SECCIÓN DE OBRAS DE FILOSOFÍA
CLAVIS UNIVERSALlS
Traducción de EsTIIER COHEN
PAOLO ROSSI
CLAVIS UNlVERSALIS *
El arte de la memoriá,y la lógica combinatoria de Lulioa Leibriiz
ii;.,·
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FONDO DE CULTURAECONÓMICA MÉXICO
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Primera edición en italiano, Primera edición en español,
1983 1989
PREF ACIO A LA SEGUNDA EDICIÓN
Título original: Clavis Universalis. Arti della memoria e logica combinaJoria da Lullo a Leibniz © 1983, Societa editrice iI Mulino, Bologna
ISBN 88'15-00046-1
D. R. © 1989, FONDO DE CUL:".'~E<;,o-",ÓMICA, S. A. DE C. V. Av. de la Universidad, 975; 03100 México, D. F.
ISBN %8-16-3095-5 Impreso en México
l. Las artes de la memoria y la lógica combinatoria pertenecen, sin duda alguna, a la categoría de los fósiles intelectuales. J,.a combinatoria desapareció definitivamente en la segunda mitad del siglo XVII, destruida y a su vez transfigurada por el gran discurso de Leibniz. El arte de la memoria, "inventado" por Simónides de Ceos, va a confluir en las enciclopedias, en las clasificaciones y en' los métodos del siglo XVII y desaparece casi por completo como técnica separada. Incluso hoy, sobrevive como taren las páginas publicitarias de algunas revistas semanales o en las novelas policiacas de la editorial Mondadori, donde reaparecen (a veces con términos idénticos a los utilizados hace cuatro o cinco siglos) las mismas sorprendentes promesas contenidas en los textos de ars memorativa escritos en los siglos xv y XVI. La historia siempre está llena de sorpresas. Harry Loraine, quien se autodefinió en 1965 como "la memoria más fenomenal del siglo", presume también de tener en los Estados Unidos 250000 lectores a los que ha' enseñado a "alimentar la mente con cosas, hechos, rostros y nombres esculpidos en forma de imágenes precisas". Uno de los mayores estudiosos .del cerebro en nuestro tiempo, el soviético A. R. Luria, que no ha oído nunca hablar ni del ars memÓrativa clásica ni de los estudios acerca de ésta, publicó en 1968un libro, The Mind 01 a Mnemonist, donde describe un caso contemporáneo de capacidad memorativa fantástica basada (como lo ha destacado F. A. Yates) en los principios clásicos de la mnemotecnia . .Asimismo, el estudio de los fósiles, como es sabido, puede enseñamos muchas cosas. No sólo acerca del pasado. También acerca de las razones por las cuales se han extinguido ideas que en un tiempo fueron vitales, así como sobre las características del presente que lleva el pasado dentro de sí mismo sin reconocerlo siquiera como propio. Dado que a menudo se prefiere hacer alarde de orígenes más nobles que los reales, uno no se limita, de ordinario, a la falta de reconocimiento. Se construyen genealogías imaginativas y se eliminan de la galería de los antepasados los retratos de lós personajes que han tenido un comportamiento inconveniente por frecuentar la poco recomendable compañía de magos, cabalistas, pansofistas, constructores de teatros del mundo y de alfabetos secretos y universales. A los doctos, que consideran que su saber es "antiguo como el mundo", no se les escaparon en este siglo ni los historiadores de la lógica ni los de la ciencia.. Si establecemos inmediatas relaciones entre la característica de Leibniz y lá lógica 7
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clásica o la del medievo tardío o entre las clasificaciones de Plinio y las de linneo, podremos suprimir una serie de presencias embarazosas, y será posible moverse a lo largo de una cadena que al recorrerla no se encuentren jamás ni especies extinguidas ni esqueletos en el armario. Reducido a una especie de mesa redonda entre profesores de lógica formal o de zoología, el pasado sólo sirve para confirmar la verdad del presente y se configura así como una reservadentro de la cual es de sobra fácil ir a la caza de "ejemplos": de este modo, el pasado pierde. toda pertinencia y todo espesor teórico. La realidad no pone obstáculos a la omnipotencia de la epistemología, el diálogo se convierte en algo sencillo y fácil. Jamás surge lo nuevo. Se afirma una forma de continuidad historiográfica que no se basa en una filosofía de la historia, sino en la presunta existencia, desde siempre, de una comunidad imaginaria de "especialistas" inexistentes. 2. En su libro sobre el arte de la memoria, Frances A. Yates ha llamado la atención sobre dos puntos que me parece útil subrayar. El primero se refiere a la importancia vital que tienen las artes, las ayudas o las técnicas de la memoria en el mundo antiguo, carente de prensa o de la posibilidad de disponer de papel para tomar apuntes o para escribir' en máquina oraciones, lecciones y conferencias. En la "visión interior" y en la "memorización visual" que permitía pasar de la visión de los lugares y de las imágenes a las palabras, Yates se inclinaba a ver algo "misterioso", casi una "facultad" muy presente en una época ahora irremediablemente perdida. Como a veces sucedía, Yates tal vez se inclinaba en exceso, también en este caso, por una vertiente "ocultista" o "jungiana". Pero sin duda alguna,' después de la desaparición entre los' siglos XVIIy XVIIIdel a'rte de la memoria como técnica separada, se ha venido dando en épocas más recientes (y no siempre con efectos positivos) mi progresivo debilitamiento de la memorización en la formación cultural y de la cultura. Cabe agregar también que entre finales de los años sesenta y la mitad de los años setenta de nuestro siglo se llegó incluso a teorizar acerca de la necesaria contraposición entre memoria y cultura y el carácter nocivo, dañino, represivo de toda o de cualquier forma de aprendizaje mnemotécnico.
~ dad" histórica punto del discu~o qU1subraya sobre las Yates artes se refiere de la memoria. a la "marginaliDescuiEl segundo dado, porque "no pertenece a nadie", éste se revela, en cambio, como un "problema que pertenece a todos": la historia de la organización de la memoria "toca puntos vitales de la historia de la religión y la ética, la filosofía y la psicología, el arte y la literatura y, en fin, el método científico". Estas observaciones de Yates tienen un alcance general y pueden abarcar fácilmente desde el arte de la memoria hasta todo el
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complejo de temas tratados en este libro. Bastará hacer referencia (tomando en consideración sólo aquellos estudios publicados después de la primera edición de este libro) a un único aspecto: el de las lenguas universales o artificiales del siglo XVII.En relación con este problema, estudiosos de la historia de la lingliística, de la historia de la filosofía y de la historia de las ciencias han trabajado sin preocuparse por conocer recíprocamente sus investigaciones. Madaleine David, quien ha aportado una contribución muy notable al estudio del problema de la escritura en los siglos XVII y XVIII (Le débat sur les écritures et l'hiéroglyphe aUXVIle et XVIlle siecles, París, Sevpen, 1965), simula pensar que Giambattista Vico no existió jamás y recuerda sólo casualmente .(¿quizá porque tenía la profesión de "pedagogo"?) el nombre de Ju~n Amós Comenio, que tuvo influencia determinante en el tipo de discusiones que ella ha estudiado con tanto esmero. Paul Cornelius, quien ha escrito un buen libro acerca de las lenguas artificiales que aparecen en la literatura sobre viajes imaginarios (Languages in Seventeenth and Eighteenth·Century lmaginary Voyages, Ginebra, 1965), trabaja como si no hubieran sido publicados jamás los estudios de F. Yates sobre lulismo y sobre el arte de la memoria, y que sin embargo tienen gran pertinencia en relación con el objeto de su investigación. J. R. Knowlson ("The Idea of Gesture as a Universal Language", en Joumal of the History of Ideas, 1965, núm. 4) destaca del todo el tratamiento que la bibliografía hace de los gestos utilizados en el lenguaje de los sordomudos de todo el contexto de problemas relacionados con los notae o con los "caracteres reales". M. P. Crosland ha escrito un libro muy útil sobre el lenguaje de la química (Historical Studies in the Language of Chemistry, Londres, Heinemann Educational Boo.ks, 1962), en el cual la crónica de una serie de controversias entre' alquimistas y químicos sustituye el análisis de problemas "lingliísticos" frente a los cuales, esos químicos, po.r el hecho de estar vinculados con investigaciones de filosofía natural, no podían sentirse ni ajenos ni indiferentes. Todos los que tienen mínimo.conocimiento de los textos de Bacon y de Vico saben que las discusiones sobre el lenguaje gestual y simbólico, durante todo el siglo XVIIy buena parte del xVIII,están firmemente relacionadas con la discusión acerca de los jeroglifos entendidos como forma de escritura capaz de expresar directamen~ te (sin la mediación del alfabeto o de las palabras) las nociones y las cosas.El mejor libro sobre el argumento es el de Eriklversen, quien es egiptólogo ilustre (The Myth of Egypt and Its Hieroglyphs in the European Tradition, Copenhague, 1961). Sin embargo, Iversen ha excluido con cuidado de su trabajo a· t9dos ..los autores no calificados como "egiptólogos", es decir, que no se han ocupado
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explícita y ampliamente en la civilización y los modos de vida de los antiguos egipcios. De esta manera quedan eliminados del libro no sólo Dena Porta y Wilkins sino también Bacon y Vico. Planteamientos centrales como los de Warburton son incomprensibles por completo fuera de una discusión sobre el lenguaje que, én los siglos XVII y XVIII, no se estaba desarrollando ciertamente para preparar el terreno a los futuros descubrimientos de Champolion o para edificación de los profesores de egiptología del siglo xx. En una situación como ésta no deberá sorprendemos que un linguista como Noam Chomsky (en Cartesian Linguistics: a Chapter in the Histary af Ratianalist Thaught, Nueva York, Harper & Row, 1966), a pesar de que reivindica la grandeza de la linguística anterior al siglo XIX, se remita, en el caso de las lenguas universales, solamente al trabajo de Couturat y Leau y se muestre totalmente ignorante en relación con las dos docenas de trabajos más o menos que sobre este tema fueron publicados después de 1903. 3. En los últimos años, también la brillante inteligencia de Michel Foucault se ha ocupado en las lenguas artificiales o universales. El discurso es, en este caso, diferente, ya que no refleja más los daños derivados de la sectorialización de los estudios o del desinterés por la historia de las ideas. La historiografía de Foucault, que ha sido definida de manera brillante y exacta como estacástica, se elabora sobre la base de tres cánones considerados inviolables: 1) la desinformación acerca de los autores y los textos que son objeto de análisis específico debe ser muy profunda; 2) la desinformación acerca de los estudios publicados en cualquier idioma que no sea el francés acerca de esos autores o esos textos debe ser total, y 3) los textos deben tomarse sÓlo y exclusivamente como puntos de arranque u ocasiones para "las grandes interpretaciones generales" de las cuales (a propÓsito de Foucault) hablaba irónicamente incluso Lévi-Strauss. En relación con el siglo XVII y el XVIII, la tesis que Foucault propone en Les mats et les chases (París, Gallimard, 1966) puede resumirse en pocas palabras: en aquella épbca; la historia natural no se ligaba con la filasafía de la vida, sino con la teoría de las palabras. Por lo tanto, "la teoría de la historia natural no puede disociarse de la teoría del lenguaje". Es difícil no estar de acuerdo y, teniendo presente lo que se ha dicho en el parágrafo anterior, debemos reconocer a Foucault el mérito de haber afirmado enétgiéamente la necesidad de una conexión y la insensatez de una distinción entre conocimientos que adquieren -autonomía en épocas históricas posteriores. Pero, dicho de esta manera, el caso sería verdaderamente demasiado sencillo. Debe existir lo maravilloso. A los ojos de Foucault, esto consiste en las misteriosas y fascinantes simetrías y correspondencias que se revelan en esa época entre las
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teorías de la historia natural y las teorías del lenguaje. Para Foucault no existió entre estos dos territorios o ámbitos del conocimiento ninguna "comunicación de conceptos", ningún "intercambio de métodos", ninguna "transferencia de modelos". Entonces, ¿cómo se explica esa cercanía? Foucault no tiene dudas. Con el entusiasmo de un secuaz de la numerología del siglo XVII, recurre de inmediato a identidades estructurales y a correspondencias secretas. Éstas se llevan a cabo sobre la base" de un a priari histórico que ... , en una época determinada, recorta en la experiencia un campo de saber posible y define el modo de ser de los objetos que allí aparecen" (ibidem, pp. 171, 174). Foucault (al igual que Kepler reprochaba una vez a Fludd) "en_ cuentra placer en las cosas envueltas en la oscuridad" y considera trivial, sin duda alguna, todo intento de aclaradas por vía empírica. Entre sus brillantes intuiciones (que a menudo son repeticiones de afirmaciones de Bachelard) y el trabajo de los historiadores de las ideas (con los que él polemiza constantemente), existe quizá la misma diferencia que media entre escribir poesías inmortales y catalogar (como lo hacía John Ray) las plantas de Escocia. Sin embargo, debe observarse que su recurso al a priari histórico es, en el caso específico, totalmente gratuito. De hecho, Foucault no sabe que el Character prO' natitia linguarum universalis (Francfort, 1661) fue escrito por un profesor de medicina del que Stahl afirmaba haber derivado la idea del flogisto; no sabe que Becher publicó un libro llamado Schema materialum pro labarataria partabili, sive Tripus hermeticus fatidicus pandens oracula chym~a (Francfort,.1689) y que, en su simbología alquímica, él, coma en !iU tearía del lenguaje, identifica las características de los símbolos con las de los objetos simbolizados. En muchas ocasiones, Foucault recuerda los textos "lingliísticos" de John Wilkins y los textos "botánicos" de John Ray y no sabe que detrás de aquella correspondencia de estructuras existe una "comunicación de conceptos" empírica y un "intercambio de métodos" registrable. Vale la pena hacer referencia a la opinión de Sartre sobre este tipo de trabajo: "con el fin de demostrar la imposibilidad de una reflexión teórica", Foucault "sustituye el cinematógrafo por una linterna mágica y el movimiento por una serie sucesiva de inmovilidades" ("L'Arc", 30 de octubre de 1966).
De manera extraña, en la patria de Louis Couturat, lenguas universales y memoria gozan de un singular infortunio. El Ensayo sobre las jeroglíficas egipcios de William Warburton ha servido a Jacques Derridá para indagar acerca de sus "velos" (que mostrarían una "sorprendente apertura a la lógica del materialismo"). La entrada "memoria" escrita en 1979 por Jacques Le Goff para la Enciclopedia Einaudi (VIII, pp. 1068-1109),no peca ciertamente del
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proliferante narcisismo intelectual de Derridá, pero es aproximativa, diletante y poco documentada. 4. La primera edición de este libro. fue publicada por la Editorial Ricciardi en 1960. A distancia de veintitrés años, si me hubiera propuesto una reescritura radical de este libro (poco oportuna ciertamente), hubiera tenido que tomar en cuenta una serie de trabajos que pertenecen a campos de estudio muy diferentes. Para dar sólo algunos ejemplos citaré: los estudios de E. Calomel' (1961), de E. W. Platzeck (1964), de P. Zambelli (1965) y, sobre todo, los estudios de G. N. Hilgarth (1975) sobre Lulio y ellulismo; el ensayo de 1. Dieckmann (1969) sobre la historia de los símbolos jeroglíficos; los estudios de C. Vasoli (1968) acerca de la retórica y la dialéctica en el Renacimiento y los de Ch. Webster (1970) sobre Hartlib y la difusión del pensamiento de Comenio en Inglaterra; el ensayo de 1. E. Loemker (1961) sobre los enciclopedistas de Herborn y los importantes estudios de A. Heinekamp (1972) y de M, Mugnai (1976) sobre Leibniz; el trabajo de 1. Formigari (1970) y de H. Aarsleff (1964 y 1982) sobre la lingliística del siglo XVIIy el ensayo de D. Knight (1981) sobre las clasificaciones en biología. ' Entre todos estos textos, debo recordar, además, algunos de mis trabajos posteriores: The legacy of Ramon Lull in sixteenth century thought ("Mediaeval and Renaissance Studies", V., 1961, pp. 182213); "Lenguas universales, clasificaciones, nomenclaturas" y "Lingiiistas de hoy y filósofos del siglo XVII" (en Aspetti della rivoluzione scientifica, Nápoles, Morano, 1970, pp. 293-370, 387-410); "La religión de los jeroglíficos y los orígenes de la escritura" y las "Notas a la Ciencia Nueva (en Le sterminate antichitá: studi vichiani, Pisa, Nistri Lischi, 1969, pp. 80-131, 181-184); "The nomenclatures in the xVIIth century" (en prensa en History and Philosophy of
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de acuerdo con líneas completamente diferentes" de las señaladas en el presente volumen. En 1952 y 1955, en dos conferencias que dio en el Warburg Institute (entonces desconocidas para mí), se había ocupado en el sistema de la memoria contenido en el De umbris idearum de Giordano Bruno y en el Teatro di memoria de Giulio Camilla. Después, había leído las páginas dedicadas a la ministratio ad memoriam de mi libro sobre Francis Bacon aparecido en 1957. En el mismo año de 1960 le entregué personalmente un ejemplar de este libro que utilizaba en sus estudios pero que, en gran medida, también invadía uno de los campos de estudio (en aquella época realmente poco abordado) sobre el que ella trabajaba desde hacía muchos años con pasión excepcional. Frances Yates no era sólo una estudiosa de altísimo nivel, sino una persona extraordinaria. Para mí sus innumerables reconocimientos fueron siempre muy gratos. No por esto, sino porque no he podido olvidar jamás el entusiasmo inesperado y sincero con el que aquel día lejano acogió aquella "invasión", dedico a su memoria esta reedición de Clavis universalis.
P. R.
Universidad de Florencia, marzo de 1983
the Life Sciences).
La presente edición ha sido sometida a laborioso trabajo de limpieza estilística. Las numerosas citas (con excepción de las tomadas de fuentes manuscritas) han sido traducidas al italiano. Se han corregido algunos errores en las notas y se han reducido de manera notable los Apéndices. Además, digamos que del Liber ad memoriam confirmandam de Raimundo Lulio (cf. Apéndice 1), existen otros dos manuscritos que señala F. Yates (Roma, Vatic. lato 5347, pp. 68-74 Y Munich, 10593, pp. 218-221). 5. ,Cuando en 1960 apareció este libro Frances A. Yates había publicado (en este campo de investigación) algunos ensayos importantes sobre Raimundo Lulio (ahora aparecen en el volumen Lull and Bruno: Collected Essays, Lon9.res, 1982) y el estudio, citado aquí varias veces, sobre el arte "ciceroniano" de la memoria. Su espléndido trabajo de síntesis, The Art of Memory, fue publicadoen 1966 y, como ella escribe en el prefacio, "se desarrolla
Los estudios y las reseñas a que se hace referencia en la contraportada son los siguientes: R. Klein, en "Bibliotheque d'Humanisme et Renaissance", XXIII (1961), pp. 425-427; F. A. Yates, The Art of Memory, Londres, 1966 (trad. al it. Turín, Einaudi, 1972, p. xix); "New York review books", 29 de febrero de 1968, p. 18; G. Sebba, Bibliographia cartesiana, La Haya, Heinman, 1964, p. 97; H. Aarsleff, From Locke to Saussure, Minneapolis, University of Minnesota Press, 1982, p. 274. Véanse, además, P. Zambelli, en "Biblion", 1960 (eneroseptiembre), pp. 208-214; en "Studi storici", IV (1962), núm.,3, páginas 527-541; A.Parronchi, en La Nazione, 17 de agosto de 1967.
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PRELIMINAR El términa clavis universalis fue utilizado, entre las siglas XVI y para indicar aquel métada a aquella ciencia generalísima que posibilitan al hombre captar, más allá de las apariencias fenomenológicas a de las lt sombras de las ideas", la estructura o trama ideal que canstituye la esencia de la realidad. Descifrar el alfabeto del mundo, ser capaz de leer en el gran libro de la naturaleza los signos grabados par la mente divina, descubrir la plena correspondencia entre las formas originarias y la cadena de las' razones humanas, construir una lengua perfecta capaz de eliminar los equívocos y de revelar las esencias poniendo en contacto al hombre, no con los signas, sino can las cosas, dar lugar a enciclopedias totales, a clasificaciones ordenadas que sean el espejo fiel de la armonía presente en el cosmos: al intento por llegar a resultados de este tipo, a analizar, defender y difundir estas posiciones y la visión del mundo relacionada con éstas se abocaron, entre la mitad del siglo XIV y el final del siglo XVII, todos aquellos que se interesaron en discutir los temas del lulismo, en dictar las reglas de la memoria artificial, en compilar grandiasas enciclopedias y complicados teatros del mundo, en investigar el alfabeto de los pensamientos, en hacerse sostenedores de las aspiraciones de la pansofía y de las esperanzas en una total redención y pacificación del género humano. Se trata de actitudes, de proyectos, de temas que tuveron difusión vastísima, que ejercieron influencia decisiva en las investigaciones de lógica y ,de retórica, que llevaron a estudiar y a profundizar, desde un determinado punto de vista, el problema de la lengua y de la memoria, las cuestiones relacionadas con los "tópicos" y las clasificaciones, con los signos, los jeroglifos, los símbolos y las imágenes. Sin duda es difícil para el hombre moderno darse cuenta del peso que una producción libresca dedicada a este campo, de problemas tuvo sobre la cu~tura, incluso sobre la cultura filosófica. Queda el hecha de que generaciones completas de hombres cultos del primer Renacimiento hasta el final de la época de Leibniz se dedicaron a elaborar las reglas del discurso, de la argumentación y de la persuasión, a establecer las reglas del arte de la memoria, a enseñar el tipo de relación que debe existir entre los lugares de la mnemotecnia y las imágenes que deben ser relacionadas con éstos, a estudiar las figuras del gran arte de Lulio, y a elaborar las complicadas reglas de la combinatoria. Que las técnicas de la memoria .artificial y de la lógica combinatorla hayan XVII,
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desaparecido de la cultura europea no es probablemente un mal; lo malo, en cambio, es que muchos historiadores hayan creído o crean hasta la fecha poder entender polémicas, discusiones y significados de teorías, arrancándolos violentamente de un contexto histórico en el que esas técnicas, hoy ya muertas, estaban en cambio vivas y eran vitales. Quien, ocupándose en la cultura de los siglos XVI y XVII no haya entendido por ejemplo el significado de la relación entre lógica y retórica y haya creído ser capaz de trazar una historia de la primera sin ocuparse mínimamente de la historia de la segunda, ha llegado en general a conclusiones desoladoras. Decir, como han dicho muchos, que "textos insignificantes" tuvieron gran difusión en toda Europa, significa, en última instancia, tratar de huir mediante un giro de palabras de un problema histórico preciso: el de las razones de esa suerte particular y de los motivos que empujaron a filósofos como Agripa y Bruno, Bacon, Descartes y Leibniz y hombres como Alsted y Comenio y a científicos como Boyle o Ray a tomar en serio esas discusiones, a comprometerse en una valoración de su función y su significado y a adaptadas a tendencias de pensamiento muy complejas y diversas. Si no se quiere eliminar de la historia, como fruto de errores o ilusiones, los escritos latinos de Bruno, varios capítulos del De Augmentisj los fragmentos de juventud de Descartes, una mitad de los·opúsculos de Leibniz; si no se quiere empujar al margen de la cultura a hombres como Alsted y Comenio, será necesario darse cuenta que también la cultura del siglo XVII (no sólo la de las épocas anteriores) se encuentra,en sus mismas líneas de fondo, muy lejos de una mentalidad posiluminista. Es realmente el racionalismo iluminista el que marca, desde este punto de vista, un cambio decisivo: una serie de problemas que por siglos habían apasionado a los cultivadores de la lógica y la retÓrica, a los teÓricos del discurso y los estudiosos del lenguaje, son eliminados para siempre de la escena de la cultura europea, perdieron significado y sentido, fueron considerados como manifestaciones de las locas aspiraciones que durante siglos aparecieron bajo el signo de las impías investigaciones astrológicas, mágicas o alquímicas, o parecían los restos de las tinieblas medievales que quedaban aún vivos en la edad de la nueva ciencia. Aceptando como válido el cuadro historiográfico muy parcial que elaboran los iluministas dentro de una áspera· lucha ideológica, una buena parte de la ..historiografía de los siglos posteriores ha preferido pasar por alto algunos aspectos realmente· decisivos de la cultura de la época barroca. El interés de Bruno por la combinatoria y la mnemotecnia fue considerado "curiosidad y extravagancia"; se prefiriÓ pasar por alto el hecho de que Ramus, Bacon y el mismo Leibniz,habían visto en la "memoria" una de las secciones en las que se articulaba la nueva lógica de los modernos;
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no se tiene en cuenta que la doctrina baconiana de las tablas y de la inducción, y la doctrina cartesiana de la enumeración fueron elaboradas sobre una base histórica precisa, con referencias a textos bastante difundidos y discusiones casi seculares. En Comenio sólo se ve al pedagogo moderno y en Leibniz únicamente al teórico de la lógica formal. Se prefiriÓ deshacerse de aquel enredo complicado de temas relacionados con la cábala y las escrituras 'ideográficas, con el descubrimiento de los llamados "caracteres reales", con el arte de la memoria, con la imagen del árbol de las ciencias, con la mathesis y la característica universal, con el método entendido como milagrosa llave del universo, con la ciencia generalísima, haciendo uso de una entidad genérica y misteriosa, el "platonismo", siempre presente como un oscuro telón de fondo y un confuso panorama detrás de las obras de los grandes o pequeños pensadores. Este libro nació del intento por aclarar algo de ese "trasfondo" y por distinguir los aspectos generales y particulares de ese "panorama" mediante el análisis directo de una serie de textos editados e inéditos, del examen de la difusión de libros e ideas, de una investigación de la influencia ejercida por esos libros e ideas sobre la "filosofía" (en particular sobre la lógica) de algunos de los grandes pensadores modernos. La función, el significado, los fines de las artes de la memoria y de la lógica combinatoria se [--ueron,poco a poco, configurando de manera variada desde el siglo xv hasta el XVII. Las fórmulas, repetidas durante siglos, de un arte venerable, adquirieron significados diferentes en ambientes diversos a los originales. Lo que entre los siglos XIV y XV había parecido a muchos como una técnica neutral utilizable en los discursos persuasivos independientemente de las circunstancias espaciales y temporales, terminó por revelarse como instrumento de proyectos de reforma ambiciosos, por cargarse de significados metafísicos, por relacionarse con temas de la cábala, del ejemplarismo místico y de la pansofía. Desde este punto de vista, existe una diferencia insalvable entre los textos de ars praedicandi o de ars memoriae.de los siglos XIV y XV Y los textos de Bruno y de Giulio Camilla. Lo que fuera un instrumento· concebido,en el ámbito de la retórica, con finalidades prácticas, se convirtió, a partir del encuentro con la tradición del lulismo, en el estudio de una cifra que permitiera penetrar en los secretos de la realidad y ampliar de manera desmesurada las posibilidades del hombre. De igual manera, inscribiendo la doctrina de las artes de la memoria en el marco de una doctrina del método o de la lógica, o remitiéndose a la cadena y al arbor scientiarum, Ramus, Bacon y Descartes cambraron profundamente el sentido de los problemas tradicionales. El viejo problema de la memoria artificial, ligado a nuevas necesidades y transfigurado profundamente, hacía su en-
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trada en la lógica moderna, se relacionaba con temas del lenguaje universal y de la ciencia primera o general. Pero, más allá de estas "transformaciones" y de estas "transfiguraciones", queda bien clara la efectiva continuidad de ideas y discusiones desde fines del siglo XIV hasta los últimos años del siglo XVII; una continuidad de carácter europeo que puede comprobarse mediante la documentación de la difusión de grandísimo número de textos y de muchas ideas de grupos bien determinados. En el transcurso del siglo XVIII fueron eliminados de la cultura europea los textos de Pedro de Ravena y de Camelia Gemma, de Alsted y de Pedro Grégoire, de Schenkelius y de Rosselli, de Bisterfield y de Wilkins, que habían sido leídos, estudiados y comentados por Bruno, Bacon, Comenio, Descartes y Leibniz. También ellulismo, que había sido en Francia, Alemania e Italia uno de los elementÚ'sfundamentales de la cultura, una de las "sectas" filosÓficas más afortunadas y académicamente más fuertes, localizada en la ciudad de Maguncia y en la isla de Mallorca, asume un carácter exclusivamente erudito y da sólo lugar, en la segunda mitad del siglo, a ejercicios melancólicos de algún profesor y se reduce a manifestaciones de una mentalidad irremediablemente arcaica y pro~ vincial. De igual manera, las artes de la memoria artificial, creadas por Cicerón y Quintiliano y retornadas por San Alberto y Santo Tomás, consideradas esenciales para el ejercicio de la virtud cristiana de la prudencia y cultivadas por Lulio, Bacon y Leibniz, son marginadas de la cultura y al final van a hacerle compañía, en las colecciÚ'nesde libros ocultÚ's, a los textos de antroposofia y espiritismo. Apelando a un "cálculo" lógico y sobre todo a un "simbolismo" de tipo matemático, Leibniz había dado en realidad un golpe mortal a esos "símbolos" entendidos como "pinturas animadas producidas por la imaginación" que habían llenado, durante tres siglos, varios textos de retórica, de pedagÚ'gíay de filosofía. Con Leibniz, y también por obra suya, desaparecía un mundo entero; no sólo cierto modo de entender la función de las imágenes y de los símbolos, sino también un modo de entender la tarea de la lÓgica y sus relaciones con la metafisica. En 1713, cuando Collier publicó su Clavis universalis, este término ya cargadO' de tantos significados, había perdido todo sentido, era sólo una etiqueta ajena al contenido de la obra. Rechazando los aspectos arcaicos del pensamiento leibniziano, el ejemplarismo de derivación luliana, las extravágancias de la cábala, los sueños de la pansofía y toda la atmósfera -un tanto turbia- del enciclopedismo de lÚ'sdos siglos precedentes, el racionalismo del siglo XVIII incluía, no obstante, en su condena -con consecuencias históricas muy importantes- también los proyectos de una característica universal y de un simbolismo lógico iniciados por Dalgarno y pÚ'rWilkins y llevados ade-
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lante por Leibniz. No es casual que Emmanuel Kant, a casi un siglo de la aparición de la Dissertatio de arte combinatoria, rechazara radicalmente que las ideas compuestas pudieran ser representadas mediante la combinaciÓn de signos y parangonara la característica de Leibniz con los sueños vanos de la alquimia. La obra de Leibniz era así identificada con la de un teólogo y la de un metafísico especulativo; su fama estaba ligada a la Teodicea y a las discusiones acerca del problema del mal. Como ha escrito con claridad Barber, quien ha estudiado las reacciones de un siglo de cultura francesa con respecto al leibnizianismo, la llegada del nuevo empirismo "arrastrÓ al mismo Leibniz dentro de la categoría de los exponentes fuera de moda de los sistemas a priori". Será necesario esperar dos siglos para ver reanudados los proyectos de Leibniz: hasta Augusto de Morgan y GeÚ'rgeBoole; como lÓgico, Leibniz será revalorado al inicio de este siglo por Louis Couturat y Bertrand Russell. Del obispo de Wilkins, quizá por primera vez después del siglo XVIII, se habla con cierta simpatía en el volumen The Meaning of Meaning, de Ogden y Richards, publicado en Londres en 1923. El desarrollo en el siglo XIX de la lógica formal, condujo a la constituciÓn de la lógica simbólica como ciencia derivada de la "adquisición gradual de la cada vez más clara conciencia de su naturaleza como técnica deductiva, independiente de los presupuestos de una visión general del mundo" (Barone) y de la desvinculación "de tÚ'da preocupación ontológico-metafísica" (Preti). Como ya lo había hecho notar Husserl, la lógica formal moderna había surgido, "no de reflexiones filosóficas sobre el significado y sobre la necesidad de Olamathesis wÚversalis, sino de las exigencias de la técnica teorético-deductiva de las matemáticas". El descubrimiento de las "geniales anticipaciones" presentes en el pensamiento de Leibniz tuvieron origen precisamente en este terreno. Pero Leibniz se había movido en un terreno radicalmente diferente y, antes que él, también Bacon y Descartes. Esas "anticipaciones", esos "adelantos" que Farrington, Beck o Russell, hablando respectivamente 9.eBacon, Descartes y Leibniz, han señalado con agudeza, son sin duda alguna de grandísimo interés, y toda investigación que tienda a determinar mejor el alcance y la Xccundirlad de éstas para nuestros contemporáneos, no es sólo legítima sino deseable. Y sin embargo, es igualmente importante subrayar las diferencias, insistir en la diversidad, en la alteridad, para disipar equívocos, para mostrar cuál fue en realidad ese telón de fondo indistinto sobre el que sobresalen los retratos de nuestros ilustres antepasados. Como ha escrito recientemente Augustin Crombie, a propósito de los brillantes "adelantos" de la obra de Galileo, "la exp~riencia histórica no es iluminan te porque proyecta hacia' atrás nuestros propios problemas, sino porque nos expone a la sorpresa
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PRELIMINAR
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de ver que los pensadores hayan podido tener fines y presupuestos muy diferentes a los nuestros". Quien esté familiarizado con la bibliografía sobre el Renacimiento se dará clara cuenta de lo que este libro debe a las investigaciones de E. Garin sobre la cultura de los siglos XV,XVIY XVII y, en lo que respecta a la "continuidad" de las "ideas" entre el siglo xv y el XVIII,a las conclusiones del trabajo de Delio Cantimori. . Deseo además dar las gracias al padre Miguel BatlIori, del Instituto Histórico de la Compañía de Jesús, al profesor Fran<;ois Secret, a Mrs. G. Bing, del Instituto Warburg, a los amigos Paola Zambelli y Cesare Vasoli que me han aconsejado de manera diversa y me han proporcionado publicaciones e indicaciones de artículos y deestudios. Agradezco también al doctor Luigi Quattrocchi, del Instituto Italiano de Hamburgo, que me facilitó las fotografías de algunos manuscritos de Leibniz, así como a la dirección de la Revista Crítica de Historia de la Filosofía, que me ha permitido reproducir las partes del libro que habían aparecido en esa misma revista, en forma de ensayos.
P. R.
Universidad de Milán, febrero de 1960.
ADVERTENCIA: En las notas, que indican las bibliotecas que a continua· ción se enumeran, se usaron las siguientes abreviaturas (véase también el "1ndice de los manuscritos"): Ambrosiana Angélica Antoniana Comunal de Bolonia Braidense Casanatense Classense • : Nacional de Florencia Laurenziana Marciana Cívica de Padua Bibliotheque Nationale Universitaria de Pavía Riccardiana Nacional Central de Roma Trivulziana Apostólica Vaticana
Ambros. Ang.. Anton. Archiginn. Braid. Casan. Class. Flor. Nac. Laur. o o Marc... Pado Civ. Par. Nal. Pavía Univ. Ricc.. Roma Nac. Triv .. Vatic.
1. LA FUERZA DE LAS IMAGENES DE LA MEMORIA
y
LOS LUGARES
1. POLÉMICASDE HUMANISTASEN CONTRADE LAS "PRESCRIPCIONES" DE LA MEMORIA EN UN texto fundamental· de la filosofía moderna, escrito a mediados del Siglo de las Luces, David Hume, hablando del discernimiento y de la memoria, afirmaba que mientras los defectos del discernimiento no pueden encontrar remedio en ningÓn arte o invención, los defectos de la memoria pueden atenuarse o eliminarse "ya sea en el campo de los negocios como en el del estudio". Al referirse al "método", la "laboriosidad" y la "escritura" como ayuda oportuna a una memoria débil, escribía: casi nunca atribuimos a la falta de memoria la culpa del fracaso de las iniciativas de una persona. Pero en la Antigiiedad, cuando ningún hombre podía tener éxito si no poseía el talento de la palabra y cuando el público era lo suficientemente delicado como para soportar los discursos vulgares e indigestos, como aquellos que los oradores improvisados de nuestros días imponen a las asambleas, la facultad de la memoria era de máxima importancia y, por con· siguiente, era mucho más estimada que en la actualidad.1 Hume, que en sus años de formación intelectual había "devorado secretamente" los textos ciceronianos, estaba consciente de la existencia histórica de una técnica o arte de la memoria que, como se deduce del pasaje citado, estaba por naturaleza relacionada con el florecimiento de una civilización que daba lugar especial a las técnicas del discurso, y a un mundo en el que la retórica era un elemento vivo de la cultura. En los años en que Hume escribía, las investigaciones dirigidas a la fijación y elaboración de las reglas de la memoria artificial habían desaparecido casi definitivamente del escenario de la cultura europea y habían sido reducidas al plano de las curiosidades y las extravagancias. No se trataba sólo 1 D. Hume, Ricerche sull'intelZetto tLmano e sui prineipi delta morale, a
cargo de M. Del Pra, Bari, Laterza, 1957,p. 267. Cf. el texto. inglés a cargo de L. A. Selby Brigge, Oxford, Clarendon Press, 1955,p. 241. Sobre el problema de la memoria, también el. A Treatise 01 Hum.an Nature, a cargo de L. A. Selby Brigge, Oxford, Clarendon Press, 1955,pp. 8-10(sobre la memoria y la imaginación); pp. 117-118,nota; pp. 108,153,199,209.Sobre la ausencia de toda sensación de placer o de pena en el ejercicio. de la memoria, ef. libro 111,parte 111,sección IV. 21.
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de una corrupción de las artes del discurso frente a la menor delicadeza del auditorio; la enorme difusión de la prensa (y por lo tanto de los inventarias, los diccionarios, las bibliografías y enciclopedias) y la progresiva afirmación de las nuevas lógicas (de Ramus a Bacon y de Descartes a los escritores de Port-Royal) habían dado en realidad un golpe mortal a la producción de obras de mnemotecnia, que durante los siglos xv y XVI Y las primeras décadas del XVII literalmente habían invadido a Europa. Sólo teniendo en cuenta la difusión que la mnemotecnia había alcanzado, no sólo en el ámbito literario y filosófico sino también en las escuelas y en los programas de enseñanza, se pueden explicar las protestas y las ironías que surgieron en su contra en los mismos siglos del Renacimiento. En el décimo capítulo del De vanitate scientiarum, dedicado al ars memorativa, Agripa se lanza con violencia contra esos nebulones que, en las escuelas, imponen a los estudiantes el estudio de la memoria artificial, y que logran arrancar dinero a los incautos aprovechándose de la novedad del arte. Ostentar una capacidad mnemotécnica le parece algo pueril; a menudo, conduye, se llega a manifestaciones de torpeza y descaro: se exhiben todas las mercancías a la puerta, mientras la casa está completamente vaCÍa.Recordando a Simónides, Cicerón, Quintiliano, Séneca, Petrarca y Pedro de Ravena entre los mejores teóricos del arte de la memoria, Agripa señala, por un lado, la insuficiencia de la memoria artificial en donde la naturalis memoria no sea en sí misma fuerte y, por otro lado, arremete contra el carácter monstruoso de las imágenes y el peso de las fórmulas utilizadas por la mnemotecnia, cuyos cultivadores, le parece, tratan de enloquecer mediante el arte a los que no se conforman con los límites establecidos por la naturaleza? Veinte años después y con la misma decisión, Erasmo, enemigo de los ciceronianos y de la retórica, se pronuncia contra el uso de los lugares y de las imágenes, que no hacen otra cosa que arruinar y corromper la memoria naturaJ.3 Con mayor ironía, otro gran crítico de las degeneraciones pedantes del humanismo, rechazó este tipo de literatura insistiendo, con tal crudeza que se explica también haciendo referencia a una situación cultural precisa, sobre su propia falta de memoria:
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dad... Si soy hombre de algunas lecturas, soy también hombre que no retiene nada.4 Exactamente en el terreno de la educación y partiendo del presupuesto de que "saber de memoria no es saber, sino guardar en la memoria 10 que otros nos han dado",5 Montaigne polemiza contra el aprendizaje mnemotécnico en nombre de una cultura "viva": no se pida al alumno dar cuenta de las palabras de la lección sino de su sentido y su sustgncia; pídasele, no el testimonio de su memoria sino de su vida; el estómago no ha cumplido su función hasta que no transforma la forma y la estructura de los alimentos: la tarea de la mente es idéntica.6 No se trataba de referencias genéricas a la libertad de la mente frente a la preceptiva ~ la polémica de Montaigne se parece sólo en la forma a la que podría darse en un profesor de nuestros días que estuviera en contra del nocionismo de los estudiantes que se aprenden las lecciones de memada. Montaigne tenía objetivos precisos: Si en mi país se quiere decir que un hombre no tiene juicio, se dice que no tiene memoria, y cuando me lamento de la falta de la mía, me reprenden y no me creen, como si me acusara de estar loco. No ven la diferencia entre memoria e inteligencia. Ciertamente esto agrava mi situación. Pero me agravian porque por experiencia se ve todo lo contrario, es decir, que las memorias excelentes se unen gustosas a los intelectos débiles... El orador Curione escribía que cuando disponía las partes de su oración en tres o cuatro, o el número de sus argumentos o razonamientos, a menudo olvidaba alguno o agregaba uno o dos de más. Yo me he cuidado siempre de no caer en este inconveniente al odiar tales preámbulos y reglas; no sólo porque desconfío de mi memoria, SiDOtambién porque esta forma me parece demasiado artificiosa.7 En realidad, no obstante las protestas de Erasmo y de Montaigne, esas odiadas "prescripciones" estaban destinadas a difundirse cada vez más ampliamente durante todo el siglo XVI y a extenderse hasta buena parte del XVII. A mediados del siglo XVII, Wolfgang Ratke protestó, desde un punto de vista similar al de los grandes humanistas, contra el aprendizaje mnemotécnico y contra los ejercicios de mnemotecnia.8 Todavía en los últimos años del siglo, los "ciceronianos", que a pesar de todo no habían logrado desarmar a Eras-
No existe un hombre menos indicado que yo para hablar de memona. De hecho, no reconozco en mí ninguna huella de ésta, y creo que no existe en el mundo otra más extraordinaria por su debili-
4 M. de Montaigne,Essais, I, 9; n, 10; trad. it. Saggi, 2 vols., a cargo de F. Garavini,Milán,Mondadori,1970,vol. 1, pp. 4{), 525. 5
H. C. Agripa,De incertitudine et vanitate scientiarum, en Opera, Lugduni, para BeringosFratres, 1600,vol. n, pp. 32, 33 (copia utilizada: Triv. Mor. K. 403). 3 D. Erasmo, De ratione studii, Froeben,1540, vol. I, p. 466. 2
G
Cf.
Essais, I, 25. Ibidem, ej. también 11, 10.
I,ibidem, I, 9; Schriften III, 9; trad. it. Saggi,Rcit., vol. 1, pp. 41, 1282-1283 .. Piidagagische de WoIfgang atichiusundAnhanger, Breslau, 1903. E. Garin,L'educ{lzione in Europa, 1400-1600,Bari, Laterza,1957, pp. 234-235.
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LAS IMáGENES Y LOS LUGARES DE LA MEMORIA
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mo, a Montaigne y la gran crisis ramista y cartesiana, se englan como portavoces, tanto en el terreno pedagógico como en el retórico, de la necesidad y de la utilidad de la memoria artificial. Esa vasta producción de tratados de ars memorativa a la cual se refería el Art of Memory de D'Assigny (que no era casual que fuera dedicada en 1697 a los "jóvenes estudiantes de ambas universidades"),9 no había sido sólo una expresión de pedantería gramatical; en ella había encontrado una forma el panmetodismo que, durante el siglo XVI, había marcado la cultura. La fisonomía, los temperamentos, las pasiones, las proporciones del cuerpo humano, el discurso, la poesía, la observación de la naturaleza, el arte de gobernar y el militar: en esa época todo es codificado y reducido a arte. Ese periodo de la cultura fue felizmente llamado "la edad de los manuales" y ese siglo "fue incansable en la búsqueda de principios normativos de valor general y perenne que transformaba en cómodos esquemas didascálicos".lO Al paso que se hacía clara la imposibilidad para aquellas codificaciones de pasar del plano de los tópicos y de los teatros universales al plano del método,11 se iba reforzando la exigencia de un arte capaz de presentarse como una clave de la realidad. como un arte universal capaz de resolver de golpe todos los problemas, como una técnica suprema que hace inútiles todas las técnicas particulares. La idea de un arte del recordar y del pensar que se desarrolle de modo "mecánico", adquirirá nueva fuerza cuando, entre la mitad del siglo XVI y la mitad del XVII, se establezca un contacto entre tres diferentes tradiciones de arte de la memoria: 1) las inspiradas en Cicerón, Quintiliano y en la Rhetorica ad H erennium; 2) las derivadas del De memoria et reminiscentia de Aristóteles, de los comentarios de San Alberto, de Santo Tomás y Averroes; 3) aquellas directamente ligadas al ars magna de Lulio,' Entonces tendrá una nueva suerte el proyecto de un mecanismo conceptual que, una vez puesto en movimiento, pueda "trabajar" solo, de. manera relativamente independiente de la obra particular, hasta llegar a una comprensión total y posibilitando a los hombres la lectura del gran libro del universo. Para darse cuenta del peso que esta idea tendrá en la filosofía moderna, basta, pensar en la máquina que Bacon intentaba construir mediante su nueva lógica, en el mirabile inventum cartesiano, buscado antes que en la geometría analítica, en los textos de Lulio y Agripa; en los libros "portadores de luz
universal" de Comenio; en fin, en esa llave maravillosa que pretendía ser la "característica" leibniziana, El viejo sueño luliano de un arte que fuera al mismo tiempo lógica y metafísica,12 que, a diferencia de la lógica tradicional, se ocupara no de las segundas sino de las primeras intenciones, que mostrara la correspondencia entre el ritmo del pensamiento y el de la realidad, que descubriera, mediante combinaciones mentales, el verdadero sentido de las relaciones reales, había encontrado una expresión durante el Renacimiento, en los atormentados escritos de Bruno sobre mnemotecnia, No es casualidad que además de la lectura de los textos de Lulio, Bruno hiciera referencia al descubrimiento en sus años de juventud del tratado sobre la memoria de Pedro de Ravena,13que era en cambio de una precisa inspiración "retórica" y "ciceroniana". Cuando en el De umbris idearum Bruno se ocupe del campo de los nexos imaginativos, de las conexiones entre imágenes, figuras y letras, confiará en la alianza entre mecanismo lógico y mecanismo psicológico esa posibilidad de una inmensa extensión del saber o de una nueva inventio que era la. mayor de sus aspiraciones. En .los textos de Bruno aparecían entrelanzadas al mismo tiempo las aspiraciones dellulismo y las técnicas sobre el uso de los lugares y de las imágenes que derivaban de los textos de la retórica antigua y de los tratados sobre la mnemotecnia artificial del Renacimiento, Al leer las páginas de una viva polémica en contra del arte de la memoria (las de Ratke o las de Erasmo, Montaigne o Agripa), es realmente difícil no simpatizar de alguna manera con una polémica conducida, en nombre de una libre espontaneidad contra los esquemas, la pedantería y la prolijidad de la rígida preceptiva. Eso no excluye que la propia preceptiva (derivada de Cicerón y de Lulio) haya incidido, en forma subterránea, en la formación de la nueva cultura, condicionando así 'la constitución misma de la nueva lÓgica desde Bacon hasta Leibniz. La tratadística sobre la memoria artificial se sitúa en el centro de una serie de discusiones y de pro-
9 M. D'Assigny, The Art of Memory, a Treatise Useful for Such as Are to Speak in Publick, Londres, 1697. 10 L. Firpo, Lo stato ideale delta Controriforma (Ludovico Agostini), Bari, Laterza, 1957, p. 245. 11 Cf. R. Klein, "L'imaginatian camme vetement de L'ame chez Marsile Ficin et Giardano Bruna", en Revue de Métaphysique et de Morale, 1 (1956), páginas 30-31.
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12 R. Lulio, Opera omnia, Maguncia, 1721-1742, val. 1II, p. 1: "Sciendum est erga, quad ista Ars est et logica et Metaphysica.,. Metaphysica considerat res, quae sunt extra animam, prout canveniunt in. ratiane entis; lagica etiam cansiderat res secundum esse, quod habent in anima ... sed haec Ars tanquam suprema amnium humanarum scientiarum indifferenter respicit ens secun. dunl istum madum et secundum illum." Cf. también Opera, comp. Zetzner, Estrasburgo, 1617, p. 358; "Logicus tractat de secundariis intentionibus, .. sed generalis artista tractat de primis ... Logicus nan patest invenire veram legem cum logica: generalis autem artista cum ista arte invenit.,. Et plus potest addiscere artista de hac arte una mense, quam logicus de logica una anna" (capia utilizada: Angelica, XX, 12, 49). 13 A. Corsano, n pensiero di G. Bruno nel suo svolgimento sto rico, Florencia, 1940,p. 41; F. Tacco, Le opere latine di G. Bruno, esposte e confrontate con le italiane, Flarencia, 1889,p. 37, nota 2.
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LOS LUGARES
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blemas relacionados de diferente manera con el desarrollo. de las artes del discurso y con las técnicas de la persuasión, con los intentos de construcciÓn de una nueva enciclo.pedia, con las controversias sobre el ramismo y el lulismo, co.n la magia, la medicina y la fisiognomía. Esto.s temas so.n de gran interés, no. sólo para los teórico.s de la retórica sino para los filósofos, los lógicos y las practicantes de ciencias ocultas, así como. para los médicos y enciclopedistas y de praveniencia y naturaleza diversas. Las "extravagancias" de la mnemotecnia se entrelazan, por un lada, con problemas de lógica y de retórica, y por el o.tro, se relacionan con el renacimiento dellulisma, con la creación de lenguajes artificiales así como con esa ambigua atmósfera mágico-acultista que está ligada al resurgimiento. del interés par el Ars magna de Lulio. Las discusianes sobre el arte de la memoria tendrán un pesa impo.rtante en das grandes problemas de la cultura filasófica del sigla XVII: el del método. o de la lógica inventiva y el de la clasificación sistemática de las ciencias o de la construcción de una enciclopedia del saber. 2. LAs FUENTES CLÁSICAS Y MEDIEVALES DEL"ARSMEMORATIVA" Las hambres -escribía el autor anÓnimo de un tratada sobre la memaria en el sigla xv- inventaron diversas y numeras as artes para ayudar y refarzar la abra de la naturaleza. Al comprabar la debilidad de la memoria, ligada a la fragilidad de la naturaleza humana, inventaran un arte mediante el cual fuera pasible recordar muchas casas que no padían recordarse par vía natural. Nace así la escritura; y ya que en tiempos posterio.res las hombres se dieran cuenta de que no. era posible llevar siempre cansiga las escrituras y que no era siempre posible escribir, inventaron desde los tiempos de Simónides y DemÓcrita el arte de la memaria artificial. Este acercamiento del arte mnemotécnico a otras técnicas que caoperan con la obra de la naturaleza, no carece, coma veremas, de significado. Pera más allá de esta aproximación, lo que sarprende al examinar los tratados de ars memorativa eséritos entre la mitad del siglo XIVy la mitad del XVIIes la referencia constante e i;nsistente a la psicalagía aristotélica, a los grandes manuales de la retórica latina, a las textos sobre la memaria y a las comentarios de San Alberto.Magno y Santa Tamás de Aquina. En muchas casos, esto.s tratadas no hacen más que exponer, camentar y amplificar reglas, doctrinas y preceptas que se remontan a muchos siglos antes y que, elabarado.s en Grecia y en Rama, llegan a los escritares del sigla XIVy a las del Renacimiento. a través de la
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abra de los grandes maestros de la escolástica. Es oportuna referirse brevemente a los tratados principales de estas fuentes. 1) El "De memoria et reminiscentia"
de AristÓteles
Este escrito, que se presenta como tratada de psicalogía y no. coma disertación sobre mnematecnia, cantiene sin embarga afirmacianes que serán explotadas en épacas posteriares en función de la construcción de una técnica del recardar. Los teóricas de la mnematecnia se apoyan en las siguientes dactrinas aristatélicas: a) La tesis de la presencia necesaria de la imagen o. fantasma (q:)(iv1íua./lu) en vista del funcianamienta de la memaria (p.v~/l'Y}). 'El necesario recurso. de la imagen (que es una especie de sensación sin materia a de sensación debilitada) hace que se praduzcan relacianes muy estrechas, por un lada, entre la memoria y la imaginación (
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2) El "De oratore" de Cicerón (H, 86-88)
En este texto se considera que la memoria es una de las cinco partes que constituyen la técnica del orador. Después de hacer referencia al episodio del poeta Simónides (primum ferunt artem memoriae protulisse), quien había identificado los cuerpos de los asistentes a un banquete -cuyos rostros habían quedado desfigurados debido a la caída del techo-, recordando el lugar (locum) donde cada uno se encontraba, Cicerón subraya lo oportuno (con base en el presupuesto de que el orden ayuda a la memoria) de escoger los lugares, de formar las imágenes de los hechos o los conceptos que se desean recordar, de colocar esas imágenes en los lugares. El orden en el que sean dispuestos los lugares permitirá recordar los hechos. El arte de la memoria es de esta manera parangonable y análoga al proceso<de la escritur:a: los lugares cumplen la misma función que la tabla encerada de los antiguos, las imágenes tienen la misma función que las letras. El uso de las imágenes aparece fundado en la necesidad de un recurso que apele al plano del sentido y a la mayor persistencia de la memoria visual. Los lugares deberán ser múltiples, claros y colocados odicis intervallis; las imágenes serán mucho más eficaces en la medida en que sean más aptas para estimular las facultades imaginativas. 3) El "De institutione
oratoria" de Quintiliano (XI, 2)
A pesar de mostrar cierta reserva sobre la utilidad de la nmemotecnia, Quintiliano, quien inicia también su exposición con el relato de Simónides, hace de este argumento una exposición mucho más amplia y detallada que Cicerón. Quintiliano se extiende ampliamente sobre la construcción de los lugares de la memoria artificial. un conocimiento del tiempo que no sea espontáneo como en la memoria (De mem., 450 a 19), sino que sea reflejado (452 b 7; 453 a 9-10) y que es, por lo tanto, característico sólo del hombre (453 a 8-9). Del De memoria et reminiscentia, ef. la edición con la traducción inglesa y el comentario de G. R. T. Ross, Cambridge, 1906. Resulta útil el comentario de Tricot en la traducción de los Parva naturalia, París, 1951,pp. 57-75. Ha sido poco estudiada la memoria en las obras sobre la psicología aristotélica: A. E. Chaichet, Essai sur la psyehologie d'A., París, 1883; J. Nuyens, L'évolutian de la psychologie d'A., Lovaina, 1948; C. W. Shute, Psyehology of A., Nueva York, 1947. Acerca de la 'presencia de una mnemotecnia entre los griegos, cf. el testimonio de la Rhetoriea ad Herennium, III, 23: "Scio plerosque Graecos, qui de memoria scripserunt. .. " Sobre la técnica de la memoria en Ippia d'Elide, cf. la hipótesis propuesta por O. Apelt, Beitrage zur Gesehichte der antiken Philosophie, 1891, vol. VIII, p. 331. Véanse también: J. A. Emesti, Lexicon teehnologiae Graeeorwn rhetoricae, Leipzig, 1795; Lexicon technologiae Latin
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Para lograr resultados eficaces es conveniente servirse de un edificio, colocando las diferentes imágenes en cada uno de los lugares que han sido dispuestos de manera ordenada en el interior de cada uno de los cuartos. "Al visitar mentalmente el edificio" (que puede ser un edificio pÚblico o puede sustituirse por bastiones de una ciudad o por un día subdividido en varios periodos o por una construcción imaginaria y "no real"), será posible "retomar" las diferentes imágenes (y, por lo tanto, traer a la mente los hechos o conceptos que éstas expresan) de los diversos lugares en los cuales éstas habían quedado "custodiadas". 4) La "Rhetorica
ad C. Herennium"
(III, 16·24)
En este escrito de autor anónimo que en la Edad Media se atribuía a Cicerón y que se calificaba como rhetorica nova o secunda (para distinguirla del De inventione o rhetorica vetus), encontramos las mismas reglas y los mismos preceptos a los que nos hemos referido al hablar de Cicerón y de Quintiliano. La distinción entre memoria natural y memoria artificial aparece formulada con claridad: Existen dos memorias: una natural, la otra artificial. La natural es aquella inherente a nuestro espíritu y nace junto con el pensamiento; la artificial es la que viene reforzada por una especie de inducción y por las reglas de un método.
Entre los lugares, que para recordar muchas cosas deberán ser muy numerosos, encontramos: aedes, intercolumnium, angulum, fornicem et alia quae his similia sunt. Las imágenes, que son las formas o notas o los simulacros de lo que se pretende recordar, se colocan en los lugares: "de igual manera en que los que conocen las letras del alfabeto pueden escribir lo que se les dicta o recitar lo que escribieron, los que han aprendido el arte mnemotécnico pueden colocar en los lugares las cosas que han escuchado y de ahí repetirlas de memoria". Mientras que las imágenes son variables y cancelables, los lugares deberán ser fijos y dispuestos ordenadamente,. esto permitirá la referencia mental a las imágenes sin que importe si se trata del inicio, el final o la mitad de un ordenamiento o de una lista.15 15 Sobre la época de la composición de la Rhetoriea ad Herennium, cf. la introducción de F. Marx a la edición de Leipzig, 1894, p. 1. Sobre la posición de los autores medievales frente a este texto, véase la p. 52. La atribución del texto a Comificio se remonta a 1491: Raphael Regius, Utrum ars rhetorica ad H. Ciceroni falso iseribatur, en Ducenta problemata in totidem inst.itutionis oratoriae Quintiliani depravationes, Venecia, 1491. Para la posición de Valla sobre el argumento, ef. L. Valla, Opera, Basilea, 1540, p. 510.
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5) El "De bono" (IV, 2) Y el comentariO' al "De memoria et reminiscentia" de San AlbertO' Magno; la "Summa theolagiae" (11, ii, 49) Y el comentariO' al "De memoria et reminiscentia" de SantO' Tomás de Aquina El tratamiento que de la memoria hacen San AlbertO'en De bonO' y Santo Tomás 16 en la Summa se remite explícitamente a la fuente aristotélica y a la seudociceroniana. Para San Alberto., "el arte de la memoria que Tulio nos ha dejado es óptima"; los preceptos de la mnemotecnia sirven a la ética y a la retÓrica; la memoria de las cosas que tienen que ver can la vida y la justicia es doble: natural y artificial. "Es natural la memoria que recuerda fácilmente las cosas sabidas o realizadas en el pasado. Es artificial la memQoriaconstruida mediante la disposición de los lugares y las imágenes." Como en todas las demás artes, también aquí el arte y la virtud agregan perfección a la naturaleza; ya que en nuestras acciones "estamos dirigidos desde un pasado hacia el presente y el futuro y nQovice" versa", la memoria se presenta junto con la intelligentia y la prO'" videntia como una de las tres partes que constituyen la virtud de la prudencia. Cama ha aclarado F. Yates,17la autoridad a la que apelaban San Alberto y Santo Tomás al considerar la memoria como parte de la prudencia era el De inventione ciceroniano. Ya que Cicerón había hecho una distinción en su seconda retorica (la Rhe'tarica ad Herennium) entre memoria natural y memoria artificial mediante el uso de loci e imagines, esta distinción y estas reglas llegaban a ocupar un lugar de primera importancia en la discusión de San Alberto y de Santo Tomás acerca de la memoria como parte de la prudencia. La amplitud y minuciosidad de la discusión de San Alberto muestran de manera precisa la importancia de la consideración "ciceroniana" de la mnemotecnia; prácticamente todos los preceptos contenidos en la Rhetarica ad Herennium son examinados en el De bonO'. Baste citar como ejemplo el pasaje en el que San Alberto se refiere al carácter "insólito" que deben tener las imágenes: "Lo extraQordinario impresiona más que lo ordinario. Por esta razón, como afirma Aristóteles, los primeros filósofos compusieron poesías, ya que la fábula, compuesta de cosas maravillosas, impresiona mucho más." La referencia a Aristóteles es parti~ cularmente significativa. Estos textas de San Alberto y Santo Tomás 16' Cf. San Alberto Magno, De Bono, Monasterii Westfaliorum in aedibus Aschendorff, 1951,vol. XXVIII, 249 ss. El comentario de San Alberto al De memaria et reminiscentia en Opera, comp. Borgnet, París, IX, pp. 97 ss.; el de Santo Tomás en Opera omnia, comp. Fretté, París, 1885, XXIV, e In Arista. telis libros de sensu et sensato, de memoria et reminiscentia commentarium, Roma, 1949. 17 F. A. Yates, The Ciceronian Art af Memary, en el vol. Medioevo e Rinas· cimenta, studi in OI1Dredi B. Nardi, Florencia, Sanscmi, 1956,pp. 882-883.
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aparecen de hecho comO'un intento de fusión entre el texto aristotélico y el "ciceronianO'''. Esto resulta particularmente evidente en el tratamiento tomista de la Summa theolagiae. A partir de la co" nacida identificación de la memoria con parte de la prudencia, Santo Tomás confronta la posibilidad que tiene la prudencia de ser aumentada y perfeccionada ex exercitia vel gratia con la que se ofrece a la memoria de ser perfeccionada mediante el arte. Las cuatro reglas de la memoria artificial enunciadas por Santo Tomás se refieren al uso de las imágenes, al orden que facilita el paso de uno a otro concepto o de una a otra imagen, a la necesidad de la concentración en vista de la construcción de los lugares y a la fre,. cuente repetición que permita la conservación de los conceptos. La primera y la tercera de estas reglas derivan de la -Rhetarica ad Herennium, la segunda y la cuarta, del De memoria et reminiscentia aristotélico. No. es casual que en el comentario al De memaria se elimine la primera regla y la tercera se adapte al texto aristotélico excluyendo la referencia a la construcción de los lugares,18 3. "ARs
MEMORATIVA" y "ARs PRAEDICANDI" EN EL SIGLO XIV
En los tratados de ars m:emarativa escritos entre los siglos XIV y aparecen a menudo citados al lado de Aristóteles, Cicerón, el seudo-Cicerón, QuintiIiano, San Alberto y Santo Tomás, los nombres de Platón (por el Timeo, IV, 26b, que hace referencia a la mayor capacidad mnemotécnica de la adolescencia), de Séneca (que en De beneficiis, IlI, 2-3-4-5toca, a propósito de la memoria, tanto el tema de la "frecuencia" como el del "orden") y de San Agustín (por sus conocidos pasajes acerca de la memoria en el libro X, cap. 8 de las Canfesiones y por las breves referencias a este tema en De Trinitate, IX, 6). Esta breve lista de "autoridades" es sufi· ciente para mostrar en qué medida esa tratadística de ars memarativa que se difunde ampliamente en Europa después del siglo XIV se remite a una tradición muy antigua y jamás interrumpida. A través de una vasta producción, esta tradición se había venido desarrollando de acuerdo con líneas y planos diferentes. Mientras que el texto aristotélico se enfrentaba con cuestiones relacionadas con el problema de la sensación (na es casual que los comentarios medievales de De memO'ria et re:miniscentia aparezcan· siempre relacianados con las de De sensu et sensato), la imaginación y las XVII,
18 Santo Tomás de Aquino, In AristoteZis libros de sensu et sensato, cit., 371: "Si ergo ad bene memorandum vel reminiscendum, ex praemissis quatuor documenta utilia addiscere possumus. Quorum primum est, ut studeat quae vult retinere in aliquem ordinem deducere. Secundo ut profunde et intente eis mentem apponat. Tertio ut frequenter meditetur secundum ordinemo. Quarto ut incipiat reminisd a principio."
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relaciones entre alma sensitiva y alma intelectiva, los textos de Cicerón, de Quintiliana y del seudo-Cicerón se movían en un plano típica y exclusivamente "retórico", remitiéndose al arte de la memoria como a una técnica cuyas tareas y problemas se agotaban en el plano de una funcionalidad y en virtud de los fines particulares del orador. Desde el De rhetorica de Alcuino hasta el intento de Juan de Salisbury por revivir los ideales de la eloquentia y al Speculum maius de Vicente de Beauvais, toda la gran retórica medieval se ubica baja el signo de las obras ciceronianas.19 Por lO'tanto, como ha sido justamente señaladO',se puede hablar de retórica escolástica sólo en el caso en que se elimine casi por completo del término "escolástica" toda referencia a la "autoridad" de Aristóteles. En la obra de San Alberto y de Santo Tomás aparecen por primera vez estrechamente relacionados los dos planos sobre los que se había venido desarrollando, durante el Medievo, el tratamienta de la memoria: el plano "especulativo" y el "técnico". La psicolagía raciO'nal de Aristóteles constituye, para los dos grandes maestros de la escolástica, el marco dentro del cual se ubicaba, se insertaba y justificaba esa técnica, misma que había tenido su máxima expresión cO'nCicerón y la rhetorica secunda. Como lo ha subrayado F. Yates/o este trasfondo rígidamente racionalista de la mnemotecnia albertino-tomista constituye probablemente la base del intenta, llevado a cabo por San Alberto y Santo Tomás, de desligar de manera clara las técnicas de la memoria artificial del plano mágicoocultista del ars notoria o de un arte "mágico'" de la memoria 19 De A1cuino, cf. la Disputatio de rhetorica et de virtutibus sapientissimi Regis Karli et Albini magistri (en Migne, P. L., CI, 9'19-950,en Halm, Rhetores latini minores, 523-550,y ahora en la traducción inglesa de W. S. Howell, The Rhetoric of Alcuin et Charlemagne, Princeton, 1941). En el tratado de las cinco partes de la retórica (tratado que reproduce directa o indirectamente el tratado ciceroniano), se limita a afirmar que el arte de la memoria ha sido recomendado por Cicerón. En el De dialectica (Migne, P. L., col. 952), la lógica se subdivide en dos partes: dialéctica y retórica. Mientras que el tratado de la dialéctica derivaba de Isidora, de Boecio y del anónimo Categoriae de<:em (considerado traducción agustiniana de las Categorías aristatélicas), el tratado de la retórica, basado en la división de las cinco grandes artes del De inventione, era muy cercano (como 10 ha hecho notar HowelI) al espíritu del tratado ciceroniano. Referencias más amplias a la memoria aparecen en Marciano Capella, V, en que se refiere al episodio de Simónides yen la N01!issima Rhetorica de Boncompagno escrita en 1235, en que se nos remite a un "alfabeto imaginario" como instrumento para el arte de la memoria. Léase el pasaje de Boncompagno sobre la memoria en la transcripción de Tocco, Le opere latine, cit., p. 25 del Cod. marciano lato cl. X, 8, f, 29 v. Páginas importantes sobre la retórica medieval escribió E. R. Curtius, Euro-· paische Litteratur und lateinisches Mittelalter, Berna, 1948 (trad. francés, París, 1956, pp. 76-98). [Hay edición del Fondo de Cultura Económica con el título Literatura europea y Edad Media latina,] 20 F. A. Yates, The Ciceronian Art of Memory,cit., p. 887.
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entendido como "arte suma" o como clave de la realidad universal. En el ars notoria, comO'sucederá más tarde en algunos textos del pleno y del tardío Renacimiento, el problema del arte de la memoria aparece estrechamente relacionado con un arte secreto o scientia perfecta capaz de conducir ad omnium scientiarum et naturalium artium cognitionem mediante la conjunción de las reglas del arte con fórmulas de invocación, figuras místicas y plegarias mágicas.21 De cualquier manera, es ciertO' que sobre esta vía inaugurada por los dos grandes dominicos, es decir, la vía de una síntesis entre las doctrinas aristotélicas y las ciceronianas, se moverán no pocos de los escritos sobre arte mnemotécnico. Sobre esta línea se encuentra claramente, por ejemplo, el dominico Bartolomé de San Concordia (t 1347). En el capítulO' dedicado a "esas cosas que benefician la buena memoria", incluido por él mismo en Los adiestramientos de los antiguos, el fraile Bartolomé (después de haber hecho referencia a la Rhetorica ad Herennium, al Timeo¡ al De memoria y al segundo libro de la Retórica de Aristóteles y al Ars poetica de Horacio) cita ampliamente una parte del comentario de Santo Tomás al De memoria y de la "segunda de la segunda" de la Summa: "De aquellas cosas que el hombre quiera acordarse tome algunas semejanzas convenientes, pero no del todo comunes, ya que las cosas poco usuales nos maravillan aún más ... Es aconsejable que las cosas que el hombre quiera retener en su mente, las ordene de tal manera que acordándose de una se acuerde de las otras." La referencia a la doctrina ciceroniana de los lugares y de las imágenes aparece tanto más explícita cuando dice: "De aquellas cosas de las que queremos tener memoria, debemos colocar en ciertos lugares imágenes y semejanzas." Los ocho "preceptos" expuestos por Bartolomé parecen entonces ser tomados de una síntesis entre los diversos textos a los que él se ha referido: 22 1) aprender desde joven; 2) escuchar atentamente; 3) repensar a menudo; 4) ordenar; 5) empezar por el principio; 6) encontrar semejanzas; 7) no cargar a la memoria con demasiadas cosas; 8) usar versos y rimas. En cambio, ese tratado del siglo XIV escrito en lengua romance sobre la memoria artificial y que fue erróneamente atribuido a Bartolomé, fue inspirado exclusivamente en la Rhetorioa ad Herennium, a pesar de que el autor declare dos veces haberse "separado de Tulio". En este breve escrito aparecen junto a la definición del lugar como "una cosa capaz de poder contener en sí alguna Gtra", y de la imagen como "la representación de aquellas cosas que se 21 Cf. el cap. "Salomon and the Ars notoria" en L. Thorndike, History of Magic and Experimental Science, 8 vals., Nueva York, Columbia University Press, 1923-1956,vol. II, pp. 279-289. 22 Fray Bartolomé de San Concordio, Ammaestramenti degli antichi, disto 9, cap. 8, 28.
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quieren tener en mente", tanto la distinción entre lugares naturales, "hechos por obra de la naturaleza", y artificiales, "hechos por la mano del hombre", como las reglas relativas a la construcción de los lugares y al carácter simbólico de las imágenes: También es aconsejable que la imagen venga acompañada por un signo inherente a ella, tal como a la imagen del rey se acompaña naturalmente el signo de la corona y a los caballeros el signo del escudo ... También conviene que las imágenes sean presentadas de la manera más conveniente a su esencia, tal como a un león se le retrata siempre audaz e impetuoso ... Tal como vemos que siempre en los lugares se colocan las imágenes y en el papel las letras.23 Este tipo de relación entre lugares e imágenes, que remite al Rhetorica ad Herennium, y que permanecerá tres siglos como uno de los axiomas fundamentales del "arte", aparece también en otros textos del siglo XIV: "El arte de la memoria está constituido por dos elementos: lugares e imágenes. Los lugares no se diferencian de las imágenes sino por el hecho de que son imágenes fijas sobre las cuales, como si se tratara de papel, algunas imágenes están dibujadas ... donde los lugares son como materia y las imágenes como forma." 24 Las diversas reglas que aparecen en el tratado ya citado surgen de nuevo en este escrito, aunque con pequeñas diferencias. Sin embargo, además de los textos citados, también la relaciÓn que en muchos casos se establece entre ars memoriae y ars praedicandi da cuenta de la difusión del ars memorativa en los ambientes dominicos del siglo XIV. Lodovico Dolce, que en el siglo XVI fue uno de los más notables difusores de los preceptos de la retórica y de la mnemotecnia, se refería en 156225 a la Summa de exemplis et similitudinibus de fray Juan Gorini de S. Gemigniano (t 1323) 26 como uno de los textos capitales del arte mne23 El texto reproducido en el apéndice, está contenido en los códices Palat. 54 y Conv., sobre todo 1, 47 de la Nacional de Florencia. Otm comentario a la Rhetorica ad Herennium (libro III, caps. XVI-XXIV) está contenido en el códice Aldino 441 de la Bibl. Universitaria de Pavía: cart. secoXV, di cc. 111 con numeración más reciente. El Textus de artificiali memoria está en las cc. 1-20 Inc.: liMopassamo al texoro de le cose trovate et de tutte le parte de la Rectorica custodevole Memoria. Expl.: Con le cose premesse cioe con Studio, Fatiga, Ingeg»o, Diligentia. Finis commenti in particulari." 24 CÓd.Magliab. cl. VI, 5, fol. 67 v. La fecha al final (Explicit et finitus die X mensis junii millesimo CCCCoXXo Indit. XIII per Petrum quondam Ser Petri de Pragha) se refiere a la redacción de la miscelánea que can tiene el códice. Otros pasajes, diferentes a éste y del mismo códice fueron transcritos por Tocco, Le opere latine, cit., p. 27, nota 4. 25 Dialogo di M. Ludovico Dolce nel quale si ragiona -del modo di accrescere et conservar la memoria, en Venecia, después Giavanbattista Sessa et fratelli,
1582, 26
p. 90. La primera edición es· de 1562. (Copia utilizada: Triv. Mor. M. 248.) El texto de fray Juan GO'rinifue publicado en Venecia en 1499:Summa de
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motécnico y lo consideraba junto con Cicerón y Pedro de Ravena como uno de los fundadores del arte. En ese texto, que se presentaba como "utilísimo para los predicadores que deseen hablar de cualquier argumento", la construcción de analogías entre vicios y virtudes, por una parte, y entre los cuerpos celestes y los movimientos de la Tierra, por la otra, daba lugar a una técnica de construcción de imágenes que permitía al predicador hacer una exposición ordenada y así estimular la fantasía de los que lo escucharan. Al lado de preocupaciones de este tipo, existía un verdadero y particular interés por una técnica de la memoria entre los cultivadores de esa scientia quae tradit formam artificialiter praedicandi,27 que había tenido amplísima difusión en el siglo XIV.28 En ese singular producto de la cultura que fue el ars'praedicandi medieval, las exigencias de la persuasión retórica, de la construcción de imágenes capaces de dar lugar a emociones controlables, se unen con los preceptos relativos al orden y el método concebidos como instrumentos para imprimir en la memoria los contenidos y la forma de la oración. 4.
TÉCNICAS DE LA MEMORIA EN EL SIGI.;O XV
Esa característica temática especulativa que sirve de fondo a los tratados de San Alberto, de Santo Tomás y del fraile Bartolomé es completamente abandonada en muchos de los tratados del siglo xv. Así sucede, por ejemplo, en los Artificialis memoriae regulae de Jacobo Ragone de Vicenza, escritos en 1434 y conservados en varios manuscritos.29 El interés del autor se dirige exclusivamente exemplis et similitudinibus rerum noviter impressa. Incipit summa insignis et perutilis praedicatoribus de quacunque materia dicturis fratris J ohannis de Sancto Geminiano, Impressum Venetiis per JohaillJem et Gregorium de Gre-
goris, 1499' die XII Julii. 27 La expresión es de Roberto de Basevom, autor de una Forma praedicandi escrita en 1322. El texto ha sido publicado en apéndice al volumen de Th. M. Charland, Artes praedicandi, contribution a l'histoire de la rhetorique au Moyen Age, Paris-Ottawa, 1936, p'. 233. Véanse los catálogos de las mss. compilados por H. Caplan, Mediaeval Artes praedicandi. A Hand-List y A Supplementary Hand-List, en ''Comell Studies in ClassicalPhilology",XXIV y XXV (1934-19'36) y, del mismo autor, A late Mediaeval Tractate on Preaching, en
el vol. Studies in Rhetoric and Public Speaking in Honour of S. A. Winans,
Nueva York, 19'25, pp. 61-911. 28 Cf. Thomas Waleys, De modo componendi sermones, en Th. M. Charland, Artes praedicandi, cit., p. 370. 29 En el códice marciano el. VI, 274, el tratada de Ragon se conserva en dos ejemplares (de diferente mano), ff. 15-34 Y 53-66. Un tercer ejemplar está en el códice marciano el. VI, 159, un cuarto en el cód. T. 78.supode la Ambrosiana. Las diferencias son leves. Los pasajes aquí citados fueron transcritos del códice marciano 274, ff. 53-56; se ha recurrido, para la comprensión
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al examen muy detallado lugares:
de las técnicas
de investigación
LAS IMAGENES y LOS LUGARESDE LA MEMORIA de los
Por mandato tuyo, príncipe ilustrísimo, reuní y dediqué a tu nombre, en este libro, las reglas de la memoria artificial, en el orden en que las hemos practicado a una en días anteriores, habiendo imitado no sólo los pensamientos, sino también la mayoría de las palabras mismas de Marco Tulio Cicerón y de otros filósofos dignísimos, que escribieron muy precisamente sobre este arte. Tomando a Cicerón como preceptor y a Santo Tomás de Aquino como testigo, la memoria artificial se realiza en dos cosas, esto es, en los lugares y en las imágenes. Pues consideraron que los lugares eran necesarios para pronunciar las cosas en serie y retenerlos de memoria por largo tiempo, por lo cual Santo Tomás dice que conviene que las cosas que alguno quiera retener de memoria, las disponga con aquella consideración ordenada, de manera que proceda fácilmente de una cosa memorizada a otra. También Aristóteles dijo, en el libro que escribió sobre la memoria: "Recordemos a partir de los lugares." Por tanto, son necesarios los lugares para que en ellos se adapten las imágenes como en seguida se demostrará, más abajo. Pero tomamos las imágenes para afirmar los intentos, por lo cual Tomás ha alegado: "Conviene ---'dijo- que el hombre adopte ciertas semejanzas convenientes de las cosas que quiere recordar." D~spués de referirse rápidamente a las fuentes ciceroniana y tomista, Ragone aborda de manera más articulada que los autores por él citados las características de la memoria "local": Sin embargo, los lugares difieren de las imágenes sólo en esto: en que los lugares no son esquinas, como piensan algunos, sino que las imágenes están fijas sobre ellos, como sobre papel; otras imágenes, borrables, se pintan como letras, por lo cual los lugares son como la materia y las imágenes, como la forma. Difieren, pues, como lo fijo y lo no fijo. Este arte, empero, se agota en cien lugares, hasta donde es útil para la integridad del mismo. Pero, si agradaran a Tu Excelsitud, podrás encontrar otros lugares, de la misma manera, mediante su semejanza. Pero conviene absolutamente que se señalen y se tengan firmemente en la mente los lugares mismos, no sólo con diligencia buena, sino con la mejor, y con empeño, de manera que puedas recitados en modo directo y retrógrado, y junto a la cuenta de sus números. De otro modo, empero, en vano se intentará todo. Es útil, pues, que se guarde la medida en los lugares, para que no de los pasajes dudosos, tanto al otro ejemplar contenido en el mismo códice como al Cód. T. 78 supode la Ambrosiana, ff. 1-21v. El texto de Ragon está dedicado al marqués de Mantua: "Ad illustrissimum principem et armorum ducem Iohannem Franciscum Marchionem Mantue. Artificialis memorie regule per Iacobum Ragonam vicentinum." En cambio, en el Cód. de la Am· brosiana, el título es: Tractatus brevis ac solemnis ad sciendam et ad canse. guendam artem memoriae artificialis ad M. Marchionem Mantue.
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exista una distancia demasiado breve o demasiado remota entre ellos, sino una moderada, como, por _ejemplo, de seis u ocho o diez pies, o del tamaño aproximado de una cámara; y que no haya en ellos demasiada claridad u obscuridad, sino una luz mediana. Y la razón es que las cosas demasiado claras u obscuras ocasionan que la búsqueda de la fuerza imaginativa sea una demora y, por consiguiente, por la dispersión de las cosas que han de ser representadas, o por la excesiva insistencia en ellas, retardan la memoria, así como el ojo de quien lee es empujado al tedio, si las letras están demasiado separadas, o malamente compuestas, o demasiado marcadas. El tamaño de un lugar, empero, no ha de tomarse tan módico, que parezca, en número, abarcar la imagen, porque el pensamiento aborrece la violencia, como si quisieras tomar, como lugar, el agujero donde la araña teje sus telas, y quisieras colocar en él un caballo: no 'parecería, en modo alguno, que pudiera caber un caballo; sino que el tamaño de los lugares mismos ha de tomarse de modo que encuentres en seguida lo señalado distintamente, como más abajo. Por lo tanto, los lugares deberán ser colocados de manera que posibiliten una lectura fácil y rápida; su distancia y su amplitud han sido establecidas sobre la base de observaciones de naturaleza psicológica. Es necesario, entonces, con base en observaciones del mismo tipo y teniendo en cuenta determinadas asociaciones que se presentan entre los diversos contenidos de la memoria, proceder a una elección del "edificio" en el que deberán ser colocados los lugares y, por consiguiente, las imágenes: Es oportuno también que los lugares no estén en un lugar demasiado usado, como son las plazas y las iglesias, ya que la excesiva costumbre y la representación de otras cosas ocasionan perturbación y no muestran una representación clara de las cosas, sino una confusa, lo que ha de evitarse con sumo afán, porque si establecieras un lugar en el foro, y en él colocaras un simulacro de cualquier cosa, cuando quisieras acordarte del lugar y del simulacro, las entradas, los regresos, el tránsito frecuente y la continua nadería de la gente conturbarían tu pensamiento. Procurarás, por tanto, tener una casa que esté libre de cosas móviles, y vacía absolutamente, y cuida de no asumir, como lugares, las celdas de los hermanos, a causa de su excesiva semejanza, ni los hostales de las casas, porqu~, como no habrá para ti ninguna diferencia, o una pequeña, por ello tendrás confusión. Ten, por tanto, una casa en la cual haya veinte lugares, entre cámaras, salas, cocinas, escaleras, y cuanto mayor sea la disimilitud en los lugares mismos, tanto más útil. y que las cámaras y los restantes (cuartos) no sean excesivamente grandes o pequeños, y, en cualquiera de ellos, harás cinco lugares, aproximadamente a la distancia dicha más arriba, es decir, de seis u ocho o diez pies. Y comienza de tal manera que, caminando siempre desde la derecha o desde la izquierda, en cualquiera de esos dos modos, sea muy cómodo para' ti, por la disposición de la casa; no sea oportuno que retrocedas. Pero, así
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como en un asunto proc~de una casa, que así se continúen tus lugares, en el orden de una casa, para que sea muy fácil la impresión a partir de un orden natural. Con la misma minuciosidad, el autor anónimo de otro texto manuscrito,3D probablemente del mismo periodo y de los mismos ambientes culturales, se detiene en las características "materiales" de los lugares -tamaño, luminosidad, no uniformidad, etc.- y en la elección y función de las imágenes: Sobre el orden de los lugar.es. Acerca del conocimiento y del orden
de los lugares, debéis saber que, en la memoria artificial, el lugar es como el papel en la escritura, porque se escribe en el papel cuando un hombre quiere recordar, y no se cambia el papel. Así, los lugares deben ser inmóviles, esto es, se dice que un lugar debe tomarse una sola vez, y nunca dejarse o cambiarse, como el papel. Después, sobre tales lugares, se han de formar las imágenes de las cosas o de los nombres que queréis recordar, así como se escriben cosas en un papel, cuand0' un hombre quiere recordar. Sobre la forma de los lugares. Los lugares deben estar hechos y formados así: que no sean demasiado pequeños a demasiado grandes, como, verbigracia, no debes tomar, como lugar, una casa o una tierra o una escalera, ni tampoco, como dije, un lugar demasiado pequeño, como una piedra pequeña ni un agujero u otra cosa tal. Y la razón es ésa: pues el intelecto humano no acoge cosas grandes ni pequeñas, y la imagen se desvanece; sino que debes tomar lugares medianos, es decir, un término claro y no demasiado obscuro, y no debes, pues, tomar lugares en un lugar demasiado solitario, como en un desierto o en un bosque, ni en un lugar demasiado usado, sino en un lugar mediano: es decir, no demasiado usado ni demasiado desierto. Y señala que debes saber bien los lugares y emplearlos en número quinario, esto es, de cinc0' en cinco. Y debes saber que los lugares no deben ser disímiles como, por ejemplo, que sea una casa el lugar primero, que el lugar segundo sea un pórtico, que el lugar tercero sea una esquina, que el lugar cuarto sea el pie de una escalera, que el lugar quinto sea la parte alta de la escalera. Y señala que, en el quinto o décimo lugar, debes poner una mano áurea, o un emperador Las pasajes citados en el texto han sido transcritas del códice marciano cl. VI, 274, ff. 41-49. (Ars memoriae artificialis incipil. Ars memoriae artifi. cialis, pater reverende, est ea qualiter horno ad recordandum de pluribus pero venire potest per memoriarn artificialem de quibus recordari non possit per memoriam naturalem.) He consultado otras tres ejemplares del mismo tratáda: el Vatic. lato 3678, ff. 2 r- 4 r (lnc.: Practica super artificiali memoria. Pater e reverende domine. Quatenus horno ad recordandum), en el que sólo aparece el camienzo del tratada; el Vatic. lal. 4307, ff. 7~85 v. (lnc.: Ars memoriae artificialis est qualiter horno ad recardandum de pluribus pervenire possit), en el que aparece el tratado casi completo; el Vatic.lat. 5129, ff. 60-64 v. (lne.: Ars memoriae artificialis est qualiter horno) que, al igual que el Vat. lato 3678, se interrumpe después de las primeras páginas. En el f. 68 r se repite el comienzo del tratado. 3D
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sobre el quinto o décimo lugar (el cual emperador esté vestido bien e imperialmente), o bien alguna otra cosa maravillosa o deforme, de manera que puedas recordar mejor. Y estas cosas basten en cuanto a la forma de los lugares. Ahora debe verse, empero, sobre las imágenes que han de ponerse en los lugares antedichos. Sobre las imágenes. Hay que saber, pues, que las imágenes son como la escritura, y los lugares como el papel. Por lo cual se señala que quieres recordar o nombres propios, o apelativos, (nombres) griegQ;S,o (nombres) de lQ;Scuales no comprendes su significado, o embajadas, o argumentos, o sobre otras cosas que ocurren. Supongamos primero, por tanto, que yo quisiera recordar nombres propios. Así pues, debes poner las imágenes en el propio lugar conveniente, y esto hecho así: cuando quieras recordar a un rico que se llama Pedro, pondrás inmediatamente un Pedro a quien tú conozcaS', que sea amigo o enemigo tuyo, ó con quien hayas tenido alguna familiaridad; que el cual Pedro haga algo ridículo en aquel lugar, o algo inusitado, o que diga algo semejante ... En segundo lugar, pondrás un Alberto a quien tú conozcas, como arriba, por modos diversos, esto es, que el susodicho Alberto quiera hacer algo inusitado o deforme, como que se cuelgue, y como arriba. En tercer lugar, si quieres recordar el nombre de su caballo, pondrás allí un caballo blanco, más grande que la medida de los otros, y que golpee a algún amigo o enemigo tuyo con las espuelas, o con las patas anteriores, o que haga algo semejante, como arriba.
°
A partir de la lectura de estos textos podemos hacernos una idea bastante precisa de 10 que era el "funcionamiento" efectivo del ars memorativa de origen "ciceroniano". El calificativo no es inútil ya que la mnemotecnia lulista y la de los aristotélicos está fundada en procedimientos muy diferentes. Para realizar el arte mnemotéc'nico es necesario, en primer lugar, disponer de una especie de estructura formal, que una vez establecida pueda ser utilizada siempre para recordar una serie cualquiera de: cosas o de nombres (res aut verba). Esta estructura formal o fixa y que puede emplearse siempre -llamada mapa o forma- se construye de modo arbitrario: se elige una localidad (edificio, pórtico, iglesia, etc.) que puede ser "fantástica" o ya conocida y se fija en su interior cierto número de lugares. El carácter arbitrario o convencional de esta elección queda limitado por cierto número de reglas que tienen que ver con: a) las características de la localidad y de los lugares (amplitud, soledad, luminosidad, etc.); b) el modo en que deben ordenarse los lugares mismos. La mayor o menor amplitud de la estructura formal condiciona la cantidad de contenidos que pueden ser insertos en ella. En el caso en que se haya construido un total de cien lugares, podrá utilizarse esta estructura para recordar una cantidad de nombres y objetos hasta un máximo de ciento (se dedicarán muchas discusiones al problema de la multiplicatio locorum y a la' progresiva ampliación de la estructura).
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La estructura farmal así abtenida se presta para ser "llenada" cDntenidas mentales de cualquier naturaleza y que pueden variar en cada acasión (imagines delebiles a materia o scrittura). Para llevar a cabo. este "rellena" se recurre a las imágenes que deben simbDlizar, de la manera más canveniente que permita estimular en fDrma duradera a la mente, las casas a las términas que se quieren recardar. También aquí, la arbitrariedad en la elección de las imágenes queda limitada par reglas que tienen que ver can: la "manstruasidad" a "extrañeza" de las imágenes y su carácter directamente evacativa decantenidas. Cada imagen va colocada "pravisianalmente" en cada lugar, en f-unción del recuerdo de una serie particular de nambres o. de casas. Recarrienda mentalmente, en forma semiauta- mática, la lacalidad preseleccianada a la estructura canstruida, se pueden tener inmediatamente presentes, a través del llamada de las imágenes y la sugestión que éstas provocan, los términas o las ea" sas que pertenecen a la serie que se quería reco.rdar. Dada la estructura fija de las lugares, los términos y las co.sas reaparecerán en su orden ariginal y este arden podrá ser invertida cama se desee. El prablema de la dispositio locorum y de la farmación de las imágenes acupa, en los tratados a lDSque nos hemos referida, un lugar muy impartante. La mayar parte de las tratados de los siglos xv y XVI31 insistirá exactamente en este tipo de cDdificaciones. El carácter casi exclusivamente "técnica" que van asumiendo. estas tratados nas explica su unifarmidad. Los autDres que se acupan del ars memorativa no. se presentan como. inventores, sino., siempre, cama "clarificadores" del arte; se limitan a trasmitir una serie de reglas ya codificadas, tratando. de exponerlas en fDrma particularmente accesible y d~ llegar, si es posible, a alguna integraciÓn a mejaría. Quizá, a través de la reducción de las reglas a un farmularia esquemática,32 el arte debe ser accesible de manera fácil par
31 V éanse, por ejemplo, además de los dos mss. de la Ambrosiana (T. 78 sup., ff. 22-26Y ff. 27 v.-32 V., este último también en el Cód. Angelica 142, ff. 83-87)que aparecen en el apéndice, el Cód.marciano el. VI, 292 (lnc.: De Memoriae loeis libellus) y, en la Casanatense, el Cód. 1193(E. V. 51) ff. 2932 v. (Liber seu ars memoriae localís). Un breve tratamiento de los mismos problemas en latín vulgar aparece en el Cód. Riccardiano 2734,ff. 30-32(lnc.: Yo, Michele di Nofri di Michele di Mato del Gioganti, tenedor de libros, mostraré el principio para aprender el arte de la memoria, arte que me enseñó el maestro Niccholo Ciew de Floreneia en 1435,en diciembre, cuando llegué a esa ciudad, y que aprendí comenzandopor colocar lugares en mi casa. Expl.: Y estas son las ocho figuras descritas de la memoria artificial y todos los modos, actos y cosas que pertenecen a ella. Estudia y aprende de manera madura y llegarás a perfeccionar y a conocer verdaderamente esta ciencia). 32 Es lo que sucede en el Cód.1, 171inf. de la Ambrosiana, f. 20 v.: "Regulae artificialis memoriae. Locorum multitudo; locorum ordinatio; locorum meditatio; locorum solítudo; locorum designatio; locorum dissimilitudo; locorum mediocris magnitudo; locorum mediocris lux; locorum distantia; locorum fictio. Locorum multiplicatio: addendo diminuendo per sursum etdeorsum,
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y sabre tada rápidamente. Es útil insistir en el carácter "técnica" de estas tratados para entender las finalidades que se proponían. El arte "ciceraniano" de la memoria aparece en el siglo.xv carente de finalidades y de objetivos de carácter especulativo; se o.frece coma instrumento útil para llevar a cabo. las más variadas actividades. El tratado manuscrito de Guardi (¿a Girardi?) 33eximii doctoris artium et medicinae magistri se prapane, por ejemplo.,enseñar a recordar: los términos sustanciales y accidentales, los autores citados (auctoritates), los discursos camunes, el contenida de las letras, de las colecciones y de los libros de histaria, las argumentaciones y los discursos científico-filasóficos, las poesías y las términos que pertenecen a lenguas desconocidas y las artículos del código. Todos las textos que se presentan de alguna manera como adaptación de las reglas de la mnematecnia con la finalidad de una victoria en las discusiones,34 insisten en la fo.rma de recordar las embajadas, los testimonios y los argumentos. per antrarsum et retrorsum, per destrarsum et sinistrorsum. lmaginum: alia in tatO' similis; alia in tato dissimilis: per oppositionem, per diminutionem, per transpositionem locorum, per alphabetum, per transuptionem locorum, per laquelam." Véase también, siempre en la Ambrosiana, el Cód. E. 58 sup., f. 1: "Ars memoriae. Locorum multitudo, ordinatio, permeditatio, vacuitas sive solitudo, quinti ,loci signatia, locarum dissimilitudo, mediocris magnitudo, mediacris lux, distantia, fictin. Locus multiplícatur: addendn, diminuenda, mutando (per sursum, denrsum, antrorsum, retrorsum, dextrorsum et sinistrorsum), mensuranda (langum, latum, profundum). Idolorum: aliud in toto simile, aliud in toto dissimile per contrarium, per consuetudinem, per transpositinnem (per alphabetum, sine alphabeto), aliud parum simile per compositionem, per diminutionem, per transpositionem, per trasunptionem (literarum vel sillabarum), per loquelam." Del pequeño tratado aquí transcrito del Cód Ambrosiano E. 58 sup., existe otro ejemplar, casi idéntica en el ms. 90,f. 84 v. de la Casanatense. La idea de hacer accesible el arte de manera rápida mediante un esquema aparece estrechamente asaciada a la otra idea acerca de una serie de versos mediante los cuales se pudiera fijar cnn rapidez en la memo. ria las reglas del arte. Véanse por ejemplO'los versos a los que recurre el maestro Girardus en el tratado contenido en el Cód. T. 78 supo de la Ambrosiana y, en otro ejemplar, en el Cód. 142 de la Angelica (véase el Apéndice), y el Tractatus de memoria artificiali carmine scriptus que he consultado en el Cód. R. 50 supode la Ambrosiana (f. 91 r.). 33 Ambrosiana T. 78 sup., ff. 27 v. - 32 v. Otro ejemplar en el ms. 142(B. 5 12) de la Angelica, ff. 83-87. 34 Cf. el ya citada Cód. marciano el. VI, 274.ff. 43 r., 43 V., 44 r.: "De amo basiatis recordandis. Si vis recordari unius ambasiate quam facere debes, pone in loco imaginato ut superius scribebam... Si ambasiata est nimis prolíxa, tunc pone unam partem ambasiate in una loco et aliam partem in uno alía lnco ut supra, quia memoria naturalis adiuvabit te. De argumentis recitandis. Argumenta si recitare velis.. '. De testis record<1ndo. Si vis recardari unius testis ponas primam particulam in illo loco, primam in primo, tertiam in tertio et sic de aliis successive... " Pero véase también el Cód. Ambrosiano T. 78 sup., f. 25 v.: "Ambasiatas vero si eommode valueris recordari ...." 'Varios tratadas insisten en la construcción de argumentos. Véase, por ejemplo, el Cód. Marciana cl. VI, 238,f. 1 v.: Tractatus de memoria artificiali adipis-
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LAS IMAGENES y LOS LUGARESDE LA MEMORIA
Ligada por sus propios orígenes a los propósitos prácticos de la retórica, el ars memorativa se presenta entonces como ayuda para quienes se ocupan en actividades "civiles". El Congestorius artificiosae memoriae 35 de Romberch, texto que tuvo una difusión europea en el siglo XVI, se dirige a teólogos, predicadores, profesores, juristas, médicos, jueces, procuradores, notarios, filósofos, profesores de artes liberales, embajadores y mercaderes. 5.
