parte de su historia, la humanidad ha tratado de adaptarse al entorno terrestre, siguiendo estrategias como lo hacen plantas o animales. La variedad de la Tierra ha nutrido la gran diversidad de tipos de adaptación geográfica; cada sociedad o grupo humano usando su territorio según su cultura o, más precisamente, según su medio geográfico; es decir, su tipo de relación con el espacio y la naturaleza. El medio geográfico de una sociedad depende de su historia, de su nivel técnico, de sus ideas y valores, y en particular de lo que en su entorno valora como recurso, se representa como coacción, o simplemente ignora. Para mí, la ambición de la geografía en el campo de la conservación sobrepasa el estudio de la crisis ecológica y de las maneras de superarla: su objetivo es considerar el planeta como el hábitat de la humanidad y analizarlo como tal. Este hábitat terrestre está en peligro y debe ser preservado, no tanto por sí mismo —es ingenuo pretender que tenemos que “salvar el planeta” o “la naturaleza”, que no nos necesitan para nada y que seguirán en su orbita y su evolución mucho después de la desaparición de la humanidad—, sino para nosotros: se trata de preservar un planeta en el cual nos guste vivir, y ese es un planeta diverso, biológica y culturalmente. Es cierto que podríamos adaptarnos y vivir en un mundo con un sólo idioma, un sólo medio, sin pájaros, sin flores y sin aire puro (y en realidad, una parte muy importante de la humanidad ya vive en tales condiciones). ¿Pero, es ése el mundo en el cual queremos vivir? Entonces se trata más de preservar las distintas formas de habitabilidad del planeta para la humanidad en su diversidad, que el hábitat terrestre como tal: mientras el hábitat es una mera noción ecológica, la habitabilidad tiene una connotación cualitativa, cultural; es relativa y diversa. He propuesto el concepto de geodiversidad para estructurar una geo
A. Berque, Médiance. De milieux en paysages, Montpellier, gip-reclus, 1990, 163 p. C. Grenier, Conservación contra natura. Las islas Galápagos, Quito, Corporación Editorial Nacional, Abya-Yala, ifea, ird, 2007, 463 p. // C. Grenier, “How tourism reduces geodiversity and how it could be different: the Galápagos Archipelago and Easter Island cases”, en F. di Castri y V. Balaji (eds.), Tourism, biodiversity and global society, Leiden, Backhuys Publisher, 2002, pp. 233-255. // C. Grenier, “La gestion de parcs nationaux mondialisés dans des ré-
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grafía de la conservación que enlaza la variedad de la acción geográfica y la diversidad terrestre. La geodiversidad permite analizar la adaptación geográfica de las sociedades al entorno según dos criterios principales: el uso que ellas hacen del entorno sin destruir su diversidad (notablemente biológica) y la preservación de una habitabilidad del planeta que tenga sentido para las diferentes culturas. La geodiversidad es la medida de la variación de las huellas geográficas en las maneras de habitar la Tierra. Se evalúa a la escala de una región particular o del mundo: la geodiversidad mundial es la suma de las geodiversidades regionales. Desde el punto de vista de la geodiversidad, la región se caracteriza por un conjunto de factores ambientales, espaciales y mesológicos (de medios geográficos) que la distinguen de otras entidades de similar escala. La geodiversidad de una región es más o menos fuerte según las singularidades, a escala mundial, de su biodiversidad o del medio de los actores geográficos (los que hacen geo-grafía, esto es, los que dejan huellas en la Tierra) que viven en o usan aquella región. Esas particularidades biológicas o mesológicas son indicadores de la adaptación de los organismos o de las sociedades al entorno biofísico de la región. Una región puede tener una geodiversidad de tipo biológico (una fuerte o singular biodiversidad), de tipo cultural (una sociedad cuyo medio la adapta de manera sustentable a su entorno) o de ambos. La geodiversidad de una región depende de su localización, es decir, a la vez de su posición en el globo y de su situación en el mundo. La posición de una región determina a largo plazo —tiempo natural— su entorno biofísico. Su situación condiciona, a corto plazo —tiempo histórico— los medios de los actores geográficos que se suceden y que viven ahí, lo que influye sobre el entorno. La geodiversidad es a la vez un estado y un proceso: puede estar evaluada en un tiempo t pero evoluciona, aumenta o disminuye a escala de las regiones, y consecuentemente del mundo, a lo largo de la historia de la humanidad o, más precisamente, de acuerdo a la geografía de las sociedades contemporáneas, a la evolución de sus relaciones con el entorno y de sus tipos de vida. La humanidad
gions à forte géodiversité. Corcovado (Costa Rica), Galápagos (Equateur), Rapa Nui (Chili)”, en S. Héritier, S. Tuaz (dirs.), Les parcs nationaux dans le monde, París, Ellipses, 2007. Coordenadas de latitud y longitud, ubicación en la configuración terrestre. Los espacios en la cual esta incluida, los territorios que contiene.