LA "PENICE"
DE PEDRO DE RAVENA
Difícilmente es creíble que textos de este tipo pudieran ser de cierta utilidad. Sin embargo, si debemos creer en una serie numerosa de testimonios, los teóricos de la mnemotecnia habían llegado a resultados de cierta importancia. El célebre Pedro de Ravena (Pietro Tommai), autor de un tratado de memoria artificial (Venecia, 1491),36 que tuvo grandísima resanancia e influyó en la obra de Bruno, afirmaba que podía disponer de más de 100000 lugares que había conscenda eaque adhibenda ad argmnentandum et respondendum (Inc.: Ne in vobis, fratres, imo fili carissimi opus omittam devotionis). 35 Cangestorius artificiosae memoriae Joannis Rombereh de Kryspe, omnium de memoria praeeeptione aggregatim compleetens. Opus omnibus Theologis, praedwatoribus, pmfessoribus, iuristis, iudieibus, procuratoribus, advoeatis, notariis, medieis, philosophis, artium liberalium professoribus,insuper mercatoribus, nunciis, et tabelariis pernecessarium, Venetiis, in aedibus Georgii de
Rusconibus, IX Iulii,
1520
(copia utilizada Triv. Mor. L.
561).
Phoenix seu artifieiosa memoria domini petri Ravennatis memoriae magistri, Bernardinus de Choris de Cremona impressor delectus impressit Vene36
tias die X Januarii, 1491. Una copia de esta edición original, a cargo del mismo autar, aparece junta a Qitrosdos incunables en el citado Cód. marciano cl. VI, 274, ff. 82~97 v. A esta primera edición se refieren las citas del texto y las que aparecen en el apéndice. Las regulae de la pequeña obra del Raveniano (desde la primera hasta la decimosegunda) están en el Cód. Vat. lato 6293, ff. 19'5-199 (lnc.: Fenix domini Petri ravennatis memoriae magistri. Expl.: Finis. Deo gratias matrique Mariae), y son también reproducidas en parte en el Cód. Aldino 167 (sec. XVI de cc. 82) de la Bibl. Univ. de Pavía. Cf. en cc. 63-66 v.: Inc.: Magister Petrus de memoria. Expl.: Expliciunt regulae memQiriaeartis egregii ac memorandi viri Petri Magistri de Memoria. Sobre Pedro de Ravena, ef., además del Tiraboschi, Storia della letteratura italiana, Modena, 1787-1794, VQil.VI,pp. 566 ss.; Borsetti, Historia Gymnasii Ferrariae, vol. lI, pp. 37-40; P. Ginanni, Serittori ravennati, vol. lI, pp. 419 ss. En la Classense de Ravena, véast:, para una biografía, el Cód. Mob. 3.3.H2.10, que contiene la genealogía de la familia Torrnmai.Las razones del término Phoenix que aparece en el título son aclaradas par el misma PedrQi: "Et cum una sit Foenix et unus iste libellus, libello si placet Foenicis nomen imponatur." Pero al fénix hacen referencia, en el miSIl10sentido, también otros escritos: véase, por ejemplo, en el Cód. Palat. 885 de la Nacional de Florencia, en los ff. 314-323 v. el Liber qui dicitur Phoenix super lapidem philosophorum (Inc.: Past diuturnam aperis fatigationem. Expl.: de lapide philasophorum natura et compositione sive fixione qruaedicta sunt abserventur. Deo gratias. Finis).
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truido para superar a cualquiera en el conocimiento de las Sagradas Escrituras y del derecho. "Cuando abandono mi patria -escribíapara visitar como peregrino las ciudades de Italia, puedo decir verdaderamente omnia mea mecum porto, y, sin embargo, no dejo de construir lugares para la memoria." 37 Nuestro Pedro, que apenas tenía 20 años, había demostrado frente a su maestro de jurisprudencia en la Universidad de Pavía, Alessandro Tartagni, ser capaz de recitar de memoria totum codioem iuris civilis, el texto y las glo· sas, y de repetir palabra por palabra las lecciones de Alessandro. Años más tarde, en Padua, había impresionado al colegio de canó. nigos regulares al recitar de memoria algunas prédicas que había escuchado una sola vez. En varias ocasiones, él habla de su habilidad; en estas páginas se conjuga una conciencia de autopropaganda con el deseo manifiesto de despertar admiración en el ánimo de sus lectores: La universidad de Padua es mi testiga: todos los días leo sin necesidad de ningún libro mis lecciones de derecho canónico, exactamente como si tuviera el libro frente a mis ojos; recuerdo de memO'ria el texto y las glosas y no omitO'ni la más mínima sílaba ... He colocado veinte mil pasajes de derecho canÓnico y civil en diecinueve letras del alfabeto y, en el mismo orden, también siete mil pasajes de los libros sagrados, mil poesías de Ovidio ... doscientas sentencias de Cicerón, trescientos dichos de filÓsofos, la mayor parte de la obra de Valerio
Máximo ...
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Los testimonios de Leonor de Aragón aparecen menos sospechosas que los del interesado; ella llamaba a toda la ciudad de Ferrara para que fuera testigo de la prodigiosa memaria del Raveniano,39 o de Bonifacio del Monferrato que, después de comprabar su extraordinaria virtud, lo recomendaba efusivamente a las reyes, a los príncipes, a los "magníficos capitanes" y a los nobles italianos. La grandísima fama de la que gozaba esta singular figura de jurista en Italia y Europa estaba basada no tanto en sus indiscutibles conacimientos jurídicos como en el hecho de que éste se presentaba como la viva demostración de la validez de un arte en el que estaban puestas las esperanzas y las aspiraciones de muchos. Profesor de derecho en Bolonia, Perrara, Pavía, Pistoia y Padua, Pietro Phoenix seu artifieiosa memoria, cit., f. 87 v. Ibidem, ff. 92 v. - 94 v. ( ef. los pasajes que aparecen en el Apéndice). Pero véase también todo la que escribe Ravena en el f. 88 r.: "In magna nobilium 37
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corona, dum essem adolescens, mihi semel fuit propasitum ut aliqua nornina hominum per unum ex astantibus dicenda recitarem. Non negavi. Dicta erga sunt nornina. In primo loco posui amicum illud nomen habentem, in secundo similiter, et sic quot dicta fuerunt, tot collocavi, et collocata recitavi." 39El texto de la carta de Leonor de Aragón está en Phoenix seu artificiosa memoria, cit., ff. 82-82c. (cf. el Apéndice).
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LAS IMÁGENES Y LOS LUGARESDE LA MEMORIA
Tornmai contribuyó sin duda alguna a difundir el interés por el ars memorativa en toda Italia. Disputado por el daga Agostino Barbariga de Bugislao duque de Pomerania y por Federico de Sajonia, Pedro vio abrirse frente a él, alrededor de 1497, las puertas de la Universidad de Wittenberg. Después de negarse a aceptar una invitación del rey de Dinamarca, se dirigió a Calonia y de ahí, acusado de mal comportamiento (scholares itali nOn poterant vivere sine meretricibus), fue obligada a regresar a Italia. La notoriedad de este personaje tendrá notables consecuencias: la Phoenix seu artificiosa memoria del Raveniano ejercerá una influencia amplísima en la posteriar producción de mnemotecnia. Todas los teóricos italianos y alemanes de los siglos XVI y XVII se referirán a él como a un excelso maestro. La difusión de su escrito, publicado por primera vez en Venecia, reeditado después en Viena, Vicenza y Colonia, ~raducido al inglés (alrededor de la mitad del siglo XVI) y tomado de una edición anterior en francés, basta por sí mismo para mostrar el interés que despertaba "la memoria local" en ambientes no sólo italianos 40de fines del siglo XVI y la primera decada del XVII. La pequeña obra del de Ravena se cÚ'nstruye de acuerdo con los conocidos esquemas de la tradiciÓn "ciceroniana". Más que en las reglas que se refieren a la busca de los lugares, Pedro pone su atención en la función que ejercen las imágenes. Para ser verdaderamente eficaces, éstas deben ser verdaderos y prapios "excitantes" para la imaginación: Normalmente coloco en los lugares a jóvenes hermosísimas que excitan mucho mi memoria ... y créeme: si me sirvo de jóvenes bellísimas como imágenes me sucede que repito esas nociones que había fijado en la memoria con mayor facilidad y regularidad. Posees ahora un secreto muy útil para la memoria artificial, un secreto que por pudor callé durante mucho tiempo. Si deseas recordar rápido, coloca vírgenes bellísimas en los lugares; de hecho, la memoria se excita en forma maravillosa con la colocación de las jóvenes ... Este precepto no funcionará para aquellos que odian y desprecian a las mujeres y tendrán mayor dificultad en abtener los frutos del arte. Perdónenme los hombres castos y religiosos; tenía la obligación de no callar una regla 40Las edicianes vienesas son de 1541 y de 1600, la edición de Londres, que no tiene fecha, se la considera escrita alrededar de 1548: el tratado es presentado, sin el nombre del autor, por Robert Copland coma The Art of Memory,
tMt otherwise is called the Phoenix, a boke very behauefull and profytable to all professours of science, grammaryens, rethoryciens, dialectyks, legystes, phywsophes and theJologiens. Editado por William Middleton,se presenta como
Ha translation out of french in to englysche". La edición de Colonia es de 1608, la de Vicenza de 1600. Por el renombre que tuvo Ravena en Alemania, es oportuno recordar que Agripa presumía haberlo tenido como maestro y que en el Alphabetum aureum de Ortwin, Colonia, 1508, aparece un amplio elogio de Pedro, maestro de la memoria.
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que me ha procurado elogios y honares en este arte, además de que deseo con todas mis fuerzas dejar excelentes sucesores.41 6.
NATURALEZA
y
ARTE
Obras como las de Romberch y las de Pedro de Ravena tenían, cama se ha dicho, objetivos eminentemente "prácticos"; se dirigían a los filÓsofos sólo en la medida en que éstos, al igual que los médicos, notarios o lÚ's juristas, estuvieran involucrados en cuestiones terrenales. En estos tratados también aparecen motivos, como el de las imágenes, que tienen una estrecha relación con la cultura del Renacimiento, y temas, como por ejemplo el de la relación arte-naturaleza, que habían sido y serán ampliamente discutidos en un campo específicamente filosófiCo. "La memoria local es un arte can el que podemos recordar fácil y ordenadamente muchas cosas de las cuales, con las fuerzas nao turales, no sería posible que tuviéramos una memoria tan ágil y tan especial", se afirma en el Urb. lato 1743.42 Regresaremos sobre este motivo, que ya se encuentra presente en los textos de Cicerón y de Quintiliano, desde diferentes perspectivas y resaltando ciertos puntos. Mientras oponía los resultados del arte a los de la naturaleza, el autor anónimo del ms. lato 274 y que se encuentra en la biblioteca Marciana,43 aproxima el arte mnemotécnico a los otros descubrimientos de la técnica, siente la necesidad de colacar el arte bajo el legendario patrocinio de Demócrito 44 y se presenta como el hombre capaz de clarificar las extraordinarias dificultades y las "oscuridades" que aparezcan en la Rhetorica ad Herennium: El arte de la memoria artificial, reverendo padre, es aquel con el
u Phoenix
seu artificiosa memoria, cit., ff. 88 v., 89 r. 42Urb. lato 1743, f. 428 r. 43 CÓd.marciano el. VI, 274, ff. 41 r. - 41 v. El pasaje citado en el texto, que transcribo del eód. cit., ha sido ya publicado por F. Tocco, Le opere latine di G. Bruno, cit., pp. 29-30, nota 2, que hace referencia al Cód.marciano el. VI, 226. 44Toceo ya ha subrayado cómo aparece repetidas veces en más de un tratado de memorriaartificial el nombre de Demócrito como fundador del arte. Cf. Cód. marciano el. VI, 274, ff. 1-5: Traetatus super memoria artificiali, ordinatus ad honorem egregii et famosissimi doctoris nee non et comitis Troili Boncompagni P. F... Homines enim mortales memoriam labilem ·eonspicientes fuerunt eonati quemadmodum fuit DemO'critus,Simonides et Cicero per artero adiuvare.Pero véase también en el mismo, f. 5, las. Regulae memoriae artificialis ordinatae per religiO'sum sacrae theologiae professorem magistrum Ludoviemn de Pirano ordinis Minorum (Ine.: Democritus atheniensis philosophus,huius artis primus inventor fuit). La referencia a Dem6erito parece basada, como aclara Toceo (p. 30), en el testimoniO' de Aula Gelia (X, 17), según el cual Demócrito se había sacado los ojos para eO'ncentrarse mejor en sus pensamientos.
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cual puede uno recordDr muchas cosas por memoria natural. Debéis saber, en efecto, que la naturaleza se ayuda añadiéndole el arte, como las naves para cruzar el mar, que no pueden cruzar por virtud y modo de naturaleza, mas por virtud y modo de arte; de ahí que hayan llamado al arte los filósofos ayudadora de natura. Porque así como hallaron los hombres diversas artes para ayudar de diversas maneras a la naturaleza, así, viendo la memoria humana falible por naturaleza, trataron de encontrar un arte con que ayudar tal naturaleza. Memoria para que por virtud del arte pudiera recordar el hombre muchas cosas que no podría de otro modo recordar por memoria natural, descubrieron así la escritura y vieron que no recordaban las cosas que habían escrito. Después, con el paso del tiempo, viendo que no siempre podían llevar escritos consigo, ni estaban siempre en condiciones de escribir, inventaron un arte más sutil, de modo que pudieran acordarse de muchas cosas sin escritura alguna, y lo llamaron memoria artificial. El primero en hallar tal arte fue Demócrito, filósofo elocuentísimo, en Atenas, y la declaró mejor y más sutilmente, aunque otros filósofos ya habían procurado declararla. Tulio, perfectísimo orador, trató de esta arte en su libro de Retórica, pero de un modo a tal grado oscuro y sutil que nadie podía entenderlo, a no ser por gracia divina y maestro que le enseñara cÓmo se debe practicar esta arte. 7.
ARTE DE LA MEMORIA, ARISTOTELISMO
y
MEDICINA
Otros escritos de fines del siglo xv, en los que la influencia de los enfoques aristotélico y tomista es mucho mayor que el de la tradiciÓn de la retórica ciceroniana, nos remiten, en cambio, a una atmósfera cultural diferente y a temas relacionados con la "psicología" y la "filosofía" más que con la retórica. Leyendo estos tratados se observa, en algunos casos, el interesante intento por recoger directamente de los textos aristotélicos algunas reglas de la memoria artificial. En este sentido, es típico el De nutrienda memoria, publicado en Nápoles en 1476, en el que Domenico De Carpanis se propone presentar las doctrinas elaboradas por Aristóteles en el De memoria et reminiscentia "condimentadas con la sal del santo doctor Tomás de Aquino".45 El sensus communis es para De Carpanis similar a una selvá gigantesca en la cual se acumulan las imágenes provocadas por cada uno de los cinco sentidos. El intelecto ,actúa sobre este caos en una triple operación: en primer lugar, toma conciencia de las 45He utilizado el Inc. De nutrienda memoria Dominicis de Carpanis de Neapoli, armo domini 1476,ind. IV, die vel'O XVI decembris regnante sere-
nissimo et illustrissimo Domino nostro D. Ferdinando Dei gratia rege Sicilie, Hierusalem et Hungarie, contenido en el cit. Cód. marciano cl. VI, 274, ff. 97-103 v.
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Imágenes; en segundo, las conecta de acuerdo con un orden preciso; en tercero, liga las .cosas similares una con otra recolocándolas in archa memoriae. Cuando se habla de estas cosas, el intelecto, "como si tomara la comida de una despensa, emite las palabras con los dientes del intelecto rumiante".'6 La memoria, a su vez, se mueve en un doble plano: el del sentido y el del intelecto. La memoria sensitiva aparece estrechamente enlazada con el cuerpo y es capaz de retener "sÓlo las cosas corpóreas"; la memoria intelectiva, por el contrario, es "el depósito de las especies eternas". El autor, casi siempre, aproxima las principales tesis de Aristóteles a las citas de pasajes tomados del libro XI del De trinitate de San Agustín. Se relaCiona la doctrina aristotélica del carácter corpóreo de los contenidos de la memoria sensitiva con el pas'aje de San Agustín sobre la memoria de las ovejas que, después de pastar, regresan al redil; se cita la tesis agustiniana de la identidad entre memoria, intelecto y voluntad para confirmar el carácter intelectivo de una de las dos partes en las que se subdivide la memoria. La doctrina de las ayudas (adminicula) de la memoria también siente de cerca la influencia tomista: junto al orden y a la repeticiÓn/7 De Carpanis coloca la similitudo y la contrarietas. Sin recurrir al arte de la memoria "local", el autor llega a fijar algunas reglas recogidas, más que de Cicerón, de la psicología aristotélica.48 Un intento del mismo tipo se halla también en el De omnibus ingeniis augendae memoriae del médico, historiador y poeta de Bérgamo, Juan Miguel Alberto de Carrara, que fue publicado en Bolonia en 1481,49También en este caso, las observaciones de AristÓteles sobre el orden, el paso del símil al símil, sobre la contrarietas se interpretan como verdaderas y propias "reglas" del ars memorativa.50 El texto de Carrara es importante, no sÓlo por estas 46
47 48
Ibidem, f. 97 v .. Ibidem, ff. 98, 99, 102 Ibidem, f. 101 r.
V.
49 He utilizado el Inc. que aparece, alIado de las obras de Pedro de Ravena
y de De Carpanis, en el cód. marciano cl. VI, 274, en las ff. 69-82: Iohannis Michaelis Alberti Carrariensis. De omnibus ingeniis augendae memoriae. Ad
prestantissimum virum Aloisium Manentern inc1iti Venetorum Senatus Secretarium. Impressum Bononiae per me Platonem de Benedictis civem bono· niensem, rcgnante inc1ito principe domino Iohanne Bentivolio, secundo anno incarnationis, dominice 1481 die XXIII Januarii. El médico de Bérgamo, Guglielmo Gratarolo, se referirá ampliamente al texto de Carrara sin citar al autor, en sus Opuscula dedicados a la memoria, Basilea, 1554. Sobre Carrara, ef. Tiraboschi, Storia della letteratura italiana, cit., vol. VI, pp. 688e693. 50 De omnibus ingeniis, cit., f. 72 v.: "Primum est ordo et reminiscibilium consequentia. Cum eam didicimus ex ordine cum connectione et dependentia . si aliquo eorum erimus obliti, facile, repetito ordine, rerninisci poterimus. Alterum est ut et uno simili in suum simile provehamur: ut si Herodoti obliviscamur de Tito Livio recordati latinae bistoriae patre, in Grecaehistoriae
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LAS IMAGENES
y
LOS LUGARES DE LA MEMORIA
derivaciones aristotélicas y por la propuesta de un tipo particular de "memoria local" fundado en la subdivisión del cuerpo de los animales 51 en cinco partes, sino porque muestra la estrecha conexión que se establece, en la tradición aristotélica, entre arte de la memoria y medicina. Remitiéndose a Galeno y a Avicena, Carrara enfrentá en primer lugar el problema de una localización de la memoria; pasa después a discutir las principales enfermedades que obstaculizan el uso de la memoria; se detiene para exponer una serie de reglas referentes al uso de alimentos y bebidas, el sueño y el movimiento; llega finalmente a la formulación de una verdadera y propia receta. También MatteO'lo de Perusa que publicaba en esos mismos años un opÚsculo de medicina mnemotécnica,52 se remitía, junto cO'n Carrara, a la idea de una terapéutica de la memoria, ya presente en el Regimen aphoristicum de Arnaldo de Vilanova y difundido en la medicina medieval. La referencia a Avicena es frecuente en ambos textos; la tesis de Carrara que sostiene que la humedad es un obstáculo para la memoria, ya aparece por ejemplo en los textos del médico árabe; 53 pero el tratado de Carrara, a diferencia del de MatteOolo y de los otros ya examinados, está fundado en numerosísimas lecturas. Además de los ya conocidos clásicos de la memoda, aparecen aquí los nombres de Galeno, Boecio, Rugo de San Víctor, Juan EscotOoy Averroes. 8.
LA CONSTRUCCIÓN DE LAS n"fÁGENES
A través de un contacto con ,la tradición de la medicina y con algunas tesis del aristotelismo, la tratadística sobre el ars memoriae de fines del siglo xv parece acercarse a temas y problemas que revisten un interés, no meramente "técnico", ni sólo "retórico". CuandO', a mediados del siglo XVI, se realice el encuentro entre la gran tradición dellulismO' y el ars reminiscendi de derivación "retórica", serán exactamente los tratados estrictamente técnicos de los "ciceronianos" los que cumplan una función esencial. Ese arte de los lugares y de las imágenes, a pesar de su aparente neutrapatrem Herodotum producemur. Tertium est ut contraria recogitemus ... ut memores Hectoris, reminiscimur Achillis." 51 Ibidem, f. 13. El pasaje puede ser leído, en la transcripción que ha hecho Tocco (Le opere latine di G. Bruno, cit., p. 34, nota 1)... ~2 Véase, por ejemplo: Tractatus clarissimi philosophi et medici Matheoli perusini de memoria et reminiscentia ac modo studendi tractatus feliciter. La obra, no fechada, es de fines del siglo xv e insiste en el régimen que se debe seguir para lograr una buena memoria. Sobre el autor, cf. Tiraboschi, Storia delta letteratura italiana, cit., VI, pp. 462 ss. 53 Avermis Cordubensis, Compendia librorum Aristotelis qui parva naturalia vocantur, en Corpus Comm. Av. in Arist., Cambridge (Mass.), 1949, vol. VII, páginas 10-71.
LAS IMAGENES
y LOS LUGARES DE LA MEMORIA
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lidad y atemporalidad, estaba ligado a la cultura del Renacimiento a través de una multiplicidad de relaciones. Sólo teniéndolas presentes es posible explicar las razones por las que textos a menudo áridos y casi siempre especulativamente inofensivos produjeron una fascinación tan notable en las mentes de Agripa y de Bruno. Quien reflexione sobre la importancia de los signos, de las construcciones y de las alegorías en la cultura renacentista, quien llame a la mente lOostextos ficinianos sobre los "símbOolos y las figuraciones pOoéticas que encierran misterios divinos" y advierta el significado de ese gusto por las alegorías y por las "formas simbólicas" presente en los escritOos de Landino, Valla, Pico y Policiano (y más adelante de Bruno), no pOodrá no resaltar la resonancia que el arte de la memoria en cuanto constructor de imágenes estaba destinado a tener en una época que incorporaba las ideas en formas sensibles, que se deleitaba al transferir la Fiebre y la Fortuna al plano de las discusiones intelectuales, que veía en los jeroglifos la forma a través de la cual se hacía indescifrable, para el vulgo, la verdad, que amaba los "alfabetos" y las iconologías, que concebía la verdad y la realidad como algo que se va revelando progresivamente a través de signos, "fábulas" e imágenes.54 En un texto característico y justamente famoso, AlciatO', al hablar de "un arte de inventar y exco'gitar lOossímbolos", discurría ampliamente sobre las diferencias que existen entre schemata, imagines y symbola.55 Ochenta años después, en un libro igualmente afortunado, el perusano Cesare Ripa presentaba una "descripción de imágenes de las virtudes, vicios, afectO's, pasiO'nes humanas, cuerpos celestes, el mundO' y sus partes", anunciando que su escrito (que es verdaderamente "la clave del alegorismo de los siglos XVII y XVIII") debía servir "para representar cOonsus propios símbolos todo lo que pudiera caer en el pensamiento humano".56 La entrada 54 Sobre estos temas, cf. E. Cassirer, Individuo e cosmo nella filosofia del Rinascimento, Florencia, La Nuova Italia, 1935, pp. 119, 149; Ph. Monnier, Le Quattrocento, Lausana, 1901, pp. 121 ss.; Ch. Lemmi, The Classical Deities in Bacon. A Study in Mythological Symbolism, Baltimore, 1933, pp. 14-19'; P. O. Kristeller, Il pensiero filosofico di M. Ficino, Florencia, Sansoni, 1953,pp. 86 ss.; E. Garin, L'umanesimo italiano, Bari, Laterza, 1952, pp. 120 ss.; Medioevo e Ri. nascimento, Bari, Laterza, 1954, pp. 66-89'. Resulta esencial J. Seznec, La sur. vivance des dieux antiques, Londres, 1940 (en particular sobre la iconología, pp. 95-108); pero cf. además M. Praz, Studies in Seventeenth Century Imagery, Londres, 1939 y F. A. Yates, The Fr8l1ch Academies af the Sixteenth Centu· ry, Londres, 1941, p. 132. Un historiador del arte como W. Waetzold, Durer and his Time, Londres, 19'50, p. 63, llega a conclusiones similares. Cf. también R. J. Clements, Iconography on the Nature and Inspiratian of poetry in Renaissance Emblem Litterature, en PMLA, IV (1955), pp. 781-804. 55 Ornmia A. Alciati Emblemata, Antverpiae, 1581, pp. 11, 13 (copia utilizada: Braid. 26. 11. C. 9). La primera edición es de 1531. 56 Es el título de la Iconología de Cesare Ripa. Utilizo la edición paduana de 1611. La primera edición es de 1'503.
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LAS I.MÁGENES y LOS LUGARES DE LA MEMORIA
memoria se encuentra representada por "una mujer con dos caras, vestida de negro y tiene una pluma en la mano derecha y un libro en la izquierda": las dos caras significan que la memoria abraza, "todas las cosas pasadas, por prudencia, por lo que éstas han de convertirse en el futuro"; el libro y la pluma, símbolos de la frecuente lectura y de la escritura, "demuestran, como se suele decir, que la memoria se perfecciona con el USO".51 En un manual de iconología, escrito en los últimos años del siglo XVI, encontramos de nuevo, por un lado, la antigua idea del uso y de la escritura como ayuda para la memoria (dos siglos más tarde, Hume hablará de. la "laboriosidad" y de la "escritura") y por otro, el eco de esas discusiones sobre la memoria y la "prudencia", que habían apasionado a San Alberto Magno y a Santo Tomás.58 Pero la idea misma de una representación sensible de las "cosas" y de los "términos" y de una "personificación" de los conceptos en la que Ripa (y muchos otros) se inspiraba, guardaba sin duda muy estrechos lazos con la sección de la mnemotecnia que tenía como objetivo la construcción de las imágenes. En el interior mismo de la más ortodoxa tradición del ars memorativa ciceroniana, no faltan expresiones de una sensibilidad particular en relación con el problema de las imágenes. Muchas páginas del Oratoriae artis epitoma (Venecia, 1482) de Iacobo Publicio 59 ayudan a comprender cómo subsistía un lazo real entre estas imágenes y las de las iconologías. Las intentiones simplices y"espirituales", afirmaba Publicio, que no sean ayudadas por alguna similitud corpórea, escapan rápidamente a la memoria. Las imágenes tienen, en efecto, la función de fijar en el recuerdo ideas, términos y conceptos, a través del gesto maravilloso, la crueldad del rostro, el estupor, la tristeza o la severidad. La tristeza y la soledad serán el símbolo de la vejez, la feliz irreflexión, el de la juventud, la voracidad estará expresada por el lobo, la timidez por la liebre, la balanza será el símbolo de la justicia, la hercúlea clava de la fortaleza, el astrolabio de la astrología. Pero sobre todo será oportuno remitirse, en la construcción de las imágenes, a la obra de los poetas, a Virgilio y aOvidio. Sus representaciones de la Fama, de la Envidia, del Ibidem, p. 335. Sobre la Allegaría della prudenza de Tiziano, E. Panofsky escribió, en 19'26,tul espléndido ensayo (ahora reeditado en el vol. The Meaning ot Visual Arts, Nueva York, 1957, pp. 146-168). Sobre la prudencia como "memoria del pasado, ordenamiento del presente, contemplación del futuro", Panofsky hubiera podido citar, al lado de fuentes menos conocidas, también los pasajes de San Alberto Magno y de Santo Tomás de Aquino. Pero es igualmente significativa la penetración, en el campo de las artes figurativas, del antiguo tema de la relación memoria-prudencia. 59 Publicii Iacobi, OratorÚle artis epitoma¡ sive quae ad consumatum spectant oratorem, Venecia, 1482,fue reimpresa en 1485en Venecia y sucesivamente en Augusta en 1490y 1498.Aquí hemos utilizado el lnc. 697 de la Angelica de Roma.
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LAS IMAGENES Y LOS LUGARES DE LA MEMORIA
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Sueño podrán ser tomadas de nuevo felizmente en la collocatio in loeis que hace uso de imágenes extrañas y egregias.60 Símbolos e imágenes en función del recordar: también cuando sea abandonada la idea de una "colocación de las imágenes en los lugares", quedará bien clara la idea de los símbolos y de las imágenes como ayuda para la memoria. La Historia universal probada con monumentos y representada con símbolos de los antiguos, publicada en 1697 por Francisco Bianchini, debía "unir a la facilidad de aprender y comprender, la estabilidad de ordenar y de retener" ; 61 la "pintura propuesta para la portada" de la Ciencia Nueva de Giambattista Vico debía servir al lector "para concebir la idea de esta obra antes de leeda, y para reducida más fácilmente a la memoria".62 Para Vico, como para Hobbes, la memoria era "madre de las Musas". La distinción hobbesiana nos pone frente a un tema recurrente: "En esta dilución del sentido, llamamos imaginación a la cosa misma, es decir, el fantasma; cuando en cambio queremos significar la misma dilución, la llamamos memoria, de modo que imaginación y memoria son la misma cosa indicada con nombres diferentes de acuerdo con el modo diverso de considerada." 63
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Oratoriae artis epitoma, cit., d4 r. - d4 v. F. Bianchini Veronese, La istoria universale provata con monumenti e tigurata con simboli degli antichi, Roma, 1697, p. 5 (copia utilizada Braid. AA. V. 13). 60
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62 G. Vico, Opere, a cargo de F. Nicolini, Milán-Nápoles, Ricciardi, 1953, p. 367, y cf· mis Schede vichiane, en "La Rassegna deIla letteratura italia, na", 3 (1958), pp. 375 ss. (ahora en Le sterminate antichita: studi vichiani, Pisa, Nistri-Lischi, 1969, pp. 181 ss.) ... 63 G. Vico, Scienza Nuova, 699; Th. Hobbes, Works, Londres, 1839',vol. IV, p.449 y Opera philosophica, Londres, 1841, voL lII, p. 9.
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ENCICLOPEDISMO
n. ENCICLOPEDISMO y
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1. EL RENACIMIENTO DELLULISMO DURANTEel siglo XVItienen lugar, en ese sector de la cultura que aquí nos interesa, dos importantes fenómenos. El primero es la difusión en Inglaterra, Alemania y Francia de ese arte de la memoria local que había tenido, al final del siglo xv, su desarrollo más orgánico y completo en la obra de Pedro de Ravena. El segundo es el contacto que llega a establecerse entre esta tradición que se remonta a Cicerón, a Quintiliano, a la Rhetorica ad .Herennium, a Santo Tomás, y otra tradición, la de la lógica combinatoria, que culmina en la obra de Raimundo Lulio. Entre la mitad del siglo XVy la mitad del XVI, Cusano, Bessarion, Pico, Lefevre d'EtapIes, Bovillus y después Lavinheta, Agripa y Bruno contribuyen a difundir las obras de Lulio, el interés por el ars magna y la pasión por la combinatoria en el ámbito de la cultura europea. El significado de su adhesión a una temática, que es del todo ajena a una mentalidad poscartesiana y posgalileana, escapó tanto a los intérpretes que han visto en el ars magna una especie de sumario "prehistórico" de lógica simbólica, como a aquellos que prefirieron desembarazarse, con fácil ironía, de las "extrañezas" de muchos de los exponentes más significativos de esa nada desdeñable etapa de la cultura occidental. El interés por la cábala y por las escrituras jeroglíficas, por las escrituras artificiales y universales, por el descubrimiento de los primeros principios constitutivos de todo posible saber, por el arte de la memoria y el llamado continuo a una lógica entendida como "llave" capaz de abrir los secretos de la realidad: todos estos temas aparecen n;lacionados con el resurgimiento del lulismo en el Renacimiento y forman, ante los ojos de quienes se enfrenten directamente a los textos de los siglos XVI y XVII, de Agripa a Fludd, de Gassendi a Henry More, una especie de inextricable maraña de la. que no parece justo desembarazarse recurriendo a la entidad misteriosa del "platonismo". En realidad, no son pocas ni despreciables las influencias que muchos de los temas que formap. esa maraña tienen, incluso sobre una serie de problemas considerados tradicionalmente como· parte de la filosofía y de la ciencia: la teoría baconiana y viqtiiana de los signos, de las imágenes y del lenguaje, la discusión baconiana 52
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Y cartesiana sobre el árbol de las ciencias y sobre las facultades, las polémicas sobre el significado de la dialéctica y sobre sus relaciones con la retórica, los temas referentes a los asuntos y el problema del método; los mismos tratamientos de filosofía natural que apelan a la estructura lógica de la realidad material, al alfabeto de la naturaleza o a los caracteres impresos en el cosmos por la Divinidad .. No se pretende aquí profundizar en estos problemas; sin embargo, considero que un examen de la difusión del lulismo en el siglo XVIy de sus relaciones con la ya floreciente tradición del arte de la memoria pueda ayudar a comprender mejor algunas de las cuestiones que hemos indicado. 2. AGRIPAy LASCARACfERÍSTICAS DEL"ARS MAGNA" En los primeros años del siglo XVI, en una carta dedicatoria preliminar a su comentario al Ars brevis de Raimundo Lulio, Camelia Agripa 1 trazaba un cuadro de la difusión del lulismo en la cultura europea. Pedro Daguí y su discípulo Janer son bien conocidos y célebres en Italia; las enseñanzas de Fernando de Córdoba han tenido vastísima resonancia en las escuelas europeas; Lefevre d'Etaples y Bovillus estuvieron en París y fueron muy afectos a Lulio; en fin, los hermanos Canterio 2 mostraron, no sólo a Francia y a Alemania, 1 Utilizo la edición de las obras y de los comentarios lulianos publicados en Estrasburgo por los hermanos Zetzner. Se ofrece aquí, para comodidad del lector, una síntesis del contenido de esta edición (que será indicada simplemente con el nombre Zetzner). Raymundi Lullii Opera ea quae ad inventam ab ipso artem universalem scientiarum artiumque omnium brevi compendio firnuu¡ue memoria apprehendendarum locupletissim.aLJUevel oratione ex temo pore petractandarum pertinent. Ut et in eandem quorundam interpret~lm scripti commentarii. .• Accessit Valerii de Valeriis patrici veneti aureum in artem Lullii generalem opus, Argentorati, Sumpt. Raer. Lazari Zetzner, 1617 (copia utilizada: Triv. Mor., 1, 304. La primera edición es de 1598.La obra fue reedi· tada en 1609 y 1651, Y reproducida parcialmente en Stuttgart, 1836). El volumen contiene los siguientes escritos: Obras auténticas de Lulio: Logica brevis et nava, pp. 147-161; Ars brevis, pp. 1-42; Ars magna generalis ultima, pp. 218-663; Tractatus de conversione subiecti et praedicati per medium, pp. 166-177;Duodecim principia philosophiae, pp. 112-146.Obras aprócrifas y atribuidas a Lulio: De auditu kabbalistico seu kabbala, pp. 43-111; Oratio exemplaris, pp. 224-217 (sic, error de numeración en las páginas); In Rhetoricam Isagoge, pp. 172-223; Liber de venatione medii inter subiectum et praedicatum, pp. 162-165.Commenti: G. Bruno, De lulliano specierum scrutinio, pp. 664-680; Delampade combinatoria lulliana, pp. 681-734; De progressu logicae vel'llltianis, pp. 735-786; H. C. Agripa, In artem breve m Raymundi Lullii Commentaria, pp. 787-916;Valerii de Valeriis, Opus aureum in quo omnia breviter explicantur quae R. Lullus tam in scientiarum arbore quam arte generali tradit, pp. 969-1109. 2 Sobre Pedro Daguí, que impartió cursos públicos de lulismo en 'la catedral de Mallorca en 1481,sobre su discípulo Janer, sobre el filósofo platónico
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sino también a Italia, las maravillosas posibilidades del arte. Al remitirse a los grandes maestros dellulismo, Agripa aclaraba también el alcance y el sentido de la combinatoria luliana, las razones de su superioridad y de su eficacia. El arte -afirmabano tiene nada de "vulgar" y, porque no tiene que ver con objetos determinados, se presenta como la reina de todas las artes, la guía fácil y segura para todas las ciencias y para todas las doctrinas. El ars invientiva aparece caracterizado por la generalidad y por la certeza; con su ~nica ayuda, independientemente de cualquier o.tro supuesto saber, los hombres podrán llegar a eliminar toda posibilidad de erro.r y encontrar" el saber y la verdad de cualquier cosa cognoscible". Los "argumentos" del arte so.n infalibles e irrefutables; todos las discursos particulares y los principios de cada ciencia encuentran en ésta su universalidad y su luz. En fin, precisamente porque encierra y recoge en sí misma toda ciencia, el arte tiene la tarea de ordenar, en función de la verdad, todo saber.3 Agripa, que sin embargo escribirá muchos años después una página feroz en contra de la técnica luliana,4 ponía de relieve en su
prefacio dos de las características fundamentales co.n las que el arte ]uliano se presenta en la cultura del Renacimiento.. En primer lugar, éste aparece como una ciencia generalísima y universal que se remite a principios seguros y a demostraciones infalibles, y permite la determinación de un criterio absoluto de verdad. En segundo lugar, por lo mismo que se constituye como la ciencia de las ciencias, el arte es capaz de o.frecer el criterio para un ordenamiento preciso. y racional de todo lo conocible, cuyos varios aspectos son reincorporados y penetran en el arte a través de subsunciones sucesivas de lo particular a lo general. El joven Agripa no había hecho otra cosa que expo.ner con claridad y vivacidad temas ampliamente difundidos. Él no había sido el único. en insistir en la eficacia "inventiva" del arté y en su "finalidad enciclopédica". El tema de una lógica entendida como llave de la realidad universal, coma discurso referente no a las discursos sino a las articulaciones del mundo real, se liga estrechamente, en los mismos textos de Lulio y en los dellulismo, con la aspiración
Fernando de Córdoba, que defendió a Daguí de las acusaciones de heterodoxia en una comisión nombrada por Sixto IV, sobre el lulismo de Lefevre y de Bouelles, sobre los hermanos Andrés, Pedro y Jaime Canterio, cf.: T. y J. Carreras y Artaud, Filosofía cristiana de los siglos XIlI al XIV, 2 vals., Madrid, 19391943, vol. 11, pp. 65 ss., 78, 283 ss., 201-209, 216 ss., en el que se da información biobibliográfica sobre cada uno de los autores. Instrumento esencial para la historia del lulismo es: E. Rogent y E. Durán y Renals, Bibliografia de las impressions lul-lianes, Barcelona, 1927 (para las numerosísimas ediciones del comentario de Agripa, cf. los números 79, 80, 82, 86-88, 103-105, 111, 125, 144,
te se ha podido hablar, en este sentido, de una "dirección lógicoenciclopedista" del pensamiento luliano. Ésta se colo.ca, como motivo central y dominante, al lado de la dirección "mística" y a la "polémico-racionalista"." El aprendizaje de las reglas del arte y la clasificación ordenada de las nociones presuponen la construcción de un sistema mnemotécnico. Éste se presenta como parte integrante de la lógica-enciclopédica. Será conveniente en este punto, y para aclarar estns problemas, delinear brevemente algunos aspectos que son fundamentales de la problemática relacionada con el lulismo, haciendo. referencia tanta a lo.s textos de Lulio, cama a los de la tradición luliana.
148, 162, 180).
Para información sobre las· obras editadas e inéditas, sobre los manus· critos, etc., véanse: Littré, en Histoire littéraire de la France, vol. XXIX; E. Lorigpré, entrada Lulle en Dktionnaire de théologie catholique, vol. IX; J. Avinyó, Les obres auténtiques del Beat Ramron Lull, Barcelona, 1935; C. Ottaviano, L'ars compendiosa de R. Lulle avec une étude sur la bibliographie et le fond ambrosien de Lulle, París, 1930. Para la difusión del lulismo, particularmente en Italia, son muy importantes los estudios de Miguel BatIlori que, además de una preciosa lntroducíon bibliografiea a los estudios lulianos, Mallorca, 1945, ha publicado: "El lulismo en Italia", Madrid, Rev. de Filos. del lnst. L. Vives, 11 (19'44), 5·6-7; "La obra de R. Lull en Italia", en Studia, Palma de Mallorca, ago.-sept., 19~3; Le lulZisme de la Renaissance et du Baroque: Padoue et Rome, en "Actes du XIémeCongres Int. de Philos.", Bruselas, 19'5>3,vol. XIII, pp'. 7-12 (para una completa información, ef. Bibliografía del P. Miguel Batllori S. l., Turín, 1957). H. C. Agrip'a, In artem brevem ... eommentaria, Zetzner, pp. 787-789. 4 H. C. Agripa, De vanitate seientiarum, en Opera" 2 vals., Lugduni, por Beringos Fratres, 1600, vol. 11, pp. 31 ss. (el cap. IX del De vanitate lleva por título De arte Lulli, el X De arte memo11ativa). Cf. el mismo texto en la versión italiana de L. Dominichi, Venecia, 1549 (copia utilizada: Braidense 25. 13. H. 14). En el Saggio bio-bibliografico su C. Agrippa de Helda Bullotta Barracco, en "Rassegna di filosofia", 111 (1957), pp. 222-248, no se hace refe· rencia al comentario laliano de Agripa. No es posible fechar la obra con pre· ,
.3
a un ordenamiento de todas las ciencias y de todas las nociones que correspondan al ordenamiento mismo del cosmos. Justamen-
3.
ARTE, LÓGICA Y COSMOLOGÍA EN LA TRADICIÓN LULIANA
En los textos de Lulio, el arte se presenta como una "lógica" que es también y contempO'ráneamente "metafísica" ("ista ars est et logica et metaphysica") y que, sin embargo, difieren una de otra sea "en el modo de considerar su objeto", sea "en lo que respecta a 10's principios". Mientras que la metafísica considera los entes como exteriores al alma "desde el punto de vista de su ser", y la cisión, G. A. Prost, Les sciences et les arts occultes au XV¡éme siecle, París, 1881, vol. 1, p. 35 la atribuye a 1517, con argumentos quizá insuficientes. Ciertamente este escrito es anterior a 15>23 (ef. Claudius Blancheroseus H. C. Agrippae, en Epist., 111, 36, Opera, cit., II, p. 802).. 5 Cj. Carreras y Artau, La filosofia cristiana, cit., vol. 1I, pp. 10-11.
ENCICLOPEDISMOy COMBINATORIAEN EL SIGLO XVI
ENCICLOPEDISMOy COMBINATORIAEN EL SIGLO XVI
lógica los considera de acuerdo con el ser que éstos llevan en el alma; el arte, en cambio, supremo entre todas las ciencias, considera los entes de acuerdo con uno y otro modos.6 A diferencia de la lógica que se ocupa de las segundas intenciones, el arte se ocupa de las primeras intenciones; mientras que la lógica es "scientia instabilis sive labilis", el arte es "permanens et stabilis"; el arte puede llegar al descubrimiento de la "vera lex", mientras que la lógica, en cambio, está impedida. Ejercitándose por un mes en el arte, se podrán no sólo reencontrar los principios comunes a todas las ciencias sino también llegar a resultados mayores que a los que se podría llegar si se dedicara por un año entero al estudio de la lÓgica.7 El conocimiento de la lógica tradicional y el de-las cosas naturales resultan ser, desde este punto de vista, premisas oportunas para la adquisición del arte:
do -y no erróneamentela combinatoria a la lógica formal moderna.o Sin embargo, a diferencia de atros historiadores menos cautelosos, tanto Baumker como Gilson han tenido bien presente el peso que ese ejemplarismo y ese simbolisma al que nos hemos referido ha ejercida en el pensamiento de Lulio. Para Lulio, Dios y las dignidades divinas son arquetipos de la reaIídad y todo el universo se configura como un gigantesco conjunto de símbolos que remiten, más allá de las apariencias, a la estructura del ser divino: "las semejanzas de la naturaleza divina están impresas en cada creatura de acuerdo con las posibilidades receptivas de esta última, y esta de acuerdo con el mayor a menor grado de su acercamiento al lugar ocupada por el hombre, de suerte que cada creatura, de acuerdo con este grado, lleva en sí misma el signo de su Artífice/.10 A su vez, los drboles, teorizados en el Arbre de Sciencia., no son un ejemplo de clasificaciÓn farmal del saber; remiten, a través de un complicado simbolisma, a la realidad profunda de las cosas, esa realidad que toca al filósofo descubrir individualizando los "sig_ nificados" de las diferentes partes de los árboles. Las dieciocho raíces de los primeros árboles, que representan el mundo real de las criaturas, corresponden a los principios mismos del arte. De modo que, como ha sido justamente señalado,l1 las raíces o fundamentos reales de las cosas, los principios del arte y las dignidades divinas aparecen en la terminología luliana como términos absolutamente intercambiables. En un amplio estudio, F. A. Yates 12 ha puesta de relieve, con profunda agudeza, los lazos estrechísimos que existen entre el arte y la te'oría de los elementos. El tradicional "enfoque lógico" a la doctrina luliana (del tipO' presente en el tratamiento de Prantl),
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Un hombre que tenga un óptimo intelecto y diligencia y conozca la lógica y las cosas naturales podrá aprender esta ciencia en dos meses; un mes para la teoría y otro mes para la práctica.8 El arte luliano se presenta entonces sólidamente relacionado con el conocimiento de los objetos que constituyen el mundo. A diferencia de la llamada lógica formal, este arte tiene que ver con las cosas y no sólo con las palabras; se interesa por la estructura del inundo y no sólo por la estructura de los discursos. Una metafísica ejemplarista o un simbolismo universal se encuentra en el fondo de una técnica que presume de poder hablar, junto y contemporáneamente, de lógica y de metafísica, de enunciar las reglas que están en la base de los discursos y las reglas de acuerdo con las que se estructura la realidad. Pera la descomposición de los conceptos agrupados en nociones simples e irreductibles, el uso de letras y símbolos para indicar las nociones simples, la mecanización de las combinaciones entre los conceptos, que se realiza por medio de las figuras móviles, la idea de un lenguaje artificial y perfecto (superior al lenguaje común y al de cada una de las ciencias), la identificación del arte con una especie de mecanismo conceptual que, una vez construido, es absolutamente independiente del sujeto, son características del a.rs combinatoria que han hecho que destacados historiadores, desde Baumker hasta Gilson, hayan aproximaIntroducción al Ars demonstrativa, en R. Lulio, Opera omnia, Maguncia, vol. III, p. 1. Los ocho volúmenes de la edición de Maguncia numerados I-VI, IX, X (el vn y el VIII no fueron publicados) estuvieron a cargo, en los tres primeros volúmenes, de Ivo Salzinger. Sobre esta singular figura y sobre los problemas de la edición maguntina, cf. Carreras y Artau, La filosofia cristiana, cit., vol. n, pp. 323-353. 7 Ct. Ars magna generalis ultima, cap. Cl (De logica), en Zetzner, pp. 537-538. '6
1721-1742,
8
Ibidem, p.
663.
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g Cf. C. Baeurnker, Die europaische Philosophie der Mittelalter, en el vol. Allgemeine Geschichte der Philosophie, Berlín, 1923, pp. 417-418; E. Gilson, La philosophie franciscaine, en el vol. Saint Rran90is d'Assise, París, 1927, p. 163. Una amplia y precisa exposición de la combinatoria luliana se encuentra en P. E. W. Platzeck, "La combinatoria luliana", en R1evista de Filosofía, 1953, pp. 575-609, Y 1954, pp. 125-165 (ya había sido publicado en Franziskanische Studien, 1952, pp. 32-60 Y 377-4017). Muy importante es el estudio de F. A. Yates, "The Art of Ramon Lull, en ]ournal al the Warburg and Courtauld Institutes,
nÚIlls. 1-2 (1954), pp. 115"173. Totalmente insuficiente nos parece, a la luz de estos estudios, la interpretación y exposición de Prantl, ed. 1955, vol. III, páginas 145-177. 10 Compendium artis demonstrativae, en R. Lulio, Opera, Maguncia, 17211724, vol. III, p. 74. 11 Carreras y Artau, La filosofia cristiana, cit., vol. 1, p. 484. La versión catalana del Arbor scientiae OCJlpalos volúmenes XI-XIII (1917-1926) de la edición de las Ob·res de Ranwn Lull, Palma de Mallorca, 1901 ss. Las ediciones latinas más recientes son las de Lyon, 1935 y 1937 (ediciones anteriores: Barcelona, 1482 y 1505; Lyon, 1505, 1515 Y 1605). 12 F. A. Yates, The Art al Ramon Lull, cit.
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ENCICLOPEDISMOy COMBINATORIAEN EL SIGLO XVI
considera F. Yates, es parcial e insuficiente. Un estudio cuidadoso del inédito Tractatus novus de astronomia de 1297, no sólo ha puesto de relieve el significado de la aplicación de las reglas del arte a la astrología, sino que ha aclarado que en las diversas obras de Lulio los nueve principios divinos (cuyas "influencias" habían sido identificadas en el Tractatus de astronomia con las de los signos del Zodiaco y de los planetas) constituyen la base de la aplicabilidad universal del arte al estudio de la medicina, del derecho, de la astrología, de la teología y, como sucede en el Liber de lumine, de la luz. Con base en el ejemplarismo luliano se podía llegar a una especie de identificación del arte con una cosmología. Esto se demuestra, entre otros, en uno de los primeros textos dellulismo europeo sobre el que Yates llama la atención. Tomas le Myésier, autor del Electorium Remundi (Par. Naz. Lat. 15450), escrito en Arras en 1325/3 fue amigo personal y discípulo. entusiasta de Lulio. En una especie de gran compilación, trata de presentar las características esenciales de la doctrina del maestro. El arte tiene una función precisa: la defensa de la fe cristiana contra los averroístas y la guía de todos los hombres hacia la comprensión de la verdad y los misterios divinos. Precisamente en la parte expositiva o. introductoria se revelan las conexiones entre arte y cosmología: el círculo. del universo, cuya descripción gráfica es cuidadosamente descrita por el autor, comprende la esfera angélica en torno a la cual giran el primer móvil, el empíreo., el cristalino, la esfera de las estrellas fijas y las siete esferas de los planetas. La Tierra, sobre la cual se representa un árbol, un animal o un hÚ'mbre, está rodeada por las esferas del agua, del aire y del fuego. A cada uno de los nueve segmentos en los que se divide el círculo del universo corresponde una de las nueve letras del alfabeto luliano (BCDEFGHIK) en su doble significado de predicado absoluto y relativo, mientras que de acuerdo cÚ'n Lulio, algunos de los significados de las letras cambian de acuerdo cÚ'n las diferentes esferas.14 El Electorium de Le Myésier no quedó como un caso aislado. La presencia de intereses de tipo cosmolÓgico dentro de esa amplia bibliografía lulista que se difunde en toda Europa hasta la primera mitad del siglo xv es ampliamente documentable. La idea de una relación necesaria entre la construcción de un arte indiferentemente aplicable a todas las ramas del saber y la delineación de una imageri jerárquica y unitaria del universo. corresponde, en muchos textos, a una adhesión, o cuando menos a una notable simpatía por el lulismo. Bl primer gran fi1óso~o europeo que se mueve dentro
del horizonte del lulismo insiste propiamente en el ejemplarismo y en las dignidades divinas como fundamentos primarios del arte. "Este -escribirá el Cusano- es el primer fundamento del arte: todas las cosas que Dios creó e hizo fueron creadas y hechas a semejanza de sus dignidades." 15 Los principios del arte combinatoria (bonitas, magnitudO', aeternitas, potestas, sapientia, voluntas, virtus, veritas, gloria) aparecen una vez más como principia essendi et cognoscendi. La metafísica ejemplarista constituye la garantía de la inefabilidad de una lógica referente no a los discursos sino a la realidad. Mientras polemizaba implícitamente con Gerson y proponía una reforma termino lógica del arte luliano, el Cusano, en una apostilla al Ars magna, aceptaba la sustancia de las enseñanzas de Lulio:
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13 París, lato 15450 (comienzos del siglo XIV). La fecha de composición está al final del texto: "Anno Domini 1325 por Thoman MigeriLIn attrebato". 14 Cf. F. A. Yates, The Art of Ramon Lull, cit., p. 172.
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Los nombres de los principios mencionados son inusitados para los filósofos y, sin embargo, éstos, con base en la ficción del inventor de ese arte, significan cosas verdaderas. Por lo tanto, dado que en la realidad nada cambia a causa de nuestra afirmación o negación . y todo lo que es verdadero está en consonancia con la verdad . dicho arte no puede ser rechazado [como quiere Gerson] a causa de la impropiedad de sus nombres. Es más, con el fin de poder hacerlo concordar con las otras ciencias, debe ser adecuado a sus términos.l6 Por otro lado, ligada aún más estrechamente a los enfoques "ejemplaristas" del lulismo, se encuentra la doctrina cusana del ascenso y descenso del intelecto, según la cual es posible elevarse al conocimiento de Dios partiendo de la similitud con las divinas perfec- . ciones impresas en las criaturas, y descender del conocimiento del ser divino y de sus atributos al conocimiento de la realidad que es espejo de esa perfección.u En el Liber de ascensu et descensu intellectus, escrito por Lulio 15 Cód. Cus. 85, f. 55 v., cit. en P. E. W. Platzeck, La oombinatoria luliana, cit., p. 135. Del mismo autor véanse también: "Ellulismo en las obras del Cardinal N. Kreos de Cusa", en Revista Española de Teología, 19'40-19'41, pp. 731765, Y 1942, pp. 257-324; "Los póstumos datos lulísticos del Dr. M. Honecker y las glosas del Card. N. de Cusa sobre el arte luliano", en Studia monographica, 1953-19:54, pp. 1-16; "Lullsche Gedanken bei Nikolaus van Kues", en Trierer
Theologische Zeitschrijt, 1953, pp. 357-364. 16 Cj. M. Honecker,"R. Lulls WahlvorschlagGrundlage des Kaiserwahlplanes bei N. van Cues?",en Historisches Jahrbuch, LVII (1938), p. 572.Sobre el lulismo de Cusano, véanse los estudios de F. Kraus, de J. Marx, de F. Tocco y
de E. de Vansteenberghen señalados en el capítulo "Influencias lulianas en Nicolás de Cusa de la cit. La filosofía cristiana de Carreras y Artau, vol. 11, pp. 178-19'6. Más recientemente: M. de Gandillac, La philos. de N. de C., París, 1941, y J. E. Hofmann, Die Quellen der cusanischen Mathematik,. Heidelberg, 1942. 17 Cf. Carreras y Artau, La filosofia cristiana, cit., vol. n, p. 187.
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en Mantpellier en 1304, se había desarrollado ampliamente el tema, retamado después por el Cusano, de un canocimienta que pracede -a través de la busca de las analagías y de los signasa la reconstrucción de ese madela divina que ha precedida a la construcción del mundo real. A través de la descripción de la camplicada escala del ser -de la piedra a la planta al animal al hambre al cielo al ángel a Dios-, este tema se había ida identificandO' con el otra, bien canacido, de una recanstrucción minuciasa y "enciclopédica" de las jerarquías del cosmas. Encantramas este mismo enfaque "casmalógico" en el Liber creaturarwn de Raimunda Sibiuda (Sabunde, Seband) que influirá en el mismo Cusano, en Lefevre d'Etaples, en Bavillus y en Mantaigne, y que fue escrita (entre 1434 y 1436) en los mismas añas que vieran al Cusana cama lectar apasionada y como transcriptor de lOostextas de Lulia. También aquí, junto a la dactrina del ascensO' y descenso del intelectO', junto a la afirmación de un arte cancebido camo "raíz, arigen y fundamento de tadas las ciencias" y que puede poseerse en brevísimo tiempo can resultados maravillas as ("se aprende más en un mes can esta ciencia que en cien años estudiandO' las doctores"), encantramos la imagen de una escala natural cuyas gradas se detienen en la memaria y se representan mediante figuras:
como parte integrante de la gran refarma del saber proyectada par Lulio. En la base de la enciclopedia, que se articula en dieciséis árbales, se encuentra la idea de la unidad del saber que coincide con la unidad del cosmos. Una sugestiva ilustración del manuscrito ambrasiano que contiene la versión catalana del textO' de Lulia/9 muestra al filósafa y a un monje al pie del árbol de las ciencias. Lulia se había dirigida al manje (cuya figura aparece siempre al lada de Lulio en tadas las ilustracianes de los diferentes árbales), para solicitar cOonsuela después de que su plan misionero, que incluía la prapagación del arte, había tenido fría acogida par parte de Bonifacio VIII. El monje misma (así la cuenta Lulio en el prólogo) le había aconsejado presentar este gran arte bajo una nueva farma. Las dieciacha raíces del árbal de las ciencias están canstituidas par las nueve principios trascendentes (o dignidades divinas) y par nueve principios relativos del arte (differentia, concordantia, oontrarietas; principium, medium, finis; maioritas, aequalitas, minoritas). El árbal se subdivide en dieciséis ramas, cada una de las' cuales carrespande a una de las árbales que farmarán la selva de las ciencias: el arbor elementalis, el arbor vegetalis (batánica y aplicacianes de la botánica a la medicina), sensualis (seres sensibles y que sienten, y animales), imaginalis (esos entes mentales que son semejantes a los entes reales tratadas en las árbales precedentes), humanalis, moralis (ética, doctrina de los vicias y de las virtudes), imperialis (relacianada con el arbor moralis, se refiere al regimen principis y a la palítica), apostolicalis (gabierno eclesiástico y jerarquía de la Iglesia), celestialis (astronomía y astrolagía), angelicalis (los ángeles y 10s ayudantes angelicales), eviternalis (inmortalidad, mundo ultraterrenal, infierno y paraíso), maternalis (mariología), christianalis (cristología), divinalis (teología, dignidades divinas, sustancia y persanas de Dios, perfecciones y producciones divinas). El arbor exemplificalis (en el que se expanen alegó ricamente los contenidos de los árboles precedentes) y el arbor quaestionalis (en el que se proponen 4 000 cuestiones referentes a los árboles precedentes) se presentan como "auxiliares" respecto del corpus de la enciclopedia. La unidad del saber está garantizada por el hecha de que los principios absolutas y los principios relativos del arte san las raíces comunes del mundo real y del mundo de la cultura. Sobre estas raíces (simbolizadas por las nueve letras del alfabeto luliano) se apoyan tanto el arbor elementalis, cuyas ramas indican los cuatro elementas simples de la física, cuyas hojas simbolizan los acci-
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esta es la primera premisa, radical y. fundamental, de esta ciencia: considerar esos peldaños en sí, plantados y radicárselos en la mente y construir figuras así como realmente sucede en la naturaleza.18 La sucesión ordenada de los niveles nos ofrece una imagen jerárquica y orgánica del universo: el primer grado comprende las cosas que san, pero no viven ni sienten ni entienden (minerales y metales, cielos y cuerpos celestes, objetos artificiales); el segundo grado comprende aquello que es y vive, pero que está privado de sentimiento y entendimiento (los vegetales); el tercer grado, los animales que son, viven y entienden; en el cuarto, donde reside el hombre, están presentes el ser, el vivir, el sentir y el entender. El hombre, como microcosmos, reasume en sí mismo las propiedades del universo, es la viva imagen de Dios. 4. EL "ARBOR SCIENTIAE"
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En el Arbre de Sciencia, escrito en Rama en 1295, el usa de los "árboles" se presentaba como un medio para hacer más "popular" y más fácilmente accesible este arte. La enciclopedia se presentaba 18 R. Sabunde, Liber creaturarum, comp. Wolfgangus Hofflrumus, Francfort del Main, 1635, tito l, p. 8.
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19 Cód. Ambrosiano D. 535 inf. g. 37 v. La ilustración está reproducida en el vol. XIII de las Obres d¿ Ramon Lull, cit. La misma imagen aparece en la edición latina, Lyon, 1515, p. 145. De L'arbre de Sciencia he utilizado la versión castellana impresa en Bruselas por Foppens en 1664 (Braid. BB. 9. 64).
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dentes de las cosas corpóreas y cuyos frutos hacen referencia a las sustancias individuales como el oro y la piedra, ya sea el arbor humanalis que abarca, además de las facultades humanas y los hábitos naturales, también las artificiales o las artes mecánicas y liberales. La imagen luliana del árbol de las ciencias, retornada por Bacon y Descartes, será particularmente afortunada pero, sobre todo, influirá durante mucho tiempo en el pensamiento europeo la aspiración luliana de un corpus orgánico y unitario del saber y de una sistemática clasificación de los elementos de la realidad. No faltarán ciertamente sugerencias derivadas de otras fuentes y de otros ambientes culturales, pero tanto Lefevre d'Etaples y BovilIus, Pedro Grégoire y Valerio de Valeriis, como Alsted y Leibniz harán referencias precisas, al afrontar estos problemas, a l0's textos de Lulio y a los del lulismo. En ese ideal pansofista que domina toda la cultura del siglo XVII, se insistirá, p0'r un lado, en la necesidad de poseer todo el saber intelectual, y por otro, en el conocimiento de una ley, de una clave, de un lenguaje capaz de permitir una lectura directa del alfabeto que el Creador ha impreso en las cosas.
El cosmos real y el mundo del saber aparecerán como una realidad que deberá captarse en su unidad e identidad de estructura, en su "armonía". Regresaremos sobre l0's textos de la pansofía del siglo XVII. P0'r el momento bastará detenerse brevemente en algunos textos del siglo XVI en los que estos aspectos de la herencia 1uliana encuentran una expresión coherente. El escrit0' In Rhetoricam Isagoge fue publicado en París en 1515 por Remigio Rufo Cándido de Aquitania, por sugerencia de Bernard0' Lavinheta, uno de los más renombrados lulistas de la época. Atribuido a Lulio y reimpreso en las ediciones Zetzner de las obras de Lulio, este escrito revela claramente su carácter de obra seudo~ luliana; son frecuentes las referencias a Cicerón y a Quintiliano, a los diálogos platónicos, a la mitología y a la historia griegas y romanas. En un texto escrito, casi con seguridad, entre fines del siglo xv y comienzos del XVI, y que era considerado como una obra auténtica de Lulio, encontramos una mezcla particular de retórica, cosmología y aspiraciones enciclopédicas. En el prefacio dirigido por Rufo a sus discípulos, los hermanos Antonio y Francisco Boher, la finalidad enciclopédica de la obra estaba estrechamente relacio~ nada con las exigencias de la retórica y con las necesidades del orador: Por consejo e inspiración de nuestra amigo Bernardo de Lavinheta, estudioso de Lulio, damos a conocer esta Retorica a fin de que en este libro, corno en un espejo nitidísimo, pueda contemplarse, o me· jor dicho admirarse, la imagen de todas las ciencias. Es necesario, de hecho, que el orador tenga conocimientode todo Y que se apro-
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pie con diligencia de todo ese mundo de las ciencias que se llama enciclopedia. Por esto, el aut0'r quiere abarcar con brevedad y de manera concisa todas aquellas cosas que se refieren a la comprensión de cada ciencia.20 En el texto seudoluliano no faltaban, naturalmente, las tonalidades ocultas características de la magia renacentista y de la literatura luliano-alquimista: De las tinieblas surge la luz misma. El mismo que aparece en la cima del monte rodeado por la niebla y la bruma hizo de las tinieblas su escondite. Aquellos que quieran aprender el método del de~ cir tengan cuidado de alcanzado en el silencio. De aquí el silencio de Pitágoras. Después de una breve referencia a los subiecta del arte luliano (Deus, angelus, coelum, homo, imaginativa, sensitiva, vegetativa, elementativa, instrumentativa) y a los praedicamenta, el texto se
articula en una larga serie de cuadros sinópticos en los cuales se acumula y se expone, de acuerdo con un ordenamiento rígido, todo el saber. La consideración de la imaginativa se transforma en una clasificación de los animales, de las diversas partes del cuerpo humano y de los seres humanos que se subdividen con base en su pertenencia a los cuatro elementos de la física:
Entre los hombres algunos son
Terrestres: como los campesinos y los mineros Acuáticos: corno los marineros y los pescadores Aéreos: como los acróbatas y los comediantes Ígneos: como los herreros y los cíc10pes
De igual manera, encontramos, bajo el subiectum ángel, la Hiemientras que el tratamiento de los predicado-s da lugar a una clasificación de los diversos tipos de narración histórica y de demostración dialéctica, de las diferentes partes de la retórica, de las secciones de la ética y de los tipos de virtudes, en fin, de las artes mecánicas y liberales: agricultura, ganadería, caza, arte escénica, culinaria, trabajos manuales, filosofía, música, geometría, matemáticas, medicina. 20 Traduzcode la primera edición Raemundi Lulli Eremitaedivinitus illuminati, in Rhetoricen Isagoge perspicacibus ingeniis expectata, Venundantur in AscensianisAedibus,1515(pp. no foliadas).El pasaje-ha sido tornadode la carta dedicatoriade RernigioRufo (sobre este personaje, cf. Carreras y Artau,La filosofia cristiona, cit., voL n, pp. 214ss.). La misma obra'aparece en la ediciónZetzner,cit., pp. 172c223. rarchia angelorum,
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Más significativo aún que este tratado retórico-enciclopédico es el De arte cyclognomíca (1569) de Comelio Gemma, astrónomo y profesor de medicina en Lyon, autor de un texto sobre el cometa de 1577 y de un escrito sobre los prodigios y las monstruosidades de la naturaleza.21 El interés de Gemma está dirigido principalmente a la medicina, pero en este tratado se propone alcanzar la unificación de los métodos de Hipócrates, Platón, Galeno y Aristóteles, así como fundar un método universal válido tanto para la medicina como para todas las otras artes y ciencias. Gemma subdivide el método en tres partes de acuerdo con la intención del conocimiento, ya sea que esté dirigido a la comprensión de las cosas pasadas, al estudio de las cosas presentes, y a la adivinación de las cosas futuras. En el primer caso tenemos "la memoria y su artificio, metódico"; en el segundo, "la ciencia y el método para conseguida"; en el tercero, "la predicción y su método". Buscando una vía compendíosa para la verdad, Gemma insiste ampliamente en la función esencial de las imágenes, de las representaciones simbólicas y de los círculos lulianos, pero concibe las imágenes en función de un método entendido como clasificación ordenada de todos los elementos que componen lo rea1.22 La mayor parte del escrito está dedicada a la lista minuciosa y ordenada de los elementos naturales y supramundanos y de las facultades. Este tratado se configura como una gran enciclopedia en la que los temas ampliamente dominantes son los de la sabiduría hermética y pitagórica. En el Quaternío pytagorícus per mundi septenos ordines parí proportione distributos,23 la materia, la cualidad, el espíritu y el alma aparecen subdivididos de acuerdo con su pertenencia al 21 Comelius Gemma, De arte cyclognomica tomi III doctrinam ordinum universam, unaque philosophiam Hippocratis Platonis Galeni et Aristotelis in unius communissimae et circularis methodi speciem referentes, quae per animorum triplices orbes ad spherae caelestis similitudinem fabricatos, non medi· cinae tantum arcana pandit mysteria, sed et inveniendis costituendisque artibus ac scientiis oaeteris viam compendiosam patefacit, Antverpiae, ex officina Christophori Plantini, 1569. He utilizado la copia de la BibJ. Vaticana L. IV. 28 (Palat. nI, 70), pero de la misma edición existe un ejemplar en la Braidense (B. XV. 5. 803) Y uno en la Angelica (e. 8. 16). Cf. también De naturae divinis characterismis, seu raris et admirandis spectaculis, causis, indiciis, proprietatibus rerum in partibus singulis universi, libri Il, Antverpiae, ex off. Chr." Plantini, 1575 (copia utilizada: Vatic., N. XI. 64, pero cf. Rac. Gen. Medicina, V. 882); De prodigiosa specie naturaque Cometae anno 1577 visa, Antverpiae, ex off. Chr. Plantini, 1578 (copia utilizada: Angelica YY. 3. 20). En, la obra de Carreras y Artau, el escrito De arte cyelognomica de Gemma aparece fechado erróneamente en 1659. No se trata, sin embargo, de un sim· pIe error de imprenta; los autores, que han trabajado a menudo con información de segunda y tercera mano, hablan de Gemma en el capítulo dedicado al desarrollo dellulismo en el siglo XVII (ef. La filosafía cristiana, cit., vol. II, página 304). 22 De arte cyclognomica, cit., p. 27. 23 Ibidem, p. 34.
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mundo inteligible, a las cosas celestes, a las etéreas, a las sublunares, a las animadas, al hombre y al Estado. La tabla en la que aparecen representadas estas divisiones tiene como objetivo mostrar las correspondencias secretas entre cada uno de los elementos, de aclarar el modo en el que el sentido o la imaginación, la ratio o la mens se relacionan con la totalidad del universo, con los cuerpos celestes, con el calor presente en los seres animados, con los espíritus etéreos, con las inteligencias que presiden el movimiento de los astros. A este mismo objetivo responden tanto la representación gráfica del alma con la colocación de las 51 facultades del hombre,24como la representación de las tres escalas, cada una de las cuales ofrec.e el cuadro de las partes que componen la metafísica, la física y la lógica. Éstas muestran también los (')bjetivos de estas ciencias, las relaciones que existen entre las diferentes partes de las disciplinas particulares, el orden en el que debe ser colocada cada parte en relación con el orden universa1.25 En el fondo de estas fantásticas clasificaciones, de las extrañas figuras que llenan el texto de Gemma, detrás de esta adhesión incondicional a la tradición hermética queda, sin embargo, muy firme el presupuesto de una unidad del saber que es espejo de la unidad del cosmos: "a través de la idea misma de la Virtud divina, las razones de todas las cosas resplandecen en cada una de las partículas del mundo". Esta afirmación -lo admitía explícitamente el mismo Gemma- constituye el primer fundamento de todo el Arte. La obra de Pedro Grégoire de Tolosa, publicada por primera vez en Lyon entre 1538 y 1587, se mueve en este mismo terreno, aunque con una. fundamental diferencia de tono que deriva de la pre· dominancia de: intereses de tipo "lÓgico". El título de la obra es en sí mismo indicativo: Syntaxes artis mirabilis in libros septem 26
digestae per quas de omni re proposita, multis et prope ínfinitis rationibus disputari aut tractari, omniumque summaria cognitio ha· berí potest.27 Junto al conocido tema de un arte capaz de lograr Ibidem, p. lG5. Ibidem, pp. 48, 49, 50. 26 De naturae divinis charaeterismis, cit., p. 34: "Roc ergo sit primum artis nos trae fundamentum." 27 Venetiis, apud 10. Dominicum de Imbertis, 1588. El otro tomo de la obra lleva por título: Sintaxeon artis mirabilis alter tomus in quo omnium scientia· rum et artium tradita est epítome, unde facilius istius artis studiosus de omnibus propositis possit rationes et ornamenta rarissima proferre, ibidem, 1588 (copia utilizada: Archiginn., 9, NN. V. 26). La obra fue reimpresa en cuatro tomos por el editor Zetzner en Colonia en 1610: Commentaria in Sintaxes Artis Mirabilis, per quas de omnibus disputatur habeturque ratio, in quatuor tomos ... in quibus plum omnino scitu necessaria ... traetantur.El segundo tomo lleva por título Sintaxeon artis mirabilis in libros XL digestaruín tomi duo. En el tercero y en el cuarto acutissimae ac sublimes tractationes de 24 25
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la individualización de los axiomas comunes a todas las ciencias y de elaborar criterios absolutos de certeza, aparecen de nuevo aquí muchos de los problemas a los que ya se habían enfrentado Agripa y Lavinheta en esos mismos años. Pero el escrito de Grégoire no es un simple "comentario" al arte luliano. A diferencia de los comentaristas, él, después de referirse a Lulio y a los principales teóricos de la sintaxis universal, elabora una verdadera y propia enciclopedia de las ciencias, digna de ser comparada, al menos en lo que concierne a la vastedad y a la grandiosidad, con el De augmentis baconiano. Ésta se funda en un speculum artis en el que se presentan, por un lado, los "modos de investigar, examinar, disputar y responder", y por otro, las clases o cellulas a las que debe referirse todo saber. La referencia a los principios absolutos y relativos del ars magna es explícita, pero las páginas en las que la aspiración a un saber enciclopédico y universal se unen a la confianza en una sustancial intercomunicabilidad entre todas las ciencias son quizá más interesantes. Como sucede siempre en estos textos, la afirmación de la unidad del saber se convierte en la correspondiente de la unidad del cosmos: Ya que, como afirma Cicerón, no existe nada más dulce que conocer tO'dO'e indagarlo todo, negamos a la convicción de que los preceptos particulares de cada una de las ci~ncias, distintos unos de otros, pueden ser abarcados en un solo arte general mediante el cual éstos lleguen a comunicarse recíprocamente. Siempre es posible en todas las cosas encontrar un género único en el que concuerden y en el que participen todas las especies, a pesar de que éstas difieran en alguna propiedad; es claro, por lo tanto, que una vez que se canozca plenamente el género, la noción de la especie aparecerá con mayor facilidad, de igual modo como conoceríamos la división de afluentes y las divisiones de los ríos una vez que hubiéramos llegado, desde la fuente y siguiendO' el cauce, a los lugares en los que se realizan las separaciones. De igual manera, no será imposible ni absurdo que las diversas obras de las diferentes artes se realicen a través de un único instrumento ... Así, todos los cuerpos naturales particulares están compuestos par la mezcla diversa de los cuatro elementos y todas las plantas y todos los animales participan de una única fuerza vegetativa y debido a ella crecen, y todos los sentidos están contenidos en un mismo cuerpo, y las cosas corpóreas y las incorpÓreas concurren en el hombre, que consta de alma y cuerpo; el mismo . Cielo último abarca naturalmente, y conduce y mueve en un solo ámbito, en un solo movimiento y en un solo influjo, todas las cosas inferiores que en él concuerdan. Deo de Angelis et de Immortalitate animae eontinentur. Las citas que siguen están tomadas de esta última edición (copia utilizada: Archiginn.,V, VI, 24-26). Para mayor información sobre el autor, cf. Carreras y Artau, La filosofia cristiana, cit., vol. n, pp. 234 ss.
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El fundamento de la "ciencia unificada" es, una vez más, una concepción platónico-pitagórica o, si se quiere, "mágica" de la realidad entendida como unidad viva. La extensibilidad del Arte o del único método para todas las disciplinas y para todas las ramas del saber es posible en virtud de un presupuesto "metafísico": el de un co~mos en el que se reflejan las ideas de la mente que ha precedido a su creación y su ordenamiento:
y finalmente, todas las cosas son creadas y regidas por la única
mente de Dios, cada luz de las estrellas participa de la luz del Sol y todas las virtudes participan de la justicia ... Dios y el hombre, en fin, convienen y conviven en una -hipóstasis única: en Nuestro Señor Jesucristo. Y ya que así están las cosas ... sin' duda alguna la mente y la razón del hombre pueden extenderse a todas las artes, siempre y cuando sean guiadas por un Óptimo método general del saber y del comprender ... A cada una de las ciencias particulares pertenecen ciertas nociones -o premisas universales- mediante las cuales se potencian fácilmente el arte y la pericia.28 El patricio veneciano Valerio de Valeriis, que en el Opus aureum, publicado en 1589, recogía el proyecto luliano del arboy scientiarum modificándolo e integrándolo, llegaba en la última década del siglo a las mismas conclusiones. En el resto del escrito de De Valeriis, el problema del árbol de las ciencias se encuentra estrechamente relacionado con el problema de la formulación de las reglas de la combinatoria : La obra está dividida en cuatro partes. En la primera se tratará el problema de la necesaria cognición para llegar al conocimiento de los árboles. En la segunda mostraremos los catorce árboles de cuyo conocimiento depende tO'do el conocimiento de los entes. En la tercera ilustraremos con ejemplos lo que se ha expuesto en la primera y en la segunda parte. En la cuarta parte mostraremos en qué modo el arte general de Raimundo se reduce a esta empresa, enseñando a multiplicar los conceptos y los argumentos casi hasta el infinito ... mezclando las raíces con las raíces, las raíces con las formas, los árboles con los árboles y las reglas con todos estos y muchos otros
modos.29
La interpretación que se da de las "figuras" del arte en la cuarta parte de la obra tiene una fuerte influencia del comentario de Agripa y, muy probablemente, también de las tesis de Bruno, quien 28 Commentaria, cit., vol. 1, p. 12; para el pasaje anterior, q. p. 11. 29 Sobre de Valeriis, ef. Carreras y Artau, La filosofía cristiana, cit., pp. 235237.Para la primera edición de la obra, véase Rogent Durán, Bibliografia, cit., n. 138. La cita que aparece en el texto de Opus aureum in quo omnia breviter explicantur quae R. Lullus tam in scientiarum arbore qumn arte generalí tradit
está tomada de la edición Zetzner (ef. la nota
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1),
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971.
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entre 1582 y 1588 había venido publicando sus obras lulistas y mnemotécnicas. Introduciendo una doctrina de los predicados absolutos y relativos, De Valeriis se remite más a Escoto y al escotismo30 que a Agripa y a Bruno. La exigencia de un arte aurea nace de cualquier forma, también en este caso, de la comprobaciÓn del carácter pluralista y "caÓtico" del saber intelectual, de la pobreza de la cogniciÓn humana, de la necesidad de un singulare ac mirabile artificium mediante el cual sea posible darse cuenta del orden del cosmos más allá de un caos aparente y dar lugar a una situación en la que los hombres, después de fatigas infinitas, puedan "reposar perpetua y seguramente a la sombra de los árboles de la ciencia".31 También para De Valeriis, las raíces de los árboles coincidían con los principios del arte, mientras que el mismo orden de sucesión de los diferentes principios se presenta como dependiente de la "naturaleza". La scala naturae proporciona, además, el criterio al que se recurre en la difícil aplicación de las raíces o principios del Arte a los subiecta: En la aplicación uniforme de estas raíces a los subiecta se debe emplear una gran diligencia ... es necesario observar la escala de la naturaleza, y todo lo que en el grado inferior denota una perfección carente de imperfección debe ser atribuido al grado superior. La operación atribuida a la piedra (que ocupa el grado ínfimo) debe ser atribuida también a los vegetales que ocupan el segundo grado en la escala natural ... Lo que implica una imperfección, si se refiere al inferior, no debe atribuirse a ninguno superior:- de esto deriva que la contrarietas y la minoritas no deben atribuirse a Dios, aunque se refieran a las cosas inferiores. El divino Lulio ordenó la escala de la naturaleza de acuerdo con nueve sujetos y catorce árboles ... Aquel que desea saber muchas cosas de cada disciplina debe formar esta escala ... 32 Las posiciones de Grégoire y de De Valeriis son típicas. La idea de una sintaxis universal que proporcione, además de la clave de los misterios de lo ideal y de lo real, el criterio para la construcción de una completa enciclopedia de las ciencias, adquirirá nueva energía y nueva fuerza a partir de enfoques de est~ tipo. Desde Lulio hasta el final del siglo XVI, y después hasta Alsted y Leibniz, queda bien clara la convicción de que el arte luliano o cábala de 105 sabios o arte áurea o combinatoria o ciencia general, coincide con el descubrimiento metafísico de la trama ideal de la realidad.
30De Valeriis, Opus aureum, ed. Zetzner, pp. 982,986, 31 Ibidem, pp. 970-971. 32 Ibidem, p. 1026.
1009, 1115.
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LA TÉCNICA DE LA MEMORIA EN LOS ESCRITOS DE RAIMUNDO LULIO
El problema de un aprendizaje rápido y fácil de las reglas del arte y del orden en el que las nociones se organizan en el interior de la "enciclopedia" se presenta en la obra de Lulio y en la de los lulistas, no como marginal o secundario, sino como un problema constitutivo y esencial. Las figuras rodantes, los árboles, los cuadros sinÓpticos y las clasificaciones aparecen en estos textos como instrumentos que pueden ser utilizados para transformar a un hombre inculto en sabio, en un tiempo extraordinariamente breve (de acuerdo con los autores se oscila entre un mes y dos años). Es decir, un hombre cuya posibilidad de conocimiento y de acciÓn sean enormemente mayores que las que ofrecen la lógica y la filosofía tradicionales. Es natural que desde este punto de vista el problema de una técnica memorativa o, en la terminolo.gía del lulismo, de una confirmatio memoriae se considerara estrechamente relacionado con el de la combinato.ria. Para indicar por un lado las grandes construcciones cosmológico" enciclopédicas y, por el otro., los manuales de técnica combinatoria, se hablará comúnmente, durante el siglo. XVII, de artificium mene-, monicum, de systema mnemonicum y de logica memorativa. Alsted, que presentaba en 1610 su enciclopedia co.mo artium liberalium et facultatum omnium systema mnemonicum y Estanislao Mink que llamó logica mnemonica (en 1648) a su exposición y revisión del ars magna luliano, se remitían a una tradición que tiene sus raíces en los textos del siglo XVI del lulismo europeo y en la obra misma de Raimundo Lulio. En el prólogo a la Lógica nueva, escrita en catalán en Génova en 1303 y traducida al latín el año siguiente en MontpeUier, Lulio exponía su programa de aplicaciÓn de los principios del arte general a la lógica (considerada como disciplina y arte particular) y contraponía su nueva lÓgica a la tradicional, insistiendo en la facilidad de adquisición y retenciÓn de la lógica compendiosa: Para evitar la prolijidad y la fragilidad [de la lógica tradicional], hemos pensado inventar (co.n la ayuda de Dios) una lógica nueva y compendiosa que puede ser adquirida sin mucha dificultad ni fatiga, que pueda ser conservada en la memoria de manera completa y total y recordada con extrema facilidad.33 Lulio seguirá insistiendo en la necesidad de un aprendizaje mnemotécnico de los principios del arte.34 No se trata sólo de ingenio 33 Liber de nava iogica, Mallorca, 1744, p. 1. Cit. en Carreras y Artau, La filosofia cristiana, cit., vol. II, p. 423. 34 Ars brevis, VI, 10.
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para la "puesta en movimiento" de la máquina luliana: todas los elementas más específicamente "técnicas" del arte (las figuras, los árboles, los versa s) responden a objetivos declaradamente mnematécnicas.35 En las versos del Aplicacio de l'Art general, un poema didáctico de 1301 que exponía en forma "popular" las ventajas derivadas de la aplicación del arte a las diferentes ciencias, Lulio insiste en la brevedad milagrosa de su combinataria y sabre las posibilidades de un aprendizaje rápido y al mismo tiempo duradero: Que mostrem la aplicacio Del Art general i.h. cascunad. duración verdad virtud k. gloria e.en potencia f. sabiduría grandeza Que a totes c.esta camuna b. bondad E per elles poden haver En breu de temps et retener.3G
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35 Sobre el carácter mnemotécnico de las figuras y de los: versos, existen varias y buenas observaciones en la obra de Carreras y Artau. Por ejemplo, la Logica en rims o "nuevo compendio" del Compendium Logicae Algazelis (vv. 6-9) y lS74-1580)respondía a intentos mnemotécnicos cLivulgativos:
en rimes e'n mots qui son plans per tal que hom puscha mostrar logica e philosophar a cels qui no saben lati ni arabich ... Per affermar e per neguar a. b. c. pots aiustar mudant subject e predicat relativament comparat en conseguent antesedent. 36 Aplicacio de l'Art general, en Obras Rimadas de R. Lull, Palma de Mallorca, 1859, p. 422. 37 Las reglas para la memoria ya están presentes en el cap. 161 del Liber de contemplacio. Cf. Carreras y Artau, La filoS'ofía cristiana, cit., vol. l, p. 536.
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pleja estructura, es pasible, de acuerda con Lulio, llegar a camprendel' las cosas verdaderas, a amar las cosas buenas y a recordar artificialmente las cosas pasadas. El tranca es el ente del que derivan las ramas y las flores que representan a su vez las nueve principios y los nueve predicados del arte. Las letras que van de la b a la k designan los dieciacho principios-flores del ars magna, las letras de la 1 a la u, las dieciochO'principios-ramas. La estructura del árbol es, por lo tanto, la siguiente:
[Que muestran la aplicación del Arte general a cada una cendente g. voluntad pues a todas es oomún( a) y en tiempO' muy breve a ellas se las retiene.J [T.J
Desde sus primeros escritos, Lulio ya había dirigido su atención al prablema de la memaria y del Ars memorativa. Sabre la base de la tripartición de las tres virtudes o patencias del alma racional (memaria, intelecto y voluntad), ya presente en el Libre de Cantemplacio en Deu, de 1272, Lulia había proyectado la canstrucción de tres grandes artes, el ars inventiVia, el ars amatiV'a y el ars memorativa,37 ligadas respectivamente al arbar scientiae, al arbar amaris y al arbor reminiscentiae. El Art amativa (1290), campletada par el Arbre de filosofia d'amor (1298), el Art inventiva (1289) y el Arbre de Sciencia (1295) representan la realización parcial de este proyecto. De 1290 es el Arbre de filosofia desiderat: la que ahí es "deseado" y sólo parcialmente realizado en el curso de la abra, es, en efecto, ese arte de la memoria planeada durante mucha tiempO'.Maviéndase dentro del arbre de filosofia y siguiendO' su cam-
y COMBINATORIA EN EL SIGLO XVI
móvil Ramas real ENTE unidad medio abstracto fin vorden acío Flores Tronco concordancia intención obra minoría n. contrariedad memoria m. o. Dios 1. fantástico diferencia ro diferencia género movible ENTIJ criaturas qo concreto intensidad extensión generación s. punto trassemejanza objeto principio potencia mayoría corrupción u. igualdad justicia pluralidad v. especie
Al hacer usa de la técnica inventiva-expositiva, que llegará a su más alta desarrollo en el ars brevis y en el ars magna, Lulio hace referencia a la figura circular, a la definición de las principias, a diez reglas, así corno a las proposicianes y las cuestiones. La técnica de la memoria es el resultado de la aplicación sistemática de d (memoria) a cada una de las ramas simbolizadas por 1, m, n, etc. De aquí surgen nueve cambinacianes dl, dm, dn, ete., en cada una de las cuales la memoria artificial se realiza a través de recursos particulares llegando a resultadas cada vez diferentes. Al lado de las "reglas" ya presentes en la tratadística antigua y medieval de medicina aplicada a la memaria, encantramos ya presente el recursO' a la concardantia, a la contrarietas, a la differentia (dp: memoria-unidad pluralidad; ds: memoria-semejanza diferencia) y el de la subordinación de 10' particular a 10' g~neral (dn: memariagénerO'especie). Lulio se mueve, en este casa, en el terreno de esa psicalagía rudimentaria de las asaciacianes que deriva directa o indirectamente de las abras aristatélicas. Las reglas de la memaria cO'ntenidas en el Arbre d,e filosofia desiderat fueron ampliamente resumidas por Carreras y Artau.38 Es por lo tanto más apartuno llamar la atención sabre algunas de las obras inéditas de Lulia que no han sido hasta ahO'ra consideradas 38
La filosofia cristiana, cit., vol.
n, pp.
534-539.
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ENCICLOPEDISMOy COMBINATORIAEN EL SIGLOXVI
como objeto de examen específico. Se trata, en primer lugar, del inédito Liber de memoria conservado en dos manuscritos 39 y compuesto en Montpellier en febrero de 1304. En este escrito, que el autor presenta como la realización de un proyecto meditado durante mucho tiemp% Lulio hace referencia a un árbol, el arbor memoriae, que no aparece en la lista de los dieciséis árboles del Arbre de Sciencia de 1295. En el arbor memoriae vienen catalogados y clasificados nueve tipos de memoria, cada uno de los cuales es colocado en correspondencia con cada uno de los nueve principios, de los nueve principios relativos, y de las nueve quaestiones. He aquí el inicio del tratado: 41 Un hombre iba por el bosque considerando cuál sería la causa de que la ciencia sea difícil de adquirir, pero fácil de olvidar, y le pare-' da que esto era por defecto de la memoria, porque su esencia no es bien conocida, ni sus operaciones o condiciones naturales, y se propuso por ello hacer este libro sobre la memoria, para conocer la memoria y las cosas que le pertenecen. El asunto de este libro es arte general, en que con sus principios y reglas, intentamos investigar la memoria ... Es, pues, la memoria, un ser cuya propiedad es recordar. Divídese este libro en tres distinciones. Trata la primera del árbol de la memoria y de sus condiciones, de los principios del arte general con sus definiciones y reglas. La segunda distinción trata de las flores de la memoria y de los principios y reglas del arte general aplicados a la misma memoria. La tercera distinción trata de cuestiones que acerca de la memoria se han planteado y de su salución. Primero diremos de la primera. Divídese el árbol de la memoria en nueve flores, según es manifiesta. La primera flor es b, y b significa bandad que indica en la memaria receptiva la diferencia y el si condicional; la segunda flor es la e, y la e significa magnitud, concordancia, memoria remisiva y el qué es; la ,d significa duración, contrariedad, memoria conservativa y de qué; la e significa potestad o principio, memoria activa y porqué; f significa sabiduría, medio, memoria discretiva y el cuánto; la g significa voluntad, fin, memaria 39 El Dictionnaire de Theologie catholique, y Littré, Histoire littéraire de la France, Vol. XXIX, hacen referencia a dos manuscritos: París Lat. 16116; Innichen, VIII, B. 14, ff. 90 ss. He encontrado subrayados además el ms. 1. V. 47 de la Univ. de Turín, ff. 205-225 v. y el Vat. Urb. lato 852.El manuscrito
de Turín fue destruido. No he visto el ms. de Irmichen. Las citas están tomadas del Cód. parisiense lato 16116 (siglo XIV), hojas 18 v.-23 V. Inc.: Per quendam silvam quidam horno ibat. Expl. Ad gloriam et honorem Dd finivit Raymundus librum memoriae quem diu desideraverat ipsum fecisse. Et finivit in Montepessulana in mense februarii, armo CCCIIII ab incarnatione Domini Nostri Iesu Christi. 40 Par. Lat. 16116, f. 23 V. 41 Las palabras que aparecen entre < > han sido sustituidas, las que aparecen entre corchetes se considera que deben ser suprimidas. Con el término suplir se propone, a menudo, la corrección de evidentes errores de trans" cripción.
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multiplicativa y el cuál; la h significa virtud, mayoría, memoria significativa y el cuándo; la significa verdad, igualdad, memoria terminativa y e¡ dónde; la k significa gloria, minoría, memoria unificadora y el cómo y el con qué. En este arte es necesario aprender de memoria el mencionado alfabeto.
i
Recurriend0' a las tablas y a las figuras del Ars brevis y del Ars magna es posible, corrigiendo e integrando el manuscrito en dos a tres puntos,42 darse cuenta de cóm0' se configuraba para Lulio la pr0'yectada aplicación del ars generalis al campo específico de la memoria. La estructura de la combinatoria luliana resulta en este caso la siguiente: Principios absolutos
Principios relativos
Subiecta: memoria
Quaestiones
b. bonitas
[differentia] concordantia contrarietas p'rincipium medium finis maioritas aequalitas minoritas
receptiva remissiva conservativa activa discretiva multiplicativa significativa terminativa complexionativa
utrum quid de quo [quare] quantum quale quando ubi' quomodoetcumquo
c. magnitudo d. duratio e. potestas f. sapientia g. valuntas h. virtus i. [veritas] k. gloria
No es el caso de profundizar en una explicación del complejo funcionamiento de la aplicación del ars generalis al subiectum memoria. Tal explicación requeriría, entre otras cosas, la aclaración prelimin;1r de los procedimientos de la combinatoria que han sido expuestos y discutidos por Erad W. Platzeck.43 Bastará detenemos en un pasaje particularmente indicativo del tipo de problemas que interesan a Lulio. En el párrafo que sigue, Luli0' se enfrenta, por un lado, con el problema de la relación entre la facultad de la memoria y el cuerpo y, por otro, hace uso del pasaje de lo general a lo particular para sentar las bases de una técnica del recuerdo:
i
La memoria está en un lugar, según la regla sobre la en la tercera parte. Par haber perdido el principio de distinción queda señalada y en un lugar, por accidente y no por sí, es decir, por razón del cuerpo con que convive, pues la memoria de suyo no es localizable, puesto que no tiene superficie, sino que está en el lugar en que está el cuerpo, y como se muda el cuerpo de lugar en lugar, así la memoria va con él. Pero la memoria muda objetos de un lugar a otro sin 42Los términos colocados entre corchetes en la siguiente tabla no aparecen o aparecen alterados en el códice. 43 P. E. W., Platzeck, La combinatoria luliana, cit.