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no puede aumentar la biodiversidad terrestre, pero sí puede crear geodiversidad, hacer el planeta más diverso y, así, preservar a la naturaleza. La extensión de la península de Baja California sobre más de nueve grados de latitud, sus sierras elevadas que forman barreras o abrigos, su doble litoral en el Golfo y el Pacífico, su forma recortada con profundas bahías y numerosas islas costeras, le dan una gran diversidad de entornos naturales dentro del marco general de un clima tropical seco, típico de las regiones de esas latitudes ubicadas en fachadas occidentales de continentes. He podido ver y apreciar algunos de esos diferentes entornos. Por ejemplo, nadando en el mar color cobalto de la Bahía Concepción, encerrada entre sierras secas, con sus pequeñas playas blancas bordeadas de mangle verde oscuro. Igualmente, caminando en la meseta que domina a San Ignacio donde, rodeados por el silencio inmenso bajo la silueta del volcán, los racimos blancos de las yucas y las flores rosadas de las pitahayitas, lucen un matorral sobrevolado por buitres inmóviles. Atravesando la Sierra de La Laguna por la carretera después de las lluvias, viendo cómo el bosque tropical seco, con árboles ya de una cierta altura, se ha tornado verde tierno, y cómo el agua que chorrean los anchos arroyos es tan escasa que no logra cavarlos y hacerles verdaderos ríos. O también jugando en las olas del Pacifico que revientan en la playa de San Pedrito, separada de las palmas del oasis por un pequeño estero donde pescan garzas. Baja California Sur no es uno de los hot spots de la biodiversidad planetaria, como otras regiones donde he vivido o trabajado (Chile central, Vanuatu, Galápagos, Costa Rica, suroeste de Madagascar). No obstante, se parece a algunas de ellas: el aspecto de sus cerros y llanos tostados, sólo en parte cubiertos por una flora baja donde dominan los espinos, el azul intenso del cielo, el ímpetu del Pacifico y los vuelos de pelícanos asemejan Baja California Sur a la costa del “Norte Chico” chileno y al archipiélago de Galápagos; el calor del sol y del mar de Cortés, al final de la temporada cálida, hacen además parecer la península al litoral suroeste de Madagascar. Las especies de plantas de distintas regiones del trópico seco pueden ser endémicas, pertenecer a géneros o familias diferentes y tener formas particulares, pero su adaptación a la aridez les hace parecerse entre ellas. Así por ejemplo, el “torote” es parecido a un arbolito endémico del sur de Madagascar cuyo tronco dorado igualmente se descorteza como piel quemada, y el “cardón” es un
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primo de los grandes cactus de Chile central o de los que crecen en las islas Galápagos. Cada forma de vida es única pues se adapta a un entorno que para ella es singular, entorno cuyas características generales pueden sin embargo encontrarse —nunca en totalidad pero sí parcialmente— en otros lugares de la Tierra. Entender que la adaptación de la vida en el planeta obedece a ciertas leyes no minimiza la fascinación que uno puede tener por la diversidad de formas que toma esa adaptación. Y eso vale tanto por la biodiversidad como por la diversidad geográfica, es decir, por la variedad de paisajes que revelan los distintos tipos de adaptación de las sociedades humanas a la diversidad de los entornos. Esa escritura de la Tierra, o geo-grafía, primero muy leve, apenas visible en tiempo de grupos de cazadores-colectores seminómadas como los indígenas californios, empezó de manera notable en algunas partes del planeta a partir del Neolítico, con la transformación de ecosistemas en agrosistemas. Si en algunas partes del mundo las sociedades agrícolas han creado paisajes antropizados de gran extensión y miles de años de existencia, este proceso sólo empezó en el siglo xviii en Baja California y, de manera muy puntual, con la “creación” de los oasis por los jesuitas. Los oasis son productos del trabajo de los jesuitas, quienes convirtieron pozas de agua dulce del matorral de Baja California en islas de “civilización” en medio del desierto, oponiendo así a las inmensidades “salvajes”, indefinidas, paganas e incultas, donde vagaban “indios”, esos micro espacios con toponimia española, y por ello apropiados y localizables en el mapa, cultivados y poblados por cristianos sedentarios. Los rasgos paisajísticos dominantes de esos oasis —datileras y huertas— son semejantes a los del sur de España y África del Norte: la creación de paisajes es una acción cultural. Pero la producción del espacio geográfico es también un proceso político, pues los oasis jesuitas, a pesar de su minúscula superficie, lograron absorber la sustancia humana de la península mediante la sedentarización de unos indígenas californios y la extinción de los otros, convirtiéndose esas “islas” en bases territoriales de la colonización española, y luego mexicana, de Baja California. En ciertos lugares, las huellas geográficas dejadas por sociedades pasadas no sólo son visibles en los paisajes actuales sino que siguen formando la estructura de esos paisajes, y tienen por ello una gran influencia sobre los
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espacios. Es el caso de los oasis de Baja California Sur: el diseño geográfico de los jesuitas ha seguido actuando y en parte determinando el espacio de los rancheros, quienes ocuparon esos mismos lugares a partir del siglo xix. Después de los indígenas californios, ellos fueron los protagonistas de un tipo de vida particular, “endémico” a la península, con un medio original, adaptado de manera sustentable al entorno: los rancheros también crearon geodiversidad en Baja California. Pero hoy sólo una muy pequeña parte de la población de la península vive en los oasis e incluso menos conservan el tipo de vida ranchero. Es decir, la geodiversidad bajacaliforniana ya no es importante pues su biodiversidad no es tan original y su medio dominante es común a muchas partes del mundo. ¿Qué queda por conservar entonces en Baja California Sur? Un potencial excepcional de geodiversidad: su superficie, la diversidad de sus entornos, el estado mediano de su biodiversidad, el hecho de que todavía no tenga gran población humana y que sólo algunos de sus más lindos sitios hayan sido destruidos por el turismo y la urbanización salvajes, es algo que será cada vez más valioso en el mundo globalizado, y que por ello es indispensable preservar. ¿Pero de qué? ¿Y cómo? El ejemplo de los oasis de Baja California permite comprobar que producir un espacio, organizar a una parte del planeta, aunque sea muy pequeña, decidir de sus paisajes como de las actividades y de los hombres que acoge, tiene consecuencias que van más allá del ámbito meramente geográfico para tocar toda la sociedad. Y eso más aún cuando ese espacio está relacionado con otros, cuando está integrado a espacios de mayor superficie o cuando forma parte de una red. Es por ejemplo el caso del turismo, una actividad económica hoy de mayor importancia en Baja California Sur, actividad que es inseparable de una organización espacial reticular. Al turismo le interesan sitios espectaculares y las redes para unirlos a los espacios de la demanda: buena parte de los luga
Martha Micheline Cariño Olvera, Historia de las relaciones hombre/naturaleza en Baja California Sur 1500-1940, uabcs-sep, México, 1995 (segunda edición, 2000). Es decir, con una estructura en redes: espacios discontinuos, compuestos de lugares conectados entre ellos. La otra estructura espacial, contínua y más común (la de los territorios nacionales, por ejemplo), es “areolar”, en forma de área. Vease J. Bonnemaison, « L’espace réticulé. Commentaires sur l’idéologie géographique », Tropiques; lieux et liens, París, Orstom, 1989, p. 500-510.
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res más bellos de Baja California Sur están integrados a un espacio red por la carretera transpeninsular y, antes que todo, por aeropuertos internacionales que los conectan con Estados Unidos, el resto de México y sus turistas. Se sabe que el turismo de marinas, campos de golf y grandes hoteles, el turismo de estaciones balnearias, centros comerciales y aparcamientos gigantes, plantas de desalinización, autopistas e inmensas flotas de pesca deportiva que se observan en varios lugares de Baja California Sur es ecológicamente dañino. Pero ese tipo de turismo es también insostenible en otro sentido: implica un terrorismo geográfico que, mediante la radical e irreversible transformación de algunos de los más lindos lugares de la península, atenta contra la geodiversidad de Baja California. Es una transformación radical pues, por ejemplo, ¿quien cantará el sufrimiento de los antiguos habitantes de Cabo San Lucas frente al cambio muy brutal de este lugar en esos últimos 20 años? ¿Qué sentido puede tener para ellos, pero también para todos los que conocieron —e incluso para los que imaginan— lo que era antes este sitio, los paisajes de una conurbación turística que ha convertido un sitio único en un lugar común y vulgar, semejante a lo que se puede ver en Canarias, en el Mediterráneo o en Florida? ¿Qué territorialidad les queda a esos habitantes de Baja California Sur frente al despojo de sus tierras por empresarios y particulares, cuyo idioma es el inglés y su divisa el dólar, sean cuales sean sus orígenes nacionales? Y es también una transformación irreversible a escala humana, la única que nos importa, pues Cabo San Lucas nunca podrá deshacerse de su pesado mantel de cemento, el oasis de San José del Cabo no volverá, “Puerto Escondido” no lo será nunca más, “Loreto Bay” y las otras marinas del Golfo de California continuarán durante décadas contaminando la vista, ocupando el espacio, simbolizando de manera arrogante el medio de un capitalismo que, en el campo del turismo, finge apreciar la singularidad geográfica, sea natural o cultural, para acondicionarla, banalizarla y venderla mejor. Ese turismo es una de las expresiones más crudas del medio del capitalismo, para el cual espacio y naturaleza están definidos exclusivamente en términos de “costo” o de “beneficio”, en cuanto a su valor monetario en un mercado que se extiende progresivamente al mundo entero. La expansión del capitalismo en el mundo se puede explicar geográficamente por tres razones principales, relacionadas entre ellas.