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ENCICLOPEDISMOy COMBINATORIAEN EL SIGLO XVI mudarse ella, sino mudando objetivamente sus operaciones, recibiendo especies que son semejanzas de lugares, con los cuales es discretiva y multiplicativa, y por ello, según ella misma se condiciona con el lugar, debe el que sigue este arte usar de la memoria por lugares, y por tanto, si quiere recordar algo olvidado, considere el lugar en que estuvo, y primero en general, como en qué ciudad, después en especie, como en qué barrio, después en particular como en qué casa y si en sala o en cocina, y así de lo demás, y así por tal discurso se multiplicará la memoria.
A pesar de que la atención de Lulio esté claramente dirigida al proceso de determinaciÓn sucesiva de los particulares (en su terminología: la tractatio de generali· ad specialia postea descendens), es difícil no darse cuenta, en este pasaje, del eco, aunque atenuado, de las discusiones sobre los "lugares" que caracterizan a la mnemotecnia de derivación "ciceroniana". Los mismos ejemplos citados por Lulio (la ciudad, la calle, la casa, la habitación, la cocina) son típicos de la terminología que los Hciceronianos" habían utilizado ampliamente. A través del agnosticismo debe de haber penetrado en el pensamiento mismo de Lulio 44 algún elemento de esa tradición. Las relaciones entre las técnicas de la memoria inventadas por Lulio y la tradición ciceroniana son en verdad muy tenues y difícilmente determinables. Sin embargo, sería un error continuar interpretando el arte luliano sólo como un mero esbozo de "lógica formal" y subestimar el peso que esa temática de derivación agustiniana, que veía en la distinción entre memoria, intelecto y voluntad la expresión simbólica de las tres personas de la Trinidad, tuvo en los proyectos del arte. De hecho, como lo ha subrayado F. Yates, el arte aparece concebido a imagen y semejanza de la trinidad divina. En su plenitud, consta de tres fases o aspectos: el primero (que se realiza a través de ·la combinatoria o la nueva lÓgica) actúa mediante el intelecto; el segundo, mediante el que se ejercita la voluntad (y a este aspecto se refieren las obras místicas de Lulio) ; el tercero, que concierne a la memoria y transforma todo el arte en un gran sistema de mnemotecnia.45 Existe una amplia documentaciÓn sobre la influencia efectiva de este enfoque. Además de los numerosos pasajes del Liber de contemplacio y del Arbre de filosofia desiderat citados por Carreras y Artau, queremos señalar aquí como particularmente indicativo otro escri'44 Sobre la relación entre la mnemotecnia ciceroniana y la obra de San Agustín, cf. F. A. Yates, The Ciceronian Art ot Memory, en el vol. Medioevo e Rinascimento, studi in onore di B. Nardi, Florencia, Sansoni, 1956,pp. 878-881. 45 Véase, en relación con esto, el Cód. 16116de la Nacional de París, f. 23 v.: "Liber iste [se trata del Liber memoriae] vaJde utilis est et associabilis cum libris Intellectus et VolÍlIltatis in uno volumine quantum ad invicem sunt se iuvantes ad attingendum secreta rerum. Sobre el arte concebido a imagen de la Trinidad, cf. F. A. Yates, The Art ot Ramon Lull, cit., p. 162.
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to inédito de Lulio, el Liber de divina memoria,46 escrito en Mesina en marzo de 1313. En esta obra, la investigación sobre la memoria aparece plegada, de acuerdo con una curvatura típicamente agustiniana, a finalidades teológicas precisas. Transcribiremos el inicio del tratado tomado del ms. ambrosiano: Con tu misericordia, oh Dios, empieza este libro sobre tu memoria. Puesto que no tenemos de la divina memoria tanta noticia como del intelecto y volu11tad divinos, pensamos por ello indagar la divina memoria para que tengamos de la misma tanta noticia cuanta del divino intelecto y voluntad tenemos. De áhí tendremos mayor ciencia de Dios ... De la división de este libro: divídese este libro en cinco distinciones. En la primera trataremos de la memoria del hombre, en la segunda investigaremos la memoria divina por el intele>:to divino, en la tercera la divina voluntad, en la cuarta la divina trinidad, en la quinta y última las divinas razones ... La memoria humana es la potencia con la que el hombre recuerda las cosas que han pasado, y para declararlo damos este ejemplo. La potencia imaginativa no tiene su acta, es decir, el imaginar, al tiempo que la potencia sensitiva alcanza su objeto, de lo cual puede tener experiencia cualquiera por semejanza cuando alcanza el hombre, en el tiempo presente, el objeto pensado o imaginado, no puede entonces la memoria recordar aquel objeto, porque el intelecto y la voluntad del hombre impiden que la memoria tenga su acto, porque el intelecto está entendiendo el mismo objeto, y amándolo u odiándolo la voluntad, de donde se entiende que la memoria es de por sí una potencia, contra aquellos que dicen que no es de por sí una potencia la memoria, sino que está arraigada en el intelecto y que son juntos una potencia, lo cual es falso según queda declarado. Entre las dos obras sobre la memoria, la de 1304 y la de 1313 a las que ya hemos aludido, se sitúa un tercer texto sobre la memoria -el Liber ad memoriam confirmandam--, también éste inédito, escrito en Pisa en 1308 durante su estancia en el convento de Santo Domingo.47 El tratado se abre con la declaración de los fines que 46 Littré (Histoire littéraire de la France, vol. XXIX, p. 318) hace referencia al Cód. 10517,ff. 22 ss. de la Staatsbibl, de Munich, el Longpré (Dictionnaire de théolO'giecatholique, col. 1102,n. 59 (15) destaca, junto al de Munich, el Vat. Gtt. lato405,ff. 182 ss. He vistO'y utilizado el Cód. Ambrosiano N. 259 sup., fi. 22 ss. (siglo xv) destacado por el Ottaviano. Inc. Deus curo tua misericordia incipit liber de tua memoria. Quoniam de divina memoria. Expl.: Ad laudem et honorem Dei finivit Raymundus istum librum in civitate Messanae mense Martii anno 1313. 47 He visto las tres redacciones manuscritas de este texto, conservadas en los siguientes códices (todos del siglo XVI): Ambrosiana, 1. 153 inf., 35-39v.; Munich, Staatsbibl., 10593,ff. 1 v. - 3 v.; París, NaL lat.17839,ff. 437-444r. El Vat. lato 5437, que he encontrado señalado a propósito del Liber ad memoriam confirmandam, no contiene obras de Lulia. En la transcripción he utilizado los tres códices indicados. La indicación de las hojas se refiere al cód. muniqués. Para el texto completo de la pequeña obra, cf. el apéndice.
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se propone la confirmatio memoriae (tila razón por la que deseamos componer este tratado es la de reforzar de la mejor manera la memoria de los hombres, que es frágil y caduca") y con la distinción entre las tres potencias naturales del alma -capacitas, memoria, discretiocada una de las cuales puede perfeccionarse mediante el uso de una técnica particular. A cada una de las tres potencias naturales corresponde de tal modo una potencia artificial que puede ser adquirida a través del arte. Esta última tiene la tarea de dar lugar a un tipo de aprendizaje y de transmisión del saber que no canse inútilmente a los jóvenes: Primero, pues, para que quien se afana en el estudio sepa el modo de hallar la ciencia y no, después de pasar muchísimos trabajos, se dé cuenta de que ha consagrado en vano sus esfuerzos a dicha ciencia, sino más bien se trueque su trabajo en pleno descenso, su sudor en gloria, hay que encontrar para los jÓvenes un modo de ciencia por el cual no se deprima con tanta pesadez el cuerpo, sino que sin gran molestia, con ligereza del cuerpo y alegría de la mente, suban corriendo a las alturas de las ciencias. Muchos son los que, a la manera de los brutos, emprenden con mucho y sumo trabajo corporal los estudios literarios, sin estudio artificioso del ingenio, y muestran el cuerpo, según lo han trabajado, macerado inútilmente por continuas vigilias. Conviene, pues, un modo por cuyo medio el estudiante virtuoso pueda con ligereza encontrar el tesoro de la ciencia y desprenderse del peso de tantos trabajos. El arte aparece aquí como instrumento de liberación de una pe· dagogía inútilmente supercreadora; el tema de un refuerzo "artificial" de las potencias naturales del alma se liga con el motivo, típicamente franciscano, de la alegría espiritual. La capacitas puede ser perfeccionada mediante la atención y la división ordenada de los argumentos. Al perfeccionamiento de la única y verdadera memoria se dedican observaciones que tienen interés notable y que convierte este escrito en algo diferente a los otros textos lulianos que tratan del mismo argumento: Vengo pues a la segunda [potencia], es decir, a la memoria, la cual, según los antiguos, es natural o artificial. Natural es la que uno recibe en su creación o generación, según la materia de que un hombre es engendrado y según la influencia reinante de algún planeta superior; por eso vemos que algunos hombres tienen mejor memoria que otros; pero ésta no nos interesa aquí, puesto que es cosa de Dios el concederla. La otra es la memoria artificial, y ésta la hay de dos clases, pues una depende de medicinas y emplastos con que se la procura, y ésta considero muy peligrosa, pues a veces se dan medicinas contrarias a la disposición del hombre, a veces superfluas y de
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una crudeza que reseca extremadamente el cerebro, y por defecto del cerebro se hunde el hombre en la demencia, como hemos oído y visto muchos, y ésta desagrada a Dios, por no contentarse con la gracia que Dios le confirió, de ahí que, dado caso que no llegue a la locura nunca o rara vez tendrá los frutos de la ciencia. La otra me· moria artificial se adquiere de otro modo, cuando alguien por su capacidad recibe mucho en la memoria y lo anda por sí repitiendo con la boca, puesto que según Alano en sus parábolas el estudiante es a modo de buey, que el buey recibe con máxima velocidad la hierba, y la manda sin masticar al estómago, para rumiarla luego y, en fin, cuando ya está mejor digerida, la convierte en sangre y carne; así sucede con el estudiante que, olvidadas sus costumbres, recibe sIn deliberación la ciencia, la cual, para que dure hasta el fin, debe masticar en la boca de la mente, para que se le arraigue y habitúe en la memoria, porque lo que se toma ligeramente se va ligeramente, y así la memoria, como se dice en el Libro de la Memoria y la Reminiscencia, se confirma firmemente [sic] por frecuentísima reiteración. Deben subrayarse varias cosas en este párrafo; en primer lugar, la referencia al De memoria et reminiscentia aristotélico (tal referencia, presente tanto en elms. parisierise como en el muniqués, no aparece, en cambio, en el ambrosiano. El ms. parisiense lleva además un erróneo Aristotelem en lugar de Alanum), y la insistencia en la reiteratio como elemento esencial para reforzar la memoria; en segundo lugar, la ausencia de cualquier recurso o referencia al arbor memoriae y la polémica abierta contra los intentos pecaminosos de una aplicación de las técnicas médicas a la memoria; en tercer lugar, la distinción (que se remonta a los "antiguos") entre memoria natural y memoria artificial. Se trata de afirmaciones y de tesis que permiten establecer una conexiÓn entre el tratamiento luliano de la memoria y ese ámbito de discusiones que se relacionan, por un lado, con el De reminiscentia aristotélico y, por el otm, con la persistencia de motivos de derivaciÓn retórica. Mientras que el uso del término discretio parece remitirse al concepto aristotélico de reminiscentia, la referencia a los antiguos parece confirmar, una vez más, un conocimiento, aunque sea indirecto, de elementos tomados de la tradición de la mnemotecnia "ciceroniana". Nos hemos detenido ampliamente en este texto porque nos parece indicativo de una actitud a la que los especialistas de Lulio no han dedicado su atención. En esta obra no se procede a aplicar las reglas del arte al campo específico de la memoria, pero se pone toda la estructura de la combinatoria luliana al servicio de la memoria artificial. Para poder recitar multitud de cosas me parece bien poner (aquí) algunos nombres [sic] relativos por los que a todo puede résponderse ... Los sobredichos nombres son éstos: qué, por qué, cuánto y
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//
ENCICLOPEDISMOy COMBINATORIAEN EL SIGLOXVI cómo; por cada uno de éstos podrás recitar veinte razones opuestas entre sí, o cualquier cosa que se te 0'freciere recitar, y es cosa admirable que puedas retener cien razones, y exponerlas bien cuando haya lugar. " Así pues, el que quiera tener una ciencia universal para todas las cosas, aplíquese a esto con t0'das sus fuerzas y sin duda alguna será más sabio que los demás ... L0' primero, pues, por este nombre qué [sic] podrá recitar ciertas cuestiones o razones 0' cualquier cosa que quisieres recitar, según la figura que contiene éstas, por la segunda podrás responder o recitar el doble, y así por aplicación de la tercera figura y multiplicación de la primera ...
El Liber ad memoriarn confirmandam nos ha llegado sólo en tres manuscritos tardíos del siglo XVI que, además de lo.s numerosos errores, tienen diferencias a menudo no.tables: la referencia un tanto genérica a las quaestianes,. el insistente remitirse a un Liber septem planetarum (¿es el Tractatus novus de astronomia de 1297?) en el que se encontrarían definidas la capacitas, la memoria y la discretio; la confusa exposición de la técnica de la evacuatio y de la multiplicatio que ya había sido claramente teorizada en el Ars magna; la imposibilidad en la que nos encontramos (dadas las divergencias entre los códigos) para controlar la autenticidad de la referencia al De memaria aristotélico. Estos y otros elementos nos obligan a tener mucha cautela. El texto es, sin duda alguna, auténtico, pero debe haber sufrido probablemente serias alteraciones. Las conclusiones relativas a las relaciones de Lulio con la tradición de la mnemotecnia aristotélica y ((ciceroniana" pueden ser consideradas válidas sólo en la medida en que éstas, como se ha tratado de demo.strar, sean corroboradas por el análisis de las otras obras inéditas acerca de la memoria. En el caso del Liber ad memoriam confirmandam subsisten sólo algunas dudas. En cambio, el caso del ms. Urb. lato 852,48 que fue erróneamente considerado como una de las redacciones del Liber de memaria de 1303, es bastante claro. Nas encontramos aquí en presencia de un tratado de memoria local concebido de acuerdo con los cánones más rígidos y convencionales de la mnemo.tecnia ciceroniana, y falsamente atribuido a Lulio. Transcribiremos algunQS pasajes: 48 CÓd.cart. de ff. 636 (siglO'XVI). La Localis memoria per Raimundum Lullum está en las hojas 333 r. - 438 V. Debemosseñalar que en el Catalogus omnium librorum magni operis Raymundi Lulli proxime publico comunicandi, publicado en Maguncia en 1714 pO'r1. Salzinger, aparece una Ars memorativa (lnc.: Ars confirmat et auget utilitates) de la cual existe un ejemplar en el cód. 10552 de la Staatsbibl. de Munich (ej. Uttré, Histoire littiraire de la France, vol. XXIX, p. 299'). La atribución que se hacía a Lulio era, sin embargo, sucesivamente rechazada por el mismo Salzinger, quien omitía este escrito de la lista de obras lulianas que se encuentra en el vol. I de la edición de Ma· guncia (1721).
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Memoria local, por Raimudo Lulio. El arte de la memoria se perfecciona de dos mod0's, es a saber por lugares y por imágenes. Los lugares no se distinguen de las imágenes sino porque los lugares son, como algunos piensan, ángulos, mas [sic] imágenes fijas, sobre las cuales, como sobre papel, se imprimen las imágenes borrables. De modo que los lugares son como materia, las imágenes como forma ... Es necesario, empero, guardar un cierto modo respecto a los lugares, no sea muy remota la distancia entre ellos, ni muy breve, sino moderada, de unos cinco pies o cosa así; n0' haya tampoco demasiada claridad o demasiada oscuridad, sino una luz mediana ... Imagínate ent0'nces, si puedes, una casa especial, con veintidós chimeneas, diversas y disímiles ... Ten siempre presentes ante los ojos estos lugares, como situados en habitaciones, que sepas recitarlos por delante y por detrás y por 0'rden, cuál el primero, el segundo, el tercero, y así de los demás ... Si te dan un nombre que conoces, por ejemplo Juan,toma un Juan que conoces ... y colócalo en tal lugar. Es muy significativa que una obra de este género., perteneciente a una tradición cultural tan diferente, fuera atribuida al filóso.fo de Mallorca. En el siglo XVI, mientras que en el ámbito dellulisma ortodoxo se desarrollan los temas de la combinatoria con una función mnemotécnica, se lleva a cabo. el encuentro, al que hemo.s aludido varias veces, entre la tradición "ciceroniana" y la tradición [uliana. La obra de Giordano Bruno dará resonancia euro.pea a este encuentro. Pero casi setenta años antes de la apariciÓn del De umbris idearum, del Cantus circaeus y del De campendiosa architectura et commrento artis Lullii (publicados todos en París en 1582), uno de los más renombrados maestros del lulismo europeo, ligado al grupo de Lefevre, había intentada hacer una síntesis entre el arte "ciceroniano" de la memoria y la combinatoria de Lulio. 6.
BERNARDO
DE LAVINHETA:
COMBINATORIA
y
MEMORIA
LOCAL
En 1612, en la editorial Lazaro Zetzner de ,Colonia, que había publicado en 1598 la gran colección de textos 'lulianos y de comentarias sobre Lu1io., Enrique Alsted se encargaba de la edición de la Explanatio compendiosa que .a,pplicatio artis Raymundi Lullii del franciscano Bernardo de Lavinheta.49 La obra había sido publicada por primera vez en Lyon, casi un siglo antes: en 1523. Mientras que en el prefacio. se lanzaba contra los ridículos aristotélicos y los ineptos ramistas perseguidores de Lulio y del lulismo e intolerantes 49 Bernardo de Lavinheta, Opera omnia quibus tradidit artis Raymundi Lullii compendibsam explieationem et eiusdem ,applicationem ad logica rhetorica phisica mathematiea mechaniea medica metaphysica theologiea ethica i¡¡ridica problematica, edente Jahone Henrico AlstediO',CoJopjae, Sumptibus Lazari
Zetzneri bibliopolae, 1612 (copia utilizada: Trivu1z.
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con respecto a cualquier libertad, Alsted ponía en guardia a los lectores en relación con ese tanto de "escolástico" y de "papista" que estaba todavía presente en la obra de Bernardo: "Muestra la praxis de la filosofía luliana de acuerdo con su costumbre y la de su siglo, es decir, en modo bárbaro y papista. Estén atentos a no estrellarse contra estos mismos escollos." Lo que había entusiasmado a Alsted, más allá de los "escollos" de la barbarie escolástica y del catolicismo, era el intento, presente en la obra de Lavinheta, de escribir una enciclopedia de las ciencias sobre los fundamentos del arte luliano. La aplicación del ars Lullii, como aclaraba el título, se refería en efecto a la lógica, la retórica, la física, las matemáticas, la mecánica, la medicina, la metafísica, la teología, la ética y la jurisprudencia. En su división y clasificación de las ciencias, Lavinheta se remitía a la imagen luliana del único árbol del saber respecto del cual varias disciplinas particulares se colocan como las diversas ramas de un único tronco. A pesar de que introduce divisiones y distinciones muy lejanas del lulismo (por ejemplo, las tres ramas del trivium), Bernardo había recurrido ampliamente, en particular en su lógica, a las figuras de la combinatoria. Pero su intento de servirse del ars magna en vista de una búsqueda de principios universales y necesarios capaces de unificar todo el saber, aparece con claridad en la sección llamada lntroductio in artem Raymundi Lullii: Es necesario un arte general único que tenga principios generales, primitivos y necesarios, mediante los cuales los principios de las otras ciencias puedan ser probados y examinados ... Las artes y las ciencias especiales son demasiado prolijas y la breve vida del hombre necesita que el intelecto posea algún instrumento universa1.5o BernardO' introducía en su tratamiento un verdadero y propio tratado de cosmología y de filosofía natural (en la discusión de la tercera figura), obras completas de medicina (Hortulus medicus, De medicina operativa, etc.) y consideraciones sobre el ars praedicandi y sobre la interpretación de las Escrituras; se movía en este sentido en el mismo terreno de la Rhetorica seudoluliana y abría el paso a ese enciclopedismo de bases lulianas al que dieron su adhesión tanto Grégoire como De Valeriis en los últimos años del siglo. . Con el curso de Lavinheta en la Sorbona entraba triunfalmente a París (después del gran paréntesis nominalista iniciado con las polémicas de Pedro d'AilIy y de Gerson) la enseñanza del lulismo. Si se tiene presente la gran resonancia que las lecciones de Lavinheta tuvieron en el mundo de los doctos, su intensa actividad 50
I
~
~-
De necessitate
artis.
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editorial en los mayores centros europeos desde París hasta Lyon y Colonia, su suerte en el siglo XVII, puede resultar particularmente interesante, también, la temática sobre la memoria elaborada en la última parte de la Explanatio. Bernardo se propone en estas páginas construir un arte capaz de servirse simultáneamente de las técnicas de la memoria elaboradas por Lulio y de las técnicas, ya ampliamente desarrolladas, que habían sido recogidas de los textos de Cicerón y de Quintiliano. La definición de la memoria natural, de la que se sirve Lavinheta, está tomada de los textos lulianos y de los comentarios medievales al De reminiscentia aristotélico: La memoria natural es aquella potencia a la que compete propiamente remitirse a la mente y de cuyo órgano ya se ha hablado en el tratado de filosofía natural. Este último tiene en el occipucio la forma de una pirámide y su potencia es espiritual. Su tarea consiste en conservar las especies adquiridas mediante el iritelecto y volver a evocar en el intelecto, por orden de la voluntad, sus imágenes (similitudines) .~1
En lo que concierne a la memoria artificial, Lavinheta toma de nuevo, en cambio, y casi con las mismas palabras, los conceptos expresados por Lulio en el inédito Liber ad memoriam confirmandam: Lavinheta, Explanatio (edición 1612), p. 653.
Lulio, Munich (Staatsbibl.), 10593 f. 2 v.
La memoria artificial es doble: la primera consiste en las medicinas y en los ungiientos que nuestro Doctor juzga muy peligrosa porque a veces se dan medicinas contrarias a la disposición del individuo, en tal grado de calor que secan. el cerebro y en tal forma los hombres llegan a la demencia y la estupidez.
Otra es la memoria artificial, que es doble porque la una consiste en medicinas y ungiientos. Ésta la considero muy peligrosa porque a veces se dan medicinas contrarias a la disposición del hombre, a veces son superfluas y de máxima crudeza. El cerebro se diseca desmesuradamente y, por falta de cerebro, el hombre se sume en.la demencia, como lo hemos oído y visto en muchos casos y de este modo desagrada a Dios.
Al introducir una separación entre "las casas sensibles que son captadas por el sentido, y las inteligibles, que son captadas por el solo inteIecto", Bernardo abría sin embargo, inmediatamente d~spués, ~1 De memoria, p. 651 de la citada edición.
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el camino a la distinción entre dos tipos de memoria artificial: "Existe un doble modo de memoria artificial y el primer modo es muchO' más fácil que el segundo." El método luliano más fácil al que se refiere Lavinheta es aquel -para nosotrO's ya conocidode la memoria "local" o "ciceroniana". Para recordar los objetos que caen bajo los sentidos y los productos de la imaginación, se recurre, de acuerdO' con los cánones tradiciO'nales, a los lugares ordenados y a la colocaciÓn de las imágenes en los lugares; "es necesario establecer lugares específicos en un espacio familiar, como una iglesia, un monasterio o una casa de la propia ciudad". Regresa, naturalmente, el precepto del orden de los lugares y el de la colocación en los lugares de las similitudines a imágenes.52 Se vuelven a presentar los conocidos temas de la iconología a la que se había confiado la tarea de representar y llamar a la memoria las "cosas intelectuales". Para fijar en la mente conceptos (por ejemplo: "Dominus est illuminatio mea et salus mea") se utilizarán ampliamente las figuras emblemáticas: "se pandrá en el lugar designado la imagen solemne de un hombre bien vestido que sostiene en una mano una vela y en la otra, un poco de sal, y aunque sal y salud signifiquen cosas diferentes, sin embargo, por esa cierta semejanza que los dos términos tienen in voce, una cosa conducirá al recuerdo de la O'tra" .53 Frente a los objetos de la especulación, es decir, a las cosas "que son remotísimas, no sólo de los sentidos sino también de la imaginación", la técnica "ciceroniana" de la memoria revela ser insuficiente. En estos casos es necesariO' recurrir a un segundo y más complicado tipo de memoria artificial, dirigirse al ars generalis inventado por Lulio. Aquí -afirma Lavinheta, plegando la vieja terminología ciceroniana a un nuevo uso- todos los objetos posibles del saber son "calocados en pocos lugares" y, a través de los principios, las figuras, las reglas y las quaestiones, el artista puede adueñarse de manera duradera de tada lo sabido.54 7. LA
LÓGICA DE LA lVlEMORIA
Para Lavinheta, la combinatoria de Lulio es simultáneamente una lógica y una mnemotecnia. Por un lado, es el "instrumento universal" mediante el que todas los principios de las ciencias particu1a'res pueden ser examinados; por otro, se identifica con un gran sistema de ars reminiscendi que tiene posibilidades de aplicación mayores que el ars memoriae de procedencia ciceroniana. Posicio52
53 54
Explicatio, cit., pp, 653-654. Ibidem, p. 654. Ibidem.
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nes de este tipo llegaron a incidir de manera profunda en ambientes muy variados. Trece años antes de la publicación de la obra de Lavinheta, alrededar de 1510, se habían reunido en la Universidad de Cracovia los representantes del cuerpo académico para examinar la consistencia de la acusaciÓn de magia que se había hecho contra el franciscano Thomas Murner, autor de una Logica memorativa, chartiludium logicae sive totius dialecticae memoria, publicada en 1509. En el escrito, que propugnaba la combinación de un sistema de conceptas con un sistema paralelo de símbolos plásticos, eran evidentes las influencias lulianas.55 La parte final, escrita por Ioannes de G10gavia acerca del prO'b1ema, es un documento digno de ser recordado. Más que de un largo discurso, éste nos da la idea precisa de la amplia difusión (también en los ambientes académicos) de este tipo de discusiones y muestra además la presencia de esta conexión (que se estableciÓ particularmente en las universidades alemanas del RenacimientO') entre la lógica y la mnemotecnia :
y o, maestro Giovanni di Glagau, miembro del colegio de la Universi-
dad de Cracovia, doy testimonio de que el padre Thomas Murher, alemán, ... ha escrito en nuestra universidad este chartiludium, lo ha leído y a tal punto perfeccionado que en el lapso de un mes hombres incluso vulgares e ignorantes ... se convierten en hombres tan eruditos y capaces de recordar, que hace que se despierte en nosotros una fuerte sospecha en cuanto a dicho padre: que él, más que enseñar los preceptos de la lógica, transmite algo que tiene que ver con la magia.56 La idea de una lógica de la memoria, o al menos la idea de una afinidad sustancial entre la lógica y el arte de la memoria, está en la base de todos las intentos, que se renovarán en la cultura europea de la primera parte del siglo XVI hasta Leibniz, por utilizar
55 Thomas Murner, Logica memorativa. Chartiludium logicae sive totius dialecticae memoria et novus Petri Hispani textus emendatus, cum jucundo pictasmat, exercitio, Bruselas, Thomas van der Naot, 1509 (copia utilizada: París, Nal. Rés. R. 871). También cf. la Invectiva contra astrologos, Argentinae, 1499 (ibidem, Rés. V. 1148). No logré ver el Chartiludium institutae summarie doctore Thomas Murner memorante et ludente, Argentinae, de Johannen Priis, 1518, que contiene una reducción de las Istituzioni justinianas en cuadros sinópticos elaborados sobre la base de los estudios y de los lemas
de los obispos y de los príncipes imperiales. En 1515, la Universidad de Treviri lanzó una declaración de la que se concluía que Murner era capaz de enseñar las Istituzioni en el lapso de cuatro semanas, utilizando un método basado en la memoria artificial. Sobre Murner, ef. Carreras y Artau, La filosofia cristiana, cit., vol. U, pp. 224-225 y, para la influencia de Lulio, véase A. Gottron, Ein lullisticher Lehrstuhl in Deutschland um 1600?, en "Estudis Universitaris Catalans", 1913. 56 Cit. en Prantl, ed. 1955, vol. IlI, p. 294.
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la herencia luliana para elaborar un arsgeneralis unificador del saber y un sistema mnemonicum o enciclopedia de las ciencias. La reforma de la lógica hecha por Bruno y el enciclopedismo de Alsted se mueven, desde este punto de vista, en un mismo terreno. No es casual que entre las fuentes de la "característica" leibniziana se encuentren, alIado de los principales textos dellulismo europeo, varias e importantes obras de ars reminiscendi. Debe subrayarse otro elemento: la sospecha de magia que había afectado al buen Murner era, al menos en parte, plenamente justificada. La lógica de la memoria, la combinatoria, el ars inveniendi y el ars reminiscendi se configuran a menudo como proyectos de fundación de un arte maravilloso capaz de conducir, como a través de un rápido atajo, a los secretos profundos de la naturaleza. También la lógica o el arte de Bruno, profundamente ligado allulismo, a la "memoria", a la cábala, a los emblemas, parecerá similar a un producto de magia. Pío V, Enrique III de Francia, el embajador español en la corte de Rodolfo II y el mismo Giovanni Mocenigo verán en Bruno al inventor y poseedor de un arte secreto capaz de ampliar de manera desmesurada las posibilidades de dominio del hombre. Este tipo de "lógica" se liberará mucho más tarde de la sospecha de magia. En la Historia et commendatio linguae characterioae universalis, Leibniz, 'mientras distinguía la "verdadera" cábala de la "falsa", se preocupaba todavía por liberar la combinatoria de la acusación de magia: Desde Pitágoras, los hombres habían sido persuadidos de que los mayores misterios estaban escondidos en los números. Y es creíble que Pitágoras haya introducido en Grecia y traído del Oriente esta opinión así como muchas otras cosas. Pero ignorándosela verdadera clave del arcano, los más curiosos cayeron en la futilidad y en la superstición, a partir de las cuales nacieron esa cábala vulgar muy lejana de la verdadera, así como las múltiples inepcias con un falso nombre de magia de las que están llenos los libros.51
La traduccióndel pasaje (Gerhardt,vol.VII, pp. 184-189) se encuentraen Barane,Logica formale e logica trascendentale, I: Da Leibniz a Kant, Tu· rín, 1957, p. 14. 51
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nI. LOS TEATROS DEÚ MUNDO 1.
SIMBOLlSMO
y
ARTE DE
:UA i
MEMORIA
VARIOS exponentes de la cultura de finei del siglo XVI identificaron la combinatoria luliana con una lógica de la memoria. Esta última se presenta, por un_lado, como el ars ultima o el instrumentum universale capaz de examinar todos los principios de las ciencias particulares y, por el otro, como un sistema de ars reminiscendi que constituye la base de un completo sistema mnemonicum o enciclopedia del saber. Desde este punto de vista, también el ars me.moriae de origen retórico y "ciceroniano" puede ser -junto con la combinatoria y la mnemotecnia de procedencia luliana- un elemento esencial en la construcción de la pansofía. La nueva lógica, capaz de reflejar las estructuras del mundo, debía complementarse con una enciclopedia o teatro universal que fuera su conclusión natural. Un presupuesto común a esa lógica y a ese teatro era el de una doctrina "especular" * de la realidad, la tesis de una perfecta correspondencia entre los términos y las res, entre la lógica y la ontología. En el capítulo anterior traté de indicar las líneas fundamentales de desarrollo de la tradición del lulismo durante el siglo XVI. También dentro de la compleja tradición de la mnemotecnia retórica y "ciceroniana" (cuya difusión es contemporánea a la del lulismo) se llevaron a cabo, entre los últimos años del siglo xv y las primeras décadas del XVII, algunos cambios decisivos. Estos cambios conciernen, no al aparato técnico del arte mnemotécnico que queda sustancialmente inalterado (aunque se va ampliando a través de numerosos recursos), sino al significado mismo que el arte viene a asumir dentro del mundo de la cultura. Ese ars memoriae, que había sido considerado en los siglos XIV y Xv como un recurso útil para los predicadores, como una técnica utilizable por los políticos, por los literatos y por los juristas, adquirirá hacia fines del siglo XVI, en algunos ambientes, un significado completamente diferente. En los textos de Bruno ese arte aparece, por ejemplo, ligado a una metafísica ejemplarista y neoplatónica, a los motivos de la cábala, a las discusiones sobre las relaciones * El términoprocededel latín specio: ver, mirar, y del que se deriva speculum: espejo,reproducciónfiel,imagen.Los speculum medievalesteníanesta intención.De aquí la correspondenciaentre los términos y las res (cosas) de la doctrina"especular",que no debe entendersepor el uso corriente quehoy tiene tanto en el italianocomoen el eSpañolmodernode connotaciónnegativa comoel de "ser un especulador".[T.] 85
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entre la lÓgica y la retórica, a l0's ideales de la pans0'fía y a las aspiraciones del lulismo. Mientras se le relacionaba con estos movimientos y corrientes, el ars memoriae se iba carganda de significados metafísic0's y se iba adaptanda a diversas exigencias de pensamiento. Esa transparencia de expresiones y esa claridad que habían caracterizado las páginas de Cicerón, de Quintiliano, de San Alberto, de Sant0' Tomás y de Pedr0' de Ravena desaparecen en la tratadística posterior a la segunda mitad del siglo XVI; en ésta d0'mina un gusto barraca par los jeraglifas, los alfabetas, las símbalas, las imágenes y las alegarías. Existe, desde este punta de vista, una diferencia insalvable entre_las textas sabre la memaria del sigla xv a las de Pedro de Ravena, par un lada, y las de Bruna, par el otra. En el primer casa estamos frente al intenta por elaborar con instrumentas racianales una técnica retórica basada en un estudia de las asaciaci0'nes mentales; en el segunda, estamas en presencia de un simbalism0' camplej0' que sirve cama vela para cubrir una sabiduría oculta a la que puede llegarse sól0' a través de la ambiguedad de los emblemas y la alusión a las imágenes, los sellas y las publicacianes. La busca de una cifra a de una clave que permitiera penetrar en el secret0' última de las c0'sas sustituyó al instrumenta construido can finalidades prácticas. Alrededor de la mitad del sigla na s0'n sólo los teóricas de la retórica y los estudiasos de dialéctica los que se acupan del ars memoriae: Comelio Agripa, Giulio Cesare Camillo, Giovambattista Della P0'rta, C0'sma Rasselli y Giordana Bruno c0'nsideran las reglas de la memaria camo instrumentos que pueden ser utilizados can finalidades que van más allá de la retórica o de la diálectica. En todas est0's autores encontramos presentes los temas del lulismo, de la cábala, de la magia y de la astrología, la herencia del Ars notoria, de los textos herméticos, de la obra de Pico y de Ficina. Bruno, comentador de Lulio e innovador del Ars memoriae, considerará que tanto la teología de Escot0' Erígena como la combinatoria, las misterias del Cusana y la medicina de Paracelso derivan de una "fuente c0'mún". Estas pasicianes y referencias eran en su tiempa ya ampliamente difundidas: en la mitad del siglo había aparecido en París el De usu. et mysteriis Notarum Liber (1550), escrita par Jacques Gohary (Lea Suavius), abogada en el Parlamento de París y diplomática, gran camentadar de la abra de ParaceIso y traductar del Príncipe y de las Discursos de Maquiavela, estudioso de alquimia, de batánica y de tearía de la música. En su discusión sabre las signas, Gahary hace canstante referencia a la magia de Tritemia, a la cábala cristiana, al Ars notoria, a las abras de Pico y de Ficino, al ars memoriae, a la combinatoria luliana y al Teatro del mundo de Giulio Camillo.1 Su posición es indicativa 1 Las traducciones
de las obras de Maquiavelo son de 1571. Sobre Gohory,
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de ese cambio de valares al que nas hemos referido. Pero antes de extraer algunas conclusianes, será canveniente observar de cerca la difusión en Europa de algunos textos italianas particularmente afartunados, tamar en cuenta, adem~s, algunas de esas teatros del mundo en las que las temas de la cábala y las de un enciclopedisma de bases metafísicas se superponen a los objetivos mnemotécnicoretóricos originales y detenerse en los textos en los que canfluyan de manera evidente los temas de la combinatoria luliana y los del arte mnemotécnica. 2.
DIFUSIÓN
DEL "ARs MEMORIAE" y EN ALEMANIA
EN INGLATERRA
Adactrinada de manera canveniente par la señora Lógica, el héroe de ese singular poema alegórico-didáctico que es el Pastime of PIeasure de Stephen Hawes, continúa su ascenso a la Tarre de la Doctrina y entra en la habitación de la señora Retórica. Después de enumerar cuidadasamente las cinca partes de la retÓrica y de aclarar la relaciÓn que existe entre éstas y las diferentes facultades del alma, la dacta dama, haciend0' referencia a la memoria, se expresa de la siguiente manera: Yf to the orature many a sundry tale One after other treatably be tolde Than sundry ymages in his closed maIe Eache for a mater he doth than well holde Lyke to the tale he doth than so beholde And inwarde a recapitulacyon Of eche ymage the moralyzacyon Whiche be the tales he grounded pryvely Upon these ymages sygnyfycacyon And whan tyme is for hym to specyfy All his tales by dernonstracyon In due ordre maner and reason Than eche yrnage inwarde dyrectly The oratoure doth take ful! properly
So is enprynted in his propre mynde
Every 1-
tale with hole resemblaunce
ef. L. Thorndike, History
of Magie and Experimental Scienee, 8 vols., Nueva York, Columbia University Press, 1923-1956,vol. V, pp. 636-640;D. P. Walker, Spiritual and Demonie Magie from .Ficino to Campanella, Londres, f958, páginas 96-106.
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By this ymage he dooth his mater fynde Eche after other withouten varyance Who to his arte wyll gyve attendaunce As thereof to knowe the perfytenes In the poetes scole he must have intres.2 [Si se van diciendo, una por una, diversas cosas a un orador, él va acomodando, como en una maleta cerrada, diversas imágenes una para cada asunto, semejante a él, la retiene y la contempla, y recapitula interiormente la moralización de cada imagen que es cada historia, asentada en su interior, según el signifioado de estas imágenes, y llegado el tiempo de especificar y demostrar oada uno de estos asuntos en debido orden, manera y razón, va tomando el orador prontamente, con toda propiedad, cada imagen interna, de tal modo tiene impresa en la mente cada asunto con cabal similitud, y por esa imagen va encontrando cada materia, una tras otra, sin alteración alguna; quien quiera poner atención a este arte hará conocer su perfección, deberá entrar a la escuela del poeta.J
En este texto, publicado en Londres en 1509, se formulaba por primera vez en lengua inglesa la doctrina de la retórica clásica. Aunque este texto se encuentre orientado en función de una "poética", la referencia a la doctrina de los lugares y de las imágenes no podía ser más precisa. El intento por adaptar la terminología de la Rhetorica ad Here,nnium a las exigencias particulares del arte S. Hawes, The Pastime of Pleasure, a cargo de W. E. Mead, Londres, p. 52, vv. 1247-1267. La primera edición es de Wynkyn de Worde, Londres, 1509; ediciones posteriores en 1517, 1554 Y 1555. Mayor información sobre el autor y sobre las ediciones en la edición a cargo de R. Spindler, Leipzig, 1927, pp. XXIX-XLI. El pasaje citado en el texto aparece en W. S. H0'welI, Logie and Rhetorie in England, 1500-1700,Princeton, Princeton University Press, 1957,p. 86. He tOIllildo del libro de HowelI (sobre el cual ef. la reseña "Ramismo, logica e retorica nei secoli XVI y XVII", Rivista critica di storia della filosofia, 1957, 3, pp. 361-363)varias de las infofIllilciones sobre los textos ingleses de mnemotecnia.
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poético no era un caso sin precedente en Inglaterra;. en este sentido, la poetria Nova, escrita por Goffredo de Vinsauf entre 1208 y 1213 constituye (como 10 ha dicho Howell) una de las fuentes principales del poema de Hawes.3 Queda clara, una divergencia sustancial de valoración acerca de la función que ejerció el ars memoriae en el ars rhetorica, la importancia que Hawes atribuía al ars reminiscendi en su formación como poeta. Podemos encontrar la misma diferencia, que es el índice que marca el surgimiento de un nuevo interés por las técnicas de la memoria, confrontando la tercera edición (1527) del Mirror of the World de William Caxton, ya sea con las dos ediciones anteriores (1481 y 1491) sea con el Livre de cleygie nommé l'ymage du monde (¿1245?) del cual la obra ~e Caxton es la traducción más o menos fiel. En esta tercera edición, junto con un tratamiento brevísimo de la invención, de la dispositio y del estilo y una consideración más amplia sobre la pronuntiatio, encontramos una exposición detallada de las técnicas de la memoria en las que aparecen de nuevo, con abundante descripción de detalles, temas ya conocidos: el parangón entre el arte y la escritura, la doctrina de los lugares y de las imágenes, la referencia a las imágenes "corpóreas"! El interés por este tipo de discusiones está relacionado estrechamente con el renacimiento, en el humanismo inglés, de la gran tradición de la retórica clásica, renacimiento que parece ligado por muchos aspectos a las rápidas transformaciones de la sociedad inglesa, a la entrada de los hombres de ley al escenario de la vida política y cultural, a los debates sobre la eficacia de las prédicas religiosas y a las controversias parlamentarias. En las escuelas y en los colleges, la enseñanza de la retórica y del "método de transmisión del saber" ocupa, entre la mitad del siglo XVI y la mitad del XVII, un lugar predominante. Pleusant and persuadible Art 01 Rhetorique, de LeonardCox, texto de fundamental importancia, se consideraba en 15325 como una obra necesaria para los abogados, los embajadores, los maestros y para todos aquellos que debieran hablar frente a una asamblea. A la difusión del ideal cortesano y caballeresco en la cultura inglesa (ideal que hacía del caballero un experto en "cortesía" y en "política" al mismo tiempo), correspondió la multiplicación de los manuales de retórica y la intensifica-
2
1928,
3 El texto en E. Faral, Les arts poétiques du XIIe et du X[[[e siecle, París, Champion, pp. 197-262. Cf. Howell, Logie and Rhetorie, cit., pp. 75-76. .• W. Caxton, Mirrour of the World, a cargo de O. H. Prior, Londres, 1913. La edición de Prior está tomada de las ediciones de 1481 y 1491 (más 0' menos). El tratado de la memoria (cit. en Howell, Logie and Rhetoric, cit., pp. 8889) está tomado de la tercera edición: The Myrrour. Dyserypcion of the W ordle With Many Marvaylles, Londres, 1527 (?), D 3 r. - D 3 v. 5 L. Cox, The Arte or Crafte of Rhetoryke, a cargo de F. 1. Carpenter, Chicago, 1889.
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ción de una discusión que tenía que ver, al mismo tiempo, con las "buenas maneras" y con los problemas relativos a la "persuasión", la "tolerancia" y la convivencia civil. Sólo teniendo presente esta atmósfera, puede resultar claro el significado de esa áspera y fuerte polémica que se llevará a cabo en los últimos años del siglo entre los reformadores ramistas y los aguerrido s defensores de la lógica escolástica y de la retórica ciceroniana. Muchos de los motivos que hemos encontrado en los escritos de Hawes y de Caxton habían sido sin duda tomados de fuentes clásicas y, aunque sólo parcialmente, de fuentes medievales. Pero no faltó, también en este particular sector de la cultura, una influencia italiana directa; esto puede verse no sólo por la influencia que la Nava Rhetarica de Guglielmo Traversagni de Savona (1479) tuvo en Inglaterra, sino también por la publicación, alrededor de 1548, del Art of Memory That Otherwise Is Called the Phoenix. Presentado por Robert Copland como la traducción de un escrito francés anónimo, este pequeño libro era en realidad (como lo ha señalado Howell) la traducción del famoso Phoenix de Pedro de Ravena: Copland (B 3
Ravena (3
1'.)
Y para fundamento de esta primera conclusión, propondré cuatro reglas. La primera es ésta: los lugares son las ventanas puestas en paredes, pilares y rincones, y otras similares. La segunda regla es ésta: los lugares no deben estar demasiado separados ni demasiado juntos. La tercera regla es semejante. Pero me parece que es vana ...
1'. -
3 v.)
y por fundamento de esta prime-
ra conclusión pongo cuatro reglas. La primera es ésta: los lugares son ventanas abiertas en las paredes, columnas, rincones y cosas parecidas. Sea la segunda regla: los lugares no deben estar demasiado cercanos ni demasiado distantes. La tercera regla es vana, según me parece ...
Datos como los anteriores hacen más fácilmente comprensible el hecho de que uno de los textos más afortunados y más importantes de la cultura del siglo XVI, el Arte of Rhetorique de Thomas Wilson (1553) pudiera remitirse a fuentes italianas, elaborando un tipo de ejemplificación que, mientrás por un lado está muy cerca de los textos de Pedro de Ravena, por el otro parece anticiparse en el uso constante de imágenes de personajes mitológicos a algunas construcciones típicas de Giordano Bruno: Podré, por ejemplo, construir estos lugares en mi habitación. Una puerta, una ventana, una mesa, una cama, una chimenea. Sobre la puerta coloco a Caco el ladrón, sobre la ventana a Venus; sobre la mesa a Apicio, el célebre glotón; en la cama a Ricardo III de Inglaterra
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o cualquier otro célebre homicida, al lado de la chimenea al negro Smith o a cuaí~er otro famoso traidor.6 El arte ciceroniano de la memoria tuvo, durante el siglo XVI, amplia difusión en Alemania más que en Inglaterra. Además de la introducción de técnicas de la memoria en los tratamientos generales dedicados a la retórica, se da en Alemania un verdadero y singular florecimiento de textos específicos: en 1504 aparece en Estrasburgo un Ars memarativa S. Thomae, Ciceronis, Quintiliani, petri Ravennae, que da definitivamente a Pedro de Ravena un lugar entre los clásicos del arte; en 1505, en Colonia, Sibutus publica un Ars memorativa; en 1510 aparece el Ludus artificialis oblivionis de Simon Nicolaus aus Weida, publicado en Leipzig; en' Venecia, 10 años después, se publica un pequeño libro muy afortunado, el Congestorium artificiosae memoriae de Johannes Romberch, redactado por completo de acuerdo con el escrito de Pedro de Ravena y difundido más adelante en Italia en la traducción de Ludovico Dolce; 7 en Estrasburgo, en 1525, Fries publica un Ars memorativa,o también en Estrasburgo en 1541 y en 1568, salen a luz, respectivamente la Memoria artificialis de Riff y los Praecepta de naturali memoria confirmanda de Mentzinger; finalmente, aparece en Wittemberg, que había sido el centro de difusión de las enseñanzas del de Ravena, en 1570 (pero con un prefacio de 1539), el Libellus artificiosae memoriae in usum studiosorum de Johannes Spangerbergius, publicado varias veces e incluso en 1610 apareció en el Gazophilacium de Schenkel, antología que recorrió a toda Europa. La áspera polémica de Camelia Agripa en contra del uso y abuso de las artes mnemotécnicas es fácilmente explicable si se tiene en cuenta esta verdadera invasión de textos de mnemotecnia en la vida cultural alemana en el siglo XVI. Al atribuir a Cicerón, a Quintiliano, a Séneca, a Petrarca y a Pedro de Ravena la responsabilidad de esta "frenética manía", Agripa no sólo se lanzaba en contra de 6 Th. Wilson, The Arte of Rhetorique for the Use of Al! Suche Are Studious of Eloquenee, a cargo de G. H. Mair, Oxford, 1909 (ef. Howell, Logie and Rhetorie, cit., p. 104). 7 Jo. Romberch de Kyrspe, Congestorium artificiosaé memoriae ... omnium de memoria praeceptiones aggregatim eomplectens, Venetiis, in aedibus Georgii de Rusconibus, 1520 (copia utilizada: Triv. Mor. L. 561). F. Yates, The Ciceronian Art of Memory, en Medioevo e Rinascimento, Studi in onore di B. Nardi, Florencia, Sansoni, 1945, asigna erróneamente la primera edición de este texto a 1533. La traducción de Dolce es el Dialogo di L. Dolce nel quale si ragiona del modo di aecrescere et conservar la memoria, en Venecia, Gio-
vanbattista Sessa e fratelli, 1586 (copia utilizada: Triv. Mor. M. 248). La primera edición es de 1562, una segunda edición es de 1575. Ya en 1592, la fuente de Dolce había sido localizada: ef. la Plutosofia di Filippo Gesualdo.;. nelZa quale si spiega ['arte della memoria (p. 11 de la edición vicentina de 1600. Triv. Mor. H. 65).
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un tipo de enseñanza que oprimía a los estudiantes in gymnasiis y en contra de una técnica que estaba dirigida, más que a la verdadera sabiduría, a la "gloria pueril de la ostentación", pero repetía, con vigor especial, el viejo argumento de todos los adversarios de la mnemotecnia, el mismo argumento contra el que Bruno polemizó ásperamente cincuenta años después: La memoria artificial no puede persistir ni en mínimo grado sin la memoria natural, y esta última frecuentemente se ve entorpecida por imágenes monstruosas que generan a menudo una especie de manía y de frenesí por la tenacidad de la memoria; sucede, en cambio, que el arte, al sobrecargar a la memoria natural con innumerables imágenes de palabras y de cosas, conduce a la locura a aquellos que no se conforman con los límites establecidos por la naturaleza.8 La posición de Agripa era curiosa, ya que esta contraposición de los derechos de la naturaleza a las impías pretensiones del arte provenía de uno de los más fervientes y apasionados defensores del arte luliano, de un hombre que había dedicado gran parte de su energía al "perfeccionamiento" de la complicada estructura del ars magna. El texto de Agripa es de 1530. Dos años después, en los Rhetorices elementa, el mayor teórico de la lógica y de la retórica de la Reforma, Melanchton, adoptaba una posición similar en relación con el ars memoriae. Sin la aspereza polémica de Agripa, Melanchton denunciaba la esterilidad sustancial de toda técnica dirigida al perfeccionamiento de la memoria natural: "Las cosas que han sido descubiertas y dispuestas ordenadamente se expresan a través de las palabras. Todo el arte se agota en estas tres partes. No damos otros preceptos acerca de las otras dos partes ya que el arte puede ayudar muy poco a la memoria." 9 Insistiendo por un lado en la conexión entre la cogitatio y la dispositio y, por el otro, en la función de los topica en vista de un ordenamiento de los conceptos originariamente esparcidos in magno acervo, Melanchton se remitía sin embargo a esa doble tesis del orde,n y de la lÍlnitación sobre la que se había fundado la doctrina de los lugares y, por consiguiente, toda la técnica mnemotécnica. En realidad, subsiste una relación bastante estrecha entre los topica, entendidos como. medio para ordenar los conceptos, y la doctrina del arte de la memoria,I° como lo notará agudamente Bacon. Pero 8 H. C. Agripa, De vanitate scientiarum, cap. x, De arte memorativa, en Opera, Lugduni, 1600, vol. II, p. 32 (copia utilizada: Triv. Mor. K. 4D3). Agripa atribuye todavía a Cicerón la Rhetorica ad Herennium. 9 Rhetorices Elementa, autore Philippo Melanchtone, Venetiis, por Me1chio-
rem Sessam, 10
pp. 4 v. - 5 (copia utilizada: Ambros. Snu v. 96). Rhetorices Elementa, cit., p. 8. Un ejemplo característico de la relación 1534,
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de esto hablaremos más adelante. En cambio, lo que queremos subl'ayar aquí es el reducido efecto que tomas de posición como las de Agripa y las de Melanchton tuvieron en los ambientes alemanes; no sólo continuarán difundiéndose en Alemania lo.s tratados dedicados a la mnemotecnia ciceroniana, sino que, a partir de la confluencia de la tradición "clásica" con la del lulismo, este tipo de producción adquirirá nuevo vigor llegando a tener influencia en algunas de las mayores personalidades de la cultura alemana del siglo XVII. 3.
SPANGERBERGIUS
El Libellus artificiosae memoriae in usum studiosorum collectus de Johannes Spangerbergius, publicado en Wittemberg en 1570,ll puede ser considerado como ejemplo de la vivacidad con la que se presenta, en los ambientes culturales alemanes del siglo XVI, la temática referente al arte de la memoria. El autor de este pequeño libro (que es quizá la exposición más clara del ars reminiscendi del siglo XVI) no pretende ser original: "he elaborado este breve ensayo sobre la memoria artificial basándome en autores reconocidos y los he recogido en un compendio". Al presentar el arte de manera instructiva, se preocupa de dos cosas: hacer el arte claro y accesible de manera rápida, hacer un tratamiento que tenga en cuenta, además de las fuentes clásicas, las obras más recientes, tanto retóricas como médicas. Vale la pena detenerse en algunas de las definiciones y de las reglas que propone Spangerbergius, ya que nos dan la clave para entender muchas de las posiciones que aparecen en los escritos de Giordano Bruno. Al lado de los legendarios "héroes" de la memoria (Simónides y Temístocles, Crasso y Ciro, Cineas y Carneades), el autor recuerda a Cicerón, Quintiliano, Séneca y se remite también a Pedro de Ravena, al que cita repetidas veces colocando su nombre junto al del Cusano.. El "lulista" Cusano se convertía en uno de los maestros del arte mnemotécnico; la idea de que las finalidades del ars Raimundi coincidieran con las del ars memoriae estaba destinada, como se ha visto, a reforzarse hasta llegar a esa subrayada en el texto es el Opusculum de amplificatione oratoria seu locorum usu, per Adrianum Barlandum in inclito Lovaniensium gymnasio publicum Rhetoricae professorem, LO'vanii,Servatus Zaffenus Diestensis, 1536 (cO'piautilizada: Braid. B. XIII. 5512). II Artificiosae memoriae libetlus in usum studiorum coltectus, autore Joal1ne Spal1gerbergio Herdesiano apud Northusos verbi ministro, Witebergae, apud
Petrum Seitz, 1570. UtilizO'la copia de la Angelica (YY. 3. 28), páginas no numeradas. Con el título Erotemata de arte memoriae seu reminiscentiae, el texto fue editado de nuevo (con la indicación Authore Ioh. Sp. Herd.) en
el Gazophylacium artis memoriae ... per Lambertum Schenckelium
ArgentO'rati,excudebat Antonius Bertramus, Angelica. SS, 1. 24).
1610,
pp.
339-378
Dusilivium,
(copia utilizada:
LOS TEATROS DEL MUNDO
LOS TEATROS DEL MUNDO
valoración particular de la combinatoria luliana que será típica de los escritores del siglo XVII y que llegará inalterada a la Historia critica philosophiae de Brucker. Después de definir la memoria como comprehensio earum qua e praeterierunt, como retentio y conservatio, y después de haber hecho la distinción entre memoria natural y artificial, Spangerbergius adopta de manera inmediata una posición en contra de la acusación que se hace con respecto a la insuficiencia del arte frente a la perfección o imperfección natural; en primer lugar, niega la perfección de la memoria natural; en segundo lugar, establece una relación entre la perfectibilidad de ésta mediante el arte y la mayor o menor perfección de las dotes innatas. La memoria artificial es útil, ya sea en el aprendizaje de las ciencias, como en la 'retención transitoria de los argumentos que sirve tanto al poeta como al maestro, al orador y al abogado. Al lado del olvido normal "de las especies de las cosas pasadas" (por corrupción), Spangerbergius distingue dos tipos de amnesia "patolÓgica": una, derivada del lado donde nacen las pasiones, las enfermedades, la vejez (por disminución); la otra, dependiente de la ablatio o de una lesión de los órganos cerebrales. Mientras que para hacer obvia la corruptio es útil el uso de los lugares y de las imágenes, frente a la diminutio y a la ablatio, los preceptos de la retÓrica deben dejar el lugar a los de la medicina. Sobre las huellas de la Rhetorica ad Herennium y de la Phoenix de Pedro de Ravena y de acuerdo con cánones tradicionales, se desarrolla la doctrina de los lugares y de las imágenes: junto a la distinción de tres tipos de lugares fundamentales, el autor enumera diez "reglas" sobre las características de los mismos, extraídas sustancialmente del escrito del de Ravena. La teoría de las imágenes se remite a los mismos textos: de nuevo, existe sólo la distinción entre imagmes rerum e imagines vocum. Desde el punto de vista "teórico" de la mnemotecnia, Spangerbergius distingue, como lo hará Bruno más adelante, una parte práctica (praxis memoriae) en la cual se aplican las reglas de la sección teórica a casos específicos, a través de la construcción de una serie de ejemplos o modelos. Preocupado en especial por la creación de las imágenes, Spangerbergius construye, siguiendo un modelo dicotómico, la siguiente tabla de todos los posibles tipos de dictiones:
El primero de los seis casos es el de la dictio ignota; en el lugar de la dictio, de la que se ignora el significado, se puede colocar, recurriendo a la vocalis similitudo, una dictio nota que signifique algo visible similar en el sonido (como cuando se recurre a una "pala m instrumentum" en lugar de la "praepositio palam"), o se puede procer, en los casos en los que no sea posible la semejanza vocal o sonora, per inscriptionem, colocando una imagen que haya sido fijada anteriormente en el lugar de cada una de las letras que constituyen el término. El segundo caso es el de la dietio nota rei invisibili (por ejemplo, el término "justicia"); además del figmentum y de la inscriptio, es posible servirse de la comparatio y de la similitudo apoyándose en las que en lenguaje moderno se llaman leyes de la asociación ("el negro nos conduce al cono~jmiento del blanco, el tintero nos hace recordar al escritor"). El tercer caso es el de la dietio nota de una res visibilis que sea un accidens: aquí se recurre al subiectum prineipale ("como el blanco por la nieve", etc.). El cuarto caso es el de la dictio nota de una res visibilis que sea substantia inanimata: ésta puede expresarse a través de la imagen de una persona "que actúa con esa cosa". El quinto caso es el de la dictio nota de una res visibilis que sea substantia animata expresada por un nombre común: la imagen se construye de acuerdo con cánones "ciceronianos", con la referencia a una "persona conocida". Finalmente, el sexto caso es el de la dictio nota de una res visibilis que sea substantia animata expresada por un nombre propio: refiriéndose a la iconología, se da lugar a la imagen de un hombre vestido con ropa especial y en posición particular (con las llaves, en el caso de Pedro; con una espada en la mano, en el caso de Pablo, etcétera). La clasificación es en realidad muchO'más complicada de lo que
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Toda palabra o es desconocida o conocida, o es de cosa invisible o visible, o es accidente o sustancia, o es inanimada o animada, [o] es nombre común o propio
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varios tlp s d similitudo y de figmentum; 12 en segundo lugar, el puede(lero deduci~s de de estala síntesis. En primer se lugar, se distinguen verd . rcicio praxis mnemoniea enfrenta a casos mu o más complicados de los que hemos señalado, que son el res)l'ltado del enlace de varios tipos de dietio en una mismadepropositión o discursO'.Pero conviene hacer referencia, después tantos esquemas, a la vivacidad de las imágenes para confirmar una vez 12 Entre los varios tipos de similitudo se enumeran: "effictiO'cO'rporum:ut cum senem facimus tremulum, incurvum, labiis demissis, canum; nO'tatiO' adfectum: ut cum dicimus lupum voracem, lepores timidos, sic laeta iuventus, tristis senectus, prodiga adolescentia; etymologia: ut Philippus amator equo. rum; onomatopeia: quanda sumitur cagnitia bervi a sana vacis ut hinnitus equi, mgitus leanum, bombitus apum; rerum effectus: cum cuilibet mensi officia sua assignamus". Muchos de los ejemplas parecen ser tamados directa o indirectamente de un textO' de lacoba Publicia, OratO'riaeartis epitoma, sive quae ad consumatum spectant oratorem, Venetiis, 1482, D 4 r. - D 4 v. (He cansultado el lnc. 697 del Angelica; otro ejemplar en la Nal. de Roma, lnc. 70. A. 48).
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más la relación entre la práctica del ars memorativa y la "visión", entre la doctrina de los lugares y de las imágenes y esas iconologías,. esos símbolos yesos emblemas con los que Bruno se deleitará y, con él, la cultura de todo un siglo: "Si quieres acordarte de estos nombres: Pedro, látigo, perro, puerco, agua, gusano, arena, construye esta relación imaginativa: Pedro persigue a un perro con el látigo, el perro irritado muerde a un puerco, el puerco, tratando de huir, tira un vaso en el que había algunos gusanos que al caer se esconden en la arena." También se debería tomar en cuenta este tipo de textos cuando se habla, a propósito de la cultura de fines del siglo XVI, de "barroquismo de las imágenes". 4. LA MEDICINA MNEMOTÉCNICA DE G. GRATAROLO
Las páginas sobre la memoria del médico y estudioso de Bérgamo, Guglielmo Gratarolo, sobre el que Church y Thorndike 13 han llemado la atención desde diferentes puntos de vista, nos remiten a una atmósfera muy diferente permeada de aristotelismo, de magia y de medicina oculta. Habiéndose refugiado en Basilea después de su conversión al protestantismo, Gratarolo publicó en Zurich en 1553, y después en Basilea en 1554, sus Opuscula 14 (dedicados a Maximiliano) que contenían, además de un tratado de fisionomía y una disertación sobre los prognostica tempestatum, un manual de ars memoriae. Traducido al francés en 1555 y al inglés en 1563, reimpreso en 1558 e incluido en 1603 en las lntroductiones apotelesmaticae de J ohannes ab Indagine,15 el pequeño libro de Gratarolo tendrá 13 Sobre Gratarolo, ef., además del libro de Tiraboschi, Storia de la letteratura italiana, Modena, 1787-179'4, vol. VII, pp. 615-616, Church, Riformatori italiani, 2 vals., Florencia, La Nuova Italia, 1935, vol. I, pp. 326 ss.; vol. II, pp. 83 SS., 103 SS., 216 SS., Y L. Thorndike, History af Magic and Experimental Science, cit., vol. V, pp. 6DO·616. Varias indicaciones de escritos, también en
la "ficha" de E. G. Eugenio Garin, "Giornale critica deHa filO'sofiaitaliana", IV
(1957),
pp. 353·354.
14Utilizo la edición de
1554; Guglielmi Grataroli Bergamatis, artium et medicinae doctoris Opuscula, videlicet: De memoria reparanda, augenda eontir. mandaque ac de reminiscentia: tutiora omnimodo. remedia, praeceptiones opti. mae; De praedictione morum naturarumque hominum eum ex inspeetione partium eorporis tum alis modis. De temporum omnimoda mutatione, perpetua et certissima signa et pronostica, Basileae, apud Nicolaum Episcopium
iuniorem, 1554 (Triv. MO'r.L. 244 Y Braid. 13. 52. B. 16). Sobre la edición del año' anterior, cf. p. 3: "Superiori anno ... citius quam voluissem emisi in lucem amicorum ac typO'graphicoactus instantia". En una tercera edición: Lug. duni, apud Gabrielem Coterium, 1558 (que he visto en Triv. Mor. N. 4) se agrega el opúsculO'De literatorum conservanda valetudine libero
15 Discours notable des tWJyens pour conserver et augmenter la mémoire avec un traité de la physianomie, traducida del latín por E. Copé, Lyon, 1555 (éste, y un título diferente de la misma trad., en Thorndike, History of Magic
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buena suerte, incluyéndose en la tratadística de medicina mnemotécnica que se apoyaba en Avicena y en Averroes. No obstante estar interesado en la publicación de textos mágicos y alquímicos (Gratarolo publicó textos seudolulianos, de Arnaldo de Vilanorva, de Giovanni Rupescissa), nuestro médico evita toda referencia al ars notoria y se remite frecuentemente a San Alberto Magno y Averroes por un lado y, por el otro, a la Metoriea ad Herennium. En realidad ,-cosa que Thorndike no ha señalado 16_, Gratarolo explota ampliamente un tratado italiano de 1481: el De omnibus ingeniis augendae memoriae de Juan Miguel Alberto de Carrara.17 Los veinte preceptos generales del arte que aparecen en el sexto capítulo del opúsculo de Gratarolo (philosophica eonsilia, canones, et reminiscentiae 'praeoepta) y casi todo el séptimo capítulo parecen ser, de hecho, tomados, con ciertas diferencias de estilo, de la obra de Carrara a la que nos hemos referido. Véase por ejemplo, la definición de los cuatro "movimientos" que constituyen la memoria y la común referencia a Cicerón y a Santo Tomás: ' Carrara (L 70 r, 73 r)
Gratarolo (pp. 44, 59)
En el recuerdo participan cuatro movimientos: el movimiento del espíritu que transporta las figuras de la facultad cogitativa a la de la memoria; la pintura y la fijaciÓn de las figuras en la misma memoria; el llevar éstas (por parte de los espíritus) de la memorativa a la cogitativa; la acción de reconocimiento en la que consiste propiamente el recordar ... La memoria artificial, como dice Cicerón en el segundo Ad Herennium, consiste en lugares que son como la cera y la paleta del pintor y las imágenes que son como las figuras de las letras. Así, puede
En el recuerdo participan cuatro movimientos: el primero es el movimiento del espíritu que transporta las especies o figuras de la facultad cogitativa a la facultad memorativa. El segundo es la pintura o la fijación de las figuras en la misma memoria. El tercero es llevar (de parte de los espíritus) la facultad de la memoria a la cogitativa o de raciocinio. El cuarto es el de la acción que reconoce y en la que consiste propiamente el recordar .. ~ La memoria artificial, como dice Cicerón en el segundo Ad H erennium, consiste en lugares, que son como la
and Experimental Seience, cit., val. V, p. 607); The Castle of Memorie, tradu· cida al inglés por W. Fullwood, Londres, 1562, que fue editado por segunda vez en 1563, y por tercera ocasión 10 años más tarde. En las lntroductiones, ed. 16m, el textO'de Gratarolo: pp 179c215. 16 El libro de Dolce y el de Romberch son simplemente citadO'spor Thorndike (History ... , cit., vol. V, p. 607) junto a Gratarolo como "other works cm this subject". Thoindike no se ocupa en la producción de mnemotecnia, ligada en tantO'saspectos a la magia. 17 Utilizo el mc. que aparece en el Cód. lat. 274 de la Bibl.'Marcian~ (clase VI): el texto de Carrara ocupa los ff. 69--82 r. (Bononiae per PlatO'nemde Benedictis, 1491) ..
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suceder que restituyamos como si leyéramos, eso que hemos recibido. Cicerón pensó que ciento eran suficientes, el beato Tomás consideró que no se podían poseer más.
cera y la paleta del pintor y las imágenes que son como las figuras de las letras. En efecto, suele suceder que restituyamos, como si leyéramos, 10 que hemos recibido ... Cicerón pensó que ciento eran suficientes, el beato Tomás consideró que no se podían poseer más.
Las referencias a los textos de San Alberto y de Averroes pierden mucho de su significado si se tiene presente la existencia de esta fuente. La originalidad respecto del pequeño tratado de Carrara se reduce, además de una alusión fugaz a la anatomía de Vesalio/8 a las numerosas y curiosas recetas para reforzar la memoria ("Ayuda mucho a la memoria y a los ojos lavarse a menudo los pies en agua caliente hervida con toronjil, laurel y manzanilla"). El saqueo de textos era una actividad ampliamente difundida entre los tratadistas de la memO'rialocal. En 1562 (y después en 1586) fue publicado en Venecia el Diálogo en el que se razona sobre el modo de incrementar y conservar la memoria, de Ludovico DO'lce,unO'de los más fecundos pO'lígrafos del siglo XVI. Se trata, a pesar de la pomposa presentación que hace Dolce, de una vulgarización de la obra de Romberch sobre el mismo argumento. 5.
EL LULISMO
y
LA CÁBAIA EN LOS "TEATROS DEL MUNDO"
Hasta BrunO', no existe en Italia nada que corresponda al nuevo enfoque que P~dro Ramus había dado al problema de la memoria en Francia. Sin embargo, si valoramos esa confusa y complicada construcción que fue la Idea del tBatro de Giulio Camilla llamado el Delminio (1556)/9 convendría tener presente el juiciO'entusiasta 18 Gratarolo,Opuseula, cit. (1558),p. 2: "Sedem vero habet memoria in ocd. pitia in tertio vocato ventriculo quem et pupim vocant. Longum esset ac pene superfluum hic (ubi studeo brevitati) cerebri totius anatomen describere, quam in multorum libris videre licet, praesertim doctissimi pariter et diligentissimi Andreae Vesalii".. ~.9 L'idea del teatro dell'eccelertt. M. GiulioCamillo, en Florencia, 1550 (copia utilizada: Ambros. SIl. IV. 36). Cf. también Opere, Venecia,A. Griffo, 1584 (Braid. 25. 15. A. 6). Sobre Camillo, ef. Tiraboschi, Storia: della Zetteratura italiana, cit., vol. VII, 4, pp. 1520-1532; B. Croce, Poeti e scrittori del pieno e del tardo Rinascimento, In, Bari, Laterza, 1952, pp. 111-120; F. Secret, "Le Théatre du monde de Giulio Camilla Delminio et son influence':, en Rivista critica distaría deUa filosofía, 1959, pp. 418-436. Sobre el significado de la "oratoria planetaria" y sobre las relaciones..de ésta con la magia ficiniana y con la teoría ficiniana de la música, cf. el capítulo "Fabio' Paolini and the
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que un hombre como Patrizi, que veía en' el teatro la realización de un intento por "ampliar" la retórica y su "extensión" hacia la lógica y la ontología, había hecho de esta obra: "al no caber, por su grandeza, en los estrechísimos términos de los preceptos de lo's maestros de retórica, saliéndose de ellos, la amplió a modo que la extendiera por todos los amplios lugares del teatro de todo el mundo". Entrelazándose con los temas más característicos del hermetismo, del neoplatonismo y de la cábala, la retórica se convertía verdaderamente, como se ha escrito, en "el intento por hacer eocorresponder las articulaciones oratorias del discurso con las estructuras fundamentales del ser". Sin duda, si se confronta con los -grandes textos de la retórica de los siglos xv y XVI, la presuntuosa construcción de Camillo no puede aparecer sino como' "la parodia de todo lo que los teóricos renacentistas hahían intentado de manera rigurosa".2o Y sin embargo, aunque las apasionadas polémicas que suscitó la aparición de esta "parodia" y los intereses de Francisco 1 y el entusiasmo de Patrizi y de Bartolomeo Ricci por la máquina de Camilla pueden explicarse recurriendo al plano de la "moda", no es posible reducir la suerte de Delminio al plano de una mera historia de las costumbres.21 La idea misma de un teatro "en el que en vez de lugares e imágenes se dispusieran todos aquellos lugares que pudieran tenerse en mente y suministrar todos los conceptos humanos, todas las cosas que son en todo el mundo",22 mientras nos remite a una temática muy cercana al ars reminiscendi, muestra también cómo a través de la adhesión equívoca a las enseñanzas de la cábala, el mismo ars reminiscendi termina por relacionarse con un doble proyecto que será, sobre todo en el siguiente siglo, rico en AccadelIÚadegli Uranici", en el vol. de D. P. WaIker, Spiritual and Demonic Magie, cit., pp. 126 ss. Sobre Camilla en particular, pp. 147-148. 20 Esta, como la cita anterior, es de E. Garin, AZcuni aspetti delle retoriche rinascimentali, en el vol. Testi umanistici sulla retoriea, Roma y Milán, 1953, pp. 32, 36. SO'breel carácter "mundano" de la dialéctica humanística que se contrapone a las místicas de Cusano y de Ficino, E. Garin escribió: "La dia· lettica daI secolo XII ai principi dell'eta moderna", en Rivista di filosofia, 2 (1958), pp. 228-253: "El humanismo opera.... , en el sentido de una desmovilización de tO'dosaquellos símbolos que tendían a proyectar los ténninO'sde una experiencia terrena e histórica sobre el plano de lo divino y de lO'eterno" (pp. 252-253). En los textos de Camilla, de Rosselli y de Bruno estamos, en lo que concierne a la mnemotecnia y al lulismo, frente a una de estas "pro" yecciones". 21 Véase la descripción de la obra de Camilla en una carta escrita por Vi· glius Zuichemus desde Fadua, el 28 de marzo de 1532 dirigida a Erasmo (ef. Allen, Opus epistolarum D. Erasmi, vO'l.IX, p. 475; vol. X, pp. 28, 54, 96, 124). Una carta de A1ciatidel 5 de septiembre de 1530- nos ofrece, por otro lado, inforrmaciónsobre la suerte de Camilla en la corte de Francia (G. Liruti, Notizie, Udine, 1780, vol. In, pp. 69-134). 22 Cf. Opere, cit., vol. n, p. 212, Y J.Sturmius, Libellus de lingua latina resolvenda ratione, ed. Jena, 1904, p. 5.
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desarrollos impensados: el de una "máquina universal" o "clave" de la realidad, el de una antología orgánica y ordenada de todas las nociones y todos los fenómenos naturales. Camillo relacionaba el uso de las imágenes con el antiguo tema mágico-alquimista de un saber secreto: 23 "y nosotros nos servimos para nuestras cosas de las imágenes como significado ras de esas cosas que no se deben profanar". El tratamiento de la memoria se ligaba, a través de la cábala, al proyecto de alcanzar una "verdadera sabiduría". Hacer de la retórica el "espejo del mundo" quería decir moverse hacia la destrucción del arte de la memoria y de la misma retórica. La invención de una técnica discursiva se sustituía por la actitud del profeta y del mago: SalomÓn, en el capítulo 9 de los Proverbios, dice haber edificado la sabiduría en una casa y haberla fundado sobre siete columnas. Estas columnas que significan la estabilísima eternidad, debemos entenderlas como las siete sefirot del mundo supraceleste, que son las siete medidas de la fábrica del mundo celeste y del mundo inferior ... en las cuales están comprendidas las ideas de todas las cosas que pertenecen a lo celeste y a lo inferior ... Nuestro gran esfuerzo ha sido el de encontrar un orden en estas siete medidas lo suficientemente específico y que tenga siempre despiertos los sentidos y alerta la memoria y que no solamente sirva para conservar las cosas, palabras y artes ... sino que nos dé además la verdadera sabiduría de cuyas fuentes llegamos a alcanzar el conocimiento de las cosas por las causas y no por los efectos."4 Al sustituir los lugares tradicionales de la mnemotecnia ciceroniana por los "lugares eternos" capaces de expresar "la eternidad 23 L'idea del teatro, cit., p. 7: "Los más antiguos y sabios escritores han tenido siempre la costumbre de recomendar en sus escritos 10lssecretos de Dios, cubiertos con oscuras velos con el fin de que no sean comprendidas sino por aquellos que (como dice Crista) tienen oídos para escuchar, es decir, que son los elegidos de Dios para camprender sus santísimos misterios. Y Melisso dice que las ajos de las almas vulgares no pueden saportar 10lsrayos de la divinidad. Y esto queda confirmado con el ejemplo de Moisés, quien al bajar del monte ... no podía ser visto por el pueblo si no cubría su rostro con un velo. Y los Apóstoles, apenas vieron a Cristo transfigurado ... y no pudiendo vedo de nuevo por su debilidad cayeron... A esto debemos agregar que Mercurio Trismegisto dice que el habla religiosa y plena de Dios es violada cuando le sobreviene una multitud vulgar ... Revelar los secretOishace 'que se cometa un doble error: y éste es el de descubrir estos secretos apersonasindignas y de abordar estos mismos secretos. con esta nuestra lengua vulgar, estando el lenguaje del secreto sujeto a las lenguas de los ángeles... y nosotros, para nuestras cosas, nos servimos de las. imágenes como significantes de aquellas cosas que no deben profanarse ... Ni callaré que los caba· listas consideran que María, hermana de Moisés, fue atacada por la lepra por haber revelado las cosas secretas de la divinidad." 24 L'idea del teatro, cit., pp. 9, 11.
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de todas las cosas", Camillo llegaba entonces a la construcción de construido sobre bases astrológico-cabalísticas. El gran anfiteatro de las siete puertas no se presentaba como un esquema vacío del que pudiera servirse para ordenar, con fines de la oración, los elementos de la realidad. La busca de los caracteres planetarios y de las "siete medidas de la fábrica del mundo celeste y del inferior que comprenden las Ideas de todas las cosas dispuestas en lo celeste y en lo inferior" transformaba un tratado de arte de la memoria en una construcción cosmológica y metafísica. Como sucederá más adelante con Bruno, las finalidades "retóricas" pasaban decididamente a segundo plano:
un sistema mnemotécnico
Ahora bien, si los antiguos Oradores querían colocar día con día las partes de las oraciones que tenían que recitar, las conriaban a lugares caducos, como cosas caducas, razÓn por la cual si queremos recomendar eternamente a los eternos de todas las cosas ... encontramos para ellos lugares eternos. Nuestro gran esfuerzo ha sido el de encontrar un orden en estas siete medidas ... Pero considerando que si quisiéramos que otros encararan estas altísimas medidas tan lejanas de nuestro raciocinio, de suerte que tan sólo los profetas han podido develarlas, esto sería una tarea muy ardua, de manera que en lugar de ellas consideraremos los siete planetas ... pero sin olvidar que los vamos a utilizar tan sÓlo como la metáfora, la imagen o el símbolo de aquello que en la mente de los sabios representan las siete medidas celestes. Esta transformación de los "lugares" de la memoria artificial en "lugares eternos" de la sabiduría' hermética que se opera en el pen· samiento de Camilla había sido por cierto favorecida por las sugerencias tomadas de los textos del lulismo y de la cábala cristiana. En 10 que concierne allulismo, tenemos pruebas precisas del interés de Camilla por el arte: 25 "Giulio Camilla ... afirmaba haber hecho un profundo estudio sobre el arte de Raimundo." En el De usu et mysteriis notarum, J acques Gohory colocaba el nombre de Delminio alIado de los mayores comentadores y seguidores de Lulio. Por otro lado, cuando Camillo publicÓ en 1550 su Idea del teatro, ya habían aparecido y se habían difundido rápidamente en Europa los principales textos de la cábala cristiana: la Epistola de secretis de Paulus de Heredia (alrededor de 1486), las Conclusiones yel Heptaplus de Pico, el De verbo mirifico y el De arte cabalistica de Reuchlin (14941517), el De arcanis catholicae veritatis de Galantin (1518), el Psalterium de Giustiniani (1516), las obras de Paolo Ricci (1507-1515), el De Harmonia mundi de Francesco Giorgio Veneto (1525) y las obras de Agripa (1532). 25 G. Ruscelli, Trattato del modo di comporre versi in lingua italiana, Ve,. necia, 1594,p. 14,
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La combinatoria luliana y la gran construcción cosmológica de la cábala se encue~tran, durante el siglo XVI, en un mismo terreno: el del simbolismo, el alegorismo y el ejemplarismo místico. En un pasaje famoso, Pico ya había aproximado el ars combinatoria a esa parte más elevada de la magia natural que se ocupa de los seres superiores que existen en el mundo supraceleste: el alphabetaria revolutio iniciada por Lulio le parecía estar relacionada con esa mística de las letras y de los nombres que forma parte de la construcción cabalística.26 Esta tesis de Pico será recogida, durante el siglo XVI, por varios de los seguidores de la cábala cristiana; ya para finalizar el siglo, el término cábala se utilizaba para indicar el arte de Lulio. El acercamiento no era sólo exterior y no dependía sólo de lo equívoco del término cábala con el que -como lo ha señalado Fran<;ois Secretse entendían cosas muy diferentes en los siglos del Renacimiento. Muchos (sobre todo los exponentes de las mayores órdenes religiosas) se dirigieron a la cábala como a una tradición religiosa de la que se podían extraer temas apologéticos.27 Las letras 26· "Haec est prima et vera cabala de qua credo me primum apud latinos explicitam fecisse mentionem... quia iste modum tradendi per successionem qui dicitur cabalisticus videtur convenire unicuiquerei secrete et mystice, hinc est quod usurparunt hebrei ut unamquamque scientiam quae apud eos habeatur pro secreta et abscondita cabalam vocent et unumquodquescibile quod per viam occultam alicunde habeatur dicatur haberi per viam cabalae. In unive:rsali autem duas scientias hoc etiam nomine honorificarunt: unam quae dicitur... ars cambinandi et est modus quidam procedendi m scientis et est simile quid sicut apud nostros dicitur ars Raymundi licet forte diversa modo procedat. Aliam quae est de virtutibus rerum superiorum quae sunt supra, lunam et est pars magiae naturalis suprema." (Apologia tredecim quaestionum, quaestio V: De magia naturali et cabala hebreorum.) Sobre la función de las letras y de los nombres en la cábala, sobre el alegorismo y el ejemplarismo místico, ef. el cap. VI del volumen G. G. Scholem, Les grands courants de la mystique juive, París, Payot, 1950.Pero también cf. "Zur Geschichte der Anfange der Christlichen Kabbala", en Essays Presented to Leo Baeek, Londres, 1954.Importante documento acerca del encuentro entre Cábala renacentista y lulismo es la obra De auditu kabalistico sive ad amnes seientias introduetorium, cuyas primeras ediciones aparecieron en Veneciaen 151&y 1533.Este escrito es atribuido, de común acuerdo, a Lulia y corno tal se incluye en la edición de Estrasburgo de 1617(ef. Zetzner, pp. 43-111).Sobre el cabalismo y ellulismo de Pico, cf. M. Menéndez y Pelayo, Historifl de los heterodoxos españoles, Madrid, 1880,vol. 1, pp. 464 Y 525y, sobre todo, E. Garin, Ciovanni Pico della Mirandola, vita e dottrina, Florenda, 1937,pp. 9D-lOS, 14&-154, y F. Secret, "Pico deHa Mirandola e gli mizi deHa Cahala cristiana", en Convivium, 1 (1957~ Algunas observaciones también en G. Sarton, Introduetion ta the History of Scienee, Baltimare, 1931,vol. II, pp. 901-902.Del todo insuficiente: J. L. Bhm, The Christian Interpretation of the Cabala in the Renaissanee, Nueva York, 1944. ~7 Además del ensaya citado sobre Pico en la nota anterior, véanse, en relación con estos problemas,los impartantes estudias de F. Secret, "L'astrolagie et les Kabbalistes chrétiens a la Renaissance",en La Tour Saint-Jaeques, 1956; "Les débuts du Kabbalisme chrétien en Espagne et son histaire a la Renaissanee", en Sefarad, 1957,pp. 36·4&;"Les domenicainset la Kabbale chrétienne
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y las imágenes, las figuras y las combinaciones de figuras remitían, tanto en la cábala como en ellulismo, al libro del universo que todo sabio debía leer e interpretar. En la Encyclopaediae seu orbis disciplinarum epistemon, Paolo Scaligero tomaba de nuevo en 1559 el proyecto de Pico.28 En sus 1553 "conclusiones divinas, angélicas, filosóficas, metafísicas, físicas, morales, racionales, doctrinales, secretas e infernales", Scaligero presentaba la imagen unitaria de un universo simbólico mediante el cual sería posible renovar y realizar, con la ayuda de la sabiduría cabalística, el arte milagroso de Lulio. Olvidando los plagios de Ludovico Dcilce y las escasas y convencionales alusiones a la memoria que aparecen en la célebre- Retórica de Cavalcanti y en la Retórica de Cicerón a Erennio .reducida en árboles de Toscanella 29 (de 1562 y 1561, respectivamente), es oportuno dedicar cierta atenciÓn al Ars reminiscendi de Giovambattista della Porta. A la distinción entre medicina de la memoria y ars memorativa, a las conocidas referencias a las fuentes y a los personajes del mundo clásico, a los ya famosos intentos de síntesis entre la tradición aristotélico- tomista y a la "ciceroniana", se agregan aquí las consideraciones, de cierto interés, sobre los jeroglifos y sobre los gestos: dos temas en los que estará basada la profunda reflexión de Bacon y de Vico. Porta llegaba a la discusión de estos argumentos a través del tema de las imágenes, "esas pinturas animadas que llevamos en la imaginación para representar un hecho con una palabra".30 Frente a términos que no simbolizan cosas materiales, como a la Renaissance", en Arehivum Franciscanum Praedieatorum, 1957;"Le symbolisme de la kabbale chrétienne dans la Scechina de Egidio da Viterbo", en Umanesimo e simbolismo, a cargo de E. CasteIli, Padua, 1958,pp. 131-151;Les jésuites et le kabbalisme ehrétien a la Renaissanee, en Bibliothéque d'Humanisme et Renaissance, 1958,pp. 542-555.Pero cf. además Jasé María Millas VaIlicrosa,"Algunas relaciones entre la doctrina luliana y la cábala", en Sefarad, 1958,pp. 251-253. 28 Paul Scalichius de Lika (Paul Skalich), Eneielopaediae seu orbis diseiplinarum tam sacrarum quamprophanarum Epistemon, Basilea, Oporinus, 1559. Cf. G. Krabbel, P. Skalieh, Ein Lebensbild aus dem 16 Jah., Mlinster, 1915; L. Thorndike, History ... , cit., vol. V, pp. 455 ss.; F. Secret, "La tradition du De amni scibili a la Renaissance: l'oeuvre de Paul Scaliger", en Convivium, 1955,pp. 492497.... 29 Para la obra de Do1ce,cf. la nota 7,y Tiraboschi, Storia delta letteratura italiana, cit., vOll.VII, pp'. 1028-1029. Sobre la obra de O. TascanelIa (Venecia, 1567), ef. Tiraboschi, ibidem, vol. VII, p. 1156; sobre las divisianes de la ret6rica, cf. La retoriea di Bartolomeo Cavaleanti ... divisa in sette libri, dove si contiene tutto quelto ehe appartiene all'arte oratoria, Venecia, Gabriel Giolito de' Ferrari, 1559,pp. 24-25(II ed. Triv. B. 377). Para darse cuenta de la difusión de las técnicas de la memoria en 10lsmanuales más conocidas de retórica, es conveniente ver la obra de Trapezunzio, Rhetorieorum libri quinque, Lugduni, apud Sebo.Gryphium, 1547,pp. 355-360. 30Las citas están tomadas de L'arte del rioordare del signar Cio. Battista Porta Napaletano, traducida del latín al latín vulgar por M. Dorandino Falcone
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"por qué", "o", "tanto", etc., es necesario recoger las imágenes de la escritura, es decir, referirse con imágenes apropiadas a cada una de las letras o grupos de letras que componen un término. En muchos otros casos, en cambio, es posible remitirse al "significado"; en este caso es nuevamente oportuno hacer el paralelo con los jeroglifos. De ahí tomamos el modo de los egipcios, quienes no teniendo letras con las que pudieran escribir los conceptos que los animaban, y para que pudieran recordar más fácilmente las útiles especulaciones de la fHosofía, recurrieron a la escritura con pinturas, sirviéndose de imágenes de cuadrúpedos, de pájaros, de peces, de piedras, de hierbas y de cosas similares en lugar de las letras: cosa que nosotros hemos considerado muy útil para nuestras investigaciones, que no queremos otra cosa que usar imágenes en vez de letras para poderlas dibujar en la memoria.31 Muchos entre los más ilustres exponentes de la cultura de los siglos XVI y XVII quedaron fascinados por el problema de la escritura jeroglífica y, más tarde, por el de la ideografía de los chinos. La contemporánea "explosión" del culto por Egipto y la manía por los emblemas en la cultura europea es indicativa de un ambiente cultural; bastaría, para darse cuenta, hacer una lista de algunas de las innumerables ediciones de los Hieroglyphica de Horapollo (el manuscrito griego fue adquirido por Cristoforo de' Buondelmonti en 1419, fue publicado en el texto griego en Venecia en 1505, en la versión latina se publicó en París en 1515, 1521, 1530, 1551, en Basilea en 1534, en Venecia en 1538, en Lyon en 1542, en Roma en 1597) o del grueso tratado Hieroglyphica sive de sacris Egyptiorum aZiarumque gentium de Pedro Valeriano (Basilea y Florencia, 1556; en traducción al francés, 1567, 1575, 1576; 1579, 1595, 1602 en Lyon en latín y en Venecia en italiano). Al referirse a este tratado, Morhofius, al inicio del siglo XVIII, escribía que el libro "está en las manos de todos". Los Emblemata de Alciati son de 1531 (publicados en Basilea, se habrán hecho más de 150 ediciones, numerosas traducciones y varias ediciones comentadas). Uno de los primeros seguidores de Alciati fue el boloñés Achille Bocchi, amigo de Valeriano. . Los SymboZicarum Quaestionum Libri V son de 1555; las Imprese illustri de RusceIli son de 1572 y la muy afortunada Iconología de ~esare Ripa es de 1603. Es necesario tener en cuenta este tipo deproda Gioia,en Nápoles, después por Mattio Cancer, 1566 (copia utilizada: Braid. 25-16 K. 14-15). Florentino (Studi e ritratti delta Rinascenza, Bari, 1911, pp. 268269) fechada erróneamente la primera edición del Ars reminiscendi en 1602. 31Sobre la escritura de los egipcios, cf. el cap. XIX. Sobre los gestos, el cap. xx: "Podremos al mismo tiempo expresar con el gesto algunas significaciones de palabras... un mudo expresa con el gesto lo que desea, utilizando las manos en vez de la lengua." .
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ducción libresca, en el que encontraban una expresión los temas de derivación neoplatónica y cabalística y donde se manifestaba un método hermenéutica característico, para ver el trasfondo cultural y para trazar las líneas de una experiencia "especulativa" como la del lulismo y la del ars reminiscendi. El hecho de que hubiera sido posible llegar, en civilizaciones diferentes a la europea, a una sistemática representación y comunicación de los conceptos mediante jeroglifos o imágenes más que a través de las letras del alfabeto parecía, por un lado, confirmar esas posibilidades en las que habían insistido tanto el ars memoriae y el lulismo, y por el otro, se enfrentaba con la exigencia, arraigada profundamente y durante largo tiempo, de una lengua universal que pudiera ser "leída" y "comprendida" independientemente de las diferencias de lenguaje debidas a las épocas, las circunstancias, las nacionalidades y las situaciones históricas.32 Si se presta atención al hecho de que la técnica del arte de la memoria y las reglas dellulismo se presentaban como algo independiente de las lenguas particulares (la "técnica" o "arte" prescinde de la formulación de las reglas en una u otra lengua), se podrán comprender mejor las relaciones que existen entre fenómenos culturales, aparentemente tan diversos como el arte de la memoria, el renacimiento dellulismo, el interés por los jeroglifos, la pasión por las iconologías y el culto por los símbolos y por los emblemas. En el Thesaurus artificiosae memoriae, del florentino Cosma Rosselli,33 publicado en Venecia en 1579, se reavivaba la admiración por los jeroglifos como expresiones, no sólo de letras, sino de conceptos ("En lugar de las letras, que en esos tiempos no habían sido aún inventadas, los egipcios se servían de animales y de muchos otros objetos para indicar nombres y conceptos" ),34 y aparecía de nuevo la idea de una transformación del ars memoriae en una enciclopedia universal. La doctrina de los lugares, concebida originalmen32Amplia información sobre las interpretaciones de los siglos XVI y XVII de los jeroglifos en Morhof, POlyhistor literarius philosophicus et practicus, Ltibeck, 1732, vol. II, pp. 161 ss. Sobre la relación entre egiptomanía y emblemática véanse las observacionesde E. Panofsky, "Titian's Allegoryof Prodence", en Meaning in Visual Arts, Nueva York, 1957, pp. 158-162. Es fundamental el trabajo de L. Volkmann, Bilder Schriften der Renaissance, Hieroglyphik und Problematik in ihren Beziehungen und Fortwirkungen, Leipzig, 1923 (para las relaciones con la memoria, pp. 80-81). Varias informaciones sobre la literatura referente a los jeroglifos en Thorndike, History .. " cit., vol. V, pp. 446 ss. Para las relaciones con la literatura emblemática, cf. M. Praz, Studi sul concettismo, Florcncia, Sansoni, 19'46, pp. 17 ss., y el vol. II de los Studies in Seventeenth Century Imagery, Londres, 1939. 33 Thesaurus artificiosae memoriae ... authore P. F. Cosma Rossellio florentino, Venetiis, apud Antonium Paduanium, 1579 (copia utilizada; Angelica SS. 1. 5). 34 Ibidem, p. 117 v.
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te para tener limitada funcionalidad en la retórica, se transforma en instrumento para la descripción de los elementos de la realidad. Al cOolocarel infierno, el purgatorio y el paraíso entre los loca com" munia amplissima, el dominicOo Rosselli convierte su tratado, primero, en enciclopedia teológica, y después, en amplia y minuciosa descripción de los elementos celestes, de las esferas, del cielo y del empíreo, de los demonios, de lOosinstrumentos de las artes mecánicas o figuras artificiales y de las figuras naturales (las gemas, los minerales, los vegetales, los animales), en fin, de las escrituras y de los diferentes alfabetos (hebreo, árabe, caldeo). La exigencia de un ordenamiento de los elementos de la realidad natural y celeste aparece como idea dominante incluso en el más famoso de los teatros de fines del siglo XVI: el Universae naturae theatrum', publicado en Lyon en 1590, por el gran jurista y escritor político Jean Bodin.35 Aquí nos encontramos muy lejos de la atmÓsfera dellulismo y de la cábala; en este caso dominan las exigencias de claridad y de rigor características de los seguidOores de Ramus: la minuciosa división en tablas de las causas naturales, de los elementos, de 10's meteoros, de las piedras, de los metales, de los fÓsiles, de los seres vivos y de los cuerpos celestes parece fundada en la identificaciÓn del método con el orden y con la apta rerum dispositio. Pero sin duda también está presente en el texto de Bodin la convicción de una plena coherencia y total cOohesión entre los elementos. La grandeza divina se revela a través de la obra ordenadora de DiOosque ha colocadOo las partes caÓticamente confusas de la materia en los lugares aprOopiados. La tarea del sabio es similar a la tarea divina, y nada puede ser más bello, más útil y más conveniente que esa paciente ordenación enciclopédica que permite al hombre reproducir, dentro de los límites permitidos, la perfección de la obra divina. Aquellos que dejan de lado esta busca dan vida, aunque tengan la capacidad de discutir sutilmente, a una ciencia vana y deforme; mezclan lOosgranos del trigo cOonlas de la mostaza; pierden la posibilidad de hacer uso efectivo de su saber. El teatro, concebido como coherente y rigurosa dispositio, posibilita, en cambio, el descubrimiento "de esa coherencia indisoluble y de ese consenso pleno, de los elementos de lo real" por el que todo corresponde a todo..36 La concepción ramista del método había ejercido no.table influenc.ia en el pensamiento de Bodin.37 La identificación, que sastenía Ra-
.mus, entre la dispositio y la memoria sirve para explicar la semejanza entre el célebre teatro de Bodin y las fatigosas enciclopedias hechas durante el siglo. XVI por cultivadores y teóricas de la memoria artificial. En 10'sescritas de Camilla y en los de Rosselli, el objetivo, enciclopédico-descriptivo, el ambicioso pro.yecto de una enciclopedia total habían terminado par imponerse netamente a los objetivos originales del arte mnemotécnico. Las listas sumarias y concisas de los lugares y de las imágenes presentes en los textos de los teóricos del siglo xv se fueron sustituyendo, en el transcurso del siglo XVI, por complicadas enciclopedias. Éstas no. nacieron únicamente de la persistencia de temas característicos de la cultura medieval ni surgieron s6lo de la temática del lulismo o del florecimientc> de las especulaciones sobre la cábala, sina que derivaron también de la nueva actitud que mucho.s asumieron eIi relación con la tradición del ars reminiscendi.38 Describir los lugares y las imágenes creando una especie de espejo o de teatro artificial de la realidad resultaba mucho más importante que teorizar con reglas precisas la función de los lugares y de las imágenes para llegar a obtener una capacidad mnemotécnica útil para los discursos. Exactamente en esta dirección, Giordano Bruno, apasionado cultor dellulismo y de la magia, intentará utilizar los textos, antiguos y recientes, del arte de la memaria.