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Primero, el capitalismo tiene una formidable eficiencia en el uso del espacio y de la naturaleza a causa de un medio que considera a ambos exclusivamente como productos o factores de producción, sin otra consideración política, social, cultural o ecológica. Segundo, se debe a que su estructura espacial es reticular, porque sólo se preocupa por redes de lugares económicamente interesantes conectados entre ellos, porque sólo considera al espacio y a la naturaleza bajo un enfoque económico, sin tomar en cuenta los territorios, los medios y los ecosistemas: es por todo ello que el capitalismo es tan eficiente en su transformación del planeta. Y tercero, ese medio capitalista se ha difundido progresivamente en la civilización europea y luego en el mundo entero gracias al respaldo de otros potentes actores geográficos, los Estados. Sea bajo el nombre de “crecimiento” o de “desarrollo” económico, los Estados se han convertido en vectores de este medio capitalista. Es cierto que los Estados siguen teniendo también una relación al espacio y a la naturaleza de tipo político, es decir territorial: la soberanía nacional, la geopolítica estatal; no han desaparecido, pero a menudo y a pesar de una retórica nacionalista, están sometidas a los intereses económicos, muchas veces extranjeros en estos tiempos de globalización. Para la biología de la conservación, las principales amenazas ecológicas actuales son conocidas: crisis de extinción de biodiversidad, calentamiento global, contaminación generalizada, etc. Desde el punto de vista de la geografía de la conservación, esas amenazas son en gran parte el producto de la globalización y resultan de un proceso de homogeneización geográfica del planeta o, por decirlo de otra manera, de un proceso de pérdida de geodiversidad. Pues además de esa crisis ecológica, lo que se extiende con la globalización es un meta-medio, una relación capitalista con el entorno que se superpone a los diferentes medios existentes si es que no los reemplaza después de haberlos destruido. Y ese meta-medio se extiende a todo el planeta por las redes de transporte y de comunicación que estructuran el espacio-mundo, abriendo las diferentes regiones, volviéndolas accesibles a cualquier tipo de explotación económica, y difundiendo una relación con el espacio y la naturaleza de tipo exclusivamente mercantil. La cierta familiaridad que he encontrado en la naturaleza de Baja Califor-
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nia Sur es entonces aún más importante, según este enfoque, con las regiones que he estudiado: todas son espacios abiertos a las empresas del capitalismo gracias a la impotencia o la complicidad de sus Estados. Esas regiones geográficamente marginales dentro de sus respectivos países han sido abiertas por empresas capitalistas foráneas: en Baja California Sur como en Isla de Pascua, en Galápagos, en la península de Osa o en la costa Suroeste de Madagascar, los Estados de México, Chile, Ecuador, Costa Rica y Madagascar, respectivamente, han dejado empresas nacionales o extranjeras saquear la naturaleza y explotar a los habitantes locales y a los migrantes estableciendo como único límite el agotamiento de los recursos. El costo ecológico de estas aperturas geográficas en aquellas regiones ha sido y sigue siendo inmenso. No sólo por depredaciones directas —destrucciones de hábitats, extinciones de especies locales e invasiones de especies foráneas, contaminaciones diversas—, si no también por la difusión, dentro de las poblaciones locales, del medio capitalista. De tal manera que sus habitantes, cuyos medios buscaban antes una adaptación durable de sus sociedades a los entornos, han cambiado su forma de relacionarse con la naturaleza y el espacio. Este cambio de medio resulta de la doble integración geográfica de esas regiones a los espacios mundial y nacional, en este orden cronológico: los empresarios foráneos, los migrantes atraídos por las sucesivas “bonanzas”, los Estados ávidos de “desarrollo”, y más que todo, las nuevas actividades económicas donde trabajan esos habitantes son los vectores de este cambio de medio. Pero buena parte de este costo ecológico tiene también como razón una pérdida de territorialidad por parte de los habitantes locales: la apertura geográfica de sus regiones significa efectivamente para ellos una desterritorialización. Sus territorios han sido abiertos a la explotación económica por y para actores foráneos (sean nacionales o extranjeros): sus tierras han sido confiscadas o compradas; muchas veces ellos mismos las vendieron, convertidos a la nueva fe del dinero fácil; sus paisajes familiares que en ciertos lugares no habían cambiado por siglos pueden estar totalmente modificados en pocos años, hasta perder todo sentido para ellos; sus espacios fueron invadidos por empresarios y migrantes de otras regiones, organizados por las empresas y los Estados para maximizar a la rentabilidad económica. La apertura geográfica significa una desterritorialización para los habitantes porque
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ellos pierden sus medios tradicionales: un medio no puede existir sin territorio donde pueda aplicarse. La conservación en Baja California Sur, como en otras regiones, enfrenta actores geográficos potentes para quienes el saqueo de la naturaleza y del espacio se llama “desarrollo nacional” o “libre empresa”. Los actores de la conservación tienen entonces que imaginar estrategias para convencer a los habitantes sudcalifornianos que es de su interés vital cambiar de rumbo, y que eso va mucho más allá de la mera protección de especies de plantas o de animales. No hay conservación sustentable de cualquier región sin el apoyo de su población: hacerlo es difícil, pues esos habitantes están en gran parte desterritorializados y ya no tienen medio geográfico propio. Para ser eficiente una política de conservación debe entonces construir territorios y crear medios geográficos adaptados de manera sustentable a los entornos. Esto supone imaginar un tipo de vida original, que sea a la vez particular a cada subregión de la península y comparable a otras regiones del mundo con entornos y problemas semejantes. El desafío de la conservación, en Baja California Sur como en otras partes del mundo, es crear geodiversidad y, haciéndolo, contribuir a preservar la diversidad de nuestro hermoso planeta.
Sobre los autores
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Sobre los autores
Aarón Esliman Salgado es egresado de la carrera de Ingeniería en Pesquerías de la uabcs (1990-1995). Titulado en 1998 con la tesis “Descripción de la pesquería de langosta roja en Isla Natividad, B.C.S.”. Cuenta con tres diplomados en temas de gerencia y administración por la Universidad Estatal de San Diego y dos por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey. Capacitado en técnicas de conservación de Especies Amenazadas por la Agencia Española para la Cooperación Internacional y diversos cursos-talleres de conservación, manejo y resolución de conflictos ambientales por la Comisión Nacional de Áreas Naturales protegidas. Trabajó de 1996 a febrero de 2001 en la Reserva de la Biósfera El Vizcaíno como Subdirector de Área, en donde coordinó los trabajos de elaboración y consulta de su programa de manejo. De marzo de 2001 a la fecha se desempeña como Director de Proyectos de la Sociedad de Historia Natural Niparajá, A.C. Desde 2001 es responsable del proyecto integral de conservación del Corredor San CosmePunta Mechudo en donde ha dirigido los estudios, diagnósticos y trabajos en torno a la conservación de los oasis y manantiales de esa región. Participa como responsable técnico de la uma de borrego cimarrón del Ejido San José [763]
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de la Noria. Actualmente se ha especializado en mecanismos legales de conservación de tierras privadas con el apoyo de The Nature Conservancy. Alba E. Gámez es Profesora-Investigadora de tiempo completo definitivo, Titular B, en el Departamento de Economía de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (uabcs), México. Es licenciada en Economía por la uabcs (México), Maestra en Estudios Internacionales (uab-cidob, España), Doctora en Relaciones Internacionales (Universidad de Essex, G.B.), y miembro del Sistema Nacional de Investigadores del conacyt, nivel I. De 2000 a 2003 se desempeñó como responsable académica de la licenciatura en Comercio Exterior la uabcs, y de enero de 2003 a diciembre de 2004 fue Coordinadora de la Maestría en Estudios Sociales y Humanísticos de Frontera de de esa misma institución. En 2005-I fue profesor visitante en la Universidad Estatal de San Diego (sdsu, California, eua). Sus líneas de investigación son liberalización económica y política exterior mexicana, apertura comercial y sector externo, y estrategias de desarrollo y crecimiento del sector turismo, de los que ha escrito capítulos en libros y artículos en revistas nacionales y extranjeras. Correo-e:
[email protected]. Alejandra Nieto Garibay es Dra. en Ciencias en Ecología, Universidad de Guadalajara. Maestra en Ciencias por la Universidad Nacional Autónoma de México (unam). Investigadora del Programa de Agricultura en Zonas Áridas del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (cibnor). Presidenta de la Academia de Ciencias Agrícolas del cibnor. Autora de 15 artículos científicos con arbitraje. Autora o coautora de más de 6 libros y 8 capítulos de libro. Interés en agricultura orgánica, ecofisiología vegetal y en el estudio de plantas silvestres con potencial económico. Correo-e:
[email protected]. Alfredo Ortega Rubio es Doctor en Ciencias con especialidad en Ecología por el Instituto Politécnico Nacional. Premio Nacional Reconocimiento a la Conservación de la Naturaleza 2003, Categoría Académica y de Investigación. Premio Nacional al Mérito Nacional Forestal y de la Vida Silvestre 1993. Actualmente es Investigador Nacional Nivel iii del Sistema Nacional de Investigadores de la República Mexicana. Es autor o coautor de 125 artículos de investigación original. Ha editado 13 libros y publicado 45 capítulos
Sobre los autores
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de libros. Ortega Rubio ha dirigido 34 proyectos de manejo de recursos, entre ellos los que permitieron crear y desarrollar las Reservas de la Biósfera de Sierra de la Laguna, Desierto del Vizcaíno e Islas Revillagigedo. Además, ha dirigido 78 proyectos de Restauración Ecológica e Impacto Ambiental. Andrea Sáenz Arroyo es Doctora en Ecología y Manejo Ambiental por la Universidad de York, Inglaterra. Se ha dedicado a entender el impacto histórico de homo sapiens en los ecosistemas marinos y costeros del mundo. Se ha cautivado por la manera en que las generaciones modernas perciben este impacto y en la manera en que métodos científicos sofisticadas, pero descontextualizadas de su marco histórico, inhiben la inversión de la sociedad en su patrimonio natural. Cuenta con diez años de experiencia en asuntos de conservación marina en el noroeste de México. Comenzó a colaborar con Comunidad y Biodiversidad A.C. (cobi) en enero del año 2000 y desde entonces ha adoptado esta organización para promover su desarrollo a nivel nacional e internacional. Actualmente, como directora de ciencia de cobi, se dedica principalmente a desarrollar modelos participativos de conservación y aprovechamiento sustentable con las comunidades costeras rurales que puedan ser evaluados y replicados en cualquier parte del mundo. Sus proyectos de investigación más importantes tratan del uso de reservas marinas completamente protegidas como instrumento de restauración de los ecosistemas y la historia ambiental. Desde el 2006 forma parte del Sistema Nacional de Investigadores con reconocimiento de Investigador Nivel I. Cuenta con diversas publicaciones en revistas arbitradas científicas internacionales, capítulos de libros y medios mexicanos de divulgación. En el año 2007 fue nombrada profesora asistente adjunta en el departamento de recursos naturales de la Universidad de Arizona. Antonina Ivanova es profesora-investigadora en el Departamento de Economía de la Universidad Autónoma de Baja California Sur y coordinadora del Centro de Estudios apec en la misma universidad. Desde marzo de 2007 es Secretaria del Consorcio Mexicano de los Centros de Estudios apec. Es Doctora en Economía por la unam y tiene maestría en Periodismo Económico por la Universidad de Economía Internacional de Sofía, Bulgaria, y por el Instituto de Integración Europea de Bruselas, Bélgica. En marzo de
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2007 terminó su Posdoctorado en Estudios de la Paz en la Universidad Bradford, Inglaterra. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores y sus intereses de investigación versan sobre la relación entre el libre comercio, turismo, medio ambiente y desarrollo sustentable, temas sobre cuales tiene varias publicaciones a nivel nacional e internacional, entre cuales siete libros y más de 60 artículos en revistas como Comercio Exterior, Global Economy y Journal of Social Science. Recientemente concluyó su participación como autora principal del capitulo “Cooperación internacional para mitigación del cambio climático” en el iv Informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (ippc) de la onu. Antonio Díaz de León Corral es Doctor (Ph.D) y Diplomado (dic) por el Centro de Tecnología Ambiental del Imperial College de Londres, Inglaterra, Maestro en Ciencias del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados Unidad Mérida (cinvestav), Diplomado en Estadística Aplicada por el Instituto de Investigación en Matemáticas Aplicadas y Sistemas (unam) y Oceanólogo de la Facultad de Ciencias Marinas de la Universidad Autónoma de Baja California en Ensenada. En la Administración Pública ha desempeñado diversos cargos, entre los mas recientes están, Director General de Política Ambiental e Integración Regional y Sectorial, semarnat; Presidente del Instituto Nacional de la Pesca, semarnap y Director de Impacto Ambiental, semarnap. Fue responsable del diseño y la conducción del proceso del Ordenamiento Ecológico Marino del Golfo de California. Aurora Breceda es Doctora en Ciencias, investigadora titular del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste. Es especialista en ecología vegetal, biología de la conservación y manejo de recursos naturales. Es autora de más de 30 publicaciones científicas y de divulgación, sus estudios se han presentados en múltiples foros nacionales e internacionales. Ha colaborado en la declaratoria y Programas de Manejo de tres Reservas de Biósfera y, es profesora en el Posgrado del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste y de la Universidad Autónoma de Baja California Sur. La conservación de los ecosistemas naturales, el desarrollo sustentable y el manejo de recursos naturales, han sido algunas de las motivaciones de su trabajo de investigación.