35 J. Bodin, Universae naturae Theatrum in qua rerum omnium effeetrices causa e et fines eontemplantur, el continuae series quinque libris diseutiuntiur, Lugduni, apud Jacobum Roussin, 1596 (copia utilizada: Braid. B. XIX. 6, 565). La primera.edición es de 1590.. 3~ Ibidem, Propositio totius operis, pp. 1, 6. 37 Cf. K. D. McRae, "Ramist Tendencies in the Thought of Jean Bodin", en Journal of the History of Ideas, 3 (1955).
38 Desde este punto de vista, podría ser interesante el examen del modo en que un escritor como Jacopo Mazzoni de Cesena (De triplici vita, Romae, 1576) utiliza la herencia de un conocido cultivador de la mnemotecnia como Panigarola (F. Panigarola, L'art de preseher et bien faire un sermon avee la 111émoire laeale et artificielle, ensemble l'art de mémoire de H. Mwafiote, trad. de G. Chappuis, París; 16M). Sobre Panigarola,·. ef. Tiraboschi, Storia della letteratura italiana, cit., vol. VII, pp. 1602-1609.
LA LóGICAFANTÁSTICADE GIORDANOBRUNO
IV. LA LÓGICA FANTÁSTICA DE GIORDANO BRUNO 1. Los
ESCRITOS LULIANOS
y
MNEMOTÉCNlCOS DE BRUNO
No HAN sido pocos los estudiosos que han mostrado singular incapacidad para comprender muchos de los escritos que Bruno dedicó, entre 1582 y 1591, al ars oambinatoria y al ars reminiscendi. En vez de analizar las temas que aunque ahora estén "muertos" no por eso fueron menos "vitales", se prefirió optar por las liquidaciones rápidas o incluso por la condena explícita. Olschki y De Ruggiero redujeron el lulismo bruniano al nivel de las "rarezas" y de las "grandes ilusiones", mientras que Singer ha expresado varias veces su indulgencia para con un Bruno perdido entre los problemas de la combinatoria.1. Muy otra había sido la sensibilidad de esos historiadores positivistas que, como Tocco, se habían enfrentado directamente no sólo al problema del lulismo bruniano sino también al problema, que se conectaba con éste, de las relaciones entre los escritos sobre la memoria y la producción italiana y latina.2 En efecto, esos estudiosos, que en nombre de una mayor fidelidad historiográfica renunciaron a la interpretación "racionalista", "moderna" y "futurista" del pensamiento bruniano, han llegado, también en este terreno, a resultados bastante apreciables: en esta dirección y remitiéndose a las observaciones de Yates, de A. Corsana y de E. Garin, Cesare Vasoli se ha enfrentado al problema del lulismo y del simbolismo brunianas.3 Debemos subrayar aquí las exactas conclusiones de Vasoli : 1.Cf. L. Olschki, Giordano Bruno, Bari, Laterza, 1927; G. De Ruggiero, Storia delta filosofía, Rinascimento Riforma e Controrifornw., Bari, Laterza, 1930, p. 166; D. W. Singer, Giordano Bruno, His Life and Thought, Nueva York, Abelard-Schuman,19'50; trad. it. Giordano Bruno, Milán, 1957, pp. 30, 55, 164, 167.
2 Cf. F. Yocco, Le opere latine di G. Bruno esposte e confrontate con le italiane, Florencia, 18S9': sobre la tradición de la mnemotecnia, pp. 21-43; so-
bre la importancia de las obras mnemotécnicas de Bruno, p. 94; sobre la rígida distinción entre obras lulianas y rrmemotécnicas,pp. 93 ss. Para las relaciones con el lulisma y con Cusano, véase también el estudio Le fonti piú recenti della filosofia di G. Bruno, en "Rendiconti dell'Accademia dei Lincei", el. 'ciencias morales, etc., seco s., 1 (1892), pp. 503-537; 585-622. En la obra de Bartholomess, Giordano Bruno, París, 1847, vol. n, p. 158 ss., toda la mnemotecnia es identificada erróneamente can el lulismo, y Pedro de Ravena es confundido por un seguidor de Lulio. COntra la distinción establecida por Tacco reaccionó justamente E. Troila, La filosofia di G. Bruno, Roma, 1914,
votn,
pp. 55-103..
Cf. F. Yates,"Giardano BrunD's Conflict with Oxfard", en Journal of the Warburg Institute, 193H9'39, pp. 227-242; The French Academies in the 3
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109.
Los temas y las motivos de la mnematecnia bruniana apartan gran ayuda a la comprensión de la posición histórica y filosófica de Bruno, de sus ideales reformadores, de sus esperanzas de incidir prafundamente, con medios y métados de extrema eficacia pragmática, en la situación intelectual de su tiempo, realizando. esa renovación de la que san clara prueba los escritas italianas ... Bastaría pensar en la cantinuidad de estas investigacianes que avanzan paralelamente al desarrollo de tada su reflexión metafísica, desde 1582, fecha presumible de la desaparecida Clavis Magna, hasta 1591, cuando publicó la De imaginum signorum et idearum compositione, en la que intentaba entender la relación orgánica entre investigación filosófica y técnica lógico"mnematécnica. Si Bruno. se afanó durante tantos añas en desarrollar y completar con tanto cuidado su dactrina mnematécnica, no. fue ciertamente sólo para cantribuir a una moda de la ~paca o para cansiderar la ilusión pragmática de una ciencia que a menudo parecía apraximarse a la práctica mágica o a la revelación cabalística, sino., sabre todo, para traducir en un método fácil e inmediatamente eficaz algunos principios centrales de su dactrina:! Tanto Corsano como Vasoli han fluencia que ejercieron los escritos memoria en la formación filosófica de la Triginta sigillorum explicatia, trado, siendo aún adolescente, con
insistido justamente en la inde Pedro de Ravena sobre la del joven Bruno. En un pasaje Bruno afirmaba haberse enconel arte de Ravena:
Fue una pequeña chispa que, aumentando. en una meditación ininterrumpida, produjo. un incendio a grandes alturas. De ese llameante fuego. surgieron muchas chispas. Las que alcancen una materia bien dispuesta podrán suscitar fragantes luces.5 En el gran fuego que se produjo a partir de esa pequeña chispa se fueron consumiendo muchas de las conclusiones a las que Bruno hahía llegado al estar en contacto con "los perip atéticos, y en cuya doctrina él se había educado y alimentado en su juventud". Bruno contrapondrá a los procedimientos deductivos de la escolástica un Sixteenth Century, Londres, 1947; "The Art of Raman Lull", en Journal of the Warburg and Courtauld Institute, 1-2 (1954), pp. 115-173; "The Ciceronian Art or Memory", en Medioevo e Rinascimento, Florencia, Sansani, 1956; A. Carsano, Il pensiero di G. Bruno, Florencia, 1940, pp. 54-104; E. Garin, "La filosofia", en Storía dei generi letterari italiani, Milán, 1947, vol. n, pp. 149-154;
C. Vasoli, "Umanesimo e simbologia nei primi scritti lulliani e mnemotecnici del Bruno", en Unw.nesimo e Simbolismo, Atti del IV convegno internazionale di studi umanistici, Fadua, 1958, pp. 251-304. 4 C. Vasoli, Umanesimo e simbologia, cit., pp. 243-254. 5 Iordani Bruni Nolani, Opera latine c011$cripta,Nápoles y Florencia, 1886189'1 (de aquí en adelante indicada can la sigla Opp. lat.), vot n, 2, p. 130. Sobre el significada de este pasaje, ya señalado por Tocco, Le opere Jatine, Florencia, 18.89, p. 37,nota 2, cf .. A. Corsano, Il pensiero di G. Bruno, Flmencia, 1940, p. 41; C. Vasoli, Umanesimo e simbologia, cit., pp. 254, 277 Y passim.
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LA LóGICA FANTÁSTICADE GIORDANOBRUNO
proceso de aproximación gradual, mediante el ejercicio de la ginación y de la memoria, al plano del conocimiento racional. concatenación rígida de las razones opondrá la fugacidad de las genes. Contra. la reducción de todo el conocimiento al plano intelecto hará valer la diyersidad radical del plano del sentido:
imaA la imádel
Es un discurso de estúpidos querer remitir las cosas sensibles a esa misma condición del conocimiento en la que se ven las cosas racionales e inteligibles. Las cosas sensibles, en cambio, son verdaderas, no de acuerdo con alguna medida universal común, sino de acuerdo con una medida homogénea, particular, propia, mudable y variable. Querer dar definiciones universales en relación con las cosas sensibles en cuanto sensibles, es lo mismo que querer definir sensiblemente las cosas inteligibles. El uso de las imágenes, el gusto por la representación a través de emblemas e insignias aparece relacionado con enfoques de este tipo, Pero el gusto de Bruno por los símbalos, los jeroglifos, los sellos, por las ideas incorporadas en formas sensibles no puede, a su vez, desligarse de la más amplia construcción intelectual que ha sido examinada en las capítulos anteriores de este libro. En ella, como se ha visto, los temas derivados de los textos de Pedro de Ravena y de los otros exponentes de la mnemotecnia ciceroniana se habían entrelazado con los dellulismo, del simbolismo, del ejemplarismo metafísico, con la literatura cabalística, can los ideales de la pansofía, con la herencia de las discusiones dialéctico-retóricas del humanismo y con las aspiraciones de una reforma religiosa. Inscrita en el marco más amplio dellulismo, la temática referente al ars reminiscendi venía expuesta sobre un plano metafísico. Desde este punto de vista, la actitud de Bruno termina por parecer, en muchos aspectos, similar a la de Rosselli y la de los constructores de teatros del mundo del siglo XVI: el arte no es una técnica ligada a las finalidades del discurso. retórico, sino que es, principalmente, el instrumento que puede servir para construir un edificio cuyas estructuras constituyan el reflejo de las estructuras de la realidad. Las reglas de la memoria, así como las técnicas combinatorias, encuentran su justificación en el postulado. admitido claramente de una plena correspondencia entre los símbolos y las res, entre las sombras y las ideas, entre los sellos y las razones que preceden las. articulaciones del mundo real. En este mismo terreno habían encontrado un punto de apoyo aquellas retóricas que se planteaban como el espejO' o el teatro del mundo (Camilla) y esas reformas de la máquina luliana que habían mantenido estable el postulado platónico-ejemplarista, que era, en el fondo, el objetivo de Raimundo Lulio. Bruno parece estar muy cerca de esas retóricas y de esos comentarios luliano·s cuando concibe todo el mecanismo del arte
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como la traducción, en el plano de la sensibilidad y la imaginación, de las relaciones ideales que constituyen la trama del universo: mediante lo alusivo de las imágenes, las sombras y las "especies involucradas" será posible apoderarse (y es el único camino que puede seguir el hombre) de esas relaciones que podrán conducir más tarde a una investigación de tipo racional. Este enfoque, ligado a premisas ejemplaristas, no excluye de ninguna manera que Bruno, igual que Lulio y los lulistas del siglo XVI, tuviera un vivísimo interés de tipo "práctico" por una reforma del saber, por una función pedagógica del arte, por una educación de la mémoria y de las capacidades de invención, por una rápida comunicación y difusión de la nueva cultura, por la reconstrucción, más allá de lo· fragmentario de cada una de las ciencias, de una enciclopedia o sistema total. La misma reforma bruniana se presenta como el proyecto de un arte maravilloso capaz de ampliar de manera desmesurada las posibilidades de dominio del hombre. Como tal, esta reforma fue acogida y valorada en esos ambientes parisienses platonizantes en los que (como 10 ha mostrado F. Yates) 6 se unían los intereses por el capernicanismo y por la reforma ramista de la lógica con los de la cábala y ellulismo. La introducción de las técnicas "retóricas" de la memoria en la gran tradiciÓn lulista, llevada a cabo por Bruno, no dejará de tener una influencia durante largo tiempo no sólo en los ambientes franceses sino también en los ambientes ingleses, alemanes y bohemios. París, Londres, Praga, Wittemberg y Francfort habían sido, como hemos visto, centros de difusión dellulismo y delars reminiscendi. En estos ambientes se movían P~dro de' Ravena y BovilIus, Wilson, Spangerbergius y Lavinheta.7 6 F. Yates, The Freneh Aeademies, cit., pp. 77-94; 95-151; sobre el lulismo en Francia, et. también T. y J. Carreras y Artau, Historia de la filosofía española. Filosofía cristiana de los siglos xm al xv, Madrid, 1943, vol. II, pp. 207 ss.; A. Renaudet, Prérétorme et Hurnanisme a Paris pendant les premieres guerres d'Italie, París, 1953, pp. 378 ss. 7 Ya en 1583 aparece' en Londres, dedicado al conde de Leicester, el De
umbra rationis et iudieii sive de artijieiosa memoria quam publiee profitetur vanitate, editado por T. Vautrollier, de Alexandre Dicson, que se remite al De Umbris bruniano. Un tal G. P., autor de un Antidicsonus euiusdam Cantabrigiensis G. P. Aeeessit lib'ellus in qua dilucide explicatur impía Diesaní artifieiosa memoria, Londres, 1584, respondió polémicamente a Dicson, quien aparece como personaje en la obra De la causa principio et uno (ef. G. Bruno, Dialoghi italiani, a cargo de G. Gentile y G. Aquilecchia, FIorencia, Sansoni, 1958, p. 225Y passim); en la dedicatOliade G. P. se hace referencia a Metrodoro, Rosselli, Bruno y Dicson. Al Sigillus de Bruno también se hace referencia en Thomas Watson, Compendium memoriae loealis, probablemente publicado en Londres en 1585. Desde un punto de vista ramista, Perkins, Prophetica, sive de sacra et unica ratione eancionandi, Cantabrigiae, 1592, polemiza contra el ars memoriae. La trad. al inglés apareció en 1606. El texto del estudiante bÓhelllÍo
Juan De Nostiz, que frecuentó las lecciones de Bruno sobre ll1ilffillQtecnia en
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De los tres escritos publicados en París en 1582, el De umbris idearum es justamente el más conocido. El objetivo de "justificar con precisas razones metafísicas" los elementos técnicos del arte es aquí particularmente evidente: 8 1) el ascenso del alma, de las tinieblas a la luz, se realiza mediante la aprehensión de las sombras de las ideas eternas: a través de las sombras la verdad se va revelando en cierta forma al alma prisionera del cuerpo; 2) las ideas-sombras, en las que se refleja la trama del ser, se presentan en el plano de la sensibilidad y de la imaginación: aparecen como fantasmas y como sellos; 3) por medio de la retención artificial de las "cadenas" o de las relaciones que existen entre las sombras se podrá llegar a reconstruir, como por una gradual purificación, los' nexos que unen a las ideas para llegar, en el plano de la razón, a comprender esa unidad que subyace a la confusa pluralidad de las apariencias. Estas tres tesis son el fundamento de la reforma bruniana de la combinatoria y del uso particular que da a las reglas del arte de la memoria de origen ciceroniano. En Bruno, igual que en la Sintaxes de Gregoire y en el Opus aureum de De Valeriis, el concepto de la unidad del saber aparece inmediatamente transformable en el de la unidad del cosmos: Ya que en todas las cosas existe orden y conexión, y ya que el cuerpo es uno, uno el orden, uno el gobierno, uno el principio, uno el final, uno el primum del universo, debemos, con todas las fuerzas, intentar hacer esto: teniendo ante los ojos la escala de la naturaleza para las operaciones selectas del alma, tratar de esforzarse, mediante operaciones intrínsecas, para ir del movimiento y de la multitud a la quietud (status) y a la unidad ... Te darás cuenta de haber hecho verdaderamente un progreso de tal magnitud cuando te aproximes de la confusa pluralidad a la noble unidad. Esto no coincide con el inflar los universales lógicos que hacen derivar de las claras e ínfimas especies las confusas especies medias y de éstas, las aún más confusas.especies supremas. Consiste, en cambio, casi en extraer de la pluralidad de partes informes un todo formado de manera unitaria ... París, desapareció. En esta obra, los nombres de AristóteIes, Lulio, Ramus y Bruno eran puestos en relación de manera significativa: Artificium Aristote-
lico-Lullio-Rameum in quo per artem intelligendi Logicam, Artem agendi Practicam, Artis loquendi partem de inventione Topicam methodo et terminis Aris· totelieo-Rameis eirculis modo lulliano inclusis via plura quam eenties mille argumenta de qu01Jisthemo.te inveniendi cum usu conveniens ostenditur, ductu 10: a Nostitz, lordani Bmni genuini discipuli elaboratum a Conrado Bergio, Bregae typis Sigfridiarus, 1615.. El título ha sido conservado en J. L. Bunemann, Catalogus MSStorum membranaceorum et ehartaceorum item librorul1l ob inventa typographia, Minden, 1732,pp. 117-118.La advertencia de Nostitz a los lectores aparece reeditada en D. W. Singer, Giordano Bruno (trad. it.), cit.,
p.41O. Sobre el autor, muerto en 1619,cuya biblioteca de familia fue conservada intacta en Praga hasta 1938,véase información en la p. 411. 8 Cf. C. Vasoli, Umanesimo e simbologia, cit., p. 272.
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Puesto que en el universo nada está colocado separadamente ni está exento de orden (orden que es sencillísimo, perfectísimo y unitario), si pensamos por medio de conexiones entre cosas y cosas y las unimos racionalmente, ¿hay acaso algo que no podremos comprender, recordar o hacer? Es sólo uno lo que define todas las cosas. Es sólo uno lo que, en todas las cosas, representa el esplendor de la belleza. Un solo fulgor emana de la multitud de las especies.9 En el momento en que procede a una "reforma" de la combinatoria luliana, sustituyendo 30 sujetos y predicados en lugar de los nueve planteados por Lulio, y haciendo desaparecer la distinción entre predicados absolutos y predicados relativos, Bruno recurre ampliamente a la tradición ciceroniana, pero modificando la terminología: a los lugares de la mnemotecnia corresponden los subiecta (sujetos primarios); a las imágenes corresponden los adiecta (sujetos segundos o próximos). El antiquísimo parangón de la mnemotecnia con la escritura puede de tal forma retomarse en un sentido diferente: "Scriptura enim habet subiectum primum chartam tamque locum; habet subiectum proximum minium et habet pro forma ipsos characterum tractus." 10 Al lado de este parangón aparece de nuevo en los textos brunianos la mayor parte de esas reglas de la memoria que hemos visto que estaban presentes en los textos de los siglos xv y XVI. En los primeros parágrafos del Ars memoriae surgen de nuevo las discusiones sobre el arte y la naturaleza, sobre el ingenio productor de instrumentos artificiales, sobre las relaciones entre el signo y el objeto significado; aparecen nuevamente las referencias a Simónides y los preceptos relativos a la grandeza limitada, a la distancia conveniente, a la justa luminosidad de los luga.res. La misma concepción bruniana del lugar, que Tocco consideraba mucho "más amplia" que la tradicional, se deriva en realidad de textos muy difundidos. La idea de servirse de "objetos animados" para representar los lugares no es de ninguna manera nueva: ésta aparece ya en un texto de un siglo anterior, el De omnibus ingeniis augendae memoriae de Miguel Alberto de Carrara.ll También en las páginas del Cantus Circaeus, publicado en París 9 10
11
Opp. la t.,
n, 1. p.
47.
Ibidem, n, 1, p. 66. Cf. este libro en las pp. 57-58,Y véase además mi ensayo "La costruzione
deIle irnmagini nei trattati di memoria artificiaIe del Ilinascimento, en Umanesil1lo e sil1lbolismo, cit., pp. 161-168.Para las "reglas" brunianas sobre los lugares, ef· OPP. lat., n, 1, pp. 69·71.El juicio de Tocco, Le opere latine, cit., p. 51, ha sido recogido por C. Vasoli, UmanesirriO e simbologia, cit., p. 276. En relación con el texto de Carrara, ya cit. supra, ef.: "Guido pater meus ex animalibus cepit locos suos et eorum ordine ex alphabeto deduxit... asinus, basiliscus, canis, draco... haec singula in quinque locos dividebat... Nam hunc ordinem ipsa natura porrexit neque confundi in eis enumerandis ingenium potest ... "
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en 1582, se pueden encontrar, detrás de la complicada periodización y el barroquismo de las imágenes, temas bastante conocidos. En el segundo diálogo del Cantus (publicado nuevamente, con algunos cambios, al año siguiente en Londres y con el título de Recens et completa ars reminiscendi), la materia tratada en el De Umbris se desarrolla con una mayor preocupación por una difusión manuaU2 Considerada técnica capaz de mejorar, mediante artificios oportunos, la condición natural del hombre, el arte resulta accesible a cualquiera. Entre sus méritos, Bruno contaba especialmente con el de esta lograda tecnificación del arte: Es nuestra intención, con la aprobación del deseo divino, seguir una vía metódica y procurada del arte: para corregir los defectos, fortificar la debilidad, ayudar a la virtud de la memoria natural. Hasta el punto que cualquiera (siempre y cuando esté en posesión de sus sentidos y dotado de un mediano juicio) pueda avanzar con este arte, de modo que ninguno, en tales condiciones,sea excluido a causa de la privación de este arte. Lo que el arte no tiene por sí mismo ni del esfuerzo de los antepasados (cuyas invenciones nos han estimulado) hemos logrado progresar, con una meditación diuturna, tanto en lo que respecta a la facilidad y a la certeza, como a la brevedadP Expresiones de este tipo no deben caer en un engaño. Pocas líneas después aparece de nuevo el tema típicamente hermético del forzoso carácter secreto del arte: En el Eutidemo, Platón exhorta a los filósofos a que guarden consigo las cosas solemnesy misteriosas Y las comuniquen sólo a unas cuantas personas dignas... Lo mismo pedimos a todos aquellos a los que lleguen estas cosas: no abusar de la gracia y del don que se les ha conferido. y consideren eso que aparece representado en Prometeo que, habiendo mostrado a los hombres el fuego de los dioses, provocó su indignaciónY Mucho más interesante resulta el intento por mantener la terminología del arte separada de la terminología en uso en los otros campos del saber. El término subiectum, aclara Bruno, tiene en este caso un significado distinto del que se le atribuye en lógica o en física. Éste se adopta aquí "de acuerdo con un significado conveniente que es llamado técnico, es decir, artificial". No es el sujeto de las predicaciones formales que en lógica se contrapone al predicado, ni el de la forma sustancial llamada ile o materia prima. No es el subiectum de las formas accidentales ni el de las formas artificiales lo que es inherente a los cuerpos naturales; "sino que es el 12 Cf. Tocco,Le opere latine, cit.,pp. 63-66; OpP. lat., n, 2, pp. 69-119. 13
14
n, 1, p. 215. n, 1, p. 216.
Opp. la t.,
Ibidem,
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sujeto de las formas fantásticas, aplicables y removibles, errantes y fluentes según lo quieran la fantasía operante o la facultad cogitativa". De igual manera, el término forma no se utiliza como sinónimo de idea, así como sucede en la metafísica platónica; tampoco se utiliza como sinónimo de esencia, como sucede en la metafísica peripatética; no indica, como en la física, la forma sustancial o accidental que conforma la materia; ni, de acuerdo con la acepción técnica, tampoco indica una "intentio artificialis agregada a las cosas físicas". El universo de discurso del término forma es para Bruno el de una lógica no racional sino fantástica: "El término forma se utiliza en un sentido lógico, pero no se trata de una lógica racional sino de una lógica fantástica en cuanto que el mismo término lógica se usa con un significado más amplio." 13 Esta ampliación de la lógica tradicional, esta construcción de una lógica fantástica es uno de los motivos centrales del discurso bruniano. Quien, como Tocco, ha hecho una clara separación en la producción bruniana de las obras mnemotécnicas y las lulianas contraponiendo el carácter "psicológico" de las primeras al carácter "metafísico" de las segundas,16ha distinguido de manera artificial lo que en Bruno se presenta relacionado en forma orgánica. La actitud sustancialmente nueva que Bruno adopta en relación con la tradición de la mnemotecnia retórica y de la herencia dellulismo está determinada por el intento de encontrar un punto de convergencia o un terreno común (o, si se quiere, de hacer una "síntesis") entre dos técnicas que habían surgido de experiencias diferentes y que se habían desarrollado durante mucho tiempo por caminos divergentes. Como seguidor de Lulio, Bruno transfiere las exigencias metafísicas características del lulismo al arte de la memoria. Como reformador del ars reminiscendi, no duda en utilizar, colocándolos alIado de los tradicionales, los recursos y las reglas expuestos por los seguidores de la combinatoria. Sobre esta base, Bruno establece su polémica contra sus predecesores y sobre estas bases llega a diferenciar su posición de las otras: 1) rechaza la relación de tipo convencional que los teóricos del ars memoriae habían establecido entre el lugar y la imagen,. contra esta posición sostiene la necesidad de una conexión real (que puede ser una asociación o un nexo de tipo lógico) entre el subiectum y el adiectum,. 172) sobre la base de esta exigencia, sustituye las listas tradicionales de las imágenes caseras de los objetos de uso presentes en los textos del siglo xv por imágenes mitológicas y astrológicas complicadas (referentes a la tra15
Ibidern,
n,
1, pp. 221, 222, 234.
16F. Tocco,Le opere latine, cit.,p. 93. 17 Opp. lat., n, '1, p. 81: "Opusest non ita adiectasubiectisappIicari, ,quasi ea casu et ut. accidit proiiciantur... ita adeoqueinvicemconnexa,ut nullo ab invicerodiscuti possintturbine."
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dición hermética), que le ofrecen la posibilidad de una representación visual, no sólo del sujeto, sino también de las relaciones entre el sujetO' central y todos 10'scaracteres y las nociones relacionados con éste de acuerdo con un orden sistemático; 18 3) concibe las figuras rodantes planteadas por Lulio como instrumentos para la memoria artificial: tO'dos los elementos constitutivos del arte pue· den llegar a simbolizarse en las diversas ruedas mediante letras de los alfabetO'slatino, griego y hebreo.19 Los 130 lugares fundamentales que pueden obtenerse de las varias combinaciones, mientras que se presentan coma esenciales para la plena realización de la memaria artificial, indican al mismo tiempa los elementas que aparecen en un sistema cualquiera de relacianes lógicas. Para Bruna nO'existen diferencias sustanciales entre lógica y arte de la memoria. La lógica de la memoria, que para él representa la cumbre de sus aspiracianes, está estrechamente relacianada can la metafísica: "el arte es un cierto hábita del alma que razana Y que se extiende desde eso que es el principia de la vida del munda hasta el principia de la vida de tadas los particulares""o Al examinar las textos de las grandes camentadares renacentistas del Ars magna hemos ya destacado: 1) que el prablema de una técnica de la memoria, en la que 10'sárboles, las ruedas y las tablas sirven coma instrumentas, resulta esencial para el desarralla de la cambinataria, y 2) que esta idea de una lógica de la memoria aparece estrechamente ligada a la de la interpretación enciclapédica del lulisma que se apaya en la imagen luliana del árbO'l y transfarma muchos comentarios lulianas en verdaderas enciclapedias.21 Quien tenga presente estas canclusianes na padrá sarprenderse ni de la insistencia bruniana en los aspectos mnemotécnicos del lulisma, ni de sus intentas par describir los elementas canstitutivos del universa mediante la referencia a las nueve subiecta del arte.22 A la luz de estas cansideracianes nO' parece sostenible tampaca la tesis de Tacca, según la cual una abra coma el De progressu et lampade venatoria logicorum de 1587 sería "un campendia de la tÓpica aristatélica" de hecha independiente de las camentarios al arte luliano.23El recurso a las imágenes del campo., de la torre y del cazadar permite relacianar esta investigación sabre la dialéctica con las tratados sabre la memaria, mientras que la referencia explí. cita a las figuras permite un acercamiento a la temática del lulis18 Sobre la aplicación de las imágenes zodiacales de Teucro Babilonico al arte, cf. C. Vaso1i, Umanesimo e simbologia, cit., pp. 281-29119 20
21 22
23
Cf. Opp. lat.,
n,
1, pp. 107-115.
Ibidem, n, 1, p. 56. Cf. aquí en las pp. del italiano 73-83. Cf. Opp. la t., n, 2, pp. 12, 41-49. F. Tocco, Le opere latine, cit., p. 15.
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mo.24 No se trata sóla de razones "internas"; en muchas de lo.s textos del enciclapedismo del siglo. XVI (piénsese par ejempla en el escrita In Rhetoricam Isagoge de 1515), ellulisma aparece fuertemente entrelazado. con las temas de la co.smO'lagíay de la retórica.25 No es casual que también Bruno. se interesara muy especialmente por el prablema de una "aplicación" del arte a la retórica y a la física: en el Artificium perorandi (campuesto en Wittemberg en 1587 y publicado par Alsted en 1610), Bruna intenta aplicar la mnemotecnia luliana a las diversos tipos del discurso retÓrico, mientras que en la Figuratio aristotelici physici auditu, de 1586, prepara una traducción en imágenes de los conceptos centrales de la física aristatélica. En los textas londinenses de 1583,'Bruno utiliza las camplejas imágenes de las sellos para indicar na directament~ las abjetos que deban recordarse sino las reglas mismas del arte. Será conveniente subrayar la valoraciÓn del lulismo que está presente, más que en estas textas,"6 por lo demás muy impartantes, en el De lam~ pade combinatoria de 1587; Agripa no lagró penetrar en el valor demostrativo de la combinatoria y se sirviÓ del arte para alabarse a sí misma más que a las textas lulianos; los intentos de Lefevre y de Bovillus fueron más digno.s de cansideración; sólo mediante la refarma bruniana, el ars magna llegó a su plena realización y alcanzÓ el más alto grado de perfección: "de tal modo hemos llegado a completar este arte inventado par Raimundo Lulio que lo hemos liberada de todo presunto desprecio ... y que será imposible agregarle algo más".27En este pequeña cÚadro adquiere una importancia particular la referencia a esa fuente comÚn de la cual derivan la metafísica teolÓgica de Escota Erígena, el arte luliano, los misterios de Cusano y la medicina de Paracelso.28 Las razones de estos acercamieritos eran ya claras para Tocco: Bruno considera la obra de Lulio. cama una de las principales expresianes de ese neoplatonismo que, yendo de la identidad de la ideal a la real, sostiene que puede hacer una recanstrucción de la realidad mediante la determinación del movimiento de las ideas. Mientras se configuraba como un rechazo a la lógica tradicional y sustituía las imágenes par los términos y la tópica por la analítica, el arte bruniana se desenvolvía en un terreno muy diferente del de la dialéctica, rechazaba toda identificaciÓn con una técnica retórica, intentaba abrir pasibilidades de aventuras prodigio.sas y de canstnicciones totales: "Algunas cosas son de tal manera aprapiadas para el arte que pueden sin duda ser útiles también para las casas Cf. Opp. lat., n, 3, pp. 12-13. Cf. aquí en las pp. del italiano 53-55. 26 Véanse las consideraciones de C. Vasoli, Umanesimo e simbologia, cit., páginas 293 ss. 27 Opp. lat., n, 2, pp. 327, 235. 28 Ibidem, n, 2, p. 234. 24 25
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naturales: como los Signos, las Notas, los Caracteres, los Sellos. El arte tiene tanto poder sobre éstos que pareciera actuar más allá de la naturaleza, sobre la naturaleza, y si la situación lo reclama, contra la naturaleza." 29 La finalidad del arte no consiste simplemente en reforzar la memoria o en potenciar las facultades intelectua1es: el arte "abre e introduce el camino a la invención de muchas facultades". En los textos más significativos de la magia bruniana encontramos aún presente el recurso a los sellos, a los signos y a las figuras que son colocados junto a los gestos y las ceremonias como elementos constitutivos de ese lenguaje místico-ritual que abre el camino a los coloquios divinos: "con un cierto tipo de dioses no puede existir ninguna participación si no es por medio de signos, sellos, figuras, caracteres, gestos y otras ceremonias definidas".30 En la concepción bruniana de la magia como ministra y dominadora de la naturaleza, capaz de entender las correspondencias secretas entre las cosas y de captar las fórmulas últimas de la realidad, y en obras como el De Magia,las Theses de Magia y el De magia mathematica los problemas discutidos en las obras mnemotécnicas y 1ulianas encuentran verdaderamente su solución.31 La imagen de un universo unitario que debe ser descifrado mediante los símbolos alcanza aquí, como también en el Sygillus, su plena realización: Una sola luz ilumina el todo y una sola vida lo hace vivir. " A aquellos que ascienden más alto no sólo les será visible la única vida del todo, la única luz que está en todo, la única bondad, todos los sentidos son un solo sentido y todas las nociones son una sola noción, sino también que todas las cosas, como las nociones, el sentido, la luz, la vida son una sola esencia, una sola virtud, una sola operación.32 Sería muy útil para la comprensión de la magia bruniana, y del grandioso intento de Nolano de dar lugar a un arte capaz de acercar a los hombres sirviendo como instrumento de una reforma de las religiO'nes, hacer un examen analítico de las relaciO'nes entre el Bruno luliano y mnemotécnico y el Bruno más conocido de las obras mayores. De este examen podrían derivarse también contribuciones importantes para una comprensión de la lengua y del estilo brunianos. Sería difícil continuar viendo (como sostiene un insigne histO'riador de la literatura) en el ritmo convulsivo de su prosa italiana una "entrega al instintO' y a la abundancia de la vena". El objetivo de las imágenes, colocadas al lado de un sujeto, es el de so
Sl
lbidem, 11, 1, p. 62. lbidem, 111, pp. 412-413 (De Magia). Cf. C. Vasoli, Umanesimo e simbologia, cit., p. 303. Opp. lat., III, pp. 393-
454; 455-491; 494-506. 32 Opp. lat., 11, 2, p. 179.
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"presentar, representar, denotar, indicar, para expresar y significar a semejanza de la pintura y de la escritura". La multiplicidad de las imágenes debe agotar los significados implícitos y explícitos contenidos en las ideas y constituir con éstas una unidad indivisible. Detrás del continuo retornO' de las imágenes, de la abundancia de las repeticiones, de la sucesión de los símbolos que representan sensiblemente los conceptos, se encontraban en realidad convicciones precisas en relación con la filosofía: "Los filósofos son en cierto modo pintores y poetas, los poetas, pintores y filósofos, los pintores, filósofos y poetas. Los verdaderos poetas, los verdaderos pintores y los verdaderos filósofos se aman y se admiran recíprocamente: de hecno, no es filósofo sino aquel que imagina y pinta ... " 33 2.
COMBINATORIA, "ARS MEMORATIVA" EN EL SIGLO XVII
y
MAGIA NATURAL
La busca de una "clave universal" capaz de descifrar "el alfabeto del mundo" y la aspiración a un teatro enciclopédico que fuera el "espejo" de la realidad habían hecho que las técnicas de la memoria artificial fueran utilizadas con fines diversos de los originales. Inscritas en un discurso pleno de acentos iniciáticos y de una magia renovada, las reglas del arte de la memorja habían terminado por perder todo contacto con el campo de la dialéctica, de la retórica, de la medicina; podían surgir ahora instrumentos milagrosos para la adquisición del saber total o de la pansofía. En este mismO' terreno se movieron, en la primera mitad del siglo XVII, varios de los sustentadores y seguidores de las artes mnemotécnicas y del lulismo. Entre 1617 y 1619, en los mismos años que vieron al joven Descartes interesarse pO'r ellulismo y las artes de la memoria, se publicaban en Lyon las obras de Johannes Paepp. Una de estas obras era el SchenkeZius detectus seu memoria artificiaZis hactenus occuZtata, un ámpliO' comentario del Ars memoriae de Schenckel, texto bien conocido por Descartes. En los Artiliciosae memoriae fundamenta y en la lntroductio facilis in praxin artifi, ciosae memoriae, Paepp se detiene e ilustra las doctrinas aristotélicas, ciceronianas y tomistas sobre la memoria, pero muestra haber recibido la influencia del 1ulismo y de sus exponentes más sjgnificativos desde Bruno hasta Alsted.34 Sobre las huellas de este último, Cf. Corsano, II pensiero di G. Bruno, cit., p. 97 Joh. Paepp, Artificiosae memoriae fundamenta ex Aristotele, Cicerone, Thoma Aquinate, aliisque praestantissimis doctoribus petita, figuris, interrogationibus ac respDnsionibus clarius quam unquam antehac demonstrata, Lugduni, apud Bartholomeum Vincentium, 1619; EisagDge, seu introduciio facilis in praxin artificiosae memoriae, ibidem, 1619; Schenkelius detectus, seu me33
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y en polémica contra los denigrado res del arte, sostiene la oportunidad de una estrecha relación entre la lógica y la mnemotecnia;" la primera resulta necesaria para algunas artes y disciplinas, la segunda es indispensable para toda forma de saber.35 Mientras subraya la función mnemotécnica de los círculos lulianos 36 y ofn;ce recursos para descifrar los textos del ars notoria, Paepp elimina toda distinción entre "ciceronianos" y "lulistas" y coloca en una misma lista, entre los fundadores y teóricos del artc, a Quintiliano y Cicerón, a Lulio y Gratarolo, a Pedro de Ravena y a Romberch, a Rosselli y Giordano Bruno, a Schenckel y Alsted.37 Muchas de sus páginas están dedicadas a la discusión de las doctrinas .de Bruno y, al igual que este último, también' Paepp transforma su enfoque haciendo una lista de temas iconográficos así como una serie de descripciones de imágenes de dioses.38 Más que por una discusión de los temas relacionados con la retórica o con la enciclopedia, Paepp se muestra profundamente interesado por la descripción de los resultados a los que se puede llegar con la ayuda del arte.39 Las técnicas de la combinatoria y del ars reminiscendi son utilizadas en un plano que muestra puntos de contacto con el de la magia y el ocultismo; mediante el arte es posible transformar rápidamente a un joven en sabio, adquirir virtudes prodigiosas, despertar la admiración de los doctos y de los administradores públicos. Hemos visto que en Bruno la temática dellulismo y del ars reminiscendi aparece relacionada con las aspiraciones y los ideales de la magia. Una situación no del todo diferente aparece en Campanella, quien también se deleitaba en presentarse c0'mo hombre dotado de facultades milagrosas. Campanella aseguraba al cardenal moria artificialis haetenus oeeultata, ibidem, 1617 (copia utilizada: respectivamente, Triv. Mor. L. 430; 430 (2); M. 17). 35 "Sed miror cur eidem'[los negadores del arte] non et logicam artificialem nigro calculo notent. Ut enim logica artificiosa inteUectui rerum wgnitionem secutius venatur, sic artificios a memoria acquisitam ac comparatam cognitionem tenacius conservat ac tuetur naturali; quare AIstedius non minus hanc ad omnes artes et disciplinas, quam istam ad nonnullas necessariam probat" (Artificiosae memoriae fundamenta, cit., p. 10). 36 Sobre la función de los "círculos", ef. los Artificiosae memoriae fundamenta, cit., pp. 13, 49, 52; sobre la escritura secreta que debe utilizarse en la enseñanza del arte, ef. pp. 99-1002, donde se dan dos reglas fundamentales: "1) Legendum more hebraico, puta ordine retrogrado; 2) Alpha et omega sunt otiosa id est primae et ultimae literae non habetur ratio"; osras significa ars, eodrot ordo, bogamir imago, etcétera. '37 Cf. Eisagoge seu introduetio, cit., p. 1. 38 Para las relaciones de Paepp con Bruno, ef. N. Badaloni, "Appunti intomo alla fama del Bruno nei secoli XVII e XVIII", en Societa, XIV (1953), n. 3, pp. 517518. En relación con el uso de las imágenes de los dioses antiguos en Paepp ef. los Artifieiosae memoriae fundamenta, cit., pp. 86, 89 (pero cf. en la~ páginas 86-113). 89 Cf. Artificiosae memoriae fundamenta, cit., pp. 55-56 y, sobre todo, Sehenkelius deteetus, cit., pp. 31-39.
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Odoardo Farnesio poder enseñar filosofía natural y moral, lÓgica, retórica, poética, política, astrología y medicina utilizando un método especial que permitiría lograr en un año mayores resultad0's que los que normalmente se lograrían después de 10 años de enseñanza. Encontramos de nuevo este mismo concepto y la insistencia en la posibilidad de una extraordinaria "facilidad" de aprendizaje en las páginas de la Ciudad del Sol. Antes de los 10 años, I0's jóvenes de la ciudad s0'lar aprenden "sin problema" todas las ciencias utilizando esa gigantesca encicl0'pedia que se obtiene de las imágenes pintadas en las paredes de las seis murallas.40 Al enciclopedismo lulista, basado en términos y procedimientos "lógicos", CampanelIa contrapone un enciclopedismo basado en las imágenes sensibles. En el desaparecido De investigatione rerum, escrito e'ntre 1587 y 1591, Campanella había hecho referencia a una dialéctica ex solo sensu que clasificaba los objetos del sentido en nueve categorías, "de modo que se pueda argumentar sobre cualquier cosa, no s6lo mediante vocablos, de acuerd0' con el uso que daba Raimundo Lulio, sino mediante objet0's sensibles". Las observaciones que aparecen en el De sensu rerum et magia de 162041 sobre la memoria como "sentid0' anticipado" responden a esta misma exigencia de un saber fundad0' en el sentido y en las cosas; de igual mane'ra responden a esta exigencia las críticas a las tesis de la medicina peripatética; la afirmación de que sea posible operar sobre la memoria con los descubrimientos de la medicina, y la identidad, muchas veces afirmada, de memoria e imaginación. Se comprenderá, teniendo presentes estas consideraciones, cóm0' Campanella también podía ver con simpatía la "memoria local". Los resultados que alcanza la mnemotecnia "ciceroniana" le parecen confirmar su definición de la memoria como "sentido debilitado": "el arte de la memoria local, expuesto al sentido en cosas muy sensibles y conocidas, y ordenando las cosas c0'nocidas por semejanza muestra que la memoria es sentido debilitado que de esta manera se renueva y se fortifica". El arte de la "memoria local" tuvo también varios seguidores durante el siglo XVII; en los escritos de Filippo Gesualdo y de Gerolamo Marafioto, de Johannes Austriacus y de Adam Bruxius, de Francesco Ravelli, de Schenckel, de John Willis y de Velasques de Azavedo 42 40 En relación con la enciclopedia dibujada en las murallas y la facilidad del aprendizaje de las ciencias, ef. "La ciWt del sole", en Seritti seelti di G. Bruno e di T. Campanella, a cargo de L. Firpo, Turín, Utet, 1949,pp. 412-415,419. 41 Del senso delle cose e della magia, Bari, Laterza, 1925,pp. 98-100. 42 Cf. Joannis Margiri, De memoria artifieiosa, Francfort, 1600 (Flor. Nal. 3. 8. 530); la Plutosofia del Reverendiss. Padre F. Filippo Gesualdo dei Minori Conventuali nella quale si spiega ['arte della memoria, Vicenza, Heredi di Perin Libraro, 1600 (Triv. Mor. H. 65); F. Girolamo Marafioto, Nava inventione et arte del rieordare per luoghi et imagirzi et figure poste nelle mani, Venecia, 1605 (Triv. Mor. M. 68); la trad. latina de la obra de Marafioto: De arte reminiscentiae per loca et imagines ac per notas et figuras in manibus pasitas
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LA LóGICA FANTÁSTICA DE GIORDANO BRUNO
LA LóGICA FANTÁSTICA DE GIORDANO BRUNO
aparecen de nuevo los temas y las reglas de la mnemotecnia "clá_ sica", se comentan y se discuten las obras de Aristóteles, de Cicerón, de Quintiliano, de Santo Tomás y de Pedro de Ravena sobre la memoria; se intentan combinaciones y síntesis entre la mnemotecnia ciceroniana y la combinatoria de Lulio; se construyen teatros y enciclopedias; se inventan nuevas imágenes más complejas, se discute sobre signos, gestos y jeroglifos. Estos textos contribuyen a difundir una temática ya ampliamente conocida y a alimentar antiguas discusiones. Más dignos de consideración resultan otros escritos en los que la magia no sólo constituye -como para Bruno y Campanella- el trasfondo cultural en el que se sitúan las artes de la
memoria, sino que les ofrece una justificación precisa. En estos escritos, la conexión entre las técnicas mágicas y las de la memoria es planteada de manera explícita y el ars reminiscendi es presentado como un producto de magia. En la Magia naturalis de Wolfgang Hildebrand (1610), la creación de la memoria artificial se presenta como la aplicación del arte mágico a una forma particular de
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fue publicada en 1610 e incluida en la edición (aquí en seguida citada) del Gazophylacium artis memoriae de Schenckel, pp. 273-338. En la misma edición pp. 183-272 se incluye el De memoria artificiosa tibeUus de Johannes Austriacus (Angelica, SS. 1. 24); entre los comentadores del De memoria de Schenckel (publicado por primera vez en 1595) deben señalarse los escritos de Martin Sornmer (Venecia, 1619), bajo cuyo nombre se esconde, según Morhof (Polyhistor, 1, p. 374), el mismo Schenckel, y el Ars memoriae ... in gratiam et usum inventutis explicata, Francfort, typis N. Hoffmanni, 1617 de Francesco Martino Ravelli (Ravelinus) (Par. Na1. Z. 58347). Más interesante aún es el Simonides redivivus sive ars memoriae et oblivionis .. , tabulis expressa ... cui accessit Nomenclator mnemonicus, Lipsiae, impensis T. Schureri, 1610 di Adarnus Bruxius (Par. NaI. Z. 7878-7879), editado de nuevo en 1640. Se atribuye a un anónimo profesor de Leipzig el Ars memoriae locatis plenius et luculentius ex, posita .. ' cum applicatione eiusdem ad singulas disciplinas et facultates, Leipzig, 1620. No logré consultar este texto ni en el de Johannes Velasques de Azavedo, Fenix de Minerva y arte de memoria que enseña sin maestro a aprender y retenir, Madrid 1620 (el título es un eco del de P. de Ravena). En Leipzig-Francfort, en 1678, surgía finalmente a la luz, con el título Variorum de arte memoriae tractatus selecti, una selección de escritos que comprendía las obras de Schenckel, de Ravelli, de Paepp, de Austriacus, de Marafioto y de Spangerberg. Schenckel quien tuvo la suerte de ser discutido brevemente por Descartes, es una figura particularmente interesante: afortunado maestro y difusor del arte rnnemotécnico en Francia, Italia y Alemania ("artem hanc -escribe Morhofius, 1, 374- magno cum successu suo nec sine insigni suo lucro exercuit"), fue acusado de brujería durante su estancia en la Universidad de Lovaina, logrando después obtener protección y apoyo de la facultad teológica de Douai. La primera edición de su obra,después frecuentemente publicada, es de 1695·: De memoria liber secundus in quo est ars memoriae, Leodii, Leonardus Straele, 1595. Junto con los tres opúsculos arriba citados de Austriacus, de Marafioto y de Spangerberg, se publicó nuevamente con el título Gazophylacium artis memoria e, Argentorati, Antonius Bertramus, 1610 (Angelica. SS. 1. 24). Entre sus escritos, que comprenden una Apologia pro rege cathotico in calvinistam, Amberes, 1589, y una selección de Flores et sententiae insi'gniores ex tibris de Constan tia Justi Lipsii, s. 1, 1615 (Par. NaI. YC. 12326 y Z. 17739), ha sido publicado nuevamente, en una edición moderna, el Compendium der Mnemonik, con texto latino y trad. al alemán a cargo de J. L. Kli.iber; Erlangen, J. J. Palm, 18M. En relación con la enseñanza de este autor, véase también la curiosa enciclopedia de Adrian Le Cuirot, Le magazin des sciences, ou vrai art de mémoire découvert par Schenkelius, traduit et augmenté de l'alphabet de Trithemius, París, Quesnel, 1623, que amplía en mucho el texto original (Par. Nal. Z. 11298).
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operar.43
En la Regina scientiarum y en la Enciclopaedia, Pierre Morestel insiste en temas conocidos: la reina de las ciencias, que es el arte de Lulio, no trata acerca de un objeto particular, tiene tales características de generalidad y de certeza que aparece autosuficiente y puede alcanzar la verdad en toda rama del saber. Morestel contrapone al arte mnemotécnico de los antiguos, basado en la doctrina de los lugares y de las imágenes, como nuevo arte de la memoria, la combinatoria luliana. El trato que da a los temas del lulismo y de la mnemotecnia se liga con el de la filosofía oculta de los filósofos presocráticos, con la interpretación de las fábulas antiguas, con la temática de la cábala y con la busca de una clave universa1.44 En cambio, el autor anónimo de un Ars magica publicado en Francfort en 1631 que dedica dos capítulos de su tratado a la memoria y las imágenes astrológicas que se utilizan para reforzarla, se remite a la medicina mnemotécnica de Gratarolo y, por lo tanto, a 43 W. Hildebrand, Magia naturatis, das ist, Kunst und Wunderbuch, darinne begriffen Wunderbaren Secreta, Geheimnilsse und Kunststiiche ... , Leipzig, 1610. 44 Cf. Pierre Morestel, EncicZopaedia sive artificiosa ratio et via circularis ad artem magnam R. LuUii per qWlm de omnibus disputatur habeturque cognitio, s. 1., in collegio Salicetano, 1646, (Par. Nal. Z. 19D(6); La philosophie oculte des devanciers d'Aristote et de PIaton, en forme de dialogue, contenant presque tous les préceptes de la phiZosophie morale extraite des fables anciennes, París, Du Bray, 1607 (Par. Nal. V. 21888); Les secrets de la nature ... contenant presque tous les préceptes de la philosophie natureUe extraite des fabIes anciennes, París, R. de Beauvais, 1607 (Par. Nal. J. 25112); Artis kabba. listicae sive sapientiae divinae academia, Parisiis, apud M. Mcmdiere, 1621 (Par. Nal. A. 7729); Regina omnium scientiarum qua duce ad omnes scientias et artes, qui literis deIectantur faciZe conscendent, Tremoniae, apud Jodocum Kalcovimn, 1664 (la primera ed. es Rothomagi, 1632) Casanat. M. XIX. 4). La definición del arte de Lulio, que aparece en estos textos, está copiada de esquemas tradicionales: "Ars R. Lullii non vulgaris, non trivialis, non circa unum aliquod obiectum occupata, sed ars omnium artium regina .. , Huius artis ea est excellentia praestantiaque, ea generalitas ac certitudo, ut, se sola sufficiente, nulla alia preasupposita ... cum omni securitate et certitudine ... de omni re scibili veritatem ac scientiam non difficulter invenire faciat." Más interesante es la interpretación de la combinatoria como arte mnemotécnica: "Artificium igitur memoriae, a veteribus traditum, locis constabat et imaginibus; quidni igitur dabitur aliqua ars memoria e quae terminis constabit? Talis est ars Lullii, cuius termini generales patefaciunt aditum non solum ad inventiones pIurimas ... sed etiam maxime faciunt ad mernoriam, cum sint quasi via artificiosa et methodica ad corrigendum defectum roborandam infirmitatem et sublevandam virtutem memoriae naturalis." (Cf. Reginá scientiarum, cit., pp. 19, 318.)
LA LóGICAFANTASTICADE GIORDANOBRUNO
LA LóGICA FANTASTICADE GIORDANOBRUNO
la tradición del aristotelismo. En el pentagonum philosophicum medicum, sive ars nova reminiscentiae (1639) de Lazare Meyssonnier, médico del rey de Francia y corresponsal de Descartes, cultivadorde la medicina astrolÓgica, la quiromancia y la fisonomía, regresan los temas de la medicina de la memoria, del lulismo y de la cábala. En la Belle magie ou science de ['esprit, Meyssonnier presenta, en función de la medicina mágica, un "método para conducir la razón" y "una lógica natural para resolver todo tipo. de problemas".45 La misma necesidad de un método universal viene acompañada en lOos textos de medicina mágica de Jean d'Aubry de la afirmación de una ciencia suprema respecto de la cual las ciencias particulares tienen un carácter de apariencia. Mientras traza las líneas de una gran enciclopedia, él insiste enérgicamente en la unidad del saber y en lo artificial de toda separación entre las disciplinas:
También en los textos de Robert Fludd, que es el más conocido e importante expOonente del hermetismo y del simbolismo cabalístico del' siglo XVII, encontramos un amplio tratamiento del arte de la memoria 47 de acuerdo con los cánones tradicionales. El Traicté de la memoire artificielle, publicado en Lyon en 1654 por Jean Belot y que apareció en forma de apéndice en las Familieres instructions pour apprendre les sciences de Chiromancie et Physionomie,'8 nos sitúa nuevamente en plena atmÓsfera mágica y hermética. Toda la combinatoria luliana se identifica en este texto con una "memoria artificial"; por medio de la milagrosa invención de Raimundo Lulio es posible abreviar de manera prodigiosa los caminos de la ciencia, sustituir el trabajo de toda una vida por el aprendizaje rápido de los principios fundamentales de cada rama del saber. Para develar la esencia del arte, que Lulio escondiÓ voluntariamente bajo una serie de enigmas, para superar las posiciones de Bruno, de Agripa, de Alsted y de Lavinheta, para poner el arte al alcance
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En los primeros tres capítulos verás todos los conocimientos del mundo y un orden de todas las cosas. Aprenderás, en el tercer capítulo, que existe una sola ciencia porque existe sólo una que da respuestas sin hacer uso de ninguna especie de adivinación. " Esta ciencia me da soluciones y respuestas infalibles acerca de todo, y es la regla de toda verdad}6 45 Cf. Lazare Meyssonnier, Pentagonum philosophieum-medieum sive Ars nova reminiseentiae eum institutionibus philosophiae 1Ulturalis et medici1Ule sublimioris et secretioris ... clave omnium arcanorum naturalium Macrocosmi et Mierocosmi, Lugduni, J. et P. Prost frates, 1639(Par. Nal. 4. T. 19-20); La belle magie o'u science de l'esprit contenant les fO'ndemens des subtilitez et de plus curieuses et secretes eO'nnO'issaneesde ce temps, Lyon, en Nicolas
Came, 1669,pp. 322,350(TrivoMor. M. 114).El mismo Meyssonier nos da un testimonio de su competencia astrológica: "Apres avoir durant vingt-cinqans examiné soigneusement les écrits et les observations de ceux qui ant traité de l'astronomie et de l'astrologie, dressé et jugé plus de deux mille figures de nativité, qu'on nomme vulgairement horoscopes.. 0" Cf. Aphorismes d'astrO'logie tirée de Ptolomée, Hermes, Cardan, Munfredus et plusieurs autres, traduit en fram;;ois par A. C., Lyon, Michel Duhan, 1657,p. 1 (Triv. Mor. M.194). La teoría del e01Ulrium sostenida por Meyssonier en el Pentagonum y en la Belle magie debería estudiarse también para comprender la actitud de Des-
cartes frente a este curiosa personaje. En relación con los contactos de Meyssonier con Mersenne y Descartes, ef. la carta de Meyssoniera Mersenne del 25 de enero de 1639,citada en Adam et Tannery, vol. III, p. 17,la primera carta a Descartes desapareció, así como la respuesta a la carta de Descartes del 29 de enero de 1640(Adam et Tannery, vol. III, p. 18); véanse también las cartas de Descartes a Mersenne del 29 de enero de 1640,la del 1 de abril de 16'40y la del 30 de julio de 1640(Adaro et Tannery, vol. III, pp. 15,47, 120). 46 Cf. Jean D'Aubry,Le triomphe de l'archée et la merveille du monde, ou la medicine universelle et veritable pour toutes sortes de maladies les plus desesperées .. Etablie par raisons, necessaires et demonstrations infaillibles, o
París, en el autor, 1661,advertffilciaal pÚblico,pp. no numeradas (Vatic. Racc. Gen. Medicina, IV. 1347).En esta edic. francesa que sigue a la latina de 1660 -Triwnphus arehei et mundi miraculum sive medicine universalis. FranCfort, 1660(Braid. A.XIII. 2388)- aparece en el apéndice,la Apologie contre eertains
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docteurs en médicine ... respondant a leurs ealomnies que l'autheur a guéry par art magique beaucoup de maladies incurables et abandonées, ya publicada en París en 1638.Entre los escritos dedicados particularmente a Lulio, véase la traducción de Blanquerna (Le Triomphe de l'amour et l'esehelle de la gloire, ou la médieine universelle des ames, ou Blanquerne de l'amy et de l'aimé, París, s. d. Par. Nal. R. 6217),I'Abregé de l'ordre admirable des eonnoissanees et des beaux secrets de saint Raymond Lulle martyr, s. d. (Par. Nal. To. 131. 113)Y Le firmament de la vérité eO'ntenant le nO'mbre de eent démonstrations ... qui preuvent que tO'us les prestres ... abbés, commandataires, prédieateurs et bernabites doivent etre damnés éternellement s,ils ne vO'nt prescher I'Evangile aux Tures, Arabes, Mores, Perses, Musulmans et Mahométans, Grenoble,J. de la Fournaise, 1642(Paro Nal. D. 2. 5652). Pero véanse en las pp. 155-161de la Apologie (ed. 1661,cit.) las ocho razones, enumeradas por D'Aubry,por las que
los libros de Lulio "doivent estre receus de mesme que ceux d,m1 Phe de l'Eglise". 47 R. Fludd, Tomus secundus de supernaturali, naturali, praeternaturali et contranaturali MicrocO'smi historia, Oppenheirni,typis Hieronimi Galleri, 1619, páginas 47-70, 48 Cf. Les Oeuvres de lean Belot. .. eontenant la chiromance, physionomie, l'art de mémoire de Raymond Lulle, traité des devinations, augures et songes, les scienees steganographiques paulines et almadelles et lullistes ... , Lyon, en
Claude de la Riviere, 1654,pp. 329-34-5(Triv. Mor. L. 88). Además de esta edición, véase la de Ruán, Pierre Amiot, 1688 (Triv. Mor. L. 80), editada de nuevo en Lieja en 1704.Sobre las artes "paulines et almadelles", véase la nota de L. Thorndike, "Alfodhol and Almadel: Hitherto Unnoted Books of Magic in Florentine Manuscripts", en Speculum, 1927,pp. 326-331.Las obras de Belot, que se mostró de acuerdo con la teoría copernicana y que habló, en 1603,de tourbillons de matiere, deberían ser examinadas con más detalle de cuanta la hizo Thomdike (History of Magie and Experimental Science, 8 vols., Nueva York, Columbia University Press, 1923-1956, vol. VI, pp. 360, 362; 507-510),además de que en ellas aparecen huellas evidentes de las posiciones ramistas: cf., por ej., pp. 52 Y 56. de la edicióñ de 1654,y pp. 62-63Y 67-68de la edición de 1688.Belat se refiere más de una vez a Bruno como a una de los mayores teóricos del arte: ef. "Note bruniane", en Rivista Critica di storia della filosofia,
1959.
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de todos, desde los predicadores hasta los mercaderes, Belot propone asociar la combinatoria con la quiromancia sustituyendo las figuras de la combinatoria y las imágenes de la mnemotecnia ciceroniana por las figuras y los términos utilizados en el arte quiromántico.49 A pesar de las pretensiones de originalidad, las "ruedas" de las que se sirve Belot parecen ser tomadas de los comentarios lulianos de Agripa, aunque no faltan, en varios puntos, los ecos del enfoque bruniano. En efecto, Belot llega a la convicción -sostenida más ampliamente en la Rhetorique- de que, a partir de Agripa y de Bruno, existen lazos entre retórica-dialéctica por un lado, y lulismo y artes secretas por otro. El título del tratado es, desde este punto de vista, indicativo: La retórica, mediante la cual se puede hablar de lo que es propio en la oración y de lo que es discutible de la dialéctica, de acuerdo con la sutileza del arte lulista y de otras artes más secretas que quedan aquí comprendidas en una sola lección necesaria para cualquier arte.50 Estas finalidades se presentan como coincidentes con las finalidades propias de la antigua sabiduría hebrea y con la de los soste- . nedores de la cábala: Aquello que la Antigiiedad ha buscado con tanto esfuerzo y sin embargo sin haber alcanzado el conocimiento perfecto, yo te lo doy todo entero; es todo lo que quisieron lograr los Profetas, los Magos, los Rabinos, los Cabalistas, los Masoretas y, después de ellos, el docto H. C. Agripa.51 Al llevar la retórica y la dialéctica al plano de las "artes secretas", al mezclar la combinatoria con la cábala, la astrología, la medicina mágica, al hacer corresponder las cinco particiones de la retórica con nueve particiones referentes a la tradición hermética, 52 Belot llevaba a la exasperación, alrededor de la mitad del siglo XVII, una temática que había tenido su expresión más afortunada en las obras ;J de Agripa, de Bruno y de Giulio Camillo. Los primeros escritos de , -\; Belot se remontan a 1620. Algunos años antes, Bacon y Descartes 49 Les oeuvres de lean Bellot, ed. 1654, cit., pp. 330,331, 333-334. Para la relación entre quiromancia y arte mnemotécnico, ej. la obra de G. Marafioto, cit. en la nota 42. 50 Cr. Les oeuvres de lean Belot, cit., p. 1 de la segunda parte. 51' Ibidem, prefacio. 52 Ibidem, p. 3 de la segunda parte: "Pour les parties, elles re¡;:oiventtoutes les cinq pour bonnes et utiles, mais il y en a cinq autres particulieres aussi: ear pour la memoire, elle a l'Art notoire... ; pour l'action ou pronunciation, l'art Paulin et pour les autres parties, a pour l'elocution d'Almadel; pour la disposition la seconde partie de la Theurgie et pour l'invention I'art des revelations, que Tritheme dit venir d'Ophiel, esprit MercuriaI."
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habían adoptado una actitud fuertemente polémica en contra de este tipo de literatura. Habían insistido en un punto: en este plano, la combinatoria luliana y las artes de la memoria se deshacen en la inútil construcción de juegos estupefacientes aptos para engañar al vulgo en vez de hacer progresar las ciencias.
RAMUS, BACON, DESCARTES
V. LA MEMORIA ARTIFICIAL y EL MÉTODO DE LA NUEVA CIENCIA: RAMUS, BACON, DESCARTES 1. PEDRODELARAMÉE: LA"MEMORIA"COMOSECCIÓN DE LA LÓGICA LA HERENCIAde las discusiones del siglo xv sobre el ars memorativa no había sido sólo recogida por los exponentes de la magia y del hermetismo del siglo XVI y de la primera parte del XVII. En un terreno diferente, el del tratamiento riguroso de los temas de la dialéctica y de la retórica, en ambientes diversos, atentos a las disputas lógicas, interesados en el desarrollo de las matemáticas y de la geometría, había ido madurando desde mediados del siglo XVI el intento ramista de inscribir los problemas relacionados con la memoria y las reglas de la mnemotecnia dentro de una investigación más vasta en torno a la reforma de los métodos de invención v de transmisión del saber. El problema de las "ayudas de la memoria" llegará por este camino a adquirir resonancia significativa, incluso en los textos dedicados a la reforma del método en la primera mitad del siglo XVII; Bacon verá en la ministratio ad memoriam un elemento constitutivo del nuevo método de las ciencias; Descartes hablará; a propósito de la enumeración, de un movimiento continuo del pensamiento que tiene como finalidad ayudar a la natural enfermedad de la memoria. La tradición ciceroniana, que se inspiraba en toda Europa en la obra de Pedro de Ravena, había encontrado en Italia, como lo hemos visto, su desarrollo más afortunado y clamoroso. En lo que respecta a Francia, se pueden pasar por alto textos como la Memoria artificialis de Campanus y el Ars memorativa de Leporeus (París, 1515 y 1520) / que se limitan a repetir hasta el cansancio la obra de Ravena. Es conveniente, sin embargo, destacar la posición adoptada por el mayor exponente de los estudios lógicos y retóricas de este periodo de la cultura francesa. En vez de elaborar teorías acerca del arte mnemotécnico como una técnica autónoma, Pedro Ramus 2 se 1 No he consultadÓ la obra de Campanus, de cuyas características
habla Iylorhofius; del Ars memorativa Guglielmi Leporei Avallonensis, he visto la edición parisiense de 1520, en Chalcographia Iodoci Badii Ascensii (Triv. Mor. H. 416). 2 Para información sobre la bibliografía acerca de Ramus, et. mi reseña "Ramismo logica e reto rica nei secoli XVI e XVII, en Rívísta critica dí storia della filosofía, III (1957), pp. 359-361. Agrego los siguientes estudios a los ya indicados en esa reseña: M. Dassonville, "La genese et les principes de la Dialectique de P. Ramus", en Revue de l'Universíté d'Ottawa, 1953, pp. 322-355; "La 128
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preocupa de las relaciones entre la "memoria", por un lado, y la dialéctica y la retÓrica, por el otro. Su reforma pretende dar lugar al siguiente resultado: separar la memoria de la retórica, a la que una tradición secular había mantenido ligada, y servirse de ella como de uno de los elementos constitutivos de la dialéctica o nueva lÓgica. Ramus quiso presentar su reforma como un retorno a las enseñanzas de la filosofía clásica, como una simplificación y clarificación de esa enseñanza aristotélica que, según él, había sido corrompida por la confusión terminológica de los escolásticos y por la tradiciÓn retÓrica que encabeza Quintiliano. El filósofo que, a través de un ejercicio brillante, había intentado mostrar la falsedad de todas las proposiciones aristofélicas, no dudará en declarar: "Conservamos los libros de los antiguos escritores y recurrimos a €llos cuando nos sea necesario; enseñamos la pura y verdadera filosofía que aparece en sus libros." 3 Tampoco dudará en encontrar en los textos aristotélicos los fundamentos de sus divisiones de la dialéctica.4 También se remontaba a AristÓteles para hablar de la conjunción entre filosofía y elocuencia, que expondrá en una célebre oración en 1546: "Arist6teles conjugÓ la sabiduría del intelecto con la elocuencia del discurso; en sus paseos matutinos enseñaba sÓlo la filosofía, en los paseos que hacía por las tardes también enseñaba la retórica." 5 Para reconstruir el verdadero significado de la enseñanza aristotélica, para hacer ver las verdades presentes en los textos aristotélicos es necesario, dice Ramus, rechazar toda mezcla de gramática, dialéctica y retÓrica; los problemas relacionados con las etimologías se referirán a la primera, el arte de la invenciÓn y la del juicio, a la segunda; la tercera deberá limitarse al tratamiento de las técnicas del "estilo" y de la "presentaciÓn", a la capacidad de adornar o transmitir el material elaborado por la dialéctica. En la historia de la lógica y de la retórica se ha cometido, según Ramus, un error que ha desnaturalizado el sentido de ambas. Se ha aceptado con Aristóteles, y se ha sostenido después con Cicerón y con la escolástica, que era posible construir dos lógicas diferentes válidas, una en el campo de la ciencia, la otra en el terreno de la opinión y del discurso popular; la primera, apropiada para los cono. cedores, la segunda para el vulgo. Ramus rechaza esta duplicidad: dialectique de P. Ramus", en Revue de l'Université de Laval, 1952-1953, pp. 60'8616; P. Dibon, "L'influence de Ramus aux universités néerlandaises du XVII siec1e", en Actes du Xle Congr. Int. de Philosophie, Lovaina, 19'53, vol. XIV, pp. 307-311; R. Tuve, "Imagery and Logic, Ramus and Methaphysical Poetics", en Journal af the History 01 Ideas, XIV (19'42), pp. 365-400'. 3 P. Ramus, Scholae in liberales artes, Basilea, 1569, pp. 157-158. 4 Ibidem, p. 63. 5 Cf. la Oratio de studiis philosophiae et eloquentiae eoniungendis Lutetiae habita anno 1546, reeditada en las Brutinae quaestiones in Oratorem Ciéeronís, Parisiis, apud Jacobum Bogardurn, 1547, p.45 r. (Padua, Antoniana, T. V. 5).
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la teoría de la inventio y de la dispositio es una sola, válida en todo campo y en todo discurso.6 Haber creído en la existencia de dos lógicas ha conducido a una mezcla híbrida de conceptos parecida a aquella de la que fue responsable Quintiliano, que confundió> la dialéctica y la retórica y que ha agravado ulteriormente la situación al mezclar los temas de la retÓrica con los temas propios de la ética: Las cualidades generales y universales que la naturaleza ha atribuido al hombre son dos: la razón y el discurso. La doctrina de la primera es la dialéctica, la de la segunda es la gramática y la retórica. La dialéctica imita las formas generales de la razón humana en el pensar y en el disponer las cO'sas; la gramática se prO'nuncia sobre la pureza del discurso en la etimología y en la sintaxis con el fin de hablar y escribir correctamente. La retórica muestra el ornato del discurso en los trapos y en las figuras, así como en la dignidad de la presentación. Las otras artes surgen de estos instrumentos generales y universales ... Aristóteles provocó la máxima confusión: hizo de la invención la primera parte de la retórica y esto es falso porque la invención, comO' ya lo he dicho, pertenece a la dialéctica ... Quintiliano afirma que todas las cosas que son pertinentes para el discurso son materia de la retórica ... y divide la retórica en cinco partes: invención, disposición, elocución, memoria y acción. Sorprende la ignorancia de Quintiliano acerca de la dialéctica; al confundir la dialéctica con la retórica, no pudo darse cuenta de que la invención, la disposición y la 'memoria pertenecen a la dialéctica, mientras que sólo la elocución y la acción pertenecen a la retórica.7 Ramus insiste continuamente en la separación de la dialéctica y la retórica. Frente a la objeción de que el retórico no podrá hacer caso omiso de los argumentos elaborados por la dialéctica, Ramus responde que la unión de la dialéctica y la retÓrica no excluye de ninguna manera sino que exige una separación entre la teoría de la dialéctica y la teoría de la retÓrica: La geometría, .la música y la astrología no pueden sostenerse sin los números; estas artes deberán, por lo tanto, explicar los números y someterlos a sus disciplinas. El uso de las artes, como ya lo he dicho tantas veces, está estrechamente ligado. Los preceptos de cada una de las artes no deben, sin embarg~, confundirse, sino que deben ser expuestos en estudios separados.8 Para Ramus, entonces, las artes logicae camprenden la dialéctica a lógica y la retórica; la primera se articula en la inventio y en la 6 Cf. Dialectique, 1555,pp. 3-4. 1 Cf. Rhetoricae distinctiones in Quintilúmum, Parisiis, apud Andream Wachelum, 1559,p. 18; Ciceronianus et Brutinae quaestiones, Basilea, Petrus Perna, 1577,p. 329; Rhetoricae distinctiones, cit., p. 43. . 8 Scholae in tres primas liberales artes, Francfort, apud Andream WachelUID,1581,p. 31 (Fir. Nal. V. 8. 37).
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dispositio, la segunda en la elocutio y en la pronunciatio. Al identificar, siguiendo las huellas de Quintiliano y de Cicerón, la dispositio con el iudicium (el segundo libro de la Dialéctica, conocido como la Secunda pars Rami, trata en efecto sobre De iudicio et argumentis disponendis), Ramus introduce de nuevo esas partes de la dialéctica que se refieren al axioma o proposición, al silogismo y al método en el tratamiento de la dispositio: Dos son las partes del arte de la lógica: la tópica para la invención de los argumentos (es decir, como está escrito en el Organon, de los principios medios de los elementos) y la analítica para su disposición La disposición es la justa colocación de las cosas encontradas y esta parte es la que se llama propiamente juicio, ya que el silogismo es la regla común para juzgar todo ... Dos son las partes del arte de la dialéctica: la invención y la disposición. En efecto, una vez hecha la pregunta sobre la cual deberá disertarse, se buscan las pruebas y los argumentos, y de manera sucesiva, colocados en orden, se explica la pregunta misma.9 En uno de los pasajes ya citados, el término memoria aparece, al lado del de inventio y dispositio, como uno de los elementos constitutivos de la dialéctica ("la invención, la dispasiciÓn y la memoria pertenecen a la dialéctica; la elacución y la acción sólo a la retórica"). A la memoria corresponde, según Ramus, una tarea precisa: ésta constituye el instrumento para introducir un orden en el conacimienta y en el discurso. Camo tal, no puede ser omitida ni pasada por alto: Dices que un orador debe considerar tres cosas: lo que diga, en qué lugar y en qué forma lo diga. Considera la invención en el primer punto, la colocación en el segundo, la elocución y la acción en el ter· cero. Pero ¿dónde queda la memoria? Dices que es común a muchas artes y que por estO'ha sido omitida. Pero en verdad te digo, también la invención y la disposición son comunes a muchas artes. Y entonces, ¿por qué éstas son reconocidas y la otra despreciada? 10 Si se tiene presente esta función ordenadora atribuida a la memo. ría, la identificación de ésta (que en la tradición era una de las cinco "grandes artes" constitutivas de la retÓrica) con la doctrina del juicio perteneciente a la dialéctica o lÓgica resulta significativa. La dispositio y el iudicium memoria aparecen de tal moda en muchos textas ramistas como términos intercambiables; el juicio tiene, 9 Animadversionum aristotelicarum libri XX, Parisiis, 1553-1560, vol. II, prefacio a los libros IX-XX, p. 1; lnstitutionum dialecticarum libri tres, Parisiis, 1543,vol. II, pp. 2, 3, 77 (respectivamente: Braid. B. XVIII, 6.248; Ambros.
SN. UV. 41). 10 Ciceronianus et BrutinLle quaestiones, cit., p. 8.v.
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en efecto, la tarea de colocar o disponer las res inventas en un orden "racional": Asignamos merecidamente al dialéctico la invención, la dispasición y la memaria; dejamos al ara dar la elocución y la acción ... Definimos el juicia como la dactrina que coloca las casas halladas y que juzga esta calocación respecto a la cosa propuesta: esta dactrina es ciertamente, de igual manera, la doctrina de la memoria (si de ésta puede surgir una. disciplina cualquiera) y es muy verdadera y muy cierta ya que es una y la misma la regla de sus das máximas virtudes del espíritu: el juicio y la memoria ... Dos son las partes de la razón: la invención de las argumentos y su juicio en la disposiciÓn... y la memoria es una especie de sombra de la disposiciÓn... Par lo tanto, esas tres partes, la invención, la dispasición y la memoria pertenecen al arte de la dialéctica.H A pesar de las dudas que expresa Ramus acerca de la posibilidad de una disciplina de la memoria como arte autónomo, es más, debido a estas dudas, su concepción del método como disposiciÓn sistemática y ordenada de las nociones puede absorber muchas "reglas" de la mnemotecnia. La inclusión de la memoria en la lógica, la identificación del problema del método con el de la memoria marcaba el lugar de nacimiento de esa concepción del método como algo que desempeñaba una funciÓn clasificatoria en relación con la realidad, que gozará de gran fartuna en el pensamiento europeo de los siglos posteriores. Este tipo de consideraciÓn, mientras que anticipaba la actitud que Bacon adoptaría medio siglo después, aproximaba las posiciones de Ramus y la de Melanchton, quien en los Brotemata dialecticae había visto en el método un hábito, a ciencia o arte que canstruye una vía con un métado seguro, que encuentra y abre una vía a través de lugares impracticables y de la confusión de las cosas y que extrae en arden las cosas pertinentes al argumenta,12 Existen algunas finalidades comunes a muchos autores pertenecientes, sea a la tradición del ars memoriae ciceroniana, sea a la dellulismo. Por ejemplo, la ordenación sistemática de las notiones y de los argumenta, la collocatio ordenada de los lugares, la construcción de enciclopediae, la creación de una tópioa universal. El hecho de que un joven bohemio estudioso, Juan de Nostiz, pudiera pensar en una nueva lógica fundada en las enseñanzas de Lulio, de Ramus y de Giordano Bruno, es una confirmación de esta fundamental unidad de objetivos. 11 SchJolae in tres primas lib'erales artes, cit., pp. 1446; Dialecticae institutiones, cit., p. 19 v. 12Melanchton, Erotenw.ta dialectioae, en Corpus reformatorum, XIII, c. 573.
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Para concluir: lo que sobre todo debe subrayarse en la posición de Ramus es el intento por inscribir los problemas referentes a la memoria en un discurso más vasto que no se refiere sólo a la elaboración de una técnica útil para oradores, abogados y poetas, sino que se refiere a cuestiones referentes al método y la lógica. Será conveniente referirse, más que a los textos de los historiadores modernos de la filosofía, que se han equivocado durante mucho tiempo acerca del significado de la reforma ramista, a la afirmación de Omer Talon (Audomarus Talaens), gran teÓrico de la retórica del siglo XVI, discípulo devoto y colaborador de Ramus: "este último -escribía Talonha conducido nuevamente la teoría de la inventio, de la dispositio y de la memoria a la lógica, a la que de verdad pertenecen".13 Será necesario, también, releer el juicio de Pedro Gassendi para aclarar posibles equívocos: . Habiendo observado que la retÓrica se dividía comúnmente en cinca partes: invención, disposición, elocución, memoria y acción o presentación, considerÓ que sóla das de ellas fueran pertinentes a la retórica (es decir, la elacución y la acciÓn o la presentación), que dos artes fueran pertinentes a la lógica: la invención y la dispasición. Dada que ambas se sirven de la memoria, también ésta padría ser agregada a las otra~ dos. Subdividió, por lo tanta, la lógica a dialéctica ... en dos partes: la invención y el juicio (preferí, de hecho, este términa más que el de disposición). AbarcÓ, por consiguiente, toda el arte en das libros.14 Sólo recientemente hemos comenzado a darnos cuenta del alcance revolucionario que tuvo en la histaria de la lógica una reforma de apariencia tan inofensiva. En vista de los fines limitados que aquí nos proponemos, bastará destacar lo siguiente: la actitud de Ramus marca un cambio radical. En esta misma dirección, la de una inclusiÓn de la doctrina de las ayuda$ de la memoria dentro de ouadros más generales de la lógica y del método trabajarán, ya sea con objetivos diversos y algunas veces divergentes, Bacon, Descartes y, más tarde, Leibniz. 2. BACON y DESCARTES: lA POLÉMICA EN OONTRA DE LOS PRESTIDIGITADORES DE LA MEMORIA
Bacon publicó el Ad~ancement
of Learning en 1605, el Novum Orgade 1608) y el
num (cuya redacción había sido iniciada alrededor
13 Petri Rami professoris regi et Audomari TaZaei collectaneae prefationes, epistolae, orationes, Marburgo, 1569', p. 16 .. 14 P. Gassendi'Diniensis, Opera omnia in sex tomos divisa, Florenda, 1727, val. 1: De logicae origine et varietate, cap. IX (Logica Rami), p. 52.
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De augmentis scientiarum en 1620 y 1623, respectivamente. Las Cogitationes privatae de Descartes son de 1619, las Regulae ad directionem ingenii fueron escritas entre 1619 y 1628, el Discurso del .método fue publicado en 1637. En las mismas tres décadas el filósofo inglés y el francés llegan a conclusiones que concuerdan notablemente acerca del ars combinatoria y del ars memoriae. Tanto en las páginas de Bacon como en las de Descartes:15 puede encontrarse la documentación de un conocimiento directo de los textos del siglo XVI sobre arte de la memoria. Bacon alude varias veces a las ticolecciones de lugares", a las "sintaxis" que ha leído, a la "memoria artificial", hace referencia explícita a la "doctrina de los lugares", a la "colocación de las imágenes" y a la "tipocosmia" de origen luliano. Descartes, que es todavía más parco al hacer réferencias explícitas y que además no le gustan las citas, alude sin embargo a su lectura del Ars memorativa de Schenckel, regresa varias veces al ars memoriae para hablar de la función que desempeñan las "imágenes sensibles" en vista de la representaciÓn de los conceptos intelectuales, habla, de acuerdo con una terminología típica, de catena scientíarum, tiene vivo interés por los descubrimientos de un ignoto seguidor de Lulio, se dirige al amigo Beeckmann para informarse acerca de los textos lulianos de Agripa, así como acerca de! significado y sobre las posibilidades reales del Arte. Estos temas e intereses ejercen notable influencia en el pensamiento baconiano y en el del joven Descartes. Pero aún más, algunos elementos referentes a la tradición del ars memorativa y e! ars combinatoria funcionan a fondo en la misma formulación baconiana y cartesiana de un nuevo método y de una nueva lógica. De esto hablaremos más adelante. Lo que nos interesa por el momento es destacar el significado del rechazo, que encontramos presente en Bacon y en Descartes, de estas técnicas de la memoria que habían sido reducidas a juegos intelectuales y que se habían cargado de referencias a esa mentalidad mágica en contra de la cual ambos filósofos se habían pronunciado. La valoración del arte luliano que encontramos, por un lado, en la carta a Beeckmann de 1619 y en el Discurso del métodO' y, por otro lado, en el Advancement af learning y en el De augmentis, es desde este punto de vista muy . significativa. Frente al viejo seguidor del ar!>brevis que presume de poder hablar durante una hora completa sobre un argumento cualquiera y de poder proseguir después por 20 horas hablando sobre el·mismo tema de manera siempre diferente, Descartes, que sin embargo está profundamente interesado en el problema, tiene la Las citas de los textos de Bacon y de Descartes se refieren respectivamente a: Oeuvres de Descartes, a cargo de C. Adam y P. Tannery, 11 vals., París, 1897-19'09'; The Works 01 Francis Bacon, a cargo de J. Spedding, R. L. Ellis y D. D. Heath,7 vols., Londres, 1887-1892, indicadas aquí con las abreviaturas Oeuvres y Works.
impresión de una locuacidad basada en una erudición libresca así como de una actividad destinada a despertar la admiración del vulgo y no el logro de la verdad. Esta "sospecha" cartesiana se transforma, 18 años más tarde y en las páginas del DiscursO' del método, en certeza: el arte de Lulio sirve para hablar, sin juicio, de 10 que en realidad se ignora más que para comprender verdades desconocidas o para transmitir verdades conocidas. Bacon había llegado a las mismas conclusiones en e! texto de 1605, traducido después al latín en 1623: el método luliano, que goza de gran fama entre algunos charlatanes, no es digno de ser calificado como método, aspira a la ostentación más que a la ciencia, hace parecer a los hombres ignorantes como seres doctos, basado en una caótica masa de vocablos, sustituye el conocimiento de los términos por el conocimiento efectivo de las artes, se parece a la bodega de un ropavejero en donde se encuentran muchos objetos, de los cuales ninguno tiene gran valor:
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:15
Bacon, De augmentis, VI, 2, en Works, vol. 1, p. 669. No se puede pasar por alto el hecho de que algunos individuos, más presuntuosos que doctos, hayan trabajado con mucho esfuerzo en un método que no es digno de este nombre, siendo en realidad un método engañoso, que· sin embargo fue muy grato para algunos embaucadores. Este método está salpicado de cierta ciencia, de manera tal que un ignorante puede demostrar una erudiciÓn inexistente. Tal fue el arte de Lulio, y tal fue la Tipocosmia que alguien inventó. Uno y otra son sólo una masa de términos de todas las artes y hace que quien esté familiarizado con estos términos sea considerado como alguien que los conoce. Una masa de este tipo es buena en última instancia debido a la bodega del ropavejero, donde se encuentran muchos trapos viejos, pero ninguno de valor.
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Descartes, a Bee.ckmann, 29, 4, 1619; Oeuvres, vol. X, pp. 164-165; Discours (comp. Gilson), p. 17. Anteayer encontré en un hotel de Dordrecht a un erudito con quien hablé del ars parva de Lulio ... Era un viejo un poco locuaz y su cultura, extraída de los libros, estaba más en su boca que en su cerebro ... Tengo la sospecha de que hablaba más para lograr la admiración de los ignorantes que para alcanzar la verdad [ ... ] En lo que se refiere a la lógica, los silogismos y la mayor parte de sus otros preceptos sirven sobre todo para explicar a los demás las cosas que ya se saben o, también, como el arte de Lulio, para hablar sin ningún juicio de las cosas que uno ignora en lugar de aprenderlas.
La acusación de H ostentación" hecha a la combinatoria luliana adquiere, en páginas como éstas, un significado histórico de gran
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importancia: aquí se pretende atacar esa misma reducción del arte al plano de la magia, plano en el que habían insistido muchos comentaristas del siglo XVI. Esta acusación no era en realidad algo nuevo, pero sí es nuevo el significado que llega a adquirir en las páginas de Bacon y de Descartes, comprometidos en una dura polémica en contra de la tradición mágico-ocultista. La valoración que aparece en el texto baconiano de 1613,que podría relacionarse, quizá, con la que aparece después en el Discurso del método, parece tomada del mismo juicio de uno de los grandes comentaristas de Lulio que no había disimulado su simpatía por las artes mágicas, Camelia Agripa: De una cosa es necesario prevenir a ustedes: este arte sirve más a la pompa del ingenio y a la ostentación del saber que a procurar el saber; contiene mucha más audacia que eficacia."B Hasta aquí nos hemos referido a la combinatoria, pero también en relación con el ars memorativa de derivación "ciceroniana", la toma de posición de Bacon y de Descartes pueden ser confrontados de manera útil. Descartes no duda en definir como "tonterías" las conclusiones a las que había llegado Schenckel en un texto sobre la memoria, en 1595. En éste aparecían, al lado de los conocidos cánones del ars reminiscendi, las conocidas referencias a las fuentes aristotélicas y tomistas, a la medicina galénica, las referencias a Simónides, Temístocles y Ciro, a San Agustín, a Pico de la Mirandola, a Pedro de Ravena y al luliano Bernardo de Lavinheta.17 El autor de ese libro le parece, sin duda alguna, un "charlatán": a ese arte falso e inútil para las ciencias, le contrapone el conocimiento de las causas."8 La posición de Bacon no es diferente, si bien es mucho más rica en referencias: él no niega que cultivando la memoria artificial sea posible llegar a resultados maravillosos, ni tampoco afirma (como sucede vulgarmente) que las técnicas de la memoria puedan influir en forma negativa en la memoria natural. Sin embargo, la forma en la qué se utiliza el arte le parece estéril: sirve para hacer brillar el arte, pero carece de toda utilidad. Es posible ser capaz de repetir de inmediato, yen el mismo orden, un gran número de palabras recitadas una sola vez, así como componer un gran número de versos extemporáneos sobre un argumento cualquiera, mediante la educación de algunas facultades naturales que, mediante la repetición de ejercicios, pueden negar a niveles milagroC. Agripa,Opera, Argentorati,Zetzner, 1600, vol. n, pp_31-32. Cf. Schenckel,De memoria liber, Leodii, 1595, publicadonuevamenteen Gazophylacium artis memoriae, Argentorati,1610 (copiautilizada: Angeli-
16 H. 17
el ea, SS. I. 24). Sobre sus obras y sus relacionescon Leibniz,c:f. aquí en las pp. 276-277. . 18
Descartes,Oeuvres, vol. X, p. 230.
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sosoPero de todo esto --continúa Bacon- no nos interesa nada que no sea la agilidad de los equilibristas y la destreza de los prestidigitadores. No hay nada que tenga cierto valor entre los métodos y las sintaxis de los lugares comunes que me ha tocado ver -escribe Bacon-, los mismos títulos de esos tratados están afectados más por las escuelas que por el mundo real, las pedantes divisiones que utilizan estos autores no penetran de ninguna manera en la médula de las cosas."D 3. MNEMOTECNIA y LULISMO EN BACON y EN DESCARTES
a) Bacon El pasaje al que nos hemos referido tiene, sin duda, un tono de condena. Sin embargo, es necesario destacar de inmediato una cosa: en Bacon está presente la convicción de que es posible hacer, de las artes de la memoria, un uso diferente del tradicional. En vez de utilizar estas artes para ostentar el nivel prodigioso al que puede llegar una facultad, en vez de someter estas artes a fines charlatanescos, será posible utilizar estas artes en función de objetivos serios y concretos; será incluso posible mejorar y perfeccionar, con base en estos nuevos objetivos, las técnicas de la memoria. Hasta la fecha se ha investigado torpe y precariamente acerca de la memoria -escribe Bacon en el mismo capítulo del De augmentis (este pasaje no aparecía en el capítulo correspondiente del Advancement)-. No faltan los escritos dedicados a la ampliación y refuerzo de la memoria y, sin embargo, tanto la teoría como la práctica del ars memorativa podrían aún ser perfeccionadas· mediante la elaboración de nuevos preceptos.20 Un arte de la memoria perfeccionado en los métodos y renovado en las finalidades aparece como algo necesario en un doble terreno: en el de las "ciencias antiguas y populares" y en el método científico "completamente nuevo" de investigación sobre la naturaleza. Esta distinción entre las dos diferentes funciones o los dos diversos campos de aplicación del arte de la memoria aparece expuesta en un pasaje del De augmentis. En éste encontramos la distinción, frente a todos los teóricos de la mnemotecnia, entre memoria natural y memoria artificial. Sostener que en la interpretación de la naturaleza -escribe Bacon- puedan bastar las fuerzas brutas y naturales de la memoria sin que ésta sea ayudada mediante el uso de tablas ordenadas, sería como sostener que un hombre, sin la ayuda de un escrito y confiando sólo en la memoria, puede resolver los cálculos de un libro de efemérides. Pero dejando de lado 19 20
Bacon,Works, vol. 1, pp. 647-648,
Ibidem.
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la interpretatio naturae, que es doctrina completamente nueva, un sólido recurso de la memoria puede ser de grandísima utilidad, también en las ciencias antiguas y populares.21 En el prÓximo parágrafo 4 hablaremos de la función que desempeñan las ayudas de la memoria (ministratio ad memoriam) en la lógica baconiana y de la influencia de los tratados renacentistas de mnemotecnia en la construcción baconiana del nuevo método de las ciencias (la interpreta tia natume). Nos limitaremos por el momento a individualizar la herencia de las discusiones renacentistas sobre la memoria artificial en la parte de la investigación baconiana que se refiere a la lógica tradicional. Esta última, de acuerdo con Bacon, mantiene plena validez en el campo de l6s discursos, de las disputas, de las controversias, de las actividades profesionales y de la vida civil; la otra, la nueva lógica inductiva, es en cambio indispensable en el ámbito de la conquista progresiva de la realidad natural que realiza el hombre. La primera de estas dos lógicas, según Bacon, existe de hecho, fue creada por los griegos e inmediatamente y durante muchos siglos fue recogida y perfeccionada; la segunda se presenta, en cambio, como un proyecto o una empresa jamás intentada. La transformación de este proyecto en una realización efectiva presupone una modificación radical de la actitud del hombre en relación con la naturaleza, además de la transformación consecuente de las mismas definiciones de "filosofía" y de "ciencia". Pero en el ámbito de los objetivos que se propone la filosofía tradicional, la vieja lógica no se presenta como un fracaso. Bacon es muy claro en este punto: cuando se desee solamente cultivar y transmitir las ciencias, cuando se desee enseñar a los hombres a adherirse a las verdades ya declaradas y a hacer uso de ellas, a aprender el arte de inventar argumentos y de triunfar en las disputas, esa lógica funciona perfectamente, aunque necesite ser integrada y perfeccionada. Ahí donde se ocupa en las características de la nueva lógica, Bacon declara repetidas veces que no le interesan absolutamente, en ese momento, las artes populares o empíricas, ni pretende de ninguna manera que la nueva lógica pueda servir para realizar esos fines para los cuales se construyó la lógica tradicional. En las ciencias fundadas en la opinión y en los juicios probables, es decir, en los casos en que se trata de forzar no las cosas' sino la voluntad, el uso de las anticipaciones y de la dialéctica, afirma Bacon en el Novum Organum, es bueno (bonus), mientras que eso aparece como algo condenable desde el punto de vista de la nueva l6gica. La dialéctica en uso actualmente, se afirma aún en el prefacio a la lnstauratio magna, no es en absoluto capaz de "lograr la sutileza de la naturaleza", pero puede ser utilizada con eficacia en el "campo de las cosas civiles y de las artes que se refieren al discurso y a la 21
lbidem, vol. 1, p. 647.