Sobre los autores
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Berenice Hernández Ramírez es Maestra en Ciencias por el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (cibnor). Es especialista en Planeación Estratégica Ambiental, específicamente en el desarrollo de indicadores de vulnerabilidad ambiental en islas y propuestas para su manejo y conservación. Actualmente es estudiante del Programa de Doctorado del mismo centro. Bernardo Murillo Amador es Ingeniero Agrónomo egresado de Universidad Autónoma de Baja California Sur; Maestro en Ciencias en Fitomejoramiento por la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro y Doctorado en Ciencias en el Uso, Manejo y Preservación de los Recursos Naturales por el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S.C., donde labora como Investigador Titular. Es profesor del Posgrado del cibnor y de la Universidad Autónoma de Baja California Sur. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (Nivel ii). Autor de 70 artículos científicos con arbitraje. Autor o coautor de más de 12 libros y 14 capítulos de libro. Interés en fitomejoramiento, estadística y agricultura sostenible en zonas áridas. Correo-e:
[email protected]. Carlos Villavicencio Garayzar es Doctor en Ciencias Biológicas con especialidad en Ecología Acuática y Pesca por la Universidad Autónoma de Nuevo León. Es profesor investigador de la Universidad Autónoma de Baja California Sur con una antigüedad de 25 años. Ha producido 32 artículos y capítulos de libros de su especialidad. Ha dirigido 20 tesis de licenciatura, tres de maestría y una de doctorado. Ha colaborado como asesor de las comisiones de Pesca y de Medio Ambiente de las Cámaras de Diputado y Senadores. Carmina Valiente es licenciada en historia por la Universidad Autónoma de Baja California Sur. Su tesis, Surgimiento y evolución del discurso ambientalista de la Organización de Naciones Unidas, 1945 a 1992: Perspectivas, prioridades y aplicaciones, recibió mención honorífica. Ha colaborado en proyectos orientados a difundir el patrimonio natural en el estado de Baja California Sur, publicado algunos artículos y realizado trabajos de guión y filmación para la televisión local, becada por covyde, A.C. Su interés como investigadora social está centrado en tópicos sobre el sistema alimentario, la
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salud, la marginación social, los movimientos sociales, las políticas ambientales y de desarrollo sustentable. Christophe Grenier, después de haber estudiado historia, economía y geografía en la Universidad de Jussieu y en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales en París, obtuvo su doctorado en la Universidad de París La Sorbonne en 1996 y es profesor-investigador de geografía en la Universidad de Nantes desde 1997. Sus temas de investigación son: teoría y práctica de la conservación, globalización, turismo, migraciones, desarrollo sustentable y epistemología. Sus campos de investigación están en Galápagos, Isla de Pascua, Costa Rica y Madagascar. Ganó varios premios científicos en Francia y obtuvo becas del Centro Nacional de Investigación Científica (cnrs) y del Instituto de Investigación por el Desarrollo (ird) para largas estadías en Galápagos (1992-1994) y Madagascar (2002-2004). Entre varias publicaciones en francés, español e inglés sobre esos temas y campos de investigación, sobresalen Conservación contra natura. Las islas Galápagos, libro editado en 2007 por Corporación Editorial Nacional e Instituto Francés de Estudios Andinos (ifea) en Quito, Ecuador. Daniela Pedroza Páez es Bióloga por la Universidad Nacional Autónoma de México, donde obtuvo la Medalla Gabino Barreda, otorgada al promedio más alto en cada generación. Es Maestra en Planeación y Administración Ambiental por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Ciudad de México. Ha sido consultora ambiental independiente y desde 2003 es Subdirectora de Coordinación Intrasectorial para el Diseño de Políticas Ambientales en la semarnat desde donde colaboró en el diseño y coordinación del proceso que culminó con el decreto del Programa de Ordenamiento Ecológico Marino del Golfo de California. David Carruthers es Profesor Asociado de Ciencias Políticas y Estudios Latinoamericanos en la Universidad Estatal de California, San Diego. Recibió su doctorado en ciencias políticas en la Universidad de Oregon (Estados Unidos) en 1995. Especialista en la política comparativa y relaciones internacionales, su enfoque de investigación ha sido la política ambiental, especialmente en México y América Latina. Sus intereses incluyen las relaciones
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internacionales interamericanas, la economía política del medioambiente (comercio, globalización, desarrollo sustentable), la agricultura y la política del campo, los movimientos sociales y las ong, y la justicia ambiental. Es editor del libro Environmental Justice in Latin America (mit Press, en prensa), y ha publicado en Environmental Politics, Human Organization, Society and Natural Resources, Third World Quarterly, entre otras revistas académicas y colecciones editadas. Dennis Nohemí de La Toba es Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Occidente, Campus Guasave, Sinaloa. Actualmente cursa la Maestría en Educación Ambiental en la Universidad de Guadalajara. Fue Coordinadora de Capacitación en el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos “inea” en Cd. Constitución, B.C.S. Jefa del Departamento de Comunicación y Difusión en el Instituto Tecnológico Superior de Cd. Constitución, B.C.S. Jefa del Departamento de Comunicación Social en la Delegación Federal de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales en el estado de Baja California Sur. Actualmente es Jefa del Departamento de Educación Ambiental en la misma Delegación Federal. Ha trabajado en medios de comunicación masivos como prensa y radio, de este último produce y conduce el programa de radio “Cielo, Mar y Tierra” que se transmite por la xebcs. Coordinadora y editora de material sobre educación ambiental en el estado, entre los cuales están: Plan Estatal de Educación, Capacitación y Comunicación Ambiental para el Desarrollo Sustentable de Baja California Sur y del Manual de Manejo de Residuos Sólidos en Baja California Sur. Ha coordinado e impartido cursos de capacitación en educación ambiental dirigidos a docentes. Asimismo ha participado y asistido a diversos cursos sobre educación ambiental a nivel nacional. Diplomada en Gobernabilidad y Gestión Ambiental, y en Desarrollo Profesional Administrativo. Ha impartido y organizado diversos eventos y talleres sobre educación y conservación ambiental en el estado de Baja California Sur. Enrique Troyo Diéguez es Ingeniero Agrónomo del itesm, Unidad Noroeste, Cd. Obregón, México. Maestro en Ciencias Esp. en Uso y Conservación del Agua y Suelo, por el Instituto Tecnol. de Monterrey, México. Dr. en Ciencias (Ecología Agrícola) por la Universidad Nacional Autónoma de México,
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Méx. Es revisor de proyectos del conacyt, miembro del Sistema Nacional de Investigadores (Nivel ii) y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias. Investigador Titular en el cibnor, S.C., 23 años en investigación. Autor de 80 artículos científicos con arbitraje. Autor o coautor de más de 12 libros y 15 capítulos de libro. Interés en la conservación y uso sostenible del agua y suelo, en hidrología y en agroecología de zonas áridas. Correo-e: etroyo04@ cibnor.mx. Germán Ponce Díaz es Biólogo Marino con Maestría en Ciencias Pesqueras y Doctorado en Ciencias Marinas por el Instituto Politécnico Nacional. Ha desarrollado actividad académica en el cibnor y el cicimar-ipn. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores en el Nivel I. Ha trabajado en el ámbito legislativo como Secretario Técnico de la Comisión de Pesca del Senado de la República y también como asesor parlamentario en la Comisión de Pesca en diversas legislaturas en la H. Cámara de Diputados. También fungió como subdelegado de Pesca en Baja California Sur y actualmente desempeña labores de docencia e investigación en temas de análisis de pesquerías, bioeconomía y dimensión humana en pesquerías. Gustavo Mercado Mancera es Ingeniero Agrícola, con estudios de Maestría en el Uso, Manejo y Preservación de los Recursos Naturales y actualmente cursando el Doctorado en el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S.C. en La Paz, B.C.S., con el proyecto Desertificación de Cuencas Agrícolas en Baja California Sur. Profesor Definitivo de Tiempo Completo en el Departamento de Ciencias Agrícolas de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, unam. Profesor de la carrera de Ingeniería Agrícola, en el área de Climatología Agrícola. Ha impartido los cursos de Agrometeorología, Agricultura de Zonas Templadas y Agricultura de Zonas Áridas. Ha sido Coordinador de la Carrera de Ingeniería Agrícola y fungido como Evaluador de Proyectos ante la anuies. Ha dirigido tesis de Licenciatura y Maestría, así como editado material de divulgación y un Manual de Prácticas en la unam. Presentado diversas ponencias en Congresos Nacionales e Internacionales. Ganador de concurso de video científico en la unam en 1999. Ha recibido distinciones como la Mención Honorífica en su examen profesional y en el Programa Jóvenes hacia la Investigación en la unam. Organizador de Con-
Sobre los autores
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gresos y Simposios nacionales. Es instructor nacional del programa globe que coordina la semarnat. Secretario de la Comisión Estatal de Educación Ambiental en Baja California Sur. Jesús Zariñán. Estudió Sociología en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la unam. Ha desempeñado diversos cargos dentro de la Administración Pública Federal en dependencias como la sedesol, la entonces semarnap y la sagarpa. Actualmente se desempeña como consultor independiente. José Juan Pérez Navarro es Biólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México campus Iztacala en 1995. Obtuvo el grado de Maestro en Ciencias (en el uso, manejo y preservación de los recursos naturales) en el 2001 por parte del Programa de Posgrado del cibnor. Ha sido autor y co-autor en 14 trabajos presentados en simposia y congresos; ha publicado 4 artículos de investigación como co-autor en revistas internacionales, dos en revista nacional con arbitraje, y es co-autor en 2 capítulos de libros. Ha participado en más de 20 estudios ambientales (Manifestaciones de Impacto Ambiental, estudios ecológicos especiales, estudios técnicos justificativos, etc.) y colaborado en 13 proyectos de investigación y ha dirigido 3. Desde 1994 se integró al equipo de trabajo del Herbario hcib, del que ha manejado de la colección, como responsable del Laboratorio de Botánica, y Responsable del Área de Laboratorios Ecológicos y Colecciones adscritos a la Dirección de Apoyo Técnico del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste en La Paz, Baja California Sur. Su área de especialidad es Florística y taxonomía vegetal con interés sobre Anacardiaceae (Cyrtocarpa y Pachycormus) y Burseraceae de Baja California. José Luis García Hernández es Doctor en Ciencias en el Uso, Manejo y Preservación de los Recursos Naturales, egresado del Centro de Instigaciones Biológicas del Noroeste; Maestro en Ciencias en Producción Agronómica, egresado de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro. Ingeniero Agrónomo Fitotecnista, egresado de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro. Investigador Nacional Nivel I. Autor de 55 artículos científicos con arbitraje. Autor o coautor de más de 10 libros y 10 capítulos de libro.
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Interés en entomología agropecuaria, control biológico y natural de plagas y en el balance nutrimental en plantas y comunidades vegetales. Correo-e:
[email protected]. José Osvaldo Torres es Maestro en Estudios Sociales y Humanísticos de Frontera por la Universidad Autónoma de Baja California Sur, con licenciatura en ciencia política por la Universidad Autónoma Metropolita Unidad Iztapalapa (uam-i). Ambos trabajos de tesis estuvieron orientados al estudio de movimientos sociales, en fundamentalismos y movimiento verde, respectivamente. Ha participado con artículos en la revista Matices en el D.F. y Alternativa de Baja California Sur, además de artículos de opinión en el periódico El Sudcaliforniano. Actualmente imparte clases en la Universidad de la Ciudad de México en la unidad Santa María la Rivera. José Urciaga García es Licenciado en Economía, Maestro en Economía del Desarrollo por la Universidad Autónoma Chapingo, Magíster en Economía aplicada y Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Autónoma de Barcelona, Profesor Investigador desde 1985 en el Departamento de Economía de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, Miembro del Núcleo Básico del Posgrado en Ciencias Marinas y Costeras de la uabcs, autor de diversas publicaciones en el área de desarrollo, medio ambiente, econometría aplicada y economía laboral. Sus intereses de investigación actual se encuentran en el área de economía de la conservación. Miembro del sni, Nivel ii. Juan Salvador Aceves. Residente de la ciudad de La Paz desde 1995. Realizó estudios de Licenciatura en Historia de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, obteniendo el grado con la tesis Historia de las Áreas Naturales Protegidas de Baja California Sur 1960-2003 en abril del 2003. Ha participado en diversos proyectos de investigación con la Doctora Micheline Cariño desde el año 2000 y como consultor ambiental para diferentes proyectos, empresas locales e instituciones públicas como la conanp. Actualmente es asistente de conservación marina en la Sociedad de Historia Natural Niparajá A.C. realizando proyectos de desarrollo comunitario con comunidades pesqueras en el norte de la Bahía de La Paz.