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opinión". Sólo cuando se quiera triunfar, no venciendo al adversario, sino a la oscuridad de la naturaleza, cuando se quiera alcanzar, no cogniciones probables sino conocimientos ciertos y demostrados, no inventar argumentos sino obras, será necesario utilizar la interpretatio naturae que es infinitamente diversa de la anticipatio mentis o lógica ordinaria!2 En el ámbito de esta lógica ordinaria, las técnicas de la memoria realizan una funciÓn precisa. En el capítulo quinto del quinto libro del De augmentis, dedicado al ,ars retinendi, aparecen nuevamente y de igual manera los temas del ars memorativa "ciceroniana": la doctrina de los loei y de las imagines, la tesis de una necesaria "conveniencia" entre las imágenes y los lugares, el reconocimiento de la necesidad de representar sensiblemente los conceptos mediante imágenes y emblemas. El tema de una tópica a sistemática selección de lugares aparecía de nuevo en estas páginas: es común afirmar -escribe Bacon- que la selección de los lugares puede ser dañina para el saber; por el contrario, el esfuerzo necesario para efectuar tales selecciones siempre recibe una recompensa porque en el mundO' del saber no es posible llegar a resultados cuando se carece de la base sólida que da el amplio conocimientO'.Los lugares "ofrecen material para la invención y posibilitan un juicio más agudo permitiéndole concentrarse en un solo punto". Los dos principales instrumentos del arte de la memoria son la prenoción y el emblema. El primero tiene coma tarea el poner límites a una investigación que resultaría de otra manera infinita; además, debe limitar el campo de las nociones y establecer fronteras dentro de las cuales la memoria pueda desenvolverse fácilmente. De hecho, la memoria tiene necesidad, sobre todo, de limitaciones: el orden y la distribución de los recuerdos, los lugares de la memoria artificial "preparados con anticipación", los versos son para Bacon los elementos principales de estas limitaciones. En el primer caso, el recuerdo debe concordar con el orden establecido; en el segundo, el recuerdo debe establecer una relación específica con los lugares utilizados; en el tercero una palabra debe concordar con el verso. En la formulación de las imágenes, los lugares introducen de esta manera orden y coherencia, pero las imágenes, a su vez, pueden ser construí" das con facilidad recurriendo a los emblemas. Estos últimos "hacen sensibles las cosas intelectuales, y ya que lo sensible afecta más profundamente a la memoria, las cosas se imprimen en ésta con mayor facilidad". La función que desempeñan los gestos y los jeroglifos es del todo similar a la de los emblemas: los emblemas no 22 Para ver las diferencias entre la lógica ordinaria y la nueva lÓgica, ef.: Partis instaurationis seeundae delineatia et argumentum, en Works, vol. III, pp. 547 ss.; Distributia operis, en' Works, vol. 1, pp. ·135~137; praefatió generalis, en Works, vol. 1, p. 129; Novum Organum, 1, 26, 29.
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tienen, por lo tanto, una función limitada al sector específico de la memoria, sino que funcionan como verdaderos y propios medios· de comunicación. En el caso de los gestos, nos encontramos en presencia de "emblemas transitorios"; en el caso de los jeroglifos, nos encontramos en presencia de "emblemas fijados mediante la escritura". La relación gestos-jeroglifos es idéntica, desde este punto de vista, a la que existe entre lenguaje hablado y lenguaje escrito. Mientras que los jeroglifos, en cuanto emblemas, tienen siempre ,algo en común con la cosa significada (similitudo cum re significata), los caracteres reales o ideogramas no tienen nada de emblemático. Su significado depende sólo de la convención y del hábito a que han dado lugar. El carácter de la convencionalidad une los caracteres reales a las letras del alfabeto, pero los primeros, a diferencia de las segundas, se refieren de manera directa a la cosa significada, "no representan letras ni palabras sino cosas o nociones". Un libro escrito con caracteres reales puede, por lo tanto, ser leído y comprendido por personas pertenecientes a diferentes grupos lingliísticos, y por hablantes de diferentes lenguas que acepten como convención los significados de los diversos ideogramas.23 En efecto, las consideraciones sobre los gestos y los jeroglifos en el Renacimiento se habían relacionado con las discusiones sobre la memoria artificial. La profundización del problema de las imágenes había llevado a Giambattista de la Porta, en su Ars reminiscendi, a examinar este tipo de problemas. Una vez definida la imagen como "pintura animada que traemos a la imaginación para representar de esta manera un hecho como si fuera una palabra", Porta se encontraba frente a una grave dificultad: notaba que no es posible, en el caso de todos los términos lingiiísticos, la construcción de imágenes apropiadas ("las palabras que necesitamos para recordar otras tienen sus propias imágenes, otras no las tienen"). En el caso de términos que no simbolizan cosas materiales como "porque", "o", "tanto", etc., es necesario tomar las imágenes de la escritura; es decir, hacer corresponder imágenes apropiadas a cada una de las letras o grupos de letras que constituyen un término. En cambio, en otros casos es posible recurrir al significado y para esto resulta oportuno hacer el paralelo con los jeroglifos. Los egipcios, al no tener letras con las que pudieran escribir los conceptos ... y para retener más fácilmente en la memoria las útiles especulaciones . de la filosofía, descubrieron la posibilidad de escribir con pinturas, utilizando imágenes de cuadrúpedos, de pájaros, de peces ... cosa que hemos considerado muy útil para nuestras investigaciones, que no queremos otra cosa más que utilizar imágenes en vez de letras para poder dibujarlas en la memoria. 23 Cj .. Advancement 01 Learning, en Warks, vol. lII, p. 399; De augmentis, en Works, vol. I, pp. 648-649, 651-653.
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Otros significados, continuaba Porta, podrán ser expresados mediante los gestos ("podremos asimismo expresar con el gesto algunas significaciones de palabras"). Conclusiones de este tipo se encuentran en el Thesaurus artificiosae memorÚle de Rosselli (1579) y en el De memoria artificiosa libellus de Johannes Austriacus (1610) que, al igual que Bacon, había introducido los gestos y los jeroglifos en la categoría más general de los "signos".24 El tratamiento de Bacon resulta por lo tanto influido profundamente por una antigua literatura referente a los signos y las imágenes. Pero la plena aceptación por parte de Bacon de la gran herencia renacentista del ars memorativa resulta evidente en el Novum Organum (II, 26). En éste, no sólo se introducen los resultados "técnicos" a los que habían llegado los teóricos de la memoria artificial, sino que se enriquece el tratamiento utilizando anotaciones psicológicas y reglas nuevas: La naturaleza sobre la cual se investiga es, por ejemplo, la de la memoria, es decir, aquello que excita y ayuda a la memoria. El orden y la distribución son instancias constitutivas que claramente son una ayuda para la memoria, y lo mismo sucede con los lugares de la memoria artificial, que pueden ser lugares en el propio sentido de la palabra, como la puerta, el ángulo, la ventana y cosas semejantes, pueden ser personas familiares y conocidas, o cualquier cosa que se desee siempre y cuando esté colocada en un cierto orden, como animales y hierbas; pueden también utilizarse palabras, letras, caracteres, personajes históricos, etc., aunque algunos sean más convenientes que otros. Tales lugares ayudan mucho a la memoria e incrementan su capacidad mucho más allá de sus posibilidades naturales. De igual manera, los versos quedan impresos y se aprenden de memoria más fácilmente que la prosa. y de este grupo de tres instancias, es decir, el orden, los lugares de la memoria artificial y los versos, se construye una sola especie de ayuda para la memoria. Esta especie puede Hamarse correctamente interrupción del infinito. De hecho, cuando se intenta recordar algo o traer algo a la memoria, sin tener ninguna prenoción de lo que se busca, se medita y se yerra por acá y por allá casi hasta el infinito. Pero en cambio, si se tiene una prenoción segura, el vagar hasta el infinito se detiene de inmediato y la memoria no debe discurrir, ni irse lejos. En estas tres instancias de las que he hablado, la prenoción es evidente y segura: en la primera debe 24 CI. L'arte del ricordare del signar Gio. Battista Porta napoletano, tradotta da latino in volgare per M. DorandilW Falcone da Gioia, Nápoles,Mattio
Cancer, 1566 (Braid. 25.16.K.14-15): sobre la escritura de 10'segipcios,el cap. XIX, sobre los gestos, el cap. xx; C. Rossellius, Thesaurus artiliciosae memoriae, Venetiis, 1579, p. 117 v; Johannes Austríacus, De memoria artijiciosa libellus, Argentorati, Antonius Bertramus, 1610, p. 215 (copias utilizadas: Braid. B. XI. 4951; Angelica SS. 1.24). Sobre la egiptomanía y la difusión y la moda de las emblemas en la cultura de los siglos XVI y XVII, véanse las consideraciones ya planteadas en las pp. 125-126 Y las obras indicadas en la p. 126, n. 32.
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tratarse de algo que entra en un cierto orden; en la segunda debe tratarse de imágenes que tengan alguna relación o conveniencia con los lugares establecidos; en la tercera debe tratarse de palabras que forman un verso. De tal manera, el infinito se interrumpe. Otras instancias darán lugar a esta otra especie: todo lo que lleva un producto de la mente a impresionar los sentidos es una ayuda para la memoria (y este método es ampliamente utilizado por la memoria artificial). Otras instancias darán lugar a esta otra especie: todo lo que despierta fuertes sentimientos, lo que provoca miedo, sorpresa, vergiienza y placer es útil para la memoria. Otras instancias darán lugar a esta otra especie: todo lo que se graba en la mente pura o despejada, como lo que se aprende en la infancia o lo que nos viene a la mente antes del sueño o como lo que sucede por primera vez, se graba mejor en la memoria. Las relaciones con la tradición de la combinatoria son menos explícitas y, por lo tanto, difícilmente determinables. Bacon alude a Lulio sólo una vez, en una frase que, lo hemos visto, es de explícita condena. Sin embargo, algunos temas de su filosofía nos conducen de nuevo a esas sintaxis universales de procedencia luliana a las que hace referencia varias veces. El proyecto de una ciencia universalo filosofía primera o sabiduría (Scientia universalis, Philosop'hia prima sive Sapientia) diferente de la metafísica tradicional, se relaciona con la imagen luliana del arbor scientiarum, presente en el tercer libro de De augmentis. La primera se configura comO' "una física generalizada fundada en la historia natural" que mira, por un lado, a la determinación de las formas y, por el otro, a la determinación de las causas finales. La filosofía primera se refiere, en cambio, a la porción del árbol de las ciencias que es como una "parte común de la vía" que precede a la partición y a la subdivisión de las varias ramas del saber. Los axiomas que son comunes a muchas ciencias no son reducibles a simples semejanzas sino que remiten a signos y huellas de la naturaleza: El precepto que siguen los músicos, de pasar de los acordes ásperos
y de las disonancias a los acO'rdes dulces o consO'nancias,¿no es acaso
también cierto en lo relativo a los sentimientos? Y la regla de precipitar la cadencia, ¿no corresponde a la regla retórica de interrumpir la expectación? .. Los órganos de sentidO', ¿no son quizá afines a los instrumentos de reflexión, alojo al espejo, el oído a un instrumento cóncavo y angosto? No son sólo semejanzas, como podría parecer a . hombres de limitada comprensión, sino los signos y las huellas de la naturaleza que se imprimen en materias y sujetos diversos.25 25 En relación con el juicio ya citadO'de Lulio, cf. De augmentis, en Works, vol. 1, p. 699; sohre la filosofía primera, De augmentis, en Works, vol. 1, pp. 540-544.Sobre la distinción entre la filosofía primera baconiana y la metafísica tradicional, véase el juicio de F. Anderson, The Philosophy of F. Bacon, Chicago, 1948,pp. 214-215.
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A través de esa selección orgánica de axiomas, de la que Bacon lamenta su ausencia, sería posible mostrar la unidad de la naturaleza. Para concluir: la dura polémica baconiana en contra de los acróbatas de la memoria no incluye las técnicas de la memoria en cuanto tales, sino los intentos por reducirlas al plano de las artes ocultas y de la magia. Plegada a las finalidades más serias de la retórica, inscrita en la lógica de la persuasión, el ars memorativa conserva todavía una función en la nueva enciclopedia de las ciencias. El proyecto baconiano de una scientia universalis, mater reliquarum scientiar:um está dirigido, como hahía sucedido en la tradición luliana, a determinar una unidad del saber que tiene su justificación y su fundamento en la unidad del mundo.
h) Descartes En torno a las discusiones sobre las imágenes y sobre sus símbolos presentes en algunos textos cartesianos, se han escrito cosas muy agudas aunque no siempre históricamente exactas. A propósito de los pasajes del Olympica referentes a la representación de las "cosas espirituales" mediante cuerpos sensibles, un insigne estudioso de Descartes habló "de la idea aristotélica de filosofía que no está puesta a discusión"; otros, refiriéndose a esos mismos apuntes y tratando de captar "la resonancia interior y profunda", han visto en ellos la expresión de un hombre "que está en busca de la inspiración pura"; otros, por último, al referirse a la imagen cartesiana del árbol de las ciencias, han discutido ampliamente acerca de las razones de la elección cartesiana de la imagen de una realidad viva y acerca de la "circulación de la vida" presente en el árbol niismo.26 Si Se abandona el proyecto de seguir los pasos al sentido de resonancias interiores y se tienen presentes, en cambio, los resultados a los que habían llegado los enciclopedistas y los retóricas del siglo XVI, será posible aclarar (aunque se llegue a resultados más modestos) algunos textos particularmente oscuros y dar un sentido preciso a muchas de las afirmaciones del joven Descartes. Es necesario destacar de inmediato una cosa: la "condena" cartesiana de las artes de la memoria, a la que hemos hecho referencia en el parágrafo anterior (así como a la baconiana), es mucho menos 26 Cf. H. GClUhier, "Le refus du symbolisme dans l'humanisme cartesien", en Umanesimo e simbolismo, Atti del IV convegno internazionale di studi umanistici, Padua, 1958,p. 67; M. De Corte, "La dialectique poétique de Descartes", en Archives de Philosophie, XIII (1937), fascículo II: Autour du Diseours de la méthode, pp. 106-107;P. Mesnard, "L'arbre de la sagesse", en el vol. misceláneo, Descartes, París, Cahiers de Roy-aumont,1957,pp. 336 ss. Véase en el mismo volumen, en relación con estos problemas, el ensayo de M. Th. Spoerri, La puissance. métaphorique de Desoartes. Para un examen más amplio, ef. H. Gouhier, Les premieres pensées de Descartes, París, Vrin, 1958.
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tajante de lo que parece a primera vista. En un pasaje escrito entre 1619 y 1620, en el que se comenta y se critica el Ars memorativa de Schenckel, Descartes acepta la terminología y el enfoque del problema de la memoria presentes en los tratados de procedencia "ciceroniana"; no sÓlo atribuye a la imagjnación la misma función que le atribuían los teÓricos de la memoria artificial, sino que reco· nace que esta última, en cuanto tal, no carece de eficacia. Al Ars memorativa de Schenckel Descartes contrapone un verdadero arte de la memoria, del que ofrece las reglas fundamentales: Considerando con atención los útiles embustes de Lamberto Schenckel (en el libro De arte merrvoriae), pensé que fácilmente hubiera podido abarcar con la imaginación todo lo que había descubierto; y esto mediante la reducción de las cosas a sus causas. Y ya que todas las causas pueden, finalmente, reducirse a una sola, es claro que todas las ciencias no tienen necesidad alguna de la memoria. Si uno comprende las causas, gracias a la impresión de la causa, formará de nuevo en el cerebro todas las imágenes desvanecidas. Este es el verdadero arte de la memoria, totalmente contrario al arte de ese hombre confuso. No porque su arte sea ineficaz, sino porque no se basa en el orden justo y utiliza todo el papel que podría ser utilizado en cosas mejores. El orden justo consiste en lo siguiente: que se formen imágenes que se encuentren en dependencia recíproca entre ellas. Yo he inventado otra manera: que a partir de imágenes de cosas relacionadas entre sí se extraigan nuevas imágenes comunes a todas, o al menos que se extraiga de todas una sola imagen. Y no se considere sólo la imagen más cercana, sino también las otras, de manera que la quinta se relacione con la primera mediante una vara clavada en la tierra, la del medio mediante la escalera por la que descienden, la segunda mediante un dardo lanzado contra ésta, la tercera en alguna forma análoga, de acuerdo con un modo de significar verdadero o ficticio.27 En este proyecto de una nueva técnica de la memoria, Descartes tiene, evidentemente, una influencia de los resultados del ars reminiscendi. Algunas expresiones significativas que aparecen en esas páginas del diario conocidas como Cogitationes privatae se relacionan con estos intereses por el Arte, que no se agotan en el plano de la simple curiosidad intelectual. En estas páginas aparece de nuevo una doctrina estimada por todos los tratadistas de la memoria artificial: la relativa al uso de las imágenes corpóreas o sensibles en función de la representación de los conceptos abstractos o "cosas espirituales" : así como la imaginación se sirve de figuras para concebir los cuerpos, así el intelecto utiliza algunos cuerpos sensibles, como el viento y la 21 Descartes, Oeuvres, vol. X, p. 230. Sobre la escritura y las otras ayudas de la memoria, et. Entretiens avec Burman, París, 1937,pp. 8, 16.
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luz, para representar las cosas espirituales ... Las cosas sensibles nos pueden ayudar a concebir las cosas del Olimpo: el viento significa el espíritu, el movimiento con el tiempo la vida, la luz del conocimiento, el calor el amor, la actividad instantánea la creación.28 El hecho de que Descartes, en la madurez; llegue a rechazar todo simbolismo, no elimina para el historiador la tarea de encontrar los orígenes, ligados a menudo a temas muy "turbios" sobre una filosofía que se desarrolla bajo el signo de la distinción y de la claridad racional. En los mismos años en que inventaba una nueva técnica de la memoria, Descartes parecía anteponer los resultados de la imaginación y de la poesía a los de la filosofía y la razón; se deleitaba, como tantos "magos" del siglo XVI, en la construcción de "autómatas" y de "jardines de sombras"; se mantenía informado. ácerca del significado de los comentarios lulistas de Agripa; se interesaba por elordo Zooorum; 29 insistía, como lo habían hecho los comentaristas de Lulio, en la unidad y en la armonía del cosmos: "Una sola fuer;1'.aactiva, amor, caridad, armonía, está presente en las cosas ... Toda forma corpórea actúa por medio de la armonía." 30 No se trataba sólo de concesiones juveniles a una moda filosófica. Muchos años más tarde, en 1639, después de haber leído y meditado el Pansophiae Prodromus de Comenio, Descartes insistía aún (aunque rechazando como impracticable el diseñocomeniano) en el estrecho paralelismo entre un conocimiento "único, simple, continuo, reducible a pocos principios" y la "naturaleza una, simple y continua" respecto de la cual el conocimiento aparece como una "pintura" o como un "espejo" : Dios es uno y creó la naturaleza una, simple, continua, absolutamente coherente y conforme consigo misma partiendo de poquísimos princió pios y elementos. De éstos extrajo las cosas que son casi infinitas y, sin embargo, se. encuentran diferenciadas por un orden cierto y con 28 Descartes, Oeuvres, vol. X, pp. 217-218:"Ut imaginatio utitur figuris ad corpora concípienda, ita intellectus utitur quibusdam co-rporibussensibilibus ad spiritualia figuranda, ut venta, lumine: unde altius philosophantes mentem cognitione possumus in sublime to11ere.. '. Sensibilia apta concípiendis Olympicís: ventus spiritum significat, motus curo tempore vitam, calor amorem, activitas istantanea creationem." .. 29 "Mirum videri possit, quare graves sententiae in scriptis poetarum magis guam philosophorum. Ratio est quod poetae per enthusiasmum etvim imaginationis scripsere: sunt in nobis semina scíentiae, ut in silice,.quae per ratio~ nem a philosophiseducuntur, per imaginationema poetis excutiuntur magisque elucent" (Oeuvres, vol. X, p. 217). "On peut faire un jardin des ombres ·q1.Ú representent diverses figures, te11esque les arbres et les autres ... dans une chambre faire [que] les rayons dusoleil, passantpóur certaines ouvertures; representen! diverses chiffres ou figures" (Oeuvres, vol. X, p. 215)."Inquirebam autem diligentius utrum ars. illa noil consisteretin quodam ordine locorum dialecticorumunderationes desÚIlluntur;.. " (Oeuvres; vol.·X,p.165) .. 3.0
lbidem, vol. X, p. 218.'
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grados en los tres reinos: mineral, vegetal y animal. Es necesario que el conocimiento de tales cosas sea, a semejanza del· Único creador y de la única naturaleza, única, simple, continua, ininterrumpida, que conste de pocos principios (es más, de un principio único principal) del que dependan todas las demás cosas, hasta las relaciones individuales, deducidas con un orden muysabio;/De tal manera; nuestra contemplación de las cosas universales y delas cosas singulares es similar a la contemplación de una pintura o un espejo que representa, con absoluta exactitud, la imagen del universo y de sus partes.31 De cualquier forma que se valore el sentido de estas expresiones cartesianas, es cierto que el programa del joven Descartes -un hombre que todavía no ha"iomado partido sobre los fundamentos de la física"puede resultar particularmente cercano al programa de las sintaxis y de las enciclopedias lulianas de fines del siglo XVI: detrás de la multiplicidad de las ciencias se esconde una unidad profunda, una ley de relación y una lógica común. Una vez liberadas cada una de las ciencias de su máscara, será posible darse cuenta de una eatena scientiarum, en cuyo ámbito podrá retenerse cada una de las ciencias con la misma facilidad con que se recuerda ·la serie de los números: Actualmente, las ciencias están enmascaradas. Una vez desenmascaradas, aparecerían bellísimas. Quien vea la cadena de las ciencias podrá con facilidad retener en la mente las ciencias al igual que la serie de los rwmeros.32 El problema de la enciclopedia aparece aquí, una vez más, relacionado con el de la memoria. Encontramos de nuevo los mismos términos y conceptos -atribuidos a Descartes- en el Commentaire ou remarques sur la Méthodede R. Descartes de Poisson, mientras que en la primera de las Regulae Descartes afirma que la conexión que subsiste entre cada una de las ciencias es tan estrecha que posibilita el aprendizaje de todo el conjunto de las ciencias con mayor facilidad que si se tratara de cada una por separado; el lazo de unión y de recíproca dependencia entre las ciencias excluye que, en función de un aprendizaje de la verdad, se pueda escoger una ciencia particular: 31Descartes a Mersenne (1639) en Oeuvres, Supplément, pp. 97-98. La carta fue publicada anteriQormenteen Spisy Jana Amasa Komenskeho, Korrespondance, a cargo de J. Kvacala, Praga, 1897, p. 83. El libro al que Descartes hace .referenciaen una carta de .1639 (Oeuvres, vQol. n, pp. 345-348): "J'ai lu sQoigneusement le livre que vous avez pris la peine de m'envoyer... "era el Pansophiae prodromus de Comenio (cf. Oeuvres, Supplément, pp. 99-100,donde también se recuerda una carta de. Mersenne a Th. Haak en la que Descartes es considerado uno de lQosfilósofos más competentes para juzgar la obra de Comenio). 32Descartes, Oeuvres, vol. X, p. .215. Véanse en relación con este pasaje las observaciones precisas de R. Klibansky,The'Philosophic Character af History, en el volumen misceláneo Philosophy and History,Oxford, 1936, pp. 323-337.
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Es necesario creer que todas las ciencias están relacionadas de tal manera entre sí que es mucho más fácil aprenderlas todas juntas que separarlas unas. de otras. Quien desee seriamente busc.ar la. verdad, no debe escoger una ciencia én particular: de hecho, todas están unidas entre sí y son recíproc~mente dependientes.33 Si nos dirigimos a los textos del lulismo del· siglo XVII, a obras muy lejanas de la atmósfera "cartesiana", permeadas de magia y de ocultismo, tendientes a la fundación de la medicina universal y de la enciclopedia total y plenos de referencias a la. tradición hermética, encontramos la misma insistencia en la catena scientiarum, en la aparente multiplicidad de las ciencias, en la correspondencia entre un saber ordenado y una naturaleza armónica. El médico y mago Jean d'Aubry, seguidor y traductor de Lulio, al mismo tiempo que se defendía de la acusación· de operar de acuerdo con la magia, aludía a estos conceptos. A propósito de la catena scientiarulm, n'Aubry se remitía al comentario de Pico sobre la creación, que adoptaba las enseñanzas de la cábala: P. Poisson, Commentaire,
p. 73.
Existe un tipo de relación que desconozco que hace que una verdad lleve a descubrir otra y que basta descubrir el principio del hilo para llegar a otra verdad sin interrupción. Son estas, más o menos, las palabras de Descartes que leí en uno de sus fragmentos manuscritos: todas las ciencias están relacionadas y no se puede poseer una sola a la perfección sin. que se conozcan espontáneamente las otras y sin que se posea toda la encic1opedia.34
Jean d'Aubry, Apologie, 1638. Las partes del saber (que los tontos y los ignorantes llaman ciencias, como si existieran muchas) están encadenadas una con otra de modo que no es posible conocer la más pequeña sin tener un pleno conocimiento de todas. Esto lo muestran el H eptaplus, de Pico de la Mirandola, que trata acerca de los días de la creación y la Armonia del mondo de Paolo Veneto.35
El estudio de las relaciones entre el proyecto cartesiano de una "ciencia completamente nueva" 36y los intereses de Descartes (evidentes en las cartas a Beeckmann de 1618) por una matematización de la física es algo que vá~ más allá de los límites de este trabajo. Sin embargo, la comparación de estos dos pasajes puede mostramos 33Descartes, Oeuvres, vol. X, p. 361. 34P. Poisson, Commentaire Ou remarques sur la Methode de.R. Descartes, Vandosme, 1670, parte n, Oss. 6, p. 73 (el. Oeuvres, vol. X, p. 255) .. 35Jean d'Aubry, Le triumphe de l'archée et la merveille du monde, cit., edie. parisiense de 1661 (Vatie. Racc. Gen. Medicina.IV. 1347): Apologie contre cer.tains docteurs ecc.,.enapéndice, páginas no numeradas.. 36
Cf. Oeuvres, vol. X, p. 157.
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el carácter tan simplista de los intentos -varias veces repetidospor identificar la mathesis universalis cartesiana con una pura y simple extensión del método matemático a todos los campos del saberY La scientia nova debe "contener los primeros rudimentos de la razón humana y hacer surgir la verdad de cualquier sujeto"; esta es la fuente de todo conocimiento humano. El proyecto cartesiano, tan rico en complejos desarrollos, se había alimentado, al igual que Bacon, de un terreno histórico preciso: ese enciclopedismo de procedencia luliana que había empapado la cultura del siglo XVI y que llegará en el siglo XVII a su máximo florecimiento. En los comentarios lulianos de Agripa, en las Syntaxes de, Gregoire, en el Opus aureum de De Valeriis, en la Explanatio de Lavinheta, así como más tarde en la Regina sciel1tiarUln de Morestel y en los escritos de D'Aubry, las investigaciones estaban dirigidas a un "único instrumento" común a todas las ciencias, a una única "clave" o "sabiduría" capaz de garantizar una certeza absoluta y una verdad absoluta, de posibilitar soluciones infalibles, de proponerse' como regla de todo posible saber. La imagen, común a los dos filósofos, del arbor scientiarum se remonta a la gran difusión de estos textos, célebres y aplaudidos, varias veces traducidos y reeditados en los principales centros culturales europeos, así como al conocimiento directo o indirecto que tanto Bacon como Descartes tuvieron de estos textos. Su investigación -destinada más adelante a orientarse en una forma completamente diferente- acerca de una scientia universalis' o sapientia, madre, fuente y raíz unitaria de toda rama del saber, tiene también su origen en este campo: Bacon, De augmentis, III, 1, en Works, vol. I, pp. 540-541.
Descartes, Regulae, IV y Pref. a los Principes, en Oeuvres,
vol. X, pp. 373-374.
La división de las ciencias no es Quien haya considentdo atentasimilar a las diversas líneas que mente mi modo de pensar, verá se encuentran en un ángulo, sino con facilidad que aquí no he pena las ramas de los árboles que se sado en nada menos que en la unen en un tronco (que durante matemática común,pero que procierto tiempo, antes de subdivi· pongo otra disciplina de la que dirse en ramas, era liso y conti[las figuras y los números] son nuo). Es por lo tanto necesario la envoltura más que las partes. antes de considerar la primera di· Tal disciplina,de hecho, debe convisión, constituir una CienciaUni· tener los primeros rudimentos de versal que sea la madre de todas la razón humana y debe extenderlas otras y que pueda considerarse a las verdades que puedan exse, en el camino del saber, como traerse de cualquier sujeto. Para 37 Cf. por ejemploJ. Laporte,Le rationalisme de Descartes, París, 1950; pp. 8-10. Para una valoraciónmás exacta,A.,DelNoce;prefacioa la trad. it. de las Meditazioni metafisiche, Padua, 1949, pp. xxiii-xxiv.'
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una parte común del camino, antes de que los rumbos se separen y se distingan. Atribuimos a esta ciencia el nombre de FilosofíaPrimera o Sabiduría.
4.
LA INSERCIÓN
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hablar francamente, estoy persuadido de que esta sea más importante que cualquiera otra cognición que nos sea transmitida humanamente, siendo esa la fuente de todas las otras ... Así,toda la filosofía es como un árbol cuyas raíces son la metafísica, el tronco la física y las ramas que surgen del tronco son todas las otras ciencias.
DE LAS TÉCNICAS DE LA MEiVfORIA EN LA NUEVA LÓGICA
a) Las ayudas de la memoria en el método bacoiiiano: tablas, tópica, inducción
Al tener presente la doctrina ramista según la cual la memoria se presenta como una de las partes o secciones de la dialéctica, la 'clasificación baconiana de la lógica expuesta en el Adval1cement of Learning de 1605 y tomada nuevamente en el De augmentis scientiarum de 1623,adquiere un significado más preciso. La lógica comprende cuatro partes o secciones denominadas artes intelectuales: Tal división en cuatro partes se funda en fines y objetivos que el hombre se propone realizar. El hombre: a) el1cuentra lo que ha buscado; b) juzga lo que ha encontrado; c) retiene lo qué ha juzgado; d) transmite 10 que ha retenido. Estamos, por lo tanto: en presencia de cuatro artes:
1) el arte de la investigación o de la invención (art oi inquiry or
invention) ;
, 2) el arte delexainen o del juicio (art oi examination
ment);
or judge~
3) el arte de la conservación o de la memoria (art oi custody or
memory) ;
,
4) el arte de la elocución o de la comunicación (art oi elocution
or tradition).38
'
En esta clasificación, Bacon se remite, por un lado, a las tradiciorialesdivisiones de la retórica y, por el otro, a las posiciones ramistas; se separa de ambas cúando da al térinino "invención" un sig~ nificado mucho más amplio del tradicional, distinguiendo entre invención 88
de los argumentos
e i,nvención de las ciencias y de las
Advancement o{ Learning; en W oris; vol. III,-pp. 383·384; De augmentis,
en W orks, vol. I, p. 616.
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,
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artes. En este último seCtor, Bacon se enfrenta con las mayores deficiencias: mientras que la lÓgica tradicional es más que suficiente para la invenciÓn de los argumentos, es necesario proceder a una reforma del método científico ofreciendo al conocimiento un nuevo órgano o instrumentO' 39 para posibilitar al hombre la invención de nuevas artes (y, por lo tanto, el dominio de la naturaleza). La interpretatio naturae o la nueva inducción, expuesta por Bacon en el segundo libro del Novum Organum, es, por lo tanto, sólo una de las dos partes en las que se articula el arte de la invención que es, a su vez, una de las cuatro partes en las que se subdivide la lógica baconiana. La reforma de la inducción científica es, por lo tanto, sólo una secciÓn de esa restáuración general del saber que Bacon desea realizar. Cuando se movía en el plano de las "ciencias antiguas y populares" o en el de la "lÓgica ordinaria", Bacon -lo hemos vistohabía tratado de aclarar la funciÓn de la memoria y de las artes de la memoria en el ámbito de esa parte del ars inveniendi que se limita a inventar argumentos en funciÓn de la persuasión. Sin embargo, el problema del ars memorativa y de la función de la memo" ria en Bacon surgirá también en el ámbito de la interpretatio naturae o de la nueva lógica. Las consideraciones presentadas por Bacon en la Delineatio acerca de la diferencia absoluta entre la lÓgica ordinaria y la lÓgica de la ciencia no le impedirán remitirse, en el caso de la ministratio ad memoriam (que es parte integrante y constitutiva de la nueva lógica) a un orden de consideraciones muy similar al que se había referido en el plano de las "artes del discurso" o de la "lÓgica ordinaria", En el caso de los discursos y de la invención de los argumentos, las dificultades surgían de la presencia de una multiplicidad de términos y de argumentos. En el terreno de las obras y del método científico, las dificultades nacían de la presencia de una infinita multiplicidad de hechos. La doctrina de las ayudas de la memoria, expuesta en la Delineatio y más adelante retornada en el Novum Organum, es el resultado de una adaptación de las reglas que guiaban la invención de los argumentos y que constituían el arte de recordar y de disponer los argumentos a esta situaciÓn diferente. De acuerdo con Bacon, para realizar discursos coherentes y persuasivos, para inventar argumentos era necesario: 1) disponer de una amplia selecciÓn de argumentos (promptuaria); 2) disponer de reglas adecuadas para limitar un campo infinito y para determi· nar un campo de discurso específico y limitado (tO'pica). La tarea atribuida al arte de la memoria consistía en la elaboraciÓn de una técnica (basada en el uso de las prenociones, de los emblemas, del orden, de los lugares, de los versos; d~ la es<;ritura, etc.), qL1e,per89
Advancement, en Works, vol. III, p. 389.
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DESCARTES
mitiera al hombre realizar concretamente las dos posibilidades que hemos indicado. En el método científico (interpretatio naturae) las cosas no proceden para Bacon de manera muy diferente: Las ayudas de la memoria cumplen la siguiente tarea: de la inmensa multitud de hechos particulares y del conjunto de la historia natural general, se separa una historia particular cuyas partes se colocan en un orden tal que permita al intelecto trabajar con ellas y ejercer su propia función ... En primer lugar, mostraremos cuáles son las cosas que deben buscarse en relación con un problema, lo que es algo similar a una topica. En segundo lugar, mostraremos el orden en el que deben ser colocadas y subdivididas en tablas ... En tercer lugar, mostraremos el modo y el momento en que la investigación se integra y las hojas o tablas precedentes deben ser trasladadas a nuevas tabIas. ;. La ministratio ad memoria m se articula, por lo tanto, en tres doctrinas: la invención de los loei, el método de la tabulación, y el modo de instaurar la investigación.40 La memoria abandonada a sí misma se afirma todavía en la Delineatío; no sólo es incapaz de abarcar la inmensidad de los hechos, sino que no es ni siquiera capaz de indicar los hechos específicos que se necesitan en una investigación particular. Frente a la historia natural general (que corresponde a lo que en retÓrica es la promptuaría o selecciÓn in discriminada de argumentos) las reglas son necesarias para determinar el campo de la investigación y para ordenar los contenidos de este campo. Para remediar la situación de natural fragilidad de la memoria y para hacerla funcionar como instrumento de conocimiento es necesario, entonces, remitirse: 1) a una topica o selección de lugares que muestra cuáles son los hechos sobre los que se necesita investigar en relación con un trabajo dadO'; 2) a las tabulae que tienen la. tarea de ordenar los hechos de· manera que el intelecto se encuentre frente, no a una realidad caótica y confusa, sino a una realidad organizada. Todos los autores, desde Ramus hasta Melanchton, desde Pedro de Ravena hasta Rosselli, desde Romberch hasta Gratarolo, habían dirigido su atención a una discusiÓn de los problemas referentes a la temática y a la memoria artificial, habían insistido en la funciÓn de los lugares como medio para delimitar un campo de investigaciÓn· que de otra manera sería infinito, así como para introducir un orden en este campo. Para Melanchton (pero podríamos citar a muchos otros en su lugar), los loci enseñaban dónde buscar la materia o qué cosa, entre una gran cantidad, escoger, así como el orden en el que debería ser distribuido. ;
40
Partis instaurationis secundae delinea tia, en W orks, vQl. IlI, p. 552.
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Los lugares de la invención (loei inventionis), tanto entre los dialécticos como entre los retóricas, no conducen al encuentro de la materia sino a saber escogerla de entre cierta cantidad ofrecida. La Partis instaurationis secundae delineatio, a la que ya nos hemos referido, se remonta a 1607 más o menos, pero en sus obras de plena madurez, Bacon será igualmente explícito; en el décimo parágrafo del segundo libro del Novum Organum se afirma: "La historia natural y experimental es tan variada y tan dispersa que puede confundir y casi disgregar el intelecto siempre y cuando no esté ordenada ni reducida a un orden adecuado. Es necesario, por lo tanto, dar lugar a tablas y coordinationes instantiarum de modo que el intelecto pueda actuar sobre ellas." 41 Las célebres tabulae baconianas constituyen, también en el Novum Orga11Jum,parte integrante de la mÍ1iistratio ad memoriam. Éstas tienen una tarea precisa: organizar' y ordenar los contenidos de la historia natural.' Después de que el material ha sido organizado en las tres tabulae, el intelecto se encuentra frente a una serie ordenada de hechos, no se encuentra más "como extraviado"; de esta sitlración surge ese procedimiento que Bacon llama la nueva inducción. Todo el procedimiento inductivo tiene, sin duda, sus fundamentos en la doctrina de las tabulae. Esta doCtrina aparece construida en función de un ordenamiento de la realidad natural capaz de intraducir en -la multiplicidad caótica de los hechos físicos unadisposiciÓn y un orden tales que permitan al intelecto encontrar las relaciones. En este sentido, la compilación de las tabulae se presenta estrechamente relacionada con esa invención de los lugares naturales que atraerá· el interés de Bacon durante largos periodos. El primer intento orgánico realizado por Bacon de sentar las bases de una invención de lugares naturales y de un método de tabulación se remonta a 1607-1608 y; no es una casualidad, en estos años Bacon utiliza los términos tópica y tabulae (o chartae) como sinónimos. En los Cogitata et visa de 1607 encontramos la función atribuida a las tablas:' Después de una larga y difícil meditación, he decidido que en principio es necesario proponer'las tablas de la invención, o sea, las fórmulas de una investigación legítima acerca. de determinados argumentos, es decir, una materia particular ordenada en función de la obra del intelecto. Y esto es .un ejemplo y casi una descripción visible de la obra que debe realizarse.42 ' . . 41 Novum Organum, n, 10: "Historia vero naturalis et experimentalis tam variá est et spirsa, ut intellectum confundat et disgreget, nisi sistatur et com· pareat ordineidoneo, Itaque forrnandae sunt tabulae et coordinationes instan· tiarum, tali modo et instructione, ut in. eas agere possit intelectus.". 42WorkS,.vol.;nI;p..619.:·,· . ' .. , .." .•. ; ':'.
Al año siguiente, en el Commentarius solutus, Bacon escribe rápidamente: "The finishing the 3 tables, de motu, de calore et frigore, de sono." Si consideramos los apuntes del Cormmentarius, nos encontramos en presencia de una lista de verdaderos y propios lugares naturales agrupados en diversas carte.43 Las tres obritas que Son del mismo periodo y que representan la primera realización del programa indicado en los Cogitata et visa y en el Commentarius solutus, están estructuradas de igual manera: la Inquisitio legitima de motu, la Sequela chartarum sive inquisitio legitima de calore et frigore, la Historia et inquisitio prima de sano et auditu.44 En el prefacio a la primera de estas tres pequeñas obras, Bacon destaca la función esencial que tienen la tópica y las tablas y distingue dos tipos diferentes de tablas: las que deben reunir los hechos más visibles y que se refieren a determinado objeto de investigación (machina intellectus inferior seu sequela chartarum ad apparentiam prima m ) y las que tienen la tarea, más elevada, de ayudar al intelecto a conocer "lo que está escondido", penetrando de tal manera en la "forma" de las cosas (machina intellectus superior sive sequela chartarum ad apparentiam secundam).Las 19 tablas de la lista de Bacon que aparecen en la Inquisitio legitima de motu constituyen una tópica o una "sistematización provisional" que debería posibilitar el paso a las tablas .del segundo grupo. Estas últimas (la machina superior) no son otra cosa que las tabulae presentiae, absentiae, graduum del Novum Organum.45 La imagen del universo como laberinto y como selva, la convicción de que la arquitectura del mundo "está llena de caminos ambiguos, de semejanzas falaces, de signos, de nudos y de espirales enredadas y complicadas",46 condiciona de manera radical la doctrinabaconia_ na del método. Una de las tareas, si no la tarea principal, del método es, para Bacon, la de introducir un orden en esta realidad caótica. En la Delineatio de 1607, encontramos una afirmación muy significativa en relación con. este propósito: la verdad "surge más fácilmente de la falsedad que de la confusión". La tarea en verdad fundamental, de una eliminación de la confusión, aparecía, en la misma obra, entre las ayudas de la memoria.41 43 Commentarius solutus, en Works, vol. IU, pp. 626-628: "Tria motuum genera imperceptibilia, obtarditatem, ut in digito horologii;ob minutias, ut liquor seu aqua corrumpitur et congelatur etc.; ob tenuitatem, ut.ornnifaria aeris, venti, spiritus ... Nodi et globi motuum, and how they concur and how they succeed and interchange in things most frequent. The times and moments wherein motions work, and 'which is the more swift ·and which is the more sIow."
44Los 657-680 tres escritos 644-652; .. 45
.,.46 41
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están, :,.respectivamente, en .Works, vol. IU, pp. .. ,
Inquisitio legitima de motu, en Works,' vol.IU, pp. 637-638. Praefatio generalis,en Works, vol. -I,p;129; ... Delineatio, en Works, vol. IU,p. 553, .ej. t!l1tibién;Novum Organum,
623-640;
1(20.
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"Eliminar la confusión", poner remedio a la pobreza de los conocimientos factuales dando lugar a selecciones de instancias ciertas; estas son para Bacon las tareas esenciales del método de interpretación de la naturaleza. Frente a estas tareas las mismas tabulae le parecen nada más que simples ejemplos de un trabajo gigantesco que debe ser realizado ("neque enim tabulas conficimus perfectas, sed exempla tantum").48 La redacción de un trabajo sobre la lógica del saber científico. a la que Bacon había dedicado su esfuerzo desde los años del Valerius Terminus, fue incluso interrumpida porque estaba firmemente persuadido de que la construcción de tablas perfectas constituía el elemento decisivo en la fundación de un nuevo saber. La historia natural, la selección organizada de los hechos; la limitación y la delimitación de los diferentes campos de investigación y la construcción de una serie de listas de lugares naturales pertenecientes a un campo específico (lashistoriae particulares ), todo esto le pareció tan importante que lo llevó a interrumpir la redacción del Novum Organum y a desvalorizar parcialmente esa misma "máquina lógica" que durante mucho tiempo ocupó un lugar central en sus intereses.4D La selección ordenada de materiales, la construcción de una enciclopedia organizada de todos los hechos naturales recogidos de las historias particulares, la disposición de una selección de hechos o "historia general" que fuera capaz de proporcionar nuevos materiales a las mismas historias particulares (Sylva sylvarum): todos estos proyectos parecieron a Bacon, al menos al final de su vida, mucho más importantes que ninguna otra investigación dirigida a perfeccionar la metodología de las ciencias. Cada una de las historias particulares en las que Bacon trabajó tan afanosamente después de 1620 (su proyecto comprendía 130 historias) responde a una doble exigencia: eliminar las opiniones tradicionales moviéndose en un campo de hechos comprobados y disPQner los hechos dentro de los cam~ pos particulares dando lugar a una selección ordenada. Siempre y cuando se pase de una consideración genérica a una lectura direda de estas "historias" baconianas, nos daremos cuenta de que, en efecto, éstas se presentan como selecciones de lugares naturales y que representan el intento por realizar ese trabajo de selección iniciado en la Inquisiiio legitima de motu, en la lnquisitio de calore et frigore y en la Historia el inquisitio prima de sonoet auditu. ' , . Al sustituir las selecciones de lugares retóricas por una selección de lugares naturales, al plegar el arte de la memoria a fines dife, . 48
Novum Organum,
n. 18.
Sobreel significado,desde este punto de vista, del últimó'parágrafodel libro 1 del Novum Organúm,cf.· B.Farrington,'F; Bacon: Philosopher ot Industrial Science, NuevaYork;1949,tra~it. ErancescoBacone tilosoto dell'eta ind~striale, Turín; Einaudi,'1952,pp. 120-121. ", " 49
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rentes de los tradicionales, al concebir las tabulae como medios de ordenamiento de la realidad mediante las cuales la memoria prepara una "realidad organizada" para la obra del intelecto, Bacon introdujo en su lógica del saber científico algunos elementos típicos que procedían de una tradición precisa. Desde este punto de vista, su "nueva" lógica estaba mucho más cerca de lo que él pensaba de los enfoques que Ramus o Melanchton habían dado a la dialéctica cuando la habían concebido como el instrumento adecuado para disponer ordenadamente las nociones. Vale la pena recordar una vez más la definición de Melanchton acerca del método Cuando lo define como un ars que casi per loca invia et per rerum confusionem encuentra y abre un camino al poner en orden las res ad propositum pertinentes y la definición ramista de la dispositio (que Ramus identifica con el iudicium y con la memoria) como apta rerum inventarum collocatio. Más allá de todas las grandes diferencias que puedan sin duda enumerarse, el concepto baconiano del método de la ciencia se mueve en este campo; el método es un medio de ordenamiento y de clasificación de los elementos que oomponen la realidad natural. La
doctrina de la ministratio ad memoriam había tenido, desde este punto de vista, un peso decisivo en la construcción baconiana de una nueva lógica y de un nuevo método de las ciencias.50 b) Las ayudas a la memoria y la doctrina de la enumeración en las "Regulae"
Los ecos de los tratados renacentistas en la memoria artificial aparecen de nuevo, además de en los fragmentos del joven Descartes, en el texto de las Regulae. Cuando, en la regla XVI, Descartes considera la escritura como un arte inventado para remediar la natural fragilidad de la memoria y habla de un intelecto que "debe ser ayudado por las imágenes dibujadas por la fantasía", 110 hace otra' cosa que repetir en términos más tradicionales lugares comunes presentes ,en casi: todos los textos de la mnemotecnia de procedencia "ciceroniana" Descartes, Regulae, 'en Oeuvres, vol. X, p. 454.
Anónimodel siglo XVI (Marciana, lato 274, f. 41 r.).
Valela pena retener todas las otras Los hombres inventaron diversas [dimensiones] de manera que apaartes para ayudar de manera di. rezcan fácilmente cada vez que ferente a la naturaleza. y al ver et ..uso las h, requiera. La" memo. 'qué ,la memoriá del . hombre es por .. ,~o Con,Qase,en:un tratamiento más' analítico,había ya Hegadoyo a estas ~nclusiones ,F. Bacone, dalla rnLlgiaalZa scienza, Turín, Eiñaudi, 1974, cap. VI.:.en el estudio ',,' ' "
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ria parece haber sido creada por la naturaleza para satisfacer este fin. Pero ya que ésta es a menudo frágil .. _ el arte inventó, muy oportunamente, el uso de la escritura. Con fe en ésta ... escribimos en el papel todo lo que deba ser recordado.
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naturaleza frágil, trataron de en· contrar un cierto tipo de arte para ayudar a la naturaleza o a la memoria ... y de tal manera inventaron la escritura.
En el De augmentis, Bacon se remite a esta misma tradición: La escritura es clarament.e una ayuda para la memoria y debe decirse que, en general, la memoria que carece de esta ayuda es impotente frente a las cosas más amplias y no debe referirse a ella si no es mediante la escritura.51 El recurso cartesiano a las "imágenes corpóreas", a los símbolos y la escritura adquiere, sin embargo, un sentido particular en la compleja metodología de las Regulae. La escritura y la "representación en el papel" sirven para desembarazar al alma de todo esfuerzo mnemotécnico, liberarla de él, de modo que la fantasía y la inteligencia puedan concentrarse completamente en las ideas y en los objetos presentes: confiados en la ayuda de la escritura -afirma Descartes-, nO' confiaremos nada a la memoria, sino que, al dejar libre y completa la fantasía a las ideas presentes, representaremos en el papel cualquier cosa que se desee recordar; ninguna de esas cosas que no exigen atención constante, si puede ser representada en el papel, debe aprenderse de memoria con, el fin de que un recuerdo inútil no limite parte de nuestra inteligencia al conocimiento del objeto presente. Esta función mnemotécnica está confiada a los signos O'símbolos escogid0's de manera arbitraria (a,b, c, etc., para las magnitudes conocidas; A, B, C, etc., para las desconocidas) ; por lo mismo, éstos serán "brevísimos" de manera que "después de haber acompañado diversamente a cada una de las cosas, podemos recorrerlas con un m0'vimiento rapidísimo. del pensamiento y al misc mo tiempo tan simultáneo como sea p0'sible.52 El problema de la "notación:' 53 o de la escritura y el de las ayu51 52
53
Works, vol. 1, p. 647.
Oeuvres, vol. X, pp. 458, 454. Aún más claramente que en
las
Regulae,
el problema de la notación o
de la utilización de los' símbolos'algebraicos se relaciona, en el· texto del Dis-
eours de la méthode (ef. ibidem, vol. VI, p. 20;ed. Gilson, p. 20), con el prcJoblema de la retención y de la memoria: e pensai que, pour les considérer
"1
mieux en particulier [si fa riferimento airapporti e alIe proporzioniJ, je les devais supposer en des lignes, a cause que je ne trouvais rien de plus simple, ni que je puisse plus 'distinttement représentera mon imagination et a mes sens; mais que, .pourJes retenir· ou les comprendre plusieurs ensemble, il falIait que je les expliquasse par quelques chiffres, les plus courts qu'il serait
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das a la memoria, estrechamente relacionado con éste ("es necesario utilizar. .. las ayudas a la memoria", dice el títulO' de la regla XII) se entrelazan de esta manera en el pensamiento cartesiano y se relacionan con el problema de la intuición y del "movimiento continuo e ininterrumpido del pensamientO''' que es en lo que consiste la deducción. En la regla III, Descartes aclara las razones ·de la presencia, alIado de lo intuido, de otra "forma de conocimiento que se logra por deducción", Lo intuido, que es "un concepto de la mente pura, tan obvio y distinto" que excluye toda posibilidad de duda, es necesario no sólo para los enunciados ("cada uno puede intuir que existe, que piensa, que el triángulo está delimitado sólo por tres líneas", etc.), sino también para cualquier tipo de discursO': 2 más 2 dan lo mismo que 3 más 1; debe intuirse no sólo que 2 más 2 son 4 y que 3 más 1 también son 4, sino también que esa tercera proposición se extrae necesariamente de estás JOS.54 En principio, la deducción se reduce entonces a una intuición. A tal reductibilidad de principio no corresponde, sin embargo, una reductibilidad de hecho: de aquí que surja la necesidad de introducir un término diferente, el de la deducciÓn. Muchas cosas se saben con certeza a pesar de que no sean evidentes en sí mismas ; una verdad, no auto evidente por sí misma, de hecho puede ser la consecuencia necesaria de una cadena ininterrumpida de verdades autoevidentes por medio de las cuales, con un movimiento continuo del pensamiento, "pasa" nuestra mente. Cada pasaje de este movimiento a cada "eslabón de la cadena" se aferra mediante una intuición inmediata, pero la conclusión, es decir, la conexión necesaria entre el primero y el último eslabón de la cadena no está presente en lamente con la misma evidencia que caracteriza a la intuición intelectual. "Sabemos" que el último eslabón está ligada con el primera; sin embargo, no abarcamos con una sola mirada todos los eslabones intermedios de los que depende la conexión; nos limitamos por lo tanto a re correrla s uno después de otro y a recordar que cada uno de los eslabones, desde el primero hasta el último, están ligados a los más cercanos. La distinción entre intuitus y dedw:tio se funda, en efecto, sobre esto: en la deductio se concibe un movimiento a una sucesión que está del todo ausente en el intuitus; a la deducción no le es necesaria esa evidencia actual que está presente en lo intuido: la deducciÓn extrae en cierto modo su certeza de la memoria.55 possible."El término ehiffres está traducido, en la edición latina, con "charac. teribus sive quibusdam notis" (ef. ibidem, vol. VI, p. 551). 54 lbidem, vol. X, p. 369. 55 Ibidem, vol. X, pp. 369-370: "Hinc iam dubium esse potest, quare, praeter, intuitum, hic alium adij.1llximuscognoscendi madum, qui sit per deductionem: per quam inteIligimus, ilIud omp~quodex quibusdam aliiscerta cognitis necessario concIuditur.. Sedhoc ita faciendum fuit, quia plurimae res terto sciuntur, quamvis non ipsae sint evidentes, modo tantum a veris cognitisque
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En el caso de deduccianes no particularmente camplejas a de breves "cadenas",la memaria natural es suficiente; sin embarga, siempre y cuanda las "cadenas" sean tan amplias que sabrepasen nuestras capacidades 'intuitivas y las deduccianes sean carrespandientemente camplejas, Descartes considera necesaria "sacarrer a la enfermedad natural de la memaria" ("memoriae infirmitati succurrendum esse"). El canacimienta de una canexiÓn necesaria entre el primero y el última eslabón de la cadena necesita, en efecta, de la deducción del Última eslabón: deducida quiere decir llegar a él pasanda, "can un mavimienta cantinua e ininterrumpida del pensamienta", de un eslabón a otra. Si se pasa par alta inclusa un sala eslabón la deducciÓn será impasible a ilegítima. En estesentida debe ayudarse a la memaria: La deducción se realiza,algunas veces, mediante una cancatenación tan amplia de cansecuencias que cuando llegamos a ellas no nos acordamas fácilmente de todo el camino que nos ha llevado hasta ahí: por esto decimos que se debe ayudar a la debilidad de la memoria mediante un continuo movimiento del pensamiento.56 Ese pracesa que Descartes llama enumeración a inducción (enumeratio sive inductiO') canstituye, en efecto, esta ayuda para la memaria. El fin que se prapane esta ministratio ad rnemoriam (para usar el términa bacaniano) es la adquisición de una rapidez a celeridad tal en la deducción que se reduzca al mínima, aunque· sin eliminado tatalmente, el papel que desempeña la misma memaria, y al misma tiempa canferirle a un canjunta de canacimientas demasiada camplejo para ser abarcada par una sola intuiciÓn la evidencia inmediata que es privilegio de la misma capacidad intuitiva: Si por medio de diferentes aperacioneshe conocido la relación que existe entre la magnitud A y B, después entre B yC a entre C y D Y en fin, entre D y E, no por esto veo la relación entre A y E, ni la pueda reconstruir con. exactitud a partir de las cosas ya conocidas si na recuerdo todas. Por esto, las recorreré tantas veces con una especie de movimiento de la imaginación que intuye cada una de las cosas y al mismo tiempo se traslada a otras, hasta que haya aprendido a principiis deducantur per continuum et nullibi interruptum cogitationis motum singula perspicue intuentis: non aliter quam longae alieuius eatenae extremum annulum eum primo connecti eognoscimus, etiamsi uno eodemque oculorum intuitu non omnes intermedios, a quibus dependetilla connexio,contemplemur, modo illos perlustraverimus successive, et singulos proximis a primo adultimum adhaerere recordemur. Hic igitur mentis intuitum a deductione certa distinguimus ex ea, quod in hac motus sive successio quaedam concipiatur, in ilIo non item; et praeterea, quia ad hane non necessaria est praesens evidentia, qualis ad intuitum, sed .potius a memoria suam certitudinem quodammodo mutuatur." (Ci.también la regla XI, ibidem, vol. X, pp. 40,8:409). 56
lbidem, vol. X, p. 387.
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pasar de la primera a la última con tanta rapidez que casi .sin dejar de lado.ninguna parte de la memoria, me parezca intuir todo junto. De esta manera, al mismo tiempo que se ayuda .a la memoria,se corrige también la lentitud del ingenio y se amplía, en cierto modo, su capaCidad.57 Sin embargo, considero que es posible sacar a la luz algunos puntos de contacto más profundos de los que hasta ahora hemas subrayado entre el texto cartesiano de las Regulae y la tradición del ars memorativa. L. J. Beck, que ha escrita páginas muy agudas sobre la metodología de las Regulae, ha distinguido can toda claridad (y a mi modo ver, justamente) das significados diferentes o dos acepcianes diferentes del tÚmino enumeración en Descartes.58 Cuando, en el DiscursO', Descartes hace referencia a la enumeración, está hablando en efecta, par un lado, de "enumeraciones completas" (de110mbrements entiers) y, por el otro, de "revisiones generales" (revues générales). La traducCión latina del Discurso, revisada par el mismo Descartes, aclara todavía más la distinción que aquí aparece encubierta: la expresión denombrements entiers se traduce como singuZa enumerare, y revues générales se traduce como omnia circumspicere.59 De cualquier forma que se considere la distinción entre estas das aspectos diferentes o estas dos funciones diversas de enumeración, queda el hecha de que Descartes parece referirse con este términa: 1) a ese remedio de la memoria que debe estar presente en el caso de deduccianes particularmente complejas o de "cadenas" demasiada largas; 2) al ordenamienta de las condiciones de las que depende la solución de un problema particular y a ese ordenamiento inicial de las datos que' es preliminar a toda investigación y que tiende al "aislamiento" ya la determinación del problema misma. La enumeración o la inducción es una busca diligente y cuidadosa de todo. lo que concierne a una cuestión propuesta, de manera tal que de ésa pueda deducirse con certeza y evidencia que nada ha sido pasado por alto injustamente.60 La función atribuida a la enumeratio aparece aquí como algo muy diferente a la que nos hemos referido hasta ahora. En· este caso, Ibidem, vol. X, pp. 387-388. Cf. L. J. Beck, The Method oi Descartes, a Study oi the Regulae, Oxford, Oxford University Press, 1952, p. 143, pero ej. las pp. 111-146. Sobre la enume57 58
ración cartesiana: R.Hubert,·"La théorie cartesienne de l'enumeration", en Revue de metaphysique¡;tde morale, 1916, pp. 489-516; Sirven, Les années .d'apprentissage de Descartes, París, 1928, pp. 378-379'; E. Gilson,ed. del Discours, París, 1947, pp. 21(}'213; N. Kemp Smith, New Studies in the Philosophy oi Descartes, Londres, 1952 pp. 70-77; 144-149'; 150.159. 59 60
Oeuvres, vol. VI, p. 550. Ibidem, vol. X, p. 388.
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la tarea de realizar una cuidadosa invéstigáciÓn de' todo lo que concierne a una cuestión prropuesta.Esa especie de "tópka'~qi.iecoIlsti~ tuye para Bacon la ayuda principal ala memoria tiene exactaniente la misma tarea y la misma función: mostrar cuáles son las cosas que deben investigarsealrededor de un prmblemadado. Después de aislar y determinar preliminarmente un problema O' unacuestion (esta era, como lo hemos' visto, la tarea que la tradiCión retórica confiaba a los loéi) se debía, de acuerdo con Bacon, proceder aUn ordenamiento, a una subdivisión y a una clasificación de las .cosás referentes a la cuestión propuesta. La posición de Descartes sobré este punto y desde este punto de vista nO' es d~ ningunanialleiá diferente: Si debieran considerarse una por una cada una de las~cosasque se refieren á la cuestión propúesta, nosería suficiente la vida de'nillgUn hombre. Pero si todas las cosas se disponen, en el mejor orden posible, de manera que se reduzcan lo más posible a clases determinadas, será suficiente ver exactamente una sola de éstas, o algo de cada un~, o al menos no recorreremos jamás dos veces en vano la misma cosa: .. esto es de tanta utilidad que a menudo, con base en,un Orcien ¡)iéli establecido, se realizan rápidam,ente y sin dificultad muchas cosas que a primera vista pareCían inmensas.';~ '," ' ", .. , No es mi intención examinar aquí las diferencias entre la inducción baconiana y la inductio o enumeratio cartesiana. Más allá de las diferencias, se quería subrayare;n el pensamiento de los' dos "fundadores" de lii'filosoHi'rñoderna 'la presencia y la persistencia de temas ligados a discusiones antiguas y recientes sobre la memoria. A 'estas discusiones están ligados no sólo el interés de Bacon y Descartes por los problemas de la mnemotecnia, ni los- de la imagen del arbor scientiarum y 10'sproyec'tos de una scientia universalis o sapif!Jntia, sino, además, la doctrina baconiana y' cartesiana de las "ayudas de la memoria". No se trata sólo de los "residuO's""de una tradición venerable, de 10'súltimos ecos, casi carentes de imp9rtancia y de significado histórico de un afO'rtunado género literario, ni se trata de concesiones a una "moda" muy difundida. En la Interpretatio naturae de Bacon y en las Regulae ad directionem ingenii de Descartes aparecen algunas tesis ligadas a latr:fldición"re\ ..tórica" cIel 'ars memorati,vg, ..:"se llega al necesario "aislamiento',' ,de una cuestión mediante una clasificación preliminar de los elementos constitutivos del problema ;.el orden es llIl ele,mento illelimin~,9le y constitutivo de tal clasificación; estas clasifica:cionesordellaA~'si~ "artificiales" constituyen el remedio necesado para la ~I1suficiyIi~fa ,y la fragilidad de la memoria natural. Corno había hécho'~RaÍi1us; :'t~mbiéIl~acon y I)es,~~~t~~ ~~~!an inscrito, :cfi4: Oeúv~es,vol.,x, w.,39Q..391. '
en
dO'c-
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trina de las ayudas a la memoria. Ambos consideran que una 'técnica para reforzar la memoria es un instrumento indispensable para la formulación y el "funcionamiento" de una nueva lógica· o de un nuevo método ... ') . Con Ramus, Bacon y Descartes, el antiguo problema de la memoria artificial que había apasionado por más de tres siglos a médicos y filósofos,estudiosos de retórica, enciclopedistas Y cultivadores de magia natural, ingresó de tal modo, aunque de manera profundamente transfigurada, en los marcos de la lógica moderna. Mediante· íainfluencia ejercida por el pensamiento baconiano en las investigaciones. lingliísticas que se llevaron a cabo en Inglaterra en la segunda mitad del siglo XVII,por medio de la obra de Alsted y de Comenio, aparecerá este mismo problema todavía como algo esencial, durante el siglo XVII,para la elaboración de diccionarios totales, de lenguajes perfectos y de enciclopedias universales. En la tradición luliana se había insistido por mucho tiempo en las relaciones entre la memoria, la lógica y la enciclopedia. "Si el orden es la madre de la memoria -escribía Alsted-, la lógica es arte de la memoria." Al encauzar sus proyectos de característica universal; Leibniz se dirigirá -además de a Bacon, Alsted y Comenio- a Lulio y a sus grandes comentadores del Renacimiento Y se referirá a varios e importantes textos de ars memorativa.
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VI. ENCICLOPEDISMO
y
PANSOFíA
1. EL SISTEMAMNEMOTÉCNICO UNIVERSAL: ENRIQUEALSTED EL IDEALenciclopédico que domina la cultura del siglo XVII,desde Bacon hasta Leibniz, opera con una fuerza singular en la vastísima obra de Enrique Alsted (1588-163:8), maestro de Comenioen Rerborn, editor de textos de Bruno, seguidor de Lulio y de Ramus, reformador de los métodos de la educación y de la enseñanza. Por medio de los múltiples escritos, de los numerosos manuales y, en fin, del gran Systema mnemonicum, nos damos cuenta de que detrás de la sobreabundancia de citas y la desbordante erudición; detrás de la mezcla, a menudo caótica, de temas de lógica, de retórica, de física y de medicina, operan ideas importantes destinadas a ejercer una influencia decisiva en la construcción, al inicio del siglo XVII, del ideal pansófico y del enciclopedismo. Reformar las técnicas de transmisión del saber, dar lugar a una clasificación sistemática de todas las actividades manuales e intelectuales : estos proyectos coinciden, para Alsted, con la construcción de un nuevo "sistema" de las ciencias que reúna en un único corpus los principios de todas las disciplinas. Mediante la enciclopedia, que muestra lo sistemático del saber, podrá elaborarse un nuevo método y podrá definirse un plano de los estudios nuevo y. racionaU La adhesión de Alsted a la temática del lulismo, su' insistencia en el valor de la' memoria como técnica del ordenamiento enciclopédico de las nociones pueden entenderse sólo en función de este proyecto suyo. De acuerdo con Alsted, los tres mayores estudiosos de lógica en la Tierra, Aristóteles, Raimundo Lulio y Pedro Ramus se dedicaron a la busca de una "vía compendiosa" capaz de revelar al hombJ;"eun saber totaL Estos estudiosos se interesaron por los hombres que se encontraban en 'los· orígenes de la historia, "del todo bestiales y ciclópeos" y, casi llevándolos de la mano, los condujeron "hacia los pastizales· amenísimos de la ciencia". Más allá de las diferencias, los tres filósofos tuvieron un objetivo y un m'étodo comunes; en este sentido, pueden y deben conciliarse sus doctrinas.2 En 1 Para ~er las reiaci~es entre ia encicloPedia y el plano de los estudio~, cf. E. Garin, L'ed11cazione ifi Europa, Bati, Laterza, 1957, pp. 235-239. Sobre ellulismo de Alstoo, ef. Carreras y Artau, La filosO¡ia cristiana, Madrid, 19391943, vol. ;n,pp. 23~249;. V. Oblet,'s.v. en Dictionnaire de TlÍéologie Catolique, I, col. 923-924. Varias obrás inéditas en Niceron, Mémoires,París, J74Q-P41,
páginas
29&-311.
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.....•..
2
Cf. ClaVi,sartis lullumaeet
;,'
" ,
verae logices. duos in 'lwl;llos tributa, íd; est '~ft,l,i4arJi!~da't{a, aras 1jragrw:e,'.generalis etulti111¡(1equam' Rayniimdus Lulll1s , .. 1~ .,'
164
ENCICLOPEDISMOy PANSOFfA
ENCICLOPEDISMOy PANSOFfA
la Panacea Philosophica seu ... de armonia philosophiae aristotdicae
lullianae et ramae 3 de 1610, Alsted intentará, a partir de una riqueza de referencias, una conciliaciÓn de los tres métodas. Pero ya en la Clavis artis lullianae, que aquí nos interesa más de cerca y que se publicó el añO' anterior, encantramos la misma preacupación. En el tercer capítulo de la obra, De tribus sBCtis logicorum hodie vigentibus, Alsted se. interesa por la situación de los estudiosos dé la lógica. Después de haber trazado un breve cuadro del aristatelismo y !haberhecho referencia a los aristotélicos contemporáneos como Melanchton y Gaclenius, Scaligero y Zabarella, piccolomini y Suá~ rez, Alsted lamenta el escaso vigor de la secta de los lulistas alema,nes y.haceunparaJ).gón entre la triste situación de la lógica alemana, totalmente daminada por las controversias entre aristotélicos y ramistas¡ y el florecimiento de las estudios lulianos en España, Francia e.Italia. Los grandes comentadores de Lulio, desde Agripa hasta Bruno, desde Gregoirehasta De Valeriis,no fueron capaces de aclararelcomplejo funcionamiento de la combinatoria, agregaron oscuridada la oscuridad, mezclaron sus sueños con las tinieblas del lulismO'. Para' mejorar la suerte de la' secta luliana es necesario referirse ala 10bra de Lavinheta,' de Fernando de Córdoba, de Lefevre d'J;1.taples, de Bovillo, de los 'hermanos Canterio,de Pico, y retomar los .fundamentos del gran proyecto de' RaimundoLulio: encontrar una,ciencia conacida a partir de la cual-puedan entenderse sin dificultad' ni. esfuerzo todas las otras y que, como el hilo de Teseo, constituya el criterio de verdad de toda manifestación del saber. Este arsgeneralis, que Alsted considera repetidas veces cercario a la cábala;'podrá ser realizado medianteladetenninación de los "términos gerieralísimos" y de los "principios generales'! presentes en .cada uria' de las ciencias y la sucesiva especificación de las términos y delos p'rincipios"comunes" constitutivos de tadosaber.4 - i~~e~it .... ~dÚa-.in ~sum et gratiam eprum,' qui impendio delect antur com#~ndiis, et ponfusionem sciolorum qui inventuteín fatigant dispendiis, Argen-
torati,SÍlmptibus Lazari Zetzneri Bibliop., año 160'1 (reeditada en 1633y en 1651),\prefado(copia utilizada: Triv. Mor., 1,304).
'i"~ ,Paf1!aceaphiZosophica . seu Encyclopa:cdiae universa discendi methodus. De armoniaphilosophiae aristotelicae, lullianae et rameae,' Herbomae, 1610
(¿ópiriutilizada:Braid-"B,XIl.5,314) ... ,', ., ." '. ...'4(:;f. :Cld'Vis..artis .lullianae, cit., pp. 9:14; 19: "Tantum. de Rameis restant pmlosGphi.hi .Gennania minus celebres··Lullisti: In Gérma:riia,dico qlllia in Hispaniis, G.alliiset ¡talia sunt quamp'l~i 4e hoc grege, et nominatim qui'~~1f1iri}W~~.sw:t"s¡;esulatores;.,; qui?11!c.a,r1:isu~t .d~ditis~imi,.,.H~e~ .fIil'o se.ct::te,Pe~patetlca,'dico 'et.' Ramaea' m;praese:J,ltl~rumslU1t, florer,¡.tlsslmae, siiPeI:e~ftertia;'pui~: Lullistarinn, q,uaeh()die felTIle:Multis pro vili,s1ib pedih~;' j aé~t'.:.:,"El 'juicio' sObré los 'coiInentariÓs ér::í párticularmente áspero: '!'N:am\COIIifueiitatori:~s" (utinam ..fuíssent'có'mmendatOres) lulliani,. tenebras poti~ .et n~pu.lao{fud.eruntCj1Uam luce.p. attulerunt, .au.tfacem pr~~tulerunt di'vilio\'ópen;'Aut enirl'fs:\ii(sOñ:úiiaimiriíscuériint, aut obscura peraéql11e.obscura . ·.·.é~li¿i;¡i'l.1J1tg:El¡¿hjetO\:deldivhióah~·ue'LUlio'''rue'ae'italem·· invéntre 'sderi:
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Para Alsted, entonces, existen axiomas o principios universales comunes a todas las ciencias. Las ciencias y las técnicas se presentan, en un primer momento, como un conjunto caótico, como. una selva desordenada; detrás de esel:;aos aparente pueden encontrarse las líneas de un orden, la rígida separaCión entre las ciencias es sólo provisional; esa intrincada selva. podrá revelarse como la ramificadónordenada de un único árbol del que surgen, de acuerdo con una sucesión racional, las ramas de cada una de las ,ciencias y de las técnicas. En términos de la construcción de un nuevo método es necesario ordenar y sistematizar ese caas, penetrar en esa selva, aclarar su estructura ordenada, develar la existencia de un tronco común y, en fin, destacar las raíces comunes. Desde este punto de vista, el problema del método ,se resuelve integralmente en el de un ordenamiento de las nociones, en una sistemática clasificación de los objetos que constituyen el mundo 'y de los conceptos que han sido elaborados por el hombre. La lÓgica, instrumento del método, tiene la tarea de ordenar y clasificar: Sólo la lógica es el arte de la memoria. No existe ninguna mnemotecnía fuera de la lÓgica. Y parece que Raimundo Lulio se dio cuenta de esto ya que, en su opúsculo De auditu kabbalistico, escribió, estas palabras: "El método se constituye no sólo para el ejercicio delintelecto humano, sino también para que ofrezca un remedio al olvido." Si el orden es la madre de la ,memoria, entonces la lógica es el arte de la memoria, Tratar el problema del orden es, en efecto, la tarea de la lógica.5 Toda la enciclopediaaparececomo
un gran5ystema
mnemonicum
y la: lógica es, al mismo tiempo, una dirBctio intellectus y una contiam, qua cognita, reliq¡uae quoqu.e sine difficultate ulla laboreque magrio oognoscerentur, et adquam, tarnquamoIydium lapidem,filurnThesei et CynO'suramomne scibile examinaretur.'~ El acercamientO'del arte -Iulianoa 'Ja cábala es continuo e insistente cula obra de Alsted. Véase, por ejemplo, la Tgbula ad artis brevis caholae, tractatus et artismagnae. primum cilputpertinens y el juiciosO'bre Lulio:· "Quum' Lullius fuerit. mathematicris et. kab. balista, impendiodelectatus.est methodo dooendi mathematica'et kábbalista, ideoquecirculus adhibuit, qUGsnonnemo concinne vocavitmagistros scientiarom. Et.hucfadt tritus ,versicuIus:Omnia dant'mundo CniX,Globus atque Cubus.",Puede'ser interesante hacernotaT que,.entre los cultivadO'resdel!Arte, Alsted cita:también a Poliziano "qui,opino.perhanc artem; sedisputareposse de Olll:llÍ1:mspollicebatur" (p'.14). En relaciónoon las' referencias de. Alstéd,a Bruno,; cf.,mis '!Note bruniane', en Rivistacritica,di storia dell!!
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.. S.,Cf. Systema mne.monicum dupIex .. ,in quoartismemorativaejpraece.ptq,: pIene et. methodice traduntun: :el. tota .simulratio 'doclmdi;' discendi, ','Scnolas. '. aperiendi;adeoque modus; studendi solideexplicaturet a pseudo-mémorista/ 'rum;\ pseuoo-lu[[istarum;,' pseudo:cabbalistarumimpost~ris, dis(Jernitl.ir:rJ4tqú~, . ':v:{ndic,atur, Prostat;jnnobiliS'FnÚiéofurti:/Paltheniana;:año; 1610;.pl.\S:(coPili'. útiltzada·;"Atigeliya"XX:;12!A7)~) :;xc ti "', , ,,,i.: ;,; . ,"
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ENCICLOPEDISMO
y
PANSOFtA
memoriae.6 En este terreno Alsted intenta cÚ'nciliarla dia. léctica ramista con la combinatoria luliana. En el Syst8ma mnemoc nicum duplex de 1610, Alsted incluye en su tratamiento las tres leyes fundamentales de la dialéctica ramista: "La primera leyes la de la homogeneidad, la segunda es llamada ley de coordinación, ... la tercera es llamada ley de transición." 7 La herencia luliana, la influenciaramista, los ecos de las discusiones seculares sobre el arte de la "memoria local" confluían en la construcción de la enciclÚ'pedia.8Pero Alsted estaba interesado, más que en una reforma de la lógica, en una reforma de la "pedagogía": una nueva Ú'rganizaCiónde la· enseñanza de las escuelas, de los métodos didácticos debía corresponder, puntÚ' por punto, con el nuevÚ'ordenamientÚ' del mundo del saber. Al reducir a un sistema -como escribirá, Bayle9todas las partes de las artes y de las dencias, Alsted intentaba trabajar, como lo haría después Comenio, por un saber unitario capaz de liberar a los hombres.
ENCICLOPEDISMOY
firmatio
(2. LA PANSOFÍA
y
LA GRAN DIDÁCTICA: COMENIO
La Qusca de un método, de una lógica y de un lenguaje que permitan al hombre penetrar y dominado tÚ'do,que garanticen la posesión 6 Systema mnemonicum duplex, cit., .p.105: "Logicae duplex est finis et duplex obiectum:. primus est directio·· intellectus, secundus est memoriae confirmatio:! 7 Cf. Systema mnemonicum duplex, cit., pp. 106-107. 8 Siguiendo una. tradición que se ..remonta a Lavinheta, Alsted aproxima los círculos del arte lUliano a los "lugares" de la. mnemotecnia de procedencia ciceToniana: "Circidus in arte luliana est loens et quoadum quasi domicilium in quo instrumenta inventionis collocantur .. ,." (Clavis artis lullianae, cit.,p. 25), Pero, además de las obras ya citadas, v¿anse: Artium liberalium; ac facultatum omnium systema mnemonicum de modo discendi, in libros septemdigestum et congestum,Prostat, 1610; Bncyclopaedia septemtomis distincta, Herborni Nassaviorum, 1630 (copias utilizadas: Angelica, XX~ 12..48; Braidense,At. XIV, 16). Entre las obras de carácter religioso y pedagógico, veanse: ..Theatrum scholasticum, Herborniae, 1610 (qrue.contiene una Gymnasium mne.manicum); Trigae canonicae, Francfort, 1611 (que contiene una manducatione spiriiudi, Artis mnemo,logicae explicatio); la Dissertatiode transubstá:ritiatione, sacrificio· missae,.· de naturaet privilegiis .ecclesiae, Ginebra,'1630 Cct, 'Padua,.Antoniana, K. VII. 14). También·resulta decierio interés la clasificación de las ciencias matemáticas que aparece en el Me.thodus admirandorum rnathématicorum r/Jovem libris exhibens universam mathesin; Herborna~Nassaviorum, 1623, pp. 5-7; ~'Mathesis estpars encyclopaediae philosophicae tractans dequantitate cornmuniter •.. Ordo scientiarum mathematicarum hic est.Scientiae. mathematicaesuntpurae. vel. mediae. Puraesuntquae occupantI;Ú:•C . ir'éa solani"qrumtitaterr1:' qua¡es?sunt arithmetica ...etgeometria. Mediae sunt'quaeoécupantur;"circáquantitalem haerentem iri corpore: ut cosmograp~ia/ p.ranoscopia; •geographia; .ve!'in. qwIitate utiI1 optica; .musiCfl·et· arcl1iteotoniqa:' e Copia ·htilizada :,>:Padtia,:Civica.,G.' ,6377.).':'" '....'.\,t! ;"',"< :(!\',: ,; ~,P: Bayle, .Dictionnairehistoriqueet critiqUe,' Amsteidam,1740i<,pp:1657166;
PANSOFfA
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de la enciclÚ'pedia,de la sabiduría universal: esto fue la pansofía.
y en el ideal pansófico, propuesto a la cultura de toda Europa (pero
la Janua linguarum fue traducida también al árabe y al· persa y penetrÓ hasta el Lejano Oriente) por el ímpetureformadÚ'r de Comenio, encontramos no sólo las enseñanzas de Bacon y de Alsted, de Ratke y de Andrea, sino también muchos temas derivadÚ'sde la tradición del ars m(!Jmorativa y de la tradición mucho más vigorosa del enciclopedismo lulista."0 Al aclarar las líneas fundamentales de su pensamiento en la Conatuum panso;phiéorum dilucida tia, ComeniÚ'enllmeráha alas autores que lo habían antecedido así como las obras en las que se irispirabapara lograr su objetivo. Desde la Antigiiedad, hÚ'mbres insignes intentaron reunir el complexum tatius eruditionis; Arist6teles trabajó en este sentido al indicar las tres leyes·necesarias para lograr esa omnisciericia de la que es capaz el hombre: "la 'universalidad de los principios, el verdadero método del orden, la infalible certeza de la verdad". EsÚ'sestudiosos que en la edad moderna 'son autores de enciclopedias, de polimatías, de sintaxis del arte ritaravilloso, de teatros de la sabiduría, de panurgias, de grandes restauraCiones y de pancosmias se remitieron -prosigue Comenio-a estas mismas leyes. Los títulos a lÚ'sque hace referencia Comenionos remiten a Ú'brasconocidas: a los escritos de De Valeriis y de Gregoire, a las obras de Giulio Camillo y de Patrizi que son comparadas (y la compa" ración es significativa) con la Instauratio magha de Bacon. Frente a esta herencia, Comenio repite el sÚ'lemnelema de Séneca : "Mucho hicieron los que nos antecedieron, pero ellos no termiriaronla obra; queda mucho y mucho quedará aún por hacerse; ni siquiera dentro de mil siglos sé impedirá que algunos de lÚ'smortales' tengan la ocasión de agregar algo tódavía."Refiriéndose a esta herencia,Comenio pretende realizar "una obra universal", y tamb!én~sta, como la de sus antecesnres, no será elaboradasólopára el uso de los eruditos sino para todÚ'slos púeblos cristianos. El destino mismo de la raza hUIilana cambiará cuando se realice esapánsofíaqlle es "el sólido .compendiodela erudición universal, la antÚ'rcha luminosa del intelecto, la norma estable de la verdad de las cosas, la' acertada selecci6n de las circunstancias de la vida, en fin, la beata escala hacia el mismo Dios".u ' 10 Sobre los orígenes de la pansofía: W. E. Peuckert,Pansophie; Ein· Vefsuch zur Geschichte,der weissenund schwarzen Magie, Stuttgart, 193ó;Sobrelós ideales pedagógicos: L; Kvacala,l.:A: Comenio, Berlfu;1914, y ahora E: Ga!iri, E'educazione in Europa, Bari, Laterza, .1957, pp. 241-25b SobreelJulisIll~~,de .Comenio, anotacionesbrevísiInas e insuficientes ~J:l'Carrerasy Arta¡u;Lti. fílc¡sofia cristiana, cit., vo.}; II, p.. 299. " .', '••.... ,.'\.":y,:, 11En reIacióncOOloaquíeXPl1esto,ct.philosophiClepradramÚ~, et(gc?ncÚuUtn "pansop~icOrum' 'diluciddtio:"'Accedunt didacticadissertatiodeseni'lpnis':ldtiizi .studio perfecteabsolvendo, aliaque eiusdJem, Lugduni Batavorum, Officinií DÁ~ ,
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ENCICI:.oPEDISMO, y PANSOFfA
ENCICLOPEDISMO y PANSOFíA
Las referencias que hace Comenio a los teatros, a las sintaxis y las enciclopedias bastarían por sí mismas para probar la existencia de una continuidad efectiva <;letemas, la persistencia de intereses comunes entre los mayores exponentes del enciclopedismo lulista y los teóricos de la pansofía. Pero no son menos evidentes -aunque sí menos conocidas- las relaciones que ligan la obra de Comenio a la de los ,mayores teóricos del ars inemorativa, relacionada en muchos aspectos con el renacimiento dellulismo después de la mitad del sigloxvr. Sólo quien tenga presente la amplitud de las discusiones sobre la función mnemotécnica de las imágenes podrá darse cuenta del ambiente en el que maduró elintento, comeniano de utilizar las figuras y la visión como fundamento de todo aprendizaje duradyro. La primera parte del Orbis sensualium pictus se presenta como "la pintura y la nomenclatura de todas las cosas principales del murido y de todas las acciones principales de la vida". La realidad de las cosas debe ser intuida y vista a través de las imágenes/2 La "justa presentación de las cosas sensibles ante los sentidos" es fund,Únento de una erudición no abstracta ni escolástica,' sino "plena y sólida'~,no oscura ni confusa, sino "clara, distinguida y articuhída c()mo los dedos de la mano". Sólo por esta vía,' la vía de la imagen, del sentido y de la memoria será posible alcanzar la educación del intelecto. Se atribuye a las imágenes una función decisiva: son "los íconos de todas las cosas visibles del mundo entero a las que se reducirán, de manera apropiada, también las cosas invisibles". Recog¡endo el motivo central de la Ciudad del Sol de Campanella, Comenio llega a conclusiones importantes: para nuestros fines tam~ién'nos será válidamente útil est9: dibujar .en ,las péU"edesde las aulas el resumen de todos los libros de cada ,uga de las ,clases,así como el texto (ccmuna brevedad vigor()sa)y las ihlStraciones, los retratos y los relieves que ejerciten diariari:J.ente l6s sentidosy la memoria' de los estudiantes. En las paredes del templo q,e Esculapio;como nos lo han transmitido los antiguos, estabán escritas las reglas de tóda la medicina que Hipócratescopió a escondidás del principio hasta. el fin. De hecho también Dios llenó por todas partes . este gran teatro del rimndo de pinturás, de estatuas y de imágenes, como.,vivaSrepresentaciones de su sabiduría. vid Lópezde Raro, 1644,pp. 120-122. (La primera edicióri:de la obra,es de Ipndres,L Fawre,et S~Gellibrand,1639.)Re consultadola edición,de 1644 er.,' el ejeinpIár,deIáAngeliCá>SS.'lO. 90,én:~l que aparecíatambién el·.Faber fdrtúnáé sivé.,ars carisídénlticsimipsi itemgueregulae vitaesapierztiis¡ Amste, lodamCex officina,:PetÍ'i.vanderBerge,'1657·5 ,··C.y.,,: ,'<,,< ' '
::\l~Orbis,sefzsualis piéilpai-s .¡}rima: Hocest: o11llniumprincipalium inmundo re'rnm''et'ltl vita aCtiañitmpictúraÚ nominclaiura, cum'titulorum huta atque 1!f!Qq!?Hlorurr? il'ldice;NQriJ:¡,0~gae,: SUflltibu:s ~oh.!\ndr._:EIldtwt haer~dJ1ID.,imno
~~uJ!S,:'~7~ ..(la grimera;~~Eión,es,d.e)658),Y&in~e;::en ,,:par,tiCJ1l~; ··I:;t? 'P~giI1aS
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No s6lo se trataba de la aceptación genérica de·motivos difundidos: el "alfabeto filosófico" propuesto por Comenio en contra de esa "molestísima tortura de los intelectos" que es la sillabatio, en la cual las letras se reproducen al lado de la imagen del animal "cuius vocem litera imitatur~'/3 no hace más que reproducir, con objetivos sólo en parte diferentes, esos "alfabetos mnemotécnicos" que encontramos en todos los textos de los siglos xv y XVI sobre ars reminiscendi. Las numerosas páginas en las que se presenta el Theatrum sapientiae se remiten a esta misma técnica de refuerzo de la memoria (ampliamente utilizada ..por Comenio en el De sermonis latini studio de 1644), a los teatros del mundo y a la cábala. A ese Theatrum se le atribuye, por la nobleza de los objetos que encierra, el más solemne nombre de Templum. El templo de la pansofía cristiana está construido de acuerdo con las ideas, las normas y las leyes divinas, y está consagrado a todas las personas de todas las lenguas; en este templo se "colocan" las facultades, los objetos producidos por la fuerza natural presente en el mundo visible, el hombre y los productos del ingenio humano, las realidades internas del hombre, Dios y las potencias angélicas y los productos de la verdadera sabiduría. Frente a estas páginas de Comenio es difícil olvidar las COIn" pIicadas construcciones emblemáticas de De Valeriis y de Camilla y las grandes reseñas de la realidad universal presentes en el Thesaurus memoriae de RossellP •.. ' También el proyecto de Comenio de lograr una "enciclopedia total" está relacionado con los enfoques del lulismo, con las discusiones sobre la catena scientiarum, con los proyectos de una ciencia unitaria o arte universal, tan numerosos en el siglo XVI.' El objeto de la sabiduría -escribe Comenio en el Pansophiae prodromus de 1639- ha sido atribuido algunas veces a la filosofía, o a la medicina, o a la' teología o al derecho;, ha sido concebido como objeto de una ciencia particular,' identificado con una visión parcial que aleja toda esperanza de llegar R alcanzar la totalidad y la comprensión de la unidad. Se podrá llegar ala visión total, a la lectura del gran libro del universo por medio de un proceso gradual· que va .de la enciclopedia, bajo la esfera de lo sensible ..( orbis 'sensualis) a la enciclopedia bajo la esfera de lo intelectual (orbis intellectualis) ;. ~ncambio,I:1o se podrá llegar jamás a la visión unitariá,que~es el objetivo más alto del saber, mediante la sucesiva adición de consicit.,prefacioy pp. 4-5." ;,~,"< El texto de la "Dissertatiodidacticade sennonisIatinistudiQ~~, en¡PansQphiae prodromU$" cit.,pp. 173"224, En relacióncon eLtemplode:la pansofía cristÍi:ina,cf· las pp. 122-165:· ':Pansophiaechristianae·.templum.ad ipsilisjSU" . premiArchitectiOnrlipotentisDeiideas, normas,legesqueistruendum,et;J,tsi, pusCatholicaeIesu .ChristiEeclesiae;;. ex.pminibus ..gentibus".tribubus-,~ pºpuJi~ et linguiscollectaeet..colligtW-daeo consecrandum..'r.Cf.también,Ja¡,PansqpAAre Diatyposis icorwgraphica, Amstelodami,1654.'" . f\.· "c'; H Cf. OrOiS sensualis picti pars 'prima,
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ENCICLOPEDISMO
y
PANSOF1A
ENCICLOPEDISMO
deraciones parciales Y Todos los intentos por alcanzar la unidad mediante la enumeración y la colección de las soluciones y de las técnicas p~rticulares han fracasado miserablemente; por un lado, se han hecho listas gigantescas pero inútiles que aspiraban a agotar, en una "selección de minucias", la totalidad de las palabras y de las cosas; por otro lado, se hicieron enciclopedias muy ordenadas más parecidas a elegantes cadenas con muchos eslabones que a máquinas capaces de [-uncionar de manera autónoma y coherente?6 De ahí surgió una gran cantidad ordenada de leña colocada con gran cuidado y paciencia, pero no se logró crear ese vivo y frondoso árbol de las ciencias, rico en ramas y frutos que se alimenta y recibe su fuerza de sus propias raíces. Dar vida a ese árbol será posible sólo mediante la visión unitaria del todo: "Lo que intento decir es que la Pansofía es la imagen viva del universo, coherente por completo consigo misma y absolutamente capaz de crecer." , '"El libro de la pansofía, el promptuarium universalis eruditionis, se contrapondrá a las inútiles y pedantes listas de palabras y de cosas; en este libro,' lo compendioso, la claridad, el rechazo a toda o~curidad; la "permanente conexión de las causas y de los efectos" y la persistencia "de un orden que fluye continuamente desde el principio hasta el fin", sustituirán lo caótico y la oscuridad de las compilaciones precedentes.17 . La enciclopedia de Comenio, en lo que se refiere a los motivos de fondo, no se encontrará en un plano completamente diferente al de los "enciclopedistas" de inspiración luliana dUrante el siglo XVI. Esta comUnidad de enfoques será clara siempre y cuando- se tomen en consideración algunos problemas: 1) el de las relaciones entre la lógica y la enciclopedia; 2) el de la correspondencia entre el universo de los signos y el universo de las cosas; 3) el de la unidad del mundo (de acuerdo con la armonía, de las leyes divinas) respecto de'la cual la enciclopedia se presenta como un "espejo", y4) finalmente, el de la lógica enciclopédica como "clave universal'" capaz de, posibili tar el acceso a esa unidad y' a esa armonía. La posición: de Comenio sobre cada uno de estos puntos es precisa: el vocabulario o la Janua linguarum coincide coil la enciclo~ pedia ("deben ser la misma cosa") y se presentan como mi intellectushumani clavis.quepermite la lectura del alfabeto divinO impreso 15 Cf. Pansophiae prodro/'l'UlS, cit., pp. 132-136 Y las consideraciones ,a este 'prQpósitode E.Garin, L'edw:aziDne in Europa, cit;, p. 249. -·l6,Cf. Pans.0phiaeprodrol1"lils; cit., p. 41: "Quas ·adhuc vidiEncyclOpaedias etiam· ordinatissirm\.s'similiores visae suntcatenaeannulismultis eleganter , contéxtae, guam automato róttilis' artificioSe ág motinn:composÍto et seipsuin ,cii:6imagente; et lignorum strui, magna quadám curaet ordine eleganti dis~ :pOs!fae,sirniliore~I'q1lama.rborl'e:.radicibus'propriis,assurgenti spiritits'innati 'virtilte,se"inramos':et fióndes "explicariti,et: fruCtlisedenti." ' ;":',1.: •
"171bidem,
pp.
-
21, 41-42, 136.
-
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en las cosas; el ordenamiento riguroso de las nociones, la imagen unitaria y jerárquica del universo son el fruto más preciado del nuevo método que es capaz de conducir toda noción a su género y su especie; toda la enciclopedia parece fundada en un número muy reducido de "axiomas" ode "proposiciones dignas de fe, no demos- trables por otras pero que deben sólo ilustrarse por medio de ejem" plos"; de esta manera, todo el mundo del saber resultará semejante a una "cadena" del tipo utilizado en las matemáticas: El remedio' será: una conformación tal de todas las artes y las ciencias que dondequiera que se inicie el proceso que va de las cosas más conocidas a las desconocidas, esto suceda con lentitud y gradualmente, de igual manera en que en una cadena, cada eslabón sostiene y arrastraal otro ... Como sucede entre los matemáticos qué, una vez demostrado un teorema lo que sigue es el saber y una vez demostrado un problema, lo que sigue es un efecto, así, en la pansofía, una vez demostrada parte de la doctrina universal, se logra llegar a la certeza y la cierta infalibilidad.~8
'J:.",.