Sobre los autores
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Liliana Gutiérrez Mariscal es Bióloga por la Universidad Nacional Autónoma de México. Es Maestra en Ciencias por la State University of New York y Maestra en Administración Pública por la Maxwell School of Citizenship and Public Affairs, Syracuse University. Como técnico en el Instituto de Ecología de la unam colaboró en proyectos de conservación y manejo de recursos naturales en el Distrito Federal, Michoacán, Guerrero y Oaxaca. De 2002 a 2007 fue Directora de Políticas Ambientales de la semarnat desde donde coordinó y diseñó el proceso que culminó con el decreto del Programa de Ordenamiento Ecológico Marino del Golfo de California. María José Solares Millán es Bióloga y Maestra en Ciencias por la Universidad Nacional Autónoma de México. Como técnico en el Instituto de Ecología de la unam colaboró en proyectos de conservación y manejo de recursos naturales en el Distrito Federal, Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Chihuahua, Sonora y Baja California. De 2002 a 2007 fue Subdirectora de Coordinación Intersectorial para el Diseño de Políticas Ambientales de la semarnat desde donde colaboró en el diseño y coordinación del proceso que culminó con el decreto del Programa de Ordenamiento Ecológico Marino del Golfo de California. Mario Monteforte es Investigador Titular del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S.C. (cibnor) en La Paz, B.C.S. desde 1985. Oceanólogo por la Escuela Superior de Ciencias Marinas, Universidad Autónoma de Baja California, con especialidad en Oceanografía Biológica. Maestría en Oceanografía Biológica (Diplôme d’Études Approfondies) en la Facultad de Oceanografía de la Universidad de París 6. Doctorado de Tercer Ciclo en Oceanografía Biológica en la misma universidad. Doctorado en Ecología Marina por la École Pratique de Hautes Études de París, en el Centre de l’Environement de Opunohu, Moorea, Polinesia Francesa. Doctorado en Ciencias Biológicas por la Universidad de La Habana, Cuba. Su principal línea de investigación se centra en el desarrollo científico y tecnológico del cultivo de ostras perleras y la perlicultura. Ha realizado varios estudios de planeación del desarrollo regional sobre la operación de granjas perleras en La Paz, Ensenada (perlicultura en abulón), Acapulco, Guatemala, Costa Rica,
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Panamá y Ecuador. Ha participado en estudios de impacto en la costa marina de Tahití, Moorea y otros atolones Polinesia Francesa, así como en Baja California Sur. Coautor del “Plan de Developement Touristic pour le Lac Vahiria, Tahiti”. Es autor o coautor de 65 artículos indexados, 5 capítulos en libros, 3 libros, y de un centenar de resúmenes en memorias de congresos nacionales e internacionales. Ha dirigido 14 proyectos nacionales y 5 internacionales. Desde 2003 se ha dedicado al estudio del desarrollo sustentable en torno a la acuacultura en Bahía de La Paz. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Micheline Cariño tiene una doble formación profesional, obtuvo sus licenciaturas y maestrías en historia y en planeación del desarrollo en Francia en la Universidad de París vii, Jussieu. En 1998 obtuvo el Doctorado en Historia de las Civilizaciones en la École des Hautes Études en Sciences Sociales, en la misma ciudad. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores desde 1992, actualmente es Investigador Nacional Nivel ii. Ha dirigido varios proyectos de investigación sobre dos líneas de investigación principales: las relaciones sociedad/naturaleza y la conservación en Baja California Sur y la región del Golfo de California y la historia mundial y regional de la pesca, el cultivo y el comercio del nácar y las perlas. Estos proyectos han sido financiados por conacyt, fonca, uabcs, e International Community Fundation. Se desempeña como profesora-investigadora de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (uabcs), en La Paz, desde 1989, donde imparte clases a estudiantes de licenciatura y posgrado. También ha impartido clases en posgrado en universidades de otros estados, en el Colegio de México y en los años 2006-2007 en el Center for Latin American Studies de San Diego State University (sdsu), California (Estados Unidos). Es miembro fundador de la Sociedad Latinoamericana y Caribeña de Historia Ambiental. Ha colaborado con el gobierno del estado y con el municipio de La Paz, así como con varias ong en procesos de planeación, conservación y desarrollo. En 1995 fue ganadora del vi Concurso de investigadores de B.C.S., por lo que obtuvo la “Medalla al mérito, Prof. Domingo Carballo Félix”, con el libro Análisis histórico de las relaciones hombre/naturaleza en Sudcalifornia, 1500-1940 y la investigación que sustentó esa obra, el mismo año le confirió ganar la Mención Honorífica del Jurado “Premios inah 1994. Francisco Javier Cla-
Sobre los autores
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vijero”, inah-conaculta. Es autora y/o editora de 7 libros y de más de 80 artículos. Miguel Ángel Hernández Vicent obtuvo la Licenciatura en Economía en el Instituto Tecnológico Autónomo de México; Maestría en Economía en la Universidad de Kent en Canterbury, Inglaterra; Máster en Conservación y Gestión del Medio Natural en la Universidad Internacional de Andalucía. Profesor investigador desde 1983 en el Departamento de Economía de la Universidad Autónoma de Baja California Sur; Profesor de la Maestría en Economía del Medio Ambiente y Recursos Naturales de dicha Universidad; autor de diversas publicaciones en temas relacionados con teoría económica, planificación ambiental y desarrollo sustentable. Miguel Ángel Vargas colabora con la Dirección Regional de Pronatura Noroeste como Director Adjunto con base en la ciudad de Ensenada, Baja California. Es oceanólogo con especialización en Administración de Recursos Marinos y su experiencia en el sector ambiental incluye actividades de Asesor Ambiental, Proyectos de inversión en el sector pesquero, Estudios Regionales, Asesor en Educación Ambiental, y Coordinador de proyectos de conservación. Ingresó a Pronatura en el 2001 para dar inicio en la región noroeste a uno de los programas más exitosos de esta organización: el Programa Nacional de Conservación de Tierras Privadas. Ha trabajado con propietarios de tierras y comunidades para proteger los ecosistemas prioritarios de la región a través de una serie de mecanismos legales, sociales y financieros. Sus principales logros incluyen la coordinación de los procesos para establecer la primera servidumbre ecológica binacional en Tecate, Baja California, la primera cadena de servidumbres ecológicas costeras en Bahía de Los Ángeles, Baja California, y la servidumbre ecológica costera más grande en la Costa del Pacífico (Laguna San Ignacio, Baja California Sur). En los últimos años ha coordinado y dirigido los esfuerzos de la Alianza para la Conservación de la Laguna San Ignacio cuya iniciativa es promover la participación de los actores locales, regionales e internacionales para garantizar al largo plazo la protección de este hábitat reproductivo de la ballena gris y refugio de miles de aves acuáticas migratorias de importancia para Norteamérica.