La infinita variedad de nociones y de cosas es reducible a un número limitado de "axiomas" o de "principios". Esta reducción -que hace posible la redaéción del libro de la pansofía- está basada, también en Comenio, en algunos presupuestos: las estructuras del discurso y las del mundo real se corresponaen plenamente; las mismas e idénticas rationes están presentes en Dios, en la naturaleza y en el arte. Las rationes rerum son en todo caso las mismas; en Dios son ut in Archetypo, en la naturaleza son ut in Ectypo y en el arte ut in Antytipo.19 Ante las dudas que puedan plantearse sobre la posibilidad de encontrar una "clave universal", Corhenio apela a la posibilidad de reducir el mundo a pocos elementos fundamentales y al estrecho paralelismo entre ,las res, por un lado, y los oonceptus, las imagines y los verba, por el otro: Aunque las cosas situadas fuera del intelecto parezcan algo infinito, sin embargo, éstas no son infinitas porque el mundo, estupenda obra divina, consta de' pocos elementos y de 'pocas formas diferentes y porque todo lo que ha sido creado mediante el arte puede ser con, ducidonuevainente a. determin¡ldos géneros y determinados puntos principales. Ya que entonces se da unparalelisnio entre las cosas, y los conceptos de las cosas, entre las imágenes de los conceptos y las 18Ibidem, pp. 4, 24-25, 78, 85. Sobre la coincidencia de la Janua linguarum y,de la enciclOpedia;cf·Ja,Janua linguarum reserata aurea, Lugduhi BatavOrum, 1640 (la primera edición es de 1631), prefacio, y,laBruditionis scholasticae atrium rerum et linguarum ornamenta eihibens, Nuremberg, ,1659" p. 5 (copiasutilizadas: Barid.,·ft 4.30 y Arigelica IV;l; 56)." ','" ," ,;19,"Eadem proinde sunt rerum rationes, nec differunt,nisi eXistendifonna: quiain Deo sunt ut in'Archetypo,in natura ".ut in Ectypo,in arte ut ID AlltitYpO" (Pansophiae prodromus,dt., p. 67). ,,'. , '
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ENCICLOPEDISMO YPANSOFtA
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palabras, y ya que en cada una de las cosas están presentes algunos ,principios fundamentales de los cuales deriva todo el resto, yo pensaba que esos, principios fundamentales, que existen de igual manera en las cosas, en ,los cOJJ.~eptosy en el discurso, pudieran enseñarse. Me venía a la mente,tainbién, que los químicos habían encontrado la forma de liberar las ese.ncias ,o espíritus de las cosas de lo superfluo de la materia, de modo que pudieran concentrar, en una pequeña gota,una fuerza muy grande de minerales y de vegetales, y esta gota' tenía, en las medicinas, mayor,eficacia que los cuerpos minerales y vegetales en su integridad. y ¿no podrá inventarse nada (pensaba) para reunir y cO:ncentrarde alguna manera los preceptos de la sabi'duda, ahora esparcidos-por ,1Qsamplios terrenos de las ciencias y más aún, más allá de sus mismos' confines, esparcidos al infinito? Aléjemos de nosotros tóda desconfianza ya que todo acto de desconfianza;es una 'blasfemia contra Diós."O Al detenniriar los principios Y las esencias, al presentarse como fiel espejo de la naturaleza, erarte tiene la tarea de revelar la profunda armonía qUe une los elementos del universo: La fuente de toda armoIlía, que es Dios, hizo todas las, cosas de manera'armónicá ... los músicos llaman armonía a la consonancia agradable de muchas voces y'de igual manera, en verdad, es el conciérto armonioso de las virtudes eternas en Dios, de las virtudes creadas en la naturaleza, de las virtudes expresadas en el arte. Existe armonía en Dios, en la naturaleza, en el arte, y esa armonía divina y del arte ,es' imagen de la naturaleza:21 ,De ,~quí nacía la fe d~ Comenio en la posibilidad de la participación de todos los hombres en la salvación común" así como su conyicc~ónde que, mediante la conquista de lá pansofía pudieran des~parec~rlas, tinieblas del error y terminar para' siempre las guerras, las disputas, las disidencias de la,s que el mundo se ha alimentado hasta ahora.1j2"
3.. ENCICLOPEDISMO y La:herencia,delenciclopedismo m~ntel en lo que tenía demás
lulistahabía, sido recogida íntegraválido, por los mayores representanconclusiones, cf· también'la
.Jan.ua ;rery;m,rr;.s(!.rata hac/est,sapientia,prima,( quamvulgo metaphysicam -yp(xi.riO ita, m(!.ntiq'l1s ,norni1JU111'adaptat(,l utper eam in. t()tumr,erum, amibitum º111,ne111Xlueint(!.ri01:~111¡ rerurrtprdinem et-Ín onmes,intimas rebus' ooeterlUls v~riiátespraspectusP:at~at eatholicuSsimulque eteadem omnium humanarum ,~á?ft&H.iqp:l{¡r¡;I.,serm~W,~llP5rulrt. fo/l:set:scaturigo, 'formaqu~';~t; norma esse
~s~~k~Jtgp~I~~'¡tr~d~O;:¡.~i\~8if: ,:>g.v, ;'.;,'L~j;;;':;/..~~::;
tes de la cultura europea. Bacon, D~scartes, Alsted,Comenio (así como más tarde Leibniz) habían utilizado una serie de temas presentes en la tradición lulista y los "habían introducido en un discurso más vasto referente a la lógica, a la función de la filosofía, a las relaciones entre las ciencias y a la educación del género humano. En' muchos de los textos, en efecto muy numerosos, de ,los seguidores y de los comentadOres de Lulio publicados durante el siglo XVI, encontramos, en cambio, sólo la repetición de motivos ya tradicionales, la insistencia en temas ya transformados en lugares comunes y la pedante y repetida exposición de las reglas de la combinatoria., Las discusiones sobre la enciclopedia, sobre la transmisión del saber, sobre el método y sobre el lenguaje se realizaban en ambientes distintos y con un'nivelmás altO'. Y, sin embargo, es opOrttinodar cuenta también de estos textos ; no pocos de ellÓs fueron admirados en toda Europa, amados y estudiados por hombres insignes. Y no sólo es oportuno dar cuenta de éstO's para subrayar la presencia operante de un tipo de investigaciones que tuvo eco amplísimo, sino también para captar, como de reflejo, algunas de las exigencias características de la cultura del siglo XVII. Hemos recordado ya los proyectos de unificacióndelrs ciencias presentes en las obras de Morestel, de Meyssonnier, de Jean d'Aubry, pero otros 'casos son, desdé este punto de vista, igualmente indicativos. En 1632, en París, el consejero del 'rey, R. L. de Vas si; publicó Le fondément de l'artifice universe:l ... sur 'lequel on peut, appuyer lemoyen de pervenir a l'EncycZopedie ou universalíté deS.scie'nces pár un ordre' méthodique beaucoti¡J, plus prompte et vrayment plus facile qu'aucum autrequi soit communement receu.23Ellibrc>~:a pesarde la~ sorprendeIltes pmmesas que aparecel1 en lá carta-dedicatoria, contenía en realidad sólo una traducción parcial¿ealglinos escritas de Lulio.PerO es sigi1ificativoquela obráde;L~liofuera presentada entonces, como, el" instrumento adecuado· para hacer posible el' O'rdenamiento metódico de las'ciericias y 19 realización de la enciclopedia. En una situación que De Vas si juzgabamuy. p()cº favorable para los estudios lulianos ("la práctica artificGl ddcl9~t()r Raimundo Luliohasido' abandonada por la gran ,mayO'ría ha'sido
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COMBINATORIA EN EL SIGLO XVII
20 Ibidem, p~ 86. '" .. i·;.:~14bid~tn:",p.,67.Y ej., pp.,,'55-56.}J'erosobre'estas
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rechazada por los Doctores") ,los' textos de lac()lnbhlatOriase'jjro~ ponían núevamente 'en Jun,dóI).d,~, U,11problema :qtie,'en aqu.exI9~,~ÍÍOs era muy actual"Esta esunaactiiud'queencontramos;dé:nuevo,en los ,escritos (que Leibniz conocía l11.uybién)de;Jano'\CecW?"Frey (J:Iluerto en ,1631)" m~ªi~? d~,la 'n~in':f<J:Ila,dp~qef"ra~Ci~1~~J8r;~cle~ .más de escritos, de J:Il{:clicinayde, fi§i9RsnníGl,de,1i1)Sorn:peIí~g?ªe filoso'fÚt aristotélica,y de una;Viaad diVás'Scfentias liriesque;,~Ungíl{i~ ;-,:_' ,_;.:."',
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.', 2,3Traducido por R. L)' ,Sietlr ;de V assi,,!conseiller!idu" Roy;A : París:'!daris .'l'iinprímeríe d'Ant. CháInpeilOÍs;:1632'( cophi!utilizada::.Trív.,Mór', M:'.30'); \'\;",
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Parisiis, J. Gesslin, 1645-1646,3 partes en 2 vols.(copia utilizada: Angelica,SS. 6. 15)... 26 Ibidem, p. 527.En relación cO'nelregresO' de los mO'tivostradiciO'nalesde la mnemO't~cniaciceroniana, voonse, las. pp. 443-450. 27La obra de Ivo De París, Digestum qapientiae, inqoo habetur scientiaruín
tores y comentadOores más agudos y conocidos del Organon aristotélico, por un hombre que fue, además de insigne lógico jurista de gran fama, ameritaría un estudiOo muchOo más amplio. En cambio, será útil detenerse en un texto de 165-9 que tuvo inmediata resonancia europea y que gozó después de mucha suerte: el PharU's scientiarum, del españOolSebastián Izquierdo.28 Afirma Izquierdo que Aristóteles y Cicerón, Quintiliano y RaimundOo Lulio trabajaron a través de lOossiglos en la construcción del arte universal o "ciencia de las ciencias". Esta vieja aspiración de llegar a una "lógica primera" que pudiera iluminar, como un faro, el camino a los nave~ gantes en el mar de la sabiduría, ha encontradO' una expresión en la época moderna en Ja Sintaxis de P~dro GregOoire,en el Digestum de Ivode París, en la Cyclognomica de COorneliOo Gemma, y en el NovU'm Organum de Francis Bacon. Para llevar a término la obra de estOosautOores, es necesariO' darse cuenta de tres cosas: }la enciclopedia (la scientia circularis u orbicularis de los antiguos) no consiste en un agregado de todas las ciencias sino en una ciencia especial que abarca la totalidad de todas las ciendas, incluidos los principios de la mIsma ciencia especial o universal; 2} la lógica "parcial" de Aristóteles se sustituye por una lógica "íntegra" que comprenda, además del ars intelligendi perfecciona dar del intelectOo, el ars memorandi que ayuda a la memoria, el ars imaginandi y el (J;rsexperiendi que ayudan a incrementar ia capacidad de la fantasía y la de los sentidos externos; 3) la metafísica debe proceder con rigor demostrativo de acuerdo con el modelo de las ciencias· matemáticas: "si los metafísicos hubieran razonado de manera demostrativa actuando, como lOosmatemáticOos, con .base en principios evidentes, ya hubieran construido gran parte de la metafísica". Estas sugerencias cartesianas son más evidentes cuando Izquierdo ( después de criticar el arte de Lulio por la "barbarie" de su terminología, la insuficiencia de las combinaciOones binarias y temarias, la incaJ?a~ cidad de descender de los· términos universales a los particulares) identifica la combinatoria con un cálculo. Sólo la matematización del ,ars combinandi posibilitará la creación de ese único instrumento de todas las ciencias "mediante el cual se construye o puede crecer sin límites el edificio de la ciencia" ~ ' La idea de aproximar el Ars magna a los procedimiei:Ú:Oosde la matemática, asimilando la combinatoria en un "cálculo", será reto-
ooctw, fue publicada en París entre 1648y 1650.'Otra edición,más oonoeida, se public6.en Lyon en 1672.Cf. Carreras y Artau, La filosofía cristiana, cit. vol. II, pp. 297-298 ..G. Pace, L'art de Rayrnmul LuUiusesclO;ircy .. , divisé.en JV livres
tre otras, las consideraciones de G. Colli, introducción a la. versión italiana delOrganon, Turin, 1956,pp. xxv.. ,... " ..•................ . 2,~P. Sebastián Izqmerdo S.J.,PharusscientiaruTrlubi quidquidadcogrzi-
rum notitiam, sermones extemporaneos no va et expeditissima.24 En la edición pÓstuma de sus obras 25 encontramos, al lado de sus conocidos intereses por la retórica y el lenguaje, el interés por la lógica (via ad scientias) y la enciclopedia (scientiae et artes o.mnes ordine distributaeet .desumptae), el intento por reducir a axiomas los principios de todas las ciencias (axiomata philrosoprhica) y por trazar los lineamientos de una ordenación de los estudios. Las reglas del arte de la memoria de origen "ciceroniano" son retomadas por Frey y se inscriben -siguiendo las huellas de Lavinheta- en la temática del ars combinandi. La filosofía racional es lógica, dialéctica y arte de la memoria. La dialéctica ofrece la materia para la discusión así como los argumentos. La lÓgica ofrece las formas de la argumentación. La dialéctica es lulista, peripatética o ramista.26 La construcción de una axiomática de las ciencias (reducción·· de todos los términos fundamentales de cada una de las ciencias a los. principios de unacombinatoria refOormada), la determinación de las relaciones entre las diversas ramas del saber son, a su vez, los temas centrales del complejo Drigestum sapientiae (c. 1648) de Ivo de París y del gran Comentario. al arte luliano de GiuliOoPace, discípulo de Zabarella y prófugo en Ginebra, profesor en Heildelberg y en Padua.27 Este último texto, compilado por uno de los traduc24 La obra fue publicada en París (excudebat D. Langlaeus) en 1628. He utilizado la edición de 1647(Braid. W. Z. 8. 3). De Frey véanse el Compendium medicinae, :publicadoen 1646,y el Omnis horno, item amor et amicús, item Physiognomia Chiromantia Oneiromantia, París, 1630.Dieestos últirilos dos escritos y del panegírico compuesto por Gaffarel (Lacrimae S'acrae in obitum Iani Caecilii Frey medici, Paris, 1631)nos da infoI1113ci6n Thomdike, History of Magk: and Experimental Science, Nueva York, ColumbiaUniversity Press, 19158,vol. VIII, pp. 456457, 472~73.Véase además el Universae philosophiae
c011'1Jpendiumluculentissimum ad mentem. et methodum Aristotelis concinnatum, Parisiís,excudebat D. Langlaeus, 1633(Par. Nal. R. %52y R. 36568). 25 Jani CaecHiiFrey, Opera quaereperiri potuerunt in unum oorpus collecta,
omnium rerum divinarum atque humanarum nexuset
ad prima principia re-
9u. est .enseigné .une ...méthode ..qui f9urnit· grand. nOrñHrede termes universels d'attributs,'de propósitiotlset d'argÚmms pade rniJYendesquels on peutdis: courirsurtous sujets;>Paris; Julliot, 1619(Par. Nal. R.'42374eZ.19(07) ; Artis lullianae emendatae libri .[11' .Neapoli, ex typ. Secundini RoncalioJi,1631(Par. Nali!Rés;Z; 959).Sobre·el gran.comentarioaristotéliCQ.-:-InporphyriiJ sagogen el 'Aristotelis Organúm,commeritariu~ awyticus;Aureliae; 1605,-:"" véanse,en~
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tionem humanam humanitus aoquisibilem pertin~t, ubertim iuxta atque§uc: GÍ1'lctepertractatur, Lugduni, sumprtibusC. Bourgetet M.,Liétard,.1659(copia. utilizada: Par.,Nal.E, ..·942-943) .Ct. Carreras' y Arta1,1; . La .filosofia, crlstkz.na, . cij.¡.X()l:II,' .pp. 305-~08;.p',R¡;nnón Cen,al,,'tElp', S. Izquierdo y su¡Pl1(Lrtis. scientiarum", filosofía,: I (1942),pp.127~154~ . , .. .. enl1~vistade -
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mada por Leibniz y será fecunda eniinportantes desarrollos. Pero en los años en que el joven Leibp.iz se interesaba en la "nueva" combinatoria, se trataba, contrariamente a lo que se ha pensado de una idea familiar. Por ejemplo, podemos'encontrada claramente formulada en los escritos del padre jesuita Atanasio Kircher,29 célebre por su maravillosa competencia en física yen arqueología, en filosofía y en egiptología, en historia y 'en teoría del lenguaje, autor, entre otros, del célebre Mundus subterraneus y de un tratado, igualmente conocido, sobre los misterios de los números.30 y es importante, para comprender un ambiente cultural, notar que la co.mparaCión entre el Arte y los procedimientos matemáticos y la eXaltación de 'la combinatoria de Diofanto ("Diophanti nobilis rnathematici ars combinatoria"), a la que se acercaba la combinatoria de Lulio, aparecerá no sólo en los escritos de algunos lógicos insignes como Izquierdo, sino en las obras de un hombre cómo Kircher, ligado en tantos aspectos a los temas' de la 'tradición hermética y de la sabidúría gnóstica, a los motivos de la magia y de la cábala y a las especulaciones sobre los mistena nÚmerorU/11J.A pesar de su densa retórica sobre el valor del método experimental y la defensa de la nueva ciencia, Kircher creía en las cualidades ocultas, en las '~simpatías" y en los poderes de 'la imaginación; reafirmaba la teoría de la generación espontánea, estaba convencido de la existencia de demonios que vagaban por las minas, estaba preparado, en todo momento yen to.da circunstancia, para subrayar los aspectos "milagrosos") Y "maravillosos" de la realidad. Cuando el emperadórFernandolII, durante las ásperas polémicas suscitadaseri Alemania por la apariCión del Pharus scientiarum de Izquierdo, apeló a la doctrina de Kircher para informarse acerca' de 'la utilidad real dél arte h.lliano y sóbre la posibilidad de una simplificación posterior, el jesuita álemán elaboró una reforma' complicada que se remontaba en gran parte al Pharus de Izquierdo.u Mientras retomabalas críticas de su predecesor, 'sin embargo, Kirchet· se interesaba preponderantemente en la construcción de las imágenes, en las alegorías, en la elabora.ción de figuras yde símbolos y en los 'misterios del,alfabeto .. 29 Sobre Kircher, cf. Carreras y Artau, ·La· filosofia cristiana, cit;; vol. lI, pp.309-3H ; ,L. Thorndike, History qf ..Magic, cit., vol. VII,pp. 567-518,;L. Couturat, Lldogique de Leibnii,' París, 1901;pp. 541-543; P. Friedlander, A. Kircher und Lewniz. Eili Beitragé zur'Geschichte der 'Polyhistórie iln XVII Jahrhunderts, en "Atti deHa Pontificia Accademia romana di archeologia", Rendiconti, 1937, .pagiÍlas 229-247.' ... , . :. 3oA. Kircher, Mun.dus subterraneus, AIllSte;lodámi,apud Jo~nÍl.ein"J~ss()o mum et: Elize'iln,1W~YéJ.:straten¡1664-169~;'Mit hrriologia sive de abditis numerorum'i11Iysteriis, Ronia)'1665/"<' .. ':' '.. " . "'31''A.Kircher;'A.rs magñascielldi in Xli librosdigesta;qua nava et universali ,meth'ódO' per artifú:ibsum 'con1binationÍlm .contextimide 'Omni re proposita· plifNinis ;¿t propé infil!~tis.·rlÚioniii.tfs·'.d4Putarioffini~~ suml1Ulridq'up:edOm ."cognitw comparari .poteSt,: Anisterdaill,il669:·····:',·;'c··'.,:;.).,.. ·.:·)';;.·1< .•. ;~.\'.:.,:"\.,'. '" o,'
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En las últimas décadas del siglo, y sobre todo por obra de los jesuitas,32 ellulismo se relacionaba una vez más con la atmósfera, turbia y equívoca, del hermetismo y de la magia. En .los confusos' escritos de otro jesuita, el padre Caspar Knit.tel, encontramos sólo una amplia exposición de las reglas de la combinatoria y la monótona repetición de las tesis de'Kircher.33 En lo.s primeros años del siglo XVIII,un gran erudito, Morhofius, expresaba mi juicio sobre estas reformas y este tipo de producción mágico-filosófica que puede ser recogido nuevamente: "la reforma de Knittel consiste en la invención de nuevo.s alfabetos con letras de formas diferentes y con un orden diverso : cosa que me parece pobre".34 4. EL ALFABET¡) FILOSÓFICO DEJUANENRIQUE BISTERFIELp
Juan Enrique Bisterfield, quien alrededor de la mitad del siglo había proyectado un "alfabeto filosófico", después' de haber reco~ gido y ordenado en cuidadosas tablas todos los términos técnicos y todas las definiciones utiliiadas en cada una de las ciendas, se refería al "alfabeto" en un sentido completamente diferente.35Rara ",,"' Bisterfield, la misma enciclopedia, ese pi.ctum mundi amphitheatrum que es '''la ordenadísima articulación de, todas las disciplinas",36se agotaba en la creación de estas tablas y en la busca de definiciones perfectas. Más que en la lógica y en el método (entendido como regla 3Z Sobre la hipótesis' de una toma de posición por parte de los jesuitas a favor de la magia y en contra .de la nueva ciencia, cf. L. Thorndike, History of Magic, cit., vol. VII, pp. 577-578. '. 33 Caspar Knittel S. J., Viaregia ad omnes scientias et artes, hoc est ars universalis scientiarum omnium artiwnque arcana facilius venetrandi, Pragae, J. C. Laurer, 1687 (Par; Nal. Z. 11263); pero véase' también la Cosmographia elementaris, Nuremberg, J. A. et W. Endteri, 1674 (Angelica, CC. 9. 13). . 34 D. G. Morhofius, Polyhistor literarius philosophicus et practicus, Liibeck, . 1132; vol. 1, p. 358. 35He utilizado los dos volúmenes de las obras: BisterfielduS redivivus,seu operum Joh. H. Bisterfieldi ... tomus primus-secundus, Hagae Comitum, ex typographia A. Vlacq, 1661. El primer volumen contiene: Alphabeti philosophici libritres (pp. 1-132); Aphorismi physici (pp.' 133-190); Sciagraphia Analysros (pp. 191-211); Parallelismus analyseosgrammaticae et logicae (pp. 212c243); Artificium definielldi catholicum (pp. 1-104); Sciagraphia Symbiot~cae. (pp. 3-, 144). El segundo volumen contiene: Logica (pp. 1-451); De ptiritate, órnatÚ~t copia lillguae latinae(pp. 1-26); Ars disputandi (pp. 21-33); Afs comóinatorip. (pp. 34-36); Ars reducendorum terminorum a:.d disciplinasliberides .M:hnrf logica (pp. 31-41); Ars seu canones de reductione ad praedicamenta (pp. 42-46); . Denarius didacticus, seudiÚ:émaphorismi bene discendi (pp. 47-49); Didaetica sacra (pp. 5(}'53); Usus lexici (pp .. 54-64) (copia utilizada: Angelica, XX,'. 9.:'4950). Del Phosphorus C(lthoUcus,seu arS me.ditandi epitoinecui si.lbjuñetuin rist consilium de studiis feliciter instituendis' he consultado-la edición- dé 1657 Lugdiini Batavorum, H. Verbiest ... : .•. ·.d ": '.i/?' .. 36 Alphaóeti philosophici libri tres, en Bisterfieldu!;' redivivuS, cit.;:·vol. Irp: L
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del intelecto y remedio para la natural debilidad de la memoria), Bisterfield insiste en la importancia de la praxis logica, que es una "artificiosa coniunctio", de los términos de la lógica y los términos de la enciclopedia, una mezcla de los instrumenta de la lÓgica y la ~nciclopedia universaI.31 Los términos trascendentales, "que son las primeras raíces de la enciclopedia universal", están en la base de la enciclopedia; el análisis (que es reducciÓn de un discurso o de un texto a sus térm~nos simples) y la génesis que es "combinación de elementos simples" surgen de estas raíces. Como subiendo por una escalera, se podrá llegar a ese artificium definiendi que posibilit
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conducirá a la comprensión de esa armonía de las ciencias que es al mismo tiempo basis et clavis de la praxis lÓgica.39 La armonía de las ciencias es la base Y'la clave de la praxis lógica. . Esta armonía es esa suavísima conveniencia por la cual no sólo todas las ciencias concuerdan con todas, sino también las partes concuerdan con las partes de cada una; y esta armanía es tan grande que hombres muy valiasos creen que no existan más ciencias sino que existe sólO'una mejor dicno, que el cuerpo y el sistema de tO'das las ciencias sea a, único.40 Para llevar a cabo este systema único, para lagrar la individuación de los términos trascendentales a los que iodos los otros pueden ser analíticamente reducibles, Bisterfield consideraba indispensable hacer una cuidadosísima lista de las cosas y de las nociones. El "teatro del mundo", con sus tablas que representan todo lo que puede discurrir la mente, se presenta una vez más como el fundamento del arte, de la lógica y de la ciencia de las ciencias: Los términos trascendentales son las raíces primeras de la enciclopedia universal, que es una ordenadísima selección de todas. las disciplinas o anfiteatro dibujado del mundo ... El artifidum definieñdi universal enseña a localizar y juzgar con -cuidado .las definiciones de todos las términos de la enciclopedia ... La praxis lógica se realiza cuando todos los términos lógicos se mezclan con la enciclapedia uni.versal ... Las tablas universales constituyen el nobilísimo alfabeto de todas las disciplinas. :Ésas deben contener tod() y representar todo aquello que la mente es capaz de pensar. Quien posea mejar las tablas tendrá más firmes las semillas de la ciencia. Esos son los talleres muy bien equipados de todo pensamiento y nos ponen ante los ojos todo lo que está alrededor y sabre 10 que podemO's discurrir ..De aquí pueden recogerse todQS los temas, todos los' argumentos; todos los axiomas, todos lQS silogismos y todQS los métodos.41 .
39Sobre las' definiciones, cf. Artificium definiendi, cit., vol. I, en particular las pp, 3, 4, 6. En cuanto a las tablas¡ cf. pp. 11, 12,15: "Tabulae fundamentales (quae sunt certae terminortUil homoge?ll0rtUilsubordinationes et coordirtati~ nes)suntfaciles, sed accuratae totius mundi totiusque encyclopaediaerepraesentationes. "'. Universailla induqtio ac structura tabularummtitur panharmo!lia turnrerum tum disciplinarum, ..· Tabula primitiva estprima simplicissima universalissimai•. 'adeoque brevissiina totius mundi repraesentatio.. eam vocabimiIs cathoIícam," . ,',totiusque enclyclopaedi¡1e ',4,0Logica, cit.,vol. II;p;325., .....• ' . '.' , '.
:'.~l;(;f. ,'Artificiu11i.(i;.efiniendi,·cit,vol.. I," p: .1.; Alph:abeti philosophici .tibri I tres, cit., vol. I,' p.ll0; Logica;cit.; vol: II¡ pp.. 330-331.
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LA CREACIóN DE UNA LENGUA UNIVERSAL
VII. LA CREACIÓN DE UNA LENGUA UNIVERSAL , 1. Los
GRUPOS BACONIANOS EN INGLATERRA: PROYECTOS DE UNA LENGUA UNIVERSAL
de su Essay Towards a Real Character and a philosophycal Language, publicado en Londres bajo los auspicios de la Real Sociedad en 1668,1 John Wilkins, al aclarar las líneas fundamentales de su prÚ'yectÚ' sobre una lengua "filosófica", "perfecta" O' "universal", remitía al lector a las páginas del Advancement of Learning (y del De augmentis) en las que Bacon había enumerado las diferencias entre los jerÚ'glifos y los "caracteres reales". Los primeros, en la medida en que son eniblemas, "tienen siempre algO' en común con la cosa significada"; los segundos "no tienen nada de emblemático"', ·son caracteres construidos artificialmente cuyo significado depende sÓlo de una convención y del hábito que se va instituyendo a partir de ésta. Tambiéri las letras del alfabetO' derivan de convenciones, AL INICIO
pero los caracteres reales, a diferencia de las letras alfab éticas , representan, "nO' letras o palabras, sino directamente cosas y nociones". 1An Essay Towards a Real Character and a Philosophical Language by JOM Wilkins, Di. D. Dean af Ripon and Fellow af the Royal Society, London, prhited for sit. Gellibrarid and for John Martyn printer to the Royal Society, 1668;p.13( copia utilizada: Ambros., Villa Pernice, 19(69). Sobre JOM Wilkins, obispo dé Chester y miembro de la Royal Society, autor del. célebre escrito The Diseovery of aWorld in 'the Moone, 1638"cf. Niceron, Mémoires, París, 1750, vol. IV, pp. 129-134.Entre las contribuciones de mayor importancia son de destacar: A. W. Henderson, The Life and Times af J. Wilkins, London, 1910; D; Stimson, "Dr. Wilkins and fue Royal Society", en Journa,l af Modern Bistory, 1931,pp. 539-563; R. F. Jones, "8cience and Language in England of fue Mid-Seventeenth Century", en Journal of Engl. and Germ. PhiZology, 1932,publicado nuevamente en el volumen The Seventeenth Century, Stándford, 1951,1 , pp. 143-160; C. Andrade, "The Real Character of Bishop Wilkins", en Annals of Science, 1936,pp. l·ss.; F.Christensen, "J. Wilkins and the Royal Society's Reform of Prose Style", en Modern Language Quarterly, 7(1946), pp. 179'ss.; R. H. SYfret, "The Origins óf the Royal Society", en Notes and Recards of the Rayal SocietYDf London, S (1948), pp. 117 ss.; C. Emery, "JOM Wilkins' Universal Language", en Isis, 1948, pp. 17¿¡.:185;B. De Mott, "Comenius and the · . Real Character in England",eil PMLA, 1955,pp. 1068-1081;"Sdence Versus Mne· ,momcs";én:Isis, 1957,pp; 3-12. Resultan poco interesantes las observaciones ",que aparecén' en el cónocidovolUIílen de . C. K. Ogden e l. A. Richards, The Meaning of Meaning,'Londres, Routledge andKegan Paul, 1948,pp. 40-44; trad. it:, Il significato delsignifieato, Milán,G¡¡rzanti, 1975. Sobre las ideas astronÓ' ,micas de Wi1kins véanse los ensayos de G. Me. Collev. en Annals Di Scienee, , 193,6-~939, en PMLA.,1937,y, eÍl Studiesin Philology!1938~, Una parte del Bssay dé ,Wilkirisfue ieeditada'eriF'.'Techiner, Beitréige zurGeschichte'def' tranzosisehen und englischen PhmÚilikiliu1'Phooographie; Heilm-oln,1889. , 180
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Es sabido desde haee tiempo que actualmente en China y en 'las regianes del Lejano Oriente se utilizan los caracteres reales, no nominales; es decir, que expresan casas y naciones en lugar de letras o palabras. De tal manera, gente de muy diversas lenguas y que está de acuerda can este tipO' de caraCteres, se comunica entre sí por escrito, y' de esta manera, un libro escrita en esos caracteres puede ser leída por cualquiera en su propia lengua ... Los caracteres reales nó tienen nada de emblemático y san de cierta manera sordos, construidos en forma arbitraria (ad placitum) y después aceptados por costumbre cÓmO' si se ~ratara de un acuerda tácito. Es claro, además, que .este génerO' de escritura exige una grandísima cantidad de caracteres que deben ser tantos coma el número de las palabras radicales (vocabularadicalia).2 En la segunda mitad del siglo, no p'ocos estudiosos ingleses de lógica y de problemas del lenguaje se dedicarán a la creación de una lengua universal y artificial que elimine la confusión de las lenguas naturales, y que supere sus jmperfecciones, estructuradapO'r símbolas que hagan referencia, nO' a los sonidos, sino .directamente a las "casas".3 En 1652 se publica en Londres un escrito d~' Francis Lodowick: The GrundwOrk or Foundation Laid (or so Intended) for the Framing of a New Perfect Language,. en 1653 aparece el Lagop'a11.~ decteision, or an Introduction lO the Universal LangUJage de Thomas Urquhart( 1611-1660), traductor de Rabelais; cuatrO' años después,' Cave Beck publica The Universal Chára.cter by Which All Nations MayUnderstand One A.nother's Conceptions,. las rabIes of the Universal Character. y el Ars signorum, vulgo charactér universalis el lingua philoso:phica de George D?llgarno (1626-1687) salen a la luz en Londres, en 1657 y 1661, respectivamente; en fin, en '1668, John Wilkins (1614~1672) publica el ya citado Essay Towards a Redl Charaqter and a Philosophical Language. , Para comprender el significado de estas obras (y de las otras del mismo tipo) y su función histórica; para comprender la atmósfera cultural de la que se álimentaron y. de la que derivaron las razones de su difusión y su éxito, será necesario tener en cuenta tres grandes fenómenos' históricos que caracterizan'· (en lo que aquí concier-' ne) la vida intelectual inglesa en la primera mita'd del siglo XVII. Se trata: 1) en primer lugar, de, la profunda influencia ejercida en Inglaterra por la obra de BacO'n y por los grupos "baconianos" de. la Real Sociedad, empeñados en la dura lucha en cO'ntra de la retórica de fines del humanismo y en la defensa apasionada de la nueva , 2 Cf. F. Bacon,Warks, a eargode J. Spedding, R. Lo Ellis y.D.D. Heatb, 7 vols., Londres, 1887-1892,vol. 1, pp. 650-651;vol. III; pp. 399-400/' , , 3 Sobre los lenguajes universales en la Inglaterra del siglo XVII:. O. Funcke, Zum Weltsprachenproblem in Er¡,glánd'im 17 Jahr., Heidelberg;'1929y his hreves indicaciones.cOIltéj;Jidas éTIL. CQuturát-L. Leau, Histoire'de':lalangiie universelle: París; 1907ipp"J~-28 (ef.la reseña de G. Vailati,'Scr,itti,Florenci,a; 1911,pp. 541-545).' i, • ' . '\ i
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LA' CREACIÓN DE.UNA LENGUA UNIVERSAL
LA CREACIóN DE UNA LENGUA UNIVERSAL
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ciencia; 2) en segundo lugar, de esa gran "revolución" (que no fue sÓlo "mental" porque abarcÓ no sÓlo las ideas y la cultura, la literatura y el modo de pensar, sino taml:Jién las instituciones ·acádémicas y científicas, así como la forma de enseñar, de aprender y de vivir) y que diO.lugar a los grandes progresos de la "filosofía experimental" y de los estudios físico-matemáticos; 3) en tercer lugar, se trata de la profunda resonancia que la obra, la enseñanza, las utopías y las esperanzas de Juan AmÓs Comenio tuvo en muchos ambientes de la cultura filosÓfica, política y religiosa de la Inglaterra del siglo XVII. Comencemos entonces por BacÚ'n, también porque sus afirmaciones sobre los caracteres reales (el término tendrá una suerte notable en Inglaterra) Y su posiciÓn en relaciÓn con el problema del lenguaje constituyeri, en todos estos tratamientos de lengua universal, presupuestos implícitamente (aunque casi siempre en forma explícita) presentes. Richard Foster Jones ha escrito páginas, de gran imporc tanciasobre el carácter "materialista" de las. teorías lingtiísticas de Bacon, en las cuales demuestra, entre otras cosas, la influencia de las tesis baconianas en esa "revolución estilística" que caracteriza el desarrollo de la prosa secular (textos de historia, de filosofía natural, de política) y religiosa (libros de edificación, prédicas, plegarias) en Inglaterra durante la Restauración.4 Foster Jones habló de una "antipatía de Bacon p()r el lenguaje" . En realidad, se trata de algo más que de una "antipatía"; la actitud de Bacon está basada en la convicciÓn de que el1enguaje, como todos los productos del espíritu humano, constituye o puede constituir un obstáculo (del que, sin embargo, y como criaturas 'humanas IlO podemos pasar por alto) para la comprensiÓn de lá realidad, o sea, en otras palabras, algo que seinterpone entre el hombre y los hechqs reales o las fuerzasde la naturaleza. Para "acercarsea las cosas" es necesario, por unládo, rechazar lÚ's nÚ'mbres que no corresponden a cosas leales; por el otro, aprender a crear palabras que respÚ'ndan a la reaJidad efectiva de las cosas: Losidola que se imponen al intelecto por medio- de las palabras ':-afirmaBacon en el parágrafo 60 del N ovum Or~antt1f/';- son de dos tipos: ó sÚ'n'nombres de cosas que no ~xisten, o son nombres de cosas que existen; aunque sean confusas, mal definidas y abstraídas de las cosas de manera rápida y parcial. Las primeras están ligadas a determinadas teorías fantásticas (la
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s~erte,el primermÓvil, etc.) y, mediante el rechazo deesas espbsible.liberarse· de.ell~s. En el caso de los segundos,yl ,. , .' ""
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',}Ademásdcl tm~ayÓ arriba. inclic~do"v~{l~;e:Scie.nce .and .English .Frase StyléinthéThirdQuarteraf the.Seventeenth Cel1}ury,- Science and Criticism jnJf!~1Y.ea{;l4s..sicalAge of.·Englishfiter;atur~, ..táDjbiénéstos reeclitados' en el volUmenThe Sevente~th c;entury, cit.; pp. 41~74;}.5-110. '..•
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ma es mucho más complejo, ya que se trata de tma inexperta "abstracciÓn de las cosas" que ha dado lugar a nociones confusas. Estas afirmacione~ permiten aclarar más tarde la posición de Ba- " con frente al lenguaje ; las nociOnes deben abstraerse correctamente de las cosas y deben corresponder a ellas; si la nociÓn ha sido' concebida de manera vaga e imprecisa, el nombre resiente esta vaguedad e imprecisión. Además, los nombres atribuidos a las cosas, las palabras, ejercen a su vez una acción sobre el intelecto: las palabras que indican nociones vagas "actúan y reflejan su fuerza ene1 intelecto" y condicionan de manera negativa su misma busca de nociones precisas. De esta manera, las palabras "reflejan sus rayos y sus imágenes hasta el fondo de la mente y no sólo dañan la con1unjcaciÓn sino también el juicio y el intelecto". Cuando, median- .te una observación más cuidadosa y de una operaciÓn más atenta de "abstracción", se intenta hacer corresponder mejor las palabras con la naturaleza, "las palabras se rebelan" y dan lugar a controversias estériles que tienen por objeto, no la realidad, sino sólo los nombres y las palabras. El intento por utilizar definiciones precisas del tipo que utilizan los matemáticos no le parece muy Útil a Bacon: "tratándose de cosas naturales y materiales, ni siquiera lds definiciones pueden remediar este mal, ya que las mismas definiciones están hechas de palabras y las palabras generan, otras palabras". Esta conclusiÓn era muy significativa;y la crítica que hace Bacon del término "húmedo" en el Novum Organum es útil para entender su punto de vista: 10 equívoco deltérrhino "húmedo" depende de lo equívoco de la noción de "húmedo", que indica multiplicidad de comportamientos diversos y que ha sido"abstraída de manera superficial y sin las debidas comprobaciones sólo' del' agua y .de los líquidos comunes y corrientes", Frente a esta variedad de significados, .' para Bacon no se trata de dar una definición que deterinine el ~ampo de aplicación del término "húmedo", predeterminando el posible uso de ese término y limitando su sentido, sino de elaborar/sobre la base "de un estudio de los casos particulares, de>susseries y de su orden", una nociÓn que conduzca nuevamente a la unidad de los diversos comportamientos y que sirva de criterio para explicar esta diversidad. Sin embargo, la validez de este criterio. dependerá, en todo caso, de la mayor o menor correspondencia alascósasde las nociones así elaboradas: Se entiende de esta manera como Bacon pueda llegar a una identificación de los términos "nociÓn" y "palabra" (Umala et inepta verborum impositió","nomina .temere a,rehus abstracta", etc.) .que contrasta .con .las ...• algs~ones .coIlvensiop.(llista§· 'que, no obstante, están presentes en su .t.ratamiento dyllenguaje. En conclusión: lo -que' Baconnp', e~tá, dispuesto a aceptarAenin'guna' maneraesli.Ila 'teoría que id,eIltifiqueJa:y~r,dadd~ll11aJ?r!?po: . sición cÓn la coherencia lógica entre los términos que compqnejiJa <
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proposición misma; la investigación conduce continuamente a las cosas, a las cualidades sensibles, a las propiedades. de los cuerpos. La inspiración "materialista" de esta concepción del lenguaje se hace evidente cuando Bacon. crea una especie de. gradación que refleja "los diversos grados de aberración Y ,de error presentes en las. palabras": el género de nombres menos defectuoso es aquel de los nombres de algunas sustancws bien conocidas (arcilla, barro, etc.); el más defectuoso es el género de nombres que indican acciones (generar, cOJ;'romper, etc.); el más defectuoso de todos es el género de nombres que indican cualidad (grave, denso, ligero, etc.).5 Al contraponer las "cosas" a las "palabras", Bacon había insistido en la necesidad de un lenguaje que remitiera a las· operaciones o fuerzas presentes en la naturaleza, había insistido en los peligros presentes en el uso del lenguaje, había pensado en una lengua artificial, compuesta por símbolos de todas las "palabras radicales" que pudiera eliminar algunos o muchos de estos peligros; Pero Bacon _y esto es asimismo importante~ había sido tambiéri el leader del anticiceronianismo, se había convertido en defensor de los aforismos breves contraponiéndolos al estilo espeso de los. seguidores de Cicerón, y había sostenido la necesidad de un regreso' al estilo "elegante" o "senequista" que aspiraba, a la expresividad' y la claridad, un estilo cercano a la "brevedad" de los estoicos, "grave" Y "sentencioso", lejano de los embellecimiento s retórico s, de los adornos estilísticos y del uso de las analogías y de la~ metáforas. Bacon había polemizado en contra de las "disputas de palabras" escolásticas y había contrapuesto al lenguaje enusq en las escuelas una lengua breve y esencial, precisa y rigurosa, capaz deponer nuevamente al hombre en contacto con el mundo-:-después de tantos siglos de "enceguecimiento voluntario".6 . En los escritos de los seguidores y de los, a.dmiradores' de Bacon y en las obras de muchos de los máximos. defensores de lá nueva ciencia encontramos, reafirmadas de manera enérgica, las posiciones ahora descritas. Bastará algún ejemplo. John Webster, capellán de la armada del Parlamento, encendido defensor. de la filosofíabaconiana, ataca. con extrema violencia ---,-en el Academiarum Examen, Londres, 1653- la retórica y la oratoria que "sirven sólo para adornar y son solamente el hábito y las vestiduras exteriores de ciencias muy sólidas". Webste~ recha?:a·los estudios:gramaticales queje pa~ , :5-Cf.F. Bacon, Works, ..~it., vol.III,·p: 5&1 (Redargutio philosophiarum); sobre los idola. fori: vol,'IIl, pp. 396-397 (AdvancemelÍt); vol.IIl, p. 599 (Co-
gitata,etvisa) Y NovumOrganum,J,15,.16,43,·59,.60/ , : •. 6 .Cf;M. W; Croll,.:~AtticProse inthe SeYenteerithCentury~',en StUJdies in Philology, 1921,' pp. 79-12~.; "AUic prose': Lipsius,.M()ntaigne,Bacon; en. Sé1z'elling Anniversary' Papers;' NueVa.York, 1932;. "The' Baroque'Style of Prose", en .Studles in Eñglish fhilO1ogy/'Q.·N{isceWmYin H9flouriofF. Kláebei-, Minnea¡:fblisj':1929: '.' , . :y·,jf;':'¡:f)'>'~'.Ci·':';"";";·'piÍi.('\ .. ;,"C;"',,<: , ,:[; : ..,
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recen inútiles para lograr un verdadero progreso del conocimiento e insiste en lo' oportuno de un "modo de escribir simbólico yemblemático" que supere la confusión y las imperfecciones de las lenguas naturales.7 En lasConsiderations Touching the Style 'af the Holy Scriptures de Robert Boyle (escritas y publicadas en 1653 y 1661, respectivamente), encontramos un fuerte desprecio por' todo embellecimiento inútil del estilo. En un pasaje autobiográfico, el mismo Boyle contraponía su inclinación por la filosofía experimental y por el conocimiento de las cosas a su aversión y desprecio por el estudio de las palabras, e insistía también en la ambigiledad y en' el "libertinaje" de los términos científicos que resulta perjudicial' para el progreso de la verdadera filosofía: "mi inclinación por un saber real ha generado en mí aversión y desprecio por el e,studio vacío de las palabras".8 Robert Boyle se había interesado durante mucho 'tiempo por los problemas de una lengua artificial; Joshua Childrey, otro ferviente baconiano, que en su libro Britannia Baconia {Londres, 1660) afirma que "el rostro de la verdad no debe .desfigurarse embadurnándo10 con los afeites del lenguaje", aborda ampliamente el problema de los daños que la confusión de 1as lenguas naturales provoca en la ciencia. También Thomas Sprat, cuya Histáry of the Royal Society (1667) refleja las opiniones de sus colegas, condena el uso de las metáforas, la viciosaaburidancia de las frases y la continua variabilidad de las lenguas, así como muchos otros males de los que deben liberarse los hombres de ciencia.9 Al defender a la Royal Society de los' ataques de Henry Stubbe que' había osado atacar a todos los "true-hearted virtuous intelligent disciples of our Lord Bacon", George Thompson escribía en 1671: . '-.
Obras, no palabras; cosas, no pensamientos; química,' no filología; operaciones, no meras especulaciones: esta puede justificamos a nos~ otros los médicos. Para evitar que de ahora en adelante puedan ser tan injustamente satíricos con nosotros, los nobles Experimentadores que han entrado sin duda en la justa vía para descubrir la. verdad de las cosas.10 7 J. Webster, Academiarum examen,' Londini, 1653, pp. 21, '24 Y ét.R. F. Jones, The Seventeenth CenturYi cit., p¡i 82, '147-148. ... " 8 The Worksof the Honourable Roben Boyle¡ a cargo de T.Birch, Londres, 1772, vol. 1, pp. 11, 29-30; vol. Il, pp. 92, 136; vol. IlI;pp. 2, 512; vol. IV, p. ,365; vol. V, pp. 54, 229., ' .... ' . ",9 Thómas Sprat, .The History of the. R?yal SoCiety Di Lon,don" Londf~' 1667, pp. 95-115. Cf~ H. Fisch and H. W.Jones, "Bacon's Influence on Sprat's History'~,en Modern LariguagéQUflrterly, 1946:'· -, ,.. 10 George Thompson, Mto'o%uf-tLu.,;Londres, 1671,;'PP. :>1,40. Cf.R.';F. ,rones, en The SeventeenthCentury, cit.,Pf 145" En:la 'traducción sepierqCll,la~ a.so-' ,nancias ,entre las copias en cont!1ip9sición: Works-Words ;'-::,!'hings~Thihking; >
>Pyrotechnié:Philologie."
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Las investigaciones dirigidas a la creación de una lengua "filosófica" o "perfecta" encontraron un terreno favorable en la atmósfera cultural que. hemos descrito brevemente. Las exigencias de claridad y rigor y los proyectos de una lengua simbólica se alimentaron también, sin duda alguna, del desarrollo de los estudios matemáticos, aunque sería una empresa desesperada sostener que las lenguas universales dependan o deriven históricamente de ese desarrollo. El "rigor" de las demostraciones matemáticas, el amplio uso de "símbolos" en matemáticas contribuyó, sin embargo, a réforzar la idea de que fuera posible, para los científicos, reducir su estilo a la "simplicidad matemática" de la que hablaba el baconiano Thomas Spraten su History of the Royal Society: El1bs han tenido la constante resolución de rechazar todas las amplificaciones, digresiones o ampulosidades del estilo; han querido regresar a la primitiva pureza y brevedad, al momento en que los hombres expresaban muchas cosas con un número casi igual de palabras. Han solicitado a todos los miembros de la Sociedad: un modo de hablar . discreto, sin adornos, natural; ..expresiones positivas, sentidos claros; una natural facilidad, la capacidad de llevar todas las cosas, lo inás cerca posible, a la claridad de las. matemáticas; 'una preferencia por el lenguaje de los artesanos, de los campesinos y de los comerciantes más que por el de los doctos.u A conclusiones
más precisas que las del mismo Sprat llegaban los estudiosos que habían tenido, al menos en parte, la influencia de las posiciones de Hobbes y que habían aceptado su definición de los "términos" como símbolos de relaciones y de cantidad, así como su concepción del lenguaje como "cálculo". Desde este punto de vista es típica la posición de Seth Warq, profesor de astronomía en Oxford, , que ve en la "escritura simbólica inventada por Vieta, mejorada por Harriot y perfeccionada por 'Oughtred y Descartes", el mejor remedio 11 la excesiva verbosidad de los matemáticos. De acuerdo con Ward, ese tipo de escritura puede extenderse a todo el lenguaje de modo que "puedan encontrarse símbolos para cada cosa o noción"; apropiados y tales qtiep.uedan eliminár toda confusión~ Con la ayuda' de la lógica y las matemáticas (by thehelpeof logick and matheinaticks), todos los discursos podránresolversé en enunciados (resolvedinsentences), éstos en palabras (words) y, yaque'las pala.bras significan nociones simplÉ~s o pueden.resolverse en ellas (either simple notions orbeing:resolvible iniosimplenotions), una vez lo. calizadaslas nociones'simples y una ,:vez que han sido asignados ;:Ios~síinbolos;a' elIás,séráposible' lograr:un .discurso rigurosamente '""',i-c"-'-'
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demostrativo que sea capaz de revelar (y la aclaración es importante) la naturaleza de las cosas (the natures of things) : Un lenguaje de este tipo, en el que todo término sería una definición Y contendría la naturaleza de la cosa, podría denominarse, no injustamente, como un lenguaje natural, y podría realizar esa empresa que los Cabalistas y los Rosacruces' han tratado en vano de llevar a cabo cuando buscaban en el idioma. hebreo los nombres que Adán' había asignado a las cosas.U WiI1iam Petty, miembro de la Real Sociedad y gran precursor en los estudios de economía política, trabajó también, despues de la mitad- del siglo, para lograr una lengua universal compuesta por caracteres "incomparablemente más fáciles que los actuales", así" como en un Dictionary of sensible words que ofreciera la tenninología necesaria para el mecanicismo hobbesiano. "El diccionario del que he hablado -escribe' en 'una carta a SouthweII_ tenía como objetivo traducir todos los términos utilizados en la argumentación Y en las materias más importantes a otros términos equivalentes que fueran signa rerum et motuum." 13 También Robert Boyle, en una carta de marzo de 1647, había visto en el carácter inierlingiiís_ tico de los símbolos matemáticos una prueba de la posibilidad de construir una lengua compuesta por caracteres reales: Si el proyecto de un Carácter Real pudiera llevarse a efecto,' será posible restituir al género humano aquello que llegó a perder a causa de su orgullo en la época de-la Torre de Babel. y ,en verdad, dado que todas las naciones de Europa entienden de igual manera nuestros .caracteres aritméticos. " no veolaimposibiIidad de hacer con las pala~ bras -lo que habíamos hecho ya con los números. a Los mismos cultivadores del álgebra y de las matemáticas no ,fueron' ' ajenos a estas discusiones acerca del lengUaje, la escritura y los símbolos. Hemos visto ya cuáles fueron las opiniones sobre este argumento del astrónomo y matemático Seth Ward, pero' también en los escritos delmaÚ~mático John WaIIis el problema de los caracteres y de las notás que deberían utilizarse en el álgebra se presentaba como .un aspecto del problema más' general de los signos de las . cifras y de las escrituras.'Profunda~erite , interesado por el .
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12 Seth Ward, Vindiciae academiarurri, , Londies, ·1654,pp. 2O-21~ Cf. R E. Jones, en TheSeventeenth Century, cit, pp. 151~152. . '< . ,13 Cf. The petty Papers (ed. Marquis af Lansdowne), 2 vals.; Londres, 1927; .vol. I, pp. 150-151;Petty-Southwell Correspondence: 1676-1687 (ed. Marquisof Lansdowne), Londres, 1928,p. 324. Pero véase también el Advic,e to Hartlib, 'Londres, 1648,pp. 5 SS., en el que se alude al.problema' de los caracteresreales. .voL!; p.22.,del 19 de marzodeJ647 . , , en Works, a,cargo de T.'Birch, ,ea Cárta a Hartlib,
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LA CREACIóN DE UNA LENGUAUNIVERSAL
arrollo histórico del álgebra, Wallis destacaba, en las páginas del De algebra, las ventajas de los characteres o las notae compendiosae de William Oughtred frente a la simbología demasiado prolija de Viete. En la Mathesis universalis de 1657 encontramos numerosísimas referencias al problema de la escritura en general y especialmente de la escritura oculta. En el Df loquela sive sonorum formati011Je,que antecedía a la Grammatica linguae anglicanae, Wallis se había detenido ampliamente en las cuestiones referentes a la gramática.y los sonidos. En el De algebra encontramos, alIado de un ferocísimo ataque a la incompetencia matemática de Hobbes y a sus "torpes paralogis~os", un amplio capítulo dedicado a ilustrar las ventajas que tienen para el matemático las técnicas dedicadas a reforzar la memoria.u 3. Los
GRUPOS COMENIANOS: LENGUA UNIVERSAL Y CRISTIANISMO UNIVERSAL
La influencia ejercida por las enseñanzas de Comenio en los proyectos de una lengua universal ha sido minuciosamente documentada.~6 Ningún libro dedieado a la lengua perfecta había apárecido en Inglaterra antes del viaje de Comeilio a Londres en 1641; des-' pués de ese año se da un verdadero y real florecimiento de estos textos. No se trataba de una coincidencia: Samuel Hartlib-que durante muchos años había estado en contacto con Comenio y que 15 El De algebra trtu::tatus historicus et praetieus eiusdem origines et progressus variosostendens aparece en el segundo volumen de las Opera mathematica, Oxoniae,ex Theatro Sheldoniano, 1695,3 vols. (coViautilizada:' Braid. C. xvn. 9.523,.1~3).Sobre Jos caracteres de Vit~te y de Oughtred, cf· las pp. 69-73.Para las re~erencias a la escritura que aparecen en la Mathesis uniyersdlis, sive arithmeticum opus integrum. tum philologiee tum mathematiee traditum, ef. en la misma ed. de las obras, el vol. 1, pp. 47 ss. En relación con' el ataqué a Hobbes, cf. Opera, vol. 1, p. 361 (pero sobre este argumento
y
sobre los numerosos .escritos antihobbesianosde Wallis, ef. G. Sortais,
La
philos'ophie moderne depuis Bacon jusqu'a Leibniz, París, 1922,vol. n,pp. 289292),:sobre la memoria, véase el capítulodel "De algebra (en Opera, vol. n, pp. 448-450)que lleva por título De viribus menwriae satis intentae, experi. mentum: .La.primera edición de la Grammatica linguae anglicanae cui praefi. gitur de lÓquela sive sonorumformatione traetatus grammatied-rhysicus es
de 1653.Hecorisultado la cuarta ed.: Oxoniae, typis L. Lichfield, 1674(Braid. tt VI. 51). Sobre el WaIlis matemático, cf., además de los corrientes manuales .ciehistoTÍa delasmatemáti~as, J. F. Scott,Mathematieal Work of J. Wallis, L0IJ:dr:es, 1938,la obra gramatical ha sido eStudiada por M. Lehnert, Die Grami1iatik des J.iWallis, Breslau, 1936.vi .' ' .. :,16Cf.D. LStiffison,.!'Comeniusahdilie Invisible ColIege",én Isis, 1935, . pp:38J:388;Scientists and.Amateurs, Nueva York, 1946;B. De Mott; Comenius af¡,~tJ¡e,RealCharaéter'inBnglartd,cit.; sobre las. relaciones Comenio-Wilkins, ef. 11\ÍI:Spiúká,J. ckComenius,· U1ilt.·lnc01npárable Moravian, Chicago, 1943, págÍJjas72-75. "
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apareció a los hombres de su tiempo coma el defensor y difusor en Inglaterra de la obra comenianafue apasionado partidaria y editor de obras sobre la lengua universal. Hartlib publicó en 1646 la obra de Lodowick (A Common Writing); apoyó numerosos intentos por crear un vocabulario de lÚ's términos esenciales; mantuvo correspÚ'ndencia cÚ'n Boyle acerca de estos problemas y contribuyó a la publicación del Ars signorum de Dalgarno. En los escritos de Henry Edmundson (Lingua Linguarum) y de John Webster (Acadec miarum examen, 1654) encontramos referencias explícitas a Comeni o, mientras que John Wilkins, el más cÚ'nocido y célebre entre los teóricos de la lengua perfecta, fue ayudª-do y' estimulado por otro discípulo inglés de Comenio con el que tuvo fuertes relaciones de amistad: Theodor Haak. El mismo Comenio, al dedicar ~n 1668 ala Real Sociedad. su Via [ucis vestigata et vestiganda, afirmaba que la obra de Wilkins, publicada en el mismo año, representaba la rea~ lización de sus programas y de sus más altas aspiraciones. Exactamente en la Via lucis, que circulaba en una copia manuscrita en Inglaterra desde 1641, Comenio había retornado más ampliamente las observaciones de Bacon sobre los "caracteres reales". Los caracteres simbólicos utilizados por los chinos -escribíapermitén que hombres de diferentes lenguas se entiendan recíprocamente; si tales caracteres parecen ser algo. bueno y provethoso, ¿por qué no podrían dedicarse nuestros estudios al descubrimiento de un "lenguaje real", es decir, al descubrimiento "no sólo de una lengua, sino del pensamiento y de las verdades de las cosas mismas"? Si la multiplicidad de las lenguas . se deriva de la casualidad a de la confusión, ¿por qué no se podría, haciendo uso de un procedimienta consciente y racional, crear una lengua única que fuese elegante e ingeniosa y que fuera capaz de superar esa nociva confusión? Si tenemos la posibilidad de adaptar nuestros conceptos a:las formas de las cosas, ¿por qué ,na deberíamos tener la posibilidad de adaptar el lenguaje a expresiones más exactas y a conceptos más precisos? 17 El problema de una lengua universal es central en la obra de Comenio; la exigencia de una mayor precisión termin9lógica y de un lenguaje más claro, accesible y rigurosa están presentes sin duda en su pensamienta, pero en el fondo de su proyectÓ no existían,preocupaciones de "metodología" ; aparecían, en cambio, esas aspiraciones típicamente "religiosas" que habían encontrado expresión en los textos del lulismo y delneoplatonismo y e1f las ideas de una paci~ 17 En relación conla Vid [uds,que no logré ver en el textq'origi)1al,he utilizado la traducciórideE. T.. Campagnac:The 'Wayaf LightofComenius, \, Londres, 1938.Para el pasaje aquí citado'cf.1asprp. 186>-189: .
LA CREACIóN DE UNA LENGUA UNIVERSAL
LA CREACIóN DE UNA LENGUA UNIVERSAL
.ficación universal -con base en una lengua común-, sostenidas par panteístas, cabalistas y rasacruces. Será oportuno recordar, más que los textos de los lulistas, la fe de uno de los maestras de Comenio ,-Johan Valentin Andrea- en una mística armonía de las naciones (la respublica christianopolitana) realizable mediante un nuevo lt;~nguajeuniversal, y las observaciones de Jakob Bohme, un pensador muy conocido para Comenio, acerca de un lenguaje originario de la naturaleza (Natursprache) que ha sido. opacado por la confusión de las lenguas y que debe ser reconstruido y comprendido nuevamente para lograr la salvación del género. humano.18-"Tambiénpara Camenio -coma para los seguidores de Lulio y de Andrea-'- el lenguaje real o "la perfecta lengua filasófica" tiene dos objetivos fundamentaJes: 1) poner al hombre en renovado contacto con la armonía divina que está presente en el universo, mostrándole la plena coincidencia entre el ritmo del pensamiento. y el ritmo. de la realidad, entre las cosas y las palabras; 2) presentarse como la única base posible para lograr la plena m· conciliación del género. humano, y para llegar a una paz religiasa estable. Comenio había vista en la multitud y variedad de las lenguas el mayor obstáculo para la difusión de la luz y para la penetración de la pansofía en tados los pueblos. Cuando.se cree "una lengua absolutamente nueva, absolutamente clara y racional, una lengua pansófica y uriiversal,. sólo. entonces las hombres pertenecerán a una sola raza y a un solo pueblo". Pico y Sabunde, Cusano y Guillaume Pastel habían insistido. en la pax philosophica, en la concordia mundi y en la unidad del género humana, y. precisamente a esta tradición se remitían las esperanzas milenaristas de. Comenio. Sin embargo, y durante la Reforma, se había discutida ampliamente en los ambientes más diversos sobre la importancia y el significado de los desacuerdos de carácter termihológico, sobre la necesidad de una lengua común y sabre la Gportunidad de preservar los el~mentos comunes de la fe, abandonando. las vanas "disputas de palabras". No es ciertamente el caso de afrontar aquí un prúblema tan complejo, pero vale la pena -aunque sea con objetivos muy limitados- indicar algunas posiciones características. , William Bedel (157H642), que fue uno de los mayores defensores' del irenismo y de la coriciliaciónentreluteranos y calvinistas en' Inglaterra, atribuía un carácter sobre. todo verbal a las contro'versias entre l~ssectas y estaba profundamente interesado en los proyectos de Comenio y de los comenianosingleses acerca de una lengua universal. Pero también en los escritos' de los teóricos de
la lengua universal este interés religiaso aparece a menudo en primer plano. La lengua filosófica -afirma Wilkins- aclarará las actuales divergencias en materia religiosa y éstas demostrarán ser inconsistentes cuando el lenguaje sea liberada de toda, imperfección y equívoco. La eliminación de los equívocos lingtiísticos contribuirá ampliamente, de acuerdo cpn Cave Beck, al progreso de la religión en el mundo.. William Petty quiere traducir todos los términos utilizados en las argumentaciones a otros términos que sean signa rerum, ("traducir todas las palabras utilizadas en las argumentaciones y en temas importantes a palabras que sean signa rerum"), sostiene que existe una distinción entre términos significantes y términos carentes de significada, concibe todo el uso del diccionario en función de una clarificación de los términos de la vida religi'osa. Determinando el significado exacto de God y de devil¡ angel y world, heaven y hell, religion y spirit, church y christian, catholic y pope, se llegará a la conclusión de que las disputas y las guerras entre las diversas sectas están fundadas en divergencias terminológicas y que existe, en cambio, la posibilidad de un acuerda efectivo sobre las nociones y las cosas. También en el Ars signorum de Dalgarno encontramos una tentativa de este tipo, realizada medianteiun cOIÍlplicado sistema de división de los conceptos y de símbolos apropiados.19 En la History of the Royal Socit:ty, Thomas Sprat habla de una "filosofía de la humanidad" que supere las diferencias y las hOSe tilidades de carácter religioso: "dedicarse, no a,la fundación de una filosofía inglesa, escocesa, irlandesa, papista o protestante, sino a la fundación de una filosofía del género humano". No se trata sólo de la convicción de que la nueva "filosofía experimental" pueda hermanar a los hombres más allá de ··las separaciones políticas y de las diferentes convicciones religiasas; se trata también deja espe" ranza que la misma organización científica pueda constituir un.mela dio para lograr el restablecimiento deJa concordia mundi,de unidad religiosa y espiritual del género humano. D~ igual manera, Bacon había entendido la nueva ciencia: como instrumento de re. dención universal del pecado. origina1.20 Si se' renuncia. a proyectar nuestros problemas en el pasadÓ para atribuirlos a las hombres que escribieron a mediados del.sigIoxvII, será necesario darse cuenta de que .los proyectos de una ,lengua "perfecta" o '''universal'', sobre los cuales trabajaron hasta. el cansancio muchos estudiosos en aquellos años, se alimentaban de la
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..18Cf. J.V.Andreae,·Eama fraternitatis,J616,pp. 3, 12·13,cit. en B. De Mott, Comenius. andAhc RealChardi;tl;f"cit,/ p; ··.1070;.Jakob Bohme, Sammtliche Werk~,a cargo cÍex'W. Schiebler,Leipzig,J922,voLIV, pp,83 SS.' <
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.:19. The petty Papers, cit., vol. 1, p.150; G. DcJgar,no,"Ars. signorum';¡.en The Works af G. Dalgarno, Edimburgo, 1834; pp. 22-23, . , ;20 Para el pasaje de Thomas Sprat; citado .eneLtexto,cf. The History; ••; cit., p. 63. Sobre la-unidad religiosa comofin.de la organizacióncientífica"insiste también .Samue1·Hartlib.,En relación cQnesta posición; cf. G',.H. Tumbull, S."Hartlib: ad,Sketch of HisJ#e ,andoHisRelations,tol. A, Comeniús,I:.on~ dres,1920; Hartlib, Duryand Coinenius, Londres, 1947,p. 75.
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atmósfera cultunil ligada al nacimiento de la nueva ciencia, de los progresos de la física y de los de las matemáticas, pero no sólo pretendían ofrecer aclaraciones semánticas a los estudiosos de filosofía natural. ESas "lenguas" tenían objetivos muy amplios y finalidades más ambiciosas: pretendían ser instrumentos de redención total, medios 'para descifray el alfabeto divino. Se relacionaban históricamente con los sueños de pacificación y con las utopías milenaristas de esos autores a los que nos hemos referido en los capítulos precedentes. 4.
LA CREACIÓN DE UN LENGUAJE PERFECTO
En el Ars sign9rum de George Dalgarno y en el Essay Towards a Real Character de J ohn Wilkins encontramos consideraciones sobre los jeroglifos y los alfabetos, sobre las escrituras normales y las cifradas, capítulos dedicados a discusiones sobre el lenguaje y la ló.gica, sobre la gramática y la sintaxis, páginas y páginas en las que se procede a una clasificación minuciosa delos elementos y los meteoros, las piedras y los metales, las plantas y los animales, las actividades humanas y las artes liberales y mecánicas, diccionarios de los. términos esenciales· propios de las diferentes lenguas, diccionarios "paralelos", en fin, encontramos la propuesta de una lengua artificiaPl . Es el mismo enredo de temas, para nosotros los modernos tan singular y caótico, que hemos encontrado tantas veces en esas obras y en esas enciclopedias que, directa o indirectamente, se remiten al filón lógico-enciclopédico del lulismo. Por amor a la claridad y la brevedad, además de facilitar al lector el acceso a este material, se tratará en las próximas páginas de individualizar, enumerándolas sucesivamente~ algunas 'tesis referentes a.la lengua perfecta o universal que revisten una importancia central y que aparecen relacionadas entre sí. La exposición del contenido de las diferentes obras servirá d~ vez en cuando para documentar y pára aclarar el significado de cada· una de las afirmaciones que siguen. 1) Los teóricos de la lengua "perfecta", "filosófica" o "universal" parten. de la contraposición entre lenguas "naturales" y lenguas "arti21 La:obra deJohn Wilkins está subdividida en cuatro partes: prol~gomenLl; Universal philosophy, Philosophycal grammar, Real character and philosophi. cal language. El Jítulo de la obra de Dalgarno es el siguiente: Ars signorum: vulgo character universalis et lingua phildsophica, qua potuerunt hominesdi .. versissimorum idiomatum spatio duarum septimariarum omnia animi swi sensa ríon· minus intelligibiliter; .sivéscrivenCto sive loquendo, mutuo communicare, quam lingms propriis vemaculis .. Prtieteréahinc etíaÍn potuerunt iuvenes philosophiae princiPia et veram logices praxin citius et facilius multo imbibere .tjitam ex. iJulgaribus philosophorul1l'scriptis, Londini, excudebat J. Hayes sump· . tibtiS:áuthoris, 1661. (COpias"utiliiadas: AmbroSiana; Villa Perirlce; 1969 y Par. Nal..V.35875.) . . " .l" ..", ... '.: ,:' ;.",::\., ..'; '" .. :':" .'
LA CREACIÓN DE UNA LENGUA UNIVERSAL
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ficiales", y pretenden crear una lengua artificial o sistema de signos que resulte comunicable y comprénsible (y por lo tanto utilizable, tanto en el lenguaje escrito como en el hablado) independientemente de la lengua "natural" que en realidad se habla. Los caracteres que componen la lengua son "effables" en todo "distinct language"; en todo caso, no es forzoso que las reglas de la lengua universal coincidan con las reglas propias de las lenguas natuniles.22 2) La lengua artificial es posible por el hecho de que las riociones internas o comprensión de las cosas (internal notions or apprehension of things) o imágenes mentales (mental images) son comunes a todos los hombres, mientras que los nombres atribuidos a 'las nociones y a las cosas son, en las diferentes lenguas naturales, sonidos o palabras (sounds ar words) surgidos de la convepción o del caso mediante los cuales se expresan, de manera' diferente en. cada lengua, las nociones internas o imágenes mentales. Por lo tanto, :y en el estado actual de las cosas, a nociones comunes no. corresponden expresiones (expressions) comunes; Crear artificialmente estas últimas es, en efecto, la tarea que se proponen los teóricos de da lengua universal.23 . 3) La lengua artificial (que hará corresponder,ál acuerdo ya pre-sente en la esfera· de las imágenes mentales también eLacuerdo en las expresiones) constituye por lo tanto un remedio eficaz a la babélica confusión de las lenguas y podrá eHininar lo absurdo, las dificultades, las ambigliedades y los equívocos de que están llenas las diversas lenguas "naturales".' ' .... '. " .' Toda la primera parte.(Prolegomena) de la obra de Wilkins está dedicada a un examen, bastante amplio y detallado; de la situación en la.que se encuentran las diversas lenguas, delastransfdrmacio: nes y de las corrupciones (changes and corruptions) que se.verifi- . can en ellas, de sus defectos (detects) y del problema del, origen del. lenguaje. Wilkins parte del presupuesto -común' a todos' estÓs lbidem, To the reader., .. , lbidem, p. 20: "As men do generaHy agre(; in the spme'principle of reáson, so do they likewise agree in the same internal notion or apprehensivn af lhings. The external express ion of these mental notions; wherebYl1len cornmunicate their thoughts to one another, is eitherto the ear, or t() the eye. To the ear by sounds, and more particUlarly by articulate voice andwórds, Tothe'eye by :my thing that is visible, .motion, light, colour, figure, andmóre particulaily by writing. That conceit which men have in their minds COnCéITIinga horse or tree, isthe notion or mental image of thatbeast or naturalthing, ,of 'such a riature, shape and use. The names given to thesein severallanguagesi.ar~ such arbitrary sounds or words, as Nations of men nav.t';agrood úpon, ,eitber causally ofdesignedly, to express their mentaI,notions'of'theIÍ1:The written word is the figure ,or picture of that sound. So that;'ihriei1 shouldgeneraIly ronsent uP:Onthe sameway or manner, ofexpresSion,as díey 'do 'agroo'mthe same notión, we ~hould. then re rreed :Jrom' thif cursednthe, con(úsióri :of tongues, wiih an the UllhappyconsequenCesTof it." (Laséiirsivas'estári;en ;el texto.) ,"'. ".' ""''-',1'-'.'J, e' ... 22
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estudiosos- de que toda lengua natural es por necesidad imperfecta: todo cambio que se verifique en e! patrimonio lingliístico coincide con un proceso de "gradual corrupción". Él ve otros tantos factores de corrupción en la mezcla de las naciones mediante el comercio, los 'matrimonios. entre soberanos, las guerras y las conquistas, el deseo de elegancia de los doctos que conduce a rechazar las formas lingiiísticas tradicionales. Todas las lenguas, con excepción de, la lengua original, fueron creadas por imitación (imitation), derivan del arbitrio o de la casualidad; por lQ tanto, todas las lenguas contienen defectos que, con la ayuda del arte, pueden ser eliminados. "Ni las letras ni las lenguas fueron creadas con regularidad, de acuerdo con las reglas del arte"; la no artificialidad de las lenguas, lo que nosotros llamaremos su espontaneidad, parece a WiIkins una especie de, vicio de origen y de' pecado original, la fuente de un proceso inevitable de degeneración y la raíz de una confusión cada vez mayor ..En unos cuanto"s cientos de años -----:-afirma Wilkinsalgunas lenguas pueden desaparecer ,completamente, otras se transforman hasta ser ininteligibles; la gramática (e! único arte que podría introducir un orden en e! lenguaje) se constituyó más tarde . que las mismas lenguas yse ha limitado a tomar nota de una:,situación:dominada poda ambigiiedad de los términos que adquieren, de acuerdo con los contextos; .una enorme variedad, de significados. La posición de Dalgarno sobre este punto es idéntica: el arte tiene la tarea "de poner remedio a lasdificultades y las confusiones de las lenguas, eliminando toda redundancia, rectificando toda anomalía y quitando de en. medio toda ambigiiedad' y equívoco";24 4) La lengua artificial es:presentada como medio de,comunicación muchísimo más ,fácil que todas las. lenguas que se utilizan actualmente. En las páginas de Dalgarnoy deWiIkins encontramos de nuevo eSas maravillosas promesas que habíanllenadq durante d6s~iglos las 'portadas de las obras lulianas y mnemotéc.p.icas. En. el curso de dos semanas, afirma Delgarno, hombres de diferentes lenguaspodrán llegara coml1nic~rsepor escrito u oralmente "dé manern.nomenos-inteligibleque, con sus lengUas naturales". En un mes, según Wilkins,unhoIi1br~concapacidad intelectual normal puede apropiarse de la-lengua. liniversaly expresarse en ellaeon la inisma'clarid~dcon que Se expresaI1a en latín, después de 40 años de,estudi6.25.
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sofismas y el abandonarse a la logomaquia) y, que por su exactitud, será un válido instrumento para el perfeccionamiento de la lógica; el Ars signorum no sólo representa un remedio para la confusión de las lenguas, no sólo ofrece un medio de comunicación más fácil que cualquier otro hasta ahora conocido, sino que también cura a la filosofía de su enfermedad de los sofismas y laslogomaquias, y la provee de instrumentos operativos más elásticos y manuables (wiedly and manageable instruments ofoperation) para definir, dividir, demostrar, etc.26 ., 6) La adopción de la lengua artificial facilitará Ía transmisión de las ideas entre los pueblos. Las fronteras del conocimi~nto podrán ampliarse y podrá procurarse, con nuevo vigor, ese biengeneraláe la humanidad (general good of mankind) que es superi0r al de cada nación particular. La nueva lengua podrá, en fin, contribuir en forma decisiva al establecimientq de. una verdadera paz religiosa: "este proyecto contribuiráigranderriente a remover algunas d~ nuestras actuales divergencias religiosas desenmascarando muchos errores extravagantes que se esconden bajo las frases afectaclas; una vez que éstas se expliquen filosóficamente y que se traduzcan de nuevo de acuerdo con la genuina y natural importancia de las palabras, se verá que son inconsistentes y contradictorias"?7 7) Los signos que constituyen la lengua universal son caracteres reales" (en el sentido que Bacon atribuye a este término): signos convencionales que representan o significan, no~los sonidos y las palabras, sino directamente las nociones y las cosas. Tomando de nuevo las tesis de Bacon y remitiéndose a las discusiones (muy difundidas entonces) sobre los jeroglifos; Wilkinsdistingue las notas (notes), que son for secrecy, y for brevity de las letras normales del alfabeto (inventadas originalmente por Adán). A este último pertenecen lila forma mexicana de escribir mediante pinturas" ylos jeroglifos'egipcios que son·"representacionesde criaturas vivas o de otros cuerpos detrás de los cuales los egipcios escondieron los misterios 'de su religión". Al primer tipoperteneeen esas letterso marks que se pueden utilizar, 'como una forma de escritura abreviada, para expresar cualquier palabra; Del tododiver. sa es la función del"carácter reahmiversal" que ~'no significa pala7 brassino cosas y nociones y que puede, consecuentemente, ser leído por toda nación en 'su propia Iengua".28 ,. 11
"•
-,2,4"EnloqrÚ~se>¡'efieré-_~ lo que hemos .CXpuesto,'ef. ibiderri, pp. ,2~3,.6"89, 17. Sobre la gramatica; 'ef: p. 19:' "Thev~'-art, by, which language sh<JUld'be regUJated viz,. ¡iramrilar; ii;-()~Ínuch',la~er ¡jiv<1ntionthanthé hmgt.iageS,them7 selves; -being .adapted,to, whaf;wás, alrea.dy· iri.,beiug,'rather then ,the :rii1e'Qf , '.' --". ' 'r' . ----,,'.'" ~----.",."", -. ,"--' .. ', --.,' " --' ~fgW\rdi/'1-ara])aJ~o;4~kP· ,_ • 1" s, ssay,· CIt., p...
LA CREACION DE UNA LENq-UA UNIVERSAL
. 26 27
G. PaIgamo;" Ars signorum, cit., p.45. J. Wilkins, Essay, cit. Epistola dedicatorin.
28 Sobre Iasnota.sylos jeroglifos'egipcios,cf. ibidem,pp.12-13;h:iblando de los caraéteres í:roles, Wilkins haCe referencia a BaCOIl(lIhathb~reCkon'é
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LA CREACIóN DE UNA LENGUA 'tJNIVERSAL
LA CREACIÓN DE UNA LENGUA UNIVERSAL
Todos las caracteres, según Wilkins, significan naturally o by insque significan "naturalmenteH son pictures of things u otras imágenes a· representaciones simbólicas; las otros derivan su significado de una convención aceptada con entera libertad. A este último tipo. pertenecen los "caracteres:realesH que debéránser sencillos, fáciles, claramente distinguiblés, de sonido. agradable,' de forma graciosa y, sobre todo, deberán sermethodical; es decir, la presencia de correspondencias revela relaciones y' conexiones.29 8) Entre los signos y las cosas existe una relaciónlinívoca y todo signo carrespo~de a una cosa a acción ("to ever'y thing ánd notion . there wereassigned a distinct mark"); el proyecto de unalerigua universal implica por lo tanto el proyecto de una enciclopedia, es decir, implica la enúmeración completa y órdenada,.la clasificación rigurosa de todas aquellas cosas y noCiones a las que se' quiere ,que corresponda un signo en la lengua perfecta. Ya que la funcionalidad de la .lengua universal· depende de la vástedaddel campo de experiencia que lograábarcar y del que logra dar cuenta,la lengua per-
dense las tablas de los términos fundamentales de Bisterfield). se habían dedicado, en Inglaterra, Francis Lodowick en su abra sobre el lenguaje perfecto y Cave Beck en el Universal character. Este último había utilizadO' como caracteres los números arábigo s del O al 9; las combinaciones de tales caracteres, que expresaban todos los términos primitivos de cada una de la~ lenguas, eran' colocadas en orden progresivo del, 1 al 10000, número que Beck consideraba suficiente para expresar todos los términos de uso general. A cada número correspondía un término de cada lengua; esta daba como resultado un "diccionario alfabético" cuyos términas se organizaban después alfabéticamente (de acuerdo con las diversas lenguas) en otro "diccionario alfabétiCo". Cada.uno de los dos diccionarios servía de esta manera como "clave" para el atro.31 La adopción de los caraCteres reales junto con'el proyecto de una elaboración de "tablas completas" hizo que la busca de las 'radical , words pasara a segundo plano; se trataba ahora de praceder "a la reducción a las tablas de todas las cosas y las no.cianes".Elaborar una selección de este género parecía a Wilkins -una empresa más adecuada para una academia y para una época que para una sola persona; la dificultad principal consistía propiamente en la pleni, tud y en la sistematicidad. El problema de los términos primitivos o radicales no podía, sin embargo, eludirse, las tablas no podí~n desde luego cOntener en verdad todo. La's cosas y las nociones '!ehii~ mera das regularmente y descritas en las tabJ~s" eran sólo·'las,que se incluían (se había decidida incluir de nuevo )-en la lengua universal o que "caían dentro del discurso".32 La plenitud de la lengua dependía, por lo tanto, de la completa de las tablas que eran un espejo del ordenamiento. 'del mundo real. Para lograr una plenitud no irrealizable (enÚmeraciÓn completa),
titution.Los
fecta ~Xige,;en ,pri?cipi~~j,una clasificación ~relimina: de todo .lo que eXIste en el umverso~y que puede ser objeto de dIscurso, eXIge una enciclopedia totaLy.la canstrucción de"tablasperfeetasH. En vista de esta clasificaCióntotal, de esta "reducCión a tablasHde las cosas y de las nociones, se elabora' u!).método clasificatorio,basado en la división en categorías generales,en~géneros y en. diferencias. Sólo mediante esta construcción enciclopédica todo signo. utilizado podrá funcionar como el signo de una lengua perfecta; es decir, afre.: cer una definición exacta de la 'cosa o noción significada. De hecho, se tiene una definición cuando el signo revela el "lugar~' 'que ocupa la cosa o acción (indicada en el signo) en, ese conjunto' ordenado de objetos reales y de acciones reales respecto d~l cual las tablas funcionan cama espejo. " .' . "Inicialmente, más o menos entre J640 y 1657,los creadores deJenguas universales habían seguido·.,un;camino. en parte ..difei:ente:, habían iniciado la selección de todos los términos primitivos.(primi~ tive o radicalwords) cantenidosen las diferentes lenguas para,llegar ala elabaraci:ón de un diccionarioH.ésenciaL En este sentido trabajó el:II!i~ma Wilkins en una oqra.de 164I que recard~ba 'en el título una expresión de Comenio: Mer(;;Uryor the Secr~tpYld: Swift Messenger. Los términos radicales'aparecí~nen Wilkins en una '~re'lación menos ambigua con las cosasH de cuanto no lo fueran las derived words.30A esta misma ~det~:,~inos prirniti~o~~(recuér, "
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Wilkins, hg:odesuya base radwal words. exigencia Las tablasque no habí~ deban~idola contenerlo de la b.usca las nue,,:,amentela todo, sino sólo las cosas de "naturaléza más sencilla";' aquellas de "significado más mixto'Y'camplicado" deberían reducirse a las pri~ meras, y expresarse mediante perífrasis (periphrastically). El diccionario alfabético inglés que Wilkins preseritó'cÓÍno':'apéndice pretende responde'r a este objetivo: mostrar cómo de alguna manera todos los téiminos de la lengua inglesa puedansereonducidos de nuevo a los términos catalogados y ordenados en las tablas.33
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M~n May WithPriva~y' and Speed Commilnicate His rhaieghts to á Friffi.d at3~ Distance, Lo:q.dre:s,l6t1, 'PI:~;109.ss. ,( ed., Lono/es,}707) .. ,Cf. C:. ~mery, Wzlkll!S ,Unzversal Language,srt., P.p5 .. :,; :~2 J. Wllklfls, E.ssay, CIt., pp. 20-22 Y num~osos pas;:¡Je.s,contem~os e~,l,~ ' eplstoladedicatona. ".' ",'.'.' j' ., _,' .,' ,." 33 Ibidem, pp. 455 ss.: "An alphabetical dictionary wherein all english words accofding to :their,various:;¡;ignifi<;ationsare either referred:to;their,;places in '.. the philosophicaltables,'orexplaineebbYisuchwords as'arein;the tablesJ';',.:
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LA CREACIóN DE UNA LENGUA UNIVERSAL
LA CREACIóN DE UNA LENGUA UNIVERSAL
Para llevar a cabo el ordenamiento en tablas de todas las cosas y nociones, Wilkins hace una lista de 40 géneros,cada uno de los cuales se subdivide de acuerdo con las diferencias que, con excepción de algunas clasificaciones zoolÓgicasy botánicas, son seis. Los primeros seis géneros comprenden "argumentos tales que débido a su generalidad o por cualquier otro motivo son antes que nada esos principios comunes' de cosas llamados predicamentos" .34 Esos: principios son: 4. Discurso 1. Trascendental general 5. Dios c. 2. Relación trascendental mixta 6. Mundo 3. Relación trascendental de acción Los otros 34 géneros están ordenados de la siguiente manera bajo lbS cinco predicamentos: Sustancia
7. Elemento 8. Piedra 9,Metál Hierba considera- 11. Flor 12. Hoja Semilla da según: ~10. 13. Arbusto 14. Arbol Animales:
16. Pescado 17.,Pájaro {'15. Esangu" es 18. Bestia
Partes: p9. Partes peculiares ~20. generales Cantidad
21. Grandeza 22. Espacio 23. Medida
Cualidad
24. Poder natural 25. Hábito 26.,Costumbres 27. Cualidad sensible 28. Enfermedad Acción
29. Espiritual 30. Corpórea 31. Movimiento 32. Operación Reláción
Privada: ~ 33. 34. 35. Propiedad Económica Provisión )( 37. 36. Judicial Civil 39. Naval Pública: (·38. 40. MinI"" Eclesiástica'
'Cada uno de eStos 40 géneros se subdivide de ac;llerdOpÓnsus diferencias y luego se enumeran las distintas especies,p~rtenecientes"a cada una de las diferencias "siguiendo un orden y una depen. 3~lbiderrl;Pw23-24.para:.l~~~sición ique.sjgue"cf.tambiénpp. 415Y sS;'>y eEresiunende las varias'p;uies de la obra: pp.!
{
'60 ss.;
199
4encia tales que puedan contribuir a una definición de las diferencias y de las especies, determinando su significado primario". Por - ejemplo, del octavo género (piedra) se enumeran seis diferencias : Las piedras pueden distinguirse en la medida en que sean: De precio medio Preciosas: ' ~V u19ares o sin precio 5 Menos transparentes ¡Más, transparentes
Il
I III 'IV
,
Las concreciones terrestres son: V VI
Solubles No solubles
Cada una de las diferencias está subdividida en las diferentes especies. Las "piedras vulgares" (primera diferencia) comprenden, por ejemplo, ocho especies que simplemente no aparecen en:la lista (esto es esencial en la técnica de Wilkins), pero que son reagrupadas de manera diversa en las tablas y clasificadas de acúerdo con ,la mayor o menor magnitud, del uso que se hace de éstas- y _de su uso en las artes así como de la ausencia o presencia de elementos metálicos, etcétera .• ---De este tipo son las tablas de Wilkins, que ocupan poco menos de 300 páginas de su obra, escritas en un cuerpo muy compacto. Mediante esta clasificación de las cosas y de las nociones a las que "deben asignárseles los nombres de acuerdo con su respectiva naturaleza", se llevó a cabo esa universál phildsophy que se encuentra en la base de la lengua perfecta y que indica el orden, la dependencia y las relaciones entre las nociones y entre las cosas. Mediante el uso de letras y designas convencionales es posihle elaborar un lenguaje universál que es el correlativo a la "filosofía universal". Los géneros (nos limitamos aquí a los primeros nueve) se indican de la siguiente manera: Trascen~ental ·general Relación trascendental mixta .Trascendental de acción Discurso Dios Mundo Elemento Piedra Metal
Ha
Ba Be Bi Da Da De Di . DO
Para expresar las diferencias se indican las consonantes en el ordenB, D, G,P, T, C, .Z,S, N; las especies 'seií:1dican colocando,
200
LA CREACIúN DE UNA, LENGUA UNIVERSAL,
después de la cansanante que indica la diferencia, las signas a, a, e, i, O, 5, Y ,yi" yo. Par ejemplo: Di significa "piedra"; Dib significala primera diferencia que es "piedra vulgar"; Diba indica la segunda especie que es "raca"; De significa elementO'; Deb significa la primera diferencia que es "fuego"; Deba. denatará la primera especie que es "flama"; Det será la quinta diferencia que es "meteara" y Deta, la primera especie de la quinta diferencia que es "arca iris". Individualizanda la posición que un términO' dadaSkab: ocupaSkad: en las Skaf: Skan: tablas, se padrá definir, es decir, determinar can suficiente claridad el "significada primariO'de las casas". Las tablas de Wilkins afrecen sin duda varias infarmacianes; por ejemplO': el significada del término "diamante" resultará~ ser, can base en las tablas, el de una sustancia, el de una piedra, el de una' piedra preciasa, transparente, de colar, durísima, brillante. Pero valdría la pena detenerse en algunas definicianes típicas cama la de "bandad" a de "maderación" a de "fanatis'mo". La formación del plural de las adjetivas, de las preposiciones, de laspronambres, etc., permite a Wilkins llegar, aunque can mucha esfuerzo, a la creación de' una verdadera y prapia lengua. Con la traducción del Pater noster y del Credo, Wilkins nas afrece" un ejemplo dé! usa de esta lengua, utilizando primero las" letras alfabéticas y después 'las más camplejas "caracteres reales". '. George Dalgama' había' pracedido de manera similar cuandO' elab()ró, eIl,el Ars signorum" vulgo c~racter universalis et lingua philosophiCa, una chísificación lÓgica'de tadas las ideas y de tadas las casas' dividiéndalas en 17 clases supremas: A. Ser, cosas 1]. Spstancias E. Accidentes 1. Seres concretos (corrfpuestos dé sustancias y .'.accidentes) O. Cuéi-pos v. Espíritu U. Hombre (cO'mpuestode cuerpO' y espíritu)
.M.Concretos matemáticas , N. Concretos físicos F. Concretos artificiales B. Accidentes matemáticos D. ACCidentesftsicos generales' G. Cualidades sensibles P. Accidentes sensibles T.Accidentes racionales K. Accidentes políticos S~ Accidentes'comunes
Cada una de laS' 17 clases supremas se' subdividía en subclases que se diferellciabán por la variación de la sygtinda letra. He aquí, a títulO' de ejemplq, la subclase de K: . Ka. Relaciónde aficia Kr¡. Relación judicial "'Ke:jMateria<judiciaI :,::KU'.J'apéldelaspartes
Ka. Papel del juez Kv. Delitas Ku. Gp.erras .Ska. Religión
LA CREACIóN DE UNA LENGUA UNIVERSAL
201
Las términas comprendidas en cada una de las' subclases se distinguen por la variación de la última letra. En estas términas, la letra s, 'nO' inicial, es "servil" y nO'tiene un sentida lógica determiminada, r indica la apO'sición,1 el media entre las extremas, ves la inicial de las nambres de númeras. Baja Ska (religión) están cOmprendidos las siguientes términas: misteriO' rezar felicidad adorar Skam: sacrificio gracia juzgar
Skat: Skap: Skak: sacramentO' milagrO' Skag:
La intraducción de la J¡~trar p~rmitirá, la determiháci6n de los opuestos que son, en este caso, "natun~leza" que se opone a "gracia"; "miseria" que se opane a "felicidad";, "pr?fanar" que, se opone a "adorar"; "alabar" que se opoiJ}ea"rezar" .. "", ReproduciendO' en detalle estadasificación, Leibniz campondrá, entre 1702 y 1704, esas amplias"tablas de definicionesqueconstituyen el documenta más importante de su proyecto .<:le una enciclopedia universal. 35 9) LafuncionaIidad de estas complicadas lenguas artificiales está evidentemente ligada (tanta en el casa 'de Wilkins coma en el de Dalgarno) a la mayor o menor funcionaIidad de su cO'mplicadaclasificación de las casas y de las nociones. A propósito de esta última, es necesaria rebatir Una tesis que es característica de estas posiciones y que está' firmemente relacionada con estos programas: la enciclopedia, el conjunto de las tablas y, por lo tanto, la lengua artificial que es su correlato constituyen. el "espejo" del orden de la realidad. La clasificación debe estar funda# en el arqe.p' dy las'co~ sas; los lazos de relación entre, los' térn:1inos reprodÚcen '.lazas y relaciones reales: "al aprender los caracteres y los nombres delas cosas, llegaremos a conocer de manera similar la naturaJeza, de las cosas; este doble conocimientO'debe venir, unido. Para llevar a cabO'realmente esto es necesario que la misma teoría, sobre la que se funda nuestro proyecto, reproduzca con exactitud la naturaleza ' de las casas".36 No es casualidad que Wilkins, que habíadedicadoalQs problemas del lenguaje muchas de $US energías, repitiera conBélcon y con los baconianos: "comoJas c::osa~ ¡SO!! IIwjores.que,)as,palabras"asíe:l conocimiento real. es superior, a lél eleganciél'<:leI,discurso'?7 35 L. Couturat, Opuscú[es etfragments 510. (Phil. VII. D. II. 1-2, 3.) 36J. Wilkins,Essay, cit., p..21. . 37 Ibidem, epístola ..", .
in"éditsdeÚib11.iz,Parls,19Ó3,pp.
437. '
LACREACIÓN DE UNALENGUA UNIVERSAL
LACREACIÓN DE UNALENGUAUNIVERSAL
202
5.
ten en todo el mundo".40 Todos los más grandes teóricos, de la lengua universal insisten de común' acuerdo en el valor mnemotécnicó de los lenguajes perfectos. Cipriano Kinner, que había colaborado con Comenio en 1640 y que había formulado por primera vez en detalle el proyecto de una lengua artificial,' concebía su lengua no sólo como remedio a la "babélica confusión de las lenguas natúrales", sino también y sobre todo como poderosa "ayuda para la memoria". Con base en su método los estudiosos de las dencias naturales habrían podido recordar laSnoeiones más .complicadas y difíciles: H¿qué botánico, incluso muy experto, podría fijar en su memoria la naturaleza y los nombres de todas las plantas ~ntn~ tanta variedad de autores que se oponen entre,sí?" La adopción de la lengua artificial, cuyos términos indican la naturaleza y la. cualidad~de cada planta y el lugar que cada una de éstas ocupa en la clasificación por géneros y especies, hará posible y fácil esta empresa que en apariencia resulta desesperada: "mediaritela lengua artificial todo podrá ser recordado y recitado sin interrupciones así com() una ,áurea cadena, compuesta por mil eslabones, ·si. se mueve el primero se mueven todos los otros, aunque nosotros no queramos de ninguna manera que se muevan".41 De' igual manera que Kinner,Lodowick, Edmundson ~ Dalgamo destacarán el valor mnemotécnico de la lengua universal, mientras que Wilkins presen" tará varias veces, en el curso del Bnsayo, su lengua como ayuda a la debilidad de la memoria natural. Los '3,OOOtérininos de los que se compone su lengua, son ciertamente mucho menos dé los que se utilizan efectivamente en cualquier lengua hablada y, sin embargo, estos 3000 términos "están ordenados de modo que puedan retordarse más fácilinente que 1000 ténninos de cualquier 'lengua natural".42 En una carta escrita a Robert Boyle en 1663, John Beale, miembro de la Royal Society, recomendaba eluso.de la mnernJOnÍ". cal characters (así llamaba él a los caracteres reales )ya qué le parecía que eran capaces de introducir finalmente un orden en todas las combinaciones posibles de letras, sílabas y palabras.43 . Como"Kinner había notado acertadamente, el.,problema de la funciónmnemotécnica de las Jeriguas artificiales se presentaba estrechalilente relacionado, con el de la· clasificación de los minerales, las plantas')dos ariiinales.En efecto, después de '1tS66,se inició Una interesante discusión sobre este argumento de la que John Ray, autor , . ...
LA FUNCIÓN MNEMOTÉCNICA DE LAS LENGUAS UNIvERSALES: EL MÉTODO CLASIFICATORIO EN LAS CIENCIAS NATURALES
'
.
Los signos de la lengua perfecta permiten determinar con precisión el "lugar" que cada cosa (O acción) ocupa en las tablas, permitiendo colocar cada objeto natural en ese orden universal que refleja la universal philosophy o enciclopedia. Mediante esta "colocación" pueden distinguirse .las relaciones entre la cosa significada Y las otras pertenecientes a la misma clase o' especie; pueden determinarse las relaciones entre la cosa misma y las diferencias y los géneros en los que ésta está contenida como elemento. Para llegar a realizar estas colocaciones con la necesaria rapidez; llegando de tal manera a definiciones precisas, Wilkins había elaborado una serie de recursos de tipo mnemotécnico: Si estos signos o notas se construyen de manera que se e,ncuentren en una relación.recíproca de' dependencia Y de relación conveniente con la naturaleza de las cosas significadas, Y de manera similar, si los nombres de las cosas se ordenan de manera que contengan;en las letras o sonidos que los componen,una especie de afinidad y oposición que responda en cierto modo a las afinidades Y las oposiciones de las cosas significadaS,se tendrían ulteriores ventajas: además' de ,ayudar a la memoria (helping the memory) de manera óptima, se reforzaría enormemente el intelecto.ss . . . '.' .' Benjamin De Mott, al comentar este pasaje, ha eScrito con mucha claridad: ,,' "
'
..
'
'
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,
....
Era fácil traer a la mente el férmino apropiado para indicar el objeto salmón si. se sabía que.el término' estaba compuesto por dos sílabas y comenzaba por Za, él símbolo del género pe,ces... Una vez recordado el término Zana, dada la familiaridad del estudioso con la progresión alfabética de los caracterés,le sería claro el lugar del salmón dentro del género peces y, en un último término, dentro de todo el 'esquema de la éreación.s~' ' La insistencia en el valor mnemotécnico de la lengua universal, presente en la obra de Wilkins, no era casual: una lengua de este género parecía ser favorable a las esperanzas y realizar las aspiraciones de todos aquellos' teóricos de la memona' artificial que, para . 'usar las palabras',de,'GiUlio Camillo, habían intentado "disponer de manera' ordenada ......:.;dehtro· de:sus .'complicadísimos teatros-'-' todos aquellos lugares que puedan ser suficientes para tener en mente y . .. ~ que exissuministrartodos ,los c;onceptoshumanos, todas las, cosas -
S8
Ibidem. p.
21.
.
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39B. DeMott,Science:-Versus Mnemonics, cit., pp. 8-9.