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Ninfa Leticia Cordero Sauceda es originaria de Chihuahua, Chih., realizó estudios de licenciatura en Psicología, en la Universidad Nacional Autónoma de México (unam). Desde el inicio del desempeño profesional se ha dedicado al diseño, acompañamiento y evaluación de estrategias para formar actores institucionales y comunitarios involucrados en procesos educativos y de desarrollo en regiones rurales, indígenas y urbanas marginadas de todo el país. Vive en Baja California Sur desde 1995, donde ha impulsado procesos de participación y organización social construyendo y refuncionalizando espacios para influir en la decisión de actividades económicas, medidas regulatorias y proyectos de desarrollo que correspondan a los intereses comunitarios y favoreciendo su acceder a los recursos que requieren para lograrlos. Los cargos que ha ocupado en instituciones del gobierno federal (Subdelegada de Desarrollo Social y Representante Estatal del Fondo Nacional para Empresas Sociales, de la Secretaría de Desarrollo Social; Subdelegada de Pesca en la semarnat y en la sagarpa) le dieron oportunidad de un ejercicio profesional vinculado con los procesos señalados. Actualmente se desempeña como consultora apoyando los mismos procesos de acompañamiento a grupos comunitarios residentes en oasis y áreas naturales protegidas del estado. Óscar Arizpe Covarrubias es Profesor-Investigador de tiempo completo en la uabcs desde 1980 y actualmente jefe del Lab. de Ecología de Sistemas Costeros. Tiene estudios de Licenciatura en Biología y de posgrado (maestría, doctorado y posdoctorado) en Ecología. Las primeras investigaciones y artículos publicados fueron sobre dinámica de poblaciones de organismos sujetos a pesca y acuacultura. Los últimos quince años ha trabajado y publicado en estudios interdisciplinarios de manejo integrado de zonas costeras, ordenamiento ecológico y análisis de prospectiva, objeto del nombramiento actual en el sni. Rafael Cervantes Duarte es Doctor en Ecología Marina por el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (cicese). Es autor o co-autor de 25 artículos de investigación, y ha dirigido 12 tesis de posgrado en el área de Oceanología. Actualmente es investigador titular y director del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (cicimar-ipn).
Sobre los autores
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Ricardo Rodríguez Estrella es Doctor en Ciencias, con especialidad en ecología animal, miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel ii. Labora en el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste. Ha dirigido 14 tesis de Licenciatura, 5 de Maestría y 4 de Doctorado. Sus líneas de investigación son: patrones de distribución y abundancia de especies y factores condicionantes; interacción planta-animal; restauración ecológica; conservación de especies endémicas y en riesgo; ornitología; Biología de la Conservación; efectos de actividad humana en poblaciones pequeñas, en especies amenazadas y en peligro de extinción; estudios en áreas fragmentadas y humanizadas; modelación espacial para determinación de áreas relevantes para la conservación y ordenamiento ecológico territorial. Tiene más de 50 publicaciones. Salvador Lluch Cota es Biólogo Marino egresado de la uabcs (1992), Maestro en Ciencias por el cibnor-ipn (1995), y Dr. en Ciencias por el cibnor (2000), donde labora como investigador titular, dentro del programa de Ecología Pesquera. Su trabajo se ha centrado en el análisis de la variabilidad climática y sus efectos en recursos marinos. Cuenta con publicaciones nacionales e internacionales en revistas de prestigio, libros editados, conferencias invitadas en foros internacionales, participa en comités editoriales de revistas internacionales, comités científicos internacionales en materia de cambio climático, y sirve como presidente de la Sociedad Mexicana de Pesquerías y Capítulo Mexicano de la Sociedad Americana de Pesquerías. Actualmente es coordinador por México en un proyecto internacional del programa de Biocomplejidad de la nfs sobre ligas entre procesos biofísicos y socioeconómicos en pesquerías ribereñas de Baja California y responsable de un proyecto interinstitucional sobre Vulnerabilidad del Golfo de California ante el Cambio Climático. Sara Cecilia Díaz Castro es Licenciada en Biología Marina por la uabcs; Maestría en Ciencias con especialidad en Ecología en la Facultad de Ciencias de la unam. Doctorado en Ciencias con especialidad en Ecología en el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, cibnor. Ha dirigido una tesis de Maestría y se encuentra dirigiendo dos de Doctorado. Participó en 3 cursos de posgrado desde 1999. Ha realizado 8 estancias de investigación
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en el extranjero. Es autor o coautor de 17 artículos de investigación original publicados en revistas internacionales y nacionales; 3 artículos de divulgación; y 8 capítulos de libro. Ha participado en 31 presentaciones de trabajos en congresos o reuniones. Actualmente es investigador titular del cibnor donde labora desde 1989 y miembro del sin nivel I. Vicente Arriaga Martínez es Biólogo y Maestro en Ciencias por la Universidad Nacional Autónoma de México. En la Administración Pública ha desempeñado diversos cargos, entre los mas recientes están, Director de Ordenamiento Ecológico, semarnat; Director General del Programa Nacional de Reforestación, semarnap; Director de Restauración de Suelos, semarnap y Coordinador Nacional del Programa Bosque Modelo. Fue Premio Nacional de Ecología otorgado por la sedue al proyecto Aprovechamiento y Manejo de los Recursos Naturales Renovables en la Región de la Montaña de Guerrero, representante de México en la Vigésima Reunión de la Comisión Forestal de América del Norte. St. Andrews, New Bronswick, Canadá y Presidente de la Junta de Gobierno del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, semarnat. Yolanda Maya Delgado es especialista en Suelos. Líneas de investigación: Conservación de Suelos, Cartografía de Suelos, Clasificación de Suelos y Microbiología de Suelos. Bióloga egresada de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del ipn. Maestra y Doctora en Ciencias por la Facultad de Ciencias de la unam. Investigadora y docente del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S.C. Ha colaborado en múltiples proyectos de vinculación académica con agencias federales y con el sector productivo del estado de Baja California Sur y de varias localidades del Noroeste de México. Es autora y coautora de varios artículos en revistas indexadas y del padrón de excelencia de conacyt, así como de varios capítulos de libro. Investigadora Nacional del Sistema Nacional de Investigadores del conacyt.