103
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40 Cf. G. Camillo,Ópere,Venecia.A Griffo,1584, ,vol.;n;~ p.''212.,, , 41El textode Kinnerapareceen una cartá a SamuelHartlibdel'Z7 de junio de 1647 y quefue publicadapor B. DeMott, "The Sourcesof,the Philosophical Language",en lournal af EnglishandGáman Philólogy:" ," ,., .' '. "', 42Para las referenciasa la memoria: J. Wilkins,Essay,' cit.,'pp.'31, ,385, Y ~ en particu1ar,pp. 453-454. " .. 'J . ,"! , '::-, ' , . ',í, ;" ~,~;,,\ 43Lacartaill!: ~!donUevamentepubli~da:en R'Boy~e,Works>cit:,vol.VI, r 3,": P gIna """,,", ".", "."""", '.. " , "v,' ,,,";"""'" á' 339 ",,' '" ,., .. " """,,,
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204
LA CREACIóN DE UNALENGUAUNIVERSAL
de la monumental Historia plantarum generalis (1686-1704) y uno de los más grandes científicos del siglo XVII, fue protagonista. Junto con Willoughby, Ray colaboró activamente en la obra de Wilkins elaborando una clasificación de las plantas que respondía a los objetivos y las exigencias propias de la lengua universal. De acuerdo con Wilkins, las tablas de la gran enciclopedia contenidas en el Essay Towards a Real Character and a Philosáphical Language no tenían en realidad una función meramente auxiliar. A su modo de ver,' las tablas, "sobre todo las relacionadas con los cuerpos naturales" deberían "promover y facilitar· el conocimiento de la naturaleza", es decir, contribuir de manera directa al· trabajo de investigación desarrollado por los miembros de la Royal Society. AL dirigirse al presidente y a los miembros'de la ilustre academia, Wilkinsafirmaba: "en las tablas he dispuesto las cosas en un orden que podrá ser aprobado por la Sociedad; en ellas podrán encontrar un método óptimo para la construcción:.de tina repository,que servirá, por un lado, para ordenar los conocimientos que ya sé ,poseen y, por el otro, para suplir las posibles lagunas". Las ambiciones de Wilkins iban a ser muy pronto. defraudadas, pero es cierto que su tentativa por crear una chisificación ordenada.YJcompletadebió interesar profundamente a todoS' los que se ocupaban en las ciencias de la naturaleza a la elaboración de clasificaciones referentes a los campos limitados, de la experiencia. Ha sido subrayado, con mucha agudeza, que Wilkinsseproponía hacer con las palabras lo que Un~ neo ,haría más adelante con las plantas: ~ .... ~ , .' El objetivo principal de estas tablas -escribía el obispo de Chesteres ofrecer una enumeraciónsufic:;iente de todas las. cosas y las nociones y, al mismo tiempo, disponerIas en un orden tal que elltigar asig,nado. a cada cosa. pueda :con,triblJÍr a la, descripción' de' su. na turáleza , iI?-dicando la :espeeie general y particular dentro de la .cual cada cosa está colocada, así 'como,la diferencia por la que ésa es distinta de las otras cosas de la misma especie.45" :,'L; ..
LA CREACIóN DE UNALENGUAUNIVERSAL
205
era marginal; el insigne científico se someti6 a la ingrata tarea de traducir al latín todo el texto del Essay 41 para hacerla accesible a todos. La's divergencias con Wilkins surgían, sin embargo, 'en el terreno del' método y se referían a los aspectos mnemotécnicos de la lengua universal. . .En la elaboración de ~stas tablas -escribe Raya. IJster...:- no me es preciso seguir las órdenes de la naturaleza, sino adaptar las plantas al sistema mismo del auto,r. Debo dividir las hierbas en tres Clases que sean lo más posible igUales, subdividir después cada clase en diferencias; atendiendo a que las plantas ordenadas dentro de cada diferencia no superen determinado número fijo ... ¿ Quién, podría esperar que un método tal fuera satisfactorio? Éste parece absurdo y muy imperfecto; debo decir con franqueza que se trata d'e un método absurdo porque atribuyo más valor a la verdad que a mi reputación perso~al.48 ',' Wilkins, al igual que Ray, había pretendido que sus esquemas ¡'si_ guieran con exactitud la naturaleza de las cosas", pero, a diferencia de Wilkins, Ray consideraba muy difícil la posibilidad de hacer concordar, al menos en botánica, el alfabeto y la naturaleza, el .orden de la memoria y el orden presente en la realidad." Frente a las' difi. cultades de una clasificación de los animales y las plantas, esa abso~ luta regularidad de las tablas gue era esencial para el funcionamiento de la lengua perfecta entraba en crisis; los 40 géneros .'
'"
., Con' base en ésta; convergencia' de int~reses' y de problenias'seqio dé .hecho una cólab oración ,entre Wilkins, por un lad,o,":yWill6ughby YJ6hp. ,Ray, 'por eFotro; tá~ clasificacipriés de animales 'ypl¡iiitas que aparecen en' el EssayI;'son de hecho obras de esos' Científicos. Aéllos había recurridoeri:l666 el'Ínisino Wilkirispara poder inclUir en su texto,m1(1~'enumeración regular de todas las familias, de plan't~~,:y ,a.~i~áles'~;4,~:)~n: w~~r.é~ 4e~yj~9r ~é.l)pr9'yectode' Will,dns .no :.\,.:
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. 44C. Emery; J. Wi~kin~~"Ul:liversalLanguage"cit., p. 176. ./ .~5.}.·Wilkjns, Essay, ·cit.,·,p,';289:.., ,:,:~<"..".". " .' ... .46Véase la carta de Jobn Wilkinsa Willougbby,en W;Derham, ,Philosophical f:.ett{!X~;· ~ll(lres" 1718,.p.¡366.'El;plan',de.:Wilkins: referente;a la-rlengua universal circulaba hasta 1647; sobre los primerós contactos de Wilkins ,cQn,Ray;.y
./
;
'pueden subdividirse con base en sus peculiares diferencias que, 'para la mejor conveniencia de está empresa, he determinado. (en su mayor ' parte) que sean seis. Salvo en el caso de aquellas familias numerocon WilIaugbby, véanse las consideraciones deBo De Mott, Science Versus Mnemonics,cit., p. 4. Sobre la obra científica dé Jobn Ray (1628-1705), que fue llamado "el Plinio inglés" y que fue el primero en utilizar el término especie en las clasificaciones botánicas",cf. E. Guyenot, Les sciencesde la vie au XVIIe et XVIlle, si~le, París, 1941,pp. 359 ss.; F. W. Oliv'er,Makers of British Botany, Carribridge,1913; C.-E.. Raven, J. !?ay Naturalist, Londres, 1950,pero véanse también 'laspreCisas observaciones de Marcella Renzoni en el amplio 'y preciso comentario 'a Buffon, Storianaturale, Turin, 1959,pp. 479,A83, 490. La célebrecIas,Íficación deRay,qrue aparece en el Methodus plantarum noyq: de 1682no es más que una re:elaboraciónde la ya publicada en la obra de Wilkins. Sobre la ohra conjunta de Ray y de WilIougbby(163S.1672,aut~r,de la Ornithologia, 1657; de Ola Historia piscium, 1686; de la Historia insectorum, 1710), 'Cf:'tambiénRGuyenOt, Biologie'hunw.ine et anirirale,én el vol. IIde la Históiregéii'érale des sciences, París, 1958,p_362. ' .. , ,,~r\J:-a'traducción de,Ray, querea1izó efeCtivamente,'jamás fue publicada. Cf;'Select .Rernainsof the Learned JohnRay by the :Late William DerJw.m, a cargo de G. Scott, Londres, 1760,'p. 23. _-' --: ..... ' , . 48 The Correspondence of John Ray, a cagQde E. Lankestw, Londres, 1848, .'pp. 4142: Sobre significado R'DeMott, '':flinfÚnonics, cit.,elpp. 5 ss.'·' de estásr~servas,cf. .. ". '. :.', '"SCiénée Vi!rius ,
206
LA CREACIóN
DE UNA LENGUA
/
UNIVERSAL
sas de hierbas, árboles, m;rimalesmuertos, peces y pájaros que tienen una variedad muy grande para ser comprendidos en una extensión tan estrecha.'t9 Los teÓricos del ars reminiscendi habían insistido, de común acuerdo, durante siglos en el método como una ordenada ClasificaciÓn, división, elaboraciÓn de tablas y jerarquías ..Precisamente en laconstrucción de los "teatros" y de los "árboles", en las ordenaciones y en las clasificaciones, habí?cnvisto los instrumentos más .importantes para crear una memoria artificial. La idea, tan difundida durante el sigló XVII, de una lógica de la memoria, de una afinidad sustancial entre la lógica (el método) y la memoria (como-facultad de retener el ordenado sistema de todas las ciencias) había redbido la influencia de este campo histórico. En'este sentido, Ramus había atribuido a la memoria una función ordenadora y había visto en ella una parte. o sección del método; en este sentido, Bacon había concebido la ministratio ad memoriam (que tenía la tarea de "eliminar la confusión" y de proceder a la elaboración de las tablas) como parte integrante deja nueva lógica; en ,este sentido, finalmente, Descartes había entendido la enumeratio como una ayuda a,laIJ,atural fragilidad de la memoria humana. En estos mismos años,' Alsted había visto en la memoria una "técnica de ordenamiento de las nociones" y había sostenido la' plena resolución' de la memoria co~o "madre del orden" en una lógica entendida como el arte de clasificar, como método para la creación' del systema mnemonicum o enciclopedia universal de las ciencias. Los hombres que en el siglo XVII se dedicaron a ·la difícil empresa de lograr una clasificación integral, ordenada y coherente de. los minerales, de las plantas y de los animales, concibieron el "método" de manera simjJar. Para ellos, método quería decir.una "metódica divisiÓn en clases, géneros y especie de las diferentes producciones de la natraleza", capacidad de elaborar una nómenclatura cuyos términos fueran significativos. de las relaciones entre el elemento singular y los géneros y las especies de pertenencia y qlleaclararan el lugar de cada elemento en un sistéma más vaSto: Justo en el momento en que, a mitad del siglo XVIII, los "métodos" entraron en crisis. y que las clasificaciones tradicionale~ fueroll',rechazadas, encontramos expuesta de manera explícita .la función mneniotécnica de las clasificacionesy. de los métodos, en polémica contra up. pasado I111,1y recienté. Negando, a nombre de,una exacta qescripci6p., la idea. rriisina del "sistema" y polemizando contra la tradición .delabotá" nica.de los siglos XYI. y XVI~! Buffon recha.z~9aenérgicamente· "todo~ los métodos que se han compilado' para ayÚqar a 'lamemoria" 50 4~,J.o Wilídris,[j;say,pit.,.'p ..~2•.' '.." 50 Bi.ú'fón~.Stoi-iánaturale,dt., pp. 22-23..
LA CREACIóN
DE UNA LENGUA ,UNIVERSAL
207
y justo sobre esta funciÓn mnemotécnica de los métodos insisten de común acuerdo los más grandes exponentes de la botánica del siglo XVIII: "la inmensa cantidad de plantas comenzó a pesar en los botánicos -escribe Adanson en el prefacio a la Familles des plantes-, ¿ qué memoria podía bastar para tantos nombres? Por esta razón, los botánicos imaginaron los métodos para aligerar esta ciencia".51 Y FontenelIe, en el elogio pronunciado en la Academia por la muerte de Tournefort, escribía: "él introdujo un orden en el extraordinario número de plantas dispersas por toda la Tierra y también en aquellas bajo las aguas del mar, y las distribuyó en diversos géneros y en diversas especies que facilitan la memoria de éstas e impiden a la memoria de los botánicos derrumbarse bajo el peso de una infinidad de nombres".52 ... No se trata de coincidencias casuales: para darse cuenta basta leer la entrada Botanique en la gran enciclopedia iluminista: . el método sirve para dar una idea de las propiedades esenciales de cada objeto y para presentar las relacionesy los contrastes entre las diferentesproducciones dela naturaleza... para quien inicia el estudio dela naturaleza, el método es un hilo que sirve como guía dentro de un complicadísimolaberinto; para los otros (ya expertos en las ciencias), es un cuadrO que representa algunos hechos, que puedenhacerle recordar otros en el caso·que ya se les conozca.. " un solo método es suficiente para la nomenclatura: se trata de crearse una especie de memoria artificial para retener la idea y el nombre de cada planta, ya que el número de las plantas es demasiado grande para que pueda pasarse por alto esta ayuda; con este fin, cualquier método es bueno. La violencia de esta polémica, el vigor de este rechazo constituyen, de por sí, una confirmación de la persistencia de una concep~ c:ión del método como "memoria" durante todo el siglo precedente. Los enciclopedistas polemizan contra una concepción de este tipo: "estas divisiones metódicas -está escrito en las páginas dedicadas a la entrada Histoire naturelle.- ayudan a la memoria y parecen ser la opción al caos provocado por los objetos de la naturaleza ... pero no se debe olvidar jamás que estos sistemas están fundados sólo en convenciones humanas arbitrarias y que no estállde acuerdo con las-leyes invariables de la naturaleza". En este caso no sólo se rechazaban· esas "ayudas de la memoria" que habían sido expuestas y defendidas por ilustres exponentes de la filosofía y de la ciencia del siglo xvrr,sinoque se rechazaba también, en nombre deiun convencionalismo decidido; la antigua idea de la plena correspondencia entre los términos de la enciclopedia y la realidad de las cosas. .51M. Adanson,Familles des' plantes, París, 176J,p: xcv... ' 52B. De FonteneIle,Eloge de Tournefort, Hist. Acad.Sci., 1708, p. 147. Este anteriorson'cit;'p()irM. Renzonien las notas a :Buffon,. Storiana. pp: 478, 48J"
208
LA CREACION DE UNA LENGUA UNIVERSAL ,"--
6.
DESCARTES
y
LEIBNIZ
FRENTE A LA LENGUA UNIVERSAL
También el matematismo de procedencia cartesiana sin duda, había contribuido a crear una atmósfera favorable para la creación de las lenguas artificiales, pero la acción ejercida por Descartes' sobre los proyectos de una lengua universales, por lo menos, difícilmente determinable. En una carta a Mersenne en noviembre de 1629, publicada en París en la selección de Clerselier (1657, y reimpresa en 1663 y 1667); y que por lo tanto pudo ser leída por alguno' de los teóricos del lenguaje universal (pero esto es sólo en el nivel de las hipótesis ya que no he -encontrado ninguna documentación que. certifique esta lectura), Descartes, a pesar de aclarar con precisión las características y los objetivos de una lengua filosófica, se mantiene en un plano muy ambiguo. La' empresa de una lengua filosófica le parecía, al menos teóricamente, posible: "estableciendo un orden en todos los pensamientos que puedan penetrar en el espíritu humano, así como existe un orden naturalmente establecido en los números", podría crearse una lengua compuesta por caracteres comprensibles cón gran facilidad y rapidez. La invención de esta lengua -agregabadepende sin embargo de la "c,onstrucción, de la verdadera filosofía, ya que de ,otra manera sería imposible enumerar todos los pensamientos y ordenados". Una lengua de este género, fundada en la individualización de aquellas "ideas simples que están en la imaginación de los hombres y de las que se compone todo lo que los hombres piensan", sería fácil d,e aprender y escribir y, tosa fundamental, "ayudaría al juicio
LA CREACION DE UNA LENGUA UNIVERSAL
209
marála universal philosophy o enciclopedia). Descartes había con, cebido esta, relación como, una relación de dependencia: la ausencia de una lista ordenada de tódos los pensamientos de los hombres de ,la que pudiera extraerse la lista de las ideas simples hacía imposible e ilusoria la creación de' una lengua universal. Dalgarno y Wilkins habían intentado hacer la clasificación total de las nociones y de las cosas. L
~
. ...•
Aunque esta iengua dependa de la verdadera filosofía, ésta no deperÚ:le de su perfección. Es decir: esta lengua puede inventarse a pesar de que la filosofía no sea perfecta; a' medida que' crezca la ciencia' de lós hombres, también esta lengua crecerá. Mientras tanto, ésta constituirá una ayuda maravillosa:paraservirnos de lo que sabemOS, para darnos cuenta de lo que nos hace falta y para encontrar lósllledios para lograrlo, pero, sobre todo, servirá .para diininar, exterminándolas, controversias' en los argumentos que dependen de ,la, razón. Porque, , , entonces, cal~ulai. y' razonar serán la misma cosa.S4 ",'e ' ' 1<15
~_
Considero que esta lengua es posible y que puede encontrarse la ciencia de la que depende: por medio de elIa, los campesinos podrán , darse cuenta de la verdad de las cosas mejor de cuanto los filósofos sean capaces ahora ... ' pero no esperen jamás veda utilizada: eso presupone 'grandes cambios en elorden de las cosas y sería necesario que todo el mundo no fuera sino un paraíso terrenal;. cosa que sólo 'puede proponerse en el país de lasnovel!ls.s3 '' Descartes' había visto una cosa con claridad:
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la estrecha relación
entrela lengua perfecta y la ,verdadera fi!0so.fía(lá:q~e WilI?Ils !la".S3Descartes,Oeuvres, a cargo de C.'Adanl y,P:,Tannery, 11'vols.,París, 18971909;vol. I,pp. 80-82(comp. Clerselier, carta· 111,pp. 498-502):"",
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LAS FUENTES DE LA CARACTERíSTICA LEIBNIZIANA
VIII. LAS FUENTES DE LA CARACTERÍSTICA LEIBNIZIANA EN UNAfMtaescrita en Francforten abril de 1671,Leibniz expresaba su entusiasmo por la obra de Wilkins: "He leído hace poco el Carácter universal del doctísimo Wilkins; sus tablas me gustan mucb,ísimo y ~Úbiera querido, que él utilizara figuras para expresar esas cosas que no pueden ser descritas más que por medio de la pintura; coma por ejemplo, los géneros de los animales, de las plantas Yde los instrumentos. j Cómo sería deseable una traducción de suobra:alJatí~'!" Dos años más t:1rde, en una cartáa>Oldenburg, Leibniz manifestaba la misma esjJeranzaen una rápida traducción. ])ebelllÓsesperar a 1679'-lp80,despuésde suestáncia en Parísyen Londres, para ver: expresadas algU,tlasreservas d~Jo,nda:"Me parece que ese hombre ilustre [Robert HoockJ toma en grancoriside,. racipn el Carácter filosÓficO del obispo Wilkins, que yo también aprecioéón razón. Sin embargo, no puedo negar que se puede realizar algo ,mucho más grande y mucho más útil, tantO'más grande cuanto los caracteresde:l álgebra son mejores que los de la química." ~ La contraposición de los símbolos, del álgebra a los de la química es muy significativa. Para Leibniz no se trata sólo de crear una lengua.que fuera, capaz de facilitar la comunicación, sino una lengua que diera lugar a una escritura universal mediante Ia cual se pudieran, como en el álgebra y en la aritmética, elaborar demostraciones. La posición diferente asumida por Leibniz.en estas cartas confirnia una vez más, (desde el punto de vista de un problema particular) la validez de esa interpretación que ve en su estancia en París y en Londres (marzo de 1672~octubrede 1676) una transf0'rmación en el p~nsamiento leibniziano. En est0'S años" Leibniz se dedica al estúdio de las matemáticas y entra en C0'ntact0'con el cartesianismo y con las corrientes más célebres del pensamiento europeo. El inte'réspor los aspectos sintácticos del, lenguaje, el descubrimiento de la "rnagiadel algoritmo" o de la "funcionalidad" de los procedimientos ..formales, la afirmación de la posibilidad de una ciencia general de Jasformas : estos temas y estas discusiones, que son posterioresa los años de, juventud, presupO'nen el acercamient0' de l0'S njétodos de lacombinatoria a los de las matemáticas y del álgebra. ~l proyecto 'leibnizian0'de una característica universal estaba, fundado,como ses~be, en est?S tres principios: 1) las ideas son, ana"
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1. Gerhardt, Die philosophischen Schriften van G. G. Leibniz, 7 vals., ,B~dfIÍ;,;1875:189,O;voLVrv'PP'.'5, 6;,9,16c17.(EstaedicióIl será indicada con '1a,sigla.G:ir:iJJ.nediatamente'segliic1á 'del'riúrricro'del voHimeny, déiht's,'paginaS.) "
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lizables yes posible enC0'ntrar de nuevo ese alfabeto de los pensamientos que está constituido por el catálogo de las nociones simples o primitivas; 2) las ideas pueden ser representadas simbólicamente; 3) es posible una representación simbólica de las relacionc:s entre las ideas y, mediante regias oportunas, es posible proceder a su combinación. Sin embargo, este proyecto de Leibniz n0',·nace ciertamente en el campo del "álgebra" a del "formalismo 16gico" con-
temporáneo.2-·
W.Kabitz encontrÓ en la biblioteca de Hannover el ejemplar, anotado por Leibniz, de las obras de Bisterfield, y es ciertamente a este autor, además en términos generales a la tradición hiliana, al que se remonta la idea, fulldamentalpara la ,misma creación' de la come binatoria leibniziana, de un alfabeto de lbs pensamientos human0's 0' de un catálogo de las nociones primitivas de cuya combinación pueden surgir lasideascomplejas.3 En una caita, escrita probablemente al barón de Boineburg, y que contiene una de las primeras formulaciones de la característica, Leibniz parecía aceptar en sustancia el proyecto del padre Kircher: los concept0's y las nociones fundamentalesdeben sustituirse por figuras de círculos, de cuadrados y de triángulos ordenados de manera diversa ; m.ediante la combinación 'de ,las figur?s podrán expresarse las relaciones y las combinaciOJiesentreIas ideas. Junto con Bistetfield y con Kircher enconde arte oombinatória de 1666, los nomb.res tramos, en lamssertatio de LuIio y de Bruno, de Agripay de Pedro Gregoire,de Alsted, de Bacon y de Hobbes! La crítica de Leibniz a Lulio no se refería en abs0'luto al principio inspirador de la combinatoria, sino a la arbitrariedad de las clases y de las raíces y a la insuficiencia de las combinaciO'ries~ 'Lareferehcia a Bacon era justificada por el hecho de que Verulamiohabía incluido una lógica inventiva entrelosdesiderata; la referen<¡::iaaHobbes se justificaba por la identificación de toda operación mental con unacomputatio. Est0' último no debe ser malentendido ; Leibniz se limita a aprobar el acercamiento de la .2. Para lasre1aoionescon Bisterfieldy la presencia de motivos referentes alascorrientesmfstico-pitagóricas:W. Kabitz, Die philosophieder jungen LeilJ.. riiz., Untersuchungenzur' Ennvi()klungsgeschichte ,seines Systems, Heidelberg, 19D9; para las re1aci(Jillescon la pansoffa: Leibniz'" Verhiiltniszur. Renaissance im allgemeinenund zt{Nizolius imbésonderen, Bonn, 1912; páralasrelaciones conAlsted y con Hen:ry More: D..Mahnke, LeibnizensSynthese,von Universalmathematilf- und Jndividualmetaphysik, en, (tJahrpuchf;fiirPhilosorphie phaIlo~ menologischt:1Forschung";19'2$, pp; 305·612;W. F~IcJl~¡:¡feld, 'LeilYI1.1z ulld Henry More, Berlín; 1923. " ... ,' .. ,... 3 G. VII, 11; L. Couturat, Opuscules et fragments inédits de Leibniz, P<J,ris, Alcan,·1903,"pp.,430,435> (de ahÓra',eIl, adelante"indica~() .con,la"si~a'Op.ségliidadel núrriero de la página) ;G.G: Leibniz,> Textesinédites publiés el annotéspar GastonGrila,} vals., P~rfs, 1948, PP';542-54$ (deahOTa~~de.-: lante ,secutilizaráIaahmviaturaGiua,' seguida del número 'de'las páginas). ,4Cf· Op.29-30;536-537; G. IV, 62,64,70. " ,
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lógica a un "cálculo" que aparece en los textos de Hobbes, pero que es algo ampliamente difundido en los textos del lulismo. Como lo ha demostrado, Louis Couturat,s con abundantes argumentaciones, la influencia' de Hobbes erila idea de, la característica es mínima y, en la interpretación del cálculo, Léibniz se aleja radicalmente de las posicioneshobbesianas. En todo caso, lo que prevalece entré las fuentes indicadas por Leibniz son los textos de los lulianos y de los enciclopedistas. Al remitirse a los escritos de Bruno, de Agripa y de Alsted, Leibniz hacía referencia a las exposiciones más conoCÍ, das y célepres y a .los comentarios más difundidos del Ars magna. En la.Sintaxis de Gregoire había encontrado, expresada' de. manera vigqrosa, la aspiración a una ciencia general fundada en la determinación de una serie .limitada ,de principios y de axiqmas. De la Technica curiosa sive mirabiliaartis deCaspar Schott, uno de los textos más ,característicos <:lela:f'magia" de los jesuitas del siglo XVII, L?ibniz había rescatadoinforrnaciones. sobre las lenguasuniversales.6 El problema fundamental· de la lógic'áinventiva, como aparece en la Dissertatiode arte oombinatqria, es.el de encontrar todos los· prerdicadosposiblesde un sujeto dado y,dado un predicado,encontrar todos sus posibles sujetos. Dejando de lado (como es legítimo en este caso) una yasta serie de problemas más estrictamente técnicosí nos Jimitar~IJ;lOSa dar un ejemplo ,del procedimiento de Leibniz, sigqiendo la exposición de Belavál. Para resolver el problema' indio. cadO es .necesario distinguir las ideas· simples y primitivas que·pue. d.an ser indicadas con un signo convencional,- en esteéaso, con.un nÚlm;r().Los términos,de la primera clase son: 1) el punto; 2) el espacio; 3) 'el entre;:'4) el contiguo; S) el distante; ( ... )Q)la part~;10) el todo;¡ll) lo mismo; 12) ló, diverso; 13) lo uno;; 11) el nú~(); 1Sr,la pluralidad; 16) la distancia ; 17) lo posibl~, etc;,Combinando de dos en dos los términos.de la primera clase (com2natiQ)se obtienen los términos dé la segunda clase. Porejemplo,Ja cimti"dad(elnÚIDero de las. partes) será representada por la fórmula 14-¡;wv9 (15). Mediante la combinaciÓn de los términos de tres en tres (com3natio)se obtendrári'los términos de la tercera' clase; por ..ejemplo:.intervaitumes·i3JO"esdecir,.que el int~rvalo es el espacio (2) cOIlteriidoen (3}ilri todo,(lO). Yasísucesivamente pro~ecliendo por 'com4natio,comSnatio,·etc. "Paraencontrar lospredicadosdedeterminado sujeto bastará con subdividir un término ens).1sfactores.:prilIlarios, determiri.G.i.ndo despué~ las '.posibles coJ:I],biI;~ciones'de estos 'factores. 'Los p'osibles predicados ,.de.,intervalo
".~,L.:'~turat, Lá llJgÍ-qUed~Leibnizd,,~pr'es des(t~~ints in¿dits, Pat1s, 1901,>todoel apéndice ptenparticular las PJ!.458-459,.'(~n ad~~te abreviado ()<)uturat..)·..", ..; "." " "'! ' .. ""'. ·;,·c'·,··;:: •. :6j.~:L<:;asi>ar:Schott;'T~ehnÍ(Xl eur;iasa, siye:. mirabilia artis;.'Norimbergae, .~664 (copía·utilizar:Ia:,Triv.Mor.H. 264); " .. ;, '
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son: el espacio (2), la intersituación (3), el todo (10) tomados uno por uno; después, considerados por com2natio, el espacio intersituado (2.3), el espacio total (2.10), la intersituadón en el espacio (3.10); por· último , por com3natio, el producto 2.3.J0 que constituye la definición de intervalo. Para encontrar todos los posibles sujetos de intervalo (predicado), es necesario diferenciar todos los términos cuyas definiciones contengan los factores 2.3.10. Todas 'las combinaciones resultantes de estos factores pertenecerán necesariamente a la clase de las nociones complejas de orden superior a la clase a la que pertenece intervalo (que pertenece a la tercera clase). La línea, que se define como un intervalo entre dospllÍltbs, pertenece a la cuarta clase ya que para definirla serán necesarios cuatro términos primitivos: 2,3..,10 y 1 (el punto). Dados n términos simples e indicarido con k (n> k) el número de los fa.ctores primarios que constituyen un predicado, se darán 2n•k sujetosposibles (la proposición tautológica "un intervalo es un intervalo" está comprendida evidentemente en este número)} , La característica, cómo ha señalado Couturat, no fue, sin embargo; inicialmente concebida bajo la forma de un álgebra o de un cálCulo, sino bajo la forrnade una lengua o escritura universatB El uso' XI del ars combinatoria consiste,' en efecto', para Leibniz en' la invención de una "escritura universal, es decir, inteligible para cualquier lector experto en cualquier lengua". Entre los textos de lenguáiuniversal de su época, Leibniz recordaba -basándose en laexpbsición de Schott- un escrito anónimo publicado en Roma en 1653 en el que "el método era obtenido muy ingeniosamente de la naturaleza de las cosas ;el autor distribuía las' cosas en varias clases. y cada. clac se estaba formada por un determinado número de cosas": 9 para designar un objeto cualquiera. bastaba indicar el niímerode la clase y el número del objeto. Las otras dos obras que Leibnizrecuerda son: el Character pro notitia linguarúm universali déJ. ' Becher{Francfort, 1661) y la Polygraphia nava etuniversalis ex oombinatoria arte detectadel padre Atanasio Kircher (Roma, 1663). Ambos textos están escritos sobre la base de un diccionario numé~ rico del tipo al que se ha hecho referencia a propósito'ddUniver~ sal Charax::ter(1653) dé Cave Beck. Se ha convertido' enlugarcómún en la historiografía lei~niziana 7 G. IV, 70-71 Y cf; Y.'Belaval,Leibniz, París, Vrin, 1952, pp.41-42;Coutu-' rat, 35-40;.y, para. una más :aIilplia exposición, F. Barone,. Logieajorma1e-'.f logica traseendentale da Leibniz ..a Kant, Turín, 1957, pp .. 5 ss.' .. 8Couturat,31.' ", " .. '.' , . 9 G. IV; 72 Y ej. Schott, Teehnica curiosa, Nuremberg, 1664; pp. 484,505. El autor del ArithmetieusnOmenelaror mundiha· sido ahora identificado ton el jesuita Pedro Bermundo o Verrnundo. Cf. A. Heinekamp, "Ars, characteris, tica undn.3, natlirliche Sprache bei Leibniz", en Tijdsehrift voar Fifa.s.ojie,!_~XXIV (1972), pp. 446-488 ... , .. ,
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el contraponer el límpido, "científico".y coherente plano de una lengua filasófica creada par Leibniz a los "infarmales esbozos" o a las "vagas y canfusas"proyectas de lenguauniversalelaboradOoS por sus "predecesores"; En realidad, las cosas son de alguná manera diferentes (cuando no se atribuya a alguien la categoría de "precursor", para ahorrarle el trabajo de leer las obras ). Cuando Leibniz .formulaba su proyecto de lengua universal en la Dissertatio de arte combinatoria, él na conocía ni el Ars signorum de Dalgarno, publicado en 1661, ni, abviamente, el Essayde Wilkins, que se publicó sólo en 1668. En esos años, Leibniz cansideraba tadavÍa los caracteres de la lengua universal, siguiendo las huellas de Bacon y de Kircher, coma ~aracteres de la lengua universal campuestos "de figuras geométricasy de. pinturas del tipa que un tiempa utilizaron los egipcias y que aharason utilizadas por los chinos; pinturas que na canducena ,'un determinada alfabeto, a a.letras, lo que provoca una gran aflicción a la memoria".10 Las reservas que mastraba a prapósita de la abra de Becher ..eran, por otra parte, muy similares a las que formulará, independientemente de Leibniz,el mismo Wilkins: la ambigtiedad de los términas que en diferentes lenguas tienen diferentes significados; la imposibilidad, dada-la falta de sinónimas exactos, de una, correspondencia precisa entre 10stérminÓs de dos lenguas; la imposibilidad, dada la diversidad de las reglas sintácticas, de una pura y simple traducción de lOostérminos, una después del atro ; en fin, la dificultad de retener en la memoria las números correspondientes, no sólo a las clases sino a cada uno de lÓs objetos pertenecientes a cada clase. Una escritura a lengua universal que quisiera evitar estos peligros debería basarse en un análisis completa de las conceptos y ensu.reducción a los términassimples.11. AUnicio de 1671,Leibniz leyó el Ensayo sobre los caracteres reales de Wilkins y,probabl~mentealmismo tiempo, el Ars signory,rn' de' GeorgeDalgarno. Su entusiasmo por la obra de Wilkinsy ,su desea de ver. el En~ayo traducido al latín y difundido en Europa resultan; despuésde.io que hemos dicho, plenamente justificados. En e1Essay yen el Ars signorum había encontrado,la tentativa (al menos ,en parte realizada) ---;-iniciadapar él mismo en la Dissertatia::--de elaborar una lengua universal que fuera también "artificial" y "fih sófica"ies decir, creada no sobre la base de, una correspoIldencia entr~ diccionarios,sino sobre la' base de una clasificación de los conceptas. Las críticas de Leibniz a D~lgarno y a Wilkins sm;g;irán, como hemasvisto,. sólo enlosañ()s d~;s:\lestancia. en París. En ,una nota anexa a su ejemplardelArs signoruni'y en un;i'cartaaOlden~ burg ( escrita desde París), Leibniz criticaba a los' dosau toá~s inglesesafi.rmando que ,en vez de yrear una lenguá verdadéramente"filo~ ..
. 'n? G'lV ,73, ' 11·.·G:IV:'·..7Ú3~
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sófica", es decir, capaz de indicar las relaciones lógicas entre los conceptos, se habíanpreocupado por crear una lengua que pudiera facilitar el comercio entre las naciones. ,La lengua internacional -agregaba Leibniz- es sólo la más pequeña de las ventajas que ofrece la lengua universal: ésta es antes que nada un instrun1enlum rationis.12 Pero Leibniz no se alejaba mucho de las posicionestradicionales en el modo de concebir la lengua universal (el término característicar,eal, a menudo, utilizado por Leibniz, proviene de manera evidente de la terminología baconiana retornada por Wilkins). .Desdeeste punto de vista, algunas de sus afirmaciones parecen particu,larmente significativas ..y sirven para ".mostrarnos la cercanía' de algunas de sus tesis con.1as que.sostenían los teóricos ingleses ctela lengua artificial :.... 1) La lengua universal o característjca real.es el resultado de un sistema de signos que "representan directamente .1ospensamiel1tos, no las palabras", y que pueden ser ,por lo tanto leídos y comprendidos sin importar la lengua que. en realidad se,habla.13 ....2) La creación. de una.1enguá universal c0'incidec.on la de una escdtura universal: "no. importa si' sólo. queremos elaborar una'.escritura .universal, .0 también una lengua universal; de' hecho,es fácil producir ambas con,.la misma obra".ú ' i 3) A pesar de declarar e:xplícitamente su deseo dea1ejarsyde la tradición, Leibniz ve en los jeroglifos egipcios,en los car,=\ctereschinosy en los signos utilizados por l()s químicos l0's ejemplos de una característica real: "Reconozco que los jeroglifos de los egipci0'sy .de los chinos y,entre nosotros, las notas de los quí:tnic6ssoD:ejemplos de una Característica real: corno la que han est<:tgl~cid()hasta ahora los autor~s; no de la que es nuestra."~? .. ;>.' 4) La lengua universal pued,eaprep.derseen muy brevetiempq ("'en pocas semanas", repit~Lei1J.Ilizal. igual que Dalgar,IlO)y sir;ve .también' para lá propagación de la' fe ci'istian,a y. para lac.onversión 4e lóspueblos: . ' . '.;esta ;·escritura..o·Iengui podría ser.,~ceptada rápidarrlente;en.,el . ',I11undop'Orquepodría aprenqerse·'en potas semal1as:y'l?osib,Jlitaríala .comunicación en' t?das partes;est(). tendría. granimpprtanCiapara 'la difusión de¡l~ fe y para la instruéción de los píieblosléj~nos;16 . .........
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'5) Elaprel1dizaje de la lengua universalcoincidé .c:ori 'elaprel1di~ zaje de la enciclopedi~ 'o delardenamiento sistemáticocte lasIlodones fundamentales; El"'proyecta dé la?enciclopedhl' está';ligaélÓ 'f 12G. VII, 12; Couturat,Nota III. 13 G. 14 G. 15G.
VII, 21,2Ú4.
VII,B .
VII,25.' ··1.6q.VII,·: 26.
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orgánicamente al proyecto relativo, a la lengua universal ~s imprescindible de éste : "el que aprende esta lengua, aprende también y al mismo tiempo la enciclopedia, que es la verdadera puerta de ingreso alas ciencias"}7 6) El ap'rendizaje deja lengua universal constituye, por sí mis~ mo; un remedio aja debilidad de la memoria: "quien haya aprendido esta lengua no podrá olvidada o, si se le olvida, adquirirá fácilmente y por él mismo todos los vocablos necesario,s".18 '7) La' superioridad de la lengua universal en relación con la escriturachina está en el hecho de que 'las conexiones entre los caracteres: corresponden al orden y a la conexión que existe entre las cosas;"pordrá aprenderse esta lengua en pocas semanas ya que, a diferencia del chino, los caracteres se encuentran bien' relacionados entre sí' de acuerdo co,n el orden y la conexión de las cosas ".19 ,'Sinembargo,'Leibniz se aleja de las tentativas precedentes en dos ptintÓs,defundamental importancia:" 1) 1;..o,S caraCteres de la lengua. universal tienen la tarea de expre" sal' las rehieiopesque sediin entre los pensamientos; como en el Casó{del~lgebra yde la aritméticá; los caracteres deben servir para la: inv-eneión'yeljuici6. "Está escritura 2escribe Leibniz en 1679!...c.será una~speci~ de álgebrageneraI y ofrecerá el modo de razonar caleuliÚído;demanera que, en vez de discutir se podrá decir: caleulemós.Yse'veráJ que los errores del razonamiento so,n solamente errores:de cálculo deséubribles , como en el caso de la aritmética, por_iriediode~!pfuebás".Elproyecto de una lengua universal o filÓs'6fic~',:recogidopor Leibniz con lluevo vigor después de la lec- ' tufa de-his'obras de paIgarno y 'deWilkins, podríáser colocado al lado del proyecto ya iiiichidó ~ll,el, De arte;oombinatoria,tendienté álácreaei6ri deuh arsinveniendi ,concebido como cáleulo.2Q 2), La: invéricion -de la "lengua, universal ,conducirá, de esta mane•. ra,llóisolo'a:la:realización dé un medió de comunicación, sino que contribuirá también, de, manera directa, a la realizacion del ars inveniendi.~Lnombre(signo) atribuido en la -lengua ,universal a ªet.érniin~ª(}: obj~toú a,det.ermina,Cla Iloción no servirá sólo para distinguirJasrelacionesentre la cosa, significada ,y las otras perte" necientes'i'Íari:1isma daseoespécie, y a determinar las relaciones entre'hi.cosa'misma y las diferencias y los géneros en los que ésta ~stá,c()nt~nida; Ilosólo servirá para illdicarla "p()sición" que ocupa eFCt~j~tgen::.~L~~~qU:yniadeluniversó;~ino ta,mbién, "para indicar 1a~,:;e~perieIlc!,~,§ :qt¡e."¡f~p_en:ell1prenderserac~onalmentepara aumentar nuestro conocimiento":" ,1.7,G.
,18'G.
,vII,<13. VII, 13.
, }9'G. MIl,' 26. ' . 2~G. VII/'?3,26,205 y~cf. Grua, 263-264.
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Admito, como la misma cosa lo exige, que por ahora no podemos extraer del nombre que (por ejemplo) hemos atribuido al oro esos fenómenos químicos,que son revelados por el tiempo y por las circunstancias hasta que nos hayamos enfrentado con un número de fenómenos suficientes para determinar otros. En cambio, el nombre que se dé al oro en esta lengua será la clave de todo lo que huma-namente se puede saber del oro, es decir, con razón y orden. De ese nombre surgirá también esto: cuáles experimentos alrededor del oro deban ser ins,tituidoscon razón., ' 1678), En el largo fragmento tituladúLingua generalis(febrero, el primer sistema de cálculo lógico concebido por Leibniz podía de tal manera presentarse comO' el fundamento del proyecto leibniziano de una lengua universa1.21 ' Para transformar la característica (háciendo uso desímbolús numéricos) en una lengua que pudiera ser "hablada", Leibniz recurría, como lO'ha aclarado Couturat,22 a los métodús' expuestos por Dalgarno y por Wílkins, e indicaba cún las primeras, nueve consonan" tes (b, c, d, f, g, 'h, 1, m, n)lós números del 1 al 9, y con las cinco vocales indicaba las unidades decimales en orden ascendente (1, lO, 100, 1000, 100(0), para las unidades superiores admitía el uso de diptongos.De esta manera, el número 81 374 seescribirá,y se pronunciarácúmo Mubodqefa. Ya que cada sílaba indica, mediante la vocal, su orden decimal, el valor de la sílaba misma esindependiente del lugár úctipadoen la palabra. El misIIlo númerópuede ser expresadO' con el término Bodifalemu, que significa: 1 000 +
300
+
4
+
70
+
80000
=
81374:2H
'
,
No, es el caso de expúner aquí las doctrinas de Leibniz concernientes a la gramática racional, ni sus intentos por llegar a una simplificación gramatical y sintáctica del 'latín al que recurre como "intermediariO''' entre las lenguas vivas y la futura lenguauniversal 24 después de repetidos fracasos. Sin embargo, es ciertO'.que el problema delaéláboración de un diccionario enfrentaba a Leibniz a un problema al que se habían enfrentado varios deJos teóricos ingleses de la lengua perfecta. Para que el nombre de cada óbjeto o noción pueda expresar la definición del objeto o de, la nociÓn de modo que lús términos de la lengua artificial se- conviertan en símbolús adecuadús)' transparentes similares aJos deJa Jengua de Adán,es neoesario haber determinado los elementqs' p:rimários 21
G. VII, 13; Op. 2n279.
2H
Op. 278.
2.2Couturat, 62,'
63.
24 Cf., sobreestos argunientos,COuturat,66 ss. y, del mismo autor, Bistaire de lalangue universeUe,' París,>1907, pp; 11-2&., En ,relación,c;on'laforma'en
que CouturatretorrJ.aest~ tymas\leibniziaJ?:0s~cf.'fDesrapport~,de la' ,logique et.de la,ling\listiqll~.aansJeproblemede Ialangue internationaJe";en'Atti del IVCongresso ,intefnaz~onale di filosafia; :Bolonia,1911,voLTL' '
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y simples que componen. el alfabeto del pensamiento. Pero para establecer este alfabeto, se necesita un inventario de todos los conocimientos humanos; es indispensable disponer de una e~lopedia en la que se clasifiquen todas las nociones en el ámbito de un sistema unitario y, por lo tanto, puedan ser conducidas nuevamente a un número limitado de categolias fundamentales: La' caraCterística que me propongo elaborar necesita sólo de una especie de nueva enciclopedia.La enciclopedia es un cuerpo en el que se ,sistematizan en orden los conocimientos humanos más importantes. Una vez elaborada la enciclopedia de acuerdo con el orden' que me' propongo, la Característica estará casi totalmente lograda.25 En una serie muy numerosa de esbozos, fragmentos, planos, capítulos o secciones ,presentadas corno provisionales speximina, Leibniz, al dirigirse a las sociedades' y las academias, a los príncipes y a los soberanos, fue elaborando durante toda su vida el proyecto de una enciclopedia universal que no fuera simplemente una clasificación aun balance de los conocimientos ya adquiridos, sino que tuviera un valor "demostrativo", es decir, que sirviera de guía para la investigación científica en acto.26Los testimonios del mismo Leib'llizsobre 'las "fuentes" de varios de estos proyectos aparecen como esenciales. Eri la Nava methodus iurisprudentiae encontramos refe. rencias a,Lavinheta, a quien se le reconoce el mérito de haber disc tinguido esos térmirios jurídicos fundamentales mediante los cuales podrá 'elaborarse la tabla enciclópedica del derecho.27En una carta de 1714, refiriéndose a los años de Juventud, Leibniz hablaba de la influencia que recibió del Digestum sapiel1tiae de 1vo Paris?8 Leibniz volvió varias veces a la obra de Alsted, al que ya había recordado en la Dissertatio de 1766 por sus' escritos lulianos; en 1681 hablaba de él con' admiración, 10 años antes había dedicado un breve escrito ,a mejorar y perfeccionar su gran enciclopedia.29 Aún mayor en su deudacconComenio: "mi propia enciclopedia no difiere en mu'chode la-de Comenio"; Leibniz había tomado de Comenio la tesis (de importancia central) de la identidad sustancial entre la lengua'universal y la enCiclopedia.30 ' 25G. VII; 40. , >'~6 Sobreercarácter demostrativode la enciclopedialeibniziana, cf. las útí- _ les'precisionesque aparecenen el,ensayo.de R. Me; Rae,"Unityof the Sdences:Bacon, Descartes,Leíbniz",en JOurnal Of the History a¡ Ideas, 1 (1957), ·páginás27-48 .. ,,27L. Dutens,.G.G. Leilmitii Opera Omnia, 6 voIs.,Genevae,1768,vol. III, páginas156ss. {,',28,Op.561y, cf., Carreras'y Artau,'.La filo~ofia-cristiana, cit., vol.II, p. 321. ,~.G. IV, 62;.G. VII, 67; Cogitata quaedam de ,rati6ne perficiendiet emendá~di'Ericyaov,aedi~:Als.tedii~ _e~DlltellS, 'Leihr1,iti(Opl}ra, c~t,'.voI.y,p. 183; cf,·"Op. 35f355 ...,-.," ,;:¡ ,.", ",' ',' ¡; "",,'':;::,,,,' , 80, Cf.CarrerasyArtau,:La,filosofiacristiano., cit.,vol.1I,,p~32(); , Cout1ll:át, 'u'
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FUENTESDE LACARACTERíSTICA LEIBNIZIANA
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Al referirse al comentario leibniziano a la misiva de D~scartes sobre la lengua universal, hemos visto cómo Leibniz se daba cuenta del "paralelismo" entre el proyecto de la lengua universal y el referente a la enciclopedia. En ese pasaje, de fecha incierta, se negaba a hacer "depender" la característica de la enciclopedia: "Aunque esta lengua dependa de la verdadera filosofía, ésta no depende de su perfección. Es decir, esta lengua puede ser creada a pesar de que' la filosofía no sea perfecta." 31Sin embargo, la posición de Leibriiz en este punto presenta algunas dudas; en una carta a Burnet del 24 dé agosto de 1697, Leibniz afirmaba, en una dirección completamente opuesta, que "los caracteres presupondrían la verdadera filosofía y sólo ahora intentaré iniciar mi construcción'~.32Este doble punto de vista, escribe Francesco Barone, corresponde "al doble punto.·d~ vista· desde el que teibniz ve la característica, considerándola respectivamenté' como instrumento metafísico absoluto o como instrumento pa'ra la construcción de sistemas deductivos particulares".33 La observación es 'bastante justa., La característica corno instrumento, como-cálculo hecho a semejánza del formalismo del álgebra, no necesitaba de la fundación preliminar de la verdadera filosofía; característica y enciclopedia ser~solvían ,una en la otra y marchaban 'al, 111Ísmopaso. Sin embargo, al seguir concibiendo la característica como "clave universal", como el instrumento adecuado'para Íríostrar las esencias' y para descifrar ese alfabeto. del mundo que corresponde al alfabeto de, los pensamientos, Leibniz se encontraba de nuevo frente al mismo problenia al que habían tenido que enfren~ tarse los teóricos ingleses de la lengua perfecta: concebir una' universal philosophy que sirviera dé base y fundamento a la lengua filosófica .. ' . ' , Para darse cuenta de esto, bastará ,tomar en consideración las amplias tablas enciclopédicas, que. Leibniz ehiboiÓ entre 1703 y J 704.~4 Alténruno de su actividad, después de haber proyectado y esbozado numerosísimos planes y fragmentos de enciclopedias, Leibniz volvía a trabajar, una vez más', en elmisino plano en el que habían trabajado Wilkins y Dalgarno.Enestas páginas, la enciclopedia se configuraba' cÓmo una clasificación lógica (basada en la distinción e~colástica de las sustancias y de los accidentes) de los ,principaleS conceptos de todas las ciencias '.(desde las, matemática.s hasta:' la moral y la política), detodbs los objetos na.turales (desde los minerales hasta las plantas y los seres vivos) y de todos los obje~ tos artifici~les (los utensilios y,l?s,instruJ11,eritos fabtic~dos'~orel 571-573; Iudicium de scriptis corr!.enianis, en DuteÍls, Leibnitii Opera, cit., vol. V, pp. 181-182, 31Op. 27-28.' " ,.32G. III,216. " ,33,F;, Baróne,.Logioa formalee logica trascendentale, cit:;p;'24. 34
Op.437c510.:;",
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LAS FUENTES DE LA ,CARACTERtSTICA LEIBNIZIANA
LAS FUENTES DE LA CARACTERtSTICA LEIBNIZIANA
hombre). La clasificación leibniziana' reproducía, con insiJificantes diferencias, la clasificación presente en el Ars signorum de George Dalgarno : Res: Concreto matemático
Accidentia:
Concreto ñsico Concreto artificial Concreto espiritual ,
Accidentescomunes Accidentematemático Ac;cidenteñsico general Cualidades sensibles Accidentessensitivos Accidenteracional Accidenteeconómico ~ccidente político
También en las diversas clases y subclases se reproducía la misma clasificación. También, para Leibniz, la clase de los "accidentes polítieos" comprendía,' por ejemplo, la relación de oficio, la relación judicial,la materia judicial, el papel de las partes, elpapel~del juez, los'delitos; la guerra y la religión'También en la lista' de qlda uno de los términos comprendidos en cada 'una:', de las. clases y subclases Leibniz difería muy poco del esquema de Dalgarno. , ,El proyecto de ',una enciclopedia "derrlOstrativa" -tan importante históricamente':':'::parece ser aquí abandonado. Las razones de este cambio de perspectivas requeriría 'un análisis particular. Se trataba sólo de destacar que las influenCias de,las posiciones de los teórieos ingleses de la lengua universal no sólo 'aparecen en los escritos del "joven" Leibniz. Al referirnos a los text()sdedicadosa la creación de las'lenguas filosóficas, hemos subrayáda en todos su insistencia en él valor mnemotécnico de las lenguas universales. Las numerosas referencias ateste problema en'las obras de Leibniz resultan también muy significativás. Aligual que Bacon y Descartes, Leibniz estaba interes'ado , eil el problema, tan ampliamente discutido en Europa, de la memo-ria artificial. De este interés por, el ars reminiscendi han' queClado una serie de escritosinéditos:Phil. VI. 19, que es una selección de ,apuntes qué lleva por título, Mm~monica, sive praecepta varia de 111R-morúz exC{Jlenda,' y ;phil.,VII. B'. III. 7,qÚe contiene una segunda colecCión'de apllntes 'y resúmenes de obras de ars memorativa. ,En el escritoS r.del, primero de est()s manuscritos ,se reflexiona sobre Una serie dé .recursos que pueden ser utilizados para recordar f~cilmeÍ1te,recurriendo a, una serie cualquiera de números' que vienen .~11 ayuda de Jas)etras ~lf~béticas:, ,,' Arcano, de qué manera puedas tener de m~moria todos y cada uno de los números, máxime aquellos de que usa la cronología,y otros infinitos, y acordarte de"ellos sinningúll',tórmento mental,ni olvidarlos Íu{nca,es mis, decÍudr de, ahí infinidad de cosaS. , :': ' .,
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Si alguno quiere aprender números sin tormento de la memoria o del ingenio, es necesario que se valga de algún ~uxilio.Muchoshubo que lo intentaron, mas sin efecto o éxito notable, hasta que no hace mucho alguien con imaginación halló'éste, y loco~pro,bó con muchas razones y con la 'experiencia misma. ' \' Las letras del alfabeto son 24; se dividen en vocales y consonantes. ' "', Las vocalesen este asunto tienen sólo utili~ad secundaria; las consonantes, primaria.' , Las consonantes son éstas:B C D F G K L M 'NP Q R S T; añádanseles W Z V. Números tenemos éstos: 1 2 3 4 5 6 7 8 9 O. Si se dan otros números, se componen de éstos, como del 1 y el 2se hace 'el 12, según está daro. " " , Ahora bien, nada hay que tanto'atormente la memoria como algo lleno de números, los cuales sin embargo es de máxima importancia saber y aprender de memoria: así pues, este auxilió 'te será:de provecho si,haces uso de él, y mejorará tu memoria." " " Dispón así estas consonantes, y haz cuenta que son números; así saldrás con,ello fácilmente: ' o;, ' ' 1 234 5 6 j 8 9 ~ BCFGLMNRSD
PKV WQ
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El recurso a los versos, tan difUndido en los textos de mnemotecnia desde el siglo xv hasta Bacon, aparece en otro de estos apunteS en los que Leibniz,traduce al latín los versos 33~42de' la Geografía de Marciano de Heraclea: 35 ' ...
'
Haec ergo visum est explicare carmine facili atque claro, quali útuntur comicio , ' N am sic iuvatur meJmoria nec sensus perit et simile quiddam vita' no bis exhibet. Qui vult solutam ferre lignorum struem ,prohibebit aegre ne quid illi· decidat sed colligatam facile fasciculo, geret' OratiosolutaparUá diffluit . comprehensa vérsu: mens ' fidelius .. tene!.: ..... .
,LP~feci6nÍe bien, pues:' explicar esto~h Je;so, ," fáéil"y claro, como el que se Usa enlacótnedla, que así se ayuda la memoriaynoseborra la idea, y algo pare.cidonos enseña la vida,·' '. , quien 'quiere carga un montón de leña suelta ,:,35
Cf.:GeographLgraeci
minores, vol. T, pp;\lSS ss.""
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LAS FUENTES DE LA CARACTERíSTICALEIBNIZIANA
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se, detiene' al pensar que se le' irá' cayendo, pero amarradai en haz la lleva fácilmente. Así, una raz¡6n en prosa se diluye trabada en verso la retiene. mejor la mente.] AlIado de una crítica al Lexieon de Hoffmann (Amberes, 1698), este mismo concepto aparece ,nuevamente en otra brevísima' nota sobre la gramática de Manuel Alvarez (Dilingae, 1574 y Venecia, 1580)- y sobre la Grammaticae philosophicai de Scioppio (Amsterdam, 1659): Aquellos [versos] que en su gramática trae Manuel Alva~ez, de la Compañía dé Jesús, el mismo Scioppio los elogia y exhorta a aprenderlos, pues, dice, _en cientO' sesenta versÓs hexámetros abraza felizmente todas his reglas de los pretéritos y supinos de los verbos y toda la explicación de, la prosOdja latina en otros ciento sesenta versos.' El lexico universal de~()ffmaim es libra de nombres propios utilísimo, pero u-na cosa me parece le falta; no pudiendo el autor por la enormidad del tem.a .enseñado todo. plenamente, habría hecho muy bien si en cada caso hubiera indicada ~lgún autor para estudiarla en seguida. En las páginas que tienen por título Artificiwn didactieum y Exereitia ingenii encontramos otros preceptos característicos del arte mnemotécnico : didáctico; ,Siempre hay que mezclar y templar las cosas conocidas con lasd~sconocidas para que el trabajo y la molestia sean menores. Así, aprendemos óptimamente las lenguas por paralelismo con lenguas que ya conocemos, y para aprender una lengÚá' cuya lectura aún no nos es familiar"tomamos un libra que sí lo es y cuya sentido tenemos prácticamente en la memoria,' cama el Nuevo Testamento. De ahí que si yo pudiera o quisiera enseñar música, enseñaría (al alumno)' a escribir en el papel las cancioncillas que ya se sabe, para que no se le ólvidaran.· Ejercicios de ingenio. Como los oradores tienen sus ejercicios de retórica, los gramátjcos ejercicios de estilo, así quisiera yo que se instituyeran para los' niñq~, ejercicios de ingenio. No hay que tratar de hallar más gratos ni eficaces ejercicios de ingenio que, ciertas juegos (... ); recitar_palabras; -'turbado de' algún. modo su orden, par medio de alguna fácilrrinemoteciihl,invertido de nuevo' si se quiere, decirlas salteadas,historias que otros, dicen decirlas de nuevo, descri_bir; improvisando, batallas, viajes,' ciudades 'de -que antes hemos oído, componer plegarias, hacer 'que aprendan, en discusiones yÚrtámenes, a exponer alegatos ".corriplicados y' a',resolverlos,: Artificio
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En' fin, en los es,critos 16r.-: 16v. apartX:e un; amplio resumen analítico del Simónidesredivivus sive ars memoriae etoblivionis de AdamBruxius(Leipzig; 1610);P~roalladode' exposición de 1<1;
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tesis tradicionales reaparecen' en estos apuntes los nombres de los teóricos del método geométricol6 Leibnizacusa a estos teóricos de no haber destacado suficientemente esas proposiciones primarias que están en la base de todo el discurso: ' Veo que aquellos que tratan de las ciencias con método geométrico, como el P. Faber, Juan Alfonso Borel, Benito Espinosa, Renato Descartes, diluyéndolo todo en pequeñas proposiciones, hacen,que las proposiciones primarias queden e~condidas entre aquellas más pequeñas, ni .se noten lo suficiente, de modo que 'con frecuencia te será difícil hallar lo que buscas. Nos hemos detenido en estos apuntes inéditos, no porque sean de particular interés, sino porque permiten mostrar -y esto no ha': bía sido hasta entonces subrayado~ cómo las numerosas referencias de Leibniz a la memoria ya la mnemotecniasurgen no tanto, comO se ha creído hasta ahora, de' la lectura de ¡as confusas páginas de Kircher, sino del conocimiento efectivo 'y' detallado de algunos textos de arte mnemotécnico, como el de Bruxius, tan conocidos y-celebrados en la cultura del siglo XVII. Esta conclusión queda confirmada por, otra parte por un examen de las páginas contenidas en el manuscrito Phil. VII.,B. III. 7. En una IiQta de la que conocemos la fecha precisa de compo~ición (abril de 1678) encontramos, junto con algunas reglas para la elaboración de una gramática racional, la descripción de los medios mnemotécnicos que deben utilizarse para recordar una serie cualquiera de ideas. La antigua doctrina de los lugares y de las imágenes, la tesis de la necesaria reducción de lós conceptos y las ideas en el plano de las figuras sensibles; las figuras de los patriarcas, de los apóstoles, de los emperadores, los prtX:eptos 'relativos al orden y a la collocatio in loeis, las imágenes'de los animales, los. recursos .relativos a los términos ..de··las lenguas "bárbaras" aparecen nuevamente en esta página, Es indudable que Leibniz leyó y comentó (como se deducedel.escrito r.4v. de este manuscrito), además del Simonides redivivus de Bruxius,los:escritos de Schenckel, deteniéndose en particular en esa parte de la obra dedicaaaal ap'rendizaje deIJatín,.a la ,educación de los jóvenes, a la retórica y las reglas del·' ars reminiseendi.3T . Estos intereses de Leibniz, estas lecturas ejercie~on influencia'en ,la solución ,de problemas de carácter más general: 'para' Leibniz, el arte de la memoria conserva un lugar propio Y; una, función precisa en el mundo del saber, y esn;mchas;vtX:es'cómp:;Ú'ada'con
1
Losautores alos que Leibnizhace referencia son,junto con Descartes y Espinoza,"el:padre .jesuita Honaré Fabri, feroz anticopernicano y autor de los _Dwloghi Physici, Lyon,, 1665, Y G. Alfonso'·Borelli, cuyo Euclides res,titutus ~tsivé prisc.¡,geometriae elementa fuepublicadó en Roma'en 1658;,' ' , . 31 Sobre Schenckel,-C¡.'lanota,42 deleapJIv. ,,' <16
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la lógica. En la N ova methodus discendae docendaeqUle iurispru. dentiae (1667), la mnemoteénia, la tópica y la analítica canstituyen las tres partes de la' didáctica; en el Consilium de Encyclopaedia nova oonscrwenda methodo inventoria (1679), la mnematecnia apa. rece colocada entre la lógica y la tópica; en l0'Slnitia et spocimina
un microscopiO'para investigar las cosas presentes, un telescapio para adivinar las cosas lejanas, un cálculO'general, una mágia inocente, una cábala no quimérica, una escritura que cada uno podrá leer en su propia lengua, en fin, una lengua que padrá aprenderse en pocas semanas y, que circulará muy pronto en el mundo llevando hasta dandepueda llegar la verdadera religión... 30
las principias tadas laslaciencias de aplicadas"perfecta se s\1bdi. scientiae navaedegeneralis, sagesse y aarte "conacimienta de vide en art de bien raisonner,art d'inventer y art' de souvenir,. en
No eran palabras dictadas por el desea de adaptarse a una moda cultural o a un lenguaje corriente; al igual que las seguidores de Lulia y las teóricas de la pansofía, también Leibniz estuvO' siempre canvencida de que era pasible encantrar un método que constituyera la clave de la realidad; que fuera posible crear una ciencia gene· ralísima capaz de descubrir la plena carrespondenciaentrelas farmas originarias canstitutivas de la realidad y la cadena de las.razaneS o de las pénsamientas. La ciencia general '.
una carta a Kach de 1708, LeibnizIlega a aceptar la tesis sugerida par Ramus y recagida par Bacon segUn la cual el ars memoriae canstituye una' parte a sección, de la lógica. Ldbniz insiste varias veces en la función mnematénica de la lengua universal, de la en.o ciclapedia, de las tablas y de la misma característica; Leibniz también cancibe las caracteres y las figuras campletamente de acuerda can la tradiCión, es decir, cama medias para reforzar la imagina· ción; cansidera las tablas (cama Bacan, Alsted, Camenia y Wilkins) camo una ayuda indispensable para la fragilidad' natural de la memaria: Combinatória: aquellos que no sean capaces de considerar con atención las cosas mediante una firme imaginación son ayudadas par las figuras y póTlas caracteres; aquellos que no -tienen fuerte Ínemariay no son capaces de presentar muchas cosas al misma tiempo, san ayu~ dadas por las tablas.38 En la elabaración de las numerosQspraYectos referentes a la carac" terística, a la lengua universal y ala enciclapedia, Leibniz se había entances remitido continuamente a esas discusiones s0'brela combi· natoria y sabre la enciclapedia, sabre el alfabetO' de las pensamientos"y sabre la lengua universal, sabre los caracteres reales' y sabre la memoria, que habían tenido grandísimo eco en toda Europa; , ·'Na se trataba de una mínima herencia. En 1679, a 13 añas de distancia de la'publicaciónde la Diss,ertatio de arte combinatoria, ,después de su estancia en París y Londres, después de los grandes "descubrimientos" matemáticos, Leibniz hablaba todavía de su .invención can un tano que resulta singularmente cercana al tana "milagrosa" y "mágico" de tantos lulistas y maestras de la memaria del sigla XVI : "Mi invendórlcontiene,por completo, el uso de la razón;' un juez de, las controversias, un intérprete de las nocianes, una balanza para la prababilidad,una brújula que nos guiará en el ócéano de la experiencia, un· inventario de las cosas, una· tabla de las pensamientas, ..
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38Para estas referenciasa la memoriaartificial,cf.,DutensÚibnitii Opera, cit.;voL III, pp. 150ss;;. Op. .37;, G.,VII,82, 84, 476477.Sobreel uso mnemotécnico de las.cIasificacioIles,cf.'adernás, ·la .carta,a'.Wagrier,enG.VII,516517y, sobre los caractfuoes·'.!paJpables" Y' "sensibles!':' Grua,',54&-549.
no abarca sólo la lógica... sino que es ars inveniendi y methodus disponendi, es síntesis y análisis, didáctica y ciencia de la enseñanza, es noologíay arte del recardar a mnematécnico, es ars characté'ristica o simbólica; es gramáticafilasófica, arte luliano, cábala de los sabios y magia naturaUO' , Leibniz nasóla recogía una sÚie de temas de importancia' secun· daria de la tradición del enciclapedisma lulista, del de la'papsofía y de las teorías sabre la lengua universal. Esa tradición intervenía paderasamente en una de los puntas centrales de su filasofía.: en el concepto de una ciencia general que eS también una, aunque Uinaéente", magia natural, que es capaz de revdar las razones que operan en el cosmas y de aclarar la estructura, de la realidad. 'En este punto, de importancia decisiva, las textos son precisos. El árte -escribe Leibniz en la Dissertatio"lleva cansigaal alma obediente a través de casi tado el infinito y abraza al mismo tiempo la armonía del mundo y las íntimas construccianes de las cosas y la serie de las farmas".41 La lengua universal, par atrolada, "descubre las formas interiares de las casas" 42y la abstracción tiene su fUlldamento, en la trama ideal de la realidad : "si nuestra alma· na encontrara elgénero de las cosas ... la sabrá Dias, la encontraránlósángdes y preexistirá un fundamento a tadas estas abstracciones".43 En la Confessio naturae de 1668, Leibniz insiste en el cancepta de una armanía universal que proviene del espíritu divino,H mientras que, en una 89G. W. Leibniz, Samtliche Schriften und Briefe herausgegeben vonder Pre~ssischenAkademie der Wissenschaften, .I, ,.2,Darynstad,A927; pp. 167~169. 4°'Introductioad Encyclopaediam arcanam,en Op.,51l. ' 41G. IV, 56. El pasaje ha sido subrayadopor Kabitz, Die philosophie dá jungen Leibniz, cit., p:26. ' ' . 42G. VII, 13. ' 43:G.VII¡:61/,70 ..... ,'., ." .. 44Leibniz,SamtlicheSc1íriften und Briefe,;cit;, VI, I,p.'492.:
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~ LAS FUENTES DE LA CARACTERíSTICALEIBNIZIANA
carta de 1704, encontramos explícitamente platónico-pitagórica de la realidad:
expuesta una concepción
¿Cuál es la razón de la armonía de las cosas? Nada: por ejemplo, no se puede explicar el hecho de que la' relación de 2a 4 sea igual a la de 4 a 8, ni siquiera partiendo de la volu.ntad divina. Esto depende de la misma esencia o idea de las cosas. Las esencias de las cosas son, de hecho, números y constituyen la misma posibilidad de los entes; que no está· hecha por Dios y> que le da en cambio la existencia,:ya que, más que nada, esas mismas posibilidades o ideas de las. cosas coinciden con el mismo Dios. Siendo Dios mente perfectísima¡ es imposible que él mismo no se encuentre afectado por la armonía perfectísima ... 4" Temas comó estos aparecen de nuevo y con amplitud mucho mayor en esa serie de escritos que se remontan a los años 1675-1676 y que 1. Jagodinski ha récogido y public¡ldo en 1913,46a propósito de los cuales podría decirse efectivamente junto con Rivaud que "el principio de' armonía fue el centro. alrededor del cual' se fueron cristalizando todas las ideas de' Leibniz, y este principio, parece ser desde el comienzo, no una simple ley lógica sino una necesidad estética y moral" .47 En los Elementa philosophiae arcanae no encontramos sólo la afirmación ..de ' que "existere :nihil aliud .esse quam harmonicumesse", sino que vemos que se afirma explícitamente la doctrina de un orden lógico del cosmos según el cual "lo quedistingueuna sustancia de otra es su situación enel contexto racional del universQ".48 En este' mismo terreno trabajaba Leibniz cuando escribía a Federico diciendo que podía demOstrar la existencia de una "ratio ultima' rerum seu harmonia universalis" o~llando afirmaba, en una carta de 1678 a Iá duquesa IsabeJ,49la plena coincide.nCia 45 Sobre este pasaje han llamado la atenci6n Kabit:i:,Diephilosophie der jungen Leibniz, cit., p. 36, Y F. Barone, Logica formale etrascendentale,cit,
p. 8i La carta fue publicada por Tr¡;ndelenburg en "Historischel}Beitragezur PhiIosophie", II (1855),p. 190.> .. ,.. '..• ""., . ~6L Jagodinski, Leibniziana ... Eleri¡enta philosophiaearéanae ... De. summa rerum, Kasan, 1913;del mismó autor cf. Leibniziana inedita: coritessio philo" sophi,Kasan, .1915,(textolatinocon traducción rusa a! frente).' 47 A.Riváud,"Textes inéditsde Leibniz.publiés.par M. Ivan Jagodinski", en Revue de Metaphysique et de Morale, )Q'14, pp:.92-120. ,48 L ..,Jagodinski,Leibniziana,cit., pp. 32,220••.•....... '.',> .. ,' , 49 [a'carta a Federico, en G. 1, 61; la carta a Isabel, en Siinitliche Schriften und Briefe, .cit., .I1, 1, p. 438;Sobre la presencia de motivos':'metafísicos", inclusoenlos temasde'flógica:' ,que están enJabase de lajnterpretación' panlogística, cf. B. Jasinowski, Die, analitische,Urteils1ehre;Leibnizensiri'ihrem Verhiiltnis· tu seiner Metaphysik,Viena, ··19'18.'Apesar de paftirde la aceptación de las tesis de Couturat y de Russell, G.Preti, Il;cristiavesimouniversale di G. G. Leibniz, Milán-Roma, 1953,p~77, llegó a conclusiones queme,parece importante subrayar: "En realidad, Leibniz no ,llegó jamás,.:a.UIf;desarrollo Completo'.de sulógica; yquedójatrapado ewgraV,ísimas.:.dificruWi~s·. porque'uo
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entre los caracteres reales y los elementos simples que constituyen la realidad: "la característica representaría nuestros pensamientos verdadera y claramente y, cuando un pensamiento estuviera compuesto por otros más simples, su carácter también lo sería ... los pensamientos simples son los elementos de la característica y las formas simples, las fuentes de las cosas".
supo jamás abandonar completamente su platonismo originario: eLcriterio de la evidencia (intuición inmediata de las ideas), el realismo lógico (por el cual existen ideas en sí primitivas y en sí compuestas), la concepción según la cual el juego fmma! de los 'símbolos debía reproducir las relaciones ideales eternas. que subsisten entre las ideas que estaban en la mente de Dios,han impedido a Leibniz desarrollar a fondo sus intuiciones lógicas, que eran tan geniales y que después demostrarian ser tan fecundas. En realidad, Leibniz crea una lógica con la permanente preocupación de crear una ontología y una metafísica; pero para crear la lógica moderna era necesario desvincularse por completo de toda preocupación ontológico"rÍwtafísica,y seguir una .gnoseología (aquella que, partiendo de Hume llegará a! neopositivismo de las escuelas de Viena y de Chicago) que Leibnizno hubiera seguido." A cOlklusiones similares llega F. Barone, Logica formale e logica trascendentale, cit~;pp. 8 ss., quien habla de una "diferencia fundamental" entre la lógica' fmmal moderna y la lógica leibniziana "siempreenglobada· y apoyada, inc1uso'en las investigaciones más modernamente técnicas, po.rel ideal metafísico de la pansofía",..y que ha destacado la presencia en el pensamiento.de Leibniz de una "concepción platónico-pitagóricade las formas que es el fundamento de la formálidad de los esquemas lógicos". A conclusiones diferentes IlegaA. Corsano,'Leibniz, Nápoles, Libreria Scientifica Editrice,1952, que ha analizado las illflitenciasde las obras de Suárez en el pensamiento de [eibniz y. que ha sostenido la tesis de "una íntima y casi completa adhesión al nominalismo", de la ,cual debe haberse fniciado el pensamiento de Leibniz.No creo estar de :.¡(;uerdocon esta tesis, no sólo por las razones a las que me he referido,aunquesea brevemen~ te en el texto, sino también porque no creo, co.moafirIÍ1a Corsano, que Leibniz "se sintiera obligado a inclinarse ante los' arca~cos y. decrépitos :motivos ,de misticismo. platónico-pitagórico;para rendir homenaje a Ia.s opiniollesd~ sus maestros (Weigel) y para hablar.con un .lenguaje acce.siblepara)a 'retra.sadísima crutura .filosófico-ciel1tífica·de la Alemania barroca" (A,Cors2u:lo, rec. a F. Barone, "LÓgicaformale. e 10gicaJrascendentale", cit., en Rivista . critica di ~toria del/afilosofia, 4 [1957],p. 4-95).Mostrarla presen<:iayel peso no indiferente de esas· "superyhrencias" arcaieas-que .'de llÍngtllla maner;a. pueden reducirse unápropÚestoen especie de expediente académico-;- es en "'.todoccaso el\ojJjetivo que mea he estas páginas.. ".,
UN TRATADO ANóNIMO DEL SIGLO XIV
ApÉNDICE
1
UN TRATADO ANÓNIMO DEL SIGLO XIV ESCRITO EN LENGUA ROMANCE El tratado sobre la memoria artificial escrito en lengua romance en el siglo XIV, de autor anónimo y reproducido a continuación se encuentra en el Cód. Palatino 54 (H. 140-142)Y Conv. Soppr. 1 1.47 (hojas no numeradas) de la Biblioteca Nacional de Florencia. Contrariamente a lo que afirma F. Yates (The Cieeronian Art ofMemory, en Medioevo e Rinaseimento, Florencia, Sansoni, 1956,pp. 888), este escrito no puede ser atribuido con seguridad a Bartolomeo da San Concordio. Esta atribución se remonta no sólo a Manni sino a Tiraboschi (V, p. 242), pero como ya lo ha señalado Tocco (Le opere [atine di G. Bruno, Florencia, 1889, p. 26), el texto hace referencia al Rosarum odor vitae (que aparece en los mismos códices arriba indicados), escrito probablemente en 1373por Matteo Corsini, prior de la República florentina en 1378 (ef. la edición del Rosaio della vita, a cargo de Polidori,Florencia, Societa Tipografica Italiana, 1845). A pesar de que el año de su composición puede ser incierto, queda el hecho de que la obra fue escrita por un contemporáneo dePetrarca (Edizione Polidori, p. 96). Podemos agregar a lo ya señalado por Tocco que, en su referencia al Rosaio, el autor del tratado sobre la memoria habla de 84 capítulos, mientras que tanto en el Palat., 54 como en el Cód. 1, 1, 47, los capítulos son 82. La atribución de este tratado a San Concordia se debe al hecho de que en ambos códices ·los Ammaestramenti degli antichi de Bartolomeo están precedidos por una traducción del capítulo sobre la memoria delk Rhetorica ad Herennium y seguidos del tratado sobre la memoria artificial. En el Cód. Palat.S4, los textos están ordenados de la siguiente manera: ff. 29-33 v.: Testus memorie artificiose vulgariter scilieet super quandam partem rectorice; ff. 44-139v.: Bartolomeo da S:Conoordiogli ammaestramenti degli antichi; ff. 140-142: Ars memoriae artifidalis. La traducción al romance del texto de la retórica ad· Erennio forma la segunda parte o el sexto tratado del Piordi RettoricCl deBono Giamboni(Magliab. Palch. n, 90, Riccardiano, 1538. Cf. Tocco, Le opere Zatine!diG. Bruno, cit., p. 26). El, librodi leggere al que se hace referencia en las primeras líneas del trafado puede ser, como -considera Tocc()¡el tratado de lapronunci~ción que es el tercero ...delFiordi. Rettarica en -la redacción de FráiGuidóttóda -BologÍla,y en la de BonqGiamboni. EL tratado 228
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sobre la memoria artificial formaba parte, pues, con toda probabilidad, de una cierta redacción del Fiar di Rettoriea. La transcripción está tomada del Cód. Palat. 54, aunque a menudo se hace referencia al otro códice indicado. Se han hecho algunas modificaciones, no sólo en la puntuación sino en algunas grafías (por ejemplo: nolla = /1JOn l'ha,. lo = [,ho,. vene = ve ne,. a = ha, etcétera) . Ya que hemos entregado el libro de lectura, falta [tratar del modo] de memorizar, y por tanto escribese aquí abajo el arte de la:memoria artificial en _una _forma que no ofenda la natural, hecho como está de suyo el libro que, con esta memoria, se puede retener gran parte de él con sólo leerlo cinco veces y, entre una y otra, se deja espacio para aquello que se quiere retener en la mente, y observando las reglas de esta memoria no podrá errarse ni en una letra de todo este libro al aprenderlo de memoria todo. La memoria artificial consiste solamente en dos cosas, es a saber lugares e imágenes.Lugar no quiere decir más que una cosa dispuesta a contener en sí otra cosa, como una casa, una sala, una alcoba, o cosas que pudiera decir semejantes, como diez años lo son de ocho [?]. Las imágenes son la propia representación de aquellás cosas que queremos retener en la mente; Hay dos maneras de lugares, que son natural y artificial. Es lugar natural aquel que está hecho por mano de natura, como el monte y el llano y los árboles, que existen por sí. Lugar artificial es aquel que está hecho por mano de hombre, como es una casa o una chimenea, un lavamanos, un estudio, una recámara, un cofre o lugares semejantes a -éstos. Pero no tomes en cuenta todos los objetos pequeños que hay en una alcoba, que no te obedecería la razón, sino que han de ser objetos grandes como armarios, tapetes, y aun conviene que estos objetos sean fáciles de reconocer, comÓpor ejemplo un sombrero bordado, únyelmo o una cimera o cosas parecidas y que estén en lugar siempre visible. En cuanto a los lugares, hay que tener presente varias cosas. La primera, tener en el interior muchos lugares a saber, cuantos son lo;snombres que queramos retener en la·mente, y cada lugar ha. de recibir. su propia imagen, y cada imagen es, la repre~entación de una cosa por sí, si hemos de tener en mente veinte nombres, pónganse veinte imágenes.por lugar. Y como digo de \I~inte,pódria decir de ciento, doscientos,trescientos, cuatrocientos, siempre que tengamos suficientes lugares. J;'eroyo diré ahora que sean doscientos' Cincuenta y dos, si bien estos doscientos cincuenta y dos darían poca fatiga, que hay, en el librito susodicho del Rosedal,Aroma de laVidá, ochenta y cuatro capítulos, y de cada capítulo sepuéqenfácilmente tomar tres nombres, de modoque 3 X 84:::; 252.Pero'demayorcántidad de nombres direiriosmás detalladamente abajo. Además,los lugares'nos conviene tenerlos,ordenados, es decir, qÚépor
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APÉNDICE 1
chimenea, el segundo una puerta o un trastero, el cuarto [sic] una columna o un pilar, el quinto un lavadero. Comenzando por el primero, que es la chimenea, luego el segundo que es la puerta, seguir así, uno detrás de otro, sin que se deba saltar jamás ningún lugar, sino que debe saberse de memoria cómo están de suyo ordenados. Conviene, además, que los lugares estén numerados, es decir, que se señale cada quinto lligar, y esto se hará de este modo, que al primer quinto se le ponga una mano de oro, que por los cinco dedos representa ser aquel lugar el quinto; después el segl1ndo quinto, o sea el décimo lugar; así encontrarás en el duodécimo lugar el nombre de Pedro, contando dos manos y dos nombres después de la segunda mano. Pero esta regla de estas manos la he puesto aquí porque la enseña Tulio, y no quisiera que alguien creyera que yo no lo sabía, por eso la he puesto aquí, pero me parece un poco fatigosa para algunas personas. En fin, ;que podemos olvidamos de este trabajo de las manos de oro y hacer de este modo: que los lugares caigan siempre o en cinco o en diez, de modo que si en una sala hay seis o siete lugares no tener en mente más que cinco, y si fueren cuatro, estirarlos a cinco, que fácilmente se hace en cuantO se pone en práctica, y de modo semejante, si tuviéramos una sala o una ,alcoba en' que haya nueve lugares, los reforzamos añadiéndoles ,uno, de modo que sean diez. Si nos salieren más de diez en una sala, no tener en mente sino diez. De modo que si tienes en la casa una sala y en' ella hubiere cinco lugares, una alcoba con diez lugares, un entresuelo también con diez lugares, otra alcoba con cinco lugares, una terraza con diez lugares, una gruta con diez'lugares, suma todos estos lugares y ve cuántos son,' y cuantos sean los lugares, otros tantos serán los nombres que puedas tener en mente. De modo que si dichos lugares son cincuenta, cincuenta nombres podrás tener en la mente sin fatiga de la memoria, y de modo semejante, 'quien quisiera hacer la [cuenta] más en grande, podrá contar diez cosascon susdédos y hallar en cada casa cincuenta lugares, y así la hará de quinientos y de mil y de diez mil, sin errór, por eso encoritramos que Séneca el Joven la hacía de dos mil, hacia adel,mte y hacia atrás, como hacen los chiquillos con el abecedario cuando ló dicen al revés. Los diez lugares, además, deben sernos bien conocidos. No deben ser tampoco demasiado grandes ni dem~siado pequeños, mas de dimensi,ones medianas, como se requieren las imágenes que aquí se ponen. Y aun deben ser lugares templadosque no"frecuente, demasiada gente, porque la demasiada gente echa a perder el lugar y la mémori". Nodeben ser tampoco, demasjado c1an}snidemasiado ,oscuros". porque la demasiada claridad y l~ dem,asiada oSC1lridadm,olestan los ojos de la mente de modo que . .ngpodamos,verlosJygarys. Conviene también que no se asemejen demasiado los lugares lln(), al otro,rrla~ "cuanto más variados, sean ,esmejor.Niq~benestardemasiado cerca ,'uno de otro nictemasiado Jejm;, masalred~dorde cinco, a diez pie~,uIl() de otro.Es~o es •todo ,
,,'qjcl1(),'que Ja'Pr()piª:~representaciÓn" [de aquellas ",,'cosas;que "guexerriQsj~tener!, en ,la mep te. ',Esta ,,'imageIl',tiene ;d()~pro-
UN TRATADO ANóNIMO DEL SIGLO XIV
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piedades, que ha de recordar el nombre y el sentir. Recordar el nombre es recordar en la mente a Pedro, Juan, Martín, cada uno por orden y por sí; recordar sentencias es de este' modo, que si me quiero acordar cómo Troya fue tomada por los griegos, con hierro, con fuego, con ruina, por causa de Elena, pongo en un lugar la imagen de Troya, cómo ardía y cómo habían entrado en:' ella los caballeros armados. Y si quisiera yo acordarmede la edificación de Cartago, que edificó una señora llamada Dido, pondré una imagen de una, con muchos guardas alrededor, y así sucesivamente, de semejante en semejante, de muchas e infinitas sentencias. Ahora bien, referente a las imágenes, así como a los nombres y a las sentencias, veamos cuántas cosas son necesarias. Parecen ser seis por orden. Se requiere en primer lugar que las imágenes sean propias, es decir, que si me quiero acordar de Pedro, ponga en un lugar solamente su propia imagen, ysi quiero tener en mente a Martín, 10 mismo. También conviene que la imagen no sea equívoca, es decir, no represente más cosas de aquellas que queremos tener en mente. Tampoco conviene que sean demasiadas imágenes, es decir, no se pon:gan en un lugar más de las que sean necesarias, que si quiero tener en mente a Pedro, ponga solamente una imagen que represente a Pedro, la cual c9sa es contra la doctrina de Tulio. Tampoco conviene que la imagen sea diversa, esto es, que tenga alguna diversidad en sí, y, ésta es de ,las cosas más útiles que pueda haber. Pero ~n este tipo de memoria debemos esforzamos por colocar siempre imágenes de nuevas formas. También conviene distinguir la:'iínagen con alguna señal que convenga a la cosa para la cual se escoge, como a la imagen del rey parece convenir, como signo, lacorana, a un caballero lo señalará el escudo, al doctor una redoma, y así a uno una señal, otra a otro, como los suele dotar de ellas comúnmente la fantasía de la memoria. Conviene también dar a la imagen propias acciones de la cosa representada, y que a ella. convengan, cómo conviene dar a un león imagen ligera y osada, a una zorra acción sagaz y astuta, al músico el acto 'de tocar ún instrumento. Vemos; pues, que conviene poner en los lugares las imágenes de igual modo que en el papel ponemos las letras: Aquí termina el resumen de las :sentencias y de los nombres; Todavía debemos seguir un modo que es muy útil, que después que hemos aprendido y recitamos cien o doscientos nombres, no por. eso debemos ,conservarlos, antes luego esforzamos porque se nos salgan de la mente, y queden vacíos .los lugares para otros que queramos aprender. Fin. Gracias a Dios. Amén. '
DOS MANUSCRITOS DE"ARS MEMORATIVA"
ApÉNDICE
II
DOS MANUSCRITOS DE "ARS MEMORATIV A" DEL SIGLO XV EICód. lato ambrosiano T. 78 supo (de 45 hojas) contiene los siguientes escritos: ,fE. 1-21v.: Tractatus brevis ac solemnis ad sciendam et ad consequendamartem memoriae artificialis ad M. Marchionem Mantuae.· Inc;: Iussu tuo princeps illustrissime. [Ese! tratado de Jacopo Ragane da Vicenza, del que hemos citado varios pasajes en el texto, escrito en '1434y conservado en dos ejemplares copiadús por diferente mano también end Cód. marciano cl. VI, 274, ff. 15-34Y 53,66 Y un tercer ejemplar en elCód marciano 159 dé la misma clase. El nombre del' a.utor (artificialis memoriae regulae per Jacobum Ra.gonam Vicentinum), y la fecha de composición (Kal. Nov. 1434) están toll1adas del Cód. marciano 274, ff. 15 v.,y53 vJ; ff.22-26: TractatUs solemnis artis memorativae.lnc.: Artificiosae memoriae egregia quaedam. [Damos a continuación la transcripción de este ..escrito. Se ha omitido la lista en lengua romance de los "lugares", que aparece en' 10'sff. 26-27 v.: Exp.: Trespo da tavola Zovane fameglioJ; . ff. 27 V. - 32 v.: Tractatus artis memorativae eximii doetoris artium et medicinaemagistf'i Girardi. lne : Ars commoda natu'rae confirmat et auget. [En la transcripción que sigue se ha recurrido también al Cód. 142 de la Angelicaen el que, en los ff. 83-87,aparece el mismo trátado con el.título,niás reciente, de Ríe traditur preclarus modus conficiende memoriae. Inc.: /Ars commoda natura et confirmat et auget] ; fL 33-40 v.: Excerpta ex·.libris M. T. Ciéeronis de memoria. lnc.: M. T. Ciceronisde oratoredhaecde memoria scriptasunt. lLosexcerpta se encuentran en los ff;35 V. - 40 v. y han sido tomados de la Rhetorica ad R erennium. ] . La: fecha de composición de la miscelánea aparece al final del códice, en el f. 45 :Anno 1466 scriptus pro Raphael de Fuzsy. ¡.
1 Empieza el tratado solemne del arte de la memoria. Al disponemos a sacar a. luz algunos egregios y. prec1arísim()spreceptosdesea esta~ según sentencia de Cicerón en el primero Dé los OfiCios,de que toda 232.
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disputa, sea de lo que fuere, debe comenzar por una definición, para , que se sepa quejeS aquello de que se disputa. Es, pues, la memoria artificial una cierta disposición, imaginaria o local o ideal, de cosas sensibles en la mente, al reflexionar en las cuales se pone en movimiento y se ayuda la memoria natural para poder volver a acordarse más fácil, distinta y copiosamente, de cosas antes recordadas. O bien, sea la memoria artificial industriosa colocación de imágenes apropiadas, por la cual podamos, tiempo después, acordamos de aquellas cosas a que debidamente se aplican. Podríamos intentar una tercera definición, según Cicerón piensa en el tercero de la' Retórica, en esta forma: la memoria artificial es cierto artificio por el cual la voz del preceptor confirma la memoria natural. La memoria natural difiere de la artificiosa. De estas, es natural aquella que está en nuestras almas en el momento mismo de nacer; es artificiosa la que introducimos en ellas y que se confirma con razonesy preceptos. Esta arte se compone de dos cosas, son, a saber, lugares eimágenes, como siente Cicerón en el tercero de la Retórica, de quien no disiente Santo Tomás, que añade que aquellas cosas que desea uno retener en la memoria, es menester disponerlas con ordenada' consideración, para que de un recuerdo se pase fácilmente a otro. En cuanto a Cicerón,dice así: es necesario por tanto, si queremos acordamos de muchas cosa~, tomar muchos lugares de casa, para que . en muchos lugares podamos encerrar y abrazar muchas imágenes. y Aristóteles, en aquello que sobre la memoria escribió, dke que recordamos por los lugarés. Son necesarios, pues, los lugares para que podamos enunc:iary retener en la memoria las cosas en serie. Difieren; sin embargo, los lugares y las imágenes, en que los lugares ,mismos son imágenes sobre las .cuales, como letras' sobre el papel, se colocan.imágenes borrables. Los lugares, entonces, se comportan como materia, las imágenes como forma. Difieren como lo fijo y lo no fijo. y pues 'esta arte, como dicho es, se compone de dos cosas, que son. lugares .e imágenes; nos parece ocupamos primero de los preceptos que tratan de los lugares. Que pues el arte imita en cuanto puede a la naturaleza, el. qu,e.hadeescribir tiene que preparar primero el papel o la. cera, que se asemejan muchísimo a los lugares, las Í1llágenes.a las letr~s,. la disposición y colocación de las imágenes a la escritura, la enunciación en cambio .es comparable a la lectura. De ahí que,con razón, se defina primero el lilgar.El lugar es,pues,como place a algunos, cierto espacio dentro de casa, proporcionado y acondicionadopara aquello que se' debe condicionar, o mejor, según Cicerón,llamamos lugares a aquellos que breve, per,:uJecta y señaladamenteestán hechos por manos o 'por la naturaleza para que ,con.facilidad .pueda.unocon .memoria natural comprenderlos .'J. abarcarlos. Ahora bien, estii arte. consta de. cien Jugares¡ que ; podremosisituar. si tomamos diez casas/.en cada Una de :Ia.scuales sefijenfdiez'lugare~ :en;'diversaspa.redes..de,las.mismas,Casas''o bien . si..tolllamos,una' casa que;' conta.daSsus' alCobaS,.codnas y escaleras j
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nos dé el número de ciento, poniendo en cada alcoba y escalera cinco lugares. La propiedad de los lugares es múltiple; primero, la multitud de los lugares, el orden de los lugares, la soledad de ,los lugares, la meditación de los lugares, el señalamiento de los lugares, la desemejanza de los lugares, la mediana dimensión de los lugares, su mediocre luz y distancia. Síguese lo, de las imágenes. Son las imágenes semejanzas de cosas o de palabras, concebidas en la mente. Las semejanzas deben ser dobles, según dice Cicerón: una de las cosas, otra de las palabras. Se producen semejanzas de cosas cuando elaboramos imágenes de los asuntos mismos, se, dan en cambio imágenes de palabras cuando nos .formamos en la memoria una imagen de cada vocablo. Ahora bien, de las semejanzas de palabras, unas son conod'das, otras desconocidas, más notoriamente, unas animadas, otras inani· madas; de las animadas, algunas propias, otras comunes; de las propias, unas dobles, otras simples; mas de las comunes, así animadas como inanimadas, algunas simples, otras constituidas de dos o más partes, de todas las cuales hablaremos más abajo. Y hay que ver primero lo referente a los nombres propios, simples y dobles. Y adelanto, como regla general para la colocación de las imágenes, que ,siempre hay que colocar en sus lugares las imágenes de movimiento o acCión ridícula, cruel, admirativa o torpe o imposible o de algUna otra manera desacostumbrada. Porque estas cosas crueles o ridículas o desacostumbradas suelen afectar y exCitar mejor los sentidos porque el án}mo pone mucha atenCión a lo malo. Losegilndo que aviso,cón respecto a la colocación de la im~gen, es que algo haga u obre sobre sí misma o sobre el mismo rugar. Si se te diera, pues, para recordarlo, un nombre propio, yor ejemplo Pedro o Martín, debes tomar a algún Pedro conocido de ti por ra?:ón de amistad o enemistad, de virtud o vituperio, de extremada belleza , o excesiva deformidad, y ello no en descanso, sino ejecutando algún movimiento ridículo. Si el nombre no te es conocido,habrá que recurrir a la regla de dicCiones ignotas. Los dobles, son de estoshombres 'simples que, tomados enel'cas6 recto (nominativo) vienen a significar lo que un simple, como Jaime Felipe, Juan María. Esnombre de pila el que precede a 'otro nombre para formar con él' uno solo, precederiCia que siempre está en dependendacon un caso oblicuo (otro que el nominativo), como Juan de Andrés, Mateo de Tomás (patronímicos);'1ossobrenombres-y apellidos son derivados de la parentela'() de cualquiera -otra procedencia y'complementan la identidad personal del individuo, como FranCisco Barbaro, Escipión el Africano. Los nombres dobles hay, quecolocarlos de modo que también ellos, en su' orden, produzcan uriaimagen. Lo, mismo vale por lo, que hace a los nombres:' de pila:;'y atribúyanse hechos' de menos importancia aL que se usa en caso reCto,' hechós mayores al que va _normalmente, en 'caso oblicuo. En cuanto a sobrenombres, y apellidos, ;trátense 10sprill1eros-,según lo dicho, de los nombres propios, "los _s~guI)gOs_;~egún lo; qUe;Neremo~,de"los')nombres ','desconocidos; ",c'!'~;.I?¡¡j-a¡:tcla.rar-ladoctrin,a,:~ es de notar, que.Jas;jID'ágenes,-a, partiÍ':de
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las cuales se desprenden las semejanzas, pueden formarse de dos modos, de parte de la cosa o de parte del sonido. Si a' partir de la cosa, será también de dos modos, respecto de la propia cosa en sí se toma la similitud como formando la cosa mismá en su forma propia y natural, y a las cosas naturales conviene este, modo principalmente. En el segundo modo se toma la semejanza de parte de la cosa metafísica, según el efecto que obra o el instrumento con que obra, y de este modo procedemos principalmente tratando' de cosas invisibles. Si, pues, quieres guardar en ti las imágenes de cosas invisibles, si son cosas pertenecientes a virtudes o a vicios, podremos tomar dobles semejanzas, es a saber tomando aquella cosa 'en que se hallan por excelencia, como a Lucifer por la soberbia; a Salomón por la sabiduría, y como segundo modo, metafísicamente, por la divinidad, hemos aprendido de los pintores a poner ángeles. Dígase lo mismo de las cosas santas, como virtud, justicia, ángel, ánima, Dios, y por lo tanto con Pedro, etcétera. Las semejanzas de nombres accidentales se toman indiferentemente poniendo la' pintura, la semejanza ,o la cosa real con los colores y rasgos que está demostrado debe haber en ella. Las señas de la dignidad de un oficio o las de un arte mecánica se toman por.la significación demostrativa y declarativa de las misas, como si queremos poner al papa Martín, conocido tuyo según la regla de los nombres propios, llevará su mitra de tres coronas, y así de los demás casos, según las señales convenientes a sus dignidades, oficios y artes. Si quieres acordarte de cosas inanimadas; de dos modos podrás hacerla. Según el primero, poniendo de la misma cosa inanimada una similitud que ejecuta alguna acción (un hombre ha de imaginarse bajo el concepto natural, no bajo nota especial), y -tal acción sea, o contra el lugar, o contra sí misma. El segundo modo es poniendo por orden el alfabeto, y colocando encima, de cada letra un hombre que te sea conocido, como custodio y' operario del Jugar, que' actúe cuando fuere necesario con la 'cosa inanimada como se ha dicho en lo que arriba expusimos. La regla final se ocupa de la colocación deprosas, versos, embajadas y demás cosas de este género. , Para fijar con certeza en la mente cartas, oraciones, sermones, versos, etc., está clarísimo, que es necesario colocar primeramente la misma cosa en su totalidad, de modo que lamemória natural la abarque satisfactoriamente, una imagen simple de la cosa toda en suma, agregado de sus diversas partes, que después habrán' de enunciarse idóneamente. Aquellas partes luego habrán de'subdividirse,-enotras. La división final ocupará su lugar, único o múltiple; las: principales divisiones tendrán atribuidos sus lugares quinarios, pero las partes restantes se acomodarán en otro tipo de imágenes. Los 'versos, :especialmente, pueden recordarse si, además de su conteriidogeneral; se hace notar su comienzo por alguna imagen: especial o:sílabas o letras. La historia se puede marcar connotas;".según los hechos,'aunj)ara las'partes que.yaconozcas.¡": ;:;,;", :xc; , Dichas rúbricas suelen colocarse, oenglóbandoun'tódo :bajo'una imagen conveniente o. atendiendo .a,seníejanzas verbales',' ,
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En cuanto a las embajadas, si quieres cómodamente recordarlas, tomarás la imagen del que despacha la embajada y colocarás con ella sus pactos y promesas, y por el contrario, en aquel a quien se dirige la embajada pondrás las peticiones que se le hacen, y si se toman muchos asuntos o capítulos de ella hay que irlos -poniendo' en sus lugares cada uno. Si se trata de recordar un silogismo, póngase la [premisa] mayor a la derecha, la menor a la izquierda, o podemos señalar con una imagen la mayor, o el medio o la conclusión. Si fuera un entimema, , bastaría señalar la primera proposición; en derecho, marcad con rú· bricas en la ley donde se quiera précisar qué sentido tenga, . TÉAO<;. II
Tratado del arte de la memoria, del eximio doctor en artes y medicina, maestro Girardi. El arte confirma y aumenta las bondades de la naturaleza, como dice el egregio Tulio en el tercero de la Retórica, y como lo vemos por experiencia, por ejemplo, en el arte de la arquitectura, en que el artista intenta suplir un defecto de la naturaleza; en el de la medicina, se esfuerza hasta donde puede el ministro de la salud por expeler lo superfluo de la naturaleza' y enmendar sus defectos, arte, pues, que de ninguna manera se hubiera inventado si no necesitara la naturaleza de auxilios. Es cierto que nuestra alma; en el principio de su creación, nace defectuosa en sus tres más ilustres potencias, a saber, memoria, entendimiento y voluntad. No digo, sin embargo, que sea nuestra alma defectuosa en el principio de su creación porque. no vengan creadas en ella estas potencias; digo que está defectuosa nuestra ánima en el instante de ,nues~ tro nacimiento porque no puede ejercer en manera alguna sus actos por estas potencias. No es poco útil,: entonces, la memoria artificial, . pues engrandece, en virtud de enseñanza, las bondades de la naturaleza. Ha tenido esta arte muchos estudiosos, de los cuales algunos la enseñaron con mucho ocultamiento, otros con mucha confusión. En cuanto a mí, llevado del celo de difundir la sabiduría, entiendo declarar esta arte con ,razones breves y útiles, dividiendo en nueve capítulos esta obrilla .... En el capítulo primero se mostrará, breve y sucintamente cuáles sean los instrumentos de que se ha de usar en esta arte. En el segundo, se dará el a~te de recordar términos sustanciales. En el tercero, el arte de recordar términos accidentales. , En el cuarto, el· arte de recordar autoridades y todo tipo de ora-cionessencillas. , . En el, quinto,. el arte, de aco,rdarse. de cartas, enumeraciones y toda clase de historias prolijas. ' En el sexto, el arté de recordar argumentos_y,.~ualesquier discur':.sos silogísticos. - ¡. En el séptimo, eL arte. derecordar,:Versos.'
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En el octavo se expondrá y dará el arte de recordar dicciones ignotas, por ejemplo griegas o hebreas, sincategoremas y textos legales. En el noveno y último se darán los secretos de este arte. De ahí los versos: Sedibus humanis trita stans filia celsi I nexculta cibo mens grave tenet in albo Sed si concipiat post semen arca volutum In varias formas parit similia monstro Qui igitur volet perfectam gignere prolem Promptam facetam recte natam in ordine membri De multis tractum subiectum forbeat haustum.1 [En el cuerpo del hombre maltratada la hija de Dios, harta se siente y con grave peso en la entraña, mas si llega a concebir, de la semilla en su tanda revuelta, en varias formas pare cosas que semejan prodigios; el que quiera, pues, dar a luz prole perfecta, ágil, graciosa, bien nacida, de armónicos miembros, raudales' absorba derivados de fuente diversa.] Capítulo primero. Para proceder con brevedad en el primer capítulo, se ha de notar ante todo que nuestra intención en esta arte es componer un libro mental que se asemeje en cierto modo a un libro artificial, porque del modo que en un libro artificial dos elementos son bastantes, o sea el papel y la escritura, así y no de otra suerte en el libro mental que por esta arte procuramos estructurar, bastan dos elementos, que son los lugares y las semejanzas de las cosas. De ahí que el egregio' Tulio, en su retórica, dice que los lugares son parecidísimos al papel, como las imágenes a las letras. En cuanto a la disposición de las imágenes en sus lugares, es comparable a la lectura. Pero como hay varios modos de tomar los lugares en esta arte, .será suficiente, por el momento, anotar tres modos. El primero, según Tulio, y parece un modo tosco, es tomar por ejemplo una casa real o imaginaria, entre cuyos ángulos se anoten, como contenido, diversos signos. El segundo es guardando el orden de una escalera. El tercero guardando el orden de un mes, u otro artificial que se le parezca. Sin embargo, para aquellos que empiezan a practicar esta arte, será bueno a los principios imitar el modo de Tulio, para que mejor puedan dar el paso de las cosas más fáciles a las más difíciles. De ahí los versos: Tipicha fortificat poliniam vallis locorum Rec per ambages deserti querere noZi Que rapuit .pacifex iam lux perditvel atro Invisaque spernit fugitgraVissima quecque 1 GLOSSI! INTERLINEARI: Sedibus humanis: in COl-pore humano ;"trita: afflicta; filia celsi: sciIicet dei;inexculta: scilicet imp,leta; grave: graviter; .in,albo: ""scilicet memoria.
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Huius vera plus placuit medios habuisse penatas Incultos natos diversos noto placentes In quorum costis fingantur ordine quina Que fixa maneant signa distantia tractu.2
pende de la sustancia, por .cualquier accidente tal has de tomar un sustantivo en que aparezca de modo señalado, como por la rojo la rosa,por la blanco el lirio, por la fuerza a Sansón; a Salomón por la sabiduría. Y nota aquí tres reglas solemnes. La primera, que todo nombre que significa una sustancia, en que se da un accidente por excelencia, significa dos cosas, a saber, primeramente la sustancia, y posterior y secundariamente el. accidente; así, monja significa mujer y castidad; lobo, animal y voracidad; ruiseñor, ave y sonoridad. La segunda regla es que de tal nombre que significa dos cosas descienden adjetivos y verbos, como de rosa rosado y sonrosar. La tercera regla es que para recordar·por arte un derivado, sea nombre o verbo, participio o adverbio, basta con hacer memoria del primitivo, y la razón es porque todo derivado está virtualmente incluido en el primitivo y toma su naturaleza. De ahí los versos:
[Fortifioa la ordenación de las imágenes la memoria; no quieras investigar sus lugares desiertos y dudosos, que el intelecto ilumina demasiado o deja demasiado oscuros; huye y desecha los lugares en extremo desemejantes; agrádenos más en. ellos la medianía, disponibles, diversos, agradables a la voluntad;pongámosles al lado a cada quinto lugar en la serie, sus marcas que, fijas en ellos, nos indiquen sus distancias.]
Capítulo segundo. Si quieres recordar términos sustanciales, has de saber que los hay en dos maneras. Uno son propios y otrns comunes. Si de lo que te quieres acnrdar es de términns comunes, bastará tomar de cualquiera de ellos una semejanza, que ejecute o padezca algo sorprendente, y colncarla en su lugar, dando por sabido lo que de los lugares hemos dicho en el capítulo precedente. No. sucede lo mismo en los nombres propios, pues que a muchos hombres es común una semejanza; hay que tomar, por tanto, para cualquier nombre propio a alguien que te sea conocido por alabanza o vituperio o por haberlo tratado, y colocarlo en su lugar. Y nótese lo dicho arriba, que la semejanza de la cosa que .se quiere recordar debe obrar o sufrir algo sorprendente, porque cuanto más sea de notar la acción o pasión, o más ridícula, tanto mayor tiempo quedará en la memoria. De ahí los versos:
Quod pendet fixum de se vult capere plenum Si varias uno profers multis ne licebit In derivativis quae sit origo notabis.4 [El nombre contiene en sí en plenitud aquello que de él,deriva si omi una cosa dices varias, no hay más que deci'r; has de notar en los derivados cuál sea su origen.]
Capítulo cuarto. Si quieres recordar autoridades o cualesquier oraciones sencillas, toma para cada una de ellas su objeto principal y colócalo en su lugar, habida cuenta de lo que hemos dicho arriba. La razón de esto es que la señal y lo señalado son correlativos. De ahí el verso: Complexum
Usia post rerum recte ponatur in istis Cum vales hanc disce viam quae plana patebit Subiectis propriis proprias est dare figuras Communes aliis: cytharanoscetur Apollo.3
si vis obiectum
[Si la oraciÓn quieres completa,
Capítulo tercero. Si quieres recordar términos· accidentales, puesto que el accidente no tiene que ser de suyo, sino que todo su ser de-
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illud.
te la muestra
Ut plerique volunt divisio valet Animum legentis éxcitat mentem quoque Intelligentis memoriam roborat atque.
2
-
indicat
el sujeto.]
Capítulo quinto. Si quieres recordar cartas o historias extensas, divídelas en sus partes principales, y de nuevo cada uná de ellas en sus partes hasta que llegues a la cláusula; hecho esto, haz lo que dijimos en el capítulo precedente de las oraciones sencillas. La razón de esto es que la división sirve para tres cosas: primera, despierta el ánimo del que lee; segunda, confirma la inteligencia; tercera, confirma artificiosamente la memoria. De ahí el verso:
[Hay que ir poniendo las cosas por orden, según su forma, camina verdaderaménte llano, por el qÚe puedes avanzar; a los sujetos propios darás figuras propias, a los demás, comunes; reconoce por la cítara a Apolo.]
GLOSsÉ INTERliNEARI: Tipieha: figurata; poliniam: memoriam; vallis locorum: scilicet orclinatio; Haee: loca; per ambages: per loca dubia; pacifex: scilicet intellectus; iam ·lux perdit. vel atro: per nimiam lucem vel obscuritatem; lnvisa: loca; gravissima: dissimillirria;queeque: loca; medios habuisse penatos : scilicet manifestasdomos; Incultos:· rion habitatas; diversos: scilicet colore vel figura; noto plaeentes: scilicetvoluntati; In quorum: penatum; costis: parietibus; fixas: firma.. ',3 GWSSE.INTERLINEARI: Usia: scilicetforma:; recte:sub ordine;tn· istis: scilicet costis; Subiectis: nominibus;. communes: similitudines;
239
probat
[Viilesla división, com¿ rnuhhos sostien~h; el ánimpéxcita del lector, y prueba su mente, y d(~l qu,e entiende fortifica la memoria.]
GWSSE INTERLINEARI : Quod pendet: illudquod est auribus pendens; fixum: hiectÚIn; desevultcapere plenum: scilicet in quoest per excellentiam:'
'4
..
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APÉNDICE 11
Capítulo sexto. Si quieres recordar argumentos o cualesquier oraciones silogísticas, es suficiente que, para cualquier argumento, te acuerdes del medio, y la razón es que, como dice Aristóteles en el [libro] primero de los Primeros [analíticos], el medio es virtualmente todo el silogismo. Pero, pues es difícil dar con el medio según la doctrina que da Aristóteles al final de dicho libro, sépase que el medio, en una proposición, no es otra cosa que la causa de la conclusión, es decir, aquella inferencia en que virtualmente consiste el argumento. De ahí el verso: . Qui nescit causas nihil scit, quia nulla Res est nota satis,cuius origo latet. [El que ignora las cosas nada sabe, ninguna cosa asaz se conoce si se esoonde su origen.] Capítulo séptimo. Si. quieres recordar versos, podrás hacerla por alguno de estos dos modos; el primero, tomando el sentido de cualquier verso de la mejor manera posible y enunciándolo, con el verso, dos o tres veces; el segundo, tomando las dos o· tres palabras principales de éualquierverso, y con ellas, repetir el mismo v~rso dos o tres veces. Así ayuda el arte a la naturaleza, y la razón de esto es que el verso naturalmente sirve para tres cosas. De ahí el verso: Metra iuvant animas, comprehendunt plurima paucis Pristina commemorant quae sunt tria grata legenti., [Place al ánimo el metro; comprende muchas cosas en una; conmemora el pasado; las tres cosas agradan al lector.] Capítulo, octavo. Si .quieres recordar dicciones ignotas, puede esto hacerse de dos modos. Primero, por vía de semejanza, es decir, tomando para cada dicción ignota una palabra que sí conozcamos y que guarde cQn aquélla alguna semejanza. El segundo, porfuedio de división en sílabas/es decir,' dividiendo la palabra desconocida en sus . sílabas, y para cada sílaba tomando una palabra que ya conozcas y que empiece con ella. De ahí el verso: .1gnotum memorari si vis barbarum nomen Aut summas· apparens per partes divide totum. [Si. recordar quisiefes ignoto y bárbaro iwrhbre, el todo aparente divide en sus mínimas partes.] Capítulo ultimo. Para el perfecto aprovechamiento en esta arte, hay que hacer lo que dice Santo 'Tomás en la Secunda, Secundal, cuestión 49, capítulo primero. Pone cuatro avisos con qtleadelantamos enla buena memoria. El primero es que, de cualesquier cosas que al;,;guien intente recordar, tome ,ciertas ,semejanzas convenientes, ni sólo , "las-;~Íálly;';acostumbr<ídas,.'puesto que de las 'desacostumbradas nos
DOS MANUSCRITOS DE "ARS MEMORATIVA"
241
admiramos más, y así se detiene más en ellas el ánimo, y con más vehemencia. De aquí resulta que nos acordemos más de las cosas que vimos de niños. Es, por tanto, más necesariO' este tipo de hallazgo '.de semejanzas o de imágenes, puesto que las realidades sencillas y espirituales fácilmente se caen del ánimo si no se atan a él, por así decirlo, con alguna semejanza corporal, pues que la cognición humana es más potente en lo que respecta a lo sensible; este modo de recordar se pone, pues, en la parte sensitiva. En segundo lugar, es necesario que aquellas cosas que quiere uno retener en la memoria, las disponga considerada yorderiadamente, y que de un objeto recordado se pase fácilmente a otro. De ahí que dijo el filósofo en el libro De la memoria, que a veces parece recordar uno por lugares, cuando en realidad se mueve con rapidez de un objeto a otro. Tercero, es necesario que pongaúno solicitud y afecto en aquellas cosas que quiere recordar, porque cuanto más se imprima algo en el ánimo, menos se cae de él. Por eso dijo Tulio en su Retórica que la solicitud conserva íntegras las figuras representativas. Cuarto, es necesario que meditemos frecuentemente en aquellas cosas que queremos recordar. De ahí que. el Filósofo dijo en su libro De la memoria que las meditaciones la consevan, porque, como en el mismo libro se dice, la costumbre es casi naturaleza. Porque de las cosas que entendemos muchas veces nos acordamos pront(), pasando de una a otra como por cierto orden .natural. Pero como toda la dificultad del arte de la memoria está en la difícil y laboriosa disposición' de lugares y en la trabajosa busca de imágenes apropiadas, hay que notar dos cosas con respecto a los secretos de esta arte. Primero, nótese para la fácil y pronta disposición de lugares, que toda la perfección de esta arte, por lo que toca a los lugares, consiste en cien lugares familiares, que podamos tener, como lugares seguros, de dos maneras. Primero, tomando diez cosas reales que nosotros hayamos frecuentado mucho, en diversas ciudades' o en una sola, y en cada casa distínganse diez lugares por lugar, sitio y figura, en orden conveniente y a cierta distancia. Segundo, pueden tenerse cien lugares familiares tomando veinte imágenes de cosas divididas, que queden ordenadas según las letras del alfabeto, de modo que por la A tomemos un carnero [aries], por la B un buey, por la C un can, por la D un dromedario, por la E un caballo [equino], por la F una hoja [folium], por la G un grifo, por la H un chivo [hircus], por la 1 un ídolo, por la K a Katerina, por la L un león, por la M un monje, por la ,N una nuez, por la O una oveja, por la P un pastor, por la Q un ciudadano [quiritem], por la R a un .rey; por la S a un sabio, por la. T una torre, por la V un vaso de aceite o de vino. De modo, además, que en cada una de estas imágenes se pongan cinco determinadas señales, que vendrán siendo cinco lugares en cada una, y esto es en verdad' facilísimo, como lo mostrará la práctica. Segundo, esde notar, por lo que atañe a las imágenes o semejanzas, que para la memoria artificial tiene máxima importancia. observar las relaciones' de las imágenes. Tales relaciones se entienden de doble manera. Primero, que c¡¡,da i~agep actúe. en cierto modo en su lugar .. Segundo, que una imagen opere
APÉNDICE II
242
,.,
con otra, la' primera con la 'segunda, la tercera' con la cuarta, y. así .d~ las demás .. Y adviértase atentamente, sobre esta arte, lo que testi·fica el egregio Tulioen el tercero de la Retórica,"a saber, que los preceptos de está arte no tienen. fuerza, si no se ponen en práctica con toda diligencia. De ahí el verso: ' Dactrinae pater est usus doctrina scolaris lnterscissa perit,continuata urget. [El uso .es el padre d~ la doctrina; la enseñanza'escolar, si se interrumpe, mueve; si. se continúa, se fortalece . Fin.
ApÉNDICE
III,
DOCUMENTOS SOBRE LAS' ACTIVIDADES PEDRO DERAVENA
DE
En la primera edición impresa de su obraPhoe:nix seJu artificiosa memoria en 1491,' Pedro de Ravena precedía el texto con algunas cartas de privilegio escritas por el municipio dePistoia (12 de septiembre de 1480); por Bonifacio, marqués de Monferrato' (24 de septiembre de 1488) y por Leonor de Aragón, duquesa de Ferrara (lO de octubre de 1491). Además de la carta de Leonor de Aragón, se reproducen los versos escritos por Egidio da Viterbo en honor de Ravena, así como algunos pasajes del prefacio que se refieren a episodios de su vida. Se' ha utilizado la copia de la primera edición impresa que se encuentra,' junto con ,otros tres incunables del siglo xv, en el Cód. mareiano lato 274 de la clase VI, ff. 82-97 V.
1 Leonor de Aragón, duquesa de Ferrara, .etc. Porque Dios, dador inmortal de todos los bienes, ha querido concederlo al género humano, desde la constitución del mundo hasta es~ época, han surgido en el orbe de la tierra numerosos excelentes varones, entre los cuales tenemos, ahora, al distinguido y condecorado militar, irisigne jurisconsulto en ambos, derechos, Pedro Tomás .de Ravena, portador de estas nuestn:lS letras, quien, además de otras cualidades de cuerpo y ánimo, se destaca de tal modo por. todo género de doctrina y por su tenacísima memoria,que no sólo no parece haber quien lo supere, sino ni siquiera quien lo iguale. Y de que lo comprobó con hechos muy recientemente, no somos' testigos sólo nosotros, sino toda nuestra ciudad. De ahí que, cQn singular admiración y distinguido afecto, lo hayamos recibido, con preferencia a otros, entre nuestros familiares y domésticos. Por lo cual rogamos ysupFcamos de todo· corazón a cualesquiera serenísimosreyes, ilustres príncipes, excele.ntes repúblicas y cualesquiera otros señores, padres, amigos y personas que bien nos quieran, que por amor, nuestro, y,más que ·nada en atención los merecimientos y virtudes· tan grandes del portador, cuantas veces el dicho don Pedro se presentare con suscriados.y caballos hasta en número .de ocho, con sus:haberes ycajas,,:paños y .vestidos" libros, y vajilla de plata y cualesquiera efectos suyos o, armas, le,den franco paso Y.1otengan:por:amplís~mamente recomendado, y se sirvan. de proveerlo de la e?H?~ta conveniente, cuandohubiere necesidad.y él lo·. :pidicte,.lilJérrima':,y proritísimaine~te, sinimponerle gabela alguna ni '1;
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APENDICE III
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otro cargo cualquiera, en sus ciudades, plazas fuertes, pueblos, pasos, aguas y demás lugares. De lo cual recibiremos mucho contento y quedaremos agradecidos, dispuestos como estamos en gran manera a fa· vorecerlo en cuanto sea posible. Mandamos, otrosí, a todos y cada uno de los magistrados de nuestros lugares, y señ¡lladamente a los guardianes de puertos, y a todos nuestros demás súbditos, que observen y hagan observar inviolablemente ~n, nuestros lugares y tierras cada una de las cosas sobredichas, so pena ,de incurrir en nuestra indignación y de cualquiera otra m,ás grave que según nuestro arbitrio se le debiere iml?oner: para efecto y fe de lo cual mandamos hacer estas nuestras letras patentes, registradas y autorizadas con nuestro sello mayor. Dado en Ferrara, en nuestro palacio ducal, año de la Natividad del Señor de '1491, indicción novena, a diez días' del mes de octubre. Severio.
n En Padua, a don Pedro, maestro de la memoria. Qui módo pyramides, quid wm Babylona canamus Quid Iovisét triviaetemola superba deae Non magis' imme:nsum rriirabimur amphitheatrum Nam summe facerent hoé quoque sémper opes Scipio non ultra iactet qUJodfeoerat usus Agmina qui proprio nomine tota vocat Petrum fama canat quam nobilis i!le Ravennae est Gloria, qui plusque docta Minerva potest Quid magni facere dei mirabile dictu Nam retinet' quicquid legerit ille semel Effatur triplici qUJaJecunqueorator in hora Protinus hic iterum nil minus ore refert Sic reor hunc genuit doctarum quinta sororum Cui pi(l musa nihil nonmeminisse dedito qué seguir cantando de las pirámides, o de Babilonia, de Júpiter o del templo soberbio de Hécatey sus encrucijadas? Ya noadmitaremosel inmenso anfiteatro, .que cosas así pudieron siempre' erigir las riquezas. No presuma ya más Escipión, poniendo a su nombre las hazafuls de todo el ejército. Cante la fama a Pedro, que es la noble gloria de Ravena, . que más puede que la docta Minerva. . Cosa admirable hanhecho.los dioses pues, aunque suene increíb[.e, retiene lo que sea en la memoria con leerlo una vez. Lo que un orador' dice entres horas 'puede ·el;'sin ',más, repetirlo. " . Pareoé lo dio a luz'la quinta de las doctaS herrria:nas, , [.¿A
., .,
:,'pues' qUé le. c~edió
"lamusa,:pi(ld6sa/reco~~rlo' todo.] ;,JEray;~Egidi9de ·.'Viterbo,.ermitaño.
ACTIVIDADES DE PEDRO RAVENA
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III He enseñado en Bolonia, Pavía y Ferrara, y illis oyentes han aprendido muchas cosas de memoria, y aunque mi memoria artificial está comprobada por autoridades de otros, no creo pecar si en este libro se leen hechos míos que la prueben admirablemente. Cuando era yo estudiante de derecho, que aún no había cumplido veinte años, dije en la universidad de Padua que podía recitar todo. el Código Civil, pedí se me propusieran leyes a capricho de los asistentes, y propuestas que me fueron, les dije los sumarios' de Bártolo, les recité ciertas palabras del texto, les expuse el caso, las observaciones de los doctores las fui examinando, les dije cuántas glosas tenía actuella ley y les recordé sobre qu.é palabras versaban, alegué en contrario y resolví. Los presentes parecían haber visto un milagro; Alejandro de Imola se quedó pasmado por largo rato, ni es fábula lo que cuento, que hablaba yo en público ,en la universidad de Padua, y si el dicho de dos o tres testigos confirma un aserto, tres tengo yo de estas cosas, a saber, al magnífico señor Juan Francisco Pasqualico,senador veneciano y doctor' excelentísimo en ambos derechos, y ahora legado ante el ilustrísimo duque de Milán; al clarísimo dóctor Sigismondo dei Capi, noble ciudadano de Padua, cuyo abogado era el mencionado Francisco, de agudísimo ingenio; al respetable señor Monaldino de Monaldini, residente en Venecia, varón en quien habita toda virtud. Las copiosísimas leéciones que nos impartía enPadua Alejandro de Imola, reteníalasyo en la memoria, y se las ponía por escrito, palabra por palabra, así que las acababa, con gran copia de oyentes a quien también las recitaba desde el principio, y a veces en' su escuela, oída la lección, la ponía yo en verso, parte por parte, y en seguida se la recitaba, y se pasmaban quienes esto veían; de esto pongo por testigo al ilustre caballero, doctor don Sigismondo dei Capi di Lista, y al hijo de Alejandro de Imola, actualmente celebérrimo jurisconsulto. Al religiosísimo fraile Miguel, de Milán, que a la sazón predicaba en Padua, le repetí de memoria y prontamente las ciento cuarenta y cinco autoridades que acababa de aducir en prueba de la inmortalidad del alma, y él, abrazándome, me dijo: vive luengos años, joya' única, y ojalá te viera entregarte a la" religión, Testigo fue toda la' ciudad de Padua, pero yo pongo por tal al magnífico señor Juan Francisco Pasqualico y a don Sigismondo dei Capi y a dOn Monaldino de Monaldini. Ya creado doctor en la universidad de Padua, en la cátedra pedí que alguno de los oyentes me diera el volumen ,que quisiera de los tres del Digesto y escogiera el lugar sobre el que yo debería disertar, pues les había dicho que sobre cualquier pasaje que se me propu· siera alegaría yo innumerables leyes. Testigos. el,clarísimo, doctgr. en ambos derechos don Gaspar Arsato, que enseña enPadua derec:ho canónico y el doctísimo don Próspero de Cremona, residente'. en Padua [ ... ].. ', .. Jugaba yo una ocasión al ajedrez y conforme se movíardaspieias alguien iba anotando todas las jugadas,mientrasdictabayoaf mi¡;J1lo tiempo dos cartas sobre temas que se me habían dado. Guando ter·
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APÉNDICE III
minamos, les dije todos los movimientos que se habían hecho en la partida y, palabra por palabra, aquellas dos cartas, cuatro series de cosas, pues, .simultárieas. Séanme testigos dOl1P~dro de Montagnano y Francispo ,Nevolino,nobles ciudadanos de Padua . .Estimdo en :Placencia, entré a ver el monasterio de los monjes negroS, y paseando en compañía de un manje, abservé dos veces los nombres de los monjes escritos en las puertas de las celdas; y al verlos luego a ellos congregados lo' hice llamando a todos P9r su nambre; bien que no pudiera señalar a ninguno de las nambrados. Adrnlrá,ronselasmanjes de que un forastero' supiera todos sus nambres,:ynosaliendo ellos de su pasmo, les dije: -Esta puedemi memoria' artificial. Uno de ellos replicó: -Luego ,éste es' Pedro. de ,Ravenfaut()~idadesde!Cicerón y de Naleria,sobréiel. asnó,eláguila, eIi.cardero.· [ai;tus J;el'girvilán: r adcipif1;~]¡'el,jabalír~p~r) ,e(:c<1f11eeto [aries] ;y' tódopodré decido dé[;nuévo;empeian'do porelfinak[!.< J.
!;
ApÉNDICE
IV
TRES MANUSCRITOS DE "ARS MEMORATIVN' DE FINES DEL SIGLO XVI Una posición como la de Rosselli, que sin embargo se mueve en el ámbito de la tradición "ciceroniana" y que no tiene contacto con ellulismo, resulta muy cercana en· muchos aspectos a la.·.posición a que más adelante llegará Bruna. Sin, embargo, no faltaron incluso a fines de siglo los acercamientos al ars miB/11orativa de acuerdo con los cánones más tradicionales de la mnemotecnia "clásica". Sobre todo por interés de dar una imagen global, reproducimos tres manuscritos en los que puede verse una fuerte influencia de estos enfoquestradicianales. En el primero, conservado en el ms. Palatino 885 de la Bibliateca' Nacional de Florencia (Cód. cart. miscell. seco XIV, XV, XVI de 466 hojas. En los ff. 289 r. - :313 V. aparece un tratado anónimo de rnnemotecnia: [ne.: QueriturpriniÓ,qtÚlre, antequam hanc, artificialemmemoriam non in aperto tradiderunt. Expl,: Vox continua est de quantitate continua. Grafía del sec.xvI) aparece nuevamente, de acuerdo con las esquemas ya conocidos, el tratamiento de los lugares y de las imágenes. En el segundo texto, elashburnhamiano 1226 de la Bibliateca Laurenziana (Cód. cart. en folio de 71 hojas, fines del siglo XVI) encontramos de nuevo ese fenómeno típico que hemos vista de una transformación de los tratados de retórica en una clasificación de nociones ordenada ysistemática. El arte de la memoria no es objeto, aquí, de un tratamiento especial; los objetivos mnemotécnicos resultan claros a partir de la disposición de la materia que se ordena en tablas. Véase, por ejemplo, el f. 1 v.: La Retórica es un arte para encontrar aquello que en cada casa pueda ser utilizado para. persuadir. Las armas con las que se persuade son: En el arte éstas son: en la vida y en la costumbres del Orador, en conmover el alma del juez, en la oración cuando se prueba o parece que se prueba algo. Esta forma atañe al Orador. Fuera del arte Son: leyes; pactos, testimonios, tarmentos, jurados. Esta otra forma atañe exclusivamente al Orador. Del tercer manuscrito (H, I, 13, ya Magliab. de la Florencia, Cód. cart. en folio grande de 48 hojas), ya F. Yates, se conocen, en cambio, tanto el autor como fecha decbmposición. Escrito por el fraile Agostino 247
Nacional de señalado por el lugar 'y la Riccio en el
AP~NDICE IV
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convento de Santa Maria Novella en 1595, el tratado se dirige "a la juventud florentina estudiosa de letras". F. Yates (The Cicero. nian Art of Memory,en Medioevo e Rinascimento, Florencia, Sansoni, 1955,p. 899) vio en este escrito "algo menos abstracto que los tratados de Romberch y de Rosselli". En realidad, la pequeña obra de Ricció es del· todo convencional, es el último ecó de una tradición que ya estaba desapareciendo. Sin embargo, también en este texto no falta. un elemento 1).ovedosorespecto de las fuentes clásicas. Con el fin de imprimir mejor en la mente del lectorJas reglas del arte de la>memoria, se utilizan aquí imágenes ,y símbolos: en otros términos, para expresar los preceptos que enseñan a "colocar" las imágenes nos servimos de otras imágenes más complejas. En de 1583, Bruno ya había utilizado la Explicatiotrigintasigillorum este mismo recurso. Siendo la memoria la madre de las ciencias, ya quedo que .verdaderamente se sabe es ,lo que se retiene impreso en la memoria, resulta utilísima el arte que hace perfecta esta natural potencia. Sobre ésta muchos han escrito varios libros, pero no creo que me sea negado el escribir este tratado en el cual, a semejanza de un poderosísimo Rey que tiene a su lado a dos consejeros y a tres valerosos capitanes ya un sirnente que lo provee de todo lo necésario, he reducido breve y,claramente a siete preceptos el total· 'de este arte y se los ofrezco. Segunda regla o Primer consejero o lugar, como los nombro yo, que todos estos tres nombres significanuna misma cosa como sucede en el caso de la figura dibujada para expresar al hombre consejero del Rey, y ésta es que dicho consejero'tiene una mano colocada sobre un mapamundi dibujado en el que se ven las ciudades, las tierras, los castillos, las casas, las.bodegas, además de las iglesias, palacios, calles, plazas, conventos de religiosos y muchas otras cosas
más[ ... ]
.
Sin embargo, yo he elaborado·muchos Alfabetos diferentes para qué tú los leas y los practiques, un Alfabeto está hecho de lagos, ríos y peces, otro de piedras preciosas y todas las demás piedras juntas, uno de hierbas y de pequeñas plantas, uno de flores, UilO de árboles y frutos grandes, uno de animales grandes y pequeñoso-o.uno de ciudades, ,uno de familias florentinas, uno de artes mecánicasy,Jiberales o bélicas o. servidumbre que se hacen para ganar,dinero, uno ge hombres honorables [ ... ]
ApÉNDICE
V
PETRARCA, MAESTRO DEL ARTE DE LA MEMORIA En un ensayo citado varias veces a lo largo de este libro (The Ciceronian Art of Me:mory, eri el vol. Medioevo e Rinascimento, Florencia, Sans,oni/1956, pp. 889-894), Frances Yates señala una serie detextos:dé ar'smemorativa en los que aparecen explícitas referencias a' Petrarca. En el Congestorium artificiose memofie, publicado en Veneeia en 1520, Johannes Romberchse remite varias veces a Petrarca, atribuyéndole también la paternidad de no pocas de las afirmaciones de carácter "técnico" sobre los loci y sobre las imagines (pp. 201'., 28 ro, 29 1'.); en la Plutosofia de Filippo Maria Gesualdo (Padua, 1592, p. 14 r.), incluso Romberch es calificado de seguidor de la mnemotecnia de Petrarca; en la Piazza universale (Venecia, 1578,Disc. LX), Tommaso Garzoni incluye a Petrarca entre los más notables cultivadores de mnemotecnia; Lambert Schenckel, en el GazophylaCium: artis memoriae (Argentorati, 1610, pp. 26~28), despuesde reproducir un largo pasaje de los Rerum memorandarum libri (ed. de Basilea, 1581, vol. 1, p. 408; comp. G. Billanovich, Florencia, 1943,pp. 46, 48), afirma que el arte mnemotécnico fue para Petrarca "avide susceptain. et diligenter excultam" (Gazophylacium, cit., po28). Frances Yates ha hecho, con la precisióI\ que le es característica, una lista de las alusiones que aparecen en la obra dePetrarca sobre la memoria, la memoria artificial y sobre los ilustres ejemplos de prodigiosa memoria;' en la obra del autor del Canzoniere no existe ninguna regla de mnemotecnia específica ni ninguna exaltación o recomendación del ars memoriae-de cuya divulgación Petrarca estaba, sin embargo, enterado ("Itaque minus mirar taÍ1tis.nature predituni muneribus artificiosam mernoriam contempsisse, que tiun primuÍn in 'Grecia reperta, apud nos hodie vulgata est", Rerum memo libri, comp. Billanovich, p. 46). La tradición que veenPetrarca a un "clásico" de la literatura sobre la memoria no surge sin embargo del simple deseo, tan difundido en los autores de estos tratados, de invocar siempre a nuevas "autoridades". Ésta tiene un origenpr~eiso:· 1 think one can see how the tradition about Petrarch as an advoo cate of the c1assicalmnemonicarose.Everyone knew. that tht
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APÉNDICE V
Petrarch treated memory ,as a part of prudence by glVmg amongst his\ exempla the memories of great classical rhetors in which he made allusions to the classical mnemonic, the thereby meant -though in his own "humanist" way- to recomi:nend it. And it was probably furthersupposed that in the description of the memoryof his friend he was' describing the feats' of a modern "artificial memory" baSed on the practice of the ancients. This was certainly the assumption madeby Lambert Schenkel, inthe passage referred above (p. 893). [Creo que podemos ver cÓll10surgió la tradición sobre Petrarca como a1:Jóg~dodela mnemotecnia Clásica.Todo el mundo sabe quelós gran· des escolásticos, al tratar de la memoria como parte de l~ prudencia, habían recomendado la memoria artificial. Se supuso entonces que c\1ando Petrarcatrató la memoria como parte de laprudenciét,dando entre, susejemplps la memoria de grandes oradores clásicos, y haciendo alusionesá la mnemotecnia Clásica, quiso con ello -aunque a su "modo "humanístico"recomendarla. Y probablemente también "se supuso que con la descripción de la memoria de su amigo, estaba describiendo las hazañas de una "memoria artificial" moderna basa· da en la práctica de los antig~os. Tal fue ciertamente la suposición hecha por Lambert Schenckel en el pasaje arriba referido, (p. 893).] Es difícil no estar de acuerdo con las.conclusiones CleF. Yates, a pesar de que el único pasaje del ,que disponemos para damos cuenta de los oríg~nes de esta curiosa tradición contiene afirmaciones que confirman sólo parcialmente las afirmaciOnes arriba citadas: ¿Quién que juzgue rectamente las cosas, considerando lo que hemos citado aquí de Francisco Petrarca, o sea, que en su época estaba di'vulgadala memoria artificial, que aquel soldado había sido su amigo desde su mocedad y su compañero inseparable en muchos de sus vía" jes, que a veces se les iban en plática días y noches enteros, y otras circunstancias, y la gran ocasión de 'de .'Petrátca
PETRARCA, MAESTRO DEL ARTE DE LA MEMORIA
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aparece junto al de los de Pedro de Ravena y de Giordano Bruno (Les oeuvres de M. lean Belot contenant la chiromance, physionomie, l'art de memoire de Raymond Lulle, Lyon, 1654, p. 334). En la amplia nota, exhaustiva que hace Diodati a la entrada Mémoire de la Enciclopedia, de Diderot (ed. 'de Lucca, 1767, p. 263) encontramos de nuevo, en pleno siglo XVIII y junto a los' nombres de Pedro de Ravena, de Jacopo Publicio, de Romberch y de Cosma Rosselli,el nombre de Francisco Petrarca.
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":H¡I'f"'"
ApÉNDICE
VI
UN ESCRITO INÉDITO DE GIULIO CAMILLO E. Garin ----eV. "Giornale critico della filosofia italiana", ,1 (1959), p, 159. Ct: E. Mandarini, 1 codici manoscrittu della Biblioteca Ora. toriana di Napoli, Nápoles, 1897, p. 122, yel ms. Pil XV, n. 11, en 49, siglo XVI, de 55 hojas no numeradas---'- ha llamado recientemente la atención sobre uD. escrito inédito de carácter teológico y cabalístico de Camilla. Este escrito empieza con un prólogo característico en el que se afirma entre otras cosas que:
y puesto que no hay sujeto más digno ni más alto que el Supremo Dios, conteniendo la presente Obra la interpretación del Arca de la Alianza, por la que se tiene la verdadera Inteligencia de los tres Mundos, es decir, Supraceleste, Celeste e Inferior, donde resurge la verdadera Cognitione Theologica, o Divina como podemos decir, se expóne aquí el Senario Canon Pitagórico, tomado del Temario, es. decir, Artifex, Exemplar, Hyle. Aquí se declara qué es Materia, Forma y Privación. Aquí se aclaran varios pasajes oscuros y herméticos de la Sagrada Escritura. Aquí verá!, conciliada la disciplina Pitagórica y Platónica con nuestra filosofía y teología. He encontrado otro ejemplar de este mismo texto de Camilla en el ms. Aldino 59 de la Bibl. Univ. de Pavía (mi>. cart. del siglo XVI, de 95 hojas escritas y numeradas, encuadernado en cartón, 185 X 147 mm). También aquí como en el ejemplar napolitano, sigue un tratado De Trarismutatione. Véase en el f. 40 r.: "Son tres las transmutaciones, es decir, la Divina, la de lás Palabras, y la que se refiere a los Metales. Y existe una maravillosa correspondencia entre todas ellas." En el f. 46 r. se recuerda a Agripa y a Giovanni da Rupescissa. Las hojas 51 r. ss.' contienen una transcripción de la edición veneciana de 1548 de la Porta della luce santa.
ApÉNDICE
VII
EJERCICIOS DE MEMORIA EN LA ALEMANIA DEL SIGLO XVII Como es sabido, los textos mnemotécnicos de Pedro de Ravena, primero, y de Giordano Bruno después, tuvieron gran influencia en los ambientes de la cultura alemana. El pasaje que se transáibe a continuación constituye un documento singular que muestra el inte- ' rés, también en los ambientes académicos de los primeros años del siglo XVII, por esos ejercicios de memoria que habían tenido gran éxito durante el siglo XVI, sobre todo en Italia y Alemania.Asimismo, muchos de lbs mayores emblematistas del sigloxvrr se dedicaron a estos pasatiempos (recitar, por ejemplo, ya fuera del principio al final o del final al principio una lista de un centenar de términos o de expresiones inusitadas). Como lo ha subrayado M. Praz (Studi :ml concettismo, Florencia, Sansoni, 1946, p. 233), el padre jesuita Menestrier, celebradísimo autor de un centenar de obras sobre emblemática, daba muestra de su prodigiosa memoria ante Cristina de Suecia, sirviéndose de ejercicios de este 'tipo. El texto que sigue está tomado de Joannes Paepp, Schenkelius detectus seu memoria artificialis hactenus occultata, Lugduni, 1617, pp. 30-39 (copia utilizada: Trivulziana, Mor. M. 17). En los escritos de Paepp (cf. también Artificiosae memoriae fundamenta ex Aristotele, Cicerone, Thoma Aquinate, etc., Lugduni, 1619) resulta particularmente interesante el intento de fundir las figuras de la combinatoria lulhlna con las de la mnemotecnia "ciéeroniana". Goclenius, nombre que aparece en el texto, es ,un personaje bastante conocido. V éansesobre esto: Morhof, Polyhistor literarius philosophicus et practicus, Lubeck, 1732, vol. 11, p. 455, Y L. Thorndike, History of Magic and Experimental Science, 8 vals., Nueva York, Columbia University Press, 1923-1956, vol. V,p. 326; vol. VI, pp. 137, 368, 485, 506. El 29 de septiembre, viejo estilo, del año de' 1602, a las ocho de la mañana, concurrieron ala casa de aquel celebérrimo y gran filósofo y profesor Rodolfo Goclenio, el ilustrísimo ,Enrique Ellenberger, .preclaro doctor y profesor de mediCina, Matías: von Siichten, Cristóbal Baunemann, contador mayor. Pidió Schenckela Goclenio. y. a Ellenberger le dictaran veinticinco frases, que tomó con la pluma;. poniendo antes un número a cada una, y entonces mandó entrar al noble y docto mozo Justo Ingmann, de Cassell,estudiante de'derecho y filosofía, a quien Schenckel le fue leyendo todas. por. orden,
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haciendo un pequeño intervalo entre cada una, y leídas todas, se quedó sentado un momento en silencio. Luego empezó el joven a decirles, de la primera a la última,en el orden normal y al revés, de ésta a aquélla, sin demora, vacilación o error, pero como sucediera que dos o tres veces dijera una palabra antes d~ otra,y que dos veces diera un sinónimo por otro, de aquéllos en' que es facilísimo confundirse: "de este modo" por "de esta manera"; "límites" en vez de "fines", bastaba con que se le advirtiera: -¡Orden! ¿dije yo "de este modo"? Estás poniendo un sinónimo, para que en seguida pusiera la palabra correcta, y en su orden. Luego las fue .diciendo salteadas, con que se le diera el número; o bien! dándosele algún vocablo que ocurriera en tal o cualfrase,él decía el número. Entonces preguntó Schenckel al joven Jungmann si quería que se le propusieran todavía más frases. Entu.siasniado el muchacho pidió otras veinticinco. Observando SchenckeI que parecían ya demasiadas, pidió aquél quince, a las cuales' aplicado su arte, las repitió en el orden que se pidiera, separadas o juntas o salteadas, con la misma destreza y prontitud que las anteriores. (Algunas de) las frases fueron las siguientes: 1. Todo es fingido, no hay sinceridad en la cOrte. 2. Abre el filósofo el alma, mantenga el cuerpo en flaqueza. 3. Como árbol a menuclo trasplantado rara vez llega a fruto, así pasa al' ingenio vagabundo [ ... ]. . 39. La timidez denota ignorancia, la 'audacia~ temeridad. 40. Debemos favorecer, no atacar a aquellos que nosptisieron los cimientos de la sabiduría. Si entre las frases que aquellos señores proponían había algtinaalgo trillada" y que suponía ya conocida de Jungmann, sinceramente lo indica1Ja así Schenckel y se ponían atrasen su lugar. Si, por otra parte, alguna parecía demasiado breve, pedía seJe añadiera algo, como se hizo en la 23 y la 24. Al día siguiente, 30 de septiembre, de nuevo ocurrieron los señores arriba nombrados, ahora ala casa del farma"céu:tico Mat<~oSchrodius, a las nueve deJa'mañana, y dictaron cincuenta vocablos, que anotó' Schenckel; y hecho entrar'Jungniann, y leídas que le fueron todas, dejado unbreve lapso para concentración yorden, aplicación de su arte, las dijo luego de la primera a la última en y luego hacia atrás, de ésta a aquélla, luego salteadas, dándo. sele. el númerp, o bien dando él el número del vocablo que se le mencionaba, sin tardanza, vaciÚtción ni error. Interrogó Schenckel a los señores si querían proponer 'algo más, digamos, una. doble cantidad de vocablos, como ciertamente quería. Jungmann, mas 'le respondieron que era suficiente, y que riodudabanquesería capaz de repetir mu.chos más. Lamentábase después:Jungmann con SchenokeLdeque nO .hubieran sido cincuenta las frases y cien los vocablos; fueron los siguientes: 1.' Gobio;"2. Colgadura. 3. Papafigo. 4;Capatazón. '5 . ..t::ñamo [ ... ]. 49,Alforja.50. ~quileres; ) ;: Ji';'
EJERCICIOS DE MEMORIA
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Luego enseñó Schenckel a los señores doscientas frases en que se había ejercitado Jungmann, preparándose para su demostración, y que había memorizado, junto con las cuarenta dictadas en esa demostración, todas numeradas. Los invitó a decir cualquier número, y que Jungmann les recitara la frase correspondiente, lo que hizo con éxito, y no sin admiración de los presentes,sobre todo cuando había gran intervalo entre los números, digamos 235, 27, 9, 240, 228... , etc. Por último, se ofrecieron a los señores 250 vocablos escritos, con parte de los cuales se había ejercitado a solas Jungmann para su presentación, parte los había practicado con Schenckel para aprenderlos también de memoria, a los cuales ya se habían añadido los' otros cincuenta para acabalar entre todos trescientos, y pidió Schenckel a los señores dijeran el número que se les ocurriera, lo cual haciendo ellos, .como arriba se dijo de las frases, les dio Jungmann cada vocablo correspondiente. Y si alguna vez no decía el mismo vocablo o frase guardando enteramente el orden de las palabras, con que se le hiciera notar que ahí no daba en el clavo, restituía en seguida la verdadera frase o vocablo.... Al día siguiente, 1? de pctubre, asistió el señor Jungmann al sermón del reverendo doctor teólogo Winckelmann; predicador y profesor celebérrimo, a quien además oyeron con particular cuidadb pará poder juzgar de la demostración; el eximio doctor y profesor de medicina Ellenberger y Cristóbal Baunemann, quienes, acabado eL sermón, se fueron conSchenckel a la casa del ilustrísimo GocIen, 'parª, que delante de ellos repitiera Jungmann el sermón, lo que hizo tan pronta y exactamente que mida de todo él quedó omitido. Que todas estas cosas sqri como aparecen fielmenté relatadas, lo atestiguamos quienes nos hilllamos presentes y las vimos, y dictamos }assentencias y vocablos, excluido todo fraude y dolo; para fe de lo .cual, sin petición de parte de Schenckel damos cOIlgusto estetesti" monio, no menos debido a la verdad que ala equidad, mismo' que corroboramos con nuestras firmas y sellos. En Marpurgo, año, mes y día mencionados. Rod.· Goden, profesor, Enrique Ellenberg, .doctor y ..p¡:-ofesor de medicina, Matías van Siichten. Cristóbal Baun{:mann, contador mayor.
EL "ART MNÉMONIQUE"
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LA ENTRADA "ART MNÉMONIQUE" EN LA ENCICLOPEDIA DE DIDEROT •
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Al comentar la entrada Mémoire de la gran EnCiclopedia,Diodati se lamentaba de que el autor de la docta disertación no hubiera continuado el tratado de la memoria natural con' una exposición, igualmente amplia y precisa, de las reglas de la memoria artificial (ed. de Lucca, 1767; vol. X, pp. 263-264). Para llenar esta laguna, úiodati repetía algunos de los conceptos más tradicionales de la mnemotec'nia de origen "ciceroniana" ; ponía al día la lista de los hombres de prodigiosa memoria, agregando a los nombres de Plinio, de Aula Gelio, de Cineas, de Ciro, de Sén,ecay de ,Pico,el J:loD).bré de Magliab,echi; se remitíaalos nombres de los más grandes tratadistas; en fin,. enumeraba algunas.reglas de medicina de la memoria así corno los preceptos principales del arte de la memoria local. , 'La laguna que habíaescandaJizado al buen Diodati nÓ existe en absoluto en la Enciclopedia. En el primer volunien de la obra (que el mismo Diodati había anotado y publicado nueve años antes), Una sección completa de la' amplia entrada Art está dedicada al tratamiento del Art mnémonique. Se transcriben a continuacióhlaspar',tes,esenciales d~l texto, que' es obra de Yvon (sobre cuya. figura y ,posiciqn intelectual cf. F. Vepturi, Le origini dell'Enciclopedia, RomaFlorer¡cia, 1946, pp. 40-48). La influencia de las posiciones cartesia'nas resulta evidente en la identificación del artemnemotécnico con· la lógica, en' el llamado a la claridad y a la distinción, en la idea de un ordenamiento de las ideas en una cadena depremisas y consecuencias, en fin, en el firme .rechazo de toda forma. de "memoria artificial" entendida de manera tradicional. Las dO$.'obras a las que el autor hace referencia son: Marius d'Assigny, Th~ Art ofMemory, Londres, 1697, yWinkelmann (que es el seudónimo de Stanislaus Mink van Venussheim), Logica mnemonica si~e memorativa, Halae Saxonum, 1659. Se llama arte mnemotécnico a la ciencia de los medios que pueden servir para perfeccionar la memoria. Comúnmentese admiten cuatro de estas clases de medios, ya que se pueden emplear o remedios ñ· sicos; que se los cree propios para fortificar la masa del cere1;Jro,o ciertas figuras y.esquematismos, que ,hacenque una cosa se grabe me jor en.la..memoria;,o palabras técnicas, que recuerdan fácilmente 10 guese ha aprendido; o,en fin, un cierto arreglo lógico de las ideas, 256
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colocándolasde manera que se sigan en un orden natural. En lo que concierne a los remedios físicos, es indudable que un régimen de vida bien observado puede contribuir mucho a la conservación de la memoria, al igual que los excesos en el vino,en el alimento o en los placeres la atrofian. Pero no ocurre lo mismo con otros remedios que algunos autores han recomendado... que se pueden ver en el arte mnemotécnioode Marius d'Assigny, autor inglés... Otros han recurrido a los esquernatismos. Se sabe que cuando una cosa produce en nuestro espíritu, por medio de los sentidos exteriores, una viva impresión, se 'la retiene con mayor facilidad. Por esta razón se procura aligerar las· funciones de la memoria representando' las ideas bajo ciertas figuras que las expresen de alguna manera. De esta forma se enseña a los niños, no sólo a conocer las letras, sino incluso a familiarizarse con los principales acontecimientos de la historia santa y profana. Hay igualmente autores que, por una predilección singular por las figuras, han aplicado estos esquematismos a las ciencias filosóficas. ' Así, cierto' alemán, llamado Winckelmann, ha convertido toda la lógica de Aristóteles en figuras... He aquí también cómo define la Lógica.Aristóteles es representado sentado, en una profunda meditación: lo que debe significar que la Lógica es un talEmtodel espíritu y no del cuerpo; en la mano derecha tiene una llave, es, decir, que la Lógica no es una ciencia, sino una llave para las ciencias; en la mano izquierda tiene un martillo, lo que significa que la Lógica es un hábito instrumental; en fin, delante de él está un trozo de oro fino y un trozo de oro falso, para indicar que el objetivo de la Lógica es distinguir lo verdadero de lo falso. Puesto que es cierto que nuestra imaginación es un gran socorro para la memoria, de ninguna manera se puede rechazar el método de los esquernatismos, con tal que las imágenes no tengan nada de extravagantes ni de pueriles, y que no se las aplique a cosas de las que no son para nada susceptibles. Pero en esto ha habido varias fallas, ya que unos han querido designar por figuras toda clase de cosas morales y metafísicas, lo que es absurdo, porque estas cosas reqlJieren de tantas explicaciones que e,1 trabajo de la memoria se duplica. Otros han dado imágenes tan absurdas y tan ridículas que, lejos de hacer la ciencia agradable, la han hecho repulsiva. Las personas que comienzan a servirse de su razón deben abstenerse de este método, e intentar ayudar a la memoria por medio del juicio. La misma cosa hay que decir de la memoria que se llama técnica. Algunoshan propuesto que se imagine una casa o un poblado, y que se representen diferentes sitios en los cuales se coloquen las cosas o las ideas que se quisieran recordar. Otros, en lugar de una casa o un poblado, han escogido ciertos animales cuyas letras iniciales forman un alfabeto latino. Dividen cada miembro de cada una de estas bestias en cinco partes sobre las cuales fijan las ideas, lo que les suq:¡.inistra 150 lugares bien marcados para otras tantas ideas fijadas que ellos se imaginan.Hay otros que apelan al recurso de ciert~s palabras, versos, y otras cosas parecidas; por ejemplo, para retener las palabras de
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Alejandro, Rómulo, Mercurio, Orfeo, toman las letras iniciales que forman la palabra armo, palabra que debe servirles para recordar las otras cuatro. Todo lo que podemos decir de esto es que todas estas palabras y estos verQostécnicos parecen más difíciles de retener que las cosas mismas de las que deberían facilitar el estudio.. Los medios más seguros para perfeccionar la memoria son los que nos proporciona la Lógica: cuanto más clara y distinta sea la idea que tengamos de una cosa, más tendremos la facilidad de-retenerla y recordarla cuando tengamos necesidad de ella. Si hay varias ideas, se las arregla en su orden natural, de tal manera que la idea principal esté seguida de las ideas secundarias como otro tanto de consecuencias; con esto se pueden practicar ciertos artificios que no dejan de tener utilidad; por ejemplo, si se compone alguna cosa, para aprenderla en seguida de memoria se debe tener cuidado de escribirla distintamente, de marcar las diferentes partes por ciertas separaciones, de servirse de letras iniciales al comienzo de un sentido: esto es lo que se llama memorw local ... Los antiguos griegos y romanos hablaron en varios sitios del arte mnemotécnico. Cicerón dice,en el Liv. II de Orat. c. LXXXVI,que Simónides lo inventó. Estando este filósofo en Tesalia, fue invitado por un hombre llamado Scopas; cuando fue a la comida, dos jóvenes .en. el patio lo hicieron llamar para hablar con él. Apenas Simónides hubo salido, la sala donde los otros estaban descansando se derrumba y los aplasta a todos. Cuando se los quiso enterrar, no se .los pudo reconocer por lo desfigurados que habían quedado. Entonces Simónides, acordándose del lugar en que cada uno había estado sentado, los nombra uno por uno; lo que hizo conocer, dice Cicerón, que el orden era la cosa principal para ayudar a la memoria.
ApÉNDICE .IX
D'ALEMBERT Y LOS CARACTERES REALES La entrada Caractere de la gran Enciclopedia (Diderot dedica a los caracteres tipográficos una amplia entrada: Caracteres d'imprimerie) es el resultado de la colaboración de varios autores. Después de algunas brevísimas· definiciones de Eidous, quien distingue los sonidos de los signos o figuras y que señala como origen de los caracteres los primitivos dibujos impresos sobre los cuerpos materiales, D'Alembert habla brevemente de la escritura en general, y remite, para un tratamiento más analítico, a la entrada Langue y Alphabet. El célebre gramático Du Marsais hace alusión en pocas líneas a los caracteres egipcios, remitiendo a las entradas Hiéraglyphe y Syinbale. Siguen en orden: una columna y media de D'Alembert dedicada a los caracteres reales y al problema de la lengua universal; una descripción de los diferentes alfabetos·y de los signos utilizados en geometría y en trigonometría por La Chapelle; una breve en~ trada sobre los Caracteres dont on fait usage dans l'arithmetiqU'e des infinis, también escrito por D'Alembert y, finalmente, alrededor de una columna de Venel sobre los Caracteres de la Chimie. Queremos llámar la atención sobre el segundo· de los tres "fragmentos" escritos por D'Alembert. En este texto encontramos la contraposición baconiana de los "caracteres reales" (que expresan cosas y no sonidos ni letras) a los "caracteres nominales" (o letras alfabéticas normales); vemos que se retama. el paralelo, presente en el De augmentis de Bacon y en el Essay de Wilkins, entre los ideograma s chinos y los caracteres reales que pueden ser leídos y comprendidos sin importar la lengua.que efectivamente se habla; vemos expuestos con brevedad los resultados a los que habían 'llegado el mismo Wilkins, George Dalgarno y Francis Lodowick; las reflexjones de Leibniz sobre la característica y sobre la lengua universal (la entrada Leibrnitianisme ou philasophie de Leibniz no da cuenta de estos intereses) son puestas en relación directa con las doctrinas de los dos autores ingléses , ' Las obras de Dalgarno,deWilkins y de·Lodowick a las que D'Alembert hace referencia en el texto son: Ars signorum, vulgocharcicter universalis et lingua philos()phica, Londres, 166l; Essay Towards. a Real Characterand
a PhilosóphicalLanguage,'Londres,
Grund~orkorFóundqti(;m;TÁid{orso af aNew Perfeet Langúage,llindr~s, 259
lritetided)
1652.··
1668; '[he
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Los hombres que en un principio constituían una sociedad única, y que no tenían, en consecuencia, más que una lengua y un alfabeto, fueron forzados, multiplicándose de manera extrema, a distribuirse, por así decirlo, en grandes sociedades o familias, las cuales, separadas por vastos mares o por áridos continentes, o por intereses diferentes, no tenían casi nada de común entre ellos. Estas circunstancias ocasionaron las diferentés lenguas y los diferentes alfabetos que tan drásticamente se han multiplicado. Esta diversidad de caracteres de los que se sirven las diferentes naCiones para expresar la misma idea, es considerada como uno de los niás grandes, obstáculos que existen para el progreso de las Ciencias. Por esto, algunos autores que piensan liberar al género humano de esta esclavitud, han proyectado construir caracteres que puedan ser universales y que cada nación pueda leer en su lengua. Es Claro que en este caso, estas clases de caraGttn"es deberán ser r,elales y no nominales, es decir,' expresar las cosas y no, como los caracteres comunes, expresar letras o sonidos. ' , Así, cada nación conservaría su propio lenguaje y, no obstante; es· taría en posibilidad 9:e entender el de otra nación sin haberlo apn;n· dido, simplem:ent~ alver un carGJCter real o universal, el cual tendría la misma significación' para todos 'los pueblos, cualesquiera que pudie'sen ser los sonidos mediante los que cada nación se serviría para expresarlo en su lenguaje particular; por ejemplo, al ver el carGJCter destinado para significar b,eber, un inglés habrá leído to drink, un francés boire; un latino bibere, un griego ¡¡;LVELV"un alemán trincken, y así los demás; de igual manera, al ver un caballo, cada nación expresa la idea a su manera, pero todas entienden el mismo animal. No hay que, imaginarse que esos oaracteres reales sean una quimera. Se dice que los chinos y los japoneses poseen ya algo semejante. Tienen un caracter c,omúnque cada uno de estos pueblos entiende de himisma manera en sus diferentes lenguas, aunque lo pronuncien con sonidos', y palabras completamente diferentes, al grado de que, ,cuando hablan, no entienden ni la, menor sílaba entre ellos. Los prinierosensayos, y también los más considerables que se hayan hecho en Europa para la institución de una lengua universal o filosófica, son los del obispo Wilkins y los de Dalgarno. Sin embargo, han, permanecido sin efecto alguno. Leibniz ha ,tenido algunas ideas sobre el mismo asunto. Piensa que Wilkins y Dalgarno no encontraron el verdadero método. Leibniz reconocía que yarias nacione~ P?drían ~ntenderse con los caracteres de estos dos autores" pero, según él, ellos no alcanzaron los verdaderos caracteres dateS que este gran filósofo consideraba como el más fino ins,trumento ,delquepuede servirse ,el espíritu hmnano,'y que debe"Tía, nps dice, facilita'rensumo grado el razonamiento, la mem9ria y lainvenciónde:l~scósas.' ' ,. Según 'laopinióil' de Leibniz, estos" oarcU:teres 'deberían asemejarse aquellos de .Ios'que se sirve ~l, álgebra que,- efectivamente, son muy ';:.\$ilpples j, ;é,I!lIlque( In4y\~xpresivos ,sin:; :t~ner-nªcla,de superfluo\:ni.: de ',. equívoco y que, por lod~r¿~s,t9ª~§¡Jªs ,,,~rie.qaqe~sgn razon~fIas .. '
D'ALEMBERT Y LOS CARACTERES REALES
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El caracter real del obispo Wilkins fue bien recibido por algunos sabios. Hoock lo recomienda después de haber tenido de él un conocimiento exacto, y de haberlo experimentado personalmente: habla como ,del plan más excelente que se pueda proponer sobre este estudio, y ha tenido la amabilidad de publicar en esta lengua algunos de sus descubrimientos. Leibniz aseguraba estar tr~bajando sobre un alfabeto de los pensamientos humanos con el fin de lograr una lengua filosófica; pero la muerte de este gran filósofo impidió que su proyecto madurara. Lodowick nos ha comunicado, en las transaociones filosóficas, un plan de un alfabeto o oaracter universal de otra especie. Deberá contener una enumeración de todos los sonidos o letras simples, l1sados en una lengua cualquiera, mediante la cual se estaría en posibilidad de pronunciar exacta y prontamente toda clase de lenguas, y de escribir, simplemente escuchánd0'l0'S pronunciar, la pronunciación de una lengua cualquiera que se la hubiese articulado; de manera que las personas aCQstumbradas a esta lengua, aunque no la hubiesen escuchado ,pronunciar por otros, tendrían sin embargo la posibilidad de pronunciarla exactamente; en fin, este earacter serviría como depatrón o de m0'delo para perpetuar l0's sonidos de una lengua cualquiera. Después de hacer alusión a tentativas más recientes (Journal de 1720, sobre el cual ef. L. Couturat-L. Leau, Histoire de universelle, París, 1907, pp. 29 ss.), D'Alembert concluía:
Littéraire la langue
Mais ici la difficulté est bien moins d'inventer les characteres les plus simples, les plus aisées, et les plus commodes, que d'engager les différents nations a en faire usage; elles ne s'accordent, dit M. Fontenelle, qu'a ne pas entendre leurs intérets communs. [Pero aquí la dificultad es mucho menos inventar l0's caracteres más simples, los más fáciles y los más cómodos, que c0'mprometer a las diferentes naciones a ponerlas en uso; ellas no se ponen de acuerdo, dice M. Fontenelle, si no se atienden sus intereses comunes. (T.)] Su desconfianza tenía que ver, entonces, exclusivamente, con la posibilidad de una realización práctica. Las opiniones de los colabo.radores de la Enciclopedia acerca de este punto. so.n variadas. Para damos cuenta de esto bastará cQnfrontar la entrada Langage en la que se rechazaba explícitamente la posibilidad, incluso teórica, de una lengua universal ("Puisque du different génie 'des peuples naissent les différents idiomes; on peut d'abord décider qu'il n'en aura jamais d'universel!' [Puesto que del genio diferente de los pueblos nacen los diferentes idiomas, se puede decidir, en primer lugar, que él nunca tendrá lo universal. (T)]) con la entrada Langue en la que se reafirmaba explícitamente la esperanza en una práctica realización de la lengua universal: "Mon dessein n'est pas au reste de former un langage universel a l'usage de
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plusieurs nations. Cette entreprise ne peut convenir qu'aux académies savantes que nous avons en Europe, supposé encore qu'elles travaillassent de concert et sous les auspices des puissances." [Mi propósito no es por lo demás formar un lenguaje universal para el uso de varias naciones. Esta empresa no puede convenir más que a las academias de sabios que tenemos en Europa, suponiendo aún que trabajasen de concierto y bajo los auspicios de las potencias. (T)]
ÍNDICES
íNDICE DE NOMBRES Aarsleff, H.: 12, 13 Adam, C.: 134 n, 208 n Adanson, M.: 207, 207 n , Agripa, C.: 16,22,22 n, 24, 25, 44 n, 49,52,53,53 n, 54,54 n, 55,66,68, 86, 91, 92, 92 n, 93, 101, 117, 125, 126, 134, 136, 136 n, 148, 160 n, 164, 211, 212, 252 Alberto Magno (San): 18, 24, 26, 30, 30 n, 31, 32, 35, 50, 50 n, 86, 97,98 Alciato, A.: 49,99 n, 104 Alcuino: 32 . Alsted, J. E.: 16, 18, 62, 68, 69, 79, '80,84, 117, 119, 120, 125, 162, 163, 163 n, 164, 165, 165 n, 166, 166 n, 167, 173, 206, 211, 211 n, 212, 218, 224 Alvarez, E.: 222 Anderson, F.: 142 n Andrade, C.: 221 n Andrea, J. V.: 167 Apelt, O.: 28 n Aquilecchia, G.: 111 n Aristóteles: 24, 27, 27 n, 30, 30 n, 31, 31n, 32, 33, 36, 46,47, 64, 64 n, 112 n, 122, 128, 129, 163, 167, 175, 233, 240, 257 Arnaldo de Vilanova: 48, 97 Aubry, J. d': 124, 124 n, 147, 147 n, 148, 173 Austriacus, J.: 121, 122 n, 141, 141 n Averroes: 24148, 97, 98 Avicena: 48, 97 Avinyó; J.: 54 Azavedo, V, de: 121
183, 184, 184 n, 185, 185 n, 188 n, 189, 191, 195, 195 n, 201, 211, 214, 218 n, 220, 221, 224, 259 Badaloni, N.: 120 n Baumker, C.: 56, 57 n Barbarigo, A.: 44 Barber, W. H.: 19 Barone, F.: 19, 84 n, 213 n, '219, 219 n, 226 n, 227 n Bartholoméss, C.: 108 n Bartolomé de San Concordio: 33, 33 n, 35, 228 . Batllori, M.: 20, 54 n Bayle, P.: 166 n Beale, J.: 203 Becher, J.: 11, 213 Beck, L.J.: 19,159,159 n, 160, 160 n Bedel, W.: 234 Beeckmann, 1.: 134, 135, 147 Belaval, Y.: 212, 213 n Belot, J.: 125, 125 n, 126, 126 n, 250, 251 Bermundo (Vermundo), P.: 213 n Bessarion, G.: 52 Bianchini, F.: 62, 62 n Billanovich, G.: 249 Bing, G.: 20 Birch, T.: 185 Bisterfield, G. E.: 18, 117, 117 n, 178, 179, 197, 211, 211 n Bocchi, A.: 104 Bodin, J.: 106, 106 n, 107 Bohme, J.: 190, 190 n Boecio, S.: 22 n, 48 Boher, A.y F. (hermanos): 62 Bonifacio del Monferrato: 43, 243 Bonifacio VIII: 61 Boole, G.: 19 " . Borelli (Borel), G. A.: 223, 223 ..n Borsetti, F.: 42 '.' Bovelles (Bovillus), Ch.: 52,53; , 54 n, 60,62,111, 117,.164,.' Boyle, R.: 16, 185, 185n, 189, 203 n . ' .. Brigge, L. A...S.: 21
Bachelard, G.: 10 Bacon, F.: 9,10113, 16, 17, 18, 19; 22, 24, 25, 62, 103, 126, 128,132; 133,134, 134n, 135,1361137, 137n, 138,139, 141,142, 142 n,J43, 148, 149, 150, 151, 152, 153, 154, 154 n, 155 (155 n) 156,,16912, )61,162, 163, 167, 173, 175,)81, Jªln,182, 265
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íNDICE DE NOMBRES
Brucker, J.: 94 Bruno, G.:12, 13, 16, 17, 18, 25, 25 n, 42,4811, 49, 52, 5311, 68, 79, 84, 85, 86, 90, 92, 93, 94, 96, 98, 9911, 101, 107,108, 10811, 109, 10911, 110, 111, 111 11,112, 11211, 113, 114, 115, 116, 117, 118, 119, 119 n, 120, 12011, 12111, 122, 125, 126, 132, 163, 164,165 n, 211, 212, 248, 251, 253 Bruxius, A.: 121,222,223 Buffon, ,G. L. Leclere de: 205 11, 206, 206 11 Bugislao dePomerania: 44 BullottaBarracco, H.: 54 n Bunemann, J. L.: 112 n Buondelmonti, C. de': 104 Camillo, G. C. (Delminio): 13, 17, 86,98,9811,99,9911, 100, 101, 110, 126,167,169,202,252 Campagnac, E. T.: 18911 Campanella, T.: 120, 121, 121 11,122 Campanus: 128, 128 11 Canterio,A., P. y J. (hermanos): 53, 54 n, 164 Caplan, H.: 35 11 Cameades: 93 Carpenter, F. 1.: 89 Carrara, G. A. de: 47, 4711, 48, 97, 97 n, 98, 113, 113 n Carreras y Artau, T. y J.: 5411, 55 11,5611, 57 n, 5911, 64 n, 6611, 6711, 69 n, 7011,71, 74; 83 n, 111 n, 163 n, 167 n, 174 n, 175 n, 218 n Cassirer, E.: 49 ,n Castelli, E.: 10311 Cavalcanti, B.: 103, 103n Cave Beck: 181, 191, 197, 213 Caxtori., W.: 89, 89 n, 90 Cenal, P. R.: 175n Chaichet, A. E.: 28 n Champollion, J. J.: 10 Chappuis, G.: 107 n Charland,Th.M.:35 n Childr~y, J.: 185 Chomsky, N.: 10 Chris.t~nsen, F.: 180n . Church, f1' C.: 96, 96n'
íND'ICEDE
Cicerón: 18,22,24,25, 28, 29, 29 n, 30, 31, 32, 32 n, 35, 36, 43,45,47, 52, 62, 66, 81,86, 91, 9211, 93, 97, 120, 122, 131, 175, 184, 232, 233, 234, 246, 258 Cineas: 93, 256 Ciro: 93, 136, 256 Clements, R. J.: 49 Colli, G.: 175 Colomer, E.: 12 Comenio, G. A.: 9, 12, 16, 17, 18, 25, 145, 146 n, 162, 163, 166, 167, 167 n, 168,169, 170, 171, 172, 173, 182, 188, 189, 190, 196, 203, 218, 224 Copé, E.: 96 n Copland, R.: 44 n, 90 Cornelius, P.: 9 Cornificio: 29 n . Corsano~ A.: 25 n, 108, 109, 10911, 227.11
Corsini, M.: 228 Cotiturat, L.: 10,11, 19, 176 n, 181 n, 201 n, 209 n, 211 n, 212, 212 n, 213, 213 n, 226 n, 261 Cox, L.: 89, 8911 Crasso: 93 Croce, B.: 9811 Croll,M. W.: 18411 Crombie, A.: 19 Crosland, M. P.: 9 Curtius, E. R.: ,32 11 Cusano, N.:, 52, 59, 5911, 60, 86, 93, 108 n, 117, 190 Daguí, P.: 53,53 n D'Alembert, J. B.: 259 Dalgamo, G.: 18, 181, 189, 191,192, 194, 195, 195 n, 200,203,209, 214, 216, 217, 219, 259, 260 Dal Pra, M.: 21 n D'Assigny, M.:, 24, 2411, 256, 1.57 Dassonville, M.: 128 n DaVid, M.: 9 DeCarpanis, D.: ·46,4611,47,47 n De Corte, M.: 14311
pe ,Gand.illac,M.: 59 n De Morgan)A.:
19 '
B.: 180 n, 188 n, 190 n, 203 n, 205 n De Nostiz, G.: 111 n, 112 n, 132 Del Noce, A.: 148 'Della Porta, G.: 10, 86, 103, 140, De Mott,
202, 202n,
141,141 n
DemÓcrito: 26, 45, 45 n Derham, W.: 204 rn Derrida, J.: 11, 12 De Ruggiero, G.: 108, 108 n Descartes, R.: 16,17,18,19,62,119, 122 n, 124, 124 n, 126, 128, 134, 134 n, 135, 136, 136 n, 137,' 143, 143 n, 144, 144 n, 145, 145 n, 146, 146 n, 147, 147 n, 148, 148 n, 155, 156,157,158,159, 159n, 160, 160n, 161, 162, 173, 186, 206, 208, 208 n, 209, 218 n, 219, 220, 223; 223 n De Valeriis, V.: 53 n, 62, 67, 67 n, 68,68 n, 80, 112,148,164, 167, 169 Dibon, P.: 129 n Dicson, A.: 111 11. Diderot, D.: 251, 256, 321 Dieckmann, L.: 12 Diodati, O.: 256 Diofanto: 176 Dolce, L.: 34, 91, 91 n, 97 n, 98, 103, , 103 n Dominichi, L.: 54 n Du Marsais, C.: 259 Duran y Renals, E.,: 54 n, 67 n Dutens, L.: 21811.,224n Edmundson, H.: 189, 203 Egidio de Viterbo: 243,244 Ellis, R.: 134 n, 181 n Emery, C.: 18011.,197 n, 204 11. Enrique III: 84 Erasmo: 22,2211.,' 23, 25, 99 Ernesti, J. A.: 28 Fabri, H.: 223 n Fakone, D.: 10311.,141n Faral, E.:" 89' n Famesio, O.: 121 Famngton, B.: 19, 154 n Federico de Sajonia: 44 Feilchenfeld, W.: 21111 FerriándiHII: 176'
NOMBRES.
267
Fernando de Córdoba: 53,54 n, 164 Ficino, M.: 86 Florentino, F.: 104 n Firpo, L.: 2411. Fisch, H.: 18511 Fludd, R.: 11,52, 125, 12511. Fontenelle, B. de: 207,207 n, 261 Formigari, L.: 12 Francisco, 1: 99 Frey, J. C.: 173, 174, 174 n, 176 n Friedlander, P.: 176 n Foucault, M.: 10, 11 Fullwood, W.: 97 n Funcke, O.: 181 11.,19411. Gaffarel: 174 n Galatin, P.: 101 Galeno: 48, 64 Galileo Galilei: 19 Garavini, F.: 23 11. Garin, E.: 20, 23 n, 4911., 96 n, 9911., 102, 108, 109 n, 163 n; 167 n, 170 n, 252 Garzoni, T.: 249 Gassendi, P.: 52, 133,13311. Gellio, A.: 45 n, 256 Gemma, C.: 18, 64, 64 n, 65, 175 Gentile, G.: 111 n Gerhardt, C. 1.: 210 n Gerson, J.: 59, 80 Gesualdo, F.: 121, 12111., 249 Giamboni, B.: 228 Gilson, E.: 56, 57, 57 n, 159 Ginanni, P.: 42 n Giorgio Veneto, F.: 101 Giovanni de Rupescissa: 97, 252 Girardus (Guardi, Girardi): 41 Giustiniani, P.: 101 Glogovia, 1. de: 83 Goc1enius (Goclen), R.: 164, 253, 254,255 Goffredo de Vinsauf: 89 Gohory, J. (Leo Suavius): 86, 101 Gorini, G.: 34, 34 n . Gottron, A.: 8311. Gouhier, H.: 143 n, 16011. Gratarolo, G.: 47 ,nI 96, 96 n,97, 9711., 98 n, 120, 151 .... Giégoire, P.: 18, 62, 65, 66,68,~0, 112, 148, 164, 167, 175,211; 212
-" ------
268
íNDICE DE NOMBRES
Guardi (véase Girardus) Guidotto da Bologna: 228 Guyenot, E.: 205 Haak, Th.: 189 Harriot, Th.: 186 Hartlib, S.: 12, 187n, 188,189, 203n Hawes; S.: 88,89,90 Heath, D. D.: 134n, 181 n Heinekamp, A.: 12, 213 n Henderson, A. W.: 180n Heredia, P. de: 101 Herodoto: 47 n, 48 n , Hildebrand, W.: 123, 123n Hilgarth, G. N.: 12 Hipócrates: 64, 168 Horado: .33 Hobbes, Th.: 62, 62 n, 186, 188, 188n, 211 ' Hoffman, G. G.: 222 Hoffman, J. E.: 59 n Honecker, M.: 59 n Hook, R.: 210, 261 Horapollo: 104 Howell, W. S.: 32 n, 88 n, 89, 90 Hubert, R.: 15Q n Hugo de San Víctor, 48 Hume, D.: 21, 21 n, 50 Husserl, E.: 19 Ippia 'd'Elide:' 28 Isidoro: 32 . Iversen, E.: 9 Ivo de París: 174, 174n, 175, 218 Izquierdo, S.: 175, 175 n, 176 'Jagodinski, l.: 226; 226 n Janer, l.: de': 53,53 n Jasinowski, B.: 226 , Jones, H. W.: 185 n Jones, R. F.: 180, 182, 185 Juan de Salisbtiry: 32 Juan Escota: 48, 68, 86, 117 Kabi¡z, W.: 211,'211 n -Kant, E.: 22 , Kemp, Smith; N.: 159n ; Kepl~r; J.:.' 160,n, ' . Kinrier, C.: 203, 203n Kircher, A.: .176, '.176>nj 177, 213,
'¿#1~i;gf:(~' ,::'.:!; i., o,,:
",.,
Klein, R.: 13, 24 n Klibansky, R.: 146n Knight, D.: 12 Knittel, C.: 177, 177n Knowlson, J. R.: 9 Krabbel, G.: 103n Kraus, F.: 59 n Kristeller, P. O.: 49 n Kvacala, J.: 146n, 167 n Landino, C.: 49 Lankester, E.: 205 Laporte, J.: 179n Laurad, P.: 28 n Lavinheta, B. de: 52, 62, 66, 80, 81, 82, 111, 125, 136, 148, 164, 166n, 174,218 Leau, L.: 10, 181n, 261 Le Cuirot, A.: 122 n Lefevre d'Etaples, J.: 52, 53, 54 n; 60, 62, 79, 117, 164 Le Goff, J.: 11 Lehnert,M.: 188 Leibniz, G. G.: 7, 12, 16, 17, 18, 19, \ 20,25,62,68, 83, 84, 133, 162, 163, 173, 176, 176n, 208, 209, 209n, 210, 210 n, 211, 211 n, 212, 212 n, 213,213 n, 214,215,216,217,218, 218 'n, 219, 220, 221, 223, 223 n, 224, 225, 225n, 226, 226 n, 227n, 259, 260, 261 Lernmi, Ch.: 49 n Leonor de Aragón: 43, 43 n, 243 Leporeus; G.: 128, 128n Lévi-Srtuss, C.: 10 Linneo, C.: 8, 204 Liruti, G.: 99 n Lister: 205 Littré, E.: 54 n, 72 n, 75 n Lodowick, F.: 181, 189, 197, 203, 259, 261 Loemker, L. E.: 12 . Longpré: 54 n, 75 n " Loraine, H.: ,7 Lulio (Lull), R.: 12,15, 18, 24, 25, 25 n, 26, 53, 53 n, :54 n, 55, 56 n, 57, 57n, 58,58n, 59, 60, 61, 61 n, 62, 66, 68, 69, 70, 70 n, 71, 72, 73, 74,74 n, 75, 75 n, 77, 7,8,79, 81, 82, 83n, 86, 101'd102",102 n,
íNDICE DE NOMBRES
269
103, 108n, 109n, 110, 111, 112n, 113, 115, 116, 117, 120, 121, 122, 125, 125n, 132, 134, 135, 136,' 142, 142n, 145, 147, 160n, 162, 163,164,165,165 n, 173,175,176, 190, 211, 225 Luria, A. R.: 7
Oldenburg, H.: 210, 214 Oliver, F. W.: 205 n Olschki, L.: 108, 108n Ortwin: 44 n Ottaviano, C.: 54 Oughtred, W.: 186, 188, 188 n Ovidio: 43, 50, 246 '
Maquiavelo, N.: 86, 86 n Magliabechi, A.: 256 Mahnke, D.: 211 n Mair, G. H.: 91 n Mandarini, E.: 252 Marafioto, G.: 121, 121 n, 126n Mardano Capella: 32 n Marciano de Heraclea: 221 Marx, F.: 29 n Marx, J.: 59 n Matteolo de Perusa: 48,48 n Mazzoni, J.: 107n McColley, G.: 180n McRae, K. D.: 106 n McRae, R.: 270 Mead, W. E.: 88 n Melanchton, F.: 92, 93, 132, 132n, 151, 155, 164 Mentzinger: 91 Mersenne, M.: 151n, 208, 209 Mesnard, P.: 143n Metrodoro: 111n Meyssonier, L.: 124, 124 n, 173 Mink, S.: 69, 256, 257 Mocenigo, G.: 84 Monnier, Ph.: 49n Montaigne, M. de: 23, 23 n, 24,25,
Pace, G.: 174 Paepp, J.: 119, 119n, 120, 120n,
60
More, H.: 52, 211 n Morestel, P.: 123,123 n, 148,173 Morhof (Morhofius); G.: 104,122111, 128 n, 177, 177 n, 253 Mugnai, M.: 12 Murner, Th.: 83, 83 n, 84 Myésier, T. le: 58, 59 Niceron, P.: 163n, 180 n Nicolini, F.: 51 n Nuyens, J.: 28 n Oblet, V.: 163n ' Ogden, C. R.: 19'.
122 n; 253 Panigarola, F.: 107
Panofski, E.: 50 n, 105 n Paracelso: 86, 117 Parronchi, A.: 13 Patrizi, F.: 99, 167 Pelayo, M. M.: 102n Perkins: 111 n Petrarca, F.: 22, 91, 228, 249, 250, , 251 Petty, W.: 187, 187n, 191 Peuckert, W. E.: 167n Piccolomini, C.: 164 Pico G.: 49, 52, 86, 102, 102n, 103, 136, 164, 190, 256 Pedro d'AilIy: 80 Pedro de Ravena: 18,22, 25, 35, 42, 42 n, 43, 43 n, 44, 44 n, 45, 47 n, 52, 86, 90, 91, 93, 108, 108n, 109, 110, 111, 120, 122, 122n, 128, 136, 151, 243, 244, 246, 251, 253 Pío V: 84 Pitágoras: 63 Platón: 27 n, 31, 64, 114 Platzeck, P. E. W.: 12, 57 n, 59 n, 73, 73 n Plinio: 8, 256 Poisson, P.: 147, 147 n Poliziano, A.: 49, 165n Pastel, G.: 190 Prantl, C.: 57,57 n, 83 n Praz, M.: 49 n, 253 Preti, G.: 19, 126 n Prior, O. H.: 89:n Prost, G. A.: 55 n Publicio, l.: ,50, 50 n Quattrocchi, L.:20 QuintilHmo: 18,22, 24, 28; 29, 29 n,
45, 52, 62, 81, 86, 91, 93, 120, 122, 129,130, 130n, 131,175
Rabelais, F.: 181 Ragone, 1.: 35, 35 11,3611, 232 Ramus (Ramo, de la Ramée), P.:
16, 17, 22, 98, 106, 11211, 128, 12811, 129, 12911, 130, 131, 132, 133, 151, 155, 161, 162, 163, 206, 224 Ratke, W.: 2311, 25, 167 Ravelli (Ravelinus), F. M.: 121, 12211 Raven, C. E.: 205 n Ray, J.: 11, 16, 203, 205, 20511
Regius, R: 29 11 Renaudet; A.: 1Un Renzoni, M.: 205 11, 207 11 Reuehlin, J.: 101 Ricci, Bartolomeo: 99 Ricci, P.: 101 Riehards, LA.: 19, 180
Ripa, C.: 49, 4911, 104 Rivaud, A.: 226, 226 11 Roberto de Basevorn: 35 n Rodolfo Ir :84 Rogent, E.: 5411, 67 11 Romberch, J.:' 42, 4211,45, 91, 9711, 98, 120, 151, 248, 251
Ross, G. R. T.: 2811 Rosselli, C.: 18, 86, 99 n, 127, 127 11, 110, 111 n, 120, 141,' 141 n, 151;
169, 247, 248, 251 Rufo, R:: 62, 63 n Ruscelli, G.: 10111, 104 Russell, B.: 19, 22611
Salzinger, L: 56 n, 78 17: San Agustín: 31, 47, 136 Santo Tomás de Aquino: 18,24;26,
30, 30 n, 31, 31 n, 32, 33, 35, 36, 46,50, SOn, 52,97,122 ' Sarton, G.: 102,n
Sartre, J. P.: 11 , " ., Scaligero (Schalichius},P.:
n, 164
"
136, 144, 160, 223, 223 n, 249,250, 253, 254, 255 Schiebler, K. W.: 19011 Scholem, G. G.: 102 n Sehott, C.: 212, 21211, 213 n Scioppio: 222 Seott, J. F.: 18811
Sebba, C.: 13 Seeret, F.: 20 Séneea, L. A.: 22, 31, 91, 93, 167, 230, 256
Seznee, J.: 49 n Shute, C. W.: 2811 Sibiuda (Sabunde, Sebond), R.: 60, 60 n, 190 Sibutus, G.: 91 Simon, N.: 91 Simónides: 7, 22, 26, 28, 32 n, 45 n, 93, 136, 258 Singer, D. W.: 108, 11211 Sirven: 159
Riff: 91
103
íNDICE DE NOMBRES
íNDICE DE NOMBRES
270
103,
Schéjnkel (Seherikelius) ;'L.:, 18;91, \',119,,120;: 120 n; 121,'122;ii;'134;
Sisto IV: 54 Sortais, G.: 188 n Southwell: 187, 18711 Spangerbergius (Spangerberg), J.: 91,93,9311,94,111,12211 Speeding, J.: 13411, 181 11
Spindler, R: 88 n Spinka, M.: 188 n Spinoza, B.: 233, 23311 Spoerri, M. Th.: 143 n Sprat, Th.: 185, 18511, 186, 186 n, ,191, 191 n
Stahl, G. E.: 11 Stimson,D. L.: 18011, 188 n Stubbe, H.: 185 n Sturmius, J.: 99 n Suárez; F.:, 164 Syfret, R. H.: 18011 Talon, O. (Audomarus Talaeus): 133, 133 n
Tannery, P.: 13411, 20811 Tartagni,A: 43 , , Techmer, F.: 181 n Temístoc1es: 93, 136 Teuero Babilónico: 11611 Thompson,G.: 185,18511 Thorndike,;L.: 2hi, 87 n,96, 9611,
97,9711, 10511, 125 n, 17411, 177 11, 253 Tirabosehi, G.: 42 11~ 4711, 4811, 9611, 98 11,10711, 228
Tito Livio: 47 n Tiziano: SO 11 Toceo, F.: 2511,3211,3411,4511,4811, 59 n, 108, 108 n, 113, 113 11,11411, 11511, 11611, 228
Tommai, P. véase Pedro de Ravena Toseanella, O.: 103, 103 n Trapezunzio, G.: 10311 Traversagni, G.: 90 Troilo, E.: 10811 Turnbull, G. H.: 191 11 Tuve, R: 129 n Urquhart, Th.: 181 Vailati, G.: 181 n Valeriano, P.: 104 Valerio Máximo: 43, 246 Valla, L.: 29 n, 49 Vallierosa, J. M.: 10311 Vansteenberghen, E. de: 5911 Vasoli, C.: 20, 108, 109, 10911, 113 11,
11611, 11711, 118 Vassi, R L. de: 173, 17311 Venturi, F.: 256 Vesalio, A.: 98,9811
Vicente de Beauvais: 32 Vico, G.: 9, 10, 51, 5111, 103 Viete, F. (Vieta): 186, 188, 188 n
271
Virgilio: 50 Volkmann, L.: 10511 Waetzold, W.: 5411 Waleys, T.: 35 n Walker, D. P.: 87.11, 99 n Wallis, J.: 187, 188, 18811 Warburton, W.: 10, 11 Ward, S.: 186, 187, 18711 Webster, Ch.: 12 Webster, J.: 184, 18511, 189 Wilkins, J.: 10, 11, 18, 19, 180, 180n, ,181, 18811, 189, 191, 192, 192 11, 193, 194, 194 n, 195, 19511, 196, 19611, 197, 19711, 198, 199, 200/ 201,' 202, 203, 20311, 204, 204 n, 205, 205 n~ 206 n, 208, 209, 210, 214, 215, 216, 217, 219, 224, 259, 260, 261 Willis, J.: 121 Willoughly, P.: 204,204 n, 205 11 Wilson, Th.: 90, 9111, 111 Winkelmann, véase Mink
Yates, F. A.: 7,8,9,12,13,30,3011,
32, 3211, 5411, 57, 57 n, 5811, 74, 7411, 9111, 108, 108 n,111, 111 11, 228,247,248,249,250 Yvon: 256
Zabarella, C.: 164, 174 Zambelli, P.: 12, 13, 20 Zuichemus, V.: 99 n
ÍNDICE GENERAL Prefacio a la segunda edición .... Preliminar ....
7
15
1. La fuerza de las imágenes y lÓs lugares de la memoria. 1. Polémicas de humanistas en contra de las "prescripciones" de la memoria .' . 2. Las fuentes clásicas y medievales del Ars memomerativa
.....
21 21 26
1) El De memoria et reminiscentia de Aris'tóteles, 27; 2) El De oratore de Cicerón (n, 86-88), 28; 3) El De intitutione oratoria de Quintiliano (XI, 2), 28; 4) La Rhetorica ad C. Herennium (nI, 16-24),29; S) El De bono (IV, 2) Y el comentario al De memoria et reminiscentia de San Alberto Magno; la Summa theologiae (n, ii, 49) Y el comentario al De memoria et reminis,centia de Santo Tomás de Aquino; 30
3. Ars memorativa y Ars praedicandi en el siglo XIV. 4. Técnicas de la memoria en el siglo xv . ' 5. LaPenice de Pedro de Ravena . 6. Naturaleza y arte. 7. Arte de la memaria, aristatelismo y medicina 8. La construcción de las imágenes .
II. Enciclopedisma y combinatoria en el siglo XVI • 1. El renacimientO' del lulismo .. 2. Agripa y las características del Ars magna .. 3. Arte, lógica y cosmología en la tradición luliana . 4. El Arbor Scientiae y los enciclopedistas del siglo XVI 5. La técnica de la memoria en las escritos de Raimundo Lulio 6. BernardO' de Lavinheta: combinatoria y memoria local 7. La lógica de la memoria . ' .
III. Los teatros
del mundo ....
31 3S
42 45 46 48 52 52 53 55 60
69 79 82 85
1.Simbolismo y arte de la memoria . '" " " 85 2. Difusión del Ars memoriaJe: en Inglaterra yen Alemania 87 3. Spangerbergius .. 93 4. La medicina mnémotécnica de G. Gratarolo ... 96 S. Ellulismó, y la cábala en las "teatros del mundo" .. ,'98 rI3
is- .. ds: una
1NDlCE GENERAL
274
IV. La lógica fantástica
íNDICE GENERAL
de Giardana BrunO' .
108
1. Las escritas lulianas y mnematécnicas de Bruno 2. Cambinatoria, Ars memorativa y magia natural en el siglo XVII. " .. V. La memaria artificial y el métado de la nueva ciencia: Ramus, Bacon, Descartes . 1.
de la Ramée: la "memoria" coma sección de la lógica .... '" 2. Bacan y Descartes: la polémica en cantra de las prestidig¡tadores de la memoria 3. Mnemotecnia y lulisma en Bacan y en Descartes
108 119 128
PedrO'
128 133 137
a) Bacon, 137; b) Descartes, 143 4. La inserción de las técnicas de la memaria en la nueva lógica
149
a) Las ayudas de la memoria en el método baconiano: tablas, tópica, inducción, 149; b) Las ayudas ala memoria y la doctrina de la enumeración en las Regulae, 155 192 186 180 180 208 210 188 163 172 166 177 163 202 VI. Enyiclapedismo y pansafía . mOUniversal el métodO' clasificatoria en las cienCias 'naturales . lengua universal
.
APÉNDICEI. Un.tratada.anónima i.(ramanc~:'· ": .. ',.
del~iglO' XIVescritO' en lengua :.'.... ' .••. '/' ..
228
275
ApÉNDICEII. Das manuscritas de Ars memorativa del siglo xv APÉNDICEIH. Documentas sobre las actividades de Pedro de Ravena . APÉNDICEIV. Tres manuscritas sigla XVI ApÉNDICEV. Petr~] ..ca, maestra
243
de Ars memorativa de fines del 247
del arte de la memaria
ApÉNDICEVI. Un escrita inédito de Giulia Camilla ApÉNDICEVII. Ejercicias glO' XVII
232
de memaria
..
249
...
en la Alemania
252 del si-
253
ApÉNDICEVIII. La entrada Art mnémonique en la Enciclapedia de Diderat .
256
APÉNDICEIX. D'Alembert y las caracteres
259
tndice onomástica
reales.
- ..
263
Este libro se terminó de imprimir el día 9 de junio de 1989en lGS talleres de Gráfica"Panamericana, s. C. L., Parroquia 911, Q3100México, D. F. En la composición se usaron tipos Aster de 10:11, 9:10 y 8:9 puntos. El tiro fue de· 2000 ejemplares. La edición estJ.lvo al cuidado de José C. Vázquez.